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Si no fuera porque ya está pi- llado para el título de una fa- mosa película porno este re- portaje se llamaría ‘Garganta profunda’. Porque esa es exac- tamente la definición del tajo que marca el río Cares mien- tras se abre paso entre la loca- lidad leonesa de Caín y la as- turiana de Camarmeña: un desfiladero tan profundo que, en algunos puntos, es impo- sible verle el fondo, y tan arris- cado que para poder transitar- lo hubo que excavar túneles en las paredes. Por eso, para evitar equívocos sonrojantes, es mucho más conocido como la ‘Garganta divina’. En realidad, la Garganta del Cares, que es como también se conoce a este espectacular desfiladero, es un transitado pasillo natural por el que des- filan, literalmente, decenas de miles de personas cada año. Es una de las grandes atraccio- nes paisajísticas de los Picos de Europa. Uno de los mayo- res espectáculos naturales de la península Ibérica. Este pa- sillo natural, que sirve en lo orográfico para marcar los lí- mites entre el Macizo Cen- tral y el Occidental de los Pi- cos, es obra de un río humil- de con cerca de 50 kilómetros de recorrido. Tiene sus fuen- tes en los puertos de Freña- na, sobre las umbrías cerca- nas al puerto de Panderrue- das y los hados del destino le marcaron la tarea imposible de tener que llevar sus aguas a las costas del Cantábrico. De por medio, nada menos que una cordillera montañosa con desniveles superiores a los 2.000 metros. Esfuerzo titánico Pero como el agua es el más tozudo de los ingenieros, an- tes que renunciar al capricho de los dioses apostó por dar- les gusto. El río Cares, tras el esfuerzo titánico de abrir un desfiladero al que da miedo asomarse, entrega sus aguas al Deva en Puente Poncebos para que sea este quien, final- mente, dé remate a la tarea de desaguar en el mar. Misión cumplida. Aunque lo normal para quien ataca el desfiladero des- de León es llegar con el coche hasta Caín –punto final del asfalto– y comenzar ahí la aventura de transitar la gar- ganta, es bien cierto que el río Cares, además del desfilade- ro, brinda en su empeño otras oportunidades de gozarle que no deberían pasarse por alto. Quien quiera descubrirlas más o menos paso a paso po- dría empezar por un alto en el puerto de Panderruedas. Allí, si las nieblas no lo impiden, hay dos cosas que hacer: una es acercarse hasta el mirador de Piedrashitas, unos pocos metros más arriba del aparca- miento. La segunda cosa que se puede hacer, si se dispone de tiempo, es descender has- ta Posada de Valdeón siguien- do el viejo camino, anterior a la carretera actual, por otra par- te mucho más reciente de lo que podría pensarse. Ese vie- jo camino es una pista fores- tal que se inicia en la orilla de- recha de la carretera, todavía en lo alto del puerto. En un fá- cil, prolongado y continuo des- censo de unas cuatro horas, lleva hasta las puertas mismas de Posada de Valdeón, la capi- tal del valle que agrupa al pu- ñado de pueblecillos que, como migas de pan pegadas a Paseo de funambulistas Un estrecho sendero recorre la profunda garganta del río Cares JAVIER PRIETO RUTAS CON ENCANTO LA GARGANTA DEL RÍO CARES Una vista del espectacular desfiladero. :: REPORTAJE GRÁFICO DE PLANES Viernes 15.07.11 EL NORTE DE CASTILLA GPS 2 Canal que nace en Caín y recorre el desfiladero del Cares para llevar el agua hasta la central de Puente Poncebos.

110715 Río Cares

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RUTASCONENCANTO asomarse,entregasusaguas alDevaenPuentePoncebos paraqueseaestequien,final- mente,dérematealatarea dedesaguarenelmar.Misión cumplida. Aunquelonormalpara quienatacaeldesfiladerodes- deLeónesllegarconelcoche hastaCaín–puntofinaldel asfalto–ycomenzarahíla aventuradetransitarlagar- ganta,esbienciertoqueelrío Cares,ademásdeldesfilade- ro,brindaensuempeñootras oportunidadesdegozarleque Viernes15.07.11 ELNORTEDECASTILLA Esfuerzotitánico JAVIER PRIETO

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Si no fuera porque ya está pi-llado para el título de una fa-mosa película porno este re-portaje se llamaría ‘Gargantaprofunda’. Porque esa es exac-tamente la definición del tajoque marca el río Cares mien-tras se abre paso entre la loca-lidad leonesa de Caín y la as-turiana de Camarmeña: undesfiladero tan profundo que,en algunos puntos, es impo-sible verle el fondo, y tan arris-cado que para poder transitar-lo hubo que excavar túnelesen las paredes. Por eso, paraevitar equívocos sonrojantes,es mucho más conocido comola ‘Garganta divina’.

En realidad, la Garganta delCares, que es como tambiénse conoce a este espectaculardesfiladero, es un transitadopasillo natural por el que des-filan, literalmente, decenasde miles de personas cada año.Es una de las grandes atraccio-nes paisajísticas de los Picosde Europa. Uno de los mayo-

res espectáculos naturales dela península Ibérica. Este pa-sillo natural, que sirve en loorográfico para marcar los lí-mites entre el Macizo Cen-tral y el Occidental de los Pi-cos, es obra de un río humil-de con cerca de 50 kilómetrosde recorrido. Tiene sus fuen-tes en los puertos de Freña-na, sobre las umbrías cerca-nas al puerto de Panderrue-das y los hados del destino lemarcaron la tarea imposiblede tener que llevar sus aguasa las costas del Cantábrico. Depor medio, nada menos queuna cordillera montañosa condesniveles superiores a los2.000 metros.

Esfuerzo titánicoPero como el agua es el mástozudo de los ingenieros, an-tes que renunciar al caprichode los dioses apostó por dar-les gusto. El río Cares, tras elesfuerzo titánico de abrir undesfiladero al que da miedo

asomarse, entrega sus aguasal Deva en Puente Poncebospara que sea este quien, final-mente, dé remate a la tareade desaguar en el mar. Misióncumplida.

Aunque lo normal paraquien ataca el desfiladero des-de León es llegar con el cochehasta Caín –punto final delasfalto– y comenzar ahí laaventura de transitar la gar-ganta, es bien cierto que el ríoCares, además del desfilade-ro, brinda en su empeño otrasoportunidades de gozarle que

no deberían pasarse por alto.Quien quiera descubrirlas

más o menos paso a paso po-dría empezar por un alto en elpuerto de Panderruedas. Allí,si las nieblas no lo impiden,hay dos cosas que hacer: unaes acercarse hasta el miradorde Piedrashitas, unos pocosmetros más arriba del aparca-miento. La segunda cosa quese puede hacer, si se disponede tiempo, es descender has-ta Posada de Valdeón siguien-do el viejo camino, anterior ala carretera actual, por otra par-te mucho más reciente de loque podría pensarse. Ese vie-jo camino es una pista fores-tal que se inicia en la orilla de-recha de la carretera, todavíaen lo alto del puerto. En un fá-cil, prolongado y continuo des-censo de unas cuatro horas,lleva hasta las puertas mismasde Posada de Valdeón, la capi-tal del valle que agrupa al pu-ñado de pueblecillos que,como migas de pan pegadas a

Paseo defunambulistasUn estrecho sendero recorre la profundagarganta del río Cares

JAVIERPRIETO

RUTAS CON ENCANTOLA GARGANTADEL RÍO CARES

Una vista del espectacular desfiladero. :: REPORTAJE GRÁFICO DE

PLANES Viernes 15.07.11EL NORTE DE CASTILLAGPS2

Canal que nace en Caín y recorre el desfiladero del Cares para llevar el agua hasta la central de Puente Poncebos.

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un cuenco de leche vacío, pa-san sus días a los pies de los gi-gantes, las abruptas monta-ñas que les hacen sombra.

Un tobogánA partir de Posada la carrete-ra se estrecha. Tanto que enmuchos puntos es imposibleque dos coches se crucen y laconducción se transforma enun pasodoble de maniobraspor ver quien deja pasar aquien. Es el largo tobogán,con desniveles de hasta el20%, que finaliza en Caín. Porel medio hay también un parde paradas. Una, en el mira-dor del Tombo, el monumen-to realizado por Coomonteen 1964, con un panel quepermite llamar por su nom-bre a las montañas y canalesque se abren en derredor.

La siguiente parada es unoskilómetros más abajo, en elChorco de los Lobos, al bordede la carretera y junto a unacaseta de información. Estede Valdeón es uno de los po-zos –‘chorco’, en el hablamontañés– para capturar lo-bos mejor conservados. Unvistazo a la empalizada ya los puestos de guardiada luces para entendercómo funcionaba eltrabajo comunitariode acorralar a la ali-maña siguiendo unatradición reguladapor escrito desdehace siglos con nor-mas muy claras y es-trictas. Del otro lado dela carretera y el río se alzala ermita de Corona. Unos

prados y varias invernalesacotan el lugar en el que, se-gún se cuenta, el visigodo donPelayo fue proclamado rey.Subido a lo alto de un escudoportado por sus vasallos dioen estos prados los primerosgritos de una guerra que ter-minó por llamarse La Recon-quista.

Y, tras un aperitivo de ho-ces y estrecheces, apareceCaín, el pueblo más septen-trional de Castilla y León. Hayquien dice que al pueblo deCaín no lo plantaron, lo es-condieron. Solo así puede ex-plicarse cómo pudo prospe-rar esta diminuta poblaciónen un lugar cerrado por todaspartes menos por una, el cie-lo. Encajonado en una hoyanatural minúscula y alucinan-te ocupa la última extensiónplana que existe al norte deesta comunidad. De ahí ha-cia Asturias solo media el rei-no de lo vertical.

Y el tajo del Cares. Un tajoque era impracticable inclu-so para los mismos cainejoshasta que la Electra de Vies-go construyó una pequeña

presa a las puertas del desfi-ladero y un increíble canalpara llevar el agua hasta la hi-droeléctrica de Puente Pon-cebos. Fue entre 1917 y 1924y se necesitó horadar la rocaen 71 ocasiones. Después, amediados de los 40, EugenioGuallart convirtió la arries-gada senda que acompañaba

al canal en un camino de al-turas, no apto para gente convértigo, que en muchos pun-tos no llega a los dos metrosde ancho y carece de baran-dillas.

La hazaña fue que para se-guir fielmente el discurrir delrío hizo falta en varios pun-tos horadar de nuevo las pa-

redes de caliza. En otros, ta-llar repisas artificiales y enmuchos otros asentar el ca-mino sobre muros de mam-postería asomados directa-mente al precipicio. Por nohablar de los puentes necesa-rios para pasar de una orilla ala otra en lugares donde unapiedra tarda hasta seis segun-dos en llegar al fondo.

El resultado es que aquelcamino pensado para hacermás llevaderas las tareas demantenimiento del canal seha convertido en un senderoque bordea, además de preci-picios, la masificación en mo-mentos concretos del año. Yaunque muchos ni siquierase detienen a leerlos, no es-tán demás los consejos queadvierten, al comienzo de lasenda, sobre los serios peli-gros que entraña el recorrido.De hecho, esta senda de fu-nambulistas que se transitasin red es uno de los puntosnegros de los Picos de Euro-pa, uno de los lugares que másaccidentes registra, a menu-do mortales, cada año.� [email protected]

Lápida en recuerdo de Gregorio Pérez, ‘El Cainejo’.

Viernes 15.07.11EL NORTE DE CASTILLA PLANES 3GPS

JAVIER PRIETO GALLEGO

Túneles excavados en la roca, en el inicio del desfiladero.Ermita de Corona, cerca de Caín, donde fue proclamado rey don Pelayo.

�En marcha. Desde la pro-vincia de León el acceso sepuede realizar bordeando el

embalse de Riaño por la N-625 hacia Asturias por elpuerto del Pontón. Poco an-tes de coronar este surge, ala derecha, el desvío quelleva hacia el valle de Val-deón por el puerto de Pan-derruedas. Caín es el últi-mo pueblo de la carretera.

�El paseo. Discurre señali-zada a lo largo del río Caresentre Posada de Valdeón yPoncebos con 21 km de re-corrido. Debido a su longi-tud, que se duplica al tenerque regresar al punto departida, lo más habitual es

comenzar el recorrido enCaín, desde donde se acce-de a los kilómetros más es-pectaculares del desfilade-ro. Quien no disponga demucho tiempo debería, almenos, llegar hasta elpuente de Bolín –el segun-do desde Caín–, a unos treskilómetros del pueblo.

�Peligros. Este es uno delos recorridos senderistasmás populares de España.También uno de los más pe-ligrosos. Entre las adver-tencias que hacen las auto-ridades del Parque Nacional

de Picos de Europa se en-cuentra la de estar atentos alos desprendimientos de ro-cas que puedan llegar desdearriba. La lluvia, el viento yel trasiego de animales sonlos factores que provocanmás caídas de piedras. Tam-bién recomiendan no tran-sitarla con niebla, llevaragua y, sobre todo, calzadode montaña.

�Informaión. Parque Na-cional de los Picos de Euro-pa, Oficina de Informaciónde Posada de Valdeón. Tel.987 74 05 49.

GUÍA

Decenas de milesde personas cadaaño desfilan poreste transitadopasillo natural

Caín

PuentePoncebos