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Relato tomado de La saltadora. Relatos feministas 1991-2014, de michelle renyé (Mujer Palabra, 2015) Libro en formato ebook y pdf descargable en mujerpalabra.net – Libros – ebooks Esta obra se distribuye bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional No se autoriza a ninguna entidad el cobro de ninguna cantidad por el disfrute de esta obra 1 00. Prólogo 01. La saltadora 02. Bella y la bestia 03. La historia del chico griego en la playa 04. He hecho croquetas 05. Escribo en un cartón 06. Gata 07. Dinero 08. El misterio de Chihuahua 09. Buscando trabajo 10. En el edificio torcido 11. Llegar a la Puerta Azul 12. Diario de una activista estresada 13. Carta desde la zona de conflicto 14. Era amor 15. Dos sueños de cuando la saltadora cayó en un pozo 16. De cuando la saltadora perdió las malditas partículas 17. Regenerando la identidad perdida (Ilustración) 14. Era amor I Desde la bruma interior en que se veía envuelta, iba a trabajar. Todo era ajeno; su participación en el mundo era como la de una astronauta en la luna, estaba allí, el centro silenciado de todo, sin poder tocar nada sin mediación. Estar allí y no estar, atrapada en su mente, asis- tiendo, sin pretenderlo, al día a día de su cuerpo, que no podía permitirse el lujo de estar triste porque era pobre, y una baja para cuidarse la salud ahora le habría costado quedarse fuera de la lista que la iba dando trabajo. Estar triste, qué triste. Qué pena tan grande y tan irremediable. La mente, como un cofre olvidado, perdido, y el resto, callado llanto interior. Entró en la sala de profesores del nuevo centro, vestida con ese total desinterés por el aspecto que da la depresión, con las maneras de alguien que, en esencia, ama la vida. Entró sin las gafas para no ver bien y así evitarle más soledad a esta bruma interior Sin embargo, al alzar la mirada hacia el fondo de la sala, en la penumbra, perfectamente definidos, vio unos ojos oscuros, intensos, amables. Una mirada que era lo único real que había visto en los últimos años, aunque de esto, o del hecho de poder ver a aquella distancia, aún no era consciente; ni siquiera le había llamado la atención. Es lo que pasa cuando estás perdida: las cosas extrañas no te sorprenden; estás sencillamente vencida ante los acontecimientos, llevada por la corriente del tiempo. Seria, dejó los libros en un extremo de la mesa, el más luminoso. Se puso las gafas, repasó el plan, se preparó para entrar en clase. Pensó que probablemente habría sonado ya el timbre. En aquella aula no lo oía casi nunca, pero los chicos estaban recogiendo las cosas como sintiendo absoluta legi- timidad para hacerlo. Salir del aula, esquivar con destreza y casi siempre con éxito los impetuosos y torpes movimientos adolescentes, cerrar al máximo el oído sano, para mitigar el agudo griterío del pasillo, el atronador rugido en el hueco de la escalera, y llegar a la sala de profesores para al fin fumarse un cigarrillo.

14. Era amor - Mujer Palabra - mujerpalabra.net · llegar a tener una relación con ella, y él no deseaba tener una relación. Ella dejó su carga en la otra esquina de la sala,

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00.Prólogo01.Lasaltadora02.Bellaylabestia03.Lahistoriadelchicogriegoenlaplaya04.Hehechocroquetas05.Escriboenuncartón06.Gata07.Dinero08.ElmisteriodeChihuahua

09.Buscandotrabajo10.Eneledificiotorcido11.LlegaralaPuertaAzul12.Diariodeunaactivistaestresada13.Cartadesdelazonadeconflicto14.Eraamor15.Dossueñosdecuandolasaltadoracayóenunpozo16.Decuandolasaltadoraperdiólasmalditaspartículas17.Regenerandolaidentidadperdida(Ilustración)

14.Eraamor

IDesde la bruma interior en que se veía envuelta, iba atrabajar.Todoeraajeno;suparticipaciónenelmundoeracomoladeunaastronautaenlaluna,estabaallí,elcentrosilenciadodetodo,sinpodertocarnadasinmediación. Estar allí y no estar, atrapada en su mente, asis-tiendo,sinpretenderlo,aldíaadíadesucuerpo,quenopodíapermitirseellujodeestartristeporqueerapobre,yuna baja para cuidarse la salud ahora le habría costadoquedarsefueradelalistaquelaibadandotrabajo. Estar triste,qué triste.Quépena tangrandey tan irremediable.Lamente,comouncofreolvidado,perdido,yelresto,calladollantointerior. Entró en la sala de profesores del nuevo centro, vestida con ese totaldesinterésporelaspectoquedaladepresión,conlasmanerasdealguienque,enesencia,amalavida.Entrósinlasgafasparanoverbienyasí

evitarlemássoledadaestabrumainterior Sin embargo, al alzar lamiradahacia el fondode la sala, en lapenumbra,perfectamentedefinidos,viounosojososcuros,intensos,amables.Unamiradaqueeraloúnicorealquehabíavistoenlosúltimosaños,aunquedeesto,odelhechodepoderveraaquelladistancia,aúnnoeraconsciente;nisiquieralehabíallamadolaatención. Es loquepasacuandoestásperdida: lascosasextrañasnotesorprenden;estássencillamentevencidaantelosacontecimientos, llevadaporlacorrientedeltiempo. Seria,dejóloslibrosenunextremodelamesa,elmásluminoso.Sepusolasgafas,repasóelplan,sepreparóparaentrarenclase.

Pensóqueprobablementehabríasonadoyaeltimbre.Enaquellaaulanolooíacasinunca,peroloschicosestabanrecogiendolascosascomosintiendoabsolutalegi-timidadparahacerlo.Salirdelaula,esquivarcondestrezaycasisiempreconéxitolosimpetuososytorpesmovimientosadolescentes,cerraralmáximoeloídosano,paramitigar el agudo griterío del pasillo, el atronador rugido en el hueco de laescalera,yllegaralasaladeprofesoresparaalfinfumarseuncigarrillo.

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Nosabíaquéeraloquemáslegustaba:sielsaboryelaromadeltabacooaquelmomentodeintimidadenmediodelbullicio,larutinadeabrireneldíaesosmomentosdesilenciointerior.Nohabíallegadoningunacompañera,asíque,conel aliciente añadidodepoder fumar sin tener al tiempoquehacermás cosas, sesentóensurincónhabitual,lazonamásoscuradelasala,yencendióelcigarrillo. Cuandoexhalabaelhumotrasunahondabocanada,vioentraraunamujer,probablemente, la sustitutade alguien. Para él, queno se sorprendía fácilmente,fue inesperado, porque sintió una certeza de proximidad a ella, como si pudierallegaratenerunarelaciónconella,yélnodeseabatenerunarelación. Ella dejó su carga en la otra esquina de la sala, la más luminosa. Con eltrasiegodeprofesorasyprofesores,ylaclarapreferenciageneralporlaszonasdeluz,sereducíanlasposibilidadesdequeseencontraran.Siguiófumandotranquilo.

Esta historia de amor comenzó sola, antes de que lo pretendieran sus prota-gonistas.

IILlevaba varias semanas en el instituto y demanera imperceptible (involuntariatambién) había ido moviéndose hacia la esquina donde dejaba los libros unaprofesoraquelacaíabien(leparecíamenosviolentaqueelresto).Enaquelestadodehípersensibilidad, los incesantesamagoscotidianosde loqueella llamaba«laideologíapordefecto» (esacontinuapresiónde juiciosprecipitadosypresuposi-cionessin fundamento,de intentos inconscientes,novisiblesyempecinados,porimponerunacomprensióndelmundo,unoshábitosenemigosdetodacuriosidadyamor a la libertad; ese empeño en homogeneizarlo todo para confirmar que elmundoes loquees: loque lascostumbresdictan…) lossentíacon total indefen-sión,laimpactabansinlamediacióndesuexperienciaysuusodelainteligencia,por lo que se concentraba ahora, en general, en evitar las relaciones, y si acaso,como refuerzo, en localizar a alguna persona que por consciencia o por incons-ciencia fueracapazdebondad. Ir llegandoaaquellaesquinahabía sidocomoundejarsellevarporlacorriente,porunacorrientequenoestabaarrastrandoanadiemás,loqueera,sindudaalguna,buenaseñal.

—Es lasustitutadeR.—dijoC., laprofesoraen laqueellasehabía fijado,unamujermorena,guapa,conunhalodealegríainfantilqueloiluminabatodo. Élasintió,comoagradeciendolacortesía.«Nosvimoseldíaenquellegóalcentro»–añadió,conunasonrisa.Aellaestolesorprendióunpoco,puesnorecor-dabahaberhabladoconél…aunque…unmomento…«nosvimos»…¿Lehabíavistoantes?Fuecomorecuperarunrecuerdomuyantiguo…Eldehabervistoloquenopodíaverse.

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Verloquenopuedeverse.Quéextrañomododever.Endosocasionesante-rioresdesuvidalehabíaocurridoalgoasí:veralgoquenoeraposiblever,peroqueseentendíamuybien.LasegundahabíasidodespuésdeabandonarCiudaddeGuatemala,contrasuvoluntadaunquevoluntariamente(comounapersonaadultaresponsable),alllegaraSanJosédeCostaRica,aquellacapitaldelapaz,segúnlamacropolítica. Recién finalizado un viaje especialmente duro, no ya por la exi-genciafísicasinoporloqueimplicabaelabandonarunlugarhallado,unproyectoqueseama,mientrasmirabapor laventanilladeundestartaladoautobús,habíavisto (literalmente) que la gente no dejaba huellas al caminar. Esto era absurdo,porque caminaban sobre el asfalto. Pero ella lo habíavisto. Lo entendió como elanunciodeloquelaesperabaalvolveraEuropa(ysinohubieradiferenciadotanbienloquelaestabapasandodeloquepasabafuera,habríarotoallorardescon-solada,desesperadamente). El contraste entre el sentido del trabajo en un lugar donde cualquieresfuerzoeraaprovechadoalmáximo,unlugardondelaGuerradeBajaIntensidadnohabíaconseguidodejarciegaalagente,sinomásbienlocontrario,conlavisióndeunparaísoturísticoconstruidoenelnidodeespíasdeCentroamérica,dondelapoblaciónautóctonaseentregabaacreerhistoriasdeficciónescritasporagentesde la CIA, se había presentado sin transición (ya que lo que lo llenó todo fue elsentimiento de exilio y no la consciencia de las cosas). Quizá de aquel contrastehabíasurgidoelmomentolúcido:unmuchachosearreglabaelcabellomirándoseenunescaparateyniélninadieasualrededordejabahuellasenlaacera. Enlossegundosdeserpresentadaaaquelprofesor,sediocuentadequenohabíasabidoquéaspectotenía,nohabíatenidoocasióndefijarseensusrasgos—sólo recordabaaquella sensaciónde constatarunamirada intensaal fondode lasala—.Yalfijarseentonces,reconociósusojos,efectivamente,grandes,oscurosylimpios,comolamiradadeunniño,ysubocapequeñaydulce,ysunarizcomosuvoz,graveyamable. Élrespondióasusaludoconunasonrisayalargólamano, loqueaella leencantó porque prefería dar la mano. Aquello no se lo habían tolerado loshombres,engeneral:enlaspresentaciones,alofrecerella,cordialmente,lamano,solíantirarhaciasíparaimponerledosbesos. No sedijeronmásy al cabodeun rato ella sacó los antidepresivosdeuninmensobolsoviejoquellevabaenbandolera. —¿Quieres?—serieron,un tantoazorados losdos,aunquepordiferentesmotivos.

No sabía que acababa de encontrar a una persona con la que iba a ser feliz. Nosabía que se enamoraría, ni que su intuición ya lo había decidido por ella. Él sísabíatodoesto,peroseguíaresueltoanoiniciarningúntipoderelación.Asípues,desdeelinicio,sefuerontratandocontodalainocenciaposible(ycontodasucon-secuente libertad),sinqueentraraenconsideraciónelromancey laspequeñasygrandes tonterías ymezquindades que tan amenudo se asocian él, degradandotodoloqueimporta.

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Sudeseonoeranadamásconcretoqueaquelloentonces:estarcerca,enlamismahabitación, enelmismogrupo…Verleeraencontrar lapaz:dejaro sacarcosasdesucasillero,tomarcaféenunbarcercano,volverjuntosalinstituto…Casiprefería aquello, de hecho, a estar hablando con él, porque entonces se poníanerviosa,reíanerviosamente,ydecíayhacíacosastontas—algoqueensumaneradesernoeraextraño,peroqueenunestadocomoaquelnolesalíanilesentababien;esmás,lesalíamuymalylegenerabaansiedad. Le gustaba oír su voz grave y el contraste con su risa de niño, le gustabaverle estar entre la gente, callado, tan amable que a veces le entraban ganas dedarle un beso intenso de agradecimiento. Le gustaba también su inteligencia, labellezaqueencerrabasucomprensióndelmundo.Tantapasiónyclaridadaltiem-po.Aveces,escuchándoleexplicaralgo—suvozcomounrumorderío (hablabapocoperocuandoteníaalgoquedecirnohabíapalitoopiedraalgunaquepudieradesviar el rumbo de su corriente)—, sentía ganas de reír sólo por el placer deescucharloqueestabadiciendo.

«Estoesun regalodedespedida.Amímegustómucho, esperoque te guste.Unabrazo.» —Peroponletuteléfono,sino,cómotevaallamar. Noselehubieraocurridoalgoasíenmilañosdeexperienciaenestemundo,ysinembargo,teníabastantesentido:«Nopuedo,vaapensarqueestoyporél,ynoeseso…» —¿Túquieresverleotravezono? —Sí… —Puesyaestá.Venga,aquí,añade:«Llámame». A pesar de la alarma que sintió por dentro, obedeció. Un imperativo leparecía demasiado brusco, y lo suavizó con un «anda». Confiaba enC., pues era,como había dicho Machado de sí mismo, «en el mejor sentido de la palabra,buena». Terminódeescribircuandoélentraba.Nopudodarleellibroconcalma,selotiróalasmanos,mientrasgesticulabaseñalandolasalidaydecía,precipitándosefinalmentefuera,adiós,habíavueltolaprofesoratitular… «Matar a un ruiseñor», deHarper Lee—leyó él para sus adentros. Vio ladedicatoriaynoquisopensarenella,sinoenlanovela,queleapetecíaleer.

Eneltrendecercanías,endirecciónaunnuevocentro,notóquelecaíanlágrimas,abundantesysilenciosas,yapesarde lamedicaciónque,dehecho,habíaconse-guidoqueelladejaradellorarypudieraabordarelintentodecontrolarsucuerpo. Quésonestaslágrimas Se dio cuenta de que no lloraba a consecuencia de la depresión; llorabaporquecuandoentraraenlasiguientesaladeprofesores,élnoibaaestarallí,sen-tadoapaciblemente,fumandosucigarrilloenelbrevedescanso...

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Fue en aquelmomento cuando sedio completa cuentadeque la vida eratotalmentediferentesiestabaél:eramuchomejor. Ydealgomás…No llorabanipodíano llorarpornadaconectadoa lade-presión.

IIIAldespertarse,notóqueeraprimavera. Ensuinterior,algocambiódesitio,levemente,connaturalidad,sindudas,yconaquellevecambio,todohabíavueltoasulugar:volvíaaserella. Qué largo había sido el viaje. No ya aquellosmeses demedicación, escri-biéndolehistoriasaljovenpsiquiatraquetantolahabíaayudado.Trassuprimerayenrealidadúnicasesiónpropiamentedicha,encuantoelladejódehablar,él,sindudarde lanecesidadqueella expresaba, leprescribió lasdrogas, y cuandoellapreguntó si podría dejar de sufrir en algún momento, él explicó, primero, quesomospuraquímica,porloquealmargendenuestravoluntadestánloshechosdelcuerpo,queafectanclaramentealamente,yesnecesarioabordarlos,yqueesoeraloqueibaahacerlamedicaciónporella.Ensegundolugardejóclaroqueellanoiba a necesitarle: no tendría que pagarse una terapia; él sabía que después deaquella compensación física ella resolvería sola sus problemas. Tenía una capa-cidadsobresalienteparalaintrospección,pararelacionarytambiénparasepararcosas,porloquesólotendríaqueiraverlepararecogerlasrecetas.Sielmundolaconsideraba excesiva, peligrosa, aquel precioso doctor establecía que ella erainteligenteyrazonable,yconfiabaenella. Aquella parte del viaje, losmesesmedicada, había sido breve sobre todoporque al entrar en juego la supervisión de unmédico, el proceso había tenidodesdeelprincipiounfinal.Losañosanteriores,sinembargo,habíansidoun«viajealinfierno»,comoellalollamabametafóricamente,pueslametáforadelatortura—elsufrimientoreiterado,sinparámetrosdetiempoyespacio—eralamejorparadescribiraquelestado. Ahora todo aquello quedaba lejos. Estaba inmersa en una mañana deprimavera.Volvíaensí,asímisma.Notólavida,encontrósuimagenenelespejo,sereconoció. Bajó a hacer una compra, luego pusomúsica, estuvo limpiando las zonascomunesdelacasacompartida.Finalmente,entróensudormitorioparaordenar,peronocomoenundomingodedesesperanza,sinoconalegría,comosiacabaradeindependizarse. Comoelhambredespuésdenadar, levinouna ideaa la cabeza, concreta,constructiva,deesasqueresuelvenyayudanadarpasos:«Volverleaver.PediréayudaaC.Ellasabráquésepuedehacer».

IV —Todosesosañosperdidos…sinconocerte… —Nosonañosperdidos.Lascosasocurren… —Cuando tú ibas a dejar de ser un adolescente, yo era unaniña... Seguroquetehabríacaídomuybienpero—leponíademalhumorsólopensarlo—¡meveríasmuypequeña!

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—Puesclaro…—sereía. —Ya pero…—ignorando el hecho, siguiendo con las imaginaciones—. Yomepegaríaaticomounalapa,algoqueextrañaríaatodoelmundo.«Pero¿quélehadadoaestaniñaconelmuchacho?»Querría ircontigosiempre,atodoslados.Porejemplo,cuandosalierasconlabici,ytúmediríasqueerademasiadopequeña,yyomeenfurecería.Otrosdías,mellevarías;aveces,tereiríasperoavecesseteharíapesado… —¿Yeso? —Porquetendríasqueesperarmehaciendoquenomeestabasesperando.Yodepequeñaeramuyorgullosa…Tecaeríabien,peroavecestecansaríatenerqueestarbuscandotrucosparaesquivarme. Élserió.Estabafumandoy laescuchaba,entretenido.Aratospreguntaba,concuriosidad.Legustabaimaginarlaantesdehaberlaconocido,deniña,deado-lescente, a los veintitantos, y también imaginar que podrían haber estado muycercaynohaberseconocido. —¿Dóndeestabasen1973? —EnBarcelona. —Ah, sí… Yo en las antípodas... No nos habríamos encontrado... —y alrato—¿EstabasenParísen1978? —Sí. —Sus años de exilio en París combinados con la posibilidad de que ellahubieraestadoallíenalgúnmomentoleparecíanalgomuyinteresante. —Yo fui conun intercambiodel instituto. Imaginaesto: coincidimosen lacalleSaintMichel.YohacíapellasdelavisitaalaTorreEiffelytúibasacomeralrestauranteuniversitariodeMauvillón.Pasasteamiladoysinsaberporqué,em-pecéaseguirte. —Muchaspersecuciones…—peroloestabaimaginándolo. —…hastaqueteencontrasteconunachicamuyguapa,unafrancesamayorquetú,conelpelonegro,corto,yloslabiosmuyrojos.¡Estálocaporti!—risasdeél—.Entráisenelrestaurante.Ossentáisenunazonadondehayunpardemesaslargasjuntas,yresultaqueeresunexiliadoyquehaymásexiliadosanarquistas,ygente de diferentes nacionalidades, parecen personas muy interesantes… —deprontoensombra—:Nunca,nuncatehabríasfijadoenmí… Seríeél,ellalemira,loqueconsiguesacarladelahistoria—susojossonloúnico real—, y empieza a reírse también. Se acurrucan, se abrazan y respirandojuntosesatibiadulzuraquetraeelamor,sequedandormidos.