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UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE YUCATÁN.
CAMPUS DE CIENCIAS BIOLÓGICAS Y AGROPECUARIAS.
LICENCIATURA EN MEDICINA VETERINARIA Y ZOOTECNIA.
Asignatura:
MEDICINA Y PRODUCCIÓN DE CERDOS
Ensayo
“Situación actual de la porcicultura en el estado de
Yucatán”
Integrantes equipo:
GARCÍA EUÁN LOURDES
GONZÁLEZ GÓMEZ ROSSELY DANIELLA
LARA BECERRA YULI ALEJANDRA.
CICLO ESCOLAR 2013 – 2014
Profesores:
M en C Mario Alvarez Fleite(Titular)
M en C. Alejandro Alzina López(Adjunto)
MÉRIDA YUCATÁN, MÉXICO A 10 DE FEBRERO DEL 2014
La porcicultura es la crianza de los cerdos con fines
industriales, conociendo todos los principios en los cuales
se fundamenta la crianza. Hoy en día el cerdo se encuentra
entre los animales más eficientemente productores de carne;
sus características particulares, como la gran precocidad y
prolificidad, corto ciclo reproductivo y gran capacidad
transformadora de nutrientes, lo hacen especialmente
atractivo como fuente de alimentación.
Esta actividad es importante porque extensas áreas agrícolas
se dedican a la producción de insumos para la alimentación de
los cerdos, como el sorgo y otros forrajes, y en menor
medida, la soya que mayormente se importa. Genera una
compleja cadena de producción, transformación,
industrialización y comercialización de productos (alimentos
balanceados, equipo e instalaciones para granja, medicinas,
embutidos, carnes frías, etc.) y finalmente, porque es una de
las actividades pecuarias que mayor impacto tiene en el
ambiente por la cantidad de residuos que genera.
La porcicultura mexicana se ha transformado de manera
significativa en los últimos veinte años, sin embargo sus
características fundamentales siguen siendo: 1) Una enorme
heterogeneidad productiva que significa la convivencia de
grandes empresas altamente tecnificadas, con pequeñas y
medianas granjas semitecnificadas y con producción familiar
de cerdos de traspatio, 2) Su dependencia del exterior para
la obtención de insumos clave para la producción como: pie
de cría (genética), granos, oleaginosas y otros insumos y 3)
La falta de “internalización”, es decir, la repercusión de
sus costos ambientales.
Hoy en día la producción porcina se encuentra cada vez más
influenciada por criterios de calidad, por esto, adoptando
los sistemas de calidad y buenas prácticas de producción, se
pueden disminuir los riesgos para la salud animal y humana,
ya que los factores relacionados con la sanidad de los
animales, seguridad alimentaria, criterios medioambientales y
normas de bienestar animal son cada vez más valorados por los
consumidores, y por tanto, incluidos en los criterios de
producción para generar mayor confianza en el producto final.
La producción nacional de carne en canal al cierre de octubre
de 2011 superó las 971 mil toneladas, las exportaciones de la
carne mexicana se incrementaron 10.5%, motivado
principalmente por la demanda de Japón, principal destino de
la carne de cerdo mexicana.
El consumo nacional aparente de carne de puerco creció al
cierre de 2011, siendo el nivel de consumo per-cápita en
México de 15.7 Kg (USDA-FAS 2011).
Los principales destinos de las exportaciones mexicanas de
carne de porcino se encuentran en Asia, particularmente el
mercado Japonés, principal destino de la carne. Las
exportaciones al mercado japonés presentaron una marcada
caída durante 2009, año en que se registró el episodio
sanitario de la influenza A/H1N1, que afectó la percepción de
la carne de cerdo mexicana en el mercado asiático.
Actualmente, después de implementar campañas de
reposicionamiento de la imagen del producto nacional, el
volumen de compras se ha recuperado, aunque aún se encuentra
en niveles similares a los del 2006.
Los precios de la carne de porcino en canal en nuestro país
muestra una marcada tendencia creciente, registrada a partir
de mediados de 2009, periodo de inicio de la epidemia del
virus A/H1N1, que impactó claramente en la disponibilidad de
carne de porcino en nuestro país. Durante mayo de 2012 el
precio de la tonelada en canal tuvo un retroceso del 5.4% con
respecto al año anterior.
En los estados productores, el precio de la carne de cerdo
depende de la calidad de la misma. Así, es posible observar
un rango amplio de precios durante 2010. Por ejemplo, el
precio al productor más alto en el país se registró en
Campeche, de $37.58 pesos por kilogramo, mientras que el más
bajo se ubicó en Baja California, de $20.41 pesos por
kilogramo. El promedio nacional se ubicó en $30.51 pesos por
kilogramo.
Tabla1: Principales Estados productores de carne en pie, 2010/Toneladas.
La región Sureste cuenta con una porcicultura a escala y
tecnificada, es decir, presenta altos niveles de inversión de
capital y maneja un mayor número de vientres en sus
producciones y está encaminada a impulsar un desarrollo
igualitario entre los productores de cerdo y sus derivados.
El desarrollo de la actividad porcícola en los años 80’s fue
de carácter ejidal, vinculado a los programas de reordenación
henequenera y fue hasta los noventa cuando alcanzó su
importancia, como el ser un gran centro de abastecedor de la
región sureste de México, Centroamérica y el Caribe.
La posición geográfica del estado es de una de sus ventajas,
y se resalta con su Puerto Internacional de Progreso, que le
permite importar los granos que requiere esta industria,
mismo que ha sido aprovechado por el Grupo Porcícola Mexicano
(GPM) desde el año de 1997.
En el 2009 la Secretaria de Fomento Agropecuario y Pesquero
de Yucatán reveló que a causa de la influenza porcina el
consumo de cerdo en el estado descendió hasta en un 50% lo
que provocó grandes pérdidas económicas en la industria
porcícola. Esta crisis ocasionó el cierre de 30 a 40 granjas
pequeñas y medianas, y fue cuando Yucatán descendió del
tercero al quinto lugar de producción a nivel nacional.
La actividad porcícola se ha convertido en una de las más
importantes en el Estado, lo cual ha provocado un crecimiento
acelerado y exponencial en la población de cerdos, sin
embargo esta industria enfrenta el encarecimiento de insumos;
ya que éstos se importan (el Estado no produce lo suficiente)
y las presiones de la cobertura comercial.
- Producción:
Yucatán en el 2011 ocupó a nivel nacional el quinto lugar en
producción de carne en pie aportando el 8.42% equivalente a
130,566.95 toneladas y en producción de carne en canal
aportando el 8.41% equivalente a 98,833.01 Toneladas
(SAGARPA, 2011).
La producción es de 1,300,000 cabezas de cerdo anuales para
abasto y el valor de la producción local asciende a
2,990,000,000 pesos.(Estrada,2012)
Sólo el 45% de lo que se produce en la entidad cubre la
demanda peninsular. El 55% restante es para otros mercados
nacionales y para las ventas a Japón y Corea. En Kekén, se
concentra la mayor parte de los índices de producción. Según
la Asociación de Porcicultores, esa empresa tiene el 50% de
los "vientres" del Estado. (Estrada, 2012).
- Exportación
Según la SAGARPA en el 2011 se exportaron 11,124 toneladas de
carne de cerdo con destino a Japón, Corea y Estados Unidos de
Norteamérica, cantidad mayor a la exportada en 2010. Estas
exportaciones estuvieron a cargo del Grupo Porcícola
Mexicano, propietario de la marca Kekén. Como promedio
Yucatán exporta 15,300 toneladas a Japón y Corea.
- Importación:
En la actualidad, Estados Unidos es el principal introductor
a Yucatán, así como al resto del país, de grandes cantidades
de carne de cerdo congelada, principalmente de pierna. Los
estadounidenses prácticamente sólo utilizan el filete, la
chuleta, la costilla y, si acaso, el lomo. Todo lo demás es
enviado a otros países y se le comercializa principalmente en
supermercados, algunas veces con varios meses de congelación,
lo cual no ocurre con la carne local. (Estrada, 2012).
- Problemática ambiental
La problemática ambiental de la actividad porcina lo
constituye la mezcla residual de sólidos y líquidos producto
de las propias actividades de limpieza de las naves y cerdos
de las granjas, que está a su vez integrado por las excretas,
agua de limpieza de naves, residuos de alimento, suelo y
otras partículas. El valor energético de estos componentes
residuales, está dado por un alto contenido en nutrimentos,
micro-nutrimentos, metales y cuentas bacterianas, mismas que
al ser dispuestos en un cuerpo receptor de baja capacidad de
asimilación y dilución, conduce a un deterioro en el corto
plazo.
Las descargas de aguas residuales vertidas por infiltración
superficial y sub-superficial, sin un tratamiento adecuado,
han provocado que se detecten niveles de calidad en el agua
poco recomendables tanto para la vida acuática como para la
salud humana, favorecido por la naturaleza cárstica del
subsuelo, que aumente la velocidad de desplazamiento de los
contaminantes hacia el nivel freático.
La disposición indiscriminada de sólidos, ya sea producto de
los procesos productivos o del tratamiento, se ha convertido
en la región de la Península de Yucatán en una preocupación
del sector ambiental, ya que estos sólidos o lodos son
vertidos en el suelo, a cielo abierto o directamente al manto
acuífero sin haber sido estabilizados, con el riesgo de
provocar una eutrofización del sistema por aporte de elevadas
cargas orgánicas, ricas en nutrientes y considerable
contenido de bacterias. Dada a la permeabilidad de los suelos
yucatecos, el manto freático fácilmente se contamina porque
las aguas subterráneas se encuentran a muy poca profundidad,
ante esa situación, la Comisión Nacional del Agua, y con base
a la norma oficial mexicana NOM-001, las granjas porcícolas
deben establecer los mecanismos necesarios para dar
tratamiento a sus desechos.
La Península de Yucatán por sus características puede
aprovechar en forma extraordinaria las excretas porcinas, ya
que por sus enormes cantidades de materia orgánica
representan la vía natural para enriquecer los suelos
compuestos por capas superficiales de tierra muy escasa y
afloramientos de roca.
Los biodigestores son un primer paso para asegurar la
permanencia de la actividad porcícola, porque mediante un
diseño adecuado, hasta muchos compuestos peligrosos dentro de
los desechos líquidos y sólidos son transformados y
recuperados como recursos. De tal forma que su construcción
en las granjas permiten controlar la liberación de los gases
de efecto invernadero, el objetivo es evitar que vaya a la
atmósfera como biogás o metano - 21 veces más nocivo que el
Bióxido de Carbono -, que al quemarse es menos contaminante.
En la entidad, existen 340 granjas porcícolas, 57 ya cuentan
con sistemas de biodigestión y esa tecnología evita al año la
emisión de 252 millones de metros cúbicos de CO2, lo que
representa casi el 80 por ciento del total de contaminantes
provenientes de todas ellas.
Las 57 granjas yucatecas con biodigestores (42 apoyados por
el FIRCO y 15 impulsados sólo con recursos privados) operan
en los municipios de Umán, Muna, Abalá, Kanasín, Progreso,
Mérida, Tixkokob y Conkal.
Hoy el 80 y 85 % de las granjas porcícolas de AGLPM cuentan
con algún sistema de tratamientos como los biodigestores,
separación de los sólidos, la sedimentación de los sólidos o
aquellas granjas que cuentan con humedales artificiales que
de acuerdo a los investigadores, sería el último paso de las
normas que exige la CNA y que pueden ser aplicados en las
granjas de los pequeños productores.
- Enfoque veterinario
El mundo actual y dinámico en el que se vive, la población
humana presenta una tasa de crecimiento acelerada, que aunque
se observa principalmente en los países en desarrollo, México
no se queda atrás. Este aumento en la población trae como
consecuencia lógica, un incremento en la demanda de fuentes
proteicas, no solo en términos de cantidad sino que también
de calidad. La industria porcina juega un papel importante en
esta demanda y el éxito de las actividades que en ella se
desarrollan, depende principalmente de la formación de los
Médicos Veterinarios y Zootecnistas, principales
protagonistas de los sistemas de producción porcina.
En la industria porcina existen sistemas de producción
convencionales que son las llamadas granjas de un sitio y
actualmente se están implementando sistemas más modernos como
son las granjas de sitios múltiples. Sin embargo,
independientemente del sistema de producción, existe la
presencia de enfermedades que se observan con diferentes
porcentajes y que están afectando severamente la economía de
productores. Por lo tanto, la aplicación correcta de los
conocimientos técnicos y científicos permite mantener un buen
estado de salud de los animales y un mejor rendimiento de la
actividad que desarrollan. La función y la responsabilidad
del Médico Veterinario Zootecnista no solo se basan en la
interpretación de los signos clínicos para administrar un
tratamiento, sino en precisar la naturaleza de ellos y
aplicar las medidas zootécnicas adecuadas que permitan
prevenirlos.
Por lo tanto uno de los papeles que debemos desempeñar como
Médicos Veterinarios es la toma de decisiones sobre un mejor
manejo zootécnico y el adecuado tratamiento para un
determinado problema de salud en un animal o grupo de
animales considerando duración y frecuencia del tratamiento
así como los tiempos de retiro antes de que los animales y/o
sus productos y subproductos, se destinen para el consumo
humano.
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