Upload
lodeolga
View
223
Download
2
Embed Size (px)
DESCRIPTION
Fanzine colectivo Olga Colectivo Cultural
Citation preview
Puchi Milano
Sanseacabó Sin Título
Yo no soy perro que ladra, lo sabemos una casita con vida
y vos perro que no muerde mucho menos con ojos,
anteojos
Si te encuentro yo te muerdo y su propio sol
Si me has visto no me acuerdo una copita servida
porque después con democracia, pestañas
Buenas noches, muchas gracias. libracos,
Histeriqueamos tantas veces… manojos en flor
marañas podridas
Mucho ruido pocas nueces.
migrañas
Sos mi amigo y yo tu amiga cintas, palos,
Pero hay sapo en la barriga y un tren a vapor
La jugamos de callados, cabaña-trinchera
soy tu gato encerrado madera. refugio de guerra
paz?
y de tanto madrugar sí, y amor
amanecimos mas temprano z
casita laboratorio
mis ojos que no ven, abanico,
tu corazon que no siente recoveco
se nos va de las manos reina caracol
sifón con burbujas
este pajaro, volando
flequillo,
mucho apriete pude darte pañuelo,
me cansé del poco abarque maceta colador
tanto juego de manos antifaz con careta
nos convirtió en villanos abuelo poeta
niña pájaro,
se acabó todo esta vez algodones
por la boca muere el pez
dolor
te dejo estas palabras sin reencor
un espacio finito
pocas, para un buen entendedor
un caballo,
te agradezco pero lo has de saber, y un río,
de esta agua no he de beber
soy.
yo me retiro con honor…
Y el que rie ultimo rie mejor.
Canon 60 D
Un nene va al colegio. Los compañeros hacen bulling. La
maestra grita, forman fila, los registra y les baja los brazos. Tiene dos
amigas, con novios más grandes. Se van a la esquina, fuman, el
quiosquero vende puchos sueltos. Se quedan abajo del techito,
llueve. Trata de aprender algo, escucha las conversaciones. Vaca-
ciones, televisión, boliches. Iglesia, vergüenza de darle un beso al de
al lado. Techito, llueve, “te amo”, “amigo”, “estoy siempre”. Ado-
lescencia, trabajo en el boliche, manía de los jefes de decir que son
tus papás. Minitas que bailan, buscan alguien que mantenga a sus
futuros hijos [Visión]. Entrada del boliche: “Hola, disculpá ¿Te-nés 2
pesos? No tenemos para la entrada”, “Dale, tomá”. Boliche: flaca
que baila en el parlante le toca el hombro y le da el teléfono, es la
misma de la entrada; no la llama. Techito, llueve, “te amo”, “amigo”.
Flaco de 20 se pone un quiosco en su casa, morocha de rulos viene a
comprarle cervezas. Él se va del barrio, ella tiene un hijo. Mesa.
Mates fríos. Puchos. “Estoy siempre”. Café, pedido para la 24.
“Amigo”. Dos capuchinos. “Te amo”. Bandeja… Mierda.
Luis Alejandro Dominguez
Los días con sueños, el sol de mis noches en
el límite de la tierra no hallo horizontes en
lo azul de tu mirada yace mi cielo eterno
en el viaje a su piel encuentro estrellas lunares.
Tu lengua no es obstáculo
para rodar la película de los recuerdos.
Hípsila de luz no confíes más en
mi Aunque la noche pese
Sabes bien que en el mar de la
soledad todos se ahogan
Jack
Sporrow
en los días de .blanco cuando sembrás el recuerdo de tu memoria dispuesto a
matar cada espacio que dejas hay un infeliz con un puñal hecho de papel
Mientras seguís pensando en la métrica de los versos
Por quien calló A
quien no se agarra loPedirte
Solo necio,
Por
en quien nadie confía
porque perdón
de en
por tu silencio y
vano
En por cuanto
por quien qué le importa puedo
Por fin, incómodo callo
por las risas al fondo hablar
Ayer de
Una la perdón más
libremente molestas mezclar
te vi,
por
y
siesta y
nada
palomas de la calle no
¿Qué pediría le
por quien no le anda el cierre .
dije
y viaja sin pagar Por tampoco
nada
estoy sabría
Los usarte
quien no sale en la foto .
un
Te
Descoser
ángeles que no entienden nada EnPerdónrinraje. haciendo?poco creo casi
y mejor así
Creo
todo
Perdón,realidad
por quienes ¿Seré
No
pero
No pro
no saben
sincero? …
Por pre
dijo
dónde parar.
Hay
pensar
pongamos el
terco
cosas paremos
nada
que
que me
Anóni
no
volves
te a
diría
.
leer
Plaza ‘’La estelita’’
Frio entre estrellas, simplemente huída; silenciosamen-
te: único filo. Las copas vacías no cubrían ya, (suave despo-
jo) otoño en fin, pero de muros nunca fié. Por qué empezar.
Deduje plaza, algún rincón, silbar baji-
to; y luego esperar. Y luego esperar ¡Y la duda!
Ojo de oficio, paciencia y vilo. Todavía, deduz-
co atraso, parpadeo, la profesión tiene sus vicios.
Aunque siempre interna al cuadro la vi al haberse ido,
y en su asiento, entre los pliegues del Vigía no leído…
[Hermosa Jade
Subida a un jet
Siempre fuistes de la agencia.]
Justo lo que buscaba. Los cvasos side-
rales eran disuasión constante al retiro.
Dejar todo, al caño y no volver ¿Por dónde empezar?
Pero no frío y con las manos vacías.
Misma luna,
de
siempre
un método desaprendido.
Título El asunto enrarecía cuando se acercaba hasta ahí un fantasma al que solo le quedaba la misma aureola de
pelo que a un payaso, pálida como él mismo. Ni bien ni mal vestido, flaco y fumador; se paraba encorvado
detrás de esas rejas a soltar su verborragia mística.
- ¿Qué hace usted? - Le pregunte una vuelta
- Yo solo intento ayudar - Me dio a entender
Si lo veía, solo me podía preguntar de dónde había salido. Igual la charla iba a otro lugar. Siempre a otro
lugar. Al punto en que más bien terminaba preguntándome qué estamos haciendo donde sea que estemos (a
veces solo hay lugar para una pregunta a la vez). Igual, siempre terminaba recordando donde no estamos.
- Si yo supiera como sabe ese perro no necesitaría ni esa reja ni mi casa ni mi barrio - confundía - la razón
no es suficiente - se ponía catedrático - yo estoy tranquilo porque nunca necesite razones -.
Era fácil ser fantasma en ese barrio. Uno termina quejándose de memoria. Si las cosas se hacen mal uno se
pierde preguntándose quién hace qué o es quién en dónde y nunca resuelve nada. Le concedo estar más
con-centrado que yo.
mo
s
Igual, entre fantasmas no nos pisamos la sábana pero nunca me ayudo con mucho
mas ke con distraerme de una obligación (cosa que tampoco necesité). No sé si tenía
algo. Solo ganas de fumar y hablar.
A cualquier hora, dentro de las 9, 12 o 13 que podía pasarme encajado entre la pe-
queña escala viviente de ‘99 Cents II, Diptych’ y los zumbidos constantes, se metía
él
entre la reja y la oscuridad a saludar y recomendar una sinfonía embrujada de la tribu
salvaje que ya no recuerdo.
Le cabía sembrar el contraste en las cosas. Por ahí me pensaba más humilde de lo que soy o por ahí no
le importaba tanto.
Ya no trabajo más en ese barrio ni cruzo en los horarios en que al reloj se le mezclan las agujas de este
mundo para que entren los fantasmas. ¿Equivale a que haya muerto? Un día va a pasar ¿No?..
- El problema es que los fantasmas no se conocen - tiró un día.
- Y ya te dije, estamos encerrados - contesté.
- Eso quieren hacer. Si tienen miedo a verse a la cara. Ya ni se la acuerdan - después, algo de los yogures
sin gusto de antaño.
Me olvidé sin entender la mitad de lo que ataba ahí.
- Es como el perro, pero no es el perro - ¿Blanqueó? - si yo fuera el perro no podría dejar de serlo, no lo
sa-bría, pero sí puedo. Sí lo sé ¿Cómo lo manejo? – seguía…
-¿Y al final qué se mueve? ¿Hace cuánto hablamos? Sigue la misma. Tu barrio de giles- hubiera dicho.
Y en esas, de haberme animado a eso último, tendría final que contar pero supongo le pertenece a él que
está más viejo ¿Será como siempre? Como todas las reparchadas comedias de nuestras calles cómodas para
matar la vida.
Emancìpese de sus propios lìmites. Puede ud. creer en sus letras propias, pues es su
deber y èste no termina ahì, sino que recién comienza. Ha de trabajar paciencia y
con-templaciòn en su intento del modo propio.
Serà solitariX en su tarea de archivar y revisar. Las formas emergen ante quien espera
y cree en sì. Los simbolos cruzan delante nuestro sin comienzo ni final. Las pasiones
las cargamos en los ojos sin darnos cuenta.
Intentar buscar afuera, solo arrastra al mismo torbellino. El viaje directo al centro se
realiza por el interior y no puede compartirse, por mucho que duela. El pez muere
por la lata.
Dese libertad, tanto de escribir como quiera y donde quiera. Siéntase libre de
verdad. Sepa que no lo es. Tome sus referencias, anotadas todas en una hoja y vierta
un vaso con agua sobre la tinta fresca. Luego eche una siesta. Confìe en su
memoria, que es la ùnica traidora que casi siempre hace compañía, pues las ideas
funcionan mejor en la cabeza que en un cuaderno.
Y para saber a dònde ir a o parar una vez que comience, sepa arrancar por el final.
Verà que nada termina como uno cree, si no es que todo vuelve a comenzar.
Esto es un working progress feudal
1 Dejar a los débiles a su suerte. 2 Favor de llevar cinta de aislar por la caída de cuerpos en los primeros 10 Km. 3
Bienvenidos escasa economía. No te preocupes. Aquí es gratis. Tranquilo. 4 Favor de apagar sus radio-localizadores, bípers o gps. Aquí no
funcionan. 5 1993. Lanzar guía para suicidarse. 6 Aokiga Hara. Aokiga Hara. Aokiga Hara.
Escrito por Fana Adjani
Srta. M Un día cualquiera, un lugar cualquiera. Se despertaba el sol a 15 millas de distancia, yo seguía aún sin poder
dormir. El humo formaba las paredes, móviles, invisibles, tan efímeras.
La basura se sentía cómoda en cualquier lugar. Es que había tanta vida dentro de ese cementerio… Despedíamos el otoño (pero presentía que despedía algo más) amaba el invierno, como si
el ambiente fuera más cálido en esa estación.
Dejé que viera mis ojos amanecidos, sus ojos como estrellas
brillaban. Su cuerpo comenzó a alejarse
Su sombra siguió desperezándose en mi cama un rato
más. Una sed absoluta brotó dentro de mí, de pureza.
Cayó el espejo, hecho trizas…cada pedazo apuntó a su
piel. Absorbente ser
Vitaminosa salvia comenzó a derramar. QUE SEA SU CUERPO MI CUERPO YA! – Pensé. Miré completamente desorientada, tenía dificultades para seguir la secuencia. Sonidos como cascadas que en una primera aproximación no tuvieron ningún sentido…
Y de repente, esa claridad que creímos tímida se volcó por completo.
Iluminando el obscuro océano en el que nos encontrábamos,
Haciéndose cuerpo en un extraño abrazo (Donde me sentí pequeña)
Mirarnos de frente no fue indoloro.
El mundo apareció como nuevo delante de mí, y pude ver mi perdición atroz. Luego de pensar todo esto, abrió los ojos y prendió el televisor. Prefirió broncearse con
luz artificial.
Me muero, con el eco de un
niño desesperado. Me muero, me voy. Tengo
un canto lúgubre, que me
aturde al alba.
Desaparezco en colchones vagabundos. Me muero todo el tiempo, y
las cúpulas, y el cielo.
Relojes inútiles de sueños,
cenizas de terciopelo. Me lleva la muerte, amiga
que nadie estima.
Despiadado destino que
sonriente me retrata y
astuto me sugiere... La vida, la muerte. Da igual.
Bibliotecas Te observo desde la punta de tus
bibliotecas hasta la periferia de tus versos,
que me abrigan inconclusos. Lo primero
que me seduce es tu epílogo ambiguo,
marioneta de verbos cruzados. Sos un
montón de horas trasnochadas, de humo
apelmazado. Es el almanaque turbio, de un
sinfín de anécdotas. Te abrís al compás de
un chirriante movimiento de hojas
apretadas,
del costado que me advierte, del brillo
glamoroso de una historia berreta. Dedos que te besan al pasar como si
quisieran quedarse al festín de
sustantivos. Porque hay palabras que
enloquecen, al tocarlas caprichosas,
extasiadas. Visitame en esta tumba
de deseos irreverentes, de cortezas
mal habladas. Un cementerio de
frases no dichas, de amores
enterrados, de cilindros amargos.
Habitame, como caverna silenciosa,
como abrazo a la distancia.
Deshojame. Desvestime. Existime.
Ya te he dicho, que no me
canso de aspirarme el agua
hirviendo, de desayunarme las uñas
rabiosas, del pasado que evoco
mientras se me empaña la piel.
¿Acaso no te he dicho? que las golondrinas no viajan en
invierno, ni el azul de las alas se
confunde con el mar. Y que ni el tiempo que
pierdo, buscándome, en ese
nido movedizo, en los ojos perlados que me sabes
ofrecer, regresará para inclinarse ante
nosotros, como un súbdito
apesadumbrado. Estúpido el tiempo. ¿Que qué soy?
solo un montón de tinta acumulada en los dedos. Un sin fin de preguntas mal formuladas.
¿Es que en realidad nunca te lo he dicho?
Tengo una pepa prendida fuego en el bolsillo.
Estalla de estrellas, que bailan,
en otoño de cielos estridentes. Expulsarte por los ojos,
escupir vida gris, atolondrados los que vienen por mí.
Me saludo con el muerto del reflejo inoportuno. Esta no soy yo. Este tiempo es mordaz.
O vivo o me estremezco, porque el lecho ya no me contiene...
Martina
Mattos
¿Arte completo? Más bien arte muerto. Nunca nacido. Fuera del Ser. El arte vivo respira
limitado. Aquí se sangra ¿Qué se le va a hacer? El arte como la vida. Como los edificios,
que mueren inaugurados y comienzan a ser habitados por sueños ajenos.
Antes, oscuros por dentro; recorridos por obreros y colados, tienen misterio, ecos,
potencia. En la mente misma del arquitecto. Tal vez completo o cerca (máximo alcance)
del destello opaco dejado por una imagen de pensamiento sensorial; por una Idea.
Y morirá a la sombra del lápiz. Cuando ilumine el sol o se nombre azul o verde, ladrillo
o salida.
Recorrerlos incompletos ofrece al deductor los esqueletos y trazados aún desnudos y a la
vista. Pisando un mapa del pensamiento -o del olvido- uno se encuentra en toda libertad de
atravesar las paredes a medias o usar las disposiciones al antojo. Soñar en la escalera, pisar
los muros, todo es igual.
Aunque vivir así puede parecer imposible o, cuando menos, muy incomodo pues habitar
algo vivo requiere de su sacrificio o el propio. Matar para habitar, o vivir aún más rápido
sig-nificando morir antes. O vivir incompleto, abandonado y ennegrecido del tiempo. En
com-pañía del silencio y el rumor lejano, espiando tras las ventanas jamás montadas, a
refugio de obreros hormiga, linternas vigilantes y posibles dueños de la vida.
Todos desean terminar. Nadie quiere dolores de cabeza.
Cartas breves:
Tus ojos breves
una novela en frases verdes.
Tus cartas cortas
no eran de amor
pero no importa. Y perdón por la prisa
la mala costumbre
Nicolás
Sobrero
Debe ser raro ser una aguja o un alfiler Debe ser raro servir para incar, para pinchar, para sostener, para armar.
Debe ser raro coser y hacer sangrar.
Debe ser raro.
Me quedé pensando en eso la otra noche, y me levanté con millones y
millones de alfileres en el pie izquierdo.
Me aconsejé con voz de madre, que no debía dormir más en poses raras,
y que no debía comer más cosas raras en la cena.
Pero sigo pensando en eso.
Ser un alfiler a mi cuerpo.
Funcionar como alfiler para mi propia vida.
Pinchar eso que me sirve. Pincharlo en una plancha de corcho.
Pinchar ahí, dejarlo.
Pinchar. Montar.
Coser en mí, todo aquello que esté roto.
Armar un vestido, que me quede lindo, armarlo con alfileres.
Solucionar las cosas con alfileres de gancho.
Coser en mí, todo aquello que esté roto.
Coser y hacer sangrar las cosas.
Descoser y volver a coser.
Tener un vestido lindo.
y muchos alfileres.
Muchos
Me miro y es tarde. Tengo la mirada oscura, apagada.
Tengo el pensamiento terco.
Tengo fácil el lagrimón.
Hay diluvio de barro. Llueve sucio, marrón, olvidado.
Siempre me gustan las cosas que no me pasan.
Comienzo a pensarme en otro cuerpo, en otro estado, en otro lugar.
Hay que saber irse, hay que saber quedarse, hay que saberse a uno
mismo.
Yo no tengo un tercer ojo, solo tengo un recién entonces.
Yo no tengo un gato, pero si tengo una gata que me ronronea sermones.
yo no quiero esto.
yo no quiero ni este cuerpo, ni estas manos, ni esta falta de exilio.
Me miro y es tarde.
Es el entierro silencioso de las horas.
Es el entierro.
Me miro y es tarde. Me entierro
Marilau Parafieniuk
fanzine #1