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Consideraciones para mejorar la legibilidad en señales informativas Artículo para la Revista Obras Públicas

Consideraciones para mejorar la legibilidad en señales informativas [español]

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Consideraciones para mejorar la legibilidad en señales informativas

Artículo para la Revista Obras Públicas

Podemos entender el término legibilidad como la «capacidad de diferenciar los caracteres tipográfi-cos y no inducir a confusión, ni en su diseño ni en su aplicación» (Ramírez, 2012, p.61), es decir, a grandes rasgos, la legibilidad apunta al reconocimiento.

Usualmente, los términos legibilidad y visibilidad son confundidos o usados como sinónimos, la dife-rencia está en que la visibilidad es la cualidad de que un objeto sea posible de ver, así, una palabra puede ser visible como imagen pero poco legible, es decir «sé que está ahí, pero es difícil de leer». En cambio, una flecha sólo podría ser visible, ya que, como fi-gura, se ve pero no se lee. Por ello, la legibilidad es relativamente exclusiva de las señales informativas por la predominancia de texto.

Al respecto, Walter Tracy, estudioso del fenómeno de la lectura y sus características, menciona que la medida de la legibilidad «es la velocidad a la cual un carácter puede ser reconocido; si el lector duda sobre él, el carácter está mal diseñado» (1986, p.31), haciendo alusión al diseño de las letras, también co-nocido como tipografía.

En ese sentido, si una señal informativa está con-formada principalmente de texto, la forma en que el texto está compuesto es fundamental, es por ello que profundizaremos en consideraciones desde la ti-pografía, aplicado a la percepción de información vial.

Si bien existe una serie de factores que condicio-nan la percepción, la distancia es una variable carac-terística de la lectura de señales de carretera, y está presente de forma continua, puesto que, como bien dice el Manual de Carreteras, la señal debe «estar ubicada a una distancia tal, que permita tomar de-cisiones con antelación» con el fin de «dar tiempo suficiente al usuario para responder adecuadamen-te» (MTT, 2005, Vol. 6, 6.301.5). Al momento de conducir el tiempo es clave para anticipar sucesos y hacer la maniobra correcta, por lo que, en palabras sencillas, si una señal no es legible a la distancia su-ficiente, puede ser un factor promotor de múltiples

accidentes de tránsito; Accidentes que, con el justo cuidado, podrían evitarse facilitando la lectura para los conductores, en pos de mejorar la calidad de vida de las personas y garantizar la preservación de su integridad, en este caso, a lo largo de un recorrido.

En esa línea, el Manual de Carreteras establece que «la uniformidad, racionalidad, tamaño y legibili-dad de una señal de tránsito deberán estar combina-dos de manera de conseguir la debida comprensión de parte del usuario» (MTT, 2005, Vol. 6, 6.301.6). Pese a que no se refiere en mayor detalle sobre ese punto, da luces de uno de los factores centrales res-pecto a la distancia y la legibilidad: Tamaño.

Cuando hablamos de legibilidad, lo que nos inte-resa, por sobre el tamaño de la señal misma, fijado acorde a la velocidad de diseño de la ruta y suficien-temente estudiado ya, es el tamaño o altura espe-cífica del texto.

Lo primero que surge como idea cuando habla-mos del tamaño del texto es la clásica creencia de que las mayúsculas son más grandes y por ende se leen mejor, que, desde la perspectiva especializada, es errónea.

Si bien las mayúsculas se perciben de mayor ta-maño, y eso es indudablemente cierto, su legibilidad es considerablemente menor, esta afirmación yace en algunos experimentos visuales realizados por es-tudiosos de la lectura, en los cuales se buscaba averi-guar qué puntos eran claves en el diseño de las letras, y se encontró que se podía seguir leyendo aunque se eliminaran algunos trazos, como se ilustra en la imagen, mientras se conservaran algunos rasgos ele-mentales de las letras, dado que el resto se deduce y completa visualmente a partir de ellos. Frente a esta evidencia, se concluyó la prevalencia de la par-te superior de las letras para la legibilidad, puesto que son los segmentos de mayor diferenciación. En concreto, los trazos ascendentes y descendentes de las letras, los puntos de las íes y el ritmo entre le-tras redondas y angulares facilitan la interpretación (Márquez, 2011, p.2).

¿Qué hace que una señal sea más o menos legible a distancia?

—Esta es la pregunta principal que pretendemos

aclarar en el siguiente artículo.

La explicación detrás de este fenómeno corresponde a la forma en la que estamos acostumbrados a leer. A diferencia de lo que pasa con los niños, un lector avezado no lee letra por letra, sino que, lee las pala-bras como imagen, reconociendo el significado por el contorno. Esto permite una velocidad de lectura considerablemente mayor, ya que se basa en reco-nocer palabras enteras, fijando la vista sólo en algu-nos rasgos principales, puesto que, en general, ya conocemos la forma de las palabras por haber estado expuestos a ellas y podemos anticipar lo que dice.

Un texto que se compone exclusivamente en base a mayúsculas carece de esta diferenciación en el contorno, ya que anula los rasgos principales, percibiéndose como «una serie de uniformes rec-tángulos» (Márquez, 2011, p.2).

Esta falta de trazos ascendentes y descenden-tes dificulta el reconocimiento de las palabras como imagen, forzando la lectura letra por letra que, ade-más de ser un 12% más lenta comparado con un texto común en minúsculas y mayúsculas, provoca fatiga visual, causado por el esfuerzo adicional en la comprensión del texto.

Por otro lado, componer un texto «únicamente de letras mayúsculas requiere una superficie impresa de aproximadamente un 35% más grande» (Már-quez, 2011, p.2), lo cual, en una señal, es una varia-ble determinante para contener el mensaje completo, teniendo como consecuencia general la reducción de la altura del texto, y por extensión su legibilidad a distancia.Durante la lectura a distancia la claridad tipográfica es esencial, por ello, otro de los factores a considerar es el diseño mismo de las letras.

Tal como decíamos, el contorno de las palabras nos ayuda a identificar el mensaje, y en esta misma lógica, mientras más diferentes sean las letras entre sí, su contorno varía y por ende facilita el reconoci-miento. La confusión entre dos o más caracteres dis-minuye considerablemente la legibilidad de un texto y hace que la lectura sea más lenta de lo normal. Por ello, una de las primeras cosas que debiera conside-rar una fuente de tránsito es la distinción categórica entre caracteres similares, en pos de que no generen combinaciones conflictivas en el texto. Por ejemplo, veamos lo que pasa con la localidad de <Illinois>.Al componer la palabra en el estándar tipográfico

figura 1Experimento visual en minúsculas. (Márquez, 2011)

figura 2Comparación de contorno entre texto compuesto en minúsculas y mayúsculas. (Ramírez, 2012)

anterior, se evidencia lo difícil que es diferenciar sus primeras letras, aún leyéndolo de cerca. Imaginen lo que sucede lejos, de reojo y a alta velocidad. La difi-cultad se ve también en las mayúsculas, ya que, ade-más de lo que mencionábamos, su solución formal aumenta la tendencia a ver puras líneas verticales de ritmo constante: < I I I I I I I >.

Para representar cómo el diseño tipográfico pue-de facilitar la lectura y el reconocimiento, veamos el mismo ejemplo compuesto tanto en el estándar anterior como en RutaCL, donde se percibe como la inclusión de detalles estilísticos en las letras, tales como curvas y remates en las terminaciones, permi-te interrumpir el ritmo monótono antes dicho, esto se resume en la selección de caracteres similares de la figura 4, donde es notoria la variación entre una fuente y otra.

Sin embargo, pese a esta consideración formal, hay un factor que puede anular lo anterior y entor-pecer el reconocimiento, este es el espaciado, que se vuelve crítico en la lectura de señales.

figura 3Estándar tipográfico anterior y nuevo estándar tipográfico RutaCL (Archivo personal)

figura 4Diferenciación tipográfica entre la fuente anterior y RutaCL (Archivo personal).

figura 5Combinaciones críticas de caracteres, reducción de espaciado y posible confusión (Archivo personal).

Leer un texto de lejos es relativamente equivalen-te a leer de cerca un texto pequeño, obviando el movimiento y la velocidad en ruta. Esto implica en términos generales que se deben tener las mismas consideraciones, es decir, un espaciado más holgado que el de un texto común para respetar el blanco óptico del diseño de la tipografía. Esto suena rela-tivamente complejo, pero veamos el ejemplo en la imagen (figura 6).

En el primer caso podemos ver la misma tipogra-fía y mensaje en distintos tamaños, sin ningún ajuste de espaciado. Si afinamos el ojo, notaremos que el aire entre las letras, o blanco percibido, es mucho menor en el texto pequeño, en el cual las letras se ven muy pegadas, cosa que no pasa en un tamaño mayor. Si miramos el segundo caso, donde el espa-ciado del texto más pequeño fue ajustado ampliando el espaciado interletra en 30 puntos. Al compararlo con el texto grande, podemos ver que este blanco que mencionábamos se mantiene más bien constan-te, y las letras se ven igualmente separadas.Comparando el texto pequeño de los dos primeros casos es más fácil notar la diferencia.

A su vez, si aplicamos el mismo ajuste de espacia-do al texto grande, éste se tiende a ver raro por estar más separado de lo normal, las letras empiezan a

figura 6Ejercicio de espaciado y ajuste óptico en textos de ejemplo(Archivo personal).

verse como unidades separadas y no como una pala-bra completa, por lo que no sirve aplicar el aumento de espaciado de manera indistinta, al menos para una tipografía de lectura continua, sino que sólo óp-ticamente cuando es necesario.

Esta compensación es una consideración de di-seño para facilitar la lectura de textos en tamaños reducidos, y es aplicable a las señales de carretera por lo mencionado al principio.

La mayor parte del tiempo este tipo de mensaje se percibe de lejos, y debe poder funcionar bajo esa restricción, con el fin de permitir que los conducto-res anticipen las maniobras, es por ello que la per-cepción próxima de una señal no es tan relevante o determinante para la función efectiva de la misma. En consecuencia, una fuente de uso en tránsito debe contemplar en su diseño original un espaciado más amplio que el usual para un cuerpo medio de texto. Esto debe respetarse en pos de evitar la visualiza-ción de la palabra como una mancha difusa, ya que nosotros no sólo leemos por las letras, sino también por el margen o espacio a su alrededor, lo que puede facilitar o dificultar su reconocimiento.

Un set tipográfico puede estar cuidadosamente diseñado pero si su espaciado no es proporcional a los caracteres y acorde al contexto de uso, por muy estética que sea, va a fallar en su labor principal (sal-vo que la intención sea dificultar la lectura).

figura 7Irregularidad óptica en el espaciado, <Toyo> se ve mucho más separado que <Pirque> causado por una regla de espaciado constante y no proporcional a las letras. (Fotografía de Francisco Gálvez, Edición propia).

Pese a la relevancia que tiene, y su poder de anular otras características tipográficas, tras desarrollar un diagnóstico en terreno en las 3 rutas piloto del nuevo estándar dentro de la Región Metropolitana, fue evidente que el espaciado es, o sigue siendo, el talón de Aquiles del sistema productivo de señales. La siguiente señal, registrada en la ruta G-25, hacia el Cajón del Maipo, es un ejemplo de ello.

Esta imprecisión en el espaciado no es propia de la fuente y su construcción tipográfica; RutaCL tiene en su programación incorporado el conjunto de separaciones interletra e interpalabra adecuadas ópticamente a su diseño, sin embargo, existen al-gunos errores de flujo productivo en la traducción de la señal original, generada por el software Dise-ñal, y la señal real, fabricada manualmente, donde ambos paradigmas no son del todo compatibles. La implementación de señales es un tema vasto que da suficiente material para otros artículos, por lo cual dejaremos planteada la inquietud con el fin de establecer la necesidad de fiscalizar esta dimensión productiva de la señal, tanto como la calidad mate-rial y la mantención de la misma, ya que la calidad tipográfica, como hemos explicado, condiciona la legibilidad a distancia y, si se descuida, además de causar confusión, puede desembocar en accidentes.

Cabe mencionar que, en pos de mejorar la legibilidad de la nueva fuente, se está realizando una investiga-ción teórico-aplicada única en Chile, en el contexto del proyecto de título de la estudiante de Diseño de la Universidad Católica, Victoria Gallardo, en conjunto con el Departamento de Seguridad Vial de la Direc-ción de Vialidad, el cual, apoyado por René Verdejo, Jefe del Departamento, ha sido promotor fundamen-tal para su realización.

Se espera que la investigación pueda comprobar el desempeño en cuanto a legibilidad a distancia de la nueva fuente, durante la conducción, además de levantar información sobre la percepción de los con-ductores y verificar si el tiempo y distancia de lectura estimado por el manual se está cumpliendo.

Estos resultados se materializarán en reportes de libre acceso con recomendaciones tanto para el diseño y uso de la fuente, como para la implemen-tación tipográfica y el flujo productivo estudiado en distintos talleres de señales. — Aún hay muchos detalles que pueden ser estudiados, además de las consideraciones presentadas en este artículo, es por ello que promover este tipo de investigaciones es tan importante como necesario para Chile, en camino a ser un país desarrollado y más agradable para las personas que viven y circulan por él.

referencias bibliográficas

[Legibilidad y Lectura: Una mirada desde la tipografía]. (2012). Presentación, Archivo personal de Rodrigo Ramírez.

Tracy, W. (1968). Letters of Credit: A view of Type Design. (First edition). Londres: David Godine, Publisher, Inc.

Márquez, E. R. . (2011). Señales: Características de Visibilidad y Legibilidad. Instituto de Diseño de Valencia. Recuperado de http://wiki.ead.pucv.cl/images/5/51/Se%C3%B1ales_-_Caracter%C3%ADsticas_de_Visibilidad_y_Legibilidad.pdf

Ministerio de Transporte y Telecomunicaciones. (2005). Volumen 6. En Manual de Carreteras (6.301-6).

Diagramación propia a modo de ejemplo.Este artículo será publicado en la revista Obras Públicas, cuyo equipo editorial decidirá su diagramación y composición final.