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La educación de extensión (capital cultural) en las cooperativas

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Contribuciones de las ciencias socialesal estudio de la región Laja-Bajío,

Guanajuato, México

CONSEJO EDITORIAL DEL CAMPUSCELAYA-SALVATIERRA

Dra. Ma. Guadalupe Ojeda VargasPresidenta del H. Consejo Universitario

Dra. Rocío Rosas VargasSecretaria del H. Consejo Universitario

Dr. Eduardo Andrés Sandoval ForeroMiembro Externo

Mie. Ana María Padilla AguirreDirectora de la División de Ciencias de la Salud e Ingenierías

Dra. Blanca Esthela Gómez LunaProfesora de la División de Ciencias de la Salude Ingenierías del Campus Celaya-Salvatierra

Dra. Herlinda Aguilar ZavalaProfesora de la División de Ciencias de la Salude Ingenierías del Campus Celaya-Salvatierra

Mtro. Germán Rodríguez FríasProfesor de la División de Ciencias Sociales y Administrativasdel Campus Celaya-Salvatierra

Dr. José Enrique Luna CorreaDirector del Departamento de Finanzas y Administración

Dra. Celina López MateoProfesora del Departamento de Finanzas y Administración

Lic. Marco Antonio Miranda OchoaSecretario Técnico del Consejo Editorial

Contribucionesde las ciencias socialesal estudio de la región

laja-bajío, guanajuato, méxico

Mario Jesús Aguilar Camacho, Ricardo Contreras SotoEduardo Fernández Guzmán, Teodora Hurtado Saa

Gloria Amparo Miranda Zambrano, Eloy Mosqueda TapiaAlberto Valdés Cobos, Héctor Daniel Vega Macías

Gloria Amparo Miranda ZambranoTeodora Hurtado Saa

(coordinadoras)

Universidad de GuanajuatoJuan Pablos Editor

México, 2014

Contribuciones de las ciencias socialesal estudio de la región laja-bajío, Guanajuato, Méxicode Gloria Amparo Miranda Zambrano y Teodora Hurtado Saa(coordinadoras)

d.r. © 2014, Gloria Amparo Miranda Zambrano y Teodora Hurtado Saa

d.r. © 2014, Universidad de Guanajuato Lascuráin de Retana núm. 5, Col. Centro Guanajuato, Guanajuato, 36000 México <www.ugto.mx> División de Ciencias Sociales y Administrativas Departamento de Estudios Culturales, Demográficos y Políticos Av. Ing. Javier Barros Sierra núm. 201 Ejido Santa María del Refugio Celaya, Guanajuato, 38000 México <www.celayasalvatierra.ugto.mx>

d.r. © 2014, Juan Pablos Editor 2a. Cerrada de Belisario Domínguez 19, Col. del Carmen, Del. Coyoacán, 04100, México, D.F. <[email protected]>

Diseño de portada: Daniel Domínguez Michael

ISBN: 978-607-711-262-4

Impreso en MéxicoReservados los derechos

Juan Pablos Editor es miembro de la Alianzade Editoriales Mexicanas Independientes (aemi)Distribución: TintaRoja <www.tintaroja.com.mx>

Contribuciones de las ciencias sociales al estudio de la región Laja-Ba-jío, Guanajuato, México / Gloria Amparo Miranda Zambrano y Teodora Hurtado Saa, coordinadoras. - - México : Universidad de Guanajuato : Juan Pablos Editor, 2014.

1a edición

274 p. : ilustraciones ; 14 x 21 cm.

ISBN: 978-607-711-262-4

T. 1. Ciencias sociales - México - Guanajuato

H53.L3 C66

El presente libro fue revisado y arbitrado por pares académicos anóni-mos nivel I y nivel II del Sistema Nacional de Investigadores, Conacyt

[7]

Índice

Agradecimientos 9

Introducción 11

escenario estadÍstico y teórico Demografía, marginación y pobreza en la región Laja-Bajío Héctor Daniel Vega Macías 21

Algunos elementos demográficos para pensar la secularización y la hegemonía católica en la región Laja-Bajío, Guanajuato Eloy Mosqueda Tapia 41

El turismo indígena en el escenario teórico y su resignificación como actores autogestionarios Gloria Amparo Miranda Zambrano 67

Las autodefensas, ¿derecho colectivo a la legítima defensa o guerra civil? Mario Jesús Aguilar Camacho 91

respuestas y experiencias

Identidades laborales y pérdida de solidez del trabajo bajo la naturaleza actual

8 ÍNDICE

de la ocupación: el caso de los municipios de Celaya y Salvatierra Teodora Hurtado Saa 125

La educación de extensión (capital cultural) en las cooperativas de ahorro y préstamo de la región Laja-Bajío Guanajuato Ricardo Contreras Soto 155

Prácticas lectoras y políticas culturales en el municipio de Celaya Alberto Valdés Cobos 199

La cultura popular a través de la música de viento de Santo Tomás Huatzindeo, Salvatierra, Guanajuato Eduardo Fernández Guzmán 235

Anexo 267

Sobre los autores 271

[9]

Nuestro profundo agradecimiento por el apoyo de las auto-ridades de la Universidad de Guanajuato para la publicación del presente libro. Destacamos el apoyo del Dr. José Manuel Cabrera Sixto, Rector General; de la Mtra. Rosa Alicia Pérez Luque, Secretaria Académica; de la Dra. Ma. Guadalupe Oje-da Vargas, Rectora del Campus Celaya-Salvatierra; de la Dra. Rocío Rosas Vargas, Secretaria Académica del Campus Ce-laya-Salvatierra; del Dr. Ricardo Contreras Soto, Director de la División de Ciencias Sociales y Administrativas; y del Dr. Mario Aguilar Camacho, Director del Departamento de Es-tudios Culturales, Demográficos y Políticos. A todos ellos va nuestro reconocimiento a su destacada y honorable gestión.

Finalmente, agradecer al equipo de doctores del Departa-mento de Estudios Culturales, Demográficos y Políticos, au-tores de la presente contribución, su decisión y compromiso sostenido en esta motivadora aventura académica y humana. La entrega, seguirá vinculándonos cada vez mejor con la zona de influencia del Campus: la Región Laja Bajío, Gto., en la aspiración de seguir sirviendo a sus actores sociales diversos como universidad pública.

agradecimiento

[11]

introducción

Gloria Amparo Miranda ZambranoMario Jesús Aguilar Camacho

Para que una obra, un producto o un logro, se considere como creativo o trascendente debe ser original, autentico más propiamente dicho, y hacer una contribución notable a la comunidad.

En este caso, en su función de vinculación, los profesores que integran el Departamento de Estudios Culturales, De-mográficos y Políticos (decdp), de la División de Ciencias Sociales y Administrativas del Campus Celaya-Salvatierra, pertenecientes al campus Cela-Salvatierra de la Universidad de Guanajuato, con gran orgullo y satisfacción presentan esta obra colectiva que contiene estudios y análisis del con-texto territorial y poblacional inmediato, en el afán de servir y trascender para beneficio de la colectividad.

La historia revela a grandes personajes que definen el rum-bo de sociedades, culturas o ámbitos de conocimiento con características afines. Quienes contribuyen con ideas inno-vadoras al avance de las artes, las ciencias y la política, guar-dan ciertos rasgos habituales, y uno de ellos es la creatividad. Con Howard Gardner1 y Gabriel Pliego,2 entendemos por persona creativa a alguien que crea objetos, productos o ideas innovadoras en un ámbito específico del conocimiento y cuya creación es aceptada en un entorno cultural determi-nado.

1 Gardner, Howard. Creating minds: An anatomy of Creativity Seen Though the lives of Freud, Einstein, Picasso, Stravinsky. Eliot, Graham and Gandhi. New York: Basic Books, 1993

2 Pliego, Gabriel. La música llave para la creatividad. Istmo, año 56, número 330, febrero-marzo 2014, Centros Culturales de México, A. C., México.

12 GLORIA AMPARO MIRANDA, MARIO JESÚS AGUILAR

El célebre novelista y biógrafo austriaco, Stefan Zweig3 al referirse a uno de los oratorios más bellos y, sin lugar a du-das, el más conocido e interpretado, la sinfonía u obertura de El Mesías de Georg Friedrich Händel, la considera como uno de los momentos estelares de la humanidad, primero por haber sido compuesta en un tiempo récord, y enseguida porque su mundo sonoro transita por vías que comprenden todas las posibles expresiones y sentimientos humanos.

Pero reintentemos, con las debidas reservas y sin afán de caer en posturas soberbias y sin sonar pretenciosos, pero sí objetivos, esta obra colectiva aspira a ser creativa, a conver-tirse en insumo e hito importarte para quienes diseñan, ge-neran, gestionan y administran las políticas públicas, especialmente de la región Laja-Bajío, que es el área de in-fluencia que predetermina la competencia territorial del campus (véase mapa en Anexo). De igual manera, este texto ofrece contribuciones con las que se brinda un reconoci-miento de los autores a los agentes y actores sociales de la comunidad al re-dignificar y recrear el capital cultural y hu-mano con el que cuentan en la defensa de sus derechos co-lectivos, sus identidades laborales, su sentido solidario, al igual que sus muestras de cultura popular como un arte vivo y vigente. Cabe advertir que diversas comunidades están en la toma postura, resistencia y preservación de sus patrimo-nios, en toda la extensión de la palabra, así como de sus bienes naturales.

Este esfuerzo colectivo de los autores, profesores investi-gadores, pretende ofrecer respuestas y acciones que incidan en la mejora continua del panorama socioeconómico y te-rritorial de la región. Es verdad sabida, que el auto-recono-cimiento de cómo somos, invariablemente nos aleja del concepto del caos continuo, del existencialismo aislado e individualista que no ve salidas coyunturales y menos estruc-turales. La apuesta va por reconocer a la región Laja-Bajío como un mundo vivo, un ente dinámico y relacional, com-plejo y totalizador, si bien inserto en un ámbito competitivo y globalizado, también como un movimiento altermundista,

3 Zweig, Stefan. Momentos estelares de la humanidad, México, Po-rrúa, 1998, p. 69

13INTRODUCCIÓN

a favor de la recuperación de la sociedad y del contexto terri-torial espacial. Superar lo que Pigem (2013) y Santos (2010)4 manifiestan en el sentido de que la tendencia que ha seguido nuestro mundo es la tecnocracia (en lo político y económico) y del pensamiento abstracto y lineal, viviendo una “irracio-nalidad global” del conocimiento, sujeto al eurocentrismo.

Ante ello, quienes aquí participan como autores, coinciden en que el contexto se presta para que en el aquí y ahora se “pase el micrófono a los actores sociales locales”. En esta obra, ellos son los principales protagonistas. Siguiendo la línea: Hay que mirar a otros actores sociales como actores colectivos novedosos y protagónicos que hoy están contribu-yendo a la teoría de las ciencias sociales para dar nuevos conceptos, enfoques y cosmovisiones; visibilidad a campesi-nos, pueblos indígenas y afrodescendientes, que son de otro entendimiento epistemológico (Santos, 2010:37).

Laja-Bajío es sin duda un espacio territorial, pero también un referente simbólico y significativo que resume de manera concentrada una diversidad de expresiones, entre ellas espe-cialmente socioculturales, medioambientales, políticas, edu-cativas, demográficas e identitarias. Demuestra la existencia de una memoria colectiva, diríamos viva, que manifiesta acaso su espíritu de resistencia a ser engullida por el fenó-meno globalizador, frío, autómata y mecanizado, frente el cual antepone su preclara oferta territorial y su legado iden-titario que le cobija históricamente.

Empero, en su seno, se entreteje una transformación so-segada que muestra la fuerza de su vigencia. En este enten-dido, los autores han apostado su compromiso con ella. Como expresa José Saramago: “Sin memoria quizá no exis-timos. Sin compromiso quizás no merezcamos vivir”.

El trabajo colectivo es un rico mosaico multidisciplinario que aborda diversos temas correlacionados, empleando dife-rentes metodologías de investigación y desde distintas ópti-

4 Pigem, Jordi (2013). La nueva realidad, del economicismo a la con-ciencia cuántica.Editorial Kairós, Barcelona. Primera edición.

Santos, Boaventura de Sousa (2010). Refundación del Estado en América Latina. Perspectivas desde una epistemología del Sur. Instituto Internacional de Derecho y Sociedad, Programa Democracia y Trans-formación Global. Lima, Perú.

14 GLORIA AMPARO MIRANDA, MARIO JESÚS AGUILAR

cas científicas y disciplinares; y, por lo mismo, es muy válido afirmar que la entrega contribuye a renovar el camino con-vencional de las Ciencias Sociales, sobre todo a incidir en aquella postura que otrora expresaba exigencias unilineales y positivistas al separar cerradamente las ciencias sociales con las otras ciencias, por ejemplo con las ciencias naturales y del medio ambiente. Como afirma Morin (1998:29),5 hoy nues-tra necesidad histórica es encontrar el método que detecte y no oculte las uniones, articulaciones, solidaridades, impli-caciones, imbricaciones, interdependencias y complejidades. He aquí la razón de ser, el etos, de la riqueza conceptual que esta obra ofrece: entender que estamos a favor de abrir las Ciencias Sociales para reconocer su propio contexto, su mi-rada desde nuestra cultura y territorio, como gran legado patrimonial.

El libro en muchas de sus facetas es cuestionador y críti-co, considerando que “debemos partir de una interrogación, de un cuestionamiento […] que pueda remembrar lo que estaba mutilado, articular lo que estaba disjunto, pensar lo que estaba oculto” (Morin, 1998:37). Es un aporte del enfo-que de complejidad que no hace más que mostrarnos un mundo amplio en pluralidad como expresan la diversidad de los temas de los capítulos que presentamos.

El libro se compone estratégicamente de dos secciones; la primera identificada como Escenario Estadístico y Teórico, y la segunda con el nombre de Respuestas y Experiencias.

En la Primera Sección, aparece el capítulo “Demografía, marginación y pobreza en la región Laja-Bajío”, en el cual Daniel Vega Macías hace un análisis regional de la situación demográfica vinculada a la pobreza y la marginación, de im-portancia substancial en la medida que cubre vacíos de infor-mación sobre el tema. La cultura del individualismo puede hacernos pensar que la marginación y la pobreza son un asunto de unos cuantos; sin embargo, es necesario apuntalar el sentido de responsabilidad y autocrítica derivados de un compromiso social.

5 Morin, E. (1998). Introducción al pensamiento complejo, Editorial Gedisa, Barcelona, España (primera edición en francés, esf, París, 1990).

15INTRODUCCIÓN

Por su parte, Eloy Mosqueda Tapia en el capítulo “Algunos elementos demográficos para pensar la secularización y la hegemonía católica en la Región Laja-Bajío, Guanajuato, basado en el análisis estadístico a nivel estatal de la evolu-ción de la filiación religiosa desde el año de 1950 al 2010, realiza una exploración de la hegemonía católica y el proce-so de secularización, resumiendo, como principal hallazgo que la secularización no se ha detenido, de manera contraria viene avanzando de manera diversificada en la región.

Preocupada por la presión creciente y destructora sobre la Naturaleza y las identidades culturales locales so pretexto del desarrollo turístico, el capítulo “El turismo indígena en el escenario teórico y su re-significación como actores autoges-tionarios” de Gloria Miranda Zambrano, analiza los límites y oportunidades del turismo indígena en el territorio adya-cente. Cuestiona y debate acerca de la importancia de tener un marco teórico en el tema proponiendo la construcción, asimilación y apropiación de un renovado modelo de creci-miento en términos propios y con las características de la cultura local y compromiso sustentable. La contribución advierte que puede ser reversible la contaminación, deses-tructuración territorial, privación de tierras y territorios, alertando que se viene poniendo en riesgo la propia Vida.

Mario Aguilar Camacho con el capítulo “Las autodefensas ¿derecho colectivo a la legítima defensa o guerra civil?” anali-za la presencia de los grupos de estos actores sociales como respuesta al hartazgo contra el crimen organizado y la apa-tía o indiferencia oficial. Sostiene que, en ejercicio de un derecho humano colectivo, deben fungir como cuerpos de aproximación, coadyuvancia y subsidiariedad de las fuerzas del Estado. El análisis prospectivo advierte que debido a ser contiguos al vecino Estado de Michoacán, el gobierno del Estado de Guanajuato y de los municipios de la Zona Laja-Bajío, debieran prever una estrategia de contención para evitar este tipo de fenómenos.

En la Segunda Sección, Teodora Hurtado Saa con “Identi-dades laborales y pérdida de solidez del trabajo bajo la natura-leza actual de la ocupación: el caso de las ciudades de Celaya y Salvatierra” analiza la pérdida de centralidad de los em-pleos formales, industriales, asalariados e indefinidos y la

16 GLORIA AMPARO MIRANDA, MARIO JESÚS AGUILAR

emergencia de los trabajos informales, precarios, de servicio y de corta duración, enfocándose en el caso particular de los mu-nicipios de Celaya y Salvatierra. Su principal hallazgo es la revelación de la existencia de un desplazamiento de los em-pleos formales, seguros y duraderos y, la emergencia de los trabajos inestables, a corto plazo y sin prestaciones sociales.

Por su parte, Ricardo Contreras Soto con “Aprendizaje y la Educación de extensión (capital cultural) en las Cooperati-vas de servicios de la Región Laja – Bajío Guanajuato”, estudia las cooperativas de ahorro y préstamo del contexto, llegando a explorar la orientación del capital cultural en los servicios educativos formales y de extensión. La importancia de la investigación radica en señalar que del capital cultural depen-den: la reproducción del conocimiento y cultura cooperativis-ta empresarial y organizacional, la capacidad y experiencia técnica, la configuración y desempeño de los equipos de tra-bajo y, el nivel de escolaridad. Diferente en su enfoque, pues el capitalismo lo que fomenta es la forma de ver los proble-mas cotidianos de manera individual.

El autor Alberto Valdés Cobos en el capítulo “Prácticas lec-toras y políticas culturales en el municipio de Celaya”, inves-tigando sociológicamente acerca de las prácticas lectoras y la cultura de la lectura en el municipio de Celaya, encuentra como principal hallazgo que se carece de una política pública de fomento de la lectura. Asimismo, que hay responsabilidad municipal en materia de alfabetismo y, en consecuencia, de la formación de ciudadanos. Recomienda institucionalizar el estudio de las prácticas lectoras como instrumento de po-lítica pública, así como una cultura de la lectura que incida en la Educación para la Ciudadanía.

Finalmente, Eduardo Fernández Guzmán con “La cultura popular a través de la música de viento de Santo Tomás Huatzin-deo, Salvatierra, Guanajuato” se acerca a la historia oral de la música basada en la microhistoria, como expresión cultu-ral popular en una población emblemática del Municipio de Salvatierra, Guanajuato. Demuestra con ello rutas de acceso para entender la complejidad de las identidades y las culturas populares. Importante en la medida que señala a la música como un espacio de construcción identitaria, cumpliendo múltiples funciones psicosociales.

17INTRODUCCIÓN

Un rasgo distintivo de las personas creativas e innovado-ras de la historia es el dominio de su disciplina o profesión y un deseo profundo de extender sus conocimientos y habilida-des a otros horizontes. Esto es, las personas creativas siem-pre parten de bases conocidas y familiares en una práctica específica. Así, debe reconocerse que ha sido ardua la tarea de este grupo de investigadores al identificar la información reciente sobre los acontecimientos que dinamizan la vida de los pobladores de la región Laja-Bajío, vinculado a su cultu-ra y contexto socio-territorial y en ello sus organizaciones, modo de producción, tecnologías, aspiraciones y tendencias prospectivas; asimismo, incursionar en la reflexión acerca de los límites y posibilidades de las prácticas lectoras y las políticas culturales.

Sin embargo, se advierte que con este trabajo, no se preten-de una postura de autosuficiencia de haber dado una lectura completa de la Región. Lo que sí queda muy evidente es la satisfacción del deber cumplido en cada uno de los temas ofrecidos y en que se dejan abiertos caminos para desarrollar nuevas líneas de investigación y temas de trabajo. La obra ofrece pensamientos e ideas motivadoras para seguir intervi-niendo en forma diferente sobre la zona, y aproximarse más a la realidad objetiva que sintetiza. Parafraseando a Concep-ción Almeida (20086) la presente entrega es “un abrazo inte-lectual, inseparable del abrazo de la comprensión humana”.

Como se decía al inicio de este apartado, la mayoría de las personas nunca crearemos una obra tan sublime como la de Händel; sin embargo, no se puede dejar de reconocer el enor-me esfuerzo y el talento que asoman al por mayor en todos y cada uno de los coautores —mentes brillantes, disciplinadas, sintéticas, respetuosas, incluyentes, éticas— de esta pieza colectiva, la cual ofrece sus contribuciones, aunque sea modesta mente, pero de enorme relevancia y trascendencia, a configurar un entorno más justo y esperanzador.

6 Almeida Ma. Concepción de (2008). Para comprender la comple-jidad. Multiversidad Mundo Real Edgar Morin, Hermosillo, México.

escenario estadÍstico y teórico

[21]

demografÍa, marginación y pobrezala región laja-bajÍo*

Héctor Daniel Vega Macías

* Esta investigación forma parte del proyecto de investigación “Cambio demográfico y cambio social en Guanajuato”, financiado por el Programa para el Desarrollo Profesional Docente (prodep-sep).

resumen

La región Laja-Bajío tiene una situación económica contras-tante, es a la vez un polo de atracción de inversiones y una zona con brechas socioeconómicas muy marcadas entre su población. El objetivo de este trabajo es presentar un pano-rama cuantitativo de la marginación y la pobreza de los mu-nicipios que componen la región. Si bien es un tema ampliamente estudiado en la agenda nacional y estatal, la relevancia académica del capítulo está en su aporte al aná-lisis regional, el cual es escaso. Paralelamente, puede ser un insumo importarte para los hacedores de políticas públicas y un trabajo que ayude a tomar conciencia social sobre la existencia de amplios sectores de la población que se encuen-tran en una situación económica muy desfavorable. Este puede ser un trabajo oportuno en la medida en que cerca de la mitad de la población de la región se encuentra en situa-ción de pobreza, como se destaca en la investigación. Esce-nario que amerita la reflexión sobre las consecuencias sociales que de ello se deriva. Para finalizar, el trabajo discu-te el papel de la educación en la mejora de estas condiciones tan desfavorables.

palabras clave:

Desigualdad; Guanajuato; Población; Sociedad

22 HÉCTOR DANIEL VEGA MACÍAS

introducción

El estado de Guanajuato se ha caracterizado en las últimas décadas por una política de atracción de inversiones en dis-tintos sectores de la industria y los servicios. Su ubicación estratégica en pleno centro del país y la facilidad del traslado de mercancías dada su infraestructura carretera, aérea y fe-rroviaria, son algunos factores que propician el asentamien-to de nuevas empresas nacionales e internacionales y la continuidad de aquellas que ya están instaladas.

Sin desconocer este avance, es necesario apuntar que en la entidad aún prevalecen condiciones de marginación y po-breza entre algunos sectores de la población. El avance eco-nómico sólo es plausible cuando tiene un correlato en la reducción de las brechas sociales y en la mejora de la calidad de vida de las personas y sus familias. Esto exige a los dis-tintos sectores público, privado, social y académico, empren-der acciones para mejorar las condiciones socioeconómicas de la región. Un asunto de difícil solución dados los múltiples factores estructurales y coyunturales que inciden en el bien-estar.

La región Laja-Bajío en el estado de Guanajuato —defini-da más adelante— no es la excepción a este panorama de contrastes. Es cierto que una parte importante de las inver-siones se han localizado en el corredor industrial que la cru-za, lo que ha traído una activación de la economía regional; sin embargo, las profundas desigualdades socioeconómicas prevalecen. Amplios sectores de su población se encuentran en situación de marginación y por debajo de los umbrales de pobreza, incluso más allá del límite de la pobreza extre-ma. Este trabajo, pues, tiene como objetivo presentar un panorama sobre estas dimensiones socioeconómicas en la región. La investigación pretende ser un insumo para la for-mulación de políticas públicas a la vez de un trabajo que propicie la concientización social sobre la presencia de ca-rencias sociales en la región, las cuales muchas veces son ignoradas.

Para analizar la marginación en la región se retomaron las estimaciones del Consejo Nacional de Población (Conapo) del trabajo “Índice de marginación por entidad federativa y

23DEMOGRAFÍA, MARGINACIÓN Y POBREZA

municipio 2010”. Según dicha institución, “la marginación es una medida-resumen que permite diferenciar entidades y municipios del país según el impacto global de las carencias que padece la población como resultado de la falta de acceso a la educación, la residencia en viviendas inadecuadas, la percepción de ingresos monetarios insuficientes y las rela-cionadas con la residencia en localidades pequeñas” (Conapo, 2011:9).

En lo que respecta a la pobreza, se tomaron los indicado-res del estudio del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), “Medición de la po-breza, Estados Unidos Mexicanos, 2010”. De acuerdo a sus criterios “la pobreza está asociada a condiciones de vida que vulneran la dignidad de las personas, limitan sus derechos y libertades fundamentales, impiden la satisfacción de sus ne-cesidades básicas e imposibilitan su plena integración social” (Coneval, 2010b:24). Así, se identifica a la población en si-tuación de pobreza en dos grupos de dimensiones: la asocia-da al espacio del bienestar económico (ingreso corriente per cápita) y las ligadas a los derechos sociales (educación, la salud, la seguridad social, la alimentación, la vivienda y sus servicios).1

Con la finalidad de delimitar la región Laja-Bajío, en este trabajo se tomó la propuesta del Instituto de Planeación, Estadística y Geografía del Estado de Guanajuato (Iplaneg, 2014). Esta agrupación abarca los municipios de Apaseo el

1 Los trece indicadores de incidencia de pobreza multidimensional, de bienestar o de carencia que reporta el Coneval son los siguientes: 1) Población con un ingreso inferior a la línea de bienestar; 2) Pobla-ción con un ingreso inferior a la línea de bienestar mínimo; 3) Carencia por rezago educativo; 4) Carencia de acceso a los servicios de salud; 5) Carencia de acceso a la seguridad social; 6) Carencia por la calidad y espacios de la vivienda; 7) Carencia por servicios básicos en la vivien-da; 8) Carencia de acceso a la alimentación; 9) Población con una o más carencias sociales; 10) Población con tres o más carencias sociales; 11) Población en pobreza multidimensional; 12) Población en pobreza multidimensional extrema; 13) Población en pobreza multidimensional moderada. Cfr: Consejo Nacional de Evaluación de la Política de De-sarrollo Social (2010b) “Metodología para la medición multidimensio-nal de la pobreza en México” México, Coneval. Disponible en <http://www.coneval.gob.mx>. Consultado el 15 de abril de 2014.

24 HÉCTOR DANIEL VEGA MACÍAS

Alto, Apaseo el Grande, Celaya, Comonfort, Cortázar, Jaral del Progreso, Santa Cruz de Juventino Rosas, Tarimoro y Villagrán. Se optó por esta regionalización de manera tal que pueda ser un insumo útil en la planeación de la región y para que los resultados sean comparables con otros estudios que abarcan los mismos municipios.

aspectos demográficos

Según el Censo de 2010, la región tuvo una población de alrededor de un millón de habitantes (991 563). Sin embar-go, según las proyecciones de la población de los municipios de México 2010-2013, en 2014 el monto de población puede ascender a 1 043 136 habitantes y se espera que en 2030 llegue a 1 147 054 personas (Conapo, 2012a). Es decir, con-tinuará creciendo en las próximas décadas, aunque es pro-bable que lo haga con tasas anuales inferiores a uno por ciento, e incluso por debajo del medio punto porcentual.

Lo anterior es resultado del avance de la esperanza de vida en entidad, la cual ronda los 75 años de edad y una fecundi-dad aún por encima del nivel de reemplazo generacional —considerado como 2.1 hijos por mujer. Sin embargo, la per-dida migratoria internacional ha sido muy importante en las últimas décadas: según los índices de intensidad migratoria México-Estados Unidos (Conapo, 2012b), dos municipios de la región tenían un grado Muy Alto (Apaseo el Alto y Tari-moro), cuatro se encontraban clasificados en Alto (Apaseo el Grande, Comonfort, Jaral del Progreso y Juventino Rosas), y tres de los municipios tenían grado de intensidad migra-toria Medio (Celaya, Cortazar y Villagrán). Si bien la inmi-gración interna y en menor medida la internacional derivadas de la política de atracción de inversiones pueden compensar en alguna medida el crecimiento poblacional reducido pue-de ser insuficiente desde el punto de vista demográfico, dada su intensidad y su carácter, quizá, coyuntural.

Está dinámica demográfica se ha reflejado en una estruc-tura de población joven y marcada por los procesos migra-torios. En edad preescolar (1 a 4 años de edad) está 9.9 por ciento de la población de la región; en edad escolar (5 a 14

25DEMOGRAFÍA, MARGINACIÓN Y POBREZA

años de edad) 21.0 por ciento; los adolescentes y jóvenes (15 a 24 años) 18.8 por ciento; los adultos jóvenes (25 a 44 años) 28.5 por ciento; los adultos maduros (45 a 64 años) concentran 15.7 por ciento; mientras que los adultos mayores (65 años o más) representan 6.1% de la población (véase gráfica 1).

Si bien su estructura por edad es joven, tiende a su enve-jecimiento. Según las estimaciones del Consejo Nacional de Población ya citadas, en 2030 cerca de 10% de su población tendrá 65 años o más. La región, como el resto del país, está inmersa en la llamada transición demográfica, es decir, el paso de niveles altos de mortalidad y fecundidad a niveles bajos, lo cual provoca en el largo plazo el envejecimiento de la población.

Otro aspecto que se puede apreciar en la pirámide pobla-cional es el impacto que ha tenido la migración internacio-nal. Guanajuato es una de las entidades federativas con

fuente: elaboración propia con base en inegi, Muestra Censal, 2010.

gráfica 1región laja-bajÍo: estructura por edad y sexo 2010

26 HÉCTOR DANIEL VEGA MACÍAS

mayor intensidad migratoria, de hecho ocupa el segundo lugar sólo después de Zacatecas (Conapo, 2012b). Además, como ya se mencionó, la región participa activamente en los procesos migratorios que se dan en la entidad. En el Gráfico 1 es posible apreciar un faltante de población entre 20 y 34 años de edad. Si bien es más pronunciado entre los varones ya que son los que tradicionalmente migraban, también es posible notar el efecto de la migración de mujeres. Como mencionan Stephen Castles y Mark J. Miller (2004) uno de los rasgos distintivos de las migraciones contemporáneas es la feminización de la migración, es decir, cada vez más mu-jeres emprenden proyectos migratorios propios, además ya conocidos por reunificación familiar.

marginación

Los avances en la dinámica económica en muchas ocasiones excluye de sus beneficios a ciertos grupos de población. La marginación se considera como un fenómeno estructural donde las oportunidades son inequitativas, lo cual conlleva a carencias sociales que muchas veces escapan al control personal, familiar y comunitario (Conapo, 2011).

La escala del grado de marginación que maneja el Conapo va desde Muy alto, Alto, Medio, Bajo hasta Muy bajo. Los municipios que se encuentran con un grado de marginación Muy Alto son aquellos donde la educación, las condiciones de la vivienda y su localización, y los ingresos son más desven-tajosos. A nivel nacional, Cochoapa el Grande, en el estado de Guerrero, es considerado como el municipio más margi-nado —y también el que cuenta con el mayor porcentaje de población en pobreza extrema. Mientras que el menos mar-ginado (Muy Bajo) es la Delegación Benito Juárez en la Ciu-dad de México.

Dentro de la región Laja-Bajío, Celaya es el único muni-cipio que es considerado por el Conapo con un grado de marginación Muy Bajo. Tres de los municipios (Cortazar, Jaral del Progreso y Villagrán) tiene un grado Bajo. El resto está compuesto por Apaseo el Alto, Apaseo el Grande, Co-monfort, Juventino Rosas y Tarimoro, los cuales estarían en

27DEMOGRAFÍA, MARGINACIÓN Y POBREZA

mayor desventaja social, dado su grado Medio de margina-ción. En términos de población, esto resulta en que 47.3 por ciento de la población de la región reside en un municipio con Muy Baja marginación, 18.2 por ciento en municipios con Baja marginación y una tercera parte (34.5%) reside en municipios con marginación Media (véase cuadro 1).

El grado de marginación si bien nos ofrece un panorama general de las condiciones socioeconómicas, una revisión de cada una de sus dimensiones complementa el análisis. En cuanto a la región, de los nueve indicadores analizados el

cuadro 1región laja-bajÍo: grado de marginación 2010

Población total Viviendas Grado de

marginación

Lugar queocupa en el

contextonacionalde 2 456

municipios

Región Laja-Bajío 991 563 241 608

Apaseo el Alto 64 433 16 457 Medio 1 601

Apaseo el Grande 85 319 19 211 Medio 1 726

Celaya 468 469 121 701 Muy Bajo 2 286

Comonfort 77 794 16 818 Medio 1 353

Cortazar 88 397 19 716 Bajo 2 037

Jaral del Progreso 36 584 9 434 Bajo 1 891

Juventino Rosas 79 214 17 510 Medio 1 468

Tarimoro 35 571 8 783 Medio 1 549

Villagrán 55 782 11 978 Bajo 2 004

fuente: elaboración propia con base en Conapo, Índice de margina-ción por entidad federativa y municipio 2011; e inegi, Muestra Censal 2010.

28 HÉCTOR DANIEL VEGA MACÍAS

menos favorable fue el relacionado con los ingresos por tra-bajo, ya que más de 40 por ciento de la población ocupada tenía ingresos de menos de dos salarios mínimos. Esto es probablemente uno de los principales factores que inciden en que el resto de los indicadores también sean desfavorables (véase cuadro 2).

Otro de los principales problemas de la región es el haci-namiento de su población. “El hecho de que más de dos personas duerman en un mismo cuarto es una condición que no sólo compromete la privacidad de los residentes en la vivienda, sino que propicia espacios inadecuados para el de-sarrollo de distintas actividades esenciales para las personas” (Conapo, 2011). En la región, más de una tercera parte de las viviendas (35.2%) presentan hacinamiento. Incluso en Comonfort, este valor llega a cerca de 48 por ciento (véase Cuadro 2).

En cuanto a los indicadores de educación, el índice de marginación muestra el rezago de la región. Un porcentaje importante es analfabeta (7.9%) y poco menos de una cuar-ta parte (22.1%) no concluyó sus estudios de primaria. Es verdad que hay municipios donde estos indicadores son más favorables, como el caso de Celaya, pero también lo es el hecho de que en varios municipios el rezago educativo es más profundo (véase cuadro 2).

pobreza

Como ya fue mencionado en la introducción de este trabajo, el Coneval identifica a la población en situación de pobreza de una manera multidimensional, contrario a la tradición que privó durante mucho tiempo, la cual analizaba la pobre-za únicamente desde el punto de vista de los ingresos per cápita en el hogar. Así, las cifras oficiales en México miden la pobreza en dos grupos de dimensiones: la asociada al es-pacio del bienestar económico y las que tienen que ver con los derechos sociales.

Desde una perspectiva general para la región, según las estimaciones municipales del Coneval, en la región Laja-Bajío el porcentaje de personas en situación de pobreza al-

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31DEMOGRAFÍA, MARGINACIÓN Y POBREZA

canza a casi la mitad de la población (48.1%). Desagregando su intensidad, se tiene que 40.1 por ciento se encuentra en pobreza moderada y 8.0 por ciento en extrema.2 Bajo este esquema de medición se estaría hablando de que una gran parte de la población de la región tiene dificultades para satisfacer sus necesidades más elementales, lo cual tiene como consecuencia tanto una infortunada calidad de vida co-mo oportunidades muy reducidas para revertir esta situación.

Cabe destacar que el porcentaje de población en situación de pobreza puede llegar en algunos municipios de la región a niveles cercanos a dos terceras partes de su población. En Juventino Rosas 68.2 por ciento de la población está en si-tuación de pobreza, de los cuales 20.0 por ciento se ubica en la denominada extrema. En el caso de Comonfort, 62.0 por ciento de su población se encuentra con algún nivel de po-breza, entre ellos 15.7 por ciento en pobreza extrema (véase cuadro 3). Sólo Celaya y Villagrán tienen niveles de pobreza por debajo de la mitad de su población, pero aún así los ni-veles son altos (39.6 y 48.5%, respectivamente).

De la misma manera que en la marginación, resulta inte-resante analizar los indicadores que componen la pobreza. El ingreso por debajo de la línea de bienestar es uno de los indicadores que mayor impactan en la educación, en la ali-mentación, en la calidad de la vivienda, etc. La línea de bien-estar es la cantidad mínima de recursos monetarios requeridos para satisfacer las necesidades básicas, es decir, la posibilidad de contar con los bienes y servicios mínimos.3

2 A grandes rasgos, el Coneval distingue la pobreza multidimensio-nal de la siguiente manera: a) Pobreza. Población con ingreso inferior al valor de la línea de bienestar y que padece al menos una carencia social; b) Pobreza extrema. Población que dispone de un ingreso tan bajo que, aun si lo dedicase por completo a la adquisición de alimentos, no podría adquirir los nutrientes necesarios para tener una vida sana (además, presenta al menos tres de las seis carencias sociales) y c) Pobreza moderada. Población no incluida dentro de la población pobre extrema. Para conocer a detalle su cálculo cfr. Coneval (2010b).

3 La línea de bienestar en junio de 2010 fue marcada por el Coneval en $677 pesos para el medio rural y en $970 pesos para el urbano (valores mensuales por persona a precios corrientes). Como dato ilus-trativo, cabe mencionar que en 2014 estos valores son de $853 y $1,225 pesos, respectivamente. Para conocer la serie completa cfr. http://www.

32 HÉCTOR DANIEL VEGA MACÍAS

En la región, la población con ingreso inferior a la línea marcada por Coneval alcanza a 53.9 por ciento de la pobla-ción; pero incluso puede llegar a 71.8 por ciento en el muni-cipio de Juventino Rosas, a 65.1 por ciento en Comonfort y a 63.3 en Jaral del Progreso, por mencionar algunos (véase Cuadro 4).

El cuadro 4 también refleja otros indicadores importantes al considerar el bienestar de la población. Por ejemplo, 23.6 por ciento de la población de la región no tiene las posibili-dades de acceder a una adecuada alimentación, 65 por cien-to no tiene acceso a seguridad social, 28.9 por ciento tiene carencias en el acceso a servicios de salud y 22.2 por ciento tiene rezago educativo.4 Un panorama por demás complejo,

coneval.gob.mx/Medicion/Paginas/Lineas-de-bienestar-y-canasta-basi-ca.aspx

4 Se considera que una persona se encuentra en rezago educativo si cumple alguna de las siguientes características: a) tiene de tres a quince años, no cuenta con la educación básica obligatoria y no asiste

cuadro 3región laja-bajÍo: población en condición de pobreza

2010 (porcentaje)

Pobreza Pobreza Extrema

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Región Laja-Bajío 48.1 8.0 40.1

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Celaya 39.6 5.4 34.2

Comonfort 62.0 15.7 46.3

Cortázar 51.3 6.9 44.5

Jaral del Progreso 58.3 7.4 50.8

Juventino Rosas 68.2 20.0 48.2

Tarimoro 58.2 9.4 48.8

Villagrán 48.5 5.4 43.1

fuente: Coneval, Medición de la pobreza, Estados Unidos Mexicanos, 2010a.

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35DEMOGRAFÍA, MARGINACIÓN Y POBREZA

potenciado por el hecho de que en algunos municipios son de mayor magnitud las carencias.

Según un estudio del Coneval (2010c), en Guanajuato “en-tre 2008 y 2010 hubo una reducción del porcentaje de la población con las carencias sociales, de rezago educativo, carencia por acceso a los servicios de salud, carencia por acceso a la seguridad social, carencia por calidad y espacios de la vivienda, carencia por acceso a los servicios básicos en la vivienda y carencia por acceso a la alimentación. Sin em-bargo, se registró un aumento en el porcentaje de población con un ingreso inferior a la línea de bienestar”. Con todo, debido a que la pobreza es un fenómeno estructural, estás reducciones han sido muy moderadas. Además, debido a que en el trabajo se utilizan estimaciones estadísticas, estás di-ferencias están sujetas a un error muestral que incide sobre todo en diferencias muy cercanas. Es decir, que podrían de-berse a un efecto estadístico más que a una reducción real de la pobreza.

consideraciones finales

Poco hay de novedoso en señalar que los avances macroeco-nómicos muchas veces no se reflejan en la reducción de las brechas sociales. Esto ha llevado a pensar nuevas maneras de entender el desarrollo y el bienestar. Amartya Sen (2000) ha sido uno de los principales autores que reconocen que la marginación y la pobreza son fenómenos multidimensiona-les. Las mejoras en el bienestar socioeconómico de la pobla-ción exceden las variables monetarias por sí mismas; incluso el mero crecimiento económico, sin su adecuada redistribución puede favorecer la desigualdad social.

La Región Laja-Bajío, en el estado de Guanajuato, se ha convertido en un polo de desarrollo automotriz, de transfor-madora de productos agropecuarios, de fabricación de apa-

a un centro de educación formal; b) nació antes de 1982 y no cuenta con el nivel de educación obligatoria vigente en el momento en que debía haberla cursado (primaria completa); y c) nació a partir de 1982 y no cuenta con el nivel de educación obligatoria (secundaria completa).

36 HÉCTOR DANIEL VEGA MACÍAS

ratos domésticos y de productos químicos, entre otros. Lo anterior contrasta con la pobreza y la marginación que aún prevalecen en la región. Un dato ilustrativo de la situación: cerca de la mitad de la población (48.1%) vive en pobreza, de ellos 8.0 por ciento se ubican en el lado extremo. Además, en lo que respecta a la desigualdad, como dato adicional, se observa que el Coeficiente de Gini para la región ronda entre 0.36 para Villagrán y 0.48 para Celaya (Coneval, 2010a), lo cual refleja una estructura de beneficios económicos repar-tida de manera inequitativa.

Una estructura social desigual, con amplios sectores de la población en situación de marginación y pobreza, puede lle-var a consecuencias de diversa índole. El descontento social, la discriminación, la exclusión social, y la necesidad de em-prender proyectos migratorios en busca de mejores oportu-nidades, son sólo algunas de las secuelas de esta situación. Un reto, sin duda, en la agenda social de la región.

En este sentido, el papel que tiene la educación para me-jorar las condiciones socioeconómicas de la población es fundamental. Según Paul Krugman (2014), premio Nobel de Economía 2008, el bajo nivel educativo que tiene México es una de las causas por las que su economía se ha mantenido estancada. Según el investigador, el país depende demasiado de los bajos salarios en la búsqueda competitividad, lo cual es posible sólo cuando la población tiene un bajo nivel edu-cativo. Como se ha podido analizar en este capítulo, en la región Laja-Bajío cerca de 54% de la población tiene ingresos por debajo de la línea de bienestar y 22.2% tiene rezago edu-cativo, lo cual puede tener una estrecha correspondencia en lo planteado por Krugman.

El problema del rezago educativo no puede resolverse sólo con la expansión educacional, la cual puede estar acompa-ñada por el deterioro de la calidad académica. “El simple hecho de aumentar el número de años de estudio de la po-blación no implica necesariamente el abatimiento del rezago. La población que recibe educación de menor valor social permanece en condiciones de atraso y sigue siendo víctima de exclusión social” (Muñoz y Suárez, 1993:33). Con lo an-terior, no se está haciendo una correspondencia lineal entre educación y movilidad social. Coincidiendo con Carlos Ro-

37DEMOGRAFÍA, MARGINACIÓN Y POBREZA

dríguez (2008) las oportunidades de empleo o el crecimien-to de la economía no pueden ser controlados por el sistema educativo. Sin embargo, el acceso a oportunidades educati-vas es el punto de partida del cambio económico y social. “Los niveles de vida de las personas pueden valorarse no sólo por los ingresos medios, sino por la capacidad para poder vivir un tipo de vida que les resulte significativo. Lo anterior no se logra sin educación.” (Salvador, 2008:254).

Finalmente, es pertinente compartir una idea de Bernardo Kliksberg (2002:21) sobre el riesgo de la pobreza y de la in-equidad en América Latina: “Los problemas no se dan aisla-damente. Tienen profundas interrelaciones que van conformando ‘círculos perversos’ regresivos. La pertenencia a un hogar pobre aumenta las probabilidades de que el niño deba trabajar y deserte de la escuela. Las bajas tasas de es-colaridad van a marginarlo de la economía formal. Tendrá a su vez dificultades para formar familias que puedan supe-rar estas condiciones. El destino de pobreza tenderá a repro-ducirse”.

Como se mencionó en el trabajo, el acceso diferenciado a oportunidades acarrea carencias sociales que muchas veces escapan al control personal, familiar e incluso comunitario. Al respecto, en los ochenta, Helena Béjar (1989) ya hablaba del cambio de una época donde privaban los intereses colec-tivos a otra dominada por la centralidad de los asuntos pri-vados, lo cual puede ser considerado como una reducción de la participación en la esfera pública y una abandono del deber social. La cultura del individualismo puede hacernos pensar que la marginación y la pobreza son un asunto de unos cuantos; sin embargo, es necesario apuntalar el sentido de responsabilidad y autocrítica derivados de un compromi-so social ineludible que todos deberíamos tener.

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[41]

algunos elementos demográficos para pensar la secularización y la hegemonÍa católica

en la región laja-bajÍo, guanajuato

Eloy Mosqueda Tapia

* Esta investigación se realizó en el marco del Proyecto de investi-gación: La transformación del campo religioso católico en Guanajua-to (1990-2013), con financiamiento de Promep.

resumen

El objetivo de este ensayo consiste en proporcionar algunos elementos demográficos para formulación de hipótesis que señalen el camino de una investigación de largo plazo refe-rente al proceso de secularización y la hegemonía católica en la región Laja-Bajío y el estado de Guanajuato. Se plantean algunas hipótesis que tratan de explicar el peculiar compor-tamiento del campo religioso en ambos niveles. Para ello se analizó la evolución de la filiación religiosa desde el año de 1950 al 2010 a nivel estatal. La principal hipótesis que se plan-tea en este ensayo es que la hegemonía del catolicismo no detuvo el proceso de secularización, el cual se realiza en for-ma de lo que se denomina como “ciclos de cambio religioso”.

La segunda parte del trabajo busca plantear algunas hi-pótesis sobre de la región Laja-Bajío desde el ámbito religio-so, a partir del análisis de la filiación religiosa, el crecimiento poblacional y la migración. La hipótesis formu-lada es que la secularización, entendida como la apertura a la pluralidad de otras opciones religiosas y no religiosas, avanza de manera diversificada en la región, configurando al menos tres bloques que se distinguen claramente a partir de las variables incluidas en el análisis.

El ensayo concluye que la secularización en la región está condicionada por un proceso más amplio desarrollado en el

42 ELOY MOSQUEDA TAPIA

Estado, pero se plantea que las dinámicas socioeconómicas de cada municipio también influyen en este proceso. De ello se derivan diversos escenarios y tipos de catolicismos en la región.

palabras clave:

Campo religioso, migración, modernización.

introducción

El presente ensayo tiene el objetivo de presentar al lector una serie de elementos demográficos para avanzar en la explica-ción de la situación religiosa de la región Laja-Bajío, Gua-najuato.1 De lo anterior se deriva el reconocimiento de que las hipótesis aquí formuladas son caminos para la investiga-ción, los límites del trabajo no permiten plantear explicacio-nes suficientemente fundamentadas. Esto se realizó a través del análisis de datos estadísticos provenientes del INEGI y Conapo principalmente, tanto para el Estado como para la región.

La primera parte del trabajo consistirá en una revisión histórica de la idea de la hegemonía católica en el Estado de Guanajuato y el proceso de secularización por el que ha pa-sado esta entidad federativa. Esto se realizará a través del análisis del comportamiento de las variables de pertenencia religiosa al catolicismo y de aquellas personas que no están en esta filiación, es decir, del resto de los fieles de cualquier otra denominación religiosa incluyendo a los no creyentes,2

1 Esta región está constituida por los siguientes municipios: Apaseo el Alto, Apaseo el Grande, Celaya, Comonfort, Cortázar, Jaral del Pro-greso, Santa Cruz de Juventino Rosas, Tarimoro, y Villagrán. Sin em-bargo, en el presente análisis incluiremos también a los municipios de Acámbaro, Coroneo, Jerécuaro, Salvatierra, Tarandacuao, debido a su cercanía geográfica y social.

2 Se justifica esta forma de construir la variable “no católicos”, de-bido a que pasamos de un escenario de un total dominio católico, donde incluso el “no creyente” no era una opción que se presentara

43ALGUNOS ELEMENTOS DEMOGRÁFICOS PARA PENSAR

pero sin incluir a los no especificados. Este primer paso nos permitirá evidenciar que el proceso de modernización que se desarrolló desde mediados del siglo pasado, no trajo con-sigo la extinción de toda creencia religiosa, sino más bien abrió un espacio a la pluralidad en este aspecto cultural. Y por último, que la tendencia histórica se dirige en esta direc-ción a través de ciclos de cambio religioso, en unos se ace-lera el crecimiento de otras opciones, en otros periodos se torna más lento o se estanca.

En la segunda parte, se avanza en la tarea de realizar una exploración de la situación que tiene la región en la dimen-sión religiosa. Para ello se analiza la estructura poblacional y su crecimiento, la distribución de los católicos y los no católicos en los municipios que conforman la región para el año 2010, comparando con el Estado y el resto de los muni-cipios. Después se analiza el comportamiento de los muni-cipios de la región referente a dos variables, el porcentaje de no católicos con respecto al crecimiento poblacional. Por último, se establece la relación que existe entre el porcenta-je de no católicos con el índice de migración de cada muni-cipio. La finalidad es encontrar algún patrón que de luces sobre el proceso de secularización en la región y lanzar al-guna hipótesis tentativa sobre dicho proceso.

hegemonÍa católica y secularización en guanajuato

Para el año de 2010, el total de la población en el estado de Guanajuato fue de 5,486,372 personas. De los cuales se esti-ma que el 93.83% (5,147,812) son católicos y tan sólo 6.17%

comúnmente. Aquí consideramos que incluir a éste grupo en la varia-ble “no católicos” es relevante por el hecho de que éstos se alejaron del catolicismo asimismo como los conversos lo hicieron al afiliarse a otras religiones, pero el alejamiento se radicalizó al punto de quedar, apa-rentemente, fuera del campo religioso. La variable “no católico” busca expresar básicamente la ruptura del monopolio religioso del catolicis-mo y no tanto la diversidad de opciones religiosas y no religiosas que hoy en día se presentan en el Estado y la región. Busca mostrar la re-configuración del campo católico y la emergencia de una oposición, que complejiza el campo religioso.

44 ELOY MOSQUEDA TAPIA

siguen otra religión o no tienen religión, es decir, más de 338,000 personas no siguen al catolicismo. En todo el estado el INEGI reportó a tan sólo 76,052 personas sin religión al-guna, sin especificar religión se reportó a 68,869 personas (INEGI, 2011a). Las cifras anteriores muestran que un por-centaje considerable de la población del Estado de Guanajua-to se consideran católicos.

La hegemonía del catolicismo en Guanajuato destaca tam-bién a nivel nacional. Si se toma como punto de referencia al año 2010, el Estado es el segundo con mayor porcentaje de católicos, apenas una décima porcentual por debajo de Zacatecas. Pero si se toma el referente del año 2000, en ese momento Guanajuato fue el Estado con mayor porcentaje de católicos en México. A pesar de haberse desplazado al segundo sitio, es significativo que se mantiene muy por arri-ba del promedio nacional después de diez años. Esto lo po-demos observar en el siguiente cuadro.

cuadro 1estados seleccionados: porcentaje de población

de 5 y más años católica, 2000 y 2010

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Michoacán de Ocampo 94.8 92.6

Chiapas 63.8 59.5

Campeche 71.3 64.1

Tabasco 70.4 65.6

Baja California 81.4 73.2

Tamaulipas 82.9 75.5

Chihuahua 84.6 79.1

fuente: inegi, 2011b.

45ALGUNOS ELEMENTOS DEMOGRÁFICOS PARA PENSAR

Un segundo grupo es relevante, son los Estados con los menores porcentajes de católicos en su población a nivel nacional, tales como Chiapas, Campeche, Tabasco, en el su-reste mexicano. Pero también se encuentran en este grupo Estados fronterizos como Baja California, Tamaulipas y Chi-huahua. Es decir, el fenómeno de un desplazamiento del catolicismo se presenta en contextos tan disímiles como la frontera norte y en el sureste. Esto nos sirve para establecer la distancia tan enorme que hay por ejemplo entre Chiapas con 59.5% y Guanajuato con 94.4% de población católica.

A pesar de ello, podríamos considerar que el Estado ha presentado un cambio, aunque en términos cuantitativos parece no ser significativo; si lo vemos desde una perspecti-va histórica nos daremos cuenta que el porcentaje reportado es muy relevante. Hace más de sesenta años, en 1950, en el Estado se contabilizaba un 99.7% de católicos (INEGI, 2014a). Esto significaba una completa hegemonía del cato-licismo en el Estado. A pesar de que el porcentaje de católi-cos se mantiene como uno de los más altos del país, no por ello es menos significativo el avance de otras opciones reli-giosas, incluida la opción de no tener religión alguna. De cada 100 guanajuatenses, poco más de seis no son católicos. Tal como lo muestra la gráfica 1, existe una tendencia lenta pero permanente hacia una pérdida del dominio completo del campo religioso por cuenta del catolicismo.

La gráfica 1 permite visualizar una gran estabilidad del catolicismo, a excepción de tres puntos de inflexión que mar-can el incremento de los no católicos en la historia reciente del Estado. El primero se ubica en la década de 1950, a ini-cios de la mencionada década el porcentaje de no católicos apenas alcanzaba 0.3% de la población mayor de cinco años, pero ya a finales de dicha década pasa a 1.1%, es decir, se incrementó 315% con respecto a éste último dato3, como puede observarse en el cuadro 2.

Este crecimiento es mucho más nítido si calculamos la tasa de incremento medio anual entre las poblaciones ma-

3 El cálculo del incremento de la población no católica mayor de cinco años de edad se realiza a partir incremento porcentual entre las fechas elegidas.

46 ELOY MOSQUEDA TAPIA

yores de cinco años de las mismas décadas, lo cual nos da para el caso de los no católicos la tasa de 14.2% anual. Dato que resulta muchísimo menor si lo comparamos con la mis-ma tasa referente a la población católica que apenas alcanzó 2.6% anual. Cabe discutir el hecho de que la tasa de creci-miento de la población católica es positiva, esto debido al crecimiento de la población en términos absolutos, aunque en términos de la proporción del total de la población ésta haya descendido de 99.7% a sólo 98.9%.

Dicha década representa un crecimiento considerable para el sector no católico, hecho que expresa una transfor-mación profunda en la dinámica social en Guanajuato. Esto posiblemente se debió al proceso de modernización que tuvo el país en esa década. Fue principalmente entre 1940 y 1960 cuando el gobierno mexicano aprovechó la coyuntura inter-nacional de la segunda guerra mundial para implementar una política económica que buscó industrializar el país, a través de la fabricación de bienes de capital y de productos industriales de consumo dentro de las fronteras.

A este conjunto de medidas se le conoció como el modelo de sustitución de importaciones. Dicho modelo desencadenó

gráfica 1guanajuato: porcentaje de población de 5 años y más

según religión 1950-2010

fuente: elaboración propia con base en inegi, 2014a. 2014b, 2014c, 2014d, 2014e, 2014f, 2014g.

47ALGUNOS ELEMENTOS DEMOGRÁFICOS PARA PENSARc

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49ALGUNOS ELEMENTOS DEMOGRÁFICOS PARA PENSAR

la formación de una incipiente industria, la formación de una clase trabajadora, la ampliación de las clases medias, el proceso de urbanización, el surgimiento del consumo de ma-sas, entre otros (Bayón, 2006). Lo que pudo provocar un cambio profundo en los estilos de vida de amplios sectores de Guanajuato.

El segundo punto de inflexión ocurre en la década de 1970, en estos diez años se realiza otro incremento conside-rable de los no católicos al pasar de 1.4% a 2.4% del total de la población, lo que representa un incremento porcentual de 132.4. Para este periodo la tasa de incremento medio anual para la población no católica es de 8.4%, la segunda más alta del periodo analizado. Frente a un incremento de la pobla-ción católica de tan sólo 2.7% medio anual, dato que es muy parecido al crecimiento medio anual del Estado con 2.8%. Es decir, el catolicismo en esa década tan sólo se limitó a reproducirse, sin lograr avanzar. En contraparte el sector no católico continuó avanzando en su crecimiento. Si bien es cierto que el ritmo de crecimiento bajó con referencia al periodo analizado anteriormente, éste fue mucho mayor re-ferente al ritmo del catolicismo.

Posiblemente estas cifras fueron el producto de transfor-maciones socioeconómicas, durante esa década el país vivió el fin del modelo de sustitución de importaciones, fenómeno que fue impulsado por una profunda crisis económica, des-atada por la caída de los precios del petróleo y de la insol-vencia para el pago de la deuda externa por parte del gobierno federal. En este contexto se realizó la retirada del Estado mexicano de la economía y la aplicación de medidas restrictivas de corte neoliberal, que repercutieron en una mayor vulnerabilidad de grandes sectores de la sociedad, quienes se vieron desprotegidas para enfrentar la crisis eco-nómica.

En este sentido, es posible que el cambio de la base mate-rial a partir de la crisis económica provocara la imposibili-dad de la reproducción del estilo de vida que habían tenido hasta ese momento algunos sectores de la población. Proba-blemente se presentó una ruptura, que aquí sólo se puede establecer como hipótesis, que tuvo que ser reconstruida de alguna forma para un sector importante de la población gua-

50 ELOY MOSQUEDA TAPIA

najuatense. Una probable solución a este problema fue la conversión y la salida del catolicismo, como un camino para la reconstrucción de sus relaciones sociales y una respuesta a la incertidumbre enfrentada en medio de la crisis.4

En la siguiente década, de los ochenta, se presenta un comportamiento parecido, aumentando la población no ca-tólica de 2.5% a 3.4%, repitiendo el incremento en casi un punto porcentual, lo que representa tan sólo un incremento porcentual de 51.5. La tasa de incremento medio anual se ubicó en tan solo 4.2% para la población no católica y 1.1% para la católica en la década señalada. Lo que parecería mos-trar una desaceleración del cambio religioso, esto porque el incremento medio anual de la población del Estado se ubicó en tan sólo 1.2%. Un poco por encima de la tasa de católicos y muy por debajo de la tasa de no católicos.

En la década de los noventa el porcentaje de población no católica se ubica en un 3.4%, lo que representa todavía más una desaceleración de la transformación religiosa del Esta-do, es decir, la población no católica tiene un incremento en esa década de sólo 30.5%. Y la tasa de incremento medio anual es de tan sólo 2.7% para este sector, frente al católico con tasa de 1.7%, nuevamente muy cercana aunque por de-bajo de la estatal: 1.8%.

Teniendo presente los datos de las décadas del ochenta y el noventa parecería que el cambio religioso se desaceleró y el catolicismo comenzó a estabilizar su sector de fieles entre la población del Estado, esto tras haber sorteado dos grandes procesos socioeconómicos y culturales, en primer lugar, la industrialización y la urbanización bajo el modelo de susti-tución de importaciones; en segundo término, la crisis de éste modelo de desarrollo económico y su transición hacia el modelo neoliberal.

Sin embargo, los datos permiten contradecir este tipo de escenario, a partir del análisis de lo que se considera como un tercer gran punto de inflexión, el cual se encuentra en la primera década de este siglo. En el año 2000 el porcentaje

4 Esto que se plantea de manera hipotética da cabida para el desa-rrollo de futuras investigaciones que contrasten estos dichos. Desafor-tunadamente ello escapa a las posibilidades y objetivos de este trabajo.

51ALGUNOS ELEMENTOS DEMOGRÁFICOS PARA PENSAR

de no católicos entre la población mayor a cinco años era tan sólo de 3.7%, para el año 2010 la proporción ascendió a 6%. Esto representa un salto considerable representado por la tasa de incremento porcentual de los no católicos para alcanzar 92.4%, frente a 18.5% de los católicos. La tasa de crecimiento medio anual nos permite verlo todavía con ma-yor claridad, para el periodo señalado el no catolicismo se incrementó en 6.5% anual, en cambio el catolicismo alcanzó apenas el 1.7% anual. Ahora dos décimas por debajo de la tasa estatal de 1.9% anual. Es decir, el crecimiento medio anual de esta década para los no católicos fue muy cercana al pro-medio del periodo 1950-2010, que fue de 6.9%. En cambio la tasa para estos sesenta años del catolicismo fue de 2.1%, muy por encima a la reportada para la década del 2000.

Lo anterior permite plantear una posible aceleración del cambio religioso en el Estado, es decir, de un posible inicio de un ciclo de expansión de la salida y conversión hacia otras opciones religiosas y no religiosas. Hecho que permite plan-tear la hipótesis de que existe un comportamiento cíclico de la expansión de la pluralidad religiosa en el Estado, es decir, un proceso de expansión del cambio religioso seguido de una desaceleración para después retomar nuevamente el creci-miento. Sin embargo hace falta una perspectiva de mayores proporciones históricas para contrastar esta idea, y quizá lo más indicado sea pensar este comportamiento del cambio religioso como acompañado de otros cambios en la econo-mía, la cultura, la sociedad y la política. Pero hace falta un estudio al respecto que contraste empíricamente estas ideas y explore el campo religioso en el Estado, al tiempo que lo hace con otros campos sociales.

Estamos ante un escenario de creciente pluralidad religio-sa frente a la menguante hegemonía del catolicismo que a pesar de que mantiene su presencia entre la gran mayoría de la población del Estado, esto no resta relevancia al hecho de que más de un cuarto de millón de personas ya no com-parten el catolicismo como religión o simplemente no tienen alguna.5

5 Queda pendiente un análisis más fino que contraste la hipótesis del tipo de secularización que está presentando el Estado de Guanajua-

52 ELOY MOSQUEDA TAPIA

Debemos destacar los cambios económicos que el Estado ha presentado durante los primeros años del siglo XXI con el establecimiento de compañías transnacionales como las automotrices. De éstas últimas puede mencionarse el caso de la empresa japonesa Honda, establecida en el municipio de Celaya, iniciando su producción durante el mes de febre-ro de 2014 (Negrete, 2014). Y con algunos días de diferencia, la inauguración de la primera planta de la también japonesa Mazda en México, ubicada en el municipio de Silao, Gua-najuato (Espinosa, 2014). Ambas inversiones representan más de 1,500 millones de dólares. Lo que viene a continuar una serie de inversiones a gran escala.

Pero más allá de un incremento enorme en el capital fijo de la economía guanajuatense, esto también representa un cambio cualitativo esencial para la discusión. Tiene que ver con el tipo de racionalidad que implica este proceso de in-dustrialización de la economía. Cuando empresas de gran tamaño como Honda, Mazda o General Motors, ingresan en una región, no traen consigo solamente empleos y la gene-ración de riqueza para sus matrices, sino principalmente un nuevo estilo de vida.

Las transnacionales tienden a realizar un control riguroso de las actividades de sus empleados, con el fin de incremen-tar la productividad de éstos. Desde este ámbito, el del tra-bajo, se originan múltiples implicaciones para la articulación de las relaciones sociales en los sectores que trabajan ahí y sus familias. Cambios que influyen en el nivel cultural, el cual es fundamental para la dirección y funcionamiento de una sociedad. Entre las dimensiones que conforman la cul-tura, destaca la religiosa. Aquí no se profundiza en este tema, sobre cómo el trabajo en las transnacionales influyen en las creencias y prácticas religiosas, porque es un algo que esca-pa a las posibilidades. Pero si debemos señalar este tema de investigación sobre la persistencia de la religión entre la ma-yoría de la población, pero con expresiones que van más allá

to, si es uno en donde la religión no pierde importancia en la vida diaria de la población o uno caracterizado por la creciente pérdida de creyentes religiosos de cualquier signo. Lastimosamente los datos para los “no creyentes” no están disponibles sino hasta el Censo de 1970.

53ALGUNOS ELEMENTOS DEMOGRÁFICOS PARA PENSAR

del catolicismo, probablemente influido por un nuevo pro-ceso de industrialización que vive el Estado a principios del siglo XXI.

panorama religioso de la región laja-bajÍo

En el siguiente cuadro podemos observar la evolución de la población en la región Laja-Bajío, del estado y de los muni-cipios entre los años de 1990 y el 2010. Cabe destacar que la región incluye al 22.51% del total de la población del estado. Por otra parte, tal como lo muestra la última columna, exis-ten municipios que tienen un crecimiento importante y en otros se presentó una reducción de la población en los últi-mos 20 años.

Entre los municipios que han presentado el mayor creci-miento poblacional destacan Celaya (50.8%), Villagrán (44.2%), Santa Cruz de Juventino Rosas (41%), y Apaseo el Grande (38.5%), todos ellos por arriba de la media del esta-do (37.8%). Le siguen muy de cerca Comonfort (37.5) y Apa-seo el Alto (33%), manteniendo su crecimiento por encima de la media regional (27.5%). Los municipios que están por debajo de ésta media son Coroneo (23.9%), Jaral del Progre-so (22.9%) y Cortázar (18.8%). Por último, presentamos los municipios con un decrecimiento en su población, Salvatie-rra (-0.6%), Jerécuaro (-2.2%), Acámbaro (-3%), Tarandacuao (-6.1) y Tarimoro (-7.8%).

Los anteriores datos llevan a suponer la existencia de una migración intensa de este último grupo de municipios hacia otros de la misma región, de otras partes del estado, del país y del extranjero. Es decir, estos municipios que presentan crecimientos negativos de la población son poco atractivos para quedarse a vivir, quizá porque no ofrecen las mismas oportunidades de empleo, educación, vivienda, comunica-ción, etc., en comparación a los que se encuentran en el norte.

En contraste, los municipios que se encuentran en la par-te norte de la región, con una gran comunicación con Que-rétaro y el resto del corredor industrial de Guanajuato, presentan la mayor concentración del crecimiento poblacio-

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56 ELOY MOSQUEDA TAPIA

nal. Estos municipios son claramente encabezados por Ce-laya, el cual posee la principal ciudad de la región. Esta parte de la región es la que posiblemente concentra también las mayores oportunidades de empleo, educación, salud, co-municación, etc. De esta manera se puede establecer una clara diferenciación entre un norte incluido en el proceso de desarrollo económico del estado en contraste con un sur y centro de la región que son excluidos de dicho desarrollo, siguiendo una dinámica diferente al norte.

Una vez establecidos estos referentes poblacionales y su-bregionales, se procede a mostrar un breve panorama del campo religioso de la región. Para ello se analiza la distribu-ción de los católicos frente a los no católicos en la región, por municipio y por subregión.

En el estado de Guanajuato se calcula que existe una po-blación total de 5,486,372 de habitantes para el año 2010, de éstos 5,147,812 habitantes son católicos. En la región de análisis, que incluye a Laja-Bajío, se tiene una población para el mismo año de 1,271,811 de habitantes, de los cuales 1,190,159 habitantes son católicos, es decir 93.58% de la población de la región. Porcentaje que está ligeramente por debajo del correspondiente al estatal que alcanza el 93.83%. En comparación, en el resto del estado (sin incluir la región Laja-Bajío) se presenta la siguiente situación, el 93.88% de su población es católica, con un total de 3,957,653 habitan-tes católicos de una población de 4,214,561.

Lo que muestran las cifras citadas, las cuales pueden ob-servarse en el gráfico 2, es que las proporciones a nivel esta-tal, regional y resto del Estado son prácticamente iguales. La variación es muy pequeña, por lo tanto se puede decir que la región comparte a este nivel de análisis características semejantes al resto del Estado y de Guanajuato mismo. Po-dría plantearse la idea de que el análisis del cambio religioso en la región seleccionada puede ser un buen punto de parti-da para conocer el resto del Estado.

Continuando con el análisis, en la gráfica 3 se presenta las proporciones de católicos y no católicos por municipios per-tenecientes a la región de estudio para el año 2010. Como puede observarse, podemos distinguir dos grandes grupos, el primero es aquellos municipios que poseen un porcentaje

57ALGUNOS ELEMENTOS DEMOGRÁFICOS PARA PENSAR

mayor o muy cercano a la media de la región del porcentaje de población no católica; el segundo, son aquellos que se encuentran muy por debajo. En el primer grupo encontra-mos a los municipios de Jaral del Progreso (8.72%), Celaya (6.59%), Cortázar (5.81%), Villagrán (5.42%), Santa Cruz de Juventino Rosas (4.35%), Acámbaro (4.08%), y Apaseo el Grande (4.02%), los cuales se caracterizan por presentar un porcentaje superior a la media de 3.97% de la región. En cambio los municipios de Apaseo el Alto (3.58%) y Salvatie-rra (3.34%) se acercan bastante al promedio regional, por lo que podemos todavía considerarlos como parte de este grupo.

Por debajo del promedio se encuentra al resto de los mu-nicipios (cinco), entre los que destaca Jerécuaro (0.88%), por poseer el menor porcentaje de no católicos en la región. Si se considera un poco este caso, sucede que el catolicismo está en la misma situación que estuvo para el Estado hace cincuenta años, cuando casi el 99% de la población era ca-tólica. Este municipio resulta de una importancia fundamen-tal para explicar el fenómeno del cambio religioso, puesto que prácticamente no se ha movido a pesar de los procesos

gráfica 2comparación entre porcentaje de católicos

y no católicos entre el estado de guanajuato,región laja-bajÍo y resto del estado, 2010

fuente: elaboración propia con base en inegi, 2014g.

58 ELOY MOSQUEDA TAPIA

socioeconómicos comentados anteriormente. Le siguen muy de cerca los municipios de Coroneo (1.26%), Tarimoro (1.83%), Tarandacuao (2.93%), y Comonfort (2.84%). Este grupo que cierra esta lista muestra la menor expansión de otras ofertas religiosas y no religiosas en toda la región. Por lo que constituye un interesante punto de contraste para analizar el proceso de debilitamiento de la hegemonía del catolicismo en el Estado. Se tiene entonces dos escenarios para el análisis del proceso de secularización, un primer con-junto que muestra un incipiente cambio religioso, con un comportamiento similar al proceso estatal, y otro en el cual el cambio ha sido prácticamente nulo.

Ahora bien, si se compara la dinámica del crecimiento demográfico y el porcentaje de no católicos en la región, se encuentra que algunos de los municipios que presentan los mayores valores en ambas variables coinciden, son los casos de Celaya, Villagrán, Santa Cruz de Juventino Rosas y Apa-seo el Grande. Éstos están representados por los puntos si-tuados en la parte superior derecha del gráfico 4.

gráfica 3municipios de la región de análisis: porcentaje

de no católicos y católicos respecto del total

de la población del municipio 2010

fuente: elaboración propia con base en inegi, 2014g.

59ALGUNOS ELEMENTOS DEMOGRÁFICOS PARA PENSAR

En cambio, se tiene a los casos con menores valores en ambas variables en la parte inferior izquierda, municipios como Jerécuaro, Tarimoro, Tarandacuao, Salvatierra y Acámbaro. Este grupo representaría entonces a un conjunto de municipios que poseen una baja tasa de crecimiento po-blacional debido a que expulsan a gran parte de su población hacia otras regiones y por otro lado, mantienen una gran estabilidad religiosa, es decir, no se ha abierto a nuevas op-ciones religiosas más allá del catolicismo. El caso extremo es Coroneo que si bien posee una gran dinámica poblacional (23.9%) cercana al promedio regional (27.5%), el porcentaje de no católicos es bastante bajo, de tan sólo 1.26.

La hipótesis que podría sostenerse es que estos municipios tendrían dicha estabilidad debido a que son las generaciones más viejas las que se están quedando atrás, mismas que mos-trarían una gran resistencia al cambio religioso, pero tam-bién quedarían las generaciones más jóvenes caracterizadas por tener menos oportunidades, ni siquiera para emigrar en

gráfica 4región laja-bajÍo: relación entre % de no católicos

en 2010 frente incremento porcentual de población

1990-2010

fuente: elaboración propia con base en inegi, 2014g y Vega y Contre-ras, 2013.

60 ELOY MOSQUEDA TAPIA

busca de mejores oportunidades de vida, y por lo tanto tam-bién ajustadas a la reproducción del estilo de vida tradicio-nal, ligada al catolicismo.

En este sentido el siguiente gráfico podría ayudar a con-trastar la hipótesis planteada en el párrafo anterior.

Como se puede observar en el gráfico 5, los municipios con menor índice de migración son precisamente aquellos que presentan un mayor porcentaje de no católicos en su población, Celaya, Villagrán, Cortázar, Santa Cruz de Juven-tino Rosas, Acámbaro, Jaral del Progreso y Apaseo el Gran-de. En contraste, municipios como Jerécuaro, Tarimoro, Coroneo y Tarandacuao, presenta un gran índice de migra-ción con una baja pluralidad religiosa. Pero además la co-rrelación es fuerte en sentido inversa, con un -0.74 y significativa. Lo anterior presenta un importante dato que refuerza la hipótesis planteada, que establece la relación en-tre un catolicismo que se reproduce entre los menos favore-cidos de la subregión sur, entre aquellos que no pueden

gráfica 5municipios de la región laja-bajÍo, guanajuato:

correlación entre Índice de migración y porcentaje

de población no católica 2010

* La correlación es significativa al nivel de 0.01 (bilateral).fuente: elaboración propia con base en Conapo, Índices de Margina-ción 2010 e inegi, 2014g.

61ALGUNOS ELEMENTOS DEMOGRÁFICOS PARA PENSAR

migrar. Habría sin embargo que realizar un trabajo de inves-tigación a detalle que de mayores argumentos para la con-trastación a esta hipótesis, aquí nos contentamos con plantearla como un camino de investigación en la sociología de la religión referida a la región.

a manera de conclusión

Lo anterior lleva a sostener como hipótesis que al menos en el caso de la región analizada, la dinámica socioeconómica endógena de algunos municipios, expresada a partir de las bajas tasa de inmigración y de un espectacular crecimiento poblacional, ha beneficiado la expansión, todavía muy débil si se quiere pero presente, de una pluralidad religiosa más allá del catolicismo hegemónico históricamente en el Estado.

Esto podría ser entendido en un marco más amplio del proceso de expansión del pluralismo religioso, tal como se observa en el caso del análisis del comportamiento de los sectores católicos y no católicos históricamente en el Estado de Guanajuato. Es decir, el comportamiento regional puede estar condicionado por la dinámica modernizadora del es-tado. Desafortunadamente, no se analiza de manera históri-ca el comportamiento de la distribución de la variable religiosa en la región de estudio, pero sí se observó el esce-nario correspondiente a la primera década del siglo XX. Este escenario permitió tomar consciencia de la distancia que existe entre el proceso de modernización y secularización presente en el Estado y la región, frente a las dinámicas lo-cales, encontrando situaciones en las cuales pareciera que el proceso de secularización no ha tenido cabida aún. Estos casos particulares, principalmente ubicados en el sur de la región en la frontera con Michoacán, representan un impor-tante contexto que debe ser analizado mediante otros instru-mentos y metodologías.

Lo que se prendió realizar aquí fue proporcionar una serie de elementos demográficos que lleven a formular hipótesis de futuras investigaciones y que se complementan con lo que ya se ha trabajado en otras partes sobre el campo religioso. Se ha realizado un pequeño pero significativo avance sobre

62 ELOY MOSQUEDA TAPIA

las contribuciones anteriores (Mosqueda y Fernández, 2013; Vega y Mosqueda, 2014) porque se llegó a una interpretación que se contrapone a la brindada anteriormente en los traba-jos citados.

Contrario a lo que se sostuvo en dichos trabajos anterio-res, como una de las posibles hipótesis sobre del comporta-miento de la alta migración y la baja pluralidad religiosa, de que la migración alta tendría como efecto la reproducción del catolicismo a partir de las remesas enviadas desde el extranjero. Aquí se llegó a otra hipótesis, a la espera de es-tudios para su contrastación, que señala que el catolicismo en dichos municipios tendría como soporte no la abundan-cia, sino más bien, para el caso del sur de la región de estu-dio, una situación de desventaja social, económica y generacional. Entonces serían las generaciones más viejas y las más jóvenes, es decir aquellos sectores de la sociedad que no tienen el acceso a los recursos para migrar u obtener mejores oportunidades de vida, aquellos que permanecen en sus espacios locales, estableciendo una virtual barrera a las transformaciones culturales y sociales. Aportando con ello a la reproducción del catolicismo, pero de uno caracterizado por sustentarse en sectores de la población con escasos re-cursos materiales y espirituales. Contrario a un catolicismo de los municipios más aventajados, el cual tendría a su dis-posición mayores recursos pero también se enfrentaría a una mayor competencia por los fieles, quienes se ven expuestos a nuevos estilos de vida y a la posibilidad de decidir sobre su religión o no tener religión.

De lo anterior surge la intensa necesidad de investigar lo hasta aquí propuesto, además de explorar otras dimensiones del problema, por ejemplo el tipo de asociaciones religiosas presentes en los municipios de la región con mayores reza-gos y los más aventajados, la estructura generacional y de género del catolicismo en ambos grupos, el nivel educativo, el ingreso, el tipo de empleo, entre otros. Y una vez realizado dicho análisis, existe también la necesidad de realizar inves-tigación campo, la cual arroje algunos datos relevantes que permitan contrastar lo apenas aquí dicho hipotéticamente sobre el campo religioso católico y general en la región de estudio. Para después realizar el análisis de la relación con

63ALGUNOS ELEMENTOS DEMOGRÁFICOS PARA PENSAR

otros campos, el económico y el político. Este trabajo buscó señalar algunas ideas que orienten un proceso de investiga-ción más amplio y a largo plazo.

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64 ELOY MOSQUEDA TAPIA

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[67]

el turismo indÍgena en el escenario teórico y su re significación como actores

autogestionarios

Gloria Amparo Miranda Zambrano

resumen

Alarmados por el enfoque predominante de la “sobre-econo-mización del mundo” y la amenaza galopante que viene ad-virtiéndose especialmente en el ámbito de servicios en las comunidades indígenas, el tema del turismo indígena vincu-lado al desarrollo y transformación de la identidad territo-rial, se ha convertido en una nueva arena de promesas y expectativas del mundo inversionista. La lógica empresarial afirma que lo de hoy es colocar todo patrimonio a la venta. ¿Tiene un marco teórico el turismo en espacios indígenas?, ¿Cuál es el enfoque a asumir para con estos sectores sociales permitiendo demostrar la construcción, asimilación y apro-piación de un renovado modelo de crecimiento en términos propios y con las características de su cultura local y com-promiso sustentable? Es la reflexión que motivó la presente entrega teórica en el objetivo de contribuir a la construcción de un renovado paradigma que cuestiona la experiencia del turismo convencional en territorio indígena. Es producto de largos años de trabajo junto a comunidades indígenas, últi-mamente en el ejido Ojo de Agua de Ballesteros, Salvatierra, Guanajuato. Se centra en analizar teóricamente la evolución, alcances y límites del turismo indígena en el marco del tu-rismo sustentable. Su principal aporte es la entrega a la dis-cusión de temas controversiales del turismo en el enfoque de alteridad para redimensionar y robustecer los bienes y patrimonios que administran estas comunidades.

68 GLORIA AMPARO MIRANDA ZAMBRANO

palabras clave

Turismo Indígena/ Turismo Rural/ Turismo Sustentable/ Tu-rismo Alternativo/

la experiencia previa, la metodologÍay la perspectiva de la investigación

La presente reflexión se respalda y tiene como antecedente la experiencia directa en estudios y proyectos sobre el tema en comunidades rurales que incursionan el turismo indígena sustentable en regiones lejanas entre sí1. El ejido San Nicolás Totolapan (Ciudad de México), con el Proyecto Parque Ejidal Ecoturístico; y últimamente el ejido Ojo de Agua de Balles-teros2 (Salvatierra, Guanajuato). Asimismo, trabajar cerca de dos décadas junto a pueblos indígenas de los Andes y Mesoamérica en temas como son, a saber: cosmovisión, co-nocimiento tradicional, turismo sustentable, cultura y, últi-mamente el modelo epistémico del Buen Vivir, nos brinda elementos de cerca para reflexionar sobre el discurso y que-hacer del trama del turismo indígena sustentable.

El Parque de San Nicolás Totolapan fue fundado en 1996 en dos mil hectáreas de bosque en una zona donde la vora-cidad para la venta de terrenos ejidales para vivienda urbana es muy grande. Actualmente es un proyecto exitoso, donde buena parte de su superación se debe, además de a su per-severancia, a la claridad y transparencia en el manejo de los recursos generados, de manera que aún los ejidatarios que no estaban de acuerdo con el proyecto reciben reparto de utilidades. El parque es un pulmón y una zona de recarga del acuífero para el Distrito Federal, lo que ha permitido a sus impulsores un margen de negociación ante las autorida-

1 Vengo trabajando el tema aproximadamente dos décadas. Ver pu-blicaciones en la bibliografía citada.

2 La investigación es parte del Proyecto Apropiación de alternativas sustentables para evitar el descalabro a uno de los últimos relictos de vida: la ignominia que desafía al Balneario Ejidal Ojo De Agua De Ba-llesteros, Guanajuato.2010-2013 PROMEP, Universidad de Guanajuato.

69EL TURISMO INDÍGENA EN EL ESCENARIO TEÓRICO

des en virtud de los servicios ambiéntales que brinda (Mas-sieu y Miranda, 2013).

Por su parte, el pueblo indígena Ojo de Agua de Balleste-ros encierra un total de más de 1,000 hectáreas de tierras, compuesto por bosque de 288 hectáreas con amplia gama de flora y fauna endémica, laguna cristalina de 20 hectáreas, dieciséis ojos de agua (varias de ellas termales con vocación turística), tierra agrícola de riego y temporal (460 hectáreas), atmósfera límpida y clima templado, entre otros atributos naturales. Asimismo 60 ejidatarios y sus familias, actores sociales protagonistas de la defensa, salvaguarda y preserva-ción de los mismos, alentados por el compromiso de susten-tabilidad per se entendida como actos de resguardo para la integralidad de los mismos. De ello depende la economía productiva y los servicios del agua para la gestión de su Mi-cro Empresa Balneario Ejidal (Miranda et al., 2014).

En ese panorama, el turismo con enfoque de sustentabi-lidad se expresa en un tamiz de salvaguarda de los patrimo-nios resumiendo trascendencias más allá de lo local.

Siendo el documento una contribución teórica, es importan-te informar que la metodología utilizada en las investigaciones estuvo en el marco de la Investigación-Acción-Participativa, por lo cual al dar el micrófono a los actores se pudo obtener información subterránea y reflexionar teóricamente de ma-nera incisiva. Se consideró la participación de manera pro-tagónica a las autoridades y los actores sociales quienes atendían el servicio turístico, junto con sus familias. El le-vantamiento de la información fue de manera colectiva sin-tetizando la identificación de bienes y patrimonios naturales, problemática, limitaciones y potencialidades para beneficiar a la comunidad. Permitió identificar, ordenar y jerarquizar los temas eje a atender, orientado a la solución de los pro-blemas, dando paso al empoderamiento y autogestión de los patrimonios y, en otros casos al fortalecimiento de los pro-yectos.

Las reflexiones que orientaron la pesquisa académica para luego centrar posiciones alternativas fueron las siguientes:

¿Cuál es el enfoque y teoría para entender el turismo en comunidades indígenas, desde dónde se construyen, organi-

70 GLORIA AMPARO MIRANDA ZAMBRANO

zan y reconocen? ¿Es legado y base de la gestión turística y en qué dimensión?

¿Qué tinte de objetividad tienen las teorías elaboradas por organismos oficiales y el enfoque del turismo convencional (de corte positivista), que viene aplicándose en proyectos de turismo en comunidades indígenas?

¿Cuáles son los principios para crear un paradigma teóri-co que incursione en el tema considerando la importancia de involucrar el perfil y las contribuciones de las culturas indígenas y, en qué condiciones?

el turismo rural y la identidad territorial

Cuando hacemos referencia a la gestión del turismo donde están mayormente inmersas las poblaciones indígenas, se denomina como turismo rural sustentable. Sin embargo, habría que reconocer su connotación e identidad territorial propia si se trata de poblaciones indígenas que también están inmersas en este sector. No podríamos señalarlo como Tu-rismo Rural a secas porque también ‘turismo rural’ lo hacen poblaciones establecidas en espacios que no poseen dicha identidad. Por ejemplo, el turismo rural en estancias y hos-terías que desarrollan Argentina, Uruguay y Chile en base a servicios que brindan hermosas casonas que ofertan cami-natas por cálidos paisajes, cabalgatas, esquí, piscina, lagos, etc. gestionados por empresarios. (De la Colina 2000:20-209). Otro ejemplo es el turismo rural que se practica en Europa, donde España lo gestiona a través de consorcios de trabaja-dores en turismo rural y, Francia e Italia que han destacado en agroturismo enlazando sus actividades a través de aso-ciaciones que fijan tarifas, calidad, etc.

Lo de la identidad territorial es transcendental porque el turismo indígena se asienta en un territorio, tanto nacional, como regional, configurando experiencias en referentes sim-bólicos y procesos de socialización donde se entraman tam-bién el corpus cognoscitivo y demás habilidades y destrezas con el que cuentan muchos indígenas. Lo testimonian estu-dios como los de Carlos Porto Gonçalves (2001) que reflexio-

71EL TURISMO INDÍGENA EN EL ESCENARIO TEÓRICO

na sobre la reinvención de los territorios; David Bray et al. (2007) acerca de los bosques comunitarios de México; Lu-ciano Concheiro y Roberto Diego (2001) aludiendo a la “La Madrecita Tierra”. Asimismo el análisis de Arturo Escobar (2007) que señala “el lugar de la naturaleza y la naturaleza en su lugar” (¿globalización o postdesarrollo?) y Enrique Leff et al. (2005, 2010), reflexionando sobre “¿De quién es la na-turaleza?”

Los planteamientos de la propuesta del turismo sostenible, sin embargo, tiene algunas limitantes especialmente en su aplicación práctica. Muchas veces trabajar por la defensa de la equidad, justicia, respeto, profesionalismo y horizontali-dad, entre otros, no siempre tuvo el efecto deseado. Enton-ces, damos cuenta que dicho modelo tampoco es la panacea para todos los males y vacíos que tiene la labor turística.

la importancia del turismo en el mundo

Al presente, es imperativo reconocer que el turismo es el tema central de preocupación en la agenda mundial. Tanto para enmendar y corregir errores como para dar políticas y ejecución de proyectos renovadores y viables para la susten-tabilidad. Si las previsiones de la Organización Mundial del Turismo son exactas, las llegadas de turistas extranjeros en el mundo van a pasar, de aquí al 2020, de 625 millones a 1.600 millones, lo que convertirá al turismo en la primera actividad económica del mundo (Jafari, 2005).

Para el caso del turismo en escenarios indígenas hay un interés marcado por promoverlo, no en vano la ONU -con el apoyo de la OMT y la PNUMA- declara al 2002 Año Interna-cional del Ecoturismo. Asimismo la UNESCO también decla-ra al 2002 como el Año Internacional de la Protección del Patrimonio, enmarcado en el decenio de la Cultura de Paz, la conmemoración de los 30 años de la Convención del Pa-trimonio Mundial y de los 20 años más de esta ratificación.

Se establecen estos acuerdos porque hay una tendencia cada vez mayor en reconocer que en estos dos últimos dece-nios ha aumentado rápidamente esta actividad en el mundo,

72 GLORIA AMPARO MIRANDA ZAMBRANO

esperando que se prolongue en el futuro, reconociendo así su importancia a escala planetaria (World Tourist 2002:1-4).

Organismos oficiales de nivel internacional como la OIT, la ONU, la UNESCO, el Banco Mundial, las agencias finan-ciadoras de la cooperación internacional, gobiernos, empre-sas, población local (comunidades campesinas e indígenas), centros de investigación y de educación, organismos no gu-bernamentales, asociaciones, políticos, etc., vienen trabajan-do el tema con interés renovador. En este contexto, habría que destacar la propuesta de la UNESCO con su Programa “Patrimonio, Ciudadanía y Desarrollo” que viene trabajando la generación de proyectos de desarrollo económico susten-table a través de la valoración del patrimonio y la cultura local con experiencias piloto en distintos espacios geográfi-cos y culturales.

La labor, objetivos y tendencias que estas organizaciones se han propuesto son:

— Mayor sensibilidad eco turística para contribuir a la conservación del patrimonio cultural y natural.

— Difundir métodos y técnicas de planificación, gestión y reglamentación.

— Promover intercambios de experiencias ecos turísticos.— Aumentar las oportunidades de comercialización y pro-

moción efectivas.

Entonces, el futuro inmediato se convierte en una opor-tunidad excepcional para iniciar programas turísticos con enfoque sustentable con atención a la protección de los pa-trimonios culturales en el país, donde las poblaciones indí-genas sean respetadas como agentes que resisten su cultura, identidad y territorio, visibilizando sus aportes a la susten-tabilidad especialmente ambiental y de Vida.

controversias del turismo sustentable

El turismo sustentable nace como producto y propuesta al-ternativa frente al deterioro que causó el turismo de masas

73EL TURISMO INDÍGENA EN EL ESCENARIO TEÓRICO

en el mundo. Su pertenencia se enmarca dentro de las teorías del desarrollo en franco cuestionamiento por su impacto de degradación y agotamiento de los bienes y patrimonios na-turales especialmente en los países del centro-sur.

El turismo sustentable está dentro del marco de la pro-puesta del desarrollo sustentable. Este propone un patrón de transformaciones estructurales de índole socioeconómica que optimiza beneficios del presente sin poner en riesgo el potencial para obtener rendimientos similares en el futuro. Por tanto el turismo sostenible es todo aquel turismo que (trabajando naturaleza o no) debe contribuir a la sustenta-bilidad del planeta.

El tema de desarrollo sustentable se inicia cuando la ONU en su propuesta “Nuestro futuro común” (Informe Bruntland) reconoce que la disminución de los bienes naturales y el deterioro de los ecosistemas provocados por el modelo de desarrollo prevaleciente son claramente promotores de la pobreza económica, puesto que ofrecen menos oportunida-des de subsistencia para estos actores. Pero simultáneamen-te la pobreza económica causa deterioro ambiental. Los sectores más pobres económicamente de la población han tenido que emplear como estrategia de sobrevivencia la so-breexplotación de los bienes naturales a su alcance. Se men-ciona que para llegar a un desarrollo3 sustentable hay que romper este ciclo. Es decir, que es prioritario eliminar la pobreza y mejorar la calidad de vida de este sector de habi-tantes (Daltabuit, 2000:40-42).

La importancia del desarrollo sustentable, como mandato oficial, se da desde la realización de la Conferencia de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente y Desarrollo o Cumbre de la Tierra (Brasil, 1992) donde 182 gobiernos y países del mundo establecieron la Agenda XXI. Un compro-miso que representa un programa de acción, el cual contie-ne máximas de acción político ambientales (Jamín, 2000;

3 El tema del desarrollo como modelo de crecimiento economicista globalizador actualmente está muy cuestionado. Coincidimos con au-tores que están dentro del movimiento académico anti sistémico, acer-ca de la existencia de una contradicción en el concepto de desarrollo sustentable. No existe simbiosis alguna entre ambos temas por encerrar en su seno naturalezas filosóficas y epistemológicas diferentes.

74 GLORIA AMPARO MIRANDA ZAMBRANO

Miranda 2011). Se anuncian postulados, objetivos, maneras de vinculación interdisciplinaria e interinstitucional, políti-cas gubernamentales y principios que comprometan avanzar seriamente en el tema. Asimismo, el diseño de eventos y acuerdos internacionales, convenios y propuestas donde se siguió definiendo el modelo de desarrollo sustentable. Sin embargo, a nuestro entender, adolecen de algo estructural: el desconocimiento total de los sectores a quienes se deno-minan de manera generalizada como ‘pobres’. Más aún, las contribuciones y aportes que hacen a la sustentabilidad y humanidad planetaria (Miranda 2011, Boege et al., 2008; Toledo, 2005, 2006; Delfín Fuentes et al., 2011), siendo -por decir lo menos-, alarmante esta inadvertencia por los impac-tos en el entorno micro, macro, meso y mega territorial.

el modelo del turismo sostenible ¿es alternativo?

Algunos autores más críticos, han analizado estos plantea-mientos y entienden que el turismo sustentable en el marco del desarrollo sustentable es un nuevo discurso bonito que exige que todas las esferas productivas que tienen que ver con la producción y manejo del medio ambiente, tengan como filosofía la preservación del medio ambiente. En el campo del turismo indígena es imposible como sucedió con algunos resultados de proyectos inclusive ‘sostenibles’ como el denominado Megaproyecto Mundo Maya en México. Jus-tamente, porque se encontraron con limitaciones de orden estructural: el desarrollo sustentable une el capital con la Naturaleza, binomio imposible de unir por la propia pecu-liaridad de cada quién (Leff, 2010; Toledo, 2005). Las dos comunidades de estudio y otras donde acompañamos, tuvie-ron la experiencia de ser asediados por proyectos de desa-rrollo en la modalidad de turismo sustentable. El ofrecimiento común era que vendieran sus tierras para in-gresar de manera privada e individual al sector terciario, abriendo una profunda brecha entre ellos. Finalmente, los sujetos sociales desistieron ante la posibilidad de trabajar desde sus propias culturas y permaneciendo en su territorio

75EL TURISMO INDÍGENA EN EL ESCENARIO TEÓRICO

como dueños del patrimonio y en administración colectiva. Actualmente, de diferente manera vienen consolidándose.4

Pera y McLaren (2002) y otros de años recientes, afirman que el desarrollo implementado por el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, trata de reconciliar la eco-nomía con la ecología a nivel epistemológico y político. Esta reconciliación intenta crear la imprecisión de que sólo son necesarias correcciones menores al sistema de mercados para lograr una era de armonía socio-ambiental, escondien-do el hecho de que la estructura económica no puede incluir preocupaciones ambientales y sociales sin una reforma sus-tancial. Que es más bien una nueva estrategia de apropiación de los bienes y patrimonios basado en una ideología que legitima las políticas intervencionistas en nombre del medio ambiente.

Nuevamente se definió los problemas y se formulaban las soluciones no dentro de las sociedades en cuestión, sino des-de fuera. En ese sentido, se señala que el turismo sustentable, también puede convertirse en una nueva forma de apropia-ción y despojo del ambiente natural y del capital socio-cul-tural y simbólico de las culturas especialmente de las Américas, donde se sitúa México.

Con esa vertiente de análisis, solo queda extremar el cui-dado referente a las posibilidades y los límites que ofrece el tema, siendo bueno alertar para no caer de manera ciega en planteamientos alternativos que no son producto de la siste-matización de experiencias asociadas a los propias organi-zaciones indígenas que vienen suscribiendo el tema.

Por otro lado, para profundizar el análisis de la sustenta-bilidad turística, habría que plantear interrogantes que pro-voquen respuestas cuestionadoras al porqué, dónde, por quiénes y para qué, se gestan las políticas aludidas. En tu-rismo es bueno estar atentos, pues existen proyectos que trabajando con bandera sostenible su enfoque de alma, es explotadora y mercantilista. Analicemos el turismo susten-table, desde sus diversas aristas.

4 En ambos proyectos la labor de orientación y capacitación hacia la autogestión fue significativa para entrar a reconocerse sujetos capa-ces de gestionar proyectos alternativos.

76 GLORIA AMPARO MIRANDA ZAMBRANO

el escenario del turismo sustentable indÍgena

Al turismo sustentable se le conoce como ecoturismo, turis-mo blando, turismo verde, alternativo y/o turismo selectivo. Lo cierto es que el término fue acuñado por Ceballos-Lascu-ráin (1993) y es allí donde por primera vez se inserta el tu-rismo que gestionan las comunidades indígenas. El autor considera que debe:

1. Proteger y preservar el medio ambiente2. Generar empleo digno de la población local3. La participación equitativa de las poblaciones en la

toma de decisiones, gestión y regalías.4. Afirmar la identidad cultural de los pueblos.

También la Unión Mundial para la Naturaleza, expresa una preocupación fundamental por el medio ambiente y la población local, definiéndola como:

[…] aquella modalidad de turismo ambientalmente respon-sable sin disturbar, con el fin de disfrutar, apreciar y estudiar los atractivos naturales (paisaje, flora y fauna silvestres) que puedan encontrarse allí, a través de un proceso que promue-va la conservación, tenga bajo impacto ambiental y cultural y propicie un involucramiento activo y socioeconómico be-néfico a las sociedades locales (Ceballos-Lascuráin, 2000).

El turismo sustentable en la actualidad registra visos de avance. Entre otros temas de relevancia viene trabajando lineamientos estratégicos para su planificación y sugerentes mecanismos de concertación multisectorial: cómo involucrar a la población de base, inventarios sostenibles, capacidad de carga de los destinos turísticos, diseño arquitectónico, capa-citación, promoción, comercialización y marketing, estrate-gias de autofinanciamiento, propuestas de ley, cartas de intención y códigos de ética.

Considerable avance, sin embargo, es notable la ausencia de cómo re-dignificar y re-significar a estos actores en base a su identidad territorial, cosmovisión y conocimiento tra-dicional, donde la perspectiva es a la autogestión.

77EL TURISMO INDÍGENA EN EL ESCENARIO TEÓRICO

Más entrañable aún, es que no considera que cualquier alteración a su forma de vida o el tránsito definitivo al turis-mo como actividad central productiva, estaría amenazando no sólo la esencia de su forma de vida, sino la Vida del siste-ma planetario, como corroboramos líneas arriba (Miranda et al., 2014).

De manera contraria sigue la amenaza de la visión desa-rrollista y de explotación por parte de las externalidades en vertiginosa amenaza.

Los analistas que iniciaron el análisis del tema (Acerenza, 1999; Ceballos-Lascuráin, 2000), explican coincidentemente cuáles deben ser los principios, estrategias, temas, propues-tas de planificación y las variables de evaluación/monitoreo del turismo sustentable:

— Considerar la capacidad de carga turística (umbral o límite) que debe definirse en relación a los objetivos de manejo de cada área, siendo necesario encontrar un equilibrio o balance entre el disfrute del turismo y los requerimientos de la conservación .El reto es que las comunidades locales se beneficien apropiadamente de una parte de las regalías, conservando a la vez su patri-monio cultural y natural.

— Promoverlo como un instrumento eficaz para la con-servación de la naturaleza y los recursos5 naturales, especialmente en áreas protegidas y otras significativas.

— Proporcionar marcos normativos a las instituciones y empresas vinculadas con la actividad turística indígena, para crear formas renovadas de involucramiento en las mismas, a fin de beneficiarse de la conservación de los patrimonios natural y cultural del cual dependen.

— Proporcionar orientación correcta a los planes y pro-yectos de infraestructura física y de equipamiento, con énfasis en la aplicación de ecotécnias en el diseño ar-quitectónico y sistemas constructivos.

5 El sombreado es mío. Nótese que el enfoque está orientado a la exclusión de estos actores sociales, propuesta que cuestionamos. Ade-más se concibe a la Naturaleza como recurso a explotar; lo propio es darle alternancia como bienes y patrimonios.

78 GLORIA AMPARO MIRANDA ZAMBRANO

— Estimular la realización de investigaciones de la expe-riencia existente en el tema desde la mirada transversal (económica, ecológica, biológica, antropológica).

— Sentar base para el diseño de procesos de monitoreo y evaluación a mediano y largo plazo en proyectos espe-cíficos y, en el caso de proyectos piloto o demostrativos, la difusión de los aspectos positivo y negativos.

Es en este escenario que se distingue la modalidad ‘nueva’ del turismo indígena o etnoturismo, promocionado abierta-mente vía Internet por operadores profesionales o aficiona-dos, antropólogos, arqueólogos y las propias poblaciones indígenas.

En algunos casos las clasificaciones se contradicen, otras veces se incluyen dentro de otras o se combinan al mismo tiempo, llegándose a la conclusión de que

[…] queda claro que el turismo en espacio rural comparte definiciones con todos esos tipos de turismo, y lo que es más importante, los engloba con modalidades que no se excluyen sino se complementan, de forma tal que el turismo en el es-pacio rural es la suma de los turismos anteriormente descri-tos (Reguero, 1994:36).

Si quisiéramos ubicar el modelo de turismo gestionado por comunidades indígenas, prácticamente ningún autor hace referencia explícita, aunque la OMT (1999ª: 88) llega a explicitarla como turismo étnico (visita a lugares de proce-dencia propia y ancestral). Este modelo de turismo susten-table combina a la vez varios aspectos o segmentos en su quehacer, identificando como característica principal la per-tenencia a una cultura propia milenaria y asentada hoy en el espacio de la nueva ruralidad (Bartra, 2006; Concheiro y Roberto, 2001).

En este sentido, concluimos que el turismo indígena viene a ser la labor de un segmento específico que considera los atractivos de sus sociedades y culturas al mercado turístico sin disturbar su cotidianidad y escenario, pero vigorizando sus capitales socio-cultural y simbólico. Una condición bá-sica, es la participación de la población local como respon-

79EL TURISMO INDÍGENA EN EL ESCENARIO TEÓRICO

sable o socio estratégico, alejándonos de la conmiseración de ‘pobres y subdesarrollados’. De manera contraria, distin-guirlos como dueños de sus capitales y actores protagonistas de la acción de dicha administración.

el patrimonio y enfoque eco-sociocéntrico indÍgena como potencial del turismo

En el mundo, la diversidad cultural y en ella la vigencia de las culturas milenarias más importantes del mundo (China, India, Mesoamérica, Andes, África, Oceanía) han cobrado importancia transcendental frente al fenómeno de la ame-nazante presencia de la monocultura de perfil especialmen-te occidental que tiende al mundo a uniformizarlo en conocimientos, tecnologías, economías, consumo de alimen-tos, valores, actitudes y hasta aspiraciones, es decir estilos de vida que vienen amenazando la Vida y la misma humani-dad (Leff, 2010; Toledo 2005 y 2006).

“El consumo de un alemán corresponde al consumo de 20 mexicanos de ingreso promedio”. Asimismo si todo el plane-ta “viviera al estilo de la población de clase media de los países del norte, necesitaríamos cinco Planeta Tierra más” (Torres, 2010). A decir de los expertos en sustentabilidad ecológica la perspectiva es la construcción del enfoque de sustentabilidad en todos sus componentes. Esta mirada avi-zora la seguridad alimentaria para el futuro (semillas y ge-nes), manejo de la biodiversidad (biológica flora, fauna, microorganismos) y cultural, redefinición de los valores hu-manos, participación horizontal de las poblaciones, reafir-mación de la familia, manejo ecológico del medio ambiente, búsqueda de espiritualidad otorgándole una connotación sagrada a la Naturaleza.

Todo ello buscando el equilibrio entre todos los seres que en ella habitan. Estos estilos de vida sencillos y cosmovisión sostenible de vida, están dentro del movimiento de paradig-mas anti sistémicos o lo que otros denominan eco-sociocen-tricos.

Planteamientos alternativos como aquellos que promue-ven la “deconstrucción de la economía y las ecosofías” (Leff

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et al., 2005; Leff, 2010); la “epistemología del Sur” (Santos Boaventura de Sousa, 2010 a y b), el “Buen Vivir” (Xavier Albó, 2009; Francois Houtart, 2011; Santos Boaventura de Sousa, 2010 a y b), el salto del “economicismo a la concien-cia cuántica” (Jordi Pigem, 2013), el “pensamiento complejo y diverso” (Edgar Morin, 1998) y el “movimiento holístico” (Toledo, 2006; Boege et al., 2008) entre otros.

En esta orientación se reconoce que las comunidades ru-rales, especialmente indígenas albergan en su seno milenario muchas de las respuestas y salidas a la sustentabilidad y la vuelta a la humanización planetaria. Se viene descubriendo que ofrecen alternativas concretas a dicha demanda.

Es el sector que más se acerca al eco-centrismo, no en vano vienen perviviendo sustentablemente en miles de años, a pesar de enfrentar exclusión, marginación y dominio en cientos de años. Analistas del tema como Latouche, 2009; Leff (2010), Bartra (2006), Boege et al. (2008), Miranda et al. (2009), Miranda (2011), Toledo (2005, 2006), y otros afirman que salvarían nuestro futuro y el entorno mayor.

Entonces, las poblaciones indígenas son las que son por-tadoras de los secretos, llaves y códigos de la sustentabilidad. Leff et al., (2005:15) y Toledo (2005:7-8) aleccionan respec-tivamente

[…] es en última instancia, en esos lenguajes milenarios, lar-gamente ignorados, desvalorizados o mal interpretados, don-de se encuentran las claves para remontar la actual crisis ecológica y social desencadenada por la revolución industrial, la obsesión mercantil y el pensamiento racionalista.

La racionalidad ambiental está siendo internalizada por nuevos actores sociales expresándose como una demanda que guía nuevos principios para la valorización del ambiente y para la reapropiación de la Naturaleza, arraigándose en nue-vos territorios y nuevas identidades.

¿el turismo indÍgena seduciendo el escenario internacional?

El interés no es sólo de la academia, la óptica oficial con decisión política a nivel global viene asumiendo interés for-

81EL TURISMO INDÍGENA EN EL ESCENARIO TEÓRICO

mal por el tema. La ONU, el PNUD, el UNICEF, el FIDA, la UNESCO, el Banco Mundial y la OMS, elaboraron progra-mas especiales para luchar contra la degradación de tierras y territorios ancestrales. Posteriormente, la Asamblea Gene-ral de la ONU proclamó 1993 como “Año Internacional de las Poblaciones Indígenas del Mundo”’, siguiéndole el “De-cenio Internacional de las poblaciones Indígenas del Mundo” (1995-2004).

En el 2000 se creó el “Foro Permanente para las Cuestio-nes Indígenas” que atiende el desarrollo económico y social, la cultura, la educación, el medio ambiente, la salud y los derechos humanos indígenas. Antes que culminara el “De-cenio Internacional” se proclamó el “Segundo Decenio In-ternacional de los Pueblos Indígenas del Mundo” (2005-2014), vigente a la fecha. Finalmente, la Asamblea General de la ONU aprobó por unanimidad la celebración de la “Confe-rencia Mundial sobre Pueblos Indígenas” el 22 y 23 septiem-bre de 2014 (ONU, 2014).

escenario y contribuciones indÍgenas al turismo

México, como región del centro-sur del planeta es reconoci-do por sus diferentes contribuciones a la sustentabilidad y Vida del planeta (Miranda, 2011). En la conducción de la biodiversidad silvestre y cultivada, ecosistemas montañosos, agricultura orgánica, alimentos altamente nutritivos, trans-formación de alimentos, administración ecológica de paisa-jes sui géneris, salud y medicina holística, organización social basada en la ética de la reciprocidad y sentido humanista, entre tantas otros logros milenarios.

Víctor Toledo (2005, 2006) manifiesta que el fenómeno aludido se exterioriza a partir de las interrelaciones, vincu-lados a una vasta taxonomía entre las

[…] constelaciones, plantas, animales, hongos, rocas, aguas, suelos, paisajes y vegetación, o sobre procesos físicos, bioló-gicos y ecológicos tales como ciclos climáticos o hidrológicos, ciclos de vida, periodos de floración, fructificación, germina-

82 GLORIA AMPARO MIRANDA ZAMBRANO

ción, celo o nidificación, y fenómenos de recuperación de ecosistemas (sucesión ecológica)”.

Empero, esta labor de resultado objetivable no se ciñe sólo a consideraciones sueltas o desarticuladas. La contribución de significativo alcance expresa que, al dinamizarse estos fenómenos, los ecosistemas se reposicionan, se regeneran, se llega a producir la sucesión ecológica y con ello la repro-ducción de la Vida de la Naturaleza y la misma humanidad.

Entonces, lo preocupante es que, al ingresar la propuesta de desarrollo turístico en territorio indígena, sea en la deno-minación de “turismo rural”, “turismo alternativo”, “etno-turismo”, “turismo sustentable” o “turismo ecológico”-, la aportación de estas culturas está amenazada.

Más aún, al no ser difundida en otros niveles y espacios públicos, las mismas se mantienen subsumidas y descalifi-cadas por propios y ajenos. Como afirma Carlos Lenkersdorf (1999), estas culturas “aún son mal conocidas, dominadas, subyugadas, oprimidas y discriminadas. De ahí el primer reto de conocerlos; de aprender de aquellos a quienes nadie consideró maestros”.6 Se recrudecen estas arenas cuando se los desvalora, ignora, sataniza o califica como ‘atrasados, salvajes’, ‘pobres’ o ‘ignorantes’. Por ello es imprescindible replantear categorías de análisis y métodos de investigación abriéndonos a otros modelos y racionalidades acerca del tu-rismo en territorios indígenas.

Marañón (2014:26) -en un planteamiento que también envuelve al turismo indígena-, en una compilación reciente, señala el cuadro caótico cuando sostiene lo que el sistema viene reproduciendo:

[…] desempleo estructural, financiarización e hipertecnocra-tización (basado) en la racionalidad instrumental (que), sig-nifican el alejamiento de las promesas primigenias de la modernidad –libertad, bienestar e igualdad social–, así como la presión creciente y destructora sobre la naturaleza, ponien-do en riesgo la vida misma sobre el planeta.

6 El entrecomillado es mío.

83EL TURISMO INDÍGENA EN EL ESCENARIO TEÓRICO

Estando así el panorama, es necesario descifrar e identi-ficar aspectos invisibles en el servicio y evitar se repitan, incluso en el marco del turismo alternativo.

aspectos que empañan la labor turÍstica autogestionaria

La presente síntesis es producto de la experiencia en las co-munidades donde interactuamos con quienes aprendimos a percibir y distinguir amenazas frecuentes en el camino de ascender a espacios propios; útil para interpretar espacios símiles, a saber:

1. Se desconoce la cultura e identidad territorial y simbó-lica, además las habilidades y conocimiento tradicional, por lo que dependen de las capacitaciones externas (ecoturismo con enfoque oficialista y privado especial-mente) para ofrecer el servicio.

2. Siendo el proyecto de mediana o gran inversión, el in-terés externo y la influencia de las externalidades que orientan, gestionan y norman el proyecto, generalmen-te invisibilizan a la cultura y población indígena.

3.Los ingresos monetarios se reinvierten en los tours ope-radores y mínima o nula parte en la población local.

4. Son fácilmente engañables por sujetos y personas e in-fluencias externas como ONG ilegales y “coyotes del turismo” quienes se consolidan a partir de propuestas asistencialistas y paternalistas. Se persiste en mantener el perfil de actor social “pobre” y “dependiente” para seguir viviendo de la cultura de la pobreza.

5. Busca como objetivo primigenio la generación de in-gresos y empleo, desconociendo o minimizando la im-portancia de la preservación y sustentabilidad de la identidad cultural y espacio territorial de estas culturas.

6. En el enfoque predominante de la “sobre-economiza-ción del mundo se vienen erosionando la concepción y racionalidad consagrada de la Naturaleza. La síntesis Nuestra espiritualidad no está en venta; hay cosas que no

84 GLORIA AMPARO MIRANDA ZAMBRANO

pueden mostrarse ni compartirse sintetiza el sentir de estos pueblos.

la autogestión y empoderamiento del turismo indÍgena: propuesta de re- dignificación

Con el propósito de entender cómo ubicar mejor al turismo en territorio indígena en salvaguarda de sus significativas contribuciones, esbozamos la siguiente propuesta.

conclusiones

1. La reflexión, vuelve la mirada a un sector de la población marginada y en exclusión histórica, explicitando su cul-tura como patrimonio de sus actores históricos que, ade-más al reconocerse y visibilizarse constituye el valor de capital humano. Capital cultural, social y simbólico7 que utilizado éticamente y a partir de su re-significación y re-dignificación, puede ser fuente de ingresos para mejo-rar la calidad de vida de sus habitantes, fortalecer la ins-titucionalidad de sus organizaciones representativas y vigorizar la identidad étnica.

2. El turismo sustentable a partir de la cultura e identidad territorial de sus actores sociales indígenas, posibilita plantear renovados paradigmas y posibilidades de ges-tión. Un renovado aliento de esperanza en un panorama de crisis que fomenta principalmente el turismo de masas y tradicional.

3. El turismo sustentable desde las poblaciones indígenas, anuncia la recuperación del sentido de ética, que se inicia por el respeto a la Naturaleza y a estas poblaciones. Es-

7 Pierre Bourdieau, Hernando de Soto y otros en la hora actual le han dado esta dimensión de capital y porque participan activamente en el mercado, principalmente de bienes y servicios turísticos (Bour-dieau, 1990, De Soto, 2000).

85EL TURISMO INDÍGENA EN EL ESCENARIO TEÓRICO

cuadro 1representaciones para el fortalecimiento de las

comunidades indÍgenas en la autogestión turÍstica

1. El proyecto nace como necesidad comunitaria, los actores sociales son propietarios del proyecto, por ende se gestiona y norma según su organización local y sus objetivos comunales.

2. El proyecto tiene como plataforma al corpus cognoscitivo y habilidades y capacidades en la gestión y servicio, las mismas que incorporan aportes externos, posibilitando el diálogo intercultural.

3. Las autoridades y responsables del proyecto administran los fondos e ingresos económicos, capitalizando para revertir los ingresos en la comunidad y el proyecto.

4. Participan núcleos, familias y comunidades, partiendo de una organización común, con base en un proyecto, organigrama y plan de trabajo. El resultado es la cohesión y el fortalecimiento comunitario.

5. La mirada de las externalidades es como sujetos y actores protagonistas del proyecto. Los vinculan para fomentar proyectos o acciones colaborativas o de sociedad estratégica.

7. Saben administrar convocatorias para apoyos financieros, promocionales, capacitación, etcétera de la coyuntura oficial y privada. Saben discernir e identificar mensajes subterráneos y de claridad con hechos y propuestas que no los favorecen.

6. Vienen re-significando y re-dignificando al actor social con renovado rostro. Se dignifican como personas y al mundo rural, procurando ser responsables de ellos y sus destinos a partir del valor de su trabajo en el marco del paradigma indígena del Buen Vivir.

7. Existe un compromiso histórico humano, social y espiritual por la preservación de la Naturaleza y las culturas. Misma que expresa el espíritu y sentir de concebir a la Naturaleza y la Vida como parte del universo consagrado, en total discrepancia de ponerlo a la venta.

fuente: elaboración propia, en base a Miranda, 2011, mayo de 2014.

86 GLORIA AMPARO MIRANDA ZAMBRANO

trategias como el respeto por el sentido estricto de preocupación por la Vida y la cultura en los proyectos turísticos hoy en día lo testifican. Entendemos que esta-mos en otro momento de la evolución turística.

4. Cuando se despoja a los pueblos indígenas de la mirada autogestionaria se invalida o erosiona al paradigma eco-sociocéntrista, pensamiento complejo, holístico, de la relación sagrada con la Naturaleza y del Buen Vivir. Es decir, se sigue condenándolos a una imperecedera depen-dencia.

5. Las comunidades indígenas deben ser respetadas y con-sideradas en la connotación de ser actores principales de la sustentabilidad, contribución de revelador y significa-tivo alcance para el planeta y la sociedad. Por lo cual, cualquier proyecto turístico debe conocer estas conside-raciones para respetar su actividad productiva, pues al dinamizarse los ecosistemas (se reposicionan, se regene-ran), se llega a producir la sucesión ecológica y con ello la reproducción de la Vida de la Naturaleza y la misma humanidad.

6. La propuesta de autogestión indígena se orienta a aper-turar espacios para alianzas estratégicas entre la sociedad mayor y local, mercados y productores y, sobre todo, di-namizar su fortalecimiento, saliendo de la marginación de los beneficios de la sociedad civil y la mundialización. Propuesta que reconoce que, interactuando articulada-mente desde lo específico local, con la apertura a lo glo-bal, encierra una oportunidad de crecimiento para acercarnos al modelo de Buen Vivir que proponen las comunidades indígenas

7. Tener en cuenta sus grandes aportes pero también estar al aviso de no caer en los límites y cuestionamientos que se atañen. Empero, lo más importante, proponer el mo-delo de turismo indígena en un contexto que tiene pre-sente su cultura milenaria alternativa que ya viene operando, por ello apostamos su viabilidad. Las pobla-ciones locales pueden entrar a un proceso de uso de los adelantos tecnológicos y las facilidades de relaciones in-ternacionales que ofrece este fenómeno.

87EL TURISMO INDÍGENA EN EL ESCENARIO TEÓRICO

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[91]

las autodefensas ¿derecho colectivo a la legÍtima defensa o guerra civil?

Mario Jesús Aguilar Camacho

resumen

Ante la incapacidad de los órganos del Estado Mexicano para brindar protección a la sociedad, han brotado en varios pun-tos del país, fuera de control gubernamental, los denomina-dos grupos de autodefensa y, en algunos casos, unas variantes conocidas como policías comunitarias. Símbolo del hartazgo de quienes viven a merced del crimen organi-zado, estos grupos corren el riesgo de convertirse en instru-mento de los cárteles delincuenciales a los que pretenden combatir, de los grupos guerrilleros o incluso de políticos inescrupulosos.

La controversia jurídica surge entre: quienes consideran a estos grupos de autodefensa, ya no legales, pero sí legíti-mos, sostenidos en el argumento del principio innato y has-ta de instinto básico de sobrevivencia, como una manifestación de la sociedad a la autotutela de un derecho colectivo a la legítima defensa; y, por otra parte, quienes los consideran entes amorfos, fuera de la norma jurídica y por tanto dignos de persecución oficial. El caso es que, sin reco-nocimiento gubernamental, muestran que son contendientes armados enfrentados a otros civiles y que, aún negado por las autoridades, se está en presencia, focalizada o no, de una verdadera guerra civil no formalizada. Aquí mostraremos ambas posturas y asumiremos una posición argumentada. Se advierte el contagio de este fenómeno a la zona Laja-Bajío, ya que es frontera con el Estado Michoacán, donde se localiza el principal foco de las autodefensas.

92 MARIO JESÚS AGUILAR CAMACHO

palabras clave

Autodefensas, derecho colectivo, legitimidad, legalidad.

introducción

Dice el viejo adagio “No se puede tapar el sol con un dedo”. Integrantes de pequeñas ciudades y localidades, incluidas comunidades rurales e indígenas, abrumados por el añejo asedio de los grupos de malhechores y de la apatía, indife-rencia o complicidad de sus autoridades, los pobladores, hastiados y cansados de la irrefrenable vorágine de violencia e inseguridad, decidieron armarse para defenderse del cri-men organizado y asumir por su cuenta la tarea de defensa y seguridad pública que le corresponde a los órganos del Estado. Lo preocupante de este fenómeno de autodefensa ciudadana y/o policías comunitarios es que se expanda a otros puntos del país donde hay condiciones más graves de inseguridad, hasta el punto de que esos grupos controlen regiones enteras y luego sean manipulados por las organiza-ciones de maleantes o incluso por políticos. (Olmos, 2013a).

Aquí vale recordar que las cifras muestran que durante los últimos cinco años el número de personas asesinadas por las bandas del crimen organizado se eleva a más de 65 mil, y son más de 25 mil las personas desaparecidas. Son 430 mil personas a quienes se les identifica como desplazadas, pues abandonaron su residencia, ya sea por amenazas o después de sufrir un hecho violento que marcó sus vidas. No podemos olvidar el hecho de que figuran entre las víctimas inocentes, casi 1,000 niños muertos; y lo curioso es que a ellos se les incluye en el catálogo identificado con el eufemis-mo de “daños colaterales”.

Para los integrantes del sector empresarial -llámese, mi-cro, pequeño, mediano o gran empresario- la situación es alarmante: se ha generado un círculo vicioso en el cual una alta tasa de criminalidad desalienta la inversión, frena el crecimiento económico, profundiza el desempleo e incre-menta la pobreza, así como la desigualdad económica; con lo cual se genera más crimen y violencia.

93LAS AUTODEFENSAS ¿DERECHO COLECTIVO...?

El gasto gubernamental en combatir la delincuencia su-mado a los gastos de los particulares para protegerse de la misma, representan cifras exorbitantes, aunque contrastan-tes, según la fuente que se consulte: entre 1.4 del Producto Interno Bruto (pib) señalan oficialistas (inegi, 2012); 20% del pib, según otras visiones (icesi, 2009).

En este escenario de violencia e inseguridad, desde el año 2011 han surgido los denominados grupos de autodefensa ciudadana y/o “policías comunitarios” en diversas partes del país. Estos grupos han emergido armados con fusiles, pisto-las, escopetas y hasta palos, provistos de aparatos de comu-nicación, conduciendo sus viejas camionetas; o en el extremo, en varios casos, pertrechados mejor que las fuerzas armadas gubernamentales. Ellos tomaron la tarea esencial del Estado de brindar seguridad y en algunos casos de impartición de la justicia.

Dice Castellanos (2013), que en el país existen grupos de autodefensa en varias localidades y zonas de los estados: 38 en Michoacán, 20 en Guerrero, 2 en Morelos, 2 en Oaxaca, 2 en Veracruz, 2 en Chihuahua, 1 en el Estado de México, 1, en Jalisco y 1 en Quintana Roo. El denominador común es que se gestaron en zonas y localidades que resaltan por los altos niveles de pobreza, marginación, abandono guberna-mental y dominio de grupos criminales; esto, aunado a que son comunidades con pocos habitantes. Figuran comunida-des de 22 municipios nahuas, purépechas, chatinos, zapote-cas, mazahuas y otomíes (Castellanos, 2013).

El Presidente de la república ha venido empleando a las fuerzas Armadas en la guerra contra las drogas, sin que se haya declarado un Estado de excepción o de suspensión de derechos y garantías, tal como lo establece el artículo 29 de la Constitución, y esta acción no tiene formalmente el res-paldo y aprobación del Congreso. Puede observarse que los grupos de contención–fuerzas garantes del orden público estatal y grupos de autodefensas-, se mueven sobre el mismo “terreno de arenas movedizas”, que es la falta de definición y acotamiento de un marco jurídico que inscriba sus accio-nes para que no se conviertan en el futuro en pruebas de sistemática violación a los derechos humanos.

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Con este trabajo, además se advierte del peligro para la zona Laja-Bajío, al quedar varios municipios del sur del Es-tado de Guanajuato limítrofes con Michoacán, de que este fenómeno se pueda replicar-en el corto tiempo- debido a lo que se ha denominado “Efecto cucaracha”.

objetivo

El objetivo del presente trabajo es analizar el fenómeno de los denominados grupos de autodefensas que han surgido en Michoacán, y en otras entidades federativas, para identi-ficar sus características, la legalidad y legitimidad de su exis-tencia y funcionamiento, así como para puntualizar si sus actividades se subsumen en el concepto de defensa legítima; al igual que para delimitar sus perspectivas como cuerpo de seguridad pública o defensa nacional, migrantes sus inte-grantes al reconocimiento oficial.

metodologÍa

A grandes rasgos, este es un estudio de revisión documental, exegético jurídico y de orden cualitativo, que sirve de com-plemento a los trabajos de investigación iniciados como pun-to de partida a la Universidad de Guanajuato para incorporarse a la tarea de elaboración de los diagnósticos y dictámenes previos a su integración en el Observador Ciu-dadano en la región Laja-Bajío, para realizar propuestas de programas de prevención del delito en su zona de influencia. Aquí se retoman y analizan diversas fuentes informativas sobre el tema de autodefensas provenientes de la BBC, Mun-do, Revista Proceso, Periódico El Universal, Diario Milenio, y otras fuentes.

marco conceptual

En el tema que se aborda, falta conceptualizar a la autode-fensa y/o a la policía comunitaria, así como precisar el tér-mino de seguridad pública y su ausencia o disminución, la inseguridad pública. Viene a colación que la Universidad

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Nacional Autónoma de México y el Instituto Iberoamericano de Derecho Constitucional, convocaron a la Conferencia In-ternacional sobre Seguridad y Justicia en la Democracia, el mes de junio de 2011, y produjeron un documento “Elemen-tos para la construcción de una Política de Estado para la Seguridad y la Justicia en la Democracia” (García Ramírez, 2012). Así señala, en su parte de consideraciones:

Derivado de lo anterior, estimamos que las políticas pú-blicas actuales en materia de seguridad, presentan proble-mas que se podrían explicar de la siguiente manera:

a. El soporte teórico y conceptual es insuficiente. Existe en México y en el extranjero una amplia producción académica y profesional que ofrece un marco de análi-sis del que, en general, está desvinculada la política de gobierno. Esta debilidad se manifiesta en la confusión general de conceptos como “seguridad nacional”, “se-guridad interior”, “seguridad pública”, “seguridad ciu-dadana” y “seguridad humana”.

b. De igual forma, la misma confusión aporta un margen máximo de intervención en favor del Estado (la seguri-dad nacional) mientras estrangula el control que pudie-ran ejercer la población y los ciudadanos sobre las funciones oficiales en beneficio de las instituciones (la seguridad humana y la seguridad ciudadana).

Si no se precisan los conceptos, se corre el riesgo de con-fundir el poder con la arbitrariedad o con el capricho del gobernante, lo cual resulta un abuso condenable que recibe el calificativo de autoritarismo. Para abordar con rigor el tema de este trabajo de investigación, hay varios conceptos que requieren la necesaria teorización.

la seguridad pública

La palabra seguridad según el Diccionario de la Real Acade-mia de la Lengua Española (rae, 2009).

(Del lat. securĭtas, -āis). 1. f. Cualidad de seguro. 2. f. cer-teza (| | conocimiento seguro y claro de algo). 3. f. Fianza u obligación de indemnidad a favor de alguien, regularmente

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en materia de intereses. ~ jurídica. 1. f. Cualidad del orde-namiento jurídico, que implica la certeza de sus normas y, consiguientemente, la previsibilidad de su aplicación. En España es un principio constitucional. ~ social. 1. f. Organi-zación estatal que se ocupa de atender determinadas nece-sidades económicas y sanitarias de los ciudadanos”. Se refiere la ausencia de riesgo o confianza en alguien o algo.

Del enunciado anterior se deduce que la seguridad es un estado de ánimo, una sensación, una cualidad intangible. Se puede entender como un objetivo y un fin que cualquier per-sona anhela constantemente; es una necesidad primaria se-gún la pirámide de Maslow. La seguridad es un anhelo del ser humano, es su aspiración a estar a salvo de todo peligro, daño o riesgo proveniente de la naturaleza, del azar o de sus semejantes. Ahora, bien, el vocablo español seguridad, signi-fica calidad de seguro, es decir, libre y exento de todo peligro, daño o riesgo; en lo social, se trata de un valor esencial del Estado, por cuanto concurre a la fundación del ente estatal como su principio y su fin, toda vez que participa en la cons-trucción de sus cimientos, para postularse como su telos, su objeto, su finalidad (Fernández Ruiz, 2008, p. 73).

En contexto social, la seguridad es un valor instalado en los cimientos mismos del Estado, en especial del Estado de Derecho, en cuya búsqueda los habitantes sacrificamos par-te de nuestros derechos y libertades originales con el propó-sito de disfrutar pacíficamente de los restantes derechos, bienes y libertades; por ello, tienen razón los juristas Lucia-no Parejo y Roberto Dromi cuando afirman: “La Seguridad es un valor fundante” (Parejo Alfonso & Dromi, 1997, p. 9). De igual manera, la seguridad es un valor inscrito en el ca-tálogo de los derechos humanos; así lo consagra la Declara-ción Universal de los Derechos Humanos del 10 de Diciembre de 1948, al establecer en su artículo 3º que todo individuo tiene derecho a la seguridad y a todos los demás derechos civiles y políticos enunciados en el mismo (onu, 2014).

El tratadista español Francisco Alonso Pérez la explica en los siguientes términos: “El hombre necesita estar seguro en todos los actos de su existencia, tanto aquellos que se refieren a materias laborales como de asistencia sanitaria, hasta lle-gar a aquellas actividades cuya protección está encomenda-

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da específicamente a las fuerzas y cuerpos de seguridad” (Alonso Pérez, 1994, p. 14).

Derivado del análisis jurídico y político doctrinal, existen diferentes modalidades de la seguridad: seguridad jurídica, seguridad interior, seguridad pública, seguridad social y se-guridad nacional. Todas ellas integradas e interconectadas por el ente estatal con el propósito de lograr la estabilidad pública que requiere para su funcionamiento y el cumpli-miento de sus fines. Profundizando, a través del argumento a contrariis se cuestiona ¿Qué entendemos por inseguridad? Así, la inseguridad se puede definir como la dificultad para escoger entre diferentes opciones para conseguir un objetivo determinado. Valga la expresión, esto nos permite definir formalmente a la inseguridad como “la falta de seguridad”.

En esa dirección, la seguridad pública no se confunde con ninguna otra de las mencionadas seguridades. La seguridad no es propiamente una función estatal, ni un servicio públi-co. Es una tarea sine qua non; apriorística del Estado. Pro-voca y genera, tanto el orden público como la paz social; y este es un binomio inseparable que conforman los elementos imprescindibles y previos para conseguir la estabilidad: es-tado, status, Estado (Aguilar Camacho, 2006). Al respecto, cabe señalar que los objetivos de la seguridad pública que brinda el Estado son los siguientes: Defender la integridad y derechos de las personas; preservar las libertades; y mante-ner el orden y la paz públicos.

la autotutela o autodefensa

En el Estado de Derecho, el ordenamiento jurídico tiene la misión de establecer un marco de actuación de los ciudada-nos, para que éstos puedan ejercitar sus derechos respetan-do el ejercicio de los derechos de los demás. No obstante, muchas veces los habitantes, no cumplen con esa obligación de respeto, y surge el conflicto. En el mundo jurídico se co-nocen varias formas de solución de conflictos: autodefensa o autotutela; autocomposición y heterocomposición (Vado Grajales, 2006). Señalan Alcalá Zamora y Castillo (1991:18) que la autotutela es la primera de las tres formas que hay

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para resolver la conflictiva social. Es una forma egoísta y primitiva de solución. Él más fuerte o el más hábil impone la solución al contrario por medio de su inteligencia, su des-treza o su habilidad. Es una forma animal de superar la conflictiva, pues en las sociedades de animales, sus conflictos parecen resolverse básica y predominantemente mediante la autotutela.

Las otras dos formas que aparecen para resolver la con-flictiva social son la autocomposición, cuando las propias partes en conflicto encuentran la solución de éste, y la hete-rocomposición, cuando la solución es dada por un terce-ro imparcial y ajeno al conflicto. En la “arena” del Estado, a éste se adjudica el monopolio de la resolución de controver-sias jurídicas.

Pero precisemos, la autotutela se caracteriza porque uno de los sujetos en conflicto, y aún a veces los dos, como en el duelo o la guerra, resuelven o intentan resolver el conflicto pendiente con el otro, mediante su acción directa, en lugar de servirse de la acción dirigida hacia el Estado a través del proceso (Alcalá Zamora y Castillo, 1991, p. 50). En sentido amplio, la autotutela, también denominada autodefensa, con-siste en la imposición de la pretensión propia en perjuicio del interés ajeno. Los rasgos distintivos de la autotutela son dos: que no hay un tercero ajeno a las partes; y la imposición de la decisión se da por una de las partes a la otra.

En un principio, fue el primer medio de solución de con-flictos; sin embargo con la evolución histórica que culmina con la atribución al Estado de las facultades para impartir justicia, ha quedado en la actualidad como un caso excep-cional únicamente. Como ya se indicó, Gómez Lara (1994, p. 18): señala que la autotutela es una forma egoísta y pri-mitiva de solución. Calamandrei señala que “se puede decir que la historia de la lucha contra la autodefensa es la histo-ria del Estado y de la misma civilización humana” (Calaman-drei, 1999, p. 38).

El artículo 17 constitucional señala que nadie puede ha-cerse justicia por sí mismo, ni ejercer violencia para recla-mar su derecho. Tal prohibición a la autotutela tiene sanción penal, bajo la tipificación del delito denominado “ejercicio indebido del propio derecho”, según el cual está penado ha-

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cer efectivo un derecho o pretendido derecho empleando violencia. Sin embargo, existen en el ordenamiento jurídico actual algunos vestigios de esta forma de hacer justicia. Al-calá-Zamora estima que la autotutela subsistirá, puesto que es imposible que el Estado se haga cargo de absolutamente todos los litigios. Por tanto, se han abierto legalmente las posibilidades de otros medios, incluyendo, aunque en último término, a la autodefensa (Alcalá Zamora y Castillo, 1991:56).

El propio Alcalá Zamora comenta que los casos de auto-tutela reconocidos en el ordenamiento son principalmente situaciones de emergencia, en las que la tutela de un derecho exige su defensa o ejercicio inmediatos por su titular, sin que pueda esperar la intervención de los tribunales, ya que ésta sería tardía o ineficaz. Estas medidas de autodefensa pueden ser revisadas por los tribunales para comprobar que se ajus-taron a las hipótesis previstas por la ley. Se pueden citar las siguientes clases de autodefensa:

A) Autodefensa en sentido estricto, como una réplica o respuesta a un ataque; por ejemplo, la legítima defensa, es decir, cuando se actúa en defensa de la propia perso-na, de su honor o de sus bienes.

B) Por el ejercicio personal o directo de un derecho subje-tivo, sin que su titular haya sufrido previo ataque, como sería el caso del corte de ramas y raíces de árboles del predio vecino que se extienden al contiguo.

C) Por el ejercicio de facultades atribuidas al mando para hacer frente a situaciones de excepción. Así, se consi-dera dentro de esta categoría a la echazón, según la Lex Rodex o Ley de la Isla de Rodas, con el objeto de evitar un naufragio.

D) Por el ejercicio de una potestad de uno de los sujetos en litigio, como sería la facultad sancionadora de la Admi-nistración Pública, por la que puede imponer por sí misma sanciones, tanto a los servidores públicos, como a los particulares.

E) Como coacción sobre la contraparte para lograr impo-ner los propios intereses, como sería la retención de la obra en el contrato de obra a precio alzado, o bien la retención de equipajes en el contrato de hospedaje.

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Existen cinco formas auto tutelares que subsisten regla-mentadas por nuestro sistema jurídico: a) Legítima defensa penal y estado de necesidad, artículo 29, fracciones IV y V del Código Penal federal (C. P.) ; b) Retención de equipaje, artículo 2669 del Código Civil federal; c) Derecho sanciona-dor de los padres, artículo 423 del Código Civil federal; d) Aborto por causa de violación, de inseminación artificial, terapéutico, por alteraciones genéticas o congénitas y culpo-so, artículo 333 y 334 del Código Penal federal; e) Robo de famélico, artículo 379 del Código Penal Federal.

De esta forma, la autotutela se constituye en aquella forma por medio de la cual se obtiene una solución de carácter privada a los conflictos sociales que puedan existir entre los individuos. Se caracteriza esta forma de solución de conflic-tos, por la utilización de la fuerza por parte de los individuos que son parte del respectivo conflicto. Acá, las personas lo que buscan es hacerse justicia por sí mismas sin recurrir a un tercero para que dirima el problema. Es preciso señalar que ella no siempre es lícita, sino que se encuentra permiti-da, como ocurre en el caso de la guerra o enfrentamientos bélicos, o en el caso de la legítima defensa (Fundación Me-diaria, 2014).

La prohibición de la autotutela, salvo en los casos señala-dos anteriormente, se basa en el principio de que el Estado asume su responsabilidad de dirimir los conflictos que se suscitan en su ámbito territorial. Constituye precisamente una función del Estado, mantener el orden social y hacer respetar el orden jurídico establecido. De allí que el Estado deba contemplar un sistema de resolución de conflictos fun-dado en el ordenamiento jurídico establecido. Como puede apreciarse, el Estado no puede llegar a la prohibición total o absoluta de la autodefensa.

defensa legÍtima

El Diccionario Jurídico Mexicano describe la voz Defensa Legítima:

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I. En derecho penal, rechazo por medios racionales de una agresión antijurídica, real, actual o inminente y no provocada contra bienes jurídicos del propio defensor o de un tercero.

Hoy existe acuerdo en que la legítima defensa es, por su naturaleza, una causa de justificación, cuyo funda-mento es la preservación del orden jurídico.

II. Objeto de la defensa puede ser todo bien jurídicamente protegido. Este bien puede ser la vida, la integridad fí-sica, la inseguridad personal, la libertad, la inviolabili-dad de la morada, el honor, la propiedad, la posesión (iij-unam, 2009).

En este sentido, constituye agresión, todo acto que lesiona o expone a peligro un bien jurídicamente protegido de otro. La agresión debe ser antijurídica, “sin derecho”, dice el Có-digo Penal (Bustos Ramírez, 1994). En ese orden de ideas, la agresión debe ser actual, es decir, consistir en un ataque que ha comenzado, o inminente, esto es, de uno que puede desencadenarse en cualquier momento (González Quintani-lla, 1997). Destaca el hecho de que, para que la agresión ilegítima pueda originar una repulsa amparada por la justi-ficante en examen, es menester, todavía, que ella no sea pro-vocada por el defensor (Zaffaroni, 1997). La apreciación de esa suficiencia debe guiarse por el principio de la proporcio-nalidad entre provocación y agresión; de manera de se tiene por provocación suficiente la que no torna desproporciona-da del todo la conducta del agresor frente a la conducta pro-vocadora del agredido (Porte Petit, 1998). En esta orientación, ante una agresión que reúna las características antes dichas, la defensa, para ser legítima y justificar el hecho, debe satis-facer, a su vez, ciertas exigencias legales:

a) Debe estar presidida de la voluntad de defensa, aunque con esa voluntad concurran eventualmente otros motivos, como el odio, el resentimiento o el deseo de venganza, y b) debe ser racionalmente necesaria, lo que significa que el defensor, en-tienda las circunstancias, ha de usar, entre los medios de que dispone, los más adecuados y menos drásticos en relación

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con la magnitud de la agresión, a la peligrosidad del atacan-te y al valor del bien amenazado (iij-unam, 2009).

Quien excede, en efecto, consciente o inconscientemente los límites impuestos a la necesidad en el caso concreto, debe responder por ese exceso. El Código Penal (C. P.) dispone para esa eventualidad el castigo a título de culpa (a. 16), siempre y cuando el hecho admita esa forma de realización (a. 60, pfo. Segundo) (Pavón Vasconcelos, 1997). Al respecto el Diccionario Jurídico Mexicano señala:

La exigencia legal de que la defensa emplee los medios racio-nalmente necesarios planea el problema de los offendicula o defensas mecánicas predispuestas (vidrios, electrificación de cercas), que sólo serán lícitos en la medida en que su efecto material disuasivo se adecue a la magnitud de los bienes u objetos que se trata de preservar (iij-unam, 2009).

Esto, sin embargo, no priva a esas presunciones de su carácter de presunciones juris tantum, como ahora lo deja claramente establecido la ley.

antecedente de los grupos de autodefensay los “vigilantes”.

En el México actual surgen serios cuestionamientos ¿Cuál es el futuro de las autodefensas y las policías comunitarias? ¿Cuáles son algunas de las consecuencias posibles ahora que el gobierno mexicano pretende legalizar a los grupos en Mi-choacán? Para ver algunas posibilidades, vale la pena pensar en otros países en los que los gobiernos han reconocido ofi-cialmente a los grupos de “vigilantes” (Phillips, 2014). No está por demás recordar que una vez abierta la caja de Pan-dora, a veces es imposible cerrarla.

Como antecedente se puede remarcar el referente históri-co de la aparición del Estado. José Antonio Maravall afirma que “No hay manera de entender al hombre de la moderni-dad, sin entender el Estado que, como construcción política

103LAS AUTODEFENSAS ¿DERECHO COLECTIVO...?

propia del mismo, caracteriza su modo de convivencia. En el Estado se proyecta la mentalidad moderna y, a su vez, ésta viene configurada en gran parte por el Estado” (Maravall, 1986:13).

Con el surgimiento del Estado, los príncipes reemplazaron con ejércitos mercenarios las bandas de vasallos feudales; establecieron una administración profesional y asalariada y otorgaron el pago en dinero que reemplazó al pago en espe-cie en el ejército, lo mismo en la cobranza de impuestos y el crédito estatal. Esa situación fue realizada en un proceso que requirió la necesidad de: enfrentar y desarmar a los señores feudales sometiéndolos al poder de la corona; y controlar a la Iglesia y a las masas populares que manifestaban inquie-tudes constantes. Con todos estos factores la conducción natural se orientó a la concentración del poder, centralizado en el Estado, el cual se encontró personalizado en el monar-ca. Esta concentración y centralización adquirió paulatina-mente el carácter de poder absoluto. Institucionalmente, el Estado tuvo el monopolio de la violencia, el poder público que no admite contrapesos ni rivales.

comités de vigilancia en el “viejo oeste”.

En lugares donde no alcanzaba “el brazo” del poder y la justicia estatal, surgieron de manera natural en las comuni-dades agredidas por forajidos-llámese a estos, piratas, cor-sarios, ex mercenarios sin empleo, como los mamertinos, guardia varega, condotieros, y otros miembros de la fauna depredadora del trabajo humano-, los comités de vigilancia que les hicieron frente.

Un ejemplo documentado es el de los comités de vigilancia en los Estados Unidos, que eran organizaciones civiles que ejercían la justicia por sus propias manos. Estos grupos pre-dominaron en el territorio del “viejo y salvaje” oeste a me-diados del siglo xix, y en ocasiones se constituían aún antes del arribo de los representantes de la ley; o debido a que la presencia de la autoridad era considerada insuficiente. Una de las sanciones más comunes consistía en el linchamiento del culpable, otras eran, el ostracismo, ahorcamiento o el

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castigo físico. Sus miembros fueron conocidos como “vigi-lantes” (Weiser, 2014).

autodefensas en el mundo

Cabe precisar que, las autodefensas son grupos organizados de personas que forman parte de las comunidades que pro-tegen. En América Latina, se les conoce con varias denomi-naciones: policías de proximidad, policías comunitarias, de seguridad ciudadana; resumidamente, se trata de agrupacio-nes de autodefensa que se enfocan más a la protección de los propios pobladores, dejando a un lado a las autoridades oficiales del Estado, que han sido rebasadas o han sido infil-tradas o sucumbido en complicidad frente a grupos delin-cuenciales. La premisa es que los integrantes de las autodefensas, al ser personas de la comunidad, sus conciu-danos depositan abiertamente su confianza en ellos.

Este apartado está íntegramente extraído del trabajo de Brian J. Phillips (2014), quien comenta que alrededor del mundo, casi todos los grupos de este tipo que han actuado con permiso del Estado han perpetrado serias violaciones a los derechos humanos y otras consecuencias negativas. Las organizaciones de “vigilantes”, como muchas otras organi-zaciones, casi no desaparecen por voluntad propia. A veces mutan en grupos más siniestros.

El ejemplo que más se discute es el de Colombia. Las au-todefensas colombianas terminaron por cometer más viola-ciones de derechos humanos que los grupos de los que originalmente “defendían” a la gente. No obstante, esto ocu-rrió después de varias décadas de guerra civil, y con un im-portante apoyo presupuestario de altas esferas del gobierno y el ejército. Colombia tal vez no sea la situación más com-parable al México de hoy en día, pero representa el peor escenario posible.

La experiencia de Guatemala con los grupos de defensa ciudadana es otra que debemos evitar. A principios de los ochenta, el ejército guatemalteco obligó a la población civil a formar las Patrullas de Autodefensa Civil (PAC). Estos gru-pos, eran agentes del Estado, y también cometieron una gran

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cantidad de abusos durante la guerra civil que terminó en 1996. Después de la guerra, el gobierno intentó desbandar a estos grupos, pero los miembros del PAC continuaron con la violencia, y fueron implicados en varios linchamientos. Más aún, muchos comandantes del PAC continuaron ejerciendo un control (antidemocrático) sobre sus comunidades.

Los grupos de autodefensa peruanos son un ejemplo más optimista. Llamados Comités de Autodefensa (CAD), fueron formados de manera orgánica a principios de los ochenta, sin coerción gubernamental. Eventualmente, todos los CADs fueron regulados por el gobierno. Estos grupos peruanos han perpetrado menos violaciones de derechos humanos que las autodefensas colombianas o guatemaltecas. Las autodefen-sas peruanas también han sido más democráticas que sus contrapartes guatemaltecas; sus líderes son elegidos demo-cráticamente. Todavía existen, y de hecho aumentaron en número después de la guerra civil. Están prácticamente in-tegrados al Estado.

Más allá de América Latina, otros países han experimen-tado efectos negativos a largo plazo con este tipo de organi-zaciones. En Irlanda del Norte, los grupos lealistas como la Ulster Volunteer Force y la Loyalist Volunteer Force fueron creados para “proteger” a la comunidad protestante. Aunque la amenaza de violencia separatista se ha dispersado, estos grupos o sus escisiones todavía existen: atacan a migrantes y trafican drogas.

En Nigeria, a final de los noventa, los comerciantes que enfrentaban al crimen financiaban a un grupo de autodefen-sas denominado los Bakassi Boys, quienes atacaban a pre-suntos criminales. En el corto plazo, crímenes como el robo bajaron. Pero los “vigilantes” torturaban y quemaban vivos a los detenidos con frecuencia. También decapitaban a los miembros de los grupos rivales. Nigeria declaró ilegales a los Bakassi Boys en 2002, pero aparentemente fueron apoyados por gobiernos a nivel local, y todavía cometen delitos.

Éstos son sólo algunos breves ejemplos para mostrar que los grupos de autodefensa generalmente se salen de control y causan una variedad de problemas. Muchos otros países, por ejemplo Sri Lanka, Filipinas, Irak y Estados Unidos han llegado a ver consecuencias similares.

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la policÍa rural: antecedente de las autodefensasen méxico

En 1861 el Presidente Benito Juárez decretó la creación de cuatro cuerpos de Policía Rural bajo las órdenes del Minis-terio de Guerra. Paul J. Vanderwood (1972), señala que los rurales eran en su mayoría campesinos y artesanos. Prove-nían de las filas de desempleados, de la misma gente cuyas frustraciones trataba de controlar el gobierno porfirista. El gobierno asignó a la mayoría de los guardias a patrullar los caminos principales y los ferrocarriles para convencer al mundo de la estabilidad del país. El cuerpo de rurales gozó de una mala reputación, como represores de los movimien-tos revolucionarios y disidentes de la época porfirista. Se hicieron famosos por la aplicación de la “Ley Fuga”, que consistía en que si un detenido intentaba escaparse podía ser muerto por sus guardias.

Actualmente, el funcionamiento de la Policía Rural lo re-gula el Capítulo III de la Ley Orgánica del Ejército y la Fuer-za Aérea Mexicanos (DOF, 2012) que marca la existencia de los Cuerpos de Defensa Rurales; también cuenta con un Re-glamento de Organización y Funcionamiento de las Fuerzas Rurales. La Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) in-formó que en 2004 tenía en servicio 26 cuerpos rurales (13 de infantería y 13 de caballería) en 22 estados. Sus tareas son adquirir información sobre actividades ilegales, patrullar aéreas rurales, guiar a los cuerpos militares regulares y asis-tirlos en diversas actividades (Sedena, 2006).

Sobre esa línea de ideas, pero con cierta autonomía del gobierno, la más antigua de las policías comunitarias –como ahora las conocemos– es la que integra el Sistema de Segu-ridad, Justicia y Reeducación Comunitaria de la crac, que se fundó el 15 de octubre de 1995 en los pueblos de la mon-taña de Guerrero para brindar seguridad, impartir justicia y reeducar al delincuente.

La crac tiene más de mil 200 policías que son elegidos públicamente por cada comunidad; se les capacita en fun-ciones de vigilancia, manejo de armas y derechos humanos, protegen a una población de más de 3 mil personas de 108

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comunidades, no están embozados y no reciben salario (Ol-mos, 2014).

las actuales autodefensas

Indica Castellanos (2013) que, cansados de que por años, los órganos de seguridad no les brindaran protección o que in-cluso ellos los esquilmaran, habitantes de varias comunidades se organizaron en secreto y un día —en el año 2012— empe-zaron a salir a la luz pública para defender a sus pue-blos. Esto significaba enfrentar y ahuyentar delincuentes fuertemente armados y la creación de controles para evitar su recurrencia. En algunos casos, los grupos desarmaron y detuvieron a la policía local antes de actuar contra los cri-minales. Los delincuentes trataron de recuperar sus posicio-nes, y hubo decesos en ambos bandos. Se trata de lugareños que protegen a sus comunidades de grupos de la delincuen-cia organizada. El fenómeno de autodefensas no es nuevo o único en el país, esto se repite en Estados como Guerrero, Estado de México, Veracruz y Chihuahua. Así, en Guerrero se decretó la Ley Número 701 De Reconocimiento, Derechos y Cultura de los Pueblos y Comunidades Indígenas del Esta-do de Guerrero (Gobierno del Estado de Guerrero, 2012), que reconoce y regula a las policías comunitarias.

Dada la situación en Michoacán, el Gobierno Federal pu-blicó el 15 de enero del año 2014 un Decreto, a través cual se crea la Comisión por la Seguridad y el Desarrollo Integral en el Estado de Michoacán. En general, el Decreto prevé la designación de un “Comisionado Federal”-figura sin susten-to ni antecedente jurídico- encargado de coordinar acciones para mejorar la seguridad y el desarrollo del Estado de Mi-choacán. Respecto a ello, hubo fuertes críticas por parte de juristas, medios de comunicación y unos cuantos políticos, pues afirman que con ello el gobierno federal violenta la Autonomía de la Entidad Federativa, pues asumió funciones que de suyo corresponden al Gobierno del Estado. Posterior-mente, el 27 de Febrero del 2014 se suscribió un acuerdo entre el gobierno Federal, Estatal y los grupos de Autodefen-sas, con el cual se procura su institucionalización a través

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de su incorporación a los grupos de defensa rural —Sede-na— o a las policías municipales. Con esto último, el gobier-no federal otorgó el reconocimiento jurídico de parte en conflicto a las autodefensas michoacanas.

Se esparcieron rumores y filtraciones periodísticas de que organizaciones de delincuentes controlaban las autodefen-sas, o que los empresarios ricos las utilizaban para su propia seguridad. En el Estado de Guerrero, incluso guerrilleros condenaron las autodefensas -quizás por envidia por su éxi-to en armar y animar a la gente a adoptar una postura de desafío abierto contra el gobierno, cuando la guerrilla no ha logrado reclutar a un número importante de combatientes desde 1960 (Piccato, 2014).

aproximación a un concepto de autodefensasen michoacán

Se observa a grupos de civiles armados que, por diversas razones se conforman en determinadas zonas territoriales, en este caso en el Estado de Michoacán, asumiendo funcio-nes que por disposición constitucional están o deberían estar en manos exclusivamente, de las instituciones formales de seguridad del Estado (Olmos, 2013a). En la práctica, son ciudadanos que no se encuentran en las filas de las institu-ciones policiales y que fuera del marco legal, se arman, se organizan y sin capacitación y supervisión, realizan vigilan-cia y patrullaje de calles y caminos, instalan puntos de revi-sión interrogan personas y presuntos responsables de faltas y delitos, verifican tránsito, y retienen a personas que, a su juicio parecen “sospechosas”.

legalidad de las autodefensas

La legalidad, en primer término, alude al conjunto de reglas formales, creadas por los órganos del Estado, legitimados y facultados para ello y de manera inexcusable son aceptadas por el conjunto de la sociedad como normas.

Por su parte, el concepto de legitimidad tiene básicamen-te que ver con el origen de las decisiones, de los actos, del

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lenguaje, de las expresiones y comportamientos. Puede pro-venir de diversas fuentes: de una larga, reiterada y tradicio-nal aceptación de las cosas aludidas. Puede provenir del reconocimiento y aceptación de su origen con independencia de que sea empíricamente verificable. Un mito, un designio divino una fuerte carga simbólica atribuible a un hecho pue-de ser la causa de la legitimación. Las fórmulas aportadas por Max Weber se ven complementadas en esta aportación (Weber, 1996).

Ahora bien, de acuerdo a Habermas (Habermas, Theorie der Gesellschaft oderSozialtechnologien, 1971), legitimidad significa el hecho de merecimiento, de reconocimiento por parte de un nombre político. Sólo los órdenes políticos me-recen reconocimiento. Se trata de una creencia de que las estructuras, procedimientos, acciones, decisiones de un Es-tado son correctas, adecuadas, moralmente buenas y que por ellos merecen reconocimiento (Habermas, El Estado demo-crático de derecho. ¿Una unión paradójica de principios con-tradictorios?, 2001 ). Señalan Bobbio y Manteucci (Bobbio & Manteucci, 1988) que legitimidad y legalidad son conceptos que se refieren al poder pero que indican dos distintos requi-sitos al poder: a) Legitimidad, como requisito de titularidad; y b) Legalidad, como requisito del ejercicio del poder. Todo poder, trata de ganarse el consenso para que se le reconozca como legítimo, transformando la obediencia en adhesión.

Los grupos de autodefensas son, en principio, ilegales, pero legítimos —obviamente más que cualquier autoridad gubernamental— según el consenso y reconocimiento de los pobladores de los municipios donde se ubican; sin embargo, una mayoría de la opinión pública de la nación no los con-sidera “correctos, sanos, legítimos” (cndh, 2013). La propia Comisión Nacional de los Derechos Humanos ha realizado recomendaciones contra estos grupos, incluidas las policías comunitarias de Guerrero.

otra variante: las policÍas comunitarias

Desde 2012, etnias empobrecidas de Michoacán, Guerrero, Jalisco, Estado de México, Quintana Roo, Sonora, Oaxaca,

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Morelos y Veracruz, recurrieron a sus escopetas de caza, rifles viejos, machetes, palos, y en ocasiones armas de grue-so calibre para hacer valer sus derechos. Un caso que desta-ca es el las policías comunitarias de cuatro municipios de la región Costa Chica de Guerrero decidieron tomar las armas para defenderse de la delincuencia. Además se convirtieron en “tribuna popular” para enjuiciar a 54 personas a las que habían detenido acusadas de delincuencia organizada.

Francisco López Bárcenas (2005), abogado mixteco, autor de siete libros sobre rebeliones, autonomías y derechos in-dígenas, observa en entrevista, que se trata de “la expresión extrema por la defensa de sus territorios y comunidades, contra el crimen organizado, caciques locales y megaproyec-tos”. López Bárcenas (2005) divide en tres las razones de los brotes de tales guardias comunales armadas: procesos de gobiernos autónomos, la defensa de su territorio y recursos naturales, y la violencia criminal. Los cuerpos de seguridad indígena autónomos tienen más de un siglo en México; lo demuestran las guardias tradicionales seris, yaquis y mayas. Las tres etnias perdieron la guerra contra el ejército federal en el siglo xix y desde entonces “han tenido procesos de confrontación frente al Estado por defender su integridad como pueblo y su defensa del territorio”. López Bárcenas explica que estas expresiones se suman a las que irrumpieron en la Montaña de Guerrero (1995), Copala en Oaxaca (2007), Urío (2008), Ostula (2009) y Cherán (2011), en Michoacán. La pregunta es “¿Por qué entonces ahora hay tanto asom-bro?” La respuesta es “Porque estas expresiones habían per-manecido invisibilizadas por el Estado”.

Existen policías comunitarias en el municipio nahua de Huamuxtitlán, Guerrero, que desde octubre de 2012 decidie-ron desafiar a la delincuencia organizada. Por igual hicieron los nahuas de Manantlán, Jalisco, que defienden su territorio de compañías mineras chinas y grupos de talamontes. En 2012 sufrieron la desaparición de dos activistas y en enero de 2013 decidieron conformar sus propias guardias civiles. También está el poblado zapoteca de Álvaro Obregón, Oaxa-ca, en el que 300 campesinos y pescadores conformaron el pasado año su propio cuerpo de seguridad para impedir que se construya en la barra de Santa Teresa un parque eólico de

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la empresa Nareña Renovables. Aquí se ubica a la dirigencia de la Unión de Pueblos y Organizaciones del Estado de Gue-rrero (upoeg) de Ayutla. Otro es el caso del grupo chatino de autodefensa de Santos Reyes Nopala, Oaxaca, que justificó su creación para enfrentar los abusos del ejército y el narco-tráfico. Un caso más es el del llamado Comando Civil de Defensa de Tantoyuca y Platón Sánchez, la Guardia Civil Huasteca, que apareció en la zona norte de Veracruz en sep-tiembre de 2012.

El grupo guerrillero, Ejército Popular Revolucionario (epr), en un comunicado fechado el 20 de septiembre del 2012, señaló al grupo de Tantoyuca como paramilitar, crea-do por empresarios y caciques para justificar “la intensifica-ción de la militarización” en la región.

En diciembre de 2012, comunidades de Jalisco, Mi-choacán y Guerrero arrancaron procesos para crear sus po-licías comunitarias en contra de megaproyectos y el narcotráfico. Sin embargo, ya en el año 2007, Copala creó su gobierno autónomo triqui y guardias de autodefensa para enfrentar a paramilitares.

El 9 de febrero de 2011 se aprobó la “Ley de Reconoci-miento, Derechos y Cultura de los Pueblos y Comunidades Indígenas del Estado de Guerrero (Gobierno del Estado de Guerrero, 2012), que reconoce a las policías comunitarias: sus actos son actos de “autoridad”; son cuerpos de seguridad pública; no tiene estructura policiaca, menos militar, man-tienen estrecha alianza con los habitantes; son elegidas por las Asambleas de la comunidad, pero si es necesario toda la comunidad participa; no reciben remuneración económica. La ley Orgánica del Ejército y la Fuerza Aérea reconoce a los Cuerpos de Defensa Rurales como parte de la estructura mi-litar; estos grupos estarán integrados por “personal volunta-rio de ejidatarios mexicanos por nacimiento”, con la misión de “cooperar con las tropas en las actividades que estas lle-van a cabo”.

estado “fallido” y acciones de gobierno

La democracia en México se entiende como una forma de vida, basada en el constante mejoramiento de las condicio-

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nes económicas, sociales y culturales del pueblo (artículo 3 de la Constitución). En este sentido, el elemento poblacional al no ver plasmadas en su cotidianeidad las tres últimas con-dicionantes del concepto democracia, y verse víctima de la inseguridad, deduce como “fallido” al Estado nacional. Ad-vierte Erubiel Tirado, maestro en Derecho por la London School of Economics: “Si el Estado no atiende este problema de manera cuidadosa y racional puede haber más violencia, se pueden renovar los cacicazgos, los grupos parapoliciacos o abrir una puerta más para el crimen organizado y el nar-cotráfico” (Olmos, 2013b).

La violencia derivada de enfrentamientos entre estas au-todefensas civiles con criminales, llevó al gobierno federal a anunciar un plan para la recuperación y control de la segu-ridad en el Estado de Michoacán. El 15 de enero del 2014, el Ejecutivo Federal publicó en el Diario Oficial de la Fede-ración el Decreto por medio del cual se crea la Comisión para la Seguridad y el Desarrollo Integral en el Estado de Michoacán. El objetivo de la Comisión es “instruir a las dependencias y entidades de la Administración Pública Federal y demás au-toridades en el ámbito del Poder Ejecutivo, para implemen-tar las estrategias y ejecutar acciones, en el ejercicio de sus respectivas competencias, para la seguridad integral del Es-tado Michoacán”. Muchas voces clamaron contra este decre-to y aseguraban que el Ejecutivo federal, en lugar de crear esta Comisión, de conformidad con el artículo 29 de la Cons-titución Federal, decretara la suspensión de derechos funda-mentales en dicha Entidad Federativa —o por los menos en parte del territorio. Si se revisan a detalle las atribuciones de esta Comisión, se puede apreciar que tienen que ver, exclu-sivamente, con actividades de coordinación entre dependen-cias federales —en lo particular, entre sus delegaciones.

El Gobernador del Estado de Michoacán solicitó formal-mente el apoyo al gobierno federal. Esto causó controversia y algunos juristas señalaron que cuando se pide el apoyo federal por trastorno interior, según el numeral 119 de la Constitución Federal, el Gobernador debe solicitar al Con-greso Local que éste realice la petición de apoyo, lo que no sucedió. Si bien, lo recomendable al caso era que el Gober-

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nador solicitara la intervención federal, de conformidad al Congreso local, en estricto sentido, de acuerdo al contenido del Decreto —y a las atribuciones de la Comisión—, el Eje-cutivo federal pudo emitirlo sin necesidad de haber recibido un requerimiento de apoyo previo por parte del Gobernador. El Decreto Ejecutivo en comento destaca un gasto en el 2014, por 45 mil millones de pesos en el desarrollo integral de Michoacán. Se asume el control de la seguridad pública en 27 municipios de tierra caliente, donde las fuerzas federales mantienen tareas permanentes de vigilancia. El Ejecutivo Federal reconoció la decisión de los ciudadanos para cola-borar con la seguridad de sus comunidades. Establecerá mecanismos para incorporar a la institucionalización a los grupos que se organizaron para ello: los cuerpos de defensa rurales y las policías municipales.

El 27 de enero del 2014, el gobierno federal y el del Estado de Michoacán firmaron en Tepalcatepec, un acuerdo con grupos ciudadanos de la Entidad –“autodefensas”-. El docu-mento establece (bbc Mundo, 2014):

1. Las autodefensas se institucionalizan al incorporarse a los cuerpos de Defensa Rurales.

2. Para la protección de sus comunidades, personal de las autodefensas podrá formar parte de la Policía Munici-pal.

3. Las autodefensas se obligan a registrar las armas que actualmente poseen o portan ante la Secretaría de la Defensa Nacional. La Secretaría se compromete a do-tarlos de las herramientas necesarias para su comuni-cación, traslado y operación.

4. Se llevará a cabo una auditoría del uso de los recursos públicos municipales.

5. Se acuerdan la rotación de los Agentes del Ministerio Público Federal y Local, así como la instrumentación de unidades móviles de Ministerio Público.

Así, el proceso de registro de las autodefensas inicio el 29 de enero del 2014 en el Municipio de Tepalcatepec. Cada persona puede acreditar un máximo de dos armas, una cor-

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ta y una larga. Los documentos entregados integran un ex-pediente que queda a resguardo de la SEDENA, y los candidatos quedan bajo las órdenes de un cuerpo de caba-llería del Ejército mexicano.

alternativas oficiales para las autodefensas

Tan pronto sea posible, el Estado debe regular estrictamen-te a las autodefensas, o desarmarlas de forma efectiva y per-manente; quizá, y es recomendable, asimilarlas institucionalmente. La experiencia en otros países indica que nadie debería aguantar la respiración en espera de que algo así suceda. Alternativas oficiales para las autodefensas:

1. Cuerpos de defensa Rural. Los actuales cuerpos de de-fensa rural son parte del ejército, Institución cuyo ob-jetivo es la seguridad nacional, no la seguridad que buscan los pobladores como próxima a sus comunida-des afectadas por la delincuencia organizada.

2. Policía Municipal. Para pertenecer a la policía federal o estatal se prevén requisitos difíciles de cumplir por parte de los miembros de las autodefensas (establecidos en la Ley General del Sistema Nacional de Seguridad Pública, Artículo 88, indica en el párrafo IV.- Acreditar que ha concluido, al menos, los estudios siguientes: En el caso de aspirantes a las áreas de investigación, ense-ñanza superior o equivalente; Tratándose de aspirantes a las áreas de prevención, enseñanza media superior o equivalente; En caso de aspirantes a las áreas de reac-ción, los estudios correspondientes a la enseñanza me-dia básica. Por su parte, la Ley del Sistema de Seguridad Pública del Estado de Michoacán, replica los mismos requisitos) (dof, 2013).

3. Policías Comunitarias. Son unidades que responden más a intereses de la población que a los del Estado.

La legalización de algunos grupos presenta una solución temporal, pero el Estado necesita enfrentarse a las raíces que

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llevaron a la formación de estos grupos. Los mexicanos de-bemos aceptar que el país está en crisis; es decir está en el punto de inflexión. Las grandes crisis son las épocas de las grandes oportunidades para los triunfadores.

conclusiones

México forma parte del grupo de países emergentes, de eco-nomías “duales” y de relevantes diferencias: por una parte es considerado un Estado moderno e industrializado, fuer-temente vinculado con las necesidades del mercado global de exportación e importación; pero, al mismo tiempo, gran-des sectores sociales quedan rezagados, carentes de los mí-nimos de bienestar y sin capacidad ni posibilidad de desarrollo.

Desde 2011 han brotado “grupos de autodefensas” como expresión de inconformidad y hartazgo por la inseguridad. Sin embargo, la aparición de los “policías comunitarios” en diversas partes del país empezó mucho antes.

Los medios de difusión y las autoridades oficiales, como la Secretaría de Gobernación, u otras fuentes, hacen diferen-tes estimaciones sobre el número de autodefensas operando en el país. La situación amenaza, por la situación nacional, ser caótica (ver figura 1). El problema amenaza extenderse. Debido a ser contigua al Estado de Michoacán, el gobierno del Estado de Guanajuato y de los municipios de la Zona Laja-Bajío, debieran prever una estrategia de contención para evitar este tipo de fenómenos.

El Presidente, al utilizar a las fuerzas Armadas en la gue-rra contra los cárteles —sin haberse declarado un estado de excepción—; lo mismo que las autodefensas, adolecen de un claro marco jurídico que les permita realizar acciones me-taconstitucionales.

El artículo 17 constitucional señala que nadie puede ha-cerse justicia por sí mismo, ni ejercer violencia para recla-mar su derecho. Tal prohibición a la autotutela tiene sanción penal, bajo el delito denominado “ejercicio indebido del pro-pio derecho”.

La legítima defensa consiste en el rechazo por medios racionales de una agresión antijurídica, real, actual o inmi-

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nente y no provocada contra bienes jurídicos del propio de-fensor o de un tercero. Las autodefensas y sus actividades subsumen la hipótesis.

Las autodefensas y sus actividades subsumen la hipótesis -aunque exista la absurda e interesada negación oficial-, de que México vive una guerra civil pero con leyes de nación en paz. Esta disonancia legal genera problemas innecesarios y facturas que se tendrán que pagar, tarde o temprano. No es un asunto de detener la guerra. Ya se inició y hay que termi-narla. Esta es también una guerra ética; en la cual todo mexi-cano puede y debe unirse a ella. Pero requiere de políticas públicas adecuadas.

Es atinado tratar de “legalizar” o “institucionalizar” a es-tos grupos, sin embargo, dada la forma de organización del ejército y de la policía, es muy probable que la filosofía de las autodefensas no “encuadre” con esas instituciones.

Los grupos de autodefensa pueden y deben fungir como cuerpos de aproximación, coadyuvancia y subsidiariedad de las fuerzas del Estado. Pueden funcionar, como cuerpos de seguridad comunitaria o integrantes, como prevé la Consti-tución Federal —aunque falta normarlo— de la Guardia Na-cional.

El Gobierno del Estado de Michoacán es legal, pues pro-viene de un triunfo electoral, pero ilegítimo, pues la pobla-ción no cree en la eficacia de sus acciones.

El Decreto publicado en el DOF el 15 de enero de 2014 por medio del cual se crea la Comisión por la Seguridad y el De-sarrollo integral en el Estado de Michoacán, formalmente no vulnera la soberanía estatal.

Otra alternativa del Ejecutivo Federal para “pacificar” Mi-choacán pudo haber sido proceder conforme al artículo 29 constitucional: restringir o suspender derechos y garantías.

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respuestas y experiencias

[125]

identidades laborales y pérdida de solidezdel trabajo bajo la naturaleza actual

de la ocupación: el caso de los municipiosde celaya y salvatierra

Teodora Hurtado Saa

resumen

Diversos fenómenos en torno al trabajo nos llevan analizar la pérdida de centralidad de los empleos formales e indus-triales y la emergencia de los trabajos informales, precarios y de servicios. Al analizar el mundo laboral en el caso parti-cular de los municipios de Celaya y Salvatierra, encontramos que este tipo de empleos actualmente concentran a la pobla-ción ocupada y se configuran como los trabajos predominan-tes en el Estado de Guanajuato. No obstante, la posición socio-laboral de los trabajadores, así como el nivel de con-centración en mercados de trabajos precarios va a depender de las categorías sociodemográficas de género, etnia/raza, clase social, nivel educativo, lugar de origen, discapacidad y orientación sexual. Al considerar sus trayectorias laborales y valorar sus percepciones sobre el mundo de trabajo, se concluye que la segmentación, la discriminación, la pérdida de seguridad o durabilidad del empleo, así como la dismi-nución del poder adquisitivo de los asalariados se presentan como los principales problemas. La estrategia metodológica de esta investigación recurre a la teoría sociológica, feminista y económica para desarrollar un estudio de casos sobre la par-ticipación diferencial de hombres y mujeres en el mercado de trabajo de Celaya y Salvatierra, según sus rasgos identitarios más generales y tipo de ocupación. Metodológicamente, em-pleamos información estadística de la Encuesta Nacional de Empleo, de 2010 y 2013, y del Censo General de Población de 2010. Asimismo, se recopila información empírica a par-tir de la realización de estudio de campo y el muestreo cua-

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litativo de informantes claves, fundamentalmente hombres y mujeres que laboran en puestos de trabajos no regulados.

palabras claves

Identidades, mundo de trabajo, pérdida de durabilidad, tra-bajos precarios, modelo de producción.

introducción

Las condiciones actuales de precarización del mercado de trabajo, del empleo y del poder adquisitivo de los asalariados nos han hecho despertar de una ilusión retrospectiva, la de pensar que el trabajo siempre sería medio de realización personal, plataforma para el desarrollo de la identidad co-lectiva y garantía del desarrollo social y nacional. En las últimas décadas cuando las creencias y realidades en torno al trabajo como estrategia de realización se han transforma-do (Méda, 1996: 688-690), hemos modificado igualmente las maneras de entender e imaginar el empleo.

Después de la Revolución Industrial, con la emergencia del trabajo asalariado, las sociedades occidentales le impri-mieron valor de cambio a la acción de dominar y moldear la naturaleza gracias al trabajo como al uso de las máquinas para lograrlo. Desde entonces, esta particular concepción de trabajo comenzó a ser central en la vida humana (Méda, 1996: 688). Con base en el modelo de producción industrial se construyó e implantó un concepto de trabajo, desde el cual éste es entendido como una actividad social y cultural que se edifica sobre la base de relaciones sociales asimétricas y de poder, particularmente entre el capital y la fuerza de tra-bajo, desconociendo e invisibilizando tanto aquellas activi-dades productivas que se encontraban fuera de la producción industrial: el trabajo doméstico y el de los servicios, por ejemplo, así como las relaciones socio-laborales asimétricas por condición de género, etnia/raza, clase social, debido a la homogeización de las identidades de los sujetos laborales a

127IDENTIDADES LABORALES Y PÉRDIDA DE SOLIDEZ DEL TRABAJO

una sola figura: la imagen idealizada del trabajador mascu-lino fabril (Hurtado, 2011). Desde este planteamiento se constriñó la noción misma de trabajo, de espacio y tiempo de trabajo a un solo modelo: el de la producción fabril; del mismo modo, se redujo la identidad de los trabajadores a un único sujeto universal: el obrero industrial, descalificando a otras ocupaciones, asalariadas o no, a otros actores sociales y a otras categorías identitarias como objetos de estudio de las ciencias sociales (Benites, 1994; Zarifian, 2003).

No obstante, los significados del trabajo e imagen del obre-ro se han transformado de acuerdo con los discursos impe-rantes, con los cambios en los patrones producción/consumo, la globalización de las economías y debido a las demandas de las empresas multinacionales de diversificación y flexibi-lización de la mano de obra. Al cambiar los modos de pro-ducción cambiaron también los significados históricos de trabajo y trabajador (Arango, 2010: 81), las nuevas condicio-nes del empleo y los significados actuales del trabajo se sus-tentan en el hecho de que el fenómeno de la informalidad y las políticas de reestructuración productiva, que sufren des-de hace tres décadas los empleos típicos, pusieron en jaque la teoría económica tradicional, al devaluarse la hegemonía de aquellos empleos donde predominaba una relación sala-rial formal y emerger los trabajos de servicio, de atención personalizada, la subcontratación, los trabajos por cuenta propia e inseguros como las nuevas forma de empleo. La visibilidad alcanzada por estos mercados de trabajo y la pro-blemática de la precarización solo se compara con el asomo de los trabajadores “atípicos”: las mujeres, los inmigrantes, los discapacitados, los niños, los trabajadores étnicos/racia-les -indígenas y afrodescendientes-, de los homosexuales; y con el reconocimiento de que los trabajadores, además de sus identidades laborales, poseen otras categorías identita-rias de las cuales el mercado ha hecho acopio, aprovechán-dose de su capacidad productiva, hecho que se convierte en materia de teorización desde finales del siglo xx.

En el presente estudio nos cuestionamos sobre las carac-terísticas actuales del empleo como medio de realización personal y garantía del desarrollo social y nacional; asimis-mo, nos preguntamos sobre el peso de las identidades de

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género, etnia/raza, clase social, nivel educativo, lugar de ori-gen, discapacidad y orientación sexual como determinantes del acceso, del ejercicio del trabajo y de los sujetos laborales, aludiendo al hecho de que el trabajo y el trabajador indus-trial han dejado de ser las piedras angulares del proceso pro-ductivo. Adicionalmente, nos cuestionamos por si este modo de creación de riqueza continúa siendo el principal medio de vinculación social y de realización individual en México, al analizar el caso particular de los municipios de Celaya y Salvatierra en el Estado de Guanajuato.

El objetivo es determinar la pérdida de seguridad en el empleo, el deterioro de las condiciones de trabajo y el adve-nimiento de las categorías identitarias como determinantes del acceso y ejercicio del trabajo a través de las percepciones de los trabajadores entrevistados, con base en datos estadís-ticos, empíricos y teóricos. Para dar cuenta de los objetivos propuestos estructuralmente en el primer apartado partimos de la teoría económica, la sociología del trabajo y a teorías feministas para establecer las características y diferencias entre la forma clásica de producción industrial y las actuales basadas en la prestación de servicios, entre los empleos for-males y los trabajos precarios, entre el modelo de obrero universal y el reconocimiento de la multiplicidad de carac-terísticas identitarias que definen a los trabajadores en su intersección con la identidad laboral. En el segundo aparta-do nos centramos en el advenimiento de los trabajos preca-rios que florecen amparados por el modelo económico neoliberal, las políticas globales y nacionales de fomento industrial, económico y de debilitamiento de los derechos laborales, la flexibilización y sus efectos sobre el mercado de trabajo. En la tercera parte, abordamos la incidencia de los cambios en el modelo de producción y la implementación de las políticas de flexibilización productiva, analizamos el caso mexicano, en general, y de los municipios de Celaya y Salvatierra para el Estado de Guanajuato, en particular.

Los datos empíricos y estadísticos, fuentes de la informa-ción primaria empleada para el desarrollo de este trabajo, nos permiten dar cuenta de la precarización de los empleos como de la percepción de pérdida de durabilidad como de reducción de las garantías laborales de los trabajos actuales

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frente a los clásicos, en el caso de las localidades objeto de este estudio, como resultados de los cambios en la dinámica económica para México, desde finales del Siglo xx y las pri-meras décadas del Siglo xxi. Asimismo, establecemos como las personas entrevistadas conciben que la inserción al mer-cado de trabajo no sólo responde al nivel de cualificación, también se ve afectada por patrones de discriminación y segmentación de los puestos de trabajo, con base en las ca-tegorías identitarias de género, etnia/raza, clase social, nivel educativo, lugar de origen, discapacidad y orientación se-xual; para dar paso a las conclusiones o reflexiones finales. Desde donde se establece que con las nuevas condiciones de los mercados productivos y laborales se ha desestabilizado la dinámica empresarial y económica local: cierre de las em-presas pequeños y medianas que no pueden competir con las condiciones del mercado impuestas actualmente por el Estado Mexicano, los consorcios y las empresas multinacio-nales, lo que se traduce en desempleo, subcontratación, em-pleo precario y reducción de la oferta laboral, afectando a la fuerza de trabajo en general y a los grupos poblaciones con las características identitarias menos valoradas, en especial.

el mundo de trabajo y pérdida de “durabilidad”con la precarización del empleo

A finales del siglo pasado teóricos como André Gorz plantea-ron la pérdida de centralidad de los trabajos clásicos, o de los empleos que se habían dado a llamar por los estudiosos como los “empleos típicos” o los “verdaderos empleos” (Ne-ffa, 2001: 52). Las principales características de estos traba-jos eran: empleos asalariados, regulados por la legislación en materia de contrato de trabajo (es decir subordinación directa del empleado respecto del empleador, heterónomos y en relación de dependencia de la empresa), en el contexto de una economía desarrollada que crecía a buen ritmo, de manera regular y centrada en el mercado interno (Neffa, 2010: 44-45). En este modelo laboral y productivo eran he-gemónicos la producción industrial manufacturera, los em-

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pleos masculinizados y la jornada laboral a tiempo completo —de acuerdo a la jornada máxima legal vigente y dando lugar al pago de horas extraordinarias si fuera el caso—. Igualmente, el ejercicio del trabajo se concentraba dentro del ámbito físico de un establecimiento urbano ajeno al lugar de residencia, hogar o domicilio del trabajador, quien laboraba cobijado por un contrato de duración por tiempo indeterminado, gozaba de la garantía de estabilidad y era declarado o registrado ante la Administración del Tra-bajo y el Sistema de Seguridad Social al hacer ellos y los patrones los aportes correspondientes, lo cual otorgaba una adecuada protección social que beneficiaba también a la fa-milia del trabajador, aún después de que este falleciera dado que le otorgaban una pensión o jubilación. Garantías que le permitían al trabajador y a su parentela simbólicamente ci-mentar la idea de perdurabilidad, seguridad, solidez y con-tinuidad de los recursos necesario para mantener las condiciones materiales de existencia con base en el empleo.

Por otro lado, el salario tanto directo como indirecto y las demás condiciones laborales, estaban reguladas para el con-junto de trabajadores a través de las normas legales (salario mínimo, asignaciones familiares, seguros sociales, subsidios al consumo o a la inversión de las familias, etc.), pudiendo ser incrementados periódicamente según los países, a través de disposiciones legislativas de validez nacional, mediante la negociación del convenio colectivo a nivel de la rama de actividad, o por intermedio de acuerdos de empresa estable-ciendo una relación directa con: a) la evolución del costo de vida; b) la productividad global de la rama o el sector; c) la antigüedad en la firma y d) los resultados económicos de la empresa (Neffa. 2010). En este contexto, los salarios reales crecían de manera progresiva, gracias a lo cual los asalaria-dos tenían capacidad de consumo y poder adquisitivo en su conjunto; asimismo, tenía plena vigencia la libertad sindical, los sindicatos y sus dirigentes gozaban de prestigio, eran representativos porque la tasa de sindicalización era elevada y ocupaban posiciones en organismos públicos rectores de la seguridad social, todo lo cual aumentaba su poder en los procesos de negociación colectiva a nivel nacional y del sec-tor o rama de actividad.

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Las crisis de los años 301 afectó el modelo de desarrollo que había prevalecido en los países capitalistas desarrolla-dos, agudizándose luego de la posguerra. Los acontecimien-tos registrados perjudicaron el régimen de acumulación y el modo de regulación de las economías de los países indus-trializados (Boyer y Neffa, 2007); desde allí repercutió sobre los países en vías de desarrollo como México y en otros paí-ses de América Latina. En la crisis económica desencadena-da en 1974-1975 no hubo propiamente recesión a nivel mundial (como había sucedido en 1929-1930 y como acon-tece en la reciente crisis de 2009), pero sí estancamiento del crecimiento económico e inflación, provocando la caída de los salarios reales, la disminución de la parte de los asalaria-dos en la distribución funcional del ingreso, incrementán-dose el desempleo, el subempleo, la pobreza, la indigencia y la exclusión social.

En los años de 1990, las políticas de reestructuración pro-ductiva y de ajuste estructural siguieron, en mayor o menor grado, las consignas del “Consenso de Washington”. La adop-ción de dichas políticas, activadas para frenar la caída e in-crementar las tasas de ingreso, tuvo como resultado la flexibilización de la producción y la gestión de la fuerza de trabajo para reducir costos y aumentar la productividad, con base en la disminución del personal de planta y por consi-guiente de los costos salariales directos e indirectos; la men-gua o eliminación de los derechos laborales y sindicales, acompañados de la implementación de métodos tendientes a estimular la competencia entre los trabajadores (por ejem-

1 A lo largo de la década de 1930, la crisis del veintinueve tuvo efec-tos negativos en la economía mundial. No obstante, su duración de-pendió de los alcances que ésta tuvo en cada país dado que en algunos casos se extendió hasta finales de los treinta o principios de los cua-renta. Sus efectos devastadores en casi todos los países, ricos y pobres, motivó la caída de la renta nacional, de los ingresos fiscales, de los precios, del comercio internacional; asimismo, se disparó el desempleo entre el 25% y el 33%, en particular entre las economía que dependían de la industria manufacturera. La agricultura sufrió la caída de los precios. Ante la caída de la demanda de parte de los países industria-lizados las regiones dependientes del sector primario se vieron fuerte-mente perjudicadas.

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plo la individualización de los salarios y el sistema de clien-tes), dando como resultado una mayor intensificación del trabajo y la fragmentación del colectivo de trabajadores (Ne-ffa, 2010: 46-47).

En este contexto, las políticas neoliberales comúnmente adoptadas fueron: privatización de las empresas públicas, penetración de la lógica mercantil en el funcionamiento de las instituciones de seguridad social, al igual que la amplia apertura al comercio exterior, exacerbando la competencia a nivel internacional, ya no sólo entre compañías ahora tam-bién entre países, particularmente entre quienes se encon-traban unidos a bloques económicos regionales, sellándose de esta manera el vínculo comercial de los países latinoame-ricanos a la economía de los Estados Unidos. Otros procesos y disposiciones políticas fueron la desregulación de todos los mercados y re-regulación del mercado de trabajo; control monetario de la inflación vía contracción del gasto público (especialmente el destinado a los asuntos sociales) para re-ducir el déficit fiscal; atracción del capital extranjero otor-gándole ventajas competitivas para facilitar la instalación y fusionamiento de las empresas, al igual que promover las inversiones extranjeras directas. Se trataba de aprovecharse de las ventajas que ofrecía la tercera revolución industrial, centrada en uso de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (tic) que penetran en todos los países, e in-tegran a las ramas de actividad de las pequeñas, medianas y grandes de empresa (Neffa, 2010: 46-47).

Todo ello presionó sobre los costos salariales directos e indirectos, obligando a los empresarios a cambiar la estruc-tura de las empresas para hacerlas más ágiles y flexibles, y bajar los costos de producción, a través de mecanismos como: buscar nuevas formas de gestión de la producción y de la mano de obra, recurrir a estrategias como la desloca-lización de los establecimientos fabriles o su ubicación en países con menores costos de producción, escasa protección de los mercados locales y abaratamiento de la mano de obra. Países que contaban con mano de obra calificada y/o semi calificada pero cuya política de fomento industrial y econó-mico significaba el debilitamiento de los derechos laborales y la flexibilización de los mercados de trabajo frente a la

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producción y el capital. Además ofrecían atractivos fiscales para la inversión extranjera como para la subcontratación y la tercerización, con empresas nacionales que no siempre cumplen con todas las normas impositivas, laborales y pro-visionales (Neffa, 2010).

Los resultados de este modelo económico han sido la he-terogeneidad productiva, la fractura y segmentación dentro del mercado de trabajo porque aumentó el desempleo, el subempleo, los contratos de duración por tiempo determi-nado, el empleo a tiempo parcial, temporario y eventual, los contratos por medio de agencias intermediarias, las pasan-tías, etc. Entre las formas precarias extremas se cuentan: el empleo no asalariado informal, el empleo clandestino y el empleo asalariado no registrado; deteriorándose tanto la ca-lidad del empleo como la organización del proceso de traba-jo, el sistema y monto de las remuneraciones, la protección social, las condiciones y medio ambiente de trabajo. Igual-mente, se estanca o reduce el salario real y la participación de los asalariados en el ingreso nacional, abriéndose el paso a las diversas modalidades de trabajo informal, empleos pre-carios y no registrados, afectando no solo el sector industrial sino las diversas ramas de actividad económica (Boyer y Ne-ffa, 2004 y 2007).

identidades laborales y pérdida de solidez del trabajo bajo la naturaleza actual de la ocupación

Pese a las características que ha adoptado el trabajo en la actualidad, hasta el presente los estudios realizados han in-sistido más en la descripción del fenómeno de la flexibiliza-ción y precarización, que en la interpretación y explicación del concepto de trabajo bajo la naturaleza actual de los em-pleos, de los trabajadores y de sus condiciones de trabajo (Boyer y Neffa, 2004 y 2007; Neffa, 2010). También son re-cientes las investigaciones que han ahondado en las percep-ciones de los trabajadores sobre la naturaleza endeble que ha adquirido el empleo y su vínculo con las distintas identi-dades de los trabajadores en su interseccionalidad con las de género, las étnicas/raciales, las de clase, las de lugar de

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origen, las sexuales e incluso las de capacidades diferentes. Los trabajadores ya no son únicamente personas que tienen un trabajo formal o informal, también hay que reconocer el hecho de que son miembros de la unidad familiar o incluso participes de economías informales, sumergidas e incluso criminales (Offe 1992). Hombres y mujeres con múltiples identidades cuyas características y estilos de vida se integran a los modos de ejercicio del trabajo o se transforman en parte de los bienes de consumo (Hurtado, 2011).

La precarización de los empleos, su vínculo con las iden-tidades indujeron a que de manera reciente el debate de la sociología del trabajo se aglutine alrededor de la naturaleza actual de la ocupación y su articulación su con otras líneas analíticas: la economía de los servicios y el cambio en la calidad del empleo. Una de las tesis principales de este de-bate plantea que el mercado de trabajo ha entrado a una era en la cual la prestación de servicios, los empleos en el sector terciario y la producción/consumo de bienes inmateriales y simbólicos han venido a conquistar la posición hegemónica que ocupaba el trabajo industrial, la producción de bienes materiales y los denominados “verdaderos empleos”. De acuerdo con Castellanos y Pedreño (2006: 15), este nuevo ciclo productivo se concibe por parte de algunos teóricos, entre los que se encuentran Offe, Bell y Touraine, como el fin de la sociedad industrial y la emergencia de la sociedad de los servicios; esto debido al reciente auge de una econo-mía construida sobre la base de nuevos principios laborales que buscan resaltar la creatividad y la autonomía del traba-jador, mientras se acentúa la racionalización de la división social del trabajo y la sobreexplotación de la mano de obra como motores del desarrollo.

En el mismo sentido, Handy Charles (1986), desde su re-flexión sobre “El futuro del trabajo humano”, ha considera-do que la sociedad contemporánea enfrenta un nuevo modelo productivo: el de los empleos de servicios personales, cuyo ritmo de crecimiento y capacidad de empleabilidad supera al sector industrial; la tesis principal de su obra anun-cia la entrada a una era en la cual la prestación de servicios y la ocupación terciaria han venido a sustituir al trabajo industrial. Estos espacios de trabajo que florecen amparados

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por el modelo económico neoliberal con frecuencia son pre-carios, temporales, inseguros, flexibles, desprovistos de las garantías laborales e informales (Charles, 1986: 26). Otras de las características fundamentales de las economías con-temporáneas es que rompen estructuralmente con el enfoque clásico de trabajo industrial fordiano, debido al advenimien-to de la producción simbólica e intangible y a que muchos de los bienes de consumo adquieren un carácter corpóreo, de interacción cara a cara, voz a voz, cuerpo a cuerpo, cen-trados en la atención al cliente como en el caso de los traba-jos asociados con el cuidado de personas, call center y con los servicios sexuales.

En consecuencia el nuevo modelo de producción va a ser aquel en el cual el producto no existe separado de la propia actividad de trabajar, ya sea porque los bienes se generan únicamente en presencia del consumidor y no es posible almacenarlos, aunque en algún momento de su creación lle-guen a tener una existencia “objetiva” e independiente de sus fabricantes y consumidores (Lazzarato y Negri, 1991 y 2001; Prada, 2000 y 2009; Hardt, 2002; De la Garza et al., 2009; Rodríguez y De la Garza, 2010), como en el caso de la pelí-cula, del concierto o del software. O porque la participación y el gusto de los clientes se tornan decisivos en la relación capital/trabajo.

Estas cualidades que adquieren las mercancías se suman a las nuevas formas de producir y se concretan con el forta-lecimiento de los vínculos que la producción y el trabajo establecen con los consumidores, quienes dejan de ser agen-tes pasivos ubicados al final de la cadena productiva para transformarse en parte activa de la organización del trabajo y de la relación producción/consumo (De la Garza et al., 2009; Rodríguez y De la Garza, 2010). Asimismo, suscitado por esta realidad, es el trabajo inmaterial y de prestación de servicios el que activa y organiza la relación capital/trabajo, el que permite la innovación constante de los modos de tra-bajar y el que regula las estrategias de consumo.

Las características adquiridas por los trabajos llevaron a una parte de los estudiosos a plantear la hipótesis de que los trabajadores no formales eran incapaces de conformar iden-tidades colectivas. Sin embargo, los movimientos de traba-

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jadores que no tienen una aparente relación con el mundo de trabajo industrial, desde hace más de tres décadas, se manifiestan en defensa de sus puestos de trabajo y mantener sus fuentes de ingresos (De la Garza, 2011: 11). Situaciones que llevaron a los sociólogos, demógrafos e historiadores del trabajo a cuestionarse sobre la fuente de la identidad laboral, sobre las acciones colectivas emprendidas por los trabajado-res que se encuentran al margen del trabajo asalariado y formal, o sobre la exclusión o inclusión segmentada de de-terminados colectivos a los puestos de trabajo, con base en sus identidades de género, clase, raza, etnia, etc.

El problema es que se pensó que la situación estructural de los trabajadores, en determinados sistemas productivos, era lo que determinaba la construcción de sujetos sociales; obviando que la identidad misma, la conformación de iden-tidades y la movilización social no sólo influyen o devienen del mundo del trabajo; también dependen y repercuten en otros mundos de vida y en otros niveles de realidad, debido a las presiones que las estructuras políticas, culturales y eco-nómicas ejercen sobre los individuos y grupos sociales (De la Garza, 2011: 19). Además, por efecto de la subjetividad2 las características identitarias inciden en el mundo del tra-bajo.

Un trabajador no sólo puede compartir con otros el espa-cio laboral, igualmente tienen interacciones y experiencias en otros mundos: en el de consumo, en el de ocio, en el de la familia, articulados de manera directa o no con el del trabajo. Asimismo, la identidad no se genera en abstracto sino que es el resultado de paralelismos entre los sujetos, como resultado de determinados problemas u espacios de relaciones de amistad o de conflicto que son compartidas por los trabajadores dentro y fuera del espacio de trabajo. De esta forma, un mismo individuo posee y puede compartir distintas identidades o relaciones identitarias con diferentes

2 La subjetividad es entendida por De la Garza (2011:19) “como proceso de dar sentido que echa mano de códigos culturales mediante la formación de configuraciones de sentidos para las situaciones con-cretas, en un espacio viable de significaciones más que de determina-ción cultural”.

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sujetos, dado que parte de esta intersubjetividad está estruc-turada con base en relaciones sociales de poder y domina-ción por género, etnia/raza, clase, prácticas culturales, nacionalidad, condición de inmigración, etc. (Arango, 2010: 90-92).

Demanda entonces la realidad realizar una mirada ex-haustiva a los distintos empleos, a los trabajos de servicio y a determinadas ocupaciones, debido a que la naturaleza de estos trabajos se explica en el hecho de que el acto de servir o la prestación de servicios ha devenido en producto: el pro-ducto “servicio”. Demanda que se sustenta en la importancia adquirida por las “relaciones sociales de servicio” y por la relevancia, el sentido y el carácter simbólico e inmaterial de la producción y del consumo, como determinantes del mis-mo trabajo como de los modelos de construcción social de las ocupaciones, del trabajador y del ejercicio del trabajo (Lazzarato y Negri, 1991 y 2001; Du Tertre, 2009 y 2011).

De la misma forma, el mismo acto de servir, a cambio de una remuneración económica, se transforma en bien de con-sumo: los servicios bancarios, de transporte y la atención médica, las estrategias de atención y satisfacción al cliente, etc., al poner en relación directa al cliente, consumidor, pa-ciente o usuario con el productor y/o trabajador, encargado de proveer dicho bien (Lazzarato y Negri 1991). La mercan-cía, entonces, adquiere una doble condición, la de ser un bien intangible objetivado y la de ser un producto simbólico de diverso índole: cognitivo, emotivo, estético, moral, cultu-ral, identitario, etc. (Rodríguez y De la Garza, 2010). Los clientes se transformaron en agentes que se expresan sobre la forma en que quieren ser atendidos, por quienes, las cua-lidades del trabajador y sobre las características del produc-to, bien o servicio.

La facilidad con que el capital, la globalización, el merca-do y el desarrollo tecnológico pueden hoy en día proporcio-narnos al instante acceso a placeres efímeros y frágiles, o a bienes tangibles e intangibles, contribuyó al advenimiento de la sociedad de consumidores. La tendencia al consumis-mo está en perfecta sintonía con el nuevo entorno líquido de los bienes de consumo, del mundo de trabajo, de los espacios de trabajo y de las identidades sociales en torno al trabajo y

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al mundo de vida, las cuales están experimentando procesos dinámicos y complejos a la vez: la permanente transforma-ción, la reinvención y la afirmación (Bauman, 2007). Stephen Bertman ha acuñado el término “cultura acelerada” para referirse al estilo de vida de nuestras sociedades, donde la “soberanía del consumidor” nos advierte que la sociedad de consumidores se puede extender, aunque no ilimitadamente (Bauman, 2007: 18). Igualmente, existen límites y estructuras que difícilmente pueden ser traspasados, al contrario se for-talecen con cada encuentro humano: las disparidades de género, étnicas/raciales, clase y poder.

precarización y pérdida de “durabilidad” del empleo en el estado de guanajuato, el caso de las ciudades

de celaya y salvatierra

En la primera década del siglo xxi, México experimentó una serie de altibajos en su crecimiento económico, los cuales se agudizaron en el 2009 debido a la crisis global, promoviendo la desaceleración del crecimiento de los factores productivos en un país con problemas laborales y de pobreza estructural desde años atrás (García, 2012: 91) precarización del traba-jo formal y de las condiciones de trabajo, pérdida de la ca-pacidad adquisitiva de los asalariados, reducción del número de trabajadores con acceso a la seguridad social, ausencia de prestación de salud, de contratos formales e in-cremento de los trabajo temporales, como parte de una rea-lidad a la que se enfrenta una magnitud importante de asalariados mexicanos (cerca de 13 millones para el segundo trimestre de 2009, según la enoe) (García, 2012: 99).

Patricia, una mujer de 18 años residente en el municipio de Celaya, manifiesta que:

[...] los trabajos que he tenido no me ofrecen seguridad social, ni contrato formal. La reforma laboral no ha favorecido la mejora de las condiciones de trabajo, al contrario parecen estar empeorando porque el trabajo es cada vez más pesado, pagan poco y porque recibo malos tratos de parte de los jefes y supervisores; por estas razones he tenido que cambiar varias veces de empleo. Actualmente laboro en un estética (trabajo

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de cuidado), anteriormente era mesera en un restaurante (tra-bajo servicio), entre otros trabajos que he realizado”.

De manera reiterada se ha debatido acerca de estos fenó-menos que agobian a la fuerza de trabajo; igualmente se ha discutido sobre la necesidad de rediseñar los contenidos y los alcances de la legislación laboral mexicana, donde pese a que el empleo formal ha mantenido un crecimiento cons-tante, los niveles de ingreso y las condiciones de trabajo es-tán cada vez más distantes de lo que se requiere para cubrir las demandas de una fuerza de trabajo que crece exponen-cialmente y que solicita mejores fuentes de empleo como de sus condiciones laborales. Las estimaciones del Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP), según datos del Consejo Nacional de Población (Conapo), en el 2009, apuntaban a que México debería de estar en posibili-dad de generar al menos un millón de trabajos al año, tan sólo para incorporar a los nuevos obreros, de lo contrario en los próximos decenios surgirían problemas más severos, si no se implementaban las soluciones que ayuden a detonar la generación de empleo (ceesp, 2009: 8).

Contrario a lo proyectado por la Conapo, las medidas adoptadas por el gobierno mexicano en materia de política de empleo apuntan hacia una mayor flexibilización y preca-rización del mercado de trabajo: eliminar los obstáculos lega-les que se imponen a través de los contratos ley, promover el acuerdo de voluntades entre empleador y empleado, facilitar el uso de mano de obra a través de la contratación por horas y las pasantías, así como reducir los costos de contratación. Adicionalmente, la gran mayoría de los trabajadores asalaria-dos se encuentran laborando en pequeñas o medianas empre-sas y en micronegocios, siendo en estos espacios laborales donde usualmente la fuerza de trabajo presenta mayores de-ficiencias en sus condiciones de empleo (García, 2012: 98).

Olga de 27 años de edad, residente en Salvatierra, argu-menta que:

No estoy satisfecha con mi salario. No sé de qué trata la re-forma laboral, menos sí ha contribuido a mejorar el trabajo porque actualmente son menos estables, seguros y duraderos.

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Anteriormente había más trabajo para todos, el dinero ren-día más, aunque, si una mujer estaba embarazada buscaban el motivo para despedirla. Hoy muchas empresas ya no quie-ren jubilar a la gente y existen empresas que cambian de dueño para hacer continuamente contratos y así la gente no genera antigüedad”.

A casi dos años de su vigencia los objetivos de la reforma laboral aún no se cumplen, al contrario la creación de nuevos empleos, la seguridad jurídica a la inversión, la mejora del ingreso de los trabajadores y la productividad de las empre-sas se encuentran por debajo de las metas establecidas por el gobierno, conforme lo señalan recientemente dirigentes de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Co-parmex) (El Economista, 2014). Y lo evidencian tanto los datos empíricos como los comentarios de los entrevistados aquí citados.

Las circunstancias de precariedad socioeconómica gene-ralizada a la que se enfrenta la fuerza de trabajo son diversas, tanto los empleos formales como los no regulados presentan inestabilidad e inseguridad independientemente del régimen de relación salarial; realidad que se constata a partir del creciente desequilibrio de las condiciones de empleo regula-do y no regulado, en la alta rotación laboral y en la persis-tencia de la desocupación. No obstante, el mayor incremento de los niveles de pobreza, subempleo y desem-pleo se observan y manifiesta en las zonas urbanas y semiur-banas -caso de Celaya y Salvatierra- debido a que en ellas se concentra el mayor número de habitantes y a que el ingreso como el sostenimiento de sus hogares depende casi exclusi-vamente de los salarios (Damián, 2012: 53). Las respuestas de los hogares como de los individuos para contrarrestar o encontrar alternativas de ingreso han sido el autoempleo, el emprendimiento o la generación de pequeños negocios, las ventas ambulantes y en otros casos la emigración; en tanto que las empresas recurren a la subcontratación (el outsour-cing) y al empleo no registrado.

Oscar, de 24 años de edad, quien trabaja como evaluador en un taller de joyería en Celaya y cuenta solamente con un contrato verbal, relata que:

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Por el tiempo que llevo trabajando puedo considerar que mi trabajo es estable y seguro, me ofrece seguridad social (en salud). No obstante, a nosotros, la reforma laboral nos afecto, a la empresa y a mí; los trabajos no son ni seguros, ni estables, ni mucho menos duraderos porque la mayoría son por con-tratos temporales, a no más de tres a seis meses.

Gloria, de 25 años de edad, trabaja en una estética en Salvatierra y percibe menos de tres salarios mínimos al mes, ella nos dice:

No estoy satisfecha con mi sueldo, tampoco lo estoy con mi trabajo porque no es estable, no me ofrece seguridad social.

Los trabajos son menos estables, seguros y duraderos por la falta de empresas y el crecimiento de la población.

Espero conseguir otro trabajo que me proporciones mejo-res condiciones laborales, como el que sea estable o llegar a tener mi propia empresa o negocio, aunque económicamen-te no sea muy rentable. Más que dinero es importante la es-tabilidad personal que brinda el tener un trabajo formal.

A partir de la información estadística del inegi para el Estado de Guanajuato y la República Mexicana, con base en variables como ocupación, sector de actividad, tasa de par-ticipación, edad y sexo, observamos que para el 2013 el país contaba con 88’326,076 millones de habitantes en edad la-boral, de 14 y más años; el Estado de Guanajuato represen-taba el 4.7% de esa población, con 4’153,619 millones de individuos en edad laboral.3 Como lo muestra la tabla 1, en el caso del Estado de Guanajuato el 61.25% de esa población era económicamente activa, el 58.09% desarrollaba alguna actividad y solo el 3.16% se encontraba desocupada, regis-trando en cifras relativas niveles similares a los del país o ligeramente superiores a él, en los casos de la Población Eco-nómicamente Activa (pea), Población Ocupada (po) y de la Población Desocupada (pd).

3 Datos inegi: Censos Generales de Población 2010 y Encuesta Na-cional de Ocupación y Empleo 2013.

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Pese a la vocación agrícola de la mayoría de los munici-pios del Estado de Guanajuato, entre ellos el de Salvatierra, más del 83% de la pea se ubica por fuera de este sector, el 32.01% en el secundario y el 54.53% en el terciario; incluso el sector de los servicios es el que más contrata fuerza de trabajo, demostrando que el trabajo industrial, asalariado y fabril ha perdido su preponderancia para dar paso a los tra-bajos de servicios (ver gráfica 1). Aunque esta tendencia es global, dado que la producción de bienes manufacturados con valor agregado y de servicios supera la de materias pri-mas; no obstante, para México el trabajo agrícola continúa siendo relativamente importante con el 13.36% de la fuerza laboral ubicada en este sector, mientras para el Estado de Guanajuato es de 12.72%. En este contexto Guanajuato

tabla ipoblación ocupada y no ocupada de 14 y más años

según sexo para el estado de guanajuato y república mexicana en el 2013

Guanajuato Estado Mexicano

Población económicamente activa (pea) 61.25 59.64

Población no económicamente activa (pe no a) 38.75 40.36

Población Ocupada (po) 58.09 56.88

Población Masculina Ocupada (pmo) 34.97 35.07

Población Femenina Ocupada (PFO) 23.12 21.82

Población Desocupada (pd) 3.16 2.75

Población Masculina Desocupada (pmd) 1.77 1.68

Población Femenina Desocupada (pfd) 1.39 1.07

fuentes: elaboración propia en base en inegi Censos Generales de Población 2010 y Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo 2013.

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muestra una clara tendencia hacia la consolidación del sec-tor de los servicios (con un 60.88% de los ocupados), en comparación con la dinámica nacional (con un 54.53% de los ocupados), y pese al hecho de que la última década se han asentado en los municipios de León, Salamanca, Irapua-to y Celaya empresas dedicadas principalmente a la produc-ción automotriz.

Enfocándonos en variables económicas como el tipo de trabajo, sector productivo, y en categorías sociodemográficas como el género y la edad, podemos apreciar que sí bien tan-to los hombres como las mujeres se dedican principalmente a la prestación de servicios, en comparación a sus homólogos masculinos, las mujeres están sobre concentradas en el sec-tor terciario, con más del 73% de participación para el Es-tado y casi el 80% en el país. En contraste, son los hombres con el 17.75% en Guanajuato y el 18.8% a nivel nacional quienes se dedican a la producción agrícola y ganadera, en tanto que las mujeres escasamente ejercitan estas labores, con el 3.63% para el estado y el 3.2% para todo el país.

gráfica 1población ocupada según sector económico

para guanajuato y nivel nacional en el 2010

fuentes: elaboración propia en base en inegi, Censos Generales de Población 2010.

144 TEODORA HURTADO SAA

Aunque no contamos con datos que nos permitan estable-cer en qué sector económico se ubican, por grupos de edad y sexo, un hecho relevante es que la participación de la po-blación mayor de 65 años, tanto a nivel nacional como esta-tal, sigue siendo muy fuerte, del 24.39% y 26.01% de la población ocupada mayor de 65 años respectivamente (ver grafica 3). Por otra parte, si bien los datos estadísticos per-miten establecer que la población menor de 14 años partici-pa moderadamente, se evidencia que pese a que la fuerza de trabajo infantil no contribuye de manera significativa a la PO existe la explotación laboral infantil, al igual que una gran cantidad de adultos mayores tienen que trabajar para procurar sus necesidades cotidianas.

Como lo reflejan los datos empíricos que hemos presen-tado, algunos de nuestros informantes antes de cumplir los 18 años ya tenían una amplia trayectoria laboral en trabajos informales, no registrados y mal remunerados, trabajo que en estos casos se situaban en el sector de los servicios: esté-ticos, restauranteros y domésticos, o de comercio y ventas ambulante.

Las tablas 2a y 2b nos muestran la evolución de los traba-jadores subocupados de 14 años y más, mano de obra que

fuentes: elaboración propia en base en INEGI Censos Generales de Población 2010.

gráfica 2población ocupada según sector económico

y sexo para guanajuato y nivel nacional en el 2010

145IDENTIDADES LABORALES Y PÉRDIDA DE SOLIDEZ DEL TRABAJO

se encuentra subempleada ya sea por insuficiencia de horas de trabajo, deseando ocuparse en una jornada laboral nor-mal, o porque el trabajador está sobre cualificado para el empleo que desempeña o porque sus ingresos no compensan o son inferiores respecto al tiempo y el tipo de trabajo que realizan (Neffa, 2010). Con base en estas categorías solo el 4.9% de la población ocupada se encuentra en condición de subempleo; no obstante, lo relevante estadísticamente es que el 66.3% de los subocupados en el Estado de Guanajuato para el 2013 eran hombres, asimismo esta tendencia se man-tuvo durante el 2010 al 2013, agudizándose en el caso de los hombres en los años intermedios, en el 2011 y 2012, quienes experimentaron una mayor proporción de fuerza de trabajo

tabla 2apoblación de 14 y mas años subocupada en el estado de guanajuato en el 2013

Población Ocupada 58.09

Población Subocupada 4.9

Población Subocupada Masculina 66.3

Población Subocupada Femenina 33.7

fuentes: elaboración propia en base en inegi Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo, indicadores estratégicos 2010 y 2013.

gráfica 3participación económica según grupo de edad

fuentes: elaboración propia en base en inegi Censos Generales de Población 2010

146 TEODORA HURTADO SAA

subocupada en comparación a las mujeres, como se registra en la tabla 2b.

Al analizar los niveles de subocupación observamos que las mujeres al parecer experimentan mejores condiciones de trabajo en comparación a los hombres. No obstante, al inte-grar en el análisis otras categorías como la etnia/raza, la clase social, el nivel educativo, lugar de origen y orientación sexuales podemos observar que, en opinión de los encuesta-dos, aunque existen diferencias en el acceso y las condiciones de trabajo, dichas características individuales y colectivas pueden incidir de manera negativa entre quienes poseen ras-gos identitarios subvalorados, empeorando tanto sus condi-ciones laborales como el acceso al trabajo. En ese sentido las mujeres indígenas, con alguna discapacidad, pobres y con bajos niveles educativos serían las más discriminadas o las que mayoritariamente tendrían escasa posibilidad de par-ticipar del mercado de trabajo.

Conforme lo enuncian las respuestas y argumentos expre-sados por un grupo de 20 personas entrevistadas, 13 de ellas mujeres y 7 hombres4, residentes en los municipios de Cela-

4 Se realizó un muestreo descriptivo entre personas residentes en Celaya y Salvatierra, para la selección se consideró el hecho de que se encontraran laborando al momento de la encuesta, que se ubicaran en distintas ramas de ocupación y que tuvieran o no contrato laboral formal. El cuestionario incluyó una serie de preguntas sobre sus con-diciones de trabajo, antigüedad, trayectoria laboral, ingresos, nivel educativo, relaciones de laborales y discriminación, entre otros inte-

tabla 2bpoblación de 14 y mas años subocupada

en el estado de guanajuato entre el 2010 y el 2013

Hombres Mujeres

Población Subocupada 2010 66.84 33.16

Población Subocupada 2011 68.99 31.01

Población Subocupada 2012 67.08 32.92

Población Subocupada 2013 66.29 33.71

fuentes: Elaboración propia en base en inegi Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo, indicadores estratégicos 2010 y 2013.

147IDENTIDADES LABORALES Y PÉRDIDA DE SOLIDEZ DEL TRABAJO

ya y Salvatierra, persisten factores que inciden para que una persona no sea contratada o para que experimente condicio-nes laborales más adversas en comparación al resto de la población, y aunque el bajo nivel educativo es la primera causa, existen características sociodemográficas que por cau-sa de la discriminación abonan para que algunas personas e individuos se sobre concentren en trabajos precarios. Al-gunos de esas características son la discapacidad, el ser in-migrante y el pertenecer a un grupo étnico/racial.

Oscar considera que:

[...] lamentablemente vivimos en una sociedad cerrada donde discriminan a la comunidad gay, pero yo los apoyo. Somos humanos después de todo. También hay preferencias con re-lación al sexo lo que favorece que los hombres antes que las mujeres tengamos acceso al trabajo. Cosa similar acontece con los indígenas por culpa de la discriminación, con los in-migrantes dependiendo de la región de donde vengan y de la

rrogantes que nos permitieron dar cuente de la relación entre identi-dades y trabajo.

tabla 3principales razones que aluden los entrevistados para

no ser contratados en una empresa o negocio en los municipios de celaya y salvatierra

Razones para no contratar a alguien

Tener bajo nivel educativo

Ser discapacitado

Ser de otra región

Ser indígena

No tener contactos en la empresa

Ser homosexual

Ser pobre

fuentes: elaboración propia con base resultados del Proyecto Prodep “Lo leve, lo líquido y lo solido en las identidades entre trabajadores no clásicos bajo la naturaleza actual de la ocupación”. Año 2014.

148 TEODORA HURTADO SAA

clase social por la apariencia de cada persona (Oscar, de 24 años de edad, bachiller, trabaja como evaluador en un taller de joyería).

Para Gloria el género, la etnia/raza, la orientación sexual y el lugar de origen son elementos que afectan el ejercicio del trabajo, incluso ella misma se ha visto afectada indirec-tamente por fenómenos de discriminación. Gloria nos co-menta que su novio ha sido excluido en el acceso al trabajo por su condición de migración:

Hoy en día hay más preferencias por las mujeres y tenemos más oportunidades de ingresar al trabajo. Sin embargo, vivi-mos en una sociedad que discrimina a los indígenas y a las mujeres indígenas, ya sea por la ropa, el aspecto, por ser feo o guapo, por el modo de hablar. En el trabajo las tratan como si fueran nada y a los homosexuales los acosan constante-mente.

Mi novio es de otro país y no puede conseguir un buen tra-bajo por ser extranjero (Gloria, 25 años de edad, trabaja en una estética en Salvatierra).

Los relatos y experiencias presentadas como resultados de nuestra investigación son coherentes con los hallazgos revelados por la Encuesta Nacional Sobre Discriminación en México (enadis) de 2010. Según los datos de la enadis 2010 se puede observar que dos de cada diez personas de nivel socioeconómico muy bajo, en contraste con uno de cada diez de nivel socioeconómico medio alto y alto, han sentido discriminación por su color de piel (Conapred,5 2011: 39). Esto significa que existe una correlación de la clase so-cial y el color de piel, que induce a que las personas pobres de tez oscura frente a las del mismo color de piel pero de clases económica media y alta experimentan o perciben me-nos fenómenos de discriminación (Parella, 2005; Hurtado, 2006). Los principales problemas que perciben y agobian a las personas por condición étnica/racial es la discriminación, la pobreza y el desempleo, incluso casi el cuarenta por cien-to (el 39.1% de los encuestados) o cuatro de cada diez per-

5 Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación.

149IDENTIDADES LABORALES Y PÉRDIDA DE SOLIDEZ DEL TRABAJO

sonas, miembros de un grupo étnico/racial, consideran que tienen menos oportunidades que otros sectores sociales para conseguir trabajo, y dado que también sus derechos se ven afectados en otros aspectos: manifiesta que reciben menos apoyos del gobierno, así como limitado acceso a los servicios de salud y a la educación, estructuralmente se convierten en un sector altamente vulnerable a las malas condiciones de vida, como de acceso y ejercicio del trabajo. Lo interesante es que de entre los estados del centro de la República Gua-najuato es uno de los que se encuentra entre los que mayo-ritariamente discriminan, con el 34.5%, junto con Aguascalientes y Querétaro. Asimismo, Guanajuato se en-cuentra entre los Estados que mayoritariamente restringe las oportunidades de acceso al empleo formal e informal, por condición de etnia/raza o color de piel, con el 35.5% de los casos registrados entre quienes manifiestan haber expe-rimentado discriminación por su pertenencia a un grupo étnico (Conapred: 2011: 51-54).

A nivel nacional, las personas con algún tipo de discapa-cidad y los inmigrantes manifiestas que los problemas que más les aquejan y que ellos señalan como los más graves son el desempleo (con el 27.5% entre las personas con alguna discapacidad y el 23.5% entre los y las inmigrantes) y la discriminación (con el 20.4% entre las personas con alguna discapacidad y el 20.5% entre los y las inmigrantes). Aunque en el caso de la población inmigrante extranjera existen di-ferencias en la manifestación de estos fenómenos, afligiendo más a los hombres que a las mujeres. Mientras que los varo-nes migrantes expresan que su principal problemas es el desempleo (con el 29.6%) y la inseguridad (con el 25.2% en el caso de los hombres inmigrantes), para las mujeres es la falta de documentación legal que les permita su estancia en el país (con el 38.5%) y la discriminación (con el 36.3% en el caso de las mujeres inmigrantes) (Conapred, 2011: 88-98).

conclusiones

Con la emergencia de los empleos de servicios la sociedad contemporánea se enfrenta a un nuevo modelo producción,

150 TEODORA HURTADO SAA

basado en la prestación de servicios personalizados: de be-lleza, restaurantes, turísticos, transporte, etc., cuyo nivel de empleabilidad y fuerza de trabajo han venido a sustituir al trabajo fabril y al trabajador industrial. Estos espacios de trabajo que florecen amparados por el modelo económico neoliberal con frecuencia son precarios, temporales, insegu-ros, flexibles, desprovistos de garantías laborales e informa-les. Los servicio y productos que ofrecen son de carácter simbólico, intangibles o adquieren un carácter corpóreo por las interacciones cara a cara, voz a voz, cuerpo a cuerpo entre los clientes y los trabajadores como en el caso de los trabajos asociados con el cuidado de personas, call center y con los servicios sexuales.

Estos cambios impulsan a que los estudios sobre el traba-jo se enfrenten a una complejidad de sujetos laborales, de mercados de trabajo y de relaciones de producción, que han provocado la pérdida de centralidad del trabajo clásico y la emergencia de otros trabajos y trabajadores, en los cuales las múltiples características identitarias que los integran: las de género, etnia/raza, clase, edad, lugar de origen, naciona-lidad, discapacidad y orientación sexual, adquieren relevan-cia tanto para el ejercicio del trabajo como para la inserción en el mercado laboral. Este tipo de trabajos y de sujetos la-borales hoy en día son parte de los empleos desregulados, precarios y a tiempo parciales, y motivo de estudio de las ciencias sociales. Se favorece así la producción de conceptos, propuestas analíticas y de metodologías desde las cuales pre-tendemos dar cuenta de esta nueva realidad, como de los sujetos sociales que la integran y estructuran.

Los nuevos trabajos carentes de contratos formales, de prestaciones laborales, de salarios dignos, a corto plazo y precarios nos inducen a pensar en una realidad del trabajo. Realidad donde se ha perdido la solidez del mismo y se ha instaurado la incertidumbre laboral. Como lo reflejan los datos para los municipios de Celaya y Salvatierra los entre-vistados manifiestan que los trabajos en los que se ocupan no les brindan la seguridad que en antaño experimentaron sus padres y abuelos. En esta nueva etapa de la producción económica en México, el trabajo regulado es sólo uno de los

151IDENTIDADES LABORALES Y PÉRDIDA DE SOLIDEZ DEL TRABAJO

factores que integran el mundo de vida, que abarca tanto los trabajos formales como los no formales, los precarios y des-protegidos. Un universo en el que participa una heterogenei-dad de sujetos sociales: hombres y mujeres, jóvenes y adultos, inmigrantes y residentes, empleados, subempleados o des-empleados, etc., acompañados de sus múltiples identidades y no sólo de las laborales.

Los fenómenos asociados con el trabajo y su vínculo con las categorías identitarias de género, etnia/raza, clase, disca-pacidad, migración y orientación sexual, conforme a los da-tos presentados en este artículo nos permiten determinar que la discriminación niega el ejercicio igualitario de las liberta-des, de los derechos y del acceso como del ejercicio del tra-bajo en particular a las personas que poseen identidades subvaloradas; lo que fomenta su exclusión y las pone en des-ventaja para desarrollar de forma plena su vida.

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[155]

la educación de extensión (capital cultural) en las cooperativas de ahorro y préstamo de la

región laja – bajÍo, guanajuato

Ricardo Contreras Soto

resumen

El objetivo de este trabajo es explorar la orientación del ca-pital cultural en los servicios educativos de las cooperativas y su desempeño. Se realizó un estudio sobre las cooperativas de la región Laja – Bajío de Guanajuato, con una muestra de 36 unidades principalmente de ahorro y préstamo, para ex-plorar los servicios de educación de extensión formal: semi – escolarizada y no curricular que ofrecen. Teniendo como resultado la información sobre la existencia de las comisio-nes de educación, los destinatarios, los cursos y temas que se realizan, la duración, etcétera. Este trabajo fue realizado a petición de redcoop sobre el tema amplio de la educación en las cooperativas de México y sus experiencias.

palabras clave

Cooperativas, educación y capital cultural.

introducción

En México existen formas de colaboración muy importantes y que han sido poco estudiadas, difundidas e incorporadas a las reflexiones profundas sobre el desarrollo social econó-mico que requiere el país, las regiones y las localidades.

Es por eso, que estudiamos a las cooperativas y los proce-sos sociales que se conforman en ellas. En este análisis nos

156 RICARDO CONTRERAS SOTO

basamos principalmente en el capital cultural con su orien-tación social como servicio de la organización a la comuni-dad y a la misma organización. En esta búsqueda encontramos a la Red Nacional de Investigadores y Educa-dores en Cooperativismo y Economía Solidaria (redcoop), con ello, a sus investigadores, sus productos que son básicos para pensar en otras formas de participación y organización en las actividades socio económicas. El 26 de agosto en Mo-relia fue el primer encuentro con la asociación y nos invitó a participar la maestra María Elena Rojas Herrera en el le-vantamiento en dónde se presentó el instrumento de levan-tamiento por medio de una encuesta de preguntas mixtas, posteriormente se confirmó el compromiso de trabajo y co-laboración el 29 y 30 de septiembre del 2011 en el Foro In-ternacional sobre Cooperativismo en el Campus Celaya Salvatierra, Universidad de Guanajuato y en el 2012 conclui-mos el trabajo.1 Los temas que se desarrollan son: los tipos de cooperativas; la constitución formal de ellas; el tiempo de su funcionamiento; el número de socios que tiene; cuenta con la Comisión de educación; a quien la atiende la educa-ción: la descripción de los servicios educativos; descripción de temas; duración de los cursos; material didáctico; el ser-vicio al interno y sus resultados; la disposición y los cambios

1 El trabajo se realizó con el apoyo de los estudiantes del Servicio Social Universitario para el levantamiento, que sirvió el tema en las materias de tronco común de entorno social de las organizaciones: Barrera Coronilla Johana Estefanía, Barrientos Villalón Noé de Jesús, Castillo Donghú Iris Quetzally, Centeno Cardoso Andrea, Flores Álva-rez Yarely Guadalupe, Flores Jiménez María Dolores, García Calderón Juan Ivan, Gutiérrez España Flor Ivon, Hernández Morales Susana, Jiménez Sánchez Alexis Abel, Lemus Ramírez Claudia Rebeca, León Cazares Susana Guadalupe, López Jaramillo Andrea Guadalupe, Mal-donado Ortíz Iquer Uriel, Manso Laura, Melgoza Llamas Malinally Vanessa, Moreno Estrada Janette, Ramírez Granados Rosa Isela, Ra-mírez Martín, Reyna Torres Sandybel, Sandoval Estrada María de los Ángeles, Saucilllo Trejo Ana Valeria, Sosa Jiménez Cinthia Pamela, Trejo Flores Fátima Paola, Velázquez Martínez Alexis Otniel, Velázquez Zamora Diana Macarena, Yañez Gallardo Gabriela Alejandra, Albiso Cruz Claudia, Andalco, Serrato Ana Karen, Arellano Galindo Mayra, Arriaga López Juan Enrique, en especial mi alumna Juliana Razo Duar-te quien es una excelente investigadora y colaboradora.

157LA EDUCACIÓN DE EXTENSIÓN (CAPITAL CULTURAL)

mostrados; personal capacitado para dar los cursos; capaci-dad económica para dar esos cursos; la existencia de órganos de información; propuestas para mejorar el servicio; por los grupos de interés de la cooperativa.

principios cooperativos

Para entender el sentido de la educación en la cooperativa es necesario que se enmarque en el marco valorativo, de acuerdo a Pérez, Esteban y Gargallo (2009: 166) los definen en valores, de acuerdo a la consulta que hace en varias fuen-tes:

1. Democracia participativa2. Ayuda mutua3. Auto responsabilidad4. Identidad5. Equidad 6. Solidaridad7. Honestidad8. Transparencia9. Interés social por la comunidad y responsabilidad (con

ella).

Señalan que estos principios cooperativos son la base del gobierno corporativo que tiene reflejo en cuestiones como la gestión, la estructura organizativa, la orientación de las ac-tividades, la actuación de los socios, las relaciones con el entorno socioeconómico y medioambiental,…etcétera pre-sentando distintos niveles de realización en los modelos de gestión cooperativa (citan a Chaves y Soler, 2004).

capital cultural

El capital cultural lo definiremos en el sentido de Bourdieu (1998), Bourdieu y Wacquant (1995), y Giménez (2005) en

158 RICARDO CONTRERAS SOTO

primer lugar, como el conjunto de capacidades – recursos basados en los conocimientos, habilidades, actitudes y valo-res tanto individuales y colectivos que tienen las personas que participan en las organizaciones, para este caso (accio-nistas, administradores, trabajadores y socios) con referencia al nivel de estudios (capital cultural escolar); su capacidad de síntesis, de análisis, de solución de problemas; la expe-riencia en el ramo o giro, así como la experiencia extrapola-da de un campo laboral a otro; la actitud al trabajo y al emprender; la capacidad técnica de hacer o resolver con conocimiento y habilidades ciertas tareas; la disposición en el trabajo, la capacidad de crear, innovar, apropiarse de otros saberes, la disposición al aprendizaje y sus transferencias, la capacidad de utilizar las distintas herramientas y medios, la capacidad de comunicarse, argumentar, reflexionar y escu-char a sus compañeros, de poder trabajar en equipo, de pro-poner y actuar de manera colectiva de forma responsable y solidaria, utilizando dialógicas en los saberes especializados o diversos (de las distintas disciplinas, culturas laborales, profesiones, prácticas culturales, grupos identitarios, expe-riencias, …), como en la construcción de los saberes trans-versales (interdisciplinarios, transdiciplinarios, dialogo de saberes, rescate de los saberes, …), entre otros. Considerado también como un bien intangible estratégico como lo expo-ne a lo largo de la obra Cañibano y Sánchez (2004) en las organizaciones.

En el capitalismo, la lucha por la concentración del capi-tal cultural no solo se da en el plano económico que le per-mite innovar y seguir reproduciendo el sistema y el capital económico, en lo político condiciona su manejo y dominio, así como garantiza la legitimidad en el reconocimiento entre saber y no saber.

La voluntad de saber es una lucha política que se da en el marco cultural. Por ello, no debe ser solo filantropía el acce-sar al capital cultural.

Para ampliar la construcción del trabajo colaborativo en búsqueda de una economía social es necesario también de-finir en el campo de las ciencias sociales conceptos que abrie-ran estas múltiples dimensiones que se presentan en la cultura y en la sociedad jugando un papel importante en el

159LA EDUCACIÓN DE EXTENSIÓN (CAPITAL CULTURAL)

campo de las organizaciones, estos son la teoría de los capi-tales en un campo social.

aprendizaje

Definimos conceptualmente el aprendizaje como elemento fundamental en la educación de las cooperativas. Hillmann (2001:48) lo define como: procesos de desarrollo mental, ad-quisición, ampliación y transformación de conocimientos, capacidad de compresión, formas de expresión emocional, va-lores, actitudes y formas de conducta, habilidades y capacidad de resolución de problemas. Más adelante señala el mismo autor, que el enfoque sociológico (en el cual nos vamos a basar) para analizar los procesos de aprendizaje se dan en cuanto: A) la constitución y desarrollo de la sociocultura; B) la integración de personas en grupos, organizaciones e insti-tuciones; C) el desarrollo de orientaciones de valor, actitudes, opiniones, intereses y formas de conducta como resultado de formas de comunicación e información social y de procesos

fuente: Elaboración propia.

figura 1capital cultural en la organización

160 RICARDO CONTRERAS SOTO

de conversión de situaciones sociales objetivas en contenidos subjetivos de la conciencia.

desarrollo

El interés de esta investigación parte analizar el aprendizaje en las organizaciones cooperativas desde la oferta formal educativa que hacen.

De la muestra de cooperativas de la región Laja Bajío se encuentran los municipios de Celaya, Apaseo el Alto, Apaseo el Alto, Villagrán, Cortazar, Comonfort, Juventino Rosas, Salvatierra, Salamanca, fuera de esta región se entrevistó a una empresa en León Guanajuato y una de D.F., que tienen influencia en la región. Aclarado que en el momento de la investigación no se tenía un censo de las cooperativas (ene-ro – junio 2012) a nivel nacional, estatal y local. Se procedió a una muestra de oportunidad.

figura 2zona de muestra de las cooperativas

161LA EDUCACIÓN DE EXTENSIÓN (CAPITAL CULTURAL)

tipo de cooperativa

tabla 1tipos de cooperativas

Cooperativas Frecuencia Porcentaje válido

Porcentaje acumulado

Ahorro y Préstamo 31 86.11 86.11

Servicios de transporte 4 11.11 97.22

Producción 1 2.77 100

Total 36 100  

En esta muestra predominan las entrevistas a cooperativas de ahorro y préstamos (financieras), sobre otro tipo de coo-perativas.

¿su cooperativa está legalmente constituidao en proceso de constitución?

Las 36 cooperativas están constituidas legalmente. Presupo-ne que existe cierto conocimiento en cuanto a sus formas jurídicas y el papel social de las cooperativas, aunque sabe-mos que han estado amenazadas por los grandes bancos que quieren apropiarse de ese segmento de mercado en cuanto a los ahorros de las familias y las remesas de migrantes, por otro lado, no muy ajenos a estos problemas, también seña-lamos que hubo fraudes de cajas de ahorro y préstamo en la década de los noventa con grandes escándalos que supues-tamente obligó al estado a intervenir en su regulación. Aun-que se veía la intención de irlos privatizando con las medidas de política neoliberal.

rango del tiempo que tiene la cooperativade estar funcionando

De acuerdo a los datos encontramos que la mayoría de las cooperativas tienen más de 26 años, es decir que a partir de

162 RICARDO CONTRERAS SOTO

1984 hacia atrás muchas de ellas se constituyeron, después drásticamente las distribución son pocas, a partir de Carlos Salinas de Gortari de 1988- 1994 con las políticas neolibera-les se obstaculizaron la creación de las cooperativas.

tabla 2edad de las cooperativas o tiempo de existencia

como unidad económica

Fre

cuen

cia

Por

cen

taje

Por

cen

taje

lido

Por

cen

taje

ac

um

ula

do

Válidos Hasta 5 años 1 2.8 2.9 2.9

6 a 10 años 2 5.6 5.7 8.6

11 a 15 años 3 8.3 8.6 17.1

16 a 20 años 2 5.6 5.7 22.9

21 a 25 años 1 2.8 2.9 25.7

Más de 26 años 26 72.2 74.3 100.0

Total 35 97.2 100.0

Perdidos Sistema 1 2.8

Total 36 100.0

Había distintos actores sociales civiles que le apostaban a la necesidad de una economía con orientación más social, ante las predicciones de extinción de los neoliberales, sobre-viven las cooperativas sanamente, con sentido de responsa-bilidad social. Están establecidas y han mostrado permanencia.

rango del tiempo que tiene la cooperativade estar funcionando

De acuerdo a los datos encontramos que la mayoría de las cooperativas tienen más de 26 años, es decir que a partir de

163LA EDUCACIÓN DE EXTENSIÓN (CAPITAL CULTURAL)

1984 hacia atrás muchas de ellas se constituyeron, después drásticamente las distribución son pocas, a partir de Carlos Salinas de Gortari de 1988- 1994 con las políticas neolibera-les se obstaculizaron la creación de las cooperativas.

tabla 3edad de las cooperativas o tiempo de existencia

como unidad económica

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Válidos Hasta 5 años 1 2.8 2.9 2.96 a 10 años 2 5.6 5.7 8.6

11 a 15 años 3 8.3 8.6 17.116 a 20 años 2 5.6 5.7 22.921 a 25 años 1 2.8 2.9 25.7Más de 26 años 26 72.2 74.3 100.0

Total 35 97.2 100.0Perdidos Sistema 1 2.8Total 36 100.0

Había distintos actores sociales civiles que le apostaban a la necesidad de una economía con orientación más social, ante las predicciones de extinción de los neoliberales, sobre-viven las cooperativas sanamente, con sentido de responsa-bilidad social. Están establecidas y han mostrado permanencia.

¿cuántos socios tienen la cooperativa?

En cuanto al número de socios son muy dispersos los nú-meros, que van desde 73 socios a 2, 000, 000,2 suponemos

2 Más de la población de Celaya.

164 RICARDO CONTRERAS SOTO

que en muchos de los casos se tomó el número de todas las sucursales a nivel nacional de las que forma las respectivas organizaciones. Pero estas fueron las respuestas y de ello se determina una media de 363, 828 socios.

número de socios

Frecuen cia

Porcen- taje

Porcentaje válido

Porcentaje acumulado

Válidos 73 1 2.8 2.9 2.9140 1 2.8 2.9 5.9150 1 2.8 2.9 8.8812 1 2.8 2.9 11.8900 1 2.8 2.9 14.7

1 686 1 2.8 2.9 17.62 600 1 2.8 2.9 20.64 600 1 2.8 2.9 23.54 982 1 2.8 2.9 26.55 000 1 2.8 2.9 29.46 000 1 2.8 2.9 32.49 800 1 2.8 2.9 35.3

10 000 1 2.8 2.9 38.211 657 1 2.8 2.9 41.212 000 1 2.8 2.9 44.115 000 1 2.8 2.9 47.120 000 2 5.6 5.9 52.924 000 1 2.8 2.9 55.928 000 1 2.8 2.9 58.830 000 1 2.8 2.9 61.833 773 1 2.8 2.9 64.745 000 1 2.8 2.9 67.6

163 000 1 2.8 2.9 70.6200 000 1 2.8 2.9 73.5450 000 2 5.6 5.9 79.4

1 000 000 2 5.6 5.9 85.31 187 000 1 2.8 2.9 88.21 750 000 1 2.8 2.9 91.21 900 000 1 2.8 2.9 94.11 984 000 1 2.8 2.9 97.12 000 000 1 2.8 2.9 100.0

Total 34 94.4 100.0Perdidos Sistema 2 5.6Total 36 100.0

165LA EDUCACIÓN DE EXTENSIÓN (CAPITAL CULTURAL)

Por lo señalado hay un impacto social de las cooperativas

¿cuenta la cooperativa con una comisión de educación?

La mayoría manifiesta que hay una comisión de educación en la cooperativa.

tabla 4comisión de educación

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Válidos Sí 32 88.9 88.9 88.9

No 4 11.1 11.1 100.0

Total 36 100.0 100.0

Cerca de 9 de cada 10 cooperativas aproximadamente tie-nen una comisión de educación. ¿Porque es estratégico a las cooperativas una comisión de educación?, primeramente porque se requiere formar e informar a las personas en cuan-to a la participación, entender sus fines, sus lógicas, las ma-neras de ponerse de acuerdo, de solicitar los servicios, en si el espíritu de este tipo de emprendimientos y empresas co-lectivas. Por todo esto es estratégico.

si la respuesta es no, explique ¿por qué?

De las cooperativas que no tienen comisión de educación argumentan (respuestas de la pregunta abierta):

• Nohayunacomisióndeeducacióncomotal,perohayun área corporativa de educación cooperativa.

166 RICARDO CONTRERAS SOTO

• Porquesolobrindamosapoyoconunacuotadeeduca-ción dependiendo del nivel de estudios en el que se en-cuentre nuestro socio y en ocasiones brindamos cursos de capacitación únicamente a nuestros empleados, pero no contamos con una Comisión como tal.

• Porquenoseestablecióenlasbasesconstitutivas,laintegración de una comisión de educación, sin embar-go, si se aplican actividades de función cooperativa.

• Auncuandonohaycomisióndeeducación,algunasllevan esa actividad en otras instancias de la misma cooperativa.

¿a quién proporciona educación cooperativala comisión de educación?

quienes reciben educación

Ser

vici

o de

ed

uca

ción

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Válidos No contestó 5 13.9 13.9 13.9

Socios 8 22.2 22.2 36.1

Empleados 1 2.8 2.8 38.9

Familiares de Socios y Público en General

3 8.3 8.3 47.2

Todas las anteriores 13 36.1 36.1 83.3

Socios y directivos 3 8.3 8.3 91.7

Socios y empleados 2 5.6 5.6 97.2

Empleados y público en general

1 2.8 2.8 100.0

Total 36 100.0 100.0

167LA EDUCACIÓN DE EXTENSIÓN (CAPITAL CULTURAL)

De acuerdo a las respuestas predomina la educación a los socios. En segundo lugar está la educación orientada a em-pleados y directivos. En tercer lugar está a las familias de los socios y al público en general. Esto quiere decir, que hay un servicio de las cooperativas principalmente a los grupos de interés. Consideramos que el servicio al público en general es poco, pero este factor puede ser un atractivo para atraer a nuevos socios a la caja y que ayuda a su vez al capital sim-bólico de ella.

mencione los tÍtulos de los cursos, pláticas, conferencias, talleres, que con mayor frecuencia

ofrece la comisión de educación a sus socios.

Se va a reflexionar sobre los cursos que dan las cooperativas, las orientaciones y los servicios a la comunidad, (respuestas de la pregunta abierta). A continuación se exponen las res-puestas en criterios bloques que ordenamos para darle más sentido:

identidad y cultura cooperativista

(3) CooperativismoTaller de cooperativismo.Conferencias sobre productos y servicios de la institución.(2) Educación cooperativaIdentidad cooperativa: doctrina cooperativa, principios

corporativos. Cursos a prospecto a directivos curso el buen cooperati-

vista, la lealtad cooperativista, legislación.Proforcoop nivel básico, nivel medio y nivel superior. Inducción a cooperativas(2) Principios del cooperativismoPlaticas de inducción a la cooperativa.(2) Asamblea anual,(2) Educación cooperativa.Economía familiar.

168 RICARDO CONTRERAS SOTO

Primer encuentro educación cooperativa, primer encuen-tro sinergia cooperativa, primer encuentros, presidentes, ge-rentes y dirigentes. Entre distintas capacitaciones a los empleados y socios.

Charlas de inducción, formación cooperativa.Charlas de productos y servicios de la instituciónCursos sobre que es una cooperativa.Más que nada son sobre el cooperativismo y lo manejamos

en tres niveles básico, medio avanzado

operaciones administrativas y financieras

Otro de los temas tensos son los temas económicos, porque se supone que las cooperativas tienen más fines sociales que rentables, entonces algunas se enfocan contradictoriamente en esquemas de rentabilidad propios de los bancos y no de las cajas de crédito popular.

A nivel Federación vienes diferentes cursos tanto de cuestio-nes

(2) Préstamo(2) Ahorro Nivel básico, Nivel medio., Nivel avanzado, Nivel avanza-

do, Capacitación empresarial, Evento nacional de jóvenes ahorradores, “Calidad en las ventas” y “La información es la clave”

“Hipotecas Joven Caja Inmaculada”, “Ahorro e inversio-nes”, calidad en el servicio, cobranza, crédito, legalidad, con-tante y sonante (es un curso de educación financiera y cooperativa para menos ahorradores niños).

Manejo de cuentas, cursos de verano a los niños de los socios

(2) Curso de tarjetón.Educación del funcionamiento de la Caja como créditos y

cuentas que se manejen dentro de la caja, avales,Ventas,Cursos de Protocolo Nivel Básico o Clásico, Medio y Avan-

zadoCuentas de Capacitación y ColocaciónGestión de crédito, gestión de cobranza, control interno.

169LA EDUCACIÓN DE EXTENSIÓN (CAPITAL CULTURAL)

Presupuesto.Cultura del Ahorro.Crédito. Firmas de Aval.Taller de gobernabilidad, taller de servicio y atención al

cliente, contabilidad, finanzas y créditos.Mira aquí en este caso te podríamos decir que lo que fue

hacia nosotros la planta laboral, el más reciente que hubo fue uno de educación financiera que a través del organismo inte-grador cooperativo, al que nosotros pertenecemos que es alianza cooperativa, estamos actualmente a integración del bajío cooperativas fue un curso de educación financiera par-tió el bancefi a través de los capacitadores que ello tienen se designó a un grupo de personas de 2 de aquí, de la coopera-tiva que fueron al contenido de los cursos, ahora por ejemplo ciertos eventos como puede ser día del niño, en la cual se aprovecha para dar información cooperativa en el momento del evento.

Los temas son los actores del crédito, las reglas, las res-ponsabilidades, la planeación del ingreso familiar y la res-ponsabilidad económica de los compromisos adquiridos. Llama la atención ante los problemas de inseguridad la exis-tencia de este curso. Lavado de dinero. Cursos, talleres de artes y oficios. Otro de los servicios de las cooperativas en cuanto a educación es dar a la sociedad herramientas de preparación técnica, capacitación y autoempleo.

Sobre capacitación laboral, están los siguientes cursos:

Repostería, carpintería, corte y confección, cocina, mecánica, plomería, manualidades, estilista

Belleza, electricista, inducción teléfono, inducción radio. y computación avanzada.

Cursos, talleres de interés y servicio socialServicio a la sociedad

Círculos de estudio y capacitaciones con validez oficial como lo fue hace una semana un curso de capacitación empresarial con una acción social al concluir.

170 RICARDO CONTRERAS SOTO

Más que nada son de valores.

Educación sexual, higiene, médicos en general.Desarrollo Humano, (2) Talleres de temas educativos en general.Elaboración del balance social y certificación por compe-

tencias ocupacionales entre otros.“Guardianes ecológicos” (niños) Bienestar familiar.Más bien es por módulos lo es la educación de sus inicios

hasta la actualidad.

La diversidad de temas en la educación cooperativa en temas sociales nuevos, permiten abordar soluciones que van desde la construcción de la sustentabilidad, temas de impor-tancia axiológica, del cuidado personal, competencias labo-rales, integralidad familiar. Las universidades podrían cooperar y apoyar con estos temas.

indique cuáles son los temas que se tratan en los cursos, talleres, pláticas, conferencias que da su

cooperativa para proporcionar educación cooperativa.

(Respuestas de la pregunta abierta):La construcción de la cultura cooperativa se da en el in-

terés de estas temáticas:

Confianza en el servicio, atención al cliente, capacitación, al solicitante crediticio, aprendizaje técnico, etc.

Historia del cooperativismo. ¿Qué es Caja Popular Los fru-tos del ahorro .Mexicana? La esencia de Caja El crédito coo-perativo. Popular mexicana. Estructura de Caja Popular Mexicana. Valores y principios cooperativos.

Valores Económicos, Valores Democráticos y Valores Coo-perativos.

Planificación financiera, Servicios financieros, El ahorro, Administración del crédito.

Principalmente cuestiones de ahorro, cuidado de historial de crédito y cuestiones de cooperativismo.

171LA EDUCACIÓN DE EXTENSIÓN (CAPITAL CULTURAL)

Formar la cultura del ahorro y préstamo que la mayoría de los socios no la tienen, la calidad del servicio en cuanto a empleados y el conocimiento de todos los servicios que tene-mos para ofrecerles a los socios.

Formar la cultura del ahorro y préstamo que la mayoría de los socios no la tienen, la calidad del servicio en cuanto a empleados y el conocimiento de todos los servicios que tene-mos para ofrecerles a los socios.

El cooperativismo desde sus inicios, la importancia del ahorro.

La duración dependerá del oficio y los horarios se estable-cerán de acuerdo a la disponibilidad de los institutos y/o or-ganizaciones con las que se haya firmado el convenio.

Es prácticamente lo que es la esencia de la caja Popular Mexicana, como comento de lo inicios e… sus fundadores, hasta la actualidad vamos todo el cambio que está sucedien-do en la cooperativa.

Todo lo relacionado con la educación, ética de la institu-ción, misión, visión, productos y servicios.

Son círculos para conocer productos y servicios.Sobre todo nos enfocamos en el tema de uso responsable

del crédito y ayuda mutua.Se habla sobre depósitos, inversiones, ahorro, ahorro me-

nor, tarjetas de débito entre otros.Cooperativismo, como son los cooperativismos, quienes

fueron los fundadores de la caja, porque se abrió la institu-ción de crédito de préstamo y ahorro.

Inducción a prospectos directivos.Primeros auxilios, relaciones humanas, ley de tránsito…Leyes de tránsito, tarifas, superación personal y liderazgo…Educación sexual, dental, compromisos con la institución

y compromisos de ser aval.Normas legales de las cooperativasFormas de préstamo y ahorroReglamento de la cooperativaSobre el cooperativismo, la administración de la economía,

el hábito del ahorro,Como administrar tu economía familiar etc. Orígenes, valores y principios cooperativos, ley general de

sociedades cooperativas, actuales, disposiciones legales, me-canismos de práctica de la doctrina.

172 RICARDO CONTRERAS SOTO

Servicios, Derechos, Obligaciones, Valores, etc.Cooperativa, beneficios, servicios. Lo enfocado a la educación, historia, misión, visión, pro-

ductos, servicios. Libre adhesión, democracia, cooperación entre cooperati-

vas, distribución de remanentes, presupuesto familiar, origen y desarrollo en México del cooperativismo, ayuda mutua.

Administración, crédito, educación cooperativaEl buen control y administración de finanzas personales y

colectivas.Superación personal, trabajo en equipo, atención al clien-

te y contabilidad.Básicamente en nuestros cursos, platicas y talleres se tra-

ta de fomentar la cultura del ahorro, cultura de finanzas sa-nas, esto es que la gente anote sus gastos para que después no gaste más de lo que tiene y el manejo de créditos, porque es muy común que la gente saque muchas cosas a crédito y luego no tenga como pagas dichas cosas.

De los que más se manejan es la educación cooperativa de lo que es entidad cooperativa, principios cooperativos, raíces del cooperativismo de actos cooperativistas ya de lo que te mencionaba.

Educación Sexual.Planificación Familiar.Dentista.Médicos Generales.El funcionamiento de la Cooperativa de Ahorro y Crédito.El significado de cooperativismo, misión, visión, valores,

finalidad, entre otros.

Para la educación cooperativista ofrecen los servicios fi-nancieros y las implicaciones de ellos, que tienen que ver con los recursos, las condiciones, los distintos servicios, la pla-neación en el manejo de los recursos, finanzas sanas, restric-ciones, las formas de ahorro3 y la ayuda mutua, la distribución de los remanentes (que es propio de las coope-rativas de crédito), es decir, centrado en lo económico de

3 Sobre el ahorro comentamos que a diferencia de los bancos que se basan en inversiones, las instituciones cooperativistas se basan en el ahorro.

173LA EDUCACIÓN DE EXTENSIÓN (CAPITAL CULTURAL)

acuerdo al espíritu cooperativista. Si bien se ha señalado la cultura democrática como otro de los ejes, pocos fueron los que hablaron de ella. Efectivamente este tipo de instituciones se basan en las decisiones colectivas de sus accionistas o representantes en asambleas para la toma de decisiones co-lectiva, esto implica toda una cultura política para la parti-cipación en las cooperativas.

Otro de los ejes propios tiene que ver con la historia de las cooperativas en general y la de esa institución en particular, los valores, las disposiciones, el espíritu (Ethos) de la insti-tución, los cambios y adaptaciones de las cooperativas, la visión y la prospectiva, la responsabilidad social, la norma-tividad, la economía familiar “oikos”.

indique cuál es la duración promedio de los cursos, pláticas, talleres, que organiza la comisión de

educación en su cooperativa.

A continuación se muestra la duración por día de los cursos

duración de los cursos

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ido

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Válidos 1 a 2 hrs 10 27.8 32.3 32.3

3 a 4 hrs 11 30.6 35.5 67.7

5 a 6 hrs 6 16.7 19.4 87.1

Más de 6 hrs 4 11.1 12.9 100.0

Total 31 86.1 100.0

Perdidos Sistema 5 13.9

Total 36 100.0

La media es de 2.13 horas al día

174 RICARDO CONTRERAS SOTO

¿cuántos cursos proporciona por año la comisiónde educación a los socios, directivos

o empleados de su cooperativa?

En cuanto a los cursos que se promueven

La media es 2.83 cursos por año.

indique que tipo de material didáctico se utilizaen su cooperativa para dar la educación cooperativa

Los recursos didácticos principalmente son

periodicidad impartición de cursos

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Válidos Ninguno 1 2.8 3.4 3.4

1 a 3 3 8.3 10.3 13.8

Más de 3 25 69.4 86.2 100.0

Total 29 80.6 100.0

Perdidos Sistema 7 19.4

Total 36 100.0

175LA EDUCACIÓN DE EXTENSIÓN (CAPITAL CULTURAL)

En primer lugar está se encuentra los folletos 27.8%; vi-deos 19.4%; libros 19.4%; diapositivas 13.9%.

tipo de material didáctico utilizado

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Válidos No contestó 4 11.1 11.1 11.1Diapositivas 5 13.9 13.9 25.0Revistas 1 2.8 2.8 27.8Manuales 1 2.8 2.8 30.6Libros 7 19.4 19.4 50.0Folletos 10 27.8 27.8 77.8Películas 1 2.8 2.8 80.6Videos 7 19.4 19.4 100.0Total 36 100.0 100.0

tipo de material didáctico utilizado

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Válidos No contestó 7 19.4 19.4 19.4Diapositivas 11 30.6 30.6 50.0Revistas 1 2.8 2.8 52.8Internet 1 2.8 2.8 55.6Pizarrón 1 2.8 2.8 58.3Libros 6 16.7 16.7 75.0Folletos 2 5.6 5.6 80.6Audio 1 2.8 2.8 83.3Rotafolio 1 2.8 2.8 86.1Material impreso 2 5.6 5.6 91.7

Videos 3 8.3 8.3 100.0Total 36 100.0 100.0

176 RICARDO CONTRERAS SOTO

En el segundo bloque se encuentra Diapositivas con 27.8%; Libros con 16.7%; Vídeos 8.3%, Material impreso y Folletos 5.6%.

tipo de material didáctico utilizado

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Válidos Nc 21 58.3 58.3 58.3

Diapositivas 3 8.3 8.3 66.7

Manuales 1 2.8 2.8 69.4

Pizarrón 3 8.3 8.3 77.8

Libros 1 2.8 2.8 80.6

Folletos 3 8.3 8.3 88.9

Audio 1 2.8 2.8 91.7

Material impreso 1 2.8 2.8 94.4

Videos 2 5.6 5.6 100.0

Total 36 100.0 100.0

En el tercer bloque encontramos que los recursos más utilizados son Pizarrón, Diapositivas y Folletos con 8.3%.

explique qué resultados se han obtenido en su cooperativa con la educación cooperativa que han

proporcionado a sus socios, directivos y empleados

(Respuestas de la pregunta abierta).Los efectos sociales del capital cultural sobre cooperativas

son:

Se obtienen resultados mediante la capacitación constante los cuales se reflejan en la calidad del trabajo que desempeñan

177LA EDUCACIÓN DE EXTENSIÓN (CAPITAL CULTURAL)

tanto los socios como los trabajadores en esta cooperativa y en el interés que muestran hacia su trabajo.

Se ha logrado la participación de mucha gente y eso los incentiva a quieres ser parte de algunos informes extras.

Identidad, permanencia voluntaria y compromiso.Han sido buenos, conllevan a la mejor toma de decisiones.Una mayor comprensión del concepto de cooperativismo

como un modelo social de ayuda mutua, en cualquier figura del cooperativismo de ahorro y préstamo, de producción, de comerciantes, todas son buenas, de hecho en Sudamérica las hay de maestros, de luz, de alcantarillado, de carpinteros, un sinfín que México está lejos de ser un modelo de cooperati-vismo.

Se ha fomentado mucho más la cultura lo que se busca es obviamente que el socio se sienta parte de la cooperativa y poco a poco se ha ido laborando en eso.

Socios están seguros de la cooperativa.Que los socios se sientan más apegados a la cooperativa.Que los socios se identifiquen con la institución para ofre-

cer un buen servicio constantemente. Satisfacción personal, ayuda mutua y equidad.Se ha logrado el correcto cumplimiento de los socios pues

ya conocen sus obligaciones.Se ha hecho eficiente la comunicación entre estos agentes

y hemos logrado que éstos cumplan sus funciones adecuada-mente.

“Ha funcionado porque muchas veces en las comunidades rurales tienen más desconfianza en inscribirse a la coopera-tiva, a lo mejor por situaciones que ya han pasado en mucho tiempo con instituciones que no han estado reconocidas.

Pues ahorita si nos han servido de mucho dar esos cursos más que nada porque la gente conoce que es el cooperativis-mo, que beneficios le va a traer si ahorra, que fin tenemos nosotros. Se han aumentado los socios que se han inscrito y quieren invertir y se van dando cuenta que al ahorrar cons-truyen un patrimonio. Mucha gente de esas comunidades rurales se ha involucrado más y conocen más de la coopera-tiva.

Los socios se sienten con más acercamiento a la empresa.Un mejor desempeño de los trabajadores.Mejorar la calidad y el control de los empleados.

178 RICARDO CONTRERAS SOTO

Un mejor funcionamiento de trabajo en sus cuentas de los socios que participan.

Pocos ya que la mayoría prefiere ser apáticos.Socios cada vez más comprometidos y responsables tanto

en la cooperativa como en casa.Yo creo que le dan al individuo un lugar dentro de la so-

ciedad, los hace sentir más a gusto.“Es básico ya que un socio, empleado o directivo bien edu-

cado e Informado sabrá manejar de mejor manera su coope-rativa.

Que han mejorado su nivel de vida en general.Que los socios se identifiquen con la institución. Dar a conocer la esencia y el sentido del cooperativismo. Más participación en los miembros. Mayor involucramiento de la gente pues esta se siente par-

te importante de la cooperativa Alianza al asistir a estas ca-pacitaciones y darse cuenta de sus derechos.

Más ingresos; los socios entienden lo que es la cooperaciónSe ha visto una mejor administración del dinero de nues-

tros socios.mira la importancia que nosotros vemos en estos casos

trasciende el hecho de que los directivos cada vez toman más nuestro sentido de identidad en el trabajo que realizan y te podría decir que en el caso de los menos ahorradores empie-ces a despertar en ellos una curiosidad de lo que pueden ser los temas cooperativos que se fomente el ahorro cooperativo en algunas escuelas y obviamente los propios niños entran como ahorradores en las escuelas y a veces eso jala a los pa-pás que pueden identificarse y a veces ingresan.

El crecimiento de la misma cooperativa, y el beneficio per-sonal de cada uno de nuestros socios al conocer cuáles son las mejores opciones para emplear su ahorro y crédito.

Favorables, porque se a concientizado tanto a socios, em-pleados y directivos sobre la importancia de las cooperativas.

Interpretamos de lo anterior que las inversiones en capital cultural dadas en la educación cooperativa para la organiza-ción beneficia en:

1. Capacitación al personal y a los clientes para el buen funcionamiento de la organización.

179LA EDUCACIÓN DE EXTENSIÓN (CAPITAL CULTURAL)

2. Genera identidad e integración, refuerza valores y motiva a la participación.

3. Estimula la responsabilidad y compromiso organi-zacional.

4. Mejora la participación colectiva y la cultura demo-crática para la toma de decisiones.

5. Comprensión de que es el cooperativismo en la or-ganización.

6. Se fomenta una cultura (conjunto de representacio-nes simbólicas compartidas por un grupo social).

7. Fortalece el capital social (cohesión interna) y tam-bién genera confianza (como capital simbólico – so-cial).

8. Fomenta disposiciones de colaboración.9. Mejora la comunicación y la cultura organizacional,

así como el desempeño en la organización.10. Ha incrementado el número de socios.11. A mayor educación mayor conocimiento y mejor

desempeño en la organización.12. Implicaciones en la mejora de calidad de vida.13. Reproduce formas de organización cooperativa en

otros ámbitos de la sociedad.

Entendiendo los procesos sociales de las cooperativas en estructuración de la institucionalización Giddens (1998) y en la dinámica simbólica O’Sullivan et al., (1995).

cómo calificarÍa el interés de sus socios,directivos y empleados por recibir

educación cooperativa.

Entendiendo que esto es un proceso social el fomento del interés se muestra en el cuadro de la página siguiente.

Pues un poco más de la mitad están interesados, y tanto cerca del 20% se siente interesado y el mismo porcentaje se siente con poco interés.

180 RICARDO CONTRERAS SOTO

después de que los socios, directivos o empleadoshan recibido algún curso, taller, plática, como parte

de la educación cooperativa ha observado en elloscambios en sus actitudes, volviéndose

más colaboradores y procurando la ayuda mutuadentro de su cooperativa

En cuanto a los socios, directivos y empleados con la inver-sión e intervención de capital cultural y sus resultados posi-tivos contestaron:

interés por recibir educación

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Válidos No contestaron 3 8.3 8.3 8.3

Poco Interés 7 19.4 19.4 27.8

Sí están interesados 19 52.8 52.8 80.6

Están muy interesados

7 19.4 19.4 100.0

Total 36 100.0 100.0

cambios en actitud después de cursos

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Válidos nc 4 11.1 11.1 11.1Sí 31 86.1 86.1 97.2No 1 2.8 2.8 100.0

Están muy interesados

7 19.4 19.4 100.0

Total 36 100.0 100.0

181LA EDUCACIÓN DE EXTENSIÓN (CAPITAL CULTURAL)

El 86.1 siente cambios de actitud positiva a partir de la educación cooperativa.

su cooperativa proporciona a sus socios, directivos o empleados cursos de capacitación técnica.

La capacitación técnica se da en el 94.4% en las cooperativas.

ofrecen cursos de capacitación técnica F

recu

enci

a

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Válidos nc 2 5.6 5.6 5.6Sí 34 94.4 94.4 100.0Total 36 100.0 100.0

¿cuenta su cooperativa con personal especializado para impartir la capacitación técnica asocios,

directivos y empleados?

Sobre la capacidad de participar y reproducir la cultura coo-perativa por parte del personal esta es la respuesta:

personal especializado imparte capacitación

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Válidos nc 2 5.6 5.6 5.6Sí 33 91.7 91.7 97.2No 1 2.8 2.8 100.0

Total 36 100.0 100.0

182 RICARDO CONTRERAS SOTO

El 91.7% de las cooperativas se siente capaz de impartir capacitación especializada.

La capacitación técnica se da en el 94.4% en las coopera-tivas.

ofrecen cursos de capacitación técnica

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Válidos nc 2 5.6 5.6 5.6

Sí 34 94.4 94.4 100.0

Total 36 100.0 100.0

¿asigna su cooperativa una partida presupuestalpara la capacitación técnica?

Se prevé la inversión económica en inversión cultural

existe partida presupuestal para capacitación

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Sí 34 94.4 94.4 97.2

No 1 2.8 2.8 100.0

Total 36 100.0 100.0

La mayoría si contempla esta educación en el presupues-to

183LA EDUCACIÓN DE EXTENSIÓN (CAPITAL CULTURAL)

¿cuenta su cooperativa con un órgano de información para sus socios, directivos, empleados y público

en general?

Sobre la existencia de un medio de comunicación en la coo-perativa

existe un órgano de información

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Válidos nc 1 2.8 2.8 2.8Sí 32 88.9 88.9 91.7No 3 8.3 8.3 100.0

Total 36 100.0 100.0

Manifiesta la mayoría que si existe.

¿cuenta su cooperativa con una comisión especialpara atender las tareas de información a sus socios, directivos, empleados, lÍderes de opinión y público

en general?

Se cuenta con un grupo especializado en la organización para la divulgación

comisión especial

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Válidos 1 2.8 2.8 2.8Sí 29 80.6 80.6 83.3No 6 16.7 16.7 100.0Total 36 100.0 100.0

184 RICARDO CONTRERAS SOTO

Solo el 80.6% de las cooperativas.

¿qué recomendaciones o sugerencias recomendarÍa usted para mejorar los servicios de educación,

capacitación e información al interiorde su cooperativa?

El 13.9% propone fomentar la participación, el 11.1% pro-pone capacitación constante, el 5.6% propone mejorar el departamento de educación y la obligatoriedad de los cursos al personal y socios.

Sobre las opiniones encontramos (respuestas de la pre-gunta abierta):

Apoyo vía internet.Fomentar la participaciónCompromisos para apoyar el desarrollo educativo del per-

sonal y su entorno.Capacitación constante y reflexión sobre la importancia

del cooperativismo como un modelo en una sociedad como la nuestra, donde ayude a segmentos de la población a pro-tegerse y ayudarse.

Mientras más nos preparemos mucho mejor vamos a brin-dar el servicio

Seguir como hasta ahorita podemos ofrecer, seguir ofre-ciendo esa capacitación en cada uno de los rublos que se marcan actualmente.

Ninguna, el gerente comento que está muy satisfecho con el trabajo que se realiza dentro de la cooperativa, y se siente muy cómodo con ello.

Deberían de ser obligatorios para los socios antes de inte-grarlos

Que se impartieran más cursos de información.Seguir con la capacitación para ver que otra forma seria

para convencer a las personas de acercarse porque a lo mejor no todos los socios a la primera van a ir, van a seguir tenien-do dudas sobre la cooperativa, a lo mejor invitándolos a dar un recorrido, a ver, a lo mejor visitando a otras personas en las que vean que al estar ahorrando les ha traído a lo mejor

185LA EDUCACIÓN DE EXTENSIÓN (CAPITAL CULTURAL)m

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186 RICARDO CONTRERAS SOTO

construir su casa, más que nada se dejen llevar por las expe-riencias propias de otras personas.

Que se aplique presupuesto a la información y a la tecno-logía

Mayor apoyo didáctico para capacitaciones, así como más frecuencia en las mismas.

Mejorar el presupuesto para así lograr metas más altasNinguna, ya que los servicios están en excelente funciona-

miento.Debe existir una comisión de educación para el manejo de

personalPara el mejor funcionamiento de la cooperativa es necesa-

rio que los trabajadores de la misma no sean socios.Motivar al socio a conocer realmente lo que es su coope-

rativa, que sepa su Misión, su visión, sus valores que posee, que sepa todo lo relacionado a ella para que así el socio se sienta satisfecho de conformar parte de esta Institución de ahorro y préstamo.

Actualizarse tanto en temas, como en medios.Anteriormente el asistir a un curso era obligatorio para el

socio, y contábamos con socios más educados y sabían sacar provecho de los servicios que tenemos. Considero que la edu-cación o capacitación debe ser obligatorio nuevamente.

Que sigan capacitando constantemente“*Que se dé mayor información a los socios en horarios

adecuados.*Además, que se necesita un mayor número de capacita-

ciones a empleados y directivosQue sean constantes, que sean amenos y sean un requisito

indispensable para pertenecer una cooperativaSe necesita más participación y difusión, para que la gen-

te se integreQue los socios se involucraran más en estas capacitaciones

pues es para su beneficioHace falta más publicidad.Yo recomendaría que se brinden espacios físicos y lugares

establecidos para impartir a los socios estos servicios para que se mejore el servicio de nuestra cooperativa.

Yo creo que la capacitación es importante de los puntos que se han comentado con gerencia en el sentido de ampliar la presentación en las capacitaciones y cursos que nos están

187LA EDUCACIÓN DE EXTENSIÓN (CAPITAL CULTURAL)

ofreciendo Comisión Nacional Bancaria, recientemente nos enviaron uno para un más grande de número de gente que pueda tomar el curso de administración financiera y estamos recibiendo las invitaciones que a veces unos organismos como COPARMEX para acudir con las capacitaciones que pueda a ver, que nos puedan servir a la gente.

Que sean más continuos los cursos de capacitación para los socios y para los directivos dentro de la cooperativa para así mismo poder brindar un mejor servicio a ellos y que ellos reciban también una asesoría más grande y de mucha mejor calidad que aclare todas sus dudas e inquietudes respecto a los servicios que se ofrecen dentro de nuestra cooperativa.

Un curso de concientización para preparar al personal operativo, y darles a conocer las innovaciones del sector.

Solicitan estimular la participación; mejorar el capital cultural de estas organizaciones (profesionalizarlas); impul-sar el conocimiento de las cooperativas; generar estrategias que permitan incorporar a personas con bajos recursos para que con este tipo de experiencias puedan construir de ma-nera colectiva emprendimientos; mejorar las condiciones tecnológicas de la cooperativa; dar la inducción más perso-nalizada y vivencial para que vean las distintas actividades que realizan las cooperativas y las comprendan; la exigencias para ser más creativos en las formas de enseñanza; estimular a las personas a aprender y prepararse para que sea más consciente su participación en la organización; principal-mente.

algún comentario u observación que desee agregar

Algunos comentarios que fueron abordados con referencia al trabajo de consulta:

Este tipo de encuestas por la parte en la que a nosotros nos hacen parte de su conocimiento y por ustedes que se intere-san en la materia social.

Muy bien estructurado el cuestionario, ni los consultores me habían preguntado algunos puntos.

188 RICARDO CONTRERAS SOTO

Me gustaría recalcar que la equidad de género es un factor importante al impartir la educación financiera para fomentar la equidad del trato

“Felicitaciones al profesor y a los alumnos por el trabajo en este tipo de interés y participación en el tema de las coo-perativas.

Solamente un agradecimiento por el interésNos alegra que se haga este tipo de censos, pues las coo-

perativas somos un tipo de Organización de los ciudadanos para los ciudadanos, completamente confiable.

Los socios son la parte más importante de nuestra coope-rativa, si ellos no conocen el funcionamiento de la misma, esta no puede progresar.

Nada, les agradezco su entrevista y bueno a que queda la cooperativa a sus órdenes es buena saber que gente que se interesa en profundizar estos temas dentro del ámbito aca-démico, así que si se puede ampliar un poco más lo que es la visión cooperativa puede ser una alternativa muy viable, po-der aplicarla como una herramienta para los grupos más vulnerables.

Que muchas veces hace falta manejarles los cursos de coo-perativas, porque muchos no saben cómo se iniciaron y su funcionamiento.

Resalta la búsqueda por la equidad de género en las de-mandas, las limitaciones por el posible desconocimiento de la importancia de la cooperativa por los mismos socios; la falta de cuadros para abordar el tema de las cooperativas. Agradecen que se estudie estos temas con visión social.

conclusión

La contribución de las cooperativas en cuanto al tema edu-cativo a la sociedad y a sus miembros, es bastante interesan-te dónde el capital cultural fomentado por el aprendizaje es importante para todas las organizaciones cooperativas:

1. Depende de él la capacidad de operación y conocimien-to de dichas organizaciones.

189LA EDUCACIÓN DE EXTENSIÓN (CAPITAL CULTURAL)

2. Para las cooperativas es fundamental, ya que de ella va a depender inicialmente su reproducción en el conoci-miento sobre cooperativas.

3. Su cultura cooperativista empresarial y organizacional, la capacidad técnica, la experiencia acumulada en la actividad, la capacidad de manejar cierta información, la configuración y desempeño de los equipos de trabajo, el nivel de escolaridad, son elementos del capital cultu-ral que impactan en la organización (Contreras y López).

4. De acuerdo a las repuestas encontramos que los temas principales de educación se centran principalmente en la cultura cooperativista (democracia participativa, ayu-da mutua, auto responsabilidad, identidad, equidad, solidaridad, honestidad. transparencia e interés social por la comunidad y responsabilidad).

5. Coincidimos que el tema es medular, ya que en el capi-talismo lo que se fomenta es la forma de ver los proble-

figura 3capital cultural en las cooperativas como servicios

190 RICARDO CONTRERAS SOTO

mas cotidianos de manera individual, “la representación del sujeto solo en la sociedad”, predomina, la descon-textualización y punto de partida aislado, por ello se cree que la gente solo voltea a sí mismo, olvidando la visión socio ecológica (entramado de capital social) dónde el individuo parte de la comunidad, de sus pro-blemas y de las posibles formas de resolverlos.

6. En cuanto a los servicios educativos hay quien tiene los temas ya trabajados pedagógicamente, hay otros que doxisticamente empiezan con la plática genérica. Con-sideramos que es el tema central es la forma cómo se aborda a la cooperativa, si se aborda desde la historia, la política, los problemas, las experiencias, las solucio-nes, las formas de socialización (y de manera paralela se hacen prácticas, dinámicas y juegos) se está educan-do de manera consistente, por otra parte, de menor manera, se reduce a la forma instrumental la educación cooperativa, cuando solo se inserta a un marco institu-cional dónde se define legalmente que es una coopera-tiva.

7. Uno de los grandes retos en las cooperativas es cambiar las formas de aprender, estudiar, enseñar, la posibilidad de comprometerse, actuar, organizarse, de actuar con la sociedad, de atender las necesidades de educación, capacitación, de aprender a organizarse, .., (como una plataforma de cambio social) ya que en el seno de las experiencias educativas en las cooperativas se confron-tan las contradicciones de un sistema, reflejado en las reacciones de las personas acostumbradas en sus habi-tus a los procesos de sumisión, apatía, dependencia intelectual y emocional, ignorancia, etcétera. Para todo ello, se requiere formas creativas e imaginativas, para participar de otra manera en las organizaciones y en marco distinto de reivindicaciones sociales en las ins-tituciones en la construcción con orientación más social y en contextos culturales más amplios e incluyentes. Con todo esto la transferencia de valor del capital cul-tural se vuelve también a favor del capital simbólico para la organización cooperativa.

191LA EDUCACIÓN DE EXTENSIÓN (CAPITAL CULTURAL)

bibliografÍa

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payne, Michael (comp.) (2002), Diccionario de Teoría Crítica y Estudios Culturales, Buenos Aires, Paidós.

192 RICARDO CONTRERAS SOTO

anexos

entrevista diseñada por la red nacional de investigadores y educadores en cooperativismo

y economÍa solidaria redcoop

1. ¿Nombre de la Cooperativa? 2. ¿Tipo de Cooperativa? 3. ¿Domicilio? 4. ¿Teléfono? 5. ¿Correo electrónico? 6. ¿Su cooperativa está legalmente constituida o en proce-

so de constitución? a) Constituida b) En proceso de Constitución 7. ¿Marque el rango que indique el tiempo que tiene su

cooperativa de estar funcionando? a) de 0 a 5 años b) de 6 a 10 años c) de 11 a 15 años d) de 16 a 20 años

e) de 21 a 25años f) más de 26 años 8. ¿Cuántos socios tiene su cooperativa? 9. ¿Cuenta su cooperativa con una Comisión de Educa-

ción? a) Si b) No Si la respuesta es no, explique ¿por qué?10. ¿Cuántas personas integran la Comisión de Educación? a) de 1 a 2 b) de 3 a 5 c) de 6 a 9 d) más de 911. ¿Indique cómo se elige a los integrantes de la Comisión

de Educación en su Cooperativa?12. ¿Asigna la cooperativa un presupuesto para las funciones

de la Comisión de Educación? a) Si b) No i la respuesta es no, indique ¿por qué?13. ¿Cuenta la Comisión de Educación con un plan de tra-

bajo anual? a) Si b) No14. ¿Con qué frecuencia se reúne la Comisión de Educación

para organizar sus actividades? a) una o dos veces por semana b) una o dos veces por quincena

193LA EDUCACIÓN DE EXTENSIÓN (CAPITAL CULTURAL)

c) una o dos veces por mes c) una o dos veces por semestre15. ¿A quién proporciona Educación Cooperativa la Comi-

sión de Educación? a) a los socios b) a los directivos c) a los empleados d) A los familiares de los socios y público en general e) a todos los anteriores16. ¿Mencione los títulos de los cursos, pláticas, conferen-

cias, talleres, que con mayor frecuencia ofrece la Comi-sión de Educación a sus socios?

17. ¿Indique cuáles son los temas que se tratan en los cursos, talleres, pláticas, conferencias que da su cooperativa para proporcionar educación cooperativa?

18. ¿Indique cuál es la duración promedio de los cursos, pláticas, talleres, Que organiza la Comisión de Educa-ción en su cooperativa?

a) De 1 a 2 horas b) de 3 a 4 horas c) de 5 a 6 horas d) más de 6 horas.19. ¿Cuántos cursos proporciona por año la Comisión de

Educación a los socios, directivos o empleados de su cooperativa?

a) Ninguno b) de 1 a 3 c) más de 320. ¿Indique que tipo de material didáctico se utiliza en su

cooperativa para dar la educación cooperativa?21. ¿Explique qué resultados se han obtenido en su coope-

rativa con la Educación Cooperativa que han proporcio-nado a sus socios, directivos y empleados?

22. ¿Cómo calificaría el interés de sus socios, directivos y empleados por recibir educación cooperativa?

a) Nulo interés b) poco interés c) si están interesados d) están muy interesados23. ¿ Después de que los socios, directivos o empleados han

recibido algún curso, taller, plática, como parte de la edu-cación cooperativa ha observado en ellos cambios en sus actitudes, volviéndose más colaboradores y procurando la ayuda mutua dentro de su cooperativa?

a) Si b) No

194 RICARDO CONTRERAS SOTO

24. ¿La Comisión de Educación ha recibido algún curso de preparación para realizar sus funciones en Educación Cooperativa?

a) Si b) No25. ¿Considera que es necesario que la Comisión de Educa-

ción se prepare, para que pueda dar la educación coope-rativa con mayor eficiencia y calidad?

a) Si b) No ¿Por qué?26. ¿Su cooperativa proporciona a sus socios, directivos o

empleados cursos de capacitación técnica? a) Si b) No27. ¿Cuenta su cooperativa con personal especializado para

impartir la capacitación técnica asocios, directivos y em-pleados?

a) Si b) No28. ¿Asigna su cooperativa una partida presupuestal para la

capacitación técnica? a) Si b) No29. ¿Cuenta Su cooperativa con un órgano de información

para sus socios, directivos, empleados y público en ge-neral?

a) Si b) No30. ¿Cuenta su cooperativa con una comisión especial para

atender las tareas de información a sus socios, directivos, empleados, líderes de opinión y público en general?

a) Si b) No31. ¿Qué recomendaciones o sugerencias recomendaría us-

ted para mejorar los servicios de educación, capacitación e información al interior de su cooperativa?

32. Algún comentario u observación que desee agregar.

cooperativas encuestadas

Se presentan las entrevistas a las 36 cooperativas entrevista-das de la Región Laja Bajío. Nombre de la Cooperativa, Tipo de Cooperativa, Domicilio y Teléfono. 1. Caja Popular Apaseo el Alto S. C de A.P de R.L. de C.V. Ahorro y préstamo

195LA EDUCACIÓN DE EXTENSIÓN (CAPITAL CULTURAL)

Mariano Matamoros #108 zona centro Apaseo el Grande, Guanajuato.

01(413)15-8-5611, 15-8-5773 y 15-8-5573 2. Caja Popular Mexicana Ahorro y préstamo Calle Antonio Plaza # 209 Zona Centro Apaseo el Grande,

Guanajuato 01 (413)158-3345 3. Caja popular Mexicana S.C. de A.P. de R.L. de C.V. Financiera Insurgentes #421 Zona Centro Celaya. Plaza Celaya 4. Caja Popular Cortazar S.C. de A.C. de R.L. de C.V. Ahorro y préstamo Antonio Plaza 202-c El Vergel, Celaya Guanajuato 6124063 5. Acremex S.C. DE R.L. DE C.V. Captadora de ahorro y préstamo, así como inversión Calle Juárez 401 Salamanca, Guanajuato 464 64 8 21 36 6. Caja Popular Comonfort S.C. de A.P. de R.L. de C.V. De ahorro y préstamo Luis Cortazar No. 15, Colonia Centro, C.P. 38200 Comon-

fort, Guanajuato 01-412-1562214 7. Caja Popular Alianza Apaseo el Alto De Servicios Fiscales Francisco y Madero #403 Apaseo el Alto 4616161919 8. Caja Popular Mexicana S.C. de R.L. de C.V. De Ahorro y Préstamo Andador Corregidora. Celaya, Guanajuato 105-A (461) 61-2-33-12 9. Caja Popular Mexicana Cooperativa de ahorro y préstamo Calle Margarita #3, Col. Valle Hermoso, Celaya, Gua-

najuato (461)611-918910. Caja Popular Mexicana De Ahorro y Préstamo

196 RICARDO CONTRERAS SOTO

Francisco Juárez #523 Celaya, Guanajuato 61 5 59 6511. Caja Popular Mexicana Cooperativa Financiera Confiable 16 de septiembre #127, Villagrán, Guanajuato 16-5-02-9512. Caja Popular Mexicana S.C. de A.P. de R.L. de C.V. De ahorro y préstamo Av. Juan José Torres Landa #322 Col. Los Laureles, Cela-

ya, Guanajuato 61-8-75-00 ó 61-57-78-713. Caja Popular Mexicana De Ahorro y Préstamo Privada Melchor Ortega #107, Celaya, Guanajuato 61-3-04-8014. Caja Inmaculada de Ahorro y Préstamo Eje Nor-Poniente #272, Celaya, Guanajuato 61-7-56-3115. Caja Popular Mexicana S.C de A.P. de R.L de C.V. Cooperativa Financiera que contribuye a beneficiar la

calidad de vida de los socios en base a la cultura del ahorro y teniendo su ahorro van sacando prestamos en base a ello el socio crea un patrimonio

Ignacio Allende #108, Zona Centro, Celaya, Guanajuato 61 2 44 84 16. Caja popular 9 de Agosto Salamanca S.C.L. de C.V. Ahorro y préstamo del sector social Juárez #408, Zona Centro, Salamanca, Guanajuato 01-464-64-7-17-1017. Taxiconfort S.C. Cooperativa de producción de servicios (transporte) Clavel # 2, Col. Valle Hermoso, Celaya, Guanajuato 61 1 70 5018. Taxicel de Celaya S.C. Cooperativa de producción de servicios (transporte) Aquiles Serdán # 124-A, Col. Emeteria Valencia, CP

38070 Celaya, Guanajuato 61 3 55 5519. Caja Popular Cortazar, S.C. de A.P. de R.L. de C.V. Ahorro y Crédito

197LA EDUCACIÓN DE EXTENSIÓN (CAPITAL CULTURAL)

Benito Juárez # 141, Zona Centro, Celaya, Guanajuato 16-5-02-53 20. Verdes de Guanajuato S.C. de R.L. Sociedad Cooperativa de transporte de pasajeros de ruta

fija urbanos y suburbanos, Celaya, Guanajuato21. Caja Popular 9 de Agosto Ahorro y Crédito Juárez # 210, Colonia Centro, Salamanca, Guanajuato 64-8-025522. Caja Popular Mexicana Es una sociedad de ahorro y préstamo Abasolo # 231 66-3-01-9123. Sociedad Cooperativa Trabajadores de Pascual S.C.L. Sociedad Cooperativa de Producción Clavijero # 60, Colonia Transito, Delegación Cuauhté-

moc, México, D.F. 51 3 20 83024. Caja Popular Mexicana S.C. de A.P de R.L de C.V. Cooperativa de Ahorro y Crédito Av. Hidalgo No. 405, San Miguel Octopan, Celaya, Gto. 61-8-00-6025. Caja Popular Cortázar (Alianza) Cooperativa de ahorro y préstamo Jurares # 232 B, Centro, Salvatierra, Gto. 66353426. Caja Popular Mexicana Cooperativa de ahorro y préstamo Hidalgo # 625, Centro Salvatierra, Guanajuato 466663496727. Caja Popular Juventino Rosas S.C. de A.P. de R.L. de C.V. De ahorro y crédito personal Jacarandas # 204, Col. Laureles, Celaya, Guanajuato 61-52-82-228. Caja Popular Comonfort S.C. de A.P. de R.L. de C.V. Sociedad Cooperativa de Ahorro y Préstamo Av. Irrigación # 200-1, esq. Chinameca, Celaya, Gto. 61-3-85-22

198 RICARDO CONTRERAS SOTO

29. Caja Popular San Francisco de Comonfort S.C. de R.C. de C.V.

Ahorro y préstamo Magisterio # 10, Zona Centro, Comonfort, Guanajuato 01 412 15 6 36 19 30. Caja Alianza Cooperativas de ahorro y préstamo Ignacio Ramírez 106, Centro Cortázar, Gto. 411155084031. Caja Popular Alianza Cooperativa de Ahorro y Crédito Calzada de los Héroes 201, esq. Hortelanos, Zona Centro,

León, Guanajuato 477 7162232/716429232. Caja Popular 9 de Agosto Salamanca SCL. de CV. (Sucursal Cortazar) De préstamos y créditos Gonzales Ortega, esquina con 5 de Mayo, Cortázar Gto. (411) 155-477933. Caja Popular Juventino Rosas S.C. de A.P. de R.L. de C. V. Ahorro y préstamo Corregidora # 420, Zona Centro, Juventino Rosas, Gua-

najuato 01 412 157 55 2334. Caja Popular Santa Cruz S.C.L de C.V, De ahorro y préstamo Calle Morelos # 114, Zona Centro, Santa Cruz de Juven-

tino Rosas, Guanajuato 01 412 157 24 2035. Caja Popular Alianza Cooperativas de ahorro y préstamo Benito Juárez #141, Esquina 5 de Mayo, Zona Centro,

Villagrán, Guanajuato (411) 16 5 02 5336. Caja Popular 14 de Noviembre S.C. de R.L. de C.V. De ahorro y préstamo Vicente Martínez Villagómez #104-a, Cortazar, Gto. (411) 15 5 21 85

[199]

prácticas lectoras y polÍticas culturalesen el municipio de celaya

Alberto Valdés Cobos

resumen

El objetivo de este trabajo es realizar una aproximación so-ciológica de carácter cualitativo a las prácticas lectoras de los celayenses, mediante una entrevista estructurada a seis encargados de librerías, nueve de bibliotecas públicas y cua-tro de puestos de periódicos y revistas, e indagar si el Siste-ma Municipal de Arte y Cultura de Celaya (SMACC) dispone de alguna política cultural de fomento a la cultura de la lec-tura. La presente investigación fue guiada por una metodo-logía cualitativa, que recurrió a la entrevista estructurada y la observación participante. Algunos conceptos importantes de este trabajo son hábitos de lectura, cultura de la lectura, prácticas lectoras y sociología de la cultura, entre otros. Con base en la percepción de algunos informantes clave entrevis-tados, así como a la revisión del plan de gobierno municipal y la oferta cultural programada para el primer semestre de 2014, podemos señalar que el municipio de Celaya carece de una política pública de fomento de la lectura. Es innegable que el conocimiento sociológico de las prácticas lectoras es un asunto de orden público, y por lo tanto político, en el que se involucra la responsabilidad municipal en materia de al-fabetismo y, en consecuencia, de formación de ciudadanos. De ahí la importancia de fomentar el hábito de la lectura como instrumento de educación para la ciudadanía.

palabras clave

Hábitos de lectura, cultura de la lectura, prácticas lectoras, políticas culturales, sociología de la cultura

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introducción

Cada vez más se reconoce por parte de una serie de organis-mos nacionales e internacionales la importancia estratégica de medir las capacidades o competencias lectoras de la po-blación, particularmente de niños y jóvenes. Y México no ha sido la excepción a dicha tendencia, pues en lo que va del siglo 21, se ha visto sometido a dos Encuestas Nacionales de Lectura, las de 2006 y 2012.

Adicionalmente, en las últimas décadas el abordaje de nuevos problemas como las prácticas, consumos e industrias culturales por parte de algunas ciencias sociales como la an-tropología urbana, ha favorecido el interés por estudiar y medir los hábitos de lectura. Una tradición de larga data en países como Francia, donde la incorporación de los métodos cualitativos y cuantitativos, ha jugado un papel central para examinar las prácticas lectoras de los franceses, en tanto instrumento de política pública y campo de estudio de la sociología de la cultura: subdisciplina, por cierto, marginal y casi inexistente en México.

El objetivo de este trabajo consiste en realizar una aproxi-mación sociológica de carácter cualitativo a las prácticas lectoras de los celayenses, mediante una entrevista estructu-rada a encargados de librerías, bibliotecas públicas y puestos de periódicos y revistas, e indagar si el Sistema Municipal de Arte y Cultura de Celaya dispone de alguna política cul-tural de fomento a la cultura de la lectura.

En el primer apartado de este capítulo se exponen la me-todología y los principales conceptos clave. En el segundo, se revisa el debate entre hedonistas y moralistas sociales en torno a los beneficios estéticos, educativos y morales de la lectura. Posteriormente, el cuarto apartado, discurre sobre las prácticas lectoras, en tanto objeto de estudio de las cien-cias sociales. A continuación, se examinan los resultados de las Encuestas Nacionales de Lectura de 2006 y 2012. Final-mente, los dos últimos apartados describen algunos datos sobre la oferta cultural de Celaya (número de librerías y bi-bliotecas públicas), así como las escasas iniciativas ciudada-nas de promoción de la lectura y el análisis de resultados de las entrevistas que se plantearon a los informantes clave.

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marco metodológico y conceptual

Este trabajo se deriva de los resultados del proyecto de in-vestigación Análisis de políticas públicas y prospectiva en el municipio de Celaya, Guanajuato, cuyo objetivo es: “exami-nar las políticas públicas implementadas en el periodo 2006-2012 mediante la revisión de sus planes de desarrollo municipal y la evaluación de otros actores sociales”, sin em-bargo, con el paso del tiempo el análisis de las políticas pú-blicas (en este caso culturales,) se ha tenido que extender hasta abarcar la gestión del actual gobierno municipal (pe-riodo 2012-2015).

En este apartado explicaremos el marco metodológico del capítulo: 1) En primer lugar, hacemos una revisión docu-mental especializada sobre la temática en cuestión, así como del plan de desarrollo del actual gobierno municipal de Ce-laya, sobre todo en la línea estratégica de impulso a la edu-cación y la cultura; 2) En segundo lugar, presentamos los resultados de investigación de una entrevista estructurada que se aplicó a nueve encargados de bibliotecas públicas; seis encargados de librerías, y cuatro de puestos de periódicos y revistas. Cabe destacar que las entrevistas fueron levantadas en el período marzo-junio de 2013. Adicionalmente, en agos-to de 2013, se solicitó por correo electrónico a un grupo de estudiantes de primer semestre del campus Celaya-Salvatie-rra de la Universidad de Guanajuato que respondiera la si-guiente pregunta ¿Qué libros has leído en tu vida?

La presente investigación fue guiada por una metodología cualitativa, que recurrió a la entrevista estructurada, la ob-servación participante y la fotografía. El término metodolo-gía designa las formas en que enfocamos los problemas y buscamos las respuestas. La frase metodología cualitativa “se refiere en su más amplio sentido a la investigación que pro-duce datos descriptivos: las propias palabras de las personas, habladas o escritas, y la conducta observable” (Taylor y Bo-gdan, 2010: 19, 20). La metodología cualitativa se caracteri-za por ser:

[…] inductiva; tener una perspectiva holística; ser compren-siva del marco de referencia de las personas; orientarse a lo

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que es significativo y relevante para los participantes; aplicar-se a estudios en el ámbito micro, ya que profundiza más en la situación; considerar todos los escenarios y personas como dignos de estudio; y ser de corte humanista (Balcázar; Gon-zález-Arratia; Gurrola et al., 2010: 22, 23).

Algunos métodos cualitativos utilizados por los sociólogos para recabar información de los sujetos y escenarios de es-tudio son la observación participante, la entrevista (estruc-turada, semiestructurada, de grupo o en profundidad), la investigación etnográfica, los grupos focales, los estudios de caso, la fotografía, la historia oral y la historia de vida.

La entrevista estructurada se define como aquella en la que de manera predeterminada se establecen las preguntas que se habrán de plantear mediante un formulario a los entre-vistados, a quienes se les hacen las mismas preguntas. La entrevista estructurada se aplica a informantes clave y con-siste en identificar sólo a los individuos que por sus caracte-rísticas y rol social pueden proporcionar información valiosa, lo que limita su muestra y representatividad (Ortiz, 2007).

La observación participante designa a “la investigación que involucra la interacción social entre el investigador y los in-formantes, y durante la cual se recogen datos de modo sis-temático y no intrusivo” (Taylor y Bogdan, 2010: 31).

El Diccionario Larousse (2013), define la fotografía como la técnica y arte de fijar, mediante la luz, imágenes sobre una superficie sensible, como una placa, una película, papel, etc. La fotografía, en tanto producto social e histórico, es utili-zada en las ciencias sociales como una forma específica de producción y comunicación de sentido.

A continuación enunciaremos la definición (del autor y otros autores) de algunos de los conceptos clave que irán apareciendo a lo largo de este trabajo.

Lectura. Acción social e individual de leer y de interpretar los significados de un texto escrito en una diversidad de for-matos (libro, revista, periódico, internet).

Hábitos de lectura. Formas específicas socialmente apren-didas por la repetición de los mismos actos con respecto a la lectura en tanto práctica cultural.

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Prácticas lectoras. Conjunto de acciones individuales y/o sociales que operan con respecto a una diversidad de usos (estéticos, educativos, morales) de lecturas socialmente dife-renciadas y jerarquizadas. Este concepto es ajeno al etnocen-trismo cultural y los mitos sobre el lector o la lectura ideal (es).

Cultura de la lectura. “Son las creencias, hábitos, prácticas y comportamientos generados por la interacción social e in-dividual con la palabra escrita en un determinado entorno social” (Flores, 2006: 130).

Consumo cultural. “Conjunto de procesos de apropiación y uso de productos en el que el valor simbólico prevalece sobre los valores de uso y de cambio” (García, 1999: 78).

Políticas culturales. “Conjunto de intervenciones realiza-das por el Estado, las instituciones empresariales y los grupos comunitarios a fin de orientar el desarrollo simbólico y sa-tisfacer necesidades culturales” (García y Rosas, 2011: 175).

Sociología de la cultura. Campo de estudio que analiza la cultura como “sistema simbólico” (mitología, filosofía, cien-cia, arte, religión); “medio de comunicación” (televisión, ra-dio, prensa escrita, internet); “instrumento de dominación” (ideología, colonialismo, racismo, androcentrismo, etnocen-trismo); “mecanismo de socialización y desarrollo de las identidades”; “representación socialmente diferenciada” (cul-tura elitista, cultura popular, cultura de masas, cultura polí-tica, culturas juveniles); “proceso de producción, distribución y consumo de bienes y servicios simbólicos”. Así mismo, la sociología de la cultura estudia el diseño, operación y eva-luación de las políticas culturales.

las virtudes de la lectura: un debate entre hedonistas y moralistas sociales

Investigar sobre una práctica social lúdica y personal, y a la vez social y diversa como la lectura es un asunto nada fácil, al menos desde una perspectiva sociológica o promoción de alguna política cultural. En ese sentido, los investigadores del área de las ciencias sociales —como un actor social más, en tanto profesores y “promotores de la lectura” en sus au-las— saben que el gusto y los hábitos de lectura siempre han

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sido necesarios en la formación académica y profesional de sus estudiantes. De hecho, todos los planes de estudio del área de ciencias sociales y humanidades piden como requisito a los futuros licenciados en antropología, sociología, literatu-ra o filosofía, “tener el interés y el gusto por la lectura”.

Las sociedades humanas son redes de estructuras y rela-ciones de clase, género, edad, etnia, nivel educativo y prác-ticas culturales diversas. Axioma que nos lleva a cuestionar el concepto de (la) lectura o (el) hábito de lectura en singular (de sus promotores respecto a las obras y autores que “deben leer” niños, jóvenes y población en general) y sustituirlo por el concepto de prácticas lectoras. Es decir, existe una diver-sidad de lectores como de gustos y prácticas lectoras social-mente diferenciados. Dice el dicho popular que “el gusto se rompe en géneros”, y la sociedad en una diversidad de clases, edades, generaciones y orígenes étnicos. ¿Por qué discrimi-nar y/o jerarquizar las lecturas de Al Día, El libro vaquero, Juventud en éxtasis o TVyNovelas del taxista, el albañil, la estudiante de secundaria o la ama de casa?

El etnocentrismo cultural y el “canon de las exquisiteces literarias” hacen un flaco favor a las disciplinas y enfoques (la antropología cultural, la sociología de la cultura, la so-ciología de la comunicación y los medios, la economía cul-tural, la historia de la cultura o los Cultural  studies) interesados en explorar la variedad de prácticas culturales, los usos del tiempo libre o las prácticas lectoras de los mexi-canos.

A continuación expondremos una serie de virtudes edifi-cantes que una panoplia de actores sociales (promotores, periodistas culturales, escritores, especialistas en estudios literarios, etc.) ha encontrado en la lectura.

Para la escritora y periodista cultural, Mónica Lavín, los libros multiplican nuestras experiencias. Los libros nos dan muchas vidas, y con eso la enriquecen y la mejoran. Nos ofrecen opciones para sentirnos acompañados en nuestros pensamientos, nuestras dudas, nuestros gozos y nuestras tristezas. Los libros contienen emociones, ideas, ámbitos, personajes y situaciones que constituyen un regocijo y nos muestran la potencia de la palabra para expresar mil cosas. Las palabras proveen de un gozo estético, son música e ima-

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gen: son ideas. Uno lee para tener más vidas que un gato (citado en Domingo, 2012).

De acuerdo con Harold Bloom, profesor de estudios lite-rarios y autor de Como leer y por qué (2000), importa que los individuos tengan la capacidad de juzgar y opinar por sí mismos, que lean por su cuenta. La lectura nos prepara para un cambio universal. Cuando leemos lo hacemos para for-talecer nuestra personalidad y averiguar cuáles son sus au-ténticos intereses. Este proceso de maduración y aprendizaje nos hace sentir placer, y ello es causa de que los moralistas sociales, de Platón a nuestros actuales puritanos de campus, siempre hayan reprobado los valores estéticos. Sin duda, los placeres de la lectura son más egoístas que sociales.

Para el escritor Carlos Fuentes, la lectura del libro ofrece una serie de virtudes morales y estéticas:

[…]nos enseña a extender simultáneamente el entendimiento de nuestra propia persona, el entendimiento del mundo ob-jetivo fuera de nosotros y el entendimiento del mundo social (la polis) y el ser humano (la persona); nos dice que nuestra vida es un repertorio de posibilidades que transforman el deseo en experiencia y la experiencia en destino; el libro tam-bién nos dice que existe el otro, que existen los demás, que nuestra personalidad no se agota en sí misma sino que se vuelca a la opción moral de prestarle atención a los demás; y es la educación de los sentidos a través del lenguaje (Fuentes, 2004:171).

El promotor de la lectura Carlos Alberto Sánchez Velasco nos ofrece una lista de 100 razones o beneficios de la lectura (¿sólo 100?) para sentarnos a leer. De los cuales entresaca-mos algunas.

1. La lectura es dinamita pura para la imaginación.2. La lectura nos permite estar siempre acompañados,

aunque también respeta nuestra soledad.3. La lectura nos dota de las palabras para expresar nues-

tros sentimientos, emociones, creencias.4. La lectura es constructora de sociedades y de sueños.

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5. La lectura brinda beneficios económicos: entender las cláusulas de los contratos ahorra dolores de ca-beza y juicios.

6. La lectura nos transporta gratuitamente a través del espacio y el tiempo.

7. La lectura nos da el placer de ver cómo nuestra mente crea universos.

8. La lectura sirve también como un espejo. 9. La lectura puede ser, para un niño, un juego perfec-

to.10. Los malos gobiernos temen a los buenos lectores.11. La lectura rejuvenece a la vez que nos hace sabios.12. Leer es una escuela, un templo, un hospital: me edu-

co, me elevo, me repongo.13. Leer es una riqueza que se lleva a todas partes sin

ostentar.14. Leer cultiva la humildad.15. Leer nos permite ver la inmensidad de nuestra ig-

norancia (Sánchez, 2012).

Ante este rosario de virtudes de la lectura, Juan Domingo (2014), autor de ¿Qué leen los que no leen?, considera que el “hábito de lectura” es una de las formas más recurrentes para supuestamente justificar sus beneficios a través de fra-ses bienintencionadas y cursis como “la lectura cambio mi vida”, “gracias a la lectura encontré mi propio destino” o “leer ha sido para mí más importante que vivir”.

En el fondo, se trata de “una moralización incapaz de ocultar el falso sentimiento de superioridad que da a las personas una práctica, que por convencionalismos y actitu-des políticamente correctas, se niega a reconocer el carácter ocioso y placentero de la lectura” (Domingo, 2014:124). Do-mingo hace justicia a quienes, por una diversidad de circuns-tancias no pueden, ni tienen el tiempo de leer: “el único elemento moral que no debemos olvidar los lectores es el hecho incontrovertible de que la lectura no nos da superio-ridad sobre los no lectores” (Domingo, 2014:125).

Por otro lado, Domingo también cuestiona el espíritu coercitivo y castrante de la institución escolar en cuanto a la dimensión lúdica de la lectura:

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[…] la raíz del rechazo de los niños a la lectura en la edad escolar reside fundamentalmente en un hecho incontroverti-ble: con la socialización y la escolarización se les despoja de las capacidades innatas de perplejidad, asombro, fantasía e interrogación ante los enigmas cotidianos de la vida. La es-cuela, guardiana del orden, se encarga de desarrollar destre-zas y de apuntalar abstracciones a un muy elevado costo individual, pues extingue el fuego del espontaneo ímpetu creador (Domingo, 2014:45).

Además, la lectura como un paso para el éxito profesional no tiene nada que ver con el gusto de disfrutar desinteresa-damente una aventura de la emoción y la inteligencia. La lectura como exigencia del éxito tiene su sustento en la es-colarización, y ni siquiera en el saber sino tan sólo en el currículo. “El concepto de lectura que más se promueve en el mundo es aquel que la concibe como un paso previo al logro económico, ese logro mediante el cual se mide el de-sarrollo. Por lo tanto, un concepto desinteresado de lectura no sólo es impensable sino también aborrecible” (Domingo, 2014:139).

Por donde quiera que se le vea, los usos individuales y sociales de la lectura están rodeados de un aura de benefi-cios, así como de etnocentrismo cultural, coerciones y cur-silerías. Sin embargo, en el tema de la lectura subyace un debate que va más allá de sus bondades morales, estéticas o educativas que le atribuyen defensores y desmitifican sus críticos, y que tiene que ver con una complejidad que conju-ga factores personales, sociales, educativos, políticos, cultu-rales e históricos, no visibles, que interesan a las ciencias sociales.

las prácticas lectoras como objeto de estudioen las ciencias sociales

Las prácticas lectoras, en tanto acciones significativas y simbó-licas socialmente situadas, constituyen un fenómeno multidi-mensional que lo mismo interesa a antropólogos, historiadores,

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sociólogos, economistas, politólogos, que a juristas, pedago-gos, educadores y bibliotecólogos.

a) A la antropología (cultural, lingüística, de la lectura) le interesa explorar las prácticas lectoras en una diversi-dad de entornos sociales, épocas y espacios desde una perspectiva transcultural.

b) A la historia (de la cultura o de la lectura) le interesa analizar los cambios que han experimentado las prác-ticas lectoras a través del tiempo.

c) A la sociología (de la educación o de la cultura) le inte-resa estudiar la dimensión educativa, moral, estética, simbólica y lúdica de una diversidad de géneros y prác-ticas lectoras diferenciadas por razones de clase, nivel educativo, género, edad, generación, etnia, etc.

d) A la ciencia política le interesa analizar los efectos po-líticos de las prácticas lectoras para el orden social im-perante, así como el diseño, implementación y evaluación de las políticas públicas (educativas o cul-turales) para promover la alfabetización o el hábito de la lectura, en tanto práctica cultural de educación cívi-ca y formación ciudadana.

e) A la economía (de la cultura) le interesa analizar la pro-ducción, distribución y consumo de las industrias cul-turales y su impacto económico. En ese sentido, el aumento en el número de lectores, o la venta de libros, revistas y periódicos tiene implicaciones en la genera-ción de empleos y el crecimiento del Producto Interno Bruto (pib) de un país como México.

f) El derecho, en tanto conjunto de normas de carácter coercitivo, se interesa en proteger los derechos de autor de quienes producen, venden y distribuyen los diferen-tes formatos de lectura en una diversidad de presenta-ciones (libros, periódicos, revistas).

g) A la pedagogía le interesa estudiar la metodología y las técnicas que se aplican en las escuelas para suscitar el gusto ¿o el deber? por la lectura en niños, jóvenes y adultos.

h) La educación, como área de conocimiento multidisci-plinario, se interesa en implementar un conjunto de

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acciones para desarrollar las facultades (intelectuales, morales, cognoscitivas), las habilidades y “competen-cias lectoras” mediante la enseñanza y práctica de de-terminados formatos de lectura.

i) A la bibliotecología le interesa saber cómo confeccionar los catálogos para niños y jóvenes; las bibliotecas pú-blicas y especializadas (académicas, médicas, legales); así como la normatividad sobre la suscripción y circu-lación de los materiales de lectura (libros, revistas, pe-riódicos, enciclopedias, diccionarios, mapas, etcétera).

En los últimos lustros, algunos foros económicos y orga-nismos internacionales han evaluado la competitividad in-ternacional de los países en el rubro de calidad de sus sistemas educativos. México, por ejemplo, se sitúa en el ter-cio inferior (de 65 países) de resultados del examen 2009 del Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos (pisa, por sus siglas en inglés) de la ocde (la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico), que evalúa lo que los jóvenes de 15 años saben y pueden hacer en com-prensión de lectura, matemáticas y ciencias (Puryear, Santi-báñez y Solano, 2012).

Desde que México se adhirió a la ocde en los noventa, sus alumnos de nivel básico han sido sometidos a una serie de evaluaciones como las capacidades de lectura o competencias lectoras (a propósito del enfoque por competencias). Las exi-gencias establecidas por la ocde (y también por la unesco) en el rubro de destrezas lectoras, se encuentran detrás de iniciativas como las encuestas nacionales de lectura, promovi-das en los últimos años por el Consejo Nacional para la Cul-tura y las Artes (Conaculta), la Fundación Mexicana para el Fomento de la Lectura y la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana.

Este contexto de presiones externas por hacer de México un país de “lectores competitivos”, sumado a la medición de otros indicadores (calidad de su planta docente y rendimien-to escolar en habilidades científicas y matemáticas), las cri-sis y reajustes en las ciencias sociales, así como el impulso hacia una agenda de investigación del consumo cultural, ha

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propiciado el interés por abordar cuantitativa y cualitativa-mente los hábitos de lectura de los mexicanos.

Si bien en buena parte del siglo 20, las políticas culturales fueron una preocupación constante de los antropólogos que se dirigían a cuestiones campesinas e indígenas, a partir de los años ochenta cobra fuerza la tendencia que hace de las prácticas culturales urbanas el objeto de estudio de la nueva estrella académica: la antropología urbana.

Puede afirmarse que en estos últimos 20 años las investiga-ciones antropológicas han pasado del análisis de las políticas culturales referidas a indígenas y procesos tradicionales a un examen más o menos sistemático de las maneras en que las acciones públicas y de movimientos sociales interactúan con las necesidades culturales de diversos sectores. La antropo-logía ya no tiene que ver sólo con indios, campesinos y grupos populares urbanos. Puede ayudar a entender la eficacia y los desaciertos de museos, teatros, cines, festivales y movimien-tos sociales, así como también para comprender las condi-ciones de la democratización de la cultura y de las comunicaciones (García y Rosas, 2011:177).

Esta reorientación en el objeto de estudio en la antropo-logía se concentra en “los estudios sobre consumo cultural urbano”, estimulados desde una diversidad de disciplinas, metodologías y un amplio abanico de demandas que van desde la democratización de las políticas culturales hasta la mercantilización de las industrias culturales. Los antropó-logos se preguntan por los posibles significados de la inexis-tencia de investigaciones sobre públicos, el consumo y la recepción de bienes culturales en un país como México (Gar-cía y Rosas, 2011).

Bajo esta perspectiva, los antropólogos urbanos se intere-san en estudiar los vínculos del arte y la cultura hacia las masas; los efectos de ciertos discursos sobre las audiencias; el consumo y apropiación de los objetos simbólicos como las obras artísticas; conocer a la gente que va a los centros co-merciales; los aspectos cualitativos y cuantitativos de la re-cepción radial y televisiva; la asistencia (o inasistencia) a cines, teatros, salones de baile y museos de arte e historia;

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la ausencia de políticas culturales hacia los jóvenes o la cons-titución de la opinión pública a partir de la lectura como actividad productiva.

Cuestiones que en México han sido ignoradas por la so-ciología, pues hasta la fecha sus programas de estudio care-cen de líneas de investigación, posgrados y publicaciones en sociología de la cultura. A diferencia de otros países como España, Estados Unidos o el Reino Unido donde la cultura o los Estudios culturales, han experimentado una creciente revitalización teórica y sociológica.

En España, por ejemplo, la sociología de la cultura ha sido un área periférica dentro de su campo disciplinar. Sin embargo,

[…] ello no ha significado que los aspectos culturales de la modernidad hayan quedado marginados de la reflexión so-ciológica, sino que, a diferencia de otras áreas, la sociología de la cultura no se ha constituido en un ámbito de trabajo autónomo con un vocabulario preciso, unas técnicas o un cuerpo de conocimientos con sus propios paradigmas (…) no obstante, en las últimas décadas, asistimos a un creciente interés por el análisis cultural que corre paralelo al incremen-to de una demanda social de bienes culturales y al desarrollo de las consiguientes políticas públicas, lo que ha dado pie a una reorientación cultural de la sociología como tema trans-versal, centro gravitatorio de renovación teórica y subdisci-plina autónoma (Ariño, 2000:7-9).

El análisis de la cultura es un campo en expansión que ha seguido múltiples direcciones como la creciente diferencia-ción e institucionalización de esferas como los medios de comunicación de masas y las industrias culturales, las cien-cias y los sistemas educativos, el mundo del arte, las políticas de identidad y la investigación de los hábitos y prácticas culturales.

En el caso de México, una revisión de quince planes de estudio que ofertan la licenciatura en sociología constata una vez más el nulo interés de la comunidad sociológica por abordar el estudio de una diversidad de prácticas culturales: sólo cuatro planes de estudio incluyen el curso de sociología de la cultura, pero de manera marginal, sin adquirir el esta-

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tus de área de especialización. El campus León de la Univer-sidad de Guanajuato, por ejemplo, no ha concedido un papel estratégico a la sociología de la cultura en el plan de estudios de la licenciatura en sociología. El estudio de las prácticas lectoras como “hechos sociales”, “acciones socialmente sig-nificativas” o “reflejos de capitales culturales”, aún no es foco de interés sociológico (aunque quizás una excepción la cons-tituye Mitos y realidades de la clase media en México (1992), donde Gabriel Careaga, describió el gusto por los comics de la clase media de algunas colonias de la ciudad de México).

Por si fuera poco, la sociología mexicana presenta una oferta anémica en cuanto a campos de especialización, es decir, sus programas de licenciatura y posgrados apenas se concentran en cinco campos: sociología urbana, sociología rural, sociología política, sociología del trabajo y sociología de la educación. ¿Por qué no extender los intereses de la sociología a nuevos campos de estudio?, ¿A qué factores se debe la falta de innovación: falta de actualización de sus planes de estudio o ausencia de imaginación sociológica?, ¿Por qué razones no se ha institucionalizado el estudio de las “bases sociales de las prácticas culturales”?

No obstante —y para seguir con las comparaciones entre países—, Francia se ha destacado por desarrollar una fuerte tradición de investigación de las prácticas culturales, por ello no es casualidad que la sociología de la cultura y la “socio-logía de la lectura” gocen de muy buena salud en el país galo. De hecho, algunos promotores de los estudios teóricos de la cultura y el consumo cultural en México (como Néstor Gar-cía Canclini y Gilberto Giménez), fueron influenciados por su mentor, el sociólogo Pierre Bourdieu, creador de una so-ciología del poder simbólico y de la cultura que se fija en las relaciones entre cultura, estructura social y acción.

La formación de lectores ha sido una prioridad educativa de los gobiernos latinoamericanos, sin embargo, hasta hace muy poco se comenzó a construir conocimiento científico acerca de las prácticas de lectura de la población en los paí-ses de habla hispana. En Francia, la situación ha sido dife-rente, ya que de 1955 a la fecha la conducta lectora de los franceses ha sido objeto de estudio por parte de analistas e instituciones dedicadas a la educación y la cultura. A lo lar-

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go de varias décadas las encuestas de lectura en Francia se han convertido en un termómetro para evaluar los cambios en los comportamientos de las diferentes generaciones y gru-pos. También para medir la efectividad de las propias polí-ticas relacionadas (Goldin, 2002).

Desde el punto de vista metodológico, la investigación socio-lógica sobre las prácticas de lectura en Francia ha experimen-tado un desarrollo considerable desde fines de los años ochenta. Con el impulso del gobierno, y también de organis-mos y programas de investigación privados, la lectura y los lectores franceses han estado sometidos a una observación sociológica clínica. Por ejemplo, ahora se conocen mejor las prácticas lectoras de los jóvenes y su relación con el capital educativo. Es innegable que el conocimiento sociológico de los hábitos de la lectura es un asunto de orden público, y por tanto político, en el que se involucra la responsabilidad na-cional en materia de alfabetismo y, en consecuencia, de for-mación de ciudadanos (Bahloul, 2002:9).

De hecho en 2004, Bernard Lahire, un discípulo de Bou-rdieu, coordinó un texto emblemático: Sociología de la lec-tura, obra colectiva donde se aborda el estudio de la lectura, sus métodos y técnicas que hoy son motivo de revisión en cuanto a su capacidad para conocer una actividad tan com-pleja como las prácticas sociales de lectura. Al respecto el coordinador se plantea tres preguntas, que son a la vez los ejes que guían esta obra: ¿Podemos estudiar de manera ra-cional una realidad tan íntima, tan personal tan intangible como es la lectura? ¿No se destruye la relación mágica que existe entre las obras y sus lectores tratándola como cual-quier objeto de estudio? ¿Podemos y debemos analizar y afortiori medir y calcular lo inefable, lo inmaterial, el amor? (Lahire et al., 2004).

encuestas nacionales de lectura: ¿un reflejodel fracaso educativo?

Con la llegada de la globalización, los tratados comerciales, los rankings de competitividad internacional y los compro-

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misos de los gobiernos neoliberales contraídos con la OCDE y el Banco Mundial (BM), llegaron las evaluaciones de una diversidad de temáticas: obesidad infantil, defensa de los derechos humanos, combate al narcotráfico, combate a la corrupción, protección del patrimonio cultural, protección del medioambiente e inversión en ciencia y tecnología, entre otros. En ese sentido, las destrezas lectoras entraron de lleno a la lista de indicadores de los organismos internacionales interesados en medir la competencia lectora de las nuevas generaciones de mexicanos.

Ahora bien ¿Qué posición ocupan el libro y las prácticas lectoras en el panorama cultural mexicano? ¿Las Encuestas Nacionales de Lectura de 2006 y 2012 sobre hábitos de lec-tura reflejan el fracaso del sistema educativo como sostienen algunos críticos? ¿Qué otro tipo de reacciones han suscitado en los promotores, editores, educadores, periodistas cultu-rales y académicos?

Según la Encuesta Nacional de Lectura del 2006:

[…] los mexicanos “leen 2.9 libros al año en promedio”, “la tercera parte de la población no lee ni un libro al año”, “poco más de 43 % no ha leído jamás en su vida un libro”, “uno de cada cuatro admite no tener libros en su casa ni haber visi-tado una librería” y “33 % jamás ha pisado una biblioteca”. No sorprende entonces que según la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana, entre 1991 y 2003 hubiera una reducción de 19 % en el número de títulos publicados y una disminución en el número de editores de 230 a 186, ni sor-prende que existan menos de 500 librerías en todo el país (una para cada 90 mil habitantes) y apenas 6, 610 bibliotecas (una para cada 15 mil habitantes) (Sefchovich, 2012: 206-207).

De acuerdo con Gabriel Zaid, autor de Dinero para la cul-tura (2013), y quien también analizó la encuesta de 2006,

[…] lo interesante de este ejercicio es que muestra claramen-te que el interés (o desinterés) de los padres en la lectura se reproduce en los hijos. Habría que medir esto, no sólo en los hogares, sino en las escuelas y universidades. Una encuesta centrada en el mundo escolar y universitario mostraría que

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los maestros no leen, y que su falta de interés se reproduce en los alumnos, por lo cual multiplicar el gasto en escuelas y universidades sirvió para multiplicar los graduados que no leen (Zaid, 2013:89).

Sin embargo, otros investigadores como Gregorio Her-nández Zamora (2006) han cuestionado la realización de estas encuestas que sólo han servido para documentar el fra-caso (de las políticas educativas, culturales, económicas, sociales, ambientales), pues en el terreno educativo las eva-luaciones de todo tipo (del aprendizaje de las matemáticas, la lectura, la escritura, la eficiencia terminal), tanto nacio-nales como internacionales, no hacen sino reconfirmar el fracaso de nuestro sistema educativo. En ese sentido,

[…] la pregunta central sobre lectura en México que deben hacerse quienes diseñaron la ENL no es qué y cuánto leen los individuos, sino ¿a qué tipo de instituciones y comunidades letradas tienen acceso las familias de los sectores histórica-mente marginados? Esta es una pregunta que no aborda la ENL, encuesta centrada en recabar datos sobre el comporta-miento lector de una muestra de individuos. Querer medir la lectura de una sociedad desescolarizada es un tanto ocioso. Pero pretender generalizar la lectura en un pueblo excluido de la educación es tan necio como enviar computadoras y pizarrones a escuelas sin electricidad (Hernández, 2006:230-231).

De igual manera, Juan Domingo, considera que “el pro-blema de las mediciones y estadísticas de lectura no debería consistir en preocuparnos por el bajo índice lector de Méxi-co que se compara con el muy alto de otros países, sino en el qué y el para qué de la lectura, más que en el cuánto” (Domingo, 2013: 17).

No obstante, otros analistas tienen una opinión distinta y más favorable a la aplicación de las encuestas de lectura como instrumento de política pública: la importancia de es-tas encuestas —independientemente de la ausencia de otras preguntas clave o la dificultad de medir el impacto de inter-net sobre los hábitos de lectura— radica en que al conocer el comportamiento lector de un país se contribuye a saber

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cómo se han materializado las políticas y esfuerzos de los gobiernos, la efectividad de las estrategias que se han reali-zado para fomentar la lectura desde planes nacionales de lectura. El interés por la medición cuantitativa y cualitativa de los hábitos de lectura se da principalmente por la necesi-dad de evaluar las políticas de fomento de ésta, como el impacto que tiene la dotación de libros escolares, literatura infantil y juvenil en los colegios y bibliotecas, entre otros (Uribe, 2006).

Para concluir este apartado recuperemos los datos de la Encuesta Nacional de Lectura que hizo la Fundación Mexi-cana para el Fomento de la Lectura en 2012. De acuerdo a esta encuesta sólo 46% de los mexicanos lee, contra 56 por ciento que decía leer en 2006; es decir, más de la mitad de la población mayor de 12 años ya no lee libros. En cuanto a los otros dos rubros, 51 por ciento de la población asiste a las bibliotecas públicas, contra 68.9 que lo hacía en 2006. En 2012, 36 por ciento compraba libros, contra 45.7 por ciento que lo hacía en 2006 (Bautista, 2013).

En suma, los resultados de la enl de 2012 fueron peores en comparación con los resultados de la enl de 2006. En ese sentido, el fracaso educativo, reflejado en los bajos índices de lectura de las dos encuestas, puede analizarse desde varios ángulos, entre los que destacan la ausencia de políticas cul-turales (federales, estales y municipales) enfocadas a la pro-moción de la lectura (ferias de libro; talleres y concursos literarios, y promoción de círculos de lectura); el bajo núme-ro de librerías y editoriales; los raquíticos y obsoletos acervos de las bibliotecas públicas, así como la apatía y falta de com-promiso por parte de las autoridades educativas y medios de comunicación para promover la lectura más allá de sus tra-dicionales funciones y ámbitos de competencia.

librerÍas, bibliotecas públicas y ausenciade una polÍtica de fomento de la lectura en celaya

¿Qué hay de la oferta cultural de Celaya? ¿De cuántas libre-rías y bibliotecas públicas dispone el municipio? De acuerdo a los resultados del Censo de Población y Vivienda 2010,

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Celaya ocupa el tercer lugar de Guanajuato en número de habitantes, con una población de 468 469 mil habitantes (de estas 243,445 son mujeres y 225,024 son hombres), sólo de-trás de León, con 1 436 480 mil habitantes e Irapuato con 529 440 mil habitantes. Celaya tiene una densidad de pobla-ción de 835.10 hab./km².

El municipio de Celaya tiene un área de promoción de la cultura, denominada Sistema Municipal de Arte y Cultura de Celaya (smacc), que cuenta con un área académica que cubre todas las disciplinas artísticas y talleres: artes sonoras (piano, violín, batería, guitarra, mandolina, canto), artes es-cénicas (teatro, ballet clásico, baile de salón, baile moderno, danza árabe, jazz juvenil), artes visuales (pintura, dibujo, fotografía) e idiomas (japonés, francés e italiano), que por cierto no alcanza a dar atención a las poco más de 60 comu-nidades rurales del municipio, pues sólo se tiene presencia en trece.

Además, en la Casa del Diezmo se promueven actividades artesanales, el trabajo de artistas locales, nacionales e inter-nacionales; se cuenta con la programación de una agenda cultural que fluctúa entre 35 y 40 eventos al mes, que abarca todas las áreas y espacios (salas, auditorios, foros, teatros) y espacios alternativos como el jardín municipal, plazas pú-blicas y escuelas. El municipio cuenta con museos que di-funden la cultura, está el Museo de Celaya Historia Regional; se cuenta también con un equipamiento parecido a un mu-seo que es el centro de interpretación histórica que se en-cuentra al interior de la Casa del Diezmo, también se cuenta con un Centro Interactivo de Ciencia y Tecnología (antes conocido como Imagina) ahora lleva el nombre de La Nave.

Sin embargo, y a pesar del número de habitantes y el cre-ciente número de instituciones educativas con que cuenta, la sociedad celayense y el gobierno municipal, se encuentran prácticamente alejados de la promoción y el arraigo de una “cultura de la lectura”, y para muestra bastan unos cuantos botones.

Los “talleres de lectura”, por ejemplo, brillan por su au-sencia del conjunto de talleres culturales programados para el periodo febrero-junio de 2014. Si bien el Programa de Go-bierno Celaya 2012-2015 se propone teóricamente como meta

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“atender a 391, 510 usuarios en actividades de fomento a la lectura”, en los hechos y en lo que va del actual gobierno panista no se ha visto cómo, dónde y quiénes están promo-viendo las actividades de fomento a la lectura, como parte de la línea estratégica de “impulso a la educación y la cultu-ra”. Además, el smacc no ha promovido ferias del libro y la lectura como lo vienen haciendo año con año los municipios de León y Cortazar.

Celaya cuenta con un número muy reducido de librerías o puntos de venta. De acuerdo a una revisión que hicimos del directorio telefónico de la sección amarilla, Celaya tiene registradas 20 librerías (12 sellos diferentes: algunos cuentan con más de una sucursal, casi todas concentradas en el cen-tro de la ciudad; hay dos librerías de libros religiosos), sin tomar en cuenta las áreas de venta de libros y revistas de Sanborns, Liverpool, Soriana, Walmart y las papelerías. Cabe destacar que existen algunas librerías de ocasión y de viejo.

Entre las librerías registradas en la sección amarilla se encuentran: 1) Tercer Milenio; 2) Book Store Bajío; 3) Cano Careta Ma. Antonia; 3) Comercializadora Nuevos Horizontes; 4) Ediap; 5) Favela Zamora Miguel; 6) García Rosales María Lourdes; 7) La orden de frailes menores provincia francis-cana; 8) Larrea Gallegos Edgar Ignacio; 9) Libelli; 10) Libre-ría Ecuménica; 11) Montoya Herrera Javier, y 12) Romero Martínez Rafael. Por otra parte, si dividimos el número de habitantes entre el número de librerías el resultado es des-consolador: “una librería por cada 23423 celayenses”, muy por debajo del promedio nacional que Sara Sefchovich pre-senta en su libro País de mentiras (2012).

Ahora bien, de acuerdo a la Red Nacional de Bibliotecas Públicas, Celaya cuenta con 14 bibliotecas públicas munici-pales (el estado de Guanajuato suma un total de 176): 1) San Juan de la Vega; 2) Ricardo Chaurand Concha; 3) Hermelin-da Méndez Villa Señor; 4) Abigail Carreño de Maldonado; 5) Ing. Jaime Tapia Rodríguez; 6) Lic. Luis Velasco y Mendoza; 7) José Vasconcelos; 8) Pedro Ávila García; 9) Frida Kahlo; 10) Enrique Jiménez Jaime; 11) Francisco Eduardo Tresgue-rras; 12) Efraín Huerta; 13) José Nieto y Aguilar, y 14) Anti-oco Magueyal Palo Alto, que repartidas entre la población

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total del municipio arroja otro dato desconsolador: “una biblioteca por cada 33, 462 celayenses”.

Por otra parte, lo que en sociología se denomina como sociedad civil brilla por su ausencia en un municipio con un alto porcentaje de población católica y predominantemente electora del Partido Acción Nacional (PAN). A diferencia de otras ciudades del país, en Celaya aún son escasas las inicia-tivas ciudadanas que promuevan la lectura entre la pobla-ción, más allá del tradicional fomento a la lectura de las bibliotecas públicas entre su público cautivo escolar. Todavía no se ha institucionalizado la cultura cívica que haga de la lectura un elemento dinamizador del desarrollo cultural de Celaya: en este municipio hay más iglesias que bibliotecas públicas y museos de ciencia juntos. En ese sentido, se cuen-tan con los dedos de una mano las iniciativas ciudadanas que se han preocupado por la promoción de la lectura.

Una de estas iniciativas es la del profesor Jorge Gordillo, propietario de la librería Libelli, quien ha acondicionado un área infantil para la promoción de la lectura; además de recomendar una diversidad de libros y lecturas en las reseñas que le pública el periódico a.m. Otra segunda iniciativa es el café cultural Oscuro y claro, promotor de recitales de poesía y cuenta cuentos, sin embargo, sería recomendable que cam-biara su concepto de café por uno más amplio y menos pa-sivo (café filosófico, por ejemplo) que promueva la lectura y debate de textos filosóficos (de Platón, Nietzsche, Sartre o Fernando Savater). Finalmente, una tercera iniciativa, es la que ha puesto en práctica el Centro Humanitario Camine-mos Juntos A. C., cuyo presidente, el sacerdote Rogelio Se-gundo Escobedo, ha mostrado un interés pastoral en promover la lectura en el área de influencia de Tierras Negras al inaugurar cuatro salas de lectura en 2013.

análisis de resultados: ¿qué leen los celayenses?

Una “respuesta demográfica absoluta” a esta interrogante rebasa los objetivos de este trabajo, pues lo que se mostrará en este apartado representa una aproximación cualitativa a una práctica sociológicamente compleja, que requeriría de

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un equipo de especialistas (sociólogos, antropólogos, comu-nicólogos, historiadores, matemáticos, bibliotecarios y libre-ros) para dar cuenta a cabalidad sobre las prácticas lectoras de los celayenses. Además, en una empresa de tal magnitud tendríamos que preguntar no sólo por la cantidad de libros, revistas, periódicos y textos de internet que leen los celayen-ses al año, sino también el por qué y el para qué de los que sí leen, así como el por qué de los que no leen. Evidentemente, la metodología de este macro-proyecto tendría que tener un carácter mixto, quizás una encuesta representativa combi-nada con entrevistas a profundidad, historias de vida o gru-pos focales.

Por otro lado, en Celaya aún es escasa la contribución de las ciencias sociales al estudio de las prácticas culturales (de los obreros, taxistas, políticos, profesores universitarios, cla-ses medias, medios de comunicación, mujeres, jóvenes o extranjeros). Lo poco que se ha explorado ha girado en torno al estudio de las prácticas religiosas, las dimensiones cultu-rales de las MIPYMES, los mercados itinerantes (tianguis), realizados por el antropólogo Ricardo Contreras Soto, pro-fesor-investigador de la Universidad de Guanajuato, en su sede Celaya-Salvatierra. Además, la contribución de las ins-tituciones de educación superior privadas al estudio antro-pológico y/o sociológico de las prácticas culturales de los celayenses ha sido prácticamente escasa o nula.

En cuanto al papel de las instituciones gubernamentales podemos afirmar que hasta el momento no se ha echado a andar ningún proyecto o diagnóstico por parte del SMACC sobre las prácticas culturales (y lectoras) de los celayenses, es decir, estamos frente a una tarea pendiente, en tanto ma-teria prima de una política cultural de promoción de la lec-tura que vaya más allá de los discursos y las buenas intenciones del plan de gobierno municipal y los funciona-rios culturales.

A continuación, se presentan los resultados de la entrevis-ta estructurada que se realizó a nueve bibliotecarios, seis encargados de librerías y a cuatro encargados de puestos de periódicos y revistas (estos últimos con su propio guión de preguntas). Cabe destacar que en el apartado de prácticas lectoras de los estudiantes de la Universidad de Guanajuato,

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el autor preguntó a sus alumnos ¿Qué libros has leído en tu vida?

Las diez preguntas del guión que se plantearon a libreros y bibliotecarios fueron:

1) ¿Qué es la lectura y cuál es su importancia en el desarrollo de las personas?

2) ¿Qué diferencias encuentra entre una persona que lee y una que no lee?

3) ¿Qué sector de la población lee más libros en Cela-ya?

4) ¿Qué tipo de libros leen los niños de Celaya? 5) ¿Qué tipo de libros leen los adolescentes y jóvenes

universitarios? 6) ¿Qué tipo de libros leen los adultos? 7) ¿Por qué razones no leen los celayenses? 8) ¿Qué tipo de libros prefieren leer los celayenses? (se

muestran seis opciones y se pide que se ordenen del 1 al 6): a) Literatura universal y latinoamericana; b) Ciencias Naturales e Ingenierías; c) Filosofía y Cien-cias Sociales; d) Libros de Autoayuda; e) Libros de Religión y Esoterismo; f) Libros de texto a nivel bá-sico, medio superior y superior).

9) ¿De qué manera compite internet con la lectura del libro convencional?

10) ¿Qué hacer para fomentar la lectura desde las fami-lias, las escuelas, el gobierno municipal, las empre-sas, los medios de comunicación y la sociedad civil?

A) Librerías

¿Qué es una librería? Esta pregunta no se incluyó en la en-trevista, sin embargo, consideramos que la respuesta a esta interrogante depende de revisar si las librerías de Celaya se adecuan a los estándares establecidos por la unesco, la sep, Conaculta o las grandes librerías con experiencia en el ramo como Fondo de Cultura Económica, Gandhi o El Sótano.

Los libreros entrevistados definieron la lectura como “ali-mento espiritual para el crecimiento de la persona y su rendimiento”; “proceso de almacenar información y com-

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prenderla”; “fomento de la imaginación y la creatividad”; “extensión de la representación del lenguaje que acerca al ser humano a la verdad, la bondad y la belleza”.

¿Qué diferencias encuentra entre una persona que lee li-bros y una que no lee? Estas fueron las respuestas: “tienen menos imaginación, están limitados en lenguaje y compren-sión, tardan más en absorber la información”; “no conocen autores ni libros”; “son personas muy cultas, su manera de vestir y de expresarse”; “en la forma de expresarse, hay gen-te que se vuelve más tolerante, yo siento que hasta habría menos robos si hubiera lectores”.

Los niños de Celaya prefieren leer cuentos clásicos de aventura, terror, “historias que los entretengan”. Los adoles-centes y jóvenes universitarios prefieren literatura clásica, novelas, poesía, teatro, “los libros de Yordi Rosado (Quiúbo-le con) que hablan sobre los cambios que van a tener en la adolescencia”. Por su parte, los adultos prefieren libros de religión, superación personal, novelas de moda, novelas his-tóricas y libros para sus oficios y profesiones.

A la pregunta ¿Por qué razones no leen los celayenses? Se respondió: “por falta de interés”; “porque los libros están muy caros y prefieren gastar su dinero en otras cosas”; “por-que no tenemos la cultura de la lectura, ni nadie se ha preocupado por hacernos sentir o hacernos ver los beneficios de la lectura”; “por una falta de educación, no se enseña al celayense a leer, lee pasivamente, puede pronunciar, pero todo lo que implica la lectura, ese proceso de entendimiento de decodificación no lo hay, siento que por eso no le gusta”.

A la pregunta ¿Qué tipo de libros prefieren leer los celayen-ses? (en orden de importancia: del 1 al 6)? Así respondieron:

1) Libros de autoayuda; 2) Libros de religión y esoterismo; 3) Libros de texto a nivel básico, medio superior y superior; 4) Libros de literatura universal y latinoamericana; 5) Libros de ciencias naturales e ingenierías, y 6) Filosofía y ciencias sociales (cabe destacar que el grueso de ventas de algunas de estas librerías está representado por libros de texto de preescolar, primaria y secundaria: de lo contrario estarían quebradas). Ahora bien ¿Qué refleja el sexto lugar de la filo-sofía y las ciencias sociales frente al primero y segundo lugar de los libros de autoayuda, religión y esoterismo? En primer

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lugar, el desinterés por temáticas científicas y filosóficas que exigen un mayor esfuerzo intelectual; en segundo lugar, re-fleja la identificación de estos lectores con el pensamiento mágico religioso en una ciudad, cuya paradoja consiste en tener más iglesias que librerías y museos de ciencia juntos; y en tercer lugar, el hecho de que la filosofía y las ciencias sociales aparezcan en último lugar, se traduce en una oferta editorial anémica para esta área del conocimiento, lo que trae como consecuencia el que los académicos (universita-rios, principalmente) que enseñan estas disciplinas se tengan que desplazar a las grandes librerías (Gandhi, El Sótano, Fondo Cultura Económica) de las ciudades de México, León o Querétaro.

¿Qué hacer para fomentar la lectura desde las familias, las escuelas, el gobierno municipal, las empresas, los medios de comunicación y la sociedad civil?

Estas fueron algunas de sus respuestas: “hacer círculos de lectura”; “dejar de estereotipar que los libros son caros”; “comprar libros y hacer concursos en las escuelas”; “conven-cerse de los beneficios de la lectura”; “enseñarles a leer des-de chiquitos, empezar con el hábito”; “feria de lectores, donde se den conferencias, talleres, donde involucren niños y adultos, en puntos céntricos para que la gente de alrededor pueda venir”.

B) Bibliotecas públicas municipales

Celaya cuenta con tan sólo catorce bibliotecas públicas (un bibliotecario señaló que son dieciséis), de las cuales se en-trevistaron a nueve encargados. Cabe destacar que algunas de estas bibliotecas requieren actualización de sus acervos bibliográficos y del mobiliario (ventanas, puertas, mesas, sillas, áreas de estudio).

En general, la definición que dieron los bibliotecarios so-bre la lectura fue muy similar a la de los libreros: “es un punto muy importante para el desarrollo de las personas, porque abre muchas puertas del conocimiento y la forma de expresarse”; “es la base para llegar a tener una buena educa-ción”; “un país no se desarrolla sino tiene esa cultura por la lectura”.

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¿Qué diferencias encuentra entre una persona que lee li-bros y una que no lee? Respuestas: “una persona que lee tiene un criterio muy amplio”; “el léxico de la persona, la forma de expresarse”; “las personas que leen están más pre-paradas y pueden hablar de cualquier tema”.

De acuerdo a los bibliotecarios los niños prefieren leer cuentos, adivinanzas, fabulas, ciencias naturales y geografía. Los adolescentes y jóvenes universitarios literatura, mate-máticas, física, química e historia que les dejan de tarea en la escuela. Los adultos novelas, historia, leyendas, revistas, libros de costura y cocina, el periódico. Algunos biblioteca-rios dijeron que los adultos casi no frecuentan la biblioteca.

¿Por qué razones no leen los celayenses? Así respondieron: “porque les parece aburrido y están muy ocupados con todo lo visual, no se les inculcó el hábito desde niños”; “porque no nos damos el tiempo de leer”; “depende de los papás y los maestros, no le dan importancia”; “la gente cree que la lec-tura no nos va a llevar a nada”.

¿Qué tipo de libros prefieren leer los celayenses?1) Libros de ciencias naturales e ingenierías; 2) Libros de

literatura universal y latinoamericana; 3) Filosofía y ciencias sociales; 4) Libros de texto a nivel básico, medio superior y superior; 5) Libros de autoayuda, y 6) Libros de religión y esoterismo. Cabe destacar que la mayoría de los usuarios que consultan regularmente las bibliotecas públicas de Ce-laya son estudiantes de nivel básico y medio superior, a di-ferencia de las librerías donde se da servicio a la población en general. Otra diferencia con las librerías es que la consul-ta de libros de autoayuda y religión aparece en un quinto y sexto lugar de las preferencias, mientras que las temáticas escolares (ciencias naturales, literatura, ciencias sociales) se posicionan en los tres primeros lugares de la escala de pre-ferencias.

¿Qué hacer para fomentar la lectura desde las familias, las escuelas, el gobierno municipal, las empresas, los medios de comunicación y la sociedad civil?

Respuestas: “dar más becas”; “maratones de lectura”; “equipar las bibliotecas”; “fomentar los círculos de lectura”; “hacen falta temas, porque vienen las personas a la bibliote-

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ca y no encuentran el tema que buscan y entonces se desani-man y prefieren el internet”; “talleres de lectura”.

¿De qué manera compite internet con la lectura del libro convencional?

Respuestas de libreros y bibliotecarios: “internet ofrece todo resumido”; “internet es visual y auditivo, entonces a la gente le gusta”; “internet sirve de mucho, hay libros virtuales que no tenemos y que ya se pueden bajar”; “la gente que se encuentra sentada en el internet no lo hace con miras de leer, entonces no hay una competencia”; “el internet tiene muchas cosas y favorece a los estudiantes para que engañen a los maestros y se engañen así mismos”.

C) Puestos de periódicos y revistas

La mayoría de puestos de periódicos y revistas de Celaya se localizan en el centro de la ciudad (inmediaciones del jardín municipal), la terminal de autobuses y tiendas de autoservi-cio como Walmart, Comercial Mexicana, Soriana, Liverpool y Sanborns. Esta última cuenta con su área de libros, revis-tas y periódicos: a) libros de religión, autoayuda, esoterismo, novelas, literatura juvenil y política; b) revistas del corazón, salud, cocina, deportes, negocios, análisis político, cine, his-torietas, guías turísticas y mecánica automotriz, y c) perió-dicos de circulación local y nacional como El Sol del Bajío, Correo, a.m, Reforma, El Universal y La Jornada.

Se entrevistaron a cuatro encargados de puestos de perió-dicos y revistas con un guión de ocho preguntas. Estas fue-ron sus respuestas:

1) ¿Cómo se identifica un “buen lector” de periódicos y revistas?

“Aquí hay un público muy popular, te das cuenta por el tipo de revista que compran, las personas mayores son las más preparadas y tienen un nivel cultural mucho mayor”;”porque busca en el contenido de la revista y se la lleva”; “el que me compra una revista, por ejemplo, la de Letras Libres, Muy interesante; hay jovencitos que llegan a pedir eso porque les gusta la lectura, pero son muy contados los que se llevan esas revistas”.

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2) Periódicos locales con mayor tiraje de ventas ¿Por qué? “El Sol del Bajío, tiene más información, por los avisos

clasificados, porque trae la sección de empleos en la región”.

3) Periódicos nacionales con mayor tiraje de ventas ¿Por qué?

“El Universal, el Esto. El Universal porque viene muy completo y también trae la sección de empleos y el Esto, porque es el periódico deportivo que más le llama la atención a la gente”; “La Jornada porque dicen que no es tan amarillista”; “Reforma, porque trae noticias de toda la república”.

4) Revistas con mayor tiraje de ventas ¿Por qué? “TV Notas, TVyNovelas, Vanidades, Cosmopolitan, Hola,

se venden porque traen los chismes para las señoras; y después sigue Muy Interesante, Junior, Maestra Preesco-lar; éstas se venden más porque las mamás las tenemos que comprar porque las piden en las escuelas”;

5) Revistas que prefieren leer las mujeres ¿por qué? “TV Notas”, “las revistas de chismes”, “espectáculos o

cocina, manualidades”.6) Revistas que prefieren leer los hombres ¿por qué? “La de H para caballero, Play Boy, Mens Health, Físico

Fitness” 7) Revistas que prefieren leer niños y jóvenes ¿por qué? “Los niños Club Pingüi y Monster High; los jóvenes son

muy variables, pueden ser desde los comics, Muy Inte-resante, Conozca más o revistas más culturales”; “Los niños Toy Story, Barney, Barbie o Princesas; los jóvenes, Por Ti, o Notas Para Ti”.

8) En general ¿Qué tipo de libros leen los celayenses? “Las novelas románticas que compran generalmente las

señoras mayores de 40 años”; “muchas veces los de his-toria nacional”.

D) Alumnos de Tronco Común de la Universidadde Guanajuato, sede Celaya

El autor solicitó por correo electrónico a un grupo de alum-nos de tronco común que respondieran la pregunta ¿Qué

227PRÁCTICAS LECTORAS Y POLÍICAS CULTURALES

libros has leído en tu vida? Una alumna mando la siguiente lista: Los 7 hábitos de un adolescente altamente efectivo, El niño con el pijama de rayas, El lado profundo de la vida, El monje que vendió su Ferrari, Tres metros sobre el cielo, Tengo ganas de ti, Por qué los hombres aman a las cabronas y Los ojos de mi princesa. Una segunda alumna ha leído La Biblia, Las mil y una noches, El diario de Ana Frank, Lazarillo de Tormes, Un grito desesperado, La fuerza del Sheccid, Volar sobre el pantano, El monje que vendió su ferrari, A orillas del río piedra me senté y lloré. Una tercera alumna dijo que sólo ha leído El monje que vendió su Ferrari, El perfume y Un mensaje en la botella.

Una cuarta alumna: Los 7 hábitos de los adolescentes alta-mente efectivos, Navidad en las montañas, El periquillo sar-niento, México Bárbaro, El diario de Ana Frank y Cien años de soledad.

Por su parte, la jefa de grupo ha leído Orgullo y prejuicio, El gran Gatsby, El principito, Bajo la misma estrella, La ladro-na de libros, Trono de cristal, así como las sagas completas de Harry Potter, Crepúsculo, Los juegos del hambre, Cazadores de sombras y El legado.

Un alumno envío una lista de nueve libros, entre los que destacan: El arte de la guerra, El alquimista, Los miserables, Cien años de soledad, El principito, Los hornos de Hitler y El vendedor más grande del mundo. Otro alumno ha leído Los cuatro acuerdos, Carlos Slim retrato inédito, El arte de enga-ñarse la vida y La isla.

Una alumna envió el siguiente correo: “He leído como 3 libros pero nada más llego a la mitad y me aburren pero sólo he leído uno completo que se llama Sinsajo”. De un grupo de 30, sólo nueve respondieron: dos alumnas han leído diez o más libros; un alumno ha leído nueve y seis menos de cinco; aunque han leído algunos clásicos de literatura, exis-te una preferencia por los libros de autoayuda, las novelas de Carlos Cuauhtémoc Sánchez y otros autores de moda.

En general —con base a mi experiencia docente y en plan-tear la misma pregunta a los grupos de tronco común que se me asignan cada semestre—, puedo afirmar que la mayoría de alumnos nunca terminan de leer un libro completo por-que les aburre o no tienen el hábito de la lectura. Con este

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ejercicio quisimos evidenciar la falta de interés en la lectura y las dificultades para practicarla. Como dice Juan Domingo, estamos frente a una paradoja: los estudiantes universitarios son una élite intelectual que desconoce el provecho de la lectura.

Recordemos una vez más el certero diagnóstico de Gabriel Zaid: el gran problema de la lectura no tiene que ver con las masas pobres y analfabetas que no saben leer ni escribir, sino con una enorme cantidad de universitarios que, aun teniendo recursos para comprar libros, no quieren leer (…) ¿Qué es lo que quieren esos universitarios: leer monitos? No, lo que quie-ren es desentenderse de la lectura de libros, revistas, periódi-cos y sólo estar frente a la tele y ante la pantalla de internet. Resulta que muchos universitarios no quieren dedicar dema-siado esfuerzo a la lectura. No quieren libros profundos, quie-ren papillas: alimentos que otros han masticado para que ellos se encarguen únicamente de tragarlos (Domingo, 2012: 29).

De acuerdo con Juan Domingo los universitarios, cuando mucho, leen manuales sobre liderazgo como ¿Quién se ha llevado mi queso? y El monje que vendió su Ferrari, “lecturas” que están muy lejos del verbo leer si el objetivo de tales pro-ductos no es que pienses sino que acabes convencido.

Los gurús de la autosuperación han hecho pingües negocios con los universitarios semialfabetizados ¿Y todo por qué? Porque jamás leyeron a Platón, a Seneca, a Montaigne, a Schopenhauer o alguno de sus buenos divulgadores, como por ejemplo Fernando Savater o André Comte-Sponville. En-tonces capsulitas y fabulitas bobas como las de Spencer Jo-hnson y Robin S. Sharma les parecen tan profundas que casi se ahogan en ellas (…) la lógica de la OCDE es una lógica simple: si un universitario no lee, ni se actualiza, ni tiene interés por conocer más, es alguien que no resulta “competi-tivo” ni competente frente a las exigencias de la globalización (…) los universitarios padecen los mismos problemas que los estudiantes de preparatoria, secundaria y primaria: en una enorme proporción no leen y no les gusta leer (Domingo, 2012:29-30).

229PRÁCTICAS LECTORAS Y POLÍICAS CULTURALES

a manera de conclusión

Existe una diversidad de disciplinas y metodologías para explorar las prácticas lectoras. En este caso se eligió una metodología cualitativa que combinara la entrevista estruc-turada con la observación participante a la hora de entrevis-tar bibliotecarios, libreros y vendedores de periódicos y revistas. Cabe señalar como limitaciones de este trabajo lo siguiente: no haber entrevistado a los lectores de las librerías, bibliotecas y puestos de revistas y periódicos considerados en el estudio, y no indagar las prácticas lectoras de los usuarios de la sección de libros, periódicos y revistas de las tiendas de autoservicio. Este trabajo representa una aproximación cua-litativa a un tema complejo que en el futuro requerirá de un equipo de especialistas para dar cuenta de la influencia socio-lógica que ejercen una serie de variables (clase social, edad, nivel de escolaridad, género y origen étnico) en las prácticas lectoras de los celayenses.

¿Existe alguna relación entre la catástrofe educativa (su-gerida por algunos autores que analizaron las enl de 2006 y 2012, y los informes pisa), el bajo número de bibliotecas y librerías, y la ausencia de políticas públicas de promoción de la lectura? Todo parece indicar que sí, porque de acuerdo a los informes pisa y las enl, los bajos índices en capacidad lectora de los mexicanos sólo reconfirman la ya conocida catástrofe del sistema educativo. Por otro lado, el hecho de que un municipio carezca de librerías y bibliotecas públicas no genera un entorno propicio para que florezca el hábito de la lectura. Y si a ello le sumamos la falta de interés de los gobiernos (así como de las familias, las escuelas, los medios de comunicación y la sociedad civil) por promover políticas de fomento a la lectura, la utopía de la sociedad lectora se hace inalcanzable.

¿Qué hay de la política cultural de fomento a la lectura en Celaya? Con base en la percepción de algunos libreros, así como a la revisión del plan de gobierno municipal y la ofer-ta cultural programada para el primer semestre de 2014, podemos señalar que el municipio carece de una política específica de fomento a la cultura de la lectura, que incorpo-re, por ejemplo, la lectura en voz alta de géneros literarios

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como la novela, la poesía, el cuento y el teatro, o la lectura y debate de textos filosóficos y ciencias sociales, que se dirija a la ciudadanía en general (y no sólo al público infantil y juvenil que consulta las bibliotecas públicas para hacer sus tareas). Asimismo, el bajo número de librerías (su pobre oferta editorial) y bibliotecas públicas (su anticuado y ané-mico acervo bibliográfico) deja mucho que desear en un mu-nicipio que ya ronda el medio millón de habitantes.

Sin embargo, el tema del fomento de la lectura, no sólo compete al Sistema Municipal de Arte y Cultura de Celaya, sino también al sistema educativo. En ese sentido, sería muy revelador poner a prueba la hipótesis de Gabriel Zaid: “una encuesta centrada en el mundo escolar y universitario mos-traría que los maestros no leen, y que su falta de interés se reproduce en los alumnos”. ¿Cómo se confirma el fracaso del sistema educativo en Celaya tratando de medir las prácticas y competencias lectoras de profesores y alumnos de prima-ria, secundaria y bachillerato? ¿Cómo se diferencian socio-lógicamente las prácticas lectoras entre instituciones de educación superior públicas y privadas? ¿Dónde se lee más: en la Universidad de Guanajuato, en el Instituto Tecnológico de Celaya, en la Universidad de Celaya, en la Universidad Latina de México, en el Instituto Tecnológico de Roque o en la Universidad de León? ¿Qué se lee más: libros, periódicos, revistas, internet? ¿Cuántos y qué tipo de libros leen los jó-venes universitarios al año? ¿Quiénes leen más: hombres o mujeres? ¿Qué tanto leen por obligación escolar y qué tanto leen por gusto? ¿Cuáles son los autores y libros más leídos en las universidades del municipio? ¿Por qué no leen los profesores y alumnos universitarios que no leen?

En otro orden de ideas, en Celaya existen pocos trabajos que aborden sociológicamente el estudio de las prácticas e industrias culturales. Además, la llegada de empresas tras-nacionales asiáticas al municipio, constituye un reto que va a requerir de la incursión de las ciencias sociales para ana-lizar la relación trabajadores nativos-extranjeros en un con-texto de creciente multiculturalidad y un capitalismo expoliador de la fuerza de trabajo. En ese sentido, la socio-logía de la cultura, está llamada para afrontar éste y otros retos.

231PRÁCTICAS LECTORAS Y POLÍICAS CULTURALES

Es innegable que el conocimiento sociológico de las prác-ticas lectoras es un asunto de orden público, y por lo tanto político, en el que se involucra la responsabilidad municipal en materia de alfabetismo y desarrollo cultural y, en conse-cuencia, de formación de ciudadanos. De ahí la importancia de institucionalizar el estudio de las prácticas lectoras como instrumento de política pública, así como una cultura de la lectura que incida en la Educación para la Ciudadanía. Fi-nalmente, y para concluir este capítulo, queremos plantear la siguiente pregunta a la imaginación sociológica de los lectores: ¿Habrá alguna relación entre el poco valor que se otorga al hábito de la lectura y una sociedad mayoritaria-mente conservadora (católica y panista) como la celayense?

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la cultura popular a través de la música de viento de santo tomás huatzindeo, salvatierra,

guanajuato*

Eduardo Fernández Guzmán

* El presente trabajo son avances de investigación de un proyecto de Música y Migración que en conjunto con la Dra. Perla Shiomara del Carpio, como integrantes del CA de Migración y Grupos Vulnera-bles, llevamos a cabo en el Municipio de Salvatierra, Guanajuato.

resumen

La idea central de observar los niveles micro de lo social es que son más visibles ciertos encadenamientos que pasan in-advertidos en una perspectiva macrohistórica. Es decir, al cambiar de escala, no se ven las mismas cosas en una escala mayor o en una más pequeña. Aunado a esto, como bien dijera Peter Burke, la microhistoria se ha propuesto estudiar fenómenos socio antropológicos a una menor escala de ob-servación del sistema como forma de poder analizar ciertos procesos más generales y caracterizarlos. Aporta al historia-dor una serie de elementos que le permitirán captar, a través del análisis de los detalles, las relaciones y las conflictivida-des que componen el devenir histórico de las sociedades pero desde el punto de vista del sujeto individual de lo histórico. De ahí la importancia de la historia oral para develar claves vitales para entender nuestro tiempo presente. La música de viento constituye un elemento de construcción de la identi-dad personal, social y comunitario de los lugareños. Este trabajo es un primer acercamiento, a través de la historia oral, de la cultura popular en una población del Municipio de Salvatierra, Guanajuato. Son resultados preliminares de una arista sociocultural que a la luz de las historias de vida arrojan interesantes informes de la identidad y la cultura popular.

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palabras clave

Santo Tomás Huatzindeo, cultura popular, historia oral.

marco teórico y metodológico

La microhistoria concibe el mundo social no como una es-tructura social de escala global, sino como un conjunto com-plejo de relaciones cambiantes dentro de contextos múltiples en permanente readaptación. La meta no es sólo estudiar el caso, sino intentar analizar cómo los problemas generales que nos ocupan se dan y se viven de manera peculiar en un lugar y en un tiempo concreto. Sin el estudio específico de los sucesos individuales (enmarcados y relacionados con su contexto) no se puede comprender la verdadera dimensión del desarrollo del conjunto de los sucesos históricos. Es im-portante una descripción histórica a gran escala, pero igual de valioso es ver cómo se desarrollan las sociedades a través de hechos cotidianos y aparentemente intrascendentes, pero que expresan los desarrollos histórico-sociales de cada mo-mento. Esta sería la realidad profunda de la historia, y por eso es importante la microhistoria.

Para este trabajo de investigación es fundamental la his-toria oral y la comprensión del concepto de historia del pre-sente. La historia oral es una técnica concreta de investigación contemporánea. Explora campos para los que no hay, o son insuficientes, otro tipo de documentos, en este sentido, representa un instrumento de heurística contempo-ránea. Y permite además una mayor comprensión del pasa-do inmediato y de su reconstrucción sociocultural como historia. La historia oral cumple la función en la historia contemporánea como la arqueología con la historia antigua. Se trata de un cuerpo de métodos particulares para un tiem-po concreto y enriquecido en el trabajo interdisciplinario. Investiga sucesos y estructuras con los que los coetáneos tienen, todavía, una relación de dominio y de experiencia inmediata (Niethammer, 1993).

La experiencia vivida de un individuo es una ventana de oportunidad que se abre hacia la comprensión y la recons-

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trucción de la sociedad en que vivió (Camarena y Necoechea, 2006). Además como dice Mónica Szurmuk (2007), “la his-toria oral preserva las voces alternativas para el futuro, para que sirvan como material de archivo para lecturas futuras del mismo momento histórico”. Con ello, las historias de vida al resaltar las experiencias vitales de los individuos en su acción dentro de la sociedad, descubren la relevancia de las vivencias personales en los marcos institucionales y el im-pacto de las decisiones personales en los procesos de cambio y estructuración social. Es por ello que pueden servir para probar teorías, hipótesis y proposiciones conceptuales, y pueden funcionar como el “caso negativo” frente a un cuer-po teórico establecido. Ofrecen también datos del ámbito subjetivo en los contextos institucionales y los procesos ru-tinarios. Permiten asimismo generar nuevas hipótesis en campos que parecían agotados, puesto que aportan evidencia que de otra manera, por encuesta o experimentos conduc-tuales, no sería posible obtener. Es también sobre todo útil para realizar estudios ubicados en la época contemporánea y más cerca al presente, donde todavía sea posible entrevis-tar e interactuar con todos aquellos informantes calificados para la investigación. Construyendo con esto las experiencias y el pensamiento de los actores sociales que no han sido rescatadas en forma escrita, o procesos y acontecimientos olvidados o poco documentados en los testimonios tradicio-nales (Collado, 2006).

Así la historia oral ha encontrado en las “historias de vida”, un recurso metodológico y la posibilidad de recons-truir y reflexionar a partir de la “memoria viva” de los suje-tos, el cúmulo de experiencias de vida de la sociedad (Aceves, 2006).

La historia del presente tiene como uno de sus pivotes metodológicos fundamentales a la historia oral. Julio Arós-tegui (2004) nos dice que la Historia no es sólo la herencia recibida, sino la conciencia formada a partir de la experien-cia de nuestro propio actuar, es decir, la historia antes de ser narrada es vivida. Sin embargo no nos debemos olvidar que la historia vivida e historia heredada forman un continuum.

La historia del presente es una renovación metodológica de la historiografía con el afán de indagar las claves inter-

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pretativas de estas últimas décadas. Es por esto que este modelo historiográfico es la construcción, y por ende la ex-plicación, de la historia de cada época desde la perspectiva de los propios hombres que la viven. Es la historia de una edad cualquiera escrita por los coetáneos. Es decir, por his-toria del presente, se entiende la posibilidad de análisis his-tórico de la realidad social vigente, que comporta una relación de coetaneidad entre la historia vivida y la escritura de esa misma historia, entre los actores y testigos de la his-toria y los propios historiadores. El presente es el eje central de su análisis, al que no retiene aislado de la sucesión tem-poral o del espesor de los tiempos. Aunque es un presente de quien nos habla, del enunciador, esta historia trata de los que están vivos, por tanto esto le permite una movilidad, ya que recoge la realidad, constituyéndose en una historia con un fuerte elemento experimental y con contenido generacional. Resultado de la propia coetaneidad, la historia del presente no se entiende como una época determinada, con una deli-mitación temporal estática y fija, sino como una categoría dinámica y móvil que se identifica con el periodo cronológi-co en que desarrollan su existencia los propios actores e his-toriadores (Soto, 2004).

Generalmente se piensa que el estudio del presente es cosa exclusiva de la sociología, antropología, economía, etc., que-dando la historia al margen de dicho análisis. Pero nos co-menta Ángel Soto (2004) que esto no tiene por qué continuar siendo así. La historia tiene mucho que explicar en relación a las sociedades presentes, en evolución, y puede contribuir en mucho al entendimiento de nuestra contemporaneidad. El vínculo cada vez más cercano entre la historia con las ciencias sociales le ha dado la oportunidad a muchos histo-riadores involucrarse y documentar su propio tiempo como campo de estudio historiográfico, buscando con ello llenar los huecos persistentes entre el presente y aquellas etapas que la historiografía positivista tenían como objeto de estu-dio.

Para algunos historiadores en la actualidad, la historia transita por novedosas y renovadas formas de observar el pasado (Morales, 2005). Consideran que ha quedado atrás el estudio de unidades, de hechos, reivindicando la posibilidad

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de estudiar la compleja totalidad, que vincula no sólo las acciones humanas y sus múltiples consecuencias, sino que además adhiere una serie de circunstancias que le dan vita-lidad y que son muy poco contempladas como las relaciones humanas, las mentalidades, las motivaciones y resortes psi-cológicos, los elementos simbólicos, los componentes cultu-rales y de tradición.

Incluso han tomado nuevos perfiles y matices los concep-tos mismo de mundo, realidad histórica y cambio social. Este paradigma que recoge la inquietud de documentar los hechos del pasado de una manera intensiva, exhaustiva e indiciaticamente, se vuelca al nivel micro de las escalas para revalorar, además de los grupos subalternos, los elementos poco observados por los estructuralistas y los irreductibles economicistas. Fernand Braudel (1999) al respecto decía que no creía en la explicación de la historia por un factor domi-nante, para él, no hay historia unilateral. El hombre es mu-cho más complejo.

Bien dice Peter Burke (1993) cuando afirma que últimamen-te el universo de los historiadores se ha extendido de manera acelerada, inaugurándose nuevos campos, y en eso la Nueva Historia ha tenido mucho que ver, como una reacción al paradigma tradicional positivista. La historia tradicional re-salta la historia política, la narración de acontecimientos, las grandes hazañas de los próceres, la historia escrita con base en documentos y la pretensión de objetividad de contar lo que pasó sin mediación de elementos subjetivos. El nuevo paradigma establece que todo tiene una historia y digno de ser comentado y conectado con el resto del pasado, de ahí el interés vivo por conocer la historia de la niñez, la muerte, el cuerpo, etc.; la historia, además, se dedica al análisis de es-tructuras, la cotidianidad de los desconocidos, utilizando una mayor diversidad de fuentes (documentos, orales, visua-les, estadísticas) y reconociendo el papel de la subjetividad, las convenciones, los estereotipos de los historiadores. Este interés por la gran complejidad humana los lleva a ser inter-disciplinarios, y para ello tienen que aprender de los antro-pólogos sociales, sociólogos, politólogos, economistas, psicólogos, etc., y esforzarse juntos por entender la sociedad. Por eso, nos recuerda Graciela de Garay (2007), desde finales

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de los años setenta, los historiadores concentran su interés, cada vez más, en el individuo y la subjetividad.

La historia del presente y la historia oral no son prácticas recientes. Tucídides y Heródoto, los padres de la historia en Occidente, investigaban su propio tiempo y fundaron sus estudios en testimonios orales (Collado, 2006; Aróstegui, 2004) y en vivencias directas. Así identificaron el testimonio histórico con los datos que brindaban los testigos directos de esos hechos. Los relatos que hacían tenían una concep-ción de la historia que hace del presente, o del pasado inme-diato, su característica esencial. Es decir, los historiadores se sentían más cómodos escribir historia cercana a lo con-temporáneo.

Este es el marco teórico y metodológico que guía la pre-sente investigación que nos ha permitido conocer detalles subjetivos, simbólicos, volitivos y culturales en una comuni-dad en Guanajuato. La cultura popular concebida desde la experiencia vivida da claves para entender el vinculo pasado-presente de un asunto identitario que incide en la dinámica local cotidiana.

Es el caso de la música, que sin duda, es una de las mani-festaciones artísticas y culturales de un pueblo, a través del cual se refleja la identidad, la historia y el sentimiento de su gente. Al considerar lo anterior, vamos a compartir aquí los avances de un estudio que actualmente estamos realizando en Santo Tomás Huatzindeo, comunidad perteneciente al municipio de Salvatierra, Guanajuato, México.

Lugar caracterizado por ser semillero de talento musical, especialmente de las bandas de viento. Éstas son un fenóme-no internacional que, como indica Montoya (2009):

[…] rebasa lo musical e implica lo musicar, es decir que el acto de ‘hacer música’ no sólo lo constituye el ejecutante (mú-sica) sino que posee una dimensión social donde se expresa la idea de tocar, cantar y ser parte en una actuación musical. Musicar significa escuchar, componer, practicar y ensayar (Montoya, 2009:3).

En este municipio se gestan historias de múltiples músicos y artistas que a través de las letras de sus canciones y de sus

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manos empíricas –que excelsamente dan vida a una tuba, a un saxofón o a una trompeta-, nos van compartiendo histo-rias y sentimientos que no encuentran mejor espacio que la música para ser compartidas, para ser expresadas.

En Salvatierra, la música de viento constituye un elemen-to de la construcción de la identidad personal, social y co-munitaria de los lugareños. Allí, como en otros lugares de la región, el trabajo del músico cumple con múltiples funciones psicosociales que van desde la obtención de ingresos en di-nero hasta la realización de una actividad que se realiza por hobbie, por catarsis emocional, para expresar un pensamien-to o un sentimiento que solamente a través de un instrumen-to de viento puede ser materializado.

Señálese también que este estudio cualitativo de tipo et-nográfico hunde sus raíces en la historia de músicos (niños, jóvenes y personas mayores), que durante el periodo diciem-bre 2013-marzo 2014, nos han permitido acercarnos a sus hogares y lugares de reunión para ensayar con los integran-tes de la banda musical del que forman parte. Si bien es cierto son pocas las entrevistas, estas aportan una amplia variedad de elementos para analizar la cultura popular.

Las técnicas a las que aquí hemos recurrido son las histo-rias de vida, la entrevista abierta, entrevista semiestructura-da, el diario de campo y material audiovisual. Es así como se ha constituido el corpus del texto que a continuación pre-sentamos.

Que sirva el presente trabajo para ir develando claves so-cioculturales de la contemporaneidad a través de este análi-sis microhistórico, en este caso la música como una viva expresión de la cultura popular. Son resultados preliminares de un proyecto que abarca otras aristas e información más amplia.

una comunidad de músicos: santo tomás

El origen de la ahora comunidad de Santo Tomás Huatzin-deo (conocida popularmente como San Toto), se encuentra en la merced de tierras que el portugués Juan de Ibáñez tu-viese en el valle de Huatzindeo en 1583. Posteriormente la

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hacienda pasó a manos de su hijo Martin Hernández el vie-jo, quien al no poder resarcir las deudas contraídas con la Orden Clarista, dejaría como prenda los terrenos donde aho-ra se encuentra Santo Tomás (Alejo, 2009). La conformación de esta comunidad tuvo varios momentos. Uno de ellos fue que la hacienda principal pasara de manos de la Orden Cla-rista a personas civiles y, posteriormente, a la orden agustina.

Se ha considerado que otro de los eventos de gran impac-to para la comunidad, fue la llegada del párroco denomina-do “El señor del Valle”, quien vio en el pueblo un semillero interminable de talento musical. Actualmente, esta comuni-dad cuenta con una población aproximada de 2,000 habitan-tes y se destaca, entre sus vecinas, por la cantidad de músicos en su geografía.

Encontramos hombres y mujeres de diferentes edades de-dicados o aprendiendo esta habilidad. Por ello, un músico y cantante talentoso de Salvatierra cuando le preguntamos qué opinión le merece la afirmación que señala a este municipio como semillero de talento musical, menciona que:

Fíjate que sí, hay muchísimos músicos tanto aquí en Salva-tierra como en las comunidades. Santo Tomás es una de las principales comunidades que tiene músicos de banda, sobre todo. Allí es como muy enfocado a los instrumentos de vien-to, a los metales, le llaman ellos. Hay otra zona, por ejemplo, aquí en Salvatierra, (en la que observamos que) se da mucha gente que toca guitarra o instrumentos de cuerda. Aquí había tríos famosos (Fernando, músico y cantante, originario de Salvatierra).

Al respecto, amablemente, nos comparte su experiencia familiar.

Yo te puedo platicar, en especial, de mis abuelos, de mi abuelo, mi tío, mi papá que estuvieron, en su momento, con la oportunidad de grabar un disco con un trío famoso que se llamó Los Panchos y por alguna razón ya no se pudo concretar, pero como que cada comunidad tenía su talento especial, o tiene hasta la fecha.

Y es que en esta región hay diferentes comunidades que construyen su historia y su vida cotidiana teniendo a la mú-

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sica como elemento importante de su identidad comunitaria. Podemos mencionar: San Nicolás, Santo Tomás, Santiago Maravatío, otros poblados del municipio de Salvatierra. En el estado de Guanajuato son múltiples las latitudes donde encontramos manos y voces, sentimientos y pensamientos creando música: Moroleón, Villagrán, Acámbaro, Celaya (ca-racterizado por ser cuna de los mariachis). Uno de ellos co-menta:

Si quieres un buen mariachi ve a Celaya, cada ciudad tiene su especialidad […] En Guanajuato hay varios lugares (de bandas de viento), Santo Tomás, Salvatierra es uno de ellos, Villagrán es otro. Hay muchos lugares. Yo creo que hay mu-cho talento, en general. Es como, por ejemplo, Sinaloa, la cuna de las bandas de viento, acá también es algo parecido (Fernando, músico y cantante, originario de Salvatierra).

Como lo indica, este músico y experto cantante, en esta tierra han nacido múltiples bandas de viento de música tra-dicional. A su vez, observamos que existen varias regiones musicales, donde las bandas de viento constituyen espacio de construcción identitaria.

El sur de Guanajuato tiene elementos culturales y geográ-ficos que hacen de ella, precisamente una de las múltiples regiones musicales, en cuanto a bandas de viento mexicanas se refiere. Y así podemos estar haciendo referencia al estado de Michoacán, Puebla, Querétaro, Estado de México, More-los, Ciudad de México y Oaxaca. Como indica Montoya (2009), las bandas, sus músicos y diversos pueblos pertene-cientes a estas demarcaciones geopolíticas se encuentran en un permanente y constante intercambio cultural con Gua-najuato, donde los festejos de origen religioso y las bandas de viento son el motivo principal para mantenerse unidas, relacionadas y, con ello, preservar la tradición musical.

En años recientes, vemos también una fusión de géneros que re-producen los músicos de esta comunidad salvaterren-se: cumbia, tropical, salsa, entre otros.

Dígase también que las bandas de Santo Tomás no sola-mente ocupan un lugar relevante en el gusto de los habitan-tes de las comunidades de Salvatierra sino que también han

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trascendido los límites territoriales del estado de Guanajua-to y de nuestro país. La banda Yurirense, por ejemplo, es de las más reconocidas y famosas con reconocimiento nacional e internacional.

de los orÍgenes de la música en la comunidad

Huatzindeo es un lugar reconocido como tierra de variedad de bandas, desde tiempos antiquísimos. Con la Revolución en 1910 la situación económica del lugar se vio afectada y las bandas tuvieron momentos difíciles y ello produjo un intercambio musical con otras regiones de México.

Como ya lo mencionamos anteriormente, en 1937 llegó a esta comunidad el religioso José de Jesús Angulo Navarro, entre los habitantes era conocido como el Señor del Valle, con el objetivo y misión de reconstruir el templo de la comuni-dad. A la par de su construcción este ministro tuvo el objetivo de reformar las bandas de viento, para lo cual encomendó a José Isabel Sosa la dirección de la que sería con el tiempo, la más importante de la comunidad: La Grande.

Por lo que yo he escuchado de mis ancestros, de mis abue-los. Mis padres, mis tíos, ellos me comentan que la música surgió en el año de 1935, algo así, aproximadamente. Con la llegada de un sacerdote proveniente del estado de Michoacán (o de Jalisco) que tenía el interés de implementar la música en algún lugar, le vio potencial aquí. Vio que había interés por parte de los habitantes de la comunidad para que se llevara a cabo (en) esta comunidad y mandó a pedir un maes-tro proveniente del estado de México, aquí para la comuni-dad. (Este sacerdote) vio potencial, interés, ganas y que la gente se interesaba (en la música).

Se le conocía como el Señor del Valle, (era) un sacerdote del estado de Michoacán. (Él) fue quien inició la música aquí. Surge a raíz de que vio potencial aquí en los habitantes (Alex, 22 años, músico originario de Santo Tomás, saxofonista y clarinetista, egresado de la Licenciatura en Agronegocios).

Respecto a los orígenes de la música en Santo Tomás, una joven experta en el saxofón alto, señala también la influencia

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de este sacerdote conocido como el Señor del Valle y por ello menciona que:

El primer músico que recuerdo fue José Manuel Sosa y los antecedentes que recuerdo fue (que se remonta) a la épo-ca (de) cuando estaba el Señor del Valle, ya había una banda y ya empezaron a llegar las bandas.

El primer músico que yo recuerdo fue el maestro José Manuel Sosa, después de allí la primera generación de músicos que hubo empezó con el maestro Rafael Partida y se formó tam-bién la Banda Danubio que fue la primera banda de allí de Santo Tomás, la Banda Grande. Después de allí siguió la (pri-mer) generación, ya ahorita hay una segunda generación que es de la época de mi abuelito, tienen alrededor de unos 70 u 80 años y después de allí ellos enseñaron a otras generaciones que actualmente son mis maestros, ésta es la tercera genera-ción, entonces, ahorita ya está la cuarta generación de músi-cos de Santo Tomás (Yadira, 21 años, músico, originaria de Santo Tomás, saxofonista, estudiante de octavo semestre de la Licenciatura en Agronegocios).

La Banda Grande, considerada así por los habitantes por su trayectoria y por ser cuna de formadores musicales, que por más de 70 años fungieron como pilar para que la tradi-ción de bandas de viento en el sur del estado de Guanajuato siguiera viva, siguiera vigente hasta nuestros días. Lugares como Salvatierra (cabecera municipal) y Villagrán deben también ser reconocidos como semilleros de grandes maes-tros de la música, expertos especialmente en la trompeta.

José de Jesús Angulo, oriundo de Jalisco, llegó a Atotoni-lco de los Naranjos (hijo de padre español y madre mexica-na), tenía formación académica en música y arquitectura. Él dirigió la edificación de uno de los recintos católicos de Tlalpujahua, Michoacán: templo construido en la primera mitad del siglo xx. En este lugar formó dos bandas de mú-sicos.

Montoya (2009), por eso nos recuerda que las fiestas pa-tronales de Tlalpujahua se celebran el 2 de febrero, el 15 de agosto y el 18 de septiembre. Con estos festejos es que se recuerdan los funerales del Señor del Valle. A este último

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asisten los músicos de Huatzindeo, dado que José de Jesús Angulo era y es considerado como el protector de la comu-nidad y por ello sigue vigente su devoción y el afecto que le profesan los habitantes.

Montoya (2009) en su estudio historiográfico sobre las bandas de viento en el sur de Guanajuato a este respeto se-ñala que:

Don Isabel nació en junio de 1905. A los 23 años ya era considerado por su comunidad como maestro al formar su primera banda en Acámbaro, Guanajuato, en 1927. Su nom-bre completo fue José Isabel Sosa Palacios, y murió en el año 2005. Como homenaje del aporte invaluable a la música de Guanajuato, en 1990 se inaugura la Escuela de Música Po-pular, la cual lleva su nombre (Montoya, 2009).

Para entender el devenir musical y cultural de Santo To-más Huatzindeo, quizá resulte necesario compartir que Francisco Maldonado, egresado de la Escuela de Música de Celaya y originario de Rincón de Tamayo, con el apoyo de don Isabel Sosa fundarían la mencionada Escuela de Músi-ca Popular Isabel Sosa (Sánchez y Hernández, 2009). El ta-lento musical de la comunidad y de la región, se vio pues reflejado en el gran número de alumnos avanzados de esta escuela, requeridos en los 50`s y los 60`s para formar parte de las bandas de viento en las orquestas de las delegaciones y de los barrios en la Ciudad de México (Montoya, 2009).

Valioso es el testimonio que nos comparte Don Antonio, ex – clarinetista con experiencia y quien actualmente com-parte, entre las generaciones jóvenes su experiencia. Él nos comparte que:

Me platicaban los señores grandes, que ya fallecieron, yo es-toy en la antesala de ellos, yo creo. El maestro que me enseñó a mí la música, ése sí fue de los primeros iniciadores que fue el maestro J. Isabel Sosa y él me platica que se habían inicia-do en 1917, se juntó un grupo de grandes y trajeron un maes-tro de Rincón de Tamayo que se llamaba Francisco Maldonado, él se venía como en aquellos tiempos en un bu-rrito, y ya entre todos le juntaban lo que les cobraba, creo que le daban dos pesos (entre todos) al maestro por clase y (él) les daba (creo) dos clases, les daba una el día que llegaba y

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se quedaba, y al otro día les daba en la mañana y ya se regre-saba.

Y con voz llena de experiencia y de recuerdos, sigue com-partiendo:

Consideremos que era mucho dinero ya que un jornalero ga-naba cincuenta centavos en el campo, -así que imagínese. Hágase de cuenta que él se ganaba como quinientos pesos al nivel de ahorita y después de que ya el maestro vio que ya estaban más o menos en un nivel, que ya podían ellos solillos, le dejó la dirección al Sr. J. Isabel Sosa, que es el que le digo que me enseñó a mí, pero eso ya fue hasta después. Por ejem-plo, le estoy hablando del 17 (1917) y cuando yo me enseñé con él fue como en el 52 (más o menos), ya muchos años ya para acá.

Él fue quien se quedó con la dirección de esa banda, la primera que se organizó aquí. Ya después se fue evolucio-nando y se retiró de esa banda y se quedaron otros. Por cierto, el que quedó se llamaba Rafael Partida, acaba de fa-llecer el 5 de enero del 2014, él fue el que se quedó con la dirección de esa banda, le decían Banda de Santo Tomás, en ese tiempo y ya después le pusieron Banda Grande, eso de banda Grande viene por el hecho de que son los primiti-vos, que en ese tiempo era puro personal ya grande, ya ma-yor (de edad). Ahorita todavía existe La Banda Grande, es la que está allá en el centro (de Santo Tomás), pero todavía (ahora) son puros jóvenes (Don Antonio, 70 años, originario de Santo Tomás, músico y director de la Banda Danubio, ex clarinetista).

Y nuestra talentosa saxofonista ya citada, también nos recuerda que la Escuela de Música de la región estaba en la comunidad, pero posteriormente se trasladó a la cabecera municipal:

Yo entré a la Escuela de Música Popular aquí en Salvatierra, mucho antes esa escuela estaba en Santo Tomás pero por cuestiones de infraestructura se cambió aquí a Salvatierra y yo empecé a tomar clases aquí hace aproximadamente dos

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años y medio, pues, mi maestro principal era el maestro Adrián Uribe, también originario de Santo Tomás.

Actualmente, sigue vigente el interés de las personas ma-yores porque las generaciones jóvenes aprendan y se dedi-quen a este oficio para la permanencia de la tradición.

Entre la interpretación musical, los estudios y las inquie-tudes propias de estos jóvenes han ido apropiándose del le-gado de este oficio heredado por los abuelos, los padres, los tíos o los maestros de música.

herencia musical

Alex, joven experto en el saxofón y el clarinete, señala que aprendió el oficio gracias a la influencia de su padre:

Bueno, toda mi familia son músicos. Mi papá fue de los pri-meros que me enseñó, él fue el que me motivó a incursionar-me en este ambiente, pero en sí yo aprendí en la Escuela de Música. Antes estaba ubicada aquí en la comunidad de San-to Tomás, en lo que se conoce como la Ex Hacienda. Allí fue donde tuve a mis maestros de solfeo, de clarinete y fue donde empecé a practicar la música (Bueno, cuando era niño, aho-ra sí les voy a hacer sinceros, me mandaron a fuerza porque tenía otros intereses). Uno de niño pues piensa en jugar, pues, piensa en hacer otras cosas pero menos en esto. Y de una forma me sentí como que presionado. No sé. Presionado por mis papás de que hiciera estas cosas, pero poco a poco le fui agarrando yo el gusto. Me fui empapando de este ambiente y fui ahora sí que aprendiendo a amar. No sé, a valorar este arte (Alex, 22 años, músico originario de Santo Tomás, saxo-fonista y clarinetista, egresado de la Licenciatura en Agrone-gocios).

Y en este oficio, primeramente casi exclusivo para los hombres en la comunidad, actualmente también participan mujeres.

Generalmente son los hombres, los adultos que ya son músi-cos, hasta los niños son quienes se dedican a la música […]

249LA CULTURA POPULAR A TRAVÉS DE LA MÚSICA DE VIENTO

Hay mujeres pero son muy pocas, o sea, hay mujeres que tienen conocimientos de música, pero son muy pocas las que se dedican a la música en sí.

Entre las generaciones jóvenes están los adultos fomen-tando este oficio:

Sí se está enseñando porque es algo que no se quiere perder porque es como la identidad de la comunidad o se le conoce aquí en la comunidad o también en Salvatierra, es tierra de músicos. Y es algo que aquí no se quiere dejar, perder (Alex, 22 años, músico originario de Santo Tomás, saxofonista y clarinetista, egresado de la Licenciatura en Agronegocios).

Las mujeres están presentes en la música y su incursión, nos dicen los habitantes del lugar, tiene aproximadamente entre 10 y 15 años. Cada vez son más las mujeres que se dedican a esta actividad.

Yo pienso que sí. Ya en este siglo ahora sí que ya somos todos iguales. No hay diferencia entre hombres y mujeres, todos podemos dedicarnos a la música siempre y cuando nos guste y tengamos el interés de aprender. Es un oficio para ambos (para hombres y mujeres).

También estas voces, pertenecientes al talento musical de Santo Tomás, indican que hay apoyos para impulsar el ta-lento musical de la región:

Sí se está enseñando (a los niños). Ahorita hay un recurso que se bajó de gobierno. Nos apoyaron con instrumentos para la nueva generación de niños allí en Santo Tomás. El maestro Norberto García es el que está a cargo de ese grupito de niños al que se donaron los instrumentos para que los niños empe-zaran a aprender, a estudiar solfeo y el instrumento que más les agrade (Yadira, 21 años, músico, originaria de Santo To-más, saxofonista, estudiante de octavo semestre de la Licen-ciatura en Agronegocios).

Vemos así que la tradición musical se va compartiendo a través de la educación informal, pero también a través de la

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educación formal ya que niños y jóvenes acuden a la Escue-la de Música en Salvatierra o, incluso, al Conservatorio de Celaya.

¿cómo aprenden a hacer música?

Es que esta actividad se enseña en diferentes espacios y de diferentes formas en Santo Tomás:

Hay de todo. Hay papás que enseñan a sus hijos, como ya tienen ellos el conocimiento de música, son ellos mismos que empiezan a enseñarlos. Hay otros que no saben y los mandan a la escuela. Aquí en Salvatierra está la Escuela de Música, está la Casa de Cultura. Son los lugares donde se imparte, se enseña la música. También aquí hay uno que otro maestro que tiene sus propios grupos y son ellos que enseñan a sus alumnos (Alex, 22 años, músico originario de Santo Tomás, saxofonista y clarinetista, egresado de la Licenciatura en Agronegocios).

Sobre la manera de aprender, nuestra saxofonista advierte:

Aquí en Santo Tomás la mayoría antes era empírico, pero hay muchos después de que surgió la segunda generación fue mucho ya con solfeo, antes era puro método, método, méto-do, era un año de método después agarrabas el instrumento que querías. Y ahorita en la actualidad con el nuevo programa del Centro de las Artes de Guanajuato ya se está enseñando que sea con método pero ya con el instrumento, a solfear con el instrumento (Yadira, 21 años, músico, originaria de Santo Tomás, saxofonista, estudiante de octavo semestre de la Li-cenciatura en Agronegocios).

Adolescente perteneciente a una banda originario de Mo-lino de Ávila, a este respecto comparte que:

Aprendí porque en la Escuela de Música yo aprendí teoría, fue lo que aprendí: teoría. Con el maestro Santiago aprendí mucho lo que son los tonos, con el maestro César aprendí mucho lo que es la ejecución, estar leyendo y al mismo tiem-

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po estarla ejecutando. Y con el maestro Juan, aprendí a leer notas, estarlas leyendo y saber cada una en qué posición va del clarinete y saber cada una cuánto valor tiene. Aprendí y sigo aprendiendo (adolescente, clarinetista, 15 años, origina-rio de la comunidad Molino de Ávila).

Pero, como en otros oficios, quienes se dedican a la crea-ción de la música, enfrentan múltiples problemas. Ante la cantidad de bandas de viento, hay personas dedicadas a la reparación, mantenimiento y tratamiento de los instrumen-tos musicales.

algunos retos y varios problemas

El trabajo de campo realizado, nos permite subrayar algunos retos que enfrentan los músicos del país, del estado y de la región donde se ubica la comunidad de estudio. Estos pro-vocan -entre otras varias cosas- migración y, con ello, dismi-nución de personas dedicadas al oficio.

Los ingresos que se obtienen a través de este trabajo, ge-neralmente, no son suficientes (aunque siempre habrá ex-cepciones), por ello es que dentro de los problemas que nos señalan los músicos de Santo Tomás, advierten que no pue-den dedicarse exclusivamente a esta actividad, tienen que realizar otros trabajos para poder obtener ingresos signifi-cativos.

se realiza a la par de otras actividades

Sí, la mayoría de los que son músicos trabajan en lo que es agricultura o sea que ésas son sus dos actividades de aquí de la comunidad. (Las actividades principales) son lo que es la agricultura y, aparte, lo que es la música. Las personas que son agricultores, por lo regular, también tienen conocimien-tos de música o son músicos. Y es una forma de percibir in-gresos, a parte de la agricultura (Alex, 22 años, músico originario de Santo Tomás, saxofonista y clarinetista, egresa-do de la Licenciatura en Agronegocios).

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Y sigue mencionando este joven músico, que las dos acti-vidades productivas fuertes en Santo Tomás son: la agricul-tura y la música. Cuando le preguntamos cuál de las dos estaba más pronunciada, nos menciona que: “La música. Las dos son importantes ¿verdad? Pero siento que la música tie-ne más relevancia aquí”.

Vemos con ello que el sur de Guanajuato puede ser consi-derado como una región histórica, en el comprender de que se adhiere a las tradiciones rurales, un tanto distantes de aquellas de los centros urbanos, dotada de cierta homoge-neidad natural, cultural y económica (Montoya, 2009).

competencia, menos demanda y nuevo repertorio

Muchas veces piensan que tocar es fácil, entonces, quieren que sea barato, piden presupuestos, pero empiezan a rega-tear, (piden) que se les deje más barato, por tantas horas y así como que menosprecian lo que es el valor de la música, como que quieren hacerlo menos, no le quieren dar el verdadero valor que tiene, ese es el principal problema. Hay muchos otros que denigran a los músicos, piensan que ser músico es ser vago, que no es un oficio como tal, que eso es para gente floja, entonces, hay varios problemas que surgen al ser músico (Héctor René, 23 años, trombonista, estudian-te de octavo semestre Ingeniería agroindustrial).

Tan solo para 2009, se reportaba la presencia de, aproxi-madamente, 12 bandas de viento en esta comunidad. Actual-mente, sin duda, han incrementado:

Hay una competición, en la cual, las bandas ‘guerrean’ recu-rriendo exclusivamente a las polkas. Lo interesante es que, una vez agotado el repertorio conocido deben componer so-bre la marcha nuevas polkas. Por ejemplo, cuando las albo-radas los músicos cargan una libretita y caminando van escribiendo nuevas melodías para poder responder a las ban-das rivales. En estos eventos se pone en riesgo, no sólo la calidad de la banda, sino el honor del pueblo o barrio al que representan. Para las serenatas el orden a respetar es una obertura, luego una fantasía, le sigue un vals y cierran con

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una marcha. Las polkas son melodías pequeñas, pero muy alegres. Algunas de las más conocidas son La trompeta del diablo y Contrasecreto. (…) la polka tiene por finalidad la di-versión de los asistentes, aunque también es una excelente oportunidad para que los instrumentistas solistas expongan a la comunidad su capacidad de interpretación compleja, lo que les da prestigio y reconocimiento de ‘buenos músicos’ (Montoya, 2009:6).

Los músicos del lugar mencionan que dentro de las ban-das más famosas y reconocidas se encuentran: La Yurirense (internacionalmente reconocida), La Bazuca, y recientemen-te, se formó una que se llama La Banda Real.

hay múltiples bandas de viento, bajan los precios

Otro problema frecuente al que los jóvenes hacen referencia es la cantidad de bandas de viento en la comunidad y en otros lugares de la región, lo cual origina que los interesados en contratar un grupo musical tengan varias opciones y “aba-raten” el trabajo de los músicos, dado que éstos últimos ante la gran cantidad de bandas de viento, quieren ser los elegidos.

Así es. Ya hay en muchas comunidades, muchas bandas no solo aquí en Salvatierra sino también en otros municipios en los que ya se implementó. Y hay bandas, obviamente la gen-te se va por el precio y el más barato (Alex Vera).

poca atención y reconocimiento del público

Hay más. Otro de los retos es tener la atención del público para quien se genera la música:

En una fiesta particular o en un restaurant, tocando para gente que no es familia y es muy diferente, o sea, hay lugares donde tú te puedes estar desasiendo o puedes estar en-tregando todo y la gente no te pone atención. […] si yo veo que la gente no me está respondiendo, lo disfruto yo y así

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como que trato de que pase más rápido el tiempo y me doy cuenta de que al final del evento a la gente le gustó lo que yo hice, aunque yo vi que no me estaban poniendo atención sí le gustó a la gente, pero es porque yo estaba disfrutando lo que estaba haciendo […] (Fernando, músico y cantante, ori-ginario de Salvatierra).

Este oficio a pesar de las contrariedades que acabamos de mencionar cumple con múltiples funciones psicosociales, sobre las cuales reflexionaremos en el apartado siguiente y que permiten comprender los motivos de su existencia.

funciones psicosociales del trabajo musical

La música que se genera en Santo Tomás Huatzindeo se realiza con objetivos de recreación, de acompañamiento en festividades populares y, especialmente, como una actividad a través de la cual quienes se dedican a ella pueden obtener ingresos económicos, es decir, cumple las funciones psico-sociales relevantes.

Como constata la parte empírica de este estudio, el traba-jo es central en la vida de las personas (Álvaro et al., 1995).1Hay que decir que la centralidad y la importancia del trabajo viene determinada por las funciones que desempeña para los individuos, grupos y sociedades. En este sentido, la investigación sobre el fenómeno del trabajo reconoce una serie de funciones que éste desempeña para las personas, grupos, organizaciones y sociedades.

1 Como bien indica Agulló (1997), la centralidad del trabajo fue un concepto desarrollado por Dubin y operacionalizado por los investi-gadores del moW (The Meaning Of Working, 1987). A este respecto hay que decir que este estudio no se basa tan sólo en analizar la idea abs-tracta de “trabajo”, sino más bien centra su atención en los significa-dos, creencias, valoraciones y definiciones personales sobre “la acción de trabajar” en el momento presente. Esto es así, pues, al intentar es-tudiar las funciones psicosociales de un trabajo como la producción musical, estamos centrando la atención en una actividad que consti-tuye una necesidad cultural, además de que tiene una función instru-mental.

255LA CULTURA POPULAR A TRAVÉS DE LA MÚSICA DE VIENTO

Adviértase a este respecto que el trabajo permite la super-vivencia, otorga significado a la vida y es una de las dimen-siones centrales que posibilitan la integración y participación en la sociedad, a la vez que proporciona una identidad per-sonal y social a los individuos (Agulló, 1997). En el caso de la producción musical, tema que interesa a esta investiga-ción, el trabajo cumple -además de las mencionadas funcio-nes- con una serie de aspectos positivos que permiten comprender su existencia a pesar de las dificultades mencio-nadas. Reflexionemos, pues, a este respecto.

función latente del trabajo: ingresos en dinero

El trabajo, como indican Alcover et al. (2004), es un instru-mento para el logro de autonomía económica. El trabajo como medio de producción, distribución, consumo, de ob-tención de bienes y servicios permite la supervivencia e in-dependencia no sólo de las personas a nivel individual, sino como motor de la economía global, es también articulador social (Álvaro, 2003).

La primera función del trabajo es, por tanto, la de proveer de los medios necesarios para poder subsistir, he ahí su ca-rácter obligatorio. La dimensión económica es pues el medio principal a través del cual la persona se relaciona con la sociedad y contribuye al mantenimiento de la misma (Álva-ro, 2003). Permite la supervivencia, la emancipación, en de-finitiva, la independencia.2

2 Si bien es cierto que dedicarse a la música reporta ciertos ingresos, resulta complicado –por lo menos en nuestra comunidad de estudio-, hablar de independencia económica, ya que esta función del trabajo en este lugar, y en muchos pueblos con características parecidas, debe ser matizada pues quienes se dedican a ella (a la música) deben tam-bién ocuparse en múltiples actividades para contribuir a la economía familiar, pues, dedicarse a la música no asegura ingresos constantes ni necesariamente bien remunerados. Debemos decir que pueden ha-ber excepciones y podemos encontrar a músicos reconocidos con gran trayectoria que cuentan con reconocimiento local, estatal, nacional e internacional. Sin embargo, éstos son una minoría. Por ello, es que aquí subrayamos que el trabajo musical no permite la independencia

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Uno de los aspectos positivos, diría que da ingresos porque muchos, muchas familias dependen de la música. Los pa-dres de familia sacan adelante a sus familias por medio de las giras artísticas, son las que les proporciona ciertos ingresos para, ahora sí, de alguna manera sobrevivir. Sería un aspecto positivo ese (Alex, 22 años, músico originario de Santo Tomás, saxofonista y clarinetista, egresado de la Licen-ciatura en Agronegocios).

Adolescentes de 15 años, por ejemplo, dedicados desde hace aproximadamente 10 años al ambiente musical, incur-sionaron desde pequeños a la música y advierten que cuan-do sean mayores y tengan hijos quieren que también se dediquen a esta actividad:

Sí, yo le voy a decir que toque la tuba porque es (chingón, tocar) la tuba. A parte ahorita porque, por decir, que una persona quiere una banda que nos diga, por decir, a mí: ‘Quie-ro una banda para tal día, tal hora, consíguemela barata’, pues, yo puedo juntar una banda que se le dice molera que está conformada por diferentes músicos, de diferentes ban-das. Si yo conozco a dos o tres de una banda o a otros así, les puedo llamar y entre todos juntamos lo que es una banda pero de diferentes músicos, pero siempre, siempre, siempre la tuba es la más difícil de encontrar porque casi no hay tu-beros. Los tuberos que hay cobran bien caro. Por eso es mejor aprender a tocar la tuba (porque deja dinero) (ado-lescentes, hermanos de 15 y 16 años, clarinetista –el primero- y trompetista y aprendiz de tuba –el segundo-, originarios de la comunidad Molino de Ávila).

Agulló (1997) explica que aunque el trabajo sea conside-rado como medio, el que siga en aumento una ideología de carácter instrumental de la actividad laboral, ello no signifi-ca, que el trabajo esté perdiendo la centralidad para las per-sonas. La actividad laboral es, pues, el eje sobre el que gira gran parte de nuestra vida. Hay que decir, entonces, que el trabajo, sigue siendo valorado positivamente y como valor

económica, sin embargo, sí se encuentra en el abanico de actividades que se realiza para obtener ingresos económicos.

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central en la vida de las personas. Esto es válido para los músicos de Santo Tomás. Dígase también que además de proveer de recursos económicos este trabajo cumple otras funciones.

funciones expresivas del trabajo musical

El trabajo no tiene un valor periférico, servil o meramente instrumental en Huatzindeo. Tiene un valor central, integra-dor y expresivo.

la música como necesidad culturaly expresión popular

Las fiestas patronales transcurren entre bandas de viento que recorren las calles para deleite de los habitantes. Se compla-cen las solicitudes musicales de los pobladores.

Percusiones, metales y viento son los sonidos distintivos de la fiesta, la del santo patrono, la del barrio: las de Santo Tomás. El gusto por la música de viento se vuelve de dominio popular. El gusto casi generalizado de esta música no la exenta de ser vista por algunas personas de la comunidad como un mero ensamble de sonidos.

Los habitantes, así, reinventan su tradición musical, mez-clando la música de viento tradicional con música tropical o cumbia, para complacer a los diversos gustos y exigencias del público. La mayoría de voces participantes en este estu-dio subrayan la riqueza cultural que representa para la re-gión y para el estado de Guanajuato, la generación y permanencia de la música de viento.

[…] Hay muchas (bandas de viento) porque desde que se inició fue la primera comunidad de aquí de Salvatierra que empezó a meterse en este ambiente y ahora sí que como que es la tradición de la comunidad, es la identidad, de que se le conoce a la comunidad como tierra de músicos. Es la comunidad que, de hecho tiene más bandas aquí en Salva-tierra. Y por eso yo creo que hay muchos músicos, todos tienen ese conocimiento porque es algo que, es el oficio,

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pues, que los padres le heredan a sus hijos. Por eso hay tanto, hay tanta gente que se dedica a este oficio (Alex, 22 años, músico originario de Santo Tomás, saxofonista y clari-netista, egresado de la Licenciatura en Agronegocios).

permanencia de la tradición e identidad

El interés por la música en esta comunidad se ejemplifica en un caso particular y de suma importancia para la música de viento en el bajío, la escuela de músicos de Huatzindeo: Es-cuela de Música Popular Isabel Sosa, de la cual ya hemos hecho mención a través de varios testimonios.

Esta necesidad cultural es relevante en Santo Tomás. Chi-cas jóvenes cantantes originarias de esta comunidad, con voz cómica, nos mencionan que hay múltiples músicos por:

Cultura. De hecho se habla allí que el que no es músico es gay porque casi la mayoría tienen eso en mente. En la familia tiene que a ver un músico, es por ley como una cultura que se adoptó mucho allá en Santo Tomás. Hay ese famoso lema de que si no es músico es taquero, sino es taquero es gay o sea como también hay mucho negocio y, pues, yo siento que es por eso: por cultura, por tradición. Siento que hay mu-chísimo de eso, más a parte fue allí donde uno de los funda-dores, el maestro Rafael Partida, que en paz descanse. Hay algunos maestros más, el maestro Luis García, maestro Brau-lio. Hay bastantes maestros de música, que fueron alumnos del maestro Rafael Partida, pues que se han encargado de difundir un poco o enseñar, más bien, la música y pues prác-ticamente es eso (Lupita, cantante juvenil, originaria de San-to Tomás).

Y en esta tierra fértil de talento musical nos comparten también el significado que tienen para ellos el hecho de ser músicos.

¿qué significa ser músico?

(…) Representa para mí algo que, cómo te diré, mi identidad como persona. Desde niño soy músico, es con lo que siempre

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me he identificado con otras personas. Soy Alejandro, prove-niente de tal comunidad y soy músico, me gusta la música porque es algo que me hace sentir lleno, me hace sentir que soy importante porque tengo un conocimiento que mucha gente aprecia. Eso es para mí, más que nada, lo que representa ser músico (Alex, 22 años, músico originario de Santo Tomás, saxofonista y clarinetista, egresado de la Licen-ciatura en Agronegocios).

Esta satisfacción y orgullo que produce que la actividad que una realiza le agrade a los otros, es otra de las funciones psicosociales del trabajo musical:

Yo siempre he considerado que cuando haces las cosas con responsabilidad y con pasión, el orgullo que puedes tener es que a la gente le guste lo que haces y que tú puedas llevar tu música a otros lados. En mi caso, he tenido la oportunidad de cantar en muchos lugares y de tener como buena referencia de la gente que me escucha y no solo por mí sino que digan que soy de Salvatierra. Y yo creo que a muchas personas que se dedican a la música les pasa eso, o sea, decir yo soy de Salvatierra y qué bueno que te gustó lo que estoy haciendo. Yo creo que es lo mejor que te puede pasar (Fernando, músico y cantante, originario de Salvatie-rra).

Por eso es que la gran mayoría de la población de Santo Tomás se dedica a la música. Los jóvenes nos van a decir que consideran que entre el 80% o 90% de la población de esta comunidad se dedica a la actividad musical:

Sí son varios, hay gente que, cómo te diré, hay gente que sí se dedica de oficio (trabajo para obtener ingresos) a la músi-ca. Hay gente que nomás lo conoce o fue músico y ahorita ya se dedican a otra cosa. Y el porcentaje ha de ser como un 80%, yo creo. Un 80% aproximadamente (Alex, 22 años, mú-sico originario de Santo Tomás, saxofonista y clarinetista, egresado de la Licenciatura en Agronegocios).

La joven experta en el saxofón, nos comparte también su opinión:

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La mayoría de los ciudadanos que están allí en Santo Tomás, la mayoría de las personas somos músicos. Yo creo que un 90% son músicos. Toda mi familia creció con la música. Yo creo que es una gran tradición, es de lo que vivimos allí (Yadira, 21 años, músico, originaria de Santo Tomás, saxofo-nista, estudiante de octavo semestre de la Licenciatura en Agronegocios).

expresión de sentimientos

Subrayan también que la música es un medio para expre-sar, para sentir. Cuando se les pregunta al respecto, con voz firme hay quienes defienden: “La música es para eso de he-cho, para sensibilizarte, para sentirte completo” (Alex, saxofonista y clarinetista).

Aleja de vicios, ocupa el tiempo libre. Un testimonio co-menta:

A los jóvenes los aleja de los vicios. Uno, porque al estar tú tocando lo que es la música te olvidas de vicios, de otros tipos de vicios que te perjudican a ti como persona. En cam-bio con la música, desarrollas un sentido humanístico y otros aspectos también que te hacen ser una mejor persona (Alex, 22 años, músico originario de Santo Tomás, saxofonis-ta y clarinetista, egresado de la Licenciatura en Agronego-cios).

Adolescentes dedicados a la música de viento, nos men-cionan que: “Es padre. Conoces otras comidas, diferentes lugares”. Es un ambiente que les permite conocer otras co-munidades, otros espacios, otra gente. Por eso también se vuelve atractivo para jóvenes y adolescentes. Varios partici-pantes indican que es una actividad que, al igual que el de-porte, entretiene y ocupa el tiempo de quienes lo realizan, afirman literalmente:

Generalmente, se mantienen (entretenidos) los niños que practican la música. Digamos, como que se alejan de los vicios, ocupan su tiempo libre, no están de ociosos pen-

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sando en vicios o en tener malas mañas, entonces, ocupan mejor ese tiempo en aprovecharlo en lo que es la música, sacan algo de provecho y aparte muchas (cosas) más (Héctor René, 23 años, trombonista, estudiante de octavo semestre Ingeniería agroindustrial).

Veamos con ello constatado que son varios los motivos por los cuales se genera música: por hobbie, para las fiestas patronales, para una fiesta social, para una festividad reli-giosa, para ocupar el tiempo, para entretenerse, entre otros. Esto explica por qué tanta gente se dedica a este arte de combinar los sonidos de la voz humana o de los instrumen-tos, o de unos y otros a la vez, de suerte que produzcan de-leite, conmoviendo la sensibilidad, ya sea alegre, ya tristemente.

Hay unas (bandas) que se dedican, las bandas son para eso, para amenizar las fiestas, para amenizar las fiestas patronales. Hay quienes se dedican nada más por hobbie, les gusta y no ven un interés económico, pero hay quienes sí lo ven como un trabajo o una manera de vivir. (…) En mi caso, es por hobbie y ahora sí que una manera de vivir también (Alex, clarinetista).

Sea como fuere, esta comunidad, la mejor conocida como San Toto, es un claro ejemplo de que la música, el arte, son un espacio de construcción social, personal y comunitaria. Cumple múltiples funciones que ayer y hoy explican su per-manencia a través del tiempo y la cantidad de músicos que hay en esta localidad caracterizado por la migración al país vecino, por la agricultura y, sobre todo, por la cantidad de voces y manos que van hilvanando notas, que van constru-yendo historias, que a través de la música buscan su bienes-tar psicológico, familiar y comunitario.

conclusiones

Las historias de vida, nos dice Graciela de Garay (2006), aunque no constituyen un modelo de investigación, repre-

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sentan fuentes inagotables para conocer las prácticas socia-les de una cultura, ya que se pueden leer como textos llenos de significados o como referentes de procesos sociales. Por lo que tenemos que las historias de vida de las elites o de la gente común contribuyen con sus evocaciones a la construc-ción de la memoria colectiva. La gente ordinaria, aparente-mente sin vida pública, revisa su pasado para vislumbrar sus acciones como parte de la historia de su comunidad, y para descubrir en ésta la base de su identidad.

A través de la historia oral de corte temático hemos des-cubierto vetas socioculturales de esta comunidad que son afluentes para comprender sus razones identitarias, su rai-gambre, su manera de permanecer, de anclarse a una memo-ria colectiva. Los avances de investigación aquí presentados nos dan una idea general de la simbiosis historia, identidad y cultura popular. Son resultados preliminares, no una in-vestigación acabada. Es solo una breve justificación de la riqueza conceptual y contextual que de la contemporaneidad se puede obtener por medio de esta singular metodología histórica.

Dicho lo anterior podemos decir que aquí en Salvatierra y en sus comunidades, en éste sur de Guanajuato, la música -al igual que muchas expresiones populares-, construye la identidad de sus habitantes. Al igual que sus artesanías, es-pecialmente las agroalimentarias, es producto de relaciones sociales complejas que no escapan a la producción, distribu-ción y el consumo de capitales culturales.

La música de viento nos permite, pues, estudiar la memo-ria, la cultura, la tradición y la identidad de estas comunida-des sureñas de Guanajuato. Vemos en la parte empírica de este estudio, que la música se constituye como una necesidad cultural, ocupa el tiempo, distrae, permite expresar senti-mientos, genera sentimiento de orgullo personal, de recono-cimiento y es una fuente de ingresos. Por eso es que proliferan los músicos y cantantes, aunque también tengan que lidiar con competencia con otras bandas del lugar y de otras comunidades; aunque por su trabajo perciban bajos pagos y, a veces, -como también sucede con los artesanos-, no gozan del reconocimiento social que merecen, entre otros problemas.

263LA CULTURA POPULAR A TRAVÉS DE LA MÚSICA DE VIENTO

Esto implica que tengan que buscar espacios de difusión y apoyo. Hay bandas de viento, por ejemplo, que tienen pá-ginas de internet, blogs sociales y espacios audiovisuales para difundir su trabajo, para que los conozcan, para que los re-conozcan y, especialmente, para que los contacten y les soliciten que vayan a tocar cumbias, pasos dobles, pasos dobles flamencos, polkas u otros géneros, según el evento y según el gusto de la gente que solicite los ritmos que produ-cen las tubas, los clarinetes, los trombones, los platillos y el saxofón.

Esta tradición musical en el sur de Guanajuato es innega-ble. Ha ido cambiando, transformándose, adaptándose. Esta tradición, tal como se ha visto, han sido prácticas sociales influenciadas y orientadas por personas-agentes religiosos (en un primer momento por agustinos y franciscanos) y más recientemente por el estado y medios de comunicación.

Sigue viva a través de los conocimientos y saberes que los grandes maestros heredan a las generaciones jóvenes a través de la educación informal, pero también se conjugan estos saberes a través del conocimiento escolarizado en la Escue-la de Música (de Salvatierra), por ejemplo.

La música de viento sigue vinculada a las festividades re-ligiosas, lo cual puede permitir múltiples interpretaciones y reflexiones. Especialmente, allí es que hunde sus raíces, sus antecedentes. Pero también instituciones como la familia ejercen papel importante para fomentar los valores, el gusto y el interés musical entre adolescentes, niños y jóvenes.

La música de viento, a través de sus bandas, ha ido pues adecuándose a las épocas y por ende, a las modas musicales: a diferentes ritmos y géneros. Van evolucionando, van cam-biando, fusionándose con nuevos ritmos que, nos van dicien-do –de una u otra manera- cómo estas agrupaciones se van re-construyendo ante los nuevos retos y modas.

Por ello es que surge la necesidad de hablar en plural en lugar de en singular: identidades personales, comunitarias, locales.

Hemos visto también que existe una competencia entra-ñable que surge ante la necesidad de demostrar que banda, y por tanto, que barrio es el mejor, porque la identidad mu-sical, como bien nos recuerda un estudioso de este tema

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(Montoya, 2009), no es exclusiva de una grey, ni de los mú-sicos ni de sus bandas; la identidad musical en el sur de Guanajuato incluye a todos los que participan en el proceso del musicar, desde los instrumentistas hasta las feligreses; la gente del pueblo que está allí, en esos espacios festivos y religiosos, donde a su vez, se nutren, se fortalecen y se ali-mentan sus devociones y se perpetua la tradición.

Por ello es que podemos decir que la música es un espacio a través del cual podemos estudiar procesos de transforma-ción social, especialmente, de estas comunidades donde se genera, donde se construye, donde las manos –y todos los sentidos-, crean arte, vida e historia.

La música es, pues, un espacio de construcción identitaria y su ejecución cumple múltiples funciones psicosociales. Nuestra comunidad de estudio, es un caso emblemático que nos muestra cómo la tradición ha ido tejiéndose con los hilos de la globalización, de la migración y con las historias del campo: de la agricultura.

Como advertimos, lo presentado aquí son tan solo avances de un estudio más grande cuyos detalles esperamos compar-tir en próximos trabajos, en próximas historias de artes y de oficios que se gestan y construyen en rincones valiosos de nuestro estado, de Guanajuato. En la historia oral hemos localizado rutas de acceso para entender la complejidad de las identidades y las culturas populares. Un fuerte referente en la historia social.

TestimoniosAntonio González CarranzaAlejandro Sánchez VeraFernando RuizHéctor René CarriónLupita BautistaYadira Bautista

Nuestro más amplio reconocimiento a los alumnos de De-sarrollo Regional de la Universidad de Guanajuato, Campus Celaya-Salvatierra, por su valiosa participación en la reali-zación del trabajo de campo. Nos referimos a Fernanda Chávez y a Erick Huerta, especialmente.

265LA CULTURA POPULAR A TRAVÉS DE LA MÚSICA DE VIENTO

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anexo

[269]

mapa 1región laja-bajÍo

fuente: elaborado por Daniel Vega paquete ArcGis).

[271]

sobre los autores

mario jesús aguilar camachoDoctor en Derecho por la Universidad Panamericana. Licen-ciado en Derecho por la Universidad de Guanajuato. En el gobierno federal: Asesor del Secretario del Trabajo y Previ-sión Social; Director de Estudios Políticos en la Secretaría de Gobernación; Contralor de la Secretaría General de Pro-tección y Vialidad; Contralor de Lotería Nacional para la Asistencia Pública. Catedrático en instituciones de educación superior en maestría y doctorado. Conferencista en México y en el extranjero. Autor de seis libros editados. Consultor Financiero y de Estrategias de Negocios; asesor jurídico. Profesor e Investigador de la Universidad de Guanajuato. sni-1. Email: <[email protected]>.

ricardo contreras sotoLicenciado en Administración por la Universidad Nacional Autónoma de México. Maestro en Antropología por la Uni-versidad Autónoma de Querétaro; Doctorado en Administra-ción por la Universidad de Celaya. Miembro del Sistema Nacional de Investigadores: Nivel 1. Publicaciones: Empren-dimiento: dimensiones sociales y culturales en las Mipymes de Ricardo Contreras Soto, Alejandra López Salazar y Rubén Molina Sánchez. Profesor-investigador de la Universidad de Guanajuato, campus Celaya-Salvatierra. Es miembro del Cuerpo Académico en Formación: Gestión y Desarrollo de Micros, Pequeñas y Medianas Empresas (mipymes). Email: <[email protected]>.

272 SOBRE LOS AUTORES

eduardo fernández guzmánProfesor-investigador del Departamento de Estudios Cultu-rales, Demográficos y Políticos del Campus Celaya-Salvatie-rra de la Universidad de Guanajuato. Miembro del Sistema Nacional de Investigadores: Nivel 1. Miembro de la Red In-ternacional de Migración y Desarrollo. Licenciatura (1995) y Maestría en Historia con especialidad en Historia Regional Continental (2006), umsnh. Doctorado en Historia Moderna y Contemporánea en el Instituto Mora (2010). Temas de in-vestigación son: historia contemporánea, migración interna-cional México-Estados Unidos, la migración de retorno, sus impactos y el cambio social en las comunidades de origen. Email: <[email protected]>.

teodora hurtado saaLicenciada en Sociología en 1996, por la Universidad del Valle, Cali, Colombia. Maestra en Población con Especializa-ción en Población y Salud en 2005, por la Facultad Latinoa-mericana de Ciencias Sociales (Flacso), México. Doctorado en Estudios Sociales en la Línea de Estudios Laborales en 2011, por la Universidad Autónoma Metropolitana (uam), unidad Iztapalapa. Principales líneas de investigación: Gé-nero y Políticas Públicas; Movimientos Sociales; Población y Salud; Género, Migración Trabajo y Sexualidad; Trabajo e Identidades Étnicas/Raciales. Profesora de Tiempo Comple-to de la Universidad de Guanajuato, campus Celaya – Salva-tierra. Email: <[email protected]>.

gloria amparo miranda zambranoDoctora en Desarrollo Rural, Universidad Autónoma Metro-politana, Unidad Xochimilco. Especialista en temas de sus-tentabilidad, ecología social, eco-turismo, identidad, cultura, corpus cognoscitivo holístico, ecosociocentrismo y empren-dedurismo universitario. Viene dando conferencias y publi-cando a nivel nacional e internacional. Es Profesora Investigadora de Tiempo Completo en la Universidad de Guanajuato y anteriormente en universidades de Perú y Mé-xico. Su reciente libro se titula Contribuciones de las Comu-nidades Rurales a la Sustentabilidad. Parque Ejidal San

273SOBRE LOS AUTORES

Nicolás Totolapan, México. Email: <[email protected]>.

eloy mosqueda tapiaDoctor en Ciencia Social con Especialidad en Sociología por El Colegio de México. Maestro en Ciencias Sociales por la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales. Licenciado en Sociología por la unam, Facultad de Estudios Superiores Aragón. Profesor de Tiempo Completo en el Departamento de Estudios Culturales, Demográficos y Políticos, campus Celaya-Salvatierra, Universidad de Guanajuato desde enero de 2013. Email: <[email protected]>.

alberto valdés cobosDoctor en Ciencias Agrarias por la Universidad Autónoma Cha- pingo. Realizo sus estudios de licenciatura y maestría en Socio-logía Rural en la uach. Ha impartido clases en la Universidad del Valle de México (uvm), campus Texcoco; la Universidad Au-tónoma Chapingo y la Universidad Autónoma Metropolitana (uam), unidad Azcapotzalco. Actualmente es profesor-inves-tigador de tiempo completo del Departamento de Estudios Culturales, Demográficos y Políticos de la Universidad de Guanajuato, campus Celaya-Salvatierra. Autor del libro Ha-cia la sociología de los futuros. Una aproximación al Homo futurus complexus (2011). Forma parte de la Red de Investi-gación sobre Discriminación (rindis). Es miembro del Cuer-po Académico en Consolidación: Género y Políticas Públicas para el Desarrollo Social y Humano. Línea de investigación: Políticas Públicas y Prospectiva. Email: <[email protected]>.

héctor daniel vega macÍasEs Licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad Na-cional Autónoma de México, Maestro en Demografía por El Colegio de México y Doctor en Sociología (con especialidad en Migraciones Internacionales e Integración Social) por el Instituto Universitario de Investigación Ortega y Gasset y la Universidad Complutense de Madrid. Actualmente es Profe-sor Investigador en la Universidad de Guanajuato, Campus

274 SOBRE LOS AUTORES

Celaya Salvatierra, y miembro del Sistema Nacional de In-vestigadores (C). Sus líneas de investigación son Migración, envejecimiento poblacional y grupos vulnerables. Email: <[email protected]>.

Contribuciones de las ciencias socialesal estudio de la región Laja-Bajío

Guanajuato, Méxicose terminó en diciembre de 2014en Imprenta de Juan Pablos, S.A.

2a. Cerrada de Belisario Domínguez 19Col. del Carmen, Del. Coyoacán

México 04100, D.F.<[email protected]>

1 100 ejemplares