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Centro de Investigaciones Psiquiátricas, Psicológicas y Sexológicas de Venezuela Reconocido por el Conicit (1981) Autorizado por el C.N.U (1991) Gaceta Oficial N° 34678 Programa: Especialización en Planificación y Evaluación de la Educación Propuesta de un Análisis de la Ley Orgánica para la Protección de Niños, Niñas y Adolescentes para Mejorar la Convivencia en la Unidad Educativa “Primero de Mayo”, Municipio Bermúdez, Estado Sucre

Analisis de La LOPNNA

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Centro de InvestigacionesPsiquiátricas, Psicológicas y Sexológicas de Venezuela

Reconocido por el Conicit (1981)Autorizado por el C.N.U (1991)

Gaceta Oficial N° 34678Programa: Especialización en Planificación y Evaluación de la Educación

Propuesta de un Análisis de la Ley Orgánica para la Protección de Niños, Niñas y Adolescentes para Mejorar la Convivencia en la Unidad Educativa

“Primero de Mayo”, Municipio Bermúdez, Estado Sucre

Facilitador: Participantes:

Melissa Alfonzo

Rosiris Lima

Rio Caribe, Julio de 2014

Contenido

B. Introducción

C. Justificación

D. Planteamiento de la Problemática

E. Objetivos del Trabajo

E. 1. Objetivos Generales

E. 2. Objetivos Específicos

F. Aspectos Teóricos del Tema

F. 1. Teoría General

F. 2. Aspectos Filosóficos

F. 3. Aspectos Psicológicos

F. 4. Aspectos Sociológicos

F. 5. Aspectos Pedagógicos

F. 6. Aspectos Andragógicos

F. 7. Bases Legales

G. Diseños del Cuestionario

H. Análisis Cualitativo de la Información

I. Conclusiones

J. Bibliografías

K. Anexos

B. Introducción

La educación es fundamental para la formación y desarrollo integral

del ser humano. Sin embargo, en las últimas décadas se han generado

situaciones que vulneran este derecho, en las cuales tiene destacado valor la

violencia que lo aunada a la indisciplina, interfieren en el proceso de

enseñanza – aprendizaje y afectan la convivencia en las escuelas. En estas

condiciones, es difícil, por no decir imposible que se cumplan los fines

educativos.

Los brotes de agresividad o violencia en los planteles escolares

constituyen un fenómeno que se ha hecho costumbre y no es más que la

realidad social, pues las acciones contrarias a la disciplina exhibidas por las y

los estudiantes es una muestra de las situaciones propias de su entorno,

cuyas causas están presentes en diversos factores de tipo personal, familiar,

ambiental, social, escolar, político y cultural, junto con la desigualdad y

violencia de derechos humanos.

En consecuencia, es prudente que en las escuelas se asuman

reflexiones críticas que contribuyan a la búsqueda de propuestas favorables

para la solución de los conflictos, con una meta única de lograr la

convivencia entre todos los actores sociales. Por una parte, se deben revisar

las normas aplicadas a través del reglamento de convivencia y, por otra,

analizar los instrumentos legales que tratan sobre este tema para realiza los

ajustes correspondientes, de manera que al tomar decisiones, las mismas

estén enmarcadas en el respeto a los valores y los derechos humanos. Así

será posible construir una cultura de paz, con justicia social, donde tengan

una participación activa y solidaria, las niñas y niños, padres y

representantes y responsables, docentes y demás integrantes del personal

de la escuela, junto con la comunidad.

Basado en estas precisas, se ubica el estudio en la U.E. “Primero de

Mayo”, con el objetivo de proponer en análisis de la Ley Orgánica para la

Protección de Niños, Niñas y Adolescentes, con miras a lograr un

mejoramiento del proceso de convivencia en la misma. Para ello se elaboró

el presente trabajo de tipo monográfico que incluye los siguientes contenidos

y aspectos significativos acerca del tema objeto de investigación.

Se inicia con la introducción, luego el planteamiento de la

problemática, objetivos general y específicos, aspectos teóricos, filosóficos,

psicológicos, sociológicos, pedagógicos, andragogicos y legales, diseño del

cuestionario, análisis del cualitativo de la información, conclusiones,

bibliografías y anexos.

C. Justificación

El estudio de la convivencia escolar en la U.E. “Primero de Mayo”,

tiene importancia porque se podrá revelar las verdaderas causas de los

problemas existentes en este proceso, en relación con la actuación docente,

las conductas de los niños y niñas, la influencia familiar y del clima escolar,

en el entendido que cualquier intento por mejorar las relaciones

interpersonales en la referida institución tiene gran relevancia para:

Los niños y niñas: Quienes podrán convivir y respetarse entre sí para trabajar en armonía hacia la solución de sus propios problemas y en de la comunidad escolar. Por otra parte, tendrán la oportunidad de aprender sus deberes y derechos en relación con la convivencia para que esta no decaiga con el paso del tiempo y los vínculos afectivos se mantengan hasta fuera del aula.Los docentes: Quienes podrán fortalecer sus conocimientos en materia de derechos humanos y de convivencia, para introducir cambios en su planificación y metodología aplicada, a fin de contribuir con la construcción de un aula ejemplos, conformada por seres respetuosas, solidarias, tolerantes y unidas para la participación y el trabajo en equipo.Los padres y representantes: Tendrán la oportunidad de reflexionar acerca del rol que no han sabido cumplir y respondan de una vez por todas al reclamo que les hace la sociedad, de orientar y formar a los hijos e hijas con principios y normas éticas y morales, de modo que sean garantes de la paz, el respeto a los derechos humanos y los valores fundamentales para el ejercicio de la ciudadanía y la democracia participativa y protagónica.La escuela: La cual se convertirá en escenario propicio para el dialogo, la concertación, el desarrollo de actividades compartidas, la confrontación de experiencias y saberes, la toma de decisiones fundamentales para lograr el cambio, haciéndose eficaz en la promoción de niños y niñas formadas integralmente, con una educación basada en la pedagogía de los valores contenidos en un reglamento de normas para la convivencia escolar.

D. Planteamiento de la Problemática

La escuela está concebida como un ambiente o escenario

propicio para el encuentro de saberes, adquisición y promoción de valores,

donde prive el diálogo, el desarrollo de sentimientos compartidos y la

convivencia es colar, desde una perspectiva que favorezca el ejercicio

democrático. En el ambiente escolar, la participación debe contribuir a la

relación cooperativa de esfuerzos orientados hacia el bien común.

No obstante, el recinto escolar vive constantemente amenazado por la

penetración de la violencia en sus aulas, como resultado de actuaciones

individuales o grupales que no respetan los valores de la convivencia e

irrumpen contra la escuela y sus integrantes, causando daños físicos y

morales. Al abordar esta situación en el ámbito de Latinoamérica, se destaca

el proceso en España, donde según San Juan (2008): “En los últimos años

ha existido una elevada preocupación e interés por los problemas de

convivencia escolar, atendidos estos como un tipo de conducta transgresora

que impide el normal desarrollo de la enseñanza y afecta gravemente a las

relaciones interpersonales”. (p. 50). De acuerdo con esto, se evidencia la

existencia de problemas en la convivencia escolar, que afectan directamente

las relaciones interpersonales y el desarrollo de las actividades de

enseñanza – aprendizaje.

Los problemas de convivencia que ocurren en las escuelas tienen

muchas de sus causas fuera de esta, a veces vinculadas con dificultades en

la enseñanza, la insuficiente supervisión en el hogar, donde se adoptan

modelos de crianza permisivos e indiferentes a las relaciones que establezca

fuera de casa. A estos se añaden los cambios sociales y las complejidades

para acoplar la escuela a estos cambios.

Por otra parte, en Colombia, específicamente en la Unidad Educativa

Distrital Rafael Uribe; según Renteria y Quintero (2009): “La mayoría de las

relaciones estudiantes – maestros, se refiere a la resolución de conflictos,

provocaciones verbales y físicas dentro y fuera de la institución y daños al

bien común”. (p. 21). Se entiende con esto, que la situación educativa en esa

institución permanece en constante tensión, lo cual hace más difícil la labor

académica, formativa y de convivencia.

Es oportuno destacar que el país colombiano vive en un contexto

generalizado por la violencia, representada por grupos paramilitares,

corrupción política y administrativa, guerrillas, delincuencia común, violencia

intrafamiliar y analfabetismo, cuyos efectos conducen a la intolerancia y

desempleo, con las consecuencias para las familias que caen en la pobreza,

pérdida de valores morales y pérdida de identidad cultural, por lo tanto los

esfuerzos para la convivencia no son suficientes.

En Venezuela, la situación no es menos dramática, debido al

incremento de los índices de criminalidad y violencia. Al respecto, Zubillaga,

2007, citada por Hernández (2010) destaca que:

La última década del siglo pasado estuvo caracterizada por un vertiginoso repunte de violencias en las interacciones cotidianas del caraqueño, íntimamente relacionado con el profundo deterioro de las condiciones de vida, con la intensificación de las desigualdades sociales, y de la exclusión, con las crisis de las instituciones legitimadas para la administración de justicia y la resolución de conflictos, así como con la pronunciada conflictividad política que se experimenta ya en el presente siglo. (p. 12).

De acuerdo con lo anterior, la situación de violencia en la sociedad

venezolana no puede, de ninguna forma, pasar desapercibida cuando el

fenómeno que ocupa preponderante importancia en la actualidad es el de la

violencia escolar. En consecuencia, la escuela debe constituirse en un

escenario en el que puedan construirse formas alternativas de relacionarse,

que favorezcan la proliferación de vínculos armoniosos entre sus miembros.

En este sentido, el caso venezolano presenta un panorama bastante

preocupante. Según informa presentado por la Universidad Central de

Venezuela (2003): “Existe una importante sobreexposición de niños y

jóvenes a la violencia, que las empuja muchas veces a participar de su

juego. La impunidad, la delincuencia y enfrentamientos entre bandas cobran

a diario las vidas de miles de niños y jóvenes”. (p. ). La violencia, como se

advierte a través de lo antes expresado, ha alcanzado los diferentes

escenarios en que se desenvuelve la vida del venezolano. Igualmente, la

escuela se ha visto penetrada por este repunte de la violencia, por lo tanto,

constituye un espacio en el cual los y las alumnas están expuestas a ésta,

porque provienen de la comunidad y conviven con los conflictos que allí se

producen.

En este orden de ideas, se percibe que la educación formal e informal

no está dando respuestas a esta problemática social. Al respeto, Ibarra,

2008, citado por Martínez (2011) plantea que actualmente en Venezuela se

tiene:

Una educación cuyo entorno le es propio y como tal presenta sus mismas características: árido, en ocasiones extremadamente hipersensibles, agresivo; con escuelas muy cerca de un bar o una guarida de delincuentes; estructuras deterioradas, sucias; con docentes rígidos, apáticos o demasiado preocupados por lo externo, la pintura, la

cartelera; directivos groseros, imponentes o desinteresados; con un currículo que no ayuda, un joven cargado con una triste y dolorosa historia de vida, un estigma social o desaliento por lo que está recibiendo como educación. (p. 7).

Lo expresado por el autor precitado refleja una dura realidad, pero que no

puede negarse, porque es un hecho público y notorio que las escuelas son el fiel

reflejo de la sociedad, razón por la que muchos de sus integrantes acostumbran a

protagonizar episodios de agresividad, cuyo final termina en conflicto, convirtiéndose

en elementos negativos para la conquista de la convivencia escolar, como debe

existir en la escuela.

Algunas de las acciones tocadas por el gobierno nacional al crear varias

leyes e incorporar contenidos que regulen la convivencia social y escolar, el conflicto

y la agresividad continúan siendo factores amenazantes del proceso de convivencia,

debido a que la violencia persiste como un problema de salud pública, con fuerte

injerencia en la cotidianidad de la escuela y el aula, posiblemente por la poca

capacidad desarrollada por los docentes para resolver los conflictos que se le

presentan durante la práctica pedagógica.

En línea con este planteamiento, Arellano (2007) expresa: “… en la

formación del educando, no se están desarrollando capacidades, habilidades

y competencias a través del manejo de estrategias que permitan abordar

conflictos, lo que incide en su formación ciudadana con carencias en la

capacidad de análisis, como ser social”. (p. 26). Es claro entender que al no

contar los educandos con estrategias sólidas para abordar los conflictos, se

ven inmiscuidos permanentemente en situaciones de esta naturaleza que,

lógicamente afectan su convivencia con los demás compañeros. Ello implica

que existe una población estudiantil que no ha desarrollado competencias o

habilidades sociales, por lo tanto, se les dificulta enfrentar la conflictividad, a

través de acuerdos de paz, diálogos de otro medio de comunicativo que no

sea la violencia física o verbal.

La causa de la falta de estrategias empleadas por los docentes para

enseñar a sus educandos a resolver los conflictos en forma pacífica, radica

posiblemente en el desconocimiento de acciones o medidas contempladas

en el ordenamiento legal, como es la Ley Orgánica para la Protección de

Niños, Niñas y Adolescentes, la cual recoge una serie de principios que

pueden contribuir al logro de la convivencia en el aula y con unas efectivas

relaciones interpersonales.

En el Estado Sucre, la situación de violencia y convivencia escolar es

un reflejo de lo que se experimenta a nivel nacional. Específicamente, en la

U.E. “Primero de Mayo”, Municipio Bermúdez de esta entidad, de acuerdo a

una observación realizada y en conversaciones informales con algunos

docentes, se pudo detectar que en este centro educativo existen múltiples

problemas de conflictividad que generan preocupación, pues inciden sobre el

buen desarrollo de las relaciones interpersonales alumno – alumno, alumno –

docente, docentes y directivos entre sí. Todos estos elementos se combinan

para configurar un panorama en el cual el proceso de convivencia escolar

está debilitado, sin una Parente solución inmediata, debido al poco

conocimiento que exhiben algunos docentes para poner en práctica los

contenidos de la LOPNNA, a fin de adaptarlo a un reglamento de convivencia

acorde con las necesidades de la escuela.

En razón de la problemática descrita, se desarrolló el presente estudio

para el cual fue necesario aplicar un cuestionario de diez (10) preguntas

abiertas a igual número de personas con el fin de recolectar mayor

información relacionada con el tema objeto de investigación.

1. ¿Qué conocimiento posee sobre los deberes y derechos de los

escolares establecidos en la LOPNNA?

2. ¿Cuál su preparación para identificar problemas que atentan contra la

convivencia en el aula?

3. ¿Cuáles actividades planifica para la promoción y fomento de valores

hacia la convivencia?

4. ¿Con qué frecuencia realiza campañas para propiciar la convivencia

en el aula?

5. ¿Cuáles conductas manifiestan los niños y niñas que atentan contra la

convivencia escolar?

6. ¿Cuáles elementos se deben reforzar en el estudiantado para mejorar

la convivencia escolar?

7. ¿Cuál es la participación de la familia y la comunidad en el tratamiento

de los problemas de convivencia escolar?

8. ¿Cuál es la influencia de los métodos educativos familiares en el

proceso de convivencia escolar?

9. ¿Cómo es la comunicación que establece con los alumnos como base

para la convivencia escolar?

10. ¿Cómo influye el clima organizacional de la escuela en el logro de la

convivencia escolar?

Las mismas fueron aplicadas a las siguientes personas:

1. Licenciado Luis García, docente de la U.E. “Primero de Mayo”, con 15

años de servicios.

2. T.S.U. Marieta Medina, docente de aula de la U.E. “Primero de Mayo”,

con 7 años de servicios.

3. Licenciada Aqueda Farías, docente de aula de la U.E. “Primero de

Mayo”, con 20 años de servicios.

4. Licenciada Henry Reyes, docente de la U.E. “Primero de Mayo”, con 1

años de servicios.

5. Licenciada Virginia Muñoz, docente de la U.E. “Primero de Mayo”, con

8 años de servicios.

6. Licenciada Edith Medina, docente de aula de la U.E. “Primero de

Mayo”, con 15 años de servicios.

7. Licenciada Rosa González, docente de aula de la U.E. “Primero de

Mayo”, con 5 años de servicios.

8. Licenciada Yoleidys Hernández, docente de aula de la U.E. “Primero

de Mayo”, con 13 años de servicios.

9. Licenciada Maraisi Gil, docente de aula de la U.E. “Primero de Mayo”,

con 15 años de servicios.

10.Licenciado Filiberto Rojas, docente de aula de la U.E. “Primero de

Mayo”, con 15 años de servicios.

La convivencia es una necesidad imperiosa en la actual sociedad,

para encontrar la paz y justicia social que tanto se requiere como vía

fundamental para disfrutar de una mejor calidad de vida. En procura de este

propósito se recurre a los medios y mecanismos posibles, con apoyo en la

normativa legal, en la cual se contemplan los deberes y derechos, como es el

caso de la LOPNNA, cuyo conocimiento es importante para aplicarlas

convenientemente en el momento apropiado.

Al ser consultado acerca de este tema, García (2014) manifestó:

“Tengo conocimiento de los deberes y derechos de los niños y niñas, pero

me ha faltado analizarlos desde la visión de la LOPNNA”. (Cuestionario

aplicado, Julio 2014). De acuerdo a la respuesta suministrada por el

informante se entiende que ha obtenido la información acerca de los deberes

y derechos de los niños a través de otra vía diferente a la LOPNNA, por lo

tanto se puede inferir que posee conocimiento sobre lo que esta contiene.

Sobre el tema antes abordado también fue consultada Medina (2014)

quien manifestó: “En realidad no puedo decir que tenga gran conocimiento

acerca de este tema, porque he leído poco la LOPNNA”. (Cuestionario

aplicado, Julio 2014). La respuesta dada por la informante evidencia que

posee poco conocimiento de los derechos y deberes de los escolares

contemplados en la LOPNNA. En este sentido, podría considerarse que no

poseen la preparación que se requiere para identificar problemas que

atentan contra la convivencia escolar.

Para los docentes es importante que estén preparados para

proporcionar la orientación pertinente a los niños y niñas en cuanto a sus

deberes y derechos para que aprendan a respetar a los demás. Al respecto,

Medina (2014) señaló: “Mi preparación es insuficiente para identificar

problemas entre los niños que atenten contra la convivencia escolar”.

(Cuestionario aplicado, Julio 2014). Sin una suficiente preparación resulta

difícil para el docente resolver los problemas o dificultades de convivencia en

el aula.

En torno a la preparación que posee para identificar problemas

contrarios a la convivencia, García (2014) indicó: “En el aula se presentan

situaciones de acoso o discriminación, ante las cuales tomo acciones

basadas en mis experiencias, no por una preparación en la materia”.

(Cuestionario aplicado, Julio 2014). A través de la respuesta indicada por el

informante. Se evidencia que se producen situaciones potencialmente

peligrosas para la convivencia en el aula, ante las cuales se toman acciones;

sin embargo, los docentes carecen de una base sólida de preparación

respecto al tema.

No obstante, la falta de una preparación que fortalezca la toma de

decisiones del docente ante situaciones que vulneren los derechos de los

niños y niñas, no ha sido impedimento para que estos planifiquen algunas

actividades orientadas a la promoción y fomento de valores hacia la

convivencia.

En relación con este aspecto, fue consultada Farías (2014) quien

respondió: “Realizo charlas, dinámicas, juegos para socializar a los niños y

niñas, pero estos poseen conductas violentas difíciles de controlar”.

(Cuestionario aplicado, Julio 2014).

La respuesta de la informante evidencia que si planifican actividades

dirigidas a lograr la convivencia en el aula; sin embargo, las mismas no son

suficientes para mitigar las manifestaciones de agresividad y violencia

experimentadas por algunos alumnos, quienes posiblemente conviven en un

ambiente caracterizado por el maltrato y ausencia de reglas claras en el

hogar, para el respeto de los derechos y valores asociados a la convivencia

escolar.

Una respuesta similar fue suministrada por Reyes (2014) al ser

consultado acerca de su planificación: “Acostumbro realizar charlas, juegos

cooperativos, actividades de compartir; sin embargo, existen algunos niños y

niñas que actúan con rabia y les gusta gritar a sus compañeros”.

(Cuestionario aplicado, Julio 2014). De acuerdo a lo expresado por el

informante, se revela que las actividades planificadas no han tenido el efecto

suficiente para hacer que todos los niños se respeten entre sí.

Las estrategias o actividades que planifican los docentes para

promover los valores de la convivencia en el aula no debe ser un hecho

aislado del resto de la programación, sino formando parte de los proyectos

de aprendizaje, las cuales mantienen una buena frecuencia y ofrecen

oportunidades que favorecen las relaciones interpersonales. En este sentido,

al ser consultado acerca de la frecuencia de las campañas para propiciar la

convivencia en el aula, Reyes (2014) respondió: “Cada semana les hago

comentarios y planifico actividades sobre los valores de la convivencia”.

(Cuestionario aplicado, Julio 2014).

En atención a la respuesta del informante se evidencia que no son tan

frecuentes las campañas para propiciar la convivencia en el aula, lo que

podría explicar por qué aún existen niños o niñas que actúan con

agresividad, sin el debido respeto a sus compañeros, creando interrupciones

al docente en sus prácticas pedagógicas cotidiana y, por supuesto, con

efectos negativos para el adecuado desarrollo de las relaciones

interpersonales, de gran importancia para el trabajo en equipo y la solución

de problemas.

En relación con la misma interrogante fue abordada Farías (2014)

quien manifestó: “Estoy casi siempre pendiente de mantener a los niños y

niñas socializados y compartiendo”. (Cuestionario aplicado, Julio 2014).

Sobre este particular resulta evidente que el nivel de conflictividad en el aula

no debe dejarse de lado para atender otras cuestiones, porque del grado de

convivencia que exista va a depender la atención y disposición para el

desarrollo de las actividades académicas.

La conflictividad escolar es un problema social percibido en la escuela

por todos sus protagonistas, como el resultado de una convivencia que no

alcanza s límite máximo debido a ciertas conductas entre los niños y niñas

que impiden el logro afectivo de este fin. Al respecto, Muñoz (2014) indicó

que: “Existen niños que no están bien integrados y muestran enfrentamientos

y agresiones entre ellos”. (Cuestionario aplicado, Julio 2014). De acuerdo a

lo indicado por la informante se infiere que una de las causas que afecta la

convivencia en el aula es la falta de integración de algunos niños o niñas

quienes llegan a tener enfrentamientos entre ellos, se agreden, insultan

verbalmente y chocan en sus vivencias y experiencias individuales y

sociales. Ello implica el uso de ciertos mecanismos de orientación y

adaptación para que estos alumnos y alumnas aprendan a convivir en paz y

dejen de agredirse, con miras a crear favorables relaciones afectivas.

En torno a las conductas manifestadas por ciertos niños y niñas,

Medina (2014) refirió: “Si, existen varios niños que no dejan tranquilos a los

demás compañeros, frecuentemente les llamo la atención, pero hacen poco

caso y he tenido que hablar con sus representantes”. (Cuestionario aplicado,

Julio 2014). Se evidencia, a través de lo señalado por la informante que ante

las conductas manifestadas por ciertos niños y niñas, la docente ha tenido

que acudir a los representantes para que la apoyen en la orientación de

estos alumnos.

La actuación conjunta entre los distintos actores sociales es lo más

indicado para tratar de superar los problemas que interfieren en el proceso

de convivencia. De allí que sea necesario que los escolares adquieran

aprendizajes favorables hacia el respeto y la aplicación positiva de los

valores familiares y sociales. Sobre este punto fue consultada, Medina (2014)

quien afirmó: “Los escolares deben aprender a tratar a sus semejantes,

primeramente, con respeto y tolerancia, y viceversa”. (Cuestionario aplicado,

Julio 2014). La respuesta dada por la informante conduce a que debe

reforzarse en las y los estudiantes el trato social, el respeto y la tolerancia.

En efecto, estos valores se consideran muy valiosos para crear individuos

capaces de convivir en paz con los demás aceptándose con sus semejanzas

y diferencias, para dirimir cualquier conflicto a través del mecanismo del

dialogo y la concertación.

Por su parte, Muñoz (2014) considera que debe reforzarse en los

niños y niñas: “La manera de dirigirse a los otros compañeros, que

comprenden que el derecho de ellas comienzan cuando terminan las de

otros, que tengan respeto por los bienes y cosas ajenas”. (Cuestionario

aplicado, Julio 2014). La respuesta de la informante revela que debe

reforzarse en los niños y niñas aquellas conductas relacionadas con la

comunicación personal y el conocimiento de los derechos individuales y

sociales.

Las actividades que se pongan en práctica para contribuir a crear una

positiva convivencia escolar, debe contar permanentemente con la

participación de la familia y la comunidad. En este sentido, para conocer su

opinión, acerca de cuál participación tienen la familia y la comunidad en este

proceso, fue consultada González (2014) quien respondió: “La familia y la

comunidad poco aportan para el tratamiento de los problemas de convivencia

en la escuela, porque en estas instancias también tienen graves dificultades

con este proceso”. (Cuestionario aplicado, Julio 2014). La respuesta emitida

por la informante revela una situación preocupante, porque tanto la familia

como la comunidad se ven importantes para contribuir con el tratamiento de

los problemas de convivencia escolar, pues internamente también están

penetradas por elementos que afectan su diario convivir, como son

conocidas la inseguridad, la violencia y los conflictos inter e intrafamiliares y

desigualdades sociales.

En cuanto a la participación de la familia y la comunidad en el

tratamiento de los problemas de convivencia escolar también opinó

Hernández (2014) quien afirmó lo siguiente: “Los padres y representantes

tienen escasa participación en las actividades de la escuela para promover

los valores de la convivencia”. (Cuestionario aplicado, Julio 2014). De

acuerdo a lo afirmado por la informante, queda evidenciada la poca

presencia y participación de los padres y representantes para ayudar al logro

de una adecuada convivencia en la escuela.

A la escasa participación de la familia y la comunidad en el tratamiento

de los problemas de convivencia escolar, por las razones antes expuestas,

se añaden los métodos que se utilizan en muchos hogares, las cuales no

favorecen en nada a crear conductas de respeto, responsabilidad y

tolerancia en los niños y niñas. Al respecto, Hernández (2014) manifestó: “En

muchas familias, los métodos aplicados son muy permisivos, dejando a los

hijos en libertad de actuar como lo desean”. (Cuestionario aplicado, Julio

2014).

Según lo manifestado por la informante existen permisividad de la

familia en los métodos educativos, lo que induce a los niños y niñas a

desarrollar actitudes individualistas y egoístas, en la mayoría de las veces,

sin respecto hacia las demás personas que piensen distinto o no les

conceden los casos deseados, además tienen poco cuidado en escoger

buenas amistades, sin vicios ni malicias, que las conduzca por un sendero de

paz y bienestar.

Con respecto a la misma interrogante relacionada con los métodos

educativos familias, González (2014) refirió que: “Existen familias que son

indiferentes a lo que pase con sus hijos e hijas, por lo tanto están poco

vigilantes de lo que hacen fuera de la casa, con quien acudan y cómo se

comportan”. (Cuestionario aplicado, Julio 2014). De acuerdo a la respuesta

de la informante, los métodos educativos familiares son poco favorables para

crear ciudadanos capaces de convivir armónicamente con sus semejantes.

Otro factor de reconocida importancia en el proceso de convivencia es

la comunicación. En la escuela, son innumerables los momentos para

comunicarse y es el docente a quien le corresponde hacer de este proceso

una herramienta indispensable para orientar favorablemente a los niños y

niñas y hacerlas comprender los problemas que tendrían si no logran

aprender a convivir sin problemas en la comunidad y otros ambientes

sociales. Sobre este aspecto, Gil (2014) reconoció que: “Ha tenido

dificultades para establecer una comunicación acertada con sus alumnos

para que respeten los valores sobre la convivencia”. (Cuestionario aplicado,

Julio 2014). En relación con la respuesta de la informante, se advierte que ha

tenido poco acierto con la comunicación aplicada en el aula, hasta el punto

que los problemas sobre la convivencia persisten y afectan las relaciones y el

pleno desenvolvimiento de la práctica pedagógica.

Otra opinión acerca de la comunicación fue suministrada por Rojas

(2014) quien agregó: “Algunas veces pierdo la calma ante el desorden que

forman los niños y les hablo con mucha dureza, hasta que logro calmarlos”.

(Cuestionario aplicado, Julio 2014). En relación con la respuesta de la

informante se evidencia una pérdida del control del aula por parte del

docente, quien al verse saturado de tanto ruido, utiliza mecanismos no

favorables para la convivencia como son los gritos.

Asimismo, el clima organizacional de la escuela, ejerce una importante

influencia en la creación de la convivencia. Así al darse unas agradables

relaciones de trabajo entre el personal, las actividades se desarrollarán en un

ambiente de armonía, de lo contrario surgen conflictos que afectan el

funcionamiento de la organización escolar y, por ende, la convivencia. Al ser

abordado acerca de este tema, Rojas (2014) señaló: “Existe descontento en

varios integrantes del personal docente y obrero, no se reúnen con el resto

del personal”. (Cuestionario aplicado, Julio 2014). La respuesta dada por el

informante revela una debilidad en el clima organizacional de la escuela que

afecta directamente al personal en sus relaciones de trabajo, pero también

indirectamente a la institución y sus integrantes, pues no comparten, ni

trabajan en equipo para solucionar los problemas de la escuela.

En este orden de idas, Gil (2014) expresó: “Hay inconformidad por la

forma como el director trata al personal, lo que induce al desinterés e

insuficiente coordinación de las actividades orientadas a la convivencia”.

(Cuestionario aplicado, Julio 2014). Respecto a la respuesta dada por la

informante es evidente que el clima organizacional de la escuela se presta

para la agitación y el impedimento de acciones favorables para la

convivencia dado el grado de desinterés e inconformidad presente en su

personal.

E. Objetivos del Trabajo

Uno de los aspectos fundamentales de todo trabajo de investigación

es la definición de objetivos, pues estos permiten dejar en claro cuál va a ser

el alcance del estudio, es decir, indican el punto de llegada, lo que se quiere

lograr. Al respecto, se formulan las siguientes:

E. 1. Objetivo General

Proponer un análisis de la LOPNNA para el mejoramiento de la

convivencia en la U.E. “Primero de Mayo”, Municipio Bermúdez, Estado

Sucre.

E. 2. Objetivos Específicos

Analizar las bases teóricas, filosóficas, psicológicas, sociológicas,

pedagógicas, andragógicas y legales que sustentan la convivencia.

Indagar el conocimiento que poseen los docentes sobre los deberes y

derechos de los escolares establecidas en la LOPNNA.

Verificar la preparación que poseen los docentes para identificar

problemas que atentan contra la convivencia en el aula.

Identificar las actividades planificadas por los docentes para la

promoción y fomento de los valores hacia la convivencia.

Determinar la frecuencia con la cual se realizan campañas que

propicien la convivencia en el aula.

Examinar las conductas que manifiesten los niños y niñas que atentan

contra la convivencia escolar.

Especificar los elementos que deben reforzarse en el estudiantado

para mejorar la convivencia escolar.

Investigar la participación de la familia y la comunidad en el

tratamiento de los problemas de convivencia escolar.

Explorar la influencia de los métodos educativos familiares en el

proceso de convivencia escolar.

Definir la comunicación que establecen los docentes con los alumnos

como base para la convivencia escolar.

Detectar la influencia del clima organizacional de la escuela en el logro

de la convivencia escolar.

F. Aspectos Teóricas del Tema

En este apartado se expone de forma coherente los elementos

teóricos desde el cual se ha interpretado el fenómeno objeto de estudio, en

este caso la convivencia escolar. Aquí se incluye la teoría general, con los

fundamentos filosóficos, psicológicos, sociológicos, pedagógicos,

andragógicos y legales que sustentan este tema.

F. 1. Teoría General de la Convivencia

La sociedad actual es testigo del proceso de socialización que viven

los niños, niñas, jóvenes y adolescentes, el cual se manifiesta a través de

expresiones que pueden considerarse violentas e incluso agresivas en su

periodo de escolarización. En este sentido, García, 1997, citado en Rojas

(2003) define la convivencia como: “La disposición de relacionarse con otros

con consideración y respeto a su ida y en consecuencia, a todos sus

derechos”. (p. 26). Al educar para la convivencia se deben hacer énfasis en

la promoción y fomento de valores como la responsabilidad y el respeto,

porque estos son esenciales para la vida en comunidad. En este sentido

juegan un papel primordial la familia, el docente, la sociedad, la comunidad y

el Estado, porque cualquier perturbación de la paz escolar afecta a todos

estos conglomerados.

Para Ortega (2007), la convivencia: “Es el arte de vivir juntos bajo

convenciones y normas, explícitos o no, que logren sacar lo mejor de cada

uno al servicio de la mejora de las relaciones sociales y la funcionalidad de la

tareas comunes”. (p. 32). En tal sentido, se desea compartir la vida con seres

juiciosas, conscientes de llevar unas relaciones sociales de reciprocidad en

el amor, las tareas compartidas, el respeto a la moral y de buenas

costumbres.

Factores que Influyen en la Convivencia Escolar

En el proceso de convivencia escolar son numerosos los factores que

ejercen un poder muy sensible, tanto en lo positivo como en lo negativo de

su desarrollo. Según Martínez (2005) las gérmenes escolares de la violencia

hay que basarlas en:

La crisis y diversidad de valores de la propia institución escolar.

La discrepancia en la disrupción de espacios, organización de

tiempos, pautas de comportamiento, etc.

El énfasis en los resultados de los alumnos y su comparación con la

norma, así como la desatención de las personas y de los procesos

educativos.

La presencia de una cultura escolar hegemónica que puede chocar

con otras que están en posición desventajosa.

El elevado número de alumnos y la dificultad de atención

personalizada. (p. 295).

De acuerdo con lo expresado, existen variados factores generadores

de violencia, los cuales incluyen la crisis de valores presentes en la familia y

la sociedad, a la que se integra la escuela con sus normas y esquemas de

trabajo, que ejercen una poderosa influencia en el tiempo y el espacio de los

educandos, aunque la falta de atención de estas cuando son grupos

numerosos crean situaciones de hacinamiento, que pueden afectar la

convivencia en la población estudiantil.

Hay consenso en señalar que, entre los cambios registrados en los

últimos tiempos en las instituciones escolares, se han incrementado las

conductas hostiles y destructivas. Estas pueden variar mucho, distinguiendo

algunas modalidades como lo revela Avilés (2003):

Física: A través de empujones, patadas, puñetazos, etc. Es un tipo de maltrato más frecuente en la escuela primaria.Verbal: Es quizá el más habitual y se expresa por medio de insultos, motes, humillaciones públicas, de burlas acerca de un defecto real o imaginado, entre otros.Psicológica: Está presente en todas las versiones del maltrato, su finalidad es infundir temor.Social: Busca aislar o desprestigiar. Se debilita o se rompe el soporte social al sujeto, para que este quede indefenso. (pp. 18 - 19).

Cualquiera de las situaciones antes descritas representan un

fenómeno muy grave que podrían estar motivadas por una especie de

inadaptación escolar, depresión, fracaso escolar y algún trastorno de parte

de quienes inducen estas conductas, capaces de provocar repercusiones

negativas para el desarrollo de la convivencia en la escuela, que se

generaliza en el estudiantado a través de inadecuadas relaciones

interpersonales.

Por su parte, Peralta, Sánchez, Trianes y de la Fuente, 2003, citados

por Conde (2013) expresan que entre los factores que obstaculizan la

convivencia escolar pueden nombrarse:

Conductas disruptivas, consideradas como aquellas acciones que

dificultan el normal desarrollo de las clases.

Indisciplina en las relaciones entre el profesorado y el alumnado.

Problemas relacionales entre el alumnado. Aquí se pueden incluir

vandalismo, daños materiales, extorsiones, agresiones y violencia física.

Falta de implicación familiar.

Desmotivación y desinterés académico.

Ausentismo.

El hecho ser percibido diferente.

Medidas educativas inadecuadas para la mejora de la convivencia

escolar. (pp. 57 - 58).

Los factores indicados revelan una incidencia bastante fuerte en el

proceso de convivencia escolar, pues, se vinculan con hechos

protagonizados tanto por las y los estudiantes, así como de profesores y

grupo familiar, agentes de primer orden dentro de la socialización que debe

alcanzarse con su participación compartida de responsabilidades. Se

advierten debilidades en el control de la familia, el interés y motivación de

estudiantes y docentes, a lo que se añade la inefectiva planificación.

Planificación de Medidas para Promover la Convivencia Escolar

En las instituciones educativas, previo al desarrollo de medidas o

planificación de actividades que conduzcan al logro de actividades que

conduzcan al logro de una satisfactoria convivencia escolar, deben

considerarse ciertos aspectos relacionados con las exigencias de adaptación

a la escuela, las desigualdades, los métodos pedagógicos, el número de

alumnos por aula, el proceso comunicativo docente – alumno, alumno –

alumno y los problemas disciplinarios entre la población estudiantil.

De igual manera, es importante actuar con prudencia, basado en un

análisis particular de cada situación, donde no se piense en sancionar sino

en dar paso a la reflexión, la participación, el dialogo y la responsabilidad, de

modo que en el proceso de planificación se involucren nociones para el

desarrollo personal y social, a través del establecimiento compartido de

normas y objetivos. Un posible esquema para preparar un plan de mejora de

la convivencia debe incluir, según Ortega y del Rey, 2003, citado por

Martínez (2005):

Un análisis de la situación: Cualquier acción pasa por un diagnóstico rápido y certero del problema, de los sujetos y de su circunstancia, la realidad de la escuela.Bases teóricas de la intervención: Esta debe partir de un enfoque humanístico abierto e integrador, con la participación individual y comunitaria. Planificación de la intervención: Se establecen estrategias preventivas o terapéuticas, con la participación de la comunidad educativa. Aquí se incluyen la investigación, sensibilización social y escolar, formación de agentes educativos; producción de materiales didácticos y atención directa a los escolares.

Coordinar los medios y personas. Establecer normas claras. Mantener coherencia entre lo que se planifica y el

currículo. Evaluar la intervención, tanto en el proceso como

en el resultado. (pp. 299 - 300).

De acuerdo con lo antes precitado, la planificación de acciones o

medidas orientadas a contribuir con el proceso de convivencia escolar, para

que se evite la violencia y todos los actores educativos convivan en paz,

requiere de una serie de pasos bien definidos, que cuente con la

participación de todos los miembros de la comunidad educativa relacionada

con la escuela, porque de los acuerdos y normas que se establezcan

depende la buena marcha de la institución y el proceso de enseñanza –

aprendizaje.

Para apoyar la planificación, sería prudente considerar otros aspectos,

entre las cuales Deutsh y Alzate, 2003, citados por Conde (ob. cit.) se

destacan:

El sistema disciplinario: Utilizado para corregir comportamientos en que los conflictos necesitar ser controlados, para evitar males mayores.

Los aspectos curriculares: Incorporando al programa los contenidos propios de la resolución de conflictos.

Los aspectos metodológicos: Utilizando las estrategias del aprendizaje cooperativo.

La mejora de la cultura escolar: Introduciendo innovaciones que mejoren la participación y la actitud democrática de los centros.

La dimensión socio – comunitaria: Desarrollando programas específicas de entrenamiento en la resolución de conflictos y dirigidos a los sectores con más influencia en el centro. (p. 92).

Con el apoyo de los aspectos antes descritos, las actividades o

estrategias que se planifiquen para el mejoramiento de la convivencia

escolar, adquieren una dimensión y campo de actuación más amplio, para

manejar la información que se requiera en los momentos de mayor apremio,

como base para la adecuada toma de decisiones, para prevenir conductas

indeseadas en las y los estudiantes, o en docentes, padres o representantes.

La Familia y la Comunidad en el Proceso de Convivencia Escolar

Las instituciones educativas no pueden actuar sin el apoyo de la

familia y la comunidad para crear una sana convivencia escolar. Al respecto,

Colina (2004) expresa que: “La familia es el factor de mayor influencia para el

desarrollo humano; es el ámbito donde se dan casi todas las experiencias

vitales significativas; el molde en que el individuo toma forma influyendo en

su personalidad, sentimientos y patrones sociales”. (p. 25). De igual forma la

comunidad y el resto de las personas con las que socializa el o la estudiante

representa una porción importante en su desarrollo personal, por tal motivo

se debe tomar en cuenta cuando se hable de posibles causas que generan

violencia entre ellos, qué tanto influye el hecho que vivan en ciertos espacios

geográficos donde la pobreza es mayor o menor, las prácticas sociales que

se manifiestan y los efectos que esta generan en el ánimo de las personas,

niños, niñas, jóvenes y adolescentes.

La familia es más que los miembros que la conforman, es un espacio

de vida, tal como lo señala Barroso (2009): “Es un servicio compuesto de

varios miembros, todos importantes cada uno con sus necesidades, con sus

contextos, objetivos y competencias, con sus características propias,

personales, haciendo contacto con los demás, buscando integrarse y sentir

bienestar”. (p. 74). Sin lugar a dudas, el entorno más cercano a la escuela es

la familia, como principal agente de socialización y donde los docentes tienen

que apoyarse para prevenir comportamientos violentos en las y los

estudiantes.

Clima Escolar

La revisión del comportamiento de las y los estudiantes de acuerdo a

ciertos valores, se ven reflejados en el actuar de la institución. De allí que las

aulas se identifiquen como los lugares de trabajo común, en el que los

docentes exigen un cierto orden, ponen en práctica el dialogo para afrontar

ciertas adversidades y aplican la educación en valores como un instrumento

de cambio, en función de las características de la personalidad del

alumnado.

Un ambiente general basado en el respeto, la tolerancia y la confianza

mutua facilita la resolución dialogada de los conflictos que se presentan en la

escuela. No cabe duda que en el marco de un escenario como el que aquí se

describe, en favorable para el ejercicio de la participación, la cual genera

resultados positivos para una relación cooperativa de esfuerzos orientada

hacia el bien común y el bienestar social, como normas indispensables y

eficaces en el tratamiento de problemas vinculadas a la convivencia escolar.

En este sentido, la corresponde al docente, según Garrel, 2000, citado

en Rojas (2003): “Actuar como mediador y generador de un clima favorable

en la escuela, que permita buscar diferentes alternativas para cambiar ideas

y comportamientos en los niños y niñas quienes puedan convivir en

armonía”. (p. 5). Se entiende que el docente debe cumplir con una actuación

enfocada en valores que favorezca el diálogo y la concertación de ideas y

opiniones. Todo ello favorecerá la creación de un clima escolar razonable

para el desarrollo de la convivencia.

En este orden de ideas, Brunet, 1987, citado en Conde (2013) pone

manifiesto “Cómo los comportamientos individuales, la motivación y el

liderazgo, junto a la estructura de la organización y los procesos

organizacionales, determinan el clima que, a su vez, incide sobre los

resultados de la organización”. (p. 42). De acuerdo con esto, al planificarse

un programa para mejorar la convivencia escolar debe incluirse el clima

escolar, por la serie de elementos que lo condicionan y afectan las relaciones

interpersonales.

Los elementos que conforman un favorable clima escolar, son

descritas por Sheerens y Bosker, 1997, citado en Conde (ob. cit.). A saber:

Atmosfera ordenada y tranquila: Importancia dada a la disciplina, al buen comportamiento ya un entorno de aprendizaje tranquilo y seguro, con normas y reglas claras, conocidas y asumidas por los alumnos. Además, recompensas y castigos apropiadas, exceso ausentismo y abandono, buena conducta y comportamiento de los abuelos, satisfacción con el clima escolar ordenado.

Relaciones dentro del aula: Buenas relaciones alumnos – profesor, aprecios del profesor como un compañero, actitud, empatía del profesor.

Comportamiento del profesor: Sonríe con frecuencia, muestra simpatía, interactúa con los alumnos.

Relación entre los alumnos: Se comunican entre ellos de forma divertida, tienen un comportamiento relajado. (pp. 45 - 46).

El clima escolar antes descrito es el escenario idóneo para la

construcción de una convivencia fuerte y duradera en una institución

educativa, sobre todo si este favorece la calidad del proceso de enseñanza –

aprendizaje, a través del cual los estudiantes puedan dedicar su tiempo y

esfuerzos al estudio y trabajo sostenido, aprendiendo a aprender para tener

una mejor calidad de vida y una satisfacción compartida en su escuela y

comunidad.

F. 2. Aspectos Filosóficos

La convivencia social es un acto que se desarrolla entre los individuos

y grupos humanos, por lo tanto debe ser entendida desde la perspectiva de

la corriente humanística. Como enfoque filosófico es el plano más integrador

de la concepción ética y axiológica del sistema educacional y social. Desde

aquí se entiende al ser humano como portador de potencialidades infinitas

para transformar y transformarse a sí mismo, por medio de su actividad.

La educación humanista se propone la reivindicación de los valores

humanos. De acuerdo con Naval y Altarejos, 2000, citados en Valera (2009):

Se trata de crear las condiciones teóricas, epistemológicas y prácticas para una formación humana integral de individuos solidarias y comprometidas con su entorno social y para ello se cree necesario la creación de nuevos modelos no sólo cognitivos sino también de valoración que orienten las acciones y prácticas individuales y colectivas, dirigidas a una práctica esencialmente humana. (p. 25).

Es evidente que estas reflexiones están enmarcadas en la concepción

de una escuela como espacio legitimo para las condiciones y posibilidades

efectivas de libertad para el estudiante y los docentes, quienes pueden

establecer continuas interacciones mediante el diálogo y la comunicación

fecunda en un lugar de humanización, beneficioso para la confrontación de

ideas, el intercambio de opiniones y saberes compartidos acerca de distintas

experiencias académicas.

Por lo tanto, el docente tiene como función primordial propiciar el

desarrollo crítico e integral, es decir el perfeccionamiento de los educandos

como personas. Para ello debe tomar en consideración las necesidades,

intereses y expectativas de los educandos, desarrollar experiencias que los

hagan sentir útiles y tomando en cuenta con sus debilidades y fortalezas. En

sí, se trata de una práctica pedagógica enfocada directamente hacia la

formación del espíritu humanista de las y los estudiantes, de manera que

respeten a los demás en cualquier condición social y cultural.

F. 3. Aspectos Psicológicos

La escuela constituye un lugar para crecer en la convivencia y

socialización; sin embargo, en la actualidad no está ejerciendo el papel de

formadores en desarrollo humano, sino que representa un obstáculo para

éste por la violencia que allí se genera. Desde la ciencia psicológica, según

Bandura y Walters, 1974, citado en Tovar (2012) es: “Una secuencia de

respuestas cuyo fin es el daño de la persona a la que se dirige”. (p. 16).

Como parte de la violencia se encuentra la agresividad, la cual no es

menos que una reacción que desborda un sentimiento oculto, una rabia

impotente que se descarga sobre los demás, para encontrar alivio, pero

mientras tanto daña y perturba el buen proceso de las relaciones

interpersonales, porque nadie va a querer interactuar con una persona con

tales características, quizás frustrado por algún hecho poco exitoso en su

vida.

Las relaciones de convivencia se ven imposibilitadas o perturbadas

cuantas estas no se entienden desde una visión del compartir. En tal sentido,

desde las primeras edades se las debe enseñar a los niños a comprender su

realidad, el mundo en que vive, con quieres debe interactuar, función que les

corresponde a los padres y docentes como seres con mayores vivencias o

experiencias para afrontar situaciones difíciles de la vida. Por esta razón se

tiene como base psicológica para la convivencia el concepto de zona de

desarrollo próximo, propuesto por Vygotsky (1983) quien plantea que: “El

desarrollo de las funciones mentales complejas, son el resultado de la

interacción humana, de allí la importancia que el niño se interrelacione con

otros más experimentados”. (p. ). De acuerdo con este enfoque teorico, los

niños ante determinados situaciones de aprendizaje, desarrollan sus propias

aptitudes de pensamiento con el apoyo y orientación de un adulto o niño con

mayores progresos.

F. 4. Aspectos Sociológicos

La convivencia es experimentada y compartida en colectivo, como un

proceso social que se cultiva a través de las relaciones interpersonales, el

trabajo en común, la educación en valores, dentro de un ambiente saludable

y favorable para las comunicaciones. Sin embargo, se ve amenazada

constantemente por individuos que actúan con agresividad o sin respeto a

los derechos de los demás.

Para comprender el proceso de la convivencia en la escuela, se ha

seleccionado la teoría del aprendizaje constructivista social de Vygotsky,

1997, citado por Ander Egg (1996) cuando considera: “Las funciones

mentales superiores que se originan, se adquieren y se desarrollan a través

de la interacción social. Son culturalmente mediatizados, están determinadas

por la sociedad y la cultura en la que el individuo se desarrolla”. (p. 259). De

acuerdo con esto, mientras mayor sea la interacción social del individuo con

esto, mientras mayor sea la interacción social del individuo, más potentes

serán sus funciones mentales superiores de hablar y razonar.

El individuo que es capaz de razonar puede actuar conscientemente

para evitar daños a los demás, como por ejemplo respetar los derechos

humanos, respetar los valores propios de la convivencia, estar dispuesto a

compartir, trabajar un grupo, tomar decisiones reflexionadas y consensuadas

y, por supuesto, desarrollar vínculos de respeto, solidaridad y tolerancia con

la personas que lo rodean en el aula, la escuela, el trabajo o la comunidad.

F. 5. Aspectos Pedagógicos

La educación es un valor fundamental para la consecución de una

sociedad libre, culta, diversa, justa e integradora, que tiene un sentido amplio

y extenso, sobrepasa a la escuela y abarca cualquier ámbito en el cual la

persona debe aprender y sacar provecho de sus conocimientos. Así se

concibe la pedagogía, desde la perspectiva orientadora y formadora del

desarrollo humano mediante una educación basada en valores.

El punto de partida para la educación en valores proviene de estos

mismos. Desde la perspectiva de la pedagogía de valores, según el Consejo

Moral Republicano (2008) plantea una educación que:

Combata con valor el egoísmo, el consumismo, la codicia, la violencia, la guerra, la opresión, entre otras cosas, y que enseñe a amar la vida compartida con otros, que atienda a las necesidades de todos y la conceda prioridad a la calidad de vida sobre la cantidad de cosas, que enseñe a respetar y amar la naturaleza. (p. 19).

Una educación como la descrita deberá estar fundamentada en los

valores como principios rectores de la sociedad, que marcan la actitud y la

conducta de las personas, al ser entendidos como aportes positivos en sus

vidas. El conjunto de valores de cada sujeto puede obtenerse mediante el

aprendizaje en la escuela, la familia y por iniciativa propia, y que permiten

crecer moral e intelectualmente para participar activamente en los procesos

de construcción social del conocimiento.

Por todo lo anteriormente expuesto, el estudio de la pedagogía de los

valores es esencial para comprender la forma como se incorporan los valores

al proceso de convivencia, con fines de hacerla fuerte, permanente, sin

debilidades ante las amenazas constantes de los fenómenos de violencia, los

cambios experimentados por la sociedad, la resistencia al cambio, la

incertidumbre por el futuro, la desintegración familiar, el papel protagónico de

los medios de comunicación.

F. 6. Aspectos Andragógicos

El estudio tiene como factores potenciales de la audiencia de las y los

docentes de la U.E. “Primero de Mayo”, cuya condición de adultez los ubica

en una dimensión andragógica, que por ser un proceso continuo de

aprendizaje permite proveer un mejor nivel de vida personal del individuo,

que le permite mejorar sus competencias individuales y sociales, donde se

incluyen tareas actividades y responsabilidades.

En cuanto a la definición de la Andragogía, Márquez (1998), la

entiende como:

Una disciplina educativa que trata de comprender al adulto, desde todos los componentes humanos, es decir como un ente psicológico, biológico y social, permitiendo que el adulto aprenda, participando en su propio aprendizaje, que intervenga en la planificación, programación, realización y evaluación de las actividades, en condición de igualdad con sus compañeros participantes y con fu facilitador. (p. 27).

Los adultos son gestores de su propio aprendizaje, deciden su propio

entorno, el momento y la situación de aprendizaje y buscan hacerlo para

resolver problemas inmediatos; además, toma decisiones que lo

comprometen en el presente y en el futuro, porque es el único responsable

de las acciones que emprenda en esta etapa de la vida. Por lo tanto, se sirve

de sus experiencias adquiridas para continuar con sus aprendizajes, no

requiere enseñanza sino alguien que lo acompañe en este camino.

La praxis de la educación de adultos, tiene dos principios:

Horizontalidad y participación. Adam (1977), define a la horizontalidad como

“Una relación entre iguales, una relación compartida de actividades, de

responsabilidad y compromiso hacia logros exitosos. La participación es la

acción de tomar decisiones en conjunto o tomar parte con otros en la

ejecución de una tarea determinada”. (p. 4). Cuando se dan estos principios

acertadamente se produce una relación de aceptación que favorece una

armónica práctica educativa y comunicación sinceras, compartidas.

F. 7. Bases Legales de la Convivencia Escolar

Los aspectos que le conceden asidero legal al estudio de la

convivencia escolar están contempladas en los siguientes documentos:

Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, Ley Orgánica de

Educación y Ley Orgánica para la Protección de Niños, Niñas y

Adolescentes.

Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1999):

Artículo 3:

El Estado tiene como fines esenciales la defensa y el desarrollo de las personas y el respeto a su dignidad, el ejercicio democrático de la voluntad popular, la construcción de una sociedad justa y amante de la paz, la promoción de la prosperidad y bienestar del pueblo y la garantía del cumplimiento de los principios, derechos y deberes consagrados en esta constitución. La educación y el trabajo son los procesos fundamentales para alcanzar dichos fines.

En atención a lo contemplado en este articulo, el Estado tiene la firme

obligación de ofrecer protección a los ciudadanos y ciudadanas, hombres,

mujeres, niños y niñas, así como garantizarles los medios para que

desarrollen exitosamente, con valores de respeto, democráticas, como

elementos esenciales para la convivencia pacífica y la búsqueda del

bienestar individual y colectivo. La educación, la familia, la sociedad y el

trabajo tienen el reto ineludible de responder a este compromiso.

Artículo 55:

Toda persona tiene derecho a la protección por parte del Estado a través de los órganos de seguridad ciudadana regulada por ley, frente a situaciones que constituyan amenazas, vulnerabilidad o riesgo para la integridad física de las personas, su propiedad, el disfrute de sus derechos y el cumplimiento de sus deberes.

Lo contemplado en este artículo indica la protección ciudadana que el

Estado debe ofrecer a todas y todos los venezolanos y venezolanas, quienes

también tienen el compromiso moral de cumplir con sus deberes, como lo

establecen las leyes y normas sociales, a fin de contribuir como personas

justas y solidarias a construir relaciones seguras, sin violencia, para

garantizar el disfrute de los derechos cívicos en un clima de paz y armonía.

Artículo 102:

La educación es un derecho humano, y un deber social fundamental, es democrática, gratuita y obligatoria. El Estado la asumirá como función indeclinable y de máximo interés en todos sus niveles y modalidades y como instrumento del conocimiento científico, humanístico y tecnológico al servicio de la sociedad. La educación es un servicio público y fundamental en el respeto a todas las corrientes del pensamiento con la finalidad de desarrollar el potencial creativo de cada ser humano y el pleno ejercicio de su personalidad en una sociedad democrática basada en la valoración ética del trabajo y en la participación activa, consciente y solidaria en los procesos de transformación social consustanciados con los valores de la identidad nacional, y con una visión latinoamericana y universal. El Estado con la participación de las familias y la sociedad,

promoverá el proceso de educación ciudadana de acuerdo con los principios de esta constitución y la ley.

El espíritu de la ley consagra el derecho a la educación. Todas las

personas deben tener acceso a los medios educativos para adquirir una

formación integral, humanista, científica y tecnológica para afrontar los retos

de la sociedad presente y futura; con capacidad creativa y orientados hacia

los valores de la democracia y el trabajo, como elementos integradores para

el establecimiento de mecanismos garantes de la paz y la concordia.

Ley Orgánica de Educación (2009):

Artículo 3:

La siguiente ley establece como principios de la educación, la democracia participativa y protagónica, la responsabilidad social, la igualdad entre todos los ciudadanos y ciudadanas sin discriminaciones de ninguna índole, la formación para la independencia, la libertad y la emancipación, la valoración y defensa de la soberanía, la formación de una cultura para la paz, la justicia social, el respeto a los derechos humanos, la práctica de la equidad y la inclusión, la sustentabilidad del desarrollo, el derecho a la igualdad de género, el fortalecimiento de la identidad nacional, la lealtad a la patria e integración latinoamericana y caribeña.Se considera como valores fundamentales el respeto a la vida, el amor y la fraternidad, la convivencia armónica en el marco de la solidaridad, la corresponsabilidad, la cooperación, la tolerancia y la valoración del bien común, la valoración social y ética del trabajo, el respeto a la diversidad propia de los diferentes grupos humanos. Igualmente, se establece que la educación es pública y social, obligatoria, gratuita, de calidad, de carácter laico, integral, permanente, con pertinencia social, creativa, artística, innovadora, crítica, pluricultural, multiétnica, intercultural y plurilingüe.

A través de este artículo se enfatiza el papel de la educación en su rol

protagónico dentro de una democracia participativa y protagónica, cuyas

funciones traspasan las fronteras del conocimiento para contribuir con el

desarrollo de la personalidad de cada sujeto, por medio de una formación en

valores para el ejercicio de la independencia, la libertad, el camino hacia la

paz y la justicia social, que son componentes imprescindibles para el logro de

la convivencia en los centros escolares.

Artículo 17:

Las familias tienen el deber, el derecho, en responsabilidad en la orientación y formación en principios, valores, creencias, actitudes, hábitos en los niños y niñas, adolescentes, jóvenes, adultos y adultas, para cultivar respeto, amor, honestidad, tolerancia, reflexión, participación, independencia y aceptación. La familia, la escuela, la sociedad y el Estado son corresponsables en el proceso de educación ciudadana y desarrollo integral de sus integrantes.

Se establece en este artículo el rol de la familia como principal agente

socializador para proporcionar la formación y orientación necesaria a los

niños, niñas y adolescentes, de modo que les permita crecer y desarrollarse

en un clima de paz, respeto y amor, dentro de los cuales enmarquen sus

conductas presentes y futuras, caracterizadas por la reflexión, el respeto a

los derechos ajenos, la participación y la tolerancia. En este proceso también

deben intervenir solidariamente, la sociedad, el Estado y la escuela.

Ley Orgánica para la Protección de Niños, Niñas y Adolescentes (2007):

Artículo 4. A:

El Estado, las familias y la sociedad son corresponsables en la defensa y garantía de los derechos de los niños, niñas y adolescentes, por lo que aseguraran con prioridad absoluta, su protección integral, para lo cual tomarán en cuenta su interés superior, en las decisiones y acciones que les conciernan.

Según lo contemplado en este artículo, son corresponsables en la

defensa y garantía de los derechos de los niños, niñas y adolescentes, tanto

el Estado, las familias y la sociedad, cualquiera de estas instancias tiene el

compromiso de velar por la protección de estos grupos de la población, por

encima de otras causas que surjan en circunstancia similares. Primero debe

atenderse a los niños, niñas y adolescentes ante que a todo los demás.

Artículo 7:

El Estado, la familia y la sociedad deben asegurar, con prioridad absoluta, todos los derechos y garantías de los niños, niñas y adolescentes. La prioridad absoluta es imperativa para todos y comprende:a) Especial preferencia y atención de los niños, niñas y

adolescentes en la formulación y ejecución de todas las políticas públicas.

b) Asignación privilegiada y preferente, en el presupuesto, de los recursos públicos para las áreas relacionadas con los derechos y garantías de los niños, niñas y adolescentes y para las políticas y programas de protección integral de niños, niñas y adolescentes.

c) Precedencia de los niños, niñas y adolescentes en el acceso y la atención a los servicios públicos.

d) Primacía de los niños, niñas y adolescentes en la protección y socorro en cualquier circunstancia.

El contenido de este artículo se corresponde con el artículo 4. A, al

manifestar el compromiso y la responsabilidad que tienen el Estado, la

familia y la sociedad de garantizar el cumplimiento y disfrute de los derechos

de los niños, niñas y adolescentes, en atención a la prioridad que estos

representan en esta materia. Por lo tanto, al estudiar y analizar esta ley, los

docentes tendrán conocimiento de la prerrogativa y sabrán ponerla en

práctica en la circunstancia que la consideren necesaria.

Artículo 53:

Todos los niños, niñas y adolescentes tienen el derecho a la educación gratuita y obligatoria, garantizándoles las oportunidades y las condiciones para que tal derecho se cumpla, cercano a su residencia, aun cuando estén cumpliendo medida socio educativa en el Sistema Penal de responsabilidad del adolescente.Parágrafo Primero: El Estado debe crear y sostener escuelas, planteles e institutos oficiales de educación, de carácter gratuito, que cuenten con los espacios físicos, instalaciones y recursos pedagógicos para brindar una educación integral de más alta calidad. En consecuencia debe garantizar un presupuesto suficiente para tal fin.Parágrafo Segundo: La educación impartida en las escuelas, planteles e institutos oficiales será gratuita en todas las ciclas, niveles y modalidades, de conformidad con lo establecido en el ordenamiento jurídico.

En contenido de este artículo se corresponde con el derecho a la

educación consagrada en la constitución de la República Bolivariana de

Venezuela y la Ley Orgánica de Educacion, por lo tanto, todo niño, niña o

adolescente debe tener donde estudiar cerca de su residencia, en una

escuela bien acondicionada en sus espacios e instalaciones, para que la

educación que reciban sea de calidad. Hasta ahora no se ha podido cumplir

a cabalidad con este derecho por falta de escuelas y docentes en muchos

sectores del país.

Artículo 56:

Todos los niños, niñas y adolescentes tienen derecho a ser respetados y respetadas por sus educadores y educadoras, así como a recibir una educación, basada en el amor, el afecto, comprensión mutua, la identidad nacional, el respeto recíproco a ideas y creencias, y la solidaridad. En consecuencia, se prohíbe cualquier tipo de castigo físico o humillante.

Quedo establecido en este artículo el respeto como valor protagónico

en las relaciones docente – alumnos. Del mismo modo, son expresados los

requisitos que debe tener la educación de los niños, niñas y adolescentes:

inspirados en el amor, el afecto, la comprensión mutua, el respeto a la cultura

y la solidaridad. De allí la importancia de analizar el contenido de esta ley por

parte de los profesores, de manera que estén persuadidos y consciente de la

misión que tienen en su tarea educadora.

Artículo 57:

La disciplina escolar debe ser administrada de forma acorde con los derechos, garantías y deberes de los niños, niñas y adolescentes. En consecuencia.a) Debe establecer claramente en el reglamento disciplinario de la escuela, plantel o instituto de educación los hechos que son susceptibles de sanción, las sanciones aplicadas y el procedimiento para imponerlas.b) Todos los niños, niñas y adolescentes deben tener acceso y ser informados e informadas oportunamente, de los reglamentos disciplinarios correspondientes.c) Antes de la imposición de cualquier sanción debe garantizarse a todos los niños, niñas y adolescentes el ejercicio de los derechos a opinar y a la defensa y, después

de haber sido impuesta, se les debe garantizar la posibilidad de impugnarla ante una autoridad superior e imparcial.d) Se prohíben las sanciones corporales, así como las colectivas.e) Se prohíben las sanciones por causa de embarazo de una niña o adolescente.

En este artículo se expresa el manejo disciplinario de los niños, niñas

y adolescentes en el centro escolar; donde se distingue que debe existir un

reglamento en la escuela que contemple el régimen de sanciones según el

caso, para lo cual debe mantenerse información abierta a las protagonistas

de hechos indisciplinarías, otorgándoles los derechos legales para su

defensa e impugnación. Esta prerrogativa debe ser del conocimiento de los

docentes para evitar procedimientos que infrinjan el ordenamiento legal

vigente.

G. Diseño del Cuestionario

Se elaboró un cuestionario constituido por diez (10) preguntas

abiertas, con el propósito de obtener una información más amplia y objetiva

de igual número de docentes, que ayudara a comprender la situación

respecto al proceso de convivencia presente en la U.E. “Primero de Mayo”.

Estas fueron las preguntas:

1. ¿Qué conocimiento posee sobre los deberes y derechos de los

escolares establecidos en la LOPNNA?

2. ¿Cuál su preparación para identificar problemas que atentan contra la

convivencia en el aula?

3. ¿Cuáles actividades planifica para la promoción y fomento de valores

hacia la convivencia?

4. ¿Con qué frecuencia realiza campañas para propiciar la convivencia

en el aula?

5. ¿Cuáles conductas manifiestan los niños y niñas que atentan contra la

convivencia escolar?

6. ¿Cuáles elementos se deben reforzar en el estudiantado para mejorar

la convivencia escolar?

7. ¿Cuál es la participación de la familia y la comunidad en el tratamiento

de los problemas de convivencia escolar?

8. ¿Cuál es la influencia de los métodos educativos familiares en el

proceso de convivencia escolar?

9. ¿Cómo es la comunicación que establece con los alumnos como base

para la convivencia escolar?

10. ¿Cómo influye el clima organizacional de la escuela en el logro de la

convivencia escolar?

H. Análisis Cualitativo de la Información

Con resultado de la aplicación del cuestionario, se pudo detectar lo

siguiente:

Los docentes poseen insuficientes conocimientos acerca de los

deberes y derechos que están contempladas en la LOPNNA para la

protección y orientación de los escolares, lo cual evidencia que no le han

dado a esta materia la importancia que merece para la formación integral del

alumnado.

Los docentes no poseen la preparación que se requiere para

identificar problemas de indisciplina o violencia en el aula, según lo

expresado por ellos mismos, cuestión que pareciera más bien producto de la

indiferencia ante estas situaciones, dejando así de cumplir a cabalidad su rol

de garantizar el respeto a los valores de la convivencia.

En el aula, el docente planifica ocasionalmente ciertas actividades

donde logra circunstancialmente que los niños y niñas compartan entre sí,

pero la falta de continuidad de los mismos provoca que los estudiantes

regresen nuevamente a sus conductos y comportamientos indisciplinados,

perturbando el orden y la convivencia en el aula.

Algunos de las conductas que regularmente manifiestan los niños son

gritos, burlas, apretones, pellízcones, amenazas, se tiran los útiles o los

esconden, entre otras, lo cual indica que los vínculos de afecto y

compañerismo están debilitadas. Por lo tanto, es necesario que se

intensifiquen los métodos familiares y escolares para lograr que aprendan a

respetar los derechos de los demás y a convivir en paz.

La familia tiene escasa participación en el tratamiento de los

problemas de convivencia, por cuanto en ella misma existen dificultades

internas que no pueden resolver, tales como: debilidad en los vínculos entre

padres y hermanos, de estas entre sí. Separación de las parejas, entre

otros.

Uno de los problemas que confronta la sociedad en el caso de la

convivencia está relacionado directamente con los métodos permisivos

empleados en los hogares, actuando a veces con indiferencia en torno a las

actuaciones de los niños y niñas fuera del contexto familiar.

La comunicación que establecen los docentes con los estudiantes no

es la más apropiada para solventar los problemas de convivencia en el aula,

pues en lugar de dialogar lo que hacía es imponer o mandar.

El clima de la escuela afecta considerablemente el logro de una sana

convivencia escolar, pues existe descontento e inconformidad entre los

integrantes del personal, diversas causas asociadas al liderazgo del director,

el trato de otros compañeros de trabajo o las condiciones para desempeñar

las tareas, entre otros.

Conclusiones

El desarrollo de la convivencia escolar en la U.E. “Primero de Mayo”,

presenta debilidades que se manifiestan a través de la escasa valoración que

se le da a este proceso, porque los docentes, quienes tienen el deber de

impulsar la creación de efectivas relaciones interpersonales, han sido

indiferentes para obtener una preparación edificante sobre la materia,

contemplada en la LOPNNA y otros documentos legales vigentes en el país.

En este sentido, también se detecta una falta de responsabilidad

familiar en el rol educador y orientador que le corresponde, cuando en lugar

de vigilar una correcta actuación de sus hijos e hijas, permiten que estos

tengan una gran libertad para actuar, lo cual induce a que aprendan de otras

personas y adquieran conductas que inquietan a los demás e interfieren en el

trato humanitario que debería prevalecer en la escuela y en la sociedad, en

general, para lograr acuerdos hacia la paz y la convivencia.

El clima de la escuela también ejerce un efecto importante en el

desarrollo de las relaciones interpersonales, debido a situaciones

desfavorable que surgen entre el personal y que, indefectiblemente, se

proyectan hacia el resto de los actores sociales del centro educativo,

particularmente, los niños y niñas, quienes observan e imitan mucho lo que

ven en los adultos o a través de experiencias con su entorno familiar o social.

En vista de todo ello, es recomendable que los distintos actores de la

institución se reúnan y celebren acuerdos para evitar que los problemas de

convivencia escolar continúen, pues de su solución depende el buen

rendimiento de los estudiantes y un adecuado proceso formatico de las

mismas, consustanciadas con los valores y principios éticos y morales.

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Plan de Acción

Objetivo General: Analizar la LOPNNA para el mejoramiento de la

convivencia en la U.E. “Primero de Mayo”, Municipio Bermúdez, Estado

Sucre.

Objetivos Específicos

Actividades Tareas Metas

Sensibilizar a los

docentes acerca de la

necesidad del estudio

de la LOPNNA para el

mejoramiento de la

convivencia.

Implementar talleres

para el análisis de la

LOPNNA

Realizar una charla

con los docentes.

* Programas los

talleres.

* Efectuar el primer

taller.

* Deberes, derechos y

garantías.

* Convocar a los

docentes.

* Ubicar y

acondicionar el local

para la charla.

* Elaborar trípticos.

* Recolectar material

para la charla.

* Preguntas y

respuestas.

* Realizar un

cronograma para los

talleres.

* Formar grupos de

trabajo.

* Discusión de los

artículos.

* Análisis grupal.

* Conclusiones.

Sensibilizar al

100% de los

docentes.

Diseñar un reglamento

de convivencia en

función del análisis de

la LOPNNA.

Segundo taller:

Acoplar el reglamento

de convivencia a los

artículos de la

LOPNNA.

* Revisar el

reglamento de

convivencia.

* Ordenarlos según la

LOPNNA.

* Reformular los

artículos del

reglamento.

* Elaborar

condiciones.

Lograr el diseño de

100% del

reglamento de

convivencia.