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El museo universitario de Huacho en dos momentos.
Entrevista a su fundador y a su actual director
Por: Victor Falcón Huayta
I
En lo que fuera una estación del Ferrocarril del Noroeste del Perú y, a tres cuadras de la plaza
de armas se ubica el museo de la Universidad Nacional José Faustino Sánchez Carrión
(UNJFSC) de Huacho. Con cerca de 4 mil objetos, su variada colección es representativa del
pasado prehispánico del valle de Huaura y zonas cercanas. Hace poco más de un año saltó al
primer plano de la noticia nacional por contener la “momia tatuada de Huacho” en
condiciones precarias (Peralta 2014).
No obstante pertenecer al “Sistema Nacional de Museos del Estado” del Ministerio de
Cultura (Guía de Museos 2012), su amplio y variado acervo cultural necesita mayor atención,
tanto a nivel de conservación, catalogación y manejo de sus colecciones como de
investigación. Para conocer sobre sus orígenes entrevistamos tanto a su fundador (Dr. Arturo
Ruíz Estrada) como a su actual Director (Mg. Henry Marcelo), tratando de establecer –con
este contrapunto– criterios para la gestión más eficiente de este tipo de museos en el Perú.
Foto 1. Ingreso al museo de la UNJFSC. (Foto: VFH)
Victor Falcón Huayta (VFH): Luego de casi tres décadas cuéntenos cuáles son sus
impresiones sobre el estado actual del museo de la UNJFSC.
Arturo Ruíz Estrada (ARE): Deben hacerse gestiones para optimizar su situación. El
problema es que muchas autoridades –a nivel general, no sólo en Huacho– no comprenden
las necesidades del patrimonio cultural y lo relegan, dando prioridad a otros temas. La
universidad tiene capacidad, para construir incluso edificios, ¿cómo no va a poder construir
un museo?. Siempre reclamé en ese sentido, llegando incluso a presentar planos para un
nuevo edificio, pero no pasó nada. Por eso dejé esa institución pues lo hacía todo solo con el
esfuerzo personal, pero eso tiene sus límites. Asimismo, gran parte de las colecciones son
recolecciones de superficie hechas por mi persona.
VFH: Para ubicarnos en el tiempo, ¿de qué años estamos hablando Doctor?
ARE: Eso fue a comienzos de los ochenta. Porque yo ingreso a la UNJFSC a fines de los
setenta. Felizmente, en esa época había un Rector sensible a los asuntos culturales, pues al
construirse la ciudad universitaria en Huacho comenzaron a aparecer diversos restos
arqueológicos. Ante este escenario el Rector convocó a un concurso público para contratar
los servicios de un arqueólogo, el cual gané, por lo que me trasladé a Huacho.
VFH: Antes de eso ¿dónde se desempeñaba Doctor?
ARE: Yo estaba en el Museo Nacional de Arqueología, Antropología e Historia del Perú,
durante la gestión del Doctor Lumbreras. A raíz de la plaza ganada en Huacho me retiré de
ese museo.
VFH: Entonces, en esas circunstancias nació la “colección núcleo” del museo de la UNJFSC.
ARE: Así es, es fruto de las colecciones de superficie, porque ahí –de repente en estos
momentos que estamos conversando– el huaqueo es brutal. Se “levantan” todo el valle de
Huaura. Esa es la tragedia que yo he vivido y, no solamente yo, seguramente muchos colegas
del norte, del sur, del centro ven todo eso impotentes. Hacemos denuncias, vamos a la policía,
y bueno, son trámites que muchas veces quedan en nada.
VFH: ¿Cuándo se retira usted de la UNJFSC?
ARE: El año 1992, y yo dejé las colecciones ahí. Pero, en general, las autoridades no daban
importancia a las colecciones y pienso que las consideraban un estorbo, así como, a mi
persona. Luego de mi retiro, cuando regresé a Huacho encontré que la colección estaba en
una pampa, al aire libre. Entonces, hice un documento al Rector para que esa colección se
protegiera y la trasladaron a lo que, ahora, es un cafetín o teatro. Luego la trasladaron a su
actual local en la ex–estación del ferrocarril.
VFH: ¿Algunos elementos provienen de excavaciones?
ARE: Sí, claro. Llegué a publicar algunos trabajos con Andrzej Krzanowski y otros artículos
en revistas locales. Desde luego, tengo aún varios inéditos, sobre todo de mis excavaciones.
Pero la mayor parte es de recolecciones de superficie, como el caso del “hombre tatuado”.
Lo encontré un día que íbamos a explorar el entorno de Huacho; ahí expuesto sobre la arena
pues lo huaqueros se llevan los tejidos más completos, los metales y alguno que otro ceramio
excepcional o “cuchimilco”. Pero, ¡que se iban a cargar una momia!.
Foto 2. Dr. Arturo Ruíz Estrada en la escuela de arqueología de la Universidad Nacional
Mayor de San Marcos, de la cual es profesor principal (Foto: VFH).
VFH: Y usted vio, inmediatamente, el valor excepcional de ese testimonio.
ARE: Claro, primero vimos que estaba empolvado. Empezamos a limpiarlo y vi que estaba
totalmente decorado. Entonces, tratamos de limpiarlo y algunas “manchas” no salían.
Entonces dije: ¿qué es esto?. Y, evidentemente, eran tatuajes. Ese fue uno, después ya
encontré más evidencias de este tipo, aunque incompletas: una mano, un brazo, una pierna,
un pecho, una cabeza, debido a que los huaqueros destrozan totalmente cada tumba. He
recogido muestras y he registrado más de cien restos humanos, una buena cantidad con
tatuajes. Ahí hay un corpus iconográfico bien interesante. Si tuviésemos autoridades con
buena vocación para el patrimonio, Huacho hubiera tenido el museo más grande del mundo
con exhibición de tatuajes. Sin embargo, el movimiento constante de las colecciones, su falta
de atención –luego de mi salida– ha hecho que se pierdan y deterioren muchas piezas. Yo he
dibujado esas imágenes y haré un libro sobre los tatuajes en el antiguo Perú.
VFH: Doctor, ¿recuerda usted el yacimiento específico de donde salió el hombre tatuado?
ARE: Claro, él salió de la parte posterior de la ciudad universitaria. En lo que denominé el
“segundo cementerio”, porque inmediatamente después de la universidad había una zona de
cementerios, casi desde la orilla del valle. Ahora, ahí hay una urbanización que se llama
Atalaya, desde ahí arrancan los cementerios y se van hasta “Cerro Colorado”, donde en la
época de Fujimori se estableció un AA.HH. con su nombre. Es decir, las poblaciones
invadieron cementerios que si bien es cierto estaban bastante huaqueados, aún guardaban
evidencias.
Foto 3. Momia tatuada de Huacho (Foto: VFH).
VFH: Entonces, actualmente todos esos asentamientos ya forman parte del casco urbano de
Huacho.
ARE: Así es. Menos un espacio que me preocupé en registrar y gestionar una resolución que
lo declara zona intangible y que está, exactamente, detrás de la ciudad universitaria. Por eso
ese es un espacio pequeño que no está invadido, porque tiene resolución por parte del
Ministerio de Cultura. De modo que ahí existen tumbas intactas para ser recuperadas –algún
día– por un arqueólogo del futuro. Es el “cementerio N° 2” que señalé en un plano. Tengo
una publicación en donde señalo los cementerios adyacentes a la ciudad de Huacho. Claro, a
lo largo del valle hay muchos más.
VFH: ¿Tiene idea de la cantidad de especímenes que comprende esta colección?.
ARE: Inicialmente fueron varios cientos de especímenes de diversos géneros. Luego se han
ido incrementando. Durante mi gestión no se recibieron donaciones.
VFH: ¿Se le nombró como Director del museo?
ARE: Sí, fui nombrado como Director del museo. Inicialmente fue sólo para hacer las
investigaciones arqueológicas, luego continué investigando pero un Decano me obligó a ir a
firmar a la Facultad antes de ir a las excavaciones, asimismo, me dijeron que “no podía estar
investigando no más…”, como si eso fuera una falta. Así, tuve que asumir cursos, a pesar
que no había escuela de arqueología en la UNJFSC, sino que daba clases en otras
especialidades como Trabajo Social o Sociología, pero yo hablaba siempre sobre
arqueología. Estuve más de quince años en esa universidad.
VFH: ¿Recuerda las características del primer montaje durante su gestión?, ¿qué clase de
público podía ir a observar las piezas?
ARE: ¡Claro!, no solamente en el museo sino que, cuando empecé las excavaciones
arqueológicas, la gente nos visitaba. Una sorpresa –en cierta manera– para Huacho conocer
su pasado y los restos intactos que encontré en la excavación. Entonces, la gente asistía al
mismo sitio arqueológico, estudiantes de secundaria, primaria y universitarios. Más aún
llamé la atención con mis recorridos, no solamente en Huacho sino en el valle de Huaura,
dando cuenta de la cantidad de vestigios que había. Los mismos huachanos no sabían que a
tan solo 7 Km se encontraba una de las fortalezas más grandes del Norte Chico, como es
Acaray. Hasta entonces sólo existía un dato pequeño publicado por Horkheimer y, para todos,
Paramonga era la más grande. Yo fui a Acaray con Ccosi Salas –el dibujante de Tello– que
me hizo un dibujo del sitio; un complejo fortificado extraordinario, todo hecho de piedra y
que, justamente, está en un punto donde empieza la desembocadura del Huaura y así,
numerosos vestigios que en estos momentos –cuando estamos conversando– se siguen
destruyendo.
VFH: ¿Las diferentes líneas de difusión que usted usaba incluían periódicos locales y
conferencias?.
ARE: Así es, mi primer objetivo era dar a conocer al pueblo su historia pasada, con la idea
de que apoyen las investigaciones.
VFH: Y vean su utilidad social. Sin embargo, esto no caló en las autoridades locales.
ARE: Lamentablemente no. Les ha faltado decisión para tener uno de los mejores museos
en el Norte Chico. Hasta ahora, –de acuerdo a las últimas noticias– la momia tatuada no está
en buenas condiciones de preservación, sin considerar la conservación de restos orgánicos en
los museos. De todo eso, lo que queda es el registro de la evidencia; se ha perdido mucho por
lo deleznable del material. Entonces, no se sabía mucho sobre los tatuajes, salvo la
información de un médico norteamericano. Hasta ahora las evidencias más importantes
provienen de esta parte de la costa. Mayormente, no sabemos de la existencia de tatuajes en
la zona serrana.
VFH: Eso no quiere decir que no hayan podido existir.
ARE: Desde Luego, puede deberse a la falta de investigaciones. Pero en estos contextos
yungas se decoraban la piel, como se decoraban en muchas otras sociedades del mundo, por
eso yo los llamé los “antropotextos” porque ahí está la iconografía, los símbolos de una serie
de elementos que son propios de la cultura Chancay.
VFH: Y esconden un mensaje o un “discurso”, un significado en fin de cuentas.
ARE: Seguramente, porque no todos los tatuajes son iguales. Además, en unos se ubican en
el pecho, en otros en los brazos y con distintos diseños. Entonces, todo eso nos hace pensar
en diferencias sociales o de actividades que, probablemente, han podido existir.
VFH: Con respecto a la situación de la colección y del museo, que están bajo la potestad de
la UNJFSC, ¿cuáles serían sus sugerencias para mejorar su desempeño y presentación?.
Foto 4. Vitrina con diversos restos humanos con tatuajes (Foto: VFH).
ARE: Yo creo que la universidad tiene recursos, pues hasta tiene canon. Pero también puede
concertar actividades con la empresa privada para construir un museo. Pues el material
cultural es muy abundante. Tú sabes que la cultura Chancay y, las anteriores de este valle,
produjeron ingentes expresiones, todo es cuestión de decisión política por parte de las
autoridades. Principalmente del Rector y de los profesores, para que exijan eso. Creo que el
actual Director hace esfuerzos en difundir la importancia del museo y sus colecciones. Logra
algún recurso como, por ejemplo, renovar el piso de su local pero ahí el asunto serio es la
conservación. No se puede tener, pues, los objetos con naftalina, eso ahora no es posible.
VFH: Al parecer el Ministerio de Cultura va a tomar cartas en el asunto. Incluso se realizó
una visita al museo de Huacho a fin de constatar su situación, pues la norma señala con
claridad que si el ente responsable no cuida la colección el Estado puede retirarle la custodia.
ARE: Bueno, actualmente las universidades nacionales están en crisis y atravesando un
periodo de tránsito debido a la nueva ley universitaria y, aparentemente, eso tiene
repercusiones. En nuestra sociedad ese tipo de gestiones con el patrimonio son difíciles y es
necesario considerar la circunstancia y la decisión política. Hemos visto pasar a varios
ministros –de todo tipo– y no han podido pues, porque el sistema –mi estimado– es el que
“aprieta” y obliga, y hace las cosas que conviene a este tipo de gobierno. Entonces, ¿Qué
puedo hacer yo –aún si fuera un Director– frente a todo un gobierno que tiene una orientación.
Es difícil, pero a veces hay logros importantes.
II
El museo de la Universidad Nacional José Faustino Sánchez Carrión (UNJFSC) fue creado
7 de noviembre de 1987 bajo la dirección del Dr. Arturo Ruíz Estrada (Aburto, 2014),
descubridor de la “momia tatuada de Huacho” (Ruíz 2010; 2012). Su local actual pertenece
a la Sociedad de Beneficencia Pública de Huacho que la ha cedido en el marco de un convenio
con la Universidad José Faustino Sánchez Carrión (UNJFSC) para el funcionamiento del
museo. Su acervo contiene la colección de restos humanos con tatuajes más importante del
país, sin embargo, esta particularidad no ha valido para ser atendida con los recursos y el
personal pertinente. ¿A qué se debe esta indolencia por parte de las autoridades
universitarias?, ¿por qué el sistema de museos nacionales del Ministerio de Cultura no le
brinda apoyo para mejorar su situación?, ¿por qué la comunidad huachana no reclama un
museo digno de su ciudad?. Para tratar de responder a estas y otras interrogantes
entrevistamos (6-1-2014) a su Director Mg. Henry Marcelo.
Victor Falcón Huayta (VFH): ¿Desde cuándo está a cargo de este museo?
Henry Marcelo (HM): Desde hace 6 años. Es un museo universitario cuya colección se
originó de las excavaciones del Dr. Ruíz Estrada como consecuencia de la construcción de
la Ciudad Universitaria. Posteriormente, se agregaron otros elementos como los materiales
del Arqlo. Tosso y Cárdenas que, los encontramos en los depósitos sin inventario. Hace unos
dos años recibimos una donación del “Proyecto Arqueológico Norte Chico”, pero de
cerámicas y otros materiales orgánicos regalados por la población de Barranca a este
proyecto. No fue material de investigación que, de acuerdo a ley, tiene que entregarse a los
fríos y oscuros depósitos del Ministerio de Cultura.
Foto 5. Ex local de la estación del Ferrocarril del Noroeste del Perú. Hoy pertenece a la
Sociedad de Beneficencia Pública de Huacho. En sus ambientes funciona el museo de la
UNJFSC (Foto: VFH).
VFH: Cuéntenos sobre el local actual.
HM: Uno de los locales que tuvo esta colección fue en el municipio. Este local pertenece a
la Beneficencia Pública que, por un convenio de 20 años con la UNJFSC, nos ha cedido estos
ambientes. Justamente es parte de la problemática que tenemos porque cuando vino el
Viceministro de Cultura, me dijo: “pero este local es de la Beneficencia Pública”, “si pues y
tenemos una resolución donde se declara explícitamente que es intangible el local que
ocupa”, le dije. Cuando se traslada –la colección– automáticamente el nuevo local asume la
intangibilidad mientras dure la custodia del material arqueológico. El Viceministro opinó que
era “propiedad privada” de la Beneficencia. Pero eso es falso porque la beneficencia también
es del Estado, en todo caso es una institución pública. Parece que hay intereses electorales
que desean anunciar la creación de dos grandes museos relacionados a Bandurria y sitios
tempranos, cuyos restos no son museográficamente muy impactantes. En cambio, aquí
tenemos al hombre tatuado que da para más y con poca inversión.
VEF: Cada género de materiales de la colección del museo da para varios filones de
investigación propia.
HM: Así es, sin embargo, la expectativa generada por la creación de museos nuevos,
auspiciada por el gobierno regional, especula con ubicar este museo en Huaral, Barranca o
Huacho, sede del Gobierno Regional. El Ministerio de Cultura sólo nos ha dado
recomendaciones sobre el inventario y el almacenamiento. Desde perspectivas educativas,
personalmente, me parece que la ubicación de este local es muy positiva pues somos vecinos
del centro comercial Plaza Sol donde hay mucha concurrencia. Tenemos planes de cambiar
las vitrinas y la museografía.
VFH: Debido a su valor patrimonial ¿no cabría también la renovación del mismo edificio?
HM: Ahí tenemos un problema pues es propiedad de la Beneficencia Pública. Tal vez
podríamos generar la expropiación, así como lo han hecho en terrenos de Barranca destinados
a construir un museo, universidad y otros. Nos han convocado a reuniones para tratar el tema
de ese museo, al que llaman “Eecomuseo regional sobre los orígenes de la Civilización
Andina”. Se barajan varias posibilidades, entre ellas que no sea sólo arqueológico sino
también del ámbito regional etnográfico. Por ejemplo, que muestre la indumentaria de los
danzantes “Atahualpa” o “Shacsa”. Sobre este tema hay una gran variedad y tradición que
podría ser una conexión del presente con el pasado.
VFH: Bueno, esas son perspectivas que están siendo barajadas, pero en concreto: ¿cuál sería
el destino de este museo y local?
HM: Hasta donde conversamos con el Ministerio de Cultura hemos quedado en que enviaran
un documento oficial de reafirmación, un plazo para el inventario de la colección y la
recomendación para que se asigne un presupuesto desde el FOCAM (Fondo del gas de
Camisea). La universidad tiene ingresos del gas de Camisea, por ejemplo, de 12 millones de
soles sólo han gastado 1millon y un poco más creo. Nosotros presentamos un proyecto de
red de museos pero quedó en nada. Pero actualmente hay una coyuntura política que hay que
tratar de aprovechar. Pienso que lo ideal sería que el museo se quede aquí, tal como está
recomendando el Ministerio de Cultura. La otra alternativa es que la universidad –en alianza
con el Gobierno Regional– construya otro museo en la campiña de Luriama. La campiña aún
conserva esa tradición chamánica y el personaje tatuado respondería a esa naturaleza. Se
sumaría a este museo para la generación de recursos propios para su mantenimiento.
VFH: ¿Y la universidad tiene interés para intervenir en ese proyecto?
HMC: Ahora sí. El Rector da su apoyo, lo que sí es un obstáculo es la burocracia que es muy
difícil de gestionar, por ejemplo, no se sabe si usar el dinero de la FOCAM o del canon. Los
fondos del FOCAM son más accesibles pero son exclusivos para el desarrollo ecológico, los
fondos de canon necesitan proyectos aprobados a través del SNIP. Un tema también es la
sostenibilidad de estos proyectos culturales y tiene que ver con las políticas regionales.
VFH: Como resultado de esta situación ¿cómo cree que quedaría este museo? Su
infraestructura, las condiciones de las colecciones de materiales orgánicos, etc.
HM: En estos 6 años hemos hechos avances, esto estaba en condiciones terribles. Ahora
tenemos un auditorio, hemos producimos vídeos del mito de Vichama, trabajamos con las
escuelas de turismo, comunicación, etc. Colaboramos con los investigadores que llegan a la
zona y el Dr. Ruíz Estrada aún se mantiene como asesor –ad honorem– permanente del
museo, sin embargo, tenemos limitaciones de presupuesto.
VFH: Por ejemplo: ¿cuánto personal de la universidad trabaja exclusivamente para este
museo?
Foto 6. Henry Marcelo y la museografía provisional del ambiente principal del museo de la
UNJFSC (Foto: VFH).
HM: Acá solamente somos dos, yo y un asistente, además de 2 personas de seguridad. Hemos
logrado cambiar el piso del museo, y no hemos logrado hacer nada más porque las normas
de la asignación presupuestaria no lo permitían. Ahora sí se están considerando aspectos de
arqueología y con ello se abren más posibilidades. Asimismo, necesitamos que se continúe
con la investigación de la momia tatuada pues es lo que distingue a este museo. Necesitamos
investigaciones profundas.
VFH: Últimamente han salido algunos artículos sobre momias tatuadas.
HM: Por nuestra parte hemos publicado un par de artículos del Dr. Ruíz Estrada, alguna
interpretación semiológica en la revista Guara, la cual está disponible en internet. También
publicamos documentos antiguos siempre citando sus fuentes. Trabajamos con el archivo
regional, el cual ha sido depredado en alguna ocasión por supuestos investigadores de
Historia, robándose valioso material histórico.
VFH: Creo que actualmente ese archivo tiene una administración profesional.
HM: Sí, esos ambientes no le pertenecen al museo, son independientes. En sus archivos
tenían documentos valiosos en relación al Vichama Raymi de Paramonga, tenencia de tierras,
etc. Lamentablemente, no había personal suficiente por lo que no se foliaron los documentos,
eso fue aprovechado para depredarlos o robar muchos documentos valiosos, no sabemos con
qué fines.
VFH: Queda mucho fondo documental aún ¿qué se piensa hacer para protegerlo?
HM: Sí, pero el archivo regional es dependencia del Archivo Nacional. Los fondos
documentales en el norte chico, no solamente están constituidos por este archivo, también en
las iglesias hay materiales sobre procesos a los “idólatras”. Por ejemplo publicamos un
documento muy importante del Arzobispado de Huacho “Memoria e Ídolos de la Barranca”
1650, Legajo 1. Expediente 26 de 1650 folio 1. Sobre la localidad de Barranca había seis
dioses locales cuyos nombres aún persisten en el tiempo como Pisitco, Chocoi, Socoi,
Callallin, Apuvichca y Calavichca y los dos últimos me recuerdan a las silabas terminales
fonéticas de Vichama o Ychsma. Incluso, había una famosa chamana llamada Inés Calín, que
venía a “dar clases” a la campiña de Luriama. Fue un antecedente de la chamanería de la
antigua Barranca que aún persiste –como tradición– en Huacho. Son “pedazos” sueltos de la
Historia cuya información debe cruzarse con el dato arqueológico, lo que no hacen,
lamentablemente, los historiadores.
VFH: Volviendo al tema de la colección del museo: ¿el inventario que se está realizando
actualmente es el primero o ha habido anteriores?
Foto 7. Una de las vitrinas con instrumentos musicales prehispánicos. Otro rubro de la
valiosa colección de este museo (foto: VFH).
HM: Un inventario inicial fue hecho por el Dr. Ruíz Estrada. Pero, conversando con el
Viceministro me manifestó que no lo tienen en el Ministerio de Cultura, al parecer se ha
extraviado. Felizmente, acá conservamos una copia muy deteriorada y estamos realizando
uno nuevo digitalizado.
VFH: Eso demandará un tiempo, ¿cuánto tiempo le tomará tener un inventario actualizado
de la colección?
HM: Nosotros calculamos dos años más o menos. Teniendo en cuenta la burocracia en la
universidad. Posiblemente con apoyo del museo de la Universidad Nacional Mayor de San
Marcos. Tenemos un pequeño presupuesto destinado para tal fin.
VFH: Ahora hay un acceso restringido, pero ¿el museo podrá ser visitado normalmente en
la segunda mitad del año?
HM: Sí, con nuestras limitaciones. Si tenemos suerte tendremos fondos del FOCAM, y de
igual forma del Gobierno Regional de Lima, podremos mejorar la museografía. Otro aspecto
que queremos impulsar es la investigación de la momia tatuada.
A modo de balance final
Al cabo de un año regresamos al museo universitario de Huacho (23 de febrero de 2015) y
la impresión que tenemos es que la situación no ha cambiado. Desde aquel momento en que
este museo saltó a la palestra nacional a raíz de una denuncia periodística (Peralta, 2014) ha
sido visitado por las autoridades pertinentes del Ministerio de Cultura pero, en lo sustancial,
las condiciones que señalaron su estado de emergencia se mantienen. No se ha terminado de
actualizar su inventario digitalizado, el cual sólo ha avanzado en un 25%. Esto por diversas
razones, entre las cuales, las más importantes son la falta de fondos destinados para este fin
específico y, por otra parte, no se concretó la ayuda esperada. Sólo se obtuvo el apoyo de
estudiantes practicantes de la UNJFSC y, por parte de la UNMSM, a través del Dr. Arturo
Ruiz Estrada. En cuanto a la investigación y la conservación preventiva de las colecciones
tampoco se registran avances significativos.
Al parecer, existirían las dos condiciones principales que posibilitarían un cambio cualitativo
en esta institución, la voluntad política por parte del actual Rector de la UNJFSC de apoyar
al museo y los recursos económicos provenientes del canon minero y el FOCAM, sin
embargo, estas condiciones no parecen ser suficientes, ¿por qué?, ¿cuáles son las reales trabas
para canalizar y concretar proyectos de acondicionamiento y modernización de este museo?.
Dada la importancia e ingente cantidad de población escolar de la ciudad de Huacho una
institución museística sólida es más que necesaria. En este sentido, ¿no es también el museo
reflejo de la sociedad en la que funciona?.
Referencias
Aburto Encalada, Lorena (2014). “Museo de arqueología de la Universidad Nacional José
Faustino Sánchez Carrión”. Disponible en:
http://www.mincetur.gob.pe/TURISMO/OTROS/inventario%20turistico/Ficha.asp?cod_Fi
cha=3439
Guía de Museos – Lima (2012). Disponible en:
http://www.cultura.gob.pe/sites/default/files/paginternas/tablaarchivos/2013/09/guiamuseos
191212.pdf
Peralta Liñán, Norka (2014). “Peligra conservación de momia tatuada de Huacho y de 4,
000 piezas preincas”. El Comercio, 6-1-2014. Disponible en:
http://elcomercio.pe/mundo/actualidad/peligra-conservacion-momia-tatuada-huacho-000-
piezas-preincas_1-noticia-1682984
Ruíz Estrada, Arturo (2010). “La momia tatuada de Huacho”. Guara, Revista de
investigación científica y cultural. N° 8:6-14. Museo de arqueología de la UNJFSC,
Huacho. Disponible en: http://web.unjfsc.edu.pe/revistas/index.php/Guara/issue/view/24
Ruíz Estrada, Arturo (2012). “Tatuajes prehispánicos de Huacho, valle de Huaura, Lima”.
Revista Quillasumaq. Estudios interdisciplinarios del antiguo y actual Perú. Año 1, N° 1: 6-
19. Disponible en: https://sites.google.com/site/revistaquillasumaq/home/revista-
quillasumaq-nro-1-2012