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Cartel de O Cangaceiro (Victor Lima Barreto, 1953)

Ana Lopez - o Cangaceiro

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Cinema Brasileiro

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  • Cartel de O Cangaceiro (Victor Lima Barreto, 1953)

  • 1. RANDAL JOHNSON Y ROBERT STAM:

    The Shape of Brazilian Film His-

    tory, en Brazilian Cinema, New

    York, Columbia University Press,

    1995, edicin ampliada, pg. 28.

    xiste una interpretacin de las experienciasde la Compaa Cinematogrfica Vera Cruz que casi se ha convertido en un clich:la quiebra de Vera Cruz demostr que la produccin basada en el studio system eraeconmicamente inapropiada para un pas como Brasil y, aunque de mala gana sereconocen algunos de sus logros (con frases somo consiguieron el look del cine do-minante del primer mundo)1, se entiende que Vera Cruz fue solamente un preludionecesario, una anotacin histrica, o a lo mejor un desvo de los caminos que luegoseguira el Cinema Novo. Esta interpretacin crtica e histrica de Vera Cruz enparte basada en el brillante anlisis socio-histrico y las historias orales recopiladaspor Maria Rita Galvo2 y en las fuertes crticas de Glauber Rocha en su Reviso crti-ca do cinema brasileiro3, pero que tambin parte de nuestra antigua fascinacin porlos nuevos cines de los aos sesenta nos ha permitido obviar, o por lo menos res-tringir, los logros y la influencia de la compaa. Todas las discusiones sobre VeraCruz enfocan las dimensiones sociolgicas sealadas por la formacin, habilitacin yfinal de la compaa, mientras sus pelculas acusadas de elitismo, de exhibir unatcnica demasiado perfecta, de ser muy europeas son tambin fcilmente descar-tadas bajo similares criterios sociolgicos. Sin menospreciar el valor de lo que hemosaprendido sobre los orgenes y la ideologa de Vera Cruz y sus operaciones, propon-go que ha llegado el momento de reexaminar la experiencia de Vera Cruz a partirde otros puntos de vista. Algo perversamente, quiero sugerir que es posible queVera Cruz y sus pelculas y no el Cinema Novo fueran la experiencia ms mar-cante para el futuro de la produccin audiovisual brasilea.

    Paradjicamente, las pelculas de Vera Cruz han sido el aspecto menos estudiadode todas sus actividades. Han sido marginadas como demasiado perfectas y distantesde la realidad de la vida brasilea, citndose el xito de O Cangaceiro (Victor LimaBarreto, 1953) como una anomala irnica. Aunque es indudablemente cierto que labsqueda de un estilo internacional para los mercados internacionales un deseo

    O Cangaceiro:estilos hbridos paraun espacionacional cine-matogrfico

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  • 2. MARIA RITA GALVO: Burguesia e

    cinema: O caso Vera Cruz, Rio de

    Janeiro, Civilizao Brasileira,

    1981.

    3. GLAUBER ROCHA: Reviso crtica

    do cinema brasileiro, Rio de Janei-

    ro, Civilizao Brasileira, 1963.

    4. MARA RITA GALVO Y CARLOS RO-

    BERTO DE SOUZA: Le parlant et les

    tentatives industrielles: annes

    trente, quarante, cinquante, en

    PAULO ANTONIO PARANAGU (ED.): Le

    cinma brsilien, Paris, Editions du

    Centre Georges Pompidou, 1987,

    pg. 81.

    5. Tambin hay en circulacin copias

    y versiones en vdeo que concluyen de

    otra manera. En una de estas versiones

    no se ve la muerte de Galdino. En otra,

    que de acuerdo con Lima Barreto fue

    producida para satisfacer el pedido de

    Columbia Pictures para su distribucin

    en los Estados Unidos, la cuadrilla alcan-

    za a los cangaceiros despus de la muer-

    te de Teodoro y mata a Galdino. La ver-

    sin en que se producen las muertes de

    Teodoro y Galdino es considerada la de-

    finitiva, aunque en el guin Galdino mue-

    re a manos de sus perseguidores.

    tambin vigente en otros cines nacionales de la poca, especialmente el argentinodot a las peliculas de Vera Cruz de un clasicismo formal excesivo, que contradecasus temticas nacionales, la variedad de estas pelculas debera haber evitado cual-quier tipo de rechazo categrico. Ha llegado el momento de volver a las pelculas yllevar a cabo una relectura que, sin preocuparse mucho por encontrar las huellas delos extranjerismos o del futuro Cinema Novo, busque los rastros de lo que en sucontribucin a Le cinma brasilien Maria Rita Galvo describe como su sutil impreg-nacin con la realidad brasilea4.

    O Cangaceiro fue la novena produccin de Vera Cruz. Ambientada en los aostreinta, la trama se inspira en la historia verdica de Virgulino Ferreira Lampio, el msfamoso de los cangaceiros o bandidos que vagaban y dominaban el nordeste deBrasil. El relato se desenvuelve alrededor de una banda de cangaceiros dirigida por elCapitn Galdino (Milton Ribeiro). Despus de un evocador plano de un grupo dehombres a caballo atravesando de izquierda a derecha un paisaje de arbustos y nu-bes coposas acompaados por la cancin Mulher rendeira, los cangaceiros despidena un equipo de peritos gubernamentales y galopan hacia una aldea, donde aterrori-zan a sus habitantes y roban cuanto les es posible. Se llevan de rehn a la bellsimaprofesora Olivia (Marisa Prado), lo que motiva la organizacin, bajo una proclamaoficial, de una cuadrilla que va a su rescate. En el campamento de los cangaceiros,Mara Clodia la mujer de Galdino (Vanja Orico) trata de enamorar a Teodoro(Alberto Ruschel), el ms simptico, gentil y pacfico de los bandidos, pero l est in-trigado por Olivia y la rechaza. Galdino trata de convencerlo de que se dedique ple-namente a los cangaceiros, pero Teodoro consigue liberar a Olivia y los dos escapanpor el serto en medio de la noche. Galdino y los bandidos los persiguen despiada-damente, castigando con mucha violencia a los que parecen haberlos ayudado.Mientras tanto, Teodoro y Olivia empiezan a conocerse y se enamoran. Cuando loscangaceiros los alcanzan, Teodoro hace que Olivia escape mientras l se defiendecontra los 23 hombres, llegando a herir a Galdino en el hombro. Sin reservas demunicin, Teodoro se rinde a Galdino por la maana, quien le dice que escoja cmoquiere morir. La peticin de Teodoro de un duelo a cuchillos es rechazada: en cam-bio, caminar una cierta distancia y, despus de pasar bajo un gran rbol, cada canga-ceiro disparar una vez; si sobrevive, quedar libre. Atizado por la vengativa MaraClodia, Galdino declara que l ser el ltimo en disparar. Teodoro es alcanzado treso cuatro veces y muere, desapareciendo en la tierra, mientras que Galdino tambinmuere a consecuencia de sus heridas, araando violentamente la tierra con sus de-dos ensortijados5. Despus de un fundido y un puente sonoro a Mulher rendeira,un plano general nos muestra a los cangaceiros retirndose a caballo, ahora cabalgan-do de izquierda a derecha a travs del mismo paisaje del inicio.

    Estrenada en 1953, O Cangaceiro obtuvo un espectacular xito de taquilla enBrasil y en el extranjero, obteniendo un premio especial como mejor film de

    O Cangaceiro: estilos H b r i d o s174

  • 6. En 1953, un jurado casi totalmente

    francs (15 de los 19 miembros) y enca-

    bezado por Jean Cocteau le dio el gran

    premio a El salario del miedo, de H. G.

    Clouzot, y otorg ocho premios interna-

    cionales especiales. En aquella poca,

    los jurados de Cannes podan crear y

    otorgar todos los premios que quisiesen,

    lo que llev a ALEX VIANY (Introduo

    ao cinema brasileiro, Rio de Janei-

    ro, Alhambra/Embrafilme, 1987,

    pg. 110), a concluir que el premio era

    un premio de consolacin.

    7. En un disco inspirado por la msi-

    ca latina titulado Pirata (1989), que inclu-

    ye otros homenajes al cowboy latinoame-

    ricano en canciones como Tex,

    Santiago y Amigo.

    Ana M. L p e z

    aventuras y un premio a la msica en el Festival de Cannes de ese ao6. La pelculafue distribuida en Brasil e internacionalmente (22 pases) por Columbia Pictures,siempre atenta a los productos ms rentables del continente (tambin distribuy laspelculas de Cantinflas). En Brasil, la pelcula reenfoc la atencin nacional sobre elcangao. Las hazaas de los cangaceiros siempre haban sido una temtica frtil parala cultura nordestina especialmente para la literatura de cordel y los msicositinerantes conocidos como violeiros y haba entrado en la cultura erudita a travsde la literatura en los aos treinta (Graciliano Ramos, Rachel de Queiroz y,especialmente, Os Cangaceiros de Jos Lins do Rego), pero la pelcula reinscribieficazmente el mito dentro del imaginario cultural nacional y estimul desdeinvestigaciones histricas y sociolgicas del cangao hasta obras pictricas(especialmente una importante serie de cuadros de Aldemir Martins) y teatrales, omodas populares (los sombreros de cuero y las faldas cortas de Vanja Orico). Esposible, no obstante, que su mayor influencia haya sido musical: la banda sonora dela pelcula inclua canciones folclricas del nordeste y composiciones de Z doNorte, generando varios productos a escala internacional. En Francia, la msica deltema Mulher rendeira circul a mediados de los cincuenta en una version quereescriba el tema del bandidaje en lo que originalmente era una simple cancin deamor. En los Estados Unidos el lanzamiento de la pelcula gener un xito del hitparade: The Bandit, cantado por Eddie Barclay y despus grabado por un sinfn decantantes, incluyendo a Percy Faith y Joan Baez. Todava hoy en da se sigue grabandoesta versin internacional de Mulher rendeira: la versin francesa catapult al xitoal cantante vietnamita Elvis Phuong en los aos sesenta, mientras que recientementeel grupo rockero Liftiba grab una version en italiano7. En Brasil Mulher rendeira ha

    175

  • 8. JEAN THVENOT: Festival de

    Cannes, en Les Lettres Franaises,

    23-30 de abril de 1953, pg. 10.

    9. GEORGES SADOUL: A Cannes, o

    Le salaire de la peur reste favori, le

    cinema japonais marque des

    points, en Les Lettres Franaises, 30

    de abril-7 de mayo de 1953, pg. 5.

    10. MOSK: O Cangaceiro, en

    Variety, 29 de abril de 1953,

    recogido en Variety Film Reviews, vol.

    8, New York/London, Garland,

    1983, s.p.

    11. BOSLEY CROWTHER: Cangacei-

    ro, en New York Times Film Reviews,

    4 de septiembre de 1954, New

    York, New York Times Books, s.p.

    12. GABRIEL GARCA MRQUEZ: Obra

    periodstica. Vol. 2: Entre cachacos I,

    Barcelona, Editorial Bruguera,

    1982), pg. 227.

    13. Ibdem, pg. 238.

    14. Ibdem, pg. 435.

    15. Vase Cinma, culture et

    socit Cuba: tableaux

    synoptique, en PAULO ANTONIO

    PARANAGU (ED.): Le cinma cubain,

    Paris, Editions du Centre Georges

    Pompidou, 1990, pg. 31.

    inspirado una amplia gama de trabajos musicales, incluyendo no slo el clsico deGilberto Gil, Renascer, sino tambin el reconocido Mangue Beat hit de ChicoCesar Folia de principe, incluido en el CD Cuscuz cla (1996).

    La pelcula fue bien recibida por los crticos europeos, estadounidenses y latinoa-mericanos. Por ejemplo, en su resea del Festival de Cannes en Les LettresFranaises, Jean Thvenot critic el montaje, pero alab las interpretaciones, la foto-grafa y la msica, describiendo la pelcula como un trabajo fuerte, spero y brutal, yalgo extrao para nosotros y como la verdadera sorpresa del festival8. De acuerdocon Georges Sadoul, O Cangaceiro era seductora por su pintoresco exotismo y laprimera pelcula de valor producida en Brasil por un cineasta joven9. En Los EstadosUnidos Mosk, de Variety, releg la pelcula a mercados lingsticos y situaciones es-peciales por su violencia, mientras que alababa su presentacin autntica del cam-po y sus rituales, el buen uso de la cmara, el montaje y el tema musical que debesuministrar un buen material para una cancin pop10. Bosley Crowther compar laviolencia explcita de la pelcula con Qu Viva Mxico! de Eisenstein y Viva Zapata deElia Kazan, pero aadi que el director latino ha encontrado momentos de bellezay poesa en pequeos detalles Es un poeta de la cmara, maestro de una virtuosi-dad casi olvidada. Finalmente, concluye que este Cangaceiro har que los fanticosdel western queden atnitos11.

    En Amrica Latina la pelcula fue recibida en relacin con las modas del cine inter-nacional y no con los gneros hollywoodienses tradicionales. Gabriel Garca Mr-quez, que a la sazn escriba crticas de cine y crnicas de Bogot, ador la pelcula:

    Lo que es maravilloso en este relato es cmo lo cuenta Lima Barreto, con la prodi-

    giosa seguridad tcnica de los maestros del cine mudo y la inspiracin, candor y ritmo

    de un antiguo poeta12.

    Acaso ya pensando en el realismo mgico, a Gabo le pareci que Lima Barreto,como Jean Renoir y Emilio Fernndez, tena la habilidad mgica de transformar elmaterial narrativo bruto en pura substancia lrica Este es un drama de bandidoscontado con el lenguaje y estilo de un cuento de hadas13. En su sumario del ao ci-nematogrfico, Gabo apunt la progresiva decadencia del cine mexicano y que Ar-gentina estaba esterilizada por las influencias contradictorias, dificultades econmi-cas y problemas polticos, mientras que la presentacin de O Cangaceiro en Bogotfue uno de los momentos estelares de la temporada. El sentimiento de que el futuroes de Brasil an no ha abandonado a aqullos que tuvieron el privilegio de asistir a lapelcula magistral de Lima Barreto14. En Cuba O Cangaceiro recibi el premio nacio-nal de la crtica (ARTYC) y fue incluida entre los mejores films del ao (1954) por larevista Carteles, la asociacin cultural Nuestro Tiempo (que ese mismo ao habaprogramado un ciclo de neorrealismo italiano) y el CCOC15. El crtico y profesor

    O Cangaceiro: estilos H b r i d o s176

  • 16. JOS MANUEL VALDS RODRGUEZ:

    O Cangaceiro, en Cine en la Uni-

    versidad de La Habana, pg. 8.

    17. BRAULIO PEDROSO: Um belo

    par: Cangaceiro e Sinh Moa, en

    Fundamentos (septiembre de

    1953); citado por ALEX VIANY: Op. cit.,

    pg. 116.

    18. ALEX VIANY: Op. cit., pgs.

    116-117.

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    Jos Manuel Valds Rodrguez, despus de alabar la autenticidad de las interpretacio-nes y de la msica, subray su limpio encuadre documentalista. De acuerdo conValds Rodrguez, la pelcula se poda comparar con las mejores producciones delneorrealismo:

    O Cangaceiro puede ocupar una posicin eminente junto con las pelculas de ficcin

    dramticas que se admiran por esta noble caracterstica, como los mejores ejemplos del

    neorrealismo italiano16.

    En Brasil la historia crtica de O Cangaceiro ha sido tan perversa como la de lapropia compaa Vera Cruz. Bsicamente, los crticos contemporneos la recibieronde acuerdo con sus posiciones polticas: los catlicos conservadores la alabaron, laizquierda la rechaz. Entre estos dos extremos, a algunos les gust cmo se presen-taba lo nacional en la pantalla. Bralio Pedrosa, por ejemplo, argument que noexiste una frmula internacional para el xito, no hay personajes internacionales quefuncionen tanto aqu como en Afganistn. El xito de O Cangaceiro se debe precisa-mente a que reacciona contra ese tipo de reduccionismo O Cangaceiro tuvo elgran mrito de revelarle al cine brasileo su propia nacionalidad17.

    Casi todos criticaron los defectos ms obvios de la pelcula, como era presentar lavegetacin y topografa del altiplano paulista como si fuera el serto, y los acentos ga-cho y mineiro de los protagonistas. En su Introduo ao cinema brasileiro, Alex Vianydeclar que Lima Barreto haba eludido las realidades socio-histricas del cangao,pero tambin que se trataba de una pelcula de aventuras con un ritmo y un temponicos, lo que ya haba subrayado Sylvano Cavalcanti da Paiva a raz de su estreno:

    la llamada lentitud o fallos rtmicos que algunos han sealado es slo la traicin de un

    inconsciente acostumbrado al dinamismo de los gneros estadounidenses, como los de

    gngsters o cowboys, un dinamismo que hubiera sido inadecuado en un trabajo que pre-

    tende explorar sinceramente el drama del bandoleiro de cabea chata, un fenmeno

    que es profundamente nacional y brasileo. El error ms obvio de O Cangaceiro es el

    desafortunado esfuerzo por pretender que el altiplano paulista es el paisaje del serto

    nordestino, porque por el tipo de tema hasta un trabajo sin pretensiones sociolgicas

    como ste siempre ser recibido como un documento verdico18.

    Los crticos que le siguieron fueron ms crueles, especialmente Glauber Rocha,que en su Reviso crtica do cinema brasileiro declarara que tanto Lima Barreto comola pelcula eran fascistas:

    Sin entender la ficcin del cangao y sin interpretar los sentimientos de las ficciones po-

    pulares del nordeste, Lima Barreto ha creado un drama de aventuras convencional y psico-

    177

  • 19. GLAUBER ROCHA: Op. c it . ,

    pg. 69.

    20. Ibdem, pg. 70.

    21. WILLIS LEAL: O Nordeste no ci-

    nema, Salvador, Universidade Fe-

    deral da Paraiba/Universidade Fe-

    deral da Bahia, 1982, pg. 99.

    22. Y un hbrido productivo, compa-

    rable a la muy festejada mezcla genrica

    de pelculas como Macunama (Joaquim

    Pedro de Andrade, 1969) o la poco co-

    mentada hibridez de otras como Os Ca-

    fajestes (Ruy Guerra, 1962), que mezcla

    un estilo nouvelle vague con el melodra-

    ma tupiquinin.

    lgicamente bsico, ilustrado con figuras msticas con sombreros de cuero, estrellas de pla-

    ta y crueldad cmica. El cangao, como fenmeno de rebelin mstico-anrquica que surge

    del latifundismo nordestino empeorado por las sequas, no fue representado. Una historia

    de los tiempos de los cangaceiros, una fbula romntica exaltando la tierra19.

    Casi todos los crticos han comentado la obvia mez-cla de estilos y gneros presente en la pelcula, unacombinacin de la mise en scne de los westerns, mon-taje eisensteiniano y fotografa al estilo de Emilio Fer-nndez y Gabriel Figueroa. Compartiendo el deseo deidentificar originalidad con un profundo miedo a cual-quier clase de influencia, los crticos denunciaron ansio-samente el eclecticismo de O Cangaceiro como imitati-vo. Para Glauber Rocha, por ejemplo, Lima Barreto nohizo sino repetir una de esas picas mexicanas en el al-tiplano paulista disfrazado de nordeste: preserv el es-pritu melodramtico, el pictorialismo fcil, el chantajede los grandes paisajes editados con dinamismo queimitan los efectos del gran cine sovitico y algunos filmsrecientes de Hollywood. Un western sin el gran huma-

    nismo o la pureza de Pasin de los fuertes de John Ford; una pica sin los movimien-tos msticos de La diligencia de Ford; un drama nacionalista sin la conviccin del Ale-xander Nevsky de Eisenstein; una cancin de amor a la tierra que, aunqueromntica, siente la falta de la autenticidad de algunas escenas de Emilio Fernndez.Una pelcula atada en nudos20.

    Como un eco de Glauber, dcadas despus Norberto Leal argument en su ONordeste no cinema que O Cangaceiro era una obra artificial, mentirosa, falseadora ysin vigor que negaba y enturbiaba la realidad de la poblacin del nordeste y su cultura:

    Ni siquiera sus tcnicas tienen hoy validez alguna, la pelcula asombra por sus

    mentiras, por sus visuales mexicanas y la choradeira musical de Gabriel Migliori. Los di-

    logos no tienen sabor Y en la secuencia-espectculo en el campamento de los bandi-

    dos, la mixtificacin, falsedad y poca calidad de la copia de las convenciones de Holly-

    wood llegan al mximo21.

    En un esfuerzo por ir ms all de la identificacin de influencias extranjeras en OCangaceiro, propongo que, en vez de imitativa, la hibridacin visual y temtica de lapelcula sea considerada transformativa, tanto como lo fueron las grandes chancha-das pardicas de la poca como Carnaval Atlntida22. Como una de las ideas fuerade lugar de Roberto Schwarz, O Cangaceiro transplant una serie de elementos te-

    O Cangaceiro: estilos H b r i d o s178

    O Cangaceiro

  • 23. Vase ROBERTO SCHWARZ:

    Misplaced Ideas: Essays on Brazilian

    Culture, London, Verso, 1992.

    24. Inmigrante libans y aventurero,

    Benjamin Abraho lleg a Brasil en la d-

    cada de los diez y acab siendo consejero

    del Padre Ccero en Juazeiro do Norte,

    Cear, en los aos treinta. Auto-

    denominndose periodista, conoci a

    Lampio cuando ste recibi su conde-

    coracin de capitn de las fuerzas arma-

    das del Padre Ccero y le convenci para

    que posara en una fotografa. Algunos

    aos despus, en 1936, y con financia-

    cin de una nueva productora (la Aba-

    fi lmes de Ademar Albuquerque),

    Abraho se fue al serto con una cmara

    de 35mm con el propsito de filmar un

    documental de los cangaceiros en accin.

    Aunque un amateur, Abraho demostr

    gran ingenio y hasta utiliz la cmara en

    mano para seguir mejor a los cangaceiros:

    el material que film es fascinante. Lam-

    pio cooperaba, esforzndose por pre-

    sentarse rodeado de lujos modernos y

    como el rey del cangao. Desafortunada-

    mente, esta visin romntica de Lampio

    no fue del agrado del gobierno getulista

    haca aos que las fuerzas federales se

    esforzaban por capturarlo y la pelcula

    fue prohibida, en lo que se considera el

    primer acto de censura federal. El mate-

    rial de Abraho fue preservado por un

    coleccionista de Baha y ha sido incluido

    en la pelcula Baile Perfumado (Lirio Fe-

    rreira y Paulo Caldas, 1997).

    25. ISMAIL XAVIER: Serto/Mar:

    Glauber Rocha e a esttica da fome,

    So Paulo, Brasiliense/Embrafil-

    me, 1983, pgs. 123-135.

    Ana M. L p e z

    mticos y estilsticos a otro contexto audiovisual e histrico en el cual su funcin yefectos fueron reinscritos23. A diferencia de las chanchadas, O Cangaceiro no es unaparodia, pero su autoconsciente mezcla de estilos funciona tan eficientemente comola parodia para desnaturalizar y reposicionar el texto dentro de un nuevo espacionico para la representacin cinematogrfica. Este espacio es, claro, el serto, un nor-deste que nunca antes haba sido llevado a la pantalla (con la excepcin de un docu-mental filmado por Benjamin Abraho antes de la muerte de Lampio en 1938)24 yque aqu se convierte en un espacio explcitamente cinemtico. Adems, la hibridezestilstica de O Cangaceiro y su articulacin de un elemento mitolgico decisivo parala representacin nacional coincide con la creciente afirmacin de autora cinemato-grfica en la figura de Lima Barreto, un auteur avant la lettre.

    La hibridacin de O Cangaceiro es sistemtica y despiadada, mezclando y combi-nando, como han indicado sus muchos comentaristas, elementos de sistemas de re-presentacin diversos y potencialmente contradictorios. No obstante, en vez de apa-recer como desordenados prstamos extranjeros, el despliegue de estos elementosproduce una narracin y un espacio representativo coherentes. Como explica IsmailXavier en Serto/Mar, la pelcula hereda una posicin histrica especfica producto desu adhesin a algunos elementos del western hollywoodiense25. Pariente de la nostal-gia por un mundo ya extinto la ya cerrada frontera del oeste, la trama de O Can-gaceiro se desarrolla en un pasado del cual la propia pelcula se distancia: como pro-clama el eplogo, Epoca: imprecisa, quando ainda havia cangaceiros. Esta no es unapelcula sobre un momento histrico especfico o una reconstruccin histrica, sinouna evocacin y reconstruccin especficamente cinematogrficas de la historia comomito nacional. Como los hroes e indios del western hollywoodiense, el cangaceiroest a disposicin del imaginario nacional precisamente en el momento que la civili-zacin hace imposibles sus posiciones y hasta su propia vida26.

    El modo como la pelcula se sita en relacin a sus temas se refleja dentro delpropio relato. Cuando Galdino y su banda atacan la aldea al comienzo de la pelcula,hacen que un fotgrafo itinerante les saque una foto, un momento que refleja elproceso de produccin no slo de la fotografa, sino de la propia pelcula. No porcoincidencia, el fotgrafo es un extranjero, un alemn que casi no habla portugus(Por que no fala cristo, gringo da peste, le grita Galdino) y retrata al grupo deacuerdo con parmetros estticos de su medio, que slo l conoce. Los cangaceirosse acomodan en un semicrculo y, despus de una serie de ajustes (especialmentecambiando la posicin de uno de los rifles para que no apunte directamente a la c-mara), el fotgrafo dispara la foto que fija a los cangaceiros como mito: duplicando laperspectiva del inmvil aparato fotogrfico, la lente de la cmara cinematogrfica escubierta por un pao negro, la imagen fija se funde con la cinemtica. Como la foto,la pelcula tambin es filmada y estructurada por extranjeros, sigue sus propios pa-rmetros estticos y esquemas representacionales: ella fija la imagen e historia del

    179

  • 26. Los cangaceiros surgieron alrede-

    dor de 1880, cuando el nordeste sufra

    una de sus ms severas sequas y grupos

    armados robaban almacenes y distribuan

    los vveres entre los millares de desplaza-

    dos que deambulaban por la regin (los

    llamados retirantes): inicialmente fue,

    pues, una especie de bandidismo social al

    estilo de Robin Hood. Despus de la

    abolicin de la esclavitud en 1888 y la

    proclamacin de la Repblica en 1899,

    las condiciones del nordeste empeoraron

    y el cangao creci, manteniendo este ca-

    rcter a lo Robin Hood y aadiendo un

    espritu de justicia social y venganza. Los

    cangaceiros eran msticos y violentos y es-

    taban convencidos que la nica forma de

    escapar del hambre y la semi-esclavitud

    del sistema latifundista era la lucha arma-

    da. Su enemigo principal era la injusticia,

    especialmente la de los coronis, los seo-

    res feudales del nordeste, y la del gobier-

    no, que con regularidad enviaba fuerzas

    armadas contra ellos. El ms famoso de

    los cangaceiros fue Virgulino Ferreira Lam-

    pio, que organiz un grupo con dieciseis

    aos, en 1916, despus del asesinato de

    sus padres por orden de un coronel de

    Pernambuco. Su grupo creci en nmero

    y poder, usando tcticas guerrilleras para

    combatir y desmoralizar al gobierno du-

    rante ms de dos dcadas. El gobierno

    federal trat de captarlo, ofrecindole ar-

    mas, uniformes, dinero y el ttulo de ca-

    pito para que combatiese a la Columna

    Prestes (otro movimiento rebelde co-

    mandado por Luis Carlos Prestes, quien

    llegara a ser el lder comunista ms famo-

    so de Brasil). Lampio accept el dinero,

    las armas y el ttulo, pero los us para

    cangaceiro tanto como la fotografa. Es slo despus de la identificacin y representa-cin de este proceso despus de emplazar a los cangaceiros en un universo mti-co cuando la pelcula empieza a desarrollar los personajes y la trama romntica.

    La importancia de esta trama romntica es posiblemente la evidencia ms impor-tante de la hibridez de O Cangaceiro y de la dislocacin del distanciamiento histricoque antes se haba autoplanteado. Aunque la mise en scne an alude superficialmenteal western hombres a caballo usando grandes sombreros, etc., el relato desordenala centralidad de la oposicin de lo civilizado contra lo salvaje que es el eje del proyec-to tpico del western: en O Cangaceiro lo civilizado est encarnado en opresores injus-tos y no representa al progreso y la industria, mientras que lo salvaje, no obstante lapresencia de un indio con un collar mgico de dientes de leopardo, tambin es amena-zador y difcil. En vez del hroe individualista, el hombre a caballo que usa sus pistolaspara proteger un cdigo de honor personal, en O Cangaceiro el hroe o mocinho es deafuera, alguien que lleg al cangao por causa de una persecucin policial injusta. Mien-tras escapan de Galdino, Teodoro le explica a Olivia cmo llego al cangao: fue acusa-do de un crimen que no haba cometido y no tuvo otra opcin. Como un cangaceirocircunstancial27, Teodoro habla el idioma de la civilizacin y no busca venganza: deseaun lugar donde l y Olivia puedan realizar su romance y el sueo de una vida familiar.El cangaceiro de verdad es Galdino. Comparten ciertos atributos los dos sabenleer y escribir, son astutos e intuitivos, pero Galdino, de cuyo pasado sabemos poco,personifica el cangao: violento, spero, mstico, motivado por un magnfico espritu desupervivencia. Los efectos de esta dislocacin son importantes ideolgicamente. Envez de una nostlgica huida de las bendiciones de la civilizacin (como Ringo Kid yDallas al final de La diligencia, de John Ford), Teodoro y Olivia necesitan escapar de losalvaje el serto y sus maldades y miserias, aunque Teodoro declara que no puedeabandonar su tierra. El conflicto narrativo es delineado sobre el teln de fondo de un

    O Cangaceiro: estilos H b r i d o s180

  • combatir a los macacos del gobierno to-

    dava con mayor eficacia. En 1929 cono-

    ci en el interior de Baha a Mara Bonita,

    una bella jovencita que se convirti en su

    pareja de amor y guerra: su relacin es el

    mayor mito romntico de la cultura brasi-

    lea. Cuando Getlio Vargas asumi el

    poder en 1930, su proyecto para la in-

    dustrializacin nacional requera tanto la

    eliminacin de los latifundios como la de

    los cangaceiros. Lampio reaccion enr-

    gicamente y combati a las fuerzas fede-

    rales, empezando a ser conocido como

    el rey del cangao. Finalmente, en 1938,

    Ana M. L p e z

    espectro moral en el cual Teodoro, civilizado y altruista, es lo bueno combatiendocontra la maldad egosta y orgnica de Galdino. Romance y no valores morales absolu-tos es lo que importa en esta ecuacin, porque lo que civiliza a Teodoro lo que,dentro de la trama, desarrolla su personaje por contraste con los otros cangaceiroses su amor hacia Olivia. As, como una fuerza redentora y civilizadora, la pelcula plan-tea el amor romntico como un valor fundamental que ha de serpreservado, aunque el precio a pagar sea la ruptura de la unidady extensin pica de la comunidad cangaceira.

    Que los cangaceiros constituyan una comunidad y no unasimple banda de individuos es extremadamente importante,no slo porque subraya el poder de Galdino como lder (y elespritu algo sumiso del resto), sino por la forma en que la pel-cula presenta este espritu comunitario asediado. O Cangaceirocrea su relato comunitario a travs de la msica. No es acci-dental que las escenas en las que los personajes y la subtramaromntica empiezan a ser desarrolladas se enmarquen en elcampamento de los cangaceiros, el espacio improvisado perocomunitario en que viven su da a da. Recordndonos cmolas comedias rancheras mexicanas (por ejemplo, All en el Ran-cho Grande, Fernando de Fuentes, 1936) crean un espacio na-cional comunitario a travs de la msica, O Cangaceiro entrela-za las tensiones y placeres de la vida comunitaria a travs deuna musicalidad y atencin a la representacin espectacularobsesivas. Con la excepcin de unas pocas escenas cortas dedilogo, toda la secuencia en el campamento est integradapor momentos musicales.

    La equivalencia entre la comunidad y la msica es establecida fuera de la tramanarrativa. Una meloda folclrica acompaa nuestra primera vista del campamen-to y una serie de planos de la vida cotidiana: una vieja lavando ropa mientra suhijo, un cangaceiro perezoso acostado en una hamaca, le pide agua; una jovenatractiva que flir tea con varios grupos de hombres (lo que permite el libre movi-miento de la cmara por todo el campamento). Despus, la equivalencia se litera-liza con la presencia de un tocadiscos robado de la aldea que dos cangacei-ros no consiguen hacer funcionar hasta que la joven ajusta la velocidad: toca unaalegre marcha carnavalesca (el schottish Sempre Teu, grabado por la banda debomberos de Ro de Janeiro), una msica curiosamente extraa para este grupoy que nunca ms se escucha. Finalmente, algunos minutos despus, la msica sur-ge de la propia comunidad, cuando la secuencia de Mara Clodia lavndose la ca-beza es acompaada por una cancin folclrica sobre el valor de la palabra deuna mujer, cantada por una seora que cose a mquina. Despus, al anochecer,

    181

    O Cangaceiro

  • l, Mara Bonita, y una pequea tropa

    fueron emboscados y fusilados en Gruta

    de Anjicos, Baha. Once cangaceiros, in-

    cluyendo a Lampio y a Mara Bonita, fue-

    ron decapitados y sus cabezas fueron ex-

    hibidas en un museo de Salvador hasta

    los aos ochenta. Tras la muerte de Lam-

    pio, los otros grupos de cangaceiros fue-

    ron vencidos rpidamente. Un ao des-

    pus, los dos lt imos cangaceiros

    Corisco y su mujer Dad fueron

    derrotados.

    27. WILLIS LEAL: Op. cit., pg. 92.

    28. Mulher, mulher rendeira; mulher

    mulher rend; Tu me ensina a fazer renda;

    eu te ensino a namorar.

    29. Este es un efecto puramente ci-

    nematogrfico. En el guin de Lima Ba-

    rreto hay poca msica y los cangaceiros

    se expresan en el campamento por me-

    dio de versos y poesas espontneas, si-

    los cangaceiros se entretienen cantando alrededor de una hoguera; su versin deLua Bonita sirve de fondo mientras observamos a una mujer, que haba sido se-cuestrada de la aldea y presenta cruelmente marcado el rostro, acercndose a la

    cabaa donde Olivia est presa y haciendo comenta-rios sobre la perfeccin del rostro de la profesora. Elgrupo de cangaceiros se prepara para una roda, Ze-quinho Ol, pero el show es interrumpido por la sor-prendente reaparicin de sus violencias anteriores: lamujer marcada ve a un cangaceiro encendiendo un ci-garro con su hierro de marcar y grita desaforadamen-te. Despus de hacerla callar, el grupo baila y cantaotra roda, Meu Pinho (con el msico Z do Nortetocando el acorden, caracterizado como uno de loscangaceiros), que sirve de fondo para la conversacinen que Teodoro rechaza los avances de Mara Clodia.Minutos despus, la despechada Mara, al comps deuna guitarra, canta Saudade, meu bem, Saudademientras toda la comunidad, incluyendo el sospechosoGaldino, escucha. Casi sin excepcin, todo lo que se

    canta en el campamento tiene que ver con el amor romntico. Pero, al contrariode como se utiliza la msica y su representacin en los musicales hollywoodienses(para resolver las diferencias entre los protagonistas y proclamar los regocijos delamor), los protagonistas del romance de O Cangaceiro ni cantan ni bailan. Las ala-banzas al amor de la comunidad hablan de romances y promesas fallidas, de de-seos insatisfechos. En vez de una celebracin del amor, es ste un discurso dedescontento que sublima su condicin social.

    Paralela a esta inmersin musical como equivalente metafrico de un espritucomunitario asociado a las relaciones amorosas, es necesario aclarar que lo que pa-reca ser una asociacin no narrativa de los cangaceiros con la cancin Mulherrendeira cuando los acompaa en la cabalgada del inicio, despus se literaliza comorepresentacin. Tras torturar a un cangaceiro que haba ayudado a Teodoro y Oli-via, la banda de cangaceiros liderada por Galdino sale en persecucin de la pareja.Con encuadres medios, en vez de los planos largos de la primera secuencia, ahorapodemos ver que este grupo de cangaceiros sale en busca de venganza tocandoguitarras, tamborines y un acorden y cantando los versos romnticos de Mulherrendeira28. Sin la previa presentacin de la musicalidad como aquello que cimentala unidad del grupo, esta imagen de vengadores a caballo cantando una balada pa-recera incongruente. Pero a estas alturas la pelcula ya ha establecido que, ms queninguna otra cosa, lo que une a los cangaceiros es la msica: el canto y el baile es loque los une, lo que los identifica como un otro y simultneamente como un gru-

    O Cangaceiro: estilos H b r i d o s182

    O Cangaceiro

  • milares a la literatura de cordel. Vase

    LIMA BARRETO: O cangaceiro, Fortale-

    za, Edioes Universidade Federal

    do Cear/CAPES, 1984, pgs. 74-

    82.

    30. Nacido Hctor Julio Paride Berna-

    b en Argentina, el pintor Caryb es otro

    ejemplo interesante de un extranjero

    que particip en la pelcula. Considerado

    uno de los cronistas ms importantes de

    Baha (y el ilustrador de muchos de los li-

    bros de Jorge Amado), la carrera de

    Caryb comenz cuando lleg a Baha

    con la ambicin de entrevistar y pintar a

    Lampio. Pero lleg demasiado tarde y

    tuvo que resignarse con dibujar su cabeza

    descuartizada, ya instalada en un museo.

    Sus diseos para O Cangaceiro determina-

    ron el look visual de la pelcula y constitu-

    yen otra instancia importante de la hibri-

    dez del texto.

    Ana M. L p e z

    po. La msica y la violencia son sus medios de expresin y tambin su enlacecon el paisaje/regin y, consecuentemente, con la nacin29.

    Como revs de su musicalidad, la violencia de los cangaceiros es excesivamentebrutal y sobresale en dos momentos de la pelcula cuando la aldeana es marcadaen el rostro y cuando castigan hasta la muerte la traicin del cangaceiro que ayuda Teodoro que estn directamente relacionados con la musicalidad del grupo. Enel primero, el acto de marcar a la mujer es uno ms entre los varios actos brutalescometidos durante el ataque a la aldea, pero el regreso de la mujer a la narracines marcado por la msica: en el campamento de los cangaceiros, su recuerdo hist-rico de la violencia interrumpe la representacin de Zequinho Ol y, una vez quecesan sus gritos, viene en seguida otra roda. De forma similar, a la violencia contra elamigo de Teodoro le sigue el grupo cantando Mulher Rendeira. As, conforme alpatrn ya establecido en el que el romance mediatiza la modalidad pica, la violen-cia del grupo es interpuesta con la musicalidad.

    La msica y la violencia se cruzan en la evocacin cinemtica de un paisaje espe-cfico como emblemtico de la nacin. O Cangaceiro crea una manera muy particu-lar de colocar las figuras humanas en el paisaje porque el serto es producido cine-matogrficamente y no por medio de localizaciones naturales. Contra el bastidor denubes coposas, arbustos espinosos y caminos polvorientos, los cangaceiros atravie-san y viven en un paisaje que es producido visual y cinematogrficamente por vezprimera. Con sus sombreros de cuero adornados con estrellas y smbolos platea-dos, pauelos de seda, cintos de balas y otros adornos, los cangaceiros (tal y comolos visualizara el escengrafo Caryb)30 son propiamente ntegros y lo ms vibrantede este rido paisaje. La inscripcin de este espacio hostil como habitable y comoarquetipo visual de la nacin sera el gran legado de la pelcula: la creacin de unnuevo espacio cinematogrfico

    183

    a b s t r a c t

    O Cangaceiro: Hybrid Styles inBrazilian Films

    A lthough the Vera Cruz Film Company was generallyunderestimated, this study suggests that it was responsible forestablishing the basis for future Brazilian productions. Its ninthfilm, O Cangaceiro (1953), directed by Lima Barreto, incorporateda multitude of foreign practices to create an emblematic image ofBrazil. Thus reconstructing history as a national myth, OCangaceiro clears the way for the cinematographic representationof Brazilian reality.

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