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85 Los Toltecas85 Los Toltecas85 Los Toltecas
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I 'w' -.-, -t -t-. - t -
61_ i -. .-..... - . .-. La economa del Pacfico, 1939. Doce paneles. Pigmento puro y laca lisa con base de nitrocelulosa sobre masonite. Coleccin Treasure Island Development. "Los estudios de economa, con toda su complejidad, cuando los reducimos a sus elementos esenciales y los desnu-damos de la multitud de detalles que contienen , tratan en rea lidad acerca del intercambio fundamental de comodidades que dan sustento a los pueblos" (fragmento de Miguel Covarrubias, "Esplendor del Pacfico", ca. 1940).
La flora y la fauna del Pacfico , 1939. Doce paneles. Pigmento puro y laca lisa con base de nitrocelulosa sobre masonite. Coleccin Treasure Island Development. "La latitud , las corrientes clidas y fras del ocano , las grandes cordilleras de montaas, las elevadas altiplanicies, los desiertos y las tierras bajas que empapa la lluvia en las zonas tropicales, son factores que definen los climas de la tie-rra y originan las sorprendentes variedades de fauna y flora de la cuenca del Pacfico" (fragmento de Miguel Covarrubias, "Esplendor del Pacfico", ca. 1940).
80 / ARQUEOLOGA MEXICANA
Edrna Gunther, de la Universidad de Washington. Su ayudante para la realizacin de los murales fue un amigo de mucho tiempo: Antonio Ruiz, el Corcito.
Dej Nueya York a finales de 1938 y se instal en San Francis-co. Entr en contacto con el Comit Organizador de la Feria y el alcalde de la ciudad, ngelo Rossi. Se le plante que el propsito sera promm'er las relaciones entre todos los pueblos del Pacfico, como motor econmico de la costa oeste de Estados Unidos.
La feria se asentara sobre una isla artificial que denominaron Treasure Island, adyacente a la Isla de Yerbabuena, la cual an hoy existe. La obra de Covarrubias, por supuesto, no fue la nica, aun cuando s una de las ms espectaculares. Por ejemplo, Diego Ri-vera present el mural Unidad panamericana.
Se realizaron seis grandes mapas-murales, en los que Covarru-bias utiliz una nueva tcnica a base de nitrocelulosa, que haca las pinturas ms resistentes a los cambios del entorno y, adems, lavables. Sabiendo que la exposicin era temporal, Covarrubias pint en paneles desmontables su florilegio del Pacfico, para ase-gurar su reinstalacin posterior. Los murales tuvieron una gran acogida de parte del pblico y los crticos, y fueron de las piezas ms llamatins de la feria.
Despus de que la feria cerr, en 1940, al ao siguiente los mu-rales fueron presentados en el Museo de Historia Natural de Nue-va York, en el ha/f, y fueron vistos por miles de personas a lo lar-go de muchos anos, pues permanecieron ah hasta 1958, cuando regresaron a San Francisco y fueron colocados, de nuevo, en la lle-gada de barcos en Treasure Island.
Cabe hacer notar que, en el traslado de Nueva York a San Fran-cisco, despareci misteriosamente uno de los mapas, el dedicado a la vida cultural del Pacfico, sin que hasta la fecha se sepa en dn-de se encuentra.
Luego del terremoto que azot a San Francisco en 1989, los murales fueron retirados y guardados en una bodega. Fue hasta hace muy poco tiempo que, por iniciativa del curador de la expo-sicin que se presenta, Alfonso de Maria y Campos -entonces cnsul general de Mxico en esa ciudad-, se realiz el rescate de los murales. De Maria y Campos obtuvo financiamiento privado para la restauracin de los murales -la cual fue realizada por el INBA en la ciudad de Mxico- y logr que los murales fueran pre-sentados en Mxico por primera vez.
Para el Museo Amparo es una gran satisfaccin presentar es-tas obras de Miguel Covarrubias (1904-1957), uno de los mexica-nos ms universales y ms destacados de la primera mitad del si-glo xx, como un medio para revalorar su figura y apreciar una obra de una gran riqueza esttica, acadmica y cartogrfica.
Dr. Moiss Rosas. Director del Museo Amparo.
Exposicin "Los murajes de Miguel Covarrubias. Esplendor del Pacfico"
22 de febrero al 22 de mayo de 2007
Museo Amparo, 2 Sur nm. 708, Centro Histrico, ciudad de Puebla.
Horario: mircoles a lunes, de lO: 00 a 18: 00 hr.
Jnformes: (01 -222) 229-3850
www.museoamparo.com
Los medios de transporte indgena en la zona del Pacfico, 1939. Cuatro paneles. Pigmento puro y laca lisa con base de nitrocelu-losa sobre masonite. Coleccin Treasure Island Development. "La transportacin adquiere gran importancia en un rea de tal mag-nitud, con enormes extensiones de ocano, bosques y llanos, comunicada por caudalosos rios y lagos o impedida por algunas de las cordilleras montaosas ms altas del mundo, y por impenetrables desiertos y selvas" (fragmento de Miguel Covarrubias, "Es-plendor del Pacfico", ca. 1940).
MURALES DE MIGUELCOVARRUBIAS / 81
Documento
Cdice de Otlai/Jan XAVIER N OGUEZ
CONTENIDO En un estudio de Birgitta Leander se aclara que el cdice no es una nmi-na de tributos de Otlazpan y Tepexic (fepeji del Ro), como en principio se haba sostenido en la edicin de Nicols Len. Se trata de dos documen-tos difcrentes: adems de la pictografa de Otlazpan, Leander describe el segundo como un ''Acta de un pleito entre los pueblos de Tepexic y Otlaz-pan, en lengua nhuatl, 1549". Esta segunda seccin no contiene pictogra-fas. Proveniente de una regin habitada por otomes y nahuas, el documen-to de Odazpan registra los tributos en especie, dinero y trabajo, as como las frecuencias de entrega que hacan los macehuales a los burcratas indi-genas locales (gobernador, alcaldes, regidores, cte.) y a la caja de la comu-nidad. sta es una fuente indispensable no slo para el estudio de la estruc-rura econmica de las comunidades nativas del Centro de Mxico, a
mediados de! siglo X\~, sino tambin para e! conocimiento de las transfor-maciones que experiment e! sistema grfico escritural por la influencia de la escritura y las imgenes tradas por los conquistadores hispanos.
Caractersticas fisicas
Ocho fojas ue papel europeo de 31 x 21 cm. Seis ue ellas contienen p ictografas y textos en espaol.
En las dos ltimas sln se registraron glosas en
lengtla n"huatl
Formas y colo res
lasta la fecha conocemos el c'dice a travs de
una litografa producida originalmente hacia
1903-1904 y reimpresa en 1967. Ah, en un esti-lo grfico tradicional, con adiciones iconogrfi -
cas provenientes del mundo hispano, se percibe
una gran destreza por parte de los artistas)' es-
cribanos. Cada hoja mantiene una sobria )' cuida-
dosa distribucin de figuras)' textos. La gama de
colores no es muy amplia. En la litografa citada
se registran el negro, rojo, blanco, amarillo)' qui-
z el rosa.
BREVE HISTORIA DEL CODICE No se tiene informacin de cundo sali del pas el original. E l investigador mexicano Nicols Len (1859-1929) lo da a conocer en copia fotogrfica en Nueva York, en 1902, )' ms tarde, hacia 1903- 1904, con un esrudio introductorio, junto con el documen-tO de Tepexic (sin pictografas). Parece ser que Len ya haba dado noticia a Daniel G. Brinron de la exis-tencia del cdice en 1899. Un dato importante apare-ce en un catlogo de venta (Karl W. Hiersemann, "Ca-tlogo 378", Leipzig, Alemania, 1910) , donde se reproduce una foja del o riginal del documen tO de
84! ARQUEOLOGA MEXICANA
FECHA DE ELABORACiN Las pictografas de Otlazpan fueron pintadas entre 1549 y 1550.
LUGAR DE ORIGEN El documento pictogrfico de Otlazpan proviene de una poblacin al sur de Tepeji del Ro (Hidalgo), cerca o en la frontera con el actual estado de Mxico. Peter Gerhard plantea la posibilidad de que se trate de San Jos Piedra Gorda. En 1794 existan tres pueblos y dos ranchos con el nombre de Otlaxpa o Utlaxpa.
Otlazpan. Es muy probable que Archer !vlilton Hun-tingron haya comprado la pictografa para la Hispanic Socict)' of America, en vista ue que en la actualidad tiene el nmero de catalogacin 378/222 con las si-glas "HC" (f-liersemann Catalogue). No es claro si el cruc..: estuvo, en algn m01Dcnto, en otro reposito-
rio. Birgitta Leander, en su estudio de 1967, mencio-na \.jue la pictografa, segn informacin de Gordon Ekholm. " ... se encuentra ahora en la Biblioteca del American Museum of 1 atural -listor)' en Nueva York, despus tle haber pasado en 1932 desde el De-partamento tle Antropologa del mismo Museo-de que los originales formaban parte de la coleccin pri-vada del editor. A pesar de la insistente bsqueda de los originales, no sabenl0s todava dnde se encuen-
tran stos ahora",
PRINCIPALES ESTUDIOS El sabio mexicano Nicols Len lo publica, en forma litogrfica, entre 1903 y 1904, con una nota introduc-toria. Adems le impone el ttulo de Cdice MantillO Ji-IIIllez. Posteriormente se dan a conocer referencias
parciales de su contenido en varia s obras de carcter
etnohistrico. En 1967, la doctora Birgitta Leander escribe un detallado estudio de las pictOgrafas, aCOIll-paado de una reimpresin de la litografa dada a co-nocer por Len. Todava no est disponible un facs-mil del documento de Otlazpan r un estudio pormenorizado del documento relativo al litigio en-tre Tepexic y Otlazpan.
OTROS NOMBRES Cdice Ma/iallo jillll/C'{, NlJ/illO de T,ibJlloS de los PI/eblos de O/la'{/JoII)' Tepexic.
LUGAR DONDE EST DEPOSITADO El original forma parte de las colecciones de la His-panic Society of America en Nueva York .
PARA LEER MS ... Cdice de Olla:;;p'/II (acol1lp(//ado de /111 facslllile del cdi
ce) , edicin de Birgitta Leander, INAH, Mxico, 1967 .
Cdice Mariallo.filllIlCZ' Nlllina de T,ibl/los de los Plle blos de Olla:;;pall)' Tepexic. En geroglfico azteca), ICIIgllas caslellalla)' nhnall, 1549, lo publica el Dr. Nicols Len, profesor de Etnologa en el Mu-seo Naciona l de Mxico, Litografa del Timbre, Mxico, ca. 1903-1904.
Leander, Birgitta, "Un texto pictogrfico redescu-bierto: el Cdice Lealldn", en Desacatos nm. 22, septiembre-diciembre de 2006, elEsAs, pp. 175-178. Breve nota donde la autOra informa de una futura publicacin de los documentos de Otlaz-pan y Tepej i del Ro, ahora bajo el ttulo -arbi-trario- de "Cdice Leander".
Xavier Noguez. Profesor-investigador de El Colegio l'vlexiquense, dedicado al estudio y publicacin de cdices coloniales del centro de Mxico, as como a temas sobre el origen del guadalupanismo y la ico-nografa prehispnica y colonial temprana de tradi cin nahua.
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FOLIO 11
La ltima seccin con pictografas del documento de Otlazpan muestra una organizacin diferente de las anteriores, puesto que se trata, como afirma Leander, de " ... la administracin local del tri-buto de la cabecera de Otlazpan con sus cuatro sujetos". Adems de las pictografas, se incluy una glosa en espaol (con letra dife-rente a la usada en los folios anteriores) con la firma de un burcra-ta espaol de apellido Tejada. Ah se explica la mecnica de protec-cin del depsito del "dinero comn", a travs de la distribucin de tres llaves que abran un arca o caja, ilustrada en el centro con una gran chapa. Los personajes representados muestran las insignias de sus cargos: el gobernador (seccin superior izquierda) est sentado en un tepotzoicpalli (asiento con respaldo) y viste tilma con borde rojo y pequeas lneas paralelas. El mayordomo (seccin inferior izquier-da) usa un cpall o equipal y muestra una tilma blanca con borde de-corado con tres lineas. Adems, sostiene una de las llaves con su mano izquierda. En el lado opuesto fueron colocados los dos alcal-des, quienes compartan una de las llaves. Sus tilmas son iguales a la del gobernador; se acomodan en asientos sencillos de tule y sostie-nen varas de justicia (topiles), que indican su funcin judicial. A la escena se ha agregado un "palacio de gobierno", "casa comn o p-
.,.........,~~I 11 ,'~ arca
11 alcalde
~ \ ,,~ "da"
.TiIi I "mercado"
blica", lugar de depsito del arca. Se reconocen las funciones del in-mueble por una banda, en blanco y negro, de crculos concntricos, como aparece en otros documentos pictogrficos coloniales como el Cdice Osuna, cuando se hace referencia al tecpancalli de Mxico-Tenochtitlan. El tercer conjunto central da noticia de la periodici-dad del tributo: cuatro glifos de dias, acompaados de banderas (20 unidades), que da un nmero total de ochenta. El glifo toponirnico colocado arriba de la "casa comn o pblica" se lee como Otlazpan, la cabecera tributaria. Es un otate (tlatl, caa dura o maciza) pintado con su raz, a la manera prehispnica. Fran-ces Karttunen propone una lectura ms exacta como "el lugar en-frente del ata te" (Otlazpan por Otlaixpan). La identificacin del res-to de los topnimos referidos a los tributarios est por establecerse: arriba a la izquierda se registraron los glifos de agua (at~ y olla (c-mit~; arriba a la derecha est el glifo de agua (at~; abajo a la izquier-da est otro que hace referencia a un importante ornamento asocia-do a varias deidades del panten nahua como Coyolxauhqui, diosa femenina lunar. Es una combinacin de tres elementos de forma circular, trapezoidal y triangular. El ltimo glifo, abajo a la derecha, es similar al que conocemos para "mercado" (tianqtli'?f/i).
DOCUMENTO / 85
CUEVA DE LOS PORTALES. UN SITIO ARCAICO DEL NORTE DE MICHOACN, MXICO Brigitte Faugre
(coord.), Coleccin
Cientfca. INAH/Centro de Estudios Mexicanos y Centroamericanos, Mxico. 2006,292 pp.
En 1985 se emprendieron trabajos de excavacin en
el norte de Michoacn, donde se descubri el
abrigo de los Portales y
se realiz un sondeo es-tratigrfico. Durante ste,
muy lejos se estaba de sospechar que se trataba
de uno de los sitios ms antiguos del Occidente de Mxico.
Este libro ofrece un
minucioso anlisis de los trabajos de excavacin, de la secuencia de ocu-pacin y de los materiales
localizados. En el estudio, basado en el anlisis del material ltico y seo y de los suelos, se reconstru-
yen los modos de vida de la fase ms antigua (5200-4500 a.c.), pasando por una breve visin del
Preclsico a la poca de la Conquista.
86 ! ARQUEOLOGiA MEXICANA
RESEAS
GRFICA RUPESTRE Y PAISAJE NATURAL. LA COSMOVISIN DE LOS RECOLECTORES-CAZADORES DE QUERTARO Carlos Vlramontes Anzures, Coleccin Obra Diversa, INAH. Mxico. 2005. 303 pp. Qu pensaban?, qu sentan aquellos hombres,
cazadores-recolectores? Para responder estas pre-guntas tendramos que comprender su entorno
natural, que conceban sagrado, y en el que dis-curra la vida con una
particular forma de ver e interpretar el cosmos.
Las pinturas y los petro-
grabados representan, en ciertas zonas de M xi co,
manifestaciones de una
importancia incompara-ble por su densidad, pero tambin porque constitu-yen la parte ms visible
de los vestigios arqueo-lgicos disponibles para estudiar las poblaciones,
pues no hay rastros arqu i-tect ni cos.
Este volumen represen-ta un esfuerzo por recu-
perar el conocimiento de los grupos de recolecto-res-cazadores del semide-
sierto queretano; asimis-mo, se hace un anlisis
formal de las pinturas y se exploran las posibles funciones que pudieron tener estas obras dentro
de esos grupos.
f Roco Ruil. de la Barrera
Breve historia de Hidalgo
, . ~, -
~~:_~-:< r
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...... -*. s.-_~ __ ",,~ ..-.._
BREVE HISTORIA DE HIDALGO Roco Ruiz de la Barrera,
Serie Breves Historias de
los Estados de la Repblica Mexicana, Fideicomiso Historia de las Amricas/El
Colegio de Mxico/FcE, Mxico, 2000, 272 pp.
Hidalgo es un estado que encierra innumerables pa-
radojas. Fue el lugar don-de se dieron las primeras explotaciones mineras, a cargo del espaol ms
rico del siglo XVI , Alonso de Villaseca, en un lu-
gar que, por cierto, hoy es de los ms pobres: el llamado Alto Mezquital. Las riquezas coloniales
provenientes de la minera fueron contemporneas
de grandes epidemias y hambrunas.
Aunque grandes movi-mientos sociales y polti -cos tuvieron lugar desde
la poca prehispnica hasta los albores del siglo
xx, an hoy existe un alto ndice de poblacin dis-
persa, y la difci I atencin a las necesidades bsicas origina un alto grado de
marginacin y fuertes des-
ajustes entre potencialidad y uso de recursos respecto de la localizacin de los asentamientos humanos.
Esta breve historia re-flexiona acerca de cmo incide el desarrollo eco-
nmico desigual de la
entidad, y que a pesar de los esfuerzos por caminar
hacia el progreso es nece-
sario abrir nuevos cauces que permitan un cambio ms equilibrado, en el que participe la sociedad civil.
ELCDICE DE TELOLOAPAN Alfredo Ramrez C., INAH/
Grupo Editorial Miguel ngel Porra, Mxico, 2006,
147 pp.
Las cinco pinturas que se conocen como Cdice Te/%apan, del siglo XVI, forman parte de un grupo de documentos elabora-
dos por los indgenas de la regin, en los que se combina la tradicin de la escritura prehispnica,
basada en imgenes, con
J
los caracteres latinos. En la
zona conocida como Pro-vincia de la Plata, en Gue-rrero, se dio en esa poca una intensa actividad
comerc ial ; las autoridades (caciques, mineros y re-
li giosos), au nque deban exigir a las comunidades cierta cant idad de produc-tos, dieron rienda suelta
a una seri e de abusos, los que fueron denunciados
por los indgenas.
DESTELLOS DE CINCO SIGLOS. ARQUITECTURA E HISTORIA DEL ESTADO DE MXICO Marganta Loera Chvez y Pemche (coord.), El Colegio
Mexlquense, A.C./INAH, Mxico, 2006, 247 pp.
Se abordan c inco siglos (de l XV I al xx) de recons-truccin histrica, cuya
fuente de interpretacin de los sucesos son los monumentos inmuebles.
As, este libro, sin ser
una obra iconogrfi ca o de historia del arte, es un compl emento de inves-
tigacin de los trabajos de ca talogac in de los monumentos histri cos
inmuebles.
RESEAS
En estas pginas vere-mos cmo se impusieron las estructuras hispanas en
el siglo XVI; se revisar el barroco de los siglos XVII
y XVIII, Y se hace un acer-camiento al siglo XIX, con la respectiva presentacin
del siglo xx. Las fotografas en blanco
y negro muestran monu-mentos de sitios como Polo-
titln, Aculco, por supuesto Toluca, Nepantla (donde
se encuentra el Centro Cultural Sor Juana Ins de la Cruz), Texcoco, Tepotzo-tln, Acolman ... El recorrido
por el estado de Mxico es largo e interesante.
UU SICLO X
iR
TERRITORIALIDAD Y PAISAJE EN EL AL TEPETL DEL SIGLO XVI Federico Fernndez Christlieb, ngel Julin Garca Zambrano (coords.),
Seccin de Obras de
Historia, FCEllnstituto de Geografia de la UNAM,
MxICO, 2006, 580 pp A/tepet/fue el trmino con
el que los pueblos de len -gua nhuatl denominaron a sus unidades bsi cas de
organizacin. A la llegada
de los espaoles el voca-
blo fue traducido como
pueblo o ciudad. As comenz la redefini c in
de este concepto, que en principio no slo ence-
rraba -como lo propone esta traduccin- aspectos urbansticos o sociopo-lti cos, sino tambin as-
pectos de ndole esttica, simblica, ecolgica y
geogrfica. En esta obra se estudian
los cambios ocurridos durante el trnsito de la
poca prehispnica a la co lon ial; incluso en la
actualidad muchas de las caractersticas del a/tepet/ mesoamericano continan
vivas en el Mxico rural de tradicin indgena. De ah que resu lte muy adecuado
este estud io.
LA POBLACiN MAYA COSTERA DE CHAC MOOL. ANLISIS BIOCULTURAL Y DINMICA DEMOGRFICA EN EL CLSICO TERMINAL Y POSCLSICO Lourdes Mrquez Morfn, PatriCia Hernndez Espinosa, Ernesto Gonzlez
Licn, Conaculta/lNAH
Mxico. 2006, 232 pp
Este libro contiene una
serie de ensayos en que se aborda el asentamien-
to prehispnico de Chac Mool , en Quintana Roo,
y su entorno sociopoltico durante el Clsico Ter-minal y el Posclsico. Se presenta un anlisis de la
desigualdad social de los habitantes de esta regin y un perfil paleodemogr-fico de la poblacin maya
prehispnica. Se habla tambin de la transicin al Posclsico y de la salud, la nutricin y las condiciones
de vida de algunos pobla-dores. Asimismo, se estu-dian los rituales funerarios,
los patrones de actividad y organizacin social y algunas prcticas cultura-les, como la modificac in
intencional del crneo y la mutilacin dental.
Asimismo, se estudian aspectos relacionados con la vida cotidiana, obteni-
dos a partir de huell as de
la actividad fsi ca, y por datos arqueolgicos sobre el tipo de vivienda, las herramientas de trabajo y
los vestigios de animales, entre otros tipos de datos.
Chac Mool se encuen-tra en una franja de tierra
que se asemeja a una isla, y se locali za entre las ba-
has de la Ascensin y del Espritu Santo. Durante los
primeros aos del siglo pasado dos exploradores
visitaron por primera vez el sitio, al cual denomina-
ron Chac Mool por una es-
cultura de este tipo que se encontr en un adoratorio.
RESEAS / 87
CONCURSO DE CUENTO HISTRICO
Exvoto a san Roque y a santa Imprenta
El polvo siempre ser polvo. Los
hombres no siempre sern
hombres. Estos caminos tan
Llenos ue polvo y tan faltos ue
hombres. El hombre siempre ser polvo.
"S, me lo contc') un da . E l hombre
siempn: ser polvo. M
tado del suelo. A. lo mejor lo olvidaron
toda la noche debajo de otro cuerpo o en
una barranca. Y cuando lo trajeron reza-
mos tambin mucho.
"S que la muerte vela en lo que me
ense. Es el nico que he visto en toda
mi yida . e na ,-ida ya vieja pero llena de cosas que fulguran, porque l me dijo que
en aquellos papeles se guardaba todo el
recuerdo de un da, una semana, los aos.
Mi mente guarda soles y reflejos, hambres
y cosechas. Y si esos papeles hablan de co-
sas " muertes de cada da, yo puedo ha-
blar tambin de muchas memorias, por-
que he ,'isto morir a muchas gentes.
"Es el nico que he visto en toda mi
vida, pero lo recuerdo. Vi cmo lo mira-
ba fijamente como si estuviera viendo el
cielo de mayo. Buscaba algo, como se bus-
ca en el cielo de mayo generosidad para
los campos. Y creo que lo hall. Enton-
ces era mayo y no encontramos que ba-
jara generosidad. A Socorro y a Benito
los encomr la muerte, que dicen vena
de bien lejos. Mi otro muchacho se apa-
rej con la muerte que vena de la capital,
de una ciudad, de Mxico. Y yo encontr
la ,-ida porque despus de mayo me si -
gui junio".
Cargando nuevamente su hoz, don
Pomposo la aplic en la hierba que haba
crecido entre los surcos. Pareca un gor-
gojo. Y su muchacho aprendi a leer; un
cura le ense con trabajo por ser ladino
)' necio. A veces pensaba que haba sido
un egosta por dejar la tierra e ir a la ciu-
dad. Otra veces se preguntaba qu haba
visto en aquellos papeles que lo hicieron
irse con esas tropas, en das de cosecha,
del clera y de preparativos de fiestas para
el santo patrono de la comarca; en tiem-
pos en que caba todo eso.
Recin sepultados Socorro y Benito, su
otro retoo le haba contado, record don
Pomposo, que ley en algunos de esos pa-
peles que el mal provena de Tampico y
que en la capital haban muerto ms per-
sonas que en muchos pueblos juntos; y en
otro da ley que el gobierno solicitaba a
mdicos hacer lo posible para evitar nue-
vos contagios. De Benito y de Socorro no
se saba cmo les haba entrado el pade-
cimiento. Empezaron a sospechar cuan-
do aquello dej de parecer un mal de pan-
za. "Quin sabe si un mdico de esos
hubiera compuesto algo por aqu -dijo
don Pomposo-, entre nosotros".
En ese entonces, cuando lo de Beni-
to y Socorro, su muchacho se haba ido. Algo profundo le deca que no haba de-
jado de querer a la tierra. Se haba ido
pero regresara.
"Juntos hubiramos terminado de es-
cardar esto - enunci don Pomposo-, de-
seando que no cayera plaga. Estoy cansa-
do, y l me dijo que iba a una revolucin.
Si yo tuviera su edad entonces me queda-
ra aqu con la tierra. Me dijo que era ne-
cesario asegurar la tierra antes de cuidar
de ella. La tierra no se mueve de aqu para
all, le contest".
y en ese momento pasaban dos
hombres y una mujer, saludaron a don
Pomposo, y siguieron con sus huacales.
Tena razn. Son los hombres los que
se mueyen.
"Uno es necio y por ms que me es-
fuerzo en saber cmo nos puedan quitar
las tierras, no lo s. Me dijo que tarde o
temprano, muchos estaban dispuestos a
hacerlo. Nosotros las cuidamos y han es-tado all desde siempre y nadie ha queri-
do alejarnos de ellas. Se despidi dicin-
dome que iba a luchar contra otro papel,
una tal Constitucin ya favor de un seor
Santa Anna. A se lo conozco slo de
mentadas. Pero, qu se traern esas gen-
tes con esos papeles que ni hablan ni se
mueven? Por qu los siguen si regresan
con muerte? Ni siquiera fueron capaces
de decirnos cmo haba que hacerle para
curar a Benito y a Socorro".
La mujer y los dos hombres desdobla-
ron sus sombras por la vereda. A lo lejos
pareca que sus huacales estaban fundidos
a sus cabezas.
"Tena razn - pens don Pomposo- ,
son los hombres los que se mueven. Yo
no s -continu mientras tomaba un tra-
go de su guaje y se pasaba la lengua por
los labios-; yo no s cmo es que esos pa-
peles pueden matar. Aunque l me dijo
que tambin sirven para vivir, para man-
tenerse andando; que hablan, que viven
hablando. Yo no s leer y tambin estoy
vivo. Hablo)' escucho; hablo y escucho y
vivo". Tampoco saba don Pomposo por
qu san Roque, favorecedor en el curso
de las calamidades, en vez de dar aliento,
resumi todo en expiracin.
y don Pomposo exhal. Ya deba ser
la hora, con todos los colores palidecien-
do, entrando en comunin. Se poda sen-
tir que se recobraba algo de humedad,
como si el sudor del da se recuperara.
Un jinete, mecindose, se acercaba; pa-
reca que lo haca as para restarle impor-
tancia a las cosas. Se encontraron. Don
Pomposo se carg el guaje)' el morral al
hombro, mientras el otro hombre haca
bailar al animal. Subi al caballo. Andu-
vieron. Las veredas los sostenan y al pa-
sar quedaban suspendidos. "Todo est
resuelto", pens.
"Si vas un da a la ciudad y regresas,
busca de esos peridicos y a esa Consti-tucin. Quiero que me cuentes algo de su
voz, si es (lue se dejan que los escuches".
El hombre siempre ser polvo, nada
ms Llue un grano de polvo, y don Pom-
poso se preguntaba si el polvo con que es-
tn tapizados los caminos que iban don-
de l, eran personas que haban muerto
en alguna escaramuza, en una verdadera
revolucin o en medio de alguna enfer-
medad, porLJue si no era as, a fuerza de
qu seguir transitando esos caminos; a
fuerza de qu dejar la tierra para ir por all
tras una plebe de hombres hambrientos
que les dicen que son un ejrcito v all de
ellos si se la creen; a fuerza de qu pensar
que leer un papel puede in.iciar la muerte
o proseguir la vida. No ha)" opcin: iniciar o
proseguir, porque no hay trmino. "Yo he
visto morir a mucha gente -pens, acor-
dndose de su pueblo-; yo que he visto
morir, no he visto que los hombres se aca-
ben. Hasta parece que alguien ha hecho
algo de nosotros". Justo ah, don Pompo-
so espant un ltimo tbano al cuero del
caballo. Vivir es lo que resta. Vivimos en
los que vienen.
Aqul deba ser un animal de muy bue-
na carne, dijo al jinete, mirndole las pi-
caduras de tbano. Estn frescas, seguro
de esta maana.
CONCURSO DE CUENTO HISTRICO / 89
La Cuenca De izquieroa a derecha:
El Acrbata, Preclsico Medio. Inlnsano, Clsico.
Olla TIloc. PoscIsioo Tardo. Xipe-T6tec, Posclsico Tardio. de Mxico FOTOS: MARCO ANTONIO PACHECO I RAleES
PRXIMA EDICiN ESPECIAL 24
GUA V ISUAL
Recorridos por Oaxaca
Reci acu~
Cam de R cin
CES
EL INAH AL RESCATE DEL PATRIMONIO CULTURAL SUMERGIDO
Recientemente, el Instituto Nacional de Antropologla e Historia (INAH) puso en operacin la oficina de Arqueologla Sub-acutica en Veracruz, con sede en el Fuerte de San Juan de Ula. La creacin de sta, junto con la del estado de Campeche, ha facilitado el inicio de las tareas de exploracin para la conformacin sistemtica del Inventario y Diagnstico de Recursos Culturales Sumergidos en las aguas del Golfo de Mxico, lo que permitir sentar las bases para la investiga-cin y proteccin contra el saqueo de los bienes que yacen bajo el mar, tal y como se hace con el que est en tierra.
La puesta en marcha de este tipo de oficinas se busca repetir en las dems entidades costeras del pals, siendo Quintana Roo y Baja California las siguientes que se podrlan abrir para estar en posibilidades de cubrir el Caribe, el Golfo de Mxico y el Pacifico.
A ralz de la creacin de esta rea especializada en el estado de Campeche, ellNAH ha logrado detectar cerca de 100 sitios con vestigios bajo las aguas de los municipios de Campeche y Champotn, como embarcaciones de los siglos XIX y XX, Y elementos aislados como anclas, canones, dragas y piedras de lastre.
Por lo que respecta a Veracruz, en estos primeros meses se han recibido noticias de un par de barcos que podrlan ubicarse en aguas de la plataforma continental, que posible-mente se puedan indagar este ano.
Entre las labores que desarrollan estas reas especializadas se encuentran la vinculacin con los gobiernos estatales y municipales para el desarrollo de proyectos de proteccin, al igual que con institutos en programas de conservacin, como en el caso del trabajo que se lleva a cabo con la Universidad Autnoma de Campeche que apoya en la preservacin de materiales provenientes de medios acuticos, a travs de su Laboratorio de Corrosin.
Asimismo, su tarea est encaminada a crear conciencia entre la poblacin sobre la relevan-cia histrica y cultural que tiene el patrimonio sumergido, y la necesidad de su proteccin
f" """'-" J y estudio.
ARQUELOGOS SUBACUTICOS
BUSCARN RESTOS
DE LA FLOTA
l.lEVA ESPAA