2
Y LA FILOSOFIA PARA QUÉ? Por: JUAN CARLOS JURADO La filosofía, siempre se ha definido como amor a la sabiduría, es decir, tiene el objetivo fundamental de enseñarnos a pensar, a formar criterio, a tener espíritu crítico y, por lo tanto, a tener personalidad. La filosofía es la disciplina que nos ayuda a buscar la verdad. La mayoría de las grandes cuestiones que preocupan a la humanidad han sido pensadas y abordadas ya por los filósofos: cada uno ha dado su respuesta, ha sido rebatido, matizado, defendido o ampliado por otro, y conocer todo esto nos ayuda enormemente a formar nuestras propias ideas y actitudes con lo mejor de los argumentos de unos y de otros. Prácticamente todas las ideas de uno y otro signo que encontramos hoy en la calle, más escépticas, optimistas, etc., han sido dichas y discutidas también años atrás (o siglos atrás) por los filósofos, de modo que conocerlas todas nos aporta una poderosa arma para la dialéctica, esto es, para saber discutir con precisión e, incluso, para superarlas con nuestro propio pensamiento. De manera que si usted desea ser un buen retórico o un buen dialéctico, a lo mejor tiene que empezar por ser un poco filósofo, por conocer bien la filosofía. Saber de filosofía, además, puede ayudar también a tener una peculiar sabiduría de la vida, porque nos ha cautivado el modo de enfocarla que tenía con su pensamiento de fondo tal o cual autor. "Se toma las cosas con filosofía", solemos decir, pero es que resulta verdadero que la filosofía aporta un anclaje ideológico serio que nos puede dar impulsos fuertes para vivir. La filosofía nos da sabiduría y, por ello, puede aportar calma. En nuestro transcurrir de vida no hay cosas fijas, todo vale y da igual, todo es relativo, hay un profundo

La Filosofía Para Que

Embed Size (px)

Citation preview

Page 1: La Filosofía Para Que

Y LA FILOSOFIA PARA QUÉ?

Por: JUAN CARLOS JURADO

La filosofía, siempre se ha definido como amor a la sabiduría, es decir, tiene el objetivo fundamental de enseñarnos a pensar, a formar criterio, a tener espíritu crítico y, por lo tanto, a tener personalidad.

La filosofía es la disciplina que nos ayuda a buscar la verdad. La mayoría de las grandes cuestiones que preocupan a la humanidad han sido pensadas y abordadas ya por los filósofos: cada uno ha dado su respuesta, ha sido rebatido, matizado, defendido o ampliado por otro, y conocer todo esto nos ayuda enormemente a formar nuestras propias ideas y actitudes con lo mejor de los argumentos de unos y de otros. Prácticamente todas las ideas de uno y otro signo que encontramos hoy en la calle, más escépticas, optimistas, etc., han sido dichas y discutidas también años atrás (o siglos atrás) por los filósofos, de modo que conocerlas todas nos aporta una poderosa arma para la dialéctica, esto es, para saber discutir con precisión e, incluso, para superarlas con nuestro propio pensamiento. De manera que si usted desea ser un buen retórico o un buen dialéctico, a lo mejor tiene que empezar por ser un poco filósofo, por conocer bien la filosofía.

Saber de filosofía, además, puede ayudar también a tener una peculiar sabiduría de la vida, porque nos ha cautivado el modo de enfocarla que tenía con su pensamiento de fondo tal o cual autor. "Se toma las cosas con filosofía", solemos decir, pero es que resulta verdadero que la filosofía aporta un anclaje ideológico serio que nos puede dar impulsos fuertes para vivir. La filosofía nos da sabiduría y, por ello, puede aportar calma.

En nuestro transcurrir de vida no hay cosas fijas, todo vale y da igual, todo es relativo, hay un profundo escepticismo con una cierta tristeza de fondo que hace que los tiempos actuales sean débiles y vulnerables. Hemos pasado, dicen, de la llamada modernidad (con su optimismo basado en la fe ciega en el progreso de la ciencia, la nueva religión del momento) a la llamada post-modernidad, que tiene un enorme pesimismo de fondo, porque se piensa que no hay verdades absolutas: ni siquiera la ciencia ha colmado todas las expectativas que muchos habían puesto en ella, pues bien saben los científicos que cada respuesta conlleva otras preguntas que hay que resolver, por lo que la ciencia no puede agotar toda la verdad. Por eso, necesitamos volver de nuevo a las raíces, a la verdadera filosofía, a la verdadera sabiduría, que nos aporte resortes realistas, serios, fuertes, fundados en la persona; que forje nuestro criterio, nuestros valores, nuestra personalidad e, incluso, diría, nuestro optimismo. Por lo tanto, ¿filosofía para qué? Filosofía para ser persona, filosofía para vivir.