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Revista Otra escena, volumen 1, número 3, febrero 2009. ISSN: 1659-4134 Latindex folio 18475 1
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Priscilla Echeverría
Lacan y Fujii: del ver al mirar. La formulación de una nueva cualidad óptica.
Resumen
En el texto “Concatenated, Multilayered Space” , Hiromi Fujii recurre al concepto
de transparencia de Gyorgy Kepes, el cual resulta muy apropiado para revisar el trabajo que
Jacques Lacan efectúa con los esquemas ópticos y su propuesta de la transmutación del i(a)
(yo-ideal) y su relación con el Ideal del yo (I(A)) para lograr operar en el análisis un
desprendimiento y constitución del objeto a al final del análisis. En este ensayo se analiza
la crítica que realiza Lacan a las propuestas de los llamados psicoanalistas del yo a quienes
acusa de no trascender lo Imaginario y por lo tanto de obviar la condición metonímica del
deseo inconsciente, la castración y la particularidad del objeto en tanto parcial, no especular
y pulsional, el cual está allí desde el inicio de la partida en tanto elemento de la estructura y
que señala el lugar desde donde Ello habla.
Palabras clave: Yo-ideal. Ideal del yo. psicoanálisis. Arquitectura. Esquemas ópticos.
Lacan and Fujii: from seeing to look. The formulation of a new optical quality
Abstract
In the text “ Concatenated, Multilayered Space ”, Hiromi Fujii resorts to the concept
of transparence of Gyorgy Kepes, which turns out to be very appropriate to review the work
that Jacques Lacan carries out with the optical schemes and his proposal of the transmutation
of i (a) (ideal I) and his relation with the I(a) to manage to produce in the analysis a
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detachment and constitution of the object a at the end of the analysis. In this essay there is
analyzed the reviewer that realizes Lacan to the proposals of the so-called psychoanalysts of
ego whom it accuses of the Imaginary register not coming out and therefore of obviating the
metonymic condition of the unconscious desire, the castration and the peculiarity of the
object meanwhile partial, non specular and drive conditioned, which is there from the
beginning of the game and is an element of the structure and that indicates the place from
where Id speaks.
Keywords: I-ideal. Psychoanaysis. Architecture. Optical schemes. Lacan.
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Priscilla Echeverría Alvarado
Psicoanalista
Universidad de Costa Rica
Lacan y Fujii: del ver al mirar. La formulación de una nueva cualidad óptica.
Recordar aquí que la persona es una máscara, no es un simple juego de la
etimología; es evocar la ambigüedad del proceso por el que su noción ha llegado a tomar el
valor de encarnar una unidad que se afirmaría en el ser. (Lacan, 1988, p.650)
INTRODUCCION
De nuevo es Hiromi Fujii, el arquitecto japonés, quien me permite incursionar en un
tema del Psicoanálisis. En un ensayo anterior titulado “Hiromi Fujii y Sigmund Freud:
Arquitectura y Psicoanálisis” (Echeverría, 2001) , intenté poner en relación el sustrato
teórico de los autores Sigmund Freud e Hiromi Fujii.
Sorprendida por el encuentro con un arquitecto cuya propuesta de diseño incorpora la
teoría de los sueños de Freud, me vi llevada a ocuparme un poco de su pensamiento. Así, en
aquel momento, lo que encontré en Fujii fue un gran rechazo del Humanismo y el
Racionalismo y por lo tanto, de la sobrevaloración del yo que considera es uno de los
basamentos de Occidente. Por esto, su acercamiento a Freud responde a un interés por
traspasar el espejismo yoico y este tema específicamente, es el que nos va a plantear en su
artículo titulado: “Concatenated, Multilayered Space” (Fujii, 1987) 1. En este texto, Fujii
nuevamente vuelve a la distinción entre la metonimia del deseo que encuentra en Freud y el
1 La traducción del artículo de Fujii fue realizada por mí. El “self” se ha traducido por “yo”. Es necesario recordar que el concepto de self lleva en sí la pretensión armónica y totalizante, integradora y que haría posible el SABER.
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congelamiento del sentido. Fujii continúa su esfuerzo orientado a la creación de una
arquitectura que permita al sujeto salir de su conformidad cotidiana y vuelva a sorprenderse,
a maravillarse, a dejarse impactar y con este fin, efectúa un análisis de los jardines francés y
japonés, sus diferencias en el tratamiento del objeto mirada y sus efectos en la relación del
sujeto con el Otro.
El recurso de Fujii del concepto de transparencia de Gyorgy Kepes resulta muy
apropiado para revisar el trabajo que Lacan efectúa con los esquemas ópticos y su propuesta
de la transmutación del i(a) (yo-ideal) y su relación con el Ideal del yo (I(A)) al final del
análisis. El aporte de Fujii resulta muy preciso para comprender, por una parte, el alcance
de la propuesta lacaniana en relación a aquello que sostiene el registro Imaginario en el
sujeto y por otra, el objetivo estratégico del dispositivo analítico.
En la “Observación sobre el informe de Daniel Lagache: Psicoanálisis y estructura de
la personalidad”, Lacan (1988) , quiere establecer la diferencia entre su fin de análisis y las
propuestas del psicoanálisis del yo, posición detentada por Lagache y Balint en las
menciones de Lacan. Critica la noción de personalidad y de estructura de Lagache (..”…la
estructura no es la forma..”) ( Lacan,1988, p. 629) , a quien acusa de no trascender lo
Imaginario y por lo tanto de obviar la condición metonímica del deseo inconsciente.
“Pretendemos que la estética trascendental tiene que rehacerse para el tiempo en que la
lingüística ha introducido en la ciencia su estatuto innegable: con la estructura definida por
la articulación significante como tal” (Lacan, 1988, p. 629)
Para Lacan, la separación y clarificación de los conceptos de yo ideal e Ideal del Yo
es fundamental para lograr operar en el análisis un desprendimiento y constitución del objeto
a. De tal manera que el final del análisis no tiene que ver con que el sujeto incorpore los
ideales del analista (Balint) : “El paciente, en el estado de elación que resulta de ello, cree,
según dice Michel Balint, haber intercambiado su yo con el del analista. Deseémosle que no
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haya nada de eso.” ( Lacan, 1988, p. 661). Asímismo, Lacan le recuerda a Lagache la
deuda del psicoanálisis con el saber inconsciente y la castración, lo que de suyo implica
trascender las imágenes, los ideales, volver la atención al deseo, al objeto en tanto parcial,
no especular y pulsional que está allí desde el inicio de la partida en tanto elemento de la
estructura y que señala el lugar desde donde Ello habla.
Este ensayo lo he dividido en tres partes. En la primera, denominada “Hiromi Fujii,
el jardín francés y el jardín japonés” recurro a la literalidad del texto de Hiromi Fujii y
enumero las particularidades constructivas que atribuye al jardín francés y cómo impactan
el ojo del espectador. El papel del objeto es obviado a favor de un ideal integrador al que la
visión, por su propia fisiología (¿) debe responder. Se explica el concepto de transparencia
literal de la ley de la perspectiva, el cual será contrapuesto al concepto acuñado por Kepes al
que recurre Fujii para explicar lo que acontece con la visión en la experiencia del jardín
japonés. Finalmente, este concepto nos llevará a la conclusión de que allí nos hallamos
frente a una nueva cualidad óptica.
La segunda parte refiere a los esquemas ópticos de Bouasse utilizados por Lacan para
establecer la relación diferenciada entre el yo ideal y el Ideal del Yo. Gracias a esta
precisión, Lacan logra demostrar que el YO es una función de desconocimiento por lo que
toda terapéutica basada en el fortalecimiento del Yo no hace más que fortalecer la ignorancia
del sujeto con respecto a su propio deseo, o sea, su pérdida en el laberinto especular. Este
hallazgo le abre a Lacan el camino para, a partir de la ubicación de los registros Imaginario y
Simbólico, encontrarse con el Real del cuerpo, la pulsión y el objeto en tanto parcial.
Finalmente, apunto al Seminario sobre la Angustia, dictado por Lacan en el año
1962-1963, y al establecimiento del objeto @ como parcial, pulsional y no especular. La
angustia del cuerpo fragmentado es angustia de castración, por lo que en la “conclusión” se
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aborda aquello que el Psicoanálisis intenta que se produzca al final del análisis para lo que es
necesario se esclarezcan las relaciones Ideal-Yo-Ideal y el papel de la angustia.
HIROMI FUJII: EL JARDIN FRANCES Y EL JARDIN JAPONES.
A-El jardín Francés.
From the top of the château of the Vaux-le-Vicomte, located in a suburb of Paris, one
can see magnificent French gardens organized around a vista beginning at the center of the
château and extending in a straight line over a large, nearly level property surrounded by
woods. To the right and left of this vista or axis, defined by a central path, are many
beautifully trimmed and evenly spaced borders, and between them intersecting channels of
water…. (Fujii, 1987,p. 101)
Fotografía 1. (Google, 2009)
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El Palacio de Versalles va a ser el prototipo del jardín francés para Fujii. Reseño sus
particularidades siguiendo al autor y señalo algunas consecuencias que este espacio produce
en el sujeto:
1. Su principal característica es que conforma paisaje al ser una vista
abierta.
2. Su organización es geométrica. Los ejes son definidos por uno central
y otros que se intersectan.
3. Se funda en el balance y la proporción.
4. Funciona para el ojo humano creando la ilusión de que la visión de
uno se extiende más allá de lo que es realmente posible. Constituye una vista sin
obstrucción.
El jardín del Palacio de Versalles está diseñado para que se vea el horizonte.
5. El orden espacial se centra en un punto (el centro del castillo).
Si uno se detiene en este punto, puede ver los diversos jardines e integrarlos.
6. El espectador sabe siempre dónde está, gracias a la relación con este centro.
7. Las flores y árboles no están por sí mismos, sino que son material subordinado a
un plan total. Forma y material están claramente divorciados, siendo la forma lo que domina
y los árboles son identificados sólo como formas cúbicas o cónicas.
8. los materiales son tratados como si no cambiaran y se elimina el
proceso generativo de las plantas (se podan para darles forma cúbica o cónica). Se ordenan
en rectángulos y círculos. Se trata de formar un patrón geométrico simétrico, una superficie
estática..
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Fotografía 2. (Silversmith,2005)
9. Se busca la completa dominación de la naturaleza. Es un espacio
altamente construido.
10. El objeto no es lo importante, sino la visión en tanto integradora,
(teoría de la Gestalt) como si la fuente de luz y poder de la visión residiera dentro del self
(yo) y éste estuviera situado, como Dios, en el vértice de un mundo con forma de cono y el
yo pudiera ver dentro de las capas más largas del cono.
11. Lo que se trata de lograr es la transparencia literal, en términos de
la ley de perspectiva, que consiste en que, al continuar el ojo mirando a través del cono, en
algún punto todo se vuelve transparente, como vidrio (sin obstáculos), permitiendo a la luz
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el paso y haciendo visible el fondo y el suelo del paisaje. El mundo tiene así nada más un
paisaje y una perspectiva.; el todo queda reducido a esto que vemos completarse. No hay
encuentro con diversidades; la diversidad sencillamente, no existe. Fujii aclara que sin
embargo, el mismo yo es por su propia constitución una formación diversa y opaca, llena de
“ruido”, de tal manera que el efecto que se produce es ilusorio, sostenido por un self que
desconoce su diversa constitución. “El yo, en el fondo del cono, da la espalda a la parte del
mundo que el cono ha ignorado.” (Fujii, 1987, p.102) Es solamente desconociendo, que el
yo puede sostener una imagen. La “transparencia”, (es entonces) “…un producto azaroso
nacido de las placas opacas del yo”. (Fujii, 1987, p.102)
12. “Para que el mundo llegase a ser efectivamente transparente, el yo que
mira no podría ser opaco, sino una existencia insustancial desde el cual todo – sustancia y
extensión – han sido eliminadas.” (Fujii, 1987, p.102)
El acto de mirar y el mundo dentro del cono deben ser decididamente separados, para
garantizar la expansión que se presenta al ojo y al yo. El control es esencial para asegurar
que no entre distorsión al cono; en el momento en que haya desfiguración o distorsión, ésta
debe ser descubierta y eliminada. De tal manera que el jardinero corre a cortar la hoja nueva
que se atrevió a desafiar la forma cónica del árbol.
¿Cómo es que si el yo es en sí mismo una presencia opaca, llena de distorsiones y
“ruido” puede producir este efecto de “transparencia”, de totalidad? Explica Fujii:
“El cono transparente está envuelto por la opacidad del mundo que el cono ha
ignorado” (Fujii, 1987, p.102) O sea, que solamente desconociendo su propia constitución,
desconociendo la diversidad, y desconociendo y alejando de sí una parte que es la que
impediría la totalización, el yo puede cumplir su cometido de sostener una totalidad. Algo
debe quedar fuera del campo de la visión, algo que no logra ser subsumido por la imagen.
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13-Plantar en forma cónica o cúbica constituye un cierre que confina el sentido y
previene al significado de disolverse o descarrilarse. Un solo paisaje, un solo significado. La
diversidad o polisemia del paisaje y la visión, está completamente ignorada. Lo que queda
establecido es entonces, la capacidad integradora de la visión, que se manifiesta en esta
transparencia literal.
Recordemos que el jardín francés se crea en la época de “los Luises” y que a esas
alturas en la historia del pensamiento Occidental, aún existe la noción de centro como
fundamento. Si bien ya para Copérnico la tierra no era el centro del Universo, había un
centro del mundo. Es la época en que se debaten las ideas de centro, de finitud, infinitud,
de mundo y de universo. El telescopio, para mirar más allá de lo que la visión lograba, se
diseñó tomando como base la fisiología del ojo humano.
No en vano el centro del castillo era el sitio donde, desde su balcón, el Rey podía
observar los movimientos de los invitados a la cacería. También podía hacerlo desde su
corcel, ya que el diseño permitía que el rey admirara sus jardines desde lo alto de sus
magníficos caballos.
La posición del Rey en el tablero castillo-jardín, quedaba así establecida por el
trabajo de diseño arquitectónico. En consecuencia, habría un Otro preexistente, Otro del
Otro que dicta la posición que el ojo debe tener para deleitarse con la visión, deleite que
requiere del sostenimiento de la creencia en esa posición del Otro Absoluto.
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B. El jardín japonés.
…the absence of vista is a consequence of the multilayered quality of the landscape,
evident in the planning, the rock arrangement and the trees…Rock obstructs rock, and the
landscape is always fragmented, vision is not allowed to dominate the whole of the garden.
(Fujii, 1987, p.102)
Fotografía 3. (Wikipedia, 2005)
Por otro lado, ¿qué pasa si en vez de acrecentar la percepción, haciendo más
largo el cono de visión y buscando la integración del paisaje a través de la transparencia en
una escala más larga, la visión viaja desde un fragmento distorsionado al otro de acuerdo a
los cambios en el punto de vista o movimientos del cuerpo? Veremos lo que acontece en el
jardín japonés.
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1. El jardín japonés está construido también, pero en multiestratos, con
arreglos de plantas, rocas, árboles y espejos de agua. Hay superposición de elementos; se
obstruye la línea de visión, creando sombras y eliminando vistas. Fujii menciona el jardín de
Ryoanji, el cual es muy simple, de arena con un arreglo de piedras, que sin embargo no es
abarcable en una sola mirada.
2. El paisaje no está integrado por la visión, más bien, la compele a
fragmentarse.
3. El sujeto es el que se desplaza por el jardín en busca de una vista, pero
el paisaje cambia en apariencia de momento a momento.
4. Cada planta, cada piedra, sigue su propio crecimiento y no le es
cambiada su forma original. Cada elemento está por sí mismo y se relaciona con los demás
a partir de su posición.
5. Como resultado de la superposición de elementos, hay partes ocultas.
A medida que uno cambia su punto de vista, las partes ocultas se revelan y lo que había sido
visible, ya no se ve más.
6. El TODO es imposible de estructurar, siempre hay algo que falta para
completar el paisaje.
7. Siempre hay algo a ser descubierto en la forma en que las partes están
conectadas. Así, el paisaje no conoce confinamientos. A medida que uno trata de
aprehender la significación de cada fragmento o del todo, ésta se escapa.
8- Al pasar de fragmento en fragmento, de distorsión a distorsión, se produce un
nuevo efecto de transparencia, se trata de un nuevo concepto al que se refiere Gyorgy Kepes.
Este concepto de transparencia no es un campo cónico, sino una transparencia que junta
diversos y múltiples objetos como mosaicos, cadenas, redes o tejidos en una especie de
“patchwork”:
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Si uno ve dos o más figuras superpuestas unas a otras y cada una de ellas clama para
sí misma la parte superpuesta, entonces uno se ve confrontado con la contradicción de las
dimensiones espaciales. Para trascender esto, se debe asumir la presencia de una nueva
cualidad óptica. La transparencia significa, no paisaje abierto sino la percepción simultánea
de diferentes locaciones espaciales. El espacio retrocede y fluctúa en una actividad contínua.
La posición de las figuras transparentes tiene un sentido equívoco en tanto uno ve cada
figura, ahora como la más lejana, ahora como la más cercana. En este sentido, la
transparencia no quiere decir una condición que permita la penetración visual de un espacio
con profundidad desde un punto dado, sino un manojo de percepciones interpenetrantes
dentro de un espacio sin profundidad, no conforme al principio de la perspectiva. (Kepes, en
Fujii, 1987, p.103 )
En este sentido, la transparencia es alcanzada, no por una posición privilegiada, sino
por la interpenetración de puntos diversos, o sea, obligando a la visión a transformarse. Es
solamente a partir de la dispersión, la distorsión y la transformación, que la transparencia
estructural se logra.
Rowe, citado por Fujii (1987) habla de la transparencia como atributo (la
transparencia real o literal), y la transparencia como un atributo perceptual de una
característica particular de una organización, la transparencia fenoménica. Sugiere que
considerando el atributo físico de los materiales, hay una transparencia que difiere de la
ausencia total de opacidad. De acuerdo con esta definición, transparencia no es el opuesto
de opacidad pero significa una condición más ambigua. (Fujii, 1987).
En todo caso, el espacio del jardín japonés, su organización, sugieren una estructura
de lenguaje, simbólica, hecha de diferencias. Fujii lo plantea como un espacio polisémico,
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que ofrece una multiplicidad de significados irreductibles. Polisemia no quiere decir
simplemente que el espacio o jardín tienen diversos aspectos que pueden ser interpretados
de múltiples formas sino que el espacio (jardín) ofrece una multiplicidad por sí mismo.
Más allá del sujeto y de su posibilidad interpretativa, está el Otro del lenguaje, la
falta del Otro. (A tachado), lo que introduce esa multiplicidad.
Lo interesante encontrado por Fujii es esta articulación entre lo Imaginario y lo
Simbólico y la posibilidad de la trascendencia del simple ver y el pasaje al mirar.
¿ Esta nueva cualidad óptica, sería un concepto similar al que Lacan pretende llegar
con su formulación de los esquemas ópticos?
Sabemos que a Lacan la relación con las artes y las letras lo enriqueció
profundamente. Su impresión con la anamorfosis, sus trabajos sobre la luz y la mirada
hacen que no nos resulte extraño que exista un ligamen entre las formulaciones lacanianas y
lo que a nivel de las artes se desarrolla.
En este caso, fue el Cubismo en pintura el que puso de manifiesto esta nueva
cualidad óptica
Al eliminar la profundidad, la perspectiva y el punto focal, no permite al ojo obtener
una acomodación para lograr una visión integradora y crear una imagen unificada. Se busca
más bien la dispersión de la percepción. La pintura cubista con sus líneas horizontales,
verticales, las figuras descompuestas y su renuncia radical a la perspectiva, crea un espacio
sin profundidad que obliga a la dispersión de la visión. El ojo entonces, pierde su función.
Asimismo, el yo.
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LACAN Y LOS ESQUEMAS OPTICOS. EL YO COMO FUNCION DE
DESCONOCIMIENTO.
El tema de la imagen, de la función de la imagen del cuerpo y la relación con el
Otro, es un tema que Lacan trabajó desde 1936, primero, en una alocución llamada “The
looking-glass phase” , que después reescribió para ser presentada al XVI Congreso
Internacional de Psicoanálisis en 1949, versión que fue dada a publicar finalmente, con los
“Escritos” bajo el nombre: “El estadio del espejo como formador de la función del yo (je) tal
como se nos revela en la experiencia psicoanalítica.” ( Lacan, 1989, p. 86)
Pero vamos a encontrar varios textos de Lacan donde toca el asunto de la imagen,
después de 1936, más orientados a la función paranoica del yo. En el Seminario dictado en
1953-54, dedicado a los escritos tècnicos de Freud, Lacan introduce el esquema óptico y
presenta aquí la relación con el otro: “El sujeto va a ser una reflexión en relación al otro, es
decir en relación al Ich-Ideal” (Lacan, 1988, p.193) y distingue ideal del yo y yo ideal. Pero
me interesa aquí abordar directamente el texto: “Observación sobre el informe de Daniel
Lagache: “Psicoanálisis y estructura de la personalidad” (Lacan, 1988,
p.627),particularmente en el momento donde Lacan trabaja con los esquemas ópticos de
Bouasse tomados de su libro “ Optique et photométrie dites géometriques”. Lacan plantea
que estos esquemas los retomó con el fin de aclarar las relaciones entre el Yo Ideal y el Ideal
del Yo.
EL YO IDEAL.
En el texto mencionado sobre el Estadio del Espejo, para Lacan lo esencial es el
júbilo del niño que aparece como signo de identificación, esto es, “… la transformación
producida en el sujeto cuando asume una imagen” (Lacan, 1989, p.87.) El júbilo que
manifiesta el niño por esa imagen especular, dirá Lacan, está en relación con su dependencia
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de cachorro humano y su aún incipiente desarrollo motriz, por lo que constituye una
precipitación del yo (Je), de un yo primordial. Hay ya allí una matriz simbólica antes del
pasaje por el otro, de la identificación con el otro y también antes del pasaje por el Otro del
lenguaje que le permite al niño su condición funcional de sujeto.
El yo (je) para Lacan es la “forma” que sitúa la instancia del moi , por lo que plantea
que debería hablarse entonces, de moi-idéal. El yo (je) es entonces, la matriz de las
identificaciones secundarias, pero situado en un registro irremediable e irrecuperable de
ficción. Será en cuanto yo (je) que tenga que resolver, “…su discordancia con respecto a su
propia realidad” (Lacan, 1989, p.87)
Lacan plantea también un rasgo distintivo de anticipación en el ser humano.
Anticipa la unidad (Gestalt) (para la que no tiene los medios), la cual le viene dada desde
fuera, por lo que es más bien constituyente, bien dice Lacan, que constituida; la imagen
unitaria es requerida de ser estática (que no es lo que el niño experimenta, puesto que por el
contrario, experimenta de su lado un constante movimiento, por lo que es su propio
movimiento el que “anima” a la imagen) y además, invertida.
Esta anticipación le plantea al sujeto un efecto de despedazamiento al existir la
reflexión (inversión) de la totalidad.
El yo (je) es el que detenta la unidad aportada por la imagen. Significaciones,
objetos, todo eso solo existirá bajo la forma unitaria donde el yo los percibe como se percibe
a sí mismo. El yo se reconoce en el otro, en el objeto, en la significación, en tanto estén
hechos a su imagen y semejanza.
Lacan habla del “nudo de servidumbre imaginaria” que representa la obligatoriedad
del pasaje por el Estadío del Espejo.
El yo viene a ser una estructura formal, unidad pura, casi vacía; el moi, una
formación con rasgos distintivos.
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El je es el resultado del Estadío del Espejo en tanto símbolo de unidad, que no estaba
antes que el yo y que no es la unidad de la imagen, sino un reflejo de la imagen en el
cuerpo.
En la nota a pie de página de Armando Suárez, editor de los Escritos en castellano
para Ed. S.XXI, éste menciona que Lacan traduce Idealich por moi-idéal, siendo moi-yo una
construcción imaginaria y je-yo, posición simbólica del sujeto. (Lacan, 1989, p.87)
EL YO COMO FUNCION DE DESCONOCIMIENTO.
En la observación al informe de Daniel Lagache, Lacan vuelve sobre esta
constitución imaginaria y muy pronto establece la función de desconocimiento del yo,
equiparándolo al ojo: “ El Yo, tal es ese ojo…” (Lacan, 1988, p.647) ….
En el principio de las verdaderas resistencias con las que nos enfrentamos en los
dédalos de lo que florece de teoría sobre el Yo en el psicoanálisis, está el simple rechazo de
admitir que el Yo sea allí de derecho lo que manifiesta ser en la experiencia: una función de
desconocimiento ( Lacan, 1988, p. 648)
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Aquí tenemos el esquema (Fig. 1) (Lacan, 1988, p.653):
…el ramo real escondido en la caja S, “para aumentar” , como dice Bouasse
“el efecto de sorpresa”, parece surgir para el ojo acomodado sobre el florero V colocado
sobre la caja, precisamente en el cuello A´ de dicho florero, donde la imagen B´ se realiza
con nitidez, a pesar de alguna deformación que la forma no regular del objeto debe hacer
bastante tolerable. (Lacan, 1988, p.652)
Lacan se cuida de advertir que para que la ilusión se produzca, es necesario que el
ojo esté situado en el interior del cono B`-B-y. Esto porque el punto B`se encuentra
interconectado a los puntos en el espejo esférico.
...dado que para cada uno de los puntos de la imagen, el cono de rayos convergentes
captados por el ojo es muy pequeño, resulta que la imagen será tanto más netamente situada
en su posición cuanto mayor sea la distancia al ojo, ya que esta distancia da al ojo mayor
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campo para el desplazamiento lineal que, más aún que la acomodación, le permite situar esta
posición a condición de que la imagen no vacile demasiado con el desplazamiento. (Lacan,
1988, p.652)
Lacan se declara seguidor de Freud cuando plantea que en el esquema se representa
la relación con el otro en su doble incidencia Imaginaria y Simbólica la cual es necesario
puntualizar para hacer surgir al sujeto como el lugar donde “Ello” puede hablar sin que el
sujeto mismo se entere, es más, dice Lacan, en tanto habla, nada sabe de Ello. Es necesario
imaginar, dice, primero, que el florero esté dentro de la caja y que el cuello del florero de la
imagen real bordee el ramo de flores y segundo, que exista un observador situado dentro
del aparato pero fuera de la posibilidad de percibir la imagen real. Tercero, debe existir un
espejo plano donde se posará el ojo del observador. El espejo plano, denominado A, por
Autre de Otro Simbólico, se sitúa permitiendo la conformación del i´(a).
Bastará para que el sujeto vea esa imagen en el espejo A con que su propia
imagen… venga en el espacio real (al que el espacio virtual engendrado por un espejo plano
corresponde punto por punto) a situarse en el interior del cono que delimita la posibilidad de
la ilusión (campo x y` ` en la figura dos) (Lacan, 1988, p. 654)
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Fig. 2 (Lacan, 1988,p. 654)
Lacan subraya la función de desconocimiento del Yo nuevamente y la relación
imaginaria entre i(a) e i´(a), relación de constante transitivismo, Yo-Ideal-Yo.
La fórmula i´(a) es una forma del otro frente a la cual el sujeto queda enajenado en
tanto imagen y también en tanto imagen del cuerpo. El florero escondido indica para Lacan
el poco acceso que el sujeto tiene a la realidad de su cuerpo…
.
..que pierde en su interior, en el límite en que, repliegue de folios coalescentes a su
envoltura, y que viene a coserse a ella alrededor de los anillos orificiales, la imagina como
un guante que se pidiera volver del revés. (Lacan, 1988, p. 655)
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Cuerpo que el psicoanálisis acentúa en sus orificios como espacios libidinales, a
partir de los cuales, por ende y por las pérdidas que conlleva, el sujeto entabla la relación
con el Otro.
Aquí se introduce la noción de objeto parcial de la pulsión. Por lo tanto, nos encontramos
que Lacan introduce también aquí lo Real.
EL IDEAL DEL YO.
El Ideal del Yo es lo que viene al lugar Simbólico, correspondiente, dice Lacan, “…a
las coordenadas inconscientes del Yo.” (Lacan, 1988, p. 657); lugar de insignia, que se
distingue a su vez del Otro como lugar de la palabra:
…es a ese lugar al que responde en nuestro modelo el espacio real al que se
superponen las imágenes virtuales “detrás del espejo” …ya sea que el sujeto tenga acceso a
él por desplazamiento libre…o porque el espejo esté sin azogue y…se transparenta su
mirada, como regulando allí su posición por alguna I ) (Lacan, 1988, p. 657)
Es ciertamente, en el esquema, como se puede observar que A toma como punto de
referencia I para obtener el espejismo del Yo Ideal.
El yo ideal es la imagen, el I (A), no lo es. El lugar de la palabra es el Otro
A), lugar que hace del grito, llamada. Son las insignias del Otro las que el sujeto hace suyas
en el Ideal del Yo.
El Otro está allí presente en la distancia que toma el sujeto frente al otro; esto es, no
es el otro y no debe ser confundido con el otro, de allí que Lacan retome aquí el Estadio del
Espejo para especificar esa función del Otro, como Otro del lenguaje, cuando el niño se
vuelve al tercero, al adulto que lo sostiene:
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Pues el Otro en el que se sitúa el discurso, siempre latente en la triangulación
que consagra esa distancia, no lo es tanto como para que no se manifieste hasta en la
relación especular en su más puro momento: en el gesto por el que el niño en el espejo,
volviéndose hacia aquel que lo lleva, apela con la mirada al testigo que decanta, por
verificarlo, el reconocimiento de la imagen del jubiloso asumir donde ciertamente estaba ya.
(Lacan, 1988, p.658)
Esta dimensión de la neurosis de transferencia es lo que Lacan menciona como una
de las maniobras identificatorias del neurótico.
Fig. 3 (Lacan, 1988, p. 660)
En la figura 3, Lacan hace un ejercicio de lo que ocurre en análisis, con una
“analogía grosera”. El Otro es el analista, por ser él el lugar de la palabra.
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Lacan da aquí una de las tantas definiciones de lo que es un análisis, esto es , en tanto
el sujeto “gana” (el entrecomillado es mío) por asumir como propio su discurso
Inconsciente. Esto implicaría entonces, por parte del sujeto un movimiento del punto de $
…a los significantes del espacio detrás del espejo”. Aquí es necesario poner atención a lo
que Lacan plantea. Se trataría entonces del desplazamiento de la relación especular con el
otro, relación Imaginaria, a una relación Simbólica, puesto que habla de “los significantes
detrás del espejo, lo cual implicaría un pasaje del otro al Otro.
Este desplazamiento requiere también de que el analista rote (se borra) su posición
de A en la transferencia.
En ese recorrido, la búsqueda misma va haciendo desfallecer la ilusión.
La función del modelo es entonces dar una imagen de cómo la relación con el espejo,
o sea la relación imaginaria con el otro y la captura del Yo Ideal sirven para arrastrar al
sujeto al campo donde se hipostasía en el Ideal del Yo. (Lacan, 1988, p 659)
Por eso, señala Lacan, hay efectos de despersonalización en el final del análisis, ya
que, podríamos decir, este desplazamiento introduce despedazamientos en el yo Ideal al
perderse el referente del Ideal del Yo. Estos efectos de despersonalización son considerados
por Lacan como signos de límites, no de franqueamiento.
Una vez que el ojo ($) alcanza la posición I, en el espejo, percibe la ilusión del
florero invertido pero ahora ve en el espejo horizontal (A) la imagen virtual i’(a) del
mismo florero . No es ya la imagen real, dice Lacan, la ve…”… como al árbol su reflejo
en un agua, muerta o viva, le da unas raíces de sueño.” (Lacan, 1988, p 659) . Aquí se
produce una verdadera anamorfosis, esto es, la revelación de aquello que en el efecto
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ilusorio ha quedado perdido. El sujeto descubrirá, con angustia, la ilusión en su estructura
misma.
LA ANGUSTIA DE CASTRACION.
Con respecto al deseo, Lacan bien advierte que el texto de las observaciones al
informe que presentara Daniel Lagache, (Lacan, 1988), corresponde a un tiempo donde
requería trabajar lo Imaginario y que aquí no se esclarece o subraya suficientemente que en
un análisis no se trata de la búsqueda o establecimiento de ideales sino que es el deseo el que
regula la repetición significante, esto es, que el deseo es metonímico. El objeto, que no
debe a lo Imaginario su estatuto, es imposible de hacerlo aparecer en un esquema como éste,
de espejos. ¿Cómo hacer aparecer un objeto que es Real (pulsional) y tiene una función
Simbólica (parcial) pero carece de imagen?
Sabemos que es lentamente como Lacan va estableciendo las propiedades del objeto.
Desde el Estadío del Espejo, Lacan trabaja con el ojo y la mirada. ¿Qué es ese ojo que mira
e integra, pero que está separado del cuerpo, que se separa del mundo, que no se mira en el
espejo? Es un ojo que Lacan desplaza de aquí allá en los esquemas ópticos, ¿qué debe este
ojo a lo Simbólico si el mayor o menor grado de aproximación a la completud se efectúa en
esa representación entre el yo ideal y el Ideal del Yo? Es aquí donde entra a operar algo más
allá del I (A) y es en el Seminario de la Angustia, donde Lacan va a desarrollar su concepto
del objeto @ en tanto pulsional, no especular y parcial.
Lacan retoma la angustia del cuerpo fragmentado del Estadío del Espejo y de la
Observación del informe de Daniel Lagache; la retoma como angustia de castración, y
vuelve al esquema óptico, a su formulación última al final del ensayo donde dice:
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Por eso precisamente, reflejado en el espejo, no da solo a’ el patrón del intercambio,
la moneda por medio de la cual el deseo del otro entra en el circuito de los transitivismos del
Yo Ideal. Es restituido al campo del Otro en función de exponente del deseo en el Otro. (…
) Esto es lo que le permitirá tomar en el término verdadero del análisis su valor electivo de
figurar en el fantasma aquello delante de lo cual el sujeto se ve abolirse, realizándose como
deseo.
Para llegar a este punto más allá de la reducción de los ideales de la persona, es como
objeto a del deseo, como el sujeto está llamado a renacer para saber si quiere lo que desea
(Lacan, 1988, p. 662 ).
Y es aquí donde el sujeto debe pagar con su persona, esto es, con su propia
castración.
Como bien señala Le Gaufey (1998), al introducirse el deseo del Otro, se trata de
pensar la articulación de la imagen especular con el deseo como deseo del Otro. Ya el i (a)
no está determinada por el Ideal, sino que ahora Lacan sostiene que el i (a) es una respuesta
al deseo del Otro.
En el lugar de las flores, se verá surgir una equis, que tiene la ventaja de no ofrecer
una imagen en el espejo. En el Seminario acerca de la Transferencia (Lacan, (1960-61),
2003) el objeto a había perdido ya la imagen especular. Allí es definido como agalma, pura
cobertura y vacío, objeto parcial y en el Seminario de la Angustia el objeto será parcial,
pulsional y no especular. Y los efectos despersonalizantes de un análisis se deben a lo Real
de la separación del objeto a .
( $
<>
…..a )
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El punto entonces y la consecuencia del trabajo con el yo y en la búsqueda del
reforzamiento de los ideales del sujeto, tienen que ver con el papel de la angustia.
CONCLUSION
Volvemos aquí al jardín francés y a la idea del mundo y del cosmos de esa época. En
el Seminario dedicado a la angustia en los años 1962-1963, Lacan critica a Claude Levi-
Strauss acusándolo de epicúreo por su obra “El pensamiento salvaje”; lo acusa de detentar
una “cosmicidad del objeto”, o sea, la de ubicar el objeto en una complementariedad con la
teoría del conocimiento, lo que implica una visión tranquilizadora.
¿Por qué es tan importante que preservemos la dimensión de la angustia? Debe haber
una razón para ello. La vía segura que se dibuja para nosotros, entre un retorno a una
cosmicidad tranquilizadora y el mantenimiento de un patetismo histórico... es efectivamente
el estudio de la función de la angustia y por ella debe pasar nuestro camino. (Lacan, 1962-
1963)
La no existencia de unidad, es causante de angustia. Es lo insoportable donde surge A
barrado, donde surge la falta en el Otro, el deseo del Otro. Si por una parte esta falta es
resuelta al estilo de Levi-Strauss, por el lado de los psicoanalistas del yo es rectificando el
percipiens hacia los ideales del analista, verdadera ortopedia del yo. Esto es, una forma de
resguardar la falta en el Otro.
En el Psicoanálisis no se trataría de purificar el percipiens, sino que el sujeto se
encuentre en el punto donde él en tanto objeto sirve de soporte a la falta del Otro donde
finalmente encuentra su seguridad y como dice Lacan, paga aboliéndose como sujeto.
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El planteamiento de Fujii al introducir el concepto de Kepes y la propuesta del
cubismo resulta sumamente clarificadora para entender la ruptura que significó el Cubismo
en las Artes y el radicalismo del pensamiento de Lacan. Si el Cubismo implicó la creación
de una nueva cualidad óptica que pone en evidencia la precariedad de los sentidos y de las
conceptualizaciones de “mundo”, “cosmos”, teoría del conocimiento y totalidad, el
Psicoanálisis aporta también su concepto de Inconsciente y en el caso de Lacan, su concepto
de objeto a en tanto pulsional, parcial y NO ESPECULAR; de allí la necesidad de Lacan de
recurrir a la topología de superficies, específicamente a la figura de la botella de Klein, para
lograr dar cuenta de lo Real del objeto, y así inscribir su descubrimiento sin que se convierta
en un asunto de creencia religiosa .
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Referencias
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nos revela en la experiencia psicoanalítica. Escritos, tomo 1. (pgs. 86-93), México:
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Lacan, J. (1988) .Observación sobre el informe de Daniel Lagache: Psicoanálisis y
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Aires.
Lacan, J. ( 2003). Seminario La transferencia. Buenos Aires: Paidós.
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Buenos Aires: Edelp.