Theodoro (Biniamín Seev) Herzl nació en

Budapest el 2 de mayo de 1860. Creció en un ambiente confortable,

liberal y laico. En el año 1878 su familia se

trasladó a Viena, donde estudió y se doctoró en

Derecho de la Universidad de Viena en

1884.

Sus padres eran Jacob Herzl y Jeanette Diamant. Tenia una única hermana, Paulina, que murió en 1878 causando que la familia marchara de Budapest y se estableciese en Viena. En sus años de estudiante en Viena conoció a Julia Naschauer con la que se casó en 1889 y fueron bendecidos con tres hijos.

En 1894, el capitán Alfred Dreyfus, un oficial judío del ejército francés, fue acusado injustamente de traición. Herzl presenció como gritaban "Muerte a los Judíos" en Francia, la cuna de la Revolución Francesa, y decidió que existía una sola solución: La emigración masiva de los judíos hacia un país al que pudieran llamar propio. Así, el Caso Dreyfus pasó a ser uno una de las cosas más importantes en el origen del Sionismo Político.

Escribió un drama, El Gueto, en el que la asimilación y la conversión se rechazaban como probables soluciones. También publicó “El estado judío: ensayo de una solución moderna de la cuestión judía”, donde propuso que la solución de este problema sea la creación de un Estado judío independiente y soberano para todo el pueblo.

Herzl convocó y presidió el Primer Congreso Sionista en Basilea en 1897, la primera reunión internacional de judíos sobre una base nacional. Los delegados declararon que el sionismo pretende establecer en Palestina un hogar para el pueblo judío que sea garantizado por la ley pública.

En 1897, Herzl fundó en Viena el semanario sionista “Die Welt” e inició las actividades para obtener el reconocimiento para un asentamiento judío. Después del Primer Congreso Sionista, el movimiento se reunió anualmente en los marcos de un Congreso Sionista Internacional.

Viajó a la Tierra de Israel y a Estambul en 1898 para encontrarse con el Káiser Guillermo II de Alemania y el Sultán del Imperio Otomano. Regresó a Gran Bretaña y se reunió con el ministro de colonias británico, y con otros. La única oferta concreta que recibió por parte de los británicos fue la propuesta de una región autónoma judía en el Africa Oriental, en Uganda.

Herzl murió en 1904 de neumonía, y de una debilidad cardíaca debido al exceso de trabajo por sus incesantes esfuerzos en pro del sionismo, pero para entonces el movimiento había encontrado ya su lugar en el mapa político mundial.

El Programa de Uganda fue rechazado finalmente por el movimiento sionista en el Séptimo Congreso Sionista en 1905. En 1936 el centro del Movimiento Sionista fue trasladado a Jerusalén.

En 1949 los restos mortales de Herzl fueron traídos a Israel e inhumados en el Monte Herzl, en Jerusalén.

Y si bien no vivió para ver la creación del estado de Israel, Herzl dijo la frase "Si lo queréis, no será una leyenda", que se convirtió en el lema del movimiento sionista y fue muy reconocido.