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Tiempo y violencias: nuevo espacio para la seguridad Fernando Carrión M. E l tiempo y las violencias no han sido enten- didos como variables relacionadas en los estudios o diagnósticos como tampoco en los diseños de las políticas o las acciones de con- tención de este flagelo. Y no lo han sido por una cuestión conceptual y metodológica, porque en el mejor de los casos se han estudiado las llamadas causas (factores de riesgo), es decir las determina- ciones supuestamente originarias de la violencia o, en su defecto, sus manifestaciones más visibles; es decir, su fenomenología (epifenómeno); sin entender que son caras de una misma moneda y que, por lo tanto, no pueden ser vistas de manera maniquea. Sin embargo, con la llegada de la medición de la violencia con técnicas e instrumentos modernos - como los llamados observatorios del delito, que incorpora la informática- se han empezado a estudiar las lógicas recurrentes de algunos hechos de violencia respecto de ciertas variables que antes no habí- an sido consideradas; allí han aparecido la importancia de tener en cuenta, por ejemplo, las dimensio- nes del espacio con la geo-referenciación y del tiempo con su cronología, entre otras. Con ello se empieza a desarrollar la pertinencia de un concepto importante que vincula el tiempo con el delito: la llamada “cronología de la violencia”, con el que se busca desentrañar la existencia de una cier ta lógica y recurrencia del compor tamiento de cada tipo delito con relación al tiempo: hay algu- nas violencias que se desarrollan preferentemente en ciertas horas, en algunos días y en determinados momentos del año; lo cual hace referencia a los comportamientos culturales (la fiesta, lo lúdico), eco- nómicos (laboral, comercio) o sociales (actores, género). De allí se desprende –una vez más- que metodológicamente no se puede entender la violencia sino es desde su condición plural; que los procesos inherentes a las violencias no pueden captarse desde visiones reduccionistas, deterministas o lineales provenientes de la causalidad –única o múltiple (facto- res de riesgo)- y que tampoco se puede creer, por ejemplo, que la violencia proviene de la pobreza o de la desigualdad social. Ni lo uno ni lo otro nos dice nada si no es en relación a cada una de las vio- lencias. La entrada de la variable temporal en la comprensión de las violencias permite adentrarnos más en la lógica compleja que adorna a cada violencia en particular, para conocerlas en su real dimensión. Así como con la variable espacial es posible entender que se “cazan tigres donde hay tigres” (por la división social del espacio), con la cronología de la violencia se evidencian los usos sociales, económicos y culturales del tiempo. En otras palabras, detrás del tiempo y del espacio es posible considerar otras variables que nos ayudan a entender los delitos y sus lógicas. Así se tiene de manera clara la vinculación del tiempo con el espacio según los tipos de deli- tos: el uso del espacio público tiene su tiempo, como lo tiene su contraparte el uso del espa- cio privado; cuando el uno está “lleno” el otro está “vacío”, lo cual determina, correlativamente, comportamientos delictivos de distintos tipos de violencias -aunque de manera simultánea- en los dos espacios diferenciados.Y es en esta dinámica de llenos y vacíos yuxtapuestos que la vio- lencia actúa usando el valor de opor tunidad para realizar determinados delitos en determina- dos espacios: robos de vehículos en el espacio público y robos de electrodomésticos en el espa- cio privado. A ello se debe sumar que el uso social de cada tipo de espacio está asociado a la jornada laboral (economía) o a las actividades recreativas (cultura); lo cual permite concluir que detrás de la cronología delictiva están las lógicas de los tipos de espacios, de las actividades que las llenan o vacían y de la variedad de delitos, todos relacionados entre si EDITORIAL Página 1 ENTREVISTA El análisis de la temporalidad en los fenómenos violentos: una herr a- mienta útil para las políticas públicas Entrevista a Paco García Página 2 Parámetros objetivos para saber a dónde vamos Entrevista a César Zapata Correa Página10 INTERNACIONAL La hora zanahoria Manuel Dammert Guardia Página 3 TEMA CENTRAL Cronología de la violencia Fernando Carrión M. Página 4 MEDIOS Violencia y tiempos mediáticos: cronometría implacable Jenny Pontón Cevallos Página 12 COMPARANDO Página 9 POLÍTICA PÚBLICA Conocer y prevenir los ciclos de violencia Alfredo Santillán Página 11 SUGERENCIA Página 11 CORTOS Página 3 C O N T E N I D O 2007 1 4

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Tiempo y violencias:nuevo espacio para la seguridadFernando Carrión M.

El tiempo y las violencias no han sido enten-didos como variables relacionadas en losestudios o diagnósticos como tampoco en

los diseños de las políticas o las acciones de con-tención de este flagelo.Y no lo han sido por unacuestión conceptual y metodológica, porque en elmejor de los casos se han estudiado las llamadascausas (factores de riesgo), es decir las determina-ciones supuestamente originarias de la violencia o,en su defecto, sus manifestaciones más visibles; es decir, su fenomenología (epifenómeno); sin entenderque son caras de una misma moneda y que, por lo tanto, no pueden ser vistas de manera maniquea.

Sin embargo, con la llegada de la medición de la violencia con técnicas e instrumentos modernos -como los llamados observatorios del delito, que incorpora la informática- se han empezado a estudiarlas lógicas recurrentes de algunos hechos de violencia respecto de ciertas variables que antes no habí-an sido consideradas; allí han aparecido la importancia de tener en cuenta, por ejemplo, las dimensio-nes del espacio con la geo-referenciación y del tiempo con su cronología, entre otras.

Con ello se empieza a desarrollar la pertinencia de un concepto importante que vincula el tiempocon el delito: la llamada “cronología de la violencia”, con el que se busca desentrañar la existencia deuna cierta lógica y recurrencia del comportamiento de cada tipo delito con relación al tiempo: hay algu-nas violencias que se desarrollan preferentemente en ciertas horas, en algunos días y en determinadosmomentos del año; lo cual hace referencia a los comportamientos culturales (la fiesta, lo lúdico), eco-nómicos (laboral, comercio) o sociales (actores, género).

De allí se desprende –una vez más- que metodológicamente no se puede entender la violencia sinoes desde su condición plural; que los procesos inherentes a las violencias no pueden captarse desdevisiones reduccionistas, deterministas o lineales provenientes de la causalidad –única o múltiple (facto-res de riesgo)- y que tampoco se puede creer, por ejemplo, que la violencia proviene de la pobreza ode la desigualdad social. Ni lo uno ni lo otro nos dice nada si no es en relación a cada una de las vio-lencias.

La entrada de la variable temporal en la comprensión de las violencias permite adentrarnosmás en la lógica compleja que adorna a cada violencia en particular, para conocerlas en su realdimensión.Así como con la variable espacial es posible entender que se “cazan tigres donde haytigres” (por la división social del espacio), con la cronología de la violencia se evidencian los usossociales, económicos y culturales del tiempo. En otras palabras, detrás del tiempo y del espacioes posible considerar otras variables que nos ayudan a entender los delitos y sus lógicas.

Así se tiene de manera clara la vinculación del tiempo con el espacio según los tipos de deli-tos: el uso del espacio público tiene su tiempo, como lo tiene su contraparte el uso del espa-cio privado; cuando el uno está “lleno” el otro está “vacío”, lo cual determina, correlativamente,comportamientos delictivos de distintos tipos de violencias -aunque de manera simultánea- enlos dos espacios diferenciados.Y es en esta dinámica de llenos y vacíos yuxtapuestos que la vio-lencia actúa usando el valor de opor tunidad para realizar determinados delitos en determina-dos espacios: robos de vehículos en el espacio público y robos de electrodomésticos en el espa-cio privado. A ello se debe sumar que el uso social de cada tipo de espacio está asociado a lajornada laboral (economía) o a las actividades recreativas (cultura); lo cual permite concluir quedetrás de la cronología delictiva están las lógicas de los tipos de espacios, de las actividades quelas llenan o vacían y de la variedad de delitos, todos relacionados entre si

EDITORIALPágina 1

ENTREVISTAEl análisis de la temporalidad en

los fenómenos violentos: una herr a-mienta útil para las políticas públicas

Entrevista a Paco GarcíaPágina 2

Parámetros objetivos para saber a dónde vamos

Entrevista a César Zapata CorreaPágina10

INTERNACIONALLa hora zanahoria

Manuel Dammert GuardiaPágina 3

TEMA CENTRALCronología de la violencia

Fernando Carrión M.Página 4

MEDIOSViolencia y tiempos mediáticos:

cronometría implacableJenny Pontón Cevallos

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COMPARANDOPágina 9

POLÍTICA PÚBLICAConocer y prevenir

los ciclos de violenciaAlfredo Santillán

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SUGERENCIAPágina 11

CORTOS Página 3

C O N T E N I D O

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¿En el trabajo que viene haciendo el ObservatorioMetropolitano de Seguridad Ciudadana han podidorecoger datos que indiquen patrones temporales enlos fenómenos violentos o delictivos?La temporalidad para el OMSC es una herra m i e n t aque se la ha venido utilizando desde el inicio de suso p e raciones y que con el paso del tiempo se la ha idod e p u ra n d o, si miramos las estadísticas producidasd u rante el año 2003 (donde arrancamos nu e s t ra líneabase) podemos darnos cuenta que las vari a bles det e m p o ralidad buscan relacio-nar eventos de violencia ydelincuencia día a día. En losaños que siguen la info rm a c i ó nque entregamos cuenta conuna mayor depuración dondepodemos apreciar mayo r e sdesagregaciones que dancuenta de un evento desde suincidencia que va año a añop a ra medir la evolución de losd i ferentes fenómenos hastauna desagregación hora ria quenos permite obtener imágenesg r á ficas de la frecuencia de loshechos de violencia y delin-cuencia en los días y horas enque estos suceden, así como lac o n c e n t ración que estos deno-t a n . En lo que llevamos del pre-sente año podemos hablar deun consolidado histórico de lap r o blemática de la violencia ydelincuencia en el Distri t oMetropolitano de Quito.

En el tema de muertes violentas, por ejemplo,vemos que históricamente existen temporadas endonde estos fenómenos muestran incrementos, comohay otros meses en el año, donde los índices muestrandecrecimiento. Gracias a las variables de temporalidadpodemos ver que la mayor cantidad de homicidiosque ocurren en el Distrito Metropolitano de Quitoempiezan a despuntar el jueves y empiezan a aplacar-se hasta la madrugada del día domingo, incluso vemoslas horas en que el fenómeno se torna más crítico.Además el observatorio cuenta con una herramientacomplementaria que es la georeferenciación. Es decir,sabemos donde están sucediendo los hechos, en quémomento están sucediendo los hechos y bajo quéconceptos (si es en el ámbito de las riñas, las peleas oel ámbito de asalto).

¿Qué limitaciones o beneficios observan en el mane-jo de este tipo de información?Una de las limitaciones que se puede advertir, es quea pesar de la gran cantidad de información que mane-

jamos es muy difícil hablar de épocas clásicas de subi-das o de bajas considerables en el tema de la violen-cia. Es complejo hablar de esto porque, por ejemplo,vemos que los suicidios no cumplen necesariamentecon un proceso cíclico, como se pensaba hasta el2004, año en que los datos indicaban que la mayoríade los suicidios surgían alrededor de temporadasespecíficas, como la terminación de clases, finalizacióndel año, comienzo del nuevo año, San Valentín, etc. Enel 2005, este fenómeno se dispersa hacia todos los

meses del año, en el 2006 ocu-rre más o menos lo mismo yen el 2007 tenemos otro tipode comportamientos. En esesentido, esto es más complejode lo que parece porque, elenfoque epidemiológico adop-tado inicialmente en el obser-vatorio nos ha permitido undesarrollo y una evolución almedir la violencia como tal,pero por otro lado, observasotros eventos violentos que nonecesariamente te ofrecen unabuena lectura desde la medi-ción pura. Es el caso, por ejem-plo, de la violencia intrafamiliaro el maltrato infantil, temas quepara obtener una mejor com-prensión es necesario cruzar lainformación estadística con lasi n fo rmación cualitativa quemanejan las distintas instanciasencargadas de tratar este pro-blema en el MDMQ y otros

espacios de debate y análisis. Entonces creo, que enestos temas el enfoque de la temporalidad comienzaa perder su utilidad y allí observamos las limitacionesdel enfoque epidemiológico del Observatorio quedicho de paso, no es el único que manejamos pues seintenta hacer una conjugación de distintas corrientespara dar cuenta de una mejor comprensión del temade la violencia que trascienda lo puramente estadísti-co y coyuntural.

¿Cómo se utiliza este tipo de información en el dise-ño de políticas públicas de seguridad ciudadana? Existe en el Distrito Metropolitano de Quito, por lomenos dos dependencias, cada una con sus particula-ridades y también con sus generalidades, que ofreceninformación estadística sobre la violencia, una de ellases el Observatorio que trabaja desde fuentes oficiales,y la CMAC (Central metropolitana de atención ciuda-dana), que trabaja en función de llamadas de emer-gencia (del 911, 102, 101). Existen, así mismo, dosactores fundamentales que trabajan en el diseño de

FL AC S O SE D E EC UA D O R • PRO G R A M A ES T U D I O S D E L A CI U DA D2

El análisis de la temporalidad en los fenómenos violentos: una herramienta útil para las políticas públicas

Paco García.Director Observatorio

Metropolitano de Seguridad Ciudadana

MDMQ

…comprender la violencia desde las variables de temporalidad es una

herramienta en la medida enque se la acepte y se la tome en cuenta, en la actualidad el

observatorio entrega información muy completa y la eficiencia de su uso

ya depende de cómo se lea este material

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políticas públicas de seguridad ciudadana a nivel local,la Comisión de Seguridad y el Consejo de Seguridaddel MDMQ. Estas dos instancias utilizan como herra-mienta los datos del observatorio y la CMAC a tra-vés de reuniones periódicas para ir midiendo el cursode la inseguridad en la ciudad y ofrecer algún tipo dealternativa. En efecto se ha trabajado ya algunas pro-puestas de políticas públicas, y a partir de ello tambiénse ha intentado canalizar, más allá de políticas, ciertasacciones urgentes de control y ciertas acciones deprevención de la mano de la policía. En este sentido,el observatorio sirve como un instrumento directopara el diseño de políticas públicas, aunque no las pro-pone directamente.

Cabe señalar que en la actualidad se trabaja en unesfuerzo conjunto por entregar la información de vio-lencia y delincuencia entre estas dependencias demanera consensuada, oportuna y confiable.

¿Considera que esta información ha recibido unaatención en el diseño de políticas o es un tema quetodavía no ha sido abordado?Considero que es un tema que está todavía en análi-sis y debate, no desde los responsables de la elabora-ción de políticas, pero si desde los ciertas instanciasde la policía nacional, pues se debería utilizar ya quecomprender la violencia desde la temporalidad supo-ne una herramienta en la medida que se la acepte yse la tome en cuenta, en la actualidad el observatorioentrega información muy completa y la eficiencia desu uso ya depende de cómo se lea este material.Ciertas instancias de la policía no la han utilizadotodavía adecuadamente, si ya saben, por ejemplo, queen un sector de Cotocollao se están produciendo unpromedio alto de robos con violencia durante el día,en una determinada esquina y el problema lo vemosreflejado en los datos del observatorio durante apro-ximadamente un año, es porque evidentemente no seestá trabajando adecuadamente en este sector pesea que se tiene la información. Esto señala que los ope-rativos de control o las acciones de prevención noestán dando los resultados que esperaría el observa-torio y que esperaría la ciudadanía. Cuando logremosconsensuar y discutir en una mesa los diferentes acto-res que tienen que ver con le tema de la violencia ytomar medidas ya homologadas, pienso que esto va air dando ciertos resultados y como complemento deello se podrá trabajar en una política pública adecua-da y con una proyección de largo aliento

CI U DA D SE G U R A 14 - 2007 3

La hora zanahoriaManuel Dammert Guardia

El objetivo del presente boletín es dar cuenta de una dimensióntemporal de la violencia, desde un enfoque que busca contextua-lizar las distintas formas de violencia a partir de la identificación

de cier tos escenarios de mayor “riesgo”, es decir, en aquellos marcostemporales en donde estos “suceden” con mayor frecuencia. En estesentido, existen diversas experiencias de medidas de control y preven-ción que han tenido como objetivo el incidir dentro de estas frecuen-cias de acción. Asimismo, son experiencias que dado su aparente“éxito” se han implementado en diversas ciudades convirtiéndose asíen una suerte de modelos de la seguridad ciudadana. Uno de estoscasos lo constituye la Ley Zanahoria implementada en la ciudad colom-biana de Bogotá desde el año 1995 por el entonces alcalde AntanasMockus. Esta ley consiste en la restricción en la venta de bebidas alco-hólicas a partir de la 1 de la madrugada.

A lo largo del tiempo esta medida ha ido cambiando. Así, en el año 1998frente a la disminución en el número de muertes violentas, el entonces alcaldePeñaloza decidió cambiar la hora de restricción, pasando de 1am a 2am el hora-rio permitido para el consumo y venta de alcohol. Sin embargo, dos meses des-pués el índice de muertes violentas volvió a aumentar obligando a Peñaloza aretornar al antiguo horario. Asimismo, a mediados del año 2002, el alcaldeMockus cambió por un período de prueba la hora zanahoria a la hora optimis-ta. Es decir, paso el horario de restricción de la 1am a las 3am. Pasado el perí-odo de prueba, y dado que las cifras no presentaron ninguna subida, se acordómantener el horario de 3am para la restricción en la venta de bebidas alcohó-licas.

El caso de Bogotá se ha convertido para muchos en uno de los principa-les modelos de seguridad ciudadana impulsada desde un gobierno local en laregión. Sólo como referencia se puede decir que el número de muertes poraccidentes de tránsito ha pasado de 1387 en el año 1995, a 585 en el año 2003.Asimismo, la tasa de homicidios (por 100 mil habitantes) en esta ciudad ha pre-sentado una baja significativa a lo largo de los años, pasando de 80 personas enel año 1993, a 23 en el año 2003 y 17 en el año 2006.

Sin embargo, estos resultados se deben entender como resultado de unproceso en el que intervinieron diversos factores. Por lo que no se puede sim-plemente pensar en trasladar alguna de las herramientas utilizadas a otros con-textos y esperar resultados positivos.

Hugo Acero señala que los efectos que tuvo la implementación de la Leyzanahoria significaron la reducción en la tendencia de homicidios entre los años1995 a 1999 de tan solo un 8%. Asimismo, este autor señala que las medidasde control de armas durante los fines de semana tuvieron un efecto no mayorde 14% en los homicidios durante estos mismos años. De esta manera, estasdos medidas sólo representarían el 22% de la reducción de homicidios entrelos años 1995 y 19991. En este sentido, la reducción de las muertes por acci-dente de tránsito en Bogotá no tuvo como único factor la implementación dela Ley zanahoria, sino que debe tomarse en cuenta las diversas medidas adop-tadas como la obligatoriedad del cinturón de seguridad, los mimos, cebras, elotorgamiento del manejo del tránsito a la policía metropolitana, una mejoratención pre-hospitalaria, entre otros. Asimismo, se implementaron diversascampañas educativas, como fueron la Cátedra del Alcohol “Saber antes debeber” que tenía como objetivo generar un tipo de conciencia responsable res-pecto al consumo de alcohol en jóvenes de 10 y 11 años o la campaña mediá-tica “Entregue sus llaves”.

Finalmente, respecto al modelo de Bogotá, podemos señalar, siguiendo aLlorente y Rivas, dos ejes a partir de los cuales debe entenderse el “éxito” delmodelo bogotano: por un lado, la centralidad que le otorgaron las diversasadministraciones locales al tema de la seguridad ciudadana, lo cual se expresó“la inversión de importantes recursos y en el desarrollo de espacios institucio-nales con capacidad para manejar las políticas”.Y por otro lado, la continuidadde las medidas adoptadas a lo largo de las distintas administraciones2

1 Acero, Hugo. Seguridad y convivencia en Bogotá: logros y retos 1995-2001.http://www.flacso.org.ec/docs/sfsegacero.pdf

2 Llorente, Maria Victoria y Ángela Rivas (2004).“La caída del crimen en Bogotá: Una década de polí-ticas de seguridad ciudadana”. En: Dammert, Lucia y G. Paulse. (Eds.) Seguridad Ciudadana: Experienciasy Desafíos. Red-URBAL. pp. 311-314.

Se calcula que en Estados Unidos el consumode alcohol interviene en el 25% de las muer-tes en personas que tienen entre 15 y 29años. Esto representa un costo para el siste-ma de salud de 19 000 millones de dólarescada año, y un costo de 18 000 millones dedólares a la economía en general.

Según la OPS – Organización Panamericanade la Salud- el consumo de alcohol en Boliviase ha incrementado en 300% en los últimos

cuatro años. Asimismo, el 85% de los casos de vio-lencia familiar que recibe la Brigada de Protección ala Familia se dieron en estado de ebriedad, cada messe registra más de 30 accidentes de transito relacio-nados a consumo de alcohol. �

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Introducción

Dentro de los estudios de la violencia existen énfa-sis en ciertos temas y áreas de interés; allí estánlos trabajos según las fases de las políticas institu-

cionales sobre la policía, la justicia o la cárcel; también sobrelos llamados factores de riesgo alrededor de la pobreza, l o smarcos institucionales y el espacio públ i c o, también sobrec i e rtas violencias particulares como las de las escuelas o lasde género; adicionalmente -con el desarrollo de los nu e vo si n s t rumentos info rmáticos vinculados a los llamados obser-v a t o rios del delito- ha penetrado con mucha fuerza el estu-dio de algunas manifestaciones de la misma, donde sobre-sale la geografía de los hechos delictivo s .

En este contexto ha empezado a tomar fuerza lanecesidad de entender la lógica temporal del delito que,sin estudios en profundidad, ya ha producido políticasexplícitas como las llamadas “hora zanahoria” y la “ley semi- seca”. Con este trabajo se intenta –justamente- adentra-se en esta nueva línea de reflexión sobre una de las mani-festaciones de la violencia: la relación entre los delitos y lostiempos.

Con este estudio se pretende debatir dos cuestionesvinculadas al tema de la violencia: por un lado, el referidoa ciertas perspectivas metodológicas con las que se havenido estudiando el fenómeno (la causalidad) y, por otro,pero altamente relacionado con el anterior, a las manifes-taciones o rostros a través de los cuales se nos presenta laviolencia; es decir, de su fenomenología más visible. Paraello, estudiaremos la variable temporal de los hechos delic-tivos con la finalidad de develar la existencia de una lógicay, por tanto, de una recurrencia evidente en la relación dia-léctica del tiempo con el delito.

Es necesario partir señalando, que estos dos temas dedebate están inscritos en el concepto “cronología de laviolencia” con el que trabajaremos que, para el caso quenos ocupa, lo entenderemos a partir de la recurrenciam a n i fiesta que pueda encontra rse en la relacióntiempo/delito. Esto es, en la existencia de un orden identi-ficable de los sucesos violentos vinculados a la temporali-dad de los mismos2.

Un problema de método

Las corrientes hegemónicas de interpretación de la violen-cia generalmente tratan de entenderla desde una perspec-tiva causal única o múltiple (factores de riesgo), con lo cualexistiría un antes y un después del hecho violento, endonde lo anterior determina lo posterior y el después ter-mina siendo su consecuencia. Estas visiones –por lo tanto-son, primero, lineales y luego, deterministas; a pesar de quela realidad actúa de una manera distinta y más compleja.

Por el determinismo de estas concepciones es difícilentender las mutuas y múltiples relaciones que niegan estalinealidad; entre las cuales pueden ejemplificarse con lossiguientes tres ejemplos:

a . La relación entre violencia objetiva con la subjetiva(Delgaldo y Guardia 2004)3, donde la segunda no es

consecuencia mecánica de la pri m e ra y, lo que esm á s , puede conve rt i rse en el origen de mayor vio-l e n c i a . La violencia subjetiva o la percepción de inse-g u ridad parte del supuesto de la inexistencia de unhecho violento en el sentido de que la persona quelo siente tiene el temor de que le ocurra algo que lees desconocido.

Sin embargo, ese sentimiento le lleva a armarse,contratar guardianía privada, aprender defensa perso-nal que pueden conducir a hechos de violencia obje-tiva. En otras palabras, la violencia subjetiva (percep-ción de inseguridad) puede conve r t i rse en unmomento determinado en causa de la violencia obje-tiva, lo cual debería generar políticas respecto de lapercepción de inseguridad, como forma de prevenir laviolencia y de mejorar la calidad de vida de la pobla-ción. ¿Cómo puede ser causa de la violencia la percep-ción de inseguridad, si ella implica una situación anterioral hecho delictivo?

b. De la relación existente entre las fases del proceso dela violencia se llega a identificar al menos tres momen-tos secuenciales claramente definidos: la etapa ante-rior al hecho, el momento cuando se lo comete y lafase de las consecuencias del mismo. Frente a ello secree que la tercera fase, es decir aquella de las conse-cuencias del hecho violento, no puede ser, a su vez, elinicio de un nuevo proceso, porque cada caso es vistode manera aislada y, sobre todo, porque la fase poste-rior no puede ser la anterior…

En términos de las políticas es claro que la preven-ción de la violencia se la sitúa en la primera fase y noen las posteriores (disuasión, factores de riesgo); queel control se ubica al momento que se comete elhecho (respuesta temprana, represión), que la cárcelbusca rehabilitar y, la salud restituir las facultades de loslesionados. Así tenemos una institucionalidad consecuencialidad lineal que es autónoma en cada uno desus pasos: policía, justicia y cárcel, donde la última es lafase final y, por tanto, la menos atendida.

Desde esas vertientes no se entiende, por ejem-plo, que la cárcel puede ser una “causa” de la violenciaporque al tratarse de la fase final del proceso ¿cómopuede ser su origen? La cárcel, en esta perspectiva, esel escalón final, razón por la cual no es entendidacomo parte de una política de prevención, porque laprevención hace referencia a las causas y a losmomentos iniciales del hecho delictivo. Desde estaóptica la seguridad ciudadana es un proceso que seconcibe bajo tres momentos secuenciales: control,investigación y castigo; que llevan a la pregunta: ¿Cómopuede haber castigo si no hay investigación y cómopuede hacerse investigación si no hay “cuerpo deldelito”? Por eso la policía, la justicia y la cárcel son ins-tancias institucionales que obedecen a cada uno de losmomentos de esta secuencia lineal.¿Cómo entender que contar con un buen sistema carce-lario sea parte de una política preventiva si es el últimoeslabón de la cadena y, además, el más débil?

d. De la relación existente entre los conflictos que deter-minan la existencia de las violencias se pueden identi-

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Cronologíade la violencia1

Fernando Carrión M.*

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ficar los rostros con los que se nos presenta (¿efectos?);de allí que sea difícil disociar el delito de la formacomo se manifiesta, porque lo uno no es un efecto delo otro. Por ejemplo, el tiempo y el espacio no pue-den ser entendidos sólo como el cuándo y el dóndese producen los hechos violentos, porque son ele-mentos constitutivos del delito; de tal manera que noes que lo uno es primero (causa) y lo otro es segun-do (efecto); sino que son parte de una misma realidadindisoluble.

¿Cómo el rostro de la violencia puede ser un buen ele-mento para las políticas de prevención del delito si es laforma final con la que se presenta?

Así como no existe una secuencialidad lineal en lostres momentos del proceso de producción de la vio-lencia tampoco lo existe entre la violencia objetiva yla subjetiva. Más aún, no se puede desconocer que lasmanifestaciones (rostros) de las violencias puedan serconsideradas “causas”; sobre todo porque dan lucessobre los orígenes y sobre los cómo se producenestos hechos delictivos, porque son parte constitutivade la misma.

Si bien la violencia es un proceso y no un hecho, hay quetener en cuenta que se trata de un proceso complejo deidas y vueltas, donde la “causalidad” es más bien circular.Por eso, con este trabajo se trata de mostrar la necesidadde romper con esa lógica de razonamiento lineal y deter-minista que rige en las interpretaciones de la violencia yque conducen al diseño de las propuestas de política deseguridad ciudadana.Y, para ello, lo haremos desde uno delos rostros más visibles con que se presenta: la cronología.Así como la violencia tiene una geografía, una sociedad,una economía también tiene una temporalidad e historici-dad y eso es lo que queremos desentrañar con estepequeño estudio.

Los rostros de la violencia

La violencia tiene una forma particular de presentarse y esnecesario conocerla, porque esta expresión es parteconstitutiva de la misma; no se trata de un “efecto” o deuna manifestación ulterior de hechos sucedidos (causas);porque en unos casos puede ser el punto de partida y enotros de llegada. No debe quedar la menor duda que elrostro de la violencia es intrínsico a ella, así como nopuede disociarse del proceso en su conjunto, como si setratara de una consecuencia.

También hay que tener en cuenta el hecho de que elrostro de la violencia es plural, porque no tiene una solaforma de presentarse sino múltiples manifestaciones. Asícomo la violencia no es única y general, tampoco el rostrolo es. El rostro es diverso porque existen distintos tipos deviolencias y también porque hay la posibilidad que las lógi-cas de cada una de ellas tenga autonomía relativa respec-to de las violencias en general.Tampoco tienen que ser vis-tas como si se trataran de la consecuencia última de latotalidad del proceso.

Para captar esta propuesta metodológica y para elcaso concreto que nos compete, se trata de ejemplificar-lo a través de las siguientes tres modalidades de expresiónde la violencia:

• Existe una geografía del crimen que no es sólo la mani-festación en el territorio de los hechos violentos, sinotambién un elemento central en la producción de losmismos. Para nadie es desconocido que la divisiónsocial del espacio produce un tipo de violencia en

particular que se expresa, por ejemplo, en la afirma-ción simple pero suficiente de que se roban bancosdonde hay bancos o, de la existencia de una formaparticular de segregación urbana que introduce -en lahora actual- el fenómeno de la foraneidad4 y del van-dalismo, como consecuencia de lo anterior.

De allí, que no sea nada raro, el importante desa-rrollo del significado que tiene la propuesta de la pre-vención situacional, que hace referencia a la preven-ción nacida del sitio mediante el despeje de elemen-tos que permiten el delito y la introducción de diqueso barreras para que no se cometan. Así como tam-bién las tesis de las llamadas “ventanas rotas”, que sibien tiene un enfoque altamente policial, no deja decontar con el significado del entorno urbano y deldesorden del espacio público como elementos a con-siderar en una política de reducción de la violencia(Kelling y Coles 2001)5.

• Existe una sociedad del crimen, que viene de la nuevalógica que adquiere la violencia en su fase actual: lamoderna (Carrión 2007)6, la cual requiere una clara ymarcada división social del trabajo para poder llevar acabo las fechorías. Este nuevo tipo de violencia partede la disposición explícita a cometer hechos delictivoslo cual permite la existencia de una voluntad concien-te dirigida hacia objetivos explícitos: el secuestro, elhomicidio, el robo. Los objetivos con voluntad con-ciente requieren de una especialización de activida-des, lo cual conduce a la definición de actores quecumplen con funciones explícitas dentro de lo que seha llegado a denominar como “crimen organizado”.Las políticas para enfrentar esta sociedad delictivadeberían estar centradas preferentemente en lostemas de inteligencia y de reforma penal, tendientesa enfrentar la estructura organizativa más que losactos de violencia propiamente dichos.

• Existe una cronología del crimen, nacida de la relaciónindisoluble y estrecha entre violencia y tiempo, dondees difícil predecir el orden de ellos sin la presencia dela otra variable de la ecuación. En términos de políti-ca, lo que existe es un enfoque predominantementepolicial bajo el concepto de operativos que se des-pliegan en determinadas horas y días; así como lageneralización de la llamada “hora zanahoria” quebusca reducir el consumo de productos psicotrópicosa determinadas horas del día.

Entre estas tres modalidades de expresión de la violencia(geografía, sociedad y cronología del delito) también exis-te una importante relación, debido a que cada uno deestos rostros no son autónomos entre sí. Un tipo de vio-lencia (homicidio), por ejemplo, se explica porque ocurrea determinadas horas (noche), en algunos lugares (espaciopúblico) y por ciertos actores (sociedad): pero como ellono es suficiente, además, se hace imprescindible la necesi-dad de incorporar un conjunto adicional de variables, talescomo pueden ser –por ejemplo- el mercado laboral o lasprácticas culturales. En otras palabras, por cuestionesmetodológicas, es necesario romper con la unilateralidad,el determinismo y la secuencia lineal del conocimiento dela violencia. Si es uni o multicausal no ayuda a la compren-sión de la violencia y mucho menos a diseñar políticas queefectivamente reduzcan la violencia. Es necesario recurrira propuestas creativas y menos ideológicas, algunas de lascuales podrían retomar los aspectos “fenomenológicos” dela violencia, menos como efectos y más como formasconstitutivas de la misma.

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La cronología de la violencia

Es necesario partir señalando que la cronología de la vio-lencia se entiende a partir de la existencia de un ordenidentificable de los sucesos violentos vinculados a una cier-ta escala de la temporalidad.Violencia y tiempo son varia-bles relacionadas al día, a la noche, al calendario cultural, alos procesos, a la historia, así como a otras variables indi-rectas como la jornada laboral, el espacio (público o priva-do) o la cotidianidad. Desde esta perspectiva analítica, sepuede encontrar una triple dimensión de la relación deli-to/tiempo que interesa destacar :

• La primera, tiene que ver con la dimensión histórica,hay una historia de la violencia que debe ser desentra-ñada para entenderla. Ello supone construir unaperiodización.

• La segunda, vinculada a las características del procesode producción de un hecho de violencia que parte dela consideración que no se trata de un evento; en estecaso se trata de reconstruirlo sobre la base de las dis-tintas fases que tiene.

• Y, la tercera, proveniente de la lógica que tienen losactos de violencia en relación a un orden temporalexplícito: manifestación o rostro.

Con este trabajo pretendemos adentrarnos en esta terce-ra y última dimensión. Como punto de partida se debeafirmar que la violencia no es una, sino múltiple; porque se

trata de un fenómeno plural, cada una de las cuales tieneun comportamiento específico en relación al tiempo. Poreso, la cronología tiene que hacer referencia a cada una deellas para buscar, primero, una cierta recurrencia y des-pués, la existencia de un orden explícito que nos lleve aextraer ciertas conclusiones. Como forma inicial de apro-ximación, vale la pena mirar el Gráfico 1:

Este gráfico es suficientemente descriptivo de la recu-rrencia existente en una violencia par ticular (delitos a lapropiedad); donde los delitos están concentrados durantelos días laborales pero con una tendencia decrecientedesde el lunes hasta el viernes. La información que tiene elgráfico es elocuente: en los dos años estudiados (2005-2006) es evidente una lógica diaria y semanal del compor-tamiento de este delito. En el caso que nos ocupa el com-portamiento es explícito, lo cual no significa que los otrosdelitos no tengan su propio orden, tal cual lo vamos a ver.

Es que las violencias tienen una cronología que se dife-rencia según las horas, los días y las semanas. Es una cons-tante que en la noche haya más actos delictivos que en lamañana, que en los viernes y sábados se incrementen lasacciones más violentas y que en ciertas fechas tambiénhaya una concentración de los hechos, como ocurre enciertas fiestas cívicas, religiosas o deportivas. Además hayque tener en cuenta que hay violencias que se desarrollande manera exclusiva en ciertas fechas: por ejemplo, las quetienen lugar con el cambio de año (fuegos pirotécnicos) oen el carnaval (las agresiones). Pero esta lógica generaltiene sus matices y sus expresiones según el tipo de vio-lencia que se trate, porque no es posible encontrar unanorma general característica para todas las violencias.

En el Gráfico 2 podemos observar claramente el com-p o rtamiento diferencial por tipos de violencias. A s í , se evi-d e n c i a : p ri m e r o, la magnitud relativa de los delitos contra lapropiedad frente a los otros, al extremo que se trata deldelito que más aporta al conjunto de las denuncias que sehacen en la ciudad. S e g u n d o, se percibe un comport a m i e n-to temporal diferenciado por tipos de delitos; así tenemosexpresiones claramente distintas entre los delitos a la pro-p i e d a d , robos de vehículos y los homicidios. M i e n t ras losp rimeros decrecen desde el lunes hasta prácticamentedesaparecer el fin de semana, los segundos mantienen elnúmero casi de manera homogénea durante los días labo-ra l e s , y los terceros incrementan su cantidad desde el lunesp a ra concentrar la mayor cantidad en los fines de semana.Es decir, tres tipos de violencia que tienen tres comport a-mientos temporales dife r e n t e s .

Esta característica diferenciada de los delitos frente altiempo conduce a que los hechos de violencia se concen-tran por días de manera heterogénea produciendo, a lahora de la “suma”, una compensación de ciertos delitosque se producen durante los días de semana con los quese desarrollan los fines de semana. Esto significa que si seconsolida la información temporal de los tres tipos de deli-tos, lo que existe es un cuadro “plano”, por la neutraliza-ción de una lógica temporal de un tipo de delito con laotra.Y es esta consolidación que lleva a creer que este esel comportamiento general de las violencias y, lo que esmás, a creer que el tiempo no es una variable relevante.

También es evidente que los delitos a la propiedadson bastante más numerosos que los otros dos delitos. Unhecho adicional preocupante es que comparando loshechos ocurridos en el 2005 con el 2006 se puede apre-ciar un importante aumento de los tres delitos en prácti-camente todos los días de la semana, aunque ciertamentese observa, por ejemplo, un crecimiento mayor de loshomicidios en los domingos, del robo de vehículos losmartes, miércoles y jueves, y un aumento homogéneo delos delitos a la propiedad durante los días laborables de lasemana. Esta información deberá ser verificada hacia el

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Gráfico No. 1Comportamiento diario de los delitos a la propiedad*(2005 - 2006)*

Fuente: Observatorio Metropolitano de Seguridad Ciudadana Elaboración: Gustavo Durán*Nota: Dado que la frecuencia de los delitos a la propiedad es estable en el periodo de estudio 2005-2006, se tomó uncor te aleatorio de los primeros 15 días de enero de 2005).

Gráfico No. 2Cronología de las violencias según día de la semana (2005 – 2006)

Fuente: Observatorio Metropolitano de Seguridad Ciudadana - Elaboración: Gustavo Durán

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futuro para ver si hay un desplazamiento temporal en losdías o este incremento ya es una tendencia natural quemuestra recurrencia. (Gráfico 3)

Comparando los tres tipos de delitos podemos decirque los que se relacionan a la propiedad tienen un com-portamiento más parecido entre ellos y totalmente distin-to en relación a los delitos contra las personas. En todocaso, todos los delitos tienen su propia lógica y orden tem-poral.

Robos a la propiedad

Los delitos contra la propiedad concentran un conjuntode delitos que tienen lógicas temporales distintas; porejemplo, entre los robos a las personas, a los bancos, a lascasas comerciales y a las residencias. Sin embargo de ello,se percibe una clara diferencia en la frecuencia temporaldel total de los delitos según los días de la semana: engeneral se producen una concentración de los mismosdurante los días lunes, martes, miércoles, jueves y viernesy un decrecimiento agudo los días sábado y domingo.

Esta verificación nos lleva a pensar en la necesidad deincorporar por lo menos dos variables más al análisis de latemporalidad de este delito: la jornada laboral y el carác-ter del espacio (público o privado). Este delito pareceríaestar vinculado a la jornada laboral en una doble dimen-sión: por un lado, las víctimas al encontrarse fuera de sushogares hacen más vulnerables las casas objeto del robo,por razones vinculadas a un costo de oportunidad obvio:robar un bien sin la presencia del dueño implica un riesgomenor para el delincuente. Y por otro lado, la personaobjeto del robo se hace más vulnerable en el espaciopúblico que en su casa, lo cual beneficia al ladrón.

Si nos adentramos en los tipos de robos que seencuentran dentro de esta categoría (delitos contra lapropiedad), lo primero que se percibe es que más de lamitad de los mismos se refieren al robo a las personas, locual marca en gran parte el comportamiento del conjun-to de la categoría, escondiendo –por tanto- los rasgos par-ticulares de los otros delitos. (Gráfico 4).

Por el contra rio a la lógica general de los delitos a lap r o p i e d a d , existen casos de delitos concretos que se desa-rrollan en el ámbito del espacio privado y dentro de losh o ra rios habituales de tra b a j o ; nos refe ri m o s , por ejemplo,a los robos a domicilios; y en otros casos, como los robosa las casas comerciales también son en espacios pri v a d o spero fuera de los hora rios labora l e s . En cada caso, el costode oportunidad es determinante o si se quiere, es un fac-tor que aumenta las vulnerabilidades para cometer estetipo de delitos.

El robo de vehículos

Si bien este delito (robo de vehículos) forma parte de loshechos de violencia contra la propiedad, se lo ha individua-lizado por las características particulares que le adornan;se trata de uno de los delitos que más se denuncia y, porlo tanto, menos información obscura existe.También por-que el nivel de especialización que tiene requiere de unproceso en cadena que tiene múltiples eslabones.

El robo de vehículos es un caso revelador en el senti-do que la mayoría de las acciones ilegales se cometen enel espacio público: calles, plazas y lugares de mayor con-centración de las actividades comerciales y administrativasde la urbe. Esta determinación espacial se explica –adicio-nalmente- en el marco de la segregación urbana (residen-cial y zonificación) que induce a un uso intensivo del espa-cio público, por la función del uso del suelo existente y del

uso temporal de las actividades que allí se desarrollan.Por ello, el robo de vehículos acontece mayoritaria-

mente en los días laborales de la semana, esto es, de lunesa viernes por sobre los sábados y los domingos (ver gráfi-co No. 5). Esta tendencia a la concentración en ciertosdías es más evidente en el año 2006 que en el 2005; esdecir, que ha habido un incremento de los mismos de unaño al otro, lo cual no hace sino evidenciar la consolida-ción de la recurrencia (orden) y la falta de aplicación delas políticas de seguridad que tomen en cuenta la impor-tancia del tema de la temporalidad

En el caso del robo de autos hay una disminución enlos fines de semana lo que también resulta previsible, por-

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Gráfico No. 3Recurrencia de los delitos cometidos en Quito distribuidos en los días de lasemana (2005 – 2006)

Fuente: Observatorio Metropolitano de Seguridad CiudadanaElaboración: Gustavo Durán

Gráfico No. 4Comportamiento mensual de los delitos contra la propiedad en Quito (2005-2006)

Fuente: Observatorio Metropolitano de Seguridad CiudadanaElaboración: Gustavo Durán

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que hay menos automóviles en el espacio público. Sinembargo, el hecho de que no existan mayores cambios enla frecuencia por día de la semana significa que no es apli-cable el enfoque “situacional” de prevención y, que porende es un tipo de delito más difícil de controlar.

Homicidios

Este tipo de delito es uno de los más trabajados en inves-tigación como en políticas, debido a que expresa uno delos grados más altos de violencia, permite alcanzar elmayor nivel de proximidad hacia un dato real de los

hechos denunciados y –debido a estas razones- la coope-ración internacional lo utiliza como indicador generalizadopara medir y comparar los niveles de violencia existentesen una región, país o ciudad. Sin embargo, este delito tieneun comportamiento inverso y totalmente distinto a losdos anteriores, lo cual nos lleva a afirmar que es un crasoerror caracterizar cuantitativa y cualitativamente la violen-cia de un país o una ciudad sólo por una de las variables,por más importante que sea7.

El gráfico No. 6 evidencia un comportamiento clarorespecto de la relación entre homicidios y tiempo. Desdeel día miércoles hasta el domingo se observa una tenden-cia francamente ascendente y desde el lunes hacia el miér-coles una evolución inversa: decremento sostenido de loshomicidios. Sin embargo, si nos adentramos un poco másen los datos, vamos a coincidir que el fenómeno se con-centra principalmente en dos días: los viernes y los sába-dos.Y esta asociación con estos días nos muestra el nivelde proximidad que existe de los homicidios con las prác-ticas culturales de la fiesta en la ciudad.

Esta concentración de los homicidios en tan pocosdías tiene que ver con el hecho de que los asesinatos quese producen el día domingo son un “coletazo” del díasábado. Si se realiza una desagregación de la informacióntemporal y la unidad de medida ya no es el día sino lahora, es fácilmente observable que los homicidios deldomingo se producen en la noche del sábado y en lamadrugada del domingo; es decir, como una prolongaciónde la tendencia del día sábado. Y lo mismo ocurre en larelación del viernes hacia el sábado.

Así como al interior de los robos a la propiedad exis-ten distintas lógicas tempora l e s , en este caso de los homi-cidios ocurre de igual fo rm a : por un lado, h ay los homici-dios que se suceden por acciones predeterminadas comopueden ser el ajuste de cuentas o el sicariato que tienenuna lógica caso por caso que llevan a un asesinato condi-cionado a la cotidianidad y los hora rios propios de la vícti-m a .Y, por otro lado, los homicidios que provienen de actos“ c a s u a l e s ” propios de ciertas prácticas cultura l e s . Este tipode homicidio es el que aporta con el mayor número dehechos delictivos y es, por tanto, el que define el compor-tamiento general de la vari a bl e. Allí la explicación clara delG r á fico No. 7 : en la mañana y tarde se producen menos dela mitad de los homicidios que en la madru g a d a .

Conclusiones

• Trabajar la cronología del delito ayuda a entender laviolencia y también a definir las políticas. No se tratasólo de una manifestación o de un efecto, sino que esuna parte constitutiva y esencial de la violencia; lo cualsignifica que comprender la violencia no se agota en latendencia causal o multicausal sino en procesosmucho más complejos que rompen con la linealidad,el determinismo y la unilateralidad de estas concep-ciones. La importancia de incorporar la variable tem-poral en el análisis y las políticas frente a la violenciapermite entender mucho más sus cualidades y, portanto, definir más cer teramente las políticas y lasacciones para detener esta problemática.

• Es claro que cada una de las violencias tienen compor-tamientos recurrentes en relación al tiempo o, enotras palabras, que hay un orden identificable en elcomportamiento de ciertos delitos vinculados a latemporalidad. Si bien se encuentra esta regularidad enla relación, no es menos cier to que esta ecuación deli-to-tiempo tiene que ser complementada con otrasvariables (cultura, espacio, trabajo) que son afines acada tipo de delito.

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Gráfico No. 5Comportamiento mensual de los robos de automóviles en Quito (2005-06)

Fuente: Observatorio Metropolitano de Seguridad Ciudadana - Elaboración: Gustavo Durán

Gráfico No. 6Muertes en Quito mensual total (2005-2006)

Fuente: Observatorio Metropolitano de Seguridad Ciudadana - Elaboración: Gustavo Durán

Gráfico No.7Homicidios clasificados por hora (2005-2006)

Fuente: Observatorio Metropolitano de Seguridad Ciudadana - Elaboración: Gustavo Durán

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• La violencia debe ser entendida y enfrentada integral-mente a través de las fases del proceso, de la relaciónentre la violencia objetiva y subjetiva, y mediante elconjunto de sus manifestaciones. Es evidente que enesto de la violencia –como en todos los procesossociales- es imposible entender la existencia de unantes y un después. Hay una relación dialéctica entrecada una de las violencias, las fases, los lugares, etc. Poreso la prevención de la violencia no puede entender-se vinculada al hecho anterior a que se produzca unacto de violencia; debe estar presente en todomomento.

• Hasta la presente fecha las distintas variables tempo-rales no han sido centrales en la formulación de laspolíticas públicas, a no ser cuando se diseñan operati-vos policiales explícitos para determinadas fechas enlas que –por ejemplo- el tránsito juega un rol central(feriados y “puentes”) o para explícitas actividadesmasivas como pueden ser el fútbol o los conciertos.

• La relación espacio/tiempo en el cometimiento de loshechos delictivos es fundamental, al extremo de quelos distintos delitos que se producen en el espaciop ú blico tienen un comportamiento cronológico distin-to al que se desarrollan en el espacio pri v a d o. Aquí esi m p o rtante recualificar el sentido de la calle para quesea un lugar existente y un espacio socialmente apro-p i a bl e ; es decir, dotado de sentido para que no seasólo un lugar de tránsito y flujo; si no también dee n c u e n t r o, relacional y simbólico. Esto supone recupe-rar el orden inmanente a su funcionalidad: l i m p i e z a ,m o b i l i a ri o, s e ñ a l é t i c a , i l u m i n a c i ó n , e s t a c i o n a m i e n t o s ,zona azul, l i b e ración de acera s , e t c.

• Respecto a los delitos a la propiedad es imprescindi-ble buscar los enlaces verticales y horizontales; por-que si se roba una mercancía es para volver a intro-ducirla al mercado para que adquiera su valor mone-tario. En este proceso la intermediación y las llamadas“cachinerías”8 tienen un rol fundamental; estas últimascon clara ubicación espacial y manifestación temporal.

• Hay que tener en cuenta el tema de la producción deinformación hacia delante, debido a que todavíamuestra muchas inconsistencias que deben ser despe-jadas. Por ejemplo, los días de denuncia no necesaria-mente son los mismos que se produce un delito. O

también, tener en cuenta el día en que una festividadcae para saber que tipo de delito puede tener mayorexpresión. Adicionalmente no caer en el error depensar que se produce una suma de los homicidios endía viernes cuando en este día ha sido festivo. Lomismo que ocurre con los denominados “puentes”que se comportan de manera distinta en Quito, queve reducir su población, y los lugares del destino turís-tico donde se incrementa; para ver si se produce undesplazamiento, incremento o reducción de ciertosdelitos según el lugar que se trate.

• Es evidente que el tiempo es una variable importantea ser considerada en cualquier estudio o políticasobre violencia y seguridad ciudadana. Sin embargo hasido poco considerada; por eso tenemos inconsisten-cias en la recolección y procesamiento de informacióny en el diseño de las políticas de seguridad ciudadana.Que este estudio sirva para llenar ese vacío sería unpaso fenomenal

1 Toda la información utilizada en el presente trabajo ha sido obtenida delObservatorio de la Seguridad del Municipio de Quito y su procesamiento hasido realizado conjuntamente con Gustavo Durán.

2 Cronología:. Ciencia que tiene por objeto determinar el orden y fechas delos sucesos históricos. Diccionario de la Real Academia de la lengua.

3 “La seguridad ciudadana está sometida a una doble dimensión: la objetiva yla subjetiva. La objetiva sería la que hace referencia a los hechos concretos(…) y la “subjetiva, que se refiere al hecho de las vivencias y a los sentimien-tos personales”…”Ambas dimensiones operan en la realidad como valoresintegrados”. Delgado, Julián y Guardia, Jaume (1994). Seguridad ciudadana yfunción policial. Barcelona: Ed. UCCI.

4 Hay una territorialidad simbólica que define mapas mentales y con ellos unadentro y afuera, que lleva a una nueva forma de segregación: el “foraneis-mo”. Hoy somos más extranjeros dentro de la ciudad que fuera del país”. EnCarrión, Fernando: “De espaldas al centro histórico”. Diario Hoy, 12 de octu-bre, 2002.

5 Kelling, George y Coles, Catherine (2001). No más ventanas rotas. México: Ed.Instituto Cultural Luidwing Von Mises.

6 La violencia tradicional es la expresión de un hecho cultural (asimetría fami-liar, mecanismo lúdico) o de una estrategia de sobre vivencia para ciertos sec-tores empobrecidos de la población.Y la moderna es aquella que se organi-za con la predisposición explícita para cometer un acto violento. Este tipo deviolencia se desarrolla a través de organizaciones con recursos, criterioempresarial, tecnología avanzada, nuevos actores, transnacionalización de susacciones e infiltración en el sistema social”. En Carrión, Fernando (2007).Violencia, gobiernos locales y ciudades. Quito: Ed. FLACSO.

7i Probablemente a eso se deba que existan países con bajas tasas de homi-cidios pero altas en robos a la propiedad, pero que unos y otros tengan per-cepciones de inseguridad similares. Quizás sea mejor hacer un índice queaglutine algunos de los delitos que trabajar en una sola variable.

8 Cachinería:Tienda de cachinero o perista: persona que comercia con objetosrobados a sabiendas que lo son.

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Comportamiento de la violencia en países de América LatinaTasa de homicidios por cada 100.000 habitantes 1980 – 2005

Fuente: Acero, Hugo. 2006. “Crece la violencia y la inseguridad en América Latina”. Bogotá. Documento no publicadoElaboración Gráfico: Gustavo Durán

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¿Qué es el SIAT y qué tendencias han podido detec-tar, a través del tiempo, en los accidentes de tránsi-to?El SIAT es una unidad de la Policía Nacional, especiali-zada técnicamente y científicamente en determinar lascausas que generan los accidentes de tránsito, por lotanto a través de las investigaciones que realizamos adiario nos interesa principalmente determinar “focosde accidentabilidad” para realizar los correctivos nece-sarios. En 17 años que tenemos investigando el acci-dente de tránsito en formatécnica y científica, hemosnotado una tendencia decre-ciente, pero aun el númerode accidentes no ha dismi-nuido en los términos quenosotros quisiéra m o s .Veamos algunas tendenciastemporales en los acciden-t e s . D u rante los pri m e r o scuatro meses del año 2007se han producido 1430 acci-dentes tanto leves comograves, en el mes de enerose produjo el 23%, en febre-ro el 24%, en marzo el 24%y en abril el 29%; esto quieredecir que no hay mu c h avariabilidad mensual en losa c c i d e n t e s . G e n e ra l m e n t erealizamos análisis semestra-les porque ahí se tiene unaapreciación más clara y obje-tiva de lo que ocurre, pueslas condiciones, por lomenos climatológicas, e nque se dan los accidentesvarían de año a año.Tambiénhemos llegado a determinarque el 18% del total de acci-dentes de tránsito se produ-cen los días viernes, el 18% los sábados, y el domingollama la atención que se ha producido un 17%. Aquínotamos un cambio pues antes veíamos los acciden-tes concentrados únicamente en los días jueves y vier-nes. Si vemos la información horaria notamos que lamayor cantidad de accidentes de tránsito se está pro-duciendo desde las 18 hasta las 20 horas, en segundolugar de 16 a 18 horas, y en tercer lugar desde las 20a las 22 horas.

¿Cómo se utiliza esta información en el diseño depolíticas de prevención?Esta información nos permite asignar mejor nuestrosrecursos y operar con parámetros objetivos. Porejemplo, si sabemos que la hora más crítica para quese produzcan los accidentes de tránsito ha sido desdelas 18 hasta las 20 horas, es en esas horas donde más

reforzamos la actividad policial. La policía no va ahacer un operativo los días lunes o martes sino losdías viernes y sábado porque las estadísticas nos estándiciendo que esos días son críticos. Igualmente enrelación a la conducción en estado de embriagueznosotros hemos determinado dónde están los puntosmás críticos de la ciudad, por dónde y a qué hora cir-culan los conductores bajo la influencia de alcohol. Seestá realizando, además, operativos de alcohol a travésdel aparato del alcohotector, que nos permite deter-

minar si es que esa persona seencuentra en estado de pre into-xicación o de intoxicación alco-hólica.

A través del tiempo tambiénhemos visto que las causas de losaccidentes van cambiando. Porejemplo, antes el conducir enestado de embriaguez era la pri-mera causal de accidentes detránsito, en la actualidad constitu-ye la tercera; la primera es lanegligencia, la imprudencia y laimpericia de los conductores; y, lasegunda causa se ha determina-do que es el conducir a excesode velocidad. Es por esto que enla actualidad, más allá del controlque se realiza, la DirecciónNacional de Tránsito está preo-cupada en trabajar en el ámbitode la prevención a través de lacapacitación a conductores ypeatones, en instituciones públi-cas y privadas, pero también enlos centros de detención dondea veces encontramos a personasreincidentes. Todo esto se hacesobre la base de documentos ylos análisis estadísticos que sevienen realizando.

¿Qué retos futuros considera que existen en el tra-tamiento de esta información?Nosotros estamos empeñados en ir mejorando cadadía, ahora ya tenemos un nuevo software para inves-tigación técnica que nos van arrojando más paráme-tros a través de las actividades periciales, inclusive con-tamos ahora con una base de datos que nos permiteestablecer otros indicadores que creemos que sonmuy importantes tanto dentro de una investigacióntécnica como también en la parte preve n t i v a .Considero que no tenemos mayores limitaciones enla información porque estos son datos que maneja-mos a nivel nacional, lo que necesitamos más bien esque la ciudadanía tenga una mayor conciencia sobrelas causas de los accidentes de tránsito porque el 95%de ellos se le atribuyen al factor humano

FL AC S O SE D E EC UA D O R • PRO G R A M A ES T U D I O S D E L A CI U DA D10

Parámetros objetivos para saber a dónde vamos

Mayor César Zapata CorreaJefe Subdirección de

Investigación de Accidentesde Tránsito (SIAT)

A través del tiempo tambiénhemos visto que las causas de los accidentes van cam- biando. Por ejemplo, antes el

conducir en estado de embria-guez era la primera causal

de accidentes de tránsito, en la actualidad constituye la tercera; la primera es la

negligencia, la imprudencia y la impericia de los conductores;

y, la segunda causa se ha determinado que es el conducir

a exceso de velocidad

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Casas, Pablo et. al. 2005. Seguridad urbana ypolicía en Colombia: Ensayos de Seguridad yDemocracia. Fundación Seguridad y Democra-cia. Bogotá. ISBN: 9583380822

Este libro realiza un análisis de los aspectos mássignificativos y trascendentales de la seguridad

ciudadana en Colombia, en un contexto en el cual la inseguridadha restringido el espacio y el tiempo de la vida urbana en este país.Los diferentes ensayos examinan el rol de las instituciones encar-gadas de esta temática considerando entre otros aspectos: la per-tinencia y efectividad de las políticas y programas que se han

adoptado, el papel de los gobiernos locales y del gobierno nacional ensu desarrollo, así como las características de eficiencia de la instituciónpolicial.

Varat, Jessica (ed.). 2007. Seguridad ciudadana en lasA m é r i c a s : P royecto de investigación activa.Woodrow Wilson Internacional Center for Scholars.198 p.p. ISBN 1-933549-16-5

Este libro realiza un análisis comparado de prácticas deseguridad ciudadana en cinco países de América Latina

(Argentina, Brasil, Chile, Perú y República Dominicana), con el objetivode contrastar diferentes experiencias de participación ciudadana enprogramas de seguridad pública implementados en la región. Los resul-tados de estas investigaciones han permitido indagar sobre las modali-dades de participación local con mayor probabilidad de mantenerse enel tiempo y de obtener resultados positivos a través de la aplicación depolíticas públicas de largo alcance.

Instituto Cultural Ludwing Vo nMises - Méxicohttp://www.icumi.org.mx

Fundación Seguridad y Democracia - Colombiahttp://www.seguridadydemocracia.org

Woodrow Wilson Internacional Center for Scholars - EEUUwww.wilsoncenter.org

Boletín + Comunidad + Prevención. Centro de Estudios enSeguridad Ciudadana Chile:http://www.comunidadyprevencion.org/documentos.shtml

Revista Nueva Sociedad. Friedrich Ebert Stiftung Argentina:http://www.nuso.org/revista.php?n=207

Portal Nueva Mayoría. Centro de Estudios Nueva MayoríaArgentina:http://www.nuevamayoria.com/ES/

Boletín Sociedad Sin Violencia. PNUD Salvadorhttp://www.violenciaelsalvador.org.sv

Boletín Trimestral Coyuntura de Seguridad - Colombiahttp://www.seguridadydemocracia.org/boletin_pr_list.asp

Creating Community Bulletin - USAh t t p : / / w w w. w i l s o n c e n t e r. o rg / i n d e x . c f m ? t o p i c _ i d = 1 4 2 5 & f u s e a c t i o n = t opics.item&news_id=140526

E l factor tiempo es intrínseco a la lógica y la racio-nalidad de los actos delincuenciales. En el caso delos delitos premeditados y planificados, como los

robos de autos, los asaltos, el robo a casas, etc, buenaparte del costo de oportunidad de estas acciones estádeterminado por elementos como la hora, el día, e inclu-so el mes del año. Sin bien esta característica a primeravista parece una obviedad no lo es al momento de dise-ñar acciones preventivas pues no existe suficiente infor-mación procesada que detalle la “cronología de la violen-cia” como la describe Fernando Carrión en su artículo.

En este sentido, lo primero a considera rse es la nece-sidad de contar con datos confi a bles que permitan lac o n s t rucción de series temporales sobre los distintostipos de delitos. Esto implica no sólo la mayor desagre-gación de info rmación sobre estos hechos sino tambiénel seguimiento de su comportamiento en peri o d o smedianos y larg o s , como son meses y años. Contar conestos insumos es fundamental para la comprensión y elt ratamiento de los ciclos de la violencia, es decir sus pro-cesos de crecimiento y decrecimiento, pues en el senti-do común predominan las visiones coy u n t u rales y alar-mistas que presentan los medios de comunicación al

r e fe ri rse a “oleadas delictivas” cuando se cometen deli-tos similares en periodos cortos de tiempo. No sólo queestas cronologías son arbitra rias y carecen de un segui-miento minucioso de los actos delictivo s , sino que sond e t e rminantes de los estallidos de pánico colectivo quesuelen resolve rse con el pedido de militarización de lasc a l l e s .

Un segundo aspecto a considerarse es que el granreto de las políticas preventivas en cuanto a la tempora-lidad de los delitos, es estar alerta a la modificación de lospatrones temporales de los mismos que pueden produ-cirse justamente por las acciones de intervención. Esdecir, si se incrementa la vigilancia durante determinadosdías u horas, lo más probable es que los actos delin-cuenciales se desplacen a otros tiempos. Por estemotivo es necesario contar con información perma-nente sobre la evolución temporal del delito y rea-decuar las acciones preventivas a los cambios en losciclos no sólo de los acontecimientos delictivos sinotambién a otras expresiones de violencia como lossuicidios, o los accidentes de tránsito cuyos patronestemporales aún no han sido estudiados detenida-mente

Conocer y prevenir los ciclos de violenciaAlfredo Santillán

P Á G I N A S W E B

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Considerando que la cronología de la violenciaes un concepto que hace referencia a laestrecha relación entre violencia y tiempo, a

partir de la existencia de un orden identificable deacontecimientos que implican riesgo, inseguridad ymuerte; el propósito de este artículo es reconocer latemporalidad y las formas con que la prensa escrita da

a conocer estos hechos vio-lentos a la colectividad.

Pa ra ello, a través delseguimiento de periódicos (ElComercio y el Universo) seha podido identificar que aun-que las noticias vinculadas aviolencia e inseguridad seencuentran de forma perma-nente en las páginas de losd i a ri o s , es justamente enfechas festivas cuando infalla-blemente se muestran cifrasdel aumento que ha tenidoeste tipo de acontecimientos;es decir, son los fe ri a d o sdonde se conjugan las varia-bles de violencia y tiempo enla prensa escri t a . De estamanera, se recogió informa-ción correspondiente a lasúltimas fechas de descanso

obligatorio en el Ecuador a partir del mes de diciem-bre del 2006, por ser un periodo de celebracionesreligiosas, vacaciones y actividades culturales.

Las noticias recopiladas muestran que en Fiestasde Quito los principales incidentes fueron accidentesde tránsito, violencia civil y urgencias médicas, de lascuales varias terminaron en muertes y homicidios. Enla época de Navidad sobresalieron delitos de asalto yrobo, suicidios y ciertos crímenes; para los días de AñoNuevo, los hechos violentos más citados fueron acci-dentes de tránsito, ahogamientos y asesinatos.Finalmente, durante el feriado de Carnaval la noticiaque causó más conmoción fue un accidente vehicularen el cual murió un grupo de jóvenes, publicándoseademás info rmación sobre violencia intra f a m i l i a r,

escándalos y ahogamientos.Este análisis noticioso permitió detectar algunas

constantes en la difusión de la violencia y el tiempo: (i)antes de los días festivos las páginas se llenan de infor-mación sobre los operativos de control vehicular y deseguridad; (ii) una vez concluido el feriado, existenespacios preestablecidos para la presentación decifras que den cuenta de todos los siniestros ocurri-dos; (iii) las muertes violentas por homicidios y acci-dentes de tránsito son los temas más propagados, loscuales por lo general van acompañados de titularesque sobredimensionan la problemática de la delin-cuencia; y por último, (iv) las notas son meramentedescriptivas, no se analiza las razones por las que seconcentra en esos días la violencia que se difunde.

En este sentido, si bien es importante dar cuentade lo que sucede durante épocas importantes delaño, la manera en que la prensa está relatando estosincidentes, ha caído en un modelo repetitivo quegeneraliza la violencia como un solo hecho. Cada unade las situaciones que se enlista como resumen de latemporada es un tipo específico de violencia y derelación social, que más allá de cifras implican y repre-sentan un sinnúmero de problemas sociales quedeben abordarse por separado y en profundidad;pues no es lo mismo un asalto, que un homicidio, unsuicidio o un ahogamiento.

En este contexto, más que una cronología de lav i o l e n c i a , lo que los diarios publican es una cronome-tría de esta, ya que contabilizan el crecimiento de lai n s e g u ridad en los fe ri a d o s , en una suerte de alarm ai m p l a c a ble del crimen y las calamidades (Rey 2005:6 1 )1. Esto lejos de contri buir a la comprensión adecua-da de los fe n ó m e n o s , c o n s t i t u ye un mal intento deexpresar la realidad, ya que proyecta la idea de quehabitamos una sociedad descompuesta en donde laciudadanía debe protegerse a como de lugar. S i ne m b a rg o, siempre existirán incidentes lamentables end e t e rminadas épocas del año, es fundamental que losmedios comuniquen cómo preve n i rl o s , evitando la uti-lización de cifras rojas que ocasionan alarma social

1 Rey, Germán (2005). El cuerpo del delito. Representación y narrativas mediáticasde la (in) seguridad ciudadana. Centro de competencia en Comunicación paraAmérica Latina - FES. Bogotá.

FL AC S O SE D E EC UA D O R • PRO G R A M A ES T U D I O S D E L A CI U DA D12

Violencia y tiempos mediáticos:cronometría implacable Jenny Pontón Cevallos

“Cada una de las situacionesque se enlista como resumen

de la temporada es un tipoespecífico de violencia y de

relación social, que más alláde cifras implican y repre-

sentan un sinnúmero de problemas sociales que

deben abordarse por separado y en profundidad”.

Director FLACSO: Adrián Bonilla • Coordinador del Programa Estudios de la Ciudad: Fernando Carrión Coordinadora del Boletín: Jenny Pontón • Tema central: Fernando Carrión• Entrevistas: Andreina Torres

Colaboradores: Daniel Pontón, Manuel Dammert, Alfredo Santillán, Gustavo Durán • Edición: Paulina TorresDiseño: Antonio Mena • Impresión: Exseption

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