Tercer domingo de_cuaresma_(fil_eminimizer)

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JUAN 4,5-42

27 MARZO 2011 III Domingo Tiempo Cuaresma .A.

Con la samaritana, vayamos al pozo

Cima de Garicín desde Siquem (Sicar)

Ambientación:Jarra llena de agua y el lema: “Danos, Señor, el agua viva”

Cantos sugeridos: A las fuentes de agua viva; Un solo Señor 

En las aguas del Bautismo fuimos fecundados con la vida divina y fuimos incorporados al misterio pascual de Cristo.

El evangelio de hoy afirma que el verdadero “don de Dios” es el agua viva del Espíritu que Jesús da a quien se la pide.

Oración inicial

Señor Jesús,de la misma manera como Túte acercaste a la Samaritanay buscaste que ella se encontrara consigo misma y así contigo,

así también te pedimos que nos ayudes a mirar nuestro corazón y ver cómo estamos viviendo nuestra fe en ti, para ser conscientes de nuestra

situación y nuestra realidad,

Que así sea.

para que Tú puedas ayudarnos a vivir como Tú quieres y esperas

de nosotros.

Por eso Señor,te pedimos que nos ayudesa encontrarnos a nosotros mismosdejando que Tú nos transformes interiormente,como lo hiciste con la Samaritana.

I. LECTIO ¿Qué dice el texto? – Juan 4, 5-42

Este texto es una hermosa catequesis sobre la fe como descubrimiento de Cristo, fuente de

agua viva; sobre el verdadero culto en espíritu y verdad;

sobre el proceso de conversión de una vida de pecado al testimonio misionero del Mesías a

quien ha encontrado. Escuchemos:

Motivación:

5Llegó Jesús a un pueblo llamado Sicar, cerca del terreno que Jacob dio a su hijo José. 6Allí estaba también el pozo de Jacob.Jesús, fatigado por la caminata, se sentó junto al pozo. Era cerca de mediodía.

Lectura del Evangelio según San Juan 4, 5-42

En aquel tiempo,

7En esto, una mujer samaritana se acercó al pozo para sacar agua.

Jesús le dijo:-Dame de

beber.8Los discípulos habían ido al

pueblo a comprar

alimentos

9 La samaritana dijo a Jesús:-¿Cómo es que tú, siendo judío te atreves a pedirme

agua a mí, que soy samaritana?

(Es de advertir que los judíos y los

samaritanos no se trataban).

10Jesús le respondió:-Si conocieras el don de Dios y quién es el que te pide de beber, sin duda que tú misma me pedirías a mí y yo

te daría agua viva.

11Contestó la mujer:-Señor, si ni siquiera tienes con qué sacar el agua, y el pozo es hondo, ¿cómo puedes

darme «agua viva»?

Nuestro padre Jacob nos dejó este pozo del que bebió él

mismo, sus hijos y sus ganados.

12¿Acaso te consideras

mayor que él?

13Jesús replicó:-Todo el que bebe de este agua, volverá a tener sed; 14en cambio, el que beba del agua que yo quiero darle, nunca más volverá a tener sed.

Porque el agua que yo quiero darle se convertirá en su interior en un manantial del que surge la

vida eterna.

15Entonces la mujer exclamó:-Señor, dame esa agua;

así ya no tendré más sed y no tendré que venir hasta aquí para

sacarla.

16Jesús le dijo: -Vete a tu casa, llama a tu marido y vuelve aquí.

17Ella le contestó: -No tengo marido.

Jesús prosiguió: -Cierto; no tienes marido.

18 Has tenido cinco, y ése, con el que ahora vives, no es tu marido. En esto has dicho la verdad.

19La mujer replicó: -Señor, veo que eres profeta. 20Nuestros antepasados rindieron culto a Dios en este monte; en cambio vosotros, los judíos, decís que es en Jerusalén donde hay

que dar culto a Dios.

21Jesús respondió: -Créeme, mujer, está llegando la hora, mejor dicho,

22Vosotros, los samaritanos, no sabéis lo que adoráis; nosotros sabemos lo que adoramos, porque la salvación viene de los judíos. 23Ha

llegado la hora en que los que rindan verdadero culto a Padre, lo harán en espíritu

y en verdad.

ha llegado ya, en que

para dar culto al

Padre, no tendréis que subir a este

monte ni ir a Jerusalén.

El Padre quiere ser adorado así. 24Dios es espíritu,

los que lo adoran deben hacerlo en

espíritu y en verdad.

25La mujer le dijo:-Yo sé que el Mesías, es decir, el Cristo, está a

punto de llegar; cuando él venga nos lo explicará todo.

26Entonces Jesús le dijo:

-Soy yo, el que está hablando contigo.

27En este momento, llegaron sus discípulos y se sorprendieron de que

Jesús estuviese hablando con una mujer; pero ninguno se atrevió a

preguntarle qué quería de ella o de qué estaban hablando.

28La mujer dejó allí el cántaro, volvió al pueblo y dijo a la gente:

29-Venid a ver a un

hombre que me ha dicho todo lo que he hecho. ¿Será el Mesías?

30Ellos salieron del pueblo y se fueron a su encuentro.

31 Mientras tanto los discípulos le insistían:-Maestro, come algo. 32Pero él les dijo:

-Yo tengo un alimento que vosotros no conocéis.

33Los discípulos comentaban entre sí: -¿Será que alguien le

ha traído de comer?34Jesús les explicó: -Mi sustento es hacer la voluntad del que me

ha enviado hasta llevar a cabo su obra de salvación.

35 ¿No decís vosotros que faltan todavía cuatro meses para la siega? Pues yo os digo: Levantad

la vista y mirad los sembrados, que están ya maduros para la siega. 36El que siega recibe su salario y recoge el grano para la vida eterna, de

modo que el que siembra y el que siega se alegran juntos.

37En esto tiene razón el proverbio: «Uno es el que siembra y otro el

que siega». 38Yo os envío a segar un campo que vosotros no

sembrasteis; otros lo trabajaron y vosotros recogéis el fruto de su trabajo.

39Muchos de los habitantes de aquel pueblo creyeron en Jesús por el testimonio de la

samaritana, que aseguraba: -Me ha dicho todo lo que he hecho.

40Por eso, cuando los samaritanos llegaron donde estaba Jesús le insistían en que se quedase con

ellos, y se quedó con ellos dos días.

41Al oírle personalmente, fueron muchos más los que creyeron en él; 42de modo que decían a la mujer:-Ya no creemos en él por lo que tú nos dijiste, sino porque nosotros mismos le hemos oído y estamos convencidos de que él es verdaderamente el Salvador del mundo.

SAMARIA. Sicar, pozo de Jacob y monte de Garazin.

Juan 4: 5-425Llegó a un pueblo llamado Sicar, cerca del terreno que Jacob dio a su hijo José. 6Allí estaba también el pozo de Jacob. Jesús, fatigado por la caminata, se sentó junto al pozo. Era cerca de mediodía. 7En esto, una mujer samaritana se acercó al pozo para sacar agua. Jesús le dijo:-Dame de beber. 8Los discípulos habían ido al pueblo a comprar alimentos.9 La samaritana dijo a Jesús: -¿Cómo es que tú, siendo judío te atreves a pedirme agua a mí, que soy samaritana? (Es de advertir que los judíos y los samaritanos no se trataban).10Jesús le respondió: -Si conocieras el don de Dios y quién es el que te pide de beber, sin duda que tú misma me pedirías a mí y yo te daría agua viva.11Contestó la mujer: -Señor, si ni siquiera tienes con qué sacar el agua, y el pozo es hondo, ¿cómo puedes darme «agua viva»? Nuestro padre Jacob nos dejó este pozo del que bebió él mismo, sus hijos y sus ganados. 12¿Acaso te consideras mayor que él?13Jesús replicó: -Todo el que bebe de este agua, volverá a tener sed; 14en cambio, el que beba del agua que yo quiero darle, nunca más volverá a tener sed. Porque el agua que yo quiero darle se convertirá en su interior en un manantial del que surge la vida eterna.15Entonces la mujer exclamó: -Señor, dame ese agua; así ya no tendré más sed y no tendré que venir hasta aquí para sacarla. 16Jesús le dijo: -Vete a tu casa, llama a tu marido y vuelve aquí. 17Ella le contestó: -No tengo marido.Jesús prosiguió: -Cierto; no tienes marido.18 Has tenido cinco, y ése, con el que ahora vives, no es tu marido. En esto has dicho la verdad. 19La mujer replicó:-Señor, veo que eres profeta. 20Nuestros antepasados rindieron culto a Dios en este monte; en cambio vosotros, los judíos, decís que es en Jerusalén donde hay que dar culto a Dios.--/--

. Cada uno puede leer en voz alta el versículo que más le llamó la atención

--/-- 21Jesús respondió: -Créeme, mujer, está llegando la hora, mejor dicho, ha llegado ya, en que para dar culto al Padre, no tendréis que subir a este monte ni ir a Jerusalén. 22Vosotros, los samaritanos, no sabéis lo que adoráis; nosotros sabemos lo que adoramos, porque la salvación viene de los judíos. 23Ha llegado la hora en que los que rindan verdadero culto al Padre, lo harán en espíritu y en verdad. El Padre quiere ser adorado así. 24Dios es espíritu, y los que lo adoran deben hacerlo en espíritu y en verdad. 25La mujer le dijo: -Yo sé que el Mesías, es decir, el Cristo, está a punto de llegar; cuando él venga nos lo explicará todo. 26Entonces Jesús le dijo: -Soy yo, el que está hablando contigo.27En este momento, llegaron sus discípulos y se sorprendieron de que Jesús estuviese hablando con una mujer; pero ninguno se atrevió a preguntarle qué quería de ella o de qué estaban hablando. 28La mujer dejó allí el cántaro, volvió al pueblo y dijo a la gente: 29-Venid a ver a un hombre que me ha dicho todo lo que he hecho. ¿Será el Mesías?30Ellos salieron del pueblo y se fueron a su encuentro. 31 Mientras tanto los discípulos le insistían:-Maestro, come algo. 32Pero él les dijo: -Yo tengo un alimento que vosotros no conocéis.33Los discípulos comentaban entre sí: -¿Será que alguien le ha traído de comer? 34Jesús les explicó:-Mi sustento es hacer la voluntad del que me ha enviado hasta llevar a cabo su obra de salvación.35 ¿No decís vosotros que faltan todavía cuatro meses para la siega? Pues yo os digo: Levantad la vista y mirad los sembrados, que están ya maduros para la siega. 36El que siega recibe su salario y recoge el grano para la vida eterna, de modo que el que siembra y el que siega se alegran juntos. 37En esto tiene razón el proverbio: «Uno es el que siembra y otro el que siega». 38Yo os envío a segar un campo que vosotros no sembrasteis; otros lo trabajaron y vosotros recogéis el fruto de su trabajo.39Muchos de los habitantes de aquel pueblo creyeron en Jesús por el testimonio de la samaritana, que aseguraba:-Me ha dicho todo lo que he hecho.40Por eso, cuando los samaritanos llegaron donde estaba Jesús le insistían en que se quedase con ellos, y se quedó con ellos dos días. 41Al oírle personalmente, fueron muchos más los que creyeron en él; 42de modo que decían a la mujer:-Ya no creemos en él por lo que tú nos dijiste, sino porque nosotros mismos le hemos oído y estamos convencidos de que él es verdaderamente el Salvador del mundo.

¿Quién era la mujer

samaritana?

¿Qué características tiene?

¿Con qué dificultades tropieza el diálogo entre Jesús y la samaritana?

¿Se refieren los dos al mismo tipo de agua?

¿por qué?

¿Qué características tiene el agua que Jesús ofrece?

Mira a la mujer, la manera como se relaciona con el Señor, su reacción ante Él, lo que dice, sus

actitudes, sus mecanismos de autodefensa, sus evasivas,

¿qué indicaban con eso?

Buscando el agua viva, la samaritana descubre algo más importante

¿Cómo evoluciona su visión de Jesús?

¿Qué títulos de Jesús van apareciendo a

lo largo del relato?

¿Qué importancia tiene?

II. MEDITATIO ¿Qué me dice? ¿Qué nos dice el Texto?

La Iglesia ha leído este pasaje en clave bautismal. Nosotros que hemos bebido en las fuentes del Espíritu, debemos ser para otros

dadores del agua viva, testigos del Evangelio de Jesús.

Motivación:

Si conocieras el don de Dios…

¿Cómo te ayuda este pasaje a conocer mejor a Jesús?

¿Te identificas con el camino de fe que hace la samaritana?

Yo te daría agua viva…

¿Qué significa para ti que Jesús pueda darte

agua viva?

¿Cuál es esa sed que puede saciar tu relación con él?

¿qué es aquello que no quiero ver en

mi vida o aquello de lo

que estoy huyendo?

¿Cuáles son mis evasivas para encontrarme con el Señor?

¿qué puedo hacer para encontrarme de corazón a

corazón con el Señor?

Pozo de Jacob del siglo XX antes de Cristo

¿Qué motivos de ilusión y de esperanza para seguir caminando has encontrado hoy junto

al pozo de Jesús?

III. ORATIO ¿Qué le digo al Señor motivado por su Palabra?

Adorar “en espíritu y en verdad” significa acercarnos

a Dios como hijos movidos por su Espíritu

Motivación:

Así, la relación con él no será un culto estéril, sino una fuente de agua viva que apague nuestra sed.

para reconocer en su rostro de Padre la

verdad de la que Jesús nos ha hablado.

Luego de un tiempo de oración personal, compartimos en grupos nuestra oración (o todos juntos)

Se puede, también, recitar el salmo responsorial que corresponde a este domingo (Salmo 94).  

Salmo 94 Salmo 94

¡Venid, cantemos jubilosos al Señor,aclamemos a la roca que nos salva!

Entremos en su presencia dándole gracias,aclamándolo con cánticos.

¡Ojalá escuchéis hoy su voz!«No endurezcáis vuestro corazón”

¡Ojalá escuchéis hoy su voz!«No endurezcáis vuestro corazón”

¡Ojalá escuchéis hoy su voz!«No endurezcáis vuestro corazón”

Entremos, postrémonos para adorarlo,arrodillémonos ante el Señor, creador nuestro. Porque él es nuestro Dios, y nosotros su pueblo, ovejas que él apacienta.

¡Ojalá escuchéis hoy su voz!«No endurezcáis vuestro corazón”

¡Ojalá escuchéis hoy su voz!«No endurezcáis vuestro corazón como en Meribá,como el día de Masá, en el desierto,cuando me tentaron vuestros antepasados,y me pusieron a prueba, a pesar de haber visto mis obras».

Señor, haz que el encuentro de hoy, en la

VERDAD, llene nuestras vidas

IV. CONTEMPLATIO ¿Qué me lleva a hacer el texto?

Motivación:

Del mensaje del Santo Padre para Cuaresma 2011

LA SAMARITANA:  Juan 4, 5-42“La petición de Jesús a la samaritana: «Dame de beber» (Jn 4, 7), que se lee en la liturgia del tercer domingo, expresa la pasión de Dios por todo hombre y quiere suscitar en nuestro

corazón el deseo del don del «agua que brota para vida eterna» (v. 14): es el don del Espíritu Santo, que hace de los

cristianos «adoradores verdaderos» capaces de orar al Padre «en espíritu y en verdad» (v. 23). ¡Sólo esta agua puede apagar

nuestra sed de bien, de verdad y de belleza! Sólo esta agua, que nos da el Hijo, irriga los desiertos del alma inquieta e

insatisfecha, «hasta que descanse en Dios», según las célebres palabras de san Agustín”.

COMPROMISO:

¿Qué haré en este tiempo de cuaresma para acercarme de

manera más decidida a la fuente de la vida eterna y revestirme

del espíritu de Dios?

Tengo miedo a decirte sí, Señor.Tengo miedo a beber en tu fuente,¿Dónde me llevarás?

Tengo miedo a firmarte una hoja en blanco.Tengo miedo a decirte un Sí que reclama otros Sí.

Y no obstante no hallo la paz. Tengo sed...mucha sed, y tú me ofreces el agua que brota hasta la

vida eterna.

Tengo sed de ser amado, valorado, perdonado.

Tengo sed de Ti, Jesús, fuente pura de agua viva...!!

Igual que la Samaritana tengo

sed, Señor…mucha sed.

Pero estoy bebiendo en fuentes que no

me la apagan.Tengo sed de paz,

sed de libertad, sed de felicidad,

Amén

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