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txussantamaria
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Anarquismo y Miliciasde la CNT en Euzkadi(Anarchism and milicias of Euzkadis CNT)
Vargas Alonso, Francisco ManuelEusko lkaskuntzaM Daz de Haro, 11 - 148013 Bilbao
BIBLID [1136-6834(1996), 24; 259-299]
Las "Milicias Antifascistas de la CNT": y las unidades Oficiales del Cuerpo de Ejrcito Vasco, fueron, junto al
Euzko Gudarostea del nacionalismo vasco, y las Milicias Populares Antifascistas, la base de la resistencia de
Euzkadi frente al ejrcito franquista durante el desarrollo de la guerra civil en el Norte leal a la Repblica (1936-1937).
La reconstruccin del historial de los batallones que formaron las citadas Milicias Antifascistas, contribuir a una ms
completa historia de la guerra, subsanando un vacio en la investigacin de la Guerra Civil en el Pas Vasco.
Palabras Clave: Guerra Civil. Anarquismo. CNT. Milicias
1936-1937 urteetan Errepublikaren aldeko Iparraldean, guda zibilaren, Milicias Antifascistas de la CNT eta
Eusko Batallones Oficiales delako erakundea, Jeltzadea zen Eusko Gudarostearekin batera, eta Milicias Populares
Antifascistas izan zen Euskadiko erresistentziaren oinarria. Partaideak zizen bataloi guztietako historiaren eraikuntzak
gudako garaillo historiaren ezagupena hobeto ezagutzeari lagundullo dio. Holan, Euskal Herriak pasatutallo gudaren
errealitatea ezagutako da, dagoen illerketa hutsa batza beteaz.
Giltz-Hitzak: Guda Zibila. Anarkismoa. CNT. Miliziak.
Les Milices Antifascistes de la CNT et les units Officieiles du Corps de lArme Basque, ont t, ainsi que
lEuzko Gudarostea du nationaiisme basque et les milices antifascistes du peuple, la base de la rsistance dEuzkadi
centre iarme franquiste lors du dveloppement de la guerra civile au Nord loyal la Rpublique (1936-1937). La
reconstruction historique des bataillons qui ont constitu ces milices antifascistes, contribuera une histoire plus
complte de la guerre qui couvre un vide dans la recherche de la guerra civile au Pays Basque.
Mots Cls: Guerre Civile. Anarchisme. CNT. Milices.
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Vargas Alonso, Francisco Manuel
1. INTRODUCCION
En Euzkadi, el anarquismo estaba representado, antes del estallido de la Guerra Civil,por un sindicalismo, el de la Confederacin Nacional del Trabajo (C.N.T.), que conserv unapostura crtica frente a la Repblica establecida en el Estado en abril de 1931, por conside-rarla opuesta a los intereses de los trabajadores. Para referirnos al perodo previo al estallidode la Guerra, hemos de citar los orgenes y desarrollo del anarco-sindicalismo en el PasVasco desde finales del siglo XIX hasta julio de 1936. En el conflicto civil que se iniciaba endicho mes, los anarquistas de Euzkadi pasaron a ser el sector ms radicalizado del mbitoque se enfrent al Alzamiento militar. Choc la oposicin crata a toda autoridad y poderconstituido con la necesidad perentoria de encuadrar un ejrcito capaz de enfrentarse al delos rebeldes?, Fue ineficaz la labor de las unidades milicianas creadas por una fuerza radi-calmente anti-militarista en la pre-guerra?, Qu contrastes refleja la comparacin de laestructura miliciana de la CNT con el de las llamadas unidades oficiales, las unidadespretendidamente regulares del cuerpo de Ejrcito Vasco?, Fue la estructura militar de laCNT una opcin netamente revolucionaria dentro del campo vasco leal a la Repblica?,Cmo se implant y desarroll el anarquismo en tierra vasca?. Son preguntas claves quetrataremos de responder en este trabajo.
2. EL ANARQUISMO Y SU APARICION EN EL PAIS VASCO
El anarquismo como movimiento poltico persigue una finalidad contradictoria, la de eri-gir una sociedad sin gobierno, de hombres libres e iguales. Su doctrina es esencialmenteapoltica, al oponerse a toda autoridad, ante la conviccin de que toda forma de gobiernogenera guerras, violencia interna, represin y miseria. La respuesta para combatir esa visinde la realidad, pas, para muchos anarquistas, por el ejercicio de una violencia idealista, enforma de rebelin social, o de terrorismo individual. Esto, ha identificado al anarquismo conla violencia y desorden practicados por muchos de sus seguidores, a pesar de contar conun corpus doctrinal que va ms all de la simple destruccin del orden establecido, y quetrataba de racionalizar las bases sobre las que instituir un nuevo orden social pacfico, ylibre de todo mal gobierno. Y en ese apartado, en el caso vasco, destac el pensador IsaacPuente, quien desarroll su labor terica en los aos de la ll Repblica1.
La implantacin del anarquismo en el Estado espaol se inici en la segunda mitad delsiglo XIX. La creacin de la Asociacin Internacional del Trabajo -(AIT)- en 1864, enLondres, y la introduccin en Espaa de la misma, tambin conocida como l Internacional, apartir del posterior viaje de Giuseppe Fanelli, emisario italiano de Bakunin, marcaron el des-pegue en la estructuracin del movimiento obrero peninsular. Este se organiz a travs desecciones, que en 1870 celebraban ya en Barcelona el Primer Congreso Obrero Espaol. Laexistencia en tierra vasca de una seccin, en Bilbao, de la Federacin Regional Espaola dela AIT data igualmente de 1870. Aqu destacaron entre los primeros lderes Etxeberra,Quinzaos, Moris, Snchez, y Zulueta. Ese mismo ao, hubo en Alava un centro confedera1en Vitoria, fundado a instancias de Manuel Cano. En Guipzcoa, el nico ncleo organizadoera el de Zumrraga. Como rgano de prensa, destacaba el semanario bilbano La Voz delTrabajo. Posteriormente, el viaje de uno de los patriarcas del anarquismo espaol, AnselmoLorenzo, a tierra vasca, en 1872, sirvi para constituir, en base a Cano y sus compaeros, la
1. CARTER, April, Teora poltica del anarquismo, Monte Avila Editores, Caracas, 1975, pp. 11-51; DE PABLO,Santiago, Isaac Fuente: un anarquista en la Diputacin de Alava (febrero-abril 1930), en Kultura, n 10, pp. 104-115.
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Seccin Varia de la Federacin Regional de Vitoria),, al tiempo que se daba el espaldarazoa la labor de los seguidores de la AIT en Vizcaya y Guipzcoa, destacando las dos seccio-nes de la Internacional presentes en San Sebastin. Ms tarde, en 1881, las tres comarcalespresentes en las provincias vascas agrupaban a las tres Federaciones locales correspon-dientes, y a un total de 13 secciones y 710 miembros. En el Congreso celebrado cuatro aosms tarde en Barcelona se envi como delegado a J. Santos 2.
Si el perodo del Sexenio Revolucionario en Espaa (1868-1874), con el triunfo de larevolucin liberal-progresista anti-isabelina, y los efmeros regmenes de la monarqua deAmadeo de Saboya y la Primera Repblica, fueron un perodo de inestabilidad, una etapaproclive para la penetracin de las nuevas ideas, la Restauracin borbnica fue por el con-trario un lapso temporal en el que el movimiento anarquista se debati entre la cauta permi-sividad del rgimen y, ms frecuentemente, la persecucin y represin del movimientoobrero en general, y del anarquismo en particular. Era inevitable, dada la falta de vas alter-nativas para la resolucin de la conflictividad social, una espiral de violencia recproca. Elanarquismo apost, especialmente en regiones agrarias latifundistas como Andaluca, porlos procesos insurreccionales, -caso de la famosa Mano Negra-, abocados al fracasoante la accin inmediata de las fuerzas del orden y el ejrcito. A la protesta de masas seasoci la prctica del terror individual, que los anarquistas vean como una accin directacontra los representantes del poder constituido -polticos, magistrados, policas- o contra elpblico burgus mediante el atentado terrorista. Era la simbiosis entre el pensamiento delprofeta anarquista Max Stirner, (alias de Johann Kaspar Schmidt, defensor del individualis-mo total, del ser uno mismo a pesar del Estado, la familia, o los dems, para lo que sejustificaba toda accin, rebelin, o crimen), y una conciencia de clase que justificaba laviolencia contra los opresores en nombre de los oprimidos. Fu la era de Ravachol-as llamada por un anarquista francs, famoso pionero del atentado con bombas guillotina-do en 1894-, cuyos puntos culminantes en la Espaa de finales del XIX fueron atentadoscomo el del Teatro del Liceo de Barcelona, en 1893, o el asesinato de Cnovas del Castillopor el anarquista italiano Angiolillo, en 1897, en el balneario guipuzcoano de SantaAgueda3.
La entrada en el siglo XX encuentra a los anarquistas peninsulares desperdigados,como consecuencia de la represin. En 1907 nace Solidaridad Obrera, -La Soli-, el pre-cedente inmediato de la Confederacin Nacional del Trabajo (CNT). El estallido de la guerrade Marruecos, en el verano de 1909, provoc la protesta inmediata de la poblacin urbanaante la llamada de los reservistas por et Gobierno. En Barcelona se centraron los sucesosms graves, una revolucin espontnea iniciada como huelga general el 26 de julio, y que
2. KRIEGEL, Annie, La Asociacin Internacional de Trabajadores (1864.1876), en VV.AA., Historia General delSocialismo. I. De los orgenes a 1875, Eds. Destino, Barcelona, 1976, pp. 605-636, y VILAR, Pierre, EI Socialismoespaol de sus orgenes a 1917, en VV.AA., Historia General del Socialismo. II. De 1875 a 1918, Eds. Destino,Barcelona, 1979, pp. 282-326.; TALON, Vicente, CNT. El anarquismo en accin, en Defensa. Extra 35, Memoria dela Guerra de Euzkadi. 9. Partidos y Sindicatos Vascos en la Brecha Blica, Madrid, 1994, pp. 560-569, IPARRAGUIR-RE, Pilar, Flix Likiniano. Miliciano de la utopa, Ed. Txalaparta, Tafalla, 1994, pp. 25-31: Entre las primeras publicacio-nes anarquistas editadas en el Pas Vasco, destacan : El Eco de los trabajadores, San Sebastin (1872); El Idealdel Esclavo, Sestao (1901-1902); Nuevo Espartaco, Bilbao (1908); MONTERO, Manuel, La Construccin de/ PasVasco contemporneo, Ed. Txertoa, San Sebastin, 1993, pp. 215-217, destaca la dbil implantacin anarquista enEuskadi.
3. KEDWARD, Roderick, Los Anarquistas. Asombro de su tiempo, Ed. Nauta, Barcelona, 1970, pp. 5-68. Comoatentados fallidos destacaron el realizado por el anarquista Oliva contra Alfonso XII el 25 de octubre de 1878, y el quetuvo por objetivo al general Martnez Campos en 1893.
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se prolongara durante varios das, ganndose el apodo de Semana Trgica, destacandoel sesgo anticlerical que adquiri. En el resto del Estado tambin hubo numerosas protestas,y en el Pas Vasco las hubo en todas las capitales. El saldo emblemtico de la represin fue-ron cinco fusilamientos, incluido el de Francisco Ferrer y Guardia, idelogo y pedagogolibertario fundador de la Escuela Moderna, en la que se educaba a los nios con mtodoslibrepensadores, que haba destacado adems como editor de numerosas obras anarquis-tas. Sin pruebas convincentes se le acus y conden como instigador del levantamientopopular 4.
3. LA IMPLANTACION DE LA CNT EN EL PAIS VASCO
En octubre de 1910 se reunan en Barcelona los anarquistas del Estado en un Congresoque dio lugar a la creacin de la Confederacin Nacional del Trabajo (CNT). La nueva orga-nizacin fue, hasta el final de la Guerra Civil Espaola en 1939, el movimiento sindicalistams activo del continente europeo. Fue adems el vehculo de las actividades del anarquis-mo, que diriga e inspiraba la nueva organizacin, estructurando un movimiento obrero liber-t a r i o en base a un iones l oca les . En 1911 se ce leb r un Segundo Cong resoanarco-sindicalista, mientras aumentaba la conflictividad social con Huelgas como la desa-rrollada en la minera vizcana, o en el textil cataln. Tambin hubo numerosas protestas con-tra la intervencin en Marruecos, al tiempo que la accin gubernamental llev a laorganizacin a la clandestinidad, de la que no se sale hasta 1914, ao en que la CNT cuentacon 15.000 afiliados.
La Primera Guerra Mundial, pese a traer un crecimiento inusitado de la economa antela demanda de los pases de la Entente, provoc un alza de precios generalizada de los pro-ductos de primera necesidad, y la prdida de poder adquisitivo entre las clases popularesdesemboc, en 1915, en motines generalizados a nivel local. El de Vitoria estall el 18 dejunio y se continu al da siguiente. Lo dirigieron los anarquistas, figurando entre los deteni-dos el principal instigador, Galo Dez, quien era una de las figuras emblemticas del anar-quismo vasco. Natural de Eibar, lleg a Vitoria en busca de trabajo en 1912, y durantealgunos aos fij el centro de su actividad en la capital alavesa5.
La conflictividad no ces, y la depauperacin de las condiciones de vida de los trabaja-dores dio lugar a la unidad de accin entre la CNT y la UGT desde finales de 1916. Al aosiguiente, el Estado se debata en una crisis poltica intensa, de la que eran exponentes lacreacin de las Juntas de Defensa en el Ejrcito, (dividido por querellas corporativas acuenta de los ascensos que una minora de oficiales consegua en Africa, y por las manipu-laciones de la jerarqua militar y la camarilla real), y la Asamblea de Parlamentarios auspicia-da por Camb, muestra del descontento de los parlamentarios, cansados de que elGobierno, ante las dificultades, cerrase el Congreso para gobernar por decreto. A esto se
4. Las vctimas de los sucesos en Barcelona fueron 3 muertos y 27 heridos entre las fuerzas del orden, y 75muertos y 126 heridos civiles, incluidas aqu algunas vctimas de los revolucionarios. Todos los autores destacan elpapel de la Guerra de Marruecos como detonante de la Semana Trgica. Los trabajadores se oponan frontalmente auna nueva aventura colonial como las precedentes de Cuba y Filipinas: KEDWARD, Roderick, op.cit, pp. 65-68, DIAZ-PLAJA, Fernando, Espaa, Los Aos decisivos: 1909, Plaza&Jans, pp. 55-121, FEIJOO GOMEZ, Albino, Quintas yprotesta social en el siglo XIX espaol, en Historia 16, Ao XVI, N 191, Marzo 1992, pp. 19-30.
5. RIVERA BLANCO, Antonio, Situacin y comportamiento de la ciase obrera en Vitoria (1900-1915), Ed. UPV,Bilbao, 1985, pp. 86-98.
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sum, a raz de un conflicto ferroviario, la Huelga General del 12 al 19 de agosto de 1917, elms intenso conflicto obrero a nivel estatal desarrollado hasta entonces6.
La Huelga Revolucionaria de 1917 tuvo un impacto importante en el Pas Vasco, y dejun trgico saldo de 20 muertos en Bilbao. La escasa organizacin del movimiento, y la rpi-da intervencin del Ejrcito en la restauracin del orden pblico, motivaron el fracaso de lamisma. Sin embargo, la conflictividad sigui en alza, y la CNT fue la impulsora mxima delperodo conocido como trienio bolchevique, cuyo colorario de actos violentos se centrespecialmente en Andaluca y Catalua. De forma pareja, la CNT vivi su mejor momento enlas provincias vascas entre 1919-1922, creciendo tanto en la margen izquierda del Nervin,en Vizcaya, como en San Sebastin y Rentera, en Guipzcoa, y en la capital alavesa.Mientras, el socialismo local pasaba por una aguda crisis a cuenta de la escisin comunista,al tiempo que la unidad UGT-CNT se mostraba inviable 7.
En cuanto a su estructura en el Pas Vasco, la CNT estaba, desde 1918, representadapor la Federacin Regional de Trabajadores del Norte. Su creacin, en la primavera de eseao, la motiv la visita de una delegacin enviada por el Comit Nacional de la CNT. Prontose expandi la red de sindicatos adscritos a la citada Federacin, localizndose los msimportantes en las capitales provinciales, como Bilbao y San Sebastin, y en Baracaldo,Eibar, Tolosa, Sestao. En 1919, la CNT entraba de nuevo en una ilegalidad manifiesta, cuan-do el poder decide reprimirla por todos los medios. Hecho que se produca cuando laRegional del Norte controlaba a entre 3.000 y 4.000 afiliados. Al mismo tiempo, el impactode la revolucin sovitica en Rusia, traj un perodo de indefinicin entre la organizacin ylas bases cenetistas. En 1922 surgieron los Comits Sindicalistas Revolucionarios, que abo-garon por la entrada de la CNT en la Internacional Sindical Comunista, al tiempo que nume-rosos comunistas ingresaban, tras la escisin en el PSOE-UGT, en la CNT. Pero aquelacercamiento a los comunistas no cuaj, no slo porque dirigentes histricos del sindicalis-mo, como Galo Daz, se opusieron, sino tambin por la constatacin de la suerte corrida porlos anarquistas en la URSS, eliminados de la escena poltica por los bolcheviques.
El golpe del general Primo de Rivera en septiembre de 1923, y la implantacin delDirectorio Militar, agravaron la situacin del anarquismo, muy afectado ya por la represinpatronal y gubernamental que ocasion decenas de muertos sindicalistas, destacando lasde los dirigentes Boal, Layret, y Segu. En el otro campo, entre las vctimas de la correspon-diente accin directa desarrollada por los cratas se contaron el presidente del Gobierno,Eduardo Dato, el ex-gobernador de Vizcaya, Gonzlez Regueral, y el arzobispo deZaragoza, monseor Soldevilla, acciones diseadas por una joven cpula de lideres, conDurruti y Francisco Ascaso al frente, que comienzan a descollar en estos aos 8.
Mientras la UGT colaboraba con la dictadura, ocupando la representacin obrera en elConsejo de Estado en 1924, y formando parte de la Comisin Interina de Corporaciones del
6. DIAZ-PLAJA, Fernando, Espaa, Los Aos decisivos: 1917, Ed. Plaza&Jans, Barcelona, 1970, pp. 11-92;PAYNE, Stanley G., Los Militares y la Poltica en la Espaa Contempornea, Ruedo Ibrico, Pars, 1968, pp. 107-131.
7. CASTELLS, Luis/ RIVERA, Antonio, Nuevas ideologas (1876-1931), en VV. AA., Gran Atlas Histrico delMundo Vasco, Editorial del Pueblo Vasco, Bilbao, 1994, pp. 321-336.
8. LLARCH. Joan, La muerte de Durruti, Ediciones 29, Barcelona, 1983, pp. 51-78; FORCADELL. Carlos, EI ase-sinato del Cardenal Soldevilla, en Tiempo de Historia, N 47, Madrid, Octubre 1978, pp. 16-23; ABAD DE SANTILLAN,Diego, Memorias 1897-1936, Ed. Planeta, Barcelona, 1977. pp. 10-280. Este autor anarquista rechaza los intentos deasimilar el anarquismo a un puro movimiento terrorista, y seala que la violencia es una respuesta a la opresin y laexplotacin del hombre.
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Ministerio de Trabajo y los Comits Paritarios en 1926, la CNT, en los plenos celebrados porla organizacin catalana en diciembre de 1923 y mayo de 1924, excluy toda colaboracincon Primo de Rivera. Los anarquistas deseaban recuperar las cotas de libertad disfrutadascon anterioridad, pero la continuidad, aunque precaria, de la accin directa, provoc la clau-sura de los pocos centros que an mantena abiertos el sindicalismo, as como la continua-cin de-una dura represin. Esto provoc nuevas acciones cratas, como el intento deasalto al cuartel de las Atarazanas de Barcelona a finales de 1924, o la participacin en elintento de insurreccin conocido como la Sanjuanada, y el atentado contra Alfonso XIII enPars, ambos en el verano de 1926. En el caso vasco destac la revuelta de Vera deBidasoa, el 7 de noviembre de 1924. Ms de setenta exiliados en Francia pasaron la fronterafrancesa dirigidos por M. Riesgo, de San Sebastin, localidad que constitua el objetivo ini-cial, con el fin de provocar la adhesin masiva de los trabajadores e incluso la de la guarni-cin militar. El Comit Nacional de la CNT en el interior trat de parar la aventura, pero estasigui su curso, acabando en desastre ante la interceptacin de los recin llegados por lasfuerzas del orden, que perdieron dos hombres en la lucha. Casi la mitad de los incursoresfueron detenidos, y tres de ellos fueron ejecutados ms tarde9.
La cada de Primo de Rivera, y la llegada al poder del Gobierno Berenguer, que prota-goniz la Dictablanda, significaban la apuesta, por parte de la Monarqua, hacia una vueltaal rgimen parlamentario de la Restauracin fenecido en 1923. Esa era una medida imposi-ble, pero la CNT se benefici del restablecimiento de las garantas constitucionales, hechoque llev al Comit Nacional a comenzar la reorganizacin confedera1 tras el pleno celebra-do en febrero de 1930. Y en efecto, en abril el general Mola, por entonces Director Generalde Seguridad, se entrevist en Barcelona con el lder anarco-sindicalista Angel Pestaa,quien le pidi autorizacin para que la CNT reanudara su funcionamiento legal. Mola, a suregreso a Madrid inform de la conveniencia de que de modo ms o menos disimulado seapoyase a los Sindicatos Libres, enemigos de la CNT; pero el general apunt que dada laimposibilidad de destrozar a la Confederacin, como demostraba la inutilidad de de la per-secucin abierta en los aos anteriores, era recomendable autorizar el funcionamiento legalde la CNT para poder vigilar mejor sus actividades sindicales10.
El 30 de abril de 1930 reapareca legalmente la CNT, tras cerca de siete aos de prohi-bicin. Pocos meses despus, el 17 de agosto, el Pacto de San Sebastin firmado por pol-ticos republicanos, socialistas, y catalanistas de izquierda, iniciaba el proceso que acabaracon la Monarqua e instaurara la Repblica. Aunque Juan Peir asisti al Pacto como repre-sentante de la CNT, esta organizacin acabara oponindose en gran medida al nuevo rgi-men republicano. La pugna abierta entre anarco-sindicalismo y anarquismo por el control dela CNT se reflej en el enfrentamiento entre el sector burocratizado de la CNT, ms posibilis-ta en poltica, y la FAI, expresin del anarquismo intransigente que a travs de sus directri-ces impondra la opcin revolucionaria, en abierta oposicin a hombres que como Pestaa,apostaban por dar una oportunidad a la la ll Repblica 11.
9. TALON, V., art. cit., pg. 562; IPARRAGIRRE, Pilar, op.cit., pp. 79-80.
10. GUZMAN, Eduardo, EI Gobierno Berenguer, en VV. AA., Historia de la Segunda Repblica. 1931-1939,Tomo I, Eds. Giner, Madrid, 1985, pp. 201-300.
11. PANIAGUA, Javier, Anarquistas y Socialistas, Biblioteca Historia 16, Madrid, 1989, pp. 183-199, y FERRER,Rai, Durruti. 1896-1936, Planeta, Barcelona, pp. 94-109.
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4. CREACION DE LA FAI Y SU PAPEL EN EL PAIS VASCO
La postracin de la CNT durante la Dictadura motiv la apertura de lneas posibilistasen el sindicalismo. Estas apostaban por una participacin anarquista en el proceso poltico,abandonando la oposicin frontal a Primo de Rivera. Angel Pestaa fue el lder ms dispues-to a seguir tal lnea de actuacin. Sin embargo, los sectores ms radicalizados se opusieron,creando, en julio de 1927, la Federacin Anarquista Ibrica, (FAI), en la que se agrupaban laFederacin Nacional de Grupos Anarquistas de Espaa, la Federacin de GruposAnarquistas de lengua espaola en Francia, y la Unin Anarquista Portuguesa. La FAI pasa ser la direccin en la sombra del movimiento anarquista peninsular, cuya misin funda-mental era estar en inteligencia con la CNT, procurando apartar a esta ltima de la accinpoltica, al tiempo que se encauzaba el movimiento popular hacia la destruccin de todopoder y a la organizacin libre de su vida. Su actuacin, a posteriori, se dejara sentir enlos Congresos Regionales y Nacionales, en los que de forma paralela a las sesiones dedelegados cenetistas, realizaba reuniones restringidas entre elementos de la direccin fastay los militantes de la Federacin incrustados en la CNT, a los que se aadan, como invita-dos, miembros de los Sindicatos cenetistas que por su labor dentro de la Confederacindeban estar convenientemente adoctrinados para seguir la lnea marcada por la FAl 12.
El secretismo de la FAI impide estudiar con detalle sus actividades para el casovasco. Sin embargo, es evidente que los principales dirigentes del movimiento crata enEuzkadi durante los aos de la Repblica y de la Guerra Civil estaban relacionados con laestructura de la FAI. Documentalmente existe un vacio al que poco aporta la bibliografa ylos testimonios de protagonistas, aunque en este ltimo caso probablemente han tendido aocultar su papel dentro de la FAI. Si tenemos en cuenta la actuacin anarquista en Euzkadi,tanto durante la Repblica como durante la guerra vasca, con la prctica de la violenciacomo divisa, es evidente que la FAI estaba actuando en Euzkadi de forma ms que testimo-nial, ya que, sin duda alguna, diriga la estrategia de enfrentamiento seguida hasta elm o m e n t o1 3.
La FAI, la CNT, y las Juventudes Libertarias, fueron en Euzkadi, como en el conjunto delEstado, las tres ramas organizativas del movimiento anarquista. En el caso de la FAI, sabe-mos que en Vizcaya contaba con un Comit Comarcal, que a travs de su Secretara contro-laba al menos a 11 grupos. Y estos, por lo que se sabe de la organizacin anarquista, eranlos ejecutores de las acciones violentas, encargndonse de estudiar y aplicar los planesrevolucionarios y su correspondiente manifestacin en forma de estallido insurreccional.Dichos grupos se formaban en base a miembros de la propia FAI y de las JuventudesLibertarias, seleccionados previamente, pero no pueden parangonarse a una autenticaestructura miliciana. En realidad, los planes revolucionarios de los que era punta de lanza laFAI, no prevean un conflicto blico formal, pues se esperaba que la propia sociedad darael paso hacia el comunismo libertario. Esta visin idealizada contrastaba con la realidad deinutilidad y tragedia que rodeaba a las continuas insurrecciones anarquistas. Como sealaFontecha: la mayor parte de los trabajadores vea a la CNT slo como a un sindicato y no
12. ELORZA, Antonio, Hace ahora cincuenta aos. La fundacin de la F.A.I., en Tiempo de Historia, Ao III, N33, Madrid, Agosto 1977, pp. 4-21; PACHON NUEZ, Olegario, Recuerdos y Consideraciones de los TiemposHeroicos. Testimonio de un Extremeo, Ed. del autor, Barcelona, 1979, pp. 16-20.
13. TALON, V., art.cit., pg. 566, dice que slo hubo dos fastas de renombre en Euzkadi, Juan Frax y LuisSegura, y aade que las siglas de la FAI "casi brillaron por su ausencia en Euzkadi; tanto durante el perodo republica-no como ms tarde al desencadenarse el torbeliino blico . Esto es insostenible, y choca con la idea que atribuye a laFAI de ser " punta de lanza de la intransigencia revolucionaria vinculada al ejercicio de una violencia impune.
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Vargas Alonso, Francisco Manuel
como un organismo insurreccional. Y cuando crean en la revolucin, sencillamente espera-
ban a que otros la hicieran (...) la FAI, presunto cerebro director de los intentos insurreccio-
nales, era un organismo evanescente, sin direccin, ms parecido a una secta que a una
clula revolucionaria. Es complicado averiguar que piensa una hidra que cuenta con cien
cabezas..." 14.
De todos modos, el carcter secreto que rode las actividades fastas impide el conoci-miento exacto de las mismas, especialmente el de las reuniones de sus dirigentes, pero esevidente su peso decisivo en la direccin poltico-sindical del anarquismo vasco 15.
5. ANARQUISMO Y REPUBLICA EN EUZKADI
Si algo define la actitud de la CNT-FAI hacia el nuevo rgimen nacido de las eleccionesde abril de 1931, es su constancia en el ataque al nuevo orden republicano. Las organiza-ciones anarco-sindicalistas se colocaron entre las fuerzas antisistema de extrema izquierda,dispuestas a subvertir a la Repblica por la violencia, por no aceptar la legitimidad de lamisma. Hubo numerosos incidentes, duramente reprimidos por las fuerzas del orden. El msgrave fue el de Pasajes, el 26 de mayo, cuando una manifestacin de los pescadores deTrintxerpe, que junto con sus familias marchaban sobre San Sebastin, fue reprimida con elresultado de numerosos muertos y heridos. El movimiento estaba dirigido por el comunistaAstigarrabia, por entonces secretario del sindicato de pescadores, pero la CNT y laFederacin Autnoma de San Sebastin apoyaron la marcha y la posterior huelga generalque se prolong durante varios das en respuesta a los luctuosos sucesos16.
En 1932 no faltaron los incidentes con implicacin anarquista, y as destacaremos losocurridos el 14 de abril, aniversario de la proclamacin de la Repblica, en los que loscratas trataron de boicotear los actos conmemorativos. En el Pas Vasco, los sucesos msgraves acontecieron en Vitoria, al morir un alguacil alcanzado por un disparo. Este hecho,provoc la inmediata accin de las fuerzas del orden, bajo la direccin del gobernadorcivil, Jos Mara Amilibia, que detuvieron a cerca de 200 anarquistas, incluido IsaacPuente.
El 8 de diciembre de 1933, al mismo tiempo que se inauguraron las Cortes tras la victo-ria de las derechas en las elecciones del mes anterior, iniciaban los anarquistas un movi-miento insurreccional cuyo objetivo mximo era la instauracin del comunismo libertarioen el conjunto del Estado. La organizacin corri a cargo de los comits de la CNT y de laFAI que ordenaron pasar a la accin en el Pleno de Regionales celebrado en Zaragoza, por
14. FONTECHA PEDRAZA, Antonio, Anarcosindicalismo y Violencia: La Gimnasia Revolucionaria para elPueblo , en Historia Contempornea, N 11, VV.AA., La Militarizacin de la Poltica durante la II Repblica,Universidad del Pas Vasco, Bilbao, 1994, pp. 153-179.
15. Segn CNT del Norte, n 28 (21-l-1937), pg. 3, los grupos de la FAI controlados por la comarcal de Bilbaoeran los llamados: Durruti, A. Gmez, Mjico, Naronia (sic), Vonje (sic), O. Fernndez, A. Lorenzo, Igualdad, FranciscoAscaso, Isaac Puente, y Enrico Malatesta.
16. MATORRAS, Enrique, El Comunismo en Espaa, Imprenta Aldecoa, Madrid, 1935, pp. 40-43. Este autor, quede secretario del Comit Central de la Juventud Comunista pas a ser un ferviente anticomunista, acusaba a los mani-festantes de entregarse a toda clase de desmanes y de agredir a pedradas a la fuerza pblica, que se vi precisadaa disparar, ocasionando seis muertos y veintin heridos. CHIAPUSO, Manuel, Oposicin popular y crceles en la rep-blica, Ed. Hordago, Donostia, 1980, pp. 32-38, destaca la normalidad de la marcha, y acusa al gobernador deGuipzcoa, Aldasoro, y al alcalde de San Sebastin, Sasiain, de la represin, que segn este autor provoc 17 muertes.
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entonces centro principal del anarquismo ibrico, el anterior 26 de noviembre. Durante seisdas la revuelta se sostuvo hasta la consumacin definitiva de su fracaso.
Los focos donde ms intensidad alcanz el movimiento se localizaron en las tres provin-cias aragonesas, en la de Barcelona, en Logroo, Crdoba, as como en Badajoz, donde unsargento lider a un grupo de soldados ocupando la Caja de Reclutas de Villanueva de laSerena. La resistencia dur aqu hasta el da 10 en que mueren dicho sargento, Po Sopena,y la mayora de sus compaeros. Menor intensidad alcanzaron los sucesos de Andaluca,Galicia, y Valencia, mientras que los protagonizados por los cratas en el Pas Vasco fueronan de menor entidad. La respuesta del Gobierno fue declarar ilegal a la CNT y emplear afuerzas del Ejrcito para reforzar a las de seguridad. La organizacin confedera1 vio as sus-pendida su prensa y clausurados sus locales, aunque lo ms grave, adems de las prdidasmateriales, fueron las vctimas que cost la intil intentona. Tambin hubo miles de encarce-lados entre los revolucionarios, anarquistas en su mayor parte17.
En tierra vasca la huelga alcanz intensidad en San Sebastin, donde los anarquistasparalizaron la circulacin de los tranvas. La rpida intervencin de las fuerzas del ordenquebr pronto el movimiento, y muchos de los participantes, caso de Flix Liquiniano, fuerondetenidos, no saliendo de prisin hasta 1936, tras la victoria del Frente Popular. En Vizcayael movimiento qued descabezado das antes, ya que el 27 de noviembre los cenetistas selanzaron a la calle, en numerosas localidades, con el pretexto de protestar contra el alza delprecio del pan. Los focos principales en la zona minera fueron Ortuella, Sopuerta, yMusques, y en el resto de Vizcaya, aparte de Bilbao, destacaron Aracaldo, Ermua, Villaro, yZalla. El desarrollo de los incidentes apunta al clasico motn de subsistencias18.
En definitiva, la debilidad del anarquismo en el Pas Vasco se constata en la escasatrascendencia de sus acciones en noviembre de 1933. Los anarquistas se haban enfrenta-do al nuevo rgimen republicano, y con ello al movimiento obrero socialista, hegemnico enla zona industrial de Vizcaya. Esto motiv una situacin crtica para los anarquistas. Susdesordenes durante el primer bienio se saldaron con la detencin de buena parte de susdirigentes y de sus militantes ms combativos, y los que quedaron tropezaron con proble-mas cotidianos como el paro, sin posibilidad de recurrir a las medidas contra el mismo desa-rrolladas por la UGT bajo los auspicios de las directrices gubernamentales19.
El Comit Regional de la CNT en el Pas Vasco, tras los sucesos de diciembre de 1933,tuvo entre sus principales objetivos la reconstruccin de los grupos confederales, muy casti-gados por la represin gubernamental, y la gestin de ayudas a los presos y a las familias
17. Cost 75 muertos y 101 heridos a la organizacin y a los civiles ajenos al movimiento, -incluidos entre estosltimos los 23 muertos y 38 heridos causados por el sabotaje al expreso Barcelona-Sevilla entre las estaciones dePuzol y Puig (Valencia)-. Las fuerzas del orden cifraron sus bajas en 82, de ellas 14 muertos. Diferentes Versiones en:AGUADO SANCHEZ, Francisco, La Guardia Civil en la Revolucin Roja de Octubre de 1934, Servicio Histrico de laGuardia Civil, Madrid, 1972, pp. 19-36, y TUON DE LARA, Manuel, La Segunda Repblica en Historia de Espaa11, Historia 16, Extra XXIII, Octubre 1982, Madrid, pp. 92-99.
18. IPARRAGUIRRE, Pilar, op.cit., pp. 113-115; Archivo Diputacin Foral de Bizkaia: Archivo Administrativo:Legajo 1853.
19. GRANJA SAINZ, Jos Luis, El sistema de partidos polt icos en Euskadi en VV.AA., His to r iaConternpornea. 1991-Nmero 6. 1931: Una Constitucin y un Sistema Poltico, Servicio Editorial UPV, Bilbao, 1991,pp. 95-103; DIAZ FREIRE, Jos Javier, Expectativas y frustraciones en la Segunda Repblica, Servicio Editorial UPV,Bilbao, 1990, pp. 120-123, apunta una creciente debilidad del anarquismo en Vizcaya durante la II Repblica; enrealidad el anarquismo siempre fu dbil en el Pas Vasco, y la represin gubernativa contra el mismo en 1931-1933contribuy a su inoperancia.
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de los mismos. El Comit, reestructurado, lo formaban entre otros, a mediados de 1934,Jos Mara Arestegui, Jos Miguel Benito, Eustaquio Echevarria, Pedro Marinero, TirsoNuez, Eladio Serrano. Este grupo coordin la actuacin de las Comarcales y de los diferen-tes Sindicatos de la CNT en el Pas Vasco, al tiempo que mantena el contacto con el rganosuperior del movimiento anarco-sindicalista, el Comit Nacional. Este ltimo enviaba susdirectivas a travs de Circulares que definan las tareas a realizar por las Regionales. No sehaban olvidado los objetivos revolucionarios, y de ah que se secundase el movimiento revo-lucionario de octubre de ese ao, aunque este en Euzkadi fue diseado totalmente por elPSOE y la UGT. El fracaso provoc, naturalmente, la consiguiente represin sobre las orga-nizaciones revolucionarias, y la CNT del Pas Vasco no se libr de la misma. Aunque elComit Regional consigui reunirse el 25 de octubre, la siguiente sesin no se celebrarahasta el 24 de junio de 1935. Sin embargo, a pesar de esta nueva entrada en la clandestini-dad, en Euzkadi, al contrario de lo que pas en Asturias, los anarquistas apenas haban des-tacado en los sucesos revolucionarios de Octubre. Eso era algo natural, dado que el fracasodel ao anterior se sald, como ya apuntamos con la detencin de varios miles de anarquis-t a s2 0.
Aunque la CNT recuper en Euzkadi su mximo rgano de direccin, el ComitRegional, a mediados de 1935, hasta febrero de 1936 la situacin de dicho Comit parecesuscrita a una provisionalidad fruto de una situacin de semi-clandestinidad. El 7 de febrero,poco antes de la celebracin de las elecciones que dieron la victoria al Frente Popular, seconstituy el nuevo Comit Regional de la CNT vasca. La Secretara la ocup Manuel Foyo, yla Vice-Secretara Pedro Daz, quien adems actuaba en las sesiones como Secretario deActas, De la gestin econmica se encargaron Elpidio Prez y Francisco Angulo, que ocupa-ron, respectivamente, los cargos de Contador y Tesorero. El Comit contaba adems condos Comisiones una Pro-Presos a cargo de Rafael Olalde y Antonio Castillo, y otra deEstadstica dirigida por Teodoro Muamino. Por ltimo, de la Propaganda se encargaban JosGarca y Flix Pardn, mientras que Jos Marinero qued al frente de una vocala agregada.
El Comit Nacional, apenas conocido el resultado electoral, inform a los ComitsRegionales de la labor a desarrollar. Esta pasaba por la peticin de medidas antirrepresivas,como el indulto para todos los presos, incluidos los comunes, la abolicin de la pena demuerte, la supresin de los llamados Tribunales de Urgencia y Censura, y la derogacin dela Ley llamada del 8 de abril que coartaba en gran medida las actividades del sindicatocenetista. Como reivindicacin laboral se peda el aumento de jornales, y la institucin de lasemana de 44 horas. Tambin peda el Comit Nacional que se hiciese campaa contra laguerra.
Pero lo ms significativo fue la advertencia que el Comit Nacional haca a sus subordi-nados de que por tener referencias de probable movimiento por el resultado de las eleccio-nes, se est al cuidado de las posiciones de Derechas e Izquierdas . Y esta premonicin deque algo iba a pasar fue leda ante el Comit Regional el 20 de febrero de 1936, cincomeses despus la Guerra se haba iniciado. El Alzamiento militar provoc la inmediata reu-nin del Comit Regional de la CNT el 18 de julio, y el mismo decidi actuar en consecuen-
20. MOLINS I FABREGA, Narcis, UHP. La insurreccin proletaria de Asturias, Eds. Jcar, Madrid, 1977, pp. 146.152, sobre el papel de los anarquistas en el Octubre asturiano; RUIZ. David, Octubre, 1934. La Revolucin deAsturias, en Tiempo de Historia, Ao I, N 1, Madrid, Diciembre 1974, pp. 6-19, seala que en Octubre de 1934, anivel estatal, la influencia fasta sobre los sindicatos de la CNT se haba deteriorado despus de los repetidos fraca-sos de la va insurreccionalisla durante el primer bienio republicano, habindose transferido a manos de los socialistas
-de la UGT- la hegemona sindical .
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cia, ordenando que Elpidia y Daz fuesen como delegados al Comit Nacional con el fin derecibir instrucciones. la paz haba terminado, y con ella desapareca el tradicional absten-cionismo practicado por los anarquistas en los comicios electorales de la II Repblica. Escierto que en febrero de 1936, en las elecciones que dieron el triunfo al Frente Popular,muchos anarquistas votaron a las izquierdas con el fin de hacer posible la salida de las pri-siones de los presos a causa de la revolucin de Octubre de 1934, pero eso no significabaun apoyo incondicional, o una carta blanca, a los republicanos e izquierdistas que formabanla coalicin del Frente Popular, y en ltima instancia la ll Repblica pagara, en el futuro bli-co que se iniciaba, la ausencia de objetivos comunes bsicos entre quienes luchaban pore l l a 2 1.
6. UNA FIGURA EMBLEMATICA: ISAAC PUENTE
Si hay una figura a destacar en el anarquismo vasco, esta es la de Isaac Puente. Unhombre que en los aos treinta figur entre los autores ms ledos del movimiento obreropeninsular. Nacido en 1896 en Las Carreras, pueblo perteneciente al ayuntamiento vizcanode Abanto y Ciervana, se afinc con su familia en Vitoria en 1911. Tras estudiar la carrera deMedicina, se afinc en la localidad alavesa de Maeztu, donde ejerci su profesin a partir deenero de 1919, contrayendo matrimonio en mayo del mismo ao22.
En 1923 se present candidato a diputado provincial, en una primera experiencia polti-ca que se sald con un desengao, pues elegido, Puente dimiti a los pocos meses al verseincapaz de satisfacer sus promesas electorales. A partir de ese momento sus actividades secentraron en su consulta, en la que atenda gratuitamente a los ms necesitados, y en laforja de una sensibilidad poltica acorde con sus facetas de librepensador, deportista, yvegetariano. Ingredientes que dieron como fruto una obra intelectual considerada como delas ms notables de entre las alumbradas por los pensadores anarquistas ibricos. Sus tra-bajos se centraron en dos vertientes fundamentales, la cientfica, especialmente centrada enla sanidad, y la filosfico-social, divulgadas en forma de artculos y folletos a travs de revis-tas de carcter anarquista, como Estudios, Generacin Consciente, Tiempos Nuevos,Tierra y Libertad, Solidaridad obrera, y Umbral. Entre sus obras destacan HigieneIndividual, en la que apuntaba soluciones para una vida sana, y, ya abordando la temticapoltica, Apuntes sobre el Comunismo Libertario, Finalidad de la CNT: el ComunismoLibertario.
Prolog tambin obras de correligionarios como Facetas de la URSS, de Horacio M.Prieto. En estas ltimas, Puente preconizaba una sociedad espontnea y natural, en la quelas colectividades humanas adopten sin coacciones el rgimen de sociedad ms acordecon sus tendencias, sin amenazar la prdida de la libertad y de la personalidad individual.Afirmaba que la civilizacin del momento, a la que calific como brbara, nefasta, y cruel,estaba en sus postrimeras, y que los responsables de los males sociales eran los gobier-
21. Una crtica revolucionaria a la CNT y su actuacin en 1931-1933 en: TROTSKI, Len, La revolucin espao-la, Eds. Jcar, Madrid, 1977, pp. 31-35, y 42-46. El autor seala que el anarcosindicalismo, con su carencia de pro-grama revolucionario, y su incomprensin del papel del partido, desarma al proletariado. Los anarquistas niegan, la
poltica hasta que sta les coge por el pescuezo: entonces dejan el sitio libre para la poltica de la ciase enemiga. As
fue en diciembre! , califica adems su actuacin poltica de cretinismo antiparlamentario .
22. Para su biografa: DE PABLO, Santiago, art.cit.,pp. 104-115, e IRAZABAL, Javier, Isaac Puente, una figuradeliberadamente ignorada. En septiembre del 36 fue fusilado por los requets, en Punto y Hora, n 135, 26 de Julio al2 de Agosto de 1979.
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nos. De ah el objetivo de un rgimen de convivencia humana, que trata de solucionar elproblema econmico, sin necesidad del Estado, ni de la poltica, de acuerdo con la conoci-
da frmula: de cada uno segn sus fuerzas, y a cada uno segn sus necesidades 23.
Isaac Puente ocup en los aos treinta un lugar relevante en la organizacin anarquista.Detenido en abril de 1932 como consecuencia de los incidentes de Vitoria, permaneci cau-tivo varias semanas como presunto inspirador de la revuelta, a pesar de que estaba enMaeztu y llevaba seis meses sin pisar un local confederal. En diciembre de 1933 fue deteni-do en Zaragoza junto a los miembros del comit nacional anarco-sindicalista, del que forma-ba parte. La causa era el movimiento insurreccional que los anarquistas haban lanzado anivel estatal. Esta vez Puente permaneci medio ao en prisin, primero en Zaragoza y des-pus en Burgos. Luego asistira como espectador, desde Maeztu y durante dos aos, al pro-ceso poltico estatal, hasta el estallido del alzamiento militar que le costara la vida.
7. LAS JUVENTUDES LIBERTARIAS EN EUZKADI
Las Juventudes Libertarias (JJ.LL.) constituan, como es lgico, el sector ms joven delmovimiento anarco-sindicalista. A nivel estatal exista la Federacin Ibrica de las JJ.LL.,dirigida por el correspondiente Comit Nacional. En cuanto a su ideologa destacaron por ladefensa cerrada de posturas revolucionarias maximalistas. Conceban la lucha protagoniza-da por el movimiento obrero como la lucha entre Autoridad, asimilada a Capitalismo, yLibertad, concebida como destruccin de todo vestigio y forma de explotacin, miseria,desigualdad social y tirana. De ah que justificasen el hecho violento como nico mediopara obtener la emancipacin y regeneracin del proletariado . Este maximalismo, escasa-mente vertebrado por una doctrina que racionalizase la vida social ms alla del hecho vio-lento predicado, incidi en una falta de eficacia a la hora de construir la nueva sociedad.
En Euzkadi, el ncleo dirigente de las Juventudes Libertarias estaba estructurado, antesdel estallido blico, alrededor del Comit Regional de la Federacin Regional de JuventudesLibertarias del Pas Vasco, perteneciente a la Federacin Ibrica de Juventudes. EsteComit constaba de Presidencia, Secretara General, Tesorera, tres cargos referidos aControl y Estadstica, Propaganda, e Informacin, y tres vocales. Durante la Guerra, y tras lamarcha al f rente de algunos dir igentes, L iberto Lucar in i Macazaga desempe laPresidencia, Porfirio Ruiz Palacios la Secretara General, e Ignacio Chiapuso Hualde fue elTesorero. Guillermo Gonzlez Santander, Placido Prez Michelena, y Gabriel Vargas Saez,fueron los responsables, respectivamente, de Control y Estadstica, de Propaganda, y deInformacin. En cuanto a los vocales, Manuel Blanco Quintana, Guillermo Palacios Lpez, yAuspicio Ruiz, ocuparon los tres puestos. Entre los dirigentes del Comit Regional que mar-charon al frente, y que por tanto ocupaban cargos en las JJ.LL. antes de la Guerra, estabaAntonio de Teresa, Secretario del Comit, quien lleg a ser comandante del batalln IsaacPuente-3 CNT24.
23. PUENTE, Isaac, Higiene Individual, Cuadernos de Cultura, Valencia, s/f; PUENTE, I, Apuntes sobre elComunismo Libertario, Tierra y Libertad, Barcelona, 1932; Id., Finalidad de la CNT: El Comunismo Libertario, Eds.Tierra y Libertad, Barcelona, 1936; M. Prieto, Horacio, Facetas de la URSS, Talleres Tipogrficos J. Martnez,Santander, 1933, pp. I-IV.
24. Sobre Antonio de Teresa: TALON, Vicente, Memoria de la Guerra de Euzkadi de 1936. III. Por Tierra, Mar yAire, Ed. Plaza&Jans, Barcelona, 1988, pg. 920.
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En cuanto a la organizacin provincial de las Juventudes Libertarias, estuvo representa-da por los Comits Comarcales. Ya avanzado el conflicto civil, Agustn Ollero Ros desempe- la Secretara por Guipzcoa, y Glor ia ldo Laza Lagachaga le secund en unaVice-Secretara, mientras que la Tesorera qued en manos de Flix Ortega Delgado. EnVizcaya destac la Federacin Local de las JJ.LL. de Bilbao, mientras que los otros ncleoscon Secciones de las mismas fueron Baracaldo, Durango, Erandio, Santurce, Sestao, yZorroza. Entre los dirigentes de Vizcaya destacaron Jos Puertas, Secretario de la Comarcalde Vizcaya, y Pablo Valle, quien dirigi en un principio, a finales del 36, el diario CNT delNorte. Es difcil evaluar los efectivos de las Juventudes Libertarias del Pas Vasco, perosabemos que a principios de 1937, en plena guerra, entre los vizcanos y los guipuzcoanosy alaveses refugiados en Vizcaya, haba un total de 20 Secciones. De ellas 11 asistieron alCongreso Interregional de las JJ.LL. del Norte de Espaa, celebrado en Santander en mayodel 37, y en total contaban con no menos de 950 afiliados, con lo que el mximo de efectivosde las JJ.LL. en Euskadi debi oscilar entre los 1.500 a 2.000 afiliados, de los que unos 400eran guipuzcoanos25.
Ese fue, en resumidas cuentas, el desarrollo previo del movimiento libertario en el PasVasco antes del estallido de la guerra. Fue un movimiento minoritario, pero a tener en cuentapor su capacidad de movilizacin de los sectores ms radicalmente revolucionarios en laRegin. Aunque las cifras, procedentes de fuentes libertarias, estn algo infladas, los efec-tivos de la CNT en Euskadi se llegaron a cifrar en 350 sindicatos de oficios, y 35.000 afilia-dos, contando con un total de 6.000 combatientes a finales de noviembre de 1936. Cifraselocuentes que expresan el inters de su aportacin a la causa de la Repblica en tierrav a s c a2 6.
8. LA CNT DE EUZKADI ANTE LA GUERRA
Al iniciarse el alzamiento en Guipzcoa, la CNT se cont entre las organizaciones quese enfrentaron desde el primer momento al mismo. Los sublevados fueron derrotados enSan Sebastin y los Cuarteles de Loyola, jugando los anarquistas un papel relevante en losacontecimientos merced a la resistencia hecha en el barrio de Amara, donde en la calleLarramendi estaban los Sindicatos de la CNT, contra las tropas rebeldes procedentes de loscuarteles de Loyola, as como en los combates para conquistar los edificios donde los suble-vados se hicieron fuertes (Hotel Mara Cristina, Gran Casino, etc). De hecho, el arsenal dearmamento presente en los citados cuarteles cay en gran parte en manos de los cratas, yaunque esto ha motivado grandes crticas contra la organizacin confedera1 y la FAI, resultaindiscutible que las Milicias Antifascistas de la CNT jugaron en la provincia un papel de pri-mer orden contra el avance de las columnas rebeldes procedentes de Navarra. La cada deIrn el 5 de septiembre, y la posterior de San Sebastin el da 13, colapsaron la resistenciade unas milicias guipuzcoanas incapaces ya de frenar la acumulacin de medios y efectivospuestos en juego por el adversario. La retirada por la mitad occidental de la provincia fuerpida, y no se detuvo hasta la llegada a la divisoria con Vizcaya, en la que se pudo resistirgracias a que los nutridos contingentes de milicianos vizcanos contaban con armamentoabundante llegado pocos das antes por va martima. Van a aparecer en septiembre los pri-
25. Sobre el Congreso Inter-Regional de las JJ.LL. del Norte de Espaa: CNT. Organo de la ConfederacinRegional del Norte (CNTdel Norte), Ao ll, n 90 (22-V-1937) pg. 1, n 91 (23-V-1937) pg. 3, n 92 (25-V-1937) pg. 3.
26. Cifras en: CNT del Norte, Ao I, n 1 (21-XI-1936), pg. 8.
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meros batallones del Cuerpo Vasco, y entre ellos habr varios anarquistas, en los que sehan acoplado los grupos milicianos procedentes de Guipzcoa27.
Cmo control sus Milicias el anarquismo en suelo vasco?. La respuesta es doble, y serefiere a dos niveles, el militar y el poltico. A nivel militar los cratas crearon un ComitMilitar propio, con sede en el Cuartel de Milicias Antifascistas que la organizacin tena en elbarrio de La Casilla, en Bilbao. Dicho Comit lo presida Primitivo Rodrguez, y perdurarahasta febrero de 1937, momento en que le sustituy la Comandancia General de Milicias dela CNT. La misin de esta Comandancia era la de dirigir las Milicias, facilitando la aplicacinde lo decretado por la Consejera de Defensa del Gobierno Vasco y por el Alto Mando delEjrcito Republicano del Norte. Era pues el filtro de las Milicias anarquistas que en realidadimpeda el control total de los batallones por el Gobierno Vasco y las autoridades militaresregulares. La Comandancia la encabez el citado Rodrguez, junto a Carmelo Domenech,que diriga la asesora tcnico-militar de la misma. A nivel poltico, la CNT cre, el 25 deoctubre de 1936, en el seno del Comit Regional del Norte una Comisin de Guerra presidi-da por el guipuzcoano Jos Labarri28.
Durante la guerra, la FAI, junto a la CNT y a las Juventudes Libertarias, (JJ.LL.), firmlos llamamientos a afiliados y simpatizantes del anarquismo para inscribirse en el Cuartel deMilicias Antifascistas de la CNT de La Casilla, en Bilbao, con el fin de engrosar los batallo-nes que los cratas formaron en el Pas Vasco. Esto indica la participacin de la FAI en elComit Militar que dirigi dichas Milicias. De hecho, la prensa crata subray el papel de laFAI en la constitucin de sus milicias con frases como: la CNT, la FAI, y las JJ. LL. enlaza-das en un apretado haz, constituyeron en Euzkadi las Milicias Antifascistas de la CNT, y losartculos periodsticos pidiendo a la CNT de Euzkadi accin directa y no burocrtica sonotra muestra evidente de la presencia fasta29.
En enero de 1937, en Bilbao, funcionaba el titulado Comit Comarcal de la FAI. Y este,a travs de su Secretara, controlaba al menos a ll grupos de la FAI. Ms tarde, en mayo, laFAI del Pas Vasco, desde su domicilio social provisional en Bilbao, en el n 2 de la calleArenal, gestion las evacuaciones al extranjero de las familias de los militantes cratas, yese mismo mes cont con dos delegados en el Congreso Inter-Regional de las JJ.LL. delNorte de Espaa, celebrado en Santander entre los das 21 y 23. En definitiva, el carctersecreto que rode las actividades fastas impide el conocimiento exacto de sus actividades,especialmente las reuniones de sus dirigentes, pero es evidente que tuvo una labor destaca-da en la direccin poltico-militar, y sindical, del anarquismo vasco30.
27. PALACIO, Solano, La Tragedia del Norte. Asturias Mrtir, Eds. Tierra y Libertad, Barcelona, 1938, pp. 137.148. Esta obra, aunque centrada en Asturias, repasa la actuacin anarquista en todo el Frente Norte.
28. VARGAS ALONSO, F.M., Las Milicias de las izquierdas en Euskadi durante la guerra civiles, en VV.AA., LosEjrcitos, Fundacin Sancho El Sabio, Vitoria, 1994, pp. 404-405.
29. Llamamiento de la FAI para completar la estructuracin del batalln Durrutia, en: CNT de/ Norte, Ao I, n 5,(1-XII-1936) pg. 7.
30. Ver CNT del Monte, n 28 (21-l-1937), pg. 3.
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9. LOS BATALLONES CONFEDERALES
La aportacin anarquista a la defensa de Euzkadi se cifr en 7 batallones de infanteray 1 de ingenieros. De todos modos las unidades de primera lnea se redujeron a 6, ya queuno de los batallones de infantera, el n 65 Internacional, acab convirtindose en bata-lln de Reserva para convalecientes y reemplazos destinados a nutrir las unidades decombate. Como hemos apuntado antes, el proceso de formacin de los batallones anar-quistas se inici en septiembre, algo que es extensible al resto de las fuerzas milicianas sur-gidas en la Euzkadi del 36. Los batallones cenetistas creados en ese mes fueron losnmeros 1 a 4 de la CNT, es decir los Bakunin, Malatesta, Isaac Puente, y SaccoVanzetti. A finales de ao aparecan Ios n 5 y 6, Durruti y Celta, y el 1 de IngenierosManuel Andrs, y poco despus, iniciado enero, el 7 de CNT, Internacional o deReserva.
9.1. Los Batallones en Campaa:1936
Apenas constituidos los batallones se vieron involucrados en el bombardeo areo del25 de septiembre de 1936, da en que la aviacin rebelde atac varios cuarteles de Bilbao,incluido el de La Casilla de la CNT, en el que caus varias vctimas. El 10 de noviembre salael Malatesta hacia Asturias, siguiendo el camino de otras fuerzas izquierdistas desplaza-das all el mes anterior. En Asturias la intensidad de los combates haba descendido, y estoayud a que el Malatesta tuviera escasas bajas, a pesar de su meritoria actuacin por elEscamplero, en las aldeas de Priees y Raeces, y en las llamadas Lomas de la Derecha,participando en la reconquista de estas ltimas. Para consolidar las posiciones hacan faltaquince mil sacos para construir los parapetos, y ante la carencia, -en Asturias-, de los mis-mos y de ropa de abrigo para la unidad, el comandante Escauriaza se desplaz a Bilbao,donde consigui lo necesario gracias a la diligencia del Secretario General de Defensa,Rezola. El 27 de noviembre el Malatesta particip en la toma de Valduno, y tras unos dasde posicin, regresaba a Bilbao el 15 de diciembre, 37 das despus de su partida. A princi-pios de enero 9 hombres permanecan heridos, y otros 21 enfermos 31.
En diciembre tres de los batallones de la CNT actuaron en la ofensiva sobre Villarreal:los Isaac Puente, Sacco Vanzetti, y Bakunin. El primero de ellos sera conocido des-pus como batalln n 11 de Euzkadi, siendo como apuntamos el 3 de la CNT IsaacPuente. Formado en septiembre de 1936 en el cuartel de La Casilla, sus efectivos incluanvizcanos, -en las compaas primera, tercera y de ametralladoras, sobre todo-, y guipuzco-anos, que eran mayoritarios en las compaas segunda y cuarta. Tambin contaba con algu-nos alaveses. Sus mandos eran veteranos de las luchas precedentes en Guipzcoa, como elcapitn Prez Cuesta, que estaba en las Milicias desde el 4 de agosto y lleg a Guipzcoacomo Jefe de Grupo, donde particip en los combates hasta resultar herido el 23 de sep-tiembre en Iciar (Deva). Cinco das antes haba sido confirmado como capitn, cargo con el
31. La Lucha, n 1.887 (1-1-37), pg.3, "Nuestros muertos, seala la muerte de Manuel Valverde, delMalatesta en el frente asturiano de San Pedro de Nora, y CNT, n 2 (24-11-36), pg. 3, La Lucha en el Norte"; CNT,n 4 (28-11-36), pg.3, sobre la intervencin en Valduno, y n 11 (15-12-36), pg. 5, Bienvenidos!, donde critica lafalta de informacin del resto de la prensa bilbana sobre la expedicin del Malatesta: De su actuacin en los fren-tes de Asturias, est huerfana la opinin bilbana, porque la Prensa de Bilbao, a excepcin de la CNT del Norte, poco
se ha preocupado de darnoticias de esos OCHOCIENTOS hombres, que a pesar de ser de nuestra regin, no hanpodido o querido, tener en cuenta (...). Algo que no se ajusta a la realidad.
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que vena actuando, por la Comandancia de Milicias de la CNT. El 26 de noviembre pas al3 de la CNT32.
La entrada en fuego del Isaac Puente se produjo en el Albertia. En el llamado pinar deChavalopea, conquistado la noche anterior, qued el batalln el uno de diciembre, obser-vando el trfico de los refuerzos enemigos procedentes de Vitoria. Al amanecer del da 2 seinici el bombardeo y los sucesivos asaltos enemigos. La defensa de la posicin, junto al 1de ANV, es heroica. Mata, comandante militar de la unidad fue felicitado por el Jefe del E.M.como premio a su valiente direccin . Sin embargo, la derrota sufrida fue terrible, pues elbatalln sufri ms de 200 bajas, incluido un centenar de muertos, muchos de ellos fusiladostras su captura por el enemigo. Retirado momentaneamente del frente, el 12 de diciembreparticip de nuevo en los renovados ataques sobre la lnea enemiga, consiguiendo tomaruna posicin, pasando despus a descansar unos das. El 15 se ordenaba la presentacindel batalln en el cuartel, pero no cabe duda que los intensos combates precedentes, y lasterribles bajas encajadas incidieron en la mentalidad miliciana, -ya fuese por la baja moralde unos, como por el deseo de prolongar el descanso por otros-. Esto motivo la orden depresentacin de los miembros del batalln el da 17, en que se apuntaba que de no hacer-lo, sern juzgados de acuerdo con las leyes del Cdigo Militar vigente "
33.
El Sacco y Vanzetti tambin particip en los combates librados en las cercanas deVillarreal, aunque no se enfrent a la guarnicin de dicha localidad, sino a las ms numero-sas fuerzas enemigas situadas al oeste de la misma. Entre sus combatientes, a la hora de suconstitucin, destacaban los veteranos de los combates por San Sebastin, en julio, y porIrn, en agosto y primeros das de septiembre de 1936. Una de sus compaas era, al pare-cer, la denominada Segunda Compaa de San Sebastin. Despus de la retirada porGuipzcoa, y la definitiva organizacin del batalln que a principios de diciembre pasaba aoperar, durante la ofensiva vasca sobre Vitoria, en territorio alavs, actu intensamente losdas 3 al 5 en Cestafe y Nafarrate y sus bajas en combate durante la citada ofensiva se acer-caron a las 150 en total, destacando entre sus cados el capitn tolosarra Pablo Sanz. Estese haba distinguido con anterioridad en el frente de Beasan, donde junto con siete compa-eros hizo prisioneros a 23 requets en las cercanas de Lazcano, y en los ltimos momen-
32. El 12 de diciembre result herido en los frentes de Alava. Tras recuperarse intervin en todas las actuacio-nes del Batalln hasta el 1 de julio del 37, en que qued disponible por hallarse enfermo al momento de reorganizar-se el batalln: AS, P.S. Bilbao. 219/7;
33. CNT, n 4 (28-ll-36), pg,7, Nuestras Milicias, contiene una indiscreccin sorprendente e intolerable, alrevelar la inminente ofensiva sobre el frente alavs dos das antes de que se lanzara: Ha salido para el frente el ter-cer batalln Isaac Puente de las Milicias de la CNT. Estos muchachos se dirigen hacia sus tierras, pues la mayora
son alaveses, a tratar de rescatar el cuerpo de nuestro gran maestro Isaac Puente (,..). Esperamos que la conquista
de vitoria sea un hecho dentro de poco tiempo . Inconsciencia o traicin?. Es dificil precisarlo pero tan culpable esel articulista como quin no procedi a censurar la informacin. De todos modos los franquistas siguieron pensandoque la operacin se dara hacia Guipzcoa, y de ah que posicionasen a las fuerzas de Alonso Vega en la zona deVergara-Mondragn. En la misma pg. 7 del n de CNT citado, un artculo precedente, Mirador Cuartelero, cita queel Isaac Puente, sali de prcticas militares ; CNT, n 6 (3-12-36), pg. 3, A ocho kilmetros de Vitoria. En elSector Ochandiano-Ubdea, el batalln Isaac Puente se cubre de gloria, y n 10 (12-12-36), pg.3, Actuacin delIsaac Puente en Villarreal, por Barbatan: Durante toda esta noche, que precede a nuestra consagracin sangrientacomo hroes, se ve una serpiente de faros que avanza desde Vtoria (...).; El 15 de diciembre el Comit Regional dela CNT subrayaba la actuacin meritoria del 3 CNT en las operaciones del frente alavs: CNT, n 11 (15-12-36),pg. 3, Fijando Posiciones, por El Comit Regional; El Martes 15 de diciembre CNT, n 11, pg. 5, La Lucha en elNorte, alude a la continuacin de la ofensiva en Alava los das 12 y 13, y al episodio en que el Isaac Puente se hacecon una posicin rival en la que se hace, entre otros efectos, con 13 cajas de municin, y 9 fusiles. En la pg. 5,Avisos, se ordena la presentacin del 3 CNT, que se repite, con la intimidacin apuntada, en CNT, n 12 (17-12-36),pg. 5.
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tos de la resistencia en Tolosa consigui el traslado a zona leal de todo el dinero de lassucursales bancarias sitas all. Cay el 3 de diciembre. En enero la primera compaa deci-da como homenaje tomar su nombres34
El Bakunin oper en diciembre por la zona de Ordua. Formado en base a los gruposde milicianos anarquistas que en los primeros das, junto a fuerzas de otra significacin pol-tico-sindical, se posicionaron en la zona de Amurrio-Ordua, dando frente a las fuerzas riva-les que patrullaban en las lindes de Burgos y Alava. Las acciones iniciales fueron escasas, ydurante meses se limitaron a espordicos tiroteos, normalmente incruentos, entre avanzadasadversarias. Destacado en Amurrio, el batalln ocupaba 11 posiciones aisladas conocidaspor su numeracin. Dos compaas estaban permanentemente destacadas en primera lnea,-especialmente en las posiciones n 5, y 11, que eran las ms avanzadas-, mientras lasotras dos permanecan en descanso. Los papeles se intercambiaban cada semana, asig-nandose a las compaas todas las variables posibles con el fin de que se familiarizasen conel terreno comprendido entre Respaldiza y Barambio35.
A partir del 5 de diciembre el Bakunin intervin en la gran ofensiva de ese mes sobreel frente alavs, atacando el monte San Pedro, al este de Ordua y al sur de Amurrio, con eleficaz apoyo de la seccin de ametralladoras y morteros del Leandro Carro. El comandan-te Olmos mandaba la unidad, bajo el mando directo del jefe del sector, un capitn profesio-nal: Noguerol. La punta de lanza del ataque fueron la segunda y tercera compaas delBakunin. Al mediodia la bandera roji-negra del Batalln 1 Bakunin, y la roja del LeandroCarro ondeaban en lo alto del monte de San Pedro. Las bajas fueron pocas, aunque entreellas se encontr el capitn Noguerol, muerto al acercarse a las avanzadas para ver el desa-rrollo de la operacin. Con la operacin del monte San Pedro quedaban protegidosArtomaa y Aloria, y directamente amenazada la localidad de Izarra, ocupada por los enemi-gos y a cinco kilmetros de las posiciones conquistadas por el Bakunin. En los dassiguientes este avance se complement con el realizado el da 7, desde Barambio, por el 3UGT, y con la defensa de la nueva lnea frente a las crecientes reacciones enemigas, en lasque destac el batalln anarquista que "repele agresivamente el loco intento de los rebeldes. Las bajas fueron pocas, y en lo que restaba de mes el fro hizo tanto dao como los com-bates precedentes. A principios de enero un total de 77 hombres del 1 CNT estaban hospi-talizados o de baja por heridas o enfermedad36.
9.2. Los Batallones en Campaa: 1937
Iniciado el ao 1937, el batalln Celta o 6 de la CNT estaba desde finales de 1936 enel monte Kalamua, en la zona de Marquina. En diciembre el Durruti, o 5 CNT, era el bata-
34. CNT, n 20 (5-1-37), pg. 5, Noticiario del 4 Batalln Sacco y Vanzetti.
35. CNT, n 1 (21-11-36) pg. 2, Frentes Vascos: Frente de Amurrio (...) milicianos de la CNT arrebatan unabandera.... CHIAPUSO, M.: El Gobierno ,.., op.cit., pg. 96.
36. CNT, n 9 (10-12.36), pg. 3, La toma del Monte San Pedro por los milicianos del Primer Batalln Bakuninpor El Comit del Batalln Bakunin: Aqu se destaca la actuacin de la seccin de ametralladoras y morteros delLeandro Carro que actu con valenta admirable.; CHIAPUSO, M.: El Gobierno..., op.cit., pp. 95. CNT, n 9 (10-12.36), pg. 3, Sector Amurrio-Ordua, CNT, n 11 (15-12-36), pg. 2, En el Frente de Barambio. Hablando con elTeniente Coronel Aizpuru, por El Duende Rojo, cita que los hombres del Bakunin ayer tomaron /as posiciones deSobrehayas, San Pedro, y el alto donde se domina la estacin de Inoso. Esto nos da idea de la fluctuacin de la lneaen ese sector. San Pedro y Sobrehayas no fueron recuperados por los nacionales hasta mayo del 37; MENDIVIL,Sebastin, Miliciano, militar y fugitivo. Memorias de un baracalds, Ed. Beitia, Bilbao, 1992, pp. 30-32.
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Iln de Reserva de las Milicias anarco-sindicalistas de Euzkadi, con su cuartel en lasEscuelas de las Cortes. El mismo mes la CNT de Euzkadi inici la organizacin de unBatalln Internacional que agrupase a los "compaeros de todas las nacionalidades residen-tes en el Norte. Se trataba as de imitar la iniciativa que impulsada en lo fundamental por elcomunismo internacional haba dado lugar a las Brigadas Internacionales que estabanactuando en esas fechas por los frentes de Madrid, Andalucia, y Teruel. El 5 de enero CNTdel Norte informaba que estaban "muy adelantados los trabajos de su organizacin". Sinembargo la iniciativa, pese a su atractivo, tendra un gran inconveniente para su realizacinprctica: La filiacin marxista (socialista/ comunista) de buena parte de los voluntariosextranjeros presentes en el Norte, y en particular en Euzkadi. Buena parte ya estaban inte-grados en otras unidades, y en muchos casos su carcter tcnico les hacia imprescindiblespara las fuerzas que los encuadraban. Pese a esto, el 7 de enero se inici el alistamiento delos voluntarios que integraran la unidad. El da 12 la firma de uno de los alistados, PaulDuporto, serva de acicate para atraer nuevos componentes. Sin embargo, el batalln acabsiendo el de Reserva de la CNT, en sustitucin del Durruti que pas a ser unidad de pri-mera Inea37.
El 4 de enero el Malatesta particip en el asalto a la prisin de El Carmelo, causandosu accin cuatro vctimas entre los presos. No fue el batalln la unidad ms destacada enaquellos trgicos sucesos desencadenos a causa de un bombardeo areo, pues los muer-tos superaron los doscientos, y se produjeron en su mayor parte en otros centros carcela-leros y a manos de un batalln de la UGT. Sin embargo, un comunicado de prensa delMalatesta insista, a los pocos das de los asaltos a las crceles, en la necesidad de aca-bar con "los fascistas disfrazados y descubiertos que tranquilamente deambulan por Bilbao,dedicados tal vez al espionaje. Tendiendonos la red en que han de estrangularnos ". Se
recordaba adems los testimonios de la represin enemiga, que juzgaban ms expeditivaque la propia apuntando que "constatamos la di ferencia de conducta entre el los yn o s o t r o s "
3 8.
El ao 37 fue an ms duro para las unidades de la CNT de Euzkadi. El primer batallnen entrar en combates de importancia, fue el Isaac Puente, que a partir del 21 de febrero,y hasta entrado el mes siguiente, combati en el frente asturiano, en el sector de SanClaudio y en las operaciones conducentes a cortar el pasillo de terreno que una Oviedo alresto de la Espaa franquista. El batalln conquist su objetivo principal, que hubo de aban-donar al fracasar en su ataque otras unidades republicanas. Tras regresar de Asturias ypasar un breve descanso, el batalln intervin frente a la ofensiva enemiga en el frente deBarazar en los das inmediatos a la cada de Ochandiano, Esta vez su breve actuacin noreport muchas bajas, que se produjeron los das 6 y 8 abril. Ms tarde, el 18 abril sus 468hombres se encontraban en Olacueta, donderealizaban ejercicios nocturnos de "prcticasde guarnicin por orden del coronel Vidal39
En marzo se haba producido en Euzkadi una grave friccin de los anarquistas con elGobierno Vasco, que a punto estuvo de provocar un conflicto armado abierto entre las unida-des cratas y las de las dems fuerzas vascas. La causa fue la imprenta comprada por loscenetistas para tirar su rgano CNT del Norte, la misma haba sido asignada con anteriori-
37. CNT, n 20 (5-1-37), pg. 5, Hacia la Formacin del Batalln Internacional del Norte; n 21 (7-1-37), pg. 1,Las Milicias de la CNT organizan la Brigada internacional, y n 23 (12-1-37), pg. 3, Brigada Internacional
38. CNT, n 25 (16-1-37), pg. 2, Episodios del Frente, por Un Miliciano del Cuarto Batalln de la CNT
39. Novedades del da 18 de abril en P.S. Bilbao 174/44.
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dad a los comunistas, pero los anarquistas no estaban dispuestos a renunciar a una opera-cin que daban por buena. Varios dirigentes Genetistas fueron detenidos y prontamente libe-rados, pero el hecho provoc la movilizacin de las unidades anarquistas. As, el Sacco yVanzetti, -en marzo estaba al mando Juan Rivera-, que se encontraba de descanso enBasauri cuando estall la friccin, recibi la orden de pasar a posiciones de primera lnea,pero Rivera opt por aguardar a ver en que paraba la controversia con nimo de intervenir afavor de sus correligionarios. No pas la cosa a mayores, y aunque Rivera fue posteriormenteencausado por indisciplina, ninguna sancin efectiva se ejerci sobre l. Los batallonesBakunin, Malatesta, y Durruti, llegaron a verse cercados en sus cuarteles, amenazandoel comandante del primero con ordenar la retirada del frente de las dos compaas que tenaen posicin, para as romper el cerco hecho a su acuartelamiento de Amurrio. Y el IsaacPuente lleg a marchar sobre Bilbao, tomando posiciones en Galdcano frente a dos bata-llones que venan a detenerle. Al final todo se solucion sin llegar a mayores, pero estehecho se ha identificado como la causa del derrumbamiento del frente y del avance franquis-ta. En realidad se trata de un error, al confundirse ese episodio de marzo con la prdida dela posicin de Udala a finales del siguiente mes de abril, pero, como veremos, la polticanada tuvo que ver con la cada de dicha posicin en manos enemigas40.
Aparte del Isaac Puente, el resto de los batallones de la CNT tambin entraron enaccin en el mes de abril. As alguna fuerza de la Reserva de la CNT, su seccin de blinda-dos, parti hacia el frente a principios de abril, combatiendo el da 5 en Barazar, donde ten-dra algunas bajas al ser destruido uno de sus blindados. El Sacco y Vanzetti sufri con elCelta duros bombardeos en la zona de Udala los das 21 y 22, y esto, junto a la falta deenlace con las fuerzas adyacentes y el inexorable avance enemigo por Carrascain haciaElorrio, amenazando con aislar el Udala, motiv la retirada de las unidades cenetistas, muycriticada pero a estas alturas justificada, ya que de haberse quedado en sus posicioneshubieran resultado capturados. Pocos das despus, el 30 de abril, el Sacco y Vanzettiparticip en los desesperados contraataques a la cota 430 de Urrutxua, sufriendo muchasbajas, cifrndose las totales del mes en unas 200, incluido medio centenar de muertos. Porsu parte el Bakunin acudi a principios de mes al frente de Barazar-Dima, donde participen el contraataque del 13 de abril sobre Altun, junto a fuerzas de la Primera BrigadaExpedicionaria de Asturias. Y tras sufrir duros bombardeos al da siguiente, pas a la zonadel Amboto, (Sector de Elorrio), para preparar un contraataque que fue suspendido, vindo-se el batalln afectado por la retirada general que sigui a la ruptura de las lneas cercanasa Elorrio por el fuerte despliegue enemigo.
En mayo, las unidades anarquistas vascas destacaron en numerosos combates. As, elBakunin pas al frente de Soliube, librando combates de gran intensidad entre los das 13a 21 de mayo en el mismo, y en la zona de Jata-Gondramendi, ms cercana a Mungua. Elbatalln haba relevado en el monte citado a las fuerzas del batalln asturiano 212, llamadoMario por su comandante y tambin de filiacin confederal. Ese batalln haba recuperadoy defendido una de las cotas principales del Sollube que pasaba ahora a manos del 1 de laCNT de Euzkadi. Este permaneci dos das y medio bajo el fuego de buques de la escuadrafacciosa y de la aviacin, y despus -cuando los contrarios envolvan su posicin tras la reti-rada de las unidades amigas situadas, a menor altura, en los flancos- hubo de emprender laretirada sufriendo bastante por el fuego de los asaltantes que haban coronado su anterior
40. CHIAPUSO, M.: El Gobierno..., op.cit., pg. 145. El autor aade: Esto no fue bice para que por su compor-tamiento de bravura y abnegacin, el Sacco y Vanzetti fuera nombrado batalln de choque.
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posicin. Los testimonios apuntan a que en su actuacin en el Sollube qued en cuadro elbatal ln 4 1.
El Malatesta pas mayo entre Amorebieta y Mgica, combatiendo en las estribacionesdel Bizcargui hasta el mes siguiente. Los dems batallones anarquistas lucharon en diferen-tes sectores. El Isaac Puente se bati en la primera mitad del mes por el Sollube y Larrauri,siendo despus destinado a la zona de Dima. El Sacco y Vanzetti actu en el citadoBizcargui, lo mismo que el Celta. El Durruti, que en abril combati en Oqueta, lo hizo alsiguiente mes en Dima, ante la renovada ofensiva enemiga en la zona, durante el tercerdecenio de mayo. Por su parte el Internacional se limit a actuar como unidad deReserva, mientras el Manuel Andrs fortificaba diferentes posiciones.
Junio fue igualmente duro para el Sacco y Vanzetti. Roto el cinturn de hierro el bata-lln particip junto al Celta en los contraataques contra el Urcullu y el sector del cinturncercano a Larrabeza ya en poder del enemigo. Las bajas fueron crecidas, y en los dassiguientes el batalln se situ en las alturas inmediatas a Bilbao, correspondientes al cordala Santo Domingo. All se mantuvo hasta recibir la orden de retirada que cumpliment pasan-do a La Pea por el puente de los Cantos, tambin llamado de la Dinamita, batido ya por elenemigo que se haba posesionado del Pagasarri. Llegado a Bilbao, los doscientos supervi-vientes del batalln fueron evacuados a la raya con Santander. All fue disuelto, pasando sushombres al Durruti"42.
El Bakunin, cuando se rompi el cinturn de hierro y el rival invada el valle de Asuay avanzaba hacia Archanda, permaneci en el Jatamendi. La retirada de la Quinta Divisin,-a la que perteneca desde el desdoblamiento de la Primera a mediados de mayo-, fue ine-vitable, y el batalln pas al sector del cinturn de su divisin, en Urduliz, para luego ir aArriaga, en Erandio, y, ya ocupado Archanda-Banderas por el contrario, retirarse a Bilbaode noche, siguiendo el corte de la ra. En Bilbao pas a la margen izquierda por el puentedel ayuntamiento, que estaba preparado para su voladura, y atravesando la Villa, que apa-reca con numerosas fuerzas nacionalistas en esquinas y calles, fue al Cuartel y sede delmando de las Milicias Anarquistas en La Casilla, donde se haban concentrado otras unida-des, algunos de cuyos hombres engrosaron las filas del Bakunin. Al amanecer se cumpli-ment la retirada por Arraiz, observando la ocupacin del Pagasarri por los rebeldes,pasando luego a Ortuella y a Somorrostro, y atrincherndose delante de Ontn durantealgo ms de una semana. A principios de julio el batalln se haba replegado a la zona deOntn, y all particip en el contraataque que por la zona de la costa lanz el CuerpoVasco. El choque fue contra la Brigada mixta de Flechas Negras a la que se consigui arre-batar una altura por sorpresa. Sin embargo, tras duros combates, el Bakunin hubo dereplegarse bajo el ms potente fuego de la unidad italo-espaola. Despus pas el batallnpor las localidades de Otaes, Orejo, y Soto Iruz. En la ltima localidad asisti al derrumba-miento, en agosto, del frente santanderino.43.
41. CHIAPUSO, M.: El Gobierno..., op.cit pp. 96, 210-212, refiere el itinerario de la unidad, a la que califica debatalln de lite; PALACIO, S.: La Tragedia..., op. cit., pg. 159, confirma el relevo del 212 por el Bakunin.
42. CHIAPUSO, M.: El Gobierno..., op.cit., pg. 145, y 216-218. El puente de la dinamita es sin duda el del barriode la Pea, ya que el relato que cita Chiapuso deja claro que no es uno de los bilbanos comprendidos entre el de SanAntn y el de Deusto, y ms al este slo quedaba el que posibilit el paso de la Primera de Navarra hacia Basauri-DosCaminos. Su descripcin como puente estrecho es adems concluyente.
43. El 16 de julio el Bakunin aparece como el primer batalln de la Quinta Brigada, con base en CastroUrdiales y perteneciente a la Primera Divisin Vasca, luego 50. Contaba con 468 hombres, 443 fusiles de 7,92, 5 fusi-les ametralladores de igual calibre, 10 ametralladoras del 7,62, y 2 morteros de 81, AHN-SGC, P.S. Gijn K 83.
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El Malatesta, que a finales de mayo estaba en la zona de Lemona, recibi, mediadojunio, la orden de pasar a la margen izquierda. Junto a las dems unidades de la Quinta divi-sin, se vio hostigado en las inmediaciones de la zona internacional, situada en Las Arenas-Algorta (Getxo). Un grupo de quintacolumnistas, sali con sus boinas rojas y armado aatacar a las fuerzas en retirada, ocupando el abandonado cuartel de Zugazarte que habapertenecido al Euzko Gudarostea. La reaccin del comandante Escauriaza fue inmediata yorden a sus hombres acabar con la insurgencia. La accin que pus fin al hostigamiento sedesarroll principalmente el da 16 de junio. En total 15 personas fueron muertas durante laoperacin, -asesinadas segn la mayora de las fuentes-, entre ellas la institutriz denacionalidad britnica Dions Bridie Boland. Tambin se dinamitaron una fbrica de pistolas ydos casas con depsitos de municiones, se incendiaron todas las viviendas desde dondehaban actuado, supuesta o realmente, los francotiradores. Probablemente la quema de laIglesia de Las Mercedes tuvo que ver con el hecho de que su prroco era hermano delcomandante Escauriaza, pero tambin es cierto que el campanario de la misma destacabademasiado en el paisaje de Las Arenas, y eso la conden en definitiva, dada la identifica-cin que los libertarios atribuan a clero y fascismo, -y por tanto a instigadores de la presun-ta agresin a reprimir-, sin olvidar una tradicin anticlerical de dcadas 44.
Por su parte, en los cruciales combates por Bilbao de mediados de junio el ManuelAndrs estuvo acuartelado en las escuelas de Olaveaga. Tena cerca de un millar de efecti-vos de los que la octava parte pertenecan a la compaa de fusileros. Estos ltimos efectua-ron servicios de vigilancia, y en la noche del da 17, junto con zapadores del batalln,subieron a Archanda siguiendo las vas del funicular. All algunos grupos consiguieron apro-ximarse hasta el campo de ftbol, mientras a derecha e izquierda segua el duelo de grana-das entre los batallones defensores de las alturas y los franquistas. Sin embargo, loshombres del Manuel Andrs recibieron la orden de retirarse, siendo trasladados aAlonstegui, pasando despus a Santander, donde desaparece a causa de la ofensiva fran-quista de agosto45.
El Malatesta combati en la citada accin de Ontn a principios de julio, siendo la uni-dad vasca ms castigada y el ltimo combate reseable para el batalln. A finales delmismo mes, el Celta, y el Durruti, -que inclua los restos del Sacco y Vanzetti", partici-paron, con graves perdidas, en los ataques al monte Kolitza, sobre Valmaseda. A partir deah se inici el principio del fin de los batallones anarquistas. Si al llegar a Santander desa-parecan el Sacco y Vanzetti y el Reserva, ante la necesidad de cubrir huecos en lasmermadas filas anarquistas, la posterior campaa santanderina vera la desaparicin deotros cinco batallones. Los Bakunin, Celta, y Durruti, quedaron en la zona de Santoa,sumndose al Euzko Gudarostea nacionalista, y a unas pocas unidades izquierdistas ms,
44. La versin anarquista de los hechos en CHIAPUSO, M.: El Gobierno..., op.cit., pg. 215.; TALON, V.:Memoria..., op.cit., Vol. II, pg. 455, y 567. Slo cita a 4 de las vctimas, y seala las protestas que ciudadanos britni-cos dirigieron a Chamberlair por el asesinato de Miss Boland, -que para Taln es Bredie-. Segn este autor los repu-blicanos haban volado unas veinte manzanas de casas . No da la fecha exacta de los sucesos, pero seala que lasfuerzas de Escauriaza que realizaron la accin, -dos compaas-, estaban ya en Portugalete cuando se les ordenrepasar la ra y poner fin a la accin de la quinta columna.; Debemos apuntar que no todas las destrucciones podanser atribuidas a los republicanos, dado que la localidad haba sido bombardeada varias veces por Ios nacionales,con daos y vctimas mortales; VARGAS, F.M.: Represin en Vizcaya. Repblica y Guerra Civil., Trabajo de doctorado(indito), pp. 102-118, con la Relacin de vctimas de la represin republicana.
45. CHIAPUSO, M.: El Gobierno..., op.cit., pp, 214-215. No da la fecha exacta de la subida de efectivos delManuel Andrs a Archanda. Nos inclinamos por la del 17, porque el 18 haban cesado los combates por esa altura ylas inmediatas. Entre los mandos de los fusileros del batalln se cita al teniente tolosarra Teodomiro.
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-el grueso de estas march a Santander tratando de cumplir las ordenes del ejrcito de reti-rada a Asturias-, con el objeto de que el Pacto nacionalista con los italianos les permitierasalir del Norte por va martima. Al final, todos acabaron como prisioneros de guerra, pronta-mente sometidos a juicio por los tribunales del adversario. El Malatesta y el ManuelAndrs cayeron por su parte en Santander capital. En cuanto al Isaac Puente, que inte-graba desde julio a los supervivientes del Zabalbide de Izquierda Republicana, consiguieludir la trampa santanderina al estar en la zona de Reinosa, encuadrado en la DivisinIbarrola. Tras combatir por el portillo de Suano, pas a Asturias, donde destac por su heroi-ca defensa del Mazuco, y en el desastre final, muchos de sus hombres lograron salir pormar de Asturias para reintegrarse a la lucha de la Espaa Republicana 46.
10. UNIDADES OFICIALES : UNIDADES REGULARES A CONTRASTAR CON LAS DEMILICIAS, Y CON LAS ANARQUISTAS EN PARTICULAR?
En apariencia, las que se denominaron unidades oficiales en el Cuerpo de EjrcitoVasco, eran sobre el papel unidades regulares en el sentido de profesionalidad que conlle-va el termino. Es decir, eran unidades creadas y controladas por las autoridades militaresprofesionales que permanecan leales al rgimen republicano. Sin embargo, dichas unida-des estaban en su mayor parte mediatizadas por la realidad de unos partidos y sindicatosque dominaban las estructuras milicianas surgidas con la guerra. Y esto no poda ser de otraforma cuando hubo que construir ejrcitos practicamente de la nada. Algo que hoy por hoyes indiscutible en todo lo que se llam Frente Norte, a pesar de que una lnea historiogrfica,la de los hermanos Salas, trat de presentar la situacin militar de la Repblica como hala-gea en todo el Cantbrico, desde Avils hasta Irn.
A nada que profundicemos en la estructuracin de las unidades oficiales vascas, des-cubr imos la di ferenciacin ideolgica en las mismas. Y es as como el batal lnDisciplinario, el destinado a ser batalln de castigo, -dispuesto para ejecutar trabajos defortificacin en los sectores de ms peligro de los frentes-, de los gudaris y milicianos vas-cos, as como de prisioneros enemigos dispuestos a purgar sus culpas con dichas labo-res, era un batalln netamente izquierdista en cuanto a los individuos encargados de lavigilancia y control de presos, y de combatir como fusileros en combate. El jefe, Amos Ruiz,era un antiguo militante socialista, aunque los cenetistas eran los ms numerosos entre sushombres. Lo mismo podemos decir del batalln n 72 de Morteros de Euzkadi, con mayorasocialista-ugetista entre sus filas, y nacido con el fin de nivelar la distribucin de los morterosentre las fuerzas nacionalistas vascas y las no nacionalistas. En cierto modo, podra apuntar-se que trataba de contrarrestrar la anterior hegemona nacionalista establecida a travs delbatalln n 62 lrrintzi. Y el caso contrario hay que sealar en la creacin del tercer regi-miento de Artillera Ligera. Las palabras de Casiano Gerricaechevarria, referidas al inicio deabril de 1937, son concluyentes a ese respecto47:
Por aquellos primeros das de ofensiva, lleg un barco que traa entre otras cosas, 30
caones de 75 mm. de campaa italianos Krupp-Ansaldo, me manifestaron que queran
46. RA, Fondo ONAINDIA, Lista general de los responsables que se han quedado en Santoa; AMILIBIA,Miguel, Los batallones de Euskadi, Ed. Txertoa, San Sebastin, 1978, pp. 194-196; CIUTAT, Francisco, Relatos y refle-xiones de la Guerra de Espaa 1936-1939, Eds. Forma, Madrid, 1978, pp. 86-87; ETXEBERRIA MIRONES, Jess/ Id.,Txomin, Balmaseda 1936-1938: Preguerra, Guerra, Toma de Balmaseda y Represin, Ed. de los autores, Bilbao, 1993,pp. 159-163.
47. RA, Fondo GUERRICAECHEVARRIA, Memorias del Comandante Guerricaechevarria, pg. 50
280 Vasconia. 24, 1996, 259-299
Anarquismo y Milicias de la CNT en Euzkadi
organizar otro regimiento de artillera, y me decan que el de San Sebastin haba cado enmanos de unos sargentos y de un comit marxista-sindicalista, que mangoneaba, segn les
constaba, (...), y que haba de formar otro regimiento con este material llegado, que lo man-
dara el comandante Losada, con personal que no fuera rojo.
En definitiva, las unidades oficiales estuvieron tan politizadas como las de Milicias,siendo en realidad unas falsas unidades regulares, que si quedaron con la denominacinde oficiales fue ms por la necesidad de que ciertos servicios tcnicos, como artillera,morteros, carros de combate, estuviesen nominalmente en manos de algunos de los esca-sos jefes militares profesionales con que cont el Cuerpo de Ejrcito Vasco. Sera intilextendernos en los historiales de cada una de estas unidades, dado que las fichas del apn-dice dan sobradamente los datos reseables, pero esta claro que no fueron el embrin deun verdadero ejrcito. El contraste de los batallones de infantera oficiales de la Brigada deMontaa de Euzkadi con los de los pretendidamente ineficaces anarquistas, no puede serms bochornoso para los primeros. Se desperdiciaron recursos humanos y materiales enuna brigada que no sirvi para nada, mientras batallones como los cenetistas demostrabanel sobrado espritu de lucha que imbua a un ejrcito de voluntarios y de reclutas provenien-tes en su mayor parte del politizado proletariado industrial y del artesanado de oficio.
11. CONCLUSIONES
En la Guerra de Euskadi los anarquistas ofrecieron la paradoja de lo que partidarios odetractores esperaban de ellos. Fueron capaces de vertebrar 8 batallones en base a lasMilicias Antifascistas de la CNT, pero a nivel interno chocaron con las contradicciones deimponer una disciplina, una autoridad, a quienes se consideraban libres e iguales, y deforma externa, sus objetivos polticos les llevaron a chocar con el Ejecutivo vasco, provocan-do una crisis poltica que estuvo a punto de concluir en enfrentamiento armado con las otrasfuerzas del Ejrcito de Euzkadi. Tambin protagonizaron, en nombre de la revolucin o deforma irracional, actos de violencia reprobados por sus circunstanciales aliados del bandoleal, especialmente por los nacionalistas vascos, desde los paseos a las ejecuciones masi-vas de partidarios de los rebeldes, pasando por las destrucciones de carcter anticlerical, ypor practicar en ocasiones una poltica de tierra quemada en algunas poblaciones antesde la entrada del adversario, caso por ejemplo de lrn48.
En los frentes se ha destacado muchas veces una indisciplina innata que ha servidopara presentar a sus unidades como ineficaces, incapaces de destacar frente al enemigo ycapaces de las mayores tropelas en la retaguardia, algo que responde ms a un tpico quea una realidad continuada. El caso del batalln Malatesta es paradigmtico, sus hombresparticiparon en los salvajes asaltos a las crceles el 4 de enero de 1937, y en junio de esemismo ao aniquilaron a la quinta columna de Las Arenas entre escenas terribles de muerte ydestruccin. Sin e