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A M P U R I A S (Barcelona) t. 41-42, 1979-80, pags. 539-581 YOUNG, J. 2.: Antropología física. Intro. ción dc los hallazgos, que por ser muy es- ducción al del hombre. Barce. casos e incompletos hasta el presente, de lona, ~ d , vicens-vives, 1976, XXXIV, momento, sólo permiten afirmar la existen- 886 págs., 199 figs. (22,s x 16,s cm.). cia de una sucesión de gradaciones que se continúan hasta el presente. Este libro va dirigido al estudiante uni- versitario y a toda aquella persona que, sin conocimientos previos, este interesada en el conocimiento del hombre, intentando desve- lar las causas que a través de los tiempos le han permitido su protagonismo actual. La obra está dividida en 44 capitulos, de muy variado contenido. Tras plantear en el primero de ellos las dificultades que para la ciencia entraña el estudio del hombre, pasa seguidamente a su estudio biológico. A partir del noveno capitulo expone toda la problemática que suponen las correlacio- nes entre la mente y la materia, y que 61 considera que afecta por igual a la tota- lidad de los seres, en lo que denomina ~ T u r - nover,,. Muy importantes son los capitulos dedi- cados a la maduración cerebral en los que estudia el paso del niño al adulto, y las causas que originan el envejecimiento e in- fluyen en la mortalidad. En los capitulos centrales, entre el 25 y 34 pasa revista a la historia de la huma- nidad, sirviendo como base los hallazgos fó- siles. Entra de lleno en la problemática que plantea la evolución humana y afirma que se ha de ser muy cauto en la interpreta- Los capitulos finales se destinan a los procesos de culturización y sus causas, co- mentando entre otros los que hacen refe- rencia a la aparición del lenguaje y secun- dariamente de la escritura. problemas reli- giosos, agresividad humana, parapsicologia, etcétera. Finaliza el libro, mediante una especie de resumen, en que sintetiza todo lo expuesto a lo largo de los numerosos capitulos que contiene. Completan la obra un glosario, una extensa bihlioerafia v los índices. En su conjrinto, estc libro representa una buena puesta al día de la extensa proble- mática que plantea el conocimiento del hombre, y, en resumen, se trata de un libro de síntesis que no debe faltar en las bi- bliotecas de las personas interesadas por es- tas materias. - DOMINGO CAMPILLO. Dnuvors, Michel: Précis de dessin dyna- mique et stvuctural des industries li- thiques prehistoriques, Périgueux, Ed. Picrre Fanlac, 1976, 263 págs., 70 figs. (24 x 16 cm.). M. Dauvois ha realizado una gran opra, encaminada a valorar el dibujo dentro de * Puix que cn l'anterior uolum d'Ampuriar (38.40. 1976-78) no hi va haver scciid de Bibliagrafia. al. estar dcdicvt intcgrarnent u publicar les iictes dcl Sinzpori I~terlzacianal sobvc els odgens do1 mdn ibdrir, 1% d'aql~estrecull solament Irs ri-cnsions recopilades pel volum anterior,

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A M P U R I A S (Barcelona) t. 41-42, 1979-80, pags. 539-581

YOUNG, J. 2.: Antropología física. Intro. ción dc los hallazgos, que por ser muy es- ducción al del hombre. Barce. casos e incompletos hasta el presente, de

lona, ~ d , vicens-vives, 1976, XXXIV, momento, sólo permiten afirmar la existen-

886 págs., 199 figs. (22,s x 16,s cm.). cia de una sucesión de gradaciones que se continúan hasta el presente.

Este libro va dirigido al estudiante uni- versitario y a toda aquella persona que, sin conocimientos previos, este interesada en el conocimiento del hombre, intentando desve- lar las causas que a través de los tiempos le han permitido su protagonismo actual.

La obra está dividida en 44 capitulos, de muy variado contenido. Tras plantear en el primero de ellos las dificultades que para la ciencia entraña el estudio del hombre, pasa seguidamente a su estudio biológico.

A partir del noveno capitulo expone toda la problemática que suponen las correlacio- nes entre la mente y la materia, y que 61 considera que afecta por igual a la tota- lidad de los seres, en lo que denomina ~ T u r - nover,,.

Muy importantes son los capitulos dedi- cados a la maduración cerebral en los que estudia el paso del niño al adulto, y las causas que originan el envejecimiento e in- fluyen en la mortalidad.

En los capitulos centrales, entre el 25 y 34 pasa revista a la historia de la huma- nidad, sirviendo como base los hallazgos fó- siles. Entra de lleno en la problemática que plantea la evolución humana y afirma que se ha de ser muy cauto en la interpreta-

Los capitulos finales se destinan a los procesos de culturización y sus causas, co- mentando entre otros los que hacen refe- rencia a la aparición del lenguaje y secun- dariamente de la escritura. problemas reli- giosos, agresividad humana, parapsicologia, etcétera.

Finaliza el libro, mediante una especie de resumen, en que sintetiza todo lo expuesto a lo largo de los numerosos capitulos que contiene. Completan la obra un glosario, una extensa bihlioerafia v los índices.

En su conjrinto, estc libro representa una buena puesta al día de la extensa proble- mática que plantea el conocimiento del hombre, y, en resumen, se trata de un libro de síntesis que no debe faltar en las bi- bliotecas de las personas interesadas por es- tas materias. - DOMINGO CAMPILLO.

Dnuvors, Michel: Précis de dessin dyna- mique et stvuctural des industries li- thiques prehistoriques, Périgueux, Ed. Picrre Fanlac, 1976, 263 págs., 70 figs. (24 x 16 cm.).

M. Dauvois ha realizado una gran opra, encaminada a valorar el dibujo dentro de

* Puix que cn l'anterior uolum d'Ampuriar (38.40. 1976-78) no hi va haver scciid de Bibliagrafia. al. estar dcdicvt intcgrarnent u publicar les iictes dcl Sinzpori I~terlzacianal sobvc e l s odgens do1 mdn ibdrir, 1% d'aql~est recull solament Irs ri-cnsions recopilades pel volum anterior,

AMPI JRIAS

la investigación prehistórica o, mejor, a re- valorizarlo y situarlo en un primer plano dentro de esta investigación. Para ello hace un estudio exhaustivo del mismo a través de la representación de las industrias li- iicas prehistóricas.

El dibujo -nos dirá en su iiltroduc- ción - es básico a todos los niveles, desde el esquema a la fiel representación. Por un lado es proloiigación duradera de un esta- dio de la excavación - a través de las plan- tas que se hacen durante la misma- y por otro es síntesis en la representación fiel y total de un utensilio, como respuesta a un estudio morfológico, tecnológico y tipológi- ca. Aún en su introducción resumirá la evo- lución de la representación gráfica de las industrias prehistóricas desde sus comien- zos, y señala que es en el Renacimiento don- de se inició una inquietud por estas repre- sentaciones, que alcanzarán gran interés en el siglo pasado. Finaliza con una exposición de la problemática y situación actual de este dibujo y comenta los medios de que se rodea para hacerse más preciso y completo.

A continuación distribuye el libro en dos partes, cada una con cuatro y cinco capi- tulos, respectivamente, que se van comple- tando sucesivan~ente. El primer capitulo está dedicado a los ejes de talla y morfolo- gía de las piezas, sus diversas orientaciones, etcétera, siempre a través de numerosos ejemplos tipológicos. En el segundo repasa las herramientas de trabajo del dibujante, dando consejos sobre las mismas; explica cómo se debe dibujar y el orden que hay que seguir. El tercero expone el orden y proceso del dibujo y examina los diferentes planos que deben ser representados para una buena comprensión. Pero la forma con- creta de obtener estos planos es el tema del cuarto capitulo, donde, además, explica cómo hacer secciones y perfiles y qué es- cala debe utilizarse.

La segunda parte recoge la utilización del dibujo de las piezas prehistóricas. El primer capitulo destaca la representación sinóptica de las industrias y especifica los tres tipos de dibujo: el tecnológico, que reproduce todos los estigmas de los métodos y técni- cas empleados en la elaboración del uten- silio; el tipológico, sintetiza un conjunto de

piezas, que tipifica en una sola; el técnico es el esquema que intenta reproducir múl- tiples aspectos (etapas tecnológicas, tipos de retoque y formas tipológicas, etc.). El se- gundo capitulo examina los símbolos habi- tuales utilizados para la talla y retoque y explica cómo y cuándo deben utilizarse. El tercero examina las fracturas como fenóme- no físico y los estigmas de la fractura con- coidal. La explicación de los estados de su- perficie de las piezas prehistóricas ocupa el cuarto capítulo. Los núcleos y «raccordsn ocupan el quinto y último y aquí indica cómo pueden representarse, su orientación y los signos que pueden acompaiíarles para aclarar su difícil representación.

Por supuesto nos hallamos ante una obra original, bien realizada y expuesta y muy completa, a pesar de la modestia del autor en sus conclusiones. Sus abundantes, bellas y completas ilustraciones demuestran per- fectamente el contenido escrito, facilitado con explicaciones muy detalladas y precisas, que agilizan la densidad del texto. Sin duda, este libro es de gran valor para todo prehis- toriador. La obra conciencia progresivamen- te de la importancia del dibujo en la inves- tigación prehistórica, ya que, como bien dice el autor, en Prehistoria dibujar no es reali- zar un trazo, sino saber por qué se hace, y todo dibujo debe ser una perfecta ima- gen, duradera, de la pieza, para lo cual es necesario un perfecto conocimiento tecnoló- gico y tipológico de las industrias liticas pre- históricas. - ARACELI MART~N COLLIGA. '

LEMOINE, Jacques: Toponymie du Langue- doc et de la Gascogne. París, Ed. A. et J. Picard, 1975. 265 pags., 8 ma- pes (24 x 16 cm.).

El tito1 del llibre precisa, per el1 mateix, els limits d'aquest estudi. La liiiia tracada de nord-oest a nord-est, des de Bordeaux, passant per Montauban, fins a Montpellier, constitueix la demarcació d'una zona extensa que queda tancada. pel sud, amb el massis dels Pirineus. Toulouse i FoiX poden servir de limit urba entre dues provincies: la del nord-oest, la Gascunya, i la del nord-est, la part sud del Languedoc. La Garonna repre-

senta el divisor fluvial d'ambdues provin- cies. L'autor n'exceptua el País Base, pero evoca nombrosos noms d'Espanya i de la GaI.tia.

Lemoine explica lingüisticament la topo- nimia basant-se en el Ilati, el gal i les Ilen- gües germaniques. Ps més encara, davant de les dificultats que sorgeixen en voler do- nar la raó de la formació d'alguns noms geografics I'autor es veu obligat a ultrapas- sar el límit lingüistic de Ia hipotetica Ilen- gua indoeuropea estesa fins a l'fndia, tot evo- cant, pero sense admetre-la, la idea llanta- da per alguns lingüistes sobre l'existencia d'una llengua apre-indo-européenne,,, neoli- iica, que, esteilent-se per tot el Mediterrani, donaria l'explicació de ecertes radicals que constitueixen noms de pobles, muntanyes i riberes en les regions més diversesx (pag. 14).

Lemoine basa el metode a emplear en idees simples: els noms locatius han estat creats per gent practica i positiva. D'aquí sorgeix una alternativa: o bé el nom prové del d'un propietari o grup etnic, o bé s'ex- plica per I'orografia, la cultura, la fauna i flora, pel culte religiós, etc.

Aquí cal també afegir les etimologies ca- pricioses, complicades. mistiques, prehistb riques o iberiques. Com que la regió objecte de l'estudi constituí un passadis cultural per on transitaren els pobles més diversos es crea un substrat de noins d'explicació molt dificil.

Els noms creats durant 1'Edat mitjana (408-1453) comprenen els sufixos i prefixos de noms de minerals, materials, construc- cions, animal? i vegetals, com també adjec- tius, que donaren lloc a un cert nombre de noms (cap. 111) ; d'altres noms manlleva- ren el seu sentit de la topografia, de la fau- na i flora (cap. IV), i, finalment, de la in- tervenció de I'home (cap. V).

L'analisi dels noms d'origen germanic (cap. VI), degut a les invasions de diversos pobles entre els anys 259-418, ofereix les denominacions de pobles, persones i noms acabats amb els sufixos -ens i -ville.

Els noms gal4o-romans, en els quals I'au- tor estudia l'adaptació de noms i sufixos Ila- tins a formes i fonetica galles, i a l'inre- vés, ofereixen un repertori llarg de mots d'origen llati, d'antroponims i de noms aca-

bats en -anurn, -one, -acurn, -anicum, distri- buits segons els departaments geografics (caps. VI1 i VIII).

Dedica tot un capitol als noms de crea- ció exclusivament gaNa (cap. IX), i un altre, a noms proto-celtes (cap. X), en el qual l'autor es veu obligat a estendre's a noms de la Península Iberica que naixeren amb les invasions de comencaments del primer miHenari a. de J. C.

Lemoine s'endinsa, en el capítol XI, en la problematica dcls noms creats sobre for- mes gregues, fenícies i iberiques, i es pre- gunta si és possible la formació de noms neolitics. Conclou que, encara que la fron- tera cultural entre la Gascunya (túmnls) i el Langüedoc (camp d'urnes) podria indicar una cronologia dels anys 2000 o 3000, el seu estudi toponimic es veu limitat a i'alba del primer rniklenari a. de J. C., per manca de dades cientificament comprovables.

L'estudi es clou amb una analisi de la historia del poblament, valoran1 les dades toponimiques en tants per cent i deduint, així, el grau d'importancia de cada aporta- ció. Afegeix una taula alfabetica de noms per departaments : Ariege, Aude, Haute-Ga- ronne, Gers, Hérault i Pirineus Orientals.

Lemoine fa utilitzable la seva obra gra- cies a un index alfabetic deIs Ilocs, paisos i pobles estudiats. Afegeix vuit mapes de geografia antiga i dels toponims que ha ana- litzat anteriorment.

En conclusió, cal iemarcar que I'obra del Dr. Jacques Lemoine ha aconseguit els ob- jectius que s'havia proposat al comencament, creant un instrument molt útil tant a bisto- r iador~ com a lingüistes i arqueolegs, i cla- rificant moltes de les dades obscures de la historia antiga del Langüedoc i de la Cer- danya. - PEKE VILLALBA I VARNEDA.

UNTEKMANK, Jürgen: Monurnenta Lingua- vum Hispunicarurn. Band I . Die Miinz- legenden. 2 vols., Wiesbaden, Ludwig Reichert Verlag, 1975, vol. 1, 344 págs., vol. 2, 285 pags. (30.5 x 21,5 cm.).

Por el titulo se desprend: que estamos ante una obra lingüística, y lo primero que hemos de advertir al lector es que si bien

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está en lo cierto, además tiene en sus ma- nos una gran obra de numismática, para nuestras monedas con inscripciones prerro- manas.

El plan general de esta Monurnenta Lin- guarum Hispanicarurn es el siguiente: Par- te 1, A) Las leyendas monetales; parte 11, B) Inscripciones de Francia; parte 111, C) Inscripciones catalanas de la costa; D) Ins- cripciones catalanas del interior; E) Inscrip- ciones ibéricas del Bajo Aragón; F) Ins- cripciones costeras de Valencia; G) Inscrip- ciones en alfabeto del sudeste y griego de la zona; de Alicante, Murcia y Albacete; H) Inscripciones del este de Andalucía; par- te IV, J ) Inscripciones del sur de la Lusi- tania; K) Inscripciones celtibéricas; L) Ins- cripciones de Lusitania; parte V. Nombres de lugar, persona, divinidades en las fuen- tes latinas y griegas. fndices. Resumen.

La embergadura del plan y el esfuerzo a realizar es extraordinario. La primera par- te que ahora se ha publicado comprende, además de una parte lingüística, un estudio completo de Numismática.

El autor después de revisar los trabajos numismáticos que le han precedido nos da una visión político-histórica en que se si- túan las amonedaciones y las localizaciones geográficas de algunas leyendas monetales.

Revisa los sistemas seguidos para fijar la cronología pasando a la tipologia, en que tras exponer los tipos empleados, sitúa al- gunos de ellos en mapas, con lo que obtie- ne su distribución que configura unas zo- nas que son numismáticas pero que a la vez se corresponden con otras lingüísticas.

Trata a continuación de la escritura, dis- tinguiendo entre la ibérica del norte y la del sur, analizando los signos críticamente y dando unas tablas con los signos, sus va- riantes epigráficas, transcripción y valor fo- nético.

De la escritura pasa a las lenguas prerro- manas; la lengua de las leyendas monetales la va investigando a base de situar sobre el mapa algunas de sus caracteristicas dife- renciales. como son las terminaciones:

- Sken v -Kos, -Kom - Ilti/-Iltu 1 y Briga - Illi/-Llu- J - Isker, Beles y -1cum. -Ocum, -Cum.

Llegando a la formación de las zonas, una con lengua indogermánica, hacia el in- terior, y otra, en la parte oriental de la Peninsula, con lengua no-indogermánica. En la primera distingue dos dialectos, el lusi- tano, en Portugal, Galicia y Extremadura, y el celtibérico. más al este, apoyándose so- bre los cursos altos del Duero, Tajo, Ebro y Jalón. Para la segunda, la no-indogermá- nica, deduce el sudlusitano o tartésico, en el sur de Portugal, y el ibérico, para toda la parte oriental de la Peninsula y en Francia, llegando hasta Narbona.

De esta parte lingüística pasa a la que es básicamente numismástica, al coordinar los mapas que presenta, unos lingüísticos y otros numismáticos, con la distribución de aspectos tipológicos. de variantes epi- gráficas en las leyendas monetales, de uso de símbolos, de presencia de divisores, et- cétera, llegando a una coincidencia total que le permite establecer por zonas geográfi- cas la situación de todas las cecas hispanas. Da a continuación un estudio, leyenda por leyenda, en el que sigue el siguiente orden metódico : a) información sobre extensión, generalidades, ordenación y cronología; b ) lugar de hallazgos, zonas de circulación y frecuencia en colecciones; c) descripción de los tipos. Otras monedas con los mismos tipos; d ) transcripción de leyenda y algu- nos problemas de su lectura; e ) particula- ridades y caracteristicas de la escritura; J ) localización del lugar que figura en la le- yenda; g) comentarios lingüísticos a las le- yendas; h ) bibliografía. Y documentación numismática.

Con este sistema metódico estudia cada taller monetario incluyendo una bibliogra- fía total hasta 1971. dando para cada tema las opiniones existentes de una manera ob- jetiva, con lo que el lector podrá llegar a un conocimiento total del aspecto buscado.

Si esta obra es extraordinaria para to- dos, para el arqueólogo lo será por ser un compendio de todos los conocimientos nu- mismaticos, expuestos de manera clara y concisa con toda la bibliografía existente.

El numismática tiene ya con esta parte todo lo que comprende su campo, para el lingüista la continuación de la obra es esen- cial, como lo será para todos el poder dis-

poner de un Corpus realizado con toda me- ticulosidad y espíritu científico.

Al profesor Untermann, a quien tanto de- bemos por su estudio lingüístico sobre nues- tras lenguas prerromanas, ahora le debemos mucho más, pues ha puesto al día (1971) todos nuestros conocimientos numismáticos. - L. VILLARONGA.

STUCCHI, Sandro: Architettura cirenaica. Monografie di Archeologia Libica, IX, Roma, ~L 'Erma. d i Bretschneider, 1975, 693 págs., 604 figs. y 6 láms. (29,5 x 23 cm.).

Tenemos ante nosotros una recopilación de resultados de setenta años de excava- ciones en un área norteafricana. El autor nos ofrece el primer encuadramiento siste- mático de la arquitectura cirenaica grecorro- . mana.

El trabajo viene estructurado según una división por períodos constructivos, que son los siguientes :

1." fase: Desde el año de la fundación de Cirene (último tercio del siglo VI? a. de J. C.) hasta el inicio del tercer cuarto del si- glo VI a. de J. C. A este momento pertene- cen templos como el Santuario de Opheles (último cuarto del siglo VII a. de J. C.), y el Artemision en el Santuario de Apolo; tumbas de túmulo (Tumba de Batto, fecha- ble a finales del siglo vIr a. de J. C. y Tum- ba de Messa, algo posterior).

2.* fase: De mediados del siglo VI a. de Jesucristo hasta la caída la monarquía (en- tre 460 y 440 a. de J. C.). En este momento se incrementa la población griega. Son des- tacahles el Apollonion (mediados del si- glo VI a. J. C.), el Teatro (Cirene), y dife- rentes tumbas de túmulo y rupestres con fachada arquitectónica.

3." fase: De mediados del siglo v a. de Jesucristo hasta el inicio del dominio ptole- maico en la Cirenaica. Sobresalen el Tem- plo E, de Cirene, fecbable en el tercer cuar- to del siglo v a. de Jesucristo, varios pórti- cos (siglo rv a. de J. C.), edificios para ma- gistraturas o para reuniones públicas y tum- bas rupestres y con forma de templete.

4.3 fase: Epoca ptolemaica y el inicio de la dominación romana. Es un momento de gran desarrollo de la arquitectura civil pú- blica, bien representada en Cirene: Pórti- cos, propileos, edificios para magistraturas, teatros, fuentes, etc. Igualmente se dan di- versos tipos de tumbas y se construyen nu- merosos templos y templetes.

5.qase: De Augusto a1 115 d. de J. C. (re- vuelta judaica). En este período las con- diciones ecológicas de la Cirenaica conti- núan siendo favorables, pero la pluviosidad parece ser menor. Entre los monumentos podemos citar el Augusteo (Cirene) y diver- sas reconstrucciones de templos siguiendo modelos griegos.

6.& fase: Del 117 d. de J. C. (fin de la revuelta judaica) a la mitad del siglo III. Des- tacan el nuevo Templo de Zeus (Cirene), el Templo de Apolo (reconstruido por cuarta vez), el Santuario de Asclepios en Baiagrae. Beida, cuyo origen se remonta al siglo IV antes Jesucristo, recoiistruido, diversos ar- cos (Cirene. Toiemaide), el propileo del San- tuario de Apolo, el del Agora de Cirene, edi- ficios para reuniones públicas (Cirene), ter- mas públicas; se reconstruyen antiguos tea- tros, como el de la Myrtusa de Cirene, pos- teriormente transformado en anfiteatro. También hay grandes cisternas, que delatan la progresiva desecación de la región. De esta fase conocemos bien la arquitectura privada representada por varias casas de Cirene y Tolemaide, y lo mismo sucede con la arquitectura funeraria.

7.% fase: Del terremoto del 262 d. de J. C. al de 365. Comprende las reconstrucciones subsiguientes al terremoto del año 262 y al final de la guerra marmárica; por prime- ra vez, los textos clásicos mencionan la Ci- renaica como una región seca. Predominan las citadas reconstrucciones de edificios pú- blicas, templos, santuarios, edificios para juegos y termas, tanto en Cirene como en otras ciudades. Y lo mismo ocurre con la arquitectura privada y la funeraria. Clau- dio 11 da a Cirene un nuevo nombre: Clau- diopolis.

8.* fase: Del terremoto del 365 d. de J. C. al 640. Momento de decadencia; las distin- tas ciudades que desde este momento se re- construyen dan lugar a estructuras urbanas

cada vez más irregulares. El clima es pro- gresivamente más seco y la escasez de agua mayor; se construyen gran número de cis- ternas. Se edifican numerosas basílicas pa- leocristianas (Apollonia, Tolemaide, Cirene, Erythrae, Sidi Said, etc.).

Hay un proceso general de desertización que comprende toda el área africana medi- terránea centro-oriental, principalmente en- tre los años 591 y 640 d. de J. C. Como consecuencia de esto vendrá el abandono de la región: se tapian las casas y se abando- nan las ciudades, emigrando a zonas menos secas.

Según el autor, los bizantinos volverán a la Cirenaica unos cincuenta años después del abandono, no encontrando condiciones de vida aptas para el desarrollo de la ar- quitectura, por lo que definitivamente se marcharán. Tras ellos serán los bereberes y después los árabes, los cuales tomarán algunos elementos romanos, como la toga, y quienes utilizarán los monumentos toda- vía en buen uso.

En suma, una obra esencial en la bi- bliografía norteafricana, muy bien documen- tada y de imprescindible consulta para los especialistas. - RAMON MONTANYA MALUQUER.

CAMPILLO VALERO, Domingo: Paleopatolo- gía del cráneo e n Cataluria, Valencia y Baleares. Col. <<Monografias locales», núm. 17, Barcelona, Ed. Montblanch- Martin, 1977, 630 págs., 412 figs. y 1 mapa (27 x 21,5 cm.).

La paleopatologia es una ciencia alta- mente interesante para el antropólogo y para el historiador, ya que permite profun- dizar en las condiciones y posibilidades de la vida humana y valorar los esfuerzos para superarlas. Son escasas las publicaciones dedicadas a este aspecto, dada la dificultad que entraña su estudio. No obstante, la obra que comentamos tiene la doble, y rara vir- tud, de ser un texto de un alto nivel cien- tífico y a la vez claro en la exposición y planteamiento; en consecuencia, su lectura es diáfana incluso para el profano en el léxico médico.

El material estudiado, procedente de di- versas cofecciones, está fechado desde el Neolitico hasta la época de la dominación romana, aunque la mayor parte de los crá- neos pertenecen al Neolitico y Edad del Bronce.

Podemos dividir la obra en dos partes: la primera dedicada a la paleopatologia y lesiones traumáticas, y la segunda a las prácticas de trepanación. Así, podemos en- contrar apartados sistematizados según las distintas manifestaciones patológicas de los numerosos sujetos: lesiones maxilares, mal- formaciones craneanas, osteomas, granulo- mas eosinófilos, meningiomas, un angioma, quistes dermoides, tumores malignos, sinu- sitis frontal fistulizada y numerosos casos y tipos de erosiones craneales. Los comen- tarios y diagnósticos han sido llevados a término de modo individual en cada crá- neo. La aportación de la obra en este cam- po es fundamental, pues son raros los tra- bajos exhaustivos de paleopatologia craneal. Más abundantes son. en cambio, las pu- blicaciones sobre lesiones traumáticas a las que se dedica un capitulo.

Resulta extremadamente interesante la parte dedicada a las trepanaciones craneales. Se extienden los treinta y cuatro cráneos estudiados -además de ocho a los que el autor no pudo tener acceso directo- en un vasto periodo que comprende desde el Neolítico final basta la dominación roma- na, con un largo paréntesis correspondiente al periodo hallstáttico.

Cada sujeto es descrito con gran minu- ciosidad y después de la exposición de los resultados globales, se realiza un meticuloso análisis de las técnicas empleadas: barrena- do, abrasión. incisión, así como del área de localización de la intervención, la anestesia, el instrumental utilizado, el proceso de ci- catrización, etc., con experiencias hechas en perros vivos y huesos en estado fresco.

Al parecer en los casos examinados no hay ningún proceso patológico craneal que hiciera recomendable la intervención quirúr- gica y, por lo tanto, el autor cree que la práctica de la trepanación responde más a motivaciones rituales con acción sobre el cráneo que a finalidades terapéuticas sobre el cerebro.

BIBLIOGRAFIA 545

Consta además en esta obra el estudio antrnpológico de las piezas inéditas y el de la necrópolis de Son Real (Mallorca) Ile- vado a cabo por la doctora doña Amparo Font.

Es digna de mención y elogio la parte gráfica. La mayor parte de las lesiones y trepanaciones van acompañadas de ilustra- ciones y magníficas fotografías, realizadas por el mismo autor y que resultan un ex- celente complemento a la descripción de cada caso, ya de por sí muy esclarecedora.

Podemos considerar, pues, esta obra como ejemplar, por su valor científico y claridad en la exposición y de consulta im- prescindible no sólo para el especialista, sino también para todo estudioso de la Pre- historia. - EL~SENDA VIVES BALMANA.

SOLER GARCIA, José M.": Villena. Prehis- toria-Historia-Monumentos. Alicante, Excma. Diputación Provincial, 1976, 176 págs., numerosas figs. y láms. (30 por 21 cm.).

Compilación de su obra dispersa, reali- zada a lo largo de veinticinco años y di- rigida por el mismo autor, descubridor del famoso tesoro de fines de la Edad del Bronce en el término de la ciudad que da titulo al libro.

El compendio ha sido dividido en tres grandes apartados: Prehistoria, Historia y Monutnentos. El primero se inicia con un articulo de conjunto sobre la pi-eliistoria del término villenense, desde sus materia- les más antiguos (Paleolítico medio) hasta los de época ibérica del poblado de San Cris- tóbal.

En los siguientes trabajos se da el iil- ventario y la tipologia de los materiales me- soliticos de la Cueva Grande y la Cueva Pequeña de Huesa Tacaña, con las plantas y secciones de ambos yacimientos. La cue- va del Lagrimal evidencia una ocupación neolitica. eneolitica y medieval. Otros yaci- mientos del Neolítico son el de superficie de la Casa de Lara, con cerámica cardial, y el del Arenal de la Virgen, donde este tipo cerámico dio ya piezas completas.

En todos estos trabajos se presentan

abundantes y perfectos dibujos del mate- rial lítico.

Siguen a continuación cinco articulos de los años 1949 a 1966 sobre el poblado de Cabezo Redondo, en los que se da su si- tuación y la descripción de sus distintos materiales cerámicos y metálicos, así como de un enterramiento infantil en urna, que ponen de manifiesto el carácter eminente- mente argárico del yacimiento al que el aná- lisis radiocarbónico ha dado una antigüe- dad de 3563 I 55 años B. P.

De época ibérica se presentan los per- files cerámicos y el material metálico que proporcionó una prospección superficial en el Peñón del Rey, que el autor califica de <<yacimiento posthallstátticoa, y la noticia del descubrimiento del poblado de la sierra de San Cristóbal. Siguen luego dos artículos que estudian los restos escultóricos de aquel mismo periodo aparecidos en la zona: la cabeza femenina del Museo Arqzeológico de Villena, con detallada exposición de su descubrimiento, y la «leona» del Zaricejo (Villena), con paralelos, situándola cronoló- gicamente en la segunda mitad del siglo Iv antes de Jesucristo.

Al tesoro de Villena y al tesorillo de Cabezo Redondo se dedican tres pequeños articulos que ponen de relieve su*gran im- portancia, del primero en especial, su po- sible cronología y el anecdotario de su ha- llazgo.

La romanización de la comarca villenen- se aborda en dos breves estudios de ca- rácter general, ponderándose los escasos restos arqueológicos conocidos hasta el pre- sente que proceden de villas esparcidas por la llanura, con breves referencias a las vías de comunicación del momento. Sin ruptu- ra de continuidad sc presenta un articulo sobre las «Ordenanzas de tasas promulga- das por el Concejo de Villena en 1525,,. Qui- zá sea el momento de decir, aunque queda evidente en la exposición realizada hasta el momento, que el mayor defecto del libro es la agrupación un tanto apresurada y sin posterior reelaboración de estos articulos periodísticos o científicos publicados a lo largo de varios años, lo que hace que den- tro del apartado que lleva por titulo Pue- historia se dé cabida no sólo a aquellos

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trabajos que tratan propiamente de la ma- teria, sino también los referentes a época ibérica, romana e incluso el mencionado en último lugar.

Hecha esta necesaria observación, pase- mos al contenido del segundo apartado. Em- pieza analizando la posible identidad de la Villena actual con la población BLNTLA, cita- da en un documento del año 713, para con- tinuar con la descripción del castillo de la Atalaya y de alguno de sus elementos cons- tructivos y decorativos.

Sigue el estudio titulado .Villena y el Principe Don Juan Manuel*,

En 1488 los Reyes Católicos juran frente a la puerta de Almansa de la Villa mante- ner sus privilegios, fueros y buenas costum- bres y que no la darían en señorío. Tal efe- mérides motiva dos artículos de nuestro autor.

A continuación se recoge un estudio bre- ve sobre la presencia morisca y su condi- ción social en la zona del Vinalopó.

En nBurriharon y Bogarra. Un punto os- curo en el Tratado de Almizrra. se analiza la posibilidad de identificación de ambos núcleos.

Sigue una breve síntesis de la importan- cia del castillo de la Atalaya de la ciudad de Villena hasta nuestros días.

De tiempos de Felipe 11 se hace un es- tudio onomástico de 279 apellidos de va- rones de todas las clases sociales que apa- recen en una lista que relaciona los hom- bres en edad militar que respondieron a una real convocatoria con un interesante análisis de los diversos tipos de armas que cada individuo aportó.

En el artículo siguiente se expone la his- toria de la Casa de la Ciudad a partir del siglo XVI, después de siglo y medio de no- madismo concejil.

El último artículo de este apartado de- dicado a la historia de Villena trata de la inauguración oficial del tramo de ferroca- rril Alicante-Almansa en 1858.

En el tercer apartado se describen los castillos de Villena y de Salvatierra de Vi- llena, exponiéndose su historia y, en el caso del segundo, se hace extensa mención de los materiales arqueológicos de época anti- gua y medieval proporcionados por los son-

6.eos realizados por el mismo autor. Otro monumento tratado es el monasterio de las Virtudes, del que se da un inventario de 1522.

Los dos siguientes artículos presentan la historia de los templos de Santiago y de Santa María, con la descripción de sus par- tes o aspectos más interesantes.

El penúltimo artículo recopilado se apar- ta c!e la temática villenense para dar una breve reseña histórica del monasterio de El Parral, Segovia. Motivo: su vinculación a los marqueses de Villena.

Cierra el volumen una descripción de al- gunos edificios civiles de la ciudad. - A. Pu- JOL PUICVEHÍ.

CABO ALONSO, Angel; M A R T ~ N GONZALEZ, J. J., y PITA ANDRADE, José Manuel: Cas- tilla la Vieja. León, 1. Colección Tie- rras de España, Madrid, Fundación Juan March, 1975, 426 págs., con nu- merosas figuras y láminas en color (29,5 x 24 cm.).

La colección «Tierras de España» tiene como propósito principal ofrecer una visión amplia del legado artístico y cultural de esa <<hermosa tierra de España., que cantó Antonio Machado. Es por ello que este pri- mer volumen, de los dos dedicados a Cas- tilla la Vieja y León se inicia con una breve introducción geográfica, para pasar a conti- nuación a describir extensamente los distin- tos aspectos del arte en cada región de Castilla. Tres especialistas en la materia han sido los encargados de la redacción de este libro, donde se hace hincapié en el arte prehistórico y romano, y en el arte de la Edad Media.

Angel Cabo Alonso describe en la pri- mera parte de este volumen la geografia física y humana de la zona mencionada, y comenta con gran acierto el capítulo per- teneciente a la población y sus asenta- mientos.

J. J. Martín González proporciona una vi- sión rápida, concreta y completa de las pri- meras manifestaciones artísticas en Castilla

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la Vieja, donde destaca principalmente el apartado referente a la cultura Céltica.

Por otra parte, J. M. Pita Andrada, espe- cialista en arte románico, se ocupa de la última sección, dedicada al arte en la Edad Media. Después de una pequeña introduc- ción sobre el primer arte cristiano, el au- tor pasa a desarrollar el arte visigodo en sus distintas manifestaciones. A continua- ción expone el arte románico en estas re- giones, describiendo la arquitectura a tra- vés del tiempo y los distintos focos cul- turales. Cabe resaltar el estudio que efectúa sobre la composición de fachadas, capiteles y pinturas murales. Sin embargo, el autor trata más superficialmente la escultura y pintura sobre tabla.

Referente al arte gótico, otro de los te- mas principales de este libro, J. M. Pita Andrade efectúa una pequeña introducción y comentario de algunas catedrales, siguien- do el orden cronológico de su fundación. Más a fondo estudia la escultura y decora- ción ornamental, así como la arquitectura civil y militar y las artes decorativas.

Finalmente el volumen se complementa con una serie de notas aclaratorias de los distintos temas tratados, una amplia biblio- grafía puesta al día, un indice de nombres e instituciones, un índice toponímico y un indice de ilustraciones, las cuales merecen una mención especial, ya que aparte de'. la cantidad y calidad de las mismas, permiten al lector seguir con suma facilidad el 'desa- rrollo del arte en las regiones de Castilla la Vieja y León.

En conjunto. podemos decir que se tra- ta de una importante aportación para el estudio y conocimiento del arte español. - M." TERESA LLECHA.

ALMAGRO BASCH, Martín; DEL AMO DE LA HERA, Mariano; BELTRAN MART~NEZ, Antonio; BLANCO FREIJEIRO, Antonio; CERDÁN M~RQUEZ, Carlos; FERNÁNDEZ- MIRANDA FERNÁNDEZ, Manuel; GARRIDO ROIZ, Juan Pedro; LEISNER, Georg y Vera; L U Z ~ N NOGUÉ, José María, y ORTA, Elena María: Huelva. Prehisto- ria y Antigüedad. Madrid, Editora Na-

cional, 1975, 320 págs., 248 Iáms. y 2 mapas pleg. (14,s x .?1,5 cm.).

La región de Huelva constituye uno de los núcleos de mayor riqueza arqueológica de la Península Ibérica y sin embargo has- ta el presente no existía ningún trabajo de síntesis donde acudir cuando se deseaba ob- tener una vision de conjunto de su pasado más remoto.

Con ocasión de celebrarse el XIII Con- greso Nacional de Arqueología en la capi- tal de la provincia y con el fin de llenar este vacío bibliográfico, se han reunido en este libro una serie de trabajos elaborados por especialistas en cada uno de los te- mas, constituyendo un compendio de datos muy interesantes sobre su Prehistoria y An- tigüedad.

La obra comienza con un documentado repaso a la historia de la investigación a cargo de J. P. Garrido y E. M.- Orta. Se- guidamente el mismo J. P. Garrido recoge los escasísimos datos que sobre la existen- cia del Paleolítico y del Neolítico se tienen. Aquí la arquitectura dolménica es realmen- te variada, apareciendo toda una evolución tipológica que va de los sepulcros de ga- lería con cámara única a los grandes mega- litos de galerías compuestas. Esta época se halla estudiada por C. Cerdán y G. y V. Leis- ner. Dichos autores ven en el área de Huel- va el punto de convergencia de diferentes corrientes culturales. Sobre una tradición neolítiea de pueblos pastores se observa una facies europea de agricultores y algunas in- fluencias de las culturales metalúrgicas ade- lantadas.

A continuación M. del Amo nos amplia su comunicación presentada al XIII Con- greso Nacional de Arqueología sobre los en- terramiento~ en cista de la Edad del Bronce.

J. P. Garrido y E.M.. Orta nos dan una visión general sobre las primeras influen. cias coloniales de la región, evidenciadas en Los importantes yacimientos de los cabezos de San Pedro y de La Esperanza y la ri- quísima necrópolis de La Joya.

Un hallazgo excepcional lo constituye el depósito de la Ría de Huelva estudiado por M. Almagro. Se trata seguramente de un cargamento hundido que contenía material

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de guerra útil y piezas rotas destinadas a ser fundidas.

M. Fernández-Miranda ha analizado el .

interesante yacimiento del cabezo de San Pe- dro. Como resultado de sus propias excava- ciones llega a las siguientes conclusiones: asentamiento de los primeros grupos huma- nos hacia finales del siglo vIr (niveles XIII al XI), cerámica de retícula bruñida y de barniz rojo fechada en el siglo V (niveles IX al VI).

A. Blanco y J. M.* Luzón nos hablan de los resultados de las excavaciones en el pri- mitivo poblado de Río Tinto. Sus casas son rectangulares, pequeñas, con muros revesti- dos de barro. En ellas existen muestras de actividades metalúrgicas relacionadas con el trabajo de la plata que nada tienen que ver con las técnicas argáricas, sino que se relacionan con sistemas de fundición orien- tales.

Una vez más se plantea el problema de Tartessos y su posible ubicación en Huelva. J. P. Garrido y E. M? Orta revisan las fuen- tes escritas y los documentos arqueológicos en los que se han basado los diferentes au- tores que han tratado el tema. Podríamos afirmar que durante los siglos XII al vr en Andalucia existe una cultura urbana pujan- te, producto de la conjunción de un Bronce poco conocido y de una serie de elementos orientales de origen .fenicio».

Muy poco es lo que sabemos sobre las tribus indígenas que recibieron la conquista de Roma. E. M.* Orta supone que el tipo de vida asimilable a un horizonte tartésico debió perdurar hasta la época romana.

El último capítulo está dedicado a la Ro- manización de Huelva. J. M.a Luzón ha sido el encargado de ofrecernos un resumen so- bre los materiales de la provincia. Se ana- lizan las vias romanas, las cecas locales, los restos epigráficos, agrupando al final, a niodo de ensayo de carta arqueológica, todo tipo de noticias relacionadas con la región onubense.

El carácter de los trabajos es diverso. puesto que su propia naturaleza así lo im- pone. Sin embargo merece ser destacado en lo que supone de esfuerzo colectivo digno de ser imitado. - MARIA ANCELS PETIT MEN- DizABnL.

YON, Marguerite: Manuel de céramique chypriote. 1. Problemes historiques, vocabulaire, méthode. Col. ~ M a i s o n de I'Orient Méditerranéeil Ancienn, n." 1 , Série Archéologique, 1, Lyon, Ins. titut Courby, 1976, VI1 t 250 págs., 84 figs. (26 x 17,s cm.).

Nos encontramos ante la primera parte de un ambicioso trabajo centrado en el es- tudio de las producciones cerámicas de la isla de Chipre, desde el Neolitico hasta la Época Clásica. La autora nos presenta, en este primer volumen, un análisis minucio- so de las características técnicas y morfoló- gicas de dichas cerámicas, dejando para uno próximo la presentación analítica de sus ca- racteres, tendencias y evolución, en tan lar- go espacio de tiempo.

Tras un primer capitulo de introducción a los diversos problemas que tiene plantea- do el estudio de las cerámicas chipriotas, así como de un estado de la cuestión, se pasa ya al análisis de ios aspectos más téc- nicos de dichas manufacturas.

La descripción de los diversos tipos de fabricación, de las técnicas decorativas y de los distintos sistemas de cocción, constituye el capitulo estrictamente técnico: a éste le sigue el que comprende el análisis morfoló- gico de los diversos elementos esenciales, funcioiiales y decorativos que. en conjunto, son los que dan identidad al objeto cerá- mico.

El Último apartado está dedicado al ele- mento decorativo, no en su aspecto técnico, ya tratado, sino centrándose en el análisis de los diversos motivos, las composiciones con ellos formadas y su ubicación en la su- perficie de la pieza.

El conjunto de cerámicas chipriotas que aparece descrito en el presente manual es muy amplio y diverso, y ello no es de ex- trañar, si tenemos en cuenta que se trata de la isla de Chipre y que se abarca un pe- riodo de tiempo muy extenso. La problemá- tica planteada por la existencia de dos ter- minologias científicas distintas, una Erance- sa y otra inglesa, intenta ser paliada por la autora con su utilización conjunta en las diversas descripciones, así como con la in-

clusión de un iridice de términos técnicos lor didáctico, que lo hace Útil no sólo para (francés-inglés). los interesados en el tema de la cerámica

Queremos destacar también, para fina- chipriota, sino también para todos los que lizar este comentario, la presencia de una están relacionados con el mundo de la in- guía para la descripción de materiales. Todo vestigación ceramológica. - XAVIER DUPRÉ ello contribuye a dar a este manual un va- I R A V E N T ~ ~ .

MARCELINO SANZ DE SAUTUOLA, Escritos y documentos. Preparados, con u n estu- dzo y notas, para esta edición por BENITO MADARIAGA DE LA CAMPA. Con <<Palabras preliminares» del Excmo. Sr. don EMILIO BOT~N-SANZ DE SAU- TUOLA Y L ~ P E Z , seguido de aApuntes bibliográficos sobre el descubrimiento de la cueva de Altamira>> del Dr. Mo- DESTO SANEMETERIO COBO. - Institu- ción Cultural de Cantabria, Colección de Bolsillo, 11, Santander, Diputaciórr Provincial, 1976, 350 páginas con nu- merosas figuras (19 x 12 cm.).

A la vista del primer centenario del des- cubrimiento de la cueva de Altamira por Marcelino S. de Sautuola es justo que se fije la atención sobre tan ilustre hombre de ciencia y su Tiempo. Por ello nos parece muy loable que la Institución Cultural de Cantabria, a través de B. Madariaga, haya publicado el libro cuyo enunciado encabeza estas líneas.

Después de una bella poesía de Ramón de Solano escrita en 1921 y dedicada a Ma- ría Sanz de Sautuola de Botín, que creemos inédita, el libro se abre con un .estudio ini- cial~> de Madariaga (págs. 13-45) en el que se sintetiza la biografía del descubridor de Al- tamira. A su intercsante texto se añaden dos cartas, de Henri-Martin y de Cartailhac, res- pectivamente, que constituyen una novedad en la historia de la polémica altamirense. Incluye a continuación los facsimiles del ma- nuscrito .Apuntes sobre la aclimatación del Eucaliptus Glóbulus~~ (1886). el importante

folleto <Breves apuntes sobre algunos obje- tos prehistóricos de la provincia de Santan- d e n (1880) (ya reeditado en otras ocasio- nes) y el manuscrito breves apuntes sobre el Puente San Miguel y sobre las Juntas de los nueve valles de Asturias de Santillana>> (1881).

Otras partes del libro reproducen textos poco o nada conocidos acerca de la auten- ticidad o falsedad de las pinturas, en espe- cial las notas publicadas en la prensa de la provincia de Santander por el propio Sau- tuola y Angel de los Ríos (págs. 123-172) y los debates sobre el mismo tema en la So- ciedad Española de Historia Natural (1880- 1902) (págs. 173-201). Como complemento se transcriben diversos documentos: partida de bautismo de Sautuola, árbol genealógico, certificados de estudios, papeles de la Co- misión de Monumentos de la que Sautuola fue vicepresidente, notas de prensa, escritos de la Diputación Provincial, el informe so- bre Altamira de F. Quiroga y R. Torres Cam- pos, una nota sobre la lápida romana de Ruiseñada, correspondencia, etc.

Aunque con algunos pequeños errores de detalle, los Apuntes de M. Sanemeterio (pá- ginas 289-343) constituyen una interesante aportación a la historia de la ciencia antro- pológica en España, en relación con la es- cuela de París (Broca) y para la polémica sobre Altamira. La bibliografía coetánea y actual que aporta no es completa, y su pe- culiar presentación hace dificil el cotejo.

En resumen, una notable contribución a la historia de la ciencia española en el últi- mo tercio del siglo XIX, a través de un per- sonaje tan importante como Sautuola y su

URIAS

trascendental descubrimiento. En ella queda destacado el alto grado de preparación de algunos de nuestros investigadores de aque- lla época y la consideración en que eran tenidos en los medios científicos de la ve- cina Francia. - E. RIPOLL PERELL~.

MAYA GONZÁLEZ, José Luis : Lérida prehis- tórica. Colección <<Cultura Ilerdense,>, Serie Arte e Historia, Lérida, Edicio- nes Dilagro, 1977, 140 págs., 91 figs. (19,5 x 12 cm.).

El autor, profesor del Colegio Universi- tario de Lérida durante varios años y en la actualidad de la Universidad Autónoma de Barcelona, realiza un buen resumen actua- lizado de la prehistoria de esta provincia catalana.

En una breve introducción explica la or- ganización de la obra y sus objetivos, que se encuadran dentro de la colección <<Cul- tura Iterdenseu. De este modo la obra es sencilla y manejable y al tiempo completa, en su propósito de reflejar los conocimien- tos que se poseen sobre este dilatado pe- riodo.

Su primer capitulo recuerda a todos los estudiosos que han trabajado en Lérida y comenta su trabajo, no olvidando ni a los que dieron los primeros pasos, como Pleyán de Porta, L. M. Vidal, Serra Vilaró, etc. ni a los actuales jóvenes investigadores. Pos- teriormente. y hasta el capitulo IX, repasa los diferentes periodos desde el Paleolítico a la Edad del Bronce y <<Penetraciones Indo- europeas* y comenta en cada uno su marco ambiental; los posibles cambios climáticos u otras motivaciones que se sospecha pudie- ron haber influido en la evolución prebistó- rica; sus yacimientos y su problemática. Su preocupación por reflejar el estado actual de nuestros conocimientos. bastante pobres, queda bien patente a lo largo de la obra. Así los capítulos 11 y 111, dedicados al Pa- leolítico y Epipaleolitico, descubren la esca- sez y problemática de sus hallazgos y la falta de un especialista interesado que lleve a cabo una investigación metódica y actua-

lice estos periodos. El IV plantea, a través de sus tres yacimientos con representacio nes de a r t e levantino., el debate cronnló- gico existente, nada fácil de solucionar. El V es sobre todo una exposición resumida de los modernos estudios, que están provocan- do una nueva sistematización del Neolitico en Cataluña y del que se conocen muy es- casos restos en Lérida. El capítulo VI, dedi- cado al Eneolitico (a través de megalitos y cuevas funerarias) y Bronce Antiguo, trans- pira la oscuridad y complejidad de estos momentos, que muchos autores prefieren unificar y respecto a lo cual ,Maya se en- cuentra ambiguo, El arte que puede ser atribuido al Eneolitico y Bronce se resume en el capitulo VIII, mientras la plena Edad del Bronce y lo que prefiere titular .Pene- traciones Indoeuropeaso ocupan el VI1 y IX, respectivamente, siendo éstos, en nuestra opinión, los más completos e interesantes. Respecto al Bronce Medio remarca sus di- ferencias con el resto peninsular y sus ma- yores afinidades con el sur de Francia y observa un hábitat en cuevas y poblados al aire libre, estos últimos situados en la mitad meridional de Lérida, lo que le per- mite pensar que responden al exponente de una explosión demográfica promovida por el auge de la minería, que posibilita medios agrarios más efectivos, permitiendo la colo- nización de los grandes llanos de secano. El capitulo IX resulta magistral. Un mayor nú- mero de yacimientos y su interés personal por estos momentos deciden una ejemplar exposición con ejen~plos concretos y aporta- tación de datos inéditos. Por último, el ca- pitulo x recoge la bibliografía existente, or- denada de acuerdo con los periodos en que ha distribuido la obra.

En definitiva. el libro es brillante, con una redacción sencilla y amena, como re- quieren las obras de divulgación, comple- tada con noventa y una figuras. A la vez es objetivo y cauto, exponiendo los pros y contras de todos sus planteamientos y las causas que le deciden por uno u otro es- quema, cronología, etc. De este modo este breve, aunque completo, y denso, aunque fluido, texto pasa a ser un trabajo de re- copilación y consulta de la prehistoria de Lérida. - ARACELI MART~N COLLIGA.

BIBLIOGRAFIA 551

~ L T U N A , Jesús: Lehen euskal herria. Guía fías aclaratorias sobre fauna paleolítica y fau- ilustrada de prehistoria vasca. na actual como el oso, el pottoka, el bisonte, i[lustré de aréhistoire basoue, Bilbao, sarrios y cabras monteses, comparándola ~ d , Mensajéro, 1975, 262 págs,, 61 foto: con representaciones faunísticas en arte pa-

rietal y mobiliar. grafías y 22 mapas (27 19" cm')' Tras el grueso de la obra el autor ha

La presente obra se halla concebida como una edición trilingüe -vasco, castellano y francés- de divulgación de los hallazgos y inonumentos arqueológicos del Pais Vasco, y su concepción sencilla y clara al oponer texto e ilustración, frente a frente, la con- vierten en un instrumento esencialmente di- dáctico. Dicho esto, conviene en primer lu- gar hacer algunas precisiones : Resaltemos aquí que el libro de Altuna aparece diri- gido de manera primordial al lector vasco, y ello es apreciable tanto en la utilización prioritaria de la lengua vasca como en la misma concepción de la obra: así, observa- mos que se huye de toda acumulación eru- dita y farragosa de datos para disponer de una equilibrada sucesión de imágenes y tex- to que inician al lector no especializado en el mundo de la Prehistoria y la Arqueologia del área tratada. En este sentido, cabe pre- cisar que esta Guia, por encima de fronte- ras y divisiones administrativas, abarca geo. gráfica y culturalmente a las siete provin- cias vascas: cuatro en territorio español y tres en el francés, representadas esquemáti- camente en los numerosos mapas de distri- bución de yacimientos con que cuenta el tra- bajo. Ya en el prólogo, el mismo autor ad- vierte sobre la finalidad del volumen de vul- garizar y hacer asequibles a los aficionados vascos, a los estudiantes y a los visitantes, los rasgos más sobresalientes de la inves- tigación arqueológica vasca, así como sus hallazgos más recientes. Bajo esta óptica, la información proporcionada muestra en pri- mer lugar la formación geológica del Pais Vasco, sus depresiones, alturas y cursos bí- dricos más importantes. Siguen en ello una alternancia cronológica, desde el Paleolítico Inferior hasta la Romanización, de mapas de distribución. vistas generales o de yaci- mientos y fotografías de materiales arqueo. lógicos significativos.

Por otro lado, señalemos que la compo- sición gráfica de esta publicación contiene el acierto de adjuntar dibujos y fotogra-

dispuesto trece esquemáticos itinerarios a través de los cuales puede visitarse una se- lección de los más significativos yacimien- tos y monumentos del Pais Vasco citados en el texto. Cierra el volumen un léxico de términos vascos utilizados y su traducción al castellano y francés.

Finalmente, sólo nos resta decir de esta útil obra que se trata de una buena inicia- tiva llevada a feliz término merced a una magnifica selección de fotografías de las que el texto, plenamente divulgador, constituye un complemento clarificador. En este sen- tido es sintomática la preponderancia grá- fica de los restos que -como los dólmenes y los menhires- por su moniimentalidad y vistosidad, producen un mayor impacto sobre el lector. Tan sólo habría que añadir que los ligeros desequilibrios en la propor- ción de imágenes presentadas de unos res- tos arqueológicos u otros, apreciables por el especialista, son imperceptibles a los ojos del público al que va dirigida esta Guia, para quien resulta una obra de primera mano, práctica y didáctica. - JORDI ROVIRA T PORT.

LORBLANCHET, Michel (con la colaboración de M. P H . RENAULT y C. MOURER): L'Art Prékistorique en Quercy. La Grot- te des Escabasses (Thémines-Lot). Moilaas, Editions P.G.P., 1974, 104 pá- ginas, 43 figuras (27 x 21 cm.).

Este trabajo se inscribe en la serie con- tinuada de estudios realizados por Michel Lorblanchet en la región de Quercy. Ti'ds el estudio de las cuevas de ~Sa in te Eulalie,, y de *Les Merveilles., Corpus de su tesis de tercer ciclo, el autor da a conocer sus trabajos en la cueva Des Escabasses, al mis- mo tiempo que ofrece las primeras conclu- siones, fruto de su labor de investigación en el Quercy, como primicia de un futuro tra- bajo de mayor envergadura, que compren-

552 AMPURIAS

derá todas las cavidades de dicha región. grafias Arqueológicas, XIV, Zaragoza, Se inicia la obra con el estudio geoló- Ed. P. Cerbuna, 1973, 369 págs., 58 fi-

gico de la cueva, realizado 'por M. Ph. Re- guras y 62 láms. (26 X 22 cm.). nault, quien al mismo tiempo ha hecho el estudio de las paredes. Todo ello está es. E, el momento presente se asiste entre trechamente relacionado con el problema de 10s especialistas en arte prehistórico a una la conservación de las pinturas. profunda renovación de los métodos de in-

La descripción del conjunto de figuras vestigación. Ello se debe en parte, sin duda, y un avance del resultado de las excavacio- a1 conjunto de excelentes corpus de arte nes sistemáticas, llevadas a cabo en diver- parietal que permiten poseer hoy una vi- sos puntos de la cavidad, completan la par- sión de conjunto de los materiales. Poco te dedicada al análisis Des Escabasses. Las a poco esa necesidad de corpus se ha ido representaciones artísticas se limitan a una haciendo sentir también en el arte mueble. docena de figuras y signos distintos, pinta- A pesar de que en este siglo largo de dos o grabados, de época magdaleniense. En- investigaciones sobre el arte mueble paleo- tre las figuraciones de animales destaca la lítico la minuciosidad de las investigaciones de un cuadrúpedo, intencionadamente até- más recientes ha permitido salvar algunos falo, y la de un pato, una de las Pocas re- importantes conjuntos, no ha aumentado el presentaciones de aves en el arte paleolí- interes hacia este aspecto del Paleolítico Su- tico. perior, lo que hace que la obra que rese-

Los diversos niveles de habitación ates- ñamos sea una pieza clave para el estudio tiguan la presencia del hombre en esta cue- y la interpretación del arte mueble del Pa- va desde el Paleolítico Superior hasta la leolítico Superior, y en concreto del de la primera Edad del Hierro. región cantábrica.

A través del estudio de las diversas cue- Como señala el propio autor, la preseslte vas con arte parietal de la región de Quer- obra es un catálogo de conjunto, como base, cy, el autor establece dos conjuntos de ca- y luego, y a partir de él, podrán abordarse vidades con representaciones de cronologia otros análisis bien necesarios y más minu- y estilo diversos. El primero de estos gru- ciosos. pos está representado por la cuva de Pech- El sumario se reparte en cuatro partes: Merle, cuyas figuras incluye en el estilo 111 En la primera, de introducción general, se de Leroi-Gourhan; el otro conjunto. que abordan cuestiones referentes al arte mue- se identifica con la estación de Sainte Eula- ble, a su ordenamiento y estudio. En la se- lie, es más moderno, atribuible al estilo IV gunda se ofrece el catálogo descriptivo de de Leroi-Gourhan. los materiales, ordenados por yacimientos.

Encontramos un capitulo dedicado al es- En la tercera se intenta una visión sintética tudio de las representaciones de aves en. el del arte mueble en el Paleolitico cantábrico: arte paleolítico, para lo cual el autor cuen- revisando criterios de técnica, estilos, temas, ta con la colaboración de C. Mourer, espe- cronologia, etc. En la cuarta parte se ofre- cialista en paleontología. ce. como apéndice, el repertorio gráfico con

Finalmente, y tras unas breves concfu. dibujo directo de los materiales invesita- siones, Michel Lorblanchet hace hincapié en riadas. el interés que encierra el estudio exhaustivo Según Barandiarán, parece posible llegar de una cueva, analizándola desde todos los a determinar en la Europa paleolítica unas puntos de vista posibles, tanto los artísticos áreas o aescuelasn, o siniplemente constan- como los estrictamente arqueológicos. - tes culturales por zonas. Como la escuela XAVIER DUPRÉ I RAVENT~S. del Pirineo francés. la rusa con sus carac-

teristicas decoraciones geométricas rectilí- neas y lo peculiar de los llamados asantua- rios,, del arte mueble (Bruniquel, Parpalló,

BARANDIARAN MAESTU, Ignacio: Arte mue. etcétera). Pero a pesar de que en la costa hle del paleolítico cantáhvico. Moilo- cantábrica no existan ~santuariosn de tal

BIBLIO GRAFIA 553

riqueza, hay algunos conjuntos más modes- tos (La Paloma, Altamira) o ejemplos indi- viduales (Valle, Castillo, Pendo, etc.), que muestran que esta área debe relacionarse con las vecinas del Pirineo y Dordoña.

El autor subraya, después, algunos ras- gos destacables de este conjunto cantábri- co: La riqueza en número y personalidad del estilo de las obras del Magdaleniense final del Pendo; el estilo de tratamiento de las figuras del Solutrense final de Alta- inira: la homogeneidad del repertorio de placas liticas de La Paloma; la escasez de elementos que desentonen notablemente del conjunto considerado; la existencia de mul- tiples peculiaridades locales en estilo, técni- ca o temas. Llega a la conclusión de que en el Paleolítico cantábrico son más abun- dantes y de superior calidad las represen- taciones realistas y los signos en soportes óseos que en liticos, y del predominio de los temas decorativos y de los signos poco com- plicados sobre las figuraciones realistas.

Respecto a la cronologia, el autor señala que la mayoría de las obras se sitúan en el estilo IV de Leroi-Gourhan, advirtiéndo- se en la región cantábrica un predominio de la época más reciente (más del estilo IV reciente - Magdaleniense V-VI -, que del I V antiguo -Magdaleniense 111-IV-). Ba- randiarán llega a la conclusión de que hay un cierto desfase cronológico entre las ma- nifestaciones parietales y muebles del Pa- leolítico cantábrico.

En resumen, estimamos que el presente libro es fundamental para los problemas del arte mueble paleolítico, analizado con el mé- todo depurado y la gran suma de conoci- mientos de que el autor hace siempre uso. Creemos que ha de ser un libro de con- sulta inexcusable. - R ~ C E R MARCET BARBE.

CAMPS-FABRER, Henriette (con la colabo- ración de J. BOUCHUB, M. CHABEUF, M.-C. CHAMLA, M. COUVERT, R. DUGIJI y F. SIRUGUE): Un gisement capsien de facies sétifien. Medjez I I , El-Eulma (AlgérieJ. Etudes d'Antiquités Africai- nes, París, Centre Natioilal de la Ré-

cherche Scientifique, 1975, 448 págs., 163 f igs . (28 x 22 cm.).

Esta obra es una extensa memoria de las excavaciones efectuadas en este lugar desde 1963 a 1968, iniciadas por M. Verguet y, a partir de los hallazgos de restos humanos, con la participación de esta arqueóloga (1967-1968).

En la introducción se sitúa geográfica- mente este yacimiento en la región de Setif y se relatan la historia y mctodologia de sus trabajos de campo.

De las tres partes en que se distribuye la obra, la primera (en cuatro capítulos) está dedicada a la descripción exhaustiva de cada campaña, haciendo inventario de los diver- sos hallazgos e hincapié en la industria li- tica, resumida en tablas e interpretada por curvas acumulativas y diagramas de bloque, de las que se van extrayendo conclusiones parciales.

En la segunda parte, bajo el titulo .La industria y su evolución>, examina, en el primer capitulo, la cronología aportada por el radiocarbono y se comprueba su situación en el Capsiense Superior. A su vez distingue cuatro fases evolutivas (vrr al v milenio) a partir de la industria lítica, evolución re- flejada en las tablas, curvas e histogramas de cada fase. En el capítulo 11 explica cuál ha sido la materia prima utilizada y la téc- nica de talla y estudia la evolución de la industria lítica por grupos de útiles, a tra- vés de los resultados de las últimas excava- ciones (1967.1968). haciendo deducciones par- ciales decisivas. En el 111 reúne los útiles de molienda y otros grandes, como cantos trabajados. núcleos, <<rabotsn, etc. El IV lo dedica a la industria ósea, perfectamente conservada, muy rica y variada y distingue hasta 29 tipos, que estudia por separado, siguiendo su evolución a través de las cua- tro fases definidas por la industria litica, en la que se observa la pérdida progresiva de su variedad inicial. El capitulo V queda dedi- cado al ornamento de estas gentes, basado en el ocre, y quizás en el tatuaje y comple- tado con conchas, dientes perforados, cuen- tas tubulares de hueso, colgantes de pie- dra, etc. El VI agrupa como arte mobiliar todas las piedras grabadas con decoración

564 AMPU'RIAS

geométrica elemental o más complicada, aquellas otras decoradas con surcos o en forma de concha y pez, así como los huesos con incisiones, estrías ...

La tercera parte queda dedicada al hom- bre y su medio natural y se inicia con un repaso de los restos humanos hallados, exa- minándose los modos de inhumación, ofren- das, avulsión dentaria y utilización de esos restos, haciéndose comparaciones con otras sepulturas capsienses. A continuación y a lo largo de los cinco capítulos restantes, se incluyen diversos estudios, efectuados por especialistas: M. ChabeuF hace el estudio an- tropológico; M.-C. Chamla, el de los diver- sos tipos humanos de los yacimientos cap- sienses ; J. Bouchud, el de la fauna ; R. Dughi y F. Sirugue, el de las cáscaras de huevos de avestruz, y M. Couvert, el de la flora.

Sus conclusiones resumen la importancia del yacimiento y definen el setifiense, dife- renciable del Capsiense e Iberomauritánico. Su excepcionalidad radica en la suma de unas características privilegiadas (configura- ción del yacimiento, riqueza del mobiliar, et- cétera), a las que se les ha sabido sacar el máximo provecho en una meticulosa excava- ción y en unos estudios posteriores muy exhaustivos, que dan idea del cuadro cro- nológico, antropológico, cultural y ecológi- co de aquel momento en la región de Sétif, donde se desarrolló una facies cultural, seti- fiense, dentro del complejo del Capsiense superior, con el que posee rasgos comunes, pero también diferencias notables.

Su fase antigua, pobre en microlitos geo- métricos, no se puede definir dentro de un Capsiense superior característico y menos de un Capsiense típico ni tampoco Ihero- mauritánico. Su fase 11, de gran equilibrio y originalidad, transpira una evolución inter- na y las caracteristicas capsienses se conso- lidan. En la fase 111 se inicia el tránsito ha- cia el setifiense evolucionado y éste, ya en la fase IV, observa una reducción y alige- ramiento de la industria litica, así como un alejamiento del Capsiense superior y, aun- que ya es contemporáneo a facies neoliticas mediterráneas y saharianas (V milenio), no posee rastro alguno de este periodo.

A través de este resumen critico de la obra esperamos quede reflejado el interés

que este trabajo nos ha despertado y la con- secuencia de que sólo una buena excavación, junto a un equipo coinpleto de investigado- res, puede dar resultados óptimos y conclu- siones objetivas. En la elaboración de la obra. el método estadístico está en la base, haciendo más transparente su comprensión. a lo que, sin duda, ayudan las numerosas figuras y láminas y completan sus deteni- dos índices y abundante bibl;?grafia. - ARA- CELI M A R T ~ N COLLIGA.

BELTRÁN MART~NEZ, Antonio, y PASCUAL, V.: Las pinturas rupestres prehistóui- cas de La Sarga (Alcoy), El Salt (Pe- nág~~ i la ) y El Calvavi (BocairenleJ. <<Serie de Trabajos Varios,,, n." 47, Va- lencia, Servicio de Investigación Pre- histórica, 1974, 56 págs., 34 figs. y XXXV Iáins. (20 x 27,s cm.).

Esta publicación es la monografía dedica- da a las pinturas rupestres de las cuevas de La Sarga, El Salt y El Calvari, situadas en la zona limítrofe de las provincias de Va- lencia y Alicante.

Cabe destacar que mientras el conjunto de La Sarga presenta pinturas de estilo le- vantino y representaciones esquemáticas, los dos abrigos restantes sólo contienen figuras de este último estilo.

Al iniciar el estudio del conjunto de pin- turas levantinas de la cueva de La Sarga, el autor destaca la originalidad de los pane- les en lo que a composición se refiere. Se pueden distinguir dos tonalidades de rojo, uno más castaño en los ciervos y arqueros y otro más claro en los signos geométricos. El ciervo es el único animal identificado; existen otras representaciones de cuadrúpe- dos, pero no se puede determinar su espe- cie. Las representaciones humanas, exclusiva- mente arqueros, son de una gran mono- tonía.

En los paneles pintados aparecen figu- ras naturalistas y esquemáticas, a las que se atribuyen edades diferentes, considerán- dose a las primeras mesoliticas con perdu- ración en el Neolitico. En el Eneolitico y en la Edad del Bronce se sustituyen por figu-

ras y signos esquemáticos. Es necesario dis- tinguir, no obstante, las figuras esquemáti- cas de la Edad del Bronce de los signos de carácter ideomorfo atribuibles a un mo- mento claramente anterior. Sin embargo. hay algunas excepciones que son de gran im- portancia. En el abrigo 1-a de la cueva de La Sarga existen numerosos trazos y signos esquemáticos (meandros, zig-zags, ángulos), a 10s que se superponen representaciones de ciervos naturalistas. No es éste un fenóme- no aislado: en Cantos de la Visera (Monte Arabí, Yecla) y en La Cueva de la Araña (Bi- corp) se encuentran otros ejemplos de su- perposición de figuras naturalistas a signos de tipo esquemático.

El profesor Beltrán sitúa las pinturas naturalistas en la fase 11, fechándolas en el cuarto milenio. Los signos, que son forzosa- mente anteriores, los sitúa en la fase 1 : del 6000 al 3500, con apogeo antes del 5000. El otro conjunto de signos esquemáticos de la cueva de La Sarga los sitúa en el Bronce Medio, así como los de El Calvari. Las figuras esquemáticas de El Salt son consi- deradas eneolíticas. Cabe destacar el grupo de meandros de La Sarga, realmente figu- ras laberintiformes, excepcionales en el arte esquemático peninsular.

Se trata de un trabajo importante des- merecido sólo por la deficiente calidad de las fotografías. Su interés reside en la do- cumentación de un estilo esquemático ante- rior al naturalismo levantino. Queda, pues, abierto el camino para la revisión de los conjuntos esquemáticos del oriente penin- sular, hasta el momento atribuidos, en blo- que, a un momento tardío. - XAVIER D U P R ~ r RAVENT~S.

DELIEES DE CASTRO, Germán: El vaso cam- paniforme en la Mesefa Norte espa- Gola. Studia Archaelogica, 46, Vallado- lid, Universidad de Valladolid, 1977, 174 págs., 35 Eigs. y 1 mapa pleg. (25 x 15 x 1 cm.).

El estudio del vaso campaniforme, tanto de la cerámica en sí, como del concepto de .horizonte cultural^ individualizado, se ha

convertido en un apasionante tema de con- troversia para los investigadores de la Pre- historia europea. La presente obra viene a sumarse al conjunto de trabajos realizados con la aportación de datos recientes y nue- vas hipótesis.

El marco geográfico elegido no corres- ponde a una auténtica región natural, sino a una unidad geográfica marcada por la red hidrográfica del río Duero. En cuanto a la historia de la investigación podemos resu- mirla a partir de los estudios elaborados por Alberto del Castillo y Juan Maluquer de Motes. El primero distinguía dos grupos cul- turales, el de la Meseta Norte propiamente dicho y el del Sistema Ibérico, incluyendo erróneamente a la cerámica decorada con la técnica de Boquique y manteniendo serias dudas sobre la originalidad campaniforme de las cerámicas de Somaén, Numancia y Renieblas. Más tarde Maluquer volvió a to- mar los materiales meseteños, aportando nuevos conocimientos adquiridos a partir de la excavación de la fosa de inhumación in- dividual de Villabuena del Puente (Zamora).

Después de esta introducción Germán De- libes comienza su trabajo con un inventario de los hallazgos inequívocos, la bibliografia completa de los yacimientos y los dibujos de las piezas más interesantes. Seguidamen- te profundiza en el análisis de la cerámica campaniforme y de sus variedades de forma y decoración, las cuales determinan las dife- rentes facies culturales en la Meseta Norte. También merecen una especial atención los objetos que completan el ajuar campanifor- me. Nos referimos a las leznas, puñales de lengüeta y puntas de Palmela. Menos fre- cuentes en esta región son 10s brazales de arquero, botones de perforación en V, cuen- tas de collar y puntas de silex de pedúnculo y aletas.

En cuanto a la tipologia de los yacimien- tos, éstos corresponden. en su mayor parte, a hallazgos funerarios, ya sean inhumaciones individuales en fosa, reutilización de mega- litos o cuevas sepulcrales colectivas. Gene- ralmente los lugares de habitación son de dudosa atribución, lo cual se halla en re- lación directa con la misma raíz del prn- blema de la .cultura del vaso campanifor- me,,, segiin entendamos se trate de la difu.

556 AMPURIAS

sión de una moda en poblados precampani- formes indigenas o pensemos en la llegada de gentes nuevas con hábitats independien- tes de los indígenas.

El estudio de los materiales y la disper- sión geográfica de los yacimientos han per- mitido al autor diferenciar una serie de xgrupos. personalizados: Grupo de las cain- piñas nzeridionales del Duero, caracterizado vor el enterramiento individual en fosa v la ' -~ ~

presencia en el ajuar del vaso, cuenco y cazuela con decoración incisa. Un segundo grupo lo formarían las Znhumaciones campa- niformes en cueva de la región de Segovia. En él se observa una variación en la tipo- logia de las formas cerámicas y en los sis- temas decorativos. Este grupo conectaría con el del Sistema Ibérico, del que sólo co- nocemos los lugares de habitación.

En el capítulo de las conclusiones desta- camos: 1, la correspondencia casi idéntica, entre la distribución geográfica de las es- taciones con vaso campaniforme y la que tendrá la cerámica perteneciente a la fase Cogotas 1. Esto viene a confirmar la exis- tencia de una vía de penetración natural y continuada, durante toda la Prehistoria, en- tre el Valle Medio del Ebro, el Jalón y la Meseta Norte; 2, después de los trabajos ya clásicos sobre el origen y difusión del cam- paniforme realizados por Castillo, Bosch, Savory. Sangmeinster y de los más recientes de Clarke y Guilaine, y si a ello añadimos las nuevas dataciones de C 14 en la Peninsu- la Ibérica, Delibes se manifiesta partidario de admitir el pleno desarrollo del vaso cam- paniforme meseteño a partir del 1700 antes de Jesucristo. lo cual correspgndería a una segunda fase de expansión de este fenómeno; 3, la presencia de individuos braquicéfalos en los enterramientos frente a los dolico&- falos indígenas favorecería la hipótesis de la introducción de un grupo étnico nuevo que aportaría fórmulas renovadas dentro de su bagaje cultural. tales como la generaliza- ción de la metalurgia o la utilización de tumbas individuales en contraposición a las colectivas indigenas.

Tras estas consideraciones, vemos cómo nos encontramos frente a una obra-modelo en su genero, es decir, ante u11 trabajo mo- nográfico dedicado integra y exclusivamente

al estudio de un problema cultural comple- jo, cual es el del *vaso campaniforme~~ en un área geográfica determinada. En este sen- tido, la realización de estudios analíticos creemos que es la base esencial para una posterior y más profunda comprensión del fenómeno campaniforme en su totalidad. - M." ANGELS PETX 1 MENDIZABAL.

ARNAL, Jean: Les Statues-ntenhirs, hont- mes et dieux. Col. «Archéologie, hori. zonts neufsn, Touiouse, Editions des Hespérides, 1976, 238 págs., 153 figs. (21 x 16,s cm.).

La estatua-menhir, en su sentido más arn- plio, supone la expresión plástica de una o un conjunto de creencias determinadas, no siempre las mismas, que adoptaron una gran cantidad de pueblos prehistóricos y que por tanto no pueden estudiarse aisla- das del contexto en el cual se produjeron. Arnal, buen conocedor del tema, comienza la obra que reseñamos revisando el comple- jo panorama de las culturas postpaleolíticas del Occidente del Mediterráneo, especial- mente de Francia, en las que tuvo lugar tal tipo de manifestaciones.

También dedica un capitulo a la historia de la investigación de este tema y da unas breves explicaciones sobre los procedimien- tos utilizados para la fabricación de las es- tatuas-menhir.

A continuación se analiza de una manera pormenorizada cada uno de los diferentes grupos regionales.

Las estelas de Rouerge se caracterizan por llevar representado sobre el pecho un .objeto>> de misteriosa significación que tal vez respondería, más que a un carácter fun- cional, a una significación de mando o dig- nidad.

En la garriga del Languedoc aparecen las estatuas llamadas *cabeza de lechuza,> por el probable tatuaje facial que llevan repre- sentado y que les da un aspecto semejante al del animal.

De los grupos provenzales el más im. portante es el de la Basse-Durance caracte- rizado por la existencia de pequeñas piezas

GRAFIA

pentagonales que presentan la cara orlada por una decoración en zig-zag.

En el tercer milenio se sitúan las repre- sentaciones de antropomorfos, .pares de senos), y algunas otras de aspecto esque- mático en las losas de los sepulcros de co- rredor y de las galerías cubiertas de la Bre- taña. También en los sepulcros megaliticos de la criltura Seine-Oise-Marne, aparecen grabadas las figuras femeninas conocidas como las ediosas mudas,, o las .diosas de los muertos,,.

Algunos centenares de esculturas, todas ellas masculinas, fueron realizadas en la isla de Córcega desde el Neolitico hasta la Edad del Hierro. En un principio se trataba de simples betilos sin decoración, pero poco a poco se diferenciaron en estos protoantropo- morfos los rasgos humanos, surgiendo al fi- nal las representaciones de armas. Más tar- de se abandona esta costumbre y se esti- lizan las formas que ya sólo ocuparan la zona norte de la isla.

En la Peninsula Itálica destaca el grupo de la Lunigiana. Sus estelas con cabeza en forma de achapeau de gendarme. son bien conocidas. Se fechan en la Edad del Bronce por encontrarse acompañadas del puñal tí- pico de la cultura de Remedello.

Las piezas sardas no tienen ninguna re- lación con las piezas de la vecina Córcega. Se fechan en el Neolitico Medio, abundan- do el tema de las estatuas provistas de cuernos.

La revisión de las obras ibéricas se cen- tra en un tipo bien alejado por su tamaño, material y forma de los grupos descritos hasta ahora. Se trata de los idolos-placa lu- sitanos y andaluces que Arnal, aunque las diferencias son patentes, da como origen de todas las estatuas-menhir occidentales. Su florecimiento tendría lugar en el Neoli- tic0 Medio, expandiéndose durante el Neo- litico Reciente y el Calcolítico por la Pe- nínsula Ibérica, Francia e Italia. La llegada del Bronce acabaría con un mundo religioso común, compuesto por divinidades tutelares y funerarias. Las transformaciones tomarían ahora un cariz de mayor brusquedad que el autor interpreta como el reflejo de una serie de conflictos bélicos. A estos cambios corresponderían las mutilaciones y rectifica-

ciones de sexo que se pueden observar en muchas de las piezas.

Arnal defiende el origen de la idea en el Mediterráneo Oriental, su difusión mari- tima y su germinación en el potente foco del estuario del Tajo. La cronologia extre- madamente elevada que propone, se halla en manifiesta discordancia con las tendencias actuales, que relacionan a los ídolos-placa con el vaso campaniforme (M." JosÉ ALMA- GRO GORBEA: LOS ídolos del Bronce I His- pano, reseña en Ampurias, 36-37, Barcelona, 1974-1975, págs. 352-3541, También hemos de objetar la dificultad en demostrar la teoria del origen oriental, pues son prácticamente inexistentes tales representaciones al este de Italia.

No por ello pierde la obra su valoración positiva, puesto que aunque se inserta en una colección destinada al gran público, en la que se sacrifica todo tipo de citas bi- bliográficas en favor de una lectura ágil y de una gran profusión de ilustraciones, no deja de interesar al especialista por la can- tidad de datos que proporciona y por las ideas personales que el autor aporta. - M." ANCELS P E T ~ T MENDIZÁBAL.

PEEK, 501111: Invenlaire des inégalithes de la Frunce, 4. Région Parisienne: Paris, Yveltnes; Essonne, Huuts-de-Seine, Sei- ne-Saint.Denis, Val-de-Marne, Val-d'Oi- se. 1 suplemento de Gallia Préhistoire, Paris, Centre National de la Recherche Scientii"ique, 1975, 408 págs., 37 figs. y 79 fotografías (28 x 22 cm.).

Se sigue con este volumen el inventario detallado de los monumentos megaliticos franceses, tres de los cuales habian sido publicados con anterioridad, guardando la misma uniformidad en la composición y presentación de los restos monumentales y sus materiales aqueológicos. En el primer capitulo el autor recoge las circunstancias históricas de los distintos hallazgos y las características de la investigación megalítica llevada a cabo en esta zona. En este sentido, la suerte corrida por las diversas tumbas colectivas queda reseñada en un cuadro es-

quemático en el que se detallan su año de localización y las circunstancias de la mis- ma. A partir de aquí se sucede el inventa- rio descriptivo de todos y cada uno de los restos megaliticos y que comprende los apar- tados siguientes :

1. Tumbas megalíticas y otras sepultu- ras y restos prehistóricos (galerías cubier- tas, sepulcros en fosa o hipogeos): A) Tum- bas colectivas confirmadas; B ) Otros sepul- cros confirmados; D) Restos humanos pre- históricos procedentes seguramente de tum- bas destruidas, y E) Falsas tumbas megafí- iicas. El segundo gran apartado está dedi- cado al inventario y descripción de los men- hires, tanto en sus ejemplares bien atesti- guados como en aquellos de dudosa confir- mación. Seguidamente, la relación de mo- numentos está constituida por un tercer apartado en el que se incluye a los alinea- mientos, cromlechs y construcciones diver- sas, y un cuarto en el que se inventarian los bloques pulidores -fijos y móviles no por- tátiles- y los pulidores existentes en losas de sepulcros megaliticos. Finalmente, el úl- timo capitulo de inventario está dedicado a los topónimos que, basados tanto en la estructura del monumento como en su con- tenido, función o imaginarios constructores, señalan la probable existencia actual o pre- térita de restos megaliticos.

Esta recopilación es analizada por el au- tor en el capítulo final de consideraciones globales del que creemos interesante resal- tar los siguientes puntos:

En primer lugar, la situación del 79 por 100 de las tumbas colectivas (37 en total) en la zona del Vexin francés y tierras limi- trofes, representando no sólo un 30 por 100 de la superficie total estudiada, fenómeno explicado a través de los condicionantes eco- lógicos que favorecían un mejor desarrollo de la agricultura primitiva en el área mega- litica, la abundante afloració~i de material constructivo -rocas calcáreas y de gres - y la existencia de sílex. La situacióii topo- gráfica no parece seguir en los monumentos ninguna norma general, si exceptuamos la asociación de las tumbas colectivas a cur- sos de agua o fuentes. Por lo que respecta al material pétreo utilizado, los constructo- res dolmé11icos han preferido servirse de los

bloques cercanos, aunque algunos de ellos hayan sido transportados desde distancias superiores a los 2 kilómetros, predominando el gres de Fontainebleau y la piedra calcá- rea, y en menor grado el gres bartoniense, la pudiiiga y la arenisca. Vale la pena se- ñalar entre las características arquitectóni- cas de los monunlentos el enlosado del sue- lo de la cáinara, constatado en veinticinco casos; la cuidada nivelación del piso a pe- sar de la pendiente del terreno, y la existen- cia de túmulos de pequeñas lajas calcáreas y de antecámaras comprobables en diez ca- sos, generalmente construidas al mismo nivel que la cámara.

Como elementos excepcionalmente intere- santes hay que señalar las aberturas de en- trada que presentan hasta cuatro tipos in- ventariables: 1 ) Dos losas transversales ali- neadas. Ilevaiido cada una de ellas, sobre sus bordes adyacentes, rebajes. 2) Una úni- ca losa de entrada, perforada en su mitad inferior por un agujero subrectang~~lar eii forma de boca de horno normalmente rodea- do por.un anillo rebajado en el lado de la antecámara. 3) Una única losa perforada de modo circular con o sin rebaje y en el cen- tro. 4) Entrada trilitica, en la que dos losas transversales alineadas dejan entre ellas una abertura bajo un dintel de piedra. Por lo que respecta al arte parietal, cuatro de las antecámaras de las galerías cubiertas poseen representaciones esculpidas en relieve de la diosa funeraria. Resalteinos igualmente las constataciones estratigráficas que han teni- do lugar en algunos monumentos, la docu- mentación de restos de combustión en el iiiterior de las tumbas y el estudio porme- norizado de los huesos humanos coi1 consi. deraciones sobre medidas, traumatismos. pa- tología y número aproximado de inhumacio- nes, que no permiten, en definitiva, resulta- dos en modo alguno concluyeiites. En cuanto a los ajuares, están caracterizados por la pre- sencia en 38 yacimientos colectivos de fósi- les directores de la civilización S.O.M., así como en nueve sepulcros no colectivos ni megalíiicos. Como elementos intrusivos cabe señalar algunos objetos de la civilización del Vaso Campaniforme. Cierran el cuerpo prin- cipal de este completo estudio las conside- raciones globales -estadística, conselvación,

dimensiones, forma, talla, etc. - sobre los menhires y algunos comentarios en torno a los cromlechs y pulidores.

Los apartados complementarios finales comprenden las abreviaturas utilizadas. un repertorio bibliográfico y dos índices: uno de topónimos y otro de yacimientos por d e partamentos. Una buena serie temática de fotografías -en las que sólo notamos a faltar una mejor calidad- sirve de colofón a este completísimo catálogo megalítico de la Región de París, que merece todo nuestro beneplácito por sus ambiciones de exhausti- vidad que, aunque no plenamente consegui- da en sus aspectos planimétricos y cartográ- ficos, proporciona una profunda y muy apre- ciable visión global sobre este fenómeno me- galítico en el área abarcada. - JORUI ROVIRA I PORT.

gulares; Les Bouissonnots (Bannes), irnpre- sionante recinto alargado de 20 x 100 m., y el de Le Pralat (Broussy-te-Gran) excavado por el propio autor.

A continuación se analizan los diferentes tipos de sepulturas encontradas en la región: 1, Sepulturas de incineración en urna: Con- sisten en una urna en cuyo interior se han depositado las cenizas, huesos y tierra pro- cedente de la pira funeraria. Puede acompa- ñarse de recipientes de ofrendas y objetos diversos que se sitúan en el interior o junto a la urna; todo el conjunto se coloca en una pequeíia fosa abierta en la tierra. 2, Se- pulturas de incineración en tierra: En este caso los huesos son colocados directamente en un agujero excavado en la tierra; acos- tumbran- a estar mezclados con cenizas de la hoguera. 3, Sepulturas de incineración en fosa: Se trata de una fosa rodeada de lajas a modo de caia con las medidas necesarias para recibir el cuerpo humano, pero en la

CI-IERTIER, Bernard: Les nécropoles de la que se la incineración y los ob. civilisarion des Champs d'Urnes duns jetos que al difunto, 4, ~~~i~~~ la rdgion des marais de Saint-Gond Itinerario: Tipo característico de esta zona, (Marne). VI11 suplemento de Galliu así como de Alemania Occidental y Holan- Préhistoire, París. Centre National de dada: la tumba nuede ser una de las va- la Recherche ~cientif ique, 1976, 180 paginas, 36 iigs. y X láms. (22 x 28 centímetros).

Con esta obra, Chertier desea contrfbuir al coi~ocimiento de la cultura de los Cam- pos de Urnas franceses, concretamente del área de las marismas de Saint-Gond, vasta depresión entre los relieves residuales de los comienzos de la meseta de La Brie, en la región de la Champagne.

Las necrópolis de Saint-Gond se hallan situadas en función del hecho físico. Ocu- pan la cumbre de las pequeñas eminencias que bordean la depresión drenada por el Petit Morin y sus afluentes. Son trece los yacimientos conocidos hasta el momento, la mayor parte de ellos gracias a las fotogra- fías aéreas y a las prospecciones superficia- les: Fxisteii conjuntos funerarios de nota- bles proporciones e interés como los de Le Moulin (Vert-la-Gravelle), con cinco recintos circulares; Aulnay-aux-Planches (Au-dessus du Chemin des Bretons), con tumbas en fosa, urnas simples, recintos circulares y rectan-

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riantes expuestas anteriormente con la par- ticularidad de estar rodeada de una fosa de forma y dimensiones variables. Existe la hi- pótesis de que la fosa podría haber servido para instalar una empalizada, rellenándose a contiiiuación de su excavación. Dicha em- palizada contendría un túmulo que cubri- ría la incineración central.

Finalmente se estudian morfológicamente los vasos cerámicas y el ajuar metálico que les acompaña. Basándose en los diferentes tipos de estructuras funerarias y en los cam- bios que experimenta la tipologia de las pie- zas, se han podido diferenciar tres fases en el proceso de ocupación de la cultura de los Campos de Urnas en esta área. La pri- mera se caracteriza por mostrar una adapta- ción rápida al rito de laincineración. Abun- dan las urnas bicónicas, los platos, las deco- raciones ricas, los cuchillos de hoja curva, navajas y brazaletes de extremos apuntados. Todo ello correspondería a unos C.U. 1 (1200- 1000 a. de J. C.). La segunda fase responde a un momento de apogeo. Se desarrolla al- rededor del 1000-800 a. de J. C., es decir,

se situaría en los C.U. 11. Aquí las urnas se Iiacen globulares, desapareciendo los cuen- tos y los boles. En la tercera fase se su- pone el declive de los campos de urnas en Saint-Gond: C. U. 111 (800-650 a. de J. C.). Abundan la decoración geométrica, las ca- renas bajas y los bordes abiertos.

Chertier, que ha trabajado intensamente en toda esta zona, ha estudiado también la problemática que presentan los hábitats co- rrespondientes a los campos de urnas y que prácticamente se desconocen. Cada poblado tendría su necrópolis, por tanto éstos debe- rían ser pequeños, a base de cabañas cons- truidas con materiales perecederos y situa- dos en las partes bajas, cerca de las ma- rism.3~.

Esta obra supone una contribución esti- mable al estudio de un período aún mal co- nocido, constituyendo una excelente mues- tra de lo que ha de ser un análisis pro- fundo sobre una región limitada. Se comple- ta con índices de personas, lugares y térmi- nos técnicos, lo que facilita su manejo y con una selección de los materiales muy bien representados. - MARIA ANCELS PETIT MENDTz~BAL.

APELLANIZ, Juan M.': El grupo de los Hu- sos durante la prehistoria con cerá- mica, a Estudios de la Arqueología AIuvesa, VII, Vitoria, 1914, 409 pags., 30 fotografies (25,s x 17 cm.).

Degut a la manca d'un <<Sumario. (pi- gina 5). ens hem vist obligats a confeccionar- ne un de simplificat. els titols del qual hem manllevat al mateix autor. Capítol 1 : His- toria de la investigación (pags. 8-31). Capi- tal 11: El covacho de Los Husos I (pagi- nes 31-312). Capital 111: Los Grupos huma- nos en el Pais Vasco (pags. 313-321). Capí- tol IV: La evolución cultural del grupo (pa- gines 322-362). Capítol V: El fenómeno fu- nerario (pags. 362-390). Capítol VI: Conclu- siones (pags. 390394). Bibliografía (pags. 394- 409). No sabem amb certesa si el títol sen- cer d'aquest llibre ha de ser completat amb <<en el País Vasco, com apareix a la pagi- na 7. Finalment, cal ter notar que aquest

estudi ha estat guardonat amb el premi Ba- sauri d'Estudis Bascos de 1'Ateneu de Bilbao.

A la vista de I'esquema anterior, hom s'adona que el cos de l'obra descansa en el capítol 11: el mateix nombre de les pagi- nes n'és u11 indici. En el capitol 1 s'exposa la historia de la investigació arqueologica al Pais Basc i la historia de les teories a que ha desembocat, i fa, a continuació, una ex- posició dels metodes arqueologics seguits i de la tipologia de la ceramica del grup.

En el capítol 11 hi veiem dues parts. La primera conté l'estudi arqueologic del <<co- vacho,, (pags. 31-168); la segona, la seqüen- cia cultural dels Husos.

Descrita la situació del ~covacho Los Hu- sos In, assenyala que la superficie escollida fa 42 m. quadrats, i l'excavada per l'autor n'o- cupa 30. L'autor organitza I'estratigrafia en «tres paquetes de estratos,,, eil el primer dels quals es distingeixen tres nivells, en el segon tres més, i, en el tercer. dos; encara hi afegira un quart estrat de poca diferen- ciació respecte a t'estrat B del paquet 111.

A continuació l'autor descriu els apa- quetew, fent-ne, tot seguit, l'inventari del material arqueologic (sílex, metall, cerami- ca, os, vidre, fauna, etc.) per estrats. Aquest inventari ve enriquit per .ranalis¡ qualitativa i quantitativa d'un nombre elevat de pe- ces, d'acord amb el W.L.M. de Stuttgart.

La segona part estudia els valors cultu- rals. ja que re1 covacho de Los Husos tiene la estratigrafía más completa y rica que se conozca en todo el Pais Vasco durante la Prehistoria con cerámica. (pag. 168). Per tant, analitza les formes de vida, els uten- silis, els enterraments, l'horticultura, la do- mesticació d'animals, la caca, la industria, etcetera. A continuació, I'autor estudia els següents aspectes: Eneolitico de transición (Bronce I hispánico antiguo); Eneolitico I (Bronce I hispúnico); Eneolitico I I (Bron ce I hispánico); Paralelos de Los Husos con otras culturas; Paralelismo del Bronce I de Los Husos y otros yacii7zientos del grupo; Relaciones de Los Husos con otros centros de cultura; Bronce I I (Bronce I I hispúni- co); Cronología del Periodo; Periodo vasco- romano (Romanización).

El capítol 11 acaba amb la referencia de la Cueva de Cobaira, que per la seva

BIBLIOGRAFIA 561

situació i pels seus materials pot contribuir a I'enriquiment de l'estudi sobre Los Husos.

El breu capitol 111 s'estén sobre la for- mació de Grups al Pais Basc, en tres apar- tats fonamentals: La geografía, La Antropo- logía física i 1'Antropologia cultural.

Els dos darrers capítols serveixen de com- plement, ja que presenten I'evolució cultu- ral del grup de Los Husos (capitol IV) i desenvolupen llur aspecte religiós (capi- tol V) basant-se en les formes fonamentals d'enterrament.

El capitol VI és el de les conclusions, que l'autor sintetitza en dues preguntes pro-

blematiques: ¿En qué cultura se le puede considerar incluido? i ¿Cómo sería la cultu- ra de Los Husos en su evolución histórica?

La Bibliografía que clou el llibre és abun- dant.

L'obra resulta un instrument valuós de treball per la riquesa del material que ore- reix, per la seva ordcnació, pels suggeriments i hipotesis que s'hi produeixen i també per la sintesi de treball arqueolbgic que repre- senta, el que fa que constitueixi una fita que s'haura de tenir en compte en els futurs estudis histbrico-arqueologics sobre el Pais Basc. - PERE VILLALBA I VARNEDA.

ORIENT

SINGII, Purushotiam: Neolilhic cultures of Western Asia. Londres y Nueva York, Seminar Press, 1974, XII + 240 páginas, 74 figs. y 2 mapas (24 x 15 centímetros).

El autor del departamento de Historia Antigua de la India en la Universidad hindú de Banaras realiza en esta obra una revi- sión de las culturas neolíticas del Asia Oc- cidental.

En su introducción examina la proble- mática de los orígenes y significación del Neolítico a través del trabajo de importan- tes investigadores, como Childe, Braidwood, Daniel, Helbaeck, Wrigbt, Zeiss, etc. y expo- ne sus teorías a favor de un determinismo climático, culminación de un progreso am- plio, de un avance tecnológico ... Estas teo- rías y otras más son recogidas y discutidas por medio de resúmenes críticos y citas con- cretas y, después de una evaluación global concluye que no se ha llegado al momenlo de la explicación satisfactoria ni suficiente del problema, que sólo futuros trabajos, en colaboración con paleoclimatólogos y paleo- botánicos, etc., podran resolver.

Posteriormente distribuye la obra según las divisiones políticas actuales y en cada

una resume las características generales, re- visa sus importantes yacimientos (descrip ción, fases, dataciones..: acompañado de un buen número de figuras y planos) y analiza y coteja los últimos datos proporcionados por lasmás recientes excavaciones, para po- ner al día los conocimientos sobre aquellas culturas. Todo ello siempre d e forma resu- mida.

Por último examina los diferentes ras- gos que caracterizan el Neolítico en el Pró- ximo Oriente, como son la domesticación de animales y plantas, especificando sus espe- cies, cuya distribución se verifica en mapas detallados ; cerámica ; arquitectura ; comer- cio de obsidiana, etc.

Un apéndice reúne las dataciones de ra- diocarbono, que se conocen en esta amplia zona.

En resumen, se trata de una obra de divulgación y consulta, cuyo texto asequi- ble ha sido completado con gran número de figuras de la cultura material, así como planos, mapas de repartición, índices exhaus- tivos (de autores, de yacimientos y lugares, general), bibliografía, etc., haciéndola mane- jable y útil al estudiante, pero también al interesado por estos temas e incluso al es- pecialista. - ARACELI M A R T ~ N COLLIGA.

DEL CIIIARO, Mario A,: The Etruscan Fun- nel Group. A Tarquinian Red-Figured Fabric. Universita di Roma. Studi e materiali d i Etruscologia e Antichita Italiche, XIV, Florencia, Sansoni, 1974, 61 págs. y 62 láms. (25 x 17'5 cm.).

Fue Sir John Beazley en su fundamen- tal obra Etruscan Vase-Painting (1947) quien individualizó el llamado aFunnel Group» y quien, en vista de la procedencia de un cierto número de los vasos de este grupo cerámico, propuso que su centro de pro- ducció debía ser Vulci. Ahora, en la obra que aquí comentamos. Mario del Chiaro, pro- fesor de la Universidad de California, ha .realizado un análisis específico de los talle- res y de los pintores del «Funnel Group,, con la intención cie probar sus sospechas de que los vasos de este grupo no fueron producidos en Vulci, sino en Tarquinia du- rante la seg~inda mitad del siglo rv.

Antes de iniciar la parte dedicada a ca- tálogo, Del Chiaro expone y analiza las ca- racterísticas mas importantes de este gru- po cerámico, constituido en su mayor par- te por cráteras y stamnoi, aunque incluye también skyphoi, oinochoes y kylikes. Estu- dia los motivos decorativos y el repertorio de figuras, el barniz, la pasta y las formas.

Puesto que los vasos del eFunne1 Group. -actualmente en número aproximado de 40- no son la obra de un solo pintor o de un solo taller, del , Chiaro realiza un catálogo de las piezas divididas fundamen-

que, por una parte, Del Chiaro afirma que la ausencia de relief-lines en los vasos del ~~Funnel Group* no tiene uii significado cro- nológico; sin embargo, un poco más ade- lante afirma que las relief-lines son entera- mente abandonadas en las últimas produc- ciones de vasos ceretanos de figuras rojas datados en las últimas décadas del siglo i v y en consecuencia da por sentado que las actividades de los pintores del ~Furiiiel Group. de Tarquinia -centro influido por los vasos ceretanos de figuras rojas- es- tán deiitro del último cuarto del siglo rv.

En opinión del autor, el paralelismo en- tre los dibujos de la moda femenina de los vasos del ~Funnel Groupa y el sarcófago de la Amazona pintada de Florencia, los ejem- plares esculpidos tarquinios, la representa- ción de Caronte en la tumba deli'oreo, y de Lasa en la tumba degli Scudi, todo ello se- iíala sólidamente a Tarquinia como centro de producción de los vasos del ~Funnel Group.. Además de la referencia cronológi- ca que estas analogías ofrecen, proporcio- nan una visión fugaz sobre el medio ambieii- le artístico de los escultores tarquinios, de los pintores de tumbas y de vasos.

En conjunto, se trata de un estudio bien realizado y bien presentado, que faverece una mejor comprensión de las relaciones entre los talleres, pero que no creemos cons- tituya una aportación excepcional al estu- dio de la cerámica elrusca de figuras ro- jas. - Mnnin J. PENA.

talmente en cuatro grupos principales: el A ~ G N E R FORESTI, ~ ~ ~ i ~ ~ ~ : ~ ~ ~ i , ipotesi e pintor de Berlín, el pintor de Berkeley, el taller vaticano y el taller <<Frontal., que in- consideruzioni sull'origine degli Etrtts- cluye varios pintores. chi. Dissertationem der Universitat

En sus conclusiones, el autor intenta pro- Graz, 30, Wien, Verband der wissen- bar -aunque no sé hasta qué punto lo con- schaitlichen Gesellschaften Usterrei- sieue - sus dos ideas básicas: la datación che Verlag, 1974, XVII + 360 págs. - - - de los vasos del ~Funnel Groupn en la se- (20,5 x 14,s cm.). gunda mitad del siglo rv y su procedencia tarquiniense. El primer punto no queda, en La obra que reseñan~os nos presenta la nuestra opinión, demasiado claro, puesto rcvisión de un tema no por más estudiado

menos eiligniático: el origen del pueblo etrusco. Su objetivo queda explicado con ponderación y honradez en las páginas de apertura: <Se quieren más bien subrayar y discutir críticamente los mayores problemas que gravan hoy este campo de tos estudios etruscos, sobre la base. de1 material a nues- tra disposición, esto es, de los trabajos ya desarrollados en las diversas ramas de fa cultura que se interesan por el problema.,, Todo ello con una critica seria. Los traba- jos analizados pretenden conformar una pers- pectiva general y ofrecer una respuesta tanto sobre su propia validez, como a los inte- rrogantes de ¿quiénes son los etruscos?, jcómo hay que interpretar sus orígenes?

La introducción nos ofrece la situación de los estudios sobre el mundo etrusco y su análisis l e lleva a considerar superado el compartimiento estanco de cada una de las hipótesis tradicionales emitidas hasta hoy. A la disección y comentario de cuan- tos trabajos y autores han significado su es- fuerzo en el conjunto en la explicación del origen de los etruscos se dedicarán los tres capítulos centrales del libro. En cada caso se lleva a cabo una critica rigurosa apor- tando numerosos puntos de vista persona- les y llegando a las conclusiones pertinentes.

El capítulo I versa sobre «los etruscos en la tesis de procedencia,,, estudiando las tres tesis propuestas tradicionalmente de los etruscos como una etnia ya definida, ininigrada del norte, del oriente o bien au- tóctona. Esta hipótesis, aunque con nuevos datos no pudiera dejarse de lado, no tiene una evidencia tal que haya de ser necesa- riamente aceptada.

.Los etruscos en la tesis de formación étnica,, centran el capitulo 11. Se subraya en él que el proceso formativo del pueblo etrusco se pudo producir en el territorio de su futura sede histórica en un período an- terior al villanoviano (pág. 185). Esta hipó- tesis de la convergencia de diversos elemen- tos en la formación del pueblo etrusco se presenta hoy con mayor validez que la de procedencia, por más que no se impongan todas y cada una de sus conclusiones.

.La tesis de un renacimiento étnico,, se estudia en el capítulo 111. El contacto con Grecia y Oriente, segun la tesis de J. Bé-

rard, ocasionaría un despertar en el si- glo ~ I I I a. de J. C., que pudo dar lugar al florecimiento de la civilización etrusca his- tórica. Para ello se precisaría determinar con una metodología fiable qué rasgos re- nacieron de su anterior existencia, sin caer en propuestas generalizadas sobre «argu- mentos ex silentio,, o elementos de juicio negativos. Se puede conceder, sin embargo, un fondo histórico a los restos de leyendas que denotarían los antiguos contactos entre Oriente y Etruria. En definitiva, del reco- rrido crítico efectuado por la profesora L. Aigner se desprende que .hoy día la pers- pectiva metodológica desde la que se debe afrontar el estudio de la aparición en la historia de la nación etrusca debe conside- rar a la misma como fruto de un proceso formativo acaecido en Italia,).

Dos aexcursus,,: sobre los contactos en- tre Cerdeña y Etruria y sobre la justifica- ción del étnico «Tyrsenoin con el topónimo asiático Tyrra (Tyrsa) cierran este trabajo repleto de referencias bibliográficas que pro- porcionan el repertorio completo de fuentes relativas al tema. En sus últimas páginas nos ofrce una bibliografía fundamental y un índice de textos manejados en la obra.

Sólo nos resta confirmar las palabras de la propia autora en la página 341: .quisi6- ramos subrayar que nos hemos atenido lo más fielmente posible a tos datos dispo- nibles, dejando de lado toda generalización y toda deducción sin fundamento.. - JosÉ MART~KEZ GÁzau~z.

RALLO, Ailtonia: Lasa. Iconografia e Ese- gesi. Universita d i Roma, Istituto di Etruscologia e Antichita Italiche, Flo- rencia, Sansoni Editore, 1974,77 págs., 42 Iáms. (25 x 17 cm.).

Es tradición asentada entre los arqueó- logos designar genéricamente con el término el asa^ todas las figuras femeninas desnudas o vestidas, a veces aladas, que aparecen en las escenas etruscas de carácter mitoló- gico o funerario. Se trata de un convencio- nalismo basado en la interpretación exten- siva de unos pocos casos en los que efec- tivamente aparece escrito este nombre; por

564 AMPURIAS

tanto. no tiene valor critico pero se repite por inercia o comodidad.

El problema del significado de Lasa ha sido a menudo discutido en estudios pre- cedentes. Pero faltaba hasta el presente una verificación rigurosa de los datos arqueoló- gicos a fin de permitir el necesario escla- recimiento de las ideas un tanto vagas al respecto y tener resultados seguros en el terreno histórico-religioso. La doctora Rallo, conservadora del Museo del Istituto di Etruscologia e Antichita Italiche dell'uni- versiti di Roma, parte de la recogida y comentario critico de los pocos documentos epigráficos a través de los que puede, aun- que sea dentro de ciertos limites, definir el concepto de esta divinidad o semidivini- dad etrusca, en sus aspectos singulares y plurales que en cualquier caso la acercan al de la Ninfa del mundo griego.

Nadie hasta ahora ha afrontado el pro- blema con un análisis que arrancara del único punto de partida posible: los docu- mentos escritos que atestigüen con seguridad la presencia de figuras conocidas por los etruscos con el nombre Lasa. Autores anti- guos y modernos, con bases arbitrarias, in- tentaron explicar la función de Lasa. De las tres tesis principales sobre este personaje divino, la más antigua es la que lo inter- preta como un demonio femenino de ultra- tumba. Con esta acepción el nombre se atribuye a todos los que aparecen en sarcó- fagos, urnas, tumbas, con el nombre de <clasa funeraria,,. Paralelamente se desarrolló la te- sis de Lasa como divinidad ornatrix, perte- neciente al cortejo afrodisiaco, con valor a veces decorativo, o parecida a las Horas, Gracias o Ninfas. En momentos posteriores Lasa es una de las divinidades mayores del panteón etrusco, diosa del amor, asimilable a la Fortuna Primigenia. Otra tesis, poco seguida, la considera el símbolo de la vic- toria. El problema sigue aún en pie.

Este estudio propone una solución criti- camente válida. Se inicia con el análisis de la documentación iconográfica, tomando en consideración, de entrada, aquellos pocos ob- jetos (algunos espejos y un anillo grabado) en los que aparecen figuras femeninas con- traseñadas con el nombre Lasa. Sobre la base de la clasificación tipológica de estas

figuras, prosigue con el examen de las re- presentaciones anepigráficas. Por lo tanto, el volumen se ha dividido en dos partes: la primera está reservada a la catalogación de las piezas que llevan el nombre Lasa; la se- gunda está dedicada al análisis critico de los documentos, articulado en los siguientes puntos: las representaciones y los nombres. Efectivamente, se ha considerado necesario hacer correlativamente el examen iconográ- fico con el epigráfico y lingüístico de los nombres y de la fórmula onomástica bimem- bral y con una comparación con las fuentes antiguas.

El catálogo comprende todos los objetos en los que aparece el nombre Lasa, que ha sido posible recoger a través de una cui- dadosa búsqueda bibliográfica y cuando ha sido posible, un conocimiento clirecto de las piezas.

Un último gran apartado bajo el titulo de Anotaciones lingüisticas y filológicas y conclusiones sobre la naturaleza de Lasa es un intento de explicación sobre la natura- leza religiosa y mitológica de Lasa a partir de los datos epigráficos, o sea del análisis lingüístico.

Se puede concluir que Lasa forma parte de una categoria divina, formada por una pluralidad de esencias, idónea para indivi- dualizarse con un segundo nombre que la caracteriza en una función específica. Sobre la base de esia equivalencia puede hacerse la hipótesis de que la fórmula onomástica bimembre se articule con un primer térmi- no genérico y un segundo especifico actuan- do el nombre propio. Ello explicaría inclu- so la ausencia de una iconografyi fija. - A. PUJOL PUIGVEH~.

BLAZQUEZ, J. M.": Tartessos y los orige. nes de la colonización fenicia en Oc. cidente. Acta Salmanticensia, Salaman- ca, Universidad de Salamanca, 1975, 447 págs., 156 Iáms. y numerosos di- bujos (24 x 17 cm.).

El profesor Blázquez pone al día en esta segunda edición una obra que constituye un compendio de cuanto se haya escrito sobre Tartessos y los fenicios en Occidente. De

BIBLIOGRAFIA 565

ahí que, aparte las nuevas aportaciones y puntos de vista originales, la obra es ade- inás una muestra de erudición y una exbaus- tiva recopilación bibliográfica sobre los as- pectos relacionados con el tema.

El capitulo' primero está dedicado al es- tudio de las fuentes clásicas referentes a Tarshish a través de las opiniones de los autores contemporáneos, lográndose así el estado actual de la cuestión. La segunda parte del capitulo analiza los documentos arqueológicos más arcaicos de los fenicios en Occidente. Dentro de este primer capitu- lo y para sentar las bases de comparación, se revisan los testimonios arqueológicos fe- nicios más antiguos en Sicilia y Cerdeña.

El capitulo segundo tiene por finalidad el estudio de toda la producción tartésica en metal. En primer lugar se consideran los jarros globulares (La Aliseda, Cáceres; Cruz del Negro, Carmona y Coca, Segovia) en hús- queda de su área de dispersión y origen. De la forma B (con asa tripartita termina- da en tres cabezas de serpientes) se estu- dian los ejemplares de Niebla (Huelva), de la colección Calzadilla y del Metropolitan Museum (Nueva York). Al grupo C (vaso coronado por una cabeza de animal) perte- necen el jarro del Museo Lázaro Galdiano de Madrid y el de Mérida.

Las siguientes piezas examinadas son los broches de cinturón de Niebla, Sanchorre- ja. Castro de Azougada, Carmona, 'todos ellos fechables a finales del siglo VII o prin- cipios del siglo VI. También se atribuye esta cronología a los tres bronces votivos del Berrueco.

La famosa figura de sacerdote encontra- da en Cádiz podría ser más antigua de lo que usualmente se dice (siglo v). Piezas únicas son también el carro votivo de Méri- da y el guerrero de Medina de las Torres (Badajoz), ambos de la segunda mitad del siglo VI antes de Jesucrito y quizá, por la semejanza de la fisonomía, de una misma mano.

Los bocados de caballos evidencian asi- mismo influencias orientalizantes, si bien son muy claras también las hallstátticas (aves acuáticas con simbolismo solar).

Después del estudio de la vasija de bron- ce del depósito de Bercozana (Cáceres), se

pasa a considerar una forma que por si mis- ma define los yacimientos tartéssicos y que fue monográficamente tratada por Cuadra- do: los recipientes rituales (.braserillos pú- nico~.). Se revisa el estado de la cuestión de los de Almuñécar, La Aliseda (dos de plata), Carmona, Huelva y Granada. Los pun- tos más septentrionales en que los encon- tramos son: La Bastida (Valencia), Azaila (Teruel) y Tivisa (Tarragona).

Muy interesante es también el estudio del bronce de Sevilla (¿El Cararnbolo?) dedi- cado a Astarté.

El capitulo IIr es un estudio de la orfebre- ría tartéssica. Por su importancia innegable se analizan pormenorizadamente en primer lugar las piezas que en 1920 se encontraron en La Aliseda. Blázquez insiste en los as- pectos técnicos de estas piezas, muy impor- tantes a la hora de establecer unas relacio- nes e influencias.

Aparte algunos objetos sueltos, el gruc- so de este capitulo va dedicado al estudio del otro gran conjunto de orfebrería tartéssi- ca: el tesoro de El Carambolo (Sevilla). El capitulo termina con un estudio de los me- dallones de Málaga, obra siria de finales del siglo VII, y de Ibiza (MAN, Colec. Vives) con precedentes en el Próximo Oriente.

El siguiente capitulo está dedicado a los marfiles de las tumbas de Carmona, Villa- ricos y Elche. Los más antiguos son los de la primera mitad del siglo vIr (Acebuchal y Carrnona). En la segunda mitad de aquella centuria se evidencia una producción más autóctona, y a partir del 600 se cortaría todo contacto con el exterior.

En arquitectura los restos son tan esca- sos que en el capitulo a ella dedicado sólo se trazan los prototipos y paralelos del ca- pitel de Cádiz.

Más importante es el capitulo dedicado a la producción cerámica (VI). Se estudia toda la tipologia desde el 700 al 500 a. de Jesucristo, dando de cada forma todos los hallazgos, para lo que es fundamental el yacimiento de Almuiiécar. entre otros. Las formas exhaustivamente tratadas son: 1, oinochoai piriformes; 2, vasos de boca de seta; 3, lámparas de quemar perfumes; 4, lucernas; 5, platos. Dentro de este mismo capitulo se estudian los paralelos y proce-

566 AMPURIAS

dencia de una producción típicamente orien- tal: los huevos de avestruz.

Dentro de los alabastra, siguiente capí- tulo, se trata de lo estatuilla de Galera, Granada (necrópolis de Tutugi).

Los catorce vasos de alabastro de Almu- ñécar tienen paralelos claros en Fenicia. La inscripción jeroglífica con cartela de Ta- kelot 1 (847-823) en uno de ellos es paleo- púnica, de las más.antiguas del país.

Muy interesante es el capítulo VIII des- tinado a poner de relieve la influencia etrus- ca en el sur de la Península. Blázquez remar- ca que es más fuerte de lo que parece, evi- dentemente en la técnica y moda de algu- nas piezas como el oinochoe de Granada, el bronce de E1 Raso (Avila), el collar de la necrópolis de la Cruz del Negro. Sin em- bargo, el mayor número de materiales etrus- cos se encuentra en Cataluña.

Tan completo estudio sobre el sentido de Tartessos permite las siguientes conclu- siones generales: 1, entre los siglos VIII-VI existe una gran koiné circunmediterránea (Grecia, Cartago, Etruria, Tartessos); 2, téc- nicas y modas orientales se imponen, a ve- ces, sobre formas indigenas (pendientes y brazaletes); 3, gran estimulo sobre lo indí- gena debido a semitas, chipriotas y, en me- nor grado, etruscos y luego griegos); 4, cabe añadir aún el influjo indoeuropeo, si bien para todos los investigadores e1 enterramien- to en túmulo es un legado cultural oriental.

Sentadas estas bases se pasa a estahle- cer las conclusiones sobre la localización de Tartessos: para Blázquez las fuentes escri- tas no dejan ninguna duda de que se trata de una ciudad, decantándose, por la tesis de Luzón, de situarla en la ría de Huelva, en contra de la opinión de Shulten (Guadalqui- vir). Se intentan marcar los límites de su territorio.

Otros aspectos que piden una considera- ción final son los contactos de Tartessos con griegos y cartagineses y el fin de aquélla. Se reconsideran los testimonios escritos y arqueológicos.

Los cinco años que separan esta edición de la primera han permitido al autor poner al día el estudio de los distintos yacimien- tos, dando los nuevos materiales proporcio- nados por las excavaciones. Así, se hace un

interesante estudio de los thynzateria y de las cerámicas de El Carambolo. De los po- blados fenicios de Cerros del Peñón, Tosca- nos, Alarcón y Aljaraque se recogen los re- sultados de las últimas campañas de exca- vación, buscándose los paralelos a las cons- trucciones y piezas cerámicas púnicas y grie- gas. Lo mismo sucede con las necrópolis fenicias de Cortijo de las Sombras, Traya- mar y Jardín (estudio de las fíbulas). Es muy interesante el análisis de los paralelos de diversos elementos culturales de los po- blados indígenas siguientes: Cabezos de San Pedro y de la Esperanza, Colina de los Quemados, Los Saladares y Vinarragell. Ne- crópolis indigenas de influencia fenicia, de las que se da el estado actual de las inves- tigaciones son: La Joya. Osuna, Setefilla y del Bajo Alentejo.

La obra presenta una magnífica colección de láminas (156), además de abundantes di- bujos en el texto. e índices de fuentes lite- rarias, nombres de localidades y gentes an- tiguas, nombres de dioses y de personas de la antigüedad y de museos y colecciones. Para el lector seria sumamente clarificante que la introducción a la addenda se colo- cara al comienzo de 13 obra. - A. PUJOL PUICVEH~.

TARRADELL, Miquel, y FONT, Matilde: Ei- vissa cartaginesa. <<Biblioteca de cul- tura catalana>>, n." 13, Barcelona, Ed. Curiel, 1975, 316 págs., 98 figs. y 8 lá- minas (18 x 12 cm.).

La obra de Tarradell y Font ofrece, por primera vez. un balance del estado actual de los conocimientos sobre la Ibiza carta- ginesa. El empeño de esta empresa basta- ría casi para hacer de Eivissa cartaginesa un importante documento. Sin embargo, ello no sería suficiente, ya que sólo unos excelen- tes especialistas podían aglutinar, comentar y proponer acertadas explicaciones sobre tan interesante tema. Gracias a estos dos auto- res, disponemos de un resumen coherente sobre la colonia cartaginesa de Ibiza fun- dada a mitades del siglo VII a. J. C. Su labor es aún más meritoria si se tiene en cuenta que han tenido que manejar gran número

de publicaciones, antiguas muchas de ellas y difíciles de encontrar.

Las tres partes en que se divide la obra vienen precedidas por una Introducción en la que se describen las vicisitudes de las primeras excavaciones. El marcado interés histórico de este capítulo es un elemento fundamental para poder emprender el estu- dio de las colecciones ibicencas depositadas en los diferentes museos españoles.

La primera parte está dedicada al análi- sis de los yacimientos. Merece especial aten- ción la rica necrópolis de Puig des Molins, de la que proceden tantas piezas orgullo de la arqueología ibicenca. Muy importante re- sulta el estudio cronológico de la necrópo- lis. En ella sólo son fechahles con claridad piezas del siglo v a. J. C., por lo que los autores presentan tres sugestivas hipótesis para explicar las posibles causas de la au- sencia de testimonios más antiguos (pági- na 76). El capítulo continúa con la descrip- ción de los establecimientos rurales como los de Cala dtHort, Col1 de Cala d'Hort, Can Roques, Cala Vedella, Cala Tarida, Sa Barda, etcétera, hasta un total de dieciséis. Más co- nocidos que los establecimientos rurales son los santuarios corzo el de la Cueva des Cuieram con sus famosas figuras acampana- das y el de Illa Plana con los ídolos de discutida simbologia. Completa esta prime- ra parte la descripción de otros lugares de culto como el Puig d'En Valls y Can Jai.

La segunda parte de la obra se basa en el estudio de los materiales arqueo16 gicos. Está dividida en la coroplástica, in- cluyendo las famosas Damas, bustos feme- ninos y máscaras. La cerámica ocupa un lugar privilegiado, puesto que hasta ahora ha sido el elemento principal para datar la colonia cartaginesa. Sigue una breve des- cripción de los escarabeos, amuletos, nava- jas de afeitar, los huevos de avestruz y jo- yas. Esta revisión de materiales concluye con las piezas de vidrio y metal y con las fa- mosas monedas de la ceca ibicenca.

Si hasta aquí la exposición de los dife- rentes temas es plenamente satisfactoria, quizás es en la tercera parte donde radica el principal interés de la obra. Se inicia con un corto pero apasionante capitulo dedicado a los pobladores de Ibiza antes de la Ile-

gada de los cartagineses con comentarios para la isla gemela de Formentera. El ori- gen del nombre de Ibiza se analiza y docu- menta en el apartado Les Pitiuses i Pilla de Bes, inclinándose los autores por la solución ala isla de Bes),.

Los capítulos finales son una magnífica exposición de la presencia cartaginesa en Ibiza desde su fundación hasta la romani- zación de la misma. Se amplían con unos comentarios sobre la economía de la isla y sus relaciones con el exterior, muy activas para con la Península Ibérica sólo a partir del siglo 11 a. J. C. Concluye la obra con unos apéndices de gran utilidad. En el r se dan a conocer las piezas ibicencas del patrimo- nio museístico nacional, y en el 11 unos va- liosos cuadros sinópticos relacionan los acontecimientos de Ibiza con los del Medi- terráneo occidental y oriental.

La bibliografía es muy extensa, y su io- clusión es otro factor que hace de este li- bro una obra imprescindible en el campo de la arqueología no sólo ibicenca, sino para el contexto del mundo púnico en general. Estamos seguros que la misma alcanzará nuevas ediciones y es de prever que mere- cerá también los honores de ser traducida a otras lenguas.

Para las publicaciones posteriores de Ei- vissa cartaginesa, quisiéramos hacer unas pe- queñas precisiones de forma. En el capítu- lo de los Anzufefos se observa una cierta anaquía en la denominación de las divini- dades. Así, en la figura 66, página 180, se menciona a Phtah en vez de Ptah (dos veces), a Knumu por Khnum o Chnum, a Shou por Shu, o Chu si se prefiere la grafia castella- nizada para el dios del aire y a Bastit por Bastet; también se menciona a Bastit en la página 181 y aun se la presenta con un nombre más deformado (pág. 182). bajo la expresión de Barti. Sokhit (pág. 180) debe- ría restituirse por Sekhmet o Sejmet y me- nos aun denominarla Sukit (pág. 182), voca- blo que, fonéticamente, nos recuerda más a Selkit, la diosa escorpión, que a la diosa leontocefala; la vaca Hahor (fig. 67, pág. 181) debe interpretarse como Hathor. La colum- na zed de la misma página se acostumbra a transcribir por djet y el ojo oudja por udjat. En la figura 67 hay además confu-

sión en el enumerado de los amuletos: no se cita al papiro símbolo de verdor, y sí en cambio a un ureus cuando el dibujo co- rrespondiente hace referencia a la vaca Ha- thor (al igual que el amuleto precedente), si bien en la otra cara de las pastillas rec- tangulares se halla invariablemente el ojo udjat. En el apartado referente a los escara- beos se menciona que la palabra egipcia hprr, con significado ,escarabajo., contie- ne las mismas vocales que se hallan en el verbo hpr, es decir .venir a la existencia),; es evidente que debemos interpretar que la similitud fonética se basa en las conso- nantes.

En la página 124 se describe un tipo dc estatuilla del tipo chipriota-egiptizante. Los autores indican que se cubre con un falde- llín klaf egipcio. El klaft o kleft es una pa- labra copta que significa .capucha», por lo que algunas veces se usa para designar el tocado o cubrecabezas exclusivo de los fa- raones y dioses y que más correctamente debe denominarse nemes (del antiguo egip- cio izms). En realidad la mencionada esta- tuilla se cubre con el faldellín chenti o shendyt (del egipcio sndyt).

No quisiéramos terminar esta recensión sin rendir un último homenaje a la coauto- ra doña Matilde Font, que no pudo ver im- presa tan importante obra. El gran valor de la misma es un claro ejemplo de la pérdida que todos lamentamos al tener noticia de la muerte de la investigadora. A buen segu- ro que el Dr. Tarradell tiene en este libro un documento que si por un lado significa el recuerdo de un período doloroso en su vida, por el otro debe ser motivo de or- gullo al asociar a su esposa con esta mag- nífica exposición de la Ibiza cartaginesa. - LORENZO BnauÉs (t).

JODIN, A,: Reckerches sur la métrologie du Maroc Punique et Hellénistique. Col. nMauretania Antiqua,,, Tánger, Ed. Marocaines et Interilationales, 1975, 82 págs. (22 x 16 cm.).

A través del trabajo de Sodin, con su en- cuesta sobre las medidas de longitud em- pleadas en los monumentos del Marruecos

púnico y helenistico, pronto se ve que nada es improvisado ni dejado al azar; al con- trario, las medidas, lejos de ser aproxima- das, son rigurosamente constantes, siendo múltiplos de los patrones de medida em- pleados.

El autor presenta las medidas verifica- das en el urbanismo y en los elementos arquitectónicos de Volubilis prerromana, viendo la utilización constante y sistemática de los elementos de 0,46 y 0.55 m. o de sus múltiplos, que según el autor corresponden al 1 114 pie y 1 112 pie, respectivamente, del pie olímpico, de 0,368 m. O sea que en Vo- lubilis, para las medidas de longitud, se adopta el sistema griego de uso en todo el Mediterráneo.

A continuación investiga lo que sucede en el aspecto metrológico en otros lugares del Marruecos antiguo: isla de Mogador, Li- xus, Tamuda, Thamusida, Banasa, Sala, mau- soleo de Souk-el-Gour y el túmulus de Sidi Slimane, confirmándose en todos ellos las medidas de 0,46 y 0,55 m., que también halla al confrontar las medidas de Hippone, Tid- dis y Carthage.

Continúa por este camino, confrontando medidas en el Mediterráneo occidental, sien- do especialmente interesante para nosotros las de España, encontrando en Itálica capi- teles de diámetro de 0,46 m., medida que también se encuentra en Mérida. En Ampu- rias, en diversas insulae de habitaciones el módulo arquitectónico basado en la unidad de 0,55 es evidente, como por ejemplo, ancho de la calle de 5,50 (0,55 X lo), puertas con obertura de 1.10 (0,55 x 21, grosor de algu- nos muros de 0,55, etc. No obstante, algu- nas veces encuentra elementos que obede- cen al módulo de 0,46 m.

Sigue. comprobando medidas en la Galia : Glanum. Olbia, Enserune, Entremont y en algunos lugares de Italia.

No faltan naturalmente estas medidas en Grecia e incluso en Fenicia, llegando el autor a la Caldea en que el rcodo real era de 0,55 m.,> y en Egipto con el aempan de 0,23 m...

Asombrosas son las coincidencias a que llega el autor, que sin embargo deben ser tomadas con las debidas precauciones, pues siempre en meirología son posibles los re-

BIBLIOGRAFIA 569

sultados más diversos, pero suscribimos la importancia de este trabajo en el campo metrológico, en el que se investigan los pa- trones de medida usados en la antigüedad, que en este caso son los de longitud, estu- dio que debiera ampliarse a los aspectos de medidas de volumen y de peso, pues parece lógico que todos obedezcan a los mismos orígenes e influencias. - L. VILLARONGA.

en general, analizando un importante con- junto (573 fíbulas) que presenta, según el autor, una homogeneidad que permite anali- zar unas series suficientemente extensas, al- gunas de las cuales pueden considerarse como producto de un mismo taller.

P. Pomey, en el trabajo La arquitectura naval romana y las excavaciones subnzarinas, estudia las técnicas de construcción naval, destacando su interés para conocer'la evolu- ción de los tivos de tonelaie v la de los me-

DU~IAL, P. M . ; BARBET, A,; BEMONT, C.; dios de prop;lsión. ~ n a f i z & i " o más de vein- te navíos, establece una evolución de la cons-

BLANC, A.; COLBERT DE BEAULIEU, J. B . ; trucción naval romana, que sería: una ten. DUHAMEL, P.; KRUTA, V.; MENNESSIER, den& a aligerar la carena y a reforzar Ch.; MITARD, P. H.; POMEY. P.; Rou- la estructura interna del caqco In cual ner- ~~ - ~~~~ -, .. r-- VIER. M. y TASSINARI, S.: R e c h e ~ c h e ~ mitiria tener barcos cada vez más grandes. d'archéologie celtigue e t gallo-romaine. París, Centre de Recherches d'Histoi- re et de Philologie, Ecole Pratique des Hautes Ctudes, 1973, 154 págs., 39 figs. y 14 lárns. (24,s x 16 cm.).

La presente obra reúne un conjunto de trabajos -doce en total-, sobre diferentes temas referentes a la Galia prerromana y romana, realizados según los modernos mé- todos estructuralistas. Son los siguientes :

El adorno de carro de Brentford (Midd- lesex), de P. M. Duval, en el que se estudia un disco de bronce decorado de época de la Tene. Este autor desglosa cada elemento decorativo de la composición general, anali- zándolo por si mismo y dentro del contexto ornamental.

J. B. Colbert de Beaulieu trata de La no- ción de facies en numismática gala, anali- zando los estudios estadísticos aplicados a la investigación numismática. Propone el tér- mino facies, aplicándolo para designar el as- pecto de un conjunto o el de una cierta cantidad de monedas; la facies puede ser cualitativa, cuando trata del catálogo com- pleto de los tipos presentes y puede pre- cisar la época de la circulación y el origen, y cuantitativa cuando se numeran los su- jetos que pertenecen a las diferentes varie- dades de cada tipo calculando el tanto por ciento.

V. Kruta, en Observaciones sobre las fi- bulas del hallazgo de Duchcov, Boheme, plan- tea la problemática del estudio de fibulas

-~ ~

9 ~~ . con una arboladura mayor.

C. Bemont titula su trabajo La simetría en distintas decoraciones de metopas en ce- rámica sigillata. En él estudia ocho fragmen- tos de terra sigillata de fabricación gala pro- cedentes de siete u ocho moldes de un mis- mo taller. En sus conclusiones seiiala que las decoraciones de todos los fragmentos son parecidas entre si por la organización de la superficie en relación a dos ejes y la repetición de motivos idénticos en las metopas que ocupan el mismo lugar en re- lación a las líneas de simetría. Apunta tam- bién que posiblemente estas condiciones de fabricación se den en otros ceramistas y que podrán ser reconocidos mediante el análisis pertinente.

A. Barbet, en su estudio Reconstrucción de las pinturas murales romanas, sefiala la principal dificultad que la reconstrucción ofrece: el deficiente estado de conservación. Apunta que el fin perseguido es no sólo reconstruir la decoración, sino también sa- ber cómo fue destruida; si procede del te- cho o de la pared, las distintas épocas. Ade- más, interesa restituir las dimensiones apro- ximadas, determinar el emplazamiento de ni- chos, puertas, ventanas, columnas. etc.

C. Mennessier presenta el trabajo Tum- bas galo-romanas del Limousin: tratamien- to gráfico de la información, en el que a partir del inventario completo de un con- junto de 2.000 sepulturas de época romana, hace un estudio sistemático de las estruc- turas de las tumbas y de los ajuares, reco-

giendo las informaciones de los hallazgos realizados durante más de cien años. Para ello aplica el método desarrollado por el lo- boratorio de cartografía de M. Bartin.

P. H. Mitard estudia El cuenco con pico vertedor adornado con una cabeza de león. Trata acerca de unos típicos recipientes de cerámica de tamaño variable, en forma de cuenco, con un borde aproximadamente ver- tical, una perforación a modo de vertedor y provistos de una cabeza de león, general- mente, en relieve, y fechables desde la se- gunda mitad del siglo rr hasta la segunda mitad del siglo rv, producidos por lo me- nos en veinte talleres distintos. El autor se- ñala la necesidad de constituir un reperto- rio lo más completo posible, por talleres y por épocas de producción, para poder rea- lizar estudios análogos a los de las decora- ciones de los vasos hechos con molde, apun- tando un florecin~iento en el siglo 111, donde pueden llegar a ser fósil director.

A. Blanc, en Exúmenes preliminares en laboratorio de las terracotas antiguas, trata de la aplicación de técnicas de laboratorio al análisis de la cerámica. Dos grupos de investigaciones interesan a los especialistas; en el primero, las respuestas debcrían dar un conocimiento más preciso del encadena- miento de los distintos procedimientos de fabricación, desde la materia prima hasta el producto elaborado; en el segundo grupo, el más importante, interesa la clasificación de los fragmentos en el tiempo y en el es- pacio.

De M. Rouviei-Jeanlin es el estudio: La tipologia de las figurillas galo-romanas en terracota, en el que se aplica un método in- formático para el estudio y clasificación de estas piezas. Según este sistema se establece una seriación tipológica mediante unos cua- dros comparativos, haciéndose una división amplia en tres categorías: 1, divinidades; 2, figuras humanas, y 3, animales.

S. Tassinari es autor del Estudio de va- jilla de bronce romana y galo-romana: los jarros de asa adornada con un pie hunzano, planteando la metodología de estudio de es- tos objetos y destacando varios puntos im- portantes: 1, ficha de identidad; 2, búsque- da de paralelos, y 3, lugar de origen y fecha de fabricación.

El último trabajo corresponde a P. Duha- mel: Los hornos cerámicas galo-romanos, ofreciéndonos un estudio sobre Iiornos ce- rámicos, realizado mediante un sistema en el que por medio de gráficos se describen y comparan diferentes tipos de hornos de alfarero, desglosando cada uno de ellos en sus diferentes aspectos parciales.

Es forzoso reconocer la labor de estos especialistas y la contribución que estos es- tudios, algunos de ellos fundamentales en su campo, como el de A. Barbet, represen- tan para el mejor conocimiento de distin- tos aspectos de la Galia prerromana y galo- romana. - RAMÓN MONTANYA MALUQUER.

FONT SERRA, Amparo: Estudio de los res- tos humanos procedentes de la necró- polis de Son Real (Alcudia) Mallorca. Barcelona, Universidad de Barcelona, 1977,290 págs. (22 x 16 cm.).

La presente obra es la tesis doctoral de la autora, que dirigida por el malogrado profesor Alcobé, fue presentada en 1973 y leida el 13 de marzo de 1974, obteniendo la calificación de sobresaliente cccum laude..

En este trabajo se estudian los restos humanos procedentes de la importante ne- crópolis de Son Real (siglos VPII a. de J. C.), que por sus características tiene excepcioiial importancia arqueológica, por cuanto no existen paralelos en el Mediterráneo occi- dental. En la excavación se exhumaron 168 in- dividuos.

Es de destacar la meticulosidad del es- tudio que resulta exhaustivo. pues para las distintas medidas e índices se han elabo- rado tablas, cuadros y gráficos estadísticos que los correlacionan y que ponen en evi- dencia las variaciones del grupo. Mediante combinaciones binarias se han interrelacio- nado los distintos caracteres, para llegar a un diagnóstico tipológico. Todos los carac- teres se han comparado con otros grupos procedentes de diversos periodos del área mediterránea próximos a las Baleares.

La tipología denota la existencia de dos grupos morfológicos, uno mesodolicocéFalo y otro braquicráneo, que constituyen algo más de un tercio del grupo, con algunos indi-

BIBLIOGRAFIA 571

viduos intermedios. En el primer grupo, su morfología es mediterránida o cromáñida, mientras que en el segundo hay braquimor- fos curvo-occipitales y braquimorfos plano- occipitales. En los varones la mesocefalia está próxima a la dolicocefalia, y en las mu- jeres, próxima a la braquicefalia. La presen- cia de estas dos tendencias morfológicas ha- cen pensar que tal vez se dio una mezcla cntre dos grupos de población, y así, al ele- mento mediterránido, que predomina en el grupo, se habría asociado otro braquimorfo, dando lugar a formas intermedias en la des- cendencia. La relativa semejanza entre Son Real y las poblaciones de Chipre parece con- firmar la posibilidad de relaciones entre Ma- llorca y el Mediterráneo oriental.

En nuestra opinión, el estudio realizado

por A. Font tiene gran trascendencia, debién- dose destacar, en primer lugar, su meticu- losa y seria labor científica, en la que nada se afirma de forma taxativa, basándose to- das las deducciones siempre en datos obje- tivos, que acrecientan el valor de las mis- mas. Desgraciadamente, no abundan 10s tra- bajos antropológicos sobre poblaciones del Mediterráneo español, siendo ésta, tal vez, la serie más importante correspondiente a este período y sin duda, en lo que hace re- ferencia a las Baleares, lo que convierte este estudio en una obra de consulta obligada para todos aquellos que investiguen las po- blaciones prehistóricas del Mediterráneo oc- cidental, debiéndonos felicitar porque este importante trabajo de investigación haya sido editado. - DOMINGO CAMPILLO.

ARQUEOLOGZA CLASSZCA I ANTIGUITAT

ANDREAE, B.: L'Art de I'ancienne Rome. París, Editions dZArt Lucien Mazenod, 1974, 542 págs., 683 ilust., y numero- sas fotografías, planos y dibujos. ID.: Arte Romano. Barcelona, Ed. Gustavo Gili, 1974, 542 págs., 683 ilust., y nu- merosas fotografías, planos y dibujos (32 x 25,s cm.).

Reseiíamos en esta ocasión un nuevo tomo de la colección L'Art et les Grandes Civilisations, colección creada y dirigida por Lucien Mazenod. Se trata de la obra dedi- cada al Arte romano en la misma línea de los restantes volúmenes de la serie con un verdadero esfuerzo de técnica y presentación tipográfica que por sí sólo justifica la pre- sentación de tantos y tan extraordinarios materiales. El propio L. Mazenod en el pró- logo del editor observa para el lector el sen- tido que se ha dado a la selección del ma- terial gráfico, dedicando el mayor espacio posible a las obras que son testimonio de originalidad y relegando aquellas otras que

presentan relaciones demasiado estrechas con el arte griego. Por ello las realizaciones artísticas de Ia Roma antigua aparecen pre- cedidas de los retratos y una breve nota biográfica de los diversos personajes que gobernaron Roma en los momentos en que fueron construidos aquellos monumentos que se estudian.

El estudio científico que acompaña a cada parte de las que se ha dividido la obra pertenece al profesor Bernard Andreae, di- rector del Instituto Arqueológico de la Uni- versidad de Bochum, eminente especialista del arte romano en aquellos aspectos que le son más originales. El estudio es un tra- bajo profundo y desarrollado con un enfo- que actualizado de cada uno de los proble- mas que hoy se analizan y discuten en el campo del arte romano, contando con todo el material que se ha aportado desde las obras n~onun~entales de Mommsen y Mar- quart a las más modernas de R. Bianchi- Bandinelli o de Helga von Heintze. Las re- laciones del arte romano con el arte grie- go son evidentes. a los romanos, escribe Ari-

RIAS

dreae, necesitaban a los griegos como maes- tros. Pero es igualmente cierto que su com- portamiento fue totalmente opuesto ... está marcado con la impronta de un impulso creador, dinámico e irracional que hunde sus raíces en la estructura itálica.»

Como aportación fundamental del profe- sor B. Andreae se ha de señalar el estudio y presentación por primera vez de los gran- des complejos del arte romano en su con- junto, incluyendo en ello la ilustración de paralelismos en grandes desplegables de má- xima eficacia.

Completan el libro una serie importante de repertorios que ayudan allector a situar cada obra de arte presentada dentro de las coordenadas de datos que la hacen compren- sible y situable en la historia, los géneros artisticos o culturales. Estos repertorios son los siguientes: dioses de la época clásica y principales dioses nacionales o .indígenas»; arquitectos, escultores, pintores, filósofos y escritores ilustres del Imperio Romano; ge- nealogía de las dinastías: Julio-Claudia, An- tonina, Los Severos; cronología de la bisto- ria romana. La bibliografía que acompaña documenta todos los aspectos necesarios para ampliar temas y datos particulares, en- contrándose entre ella obras de autores es- pañoles -como Balil. Garcia Bellido y Tara- cena para diversos aspectos del arte roma- no en España.

Con un índice alfabético y un último de monumentos se cierra esta obra sobre la que babrfamos de repetir los elogios que han merecido todas las anteriores de la co- lección a la que pertenece. De nuevo ha pro- bado Lucien Mazenod su bien hacer para presentar el arte de la humanidad, y el autor del texto, B. Andreae. nos hace ver una visión amplia de la esencia del arte romano, expuesta breve y lúcidamente, de forma ase- quible a todos los interesados en el arte de .las civilizaciones de la antigüedad.

La obra ha sido traducida al castellano y publicada por la Editorial Gustavo Gili, como en anteriores ocasiones con las mis- mas características tipográficas que tiene la edición francesa, pero sin la parte documen- tal, cuya finalidad se hace sentir. En con- junto constituye, sin duda, un esfuerzo dig- no de elogio. - JosÉ. MART~NEZ GÁZQUEZ.

FATÁS, Guillermo, y M A R T ~ N BUENO, Ma. nuel A,: Epigrafia romana de Zaragoza y su provincia. Zaragoza, Diputación Provincial, 1977, 38 láms. y 4 mapas (22 x 16 cm.).

He aquí una nueva muestra del extraor- dinario auge que han adquirido los estudios epigráficos en España durante estos últimos años. Obra digna, pero sin grandes preten- siones de presentación -al menos ésta es la impresión que a mi me ha causado - y sin pretensiones de agotar el tema en pro- fundidad. De las tres razones que dan los autores para justificar la publicación de su obra, la primera -la necesidad de facilitar un repertorio a estudiantes y estudiosos- me parece fundamental y decisiva. La se- gunda de las razones -«este pequefio cor. pus se ha ido elaborando sin propósito cla- ro durante un decenio de trabajo y ha lle- gado un momento en que nos hemos per- catado de que solamente necesitaba ser or- denado...), - y el afán por la máxima re- ducción de todo elemento superfluo que pa- rece haber presidido la redacción de la obra, son quizá los culpables de algunos de los defectos que, en nuestra opinión, se pueden señalar.

El corpus presentado consta de 102 epí- grafes divididos en cuatro grupos y ordena- dos de acuerdo con dos criterios: el geo- gráfico, y dentro de éste, el alfabético. Así, el grupo primero comprende 61 epígrafes procedentes de la provincia de Zaragoza, y el grupo segundo, las 18 inscripciones de la ciudad de Zaragoza (10 de ellas desapare- cidas) y de las cuales es discutible si la número 62 (al parecer perdida también) deba incluirse en este grupo o en el si- guiente, ya que fue hallada en Tarragona. Pero el corpus no se limita a esto -como su título haría pensar-, sino que incluye también los epigrafes referentes a Caesarau- gusta, a algún cesaraugustano o a algún per- sonaje real o presuntamente originario (nú- meros 83, 84 y 89) de la región comprendi- da en los límites de la actual provincia de Zaragoza hallados en el resto del mundo ro- mano, aunque no sabemos si esta parte del corpus es exhaustiva o no. Así, pues, el gru- po tercero comprende diez epigrafes proce-

denles del resto de España (tres de los cua- les, los números 83, 84 y 89, contienen re- ferencias a Ofobescen, localidad sin identi- ficar ni localizar y por tanto hipotético que se trate de cesaraugustanos), y el grupo cuar- to comprende trece epígrafes procedentes del extranjero, entre ellos el famoso bronce de Ascoli.

He aquí algunos detalles que a nosotros nos parecen pequeños defectos y que proba- blemente derivan del afán de reducción: Puesto que las láminas no incluyen fotogra- fías de todos los epígrafes que, al parecer, se conservan (por ejemplo, no hay fotogra- fía de los números 14, 15, 18 y 22), hubiera sido conveniente que junto al número de la inscripción en el corpw figurara el nú- mero de la fotografía; la presentación epi- gráfica se reduce a la transcripción del tex- to, sin ofrecer lectura personal (excepto en algún caso excepcional, como los números 3, 21 y 26) ni traducción; hay bastantes casos en que el lector ignora el actual paradero del epígrafe, ya que éste no figura y tampo- co se indica que se haya perdido.

El Corpus va acompañado de varios apéndices; 1, una lista de los magistrados monetales de las cecas localizadas en la ac- tual provincia de Zaragoza; 2, una nota so- bre la tribu Aniense, en la que se exponen razones objetivas -y que nos parecen vá- lidas- en contra de la regla aniense = ce- saraugustano; 3, una lista de la prosipogra- fía de Caesaraugusta a partir de la epigrafia y de la numismática (en la que hay un error tipográfico, ya que en la columna de las ~Circunstancias~~ aparece la cronología, y en la de la aCronología., las magistraturas); 5, lista de las correspondencias numéricas con el CIL y Vives 1971 ; 6, lista de la proceden- cia rie las inscripciones; 7, indice epigráfico único (nomina, cognomina, divinidades, fór- mulas, cargos, etc.) y cuatro mapas.

Las pequeñas objeciones apuntadas no obstan en absoluto para que podamos afir- mar que se trata de una obra útil y digna, que cumple plenamente los objetivos de sus autores y que cubre perfectamente un área epigráfica de especial interés y relie- ve dentro de la Hispania romana. - MARÍA J. PENA.

DELGADO, M.; MAYET, F., y MOUTINHO, A,: Fouilles de Conimbriga. IV, Les Sigi- Ilées. París, Dif. E. de Boccard, 1975, XI + 370 págs., 5 figs. y LXXXVIII 1á- minas (23 x 31 cm.).

Espectacular por su volumen y presenta- ción, la serie de Conímbriga sigue aumen- tando y es de esperar que, tal como se anuncia, quede completa en 1978.

El volumen que nos ocupa, bien estruc- turado, claro y de fácil manejo, es, sin em- bargo, un tanto desigual en profundidad y tiene, en conjunto, más importancia por lo que supone de publicación de grandes can- tidades de material que por las conclusio- nes que de él se sacan.

La obra se divide en cinco partes o «li- bros., monográficos para cada tipo de sigi- llata (Itálica, Sudgálica, Hispánica, Claras y Tardía regional), de los cuales los más inte- resantes son los dos últimos, el quinto por el contenido, y ambos por la mejor meto- dología con que se enfoca el tema, y su mayor grado de elaboración, superando el estilo de inventario exhaustivo y detallado de las primeras partes con el cual, si bien conviene reconocer que tenemos en las ma- nos una buena herramienta de trabajo, que- da ciertamente desdibujada la visión de con- junto. Ello queda en parte subsanado por el Apéndice 1, en el que se presentan unas interesantes tablas poniendo en relación las distintas formas de cada tipo cerámico con cada una de las áreas excavadas, permitien- do así al lector deducir grosso modo la evo- lución cronológica de las mismas. Por otra parte, en e1 capitulo de conclusiones expo- nen las autoras la sucesión de los. tipos so- bre el yacimiento, esbozando brevemente unas líneas de comercio en las que sin duda podría haberse profundizado mucho más.

Obra, en general, interesante, pero ex- cesivamente detallista en cuanto al inven- tario -de utilidad dimitada -, teniendo en cuenta su poca elaboración posterior dentro del punto de vista histórico que habría de ser, desde luego, la última finalidad de este trabajo. Lástima. - EULALIA MORRAL ROMEU. ,'

574 AMPURIAS

ROGERS, Georges B.: Poteries sigillées de la Gaule centrale. 1, Les motifs non fi-

'gurés. X X V I I I supremento de Gallia, París, Centre National de la Recherche Scientifique, 1974, 196 págs. (28 por 22 cm.).

Como el propio autor indica en su breve introducción, la obra que analizamos tiene como finalidad llenar un vacío que ha ve- nido entorpeciendo durante años el estudio e incluso la identificación de las cerámicas del centro de la Galia, y que es la falta de un catálogo unitario de sus elementos decorativos. El tema ha sido tratado par- cialmente por distintos autores, e incluso puede considerarse relativamente bien co- nocido -al menos por to que respecta a las producciones posteriores a1 90 d. de J. C. recogidas en el presente libro-, pero no se había abordado de manera global como hace ahora el profesor Rogers, con lo cual su obra se convierte en un Corpus fundamen- tal, que habrá de consultarse necesariamente para cualquier toma de contacto con las si- gillatas del interior.

El libro está concebido como un catálo- go, muy bien estructurado y fácil de ma- nejar -cada referencia de decoración sc corresponde con una ficha en la que se da la naturaleza del objeto (molde o pieza ela- borada). su referencia topográfica y biblio- gráfica, el nombre del alfarero al que co- rresponde o, en su falta, la posible atribu- ción, y frecuentemente algunas observacio- nes -, y cuenta, además, con un capítulo bi- bliográfico amplio que permite al consultan- te profundizar sobre cualquiera de los te- mas, y unas utilísimas tablas de correspon- dencia de la numeración de Rogers con las publicaciones más conocidas y usuales. Unas breves notas sobre la dificultad de atribu- ción de los estilos y la necesaria prudencia en este sentido del investigador, sobre los problemas de identificación de las marcas y la denominación de, los talleres (homó- n imo~, anónimos, desconocidos, etc.) comple- tan el catálogo que, por ser realizado en gran parte a partir de moldes, presenta una claridad de figuras poco común. Se reservan, además, espacios en blanco para posterio-

res complementos, con lo cual el libro se asegura una larga vigencia.

El ingente trabajo que ha debido com- portar al profesor Rogers la confección de esta obra, sencilla y modélica en su presen- tación, impecable en su estructura, se verá sin duda correspondida por la enorme uti- lidad que representa, y por ser un estímulo para realizar tareas semejantes que actual- mente son indispensables dada la rápida su- cesión de descubrimientos y su dispersión bibliográfica, que van dejando cada día más incompletas las antiguas obras de conjunto, y van haciendo más lento y difícil el tra- bajo en el interesante campo de las sigi- Ilatas. - E U L A L ~ MORRAL ROMEU.

BLANCHARD-LEMEE, Michele: Maisons u mos~aiques du quartier central de Dje- milu (Cuicuil). Prefacio de Paul-Albert Février. Etudes drAntiquités Africai- nes, Aix-en-Provence, Centre National de la Recherche Scientifique, 1975, 260 págs., 120 figs. y LII Iáms. (28 por 22 cm.).

Las ciudades romanas del norte de Afri- ca constituyeron, durante su excavación a finales del siglo pasado y en las primeras décadas del presente, un motivo de atrac- ción para los estudiosos de la arqueología clásica. El excepcional estado de conserva- ción de una de ellas, Djemila, aportó nume- rosos datos para el mejor conocimiento de la arquitectura y el urbanismo de la épo- ca romana en esta zona. Sin embargo, el <(rescate,, de los vestigios no llegó a con- sumarse de una manera definitiva. Los mo- dernos métodos de estudio, sobre todo las técnicas de excavación estratigráfica, no fueron aplicados, lo que determinó que gran parte de la información sobre el decurso histórico y el desarrollo social y económi- co de la ciudad fuera pasada por alto.

Con el fin de paliar esta carencia de datos sobre aspectos tan trascendentales, se han emprendido una serie de estudios que aspiran a revalorizar los testimonios del pa- sado que han sobrevivido en esta ciudad.

BIBLIOC

Precisamente entre esos trabajos debe con- tarse el que nos ocupa.

Si bien los estudios musivarios no son una de las modalidades de la Arqueologia más afectada por el empleo de nuevas téc- nicas, la datación de los mosaicos y pavi- mentos y, en mayor medida, el análisis del entorno arquitectónico pueden proporcionar gran cantidad de datos sobre el desarrollo histórico de los lugares donde se hallan em- plazados. En Djemila, desgraciadamente, la falta de cualquier indicio estratigráfico se- guro es absoluta. La propia autora ha rea- lizado algunos pequeños sondeos, encamina- dos a allegar la información necesaria para fijar la cronología de ciertos mosaicos. Los resultados han sido pobres e inexpresivos, puesto que sería necesaria, tal y como se afirma en el libro, una excavación de gran- des proporciones, para resolver cualquier problema relacionado con el devenir histó- rico de la ciudad. Las conclusiones de la obra, pues, están centradas sobre los datos técnicos que pueda proporcionar una dete- nida descripción de las estructuras arquitec- tónicas y un estudio de mosaicos y pavimen- tos que hace hincapié en los aspectos ico- nográficos.

El libro, cuya composición es simple y clara al mismo tiempo. está dividido en seis capitulos precedidos de una introducción y redondeados con un último apartado dedi- cado a las conclusiones. Cada uno de los capitulos se ocupa del estudio de una de las casas objeto del trabajo. Todas ellas se encuentran situadas en el barrio central de Djemila, aglomeración primitiva de la ciu- dad, fundada en tiempo de Nerva o Tra- jano, que se extiende alrededor del Foro, junto al Decumanus y Cardo rnuximus.

La descripción de cada una de las casas está dividida en dos partes, una se ocupa de la arquitectura y otra de los mosaicos y pavimentos. La primera comprende un aná- lisis general y el estudio de los problemas arquitectónicos o croiiológicos que se plan- tean -a propósito de estos últimos se rea- lizaron los sondeos aludidos más arriba -. La segunda parte comprende un primer apartado puramente descriptivo, seguido de otros referidos a la iconografia y la crono- logía. Existen, además, epígrafes dedicados

a temas de interés particular como, por ejemplo, el que se ocupa de la represen- tación iconográfica del asno vencedor, muy caracteristica de Djemila. Al final del estu- dio de cada una de las casas, se traza un breve bosquejo de su panorama histórico.

Desde la primera aproximación se tiene la certeza de que el objetivo principal del libro no es otro que el estudio de los mo- saicos y pavimentos que ornamentan las ca- sas del barrio central de la ciudad. Así, los análisis arquitectónicos son esquemáticos, dejando espacio a lo importante de verdad: la investigación musivaria. Este aspecto está muy bien documentado y trabajado con la profundidad que merecen las excepcionales piezas de finales del Imperio -se fechan entre la segunda mitad de los siglos 111 y vr aproximadamente- que sirven de de- coración a estas construcciones.

Las conclusiones siguen también la dico- tomia que caracteriza al resto de la obra. Comienzan contemplando los aspectos ar- quitectónicos y trazando un análisis de las distintas partes de la casa. Además, se pasa revista a las técnicas más usuales de la decoración arquitectónica, la mural y la mu- sivaria. El capítulo dedicado exclusivamente a los mosaicos comprende unas conclusio- nes generales sobre éstos, además de su ca- tálogo, los talleres que se han localizado, un estudio sobre ellos y un análisis sobre la iconografia general. En cuanto a los as- pectos instrumentales del libro, podemos de- cir que las láminas y figuras son abundan- tes y adecuadas, y los índices de gran uti- lidad.

En resumen, podemos afirmar que nos hallamos ante un excelente estudio de mo- saicos y pavimentos de fas casas del barrio central de Djemila, arropado con un sucinto análisis del entorno arquitectónico en que están comprendidos, cuya carencia de datos cronológicos es muy grande, debido a la fal- ta de buenas excavaciones en su momento y la timidez de los intentos actuales. - ALBERTO L6PEZ MULLOR.

BARBET, Alix: Recueil Général des peintu- res murales de la Gaule 1. Province de Nurbonnaise, 1, Glanum. X X V I I Su-

JRIAS

plemento de Callia, 2 vols., París, Cen- tre National de la Recherche Scientifi- que, 1974, vol. 1, 254 págs., vol. 2, 7 pá. ginas, 203 figs. y XX láms. (28 x 22 centímetros).

De todos es conocido el- Recueil Général des mosaiques de la Gaule que, desde 1957, viene publicándose bajo el patrocinio del C.N.R.S. El propósito de este conjunto de estudios es el de disponer de un corpus de mosaicos aparecidos en la antigua Galia. Pues bien, con semejante intención ve la luz el Recueil Général des peintures murales de la Gaule. No cabe duda de la importancia de este intento, y quizá por ello produce cierto asombro que tan interesante recopi- lación haya tenido un comienzo algo tar- dío. Seguramente esta tardanza debe acha- carse -tal y como se apunta en el pre- facio de su primer volumen -a lo ingrato de los estudios sobre pintura mural roma- na. Sus restos, abundantisimos en los yaci- mientos de la época correspondientes a há- bitats, suelen encontrarse en estado de frag- mentación y sólo el uso de minuciosas téc- nicas permite restituirlos adecuadamente. Por otra parte, en aquellos lugares donde los paneles pintados fueron encontrados en un aceptable estado de conservación, el pro- blema se ha centrado en la adecuada con- servación de las pinturas que, expuestas a la acción de los elementos, terminan por degradarse irremediablemente.

Sin embargo, el interés por la pintura mural es creciente en los últimos años, y esta circunstancia permitirá valorar progre- sivamente los importantes vestigios a nues- tro alcance, tal y como ya viene haciéndose en algunos de nuestros establecimientos an- tiguos más importantes, entre los que la ciudad de Ampurias puede ser un ejemplo.

Como objeto del primer volumen del Recueil de pinturas murales se ha elegido el establecimiento romano de Glanum (Saint- Remy-de-Provence), sin duda uno de los más importantes yacimientos de la Galia, cuya excavación ha proporcionado un claro de- curso cronológico y que destaca, además, por la riqueza de sus pinturas murales.

En lo que se refiere al contenido de la obra, a la que, desde ahora, calificamos de

modélica, es necesario destacar que se com- pone de dos partes diferenciadas. La prime- ra, a modo de introducción, comprende una serie de apartados en los que se pergeña una descripción general de los aspectos téc- nicos del trabajo. Asi, se hace referencia > a las distintas formas de conservación de las pinturas y, para ponernos en anteceden- tes de lo que la autora denomina «trono- logia directa., se traza un panorama de las tres fases de utilización de la ciudad, tal y como fueron establecidas en los trabajos de Henri Rolland. También se hace mención de la ndatación indirecta», que se consigue a través del estudio de las pinturas per se o de los elementos arquitectónicos que las contienen. Finaliza esta introducción gene- ral con una serie de indicaciones sobre el manejo del libro.

A continuación, y dentro de la segunda parte, que constituye la razón de ser de la obra, encontramos un capitulo dedicado a analizar las pinturas y sus capas de prepa- ración. En él se hace referencia a la dispo- sición del mortero y sus distintas calidades, la técnica empleada en las líneas directri- ces y los dibujos preparatorios, y a la pin- tura propiamente dicha, deteniéndose en los colores utilizados. Una vez finalizada esta parte de carácter tecnológico, comienza el estudio de cada una de las pinturas, recinto por recinto y panel por panel, según un sistemático plan de trabajo que, salvo va- riaciones que atañen a casos particulares, contempla la datación directa e indirecta. Para la obtención de la primera se analizan el plano de la casa, la técnica constructiva de sus paredes, los datos extraídos de la excavación, el material arqueológico apare- cido, etc. Además, se hace una descripción del recinto arquitectónico que sirve de mar- co a las pinturas, reconstruyendo su dispo- sición cuando se estima conveniente. En el segundo caso se exponen los estudios rea- lizados sobre las pinturas murales según cri- terios estilisticos e iconográficos. Seguida- mente. y en forma de catálogo, encontramos el corpus propiamente dicho, que finaliza con unas tablas de concordancia entre los números adjudicados a los paneles y los del inventario del Museo, y unos índices abiiii- dantes, útiles y manejables.

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Tratándose de un estudio sobre pintura, la parte gráfica adquiere una importancia considerable, sin duda así debió entenderlo la autora cuando dedicó un volumen aparte para la presentación de figuras y láminas. La ilustración es, en general, de gran cali- dad y la falta de colorido en una gran parte de las láminas, se ha visto suplida con acier- to por la utilización de signos convenciona- les bien elegidos, que dan una idea clara del aspecto real de las superficies pintadas. Además, se incluyen las reconstrucciones ideales de los paneles, cuyo valor indicativo es indudable.

En general, podemos afirmar que este primer volumen del Recueil de las pinturas murales de la Galia constituye un inmejora- ble comienzo para la serie, destacando el esfuerzo realizado para trascender de la re- copilación más o menos metódica para Ile- gar al análisis detenido y profundo, tenien- do muy en cuenta el contexto arqueológico en el que se encuadra. - ALBERTO L ~ P E Z MULLOR.

JONCIIERAY, Jean Pierre: L'Epave «C» de Ia Chrétienne. 1 suplemento de Cahiers d'Archéologie Subaquatique, Gap, Im. Louis-Jean, 1975, 132 págs., 55 figs., 85 fots. y 3 láms. (27,5 x 21,s cm.).

El pecio de la Chretienne .C. fue uno de los primeros yacimientos submarinos co- nocidos en el sur de Francia. Su descu- brimiento data de 1953 y ya F. Benoit en su primera recopilación de Epaves de la c6te de Provence, publicada en 1956, daba noti- cia de su existencia.

Posteriormente se han realizado en él ex- cavaciones de importancia diversa y ha sido objeto asimismo de graves pillajes, has- ta que en 1970-1971 un equipo de buceado- res aficionados bajo la dirección del autor ha efectuado una excavación exhaustiva, re- cogiendo y valorando hasta los más insig- nificantes fragmentos y levantando un pla- no y numerosos alzados de los importantes restos que del casco de madera se con- servan.

En el libro que comentamos se recogen minuciosamente el proceso de los trabajos

realizados, su metodología y los resultados obtenidos.

Después de describir el fondo sobre el que descansa el navio, con una serie de observaciones geológicas, que no carecen de interks, se analizan los tres niveles en que, convencionalmente, se divide la excavación, fruto de la profundización progresiva y se sitúan en cada uno de ellos, y por supues- to en el plano, todos los objetos hallados.

En un extenso capítulo -dedicado a la Arquitectura Naval- se estudia el proce- so de desmoronamiento del casco, seguido y deducido gracias a la posición y estado actual de los diversos elementos que lo componían. Estos elementos son cuidadosa- mente medidos y calibrados, y su interde- pendencia analizada al máximo. Con ello se consigue un cúmulo importante de da- tos, que permiten una reconstrucción del alzado del casco, naturalmente teórica, pero muy verosímil.

Los capítulos siguientes están dedicados al cargamento y utillaje de a bordo, y si bien los materiales concernientes a estos apartados están bien estudiados, con cui- dadas descripciones y amplia mención de paralelos, en esta parte del libro no se al- canza la profundidad de análisis consegui- da en el capítulo dedicado a la Arquitectu- ra Naval, tema que evidentemente es el que más interesa al autor.

El cargamento se compone exclusiva- mente de ánforas greca-itálicas, todas ellas con recubrimiento interno de resina, mu- chas de las cuales conservan parte de su tapón en puzolana. Estos tapones presen- tan inscripción - siempre la misma -, y complementándola entre varios ejemplares se ha conseguido leerla.

Se han hallado también parte de la va- jilla de la tripulación, cinco vasos de ce- rámica campaniense y varias piezas en al- farería común. Del utillaje del navío se han recuperado tres plomos de sonda de diferentes tipos, varias herramientas de hie- rro y tres cepos de ancla. Un hallazgo fun- damental para la cuestión de la cronología es un denario de plata, en bastante mal estado de conservación, que según el autor debe fecharse entre los años 210-170 antes de Jesucristo.

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En un breve capítulo de conclusiones se fecha el naufragio en el segundo cuarto del siglo 11 a. de J. C. Se deduce que el navío era de pequeñas dimensiones, unos 15,s m. de largo por una anchura máxima de unos 5,s m. y que transportaría un cargamento de aproximadamente unas 500 ánforas.

Siguen unos apéndices sobre aspectos téc- nicos, siempre interesantes en los trabajos submarinos donde la investigación aún se mueve en un campo experimental, en los que se describen los métodos fotográficos, de levantamientos topográficos, de excava- ción, etc.

Se cierra el libro con un glosario de tér- minos náuticos, ciertamente muy útil, y que facilita la comprensión de las descripciones de los diferentes elementos del casco, y como colofón, fuera de texto, se ofrecen tres láminas plegables con planos de la es- tructura de madera del navio y un foto- montaje del yacimiento.

En definitiva, este libro es un importante estudio en lo que a la arquitectura naval concierne y una colección de datos útiles en los demás aspectos. La impresión es muy pulcra y cuidada, y la ilustración es magni- fica y muy amplia, hasta el punto de cons- tituir, sin duda, uno de los mayores méri- tos del libro. - RICARDO PASCUAL GUASCH.

ABÁSOLO ÁLVAREZ, José A,: Comunicacio- nes de la época romana en la provin- cia de Burgos. Burgos, Publicaciones de la Excma. Diputación Provincial de Burgos, 1975, 253 págs., LXXV Iáms. y 1 mapa plegable (24 x 17 cm.).

Dentro del decaído panorama del estu- dio de las vías romanas de Hispania, la obra de José A. Abásolo representa una aportación muy digna de ser tenida en cuen- ta. no sólo por la gran cantidad de mate- rial inédito o muy mal conocido que pone de manifiesto, sino también porque lo hace con una metodología irreprochable.

El libro es fruto de la transcripción de la parte principal de la tesis doctoral del autor. Se divide en dos grandes apartados; el primero, que se ocupa fundamentalmente

de cuestiones metodológicas, está compues- to por una introducción general sobre las vías romanas y su estudio, seguida de un capítulo dedicado a describir el proceso seguido para identificar los caminos roma- nos y sus construcciones anejas, haciéndose hincapié en los puentes. A continuación se analizan las fuentes literarias sobre vías ro- manas y otros elementos de estudio, como son los itinerarios, los mapas y la carto- grafía actual. Existe también un interesante apartado dedicado a la interpretación de fo- tografías aéreas, que pone de manifiesto los servicios que pueden prestar estos testimo- nios para la reconstrucción de redes via- rias. Finalmente se hace una breve disqui- sición sobre las unidades de longitud más utilizadas, centrada en los distintos criterios que han venido utilizándose para establecer la medida de la milla romana. Se incluye, además, un estudio general sobre los mi- liarios conocidos, procedentes del territorio objeto de este trabajo.

La segunda parte de la obra se ocupa de la descripción de las calzadas. Comienza con un capítulo dedicado a la problemáti- ca planteada por las vías que se citan en el itinerario de Antonino, que en este caso son: la vía De Hispania in Aquitaniam. Ab Asturica Burdigalam (vía Aquitana),' la vía De Italia in Hispanias y la vía Ab Asturica per Cantabriam Caesaraugustam. A continua- ción se analizan los lugares naturales de paso -los valles del Arlanza y el Arla- zón- a la busca de testimonios de su pro- bable utilización en calidad de vías. El si- guiente capítulo incluye las vías romanas no citadas en el itinerario de Antonino y que han sido calificadas de tales a partir de restos del firme de las mismas, del hallazgo de miliarios, o mediante trabajos cartográ- ficos.

En todos los casos, el estudio de cada una de las vías consta de cuatro partes: las mansiones, los miliarios, las construc- ciones anejas y descripción topográfica. Es de especial interés el proceso seguido para fa localización de las mansiones, en el que intervienen la critica textual, la investiga- ción toponímica y un excelente trabajo de campo, basado en un profundo conocimien- to del terreno. El proceso que se lleva a

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cabo para poner de manifiesto las construc- ciones relacionados con la ruta es muy si- milar, aunque debe destacarse el merito- rio análisis realizado a propósito de los puen- tes que corriporta un catálogo de los mis- mos, inexistente hasta el momento, y que, además, clarifica la cronologia romana de algunos de ellos. El último apartado com- prende una recopilación de caminos antiguos de la provincia que pudieran ser utiliza- dos durante la época romana o en la Alta Edad \Media.

Acompañan al texto numerosas láminas, y resulta muy útil el mapa general que se incluye fuera de texto.

Como adelantábamos al principio, el li- bro resulta muy interesante, aunque a su fácil manejo debieran contribuir unos bue- nos índices, de los que carece en absoluto, excepción hecha del general. No obstante, junto a este defecto pueden enumerarse cualidade$ como el referido catálogo de puentes y la metodología seguida, que pro- porcionan un estudio scompletoa de cada vía, ampliando el carácter meramente topo- gráfico que este tipo de trabajos suele te- ner. También debe destacarse la compila- ción de todo el material anterior sobre el tema en la provincia de Burgos y un sus- tancioso análisis toponímico. - ALBERTO L6- PEZ MULLOR.

SOTOMAYOR, Manuel: Sarcófagos roma- no-cristianos de España. Estudio ico- nográjico. Biblioteca Teológica Grana- dina 16, Granada, Facultad de Teolo- gía, 1975, 246 págs. y 57 láminas (31 x 21,s cm.).

Con satisfacción se encuentra el lector con obras, como la presente de M. Sotoma- yor, que constituyen trabajos científicos de verdadera aportación al conocimiento de la cultura y el arte antiguos y colman lagunas anteriores, como se trata en esta ocasión respecto al estudio de los sarcófagos. Sobre esta parcela del arte romano escribía en términos generales A. Garcia Bellido (Arte Romano, pág. 435), <<el abandono en que hasta no hace muchos lustros sc ha tenido el estudio de esta capital manifestación del

arte romano explica el hecho de que aún estemos, por desgracia, lejos de haber Ile- gado a una síntesis del tema*.

Indudablemente para los sarcófagos ro- mano-cristianos hallados en España no se- rán válidas en adelante aquellas palabras de Garcia Bellido. Sotomayor con su primera obra, Datos históricos sobre los sarcófagos romano-cristianos de Esparía, Granada 1973, y la presente ha hecho una contribución excelente al tema, actualizando y poniendo a contribución del estudioso interesado toda una documentación importante en el apara- to de notas a pie de página. Estas notas acompañan a cada estudio pormenorizado de 10s cuarenta y tres sarcófagos analiza- dos, y cuya relación se incluye en las pá- ginas 11 y 12.

El propio autor, en la introducción de la obra, señala haberse puesto unos limites al trabajo consistentes en: 1.0, ocuparse sola- mente de sarcófagos romano-cristianos, es decir, piezas paleocristianas llegadas de Roma o de talleres romanos, y ZP, sarcófa- gos de tema cristiailo en sentido estricto con respecto a su iconografía, o lo que es lo mismo, aquellos ejemplares que contie- nen escenas que no admiten dudas sobre su interpretación cristiana. En el estudio de la iconografía se ha planteado dos cues- tiones principalmente : el problema crono- lógico, de cuyas conclusiones surge el orden de presentación y estudio de los sarcófagos, con la salvedad de que no se trata estricta- mente de un orden de sucesión dentro de los que componen un grupo concreto, y el segundo problema, la determinación del ta- ller o talleres de procedencia, el cual, sin una profundización total, recibe por el mo- n.ento abundante luz del estudio iconográ- fico para fijar indicios .a veces bastante indicativos,,,,> o al menos para sefialar las incógnitas que se deberán desvelar en ade- lante.

El estudio iconográfico, detallado y va- liente en muchos casos, analizando, rectifi- cando o completando estudios anteriores, como es el caso del n.O 38, Tarragona 6.2, por aducir un ejemplo concreto, centra el trabajo en seis capítulos que tocan respec- tivamente los grupos en que se han divi- dido los sarcófagos, estudiados de acuerdo

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con el criterio cronológico antes señalado: Grupo preconstantiniano, que incluye cinco sarcófagos; grupo protoconstantiniano, con cuatro ejemplares; grupo constantiniano, conteniendo dieciséis piezas, constituyendo el más numeroso; grupo tardoconstantinia- no, integrado por cuatro; grupo del .estilo blando,,, con cinco sarcófagos; grupo te0- dosiano, comprendiendo seis sarcófagos, y por último, u n apéndice con la indicación del estudio de tres fragmentos.

Un epílogo nos ofrece los diversos indi- cios v relaciones establecidas para llegar a concretar el taller o talleres de procedencia de los sarcófagos. Con toda prudencia se mueve Sotomayor en este aspecto y recoge solamente aquellos elementos que le pare- cen más notables, indicativos y patentes, de- jando, en ocasiones, las conclusiones en sus- penso y limitándose a señalar las coinci- dencias con las que se pueden agrupar los sarcófagos atendiendo a su probable taller de origen.

Un completo repertorio de escenas y sím- bolos de los que se encuentran en los sar- có fago~ romanacristianos de España, segui- do de los índices de autores, de materias y de láminas cierran el trabajo; que se com- plementa con cincuenta y siete láminas, com- puestas la mayoría de ellas de varias foto- grafías con panorámicas o detalles parcia- les de las piezas estudiadas para ilustrar este trabajo serio y documentado sobre los sarcófagos de tema cristiano, procedentes de Roma y encontrados en España. - José MART~NEZ GAZQUEZ.

BAKRAL I ALTET, X . : La circulation des monnaies Sudves et Visigotiques. «Bei- llefte der Francia),, n." 4, München, Ed. Artemis Verlag, 1976, 218 págs., 27 figs. y XXlX iams. (24,s x 17 cm.).

Barra1 nos ofrece una recopilación y re- visibn total del material numismática visi- godo, con un repertorio de los hallazgos dc tesoros y de monedas sueltas, para pasar después al estudio de la circulación mone- taria.

Todo el comentario bibliográfico lo hace

el autor en un sentido informativo, cuando creemos hubiera sido mejor una exposición crítica, que permitiría al lector no especia- lista una mejor comprensión de los proble- mas y una visióri más actualizada del con- junto.

La exposición va acompañada de mapas, con rutas de invasión, necrópolis visigodas, sedes episcopales, distribución de los inva- sores en la Península, lo que permite llegar al fondo de las cuestiones.

Presenta las hipótesis. que se han desa- rrollado sobre los suevos, no inclinándose por ninguna de ellas, y respecto a la amo- nedación visigoda considera la influencia ro- mana en la metrologia y economía, y la bi- zantina en lo artistico, siguiendo con ello a Mateu y Llopis y a Grierson.

Trata de la economía en el reino visi- godo, afirmando que los visigodos «se iil- tegran y se asimilan al sistema ecoilómico del imperio,,, solucion demasiado simple ante problemas tan complejos y con el solo documento de su amonedación en oro, que para Grierson tenía más bien una valora- ción de prestigio personal. Circunstancias que el autor no desconoce, al decir ~asisti- mos a una inmovilización del capital por el atesoramiento,~.

El autor acepta la tesis de Pirenne, de una continuidad de los cambios comercia- les, que sólo conocen la ruptura con la in- vasión islámica, aunque comenta algunas de las opiniones contrarias.

Numismáticamente la parte más impor- tante de la obra está contenida en el ca- pítulo v, en el que se estudian los tesoros monetarios, con un repertorio total de ellos y su bibliografía, seguido de un plantea- miento de la circulación monetaria.

De ellos debemos destacar el de Sevi- lla 1, por su novedad y especial contenido, al estar formado por sólidos de imitación, acuñados por los visigodos, y además co- rresponder sus motiedas, unas a principios del siglo v y otras a mediados del V I .

Viene después el repertorio de hallazgos de monedas sueltas, con 186 ejemplares, lo que ya refleja su importancia.

Los hallazgos están situados en diversos mapas, poniendo de relieve de manera grá- fica la circulación monetaria, siendo alec-

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cionador el correspondiente a las monedas mundo antiguo, debiendo destacar, por en- de Achila (710-713) y Rodrigo (710-711), aqué- cima de todo, la sistematizacióa de los ha- llas en zona catalana y éstas en la Lusi- llazgos y la gran aportación bibliográfica tania, que señala11 la partición de la Fe- que hacen de esta obra un puiito de par- ninsula bajo la presión inusulmana. tida para toda ulterior investigación y un

En conjunto, una gran aportación a los instrumento de trabajo decisivo. - L. VI- estudios numismáticos y economicos del LLARONGA.

TRIMBORN. H.: KLEEMANN, O.: NARR, K., de Caplina, analiza la situación geográfica, y WURiTEi , w.: ~ ~ ~ ~ ~ t i ~ ~ ~ i ~ ~ ~ ~ la urbanística y la arquitectura de los )?a-

cimientos estudiados. La disposición urba- que0lógicas en los nística la siguiente: las casas y de. Y Sarna (Dep. Tacna, Perú). Studia más se sitúan sobre una ladera o Iflstituii Anthropos, 25, Eseella, Ed. en una planicie elevada, y en el fondo del Verbo Divino, 1975, 129 págs., 15 figs., valle se cncuentran los terrenos de cultivo, 52 láms. (23 x 15,s cm.).

Los autores nos ofrecen los resultados de las investigaciones arqueológicas llevadas a cabo en el Departamento Tacna, al sur del Perú, zona de gran desidad de hallazgos de la fase precolombina.

La obra está dividida en cuatro partes, cada una de las cuales está a cargo de un especialista.

H. Trimborn, en el capitulo Los va!les del Caplina y Sama, estudia esta zona, Ile- gando a las conclusiones siguientes: estos valles están más relacionados con la región atacameña y con el lago Titicaca que con el resto de la costa peruana, dándose ea ellos culturas de tipo residual. Los yacimien- tos estudiados van del 1000 al 1500 d. de J. C. (periodo. interi?zedio tardío), tratándose de asentamientos de grupos aimara, procedcn- tes de la región del Titicaca.

W. Wurster, en Construccio;~es en el valle

enlazados mediante un canal de irrigación. O. Kleemann. en el canítulo Excavacio-

nes en los valles del Capfina y Sama, nos da una descripción detallada de las exca- vaciones realizadas en estos valles. Merece especial mención una triple superposición de viviendas en el sector sur de Lluta, que permite conocer la evolución constructiva entre el 1400 y el 1500 d. de J. C., aproxi- madamente.

Por último, K. J. Narr, en Observaciones sobre fechas ra.diométricas, realiza un estu- dio metodológico acerca de la datación por el sistema radiométrico, comparando dife. rentes fechas obtenidas por este método.

En conjunto, estamos ante una buena muestra de un trabajo en equipo, bien or- ganizado y que constituye una contribución al conocimiento histórico-arqueológico de los dos valles más meridionales del Perú. De- bemos reconocer la labor que esto repre. Senta y valorar su interés en lo que mere- CC. - 'RAM~N MONTANY:~ MALUQUER.