Presentación2

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Ser humano es luchar por la plenitud de la vida.

Frei Betto

Otro Mundo

es posible.

Otro mundo posible, que contenga los sueños

de la niña palestina

y de la niña brasilera.

Otro mundo posible, donde sean respetados los derechos básicos de

la niña africana,

de la niña peruana,...

...y de la niña afgana.

Estudiantes, universitarios, activistas, soñadores,

en busca de otro mundo posible.

Y inició su exposición, Leonardo Boff, hablando sobre la crisis financiera

que asola el mundo.

US$ 15 trillones de dólares evaporados en cuestión de pocos días,

llevando consigo inmensas corporaciones, grandes bancos y tradicionales fábricas.

Y dejando atrás, en medio de frías estadísticas,

los despidos en masa, el desempleo, el hambre, la desesperación, las lágrimas.

Una crisis que no asoló la periferia,

pero sí el corazón del imperio.

Y nos recordó Leonardo Boff las artimañas sutiles del capital, con las que procuraran rehacerse.

Dirán los economistas, las corporaciones transnacionales y los detentadores del poder

que el capitalismo vive de crisis y que esta es otra crisis cíclica.

E intentarán darnos más de lo mismo,

más consumo, más conflictos, más individualismo...

Sin embargo, la crisis actual es terminal.

El desafío no es remediar lo que no tiene arreglo, pero sí buscar nuevas alternativas.

que, en su naturaleza, es voraz, acumulador, depredador del medio ambiente, creador de

desigualdades y sin sentido de la solidariedad, certifica su propia falencia.

El sistema actual, regido por el capital y por las leyes del mercado,

Un sistema donde cada cuatro minutos una persona pierde la

visión, como consecuencia de la carencia de vitamina A,

declara su propio fracaso.

Un sistema donde cada cinco segundos un niño de menos de

cinco años muere de hambre o desnutrición

certifica su propia falencia.

Un sistema que creó sufrimientos inhumanos y

impactantes desigualdades.

El sistema vigente, que tiene como pilar un individualismo avasallador,

se demostró incapaz de asegurar el bienestar de la humanidad.

Un individualismo que se revela en el lenguaje cotidiano:

Mi empleo, mi salario, mi casa, mi auto, mi familia...

Un sistema donde ninguno es llevado a construir algo en común,

donde la competición, la acumulación y la ostentación predominan en detrimento de la solidariedad, de la

caridad y de la compasión.

Un sistema donde los niños aprenden tan temprano a conjugar el verbo comprar,

pero que desconocen lo que sea compartir.

Un sistema que incentiva el consumismo

inconsecuente y desenfrenado,

y que tanto endiosa los bienes materiales.

Una cultura que disemina compulsión y

consumismo,

que asocia el producto a un concepto de

felicidad.

Un sistema que desconoce el amor, la

caridad y la compasión,

y que se hace ciego y sordo ante el llamado

del excluido, del necesitado.

El opuesto del amor no es el odio,

pero si la indiferencia.

Además de la crisis financiera,

nos encontramos también con la crisis ambiental.

La falta de solidaridad que impera en nuestras relaciones sociales.

Y la falta de solidaridad para con la Naturaleza.

El ansia por el crecimiento económico, aliada al consumismo compulsivo, resultó en la dilapidación

sin precedentes de la Naturaleza.

El actual modelo económico fracasó contra la propia humanidad y contra el planeta.

El bienestar de todos y la preservación de la Tierra son sacrificados al lucro de pocos.

El consumo inconsecuente aumentó el desperdicio, la producción de basura, y los impactos

ambientales.

Y poluímos mares y rios...

El desarrollo técnico-científico, disociado de la consciencia ecológica, hizo que saqueásemos los recursos naturales en

una escala sin precedentes.

Y la ruptura entre el trabajo y el cuidado hizo que el afán desmedido de producción

se revertiese en el ansia incontenida de dominación de las fuerzas de la naturaleza.

Los límites del capitalismo son los límites de la Tierra.

Ya tocamos estos límites, tanto de la Tierra como del capitalismo.

Ya no podemos proseguir con esta perversa lógica del capital, basada en la acumulación y en el

desperdicio:

“Quien no tiene quiere; quien tiene quiere más;

quien tiene más, dice que nunca es suficiente.”

La lógica del capital que tanto incentiva lo superfluo, la ostentación y el desperdicio...

Imagen de celulares descartados, casi todos en perfectas condiciones de uso.

Solamente en los EUA, 426.000 aparatos son descartados diariamente,

cambiados por modelos más nuevos.

Y juntamente con los aparatos se tiran también cargadores, baterías, accesorios...

Los actuales patrones de extracción, producción y consumo, se mostraron insustentables...

...además de la capacidad de reposición y regeneración del planeta.

La Tierra está dando señales inequívocas de que ya no aguanta más.

Señales como la escasez de agua potable, y el calentamiento global.

Señales como los cambios climáticos,

que ya comenzaron a afligir crecientes

parcelas de la población alrededor del planeta.

La Tierra es un planeta pequeño, viejo y limitado

que no soporta un proyecto de explotación

ilimitada.

Las crisis financiera, climática, energética,

alimenticia y otras,

- todas ellas nos remiten para la crisis del paradigma

dominante.

Precisamos de un nuevo paradigma

de civilización porque el actual llegó

a su fin y agotó sus posibilidades.

Proyecciones hechas por investigadores y

científicos ambientalesmuestran que, si elconsumo continua

al ritmo actual,

en el 2050 precisaremos de

dos planetas Tierra.

Cual es el mundo que iremos a dejar para las

nuevas generaciones?...

Nuevos rumbos,

y nuevos paradigmas.

La interculturalidad,

- el diálogo entre el llamado saber occidental y

el saber tradicional, milenario,

la cosmovisión indígena.

Las tradiciones de los pueblos nativos hablan del

ser humano como jardinero.

Conforme enseñan tales tradiciones,

el ser humano debe cultivar la Tierra con cuidado y

sensatez de justicia y estética.

La protección de la vitalidad, diversidad y belleza de la Tierra es nuestro deber sagrado.

Debemos lanzar un nuevo mirar sobre la

realidad,

adoptar un nuevo paradigma de

relacionamiento con todos los seres.

El universo caminó 15 billones de años para

producir el planeta que habitamos,

esta admirable obra que nosotros, seres humanos, recibimos como

herencia,

para cuidar como jardineros,

y preservar como guardianes fieles.

Somos todos interdependientes

unos de otros,

coexistimos en el mismo cosmos y en la misma naturaleza.

Una misma Fuente alimentadora, misteriosa e innominable, sustenta y confiere vida a todo lo que existe.

El mismo Soplo atraviesa toda la existencia.

La vida es un milagro, tan bello como corto,

que debe ser cultivado como las flores más bellas.

Como nunca antes en la historia el destino común nos convoca a buscar un nuevo comienzo.

Promover la ecología del cuidado,

que cela por los intereses de toda la comunidad de vida.

Coexistir con respeto, cooperación y armonía con los demás moradores de

este pequeño planeta,

- animales, vegetales, seres humanos.

La interculturalidad,

el encuentro con otras tradiciones, otras culturas,

enriquece nuestra visión del mundo y de la vida.

Tener ojos para los que son diferentes.

Tener oídos para su voz, sus melodías, canciones,

historias...

Habitamos todos una Casa común.

Tenemos un origen común y, ciertamente, un mismo destino común.

Un único Soplo las anima, confiriéndoles significado,

sentido y vida.

El desafío del tiempo presente es el de rescatar las utopías olvidadas,

reescribir nuestro sueño común.

Y en medio a la agitada rutina de la vida moderna,

encontrar tiempo para reflexionar sobre preguntas

metafísicas...

El texto de esta presentación se basa en la conferencia dada por Leonardo Boff durante el Forum Social Mundial, Belém, estado de Pará

(Brasil), enero del 2009.

Para saber mas acerca del tema, acceda:www.forumsocialmundial.org.br

www.leonardoboff.com.br

Tema musical:

Unchained Melody, Righteous Brothers

(versión instrumental)