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Barcino, colonia romana, preguntas abiertas y algunas respuestas

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BARCINO Coloniaromana

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BARCINO Colonia

romana

PREGUNTAS ABIERTAS Y ALGUNASRESPUESTAS

6

Luis CondeMoragues

7

Quedan rigurosamente prohibidas, sin la autorización escrita

de los titulares del Copyrigth, bajo las sanciones

establecidas en las leyes, la reproducción parcial o total de

esta obra por cualquier medio o procedimiento, comprendidos la

reprografía y el tratamiento informático, y la distribución de

ejemplares de ella, mediante alquiler o prestamos públicos.

8

©Luis Conde Moragues. Todos los derechos reservados.

Barcelona, B-6416-09; B-3449-14

[email protected]

Depósito legal: B 11865-2015ISBN: 978-84-943862-1-3 A Barcelona

9

ÍNDICE

Barcino y sus paradojas

------------------------------- 11

10

De Barkeno a Barcino y a Barcinona

--------------- 15

Barcino ciudad portuaria

------------------------------- 49

Acueductos y Termas de Barcino

-------------------- 97

Las huellas de las Arenas de Barcino

------------- 147

El Teatro y el Circo

------------------------------------- 189

La primera iglesia

--------------------------------------- 219

11

12

Barcino y sus paradojas

Siendo tan escasa la documentación anterior al siglo

IX, los historiadores de los siglos XV al XIX, en busca

de un pasado glorioso para Barcelona, interpretaron lo

poco conocido de la antigua Barcino con no poca mitología.

Desde mediados del siglo XIX, los historiadores se

han enfrentado a la escasez de datos fiables. Pero las

versiones “positivistas” más difundidas sobre la historia

antigua de Barcelona, - intentando explicar el pasado

“tal como ocurrió en realidad” - no han podido evitar

grandes lagunas, una serie de paradojas e incluso

notables contradicciones.

Pese a la seriedad e intensidad del esfuerzo

investigador del último siglo, las aportaciones de la

arqueología a la Barcelona romana son todavía escasas. La

espectacularidad de la Tarragona romana acentúa todavía

más la modestia de los restos de Barcino. Y las excelentes

publicaciones modernas, escuetamente, han evitado abordar

13

temas centrales y aun pendientes de la historia antigua

de la ciudad.

Mientras tanto, muchos avances recientes, procedentes

de los pacientes trabajos científicos de las últimas

décadas son todavía poco conocidos, Hace ya muchos años,

en tales inquietudes estuvo el origen de estas páginas.

En ellas se intenta ahora recoger, ordenar y comentar las

últimas aportaciones de muchos investigadores.

En estas páginas, que tienen en común el estudio de

la Barcelona Imperial y tardo-antigua, se aborda el

pasado de la ciudad y de sus estructuras considerándolas

como los elementos de un “sistema”, siguiendo lo

publicado o lo directamente observable. Como siendo un

conjunto coherente que era capaz de responder a las

necesidades y la lógica de su momento.

Antropológicamente, este es el punto de vista

inevitable desde la tecnificada sociedad de los siglos XX

y XXI.

------------------

Barcelona es una ciudad singular.

La gran mayoría de los enclaves romanos en la costa

mediterránea española, no pocos en la costa catalana, son

muy anteriores a Barcelona. Sobre el Mediterráneo los

romanos fundan o colonizan mucho, al poco de la Segunda

Guerra Púnica, en el apogeo de la Roma republicana, unos

200 años antes de la fundación de Barcino.

14

Barcino aparece como una fundación tardía, ya de época

Imperial, en esta área, que ya estaba romanizada desde

siglos. Curiosamente se funda a muy escasos kilómetros de

otra ciudad, ya entonces importante, - la ciudad de

Baetulo (Badalona) - también en la costa, muy anterior y

que poseerá dimensiones comparables con Barcino.

De esta forma, durante el siglo I a.C, Barcino queda

insertada en el territorio agrícola ya colonizado y

parcelado de Baetulo.

Unos kilómetros más al norte, Iluro, hoy Mataró, es

otra ciudad costera de gran antigüedad como lo es Subur

(Sitges), de nuevo en la costa, unos kilómetros al sur.

Ya que Barcino es fundada en la costa siempre ha sido

razonable especular en que su puerto hubiese sido un

motivo o factor importante en su fundación. Pero hasta

hace muy poco, por la falta de datos, no se podía

proponer que, durante el Imperio, la Barcino amurallada

que conocemos pudiese disfrutar de un puerto natural

especialmente relevante. Y solo recientemente se tienen

indicios arqueológicos y documentales de una intensa

actividad portuaria en su entorno.

Habiendo otras antiguas ciudades costeras en las

cercanías, la fundación de Barcino como puerto es -

aparentemente - redundante. Y esto entra en conflicto con

el pragmatismo con que Roma emprendía sus empresas.

Como sugieren los más antiguos dibujos de la ciudad,

- del siglo XVI -, una playa desnuda, al pie de las

15

murallas de Barcino, estaría completamente abierta al mar.

Sin otra defensa, quedaría totalmente expuesta a las

destructoras tormentas del levante. No sería en absoluto

un puerto atractivo. ¿Existía realmente tal puerto

natural hace ahora veinte siglos?

Se conocían fondeaderos fluviales cercanos y más

protegidos, a ambos lados de Montjüich, pero de

profundidad muy escasa. Y cerca del mismo Baetulo se

extendía el amplio estuario del Besós, pero también de

poco calado.

Por otro lado, el recinto amurallado, hoy visible,

que rodeaba la ciudad romana, sobre el Mons Taber, nos

sorprende por su escasa superficie (10 hectáreas). Así se

ha interpretado por muchos, - erróneamente -, que Barcino

era una ciudad con una población muy pequeña (2000 a 3000

habitantes intra-muros). Sin tener en cuenta que las

dimensiones de su templo, del foro, de los acueductos, la

riqueza en inscripciones epigráficas y de elementos

escultóricos eran evidencia de una demografía (intra y

extra-muros) ya importante para su época. Como sería de

esperar en un puerto muy activo, en una de las pocas

colonias de ciudadanos romanos en Hispania (hay cerca de

dos docenas) y con un territorium muy poblado.

Por otro lado, estas murallas son de una altura,

grosor y solidez fuera de lo común. Entonces ¿Cómo pudo

justificarse, financiarse y llevarse a cabo una obra

16

defensiva de tal importancia si la población hubiese sido

tan escasa?

A principios del siglo I d.C Pomponio Mela nos habla de

una ciudad humilde. Pero por otros sabemos que, en los

siglos siguientes, Barcino era económicamente próspera. La

Barcelona romana crece y se extiende durante otros 5

siglos. Abundaban las viviendas lujosas. Y los hallazgos

de restos epigráficos y de esculturas son testigos del

aumento de riqueza y de intensa actividad cívica.

Salvo un gran templo, rodeado por un estanque, en el

punto más alto del Mons Taber, no se le conocían a Barcino

aquellos edificios monumentales, normales en otras

ciudades romanas de Occidente.

El estudio del templo de Barcino ha sido actualizado

por Orengo y Cortés (2014). Era uno de los templos de

mayores dimensiones en Hispania. Orengo y Cortés comentan

que las dimensiones e importancia del forum y del templo

son otra indicación de una función de la colonia más allá

que un simple uso colonial o residencial – siendo

entonces un centro de representación. Así, pese a la

capitalidad de Tarraco, ya antes del siglo V d.C., Barcino

también habría sido un centro socialmente importante.

Como lo fue después.

De este confuso escenario, ya en la Antigüedad

Tardía, veremos emerger a Barcinona en los documentos de

la España visigoda como una de las ciudades más

significativas de Hispania. Aunque pese a estos documentos

17

de la época, apenas hay huellas arqueológicas específicas

de una población visigoda en Barcinona comparables con las

del centro de Hispania.

Entre estas paradojas estuvo el origen de estas

páginas. Estos ensayos que se presentan relacionan las

recientes adquisiciones arqueológicas y los estudios

históricos de los investigadores más conocidos, con

observaciones del autor. Entre las contribuciones más

significativas al estudio de la Barcelona antigua, se

intenta aportar algunas observaciones e interpretaciones,

Este intento no hubiera sido posible sin el estímulo de

diversos investigadores. Y de forma muy especial se deben

agradecer las enseñanzas de los doctores Ph. Banks, J.

Buxeda, J. Beltrán de Heredia, M.A. Cau, S. Claramunt, R.

Járrega, C. Miró, A. Monterroso, A. Ravotto, G. Ripoll,

J. Roca, I. Rodà de Llanza y F. Tuset.

Se ha buscado obtener una visión del fenómeno

histórico de Barcelona, libre de las paradojas y

contradicciones más frecuentes. Se esboza así un

escenario y un acontecer más conforme con el marco

social, histórico, topográfico y geográfico de la ciudad

- y de Occidente -, en su evolución desde el siglo I a.

C. hasta el siglo X.

Investigando la historia antigua no es frecuente

llegar a demostrar nada. Lo normal es exponer de forma

verosímil y concordante indicios históricos y

arqueológicos, nuevos y viejos. Que puedan ser útiles

18

para nuevas singladuras. No se ha podido pretender otra

cosa.

19

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De Barkeno a Barcino y a Barcinona

21

El Dracma de Barkeno. Siglo IIIa.C.

Desaparecido del Gabinete Numismático de Cataluña en1939.

Se conserva otro ejemplar en el Museo Nacional deDinamarca.

------------------------

… la región de los Ilergetes, la amuralladaSubur (Sitges), el río Rubricatus (Llobregat)donde lindan los Layetanos y los Ilergetes ...y luego la colonia Barcino Faventia, ciudadamurallada de ciudadanos romanos …

22

-de la Historia Natural de GAYO PLINIO SEGUNDO -

(PLINIO, EL VIEJO)

23

La muralla “augustea” de BarcinoEn una inscripción epigráfica encontrada en el año 1903,

en la montaña de Montjüich, se describe como el

magistrado Caius Coelius, el más antiguo de los ciudadanos

de Barcelona conocido, ordenó la construcción de la

primera muralla de Barcino, alrededor del año 14 a.C1.

1 La mayoría de los historiadores datan la fundación de Barcinopor el emperador Octavio Augusto durante su tercer viaje a Hispania, entre los años 16 y 13 a.C. Pero la datación e interpretación de la inscripción de Caius Coelius es aproximada. Según los expertos su epigrafía parece más bien de época republicana y por su redacción parecería ser anterior a Augusto. Pudiera también referirse a unas murallas en otra población vecina, en las faldas de Montjüich. Sin embargo en aquel lugar solo se conocen los restos de grandes silos para grano que apuntan a un puerto importante, unos siglos anterior (por lo tanto ibérico), Tampoco en Montjüich hay restos de murallas ni de torres, que si conocemos bien en el promontorio del Mons Taber.

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Figura I-1. La inscripción de Caius Coelius datada entre losaños 16 a 13 a.C. Transcripción: C(aius) Coelius Atisi f(ilius) / II virquin(quennalis) mur(um?) / turres portas / fac(iendas) coer(avit)- (MuseuArqueològic de Catalunya)2.

Este primer cinturón de muros era indispensable

para definir legalmente una urbs y obtener una

administración local autónoma que se pactaría con el

Senado romano. Convirtiéndose así a una aldea o a un

campamento militar preexistentes, en una ciudad (urbs).

Roma, ella misma una urbs, solo pactaba con otras

urbs.

En este caso tal pacto convertiría a Barcino en una

colonia de derecho romano. Y ello otorgaba a sus

ciudadanos, muchos con el status de “ciudadanos romanos”,

una exención de impuestos y una pluralidad de privilegios

que se ratificarían por el senado de Roma. 2 (II vir quinquenalis) indica que Caius Coelius era uno de los dos magistrados cívicos electos cada cinco años. Implica que la ciudad era ya administrada según los usos romanos antesde dedicarse esta inscripción.

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Durante la pax romana, por mucho tiempo y en todas las

ciudades, las murallas habían sido más un elemento de

orden y de prestigio que de defensa. En una ciudad romana

eran una estructura que separaba al sagrado pomerium del

ager agrícola y suburbial. En el recinto intra-muros, el

pomerium era una institución donde no podían entrar las

legiones.

Este muro fue levantado construyendo dos lienzos

paralelos de opus quadratum (o más específicamente de opus

africanus) separados unos 2 metros. Así, los sillares son

rectangulares, no muy grandes, de unos 15x25 cm, en

hiladas horizontales. Con altos sillares verticales

intercalados. Estos elementos constructivos fueron

cortados a medida en piedra arenisca procedente de las

canteras de Montjüich. El espacio entre los muros se

rellenó con pedruscos y argamasa (opus caementitium) (Udina

i Garrut, 1963; Pallarés, 1969: 5-42; Miró, 2005b, 171-

178). Esta tipo de construcción combinada es descrita por

Adam como opus vittatum (2008: 147-150).

Pallarés consideró que esta muralla formaba un

rectángulo trazado a escuadra (Pallarés, 1975: 5-42).

Pero actualmente está demostrado que, para adaptarse

mejor a la orografía del terreno, tenía las esquinas

recortadas (Granados, 1996-1967: 1613.1638; Puig i

Verdaguer; 2009: 1-17).

No se ha conservado un tramo íntegro que permita

medir la altura de estos primeros muros.

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Arqueológicamente no se ha podido comprobar que hubiese

torres en este primer circuito. Aunque posiblemente sí

existieran, al menos en las puertas y en las esquinas. De

hecho, la inscripción de Caius Coelius nos habla de torres

en esta muralla (fig. I-1).

De esta primera muralla, quedan muy pocos restos,

localizados arqueológicamente en las excavaciones de la

casa Padellás (el actual Museu d’Història de la Ciutat),

en la casa del Ardiàca en la plaza de la Catedral (el

Arxiu de Històric de la Ciutat de Barcelona), en la sede

del Obispado en la calle del Bisbe y en el Palau Llimona

en la calle Regomir. En algún otro punto del recinto

amurallado solo quedan las huellas de su cimentación.

El marco histórico de la fundación de Barcino

Antes de la IIª Guerra Púnica, mientras las relaciones deRoma con Hispania eran todavía incipientes, los mercaderesromanos pudieron haber visitado o haberse asentado en algúnoppidum prerromano cercano, posiblemente en el mismoMontjüich.

Por otro lado se encontraron en el delta del Llobregat, no hace muchos años, un casco etrusco y restos de una nave también etrusca. Las ciudades etruscas, adversarias de los fenicios y cartagineses en el mar, fueron derrotadas e integradas en la república romana en el siglo V a.C.

Historiadores del siglo XVI al XIX, desde Diago (1603) aDurán Sampere (1943), han especulado que el nombre de Barcino pueda tener relación con bárcena o marisma en castellano. O se le ha asociado con la familia cartaginesa de los Barca. Nada de ello tiene fundamento.

La interpretación que sigue del nacimiento y rápido crecimiento de Barcino a fines del siglo I a.C. puede apoyarse en los trabajos de Mar, Garrido y Beltrán-Caballero, que desarrollan, ilustran y detallan la

27

evolución productiva, económica, social y política de Barcino (Mar et al. 2012:63-111).

Como Baetulo, Barcino gozaba de una buena infraestructura productiva y viaria.

Pudieran ser las excelentes posibilidades de Barcino como puerto lo que motiva su fundación y le permite a superar y distanciarse de Baetulo, ciudad stipendaria (es decir tributaria de Roma) muy anterior y situada apenas a unos kilómetros. Noscabe aquí resaltar el papel crucial -. que describiremos - ,de la geomorfología del puerto de Barcino en el desarrollo singular de esta ciudad. Que tan rápidamente obtiene los privilegios de una colonia romana. No cabe dudar del gran interés de Roma en las posibilidades militares y económicasdel promontorio y el puerto en Barcino.

Poco después de la segunda guerra púnica y de la llegadade Roma a Hispania, aparecen diversas cecas ibéricas, en el nordeste, el levante y el sur peninsular. Estas acuñan dracmas a imitación de las monedas emporitanas, con leyendas en caracteres ibéricos. Los expertos conocen más de 100 distintas leyendas. Ignoramos el significado de muchas de ellas. Pero se ha podido identificar algunas con lugares concretos, entre ellas iltirtar (Ilerda-Lérida), taraconsalir (Tarraco-Tarragona) y barkeno (Barcino-Barcelona).

Constan también dracmas de laiesken probablemente de la tribu de los layetanos citados por los autores romanos en el entorno de Barcino.

Más tarde, en el siglo I a.C., posiblemente durante las Guerras Civiles de Julio Cesar, o durante las Guerras Cántabras de Augusto, la necesidad de tener un puerto protegido asegurando el abastecimiento de las legiones por mar, pudo llevar a construir un primer campamento fortificado estable sobre el Mons Taber. Del cual tampoco se conocen restos (Mons Taber es un topónimo medieval) pero si indicios en la epigrafía (Járrega, 2011: 99-104).

Tal puerto protegido había sido durante mucho tiempo

solo una hipótesis. Y de nuevo se ha supuesto que denominarían Iulia Faventia Paterna a algún núcleo poblacional romano asociado. Se trataría de un lugar modesto, todavía no identificado y sin evidencia arqueológica. Pero Faventia aparece asociada a Barcino desde el siglo I d.C. por Plinio el viejo.

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Faventia es de fonética latina. Hay una Faventia (Faenza) en Italia, escenario de una famosa batalla el año 82 a.C., con la victoria de Sila.

Durante las guerras cántabras se pone en marcha un programa logístico militar sistemático, reflejado en las fundaciones augusteas de Cesaraugusta, Clunia, Astúrica. Legio, Lucus y Bracara como puntos fuertes de la estructura del poder de Roma en el norte de Hispania, desde el Mediterráneo al Atlántico. Unas fundaciones articuladas por una vía romana (Puig, 2009: 1-17). Y se admite que un buen puerto sobre el Mediterráneo se hiciese entonces imprescindible para facilitar el contacto con Roma. Posiblemente Faventia- Barcino pudo aportar tal puerto necesario. Ya que Estrabón nos dice que, durante estos años Tarraco no tenía (apenas) puerto; al hallarse cegado por las arenas del río Francolí (Estrabón, 1992, Ruiz de Arbulo, 2002).

De esta forma, Faventia-Barcino no sería realmente una fundación ex novo, sin existir una población anterior como se ha podido suponer (Beltrán de Heredia, 2010: 31-32). Tampocoparece probable que Barcino naciese únicamente para dar descanso a los veteranos de las legiones. Aunque esto hubiera ya ocurrido, tal como evidencia la parcelación (centuriatio) del territorio compartido con Baetulo. Su origen muy remoto es anterior y probablemente ibérico. Y sería de esperar relacionado con el desarrollo por los romanos del más antiguo núcleo portuario entorno a Montjüich llegando hasta el Mons Taber. Del cual solo se han conservado muy escasas huellas arqueológicas.

Una hipótesis es rápida y fácil: - es la fusión de los dos núcleos de población (en Montjüich y en el Mons Taber)lo que generó el nombre definitivo de la colonia. Un núcleoibérico – Barkeno - y otro romano – Faventia-. No sabemos dónde estaría el núcleo ibérico primitivo. Pero Montjüich se adapta mejor a las características de los poblados fortificados ibéricos en las cumbres, que no faltan en la sierra de Collserola cercana. Y Faventia al recinto romano amurallado sobre el puerto. Esto puede relacionarse con el corto texto de Avieno, el cual nos habla de las ricas Barcelonas, - en plural 3 -.

3 - … et Barcilonum amoena sedes ditium nam pandit illic tuta portus brachiauvetque semper dulcibus tellus aquis … -

“el deleitoso emplazamiento de las ricas Barcilonas. Puesallá un puerto despliega brazos seguros y la tierra estásiempre irrigada por aguas dulces”. (Avieno, 2001, Obras, Ora

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Durante el siglo XX se intensificó el debate sobre el apelativo "PAT", encontrado en una inscripción en Barcino del225 d.C. (el tiempo del emperador Caracalla). Con el apelativo Patricia, otros núcleos eminentemente de origen republicano como la Colonia Patricia Corduba, fundada con estatuto de colonia latina por el pretor Marco Claudio Marcelo (en el169 a.C.), querrían reivindicar su relación y su compromiso con el Senado de Roma,

Una lectura como paterna, o como patricia, mostraría sentidos opuestos. Ya que una señalaría una filiación con el emperador, mientras que la otra denotaría el rango de unas nobles familias pioneras. Y hay también evidencia epigráfica del asentamiento en Barcino de familias aristocráticas y de un activo comercio.

Actualmente paterna es lo oficialmente reconocido,

aceptándose que, directa o indirectamente, Augusto fuese elfundador de la colonia (aunque pudiera haber sido realmenteJulio Cesar, o algunos patricios romanos relacionados con el comercio marítimo). La epigrafía encontrada hasta la fecha de otras coloniae tardo-republicanas, dentro del ámbito occidental del mundo romano, indica que dicha filiación con Augusto resulta más probable cuánto más cerca se admite que la fundación está del 27 a.C. que es cuando Octavio es reconocido como Augusto por el Senado.

La Colonia Iulia Paterna Arelate Sextanorum (46 a.C., actual Arlés) y la Colonia Iulia Paterna Claudia Decumanorum Narbo Martius  (46 a.C., actual Narbona), creadas durante la campaña gala de Cayo Julio César, muestran una vinculación evidente con su conquistador o fundador. También ha sido objeto de especulación el significado

de la “A” en las inscripciones, aceptándose ahora que se referiría a Augusto.

El Puente del Diablo en Martorell sobre el Llobregat (reconstrucción gótica, hecha en 1289, de un puente romano)es parte de la Vía Augusta. En sus estribos aparecen ladrillos sellados con los numerales de las legiones X Gemina, IV Macedonica y VI Victrix. Fueron estas las legiones quetambién construyeron el puerto romano de Cesaraugusta (Zaragoza) durante las campañas de Augusto.

Marítima., Gredos. Madrid, 332 y 380.)

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Consta documentalmente en las Notitia Dignitatum4, que en el año 27 a. C.,  la  Legio X Gemina  fue trasladada a la Hispania Tarraconensis  para participar en las guerras contra cántabros, astures y galaicos. Y que los soldados dela unidad colaboraron en la construcción del citado puente de Martorell en la Vía Augusta, hacia la Gallia Narbonensis e Italia. También estas legiones proporcionaron personal para realizar tareas de escolta y de apoyo administrativo a las órdenes de sus respectivos gobernadores, integrados dentro de sus officcia.

Dichos indicios y conjeturas, justifican las hipótesisque pueden explicar el, controvertido, aunque generalmente aceptado, apelativo de Colonia Iulia Augusta Faventia Paterna Barcino para Barcelona.

Los indicios son coherentes con la consagración de la colonia en la época de Augusto Y por tanto con la construcción de la muralla augustea sobre el Mons Taber dominando a un puerto. Un puerto romano que siempre se había dado por supuesto, pero del cual no se habían reconocido señales concretas hasta hace pocos años.

Estos diversos antecedentes sugieren una creación paso apaso y con diversos protagonistas, - patricios y soldados -, del núcleo de Faventia-Barcino junto a un puerto, Resulta aceptable que la ciudad se considere fundada cuando ya adquiere suficiente importancia para construir su primera muralla, hacia el año 14 a. C. bajo el reinado de Augusto (Beltrán de Heredia et al., 2001: 24). Dentro del conjunto de las fundaciones en Hispania aparece entonces como una tardía colonia romana. Han transcurrido 200 años desde el primer desembarco de tropas romanas en Ampurias, durante laSegunda Guerra Púnica.

Como hemos argumentado, cabe creer que en el promontoriollamado después Mons Taber, existiese anteriormente un campamento romano fortificado, permanente o temporal, grande o pequeño, destinado a proteger al puerto, que va haciéndose imprescindible. El cual, tras unas décadas, facilitaría el nacimiento de la colonia5.

4 Es un documento recopilado al principio del siglo V recogiendo la organización del Imperio. Contiene una lista describiendo las legiones y su historia. Existen varias copias de un códice perdido del siglo X.

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Pese a lo reducido del recinto amurallado de Faventia Barcino, los estudios recientes ponen de manifiesto una cuidadosa planificación urbanística para la ciudad y para el territorium (la centuriatio) favoreciendo así su explotación (Palet, .1991). Y como hemos visto, este territorio, que prolonga al de Baetulo (Badalona) y es cercano al de Tarraco,ya estaba ocupado desde hacía siglos por una numerosa población ibera con viejos contactos con Roma. Las excavaciones muestran que intra-muros abundaban las domus lujosas sugiriendo en los siglos I y II d. C. una poblaciónde patricios, ciudadanos ricos y aristocráticos..

Por falta de espacio, puede deducirse que las capas inferiores de la pirámide social estarían muy poco representadas intra-muros. Y que el recinto amurallado pudiese ser así una especie de acrópolis aristocrática presidida por un templo muy grande, dedicado al emperador.

Faventia-Barcino parece nacer espontáneamente. Y gozar de recursos y una gran vitalidad para crecer enérgicamente.

Resulta así aparente que una población de soldados licenciados por Augusto no fuese lo más significativo en los orígenes de la ciudad.

No hay una certeza documentada sobre este desarrollo de los hechos. Pero resulta la interpretación que concuerdamejor con los pocos datos disponibles sobre el origen de Barcelona. Y al evidenciarse recientemente la existencia detal puerto romano en Barcino también sugiere las razones de su gran crecimiento en los siglos siguientes.

5 Los orígenes de Barcino, sobre el Mons Taber, como una poblaciónibérica han sido objeto de múltiples trabajos, muy especulativos ysin confirmación documental o arqueológica (Serra-Rafols, 1965: 31-57; Pallarés, 1975: 5-48; Bonneville, 1978. 36-71). Ciertamente enlas estribaciones de la sierra de Collserola abundan asentamientosibéricos y Baetulo muestra abundantes restos íberos. Muchos estudiosarqueológicos muestran que la zona estaba notablemente poblada yromanizada en el siglo I a.C. Más recientemente Puig ya relaciona ala fundación de Barcino como una consecuencia de la reorganización(militar) de Hispania septentrional en el siglo I a.C. desde el poderimperial (Puig, 2009: 1-17). La interpretación que se ofrece ahorasigue esta última visión y la desarrolla en el entorno histórico ygeomorfológico del momento.. Al tratar más específicamente delpuerto se detallarán los indicios epigráficos y documentales delestablecimiento de un campamento romano en Barcino en la época deAugusto (Járrega, 2011: 99-104).

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Barcino en la época imperial Tras el período bélico, lo más razonable es que Faventia-

Barcino creciese, más o menos espontáneamente, como un centro logístico (Mar et al., 2012). Como encontraremos al tratar sobre su puerto, debían ser unas excepcionales condiciones, históricas y geomorfológicas, las que debieronhaber conducido a

la rapidez e importancia del crecimiento de Barcino.

Cuando Pomponio Mela en su Chorografia (del 43 o 44 d.C.) se refiere a Barcino como un parvum oppidum, revela su relativa pequeñez y pobreza6.

Algo más tarde, Plinio en su Naturalis Historia, - que debió acabar en el año 77 d.C.-, describe la costa catalana iniciándo por el sur en el rio Rubricatus (Llobregat), y ya distinguiendo a Barcelona como un oppidum civium romanorum.7 Yesta distinción es muy significativa. Baetulo e Iluro era ciudades que tenían que pagar sus impuestos a Roma (stipendarias). En este entorno, Faventia-Barcino era la ciudad de los privilegiados ciudadanos romanos. Debía tener pues una indispensable monumentalidad.

Por ello su templo era de dimensiones muy generosas. Y por ello entonces debieron existir también otros monumentoslúdicos.

El rápido crecimiento de Barcino es evidente. Pronto se construye un segundo acueducto8. Su posición como puerto comercial se va reforzando. Sus ánforas se encuentran por todo el Imperio. Y posiblemente adquiere un papel más diverso y complejo. Ya puede verse entonces a Barcino como el más importante centro de comunicaciones y de comercio

6 inde ad Tarracones parva sunt oppida Bande, Iluro, Baetulo, Barcino, Subur, 7 regio Ilergetum, oppidum Subur, flumen Rubricatus a quo Laietani et Ilergetes … in ora autem colonia Barcino cognomina Faventia, oppida civium romanorum, Baetulo, Iluro, flumen Aurum, Blandae flumen Alba

8 En el año 107 d.C. Lucio Minicio Natali y su hijo Quadreni Verconstruyeron unas termas y las proveyeron de agua traídavaliéndose de un acueducto (Inscriptions romaines de CatalogneIV, París, 1997; Udina, Garrut, 1963; Navarro, 2007). Cuandodesde unos 80 años antes el primer acueducto de Barcino ya debíaestar en funcionamiento desde el Besós.

33

local. Y también como la cabeza de una zona rica, muy poblada y bien romanizada (Palet, 1991; de Soto, Carreras, 2006-2007)9 10 Más tarde, en la Antigüedad Tardía, la ciudadprotagonizará diversos episodios solo explicables por su influencia económica o logística.

Pero, salvo el templo y la murallas, los restos arquitectónicos conocidos en Barcino no son impresionantes. No concuerdan con un desarrollo importante.

El aparente contraste con Tarraco es enorme. Esta es una paradoja que se aborda en estas páginas. Tanto más, dado que la riqueza de Barcino en inscripciones epigráficas y esculturas es comparable con la de las ciudades políticamente más importantes de Hispania durante el Imperio,incluyendo a Tarraco (Mariner, 1973).

En estas páginas se presentará la reciente identificación, muy probable, de las huellas de un anfiteatro de grandes dimensiones, muy cerca de la puerta occidental del recinto amurallado de Barcino.

Esto confirmaría que en la época imperial Barcino debía ser una conurbación importante. Con una gran parte de la población extra-muros. De esta forma, la localización del anfiteatro - y posiblemente del teatro -, formando un gran conjunto monumental, nos presenta a Barcino en los siglos IIy III d.C. con una nueva dimensión, más concordante con su posición como colonia de ciudadanos romanos y con su desarrollo posterior.

Se han publicado estimaciones muy bajas de la población intra-muros de la ciudad en los siglos II y III. Son cifras que no consideran los suburbios ni el territorium que aparentemente estaba muy poblado (Taradell, 1977, 93-97; Carreras, 1995, 59-82; Puig, 2009:1-17). En el imperio romano era normal que mucha población se extendiese extra

9 Ánforas tarraconenses y béticas, para transportar vino yaceite (Pascual 1, Dressel 2,4 y 20), muchas con marcas dealfarerías de Barcino, se encuentran en todo Occidente en grancantidad (Carreras, Guitart, 2009: 119; Revilla, 1993: 158;Molina, 1997).

10 En el Vallés, el Barcelonés y el Baix Llobregat abundan los restos de factorías y prensas vitivinícolas romanas (Martin, 2012).

34

muros (Puig, Rodà, 2007; 614). Este era un hecho frecuente en esta época. Pero probablemente queda exagerado en Barcino, por tratarse de un espacio amurallado muy reducido, condicionado desde su origen por las escasas dimensiones del Mons Taber.

El Imperio evolucionaba hacia una sociedad cada vez más estratificada, con concentraciones de riqueza y poder cada vez más fuertes. Y con un serio deterioro social. Ya en la Roma republicana (siglos III a I a.C.) eran fundamentales las celebraciones públicas organizadas por los magistrados electos (Mar, 1994; Lugaresi, 2008). Es por ello que, demagógicamente, eran cada vez más necesarios edificios monumentales para espectáculos públicos. Y hasta ahora tales estructuras no se conocían en Barcino. Jordina Sales ha recogido recientemente referencias indirectas a la existencia de actividades lúdicas en Barcino, tales como la participación de Lucio Minicio Natal Optato en carreras de carros, la donación de Lucio Cecilio Optato para unos juegos de pugilato y la inscripción hallada en Barcelona y hoy perdida sobre una escuela de gladiadores para Gallici et Hispani (Sales, 2011: 63)11.

Apoyados por el comercio, los siglos I y II son de relativa paz y crecimiento demográfico en el Occidente del Imperio. Estos siglos se desarrollan sin graves amenazas enHispania; pese a los serios incidentes fronterizos en el este.

La búsqueda del poder imperial en el siglo III d.C. arrastra a luchas intestinas y estériles entre una pluralidad de usurpadores. Todo ello es social y financieramente destructivo, debilitando las finanzas imperiales y particulares. La moneda de plata y oro pierde valor drásticamente al reducirse, por decreto de los propios emperadores, su riqueza en metal noble.

El dinamismo de las ciudades y del comercio en Occidentese estanca y decrece. Hambres y epidemias lo asolan (Weitz,1972; Gozalbez, 2013).

Se habla de la crisis del siglo III, que conduce a los grandes reajustes del siglo IV (Cepas, 1997; Hekster, de Kleijn, y Slootjes, 2007).

La humillante derrota y muerte de Valeriano frente a lospartos es el desencadenante del peor episodio de desórdenes

11 Sobre la inscripción, la donación, y la carrera de Lucio CecilioOptato ver Isabel Rodá (1980: 5-50).

35

políticos y de luchas civiles en el Imperio. Desde su fundación todas las colonias tenían murallas

Pero más como elemento de orden y prestigio que de defensa.Además eran un requisito indispensable para que una población fuese considerada una urbs, con los privilegios cívicos que Roma pactaba y otorgaba en cada caso.

La paz imperante en los siglos I y II hacía de las murallas elementos defensivamente innecesarios. A mediados del siglo III la mayor parte de las ciudades de la Galia, deHispania, Italia y la Mauritania Tingitana no tenían murallas eficaces12. Es generalmente aceptado que esta tenía que serla situación de la colonia Faventia-Barcino. Muchas de las murallas romanas que actualmente conocemos son posteriores al final del siglo III. Muchas son del siglo IV.

Desde el año 235 d.C., las luchas entre candidatos para ostentar el poder imperial son ya constantes en el Imperio;debilitando considerablemente la protección de las fronteras (Historia Augusta, 1989: 498-590). Esto incentivará la serie de incursiones y devastaciones de la segunda mitad del siglo III, que afectarán gravemente a Barcino y a Tarraco (Peña, 2000)13.

En la década del 260 d.C. la debilidad y el desorden permiten que bandas incontroladas, usualmente atribuidas a francos y alamanes, asaltar a la parte occidental del Imperio. La conmoción que provocó esta incursión fue considerable.

Su alcance material en Hispania es discutido (Arce, 1997; Peña, 2000; Barceló, Ferrer, 2007: 289-291). Pero añadidas a otras dificultades en las fronteras de Oriente, las incursiones y el caos provocan una reacción que lleva acambios drásticos e irreversibles en el gobierno imperial. Conducen a las radicales reformas militares, políticas y administrativas de Diocleciano (284-305 d.C) y más tarde a las de Constantino (306-337 d.C.). Reformas que se corresponden con el gran esfuerzo de Barcino y otras ciudades en mejorar

12 En el norte de África la arqueología no detecta murallas en muchas ciudades. Posiblemente eran solo unas simples barreras de madera o adobe.13 Orosio se lamenta de la desolación de Tarraco, su ciudad

natal (Orosio, 1982).

36

su defensa a fines del siglo III y a lo largo del siglo IV.Hace dos décadas, Granados y Rodà resumieron la escasa

información sobre la cronología del refuerzo de las murallas de Barcino (Granados, Rodà, 1993: 24-46). Más recientemente las investigaciones del Dr. Ravotto (2014), confirman que la construcción de la muralla tardo-antigua se inicia en el último tercio del siglo III d.C.

Como veremos más adelante, este esfuerzo exigiría el sacrificio del anfiteatro y de todas las estructuras extra-muros demasiado cercanas que pudieran servir de refugio a posibles nuevos asaltantes. La periferia de las murallas sedespuebla (Busquets et al., 2009; Triay, 2012; Juliá, Riera, 2014).

Entre los reinados de los emperadores Constantino (306-337 d.C.) y Teodosio (379-395 d.C.) cambia la estructura del poder, de la sociedad urbana y de las mentalidades.

Desde el año 312 d.C. hasta principios del siglo V, el cristianismo ya practicado por una influyente minoría, absorbe en sus estructuras a gran parte de las clases senatoriales y ecuestres romanas (Salzman, 2002; Brown, 2012).

En otras ciudades de Hispania la arqueología detecta un paulatino declive de la eficacia en la gestión de las urbesa partir del siglo II. Este declive se acentúa en el siglo IV. Se invaden espacios públicos y se deforma el entramado viario. Las domus, residencias importantes, se dividen en pequeñas viviendas y aumenta la densidad de población intra muros.

No se produce tal desintegración de la administración dela ciudad en Barcino. Siguen las magistraturas, al menos un acueducto sigue en funciones, la red viaria y el comercio se respetan y el alcantarillado funciona. Tras las reformasde Teodosio, la máxima autoridad de la ciudad será el obispo.

Unas termas en el conjunto episcopal sustituyen a las destruidas por los saqueadores de fines del s. III en la plaza de Sant Miquel (Beltrán de Heredia, 2008: 283-284). Pasado el trauma del saqueo y en medio de la confusión en otros lugares, Barcino sobresale en la provincia Tarraconense.En parte gracias a su próspera posición como centro de

37

comunicaciones y de comercio, bien protegido por los sacrificios que supusieron las nuevas murallas (Banks, 1992; 27; Palet. 1990). Cuando Avieno en el siglo IV se refiere a Barcelona, hablará de “las agradables Barcilonas”, (Avieno, 2001: 332). También Ausonio, en su correspondenciacon Sant Paulino de Nola a finales del siglo IV, reconoce que dentro de la mala situación general de Hispania, Barcelona era amoena. Era un buen lugar para vivir (Arce, 1997: 87). Brown considera como feliz y despreocupado el siglo IV, en el entorno mediterráneo, alejado de las fronteras del Imperio (Brown, 1989: 30-32). Porque la situación no era tan favorable en otras partes del Imperio.

Se habrán suprimido los juegos de anfiteatro y el teatro por las diatribas de los cristianos, pero las carreras y las cacerías en el circo parecen proseguir en todo el Imperio (Brown, 1989: 48; Soler, Thelamon, 2008: 71-77). Y también en Barcino, a juzgar por mosaicos y frescos. A fines del siglo IV, S. Paciani, obispo de Barcelona,en su epístola a Sympronianum, se quejará de la disipación que mantienen algunos cristianos de su diócesis (Flórez, 1775c: 108-114). Barcino, conserva intra-muros la disciplina urbana hasta bien entrado el siglo V. Con Ataúlfo y Gala Placidia, a principios del siglo V, por unos pocos años, Barcino será la sede del Imperio Occidental.

Pero, a la larga, en los siglos VI y VII, la degradacióncívica será inevitable (Gurt, 2000-2001; Gurt, Hidalgo, 2005; Beltrán de Heredia, 2010).

La ciudad tendrá un papel político y religioso importante entre los siglos V a VII. Los años del apogeo del reino de Toledo (Almagro, Serra Ráfols, Colominas, 1945: 76). En el año 592 d.C. se documenta que en Barcelonase recaudaban los impuestos de Tarraco, Egara, Gerunda y Emporiae (Beltrán de Heredia, 2008: 275).

Hasta finales del siglo VI, Barcino gozará de relativa prosperidad. Prosperidad rota, como en todo Occidente, por las grandes epidemias del siglo VII. Y por el colápso consiguiente de la administración romano-visigoda frente a los musulmanes.

38

La muralla tardo-antigua deBarcino

Figura I-1 . El recinto amurallado de Barcino

39

Al final del siglo III, o durante el siglo IV, se

emprende lo que se suponía una reconstrucción o una

modificación y refuerzo radical de la defensa de Barcino.

A primera vista parecía una reconstrucción de urgencia

dada la inseguridad que prevalecía a fines del siglo III

en todo Occidente. Esta muralla tiene paralelos

históricos en otras ciudades romanas de la Galia, Italia e

Hispania, que sufrieron amenazas semejantes. Pero hasta

hace poco no existía una datación arqueológicamente

específica y precisa para el refuerzo de las murallas de

Barcino (Balil, 1961a: 124-125; Granados, Rodà, 1993: 24-

46; Puig, Rodà, 2007: 617). Solo muy recientemente se ha

confirmado la datación a fines del siglo III (Ravotto,

2014). Pese a la urgencia y aunque se usan para la nueva

muralla materiales de construcción recuperados, esta

monumental estructura no es en absoluto la consecuencia

de una improvisación. Pese a lo dramático de la situación

y los penosos sacrificios que supuso, es claramente

perceptible que en toda su construcción se sigue desde el

principio un plan maestro, con disciplina y precisión

(Balil, 1961a: 69).

El paramento exterior de la nueva muralla está

formado por un grueso muro edificado a un par de metros

de la antigua pared exterior de la muralla anterior, de

la época de Augusto. Es un muro construido con sillares,

por lo general muy grandes, pero solo relativamente

40

regulares. Siguiendo a Adam son de opus quadratum

pseudoisodomos (Adam, 2008: 122). El espacio entre este

muro y la muralla anterior se rellena con piedras,

cascotes y con material muy diverso, recuperado de otras

construcciones. Todo ello fijado con una argamasa muy

dura. Con ello se alcanza un espesor macizo y monolítico

de unos 4,5 metros. En algunos tramos superior.

Se construye un número inusitado (76) de torres

rectangulares, espaciadas entre 7 y 14 metros a lo largo

de todo el perímetro amurallado (Balil, 1961a: 109). Hoy

solo hay visibles 3 torres redondas y una torre poligonal

sobre una cimentación redonda (Balil, 1961a: 106). Todas

ellas son también rellenadas en su parte inferior con

piedras, restos constructivos de toda clase y argamasa.

La recuperación de cipos funerarios y elementos

constructivos de mausoleos es conspicua en diversos

lienzos exteriores de la muralla. Sin embargo estas

estructuras funerarias, relativamente pequeñas, no

podrían aportar suficientes elementos constructivos.

Formarían solo una muy pequeña proporción de una enorme

cantidad de muy grandes sillares, formando parte del

lienzo exterior de esta muralla del siglo IV.

Las cuatro esquinas de viejo recinto amurallado

rectangular se recortan de nuevo. Pasando el recinto

amurallado a ser esencialmente un octógono. Granados

demostrará que la muralla primitiva ya tenía el mismo

recorrido que la del siglo IV.

41

La línea de la costa, bajo los muros, dificultaría

el empleo de torres de asalto por los sitiadores

eventuales. Se ha interpretado que el gran foso detectado

por los arqueólogos en la parte opuesta al mar, en la

plaza de la Catedral, se construyó en esta época con el

mismo propósito. Juliá y Riera detectan también un foso

natural a lo largo de la Vía Layetana (2014) y se detectó

otro a lo largo de la calle de la Paja. El desnivel con

las dos rieras en los lados largos de las murallas (Las

Ramblas y la Via Laietana actuales) completaría un

solidísimo esquema defensivo (Puig, Rodà, 2007: 606). Es

un plan militar preciso y riguroso para la guerra al

estilo de los siglos III y IV. Estas estrategias se

esbozan en el libro IV de la obra de Vegecio - Epitoma rei

militaris- escrita entre la segunda mitad del siglo IV y

principios del siglo V d.C. (Vegecio: 319-325). Una buena

parte ya fueron señaladas en el siglo I por Vitruvio en el

capítulo V del Libro I sus Diez Libros de Arquitectura

(Vitruvio: 18-20). Según Vegecio en su libro I, capitulo

XXII, se debía eliminar todo lo que, extra muros y cerca de

las paredes, podía amenazar a las defensas de un

campamento (Vegecio: 174).

En una primera hipótesis, se había creído que la

mayor parte de la muralla se construyó con bloques

directamente extraídos de las canteras de Montjüïch

(Serra Ràfols, 1967; Balil, 1961a: 104-105). Pero el

empleo de sillares directamente tallados en la cantera,

42

hubiera convertido la obra del refuerzo de la muralla en

una labor muy costosa y larga. Resultaba entonces difícil

de comprender que por solo una evidente, pero no

significativa, cantidad de material recuperado de las

necrópolis, se destruyese toda aquella parte del

aparentemente pobre patrimonio urbano que parecía tener

la urbs y su entorno.

En la segunda mitad del siglo XX los estudios sobre

uno u otro aspecto de la muralla se han acrecentado

considerablemente (Granados, Rodà, 1993: 25-46;

Hernández, Gasch, 2003-2005 y 2006; Miró i Alaix, 2005a y

2005b). Recientemente se ha publicado nuevos trabajos que

dan una visión actualizada (Puig, Rodà, 2007; Ravotto,

2014) sobre el fundamental trabajo publicado por Balil

(Balil, 1961a).

Últimamente decían Ferrán Puig e Isabel Rodà:

“parece imprescindible la redefinición del territorio

próximo que circunda la muralla, con el desmontaje

sistemático de edificios o bien de áreas de necrópolis,

no sabemos si por necesidades de obtener materiales

constructivos, o bien para ofrecer un campo libre de

obstáculos” (Puig, Rodà, 2007: 617).

Peter Brown, señala que durante el siglo III, “en

muchas provincias del occidente, las prioridades en la

construcción pública cambiaron en una dirección muy

significativa. En muchas partes de Francia y España las

murallas reemplazan teatros, termas y templos como los

43

edificios públicos construidos por excelencia” (2012; 10-

11).

Los materiales utilizados en laconstrucción del lienzo exterior

44

de la muralla tardo-antigua

La piedra arenisca procedente de las canteras de

Montjüich predomina también en esta muralla tardo-

antigua. Pero no pocos de los sillares de la muralla son

de piedra de mejor calidad o de colores diferentes al

ocre grisáceo de Montjüich. Son relativamente frecuentes

sillares aislados, de procedencias más lejanas,

probablemente de Begas (arenisca roja) o del Garraf

(caliza blanca o grisácea) y por tanto más costosos.

Estos son materiales interesantes para obtener efectos

decorativos en edificios monumentales. Pero no tendrían

justificación en una muralla defensiva, si no procediesen

de la recuperación de los restos de otros edificios.

Dentro de una aparente homogeneidad (opus quadratum), en

los lienzos de las murallas coexisten sillares de muy

diferentes dimensiones y materiales.. Estos muros son

entonces de opus quadratum pseudoisodomos (figuras I-2 y I-

3). La gran mayoría del material constructivo es

evidentemente recuperado.

Para las escasas torres circulares es altamente

improbable la recuperación de materiales con la curvatura

adecuada. Así, los sillares usados en las paredes de

estas torres circulares serían efectivamente tallados a

medida, al pie de la cantera de Montjüich. Entonces

deberían poseer una gran homogeneidad, tanto dimensional

como en la calidad de la piedra. Es decir, los muros de

45

las torres redondas debieran ser realmente de opus

quadratum isodomos. Y es realmente así. En las tres torres

redondas exentas existe una gran homogeneidad, en

material y dimensiones (Figuras I-4 y I-5).

Por el uso incidental y costoso de materiales de

canteras relativamente lejanas; o por la escasa

homogeneidad en dimensiones de los bloques de los tramos

rectilíneos comparados con los sillares de las torres

redondas; por todo ello parece que una gran cantidad

(posiblemente la gran mayoría) de los sillares de los

tramos rectos de la muralla procedieron de la

recuperación sistemática de material de otras grandes

estructuras o edificios cercanos.

Esta conclusión debe matizarse ya que solo se conoce

una parte, respetable pero escasa, de la muralla.

La evidencia arqueológica en otras ciudades, es que

en los refuerzos de la muralla de los siglos III y IV,

los monumentos intra-muros no fueron destruidos, serán

reconvertidos para otros usos o se van degradando con el

tiempo.

Pero según Pinón, en la antigüedad los anfiteatros

extra-muros (Y de existir también otras grandes

construcciones) serán usados como cantera tarde o

temprano. Con mayor rapidez los más cercanos a la ciudad

(en Domerge, Landes, Pailler, 1990: 103-128).

Este considerable expolio prosigue en los siglos V y

VI, usándose entonces gran cantidad de material

46

recuperado para el conjunto episcopal de Barcelona

(Beltrán de Heredia, 2009).

Y esto ha dejado abierta una cuestión que hasta ahora

no tenía respuesta ¿Qué posibles edificios, o que

estructuras extra-muros, fueron utilizadas como cantera

para la construcción de la muralla de Barcino?

Esculturas, material arquitectónico e inscripcioneshonoríficas en el relleno de las torres

Cuando los espacios interiores de las torres colindantes a la calle del Sostinent Navarro fueron excavados en la década de los ’50 y ’60 del siglo XX, fue una notable sorpresa el encontrar una gran cantidad de variado materialarquitectónico, epigráfico y escultórico. Todo ello englobado en una argamasa muy dura. El relleno de las torres estaba formado no solo por piedras informes de origen diverso. Abundaban lápidas, cipos funerarios, frisos, columnas y capiteles. Más del 90 % de estos materiales era de arenisca de Montjüich. La interpretación actual es que, en su mayoría, este material procedía de lasnecrópolis. El forum pudiera haber sido también una fuente de esculturas y lápidas honoríficas, algunas de mármol (Balil, 1961a; Serra Ràfols, 1967).

47

Figura I-2. Sillares de caliza en el muro de opus quadratumpseudoisodomos de la calle de la Palla. Fotografía del autor

Figura I-3. En la parte superior un sillar de gran tamaño dearenisca roja, posiblemente de Begas. Muro de opus quadratumpseudoisodomos. Calle de la Tapineria. Fotografía del autor.

48

Plaça Nova

Plaça Nova

Figuras I-4 y I-5. Torres semi-circulares de la muralla deBarcino en opus quadratum isodomos. Fotografías del autor.

El mármol en Barcino

El mármol aparece raramente en los materiales obtenidos de las excavaciones en Barcino. Por lo general se trata de esculturas y lápidas funerarias u honoríficas. La gran mayoría de los materiales de construcción hallados, con ornamento o sin, son de arenisca de Montjüich. Esto condiciona una visión casi espartana de la ciudad.

Y esto puede no ser cierto. Para la construcción dela muralla hicieron falta cantidades ingentes de argamasa. Esta se obtiene apagando cal viva con agua, que a su vez seconsigue calcinando piedra caliza.

Hay diversas canteras de caliza, más cerca o más

49

lejos de la ciudad. Pero la fuente más próxima de caliza (yde excelente calidad) hubieran sido sin duda columnas, frisos, capiteles y losas de mármol de los monumentos de laciudad. De estos solo han quedado algunos fragmentos monumentales, pero muy aislados y extremadamente escasos (Garrido, 2013).

¿A dónde ha ido a parar el material faltante? Posiblemente a la argamasa, en la muralla o en

otras construcciones.

¿Qué posibles estructurasfueron utilizadas como cantera?

¿En el interior del recinto amurallado?

Gracias a los últimos 100 años de intenso trabajo

sistemático de investigación de los arqueólogos del Museu

d’Historia de la Ciutat, mediante excavaciones y estudios

de la trama urbana fosilizada, la ciudad intra-muros es un

espacio relativamente bien conocido.

En este reducido espacio de 10 hectáreas no es

posible situar una o varias edificaciones intra muros que

aportasen nada comparable a los materiales utilizados

para el refuerzo de las murallas. Solo el templo

presumiblemente dedicado a Augusto en el forum, cuyos

restos están en el local del Centre Excursionista de

Catalunya en la calle Paradís, tiene un carácter

monumental. Se han localizado unas termas, en la plaza de

50

Sant Miquel, y una notable cantidad de grandes

residencias (domus). Así como una proliferación de

estructuras viarias, canalizaciones etc.

Tales grandes bloques de material no se usaban

frecuentemente para la arquitectura doméstica. Se usaban

en graderíos, diques y en algunas plataformas de templos

(Adams, 2008: 111-128).

Según las intervenciones arqueológicas, una zona

notable en el lado levante de la muralla estuvo dedicada

a diversas industrias. Una tintorería y lavandería

(fullonica), fábrica de salazones (garum y derivados) y una

fábrica de vino (Beltrán de Heredia, 2001: 48-71). La

tintorería y lavandería, que es una actividad de apoyo a

la vida doméstica y por tanto asociable a una zona

residencial, se ha datado en el siglo II. Las otras

industrias se extienden desde mediados del siglo III,

hasta posiblemente el siglo V. Si en base a la riqueza en

mansiones (domus), inscripciones epigráficas, estatuas y

piedras identificadas en las murallas como procedentes de

grandes mausoleos, aceptásemos el concepto de que el

recinto amurallado era solo una acrópolis aristocrática

en una Barcino considerablemente más extensa, estas

instalaciones industriales parecen discordantes. Y a

partir de fines del siglo III, la realidad puede ser más

compleja. Pero la base de la pirámide social, inevitable

en una ciudad, parece estar poco representada intra-muros.

51

Actualmente se sospecha que la población en los

suburbia y en el territorium de Barcino era realmente

importante durante el imperio, pero las evidencias son

escasas (Taradell, 1977: 93-97; Carreras, 1995-6: 59-82;

Puig, 2009: 1-17). Tampoco habíamos conocido hasta ahora

edificios monumentales extra-muros (Puig, Rodà, 2007: 614).

Pese a todo muy recientemente se ha iniciado una

controversia sobre la orientación del fórum y las

características del templo de Barcino, que obviamente no

alteraría significativamente las escasas dimensiones del

recinto (Orengo, Cortés, 2014; 89-107). Basándose en las

más recientes intervenciones, la nueva notablemente

orientación propuesta para el templo de Barcino aumenta

sus dimensiones y lo asemeja a otros templos

peninsulares, con su planta de la proporción áurea.

Los acueductos de BarcinoA diferencia de otros acueductos monumentales de

Hispania y la Galia, construidos con grandes sillares, los

arcos conocidos de los dos acueductos de Barcino estaban

construidos en opus vittatum en el exterior, a base de

pequeños bloques regulares y rectangulares, y con un

relleno de opus caementicium. Estas piedras demasiado

pequeñas no pudieron ser una sensible fuente de material

para la muralla (Fernández, 1972; Adam, 2008: 147-151).

52

El puerto de BarcinoEl puerto de Barcino parece consustancial a la propia

existencia de la ciudad (Puig, Rodà, 2007: 615). Se puede

interpretar el puerto romano de Barcino, completando y

modificando parcialmente las ideas de Izquierdo i Tugas

(Izquierdo, 1996 y 1997), e introduciendo los más

recientes datos geomorfológicos (Riba, Colombo, 2009;

Juliá, Riera, 2014).

Se puede especular que, a fines del siglo III o el

siglo IV en el puerto de Barcino efectivamente pudieron

existir embarcaderos, los cuales quedaron ocultos a

partir del siglo IX, como sugieren las vistas de Van

Wijngaarden del siglo XVI, como comentaremos. No

obstante, existieran o no tales construcciones en el

puerto, no se tienen razones históricas que justifiquen

que el puerto hubiese entrado en una crisis que lo

hubiera dejado inútil u obsoleto a fines del siglo III.

Por el contrario, la construcción del castellum en la

fachada mar de la muralla de Barcino, precisamente durante

su refuerzo y reforma en los siglos III o IV, confirma

que la defensa del puerto era entonces considerada

estratégicamente importante (Puig, Rodà, 2007: 615). Si

se extrajeron algunos sillares del puerto para las obras

de refuerzo de la muralla, no sería en grandes

cantidades. En síntesis, ninguna de las estructuras bien

conocidas en Barcino intra-muros pudo ser el origen de los

muchos, y muy grandes, sillares que se recuperan en las

53

murallas tardo romanas.

Edificios monumentales extra-murosMás adelante, se presentarán unas siluetas

fosilizadas por la trama urbana de Barcelona, que

hipotéticamente pudieran pertenecer al anfiteatro y el

teatro de la ciudad. Estas últimas grandes estructuras

monumentales, extra-muros, pero muy cercanas al recinto

amurallado de Barcino, sí pudieran haber servido de

cantera para el refuerzo de las murallas. Tratando de la

trama urbana en los alrededores de la plaza de la Vila de

Madrid, contigua a la huella del hipotético anfiteatro,

Busquets y Pastor constatan que:

“La ocupación de época romana de esta zona (el

arrabal del Pi) fue intensa, pero las actividades

constructivas se abandonaron a partir de los siglos IV y

V d.C. …

. … las primeras referencias que denotan un cierto

crecimiento de estos núcleos datan de la segunda mitad

del siglo X, el entorno próximo a la ciudad en el cual se

integran se caracterizará, hasta bien entrado el siglo

XI, por el predominio de un paisaje eminentemente rural,

ocupado esencialmente por campos y huertos”14.

14 “l’ocupació d’època romana d‘aquesta zona va se intensa, però que les actuacions constructivas es van abandonar a partir dels segles IV-V d.C. … les primeres referencies que denoten un cert creixement d’aquests nuclis (extra muros) daten de la segona meitat del segle X, l’entorn proper a la ciutat en el qual s’integren es caracteritzará, fins ben entrar el

54

Según Peter Brown, durante el siglo III, “en muchas

provincias del occidente, las prioridades en la

construcción pública cambiaron en una dirección muy

significativa. En muchas partes de Francia y España las

murallas reemplazan teatros, termas y templos como los

edificios públicos construidos por excelencia. No debemos

tomar a estos muros como fortificaciones rápidamente

improvisadas ante el pánico a la llegada de los bárbaros.

Cuidadosamente planeadas y construidas muy sólidamente,

irradiaban una intención premeditada de sobrevivir, y

sobrevivir con la grandeza romana, aunque en un mundo que

se sentía menos seguro que en los dos siglos anteriores”

(Brown, 2012; 10-11).

¿Los templos de Venus y de Minerva?Al tratar de la iglesia desaparecida de Santa Eulàlia

del Camp, al norte de la ciudad, Pujades cita una tradición según la cual ésta estaba situada en el lugar de un templo o fanum dedicado a Venus. Esta iglesia estaba situada extra muros de la muralla medieval, o cerca del portal de Jonqueres (plaza Urquinaona) o del portal Nou (arco de Triunfo).

También habla de un templo dedicado a Minerva, que sugiere estaba debajo de la Catedral actual (Pujades, 1831,tomo 14, cap. XXXVII,: 288; tomo VII, cap. XXI, 29-30).

Es realmente muy frecuente encontrar templos romanosdebajo de los grandes templos cristianos. Sin embargo, en este caso no hay confirmación arqueológica y escritos tan tardíos solo pueden considerarse tradiciones, históricamente muy dudosas.

segle XI, pel predomini d’un paisatge eminenment rural, ocupatessentialment per camps i horts” (Busquets, Pastor, 2005: 119).

55

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65

BARCINO, ciudad portuaria

66

Detalle de la vista de Barcelona frente

al puerto en 1565, por van Wÿngaerden. National Museum,

Wien.-----------------------------

… el deleitoso emplazamiento de lasricas Barcinonas.

Pues allá un puerto despliega brazosseguros y la tierra está siempre irrigada

por aguas dulces. …

- AVIENO -

67

68

El escenario físico e histórico

Algún embarcadero natural en Barkeno pudo ser conocido por

los romanos desde antiguo, - por Cesar durante la Guerra

Civil - o incluso antes. Pero el lugar parece adquirir

importancia durante la gran reorganización militar y

logística de la Hispania Citerior por Augusto, hace más de

2000 años.

Durante las décadas de las guerras contra los

cántabros y astures, Faventia-Barcino pudo convertirse en el

puerto mediterráneo más favorable para mantener el

contacto por mar con Ostia, - el puerto de Roma -,

completando una larga ruta de importantes enclaves

militares que Augusto crea a lo largo de un recorrido por

el norte de Hispania. Era una serie de grandes campamentos

que desde Tarraco (Tarragona) y Faventia-Barcino llega hasta

Mirobriga (Braga, en el norte de Portugal), pasando por

Ilerda (Lérida), Caesaraugusta (Zaragoza), Clunia (cerca de

Burgos), Leo (León), Asturica Augusta (Astorga) y Lucus

(Lugo),

69

Faventia-Barcino estaba muy cerca de otras antiguas e

importantes ciudades costeras, bastante bien conocidas,

como Baetulo (Badalona), Iluro (Mataró) y Subur (Sitges), que

eran ciudades con una amplia playa. O sea con una zona de

embarque útil para barcos de escaso calado.

La ciudad más cercana (a 4 km) y la más grande,

Baetulo, había sido fundada de nueva planta en la primera

mitad del siglo II a.C, con un recinto amurallado de unas

11 hectáreas, junto a la desembocadura del río Besós

(García, 2003).

Ambas, Barcino y Baetulo, distan unos 100 km de Tarraco, la

capital de la Hispania Citerior desde el siglo II a.C. Tarraco

también era una ciudad portuaria y muy bien comunicada

con el resto de la península. Había sido un puerto clave

durante la conquista de Hispania tras la segunda guerra

púnica y durante las guerras civiles de Roma. Finalizando

la conquista de Hispania, durante las campañas contra

cántabros y astures, fue la residencia del propio Octavio

Augusto,

La fundación tardía de Faventia.Barcino, de nuevo sobre

la costa, parece entonces redundante. Solo pudo tener

sentido impulsar a otra ciudad portuaria en Catalunya si

entonces resultaba muy valiosa, o casi imprescindible

dentro del gran sistema estratégico y logístico-militar

implantado a lo largo de las campañas de Augusto.

Solo como asentamiento de legionarios jubilados, Roma

tenía y usó muchas otras alternativas, cercanas o

70

lejanas, tan o más atractivas. Si Faventia-Barcino creció

tan rápidamente y predomina tras un par de siglos debía

(además) ofrecer otras ventajas específicas.

En el siglo I a.C., el puerto de Tarraco (Tarragona)

en la desembocadura del Tulcis (Francolí), ya estaba

prácticamente cegado. Tanto así que en el siglo I d.C.

Estrabón decía que Tarraco era una ciudad sin puerto

(Estrabón, 1992: 97; Otiña, Ruiz de Arbulo, 2000: 107-

136; Ruiz de Arbulo, 2002: 87-107). Lo mismo se podía

aplicar al puerto de Emporion (Ampurias), – el primer

puerto usado por los romanos en Hispania a fines del siglo

III a.C. -, ya obstruido por el Ter.

El caso de Dertosa (Tortosa) era singular. El Ebro

era navegable en época romana hasta Caesaraugusta

(Zaragoza), que conserva un puerto fluvial. Pero su

calado es fluctuante. Y en verano el caudal es muy

reducido. Remontar la corriente sería lento y costoso,

sobre todo durante el estío. Pero el verano es la época

de mayor actividad militar.

En cualquier caso el Ebro sería de utilidad limitada

ya que se requerían naves de fondo plano, de las cuales

no siempre se dispondría con rapidez, flexibilidad y

cantidad, en el caso de una intervención militar rápida

(Dilioli, 2009: 129-155). Hay indicios de que Dertosa

disponía de un puerto marítimo y otro fluvial, lo que

indica que sería normal un costoso transbordo para las

cargas marítimas que debieran remontar el río o viceversa

71

(Járrega, 2008: Járrega, DiliolI, 2014). Posiblemente su

actividad principal, como vía de comunicación, fuese el

descenso de mercancías.

A fines del siglo I a.C., medio cegados algunos

puertos romanos importantes por los sedimentos fluviales

(Tarraco y Ostia, como ejemplos), lo razonable era

desarrollar y asegurarse un puerto con profundidad

suficiente, no demasiado expuesto a aportes de sedimentos

y bien protegido del mar y del viento.

La geomorfología de la costa catalana, tuvo que ser

un factor decisivo.

La casi totalidad de las playas del Maresme,

Barcelonés y Tarragonés están orientadas al levante,

abiertas al mar y presentan un talud muy suave, solo

tomando profundidad lejos de la línea de costa.

Pero no así Barcelona. Obviamente su costa estaba

parcialmente resguardada por Montjüich, por el

promontorio amurallado de Faventia-Barcino y también por

diversos salientes rocosos. Pero además estaba bien

protegida de las tempestades de levante por unas extensas

barras arenosas frente a la costa, hoy muy olvidadas, que

resguardaban a un puerto interior. Y este puerto interior

tenía entonces una profundidad muy favorable gracias a

una falla tectónica que discurre a pocos metros de la

línea de mar. Por otro lado Faventia-Barcino estaba muy bien

comunicada por tierra con Tarraco, con el interior de

Hispania y con la Gallia e Italia.

72

No se ha localizado en la costa catalana otro puerto

natural cercano a la vía Augusta, con aguas profundas,

tan bien protegido y tan bien comunicado como debía ser

entonces Barcino.

Por estas características favorables, fue por tanto

natural que en el siglo I a.C., paso a paso, Faventia-

Barcino absorbiera el tráfico del embarcadero de Baetulo en

la amplia desembocadura del Besós. E incluso alguna parte

del tráfico de Tarraco.

Para defender un primer tráfico militar y comercial

de importancia estratégica en el siglo I a.C., también se

disponía del recurso de situar tropas en un campamento

militar sobre el Mons Taber (estos estaban usualmente

vallados15).

A lo largo del siglo I a.C., la ocupación del Mons

Taber por un campamento militar romano, para proteger a

un puerto natural, pudiera estar en el origen de la

colonia Faventia-Barcino. Un campamento que en su caso

estaba rodeado de agua en la mayor parte de su perímetro

y con un cómodo puerto natural al pie. Y, al alcanzarse

la paz, sería por tanto lógico que tal asentamiento se

transformase en una ciudad portuaria, comercialmente muy

prometedora.

Praefectus orae maritimae

15 (Vegecio, 2006)

73

Járrega recoge de la epigrafía tarraconense la existencia de un praefectus orae maritimae,

En un caso aparece como praefectus orae maritimae laeetanae tarraconensis, en otro como praefectus orae maritimae conventus tarraconensis. En una ocasión aparece el praefectus orae maritimar cohortis I et II. Pero lo más frecuente es hallarlo como el praefectus orae maritimae.

El conjunto de su detallado estudio lleva a concluir que, ya en época augustea, una fuerza militar terrestre de dos cohortes, destacadas esencialmente en Barcino, tenían como misión la defensa de la costa y de las instalaciones portuarias. No se demuestra que tuviese además fuerzas navales, aunque sería posible.

Estas prefecturas son conocidas en otras áreas del Imperio y forman parte de las reformas que Augusto lleva a cabo en la marina romana, al poco de la batalla de Actium o sea antes de las campañas en Hispania, en paralelo con sus reformas en las fuerzas terrestres. Esta prefectura perdurarádurante siglos.

, Mientras que el Conventus Tarraconensis (la administraciónlocal) y la capital de la Hispania Citerior esta en Tarragona,

La existencia de esta prefectura asentada en Barcino, es un indicio de la importancia - del predominio en la costa catalana - de Faventia-Barcino en todo lo referente al mar durante el Imperio (Járrega, 2011).

Aproximadamente en el siglo IV, Avieno describe en su

Ora Marítima a las agradables Barcelonas (en plural) en

relación con su puerto y resalta que allí se le abren al

navegante unos brazos protectores. Estos parecen

corresponder a las barras arenosas cercanas a la costa,

documentadas en la Edad Media y ya desaparecidas en el

siglo XVI.

74

Avieno, Ora Marítima,

- … et Barcilonum amoena sedes ditium nam pandit illic tuta portusbrachia uvetque semper dulcibus tellus aquis … -

“el deleitoso emplazamiento de las ricas Barcilonas.Pues allá un puerto despliega brazos seguros y la tierraestá siempre irrigada por aguas dulces”. (Avieno, 2001,Obras, Ora Marítima., Gredos. Madrid, 332 y 380.)

El crecimiento de Barcino y de su puerto es evidente.

Acabadas las guerras en el norte de Hispania, se sabe que

se exporta masivamente vino y conservas de pescado. Sus

ánforas se encuentran por todo el imperio. Además pudiera

verse a Barcino como un fundamental centro de

comunicaciones y de comercio local16, 17. Y es la cabezaeconómica de una zona agrícolamente rica, muy poblada y

muy romanizada (de Soto, Carreras, 2006-2007: 177-191).

Es una ciudad que protagonizará diversos episodios de la

16 Ánforas tarraconenses y béticas, para transportar vino y aceite(Pascual 1, Dressel 2, 4 y 20)) se encuentran en todo Occidente engran cantidad. (Aguelo, Beltrán de Heredia, Berni, Carreras et al.2009: 119; Revilla, 1993: 158; Molina, 1997). El Monte Testaccio,formado por restos de muchos miles de ánforas en Roma es un claroexponente. Está siendo actualmente estudiado por las Universidades“La Spienza” de Roma y la Universidad de Barcelona.

17 Hay numerosas factorías vinícolas romanas en el llano de Barcelona(Revilla, Martin Oliveras, 2014).

75

Antigüedad Tardía en Hispania; solo explicables por su

importancia.

76

El marco físico deBarcino

En las publicaciones de Banks y Ventayol, se ha

reconstruido el marco físico del entorno de Barcelona en

la época romana (Banks, 1984: 613; 1989: 113 y 116-123;

1992: 30 y 40; Ventayol et al., 2002). Más recientemente,

Riba y Colombo han publicado una monografía sobre la

antigua geofísica del Barcelonés muy extensa, muy

77

documentada y muy completa (2009). Y nuevos datos han

sido aportados por Juliá y Riera (2010, 2012, 2014).

En estas obras pueden encontrarse los muchos

detalles que escapan a este estudio, que es solo un

resumen que se ha centrado en aquellas condiciones y

cambios que, desde el siglo I a.C. al siglo XI d.C.

pueden haber determinado el desarrollo del puerto de

Barcino.

Partiendo de una geomorfología inicial, el puerto

evoluciona por el progresivo relleno sedimentario de las

cuencas inundables en las rieras y por los cambios en la

línea de la costa. Y el puerto natural de Barcino se va

adaptando a este entorno más cercano de la ciudad romana.

Que, arbitrariamente, podríamos aceptar limitado entre

Montjüich y el río Besós.

Milenios atrás, hace más de 10.000 años, durante las

glaciaciones, el nivel del mar había descendido unos cien

metros en todo el mundo. La fuerte pendiente así creada a

lo largo del curso final de los ríos, antes de llegar al

mar, había erosionado y ahondado considerablemente sus

cauces. Finalizado el último período glacial Wurm, la

fusión de los glaciares provocó una importante

recuperación del nivel marino. Este gran cambio inundó

los valles fluviales anteriormente erosionados creando

estuarios en las costas, de mayor o menor magnitud, que

se fueron sedimentando progresivamente. Son unas rías

navegables, y muchas serán unos puertos naturales, que

78

fueron utilizados por siglos por naves de poco calado,

pero que progresivamente se fueron cegando con

sedimentos. Huellas de estos valles en el suelo marino

son hoy todavía visibles en cartas del relieve submarino

cercano al Barcelonés (Canals, 2002). Por otro lado la

fusión de las masas de hielos continentales y el aumento

del nivel del mar consiguiente condujeron a lentos

movimientos de re-equilibrio isostático en Europa, a lo

largo de los siglos y milenios siguientes. Estos

llevarían a fluctuaciones más discretas y locales del

nivel del mar.

En la época de la fundación de Barcino, el cauce del

río Besós todavía formaba una amplia abertura. Inundada

por el aumento del nivel del mar, por el deshielo tras la

última glaciación. Y al suroeste, el Barcelonés limitaba

con las estribaciones de Montjüich y con el curso y la

antigua desembocadura del río Llobregat (Lubricatus)

(figura II-1) (Riba, Colombo, 2009: 30 y fig. 2).

El núcleo del Barcelonés es una amplia llanura

salpicada de elevaciones de escasa altura, sobre una

plataforma sedimentaria del cuaternario antiguo. Desde la

sierra de Collserola esta llanura desciende hacia el mar

con una pendiente moderada. Acabando en un talud más

pronunciado, en buena parte oculto por los terrenos

sedimentarios del cuaternario y más recientes que ocupan

una gran parte de su superficie. Este talud se genera por

una de las cuatro fallas tectónicas casi rectilíneas y

79

casi paralelas, del Suroeste al Nordeste, que se

escalonan en el Barcelonés desde la montaña al mar. (Dos

de ellas están sumergidas en épocas históricas.)

La primera falla se sitúa en el pie de la sierra de

Collserola. La segunda, desde el sur de Sants al sur del

Clot, condiciona al talud mencionado anteriormente,

separando la Ciutat Vella de buena parte del ensanche

actual.

La tercera falla está en el mar, a muy pocos metros

de la costa. Es una falla que, a los pies del recinto

amurallado romano y de las playas entre Montjüich y el

Poble Nou, provoca un brusco aumento de la profundidad

marina, muy favorable para el puerto de Barcino. La cuarta

falla se sitúa a cerca de un kilómetro de la costa.

El acusado escalón submarino, generado por la falla

tectónica inmediatamente justo bajo el Mons Taber, ha sido

funcionalmente importante. De esta forma, muy cerca de la

línea de costa, tras una estrecha playa, el mar ha tenido

siempre bastante profundidad para atracar a los barcos de

más calado de la época. Pero, aún así es una profundidad

discreta que permite el empleo de áncoras (son unos 14

metros). Una realidad muy interesante para las panzudas

naves de carga, que raramente se podían descargar

varándolas en una playa y que necesitaban muelles o

embarcaderos artificiales. Son naves que se van

imponiendo en sustitución de las liburnas más esbeltas que

sí se varaban con facilidad en una playa. Cuando no había

80

muelles y profundidad suficientes, para la carga y

descarga era necesario transbordar la mercancía a

embarcaciones de poco calado. Tarraco, Baetulo, e Iluro no

podían ofrecer esta considerable ventaja para el comercio

por mar. De hecho no se ha localizado en toda la costa

catalana un puerto natural comparable con el de Barcino18.

Figura II-1. Esquema de la geología básica de Barcelona en laAntigüedad Tardía. Las barras arenosas (les Tasques) frente aBarcelona estarían bajo los diques del puerto actual. A resaltar lasposiciones relativas de la Isla de Mayans, de la barra arenosaasociada y del islote rocoso del Puig des Falzies (bajo la Lonja)(extraído de Riba, Colombo. 2009, figuras 32 y 33). Ver tambiénJuliá y Riera (2014).

Buena parte de la historia reciente de Barcelona

viene condicionada por la progresiva colmatación de los

18 Sin embargo, más tarde sí se construyó en Tarraco otro puerto. con una escollera sobre arcadas para dejar fluir y escapar los sedimentos fluviales y marinos con el reflujo, copiando así al puerto de Puteoli. Un modelo al parecer de épocaun poco más tardía, una vez muerto Vitrubio (de la Peña. 2002). Puerto que, más adelante, soportó un tráfico notable durante el Imperio.

81

estuarios de las rieras, que (por Las Ramblas y por la

Vía Layetana) rodeaban la ciudad amurallada sobre el Mons

Taber.

Estos estuarios pasan, secuencialmente, de ser

navegables en parte, a ser marismas y lagunas muy

contaminadas por residuos naturales y urbanos en la Edad

Media. Llegando a ser suelo firme a lo largo de la Edad

Moderna. Las acciones de saneamiento, canalización y

drenaje a lo largo de la historia, han sido un importante

factor auxiliar de este proceso geológico. Sedimentación,

colmatación, drenaje y saneamiento inevitablemente han

llevado a ganarse lentamente terreno al mar. Hace unos

2.000 años el Mons Taber, y Montjuich eran unas pequeñas

penínsulas (Riba, Colombo, 2009: 121 y fig. 32). Estos

salientes sobresalían de las playas así como otros

accidentes rocosos, el “Puig dels Falcies” bajo la actual

Lonja en la actual plaza Palacio, el “Turó dels Ollers”

en la zona de la calle de Escudillers, que es en otras

fuentes la “Peña del Codolar”, y el “Turó dels Codals”

situado en la línea del mar aproximadamente frente a la

Plaza del Duque de Medinaceli.

Los factores en la evolución de la geomorfología de la costa delBarcelonés

Basándonos fundamentalmente en los trabajos de Riba yColombo, de Ventayol y de Sanz, se deben tener presentes seis

82

factores fundamentales en la estructura y evolución de lacosta del Barcelonés en el período romano imperial (Riba,Colombo, 2009; Ventayol et al., 2002; Sanz, 1988). A-/El Barcelonés es ahora una llanura costera formando

extensas playas interrumpidas por Montjüich. Es una costacasi rectilínea que mira al Sureste. En esta dirección, elmar se extiende por más de 1000 km hasta alcanzar las costasdel Norte de África. Así los vientos que soplen del cuadranteEste y Este-Sureste, tienen la oportunidad de acumular unoleaje de gran energía, que incidirá perpendicularmente sobrela costa, lo que potencia los efectos erosivos y de arrastrede sedimentos. Los arrastres sedimentarios, arenosos, sonredistribuidos a lo largo de la costa por la acción deloleaje. En la costa catalana el factor más importante yenérgico, causa del 75% de los arrastres, es este oleajeprovocado por las tempestades de poniente (Serra, Sorribas,1993: 29-31; Sorribas, Serra, Calafat, 1993: 24-26). Este oleaje es responsable de la formación de barras

arenosas, unas de corta duración y otras permanentes. En lallanura sedimentaria a ambos lados del Mons Taber seencuentran diversas líneas de barras arenosas arcaicasfosilizadas entre los sedimentos, a poca distancia de lalínea de mar (Juliá, Riera, 2012, Soberón, 2012).

Otras estaban bajo el nivel de las olas, a poca profundidad

llegando a crear rompientes cuando el mar está agitado. Yotras llegaban a aflorar formando islas y bajíos a pocadistancia de la playa. En la Edad Media la isla arenosa deMayans, frente al Mons Taber, tuvo gran resonancia en elpuerto de Barcelona (Riba, Colombo, 2009: fig. 33). En el siglo IV d.C. (y posiblemente antes) estas barras

arenosas (Les Tasques de los documentos medievales) formabanunas escolleras naturales que protegerían el puerto tal comonarra Avieno en su Ora Maritima (figura II- 2).B/ La morfología rocosa del litoral y sus fondos. En el caso

del Barcelonés en la antigüedad son diversos accidentes; elconsiderable peñón de Montjüich, el propio Mons Taber (dondese fundará Barcino) y algunos salientes rocosos ya eliminadospor la mano del hombre, y por tanto difíciles de ponderar.Entre ellos el “Puig dels Falcies”, el “Turó dels Ollers” yel “Turó dels Codals). Y otros relieves sumergidos, en las

83

cercanías del Mons Taber. Estos accidentes, hoy desaparecidos, son conocidos a través

de fuentes medievales y recogidos por autores como Alemany,de Bofarull y García Sanz (Bofarull, 1855; García Sanz, 1977;Alemany, 1998; Riba, Colombo, 2009: 34-35). Podemos considerar estas formaciones rocosas pliocénicas a

lo largo de la costa al noroeste de Montjüich, llegando hastael río Besós, como afloramientos relacionados geológicamentecon este monte. Sin tenerse datos concretos, también hay queconsiderar como posibles en esta zona algunos escollosrocosos submarinos, que podrían haber condicionado oestabilizado la formación de las barras arenosas, casipermanentes, cerca de la costa. C/ - Las llanuras costeras del Barcelonés y del Maresme

son estrechas y tienen una notable pendiente. Están limitadastras unos pocos kilómetros por la Cordillera CosteraCatalana. Los considerables arrastres sedimentarios provocados por los

ríos y por los bruscos torrentes estacionales, soncaracterísticos de esta costa. Los estudios de los sedimentoscercanos a la costa indican aportes considerables, durantelos siglos VII a IX, impulsados por una crecientedeforestación. Provocada para incrementar la superficiededicada al pastoreo (Juliá, Riera, 2010). D/ - En la costa catalana la suave corriente marina

paralela a la costa (impulsada por el viento más dominante enla zona, del Norte y Noreste.) desplaza los sedimentosaportados por ríos y rieras en dirección suroeste. Lacorriente tiende a acumular playas en los salientes de lacosta, naturales o artificiales. Es este un fenómenoactualmente muy visible (figura II-5) (Sorribas, Serra,Calafat, 1993: 24-26). E/ - A principios del siglo I d.C. hubo un sensible

descenso del nivel marino. Este es punto quizás dudoso peroque pudiera ser muy interesante para la interpretación de lacosta del Barcelonés y la evolución de las posibles zonas deembarque y puertos mediterráneos entre los siglos I a VIII. Por el contrario, Zazo encuentra en las costas del Sur de

España (de Huelva a Almería) un aumento de 0,8 metros (Zazo,2006: 3-4). Conciliar los datos de Zazo con los recogidos porRiba y Colombo de varias fuentes, implicaría aceptar que laPenínsula Ibérica basculó muy suavemente en el siglo I d. C. Por la presencia de playas fosilizadas a diferentes

niveles, por sondeos con dataciones por el carbono 14 y

84

comparando datos y buscando correlaciones, Riba y Colomboanalizan el tema a fondo en especial en el Barcelonés, elLanguedoc hasta la desembocadura del Ródano y la zonalevantina hasta Valencia. Deducen que existen concordanciascronológicas en un descenso del nivel del mar en el períodoque nos interesa, pero no cuantitativas (Riba, Colombo,2009).

Aceptan que en el Barcelonés, este descenso de nivel del

mar pudo ser, en época imperial y tardo-antigua, de algunosmetros por debajo del nivel actual. Este último datosorprendería mucho por sus consecuencias históricas y esposiblemente excesivo. Soberón cita a Nieto et al. que encuentran en el puerto de

Marsella un descenso del nivel del mar en la antigüedadtardía de entre 0,5 a 0,8 m (Nieto et al., 2005; Soberón,2010). En las excavaciones realizadas recientemente en elentorno de la estación de Francia en Barcelona se sugiere lapresencia de un estrato a 6,75 m bajo el nivel actual delmar, con fragmentos muy erosionados de ánforas, es decir unazona de oleaje de baja energía. A escala mundial los datos deestos autores señalan un descenso más moderado, entre 1 y 3metros del nivel del mar (Riba, Colombo, 2009: 182-185). Pero los más recientes estudios de Juliá y Riera (2012)

no se pronuncian sobre esta fluctuación. Pudiera ser que lagran hidratación de los depósitos arcillosos hace losestratos compresibles de forma irregular y dificulte suinterpretación estratigráfica. A finales del siglo I a.C., cuando se funda la colonia

Barcino, el mar tendría aproximadamente el nivel actual. En elárea que nos interesa, el mar no recuperaría un nivel cercanoal actual hasta los siglos VIII o IX. Y se mantiene desdeentonces bastante más estable, pero con muy ligerasoscilaciones. En el siglo IV el nivel marino estaría en el mínimo de los

últimos milenios. Mientras no se obtengan más evidencias y un consenso sobre

la situación en Barcelona, lo más prudente es considerar queexistiese realmente una fluctuación significativa, pero quefuera limitada. Así, al explorar como contribuiría a laevolución seguida por los puertos de Barcelona desde la épocaromana republicana, en este trabajo se aceptará que eldescenso fuera realmente sensible.

85

Un tal descenso pudo empeorar significativamente el uso delos otros embarcaderos de toda la Layetania cuya profundidadya era usualmente somera. Muy posiblemente, a lo largo delsiglo I d.C., los estuarios naturales alrededor de Barcino, enlas salidas de la Rambla y de la Vía Layetana actuales,perdieran demasiada profundidad para servir de lugar deatraque a naves de cabotaje que, por otro lado, eran cada vezde calado más considerable. Además se hubiera extendido el área cubierta por la larga

franja arenosa (parte de les Tasques medievales y la isla deMayans) ubicada frente al Mons Taber. Ello tendría un efectomuy favorable, defendiendo mejor de las tempestades delevante a un puerto interior, al pie de la ciudad amurallada(apartados A a C, y figura II- 2).

Pero un descenso de nivel del mar no tendría demasiadoefecto en la línea de costa al pie del Mons Taber que, debido a la fallatectónica, forma en este lugar un escalón casi vertical. Si al único dato medieval de profundidad en esta zona de

unos 14 metros, le restamos 2 metros (que intuitivamenteparece un descenso de nivel muy poco probable), nos quedaríatodavía una profundidad suficiente para atracar cerca de laplaya a la práctica totalidad de las embarcaciones de laépoca imperial19,

F/ - Hay que sumar los efectos directos, e indirectos,de la acción humana. En el período considerado sería la

19 Un sondeo con estudio polínico y con datación por C14, dirigido por S. Riera, con estratigrafía cerca de la línea de costa, en la desembocadura actual del Besós, señala unos estratos de unos 6 metros de potencia intercalados entre dataciones, del 550-970 d.C. en el estrato superior y 1630-1410 a.C en el estrato inferior, a una profundidad entre 14 y 22 metros. Esto sugiere una considerable profundidad marina entonces en este lugar (Riba. Colombo. 2009; 114-117). Un corte geológico sin datación entre el Clot y el Poble Nou confirma la fuerte pendiente del talud marítimo en la antigüedad (Riba. Colombo. 2009; 208-210). Los estudios de la línea de costa que se adjuntan, con sus accidentes en la épocaromana, proceden también de esta obra.

86

posible construcción de muelles de embarque, diques u otrasinstalaciones portuarias a partir del siglo I d.C. Una puntaarenosa, la huella de un oculto muelle antiguo, puede verseen la vistas de Barcelona de van Wyngaerde (figs.II- 4, II-5y II-6). Según Vitrubio, que escribe en el Siglo I d.C., un puerto

debe escogerse de la manera siguiente:.. “pero si no hubiera un lugar naturalmente apropiado para

proteger los navíos durante las borrascas, parece que debeprocederse de este modo: si hubiese en aquel lugar un picoque constituyera un refugio contra las tempestades, sino quesolo por una parte hubiera una playa apropiada, entonces espreciso levantar del otro lado, con ayuda de mampostería,espolones o escolleras que lleguen a formar un puertocerrado” (Vitrubio, 2001, 133-135) (La traducción es deAgustín Blánquez, 1997, Ed. Iberia, Barcelona.) En el puerto de Barcino, las barras arenosas podían defender

al puerto de las tempestades (en particular de levante) perosería de esperar de la ingeniería civil romana un esfuerzopara impedir que las corrientes marinas (apartados C y D)fueran cegando el puerto con sedimentos.

87

88

La campiña del Barcelonés en laépoca romana

Al fundarse Barcino en el siglo I a.C., todavía no ha

concluido el lento relleno sedimentario post-glacial de

las cuencas fluviales y entrantes de la costa Layetana,

tendiendo a la creación de deltas.

Descendiendo desde Collserola, una buena cantidad de

arroyos y rieras, estacionalmente secas, irrigaban el

Barcelonés. Tal como actualmente, en el Barcelonés y en

el Maresme riadas violentas e inundaciones en la llanura

sedimentaria no eran raras, afectando seriamente los

alrededores del Mons Taber situados en terrenos bajos,

algunos recién robados al mar. Está situación durará

hasta la construcción de las murallas medievales y a su

extensión en el siglo XV. Las murallas han actuado

siempre eficazmente como dique defensivo frente a bruscas

y cortas inundaciones.

Según revelan los estudios arqueo-morfológicos y

palinológicos de los sedimentos, Barcino estaba en un

entorno boscoso y abrupto con campos de cereales

intercalados en el llano de Barcelona. Con viñas y

olivares en la cara sur de Montjüich y de la sierra de

Collserola, donde las antiquísimas terrazas para los

cultivos son todavía visibles (Palet, Riera, 1992: 133).

89

El llano era notablemente fértil y estaba suficientemente

irrigado. En la antigüedad la pluviosidad era similar a

la actualidad, quizás algo más intensa (Font Tullot,

1988). Hay huellas claras de la parcelación de la llanura

durante el siglo I a.C. siguiendo el modelo romano

(centuriación). La llanura estaba dominada por los

núcleos de población de Faventia, Barcino y Baetulo y multiples

villas, algunas casi tan grandes como la propia Barcino.

En las cumbres de la sierra de Collserola debían

sobrevivir todavía aldeas de origen ibérico. El ganado

ovino trashumante discurría por cañadas, que aún hoy son

perceptibles en la sierra. El área estaría salpicada de

pequeñas cabañas de campesinos y muy probablemente

existían otros núcleos secundarios de población. De

manera relativa, era una campiña muy poblada. Desde el

Tarragonés hasta el Maresme y hasta el Ampurdán, en

realidad en la mayor parte de las llanuras costeras

catalanas, los cultivos y las poblaciones estaban ya

intensamente romanizadas en época republicana (s. II y I

a.C.).

Ya hay claras evidencias de exportaciones de trigo

(silos entorno a Montjüich) en épocas ibérica y

republicana. Y posteriormente de masiva exportación de

vino durante el Imperio (Martin, 2014)20. También se

20 El Barcelonés, el Baix LLobregat el Maresme y el Valles son extraordinariamente ricos en restos de época romana de explotaciones auxiliares para la producción de vino. Naves convarias grandes prensas, junto a decenas de grandes dolias de almacenamiento. Alfarerías productoras de ánforas etc. Los

90

exportaban productos derivados de la pesca en cantidades

crecientes, que llegarán a un máximo a fines de la época

imperial. Palet y Riera describen con detalle la

evolución del agro del Barcelonés en la antigüedad

(Palet, Riera, 2009: 131- 140; en Aguelo et al., 2009).

También las redes viarias de época imperial y

medieval reflejan los cambios geofísicos del entorno de

Barcelona (Banks, 1984: 613; 1989: 113 y 116-123; 1992;

30 y 40; Palet, Riera, 1992; Riera, Palet, 1994: 517;

Busquets i Costa et al., 2009: 124-141).

En Barcino, a partir de finales del siglo I d.C.,

durante la época imperial, la línea de la costa se habría

consolidado ya poco más abajo de Sant Pau del Camp, en

donde existía una arcaica barra arenosa fosilizada, a la

salida del estuario de la Rambla. Mientras que por el

lado de la Vía Layetana el mar ya no penetraría más allá

de la plaza del Ángel (Riba, Colombo, 2009: 41, 83 y fig.

5; Juliá, Riera, 2014).

autores de la época hablan de los vinos de la Layetania; en general como vinos muy baratos y de escasa calidad (Revilla, Martin Oliveras, 2014)..

91

El puerto en la antigüedad

Las dos rieras a ambos lados del Mons Taber, Las Ramblas

y la Vía Layetana actuales, habían formado en el siglo I

a.C. unos pequeños estuarios, rodeados de pantanos, que

se introducían en el interior del Barcelonés. Antes del

siglo I a.C. hubieran proporcionado posibles zonas de

embarque naturales, pero para naves de poco calado

(Juliá, Riera, 2014). Posiblemente algún embarcadero, o

algún muelle costero, fuese entonces la única obra

necesaria para convertir una posible cala al final de Las

Ramblas actuales, en un primitivo puerto natural. Más

adelante, allá se forman extensos estanques poco

profundos.

Pero en los decenios siguientes, durante las Guerras

Civiles o las campañas contra los cántabros y astures,

tanto el importante tráfico en naves de carga de calado

creciente, como la sedimentación y un posible descenso

del nivel del mar, irán cambiando la situación.

En la interpretación del devenir del puerto romano de

Barcino que se expone, se completan y modifican las ideas

de Izquierdo (1997: 13-21), con nuevos indicios y en

relación con los recientes datos geomorfológicos de Riba

y Colombo (2009), de Soberón (2010; 2012) de Juliá y

Riera (2010; 2012; 2014). El puerto romano imperial cubre

92

un intervalo de más de 400 años, en los cuales al parecer

se produjeron serios cambios en el tráfico comercial y en

la profundidad de algunas zonas de embarque. Y el tráfico

tuvo entonces que adaptarse y evolucionar

considerablemente.

Por ello se difiere ligeramente de Izquierdo i Tugas

en su conclusión final, que propone situar al puerto

romano en las cercanías de la plaza del Duque de

Medinaceli. Por un lado, se recuerda que inicialmente la

actividad portuaria más cercana pudo estar concentrada en

diversos puntos en la falda de Montjüich, llegando quizás

hasta la salida de La Rambla. Mientras que parece que

espontáneamente, en busca de aguas más profundas, la

actividad del puerto se desplazaría unos 400 metros hacia

levante, hasta llegar casi a la plaza de Antonio López.

Soberón (2010) describe e interpreta los resultados

de las intervenciones arqueológicas en el Pla del Palau

(todavía más al norte de la plaza de Antonio López). Se

evidencia una laguna abierta al mar y los restos de

ánforas desgastadas por el oleaje en una playa sumergida.

Es entonces segura la existencia de otra zona de embarque

en las cercanías de la Estación de Francia, comunicada

con la ciudad por una vía que seguía aproximadamente la

calle Argentería actual. Sin embargo, según podemos

deducir de la arqueología y de dibujos de los siglos XV y

XVI, que comentaremos más adelante, el área de mayor

actividad portuaria estaría al pie del Mons Taber durante

93

siglos (figuras II-2 a II-4), enfrente del Portal del Mar

medieval y de los restos de las Termas del puerto, extra-

muros, a la salida del decumanus bajo la actual calle de

Regomir.

Una tentativa de cronología dela evolución del puerto desde

94

la antigüedad hasta el sigloXVI

Los siglos II y

I a.C.El río Besós era un entrante muy importante. Y sobre todo

el Llobregat (Rubricatus), cuyo delta actual se extiende

desde el sur de Montjüich hasta Castelldefels, donde se

han hallado algunos restos portuarios. Pero ambos lugares

ya serían entonces marismas, estanques o calas. Ello se

podría relacionar hipotéticamente con un posible poblado

ibero-romano en la montaña (Riera, Palet, 1994: 517). Y a

este con Barkeno. Al pie de Montjüich, se han excavado

una buena cantidad de grandes y antiguos silos

subterráneos para grano.

Siglos antes, la zona del Port al poniente de la

montaña (cerca de la plaza Cerdá) hubiera sido el

embarcadero más importante, pero a principios de la era

cristiana habría perdido relevancia. Esta experiencia

portuaria en el lado suroeste de Montjüich afectado por

los sedimentos del Rubricatus (Llobregat), ya debía estar

presente cuando Roma dirigió su interés hacia el Mons

Taber (Pallarés, 1975: 5-48).

Ello hace pensar que en época anterior a la fundación

de Faventia sobre el Mons Taber, en los siglos II y I a.C.,

también la zona levante de Montjüich pudiera ser

95

utilizada como un embarcadero natural para naves de

escaso calado. Embarcadero que debía estar bien defendido

del mar y del viento por quedar encajonado entre

Montjüich y el Mons Taber (de unos 180 y 16 m de altura

sobre el nivel del mar respectivamente). Pero no se

dispone de confirmación arqueológica. El área inundada en

la parte baja de Las Ramblas, pudiera haber llegado hasta

las cercanías del emplazamiento actual de Sant Pau del

Camp. Pero faltan sondeos estratigráficos en esta zona

con datación por el carbono 14.

Como ya se ha apuntado al frente marino del Mons Taber

estaba protegido del oleaje y los vientos de levante por

unas barras arenosas (les Tasques), por Montjüich, el

propio Mons Taber y el turó dels Falzies. El puerto de

Barcino bien conectado con la vía Augusta, ofrecía un

excelente refugio y anclaje (figura II-1). Era una zona

rica en aguas dulces, lo que hacía la aguada fácil.

Posiblemente era también frecuentado de antiguo21. El

lugar sería todavía más atractivo porque se podía

construir un campamento fácil de fortificar y protegido

por defensas naturales. El Mons Taber tenía la posición y

las dimensiones adecuadas para convertirse en una

excelente fortaleza (de la cual no hay evidencia

arqueológica). Como ya se ha observado anteriormente, a

lo largo de la costa catalana, el conjunto de estas

21 Avieno recoge datos de periplos mediterráneos más antiguos y los actualiza en parte durante el siglo IV (Avieno, 2001: 380).

96

condiciones, solo las podía ofrecer el emplazamiento de

Barcelona.

Puede proponerse que Barcino pudo ir creciendo, porque

a fines del siglo I a.C., con una mínima inversión, pudo

proteger de las tempestades (en particular de los vientos

de levante) y descargar con eficacia ánforas, pesadas

dolias, odres y barriles, de barcos con un calado de unos

4 metros o más, que se iban imponiendo durante la pax

romana.

Ya que no existen sondeos marinos de la época, solo

tenemos datos medievales y del siglo XIX que complementan

los estudios geológicos modernos (de Bofarull, 1855: 175;

García Sanz, 1977: 76). Todos ellos coinciden en señalar

una buena profundidad muy cerca del Mons Taber y su

estrecha playa.

Se debe, en alguna medida, correlacionar la

profundidad del puerto en función de las embarcaciones

que fondeaban. Una liburna, el caballo de batalla de la

flota imperial del siglo I a.C., tenía unos 22 metros de

eslora, una manga de cerca de 4,3 metros y un calado del

orden de 1,5 metros. Con estas dimensiones no era un

problema varar los barcos en una playa. Pero un birreme

tenía unos 2,6 metros de calado y un trirreme se estima en

unos 4-5 metros. Las embarcaciones de carga (naves

redondas) eran por lo general de gran calado (Kreutz,

1973: 79-109; Meijer, 1978: 152, 159, 167-168; Turienzo,

97

2002). Era lógico esperar transportes de unos 30 metros

de largo y hasta de unos 4 metros de calado.

No son raros 4 pisos de ánforas dispuestas

verticalmente en la bodega de pecios romanos.

Controlar el rumbo de una nave de tanto calado, sin timón tal como lo entendemos hoy y solo provista de un velamen arcaico, resulta poco comprensible para los navegantes a vela actuales. No les resulta creíble un largo trayecto a remos de una nave tan pesada y mucho menos capear una tormenta. Eran naves provistas de remos,pero en menos cantidad que en un barco militar. Sus argumentos son de peso, y puede ser que en efecto los calados más grandes (más de 4 metros) fueran muy excepcionales y usados solo en trayectos muy específicos (Meijer, 1978: 159).

Con la orientación de las velas se podía modificar el rumbo pero navegando siempre, más o menos, a favor del viento. El navegante entonces dependía de su conocimientode vientos, corrientes y de técnicas ancestrales, hoy poco conocidas. Normalmente no se navegaba en los meses invernales. En contra de lo que se ha dicho, sí se navegaba perdiendo de vista la costa, en rutas conocidas y usando de noche las estrellas como orientación. Era normal llevar algunas aves a bordo; para soltarlas durante el día y seguir su vuelo hacia la costa invisible.

Los tres únicos pecios romanos encontrados,

construidos con el fondo plano, están asociados con

cargamentos tarraconenses. Estaban construidos para

navegar por aguas poco profundas, posiblemente en

conexión con la escasa profundidad del puerto de Tarraco

(Peris Boscá, 2007).

98

Los dibujos del puerto de los siglos XV y XVI,

de Rafaela Puig y de van Wijngaerden, que proporcionan

detalles concordantes, son realistas cuando muestran

naves de calado importante fondeando o navegando muy

cerca de la playa (figs. II-2, II-3 y II-4) (Soley,

1998).

Figura II-2. El puerto de Barcelona a fines del siglo XV oprincipios del XVI; según el “Llibre d’armes d’Espanya i Catalunya”recopilado y pintado por Rafaela Puig al servicio de Conde deGuimerá. Extraído de la “HIstória de Barcelona”. Sobrequés (dir). 1991. TomoI. p 33. Ayuntamiento de Barcelona y Enciclopedia Catalana. El Portal del Mar (círculo) localiza con exactitud a un muelle oescollera. Este puede estar sobre el núcleo del saliente arenoso que

99

está también dibujado por van Wijngaerden, ya a finales del sigloXVI y en el mismo lugar con excelente precisión (figura II-4). Según se ve en las figuras siguientes, esta no es laescollera construida en el siglo XV y puesta a la luz por recientesexcavaciones (Soberon, 2010) que estaba algo más al norte y quehabía sido cortada al llegar a la playa, Obsérvese la difusa presencia del bajío al final de laescollera. Esto puede representar simbólicamente les Tasques, conlos restos de la isla de Mayans.

Figura II-3. Van Wyngaerden. Detalle de la una vista de Barcelona desdeMontjüich. Es la más antigua vista conocida de Barcelona (1565). Copiadel Instituto Cartográfico de Catalunya, ICC, del original del NationalMuseum de Viena. - El círculo señala al Portal del Mar. Y delante del Portal del Mar ala derecha, en el óvalo, hay un saliente arenoso en la playa queconcuerda con el espigón representado en la figura anterior (II-2). Ambosalgo más abajo que Santa María del Mar. Este saliente arenoso deberíatener como espinazo los restos de algún dique anterior al del siglo XVI.Pudiera ser la huella fósil de un supuesto espigón romano del siglo I

100

d.C. que hubiese quedado enterrado en la arena. (Comparar con la figuraII-5.) Algo más al noreste (arriba en la figura) se insinúa apenas un dique enla playa. Se ha marcado con un rectángulo. Es posiblemente el espigónconstruido los años 1477-1478 que se podrá ver mejor en la otra vista deeste artista desde el mar (Fig. II-4), ambas procedentes de la BibliotecaNacional de Viena. Es la escollera puesta a la luz por recientesexcavaciones (Soberon, 2010). Según explica Bofarull, este espigón fuecortado al llegar a la playa para evitar que la arena se acumulase enexceso y cegase por completo a la zona portuaria más al norte, cerca deldesaparecido monasterio de Santa Clara (Bofarull, 1855).

101

Figura II-4. Van Wyngaerden. Detalle de una vista de Barcelona desde elmar. De la misma fecha de la anterior (1565) – El círculo señala alportal del Mar. Debido a la perspectiva frontal, el saliente de la playa enfrente, esmenos perceptible que en la Figura II-3, y llega casi a la altura deSanta María del Mar. Más a la izquierda de Santa María del Mar, el diquedel siglo XV cortado en la playa es evidente (ver Soberón, 2010). Lasaguas a la derecha (norte) del espigón aparecen turbias, lo que sugiere

102

una acumulación arenosa. (Comparar con las figuras anteriores: II-2 y II-3.) (Instituto Cartográfico de Catalunya y National Museum de Viena).

Los siglos I a IV d.C.

Progresivamente el extremo de las Ramblas pierde

profundidad y la actividad se concentra justo debajo del

Mons Taber. La cercanía a la puerta de la ciudad (en la

calle Regomir) favorece la gestión de la carga y

descarga.

El cambio del centro de la actividad expone algo más

a las embarcaciones al viento de levante, pero no al

oleaje gracias a los bajíos arenosos que actuarían como

rompientes. El posible descenso del nivel del mar

elevaría relativamente los bajíos arenosos mejorando

todavía la protección.

Eventuales cambios en la costa del Barcelonés

pudieran tener relación con el supuesto descenso del

nivel marino que se produce en el siglo I d,C.

(emergencia de la Florida) que durará hasta el siglo IX

aproximadamente. Descenso que parece confirmarse

recientemente (Soberón, 2010; 137):

- Al emerger otras partes de los bajíos frente al

Mons Taber. La isla de Mayans tomaría entonces mayores

dimensiones.

103

- El testimonio de Avieno es la única noticia sobre

las Tasques (los antecedentes de la isla de Mayans

medieval) durante el Imperio.

Aparentemente la tendencia es que es que esta isla

arenosa se haya ido reduciendo desde su punto más alto

entre los siglos I y VIII d.C.. Los últimos datos

sugieren que entonces, localmente al menos, el mar era

algo menos profundo. La isla ya no emerge a fines del

siglo XV, pero subsiste todavía el bajío.

- Solo se produciría un discreto retroceso de la

línea de la playa al pie del Mons Taber. Discreto porque

el talud es en esta zona muy acusado.

Al pie del Mons Taber, frente al mar abierto y sus

barras arenosas, la profundidad fue suficiente durante la

Edad Media (de Bofarull, 1855: 175).

Hace relativamente pocos años, se encontraron las

termas del puerto en Barcino, extra-muros de la salida de la

calle de Regomir, junto a la playa, una peculiaridad de

los puertos romanos (Miró, Puig, 2000; citados por

Hernandez-Gasch, 2006). Es así aparente que el puerto era

muy activo y que la zona más utilizada del puerto se

había trasladado relativamente lejos de la embocadura de

la Rambla. Quedando muy cercana a las huellas del

saliente arenoso que analizamos en las figuras II-3, II-4

y II-5 frente al Portal del Mar, hoy desaparecido. Ello

nos marca un nuevo centro de gravedad del puerto, que ya

habíamos relacionado con la pérdida de profundidad y

104

capacidad del final de la Rambla como puerto natural.

Estos restos junto a los de la fábrica de garum y

conservas de pescado debajo de la plaza del Rey y las

diversas fábricas de ánforas a uno y otro lado de la

actual Vía Layetana son exponentes de una sensible

actividad del puerto de Barcino (Carreras i Guitart, coord.,

2009).

Los dibujos de van Wijngaarden del siglo XVI, cuando

el mar ya habría recuperado el nivel del principio del

siglo I d,C., (submergencias de Rottnest y medieval) nos

pueden estar marcando muy claramente la posición de una

vieja escollera enterrada (figuras II-3 y II-4) como una

punta saliente arenosa en la playa frente al Mons Taber,

(Riba, Colombo, 2009: fig. 48, - curvas de Pirazzoli y de

Pluet -).

Figura II-5. Puntas arenosas actuales provocadas por diques oescolleras artificiales en la costa actual del Barcelonés. (Riba,Colombo, 2009)

Tales puntas arenosas en la costa del Barcelonés y el

Maresme, hoy todavía, necesitarían de un cierto esqueleto

firme para retener los arrastres de arena (fig. II-5).

105

Por tanto se pudiera aventurar que o son puntas con un

origen rocoso o de origen antrópico. En este último caso

ocultando un embarcadero o dique artificial semi-

sumergido (Galera, Roca, Tarragó, 1982).

Un embarcadero (quizás de madera) hasta el borde del

talud de la playa, hasta la línea en que la profundidad

aumentaba bruscamente, sería de esperar. En muy recientes

intervenciones arqueológicas del Servei d’Arqueologia de

Barcelona, dirigidas por el Sr. Jordi Petit (codi 048-13)

bajo la casa nº 9 del Paseo de Colón se han localizado

estructuras de piedra identificadas como un dique o

muelle del puerto romano paralelo a la línea del mar.

El saliente de la playa, al sur y muy cerca del

Portal del Mar medieval y de Santa María del Mar

(claramente dibujado en las figuras II-2, II-3 y II-4),

parece ser el único indicio de una posible escollera de

origen pre-medieval. Que en los siglos XV y XVI estaría

sumergida en la arena y en el agua.

No es probable que esta posible estructura

fosilizada, bajo el saliente arenoso en la playa, se

construyera en los tiempos muy difíciles de los siglos V

al XI, dominados por la decadencia del Imperio

Occidental, el reino Visigodo, la invasión musulmana y el

difícil arranque de la Reconquista. Lo que nos lleva a

considerar un posible origen romano imperial, en el

apogeo de una Barcino rica y muy activa como exportadora.

Esta muy antigua estructura, bajo el saliente arenoso

106

dibujado por van Wijngaarden, estaría en el lugar justo

para dejar fuera del puerto a los sedimentos procedentes

de la desembocadura del Merdançar (la riera que hasta el

siglo XI descendía por la posición actual de la Vía

Layetana). Y evitando así la entrada de arenas en el

puerto romano. Sin que por ello los barcos de menor

calado dejasen de utilizar el resto de las playas entorno

a Barcino.

La construcción del castellum, en la fachada mar de

la muralla de Barcino, durante su refuerzo y reforma a

fines del siglo III, o en el siglo IV, confirma que

entonces la defensa del puerto era considerada

importante.

Hay indicios de que a partir del siglo II d.C.

parece reducirse el tráfico de ánforas de vino en la

Tarraconense. Es también cierto que los indicios

históricos apuntan a un descenso del comercio en el

Occidente del Imperio en el siglo IV y siguientes, hasta

una recuperación en el siglo XI.

La calle Argenteria De la puerta este de la ciudad, donde ahora está la

plaza del Ángel, salía una vía en dirección noreste que conectaba con la vía Augusta en dirección a la Gallia y Roma. Salía además otra vía en dirección sudeste, con un recorrido muy similar a la actual calle Argentería. Esta

107

vía se ha datado en el siglo I d.C. Soberón (2010) describe e interpreta los resultadosde las intervenciones arqueológicas en el Pla del Palau. Se evidencia una laguna abierta al mar y los restos de ánforas desgastadas por el oleaje en una playa sumergida.Es entonces segura la existencia de otra zona de embarqueen las cercanías de la Estación de Francia, comunicada con la ciudad por esta vía que seguía aproximadamente la calle Argentería actual. La playa no solo sería utilizadacomo embarcadero, quizás también como lugar de arribada de los pescadores. Incluso podía ser un lugar adecuado para el baño en el mar como cita Plinio y otros autores en relación con los ejercicios deportivos. Por otro lado, el lugar, arenoso y pantanoso, podía ser entonces escasamente cultivable, pero sería muyatractivo para la caza y la pesca. Un espacio que es descrito, - mil años después -, como areneo delicis maris, de occiduo in prefatum Stagnum qui discurrit in ipsa mare (Abadal, 1926-1952, Vol., II: 323). Se llegaba hasta cerca de la orilladel mar, donde no se han hallado restos de ninguna construcción. También la vía pudiera dar acceso a una palestra, - un terreno para ejercicios deportivos o militares -. sobre una larga lengua de arena de un par de metros de altura a lo largo del mar Juliá. Riera 2014).

Ya más tarde, tras los duros episodios de fines delsiglo III, el espacio parece degradarse y durante siglos será usado como una humilde necrópolis.

Otro posible indicio

Debajo de la base de la torre de la muralla tardo-antigua de Barcelona nº 33 se encuentra un muñón de opus caementitium. (En la plaza dels Traginers, al final de la calle Subteniente Navarro.) No parece contener material arquitectónico recuperado, lo que sugiere una gran antigüedad. Por lo que se puede apreciar, estratigráficamente parece ser anterior a la muralla tardo-antigua. No se le ha encontrado una interpretación

108

arqueológica en la bibliografía. Por su posición, aspecto yrelación con la muralla y las torres muy próximas, parece un resto muy antiguo que los arqueólogos de hace unas décadas han cuidado en conservar, pero que no ha encontradosu interpretación.

Es posible que se tratase de una muralla de protección para el puerto, para evitar la entrada en el área de embarque de sedimentos y restos de la riera contigua (el Merdançar) que hasta el siglo XI bajaba por la vía Layetana.

Es necesario tener presente que los arrastres de sedimentos por las rieras y los ríos siempre habían sido elproblema principal en muchos puertos del área mediterránea.Después del siglo XI, tras desviarse el Merdançar y sus aportes sedimentarios hacia el norte, no sería por tanto útil, sería más bien un estorbo. Posiblemente, dado su nivel sensiblemente más alto que el del mar, no es una escollera. Pero sería un muro alineado con ella.

Está a unos metros sobre el nivel del mar actual, por loque no es fácil que corresponda a un embarcadero o escollera pese a estar alineado con el saliente arenoso de la figura 4 a nivel del mar. Saliente que hemos observado pudiera marcar una antigua estructura portuaria fosilizada.Puede observarse que las corrientes dominantes llevan a losarrastres de sedimentos paralelos a la costa a acumularse preferentemente en el lado noreste de las escolleras en

la costa de Barcelona. Y las mejores áreas portuarias sesituaban entonces en el costado suroeste de las escolleras.

Aquel saliente arenoso está al suroeste, a poca distancia, del dique construido en el siglo XV tras el desvío del Merdançar (figura II-4).

109

Figura II-6 Un muro de Opus Caementitium al pie de la Torre 33 de la Muralla del Siglo IV de Barcino. Plaza dels Traginers, detrás de Correos. Su prolongación coincide con el saliente arenoso de las figuras II-4 y II-5, que hemos observado que pudiera ocultar una posible escollera romana (Fotografía del autor).

Figura II-7 Construcción de un dique romano (de la Peña, 2002).

110

La Antigüedad Tardía y la Alta Edad Media

Para el puerto son unos años oscuros, porque faltan datos

sobre la actividad marítima y portuaria de de la ciudad.

111

Actividad que posiblemente fue menos significativa, en

línea con el resto del Mediterráneo occidental.

Hay evidencia de considerables importaciones de

África del norte en ánforas características (Carreras,

2010).

Sea cual fuese el nivel del mar durante los siglos

VI a IX, el mar parece recuperar su nivel actual durante

el siglo IX (Riba, Colombo, 2009: 182-185). Pero durante

los siglos siguientes, por la acción combinada de la

sedimentación y la acción humana, a ambos lados del Mons

Taber la costa sigue retrocediendo hasta una línea cercana

a la actual, que casi se alcanza en el siglo XV.

En el siglo IV unas barras arenosas habían sido

sugeridas por Avieno. Su descripción hace pensar que eran

parcialmente visibles, sobre el nivel del mar. Son

también descritas por Al-Idrisi, y Al-Humari entre otros

(Permanyer, 2007: 11-20, Leví-Provençal, 1938). Al-Idrisi

es del siglo XII, pero es posible que, como todos los

historiadores árabes, copiase literalmente textos de

autores anteriores sin citarlos. Al Humari literalmente

copia a Al Idrisi22.

22 Se añade la traducción de Al-Idrisi por Leví-Provençal y elcomentario del Dr. Xavier Ballestin (UB) que amablemente hainvestigado este punto. La traducción e interpretación deLeví-Provençal dice: "Barcelone est située sur la mer; sonport présente des écueils, et les bateaux n'y peuvent entrerque si les capitaines en connaissent les passes". El Dr.Ballestín traduce el párrafo directamente del árabe, lo másliteralmente posible, como: “Barcelona está sobre el mar, sufondeadero tiene un escollo y los barcos no entran sino conconocimiento". Al-Himyari, utiliza las mismas palabras que Al-

112

En el siglo XI, las aguas desviadas del Besós para el

acueducto romano de Barcino son canalizadas de nuevo. Y el

Merdançar es desviado hacia el norte. Las murallas

medievales se extienden hacia el noreste y desvían las

riadas ocasionales. Los estanques y pantanos al noreste

de Barcelona se van desecando. El actual barrio de la

Ribera se urbaniza. Entonces el vertido de sedimentos ha

sido desviado hacia el norte de la ciudad amurallada y de

la costa.

Una vez el Merdançar y los demás aportes

sedimentarios son desviados, lejos del Mons Taber, el

puerto ya pudo ampliarse por el noreste. Y el centro de

la actividad del puerto se desplazó de nuevo, hacia las

playas del nuevo y muy activo comercialmente, arrabal de

la Ribera (o del Mar), a levante de la ciudad romana. Es

decir, al otro lado de la Vía Layetana en el este. En

esta zona se construirán les Dressanes Velles, hoy

desaparecidas.

Idrisi en su Kitab nuzhatu'l-muštaq fi ihtiraq al-afaq, pág.339. Por lo que cabe suponer que lo copia, como era frecuenteen historiadores musulmanes, pero este a su vez puede habercopiado el texto de un autor anterior. Al-Idrisi vive entrelos 493-560 de la Hégira, que corresponde a los años 1100-1164-5 d.C.) La noticia se refiere entonces al siglo XII oanterior.

113

La Baja Edad Media

El “Dietari del Antic Consell Barceloní” registra la

reparación de algún muelle de madera para facilitar la

carga y descarga de barcos de transporte entre los años

1391 y 1427 (Schwartz, Carreras, (eds) 1892; Soberón

2010). Como hemos apuntado, tales embarcaderos de madera

pudieran haber existido de antiguo sin dejarnos rastro.

114

Para el puerto medieval, ha tenido gran importancia

la isla arenosa de Mayans. Estaba situada en el mar, a

poca distancia de la playa, al noreste del “Turó dels

Falcies”. Los documentos medievales la citan con

frecuencia.

Esta isla era la parte más visible del largo

sistema de barras arenosas del puerto natural romano. Las

llamadas Tasques en los documentos medievales, se

extendían con escasas interrupciones, a unos doscientos

metros de la costa, desde el Besós hasta el Morrot, al

pie de Montjüich. En el plano (reconstruido) de Barcelona

de 1492 se la representa claramente.

Figura borrosamente al final del embarcadero en el

dibujo del puerto de Rafaela Puig del siglo XV (figura

II-2). La isla de Mayans ya había desaparecido en 1563,

tal como atestiguan las más antiguas vistas de Barcelona

por van Wyngaerde (figs. II-3 y II-4). Así como todos los

más antiguos grabados de la ciudad (Galera, Roca,

Tarragó, 1982; Soley, 1998).

Parecería razonable que les Tasques fuesen los

restos de los brazos arenosos que Avieno nos cita en su

Ora Maritima y de los “escollos” de Al-Idrisi. Y que la

Isla de Mayans de las fuentes posteriores formase parte

de ellas. Esta última sería el segmento de Les Tasques

que todavía emerge durante gran parte de la Edad Media.

Dada la orientación de la costa, durante siglos este

sistema protegería al puerto, especialmente durante los

115

temporales de levante, - las levantadas -. Que las

Tasques eran una realidad muy a tener en cuenta en el

puerto de Barcelona hasta el siglo XVI no cabe ninguna

duda (Soberón, 2014). Según la crónica de Antonio Gallo,

Las Tasques estaban distanciadas de la playa cien pasos

genoveses, unos 172 metros (Fossati, 2007). La cuestión

que permanece abierta es, hasta que punto emergían a lo

largo de los siglos y que protección proporcionaban

frente al oleaje y el viento.

En época bajo-medieval, (¿Cuando ya se había

recuperado el nivel del mar?), quedaban todavía restos de

este bajío que impedía el paso a los barcos de cierto

calado y que era bien conocido por los marinos

barceloneses (pero no por eventuales atacantes) que

sabían los pasos de calado suficiente a las playas al pie

de la ciudad vieja. De esta forma existía un puerto

interior, entre la Isla de Mayans con el resto de Les

Tasques y la playa al pie del Mons Taber, con unos 14

metros de profundidad (de Bofarull, 1855: 175).

Alonso de Palencia (1423-1492) insiste en la

favorable profundidad de puerto (interior) de Barcelona

(Paz y Meliá, A., 1914, Permanyer, 2007: 11-20).

En 1454, cinco naves genovesas que perseguían dos

barcas vizcaínas no las pueden capturar al refugiarse

detrás de las Tasques. Una referencia adicional a la

importancia defensiva de las barras arenosas o Tasques,

es la tentativa de asalto por sorpresa a una Barcelona

116

casi desarmada, por una flota castellano-genovesa durante

la Guerra de los Dos Pedros a mediados del siglo XIV. El

9 de Junio de 1359 las galeras asaltantes no pudieron

sobrepasar los estrechos canales entre les Tasques (los

bajíos y la isla de Mayans) defendidos por bombardas

instaladas en las pocas galeras catalano-aragonesas

disponibles. Esta fue la primera batalla naval conocida

en que se usó artillería (García Sanz, 1977).

En 1466 otro contingente genovés fracasa para

recuperar una nave capturada por los barceloneses,

refugiada en el puerto interior.

Indicios muy escasos de esta barra arenosa se

insinuaban todavía en cartas náuticas recientes de los

alrededores del puerto de Barcelona (ICC, 1989, cartas nº

489, 489-1, 489ª Int-3184, del Instituto Cartográfico de

la Marina) y en sondajes del puerto del siglo XIX (Fig.

II-11) (Laborde,1806).

Hacia el final del período, no solo una posible

recuperación del nivel del mar, sino también el desgaste

de los bajíos asociados a la isla de Mayans parecen haber

reducido mucho las defensas del puerto frente al oleaje

del levante.

Esto inquieta a los industriales, comerciantes y

navieros de La Ribera. A petición de los navieros se

inicia a principios del siglo XV (1439-1455) un nuevo

dique, sin éxito. Inicialmente, sumergiendo un casco de

madera relleno de piedras, más adelante arrojando piedra

117

transportada con gabarras desde Montjüich (Soberón,

2014).

Las construcciones portuarias hasta fines de la Alta Edad Media

Con anterioridad al Siglo XVI se conocen tresdiferentes tentativas para mejorar el puerto natural deBarcelona con infraestructuras artificiales.- En época imperial es plausible un embarcadero

permanente. ¿Está éste relacionado con el salientearenoso que todavía aparece reflejado por vanWyngaerden en el siglo XVI (figs. II-3 y II-4), y conel muñón de un grueso muro en la figura II-6? Por elmomento no tenemos una mejor explicación a estasestructuras de naturaleza todavía incierta.

- En el 1438 se hace una tentativa para protegermejor el puerto con un barco lleno de piedras que sesumerge sobre les Tasques y la Isla de Mayans. Latentativa fracasa (García Sanz, 1977: 304). Es unatentativa corta y tímida que posiblemente no ha dejadoninguna huella detectable arqueológicamente.

- Entre los años 1477-1478 se construye unaescollera partiendo de las cercanías de la Lonja (Puigdels Falzies) hacia la Isla de Mayans. La obra esdetenida al observarse efectos negativos sobre laplaya. Y en 1488 la escollera es recortada a la alturade la playa (García Sanz, 1977: 304-305). La Figura 5sitúa con exactitud esta escollera; allí donde ladescribe de Bofarull (de Bofarull, 1855: 175). Estaescollera, construida en los años 1477-1478, se halocalizado en las excavaciones muy recientes en elsolar de la calle General Castaños, detrás del Palaciojunto a la Estación de Francia (Soberón, 2010).

118

Poco más tarde en el siglo XV (1477-1478), se intenta

proteger al puerto con el apoyo de Alfonso V (de

Bofarull, 1855; García Sanz, 1977, Soberón, 2010). De

esta última tentativa sí tenemos evidencia arqueológica.

Este último dique del siglo XV, también inacabado, bien

documentado y recientemente excavado en las cercanías de

la estación de Francia está algo más al noreste de la

punta arenosa, hacia el Besós. Es muy prominente y

visible en la figura II-4, pero casi invisible en la

perspectiva de la figura II-3. Es la única referencia de

trabajos portuarios que han dejado huella después del

período romano y antes del siglo XVII en el que se dan

los primeros pasos del puerto artificial actual (Soberón,

2010: 136-163).

119

Figura. II-10 Copia del plano de Barcelona (reconstruido) de fechamás antigua conocido. Véase la Isla de Mayans a la derecha unida ala playa por un dique a la derecha (NE) de la Lonja y Sta. María delMar. El dique está adecuadamente situado frente al portal del Mar.(AHCB)

La Edad Moderna

120

Ya durante el siglo XV la progresiva desaparición de la

protección que aportaban Les Tasques se convierte en una

creciente preocupación para los comerciantes y navegantes

Barceloneses. A ello se une el importante aumento de

calado de las naves de porte oceánico y del volumen

potencial del tráfico. Sobre todo el tráfico con América

se hace poco practicable. Pese a sus esfuerzos el puerto

de Barcelona va siendo relegado a un tráfico local.

Figura II-11. Fragmento del plano de Barcelona de la obra deLaborde “Voyage Historique et Pittoresque de l’Espagne”, Paris,1806. El puerto esta sondeado, se dan cotas de profundidad y curvasde nivel. (AHCB) (En el plano completo también se señala el bajíofrente al Morrot).

121

Sería posible relacionar esto con la decadencia de

Barcelona durante los siglos XVI y XVII. - Pero este

último sería sin duda un fenómeno mucho más complejo, que

mercería un estudio muy detallado.

La formación de la Barceloneta es consecuencia de la

construcción de la escollera del nuevo puerto del siglo

XVII. Las Tasques quedan entonces recubiertas y

prácticamente desaparecen. La consolidación de las

tierras sedimentarias del Poble Nou se irá produciendo a

lo largo de esta misma época (Alemany: 1998). Podemos

entrever que es el inicio de la recuperación del puerto y

de la ciudad en los siglos siguientes.

122

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129

130

Acueductos y Termas deBarcino

131

LUCIO MINICIO NATAL, HIJO DE LUCIO, INSCRITO ENLA TRIBU GALERIA, EL JOVEN, CÓNSUL, AUGUR,PROCÓNSUL DE LA PROVINCIA DE AFRICA, MIEMBRO DELA CORPORACIÓN AUGUSTAL, LEGADO IMPERIALPROPRETOR DE TRAJANO, …--- LUCIO MINICIO HIJO QUADRONIO VERO, AUGUR, TRIBUNODE LA PLEBE, LEGADO PROPRETOR DE SU PADRE EN LAPROVINCIA DE AFRICA, TRIBUNO MILITAR DE LA LEGIÓNI AUXILIADORA PIA FIDEL., IGUALMENTE DE LA LEGIÓNXIV GÉMINA, MARCIA, VICTORIOSA, TRIUNVIRO DE LAMONEDA PARA LA FUNDICIÓN Y ACUÑACIÓN DE ORO,PLATA Y COBRE..., HAN HECHO CONSTRUIR, EN UNTERREÑO DE SU PROPIEDAD, UNAS TERMAS CON SUSPÓRTICOS Y LA CORRESPONDIENTE CONDUCCIÓN DEAGUA….

De una inscripción en el Museu Arqueològic de Catalunya

132

133

134

135

Los acueductos de BarcinoDos acueductos entraban en la urbe, muy juntos, por la

torre de levante de la puerta de la ciudad en la antigua

plaça Nova. La puerta norte del decumanus. Que dos

acueductos entrasen juntos en la ciudad, era una

circunstancia muy poco usual. En cualquier caso ha

intrigado durante años a los historiadores de Barcino.

Se dispone de diversas fuentes documentales que se

refieren a acueductos en Barcelona. Abarcan desde el

siglo X hasta nuestros días. Pese a todo, no hace tantos

años, fue una sorpresa localizar al segundo acueducto, al

liberar de construcciones superpuestas a esta torre

romana en la casa del Ardiàca, junto a la puerta de la

muralla. Dentro de esta torre de la plaça Nova se

conserva un arco completo de los dos acueductos

contiguos.

Uno de los acueductos, el de poniente, parecía

proceder de algún lugar en la montaña, bajando por lo que

hoy es el Paseo de Gracia. Su último tramo pasaba por la

calle dels Arcs.

136

El otro, a levante, partía del río Besós, a la altura

de Montcada, llegando a la plaza de la Catedral por la

calle Capellans.

En la época imperial, Barcino cuya área amurallada no

sobrepasaba las 10 hectáreas, se abasteció de agua por

dos acueductos, ambos con un recorrido bastante largo

(Beltrán de Heredia et al., 2001: 26; Miró, Orengo, 2010). La

arqueología evidencia que Barcino, como Baetulo, dispuso

además desde sus primeros momentos de una compleja red de

alcantarillado (Beltrán de Heredia, 2001; García, 2003;

Orengo, Miró, 2013).

Un primer acueducto de Barcino ha sido datado en

la primera mitad del siglo I d.C., en la época del

emperador Claudio (10 a.C. al 54 d.C, - emperador a

partir del 40 d.C.). Unas pocas décadas tras la

construcción de las murallas de la ciudad (AAVV, 2004;

Miró, Orengo, 2010; 112, Miró, 2010, 147-164).

Por un documento epigráfico, se conocen las

circunstancias de la construcción de otro acueducto. Es

una gran inscripción que está en el Museu Arqueológic en

Montjüich. Esta dice que en el año 125 d.C. Lucius Minicius

Natalis y su hijo Quadreni Ver construyeron unas termas

públicas en unos terrenos de su propiedad y las

proveyeron de agua valiéndose de un acueducto. Esta

lápida se encontró en la plaza de San Miguel, donde se

han excavado las más importantes termas romanas conocidas

en Barcino. La inscripción está publicada en el volumen

137

“Inscriptions romaines de Catalogne IV”, París, 1997.

Razonablemente la construcción del acueducto fuese

algunos años anterior a las termas y la inscripción.

Interpretando las diversas fuentes documentales, se

ha supuesto que el agua del acueducto construido por Lucius

Minicius Natalis era la traída por el acueducto de poniente

(Miró, Orengo, 2010, Miró, 2011). Pero tales indicios no

son conclusivos. No hay una evidencia clara, documental o

arqueológica, de cuál de los dos acueductos fue realmente

el primero. Pese a las dataciones anteriores, se decía

que ambos se construyeron casi al mismo tiempo (Beltrán

de Heredia et al, 2001). Y siempre se ha dado por supuesto

que este segundo acueducto fue un complemento para el

acueducto principal de la ciudad, que sería el procedente

del Besós, a levante. Son cuestiones que se abordarán en

estas líneas.

La cuestión no preocupaba. Pero merece atención

cuando se busca integrar los acueductos en la

geomorfología del entorno y en la trama urbana. Y con

ello contribuir a la historia de la ciudad, tan escasa de

documentos.

Los acueductos romanos

Los acueductos son piezas sobresalientes de la IngenieríaCivil romana. Se conservan restos de centenares de acueductos romanos en el área del Imperio. En España hay documentados 59 ([email protected]).

De algunos no queda demasiado, o los restos son

138

tan escasos que no permiten una identificación segura. Hubert Chanson ha dedicado muchos años al

estudio del diseño, la construcción y la operación de los acueductos bajo rigurosos estudios técnicos e históricos. Y ha abierto en internet muchos artículos (Chanson, 2002). Gran parte de la descripción técnica que sigue procede de sus publicaciones.

El término “acueducto” debiera usarse para el conjunto de la obra de conducción de agua, que en muchos casos es un túnel subterráneo, o está soterrada ligeramente,o va a nivel del suelo, o está soportada por un muro (substructio), o encima de una arquería. Esta última, por la espectacularidad de tal construcción, es lo que hoy en día comúnmente se llama “acueducto”. De hecho estas arquerías eran tan o más caras que los túneles. Arquerías y túneles enacueductos solo se utilizaban si eran indispensables para salvar obstáculos naturales.

No se han construido arquerías de acueductos de más de 30 metros de alto. Se aventura que tales estructuras pudieran tener serios problemas de estabilidad lateral si fuesen demasiado esbeltas.

Los “sifones” son otra alternativa que los romanos también usaban para salvar depresiones del terreno. Es la estructura más compleja usada por los constructores romanos para el transporte de agua a larga distancia.

Esencialmente consisten en un tramo de la conducción que se inicia en un depósito colector, al cual se conectan tubosdescendentes y estancos que empalman mucho más abajo con otro tramo de tubo horizontal, más o menos largo, y en dondeel agua tendrá una presión hidrostática importante. Por efecto de dicha presión podrá recuperar la cota inicial a través de un tercer tramo de tubos ascendentes. La dificultad estaba en el material de los tubos para resistir la presión sin fugas. La cerámica se usó, pero es frágil y resiste poca presión. El material preferido era el plomo, fácil de fundir y dúctil. Resiste bastante la presión, pero solo cuando el diámetro interior del tubo es muy moderado o sea con poca capacidad de transporte. Por ello se usaban haces de tubos de plomo paralelos, lo que era costoso. La información publicada dice que presiones de hasta 180 metrosde columna de agua eran posibles. Pero tal presión, subjetivamente al menos, parece muy importante para tubos deplomo.

139

En los cambios de dirección (caída - tramo horizontal - subida) los haces de tubos de un sifón eran apoyados y anclados en piedras talladas de gran tamaño. Estoera necesario para neutralizar los golpes de ariete al llenar el sistema.

El acueducto de Gier, que es uno de los 4 que alimentaba a Lyon, tenía 3 sifones a lo largo de su trayectoy es aproximadamente de la misma época que los de Barcelona (Litaudon, 2002). Los constructores romanos podían salvar depresiones del terreno muy profundas, combinando un sifón con una arquería que soportase el tramo horizontal del haz de tubos en la cota más baja de la conducción,. No faltan acueductos espectaculares que son en realidad los restos de un sifón de este tipo.

Los acueductos eran posibles por el dominio que los

romanos tenían en la construcción con hormigón. En este casose usaba un hormigón especial resistente al agua (opus signinum) para impermeabilizar el interior del canal.

Este hormigón se componía de una mezcla - muy característica - de cal con polvo de ladrillos rojos. Ladrillos secados en horno y molidos.

Con el tiempo, a través de cambios de temperatura,heladas etc., el opus signinum debía sufrir grietas. En algún caso se forraba el acueducto interiormente con láminas de plomo soldadas, que siendo blandas y flexibles, pudieran evitar tales grietas y fugas de agua. Aunque periódicamente se debía reparar el recubrimiento, de opus signinum o de plomo. Es Frontinus, que explica como en el siglo I d.C. restaura, gestiona y repara el sistema de los acueductos de Roma. El explica la penosa situación de muchos de ellos y las bases y los detalles clave de la construcción de acueductos. Pone de manifiesto que son piezas de ingeniería civil complejas y delicadas que pueden decaer fácilmente si se abandona su mantenimiento. La obra de Frontinus es esencialpara conocer esta tecnología romana (Frontinus, 2006).

El conjunto de la obra del acueducto se iniciaba en una presa o con una mina y sus depósitos de captación, con compuertas graduables a la salida. Se completaba con algunos depósitos de control del flujo y decantación de los sólidos arrastrados a lo largo del trayecto y posiblemente con compuertas adicionales y rebosaderos. Incluso con

140

cascadas, si interesaba perder altura sin crear velocidad a la corriente, o si se quería airear el agua para mejorar su calidad.

Todo ello mostraba una experiencia considerable acumulada durante centenares de años, ya que el acueducto romano más antiguo conocido es del siglo IV a.C.

Normalmente durante gran parte del recorrido el acueducto discurría como un canal sobre el suelo. Con mucha frecuencia, su trayecto era subterráneo.

El acueducto tenía como misión entregar agua a una altura cómoda para el consumo en las termas. Por ello eran necesarias las arquerías (y los sifones) para mantener la altura necesaria.

Al final del recorrido, el acueducto desembocaba en uncastellum aquae, con un depósito final de decantación (piscina limaria) del cual salían los tubos (de cerámica o de plomo) ocanales de distribución por la ciudad. Todo ello permitiría dominar el flujo de agua. Y vaciar el sistema para limpieza o realizar un mantenimiento más profundo. Para facilitar el mantenimiento, haciendo el acueducto accesible, necesariamente el acueducto transcurría a lo largo de vías ocaminos.

Con todo, fugas y goteos debían ser frecuentes. Lo que vemos de los acueductos romanos o ya no transporta agua o cuando la transportan ahora

están muy bien cuidados. Así los vemos casi libres de musgo, hierbas, plantas trepadoras, corrosiones, lodos y concreciones.

El riesgo de fugas y goteos eran condicionantes en la elección de materiales para los arcos y los pilares del acueducto, también resistentes al agua.

Sillares de granito sin argamasa (como en Segovia)tolerarían muy bien un goteo muy frecuente sin dañarse. La mampostería es menos resistente. 

El exterior de los dos acueductos de Barcelona iba recubierto por una resistente sillería de arenisca de Montjüich (opus certum, bloques pequeños e irregulares).

Cuando el acueducto era destinado al consumo humano, los romanos escogían cuidadosamente el lugar de captación para tener agua de buena calidad. Salvo airearla y reposarla en estanques para decantar posibles arrastres, no se podía

141

hacer gran cosa más para mejorar el agua. Son métodos que resultan ser un ejemplo sorprendente

de depuración biológica natural. En los acueductos destinados a la población, todas las canalizaciones de obra se tapaban con losas de pizarra o tégulas de cerámica.

Para hacer fluir el agua, los especialistas hablan de pendientes en las canalizaciones del orden de 1 metro cada kilómetro. Pero las pendientes son variables entre límites relativamente amplios, desde 0,25 hasta 4 metros por kilómetro (Chanson, 2002). Esto puede reflejar las dificultades del terreno o lanecesidad de compensar, con más pendiente y entonces más velocidad del agua, una canalización forzosamente angosta enalgún tramo, para así mantener el caudal. O simplemente puede reflejar una relativa inconsistencia. No es fácil medir estas pendientes tan bajas sin un teodolito o un laser. Los romanos usaban un nivel de agua modificado (Chanson, 2008). (Algunos documentos en Internet, que se handescartado, hablan de pendientes de 0,004% que significa 4 centímetros por kilómetro lo cual es imposible de controlar con equipos sencillos. Debe tratarse de un error que se ha arrastrado en cascada por los escritos de divulgación. Debe proceder de confundir pendientes del 0,004/1 como 0,004 %.)

Cuando el terreno obligaba a pendientes muy superiores, - lo que podía arrastrar el agua a velocidades excesivas -, se salvaba la dificultad con relativa facilidad. Se creaba un escalón para perder altura. Así se organizaban unas cascadas sobre un estanque. Y de este se extraía de nuevo el agua rebosante a menor altura (de la Peña, 2010). 

Las fuentes documentales (Deane et al., 2001; Evans, 1993) hablan de un consumo de agua en Roma a fines del sigloI del orden de 1.000.000 m3 día para una población que se estimaba de 1.000.000 de habitantes. Esto nos lleva a un consumo de 1.000 litros por día y por habitante. Hoy los consumos son muy inferiores en todas las ciudades modernas (del orden de 120 litros por habitante y día). Debía influirmucho el consumo de agua en los baños y termas públicas romanas. Así, se asocia normalmente la existencia de termas públicas a un suministro generoso de agua. En ocasiones a unacueducto concreto.

También era importante el efecto sobre el consumo de las pérdidas de agua en la red ciudadana. O en la práctica de dejar correr el agua en abundancia, por la

142

ausencia de grifería por las calles y los callejones. O por los derrames intencionados para mantener las calles y alcantarillas limpias, etc.

Este dato de consumo de agua de Roma, no coincide con estimaciones en otras poblaciones romanas, como Pompeya,Nîmes, Córdoba, Toledo y Mérida (Aranda, 2006) que tienden aser claramente inferiores y oscilan entre 400 y 800 litros por habitante y día.

Por lo que se conoce hasta ahora, los acueductos de Barcino eran de una construcción muy convencional sin ningún alarde técnico ni arquitectónico.

143

El origen y recorrido de las aguasde los acueductos

El sistema del acueducto del Besós, - el de

levante -.

Llegando a la torre levante de la antigua plaça Nova en

la casa del Ardiáca, el acueducto del Besós atravesaba la

144

plaza de la Catedral. En ella, en 1954, el MUHBA localizó

la cimentación de cuatro pilares más. El arco exento de

este acueducto del Besós (o de levante), en el exterior

de la torre de la muralla, es una reconstrucción reciente

sobre cimientos romanos, copiando el arco que se

encuentra dentro de la torre (figuras III-2 y III-3).

No hace mucho, en 1988, quedaron expuestas otras 4

arcadas del acueducto del Besós integradas en una pared

medianera, que se ha dejado al descubierto en la calle

Durán i Bas junto a la calle Capellans (Fig. III-1)

(Beltrán de Heredia, et al., 2001: 26). Los cimientos de

dos arcos más, contiguos a los anteriores, fueron

excavados en el año 2007 en la restauración de la casa nº

25 de la calle Ripoll y el patio anexo (Ripoll, 2007).

El acueducto prosigue por la calle de les Magdalenes,

en cuya casa nº 25, Mayer y Rodà encontraron la base de

un pilar en 1977 (Mayer, Roda, 1977). Continuaría por la

calle Sant Pere mes Alt, pasando por el actual Palau de

la Musica Catalana. Y un plano del siglo XVIII lo

registra muy cerca de Sant Pere de les Puel∙les, al

noreste. El camino hacia Montcada tiene 11,3 km y sigue

en su mayor parte el recorrido conocido del Rec Comptal

medieval. Se ha asumido durante mucho tiempo que el

acueducto partía de era un azud (una pequeña presa) sobre

el Besós. Pero las últimas investigaciones de Carmen Miró

y su equipo señalan a una galería de captación de aguas

145

subálveas en este mismo rio. Era la práctica romana de

asegurar la calidad del agua.

Se apunta que, en la Alta Edad Media, este tramo del

acueducto, una acequia a nivel del suelo, fuera ampliado

y ensanchado para incrementar el caudal y potenciar los

molinos que se instalaron (Miró y Orenga, 2010: 118-121).

Figura III-1 Arcos del Acueducto de levante o del Besós en lacalle Capellans con Durán y Bas.

Regresando a la ciudad amurallada, Fernández

Casado hace notar que en la capilla románica de Santa

Lucía, en el claustro de la catedral, en la pared

izquierda, poco antes del ascensor al Archivo de la

Catedral, está integrado uno de los pilares de este

acueducto de levante (Fernández Casado, 2008: 219-229).

146

Al parecer la conducción intra-muros era paralela al

decumanus.

El sistema del acueducto de poniente, o de

Collserola -.

Mucho menos conocido es el curso del acueducto de

poniente. Supuestamente procedente de la montaña.

Aparte del pilar de este segundo acueducto,

dentro de la torre citada anteriormente, también se

encontraron en 1954, por el MUHBA, restos de la

cimentación de otros cuatro pilares en la plaça Nova

(Miró, 2010). Muy suavemente se desviaban para encarar la

calle dels Arcs.

El recorrido de este segundo acueducto atravesaba

también la vieja plaça Nova (ahora en la plaza de la

Catedral). Se encaminaba por la calle dels Arcs y por la

puerta del Ángel hacia el Paseo de Gracia.

Fernández Casado anota que restos de otros dos

pilares eran visibles en 1967 en dos casas de la calle

dels Arcs. En el zaguán de la casa nº 3, ya derribada en

1970, y en una casa que estaba en restauración como sede

147

del Real Círculo Artístico. Ambos han desaparecido

(Fernández Casado, 2008: 220).

Pujades, en 1609, testimonia otros pilares en esta

misma calle (Pujades, 1829).

Iorba (1589) y Francesc Socias (1650) confirman

indicios de este recorrido. Así como Laborde (1806), que

sugiere que el agua procedía de la montaña (Miró, 2010).

Mayer y Rodá (1977) localizaron en Collserola unas

captaciones de agua, - unos manantiales medievales – que

relacionaron con el acueducto de la montaña. De diversos

lugares próximos, las captaciones de aguas convergían en

Sant Genís dels Agudells a 6,4 km de la entrada en el

recinto amurallado. Miró y Orenga, han vuelto a estudiar

si esta captación medieval procedería de un sistema

romano. Pero dudan si algunos restos de unas posibles

conducciones, halladas en el ensanche y más arriba, sean

medievales o romanos (Miró, Orenga, 2010: 121-123). Más

recientemente se identificado como medieval esta traída

de aguas, con una conducción entubada desde Sant Genís

(Orengo, Miró, 2013). En tubos sería menos cuestionable

la gran pendiente (38 m/km) que supondría este trayecto

del acueducto. Pero sería una solución muy cara.

Sin embargo, por la evidencia antigua y

reciente, en la zona del paseo de Gracia tampoco

faltarían manantiales que pudieran haber sido explotados

en época romana de forma mucho más económica.

148

Los manantiales del ensanche barcelonés

Una alternativa es que el acueducto de ponienteprocediera de apenas unos pocos kilómetros al norte. En losplanos del Siglo XVI al XIX, el entorno no es una llanuraarbolada, sino terrenos en que los mapas señalan arroyosy/o ramblas y en ocasiones, en los mapas más recientes ydetallados, los terrenos parecen cruzados por pequeñasacequias. Es conocido que el subsuelo es un amplio y ricoacuífero que desciende hacia la costa. Y recordando aAvieno, los romanos sabían que las Barcilonas eran ricas enaguas. Las técnicas de construir galerías de captación y

transporte de agua, incluso a distancias sorprendentes eranmuy conocidas en las más antiguas urbes orientales. En lapropia Roma no faltaron captaciones de este tipo que eranpreferidas a los ríos, que entregaban un agua menoscristalina. Normalmente se excavaban arquetas o galeríaspara interceptar el flujo del agua bajo tierra. Curiosamente, cuando Frontinus se hizo cargo de los

acueductos de Roma, el agua más turbia del rio contaminabatodo el sistema de suministro, pasando de acueducto aacueducto que entonces estaban intercomunicados. Tal comocabe suponer a los acueductos de Barcino. Frontinus aisló cadaacueducto. A medio camino a Gracia, desde el Siglo XVI, estaba

el convento de Jesús, bastante grande y que puede servir deilustración. Siempre dibujado en los mapas rodeado de unaarboleda (ver también Orti, 2000: 20). Estaba subiendo porel actual Paseo de Gracia a mano derecha a la altura de lacalle de Aragón. Tras las desamortizaciones del siglo XIX,de aquel convento quedó una famosa fuente. Aparte de lasabundantes referencias a antiguas fuentes, la riqueza enagua de este lugar era patente por los diversos jardines yfuentes ornamentales de mediados del XIX (por ejemplo losJardines de los Campos Elíseos y los del Tívoli) y estáregistrada en diversos planos de Barcelona de los siglosXVIII y XIX del Archivo Histórico de la Ciudad deBarcelona. Consta la abundancia y excelente calidad delagua de la “Font del Jesús” a mediados del siglo XIX. Decía Jacinto Verdaguer en su poema “La Font de Jesús”,

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“Al peu del Passeig de Gracia - entre un roure y unaacacia - rajaba una fontanella- com la fusada d’un fus -com la fusada argentina -escumosa y cristallina -descapellava ses aygues - la dolça font de Jesús- -- etc-etc.”

Más tarde, en el siglo XIX el lugar fue aprovechado porinstalaciones de la Compañía de Aguas para combinardiversas traídas de agua para la ciudad. Había otra fuente natural más arriba, a la altura de

la actual calle Provenza, sobre la arboleda que conducíadesde la puerta del Ángel a Gracia - hoy el Paseo de Gracia- (del Castillo, 1945). ¿Serían afloramientos de unoscaudales subterráneos importantes? Cerca del monasterio deJesús pasaba un arroyo con agua procedente de la montaña.No es difícil localizar referencias de arroyos similares enla parte alta de Barcelona. Recientes sondeos demuestran laabundancia de agua pero no es probable encontrar restosarqueológicos. Estas tierras han sido objeto de multiplesmovimientos a lo largo de muchos siglos. Desde hace bastantes décadas la Compañía de Aguas

de Barcelona fue adquiriendo las pocas y muy pequeñascompañías de aguas que explotaban pozos o fuentes en elcentro de diversas manzanas céntricas del Ensanche paracerrarlas o desviar su caudal al riego, no al consumo porrazones sanitarias. Aun su sucesora AGBAR tienefuentes importantes en diversos lugares de Collserola y elBarcelonés. No consta cual era aquel manantial que pudiera

haber alimentado a Barcino a principios del siglo I d.C.Pero no faltan alternativas no muy lejanas a la ciudadromana.

En realidad no se conoce el origen del acueducto

de poniente que llamamos “de Collserola”. Pero no por

150

falta de alternativas. Vagamente debía estar aguas arriba

de la puerta del Ángel.

Se ha supuesto, - gratuitamente -, que era el

acueducto construido por Lucius Minicius en el 125 d.C. y

las especulaciones sobre su naturaleza y recorrido se han

multiplicado a lo largo de los años.

Mientras que Baetulo, a pocos kilómetros de Barcino, en un

entorno geológico parecido, una ciudad con 10 ha de

superficie y con sus Termas, recibía el agua a través de

una galería recubierta de opus signinum, de la cual se

conserva un tramo. El agua venía desde una captación

subterránea no localizada, pero que se supone cercana.

En este sistema existió también un tramo sobre arcadas

(Padrós, 1999). Según Frontinus, no faltaban tampoco

galerías de captación ni trayectos subterráneos en la

propia Roma.

El acuífero y la sensible pendiente del terreno en el

Pla de Barcelona sugerirían que una captación se

condujera al principio subterráneamente, luego en la

superficie, descendiendo hacia la ciudad. Hasta que, por

el talud del terreno, para conservar la cota al llegar a

la torre de la muralla, la canalización seguiría por las

arcadas del acueducto de poniente que conocemos. No hay

pruebas suficientes, pero dado el entorno geográfico,

histórico, técnico y económico, sería lo más lógico.

151

152

La construcción en los acueductos de Barcino

Las arcadas que se conservan de ambos acueductos son casi

del mismo diseño y de las mismas dimensiones, con arcos

semicirculares peraltados apoyados en gruesos pilares

cuadrados. Estos eran de hiladas muy regulares de bloques

de piedra de Montjüich rectangulares (opus certum), del

tamaño de adoquines, formando un hueco cuadrado que

actuaba de molde donde se vació el relleno del pilar, con

argamasa y piedras irregulares (opus caementicium).

153

Figura III-2. Arcos del Acueducto del Besos en la Avenida dela Catedral. Fotografía del autor

Figura III-3. Vista exterior de la torre de la derecha de lapuerta del recinto amurallado de Barcino en la Avenida de laCatedral. El acueducto de la izquierda (levante) se dirige alBesos. Y del de la derecha, se ve un pilar bajo la pequeña

154

capilla. La torre es posterior (siglo IV) y sus grandessillares obliteran el acueducto de Collserola, Como en el delarco vecino, su canal estaría sin duda más alto que la líneade puntos. Por lo que ya no estaría operativo cuando se acabóla torre. Fotografía del autor.

El relleno de opus caementicium de los pilares queda

a la vista en la cara de ambos pilares que están en al

interior de la torre en la Casa del Arcediano. Cuando se

construyeron los acueductos todavía no existía esta torre

tardo-antigua (fines del s.III). Allá dentro, ambos

pilares están muy cerca uno del otro y tienen su cara sur

perfectamente alineada con la del otro.

Figura III-4. Pilares de los dos acueductos de Barcino en elinterior de la torre de la muralla tardo-antigua desde elinterior de la Casa del Arcediano. Se aprecia el relleno de lospilares y las canalizaciones de cada acueducto. Fotografía delautor.

155

Los pilares se apoyaron en el muro primitivo de la

primera muralla de Barcino (de fines del siglo I a.C.).

Son por tanto posteriores. De esta muralla hoy solo

tenemos allí los cimientos. En estos primeros pilares

cuadrados de cada acueducto, solo se necesitaron

construir con opus certum las otras tres caras del pilar.

La pared de la muralla, que era de opus africanus completaba

el hueco donde se volcó la argamasa y las piedras del

relleno de estos dos pilares (figura III-4).

Cuando, a fines del siglo III, se construye la torre

de la segunda muralla tardo-antigua, solo queda operativo

el acueducto de levante, que procedía del Besós, Porque

el de poniente, está visiblemente obturado a media altura

por los sillares del paramento exterior de esta torre

circular (fig.III.3). Esto ayuda a confirmar su

cronología.

156

Capacidades y usos de losacueductos

de Barcino

Las alturas sobre el nivel del mar del canal de los

acueductos de Barcino, a la entrada en la ciudad son 16,88

y 16,70 m. Extrapolando, descenderían hasta unos 16,50 m

157

al llegar a un extremo del forum, donde quedarían a unos

2 m sobre el nivel de circulación de los siglos I a III

d.C. (Orengo, Miró, 2011). Se conoce bien que el nivel de

las calles era, en general, muy inferior al actual. Como

en la cercana Baetulo (García, 2003) y en la gran mayoría

de ciudades romanas, la presión hidrostática del agua (la

del nivel en los acueductos en Barcino) dudosamente

permitía alimentar a la 2ª planta de las insulae (bloques

de vivienda) o de las domus (viviendas suntuarias) intra-

muros. Aunque los romanos disponían de medios técnicos

para elevar corrientes de agua no se usaban

domésticamente.

La red de distribución en la ciudad era, en gran

parte, por tubos de plomo o cerámicos que pasaban por

canalizaciones cubiertas bajo el suelo de las calles. Y

en parte también por canales de piedra o de opus signinium.

Todo ello llegaba a picas de piedra para el servicio

público o a fuentes públicas con bocas de salida de

bronce, plomo o cerámica. Pero frecuentemente sin grifos.

En muchas situaciones los romanos dejaban correr

libremente al agua a un rebosadero.

Es de esperar que las amas de casa humildes, o

las siervas, fuesen a la fuente pública a recoger el agua

con cántaros de barro y llevarla a las casas. La misma

escena que era visible todavía, no hace tantos años, en

gran parte del Mediterráneo. Con este tipo de acceso al

agua, el consumo aparente de agua por habitante se

158

dispara porque el agua circula siempre, aunque nadie la

aproveche la gran parte del tiempo. Ya que el flujo que

aporta una mina de captación o un acueducto no se puede

abrir y cerrar ágilmente; solo se puede controlar a medio

plazo con compuertas, aguas arriba, en la captación. Pese

a todo, gran parte del consumo de agua se produciría en

las termas.

El plomo

Por su fácil manipulación el plomo se usaba muy ampliamenteen toda clase de aplicaciones por los romanos, desde laconstrucción a menaje doméstico y de cocina. Tras el hierroera el metal “técnico” más empleado, mucho más que elbronce. Se usaba mucho para conducciones de agua. Los romanos prescindían del posible efecto nocivo delplomo sobre la salud. De hecho, como ya conocía bien Vitrubioen el siglo I, el plomo es peligroso (Vitruvio, 2001).Puede provocar “saturnismo”, en especial cuando el agua esde lluvia o nieve (libre de carbonatos). Pero, con todo, elplomo se usaba en los acueductos y en sus redes dedistribución de agua por las ciudades. Y hasta hace muypoco en las viviendas hemos seguido usando tubos de plomo. Frontinus incluye en su obra un catálogo con las medidasmás usuales (estandarizadas) de tubos de plomo.

La pendiente promedio del acueducto de Barcino

procedente del Besós en Montcada, a levante de la ciudad,

es de 1,6 m por kilómetro (Miró, Orengo, 2010: 120) y al

parecer era relativamente constante. Es totalmente

conforme con los datos de otros acueductos recogidos por

Chauson. Las mediciones dan una sección útil de los

159

canales de 0,11 m2, contando con un nivel del agua en el

conducto de 0,40 m (medido a través de marcas en el opus

signinum que parecen ser del flujo). La canalización se

estaría alimentando desde el río Besós por medio de una

galería de captación de aguas subálveas, cuya

localización se conoce aproximadamente (Miró, Orengo,

2010, 119-121).

Los cálculos realizados por Martín dan un caudal para

el acueducto de levante de 12.000 m3 por día, y estos son

notablemente inferiores a los realizados por Hodge

(Hodge, 2000: 50-51; Martín, 2007: 82; Miró, Orengo,

2011: 128). Teniendo en cuenta que las paredes tienen la

textura y rugosidad del hormigón (son de opus signinum) y

que la pendiente es de 1,6 m/km, usando las dimensiones

medidas en el canal y aplicando la fórmula de Manning, se

ha llegado a una velocidad del agua de unos 1,5 m/s.

Puesto que la sección medida en el canal es de 0,11 m2,

esto nos da 14.250 m3 por día que no diverge de los

cálculos anteriores. Estos cálculos nos orientan sobre un

promedio del aporte real de agua del acueducto del Besós

(Ya que se ha tomado como el nivel real del agua una

sutil marca en el canal, no el nivel máximo posible). La

capacidad máxima (con el canal del acueducto totalmente

lleno de agua) sería notablemente superior. El flujo

siempre pudiera haber sido restringido a voluntad, arriba

en la captación, cerrando con compuertas la entrada de

160

agua. O también venir en ocasiones limitado por falta de

caudal suficiente de la toma en el Besós.

La hipotética captación de aguas del acueducto de

poniente en manantiales en diversos lugares de la sierra

de Collserola, convergiendo en Sant Genís dels Agudells,

estaría unos 230 m más elevada que la entrada en la

ciudad que está a 6,4 km de distancia. Estos datos llevan

a una pendiente promedio de 38 m/km, una pendiente muy

superior al máximo conocido en otros lugares. Miró y

Orengo muestran que la conducción debiera estar entonces

entubada (Miró, Orengo, 2010: 123). Y así parece haber

sido en época medieval.

En lo que se puede ver del interior del canal del

acueducto, a la llegada a la ciudad, no hay huellas de

tubos. Lógicamente, la conducción hubiera sido solo

entubada en el trayecto de mayor pendiente, en la falda

de la montaña. Y descargaría en un colector inferior. De

allí seguiría suavemente por un canal abierto hacia la

ciudad, tal como los romanos hacían a la salida de un

sifón. Tampoco sería imposible un recorrido escalonado y

con cascadas artificiales (de la Peña, 2010). En

cualquier caso sería una obra muy compleja y cara.

Inabordable para el parvum oppidum que era Barcino a

principios del siglo I d.C. Pero es técnicamente posible.

En sifones romanos se han detectado desniveles con caídas

de agua de 180 m en vertical, con tubos de plomo.

161

Más facilmente el agua pudiera proceder de fuentes

más cercanas. Frontinus nos habla de diversos acueductos

romanos alimentados desde galerías de captación. Era el

agua de mejor calidad de Roma. Siempre sería una solución

más sencilla y económica. Y fue la adoptada en Baetulo en

un entorno muy similar y muy crcano al de Barcino (Padrós,

1999). El marco físico y el conocido testimonio de

Avieno nos aseguran una notable riqueza en aguas

dulces23.

La estimación por Call y Franqueza del caudal de

aquellas fuentes de Collserola en el siglo XIX es de unos

300 m3/día. Es recogida por Miró y Orengo (2010) y puede

tomarse solo como una referencia más. En la literatura

sobre galerías de captación se conocen caudales más

altos. El caudal pudiera haber sido más alto, pero

siempre sería mucho menor que el del acueducto de

levante. Los caudales estimados están dentro de lo

razonable según medidas recientes, en diversos acueductos

del sur de Francia. Mediciones por otro lado muy

variables entre un u otro acueducto e incluso en el mismo

acueducto en días diferentes. Los caudales de los

acueductos fluctúan debido a las circunstancias del flujo

23 - … et Barcilonum amoena sedes ditium nam pandit illic tuta portus brachiauvetque semper dulcibus tellus aquis … -

“el deleitoso emplazamiento de las ricas Barcilonas. Pues alláun puerto despliega brazos seguros y la tierra está siempreirrigada por aguas dulces”. (Avieno, 2001, Obras, Ora Marítima.,Gredos. Madrid, 332 y 380.)

162

de entrada, de origen natural. Además con compuertas de

control puede limitarse la entrada de agua al acueducto,

(Frontinus, 2003).

Regresando a Baetulo, sus manantiales bastaban para

una ciudad del tamaño de Barcino a mediados del siglo I

d.C. Ambas ciudades con sus termas respectivas. En el

siglo I d.C., el primer acueducto servíría a las primeras

termas de Barcino extra-muros, en el puerto (Hernández-Gasch,

2003-2005: 245-270). Significativamente, ambos acueductos

llegan a la ciudad prácticamente al mismo punto de la

muralla, lo que hace pensar que se pretendía utilizar o

combinar la misma red de distribución. Los dos estarían

entonces conectados a una misma “piscina limaria” en el

“castellum acquae”; que usualmente se colocaba al fin de cada

acueducto. De allí salía la red de distribución urbana,

normalmente por otras canalizaciones y tubos, cerámicos o

de plomo. Hasta el siglo IV al menos, suburbios y

diversas casas y villas periféricas muy cercanas a los

muros podrían tomar agua de los acueductos de la ciudad.

Tales derivaciones eran frecuentes en Roma. En las

excavaciones extra-muros de la ciudad romana se detectan

las huellas de diversas canalizaciones, Esto da soporte a

la idea que un acueducto era un complemento del otro. No

se ha localizado la “piscina limaria” ni el “castellum acquae”,

pero se los supone en el (o los) puntos más altos intra-

muros de la ciudad (Miró y Orengo, 2010: 118-121). Uno de

163

estos puntos estaba en la cercanía del templo y del

forum.

¿Tuvo sentido construir o simplemente conservar

sistema de poniente cuando ya se dispuso del caudal, unas

20 veces mayor, del acueducto de levante?

164

165

Las fechas de construcción delos acueductos

La hipótesis más aceptada hasta ahora (Beltrán de Heredia

et al, 2001) era que ambos acueductos fueron construidos en

la misma época. Y lo poco que se conserva de sus arcadas

y pilares da esta impresión, ya que son exteriormente muy

parecidos. Sin embargo las secciones de los canales

interiores, visibles en el interior de la Casa del

Arcediano, son bien diferentes, posiblemente adaptándose

a un flujo más rápido y más escaso en el acueducto de

poniente (figura III-6). Este canal está a unos 15 cms

más bajo que el de levante o del Besós.

También es parecido el tamaño escogido para los

bloques de piedra usados en el opus certum de los dos

pilares empotrados en la muralla. Aunque solo conocemos

un pilar de cada acueducto y no son iguales (figura III-

1). Los bloques de piedra de los pilares en la calle

Capellans (acueducto de levante o del Besós) son del

166

tamaño de los del pilar correspondiente, empotrado en la

muralla (comparar lamina III-1 con III- 3 y III-4) y más

grandes que los del pilar que resta del acueducto de

poniente o de Collserola, empotrado más a poniente

(derecha de la foto), en el muro de la torre de la

muralla. Da la impresión que uno de los acueductos se

construyó imitando la estética del primero.

Tenemos fechas para la construcción de dos acueductos

en Barcino. La primera siendo emperador Claudio y la otra

sería algo antes del año 125. Admitiendo imprecisiones en

estas fechas, tendríamos un intervalo de hasta 80 años

entre la construcción de un u otro acueducto.

De no ser alguno de estos acueductos conocidos elconstruido por Lucius Minicius en el 125 d.C., debiéramosencontrar arqueológicamente algún día un tercer acueductoalcanzando al recinto amurallado de Barcino, lo que no pareceprobable.

Sería posible que Lucius Minicius no construyera todo el

acueducto, desde Montcada a las Termas. Sino que

construyese o modificase solo el tramo final, hasta sus

Termas.

Faventia-Barcino construye sus primeras murallas

alrededor de año 14 a.C. Antes de la primera traída de

aguas, hubiese sido normal que las casas tomaran el agua

de pozos urbanos, como se hacía en tantas pequeñas

poblaciones mediterráneas, hasta hace poco.

167

El año 41 d.C., - reinando Claudio - y siendo Barcino

todavía un parvum oppidum, como dice Pomponius Mela en De

Chorographia, (+/- 40 d.C.) -, su población, su economía,

sus necesidades y sus recursos serían muy limitados.

Entonces, el pragmatismo y la eficacia romana obligarían

a que se construyese inicialmente un suministro de agua

modesto, adecuado a un consumo doméstico todavía escaso y

a las termas del puerto, aprovechando la experiencia de

Roma, de Baetulo y de tantas otras ciudades del imperio

(ver en de la Peña, 2010). De esta forma, en la época de

Claudio (41 - 54 d.C.) (AAVV, 2004; Miró, Orengo, 2010;

112, Miró, 2010, 147-164), sería de esperar que se

construyese primero el acueducto de poniente. Pudo ser de

escasa longitud y poco costo, aunque de poca capacidad.

En aquel momento no se podía anticipar el gran futuro de

Faventia-Barcino.

Razonablemente, más tarde, si se construyó un segundo

acueducto era porque, de alguna forma, un solo acueducto

no cumplía con las necesidades de la ciudad.

Es el mismo Claudio el que impulsa por primera vez a

los ciudadanos romanos a colonizar y desarrollar

comercialmente el Imperio. No mucho después Plinius en su

Naturalis Historia (77 d.C.) ya habla, con énfasis, de Barcino

como un oppidum civium romanorum. Y Lucius Minicius, que nace en

Barcino en el año 96, es hijo de un senador (de origen

plebeyo). En pocas generaciones, a lo largo del siglo I

168

d.C., es perceptible que la ciudad ha dado un vuelco

considerable en población y riqueza.

Tras estos años, - dado el evidente crecimiento

demográfico de la ciudad y de su consumo.- las fuentes de

un primer acueducto modesto (en la montaña o en el Pla de

Barcelona) serían ya insuficientes. Especialmente el

consumo de agua aumentaría notablemente al construirse en

la plaza de San Miguel las termas donadas por Lucius

Minicius (las segundas). Es en la plaza de San Miguel,

donde se encontró su inscripción, que relaciona la

construcción de las termas y del acueducto. Sería muy

lógico que fuese entonces, a principios del siglo II d.

C., cuando Lucius Minicius completase (¿e iniciase?) el

acueducto del Besós de mucha más capacidad. Era mucho más

largo y debió ser costoso.

Sería también muy lógico que el nuevo acueducto se

adosase y conectase con el anterior para así aprovechar

la red de distribución intra-muros preexistente. Y es

también muy probable que una buena parte de su aportación

se aprovechase extra-muros, ya que la población intra-muros

no podía ser muy alta. Esta casuística y esta cronología

pudieran explicar la peculiar situación de estos dos

acueductos tan próximos. Es simplemente inevitable que el

acueducto de más capacidad de Barcino fuese el último,

tanto más cuando el primero era de capacidad tan

limitada.

169

Es visible que al llegar el agua del acueducto de

levante, no se destruyeron todas arcadas del acueducto de

poniente, Pero no sabemos si siguió operando.

Aunque realmente no existían documentos o huellas

arqueológicas que lo justifiquen, se había interpretado

siempre que el acueducto más antiguo había sido el

procedente de levante. El Rec Comptal era bien conocido.

El acueducto de poniente se interpretaba como un

suplemento posterior, un regalo tardío de un donante

generoso – evergetista - , para un empleo específico, las

termas de Lucius Minicius.

No podemos descartar por completo esta interpretación

tradicional que se cree errónea. Y podemos buscar algunas

razones verosímiles, - que no son muy fuertes -, que

pudieran justificar esta otra secuencia cronológica.

El acueducto de poniente no partía de la misma zona y

ni del mismo tipo de captación de agua. Se extraía de

manantiales una cantidad poco significativa de agua. Solo

tendría sentido este caudal cuando el Besós podía fallar,

en caso de alguna sequía estival extraordinaria. Y

profundas sequías estivales son un fenómeno muy frecuente

en la costa española. Y en particular en este río.

Conservar el viejo acueducto también permitiría

interrumpir el otro periódicamente para realizar

limpiezas y reparaciones.

Una vez llegada el agua del Besós, el anterior

acueducto de poniente pudo convertirse en una

170

ramificación del sistema de suministro de agua. Pudo ser

muy útil para alimentar los crecientes suburbios extra-

muros al noroeste de la ciudad (Busquets, Espejo, Triay,

Ravotto, Moreno, 2009) Incluso pudiera haber extraído y

distribuido desde la piscina limaria agua aportada por el

acueducto del Besós. Esto sería técnicamente muy fácil ya

que su canal está un poco más bajo que el de levante.

Un estudio reciente realizado por AGBAR, y publicadoen la prensa diaria, en las circunstancias de la inusualsequía del año 2008 estimaba poder extraer y transportarpor el Rec Comptal (restaurado) aguas subálveas del Besósa razón de 250 litros por segundo, que son 21.000 m3 día.Esto es ahora cuando el río Besos va prácticamente secotodo el año debido a la multitud de presas y azudesmodernos en su recorrido, salvo cuando está lloviendo ensu cuenca. Pero el hecho es que cuando se usabaintensamente el Rec Comptal, algunos siglos atrás, estacanalización sí se llenaba razonablemente. Es decir quese sacaban normalmente del Besós aguas superficiales algopor debajo de este valor de 250 litros por segundo(21.600 m3/día). Un caudal tan abundante está en líneacon las fotografías antiguas de diversos tramos delrecorrido, donde el Rec Comptal tiene unos metros deanchura. Sabemos que, a través del Rec Comptal, el Besósdebía ser en el siglo XIII una corriente capaz de moverdiversos molinos (de propiedad real) y dar agua aprofusión de industrias y para regar (Orti, 2000). Esdecir tenía casi siempre un caudal mucho mayor que lasposibilidades de transporte sobre las arcadas delacueducto romano que hemos estimado. En un estudio sobre el suministro de agua a

Barcelona en el Siglo XVII se cita a Francisco de Zamoraque literalmente dice “La naturaleza irregular del ríoBesós obligaba a interrumpir el suministro de aguaprocedente de la acequia (el Rec Comptal), afectando amuchas de las actividades económicas de la ciudad, alnormal funcionamiento de los molinos y al riego. Por el

171

contrario (a veces) la excesiva abundancia de agua rompíala estructura de la canalización provocandodesbordamientos” (Zamora, 1973). Font Tullot dice que entre los Siglos I a.C. y

V d.C. se desarrolló un período de clima similar alactual, con temperaturas algo superiores yprecipitaciones ligeramente inferiores, aunque tal vezmás regulares. Período climático al que se conoce como“episodio cálido romano”. Y las sequías podrían ser tanfrecuentes como ahora (Font Tullot, 1988).

Era normal que a lo largo del recorrido de los

acueductos se les realizasen extracciones de agua por

medio de tubos. Por medio de algunas extracciones a lo

largo del trayecto de ambos acueductos, la combinación de

ambos acueductos podría cubrir el suministro de agua para

un área relativamente extensa, por gran parte del norte

de la ciudad extra-muros. Otros suburbios cercanos, a cotas

más bajas que el recinto amurallado, se suministraban con

tubos a través de la muralla, que se han encontrado en

excavaciones.

En resumen, existiendo el abundante acueducto de

levante, sería muy difícil justificar la construcción del

otro acueducto. Pero si ya estaban construidos los dos no

había razón para destruir el de poniente, podría tener

alguna utilidad marginal.

La conservación temporal del acueducto de poniente,

una vez construido el del Besós queda sin duda como otra

cuestión abierta. De hecho, doscientos años más tarde

vemos que estaba amortizado. Al alcanzar la muralla al

172

nivel de la canalización, esta aparece taponada. Es en

este momento, a fines del siglo III, que gran parte de

los suburbios extra-muros vecinos habrían desaparecido

(Busquets, Pastor, 2005: 119.; Belmonte, 2008; Busquets,

Espejo, Triay, Ravotto, Moreno, 2009; 138-139; Triay,

2012: 120). La incursión bárbara y los desordenes de

fines del siglo III se reflejan en el suministro de agua

a la ciudad.

En Barcino intra-muros, se dispone de evidencia de las

redes de desagüe romana y de parte de la red de

distribución del agua bajo el suelo. No sorprendería

entonces una explotación combinada de los dos acueductos

distribuyendo agua por gran parte de la ciudad extra-muros.

Todo sugiere que el primer acueducto fuese el

procedente de poniente. La secuencia que se propone en el

desarrollo del suministro de agua a Barcino, concuerda con

las muy escasas citas documentales y permite jalonar la

evolución demográfica de la ciudad en los siglos I a III

d.C.

173

174

La calidad del agua de los

acueductos

Cuando Frontinus describe los acueductos de Roma señala que

las aguas procedentes de corrientes superficiales eran

turbias y arrastraban pequeñas cantidades de lodos.

Mientras que las procedentes de manantiales o captaciones

subterráneas eran preferidas, por ser cristalinas. La

mayoría de las traídas de aguas romanas procedían de

galerías de captación, no de presas o azudes en los ríos

(de la Peña, 2010).

Un segundo acueducto que procediera de manantiales,

sería de baja capacidad. Y sería de escasa utilidad tras

el caudaloso acueducto de levante (o del Besós). Orengo y

Miró apoyan sus dudas sobre la existencia del acueducto

de poniente (de Collserola) en la ausencia de

incrustaciones calcáreas sobre las paredes del corto

tramo del canal de tal acueducto de poniente, dentro de

la torre en la casa del Ardiàca (Orengo, Miró, 2013).

Se presenta, como una posible alternativa, que el

acueducto del Besós o de levante, a su entrada en la

actual plaza de la Catedral, se dividiera en dos ramas

paralelas, que entraban bien juntas en la ciudad. Esta

clase de divisiones, -de las que no faltan antecedentes

175

-, se realizaban en Roma y su imperio, para dar un

destino diferenciado a cada canal de agua. La división se

efectuaría en un posible castellum divisorium, del cual no hay

ninguna evidencia. En síntesis, según Orengo y Miró, tal

segundo acueducto de poniente – o “de Collserola” - pudo

no haber existido. Los restos de arcadas conocidas junto

a la muralla serían solo de una rama del acueducto de

levante.

Hay documentos medievales sobre los manantiales en

Collserola señalando que sus conductos debían limpiarse

con frecuencia de costras (calcáreas). Es conocido que

los acueductos se limpiaban periódicamente de los

inevitables arrastres de tierra o arenas sedimentarias,

fuese desde un manantial o desde una presa.

Pero la formación de costras, depósitos e

incrustaciones viene condicionada por diversos factores y

es en general poco predecible. Muy especialmente, la

falta de incrustaciones en los metros finales de un largo

canal abierto al aire, no permite llegar a conclusiones

firmes sobre el origen del acueducto de poniente.

En términos muy generales las aguas subterráneas

están en equilibrio con un ambiente edáfico. Es al

emerger y ponerse en contacto con el aire que deben

adaptarse a nuevas condiciones y reequilibrarse. Y este

reequilibrio conduce en muchas ocasiones a

incrustaciones. Pero no es una propiedad intrínseca y

perdurable. Solo afecta a la salida del manantial o de

176

unos tubos. En un recorrido al aire, al cabo de metros, a

veces muchos metros, el agua ya ha depositado sus sales y

no podrá incrustar a las paredes de la canalización.

Carbonatos y bicarbonatos de calcio

Los bicarbonatos proceden de la formación de gas carbónico por las fermentaciones anaeróbicas subterráneas. Lentamente, este gas disuelve la cal presente en el suelo formando bicarbonatos. Los bicarbonatos de calcio y estroncio son solubles pero serán inestables al abandonar el suelo. Al surgir del manantial, en contacto con el aire, se perderá gas carbónico y el carbonato de calcio remanente ya no es soluble. Esta disolución deja de ser estable, Regresando a la estabilidad, los carbonatos formarán lodos o incrustaciones, siempre que se den condiciones favorables, tiempo, agitación, ventilación y una superficie que favorezca la nucleación o aglomeración de las sales. En canales abiertos al aire, con paredes revestidas de

opus signinum en un acueducto, se dan las mejores condiciones para que el agua recupere su estabilidad muy rápidamente. Tras recorrer el agua un trayecto muy largo de flujo turbulento, en canalizaciones abiertas al aire, con paredes de esta argamasa, lo más probable es que el agua perdiera los bicarbonatos inestables con rapidez. Al cabo de una cierta distancia, en un canal abierto alaire, el agua ya es como si fuera procedente de un río. Casi todos los ríos empiezan en manantiales y aireando sucorriente han estabilizado sus aguas.En acueductos, algunas costras nunca serían una

dificultad para el flujo y no serían mencionadas. Los depósitos en los manantiales de Collserola medievales, probablemente se refieren a tubos o a la zona más cercanaal manantial. Quizás incluso, tras el año 125, en lo que sería su

última etapa, este canal de poniente pudo ser aprovechadopara tomar agua del acueducto del Besós, desde la piscina limaria común intra-muros, para alimentar los suburbios extra-

177

muros.

No se ha podido evidenciar que existiera un destino

diferente para el caudal del tramo intra-muros de la

imaginaria rama poniente del acueducto dividido que se

postula (Orengo, 2013).

La arqueología y los testimonios de viajeros y

arqueólogos nos enseñan, que por la calle dels Arcs,

transcurría un acueducto romano hacia la zona del paseo

de Gracia. Este fue taponado en el siglo IV. Extra-muros

de Barcino, estas arcadas dels Arcs discurrían bien

separadas de las del acueducto de poniente o del Besós en

la calle de Capellans. Dentro de las incertidumbres por

la escasez de restos, lo más probable es que el acueducto

de poniente existiese realmente y fuese el primer

acueducto de la ciudad.

178

179

Población y consumo de agua enBarcino

La población de Barcino intra-muros

Morera Llauradó da para Tarraco en el siglo I unapoblación de 40.000 habitantes para una extensión de 30hectáreas dentro de las murallas (Morera, 1985).Cesaraugusta con 50 hectáreas se considera con 20 000habitantes por Blázquez. De nuevo Blázquez estima que enEmérita Augusta con una extensión de unas 80 hectáreas

180

recibía unos 35 000 m3 de agua - o sea lo suficiente para35 000 personas (Blázquez, 1998-2000).

En resumen: Hectáreas intra-muros - Habitantes estimados – Hab. por Ha

(estimaciones enlos Siglos I y II)

Tarraco 3040.000 1.330

Ceasaraugusta 5020.000 250

Emerita Augusta 8035.000 437

Barcino 10¿2.000? ¿200?

Parece deducirse que la población de Barcino debierahaber sido sensiblemente más alta en esta época. Antes delas crisis reiteradas de los siglos III al IX, no seconoce ninguna razón diferencial que justifique una muybaja densidad de población en Barcino intra muros. Por lomenos, unos 300 habitantes por hectárea (intra muros),estaría más cerca de lo usual desde el siglo I hastamediados del siglo III.

Estimaciones publicadas de la población real de

Barcino intra-muros, en la época imperial son siempre bajas

en relación con la capacidad de sus acueductos. Pero el

dato de 2.000 habitantes intra-muros (Beltrán de Heredia et

al, 2001: 24) parece sin embargo muy bajo. Es un número

desproporcionado comparado con el esfuerzo constructivo

que también representaron para la ciudad en el siglo I,

las murallas, el gran templo, el foro, las necrópolis,

las termas, y un probable teatro y anfiteatro, cuya

ubicación es ahora motivo de estudio etc. De la

181

construcción de un primer acueducto de poca capacidad a

mediados del siglo I d.C. Y del segundo acueducto de gran

capacidad a principios del siglo II, cabe deducir que la

población total de Barcinona, intra-muros y además extra-muros,

creció mucho durante el siglo I y era ya importante en el

siglo II d.C. Se puede partir del dato, de por sí muy

alto, de un consumo de 1000 litros por habitante y día en

Roma según Frontinus (Evans, 1993; Deane et al., 2001;

Aranda, 2006). Usando agua de solo uno de sus acueductos,

con el altísimo nivel de consumo de Roma, correspondería

a una población posible en el pomerium y el ager más

inmediato de Barcino cercana a unos 15.000 habitantes.

Pudiera ser menor, de no usarse toda la capacidad

disponible. Pero también pudiera ser muy superior, de no

ser el consumo tan exagerado como en Roma. Es una cifra

que desborda ampliamente a las estimaciones tradicionales

de población, aunque sea solo un valor indicativo.

Sabemos que los suburbios del cuadrante noroeste

fueron en gran manera amortizados a principios del siglo

IV (Busquets et al., 2009; Triay, 2012). Es cuando el área

próxima a la muralla fue despejada para potenciar las

defensas de la ciudad y se refuerza la muralla tras las

incursiones de fines del siglo III (Ravotto, 2014). Y

curiosamente el acueducto al poniente aparece obturado a

la entrada de la torre de la muralla tardo-antigua a

fines de este siglo. La desaparición del suburbio

noroeste de la ciudad por razones defensivas (Conde,

182

2011) puede coincidir con la aparente cancelación de su

principal suministro de agua.

Otras termas públicas suburbanas del siglo I

d.C. se excavaron hace muy poco en Regomir 6, casi en la

otra punta de Barcino. Son las termas del puerto.- Antes

de las de la plaza de San Miguel, serían alimentadas

desde el primer acueducto - Se han localizado otras

termas privadas o balnea en domus de fecha bajo-imperial.

Las instalaciones de lavado y tintorería de tejidos

(intra-muros) se pueden fechar en el siglo II d.C.

Cronología que ha sido confirmada a partir del estudio

del material del vertedero anexo al vial próximo.

Desde fines del siglo I hay evidencia de que el

caudal ya con los dos acueductos era ampliamente

suficiente para poder alimentar, al menos, dos termas, y

una tintorería (actividades que se pueden considerar

domésticas). Además de atender a la población y su

consumo.

La fábrica de salazones y la fabricación de ánforas

son del siglo III o posteriores (Beltrán de Heredia et

al., 2001). Tintorería, salazones y alfarería son

industrias que consumen mucha agua. ¿Evidencian un cambio

de carácter de la ciudad, de residencial a industrial,

desde fines del siglo III?

A lo largo ya de los siglos III y posteriores, quizás

alguna vez en el verano, por falta de caudal en el río

183

Besós, con solo el acueducto del Besós superviviente no

bastase para todo.

Es muy probable que parte de los suburbios, los

más lejanos, así como el resto del territorium, extrajesen

el agua de fuentes naturales o de las canalizaciones de

los acueductos aguas arriba. La impresión es que la

población en el Barcelonés era relativamente densa.

Todo ello nos lleva a apoyar como muy probable,

sin poderse demostrar, la hipótesis de que un primer

acueducto alimentaba a una población reducida pero

creciente durante el siglo I. Y otro gran acueducto

suministró agua a la población ya considerable en los

siglos II y III, dentro y fuera del recinto amurallado de

Barcino, en línea con tantos otros indicios arqueológicos

e históricos.

184

185

El fin de los acueductos de Barcino

A mediados del siglo III (+/- en el 267 d.C.) unos

incursores germánicos, desbordan las defensas en el Rin,

devastan Francia, el norte de Italia y España y atacan

Barcino. La ciudad es saqueada como muchas otras en la Gallia

e Hispania. Entre ellas Gerunda, Tarraco y Baetulo.

Las termas de la plaza de Sant Miquel fueron

destruidas (Udina, Garrut, 1963)24.

A este episodio le siguen unos 10 años de desórdenes

sociales, saqueos y destrucciones por todo el Imperio

occidental. La confusión producida en Barcino se evidencia

en los cambios urbanísticos tras el ataque. Se produce

una enérgica reacción para mejorar las defensas de la

ciudad (Ravotto, 2014). Al poco, esta crisis conduce

también a las drásticas reformas de Diocleciano para la

defensa del Imperio.

24 Se ha propuesto que la construcción de la primera iglesia deSant Miquel, en la plaza del mismo nombre, sobre las ruinas delas termas del siglo I, ocurre durante el reinado de TeodosioI a finales del siglo IV (Román Punzón, 2007: 169-195). Eranaquellas termas construidas por Lucio Minicii entonces yaabandonadas tras las destrucciones de fines del siglo III.

186

La mejora de la muralla exterior de la ciudad y la

construcción de sus numerosas y robustas torres en opus

cuadratum se plantea como una necesidad excepcional,

sacrificándose para la cimentación o relleno de las

torres y los lienzos reforzados y re-elevados, una gran

cantidad de esculturas, lápidas y piedras diversas de las

necrópolis de Barcino. Como en muchas otras ciudades,

también se arrasa en el exterior del recinto amurallado,

a toda construcción que pudiera obstaculizar la defensa.

Los suburbios más inmediatos a la muralla desaparecen a

fines del siglo III (Belmonte, 2008; Busquets, Pastor,

2005; Busquets et al. 2009; Triay, 2012). Las excavaciones

en curso (en el 2015) al pie de la muralla al sudeste de

la ciudad lo confirman (en la calle Sostinent Navarro).

Todos los datos arqueológicos indican que este punto de

inflexión ocurre a fines del siglo III y durante el siglo

IV.

Muchos de los acueductos romanos en Europa dejaron

de funcionar en la Antigüedad Tardía después de las

destrucciones de fines del siglo III. Pero ciertamente no

todos los acueductos dejaron de funcionar por las

invasiones germánicas. Por ejemplo los de Lyon siguieron

funcionando.Autores diversos especulan que los invasores

cortaban el suministro de agua al asediar una ciudad,

como su primera acción hostil, sin duda la más fácil e

impactante. Quizás con un daño ya irreparable al

sistema. Aunque interrumpir el suministro de agua a una

187

ciudad sitiada se podría hacer con gran facilidad sin

provocar un daño permanente a la instalación. Pudiera

bastar con cegar los canales aguas arriba, con piedras y

tierra. En Barcino, en el siglo V o VI, se construyen

otras nuevas termas (del conjunto episcopal) debajo de la

plaza del Rey. Y los acueductos eran necesarios para

tener agua corriente y abundante en la altura de las

termas. Pasadas las incursiones y desórdenes de fines del

siglo III, ya restablecida una relativa paz, sabemos que,

al menos, un acueducto estaba todavía en operación

(Beltrán de Heredia, Rodà de Llanza, Ripoll, et al., 2001:

102).

La evidencia, arqueológica y documental, es que la

ciudad se recupera finalmente y sigue usando los modos

romanos en cuanto al considerable consumo de agua (no

solo las termas, también la tintorería, y la fábrica de

salazones y de garum cercanas) lo que confirma de nuevo

que algún acueducto siguió funcionando (Beltrán de

Heredia, Rodà de Llanza, Ripoll, et al., 2001).

Como se ha citado, si se analiza la figura III-3

puede verse que los gruesos sillares del opus cuadratum de

la torre de la muralla tardo-antigua obstruyen el paso de

agua por la parte superior del acueducto de la derecha

(de poniente)25. Se ha deducido anteriormente que durante

el refuerzo de las murallas y la construcción de la

25 Véase por encima de la pequeña capilla medieval sobre el pilar empotrado en la torre del acueducto de poniente (a la derecha en la figura).

188

torre, a consecuencia del desastre de fines del siglo

III, el acueducto de poniente o de Collserola era

inservible o innecesario. En cambio, la misma figura

III-3 indica que el acueducto de del levante o del Besos

sí podía seguir en funciones. En el siglo IV, Barcelona

se percibe como la ciudad importante que será en la

Antigüedad Tardía (Beltrán de Heredia, Rodà de Llanza,

Ripoll, et al., 2001: 100).

Se inicia la construcción del nuevo conjunto

episcopal de Barcino a principios del siglo V. Como en

otras ciudades de la época el conjunto episcopal se

convertirá en el centro de la vida de la ciudad,

sustituyendo al forum. A juzgar por los niveles de

circulación viaria establecidos en la zona, la

construcción del nuevo conjunto termal de la Plaza del

Rey, cercano al nuevo conjunto episcopal (arriano) se

puede situar a partir del siglo V d.C.

Estas termas en el conjunto episcopal, construidas en

la Antigüedad Tardía, disponían de sistemas de entrada y

evacuación de agua, aunque se produjo un cambio de

dirección a la hora de ir a buscar los desagües

generales. En este caso las termas debieron verter en la

cloaca principal del cardo máximo. El agua llegaba a la

piscina a través de una conducción de plomo, cuyo

negativo en la argamasa se ha conservado. De estas termas

bajo la plaza del Rey apenas nos queda la piscina del

frigidarium, unos muros de una estancia contigua y otras

189

estructuras en parte desmontadas, en las que se

localizaba el umbral de una obertura de comunicación.

Dadas las dimensiones de la piscina siempre se ha

mantenido que la instalación termal era de carácter

público. (Son las terceras termas públicas de las que se

ha encontrado noticia en Barcelona.)

Consta que durante la Antigüedad Tardía el poder

episcopal se hizo cargo del mantenimiento de las piscinas

públicas en diversas ciudades italianas. En el mundo

romano, era en las termas públicas donde se encontraban

los próceres y los ciudadanos, se debatían los

acontecimientos, los negocios y la vida de la ciudad.

Asuntos que a fines del siglo V, tras Teodosio, pasan de

los magistrados a la autoridad de los obispos. Sin

embargo estas termas ya no son el centro de la vida

cívica en una ciudad cristiana. Deben entenderse como una

contribución más de la autoridad episcopal a bienestar

cívico-

Uno de los fenómenos señalados al hablar de crisis y

debilitamiento económico de una ciudad es el abandono o

la desaparición del sistema público de abastecimiento de

agua y de la red de alcantarillado. Pero en Barcino,

durante el siglo IV, se llevan a cabo reformas en los

sistemas de evacuación tales como la renovación de la

cloaca del cardo minor (Beltrán de Heredia, Rodà de

Llanza, Ripoll, et al., 2001: 101). A pesar del abandono

por razones defensivas de los suburbios extra-muros más

190

próximos, la ciudad intra-muros no muestra graves signos de

decadencia.

Hay evidencias de alteraciones e intrusiones de

edificios en la red viaria intra-muros a partir del siglo

VI d.C. Y la alteración de la red viaria siempre comporta

cambios en la red de saneamiento urbano. Trabajos que se

han detectado arqueológicamente. Pero a finales del siglo

VI los sedimentos han elevado el nivel del suelo en la

ciudad casi un metro y debía ya ser muy difícil mantener

la antigua red de saneamiento (Beltrán de Heredia, Rodà

de Llanza, Ripoll, et al., 2001: 102).

En el siglo VII la peste se enseñorea del occidente

europeo y la demografía se hunde. En las ciudades

europeas muchas casas se derrumban. Y la ciudad de Barcino

se llena de huertos intra-muros.

La ciudad pactó con los invasores islámicos a

principios del siglo VIII, no sufriendo entonces

destrucción evidente. La opinión predominante es que en

esta primera época musulmana la deprimida vida cotidiana

de los habitantes de Barcelona y otras ciudades

peninsulares apenas sufre cambios. Los dominadores árabes

apreciaban disponer de baños públicos y esto pudiera ser

un indicio de una relativa abundancia de agua y por ende

de la conservación del sistema de suministro de agua y

del acueducto superviviente en la Barcinona de la

Antigüedad Tardía. Una conservación que era cara y

191

compleja. Pero agua para el consumo doméstico no

faltaría.

Hay multitud de pozos relativamente profundos en

Barcinona, aunque la gran mayoría no se han podido datar.

El más antiguo de los pozos en Barcinona, excavado y

datado hasta el momento, es del siglo VIII.

El siglo IX es particularmente dramático. La ciudad

es asediada y cae en manos de los francos en el año 801

d.C. Pero es atacada de nuevo por los musulmanes en el

827, sin éxito. En el 852 la ciudad es tomada y toda el

área es asolada y destruida por Abd el Karim ibn Mugith. Es de

nuevo atacada en el 861. Y de nuevo por Lop ibn Muhammad

ibn Lop, el wali de Lérida en el año 897. La frontera está

a unas pocas decenas de kilómetros.

No se ha podido encontrar confirmación, pero Abd el

Karim ibn Mugith pudiera ser el responsable de graves daños

al último acueducto, suficientes para que quedase

irrecuperable. Estas eran rápidas razzias de castigo que

eran dirigidas directamente a provocar la ruina económica

del adversario. Una ruina lo más permanente posible. Una

posible motivación para derribar los vulnerables arcos de

los acueductos. Es por tanto muy razonable buscar en

estos episodios el fin del último de los acueductos

romanos de Barcino. Miró y Orengo coinciden en situar

alrededor del siglo IX y X la destrucción de este último

acueducto romano ( 2010).

192

Destruidas las arcadas del acueducto

superviviente, es el conde Miró (947-966) el que

reorganiza y reconstruye la acequia que acercaba el agua

desde Montcada - el Rec Comptal - recuperando en el Pla

de Barcelona los restos, a nivel del suelo, de la

canalización procedente del Besós.

Poco más tarde, en el año 985, Almanzor

conquista Barcelona, la arrasa y la quema. Arden los

archivos documentales, mata o se lleva gran parte de la

población como esclavos y asola durante meses la comarca

destruyendo todo a su paso. Si algo quedaba del sistema

de los acueductos es fácil que fuera de nuevo arrasado.

Cuando ha pasado el huracán de Almanzor, Barcelona

empieza a renacer en el año 1000, con una nueva

población.

A no dudar durante los siglos IX y X ya no había

posibilidades de reconstruir y asegurar el mantenimiento

de los acueductos. Su funcionamiento dejaba de ser de ser

fiable y tampoco era ya de interés. El baño público, y

por tanto las termas, han dejado de ser una necesidad

personal y cívica de la población urbana. Las cisternas y

pozos urbanos de Barcelona (que abundan) podrían asegurar

un suministro de agua suficiente y de forma segura. (Pero

de muy escasa salubridad ya que los pozos se contaminaban

por las fosas sépticas cercanas) Sabemos además que desde

el siglo VII y hasta el siglo X, sea por las epidemias,

la pobreza o la inseguridad, la población urbana en todo

193

el Imperio occidental se reduce brutalmente y con ello el

consumo de agua.

Tras el año 1000, pese a la mejora económica y la

nueva seguridad, restaurar muchos arcos del acueducto,

solo para mantener el suministro del agua unos metros más

alto, para así tener agua corriente a la altura de las

calles de la antigua Barcino no tenía ya sentido. Dentro

de la superficie amurallada del Mons Taber, el suelo ha

subido un par de metros y quedaba más alto que los

canales del acueducto. Se hubiera tenido que reconstruir,

elevando todo el sistema, desde la captación en el Besós.

Con ello la parte menos vulnerable del antiguo

sistema de abastecimiento a Barcino, los canales y

acequias procedentes del Besós en la superficie de los

terrenos cercanos a la ciudad, se transforman y amplían Y

se dedican a nuevos usos. Serán en la Edad Media unas

canalizaciones destinadas al regadío y a mover molinos,

todo ello situado a menor altura. Y a alimentar el nuevo

arrabal de la Ribera, casi a nivel del Mar, muy populoso,

muy rico e industrializado. Estos serían, como es sabido,

los empleos del Rec Comptal que según la tradición había

restaurado el conde Miró a mediados del siglo X.

El Merdançar se desvía hacia el norte. Con ambas

medidas los alrededores al este de la ciudad, dejaron de

quedar empantanados por el agua que se vertía libremente.

La ciudad puede entonces expandirse rápidamente. El nuevo

194

Arrabal del Mar está a muy escasa altura sobre el nivel

del mar.

Duran Sampere (1972) señala un documento del año

1017 que nostálgicamente evoca que “por aquellos arcos,

viejos ya y en tan mal estado, había corrido el agua”.

¿Un tercer acueducto en

Barcelona?

Pujades y otros autores dan detalles y recogen

tradiciones de un acueducto del cual coinciden en el

recorrido26. Este bajaba las aguas de la fuente dels

26 “Cuatro caños que bajaban de dicha fuente, tres de ellosredondos con un diámetro comparable a la pierna de un hombre.Uno de ellos todavía perdía una gran cantidad (de agua).Estando a la altura de un hombre, frente a la puertaoccidental de la muralla del siglo XV.

Ya intra-muros, otro caño era visible en una callejueladetrás de Sant Pau del Camp, a una altura de más de 4,6 metros(tres canas). Y más allá entre el monasterio y Las Ramblas (osea a levante) otro caño se conservaba a la altura de un palmojunto a una pared”.

195

Tarongers en Montjüich, después llamada Font Nova y

actualmente la font Trobada, hasta las cercanías de Sant

Pau del Camp (Pujades, 183, libro III, cap. XXI: 28-30).

Miró y Orenga la han investigado en el Archivo Histórico

de Protocolos de Barcelona (Mirò, Orenga, 2010: 124). Al

parecer circulaba desde Montjüich hacia Las Ramblas,

pasando por cerca de Sant Pau del Camp.

De confirmarse un origen romano su caudal

probablemente se consumía en un suburbio o en una villa

al pie de Montjüich.

196

197

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202

Las Arenas de Barcino

El caso de los anfiteatros cercanos a lasmurallas del Bajo Imperio es desconcertante.¿Cómo aceptar la presencia de un bastiónpotencial próximo, como en Rouen y sobre todoa Bourges o Lucques? Hay que suponer que en

203

estos casos una buena parte de sus materialesya había sido empleada en la muralla, lo quehacía al anfiteatro más inofensivo, (menosofensivo). Es por lo tanto lógico, no solo porrazones militares sino prácticas, que losmonumentos más cercanos a las murallas seutilizasen como la cantera preferida (Pinon,en Golvin, Landes, 1990: 106).

204

Las noticias sobre un anfiteatro

en Barcino

Se conocen más de 230 anfiteatros romanos. Una lista muy

completa, con sus coordenadas y fotografías, está siendo

recopilada por Wikipedia (English Wikipedia, The roman

amphiteaters, 2012). Muchos han sido localizados

recientemente por sus huellas fosilizadas sobre el

terreno.

Barcino, en el occidente del Imperio, era una ciudad

portuaria con el status de colonia romana. Con

magistrados conocidos por documentos, inscripciones

epigráficas y por sus retratos que nos han llegado en

mármol. Como tal debiera tener los edificios públicos más

usuales (por ejemplo; Templo, Basílica, Teatro, Odeón,

Anfiteatro, Circo, Termas, etc) para el funcionamiento

205

del cursus honorem que estructuraba la carrera de los

próceres de la ciudad y del Imperio. El cursus honorem de

un equites se construía a través del desempeño anual de

magistraturas cívicas. Demagógicamente, la organización

de juegos y la construcción de edificios públicos eran

méritos usuales para valorar a un magistrado. Para que

así pudiera ser reelegido y progresar.

A fines del siglo XVIII, Isidoro Bosarte, el

secretario de la Real Academia de San Fernando de Madrid,

presentó la posible existencia de un anfiteatro en

Barcelona por sugerencia del erudito D. Juan Pablo Canals

i Martí, barón de la Vall-Roja y miembro de la Academia.

(Barcelona, 1730-1786).

Señaló una piedra perforada, idéntica a las usadas

para sujetar los toldos en los anfiteatros romanos,

incrustada en lo alto de una fachada en el pasaje y arco

del Remei, extra muros junto a la calle de la Boquería.

(Esta piedra está todavía en el mismo lugar.) D. Juan

Pablo Canals, recordaba que muy cerca estuvo la antigua

plaza Arenaria (es decir de les Arenes en la expresión

latína), llamada después de la Trinitat, en la

confluencia de las calles de Bayns Nous, el Call, Avinyó

y la Boquería. Todo ello le parecían indicios del

anfiteatro de Barcino.

Con ellos D. Juan Pablo Canals apoyó unas tradiciones

de la situación de este antiguo edificio, de las que no

nos dio más noticia. Estos argumentos, realmente muy

206

tenues, también fueron recogidos por el académico y

viajero Antonio Ponz, que afirmó haber visto arcos,

bóvedas y muros sugerentes en esta zona de la calle de la

Boquería. A mediados del siglo XIX estos indicios fueron

citados por el anticuario e historiador Antonio de

Bofarull (Ponz, 1778: 78; Bosarte, 1786, 73-76; Bofarull,

1855: 34). Y en 1926 fueron recordados de nuevo por el

prestigioso arqueólogo D. José Ramón Mélida.

En 1961, dada la falta de evidencias significativas,

la ausencia de progresos en esta cuestión a lo largo de

los siglos XIX y XX, llevó al historiador Antonio Balil a

señalar la irrelevancia de polémicas sobre la existencia

de un anfiteatro (Balil, 1961b: 148-152).

Recientemente, la notable abundancia de esculturas e

inscripciones epigráficas de época imperial en Barcino

(Mariner, 1973; Rodà, 1980: 26), así como la importancia

de ésta a lo largo de la Antigüedad Tardía (Ripoll, 2000:

371-401), han llevado a tratar la posible existencia en

Barcino de edificios lúdicos monumentales todavía no

localizados (Balil, 1961a: 66-68 y 1964: 50; Rodà, 1980:

42-43). Y se ha apuntado que debido a la escasa

superficie del recinto amurallado, en el caso de haber

existido tales estructuras, solo pudieran haber estado

situadas extra-muros (Puig, Rodà, 2007: 615-617; Sales,

2011).

En mayo del año 2011, la Dra. Jordina Sales recoge

referencias indirectas a la existencia de actividades

207

lúdicas en Barcino, tales como la participación de Lucio

Minicio Natal Optato en carreras de carros, la donación de

Lucio Cecilio Optato para unos juegos de pugilato y la

inscripción hallada en Barcelona y hoy perdida sobre una

escuela de gladiadores para Gallici et Hispani (Sales, 2011:

63). Pero propone un hipotético anfiteatro en el entorno

de la iglesia de Santa Maria del Mar, muy lejos de la

posición señalada por D. Juan Pablo Canals.

La hipótesis de un anfiteatro entorno a Santa Maria del Mar

La Dra. Jordina Sales defiende la posible situación de un anfiteatro alrededor de la iglesia de Santa Maria del Mar (Permanyer, 2011: 1-3; Sales, 2011). Se coincide con algunas de sus premisas generales, pero no es así con su propuesta sobre la situación del anfiteatro. También se aprecia aquí, que la tradición de Santa Maria de les Arenes se refería a un anfiteatro y no a las arenas de una playa. Ya a finales del siglo XVIII, el barón de la Vall∙Roja, en la primera hipótesis publicada sobre el anfiteatro de Barcelona, lo relaciona con la plaza Arenaria,junto a Santa Maria del Pi (Ponz, 1778: 78; Bosarte, 1786, 73-76; Bofarull, 1855: 34). De nuevo se coincide con la Dra. Sales en que el anfiteatro debía estar situado extra-muros, dadas las reducidas dimensiones de la ciudad amurallada de Barcino. Pero la silueta fosilizada de un anfiteatro, en la forma precisa de una elipse geométrica, no existe físicamente en el entorno de la iglesia de Santa Maria del Mar. Unas dudosas alineaciones de unos tramos curvos de unos30 metros pueden ser subjetivamente sugerentes, sin ser

208

significativas. Tramos curvos de escasas dimensiones abundannotablemente en la Ciutat Vella, con lo que según este criterio se podrían señalar otras diversas siluetas de posibles anfiteatros. Son tramos viarios curvos, pero no hayforma de conciliar una precisa elipse geométrica, de forma estadísticamente significativa, con una fotografía cenital de las calles del entorno de esta iglesia. Los antiguos planos son muy inexactos y tampoco pueden ajustarse a una elipse geométrica. Unas calles convergentes pudieran tener significado, pero apuntando a la hipotética iglesia románica en el Fossarde les Moreres. Pero como estarían en su exterior, no señalan a un anfiteatro. Los arcos señalados en su artículo son de morfología medieval. Los arcos en los anfiteatros son mucho más robustos, para soportar la pesada cavea. De haber existido en esta área un anfiteatro, las extensivas excavaciones ya realizadas hubieran puesto de manifiesto restos de la pesada y profunda infraestructura imprescindible para tal edificio monumental. De hecho, nohay ni restos de una iglesia. La naturaleza del terreno entonces tan inundable, arenoso y muy cerca del nivel del mar, hubieran desaconsejado construir una estructura extremadamente pesada, costosa y muy alejada del forum. Antes del siglo XI, cualquier otra localización para el anfiteatro más cercana a Barcino hubiera sido más atractiva. Hay en las cercanías de la Ciutat Vella otras necrópolis con datación similar. De hecho la Dra. Sales ya consideró la tumba de Santa Eulália bajo Santa Maria del Maren el año 2003 (Sales, 2003: 319-333). Pero en año 2004 la propuso en los restos excavados en la plaza de Antonio Maura(Sales, 2004: 53-58). Sin indicios de una razonable continuidad, no se puede suponer una relación del anfiteatro con la utilización del espacio del Born para justas en la Baja Edad Media, un milenio después. El documento fundamental de su hipótesis, citado como del año 1104 en su último artículo, es realmentedel año 1751 (Sales, 2011; Bassegoda, 1925-1927: 67, nota 12bis; Campillo, 1755: 17) Un testimonio tan tardío no aporta nada. Pero el obstáculo más fuerte en contra de esta hipótesises la desfavorable geomorfología del entorno, antes del

209

desvío del Merdançar y de la canalización del Rec Comptal, del siglo XI (Juliá, Riera, 2014).

210

La huella del anfiteatro deBarcino en la Ciutat Vella

Durante el año 2009, en el marco de un estudio

preliminar sobre el posible origen de los materiales

constructivos recuperados en las murallas de Barcino, se

había iniciado una prospección del entorno de la ciudad

amurallada. Ya se ha comentado, tratando sobre la muralla

de Barcino, que sillares de tan gran tamaño solo aparecen

en estructuras romanas monumentales (Adam, 2008: 111-128;

Gros, 1996 y 2008). Su posible origen en grandes

estructuras urbanas, extra-muros de Barcino, es sugerido en

publicaciones de Balil, Puig y Rodá (Balil, 1961a: 66-68

y 1964: 50; Puig, Rodà, 2007: 615-617).

Las noticias de Canals sobre el anfiteatro guiaron

entonces la búsqueda de una huella elíptica en la trama

urbana, al oeste de las murallas de la ciudad romana,

cerca de la calle de la Boquería. En noviembre del 2009

se localizó una silueta incompleta, pero

sorprendentemente precisa, de una elipse con las

dimensiones apropiadas, extra muros de la ciudad, en el

entorno de la iglesia de Santa Maria del Pi (Conde:

211

2013). Una huella fosilizada por la trama vial. Este

mismo año el hallazgo se comunicó verbalmente al

departamento de Historia Antigua de la facultad de

Historia y Geografía de la Universidad de Barcelona y al

director del Museo de Historia de la Ciudad. Esto marcó

el inicio del estudio del contexto de esta silueta.

Una vista vertical del entorno de la iglesia del Pi

muestra el recorrido curvo de la calle Cardenal Casañas.

Es una calle relativamente ancha en el conjunto de la

ciudad medieval. Puede verse desde el aire como un largo

segmento de una elipse. Lo que levantó interés es un

segundo segmento elíptico adicional, mucho menos

aparente. Este otro gran tramo curvo, partiendo desde

algunos edificios de la plaza de Sant Josep Oriol, en el

lado opuesto de la iglesia de Santa Maria del Pi, se

prolonga por la estrecha calle dels Cecs de la Boqueria.

Esta última calle, desde la plaza de Sant Josep Oriol, va

a desembocar a la calle de la Boqueria.

N

212

0 50

Figura IIII-1. Huellas fosilizadas de la planta del hipotéticoanfiteatro en la trama viaria de Barcelona. Fotografía deGoogle Earth. Con la silueta superpuesta de una elipsegeométrica generada por ordenador. La iglesia de Santa Mariadel Pi es claramente visible. La calle del Cardenal Casañas esel segmento A-A’ y el segmento B-B’ sigue la calle dels Cecsde la Boqueria y parte de la plaza de Sant Josep Oriol. A la

213

derecha de la fotografía figura la posición del óvalo enrelación con el recinto amurallado Con este nuevo tramo, elíptico y simétrico con el

anterior, ya no se pudo considerar al conjunto como una

coincidencia trivial (fig. IIII-1).

Ambos segmentos definen el eje menor de la elipse

geométrica, que puede estimarse en unos 110 metros y

sugieren con menor precisión el eje mayor, que parece

tener unos 130 metros. Estas dimensiones son adecuadas,

están en el rango de las medidas y proporciones de los

anfiteatros romanos conocidos. Por otro lado, una elipse

geométrica es una curva muy específica, bien definida

matemáticamente27.

27 Es la representación gráfica de la ecuación (en coordenadascartesianas): x2/a2 + y2/b2 = a2b2.

En este caso “a” sería aproximadamente 65 m (=130/2) y “b” sería 55 m (110/2).

El método para diseñar una elipse geométrica sobreel suelo es conocido desde antiguo. Basta clavar dos estacasen el suelo en los dos centros o focos de la elipse. Atar encada uno de ellas los extremos de una cuerda cuya longitud esla suma de los radios mayor y menor deseados. Tensar estacuerda con un palo. Y manteniendo la cuerda tensa, irdeslizando el palo a lo largo de la cuerda, mientras searrastra a este palo sobre el suelo, alrededor de las dosestacas fijas iniciales. Y mientras, se va marcando el terrenocon la punta de este palo deslizante.

Se conocen otros métodos geométricos prácticos paradiseñar arquitectónicamente óvalos casi indistinguibles de unaautentica elipse geométrica. Un análisis estadístico hamostrado que ninguno de ellos es capaz de dar un ajuste tanpreciso como la elipse geométrica que se da en el Colosseo deRoma (Rosin, Trucco, 2005).

214

Pese a partirse solo de estos dos fragmentos de su

silueta, se puede asegurar que no se percibe,

erróneamente, una elipse inexistente. No se puede tratar

de una consecuencia del azar o de la subjetividad del

observador.

Ambos tramos curvos están muy bien definidos y son de

unas dimensiones considerables. Y sobre una fotografía

cenital, su curvatura y posición se ajusta muy fielmente

al trazado de una elipse geométrica, generada por un

ordenador, en la figura IIII-1. Es importante resaltar la

precisión del ajuste con la trama urbana de estos largos

elementos geométricos, que poseen la curvatura exacta.

Así como las dimensiones y proporciones de la elipse que

es comparable con otros anfiteatros.

Difícilmente se han podido identificar en cerca de 80

hectáreas de la Ciutat Vella 8 tramos de calles con esta

forma de segmento de una elipse, de curvatura y

dimensiones (de 50 y 80 m) ni siquiera aproximadas.

Evidentemente un solo tramo aislado de perfil elíptico,

como el de la calle cardenal Casañas, no tendría

relevancia. Nunca existirían 8 anfiteatros en Barcino.

Pero que dos de estos escasos y largos tramos se sitúen

frente a frente con la orientación y distancia adecuadas,

marcando la silueta de una elipse, sí resulta

extraordinariamente improbable y muy significativo (La P

calculada de una coincidencia casual es inferior a

0.01%).

215

Cortos tramos curvos son mucho más frecuentes. Pero

con calles de unos 4 metros de anchura su perfil resulta

ya tan poco definido que se ajustarían a múltiples

curvaturas. De esta forma se hubieran podido imaginar

también una pluralidad de elipses ilusorias, de diversas

formas o con dimensiones incompatibles con un anfiteatro.

En este caso, sí se puede confirmar estadísticamente la

existencia de una única y exacta estructura elíptica,

cualquiera que hubiese sido su origen.

El eje mayor de la elipse está orientado casi en

dirección norte-sur, oblicuamente con respecto a Barcino.

En su punto más próximo, el hipotético anfiteatro

quedaría solo a unos 80 metros de las murallas.

Grandes estructuras arquitectónicas de planta

elíptica son muy raras y la práctica totalidad de las

plantas de los anfiteatros romanos lo son (Golvin,

Landes, 1990; Gross, 1996). Tipológicamente, una gran

elipse geométrica es la planta característica de un

anfiteatro. ¿Qué otra explicación pueden tener estas

huellas con las dimensiones y forma de un gran

anfiteatro?

Este reciente hallazgo de la silueta de un anfiteatro

en Barcino, buscado, pero inesperado, ha llevado a una

revisión del entorno histórico de esta ciudad en la

Antigüedad, a través de las publicaciones más recientes.

Estas páginas son las consecuencias de la armonización

del hallazgo con lo publicado hasta el momento.

216

Se ha comprobado que la posición de esta silueta,

concuerda con la morfología del terreno, con los hábitos

urbanísticos durante el Imperio, con el conjunto de la

trama viaria conocida, con las características urbanas de

Barcino y con el devenir de los anfiteatros romanos extra

muros en diversas ciudades de Occidente.

Dimensiones de anfiteatros

romanos

Dimensiones

exteriores

Dimensiones del Coso

Eje largo Eje corto Ratio

Colosseo de Roma 189156 1,21Anfiteatro de Cartago182 - -Arènes de Arlés157 108 1,45Anfiteatro de Itálica152,8 130,6 1.20Anfiteatro de El Djem148 122 1,21Arenas de Verona139 110 1,26Anfiteatro de Pompeya 137100 1.37Arènes de Nîmes133 101 1.31

Eje largo Eje cortoRatio

75 441.7

- --

70,6 47,31.49

65 391,66

82 451,82

69 351,97

68 371,83

64 411,56

217

Anfiteatro de Mérida126 102 1.23Anfiteatro de Pollentia 12096 1,25Anfiteatro de Siracusa114 74 1,54Anfiteatro de Tarraco 10986,5 1,26Anfiteatro de Saintes105 92 1,14Anfiteatro de Barcino +/-130110 1.24(Hipótesis)_______________________________________________

Anfiteatros pequeños enHispaniaAnfiteatro de Empúries 9544.5 2,13 Anfiteatro de Segóbriga 7566 1.13Anfiteatro de Carmona 8545 1,88Anfiteatro de Lugo 6964 1,08

- --

68 431,58

61,5 38,51,59

72 401,8

- --

- --

____________________________________

- --

40 341,2

54 361,5

- --

Tabla IIII-1 Dimensiones en metros. Los ratios calculados sonla relación del eje largo de las elipses con el eje corto. Losdatos de dimensiones de los anfiteatros en Hispania proceden deMartín Escorza (2008: 193 y Tabla I). Informacióncomplementaria se ha obtenido de la publicación del congresode Mérida de 1992 (Álvarez, Enríquez, coord., 1994).

218

219

El substrato

geológicoComo hemos ya descrito, en la antigüedad, tanto el Mons

Taber, como Montjüich, eran salientes costeros muy

pronunciados. A sus lados se extendían marismas,

estanques y corrientes fluviales (Bofarull, 1855: 146;

Serra, Sorribas, 1993; Sorribas, Serra, Calafat, 1993;

Ojeda, Guillén, Ribas, 2007; Riba, Colombo, 2009: 34-35,

121 y fig. 32; Juliá, Riera, 2012). Estas pequeñas

penínsulas y otros accidentes, barras arenosas y escollos

rocosos cercanos, se adentraban en el mar.

El promontorio del Mons Taber presentaba al oeste, una

marcada protuberancia lateral, a unos 6 metros sobre el

nivel del mar (Riba, Colombo, 2009: 87, 92, 121 y la

figura 32). Sobre ella el anfiteatro quedaría situado muy

cerca del forum y de una puerta de la ciudad (fig. IIII-

2). Más precisamente, la huella fosilizada del hipotético

anfiteatro está a solo unos 80 m de la muralla, frente a

220

la puerta oeste del cardo maximus. Esta posición, delante

o al lado de la entrada de la ciudad, es relativamente

frecuente en otras ciudades romanas en las provincias del

Imperio (Hauschild, 1982; Jiménez, 1994; Nogales

Basarrate, 2007: 109). El anfiteatro de la cercana Tarraco

está también delante de una puerta de su muralla. En

Hispalis-Italica (Sevilla), Emerita Augusta (Mérida) Lucus Augusti

(Lugo), Legio (León), Asturica Augusta (Astorga) y Saguntum

(Sagunto) y Segobriga (prov. de Cuenca) el anfiteatro

estaba muy cerca y a un lado de la puerta de la muralla.

Así también en Arlés, Bourges, Lucques, Metz, Nimes,

Rouen y Verona.

Al norte del recinto amurallado, otro repecho

elevado a salvo de riadas, cercano al forum y de una

puerta de la ciudad, conectaba a manera de istmo el Mons

Taber, con la muy amplia plataforma del Pla de Barcelona.

Hubiera sido otro espacio muy apropiado para el

anfiteatro, si no estuviera ocupado ya por unas vías

importantes, por el paso de los dos acueductos de la

ciudad y posiblemente por un teatro romano, cuya silueta

parcial se intuye entre la plaza de la Cucurulla, la

puerta del Ángel y las calles del Duc y Canuda (figs.

IIII-2 y IIII-3).

En Segobriga y Emerita Augusta, el anfiteatro forma además

un conjunto monumental con el teatro extra-muros

(Hauschild, 1982). Esta última circunstancia pudiera

darse también en Barcino, si se confirmase aquella posible

221

huella fosilizada de un teatro próxima, apuntada

anteriormente. Huella que ocupa el otro espacio adecuado

para un gran edificio lúdico monumental, de nuevo a salvo

de las riadas y muy cercano al forum.

N

Figura IIII-2. Una plataforma a unos 6 metros sobre el niveldel mar, está elevada sobre los terrenos bajos de Las Ramblas(a la izquierda) y el Merdançar (a la derecha), y comprende laposible posición del anfiteatro muy cercano a la ciudadamurallada. El área del supuesto anfiteatro es de dimensionesconcordantes con el rectángulo del forum (línea de puntos)propuesto por Beltrán de Heredia en la intersección del cardomaximus y el decumanus en el centro del recinto (2011: 215). Porel contrario, destacan las escasas dimensiones del recintoamurallado. Dibujo de Montserrat Valls.

222

Figura IIII-3. La silueta fosilizada sugiriendo

un posible teatro romano. Google Earth.

En la trama viaria del noroeste deBarcino

El anexo fotográfico de "Quaderns d'Arqueologia i

Història del Ajuntament de Barcelona" Nº 5 (2009),

muestra un esquema viario romano que señala la salida de

Barcino por la puerta del cardo maximus en dirección oeste.

El ramal viario sale de la muralla y sigue, por un

muy corto tramo, el trazado de la calle de la Boqueria. Y

al poco, al llegar a la calle dels Cecs de la Boqueria,

se desvía abruptamente para seguir hacia las plazas de

Sant Josep Oriol y del Pi. Evidentemente la vía ha topado

con un obstáculo – lógicamente la silueta fosilizada - y

lo va orillando por su lado este. Siguiendo un segmento

elíptico y marcando la silueta del anfiteatro (figs.

IIII-2 y IIII-4) (Busquets, Espejo, Triay, Ravotto,

Moreno, 2009: 138-139 y su anexo fotográfico).

Esta vía, partiendo desde la calle Canuda, por la

plaza de la Vila de Madrid, pasaje Magueroles, plaza del

Pi y calle dels Cecs de la Boquería, está datada (con su

necrópolis) como vía de comunicación desde el siglo I d.C

223

hasta fines del siglo III. Período que, como veremos,

enmarca la existencia presumida del anfiteatro.

Durante el siglo I a.C., antes de la construcción de

anfiteatro, hay diversos hallazgos arqueológicos que

señalan que la vía Augusta hacia Tarraco pasaba por el

actual mercado de San Antonio y por la calle Hospital,

donde hay un corto tramo datado. Se la suponía seguir en

línea recta por la calle de la Boquería hasta la puerta

de la muralla romana. Para cruzar el recinto amurallado

por el cardo maximus (Busquets et al, 2009). Pero, ya

entrado el siglo I d.C., la vía fue evidentemente

desviada, al parecer por la construcción del anfiteatro

frente a la puerta oeste de la muralla. Este obligaba a

sortearlo para entrar o salir de la ciudad.

Pero a pesar de este inconveniente este lugar tuvo que

ser elegido para el anfiteatro. Posiblemente porque no

existía otra posición libre más apropiada;

suficientemente amplia, con una posición algo elevada,

cercana al forum y a una puerta de la ciudad. Esta era la

situación escogida para los anfiteatros en otras ciudades

romanas.

224

Figura IIII-4. El cuadrante noroeste del recinto amuralladoromano. Según el anexo fotográfico de Busquets et al. (2009).Abajo, en el centro la iglesia de Santa Maria del Pi.

Es razonable pensar que por tal razón se potenciase

la conexión de la puerta oeste del cardo maximus con el

otro camino hacia Tarraco más al norte, cerca de la puerta

decumana norte. Esta transcurría por las calles Canuda y

Tallers, también hacia oeste. Y este enlace tardío

pudiera ser aquella vía que, según los hallazgos de

Busquets et al., desde la calle Canuda pasaba por la plaza

225

de la Vila de Madrid, para llegar a la puerta del cardo

maximus, rodeando al anfiteatro.

Desaparecido el anfiteatro, el enlace directo de la

puerta del cardo maximus con la calle Hospital podía ser

restablecido. Pero Busquets, et al., no disponen de

evidencia histórica ni arqueológica del resto de la calle

de la Boqueria hacia Las Ramblas, el tramo que corta por

la mitad el anfiteatro en estudio (Busquets, Espejo,

Triay, Ravotto, Moreno, 2009: 138-139).

En la época imperial, la posición del

anfiteatro de la hipótesis afectaría también a otro paso

desde la vía romana en la plaza de la Vila de Madrid

hacia el lado oeste de Las Ramblas. Entonces desde las

puertas norte del decumanus y de la puerta oeste del

cardo maximus, se llegaba a la actual plaza del Pi. Y por

la actual calle del Cardenal Casañas, de trazado

elíptico, se alcanzaban Las Ramblas, cruzándolas para

enlazar con la calle de Sant Pau que visiblemente

prolonga Cardenal Casañas, para llegar a Montjüich. Esto

sería rodeando la silueta curva del anfiteatro por su

lado oeste (fig. IIII-4). Durante la Edad Media, junto a

esta vía, discurriría un torrente, del cual hay evidencia

arqueológica y documental (Más, 1914).

En el siglo XIX se descubrieron dos antiguos

puentes sobre Las Ramblas, uno de ellos en el Pla de la

Boqueria y el otro a la altura de la calle de

Portaferrisa. Consta la construcción del primero en el

226

año 1376 (Riba, Colombo, 2009: 56). Pero bien pudiera

tener un origen anterior; un puente o un vado que

enlazaría las calles Sant Pau y Cardenal Casañas, tan

perfectamente alineadas.

Del hipotético anfiteatro solo han quedado visibles

estas huellas fosilizadas por la trama viaria. Estos

segmentos de la elipse habrían perdurado, porque

únicamente ellos formaban parte de dos vías de

comunicación que han permanecido siempre abiertas. Los

restos arqueológicos cercanos y con esta cronología, se

han encontrado de 3,0 a 3,5 metros de profundidad

(Busquets, Espejo, Triay, Ravotto, Moreno, 2009: 138-

139)28.

No se localizan alineaciones que pudieran

corresponder a la otra mitad (sur) de la elipse completa

de un anfiteatro romano. Pero, por simetría, la otra

mitad debiera eventualmente extenderse hasta unos pocos

metros de la calle Ferrán, ya cerca de Las Ramblas.

28 En 1991 se interviene en la casa nº 24 de la calle de laBoquería (Cebriá, A., Carta Arqueológica del Museu d’Historiade la Ciutat, Codi Ajuntament 320/1991). El año 2004 se excavabajo dos casas contiguas, en la calle dels Banys Nous 11 y enCecs de la Boquería 8 (Medina, E., Carta Arqueológica delMuseu d’Historia de la Ciutat, Codi Ajuntament, 285/04).

227

El aforo del anfiteatro y lademografía de Barcino

228

Este supuesto anfiteatro de Barcino tendría capacidad

para más de 10.000 personas. Parecería un equipamiento

demasiado grande, si solo se le comparase con las

dimensiones (10 hectáreas) y con la posible demografía

del interior de su recinto amurallado (del orden de 2000

personas). Sin embargo, en Toletum, con un recinto

amurallado aun menor (7 hectáreas), se conocen su teatro

y circo, de dimensiones considerables (Velázquez, Ripoll,

2000: 533; Sánchez Palencia, 2001).

Por el contrario, la silueta del anfiteatro está

realmente proporcionada cuando se la compara con las

dimensiones del forum y el templo, según los más recientes

planos de Barcino publicado por el Museu d’Historia de la

Ciutat de Barcelona29. El reducido recinto amurallado

pudiera no ser el punto de partida adecuado para estimar

la población total de Barcino, intramuros y extramuros, en

los siglos I a III d.C. Desde su fundación en el siglo I

a.C, las murallas de Barcino quedaron limitadas por las 10

hectáreas disponibles en la plataforma superior del Mons

Taber (Pallarés, 1969). Debido al crecimiento

experimentado durante los siglos siguientes, las primeras

murallas pasaron a ser un elemento no representativo de

la demografía de la ciudad.

29 La más reciente interpretación de los restos del temploaumenta sensiblemente las dimensiones del templo (Orengo,Cortés, 2014)

229

Es bien conocido que durante el Imperio las ciudades

romanas se extendieron extramuros en grandes suburbios.

El reciente hallazgo de esta silueta de un anfiteatro,

los datos sobre los acueductos que hemos tratado, la

importancia de las murallas y el puerto, la evidencia de

un templo realmente considerable, de las domus, de las

inscripciones y esculturas, etc. acentúan la importancia

del estudio de los suburbios de la Barcino imperial y de

la densidad de población de su territorium que, sin darse

datos concretos, anteriormente ya se habían estimado

elevadas (Taradell, 1977: 93-97; Carreras, 1995-6: 59-82;

Puig, 2009: 1-17).

La localización a lo largo del último siglo de

numerosas y importantes villas romanas muy cercanas a

Barcino confirma que su entorno estaba intensamente

poblado.

230

La construcción y el fin del posible

anfiteatro

Los teatros, de origen helénico, se popularizan en Roma

en época republicana. Sus hemiciclos son por lo general

más antiguos que los anfiteatros.

Los primeros anfiteatros se construyen en Italia

durante el siglo I a.C. Pero la gran mayoría de los

231

anfiteatros romanos en las provincias son construidos

durante el Imperio, en el siglo I d.C. Se podría estimar

que el anfiteatro de Barcino fuese erigido a fines del

siglo I d.C, en paralelo con la construcción de los

anfiteatros de otras ciudades. Tal como se ha apuntado

anteriormente, esta datación sería concordante con la

construcción de la vía y necrópolis que pasa por la plaza

de la Vila de Madrid, para orillar después el anfiteatro.

Necrópolis que es del siglo I d.C. al siglo IV.

La desaparición del anfiteatro de Barcino está

probablemente relacionada con su escasa distancia a las

murallas. Golvin, Landes y Pinon observan que en la

Gallia, tras las incursiones y desórdenes de fines del

siglo III, las áreas demasiado próximas a las murallas

fueron despejadas de edificaciones y estructuras que

pudieran servir de refugio para unos eventuales

sitiadores (Golvin, Landes, 1990: 106; Pinon, 1990).

Decía Pinon: “El caso de los anfiteatros cercanos a las

murallas del Bajo Imperio es desconcertante. ¿Cómo

aceptar la presencia de un bastión potencial próximo,

como en Rouen y sobre todo a Bourges o Lucques? Hay que

suponer que en estos casos una buena parte de sus

materiales ya había sido empleada en la muralla, lo que

hacía al anfiteatro más inofensivo, (menos ofensivo). Es

por lo tanto lógico, no solo por razones militares sino

232

prácticas, que los monumentos más cercanos a las murallas

se utilizasen como la cantera preferida”30.

Esta circunstancia afectó a diversos anfiteatros

extra-muros. Sus materiales constructivos fueron entonces

reutilizados para el refuerzo de las murallas, como en

Rouen, Bourges, Lucques y Metz. En Tours parte del

anfiteatro se incorporó a su circuito de murallas

(Salmon, 1857: 216-227). En Frejús el anfiteatro estaba

extra muros casi adosado a la muralla. En Nîmes y en Arlés

se ha conservado la mayor parte del anfiteatro (intra

muros), porque fue integrado en la muralla. En Gerunda

(Gerona) la muralla es reforzada a fines del siglo III

con materiales procedentes de edificios extra muros no

determinados (Canal, J., Canal, E., Nolla, Sagrera, 2010:

36-37). El anfiteatro de Tarraco, en parte excavado debajo

del promontorio donde se elevan las murallas, no

representaba una amenaza para la defensa de la ciudad y

se ha conservado parcialmente. Metz sacrificó los dos

niveles superiores de su anfiteatro, muy cercano a las

murallas. Todos estos edificios estaban extra muros y muy

cerca de una puerta de la muralla. En Verona se construye

30 Le cas des amphitéàtres restés proches des enceintes du Bas Empireest troublant. Comment accepter la présence d’un bastion potentiel àproximité d’un rempart, comme à Rouen et surtout à Bourges ouLucques? Il faut supposer que dans ce cas une bonne partie desmateriaux avait déjà été réemployée dans l’enceinte, ce que rendaitl’amphitéàtre plus inoffensif (moins offensif). Il semble d’ailleurslogique, pour des non seullement raisons militaires mais practiques,que les monuments plus proches des enceintes aient été utiliséescomme carrière de preference” (Pinon, en Golvin, Landes, 1990: 106).

233

una extensión del recinto amurallado para introducir al

anfiteatro dentro de la ciudad, Aventicum (Avenches) es

abandonado, toda la ciudad, incluido el anfiteatro,

servirá de cantera para la construcción de una nueva

ciudad-fortaleza (Bögli, 1984).

Decían Ferran Puig e Isabel Rodà: “parece

imprescindible la redefinición del territorio próximo que

circunda la muralla (de Barcino), con el desmontaje

sistemático de edificios o bien de áreas de necrópolis,

no sabemos si por necesidades de obtener materiales

constructivos, o bien para ofrecer un campo libre de

obstáculos” (Puig, Rodà, 2007: 617).

En los alrededores del posible anfiteatro de Barcino,

los sondeos arqueológicos evidencian construcciones e

intensa actividad urbana hasta el siglo IV. Esta

actividad decae bruscamente durante este siglo. Las

intervenciones arqueológicas y los documentos muestran

que en adelante, hasta el siglo XIII, la mayor parte de

este espacio estuvo ocupado por campos y huertos

(Busquets, Pastor, 2005: 119). Esto permite proponer una

eliminación sistemática, desde fines del siglo III, de

toda clase de construcciones en el exterior inmediato al

recinto amurallado de Barcino, con la consiguiente

recuperación de sus materiales constructivos en la

muralla (Ravotto, 2014). Hasta principios del siglo X, en

una zona un poco más alejada de la muralla, más al norte,

en lo que será la Vil∙lanova dels Arcs Vells, solo se

234

detectan muchos silos y restos de hogares, testimoniando

una ocupación muy ocasional, principalmente agrícola

(Triay, 2012: 120). En el suburbio sudoeste en contacto

con la muralla, la secuencia arqueológica se inicia el

siglo I d.C. y se interrumpe al llegar al siglo IV d.C.

(Belmonte, 2008).

El rechazo cristiano a los juegos de anfiteatros y a

los teatros crece en el siglo IV. Pero en Occidente,

durante este siglo, todavía persiste un notable apoyo

popular a juegos y teatros (Soler, Thelamon, 2008: 71-

77).

Peter Brown, señala que durante el siglo III, “en

muchas provincias del occidente, las prioridades en la

construcción pública cambiaron en una dirección muy

significativa. En muchas partes de Francia y España las

murallas reemplazan teatros, termas y templos como los

edificios públicos construidos por excelencia” (2012; 10-

11).

235

236

Indicios arqueológicos del anfiteatro de Barcino

Solo hay registradas tres intervenciones con suficiente

profundidad y extensión en el área de este supuesto

anfiteatro. En todos los casos se pusieron de manifiesto

estructuras que por su morfología, estratigrafía,

posición y orientación serían de esperar en el

anfiteatro. Pero en su momento, las evidencias materiales

no se pudieron identificar con un anfiteatro, porque no

podía sospecharse su existencia. Las intervenciones del año 2007 en la iglesia de

Santa Maria del Pi

237

En abril y mayo del año 2007 la Direcciò General de

Patrimoni del Govern Catalá lleva a cabo dos catas

arqueológicas en las puertas exteriores de la iglesia de

Santa Maria del Pi. El portal del Avemaría que se abre

hacia el nordeste en la plaza de Sant Josep Oriol y el

portal principal que da a la plaza del Pi al noroeste de

la iglesia. Según dice la memoria provisional de la

intervención, los objetivos eran: “analizar la

cimentación del edificio, la caracterización de los

materiales constructivos, la investigación geotécnica del

terreno en el que se encuentra la iglesia y la

recopilación de información histórica” (Miquel, 2010).

La cata nº 1, realizada en la puerta del Avemaría

que da a la plaza de Sant Josep Oriol, por tanto dentro

del óvalo de las supuestas Arenes, tuvo una superficie de

unos doce metros cuadrados.

Según la memoria de la intervención, esta excavación

arqueológica revela elementos de una cámara funeraria

expoliada. Bajo un arco de mampostería (la UE 105 según

la documentación) y entre paredes que se datan del siglo

XVII, se encontró una gran abundancia de huesos humanos

en desconexión anatómica, con fragmentos cerámicos muy

mezclados y datados desde el siglo I al XVII. Este

estrato tiene una potencia de 0,85 m. Es, evidentemente,

el resultado de rellenar la cavidad de la cámara

funeraria con restos de tumbas y tierras del entorno.

Probablemente se trata de un osario. Los estratos

238

inferiores contienen material cerámico fechado entre los

siglos II al V.

Y en el fondo de la cata, a dos metros de

profundidad, se halla una tumba femenina (en conexión

anatómica, pero sin las extremidades inferiores),

desprovista de ofrendas y de estructuras funerarias. La

tumba se data en el siglo V por algunos fragmentos de

cerámica. Pese a que no se habían agotado los estratos

arqueológicos, se profundiza poco más, solo hasta 2,10 m,

para no arriesgar la cimentación del edificio gótico.

Para este estudio es particularmente interesante la

unidad estratigráfica UE 103. Se trata de un fragmento de

una bóveda de piedra a pocos centímetros debajo del

pavimento de la puerta del Avemaria de la iglesia gótica.

Esta bóveda ya estaba rota, o fue cortada, antes o

durante el siglo XIV (fig. IIII-5). Solo así era posible

la apertura y el pavimentado de esta puerta de la iglesia

gótica.

La bóveda de piedra (UE 103) emerge del cimiento de

un contrafuerte de la iglesia, sin poderse ver donde se

apoya. Para los objetivos de la excavación antes citados,

no resultaba muy relevante una datación estratigráfica

más precisa de esta bóveda. Por otro lado, era crítico

para la estabilidad de la iglesia no extraer materiales

de las estructuras relacionadas con la bóveda, porque

forman parte de los cimientos de la obra. Y esto hubiese

239

sido necesario para conocer los apoyos inferiores o

laterales de esta bóveda.

En la memoria de la excavación se sugiere que tal

bóveda de piedra actuase como un arco de descarga

(Miquel, 2010: 30). Pero esta interpretación parece poco

probable. Una bóveda fracturada no aporta solidez a una

cimentación. Si se hubiese considerado necesario afianzar

mejor los cimientos de la iglesia, hubiera resultado

siempre mucho más eficaz y económico construir un sólido

muro en este lugar.

La probable ubicación del anfiteatro da pie a

reconsiderar bajo otro punto de vista este fragmento de

bóveda. Se considera entonces a la UE 103 como un resto

de otra estructura arquitectónica anterior al siglo XIV,

cuando se construyó la iglesia gótica. Se propone que el

espacio bajo esta bóveda fuese probablemente transitable,

que la bóveda seguía el perfil de un único segmento

circular y que, como sugieren los dibujos estratigráficos

de la excavación, era una bóveda peraltada. Estas

suposiciones concuerdan, de la forma más simple posible,

con lo poco que se ha conservado.

240

Figura IIII- 5. La bóveda (UE 103) en la cata 1. De la memoriade la intervención arqueológica de Mayo del 2007 en el portaldel Avemaria de la iglesia de Santa Maria del Pi. Croquis apartir del dibujo original de Miquel (2010),

La orientación oblicua de la abertura de la

bóveda, de suroeste a nordeste: y su posición, bajo la

cavea del hipotético anfiteatro, aproximadamente

apuntando hacia la arena sugieren que pudiera tratarse de

un fragmento de esta estructura31. También es sugerente

la orientación del esqueleto hallado, con la cabeza hacia

el interior de la iglesia gótica (fig. IIII-7).

31 Se ha comprobado que las estructuras radiales de losanfiteatros no siguen siempre el mismo patrón en laconvergencia de los soportes de la cavea.

241

Extrapolando la curva de lo que resta de la bóveda, se

estima entonces que tendría al menos 2,5 metros de ancho

y 2,5 metros de altura (posiblemente más). Esto llevaría

a un suelo y cimientos para esta estructura muy por

debajo del nivel explorado arqueológicamente y cercano a

la cota del pavimento en el yacimiento cercano de la

plaza de la Vila de Madrid. Se llegaría lógicamente a

estratos anteriores al siglo V32.

La cata nº 2 de esta intervención puso de manifiesto una

inscripción romana reconvertida en altar. Testimonio de

la probable existencia cercana de una iglesia

paleocristiana desconocida (fig. IIII-6).

32 Puede estimarse que durante la excavación de esta plaza en1956, el pavimento de la vía romana estaba a unos 3 metrosbajo el nivel actual del suelo (Beltrán de Heredia, 2007, 50,ver la figura 35). Equivale a unos 5 m snm.

242

Figura IIII-6 Inscripción epigráfica hallada en la cata 2 dela intervención arqueológica del año 2007 en la iglesia deSanta Maria del Pi (Miquel, 2010). Posiblemente reutilizadocomo altar cristiano; con su loculi para reliquias en la partesuperior (Ripoll, Chavarría, 2005: 29-47; Beltrán de Heredia,2010: 44).

La intervención arqueológica en la plaçeta del

Pi nº 2

Una superficie de unos 140 metros cuadrados fue

excavada bajo un edificio al sureste del campanario de la

iglesia. Esta área correspondería las arenas centrales

del hipotético anfiteatro. El motivo de esta intervención

arqueológica preventiva era la rehabilitación de la finca

en cuestión. La excavación fue dirigida por el arqueólogo

243

Alessandro Ravotto y tiene el código MUHBA 060/09. Se

extiende, en varias fases, desde junio del año 2009 hasta

noviembre del mismo año. Por el momento solo hay

publicados datos muy escuetos a través del Anuari

d’Arqueologia i Patrimoni de Barcelona del año 2009 que

sale a la luz en diciembre del 2010 (Ravotto, 2010: 100-

101). Cortésmente y de forma muy profesional, el Sr.

Ravotto ha adelantado al autor información del texto

provisional de su memoria.

Ravotto describe la excavación como un

conjunto estratigráfico complejo, en buena parte medieval

y moderno. Se ha podido documentar ocupación desde época

romana, aunque los niveles arqueológicos se remonten

hasta el siglo XIX. Sobresale una alineación de tres

gruesos pilares rectangulares de opus caementicium. La

orientación de la hilera de pilares coincide con la del

eje menor de la elipse fosilizada, relacionándola así

directamente con la hipótesis del anfiteatro (fig. IIII-

7).

Los pilares tienen una sección de 2x4 pedes

romanos y están separados por un espacio de 8 pedes. Unas

medidas en pies son muy características en construcciones

romanas. La cara superior de los pilares está formada por

una hilada de sillares de piedra formando una superficie

plana.

Era una característica de todas las fossas

bestiarias, bajo la arena de los anfiteatros, estar

244

cubiertas con una tarima de vigas y tablones de madera

con una capa de arena encima. La tarima tenía trampas

practicables para la salida de animales y de trucos o

artefactos escénicos. Se trata de un tipo de pavimento

infrecuente en el exterior que, para la conservación de

la madera, requiere no estar apoyado directamente en

materiales que absorban o transporten humedad. Ni la

tierra, ni la argamasa (opus caementitium) ni el ladrillo

(opus testaceum), por ser porosos y absorber humedad, son

aconsejables para apoyar elementos constructivos de

madera.

245

Figura IIII-7. La orientación de estructuras del interior dela silueta fosilizada de la elipse en las intervencionesarqueológicas de los años 2007 y 2009 en los alrededores de laiglesia del Pi.La bóveda de piedra (UE 103) de la Cata 1 de la intervenciónen el portal del Avemaria de la iglesia del Pi en el año 2007,aparentemente coincide con las estructuras radiales de debajode la cavea de un anfiteatro. (Obsérvese que la pared de lacapilla lateral que da la Porta del Avemaria tiene un marcadosesgo hacia el ábside de la iglesia. Esto condiciona laorientación de la cata.) La Planta simplificada de la cata 1está dibujada a partir de la memoria de Miquel (2010). Los pilares de la intervención en la Plaçeta del Pinº 2 estarián situados dentro de la arena del supuesto

246

anfiteatro y son perpendiculares al eje largo de la elipse.Muy aproximadamente en dirección este-oeste tal como losdescribe Ravotto (2010).

La piedra (en este caso opus certum) era y es todavía

hoy el material preferido por los constructores romanos y

posteriores para apoyar vigas y tableros de madera. En

Italica se encuentran pilares similares, aunque el resto

del pilar sea de ladrillo (opus testaceum) (Corzo, 1994:

209, lámina 11). Estas prácticas, materiales y diseños,

eran de uso corriente. La morfología, la construcción y

la posición de los pilares hallados en esta intervención,

que tienen paralelos en otros anfiteatros, sugieren que

los pilares de la plazuela del Pi pudieran servir de

soporte de la cubierta de madera de la fossa bestiaria de un

gran anfiteatro (figs, IIII-8, -9 y -10).

La concordancia de estos pilares con las

características de un anfiteatro, tanto por su posición,

orientación, dimensionado, morfología, así como por sus

materiales, específicos para soportar un piso de madera,

difícilmente pudiera ser casual. En relación con la

hipótesis del anfiteatro, era de esperar una datación de

los pilares entre los siglos I y III d.C. Pero durante la

intervención arqueológica se supuso, (entonces la única

posible interpretación) que formaban parte de alguna

cimentación no precisada, con una cronología entre los

siglos III y VII d.C. Esta discrepancia obliga a ser

prudentes en la identificación de estas estructuras como

247

pertenecientes a la fossa bestiaria. Por ello se ha estimado

conveniente exponer la situación, esperando que en el

futuro nuevas aportaciones puedan resolver la dificultad.

Figura IIII-8. Uno de los pilares de sección rectangular de laalineación hallada en la intervención arqueológica en laplacita del Pi nº 2 en el año 2009 (Ravotto, 2010: 100-101).

Figura IIII-9. La fossa bestiaria del

anfiteatro de Siracusa (Wikipedia)

248

Figura IIII-10. Anfiteatro de Itálica. Parte central de lafossa bestiaria con los pilares intermedios y los sillares parasostener el sistema de vigas del entarimado según Corzo (1994:209, lámina 11).

Sobre la cronología de la posible fossa bestiaria en el “Pi nº 2”

Los pilares estaban situados dentro de una trinchera que, en las circunstancias del momento, los excavadores solo podían asumir que era de cimentación. Puesto que la trinchera se pudo datar estratigráficamente alrededor del siglo VI d.C., si los pilares fuesen una cimentación, pese a su extraña morfología, se asumió que serían posteriores a esta fecha. Sin embargo, si los pilares fueron construidos en el

amplio espacio abierto de la fossa bestiaria, una alternativa que se introduce con esta hipótesis, no hubiera sido necesaria una trinchera para construirlos, solo un encofradocomo parece ser el caso. Entonces la trinchera existente procedería de una

expoliación posterior. Y hay restos evidentes de tal expoliación en uno de los pilares y en sus restos dentro de la trinchera. Expoliación que sí sería posterior al siglo VI. Pero entonces los pilares serían anteriores, sin entrar entonces en conflicto con la hipótesis del anfiteatro.

249

Debajo de los pilares hay unos estratos de arcilla muy oscura aportada artificialmente desde el litoral (contienen conchas acuáticas). Juliá y Riera describen depósitos marrones de este tipo como “arcillas orgánicas de marisma”, que a poca distancia abundaban a lo largo de La Rambla (Juliá, Riera, 2012: 30). Las tierras más cercanas al anfiteatro, sobre el Mons Taber son rojizas. Son características que sugieren se tratase de un

pavimento artificial. Esto sería inevitable si los pilares se construyesen sobre el suelo oscuro preparado para la fossabestiaria. Pero sería insólito que una trinchera de cimentación se excavase en la arcilla roja del entorno para llegar precisamente a la parte superior de otro estrato también arcilloso y artificial. La estratigrafía, la morfología de los pilares y de la trinchera misma tienden a apoyar la hipótesis del anfiteatro. Adicionalmente, el estudio detallado de la estratigrafía

de los niveles inferiores de esta excavación señala que la secuencia de estratos de arcillas orgánicas de marisma y oscuras concordaría con la construcción de la fossa bestiaria. Así como con la renovación periódica de su suelo. Una fossa bestiaria es realmente un establo subterráneo y mal ventilado. Sería indispensable renovar periódicamente la tierra del suelo. . En el centro del anfiteatro, entre los siglos i y III cuando esta zona estaba ya muy edificada y transitada, los aportes de tierras limpias más cercanos deberíán venir del lecho de La Rambla. En base a restos cerámicos, las capas de este supuesto

piso de la fossa se pudiera fechar entre los siglos I y III d.C. Estos estratos inferiores no fueron interpretados por los excavadores. Basandose, no solo en los pilares sino también en los estratos inferiores, la cronología más probable de la fossa bestiaria, estaría de acuerdo con la hipótesis del anfiteatro.

La calle Cecs de la Boquería

250

Ya se ha descrito como los sondeos arqueológicos

demuestran que vía que sale de la puerta NO de la ciudad

(actualmente bajo la calle de la Boqueria) se desvía

bruscamente, en un ángulo de 90º hacia el N, al llegar a

la esquina con la calle Cecs de la Boqueria. Topa

evidentemente con un obstáculo, de forma elíptica.

Solo puede tratarse del anfiteatro (figs. IIII-2 y

IIII-4) (Busquets, Espejo, Triay, Ravotto, Moreno, 2009:

138-139 y su anexo fotográfico).

251

El término Arenas y la plaza Arenaria

Ponz, Bosarte, Bofarull y Balaguer hicieron referencia a

la plaza Arenaria o de les Arenes (en la expresión

latina). Era la denominación medieval de una plaza de

Barcelona, hoy desaparecida, situada aproximadamente en

252

la encrucijada de las calles actuales de la Boqueria, del

Call, Banys Nous y Avinyó (Ponz, 1778: 78; Bosarte, 1786,

73-76; Bofarull, 1855: 34; Balaguer, 1886, Tomo I: 419-

420). En su tiempo, esta plaza Arenaria ocuparía un

espacio entre el anfiteatro y las murallas, cerca de la

puerta oeste del cardo maximus. Según expone el Museu

d’Historia de la Ciutat de Barcelona en su pabellón en el

Call (plaçeta de Manuel Ribé, s/n), durante la Alta Edad

Media, la plaza Arenaria estaba en el interior del Call

Menor de la judería de Barcelona, frente a la sinagoga.

En toda la Ciutat Vella, solo está localizado el topónimo

Arenes en esta plaza Arenaria, muy cercana a la actual

iglesia de Santa Maria del Pi.

Balil, crítico sobre los escasos indicios y escéptico

sobre la existencia del anfiteatro en 1961, no discutió

la plaza Arenaria (Balil, 1961b: 148-152). Aisladamente

este indicio tendría poca relevancia. Pero en el contexto

de los otros indicios recogidos anteriormente, añade

evidencia para la hipótesis del anfiteatro.

A partir del año 1394, tras la revuelta contra los

judíos, la sinagoga cercana a la plaza Arenaria, en la

actual calle Ferrán, pasa a ser una capilla dedicada a la

Santísima Trinitat. Luego, en el 1492, en el lugar de la

sinagoga se fundará un convento de unas hermanas

trinitarias y en el siglo XVI estará el convento de los

Trinitaris Calçats. Hasta que finalmente, en el siglo

XIX, se convierte en la iglesia de Sant Jaume.

253

De esta forma la plaza pierde la denominación de

Arenaria a fines del siglo XIV y se la llamará plaza de

la Trinitat desde entonces (Bofarull, 1855: 34; Balaguer,

1886, Tomo I: 419-420). La plaza desaparece a lo largo

del siglo XIX.

La iglesia de las Arenas, ¿La más antigua de Barcino?

La huella de un anfiteatro (o Arenas) entorno a una

iglesia dedicada a Santa María, - la iglesia del Pi -

trae inevitablemente a la memoria a la tradicional

Santa María de las Arenas. Relacionando así al

anfiteatro con las tradiciones sobre la iglesia

martirial de Santa Eulàlia de Barcelona.

Ha sido entonces obligado explorar esta

circunstancia. A pesar que, desde el siglo XIV, sin

fundamentos históricos o documentales firmes, se había

intentado identificar a la iglesia de Santa Maria de

les Arenes tradicional, con Santa Maria del Mar.

Es a través de múltiples coincidencias y de una

cascada de indicios, que han ido apareciendo a lo largo

de estos últimos años, que la hipótesis del anfiteatro

se ha afianzado y conduce además a la localización

probable, en el entorno de Santa Maria del Pi, de la

iglesia martirial de Santa Eulalia, patrona de la

ciudad.

254

Esta iglesia paleocristiana, probablemente la más

antigua de Barcelona, se tratará en la última parte del

libro.

Bibliografía

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260

261

262

El Teatro y elCirco

263

Los relieves conservados en el MuseoArqueológico, encontrados en la callede Regomir, prueban que los antiguosBarceloneses se solazaban con lascomedias de Plauto y de Terencio(Arribas, 1962: 37-52).

264

265

Indicios de un teatroAntecedentes

Tras la localización de la huella elíptica del

anfiteatro, resultaba obligada una búsqueda de la silueta

semicircular de un teatro en la trama urbana fosilizada

de Barcino, Una urbs que poseía un considerable anfiteatro

pudiera tener también un teatro, que es una construcción

no tan monumental, más frecuente y por lo general más

antigua.

Pero no se dispone de ninguna información fiable

sobre la localización eventual de un teatro en Barcino

(Almagro, Serra Ràfols, Colominas, 1945: 74). No hay

documentos que hablen de forma concreta de un teatro en

Barcino. Solo nos han llegado algunas, escasas,

referencias epigráficas que tratan de donaciones, o de

limitaciones impuestas a espectáculos, fuesen literarios

o lúdicos en Barcino.

266

Arribas señalaba “Los relieves conservados en el

Museo Arqueológico encontrados en la calle de Regomir,

prueban que los antiguos Barceloneses se solazaban con

las comedias de Plauto y de Terencio” (Arribas, 1962: 37-

52). Estos relieves se encontraron en el siglo XIX, al

derribarse la puerta de la muralla romana, a la salida de

la calle Regomir. Fueron resaltados por Puig i Cadafalch

como indicios de un teatro.

Dada la falta de espacio intra-muros, esta interpretación

de los restos fue descartada por Balil (1964).

La situación fue resumida por Beltrán de Heredia

recientemente, “Siguiendo un razonamiento lógico y

pensando en las dimensiones urbanas reducidas y en su

condición privilegiada de colonia (de derecho romano),

podríamos imaginar que (Barcino) quizás llegó a disponer

de un teatro, que en cualquier caso debió ubicarse extra-

muros (por falta material de espacio intra-muros), pero no

demasiado lejos de las murallas” (Beltrán de Heredia,

2001: 26).

267

268

La huella de un teatro extra muros

La manzana comprendida entre las actuales calles: Duc de

la Victòria, Canuda, Portal del Ángel, y la plaza de

Cucurulla, tiene realmente una forma sugerente (figuras

V-2 y V-3). Gran parte de su silueta tiene un perfil

semicircular, algo achatado, El segmento circular

faltante, para completar el semicírculo característico de

un teatro, está ocupado por un edificio de factura más

moderna.

Se muestran, entre las casas, paredes divisorias

claramente orientadas hacia un centro, detrás de unas

supuestas orchestra y scenae. Se apunta así a la existencia

de cimentaciones, o incluso de algunos muros maestros,

con una disposición radio-céntrica, típica de un teatro

romano. Incluso, en la zona del edificio que ha perdido

su curvatura al reedificarse, queda algún muro divisorio

entre las fincas orientados hacia el centro del supuesto

teatro.

De esta manera puede reconstruirse cerca del 70 % de

la silueta curva de la planta de un posible teatro.

Sin embargo, la convergencia de otras paredes

divisorias hacia un foco no es, en este caso, tan

precisa.

Lo que en este momento se puede observar en este

lugar, son edificaciones posteriores, mucho más ligeras,

269

que pudieran haber usado, y solo en parte, una

cimentación preexistente de gran espesor; revelando,

deformada, la apariencia de la gruesa infraestructura del

supuesto teatro. Según lo sondeado en el entorno, los

niveles de época imperial estarían a 3 metros de

profundidad. Las alineaciones radiales detectadas

pudieran por ello no seguir perfectamente la alineación

de los cimientos o los muros del posible teatro.

Tampoco todos los teatros romanos conocidos siguen

las normas de Vitruvio, en las que la orchestra es un

semicírculo (Gros, 1996: 297). Con frecuencia, la orchestra

es un segmento circular, más o menos delgado, con lo que

el centro de convergencia de los muros radiales queda

retrasado y el graderío resulta algo achatado, como en

esta silueta en Barcino. Tenemos diversos ejemplos de esta

forma de la orchestra en Hispania, como los teatros romanos

de Baelo Claudia, Caesaraugusta y Segobriga.

Vías romanas

N

270

Cota de los 6 m snm Línea de

la costa en el siglo X

Figura V-1. El recinto amurallado de Barcino con lalocalización de los indicios de un teatro y un anfiteatroformando un conjunto monumental.

La orientación de la cavea del teatro, mirando hacia

el oeste, no es la ideal para Vitruvio. Vitrubio

recomienda orientarla al norte, pero con poco éxito en

muchos teatros conocidos. El teatro de Barcino no tendría

entonces una orientación excepcional (Sear, 1990: 249-258

y Vitruvio, 2001: 112-115).

271

Figura V-2. Vista aérea de las posibles huellas de un teatroen el Portal del Ángel. La fotografía no es estrictamentecenital; por lo que hay una cierta deformación debida alparalaje (Google Earth 2009).

Figura V-3. Plano del solar del hipotético teatro en 1854.(Cuarteranos de Miquel Garriga i Roca, nº genérico 11.458 del

272

AHCB). Líneas, nombres de calles o plazas del autor. Laslíneas gruesas son claras alineaciones fosilizadas, las líneasdiscontinuas son extrapolaciones. Son visibles otrasalineaciones más dudosas.

Construcciones de tan grandes dimensiones con una

fachada semicircular son muy escasas durante el Medioevo.

Partiendo de indicios similares recientemente se han

localizado los teatros de Baetulo y de Palma (Moranta,

1997; Padrós, Moranta, 2006: 205-222). Esta silueta

incompleta cumple los demás condicionantes topográficos

esenciales para el teatro de Barcino: - su posición, su

forma y sus dimensiones (figura V- 1).

273

Posición, geomorfología y urbanismo

En el Imperio romano era relativamente frecuente situar

anfiteatro y teatro formando un conjunto monumental

(Jiménez, 1994: 53-74). Fue en consecuencia oportuno

buscar en vistas aéreas del exterior del recinto

amurallado de Barcino la silueta de un posible teatro no

lejos de la huella del anfiteatro.

En la geomorfología de Barcino de estos siglos, el

perfil fosilizado del teatro en estudio queda

adecuadamente situado, sobre la reducida plataforma semi-

elevada cercana al Mons Taber (a 6 m sobre el nivel del

mar). Más concretamente, el teatro ocupa el repecho que

274

conecta, como un istmo, el promontorio rocoso del Mons

Taber con la plataforma pliocénica del Pla de Barcelona.

Muy cerca, pasaban los dos acueductos de la ciudad y

las vías que se dirigen desde la Via Augusta a la puerta

decumana norte en la Plaça Nova y a la puerta oeste del

cardo maximus en la calle del Call (Riba, Colombo, 2001,

figura 33).

No sería posible encontrar otra localización

alternativa en Barcino para un teatro muy cercano a las

murallas y al anfiteatro (ver Riba, Colombo, 2009: fig.

32).

Pero no se han detectado topónimos que tengan

relación con un teatro.

Muchos teatros, particularmente los teatros de origen

griego, se construían aprovechando desniveles del terreno

para apoyar en taludes naturales las pesadas gradas de la

cavea. Pero buscando la comodidad y la cercanía al fórum,

gran parte de los teatros romanos conocidos en Hispania son

pesadas estructuras exentas; situadas dentro o fuera del

recinto amurallado (Jiménez, 1994: 53-74).

Los romanos, a veces, establecían una conexión

significativa entre el forum y el teatro. Cuando se une

el proyecto del forum al del teatro se llega a una gran

monumentalización del área cívica. En algunos casos se

llega a una relación urbanística adicional con las

termas. Este es el caso de Tarraco, Saguntum, Malaca, Urso y

Olisipo.

275

Otros teatros romanos están situados también intra-

muros, pero en una posición más periférica. Entre estos

se encuentran los teatros de Carteia, Baelo Claudia, Acinipo,

Singilia Barba, Italica, Regina, Cartago Nova, Caesaraugusta, y

Metellinum.

Otra situación, urbanísticamente monumental, se da en

las ciudades en donde el anfiteatro forma un conjunto con

un teatro muy próximo. En este caso, por lo general,

ambos edificios están situados extra-muros, pero muy cerca

de la ciudad. Este es el caso de Emérita Augusta. Corduba y

Segobriga. Y esto último es lo que nos han sugerido las

huellas que se encuentran en Barcino.

Aparentemente en Barcino el teatro estaría extra muros,

pero muy cerca del forum y del anfiteatro. La huella

parcial de su hemiciclo se encuentra a unos 200 metros

del forum y a 150 metros de las huellas del anfiteatro. De

esta forma se completa la topografía monumental de Barcino

dentro de un modelo urbanístico frecuente.

Raramente el teatro se encuentra aislado y extra-muros

de la ciudad como en Pollentia. (Hauschild, 1982; Jiménez,

1994).

276

Las dimensiones de la huella del

teatro

Con los años, la lista de los teatros romanos en Hispania

ha ido aumentando. Se adjunta una lista confeccionada con

dimensiones recogidas en las publicaciones de los

Simposios de Mérida en 1980 (Álvarez, 1982), de Sagunto

de 1993 (Ramallo, Santiuste de Pablos, 1992) y del

Congreso de Córdoba en el año 2002 (Márquez, Ventura,

2006). Lista completada con datos publicados en internet.

No se puede afirmar que las medidas exactas fuesen

originalmente siempre en dobles pasos romanos (Los dobles

pasos romanos tienen 1,478 m y son 5 pies romanos).

Quizás porque la periferia de la ruina de un edificio

excavado no siempre queda bien definida y las mediciones

del diámetro en los restos no son entonces posibles o no

pueden ser muy exactas. Tampoco la silueta es siempre un

hemiciclo, limitándose a un segmento de círculo. Esto se

evidencia en algunas discrepancias entre uno u otro autor

sobre las medidas de teatros romanos.

Las dimensiones estimadas de esta silueta de un

supuesto teatro (unos 118 metros de diámetro, o sea unos

277

80 dobles pasos romanos de 1.478 m) son realmente

grandes. Son comparables a las de los teatros de

Cesaraugusta y de Corduba (Jímenez, 1994: 70). Es decir

pudiera ser uno de los teatros más grandes de Hispania.

Pero cabe siempre la posibilidad que el perfil detectado

en Barcino englobe realmente a una cavea de dimensiones

algo menores.

Por un lado, tales dimensiones concuerdan con las de

la huella del anfiteatro, del forum y del templo. Y

también con la capacidad de los acueductos, con la

abundancia de estatuas e inscripciones y con el contexto

histórico de Barcino en la Antiguedad Tardía.

Pero es de nuevo evidente que el recinto amurallado

de Barcino era desproporcionadamente pequeño (10 ha), Una

característica que comparte con Toletum (7 ha) y con Arelate

(20 ha). También ambas ciudades están bien dotadas de

edificios lúdicos monumentales.

Teatros grandes _____________________________________________

____

Caesaraugusta 107,00 m (Beltrán,

1992: 93-118)

Corduba 124,30 m (Ventura, 2002: 99-

148)

Gades 120,00 m (Corzo,

1992: 133-140)

Barcino 118.00 m (Hipótesis)

Teatros pequeños. ___________________________________________

__

Baelo Claudia  60,00 m (ref. wikipedia)

Baetulo 46,00 m (Padrós, Moranta,

2002: 205-222)

Palma 40,00 m (Moranta, 1997)

Pollentia 40,00 m (Orfila, Moranta,

Puig,

278

________________________________________

___

Teatros medianos

________________________________________

___

Bilbilis   78,20 m (Martín-Bueno, Núñez,

1992:

119-132)

Carthago Nova 87,20 m (Ramallo, 2002:

267-290)

Clunia 95,00 m (Gutierréz, de la Iglesia,

Tuset, Subias 2002: 291-310)

Emerita Augusta 86,63 m (Álvarez, 1980:

303-316)

Italica 64,00 m (Corzo, R., 1992: 157-171)

Malaca 62,01 m (Rodríguez, 1992: 183-194)

Olisipo 69,20 m (Fernandes, 2002: 181-204)

Saguntum 79,01 m (Hernández, López,

Pascual, Aranegui, 1992: 25-42)

Segobriga 66,00 m (Abascal, Almagro-

Gorbea,

Cebrián, Sanfeliú, 2002: 311-338)

Cau, 2002: 339-360) 

Regina 53,00 m (Álvarez, 1980: 267-

302)

Singilia Barba 52,00 m (Serrano,

Atencia, 1992: 207-215)

___________________________________________

____

Teatros sin datos ___________________________________________

____

Arcobriga, Astigi, Bigastrum, Carmo,

Carteia, Celsa, Hispalis, Metellinum,

Tarraco, Toletum, Urso.  

  

Tabla V-1. Dimensiones de teatros en Hispania

La antigüedad y continuidad de esta forma

semicircular se puede apoyar en planos de la ciudad del

siglo XVIII y XIX (Figs. V-7 y V-8). Incluso se insinúa

en los planos reconstruidos de la Barcelona del siglo XII

al siglo XVI (Figs. V-4 a V-6).

279

Arqueología

No se conocen intervenciones arqueológicas

significativas, aunque los diversos sondeos realizados en

los alrededores muestran una notable presencia romana en

la zona hasta el siglo IV (Busquets et al., 2005; 2009).

Esta cercana presencia romana queda además de manifiesto

en los restos romanos recuperados en los muros interiores

de las bóvedas antiguas, probablemente medievales, en la

planta baja de una tienda de libros y regalos en la

puerta del Ángel dentro de la silueta estudiada.

En resumen

Existe pues en Barcino una huella fosilizada de una gran

estructura con la morfología, la oportunidad temporal y

social, la ubicación geológica y urbanística y las

dimensiones apropiadas de un teatro romano.

No parece posible que las siluetas del anfiteatro y

teatro, tan próximas y tan características, puedan ser

fruto de la casualidad.

280

El análisis de este característico conjunto de

siluetas fosilizadas sugiere al arqueólogo la huella

indudable de un gran espacio lúdico y monumental extra-

muros de Barcino.

Aunque el probable conjunto monumental de Barcino, -

teatro y anfiteatro –, no sea una evidencia fácilmente

asequible para el gran público, añadido a los demás

indicios, - puerto, templo, domus, acueductos, termas,

lápidas y estatuas - ya bien conocidos, todo nos señala a

una rica y populosa colonia romana durante los siglos I a

III d.C.

281

¿Indicios de un circo?

Según relata el “Diario de Barcelona” del 9 de abril de

1860, se descubrió en la calle Sobradiel, entre los

números 9 y 10 (en el terreno del Palau Reial) un mosaico

282

representando un circo y unas carreras de cuadrigas. Una

vez descubierto por completo bajo la dirección del

arquitecto Elies Rogent, este mosaico medía 7,97 x 3,5

metros.

En el traslado al Palau Sant Jordi se perdió un trozo

importante del costado izquierdo. En 1933 se trasladó al

Museo Arqueológico de Barcelona en donde está expuesto.

Ha sido datado entre los años 310-340 d.C. y se considera

que puede representar una carrera en el Circo Máximo de

Roma (Darder, 1993: 251-281). Aunque algún autor proponga

que representaba el circo de Barcino. Se ha interpretado

que formaba parte de un hipocausto perteneciente a una

domus romana.

Frescos y mosaicos muestran la popularidad de estos

juegos en todo el imperio romano y éste en Barcino en

particular (Arce, 1997: 115-117; Storch de Gracia, 2001:

233-252). Temas circenses y venatorios representan un

porcentaje muy pequeño, pero significativo, del total de

mosaicos tardo-antiguos en el imperio.

Consta que Lucius Miniciii, que conocemos bien por su

donación de unas termas y su acueducto a Barcino,

participa y vence en la carrera de cuadrigas en la 227ª

Olimpiada de los Juegos Helénicos, en el año 129 d.C. Fue

el primer campeón olímpico español, nacido

específicamente en Barcino.

Los documentos muestran que los caballos hispánicos,

por su rapidez, estaban en gran demanda en todo el

283

Imperio para su uso en los circos. Una demanda que

refleja a una gran cantidad de importantes criadores de

caballos de raza en Hlspania. Y que es testimonio asimismo

de la popularidad e importancia de las competiciones

ecuestres en Hispania y en Barcino (Blázquez 2010, 411-

448).

Mientras que los teatros y anfiteatros son

denunciados por los cristianos y sufren un rápido declive

tras el Concilio de Nicea, la caza y el circo siguen

siendo muy populares en los siglos IV y V.

Tal como en el caso del teatro, la posible huella

fosilizada del anfiteatro, estimula la búsqueda de

indicios de un circo en Barcino. De nuevo recurriendo a la

fotografía aérea para investigar la topografía de la

ciudad.

La planta característica de un circo es un largo

rectángulo de unos 300 a 400 metros de largo. Su anchura

puede variar considerablemente, entre 80 y 150 metros,

dependiendo finalmente del ancho de los graderíos. Los

lados cortos del rectángulo podían ser más o menos

curvos.

Detalles de los circos romanos en Hispania se

presentaron en el Congreso Internacional, - El Circo en

Hispania Romana -, celebrado en Mérida del 22 al 24 de

Marzo del 2001 (Nogales, Sánchez, 2001).

En trabajos modernos se dan 325 metros de largo por

110 metros de ancho como dimensiones del circo de Tarraco,

284

(Ruiz de Arbulo, en Nogales, Sánchez, 2001: 143). El

circo de Saguntum medía 354 por 73 metros (Pascual, 2001:

155-174).

Usualmente, en las colonias los circos están situados

extra-muros. El circo de Tarraco, intra-muros, es excepcional.

Morfológicamente, un circo no puede dejar una silueta

tan característica como son las huellas de un anfiteatro

o un teatro. Pero un recinto, un largo perfil viario

prácticamente rectangular con las grandes dimensiones de

un circo, tampoco es usual cerca de una ciudad romana

amurallada.

En la trama irregular de los caminos y calles de la

ciudad medieval y próximo a la ciudad romana, un gran

rectángulo alargado pudiera ser distinguible. Y este

pudiera proceder de la huella de un circo. Un circo en

Barcino estaría sin duda extra-muros.

En las cercanías de Barcino, se ha encontrado un perfil

viario con la forma y dimensiones de un circo romano. Un

perfil viario que al parecer tiene gran antigüedad. Extra-

muros, en el lado oeste de Las Ramblas, no muy lejos de

la ciudad amurallada, las calles Sant Pau y Nou de la

Rambla son paralelas por un largo trecho y definen un

espacio con las medidas correctas, 370 por 140 metros,

aunque pudiera ser demasiado ancho. El espacio de 75

metros entre Sant Pau y Marquès de Barberà, calles que

también son paralelas, es muy probablemente estrecho.

285

Figura V-4. Barcelona hacia el año 1200 d.C. (Banks, 1989:131, fig. 3). A la izquierda, dentro del círculo, perfil deun gran rectángulo en el lugar de las calles Nou de laRambla y Tàpies. ¿Es una posible huella fosilizada de uncirco?

La actual calle de las Tàpies se prolongaba en la

antigüedad hasta Las Ramblas; definiendo con la calle

Sant Pau un rectángulo de unos 300 metros por 100 metros

(Balaguer, 1886: 349). Son unas dimensiones comparables

con las de los circos de Tarraco y Saguntum. Este espacio

en forma de gran rectángulo alargado, fácilmente

identificable entre la calle Sant Pau y la calle Tàpies,

se encuentra representado persistentemente en diversas

reconstrucciones del entorno de Barcelona medieval

(Figuras V- 4 a V-8).

286

Figura V-5. A la izquierda, el mismo rectángulo en el planodel área de Barcelona en el siglo XIII, según A. Cubelles y F.Puig del MHCB (Beltrán de Heredia, 2008: 287).

El plano de Barcelona, con exactitud cartográfica,

más antiguo es un mapa militar que fue levantado por

Cardoso en 1714. Está en la Escuela Técnica Superior de

Arquitectura de Barcelona y de él se hizo una limitada

serie de copias en 1994 que editaron el CCCB y el

Ayuntamiento con Luneberg editores, con el título 10

planols historics. Las siluetas fosilizadas, anteriormente

atribuidas al anfiteatro y al teatro, quedan señaladas

con claridad. La que estudiamos del circo, es una zona de

huertos, y es más confusa. Pero en los planos posteriores

las calles que rodean al posible circo fosilizado son más

claras.

287

Figura V-6. Plano de Barcelona en 1492, reconstruido porSalvador Sampere i Miquel en 1881 (AHCB Nº 2981) antes de losestudios del Dr. Banks. Se ha marcado la posible huellarectangular del circo con un óvalo.

Desde la ciudad romana, la calle Sant Pau conduce en

línea recta a Montjüich pasando muy cerca del lugar de

Sant Pau del Camp (Banks, 1984; 1992 y Beltrán de

Heredia. 2008). Esta calle enlazaba con la calle Cardenal

Casañas. Un rodeo por otra larga calle paralela (c/

Tapies), como los planos señalan invariablemente, era

innecesario. Es notable porque esta segunda calle

paralela es una desviación que duplica a Sant Pau solo a

lo largo de un tramo de estos 300 metros, dibujando así

un gran rectángulo (Banks, 1989: figura 5), equivalente a

las medidas de un circo. Esta silueta aparece en otro

dibujo extraído de la base topográfica de Cubelles y Puig

288

sobre las vías de los alrededores de Barcelona en el

siglo XIII (Beltrán de Heredia, 2008: 287, figura 8); y

reaparece en el plano nº 3 de “Renda i Fiscalitat en una

ciutat medieval” de Orti (Orti, 2000: 115). Posiblemente

ambos fueron inspirados en el plano del Dr. Banks. Según

comunicación personal del Dr. Banks, este rectángulo se

localizó interpretando manuscritos del siglo XII y no

puede considerarse confirmado33.

33 Por internet, Sales y algunos autores han señalado recientemente el trayecto rectilíneo desde el Paseo del Born hasta el interior del mercat del Born como otra posible huellade un circo. En época medieval el área era usada en torneos. Como podrá verse en las figuras V-8 a V-10 se trata de una silueta que parece corta y estrecha para proceder de un circo romano. Pero la posición a lo largo de la playa es similar a la que se propone. Es una observación que debe tenerse presente. Aunque no tenga el apoyo de los antiguos perfiles viarios que se han señalado anteriormente.En esta zona pantanosa existía una larga duna fosilizada de unos pocos metros de altura precisamente bajo el paseo del Born.(Juliá, Riera, 2014).

289

Figura V-7. Plano de Barcelona en 1797 (Anónimo, nº 707del AHCB). Se ha marcado la posible huella rectangular delcirco con un óvalo. Es una zona de huertos.

Pero mucho antes, con una extraña unanimidad, este

mismo rectángulo era ya también señalado en

reconstrucciones de la topografía de la Barcelona del

siglo XV por Salvador Sampere i Miquel en 1881 y en otros

planos de finales del siglo XIX en el AHCB (figura V-7).

No se han localizado sus fuentes. En este plano de la

ciudad antigua de 1492 reconstruido por Salvador Sampere

i Miquel, el extremo oeste de este espacio es curvo, como

en un circo (figura V-7).

A lo largo de los siglos se ha ido conservando este

rectángulo viario en una zona de huertos, sin apenas

edificios, entre dos calles, donde una de ellas forma un

290

desvío para duplicar paralelamente a la otra sin motivo

aparente (figuras. V-5 a V-9).

Figura V-8. Plano de Barcelona en 1806 confirmando elanterior. Procede del Voyage Historique et Pittoresque de l’Espagne deLaborde (1806). AHCB. Se ha marcado la posible huellarectangular del circo con un óvalo. Era una zona de huertos.

En este último caso, lo único sugerente de un circo

es la silueta propuesta por las calles Su extremo levante

tendría una considerable proximidad con el anfiteatro y

con el recinto amurallado de cuya puerta dista unos 200

metros. Su extremo poniente sería cercano al poco

conocido tercer acueducto de Barcelona, descendiendo

desde Montjüich (Miró, Orengo, 2010: 124; Puig i

Verdaguer, 2009: 17).

291

Cerca de Sant Pau del Camp, hay también restos de una

villa romana; pero no se han señalado ninguna relación

con un posible circo u otro edificio público. Y es en la

falda de Montjüich donde se han encontrado restos de

silos e edificaciones. Y donde se ha especulado sobre la

Barkeno ibérica.

La propia lápida de la tumba de Guifré II, el

fundador del cenobio de Sant Pau, por el lado opuesto a

la inscripción medieval, tiene una inscripción romana.

Beltrán de Heredia señala elementos arquitectónicos y

decorativos romanos de los siglos VI y VII en la iglesia

de Sant Pau del Camp (Beltrán de Heredia, 2001: 40 y

2008: 285-286).

Por otro lado esta posición está cerca, y es

paralela, a la línea de la costa de fines del siglo I,

sugerida por los estudios geomorfológicos (Riba, Colombo,

2009). No sería extraño que las primeras carreras de

cuadrigas en Barcino, y otros lugares, hubieran tenido

lugar en un llano cerca de la playa, quizás con una

instalación mínima de madera, antes de la construcción de

un circo más sólido.

En muchos casos, el disponer de un terreno llano, con

las considerables dimensiones necesarias para un circo,

parece haber predominado sobre las consideraciones

urbanísticas. Podría insinuarse que estas instalaciones

fueron construidas por los romanos muy pragmáticamente,

allí donde se daban terrenos fácilmente adaptables sin

292

costosos movimientos de tierras, en lugares bien

comunicados y relativamente cercanos a la ciudad.

Los circos de Arlés y Vienne en Francia están a lo

largo del río. (figura V-10). Se da esta posición, muy

similar a la de Saguntum, paralela a la orilla del mar,

junto a una playa, en el circo de la ciudad portuaria de

Cesarea en Israel. Y, como en este caso, aparece de nuevo

en Leptis Magna, en Libia. También en estas dos ciudades el

circo se sitúa, longitudinalmente, a lo largo de una

playa, no lejos de la ciudad y de su puerto. Tal como

supondríamos en Barcino, fuese en esta posición al oeste de

la ciudad o en la alternativa presentada en el entorno

del Born.

Hay relativamente pocos circos romanos localizados

en Hispania. Constan solo los circos de Corduba, Emerita

Augusta, Toletum, Tarraco, Saguntum, Calagurris, Segobriga,

Italica, Valentia, y el de Mirobriga en Portugal. Este último

era en gran parte de madera. Es entonces difícil

establecer comparaciones significativas sobre el

urbanismo de las ciudades y la posición de los circos

romanos.

El circo de Barcino pudiera haberse construido

tardíamente, cuando los cruentos juegos de los

anfiteatros han perdido aceptación y la ciudad ha

abandonado el brillo y las costumbres del los siglos I a

III. También podría consistir en una gran estructura,

pero en gran parte de ladrillo o adobes (¿calle de les

293

Tàpies?) y con gradas de madera que no se hubiera

conservado.

No sería entonces una estructura monumental. Siendo

hoy solo visible por su huella, que pudo quedar

fosilizada por los caminos que comunicaban a Barcino con

Montjüich.

Por otro lado, es casi seguro que en Barcino se

celebrarían carreras ecuestres, las había en todo el

imperio y más concretamente en Hispania. Y es probable que

se hicieran con el formato de los espectáculos de un

circo romano. Es de esperar que existiese al menos un

lugar apropiado, con las grandes dimensiones y los

mínimos requisitos e infraestructuras de un circo. Pocas

ciudades romanas muestran indicios de un circo y solo en

una fracción de ellas está junto al agua. En algunas

ciudades, el circo se sitúa perpendicularmente o

oblicuamente en relación con la orilla. Pero solo era

fácil de obtener un lugar muy llano, sin pendientes, en

los alrededores de Bárcino-Barchinona paralelo a la línea de

costa. (El Pla de Barcelona es ondulado y en pendiente.)

En su momento, un terreno arenoso a lo largo de la costa,

podía ser muy llano, muy largo y tener poco interés

agrícola.

De los escasos indicios topográficos recogidos no se

puede concluir que en Barcino existiese un circo

monumental. Pero era indispensable intentar localizarlo,

en el contexto de la hipótesis del anfiteatro y el

294

teatro, de una Barcino populosa y rica, con escenas de

cacerías y de un circo representadas en las domus.

Dado la escasa monumentalidad de algunos circos

incluso pudiera ser que se corrieran caballos en

distintos lugares de la ciudad extra-muros. Idealmente a lo

largo de las playas. La zona del Born fue utilizada como

palestra para juegos de armas en la Edad Media y fue

urbanizada en el siglo XIII. En Barcelona, el solar

imaginado para el supuesto circo al oeste de la ciudad

era una zona hortícola bien avanzada la Edad Moderna.

Esta área se urbanizó durante la industrialización del

siglo XIX.

Todo ello, al menos nos permite preferir esta silueta

sugerente en la trama vial urbana de Barcelona: Sin

descartar la sugestión de Sales del paseo del Born. Pero

en cualquier caso se trata de una identificación muy

dudosa, aunque tenga algunos paralelos en otras ciudades

imperiales cercanas (figura V-10).

Los circos, sin la oposición frontal de las

autoridades religiosas; algunos posiblemente construidos

con materiales poco valiosos y ya algo alejados de las

murallas, pudieron ser construidos tardíamente (s. IV o

V?). Pudieron sobrevivir más que el anfiteatro y el

teatro, que eran rechazados por los cristianos. Y con los

siglos, sin dificultad, sus terrenos pudieron volver a

ser utilizados para el cultivo.

295

La colonia romana de Barcino se extiende a lo largo de

500 años o más. A lo largo de un período tan dilatado la

ciudad sufre una evolución considerable. Y algunos de sus

cambios son dramáticos. Su topografía y urbanismo pudo

entonces variar sensiblemente.

Desde el MUHBA se contempla a Barcelona como un

enorme yacimiento arqueológico. No conocíamos con

exactitud diversos elementos urbanísticos que eran de

esperar en una ciudad romana. Hoy por hoy se ha

investigado preferentemente intra-muros, pero aún así se

intenta profundizar sobre las características del forum y

del templo actualmente en discusión. Nos falta la

localización de la basílica y del mercado. Y confirmar

tangiblemente la localización del teatro y del

anfiteatro. El subsuelo puede dar todavía muchas

sorpresas.

Pero nuestro conocimiento de los espacios extra-muros

es todavía inferior. Conocemos necrópolis, vías de

comunicación, centuriación, canalizaciónes, su

agricultura, alfarerías y algunas villas importantes.

Pero apenas conocemos aquellas áreas por donde se

extenderían núcleos suburbiales. Todo ello completará

algún día el escenario de la ciudad romana en la época

imperial. IIuminando mejor la historia de Barcelona.

296

Circo Anfiteatro Forum

Teatro

Línea de costa estimada en los siglos II y IIId.C.

Figura V-9. Las siluetas de los hipotéticos circo,anfiteatro y teatro de

Barcino.

Circo Teatro Forum

Anfiteatro

297

Figura V-10. Maqueta de la Arlés romana según Gros (2008: 43).La superficie del recinto amurallado de Arelate eraaproximadamente el doble de la de Barcino. En este caso, elteatro y anfiteatro están intra-muros. El circo, extra-muros,junto al río, en la esquina superior izquierda. De formasimilar a Barcino, Arelate se extendía extra-muros.

298

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302

303

La primera iglesiacristiana

304

Inscripción romana utilizada como altar en laAntigüedad Tardía. De los cimientos de Santa

Maria del Pi

… partiendo de Francia, Daciano entra enEspaña y atormenta gravemente a Félix,Cucufate y a Eulalia (santos de Gerona y deBarcelona) y a otros, cuyos nombres seríalargo escribir …… tras Zaragoza … Compluto … Elbora … Ávila….... ingresa en la ciudad emérita y derramala sangre matando cruelmente a muchos,entre ellos a Eulalia (la santa de Mérida)….

De la Passio de Communi del siglo VII, tal como figuraen el Breviario Mozárabe, según Fábrega (1954; 29)

305

306

La iglesia martirial de SantaEulalia frente a la puerta oeste de

la ciudad

A partir del 312 d.C. - poco después de la victoria

de Constantino - en todo el Imperio las tumbas de

muchos mártires de gran devoción se fueron

trasladando a una iglesia martirial (martyrium) que se

construía en el lugar de su suplicio (Ponsich, 1770:

183-189; Pla Cargol, 1951: 71-72; Fábrega, 1958: 117-

124; Krautheimer, 1986: 518).

De esta forma, la huella de un anfiteatro (o

Arenas) entorno a una antigua iglesia dedicada a

Santa María, - la iglesia del Pi – ha traído

inevitablemente a la memoria a la tradicional Santa

María de las Arenas, donde se decía se recuperó el

cuerpo de la mártir Santa Eulalia en el siglo X.

Lo usual en Roma era que los martirios, - todas

las ejecuciones -, fuesen públicas (Garrido, 2000:

53-54). De esta forma, durante las persecuciones, los

santos sufrieron su tormento delante de muchos

testigos.

307

Solo así cualquier ejecución tendría socialmente

el efecto aleccionador buscado pragmáticamente por

los magistrados romanos.

Y es por ello que tantos mártires, muchos de

ellos vivos en la memoria reciente del pueblo, se

recordaban y veneraban. En la iglesia de los siglos

IV y V el culto a los mártires era muy

predominante34.

Con frecuencia, los suplicios eran en las puertas

de las ciudades, pero también se relatan suplicios en

los anfiteatros y en los mercados.

Según la cronología de la persecución de

Diocleciano, entre los años 284 a 303 d.C. - entre

los cuales se estima el martirio de Santa Eulalia de

Barcelona - el anfiteatro de Barcino ya estaría en

gran parte destruido por razones militares. Y dado

que en las puertas más importantes de las ciudades se

formaban bulliciosos mercados, lo más probable sería

que Santa Eulalia hubiese sido martirizada delante de

alguna de las puertas de Barcino.

34 33 Veansé: Acta Sanctorum (varias ed.), RUINART, T,. 1689, Acta primorum martyrum sincera, París, (última ed. Ratisbona 1859). SCHWERD, A.,1898-1901,  Lateinische Märtyrerakten, Munich, HENRI QUENTIN, H., 1908,  Les martyrologes historiques au moyen Age, París. GROSSI-GONDI, F., 1919, Principi e problemi di critica agiografica, Roma. RÜTTEN, F., 1955, Lateinische Märtyrerakten und Märtyrerbriefen, 3.ª ed. Münster, GÓNZALEZ, R., 2000, El culto a los mártires y santos en la cultura cristiana, Kalokoricos, 5. QUASTEN, J., 2004. Patrología I.Biblioteca de Autores Cristianos. Y muchas obras más.

308

Las vías de comunicación más populares y

frecuentadas, procedentes del Pla de Barcelona, de la

Gallia o de Tarraco, llegaban a la puerta norte del

decumanus o a la puerta oeste del cardo maximus de

Barcino.

– En cambio, durante el Imperio, la puerta sur

se abría hacia la corta plataforma del puerto. Y de

la puerta este del cardo maximus salían caminos menos

importantes -.

Es al lado de la puerta oeste del cardo maximus,

junto a la iglesia del Pi, donde hasta el siglo XIV

existía la plaza Arenaria (o de las Arenas), De ella

hemos ya tratado, al referirnos al anfiteatro de

Barcino. Y donde abundan los nombres de lugar sobre

Santa Eulalia.

A ello se puede añadir el hallazgo reciente de un

altar tardo-antiguo en los cimientos de la iglesia de

Santa Maria del Pi y la sugestiva presencia del

huerto de La Palma junto a la iglesia del Pi.

De esta forma, dentro de la ausencia de datos más

concretos, la puerta oeste del cardo maximus, que al

menos hasta el siglo XIII fue la puerta medieval de

Santa Eulalia, sería el lugar más verosímil para el

martirio de la Santa. Y por lo tanto el lugar más

probable de su iglesia martirial, que las tradiciones

relacionan con unas Arenas, - que realmente unos años

antes habian estado muy próximas.

309

El huerto de La Palma

Manuscritos del siglo X se refieren a un lugar llamado La Palma en las cercanías del templo de Santa Maria del Pi35. Es decir al oeste de la ciudad y cercano ala puerta de Santa Eulàlia. En diversos lugares, La Palmaaludía a espacios situados cerca de otras iglesias martiriales. Según Duran y Sanpere, La Palma estaría entre Las Ramblas y esta iglesia. Y él se sorprendía que Santa Maria del Pi no fuera una iglesia martirial (1972: 477). Pero al identificarse ahora a la iglesia de Santa Maria del Pi como procedente del templo martirial de Santa Eulalia desaparecería la anomalía.

Una relación antigua, pero olvidada, de esta iglesia con un o una mártir es un nuevo indicio sugerente de que la iglesia de Santa Maria del Pi hubiera podido ser la documentada domus Sanctae Mariae, en donde se recuperó el cuerpo de la Santa el año 878 d.C. Tenemos como ejemplos que sobreviven actualmente en Barcelona:

35 En el año 991 d.C.- simul cum orto quod ipse bonus homo habebatforinsecus prope civitatis Barchinone ubi dicunt ad ipsa palma de sancta Maria deipso pino convicina - (Más, 1914, Vol. 13, Apéndice XXIII: 268). Otro pergamino del 3 de Marzo del año 1018 d.C. hablade una permuta de un huerto y sus pertenencias situado antemuros civitatis Barchinona in termino vel prope de ipsa Palma hecha por Pons,levita (o sea diácono). Es el documento 374 de la “Rubricadels Libri Antiquitatum de la Seu de Barcelona” (Más, 1914, Tomo 9:168).

310

-la calle de La Palma de Sant Just, junto a la iglesia de Sant Just i Pastor de Barcelona, antes iglesia de los Mártires. Documentada desde el año 801 d.C.

-y la calle de La Palma de Sant Genis cerca de la iglesia de Sant Genís dels Agudells en la parte alta de Horta. Dedicada a dos mártires del mismo nombre indistintamente, Documentada desde el año 931 d.C. Como en el caso de Santa María del Pi, se considera que estas dos iglesias están entre las más antiguas de Barcelona. En Sant Just i Pastor se está excavando actualmente lo que se sospecha sería el baptisterio de una primitiva catedral católica del siglo V o VI. La discusión sobre la existencia en Sant Genis de una iglesia anterior a la invasión musulmana sigue abierta.

Indicios arqueológicos de una iglesia tardo-antigua bajoSanta María del Pi

En la cata 1 de la intervención del año 2007, seencontró una tumba femenina a unos 2 metros deprofundidad, orientada hacia el centro de la iglesia delPi (Miquel, 2010). Sepulturas orientadas hacia un lugarde intensa veneración, como la tumba de una mártir, sonuna constante en la Antigüedad Tardía. Una tumba noimplica una necrópolis romana, pero solo se excavaron

a esta profundidad unos pocos metros cuadrados. Esteespacio ha sido un cementerio hasta la época moderna. Yno se dispone de una datación de los abundantes restoshumanos que se hallaron en el osario descubierto por losexcavadores en esta Cata 1. Osario que contienefragmentos de cerámica de los siglos I al XVII. Estamínima excavación no permite confirmar la existencia eneste lugar de una necrópolis durante la AntigüedadTardía. Aunque pudiera haber existido alrededor, a más de2 metros de profundidad, en el nivel de los restos en lacercana plaza de la Vila de Madrid.

En la cata 2 de esta intervención, unos metros en elexterior de la silueta elíptica, formando parte de loscimientos de la puerta principal de la iglesia gótica de

311

Santa María del Pi, se halló un bloque con unainscripción romana, reutilizado como altar cristiano(Miquel, 2010). En su parte superior tiene una cavidad(loculus) para colocar las reliquias (fig. VI-1). SegúnRipoll y Chavarría y según Beltrán de Heredia, en laAntigüedad Tardía se encuentran altares similaresreutilizados (Ripoll, Chavarría, 2005: 29-47; Beltrán de

Heredia, 2010: 44). Es otro interesante indicio de laexistencia de una iglesia tardo-antigua cercana a laactual iglesia del Pi y a la puerta de Santa Eulalia dela muralla, al oeste de la ciudad.

Figura VI-1. Inscripción epigráfica hallada en la cata 2de la intervención arqueológica del año 2007 en laiglesia de Santa María del Pi. Posiblemente reutilizadocomo altar cristiano; con su loculus para reliquias en laparte superior. Fotografía del autor.

312

La calle Argenteria

De la puerta este de la ciudad, donde ahora está la plazadel Ángel salía una vía en dirección noreste queconectaba con la vía Augusta en dirección a la Gallia yRoma. Salía además otra vía en dirección sudeste, con unrecorrido muy similar a la actual calle Agentería. Estavía se ha datado en el siglo I d.C. y ha originadodiversas especulaciones, Pero por la fecha no tiene nadaque ver con la tumba de Santa Eulalia o una posiblecapilla. Ya más tarde, tras los duros episodios de finesdel siglo III, el espacio parece degradarse y durantesiglos una larga lengua arenosa junto a la playa seráusada como una humilde necrópolis. El espacio y sumorfología lacustre está documentado en la Alta EdadMedia y los sedimentos en esta área no ofrecen duda(Juliá, Riera 2014).

La tumba de Teodosio, el hijo de laco-emperatriz Gala Placidia

Según Olimpiodoro de Tebas, - historiador en el séquito

de Ataúlfo, y por tanto contemporáneo a los hechos -,

en el año 413 d.C. muere en Barcelona Teodosio, hijo de

Ataúlfo, rey de los visigodos y de la emperatriz Gala

Placidia (Blockley, 1985: 188-189). Teodosio es

enterrado en una iglesia situada “delante de Barcelona”

( ). Las traducciones del texto en

griego hechas por Blockley y por otros historiadores,

no recogen literalmente el significado de , que en

este caso es adverbio de lugar y debe traducirse como

313

“delante de” o “enfrente de” (Liddell y Scott, 1966:

1465).

Entonces, señalaría una iglesia extra-muros,

cerca de la entrada de la ciudad e inevitablemente

visible al llegar a ésta. Fita traduce el término en

griego como “delante de las puertas de Barcelona” y

Sales como “inmediata a la muralla de Barcelona”. Hasta

este momento se ignoraba la situación precisa de este

templo (Beltrán de Heredia, 2008: 286). Considerando el

entorno histórico, todos los autores, con la excepción

de Mayer (Mayer, 1996: 20-21), atribuyen a santa

Eulalia la iglesia martirial descrita por Olimpiodoro

(Fita, 1900: 254; Duran i Sanpere, 1943: 65-69 y 1972:

22; García Moreno, 1977-1978: 311-321; Sales 2003: 323

y 2004: 53-58).

Santa Maria del Pi está situada a unos 80 metros,

precisamente delante de una de las puertas más

importantes al oeste de la ciudad y junto al ramal que

la conectaba directamente con la Via Augusta. Sería

inevitable ver la iglesia paleocristiana, que debiera

ser antecesora de la iglesia del Pi, al llegar a la

ciudad. Por ello el término “delante de Barcelona” es

la descripción más espontánea que hay que esperar de un

visitante que entra y sale de la ciudad por un camino

importante y transitado regularmente. Como sería

entonces la vía que unía Barcino y Tarraco y la salida del

reducido recinto amurallado hacia los suburbios de la

ciudad (fig. VI-2).

314

Santa Maria del Mar está a unos 250 metros de la

puerta este de la ciudad. Puede aceptarse que en el

siglo V el lugar se considerase relativamente cercano,

pero no tiene una perspectiva que la sitúe “delante de

Barcelona”. No se trata de un lugar de paso hacia la

puerta de Barcino. En su posición, hubiera cabido

esperar que se describiese tal emplazamiento como

“junto al mar”, tal como esta iglesia se encontrará

citada en los manuscritos de los siglos X al XIII.

De esta forma, los usos y costumbres romanos, la

toponimia cercana a la iglesia del Pi, el altar tardo-

antiguo hallado el año 2009 y la traducción

semánticamente fiel del fragmento de la historia de

Olimpiodoro de Tebas del siglo V, contribuyen a sugerir

de nuevo la probable localización de la tumba de santa

Eulalia cerca de la silueta elíptica del anfiteatro. Y

por tanto nos indican la situación más probable de su

iglesia martirial.

Tradiciones

315

Entre los escasos documentos del Archivo de la Parroquia de Santa Maria del Pi sobre su antigua historia, sobresalela narración de Cabanes y Escofet. El manuscrito inédito de Cabanes y Escofet es el más

antiguo que se ha encontrado y el primero que habla de unaiglesia anterior a la actual, en el siglo V (Cabanes, 1840). Todos los demás documentos del Archivo de la Parroquia de Santa Maria del Pi sobre la historia antigua de la iglesia parecen inspirarse en este. Cabanes cita repetidamente a Pujades (sin dar detalles) a

lo largo de su tesis sobre un origen de Santa Maria del Pien el siglo V. Tras esta primera iglesia paleocristiana sehabla de sucesivas reconstrucciones en los siglos VII (¿Lafundación del monasterio de Santa Eulalia de las Arenas por el obispo Quirico que veremos?), IX (¿Tras el duro sitio franco de Barchinona y la recuperación de la tumba de santa Eulalia?) y XI (¿Tras las destrucciones de Almanzor?), antes de la fábrica gótica actual. Sorprende que esta secuencia se pueda correlacionar correctamente con documentación de las distintas épocas que se detallarámás adelante.Cabanes cita específicamente la fecha del 413 d.C. en

relación con la ampliación de una iglesia anterior, obra que se dice fue necesaria por “el crecimiento de la población del arrabal del Pi como consecuencia de la llegada de desplazados por los saqueos de vándalos y alanos” (sic). Siendo así la iglesia más antigua de Barcelona. Pero no se conoce una relación con Ataúlfo y Gala

Placidia ni con la tumba de su hijo Teodosio en el año 413, tal como lo relata Olimpiodoro. Se cita también la placita del Pi detrás del ábside (plaza del escultor Amadeo entonces) como el lugar probable de los restos de la iglesia más primitiva. Hay que observar que muy al principio del siglo V, una

iglesia extra-muros delante de la puerta de la muralla seríamuy probablemente una iglesia martirial. Y que Santa Eulalia ha sido siempre reconocida como la mártir más significativa de Barcelona. Salvo quizás algunas iglesias de Roma y de los Santos Lugares, todas las iglesias cristianas construidas en los siglos IV y V en provincias eran iglesias martiriales.Pero en el Archivo del Pi no se habla de Santa Maria de

las Arenas, ni de la tumba de Santa Eulalia, ni de un posible anfiteatro (Cabanes, 1840; Roca Cornet, 1886; Miralles i Zamora, 1978; Vergés 1992).

316

El conjunto de los escritos en este Archivo Parroquial hace pensar en tradiciones o documentos de algún historiador de años o siglos anteriores a la primera mitaddel siglo XIX. Estos textos no se han localizado. Pero porlo que parece, evocarían parcialmente al estudio que se presenta aquí. Lamentablemente, Cabanes no indica fuentes comprobables más antiguas.

317

¿El primer templo de

Barcelona?

Vinyoles i Vergés señalaban que un templo que fuese

la sede episcopal de Barcino está implícitamente

atestiguado por las actas del Concilio anti-arriano

de Sardica (o Sardis, la actual Sofía en Bulgaria)

que fue presidido por el cordobés Ossio (Hosius) en

318

el 343 d.C. A este concilio asiste Praetextatus como

obispo de Barcelona. (Es el primer obispo

documentado de Barcelona) Según Vinyoles i Vergés no

podría existir un obispo sin tener una iglesia que

le sirviera de sede. El templo mismo aparece

mencionado en una carta de San Paulino de Nola a

Sulpicio Severo del 394 d.C. Todavía hoy se ignora

adonde estaba situado este templo (Ponsich, 1770:

23; Turner, 1930; Vinyoles y Vergés, 1992: 155).

Aquella iglesia que estaba delante de Barcino

según Olimpiodoro, forzosamente debía existir antes

de morir Teodosio, el niño de Ataulfo y Gala

Placidia, en el año 413 d.C. Debía ser ya reconocida

como el lugar más apropiado de Barcino para la tumba

de un príncipe imperial y cristiano, no solo a juicio

de los reyes sino también de los obispos, de la

corte goda y de la población hispano-romana; y esto

requiere su tiempo. Entonces esta iglesia cristiana

ya existiría a fines del siglo IV y debía ser

católica romana, porque Gala Placidia era una devota

cristiano-romana (Orosio, 1982, VII: 27). Y, con

Ataúlfo, el arrianismo de los godos estaría recién

llegado a Barcino. Ataúlfo, su familia, su corte y el

obispo arriano con seguridad estaban instalados intra

muros.

Si al menos una iglesia existía en Barcino

durante el siglo IV y admitiendo que todavía no

existiese un conjunto episcopal intra-muros (Vinyoles

319

y Verges, 1992: 155-170), resulta incluso posible

que durante buena parte del siglo IV y principios

del V solo existiese la iglesia de Praetextatus, la que

también cita Olimpiodoro y que sugiere Cabanes. Y de

esta manera la iglesia martirial de Santa Eulàlia

próxima a los restos de las Arenas de Barcino, pudiera

haber actuado como la sede episcopal de Barcino,

habiendo sido fundada antes del año 343 d.C.

De forma similar se afirma que la iglesia

martirial de Sant Feliu extra-muros fue la sede

episcopal en Gerunda durante la Antigüedad Tardía.

Sant Feliu muere el año 304 d.C. en Gerunda. La

iglesia martirial de Sant Feliu se encuentra a unos

escasos 60 metros frente a una puerta de esta ciudad.

Es un caso parecido y muy próximo a la del martirio

de Santa Eulalia (Pla Cargol, 1951: 71-72).

Según San Agustín y Prudencio, la iglesia

martirial dentro del anfiteatro de Tarraco, que está

también a las puertas de la ciudad, puede

corresponder a Fructuoso, Augurio y Eulogio,

martirizados en el anfiteatro (otro espacio con mucho

público) en el 259 d.C. (Godoy, 1994: 120-182).

La existencia histórica de Santa Eulalia, su

hagiografía o la autenticidad de sus reliquias,

escapan de este trabajo. No se conocen documentos

sobre Santa Eulalia anteriores al siglo VII, e

incluso estos se han cuestionado en ocasiones. Como

tampoco existían restos arqueológicos de tanta

320

antigüedad, diversos autores han aventurado que

Santa Eulalia de Barcelona se trataba de una copia

clónica de la Santa Eulalia de Mérida, difundida por

los conquistadores francos del siglo IX36. Pero

ahora, localizada su iglesia martirial, puede

deducirse con una alta probabilidad, que la devoción

a esta Santa en Barcino o la Barchinona medieval era

muy anterior. Era ya intensa a fines del siglo IV,

solo unos cien años más tarde de la supuesta fecha

de su martirio.

El más antiguo documento sobre Santa Eulalia de Barcelona Prescindiendo de las frases de significado secundario, el

texto latino de la persecución de Daciano en el Breviario Mozárabe (Toledo a fines del siglo VI) dice así:

Primun namque Galliam, ut lupus cruentus intravit (Datianus): ibique exsatiatus sanguine martyrum ac calavera crapulatus, ructans. Spaniam ingressus est: Felices, Cucufatem, Eulaliam et alios, quórum nomina longum est scribere, gravissimis tormentis afficiens, Deo animas consecravit inocuas.

Ac post inde Cesarauigustam, quasi leo frendens, arripuit …. Inde alacri profectu complutensem ingreditur civitatem; protinus pro cuore lac, truncatis corporibus, fundensgeminas margaritas … Iustum et Pastorem a terra ad coelos per feralem impietatem pius Dominus suscepit. Deinde adveniens toletanam urbem … reperit Locadiam. …. Properans atque Elboram, officium omne

36 Esta controversia y sus argumentos se expone en detalle enFábrega y otros autores (Moretus, 1911; Fábrega, 1958: 11-21;Mateos, 2002: 241-261; Berger, Brasseur, 2004: 25-44).

321

praemonet suum. … Statimque, compertum adolescentem quedam nomine Vicentium …, Quem cum Sabina rt Christeter, eius sororibus, in abelensem urbempersequens, digna Christo munera dedicavit. Profectus ab Elbora, emeretensem igreditur civitatem …, multosque, sanctorem crudeliter sanguine fuso, transmissitad Dominum; inter quos Eulaliam, multis cruciatibus multisque verberibus afflictam, igna adplicito, Domine consecravit …. (Fábrega, 1958: 29)……

Por otro lado el Martyrologium Hieronyminianum es un testimonio de que, también se conocía en la Francia central una devoción a tres “Santa Eulalia”. Al menos desde fines del siglo VI, si no antes. Una de ellas con la misma fecha en el santoral que la Santa barcelonesa y otra con la fecha de la de Mérida (Fábrega, 1958: 75-78, Bernal, 1984, 251, 276). ….. Como Prudencio residió en Mérida, la Santa Eulalia de

Merida viene citada en su Peristephanon del siglo IV. Pero no la Santa de Barcino, ciudad que él nunca visitó. A partir de entonces, ambas Eulalias son frecuentes en

martirologios, santorales y misales tanto en España como en Francia, Inglaterra e Italia. Siempre mantienen sus fechas del calendario. Se dan sin embargo confusiones incidentales (Beda, Historia eclesiástica gentis anglorum). Pese a lo inexacto de la transmisión oral, son perceptibles dos tradiciones diferentes sobre su martirio, la tradición mozárabe y la gala. Los obispos denunciaban que, a fines del siglo III, el

Donatismo causaba estragos en la sociedad cristiana. Demasiados fieles buscaban activamente el martirio para alcanzar la santidad. Es el escenario adecuado para que en todo Occidente diversas jóvenes provocasen con su elocuenciay en público a la autoridad negando públicamente la divinidad del Emperador. Las hagiografías de las dos Eulalias, eran diferentes, pero ambas resaltan el ataque verbal a la autoridad. Y, en griego, Eulalia significa elocuente. Posiblemente, Eulalia, se tratase de un apodo que, pocas

décadas antes del reconocimiento del cristianismo por Constantino, reflejaba la razón de los cruentos martirios dedos jóvenes donatistas.

Todo ello son indicios suficientes, que llevan a

proponer que una posible iglesia martirial dedicada a

322

Santa Eulalia hubiese llevado a que la inmediata

puerta oeste de la antigua ciudad romana recibiera el

nombre de esta Santa. Y que a partir de ello calles y

pasajes cercanos, pronto o tarde, recibieran también

este nombre. Sería también razonable esperar que

todos los topónimos tan cercanos sobre Santa Eulalia

compartieran este origen común. Pero será a través de

las fuentes escritas que se llegue a confirmarlo

gracias a la probable identificación y localización

del “Camp de Santa Eulàlia”, cuya posición se

desconocía recientemente. Este es el topónimo

documentado sobre esta Santa con mayor antigüedad (s.

IX).

La hipótesis frecuente del martirio de Santa

Eulalia en una lejana necrópolis, o un aislado

poblado de pescadores cerca de la playa, donde está

ahora Santa Maria del Mar, sería un caso realmente

atípico y fuera del contexto de su época y de su

ciudad. Sin público tal martirio hubiera además

pasado desapercibido, sin generar devoción. Y todavía

hoy no tiene ningún paralelo, ni soporte

arqueológico, documental o toponímico fiable. Estando

por otro lado en conflicto con la geomorfología

antigua del Arrabal del Mar (Juliá, Riera, 2014).

323

Toponimia relacionada con la iglesiadedicada a Santa Eulalia

La elipse del hipotético anfiteatro de Barcino,

fosilizada en el tejido urbano, y que engloba la

iglesia gótica de Santa Maria del Pi, está en

relación con toda una serie de topónimos que apoyan

directamente a la localización de esta estructura

en esta zona.

La huella de un anfiteatro (o Arenas) entorno a

una iglesia dedicada a Santa María, - la iglesia

del Pi - relaciona al anfiteatro con las

tradiciones sobre la iglesia martirial de Santa

Eulalia de Barcelona. Que, como hemos visto sería

muy probablemente la iglesia más antigua de la

ciudad.

Se ha hablado ya de la plaza Arenaria (o de las

“Arenes”) cerca de la iglesia y las murallas, del

324

huerto de La Palma entre la iglesia de Santa Maria

del Pi y Las Ramblas y avanzado la noticia de

múltiples topónimos sobre Santa Eulalia. De esta

forma, la posición del hipotético anfiteatro de

Barcino estaba rodeada de diversos nombres de lugar

recordando a la mártir Santa Eulalia y a unas

Arenas.

Ha sido entonces obligado explorar estas

circunstancias. Es a través de una cascada de

topónimos y de lugares citados en los manuscritos

de la época, indicios que han ido apareciendo a lo

largo de estos últimos años, que la hipótesis del

anfiteatro se ha afianzado y conduce además a

confirmar a Santa Maria del Pi como la localización

más probable de la iglesia martirial de Santa

Eulalia, patrona de la ciudad.

La evidencia que se presentará puede no ser

absoluta, pero sí es una documentación abundante,

coherente y creíble, muy de acuerdo con los demás

indicios en Barcino y con lo acontecido en otros

lugares.

Por otro lado, la alternativa que todavía aún

se defiende – identificando a la iglesia de Santa

María del Mar con Santa María de las Arenas y la

tumba de Santa Eulalia - solo se apoya en

tradiciones aparecidas muy tardíamente (s. XIV) 37. Y37 La referencia más antigua que se tiene sobre la tesis de Santa Maria del Mar como lugar donde se recupera la tumba de la Santa es la inscripción en el magnífico sepulcro en la cripta de la catedral de Barcelona. Es del año 1339 o

325

no concuerda en absoluto con la geomorfología y la

historia del entorno de Santa María del Mar.

Razonablemente, esta iglesia de Santa Maria de

les Arenes debiera proceder del monasterio que el

obispo Quirico (mediados del siglo VII) dedica a

Santa Eulalia sobre la capilla martirial y tumba de

la santa según su himno. Himno que se conserva en

el Breviario Mozárabe (Fábrega, 1958; Conde, 2013).

Siguiendo los usos visigóticos, el monasterio

fundado por Quirico se llamaría entonces Santa

Eulalia de las Arenas. La gran mayoría, casi la

totalidad, de las iglesias visigóticas toman el

nombre de un Santo y el de un lugar. Eulalia

indicaría la dedicación del templo a la Santa. Y de

las Arenas indicaría el antiguo entorno del

monasterio. Allá donde habían estado las Arenas (el

anfiteatro) de la ciudad romana hasta fines del

siglo III y donde todavía estaba la plaza Arenaria

(estuvo hasta el siglo XIV).

Posiblemente por la llegada de los musulmanes

a principios del siglo VIII, la tumba fue

cuidadosamente escondida. Como el nombre de Eulalia

hubiera delatado a la tumba de la Santa, así el

supuesto monasterio de Santa Eulalia de las Arenas

posterior. Más de un milenio después de su martirio y 450 añosdespués de la recuperación del cuerpo de la Santa en la Domus Sanctae Mariae Virginis. Hasta ahora se había supuesto que Santa María de la Arenas tenía relación con su proximidad a la playa.

326

pasó a ser la parroquia de Santa María38. Santa

María siempre ha sido objeto de respeto y devoción

por los musulmanes. Así pudiera haberse originado

el nombre tradicional de Santa María de las Arenas.

Aunque sorprende que este nombre no se haya

encontrado documentado antes del siglo XIV.

Se conoce que Barcelona fue rendida sin

oposición a los invasores musulmanes. A lo largo de

sus conquistas el pacto de sumisión preveía que

algún templo se respetaría para el culto cristiano.

La tumba es olvidada y no será recuperada

hasta el siglo IX por el obispo Frodoino en la

domus Sanctae Mariae Virginis39. Las actas que documentan la

recuperación de la tumba hacen constar que el

hallazgo fue posible gracias a los recuerdos de un

monasterio y de un himno a la Santa. Muy

posiblemente los del obispo Quirico.

38 Era relativamente frecuente que las iglesias de los monasterios fueran usadas como parroquias.39 Manuscritos 105 Sanctorale (Flores Sanctorum) fols. 72c-73c., el 104Sanctorale primum seu vetustius, fols. 197b-199c y el manuscrito 108 Sanctorale (pars tertia) fols. 74r-77r. Fábrega considera las copias fiables (Fábrega, 1958).

327

328

Sobre Sancta Eulalia y la terra de Sancta

Eulalia

La puerta oeste del claustro de la Catedral siempre

se ha llamado “porta de Santa Eulàlia”. Todavía se

329

llama hoy “baixada de Santa Eulàlia” a la calle que

desde esta puerta de la Catedral, desciende hacia la

calle del Call.

Actualmente se llama “del Arc de Santa Eulàlia” a

uno de los callejones transversales que parten desde

la calle de la Boqueria hacia la calle Ferrán. Esta

pequeña calle estaría prácticamente en contacto con

el primitivo solar del anfiteatro.

Es solo a partir del siglo XIV que la antigua

calle de Santa Eulàlia pasa a llamarse calle de la

Boqueria (Bofarull, 1855, 35; Pi, Arimón, 1854, 219).

Bofarull explica que la porta de Santa Eulàlia de la

muralla romana estaba al principio de la calle

medieval de Santa Eulàlia. Y añade algo más adelante

que el Castell Nou, del cual formaba parte la Torre

de Catón, se llamó también prisión de Santa Eulalia.

Todos estos lugares estaban junto a la puerta oeste

del cardo maximus sobre la actual calle del Call

(Bofarull, 1855: 197 y 218; Balaguer, 1866: 400).

330

La puerta de Santa Eulàlia de la muralla romana

En los siglos XIII a XV, en versiones tardías de tradicionesmás antiguas (la Crónica de Sant Pere de les Puel∙les y el Llibre dels Reis), se interpreta equivocadamente que la puerta de Santa Eulàlia es la puerta este del cardo maximus, en vez de la puerta oeste. Junto a esta puerta, erróneamente nombrada, estaba situada la plaça del Blat o del Froment. De esta forma se sitúan por error, tanto un milagro tradicional durante la traslación del cuerpo de la Santa a la catedral, como la ubicación de los terrenos donados al monasterio de Sant Pere de les Puel∙les por Ludovico Pio. Laanomalía es claramente perceptible en Balaguer, que recoge diversos documentos sin analizarlos, y por ello se contradice sobre la posición de la puerta de Santa Eulàlia (Balaguer, 1866, I: 59-61, 125-126, 400). Cualquier versión que recoge fielmente la toponimia más antigua es probablemente la más cercana a los hechos.

Figura VI-2. Lugares citados en Barcino y su entorno. 1- Catedral de la Santa Creu y de Santa Eulàlia, 2-

Iglesia de Santa Maria del Pi, 3- Iglesia de Santa Maria delMar, 4- Monasterio de Sant Pere de les Puel∙les, 5- Monasteriode Santa Eulàlia del Camp según Duran i Sanpere, 5’-Monasterio de Santa Eulàlia del Camp según Fábrega, 6 y 7-

331

Posición aproximada de citas de la terra de Sanctae Eulaliae, 8-Situación aproximada de citas de la terra de Sanctae Mariae, 9-Huerto o lugar de la Palma, 10- plaza Arenaria, 11- Puerta deSanta Eulàlia del claustro de la Catedral, 12- Baixada deSanta Eulàlia, 13- Calle de Santa Eulália (hoy de laBoquería), 14- Pasaje de la Volta de Santa Eulàlia, 15- Puertade Santa Eulàlia, 16- Prisión de Santa Eulàlia, 17- Plaza dela Vila de Madrid, vía y necrópolis romana.

Abajo, a la izquierda, se ha marcado la zona queacumula los topónimos de “Santa Eulália” anteriores,entorno al supuesto monasterio de Santa Eulalia de lesArenes .

En la parte superior está señalada la zona relacionadacon los topónimos que tienen una relación con el “Camp o Terrade Santa Eulàlia” que, como se propone más adelante,englobaría los terrenos donados al monasterio anterior.

La terra de Sancta Eulalia

Era imprescindible para todo monasterio contar con

suficientes terrenos agrícolas para su subsistencia.

Y para que los monjes pudieran cumplir con la

norma benedictina fundamental - ora et labora -, sus

terrenos debieran estar cerca del monasterio (antes

templo martirial) de Santa Eulalia. En este caso los

terrenos tuvieron que ser cedidos o donados por el

obispado del fundador Quirico. En realidad este sería

el esfuerzo más esencial y costoso para la fundación

de este monasterio. Unos terrenos que, con toda

naturalidad, serían llamados el Campo de Santa

Eulalia (o ager Sanctae Eulaliae, o terra de Sancta Eulalia) en

332

los documentos medievales. Esta sencilla y razonable

explicación del origen del Campo de Santa Eulalia no

había sido propuesta hasta el momento. Y resultará

ser la llave para localizar topográficamente al

monasterio de Santa Eulàlia y a estos sus campos.

Las tierras donadas al monasterio por Quirico (el

Camp de Santa Eulàlia) debieran haber revertido al

obispado al abandonarlo los monjes y transformarse

aquel primer monasterio en la parroquia de Santa

María en la llegada de los musulmanes.

Incorporadas al conjunto de las demás propiedades

del obispado, aquellas antiguas tierras del

monasterio fundado por Quirico podrían haber seguido

siendo conocidas durante siglos como el ager o terra de

Sancta Eulalia. Documentalmente, incluso aparecen hasta

mediados del siglo XI, como del “mismo campo” (de ipso

campo) cerca de otra iglesia posterior, también

dedicada a Santa Eulalia, al norte de Barcelona

(Santa Eulàlia del Camp).

En la figura VI-II, figuran con su posición

aproximada diversas huellas del Camp de Santa Eulàlia

en la documentación Altomedieval,

- (Llamadas11 a 16) Gracias a la existencia de los

muchos topónimos ya descritos sobre esta Santa en las

cercanías de Santa Maria del Pi,

333

- (4) En relación con la donación de terrenos al

monasterio de Sant Pere de les Puel∙les por su

fundador Ludovico Pio (Diago, 1603)40,

- (5 o 5’) A partir de la situación aproximada de la

posterior iglesia de Santa Eulàlia del Camp.

- (4. 6, 7 y 8) Gracias a. un documento notarial de

Sant Pere de les Puel∙les del año 991 (Más, 1914,

Vol. 13: 260-261, Apéndice XXIII; Abadal, 1926-1952,

Vol. II: 323)

.

La situación de Santa Eulàlia del Camp

En el año 874 d.C., el obispado de Barcelona presenta unaquerella ante el rey contra Recosindo por una muy anterior usurpación del Camp de Santa Eulàlia, cuando era obispo Juan. Esto sitúa el expolio del Camp de Santa Eulàlia antes del año 858 d.C., que según Abadal es cuando Adaulfo sucede a Juan en el obispado (Abadal, 1926-1952, Vol., II: 349-350). El pleito se extiende pues desde mediados del siglo IXhasta el año 878 d.C., en el que el rey decide a favor del obispado (Ponsich, 1770: 190-192; Flórez, 1775a: 182-184; Abadal, 1926-1952, Vol. II, 1ª parte: 430-433). .

Santa Eulàlia del Camp se crea el año 874 d.C., durante el sínodo de Attigny (Fábrega, 1958: 95). se funda, de nuevaplanta, y es la segunda iglesia dedicada a ésta en Barcelona. Y el obispado la sitúa donde se sospechaba vagamente que había estado su tumba, en el Camp de Santa Eulàlia. Sin duda, la posición de Santa Eulàlia del Camp contribuye a situar topográficamente al Camp de Santa Eulàlia.

40 Las copias de la Crónica del monasterio de Sant Pere másconocidas son inconsistentes topográficamente y semánticamente. La referencia de Diago a la donación de terrenos por LudovicoPio es con mucho la más fiable, al no utilizar topónimoserróneos y anacrónicos.

334

El episodio del pleito del obispado nos ha documentado al Camp de Santa Eulàlia antes del año 858 d.C. Es pues anterior a la iglesia de Santa Eulàlia del Camp, fundada el año 874 d.C. No es entonces posible que el Camp de Santa Eulalia tomase su nombre a partir de esta segunda iglesia dedicada a la Santa. Aunque ésta es una tesis que se ha mantenido con frecuencia, Cronológicamente es sin dudaal revés. La iglesia toma el nombre de Santa Eulàlia del Camp por estar en el campo del mismo nombre. Y los documentos posteriores también lo sugieren

La iglesia de Santa Eulàlia del Camp no estálocalizada con precisión arqueológica. Está documentada desde el año 986, citando a un lugar como “que está junto aSanta Eulàlia extra muros”41. Este manuscrito es el documento 3del diplomatario de Pardo i Sabartés. Y, de nuevo en el año 1029 d.C. “delante de la puerta de Barcelona en el lugar llamado del mismo campo”11.

Y en otros dos documentos fechados en 1080 y 1125 d.C. se refieren a lugares con las mismas palabras,- “en el lugar que llaman del mismo albañal, que esta junto a la misma vía, la cual prosigue junto a la nombrada Santa Eulàlia”42, en el Fondo de Santa Ana del Archivo Diocesano de Barcelona. Los dos están resumidos por Alturo como los documentos 115 y 196. Es un posible indicio de que la iglesia de Santa Eulàlia del Camp estaba situada muy cerca del Merdançar, y en su parte alta, porque en estos años el Merdançár ya había sido desviado aguas abajo. Fábrega sitúa la iglesia cerca de la riera y puerta de Jonqueres (Fábrega,1958: 95-101). Pero Duran y Sanpere la supone cerca del Arc de Triomf unos cientos de metros más al este, cerca del Portal Nou (Duran i Sanpere, 1972: 468, 526). Aunque, como Fábrega, señala que en el año 1293 d.C. los monjes abandonanel monasterio por la insalubridad del lugar. Lo que evoca denuevo una cercanía al Merdançar. Jaspert la sitúa al “norte de Barcelona” como Fábrega, pero en su figura 1 está situadamás al este, en concordancia con la tesis de Duran i Sanpere(Jaspert, 1993: 195). Pero ambas son ubicaciones totalmente compatibles con la posición estimada del Camp de Santa

41 - qui est ad Sancta Eulalia foris muros - (Pardo, 1994: 30-33) 42 - in loco qui vocatur ad ipsa clavaguera, qui est ad ipsa via, quae pergit iuxtasanctae Eulalie praedictae - (Alturo, 1985: 135, 211).

335

Eulàlia en este estudio. Aparentemente la posición en el portal de Jonqueras

medieval (el punto 5’ en la fig. VI-2) concuerda mejor con “delante de la puerta de la ciudad de Barcelona” y con “en el lugar que llaman del mismo albañal”. Y no otorga una extensión tan considerable al Camp de Santa Eulàlia.

Por otro lado, el testamento de Sendred Livol, del año 1054, dice “y concedo a mi nieto Poncio mi mismo alodio que tengo en Santa Eulália del mismo campo”24. Pero unas décadas antes una señora Livol (livol femina) poseía unos terrenos en este entorno, al oeste del monasterio de Sant Pere de les Puel∙les según un documento del año 991 (Más, 1914, Vol. 13: 260-261, Apéndice XXIII). Si fuese el mismo terreno, como sería razonable conjeturar, Santa Eulàlia de ipso campo debiera estar realmente cerca del portal medieval de Jonqueres.

En la lista de propiedades en el manuscrito del

año 991, tanto las tierras del predicto monasterio Sancti

Petri, como la terra de Santa Eulalia y la terra de Santa Maria

tienen un origen eclesiástico. Nos aparecen como unos

jalones relacionados con el obispado, que definen

esta franja de terrenos orientada de este a oeste, al

norte de la ciudad43. Coincidiendo con la donación de

Ludovico Pio para la fundación del monasterio de Sant

43 De este a oeste desde el monasterio de Sant Pere de les Puel∙les, un alodio perteneciente a Sant Pere entre dos vías importantes, en contacto por el oeste con un terreno de la terra de Santa Eulàlia. De nuevo al oeste de esta terra de Sancta Eulalia,un terreno de Sant Pere que tiene a su vez al oeste otra terra de Sancta Eulalia. Hay un, o unos, límites no localizados y de nuevo hay citada una viña y una aldea de Sant Pere. Tras otroslímites no identificados aparece un terreno de Sant Pere que linda con la terra de Sancta Maria, probablente del Pi, al tener untorrente al norte. Los sondeos muestran que junto a la calle Cardenal Casañas corría un torrente durante el Medioevo. (Más,1914, Vol. 13: 260-261, Apéndice XXIII; Abadal, 1926-1952, Vol. II: 323).

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Pere de les Puel∙les. Y cercanos o inmediatos al

presunto monasterio benedictino de Santa Eulalia de

las Arenas frente a la puerta oeste de la ciudad. Así

como inmediatos a Santa Eulàlia del Camp, al norte de

Sant Pere.

Prudentemente entonces, se puede aceptar que se

da una probabilidad nada despreciable de que el Camp

de Santa Eulalia original se extendiese desde las

cercanías de la iglesia del Pi y de la plaza

Arenaria, hasta cerca del monasterio de Sant Pere de

les Puel∙les.

Mientras que por otro lado, considerando la falta

de topónimos, los documentos, - la topografía, - la

geomorfología del entorno de Barcelona del siglo VII

al siglo XI y la ausencia de otros indicios fiables

en el este de la ciudad, en este momento no es

posible considerar a una alternativa creíble para el

Camp de Santa Eulàlia en el entorno a Santa Maria de

Mar (Juliá, Riera, 2014). Y por tanto tampoco se

pueden imaginar allá el monasterio fundado por

Quirico, la tumba de Santa Eulália y la tradicional

iglesia de las Arenas, Y por tanto tampoco tiene

fundamento la existencia de un anfiteatro en el

arrabal del Mar.

En manuscritos de los siglos IX a XII solo

conocemos dos iglesias en Barcelona dedicadas a Santa

María, la del Pi al oeste de la ciudad y la del Mar

al este. La domus Sanctae Mariae Virginis debe ser la una o

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la otra. Los documentos mismos no permiten dilucidar

directamente cual.

La posibilidad de que Santa Maria del Pi pudiera

ser la domus Sanctae Mariae Virginis solo había sido

estudiada por Fábrega. Pero en 1958 se conocía muy

poco de lo escasamente habitable que era el entorno

de Santa Maria del Mar entre los siglos VI y IX. Y

Fábrega no lo consideró decisivo. Tampoco pudo tener

presente este poco conocido texto de Olimpiodoro, ni

la hipótesis de unas Arenas en el lugar de Santa

Maria del Pi (Fábrega, 1958: 111). Sin ser

ciertamente absoluta, la evidencia actual a favor de

Santa Maria del Pi es abrumadora.

Hasta ahora, no había sido posible localizar

topográficamente, de forma verosímil al anfiteatro de

Barcino, ni a la primera iglesia martirial de Santa

Eulalia, a la iglesia mencionada por Olimpiodoro de

Tebas a principios del siglo V, a la iglesia-

monasterio de Santa Eulàlia fundado por el obispo

Quirico, a la domus Sanctae Mariae y a Campo de Santa

Eulalia, todos ellos conocidos por los documentos o

por las tradiciones. Tampoco se había podido situar

la iglesia conocida como Santa Marie de las Arenas en

tradiciones tardías.

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