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Areíto Zona de la Cultura y de las ideas www.hoy.com.do Editor: Bavegado Diseño: Aimée Piccirillo SÁBADO 9.05.2015 L. Espaillat Nanita y la Guerra de Abril Página 5 FIDEL MUNNIGH Veintiuna pizcas de sensatez Página 2 RICARDO WAGNER ¡Explosivo, ético y espiritual! Ricardo Wagner despunta como una nueva personalidad artística ciertamente digna de atención a partir de su primera muestra individual titulada “Entre el Sol y la Tierra”, presentada el año pasado. Pá g i n a 8 Hervé Télémaque Una exposición Desde el pasado miércoles 25 de febrero 2015 hasta el lunes 18 de mayo del mismo año, se puede disfrutar de Hervé Télémaque, quien está comprometido con la causa y los objetivos del Centro Pompidou. Pá g i n a 3 El Ojo Infernal de UN CÍCLOPE ILUSTRADO Para cualquier escritor su mayor obra es la que está escribiendo, pero para Joyce y unos pocos más, la última novela podía parecer una despedida, un testamento, un estrépito cósmico que aboliría todos los géneros en la alquimia de otras ficciones. Pá g i n a 7 JOSÉ PELLETIER

Areíto 9 de mayo de 2015

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A re í t o Zona de laCultura y de

las ideas

w w w. h oy.co m .d oEditor: BavegadoDiseño: Aimée PiccirilloS Á BA D O 9.0 5.2 015

L. Espaillat Nanitay la Guerra de Abril

Página 5

FIDEL MUNNIGH

Veintiuna pizcas de sensatez Página 2

RICARDO WAGNER¡Explosivo, ético y espiritual!

Ricardo Wagnerdespunta como unanueva personalidadartística ciertamentedigna de atención apartir de su primeramuestra individualtitulada “Entre el Sol yla Tierra”, presentadael año pasado. Pá g i n a 8

Hervé TélémaqueUna exposiciónDesde el pasadomiércoles 25 de febrero2015 hasta el lunes 18de mayo del mismoaño, se puede disfrutarde Hervé Télémaque,quien está comprometidocon la causa y losobjetivos del CentroPompidou. Pá g i n a 3

El Ojo Infernal deUN CÍCLOPE ILUSTRADOPara cualquier escritor sumayor obra es la que e stáescribiendo, pero p a raJoyce y unos pocos más, laúltima novela podíaparecer una despedida, untestamento, un estrépitocósmico que aboliría todoslos géneros en la alquimiade otras ficciones. Pá g i n a 7

JOSÉ PELLETIER

2 Sábado 9 de m ayode 2 015H OY A RE Í TO

Zona

Are

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reíto

Milán Kundera (Novelista y ensayista checo)Desprecia la literatura en la que los autores delatantodas sus intimidades y las de sus amigos. La personaque pierde su intimidad, lo pierde todo.

1883 NACIÓ EL9 DE

M AYO. José Ortega yGasset, filósofo yensayista español,exponente de la teoríadel perspectivismo y dela razón vital e histórica.Se sitúa dentro delm o vi m i e n t o

denominado Novecentismo._

1805 MURIÓ EL 9 DE MAYO. Frie drichSchiller, poeta y dramaturgo

LA HISTORIA/Fuente: Bibliófilo Enmascarado

alemán, el más importante de su país. Muchasde sus obras de teatro pertenecen al repertoriohabitual del teatro en alemán. Sus baladas secuentan entre los poemas y dramas másfamosos, como “Guillermo Tell” o “La doncellade Orleans (Juana de Arco)”._

1843 NACIÓ EL 10 DE MAYO. BenitoPérez Galdós, escritor español, el

máximo representante del realismo español.Entre sus obras cabe destacar los “Episo diosnacionale s” o “Fortunata y Jacinta”._

1916 NACIÓ EL 11DE MAYO.

Camilo José Cela, prosistaespañol, miembro de laReal Academia Española.Premio Nobel, premioPríncipe de Asturias,premio Cervantes… y asíhasta 7 importantespremios de literatura.Autor de “La Colmena,“La Familia de PascualD u a r t e” o “San Camilo”,entre otras muchas.

Veintiuna pizcas de sensatezFidel Munnigh

1

A quello de lo que huyes termina porperseguirte como una sombradondequiera que vayas, sin dartetregua jamás.

2Hay que saber renunciar a tiempo a

ciertas cosas, a ciertas relaciones, a ciertaspersonas. Toda renuncia es dolorosa, perola ventaja del renunciamiento oportunocompensa el dolor por el objeto al que serenuncia. Por eso un anciano monje ere-mita cristiano observaba: “Aquello a lo queno renuncias acaba por causarte una grani n t ra n q u i l i d a d”.

3No se harta la vista de ver ni el oído de

oír, ni el cuerpo de desear y apetecer, ni elalma de sentir, ni el ego de envanecerse. Yno se harta uno de ser uno mismo.

4Cuando eliges una manera de vivir, sa-

bes o debes saber el precio que te costará.Es inevitable que pagues un precio porello. Y no hay excusas. En esto consiste serhonesto contigo mismo. Al elegir un modode vida determinado cargas con las con-secuencias de tu elección. Te expones a to-da suerte de riesgos, a rechazos e incom-prensiones; te sometes al escrutinio y lamirada pendenciera de los demás; te ga-nas enemigos y adversarios gratuitos. Y yano puedes seguir echándole la culpa de to-do lo que te pasa a otros: la pareja, los pa-dres, la familia, el jefe, los políticos, la so-ciedad, el mundo. Te quedas sin pretextos.Pagas el precio de ser tú mismo.

5Los racionales, que no creen más que en

su cerebro, opinan que los sentimentalesno pueden creer más que en sus emocio-nes. Olvidan que la emoción es tambiénun argumento.

6Si lo que en mí siente está pensando,

como escribe Pessoa en un conocido poe-ma, ¿lo que en mí piensa está sintiendotambién?

7Sentir. Y después de sentir, disentir.

8El lenguaje se deteriora, las palabras

pierden su valor, se deprecian. Pero soloporque antes se ha deteriorado el ser hu-mano en sociedad. No hay deterioro dellenguaje que no empiece por ser deteriorohumano y social.

9El lenguaje como mistificación de la

realidad. Llamar a las cosas por su nombrecuando se trata de otros y por otro nombrecuando se trata de uno. Ejemplos parailustrar: el crimen, la tortura y el terror.

10Imposibilidad práctica de la tolerancia.

Los demás nos toleran solo si somos comoellos. Toleramos a los demás solo si soncomo nosotros.

11Siempre imaginamos que los otros son

o deberían ser como nosotros. Lo medi-mos todo según un ideal que solo existe ennuestra mente y juzgamos a los otros se-gún ese ideal. Lo que no se le ajusta lo con-denamos sin más y lo que parece ajustarselo aprobamos. Y es natural que así sea, por-que en el fondo nos sentimos y creemos elmodelo a seguir. No hay vida que no sesienta el centro del universo, ni ser huma-no que en sus juicios sobre los otros no secrea la medida de todas las cosas. Jamás senos ocurre pensar que los otros tambiéntienen su propio ideal conforme al cualnos juzgan.

12El problema con la actualidad es su ti-

ranía, lo arbitraria y despótica que puederesultar, su pretensión de ser lo único quecuenta, su imperiosa necesidad de impo-ner a toda costa sus propios valores, suc h a n t a j e.

13Tan evanescente y fugaz como ella es y,

sin embargo, pretende convertirse en cri-terio de verdad y único punto de referenciade todo lo real.

14Ventaja de ver las cosas desde fuera.

Desde dentro se ven distintas. Se tiene losdetalles, pero escasea la visión de conjun-t o.

15Pensar en un país como este: equivo-

carse, extraviarse. Pensar aquí y ahora:desperdiciarse, malgastarse. Ir esencial-mente a contracorriente.

16Escribir: acto solitario, reflexivo y esté-

tico por el que uno pretende justificar suexistencia. Publicar: acto social y del todosuperfluo por el que uno complace su va-nidoso ego. Y, sin embargo, escribo y nodejo de escribir. Y algo peor: publico.

17En el fondo, de lo que se trata es de ex-

plorar las infinitas posibilidades de la viday de aprovechar las experiencias de calidadque nos brinda, que no son muchas. Y talvez de nada más.

18Me sentía desventurado por una ilusión

rota. Una joven amiga poeta vino a recon-fortarme: “¡Déjalo ya! ¡Déjalo ir! El mundoes una infinidad de cosas y una se buscauna infinidad de problemas”.

19Paradojas. El arte existe para corregir la

vida, para ordenar su caos, para enmendarsu imperfección, su carencia esencial, sufalta de plenitud. Si la vida fuera plena noharía falta el arte. Pero tampoco podría serplena sin el arte.

20Lo más difícil de todo es tener que lu-

char todo el tiempo contra los prejuicios,los estereotipos, los lugares comunes, lasuperchería de la gente, las palabras quenada dicen y nada significan, los falsosídolos de una “época de cambios” que seresiste al verdadero cambio.

21El viejo escritor aconsejaba no dejarse

invadir por el mundo exterior. Pero afuerasiempre está la vida, la acción, el azar, elasombro, la ciudad con su caos y su ruidoinfernal, la gente con su rosario de penas yangustias, ese maldito otro que me fastidiala existencia. Afuera está mi yo solitario,desgarrado y escindido, invadido por elm u n d o.

JOSÉ PELLETIER

A RE Í TO 3Sábado 9 de m ayode 2 015 H OY

Hervé TéLémaquepresenta retrospectiva en el Centro Pompidou de París

U na retrospectiva en el Centro Pom-pidou, Museo de Arte Moderno dela ciudad de París, es un evento ma-yor para un artista en vida, pues se

trata de un centro donde cada exposiciónrecibe el mayor despliegue profesional tantoen la curaduría como en la museología, y laacogida de la obra se maneja con una pers-pectiva mediática intensa muy apuntadahacia todos los públicos principalmente elcoleccionismo más agudo. Desde el pasadomiércoles 25 de febrero 2015 hasta el lunes18 de mayo del mismo año, se puede dis-frutar de Hervé Télémaque, quien está com-prometido con la causa y los objetivos delCentro Pompidou, exhibiendo setenta ycuatro pinturas, collages, objetos y ensam-b l a j e s.

La exposición recorre la trayectoria de es-te artista haitiano-francés, nacido enPort-au-Prince, en 1937. Asociado con latendencia de la figuración narrativa, creó uncuerpo de alta calidad del trabajo y fue unagran fuerza artística en la década de 1950.Con sede en París desde 1961, posterior alinicio de su carrera internacional en NewYork, a finales de los años 50, el artista hizoexperimentos con el expresionismo abstrac-to, caracterizado por sus obras de De Koo-ning, Pollock y Rothos.

Hervé Télémaque siempre ha comunica-do que llegó a París buscando un entornointelectual y visual que respondiera más a sucoherencia artística y ética. En sus diversasentrevistas y encuentros públicos, Téléma-que siempre manifestó su rechazo por laguerra de Vietnam y agudizó su posición encontra del racismo y de la segregación, ex-presando con mucha coherencia que nece-sitaba sentir un medio de empuje intelectualy racional para ejecutar su obra, siempreprecisa, y aclara que su llegada a París, fue laconclusión de su exilio, frente a la dictaduraduvalier ista.

Hérve Télémaque se instala en París consu familia en un taller cerca de las ButtesChaumont, precisamente en la zona Botza-ris, donde le conocimos por primera vez encompañía del intelectual y crítico de artehaitiano Jacques Gougues, y a veces le visitéjunto al desaparecido artista Silvano Lora.Nos place evocar que gracias al acercamien-to cálido que siempre he tenido con Télé-maque, me permitió organizarle un viaje einvitarlo a Santo Domingo, en el año 2000,gracias al apoyo de la Galería Fine Arts, pro-piedad de Carmen Rita Pérez-Pelle-rano. Disfrutó esta primera vi-sita a este país y se despi-dió con el compromisode algún día regre-sar…Aprovechó pa-ra cruzar la fronteraa su añorado pue-blo por tierra, don-de tenía muchosaños que no visita-ba.

Lo primero quese evidencia de estemaestro es una tre-menda cultura universal,su facilidad para combinarde obra como tantas metáforasdentro de un rango crítico, y una curiosidadprofunda por la poética de las formas y lasmetáforas posibles entre la palabra y la ima-gen. Se apasiona en todo encuentro frente altema y profundiza la relación de la línea conla semántica. Es un virtuoso de la palabra, yhabla con una exquisitez del juego de sen-tidos entre lo real y lo sub-real. En esta di-rección es que encontró una gran autono-mía que fue marcando su distancia con to-dos os grupos y corrientes del expresionismoabstracto, del pop art, y de la figuración libre,hasta lograr una firma y factura varios ob-jetos en el mismo lienzo, creando “cortocir -cuitos visuales”, la construcción propia , des-pués de haber recibido muchas enseñanzasvisuales de todas estas corrientes, para al finmantenerse fuera de ellas, y garantizar unaobra independiente.

Encontró una poética visual única, elasombro en lo más sencillo, hacer densas eintensas las cosas y los objetos más corrien-tes y banales. Como poeta, juega con las pa-labras y con la musicalidad, Télémaque jue-ga con las formas, la línea y las luces de unobjeto para hacer posible la convivencia vi-sual de una palmera y un queso, un tele-férico y un calzoncillo, un ranchito y un libro,todo esto conviviendo con formas humanas

en su mayoría femeninas.Es cierto que este artista ha heredado la

ironía de los surrealistas y la irracio-nalidad del dadaísmo, pues es

que con estas dos tendenciasdel pensamiento francés

contemporáneo se puedeapreciar la originalidadde la obra de Télémaque,en la que, la imaginacióntiene su lógica. Este as-pecto fundamental per-mite al artista trabajar

con su inconsciente y en-trar en criterios plásticos

propios, logró establecer undiálogo con su trabajo sicoana-

lítico, y es a través de él que expresaun lenguaje visual donde expresa inten-

samente y con exceso la contradicción y laparadoja, sacando de la rutina la razón, ha-ciendo que el inconsciente participe en losplanteamientos estéticos.

Su obra es lúdica, inteligente; la forma y elsentido, se convierten en un juego poéticoen el que nos encontramos con las famosasasociaciones libres de Freud, como los poe-tas esta artista, opta por imágenes propiasque sugieren otros matices. La analogía poé-tica es el fundamento de todos los deslicesde significaciones y de las formas.

Todo su arte consiste en plasmar una con-ciencia, pues siempre se mantiene tensa laposición frente al mundo, condenado las in-tervenciones militares, el racismo, las dicta-duras, el abuso de poder durante los pro-cesos postcoloniales, así como los plantea-mientos de sociedad como las libertades se-xuales. Siempre toma postura ciudadana ypolítica frente a los abusos del poder y man-tiene un escepticismo crítico y abierto frentea la larga transición democrática de su país,sin perder la solidaridad con su pueblo deor igen.

En Francia, su obra goza de mucha res-petabilidad en el exigente mundo profesio-nal del arte, pues él se ha caracterizado siem-pre por una actitud profesional de gran fi-

delidad con los críticos, los coleccionistas ysu galerista Louis Carré, establecido en laelegante avenida Messine de París. Sus imá-genes nunca han dejado de ser coherentes ydenunciantes con su “h a i t i a n i d a d” que nooculta. Cuenta en su ejercicio con obras ma-yores como “Le Voyage de Héctor Hypoliteen Afrique” del 2000, y Queltableau…con -denando a BabyDoc de 1973. Son dos obrasque significan el respeto por los maestrosprimitivos y la condena de las atrocidades deJean-Claude Duvalier (padre e hijo).

La retrospectiva en París confirma toda latrayectoria de una obra fiel al pensamientodel artista, que siempre se manifestó pormantener su individualidad y su compromi-so con las mayores causas humanas. Visitóen los 90 casi toda África y se pronunció porla liberación de Mandela, de sus experien-cias sacó una colectiva que tituló “Impre -siones de África”, que presentó en París.

En la actualidad goza de un gran éxito yprestigio en toda Europa que sabe manejarcon ironía y sentido del humor. Esta retros-pectiva es para él un resultado de todo untrabajo reconocido y en alguna entrevistaconfirmó que bueno que se lo hagan en vida.Su apertura con el mundo hacen presentessus trabajos en los mayores museos de artecontemporáneo de Las Américas y de Eu-ropa. Los organizadores de esta retrospec-tiva están pensando en prolongarla o hacer-la itinerante, pues ha levantado un gran pú-blico y mucho interés analítico sobre unaobra singular de nuestros tiempos, una obraque más allá de la imagen suscita reflexión,meditación y conocimiento, pues se man-tiene en muchas orillas desde lo abstractohasta la figuración libre, pero siempre endiálogo contradictorio y crítico con el su-rrealismo y el “pop art”.

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FUENTE EXTERNA

HérveTé l é m a q u e

4 Sábado 9 de m ayode 2 015H OY A RE Í TO

La educación del futuro deberá ser una en-señanza primera y universal centrada en lacondición humana. Estamos en la era pla-netaria; una aventura común se apodera delos seres humanos donde quiera que estén.Estos deben reconocerse en su humanidad co-mún y, al mismo tiempo, reconocer la diver-sidad cultural inherente a todo cuanto es hu-mano. Conocer lo humano es, principalmen-te, situarlo en el universo y a la vez separarlode él…. Edgar Morín, Los siete saberes nece-sarios para la educación del futuro.

Seguimos trabajando con la obrade Edgar Morín bajo el título“Los siete saberes necesariospara la educación del futuro”. Enlas dos a entregas anteriores ha-blamos del primer saber: “Las

cegueras del conocimiento”; y del segundosaber: “Los principios de un conocimientoper tinente”. Hoy abordaremos los saberestres y cuatro: “Enseñar la con-dición humana” y “Enseñar laidentidad terrenal”.

Para enseñar la condiciónhumana, tenemos que interro-garnos primero sobre nuestrasituación en el mundo. La edu-cación del siglo XXI exige quevinculemos los conocimientosresultantes de las ciencias natu-rales con el fin de ubicar la con-dición humana en el mundo, delas resultantes de las cienciashumanas para poder aclarar lasmulti dimensionalidades y sobre todo, lascomplejidades de la propia humanidad. Peroes también aprender a integrar el aporte in-conmensurable de las humanidades, no solode la filosofía y la historia, sino también de laliteratura y las artes.

Comprender la condición humana es es-tar consciente de que pertenecemos al uni-verso, que no es ordenado, ni perfecto y nieterno; sino que es producto del devenir dis-perso, en el que actúan el orden, el desordeny la organización: “Esta época cósmica de laorganización, sujeta sin cesar a las fuerzas dedesorganización y de dispersión, es tambiénla epopeya de la religazón que solo impidióal cosmos que se dispersara o desvanecieratan pronto nació. En el centro de la aventuracósmica, en lo más alto del de-sarrollo prodigioso de una ra-ma singular de la auto-organi-zación viviente, seguimos laaventura a nuestro modo...” ( P.22)-

En esta concepción el ser hu-mano es a su vez plenamentebiológico, plenamente cultural yplenamente universal. Estamosintegrados de mente y cuerpo,que no están divididos, sino queconstituyen una unidad, unici-dad, en las palabras de Morín.

En nuestra condición humana hay unatriada integrada por el individuo-la sociedad yla especie. En esta perspectiva, los individuosson el producto del proceso reproductor de laespecie humana, quienes a su vez producenla sociedad y esta, certifica el surgimiento dela cultura. En esta perspectiva, dice Morín,“todo desarrollo verdaderamente humanosignifica desarrollo conjunto de las autono-mías individuales, de las participaciones co-munitarias y del sentido de pertenencia de laespecie humana”. (P.25)

El otro saber que según Morín debería sertomado en cuenta en la educación del sigloXXI es: “Enseñar la identidad terrenal”. Partede una pregunta muy interesante: ¿Cómopodrían los ciudadanos del nuevo mileniopensar sus problemas y los problemas de sutiempo? Se responde diciendo que es nece-sario que comprendamos que tanto la con-dición humana en el mundo, como la con-dición del ser humano en la historia, hoy díadeben verse como la de la era planetaria:

De allí, la esperanza de despejar un pro-blema vital por excelencia que subordinaríatodos los demás problemas vitales. Pero esteproblema vital está constituido por el con-junto de los problemas vitales, es decir la in-

tersolidaridad compleja de problemas, an-tagonismos, crisis, procesos incontrolados.El problema planetario es un todo que sealimenta de ingredientes múltiples, conflic-tos, de crisis; los engloba, los aventaja y deregreso los alimenta. (p.29)

Sostiene Morín que la humanidad nece-sita concebir la complejidad del mundo in-tentando comprender que tanto la unidadcomo la diversidad del sistema planetario,como sus complementariedades y sus an-tagonismos forman parte de un todo, que noes un sistema global, sino más bien un tor-bellino en movimiento que no posee un cen-tro organizador.

Por esta razón, sigue diciendo el pensa-dor, el planeta necesita un nuevo pensa-miento policéntrico, que apueste al univer-salismo consciente de la unidad y de la di-versidad de la condición humana; alimen-tado de todas las culturas. Educar para estepensamiento es la finalidad de la educacióndel futuro que debe trabajar en la era pla-

netaria para la identidad yla conciencia terrenal. (p.30)

Y se justifica diciendoque el mundo se vuelvecada vez más un todo.“Cada parte del mundohace cada vez más partesdel mundo, y el mundo co-mo un todo está cada vezmás presente en cada unade sus partes”. (PO. 30).

No hay dudas, planteaMorín, que la mundializa-

ción de hoy se ha convertido en una realidadunificadora y conflictiva a la vez. ¿Por qué? Sepreguntarán algunos, como me lo preguntéyo misma. A esta inquietud responde el pen-sador, que si bien el mundo se ha vuelta cadavez más UNO, al mismo tiempo se divide.Esta es la paradoja de la era planetaria, esdecir, la misma que une y desarticula al mis-mo tiempo:

La mundialización es realidad unificadora,pero hay que agregar inmediatamente quetambién es conflictiva en su esencia. La uni-ficación está cada vez más acompañada de supropio negativo, suscitado por su contra efec-to: la balcanización….Los antagonismos en-tre naciones, entre religiones, entre laicismo yreligión, entre modernidad y tradición, entre

democracia y dictadura,entre ricos y pobres, mez-clan los intereses estraté-gicos y económicos anta-gónicos de las grandes po-tencias y de las multina-cionales dedicadas a la ob-tención de beneficios. (P.32)

A partir de entoncesMorín hace un balance so-bre el legado del siglo XX,que no es nada halagüeño.Afirma que el siglo pasado

fue el fruto de la alianza de dos barbaries: laprimera llega desde el “fondo de la noche delos tiempos y trae consigo guerra, masacre,deportación, fanatismo”. Y la segunda es lahiperracionalización que olvida al ser huma-no, sobre todo su alma, ya que lo ha sometidoa la esclavitud técnica e industrial.

El triste y contradictorio legado del sigloXX puede resumirse en uno: la herencia de lamuerte a través de sus armas y la destruc-ción del ambiente. Somos responsables de lamuerte ecológica. Hemos provocado enfer-medades que se han convertido en epide-mias, como ha sido el caso del SIDA. El de-sarrollo de la ciencia ha sido letal: bombaatómica y armas biológicas, misiles…. “Si lamodernidad se define como fe incondicio-nal en el progreso de la técnica, en la ciencia,en el desarrollo económico, entonces estamodernidad está muerta”. (p. 34)

Todo no está perdido. Siempre queda laesperanza. Gracias a esa inconformidad in-trínseca de los seres humanos, se han de-sarrollado las contracorrientes que han mar-cado la diferencia y han renovado los sueñosde un mundo distinto en el que se asuma lasolidaridad y la responsabilidad como elnorte de la acción humana.

Edgar Moriny los siete saberes necesariospara la educacion del futuro.Enseñar la condición humana y la identidad terrenal.

‘‘ El problemaplanetario es un

todo que se alimentade ingredientesmúltiples, conflictos,de crisis; los engloba,los aventaja y deregreso los alimenta”.

‘‘ El triste yco n t ra d i c t o ri o

legado del siglo XXpuede resumirse enuno: la herencia de lamuerte a través de susarmas y la destruccióndel ambiente”.

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Caamaño: ascendenciay descendencia delcoronel de abrilPor Mario Jáquez Torres

F rancisco Alberto Caamaño Deñó(1932-1973), máximo dirigentemilitar del sector constituciona-lista durante la guerra patria de

1965, concentra en su genealogía no soloel sur profundo sino también las barrocasrúas gallegas, la árida geografía curazo-leña y las extensas planicies cubanas através de sus padres, Fausto Emigdio Caa-maño Medina (f.1986), natural de Mogo-llón, San Juan de la Maguana, y Enerolisa(Nonín) Deño Chapman (Barahona, 1900- Santo Domingo, 1980).

Por línea paterna, sus abuelos fueronAlvaro Caamaño Sanjurjo, hijo a su vez deRamón Caamaño García y Rita Sanjurjo,naturales de Santiago de Compostela, Ga-licia, España, y Josefa Medina Báez, na-tural de Boca Canasta, Baní, hija de Gas-par Medina Báez y Ana Joaquina Báez Te-jeda.

Por línea materna, sus abuelos fueronAlberto Deñó Valenzuela (San Juan de laMaguana, 1880- San Cristóbal, 1950), hijoa su vez de Alberto Deñó y de María En-carnación Valenzuela, y América Chap-man, (Barahona, 11 septiembre 1880 –Barahona, 12 noviembre 1910), hija deHenry S. Chapman y María de los ReyesCa s t i l l o.

Su bisabuelo Henry S. Chapman(n.1820, Curazao) fue hijo de William PaulChapman Phillipa y Anna Margarita deLima, y casó en Neiba el 26 de abril de1880 con María de los Reyes Castillo, hijanatural de Raimunda Castillo, oriunda deNe i b a .

La bisabuela María Encarnación Va-lenzuela, según la tradición oral familiar,fue hija de Pilar Valenzuela y del Pbro.Narciso Francisco Barrientos Rodríguez(n.25 septiembre 1830, Santo Domingo),hijo legitimo a su vez de José BarrientosMostelier, de Cuba, y de María RodríguezLu g o.

Cabe apuntar que sus bisabuelos pa-ternos Gaspar Medina Báez y Ana Joaqui-na Báez Tejeda fueron bisabuelos tam-bién del actual presidente de la RepúblicaDanilo Medina Sánchez, por lo que el pre-sidente y Francisco Caamaño resultan“primos segundos”. Además, Gaspar Me-dina Báez era a la vez sobrino bisnieto dePablo Báez Arambule, bisabuelo del ge-neralísimo Máximo Gómez.

El tatarabuelo de Gaspar Medina Báez,Manuel Medina Valera, era nieto de An-drés Hernández Andújar Valera y JuanaCastellanos Pérez, naturales de Hincha. Aesta altura, el nivel generacional revelaconsanguinidades interesantísimas: lamadre de Andrés Hernández Andújar Va-lera, María Manuela Hernández Andújary Leguisamón, era hermana de Juan Die-go de Andújar y Leguisamón, abuelo deMaría Francisca Andújar, abuela a su vezdel general y presidente de la RepúblicaJosé María Cabral Luna, (1816-1899) pró-cer de la Independencia, héroe de la ba-talla de Santomé, tatarabuelo del escritory político Fabio Fiallo y quinto abuelo delactivista político y anti-trujillista ViriatoFiallo, así como del diseñador internacio-nal Oscar de la Renta.

De su lado, María Manuela HernándezAndújar y Leguisamón era cuarta abuelade (1) Mario Fermín Cabral y Báez,(1877–1961), senador de la República ypadre del poeta y diplomático Manuel delCabral, padre a su vez de la dirigente po-lítica Peggy Cabral, viuda de José Francis-co Peña Gómez, y de (2) José María Cabraly Báez (1864-1937) abogado, tronco de lafamilia santiaguera Cabral Bermúdez yabuelo de Donald Reid Cabral(1923-2006), presidente del Triunviratoque gobernaba el país al estallar la guerrade abril. De este modo, Caamaño y ReidCabral descendían de un ancestro comúnnacido en el siglo XVII.

Caamaño fue padre de Alberto Alejan-dro, Francis Alexander y Paola CaamañoAcevedo y de Tania Quisqueya, RománErnesto y Silvia Caamaño Vélez.

Instituto Dominicano de Genealogía

Dedicado a mi hermana-amiga mexicana Patricia Gascón Muro

A RE Í TO 5Sábado 9 de m ayode 2 015 H OY

50AÑOS

1965-2015

Abril 1965E l pueblo dominicano se incorporó es-

pontánea e instintivamente contra elTriunvirato de dos, cuando se cono-ció la insurrección del Campamento

16 de Agosto, ubicación de la Jefatura de Es-tado Mayor del entonces Ejército Nacional, yapoyó al día siguiente, domingo, con mo-vilizaciones en todos los barrios humildes,su caída y la subsiguiente instalación del Go-bierno Provisional del Dr. José Rafael MolinaUreña. La población civil voluntaria e inor-gánica -el hombre de la calle- se hizo pre-sente desde el primer día, y lo hicieron pos-teriormente grupos de izquierda organiza-dos y sus militantes, que inicialmente recha-zaron respaldar el movimiento, objetando asus dos principales figuras militares, el te-niente coronel Rafael Tomás Fernández Do-mínguez y el coronel Francisco Alberto Caa-maño Deñó, por las responsabilidades desus progenitores en el desaparecido régimende Trujillo.

Como se evidencia de los testimonios re-cogidos en la prensa, para la mayor parte delos dominicanos –civiles y militares- el Mo-vimiento Constitucionalista comenzó el sá-bado 24 de abril, al conocer del levantamien-to militar, organizando manifestaciones deapoyo; y comenzó a participar en accionesde guerra junto a los militares constitucio-nalistas a partir del martes 27, al colapsar enhoras de la tarde el Gobierno provisional deMolina Ureña, tras las inconsultas gestionescon la Embajada de Estados Unidos de losdos jefes de operaciones militares constitu-cionalistas, tanto el sustituido y quebranta-do teniente coronel Miguel A. Hernando Ra-mírez, como su sustituto, el coronel Fran-cisco Alberto Caamaño.

En tanto se realizaban estas gestiones enla Embajada, se libraba fiera batalla en elpuente Duarte entre contingentes califica-dos como ‘re b e l d e s’, de militares constitu-cionalistas y civiles bajo el mando del co-ronel M.de G. Manuel Ramón Montes Ara-che y sus legendarios hombres rana; junto alteniente E.N. Elías Bisonó, enfrentados atanques y tropas provenientes de San Isidrobajo las órdenes del general Elías Wessin yWessin. A su vez, el presidente Molina Ureña,rodeado de sus colaboradores, resistía en elPalacio Nacional desde el primer día la me-tralla y los cohetes de los aviones de la FuerzaAérea a los que se sumó en la tarde del mar-tes 27 el cañoneo de los buques de la Marinade Guerra, cuyo Estado Mayor liderado porel comodoro Francisco Javier Rivera Cami-nero -que simuló su adhesión al MovimientoConstitucionalista en la madrugada del lu-nes 26- se sumaba a las órdenes del Pen-tágono, por designio del presidente Johnsonde impedir a toda costa el regreso de Bosch alpoder, evidenciado por la grabación mag-netofónica de las conversaciones del como-doro Ramón Emilio Jiménez con el coronelFishburn, y el coronel FAD Rivas Perdomo.

Por ello, a 50 años de Abril de 1965, la casitotalidad de los testimonios que afloran a laprensa de sus actores se refieren a accionessubsiguientes al 27 de abril; pero tambiénadolecen de esta limitación las intervencio-nes de historiadores que no participaron enlos hechos, y se han documentado inevita-blemente de los libros de autores nacionalesy extranjeros y en los testimonios de actores,no organizadores del movimiento. Pero larebeldía manifestada en la Jefatura de Es-tado Mayor del E.N. el 24 de abril, no fue degeneración espontánea ni se improvisó. Suaún desconocida etapa preparatoria tampo-co se inició en lo militar en 1965: sus an-tecedentes se remontan al 1963.

Además, la rebelión militar tuvo unpreámbulo dos meses antes: el ‘Manifiesto ala Nación de los Profesionales e Intelectua-l e s’ suscrito por miles, publicado el 27 de fe-brero, que tuvo también un proceso de ges-tación y preparación que sirvió de soporte alMovimiento Constitucionalista, y fue el pri-mer desafío público de rechazo al régimende facto del Triunvirato y de reclamo a lavuelta a la constitucionalidad. El grupo queconstituyó el núcleo militar del MovimientoConstitucionalista lo organizó el tenientecoronel Fernández Domínguez, para salir alfrente del golpe de Estado contra el presi-

dente Juan Bosch y la Constitución de 1963,pero fue disuadido por el propio Bosch, quelo juzgó una operación suicida.

El idealismo de Fernández Domínguez,joven y visionario militar de sólida formaciónacadémica, le lanzó a articular un grupo delas generaciones surgidas de la Academia Ba-talla de Las Carreras, para ponerse a dispo-sición de la democracia que se abría paso,fundada en el ejercicio pleno de la soberaníanacional. La conjunción del carácter intran-sigente del Prof. Bosch, proveniente de la ‘iz -quierda democrática’, ideología que surgíaen América Latina; con una Constituciónque reclamaba la soberanía del Estado do-minicano sobre sus recursos; dos factoresque la plutocracia mundial –con sus obje-tivos de apoderamiento de la riqueza de laisla- no podían permitir que se constituyeranen la plataforma de la nueva vida libre de losdominicanos. Esto se hacía inminente parael capital texano invertido en la Falconbrid-ge, y sus planes de expansión.

La plutocracia, que había hecho desapa-recer la estructura de dominación de RafaelLeónidas Trujillo que se inició en 1924 parapermitir el retiro físico de sus tropas de ocu-pación sin perder su control del país, basadaen una unidad militar que respondía al man-do remoto de la USMC bajo el mando delcoronel Trujillo, no podía permitir que lereemplazaran el designio trazado al paísdesde Washington, de una presidencia delDr. Viriato Fiallo, médico de la Casa Vicinisustentada en la recién formada Unión Cí-vica Nacional, comprometida con los inte-reses de una oligarquía retardataria y entre-guista. La contestataria voluntad del pueblodominicano recogida en su voto mayoritarioa favor del exiliado intelectual Juan Bosch,quedó inmediatamente condenada al golpede Estado que se produjo a los siete meses,acosado por las concentraciones de ‘reafir -mación cristiana’ del Vaticano y bajo las acu-saciones de pro-comunista.

Ese grupo militar de convicción democrá-tica, organizado y liderado por FernándezDomínguez, constituido en el núcleo delMovimiento Constitucionalista, se apareócon los aprestos que inició en el sector civil

de la periferia del PRD el Dr. Molina Ureña,inmediatamente después del golpe de Es-tado y el exilio forzoso del presidente Bosch ydel vicepresidente Segundo Armando Gon-zález Tamayo, intentando instalar como pre-sidente provisional al Dr. Juan CasasnovasGarrido, presidente del Senado y en línea desucesión a la Presidencia en ausencia de losexiliados mandatarios.

La necesidad del Dr. Molina Ureña per-seguido por los servicios de inteligencia lo-cales y foráneos de mantenerse en la clan-destinidad, moviéndose de una casa deamigos a otra, hizo recaer en mi persona sercabeza visible para contactos, lo cual notardó en llevarme a ser arrestado en mi ca-sa, que también era centro de distribuciónde grapas a los sindicatos choferiles. Fui in-terrogado en la Fortaleza Ozama por unaComisión Militar que buscaba a MolinaUreña, encabezada por el coronel Neit Ra-fael Nivar Seijas, y mi silencio de respuestame llevó desde un calabozo soterrado, auna jaula formada por una puerta tapiada,cerrada al frente con una reja; y luego a uncalabozo con ventana en la Torre del Ho-menaje, donde estuvo previamente dete-nido el coronel Guarién Cabrera Ariza.

Esa prisión, la segunda en mi vida, mepermitió dos experiencias únicas: conoceral dirigente izquierdista Máximo López Mo-lina y al sicario trujillista Félix Bernardino,que guardaban prisión bajo un laxo régimenque les permitía moverse en libertad en elrecinto. Mi breve prisión, entrando ya el mesde diciembre, terminó con la visita de Fran-cis Caamaño para conocer de mi situación,enviado por mi padre, el Dr. Ramón A. Es-paillat, mayor médico E.N. ® y amigo de lafamilia Caamaño, quien me instó a darles ala comisión la información que buscaban.Francis, que había sido comandante de losCascos Blancos de la P.N., era entonces co-ronel del E.N., porque Donald Reid lo habíatrasladado junto con su buen amigo José deJesús Morillo López desde la P.N. a la guar-nición del E.N. en San Isidro, donde los sor-prendió la revuelta militar.

Habiendo transcurrido el tiempo necesa-rio para que Molina Ureña se moviera a unnuevo escondite, informé a la comisión queél simplemente estaba en su casa, y me pu-sieron en libertad. Lejos estaba yo de saberque por una avería telefónica, mi esposa Va-nessa, su sobrina, que desconocía su ubi-cación, no había podido informarle de midetención. Molina Urreña evitó ser arrestadoprovidencialmente porque al llegar la Policíaa detenerlo había ido a buscar refugio enotro lugar. Ese encuentro con Francis Caa-maño, a quien escasamente conocía porqueera hermano menor de Luis y Fausto Ma-nuel, mis compañeros del colegio Luis Mu-ñoz Rivera, me permitió buscarle después,cuando se hizo necesario ganarle para elMovimiento Constitucionalista.

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El pueblo se lanzó espontáneamente al llamado a la lucha contra elTriunvirato, pero el Movimiento Constitucionalista no nació el sábado 24.La poco conocida historia de su gestación. Parte 1

FUENTE EXTERNACoronel RafaelTomás FernándezDomínguez.

José Rafael Molina Ureña.

6 Sábado 9 de m ayode 2 015H OY A RE Í TO

En torno alMISTICISMO ESPAÑOL(A PROPÓSITO DE SANTA TERESA Y ANTONIO RAMOS MEMBRIVE)

A cabo de leer el brillante ensayo“Santa Teresa y el misticismo en Es-p a ñ a”, del querido amigo y diplomá-tico español Antonio Ramos Mem-

brive, que me ha alertado, con lucidez y hon-dura, sobre la potencia de lo místico y surelación con lo real, como expresión de losobrenatural, allí donde se disuelve loreal-fenoménica, a través de la percepción.

Con ello se aclara el origen de esas ex-trañas y convulsas vivencias de espanto de laque habla San Juan de la Cruz--y que, por lodemás, tienen claras correspondencias enlas experiencias y "convulsión penitencial",que preceden a la irrupción o éxtasis místico.Lo que Rudolf Otto ha denominado "mys-terium tremendum", en el sentido de una"situación irracional", no explicable bajoningún concepto o lógica.

Este sentimiento puede penetrar el áni-mo con dulce flujo en la forma de una de-voción absorta del temple de ánimo sereno yen suspenso; se estremece hasta que por fincesa, y el alma retorna de nuevo a lo profano.Puede irrumpir en el alma entre choques yconvulsiones, súbitamente. Puede llegar aextrañas excitaciones, a la embriaguez, alarrobamiento, al éxtasis. Tiene sus formassalvajes y demoníacas. Puedehundirnos en horrores y estre-mecimientos casi fantasmales.Tiene estados previos y exterio-rizaciones toscas y bárbaras. Ytiene su desarrollo en formas fi-nas, purificadas y transfigura-das. Puede convertirse en eltemblor humilde y silenciosode la criatura, en la mudez an-te..., ¿ante quién? Ante aquelloque en el misterio inefable estápor encima de toda criatura.

Inicialmente, el numen sehace presente en el alma, consu componente "tremendum";luego, este cede ante el "fascinans". De ahí elsentido mágico de las experiencias místicas,como experiencias de éxtasis, vinculadas a larevelación del cristianismo primitivo o cha-m á n i c o.

En tales estados se produce la cesación oéxtasis, como olvido pleno de sí mismo, delque uno vuelve en sí mediante el recuerdo, ala vez internamente renovado y liberado. Así,y más todavía mediante la inclusión com-pleta de la voluntad propia en la voluntad deDios, para obrar conforme a la voluntad deDios, es como el hombre se hace "uno" conDi o s.

La doctrina mística de santa Teresa estáfundamentada en sus propias experiencias.En “Las moradas” y “En el castillo interior”describe la vida mística desde sus comien-

zos hasta las mayores alturas de la unióntransformadora. La inmensa contribuciónque nos aporta Teresa a la doctrina mística,es la descripción detallada de los diversosestadios del desarrollo místico en la persona.“Poseía un formidable poder de observaciónpsicológica y lo empleó para darnos, segúnHilda Graef, una visión extraordinariamenteclara de esta evolución que, aunque no seaplique en todos sus detalles a todos los de-más místicos, no deja por eso de ser verda-dera en sus líneas generales”.

En su obra principal sobre el tema, Teresanos presenta el alma como un castillo en elque existen diversas moradas que conducentodas hacia el centro. Fuera del castillo, en laronda, hay sabandijas y culebras que repre-sentan las distracciones humanas y los pe-cados. Algunas de estas alimañas se encuen-tran también en las primeras moradas, lasdel conocimiento de sí y de la humildad, queson los verdaderos fundamentos de la vidaespiritual. Estas moradas conducen a las se-gundas, en las que el alma comienza a prac-ticar la oración vocal y partiendo de ella lameditación y el recogimiento que con fre-cuencia pueden ir acompañados de seque-dad y dificultad. Estas dificultades se han de

soportar con fe si se quie-re entrar en las cuartasmoradas, que introducenel alma en los primerosestadios de la oraciónmística, que Teresa llamala oración de la quietud.

Este estado lo describecon gran amplitud, por-que en él ocurren la ma-yoría de los fenómenosque ordinariamente seasocian con la vida mís-tica, como trances, visio-nes, locuciones y demás.La oración característica

de este estado es la oración de éxtasis, que esuna forma intensificada de la oración an-terior de unión. Mientras dura el éxtasis ce-san completamente todas las actividadesnormales humanas: no se puede hablar, elcuerpo se pone frío y como sin vida; de ahíque Teresa diga que “no dura mucho estegran éxtasis”, pero que “acaece, aunque sequita, quedarse la voluntad tan embebida yel entendimiento tan enajenado, y durar asídía, y aun días que parece no es capaz paraentender en cosa que no sea para despertarla voluntad de amar, y ella se está harto des-pierta para esto y dormida para arrostrar aasirse a ninguna criatura”

A este propósito habla Teresa de la “her idade amor”, producida por el intenso deseo deDios, lo mismo que de los otros diversos fe-

nómenos que acompañan a este estado.Distingue, entre otras cosas, entre las visio-nes imaginarias y las intelectuales, siendoestas últimas directamente impresas en elentendimiento, y entre el éxtasis y lo que ellallama “el vuelo espiritual”.

Sea como fuere, en estas palabras vive, enlo más profundo, un sentimiento "numino-so" de uno mismo, que porta todavía en sí lahuella del "sttupor" ante una aparición es-pir itual.

La devoción, independientemente de có-mo se conciba el objeto al que se dirige, im-plica siempre un arrebato intenso, emocio-nal, por parte de dicho objeto. Y admite, encuanto tal, los más diversos grados de ten-sión interna vinculada al hecho real o feno-m é n i c o.

"Recoge tus sentidos dispersos": tal es laamonestación obvia de cualquier predica-ción que se proponga guiarnos a la expe-riencia y al conocimiento de Dios, inclusoallí donde se encuentra convencida de quedicho conocimiento solo es posible "me-diante la palabra", mediante el testimoniohistóricamente dado.

Lo que indaga Antonio Ramos, en su bre-ve texto, es la "interferencia de lo fáctico"como experiencia de lo suprasensible, queimposibilita la percepción y el análisis de losocial, desde una perspectiva de poder, puesse produce un abigarramiento espiritual en-tre el sujeto de la experiencia y la realidad.Entre la experiencia mística y la realidad in-mediata.

Solo en el recogimiento aprehende real-mente el ánimo su objeto, solo aquí se lehace este presente en las riquezas de sus ele-mentos y solo aquí se le experimenta segúnla realidad y su modo de doblegar, elevar,oprimir o santificar el ánimo.

En el recogimiento, no solo se ve el objetocon más intensidad, sino que se ven más as-pectos del objeto. Al espíritu recogido se leabre una visión que no es posible en el dis-perso. Aquél ve lo que este todavía no podíaver. Pero el grado sumo del recogimiento esel éxtasis en su sentido más puro. Se com-prende, por tanto, que solo en el éxtasis, co-mo forma suma --es decir, plenamente re-cogida-- de visión, se den la contemplación yel conocimiento pleno y perfecto. Y resultaigualmente claro que, cuando el ánimo re-gresa de su recogimiento para volver a la dis-persión, pasando del estado de captaciónplena al mero recuerdo, tanto la visión comoel sentimiento deben tornarse más exan-gues, oscuros y limitados, mientras que elrecuerdo queda en un estado de posesiónmucho más rica, de experiencia más pro-funda, de comprensión más radical y de másintensa agitación interna.

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A RE Í TO 7Sábado 9 de m ayode 2 015 H OY

El Ojo Infernal de unCíclope IlustradoS i a los 40 años pude comprobar cuá-

les habían sido las llamaradas del in-framundo que me incitaron a “re l e e r”la obra de James Joyce -cuando ya a

los 20 la había abandonado, satisfecho de lastécnicas aprendidas y harto de una cosmo-gonía urbana que no era la mía en sus ar-canos ni en la errancia de sus parodias ho-méricas ni en los sedimentos y escolios desus pliegos culturales-, ahora a los 60, heconfirmado, que si he vuelto a reincendiar-me con sus últimas novelas es por su fero-cidad experimental, el desplante y transgre-sión que implicaba su proyecto creador, eldesacato a toda norma o preceptiva acadé-mica, el desprecio a los ladridos del críticoretrógrado y a cualquier canon inquisidor, asus géneros escoriados y a sus jerarquías sa-c ra l i z a n t e s.

Pocos escritores han leído dos veces el“Ul i s e s”, salvo a volandas y no completa-mente y sin el entusiasmo y la añoranza porreencontrar personajes inolvidables, que enesta novela apenas son transeúntes anóni-mos que viven rumiando su vida interior, enmedio de una metrópolis aún provinciana yya envuelta en el pesimismo de una civili-zación incrédula. Es toda una topografía dearrabales para especialistas y peregrinos de-votos del “Camino a Dublin”, desde la Torrede Martello y el último tranvía por la peri-feria y lares capitalinos, hasta los adulteriosfelices que saborea golosa Molly Bloom, qui-zás la única personificación femenina dignade rememorar en su novedoso, secreto y ex-citante fluir de la conciencia.

Si para cualquier lector común puede re-sultar fatigante o pesada una improbable re-lectura de la novela más revolucionaria delsiglo XX, ni qué decir frente a la tomografíaverbal de su obra más ambiciosa y enigmá-tica, “Finnegans Wake”, oscura y vana tareade hermeneutas febriles y exégetas ator-mentados, que aún hoy no han podido des-codificar el flujo de sus simbologías milena-rias, de sus deidades bíblicas y paganas, lasclaves de eremita y todos los correlatos de unpretérito desguazado con la sabiduría de lostextos antiguos, a fuerza de una insaciableerudición lúdica.

Pero si “Ul i s e s” sobrevive al “placer del tex-t o” en fragmentos y ámbitos escogidos, y so-bre todo en el esplendor de su estructura gi-gantesca, en “Finnegans Wake” trasciende ydesconcierta una “poética de la oscuridad”que deviene en una ficción para políglotas,como también en un recuento abigarrado denuestra progenie, y de cada “E ra” cíclica de lahumanidad, que se espigan con divertimen-tos culteranos, y hasta con el incesante con-trapunto de retruécanos y palabras fermen-tadas, coloquios pedestres, simulacros verba-les y murmullos silábicos que parecen arti-cular una gramática descuartizada jamás oídani leída nunca en la literatura universal.

Esa faena pantagruélica del oficio creadory ese propósito apasionado y titánico de sa-cudir todos los cimientos de la argamasa no-velística, con su laberinto de aullidos y des-quiciamientos, junto a su “data experimen-t a l”, bizarra y desenfrenada, es lo que havuelto a hechizarme.

Algunos confidentes y allegados a Joycedestacaban su voluntad de aislamiento paradistanciarse del mundo, sin que pudieraperturbarlo la metralla de las barricadas nilas catástrofes de cualquier rincón de la tie-rra. Nada más le interesaba la consecuciónsus tórridas jornadas creadoras, el someti-miento tenaz de la palabra y su festín se-m á n t i c o.

Ya resulta emblemática su figura de es-critor, arrellanado en la poltrona de su es-tudio, cabizbajo y atento, con tres lupas re-leyendo sus manuscritos como si irradiaravisiones por el “ojo infernal” de un cíclopeilustrado. Prácticamente era un ciego a tien-tas entre los astros terrenales, un soberbioPolifemo, que hacía grandes esfuerzos parano terminar invidente tras once operacionesamargas que enneblinaba progresivamenteel glaucoma de sus demiurgos.

Cada vez necesitaba escribir letras másgrandes y gruesas para poder leerlas, y sedetenía ante cualquier minucia gramaticalpara sacarle filo a la semilla del lenguaje. Ahíradicaba una de sus mayores virtudes: en esainventiva permanente, en ese poder de in-

novación para entretejer pastiches estilísti-cos, monólogos, epifanías, escenas escato-lógicas y, especialmente, en esa ruptura in-misericorde con todo paradigma narrativo yhasta lo creado por él mismo, su propia es-critura abierta con deformaciones fonéticas,y vueltas a coser y otra vez a diseccionar, es elaporte y la mayor destreza que al día de hoynadie ha podido aventajar.

En medio de los tormentos de su cegueraintermitente, Joyce arreciaba su “Obra enp ro g re s o” con una disciplina terca y apoteó-tica, ensimismado por el lujo de sus hallaz-gos formales y sus conquistas técnicas, sinimportarle el tiempo que le tomara concluirun capítulo, un párrafo, una línea (8 añosUlises, 17 Finnegans Wake) e impertérrito alas presiones de cualquier editor que lo hos-tigada a devolver las galeradas que él corre-gía y reescribía una y otra vez en los már-genes, por arriba o por debajo del espacio enblanco de las frases, con más notas sobre lamarcha, que terminaban en un mare mág-num de garabatos y agregados ilegibles, talcomo las adiciones y borrones que Balzacmandaba a sus impresores.

Los escritores de gran imaginación pue-den escribir de todo, menos de sí mismos.De Homero a Cervantes, de Rabelais a WalterScott, de Sterne a Víctor Hugo, sin olvidar alos fabuladores oníricos, Raymond Roussel,Lovecraft, Tieck o Borges, casi todos hanprescindido de la “primera persona” comoalimento creador, aunque sus secretos másíntimos o grotescos lo trasiegan a la biografíade sus personajes.

Joyce nunca fue un “hombre de acción”.Los escritores que han hecho literatura consu propia vida, y que pusieron en “pr imerp l a n o” la experiencia de su errancia dioni-síaca, aventurera o bélica (Hemingway, Mal-raux, Henry Miller, Conrad) nunca rebasa-ron la imaginación de su tiempo, ni pudie-ron liberar sus ficciones de la inmediatez desu época, hincada en el cepo de la historia.

Más allá del melodrama del hombre ano-dino y ordinario (Lepold Bloom), convertidoen prototipo del héroe contemporáneo, Joy-ce nunca logró alzar vuelo por encima de supropio entorno realista, y se limitó a diluirtoda su obra en los sobresaltos de su auto-biografía, cifrándola con alegorías a una“realidad objetiva”, como si fuera un archi-vista sórdido o un entomólogo o un labo-ratorista de las excrecencias del cuerpo hu-m a n o.

Fue el “ojo público” de la trepidante urbe ya la vez el comisario crispado de la “con -ciencia colectiva”. No se puede considerarun narrador cautivante ni un novelista quepudiera manejar multitudes o el linaje de va-rias generaciones o el atavismo sombrío defamilias en pugna. Nunca pudo desprender-se del fardo de sus vivencias juveniles, que apartir de los 22 años fue la correa de trans-misión de su resentida y viscosa vida inte-

rior, y que constituye la materia prima de susobsesiones más flagrantes: al sentimiento deculpa por la muerte de su madre, el adulterioparanoide, la fantasía pornográfica, la fija-ción fecal, el anticlericalismo, la demenciade su hija Lucia, el patrioterismo y la trans-gresión redentora.

Pero, por encima de todo, a Joyce le acu-ciaba reinventar el lenguaje en sus ostras,integrar la oscuridad de los éxtasis en sulámpara de Aladino, ensamblar el silenciocon una geometría de planos y cuadrantesque orquestara la acústica de la perplejidadhumana. Mucho más que contar relatos yfraguar estirpes, mucho más que sumarnuevos episodios e intrigas, otros territoriosde amor y muerte, quería vaciar toda la cul-tura y los mitos del hombre en un solo Libro,con la historia de sus deyecciones, sus de-lirios y atrocidades.

Para cualquier escritor su mayor obra es laque está escribiendo, pero para Joyce y unospocos más, la última novela podía pareceruna despedida, un testamento, un estrépitocósmico que aboliría todos los géneros en laalquimia de otras ficciones. Se ha afirmadoque más de una tercera parte de “Ul i s e s”, Joy-ce la confeccionó mientras corregía y ree-laboraba la versión original. Precisamente,su “sentido musical” se modulaba más en ladinámica de su montaje y de su polifoníaestructural, que en la prosa y atmósfera de suépica ciudadana.

Por eso, cada vez que le hablaban de laguerra y las hecatombes en marcha, él res-pondía: “No me hablen de política, a mí solome interesa el estilo”. La alternativa del es-critor sería subir a la tribuna de su tiempo ono bajar nunca de su torre de marfil. De cual-quier modo, de nada valdría escribir a lasombra los “profetas armados” si no se pue-de crear y vivir por encima de sus luces.

Y es que James Joyce no solo rechazó el“orden escolástico” y se distanció del mundoantiguo, sino que tomó como territorio dejuego los arquetipos del pathos clásico, el co-raje y la belleza, y convirtió en sarcasmo elmito y la exaltación de la Odisea homérica.

Con mucha sagacidad, Anthony Burgess,nos recuerda que “Ul i s e s” más que una no-vela es un magnífico libro, en el que no hayuna meditación profunda ni un pensamien-to elevado digno de citarse. No en vano, T. S.Eliot pudo resumir con dos palabras el alu-vión caótico y arbitrario de la que ha sido lapiedra angular de la novela contemporánea:“Ul i s e s” es el resultado de toda la anarquía yfutilidad que arrastra el siglo, su contenido yforma son semejantes a los despojos y rui-nas, y a todos los desperdicios históricos conlos que ha crecido el Hombre Moderno.

(Legajos del Tenebrario: compendio de en-sayos, aforismos artículos, crónicas y otrosartículos del disenso, libro In Crescendo dePedro Peix- 1972-2015)

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8 Sábado 9 de m ayode 2 015H OY A RE Í TO

Ricardo Wagner¡Explosivo, ético y espiritual!

C uando bebas agua, no olvides laf u e n t e”, reza el antiguo proverbiochino… La confianza, la solidaridad,el respeto y las lecciones de los bue-

nos amigos, son para mí los “electrones de lag ra t i t u d”: fuentes inagotables de energías,pensamientos, actitudes y vibraciones po-sitivas, en fin, mis motivos más íntimos yplenos para vivir agradecido.

En esta ocasión, siento la necesidad desaltar de alegría y expresar mi agradecimien-to “de profundis” a los respetados amigosBienvenido Alvarez Vega y Juan Carlos Ca-mino, director ejecutivo y administrador,respectivamente, del diario Hoy, principalesresponsables de que la cultura, el arte y losartistas dominicanos contemporáneos, ha-yan podido contar, durante los últimos 17años, con un apoyo tan motivador y un des-pliegue definitivamente espectacular a tra-vés de estos espacios culturales privilegiadosde Areito.

Desde luego, durante este trayecto, cadaaño, cada mes, cada semana y para cada en-trega, la confianza y la atenta respuesta delos artistas y de las principales instancias es-trechamente vinculadas con los efectos desu actividad productiva, han sido tambiénmis relámpagos motivadores a la hora de unimposible registro de nuestra esplendorosa,precaria y fascinante “realidad artística”.

Me refiero a instancias tales como las ga-lerías de arte, los museos, los centros cul-turales, los “art dealers” y los gestores cul-turales independientes. Y entre estos últi-mos hay verdaderas “celebridades silencia-d a s” como el siempre inquieto y diligenteRolando Leclerc, cuya discreción es tan clí-nica y efectiva como la puntualidad de suinformación, como el mismo “secretar iado”de actualización sobre el arte contemporá-neo latinoamericano que ha venido ejer-ciendo con pericia admirable durante los úl-timos 15 años.

Y, precisamente, a Rolando Leclerc quieroagradecer infinitamente la oportunidad deconocer y visitar el taller de un artista cuyasconvicciones éticas, sensibilidad social y ca-pacidad imaginativa, atraen poderosamentela atención de los galeristas, coleccionistas yespecialistas del arte dominicano de la ac-tualidad.

Se trata del novísimo Ricardo Wagner(1973), comprometido con una práctica dela imaginación basada esencialmente en elviaje introspectivo y cuyos hallazgos más ri-gurosos y resistentes, tanto en la pintura co-mo en el dibujo, nos permiten registrar laemergencia de un inesperado repertoriosimbólico impregnado de sugestivas y enig-máticas conexiones con la naturaleza, la es-piritualidad, el mundo fáctico, lo metafísico,los signos culturales y los espacios de la ima-ginación en el contexto de la posmoderni-dad.

Fogueándose desde principios de la dé-cada de los 90 del siglo XX, mediante unaconstante participación en eventos, concur-sos y exposiciones colectivas, presentadasen espacios como la Galería Nacional de Be-llas Artes, la Fundación Arawak y la Univer-sidad Autónoma de Santo Domingo, RicardoWagner despunta como una nueva perso-nalidad artística ciertamente digna de aten-ción a partir de su primera muestra indivi-dual titulada “Entre el Sol y la Tierra”, pre-sentada por la galería Mesa Fine Art en elmes de julio del pasado año.

Al presentar dicha muestra, Juan José Me-sa observaba con precisión: “Al utilizar laspalabras para presentar por primera vez a un

artista a veces nos faltan palabras. De igualmanera, al comenzar a contemplar el con-glomerado de imágenes que conforman laexhibición, a priori vemos una obra real-mente bella, con la poética del negro de fon-do, magia, nostalgia, esplendor, transgre-sión, surrealismo…Sin embargo, al profun-dizar la mirada, vemos una obra en la que elartista se expresa a sí mismo hasta el puntode que su producción es un reflejo singularde su mismo ser, de lo que él es y de cómo es.Así las cosas, podemos asegurar que las

obras de arte hablan de sus autores, nos in-troducen en el conocimiento de su intimi-dad y revelan la original contribución queofrecen a la historia de la cultura de sus pue-b l o s”...

En efecto, en la pintura de Ricardo Wag-ner, la luz, el color y la materia, operan comosignos de las energías espirituales de la cul-tura y la naturaleza. En su producción re-ciente, advertimos un nervio pictórico dife-renciado, una energética volición liberadoraque cristaliza en una serie de obras en lasque reflexiona profundamente sobre la es-piritualidad, el Cosmos, la naturaleza y loexistencial, proyectándose de esta maneracomo auténtico oficiante del más puro abs-traccionismo, mientras que al mismo tiem-po se expresa sin estridencias y con asom-brosa afectividad, mediante una radical ce-lebración del sistema pictórico representa-t i vo.

A la hora de construir la superficie pic-tórica, Ricardo Wagner enfatiza en la capi-talización del intrínseco potencial explosivoy reactivo del “m é d i u m”. La mayoría de lossignos, elementos y motivos que vitalizanestas superficies nos remiten a lo informal, loelemental, la naturaleza, el mundo orgánicoy la diversidad de la vida en el planeta Tie-r ra .

Simultáneamente, en su práctica estéticase materializa un romance hermosamenteproductivo con la acuarela y el dibujo en téc-nica mixta. El dibujo es una rutina rigurosaen el caso de Ricardo Wagner y de ahí queuna buena parte de su producción consisteen dibujos y obras sobre papel que nos re-velan la fresca intensidad de su reconcen-trada personalidad creadora.

Asimismo, en su poética operativa, Ricar-do Wagner no procede bajo la influencia deuna circunstancia o una situación determi-nada. “Cada obra tiene su aura, su momen-to, su signo especifico”… Sin embargo, ha-blando de sus experiencias en el Ministeriode Agricultura, donde ha trabajado comoconsultor durante once años, el joven artistase declara dichoso por haber tenido la suertede tocar lúdicamente las entrañas de su me-dia isla originaria; de subir las montañas, va-dear las aguas y recorrer los caminos hacia elencuentro con las comunidades rurales y lagente humilde de su pueblo. Y si a esta ex-periencia agregamos una niñez y una ado-lescencia rodeadas de la naturaleza, enton-ces no será tan difícil desentrañar las raícesdel fuerte contenido emocional y existencialde su obra pictórica...

En síntesisRicardo Wagner

Pintor, dibujante, diseñador gráfico, fotógrafo, editory realizador de televisión, Ricardo Wagner, nace enSanto Domingo,el 16 de marzode 1973. En 1996se hace técnicoen publicidaden laU n iv e rs i d a dAutónoma deSanto Domingo.Desde 1997hasta el 2000,realiza unaespecialidad enCo m u n i ca ci ó npara el Desarrollo, MA-FAO. Ha realizado numerososcursos y diplomados a nivel local y en el extranjero,ligados a la fotografía, la realización dedocumentales y la producción audiovisual. Entresus más recientes exposiciones colectivas destacan:Bienal Nacional de Dibujo, Galería Nacional deBellas Artes (2013); “Bienal de Arte Erótico”, Casa deItalia (2014); “Universo de Colores y “Tinta 2014”,Mesa Fine Art (2014); “Generacione s”, Galería deArte Shanell (2014) y “Entre el Sol y la Tierra”,primera exposición individual en Mesa Fine Art( 2 014 )Sobre Ricardo Wagner, el Dr. Odalis G. Pérez apuntajustamente que “Formado entre la academia y laslibertades postacadémicas, el artista haseleccionado sus símbolos para provocar unalectura vertical y transversal constitutiva de unamateria onírica y una conversión formal. Estaconversión de la materia en forma compacta odiluida, traduce un motivo generador deinscripciones reconocidas en la plástica actual coninfluencias visibles de una productividad de finalesde siglo XX y comienzos de siglo XXI”... Sus obrasforman parte de prestigiosas colecciones privadasen el país y en el extranjero.

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FUENTE EXTERNA

The Dream. Acrílica sobre tela, 2014.

Saxum. Acrílica sobre tela, 2014.