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Buenas Nuevas BOLETÍN IPUC CENTRAL BOGOTÁ 2009 Edición Nº 56 Abril Un espacio de los niños para Dios Pag. 5 Tú también eres un Levita Pag. 10 Semana de Alabanza y Salvación Pag. 12 ¿Qué hago con mi hijo? ¿Somos más padres que maestros? o ¿más maestros que amigos? Pag. 6-7

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Buenas Nuevas

BOLETÍN IPUC CENTRAL BOGOTÁ

2009Edición Nº 56 Abril

Un espacio de los niños para Dios Pag. 5

Tú también eres un Levita Pag. 10

Semana de Alabanza y Salvación Pag. 12

¿Qué hago con mi hijo?

¿Somos más padres que maestros?

o ¿más maes tros que amigos?

Pag. 6-7

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Hablar de educación cristiana o secular en los niños es un tema que a muchos nos involucra, pues si es en el escena-

rio de la escuela dominical entendemos que tanto maestros, hermanos, pastores y padres tenemos un rol más que de responsabilidad; de compromiso con nuestro Dios. Y si habla-mos de la educación secular es claro que quienes tienen la responsabilidad directa son los maestros y padres de familia.

Para el mes de abril hemos tenido el sentir de compartir con la Iglesia varios artículos con el objetivo de dar una orien tación no solo a los padres sino a todos aquellos que de alguna mane-ra tenemos cercanía con otros niños, aun sin tener rela ción familiar.

En la carta del Apóstol Pablo a los Corintios, más exactamente en 1ra. Corintios capítulo 13 versículo 11 dice:

“Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, juzga-ba como niño; mas cuando ya fui hombre, dejé lo que era de niño.”

Si bien es cierto que la cita hace referencia a la parte espiritual como ese proceso que todo cristiano experimenta en lo que tiene que ver con el conocimiento de Dios para llegar a la madurez, tambien es cierto que en nuestra vida humana todos los que hoy día tenemos una edad adulta, ya seamos padres, tíos, abuelos entre otros; hay varias cosas que no po-demos pasar por alto y mucho menos en lo referente a la educación en los niños.

Apreciados hermanos lo que debemos entender es que aunque ya no sea-mos niños y no actuemos como niños, no por eso tenemos que olvidar que también fuimos niños, que tuvimos inquietudes, necesidades, miedos y dudas.

Por tal razón en el nombre de nuestro Señor y Dios Jesucristo, quiero in-vitarlos a que pensemos por un momento cómo nos habría gustado que hubie se sido nuestra educación, qué no nos gustaría que nuestro niños repitieran, y también pensar en lo que dejó una huella positiva en nues-tras vidas para que pueda hacer eco en la vida de nuestros niños.

Esperamos que los artículos aporten un granito de arena para hacer de ellos, los hombres íntegros del mañana, pero lo más importante que sean hombres y mujeres temerosos de Dios y siervos fieles.

¡También fuimos niños!Editorial / Ricardo Meneses / Director Comité Prensa 2009 / IPUC Central de Bogotá

Pastor:Carlos Urrego

Delegado de la Junta:Rodolfo Palacios

Director:Ricardo Meneses

Secretaria:Ofir Duque

Tesorero:John Anzola

Vocales:Juliana Londoño

Rafael FlórezFelipe Pachón

Colaboradores: Magali DuqueXimena Ávila

Alexandra MartínezMa. del Pilar CastroArmando Calderón

Orlando AguillónOrlando Molina

Diseño y Diagramación:Ricardo Meneses

Impresión:Rafael García S.

Correo electrónico:[email protected]

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Reflexión

Por: Ruth Magreth Rondón de Velandia / Departamento de Escuela Dominical / IPUC Central Bogotá

¿Qué hago con mi hijo?

Los hijos son un regalo de Dios y ocupan una parte de nuestro corazón; es importante que

ellos lo sepan y no sólo tú en lo oculto de tus pen-samientos. Por ello, se hace necesario decírselo y que ellos lo escuchen, pero, además de esto, las palabras no son suficientes, los hechos son más importantes, ya que el amor debe ser demostrado como nuestro Padre Celestial lo demostró a cada uno de nosotros con su sacrificio. Esto hará que tu hijo(a) tenga un autoconcepto y autoestima apropiada para su desarrollo en la vida.

La autoestima es el centro y punto clave en el desarrollo humano, ya que le permite al ser cono-cerse y ser consciente de sí mismo, sus debili-dades, fortalezas, cambios internos y externos. Cuando se conoce de esa manera, puede amarse a sí mismo y aceptase, respetarse y desarrollar todas sus potencialidades. Por lo tanto, las acti-tudes como padres pueden favorecer o desfavore-cer el concepto que cada hijo tiene de sí mismo: por ejemplo, burlarse de lo que dice, hace o siente es ponerlo en ridículo y lo maltrata, esto hace que se encierre en sí mismo, le impide ser sociable, no permite que se acepte, le genera ira contra usted y le evita proyectarse en el futuro.

Todos los seres humanos somos distintos, pues Dios lo dispuso así; por ello, no se debe com-parar en ningún momento a los hijos con nadie y mucho menos con sus propios hermanos, ya que esto causa rencores, peleas entre hermanos y di-visiones al interior del hogar. Por su parte, elogiar los logros de los hijos hace que tengan autocon- fianza y les invita a superar los problemas futuros; de ahí que sea necesario escuchar sus opiniones, respetar su manera de pensar y permitirles tomar decisiones, porque es importante en su desarrollo individual y le prepara para la vida.

Ahora, el contacto físico es clave, ya que mani-fiesta el amor, así como la seguridad interna en los niños: el abrazo, la caricia firme y el beso pa-ternal sostienen en el niño su estructura emocio-nal y el buen desarrollo de la afectividad.

El autoconcepto que tengamos nosotros mis-mos como padres también causa efecto en nues-tros hijos: se ha comprobado que los niños que son maltratados —por ejemplo, en la escuela— tienen una madre con baja autoestima, y esto causa el mismo efecto en sus hijos.

De otro lado, los gritos generan en los hijos ira, dolor, rencor, deseos de venganza y, por su-puesto, una baja autoestima. La palabra de Dios dice en Efesios 6, 4 y Col. 3, 21: “Y vosotros, pa-dres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor” y “Padres no exasperéis a vuestros hijos, para que no se desalienten”. Dios es el mejor padre y nos enseña en su Palabra cómo guiar a nuestros hijos: mientras más leamos la Santa Escritura, mejor entenderemos y guiaremos a nuestros hi-jos: Dt: 6, 6-7. “Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; y las repetirás a tus hijos, y hablaras de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes”.

Lo que sembremos en nuestros hijos dará pronto su cosecha; algunos padres se amargan y maldicen su cosecha, pero ¿qué estas sembrando? Si siembras amor, eso cosecharás, y si siembras vientos de ira, cosecharás huracanes de dolor.

Recuerda: si no te gusta lo que está pasando, deja de hacer lo que estás haciendo.

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¿El fin justifica los medios?

Evangelismo

Recuerdo hace algunos años que la palabra “evangelismo” en nuestra iglesia inmedia-

tamente se asociaba a palabras como: tratados, calle, salidas, jornadas, abordar a la gente, gol-pear puertas e insistir, entre muchas otras. Tuve la bendición, por la gracia de Dios, acompañar de muy niño a mi madre y a mi comunidad a estas jornadas de evangelismo donde, así estuviera muy pequeño, sentía la satisfacción de que al entregar un tratado la persona que me lo recibía podía llegar a la salvación con este acto inocente de mi parte.

Y digo inocente, porque además de entregar el papelito no hacía nada más que correr de andén en andén a buscar a otra persona para en-tregarle el siguiente, mientras los hermanos que sabían del tema lo abordaban para compartirle la Palabra. Mayor satisfacción sentía cuando veía a algunas de esas personas en el culto organizado para tal fin.

Traigo a mi mente esos bellos re-cuerdos porque sé que muchos de los lectores se identifican conmigo y son-ríen al recordar estos momentos que, quizá, vivieron también y donde, tal vez, lograron ganar muchas almas con este método. Sin em-bargo, aunque esta costumbre hoy en día sigue caracterizando a nuestra iglesia, las formas y métodos de evangelismo a lo largo de los años han cambiado. Recordando los artículos de la edición de febrero de este año del in-formativo, donde se plan-tean nuevos escena rios de

evangelización, quise traer para este artículo el interrogante sobre si ¿él método importa? o sobre si ¿lo que importa es el logro del objetivo? o lo que popularmente dicta la frase: ¿“el fin justifica los medios”?

Permítame introducirlo, amado lector, en algo de historia: nuestra Iglesia Pentecostal Unida de Colombia se ha caracterizado durante sus más de 70 años de existencia en Colombia por ser una iglesia misionera, y al hablar de mi-siones no hablo de los países a donde se ha lle-vado el evangelio, sino de predicar el evangelio como misión. La iglesia en Colombia, a la fecha, ha llevado el evangelio a más de 25 países y, en el ámbito interno, son más de 3.200 congrega-ciones las que hoy en día abren sus puertas para comunicar el evangelio de salvación; todo esto

gracias a la labor constante de cada uno de sus miembros que tiene como principio

las palabras del Señor Jesucristo en la Gran Comisión “…Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura” (Marcos 16:15).

Según fuentes externas, hoy somos reconocidos como la denominación reli-

giosa no católica más grande de Colombia y la de mayor crecimiento en el país. (http://es.wikipedia.org/), lo que me permite concluir que no impor-ta el método, lo importante es el objetivo.

Sin embargo, si quiero dejar la reflexión acerca de nuestro papel en este cre-

cimiento (aunque finalmente los números no importan), es

Por: Gillberth Ramírez Morales / Director del Comité de Evangelismo y Misiones / IPUC Central Bogotá

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Evangelismo / Consejo

bueno que pensemos por un momento en cuál ha sido nuestro aporte a la salvación de las almas y al cumplimento del mandamiento que nos dejó el Señor Jesucristo. ¿A cuántas personas he alcan-zado con mi método evangelístico sea cuál sea? ¿Qué método he utilizado para que las personas sean salvas? ¿Con mi testimonio estoy aportando para declarar esta verdad? ¿he buscado otra manera diferente a salir a la calle para evan-gelizar? ¿Cuántas oraciones he elevado al cielo para pedir por los hombres que se entregaron al

ministerio y a la misión de evangelizar? ¿Cuál ha sido mi aporte económico a esta obra?, entre otras preguntas.

Para finalizar, agradezco a los hermanos que sí lo han hecho, quienes de una u otra manera llevan la carga por las almas y ven la importan-cia de llevar a sus amigos y familia al seno del Señor Jesucristo: cuando Él venga por nosotros nos encontraremos prestos a recibir la corona de la salvación y compartir con ellos la vida eterna. El Señor Jesús les bendiga.

Cuando hablamos de espacio lo relacionamos con lo físico, pero es importante comprender

que no sólo estamos frente a conceder un espacio físico a nuestros niños, sino también tiempo, de-dicación y un espacio para escuchar.

Los niños, a pesar de su corta edad, son per-sonas que también tienen mucho que compartir con quienes los rodean: sus padres, amigos, la iglesia, entre otros. Cuando el SEÑOR JESÚS hablaba de dejar venir los niños a Él y que no se lo impidiéramos, estaba dirigiendo unas frases fundamentales para su desarrollo espiri-tual, pues los niños también tienen mucho que hablar y compartir con el Señor, opinar sobre su condición cristiana y compresión de la Palabra de Dios que les ha sido inculcada, necesita un verdadero espacio con el Señor Jesucristo.

En este punto resulta importante que el niño encuentre esos momentos con NUESTRO DIOS en la oración, la música, la alabanza; debemos ayu-darles a encontrar ese espacio con el que más se identifiquen y compartan con el Creador, ya que nuestros niños son el recurso más importante del mundo y la mejor esperanza para el futuro.

Por: Ofir Duque Bravo / Secretaria del comité de Prensa / IPUC Central Bogotá

Un espacio de los niños para Dios

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Enseñanza

para tal fin. Por eso, tal vez lo que hacemos no lo estemos haciendo de la mejor manera, razón por la cual debemos averiguar en cómo hacerlo exitosamente y cómo corregir nuestros errores, de manera tal que aportemos a nuestros hijos los elementos necesarios, a fin de que ellos puedan transmitir a sus descendientes tales pautas.

Nuestro Dios, con su excelsa sabiduría, deter-minó no sólo la forma, sino que en su Palabra se recalca la constancia y dedicación para desarro-llar dicha función. En desarrollo de esa misión, es necesario precisar que el papel de padre debe ir de la mano con el de ser maestro, maestro en el conocimiento, maestro en el ejemplo, maestro en la compañía permanente, maestro en la com-prensión, en el seguimiento, en la investigación constante sobre cómo hacer mejor las cosas, en cómo hacer que esa instrucción sea productiva, edificante y acorde con los principios y paráme-tros dejados por Jesús en su Palabra.

Todos hemos tenido a lo largo de nuestra vida muchas personas que nos enseñaron en algún momento, pero no hay más grata recordación que la enseñanza recibida de alguien que la acom-pañó con su ejemplo y, ante todo, con su cariño y amistad permanente. Nos escucharon antes de instruir y por eso fueron asertivos, es decir, nos comprendieron antes de proferir juicios; por un momento llegaron a colocarse en nuestro lugar para poder entender mejor nuestras reacciones y actitudes.

En la dinámica carrera por la que transita-mos y en la que los afanes de la vida nos lleva, pareciese que no tenemos los momentos necesa-rios para que, como padres, evaluemos el papel que desempeñamos para con nuestros hijos.

En nuestra sociedad se nos prepara para asu-mir diversas funciones que nos permitan

solventar nuestras necesidades en los diferentes momentos de nuestra vida. Recibimos dicha pre-paración desde la escuela, el colegio y las univer-sidades, siempre pensando en hacer de cada uno de nosotros mano de obra más calificada; o que a través de ciertas herramientas administrativas y gerenciales creemos o manejemos empresas; o que la ciencia explorada nos permita realizar aportes para el beneficio de los demás seres hu-manos… Y eso está bien, es parte de la dinámica del desarrollo, lo cuestionable es que poco se nos prepara para asumir uno de los papeles más im-portantes en nuestra vida: prepararnos para ser padres cuando decidamos conformar una familia.

¿A quién se deja tal responsabilidad? La respuesta, además que es difícil de dimensionar, es complicada de encontrar: se diría que a nues-tros mismos padres, pues ellos en su responsabili-dad primaria de enfrentarnos de mejor manera ante las exigencias de la vida, son los llamados a atender tal requerimiento. Otros quizá piensen que le corresponde a las instituciones educa-tivas, si ellas pensaran en una educación con visión integral; no faltará quien afirme que tal responsabilidad le corresponde a la iglesia, o se dirá que eso es muy difícil de asignar a alguien en particular, pues no existen modelos ni esque-mas que se puedan generalizar.

Lo único que parece válido es que nos corres-ponde a todos, en alguna proporción, y desde el papel que cada uno podamos desempeñar en el proceso de formación de nuestros hijos.

Sin embargo, como padres nos corresponde gran parte de esta función, con el agravante que a la mayoría de nosotros tampoco se nos prepara

Por: Orlando Velandia Sepúlveda / Director del Departamento de Escuela Dominical / IPUC Central Bogotá

Padre, maestro y amigo

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Enseñanza

¿Somos más padres que maestros? o ¿más maes tros que amigos?, o ¿hemos llegado al equi-librio ideal de armonizar esos papeles, de tal manera que hoy nuestros hijos puedan afirmar que cuentan con ejemplares maestros encarna-dos en sus padres, quienes con amor van condu-ciendo sus pasos para enfrentar los escenarios por los que la vida los transportará?

Se requieren padres que más que con implaca-ble autoridad instruyan con el ejemplo, que más que de reglas propias se dejen acompañar por la sabiduría y la guía del Maestro, para fortalecer a través del amor los lazos de amistad para con sus hijos. Muchos hijos acuden más a sus hermanos que a sus padres para comentar sus problemas, pues dicen encontrar en ellos amor y compren-sión más que en sus padres, es decir, acuden a la amistad para comentar sus dificultades,

encarnando en ellos el distanciamiento suscitado por la falta de buena amistad con sus padres, sien-do éste el generador de situaciones más graves hacia el futuro, pues cuando los padres se enteran de los problemas, ya son difíciles de solucionar o éstos ya han dejado secuelas irreparables.

Padre, maestro y amigo, tres papeles funda-mentales para hacer de nuestros hijos hombres y mujeres útiles a la sociedad y cristianos pre-parados para su encuentro con Jesucristo. Esa trilogía de roles es la que precisamente estamos fomentando en la escuela para niños y para pa-dres en la Iglesia Central; si lo logramos, habre-mos avanzado significativamente en el proceso de conseguir mejores núcleos familiares y, por ende, una mejor iglesia que sirva de luz y sal para la tierra. Todos podemos y debemos aportar nuestro granito de arena.

¿Somos más padres que maestros? o ¿más maes tros que amigos?

Clase Vencedores Ipuc Central

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Para los jóvenes

Para que aprendamos a ser esforzados y valientesPor: Henry Maldonado Marín / Presidente de Jóvenes IPUC Central de Bogotá

¨Y el ángel de Jehová se le apareció, y le dijo:

Jehová está contigo, varón esforzado y valiente¨. Jueces 6:12

Lo que somos puede transmitirse con una elocuencia mucho mayor que cualquier

cosa que digamos o hagamos. Tal es el caso de Gedeón, hijo de Joás, descendiente de Abiezer de la tribu de Manasés, cuya heredad estaba al oriente del Jordán. Fue llamado mientras limpiaba su escaso trigo en el lagar, en un momento de gran opresión por parte de Madián: “Y mirándole Jehová, le dijo: Ve con esta tu fuerza, y salvarás a Israel de la mano de los madianitas. ¿No te en-vío yo?” Definitivamente Nuestro Dios vio algo muy especial en el carácter de Gedeón:

El ángel le dice a Gedeón “varón esforzado y valiente”. Esto no describe la fe, describe el carácter. El carácter es el terreno propicio para el desarrollo de la fe, es como la varilla de acero que le da fortaleza al cemento, entonces, por ejemplo, la columna si no tiene varilla aguanta hasta el primer empujón; ahora, el acero se dobla, pero no se parte. El carácter en el creyente es la varilla de acero en el cemento. ¿Cuál es la dife rencia del carácter y la personalidad? El carácter es aquello que está en nosotros que da unidad a las car-acterísticas que vamos a ejercer como individuos. Tú tienes una personalidad única y nos identifi-camos por esas características.

• Esforzado es quien tiene cierta disposición para hacer algo.

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Para los jóvenes

Determinación

Es la persona que se propone en lo ínti-mo de su ser aquello que se dispone hacer. Tiene una visión clara y por esa visión sigue adelante. No se preocupa si las cosas salen mal, siempre se apoya en su visión. La persona que tiene determinación se propone metas logrables, medibles y que glorifiquen a Nuestro Dios. Van a lograr sus metas, y aunque se caigan mil veces saben en quién han creído. El hombre y la mujer de carácter se sujetan y obedecen.

Decisión

“He aquí nuestro Dios a quien servimos puede librarnos del horno de fuego ardiendo; y de tu mano, oh rey, nos librará” Daniel 3:17.

Los tres jóvenes que se describen en Dani-el eran hombres decididos, que no mudaron su semblante, no dudaron, no desmayaron, aunque su fe estuvo probada con fuego.

No te vas a desanimar porque las cosas no funcionen.

El desánimo es una de las característi-cas que muchos tienen: fracasan tan pronto viene los primeros reveses, se desaniman.

La Biblia está llena de gente de carácter deter-minado, pero nadie marcha delante de David en este rubro. Lo vemos tocando el arpa, escribiendo poemas, librando batallas, pretendiendo estar loco y bailando jubilosamente en alabanza a Dios; además, lo vemos llorando al enterarse de la muerte de su mejor amigo… De alguna manera, siempre se las arregló para mantener su confian-za apasionada en Dios. David fue un joven de un carácter determinado desde el pastoreo de ovejas hasta la conducción de una nación.

1Hay 4 palabras que definen a un hombre de carácter:

1. Decisión 2. Determinación 3. Valentia 4. Fidelidad

• Esforzado es quien aun en medio de la adversidad confía en Dios y pone su fe y su esperanza en el Dios Altísimo.

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»»» En el próximo boletín espere: 3. Valentia y 4. Fidelidad

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Evento

En lo que va transcurrido de este primer semes-tre, las Damas Dorcas hemos sido partícipes

de diferentes eventos organizados en el ámbito distrital y local: Congreso de servidores en el mes de febrero, ayuno distrital en el mismo mes, Con-greso de Damas en marzo, ayunos y cultos locales los jueves; todos ellos han sido de gran bendición y edificación para cada una de nosotras.

Hoy queremos compartirles algunos apuntes de una de las enseñanzas recibidas en el Con-greso de Servidores, la cual hizo referencia a los levitas. Todos, incluidas la mujeres, tenemos el llamado a servirle a Dios.

El Señor Jesús en su Palabra nos llama a to-dos su REAL SACERDOCIO: 1 Pedro 2:9 “Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa...” esos sacerdotes son conocidos en la escritura como LEVITAS. Entonces, levita era el sacerdote, así como todos aquéllos que le ayuda-ban y estaban encargados del culto, cuidaban el santuario, enseñaban y, cabe destacar, llevaban una vestidura sagrada para minis-trar (usted puede estudiar más profunda-mente el término en Éxodo 39). El servicio al Dios Todopoderoso no se realizaba de cualquier manera, llevaba implícita esa cobertura especial, la cual todos debe-mos llevar, la Mitra (versículo 30), una diadema santa de oro puro que llevaba grabado el sello: SANTIDAD A JEHOVÁ.

Cuando nos llaman a servir en un cargo —cual-quiera que éste sea— o nos piden una colabo-ración —por sencilla que parezca— debemos tener

en cuenta que no ha sido una elección de hombres, es Cristo quien nos está llamando su sacerdote, porque quiere bendecirnos, quiere darnos auto-ridad a través de su Espíritu Santo, no sólo para servir a otros, sino que quiere darnos autoridad para pedir todo aquello que necesitemos. Cuando servimos al Señor podemos llegar a sus pies y decirle: “Señor, entrego mi vida a tu servicio, por favor, hoy necesito de ti ...”

Sirvamos con temor a nuestro gran Rey, porque cuando se acaba el temor dependemos de nosotros mismos, de nuestros conocimientos y capacidades. Cuando el temor está allí sabe-mos que todo lo que podemos dar proviene de Él. Algunas veces vendrán inconvenientes, oposición, comentarios, desacuerdos, pero nuestra mirada debe estar en el Señor Jesucristo, y podemos tomar como ejemplo a Nehemías: orar y ayunar porque ahí esta nuestra respuesta, nuestra

fortaleza y paz.

Confiemos siempre en el Señor Jesu-cristo, Él es el Todopoderoso y nos dará la victoria ante cualquier adversidad; además, agarremos su manto y digámosle cuánto necesitamos de Él y nos dará una

respuesta.

Nuestro Dios quiere bendecirnos, quiere hombres y mujeres que

anhelemos servirle como nos enseña en su Palabra…

Por: Comité Hermanas Dorcas / IPUC Central Bogotá

Yo también soy un levita 1 Pedro 2:9

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Cumpleaños / Evento

“Deseamos que el Señor JESUCRISTO los colme de bendiciones”

“...Porque su estima sobrepasa largamente a la de las piedras preciosas” Proverbios 31: 10

Adriana M. Gómez 17

Alfonso Prieto 9

Álvaro Rivera 22

Amalia Rodriguez 16

Ana H. Monroy 5

Angie L. Gracia 21

Angie M. Palacios 3

Anita Martinez

Aristobulo Mahecha 4

Beatriz Trujillo 29

Carlos E. Almanza 29

Carmenza Valencia 24

Cecilia de Urrego 14

Cecilia Súa 16

Claudia P. Parra 26

Diego Alexander 19

Diego F. Mahecha 8

Dilsa Machado 13

Emilia Trujillo 5

Esperanza Gálviz 18

Esther Oviedo 11

Fabiola Matallana 5

Flor Alba Peña 25

Fredy Ramírez 5

Gladys Llano 18

Graciela Duarte 25

Guillermo García 7

Henry Maldonado 3

Ibeth C. Gutierrez 6

Jhon E. Domínguez 27

Jonathan Fandiño 7

José Daniel Daza 28

Julio Rojas Pulido 6

Julio Triana 16

Lina P. Maldonado 30

Lorena Villabona 22

Lised L. Sua 31

Luz M. Sanchez 17

Maggier Tirado 19

Manuel D. Páez 19

Manuel García 3

Marco A. Soto 7

María A. Bautista 17

María B. Pulido 3

Mariana Niño 24

Marina Urrego 21

Marleny Balcárcel 8

Martha C. Herrera 10

Martha L. Mancipe 17

Martha U. Duarte 27

Mauricio Realpe 20

Pastora M. Morales 19

Pedro A. Jiménez 28

Rafael A. Cardona 4

Rafael E. Florez 28

Reinaldo Orozco 3

Rodolfo Gracia 14

Ronald Rodríguez 19

Ruth C. Prieto 11

Sara Ruíz 18

Serafin Lozada 30

Stella Daza 9

Tatiana Cardenas 6

Virgelina Alape 15

Yair A. Saenz 11

Yeison Corchuelo 5

Cumpleaños mayo:

Muchos cariñosamente la llaman “Hna. Ceci” o “ Hna. Cecilita”; su sonrisa y cariño por las almas es constante, de ahí que se ha hecho merecedora de tantos dones. Se trata de la esposa de nuestro pastor Carlos Urrego González, a quien hermanos de la Iglesia Central de Bogotá le celebramos su cumpleaños el 14 de abril pasado. Como dice el título, “su estima sobrepasa largamente a la de las piedras preciosas” ¿por qué? por tratarse de una sierva del Señor Jesucristo virtuosa, quien con su dulzura, consagración, pruden-cia y sabiduría, ha trabajado para la obra misionera, siendo la mujer idónea que sabe comprender, tener paciencia y dejar ternura por donde quiera que va.

Gracias a Nuestro Dios, el día de su cumpleaños los herma-nos le dejaron palabras de oración y los buenos deseos en su nuevo año de vida. En medio de alabanzas, regalos, torta y la alegría de los hermanos, nuestra hermana Cecilita logró una vez más comprobar que estas demostraciones de cariño hacia ella, estas hermosas bendiciones, se las ha otorgado el Señor Jesucristo porque ha seguido fielmente este lindo camino de

salvación, ¡¡¡que los siga cumpliendo, hna. Cecilita!!!

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Te invitamos a leer los capítulos 18, 19 y 20 del libro de 1 de reyes. En ellos el autor narra la historia de uno de los reyes más importantes de Judá, Ezequías.

Si quieres conocer de antemano algunos datos muy importantes de la vida de este líder desci-fra el mensaje escondido usando el código.

Pasatiempo

SEMANA DE ALABANZA Y SALVACIÓN...

• Ezequías tenía 1-4-3-2-5-3-6-3-2-6-7-8-9-7-10 cuando comenzó a reinar. (2 Reyes 18:2)

• 11-3-12-7 13-7 14-4-6-5-7 ante los ojos de Jehová. (2 Reyes 18:3)

• En Jehová puso su 4-10-15-4-14-8-2-12-8.

(2 Reyes 18:5)

• Ezequías guardó 13-7-10 16-8-2-17-8-16-3-4-2-5-7-10. (2 Reyes 18:6)

• Jehová estaba 6-7-2 4-13 y donde quiera que salía 15-14-7-10-15-4-14-8-18-8. (2 Reyes 18:6)

¡Que bueno sería tener en nuestra vida las características que tuvo Ezequías!

“Ni después ni antes de él hubo otro como él entre todos los reyes de Judá”.

Ezequías un gran rey

... Del 1 al 7 de junio próximo, el comité de Alabanza, Evangelismo

y Misiones, Células y lugares de predicación, los invitan a este

precioso evento que será de gran bendición para que muchas

almas lleguen al conocimiento del Señor Jesucristo. Más adelante

anunciaremos la agenda del programa.

1. V 10. S

2. N 11. H

3. I 12. Z

4. E 13. L

5. T 14. R

6. C 15. P

7. O 16. M

8. A 17. D

9. Ñ 18. B

Código:

El escritor dice: