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ACCESIBILIDAD A LOS SERVICIOS PÚBLICOS Y EQUIDAD. LOS PARADIGMAS DE LA EXCELENCIA PARA LA CONSTRUCCIÓN DE POLÍTICAS PÚBLICAS “TRIPLE E” Autor: Alejandro M. Liberman Procedencia: Buenos Aires, Argentina 1) Introducción “La política sin visiones, sin proyectos no es política”. (CLARKE: 1996) Al referirnos a los servicios públicos, a su correspondiente acceso y a la equidad en la prestación de los mismos, definitivamente los esfuerzos y la construcción estratégica de éstos deben incidir sobre aquél que los recibe. Desde ya que las restricciones presupuestarias (de presupuestos públicos, en general, abultados y poco debatidos), impactan en la creación y sostenimiento de la prestación histórica, violando así algunos principios objetivos del derecho público en detrimento de la población receptora de aquellos servicios públicos. Tanto el servicio como manifestación prestacional brindado o asegurado por la organización pública como las consecuencias derivadas de la prestación, sea la equidad la accesibilidad y por ende la “Triple E”, entran en debate 1

ACCESIBILIDAD A LOS SERVICIOS PÚBLICOS Y EQUIDAD. LOS PARADIGMAS DE LA EXCELENCIA PARA LA CONSTRUCCIÓN DE POLÍTICAS PÚBLICAS “TRIPLE E”

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ACCESIBILIDAD A LOS SERVICIOS PÚBLICOS Y EQUIDAD. LOS

PARADIGMAS DE LA EXCELENCIA PARA LA CONSTRUCCIÓN DE

POLÍTICAS PÚBLICAS “TRIPLE E”

Autor: Alejandro M. Liberman

Procedencia: Buenos Aires, Argentina

1) Introducción

“La política sin visiones, sin proyectos no es política”.

(CLARKE: 1996)

Al referirnos a los servicios públicos, a su

correspondiente acceso y a la equidad en la prestación de

los mismos, definitivamente los esfuerzos y la construcción

estratégica de éstos deben incidir sobre aquél que los

recibe.

Desde ya que las restricciones presupuestarias (de

presupuestos públicos, en general, abultados y poco

debatidos), impactan en la creación y sostenimiento de la

prestación histórica, violando así algunos principios

objetivos del derecho público en detrimento de la población

receptora de aquellos servicios públicos.

Tanto el servicio como manifestación prestacional brindado

o asegurado por la organización pública como las

consecuencias derivadas de la prestación, sea la equidad la

accesibilidad y por ende la “Triple E”, entran en debate

1

desde que los modelos gerenciales o pos-burocráticos

aparecen en escena, desvirtuando recicladas prácticas, en

donde el beneficiario era un sujeto pasivo, sin voz y

sumisamente denostado dentro del sistema prestacional

público burocrático.

La Sociedad de la Información acerca las realidades desde y

entre los polos e instala, para el caso estudiado, los

estándares que las personas poseen en cuanto a la

prestación y accesibilidad que tienen de los servicios

públicos que les proveen en diferentes y distantes sitios.

Hete aquí la novedad. La comunicación e información

incremental implican inquietudes y tienden al desarrollo, a

la gobernabilidad y a la democratización.

Es por ello que los esfuerzos por incluir en las agendas

públicas el tema del servicio público de calidad, implica

un nuevo paradigma beneficioso y productivo para las

sociedades, en este caso, para las latinoamericanas.

Ciertamente el proceso está en ciernes y la tipología de

las “Tres E” aún colisiona entre sí, apenas intentamos

ofrecer servicios públicos de calidad, asequibles y

próximos.

Invertiremos en este documento los argumentos necesarios

para colocar al “servicio público” en una palestra

preponderante en cuanto a la construcción de políticas

públicas democráticas, equitativas y, por sobre todo,

sostenibles.

“La Excelencia, más que un acto aislado, es un hábito”

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ARISTÓTELES

Prestar un servicio público de calidad es sinónimo de

respeto. Respetar a alguien es tratarlo de acuerdo a su

dignidad. Esta dignidad propia requiere de los demás un

comportamiento adecuado, de modo que las faltas de respeto

voluntarias representan injusticias, por incumplimiento de

ese deber. En cambio, donde hay respeto reina un ambiente

cordial y amable entre los unos y los otros.

El reconocimiento de la dignidad humana y de su protección

forma parte de las constituciones modernas y como tal se ha

transformado en derecho constitucional común europeo. La

influencia de la Declaración de Derechos Humanos de

Naciones Unidas ha quedado anclada en el artículo 1.1 de la

Ley Fundamental, donde declara, “todos los seres humanos nacen

libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y

conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros”.

Se encuentra igualmente en el artículo 10.1 de la

Constitución Española al comienzo del título sobre

"derechos y obligaciones fundamentales". La dignidad humana

es parte integrante de las modernas constituciones de

Europa y así mismo se hace referencia a ella en el artículo

1 y 2 del Proyecto de Tratado de la Constitución para

Europa como uno de los valores de la Unión (MERTEN:2004).

El contenido de la dignidad puesto en el servicio público

tiene distintas vertientes. A nosotros nos va a importar la

dimensión política-social (GARCÍA:1997).

3

Este concepto tiene su origen en la antigua Roma, cuyos

vestigios más reconocidos se emparentaban con la noción de

una determinada forma de vida ligado, ante todo, a la vida

política, e impregnado por un fuerte carácter moral y

secular, restringido al prestigio de los principes rei publicae.

En tal sentido, la unión indisoluble de esa dignitas de sello

aristocrático con la res publica muestra que el derecho al

poder que se manifiesta en aquel concepto, está limitado:

hay, a lo menos en la idea, un equilibrio entre el derecho

al poder de la persona y el de la comunidad. La dignidad

del individuo encuentra su límite en la libertad del otro.

Y, por otra parte, ese derecho de la persona no puede

separarse del deber, de la responsabilidad adquirida. La

dignidad obliga, y cuanto más alto es su grado tanto mayor

el deber.

El sello aristocrático y determinado en gran medida por la

persona, está tan alejado de la igualdad ciudadana de la

democracia ateniense o del estado burocrático moderno, como

de la monotonía sin rostro y la dependencia del ciudadano

en la monarquía absolutista o en el Estado totalitario. Aun

cuando se trata de una gradación jerárquica, el tal orden

no es rígido, sino vivo, dinámico, flexible. Así como puede

hacerse noble el que demuestra ser capaz -lo que

ciertamente ocurrió con bastante rareza- así también la

dignidad está en movimiento: puede defenderse, aumentarse,

rebajarse, perderse y restituirse. El frecuente suicidio,

el mostrarse en escena del político romano son

manifestaciones de una lucha incesante por adquirir,

4

preservar y aumentar la dignidad (GARCÍA:1997).

La cultura helénica, sin embargo, la focalizó desde la

dignidad de la naturaleza humana. Aquí la dignidad no es

personal, sino que pertenece a todos los hombres como

tales, lo que implica que, en esencia, todos los hombres

son iguales. La filosofía griega ya había dado un paso en

este sentido al aceptar la posición especial del hombre en

el mundo. Ahora es una dignidad que no excluye a ningún

hombre.

En las democracias occidentales actuales este concepto se

democratizó y se desparramó en un totum.

El respecto y la dignidad, son conceptos unificadores y

pacificadores de la sana convivencia y de la igualdad del

género humano.

Sin embargo, las estadísticas y los hechos que se van

sucediendo, nos indican al menos una paradoja; por un lado

tenemos datos alentadores de mejora de la calidad de vida

en el mundo, producida por el movimiento político

imperante, esto es, en virtud de la sustentabilidad de las

democracias actuales. Por otro lado, un modelo estructural

de pobreza, desigualdad e inseguridad manifiestamente

ostensible y perdurable.

De difícil medición y aún más impreciso el término, la

dignidad vertida en los textos no suaviza los pormenores,

aparentes e incorregibles ya mencionados.

Derrocados los autoritarismos o autocracias, y levantados

los estandartes de la libertad y la libre elección

periódica de los representantes, a través de los

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escrutinios sucesivos, se perpetra una forma indiscutible

político-institucional: las democracias occidentales, pero…

¿con desigualdad e inequidad estructurales?

2) Accesibilidad y equidad prestacional

“La vida es un arte que sólo se conoce a través de la experiencia”

(LASKI:1932)

La máxima lograda en el ámbito de nuestra región plasmada

en la Carta Iberoamericana nos dice que, por el principio

de acceso universal, se entiende que “la calidad en la gestión

pública comprende el esfuerzo por lograr la universalización y el más amplio y

fácil acceso espacial y temporal de los ciudadanos a servicios públicos de igual

calidad, con independencia de la ubicación geográfica de los ciudadanos y del

momento en que éstos los requieran” (CLAD:2008).

El ser humano, por naturaleza, casi como un postulado

intrínseco del propio individuo, va en búsqueda de la

felicidad y de su bienestar, en el más sentido amplio del

término. Esta permanente exploración se le hace

indispensable para zafar de su propia cosmovisión del

sufrimiento y de la muerte.

Los gobiernos desde la gestión deben procurar la generación

constructiva de condiciones que le dispensen al conviviente

de cada uno de los territorios esa búsqueda incesante de

felicidad y bienestar.

El gobierno actúa como coadyuvante, es un intermediario

terrenal necesario que elabora, construye y lleva a la

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práctica una serie de políticas públicas que se acercan el

fin buscado por los humanos, en un constante esfuerzo

compartido, continuo y categóricamente contractual.

El gobierno es una ordenación delegada que elabora una

serie de pautas de administración y gestión para servir al

logro de la felicidad de la gente. Sin dudas, complementa,

rellena, ornamenta y ofrece cobertura para el que obstruye

esa valoración colectiva.

O sea, que el Estado ostenta las facultades de crear,

pautar, gestionar, delegar, ofrecer y controlar los

servicios públicos de acuerdo a un orden público normativo

y a criterios políticos y culturales determinados.

Es así que la producción y reproducción de estos servicios

públicos está ultra condicionada y regulada en procura de

la función social que intenta satisfacer.

Entendemos que a través de dos componentes prioritarios se

puede llegar a construir un paradigma del servicio público;

por un lado a través del concepto de equidad y por el otro

a través del de accesibilidad (entiéndase que existen hasta

la actualidad innumerables teorías, aportes y acciones con

respecto a los modelos sobre los servicios públicos, sus

características y su gestión, de la cual no nos abstraemos,

sino que creemos aportar una luz al debate contemporáneo

sobre el particular).

La gran revolución cultural actual, denominada

globalización (mencionada en el buscador google, en español

unas 6.410.000 veces) o mundialización, merece, para

nosotros, dos aspectos controvertidos, que son, la

7

accesibilidad (barreras de accesibilidad) y la equidad

(inequidad).

La accesibilidad se asemeja a la ponderación que podamos

dar sobre algo que puede ser usado para los fines

previstos, sin importar las capacidades físicas o técnicas

de la cosa o del servicio.

Para el caso que la ponderación sea baja, aparece lo que la

doctrina denomina las “barreras de accesibilidad” que

obstaculizan o dificultan parcial o totalmente una

determinada actividad a partir del uso o goce de la cosa o

del servicio, según sea el caso en cuestión.

Estas barreras, dificultades u obstáculos pueden ser

básicamente de dos tipos: las propias de la naturaleza y

las creadas por el hombre de manera artificial (sobre el

particular, podemos admitir que las creaciones del hombre

para subsistir, consumir, gozar, etc., son producciones

motorizadas a través de elementos existentes en la

naturaleza, que a través de procedimientos técnicos,

químicos y generalmente provenientes de la experimentación,

modelan o cambian y yuxtaponen la materia “natural” en otra

que si bien es “natural” está modificada por nosotros,

seres humanos provenientes de la misma naturaleza y entorno

natural).

El avance de las migraciones e inmigraciones de personas

del campo hacia las ciudades, como nunca antes ocurrió,

tiende a invertir ese entorno natural primitivo o

moderadamente modificado, donde la accesibilidad o no

estaba vinculada a las necesidades básicas de las personas

8

y la relación trasuntaba con y por los acontecimientos

propios de los ciclos de la naturaleza y sus pormenores.

Hoy la “artificialidad” construida desde las sociedades

citadinas acerca las redes interpersonales y al mismo

tiempo acelera los procesos cambiantes y obstaculizantes del

afuera. Esto es, la pérdida de identidad e intimidad dentro

de las urbes.

El espacio de la accesibilidad convive con los antiguos

moradores y con los que atraídos por el public parochial realm

(reino comunitario público), en forma provisoria o

definitiva, se mezclan y asocian las viejas y nuevas

barreras que imponen las distintas conformaciones urbanas

con mayor o menor desarrollo.

En el caso argentino, para citar un ejemplo, las

dimensiones sociales y económicas alcanzadas durante el

siglo XX, con embudo hacia la ciudad y las migraciones

poblacionales hacia el conurbano, han sido de tal magnitud

que, en la actualidad, toda la realidad de las fuerzas

vivas transcurre haciendo caso omiso al límite político y,

cuando por cuestiones institucionales o jurisdiccionales

esta frontera se hace presente, aparece como un obstáculo

para la resolución efectiva de los problemas

(PIERINI:2008).

La accesibilidad merece en la actualidad un concepto más

integral y abarcativo desde el punto de vista de la

construcción y ejecución de las políticas públicas

orientadas a brindar servicios de calidad y excelencia. La

valoración del término no se gradúa a través de la

9

imposibilidad propia del individuo para saltar tal o cual

obstáculo dentro de un contexto dado (piénsese un

discapacitado visual al cruzar una avenida altamente

transitada). El propio abastecimiento del servicio público

brindado, independientemente de la condición del sujeto que

lo use o goce, está involucrado en el concepto general de

la accesibilidad con independencia de la propia naturaleza

del individuo usuario.

Hay una responsabilidad que le cabe al prestador que incide

a todos por igual, de manera justa, oportuna y al cuidado

del ciudadano. Tengamos por seguro que un buen sistema de

ascenso y descenso de pasajeros de buses, es un indicador

positivo de accesibildad general. Puede ocurrir de manera

semejante que el mantenimiento de los pavimentos en las

calles y aceras, puede ser una barrera u obstáculo para el

libre tránsito de automóviles y peatones. Habrá, por lo

tanto, un sinnúmero de ejemplos cotidianos adicionales, en

igual sentido.

En la intención de mostrar que la accesibilidad debe

entenderse desde la responsabilidad del prestador y desde

la mejora continua eliminando progresivamente las barreras

de acceso, dejamos en claro que las políticas públicas

orientadas a ofrecer servicios públicos de calidad y

excelencia, deben serlo y pregonarlo a través de mediciones

y metas claras, conocidas y llevadas adelante por aquellos

gestores comprometidos con la cosa pública.

El otro punto destacable presenta un mayor desarrollo desde

todos los ámbitos estudiados, tal es, el de la equidad.

10

Equidad analizado desde la justicia e igualdad social, y en

palabras de Aristóteles la justicia aplicada al caso

concreto.

El término propuesto equivaldría a decir que aquél usuario

de un servicio público tiene el derecho de goce o uso de

aquél en condiciones semejantes a los demás. Todos aquello

que asistan a la escuela pública deben ser servidos con la

capacitación necesaria de acuerdo a los planes de estudios

pergeñados por el Estado (tomando en cuenta aquellos países

que diseñan sus currículas de acuerdo a un determinado plan

de enseñanza oficial). Para el caso que un niño tenga que

trasladarse de su casa a la escuela en una mula, todas las

mañanas, realizando un trecho de 100 kilómetros, obteniendo

además una formación deficiente, aparecen dos

inconvenientes bien definidos: el de la inaccesibilidad y

el de la inequidad. Hay que agregar que la pobreza implica

además, en este caso, la vulnerabilidad social que emerge

por la gran desigualdad social y económico de un amplio

sector de la población.

Según el Banco Mundial ha estimado que el 45% de los niños

son pobres, y otro informe del PNUD-Comunidad Económica

Europea de 1999, dice que son pobres el 75% de los

guatemaltecos, el 73% los hondureños y 80% los venezolanos,

entre otros (BRICEÑO:2000).

Estos condicionamientos producen un deterioro y una

fragmentación en la comunidad, que si una vez instalados no

se corriges con cierta rapidez, la consolidación de estas

prácticas, deterioran el crecimiento y el acercamiento al

11

bienestar general.

3) Buenos pero no tanto…

Lo bueno, en el griego moderno kalos, entonces predispone la

felicidad y va a significar lo mejor para la vida. Kant

también apreció que lo bueno, lo bello y lo agradable eran

tres categorías que tenían como objetivo común hacer la

vida humana más solidaria y cooperativa. Y como remata

Savater menos sumisa a la oscuridad devoradora e insensible

de la muerte (SAVATER:2008).

Como lo expresa Savater, el aprecio por lo bueno es propio

de los seres dotados de razón, que al reflexionar nos damos

cuenta de cuánto mejor será esta perra vida si fuésemos

capaces de tales conductas excelentes. Unos párrafos más

adelante, intenta demostrarnos que lo bueno se nos impone

porque nuestra razón no tiene más remedio que aceptar que

la vida humana resulta más digna de ser vivida cuando

cualquiera de nosotros hace lo que es debido y reconoce a

los demás como verdaderos semejantes, no meros instrumentos

manipulables (SAVATER: 2008).

Desde esta concepción ideal se presupone que los individuos

van a poder gozar del presupuesto de igualdad e

indiferenciación del que depende el buen funcionamiento de

la vida pública. El protagonista de este tipo de escenario

sería un personaje abstracto y universal –emparentado con

aquel a quien la tradición liberal designa como ciudadano-

que disfruta de las habilidades que le permiten ejercer

12

como ser responsable, educado y versátil (DELGADO:2007).

Si nos aproximamos al servicio público “bueno”, éste va a

ser deseable por el conjunto y cada uno estará, pues,

gozoso de esta construcción política y de gestión

gubernativa. A su vez, la “calidad” de éste, implica la

capacidad de satisfacer los deseos de los usuarios. La

calidad de un producto o servicio depende de cómo estos

respondan a las preferencias y a las necesidades de

aquéllos, por lo que se dice que la calidad significa la

adecuación al uso de sí mismo en la actualización de los

roles presentados a un consumidor, usuario, cliente, etc.

El conjunto de procedimientos para lograr lo bueno,

llamemos a ello la técnica, implica hacer las cosas bien.

“Lo bueno” está “bien hecho”, todo lo cual lo hace poseedor

de una tradición eficaz de procedimientos invertidos y

desarrollados para procurar la felicidad de los individuos.

Si pensáramos en términos cuantitativos, podríamos imaginar

un gráfico en donde cada eje (“x” e “y”) sean igual a cien,

hasta llegar al cero. Aquí lo bueno (percepción) equivale

exactamente a lo “bien hecho” (proceso/producto). A medida

que descendemos por el eje “y”, esto es, donde nuestra

valoración o nivel de percepción sobre algo decae, chocamos

con el imperturbable resultado que configura el límite de

satisfacción entre “lo hecho” y “lo bueno”. Es decir, que

nuestro producto o servicio, según el caso, deja de estar

en el óptimo relativo, con la consiguiente pérdida de valor

de lo “bien hecho”, hasta llegar a la valoración negativa

de aquellos.

13

Entonces, logramos obtener una fórmula de igualdad lineal

teórica, cuyo NS (nivel de satisfacción) iguala a la

sumatoria de la P (percepción) y el (proceso/producto y/o

servicio).

Figura I

Nivel de Satisfacción

0

2

4

6

8

10

12

1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11Proceso

Percepción

Fuente propia

Esto que se supone bien hecho nace de una construcción y un

esfuerzo económico, que se traduce en un sujeto o sujetos

percutidos que contribuyeron al logro común de lo hecho.

Esta ponderación meramente ilustrativa, nos habilita a

pensar que si lo “bien hecho” me produce bienestar en el

uso o goce de algo en un óptimo (por ejemplo el de un

14

servicio de transporte público nocturno), la replicación de

las demás cosas –tangibles o intangibles- deberán estar en

orden a esa ponderación primera. Cualquier ponderación

inferior a aquella me producirá cierto desencanto, con la

consiguiente pérdida relativa de felicidad y bienestar

integral.

Si viajo de mi casa al trabajo y viceversa en el metro de

manera cotidiana, y mi ponderación (NS) acerca del servicio

es 90, todo otro producto o servicio público implicará

tener un orden de valoración semejante.

La agregación de los productos y servicios públicos

brindados y exigidos, siguiendo el hilo conductor al que

apostamos, indica que a mayor replicación de equivalentes

óptimos, esto es Pe100=Pr100 (de todos los servicios

públicos implicados), la felicidad individual y por ende

colectiva debería tender también al óptimo. Es indudable

que es el resultado de una construcción teórica,

objetivada, en función de definir un valor óptimo en tanto

resulte razonable y racional.

En condiciones de bienestar general, los servicios públicos

debieran responder a las expectativas de los individuos, de

manera tal que el nivel de satisfacción alcance los

estándares de desarrollo individual y colectivo de una

sociedad.

Es decir, que el buen servicio público dependiendo de su

naturaleza, alcance y características que le son propias

tiene una serie de estándares considerables. En cambio los

malos servicios tienen infinidad de disfunciones haciendo

15

que la trasgresión estandarice los resultados y la

prestación sea deficiente (la suciedad en las calle, por

ejemplo, representan un mal ejemplo de urbanidad y

deterioran la calidad de vida. Los vecinos plantean quejas

y transgresiones por tal motivo. Así lo anuncia una

comprobación visual de la ciudad de Buenos Aires. También

se vio reflejado en una nota periodística del diario La

Nación donde ante la consulta a los vecinos, las razones de

tal cuestión plantean el mal servicio de las empresas de

residuos, los “cartoneros” y las transgresiones de los

habitantes.

Si la escuela pública solo mide la cantidad de alumnos

egresados por año, y no toma en cuenta la calidad de los

contenidos ofrecidos, ni la calidad de la infraestructura

edilicia y tecnológica, ni la calidad de la capacitación

continua de sus docentes, el trabajo no está bien hecho,

por lo tanto, las mediciones presupuestarias poco

ambiciosas y perniciosas, atentan con lo bueno y con la

razón (insistimos en mencionar este tema, porque en algunos

presupuestos públicos encontramos entre sus metas

cuestiones como éstas, es decir, mediciones que quizá

cumplan con los requisitos preestablecidos pero son poco o

nada indicativos de los óptimos razonables que se pretenden

alcanzar en una sociedad civilizada).

En el transporte público de pasajeros pasa otro tanto. Si

medimos la cantidad de personas transportadas en un período

equis, es probable que, en términos cuantitativos nos

asombre y queden satisfechas todas las estadísticas y

16

objetivos oficiales.

En el caso de la red ferroviaria del área metropolitana las

variaciones porcentuales con respecto al mismo mes del año

pasado muestran un incremento generalizado en todas sus

líneas. En el total general el incremento fue para el 2006

del 8,6% (CNRT:2008).

Sin embargo, si hacemos un análisis pormenorizado de las

condiciones de los transportados en el servicio de trenes

subterráneos de pasajeros, vemos como el 40% de las quejas

recepcionadas para el año 2007 se relacionan con el

servicio prestado, en primer lugar; en segundo lugar con el

comportamiento de los agentes y el tercer lugar lo ocupa la

accesibilidad al servicio.

Figura II

Distribución de quejas por motivo

Venta de boletos

5%Seguridad5%

Accesos

CochesServicio

40%

Comportamiento de agentes

18%

Ambiente2%

Estaciones12%

Fuente: CRNT:2007

En el transporte ferroviario ocurre otro tanto en relación

a las condiciones del servicio para el mismo año. Más del

17

50% de los reclamos de los usuarios se relacionan con el

deficiente servicio prestado a los pasajeros de los

ferrocarriles de superficie, seguido de la seguridad, el

personal y las estaciones.

Figura III

Distribución de quejas por motivo

VENTA DE BOLETOS6% INFORMACIO

N

ESTACIONES10%

ACCESOSAGENTES

12%

SEGURIDAD12%

SERVICIO

COCHES5%

Fuente: CNRT:2007

Sin embargo, desde un punto de vista financiero, la

transferencia que hace el Estado a las empresas

transportadora, a través de los subsidios se acerca al

superávit fiscal.

De acuerdo al destino de los fondos, los subsidios y

aportes se pueden agrupar en seis grandes sectores: el

sector energético, que en lo que va del año absorbió un 56%

de los fondos; el sector transporte, con un 29% del total;

el sector agroalimentario, con un 9%; las empresas públicas

no incluidas en el sector energético ni el transporte, con

un 4%; el sector rural y forestal, con un 1,4%; y el sector

18

industrial, con apenas un 0,3%.

Más adelante se hace mención que el sector transporte

abarca los subsidios asignados a los concesionarios de

trenes y subtes del área metropolitana, como así también

las transferencias del Tesoro al Fondo Fiduciario del

Sistema de Infraestructura del Transporte (ASAP:2008).

Estos elementos indiciarios nos indican que si bien existe

una fuerte contribución desde el Estado por asegurar la

prestación de los servicios públicos, en este caso el del

transporte de pasajeros, existe un deficitario

acompañamiento de la calidad de los mismos.

Significativamente, más allá de algunos casos que hemos

mostrado renglones atrás, hay razones fundadas que debieran

tenerse en cuenta para mejorar ciertos aspectos de la

prestación de los servicios públicos con todas las

connotaciones no solo racionales sino espirituales que

poseen los individuos.

Sabemos que según diferentes mediciones de alcance mundial,

la gente percibe que es más feliz, atendiendo

principalmente a razones de crecimiento económico sin

precedente en países de bajos ingresos como China y la

India en las últimas décadas, la democratización de países

con ingresos medios y el incremento de la tolerancia social

hacia grupos minoritarios (LA NACION:2008). Es un dato

alentador que debiera replicarse con el crecimiento en el

nivel de satisfacción de los servicios públicos.

19

4) Conclusiones

“La felicidad es el resultado de la decisión de emprender un viaje que permita

más libertad, placer y creatividad”

(ABADI:2008)

Es altamente probable que los argumentos vertidos por

nosotros tengan alguna aprobación positiva de parte de los

lectores.

Pero, sin dudas, la aplicación de las políticas públicas

que se orientan a brindar servicios públicos de calidad y

excelencia, en nuestros países, todavía es deficiente, por

diversos motivos, ya sean presupuestarios, culturales,

geográficos, políticos, etc.

También existen barreras para lograr los beneficios que

otorga el paradigma de la calidad en procura de la

felicidad y el bienestar individual y colectivo.

Vivir y convivir en un territorio accesible y justo, nos

asegura la libertad y el crecimiento sostenido.

En el respeto y el buen clima general con expectativas

crecientes de desarrollo personal y comunitario se

construyen las sociedades prósperas. Aquí no hay fronteras.

El mundo natural es uno solo; las fronteras erigidas como

barreras geográficas o políticas, o de otro tipo, son

derrotadas en corto o largo plazo, y disipadas al fin.

Como el aire que respiramos, el individuo va en procura de

20

su propio bienestar y el de los suyos. Este dato es

implacable desde la estadísticas y desde los hechos. Por

ello, el desarrollo debe producirse en cada realidad

concreta.

La calidad de vida, implica también la calidad de las cosas

que nos ofrecen desde las diferentes fuentes proveedoras de

tal material.

La accesibilidad a los bienes y servicios nos hace más

iguales, desde el punto de vista de la sana convivencia y

el bienestar.

Pensamos que el lector además puede estar imaginando con

las palabras anteriores que nuestra argumentación

precedente pretende un mundo ideal extraído de los textos

sagrados o mágicos. Vale pensarlo.

La consecución de propuestas, debates y acciones

emprendidas desde los diferentes estratos públicos y

también privados, no nos dan la razón, ni en lo más mínimo.

Debemos discutir modelos, óptimos de manera necesaria y

eficaz. Las instituciones y el entramado social legitimado

para hacerlo, está presente en casi todas las órbitas de

nuestra vida: convive y pervive con y por nosotros.

Esta conclusión, entonces, pretende meditar acerca de los

modelos a construir para aplicarlos y apreciarlos en pos de

obtener comunidades más cohesionadas, satisfechas y

felices.

Los procesos democráticos tienen en este intríngulis muchos

para hacer y sostener desde el plano institucional de

fondo. Aquí la política pura es la actividad constructiva,

21

que consolida y conserva agregados humanos, grupos

racionales y razonables, que deben ser aprovechados,

“aprehendidos”, para que con autoridad aseguren todo

aquello que imaginamos como “lo bueno” y “lo bien hecho”.

Un paso de importancia es la colaboración realizada desde

el organismo técnico de los países asociados al CLAD, que

suscribieron la “Carta Iberoamericana de Calidad en la

Gestión Pública”, de las cuales los gobiernos tienen el

plafón suficiente para elaborar políticas públicas

renovadoras y ofrecer servicios públicos de calidad en

nuestra región, atendiendo a la diversidad cultural e

idiosincrasia soberanas.

5) Bibliografía consultada

ABADI, José Eduardo, “La felicidad según el psicoanálisis”, Diario

Perfil, Pág. 14, 03/02/2008.

ASAP, Asociación Argentina de Presupuesto y Administración

Financiera Pública, Informe estadístico de ejecución

presupuestaria del sector público nacional, primer

trimestre 2008. El documento completo puede verse en:

http://www.asap.org.ar/ (consultado el 24/7/2008).

BRICEÑO ROSALES, César A., “Calidad y equidad en la Educación”,

Documento elaborado, en ocasión del Encuentro de directivos

y altos funcionarios de los Ministerios de Educación de los

países Iberoamericanos”, Organización de Estados

Iberoamericanos, 2000. El texto completo puede leerse en:

www.campus-oei.org/calidad/escolaridad.htm (consultado el

22

31/07/2008).

CLAD, Centro Latinoamericano de Administración para el

Desarrollo, Carta Iberoamericana de Calidad en la Gestión

Pública, Parágrafo 10, Capítulo segundo. El texto completo

puede leerse en

http://www.clad.org.ve/cartaiberoamericanadecalidad.pdf

(consultado el 24/7/2008).

CLARKE, Paul Barry, “Deep Citizen”, Pluto Press, London, 1996.

CNRT, Comisión Nacional de Regulación del Transporte, El

informe completo estadístico puede verse en:

http://www.cnrt.gov.ar/infoferro/indexferro.htm (consultado

el 27/7/2008).

DELGADO, Manuel, “Sociedades movedizas: pasos hacia una antropología

de las calles”, Editorial Anagrama, Barcelona, 2007.

DIARIO LA NACION, “Afirman que, pese a todo, cada vez hay más felicidad en

el mundo”, Firmado por Adriana M. Riva, El texto completo

puede verse en: www.lanacion.com.ar/nosta.asp?

nota_id=1026246 (consultado el 01/07/2008). Otra nota

referida al tema de la suciedad en las calles ha sido

consultado bajo el título “Suciedad en las calles, un mal ejemplo de

urbanidad”, Pág. 11, 04/02/2008.

GARCÍA MORENO Francisco, existen otras tres dimensiones

referidas al concepto de dignidad, que son la: a)

teológica-religiosa, b) ontológica, y c) ética, personal y

social en el sentido de autonomía moral. El artículo

completo puede verse en El Búho, Revista Electrónica de la

Asociación Andaluza de Filosofía, D.L.: CA-834/97, ISSN

1138-3569,

23

http://aafi.filosofia.net/publicaciones/el_buho/elbuho2/dig

nidad.htm (consultado el 16/7/2008).

LASKI, Harold J., “El Estado moderno: sus instituciones políticas y

económicas”, Tomo I, Librería Bosch, Barcelona, 1932.

MERTEN, Detlef, “La dignidad humana desde la perspectiva del derecho”,

Conferencia dictada el 11/6/2004. Puede verse el texto

completo en

http://www.pcb.ub.es/bioeticaidret/archivos/pdf/Merten_Cast

ellano.pdf (consultado el 16/7/2008).

PIERINI, Alicia, “Pensar en clave porteña”, Diario La Nación,

Pág. 24, 05/02/2008.

SAVATER, Fernando, “Las preguntas de la vida”, Editorial Ariel

S.A., Barcelona 2008.

6) Datos personales

Consultor nacional e internacional. Posgraduado en la

Universidad de Buenos Aires, Facultad de Ciencias

Económicas.

Calle: Lavalle #1616, Piso 9, Depto. “B”, Ciudad de Buenos

Aires, República Argentina. Código Postal: 1048

Teléfono: (+5411) 4371-5345

E-mail: [email protected]

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