173618570 Owen Jones Chavs La Demonizacion de La Clase Obrera

5/27/2018 173618570 Owen Jones Chavs La Demonizacion de La Clase Obrera

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Ttulo original:

Chavs: The Demonization o f the Working Class

(2011)

Owen Jones

T raduccin:

Iigo Juregui Egua

E sta edicin:

Capitn Swing Libros, S. L

c/ Rafael Finat 58, 24 - 28044 Madrid

Tlf: (+34) 630 022 531

[email protected]

www.capitanswinglibros.com

Diseo grfico:

Filo Estudio - www.fibestudio.com

Correccin ortotpografica: Juan Marqus

Segunda reimpresin en Capitn Swing:

Febrero de 2013

ISBN: 978-84-940279-7-0

Depsito Legal: M-35711-2012

Cdigo BIC :JF

impreso en Espaa / Printed in Spain

Imprenta EFCA - Torrejn de Ardoz (Madrid)
mailto:[email protected]://www.capitanswinglibros.com/http://www.fibestudio.com/http://www.fibestudio.com/http://www.capitanswinglibros.com/mailto:[email protected]



ndice

Introduccin................................................................................................................ 7

01. El extrao caso de Shannon Matthews.......................................................... 23

02. Luchadores de clase..........................................................................................55

03. Polticos versus chavs.......................................................................................

93

04. Una clase en la picota.....................................................................................133

05. Ahora todos somos de dase media...........................................................169

06. Una sociedad amaada..................................................................................205

07. Una Gran Bretaa rota...................................................................................

223

08. La ofensiva...................................................................................................... 265

Conclusin: Una nueva polticade clase?...........................................................295

Eplogo a la segunda edicin inglesa ...............................................................321

Agradecimientos................................................................................................... 347



Introduccin



E s una experiencia que todos hemos tenido. Ests entre un

grupo de amigos o conocidos cuando de repente alguien

dice algo que te choca: un comentario aparte o una observacin

frvola y de mal gusto, Pero lo ms inquietante no es el com entario

en s}sino el hecho de que nadie parece sorprenderse lo ms m-

nimo. Miras en vano a tu alrededor, buscando aunque sea una

pizca de preocupacin o m uestras de bochorno.

Yo experiment uno de esos momentos en la cena de un amigo,en una z ona burgu esa al este de Londres, una no che de invierno.

Estaban cortando cuidadosamente la tarta de queso y la conver-

sacin haba d erivado hacia el tema de m oda, la crisis del crdito.

De pronto, u no de los anfitriones intent anim ar la velada con un

chiste desenfadado.

Qu lstima que cierre Woolworth's. Dnde van a comprar todoslos chavs1sus regalos navideos?

A hora bien, l nunca se considerara un intolerante, ni nin gn

otro de los presentes, porque, al fin y al cabo, todos eran profesio

nales cultos y de mente abierta. Sentadas a la mesa haba personas

1 Trmino peyorativo para referirse a la subcultura de la clase trabajadora inglesa

(sobre todo a los jvenes, aunque no solo). Segn este estereotipo, llevan ropa deportivade marca, bisutera llamativa, viven de las prestaciones y en viviendas sociales. Com o las

palabras espaolas chaval y chav, es de origen gitano, y en ltimo trmino proviene

del trmino snscritoyayan,joven. El traductor agradece a Rodrigo NaviaOsorio sus

generosas y tiles aclaraciones sobre algunos pasajes de este libro. (N. del T)



de ms de un grupo tnico. La divisin por sexos era del 50%, y

no todo el m und o era hetero. To dos se hubieran situado poltica-

mente en algn lugar a la izquierda del centro. Se habran en fada-

do al ser tachados de elitistas. Si un extrao hubiera ido esa noche

y se hubie ra avergonzado a s m is m o em ple ando una palabra

com o paki o m aricn, lo habran exp ulsado rpidam ente del

apartamento.

Pero nadie rechist ante un chiste sobre chavsque compran en

W oolies . A l contrario, to dos se rieron. D udo que m uchos supie-

ran que este trm ino despectivo proviene de la palabra gitana para

nio, ni era probable que estuvieran entre los cien mil lectoresde El pequeo libro de los chavs, una obra sesuda que describe a

los chavs como la floreciente subclase palurda. Si lo hubieran

cogido del expositor de un a librera para echarle una rpida ho -

jeada, habran apre ndid o que los chavssuelen trabajar de cajeros

en los supermercados, de empleados en restaurantes de comida

rpida y de limpiadores. Pero en el fondo todos deban de saber

que chaves una palabra insultante exclusivam ente dirigida a gente

de clase trabajadora. El chiste se pod ra ha ber reform ulado f-

cilmente as: Qu lstima que cierre Woolworth's. Dnde van a

comprar las repugnantes clases bajas sus regalos navideos?.

Y con todo, ni siquiera fue lo que se dijolo que m s me m olest,

sino quinlo dijo, y quin particip de las risas. Todos los que esta-

ban sentados alrededor de esa mesa eran profesionales bien remu-

nerados. Lo admitieran o no, deban su xito, ms que nada, a su

origen. Todos crecieron en confortables hogares de clase media, porlo general en barrios residenciales. Algunos se educaron en costosos

colegios privados, y la mayora haba estudiado en universidades

como Oxford, LSE o Bristol. Las posibilidades de que alguien de

clase trabajadora terminara como ellos eran, como mnimo, remo-

tas. Ah estaba yo, presenciando un fen meno que se remonta cien-

tos de aos atrs: los ricos burlndose de los menos pudientes.

Y eso me dio que pensar. Por qu el odio a la gente de clase

trabajadora se ha vuelto tan aceptable socialmente? C m icos m ul-timillonarios educados en colegios privados se visten de chavs

para divertirnos en telecomedias como Little Britain . Nuestros

peridicos van a la caza desesperada de historias terrorficas sobre



la vid a entre los chavsy las hacen pasar por representativas de

las comunidades trabajadoras. Sitios web como ChavScum

(escoria chav) rebosan veneno dirigido a la caricatura chav. Pa-

rece com o si la clase trabajadora fuera el nico gru po social delque puedes decir prcticamente cualquier cosa.

* * *

Costara encontrar alguien en Gran Bretaa que odie tanto a los

chavscom o Richard H ilton. El seor Hilton es director general de

Gy m box , una de las ms exitosas incorp orac ione s a la floreciente

escena delfitness londinense. Con ocido por poner nom bres crea-

tivos a sus clases de gimnasia, G ym bo x est descaradam ente diri-

gido a fanticos delfitness con posibles, pues para hacerse socio

hay que pagar u na exorbitante cuota de inscripc in de 175, ade-

ms de una cantidad mensual de 72. Como explica el propioHilton, Gymbox se cre para explotar las inseguridades de su

clientela, formada predominantemente por profesionales y ofici-

nistas. Los clientes estaban pidiendo ciases de defensa personal

porque les daba miedo vivir en Londres, dice.

En la primavera de 2009, Gymbox anunci una novedad que

se sumaba a su ya eclctica oferta de clases (incluyendo el Ae robic

Pechugn, el Baile en Barra y el Boxeo Zorrn): la Lucha Chav.No

des a los gruones y malhum orados chavsuna ASB O ,2instaba su

web, dales u na patada. El resto de su chchara promocio nal tam -

poco se andaba con miramientos, en la voz de un justiciero con

buen dom inio de las relaciones pblicas. Olvdate de robarle el

caramelo a un nio. Noso tros te ensearemos a quitarle un Bacardi

a un macarra y a convertir un gruido en un gemido. Bienvenido

a la lucha chav, un lugar donde el saco de boxeo acumula polvo y

se arregla el mundo. Los folletos eran an ms directos. Por qu

2 Orden de arresto por comportamiento antisocial. M antendremos el acrnimoen todo el texto. (N. del T.)



perfeccionar tus habilidades en sacos de boxeo o tablas de madera

cuando puedes tumbar a unos cuantos chavs?... U n mu ndo donde

los Bacardi Breezers son tu espada y las ASBO s tu trofeo.

Hubo algunos que creyeron que la glorificacin de apalizar gen-

te era pasarse de la raya. Cuando se recurri al Consejo Regulador

de Publicidad (ASA ), Gym box respondi con tecnicismos. Alega -

ron que no era ofensivo porqu e nadie en la sociedad adm itira ser

un chav;no era un grup o al que la gente quisiera pertenecer. Sor-

prendentemente, la ASA absolvi a Gymbox con el argumento de

que era improbable que las clases de lucha chavaprobaran o inci-

taran a la violencia contra determ inados grupos sociales....Hay que hablar con Richard Hilton para apreciar la hondu ra

del odio que inspira la clase social. Tras definir a los chavs como

chicos de la calle vestidos de Burberry, continu con su

explicacin:

Suelen vivir en Inglaterra pero probablemente pronuncian Inla

terra. Les cuesta expresarse y tienen poca capacidad para escri-

bir sin faltas. Adoran suspitbullsy sus navajas, y te pincharnalegremente si les rozas accidentalmente al pasar o no Ies gusta

cmo les miras. Suelen procrear a la edad de quince aos y pasan

casi todo el da tratando de conseguir mara o cualquier tra-

po que puedan trincar con sus sudorosas manos adolescentes.

Si no estn internados a los veintiuno, se les considera bastiones

de la comunidad o se ganan mucho respeto por tener suerte.

No es de extraar que, al ser preguntado si corran malos tiem -

pos para los tales chavsen Inglaterra, su respuesta fuera categri-

ca: No, se lo merecen.

A l parecer la clase fue un xito entre la gente que va a los gim -

nasios. Tras describirla com o una de las clases ms populares que

nunca hemos ofertado, Hilton afirm que: Casi todo el mundo

se identific con ella y la disfrut. Unos po cos de la brigada po li-

cial se sintieron ofendidos. Y sin embargo, sorprendentemente,Hilton n o se considera un intolerante, todo lo contrario! El sexis

mo, el racismo y la hom ofobia, por ejemplo, eran completamente

inaceptables.



Empresario extremadam ente exitoso, Richard Hilton ha ex plo-

tado el m iedo y el odio que sienten algunos londinenses de d ase

media hacia las clases bajas. Es una imagen convincente: sudoro

sosos banqueros de la City descargando sus frustraciones induci-

das por la recesin sobre chavales pobres y semisalvajes. B ienve-

nido a Gymbox, donde la lucha de clases se mezcla con el

fitness.

Es fcil quedarse de piedra ante el impdico odio de Hilton,

pero l ha descrito crudamente una imagen del adolescente de

clase obrera m uy ex tendida entre la clase media. C orto . Violento.

Delincuente. Procreando como animales. Y, por supuesto, estoschavsno son elementos aislados: despus de todo, se les considera

bastiones de la comu nidad.

Gymbox no es la nica compaa britnica que ha explotado

el horror de la clase m edia hacia am plios sectores de la clase tra-

bajadora britnica. Activid ades en el Extranjero es una agencia de

viajes que ofrece vacacio nes con exticas aventuras y tarifas que

a men udo superan las 2.ooo: safaris con pe rros esquim ales en la

naturaleza canadiense, vacaciones en cabaas de troncos en Fin-landia, cosas por el estilo. Ah, pero que los chavsno se molesten

en solicitarlas. En enero de 2009 la compaa envi un correo

pro m ocio na l a 24.000 clientes de su base de datos, donde se citaba

un artculo de 2005 que demostraba que los nios con nombres

de clase media tenan ocho veces ms probabilidades de apro-

bar su examen final de secundaria que los que tena n nom bres

como Wayne y Dwayne. Las conclusiones les haban llevado apreguntarse qu tipo de nombres sera probable encontrar en un

via je de Activid ades en el Extranjero.

De modo que el equipo haba hecho un rastreo en su base de

datos y a pareci con dos listas: una de nom bres que era proba-

ble encontrar en una de sus vacacio nes, y otra de lo s que no.

Alice, Joseph y Charles figu raban en la prim era lista, pero las ex-

cursiones de Actividades en el Extranjero eran una zona libre de

Britneys, Chantelles y D azzas. Co ncluyeron que podan prometerlegtima men te vacaciones con actividades Ubres de chavs.

De nuevo, no a todo el mundo le hizo gracia, pero la empresa

se mantuvo en sus trece. Creo que ya es hora de que las clases



medias se hagan valer, declar el director general Alistair

M cLean. Al margen de que sea lucha de clases o no, yo no tengo

ningn reparo en proclamarme de clase media.3

Cuando habl con Barry Nolan, uno de los directores de la

compaa, se mostr igual de desafiante. Los ms enfadados

eran lectores del Guardian que mostraban una falsa indigna-

cin porque no viven cerca de ellos, dijo. Conect con el tipo

de gente que poda contratar sus vacaciones con nosotros. Re-

sult ser un xito increble entre nuestros clientes. Segn pa-

rece, el nego cio experim ent un aum ento del 44% en las ventas

en el per iodo que sigui a la polm ica.Gymbox y Actividades en el Extranjero han adoptado pun-

tos de vista l igeramente distintos. Gymbox aprovechaba los

miedos de la clase media a que sus inferiores sociales fueran una

turba violenta que estuviera esperan do para m atarlos a navajazos

en algn callejn oscuro. Actividades en el Extranjero explot la

aversin a los vuelos baratos, que permitan a la gente de clase

trabajadora invadir el espacio de d as e m edia de las vacaciones

en el extranjero. Hoy en da n i siquiera puedes h uir al extranjeropara escapar de ellos, este tipo de ideas.

Pero ambos eran una muestra de cmo es el odio dominante

de la da se m edia hacia la clase trabajadora en la Inglaterra actual.

El ataque a los chavsse ha convertido en u na form a de ganar di-

nero porque toca un punto sensible. Esto resulta an ms obvio

cuando una historia poco representativa que aparece en titulares

se utiliza como gancho conveniente para probar el discurso

antichav.

Cuando el exconvicto Raoul Moat escap tras matar a tiros al

compaero de su expareja en julio de 2010, se convirti en un

antihroe para unas pocas de las personas de d ase trabajadora ms

marginadas del pas. Un criminlogo, el profesor David Wilkin

son, afirm que aquel estaba explotando la mentalidad masculi-

na, desposeda, de clase trabajadora blanca, segn la cual no puede

abrirse cam ino legtimam ente en el mu ndo, as que Moat, com por-tndose como lo hizo, como esta especie de antihroe, ha tocado,

3 Michael Ken; A chavfree break? No thanks,Daily Telegraph21 de enero 2009.



creo, un punto sensible. Los blancos de clase trabajadora se ha-

ban visto reducidos de un plu m azo a u nos sim iescos macarras sin

aspiraciones legtimas. Internet fue el escenario de una batalla

campal. Vase este comentario en la pgina web del Daily M ail:

Mirad a vuestro alrededor, en el supermercado, en el autobs y

ahora cada vez ms en la calle. Encontraris grupos cada vez ms

numerosos de tatuados, ruidosos y malhablados proletas segui-

dos de mugrientos mocosos, que son incapaces de responder o

incluso de reconocer la cortesa ms bsica y no conciben estar

equivocados en nada. Esta es la gente que se emociona con unasesino despiadado. No tienen valores ni moral y son tan cortos

que no pueden redimirse. Es mejor evitarlos.4

Esta form a de od io de clase se ha con vertido en parte integral

y respetable de la cultura britnica actual. Est pre sente en los

peridicos, telecom edias, pelculas, foros de internet, redes socia -

les y conversaciones cotidianas. En el cora zn del fen m eno chav

hay un intento de ocultar la realidad de la mayora de la clase

trabajadora. Ahora somo s de clase media, reza el m antra gen e-

ralizado, todos excepto unos poc os irresponsables y recalcitrantes

flecos de la vieja clase obrera. Sim on Heffer, uno de los periodistas

conservadores ms prominentes del pas, es un firme defensor de

esta teora y a menudo ha afirmado que lo que se conoca como

respetable clase trabajadora casi se ha extinguido. Lo que los

socilogos daban en llamar la clase trabajadora ahora no sueletrabajar en absoluto, sino que vive del Estado de bienestar.5 Ha

dado paso a lo que l llama una subclase salvaje.

Cuando le pregunt qu quera decir con eso, replic: La res-

petable dase trabajadora se ha extinguid o en gran parte po r causas

justificadas, porque tena aspiraciones y porque la sociedad an

provea los medios para aspirar. Haban ascendido en la escala

social porque han ido a la universidad, han conse guido trabajo en

4 Dom inic SandBrook, A perfect folk hero for our times: Moat's popularity re-

flects society's warped values, en la web delDaily Mail(http://www.dailymail.co.uk/).

5 Simon Heffer, We pay to have an underclass,Daily Telegraph, 29de agosto 2007.
http://www.dailymail.co.uk/http://www.dailymail.co.uk/



oficios o profesiones adm inistrativas y se han vu elto de clase m e-

dia. Una pregu nta interesante es dnd e encajan en todo esto los

millones de personas que seguan en ocu pacion es manuales o la

mayora de los que no haban ido a la universidad. No obstante,

segn Heffer, en realidad hay dos grupos principales en la socie-

dad britnica: Ya no existen familias que vivan en condiciones

humildes y respetables generacin tras generacin. O se convier-

ten en clientes del Estado de bienestar y pasan a engrosar la sub-

clase, o se vuelven de clase media.

Este es el modelo social visto a travs de los ojos de Heffer.

Gente agradable de clase media p or un lado y un irredimible de-tritus po r el otro (la subclase que representa la parte de la dase

trabajadora sin ambicin ni aspiraciones), sin nada entremedias.

Esto no g uarda ningu na relacin con cm o est estructurada real-

mente la sociedad, pero por qu habra de hacerlo? Despus de

todo los periodistas que escriben esto tienen poco contacto, si

tienen alguno, con la gente que desprecian. Heffer es un tpico

exponente de clase media, vive en el campo y lleva a sus hijos a

Eton. En un momento dado admite no saber mucho de la sub-clase, algo que no le ha im pedid o fustigarlos repetidamente.

Los hay que defiend en el uso de la palabra chavy afirman que,

en realidad, la clase trabajadora n o est dem onizada en absoluto;

chav se usa simplemente para designar a gamberros antisociales

y a pandilleros. Esto es cuestionable. Para em pezar, las vctim as

son exclusivamente de dase trabajadora. Cuando chav apareci

por primera vez en el diccionario Collins de ingls, se definicomo joven de dase trabajadora que se viste con ropa deportiva

e informal. D esde enton ces su significado se ha ampliado de for -

ma reveladora. Un m ito urbano lo convierte en acrnimo de vio-

lento que vive en casas municipales.6Muchos lo emplean para

m ostrar su aversin a la gente de clase trabajadora que ha abraza-

do el consumismo solo para gastar su dinero de manera supues-

tamente basta y chabacana, en vez de co n la discreta elegancia de

la burguesa. Figuras procedentes de la clase trabajadora como

6 En ingls, Council House Violent. (N. del T.)



David Beckham, W ayne Roon ey o Ch eryl C o le, por ejemplo, son

parodiados habitualmente co m o chavs.

Ante todo, el trm ino chavengloba actualmente cualquier rasgo

negativo asociado a la gente de clase trabajadora violencia, vagan-

cia, embarazos en adolescentes, racismo, alcoholism o y dems .

Co m o escribi la periodista del GuardianZo e W illiams: chavpue-

de haber atrado el inters popular por parecer que expresaba algo

original no solo escoria, amigos, sino escoria vestida de Burbe

rry >pero ahora cubre una base tan amplia que se ha convertido en

sinnimo de proleta o de cualquier palabra que signifique pobre

y por lo tanto despreciable.7Hasta Christopher Howse, em inentecolumnista del conservador Daily Telegraph, objetaba que mucha

gente usa chav como cortina de humo para encubrir su odio a las

clases bajas... Llamar chavs a la gente no es mejor que cuando los

chicos de colegios privados llaman palurdos a los de pueblo.8

Los chavs a menudo son tratados como sinnimos de clase

trabajadora blanca. La temporada del 2008 de White (blancos)

de la BBC, una serie de programas dedicados a la misma clase, fue

un e jemplo clsico, al retratar a sus miem bros co m o retrgrados,

intolerantes y obsesionados con la raza. De hecho, mientras que

la clase trabajadora se convirti en un concepto tab en el pe-

riodo posterior al thatcherismo, de la clase blanca trabajadora

se hablaba cada vez ms a com ienzos del siglo x x i.

Porque clase haba sido durante mucho tiempo una palabra

prohibida en la vida poltica, y las nicas desigualdades debatidas

por polticos y medios de com unicac in eran las raciales. La daseblanca tr abaja dora se haba convertid o en otra m inora tn ic a

marginada, y eso supona que todas sus preocupaciones se enten-

dan nicamente a travs del prisma de la raza. Se empez a pre-

sentar com o una tribu perdida en el lado equivocado de la Historia,

desorientada po r el multiculturalismo y obsesionada con defender

su identidad de los estragos de la inmigracin en masa. El nacimien-

to de la idea de una clase trabajadora blanca foment un nuevo

7 Zo e Williams, The chavs and the chavnots, Guardian,16 de julio 2008.

8 Christopher Howse, Calling people chavs is criminal,Daily Telegraph, 17 dejulio 2008.



fanatismo progresista. Estaba bien odiar a los blancos de clase traba-

jadora porque ellos mismos eran un hatajo de racistas intolerantes.

Una justificacin del trmino chavseala que los propios chavs

lo utilizan, as que, cul es el problema?. Tienen un argumento:

algunos jvenes de clase trabajadora han adoptado la palabra

como un rasgo de identidad cultural. Pero el significado de una

palabra a menudo depende de quin la emplee. En boca de un

heterosexual, marica es clara y profundamente homofbico;

pero algunos gays se lo han apropiado orgullosamente como sea

de identidad. De forma similar, aunque paki es uno de los tr-

minos racistas ms insultantes que puede usar un blanco en In-glaterra, algunos jvenes asiticos lo em plean co m o un trm ino

carioso hacia los suyos. En 2010 una polm ica en la que anduvo

implicada la con trovertida locutora derechista estadounidense

Laura Schlessinger ilustr grficamente esta cuestin. Tras em-

plear once veces la palabra negrata en antena durante una co n-

versacin con un oyente afroamerica no, trat de defenderse con

el argumento de que los cmicos y actores negros la utilizan.

En todos los casos, el significado de la palabra depende del

hablante. En boca de alguien de clase media, chavse convierte en

un trmino de puro desprecio de clase. Liam Cranley, hijo de un

operario de fbrica que creci en un a com unidad de clase traba-

jadora del rea metropolitana de Manchester, m e describe su re ac-

cin cuando alguien de dase media utiliza la palabra: Ests ha-

bla ndo de m i fam ilia : ests hablando de m i herm ano, de m i

madre, de m is amigos.Este libro analizar cmo el odio a los chavs no es ni mucho

menos un fenm eno aislado. En parte es produ cto de una socie-

dad con profundas desigualdades. En mi opinin, uno de los

efectos clave de una m ayor desigualdad es avivar sentimientos de

superioridad e inferiorida d en la sociedad, dice Richard Wilkin

son, coautor del pionero Desigualdad. Un anlisis de la (in)fe lic i-

dad colectiva,9un libro que dem uestra eficazmente el vnculo entre

desigualdad y toda una gam a de problem as sociales. Y, de hecho, la

desigualdad es ho y mucho mayor que en casi toda nuestra historia.

9 Publicado en castellano po r la editorial Turner (Madrid, 2009). (N. del T.)



Una desigualdad generalizada es algo extremadamente reciente

para casi tod o el mund o, sostiene el profesor de geografa hu m a-

na y experto en desigualdad Danny Dorling.

Dem onizar a los de abajo ha sido un m edio conveniente de jus-

tificar una sociedad desigual a lo largo de los siglos. Despus de

todo, en abstracto parece irracional que por nacer en un sitio u otro

unos asciendan mientras otros se quedan atrapados en el fondo.

Pero qu ocurre si uno est arriba porque se lo merece? Y si los de

abajo estn ah por falta de habilidad, talento o determinacin?

Pero el asunto va ms all de la desigualdad. En la raz de la

dem oniza cin de la gente trabajadora est el legado de una autn-tica lucha de clases britnica. El ascenso al poder de Margaret

Thatcher en 1979 marc el com ienzo de u n asalto total a los pilares

de la clase trabajadora britnica. Sus instituciones, como los sin-

dicatos y las viviendas de proteccin oficial, fueron desmantela-

das; se liquid aron sus industrias, de las man ufacturas a la m inera;

sus comun idades quedaron, en algunos casos, destrozadas y nu n-

ca ms se recuperaron; y sus valores, como la solidaridad y la

aspiracin colectiva, fueron barridos en aras de un frreo indivi-

dualismo. D espojada de su pod er y ya no vista com o una orgullo

sa identidad, la clase trabajadora fue cada vez ms ridiculizada,

menospreciada y utilizada como chivo expiatorio. Estas ideas se

han impuesto, en parte, po r la expulsin de la gente de case tra-

b a ja d o ra d el m u n d o de la p o lt ic a y los m e d io s de

comunicacin.

Los polticos, especialmente los del Partido Laborista, antigua-mente hablaban de mejorar las condiciones de la clase obrera.

Pero el consenso actual solo gira en torno a escapar de la clase

trabajadora. Los discursos de los polticos estn salpicados de pro-

mesas para ampliar la clase media. La aspiracin se ha redefi

nido hasta significar enriquecimiento personal: trepar por la es-

cala social y convertirse en clase media. Problemas sociales com o

la pobreza y el desempleo en otro tiempo eran considerados in-

justicia s derivadas de fallos internos del capitalism o que, com omnim o, deban abordarse. Pero hoy se han emp ezado a con side-

rar consecuencias del comportamiento personal, de defectos in-

dividuales e incluso de una eleccin.



La difcil situacin de algunas personas de clase trabajadora

se presenta comnmente como una falta de ambicin por su

parte. Se achaca a sus caractersticas individu ales, ms que a una

sociedad profundam ente desigual organizada en favor de los pri-

vile gia dos. En su fo rm a extrem a, esto ha llevado in clu so a un

nuevo darwinismo social. Segn el psiquiatra evolutivo Bruce

Charlton, los pobres tienen un coeficiente de inteligencia ms

ba jo que el de gente ms adinerada... y esto significa que un por-

centaje mucho menor de gente de clase trabajadora que de clase

profesional pod r cu m plir los requisitos norm ales para entrar en

las universidade s m s selectivas .10La caricatura chav lleva camino de situarse en el centro de

la vida p oltica b ritnica en los aos venidero s. Tras las elecc io-

nes generales de 2010, un G obiern o co nservad or dom inado por

millonarios asumi el poder con un agresivo programa de re-

cortes sin parang n desde p rincipios de los aos veinte. La cri-

sis econmica global iniciada en 2007 bien pudo haber sido

desencadenada p or la cod icia e incomp etencia de una prspera

lite bancaria, pero era y es la clase trabajadora la que su-

puestamente deba pagar por ello. Pero cualquier intento de

destruir el Estado de bienestar est sembrado de dificultades

polticas, y por eso el Gobierno recurri rpidamente a culpar

a sus usuarios.

Vase el caso de Jeremy Hunt, un destacado m in istro conser-

vador con una fo rtu na estim ada de 4,1 m illones de libras. Para

justificar la supresin de las pre staciones sociales, argument quelos beneficiarios de larga duracin deberan responsabilizarse

del nm ero de hijos que tenan, y que el Estado ya no financiara

familias num erosas desempleadas. E n realidad, solo el 3,4% de las

familias con prestaciones de larga duracin tienen cuatro o ms

hijos. Pero Hunt explotaba el viejo prejuicio de que los de abajo

procrean sin control, al tiem po que invocaba la caricatura sensa

cionaiista de la desaliada madre soltera que exprime el sistema

de prestaciones teniendo m uchos hijos. El propsito estaba claro:

10 Emily Pykett, Working classes are less intelligent, says evolution expert,

Scotsman,22 de mayo 2008.



ayudar a justificar un ataque ms amplio sobre algunos de los

m iembros ms vulnerables de la clase trabajadora del pas.

El objetivo de este libro es exponer la dem oniz acin de la clase

trabajadora, pero no pretende de m onizar a la clase media. Todossomos prisionero s de nuestra clase, pero eso n o significa que ten-

gamos que ser prisioneros de nuestros prejuicios de clase. Asim is-

mo, no trata de idolatrar o glorificar a la clase trabajadora. Lo que

propone es mostrar algunas realidades de la mayora de la clase

trabajadora que se han oc ultado en favor de la caricatura chav.

Ante to do, este libro no est sim ple m ente pidiendo un cam -

bio de m entalidad en la gente . El p reju icio de cla se es parte

integrante de una sociedad profun dam ente d ividida por la cla-

se. En ltima instancia no es el prejuicio lo que debemos afron-

tar, sino la fuente de la que nace.



El extraocaso de Shannon

Matthews

01

Toda persona de clase media tiene un prejuicio

de clase latente que se despierta con cualquier cosa...

La idea de que la clase trabajadora ha sido

absurdamente mimada y completamente desmoralizada

por subsidios, pensiones, educacin gratuita, etc. [...]

an goza de gran predicamento; nicamente se

ha visto algo sacudida, tal vez, por el recientereconocimiento de que el desempleo existe.

G e or g e O r w e l l, El camino a Wigan Pier



P o r q u la v id a de un a n i a im p orta m s q ue la de otra?

Aparentemente, las desapariciones de Madeleine M cCann

en mayo de 2007 y la de Shannon Matthews en febrero de 2008

guardan sem ejanzas asombrosas. Am bas vctimas eran nias in -

defensas. Ambas desaparecieron sin dejar rastro: Madeleine de su

dormitorio mientras dorma y Shannon cuando volva a casa de

clase de natacin. A m bos casos incluyeron lacrimo sos llamam ien-

tos de m adres devastadas que apretaban los juguetes favoritos desus amadas hijas e imploraban que regresaran sanas y salvas. Es

cierto que mientras Madeleine desapareci en un complejo hote-

lero para gente bien en el Algarve portugus, Shannon lo hizo en

las calles de Dewsbury, al este de Yorkshire. Adems, en ambos

casos el pblico se vio frente a la misma incomparable angustia

de una madre que ha perdido a su hija.

Pero ms de nueve meses y algunos cientos de millas separa-

ban ambos casos. Pasados quin ce das, los periodista s britnicos

haban escrito 1.148 historias sobre Ma deleine M cC ann. Se haba

ofrecido la friolera de 2,6 millones de libras com o recom pensa por

devolverla a sus padres. Entre los donantes ms d estacados figu-

raban los peridicos News o f the Worldy The Sun, sir Richard

Branson, Simon Cowell y J. K. Rowling. La nia desaparecida

pronto se convirti en un nombre familiar.

La desap aricin de M adeleine no fue el tpico circo m editico.El caso se convirti en un traum a nacional. C om o una especie de

macabro programa de telerrealidad, cada pequeo detalle era

transmitido a los salones de un sobrecogido pblico britnico. Los

2



2

canales de noticias enviaron a sus presentadores ms famosos a

informar en vivo desde el Algarve. Se colgaron carteles con pri-

meros planos de su caracterstico ojo derecho en los escaparates

de las tiendas de tod o el pas, com o si por a lguna razn la descon-certada nia de tres aos fuera a ser hallada vagan do p or las calles

de Dun dee o Ab erystwyth. Algu no s diputados se pusieron cintas

amarillas en solidaridad. Com paas mu ltinacionales colgaron los

mensajes de ayuda a encontrar a Madeleine en sus sitios web.

El resultado fue algo parecid o a una histeria m asiva.

Qu contraste con la lastimosa respuesta a la desaparicin de

Shannon Matthew. A l cabo de dos semanas, el caso haba recibido

un tercio de la cobertura m editica otorgada a M cC an n en el m is-

mo periodo. No hubo ninguna unidad destacada en Dewsbury,

ni polticos con cintas de colores, ni mensajes de ayuda a enc on -

trar a Shannon parpadeando en las webs de las empresas. Se

haba ofrecido p or encontrarla la relativamente m sera sum a de

25.500 (aunque ms tarde subi a 50.000), casi toda aportada

por elSun. Si hubiera que guiarse por el dinero, la vida de M ade -

leine M cCa nn se haba considerado cincuenta veces ms valiosaque la de Shannon Matthews.

Por qu Madeleine? A lgun os comentaristas fueron so rpren-

dentemente honestos sobre por qu, de todas las injusticias en

el mundo, la tragedia de esta pequea fue la que provoc tal

angustia. Este tipo de cosas no suele ocu rrir a gente com o n o -

sotros, se lamentaba Allison Pearson en el Daily M ail .11 A lo

que Pe arson se refera con gente com o ella era a gente de confor-

tables entornos de clase media. Secuestros, apualamientos, ase-sinatos; esas son cosas que casi esperas que ocu rran a los que v i-

ven en Peckham o Glasgow. Este tipo de tragedia no era de esperar

que ocu rriera a personas que podas encontrarte haciendo la com -

pra sem anal en W aitrose.

La angustia de Pearson ante la desgracia de Madeleine fue

igualada nicamente por su falta de compasin en el caso de

Shannon Matthews. Y fue por la misma razn: el entorno de la

11 Citado por Peter Wilby, The nurserytale treatment of a reatlife nightmare,Guardian, 14 de mayo 2007.

26



pequea. Incluso cuan do la polica estaba perdien do la esperanza

de encontrar a Shannon con vida, Allison Pearson se entreg a

una engreda invectiva sobre sus circunstancias familiares. C om o

muchos de los nios de hoy, Shannon Matthews ya era una vcti-ma de un situacin domstica catica, causada por los padres a

sus hijos inocentes, mucho antes de que desapareciera en la fra

noc he de febrero.12Fue la nica in cursin de Pearson en el caso.

Pero cuan do los M cCa nn entraron en la lnea de fuego po r haber

dejado a su pequea sola en el apartotel del que Madeleine fue

raptada, ella fue uno de sus ms firmes defensores. Lo cierto es

que los M cC an n n o fueron negligentes, dijo con d ecisin. N in-

guno de nosotros debera atreverse a juzgarlos, porque ellos se

ju zgarn terriblemente durante el resto de sus vidas.13

La solidaridad de la clase media fue compartida por India

Knight en el ms distinguido Times. El com plejo h otelero al que

fueron los M cCa nn pertenece al grupo turstico de M ark Warner,

especializado en ofrecer vacaciones p ara toda la familia a las cla-

ses medias, confes. Lo bueno de un centro as era que estaban

poblados por tipos reconocibles y que en ellos podas suspiraraliviado y pensar Todos son com o nosotros. No eran lugares en

los que esperaras encontrar el tipo de gente qu e pega a sus llo-

rosos hijos en Sain sbury s.14 Estas son confesione s reveladoras.

El sincero do lor de estos colum nistas no se deba simplem ente al

secuestro de una pequea. Estaban afligidos, bsicamente, porque

era de clase media.

Es fcil com prender po r qu la familia M cCa nn resultaba tan

atractiva a los period istas de clase media. L os padres eran p rofe-

sionales de la medicina de un elegante barrio residencial a las

afueras de Leicestershire, Iban regularmente a misa. Como pareja

eran fotognicos, iban bien arreglados y rebosaban salud. Foto-

grafiados cuidando amorosamente de sus bebs gemelos, repre-

sentaban un retrato casi idealizado de la vida familiar de clase

12 Alliso n Pearson, Poor Shannon was already a lost child,Daily Mail, 27 defebrero 2008.

13 Alliso n Pearson, 98 words that broke m y heart,Daily Mail,9 de mayo 2007.14 India Knight, Every mo ther's nightmare, The Times,6 de mayo 2007.



media. La empatia por su desgracia lleg espontneam ente al co -

razn de gente com o Allison Pearson e India Knight, porque las

vid as de los M cCann eran parecidas a las suyas.

El contraste con la familia Matthews no poda haber sido mayor.Shannon creci en un barrio empobrecido de una vieja ciudad in-

dustrial del Norte. Su madre, Karen, tuvo siete hijos de relaciones con

cinco hombres diferentes. N o trabajaba, mientras que su compaero,

Craig Meehan, era pescadero en un supermercado. La seora

Matthews apareci ante el mundo mal vestida, con el pelo echado

hacia atrs, el rostro adusto, sin maquillaje y aparentando m ucho ms

de treinta y dos aos. Un e ncorvado seor Meehan p erm anec a de

pie junto a ella vestido con gorra de bisbol, sud adera y pantaln

de chndal. Definitivamente no eran gente como nosotros.

El caso simplemente no poda provocar la misma respuesta

entre periodistas predominantemente de clase media, Y as fue.

Roy Greenslade, antiguo redactor del Daily Mirror,n o tena dudas

sobre la escasa cobertura meditica: Dominndolo todo est la

clase social,15Esto era injusto? Sera difcil explicar p or qu otro

motivo, aun en la prim era semana de la desaparicin de Matthews,los peridicos seguan optando por sacar en primera plana que

alguien poda haber visto a Madeleine nueve meses despus de

que hu biera desaparecido.

El entorno de Shannon estaba mu y lejos de la experiencia de los

periodistas que cubran ese tipo de historias. No hace falta caer en

la chchara psicolgica para com prender po r qu los que escriben

y presentan las noticia s estaban tan obsesionados con Maddie

mientras desplegaban escaso inters por una nia desaparecida en

una barriada del norte. D ewsbu ry Mo or no es ning n paraso de

los cond ados londinenses ni tamp oco un com plejo turstico po r-

tugus, com ent un periodista del Times, en un intento de expli-

car po r qu Shan non no suscitaba ningn frenes m editico. Est

al norte, es una som bra m ezcla de bloqu es de viviendas protegida

con enlucido granuloso y pramos abandonados, y est poblado

por gente capaz de confirmar los peores estereotipos y prejuicios

15 Roy Greenslade, Why is missing Shannon not getting the same coverage as

Madeleine?, Guardian,5 de marzo 2008.



de la subclase blanca. D ifcilmen te pud o pasar po r alto el sufri-

miento de algunos vecinos, pero le pareci que otros solo pare-

can dispuestos a tratar el drama de un a nia desaparecida com o

una especie de jueg o excitante que ha aliviado la m onoton a de lavida en el um bra l de la pobre za.16

Comentarios as abren una ventana a las mentes de los educa-

dos gacetilleros de case media. Han dad o co n u n territorio extra-

o y desconocido. Despus de todo, no conocan a nadie que hu-

biera crecido en esas condic io nes. No es sorprendente que les

resultara difcil identificarse con ellos. Sospecho que, en general,

muchos periodistas nacionales, la gente que habr subido al nortepara cubrir la noticia, habrn entrado en un mundo nuevo, dice

el con ocido periodista delMirrorKevin Maguire. Les habr pare-

cido tan extico com o Kandahar o Tombuct. Simplemente no sa-

ban que Gran Bretaa... Porque esa no es su Gran Bretaa, no se

parece en nada al lugar donde viven y del que vienen.

Esta no es una especulacin sin fundamento. Hasta el perio-

dista ocasional lo confes. M elanie Reid arguy apasionadamente

en el Times que nosotros, las tranquilas clases medias, simple-mente no entiend en el caso porque estamos tan lejos de ese tipo

de pobreza co m o de lo que ocurre en Afganistn. Porque la vida

entre la clase trabajadora blanca de Dewsbury parece un pas

extranjero.17

Los vecinos de clase trabajadora de Dew sbury M oor sin duda

eran dolorosam ente conscientes de las razones que estaban detrs

de la falta de inters por Shannon Matthews. Saban que m uchos

periodistas solo sienten desprecio po r comu nidades com o la suya.

Escucha, no estamos borrachos com o cubas ni vam os colocados

todo el tiempo, com o ellos asocian con las viviendas de proteccin

oficial, repren di enojada a los periodistas la lder de la com un i-

dad local, Julie Bushby. El noventa por ciento de nosotros trab a-

ja. Hemos dado din ero de nuestro bolsil lo para esto. Conscie nte

16 Andrew Norfolk, Poor little Shannon Matthews. Too p oor for us to care that

she is lost?, The Times, 1de marzo 2008.

17 Melanie Reid, Shannon Matthews is the new face o f poverty, The Times, 17

de marzo 2008.



de la diferente respuesta a la desaparicin de la nia que cario-

samente haba empezado a ser conocida simplemente como

Maddie, aadi: Dos nias han desaparecido, eso es lo impor-

tante. Todo el mundo siente lo mismo cuando eso ocurre: ricospobres, da igual. Buen a suerte para Kate McC ann. Buscam os a las

nias no? N o a sus m adres.18

Pero, com o al final se demostr, haba u na gran diferencia en-

tre los dos casos. A diferencia de Madeleine McCann, Shannon

fue hallada con vida en marzo de 2008. Haba sido secuestrada,

atada con una cuerda a una viga del techo, escondida en un a cama

turca y drogada para man tenerla callada. Hasta donde el pblico

saba en ese m om ento, un pariente lejano la haba raptado. Pasa-

ron semanas hasta que la verdad era historia sali a la luz. Pero no

se afilaron los cuch illos contra el supuesto secuestrador, un exc n-

trico solitario que era to del compaero de Karen Matthews. En

la lnea de fuego estaban Karen Matthews y, lo que es ms im por-

tante, la clase de la que ella fue tomada como representante.

Con Shannon sana y salva, ya no se consider de mal gusto

arremeter abiertamente contra su comunidad. El asunto se con-virti en un til caso de estudio de la in dulgencia britnica con

una dase amoral. Su entorno, un escenario que contiene la cara

horrible, descorazonadora e indisciplinada de Gran Bretaa, de-

bera leerse com o una lecci n de fracaso, escribi un columnista

en elBirmingham M a ilKaren M atthews, de 32 aos aunque apa-

renta 60, pelo suelto que cae sobre un rostro grasiento, es prod uc -

to de una socied ad que prem ia la irresponsab ilidad.19

Aqu haba una oportunid ad para apuntarse nuevos tantos pol-

ticos. Melanie Phillips es una de los ms famosos rbitros morales

(como ellos mismos se proclaman) y una agresiva defensora de lo

que ella considera valores tradicionales. Para ella, el caso de Shannon

Matthews fue un regalo que confirmaba lo que haba estado dicien-

do todo el tiempo. Das despus de que encontraran a la pequea,

18 Co le Moreton, Missing; The contrasting searches for Shannon and Madelei-

ne,Independent on Sunday, 2 de marzo 2008.

19 Maureen Messent, Home's no place for shy Shannon,Birmingham Evening

Mail,28 de marzo 2008.

30



Phillips sostuvo que el asunto ayudaba a revelar la existencia de

una subclase que constituye un mundo aparte respecto a las vidas

que llevamos la mayora de nosotros y a las actitudes y convencio-

nes sociales que casi todos nosotros dam os por supuestas. En unadiatriba histrica, la escritora aleg que haba comunidades ente-

ras don de los padres responsables son tan escasos que el nio que

tenga un o corre el riesgo de sufrir acoso, y donde hay chicos que

prean a dos, tres o cuatro chicas sin pensrselo.20No se aportaba

ninguna prueba que respaldara estas alegaciones.

En una atmsfera cada vez ms enrarecida, algunos de los pre-

ju ic ios ms extremos empezaron a aflorar. En un debate sobre el

caso celebrado en marzo de 2008, John Ward, concejal conserva-

dor en Kent, sugiri qu e hay cada vez ms razones para la esteri-

lizacin obligatoria de todos aquellos que tengan un segundo hijo

o tercero, etc. mientras cobran prestaciones sociales. Cuando

fue interpelado, Ward se mantuvo en sus trece defendiendo la es-

terilizacin de gorrones profesionales que, deca, procrean

para cobrar.21Les suena? Al con cejal del Partido L aborista local

s, al punto de decirm e que se trata de verdadera eugenesia nazi,lo que resulta inaceptable en un a dem ocracia occidental.

Pero este hor ror no fue comp artido p or las docenas de lectores

del Daily M ail que bombardearon el peridico con mensajes en

apoyo del concejal conservador. No veo qu problema h ay en sus

comentarios, escribi uno, que aadi: Procrear en masa NO es

un derecho divino. ;Qu gran idea!, escribi otro de sus admi-

radores. Veremos si los polticos son lo bastante valientes para

adoptarla. Los colaboradores ms prcticos propusieron hacer

una recogida de firmas en su apoyo, mientras otros salieron con la

imaginativa propuesta de rociar toda la privisin de agua con una

droga anticonceptiva y luego ofrecer un antdoto solo a padres

aptos. Seguro que los progres pondrn el grito en el cielo, aa-

di esta perspicaz aportacin. Despus de todo, dependen de los

20 Melanie Phillips, Why Shannon is one more victim of the folly of lifestylechoice, Daily Mail, 17 de marzo 2008.

21 Neil Sears, Calls for Tory councillor to resign after he suggests parents onbenefits should be sterilised after one child, Daily M ail 24de marzo 2008.



chavs desempleados para salir elegidos. Otro expres su total

acuerdo con las propuestas de W ard: El pas se est hund iend o

bajo el peso de estos parsitos.22

Naturalmente, el prejuicio clasista no siempre es tan crudo.Aunque algunos de estos com enta rios suenen desquic iados, in -

dudablemente reflejan un trasfondo de odio en la sociedad brit-

nica. Pero esto solo era la punta del iceberg. Cuando la oscura

verd ad del asu nto Matthews sali a la luz, se abri la veda contra

las comu nidades de clase trabajadora com o D ew sbu ry Moor.

Unas tres semanas despus de que su hija fuera hallada con vida,

Karen Matthews fue detenida espectacularmente. En uno de los

peores delitos que una madre puede cometer, haba secuestrado a

su propia hija de nueve aos para embolsarse el dinero de la recom -

pensa, que po r entonces ascenda a 5o.ooo. C om o si el caso ya no

fuera lo bastante surrealista, C raig M eehan fue acusado de posesin

de pornografa infantil. Quin de vosotros va a ser el siguiente

detenido?, se burlaba la multitud reunida para ver a los amigos y

parientes de Matthews mientras ella compareca ante el tribunal.23

Pero haba mucho ms en el extrao caso de ShannonMatthews que una m adre malhablada que hizo todo lo posible por

usar a su propia hija para ganar dinero. El episodio fue com o u na

bengala que ilum in m omentneamente un m undo de clasismo

y preju icios en la Gra n Bretaa actual.N atura lm en te, la intriga de

los medios de comunicacin estaba ms que justificada por lo

espeluznante del caso y la perversa manera en que Karen Matthews

haba engaad o a la comu nidad , a la polica y a todo el pas. Y sin

embargo, para un sinfn de comentaristas y polticos, este no erani mu cho m enos un caso aislado, protagonizad o por un individuo

depravado que com parta su culpa solo con sus cmplices direc-

tos. El caso parece con firma r m uchos prejuicios sobre la subcla-

s e , reflexion un p erid ico local.24Fue com o si se metiera en el

m ismo saco a todos los que vinieran de un entorno similar.

22 Correo electrnico, Calls for Tory councillor to resign, dailymail.co.uk, 24de marzo 2008.

23 Lucy Thornton, Mocked... but we all stick fogether,Mirror, 10 de abril 2008.

24 Sin firma, A feckless existence,Huddersfield Examiner,5 de diciembre 2008.



Actuando com o jueces, jurados y verdugos de la nacin, la pren-

sa sensacionalista carg contra Dewsbury Moor. Sus habitantes

eran un blanco fcil: despus de todo, tenan el descaro de vivir en

la misma calle que Karen Matthews. El barrio se convirti en unaplantilla para com unidades de clase trabajadora similares a lo largo

y ancho del pas. El barrio es com o un Beirut ms desagradable,

dijo un sesudo titular del Sun.A primera vista, esto puede parecer

de bastante mal gusto. Al fin y al cabo, Beirut era el epicentro de

una guerra civil particularmente espantosa en la que muri cerca

de un milln de personas y que dej gran parte de la ciudad redu-

cida a escombros. Pero al Sunno le faltaban pruebas para su aseve-

racin. Mientras llegaba la prensa, la gente era fotografiada entran-do en las tiendas en pijama hasta medioda... incluso bajo la lluvia.

El barrio es una versin en la vida real deShameless, la exitosa serie

del Canal 4, afirmaba este artculo rico en matices, refirindose al

exitoso programa sobre las caticas vidas de unas pocas familias en

un barrio de viviendas protegidas en Manchester. A pesar de haber

sido juzgadas y condenadas por el Sun,el peridico sorprendente-

mente descubri que las familias locales se niegan a admitirlo.25

Los periodistas tuvieron que ser algo ms que ligeramente se-

lectivos para crear esta caricatura. No mencionaron el hecho de

que cuan do los medios se cansaron de cierta desaliada nia d es-

aparecida en en el Norte, la com unidad local lo haba com pen -

sado organizndose para encontrarla. Montones de voluntarios

haban ido de puerta en puerta con panfletos cada noche durante

su desaparicin, m uchas veces bajo u na lluvia torrencial. H aban

contratado autobuses con el fin de llevar equipos de gente a luga-res tan distantes com o Manche ster para repartir carteles, al tiem -

po que se haban elaborado panfletos multilinges para cub rir el

rea de la numerosa poblacin m usulmana. M uchos de los veci-

nos eran pobres, pero se rascaron los bolsillos para dar algo de lo

poco que tenan para ayudar a encontrar a Shannon.

Personalmente creo, y los concejales locales en conjunto lo

creen fervientemente, que la com unidad ha demostrado una fuer-

za nica, reflexiona el concejal local Khizar Igbal. Todos se

25 Alastair Taylor, Estate is like a nastier Beirut, Sun,9 de abril 2008.



unieron. Todos estaban preocupados por el estado de la nia y

queran verla sana y salva. Estoy muy orgulloso de la fuerza que

ha mostrado la comunidad. Pero este sentimiento de una c om u-

nidad de clase trabajadora m uy cohesionada, con recursos lim i-tados y unida en una causa comn, nun ca form parte de la his-

toria de Shannon Matthews. Simplemente no cuadraba con la

imagen de Shamelessque estaban cultivando los medios.

En ning n lugar de esta cobertura estaba la idea de que alguien

po da tener los m ismos orgenes que Karen Matthews, o vivir en

el mismo barrio, sin ser terriblemente disfuncional. Lo que me

pareci maravilloso fueron algunas de las personas cercanas [a

Karen Matthews], dice el antiguo ministro del Gobierno Frank

Field. Cuando se descubri que ella haba hecho todo aquello,

una de sus amigas dijo que cuando la viera le iba a dar unas bue-

nas bofetadas y luego un abrazo. C reo que, tristemente, lo que la

prensa no ha hecho es responder a cuestiones ms interesantes:

por qu algunos de sus vecinos son padres ejemplares y ella es

una sirvengenza qu e claramente no puede cuidar de s misma, y

mucho m enos de un a hija?Este no era un debate que los medios quisieran tener. Todo lo

contrario. A lgun os periodistas llegaron a sugerir que las personas

que vivan en ese tipo de comunidades de algn modo eran me-

nos que humanos. Vase Carole Malone: una columnista y cola-

boradora televisiva m uy bien pagada que despotrica regularm en te

contra cualquiera que le haya ofendido esa semana. A pesar de ser

rica, se siente cualificada p ara juzg ar a los que viven en un b arrio

de proteccin oficial porque ella antes viv a al lado de uno. Era,

deca, muy parecido a Dewsbury Moor. Estaba lleno de gente

com o Karen M atthews. Gente que nunca ha tenido un em pleo ni

lo ha querido, gente que esperaba que el Estado financiara todos

los hijos ilegtimos que tuviera, por no hablar de su alcoholismo,

adiccione s o tabaquismo. Sus casas parecan pocilgas: cagadas

de perro en el suelo (cranme, las he visto), alfombras ptridas,

pilas de ropa y de platos sucios por todas partes.En caso de que su intento de despojar de humanidad a estas co -

munidades de clase trabajadora fuera dem asiado sutil para el lector,

Malone lo explic detalladamente negro sobre blanco. Matthews,



Meehan y Donovan, declar, pertenecan a esa clase infra(humana)

que existe actualmente en los rincones ms lbregos y oscuros de

este pas. Eran ociosos gorrones sin moral, compasin ni sentido

de la responsabilidad e incapaces de sentir amor o culpa.26SegnMalone, estas com unidades eran sucias, infrahumanas y carentes de

las emociones bsicas. Estaban llenas del tipo de persona que orga-

nizara el secuestro de su propia hija po r dinero, o com o lo defini

escuetamente el Daily Mail la subclase salvaje.27

Imaginen que C arole M alone hubiera estado hablando de ne-

gros, judos o incluso escoceses. Se habra elevado el ms enrgico

grito de protesta, y con razn. La carrera de M alone ha bra term i-

nado y elSunestara enfrentn dose a medidas legalespor publicar

material que incitaba al odio. Pero no hubo protestas ni airadas

peticiones de que la despidieran. Por qu? Porque las com un ida-

des a las que haba atacado se consideraban un blanco legtimo.

Se est desarrollando en este pas una tendencia alarmante a

arremeter contra los menos privilegiados, y no me gusta nada,

alegaba el colum nista del Daily StarJoe Mott en pleno apogeo de

la histeria sobre Karen M atthews. Dejemos de usar esta situacincom o excu sa para da r caa a la clase trabajadora.28La suya era

una vo z en el desierto. En lo que respecta a sus colegas periodistas,

Karen M atthews n o era una excepcin. Gran Bretaa estaba llena

de gente como ella.

Haban creado esa impresin mediante una descarada mani-

pulacin de los hechos. Como ocurre con todas estas cosas,

siempre hay parte de verdad en lo que se dice, pero se extrapola

para llamar la atencin o se exagera para crear una historia mejordesde el punto de vista meditico, dice Jeremy Dear, presidente

del Sindicato N acion al de Periodistas. Era casi com o decir: Qu

esperas de esa gente? Los perid icos haban dirigido el punto de

mira sobre su entorno [de Karen Matthews] y sobre quin es ella:

su dase, ms que ella como individuo.

26 Carole Malone, Force lowlife to work for a living, News o f the World,7 de

diciembre 2008.27 Sin firma, Plea for the victims o f welfare Britain,Daily Mail, 6de diciembre 2008.

28 Joe Mott, Shameless attack on our poor, D aily Star, 13 de abril 2008.



Ante todo, en la cobertura in form ativa subyaca la idea de que

la antigua clase trabajadora haba dad o paso a un residuo d e chavs

irresponsables. Lo que en otro tiempo fue una clase trabajadora

ahora es, en algunos lugares, una subclase, escribi MelanieM cDon agh en elIndependent Lo que esta infeliz parece encarnar

es un declive.29Esto estaba, despus de todo, en el centro de la

caricatura: que todos nosotros somos clase media, excepto los

residuos chavsde una decadente clase trabajadora.

El asunto de Shannon Matthews fue solo un ejemplo parti-

cularmente llamativo de cmo los medios utilizan un caso ais-

lado para reforzar la caricatura chav: irresponsables, salvajes y

dignos de nada. Pero no iba a ser el ltimo, ni mucho menos.

A hora que el baln haba em pezado a rodar, los m edio s se afe-

rraron entusiasmad os a otros casos para con firmar esta imagen

distorsionada.

La noticia en noviembre de 2008 de que un nio pequeo, al

principio solo conocid o c om o Baby P, haba muerto en Londres

a consec uen cia del espantoso m altrato infligido por su madre y el

com paero de esta propo rcion un caso similar. Ms all del gritode protesta p or los fallos sistmicos de las agencias locales de pro -

teccin a la infancia, la atencin de nuevo recay en la gente que

viv a fuera de los confortables confines de la Inglaterra m edia.30

Muchos de ellos habrn tenido madres con hijos de diferentes

padres, sostena Bruce An der son en elSunday Telegraph. En la

sabana africana, los leones m acho que tom an el control de la ma -

nada a men udo se enfurecen y matan a los cachorros engendrados

por sus predecesores. En la jungla londinense, un co m portam ien-

to similar no resulta desconocido.31El horror por Baby P aviv

lo que el asunto de Karen Matthews haba alumbrado a concien-

cia: un intento de deshum anizar a la gente que vive en co m un ida-

des pobres de clase trabajadora.

29 Melanie McD onagh, Shannon Matthews case: Five fathers, one mother and

a muddled family saga, Independent on Sunday,13 de abril 2008.

30 Middle England, la Inglaterra de dase media. Trmino con connotaciones pol-

ticas y sociolgicas cada vez ms asociadas al conservadurismo individualista. (N, del T).

31 Bruce Anderson, The night a grim malaise was hammered home, Sunday

Telegraph,16 de noviembre 2008.



Los pocos periodistas que se abstuvieron de acrecentar an

ms el torrente de bilis tenan razn al quejarse de los ataques

fciles a la clase trabajadora. Esa solo es la mitad de la historia.

Es raro que los medios dirijan su mirada a la clase trabajadora:cuando lo hacen, casi siempre es sobre individuos estrafalarios

como Karen Matthews o Alfie Patten, un chico de trece aos fal-

samente acusado de haber tenido un hijo a principios de 2009.

Los periodistas parecan competir por encontrar la historia ms

truculenta que pudieran hacer pasar por representativa de los res-

tos de la clase trabajadora britnica. Mirarn en el peor barrio

que puedan encontrar, y los peores ejem plos que puedan hallar,

objeta la colu mn ista del GuardianP olly Toynbee. Apuntarn su

cmara hacia la familia ms desempleada y desestructurada po si-

ble y dirn: Esta es la vid a de la clase trabajadora.

Eso no significa pretender que all no hay gente con vidas

profundamente problemticas, incluyendo individuos crueles

que maltratan brbaramente a nios vulnerables. La cuestin es

que es un n mero m uy reducido de personas y en absoluto repre-

sentativo. Se buscan a fanosamente casos estramb ticos com ogente con diez hijos que nunca ha tenido un em pleo y se pre-

sentan com o tpicos, opina el periodista delIndependentJohann

Hari. Hay una exigua proporcin de familias altamente proble-

mticas que viven caticamente y no pueden cuidar de sus hijos

porque nadie les cuid a ellos. El nmero se infla enormemente

para presentarlas como paradigmticas de la gente de entornos

pobres.

La manipulacin meditica del caso de Shannon Matthews no

fue en s misma la parte ms preocupante de la historia. Los po-

lticos reconocen una buena oportunidad en cuanto la ven, y se

subieron al carro rpidamente. La utilizacin por parte de los pe-

riodistas del caso Matthews para caricaturizar los supuestos resi-

duos de la clase trabajadora britnica servan a un fin poltico til.

Tanto la jefatura del Nuevo Partido Laborista como la del Partido

Conservador estaban decididas a recortar radicalmente el nmerode beneficiarios de prestaciones. Los medios haban contribuido a

crear la imagen de reas de dase trabajadora que degeneraban en

comunidades completamente desempleadas y llenas de individuos



irresponsables, vagos, amorales, sucios, pervertidos e incluso ani

malescos. rgan os conservadores com o elDaily M ailhaban uti-

lizado el hecho de que Karen Matthews no tuviera trabajo como

una razn para atacar el Estado de bienestar (lo que tiene bastantegracia vinien do de un p eridico que es un ferviente defensor de

las m adres en casa).32

La ocasin era perfecta para polticos d ecididos a dar un pun -

tapi al Estado de bienestar. El exlder conservador Iain Duncan

Smith, encargado de debatir la poltica social de los toriesy fun-

dador del curiosam ente m al llamado C entro para la Justicia So-

cial, afirm que, con las revelaciones de la saga Matthews, era

como si se hubiera entreabierto una puerta a otro mundo y el

resto de Gran Bretaa pudiera curiosear den tro.33 Se dira que

millones de personas recorran los barrios de proteccin oficial

secuestrando a sus hijos en un enloquecido intento de sacar tajada

a expensas de la prensa sensacionalista. Fue contra este teln de

fondo contra el que el Cen tro propuso que los aproximadamente

diez millones de inquilinos de viviendas de proteccin oficial en

Gran Bretaa fueran recom pensados po r buen comp ortamientocon una participacin en la propieda d de su casa. Esto ayudara

a acabar con los guetos de los barrios de proteccin oficial en

Gran Bretaa.34Recom pensados por buen comportamiento. Es el

tipo de lenguaje empleado cuando se trata con presos, nios o

mascotas. Una eno rm e porcin de la poblacin britnica toda

ella de dase trabajadora se vea implicada de un plumazo en la

actuacin de Karen Matthews.

Karen M atthews se haba conve rtido en un co nveniente puntal

poltico para los conservadores. El propio lder tory, Dav id Came

ron, utiliz el asunto para exigir un a drstica revisin del Estado

32 Hay numerosos ejemplos en los que elDaily Mailensalza a las madres que se

quedan en casa. Vase por ejemplo Steve Doughty, Children perform better if mother

stays at home,Daily M ail 9de junio 2006; Daniel Martin, Betrayal ofstayathome

mothers: Millions lose state pensions after Government Uturn, Daily M ail 20dediciembre 2007; Steve Doughty, Superwoman is a myth say modern women becau

se "family life suffers with working mums", Daily M ail 6de agosto 2008.

33 Centro para la Justicia Social, centreforsocialjustice.org.uk, 2 de diciembre 2008.

34 lbd.



de bienestar. El veredicto de la semana pasada sobre Karen

Matthews y su vil cmp lice es tambin un veredicto sobre nuestra

sociedad rota, sostuvo en el Daily M a il Ojal fuera solo una

historia aislada. Como parte de las reformas ofrecidas en res-puesta, Cameron prometi acabar con la cultura de que todo es

gratis. Si no se acepta una oferta razonable de trabajo, se perdern

las prestaciones. N o hay pero que valga.35H elo de nuev o ah: un

vn culo entre Karen Matthews y grupos m ucho ms amplios de

la clase trabajadora. Era una tctica poltica inteligente. Si se in-

duca a la m ayora del pblico b ritnico a creer que la gente de su

entorno era capaz del mismo comportamiento monstruoso, era

ms probable que apoyaran las polticas dirigidas contra ellos.

Las propuestas conservadoras contemplaban investigar las vi-

das privadas de los parados de larga duracin. El portavoz con-

servador en m ateria de trabajo y pensiones C hris G rayling justi-

fic los planes argumentando que, aunque el de Matthews era un

horrendo caso extremo..., desvela un tipo de vida en algunos de

nuestros barrios ms deprimidos, de familias enteras que no han

hecho nada prod uctivo durante generaciones. Es un m undo quede verdad tiene que cambiar.36

D e creer a estos polticos de alto rango, Karen M atthews haba

demostrado que haba un gran estrato de gente por debajo de la

sociedad de clase media cuy os corruptos estilos de vida eran real-

mente subsidiados por el Estado de bienestar. Achacar esto al

Estado de bienestar es simplente estrambtico, co m enta Johann

Hari. Es una inversin del argumen to em pleado c ontra el Estado

de bienestar a finales del siglo x ix de que los pobres eran inh eren-

te y moralmente indigentes y fraudulentos, por lo que no tena

sentido darles ningun a ayuda.

Obviam ente, es absurdo afirmar que una persona crnicam en-

te disfuncional como Karen Matthews era representativa de la

gente de clase trabajadora que cobra prestaciones o vive en viv ien -

das protegidas, y m ucho me nos de com unidad es ms amplias. Los

35 David Cameron, There are 5 million people on benefits in Britain. How do

we stop them turning into Karen Matthews?, Daily Mail, 8 de diciembre 2008.

36 Gaby Hinsliff, Tories to probe longterm jobless, Observer, 7 de diciembre 2008.



polticos que afirmaban que s lo era olvidaron mencionar el ho-

rror que sinti la com un idad p or la desaparicin de su hija, ycon

qu determinacin se unieron para encontrarla.

Tanto los periodistas co m o los po lticos han utilizado los actoscensurables de una mu jer para dem oniza r a la clase trabajadora.

Pero por qu consideraron el caso com o un ejemplo de cm o era

la vida para muchas comunidades fuera del mundo de la clase

media? Afirmaron que todo el asunto era una reveladora instan-

tnea de la sociedad britnica: y, en cierto modo, tenan razn.

Pero el caso deca m ucho ms de quienes lo cubran que de aqu e-

llos a los que apuntaban.

Imagina que eres un periodista de clase media. Creces en una

bonita ciu dad o en un barr io re sidencial de clase media. Vas a un

colegio privado, haces amistad con gente del mismo entorno y

terminas en una buena un iversidad con un alumn ado abrum ado-

ramente de clase media. Cu an do finalmente consigues trabajo enlos medios de comu nicacin, de nuevo te ves rodeado p or perso-

nas forjadas ms o m enos en las mismas circunstancias. C m o

vas a tener la ms m nim a idea de la gente que vive en sitios

como Dewsbury Moor?

Kevin Maguire, del Mirror, no tiene ninguna duda de que el

origen de los periodistas tiene no poco que ver con cmo infor-

man sobre comunidades como Dewsbury Moor. Me parece de

pura lgica. N o te identificars, comp adecers ni entenders a esta

gente, y puede que solo te cruces con ellos cuando te sirven un

caf o te limpian la casa. Existe un divorcio creciente entre las

vidas de los periodistas y las del resto de nosotros. No me im a-

gino a un director de un peridico nacional con hijos en edad

escolar que los Heve a un colegio pblico, reflexiona. Adems,

casi todos los periodistas en esos niveles cuentan con un seguro

mdico privado. As que es como si te retiraran de la vidacotidiana.

Kevin M aguire forma parte de un pu ado de eminentes perio-

distas de origen obrero. Cuesta en contrar a alguien que escriba o



presente las noticias y que haya crecido en algn lugar remota-

mente parecido al barrio de Dewsbury Moor. Ms de la mitad de

los cien periodistas ms influyentes se educaron en un colegio

privado, un a cifra que es incluso m ayor que hace dos dcadas. Enmarcado contraste, solo uno de cada catorce nios en Gran Bre-

taa com parte este origen,37

Ms que cu alquier otra cosa, es esta igno rancia de la vida de la

clase trabajadora lo que explica cmo Karen Matthews lleg a

convertirse en un exponente de la gente que vive en com unidad es

de clase trabajadora. Quiz porque todos somos de clase media

expresamos nuestra indignacin ante la trgica transicin de la

dase trabajadora con aspiraciones a la subclase irresponsable y

salvaje, y nos burlam os de los sebosos descerebrados que se pasan

el da en sofs de cuero sinttico frente a televisores de plasma

rum iando el program a de Jeremy Kyle,38especulaba la com enta-

rista Christina Patterson. Tambin tenemos un palabra para

ellos: chavs.39

Un efecto de esto es la creencia de que la socieda d ha em peza -

do a estar dominada por una amplia clase media, cada vez mssujeta a jerarqu as internas adicionales, con el resto consistente en

una dase trabajadora que ha degenerado en la caricatura chav.

Johann Hari a men udo preguntaba a otros periodistas cul crean

que era la renta media en Gran Bretaa. La respuesta siempre es-

taba notablem ente p or debajo de la cifra real. Un redactor jefe la

estimaba en 80.0oo. Esta absurda cifra es casi cuatro veces ms

alta que la suma verdadera de 21.000. Obviamente, si nunca

sales de la Zon a 1, si no has conocido a nadie que viva en un barriode proteccin oficial ni has estado en ninguno, entonces vives en

un mundo de febril fantasa. A diferencia de muchos de sus co-

legas, H ari crea que era estpido pensar que Karen M atthews no

fuera otra cosa que un monstruo digno de lstima.

37 The Sutton Trust, The Educational Backgrounds o f Leading journalists,sutton

trust.com, junio 2006.

38 Programa de telerrealidad britnico en el que se presentan casos reales sobrecogedores. (N. del T.)

39 Christina Patterson, Heaven help the white working class now,Independent,

24de enero 2009.



Los periodistas que informaron sobre el caso de Shannon

Matthews vienen casi todos del mism o entorno, y estn com ple-

tamente descon ectados de la vida corriente. C m o ha ocurrido

esto? Lo cierto es que la clase trabajadora cada vez lo tiene msdifcil para meter el pie en los perid icos o las cadenas de televi-

sin. Si ms gente de los med ios hubiera crecido en com unida des

como Dewsbury Moor, podramos esperar una cobertura ms

equilibrada de estas cuestiones. Las probabilidades de que eso

ocurra tal como estn las cosas, son casi nulas. El presidente del

Sindicato Nacional de Periodistas Jeremy Dear cree que la razn

de esto es simple. Cada vez ms aspirantes a periodistas tienen

que pagar por su propia formacin lo que generalmente implica

tener al menosuna licenciatura. Eso deja una enorm e deuda a sus

espaldas cuando empiezan en una profesin con sueldos infames

para el personal joven. Los nicos que pueden hacerlo son los

que tienen apoyo econm ico , dice. Es decir, aquellos cuyos pa-

dres puedan ayudarles, lo que significa que la condicin de los que

entran en el periodismo ha cambiado radicalmente.

El problema no es solo la escasez de gente de clase trabajadoraen el periodismo. La mayora de los peridicos se deshizo de los

periodistas que antes cubran las relaciones laborales a medida

que el poder de los sindicatos disminua vertiginosamente. Los

periodistas de po ltica local, que al m enos daban cierta cuenta de

la vida corriente por tod o el pas, tambin han desaparecido. D u -

rante ios ltimos aos, los perid icos regionales, que tradicion al-

mente inform aban del da a da en las com unidad es locales, o bien

han cerrado o bien han sufrido severos recortes. C on las vidas de

la gente corriente expurgadas de los medios de comunicacin,

casos extremos como el de Karen Matthews prcticamente mo-

nopo lizaron la cobertura de la vida de la clase trabajadora.

La clase trabajadora ha dejado de existir por completo en lo

que respecta a los medios de comunicacin, la cultura popular y

los polticos, sostiene P olly Toynbee. Lo nico q ue hay es gen -

te agradable de clase media, agradables propietarios de viviendaque son los preferidos del Daily Mail. Y luego hay gente muy

mala. No vers muchas imgenes de gente corriente de tipo

neutro ya no digo positivo.

42



Hem os visto que polticos prominentes m anipulaban el frenes

orquestado po r los m edios de com unicacin para hacer poltica.

Al igual que los que escriben y presentan las noticias, los pasillos

del pode r poltico estn dom inados po r gente de un en torno con -creto. La Cm ara de los Com un es no es representativa, no refleja

al pas en su conjunto, dice Kevin Maguire. Es demasiado re-

presentativo de abogados, periodistas metidos a polticos, diver-

sas profesiones, sobre todo profesores de universidad... Hay pocos

que hayan trabajado en centros de atencin telefnica o en fbri-

cas, o hayan sido funcionarios mu nicipales de rango bajo.

Es cierta la afirmacin de que los diputados no son ex actam en-

te representativos del tipo de gente que vive en casi todas nuestras

calles. Los que se sientan en los escaos verdes del Parlamento

tienen cua tro veces ms probabilidades de haber ido a un colegio

privado que el resto de nosotros. Entre los diputados con serv ado -

res, un sorprendente tres de cada cinco han ido a un colegio pri

vad o.40Buena parte de la lite poltica ha estudiado en el presti-

gioso colegio Eton, incluyendo al lder tory David Cameron y a

otros diecinueve diputados conservadores.Antiguam ente haba una tradicin, sobre todo en los escaos

laboristas, de diputados que haban empezado trabajando en f-

bricas y minas . Esa poca pas hace much o. El nm ero de polti-

cos con esos orgenes es pequeo y va m enguan do co n cada elec-

cin. Menos de uno de cada veinte diputados empez como

trabajador manual, un nm ero que se ha reducido a la mitad de s-

de 1987, a pesar de que aquel era un Parlamento do m ina do por los

conservadores. En cambio, la friolera de dos tercios eran profe-

sionales de alto nivel o trabajaban en los negocios antes de llegar

al Parlamento. En 1996, el entonces vicepresidente John Prescott

se hizo eco del mantra blairista de que ahora todos somos de

dase media, un comentario que quiz sera ms apropiado si

estuviera hablando de sus colegas polticos.

Si estos diputados tienen conocimiento de cmo es la vida en

lugares como Dewsbury Moor, uno se pregunta dnde lo obtu-vieron. Los que vena n aqu anteriorm ente haban particip ado

40The Sutton Trust, suttontrust.com, 9 de diciembre 2005.



en muchas campaas, en la lucha por sus comunidades, tal vez

haban sacrificado importantes sumas de dinero para meterse en

po ltica e intentar cam biar el m und o, dice la dip utada 41 lab o-

rista Katy Clark. Eso quiz ahora sea mucho menos cierto. Adiferencia de algunos destacados diputados conservadores, no

ve a Karen M atthew s com o repre sentativa de un cole ctivo ms

amplio. Creo que Karen Matthews representaba a Karen

Matthews.

El m ero hecho de que un poltico provenga de un entorno p ri-

vilegia do no le incapacita para empatizar con los que son m enos

afortunados. Pero las probabilidades de que entienda la realidad

de las comunidades de clase trabajadora son, inevitablemente,considerablemente menores.

Despus de todo, cmo po dra alguien com o el primer m inis-

tro D avid Cam eron siquiera empeza r a entender una comu nidad

com o D ew sbury M oor? Hasta para los estndares de los diputa-

dos ms conservadores, l no es exactamente la dase de tipo que

te encontraras en elpub de tu barrio. Cuen ta con el rey Guillerm o

IV com o antepasado, su padre es un prspero agente de Bolsa y sufamilia ha hecho grandes n egocios en las finanzas durante dcadas.

Su mujer, directora general de una empresa de artculos de lujo y

duea de otra, es hija de u n gran terrateniente y da la casualidad

de que desciende del rey Carlos II.

Ahora bien, es cierto que, com o lder de la oposicin, Cameron

respondi admirablemente a los que cuestionaban su educacin

privilegiada con la siguiente ocurrencia: La cuestin no es de

dn de vienes, sino adon de vas.42 Tod o eso est m uy bien, peroadonde va l tiene muchsimo que ver con de dnde viene? Su

creencia de que el caso de Ka ren Matthews es ampliamente repre-

sentativo tiene sentido si se observa lo que siente hacia quienes

comparten su mismo entorno. Cuando su desaliada hija apareci

una vez en una reunin social en su casa de dos m illones de libras

en Notting Hill, se dijo que gru lo siguiente: Pareces cada de un

41Backbencher.diputado sin cargo especfico en el Gobierno o la oposicin. (N. del T.)

42 Alliso n Pearson, I looked at Ivan and thought, "W e're going to get.through

this. He's lovely, Sunday Telegraph, 16 de octubre 2005.

44



piso de proteccin oficial.43Tambin ha adm itido ver regularmente

la telecomedia Shameless,que, como hemos visto, ha sido compa-

rada con D ew sbu ry M oo r por la prensa sensacionalista.44Mucha

gente de clase trabajadora se re con Shameless, apunta Kevin M a-guire, pero creo que se re con ella de forma ligeramente distinta

a Cam eron, q ue probablemente la considera un docudrama.

Uno de los pocos d iputados conservadores de dase trabajado-

ra, el subsecretario de Transportes Mike Penning, reconoce que

la falta de polticos de origen obrero afecta a su capacidad para

identificarse con gente de comunidades como Dewsbury Moor.

Es fsicamente imp osible que alguien com prenda y empatice con

los problemas que tienen algunos; digamos, por ejemplo, que aho-ra estn despidiendo a mucha gente. No sabes lo que es, a no ser

que te hayan despedido. Parte del problema, sostiene, resida en

las dificultades para entrar en el mundo de la poltica. Induda-

blemente, no im porta de qu part id o vengas, es tremendamente

difcil entrar en esta Cmara a menos que tengas cierta ayuda en

tu carrera profesional.

El hecho de que la lite britnica est cop ada po r gente de claseme dia o m ediaalta ayuda a explicar un cierto doble estndar que

opera en la sociedad. Los delitos com etidos p or los pobres sern

considerados una crtica de cualquiera que tenga un origen simi-

lar. No se puede decir lo mismo de los delitos donde el culpable

es un individuo de clase media. El mdico asesino Harold Ship

man puede que sea recordado como un monstruo, pero acaso

alguien dijo qu e su caso arrojaba luz sobre la vida de la clase m e-

dia britnica? D nd e estaban los escandalizados titulares de lostabloides y las jugosas d eclaraciones de ios polticos sobre com u-

nidades de da se m edia que de verdad tienen que cambiar?

Y aunque casos com o la desaparicin de Shannon M atthews se

utilizan como plataforma de lanzamiento para atacar a los deno-

minados gorrones, los ricos no reciben ni de lejos el nivel de

43 Vincent Moss, Tory leader David Cameron at centre of a poltical storm,Sunday Mirror, 23 de marzo 2008.

44 Dylan Jones, Cameron on Cameron: Conversations with Dylan jones,Londres,

2008, p. 207.



atencin de los polticos o los medios de comunicacin. Se cal-

cula que el fraude al Estado de bienestar cuesta a Hacienda al-

rededo r de un billn de libras al ao. Pero, com o han desvelado

las detalladas investigaciones del auditor Richard Murphy, sepierden 70 billones de libras por fraude fiscal cada ao, es decir,

setenta veces ms. La crue l irona es que los pobres que viven en

comunidades com o D ewsb ury M oor en realidad pagan ms im-

puestos en proporcin a su sueldo que muchos de los pudientes

period istas y polticos que les atacan. Pero dnd e est el clam or

contra los gorrones de clase media? D ada la man ipulacin m e-

ditica, apenas sorprende que la gente subestime significativa-

m ente el coste de la evasin fiscal y sobrevalore el del fr

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