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Entrevista realizada por el camarada Mario Cruz en representación del MNI (Movimiento Nueva Iquierda) en el 2011
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Juventud Comunista del Perú – Patria Roja / 2015
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34 Años del secuestro y desaparición de JESUS ALBERTO PÁEZ VARGAS
El Hijo del Pueblo
*Entrevista realizada por el camarada Mario Cruz en representación del MNI (Movimiento Nueva Iquierda)
en el 2011.
Han pasado 34 años del
secuestro y desaparición
de Jesús Alberto Páez
Vargas, dirigente sindical,
vecinal y político. El
miércoles 10 de agosto
de 1977 fue secuestrado
en la puerta de la fábrica
textil Nuevo Mundo,
después de 21 días del
contundente e histórico
Paro del 19 de julio.
En 1970 ingresa a trabajar
a la Fábrica Textil Nuevo Mundo,
desempeñándose como mecánico de
mantenimiento, aquí habría de dar sus primeros
pasos como Sindicalista Clasista, que lo llevaría
a ser considerado como un destacado
activista en su centro de trabajo, también fue
líder vecinal en el P.J. Gambeta Baja y notorio
dirigente en el Comité de Coordinación y
Unificación Sindical Clasista (CCUSC). En esos
años se afilió a las COPLAL (Comisiones Obreras
Para La Lucha) y luego al Partido Comunista
del Perú (Patria Roja) siendo un militante
ejemplar y considerado después de su criminal
desaparición como un Mártir Comunista.
El secuestro y desaparición fue responsabilidad
del Servicio de Inteligencia de la Marina y la
Coordinadora zonal del SINAMOS del Callao,
este aberrante crimen aún no encuentra
justicia.
Casado con la c. Eulalia Escalante, tuvo 4 hijos:
José Enrique, Irma Cecilia, Lupe Graciela, y
Jesús Alberto, nacido en el año de la
desaparición de su padre.
La presente entrevista a su compañera y
esposa Eulalia Escalante es en su memoria.
MNI.- Compañera, hoy se cumplen 34 años
del secuestro de Jesús ¿Cómo lo recuerda?
E.E.- El secuestro de mi esposo fue muy
doloroso, nos dejó al desamparo a mí y a mis
cuatro hijos, ese miércoles 10 de agosto se lo
llevaron a la fuerza dos hombres que lo
subieron a un carro, eso fue a las 7 de la
mañana, nunca más lo volvimos a ver, han
pasado 34 años, los que mi hijo Jesús Alberto
los cumplirá pronto, yo estaba embarazada
cuando se lo llevaron.
MNI.- ¿Qué nos puede contar de Jesús?
E.E.- Me casé con Jesús en 1972, él ya
trabajaba en Textil Nuevo Mundo, era muy
querido y respetado, fue Secretario General del
sindicato de obreros, vivíamos en San Martín de
Porras, allí lo conocían como el “paisa”,
tuvimos cuatro hijos, José, Cecilia, Graciela y
Jesús Alberto, este último nació cuando él ya
no estaba con nosotros, cuando lo
secuestraron a Jesús estaba encinta.
Fue un padre muy cariñoso, muy bueno como
esposo, era bien trabajador, atendía a sus hijos,
les lavaba su ropa los fines de semana, porque
yo trabajaba en el mercado vendiendo
verduras, él siempre tenía sus reuniones los
domingos, antes de irse dejaba todo arreglado
en la casa, también les dejaba su comida a los
dos perritos que teníamos, uff compañero,
como le gustaban los animales.
Jesús nació en Lima, vivían en El Agustino, su
papá era Jesús Páez y su mamá doña Edulia
Vargas de Ica, en esos años cuando Jesús era
muchacho, se fueron a vivir a San Martin,
tenían su casita en la invasión de la Av. Perú, él
trabaja desde chico y estudió para mecánico
de máquinas industriales, de eso trabajaba en
Nuevo Mundo desde 1970, antes había
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trabajado en la fábrica textil Bellota y luego
como obrero de construcción civil.
MNI.- Compañera Eulalia, ¿Cómo fue el
secuestro?
E.E.- Jesús estaba bien metido en el sindicato
de su trabajo, él también era la cabeza del
pueblo en Gambeta baja, había varios comités
vecinales y una directiva central, él era el
Secretario General de todos; en su trabajo
también con sus amigos, el chato Quesada,
García, Guadalupe y Alejandro que siempre
venía a la casa, ¿lo conoce Ud.? era un
trigueñito alto, crespito, bien amigo de Jesús,
ellos se juntaban con todos los sindicatos de la
Av. Argentina y hacían sus marchas y huelgas,
también me contaba que se reunían con
muchos sindicatos de obreros de todo el Perú,
Jesús también estaba metido de dirigente allí,
se daba tiempo para todo, era muy
responsable, ayudaba a resolver los problemas
de los obreros de su trabajo sin descuidar los
problemas que teníamos aquí en el pueblo de
Gambeta baja, todo y todos le consultaban,
compañero tenemos este problema,
compañero queremos hacer esto, compañero
tiene que venir a este comité vecinal, así
siempre lo buscaban para encontrar soluciones
a los problemas de la vecindad, él era como
un profesor, bien callado, muy bueno,
escuchaba todas las quejas y luego les
hablaba y hablaba a los dirigentes de los
comités, sino, se iba a conversar con todos los
vecinos y les convencía y arreglaban de buena
manera los problemas que tenían, eran más de
60 comités vecinales en Gambeta baja con
una directiva central y él era la cabeza de esta
central y a todos los atendía.
Querían desalojarnos de Gambeta, nos iban a
mandar a Pampa de perros o a Oquendo,
Jesús con su directiva fueron a ver esos
terrenos, ahí en Oquendo se escarbaba medio
metro y salía agua, ahí no podíamos hacer
nuestras casitas, por eso no aceptamos, Jesús
explicaba a todo el pueblo que deberíamos
seguir luchando para que todos quedemos en
Gambeta, el SINAMOS quería que solo una
parte se quede y la mayoría se vaya para
Oquendo, duro hemos luchado, compañero,
venían los de la marina a querernos botar, pero
todo el pueblo con Jesús adelante no lo
permitía.
A comienzos de Julio, tomaron preso a Pedro
Acosta, de su directiva de Jesús, mi esposo
movilizó a todo el pueblo, íbamos a las
comisarías y a todo lugar para que lo dejen
libre, cuando lo soltaron vino bien maltratado
con heridas y todo, ahí fue que lo amenazaron
a Jesús, ya una vez logró escaparse de la
policía, él siempre caminaba hasta la Av.
Argentina para tomar su carro al trabajo, ahí es
donde quisieron llevárselo, pero no pudieron,
por eso siempre lo acompañaba hasta su
trabajo todas las mañanas; antes de las fiestas
patrias, hubo un paro grande, ahí también
estaba Jesús, toda las fábricas de la Av.
Argentina salieron a las calles, en el pueblo
también se movilizaron.
Fue el miércoles 10 de agosto de 1977, que
coincidencia, compañero, mañana también es
miércoles 10 de agosto, que solo lo acompañe
hasta que tome su carro y se fue solo a la
fábrica, eran las 7 de la mañana, ahí es donde
dos hombres en un carro Volkswagen se lo
llevaron a la fuerza, esto vio un trabajador
amarillo, que salía de trabajar y que le tenía
cólera a Jesús, cuando retornó al trabajo por la
noche, les comentó a sus compañeros lo que
vio en la mañana, el compañero Alejandro fue
a mi casa y me pregunto porque no había ido
a trabajar mi esposo, yo le dije que si había ido
a trabajar como todos los días, fue ahí que me
comentó lo que había dicho el trabajador
amarillo.
A partir de ese día fue un calvario mi vida, los
vecinos se indignaron mucho, todos los días nos
íbamos a las comisarias, en busca de mi
esposo, nos reuníamos toda la población para
reclamar que lo dejen libre, fueron largas
marchas durante mucho tiempo, yo tenía un
puestito de venta de verduras en el mercado
del barrio, tuve que dejarlo por un tiempo y
dedicarme a buscar a mi esposo, su mamá
doña Edulia, venia todos los días temprano a
mi casa y nos íbamos a las comisarias,
prefectura y lugares donde estaban las
autoridades a reclamar que aparezca Jesús,
esto fue durante tres años en que murió mi
suegra.
Me daba mucha pena y preocupación la
salud de Jesús, el sufría de sinusitis y todos los
días tenía que echarse unas gotitas a la nariz,
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cuando no se echaba, no podía respirar, se
ahogaba mucho, por eso creo que se ha
muerto, porque no tenía su medicina, bien
valiente ha sido mi esposo, así les digo a mis
hijos, que su papá ha sido muy justo, siempre
quería el bienestar para todos, la justicia para
todos, quería verlos alegres a todos, por eso
luchaba y por eso yo creo que lo mataron los
malos, que no querían que la gente pobre les
reclamen sus derechos.
A Jesús lo querían mucho, era un hombre muy
legal, así también les digo a mis hijos, que aquí
en el local es muy querido, que es un ejemplo
para todos, todos quieren ser como él, porque
prácticamente entregó su vida por todos, así
también por ejemplo en el pueblo de
Gambeta, no querían que deje de ser dirigente
y siempre lo elegían una y otra vez, después del
secuestro de Jesús, cuando iba a nacer mi hijo
Jesús Alberto, no querían que vaya a dar a luz
a un hospital, tenían miedo que se roben a mi
hijo, porque así habían escuchado decir,
estuve como 20 días hospitalizada en Collique,
de ahí me trajeron a mi casa y allí nació mi
hijito, siempre los vecinos nos cuidaban.
Así pasó mi vida, compañero, yo trabajaba en
el mercado vendiendo verduras en el día y en
las tardes hacía mazamorra de calabaza y
vendía, eso nos ayudaba para que a mis hijos
no les falte lo principal, también cobrábamos el
alquiler de la casita que Jesús tiene en San
Martin, eso también nos ayudaba en algo, los
vecinos y compañeros de trabajo también nos
ayudaban, también quiero agradecer por la
ayuda que me dan aquí en el local; ahora mis
hijos ya están grandes, José Enrique tiene
cuatro hijos, que ya están jóvenes, estudian y
trabajan, Cecilia tiene pareja, pero no tiene
hijos, Graciela tiene dos hijos y Jesús Alberto
tiene dos también, en total mi esposo y yo
tenemos 8 nietos.
Eulalia Escalante es una fiel expresión de
nuestro pueblo, es la digna compañera de
nuestro mártir Jesús Alberto Páez, de su Jesús,
es sencillamente una heroína de esas que no
aparecen en los libros donde la historia la
escriben los enemigos de la felicidad y la
esperanza.
Jesús Alberto Páez sintetiza lo mejor de los
valores comunistas, coherente en su vida
pública y privada, militante en todo momento
y lugar, movido esencialmente por sentimientos
de amor como nos pedía el Che. Todos
tenemos la responsabilidad de hacer conocer
la historia de nuestro Pueblo, de nuestro
Partido, y de seguir haciendo historia hasta la
victoria final (M. Cruz).