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Aagaard - Maestría en La Técnica

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maestria en la tecnica de ajedrez

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  • Jacob Aagaard

    MAESTRA EN LA TCNICA

  • Jacob Aagaard

    Traduccin: Patricia L laneza Vega Diseo Portada: Laura Pruneda

    Todos los derechos reservados

    ISBN: 978-84-940320-0-4 Depsito Lega l : AS-02686-201 2 I mpresin: Reprog rf icas Malpe, S.A. I mpreso en Espaa

    EDITORIAL CHESSY Editor ia l Chessy 201 1 http://www.editoria lchessy.com U rban izacin Puerta Vetusta, nO 1 9 Santa Eu la l i a d e Morcn (Astur ias) Telfono: 985 78 34 8 1 webmaster@ed itoria lchessy.com

    Di rector Genera l : Alfonso Romero Holmes Coord inador: Arturo Gonz lez Pruneda Webmaster: La ura Pruneda Maquetacin: Yago Ga l lach Prez

  • Bib l iografa

    Agradecimientos

    Captulo Uno: El Final

    Qu es el fina l ?

    Contenidos

    iMantn activa tu pieza ms poderosa !

    Capitulo Dos: Siete Herramientas Tcnicas

    1 ) Pensamiento esquemtico

    2) Debi l idades

    Defin icin bsica de debi l idad

    Debi l idades bs icas de peones

    Debi l idades potencia les. Creacin de debi l idades

    Ganchos

    I slas de peones

    Peones doblados

    3) Dominacin

    4) No te prec ipites; preven i r e l contrajuego

    Preven i r el contrajuego

    5) Peones pasados

    6) Cmo coloca r los peones en e l fina l

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  • 7) Aspectos cu riosos del fina l

    Zugzwang

    Ahogado

    Forta lezas

    Ataques al rey

    Ejemplos absurdos

    Captulo Tres: Ideas Avanzadas

    Ampl iacin

    Apretando el n udo

    Caballo bueno contra a lfi l malo

    Cuando los a lfi les son ms fuertes que los caba l los

    F ina les puros de a lfi les

    La ventaja de l a pareja de a lfi les en el fina l

    La tcnica como est i lo de juego

    Ejemplos complejos

    Captulo Cuatro: Ejercicios

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    1 72

    1 79

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  • Bibliografa

    Libros

    Fundamental Chess Endings, Ml ler y La mprecht (Gambit Publ ications 2002)

    Dvoretsky's Endgame Manual, Mark Ovoretsky (Russe l l 2003)

    Endgame Strategy, Mikha i l Shereshevsky (Everyman Chess)

    Tcnica para el jugador de torneo, Mark Ovoretsky y Artur Yusupov (Batsford 1 995)

    Rate Your Endgame, Edmar Medn is (Everyman Chess 1 992)

    School ofChess Excellence 7 - The Endgame, Mark Ovoretsky (Olms 2002)

    Finales Prdcticos de Torre, Viktor Korchnoi (H ispano Europea 2002)

    Tactical Chess Endings, John Nunn (Batsford 1 998)

    The Magic of Chess Tactics, Ml ler y Meyer (Russe l l Enterprises 2003)

    Otros

    Endgame Manua l, Yuri Averbach (Chess Assistant)

    Mega Oatabase 2004

    Endgame Study Oatabase 2000, Harold van der Heijden (editor)

    Chess I nformant

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  • Agradecimientos

    Gracias a todos por ayuda rme a a lcanzar la maestra .

    En este l ibro: Danny Krist iansen aport sus pequeas correcc iones habitua les, que le agradezco profundamente. Esben Lund coment una part ida suya que me encanta. Peter Heine N ielsen me dej echa r una fu rtiva ojeada en pr imic ia a sus comentarios a su derrota contra Dreev: igracias! Artur Yusupov me dio permiso para utiliza r a lgunos ejemplos de su coleccin de los que me haba enamorado y por el lo me siento en deuda con l.

    Este l ibro est dedicado a Anne Fa ith James.

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    Jacob Aagaard, Glasgow,

    Enero de 2012

  • Captulo 1 EL FINAL

    Hay dos tipos de l i bros de fina les. En primer lugar, los que tratan de teora de finales, a menudo con un nmero l im itado de piezas. E l ms famoso es probablemente el Manua l de F ina les de Averbach, en c inco vol menes, que Chess Assistant ha reed itado recientemente en un OVO util izando mdu los de an l is is para correg ir las va riantes. Tambin son importantes las grandes encic loped ias de fina les pub l icadas por I nformator; l a ca l idad de l os a n l is is que a parecen en estos l ibros es variable, pero igua l mente constituyen una fuente excelente. Entre los manua les pub l icados en un solo vo lumen el ms destacado es e l Dvoretsky's Endgame Manual (Russe l l Publ ications 2003), escrito por el mejor entrenador del mundo, Mark Dvoretsky. Fundamental Chess Endings, de Ml ler & Lamprecht (Gambit 2002) es as imismo excelente. Existen otros muchos l ibros buenos, pero estos son los que recomiendo a aquel los interesados en los fina les tericos.

    Hay otro t ipo de l ibros, los que tratan finales ms complejos. Los ms fa mosos son Endgame Strategy de Mikha i l Shereshevsky, Technique for the Tournament Player de Mark Dvoretsky y Artur Yusupov, y Rate Your Endgame de Medn is (ed itado por Crouch). E l mbito de estos l ibros es el arte del pensamiento en el fina l, y el l ib ro que tiene usted en sus manos se considera una extensin de estas obras anteriores.

    Otras obras no tericas se encuentran en una especie de l imbo: Endgame Virtuoso (Smys lov), Endgame Secrets (Lutz), School of Chess Excellence 1 - The Endgame (Dvoretsky), Practical Rook Endings (Korchnoi), y muchos otros. Menciono estos cuatro porque puedo recomendarlos encarecidamente al lector junto con los citados anteriormente. Todos el los son excelentes.

    En este l ibro he intentado presenta r siete modelos bsicos de pensamiento y tcn ica de fina les que son ti les para comprender y jugar bien esta fase del juego. Los he expl icado lo mejor que he podido, adjuntando a lgunos ejemplos. Tengo la teora de que las reg las abstractas no t ienen va lor por s mismas. Deben ser tanto expl icadas como vistas pa ra que funcionen. La clave es que una reg la solo es va l iosa si uno entiende por qu es una reg la. Es d ifc i l comprender la ap l icacin de una reg la (por ejemplo, "que los caba l los en los rincones estropean las posiciones") a menos que uno entienda en qu se sustenta ese d icho popular. Nadie con dos dedos de frente entrara en una posicin con un saco l leno de reg las y l uego desconectara su sentido comn. Las reg las son ms bien herramientas ti les, como pueden ser tambin la concentracin, los conocimientos tericos y la capacidad de ca lcu lar con precisin.

    Uno de los errores ms comunes que cometen los ajedrecistas es la idea de que "la excepcin confirma la reg la':

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  • El final

    iVaya chorrada! No existen las excepciones a las reg las, o no sera n reg las. "Todos los cisnes del m undo son b lancos" es una reg la, pero si vemos un cisne verde, la reg ia deja de ser v l ida. En ajedrez, la c lave es que la reg l a tiene un a lcance l imitado. A menudo se denominan principios o pautas, que de a lguna manera son ms apropiadas . . "Los caba l los en los r incones estropean las posiciones" s ign ifica s implemente que el potencia l del caba l lo es ms l im itado cuando est cerca del borde del ta blero. Solo hay que mira rlo: en la banda, un caba l lo so lamente contro la cuatro casi l las, y menos an cerca de la esqu ina, m ientras que en el centro puede contro lar ocho. Adems, normalmente las cas i l las centra les son ms i mportantes que las de la banda. Eso es todo. Entonces para qu nos si rve un pri ncipio como este? En fin, no es tan d ifc i l . Si deseas situar tu caba l lo en e l r incn debe tener una misin especfica.

    De lo contra rio, uno puede descubrir que en l ugar de un caba l lo lo que tiene es una cabra coja. Los principios y tcnicas que se expl ican en este l ibro funcionan igual .

    Este l ib ro no pretende presentar un montn de ideas nuevas y conocimientos, aunque a lgo puede caer, s ino ayudar a los jugadores en progresin a comprender los principios que ya han presentado otros como Shereshevsky, Dvoretsky, etc. a travs de ejemplos densamente comentados y ana l izados. As, el lector encontra r aqu un captu lo que muestra siete herramientas tcnicas de uso en el fina l (y en otras partes del j uego) seguido de un captu lo con ejemplos ms avanzados centrado especia lmente en las piezas menores. Las tcnicas presentadas en el Captu lo 2 tienen una importancia un iversa l y siempre estarn presentes en la mente de un buen final ista. El Captu lo 3 trata asuntos ms especficos. La fuerza de la pareja de a lfi les, por ejemplo, evidentemente tiene poca

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    relevancia en un fina l de caba l los.

    Mi intencin es mostrar cmo los jugadores fuertes uti l izan en la prctica la tcn ica de finales. Pa ra e l lo trata r de expl icar en profundidad cmo se encuentran las jugadas. Lo har con pa labras cuando las jugadas se deban comprender de manera abstracta y con variantes cuando estas sean pert inentes. Ambos aspectos aparecern a menudo en las partidas por este orden. Primero se traza un plan genera l, se maniobra con las piezas y se mejora la posicin a l mximo; l uego l lega el momento en que no se puede retrasa r ms la confrontacin, y se ejecutan acciones d i rectas. Esto requ iere con frecuencia un clculo preciso, y la respuesta a por q u una jugada es superior a otra no puede expl icarse mejor que mediante an l isis y variantes. Esto se debe a que las posiciones se tornan ms tcticas cuando se ataca d i rectamente a las piezas rivales o cuando se avanza un pen pasado para intentar coronarlo. Si e l pen pasado corona, probablemente se ganar la partida. Si se captura un caba l lo a cambio de nada, probablemente la partida se gana tambin. Las presuposiciones no nos s i rven de mucho para determinar si es as, o si el pen l legar a coronar. De eso se ocupa el clculo concreto.

    Qu es el final?

    Antes de zambu l l i rnos en estas siete tcn icas esencia les, sera conveniente aclarar qu es rea l mente e l final . Y en relacin con esto, qu es e l medio juego, y q u es l a a pertura. En rea l idad no existe una respuesta senci l l a . Voy a expl icar esta complej idad con ayuda de la s igu iente posic in:

    Spassky-Fischer Sveti Stefan (Pa rtida 4 del match) 1 992

    Vase el diagrama siguiente

  • Se podra a rgu mentar ensegu ida que esta posicin pertenece a la apertu ra, y en cierto sentido as es. Las negras an tienen que encontrar u na buena casi l la para su rey y poner sus torres en juego. La forma ms senci l l a de defin i r la fase de apertu ra es decir que es cuando los jugadores desarrol lan sus piezas. Por otro lado, esta posicin tambin se podra etiquetar como medio juego. Las blancas han completado su desarrol lo y estn preparadas para mejora r su posicin con dos movimientos de pen, f2-f3 y e3-e4. Podramos cata logar esta posicin como medio juego sin damas?

    La tercera opcin es l lamarlo fina l . Porque qu es lo ms caracterstico del fina l? Que no hay ataques contra el rey. En el fina l, e l rey puede ser u na pieza activa y solo ra ra vez sufre amenazas de mate. Otra caracterstica comn del fina l es la coronacin de peones pasados. Esto no va a suceder ahora pero, por otra pa rte, tambin hay fina les sin peones. Lo que hace que esta posicin pertenezca a l campo del final es que las debi l idades de peones juega n un papel fu ndamental a la hora de eva lua r la posicin y trazar un plan. Por su puesto, los factores d inmicos tambin son i mportantes.

    Norma l mente esta posicin sera clasificada como medio juego sin damas, pero esta definicin no d ice demasiado. Lo importante es la propia posicin y cmo se va a jugar. El rey est ms segu ro por la ausencia

    El final

    de las damas, pero con el resto de las piezas en el tablero an existen ideas tcticas como 1 3 ... O-O? 1 4 ltJxe6! y el blanco gana un pen.

    As pues, no tenemos una defin ic in satisfactoria para esta posic in. Esto suceder con muchas posiciones que estn en tierra de nadie entre la a pertu ra y el medio juego, o entre el medio juego y el final . En su Endgame Manual, Mark Dvoretsky considera que un fina l es u na posicin en la que n i ngu no de los dos jugadores posee ms de una pieza . Au nque inc luye torre y a lfi l contra torre, desde u n pu nto de vista prctico no es una mala defin icin. Las posic iones en las que n ingu no de los jugadores t iene ms de u na pieza d ifc i lmente pu eden ser otra cosa que fina les. Pero y las posiciones en qu e cada u no tiene dos piezas? Aqu tam bin me resu lta difc i l imag inar u na situacin en la que esto no sera un final . Pero si ambos jugadores tienen tres piezas, estamos en u na zona gris. A veces es u na cosa y a veces otra.

    Este l ib ro trata de la tcn ica en la prctica de fina les. Es decir, no incluye teora de fina les (ver ms a rriba) ni fina les tcticos (para los que recomiendo Tactical Chess Endings de John Nu nn, as como The Magic of Chess Tactics de Ml ler y Meyer, ambos excelentes l ibros sobre el tema, au nque este lt imo presenta tambin muchas posic iones de medio juego). La idea de este l ib ro es i lustra r los aspectos tcnicos de los fina les complejos (que a menudo comienzan con ms de una pieza por jugador) de l a forma ms c lara posible.

    Los fina les tericos, y los tcticos (conocidos en su mayora como estudios) son fasc inantes y todo el mu ndo debera dedicarles su vida, o a l menos todo el tiempo que pueda, pero no apa recern en este l ibro por razones s imples. Creo que mi esti lo l i tera rio se adapta bien a un l ibro como este, mientras que los l ibros de Shereshevsky,

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  • El final

    Dvoretsky, Mednis, etc no logran ensear tota lmente los principios de la tcn ica de fina les a un jugador joven con aspiraciones. Como mnimo, porque el material instructivo es l imitado.

    En mis expl icaciones ra ra vez recurrir a posiciones en las que existe duda sobre si nos ha l lamos ante un fina l o no, pero tampoco quiero d iscuti r dnde empieza el final y dnde acaba el med io juego. Para el jugador prctico esto no tiene demasiada i mportancia. Sabe cundo e l rey est seguro o no, y l levar su rey a l centro a partir de la jugada 40 independientemente del aspecto que tenga su posicin, y recib ir mate de inmediato (como, segn la leyenda, le sucedi a la computadora de ajedrez de 1 970).

    La principal d iferencia entre el medio juego y el fina l no se l im ita a la ausencia de damas (eso sera un medio juego s in damas), s ino a la ausencia de amenazas serias de mate. Esto hace que en el fina l el rey se convierta en una pieza va l iosa . Ju l ian Hodgson ha estimado que el rey va le cuatro peones en un fina l .

    iMantn activa tu pieza ms poderosa!

    Esta podra haber sido perfectamente una de las siete tcnicas, en cuyo caso habra aparecido la primera. Se t rata del principio que gobierna el j uego del fina l : S iempre que sea posible, active su pieza ms fuerte.

    Cuando tenemos que poner en prctica este pr incipio, la defi n ic in de Hodgson resu lta ti l . En un fi nal , la jera rqu a de piezas es l a sigu iente: la dama es superior a la torre, l a torre a l rey, y el rey a las piezas menores. He intentado expl icar esto a a lgunos a l umnos en trminos de dominacin. U na dama puede dominar fci l mente a una torre, una torre puede dominar a l rey,

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    y e l rey puede dominar a las piezas menores. Pero no todo el mundo queda satisfecho con esta defin icin. No obstante, esa es la razn para la jerarqu a de piezas en el fina l . Como veremos, en un fina l de piezas menores es ms importante jugar con el rey que con las propias piezas. De igua l forma, mientras que este l ibro no va a tratar fina les de torre, hemos de sea lar que los dos mejores a utores sobre fina les, Dvoretsky y Mednis, s lo han hecho. La torre debe esta r s iempre activa, como reza el pr incipio que gobierna los fina les de torres. Aqu tenemos un ejemplo:

    Timman-Karpov Belfort 1988

    Las b lancas tienen un pen de ms, pero su torre se ver pronto forzada a la pasividad y las negras podrn obtener ventaja.

    38 ... f8 39 gg1 gf4 40 m 'i!?e6 41 'i!?a!

    Timman es consciente de que, s i se aferra a los peones del fla nco de dama, el rey negro avanzar para apoyar a su pen "f" pasado. Entonces la torre negra quedar l ib re para campar a sus anchas por el tablero.

    Vase el diagrama siguiente

  • De nuevo Timman muestra su maestra. La torre debe activa rse y para eso solo s i rve la colu mna "b':

    44 ... xh5 45 b1 xc5 46 xb7

  • Captulo 2 SI ET E H ERRAMI ENTAS TCNICAS

    En este captu lo ana l izaremos siete importantes tcn icas del fina l. No estn adscritas a n i nguna configuracin concreta de materia l . Se trata de aspectos que hay que atender y comprender en la mayora de fina les. Son esquemas mentales ms que normas, y si rven no solo para ayudar a los jugadores a tomar las decisiones correctas en partidas de torneo, s ino para ahorrarles tener que pensa r.

    1) Pensamiento esquemtico

    Una buena tcnica de fina les requiere la capacidad de pensar esquemticamente. Esto impl ica ser capaz de buscar posiciones concretas o una d istribucin de piezas especfica en una posicin dada, y tratar de l legar a e l las mediante el c lcu lo. Grandes especia l istas en fina les como U lf Andersson t ienden a pensar de esta manera. Cuando ven una posicin de un fina l, no piensan en trmi nos de yo muevo esta, m i riva l mueve esta, yo muevo esta etc, s ino que buscan e l emplazamiento perfecto para sus piezas. Esto puede sona r como un p lan, pero hay una d iferencia, aunque mn ima. U n p lan imp l ica progresar en una posic in. Har esto y a continuacin esto otro. E l pensamiento esquemtico es cuando uno ve, por ejemplo, que si el caba l lo est a l l y el alfil a l l, entonces se gana as, o se logra esto otro. Entonces uno empieza a elaborar un p lan para a lcanzar esa posic in. E l pensamiento esquemtico

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    va antes d e l a p lan ificacin. U n a forta leza es un ejemplo perfecto de pensamiento esquemtico: si coloco las piezas de esta forma, no puedo perder.

    El s iguiente fina l i l ustra de forma excelente cmo el blanco apl ic en a lgunas posiciones e l pensa miento esquemtico y despus ut i l iz un plan senc i l lo para lograr su objetivo.

    Danielsen-A.Petrosian Schweri n 1 999

    En este fina l la situacin se ve c lara de i nmed iato. E l b lanco t iene un caba l lo de ventaja a cambio de un pen, y adems goza de un pen pasado propio. No obstante, no ser fci l ganar el fi na l y, como veremos, la victoria requiere lo que a lgunos l l amaran "posiciones de fantasa" y otros s implemente pensam iento esquemtico. En su intento por ganar esta posicin, las b lancas maniobra rn con sus pie-

  • zas a casi l l as espec fficas, en tanto que las negras trata rn de montar una forta leza . Pero resu l ta que las b la ncas d isponen de una forma de hacer volar esta forta leza; de hecho, una forma bastante atractiva .

    57 if4

    Las blancas deben formu la r un p lan para no perder las chances de victoria que an puedan tener. E l pla n correcto es e l sig u iente: l leva r el pen a h4 y el caba l lo a f4: juntos forman una ba rrera contra el rey negro. Entonces el rey b lanco estar l ibre. Entre tanto, el a lfi l b lanco mantendr l a vig i lanc ia sobre el pen "c'; y las negras no podr n hacer nada constructivo en las casi l las b lancas.

    Esta es l a posicin soada. E l blanco empieza a maniobrar.

    57 ... cj>h4 58 cj>h2 id5 59 lild3

    Estamos en la fase u no. Las b lancas tratan de coronar su pen.

    59 ie4

    El negro no aspira a bloquear el pen. Tras 59 .. . .ic6 60 lLle5 .ie4 61 ic l ib7 62 lLlg6+ cj;Ih5 63 lLlf4+ gh4 64 .ib2, la amenaza 65 if6 mate fuerza a l negro a ret ira rse con 64 . . . gg5, Y entonces e l b lanco completa la pr imera pa rte de su plan con 65 gg3 Y 64 h4 +. En vista de que el p lan b lanco se

    Siete herram lentas tcnicas

    puede posponer pero no impedi r, el negro no est interesado en ob l igar a su colega g ran maestro a rea l iza r m in i operaciones para a lcanzar sus objetivos in ic ia les. Esto es cuestin de gustos. A lgunos jugadores fuertes diran que hay que obl igar a l riva l a luchar por cada centmetro para someterle a la mxima presin; otros, por su pa rte, d i ran que no deberamos ma lgasta r nuestra energa en retrasar la posicin crtica que se producir de todas formas. Evidentemente, el tiempo que queda en el reloj - y el ritmo de juego - juega n tambin su papel . Pero tan pronto como apa rece la ms mn ima posib i l idad de resistencia, en la que el adversario tenga que esforzarse en encontra r un p lan o una jugada concreta, siempre deberamos dar le la opcin de en reda rse.

    60 e1 ib3 61 f3+ cj>h5 62 cj>g3 id5 63 lil d4 ie4 64 te1 id3 65 e6 J.c4 66 lilf4+ cj>gS 67 h4+ cj>h6

    Conseguida la pr imera pa rte del p lan . E l b lanco ha evitado cua lquier contrajuego sobre el pen "h" y ahora puede usar su rey de forma activa en lugar de permanecer pasivo. Ahora cul es e l p lan ganador del b lanco? Echemos un nuevo vistazo a la posicin. E l caba l lo se encuentra excelentemente situado en f4 y e l alfil permanece en la retaguard ia controlando el pen "c'; mientras que el pen "h" b lanco est preparado para avanzar una vez le den l a sea l ( lo que podra produci rse s i e l rey

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  • Siete herramientas tcnicas

    negro trata de entrar en juego de a lgn modo). Por su pa rte, el a lfi l negro no puede oponerse a las intenciones blancas, ya que el primer jugador puede desa rro l la r su p lan por las casi l las negras.

    Sin embargo, para el negro no es absolutamente necesario d isponer de un contrajuego activo. Si l as b lancas lanzan su pen "h'; les resultar difc i l defenderlo. Por ejemplo, si 68 h5? el negro responder inmediatamente 68 ... Q1g5 ! y no hay defensa satisfactoria ante ... if7-xh5 que fuerza inmediatamente el empate. E l bla nco podra s implemente quedarse qu ieto y mover su rey de un lado a otro esperando que pase algo antes de que se dec la re el empate de acuerdo con la reg la de l as 50 jugadas. Pero qu podra pasar? E l concepto de "No te precip ites" (ver pgina 65) rea l mente no es ap l icable a esta posic in. La presin sobre el neg ro no aumentar si el b lanco no hace nada, o si se toma las cosas con ca l ma : al fin y al cabo, todo lo que puede hacer el seg undo jugador es mover el a lfi l de un lado a otro.

    Entonces qu quieren lograr las b lancas? Bsicamente, l evantar e l bloqueo sobre el pen "h'; pero cmo? S i el caba l lo se mueve, el rey negro l legar a h5. Si el a lfi l se a leja hasta f8, e l rey b lanco tendr que queda rse controlando el pen "c'; y ser compl icado avanza r el pen "h" hasta la octava fi la . An as, no deberamos descartar inmediatamente este p lan, ya q ue por ahora es e l mejor q ue hemos encontrado.

    En este momento es cuando el pensamiento esquemtico nos si rve una vez ms: si el rey b lanco estuviera en h8, ig7 sera mate. Como el negro no puede hacer nada, las b lancas ganan s implemente l levando el rey a h8 .

    68 i.b2 1a6 69 f2 1b7 70 e3 1(6 71 d4 1b7 72 e5 1(8

    1 6

    S i e l negro opta por no defender s u pen "f" y, en l ugar de eso, desplaza su a lfi l a la d iagonal a2-g8 pa ra impedi r que el rey bla nco l legue a g8, las b lancas ganan de forma senci l l a : e l rey captura el pen "f" y reg resa para captu rar el pen "c'; para fina lmente coronar su pen "h" (ya que d isponen del a lfi l correcto) .

    73 f6 .id7 74 f7 1c8

    Se poda i ntentar 74 . . . Wh7, con la intencin otra vez de evita r que el rey enemigo l legue a h8, pero tras 75 lLlh5 h6 76 lLlf6 f4 77 ic l el negro tampoco consegu i ra sa lva r la partida . Las negras an podran causa r a lgunas dificultades prcticas a su rival con 77 .. . e8+!? 78 lLlxe8 h5 79 ixf4 xh4 80 lLlf6, y el b lanco tiene que demostrar que es capaz de dar mate de a lfi l y cabal lo. Por supuesto, eso no sera un problema para Dan ielsen, que movera sus piezas si n necesidad de pensar, pero sera un buen intento contra un jugador de c lub.

    75 g8 ie6+ 76 h8 1 -0

    La posicin fina l merece un d iagra ma. Las neg ras estn i ndefensas ante la inminente g7 mate.

    El pensamiento esquemtico marca muy a menudo la d iferencia entre un buen jugador, que se siente perdido en el final , y un gran fina l ista, que est ejerciendo su su-

  • perioridad. El g ra n maestro sueco U lf Andersson es un excelente fina l i sta, fa moso en todo el mundo por ser uno de los ajedrecistas p rofesiona les ms cautelosos de la h istoria del j uego, pero tambin por su excepciona l tcnica de fina les. No se puede asegura r con rotundidad cul ha sido el mejor jugador de fina les de l a h istor ia . Algunos d i ran Capablanca; otros Botvinn i k, Rubinstein, Korchnoi o Ka rpov, pero nadie se ofenderfa s i d ijramos U lf Andersson . Goza de g ran respeto, inc l uso entre los rusos, por su fina comprensin del fina l .

    En l a s igu iente partida, Andersson impone su tcnica sobre otro fuerte g ran maestro en una posicin que a pr imera vista parece igua lada. Pero entonces su riva l comete u na imprecis in y de pronto el b lanco tiene una razn para creer que merece la pena segu i r l uchando. E l negro despl iega una buena defensa en a lgunas fases del juego, pero en los apuros de tiempo l a presin es demasiado agobiante y termina cayendo en un fina l m uy d ifci l , cuya defensa en partida viva resu lta ser demasiado d ifc i l para l .

    Partida 1 U.Andersson-Se.lva nov

    Gambito de Dama Cto. de Suecia por Equipos 2000

    1 jf3 d5 2 d4 jf6 3 e4 e6 4 g3 dxe4 5 a4+

    Una Ifnea favorita de Andersson. No es muy pel igrosa para el negro, pero por otro lado las b lancas no corren n ingn riesgo.

    5 . . jbd7 6 .1g2 a6 7 jc3 b8 8 xe4 b5 9 fld3 .1b7 10 o-o e5 1 1 dxc5 .1xe5 1 2 .1f4 ge8 13 gadl O-O 14 je5

    Vase el diagrama siguiente

    Esta posicin evoluciona de forma natura l hacia la s impl ificacin de materia l . E l b lan-

    Siete herramientas tcnicas

    co no dispone aqu de n ingn pla n prometedor, ya que no hay forma de atacar los peones negros del flanco de dama, y en el campo negro no existen otras debil idades apa rte de los potencia les ag ujeros en la sexta fi la .

    Desaparece cua lqu ier opcin d inmica en l a posicin negra y e l fina l ser una la rga y penosa travesa por el desierto de la defensa. Era ms fuerte 1 7 . . . i.e7! evitando el sig u iente cambio en f6 que causar problemas a la estructura de peones del negro. Despus las neg ras podra n desarro l la r su contrajuego en la col umna "c" mediante . . . bS-b4, y pensar en cambiar torres con . . . 13fd8 si qu ieren (no parece que obtengan un g ra n beneficio de el lo) .

    18 gxd8+ gxd8 19 .1xf6!

    Este es el t ipo de maniobra que puede hacer Andersson para forza r cua ndo quiere jugar ag resivo.

    1 7

  • Siete herramientas tcnicas

    Mediante el cambio de su a lfi l por el caballo enemigo, las b la ncas debi l itan l igeramente la estructura de peones del flanco de rey negro y provocan un pequeo desequ i l i brio en la pos icin, lo que requ iere jugar con ms cuidado, especia l mente las negras. Adems, como veremos, Andersson es capaz de explotar con habi l idad las imprecis iones de su adversa rio. Los rasgos d inmicos de la posicin que caracterizan las posiciones a biertas en el medio juego han desapa rec ido, y so lamente cuentan las pequeas debi l idades causadas en la estructura de peones del a la de rey y el hueco en la casi l l a c6. Si e l lector qu iere eva luar otros aspectos de la posicin aparte de la estructura de peones, debemos sea lar que la col umna "c" es ms importante que la columna "d". Este tipo de pequeas ventajas tiende a crecer en manos de gra ndes virtuosos como Andersson y Karpov.

    19 ... gxf6 20 gel fie7

    De nuevo, esto no es un g ra n error, pero s es e l punto de partida de un p lan errneo. Con este movimiento podemos prever el s iguiente, que causar un deterioro serio y duradero de la posicin negra . Era mejor tratar de anu la r e l va lor de la columna "c" mediante 20 ... id4!? En ese caso, tras 2 1 E1d 1

  • te diagrama lo i lustra c laramente:

    Nos acercamos a una situacin en la que el negro tendr dos debi l idades (para el principio de las dos debi l idades ver seccin 2): una en el flanco de rey y otra en el de dama. Dado que la posicin b lanca no presenta debi l idades, las cosas pintan mal para e l negro. La defensa correcta pasaba por comprender que e l b lanco planea util iza r su rey para evita r cua lquier intento de penetracin por la columna "d" pa ra situar su torre en c6 y presionar la posicin negra . Por e l lo las negras no deba n busca r actividad, s ino responder a l a man iobra de su adversario proteg iendo la columna "c" con su propio rey.

    La mejor defensa parece pues 2 1 ... f8 22 e3 e8 23 f3 d7 y las negras solo estn un poco peor. No deben temer un fina l como 24 d 1 + c6 25 xd8 ixd8: a pesar de que h7 es an a lgo frgi l , solo es una debi l idad, y puede defenderse fci lmente. El pen "a" difc i lmente va a ser ya una deb i l idad: e l negro jugar .. . aS y, con el rey en las cercan as, mantendr el contro l de esta zona. Por ejemplo, 26 g4 es floja porque el negro puede penetrar con su propio rey, con efectos bastante ms devastadores pero, inc luso aunque no fuera as, el negro siempre podra jugar pasivo mediante 26 ... ie7 27 h5 if8 y no es fc i l pa ra el b lanco progresar en el flanco de rey. La partida habra fina l izado en empate sin grandes sobresaltos. Ahora en ca mbio

    Siete herramientas tcnicas

    el blanco tiene una ventaja tang ible.

    22 e3

    Las b lancas comienzan a ejecutar su p lan , que consiste en s i tuar su rey y su caba l lo en l a s posiciones indicadas en el comentario a l a jugada a nterior, y a contin uacin jugar h3 y g4 para crea r problemas a l riva l en el flanco de rey. De nuevo el negro no pa rece comprender rea l mente los pel igros que contiene para l este plan, y por e l lo no hace nada para oponerse.

    22 . . . 1f67!

    En principio esta no es una buena casi l l a para e l a lfi l . Las negras no han previsto la futura disposicin de las piezas b lancas, y por e l lo no tienen n i idea de cmo esta ran mejor colocadas las suyas pa ra hacerles frente. E l mayor problema al defender este tipo de posiciones es que es difc i l ad ivi nar contra qu hay que defenderse.

    E l j ugador con ventaja puede, hasta cierto punto, ir e laborando su p lan sobre la marcha, pero para el defensor puede ser necesario prever con a ntelacin en plan de su adversario, a menudo incl uso antes de que este lo conciba s iqu iera . En esta posicin no es fci l decid i r cul es el emplazamiento correcto para el a lfi l, por lo que 22 .. . f8 era una jugada ms lgica.

    No obstante, e l negro tendr que encon-

    1 9

  • Siete herramientas tcnicas

    trar un esquema defensivo pronto, y su riva l no le ha dado por ahora muchas pistas. Si e l negro se h ubiera dado cuenta de que las b lancas iban a jugar h3 y g4, as como situa r el rey en e2 y el caba l lo en d3 (probablemente esto lt imo era lo ms difc i l de prever), habra comprendido la necesidad de jugar . . . hs en a lgn momento, para evita r que el pen "h" se convierta en un b lanco fci l en la col umna abierta, y colocar el a lfi l en d6 para cubr ir todos los cuadros (f4, cs, b4) desde donde el caba l lo podra c rear problemas. Las blancas podran eleg i r un plan de accin distinto del de la pa rtida (aunque no se ve c laro cul podra ser) y en ese caso las negras tendran que reaccionar adecuadamente. Pero antes de nada deberan defenderse contra el p lan ms pel igroso del blanco, y hacerlo mejorando la pieza que de todas formas ms necesita mejorar su posicin, que es el rey. S i las b lancas cambiaran de plan, las negras segui ran necesita ndo centra l izar su rey para poder oponer la mxima resistencia posib le.

    En la pa rtida Ivanov decide ca mbiar torres y pasar a un incmodo fina l de a lfi l contra ca bal lo. Con una defensa pasiva sera tablas, pero no fue as. Es razonable decir que el final era compl icado de jugar con negras, y que por el lo el segundo jugador debera haber optado por otro esquema defensivo, como sugerimos a nteriormente, en el que el blanco no pudiera progresar fc i lmente.

    23 b3

    Las b lancas s iguen adelante con su p lan .

    23 . . . c;t>f8 24 f3 e7 2S h3 dS 26 e2

    26 g4?! sera prematuro. El negro est prepa rado para responder 26 . . . fxg4+ 27 hxg4 hs, tras lo cual e l empate es el resu l tado ms proba ble. Obsrvese que va riantes como 28 gxhs xhs 29 c6 h2 30 xa6

    20

    ih4 no favorecen en nada a l b lanco. Pero lo ms importante aqu es la cuestin: trataran las b lancas de a l terar la naturaleza de l a posicin y pasa r de un escenario de tranqu i las man iobras a una carrera con su caba l lo parado en b 1 ? No. E l sitio del ca ba l lo es d3.

    26 .. . d7 27 llJd2 fie7 2s llJf3 1f6

    An se poda considera r una defensa con 28 . . . hs !? 29 liJe 1 d6 30 liJd3 y no es fc i l progresar con b lancas. Probablemente el negro se senta incmodo con la posicin de l a torre en ds. iY con razn! Esta torre estara mucho mejor situada en d8. Por ello en la pa rtida las negras optaron por un plan defensivo que pasaba por cambiar torres.

    Ivanov va lora correctamente que la presencia de l as torres en el tab lero beneficia solamente al b lanco.

    30 g41

    Si las b lancas tienen a lgn modo de forzar una ventaja tangib le, ha de ser as, entrando en el fina l de caba l lo contra a lfi l , donde las negras debern jugar con precis in para sobrevivi r. Tras 30 liJd3 c6 31 -d 1 el negro mantiene el equ i l i brio con 3 1 . . . -c2+! (3 1 . . . rJle7 32 liJb4 -b6 33 !!.c 1 r;!;d7 34 g4 dara una ventaja rea l a las b lancas) 32 r;!;f3 rJle7 33 liJ b4 -b2 y e l neg ro no est peor. De hecho, es el b lanco quien debera pensar aqu en hacer tablas.

    30 .. . fxg4!

    Las negras con buen criterio se deshacen de su pen doblado y ahora solo tienen que vivi r con l a debi l idad del pen "h': Esto es aceptable solamente porque van a desaparecer las torres. En cambio 30 . . . -ds 31 liJd3 ie7 32 !!.g l da a las b lancas

  • la posib i l idad de penetra r en la col umna "g'; y haran fa lta muchas jugadas exactas para igua lar la partida.

    31 hxg4 gc6! 32 bc6 xc6 33 d3 aS 34 e4 a4 3S (;tle3 axb3 36 axb3 d6 37 f4 id8 38 gS e7 39 g4 f8 40 f3 f6!?

    Tras esto las negras se quedan con un montn de peones a is lados, todos e l los d ifci les de defender. E l b lanco aprovecha para penetrar con su rey, a lgo que su riva l ya no puede evitar. S in embargo, la a l ternativa 40 . . . g7 tampoco era un camino de rosas. Las blancas repl icaran 41 'i!lh5 (de lo contra rio el negro juega 41 . . . h6 l iqu idando su lt ima debil idad seria) y entonces la defensa pasiva mediante 4 1 .. . ie7 probablemente no bastara pa ra aguantar la posicin. Tras a lgo como 42 f4 td6 43 f5 exf5 44 exf5 f6 45 g6 las b lancas t ienen c lara ventaja. Si el caba l lo l lega a e6, el b lanco gana; tambin puede provocar e l avance .. . b5-b4, que fac i l ita ra a l rey blanco s u posterior penetracin en e l fla nco de dama.

    En l a pa rtida, Ivanov trata de evita r esta posicin que, aunque pasiva, es estructura lmente correcta; para e l lo activa sus piezas a costa de la estructura . Esta era l a jugada 40, as que es muy posib le que se l e escapara la respuesta d e l b lanco, pero n o e s nada fc i l determinar s i s e trata objetivamente de un error, ya que es muy d ifc i l l l egar hasta el fondo de ambos fi na les. Mi

    Siete herramientas tcnicas

    conclusin es que las n eg ras an pueden hacer ta blas tras 40 ... f6!?, m ientras que el empate no est garantizado tras 40 . . . Wg7, pero probablemente un profundo a nl is is nos l leva ra a la misma conc lusin.

    41 hS!

    Con c laridad excepcional , Andersson demuestra qu es y qu no es importante aqu tras ver que con 41 gxf6 txf6 las b lancas no pueden penetrar en el campo enemigo:

    a) 42 tLlc5 e7 43 'i!lh5 tg? y las b lancas no t ienen n ingn modo evidente de progresar.

    b) 42 h5 id4! ( impidiendo tLl c5; el a lfi l es perfectamente capaz de dominar a l caba l lo riva l ) 43 h6 g8 Y de nuevo las b lancas no pueden progresar.

    Por ese motivo Andersson enva a su rey a capturar el pen de "h'; para despus man iobrar en torno a las defensas negras. De este modo la tctica vuelve a hacer acto de presencia en e l final cuando se rea l iza una ventaja o se castiga un desl iz .

    41 .. . fxgS

    41 ... g? 42 tLlc5 f7 43 h6 sera igua l que la partida. Obsrvese que 43 . . . te? rec ibe la fuerte rpl ica 44 xh7! q ue ob l iga a l negro a captu ra r en g5 .

    42 h6 g8

    Las negras no tienen t iempo para e l contraataque. Tras 42 . . . f7 43 xh7 f6 44 g8 g4 45 fxg4 g5 46 f7 xg4 47 xe6 f3 48 d5 e3 49 c5 te7 50 b4 d2 51 c6 las b lancas ganan un seg undo pen. Lo ms i mportante es que el negro no puede crear n ingn contrajuego sobre el pen "e'; ya que pasa r al fina l de

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  • Siete herramientas tcnicas

    peones con ... ,ixc5 no ofrece esperanzas.

    43 eS cJf7 44 cJxh7 i.b6

    Las negras est n condenadas a la derrota tras 44 ... f6 45 4Jd7+! e7 46 4Je5 f6 47 4Jg4+ e7 48 g6 ganando.

    E l rey bla nco ha descubierto una nueva debi l idad en el campo negro: el pen de b5.

    46 ... i.g1 7

    Esta jugada no parece muy t i l . Qu intenta consegu i r e l negro? De nuevo e l pensamiento esquemtico le habra ayudado. No es d ifci l ver que el b lanco se d i rige a l flanco de dama, y por el lo las negras deba n jugar . . . eS. Solo con saber esto las negras habran sido capaces de encontrar la j ugada correcta . El pen necesita defensa, as que 46 ... id4! es ms preciso. Tras 47 f8 e5 48 e8 e6 49 4J b4! (el b lanco tiene que encontra r esto para poder crear problemas a su adversa rio; en caso de 49 d8 d6 50 c8 c6 las negras aguantan su posicin) 49 .. . ic3 50 4Jd5 ib2! 5 1 f8 (E l b lanco ha atacado b5 para dejar al descubierto la segunda debi l idad del negro, el pen g5) 5 1 ... d6 52 f7 c5 53 f6 d4 54 xg5 d3 y a hora:

    a) 55 4Jc7 b4! (si 55 . . . c2 56 4Jxb5

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    xb3 57 f5 c4 58 4Jd6+ d3 59 4J f7 ganando) 56 4Jd5 ic3 57 f5 c2 (si 57 ... e2 58 4Je7 xf3 59 4Jc6 'i!le3 60 4Jxe5 d2 6 7 4Jc4+ c2 62 4Ja5 ganando) 58 4Jxb4+ ixb4 59 xe5 xb3 y el b lanco no puede ganar, por ejemplo 60 d4 iC3+ 61 ds c2 62 f4 d3 63 e5 'i!le3 64 f5 f4 Y el negro hace tablas.

    b) 55 f5 c2 56 b4 parece senci l l o, pero las negras an pueden ofrecer resistencia con 56 . . . b3 57 e6 (s i 57 f4 exf4 58 xf4 c4 59 f5 ig7 y el blanco no puede ganar) 57 ... id4 (57 .. . ia3? pierde forzado ante 58 xe5 ixb4 59 4Jxb4 xb4 60 d4 a3 6 7 f4 b4 62 f5 b3 63 f6 b2 64 f7 b 7Wi 65 f8Wi+ a2 66 Wia8+ b2 67 Wib8+ c2 68Wixb 7 + xb 7 6ge5 etc) 58 d6 c4 y no se ven opciones de victoria. Si 59 c6 ib2 60 4Jc7 xb4 6 1 4Jxb5 c4 62 4Jd6+ d3 63 'i!ld5 e2 64 4J c4 ic3 65 4Jxe5 e3 66 e6 f4 las negras salvan med io punto.

    La conclusin es que las negras podran logra r el empate inc luso a estas a lturas. Por supuesto estos an l is is pueden ser refutados, pero mi s imple capacidad no ha bastado para rebat i r esa concl usin que para m es contra-intuitiva.

    47 cJf8 eS

    Triste necesidad, pero en rea l idad solo se retrasa lo inevitable.

    La debi l idad del pen UeU es ahora u n factor determinante. Probablemente las neg ras deberan entregarlo pa ra defenderse, pero no funciona ra.

    SO ... .ie3

  • Si 50 ... c6 5 1 ltJxe5+ c5 52 ltJf7! b4 53 e5 xb3 54 e6 ic5 55 Wd7 .if8 56 ltJxg5 Wc4 57 ltJ h 7 .ic5 58 ltJf6 b4 59 ltJe4 y las b lancas ganan igua l por 59 ... b3 60 ltJd2+!

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  • Siete herramientas tcnicas

    bajo presin o estar c l a ramente inferior.

    Con su j uego, Andersson consigu i trasladar su ca ba l lo a d3 despus de haber provocado debi l idades en el campo negro. Desde d3, y bien asistido por los peones, el ca ba l l o l im it al rey neg ro de forma excelente y permiti a l monarca blanco penetra r en la posicin enemiga y causar estragos.

    2) Debilidades

    Mi experiencia es que la natura leza y defin icin de las debi l idades estn entre las cosas que ms trabajo cuesta aprender cuando estudiamos ajedrez. Recuerdo en u na ocasin cuando asist a una sesin de entrenamiento con Mark Dvoretsky, aos antes de sacarme el t tu lo de MI . C laramente yo era el n ico en la sala que no comprenda por qu el blanco estaba ganando en cierta posicin. Todos los dems vean la superioridad blanca en la estructura como s imi lar a una superioridad materia l . Tengo la esperanza de que podr plasmar aqu exactamente qu es una debi l idad, el principio de las dos debi l idades (o principio de las dos ventajas, que es ms fci l de comprender) y el concepto del gancho. Todos estos temas sern recurrentes a lo la rgo del l ibro, ya que las debi l idades son una parte esencia l de los finales. As que, por favor, abrchense los cinturones, compren un gran bo l de palomitas y preprense para una larga expl icacin.

    La definicin bsica de debi lidad

    En mi l i bro sobre medio juego Maestra en Ajedrez ya he escrito sobre debi l idades. Si bien estoy total mente satisfecho de lo q ue escrib en ese momento, s tambin que no es, desde luego, el cuadro completo. Pa ra contar toda la h istoria probablemente sean necesarias un mi l ln de pg inas y un nmero s imi lar de ejemplos prcticos. A

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    continuacin trata remos de profundizar en los aspectos bsicos de las debi l idades: qu son y qu formas pueden adoptar. Veremos is las de peones, peones doblados, casi l l as dbi les, peones retrasados, ganchos, debi l idades potenciales y el principio de las dos ventajas, tambin conocido como principio de las dos debi l idades. Asimismo, trataremos la creacin y la destruccin de debi l idades, como dos aspectos importantes del juego en el fina l .

    Pero antes, un i ntento de definicin abstracta . Una debi l idad es un defecto en l a posicin de un jugador. Puede adoptar la forma de un pen, una casi l l a, una co lumna o una diagonal . La natura leza de una debi l idad es permanente. Un pen que est colgando poco tiempo no es una debi l idad, sino un pen que cuelga. Para que una debi l idad tenga una importancia duradera, tiene que estar en su sitio durante un tiempo.

    Adems, para que a lgo sea una debi l idad, debe poder ser explotada por el adversario. Un pen dbi l en una casi l l a negra no tiene tanta importancia si e l riva l solo tiene un a lfi l de casi l las b lancas y el rey no puede acceder a l pen. Marovic trata estas cuestiones bsicas en su l ib ro Secrets ofPositional Chess, una obra que recomiendo a pesar de que la verdad es que los autores que repiten los mismos viejos ejemplos de los l ib ros de Euwe, Kotov, Dvoretsky, etc. me i rritan un poco. Pero dejando aparte esa crtica, creo que el jugador medio de club encontra r a este entrenador croata fc i l de entender y sus ejemplos le resu ltarn instructivos. He notado que hoy en da m uchos lectores no estn fami l ia rizados con los l ibros a ntiguos, por lo que no tienen problema en que los ejemplos famosos se repitan.

    De todos modos, en su l ibro Marovic escribe lo sig u iente acerca de las cas i l las dbiles: "Toda casilla dbil es un rasgo esttico.

  • Su debilidad no es funcional en sr misma, sino que depende de las acciones de ambos bandos sobre el tablero. Mientras se lleva a cabo un plan activo, todas las debilidades estticas, incluidas las casillas dbiles, son irrelevantes, a menos que sean objetivos de ataque. Los maestros contemporneos han adquirido una nueva concepcin de la compleja relacin dialctica entre fuerzas dinmicas y elementos estticos. Hoy en da deberamos afirmar pragmticamente que solo son dbiles las casillas que pueden ser explotadas."

    Me gusta bastante esta expl icacin de la importancia de las debi l idades. Tienen una importancia duradera, y las debi l idades que pueden surg i r en nuestra posicin en el fi na l suelen haber sido provocadas por nosotros mismos en el medio juego, norma lmente a l jugar de forma activa. Pero lo principa l es que una debi l idad solo es una debi l idad si se puede explota r.

    Debilidades bsicas de peones

    Cuando un a utor de ajedrez hab la de debi l idades, casi s iempre se refiere a peones dbi les. Un pen dbil suele ser un pen que no puede avanzar y est atacado d irecta o ind i rectamente. Puede estar fsicamente b loqueado, puede que s i avanza se produzca una captura o puede que est dbi l en una fi la y por e l lo no pueda h ui r del problema. Con frecuencia la exp lotacin de un pen dbi l decide los fi na les. E l s igu iente fina l es un ejemplo bsico de cmo un pen dbil puede ser un lastre muy pesado.

    Motylev-Willemze Hoogeveen 2003

    Vase el diagrama siguiente

    En este fina l el b lanco est ya ganando, g racias a las dos ventajas de que d isfruta. La primera es d ifc i l de contra rrestar:

    Siete herramientas tcnicas

    cuando rea l ice a2-a4 en uno de los prximos movimientos, tendr un pen pasado a lejado que mantendr ocupada a u na de las piezas negras. Entre tanto las b lancas podr n atacar el pen de g7. Las negras no pueden defender de forma consistente ese pen dbi l , ya que se trata de una debi l idad en su forma ms pura . Las negras no pueden deshacerse de su debi l idad s in captura r el pen de g6, y no es fc i l que esto suceda. (De hecho, es imposib le que suceda a menos que las negras permitan a l pen "a" b lanco coronar, y ese sera u n precio muy a lto p o r l ibra rse de u n a debil idad!

    U n motivo importante por el cua l el pen de g7 constituye una debi l idad seri a y fata l es que est en una casi l la del mismo color que los a lfi les. Es decir, el blanco p uede atacar e l pen con su a lfi l , pero el negro no puede hacer lo mismo respecto a l pen "g" b lanco. Tambin afecta en g ra n med ida a la eva l uacin de l a posicin el hecho de q ue e l pen "g" b lanco est cerca de la lt ima fi la . Esto s ign ifica que una vez ca iga e l pen negro, e l b lanco a lca nza r m uy pronto la casi l l a de coronacin; por esa razn las negras no pueden permitir el cambio de a lfi les en g6 (mediante ixf6 g xf6), ya que el pen g6 cruzara rpidamente la meta .

    Hemos de observar tambin que el pen "e" negro no posee las mismas cua l idades. Normalmente cuando h a blamos de dos

    25

  • Siete herramientas tcnicas

    ventajas nos referimos a dos contra cero. Aquf las negras d isponen de un pen pasado, pero no hace nada a parte de estar en la ruta del rey b lanco hacia el flanco de rey. As que no es n ingn tr iunfo.

    33 b3!

    No hay razn para que el b lanco se demore en la creacin de su pen pasado del flanco de dama, que atraer inmediatamente la atencin de su riva l .

    33 ... .if6

    Las neg ras podran considera r la defensa pasiva mediante 33 ... .ig5+ 34 @c2 e7 35 .id4 ih6 pero no bastara para empata r tras 36 e5 ! (dominacin - un tema importante en los fina les) 36 ... d7 37 a4 @c8 38 d3 b7 39 e4. Aqu vemos un ejemplo de l a importa ncia de las dos ventajas en su forma ms pura. El negro tiene a su rey ocupado en e l flanco de dama, y en el de rey se encuentra i ncmodamente atado a la defensa del pen g7. Por su parte, las b lancas s iguen el g uin trazado y avanzan su rey con la pOS ib i l idad de e l iminar los peones enemigos, pero en rea l idad probablemente especu lan s implemente con la idea de pasar a un fina l de peones ganado tras 39 ... bxa4 40 bxa4 @a6 4 1 .if4! ixf4 42 xf4 @ a S 4 3 @e5 @xa4 44 @xe6 b3 45 @d6 ( lo ms senc i l lo, i mpidiendo cua lqu ier contrajuego, aunque tambin gana 45 f7) 45 . . . xc3 46 @xc6 y el pen "g" coronar igua lmente. De nuevo tenemos dos ventajas: l a formacin de peones y el rey activo. Una ventaja (el pen pasado a lejado en e l ala de dama) ha sido transformada en un rey mejor colocado. A menudo cambiaremos una ventaja por otra para progresa r.

    34 i>c2

    El p lan b lanco es s imple: el pen "a" avan-

    sado y amenace avanzar (por qu correr a las manos del rey negro?); entonces e l bla nco l l evar su rey a l centro y activar su a lfi l . Contra esta estrateg ia bsica l as negras no tienen n inguna opcin.

    34 ... i>e7 35 a4 bxa4 36 bxa4 i>d6 37 i>d3 i>c7 38 .id4!

    En esta posicin gana casi cua lqu ier movimiento, pero lo mejor que puede hacer el bla nco es compl icarse el punto lo menos posib le. Tras ca lcu lar con antelacin a lgunas jugadas, el b lanco entra decid ido en una serie de s impl ificaciones que dejarn a las negras i ndefensas y con sus dos deb i l idades.

    38 ... e5

    Por supuesto esto es forzado. Ahora las b lancas conti nan jugando con precis in.

    39 .1c5

    Dominacin de nuevo. El p lan del b lanco es d3-e4 seguido de .ic5-d6. Este p lan es posib le g racias a que el rey negro no puede frenar al pen "a" y mantener el control sobre d6 al mismo tiempo.

    39 ... e4+

    U n buen intento. La principal a lternativa sera 39 ... ig5 40 @e4 if6 (si 40 . . . .id2 4 1 xe5 hC3+ 42 .id4 .id2 43 e6 ih6 44 f7 y las b lancas ganan con fac i l idad) 4 1 aS b7 42 id6 a6 (o 42 . . . .ig5 43 heS ih6 44 f4 ! y de nuevo el fina l de peones supone una fc i l victoria) 43 heS xe5 44 xe5 @xa5 45 @e6 @a4 46 r;!fl Y las b lancas ganan .

    40 i>xe4 .1xc3 41 .1d4

    Vase el diagrama siguiente

    zar solo hasta el punto en que est pa- De n uevo las negras no pueden entrar en

    26

  • el fina l de peones porque el b lanco posee un pen pasado d istante y el pen g7 es dbil. S i los peones "g" estuvieran en g2 y g3, las b lancas necesita ran muchos movimientos de pen para coronar y qu izs, solo qu izs, el negro lograr a crear a lgn contrajuego con su pen tIc': Pero en esta posicin no est ni cerca de logra rlo.

    41 ... id2

    El negro decide mantener la partida viva, aunque aba ndonar era una opcin perfectamente viab le. Ahora las b lancas capturan en g 7 gratis.

    42 ixg7 d7 43 d3 igS 44 .id4

    El b lanco ha ganado un pen y no tiene prisa. Como d ijo una vez Piket cuando le pregunta ron si no estaba molesto porque su rival hubiera seguido jugando m ucho rato en una posicin perdida, uno, por qu? Estaba disfrutando!" Es importante confiar en nuestra propia capacidad. Los que esperan que su riva l abandone, o bien estn nerviosos ante la pos ib i l idad de cometer un error garrafa l (qu izs debido a experiencias pasadas) o s implemente no se dan cuenta de que los mi lagros solo se dan cuando uno est de rod i l l as rezando por que sucedan.

    44 .. . ih6 45 aS e7 46 .if8 47 e4 b8 48 .leS ig7 49 d3

    Siete herramientas tcnicas

    El b la nco ha reforzado su posicin del flanco de dama todo lo pos ib le (a lgo que no hubiera hecho un jugador menos paciente) y ahora l levar su rey a f7 para jugar .ifa. Tras esto se desvanecen las esperanzas negras de entregar su a lfi l por el pen "g" y a lcanza r as un fina l terico de tab las en el que la pieza de ventaja del b lanco sera superflua.

    49 . . . a8 SO e4 1 -0

    Esta part ida es un ejemplo c laro de lo que puede suponer una debi l idad fija en forma de pen. Adems i lustra a la perfeccin la fuerza de un pen pasado alejado en un fina l de piezas menores. Por supuesto, las cosas no suelen ser tan l i nea les, y en las partidas entre jugadores fuertes se da a menudo una l ucha compleja y d inmica por estas ventajas. U n fuerte g ra n maestro sabe q ue una posicin como esta est ganada para el blanco, y no se habra dejado meter en ese fina l tan dc i lmente como lo h izo el negro (antes de que empezramos a ana l izar la partida aquO. Con todo, la tcn ica de fina les no es a lgo que se pueda a prender en un fin de semana, s ino que debe ser perfeccionada a travs de aos de estudio. Un j ugador que lo ha conseguido es el g ra n maestro ruso Alexei Dreev.

    Las debi lidades potenciales y la creacin de debi l idades

    Con la defin ic in de debi l idad pasa lo m ismo que con todas las expresiones acadm icas. Cada terico usa el trmino a su manera, y sera errneo pensar que Marovic y yo queremos decir exactamente l o mismo cuando hab lamos de debi l idad. Probablemente estaremos cerca, pero s i profundizamos es cas i segu ro que a parecern d iscrepancias m icroscpicas. Persona lmente me gusta d istingu i r entre una debi l idad rea l y una debi l idad potencia l . Una debil idad rea l t iene un ca rcter permanente, mientras que una debi l idad potencia l es

    27

  • Siete herramientas tcnicas

    una debi l idad en la estructura que an no se ha convertido en debi l idad rea l porque el adversario no tiene forma de explota rla i nmediatamente pero ms adelante, en u n futuro lejano, podra tenerla.

    En el s ig uiente ejemplo Dreev explota un pequeo error de su fuerte adversa rio para crearle un entorno incmodo, lo que fina lmente l l eva a una s ituacin en l a cua l las debi l idades prcticamente crecen del suelo.

    P.H.Nielsen-Dreev North Sea Cup 2003

    Acabamos de sa l i r de la apertura. Las blancas han i ntentado abr ir l neas en torno a l rey negro con l a nada suti l a mbicin de dar le mate; pero no han tenido xito. Las negras tras ladan su dama a l flanco de rey para colaborar en la defensa y el ataque blanco se detiene ms O menos a ntes s i qu iera de haber comenzado.

    18 ... fS 19 e2?

    Esto me pa rece un error estratgico. E l problema surge cuando consideramos la posib le estructura de peones que aparecer tras e l s iguiente movimiento de las negras.

    Vase el diagrama siguiente

    Podra deci rse que el pen hS est fijando a l pen g7 como debi l idad, pero nada ms

    28

    lejos de la rea l idad. E l negro puede defender fc i lmente el pen g7 con e l a lfi l y e l rey s in tener que descolocar sus piezas. No podemos deci r lo mismo del b lanco, que deber dejar u na torre pasiva defend iendo el pen hS si e l negro i nsiste en presionarlo a lo l a rgo de la quinta fi la . E l pen f2 es tambin una debi l idad potencia l . Para el negro no es fc i l ataca r ese punto, y en l a partida no l o h izo nunca, pero an as no es imposible imaginar una situacin en l a que el negro juega . . . igS o a lgo pa recido, con idea de cambiar a lfi les y e l iminar a l defensor de l pen "f': Tambin b2 ser ms adelante u n punto vulnerable. La cu lpa l a tiene el poderoso a lfi l negro en f6 -un aparato en la terminologa de nuestro hroe naciona l Bent Larsen - que no tiene riva l en la g ra n diagonal porque e l a lfi l bla nco est atado a la defensa del pen "f':

    As pues, el b lanco no puede permitir que la posicin se s impl ifique y derive a un fina l . E ra necesa ria 1 9 V!fxfS y tras 1 9 . . . oEMs ( 7 9 . . . exf5 bloquea la accin de la torre en l a co lumna "f" y debi l ita e l control centra l de las negras; 20 liJe3 gaeB 2 1 d5 con buen juego para el b lanco, ya que de pronto fS es dbi l ) el b lanco tiene 20 ixh6! gxh6 2 1 liJxh6+ @h7 22 liJxfS exfS 23 dS y, aunque no est c la ro si e l b lanco tiene las mejores chances, desde l uego no parece que vaya a perder este fina l con un juego razonable. E l primer j ugador d ispone de dos peones y una torre por dos piezas menores, adems de un pen pasado (ya que 23 .. . cxdS

  • 24 gxd5 1e costara a l negro el pen f5) .

    Los cambios no suponen un problema pa ra e l negro, ahora que se han ido todas las amenazas del b lanco. En cam bio si 1 9 o o ' ,xf4 20 ,xe6+ gf7 2 1 ,xd7 las b la ncas estaran mejor (Nielsen).

    20 xf6+

    Forzado. Si 20 Lilxh6+? gxh6 2 1 ixh6 gf7 22 gdg 1 + Wh7 23 ie3 gg8 el ataque es una i l usin y el b lanco tendr que l uchar por las tab las.

    20 ... .ixf6

    Aqu est el l l amado aparato - u n a lfi l que protege una debi l idad pero es tremendamente activo a la vez.

    21 .ie3

    El a lfi l ocupa aqu una posicin bastante pasiva, pero las b lancas se estaban quedado sin buenas opciones. Tras 21 id6 gfd8 (2 1 o o . gfl!? es tambin pos ib le, a rrojando dudas sobre el a lfi l d6) 22 ie5 ixe5 23 dxe5 gxd 1 + (23 oo. gd5 24 F!,xd5 cxd5 tambin da al negro una estructura superior) 24 gxd 1 gf8 y las b lancas t ienen problemas con todos sus peones dbi les. Probablemente esto es inc luso peor que l a partida.

    Siete herramientas tcnicas

    El negro ha completado la pr imera parte de su p lan : ha neutra l izado el contrajuego blanco en el flanco de rey. Ahora se pone en marcha la verdadera labor tcn ica : mejorar lentamente su posic in. La idea in i c ia l es deshacerse de l a n ica debi l idad potencia l, e l pen e6, cambindolo por el pen "d" b lanco. Para logra rlo, las negras toman primero el control de la casi l l a d5, para que su riva l no pueda responder a oo. e6-e5 con d4-d5.

    21 .. . ad8 22 dg1

    22 Wa 1 Wh7 (22 o o . e5 23 ,c4+ Wh7 24 d5 no es del todo c laro) 23 c4 era un intento de evita r e l avance del pen "e" negro, pero entonces las negras reaccionaran a l cambio e n l a estructura de peones c o n un nuevo plan. E l pen "d" b lanco ya no cuenta con e l sl ido a poyo de l pen "c" (bastaba con que s iempre existiera la posib i l idad de jugar c2-c3) y el pen "c" se ha convertido en lo que ms adelante aprenderemos a l lamar gancho. Las negras dispondran de la fuerte jugada 23 oo. b5!, tras la cua l e l pen "d" b lanco quedara a is lado y dbi l , en tanto que e l negro ganara la fantstica casi l l a d5 pa ra una torre, desde donde podra presionar tanto en d4 como en h5 .

    22 . h7

    23 g4

    Peter Heine Nie lsen escribe sobre esta po-

    29

  • Siete herramientas tcnicas

    sic in: "Ms O menos a estas alturas pensaba que las blancas estaban bien y ofrec tablas. Pero habfa errado en mi evaluacin, las negras estn claramente mejor. La actividad blanca en la columna "g" es puramente visual. La presencia del alfil negro en f6 es ms importante. Desde allf protege slidamente g7 y pronto se activar de forma muy agresiva."

    Es i nteresante que un jugador tan fuerte como el nmero 1 de Dinamarca, ana l i sta ocasiona l de Anand, pueda equivoca rse tanto al eva luar una posic in. N ie lsen es muy fuerte en el med io juego y, en mi opin in, no es peor q ue l a media en el fina l, pero en este caso sobrestim la actividad de sus piezas y subest im la debi l idad de su fragmentada estructura de peones. Este es un error comn . Va lor la posicin segn los criterios del medio juego, pero ya estamos cerca del fina l, y los criterios del fina l se han vuelto m ucho ms i mportantes.

    23 ... eS

    Ahora este avance no acarrea problemas, y las negras continan como haba n planeado.

    24 dxeS xeS 2S c3 fS+

    26 c2?!

    No est del todo c la ro que objetivamen-

    30

    te esta jugada sea dudosa, pero me parece cuestionab le desde un punto de vista prctico. S in damas d isminuye la importancia de la posicin abierta del rey, en tanto que crece l a importancia de las debil idades. Con las damas sobre e l tablero, el b lanco al menos mantendra a biertas sus opciones. Pero ahora le espera un cruel fina l .

    26 .. . xa+

    Natura lmente el negro no duda.

    27 q"xa a6

    Las negras sitan sus peones s igu iendo los consejos de Ph i l idor, en las casi l l as de co lor contra rio a su a lfi l . Esta recomendacin no debera ser tomada como un dogma, como puede verse en el ala de rey; a l l l a s b lancas tienen u n pen dbi l en u n a casi l l a b lanca, y l a s negras unos peones fantsticos en casi l las de su color.

    El motivo es el a lfi l negro: en f8 sus peones le habra n hecho mucho da o, pero en f6 est en perfecta s intona con el los y surge de l a cadena de peones como un g ran fruto crec iendo de un rbol.

    Las negras se reservan por e l momento el avance del pen "b': Como puede i r a bS en cua lqu ier momento pero nunca po-

  • dr retroceder, el pen est mejor en b7, s implemente para dar ms opciones a l negro. Este es un aspecto importante de lo s fina les tcn icos. E l d inamismo es casi inexistente aqu, y un tiempo no tiene un gra n va lor en l a fase de preparacin, en la que el j ugador con ventaja trata de mejorar su posicin al mximo y encontrar el momento ms oportuno para explota r sus ventajas acumuladas.

    29 gh3

    Las blancas no tienen contrajuego, ya que la posic in negra no presenta debi l idades n i hay forma de provocar las.

    N ie lsen comenta que este es un l igero error que acelera lo que bien podra ser ya inevitable, pero yo no estoy seguro de que sea rea lmente as. Es cierto que e l avance de este pen debi l ita e l flanco de dama, en especia l las casi l las n eg ras (b2) pero de todas formas tarde o temprano sera ob l i gado. Las negras amenazaban 31 o o . ee5 y la debi l idad del pen uh" b lanco obl igara inmediatamente a 32 c4, a lo que el neg ro rep l ica ra s implemente 32 o o . d7! . De nuevo un tiempo no s ign ifica nada aqu. Las negras no tienen por qu entra r en una variante como 32 o o . xh5 33 cxd5 xh3 34 d6 h5 35 id4 l:Jd5 36 Lf6 gxf6 37 l:Jxf6 h5 38 e6 con chances de tablas para e l b lanco, aunque e l fina l an sera i ncmodo debido al pen pasado a lejado del neg ro.

    31 ... gdeS 32 gg4 gfS

    Amenazando presionar h5 con oo' ee5.

    Prepa rando la fea defensa gg 1 -h 1 .

    Vase el diagrama siguiente

    Siete herramientas tcnicas

    33 ... b5!

    Esta es una caracterstica tpica de l a reg l a de las dos ventajas. E l b lanco est ob l igado a defender el pen "h'; y por cu lpa de eso su posicin pierde mucha flexib i l idad. Mientras, las negras j uega n tambin en el otro lado del tablero, donde tratan de crear una segunda debi l idad (o tercera si contamos el pen f2, aunque no est c laro s i debemos inc l u i rlo o no). Cuando las b lancas tengan dos debi l idades no podrn defender las dos a l a vez. (Para una expl icacin deta l lada de l a reg la de las dos ventajas, ver ms adelante.) Tambin era posib le 33 o o . ee5, forzando 34 gh 1 , pero no es del todo evidente que eso ayude a l negro a progresar. Las torres b la ncas son pasivas, pero la torre negra estaba mejor en e7. Por e l lo las negras deciden atacar inmediatamente, guardndose para ms adelante la opcin de un o o . l:Jee5 para el que e l b lanco debe estar s iempre prepa rado.

    34 cxbS cxbS 35 gd1 aS 36 b3?!

    En rea l idad esta jugada no era necesaria . Era mucho mejor esperar a ver qu hacan las negras. Dreev quera avanza r en el flanco de dama para provocar una deb i l idad, y el b lanco se ha debi l itado a s mismo s in que le hayan provocado m ucho. Ahora e l camino a la victoria est c la ro para las negras.

    36 ... gc7+ 37 @b1 a4

    3 1

  • Siete herramientas tcnicas

    El pen "b" es dbi l y el radio de accin del a lfi l negro ha a umentado.

    38 ghhl ?!

    La lt ima opcin de resist ir era 38 !d3 para recaptura r en b3 con la torre. Como las b lancas no pueden tomar en a4, las neg ras segu i ran maniobrando y acabaran imponindose. Pero es mejor la defensa pasiva que una derrota i nmediata. Mientras res istamos, nuestro riva l siempre podr dudar, pero si la posicin se derrumba, la partida quedar decidida sin que le hayamos dado la oportun idad de l ia rse.

    38 o o . axb3 39 axb3 gc3 40 a2 b4 0-1

    Las blancas abandonaron a nte ... !aS+. Tras supera r el control y ya con t iempo en el reloj, las b lancas se convencieron de que la l ucha haba terminado. Contra jugadores flojos podra tener cierto sentido continuar, pero entre jugadores por encima de 2600 es como si el negro tuviera una torre de ventaja.

    En conclusin, esto es lo que sucede en un escenario competitivo y complejo con deb i l idades en los peones (h5 y hasta cierto punto f2) y en casi l las (b2 y l uego todos los cuadros a l rededor del rey). A menudo se recomienda a los jugadores que qu ieren mejorar su n ivel q ue vean las part idas de los g randes maestros de hace unos 1 00 aos - Rubi nstein, Alekhine, Capab lanca, Reti, N imzowisch etc -; yo tambin vay a dar ese consejo. Estos jugadores no sol an enfrenta rse a una oposic in rea l, y por e l lo ten a n la oportunidad de poner a prueba su capacidad s in que sus riva les evitaran los planes ms evidentes de la posicin. De esta manera se pueden ver los p lanes ms natura les s in las complej idades de una defensa tenaz.

    32

    Ganchos

    Uno de los conceptos ms compl icados de entender acerca de las debi l idades ha sido, por mi pa rte, la funcin de los ganchos. Podemos repet ir aqu el ejemplo clsico mencionado en todos los l ib ros rusos, debido a su c la ridad.

    Esta posicin, que podra pertenecer o no a una partida, est extrada de la obra c ls ica de Lipn itsky cuyo ttu lo en castel lano es Cuestiones sobre Teorra Moderna en Ajedrez. Las blancas tendran muchos problemas estratgicos si no fuera por el pen negro de fS. El a lfi l est tonto en b2, y el pen c4 es tan dbil q ue pronto desaparecer del tablero tras . . . ia6, ... Wfa4 y, si hace falta, ... l[c6-aS y ... !c8 seguido de ... cxd4, solo para asegurarnos, a l esti lo Schwarzenegger, de que el pen est realmente muerto. As que las b lancas estaran en apuros si no fuera porq ue d isponen de 1 1 g4!, explotando el temprano avance del pen "f': E l b lanco obtendr un fuerte contrajuego tanto despus de 1 1 ... fxg4 1 2 !g 1 hS 1 3 h 3 como tras 1 1 ... a6 1 2 g2 l[c6 1 3 gxfS.

    E l pen fS es lo q ue l lamamos un gancho. Aunque en s mismo no es dbi l, el pen provoca un contragolpe que puede hacer que la posicin tras el pen se derrumbe como un cast i l lo de na ipes cuando tenga que tomar su triste decis in.

    En la s igu iente part ida veremos cmo uno

  • de los jugadores ms fuertes de nuestro tiempo, el g ra n maestro ing ls M ichael Adams, se crea un gancho contra e l q ue puede j ugar su riva l , el g ra n maestro hnga ro cand idato a l Campeonato del Mundo, Peter Leko. Debido a su juego pasivo, el j ugador i ng ls no logra justificar el deb i l itamiento de su posic in y, despus de que el gancho haya sido a provechado, sigu iendo una excelente preparacin para abr ir la posic in negra, la partida fi na l iza de forma bastante potica con el colapso tota l del fla nco de rey negro.

    La causa de todo es la estructura de peones, que acaba convirtindose en la herramienta de la victoria para el b lanco.

    E l pen gS es e l anzuelo en el que queda atrapado e l prec iado pez. Todo lo que Leko t iene que hacer en la part ida es enrol la r e l carrete. Una vez ha j ugado h3-h4, la estructura negra se derrumba. Pero esto pasa senci l l amente porque el segundo jugador no logr justificar d inm ica mente su debi l idad. Esta s impl icidad se presenta aqu en su compleja rea l idad.

    Partida 2 Leko-Adams Defensa Petroff

    Dortmund 2002

    1 e4 eS 2 f3 f6 3 tLlxeS d6 4 f3 xe4 S d4 dS 6 id3 c6 7 O-O ie7 8 c4 f6

    Siete herramientas tcnicas

    Normal mente se considera q ue la l nea con 8 . . . lU b4 es un mejor intento de igual a r. En la pa rtida las negras entra n en una posic in l igeramente i nferior aunq ue defendib le, pero donde no deben cometer el pr imer error (que es lo que va a suceder), porque entonces las b lancas podr n c rear a lgunos serios problemas de difci l reso l ucin.

    9 h3 O-O 10 c3 tLl b4 1 1 ie2 dxc4 12 ixc4 c6 1 3 1gS bdS

    Esta d isposicin de los cabal los es de naturaleza defensiva. E l negro espera l legar a un fina l donde el pen "d" se convertir probablemente en una ca rga pa ra las b lancas. En el medio juego este pen es una importante baza para e l b lanco, ya que proporciona a su caba l lo un excelente puesto ava nzado en eS. Desde luego, los jugadores no esta ban eva l uando estas consideraciones bsicas, que son totalmente natura les pa ra cua lqu ier titu lado. Ms bien trataban de encontrar un modo de beneficiarse de la situacin. Adems, an nos encontramos dentro de teora, y parece que las b lancas van a quedarse un poco mejor s i n demasiado esfuerzo.

    14 gel ie6 l S Wlb3 Wlb6 1 6 xdS cxdS 1 7 Wlxb6 axb6

    Directamente desde la a pertura, hemos a lcanzado una pos icin de medio j uego tard o / fina l temprano, y Leko conti na

    33

  • Siete herramientas tcnicas

    haciendo jugadas de l ibro.

    ls 1b3!

    Las b lancas estn l igeramente mejor. La estructura de peones negra en el flanco de dama es potencia l mente dbi l y su d isposicin central es a lgo pasiva en comparacin con la del b lanco. La presin en la col umna "a" no es un problema por ahora, ya que el a lfi l protege perfectamente a2. Obsrvese que, aunque el b lanco siempre puede j ugar a2-a3, preferira ahorrrsela. Nada nos garantiza q ue esta vaya a ser la mejor estructura en todas l as I fneas, as que el b lanco ha ra bien en g uardarse por el momento el avance del pen "a': E l a lfi l tambin est b ien situado en b3 , desde donde ataca e l pen d5 . Las b lancas querran man iobrar con el caba l lo hasta d3, desde donde puede sa ltar tanto a b4 como a f4 para incrementar la presin sobre el pen "d': Al m ismo las b lancas busca rn los cambios de piezas ms conven ientes. Aunque el alfil parece activo en g5, en rea l idad no puede hacer mucho ms que cambiarse por el de e7, pero este cambio sera m uy satisfactorio para el b lanco. A pesar de que la posicin est bastante ab ierta, el otro a lfi l negro est restringido en e6 por cu lpa del pen d5. De hecho el a lfi l podra esta r condenado a la defensa pasiva de l pen.

    18 . . . h6

    Esta j ugada fue en este momento una novedad. Anteriormente se haba jugado 1 8 . . . ib4, que probablemente es mejor. Las b lancas no logra ron causar g randes problemas a su rival en las dos partidas que precedieron a esta. Pero en fin, probablemente no explotaron sus chances al mximo.

    a) 1 9 ec l ttJe4 20 if4 fc8 21 a3 id6 22 ie3 c6 V2-V2 Motylev-Fridman, Mainz 2002. La posicin negra ha

    34

    mejorado tanto que probab lemente el segundo j ugador debera pensa r en segu i r j ugando. Ta l vez el blanco tena un mal d a .

    b) 1 9 e5 ttJd7 20 e2 fc8 21 ttJel ttJ b8! (e l caba l lo necesita una funcin y se concentra en la debi l idad bla nca de d4) 22 ttJd3 (el caba l l o se d i rige a f4, as que el negro no debe demorarse) 22 . . . ll'l c6 23 ll'lxb4 ll'lxb4 24 g4 ( intentando restring i r al a lfi l enemigo) 24 . . . h6 25 if4 g5 26 ie3 id7 27 a3 V2-V2 Kasimdzhanov-Fridman, Essen 2002.

    Es rea lmente . . . h7-h6 una mejora en la posicin neg ra ? Yo no lo veo as. E l negro sa le de l a c lavada, pero tambin cambia permanentemente su estructura de peones: no es gran cosa y no est c laro que sea a peor, pero pierde cierta flexibi l idad y debi l ita l a (aparentemente irreleva nte) casi l l a g6 (ver comentarios a la jugada 20 del negro). La eva luacin de la posicin, y de la apertura, es que el blanco est a lgo ms activo, pero con juego preciso las negras pueden lentamente neutra l izar l a presin. Pero eso no es lo que est haciendo Adams en la partida. Creo que l e habra ido mejor si hubiera seguido los ejemplos de Fridman que acabamos de ver, aunque es muy probable que Leko tuviera una mejora en a lgn punto, posiblemente en l a jugada 1 9.

    1 9 1f4

    E l a lfi l podra parecer ms natura l aqu q ue en g5, pero no est c laro cu l es rea lmente su funcin. Apa rte del potencia l para ataca r el pen b6, e l a lfi l est haciendo muy poco. Pero tampoco hara gran cosa en h4, y si el negro j ugara ... g7-g5, a ig3 seguira ... ll'le4 ganando an ms tiempos; en cambio, a hora el b lanco est preparado para jugar d i rectamente ih2 si fuera necesario. La otra cara de la moneda es que

  • el a lfi l ocupa la casi l l a favorita del caba l lo blanco.

    19 . . . gfc8 20 liJeS

    El caba l lo se d i rige a d3 a la vez que se deja abierta la posib i l idad ltJg6 en a lguna posicin concreta.

    20 . . . gS!?

    Es fc i l crit icar esta jugada, pero lo d ifc i l es proponer a lguna a lternativa convincente. En sus comentarios en Super Tournaments 2002 y Leko's Hundred Wins, ambos de 50-loviov, Notkin le da "?" . Por su parte, Leko da a esta jugada !? en el l nformator, lo q ue muestra que no comparte las crticas hacia su riva l .

    Probablemente esto se debe a que l es ms consciente de que la e leccin de las negras no es fc i l, y por e l lo e l movimiento rea l izado por Adams no es c laramente inferior a otros.

    As pues, deberamos examinar las ventajas e inconvenientes de esta jugada y compararla con las a l ternativas. La ventaja no es que gane un t iempo o amenace captura r el a lfi l , sino que el b lanco no podr uti l izar la casi l l a f4 para su ca ba l lo, y que ahora debe defin i r l a posicin de su a lfi l antes de que el negro empiece a man iobra r. La pega es que a l negro le queda una debi l idad permanente en el flanco de rey

    Siete herramientas tcnicas

    y, como veremos, esta se converti r en un pesado lastre en la partida. No obstante, esto solo sucede en conexin con errores posteriores, como Leko sea la en sus comentarios. De hecho, la posicin negra parece ser ya un poco incmoda y las mejoras de Notkin no soportan un an l is is serio.

    Por tanto, la conclusin es que 20 ... g5 deja a l negro con c iertos problemas estructu ra les, pero es d ifc i l decid i r si es una jugada dudosa o no. No existen g randes diferencias entre las d istintas a l ternativas y Adams estaba obl igado a tomar una decis in prctica ante e l tablero. Creo que en esta posicin yo persona lmente h ubiera i ntentado evitar el deterioro de mi estructu ra, pero proba blemente es tambin cuestin de gustos. Echemos un vistazo a las alternativas pa ra ver por q u Ada ms se decidi por 20 .. . g5 .

    a) 20 . . . ltJe4 2 1 f3! es bueno para b lancas . E l caba l lo ha de volver a f6, ya que 2 1 ... ltJd6?, que era el p lan, fracasa estrepitosamente a nte 22 ltJ g6! ganando pieza.

    b) 20 .. . .ib4 21 e2 ltJe8 es una mejora propuesta por Notkin . La idea es evita r trucos con ltJg6, pero las neg ras tampoco estn completamente a salvo aqu. Si seguimos mi rando l a posicin veremos que el negro no l lega a igua lar. En cam bio ahora tiene problemas con el a lfi l b4. Tras 22 ltJd3! (este es el puesto idneo para e l caba l lo, y de ah r a b4 o f4) las neg ras pueden probar:

    b l ) 22 .. . .Ad6?! (a l neg ro no le interesa cambiar su a lfi l ) 23 ixd6 ltJxd6 24 ltJf4 y las b lancas han logrado todo lo que pod an soar. U na posible conti nuacin sera 24 . . . e8 25 ae1 ltJ b5 26 ixd5 ltJxd4 27 e4 id7 28 e7 xe7 29 xe7 ie6 30 ixe6 fxe6

    3 5

  • Siete herramientas tcnicas

    3 1 a3 y de una forma u otra las b lancas ganarn este fi na l .

    b2} 22 ... ifa es lo ms lgico - a l menos aqu el a lfi l no est en medio de todo - pero tras 23 ih2! no est claro cmo se va a defender e l negro. Es probable que tenga que apechugar y jugar o b ien 23 . . . g 5 despus de todo (para oponerse a 24 liJf4), o volver con el caba l lo a f6 mediante 23 .. . liJf6 24 liJf4 c6 y las b lancas est mejor sin ms.

    e} 20 ... liJea tam bin parece interesante, con las sigu ientes ram ificaciones:

    el } 2 1 liJd7 ida 22 ixd5 ixd7 23 ixb7 if6 con chances equ i l ib radas segn Notkin, pero yo no estoy seguro de que sea rea l mente as. Ta l vez el b lanco est an un poquito, solo un poq uito, mejor. Adems, el b lanco no tiene por qu entra r en una l nea de ordenador como esta, ya que el neg ro no lo tiene fc i l para maniobra r con s u s piezas a l a s cas i l las deseadas.

    e2} 21 ih2! y si 2 1 ..if6 (pero no 2 1 . . . ttJd6? 22 liJg6!) 22 ad 1 las b lancas mantienen la presin, especu lando con 22 . . . ttJd6? 23 ttJxf7! capturando un pen s in contrajuego a cambio. Entonces cmo van a l iberarse las negras despus de esto? No hay una respuesta fc i l para esto.

    Ante esto es d ifc i l etiqueta r 20 ... g5 como un error. Sus defectos son evidentes, pero una vez profund izamos en la posic in, como hay que imaginar que h izo Adams, vemos que no es fc i l oponerse a l a estrategia b lanca, y que su pequea ventaja de desarro l lo y sus piezas l igeramente ms activas c rean muchs imos problemas a l negro. Ahora que las negras no pueden l levar a cabo su p lan princ ipa l, las b lancas pueden mejora r poco a poco su posicin

    36

    antes de gol pear. Este es el principio de "No te precip ites" (ver secc in 4 ms adelante) .

    21 .ih2!

    Leko mantiene el a lfi l en esta diagonal , donde estn sus mejores opciones de permanecer activo o al menos de especu lar con trucos con ttJg6 debido a l control sobre la casi l l a d6. En cambio, va lora que 2 1 ie3 ttJe4 es igua ldad, ya que e l blanco no tiene una forma fc i l de probar que ... g5 es una debi l idad. Por su parte, el negro an tiene que proba r que no es tan grave. La forma de demostrar que nuestra posicin puede sobrevivir a un defecto estructura l es act ivarse y as obtener compensacin .

    21 . . . .ib4?!

    A Leko no le gusta demasiado este movimiento, aunque Notkin no tiene nada que decir a l respecto. Tal como transcurre el juego, tan solo supone una prdida de tiempo. Pa ra e l b lanco no hay problema en situar su torre en e2, lo que ms adelante resu lta ser una c lara mejora en su posicin; adems se asegura ganar un t iempo atacando el a lfi l con su cabal lo. Es cierto que el neg ro evita a lgunos temas tcticos, pero esto no debera ser un objetivo en s mismo. De hecho, parece que aqu la tctica beneficia al n egro.

    En l ugar de esta jugada, Leko sugiere 2 1

  • . . . 'i!tg 7 22 ge2 con l igera ventaja b lanca, pero tambin ind ica la posib i l idad de j ugar 2 1 . . . lLle4! que es c lara mente la opcin ms lgica. A la larga, las b lancas intentarn presionar d5 y pa ra oponerse a ello las negras deberan intentar situar su caba l lo en c4, desde donde toca b2 y l im ita l a actividad del a lfi l b lanco. En ese caso Leko recomienda 22 ge2 y las b lancas estn un poco mejor. Parece una opcin sensata, ya que si 22 f3 lLld2! evitando los temas con lLlg6 que se produci ran tras . . . lLld6. Qu izs a Adams le desagradaba la entrega de cal idad, pero en rea l idad no es pel igrosa : 22 gxe4!? dxe4 23 ds if5 24 g4 ih7 25 lLld7 Y el negro puede eleg i r entre 25 ... id8, que parece buena, y 25 . . . .tc5 26 lLlf6+ 'i!tg7 27 .teS e3 con tablas, ya que el b lanco no t iene nada mejor que jaque perpetuo, que no era precisamente a lo que aspiraba.

    22 e2 e4

    Parece que el caba l lo negro an l l egar a c4, pero el b lanco har lo q ue est en su mano para impedi rlo.

    Ahora hay dos posibles estrateg ias a segu i r: una es i ntentar extraer inmediatamente algo concreto de la ventaja posic ional ; l a otra es segu i r man iobrando y dejar que las negras sufran defendiendo su incmoda posicin todo lo que se pueda. Esta lt ima es la decisin ms prctica (aunque objetivamente las dos pa recen tener el mismo va lor) y un excelente ju-

    SIete herramIentas tcnicas

    gador tcn ico como Leko no tendra demasiadas dudas. La jugada escog ida en la partida sigue presionando a las neg ras de un modo ms incmodo y probab lemente ms d ifc i l de afronta r. A l menos eso es lo que indica el transcurso del juego. Una de mis citas preferidas es de Alekhine, que afirmaba que un jugador fuerte siempre prefiere tener ventaja en una posicin con igua ldad de materia l e in iciativa, a conta r con ventaja materia l pero tener que defenderse. Aunque las blancas no d i sfrutan de una gra n i n iciat iva, el mismo razonamiento lg ico nos si rve aquf. Las b lancas prefieren que el negro tenga a nte s una la rga y dura l abor defensiva para pro bar l a igua ldad, que ganar un pen y tener a nte s una la rga y dura labor defensiva para proba r que la compensacin negra es insuficiente.

    23 d3 !

    Las b lancas mejoran lentamente su posicin y se a ntic ipa n a .. . lLld2. Era posib le buscar compl icaciones con 23 lLl g4!? con ideas tcticas de todo tipo, como ixd5 y lLlf6+ ganando un pen, o 23 .. . 'i!tg7 24 ie5+ f6? 25 ixf6+! ganando como mnimo un pen. S in embargo Notkin seala correctamente que el negro debera ent regar un pen mediante 23 .. . h5! 24 lLle3 gaS 25 lLlxd 5 ( las b la ncas podra n reconsiderar la situacin y jugar 25 gd l , pero entonces para qu querra n el caba l lo en e3? No, si se t iene un p lan hay que l levarlo a cabo) 25 . . . ixd5 26 -bd5 gxd5 27 i3xe4 y ahora, tras 27 ... gC2, a cambio del pen e l n egro tiene mucha actividad, y no es nada fci l acabar con e l la . Las b lancas estn mejor, pero no est c la ro que tengan ms ventaja que en la pa rtida; por e l lo, con buen criterio Leko opta por segu i r construyendo ms ventajas antes de obtener rend imiento materia l .

    23 . . . if8

    37

  • Siete herramientas tcnicas

    Si 23 .. . ia5!? las b lancas volveran a anticiparse a . . . tLld2 mediante 24 i!d 1 ! con idea de 25 f3 con c lara ventaja .

    24 gae1 ,ig7

    24 .. . tLl d6? perd a por 25 ixd6 xd6 26 i!xe6! fxe6 27 i!xe6 y la entrega de las b lancas dar sus frutos cuando los peones negros comiencen a caer uno detrs de otro. Notkin propone en cambio 24 . . . gaS!? pa ra esperar s implemente a que las b lancas muestren cul es su p lan . Esto pa rece muy lg ico, ya que el cambio de a lfi les de casi l las negras es una de las ideas del b lanco en esta estructu ra, pero de nuevo el a l fi l h2 pa rece una pieza importante. Como por ahora no es posible jugar .. . tLld6-c4, las negras la preparan .

    25 ie5

    Tras esto est c laro que las negras t ienen problemas. Exi sta otra posib i l idad para e l b lanco, pero de n uevo Leko opta por mejora r su posicin y posponer la accin d i recta . Mientras las negras no puedan hacer lo mismo, este p lan es muy fuerte. La e leccin no era nada obvia . Las blancas pod a n haber ido d i rectamente a ganar materia l mediante 25 tLl b4!? i!a5 (25 ... ixd4 26 tLlxd5 iJ.xd5 27 iJ.xd5 tLlc5 con un fina l g ris, difc i lmente era lo que Adams pretenda, aunque el b lanco an tendra que l uchar para l l evarse el gato a l agua) 26 ie5 ixeS 27 dxe5 i!d8 y si las b lancas

    38

    qu ieren probar su superioridad deben jugar 28 tLlxdS ixd5 29 i!d 1 f8 y ahora:

    a) 30 gxdS gaxdS 31 ixdS tLlxf2 32 ic4 i!d4! (pero no 32 . . . tLld 7 33 i.b3 y el caba l lo est en serios apuros) 33 i!xf2 (n ica a nte . . . tLle4) 33 . . . gxc4 34 e6 fS ! 3S i!xfS+ e7 y las negras logra rn tablas en el fina l de torres g racias a l a mayor actividad de su rey y a la debi l idad de los peones blancos.

    b) 30 i!xe4 xe4! 3 1 gxd8+ e7 32 gd6 gxeS 33 i!xh6 ig6 Y si bien la posicin b lanca conti na siendo preferib le, es probable que las neg ras logren e l empate, ya que se han cambiado demasiados peones.

    25 ... ixe5 26 lLlxe5 c;t?g7 27 lLl d3

    Las b lancas han completado la primera parte de su p lan . Tras tLl b4 todas sus piezas ocupan las posiciones deseadas. Por su parte, las negras afrontan serias debil idades: e l pen "d" es algo vulnerable y necesita atencin; los peones "b" doblados van camino de convertirse en otra debi l idad (a unque an no est c laro cmo podr explotarla e l b lanco); por lt imo, en el flanco de rey al negro le encantara no haber jugado . . . gS . Ms adelante veremos cmo las b lancas demuestran que esta j ugada es rea lmente una debi l idad: para e l lo primero la fija n y despus la atacan, lo que provoca cla ras debi l idades a l rededor.

    27 ... ge7?!

    De nuevo es fc i l critica r esta jugada. La progresin natura l del juego negro exig a enviar el ca ba l lo a c4 sin dudar. Desde a l l defendera dS a l obstru i r a l a l fi l b lanco, y adems su molesta presin sobre b2 mantendra ocupada a una de las torres enemigas.

    27 ... tLld6! 28 tLl b4 tLlc4 es segn Leko I i-

  • gera ventaja b lanca. No est c laro cmo deben conti nuar las b lancas, aunque desde l uego s iguen ten iendo las mejores perspectivas. Hay que meter al rey en juego de a lgn modo, y despus e l resu l tado de la eva luacin de un posib le cam bio del a lfil por e l caba l lo decid ir el t ipo de fina l que se producir en el tab lero. S i a lguien qu iere profundizar de verdad en este final, m i recomendacin es probar a juga rlo con ambos bandos contra un ordenador. Es importante ser conscientes de que debemos hacer ms caso a nuestra propia intu icin que al programa, ya que este no ser capaz de da rnos las c laves de esta posicin.

    28 b4

    28 ... gd8?

    Esto es un grave error. Hasta este momento ten a mis d udas sobre si las b lancas podrra n realmente impo nerse contra la mejor defensa posib le, pero tras este movimiento tengo poca fe en la posicin negra. E l problema es que la maniobra . . . lDd6-c4 es ya imposible. Es muy difc i l de exp l icar cmo un jugador natura l como Michael Adams, un ajedrecista de l ite, no es consciente de la necesidad de activarse.

    Mi sugerencia pa ra el negro como lt imo intento habra sido 28 . . . gaS ! y ahora, tras 29 g4, an sera posib le 29 .. . lDd6. Las negras tienen una posicin peor que si hu-

    Siete herramientas tcnicas

    biesen hecho 27 ... lD d6!, pero era el lt imo intento. Ahora, en cambio, las b lancas tienen las manos l ib res para explotar la debil idad negra .

    29 g4!

    Una excelente jugada de Leko. Ahora las b la ncas avanzarn lenta mente en el flanco de rey y expu lsarn a l cabal lo. A contin uacin presionarn los peones negros para hacer efectiva su superioridad estructura l .

    29 .. . f6

    Ya no hay t iempo pa ra 29 . . . lDd6. Parece que tras 30 xdS xdS 3 1 lDxdS gc4 32 gd2 lD bS las b lancas no pueden proteger su pen, pero en rea l idad las negras no tienen suerte con la tctica y las b lancas ganan con 33 lDe3! lDxd4 34 g2 ga4 35 b3 gb4 36 ged 1 ya que no hay defensa contra 37 lDfS o 37 a3 . Esto demuestra c laramente que a las negras ya no les q ueda potencia l d inmico.

    30 g2 gd6

    La situacin del negro es terrib le. Tiene ms de una debi l idad y n ingn tipo de actividad. 30 . . . lDg8, p laneando .. . lDe7-c6 para neutra l izar la presin en el centro, rec ib i ra l a fuerte rpl ica 3 1 f4! gxf4 32 lDd3 y cuando el caba l lo fina lmente l legue a f4 ser imposible salva r l a posicin negra. E l caba l lo estar fantstico en f4 y todos los

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  • Siete herramientas tcnicas

    peones negros son dbi les.

    31 f31

    3 1 f4!? era posible, pero por qu precipita rse? Leko, m uy en su papel, mejora poco a poco su posic in.

    31 . o o i.d7 32 g3 f8 33 h4!

    La estructu ra de peones del neg ro sufre cada vez ms presin.

    33 o o . i.b5 34 ge5

    Ahora las negras ya no pueden conservar su pen gs; los defectos del avance de pen han quedado a l descu bierto. Pero antes ya haba defectos con cada j ugada posib le. Es solo q ue cuando Adams, por consideraciones d inmicas, acept debi l ita r su estructu ra , se obl ig a jugar lo ms activo posible a parti r de entonces, pero no estuvo a la a l tura de las circunstancias.

    34 .oo gxh4+ 35 xh4

    Vase el diagrama siguiente

    Las negras tienen problemas con todos sus peones. Volveremos a esta d iscusin ms adelante bajo el epgrafe "is las de peones': Por ahora todo lo que d i remos es que l a estructu ra b lanca es ms sana.

    35 o o . i.c4 36 .lc2 .lbS

    40

    La estructura negra es horrible.

    36 o o . ixa2 3 7 b3 gxc2 38 tlJxc2 ixb3 era tam bin bastante desesperado. Las b lancas ganan t ras 39 tlJe3 tlJd7 40 ge7! con idea de 41 tlJfs. E l rey b lanco captura r el pen h6 y las negras no tendrn defensa a lguna . De nuevo vemos las l imitaciones que con l leva e l tener peones doblados. Si el negro tuviera peones en ua" y "b': d ispondra de chances de crear contraj uego en el a l a de dama. Pero aqu no hay nada.

    37 a3 gd8 38 g3

    Tras provocar otra debi l idad en el cam po negro, Leko regresa para situar a sus piezas en las mejores casi l l as. E l rey ha de estar en f4 y el caba l lo en fs.

    38 o o , g7 39 .lf5 f8

    Si 39 o o . gc4 40 gd 1 ia4 4 1 gd2 y a l fina l las b