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UNIVERSIDADE DA CORUA FACULTADE DE FILOLOXA
LA NARRATIVA DE CRISTINA PERI ROSSI
Tesis Doctoral
Autora: Leyshack Snchez Fernndez
Directora: Dra. Eva Valcrcel Lpez
A Corua, 2007
UNIVERSIDADE DA CORUA FACULTADE DE FILOLOXA
LA NARRATIVA DE CRISTINA PERI ROSSI
Tesis Doctoral
Fdo. Directora Fdo. Autora Dra. Eva Valcrcel Leyshack Snchez Fernndez
Agradecimientos
Este arduo trabajo ha sido posible gracias al apoyo de mi familia, mis amigos y
mis compaeros de estudios, a los cuales agradezco profundamente su paciencia y
nimos, amn de su asistencia informtica para casos perdidos. Asimismo, doy gracias
por la informacin prestada por el Departamento de Lingua e Literatura Espaola e
Latina de la Facultade de Filoloxa de A Corua en materia de papeles y formularios,
universo en el cual siempre temo perderme. A la Universidade de Santiago de
Compostela, la Universidad de Alicante y la Universidad Autnoma de Barcelona les
agradezco su acogida y su ayuda en el prstamo de ejemplares difciles de localizar, sin
los que esta tesis no sera la misma. Finalmente, agradezco a mi Directora su apoyo y
sus esclarecedoras ideas.
A mi abuela Luz Divina Corral Fernndez,
la persona que ha estado siempre a mi lado,
infundindome coraje.
NDICE
INTRODUCCIN 15
I. LA LITERATURA URUGUAYA CONTEMPORNEA: CRISTINA
PERI ROSSI. ESTADO DE LA CUESTIN 21
I.1. La generacin del 60.Teora, periodizacin y herencias 21
I.2. Caractersticas de la generacin del 60 30
I.2.1. Realidad e Imaginacin 30
I.2.2. Rebelda literaria 37
I.2.3. Compromiso 39
I.2.4. Populismo y universalismo 41
I.2.5. Temas y recursos literarios 42
II. CRISTINA PERI ROSSI: Y LOS CONTESTATARIOS DEL PODER 45
III. LA NARRATIVA DE CRISTINA PERI ROSSI. LA CRTICA 57
III.1. La realidad ensanchada: interpretacin del mundo, el deber tico
del escritor y la doble funcin de la escritura 57
III.2. Dos etapas en la produccin rossiniana 59
III.3. Vida y literatura 60
III.4. Anti-utopa 62
III.5. Autoanlisis potico 62
III.5.1. La literatura como testimonio y conocimiento emocional 63
III.5.2. Escribir por amor y contra el tiempo. El escritor moderno
y rebelde, el lector descifrador 64
III.5.3. Libertad y literatura. Permeabilidad de los gneros 66
III.5.4. Literatura simblica 67
III.5.5. El estilo y la tradicin literaria 68
III.5.6. Romanticismo ideolgico y experimentalismo 70
III.5.7. La voz y el vaco. Una potica 71
III.6. Cristina Peri Rossi y los gneros literarios: cuento y novela 74
III.6.1. Teora de la novela 79
III.6.2. Teora del cuento: el cuento lrico y el cuento narrativo 93
III.6.3. La poesa y los otros gneros narrativos: ensayo y biografa 107
IV. LA ESTRUCTURA LINGSTICA EN LA NARRATIVA ROSSINIANA 113
IV.1. Amplificacin 113
IV.1.1. La amplificacin neobarroca en El libro de mis primos 118
IV.1.1.1. Enumeracin 122
IV.1.1.2. Repeticin 131
IV.1.1.3. Digresin 139
IV.1.2. La amplificacin en los cuentos 150
IV.2. Alegora, Metfora y Comparacin 154
IV.2.1. La alegora en El libro de mis primos 167
IV.2.2. La alegora en La nave de los locos 170
IV.2.3. La alegora en los cuentos 188
IV.2.4. La metfora y la comparacin 203
IV.2.4.1. La metfora y la comparacin en las novelas de
Cristina Peri Rossi 208
IV.2.4.2. La metfora y la comparacin en los cuentos 224
IV.3. Intertextualidad 228
IV.3.1. Intertextualidad externa: El libro de mis primos y
La nave de los locos 231
IV.3.2. Autotextualidad: partiendo de las novelas 250
IV.3.3. La intertextualidad en los cuentos 263
IV.4. Las herencias vanguardistas: juegos, ironas y desmesuras de la palabra en
la novela y el cuento rossinianos 270
IV.4.1. El juego de las palabras 270
IV.4.2. Los juegos tipogrficos 281
IV.4.3. Las rupturas sintcticas 299
IV.4.4. Irona 302
IV.4.4.1. La irona en las novelas 305
IV.4.4.2. La irona en los cuentos 313
IV.4.5. Hiprbole 319
V. LA ESTRUCTURA NARRATIVA EN CRISTINA PERI ROSSI 327
V.1. Estructuras narrativas rossinianas: fragmento, montaje, frase-eje.
Los discursos simultneos y el multiperspectivismo 327
V.1.2. Multiperspectivismo y simultanesmo 359
V.2. El narrador 368
V.2.1. Narrador en primera persona 372
V.2.2. Narrador en tercera persona 383
V.3. El tiempo 388
V.3.1. Ausencia de causalidad y trama 393
V.3.2. Presencia de causalidad y trama 395
V.3.3. Tiempo subjetivo y tiempo objetivo 399
V.3.4. El tiempo en los cuentos 403
V.4. El espacio 410
V.4.1. Espacios exteriores 414
V.4.1.1. La ciudad 414
V.4.1.2. El campo 419
V.4.1.3. La costa 421
V.4.2. Espacios interiores 423
V.4.2.1. El museo 424
V.4.2.2. La casa 433
V.4.2.3. El tero 436
V.4.2.4. El espacio intercambiable: el sueo 439
VI. LOS TEMAS EN LA NARRATIVA DE CRISTINA PERI ROSSI 441
VI.1. La problemtica del YO 441
VI.1.1. La obsesin del deseo 456
VI.1.1.1. El exilio en La nave de los locos y en los cuentos 477
VI.1.1.2. El amor como obsesin en Solitario de amor 508
VI.1.2. Sueo 528
VI.1.3. Fracaso o continuidad 538
VI.1.4. Desintegracin 556
VI.2. Los OTROS 565
VI.2.1. Infancia 566
VI.2.2. Antibelicismo: en contra de la violencia y las dictaduras 580
VI.2.3. Feminismo 590
VI.2.4. Trabajo, amor ajeno y otras formas de alienacin 607
VI.2.5. Sexualidad y transgresin 613
VI.2.5.1. Adulterio 616
VI.2.5.2. Homosexualidad 618
VI.2.5.3. Fetichismo y otras perversiones 622
VI.2.5.4. Prostitucin 636
VI.2.5.5. Patologas sexuales 637
VII. CONCLUSIONES 643
VIII. BIBLIOGRAFA 661
VIII.1. Obra de Cristina Peri Rossi 661
VIII.1.1. Cristina Peri Rossi. Cuento 661
VIIII.1.2. CPR. Novela 662
VIII.1.3. CPR. Ensayo y Biografa 662
VIII.1.4. CPR. Artculos 662
VIII.2. Bibliografa sobre CPR 663
VIII.3. Bibliografa General. Artculos y Monografas 671
15
Introduccin
Esta tesis ha sido realizada tras un largo perodo de lecturas de la obra de la
autora uruguaya Cristina Peri Rossi, autora que destaca en las letras hispanoamericanas
tanto por su obra narrativa como por su poesa. Mi propuesta consiste en el anlisis de la
narrativa rossiniana, dejando aparte su poesa, sus ensayos y sus traducciones. Durante
la confeccin de este trabajo se me han presentado ciertas dificultades a la hora de
localizar la bibliografa crtica debido al elevado nmero de artculos que se han
publicado sobre la obra rossiniana en el mbito extranjero. El limitado acceso a las tesis
doctorales tambin ha supuesto un desafo, sin embargo, he conseguido obtener un
amplio nmero de lecturas crticas que ha dado soporte e inspiracin a mi labor, como
se podr comprobar al revisar la bibliografa consultada de esta tesis.
La razn que ha motivado la elaboracin de esta investigacin se basa
fundamentalmente en el inters que la obra de esta autora me ha suscitado desde un
punto de vista esttico e intelectual, como tambin me ha interesado su ideario personal,
reflejo de una personalidad imaginativa, rebelde y carente de lmites. Experimentar la
escritura rossiniana me ha supuesto un camino de apertura hacia otras formas estticas e
ideolgicas, de amplias referencias e ilimitadas posibilidades, que ponen en cuestin las
estructuras culturales patriarcales. La escritura de esta autora, pues, provoca el goce
esttico y al mismo tiempo anima a la reflexin de las asunciones heredadas, mostrando,
de esta forma, un gran compromiso con el arte y la realidad social.
Cristina Peri Rossi, nacida en Montevideo en 1941, se exili en el ao 1972 en la
ciudad de Barcelona, donde reside todava hoy. A lo largo de su trayectoria ha ejercido
de profesora, adems de novelista, poeta, autora de cuentos y ensayos, colabora
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habitualmente en revistas y publicaciones peridicas nacionales e internacionales.1 La
bibliografa de este trabajo recoge las ediciones de las novelas y de las colecciones de
cuentos de Peri Rossi utilizadas en el anlisis, adems de las fechas de las primeras
ediciones. Abundan los equvocos respecto al ao de publicacin de las primeras obras
narrativas de esta autora. Las fechas que se proponen aqu pretenden resolver el
problema y organizar fielmente la obra narrativa de esta escritora.2 La cita de cada obra
se har mediante siglas que se indicarn oportunamente.
El objetivo fundamental de esta tesis ha sido el anlisis definidor y
caracterizador de la produccin narrativa de Cristina Peri Rossi, sumada a la definicin
de su potica y su ideario personal, marcado por su condicin de exiliada. As pues, se
analiza la narrativa rossiniana como ejercicio de variedad, discontinuidad y
experimentacin formal y como reflexin sobre lo humano desde postulados
ideolgicos tolerantes. Se estudian las herencias culturales de la autora, traducidas en
una potica singular y un conjunto de redes conectivas indicativas que conforman un
estilo muy personal fundamentado en el discurso crtico. Para acercarse a la forma
narrativa, se han examinado las propuestas de diferentes estudiosos y autores de las
formas narrativas cuento y novela. Tambin hemos querido analizar su teora de los
gneros y su praxis en la ficcin. Una vez definidos estos modelos narrativos, se 1 A continuacin se expone la relacin de la obra literaria de Cristina Peri Rossi, prescindiendo de las antologas que ya figuran en la bibliografa de este trabajo: Cuento: Viviendo, 1963. Los museos abandonados, 1968, Indicios pnicos, 1970. La tarde del dinosaurio, 1976. La rebelin de los nios, 1976. El museo de los esfuerzos intiles, 1983. Una pasin prohibida, 1986. Cosmoagonas, 1988. Desastres ntimos, 1997. Novela: El libro de mis primos, 1969, La nave de los locos, 1984. Solitario de amor, 1988. La ltima noche de Dostoievski, 1992. El amor es una droga dura, 1999. Poesa: Evoh: poemas erticos, 1971. Descripcin de un naufragio, 1975. Dispora, 1976. Lingstica general: poemas, 1979. Europa despus de la lluvia, 1987. Babel Brbara, 1991. Otra vez Eros, 1994. Aquella noche, 1996. Las musas inquietantes, 1999, Estado de exilio, 2003. Ensayo: Fantasas erticas, 1991. Cuando fumar era un placer, 2003. Biografa: Julio Cortzar, 2001. (Ver bibliografa.) 2 Parizad T. Dejbord establece las fechas correctas, como se ha podido comprobar, en Cristina Peri Rossi: escritora del exilio, Buenos Aires, Galerna, 1998, pginas 55-56. Tambin lvaro J. Risso ha propuesto una completa bibliografa de la obra literaria rossiniana y de los estudios que se ha hecho sobre ella en Cristina Peri Rossi. Bibliografa selecta, en Rmulo Cosse, Cristina Peri Rossi, Montevideo, Linardi y Risso, 1995, pginas 201-211. Alguna fecha que figura en su trabajo no coincide con el estudio posterior de Dejbord, por ejemplo, afirma que la primera edicin de Descripcin de un naufragio data del ao 1974, cuando se ha comprobado que es de 1975. Vanse los trabajos citados para ms detalles.
17
estudian su estructura, su grado de lirismo y sus posibles significados. Otros objetivos
de carcter especfico que se interrelacionan a lo largo de esta investigacin son el
estudio de la lengua y el discurso en la narrativa rossiniana de lo cual se extrae el
anlisis del abundante uso de la amplificacin, la intertextualidad, los significados
traslaticios y simblicos y los juegos de la lengua heredados de la vanguardia, amn del
estudio de las estructuras narrativas rossinianas en las cuales predomina el uso del
fragmento, la ruptura lgico-temporal y los espacios simblicos.3 Se analizan, tambin,
dichas estructuras narrativas con atencin a la frase inaugural, al fenmeno del
simultanesmo y el multiperspectivismo en el cuento y al uso del fragmento en novelas
y cuentos, relacionado con el estudio del narrador y los tipos de narrador que ejercen su
papel en la narrativa rossiniana. Completa este trabajo el anlisis del tiempo y el espacio
dentro de la estructuracin del ritmo y la atmsfera del texto narrativo. A su vez, la
investigacin literaria conduce, a travs de sus significados, al anlisis de los temas de
la narrativa rossiniana, donde es posible establecer conclusiones acerca de las ideas
defendidas por la autora en lo que respecta al individuo y al mundo, cuestiones que
ocupan un lugar sobresaliente en toda su produccin literaria. Se valora la temtica
rossiniana desde la perspectiva del yo y de los otros, como mtodo de conocimiento de
ambos y planteamiento del ideario de esta autora, en el que se aaden e interrelacionan
una serie de recurrencias simblicas de uso heterogneo y significado plural.4
Esta tesis ha sido dividida en seis grandes apartados que analizan aspectos
diferentes de la obra narrativa rossiniana: la potica de Peri Rossi ligada a la generacin
del 60, junto con su visin de los gneros potico y narrativo -adems de la opinin de
los crticos-, la lengua y sus recursos estilsticos, el discurso y su estructuracin, y,
finalmente, los temas desarrollados. El mtodo utilizado ha consistido en el anlisis 3 Vanse los apartados IV y V de esta tesis. 4 Consltese el apartado VI de este trabajo, que constituye el estudio de los temas desde el punto de vista del individuo y de la sociedad.
18
cronolgico conjunto de las novelas y los cuentos5 de Peri Rossi a fin de establecer
concomitancias y diferencias entre la lengua, el discurso y los temas de ambos modelos
narrativos, y de comprobar la aplicacin prctica en la escritura de los ideales poticos
propios y/o de su generacin.
A travs de este trabajo terico-prctico se ha efectuado el descubrimiento de
varias cuestiones entre las cuales destaca la escritura simblica, la amplificacin y la
intertextualidad que, junto con otros instrumentos narrativos y temticos, ahondan en el
tratamiento esttico de la escritura y en la interaccin de la naturaleza humana con el
lado oculto de la realidad. El resultado es la apertura del individuo hacia horizontes
nuevos, enmascarados por la desconfianza y el poder. La implicacin del sujeto en este
empeo aperturista y en el propio proceso de escritura humaniza la narrativa rossiniana
y la lleva a fluctuar con el gnero lrico. De la misma manera, la experimentacin
formal de corte vanguardista y la reflexin metalingstica elevan la calidad de las
estructuras lingsticas y muestran diversas posibilidades lrico-narrativas. A travs del
estudio de la obra narrativa rossiniana, pues, se muestra una autora singular, interesada
en explorar en profundidad al ser humano y el mundo en el que ste se desarrolla. Peri
Rossi mantiene una continuada reflexin existencial, acerca de la condicin humana,
donde el deseo y la imaginacin actan como agentes libertadores. Asimismo, comparte
algunos de los postulados freudianos y, con un humor muy particular y una irona
invencible, presentes a lo largo de toda su obra, se ocupa en desmotar y destruir todos
los convencionalismos que limitan al ser humano. Mantiene una actitud abierta y
comprensiva que no excluye el inconformismo. Su obra destila sensualidad y erotismo,
pasin lrica y voluntad de experimentacin formal. La soledad y la destruccin
reafirman su herencia existencial, pero su curiosidad la lleva ms all, a la sorprendente
5 En el apartado III.6 de este trabajo se definen las caractersticas de la novela y el cuento tal y como lo entienden los estudiosos consultados y la propia autora.
19
mezcla de gneros y al deseo de amplitud en el que la irona y el humor sustituyen los
pasajes sentimentalistas y proporcionan un retrato ms digno y trgico de las
inquietudes y pasiones humanas. Su cuentstica abarca el tratamiento de aspectos muy
variados de forma magistralmente condensada ya que en la teora que esta autora
plantea sobre el cuento, destacan la intensidad y el manejo de las estructuras lgico-
temporales discontinuas6 como sus principales elementos caracterizadores y como los
que ms lo aproximan a la forma lrica. La emocin que preside sus cuentos y novelas
revela el oscuro interior de sus personajes; el instante en el cuento o el fragmento en la
novela producen el efecto potico y reflexivo del presente atemporal o de la ruptura
mantenida de la continuidad. Por todo ello se ha planteado esta investigacin en las
partes sealadas arriba: la potica, los gneros, las estructuras formales, las tcnicas de
escritura y el ideario temtico-simblico de Cristina Peri Rossi. 7
6 Vase el apartado III.6.2. del presente trabajo. 7 A lo largo de este trabajo y por razones de comodidad y de economa en la escritura se har referencia a las obras de Peri Rossi a travs de la cita del correspondiente ttulo en forma de sigla. As, a Los museos abandonados le corresponder la sigla MA, a Indicios Pnicos, IP; .a La tarde del dinosaurio, TD; a La rebelin de los nios, RN; a El museo de los esfuerzos intiles, MEI; a Una pasin prohibida, PP; Cosmoagonas se la citar como tal y Desastres ntimos mediante las siglas DI. Con las novelas suceder lo mismo: El libro de mis primos se citar como LMP; La nave de los locos como LNL; Solitario de amor como SA; La ltima noche de Dostoievski como UND y El amor es una droga dura como ADD.
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I. LA LITERATURA URUGUAYA CONTEMPORNEA: CRISTINA PERI
ROSSI. ESTADO DE LA CUESTIN
La literatura uruguaya contempornea, especialmente la perteneciente a la
produccin de los aos 60, ha sido estudiada por diversos investigadores reconocidos
tales como Angel Rama, Hugo J. Verani y Fernando Ansa. Directamente del panorama
literario surgen otros estudios generacionales de escritores como Mario Benedetti,
centrado en el Uruguay, y de Antonio Skrmeta, que desarrolla su anlisis desde una
perspectiva general. Jos Miguel Oviedo en su Historia de la literatura
hispanoamericana tambin estudia la produccin literaria de la segunda mitad del siglo
XX desde una perspectiva general.
I.1. Generacin del 60. Teora, periodizacin y herencias
A pesar de que muchos estudiosos rechazan la concepcin cerrada de
generacin, algunos de los investigadores consultados aqu utilizan este trmino para
referirse a las diferentes promociones de escritores que se agrupan bajo una misma
ideologa con unos postulados literarios comunes, independientemente de la edad de sus
integrantes. As, todos coinciden al asignar a la dcada de los 60 una nueva generacin
de escritores jvenes que aspiran a un cambio en el panorama literario. ngel Rama1
denomina a estos jvenes escritores generacin de 1969, generacin de la accin,
generacin de la represin o los contestatarios del poder y considera que forman
parte de esta generacin los escritores que cancelan la continuidad de la generacin
crtica2 uruguaya y que escriben desde la segunda mitad de la dcada de los 60. Hugo
1 A. Rama, La novela en Amrica Latina, Montevideo, Ed. Fundacin ngel Rama, Universidad Veracruzana, 1986. Vanse los captulos: Los contestatarios del poder pginas 455-494 y El estremecimiento nuevo en la narrativa uruguaya pginas 495-519. Considera integrantes de esta generacin de 1969 figuras como Mercedes Rein, Gley Eyherabide, Jorge Onetti, Teresa Porzekanski y Cristina Peri Rossi, entre otros. 2 Rama marca dos etapas en la generacin crtica. La primera parte de 1939 y abarca las dcadas siguientes hasta la generacin de 1965, considerada por Rama como segunda promocin de la generacin crtica y que ya da muestras de un cambio inminente que se confirmar con la generacin de 1969. Ibd., pgina 496.
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J. Verani3 los llama la generacin de 1969, coincidiendo con Rama, y los antepone a
los narradores de temtica social y realista de los aos 50, as como a la generacin
crtica anterior que se orientaba hacia una literatura de balneario (llamada as por
Benedetti) y que slo dur unos aos. Fernando Ansa4 los denomina generacin del
60 -como Mario Benedetti5-, partiendo de la nomenclatura de Rama y de su referencia
a la generacin de la crisis. Skrmeta6 denomina a la nueva generacin que se hace
notar en la Hispanoamrica de los aos 50 y 60 los novsimos, como tambin los
nombrar Rama ocasionalmente. Otros estudiosos, por ejemplo M Jess Faria Busto7,
adoptan el nombre de generacin del 60 y 70 para el mbito uruguayo. Por su parte,
Jos Miguel Oviedo8 habla de la postmodernidad y el postboom para referirse a la
literatura hispanoamericana posterior a la eclosin narrativa del sesenta. Cada autor
enumera diversos escritores dentro de esta nueva generacin. Hay figuras discutidas
3 H. J. Verani, Narrativa uruguaya contempornea: tradicin y ruptura, en H. J. Verani, De la vanguardia a la posmodernidad: Narrativa uruguaya (1920-1995), Montevideo, Trilce/ Librera Linardi y Risso, 1996, pginas 11-50. Para Verani son representantes de esta generacin: Fernando Ansa, Eduardo Galeano, Cristina Peri Rossi, Jorge Onetti, Jorge Musto, Sylvia Lago, Julio Ricci, Armona Somers, Mario Levrero, Gley Eyherabide, Mercedes Rein, Teresa Porzekanski, Miguel ngel Campodnico, etc. Obsrvense las coincidencias con Rama. Asimismo, Verani recoge una cita de Rama en la que ste define los rasgos distintivos de la nueva narrativa (versin actualizada del artculo de Rama: Op. cit. pginas 464-465) y que Verani corrobora en su estudio. 4 F. Ansa, Nuevas fronteras de la narrativa uruguaya (1960-1993), Montevideo, Trilce, 1993. En el captulo (o artculo recogido en Revista Iberoamericana, n160-161 (1992), pginas 807-825) Catarsis liberadora y tradicin reasumida (pgina 51-73 del libro) Ansa recoge nombres de escritores que incluye en la generacin del 60. Por ejemplo: Jorge Onetti, Eduardo Galeano, Sylvia Lago, Jorge Musto, Cristina Peri Rossi y Walter Pedreyra. Afirma, por otro lado que Rama los define como generacin crtica, cuando hemos visto que no es as. Vase el captulo o artculo citado. 5 M. Benedetti, La literatura uruguaya cambia de voz en Literatura uruguaya del siglo XX, Montevideo, Arca, 1988 (1962). La generacin del 60 para l es la respuesta que el panorama literario uruguayo iba necesitando a la escritura evasiva y buclica anterior y a la posterior generacin del 45, preocupada por el aqu y ahora de la situacin de su pas. La generacin del 60 es el punto de maduracin en el que conviven diversas formas de ver la realidad nacional y en el que el lector se implica profundamente. Vanse las pginas 32-33. 6 A. Skrmeta, Perspectiva de los novsimos, en Hispamrica, n28 (1981), pginas 49-64. 7 M. J. Faria Busto, Las estatuas o la condicin del extranjero. Los cuentos de Cristina Peri Rossi. Una lectura desde el feminismo, Madrid, UNED, 1997. Vase el captulo I. 8 J. M. Oviedo, Historia de la literatura hispanoamericana. Vol. 4. De Borges al presente, Madrid, Alianza, 2001. Vase el captulo 23 titulado: Crnica de los tiempos modernos. La postmodernidad y el postboom (). En especial de la pgina 383 a la 387. Para Oviedo el postboom est integrado por escritores nacidos en las dcadas 40 y 50 y que hoy tienen alrededor de cincuenta aos. Son escritores que cumplen dos condiciones: la de haber publicado obras narrativas de cierta madurez inmediatamente despus del clmax del boom y, al mismo tiempo, la de hacerlo como una reaccin, asimilacin o variante de ese modelo (pgina 387) De esta forma realiza un recorrido sobre la obra de varios autores hispanoamericanos: Bryce Echenique, Luis Rafael Snchez, Rosario Ferr, Isabel Allende, Antonio Skrmeta, Ariel Dorfman, Ricardo Piglia y Luisa Valenzuela. En el mbito uruguayo estudia a Eduardo Galeano y Cristina Peri Rossi (pginas 387-405).
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pero la coincidencia de los nombres es alta y ofrece pocos problemas. As, todos ellos
consideran a Cristina Peri Rossi integrante indiscutible de esta nueva promocin.
Dos crticos, Fernando Ansa y Hugo J. Verani, establecen tres etapas histrico-
literarias en su estudio de la generacin del 60. Ambos coinciden al considerar como
primera etapa la dcada de los sesenta y principios de los setenta, perodo en el que
destaca la libertad, la creatividad, el compromiso y la experimentacin de los jvenes
escritores. Este florecimiento se ver interrumpido por la dictadura de Pacheco Areco
que llegar hasta mediados de los aos ochenta e inaugurar una fase de represin
general y, en especial, una literatura que por su involuntaria limitacin se vuelve
elusiva, fantstica y simblica dentro pero tambin fuera de las fronteras del Uruguay,
sin olvidar las fuertes limitaciones expresivas que sufren los escritores que permanecen
en el pas. Tras la dictadura, los escritores de esta generacin viven una poca de
reanudada libertad y experimentan la necesidad de realizar un anlisis histrico del
perodo dictatorial en busca de una explicacin al suceso y de una identidad nacional
satisfactoria.
Ansa9 precisa esta periodizacin. El primer eje histrico-literario abarca, para
l, desde mediados de los sesenta hasta el 27 de junio de 1973, fecha del golpe de estado
y comienzo de la dictadura. Es ste un perodo de euforia y crisis, caracterizado por un
intenso experimentalismo literario en lo formal y un maximalismo voluntarista y
principista en lo poltico (...) surge una nueva generacin de narradores que se reconoce
en la vasta renovacin de las letras latinoamericanas del perodo. La segunda etapa
comprende los doce aos de la dictadura (1973-1985) en los que la represin impide el
contacto de las ideas y el desarrollo del ambiente intelectual. A partir de 1984
comenzar a darse una apertura cultural hacia el exterior de las fronteras del pas. Las
experiencias formales se decantan y se recuperan races culturales olvidadas (...) Al
9 F. Ansa, Catarsis liberadora y tradicin reasumida, Revista Iberoamericana, n160-161, pginas 807-825.
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mismo tiempo, una visin sesgada, cuando no grotesca o marcada por el absurdo, se
incorpora y enriquece al realismo tradicional, especialmente en la narrativa de temtica
urbana. El fenmeno se evidencia entre los autores ms jvenes, menos trascendentes y
categricos en sus afirmaciones que los autores de los aos 45 y 60. Por ltimo, la
tercera etapa marca la produccin literaria posterior a 1985, que se orienta hacia un
revisionismo de los valores establecidos en el pasado con el fin de cuestionarlos. Ansa
lo llama un tercer perodo de catarsis liberadora y tradicin reasumida.
Respecto a la primera etapa que ambos crticos sealan en la generacin del 60
cabe sealar las caractersticas que Ansa y Hugo J. Verani10 estudian en la nueva
generacin de escritores en los que observan una rica formacin intelectual de la mano
de intensas lecturas extranjeras adems de una gran desconfianza hacia las estructuras
heredadas que se mostraban ineficaces e inestables ante la crisis econmica, social y
poltica del momento. Al mismo tiempo los jvenes narradores buscan su propia
identidad nacional. Su pensamiento est marcado por la dualidad y las antinomias, que
producir un discurso creativo atento a las novedades formales y estticas. Toman lo
mejor de las tcnicas y los procedimientos aprendidos de sus lecturas internacionales y
los utilizan para expresar su preocupacin nacional por encontrar un medio de expresar
su identidad. Sienten la necesidad de expresarse y no dudan en crear un buen nmero de
revistas literarias (Alfa, Arca, Banda Oriental). Son revistas literarias de existencia
efmera en las que estos escritores se expresan y muestran su afn de experimentacin
lingstica y de libertad, su rechazo a la narrativa social de los narradores de 1954 y a
las ataduras de la realidad mimtica.
Los nuevos narradores no caern en la tentacin del folklorismo o del populismo
y se dedicarn a indagar en la realidad sin darle trascendencia necesaria a lo cotidiano.
10 H. J. Verani, Op. cit., pginas 11-50. Tambin seala el comienzo de esta generacin a mediados de la dcada de los sesenta, tras un breve perodo anterior en el que la produccin literaria se alejaba de la generacin crtica anterior y se orientaba hacia una literatura de balneario, como la llam Benedetti. No continu la frivolidad en las letras uruguayas pues le sucedi una corriente artstica interesada por modalidades literarias llenas de diversidad e imaginacin.
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Ansa, en particular, destaca la ruptura que estos escritores perpetran contra las
antinomias tradicionales de fondo-forma, literatura urbana-rural y su nuevo aporte de
complejidad interior a los personajes. Segn Ansa Una novela poda traducir una
unidad compleja y un encuentro de tensiones, donde arte y compromiso se
conjugaran en el mismo tiempo novelesco. Se busca la autenticidad a partir del rigor y
las exigencias formales, y no se desdea la complejidad de la realidad en nombre de la
facilidad o la simplificacin maniquea de un esquema poltico, tal como podan
reflejarlo en ese mismo perodo otros gneros, como el ensayo, las crnicas
periodsticas y las proclamas y panfletos.
La generacin del 60 muestra en s una serie de contradictorias oposiciones que
aportan una rica variedad a su produccin, iniciada entre los aos 1962 y 1965. Autores
de diversas edades coexisten dentro de esta generacin en virtud de unas obras en las
que el rigor literario convive estrechamente con las ideas polticas revolucionarias.
Precisa Ansa: La exigencia formal no eliminaba la preocupacin impuesta por una
realidad en tensin, sino que, por el contrario, se transformaba en su mejor incentivo.
En la nueva narrativa de estos jvenes intelectuales se explorarn sentimientos y
pasiones humanas descartadas por la anterior generacin, se dar amplio uso al punto de
vista mltiple, al monlogo interior y a la estructura novelesca elaborada. Se trata de
narraciones plagadas de oscuros personajes, vulnerables, obsesivos y absurdos que
reproducen de manera literaria la compleja composicin social uruguaya y el inters por
profundizar el en el complejo entramado de las almas de estos seres. Es la literatura
directa o indirectamente fantstica, que busca ahondar y enriquecer la realidad, lejos de
toda intencin evasiva. Se expresa con originalidad y con amplia libertad de accin en
lnea contnua con autores como Felisberto Hernndez y otros ms cercanos en el
tiempo, como Armona Somers, Garini y Julio Ricci.
El segundo eje establecido por Ansa y Verani recoge la produccin
perteneciente al perodo de la dictadura, cuando la represin y la censura obligan a
26
muchos a exiliarse y continuar su obra en otras tierras. La crisis poltica y social
uruguaya agravadas en 1968 traern una guerra civil que desembocar en una dictadura
militar prolongada de 1973 a 1986, con la consiguiente ruptura en la vida cultural e
intelectual del pas, el aislamiento, los exilios masivos y la represin. Los que
permanecen en suelo patrio continan su labor literaria muy marcada en sus temas, su
estilo y lenguaje por la situacin y, evidentemente, bajo las limitaciones que impone
toda dictadura. Los escritores ms representativos de esta generacin se negarn a una
toma explcita de posicin frente a la dictadura y optarn entonces por acentuar la
imaginacin en sus narraciones. Lo cotidiano se interioriza y la subjetividad toma
protagonismo. El lenguaje se vuelve crptico y la prosa muestra un gran abanico de
posibilidades alusivas. La fantasa, las alegoras, el juego y el lirismo subvierten los
modelos establecidos por la generacin anterior. La madurez imaginativa observada ya
en el ao 69, poca de inseguridades sociales pero de plena libertad expresiva, ser,
pues, cortada de raz con la dictadura. Bajo la presin de la censura, los escritores
recurrirn a esas formas de decir elusivo, a la distorsin de contextos sociales y a la
alegora como vehculo expresivo. Sin embargo, en los aos ochenta, la produccin
literaria uruguaya dentro y fuera del pas, mostrar un cambio respecto a la narrativa
creada en el perodo anterior. El ensanchamiento de la realidad y la fundacin de
espacios mticos (como Santa Mara de Onetti) sealarn un intento de universalizar
Uruguay sin por ello perder las caractersticas culturales de su pas. La realidad se
alejar de los impedimentos del realismo y la verosimilitud tradicionales y se volver
absurda, extraa y subversiva. En este punto se bordea el lmite entre lo real y lo
fantstico dotando a la cotidianeidad de mayor profundidad y sealando las terribles
contradicciones de una realidad percibida como absurda. Se trasciende, as, el dualismo
real-fantasa en una escritura que proyecta alegoras y mitos desde la realidad,
trasciende lo cotidiano a travs de la hiperbolizacin de los sucesos y los sentimientos y
deriva de lo colectivo a una descolocacin individual.
27
La tercera etapa literaria de esta generacin pertenece a los aos posteriores a la
cada de la dictadura y revelan el inters por testimoniar e historiar la barbarie vivida
durante los doce aos de represin militar. En ocasiones este afn de abordar el horror
no evita caer en maniquesmos reductores, cierto patriotismo y la crnica de sucesos.
An as se nota el esfuerzo por intentar recuperar la identidad rota a travs del cultivo de
una nueva novela histrica elaborada desde un punto de vista particular, muchas veces
irnico y desacralizador. Contina, asimismo, el afn por superar las antinomias
tradicionales presentando una sntesis en la que la realidad reflejada y la forma de
expresarla en la literatura aparezcan igualadas en importancia. Tambin abunda la
produccin donde se desborda la realidad y la presencia de los mitos y la fantasa
alimenta una narrativa donde lo urbano y lo rural se cruzan para otorgar mayor
complejidad a dicha realidad. El afn revisionista y la actitud de muchos escritores
cosmopolitas prolongan la tradicin de la ambicin aperturista que ya vena dndose
desde el siglo XIX, como la asimilacin de influencias y el inters en las lecturas de
otras fronteras. Por otra parte hay escritores que interpretan la historia y el exilio como
algo positivo por enriquecedor y recogen aspectos positivos de la experiencia: el
descubrimiento de otros mundos vlidos, por ejemplo.
Los aos ochenta, en particular, destacarn por la acentuacin del cultivo de la
narracin ldica, fantstica o mtica dentro o fuera de las fronteras del pas. Habr otros
escritores ms cercanos a la realidad inmediata, pero destacar sobre todo la literatura
que aporte una nueva percepcin de la realidad a travs del uso de la imaginacin.
Tambin en estos aos posteriores a la dictadura se da ese destacado aumento de la
narracin testimonial y neohistoricista que ya se ha mencionado y que responde a la
necesidad de documentar la represin poltica durante ese convulso perodo. Tal
necesidad va ms all de esta generacin y afecta a todos los escritores en activo.
Adems, posteriormente, con la cada de la dictadura y la democratizacin del pas, hay
una gran demanda de literatura de corte testimonial pues interesa obtener informacin
28
sobre ese oscuro perodo anterior. Por otra parte, hay tambin un especial auge de la
narrativa histrica. Se tiende a la revisin crtico-imaginativa de la historia, se cultiva
la metaficcin historiogrfica donde al referente histrico se le suma una irona
distanciadora y crtica.11 La parodia del gnero histrico expresa el cuestionamiento que
estos escritores se hacen acerca de la veracidad y la objetividad, fruto de una visin
autoritaria tradicional. Otras novelas ponen en entredicho los mitos de la identidad
nacional con los protagonistas de la gesta patriarcal y los mitos fundacionales de
Hispanoamrica. Este cuestionamiento general de los documentos tradicionales, la
concienciacin histrica y la reescritura irreverente de la historia oficial y autoritaria
hacen posible la necesaria revisin de la identidad nacional e hispanoamericana. Tras la
dictadura, como ya se ha dicho, contina el cultivo de la imaginacin ldica, pero
tambin de la rebelda posmoderna contra toda normatividad cultural. Tal postura
conduce a la coexistencia de modalidades estticas plurales, representativas de la
heterogeneidad cultural del momento; por ejemplo, realismo expresionista, registros
ficcionales, reescritura de mitos del exilio, neobarroquismo voluptuoso, incluso gneros
detectivescos.12
Por ltimo, en la literatura de escritores recientes que se dan a conocer tras esta
generacin, observa Ansa la notable continuacin del uso del humor, lo ldico, la burla
de temas serios, adems de una clara conciencia de la relatividad histrica, en una
narrativa cuyas vas tradicionales parecan agotadas y desmentidas por la verdadera
historia, todava desconocida.13
Un punto en comn entre estos investigadores reside en la consideracin de que
esta nueva generacin recibe influencias claras del boom. Rama, Ansa, Skrmeta,
Faria Busto y Oviedo los consideran herederos de este movimiento cultural que dio a
conocer mundialmente la produccin literaria y tambin artstica de Hispanoamrica.
11 Hugo. J. Verani, Op. cit., pgina 45. 12 Ibd., pgina 47. 13 F. Ansa, Op. cit., pgina 825.
29
Los jvenes escritores no niegan la influencia de los maestros del boom, aunque s
rechazan las generaciones anteriores ms apegadas al contenido social y localista, a las
formas regladas por la tradicin y a gneros como la poesa y el cuento. Los jvenes
escritores uruguayos de la generacin del 60 sern fundamentalmente narradores
pragmticos14 que manejarn como gnero principal la novela y cuyas lecturas se
alejarn de las obligadas por la tradicin y las escuelas. Acudirn a las lecturas de un
Cortzar (Rayuela ser el libro de cabecera de muchos, como dir Skrmeta15 acerca de
la nueva promocin hispanoamericana), de un Borges y de otros escritores
hispanoamericanos de proyeccin mundial (Fuentes, Garca Mrquez, etc.) sin olvidar
la produccin de uruguayos universales como Onetti y Benedetti. Pero son ms
abundantes las lecturas de la literatura extranjera, especialmente norteamericana y
europea. Aparecen, as, figuras como Camus, Sartre, Woolf y Kafka adems de la
nouveau roman en Europa; en Norteamrica est la non fiction novel de Capote, Mailer
Doctorow, est Hemingway, James Joyce, Ezra Pound y, por ltimo, segn seala
Ansa, refirindose a una literatura marginal representativa influyen escritores
14 A. Rama habla de la herencia del boom en los jvenes escritores y de su carcter pragmtico: Jean Franco detect en el centro de la problemtica de la llamada nueva narrativa latinoamericana, un conflicto con el referente (). Esa situacin parece desvanecerse en los novsimos, en quienes observo una actitud pragmtica que evoca la posicin inicial de Juan Carlos Onetti () (Los contestatarios del poder, Op. cit., pgina 467). Aade Rama que los nuevos escritores asumen otras caractersticas definitorias del perodo del boom, por ejemplo, la recuperacin de la historia en la literatura, es decir, la restauracin del realismo como discurso de lo verosmil ajustado al tiempo contemporneo (Op. cit., pgina 461), que ya vena haciendo Vargas Llosa y que ellos reflejarn en su tendencia hacia el populismo. De la misma manera, conservarn la tendencia universalista que ya Garca Marquez mostraba en su obra. A esa bsqueda de integracin transculturadora (Op. cit. pgina 464) se debe la relectura histrica de Latinoamrica y, como Fuentes y Roa Bastos, adoptarn, entonces, un discurso global, conjunto e intercomunicado de distintos tiempos o distintos espacios (). Lo nuevo radica en () otorgar sentido a la aventura del hombre americano mediante bruscos cortes de tiempo y de espacio que ligan analgicamente sucesos dispares, sociedades dismiles, estableciendo de hecho diagramas interpretativos de la historia. (Op. cit., pgina 466) 15 Skrmeta coincidir con Rama al definir a los novsimos como herederos pragmticos del boom. Al mencionar a Cortzar afirma que los novsimos lo tienen como referencia pero toman sus enseanzas desde un punto de vista ms pragmtico y cotidiano. Por ejemplo, los protagonistas de las novelas de los novsimos no sern personajes trascendentes como en los grandes narradores del boom, sino que remitirn al ciudadano comn, sin grandes pretensiones. Para ms detalles vase el artculo de Skrmeta (Ed. cit., pginas 56-57).
30
decimonnicos rusos como Gogol, Chejov y Dostoievski, sin olvidar a un omnipresente
europeo: Kafka.16
I.2. Caractersticas de la generacin del 60
Las caractersticas que se sealan para esta generacin de jvenes escritores
uruguayos son abundantes y diversas, como diversa es la produccin de esta generacin,
pero, a pesar de la abundancia y la variedad apreciables en el panorama literario de los
aos 60, hay puntos en comn que es necesario sealar para establecer una distincin
clara frente a otras generaciones. As pues, se han enumerado las siguientes
caractersticas generales de esta promocin siguiendo las coincidencias entre los
crticos.
I.2.1. Realidad e imaginacin
En primer lugar, es esencial notar la forma que estos jvenes escritores tienen de
enfrentarse a la realidad y a la fantasa. Esta idea es comn a todos los investigadores,
los cuales sealan la creacin de una nueva forma de realidad heterognea e inestable en
la que la fantasa y la subjetividad son elementos importantes y no discordantes, sino
ms bien interdependientes y necesarios. La inestabilidad de lo real traduce y explica la
inquietud general de los jvenes escritores por la crisis socio-poltica que vena
sufriendo el pas desde poco antes de los comienzos de la dcada de los 60. La
desconfianza y la prdida del orden tradicional supone un cambio en la concepcin de lo
real y en la concepcin de lo literario que traduce, consecuentemente la voluntad de
cambio general que desea esta generacin para su pas.
16 Ansa, Catarsis liberadora y tradicin reasumida, Ed. cit., pgina 813. En esa literatura marginal aparecen como referencia hispanoamericana Horacio Quiroga y Felisberto Hernndez (del que hablar Rama). Tambin observa Ansa una continuidad entre la generacin del 60 y las generaciones anteriores. Segn l, no fue una generacin de grandes rupturas y sus miembros apenas fueron criticados (excepto por Benedetti, al referirse a la literatura de balneario). Esto es porque un sentimiento general de solidaridad ante la grave crisis socio-poltica y el aumento de las hostilidades en el pas unific a los componentes de las generaciones del 45 y del 60. Compartieron su afn de resistencia y fue as como los mayores prolongaron su tutela sobre los jvenes escritores. (Vanse las pginas 810-811)
31
As pues, A. Rama habla de un proceso restauracin realista que los jvenes
heredan de los maestros de boom pero tambin seala la importancia de la legtima
invencin imaginaria.17 Aade que se procede al traslado del espritu crtico que
dominara las elites intelectuales nacionales a lo largo de casi treinta aos hacia una
forma constructiva directa -por destructivas que resulten algunas de sus operaciones-
que apela intensamente a la contribucin de la fantasa y la imaginacin, condiciones
casi archivadas tras el realismo urbano y las grisuras cotidianas que una y otra de las dos
promociones de la generacin crtica desarrollaron en sus treinta aos de reinado
cultural.18 Establece como punto de coincidencia entre los diversos autores de edades
tan distintas que forman la nueva generacin, en su discusin acerca de qu es la
realidad en la literatura, lo que fatalmente arrastra una dilucidacin acerca del gnero
literario, as como de las formas que lo determinan y las tcnicas que lo codifican. ()
La unidad sera entonces adversativa: todos coinciden en decretar inaceptable el gnero
neorrealista que vena manejando la cuentstica uruguaya. En cambio, no hay
coincidencia respecto a las cosmovisiones ni en cuanto a las formas que las manifiestan.
Tampoco sobre el gnero, aunque s puede convenirse que los esfuerzos creativos
individuales y libres concurren a su fundamentacin. () Por diversas que sean las
soluciones aportadas por los escritores citados, todas concurren a un cuestionamiento de
la convencin realista que vena aplicando la narrativa uruguaya, proponiendo diversas
articulaciones formales que se corresponden a sendas esferas temticas. Al descubrir
stas y al tratar de incorporarlas a la literatura, comprobaron el rechinamiento del
sistema vigente, debiendo buscar nuevas estructuras para su viabilidad, aunque a veces
ha sido el hallazgo de una atmsfera, un clima, una vaga sospecha de mundo diferente,
la que ha conducido a edificar andamiajes de insegura significacin.19 Siguiendo este
17 A. Rama, Los contestatarios del poder (captulo), La novela en Amrica Latina, Montevideo, Fundacin ngel Rama, Universidad Veracruzana, 1986, pginas 461-466. 18 A. Rama, El estremecimiento nuevo en la literatura uruguaya (captulo), Ed. cit., pginas 496-497. 19 Ibd., pginas 502-503.
32
razonamiento, Ansa habla de la representacin de una realidad ms compleja y aade
ms adelante: las fronteras de la realidad, ceidas a la verosimilitud y al realismo
tradicional en el pasado, han cedido a un realismo ensanchado y penetrado por lo
inslito, lo extrao, el absurdo, verdadera subversin mayscula e hiperblica de lo real.
En vez de investirse con los ropajes de lo fantstico, una serie de autores prefieren
bordear los lmites de lo real sin llegar a franquearlos. Al descolocarse dan a la
cotidianeidad una mayor dimensin en profundidad y sealan en forma ms ostensible
las contradicciones de una realidad a la que se percibe bsicamente como absurda.20
Verani, cuya teora se apoya en Rama, afirma: Hacia mediados de los sesenta se
advierten sntomas inequvocos de una modulacin artstica diferente, de una escritura
ms inventiva. Las producciones de varios escritores presagian la apertura hacia
modalidades ms diversificadas e imaginativas () son obras decisivas de escritores
que renuncian a lo anecdtico y a las ataduras de lo real verificable.21 Aludiendo a una
periodizacin de esta generacin Verani argumenta: El libre juego de la imaginacin se
manifiesta desde la fase de formacin de estos escritores -que es la decisiva- y llega a su
madurez en 1969, poca de inseguridad social pero de plena libertad expresiva. Es un
error comn, por lo tanto, explicar el predominio de la narrativa imaginativa en el
Uruguay actual como resultado de la represin dictatorial. Con posterioridad al golpe de
estado de 1973 la censura y la autocensura impiden la crtica explcita de la situacin
social y se recurre con mayor frecuencia a formas del decir elusivo, a la distorsin de
contextos sociales y a la alegora como vehculo expresivo. A lo largo de los setenta se
acumulan escritores que incursionan en zonas inseguras o indeterminadas de la realidad,
acentundose hacia 1980 la fabulacin ldica, fantstica o mtica, dentro y fuera de
fronteras. () Como es natural, otros escritores se inscriben en vertientes ms apegadas
a la realidad inmediata, a situaciones y ambientes pueblerinos.22 Skrmeta seala la
20 F. Ansa, Catarsis liberadora y tradicin reasumida, Ed. cit., pgina 818. 21 H. Verani, Narrativa uruguaya contempornea. Tradicin y ruptura, Op. cit., pgina 39. 22 Ibd., pginas 41-42.
33
aceptacin de la cotidianeidad como punto de arranque para la fantasa. El lenguaje
coloquial servir ahora de herramienta adecuada para trabajar la realidad.23
Finalmente define el nuevo proceso literario como infrarreal en motivos y personajes,
pop en actitud, y realista-lrico en su lenguaje.24 Aade que esta actitud relativizadora
que respetaba la abigarrrada problemtica de la realidad y que destrua gneros y
esquemas para abordarla, era otro punto en comn, con los recursos expresivos de la
nueva novela la cual experimentaba una apertura a todos los niveles.25 Mario Benedetti
menciona la fantasa en esta generacin de forma general, sin prestarle mucha atencin:
(el pblico uruguayo) sbitamente se enfrent al hallazgo potico, a una fantasa que
era solamente una combinacin indita de motivos reales. Y seala la coexistencia
entre escritores que venan de lo real, y aquellos otros, exiliados de la Arcadia.26
Faria Busto habla de la problematizacin del mundo narrado, el cuestionamiento de
todo y el juego de la realidad frente a la irrealidad. La convencin realista cambia y
surge, entre escritores que escriben dentro y fuera del pas, el irrealismo, el gusto por el
alejamiento de la verosimilitud y un inters creciente por la fabulacin ldica, fantstica
o mtica. Convive en los nuevos escritores la narrativa de corte testimonial y la narrativa
de la imaginacin.27 Por su parte, Oviedo clasifica la narrativa del postboom
latinoamericano en tres grandes grupos desde un punto de vista eminentemente
temtico. As habla de: la narrativa como reflexin o contradiccin histrica, la
narrativa como indagacin del yo y su mbito propio y la narrativa como fantasa y
juego esttico. En cada apartado enumera y estudia de forma panormica diversos
autores. De ello se concluye que la fantasa constituye un rasgo ms dentro del
23 A. Skrmeta, Ed. cit., pginas 53-54. 24 Ibd., pgina 58. 25 Ibd., pgina 60. 26 M. Benedetti, Op. cit., pginas 32-33. 27 M. Faria Busto, Op. cit., captulo I.
34
postboom y que Oviedo le concede la misma importancia que a otras tendencias
literarias del momento.28
Por otra parte, en la gnesis de este nuevo realismo imaginario, ngel Rama
anota unos antecedentes que ya haba analizado en su antologa de cuentos fantsticos
titulada Cien aos de raros.29. En esta coleccin de cuentos Rama recoge una muestra
de la produccin fantstica anterior a la generacin crtica, cuyo legado contina
soterradamente durante los treinta aos que se prolonga la literatura social en autores
uruguayos como Onetti (en sus primeras obras) y Benedetti. La herencia fantstica
tambin proviene de la lectura de algunos autores del boom como Cortzar, Fuentes y
Garca Mrquez. Principalmente son los escritores uruguayos mencionados los artfices
de las obras ms secretas, experimentales, testimoniantes de bsquedas que quedaron
incompletas. Si bien la mayora de las obras de esta corriente subterrnea que atraviesa
los treinta aos de la generacin crtica se emparentan con la literatura fantstica, no es
por ese rasgo, sino por lo que ellas comportan de investigacin de zonas inditas de lo
real, por lo que pueden agruparse como antecedentes del cambio generacional.30 De
este modo enumera las obras de autores que incluye en su antologa de raros
destacando la aportacin de Felisberto Hernndez, cuya obra se edita profusamente tras
su muerte en 1964. Son narradores experimentales y arriesgados que incursionan en lo
extrao e inseguro, lo metafsico y lo absoluto, etc. Pero tambin hay producciones
fantsticas fuera del cuento y la novela, de gnero indescifrable, como, por ejemplo, los
libros de poesas de Marosa de Giorgio que Rama define ms bien como los
aplogos fantsticos ms libres de la literatura uruguaya moderna.31 La antologa de
28 Ibd., pginas 383-420. 29 A. Rama, Cien aos de raros, Montevideo, Arca, 1966. En esta antologa incluye diversos autores uruguayos de escritura fantstica y marginal. stos son: Lautramont, H. Quiroga, F. Ferrando, F. Hernndez, J. P. Daz, L. Garini, A. Somers, M. I. Silva Vila, G. Eyherabide, H. Massa, L. Campodnico, M. Di Giorgio, J. Sclavo, M. Rein y T. De Mattos. Vase la introduccin (pgs. 7-12) en donde Rama realiza un recorrido sobre la literatura fantstica uruguaya desde Los cantos de Maldoror (1869) hasta los breves aplogos de De Mattos, el ms joven de los raros (pgina 12). 30 Rama, El estremecimiento nuevo en la literatura uruguaya (captulo), Ed. cit., pginas 497-498. 31 Ibd., pgina 498.
35
Rama recoge los precedentes de la literatura experimental e irreal de nuestros das que,
evidentemente, revela cambios y adaptaciones en la generacin del 60 a partir de la
asuncin de una nueva sensibilidad, una nueva forma de escritura y una nueva
problemtica artstica. El influjo de la fantasa y la imaginacin darn paso, entonces, a
una nueva forma de explorar y expresar la realidad, cuestionada y relativizada por los
nuevos escritores.
Fernando Ansa, estudiar, asimismo, la vertiente irreal de esta nueva generacin
en unos apartados de su artculo titulados Una literatura marginal representativa y
Las fronteras abiertas de la realidad32. En ellos recoge la idea expresada por Rama
acerca de una tendencia hacia el irrealismo de esta generacin, sin embargo, matiza que
esta tendencia tambin se hereda de la tradicin literaria rusa del siglo XIX y de la
literatura europea del siglo XX, no slo de Felisberto Hernndez y los uruguayos que
Rama enumera en su antologa. As pues, de la influencia europea y rusa destaca Ansa
varios motivos relacionados con la nueva caracterizacin de los personajes por parte de
los narradores del 60:
Los pequeos seres, el mundo del subsuelo, los oscuros funcionarios, los maniticos y tiernos personajes que inspiran tanto afecto como repugnancia, surgen y proliferan en la narrativa uruguaya, reflejando la compleja composicin social del pas, con una imaginacin proveniente de todas las culturas. La tipologa maniquea del pasado cede a un ahondamiento en los abismos de un alma que se revela rica y compleja, controversial y desgarrada.33
32 F. Ansa, Catarsis liberadora y tradicin reasumida, Ed. cit., pginas 813 y 818. 33En este contexto, la literatura fantstica que se aborda directa o tangencialmente, no aparece como una forma de evasin, sino como un enriquecimiento y ensanchamiento de la realidad. Las posibilidades subversivas de lo imaginario se afianzan en una lnea original de expresin, donde la separacin cronolgica entre autores se esfuma an ms. Si Felisberto Hernndez ha trascendido las fronteras del Uruguay y hoy es reconocido internacionalmente gracias a Julio Cortzar e Italo Clavino, una serie de autores que cabalgan entre las generaciones del 45 y del 60 abre las puertas a una direccin renovada y original de las letras uruguayas contemporneas. En este grupo deben mencionarse Armona Somers, L.S. Garini y Julio Ricci. Ibd., pgina 813.
36
En el estudio del realismo ensanchado, Ansa analiza la finalidad de esta
nueva forma de representacin en los jvenes escritores uruguayos (ya mencionada en
nota a pie de pgina en este mismo apartado). A ello aade:
Si los precedentes de Horacio Quiroga, Jos Pedro Belln (La realidad) y el ya mencionado Felisberto Hernndez deben citarse, es indudable que la necesidad de trascender el esquema dualista del realismo y lo fantstico se hace imperiosa entre los jvenes narradores. Los ejemplos abundan porque esta lnea que se entronca con los marginales analizados anteriormente es, tal vez, la lnea de mayor fuerza que se percibe en la actualidad: proyectar alegoras y mitos desde la realidad, trascender lo cotidiano por la desmesura y el absurdo, derivar conscientemente de lo colectivo a una descolocacin individual.34
Por su parte, Hugo J. Verani habla de los fundadores de la nueva narrativa que
ubica a partir de los aos treinta y que influirn notablemente en la literatura
contempornea. Habla de una nueva sensibilidad artstica -ms imaginativa, ms
experimental- que cambiar la narrativa hispanoamericana contempornea:
() ser una acto de creacin antes que de representacin, que interesa ms por el despliegue imaginativo y por la funcionalidad interna de os elementos narrativos que por su carcter representativo de una realidad preexistente. Es un perodo (el de los aos treinta) fecundo en fuerzas renovadoras, de sntesis de tendencias diversas que se funden en una, el surrealismo, que trae una liberacin de la imaginacin creadora y del lenguaje, una apertura hacia zonas desconocidas del yo, una actitud elusiva de narrar que genera una subjetivacin de la creacin artstica, una va de acceso a mbitos onricos o fantsticos inmunes a las categoras racionales dominantes en el mundo de los hechos reales.35
Sobre Onetti y Felisberto Hernndez, seala Verani su comn actitud rebelde y
de ruptura con la tradicin nacional y su deseo de diferenciarse del neonaturalismo
narrativo. Ambos se aproximan en esa postura de rechazo a las normas vigentes y por la
imaginacin de su narrativa. La rebelda de ambos escritores ante el realismo tradicional
34 Ibd., pgina 818. 35 H. Verani, Op. cit., pginas 21-22. Menciona en las mismas pginas ineludiblemente a Onetti y a Felisberto Hernndez: Evidentemente, la narrativa de este perodo no tiene ya ms una funcin cognoscitiva, un apego emocional a la patria chica, rural. Es una narrativa antirrepresentacional, que difumina el contorno inmediato y postula el relato como universo imaginario y mitopoytico.
37
y las normas literarias limitadoras nos los definen como precedentes claros de los
narradores del 60. Con la imaginacin introducen la variante de una realidad compleja
debido a las mltiples posibilidades de la ficcin, al mismo tiempo el uso de un lenguaje
anti-literario y de una esttica ajena a lo establecido entronca a ambos autores (as como
a otros uruguayos mencionados por Rama, Ansa o el propio Verani) con la tendencia
general de los jvenes de la generacin del 60. Pero la herencia imaginativa no ser la
nica en notarse, pues convivir en los aos 60, segn Verani, con otras tendencias
radicalmente opuestas como pudieran ser la social y la nativista, por ejemplo.36
I.2.2. Rebelda literaria
La exploracin novedosa de lo real manifiesta la rebelda y el rechazo de los
jvenes de la generacin del 60 hacia la convencin realista tradicional que ya llevaba
muchos aos acaparando la literatura uruguaya. Esta rebelda, impulsada por la
curiosidad y la necesidad de explorar lo indito en lo real, conduce al mismo tiempo
hacia otras formas de rebelda. En el deseo de experimentacin libre hay, pues, un
rechazo claro hacia lo dogmtico y lo normativizado en el terreno de las artes y de la
literatura. No se admite la limitacin castradora de las normas heredadas, lo que impera
es la libertad creadora y el deseo de una amplia renovacin literaria. En este punto
coinciden todos los estudiosos y analizan sus novedosas consecuencias. Observan, por
ejemplo, la tendencia general de los jvenes a la mezcla de formas y gneros, al uso de
un nuevo lenguaje coloquial y a la insercin de nuevos temas de intencionada finalidad
polmica o subversiva.37
36 Ibd., pgina 37. 37 Los estudiosos consultados hablan de la disolucin de los gneros y de la adopcin de nuevas formas estticas recuperadas de las vanguardias, de las lecturas contemporneas europeas y norteamericanas o de la corriente experimental ficcional de los raros. (Uno de los recursos ms utilizados, por ejemplo, ser el lenguaje coloquial de las capas sociales marginadas.) Por ltimo, sealan una tendencia general hacia la subjetividad como reaccin a la literatura social anterior, junto con la apertura temtica que acompaa la representacin de una realidad ensanchada y que toca asuntos considerados tabes como el sexo y el erotismo, por ejemplo, o los nuevos temas que se plantean en una sociedad invadida por los medios de comunicacin.
38
Rama seala esa nueva concienciacin literaria que supone en estos jvenes el
rechazo de la retrica de las escuelas, de cuyas enseanzas desconfan. Para l, los
nuevos escritores persiguen la autenticidad en el terreno de las artes y optan por acudir a
la expresin de la experiencia humana, orientndose hacia el ahondamiento en la
intimidad del hombre, en la bsqueda de una voz propia. En este proceso de
identificacin recogen la vida social de unos personajes marginales cuya visin del
mundo, lengua y formas de comportamiento han manejado con soltura, sin necesidad de
explicarlas o defenderlas, volvindolas protagnicas de la literatura.38 A esta nueva
forma de enfocar la literatura y sus temas, se aade una experimentacin formal libre y
contagiada de subjetivismo que busca tambin invalidar la normativa de la tradicin. La
mezcla de gneros ser un aspecto a tener en cuenta en la expresin de esa rebelda
artstica. Rama hace notar este fenmeno como un proceso de disolucin en el que los
esquemas tradicionales se pierden y se crean en su lugar formas mestizas ingobernables.
En este punto, a modo de ejemplo, el uso del fragmento39 se volver esencial debido a
la influencia de la nueva imagen que reflejan los medios de comunicacin de masas, en
particular el cine. La hiperbolizacin de las situaciones responder, adems del uso del
fragmento, recuperado de la vanguardia junto con otros recursos y algunos temas, a la
voluntad de insurreccin contra la literatura tradicional, sin abandonar una percepcin
realista de base que choca de frente con tales tendencias expresivas y enriquece las
posibilidades del panorama literario.
Desde un punto de vista cercano al de Rama, Ansa40 considera las novedades
formales y estticas que adoptaron los jvenes indicio de su necesidad de expresar su
preocupacin nacional y su propia identidad. Destaca la ruptura que realizan de las
antinomias establecidas como la de fondo- forma, literatura rural- urbana, etc. y seala
que proceden a una notable apertura temtica que indaga en la ficcin circunscrita al
38 A. Rama, Los contestatarios del poder (captulo), Ed. cit., pginas 467-469. 39 Vase el apartado V.1 de este trabajo para una definicin de fragmento. 40 F. Ansa, Ed. cit., pginas 807-825.
39
mbito urbano. Tambin considera, como Rama, que adoptan recursos expresivos que
apoyarn su exploracin de los sentimientos humanos. Por tanto, su afn de renovacin
literaria discurre paralela a su deseo de cuestionar la realidad en crisis de su pas.
Mientras, Verani seala la rebelda de los escritores de la generacin del 60
mediante la adopcin por parte de stos de formas experimentales literarias y el rechazo
al realismo social de anteriores generaciones lo cual conduce a un proceso de
interiorizacin de lo cotidiano y una toma de protagonismo de la subjetividad.
Los cambios experimentados en la literatura sealan la accin de unos nuevos
narradores rebeldes ante la literatura realista y social tradicional, preocupados por la
calidad de sus obras y de los temas abordados y por ahondar en la naturaleza humana
desde un punto de vista social y personal.
I.2.3. Compromiso
Afirma Rama que en la escritura de los nuevos narradores se construye un
discurso apocalptico sobre el poder en el que se reflejan las diversas formas del poder
extendidas a nuevas reas de la vida: la familia, el lenguaje, la sexualidad, etc. que ya no
remiten slo al mbito socio-poltico sino tambin al puramente humano, el que ms les
interesa. Seala Rama que el poder es un tema que supera la problemtica poltica y
adopta una amplia complejidad y alcance. De esta forma la sospecha crece en estos
escritores que combaten las mltiples formas del poder desarrollando en muchos casos
un manierismo de reminiscencias barrocas. Todo se dirige a la negacin del centro
donde todo poder represor se consolida y enmascara su propio alcance con un discurso
oficial.41
La rebelda y el compromiso extraliterarios son otros aspectos ms que los
crticos establecen como caracterizadores de esta generacin. La preocupacin social
adems de la literaria produce obras comprometidas pero profundamente artsticas a la
41 A. Rama, Ed. cit., pginas 483-484.
40
vez. La calidad literaria no retrocede ni se descuida a favor del compromiso social.
Estos jvenes se ocupan en mostrar de forma crtica las lacras de su pas desde una
perspectiva universal y abarcadora, sin olvidar tampoco la angustia del individuo, sus
sueos y sus deseos. La literatura convive con la vida y toma de ella muchos elementos
enriquecedores que aportan nuevas perspectivas, nuevos temas y nuevos desarrollos.
La escritura comprometida de estos jvenes artistas se ver sometida a cambios
bruscos y a necesarias adaptaciones en virtud de la crisis uruguaya de los aos 60 que
desemboc en el golpe de estado y en la instauracin de una dictadura que durara doce
aos (1973-1985). Nunca abandonarn su vinculacin con la problemtica de su pas.
En sus primeras producciones aludirn a la crisis que sufre el Uruguay, a veces incluso
de manera premonitoria, al tiempo que experimentan nuevas formas literarias y nuevos
temas. En el perodo de represin, se vern abocados a adoptar formas de decir elusivas
que, tras la dictadura, se volvern, muchas veces, testimonios revisionistas del perodo
dictatorial en una fase de destacada heterogeneidad cultural.42
El compromiso adoptado por los escritores de la generacin del 60 se deja notar
en el uso de determinadas estrategias literarias cuya finalidad consiste en desenmascarar
y cuestionar el discurso oficial patritico, es decir, la palabra del poder. As, utilizarn
recursos retricos de sealada ambigedad sgnica, o acudirn al uso de un humor
corrosivo, irnico o incluso sarcstico para desmontar las verdades patrias. La parodia y
la caricatura acompaan ese humor crtico. Por otro lado, el recurso de la fantasa y el
irrealismo ahonda en lugares nuevos y aportan un conjunto de visiones nuevas que
invalidan la realidad establecida como nica por el poder. Otros aspectos de la crisis y el
espritu combativo de los jvenes escritores se observa en el uso de temas que se
orientan hacia el retrato de una sociedad en desintegracin, donde la crisis humana
introduce el absurdo en la vida real y muestra el riesgo y la decrepitud del momento.
42 Vase F. Ansa, Ed. cit., pginas 807-825 y H. J. Verani, Op. cit., pginas 38-47. Se remite igualmente al apartado I.1 en este mismo trabajo.
41
Parece haber una esperanza invertida en la posibilidad de un cambio positivo, por ello
los nuevos narradores elaboran con cuidado la obra artstica y la destinan al reflejo de lo
que est sucediendo en su pas, en la vida cotidiana de unos seres frgiles, marginales,
que nos hacen vivir la crisis de cerca, experimentando simultneamente sus propios
sentimientos de inquietud.
I.2.4. Populismo y universalismo
Otra de las consecuencias del mencionado afn libertario y contestatario en las
letras consiste en la tendencia general de los jvenes a la universalizacin o, como la
define Rama,43 la transculturacin de la literatura uruguaya y su despojamiento del
localismo buclico y folklorista de las generaciones de los aos 30 y 45. Se tiende hacia
un populismo de naturaleza urbana universal, con la creacin de personajes sencillos,
urbanitas reconocibles y marginados que hablan con su jerga ciudadana de clase media-
baja, que se mueven en un mundo en el que la radio, la msica, el cine, pero sobre todo
la televisin, han cambiado la concepcin de la imagen.44 Una imagen que proviene de
la irrupcin de la cultura norteamericana y europea en el mbito latinoamericano. Los
jvenes beben de esa imagen colorista, de su reclamo y su plasticidad, de las nuevas
ventajas tecnolgicas y la llegada de tendencias culturales forneas. Pero no olvidan
tampoco la tensin social, poltica y econmica que se respira en su pas. Su
universalismo no slo se deja notar en su representacin de la sociedad, sino que refleja
tambin la problemtica interior del ser humano. La nueva narrativa aspira a traspasar
las fronteras del tiempo y el espacio para llegar as a todo tipo de lectores e implicarlos
en su mensaje ideolgico, comprometido con lo artstico pero tambin con lo social.
43 A. Rama, Ed. cit, pginas 464 y 467-479. 44 A. Skrmeta habla de la influencia de los medios de comunicacin de masas sobre los novsimos, tambin del importante cine europeo y norteamericano y de la msica norteamericana, en especial el jazz. Ed. cit, pginas 49-64.
42
Esta tendencia universalista ya se vena mostrando en la obra de un Garca
Mrquez y los jvenes toman ejemplo de ella, en la bsqueda de una integracin
transculturadora que conduzca a evitar los prejuicios del provincialismo y a abrir el
mundo latinoamericano a nuevas experiencias sin fronteras. La modernizacin
democratizadora y universal que experimenta el mundo en esas dcadas de progreso
tecnolgico en las comunicaciones trae cambios sustanciales en la literatura, que, como
se ha visto, se populariza y se abre a nuevos temas. La produccin femenina aumentar
con el proceso de democratizacin de la literatura, as como la tendencia general a
explorar el mundo desde una perspectiva ms cercana, como, por ejemplo, la familiar.
Asimismo, el nuevo uso de la imagen en los mass-media (especialmente en el cine) y la
recuperacin de la herencia vanguardista, traern consigo nuevas tcnicas literarias
como el montaje y el fragmento. Segn Rama, esta tendencia fragmentadora conduce a
los nuevos autores a operar con concentraciones breves de la ms alta significacin, con
rupturas de un discurso que se ensambla en materiales dismiles y yuxtapuestos
apelando justamente a su desemejanza para originar, como en la metfora, una
seleccin smica que consiga enlazarlos y los articule en una secuencia de sentido. Es
la llamada cultura de la imagen, del cine, en particular, que explota la ambigedad del
lenguaje y los impulsos del inconsciente, liberando sus energas asociativas y
emocionales.45 De esta influencia de la imagen cabe sealar la adopcin de diversos
estilos narrativos donde se pueden encontrar recursos estilsticos recurrentes en distintos
autores.
I.2.5. Temas y recursos literarios
Se ha podido comprobar a lo largo de este breve estudio de la generacin del 60
la existencia de ciertos recursos y tcnicas literarios comunes o de mayor uso. Esto es
porque los recursos utilizados por los jvenes escritores responden a su concepcin de
45 A. Rama, Ed. cit., pgina 487.
43
lo que es la literatura y la escritura, y tambin a la finalidad misma del quehacer literario
que ellos le asignan. Hay, entonces, aspectos en los que coinciden de forma general; as
pues sus postulados defienden en el terreno literario la ampliacin de la realidad a travs
del uso de la fantasa, de la libertad creadora, de la renovacin y del compromiso crtico
y rebelde del escritor con la sociedad, sin olvidar la importante apertura universal. A
partir de esto, su forma de encarar la literatura cambia y traduce una nueva forma de ver
el mundo. La realidad mostrar un amplio espectro de posibilidades de representacin
en la escritura de estos jvenes. Por ejemplo, en la era de la imagen y la
transculturacin, sealada por los crticos, se incorporan nuevos temas como el sexo (y
la homosexualidad), la ciudad, el absurdo, el fracaso, la decrepitud, el humor, la irona,
etc. Utilizarn tcnicas y recursos tradicionales renovados o recursos novedosos
heredados de las literaturas y culturas extranjeras y de los maestros del boom como la
mezcla de gneros, las estructuras elaboradas, la fragmentacin, la intertextualidad, la
alegora, la imagen, el punto de vista mltiple, el monlogo interior, el lirismo, la
hiperbolizacin, el manierismo lingstico, las referencias coloquiales, etc.
Todos estos recursos servirn al propsito del compromiso artstico y social que
desean reflejar los novsimos. Al mismo tiempo, mostrarn la vida moderna desde
mltiples ngulos y operarn cambios necesarios en el mbito literario. ngel Rama,46
por ejemplo, habla de distintas tendencias generales en el uso del lenguaje por parte de
los novsimos; observa que unos se decantan hacia un barroquismo formal lleno de
contenidos (Peri Rossi, entre otros), mientras que otros prefieren un laconismo efectivo
y agudo (Onetti). Sin embargo, la divergencia de estilos no marca una finalidad distinta
en cada caso. Para este estudioso existen tres puntos en comn que anan a los
miembros de la generacin del 60 ( 69, segn l).
1.) un rechazo de las formas y, por ende, la filosofa inspiradora- de la literatura recibida, en cuanto ella manifestaba una sociedad cuyo estancamiento,
46 A. Rama, El estremecimiento nuevo en la narrativa uruguaya (captulo), Ed. cit, pginas 495-519.
44
vejez, temor, son ahora superdestacados hasta escamotear la expresin de cualquiera otra virtud que la signara: 2.) una desconfianza generalizada por las formas recibidas que traducen el mundo real, a partir de la comprobacin de que las bases de ese mundo se presentan como repentinamente inseguras (); 3.) una irrupcin, sobre ese magma inseguro que remeda lo real, de un despliegue imaginativo signado por una nota de libertad irrestricta que fcilmente se confunde con la gratuidad, con el juego, con la alucinacin onrica (), como si hubiera cortado o suspendido temporariamente sus lazos con aquella realidad que, al devenir cambiante, insegura, impredecible, ha dejado de condicionar o limitar el funcionamiento de la imaginacin ().47
47 Ibd., pginas 512-513. ngel Rama destaca como gnero fundamental de la generacin del 60 la novela, continuando con la tendencia general del boom; apunta la importancia de los postulados de Jacques Lacan en el uso del lenguaje de estos escritores; y, por ltimo, la importante renovacin y el nuevo protagonismo que se le otorga a la figura del lector, con el cual se establece una comunicacin ms amplia y enriquecedora, amn de una mayor exigencia de participacin como ya se vena observando en algunos escritores del boom. (Los contestatarios del poder (captulo), Ed. cit., pginas 455-494)
45
II. CRISTINA PERI ROSSI Y LOS CONTESTATARIOS DEL PODER
En los anlisis de la generacin del 60 de los estudiosos que se han consultado
aparece indefectiblemente mencionado el nombre de Cristina Peri Rossi, escritora a la
cual todos consideran miembro destacado de esta generacin del postboom, de esta
promocin de la posmodernidad
ngel Rama1, por ejemplo, opina que la nueva sensibilidad literaria
correspondiente a la generacin del 60 es cultivada tambin por rezagados escritores de
la generacin crtica, algunos escritores adelantados a la generacin del 69 y otros
jvenes ms desligados. Cristina Peri Rossi es, entonces, uno de esos escritores
adelantados a esta nueva generacin. Rama considera que su primera publicacin, el
volumen de cuentos titulado Viviendo, situaba a la autora como continuadora de la
generacin crtica, pero que pronto orient su obra hacia una escritura barroca y plena
de imaginacin e inventiva. Para Rama destaca, en la produccin rossiniana, su
tendencia hacia el lirismo y la mirada infantil, siguiendo ese proceso de intimacin que
caracteriza a los escritores del postboom. La subjetivacin del mundo en Peri Rossi
alcanza la sociedad y la familia, mbitos recurrentes en los jvenes escritores. Del
mismo modo se observa un profundo ahondamiento en la intimidad del ser humano, con
lo cual, temas como la sexualidad sern tratados por la escritora uruguaya; por ejemplo,
en Evoh, poemario en el que explora la homosexualidad femenina haciendo uso del
metalenguaje sobre las palabras. Al mismo tiempo, su obra tratar de crear un
universo complementario ajeno a la tradicional voz masculina que rega las letras
desde antiguo. Aadido a esto, la rebelda y el deseo de renovacin propios de la
generacin del 60 alcanzan los temas de la escritura de la autora uruguaya. Por ejemplo,
en el tratamiento del tiempo pretrito, Rama destaca la valoracin que le da Peri Rossi
mediante la representacin del motivo del museo. En l se concentran dos concepciones
1 A. Rama, Los contestatarios del poder (captulo), Ed. cit., pginas 468, 473, 478. y tambin en El estremecimiento nuevo en la literatura uruguaya (captulo), Ibd., pginas 501-502, 515-519.
46
contradictorias y al mismo tiempo defendidas por la escritura rossiniana: una tendencia
esteticista y una autocondena del esteticismo en nombre de las ideologas. Hay voluntad
de renovacin esttica pero tambin fascinacin por la belleza del pasado. Hay tambin
una aoranza y lamentacin de la prdida del pasado simultnea a la celebracin de la
autoinmolacin de ese tiempo esttico y superado. Asimismo, en esa nueva visin de la
realidad que esgrima Peri Rossi, se observa su vinculacin a la generacin del 60. En su
escritura lo imprevisible, lo inseguro y lo inestructurado de lo real se expresa a
travs del sistema de acumulacin que configura una falsa solucin de precisin. Es la
suya una escritura reiterante, informe, usa la palabra como si construyese una
pintura informal en sus obras. El uso de la imaginacin libre, lrica fantasiosa y cruel
es destacado por Rama cuando se refiere a El libro de mis primos y aventura la
posibilidad de una nueva versin de la realidad o un forcejeo entre la ficcin y la
realidad en la escritura rossiniana.
Fernando Ansa se centrar en la efectiva apertura temtica que caracteriza a la
generacin del 60, efecto que encuentra su causa en la voluntad de estos escritores de
indagar en la ficcin, en la nueva realidad convulsa del pas, sobre todo circunscrita al
mbito urbano, y que adelanta de manera premonitoria los hechos de la crisis uruguaya.
Siguiendo estas palabras de Ansa, se encuentra un ejemplo de premonicin en Cristina
Peri Rossi, quien escribe una nota clarividente acerca de su cuento titulado La rebelin
de los nios y que dar ttulo a su coleccin de cuentos publicada en el ao 1980.2
Directamente relacionado con la crisis uruguaya se encuentra el exilio, el cual cobrar
importancia como tema de muchas narraciones en la etapa de la dictadura. Seala
2 El cuento que sigue fue escrito en Montevideo, en 1971, dos aos antes del golpe militar. Si lo hubiera publicado entonces, habra parecido descabellado, inverosmil. Los compaeros de viaje, adems, lo habran juzgado pesimista. Los hechos polticos, en mi pas y en los pases vecinos, han convertido lo que pudo ser exaltada imaginacin, fbula delirante, en triste realidad. No es mi culpa. No he realizado las muchas correcciones que el texto necesita, para que la conciencia y la reflexin no modifiquen -a partir de los hechos conocidos por todos- aquella angustiosa premonicin. No hay ningn orgullo en haber inventado una fbula literaria que luego los militares se encargaron de copiar infamemente. Ni ellos ni yo inventamos nada. Este horror ya existi otras veces. (La rebelin de los nios, Lumen, Barcelona, edicin de 1988, pgina 105)
47
Ansa: Hay quienes asumen, como Cristina Peri Rossi, el destino extraterritorial de la
patria literaria universal que caracteriza la literatura del siglo XX, como un exilio
inteligente. En su narrativa no son reconocibles directamente los tpicos de la literatura
uruguaya (). Desde sugerencias, sobreentendidos, alusiones y, a veces, con una
simple guiada al lector latinoamericano cmplice, Peri Rossi escribe cuentos y novelas
de significado universal. Atenta lectora de la literatura italiana contempornea y de
escritores como Julio Cortzar, que supieron sintetizar una personalidad de
latinoamericano universal, Peri Rossi ha ido perfeccionando un sistema de lugares
propio ().3 El tema del exilio permitir darse a conocer a nuevas promociones de
escritores que ya revelan algunas influencias de Peri Rossi.
Tambin Cristina Peri Rossi es considerada por Verani como una escritora
adelantada a la nueva generacin pero integrada en ella en virtud de uso de una
imaginacin desbordante Y aade: La disolucin de toda categora realista se
agudiza en su narrativa; el despliegue de una fantasa desmitificadora, la actitud lcida y
la continua experimentacin verbal son rasgos distintivos de su obra. La irnica
reflexin alegrica sobre el naufragio colectivo de la sociedad moderna llega a sus
extremas posibilidades en La nave de los locos (1984) y en Una pasin prohibida
(1986), libros que confirman su lugar de privilegio en la narrativa continental.4
Faria Busto5 destaca la concepcin que Cristina Peri Rossi tiene de la literatura
y cita unas palabras de la autora a este respecto: la literatura no es independiente de las
otras cosas, es un mito que sea independiente () la literatura se contamina ms o
menos de historia. Las obras de Peri Rossi se sienten influidas por su tiempo, por el
exilio y el desarraigo, la nostalgia y la denuncia. La escritora uruguaya recoge estos
temas en su escritura, sin deseos de actuar como cronista de la sociedad, como un
escritor realista. Comparte el espritu de su generacin y lo desarrolla en su obra, sin
3 Ansa, Catarsis liberadora y tradicin reasumida (captulo), Ed. cit., pginas 815-816. 4 Verani, Op. cit, pgina 42. 5 Faria Busto, Op. cit, Vase el captulo I: Contextos. De lugares y gneros.
48
embargo, no se siente adscrita a un grupo como tal, sino a ciertas ideas de ese grupo.
Ella misma afirma en una entrevista realizada por John F. Deredita: Yo no veo ninguna
relacin muy marcada entre mis libros y los de la gente del 45 () Angel Rama habla
de una generacin de la crisis a la cual, por criterios estrictamente cronolgicos,
pertenezco; sin embargo, yo siempre he sentido mi tarea como muy solitaria, muy
personal, muy poco afn con la de mis compaeros de ruta, aunque a nivel terico o
poltico hayamos coincidido tantas veces.6
A continuacin se aportarn algunos datos biogrficos de Cristina Peri Rossi,
adems de la caracterizacin de su potica a travs del anlisis de algunos estudiosos y
mediante el autoanlisis de su obra que realiza la propia autora.7
Cristina Peri Rossi Nocetti naci en Montevideo, Uruguay, -para ella La ciudad
de Luzbel- el 12 de noviembre del ao 1941 en el seno de una familia de ascendencia
italiana por parte de la madre y vasco-canaria por parte del padre. Su familia se
compone de una madre maestra de escuela, un padre obrero textil y una hermana. De
1947 a 1960 Cristina Peri Rossi estudia en la escuela pblica Jos Enrique Rod
primaria, secundaria y el pre-universitario. En palabras de Cristina Peri Rossi:
Fui una nia curiosa, que crey que el saber era poder, y decidi investigar, por cuenta propia, todo lo humano y lo divino (La rebelin de los nios, La tarde del dinosaurio). En el seno de mi familia (emigrantes italianos llegados a la Tierra de Promisin, allende el Sur) aprend mucho acerca de las pasiones y los delirios: una familia es un microscosmos (El libro de mis primos).8
En 1960 ingresa en la carrera de Literatura Comparada en el Instituto de
Profesores Artigas. Adems de estudiar la carrera dicta clases de pre-universitario. En
6 John F. Deredita, Desde la dispora: entrevista con Cristina Peri Rossi, Texto Crtico, 4.9 (1978), pginas 131-142. 7 La informacin recogida aqu resume fundamentalmente el apartado biogrfico que Parizad Tamara Dejbord incluye en su trabajo titulado Cristina Peri Rossi: escritora del exilio, Buenos Aires, Galerna, 1998. Vase Captulo 2: Espacios oposicionales en el texto biogrfico de Cristina Peri Rossi. 8 C. Peri Rossi, Piezas para una biografa, en Cristina Peri Rossi, Diputacin Provin
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