Anatomia Abdomen TC-1

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    INTRODUCCIÓN

    La tomografía computarizada (TC) es uno de los

    pilares básicos sobre los que se apoya el estudio de

    la anatomía y de la patología humana. Mediante la

    TC se obtiene una imagen como resultado de la re-construcción bidimensional de un objeto en un orde-

    nador, pudiéndola reconstruir en cualquier plano del

    espacio.

    ANATOMÍA SEGMENTARIA DEL HÍGADO

    Según la clasificación de Couinaud, el hígado se

    divide en ocho segmentos funcionales con aporte

    vascular arterial y drenaje venoso y linfático. Las

    cisuras anatómicas que dividen el hígado en segmen-

    tos están formadas por tres estructuras vasculares ver-

    ticales que corresponden a las tres venas suprahepá-

    ticas y por las tres ramas horizontales portales (fig. 1).

    La vena suprahepática media divide el hígado en dos

    lóbulos: derecho e izquierdo. El lóbulo izquierdo está

    dividido por la vena suprahepática izquierda en dos

    segmentos: el segmento medial (corresponde al seg-

    mento IV) y el segmento lateral. Este segmento, a su

    vez, está dividido por la rama de la vena porta iz-

    quierda del segmento lateral en los segmentos II (cra-

    neal) y III (caudal). En el lóbulo hepático derecho, la

    vena suprahepática derecha separa los segmentosVIII y V de los segmentos VII y VI. La rama ante-

    rior de la vena porta derecha separa el segmento VIII

    (craneal) del V (caudal). La rama posterior de la vena

    porta derecha separa el segmento VII (craneal) del VI

    (caudal) (figs. 2, 3 y 4).

    ANATOMÍA DE LA CAVIDAD ABDOMINAL

    La pared abdominal, de fuera a dentro, se compone

    de piel, fascia superficial, grasa subcutánea, planos

    musculares, fascia transversal y grasa extraperitoneal.

    Toda la cavidad abdominal se apoya en un soporte

    óseo formado por la columna vertebral y la pelvis. En

    su porción más superior está protegida por la caja to-

    rácica.

    Para comprender mejor la patología, podemos di-

    vidir la cavidad abdómino-pélvica en tres espacios

    anatómicos: 1. Cavidad intraperitoneal, 2. espacio

    retroperitoneal y 3. pelvis. Estos espacios no son in-

    dependientes, sino que están comunicados entre sí a

    través de fascias o defectos anatómicos de éstas.

    Cavidad intraperitoneal

    El peritoneo es una membrana serosa recubiertapor una capa de células epiteliales con dos hojas, una

    parietal, que se adhiere a la pared abdominal, y una

    visceral, que tapiza las vísceras. Entre ambas hojas

    existe un espacio virtual: la cavidad peritoneal. El lí-

    mite anterior del peritoneo cubre la pared abdominal

    anterior y el límite posterior separa la cavidad perito-

    neal del retroperitoneo. El peritoneo posterior forma

    reflexiones o pliegues que envuelven las vísceras in-

    traperitoneales, manteniéndolas suspendidas dentro

    de la cavidad y fijándolas al retroperitoneo. Estas re-

    flexiones del peritoneo tienen diferentes nombres, de-

     Punto clave 1

     Mediante la TC se pueden localizar, de forma precisa,

    las metástasis en los segmentos hepáticos. La segmentec-tomía cumple criterios de resecabilidad quirúrgica.

    formación continuada

    Anatomía del abdomen mediante tomografía computarizada Abdomen anatomy by computed tomography

    E. PINEDO RAMOSa Y M. CORONADO POGGIOb

    aServicio de Radiodiagnóstico. Hospital de León. León. España.bServicio de Medicina Nuclear. Hospital Universitario La Paz. Madrid. España.

    Correspondencia:

    E. PINEDO RAMOSServicio de RadiodiagnósticoHospital de LeónC/ Altos de Nava s/n. 24008 León. EspañaCorreo electrónico: [email protected]

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    FIG. 1.—Diagrama de la anatomía

    segmentaria del hígado. Según la

    descripción de Couinaud, el híga-

    do está dividido en ocho segmen-

    tos funcionales que se numeran en

    el sentido de las agujas del reloj,

    en visión ventral del hígado. Cada

    segmento consta de irrigación

    arterial, drenaje venoso y drenaje

    biliar. Las venas suprahepáticas

     principales discurren entre los

    segmentos hepáticos. (Cortesía

    de Heiken MD)

    FIG. 2.—Anatomía segmentaria

    hepática. Venas suprahepáticas

     principales (cabezas de flechas

    negras) forman las principales ci-

    suras verticales que dividen los

    segmentos hepáticos. Flecha cur-

    va: segmento umbilical de la vena

     porta izquierda. Las venas porta-

    les derecha e izquierda forman la

    cisura transversal. LPV: vena por-

    ta izquierda; RPV: vena porta de-

    recha; LLPV: rama portal del seg-

    mento lateral izquierdo; ARPV:

    rama anterior de la porta dere-

    cha; PRPV: rama posterior de la

     porta derecha. Los segmentos he-

     páticos están numerados según el

    sistema de Couinaud del I al VIII.

    (Cortesía de Heiken MD)

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    pendiendo de su localización anatómica y de su fun-

    ción:

    1. Sostén y suspensión. Los ligamentos coronarios

    derechos e izquierdos y el ligamento falciforme del

    hígado mantienen el hígado suspendido en la cavi-

    dad abdominal y lo unen al diafragma y a la pared ab-

    dominal (fig. 5).

    2. Unión de distintos órganos. Se denomina epi-

    plón al peritoneo que une el estómago con otras

    vísceras. Así, el epiplón menor, también llamado li-

    gamento gastrohepático, une la curvatura menor gás-

    trica con el hígado. El epiplón mayor une la curvatu-

    ra mayor gástrica con el colon transverso.

    3. Suspensión. Mantiene suspendidas las asas in-

    testinales en la cavidad abdominal y forma verdade-

    ros pedículos vasculares:

    a) Mesenterio del intestino delgado.b) Mesocolon transverso.

    c) Mesocolon sigmoide.

    Normalmente, estos pliegues peritoneales no se

    ven directamente en la TC, pero se puede identificar

    la grasa que los envuelve, así como los vasos y gan-

    glios linfáticos que se encuentran dentro de ellos. Los

    pliegues peritoneales se hacen evidentes cuando se

    engrosan por infiltración neoplásica o por inflama-

    ción. Los ligamentos, los epiplones y los mesente-

    rios pueden servir como rutas de diseminación de los

    procesos patológicos inflamatorios y tumorales en elinterior de la cavidad peritoneal y entre el peritoneo y

    el retroperitoneo. La forma de diseminación de la pa-

    tología puede ser por extensión directa o a través de

    los vasos y ganglios linfáticos.

    Los repliegues peritoneales dividen la cavidad ab-

    dominal en compartimentos comunicados entre sí.

    El espacio peritoneal no se visualiza en los estudios

    de la TC, salvo que estén distendidos por líquido. El

    mesocolon transverso, que es el peritoneo que acom-

    paña a la vascularización del colon transverso, forma-

    da por la primera rama de la arteria mesentérica supe-

    rior, divide la cavidad abdominal en supramesocólica

    e inframesocólica (fig. 6).

     Punto clave 2

     La vía de diseminación de la patología dentro de la

    cavidad abdominal se puede dar por extensión directa (li-

    gamentos, epiplones y mesenterio) o a través de los va-

    sos y el sistema linfático.

    Pinedo Ramos E y Coronado Poggio M. Anatomía del abdomen mediante tomografía computarizada

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    FIG. 3.—Lesión en el segmento VIII hepático (flecha); 1: vena

    suprahepática izquierda; 2: vena suprahepática media; 3: vena

    suprahepática derecha.

    FIG. 4.—Lesión en el segmento IV hepático (flecha); 1: vena supra-

    hepática izquierda; 2: vena suprahepática media; 3: vena suprahe-

     pática derecha; 4: aorta; 5: vena cava; 6: estomago; 7: bazo.

    FIG. 5.—Ligamentos de sostén hepáticos. 1:

    ligamento coronario derecho; 2: ligamento

    coronario izquierdo; 3: ligamento falciforme.

    (Cortesía de Atlas Netter.)

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    Compartimento supramesocólico (fig. 7). El

    compartimento supramesocólico está formado por:

    a) Hígado, vesícula y espacio peritoneal perihepá-

    tico.

    b) Bazo y espacio peritoneal periesplénico.

    c) Estómago y transcavidad de los epiplones.

    El hígado y el bazo son vísceras macizas. En su va-

    loración, lo más importante es la detección de altera-

    ciones en su densidad, que nos pueden indicar la exis-

    tencia de lesiones ocupantes de espacio. El hígado es

    un lugar frecuente de asiento de metástasis, y la ma-

    yor parte de ellas proceden de estructuras de la cavi-

    dad abdominal debido a que el drenaje venoso de las

    vísceras abdominales pasa por el filtro hepático a tra-

    vés del sistema portal. Por su parte, el recto tiene un

    doble sistema y es capaz, además, de drenar directa-

    mente a la vena cava inferior, pudiendo dar metástasis

    pulmonares sin pasar por el filtro hepático.

    El estómago es una víscera hueca y para su valo-

    ración es necesario, por tanto, administrar contraste

    oral antes de realizar la exploración, ya que una dis-

    tensión incompleta zonal de su pared simula patolo-

    gía orgánica. El estómago ocupa una posición cen-

    tral en la cavidad abdominal. El fundus tiene una

    posición posterosuperior y el cuerpo, anteroinferior.

    Su pared derecha o curvatura menor está en íntima

    relación con el segmento lateral del lóbulo hepáticoizquierdo a través del ligamento gastrohepático o epi-

    plón menor, que une ambas vísceras. El margen me-

    dial del bazo y la crura diafragmática izquierda con-

    tactan con la pared posterosuperior del fundus

    gástrico. Estas vísceras pueden crear improntas ex-

    trínsecas en la cavidad gástrica, tanto anatómicas

    como patológicas (figs. 8, 9, 10 y 11). La pared ante-

    roinferior del estómago está en relación con el colon

    transverso a través del mesocolon, por lo que es una

    vía de diseminación de la patología de estas vísceras.

    La pared posterior del estómago se encuentra adya-

    cente al páncreas (víscera retroperitoneal). Ambos es-

    tán separados por un espacio virtual peritoneal (saco

    menor o transcavidad de los epiplones). La patología

    de estas vísceras se disemina fácilmente por exten-

    sión directa (figs. 12, 13, 14 y 15).

    El saco menor peritoneal o transcavidad de los epi-

    plones está comunicado con el resto de la cavidad pe-

    Pinedo Ramos E y Coronado Poggio M. Anatomía del abdomen mediante tomografía computarizada

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    FIG. 6.—Anatomía del compartimento supramesocólico. 1: hígado;

    2: estómago; 3: colon; 4: epiplón mayor; 5: epiplón menor. (Corte-sía de Atlas Netter.)

    FIG. 7.—Esquema de la anatomía axial del compartimento suprame-

    socólico. 1: hígado; 2: espacio perihepático; 3: bazo; 4: espacio

     periesplénico; 5: estómago; 6: saco menor (transcavidad de los

    epiplones). (Cortesía de Atlas Netter.)

    FIG. 8.—1: hígado; 2: fundus gástrico; 3: bazo; 4: vasos del epiplón

    menor (ligamento gastrohepático); 5: vasos del epiplón mayor 

    (ligamento gastrocólico); 6: vena cava inferior; 7: diafragma;

    8: ángulo esplénico del colon.

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    Pinedo Ramos E y Coronado Poggio M. Anatomía del abdomen mediante tomografía computarizada

    51 Rev Esp Med Nucl. 2008;27(1):47-62

    FIG. 9.—1: vena porta derecha bifurcándose en sus ramas anterior y

     posterior; 2: fundus gástrico; 3: cuerpo gástrico; 4: bazo; 5: pán-

    creas.

    FIG. 10.—1: cuerpo gástrico; 2: antro gástrico; 3: bulbo duodenal;

    4: páncreas; 5: vena esplénica; 6: vena cava inferior; 7: aorta; 8: in-

    serción diafragmática; 9: asa de intestino delgado.

    FIG. 11.—1: colon transverso; 2: ángulo hepático del colon; 3: colon

    descendente; 4: segunda porción duodenal; 5: cabeza pancreática;

    6: unión de la vena mesentérica superior y esplénica para formar la

     porta; 7: asas de intestino delgado; 8: bazo; 9: vasos del mesocolon

    transverso.

    FIG. 12.—1: adenocarcinoma de estómago. 2: infiltración del cuer-

     po y cola pancreática; 3: eje venoso esplenoportal; 4: arter ia

    mesentérica superior; 5: cabeza pancreática; 6: segunda porción

    duodenal; 7: aorta; 8: vena cava inferior.

    FIG. 13.—Corte coronal. 1: masa que infiltra gran parte de la pared 

    gástrica; 2: colon transverso; 3: hígado; 4: bazo; 5: intestino delgado.

    FIG. 14.—1: masa de cuerpo y cabeza pancreática que infiltra la pa-

    red gástrica posterior; 2: estómago; VE: vena esplénica infiltrada

     por la masa.

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    ritoneal a través de un estrecho acceso en el hilio he-

    pático. Este espacio está limitado anteriormente por

    la pared posterior gástrica y, posteriormente, por el

    peritoneo que recubre el páncreas y lo separa de la ca-vidad peritoneal. En su parte inferior está limitado

    por el colon transverso y el mesocolon. Las coleccio-

    nes que ocupan el saco menor aparecen en pacientes

    con procesos patológicos que afectan a los órganos

    que bordean directamente este espacio (figs. 16 y 17).

     Punto clave 3

     El recto tiene un doble drenaje venoso; puede saltar el

     filtro hepático y drenar directamente en la vena cava

    inferior, por lo que puede dar lugar a metástasis pulmo-

    nares.

    Compartimento inframesocólico. La raíz del me-

    senterio del intestino delgado divide el compartimen-

    to inframesocólico en dos espacios: derecho e iz-

    quierdo. La raíz está orientada oblicuamente desde la

    tercera porción duodenal hasta la unión ileocólica

    (figs. 18 y 19). Ambos espacios están ocupados por

    asas de intestino delgado. La raíz del mesenterio co-

    rresponde a la reflexión del peritoneo posterior que

    acompaña a las ramificaciones de la arteria y vena

    mesentérica superior y vasos linfáticos para llevar la

    vascularización a todas las asas del intestino delgado

    y hemicolon derecho. Está envuelta por la grasa me-

    sentérica y contribuye a mantener suspendido el in-

    testino delgado dentro de la cavidad abdominal, fiján-

    dolo al retroperitoneo (figs. 20, 21, 22 y 23). En un

    corte de la TC de un individuo sano, no identificamos

    ni el mesenterio ni los ganglios linfáticos (fig. 24). Lo

    que se visualiza son las ramas vasculares y la grasa

    mesentérica (fig. 25). Cuando dejamos de ver el híga-

    do en los cortes de la TC, la práctica totalidad de la

    cavidad abdominal está ocupada por asas intestinales,

    flanqueadas por el colon ascendente a la derecha y el

    descendente a la izquierda. Es importante, por tanto,conseguir un buen relleno de las asas intestinales con

    contraste oral para poder valorar la existencia de pa-

    tología abdominal (figs. 26 y 27). La grasa que en-

    vuelve la cavidad abdominal anterolateralmente y se

    interpone entre la pared abdominal y las asas intesti-

    nales corresponde a la grasa que rodea el epiplón ma-

    yor (el delantal graso que el cirujano se encuentra

    cuando abre la cavidad abdominal). El epiplón mayor

    está formado por dos hojas de peritoneo, como una

    prolongación del peritoneo que envuelve el estómago

    y el mesocolon transverso. Esta doble hoja perito-

    Pinedo Ramos E y Coronado Poggio M. Anatomía del abdomen mediante tomografía computarizada

    52  Rev Esp Med Nucl. 2008;27(1):47-62

    FIG. 15.—1: masa pancreática; 2: cuerpo gástrico; 3: saco menor 

    (transcavidad de los epiplones); VMS: vena mesentérica; AMS: arte-

    ria mesentérica, ambas englobadas en la masa tumoral; 4: hígado;

    5: bazo; 6: segunda porción duodenal.

    FIG. 16.—Aneurisma de la arteria esplénica roto al saco menor. 1:

    aneurisma; 2: estómago; 3: sangre en el saco menor; 4: hígado; 5:

    bazo.

    FIG. 17.—1: páncreas; 2: estómago; 3: sangre en el saco menor.

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    FIG. 20.—1: raíz del

    mesenterio; 2: epiplónmayor; 3: espacio peri-

    toneal que rodea el epi-

     plón; 4: asas de intesti-

    no delgado; 5: colon

    ascendente; 6: colon

    descendente; 7: aorta;

    8: vena cava inferior.

    (Cortesía de Atlas Netter)

    FIG. 18.—1: raíz del

    mesenterio; 2: tercera

     porción duodenal (án-

    gulo de Treitz); 3: co-

    lon ascendente. (Cor-

    tesía de Atlas Netter)

    FIG. 19.—1: ramifica-

    ciones de la arteria y

    vena mesentérica supe-

    rior (raíz del mesente-

    rio); 2: asas de intesti-

    no delgado rellenas de

    contraste oral; 3: colon

    ascendente; 4: colon

    descendente; 5: tercera

     porción duodenal.

    FIG. 21.—1: raíz del mesenterio; 2: grasa que envuelve el epiplón;

    3: asas de intestino delgado; 4: colon ascendente; 5: colon descen-

    dente; 6: aorta; 7: vena cava inferior.

    FIG. 22.—1: aorta; 2: raíz del mesenterio; 3: tronco celiaco; 4: hí-

    gado; 5: estómago; 6: páncreas; 7: colon; 8: saco menor; 9: tercera

     porción de duodeno; 10: asas de intestino delgado; 11: sigma; 12:

    receso peritoneal (saco de Douglas); 13: recto; 14: vejiga; 15: dia-

     fragma urogenital (cierra la cavidad abdominal).

    FIG. 23.—1: aorta; 2: raíz del mesenterio; 3: tronco celiaco; 4 híga-

    do; 5: estómago; 6: páncreas; 7: colon; 8: saco menor; 9: tercera

     porción duodenal; 10: asas de intestino delgado; 11: saco de Dou-

    glas; 12: recto; 13: vejiga. (Cortesía de Atlas Netter)

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    neal está rodeada por un espacio virtual, que se hace

    visible en la TC cuando existe infiltración del perito-

    neo y ascitis (figs. 28, 29 y 30).

    Retroperitoneo

    El límite anterior del retroperitoneo es la hoja pos-

    terior del peritoneo. No existe una barrera anatómica

    continua entre el peritoneo y el retroperitoneo; así,

    por ejemplo, en el hígado existe una zona desnuda de

    peritoneo que está en contacto con la porción más

    superior del riñón derecho (fig. 31). El órgano de re-

    ferencia para su estudio son los riñones y, por ello, el

    retroperitoneo se divide en tres espacios:

    a) Espacio pararrenal anterior.

    b) Espacio perirrenal.

    c) Espacio pararrenal posterior.

    Espacio pararrenal anterior. Es el espacio situa-

    do entre el peritoneo parietal posterior y la fascia pa-

    rarrenal anterior (fascia de Gerota). Se extiende desde

    el diafragma hasta el estrecho pelviano y lateralmen-te está limitado por la fascia lateroconal (unión de

    las fascias pararrenal anterior y posterior). Compren-

    de varias estructuras: páncreas, tercera porción duo-

    denal, colon ascendente y descendente, aorta y sus ra-

    mas, vena cava inferior, nervios y ganglios linfáticos

    (figs. 32 y 33). El páncreas ocupa una posición cen-

    tral y anterior, con una orientación transversal, por lo

    que está en contacto con el peritoneo posterior. Su lí-

    mite posterior está formado por el eje esplenoportal.

    La TC permite detectar patología en dicha zona y es-

    tadificar tumores (figs. 14 y 15). En el retroperitoneo

    Pinedo Ramos E y Coronado Poggio M. Anatomía del abdomen mediante tomografía computarizada

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    FIG. 24.—1: raíz del mesenterio que contiene vasos y grasa; 2: asas

    de intestino delgado; 3: colon ascendente; 4: colon descendente;

    5: aorta; 6: vena cava inferior; 7: riñón derecho; 8: riñón izquierdo.

    FIG. 25.—1: raíz del mesenterio ocupada por un conglomerado de

    adenopatías en un linfoma no Hodgkin; 2: asas de intestino delgado;

    3: colon ascendente; 4: colon descendente; 5: aorta; 6: vena cava

    inferior; 7: riñón izquierdo.

    FIG. 26.—1: implantes peritoneales; 2: asas de intestino delgado;

    3: ciego; 4: colon descendente; 5: sigma; 6: vasos ilíacos.

    FIG. 27.—1: asas de intestino delgado no rellenas de contraste; 2: co-

    lon ascendente; 3: colon descendente.

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    Pinedo Ramos E y Coronado Poggio M. Anatomía del abdomen mediante tomografía computarizada

    FIG. 28.—1: grasa que envuelve el epiplón; 2: raíz del mesenterio;

    3: asas de intestino delgado; 4: colon ascendente; 5: colon descen-

    dente; 6: vasos ilíacos comunes; 7: músculos psoas derecho eizquierdo.

    FIG. 29.—1: epiplón infiltrado por tumor; 2: ascitis en la cavidad

     peritoneal que envuelve el epiplón; 3: asas de intestino delgado;

    4: vasos ilíacos; 5: músculos psoas derecho e izquierdo.

    FIG. 30.—1: vasos del mesosigma (ramas de la arteria mesentérica

    inferior); 2: implante peritoneal en el mesosigma; 3: vasos ilíacos

    externos e internos.

    FIG. 32.—Espacio pararrenal anterior delimitado por línea blanca.

    1: páncreas; 2: vena esplénica; 3: arteria mesentérica superior;

    4: aorta; 5: vena cava inferior; 6: colon descendente.

    FIG. 33.—Espacio pararrenal anterior delimitado por línea blanca.

    1: tercera porción duodenal; 2: aorta; 3: vena cava inferior; 4: colon

    ascendente; 5: colon descendente.

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    FIG. 31.—1: línea blanca que representa el peritoneo posterior; 2:

    tercera porción duodenal; 3: aorta; 4: vena cava; 5: riñón derecho;

    6: riñón izquierdo; 7: colon descendente.

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    10/14

    es importante la valoración de adenopatías patológi-

    cas alrededor de la aorta y la vena cava inferior, así 

    como sus ramas; el tamaño máximo normal es de

    10 mm en el eje corto (figs. 34 y 35). Existen varian-

    tes anatómicas vasculares que pueden simular ade-

    nopatías patológicas (fig. 36). El patrón característico

    en la TC del contenido del colon es material fecal

    mezclado con burbujas del gas; eso permite diferen-

    ciarlo de una masa sólida que reduce la luz del colon

    (figs. 37 y 38).

    Espacio perirrenal. Es el espacio comprendido

    entre las dos fascias pararrenales. Tiene forma cónica,

    con el vértice dirigido hacia abajo. Su porción supe-

    rior derecha se comunica con el área desnuda del hí-

     Punto clave 4

     El tamaño máximo normal de las adenopatías retrope-

    ritoneales en el eje corto es de 10 mm.

    Pinedo Ramos E y Coronado Poggio M. Anatomía del abdomen mediante tomografía computarizada

    56  Rev Esp Med Nucl. 2008;27(1):47-62

    FIG. 34.—1: aorta; 2: vena cava inferior: 3: adenopatías retroperito-

    neales patológicas (interaortocava y paraaórticas izquierdas).

    FIG. 35.—1: arteria y vena ilíaca común derecha; 2: arteria y vena

    ilíaca común izquierda: 3: adenopatía patológica en la cadena ilíaca

    común derecha.

    FIG. 36.—1: aorta; 2: vena cava inferior; 3: vena renal derecha;

    4: vena renal izquierda.

    FIG. 37.—1: colon descendente.

    FIG. 38.—1: adenocarcinoma estenosante en colon descendente.

  • 8/17/2019 Anatomia Abdomen TC-1

    11/14

    gado. En su interior se encuentran los riñones y las

    glándulas suprarrenales. Ambos espacios perirrenales

    se comunican entre sí a la altura de los hilios renales

    (figs. 39 y 40). En el espacio perirrenal se encuentra

    el sistema excretor renal, la pelvis y los uréteres. Los

    uréteres abandonan este espacio por el vértice para

    seguir un recorrido retroperitoneal junto a los grandes

    vasos (vena cava inferior, aorta y sus ramas ilíacas),

    continuando con su recorrido pélvico hasta su entrada

    en el meato ureteral del trígono vesical (figs. 41 y 42).

    Las masas renales más frecuentes son las quísticas,

    cuyo diagnóstico es sencillo debido a su baja densi-

    dad (densidad agua: 0 UH), pero a veces su contenido

    es más denso y puede ser difícil diferenciarlo de una

    masa sólida en un estudio sin contraste. Al adminis-

    trar contraste intravenoso, las dudas desaparecen; losquistes, al contrario que las masas sólidas, no se real-

    zan con contraste, poniendo de manifiesto su natura-

    leza líquida (figs. 43 y 44).

    Las glándulas suprarrenales ocupan en este espacio

    una posición anterosuperior respecto al polo superior

    renal. En el lado derecho, la glándula suprarrenal está

    situada por detrás de la vena cava inferior. Son es-

    tructuras alargadas con forma de “V” o “Y” invertida

    (fig. 45), y pueden medir 2-3 cm de longitud, pero su

    grosor es inferior a 1 cm. Si se advierte un engrosa-

    miento focal, debe considerarse patológico. La pato-

    logía más frecuente es la benigna (adenomas supra-

    rrenales no funcionantes) (fig. 46).

    Espacio pararrenal posterior. Está limitado ante-

    riormente por la fascia renal posterior y, posterior-

    mente, por la fascia transversal de la pared abdomi-nal. Es un espacio virtual, que habitualmente sólo

    contiene grasa. Se afecta sobre todo por patología re-

    nal y pancreática (pancreatitis).

    Pelvis

    El peritoneo se extiende a la pelvis. El peritoneo

    recubre la pared anterior del recto, la cara superior del

    útero y la cúpula de la vejiga, formando los recesos

    peritoneales útero-vesical y recto-uterino (saco de

     Punto clave 5

     La patología más frecuente de la glándula suprarrenal

    es el adenoma no funcionante. Por su contenido graso,

     presenta valores de atenuación bajo (0-15 UH). Esto per-

    mite distinguirlo de lesiones malignas metastásicas.

    Pinedo Ramos E y Coronado Poggio M. Anatomía del abdomen mediante tomografía computarizada

    57 Rev Esp Med Nucl. 2008;27(1):47-62

    FIG. 39.—Espacio perirrenal (limitado por línea blanca). 1: riñón

    derecho; 2: riñón izquierdo; 3: vasos renales.

    FIG. 40.—Espacio perirrenal (corte coronal). 1: riñón derecho; 2: riñón

    izquierdo; 3: vena renal izquierda; 4: psoas; 5: vejiga.

    FIG. 41.—1: pelvis renal izquierda; 2: uréter izquierdo; 3: meato

    ureteral izquierdo.

  • 8/17/2019 Anatomia Abdomen TC-1

    12/14

    Douglas) en la mujer, y recto-vesical en el hombre

    (figs. 47 y 48).

    El espacio extraperitoneal de la pelvis se continúa

    con el espacio retroperitoneal del abdomen y contiene

    la vejiga, el tercio inferior de los uréteres, el útero, la

    vagina y el recto. La vejiga se valora mejor cuando

    se encuentra llena de orina o contraste. El grosor nor-

    mal de su pared no debe exceder 5 mm (figs. 49, 50 y

    51). Los ovarios son órganos intraperitoneales, por

    lo que es fácil la siembra peritoneal de patología tu-

    moral. Los ovarios normales son difíciles de ver en

    la TC. Los grupos musculares de la pelvis constitu-

    yen importantes referencias anatómicas en la TC; así,

    tenemos el músculo iliopsoas que abandona la pelvis

    Pinedo Ramos E y Coronado Poggio M. Anatomía del abdomen mediante tomografía computarizada

    58  Rev Esp Med Nucl. 2008;27(1):47-62

    FIG. 44.—1: adenocarcinoma renal izquierdo.

    FIG. 42.—1: uréter izquierdo; 2: psoas; 3: vasos ilíacos comunes

    izquierdos; 4: vasos ilíacos comunes derechos.

    FIG. 43.—1: quiste renal simple izquierdo.

    FIG. 45.—1: glándula suprarrenal derecha; 2: glándula suprarrenal

    izquierda.

    FIG. 46.—1: mielolipoma suprarrenal derecho (predomina la den-

    sidad grasa); 2: glándula suprarrenal izquierda.

  • 8/17/2019 Anatomia Abdomen TC-1

    13/14

    por delante para insertarse en el trocánter menor del

    fémur. El músculo obturador interno cubre la super-

    ficie interior de las paredes laterales de la pelvis; la

    afectación de este músculo por un tumor pelviano lo

    hace irresecable (fig. 52). El músculo piramidal for-

    ma parte de la pared lateral pelviana y abandona la

    Pinedo Ramos E y Coronado Poggio M. Anatomía del abdomen mediante tomografía computarizada

    FIG. 47.—Pelvis femenina. 1: vejiga; 2: receso peritoneal útero-vesi-

    cal; 3: útero; 4: receso peritoneal recto-uterino (saco de Douglas);

    5: recto. (Cortesía de Atlas Netter)

    FIG. 48.—Pelvis masculina. 1: vejiga; 2: receso recto-vesical (saco

    de Douglas); 3: recto; 4: próstata. (Cortesía de Atlas Netter)

    FIG. 50.—1: vejiga; 2: recto; 3: vagina; 4: músculo obturador inter-

    no; 5: arteria y vena femoral común.

    FIG. 49.—1:vejiga; 2: útero; 3: recto; 4: vasos ilíacos externos; 5:

    vasos ilíacos internos; 6: músculo iliopsoas; 7: músculo piramidal.

    FIG. 51.—1: neoformaciones polipoideas en la pared de la vejiga.

    FIG. 52.—1: recidiva tumoral de neo de recto; 2: músculo piramidal

    infiltrado por la recidiva; 3: útero; 4: vejiga; 5: recto.

    59 Rev Esp Med Nucl. 2008;27(1):47-62

  • 8/17/2019 Anatomia Abdomen TC-1

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    pelvis para insertarse en el trocánter mayor del fémur,

    al igual que el obturador interno.

    Las arterias y las venas definen en la pelvis la loca-

    lización de las cadenas linfáticas mayores y reciben la

    denominación según los vasos que las acompañan. La

    aorta y la vena cava inferior se dividen para formar

    los vasos ilíacos comunes. Los vasos ilíacos, a su vez,

    se dividen en vasos ilíacos internos, que siguen una

    dirección posterior, y vasos ilíacos externos, que si-

    guen hacia delante, adyacentes al músculo psoas ilía-

    co y abandonan la pelvis hacia la región inguinal. Los

    músculos elevador del ano y coccígeo forman el sue-

    lo de la pelvis (diafragma pelviano). Es la parte infe-

    rior de la pared del cuerpo y cierra la cavidad abdó-

    mino-pelviana.

    BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA

    Haaga JR, Gilkeson RC, Lanzieri CF. TC y RM. Diagnóstico por

    imagen del cuerpo humano. España: Elsevier; 2003.

    Lee JKT, Sagel SS, Stanley RJ, Heiken JP. Body TC, correlación

    RM. Madrid: Marban; 1999.

    Pedrosa CS, Casanova R. Diagnóstico por imagen. Tratado de radi-

    ología clínica. Madrid: McGraw-Hill; 2000.

    Webb WR, Brant WE, Helms CA. Fundamentos de TAC body.

    Madrid: Marban; 1999.

     Punto clave 6 

     Los ovarios son órganos intraperitoneales. Es fácil la

    siembra peritoneal de la patología tumoral ovárica. Los

    ovarios normales son difíciles de ver en la TC.

    Pinedo Ramos E y Coronado Poggio M. Anatomía del abdomen mediante tomografía computarizada

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