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PROTOCOLO

PROTOCOLO MANUAL DE PROTOLOCOLO

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PROTOCOLO

MANUAL DE PROTOLOCOLO

SE PROPONE EL USO DEL MANUAL

DE PROTOCOLO PARA FORTALECER

EL DESEMPEÑO EN DIFERENTES

SITUACIONES, CONTRIBUIR A MEJORAR

LOS DIFERENTES EVENTOS, A TRAVÉS

DE SU ADECUADO USO.

ÍNDICE

1. DEFINICIÓN _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ 1

2. OBJETIVO_ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ 1

3. COMPORTAMIENTO EN PÚBLICO_ _ _ _ _ _ 13.1 Normas generales 3.2 En la calle 3.3 Ascensor 3.4 Escaleras 3.5 Filas /Colas 3.6 Transporte público 3.7 Autobús o metro 3.8 Trenes y Metropolitanos 3.9 Taxi 3.10 Teatros y cines 3.11 Hoteles 3.12 Vecindario 3.13 Restaurantes

4. SALUDO _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ 6 4.1 A tener en cuenta 4.2 Apretón de manos 4.3 El abrazo 4.4 El besamanos 4.5 Beso en la mejilla 4.6 El saludo a las autoridades eclesiásticas 4.7 El saludo a la Familia Real 4.8 El saludo al público

5. PRESENTACIÓN _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ 11 5.1 Proxémica 5.2 Principales dimensiones 5.3 Orden de cortesía 5.4 Fórmulas para hacer las presentaciones 5.5 Presentación de matrimonios y parejas 5.6 Postura a adoptar 5.7 La auto presentación 5.8 Despedidas 5.9 El tuteo 5.10 “Don” y “Doña”

6. LA MESA_ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ 16 6.1 Reglas generales 6.2 Formas y tamaños 6.3 Decoración de la mesa 6.3.1 Flores 6.3.2 Velas 6.4 Mantelería clásica 6.5 Servilletas 6.5.1 La servilleta y sus tamaños 6.6 La vajilla 6.7 La vajilla y su colocación 6.8 La cristalería 6.9 Reglas generales sobre el uso de cubiertos 6.10 La cuchara 6.10.1 Cuchara sopera 6.10.2 Cuchara de servicio 6.10.3 Cuchara de ensalada 6.10.4 Cuchara salsera

6.10.5 Cuchara de consomé 6.10.6 Cucharilla de postre 6.10.7 Cucharilla de café 6.11 El tenedor 6.11.1 Tenedor mesa 6.11.2 Tenedor de pescado 6.11.3 Tenedor de trinchar 6.11.4 Tenedor de servicio 6.11.5 Tenedor de ensalada 6.11.6 Tenedor exprimidor 6.11.7 Tenedor de postre 6.11.8 Tenedor de ostras 6.11.9 Tenedor de fruta 6.11.10 Tenedor de caracoles 6.12 El cuchillo 6.12.1 Cuchillo de mesa 6.12.2 Cuchillo de carne 6.12.3 Cuchillo de trinchar 6.12.4 Cuchillo de queso 6.12.5 Cuchillo de tarta 6.12.6 Cuchillo de mantequilla 6.12.7 Cuchillo de fruta 6.13 Otros cubiertos

7. PROTOCOLO SOCIAL _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ 24 7.1 Consejos prácticos 7.2 Deber del anfitrión y del invitado 7.3 Reglas 7.4 Eventos del cliente 7.4.1 Reuniones de trabajo 7.4.2 Rueda de prensa 7.4.3 Mitin

8. PROTOCOLO CEREMONIAL_ _ _ _ _ _ _ _ 27

9. PROTOCOLO INSTITUCIONAL_ _ _ _ _ _ _ 27 9.1 El cliente

10. PROTOCOLO DIPLOMÁTICO _ _ _ _ _ _ _ 28 10.1 Banderas y su uso correcto 10.2 Ordenamiento de las personas 10.3 Presidencia de las mesas 10.4 Presidencia de un acto 10.5 Tipos de presidencia 10.6 Línea de presidencia de un acto 10.7 Sistema Francés 10.8 Sistema Anglosajón 10.9 Recomendaciones generales 10.10 Formas de mesa y su acomodo 10.10.1 Mesa en forma de U 10.10.2 Mesa en forma de E 10.11 Formas de ordenamiento 10.12 Formas de uso de la presidencia 10.13 Ley de la derecha 10.14 Ordenamiento lateral 10.15 Cortejos 10.16 Orden lineal 10.17 Presidencia en orden lineal 10.18 Presidencia mixta 10.19 Acceso a la presidencia 10.20 Salida de la presidencia

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Definición

Es un reglamento o una serie de instrucciones que se fijan por tradición o por convenio. Es posible emplear la noción en diferentes contextos, un protocolo puede se un docu-mento o una normativa que establece cómo se debe actuar en ciertos procedimientos. De este modo, recopila conductas, acciones y técnicas que se consideran adecuadas ante cierta situaciones.

Objetivo

Se propone el uso del Manual de Protocolo para propiciar el aprendizaje de un conjunto de conceptos y fórmulas que rigen el manejo de la imagen integral, las relaciones, la etiqueta y la expresión natural de la gracia y elegancia del hombre y mujer de hoy.

Comportamiento en Público

La calle es un espacio que utili-zamos diariamente, al menos para desplazarnos de un lugar a otro, y es en este territorio público por antonomasia donde la libertad personal de cada uno queda condicionada por el deber de compartir el espacio y los bienes comunes con los demás. Las reglas de cortesía cobran una especial dimensión en los lugares públi-cos y permiten distinguir un país civilizado de un campo de batalla.1.

3.1 Normas Generales

• Ceder el paso ante puertas y lugares estrechos.

Desde hace siglos, los usos sociales dictan que el hombre

debe ceder el paso a la mujer ante una puerta o lugar estre-cho de paso. Lo mismo hará un joven si acompaña a una persona de edad y cualquiera que camine junto a alguien que se considere de mayor rango.

• Ceder asientos.

Ceder el asiento a mujeres y personas de edad que carez-can de él. Es casi inexcusable ante ancianos, personas impe-didas o cargadas con paquetes y mujeres embarazadas o que lleven a un niño en brazos.

• Llevar la carga pesada.

El hombre o la persona más joven será quien cargue con maletas, bultos o paraguas. En este caso, la diferenciación sexual no sólo es un uso anti-guo por razones sociales, sino también por cuestiones físicas obvias, por lo que nunca deberá ser entendido como una discriminación.

• Higiene básica.

En la calle, no se deben arrojar al suelo papeles, cigarrillos ni ningún tipo de basura, sino que, en caso de necesitarlo, hay que echarlos en una pape-lera o algún tipo de contene-dor. Por su puesto, es de pésima educación escupir en la vía pública.

3.2 En la Calle

Camine siempre por la acera o los espacios peatonales y no cruce la calzada más que en los lugares señalados para ello o pasos de cebra. Ante los semá-foros, espere que la luz verde le indique que ya puede pasar. En el caso de no haber un ligar específico para el cruce, no atraviese jamás la zona de los vehículos de forma imprevista o saliendo inesperadamente de entre dos coches aparcados.

Como lugar de uso común, en la calle debe además evitarse cualquier hábito que pueda molestar a otros. Nunca grite, ni siquiera para llamar a alguien, pues estará cometien-do una doble falta de educa-ción hacia otros viandantes y hacia la persona a la que se dirige, a la que el aviso puede resultarle violento.

Cuando se camina por la calle junto a otra persona, el lugar de honor es el más alejado de la calzada por entender que quien anda más próximo a ella protege al otro de posibles percances. Es por eso que las normas tradicionales de buenos modales señalan la conveniencia de que el hombre ceda ese lugar a la mujer o a la persona más joven a la de más edad.

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Si caminamos por la calle con un amigo y nos encontramos con un tercero a quien nuestro acompañante no conoce, debemos presentarlo de inme-diato. Se considera sin embar-go un detalle de discreción que el acompañante se aparte un poco, de forma que la presen-tación no parezca obligada. Aun así, salvo raras excepcio-nes, tenemos que llamar a nuestro amigo y presentarle al recién llegado.

En encuentros fortuitos en la calle, la conversación ha de ser breve. La despedida la iniciará la persona de más respeto o categoría.

No es de buena educación ir comiendo por la calle; la excepción pueden construirla algunos productos típicos de temporada como son los hela-dos de verano o las castañas en invierno, que se venden en puestos callejeros. En este caso, es necesario proveerse de servilletas de papel en el mismo puesto y tener siempre a mano un pañuelo para limpiarse bien manos y boca una vez acabemos la degusta-ción. Si nos encontramos en estas circunstancias con algún conocido, le haremos una simple advertencia de disculpa y sólo estrecharemos la mano si está ya perfectamente limpia.

3.3 Ascensor Si vamos a entrar en un ascen-sor o acabamos de acceder a la cabina y vemos que alguien se aproxima, lo dentendremos para que pueda subir el que aparece. Cuando somos noso-tros quienes llegamos en segundo lugar y la otra perso-na ha esperado por nosotros, agradeceremos siempre el gesto. No intentemos entrar en un ascensor excesivamente lleno, pues esto contraviene las normas de seguridad propias y ajenas. Si hay demasiadas personas esperando en un asensor ofrezcámonos para aguardar al siguiente turno, cediendo el paso y el uso a las personas mayores o que vayan cargadas con paquetes.

Quien ha entrado primero o quien ha quedado más próxi-mo al panel de mandos, preguntará a los demás a qué piso van y pulsará los botones por orden. Deje espacio para que salgan quienes van a dejar el ascensor antes que usted.

Es necesario que los fumado-res recuerden que el ascensor es un espacio cerrado y muy reducido, por lo que es una falta de cortesía, además de que pueda serlo de seguridad, entrar a un ascensor con un pitillo encendido o prenderlo una vez dentro; el humo y el olor del tabaco, que a muchas personas puede resultar molesto, permanecerá durante mucho tiempo en el habitáculo.

3.4 Escaleras

Al subir y bajar escaleras, el lugar de preferencia, que se

debe ceder inexcusablemente a personas de edad, es siempre el más cercano al pasamanos. Como norma general, este lado, en principio se deja para que descienden.

En las escaleras mecánicas y en pasillos deslizantes, se ocupa siempre la derecha – salvo en Gran Bretaña, que se cambia por la izquierda al igual que el sentido de la conduc-ción de los vehículos – , de forma que si alguien tiene prisa, pueda adelantarnos caminando por la izquierda. Al llegar al final, se debe avanzar al menos unos metros sin dete-nerse para evitar interrumpir el paso de quienes vengas detrás y formar un tapón en la desem-bocadura.

3.5 Filas/Colas

La primera regla es respetar el turno que tenemos y no inten-tar ocupar el de los demás, ni facilitar que alguien se adueñe del que no le corresponde, si mientras esperamos llega. La buena educación exige que no tratemos de pasar antes que la persona que lleva más tiempo esperando, existe un derecho no escrito que nos autoriza a reclamar con delicadeza pero firmemente, que los demás respeten también el orden sin obviar nuestro lugar en la cola.

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Mientras permanezcamos en una cola, es necesario guardar una distancia prudencial respecto a quien nos precede, sin agobiar ni invadir su espa-cio personal. Guardar esta separación – e incluso aumen-tarla – es especialmente nece-sario si la cola se hace ante una ventanilla de ser necesario si la cola se hace ante una ventani-lla de atención de un banco o de un departamento de la Administración, de forma que no pueda dar la impresión de que nos inmiscuimos en las gestiones que va a hacer otra persona.

A este efecto, existen hoy en día en no pocos establecimien-tos sobre todo blancos y admi-nistraciones públicas, unas líneas pintadas en el suelo que señalan el lugar desde el que se espera el turno, para no molestar a quien está siendo atendido.

3.6 Transporte público

Las aglomeraciones que pueden producirse en los transportes públicos son otra circunstancia para demostrar nuestra cortesía. Ceda siempre el paso y el asiento a personas mayores e impedidas y a quie-nes llevan paquetes o peso. La cesión debe ir precedida de un delicado ofrecimiento, pero no insita si es rechazado. Procure no utilizar los asientos que algunos vehículos públicos reservan para gente con problemas de movilidad y que ya van así señalizados, de forma que quien tenga que ocuparlos pueda hacerlo como un derecho y no como una condescendencia.

No estorbe a quienes tratan de subir al vehículo o a quienes se vayan a bajar antes que usted. Si pisa o empuja a alguien, aunque haya sido un acto invo-luntario provocado por el movimiento del vehículo, pida disculpas. Si va acompañado, no hable en voz excesivamente alta ni de temas poco discre-tos.

Llevar preparado cambio para el cambio del billete, puesto que reducirá el tiempo de cobro y de las paradas; no que-darse en el interior del autobús o vagón de metro nada más subirse, ya que impedirá entrar a otros aunque más atrás haya suficiente.

3.7 Autobús o metro

Se considera de mala educa-ción mirar insistentemente el periódico o la revista que va leyendo el viajero que nos precede, como si intentásemos leerlo al mismo tiempo que él, sobre su hombro.

3.8 Trenes y metropolitanos

Cuando se va sentado frente a un desconocido no es cortés mirar fijamente a la otra perso-na.

Ayude a colocar el equipaje a quienes vea necesitados de auxilio y salga al pasillo si ello es necesario para facilitar el acomodo de algún viajero.

Si los asientos van numerados compruebe su billete y la plaza que debe ocupar, si no van numerados y usted viaja acom-pañado, en el caso de no encontrar asientos vacíos juntos acomódese en los que haya; no pida que otros viaje-ros se cambien, lo que quizá accedan a hacer forzados por timidez pero a disgusto.

3.9 Taxi

Salude al entrar e indique al conductor claramente el lugar al que se dirige. Si el taxista entabla una conversación, sea extremadamente discreto y, por supuesto, no entre nunca en ninguna discusión. Al llegar a su destino pregunte cuánto debe, compruebe que la canti-dad se corresponde al taxíme-tro y las tarifas vigentes y pague.

3.10 Teatros y cines

La recomendable puntualidad se convierte en un requisito imprescindible cuando acudi-mos a un espectáculo público en el que entrar con retraso puede causar molestias al resto de los espectadores e impedirles su disfrute al inte-rrumpirles con nuestra llegada.

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Lo correcto es acudir con ante-lación y ocupar nuestro asiento antes de que comience la función. En conciertos y repre-sentaciones de ópera o teatra-les, muchos teatros optan por impedir el paso a la sala a quie-nes llegan tarde, obligándoles a permanecer fuera hasta el entreacto.

En los asientos, rigen una vez más las reglas generales de cortesía. En palcos y plateas, los lugares delanteros se ceden a las mujeres, a las personas de más edad y a las que queremos mostrar una diferencia.

Durante el concierto, la repre-sentación o la proyección de una película, se debe mantener un silencio absoluto, sin hacer comentarios que estorben a los demás. Procuraremos asimismo no hacer continuos movimientos ni ruidos de ningún tipo.

En los entreactos, no abando-naremos la sala dejando a nuestros acompañantes solos, a menos que ellos así lo pidan. El momento de volver a la sala

lo indicarán los responsables, habitualmente con un timbre, señal a la que obedecemos sin retrasos.

A la hora de los aplausos, el entusiasmo no debe estar reñido con la buena educación ni traducirse en algarada. En un concierto, es fácil confundirse e iniciar las palmadas antes de que llegue el final de la inter-pretación, por lo que en caso de duda, es mejor esperar a los demás. Si la ovación se prolon-ga y el intérprete o intérpretes deciden ofrecer un bis o pieza de propina, los espectadores volverán a tomar asiento en el mismo lugar en que se encon-traban y a guardar silencio inmediatamente.

En las proyecciones de cine, salvo rarísimas excepciones, los aplausos sólo proceden cuando el director o algunos de los actores están en la sala, habitualmente por tratarse de un estreno o una sesión espe-cial, aunque son muy comunes en los festivales y en general en pases para la prensa, esté o no presente el equipo de la realización.

3.11 Hoteles

Una de las reglas básicas es la necesidad de guardar el mayor silencio posible a partir de determinadas horas para no incomodar a los huéspedes que estén durmiendo o descansando. Dada la proximi-dad de unas habitaciones con otras, si se utiliza la televisión, la radio o el hilo musical, se vigilará que el volumen no sea excesivo. Tampoco se alboro-tará en los pasillos.

Aunque la limpieza de la habi-tación es responsabilidad del hotel, durante nuestra perma-nencia en el mismo manten-dremos la habitación en orden, evitando dejar prendas íntimas o efectos personales desperdi-gados.

Para evitar sorpresas y no que-darse sin acomodo, suele ser aconsejable reservar la habita-ción de forma anticipada. Si en su primera noche va a llegar al hotel después de media tarde, conviene advertirlo antes para que el personal no piense que se trata de una reserva fallida y si, por algún motivo debe suspender el viaje, hágalo saber para que puedan dispo-ner de la habitación.

Además del recepcionista, en el hotel existen otros emplea-dos de hostelería específicos, formando una plantilla más o menos amplia y diversificada en función de su categoría.

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En los mejores hoteles, antes de llegar a la recepción puede encontrarse con uno o dos porteros que, como su nombre indica, se hallarán a la puerta y entre cuyas funciones está abrir las de los vehículos que van llegando y la propia del estable-cimiento. Salude y dé las gracias por la ayuda que le puedan prestar.

El hotel contará también con botones, personal subalterno ente cuyos cometidos puede estar el subir sus maletas a la habitación. En ese caso, será éste el encargado de llevar la llave de la habitación, abrírsela y mostrársela, tras dejar el equi-paje; habitualmente el botones hace una breve inspección del dormitorio y el cuarto de baño y es costumbre que antes de irse reciba una pequeña propi-na por su servicio.

Entre los servicios que se solici-tan de forma más frecuente en un hotel se encuentra el desa-yuno, que puede ser servido en la habitación o en un comedor o cafetería y, en ambos casos, está habitualmente sujeto a un horario.

Aunque muchos de estos desa-yunos se sirven en bufé y en cualquier caso usted puede pedir lo que desee tomar, existe una terminología sobre las clases de desayuno que quizá resulte práctico recordar:

Desayuno continental

Es de los más habituales en los hoteles. Incluye café, té o chocolate, pan con mantequilla y mermelada en dos variedades o miel, y algún tipo de bollete-ría. Su nombre deriva de su diferenciación frente al tipo de desayuno frecuente en las Islas Británicas.

Desayuno de la casa

Habitualmente es más genero-so que el continental, al incluir un zumo y algún tipo de peque-ño bocadillo o sándwich.

Desayuno inglés

Suele estar compuesto de zumo de naranja, café, chocola-te o (más comúnmente) té, pan con mantequilla y mermelada o miel, bollería y huevos con jamón o bacon.

3.12 Vecindario

Es preciso saber distinguir cual-quier entrometimiento de un síntoma de interés. La discre-ción debe guardarse sea cual sea el tipo de vivienda y en cualquiera de las dependencias de la propiedad.

Con los vecinos hay que ser, por su puesto, amables, e inclu-so, dad ala frecuencia con la que vamos a cruzarnos con ellos, es aconsejable extremar esa amabilidad. El respeto a unas normas básicas de convi-vencia vecinal debe impedir-nos.

Hay que ser especialmente comprensivos con los vecinos que tienen niños pequeños o animales domésticos, sin inten-tar imponer una ley del silencio difícil de cumplir.

Como vecinos, usaremos conti-nuamente propiedades y servi-cios comunes.

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Lo correcto en esos casos es esmerarnos en su orden, limpieza y conservación.

Los asuntos que afectan a los propietarios de un edificio de viviendas se tratan y deciden en las reuniones de la comuni-dad de vecinos además de las reglas para que estos órganos fijen las leyes.

3.13 Restaurantes

A la hora de asistir a un restau-rante es indespensable poder identificar a todos los que lo conforman y la función que tienen dentro de éste.

Hostess

Persona encargada de recibir a los comensales y guiarlos hasta su mesa.

Capitán de mesero

Es el responsable ante el maitre del perfecto funciona-miento del restaurante, cafete-ría, bar o salón de convencio-nes al cual es asignado.

Mesero

El encargado de atender la mesa, los clientes, servir los alimentos y llevar la cuenta.

Garrotero

Encargado de servir las bebi-das, limpiar la mesa, y asistir al mesero.

Sommelier

Orienta al cliente en el consu-mo del vino ideal para el plato escogido, lo cual se conoce como maridaje.

Reglas básicas en restaurantes:

• Se pedirá únicamente las cosas que estén en la carta.

• Otorgar la propina de acuer-do al servicio.

• Al sentarse, uno mismo apar-tará la silla y se sentará, en posición vertical.

• Colocar los brazos apoyando los antebrazos en la mesa y no los codos.

4. Saludo

El saludo es la fórmula que inicia cualquier tipo d eencuen-tro entre dos o más personas y da paso al posterior intercam-bio de información que se produzca entre ellas. De ahí que el dominio de relevancia, desde la Antigüedad, entre las normas de cortesía social.

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4.1 A tener en cuenta

Su difusión como requisito obligatorio para iniciar cual-quier clase de contacto entre las personas ha motivado que ciertos tipos de saludo llegaran a convertirse en signos de iden-tificación para algunos colecti-vos políticos.

El saludo es perceptivo siem-pre que entre en un estableci-miento público, cuando coinci-da con otras personas en un portal, pasillo o ascensor, si se cruza a un excursionistas en un paseo de montaña, etc., en defi-nitiva en aquellos casos en que se encuentre cara a cara con otra u otras personas en un lugar determinado.

4.2 Apretón de manos

El apretón de manos es el gesto utilizado con mayor frecuencia. Exhibir la palma de las manos siempre se soció con la honesti-dad, la lealtad y el deseo de concordia, estrecharse las manos es también una señal de reconciliación, de final de un enfrentamiento y de paz y perdón.

Sólo se estrecha la mano a un adulto. No se hace con un niño y, de hecho, el momento en que un joven pasa a ser saludado así se puede considerar inicio del reconocimiento social de su madurez.

Debe ser:

• Breve y firme:

No más de tres o cuatro movi-mientos y de modo que no se muestre flacidez ni tampoco se sacuda con excesiva energía el brazo del otro. Los apretones prolognados sólo tienen senti-do entre personajes públicos cuando hay fotógrafos delante y los protagonistas deciden

posar. Los muy blandos produ-cen una sensacion poco agra-dable.

• Un gesto lleno de significado

En los escasos instantes que dura un apretón de manos se transmite una gran cantidad de información

• El aspecto de la mano

Longitud y forma de la palma, de los dedos y de las uñas, así como su limpieza, son un men-saje de compresión inmediata. Las uñas mordidas son una señal de nerviosismo e inseguri-dad.

• La textura de la piel

Puede ser blanda y delicada o dura y rugosa, proporciona también sugerencias interesan-tes para conocer el tipo de actividad que desarrolla normalmente la otra persona.

• El grado de sequedad o humedad de la mano

Es otro factor relevante, la humedad se interpreta como un síntoma tipico de ansiedad.

• La presión ejercida en el saludo

Cuanto mayor sea la presión, más intenso es también el deseo implícito de dominio.

• La duración del contacto

Un apretón demasiado corto, que sea más breve de lo que quepa esperar en la situación de que se trate, se asocia a desinterés y a falta de motiva-ción por el encuentro. A la inversa, un saludo que se prolonga algunos segundos por encima de lo normal transmite la idea contraria, es decir, ilusión, alegría y deseo de coo-perar en el contacto que el saludo inicia.

• La distancia de los cuerpos

Los habitantes de las zonas urbanos, acostumbrados a un espacio personal reducido, estrechan las manos e sus conciudadanos desde una distancia bastante próxima (no superior a los sesenta centíme-tros), de modo que los brazos del saludador y el saludado forman un ángulo agudo. Sucede lo mismo en encuentros de dos personas en un lugar cerrado o bajo techo. En cambio, si el saludo se produce en una zona rural, o simplemen-te al aire libre, aumenta de forma considerable el espacio personal de cada sujeto, de modo que los brazos de ambos dibujan casi una línea recta, paralela al suelo. En campo abierto también es muy común el saludo a distancia: un simple gesto con la mano en ocasiones desde la lejanía.

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• Para hacer el saludo más afectuoso

Según el nivel de confianza o de impetuosidad que quiera imprimir al encuentro quien inicia el saludo, este gesto sencillo puede ser reforzado asiendo con decisión el ante-brazo de la otra persona, o incluso abrazándola.

4.3 El abrazo

Existen otras formas de saludo distintas del apretón de manos. La que más se extiende en los últimos tiempos, rayando ya casi en el abuso, es el abrazo enérgico y sonoro.

La prudencia que se plantea se basa sobre todo en tres ideas:

• Sólo se abrazan los hombres para saludarse rara vez un hombre saluda así a una mujer.

• Sólo se abrazan los hombres que son verdaderamente amigos o están unidos por una antigua relación.

Sólo se deben abrazar los hom-bres que resisten el embate sin quebranto físico.

4.4 El Besamanos Los saludos más solemnes, como son los realizados a miembros de la realeza o a altos dignatarios eclesiásticos, revisten esta fórmula. En el ámbito privado u ordinario, es practicado, con relativa frecuencia en la mayoría de los países europeos excepto los nórdicos y Gran Bretaña.

En la actualidad, el besamanos es una manera cortés de salu-dar un hombre a una mujer que se practica por lo general con damas de elevada posición o dignas de un particular respe-tos, o simplemente cuando un cabellero quiere demostrar una cierta formalidad ante una señora cuando le es presenta-da.

La formula correcta de realizar este saludo:

1. El caballero adoptará una postura bastante formal, prefe-riblemente con los pies unidos y las piernas rectas. No es necesario envararse ni mostrar un aspecto rígido, basta con una expresión general digna y erguida, sin dejadez, desgana o desmadejamiento.

2. El caballero debe inclinarse sobre la mano derecha de la dama, quien la levantará un poco para facilitar el gesto. La dama dejará su mano “muerta” o sin fuerza, para permitir el saludo.

3. Él la elevará hacia su boca con suavidad y decisión, sin apretar ni hacer fuerza, pero guiándola sin vacilación alguna. No la levantará mucho, sino que ha de ser más la incli-nación del hombre que la elevación de la mano femenina.

4. Normalmente no llega a producirse el beso como tal. El caballero puede rozar con su

barbilla la mano de la dama, o simplemente besar su propio pulgar. En cualquier caso, el beso no ha de ser sonoro ni, por supuesto, húmedo. Y todo esto debe suceder en apenas unos segundos.

5. Si la dama lleva guantes, no procede este tipo de saludo.

6. Tampoco se debe besar una mano con una mesa u otro mueble interpuesto.

7. No es de buen tono saludar de este modo sólo a algunas damas, en una reunión y no hacerlo igual con las demás, pues implicaría establecer una jerarquía de trato entre ellas. Hay una excepción para casos de gran formalidad: en una recepción de elevada solemni-dad, puede ser suficiente con besar la mano de la anfitriona y quizá, la de las señoras de mayor edad. Con las demás se hará una respetuosa inclina-ción de cabeza.

8. Valore también las distintas circunstancias que concurran en cada caso. Un alto cargo de una empresa saludará con el mayor respeto a la esposa de uno de sus subordinados, pero no le besará la mano, a no ser que ésta tenga una gran rele-vancia social por méritos propios.

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4.5 Beso en la mejilla

Una forma de saludo cordial e íntima, utilizada con frecuencia al encontrase con personas allegadas, y sobre todo por los jóeves entre sí, es el intercam-bio de besos en la mejilla. Sobre esta modalidad convie-ne dictar algunas recomenda-ciones, guiadas, como siempre, por un principio de prudencia.

1. En primer lugar, si el saludo es entre hombre y mujer, será ésta quien, en uso de las facul-tades generales de preferencia que le corresponden, decida si desea un saludo con beso o en la mejilla, en el dorso de la mano o, simplemente, con un suave apretón de manos.

2. En segundo, si se trata de un saludo entre hombres, nada impide que se rocen levemente las mejillas.

3. En todos los casos de beso, ya sea en el dorso de la mano o en la mejilla, no olvide que éste ha de ser seco y silencioso, casi imperceptible.

4. La prudencia ha de ser siem-pre la norma a seguir en caso de duda, lo cual es aún más claro en circunstancia como el beso que, para muchas perso-nas significa un grado de con-fianza e intimidad que no desean tener con todos los que les saludan. Si no estamos seguros de que el beso en la mejilla será tomado como un saludo natural, es mejor abste-nerse y conformarse con el clásico apretón de manos.

5. En el ámbito laboral obvia-mente es mucho más restringi-do. El beso es un saludo priva-do, que pertenece al círculo de lo amistoso.

4.6 El saludo a las autoridades eclesiásticas

Cuando se saluda a un obispo, arzobispo o cardena, tanto hombres como las mujeres deben hacer el gesto de besar su anillo, lo que no es preciso con un sacerdote. Rigen los mismos consejos que se dieron al exponer el besamanos clási-co, siendo también admisible el gesto incompleto. Es una norma de cortesía no obligato-ria, pero que, si se practica, demuestra un alto grado de consideración y respeto hacia el clérigo a quien se saluda.

Además, los clérigos, al saludar a un superior, acostumbran a hacer algún tipo de genu-flexión al tiempo que besan el anillo de aquél.

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4.7 El saludo a la Familia Real

En las recepciones ofrecidas por la Familia Real hay que tener en uenta algunas normas especiales a la hora de saludar a las reales personas:

Las mujeres deben hacer la genuflexión, que es un gesto, aunque poco habitual, no espcialmente llamativo ni apa-ratoso. Cuando la persona a quien vamos a saludar nos tiene su mano, se retira la pierna derecha hacia atrás, agachando ligeramente el cuerpo con una ligera doblez de la rodilla izquierda, y sin dejar d emirar a la cara de quién se saluda Es un movi-miento sutil y elegante, en el que no se inclina la cabeza, y que se realiza sin perder el equilibrio.

4.8 El saludo al público

Un tipo peculiar de saludo es el que se reliza desde el escena-rio con motivo de un concierto o cualquier otro tipo de atua-ción y, en general, en aconteci-mientos artísticos que congre-guen a numeroso público.

En estos casos, dado que es imposible saludar a cada uno de los asistentes, se suele empezar la función con unas frases de bienvenida y al final de la misma, entre los aplausos de los espectadores, el artista o artistas dan las gracias y saludan al público inclinando la parte superior del tronco hacia el frente.

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5. Presentación

5.1Proxémica

Es una disciplina que estudia la comunicación no verbal, examina la manera en que las personas ocupamos el espacio y la distancia que guardamos entre nosotros al comunicar-nos verbalmente.

5.2 Principales dimensiones

Zona íntima (de 0 a 0,5m.)

Las personas están realmente en contacto físico o tienen mucha facilidad para tocarse. Sólo se permite el acceso a los que se hallan emocionalmente muy cerca del sujeto e cues-tión: pareja o cónyuge, padres, hijos, parientes y amigos íntimos Por eso se le denomina también “espacio de afecto”.

La confianza es absoluta; no se pueden disimular las emocio-nes.

Zona Personal (de 0,5 a 1,2m)

Dos personas están separadas por la longitud de sus brazos (el límite del dominio físico), de manera que se pueden estre-char las manos. Es la distancia

habitual entre quienes partici-pan en una reunión social, trabajan en la oficina o se divierten en una fiesta. Ámbito cotidiano de la convivencia y la amistad, es la distancia preferi-da por el hombre occidental cuando hala con amigos, com-pañeros de empresa, vecinos, etc. Las relaciones son buenas, aunque no íntimas.

Zona social (de 1,2 a 3m)

Es la que se utiliza con más frecuencia en las actividades cotidianas de naturaleza social o profesional. Sirve para encuentros impersonales con desconocidos, nos separa de los extraños y es el territorio de la neutralidad administrativa y la diplomacia. Son de vital importancia los gestos, pues no es posible el contacto físico. La subzona lejana (en torno a 3m.) se emplea para reuniones, charlas, etc.

Zona pública (desde 3m)

Es la distancia cómoda para dirigirnos a un grupo de perso-nas. Típica de profesores y conferencistas, confiere presti-gio y autoridad a quien es capaz de mantenerla. Pese a la lejanía física, existe contacto visual y acústico.

5.3 Orden de cortesía

El orden de cortesía que se debe seguir en las preentacio-nes es el siguiente:

1. Los hombres son presenta-dos a las mujeres, salvo que haya una muy notable diferen-cia de edad o posición social entre ambos. Si ella es muy joven o el caballero es muy importante, será la mujer quien deba ser presetnada al varón.

2. Entre dos personas del

mismo sexo, el más joven es presentado al de mayor edad, salvo que aquél que ocupe un alto cargo o sea persona muy conocida y relevante.

3. En caso de existir algún tipo de jerarquía social o profesio-nal, el inferior es presentado al superior. En consecuencia, dentro de una empresa, es presentada la empleada (mujer) al jefe (hombre), debido a que la jerarquía profesional prima sobre el sexo. Por la misma razón, será también presentado el emplea-do (hombre) a la jefa (mujer). Cuando coinciden personas de empresas distintas, se concede la preferencia al que es “ajeno” (quien está de visita en nues-tras oficinas, por ejemplo).

4. En reuniones y actos socia-les, si no están muy definidas las edades y categorías, simplemente se presentan las personas que van llegando a los que ya están presentes.

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5.4 Fórmulas para hacer las presentaciones

En el supuesto más tipico y sencillo, que es cuando un conocido común presenta entre sí a dos personas, estan-do muy clara la preferencia que rige, se dejará bien claro quien es presentado a quién.

Al presentar a mujeres sin estar el marido presente, si ellas asis-ten en su condición de consor-te, es norma de cortesía espe-cificar de quien son esposas. Otro tanto sucedería a la inver-sa, si es el caballero quien acude a un acto acompañado a su esposa y ella ostenta el cargo que motivó la invitación.

Al hacer las presentaciones se debe indicar el nombre y la profesión de cada uno y proporcionar una resumida información sobre sus aficio-nes o cualquier dato de interés que venga al caso y facilite la charla entre los recién conoci-dos.

Cuando dos personas, son presentadas normalmente se estrechan las manos y se inter-cambian las fórmulas tradicio-nales de cortesía. Como en muchas otras situaciones de relación social, buscar fórmulas alternativas es muy aconseja-ble siempre y cuando no resul-ten ridículas ni fuera de lugar.

Al presentar una única persona a un grupo amplio, puede ocu-rrir que se produzcan engorro-sos cruces de manos y brazos, por lo que se hace necesaria la labor de una especie de presentador, que deberá ir dando a conocer al recién llegado por orden, primero a las mujeres y a continuación a los hombres. Cada persona esperará a que la hayan nom-brado antes de estrechar su mano.

Las cartas de presentación mucho más infrecuentes en la actualidad que hace algunas décadas, constituyen una buena fórmula cuando el nexo entre la persona que desea ser presentada y el destinatario está lejos y el acceso a este último es complicado. En ellas se proporcionan unas breves referencias sobre el portador, siempre en tono elogioso, que pueden facilitar que sea bien recibido, aunque debe evitarse a toda costa poner en un com-promiso al receptor de la misiva.

5.5 Presentación de matrimo-nios y parejas

Cuando se presenta a un matri-monio hay que referirse a ambos cónyugues por su nombre “Doña María Pérez, don José Luis Martínez”. Del mismo modo, no es sufiiente con presentar a una señora como la esposa de su marido, sino que debe respetársele el nombre “de soltera”, que es, en realidad, su auténtica identi-dad.

“Mi mujer”/ “mi marido” o “mi esposa” / “mi esposo” son siempre preferibles a “mi señora” / “mi señor”, que tienen connotacioens arcaicas aunque , curiosamente, vuel-ven a oírse con cierta frecun-cia.

Existen, además, soluciones intermedias que permiten satisfacer a todas las sensibili-dades: “Doña María López, esposa de Díaz”. Así se ofrece, al mismo tiempo, una informa-ción adicional de gran utilidad para los que recién presenta-dos inicien su charla.

Para presentar entre sí a dos matrimonios o parejas, se comienza por las señoras, presentando la más joven a la de mayor edad, y se sigue por los caballeros, con el mismo criterio cronológico.

Primero se estrechan la mano ellas y después ellos (hay que evitar choques).

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5.6 Postura a adoptar

La postura de las personas cuando son presentadas debe ser siempre de respeto, es decir, en pie. Acerca de esto, se pueden recordar algunos consejos de gran utilidad:

1. Los caballeros habrán de levantarse durante las presen-taciones, con independencia de que les sea presentada una mujer u otro caballero. Ovia-mente, se excluyen de la obli-gación de realizar este esfuer-zo los ancianos e impedidos. Y, también, si es a un hombre de edad avanzada le es presenta-do un chico joven, aquél puede permaneer sentado

2. Una mujer no precisa levan-tase cuando le es presentado un hombre, salvo que éste sea de mucha edad o de una eleva-da categoría social, o bien que ella sea muy joven. Opiniones más recientes consideran que ambos sexos deberían equipa-rarse ante esta norma de cortesía, es decir, que las muje-res también han de ponerse en pie para saludar a un caballero que les sea presentado. 3. Cuando dos damas son presentadas entre sí, la de mayor edad podrá permanecer sentada, mientras que la más joven deberá levantarse.

4. Si en una sala donde se encuentran varias personas entra una de muy alto rango, es un detalle de cortesía que los presentes se pongan de pie.

5. En el caso de parejas, puede presentarla como su esposa o compañera: Carlos, mi esposa. O también, mi peso seguida de su nombre completo. Pero no debe presentarla como la Señora de… su apellido. Eso lo pueden hacer terceras perso-nas que no sean el marido (por ejemplo un tercero: María Preti, señora de Vostel).

5.7 La auto presentación

Además del nombre se debe de ofrecer alguna información complementaria y utilizar una frase especialmente educada: “¿Me permite que me presen-te?, soy Ricardo López y he venido a dar clases en el departamento de Historia”. Sea todo lo suave y amable que pueda, recuerde que tiene que granjearse la confianza de alguien que no le conoce de nada, y sin disponer del aval de un amigo común que les dé enrada.

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5.8 Despedidas

Como norma general, las despedidas han de ser breves, sencillas y amistosas, sin cortes bruscos pero a la vez sin dilaciones innecesarias: “Ha sido un placer conocerle”, “me ha alegrado mucho compartir este tiempo con usted”… No deben prolongarse indefinida-mente, reanudando la conver-sación después de haber expresado la voluntad de aban-donar el lugar. La despedid sólo puede “anunciarse” una vez, siendo de escaso gusto decir cada varios minutos “bueno ya me marcho” e iniciar acto seguido otra charla sobre un nuevo tema.

Si la despedida tiene lugar en un acto al que se acudió por invitación es preceptivo despe-dirse de los anfitriones, hacién-doles constar expresamente nuestro afecto y gratitud.

Si somos nosotros quienes deseamos terminar la reunión o encuentro, podemos recurrir a este tipo de “mensajes cifra-dos”, pero no son muestra de una conducta educada. La persona que nos acompaña interpretará rápidamente que tenemos la intención de perderle de vista lo antes posi-ble. Es más correcto culminar la conversación con una frase cortés en la que sea compatible la máxima amabilidad con una expresión sincera invitando a la despedida: “En fin, creo que ya hemos analizado el tema desde todos los puntos de vista. Ha sido un placer”.

5.9 El tuteo

Reglas que dicta la etiqueta social en relación con el tuteo:

1. Ha de utilizarse el “usted” con todas las personas a quienes se

hable por primera vez, con las que no se conozcan, y con las que nos hayan sido presenta-das muy recientemente. Es el primer escalón en el trato con los demás.

2. El “usted” es también nece-sario con aquellos que, pese a ser ya conocidos, nos merez-can un especial respeto por su edad o su categoría social o profesional.

3. Siguiendo los principios bási-cos del saber estar, un caballe-ro tratará de “usted a una señora, y un joven hará lo mismo con una persona de mayor edad. Será la persona de honor “mujer o adulto” quien tenga el privilegio de proponer al otro, si lo estima convenien-te, el paso al tuteo.

4. En todos los casos de duda utilice el “usted”. La prudencia recomienda pecar de exceso

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de eduación antes que atribuir-nos confianzas que nadie nos concedió. Tutear a quien espera ser tratado de “usted” es ofenderle. Mientras que para descender a un nivel más colo-quial siempre hay tiempo en cualquier conversación, la situación inversa resulta muy difícil sin pagar el precio de una enojosa reprobación. Con-sidere el bochorno que sufriría si, ante su exhibición de con-fianza, su interlocutor le repli-ca: “¿acaso le he autorizado yo a tutearme?”

5. El tuteo inicial resulta correcto en muy escasas oca-siones: con niños o jóvenes cuando estando entre amigos nos presentan a otro, entre compañeros de trabajo (aun-que el recién llegado pedirá autorización para tutear a los veteranos), y poco más.6. No es correcto tutear a camareros, taxistas, doncellas o personas que, por razón de su profresión, nos deban con-testar empleando el “usted”. En general, un superior jerár-quico debe tratar de “usted” a sus subordinados si éstos le tratan también de “usted”. En caso de que él prefiera el tuteo, ha de invitar al empleado a que haga lo mismo, pues el trato debe ser reciproco y equiva-lente.

7. La cordialidad en el trato debe ser simétrica y concor-dante. Prolongar una conver-sación en la que una persona trate a otra de “tú” y ésta le siga respondiendo de “usted” es una situación forzada que dejará incómodos a ambos.

8. Si está Vd. hablando de “usted” a otra persona, y cree que las circunstancias aconse-jan ya pasar al “tuteo”, si no es usted la persona de honor, y por tanto no puede implantarlo directamente, pida permiso con mucha educación “¿Qué

tal si nos tuteamos?”, “¿Me permite que le trate de tú?”. Estas preguntas casi siempre son respondidas afirmativa-mente.

5.10 “Don” y “Doña”

Correlativo al “usted” es el “don” o “doña”. Aquellas personas a las que nos dirigire-mos de “usted deemos desig-narlas también con “don” previamente a su nombre de pila.

• En principio se considera de mayor rango “don Francisco” (“don” + nombre de pila) que

“señor Pérez” (señor + apelli-do”. Pero no cometa erroes: no se emplea señor + nombre de pila.

• Mucha gente prefiere evitar el “don” al dirigirse a otros, por lo que es frecuente utilizar el “usted” prescindiendo del “don”: “Francisco”, ¿podría decirme…?”

• En definitiva, el “don” conser-va buena salud en cartas y documentos (sobre todo en encabezamientos y direccio-nes), pero está decayendo en la lengua hablada.

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6. La mesa

6.1 Reglas generales

• Ningún invitado se deberá sentar encima de la mesa, ni de espaldas, ni en la falda de otro invitado.

• No deberá poner su pierna encima de la mesa.

• No pondrá para comer su cabeza en el plato.

• No tomará la comida de su vecino sin pedirle permiso antes.

• No colocará trozos de su propia comida masticados a medias en el plato de su vecino sin primero preguntarle.

• No se llevarse el dedo a la nariz, ni al oído mientras con-versa.

6.2 Formas y tamaños

En principio, la forma ideal de la mesa es la redonda, por ser la que aleja menos a unas personas de otras y la que permite una conversación más fluida y variada entre los presentes.

Para los grupos que superen los 8 o 10 comensales la mesa redonda es la solución óptima.

Las mesas cuadradas no son convenientes para ocasiones formales, salvo en los restau-rantes, donde sí son habituales para grupos de dos o cuatro comensales. En cuanto a las mesas rectangulares, superado su antiguo carácter señorial, resultan hoy incómodas.

Haciendo referencia al tamaño, conviene no olvidar que cada comensal ha de disponer de 70 centímetros y un máximo de

un metro del contorno de la mesa, para sí poder manejarse con sus cubiertos sin molestar a sus vecinos de mesa y, a la vez, evitar la desangelada impresión que puede ocasio-nar una excesiva separación entre los presentes.

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6.3 Decoración de la mesa

Asegúrese de disponer de espacio suficiente y de que los aderezos decorativos no se conviertan en estorbo.

6.3.1 Flores

En lo que respecta a las flores, uno de los ornammetnso más habituales en una mesa, pueden ser frescas o secas, pero siempre de escasa altura y un volumen muy excesivo; asimismo su olor será apenas perceptible.

Nunca utilizar flores de plásti-co para decorar una mesa. Una opción similar a la del centro florar y también de buen gusto es la de usar algunas frutas lúcidas y bien lustradas, inter-caladas con algunas ramas verdes. Esta solución produce un efecto freso, natural y nada recargado.

6.3.2 Velas

Otros elementos que se ven habitualmente en las mesas son los candelabros, velas y objetos de cerámica o plata. Antes de poner uno de estos objetos sobre la mesa, estudie cómo afectan a la línea visual entre los invitados. La regla es clara: un ornamento nunca puede impedir la visión de los compañeros de mesa, ni entor-pecer la conversación entre ellos.

Los objetos utilizados para la decoración de una mesa deben tener cierto peso en su base, lo que les garantizará una estabi-lidad que impida desagrada-bles incidentes. Es obligación del anfitrión tener presente el grado de sobriedad que quiere dar al conjunto y, en función de esa variable, utilizar elementos de decoración.

6.4 Mantelería clásica

El mayor grado de elegancia se consigue utilizando un manual único, amplio y colgante, que debe cubrir la mitad de la distancia entre el borde de la mesa y el suelo, y en todo caso una caída mínima de unos 35 centímetros. Esta caída ha de ser igual por todos los lados de la mesa.

Los manteles formales tiene que ser, en principio, de un tejido noble. Los materiales más habituales son el hilo o lino, el crepe y damasco.

El color de un mantel para un almuerzo formal será siempre blanco y crudo, o como mucho de un tono muy claro y suave, por ejemplo en azul, amarillo, verde, rosa o salmón. El uso de estos debe estar justificado por el aspecto de la estancia.

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6.5 Servilletas

Las servilletas son una de las piezas fundamentales a la hora de “crear” una mesa elegante. Es un elemento fundamental en cualquier tipo de mesa, ya sea formal o informal. Ésta deberá de ser colocada a la izquierda del plato o encima (una forma bastante utilizada, pues además protege al plato de cualquier motita de polvo, ceniza, etc.).

También se coloca en el lado derecho según la costumbre de cada lugar o cultura. Nunca, dentro de las copas. Si tienen algún tipo de bordado o anagrama, lo mejor es colocar la servilleta con este dibujo/lo-go/bordado bien visible.

6.5.1 La servilleta y sus tamaños

El tamaño de una servilleta viene determinado por el tipo de comida que se va a servir y cómo se va a “consumir”- sentado a una mesa, en pie como en un cóctel o aperitivo, etc.

Para las comidas que se toman sentado, las servilletas suelen ser más grandes. Para los ape-ritivos, cócteles, vino español, etc. en ocasiones en las que la gente no se sienta, las serville-tas suelen ser bastante más pequeñas y algo finas que las de mesa para poder “manejar-las mejor”. Los tamaños más utilizados, aunque no son los únicos, son:

Servilleta de mesa

Son las que se utilizan para almuerzos o cenas. Existen diversos tamaños, pero las que se consideran más elegantes son las más grandes (1), que pueden ir de 50 x 50 cm (19,5 pulgadas) hasta 60x60 cm (23,5 pulgadas). Este tamaño de servilletas, muy común

hasta hace un par de décadas, no se consigue ahora con facilidad y generalmente se deben encargar “a medida”.

El tamaño estándar de serville-tas de mesa (2), que normal-mente se compran junto con los manteles, es de 40 a 45 cm de lado (de 17 a 16 pulgadas). Una medida menor a éstas no es adecuada para utilizar como servilleta de mesa.

Se pueden doblar en forma decorativa o simplemente en rectángulo.

Servilletas de buffet – bufé o bufet -

Estas servilletas se utilizan tanto para buffet como para comidas ligeras o comidas informales al aire libre (3). Su tamaño deberá ser de un mínimo de 30x30cm (12 pulga-das) y un máximo de 35x35cm (14 pulgadas).

Se pueden doblar en forma decorativa o simplemente en rectángulo.

Servilletas de té

Se utilizan tanto para merienda como para desayuno (4). Su tamaño deberá ser de un mínimo de 20 cm de lado (8 pulgadas) y un máximo de 25 cm (10 pulgadas). Se doblan en cuatro, y con el cuadrado resultante, se forma un rectán-gulo o un triángulo.

Servilletas de cóctel Son las más pequeñas (5). Se utilizan durante un cóctel o cuando se sirve el aperitivo; también acompañará un vaso de agua, o una taza pequeña o pocillo de café, luego de la comida. Su tamaño puede variar de 18 cm de lado (7pul-gadas) a 15 cm (6 pulgadas). Se doblan en cuatro.

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6.6 La vajilla

La más usada es de 12 servicios compuesta por:

• 24 platos llanos

• 12 platos hondos

• 12 platos de postre

• 1 Sopera

• 1 Salsera

• 1 Ensaladera

• 3 Fuentes(2 pequeñas y 1 grande, o 2 ovaladas y 1 redonda)

• 2 rabaneras

6.7 La vajilla y su colocación

Existen multitud de piezas especializadas para servir alimentos muy concretos, la mayoría de las vajillas están compuestas por las más bási-cas y para una docena de comensales aunque también hay vajillas de seis y 18 servi-cios. Este número sólo se supera en casos excepcionales.

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6.8 La cristalería

Para presentar un servicio como es debido sólo son estrictamente imprescindibles dos copas, una para el vino y otra, de mayor tamaño para el agua.

Una buena cristalería debe dar la sensación de ligereza a manos y labios y, en comidas formales, las piezas estarán dotadas de un pie de conside-rables dimensiones.

Lo que respecta a la coloca-ción de las copas sobre el mantel, deben disponerse frente al plato y a la derecha, casi tocando la punta del cuchillo principal. Para orde-narlas existen diversas formas, aunque la más sencilla y prác-tica consiste en situar la pieza más alta a la izquierda de la más baja, ya que facilita la misión del camarero o del encargado de atender la mesa, dado que las bebidas se sirven por la derecha del comensal.

6.9 Reglas generales sobre el uso de cubiertos

Sabemos que las cucharas se cogen con la mano derecha, como los cuchillos, mientras que los tenedores con la izquierda. Sólo en el caso de que el tenedor pueda ser utili-zado sin cuchillo se tomará con la mano derecha, para los guisantes, por ejemplo. Y como regla genérica, nunca se cortan con cuchillo los alimen-tos blandos que cedan a la presión lateral del tenedor, como pasta, huevos, verduras, tortillas…

Mientras se mastica, los cubiertos deben reposar sobre el plato o mantenerlos en las manos siempre que sea una posición baja. No haga adema-

nes con los brazos si tiene en la mano los cubiertos, y no esgrima el tenedor o cuchillo como si fuesen instrumentos amenazantes. Y por supuesto no señale a nadie con un cubierto.

6.9 Reglas generales sobre el uso de cubiertos

Sabemos que las cucharas se cogen con la mano derecha, como los cuchillos, mientras que los tenedores con la izquierda. Sólo en el caso de que el tenedor pueda ser utili-zado sin cuchillo se tomará con la mano derecha, para los guisantes, por ejemplo. Y como regla genérica, nunca se cortan con cuchillo los alimen-tos blandos que cedan a la presión lateral del tenedor, como pasta, huevos, verduras, tortillas…

Mientras se mastica, los cubiertos deben reposar sobre el plato o mantenerlos en las manos siempre que sea una posición baja. No haga adema-nes con los brazos si tiene en la mano los cubiertos, y no esgrima el tenedor o cuchillo como si fuesen instrumentos

amenazantes. Y por supuesto no señale a nadie con un cubierto.

6.10 La cuchara

La cuchara es con toda proba-bilidad el cubierto que menos problemas plantea, pues al servir únicamente para sopas, caldos, cremas y purés, siem-pre está claro cuándo hay que utilizarla.

Lo más habitual es llevar la cuchara a la boca ligeramente de lado, pero hay personas que prefieren llevar la cuchara a la boca de frente, por el lado de la punta. Lo importante es utilizar la cuchara de una forma correcta; dos simples reglas, llevar la cuchara a la boca, no la boca a la cuchara, y no llevar la cuchara demasia-do llena que pueda ir gotean-do. El contenido de la cuchara, especialmente cuando es líquido, se toma de un solo trago, sin cargarla demasiado para evitar que se derrame por la barbilla, y sin hacer ruido. No se succiona, sino que se vierte en el interior de la boca, ayudándonos con el labio superior.

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6.10.1 Cuchara sopera

Cuchara de cavidad honda, de unos 22 cm de largo. Utilizada para sopas, purés, gazpachos y legumbres, principalmente.

6.10.2 Cuchara de servicio

Cuchara de grandes dimensio-nes y pala muy ancha. Utiliza-da para servir guarniciones y otros acompañamientos en asados y platos similares.

6.10.3 Cuchara de ensalada

Cubierto de amplia pala y escasa concavidad, muy largo, más de 30 cm aproximada-mente para revolver y servir las ensaladas.

6.10.4 Cuchara salsera

Cubierto de mango corto, menos de 20 cm aproximada-mente, de cavidad mediana y aplanada. Utilizado con las salseras de la vajilla y utilizado como su nombre indica para servir todo tipo de salsas.

6.10.5 Cuchara de consomé

Cuchara de pequeñas dimen-siones, más ancha de concavi-dad que la de postre. Utilizada como su nombre lo indica para tomar consomés y caldos.

6.10.6 Cucharilla de postre Hermana pequeña de la cuchara de mesa, de tamaño algo menor de la mitad de ésta. Utilizada para todo tipo de postres: cremas, “mouses”, tartas, etc.

6.10.7 Cucharilla de café

La más pequeña de toda la cubertería, de poca cavidad. Se utiliza de forma única para revolver el café o infusiones. No se olvide sacarla de la taza cuando vaya a beber.

6.11 El tenedor

Se trata del cubierto más versátil y polivalente de todos, ya que puede utilizarse con ambas manos, como señalába-mos antes, e incluso a veces suplanta la labor del cuchillo, realizando pequeños cortes. Entre las peculiaridades en el uso del tenedor, conviene saber que cuando se utiliza con la mano izquierda, es decir, acompañado por el cuchillo, se orientarán las puntas hacia abajo, mientras

que cuando se use con la mano derecha la curvatura de los dientes apuntará hacia arriba.

Cuando se utiliza el tenedor solo, se cogerá con la mano derecha, disponiendo su púas hacia arriba.

6.11.1 Tenedor mesa

Cubierto, del mismo tamaño que la cuchara, y dentado. Puede ser de 4 o 5 dientes, aunque hay muchos otros diseños. Utilizado para las tortillas, la mayor parte de la verdura y en compañía del cuchillo, la mayoría de las veces.

6.11.2 Tenedor de pescado

Tenedor más plano que el de mesa y ligeramente más ancho. Utilizado para los pes-cados. Si carecemos de estos cubiertos, se puede utilizar el tenedor de mesa.

6.11.3 Tenedor de trinchar

También de tamaño similar al cuchillo de trinchar. Utilizado para sujetar la pieza que deseamos trinchar. Dos dien-tes y amplia apertura central.

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6.11.4 Tenedor de servicio

De tamaño similar a la cuchara de servicio, dentado (de 4 ó 5 dientes), muy ancho y de pala plana. Utilizado en compañía de la cuchara de servicio como ayuda auxiliar.

6.11.5 Tenedor de ensalada

Cubierto de pala ancha, apenas dentado (práctica-mente son muescas) y de tamaño similar a la cuchara de ensalada. Se utiliza como auxi-liar de la cuchara de ensalada y para las mismas funciones.

6.11.6 Tenedor exprimidor

Tenedor de tamaño pequeño (similar al de postre) de largos dientes ligeramente abiertos en las puntas. Utilizado para pinchar los cítricos o frutas a exprimir.

6.11.7 Tenedor de postre

Al igual que la cucharilla, de tamaño algo menor a la mitad del tenedor de mesa. Dentado corto (3 ó 4 dientes, general-mente) utilizado para postres y como elementos de corte en alimentos blandos.

6.11.8 Tenedor de ostras Cubierto corto, dentado (generalmente 3 dientes), grueso y fuerte. Utilizado para extraer el molusco de su concha a la que se encuentra adherido.

6.11.9 Tenedor de fruta

Cubierto de tamaño medio (entre el tenedor de mesa y el de postre). Utilizado para tomarla fruta y como sustituto de los cubiertos de postre si no los hubiese.

6.11.10 Tenedor de caracoles

Cubierto largo, de unos 22 cm con dos amplios dientes. Se suele utilizar de forma conjun-ta con una pinza que sujeta el caracol para extraer “el bicho” con la punta del pincho o tenedor de caracoles.

6.12 El cuchillo Además de para cortar la comida, el cuchillo sirve para acercarla al tenedor. Nunca, se trata del alimento que se trate, se permitirá llevar el cuchillo a la boca. Al sujetar un cuchillo con la mano derecha, el dedo índice, encargado de transmi-tir la fuerza al corte, se apoya-rá sobre la empuñadura, preferiblemente en su extre-

mo inferior, pero sin rebasarla nunca. No se puede apoyar el dedo sobre la hoja del cuchi-llo, aunque sea en el lado que no tiene filo.

6.12.1 Cuchillo de mesa

De igual longitud que el tene-dor y la cuchara, ligeramente dentado, la mitad del filo apro-ximadamente. Utilizado para cortar alimentos.

6.12.2 Cuchillo de carne

Suele ser algo más pequeño que el cuchillo de mesa, y con filo más dentado. Utilizado para carnes magras, chuleto-nes y carnes similares.

6.12.3 Cuchillo de trinchar

Cuchillo de grandes propor-ciones, aproximadamente unos 30 cm de longitud. Utili-zado para trinchar aves y otras piezas de caza, cuando se sirven enteras a la mesa.

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6.12.4 Cuchillo de queso

Cuchillo pequeño, de unos 17 cm de largo, utilizado en tablas de quesos. Existe otra versión distinta a la del dibujo mostra-do, que termina en punta curva, con dos dientes, hacien-do las veces de “tenedor” para pinchar los trozos de queso.

6.12.5 Cuchillo de tarta

Cubierto de pala algo más ancha que el cuchillo de mesa, y poco filo. Utilizado para cortar tartas de pasta dura y tartas similares.

6.12.6 Cuchillo de mantequilla

Cubierto de pala ancha, de tamaño similar al cuchillo de postre. Sin filo (o con poco filo). Utilizad para untar la mantequilla en el plan.

6.12.7 Cuchillo de fruta

Cubierto corto, ligeramente dentado y del mismo tamaño que el tenedor de fruta. Se utiliza de forma conjunta con el tenedor de fruta y para la misma finalidad.

En cambio, si se usa acompa-ñada del cuchillo, se sujetará con la mano izquierda y con las púas hacia abajo.

6.13 Otros utensilios

Los recipientes de sal, pimien-ta, aceite y vinagre pueden distribuirse por la mesa del modo que se considera más adecuado, siempre que estén al alcance de todos los comen-sales.

Sobre la mesa nunca habrá palilleros ni ceniceros. En el primer caso, es obvio que, al ser contrario a las normas de cortesía utilizar mondadientes en la mesa, carece de lógica ofrecerlos.

En cuanto a los ceniceros, no es correcto incorporarlos al servicio de mesa porque no se debe fumar nunca entre platos ni mientras se espera a que comience a servirse la comida

.

Si se coloca un marcasitios con el nombre de cada comensal, lo cual sólo recomendamos para comidas muy formales o numerosas, debe estar situado entre las copas y el plato y, cuando esté escrito por una sola cara, ésta “mirara” hacia la silla, nunca hacia el interior de la mesa. Deberán de ser retira-dos en el momento en el que los comensales estén sentados, antes de que se dé inicio al servicio.

Los sujetacubiertos son pequeñas piezas decoradas, ideadas para hacer reposar los cubiertos ya utilizados sin que éstos rocen o manchen el mantel. Nunca se colocarán en una comida formal, pues su presencia indicaría que no hay intención de cambiar el servi-cio entre un plato y otro. Pueden ser muy útiles en almuerzos o cenas informales en las que el menú esté com-puesto de una degustación de platos variados que se presen-tan todos al mismo tiempo sobre la mesa; en tal caso, los sujetacubiertos se colocarán justo delante de ellos.

El vaso, que debe ser bajo y de boca ancha para que permita meter los dedos al comensal, se presentará en el lado izquierdo, un poco adelantado hacia el centro de la mesa, a la izquierda de las copas, pero separado de éstas.

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7. Protocolo social

En los distintos ámbitos de nuestra vida nos encontramos con normas de conviviencia establecidos por los usos, estilos y constumbres de la sociedad. Dichas normas tienen como objetivo servir de guía en las múltiplies situaciones que nos irán presentando y en las que tomaremos parte, unas veces como protagonistas, y otras como invitados o meros asistentes.

7.1 Consejos prácticos

• Buscar un lugar para ofrecer la reunión.

• Calcular con cuidado el número máximo de invitados.

• Disponer de distintos ambien-tes, unos más sociales y otros más íntimos.

• Cuidar el exceso de ruido y la escasez de ventilación.

• Prever sillas.

• Distribución de ceniceros.

• Manejo de la puntualidad.

• Cuidar la cantidad de alcohol.

• Hacer lista de invitados.

• La concurrencia debe de ser variada pero coherente.

• Comprobar direcciones y teléfonos.

7.2 Deber del anfitrión y del invitado

• La selección de invitados de acuerdo al evento.

• Puede ser un grupo heterogé-neo.

• Número de invitados pruden-tes.

• No es obligatorio una propor-ción exacta entre los invitados de uno y otro sexo

• Adaptar la hora fecha de la reunión según sus invitados.

7.3 Reglas

• ¿Cómo se hacen las invitacio-nes?

Telefónicamente

Por escrito (impressas o manuscritas)

• Se enviarán:

En sobre escrito a mano:Membretados a mano

Tina negra o azul con pluma estilográfica

• Las tarjetas más elegantes son 16.4 x 10.5cm

• Cuando el acto requiera formalidad se redactarán en tercera persona con las abre-viaturas “Sr,” o “Sra.”

• Para reuniones infantiles deben de ser muy informales y dirigida a niño que se invita.

7.4 Eventos del cliente

7.4.1 Reuniones con equipo de trabajo

Existen aspectos claves o estratégicos para planear, reali-zar, dirigir y evaluar las reunio-nes. Estas pueden tener dife-rentes finalidades dentro de las organizaciones tales como: informar, convencer, tomar decisiones, obtener informa-ción, sensibilizar o motivar,

resolver problemas o conflic-tos, etc. Se debe buscar que la reunión sea eficaz y eficiente, para lo cual deben de ser cum-plidos algunos aspectos, reglas y procedimientos como parte del protocolo para llevar a cabo reuniones efectiva:

1. Las reuniones deben tener un objetivo claro y conciso.

2. Definir y programar el lugar, fecha, horario de inicio y termi-nación de la sesión.

3. La citación o invitación debe realizarse con la debida antici-pación, incluyendo el orden del día o agenda proyectada, anexando los documentos que sean necesarios leer antes de la reunión.

4. Revisar y preparar con anti-cipación el apoyo logístico requerido.

5. Al iniciar la reunión, colocar a consideración y aprobación de los participantes el orden del día o agenda de trabajo, asig-nando el tiempo de duración para cada tema.

6. Según el tamaño, necesidad y tipo de reunión, asignar roles y responsabilidades: líder, moderador o facilitador, jefe de ceremonia, relator, secretario, oficial de orden, etc.

7. Dar a conocer las normas o reglas básicas a tenerse en cuenta para el desarrollo de la reunión.

8. Iniciar y terminar la reunión puntualmente, según la hora indicada. Evite que las reunio-nes se prolonguen demasiado “Hágale honor a los cumplidos, evite recompensar a los que llegan tarde”.

9. En el desarrollo de la reunión hay que motivar la participa-ción, ser buen escucha, generar

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el debate y la toma de decisio-nes, respetar el uso de la pala-bra, evitar hablar al mismo tiempo que lo hace la otra persona, centrar las interven-ciones en los temas de la agenda y hacerlo en forma clara y concreta.

10. Monitorear y controlar el tiempo a medida que avanza el desarrollo de la reunión.

11. Utilizar adecuadamente las mociones parlamentarias.

12. Resumir conclusiones y tomar nota de los progresos conseguidos.

13. Asignar la responsabilidad de tareas y establecer fechas de ejecución.

14. Programar otra reunión, si fuera necesario.

15. Terminar la reunión a la hora prevista.

16. Realizar seguimiento.

7.4.2 Rueda de prensa

Para invitar a un medio de comunicación es necesario facilitar algunos datos para que evalúe si es interesante asistir a esa rueda de prensa para cubrir la noticia:

1. Quién da la rueda de prensa.

2. Para qué se da la rueda de prensa (objetivo de la misma).

3. Lugar (aportando los mayo-res datos posibles), fecha y hora del acto.

4. En determinados casos se adjunta carta o tarjeta de respuesta, para confirmar las asistencias. Los organizadores deben saber cuántos acudirán.

Se deben hacer preparativos antes del acto:

1. Capacidad de la sala. Hay que calcular el número de personas que van a acudir.

2. Redactar los comunicados y resto de información escrita (dossier) a repartir.

3. Cuidar la decoración, sobre todo si van cámaras de televi-sión y fotógrafos.

4. En algunos casos, se puede ofrecer un vino español o un piscolabis similar a los asisten-tes.

5. Comprobar el resto de los detalles, megafonía, servicios, carteles identificadores en la mesa presidencial, control de acreditaciones, etc.

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7.4.3 Mitin

La estructura de un mitin suele ser habitual entre todos los partidos políticos, que pueden añadir actuaciones en directo musicales, teatrales o incluso cómicas, proyectar un vídeo o someter a los oradores a un turno de preguntas del público apostando por el debate.

Lo que normalmente si cambia de unos mítines a otros es la escenografía y la identidad del

evento que suele estar unida a la del partido político que lo celebre, aspectos que ayudan a hacerlos únicos.

Si hay un aspecto que se suele repetir en el tiempo y que ayuda a entender la originali-dad y exclusividad de cada mitin es la existencia de espa-cios que se han convertido en emblemáticos para la política, ya que se suelen utilizar por la mayor parte de los grupos políticos existentes como un significado propio, que conlle-

va un antes y un después en las organizaciones políticas que lo utilizan como lugar de celebra-ción.

Lo que se debe buscar es que un mitin se lleve a cabo de manera profesional y que real-mente transmita el mensaje que se quiere mostrar, utilizan-do los medios necesarios para ello. En el caso de no contar con ellos, existen diversas opciones para finalmente poder llevarlo a la realidad.

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8. Protocolo ceremonial

El Ceremonial es un conjunto de formalidades (o acciones) para los actos públicos y solemnes. Es dinámico o estáti-co.

El Protocolo, el Ceremonial y el Trato Social, conjuntamente, son una forma de expresión visual comunicativa y, por su alto valor conceptual y repre-sentativo, son una valiosa herramienta de proyección de la Imagen de las Instituciones y de las Personas.

Las normas del Protocolo y el Ceremonial son particulares y varían según las circunstancias de cada país: su historia, cultu-ra y tradiciones; la religión que predomine e inclusive cada ocasión en especial.

9. Protocolo Institucional

Para una Institución es funda-mental la buena relación con la sociedad y la opinión que las personas tengan de ésta. Como consecuencia se debe cuidar todos los detalles que trasciendan a la opinión públi-ca para no dañar la imagen de la institución.

Es importante la opinión públi-ca que los ciudadanos tengan sobre el representante de una organización, para favorecer la imagen del organismo al que se representa.

9.1 El cliente

El cliente deberá demostrar la educación y el buen trato que tiene hacia las personas cada vez que sea solicitada en la casa de campaña del partido, logrando así crear vínculos y demostrar que la educación es uno de los pilares de las rela-ciones humanas.

De igual manera las instalacio-nes de su casa de campaña deberán de reflejar la imagen del partido.

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10. Protocolo diplomático

Es el conjunto de reglas y formalidades que se realizan entre funcionaros o autorida-des de los Estados para garan-tizar la buena comunicación, favorecer las relaciones, nego-ciaciones, convenios e inter-cambios entre los países y las personas que los representan, dando una imagen de cortesía, seriedad, respeto y prestigio en los actos que se realicen en materia de política exterior.

10.1 Banderas y su uso correcto

Cuando tenemos que colocar las banderas para un encuen-tro o reunión, éstas deben tener un orden determinado. En el caso de que solo exista una posición central (detrás de una mesa presidencial, en un escenario,etc.) se colocarán como se explica a continua-ción.

La bandera nacional, siempre debe ocupar el lugar de honor, es decir, el de máxima preemi-nencia. Y como en el caso de las precedencias, se colocan de mayor a menor importancia.

En el caso de que el número de banderas sea par o impar, se coloca en el centro la bandera nacional, y a continuación el resto por jerarquía (partiendo de su derecha) alternando las posiciones derecha e izquierda del resto de las banderas.

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10.2 Ordenamiento de las personas

Las personas se deben de ordenar de acuerdo a su rango oficial o laboral, nivel o rele-vancia en el seno de una estructura cualquiera, o de la sociedad humana integrada en un Estado, para obtener la máxima eficacia de la actividad que se realice.

10.3 Presidencia de las mesas

En las comidas con cierto grado de formalidad, la perso-na que preside la reunión ocupa un lugar específico que se denomina presidencia y que, como normal general, está situado de espaldas a la pared principal de la sala donde se celebra el encuentro.

La importancia de la presiden-cia de la mesa es mayor incluso de lo que pudiera parecer en un principio, pues de ella dependerá también la ordena-ción del resto de los comensa-les, ya sean invitados o anfitrio-nes. Para designar el lugar que ocupará la presidencia existen dos modelos, que toman su nombre de los países que los utilizaban y contribuyeron a su difusión: presidencia francesa y presidencia inglesa.

10.4 Presidencia de un acto

El Anfitrión.

El lugar que ocupa el anfitrión, es de donde parte el orden de precedencia.

Presidencia de los actos.

El Protocolo dicta:

• Los actos serán presididos por la autoridad que los orga-nice (el anfitrión). En caso de que dicha autoridad no osten-tase la presidencia, ocupará el lugar inmediato a la misma.

10.5 Tipos de presidencia

• UNIPERSONAL: Es el tipo de Presidencia más usual. El número de sitios ha de ser impar, para poder diferenciar a la persona que preside del resto de las autoridades.

• BIPERSONAL: Presiden con-juntamente dos personas. En consecuencia el número de sitios ha de ser par. Debe de evitarse en lo posible en los actos solemnes.

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10.6 Línea de presidencia de un acto

• La conforman las personas que acompañan, en el lugar preferente, a la autoridad que preside el acto.

• La Línea de Presidencia de los actos no debe estar consti-tuida por un excesivo número de personas, se recomienda: 5 personas ó 7 como máximo.

• En el caso de contar con un mayor número de autoridades y de invitados especiales, se recomienda constituir espacios destacados para ubicar a estas personas.

10.7 Sistema Francés

Es el más empleado en nuestro país y en buena parte de Europa, se basa en situar al anfitrión o a la persona de mayor rango en el centro del lado ancho de la mesa, de espaldas a la pared y mirando hacia la puerta o a la pared. En caso de haber dos presiden-cias, la segunda estará justa-mente frente a la primera.

Una vez determinadas las presidencias los demás invita-dos serán colocados uno a la derecha y otro a la izquierda alternándolos continuamente.

10.8 Sistema anglosajón

Sitúa las presidencias en las cabeceras de la mesa, los invitados de rango inferior se empieza colocando a uno la derecha de la presidencia mayor y el siguiente a la dere-cha de la segunda presidencia, así se continuara aleatoriamen-te. Dispondrán de cierta facili-dad para incorporarse a cual-quiera de las dos conversacio-nes, pues tienen una a cada lado, y pueden intervenir en ellas sin mayores problemas.

Otra ventaja de este sistema es que disimula las diferencias jerárquicas, pues al sentar a los comensales de segundo orden en la zona central, su posición secundaria pasa mucho más desapercibida.

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10.9 Recomendaciones generales

• Como ya se dijo, si el anfitrión no ocupa la presidencia, este lugar será adjudicado al invita-do de honor, a la persona de mayor edad o a la de superior posición jerárquica.

• Hombres y mujeres serán alternados, de modo que se eviten coindicencias en asien-tos contiguos. Cuando sean ineludibles, por el número de comensales y su distribución por sexos, el protocolo consi-dera preferible que coincidan dos caballeros antes de que lo hagan dos señoras.

• Se recomienda, en particular, separar a los matrimonios o parejas estables, a los herma-nos, parientes próximos y a los socios de un mismo negocio o compañeros de trabajo. El fin último de esta distribución es favorecer la confersación amena y variada durante la comida, promoviendo el diálo-go entre quienes tienen menos oportunidades de estar juntos.

10.10 Formas de mesa y su acomodo

Como se ha venido manejando con anterioridad, el acomdo de las personas en la mesa irá de acuerdo a la jerarquía con la que cuenten, empezando con el rango mayor y terminando con el rango menor.

10.10.1 Mesa en forma de U

La precedencia será ocupada en el centro de la mesa, la siguiente persona irá a la dere-cha, y la tercera a la izquierda. Así se irán alterando haciendo uso de la “ley de la derecha” hasta terminar de colocar a todos los invitados.

10.10.2 Mesa en forma de E

De igual manera la preceden-cia será ocupada en el centro de la mesa, la siguiente perso-na irá a la derecha, y la tercera a la izquierda. Así se irán alte-rando haciendo uso de la “ley de la derecha” hasta terminar de colocar a todos los invita-dos. Siempre comenzando por el asiento más próximo a la presidencia.

10.11Formas de ordenamiento

Colectivo A: La ordenación de las personas en virtud de su nivel o rango oficial o laboral:

• Oficial• Diplomático• Militar• Religioso• Deportivo• Empresa privada, etc.

Colectivo B: La ordenación de las personas en virtud de su importancia real en la socie-dad.

• La Interpolación de las perso-nas para definir su ubicación en un acto, consiste en integrar una lista única, valida para el acto organizado:

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10.12 Formas de uso de la precedencia

Primero se separarán en grupos de acuerdo a la misma institución o rango al que pertenezcan, poste-riormente se ordenarán del rango de mayor jerarquía al de menor jerarquía dentro de su grupos.

Ulteriormente se colocarán en orden de jerarquía tomando en cuenta los grupos en los cuales se dividieron (mezclándolos entre sí)

Reglas de Oro:

Regla 1.- Aplicar la precedencia con flexibilidad.

Regla 2.- Las personas a las que pueda correspon-derles mas de una precedencia, por poseer al mismo tiempo, varios rango.

Regla 3.- Cuando exista duda sobre la ordenación consultar a las áreas

correspondientes

10.13 Ley de la derecha

Este principio nos indica que el sitio de honor o preferente es el que se sitúa a la derecha de la perso-na de la más alta jerarquía en cualquier tipo de acto o

evento. Según este principio, si el sitio de honor está situado en el sitio central, respetando este principio, el sitio de más jerarquía debe situarse a su izquierda (para que quede a su derecha el sitio de honor)

10.14 Ordenamiento lateral

Se parte de que el sitio de mayor honor es el centro, y de forma alternativa se van colocando a derecha e izquierda de él el resto de jerarquías presentes en un acto.

Este principio aplica la “lateralidad” en el orden de las jerarquías, estableciendo un ordenamiento alterno y lateral a los invitados de cualquier evento, partiendo de un punto central y en orden decreciente.

10.15 Cortejos

En caso de ser la línea de integrantes un número impar, el lugar de privilegio es el del medio:

En caso de ser la línea de integrantes un número par, el lugar de privilegio se sitúa al extremo de la dere-cha:

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10.16 Orden lineal

Se da cuando las personas caminan una detrás de la otra, la de mayor jerarquía encabe-zará la línea, seguida por las otra, que lo harán en el orden de precedencia que les corres-ponde.

10.17 Presidencia en ordena-ción lineal Es muy propio este tipo de ordenación, cuando las perso-nas que estarán en ella no ocupan el centro exacto del espacio de la Presidencia, que-dándose ladeadas ejemplo:

• Descubrimiento de una placa o una escultura.

• Recebimento al aeropuerto a una autoridad o en la puerta de la institución que recibe una visita importante.

• Salutaciones o recepciones.

En el caso de recibimientos se dispone del número uno el primer grado y a continuación el resto por su orden.

10.18 Presidencia mixta

Las presidencias también pueden seguir un orden mixto en ordenación. Se trata de un caso en el que se compone de una mesa presidencial (que se ordena en alternancia de dere-cha a izquierda) y unas filas laterales (de ordenación lineal), siempre comenzando por el asiento más próximo a la presidencia.

10.19 Acceso a la presidencia

Es importante informar a las personas que vayan a ocupar la presidencia de cual es su puesto en ella. Pero además, hay que tener en cuenta:

• Los miembros de la presiden-cia son los últimos en acceder al salón

• Lo harán de menor a mayor grango

• Los últimos en entrar son el anfitrión y el invitado de honor

10.20 Salida de la presidencia

De la misma manera, los miem-bros de la presidencia también son los primeros en salir, aunque, en este caso, hay que tener en cuenta que:

• Los primeros en salir son el anfitrión y su invitado de honor

• Dspués lo harán los otros componentes de la mesa de mayor a menor rango • Al final el resto de los asisten-tes al acto.