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DOSSIER APORTE DEL PENSAMIENTO MARXISTA AL ANTICAPITALISMO HOY 2 ABRIL 2009 BENJAMIN AMSCI LOS MARX LEÓN TROTSKY IMIR ILICH LENIN MILIO RECABARR

Multitud n°2 aporte del pensamiento marxista al anticapitalismo hoy

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I REVISTA MULTITUD ABRIL 2009 I

COMITÉ EDITORIAL: Miguel Carmona, Victor Chautard y Nicolás Slachevsky

AGRADECEMOS LA COLABORACIÓN ESPECIAL EN ESTE NUMERO DE:Jon Beasley-Murray, Sergio Grez Toso, Fabián Barría, Pablo Lillo, Andrea Slachevsky, David Sabam, Paulo Slachevsky, Efmam J. Jasond, Felipe Zerené, Simón Aguilera, Joao Goncalves, Myriam Tabja, Lee Buzel, Alan Berezin, Danny Monsálvez, Daniel Topaz, Toni Negri, W.K.D., Estelí Slachevsky, Nina Yacher y Fransisco Ide [ http://laotracacadeloro.blogspot.com ]

DISEÑO Y DIAGRAMACIÓN: Estelí Slachevsky

CONTACTANOS:[email protected] | http://multitudrevista.blogspot.com

Este segundo número de Multitud marca un paso en el logro de un proyecto: luego de un primer nú-mero que nos permitió establecer contacto con diferentes personas y organizaciones, y de un lanza-miento en el cual nos honramos con las palabras de Sergio Grez y María Emilia Tijoux, además del comité editorial, venimos hoy con este nuevo ejemplar entre las ma-nos, punto de partida de una nueva y larga etapa de formación política activa.

Multitud N°2 no solo pretende abrir esta nueva fase, sino también re-afirmar nuestros fundamentos po-líticos y estructurales que dimos a conocer en nuestro manifiesto. Celebramos así la amplia participa-ción en este número, confirmando un espacio de construcción abier-ta. La gran cantidad de documentos recibidos no nos permitió sin em-bargo publicarlos todos, atenién-donos a una selección llevada en función a los objetivos planteados para este número.

Hay que saber, sin embargo, que nuestros mecanismos abiertos de participación no son en desmedro de una proyección políticamente clara, y, que al contrario, fomen-tando como espacio al debate con-creto de las alternativas sociales al capitalismo, reafirmamos más que nunca nuestros principios de antiautoritarismo activo. Creemos que la democracia puede ser una reinvención nuestra, y que como proyecto político, y jóvenes que

el aporte del marxismo clásico, pie de nuestra tradición libertaria, y en el cual remarca la honorable participación del italiano Toni Negri, hecho que no queremos dejar pasar inadvertidamente. Así también, he-mos echado adelante el espacio a la reflexión histórica, la literatura, la opinión contingente, la ciencia y la crítica social y artística, entre otros.

Con un nuevo año y un nuevo número de multitud, un nue-vo camino comienza. Se trata de un proyecto de miras a la creación de un movimiento que sepa ponerse a la altura que un contexto capita-lista renovado y una contingencia marcada por la crisis exigen. Sin la arrogancia de quien dice traer una verdad irrefutable o la alternativa úl-tima; conscientes del fracaso y las desilusiones que han traído buena parte de las organizaciones actua-les, fragmentadas y centralizadas; queremos invitarlos a formar parte de un encuentro apuntando al deba-te y al análisis del contexto actual, considerando en este la alternativa conjunta de la creación de un movi-miento para una posterior organiza-ción y acción en red con las ramas fundamentales del pensamiento anticapitalista local y global.

Agradeciendo nuevamente la cola-boración de todos aquellos que han escrito, participado, o aun leído este proyecto autónomo, y con las puertas de Multitud siempre abier-tas.

¡Salud!Comité Editorial de Multitud

somos, no tenemos por que pen-sarnos en el marco del Estado. Nuestra sociedad global articulada en redes nos permite hoy la posibi-lidad de un socialismo democrático ejercido desde un plano de inma-nencia, una “democracia absoluta”. Rechazamos así el conformismo, la lógica del “menos peor” y la acep-tación de cualquier estructura de poder del dominio burgués (que por lo demás el capitalismo mismo se ha encargado de destruir con la globalización económica). Citando a Stirner, “Así como los escolásti-cos no filosofaban más que dentro de los límites de la fe en la Iglesia (y el papa Benedicto XIV escribió voluminosos tomos dentro de los límites de la superstición papista), sin que la menor duda desflorase su creencia; así también, los escri-tores amontonan volúmenes sobre volúmenes tratando del Estado, sin poner jamás en tela de juicio la idea fija de Estado”. Nosotros si lo ponemos en duda, y comenzamos nuestros gritos desde un nuevo paradigma del pensamiento so-cialista. Adoptamos la postura de una ética revolucionaria absoluta, apuntando a una transformación completa de la vida. Las relaciones de producción inmaterial y el ca-pitalismo cognitivo, dan hoy lugar para construirnos social y autóno-mamente como sujeto. Este sujeto es al que llamamos Multitud.

Así es que tenemos en este número un amplio material de desarrollo del pensamiento anticapitalista: conta-mos con un trabajo central sobre

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A primera vista, la historia reciente de Chile está fuertemente marca-da por discontinuidades. Parecería que, desde mediados de los años 60, el país ha pasado del centro a la izquierda, de la izquierda a la de-recha, de la derecha al centro, y del centro a la izquierda de nuevo, con la Democracia Cristiana de Eduardo Frei Montalva (1964-1970), la Uni-dad Popular socialista de Salvador Allende (1970-1973), la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), y la Concertación (1990-presen-te). Incluso las presidencias de la Concertación han evidenciado dife-rencias marcadas, desde la Demo-cracia Cristiana de Patricio Aylwin y Eduardo Frei Ruiz-Tagle hasta los socialistas Ricardo Lagos y, más recientemente, Michelle Bachelet. De hecho, la victoria de Bachelet en 2006 se ha interpretado muchas

que el país se conoce ahora por su estabilidad económica y política, se debe solamente a la “compulsión al olvido” que Tomás Moulián identifi-ca en el fondo de la transición post-Pinochet hacia la democracia2.

Los cambios dramáticos en la for-ma del estado chileno ocultan con-tinuidades históricas más profun-das. Moulián, por ejemplo, señala que el “nuevo tipo de Estado, que se denominará neoliberal, puede adoptar formas democráticas o autoritarias.” Entonces existe una unidad fundamental compartida por la dictadura y la transición de-mocrática que la sigue: el “objetivo primordial” del estado actual es “asegurar la reproducción de la infraestructura creada por el auto-ritarismo.” La dictadura logró su-bordinar la política a la economía, y

veces como una instancia más de los “giros a la izquierda” en Améri-ca Latina aunque implicó un trasla-do de poder entre dos presidentes del mismo partido dentro de la mis-ma coalición que había estado en poder durante más de cuarto siglo. El hecho de que el electorado haya votado por una mujer (es más, una madre soltera) que fue víctima de tortura bajo la dictadura se ve como un cambio en las sensibilida-des políticas del país. La politóloga Lois Hecht Oppenheim subraya la “historia turbulenta [de Chile] como laboratorio social” y “los cambios dramáticos que han ocurrido a lo largo de los últimos 40 años”; basa su definición del “excepcionalismo de Chile” en “el hecho de que ha servido como el sitio de una amplia gama de experimentos políticos a lo largo de su historia.”1 El hecho de

LA ANOMALÍACHILENAJon Beasley-MurrayUNIVERSITY OF BRITISH COLUMBIA

Yo no voy a morirme. Salgo ahora,En este día lleno de volcanesHacia la multitud, hacia la vida.

Pablo Neruda, Canto general

HISTORIA

INDICE

ISTORIA

6 LA ANOMALÍA CHILENA | JON BEASLEY-MURRAY

8 LA HUESERA DE LA GLORIA | SERGIO GREZ 10 EL HUÁSCAR Y EL VENENO DEL NACIONALISMO | SERGIO GREZ

ONTINGENCIA

12 HISTORIA, AHÍ VAMOS! | N.N. 14 MOVIMIENTO SOCIAL Y ESTUDIANTIL ERRÁTICO | FABIÁN BARRÍA & PABLO LILLO

17 BARACK | MIGUEL CARMONA

18 MORIR EN MEDIO ORIENTE | NICOLÁS SLACHEVSKY 20 POR QUE ME OPONGO AL MEMORIAL DE J.GUZMÁN Y ... | ANDREA SLACHEVSKY

COLOGÍA

21 ¿QUÉ ESTA PASANDO AQUÍ? | DONDA

ETRAS

22 TUS RESPUESTAS CORRECTAS A MIS PREGUNTAS CAPRICHOSAS | FELIPE ZERENÉ

22 S Y SIGUE LA I - NAVIDAD – Y AHORA | EFMAM J. JASOND 23 SOBRE ESCUPITAJOS Y SEGUROS DE VIDA | SIMÓN AGUILERA

24 PEZON - SIN TITULO 6| JOAO GONCALVEZ

JO MEDICO

25 DECLARACIÓN SOBRE LA EUTANASIA | VARIOS MEDICOS

26 INTERVENCIÓN SOCIAL Y LA DESHUMANIZACIÓN EN LA RELACIÓN MEDICO- PACIENTE | MYRIAM TABJA

OOCIEDAD

32 LOS INMIGRANTES Y LA GLOBALIZACIÓN | MIGUEL CARMONA

33 LA LOCURA COMO PROCESO DE FORMACIÓN | LEE BUSEL

34 Y A TI QUE TE CONTIENE? | ALAN BEREZIN

35 MUJERES Y SALARIO | VICTOR CHAUTARD

36 POR EL DESARROLLO DE UNA SOCIEDAD LAICA | DANNY GONZALO

OJA DEONTACTO

30 CONVERSACIONES CALLEJERAS | ESTELÍ SLACHEVSKY

SPACIORÍTICO

40 REVOLUCIÓN | MIGUEL CARMONA

41 PASÁNDOSE LA PELÍCULA - TROPA DE ELIT |DANIEL TOPÁZ

OSSIER

42 MARX DESPUÉS DE MARX | COMITÉ EDITORIAL 43 ¿QUÉ HACER HOY CON EL “QUÉ HACER”? ... | TONI NEGRI

48 GRAMSCI Y LA CONTRIBUCIÓN DEL CONCEPTO DE HEGEMONÍA | W.K.D.50 EL PENSAMIENTO VIVO DE LEÓN TROTSKY | NICOLÁS SLACHEVSKY

52 RECABARREN, EL PATRIOTISMO Y LA ORGANIZACIÓN SOCIAL | MIGUEL CARMONA

54 WALTER BENJAMIN | NICOLÁS SLACHEVSKY

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FOTO PAULO SLACHEVSKY

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consiguió “la absorción de la opo-sición en el juego de alternativas definidas por el propio régimen.”3 Según Moulián, la dictadura cambió la manera de ejercer el poder, desde la dependencia de la ideología has-ta una integración postideológica de individuos atomizados al mer-cado. Pero durante la transición de dictadura a democracia, “cambia-ron los titulares de poder, pero no la sociedad. Se ha realizado el prin-cipio central del ’gatopardismo’: que todo parezca cambiar para que todo siga igual.” Esta es la “contra-rrevolución” que apunta a negar el legado de la Unidad Popular4. O en palabras del filósofo Willy Thayer, “Transición nombra, no el pasaje de la Dictadura a la democracia, sino la transformación que la Dictadura operó, el desplazamiento del Esta-do como centro-sujeto de la histo-ria nacional, al mercado excéntrico post-estatal.” El efecto más pro-fundo de la transición, para Tha-yer, es “la mutación en el modo de producción de la representación.” Hasta la propia palabra “transición” es engañosa porque “atribuiría mo-vimiento y transformación” a una realidad que es de hecho “estacio-naria e intransitiva.” En una transi-ción, “no sucede nada nuevo.” Es “el aburrimiento definitivo.”5

Tanto para Moulián como para Thayer, la única ruptura definitiva en la historia reciente de Chile es el golpe de 1973. Según Moulián, la Izquierda es cómplice en la am-nesia histórica que ha borrado este acto de refundación sumamente violento; es la intención de su li-bro Conversación interrumpida con Allende cerrar esa brecha. Según Thayer, la Izquierda aún no ha tomado conciencia de la mag-nitud de esa cesura; al no ver que el golpe no sólo ocurrió dentro de la historia sino que además im-pactó la historia misma, hasta sus

ción son las continuidades. Los au-tores van más allá de “los aspectos estrictamente episódicos de la ex-periencia chilena” para buscar pro-cesos de largo plazo que expliquen el éxito de Pinochet y la transición al neoliberalismo que ocasionó. Por ejemplo, tradicionalmente la tierra chilena había estado en manos de una pequeña clase de terratenien-tes. Y aunque a finales de los años 50 se empezaron a dividir algunos de los latifundios, para principios de los 60 muchos seguían creyen-do que “todos los males naciona-les-- reales o imaginados--podían atribuirse al latifundio.” Con la De-mocracia Social de Frei, y aún más con la Unidad Popular de Allende, se nacionalizaron y se redistribu-yeron enormes franjas de tierra: “Entre los años 1964 y 1973, se expropiaron más de 5.000 tierras, representando más de 10 millón hectáreas o el 60 por ciento de las tierras bajo cultivo del país.”9 Esta tendencia continuó con Pinochet: “A pesar de las expectativas, el gol-pe militar no significó una vuelta al latifundio.” En cambio, la dictadu-ra dio “un nuevo giro al proceso”: convirtió la tierra en una mercan-cía fungible, posibilitando ventas, alquileres, subastas y empresas privadas10. Diez años de Democra-cia Social y Socialismo ya habían disminuido el poder de la oligarquía rural; el gobierno de Pinochet se aprovechó de la oportunidad para acelerar el ritmo del cambio, pero ahora en nombre del mercado en vez del estado. De manera más ge-neral, Martínez y Díaz subrayan que las tres administraciones sucesivas “fueron gobiernos revolucionarios”; la Democracia Social allanó el ca-mino para la Unidad Popular que, a su vez, permitió que la dictadura completara la tarea, siempre con un “giro.” “El radicalismo del pro-yecto neoliberal,” según Martínez y Díaz, “fue posible porque todos

críticos más radicales se vuelven estructuralmente cómplices cuan-do reiteran, en su crítica, el “esta-do de excepción fundacional de la Dictadura que suspende la Consti-tución y refunda la Constitución.” Entonces Thayer quiere también rescatar algo de la época previa: una “crítica puramente destructiva, no conservadora, no fundadora de derecho,” que él encuentra en “las prácticas populares del Gobierno de Salvador Allende” y sobre todo en su “performance anasémica, desobrante, muda, sin juicio.” Esta performance anti-semántica “se activó sin exitismo como ‘huelga general revolucionaria.’”6 Sin em-bargo, el gobierno de Allende tam-bién “se caracterizó por inscribir la destrucción de la representación en los cotos de la representación Republicana.” Al final, la huelga general no logró destruir la repúbli-ca; lo que sí deshizo a la república fue “el Golpe soberano como big bang de la Globalización.”7 Thayer subraya los aspectos destructivos de la huelga general revolucionaria que, siguiendo la interpretación de Georges Sorel ofrecida por Walter Benjamin, él entiende como distinta de una “huelga general política,” cuya intención es reforzar el poder estatal. Pero seguramente la huel-ga revolucionaria es también afir-mativa: es una instancia de lo que Benjamin llama violencia mesiánica o “divina,” eso es, “violencia sobre toda vida en nombre del viviente.”8 El performance (o la pura perfor-matividad) que señala Thayer es el poder constituyente, que prece-de, atraviesa, y sobrevive el auge y la caída de la Unidad Popular de Allende.

En vez de rupturas y discontinuida-des en la historia chilena, en su li-bro Chile: The Great Transformation Javier Martínez y Álvaro Díaz seña-lan que lo que más llama la aten-

HISTORIAHISTORIA

los intentos anteriores habían sido radicales también.” Mejor dicho, la contrarrevolución de Pinochet con-tinuó (y hasta aceleró) procesos revolucionarios que ya estaban en marcha, pero los llevó en otro senti-do. La llegada del neoliberalismo no hubiera sido posible sin la “socia-lización avanzada” que habían ya logrado Frei y Allende, en la cual “el poder de las clases dirigentes fue gravemente debilitado.”11

La multitud es la clave de las conti-nuidades subyacentes de Chile. La Democracia Social y la Unidad Po-pular fueron también en su manera respuestas al poder constituyente. Así que la narrativa de Martínez y Díaz se enfoca demasiado en el go-bierno. En cuanto a la reforma agra-ria, por ejemplo, hacen caso omiso de las numerosas tomas de terreno en que los campesinos y migrantes urbanos tomaron las riendas. Cathy Schneider señala la migración ma-siva y el consecuente incremento en la cantidad de personas sin te-cho en Santiago en la década de los 50: “Antes del final de la déca-da,” informa, representaban “unas 150.000 personas, o el 8 por ciento de la población.” Siguió una serie de tomas de tierras, notablemente la toma de 1957 del terreno que se transformaría luego en el barrio de La Victoria: durante dos meses, la policía asedió a 3.000 habitantes ilegales pero al fin el gobierno cedió los derechos de vivienda a los ha-bitantes. Sin embargo esto fue sólo el comienzo ya que “durante las próximas décadas, más del 40 por ciento del crecimiento de Santiago se debió a las tomas ilegales de tie-rras.”12 Mientras tanto, en el cam-po, hubo una “expansión explosiva de sindicalismo rural . . . que fue acompañada de un incremento dramático en la cantidad de huel-gas y tomas de tierras” a finales de los años 60. Nos dice el sociólogo Patricio Sivla que en 1964, sólo

1.800 campesinos formaban par-te de sindicatos, pero al cierre de la administración de Frei, esa cifra se había aumentado a 140.293, o “cerca de la tercera parte de todos los trabajadores agrarios de Chile.” El incremento del sindicalismo fue en parte resultado de los intentos del gobierno a incorporar al cam-pesinado, con su ley de reforma agraria de 1967, pero “produjo una profunda división entre la Demo-cracia Cristiana y los partidos de derecha, posibilitando la victoria de la Unidad Popular en las eleccio-nes presidenciales de 1970.” Bajo Allende, el campesinado se radica-lizó aún más, se duplicó de nuevo el número de sindicalistas, y hubo un “incremento enorme en la canti-dad de huelgas y tomas de tierra.”13 La Unidad Popular estaba atrapa-da entre sus elementos radicales o mesiánicos, que encarnaban lo que Thayer llama la huelga general revolucionaria, y sus tendencias legislativas y constitucionales. El llamado gobierno de “unidad popu-lar” finalmente no era ni popular ni unido. En palabras de Moulián, fue herido por un conflicto interno en-tre revolución y contrarrevolución, “desenfreno ‘festivo’ y conspirati-vo.”14 La dictadura intervino para acallar el desorden y para instalar una nueva constitución, pero sólo continuó el proceso revoluciona-rio aunque en cruel y sangrienta caricatura. Y ni bien se había de-clarado la nueva constitución, que se estallaron los movimientos so-ciales de los años 80. Estos mo-vimientos fueron desmovilizados y absorbidos al pacto forjado por la Concertación post-dictatorial. Pero como bien lo descubrió Bachelet a pocas semanas de asumir su car-go en 2006 cuando los estudiantes salieron a la calle y los escándalos de corrupción golpearon al corazón de su administración, la multitud persiste.

NOTASTraducido por Camille Sutton. Extraído del libro Posthegemony (Minneapolis: University of Minnesota Press, 2009).

1. Hecht Oppenheim, Politics in Chile, xvii, 4.2. Moulián, Chile actual, 31, 33, 116.3. Ibid., 362, 364, 146.4. Ibid., 121, 358, 25.5. Thayer, El fragmento repetido, 124, 128, 129, 130.6. Ibid., 77, 80.7. Ibid., 44.8. Benjamin, “Critique of Violence,” 291, 297.9. Martínez and Díaz, Chile, 2, 61, 61- 62.10. Ibid., 62, 61.11. Ibid., 130, 131, 135.12. Schneider, Shantytown, Protest in Pinochet’s Chile, 41, 45.13. Silva, “The State, Politics and Peasant Unions in Chile,” 436, 437.14. Moulián, Conversación interrumpida con Allende, 86

BIBLIOGRAFÍA

Benjamin, Walter. “Critique of Violence.” En Reflections, editado por Peter Demetz, traducido por Edmund Jephcott, 277-300. New York: Schocken, 1986.

Hecht Oppenheim, Lois. Politics in Chile: Socialism, Authoritarianism, and Market Democracy. 3ra ed. Boulder: Westview, 2007.

Martínez, Javier, y Alvaro Díaz. Chile: The Great Transformation. Washington y Geneva: Brookings Institute y United Nations Institute for Social Development, 1996.

Moulián, Tomás. Chile actual: Anato-mía de un mito. Santiago de Chile: LOM/ARCIS, 1997.

------. Conversación interrumpida con Allende. Santiago de Chile: LOM/ARCIS, 1998.

Schneider, Cathy Lisa. Shantytown Protest in Pinochet’s Chile. Phila-delphia: Temple University Press, 1995.

Silva, Patricio. “The State, Politics and Peasant Unions in Chile.” Journal of Latin American Studies 20, no. 2 (noviembre 1988): 433-452.

Thayer, Willy. El fragmento repetido: Escritos en estado de excepción. Santiago de Chile: Metales Pesa-dos, 2006.

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Así describió el historia-dor chileno Gonzalo Bulnes uno de los momentos previos a la batalla de Tacna o del Campo de la Alianza, donde perecieron o quedaron heri-dos, el 26 de mayo de 1880, varios miles de soldados chilenos, perua-nos y bolivianos.

La foto que observamos muestra una parte de los restos de los que allí cayeron defendiendo, con la bendición de la Iglesia, a sus respectivas patrias2.

¿Sus patrias? ¿Qué patria defendían los quechuas, aymarás, cholos, “rotos” y “huasos” enrola-dos en los ejércitos beligerantes? ¿La de sus amos latifundistas y mineros o la de sus comunidades ancestrales? ¿La de los caudillos militares, aquella que les habían in-culcado en el servicio militar y en la Guardia Nacional, o la “patria” como simple expresión del amor al terruño?

Todo parece indicar que cuando estalló la Guerra del Salitre o del Pacífico, el sentimiento na-cional estaba más desarrollado en Chile que en Perú o Bolivia, lo que explica, al menos en parte, el triun-fo de las armas chilenas. Pero este sentimiento no era muy antiguo ni

la difusión de símbolos patrios y la celebración de ciertas efemérides, estaban dando frutos.

También es necesario considerar que, a pesar de sus contradicciones, el mestizaje étni-co y cultural había creado signifi-cativos vínculos entre la elite y el “bajo pueblo”. Se ha postulado con buenos argumentos que la transhu-mancia de los peones, obligados a “correr tierras” en busca de tra-bajo, habría contribuido a generar en ellos una noción más amplia de su espacio de pertenencia, que coincidía con el núcleo básico del “Chile histórico” (el Norte Chico y el Valle Central). Su movilidad física llevó a estos trabajadores nómades a reconocer o construir una cierta afinidad cultural con otros sectores populares de otros puntos del país, aproximándose con el paso del tiempo a los valores comunes de la “chilenidad”3. Este sentimiento y mixtura cultural alcanzaría su coro-nación durante la Guerra del Pacífi-co porque las identidades siempre se construyen diferenciándose del “otro” y las guerras –aunque nos repugne aceptarlo- son momentos fuertes en la configuración de las identidades nacionales.

había brotado espontáneamente. Como todos los fenómenos so-ciales, el patriotismo chileno tenía un carácter histórico, fruto de de-terminadas condiciones inscritas en la temporalidad. La prueba es que cuarenta años antes –durante la Guerra contra la Confederación Perú-Boliviana-, casi todos los “ro-titos” y “huasos” habían sido con-ducidos a la fuerza (muchas veces laceados) hacia el norte.

Sin embargo, en 1879 los alista-mientos voluntarios se contaron por miles. El cambio de actitud de la masa popular era el resultado del notorio progreso que experimen-taba la construcción del Estado nacional en Chile. El servicio mili-tar en la Guardia Nacional, el dis-ciplinamiento del “bajo pueblo” por medio de la pena de azotes, los tra-bajos forzados, las papeletas en las zonas mineras, las jaulas rodantes del ministro Portales, la instalación de jefes militares sobre la jurisdic-ción de los principales yacimien-tos mineros, instrumentos todos al servicio de la proletarización y la mantención de la dominación oligárquica, así como la paulatina extensión a lo largo del territorio na-cional de los aparatos de Estado, la acción de la Iglesia y de la escuela,

LA HUESERA DE LA GLORIASergio Grez Toso

UNIVERSIDAD DE CHILE I DIRECTOR MUSEO NACIONAL BENJAMÍN VICUÑA MACKENNA

“Cuando el ejército chileno marchaba hacia el enemigo y las bandas ponían en juego sus instrumentos, los capellanes bendijeron la tropa, la cual conforme a Ordenanza se hincó, con una rodilla a tierra, y entonces el virtuoso sacerdote don Ruperto Marchant Pereira, que era uno de los capellanes, alzando las manos con profunda y comunicativa emoción pronunció estas palabras: ´HERMANOS: ANTES DE MORIR POR LA PATRIA, ELEVAD EL CORAZÓN A DIOS`”1

HISTORIA

¿Qué sintió entonces el niño vestido de marinero al con-templar esta montaña de cadáve-res? ¿Orgullo nacional, tristeza o indiferencia? ¿Imaginó su Patria (cualesquiera que haya sido) más gloriosa, más digna, más suya al constatar el sacrificio consentido por sus compatriotas? Y al cre-cer, ¿se anidaron en su espíritu los sentimientos patrioteros de odio y menosprecio por los enemigos de su Estado-nación?, o tal vez, ¿se rebeló contra el militarismo y el chovinismo y practicó la fraternidad por encima de las fronteras como lo hicieron centenares de obreros peruanos y bolivianos que prefirie-ron enfrentar la alta probabilidad de otra matanza –esta vez en diciem-bre de 1907 en Iquique- antes que abandonar en la Escuela Santa Ma-ría a sus hermanos chilenos?

Nada sabemos acerca del niño de esta foto, pero su imagen meditabunda de los horrores de la

guerra quedó archivada como un mensaje para las futuras genera-ciones que conviene rescatar y di-fundir.

Es verdad -como dice To-ynebee- que la guerra ha existido desde el surgimiento de la civili-zación y ha acompañado al hom-bre a través de la historia, pero es igualmente cierto –como plantea el mismo autor- que la guerra siem-pre ha sido la causa del fin de las civilizaciones4. Enfrentados al inicio del tercer milenio, cuando la globa-lización y la mundialización parecen engendrar una sola gran civilización –la del conjunto de la humanidad-, los hombres y mujeres de la nue-va era que está naciendo tienen en sus manos la posibilidad –única en la historia- de hacer, de este nuevo parto civilizatorio, un alumbramien-to menos doloroso que nos ahorre futuras hueseras de gloria.

RESTOS HUMANOS DE CHILENOS, PERUANOS Y BOLIVIANOS CAÍDOS EN 26 DE MAYO DE 1880. COLECCIÓN MUSEO NACIONAL (SANTIAGO DE CHILE).

HISTORIA

NOTAS

1. Gonzalo Bulnes, Guerra del Pacífico, vol. II, Santia-go, Editorial del Pacífico S.A., 1955, pág. 169.

2. Esta imagen la encontramos en el Archivo Fotográfi-co del Museo Histórico Nacional de Santiago de Chile. Aunque en dicho repertorio no se precisa ni la fecha ni las circunstancias en la que fue tomada, investigando otras fuentes pudimos descubrir que esta y otras vis-tas similares, fueron tomadas el 26 de mayo de 1912, con motivo del 32º aniversario de la Batalla de Tacna, ocasión en la que las tropas chilenas de ocupación (Regimiento de Lanceros general Cruz), colocadas bajo el mando del general Del Solar, realizaron una ce-remonia para dar sepultura en una cripta levantada en el mismo sitio a muchos cadáveres de soldados que aún permanecían insepultos. Zig-Zag, Nº387, año IV, Santiago, 20 de julio de 1912. Como se observará, los cuerpos momificados de algunos soldados por efecto de las condiciones medioambientales del desierto, fueron colocados en las rejas del recinto funerario para, seguramente, provocar mayor efecto dramático a ese acto solemne.

3. Esta hipóteis ha sido formulada por Julio Pinto Vallejos en “¿Patria o clase? La Guerra del Pacífico y la reconfiguración de las identidades populares en el Chile contemporáneo”. (Ponencia presentada en las XV Jornadas de Historia Económica organizadas por la Asociación Argentina de Historia Económica y la Universidad Nacional del Centro, Tandil, 9 al 11 de octubre de 1996).

4. Los planteamientos de este autor fueron desarro-llados originalmente en su obra A study of history. Algunos extractos fueron publicados bajo el título War and Civilization. Al escribir este comentario he tenido a mano su versión francesa: Arnold J. Toynbee, Guerre et civilisation, Paris, Gallimard, 1973.

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Cada cierto tiempo afloran los fan-tasmas de los viejos antagonismos que han perturbado las relaciones chileno-peruanas desde los inicios de la era republicana. Las guerras de 1836-1839 y 1879-1883 deja-ron animosidades que aún no se han borrado del espíritu de muchos ciudadanos de ambos países. En Perú el sentimiento anti chileno es recurrentemente atizado por políticos en busca de apoyo fácil, y en Chile el odio anti peruano es alimentado por los sectores más xenófobos, chovinistas y belicistas, que han encontrado en los perua-nos avecindados en nuestro país un chivo expiatorio para que la gran masa de chilenos descargue las frustraciones y neurosis generadas por el modelo económico actual.

El nacionalismo actúa una vez más como un veneno que corroe, co-rrompe y destruye el alma de los pueblos, oponiéndolos entre sí de manera frontal, impidiéndoles per-cibir la causa real de sus problemas y señalando vías erróneas para su solución. Para combatir este mal desde su raíz es necesario enten-der –y hacerlo saber a través de la educación formal y por los medios de comunicación social- que el “patriotismo” moderno o lealtad a un Estado nación es un fenómeno histórico, temporal (no ha existido siempre y no existirá por siempre), fruto de determinadas condicio-nes y contextos. También es pre-ciso saber que si bien en nuestro

y cultural más acentuado que en otros países latinoamericanos, se desarrolló el “patriotismo” chileno que las historias oficiales presentan como algo “dado”, natural, eterno e inmutable.

Pero el nacionalismo devenido en chauvinismo por la acción de los poderes interesados en ello se torna en contra de los intereses de los pueblos que dice servir. La perpetuación, por ejemplo, de las conmemoraciones belicistas (21 de mayo en Chile y 8 de octubre en Perú) no hace sino alimentar el desprecio y el odio por los vecinos. Lo mismo que la negativa chilena a devolver trofeos de guerra como el monitor “Huáscar”. Así se eternizan rencillas de un pasado de división y enfrentamiento entre los pueblos de un continente que tiene pendien-tes grandes tareas para superar la dependencia, el atraso económi-co, las injusticias y desigualdades sociales. De esta manera los mi-litaristas y belicistas de todos los bordes logran año tras año reforzar la carrera armamentista culpando de ello siempre al país vecino en una espiral sin fin. Solo con una re-visión crítica de nuestras historias (tanto la chilena como la peruana) y con gestos políticos concretos –como fue la acertada decisión de la Dirección de Bibliotecas, Archi-vos y Museos de nuestro país de devolver el patrimonio bibliográfico y documental robado a la Bibliote-ca Nacional de Lima por las tropas

continente el nacionalismo ayudó a la formación de los Estados na-cionales bajo la dirección de las clases dominantes (muchas veces en oposición o ante la indiferen-cia de las masas populares), este sentimiento no brotó espontánea-mente en la inmensa mayoría de la población. Fue el fruto de una “pedagogía” (a veces muy ruda) y del disciplinamiento del “bajo pue-blo”, que en el caso chileno durante el siglo XIX combinó acciones tales como los reclutamientos forzosos durante las guerras de la Indepen-dencia y contra la Confederación Perú-Boliviana, la pena de azotes, los trabajos forzados, las jaulas ro-dantes instauradas por el ministro Diego Portales donde se trasladaba y se hacía vivir a los condenados obligados a servir en las obras pú-blicas, la instalación de jefes mili-tares sobre la jurisdicción de los principales yacimientos mineros, la extensión a lo largo del territorio nacional de los aparatos de Estado (policía, fuerzas armadas, tribuna-les, cárceles, entidades administra-tivas de diverso índole), la prédica “patriótica” de la Iglesia y de la escuela, la obligación para los tra-bajadores de cumplir una especie de servicio militar permanente en las filas de la Guardia Nacional (que a partir de 1900 sería reemplazado por el Servicio Militar Obligatorio), la difusión de símbolos patrios y la celebración obligatoria de ciertas efemérides. De esa manera, y so-bre la base de un mestizaje étnico

EL “HUÁSCAR” Y EL VENENO DEL NACIONALISMOSergio Grez Toso UNIVERSIDAD DE CHILE I DIRECTOR MUSEO NACIONAL BENJAMÍN VICUÑA MACKENNA

HISTORIA

chilenas de ocupación durante la Guerra del Pacífico- se podrá avan-zar en la vía de la hermandad entre los pueblos y del progreso social. Como sostuviéramos hace ocho años un grupo de ciudadanos chi-lenos y peruanos en un Manifiesto binacional exigiendo a nuestros gobiernos la erradicación de los feriados belicistas: “Estamos con-

grupo de chilenos constituimos el Comité “Devolvamos el Huáscar”: http://devolverelhuascar.blogia.com/. Para avanzar en la senda del progreso social y el entendimiento entre las naciones del continente, al igual que los libros y documen-tos de archivo, el “Huáscar” debe emprender el viaje de retorno a su país.

vencidos que el ‘desarme de los es-píritus’ es un paso importante hacia un progresivo desarme material, que permita evitar que cuantiosos recursos que deberían destinarse al bienestar de los pueblos, se des-víen hacia la mantención de costo-sísimas y sofisticadas maquinarias de guerra”. Guiados por el mismo propósito, en marzo de 2007 un

HISTORIA

FOTO PAULO SLACHEVSKY

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¡Basta ya! Ahora nos van a escu-char a nosotros. Somos la gene-ración de los 400 euros. De los programas “stage” del organismo de empleo, del trabajo flexible, de la eterna capacitación (siempre con nuestros gastos), de la precariedad, de la carestía, de los dos diplomas que no sirven para nada.

De la eliminación de nuestros dere-chos laborales, de nuestra humilla-ción por parte de patrones, políti-cos y los demás.

Somos la generación que la encie-rran en escuelas, intentando meter en nuestras cabezas sus naciona-lismos, sus prejuicios, su lujuria por la patria, su mentira, su subor-dinación.

Somos los chicos a los que humi-llan y provocan los antidisturbios,

en juicios por años, Panagiotis que llevaba zapatos de un color equivo-cado y se quedó 40 días en la cár-cel, Dimitrios Augustinos que pasó por el lugar equivocado en el mo-mento equivocado, los 50 heridos en el hospital Evangelismos el 8 de marzo de 2007.

Nosotros incendiamos sus bancos. Nosotros nos enfrentamos con la policía. Nosotros destruimos la paz social que están construyendo día y noche lavando el cerebro de los ciudadanos para que obedezcan y se callen. Nosotros seguimos ilu-minando las noches frías que nos trajeron. Nosotros seguimos ensu-ciando las paredes con consignas que aunque sus ojos vean nunca llegarán a sus oídos. Nosotros nos vengamos por Alexis en las barri-cadas, el mismo sábado en que los buenos ciudadanos burlaban otra

los policías secretos, o los guar-dias especiales y todos los demás policías que hizo su democracia (y puso por todos lados como otro ejército de ocupación) cuando nos encontramos en su camino, los ob-jetos diarios de su abuso del poder.

Somos los heridos de las marchas de los estudiantes y de los alumnos, nuestras cabezas fueron golpeadas contra el asfalto, nuestra dignidad fue eliminada bajo sus botas, nues-tras manos fueron quebradas por los toletes, nuestras caras fueron machacadas por sus puñetazos, nuestros pulmones todavía con-tienen los gases que nos echaron, que están prohibidos según acuer-dos internacionales. Moriremos prematuramente porque no estuvi-mos de acuerdo con las leyes que nos están robando la vida. Somos los detenidos que nos arrastramos

“¡HISTORIA, AHÍ VAMOS!” A propósito de la crisis en el mundo... TEXTO SIN FIRMA, REPARTIDO EN ATENAS I MIÉRCOLES 17 DE DICIEMBRE DE 2008

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Terminando el año ya pasado, luego del asesinato Alexandros Grigorópoulos, joven estudian-te, Grecia escuchó como nunca el grito de la Multitud enardecida con un sistema que a peda-zos deja caer su miseria y putrefacción. Reproducir este bello comunicado, es nuestra mejor forma de homenajear hoy el movimiento que se expandiera en las calles de Alekos Panagulis.

CONTINGENCIA

vez sus conciencias con la viola-ción semanal. No es que nuestras palabras sean crueles. Cruel es su realidad. Alexis fue la gota que hizo desbordar el vaso. Cada noche va a ser de él de aquí en adelante.

Se acabaron sus noches tranquilas.Péguennos, échennos gases, de-téngannos, tírennos balas de goma como las que llevan tirando desde el sábado, apúntennos con sus pis-tolas o den tiros al aire (¿o a noso-tros tal vez?). Alisten al paraestado, como están haciendo ahora en Pa-tras o a esos periodistas siempre dispuestos, la mano larga real del poder. A Pretenteris, Evangelatos, Triantafilopulos, Kapsis, Tremi, Pa-vlopulos, Papajelas. Y a todos los demás. De ellos depende su éxito. Escondan las imágenes de la bruta-lidad policial, tapen los escándalos que apestan, aprueben sus medi-

das antipopulares con “consenso social”.

El lunes en Atenas pusieron a sus agentes a destruir los pequeños comercios. Nosotros los vimos sa-liendo de las filas de la policía. Hay incluso fotos. Las van a ocultar a esas también, con mucho éxito. Ya sus papagayos, después de los pri-meros disturbios, repiten bien los que ustedes les enseñaron.

El martes no respetaron ni siquiera el funeral de Alexis. Mandaron a los antidisturbios a su funeral para pro-vocar a niños de 15 años. Tiraron gases lacrimógenos y detuvieron a niños. Ustedes profanaron al mis-mo chico que asesinaron.

¡Ya basta con las mentiras! No so-mos los encapuchados ni los cono-cidos-desconocidos. Somos mu-

chos y estamos furiosos. Ya paren de repetir tonterías. Desde Komotini hasta Janiá, de norte a sur nuestra rabia se desborda. Cayeron con to-dos los medios que su monstruoso poder dispone para eliminarnos. Con toletes, balas, lacrimógenos, medios de comunicación masiva, provocaciones, paraestado.

No tenemos ilusiones. No tenemos ninguna esperanza. Por eso somos peligrosos.

No nos hacemos ilusiones que van a tomar todo eso en cuenta. Todos los días entierran nuestros gritos en su mentira.

Adiós. Nos van a ver desde sus so-fás en sus televisiones.

“Historia ahí vamos. Mira arriba ha-cia el cielo”

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LA REFLEXIÓN.

¿Por qué si todavía no ocurre po-demos prever con tanta facilidad lo que se viene para este año?¿Qué será este fuerte presentimiento de que el movimiento estudiantil cada vez se asemeja más al ciclo del agua? ¿Gracias a los transgénicos nos estamos tornando videntes acaso? No lo creemos.

He aquí la profecía del 2009: Lue-go de las extenuantes jornadas de marchas, movilizaciones, batallas con carabineros, de intransigentes - y por que no decirlo- dionisiacas “tomas”, la elite de la “dirigencia estudiantil” sentarán sus bases: exigirán una mesa ampliada con la

el próximo año, a suyo propio, se congelarán los aranceles, bajará la tarifa de transporte escolar y derro-carán al Rector, entre otras cosas.

Todo lo anterior – por supuesto - a espaldas de la gran “masa estu-diantil” que impávida frente a la realidad solo se da cuenta de lo que sucede de forma anecdótica; ya sea por el clásico “compañero revolu-cionario”, por las batallas campales a las afueras de su universidad y/o por las poco decorosas “cuñas” de los morbosos y complacientes pe-riodistas.

. ¿Desde cuándo la creatividad en el que muchas veces se ha llamado “arte de hacer política” se transfor-

autoridad para abordar el “petito-rio histórico”, luego por presiones y cuestiones de índole práctica se transformará en una mesa restrin-gida sobre el tema contingente o de moda con el objeto de no llegar a ningún acuerdo por la recíproca desconfianza y porque obviamente estas reuniones están hechas para no ceder. A finales de semestre el “movimiento estudiantil se agota”, el segundo semestre es práctica-mente inexistente mas no menos activo para nuestros dirigentes – que generalmente son los mismos – pues estos vestirán sus mejores túnicas, y seleccionarán su mejor vocabulario para llenar sus bocas y pancartas con promesas de que

MOVIMIENTO SOCIAL Y ESTUDIANTIL ERRÁTICO: Llamado a reactivar la Re-Evolución.Fabián Barría G. I Pablo Lillo C [ [email protected] ]

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mó en la monotonía de martillar en el vacío?.

Todo esto tiene una raíz: nuestra afamada “política adulta” que nun-ca ha sido distinta. En ocasiones ha tratado de escapar de su sino, sin embargo siempre ha sabido ser acallada por la cliché coacción de los mismos.

La apatía generalizada de las ma-sas, su mirada peligrosamente impasible ante la vida como en una sala de espera hacia la muerte, su miedo al cuestionamiento de las “verdades” impuestas, ¡el terror a alzar la voz!, la vergüenza a parti-cipar, lo que para otros constituye la “tranquilad social”; todo esto se ha convertido en el gran cáncer de nuestra organización social. Se ha expandido de tal forma, que sus características enraízan en lo más profundo: en el cómo de nuestras relaciones. Incluso de forma casi imperceptible en nuestra forma de ser, en el trato con nuestra familia, pareja, amigos, en definitiva, en to-dos los aspectos de la vida social. Uno de los tantos legados de nues-tra república portaliana, el resultado de la dependencia a la autoridad.

El susodicho Don Diego lo explica-ba muy bien:

“El orden social se mantiene en Chile por el peso de la noche y porque no tenemos hombres su-tiles, hábiles y cosquillosos: la tendencia casi general de la masa al reposo es la garantía de la tran-quilidad pública. Si ella faltase, nos encontraríamos a obscuras y sin contener a los díscolos más que con medidas dictadas por la razón, o que la experiencia ha enseñado a ser útil; pero, entre tanto...”

Mantener a la gente estúpida, ador-mecida, conformista y conserva-dora: La clave para la “paz social”. ¿El revolucionario? ¿El hombre sutil, hábil y cosquilloso?: ¡Peligro! lumbreras innecesarias que podrían acabar con la densa lugubricidad de la noche, tan confortable para los “paladines de la libertad”.

Curiosamente en la historia del mo-

de aquello que realmente somos. Temiendo a nuestras entrañas y a la sangre que emana de ellas. ¡Despojémonos de la vergüenza al desnudo!

La verdad, no tiene caminos. La respuesta correcta subyace en tu interior. Sólo debes lograr silenciar el pensamiento y apartar tu memo-ria. Debes ocupar todos los senti-dos al mismo tiempo y así religar con quien realmente eres. Una vez lo logres, se manifestará ante ti lo más hermoso a lo que puede aspi-rar cualquier criatura conciente. La comprensión, el amor verdadero.

Sólo una vez consciente de tus pre-juicios y de tu lucha por derribarlos, libres de espíritu y pensamiento comenzará la verdadera revolución, y ya no será solo en el “movimiento estudiantil”. Será en tu vida, en tus cercanos, en la sociedad, en la hu-manidad.

AHORA VIENE LA ACCIÓN:

La realidad de nuestro movimiento estudiantil se asemeja a un archi-piélago de islas incomunicadas. Por un lado las Federaciones de es-tudiantes tienen un contacto prácti-camente nulo con las directivas de los centros de alumnos que a su vez en su mayoría se transformaron en “mini productoras de eventos”; ¡Para que hablar del contacto con los estudiantes en general!; los mo-vimientos o agrupaciones sociales formados por estudiantes, si bien se han sabido coordinar mejor per-manecen visiblemente estáticos, atascados en un lenguaje “asimi-lado”, muchas veces dogmáticos y hasta sectarios, por ende reacios a generar redes con otras agrupacio-nes que no cumplan cabalmente su perfil: La organización secundaria si bien se muestra más vigorosa, su brusquedad y descoordinación logra que toda su valiosa energía se malgaste en violencia inefectiva y degradante.

Todo esto se ve muy desolador, sin embargo tenemos en nuestras ma-nos las herramientas para que este archipiélago fortalezca de tal forma

vimiento estudiantil chileno ha ha-bido luces de revolución. Unas más intensas que otras, la última fue la Revolución Pingüina; una pequeña luciérnaga que si bien fue tosca y mal organizada, nos hizo sentir a muchos que la verdadera revolu-ción estaba en nuestras manos y a eso pasaremos a continuación.

Talvez alguno de ustedes – lecto-res – nos estará cuestionando por nuestras “cómodas críticas”, apun-tándonos a priori como boicotea-dotes del movimiento estudiantil, ¡reaccionarios incluso! Esperamos que no lo crean así. Creemos estar en lo correcto porque “no hay peor ciego que el que no quiere ver”; es-tamos convencidos de que el prin-cipio anarquista de la destrucción para construir sobre algo nuevo; de rechazar el reformismo de parches para favorecer el caos creador, debe aplicarse incluso a nuestras podridas bases como movimiento estudiantil.

No podemos actuar con las mismas vendas, cegados por dogmatismos políticos, dirigidos por métodos rumiados en revoluciones fallidas. Estas cosas se transformaron en autoridad para muchos, y la auto-ridad solo trae nociva dependencia.

Es hora de taparle la boca a Die-go Portales siendo sutiles, hábiles y cosquillosos. Para ello debemos comenzar por revolucionar nuestra propia conciencia. Destruyamos SUS verdades y construyamos las nuestras:

Mírate al espejo y una vez allí, en-fréntate a lo que verás del otro lado. Mira a la entelequia directamente a los ojos y pregúntale qué tan real puede llegar a ser. Es ese mundo el que estás destinado a sanar. Es ese corazón el que se necesita para ayudar a iluminar a tantos otros co-razones. Eres tú y no otro el único salvador de tu tierra. ¿Conserva-ción? ¿Revolución? Derechamente pregúntale ¿Qué tal evolución?

Estamos obviando al ser más im-portante en nuestras vidas. Es-tamos faltando a la comprensión

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los flujos de comunicación que se convierta en una implacable red de tejido humano movilizadora y crea-dora. Para muestra unos botones:

- Periódico Diagonal (Madrid), pu-blicación alternativa, sin directores, regida por asamblea y con una tira-da de 15.000 ejemplares.

José David Carracedo – su crea-dor- ha visto cómo su lucha iba cobrando vida. Fue hace casi 10 años, cuando estudiaba en Lon-dres. «El 18 de junio de 1999 se convocó una jornada anticapitalista en 35 ciudades del mundo», re-cuerda, «se demostró cómo pocas personas eran capaces de poner en jaque al sistema». Colapsaron la capital británica, lograron incluso que la Bolsa cerrara durante media hora, se llevaron a cabo más de 300 acciones contra bancos, mul-tinacionales, empresas de armas, petroleras... Aquel día comenzó algo que ha seguido sin tregua y aún sorprende a muchos.

“Nos dibujan como un grupo re-ducido, dicen que somos 1.000 personas en todo el mundo, que manipulamos las cifras, pero so-mos decenas de miles, y si nos ponemos, somos capaces” Lo fue-ron aquel verano en Londres, donde montaron 40 puntos de informa-ción que retransmitían por internet de forma inmediata lo que sucedía en la ciudad. La rigurosidad fue tal, que la cadena ABC de EEUU dedicó horas de programación tratando de analizar el éxito de aquellos jóvenes que, según pensaban, habían salido de la nada. Se equivocaban, como se han equivocado ahora.

Estos jóvenes -y no tan jóvenes- están sumamente organizados y conectados, proceden de los más diversos colectivos, de las causas y lugares más dispares, pero todos con un objetivo común: “Denun-ciar la injusticia”. Dice el creador: “No han sido capaces de vernos, no creen que seamos un grupo unificado porque no saben darnos nombre, porque no pueden etique-

y activa en la toma de decisiones y la creación de propuestas para gobernar el Estado. El sistema de democracia líquida pretende ser el siguiente paso en la evolución de la democracia aumentando el control del ciudadano sobre las institucio-nes y gobiernos, que se han con-vertido en instituciones enormes, más sometidas a la propaganda fá-cil y eslóganes vacíos que al control racional de los hechos objetivos3.

Estos son algunos ejemplos – de muchos - que demuestran por un lado el importante rol de las redes de comunicación, lo significativo que es tener fuentes de informa-ción independiente disponibles y por otro, el triste contraste con los movimientos sociales chilenos, particularmente el de la fuerza es-tudiantil.

No desconocemos con estos plan-teamientos, en ningún caso, la importante labor de muchos con sus acciones directas en la comu-nidad – estos redactores son unos de ellos también – ya sea median-te la gestión cultural, el teatro, la música, la política estudiantil, etc. Todo lo contrario, estamos llamado a la unión, a la coordinación inteli-gente, a la construcción de nuevas realidades para todos con el mas profundo sentido humanista. Apli-quemos estos métodos a nuestras propias organizaciones y el tejido se irá hilando solo. Salgamos a las calles – virtuales o reales- a liberar conciencias, a sembrar la semilla de la duda sobre las verdades irre-futables. Germinemos con hierba nueva en las fisuras del frío cemen-to. Re-evolucionemos

tarnos”, comenta Carracedo. “So-mos redes muy amplias, diversas, en las que cabe todo el mundo, y no nos han querido prestar aten-ción”.

- Seattle, el 30 de noviembre de 1999. Aquel martes comenzaba en la ciudad estadounidense una reunión de la Organización Mundial del Comercio (OMC), un encuentro que decenas de miles de personas se habían propuesto reventar. Sin violencia, sin miramientos. Y lo consiguieron. Sindicatos, asocia-ciones ecologistas, profesionales, anarquistas, gente a título personal. Más de 100.000 manifestantes boi-cotearon una reunión en la que de-bían participar 150 dirigentes mun-diales. Nació entonces el puntal, el referente de la información alterna-tiva mundial, indymedia.org, web en la que todos los movimientos sociales vierten sus convocatorias y opiniones1.

“Si los activistas son una red diver-sa, que conecta mundos sociales distintos y tienen alta capacidad de intermediación, la revuelta puede lograr un peak y desestabilizar un sistema e incluso crear una revo-lución”.

- Rebelion.org. Un portal con 10 años de vida, miles de visitas dia-rias y la colaboración incondicio-nal de todo aquel que quiera par-ticipar. El joven periodista fundador sostuvo “Fue un acto minoritario de amigos e incondicionales; la organización nos dio una sala a una temprana hora de la mañana, más por la amistad que nos unía que porque entendieran qué cosa íbamos a presentar” “La honda de David. Sí, Rebelión es una honda virtual portadora de armas inteli-gentes… palabras rebeldes y es-peranzadoras”2

- Democracia líquida es un pro-yecto que pretende hacer uso de las nuevas tecnologías para poner en práctica un sistema de democracia participativa en la que el ciudadano pueda intervenir de forma sencilla

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1. Silvia Taules. “Barricadas cibernéticas contra el sistema: “EL MUNDO.

2. Manuel Talens, Rebelión.org cumple 10 años de luchas en el ciberespacio http://www.aporrea.org

3. http://democracialiquida.es/

Barack Obama es sin duda hoy una gran figura en el ámbito de la políti-ca internacional. Primer afroameri-cano que es elegido presidente, su poder carismático lo ha llevado a ser celebrado más allá de las fron-teras nacionales, en, prácticamente, cada país. En esto se ve claramen-te la influencia de los medios para crear el mito de Obama, quien hasta ahora se lleva todas las simpatías. Por lo tanto, Obama para muchas personas hoy representa un Esta-dos Unidos menos agresivo y mu-cho más “social”. Más allá de esto, ¿qué representa Barack Obama en el contexto del Imperio?

Desde el desarrollo del capitalismo ha existido una cierta oposición entre el capital (que trabaja en un plano inmanente e internacional) y el Estado (trascendente y nacio-nal). El Estado, en este sentido, es concebido como un organismo

y niveles de esta “pirámide” se van mezclando, fusionando. Esta fusión no se hace solo entre los distintos niveles, sino también dentro de los mismos niveles, atenuando y bo-rrando las jerarquías.

Y es ahí dónde justamente podría-mos encontrar lo que representa Obama, la tendencia a que Esta-dos Unidos no sea el pináculo de esta constitución, que deje de ser una superpotencia que actúa sola, sino más bien que avance hacia la soberanía a nivel internacional: “la monarquía imperial no está localiza-da en un lugar separado y aislado y nuestro imperio posmoderno no tiene ninguna Roma. El cuerpo mo-nárquico es en sí mismo multiforme y espacialmente difuso”. De esta manera, Obama representa al me-nos la voluntad de ir un paso más allá hacia la definitiva constitución del Imperio.

que asegura los intereses del ca-pital colectivo por sobre el capital individual. Hoy el capital ha logrado pasar por sobre las jurisdicciones del Estado-Nación, pero eso no sig-nifica que este haya sido vencido, tan sólo significa un cambio del rol del Estado-Nación y el desplaza-miento de una Constitución al nivel global, que Negri y Hardt dividen en tres niveles: monárquico (Estados Unidos a la cabeza, seguido por el G7 y organismos por el estilo y asociaciones diversas que desplie-gan su poder cultural y biopolítico), aristocrático (grandes empresas multinacionales, luego los Estados-Nación como organización local) y “democrático” (la representación de los Estados-Nación del pueblo, que a su vez representa a la mul-titud, y las ONG). Esta constitución mixta en el contexto posmoderno se va transformando en una consti-tución híbrida, dónde las funciones

Miguel Carmona

“Porque el mundo ha cambiado, y nosotros tenemos que cambiar con él”

Barack Obama. Discurso presidencial.

BARACK

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Solo un par de días después la in-cursión Israelí en Gaza, escribí un pequeño artículo qué hice correr por mail en mis círculos más cer-canos. No podría haber aguantado mí propio silencio, porque día a día tengo ya que aguantarme el no te-ner más que la palabra. Ahora, me-ses después, voy a retomar algunas ideas, transformarlas, conservar la rabia con la que entonces vi las noticias y el periódico, conservar lo fundamental de mis principios…

Es comúnmente aceptado que 1967 es la guerra en la que Israel cambia de posición militar y política en me-dio oriente (de país víctima a país victimario) y así también frente a la opinión internacional. Para mi esto no es verdad, en el sentido de que Israel venia construyéndose como un país a la ofensiva desde mucho antes, aun desde la guerra de inde-pendencia que para muchos es la parte “bonita”, o al menos inocente de la historia (véase para esto los trabajos de Ilan Pappé que hablan de masacres étnicas el mismo 48). En fin, quería apuntar con eso al tipo de ofensiva que fue la guerra del 67, los desgastes y el horror que provocó como para cambiar la

cilidad. ESA paz es imposible, por que no está hecha para lo contrario. Lo de la liberación, por su parte, apunta a las nuevas estructuras de dominio producidas con la confor-mación nacional de un pueblo. Este es el centro de la contradicción de los estados nacionales, y por que creo en la liberación de Palesti-na pero no voy a estar ahí detrás cuando llegue aquel día, y por que también el sionismo es para mi hoy un discurso vacio.

¿Que justifica entonces la guerra? La liberación. Pero la guerra contra el terror, la guerra contra el mie-do, cae en el vacío como molinos de viento. El terror no pierde nun-ca por que el miedo es abstracto: una sociedad enferma de miedo no se cura con muros ni bombar-deos masivos de tierra y aire. Así tampoco es que se defiende uno de una sociedad enferma de hambre y encierro. El discurso del “ellos quisieron la guerra” no sirve, por que querer abrir fronteras, querer salir de la miseria, no se paga con fierro. No quiero con esto parecer justificar los kazam, que son una realidad diaria y también dura, pero recuerdo que si a quien vive en la

imagen de un país frente al mundo entero. Es importante recordarlo, ya que la ofensiva en Gaza se con-sidera una de las más importantes desde la guerra del 67.

¿Que justifica un guerra? Para mi es solo una cosa. Con esto quiero recalcar que no soy pacifista, por que creo en las guerras de libera-ción. No así en el mito mismo de la liberación nacional, que a la larga es lo mismo que el mito de la paz, es decir, la justificación de distintas formas de dominio. En este sen-tido, la paz en medio oriente hay que reinventarla, por que cuando la mayoría de las fuerzas en juego hablan de paz, parece más un show internacional (pan y circo) para un juego que en realidad es más com-plicado; que intenta lidiar con con-tradicciones de intereses muchos más grandes, y que no son solo de Israel o Palestina: de cierta mane-ra, la paz, como concepto absoluto, no le conviene ni a EEUU ni a una buena parte de los países árabes, y por eso que usualmente se habla de “Paz”, es como un mero pape-leo en un negocio no demasiado viciado (así a primera vista, por lo menos) como para seguirlo con fa-

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miseria, y que solo cree en la gue-rra frente a un enemigo colosal y sordo, se le da una posibilidad real de vida digna, les aseguro que no va a optar por la guerra.

No me olvido que soy judío y no lo reniego, pero no me es algo más trascendental que cualquier otra cultura en la que me he sentido re-fugiado o identificado por condicio-nes tales de miseria. Es por eso que da lo mismo si saco la voz como judío no, lo importante es que me rehúso a acostumbrarme a hablar de víctimas en números grandes. Es porque condeno y acuso la ho-rrorosa incursión del ejército Israelí en Gaza: no me voy a quedar ca-llado con el diario entre las manos. Hoy por hoy el horror se filtra de la rígida conciencia militar que recuer-da y testimonia sus propios actos. La sangre nos sigue lloviendo y el festín parece no acabar. No pode-mos olvidar la complicidad de la mayoría política Israelí. En aquella ocasión, mi artículo terminaba con que “una sociedad enferma por la miseria y el abandono da otro un paso inducido hacia el odio, y otra, enferma de miedo, se ilusiona con que alguna vez le va a ganar al mie-

do a punta de fuego”. El juego si-gue siguiendo, la ultra-derecha de Lieberman se ampara del estado y Gaza se recupera con las migajas de la ayuda internacional.

No hay pueblos culpables, mas juegos políticos que absorben la fuerza social, la anulan con el dis-curso del miedo, de la nación, del odio; con dinámicas de poder que mantienen la putrefacción de los intereses capitalistas a costas de la guerra y a costas de la miseria humana.

Poco después de la invasión Israe-lí encontré un dibujo en el que un palestino parado contra un muro se encuentra maniatado y vendado. Abajo dice “Joven Palestino miran-do al futuro”. Creo que, existiendo las posibilidades para una reinven-ción de la paz desde la población civil misma, vivir en medio oriente no ha sido sin embargo más que eso: morir y seguir muriendo. Así es como el cielo gris de humo y aviones en Gaza parece ser la con-dena de vivir en una sociedad como esta.

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MORIR EN MED O ORIENTENicolás Slachevsky

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Vlladimir Jankélévitch, filósofo fran-cés, escribió, en 1965 y 1971, dos textos sobre el perdón y los críme-nes cometidos por los nazis (En “L’imprescriptible. Pardonner? Dans l’honneur et la dignité”, Vladimir Jankélévitch). Creo que sus palabras dicen claramente porque no debemos olvidar las violaciones a los derechos humanos. Más aún, también reflexio-na sobre el rol del doble estándar.

Transcribo aquí algunos de sus pen-samientos:

1. Sobre el perdón: “¿Por qué nos reservaríamos el rol magnáni-mo del perdón? Como lo escribía en términos admirables, un cristiano ortodoxo , M. Olivier Clement, es a las víctimas de perdonar . ¿Qué dere-chos tienen los que sobrevivieron de perdonar en nombre de las víctimas? No, no es a nosotros de perdonar en nombre de las victimas… Las victi-mas deberían perdonar... Entonces, nos dirigimos a los criminales y le de-cimos: pidan perdón ustedes mismos a las víctimas”

2. Sobre la memoria: “Ese número incontable de muertos, tor-turados nos conciernen. ¿Quiénes hablarían de ellos si nosotros no ha-

por razones ideológicas colaboró con la dictadura pero ciertamen-te no compartía la violación de los derechos humanos. Por ejemplo, el Ministro Osvaldo Andrade confirmo su asistencia porque Jaime Guzman lo ayudo. Jankelevich también habla del doble estándar que fue común en la Francia ocupada por los nazis. Transcribo parte de sus palabras: “ Vichy (la Francia que colabora con los nazis) era la ambigüedad y la confusión. El… maquiavelismo de la Alemania nazi, especializado en la inversión de las contradicciones, fue un virtuoso de la ambigüedad , que sembró la confusión en los espíritus y pesa aún en la vida francesa e impide la recuperación moral de la nación. Reconocieron el sofismo del “doble-juego”. No hay fresco que no tenga su coartada, no hay colaborador que no escondió su judío en un armario o consiguió papeles falsos para un resistente. No hay ni culpables ni ino-centes, y los procesos por colabora-ción se erosionan como se disuelve la evidencia moral de la vergüenza y traición” A buen entendedor…

En mi opinión, mucho de lo que él dice es aplicable a nuestra realidad…

bláramos de ellos? ¿Quién pensaría en ellos? Si dejáramos de pensar en ellos, terminaríamos de exterminarlos y serian definitivamente destruidos. Los muertos dependen totalmente de nuestra fidelidad… Ese es el caso del pasado en general, el pasado requiere que sea recordado a los olvidadizos, a los superficiales y a los indiferen-tes, que nuestras conmemoraciones lo salven sin cesar de la nada., o por lo menos retrasen el no-ser al que está destinado: el pasado necesita que nos juntemos a propósito para conmemorarlo, el pasado requiere de nuestra memoria... El pasado no se defiende solo como se defiende el presente y el futuro.” .

3. Sobre el perdón: “¿Hay que perdonar?: Existe entre el absoluto de la ley del amor y el absoluto de la libertad malvada, un quiebre que no puede recomponerse. No buscamos a reconciliar la irracionalidad del mal con la omnipotencia del amor. El per-dón es fuerte como el mal, pero el mal es fuerte como el perdón”

4. Sobre el doble estándar: Ha existido una clara intención de lim-piar, lavar la figura de Jaime Guzmán. Convertirlo en un hombre bueno que

POR QUÉ ME OPONGO AL MEMORIAL DE JAIME GUZMÁN Y AL INTENTO DE LIMPIAR SU MEMORIA

Andrea Slachevsky Ch., MD, PhDPROGRAMA DE FARMACOLOGÍA, INSTITUTO DE CIENCIAS BIOMÉDICAS Y DEPARTAMENTO DE CIENCIAS NEUROLÓGICAS.FACULTAD DE MEDICINA. UNIVERSIDAD DE CHILE.

CONTINGENCIA

En esta segunda parte –u oportu-nidad que me conceden – quisie-

ra enseñarles (a modo de ejemplo) el uso y el abuso que se dió a los bosques de las Regiones de Aysén y Magallanes, hasta casi exterminar-los, desde finales del s. XIX. hasta mediados del s. XX. Esto en base a una pequeña cita de un antecedente1 histórico.

El Estado de Chile, en una marcada intención por hacer soberanía y ren-table las posesiones de tierras en la Patagonia, comienza a fines del siglo XIX una política de colonización. Con esto, lógicamente, comienzan a lle-gar los primeros colonos iniciando la trágica transformación del paisa-je. Bosques que se demoraron unos cuantos milenios en desarrollarse después de la última glaciación, son brutalmente talados (uso de la ma-dera) o incendiados (“despeje” para uso ganadero). La presencia de es-tos milenarios bosques es reducida dramáticamente en aproximadamen-te 100 años. Proporción un tanto absurda.

El antecedente al que me refiero proviene directamente del trabajo entonces realizado con el favor del Gobierno para lograr cierto beneficio económico en dicho lugar geográfi-co.

Se trata de una solicitud al Gobierno hecha en el año 1907 por parte de un personaje con intenciones de ha-cer uso de los recursos madereros en la zona austral (estas solicitudes normalmente tenían cabida y eran apoyadas con ciertas condiciones). En el primer punto de la solicitud, dicho personaje pide “(…)permi-so por veinte años, para cortar una parte de los bosques fiscales que se extiende hasta las orillas de los ca-nales y ríos situados entre el paralelo 47° y el Estrecho de Magallanes; y el meridiano 71°, 22´ y el Océano Pacífico”(algo así como 1000 Km. de largo. O como referencia, desde Santiago a Chiloé aprox.). La gran in-novación de esta exclusiva empresa era que poseería aserradores flotan-tes donde procesar inmediatamente la madera.

¡¿QUÉ ESTÁ PASANDO AQUÍ?! (2DA PARTE) veinte años no es nada…Don Da

1. Dicho antecedente ha sido extraído o “rescatado” desde el Archivo Nacional.

COLOGÍAE

Dicho pedido, por cierto concebido, permitía al personaje explotar y pro-ducir toda la madera que quedaba a su alcance durante 20 años, elimi-nando así bosques completos, y con el favor del Estado.

Con esto quisiera dejar en claro mi punto de vista: el indignante hecho de que las ganas de producir, pro-ducir y producir – a toda costa- pue-dan poseer mayor importancia que muchas cosas, aunque eso implique convertir en polvo una gran exten-sión de área verde. Con esto tam-bién, queda demostrado una vez mas el nivel de inconciencia que se posee y se ha poseído para con el lu-gar donde vivimos. Pues hasta ahora NO hemos devuelto nada de lo que hemos tomado; como si fuese nues-tro Planeta una gran despensa don-de nos abastecemos… al contrario, mes a mes vamos de compras para que no nos falte nada.

FOTO PAULO SLACHEVSKY

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Muero de a poco al entender que no entiendoMuero despacio al caer en mis dudasSiento que muero como muere tu espacioEs sólo el prefacio de la muerte más duraEs la cosecha abundante de mi vivir mintiendo.

Son tus respuestas correctas a mis preguntas capciosasSon tus salidas perfectas a mis entradas impertinentesSon tus canciones de amor a mis poemas carentes Son tus pensamientos reales a mis cuentos fantásticosSon tus besos clandestinos a mi corazón dislocadoSon tus soluciones exactas a mis dudas erróneas

Caigo en un caer constante y vivo tumbadoCaigo desde la altura a la que no he llegadoSiento el pesar de no haber hecho demasiadoSiento el dolor de verme acabado

Cansado, nublado y quebrado Callado, muerto y soloNo veo, no creo, no puedo y no quiero,No quiero ser la víctima de mis propios despojosNo quiero ser el caído de mis propios disparosAhora entiendo porque he muerto tantas vecesFui yo quien me mató y he cumplido con crecesNo estoy dispuesto a mirar con mis propios ojosNo quiero asumir que ya escapó de mis manos

Me hundo en la tierra de mi acontecer cotidianoMe pierdo entre el agua de mi ahogo constanteHablo solo a veces inconciente y pensanteTropiezo entre las hojas de un poemario desiertoPara caer en las dudas de quien muere a diarioPor tus respuestas correctas a mis preguntas capciosasPor tus decisiones certeras y mi proceder inciertoTUS

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FELIPE ZERENÉ

L ETRAS

Es lo mismo de siempreEs querer mejorar y quedar peorEs querer cambiar y quedar más igual

que antesEs el gatopardismo, la victoria del

status quoEs la lucha sin sentidoEs lo que describimosEn dónde hemos caído, yContra lo cual hemos intentado combatir

Y combatiremos.

S Y SIGUE LA IEFMAM J. JASOND

Por más que me muevo, corro y es-capo, me reinvento, caigo, me vuelvo a reinventar, me traspapelo, hablo, callo, trepo, invento y me dejo estar...Por más que intente realizar esta bús-queda.Busco sin saber qué y, DEFINITIVA-MENTE, no lo encuentro.

Y AHORA

Es terrible, ya ni si quiera puedo caminarNo puedo movermeNi hablarY eso que en plena calle estoy.En plena callePero rodeado de rodeadosViejos pascuerosViejas que esperan la micro(con paquetes enormes)Viejos comprandoViejos vendiendoViejos caminando

Y yo, único joven, soy (también) el único quieto, de esta única fecha.

La peor combinación: Navidad y viejos hueones.

NAVIDAD

LETRAS

Con una espalda agotada y un par de ojos luchando contra la fuerza gravitacional, Simón se encontraba en las puertas del dualismo Sueño-Realidad.El sueño y la reflexión pragmática todavía no se polarizaban: Se estrechaban la mano verdadera: Esa que se dan dos hermanos vivos.

Y Simón se puso a pensar sobre los seguros de vida. Era sorprendente que un seguro de vida, fuera la prueba que evi-denciaba el reconocimiento de los humanos para con la existencia de la vida. Si todo cliente de tal empresa feneciera, ¿Por qué se imaginará que la vida de sus hijos continúa?

Estoy desvariando palabras, estoy aturdido y sin razón. Acuérdate Simón que te falta tino, acuérdate de las puertas.

Y en esa agonía confusa, Simón se enojó. Escupió al cielo un gargajo (o pollo) (amarillo verdoso, criatura de una neumonía cariñosa). Lógicamente (como sucede en los sueños), la flema ascendió pues Newton afirma que… (…) . Y luego bajó, porque Newton igualmente formula que “todo lo que sube…”. Pero como Freud le advertía que terminar en ridículo puede ser causa de un trauma, nuestro fastidiado protagonista se crispó y decidió eludir lo que también le anticipaba Murphy: “si algo puede suceder, sucederá”.

SIMÓN AGUILERA

SOBRE ESCUPITAJOS Y SEGUROS DE VIDA

algo puede suceder, sucederá”.Así, mi abdomen se contrajo, y mi cabeza se irguió precipita-damente. Por fortuna me encontraba en una cama,,, perdón, en mi cama. Y sin olvidar la porfía del sueño, encontré un momento de lucidez al darme cuenta que el escupitajo no me caía en la cabeza: se había quedado en el sueño. Y la analogía se tornó evidente.

Mi realidad es al sueño, como la muerte a la vida.Y así: la flema (o pollo) le pertenece al sueño finito, como el seguro le pertenece a la vida FINITA.

Ya tenía el argumento adecuado. La vida no continúa. PADRES: ¡¡No se esmeren en creer que sus hijos seguirán creciendo!!

Mierda… ¿Pero qué sucedería si el escupo cayera en el sue-ño mientras yo me encuentro despierto?

En ese caso, la vida sería navegar por dos realidades distin-tas, cuya continuidad no dejaría de existir por separado.

AMIGOS: sé que esto parece Mea culpa de Carlos Pinto. Sin embargo, no es tan descabellado. Si muchos creen que la vida continúa ¿Por qué no ha de proseguir el sueño también?

Y dale que dale redundado, me puse pesado.Pero déjenme formular la última pregunta:

¿Qué pasa si despertando de esta pesadilla, se me desploma el gargajo del sueño en la realidad?

(Remate:Un amigo vagabundo me respondió: -Cuando sueño con mujeres sensuales,,, Naturalmente el escupo se despide en el (o del) sueño y se derrama en la realidad.

Pongámonos serios, por favor: la vida es una chacota.)

ETRAS

SIN TITULO | FRANCISCO IDE

SIN

TITU

LO |

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CHER

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L ETRAS

La vida y su corta entidad en uso,El cielo hecho girones en nubes humeantes,La violencia y sus usos domésticos,El fraguar de las heridas,La inútil victoria,El remolino de las nucas o su caspa,La estructura fragmentada de nuestra cordura,Las falanges arrugándose en torno a un encierro,El orgasmo del martillo,Las ruedas y mutilaciones por la carretera,La gran grúa excavando en el viento,El horizonte tragándose el mundo entero,Las flores secas sobre el camastro,El grito sulfurado del infarto,El océano,El cráneo del hombre,Son sopa china.

SIN TITULO 6

JOAO GONCALVEZ

PEZON

JOAO GONCALVEZ

En relación con la reciente presenta-ción por un grupo de parlamentarios de un proyecto de ley sobre la eutana-sia, creemos importante que se pro-duzca en nuestro país un debate acti-vo, informado y responsable. El tema es de una vital trascendencia para la sociedad y su discusión no puede quedar circunscrita a cúpulas políticas o gremiales, razón por la cual, los aba-jo firmantes, médicos de profesión y miembros del Colegio Médico de Chi-le, nos debemos de expresar nuestra postura.

a. “Ser un ser humano es, desde el punto de vista del valor mo-ral, superior a la vida biológica” (Flet-cher, 1979.) La muerte puede ser a veces la única alternativa para preser-var su dignidad frente a los procesos degradantes de la enfermedad.

b. “Si la sola perspectiva de un ser humano, consciente de sí mis-mo, racional y autónomo, es aquella de una vida degradada por la enferme-dad y el sufrimiento, puede racional-

salud y calidad de vida posible. Esto incluye ayudar en el proceso de buen morir a individuos que, en ejercicio de su libre albedrío, enfrentados a una enfermedad asociada a una degrada-ción física insostenible y cuyo único destino es la muerte, así lo solicitan. El médico no debe oponerse a esta voluntad del individuo, aún cuando pueda abstenerse de participar acti-vamente en este acto médico si ello violenta sus credos y concepciones de la vida.

h. El debate sobre el derecho a la eutanasia implica al conjunto de la sociedad y no es prerrogativa del gremio médico pronunciarse sobre el derecho de los individuos a la eutana-sia. A lo más, un médico puede dar razones para abstenerse de participar en la muerte asistida de un paciente, pero no puede oponerse a que perso-nas competentes u otros médicos lo hagan, menos aún a que el paciente ejerza su derecho.

“Que la muerte de un ser humano pueda constituir un bien es una para-doja difícil de concebir, que aquellos que ayudan a un ser humano a morir puedan estar haciéndole un bien, es aún más paradojal y difícil de aceptar. La muerte es un proceso en el cual se pierde irreversiblemente cada vez más poder. Aquel que no tiene la posibili-dad de perder ese poder rápidamente y sin sufrimiento tiene al menos el de-recho de pedir que se le ayude a no quedarse impotente ante esa pérdida” (Goffi, 2003)

mente optar por la eutanasia” (Singer, 1995).

c. La solicitud de asistencia para morir es el último espacio de libertad al cual puede aspirar el ser humano. No se justifica privarlo de ese espacio de libertad y derecho a la eutanasia, administrándole tratamien-tos cuando el mismo sujeto en plena conciencia los rechaza.

d. Ejercer el derecho a la eu-tanasia no violenta ni pone en riesgo los derechos y libertades de los otros miembros de la sociedad.

e. La opinión sobre la euta-nasia no necesariamente debe ser compartida por la mayoría de los miembros de la sociedad para que el derecho a ella exista. En una sociedad laica, cada individuo debe tener el de-recho y la libertad de decidir sobre su propia muerte, pudiendo ejercer o no este derecho según sus principios o sus creencias religiosas.

f. Dados los importantes avances de la medicina y las posibili-dades de prolongar la vida, nos parece fundamental que en nuestra sociedad se legisle sobre la eutanasia, de ma-nera que cada individuo pueda ejercer sus derechos según sus propias con-cepciones y creencias.

g. “Los médicos deben per-feccionar su arte y dar apoyo para facilitar y suavizar la agonía y los sufri-mientos de la muerte” (Bacon, 1605.) La profesión médica exige ayudar a la población a lograr el mejor estado de

EUTANASIA

ANDREA SLACHEVSKY CHONCHOL I GRICEL ORELLANA VIDAL I MERCEDES LOPEZ NITSCHE I GABRIEL CEA MUÑOZ I DARIO RAMIREZ CARVAJAL I GINO MARIO RAVERA ARCOS I GUSTAV RODHE CALDERON I GONZALO ALVAREZ URQUIDI I MARÍA ISABEL BEHRENS PELLEGRINO I EDUARDO BRAVO CASTRO

DECLARACIÓN SOBRE LAMeé las ciudades,Coroné de adornos los óseos paisajes de asfalto,Vi como las manos goteaban,La profunda herida suturada entre hemiciclos.Escuché cada día en el silencio el gran espacio,Yaciendo ebrio y violento, como el eructo del mismo averno.Las columnas cayeron cayendo el día,Se quebró en un botellazo el mundo entero.Mientras latía tu pecho,Mientras el vino nos vertía a pedazos,Mientras aullábamos y todo se iba perdiendo tras la luna,La espesura sorbía tras el vidrio, la debilidad opaca de un reflejo;El nuestro.

OJO MEDICO

SIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIINNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNN TTTTTIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIITTTTTTTTTTTTTTTTTTTTTTTTTTTTTTTTTTTTTTTTTTTTTTTTTTTUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUULLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO 666666666666666666666666666666666666666666666666666

ILUSTRACIONES DE FRANCISCO IDESIN TITULO | PASOS CALLES| UBU REY

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OJO MEDICO

En el presente trabajo, hablaré de la intervención psicosocial, cua-les son sus características, sus principios, como se realiza, y que queremos lograr con ella. Luego, expondré la importancia que tiene el intervenir en una determinada co-munidad, ya que a diario nos damos cuenta, la gran necesidad de traba-jar en distintas comunidades que tenemos en nuestro país y en La-tinoamérica en general. Continuaré mostrando lo que son las interven-ciones psicosociales en hospitales psiquiátricos, específicamente la relación médico-paciente que allí se produce. Junto con ellos algu-nos antecedentes históricos de la psiquiatría en Chile.

Comenzaré hablando de proyecto o acción social, la que nos llevará a la intervención psicosocial, la cual podemos definir como: “Toda ac-ción social, individual o grupal des-tinada a producir cambios en una determinada realidad que involucra y afecta a un grupo social determi-nado” (Martinic S., 1996). Siempre que realizamos una intervención esperamos que ésta se produzca, ya que se trabajará a partir de una hipótesis y objetivos determina-dos por los cuales trabajaremos,

• El profesional que realice la in-tervención debe involucrase per-sonalmente, al realizar éste tipo de trabajo hay un compromiso que éste asume con la comunidad, que debe tener clara las ideas sobre los términos e ideologías que tiene respecto al cambio, o lo que espera que se produzca.

• Debemos hacer hincapié en las capacidades que tienen los seres humanos para orientar y optimizar su propio destino.

Los mundos que están involucrados en una intervención psicosocial son muchos, como las emociones y re-presentaciones, es decir, el mundo cognitivo y emocional que tienen las personas con las que estamos trabajando, y a los problemas con los que tiene que vivir y enfrentar a diario. Además, está al mundo de las significaciones e interacciones, en donde se encuentran todos los vínculos que debieran tener, y que están normalmente relacionado con las situaciones problemáticas en que vive en los momento que se decide intervenir, y que frecuente-mente son parte de las razones de fundamentan la intervención. Otro mundo importante que hay que te-ner en cuenta es el de las prácticas

mediante las distintas actividades que se realice en la intervención. Siempre al hacer estos trabajos uno espera que los cambios sean signi-ficativos para la comunidad, espe-cialmente para las personas con las que estamos trabajando. Podemos decir que algunos de los principios o características de una interven-ción psicosocial son las siguientes:

• Debe haber una participación ac-tiva de las personas de la comuni-dad a la que estamos interviniendo. Deben ser ellos, con la guía de los profesionales con que se trabaja los que deben construir su propio cambio.

• Es muy importante el contexto, el lugar donde se realiza la interven-ción para, de esta manera, tener relaciones sociales y humanas de tipo democráticas y sin discrimi-nación (problemas que podemos ver en grupos minoritarios como los Mapuche). Cada sitio tiene sus propias particularidades, por lo que es muy importante conocerlo bien antes de comenzar la intervención, siempre se sugiere realizar un muy buen diagnóstico del lugar y de las personas que viven allí, para así conocer en que realidad se trabaja.

INTERVENCIÓN SOCIAL Y LA DESHUMANIZACIÓN EN LA RELACIÓN MÉDICO-PACIENTEMYRIAM TABJA

OJO MEDICO

y formas de vida, los valores que tienen, los hábitos que han aprendi-do, la cultura en donde está inserta la comunidad, ya que es en ella en donde están bajo alguna situación problema. Todos éstos mundos se relacionan entre sí y son parte de las personas con que trabajamos, entonces no debemos olvidarnos de ellas, al contrario, debemos con-siderarlas desde el diagnóstico en adelante, y de ésta manera se debe privilegiar este conocimiento para poder entender y conocer a fondo la problemática que allí se vive.

La intervención psicosocial tiene una línea de pensamiento que in-tegra didácticamente la teoría y la práctica, que crea la posibilidad orientar la intervención en tres ni-veles o dimensiones: a nivel de los problemas sociales (políticos, educacionales…), del desarrollo humano y de los cambios sociales.

En este sentido, es importante el te-ner una teoría que sustente el traba-jo práctico que se está realizando, pero no podemos ser psicólogos desde la teoría, sino desde la prác-tica, desde la comunidad misma.

Debemos recordar que en un prin-cipio los problemas sociales fueron

el estado ponerlo en su agenda, para poder conseguir los recursos, los profesionales, los dispositivos que se necesiten para poder reali-zar la intervención que el problema amerite. Normalmente, participan en programas que diseñan distintos estamentos del estado, en relación a distintas organizaciones sociales, y contratan a psicólogos, educado-res, trabajadores sociales, sociólo-gos, entre otros.

En nuestro país se ha estado traba-jando en varios programas de tipo social, así como también en refor-mas tanto a la educación, como a la salud y la salud mental. En éste último punto, el Ministerio de Sa-lud, en al año 2001, presentó un documento que va dirigido a brin-dar oportunidades, compromiso, respeto y responsabilidad en los procesos de integración social, teniendo un propósito de: ”Contri-buir a que las personas, las fami-lias y las comunidades alcancen y mantengan la mayor capacidad posible para interactuar entre sí y con el medio ambiente, de modo de promover el bienestar subjeti-vo, el desarrollo y el uso óptimo de sus potencialidades psico-lógicas, cognitivas, afectivas y

considerados como un tema que tenía que ver con los recursos, que había que enfrentar de una mane-ra adecuada y con una estructura también acorde a ellos, tomando en consideración que lo económi-co siempre ha estado por encima de los problemas sociales. Como éstos se pueden cuantificar y me-dir, podemos conocer dónde están los problemas de mayor urgencia y comenzar allí una intervención con los profesionales que se requieran, normalmente se necesita un equi-po multidisciplinario que incluye un psicólogo, un asistente social, un abogado, entre otros, dependien-do del problema que tenemos que trabajar con la comunidad. Por otra parte, se mezclan lo subjetivo y lo objetivo cuando realizamos éste tipo de intervención, ya que los pro-blemas sociales en realidad no son naturales sino que los construye la propia sociedad, vienen a ser una construcción histórica, por lo cual debemos tener en cuenta las indi-vidualidades.

Para poder trabajar en los proble-mas sociales que presenta la co-munidad debemos estar de acuer-do, en nuestro país como sociedad, que es un problema y de éste modo

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relacionales, el logro de sus me-tas individuales y colectivas, en concordancia con la justicia y el bien común” 1. Con éste comuni-cado debemos entender que bus-camos el bienestar de las personas que viven en nuestra sociedad. No hace muchos años, a los pacien-tes con alguna enfermedad mental se les encerraba, se les castigaba, duramente. De a poco, y en los países más avanzados, como son Francia, España, Inglaterra, Italia, comenzaron en la década del 60 y 70 ha realizar cambios en sus polí-ticas públicas sobre salud mental, dirigiendo los trabajos hacia una mirada comunitaria, buscando así poder atender los problemas de salud mental inserto en un contexto comunitario, tratando así de alejar y evitar la marginalidad e institucio-nalización, y con ello el encierro.

En nuestro país, en el año 1963 fue presentado un trabajo realizado por los profesionales Altamirano, Claudet y Cordero sobre un cambio de estructura social de un departa-mento de pacientes crónicos. Fue en 1971, que las autoridades de salud pública presentaron un sub-programa de rehabilitación, que plantea: “Los enfermos mentales

ces comenzó un trabajo en donde se utilizaran los principios de la práctica bioética, es decir, tomar en cuenta al paciente, no pasarlo a llevar, prohibiendo la discriminación y el derecho a la atención hospita-laria. Específicamente en el hospital psiquiátrico El Peral, se comenzó un trabajo de tratar a los pacientes con medicamentos, tratando siem-pre de que su estadía sea lo más corta posible, pensando en que los pacientes siempre están mejor en sus hogares. Junto con esto, se desarrollaron trabajos de terapias individual y grupal, en dónde habían psicólogos a cargo. Estos trabajos se dejaron de realizar hace más o menos cinco, según hemos podido informarnos por profesionales que allí trabajan, tienen problemas de recursos y de tiempo.

Todo esto nos muestra que, en de-finitiva, hay aún mucho que hacer.

crónicos están sometidos a una atención de tipo asilar, inhumana, con atención médica insuficiente, sólo de emergencia y farmacote-rapia de mantención y con esca-sas o nulas acciones de terapia ocupacional y de rehabilitación que posibiliten su reintegro par-cial o total a la sociedad”2. Así, el estado reconoció cual era la realidad para los pacientes con en-fermedades psíquicas en nuestro país.

Hoy en día hay una preocupación por trabajar los problemas sociales que presenta la comunidad, en es-pecial la pobreza, la drogadicción, las carencias en educación, en sa-lud, y dentro de ésta, en salud men-tal. Junto con esto, se ha tratado de trabajar en los hospitales públicos, el mejorar la atención y el trato para con los pacientes. Este es un tema que se viene trabajando en los últimos años en nuestro país, ya que se reconocía por parte del estado, que los pacientes no eran bien tratados, especialmente en los hospitales públicos y hospitales de salud mental. Se ha hablado que había una deshumanización en la atención, que sólo se trataban en-fermedades y no personas. Enton-

OJO MEDICO

1. Ministerio de Salud (2001): Plan Nacional de Salud Mental y Psiquiatría. Gobierno de Chile. Unidad de Salud Mental. Segunda Edición. Santiago, Chile, Página 11.

2. Gomberoff, M; Jiménez, J.P. (1985), Psiquiatría. Ediciones Medcom, Santiago, Chile, Pág. 567.

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HOJA DE CONTACTO | ESTELÍ SLACHEVSKYEL PULSO DE LA CALLE

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OOCIEDADZ

Los trazos de carácter dis-criminatorios se producen quizás en todo lugar y de for-mas prácticamente infinitas. Sin embargo, generalmente la discriminación – enten-diéndola como la atribución de un cierto estereotipo de personalidad y apariencia a un cierto grupo social - se puede dividir en “positiva” y “negativa”. Y los inmigran-tes no son la excepción. La discriminación que viene generalmente (pero desgra-ciadamente no siempre) de grupos xenófobos, patrió-ticos o nacionalistas, los califica de sucios, flojos, drogadictos. De ahí nacen diferentes mitos ligados a la inmigración. De ahí nace la visión de que el inmigran-te roba el trabajo a “gente, en su propia tierra” y nace, entre muchos otros, el este-reotipo del inmigrante ilegal, ligado a todo lo anterior. Por el otro lado, proveniente de diversos sectores no nece-sariamente apátridas o in-ternacionalistas (quizás no más amplios, lo más seguro es afirmar que en general la población se sitúa entre estos dos extremos), está la

Una de las características funda-mentales de la configuración histó-rica actual es la gran movilidad de la población a nivel internacional. La migración es cada vez más común, lo que apunta a una población con cada vez menos especificidades nacionales. Por lo tanto, hay que reco-nocer la reacción de los pueblos (sí, pueblos, ya que si bien las especifici-dades van disminuyendo, la xenofobia puede constituir una cierta unidad de un pueblo determinado) en este con-texto.

La migración destruye fronteras na-cionales, por eso se intentan volver a forjar. La migración destruye la oposición Primer Mundo/Tercer Mun-do y contribuye a mezclarlos. Es por eso que la opinión pública de los antiguos países que formaban parte integral del Primer Mundo o que se consideraban en vías de entrar a él, protestan. Es la reacción de los vestigios del imperialismo contra la formación del Imperio global. Es así como se puede explicar la re-acción de pueblos que lo único que tienen en común totalmente hoy en día es la xenofobia. Y que el progreso terminará por destruir.

“Allá en lo alto, entre las nubes, veosiempre nuevas caravanasque sin patria ni rumbopor la nieve avanzan”

- Bertolt Brecht

visión del inmigrante como trabajador empeñoso, donde se acepta al tra-bajador inmigrante como alguien que aporta al país que lo recibe, que vino buscando para sí y su familia una vida mejor y, muchas veces, se le relacio-na al inmigrante legal.

Más allá de esta diferencia sin embar-go, que se podría calificar de “ideoló-gica” se pueden identificar pueblos en que se exalta más uno que otro tipo de discriminación. La “versión” negativa del trabajador inmigrante se puede en-contrar, sin duda, abundantemente en Europa, por ejemplo, que cierra cada vez más sus fronteras, Estados Uni-dos, que levanta murallas para evitar al inmigrante ilegal, e incluso Chile, donde la xenofobia está arraigada en lo profundo de las conciencias de la gente, estigmatizando a peruanos, bo-livianos y argentinos. Por lo tanto, en-contramos que la discriminación del inmigrante es dependiente - a grandes rasgos, ya que claro que hay excep-ciones - la posición del país en cuanto a un cierto “privilegio” internacional, que lo hace atrayente. Pareciera que mientras más atrayente es un país, de inmigrantes, su población se vuelve más xenófoba.

Sin embargo, ¿qué lectura pode-mos hacer a este hecho en el plano de la globalización y la formación del Imperio?

“La xenofobia sigue siendo lo que nos une”

- Marcel Duchamp | Grupo Punk Chileno

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ZOOCIEDAD

LA LOCURACOMO PROCESO DE FORMACIÓN INTEGRAL DEL SER HUMANOLEE BUSEL

Llega un momento en la vida de todo hombre (como ser genérico) en el que este debe hacer una in-trospección hasta el centro de su hipófisis, recorriendo los dos he-misferios cerebrales incluyendo a su vez el cerebelo, examinando toda esta masa muscular que acos-tumbramos a llamar cerebro y que sirve de base orgánica a algo aún más complejo, recóndito y poco explorado, lo que solemos llamar “mente”. Esta introspección tiene lugar como consecuencia de di-versos cambios y procesos que se suceden en el entorno físico y sus reacciones en la interioridad del su-jeto. Es dentro de este proceso en el cual nuestro sujeto comienza a darse cuenta de que posee en al-gún grado y medida un trastorno psicológico (si usted está en esta parte del proceso, no se preocupe, puede ser peor).

En el momento en que el sujeto acepta que esta “loco” (desde este momento nos referiremos a este con la denominación socio-cultural de loco), debe continuar identifi-cando todos los síntomas de lo que él considera su locura, para lograr categorizar a esta dentro de alguna de las denominaciónes con las que

post-loco incluye al de loco pero también define a un ser humano que resuelve y actúa con lógica los problemas que le presenta su exte-rioridad.

Es por esto que quiero hacer un lla-mado a todos a aceptar su locura y empezar el gran camino que esta nos ofrece, uno de conciencia y desafíos, de problemas y solucio-nes tan drásticas y duras que no seriamos capaces de aceptar sino estamos locos o post-locos. A su vez aplaudo y doy animo a los ya empezamos, si, aplaudo a los locos de Green Peace que pasan hambre y frío luchando contra las balle-neras, a los locos que vieron en la revolución cubana la vía para ver a su país progresar (no en el sentido burgués de la palabra), a los locos de Chiapas que aun hoy luchan por los derechos de todo un continente tan pisoteado explotado, a esos lo-cos palestinos, a esos locos mapu-ches, a esos locos etíopes (y gran parte de ese gran continente loco) y aplaudo a todos los locos de todos los rincones del mundo que cada día luchamos por hacer de este mundo un mejor lugar para todos.

las ciencias psicológicas han nom-brado a una serie definida de “tras-tornos mentales”. Es en este punto del proceso donde el loco ha de intentar que su locura sea funcio-nal o por lo menos medianamente funcional con el medio en donde se desenvuelve, lo que se traduce en que no se torne un “fastidio” para su circulo social cercano, esto es de vital importancia para que el loco sea solo un loco mas y no ter-mine en el Peral o en el psiquiátrico de la paz.

Al conseguir este objetivo el loco adquiere consistencia y sus locuras pasan a ser aceptadas por la gente que de alguna forma u otra com-parte mayor número de dinámicas con el loco en cuestión.

En mi opinión los locos que han pasado este punto son personas que han tomado plena conciencia de su existencia y se encuentran en un camino valido hacia la felicidad. Al encontrar este camino el loco puede ser considerado post-loco, ya que aunque sigue loco posee un carácter similar al de la superación dialéctica, es decir que el post-loco no ha dejado de ser loco pero a su vez sigue siéndolo. El concepto de

PATAMANO DESCARADAFRANCISCO IDE

FOTO PAULO SLACHEVSKY

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FOTO ESTELÍ SLACHEVSKY

OOCIEDADZ ZOOCIEDAD

Un hombre se sienta sobre una hoja en blanco a pensar, está buscando dar a conocer sus sentimientos en aquel suave papel, sólo falta que las ideas comiencen a ser inhaladas y exhaladas por sus pulmones, que su corazón comience a bombear las palabras correctas y finalmente que la tinta comience a correr por sus venas.

Cuando el hombre escribe está rea-lizando un ejercicio a través del cual puede sentir y sentirse, mirar y mirar-se y si tiene suerte talvez entender y entenderse. El escribir es talvez hoy uno de los pocos procesos que junto a las otras artes y al amor, evidente-mente, siguen siendo los únicos en los que el hombre puede reconocer y reconocerse a sí mismo como tal, porque estos a diferencia de la ma-yoría de los procesos a los que se enfrenta en su cotidianeidad, siguen siendo fruto de su propio trabajo y contienen aun mucho de ser humano, de la esencia de ser humano.

El hombre en la sociedad de hoy se encuentra falto de una identidad cla-ra, se encuentra abrumado por sus propias contradicciones y hoy más que nunca vive como un ser escla-vizado y mecanizado ante la vida. La que no puede dejar de ser vista como

principio a fin, desde el momento en que lloramos cuando venimos al mundo, cuando amamos y cuando damos nuestro último aliento, entre muchas otras que acompañan la esencia de nuestra existencia.

Sólo las expresiones nos retienen a la vida, nos retienen y nos aferran a ella tan fuertemente que incluso a veces -por más paradójico que parezca- no somos capaces de sobrellevarlas y preferimos una vida vacía en la que las expresiones no tienen cabida, o simplemente optamos por el proce-so contrario que sería una muerte acongojada por nuestras propias ex-presiones.

Debemos aprender a vivir con nues-tras expresiones, no nos queda más que tomarlas y plasmarlas despa-rramadamente ante la vida. Solo de está manera podremos reinventarnos como un nuevo concepto de hombre, en el que el “hombre moderno” no sea más que una etapa tortuosa que tenemos que dejar atrás para alcan-zar la madurez, aquella madurez que la modernidad prometía, pero que sin embargo nunca fue capaz de cumplir.

Ahora el hombre podrá morir más tranquilo, la hoja ya no está en blan-co, desde este momento lo contiene a él también.

un mero sistema que tiene un funcio-namiento independiente de la volun-tad de los hombres, y donde las ex-presiones no son más que fantasías irreales de algunos hombres que aún son capaces de soñar con ellas.

A mi parecer el hombre está más alienado que nunca, es por ello que necesita buscar herramientas que le permitan encontrase a si mismo en sus propias expresiones, sólo así podrá reencontrarse nuevamente con sus propias cualidades de hombre.

La autonomía creativa es de las po-cas cosas que nos quedan, es de los procesos que no han sido interveni-dos del todo aún, a diferencia de la comunicación que era lo que se afir-maba nos separaba de los animales.

Hoy la comunicación ya ni siquiera podemos afirmar que nos pertenez-ca, es más bien como si ya no hu-biese comunicación, como si esta se hubiera perdido tras la tecnología, la que nos ha creado una nueva falsa conciencia que nos hace pretender que estamos más comunicados que nunca, pero en realidad es todo lo contrario, el hombre hoy está más solo que nunca.

No nos quedan a mi parecer más que las expresiones, que nos definen de

Y A TI ¿QUE TE CONTIENE?ALAN BEREZIN

¿Como definiríamos los criterios para evaluar la suma de dinero que se le debe de entregar a diferentes sujetos por sus esfuerzos en sus respecti-vos trabajos? Es fácil responder que se puede hacer midiendo la cantidad horas trabajadas dependiendo de la tarea elaborada por el sujeto. Si sin embargo observáramos con mayor precisión la diferencia de salarios otorgados entre Hombres y Mujeres en Chile, veríamos que otros facto-res influyen; factores de desigualdad, discriminación y que son la prueba de la latente inigualdad que existe en nuestro país así como varias regiones del mundo actualmente entre los tra-bajadores y las trabajadoras.

Entendamos todos, existe una gran diferencia entre el salario de un hom-bre y el de una mujer con la misma edad, diploma, experiencia, y capaci-dad en ejercer la labor. Una diferencia que desfavorece a la mujer, siendo esta tan apta para lo que se le pide como el hombre, pero que por el sim-ple hecho de no tener testículos, es más, de tener dos ovarios, mamas, y falta de vello facial, es clasificada como menos trabajadora que el hom-bre recibiendo por tanto una cantidad de remuneración monetaria menor. Según el INE (Instituto Nacional de Estadísticas) en Chile la diferencia de salarios entre mujeres y hom-bres, calculando la media de todos los salarios es de 30%. Una mujer que realizaría un trabajo común y co-rriente ganaría en nuestro país 30% menos que un hombre que realizaría el mismo trabajo, con exactamente la misma cantidad de horas. ¿Es eso justificable?

Si observamos el fenómeno de un punto de vista histórico, tendríamos que mencionar en un principio la di-visión sexual del trabajo prehistórica; es decir, que en la prehistoria como

hombre no intenta llegar mas alto en la jerarquía laboral, ya sea en el sec-tor privado o publico. Es por eso que posteriormente algunos se justifican hablando de competitividad faltante en las mujeres e intentan argumentar sus decisiones discriminatorias en base al hecho que las mujeres de por sí no saben hasta donde pueden lle-gar. El porcentaje de mujeres que al-canzan los puestos más importantes en el mundo empresarial es ínfimo, y sabemos que aunque en nuestro país los ministerios estén relativamente equilibrados, en el senado la diferen-cia sigue siendo abismal. No se podrá nunca dar prueba alguna del porque los hombres serían mas eficaces que las mujeres en la política. Es cierto por otro lado que si la sociedad se empe-ña de ese modo en estigmatizar tanto a las mujeres, por el efecto del techo de cristal no podrán desenvolverse adecuadamente. Pero en ese caso no es su condición de mujer lo que las limita sino la presión de un prejuicio demasiado primitivo que radica en la discriminación sexual. ¿Podemos justificar 30% de diferencia salarial en un prejuicio ancestral…? Por su-puesto que no es justificable. Es, más aún, retrógrado seguir creyendo en la separación sexual del trabajo y de los quehaceres… En nuestro mundo post-moderno las mujeres deberían poder desempeñarse de la misma manera y con las mismas facilidades que los hombres, eso si queremos pretender al desarrollo humano algún día. Pero persistir en culpar a la fisio-logía femenina por las discriminacio-nes es persistir en un razonamiento obsoleto y fuera de contexto. La eva-luación justa de las capacidades de los individuos para lograr ejercer de manera correcta y eficiente una labor, no debe de ser influida por el género del individuo.

las mujeres debían dar a luz no po-dían cazar tanto como los hombres y por eso debían resguardar la cueva y cuidar el fuego. De esto se desprende que hasta hoy personas con menta-lidad prehistórica piensen sobre el rol de la mujer que es el de cuidar el hogar… En un mundo en el cual los nacimientos son controlados y las comodidades tales no solamente la mujer no esta obligada a dedicarse netamente a la procreación, sino que el hombre sobra de tiempo para dedi-carse a sus hijos de igual modo que la mujer. Las mujeres ya no tienen una necesidad biológica que las manten-ga en casa para poder lograr la super-vivencia de la especie. Defender una tesis como esa es tan absurda como probar que el condón fomenta el SIDA o que la tierra no es redonda…

Sin embargo, se sigue creyendo que el lugar de la mujer es el de cuidar a la descendencia y el hogar, y es ma-yormente aberrante el que tenemos a un sumo-sacerdote católico capaz de defender la culpabilidad del condón en los contagios de SIDA en África…

Estos resentidos que creen que la mujer no debería salir nunca del nú-cleo del hogar, son los que conside-ran que no está apta para el trabajo y que al no poder realizar una labor tan eficientemente como un hombre debe ganar menos. Estos sujetos son tan deplorables como los que ven en esta realidad la oportunidad de con-tratar más trabajadoras por menos di-nero y aumentar el lucro… Pero este modo de pensar no solamente está arraigado en los hombres. Sí, claro, porque las mujeres al ser estigmatiza-das socialmente se crean barreras a ellas mismas, se limitan; un fenóme-no social que llamamos el “techo de cristal” termino de Mabel Burin, sicó-loga argentina. En el fondo, la mujer al creer que es menos capaz que el

MUJERES Y SALARIOVICTOR CHAUTARD

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ALAN BEREZIN

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Desde el año 1990 a la fecha, una de las grandes interrogantes y tareas pendientes sigue siendo la profundi-zación de nuestra democracia, pero a nivel de ciudadanía, específica-mente en cuanto a derechos y par-ticipación. En ese sentido, entrado el siglo XXI, ¿Qué papel juega hoy el ciudadano en el perfeccionamiento de la democracia?, ¿Cuáles son los avances que se han experimentado en materia de derechos ciudadanos, si por estos se entienden los indivi-duales, sociales y culturales?, ¿Cuá-les son los niveles de autonomía y libertad política y social que tiene el ciudadano en el actual sistema de-mocrático?, etc. Siempre son más interrogantes que respuestas las que surgen en estos temas. Sin embargo y antes de intentar responder algu-nas de estas preguntas, se hace ne-

decisiones sobre la sociedad en la cual les corresponde vivir: derecho a participar en elecciones, elegir o ser elegido para un cargo de representa-ción. Y en el siglo XX, toman fuerza la ciudadanía social o derechos so-ciales, que tiene como objetivo que las personas accedan a los diversos beneficios sociales tales como edu-cación, trabajo, seguridad y bienes-tar. Bajo esta dinámica se constitu-yen estos tres pilares ciudadanos, que están directamente relacionados y que dan el sustento teórico para la acción práctica de la transforma-ción de la realidad y la concernien-te conquista de la autonomía y la libertad.

Esta descripción, nos permite agre-gar otras interrogantes: ¿Qué posibi-lidades existen en el Chile actual de llevar a la práctica estos derechos

cesario precisar algunos conceptos que nos permitan entender el tenor de estas interrogantes.

Siguiendo el análisis que realiza el profesor Juan Claudio Silva1, pode-mos decir que la ciudadanía es una construcción histórica, política, so-cial y cultural que ha tenido un de-sarrollo progresivo en determinados momentos históricos, así por ejem-plo, en una primera instancia pode-mos hacer referencia a la ciudadanía civil o derechos civiles, relacionados por ejemplo con la igualdad fren-te a le ley, libertad individual de las personas, libertad de pensamiento, culto y el derecho a la propiedad. Posteriormente, en el siglo XIX sur-gen la ciudadanía política o derechos políticos, en la cual la persona hace uso de sus derechos cívicos permi-tiéndoles participar en la toma de

POR EL DESARROLLO DE UNA SOCIEDAD LAICA*DANNY GONZALO MONSÁLVEZ ARANEDAACADÉMICO DE HISTORIA DE CHILE CONTEMPORÁNEA EN EL DEPTO. CIENCIAS HISTÓRICAS Y SOCIALES, UNIVERSIDAD DE CONCEPCIÓN

y ciudadanías?. Si entendemos la ciudadanía como un constructo his-tórico de los sujetos con el Estado, sus instituciones y que va más allá de lo teórico, el formalismo y asis-tencialismo; entonces ¿Qué tipo de Estado se ha construido y estamos construyendo en el Chile del siglo XXI?. Lamentablemente, tenemos que decir que la construcción del Estado en Chile ha estado subordi-nada por ejemplo a un determinado tipo de consenso intraelite y en otros casos a la imposición a través de mecanismo de control social, por la fuerza o la violencia de las armas. En todos estos casos, han jugado un rol fundamental, aquellos intelectua-les que Noam Chomsky denomina servidores del poder de turno2 . En otras palabras estamos hablando de aquellos dictadores de criterio, personajes que constantemente ve-mos y leemos en los diversos me-dios de comunicación y hasta en nuestra vida cotidiana. Personas que pontifican o predican por ejemplo el respeto del hombre por el hombre, la valoración de la familia y la suma adhesión a la ¿verdad?, incluso di-recta, indirecta y socarronamente preconizan lo que el resto tiene que pensar, decir y con quien tienes que juntarte; es decir, sujetos que desde sus particulares visiones, realidades y tribunas nos alertan sobre la ame-naza que significa por ejemplo los postulados del laicismo, del deno-minado relativismo moral, las ideas progresistas; que decir sobre deter-minados temas como la eutanasia, el matrimonio entre homosexuales, la píldora del día después, el abor-to terapéutico, y todo lo que aquello conlleva, o sea, (según ellos) enfer-medades y males a los cuales hay que poner atajo, de lo contrario nos carcomerán socialmente.

Los dictadores de criterio desde sus particulares visiones quieren impo-ner en nombre de su ¿verdad?, pau-tas de conducta y comportamiento; peor aun, envían mensajes expre-sando constantemente los peligros a

Son los prisioneros de sus miedos y su pasado los condiciona. Buscan enemigos para justificar su accionar. Son los paranoicos del complot. La forjada y transitoria cuota de poder los hace creer que todo lo manejan y lo pueden; no quieren oposición, disidencia, buscan los mecanismos para aislar a las voces discrepantes.

Ayer eran los ateos, agnósticos, anarquistas, comunistas, socialis-tas, marxistas, izquierdistas, los enemigos internos, los traidores a la patria, etc,. hoy intentan levantar lo mismo, con otros nombres y eufe-mismos.

Es un dogmatismo disfrazado de una verborrea y fraseología propia de una impostura intelectual; espe-cíficamente porque bajo aquella en-telequia logran justificar su apócrifa cuota de poder. Así, su aparente aceptación de la tolerancia y la diver-sidad no es más que un formalismo que en el fondo esconde un pensa-miento anquilosado y autoritario.

Aquello refleja claramente un temor o terror a pensar la realidad desde nuevas perspectivas de análisis. Es no -querer- aceptar nuevas visio-nes, enfoques y formas de entender y concebir las cosas. Entonces, la pregunta es: ¿Por qué ese temor o terror a pensar la realidad o las di-versas problemáticas tanto de larga duración como aquellas de carácter más coyuntural?.

Subrepticia y solapadamente envíen mensajes expresando que aquello no es debatible y no es tema de discusión; pero al mismo tiempo señalan -formal y teóricamente- que existe el espacio para el debate y la reflexión, pero en la praxis te dicen desde donde debes debatir.

En ese contexto, como diría Lenin ¿Qué hacer?. Estamos por el de-sarrollo y la profundización de una cultura cívica enmarcada en las ideas del laicismo. A pesar que éste no es un tema nuevo y quizá para

los cuales estamos expuestos. Son personajes que en nombre de sus dogmas (políticos y religiosos) an-helan un mundo hecho a su imagen y semejanza, donde la vida pública y privada se rija bajos sus parámetros.

Los dictadores de criterio, ampara-dos en sus credos, cargos de res-ponsabilidad y medios de difusión ponderan que es lo bueno y lo malo, los amigos y enemigos, lo correcto e incorrecto para la convivencia social y espiritual.

Los dictadores de criterio, tienen como objetivo fundamental (ista) que sus principios éticos y morales sean obligatoriamente compartidos por todos quienes escuchan sus mensajes o leen sus columnas de opinión. Pero además de aquello, se presentan -en teoría- como respe-tuosos, incluso defensores de la to-lerancia, diversidad y el pluralismo, pero paradójicamente que aquellos principios se enmarque en sus vi-siones de la vida.

Los dictadores de criterio, tienen repulsa a la crítica y trasgresión. Ven con peligro para sus intereses el avance de las ideas de libertad e igualdad. Intentan por todos los me-dios, incluso a través de acciones espurias impedir el debate y la con-traposición de ideas, señalando que aquello no es debatible ya que daña y divide a la sociedad.

Miran con distancia y hasta con preocupación (para sus intereses) una mayor profundización de la de-mocracia, la organización, partici-pación y derechos ciudadanos. Los dictadores de criterio confinados en su ¿verdad? y sus dogmas desea-rían que todos nosotros pensemos y actuemos a través de ellos.

En el Chile actual algunos dictadores de criterio están asociados a los últi-mos vástagos de la dictadura, aque-llos de la actitud solapada e indirec-ta, la amenaza socarrona y la vetusta irracionalidad amigo-enemigo.

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algunos no muy llamativo; tal vez por el hecho que se piensa que aquel concepto, contenido y propuesta se circunscribe solamente a la eterna lucha laico-religiosa, la separación Iglesia del Estado, o en último caso, una especie de animadversión encu-bierta contra todo aquello que tenga un atisbo de religioso; sin embargo, el laicismo es mucho más que aque-llo, es una actitud, conducta, forma de vida que rechaza todo dogma-tismo, que no es necesariamente religioso, sino que también cultural, social, racial, político y económico. El laicismo es una forma de socia-bilidad, identidad, pertenencia, com-promiso y proyecto social.

El laicismo como cuerpo de ideas, contiene elementos fundamenta-les desde el punto de vista de los Derechos Humanos tales como la capacidad de libre albedrío como fundamento y método; respeto a la diversidad, la solidaridad, civilidad y democracia; pero además, conlleva intrínsicamente otros factores, por ejemplo, una propuesta universalis-ta, racionalista, que significa pros-pectar, reflexionar, entender y asi-milar que las practicas de los seres humanos obedecen a razones y no a dogmas y donde el derecho de con-ciencia que cada persona tiene se transforma en un valor inalienable. En ese sentido, hombres y mujeres se trasforman en auténticos suje-tos históricos al ser los principales protagonistas de la historia. Es decir, “a) la historia no debe ser pensada como la encarnación de la voluntad de la Providencia, sino como la obra colectiva de los hombres; b) por ello es concebible la esperanza que esta historia sea mejorada por la acción mancomunada de los mismos hom-bres”3.

Asimismo, rescata y promueve valores como la tolerancia que no es otra cosa que el respeto a la di-versidad y pluralidad, que emerge como una manera de pensar, actuar

desde el punto de vista divino o de aquello que emana de los centro de poder. Es decir, aquello que otros fundaron, escribieron, constituyeron y desarrollaron se convirtió -para al-gunos- en convencionalismo, tradi-cionalismo, imposición. Específica-mente porque determinados sujetos se sienten cómodos hasta donde han llegado; bien desde el lugar don-de están situados, otros aludiendo a la verdad revelada.

Es aquella actitud por mantener la defensa de un mundo heredado, a través de una veneración y valora-ción inconsciente de la realidad. Es no -querer- aceptar nuevas visiones, enfoques, formas de entender y con-cebir las cosas. Ya lo decía el des-tacado intelectual Michel Foucault “¿qué hay de peligroso en el hecho de que las gentes hablen y de que sus discursos proliferen indefinida-mente? ¿En dónde está por tanto el peligro?”.

En ese sentido, la diversidad, así como la tolerancia y la igualdad de-ben ser concebidas como valores inmanentes y trascendentales de la esencia misma del ser humano, especialmente de nuestros jóvenes estudiantes; más todavía en su in-herente relación con sus semejantes y con su realidad más contigua. De ahí por ejemplo que la Universidad, sea el espacio por naturaleza desde donde debe fluir la diversidad por medios del desarrollo libre del espí-ritu. La idea es ir dando vida a una mente razonadora y crítica, con el objetivo que nuestros jóvenes pueda determinar libre y responsablemente su conducta tanto individual como social.

Por ello que el ejercicio histórico de estudiar el pasado para entender el presente, nos sirve a la hora de aunar esfuerzos para proyectar el futuro en busca de aquellas varia-bles que nos puedan unir en un ideal común, teniendo como fundamentos

y obrar distinto. Pero el principio de tolerancia no debe ser pasivo, o alu-dir a una tolerancia residual, o sea “…toleramos lo que está incluido en un ámbito cuyo cerco es lo intolera-ble”4 . Peor aún, invocando el “bien común”, se intenta explicar (incluso avalar) determinadas decisiones de una autoridad. Incluso (autoridades o líderes) “pretenden que la moral y las costumbres estén de acuerdo a la visión de ellos, donde además, nos expresemos a través de ellos y por último que nuestros oídos esté libres para que escuchemos lo que sólo ellos nos tienen que decir”5.

El laicismo apuesta por una toleran-cia activa, inclusiva y participativa, que no evade la problematicidad de la cosas, donde el hombre asume conciente una actitud perenne de reflexión; en otras palabras, como señala el intelectual mexicano Car-los Monsiváis “…participar en la interpretación hasta donde puedo, y apoyar los movimientos (ideas, principios, valores) que me resul-tan importantes y hacer la crítica de aquellos que usurpan el sitio de los realmente importantes”6 .

El laicismo por principio no eva-de el debate, la contraposición y el conflicto, ya que tal como señala el Filósofo Político Etienne Tassin, “…no hay que identificar violencia con conflicto. El conflicto no se puede evitar. Existe. Es fiarte de la plurali-dad. Desde que hay pluralidad hay conflicto”7 . Conjuntamente propone una praxis humanista, donde lo que importa es el hombre y sus con-ductas responsables en sociedad; teniendo como pilar fundamental la libertad de conciencia.

Estamos cierto que no podemos desconocer, ignorar y falsear la rea-lidad histórica que en determinados pueblos, culturas, organizaciones, instituciones y personas se acepta sin mayor cuestionamiento lo esta-blecido o la tradición (escrita), bien

los principios de libertad e igualdad entre los hombres.

Por ejemplo las nefastas experiencia de las dictaduras militares del cono sur y la valoración del tema de los Derechos Humanos, han servido para aunar esfuerzos en elevar el respeto a la dignidad de las perso-nas como principio ético de fines del siglo XX y comienzos del XXI; así como la crisis del sistema capitalis-ta, nos sirve para entender que no todo puede quedar a merced de las leyes del mercado. Al mismo tiempo, nuestra sociedad, requiere de una vez por todas ir abriendo y ganando espacios para un auténtico debate ciudadano sobre temas como qué tipo de sistema democrático esta-mos construyendo, gobernanza lo-cal y obviamente aquellos temas va-lóricos, los cuales no pueden quedar supeditados a las decisiones de una pequeña elite o de la superestructura partidista; por el contrario, ya entra-do el siglo XXI, los ciudadanos tienen y deben promover instancias de so-ciabilización desde sus particulares realidades con el objetivo de hacer presente aquellos problemas y desa-fíos que los inquietan.

En vista de aquello, si el hombre se asume como sujeto histórico tiene que progresivamente impulsar una ética liberadora que centre el discur-so y por sobre todo la praxis social y política en la liberación de éste de la opresión que pueda ejercer so-bre él cualquier realidad material o

espiritual que impida u obstaculicesu proyecto personal de vida y transformación social.

Se requiere impulsar una ética libe-radora y comprometida en fortalecer por ejemplo el valor de una demo-cracia participativa, de los derechos humanos, ciudadanos, calidad de vida; en otras palabras una ética civil que profundice una sociedad laica, tolerante y pluralista, donde todos nos sintamos parte integrante. Por ello una de las tareas fundamenta-les es desplazar aquel código moral único, verdadero y hasta castigador que algunos pretenden imponernos.

Una ética liberadora implica abrir espacios desde abajo para un ver-dadero pluralismo moral, donde lo primordial sea un consenso (con-sultivo, inclusivo y no formal) sobre aquellos valores fundamentales que garanticen el derecho a la vida, la convivencia pacífica y la autonomía de la razón. Lo anterior permitirá al hombre y a la mujer enarbolar las banderas de una auténtica ética civil y universal, libre de todos aquellos dogmatismos y fundamentalismo que aun persisten enquistados en nuestra sociedad.

Finalmente, creemos que aquellos que estamos por el desarrollo de una sociedad laica, tenemos que apostar por instalar temas en el ta-pete de la discusión tanto desde la academia como a nivel ciudadano. Por ejemplo, que tipo de democracia

* Este artículo es una compilación de algunas columnas de opinión publicadas semanalmente en El Diario de Concepción. 1. “Ciudadanía: Entre el debate crítico, la lucha política y la utopía”, En: Revista Última Década, Viña del Mar, Nº 14, 2001, pp. 91 a 11. 2. Al respecto véase nuestro trabajo: “Noam Chosky: Los intelectuales y su relación con el poder”, En: Revista LÉGETE. Estudios de Comunicación y Sociedad, Nº 9, diciembre de 2007. Universidad Católica de la Santísima Concepción, Escuela de Periodismo, pp. 95 a 115.

3. Moulian, Tomás. Socialismo del siglo XXI. La quinta vía. Santiago, Lom Ediciones, 2001, p. 22.

4. El Mercurio, domingo 23 de noviembre de 2003, p. E 19.

5. “El Laicismo. Una mirada de los jóvenes frente a la diversidad”: Conferencia del escritor Sebastián Jans Pérez en el Auditorio del colegio Juan Bautista Etchegoyen de Talcahuano, sábado 23 de agosto de 2008. 6. El Mercurio, domingo 25 de abril de 2004, p. E 11.

7. El Mercurio, domingo 6 de noviembre de 2005, p. E 15.

queremos construir, participación y derechos ciudadanos, formación cívica, vínculos entre política-religión-negocios, concentración y pluralismo en los medios de comunicación, etc. Sólo de esta forma, promoviendo el debate, la crítica y la reflexión sesuda, el laicismo se transformará en referentes activo en el plano social, cultural y político de nuestro país.

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SPACIORITICOEC ESPACIO CRITICO

“El problema somos nosotros, el sistema es nuestro”, grita jko en la última canción de este disco, de un profundo agrado personal, gra-cias sobre todo a letras totalmente lúcidas e inteligentes, además de una fuerza increíble que adquiere su discurso. Pero antes de hablar de eso intentaré comenzar desde el principio.

Marcel Duchamp es una banda chilena anarcopunk de un estilo de música poco difundido fuera de los circuitos punk, llamado crust punk (si bien ellos se auto-clasifican como post-destroy), evolución de lo que fue el hardcore, acentuando la crudeza sonora de éste último. Desde su formación por Jaime, Francisco y jko han sacado nume-rosos discos (solos, splits e incluso un disket con tres mp3’s), a través de los cuales se han ido consoli-

dando en la escena punk nacional. El disco del cual hablaremos ahora, titulado “Contra Nosotros Mismos”, es el último de su carrera, y data del 2006.

A través de sus veintiocho cancio-nes y sus treinta y un minutos de duración queda clara una crítica al sistema capitalista, al propio movi-miento anarcopunk (“la escena es farándula en escala, y seguimos sin hacer nada”, grita el tema “Cliché”) y sobre todo - muy interesante, por cierto - la idea que da el título al disco, el hecho de estar en contra de sí mismo. Y es que finalmente depende de nosotros el llegar a crear movimiento, a llegar a nue-vas formas de organización social: “esto no es nuevo, es el dilema de siempre, no se trata solamente de oprimidos contra opresores”, lo que nos recuerda (si bien con otros

REVOLUCIÓN “CONTRA NOSOTROS MISMOS”MIGUEL CARMONA

“Pero sentaremos que jamásse puede querer otra moralque la que es reclamadapor el estado social del tiempo. Querer otra moral que la que está implicada en la naturaleza de la sociedad es negar ésta y, por consiguiente, negarse a sí mismo”

- Émile Durkheim

TROPA DE ELITEHe tenido la suerte de encontrarme en este momento de mi vida con dos obras de la filmografía del destacado director brasileño, Ferando Meirelles. La primera Cidade da Deus, la cual había visto hace mucho tiempo pero optando por repetirme el plato descu-brí en ella elementos muy importan-tes. La segunda, Tropa de Elite, otra entrega de Meirelles acerca del pro-blema del crimen organizado en Rio de Janeiro.

A propósito de esta película es que quería plantear algunas reflexiones.

El film se basa en informes de 12 funcionarios de la policía carioca, más el informe de un psiquiatra de la misma institución. La trama es narra-da por “Nascimento” un sargento del B.O.P.E., un cuerpo ultra-militarizado de la ya militarizada policía carioca.

Lo primero que me gustaría hacer notar es que en este film se pone en juego el recurso narrativo que se basa en la confianza que uno como “lector-observador” deposita en el narrador. En resumidas cuentas, creemos lo que nos relata. En este sentido a mi parecer si nos quedáramos con el mensaje –cuestionablemente- moral que nos intenta transmitir Nascimen-to no alcanzaríamos a comprender la complejidad con que analiza la socie-dad Meirelles. Por supuesto que el po-licía nos muestra su opinión en tanto miembro de la policía, pero debemos ser cautos, en todo momento somos testigos de pequeños y grandes actos de corrupción. Tanto de los policías, de los narcos, de un grupo de estu-diantes que ayudan en una ONG a la gente de la favela. Cada uno de los personajes es víctima y victimario, es posible sorprenderlos a cada uno de ellos en algún momento, cometiendo alguna injusticia o develando el doble estándar entre su discurso y su actuar.

Para mí esto es lo que realmente hace valiosa esta película, ya que ni policías, ni narcotraficantes, ni los jóvenes (“con conciencia social”) podemos identificarlos con alguna categoría demasiado absoluta; tal como “bueno” o “malo”, lo que me parece más ponderado sería referirme a todos ellos como injustos. De hecho debemos ver dentro de cada uno de nosotros y quizás nos sorprendere-mos, ya que constantemente aporta-mos con nuestro pequeño grano de injusticia a que el sistema permanez-ca siendo injusto. Finalmente que es el sistema sino la reproducción de nues-tra propia miseria. A la vez el sistema influye en que sigamos siendo así, lo que lo hace inmune a la verdadera transformación, consolidando de esta manera el Status-Quo.

En este film vemos como la guerra desatada en Rio es comparable con muchas situaciones, ya sean las de franca guerra y conflictos bélicos, como también así las luchas contra el terrorismo y la droga. Incluso es similar a las relaciones de poder que establecemos cada uno de nosotros. Somos dominados y a la vez domina-mos.

Me hace mucho ruido la frase con que Nascimento reprende a un estudiante que se encontraba con los narcos al momento de una incursión policial; “tu los financias y nosotros tenemos que venir a resolver el enredo”. En proble-mas sociales como los que plantea el film, cada uno de nosotros es respon-sable, y en la medida en que podamos darnos cuenta de esto, tomemos con-ciencia e intentemos cambiar, el futuro es promisorio.

Quería terminar esta humilde columna conminándolos a que vean esta gran película, y esperando que estas bre-ves líneas iluminen en algún grado sus propias reflexiones.

PASANDOSE PELICULADANIEL TOPÁZ

“CONTMIGUEL CARMO

fines), ciertas palabras expresadaspor Luis Emilio Recabarren en unode sus artículos de prensa: “Noso-tros decimos casi siempre que sólolos ricos son nuestros enemigos ynuestros explotadores, pero, ¡ay!...por desgracia, somos nosotros losmismos enemigos de nuestro pro-greso”. Pero también está presentela idea enunciada al inicio de estetexto que nosotros mismos, des-pués de todo, somos el sistema, susustento, ya que tenemos (por mu-cho que no lo queramos) la mane-ra de pensar de éste, y por muchoque se cree movimiento eso siguemanteniéndose, “una manera deentenderlo todo, la manera en quevivimos, la forma de trabajar y deganar dinero”.

Todo esto pide, tal como dice lanovena canción, una revolucióncontra nosotros mismos.

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DOSSIEROSSIERD

1. LA CARA BIOPOLÍTICA DEL LENINISMO

“Hablar de Lenín es hablar de la con-quista del poder. No vale la pena colo-car en otro horizonte su pensamiento o la acción, ya se la exalte o se la critique: la conquista del poder es el único tema leninista”. Así rinde home-naje a Lenín la ciencia política occi-dental, exaltando paradójicamente la “sombría grandeza”... ¿Acaso Hitler y Mussolini no soñaron ser Lenín? Como sea, al finalizar las guerras civi-les del siglo XX, a Lenín, el vencedor de octubre de 1917, el hombre de de-cisiones intempestivas e inquebranta-ble firmeza, le ha sido concedido el reconocimiento de la ciencia política burguesa.

Y es un reconocimiento a disgusto.

¿Qué es, efectivamente, la “toma del poder” para el marxismo revolucio-nario? Para el movimiento obrero del ochocientos y novecientos, y para el movimiento comunista, no hay “toma del poder” que no esté asociada a

Planteado así el problema, añadimos otra nota, referida al reconocimiento de que el poder capitalista es indis-tinguible del comando estatal y la estructura social para la explotación, y que la revolución, cuando sea co-munista, ataca y destruye a ambos. Y que, para Lenín (como en general para el marxismo revolucionario), la lucha comunista es biopolítica. Lo es porque involucra todo aspecto de la vida, y, sobre todo, porque la volun-tad política revolucionaria de los co-munistas ataca al bios, lo critica, lo construye, lo transforma. Lenín lleva a la ciencia política fuera de toda sim-plificación idealista, de toda idea de “razón de Estado”, de toda ilusión de definición de lo político en términos burocráticos o decisionísticos. Pero aún más radicalmente: de toda sepa-ración de lo político de lo social y lo humano. En el terreno del pensamien-to político, Lenín comienza liberando el análisis del Estado de la teoría de la forma de gobierno (aquella antigua, siempre repetida y siempre mistifica-dora); propone por ello el análisis de

la “extinción del Estado”. Y Lenín no es una excepción. Su extraordinaria aventura está ligada a ese proyecto. Baste esto para poner mil millas de distancia entre lo que Lenín hizo y la ambigua exaltación que la ciencia política burguesa ni hace. Es verdad que la obra de Lenín tuvo éxito a medias: conquistó el poder pero no destruyó al Estado. Aquel Estado que debía descomponerse resultó de tal fortaleza y ferocidad para disolverse, que eliminó de generaciones enteras de comunistas toda esperanza de enlazar la toma del poder con la di-solución del Estado. Sin embargo, la cuestión permanece... Volver a hablar de Lenín significa preguntarse nueva-mente si es posible retomar el camino que, al mismo tiempo que subvierte el orden estatal de las cosas existen-tes e inventa un mundo de libertad e igualdad, destruye el arco metafísico del mundo, ya sea como principio de autoridad o como dispositivo de ex-plotación social, la jerarquía política y el comando productivo.

¿QUÉ HACER HOY CON EL “QUÉ HACER”? ES DECIR: EL CUERPO DEL GENERAL INTELLECT

FILOSOFO Y PENSADOR MARXISTA ITALIANO, ES RECONOCIDO POR UN REPLANTEAMIENTO DEL MARXISMO DESDE EL PENSAMIENTO DE SPINOZA Y LOS FILOSOFOS FRANCESES POSTESTRUCTURALISTAS.”

El punto débil de la cadena imperialista está allí donde la clase trabajadora es más fuerte

Mario Tronti, Lenín en Inglaterra, 1964

El pensamiento se da, se analiza, se interpreta, se extiende y, cada cierto tiempo, se adapta: eterno trabajo de seleccionar, cortar, pe-gar y modificar (hay que cortar o agregarle trozos a la pieza de puzzle para que quede con la forma de nuestra contemporaneidad y calce).

Y sin embargo, ¿por qué actualizar? Porque las condiciones han cambiado; porque ya no estamos en ese modernismo que podría-mos decir que duró hasta los años noventa. Hoy por hoy, la combi-nación de las transformaciones posmodernas, como la mutación y perdida del rol fundamental del Estado-Nación así como la ex-pansión del reino multinacional y la correspondiente uniformización cultural, se dan en el marco de un desarrollo capitalista que, a su vez, no ha abandonado escenarios básicos como la crisis ni la re-acción social transformadora. Es en este contexto que la actuali-zación del pensamiento marxista debe hacerse, cual trabajo de un restaurador, rescatando en toda su fuerza la tradición intelectual revolucionaria.

Nos hemos centrado en este Dossier en el pensamiento marxista de Walter Benjamin, Gramsci, Trotsky, Recabarren y Lenin (dejan-do la mención de grandes del pensamiento marxista como Rosa Luxemburgo, Mariátegui o Adorno entre otros… tarea pendiente). Sin duda, se preguntarán ustedes por qué no hay un artículo sobre Marx, hoy portada de grandes revistas de actualidad, símbolo re-naciente de un contexto de voluntad transformadora: personaje in-dudablemente vigente. Hemos de responder, sin embargo, que acá iremos un poco más allá cronológicamente. Hemos de actualizar a Marx después de Marx. Se trata de trasladar el pensamiento del marxismo moderno a nuestra posmodernidad, y así es como el eco indirecto y lejano de Marx, que llega hasta estas lejanas, diferentes y variables tierras, se nos enfrenta colosal e ineludible. M

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lo político fuera de las hipótesis inge-nuas de reflejo de las formas econó-micas, y hace esto liberándose tanto de las pulsiones milenaristas como de las utopías laicas que, en referencia a una hipótesis de revolución, podrían confundir la mirada. Contrariamente, él mezcla, hibridiza, desbarata, revo-luciona una y otra teoría: aquello que siempre deberá vencer es la voluntad política proletaria, en la cual cuerpo y razón, vida y pasión, rebelión y pro-yecto pueden constituirse en sujeto biopolítico- el sujeto “clase obrera”, su “vanguardia”, el alma del proleta-riado en su cuerpo.

Rosa Luxemburgo, tan lejana de Lenín en muchos aspectos, se halla aquí, en el carácter biopolítico del proyecto comunista, muy cercana. Por diver-sas vías, la curva de Luxemburgo y la recta de Lenín se cruzan, al asumir la vida de las masas y la articulación integral de sus necesidades como un potencial físico, corpóreo, que sólo puede dar base y contenido a la abstracción y a la violencia de la intelectualidad revolucionaria. Es mis-terioso este desarrollo de la ontología política del comunismo: pero muy real- muestra, con la cara biopolítica, la extraordinaria modernidad del pen-samiento comunista, en la plenitud corpórea de la libertad que expresa y desea. Lenín se halla aquí dentro, en este materialismo de los cuerpos que se liberan, en la materialidad de la vida que mediante (y sólo mediante)

cómo será posible la conquista del poder y la extinción del Estado en un período histórico que muestra (antici-pando un tema crucial) la hegemonía del capital sobre el General Intellect.

Todo ha cambiado. Respecto de lo que Lenín vio y teorizó, la producción y el comando chocan hoy con una nueva composición técnica y política de la fuerza de trabajo. La experiencia de su explotación está transformada completamente. La naturaleza del trabajo productivo es hoy, en efecto, fundamentalmente inmaterial, mien-tras que la cooperación productiva es enteramente social: de aquí viene que el trabajo es coextensivo a la vida y la cooperación lo es a la multitud. Es por consiguiente en la sociedad (y ya no más, sólo en la fábrica) donde el trabajo tiende redes productivas, capaces de innovar el mundo de las mercancías, poniendo en acción al conjunto de los deseos racionales y afectivos del hombre. La explotación se determina en la misma extensión. Fin que atañe a la composición técni-ca. Y la cuestión es repropuesta por la composición política de la nueva fuerza de trabajo, ya que ella (califica-da por la incorporación de utensilios: en el trabajo inmaterial el utensilio es el cerebro) se presenta en el merca-do con la mayor movilidad (que es también éxodo de las formas discipli-narias del poder capitalista) y con la más alta flexibilidad- que es también autonomía política, búsqueda de au-tovalorización, rechazo de la repre-sentación. ¿Cómo poner al leninismo dentro de estas nuevas condiciones de la fuerza de trabajo? ¿Cómo trans-formar éxodo y autovalorización del trabajador inmaterial en una nueva lucha de clases, en deseo organizado de apropiación de la riqueza social y liberación de la subjetividad? ¿Cómo enlazar una realidad diversa con el proyecto estratégico del comunismo? ¿Cómo innovar lo antiguo en una apertura radical a lo nuevo, que sea también un “retorno a los orígenes”, al leninismo- tal como Maquiavelo exigía de toda revolución verdadera?

la revolución, puede renovarse. Lenín es la invención revolucionaria de un cuerpo, no la apología de la autono-mía de lo político.

2. LENÍN MÁS ALLÁ DE LENÍN.

¿Qué significa (hoy, no ayer ni hace un siglo) explotación y lucha contra la explotación? ¿Qué es hoy aquel cuer-po que se revolucionó en las aventu-ras y las guerras civiles del siglo XX? ¿Qué es el nuevo cuerpo de la lucha comunista?

Ya a principios de los años ’60 (y lue-go con intensidad cada vez mayor) esta pregunta se instalaba en primer plano. Sin grandes posibilidades de ser respondida, pero con la convic-ción que, sobre esta cuestión, Lenín no sólo era interrogado con exegéti-ca fidelidad sino también repropues-to- como suele decirse- “más allá de Lenín”.

El primer problema fue preservar el sentido del leninismo dentro de las transformaciones de la realidad pro-ductiva, de las relaciones de poder que las caracterizan y de las mutacio-nes del sujeto. Un segundo problema, derivado del primero, fue el de restituir al leninismo (es decir, la necesidad de organización para la revolución anti-capitalista y la destrucción del Esta-do) adecuándolo a la actual consis-tencia de la realidad productiva y a la nueva insistencia de los sujetos. Esto significa, por lo tanto, preguntarse

Marx estaba asociado a una fenome-nología “manufacturera” del trabajo industrial: de allí resultó una con-cepción fundamental autogestionaria del partido y de la dictadura social del proletariado. Lenín está asociado desde el principio a una perspectiva vanguardista del partido que- antes que la Revolución- anticipa en Ru-sia el pasaje de la manufactura a la “gran industria”, y por ello instala como tarea estratégica el gobierno de aquella. Tanto para Marx como para Lenín, la relación entre composición técnica del proletariado y estrategia política se llama “Comuna” o “parti-do comunista”- y es la “Comuna” o el “Partido” los que efectúan el reco-nocimiento de la realidad y proponen una plena circulación entre estrategia política (subversiva) y organización (biopolítica) de las masas. El partido es motor de producción de subjeti-vidad- o, mejor dicho, es el utensilio para la producción de subjetividad subversiva.

Nuestra pregunta es: ¿qué produc-ción de subjetividad para la toma del poder, hoy, por parte del proletariado inmaterial? Dicho en otros térmi-nos, el discurso puede formularse de este modo: si hoy el contexto de la producción está constituido por la cooperación social del trabajo in-material, es todo esto que llamamos General Intellect - ¿cómo será posible construir el cuerpo subversivo del in-telecto general, haciendo de la organi-zación comunista la palanca, el punto de generación de la nueva corporei-dad revolucionaria, la base potente de producción de subjetividad? Así, por lo tanto, entramos en “Lenín más allá de Lenín”.

3. EL CUERPO SUBVERSIVO DEL GENERAL INTELLECT.

No se puede entrar en este tema como si fuese un paréntesis. Pero como a veces sucede en la argu-mentación socrática, un parénte-sis puede evidenciar el concepto. Hay en los Grundrisse de Marx un

se tornó más oscura) llamaron CsO. Cuerpo sin Órganos. Yo sigo llaman-do carne a todo esto. Quizá ella tiene la fuerza para volverse cuerpo y cons-tituir todos los órganos que le com-peten. Quizá: porque necesitamos un demiurgo que haga real el evento, es decir, una vanguardia externa, que de la carne haga cuerpo. Cuerpo del Ge-neral Intellect. ¿O, tal vez, como dicen otros autores, el hacerse cuerpo del General Intellect, podrá ser determi-nado por las palabras que el mismo General intellect articula, de modo que el General Intellect sea demiurgo de su propio cuerpo?

No creo que la elección de la vía po-sible nos resulte identificable; pienso que sólo un movimiento de lucha podrá decidirla. Y, más aún, segura-mente en las perspectivas de madu-ración del General Intellect, debemos esperar la experimentación. Porque es sólo de este modo, oponiendo a la historia natural del capital aquellas contradicciones insolubles que Marx inventó, que la genealogía del General Intellect se constituirá como fuerza subversiva. Definir el cuerpo del Ge-neral Intellect es, de hecho, lo mismo que afirmar la potencia del sujeto don-de habita, la violencia de la crisis que sacude su ambigüedad, el choque te-leológico que lo atraviesa: es decir de qué lado se está en este caos. Hemos decidido que el sujeto es, en el Gene-ral Intellect, potente en tanto nómade y autónomo; que aquí, por lo tanto, la cooperación vence al mercado; que la teleología de lo común se impone a la del individuo y lo privado- esto es así, pues, por haber tomado partido por el cuerpo del General Intellect. Es una constitución que nace de la militancia de los hombres construida en el trabajo inmaterial y cooperativo, decidida a vivir como asociación sub-versiva.

La “biopolítica del leninismo” la halla-mos por lo tanto aquí, incrustada en las nuevas contradicciones del “más allá de Lenín”. Con Lenín decidimos hacer del cuerpo del General Intellect

famoso capítulo titulado “Capítulo sobre las Máquinas”: allí Marx pare-ce construir una “historia natural” (es decir, lineal, continua, necesaria) del capital hacia el intelecto general...El intelecto general es producto del de-sarrollo capitalista...Conclusión am-bigua para nosotros y también para Lenín (que evidentemente no podía conocer los Grundrisse, pero poseía aquella lógica de ruptura que exalta el pensamiento marxiano tornando imposible toda continuidad natural del desarrollo capitalista). En efecto, jun-to a las ilusiones objetivistas que con frecuencia se insinúan en la crítica de la economía política, también para Marx las cosas eran así: el desarrollo que genera al General Intellect es, en efecto, para él un proceso de ningún modo natural: por una parte está lleno de vida (la fuerza vital – toda- de la producción y la reproducción, el con-texto biopolítico de la sociedad capi-talista); y, por otra parte, este proceso es potencialmente contradictorio (el General Intellect, efectivamente, no es sólo el producto de la lucha contra el trabajo asalariado, sino también la representación de aquella tendencia antropológica que se representa en el rechazo del trabajo: es, en fin, el resultado- revolucionado- de la caída tendencial de la tasa de ganancia ca-pitalista).

De hecho, estamos aquí por comple-to en situación biopolítica. Esto es lo que une al Marx del General Intellect con Lenín y con nosotros: es el hecho de ser todos actores, mujeres y hom-bres, de aquel mundo de la produc-ción que constituye la vida – de ser la carne del desarrollo. Es esta realidad del desarrollo capitalista, esta su nue-va carne, donde la potencia del saber se entremezcla inseparablemente con la de la producción, y la actividad científica – del modo más singular y armónica- a las pasiones: pues bien, este bios (o, mejor, esta realidad bio-política que caracteriza a la revolución industrial post ’68) es al que algunos autores y maestros (que se procla-maron comunistas cuando la noche

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el sujeto de la organización de una nueva vida.

4. ESPACIO Y TEMPORALIDAD.

Pero, “más allá de Lenín” no es sólo el reconocimiento de una nueva reali-dad y por consiguiente un renovado descubrimiento de la urgencia de la organización: debe ser también la determinación espacial y temporal de un proyecto de liberación. El cuerpo siempre está localizado y es en aquel tiempo. La producción de subjetivi-dad- para devenir eficaz- requiere de determinaciones espaciales y tempo-rales. Para la Rusia que es un lugar y un tiempo, hay por Lenín una de-terminación absoluta- ¡aquí y ahora, o nunca más! ¿Cuáles son los espacios y tiempos de la organización subver-siva y de la revolución posible para un proletariado inmaterial, en éxodo y autónomo?

Surgen muchas dificultades para re-conocer la dimensión espacial de un nuevo proyecto leninista. Nosotros vivimos en el Imperio y sabemos que cualquier iniciativa revolucionaria que se mueva en espacios limitados (aunque sean puros Estados- nación de grandes dimensiones), no podrá tener continuidad. ¡Por supuesto que es evidente que hoy día el único Pala-cio de Invierno reconocible es la Casa Blanca! Difícil de atacar, no sé cómo decirlo... Además, a medida que se refuerza el poder imperial, su repre-sentación política deviene compleja e integrada en el ámbito mundial. Aun-que tiene su ápice en USA, el Imperio no es americano – es el Imperio del capital colectivo. Por otra parte: reco-nozcamos que no hay espacio para el partido si no es Internacional, lo cual es una obviedad, sin nada inesencial. De hecho, no es tan decisiva para la renovación del leninismo, la reafirma-ción teórica de un punto sobre el cual deba asentarse la leva para multiplicar la fuerza de la subversión. Lo que in-teresa, en “Lenín más allá de Lenín”, es identificar prácticamente aquel punto débil de la cadena imperial

tanta militancia y experimentación como sobre este punto. Es verdad que ahora está claro que el disposi-tivo leninista de intervención sobre un punto débil en un momento críti-co, determinado objetivamente, es totalmente ineficaz. Está claro que sólo donde el partido de la fuerza de trabajo inmaterial presente una ener-gía más alta que la de la explotación capitalista, sólo allí será posible un proyecto de liberación. La decisión anticapitalista deviene eficaz sólo allí donde la subjetividad es más fuerte, donde ella pueda construir la “guerra civil” contra el Imperio.

5. DICTADURA SIN SOBERANÍA, O SEA LA “DEMOCRACIA ABSOLUTA”.

Debemos admitir en este punto que el razonamiento no es tan demostrativo como pretendía, al principio, nuestra apelación socrática. Es cierto que, para reafirmar la figura del partido leninista (que defiende el poder y constituye libertad en una decisión intempestiva y absoluta) hemos fijado alguna premisa importante (el mani-festarse del General Intellect y la posi-bilidad de darle cuerpo; la centralidad tendencial del trabajo inmaterial, el éxodo y el nomadismo, la autonomía y la autovalorización que se agitan en este contexto; en fin, las contradic-ciones que señalan la relación entre la globalización y el entrelazamiento de sus dispositivos internos, resis-tencia y subversión)- pero, finalmente debemos reconocer que no hemos arribado a ninguna conclusión. Si no llenamos este cuadro de contenidos, de determinaciones y de potencias singulares, confiar en el kairos pue-de ser no esencial. Esta apelación al kairos puede tal vez dar forma a la producción de subjetividad, pero está terriblemente expuesto a la tautología cuando no propone palabras y con-tenidos subversivos... Debemos dar contenido al kairos del General Inte-llect, y alimentar al cuerpo del General Intellect revolucionario. ¿Qué es hoy una decisión revolucionaria? ¿Qué contenidos la caracterizan?

donde sea posible forzar la realidad. Ahora, este no es un “punto débil”- no lo será más: será más bien aquel don-de sea más fuerte la resistencia, la in-surrección, la hegemonía del General Intellect, en resumen, el poder cons-tituyente del nuevo proletariado. En la base del dispositivo revolucionario de producción de subjetividad está por lo tanto, formalmente, lo Internacional: concretamente, políticamente, mate-rialmente, no hay un espacio sino un lugar, no un horizonte sino un punto: aquel donde el evento es posible.

El tema del espacio para el partido está, por consiguiente, subordinado a un kairos específico, a la potencia intempestiva de un evento- es la fle-cha que el General Intellect lanza para reconocerse como cuerpo.

El discurso a hacer sobre la tempo-ralidad del neo- partido leninista, en época de mundialización postfordista, es de algún modo análogo a cuanto ya se ha dicho. Como para el espacio, también para la temporalidad las de-terminaciones han caído. La historia económica y la historia política son siempre menos definibles de acuerdo con secuencias rítmicas; tanto más irreconocible es la regularidad cíclica de la historia económica o de los pe-ríodos creativos de lucha obrera, que también han caracterizado a un siglo, desde 1870 a 1970... ¿Qué tem-poralidad se le puede confiar hoy al partido leninista para controlar, usar, transformar? También aquí la indis-tinción es muy fuerte: como cuando razonábamos sobre espacialidad y lugares y veíamos a los Estados- na-ción devenir feudos del Imperio, y al Norte desarrollado y al Sur subdesa-rrollado ahora internalizados el uno en el otro y entrelazados en un mismo destino, así también es indistinguible la temporalidad. Sólo un kairos espe-cífico permitirá que el cuerpo del Ge-neral Intellect emerja.

¿Pero qué significa todo esto? No hay conclusiones teóricas a estas consi-deraciones. Nunca se ha requerido

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Para responder esta pregunta debe-mos dar un pequeño rodeo. Debemos recordar la limitación (que de por sí constituía un enorme salto adelante, más allá de la cultura manufacturera de la socialdemocracia rusa)- la limi-tación, por lo tanto, del punto de vista leninista. Su decisión revolucionaria, volviéndose poder constituyente, ocultaba interiormente un modelo de industria- el occidental, el americano concretamente. El desarrollo indus-trial moderno es el esqueleto en el armario de la teoría bolchevique de la revolución. El modelo de administra-ción revolucionaria, es decir la obra de los constituyentes rusos, fue de-terminada por aquel presupuesto. Y, en el largo plazo, pervertida por él.

Hoy la situación ha cambiado radi-calmente. Ya no hay una clase obrera que llora sobre la falta de un proyecto de gestión de la industria y la socie-dad, gestión dirigida o bien a través del Estado. Y aunque este proyecto fuese reactualizado, ya no podría ser hegemónico sobre el proletariado y/ o sobre la intelectualidad de masas; no podría atacar a un poder capitalista

homogéneo en el consumo- decimos rápidamente que aquella dictadura que deseamos, y que creemos cons-tituye el tesoro de un Lenín redescu-bierto, puede también ser llamada “democracia absoluta”. Spinoza lla-maba así a aquella forma de gobierno que la multitud ejercía sobre sí mis-ma. Necesitó mucho coraje Spinoza para agregar el adjetivo “absoluta” a una de las formas equivalentes de gobierno que la teoría antigua había transmitido: monarquía contra tira-nía, aristocracia contra oligarquía, democracia contra anarquía. La “de-mocracia absoluta” de Spinoza no tiene nada que ver con la teoría de las formas de gobierno. De acuerdo con esta última, aquella podía ser, y era, cubierta de epítetos negativos. “De-mocracia absoluta” es, en cambio, un término particularmente adecuado para la invención de una nueva forma de libertad, mejor, para la producción de un pueblo a- llegar.

Pero tal vez la razón fundamental que se sostiene en esta propuesta de “de-mocracia absoluta” es constatar que de este nombre se halla excluida (por la fuerza de las cosas, del espacio y de la temporalidad de la posmoderni-dad) toda contaminación del concep-to moderno de soberanía. Debemos- y podemos, si tomamos la valencia biopolítica- llevar a Lenín fuera del universo moderno (del modelo in-dustrial soberano) en el cual vivió: podemos traducir su decisión revolu-cionaria en una nueva producción de subjetividad, comunista y autónoma, de la multitud postmoderna.

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que se ha desplazado a otros niveles (financieros, burocráticos, comunica-tivos...) de comando.

Hoy, ahora, la decisión revoluciona-ria debe basarse sobre otro esque-ma constituyente: que no colocará como preliminar un eje industrial y/ o de desarrollo económico sino, a través de aquella multitud en la cual se configura la intelectualidad de ma-sas, propondrá el programa de una ciudad liberada en la cual la industria se someta a las urgencias de la vida, la sociedad a la ciencia, el trabajo a la multitud. La decisión constituyen-te, aquí, deviene democracia de una multitud.

Así arribamos a las conclusiones de esta intervención. Es muy grande la radicalidad que aquí se le requiere al partido para las transformaciones del movimiento en el ejercicio del poder constituyente. El poder constituyente anticipa siempre al derecho, por lo tanto es siempre dictadura (pero hay dictaduras y dictaduras. La fascista no es igual a la comunista, aunque nosotros no preferíamos la segun-da a la primera). El hecho es que las decisiones políticas son siempre producciones de subjetividad, y la subjetividad es producto de cuerpos concretos, de masas y/ o multitudes de cuerpos- por lo que toda subjetivi-dad es distinta de las otras.

Hoy, la que interesa es la subjetividad del cuerpo del General Intellect. Para transformar al mundo que lo rodea, debe usar la fuerza- una fuerza que será ordenada por la potencia cons-tituyente. Naturalmente, también este ejercicio de potencia constituyente podrá tener resultados positivos o negativos. No hay ninguna medida para decidir preventivamente el crite-rio de aquello que crea la multitud. Y más aún, para que las cosas queden claras y no se nos acuse de trabajar para una dictadura indiscriminada, cubierta de palabras hipócritas y hoy más peligrosa que nunca, porque se esconde en la vulgaridad de un social

Traducción: Eduardo SadierBuenos Aires, ArgentinaMayo 2002

Este artículo fue publicado en el número de mayo 2002 de la revista POSSE. El mismo se corresponde con la interven-ción de Toni Negri en la Conferencia In-ternacional sobre Lenin que tuvo lugar en Essen (Alemania) del 2 al 4 de febrero de 2001, organizada por Slavoj Zizek.

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La obra de Antonio Gramsci es una de las contribuciones más im-portantes en el siglo XX de los as-pectos subjetivos del pensamiento marxista; en términos clásicos en redimensionar y elaborar una comprensión más acabada de los caracteres superestructurales de la dominación de clase.

Gramsci comprende que el poder de dominación responde a la con-ducción de las esferas culturales de la sociedad, que entiende bajo el concepto de hegemonía. El poder de dominación de una clase o gru-po social no solo deriva en el con-trol de los medios de producción, sino también en el manejo y mani-pulación las esferas del saber, tan-to un sus ámbitos teóricos y prác-ticos. Así por ejemplo los sistemas educacionales, los planteamientos científicos y tecnológicos, como también las discusiones filosóficas existentes.

En esta medida el desarrollo del conocimiento es una manifestación ideológica del poder existente, o que todo saber es implícitamente político. Para Gramsci una de las preocupaciones más relevantes es lograr establecer una crítica a las concepciones positivistas que intentan hacer aparecer el cono-cimiento como un ente objetivo y autónomo de las estructuras de poder.

Por otra parte el saber al ser ideo-logía se relaciona directamente con las formas de organización y de producción del mismo, en este

Nacimiento de la Biopolítica”- nos comenta que si bien el marxismo y en los países que lo siguieron hubo un intento por generar una nueva teoría de Estado, en ellos no existió una teoría de gobierno diferente al Estado liberal, ni un planteamiento que los reestructurase; es decir en las modificación de la racionalidad interna en los mecanismos de go-bierno y administración. Los cuales como tecnologías de poder con-llevan un entendimiento acerca de cómo operar la realidad social.

Bajo la critica de Foucault, es donde puede verse la importancia del concepto de hegemonía desar-rolla por Gramsci. Si bien paraGramsci el concepto de hegemoníagravitaba en el carácter de domi-nación cultural principalmente de los grupos sociales; sin embargo,paralelo a ello, el correlato político-practico estriba en la búsqueda de generar una teoría que logre rediseñarse una nueva forma de gobierno, que no sea el legado del Estado tradicional y el saber que en ellas se imponen.

En este sentido crea una coheren-cia entre al cambio en la produc-ción de saber cultural, las bases materiales que lo sustentan y la propia operatividad del Estado. La dimensión del saber no solo implicaun cambio de las conciencias colectivas y de los regimenes de producción material, sino también de que manera el accionar de los regimenes de gobierno y sus me-canismos. En términos concretos,

aspecto las dimensiones institucio-nales y las prácticas que se llevan a cabo inciden en su configuración.

Ahora bien, para que la estructura-ción del saber logre cristalizarse en hegemonía los leguajes intelectua-les deben traspasarse al ambiente social de la época histórica, que el autor identifica con la capacidad de este logre traducirse al sentido común, es decir que sean visiones colectivas de la verdad. El dominio del conocimiento adquiere efectivi-dad real y práctica en la medida en que esta logre convertirse en una cosmovisión social de la realidad o en el grado de consciencia que se genera en los grupos sociales res-pecto de ella.

Sin embargo, como planeta Grams-ci, los grados de conciencia, pue-den ser contradictorios con el obrar material de las clases sociales. De allí el concepto de enajenación pasa a ser entendido como el des-doblamiento entre los estados de conciencia de la realidad y el co-nocimiento que se enuncia acerca de ella. En esta dirección el poder hegemónico es el sostén y funda-mento de los discursos de verdad. Con ello la lucha contra la enajena-ción requiere romper con las bases epistemológicas y los medios en que ella se desarrolla.

A PARTIR DEL CONCEPTO DE HEGEMONÍA

Michel Foucault en el curso dicta-do en Collège de France en el año 1979,- conocido como el libro “El

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como conseguir mecanismos enque las acciones de gobierno no im-pliquen un extracción de los benefi-cios sociales o que sean medios de control poblacional; como puedenser las tradicionales políticas pu-blicas o las antiguas acciones de redistribución en las econo-mías centralizadas del siglo XX.

cultura se estrecha más perdién-dose la necesidad de los lazos so-ciales y comunitarios. De allí que la propuesta de Gramsci sea una con-tribución relevante para los tiempos actuales, sin perder de vista las posibilidades practicas de acción sobre la realidad social.

Con el devenir del sistema neoliberaly la consecuente agudización en las tecnologías de gobierno sobrelos cuerpos sociales, en que se hace posible la construcción de plataformas de dominación más especificas a nivel conductal, pareciere que el círculo de la

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Isaac Deutscher, intelectual polaco y gran biógrafo de la vieja guardia de

la Revolución Rusa, dedica su obra maestra a Trotsky, tratando su vida en tres partes: El profeta Armado, El profeta Desarmado y El profeta Des-terrado. Los nombres se inspiran en una frase de Maquiavelo que dice: “Por eso los profetas armados tuvie-ron aciertos, y se desgraciaron cuan-do fueron desarmados”. Retomo la biografía, no sólo por que se trate de una obra maestra en el género, sino porque creo que es importante a la hora de tratar al personaje, aún desde una mirada actual:En primer lugar, porque las divisiones -desde su infancia y juventud revo-lucionaria a los primeros años en la cabeza de la URSS; de su pérdida de influencia y la muerte de Lenin a su destierro; de sus años de exilio hasta su asesinato en México- nos permi-ten también distinguir a tres Trotsky. Si bien no podríamos hablar en él de una ruptura epistemológica, si hay una ruptura en el enfoque crítico: se trata de un primer Trotsky, fiel a una ética revolucionaria “pura” más que militante, seguido por un hombre fiel como nadie a un proyecto (el esta-do soviético). Finalmente, el profeta desarmado, desterrado, abocado a la defensa de su vida revolucionaria y el ideal bolchevique perdido entre la estructura burocrática Estalinista. En segundo lugar, porque Deutscher da en su obra vida a la tragedia del revolucionario (tragedia que veremos también en Latinoamérica), donde el destino, cual castigo de los dioses, es el costo de la libertad que el per-sonaje asume con la obstinación del héroe; no como aquel que mira en su vida pasada un engaño del destino, mas el desafío al futuro que es la op-ción revolucionaria.

a la colectivización y la intervención de la situación general de clases, eli-minando las relaciones feudales del campo, entre otras cosas. De este punto se desprenden varias observa-ciones críticas que sin embargo las burocracias revolucionarias ignora-ron a la hora de proclamar el socia-lismo en un solo país. Se trata de que la interdependencia entre los países impide rotundamente la posibilidad del socialismo en un solo país, al ser imposible para los países subdesa-rrollados en revolución alcanzar un nivel adecuado de competencia con los países capitalistas industrializa-dos. Por otra parte, las relaciones económicas internacionales no sólo son de dominación por parte de los países imperialistas, mas de inter-dependencia, si bien a distintos gra-dos, innegable, llevándonos a que el socialismo sólo es posible a escala internacional. El aislamiento consi-guiente a la situación contraria es la causa del desabastecimiento que ha servido al pensamiento burgués de “prueba empírica del fracaso de la teoría socialista”, y que en esta cita Trotsky ilustra: “El país no sale de la penuria de mercancías, el avitualla-miento se interrumpe a cada instan-te, los niños carecen de leche y los oráculos oficiales proclaman que ‘el país ha entrado en el periodo socia-lista’. ¿Es posible comprometer más torpemente al socialismo?”

Acá nos enfrentamos a otro proble-ma, el de la burocracia; una de las principales áreas de interés de Trots-ky en su último periodo. Distinguible en todas las experiencias socialistas de estado ha sido una capa dirigente con funciones generales de planifica-ción pero sin un rol en la producción. Este grupo de dirigentes, que Trots-

Se hace hoy importante una lectura de Trotsky cuando se quiere entender la historia de los países socialistas, en sus ciclos económicos y en los fenómenos burocráticos así como a la hora de las consideraciones estra-tégicas y tácticas a tomar sobre las interrelaciones económicas inter-nacionales para un nuevo proyecto revolucionario. Sin ser tratado acá, es imprescindible también no igno-rar su vasto interés revolucionario: la comprensión de que Revolución integra todos los aspectos de la vida y la cultura. No se puede sin embargo aplicar dogmáticamente el pensamiento de Trotsky a la realidad contemporánea, puesto que esta es sin duda distinta a la de la época del imperialismo y el subdesarrollo desenfrenado. El marxismo ya no puede ser planteado de una mane-ra tan disciplinaria y trascendental como lo fue para la URSS con sus estructuras ultra-centralizadas. El tra-bajo es, por ende, principalmente de reinterpretación.

Es imposible hablar de Trotsky y no hablar de revolución permanente. Re-negada y condenada por largo tiempo entre los voceros ad-hoc del marxis-mo clásico, es indispensable para entender tanto el desarrollo como la decadencia de las experiencias revo-lucionarias en siglo XX. En un primer lugar porque ocurridas sin excepción en países sub-desarrollados o devas-tados por las guerras, fueron obliga-dos a asumir un programa mínimo y un programa máximo a la vez, es decir, por ejemplo, una acelerada in-dustrialización –lo que daba también la razón a Trotsky en que esta podía ser llevada por el gobierno revolucio-nario sin la necesidad de un previo desarrollo burgués- paralelamente

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ky estudia en el caso soviético eva-luándolo en alrededor 6 millones de personas, se ha distinguido además por poseer una serie de privilegios (más allá del privilegio mismo de no poseer tareas productivas). Sus po-deres han sido de un absoluto control político, llevando la idea de la dicta-dura del proletariado a la práctica en una dictadura burocrática, con una relación jerárquica en la que el rol de los obreros ha sido reducido exclusi-vamente a la tarea de trabajar por una promesa de libertad a la que parecen estar condenados (un poco como el perseverante caballo de La granja de los animales, de Orwell). En resu-midas cuentas, con una relación de explotación mantenida. Tal vez, una vieja profecía de un joven Trotsky de infranqueable ética revolucionaria, reflejable en el ímpetu de Rosa de Luxemburgo, es la que la historia ha hecho valer ante el poder de la bu-rocracia: “La organización partidaria sustituirá al partido; luego el comité sustituirá a la organización y, por ul-timo, un único “dictador” sustituirá al comité”. La idea del dictador, sin embargo, es la que se impone en esta cita. Y es que este grupo de burócra-tas no llegó jamás a consolidarse en el poder conformándose en clase al pender en última instancia exclusiva-mente del jerarca. Esta situación es mantenida por la abolición de la pro-piedad privada que impide a las ca-pas burocráticas una capacidad real de acumulación de la producción, lo que marcaría su consolidación como clase dominante. Dicha dependen-cia ha sido recientemente vista, por ejemplo, con la remoción de Carlos Lage y Felipe Pérez Roque, figuras del poder cubano que hasta entonces parecían amovibles.

oprimidos (talvez hoy fuera de la no-ción de estado). Por otra parte, que este proyecto no puede ser menos que internacional.

Quiero terminar este artículo con unas palabras del testamento de Trotsky, escritas meses antes de ser asesinado en su casa de Coyoacán, México, a manos del estalinismo. El decálogo del revolucionario:

“Fui revolucionario durante mis cua-renta y tres años de vida consciente y durante cuarenta y dos luche bajos las banderas del marxismo. Si tuviera que comenzar todo de nuevo trataría, por supuesto de evitar tal o cual error, pero en lo fundamental mi vida sería la misma. Moriré siendo un revolu-cionario proletario, un marxista, un materialista dialéctico y, en conse-cuencia, un ateo irreconciliable. Mi fe en el futuro comunista de la humani-dad no es hoy menos ardiente, aun-que sí más firme, que en mi juventud.

Natasha se acerca a la ventana y la abre desde el patio para que entre más aire en mi habitación. Puedo ver la brillante franja de césped verde que se extiende tras el muro, arriba el cie-lo claro y azul, y el sol brilla en todas partes. La vida es hermosa. Que las futuras generaciones la libren de todo mal, opresión y violencia y la disfru-ten plenamente.”

Talvez todo esto, un popurrí de lo más imprescindible en Trotsky, nos ayude a forjar un sentido concreto de las consideraciones políticas para una conciencia anticapitalista hoy. Trotsky vió gran parte de su ímpetu ético revolucionario absorbido por la revolución Rusa: esto no en un senti-do negativo, mas abandonando la fi-delidad a su propio impulso ético por la fidelidad al proyecto revolucionario del estado soviético. No hay que ol-vidar de que manera la represión de los marinos del Kronstad y la firma del tratado de Brest-Litovsk (paz “in-condicional” frente a Alemania en la 1º guerra mundial), le fueron grandes choques emocionales como ideoló-gicos, pero frente a los cuales cedió por un compromiso revolucionario que en algún momento sobrepasó la ética. Así por ejemplo, “la prohibición de las fracciones era, repitámoslo, concebida como una medida excep-cional llamada a caer en desuso con el primer mejoramiento serio de la situación. El Comité Central se mos-traba, por otra parte, extremadamen-te circunspecto en la aplicación de la nueva ley y sobre todo cuidadoso de no ahogar la vida interior del partido”.Sin duda se trata de un personaje absuelto por la historia. Por lo de-más, sus últimos años dedicados a la defensa de su legado frente a las calumnias estalinistas, fuera de ha-ber sido en lo teórico un desgaste de su potencial intelectual, nos ayudan más que nada en la tarea propuesta al principio de este párrafo. Esto es la defensa de la idea de que revolu-ción es mucho más que el partido y que, más aun, los trabajadores tienen el deber de defenderse de su estado, y llevar al verdadero gobierno de los

DOSSIER

Citas extraídas de:> La revolución Traicionada, León Trotsky, Editorial Ercilla, 1937> Historia de la revolución Rusa, León Trotsky, Quimantú 1972> Trotsky El profeta armado, El profeta desarmado y El profeta desterrado, Isaac Deutscher, Lom Ediciones, 2007

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EL PENSAMIENTO VIVO DE LEÓN TROTSKY

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RECABARRENEL PATRIOTISMO Y LA ORGANIZACIÓN SOCIAL

MIGUEL CARMONA

1. NOTAS BIOGRÁFICAS

Luis Emilio Recabarren, fue un obrerotipográfico (como gran parte de los personajes dirigentes obreros). Nace en 1876 en Valparaíso y muere en 1924. Por lo tanto, su obra debe situarse en el contexto de sus 48 años de vida: los ligeros avances del laicisismo y las liberta-des individuales, el fin de la República Liberal y el gobierno de Balmaceda (contra el cual él se opuso), el crecimiento del Partido Demó-crata (al cual estuvo afiliado) y la Repúlica Parlamentaria. Ya en un segundo perio-do de su vida se deben considerar tam-bién la revolución rusa en 1917, la vic-toria de Alessandri y la llegada de los militares en 1924, año en que decide sui-cidarse. Dentro de este periodo Recabarren es sin duda una de las más grandes figurasdel movimiento obrero, creador del Par-tido Obrero Socialista, que luego de su IV Congreso pasa a ser el Partido Comu-nista, su participación en el primer con-greso de la Federación Obrera de Chile y su participación en una gran cantidad de publicaciones de la prensa obrera.

En este trabajo resaltaremos el pensamiento de Recabarren en torno a tres ejes: el internacionalismo, la organi-zación social y la organización política.

OSSIERDOSSIER

AL INTENTAR RECUPERAR EL PENSAMIENTO DE UN CIERTO AUTOR NOS EN-CONTRAMOS FRENTE A VARIOS PROBLEMAS. EL PENSAMIENTO ESTÁ EN PERMANENTE EVOLUCIÓN, SE CONTRADICE, SE AC-TUALIZA, SE RETRACTA Y/U OTROS. POR OTRO LADO (Y POR LO TANTO), TAM-BIÉN NOS ENCONTRAMOS EN QUE ESTE “RESCATE” A UN CIERTO AUTOR TOMA SOLAMENTE PARTE DE SU OBRA. FINALMENTE, JUE-GA EN CONTRA LA INFINITA POSIBILIDAD DE INTERPRE-TACIÓN, UNA INTERPRETA-CIÓN SIEMPRE INACABADA, EN UN MISMO ELEMENTO DEL PENSAMIENTO.

SIN EMBARGO, LA TAREA ES POSIBLE, TOMANDO EN CUENTA LAS DIFICULTADES MENCIONADAS.

2. RECABARREN INTERNACIONALISTA

Probablemente un aspecto en el cual Recabarren nunca cambió de opinión fue en su posición res-pecto al patriotismo. Es un tema abarcado en gran parte de sus artículos de prensa y en algunas de sus grandes obras como El Socialismo y Ricos y Pobres a través de un siglo de vida repu-blicana – sobre todo este último, donde exclama: “¡Yo mismo en torno mío…, miro en torno a la gente de mi clase…, miro el pasado a través de mis treinta y cuatro años y no encuentro en toda mi vida una circunstan-cia que me convenza de que he tenido patria, y que he tenido li-bertad!”. La apuesta netamente internacionalista y antinacionalis-ta, destaca por su rareza en una epóca (el centenario de la Inde-pendencia) donde el patriotismo reinaba y muestra una diferencia respecto a sus sucesores del PC, comunistas no militantes y luchadores sociales que hicieron mayor hincapié en el patriotismo, claro que en un contexto de gue-rra fría y las luchas coloniales.

3. RECABARREN Y LA ORGANIZACIÓN SOCIAL

Por otro lado, otro aspecto importan-te en el pensamiento de Recabarren es su trabajo por fortalecer los gre-mios, mancomunales, cooperativas y sindicatos. Si bien Recabarren pro-pugna la lucha por un mejor salario y una mejor jornada de trabajo, su esperanza (que llega prácticamente a ser ciega y un tanto inocente) en las cooperativas y mancomunales tienen la mayor importancia: según el las mancomunales y las cooperativas, a través de su propia producción y propiedad terminarán reemplazando a la industria capitalista privada de manera progresiva, instaurando un régimen económico basado en la unión de todas estas instituciones. Es decir, el pensamiento de Recaba-rren deposita su confianza en las or-ganizaciones obreras en obras como Lo que da el gremialismo y El Socia-lismo, no tanto como para hacer más soportable el sistema capitalista sino como alternativa al sistema a través de la autogestión y una “auto- edu-cación”, así como el control de los medios de información, que permiti-rán finalmente acabar con el sistema capitalista y sus injusticias.

4. RECABARREN REVOLUCIONARIO

Es quizá este último aspecto el menos constante en el pensa-miento de Recabarren. Si bien en un primer periodo, antes de la revolución rusa, éste afirma que siempre que sea posible el paso al socialismo debe ser pacífico, apoyando en conse-cuencia la lucha electoral, luego de la revolución rusa (y testi-go de ello son mayoritariamente sus artículos de prensa entre 1918 y 1924) admite definitivamente la imposibilidad de un nuevo régimen social dentro de la república democrática bur-guesa: “Las condiciones de organización del estado burgués, no podrán producir jamás el bienestar social del pueblo. Es inútil esperar de una mala organización un buen producto”. Está claro para Recabarren, pues, la necesidad de romper las viejas instituciones que han de ser reemplazadas.

Es en estos tres puntos que consideramos importante lo que representa el pensamiento de Recabarren hoy en día, al cual se le debe sumar su trabajo práctico, su trabajo por la prensa obrera, la creación del PC y su participación en la FOCH. Representa el no caer en el patriotismo o en el nacionalismo, el reconocimiento de que la lucha por un nuevo mundo es global. Representa el no caer en las viejas estructuras del capitalismo (en un artículo del diario obrero El Socialista, dice Recabarren: “Cuando la acción socialista y obrera ha empezado a ser una amenaza para los ricos, inventaron UN CALMANTE llamado DEMOCRACIA con el cual ENTRETIENE a los obreros que no saben distinguir bien las cosas”), el construir nuevas alternativas basadas en la autogestión, es decir, en nuevas formas de organización social. Algo definiti-vamente necesario hoy. Una lucha que se mantiene hasta el momento actual.

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Walter Benjamin hace parte de una tradición heterodoxa y única dentro del marxismo. Su análisis, suma-mente intelectual y elaborado, es hoy indispensable para la acción an-ticapitalista y el planteamiento teóri-co de un marxismo libertario. Inten-taré por consiguiente, luego de un breve esbozo biográfico y contex-tual del personaje, exponer algunos de los elementos fundamentales de su particular pensamiento marxis-ta y mesiánico con su respectivo desarrollo argumentativo, tratando a su vez la importancia que hoy le otorga el contexto del pensamiento anticapitalista.

proyecto de un misticismo judío marxista. Estos textos, representa-dos principalmente por Para un cri-tica de la violencia y Las tesis de la historia, no están tampoco exentos de un contexto de auge del fascis-mo, en el que la obra de Benjamin se detiene inevitablemente apuntan-do al planteamiento de las formas a adoptar de un quehacer antifascis-ta y revolucionario. He ahí la fácil adaptación de su pensamiento a nuestro contexto anticapitalista, una afinidad que pasa por la oposición, no a la xenofobia o al genocidio, pero al control total de la vida al que apuntaba, desde distintas perspecti-vas, el totalitarismo nazi como hoy nuestra sociedad de control.

“Necesitamos de la historia, pero de otra manera de como la necesita el ocioso exquisito en los jardines del saber.”

Nietzsche, Beneficios y perjuicios de la historia para la vida.(1)

Si partimos por la idea de historia en Benjamin, para terminar luego en la de redención, hay que comenzar desligándose de toda posible inter-pretación positivista de esta. Es de-cir, la idea según la cual la historia sucede en un desarrollo lineal hacia el progreso. Frente al fascismo en auge, Benjamin plantea el fracaso

Benjamin, nacido en 1892 y muer-to en 1940, crece en medio de una burguesía de judíos alemanes asi-milados y termina incapaz de esca-par de su origen, suicidándose en la frontera de Francia con España luego de que el tren en el que pre-tendía escapar fuera detenido por las tropas fascistas. De sus 49 años de vida, 16 estuvieron abocados a una exploración intelectual de la teoría socialista. Lo suficiente como para ser un infaltable y curiosísimo ejemplar del pensamiento marxista. Su obra es amplia en cuanto a los temas de interés. Las más famosas son sin embargo las escritas en su

UN QUEHACER REVOLUCIONARIO PARA LA REDENCIÓN MESIÁNICA

NICOLÁS SLACHEVSKY

de esta visión con la entonces usual pregunta de “cómo es posible que cosas así sucedan en el siglo XX”. Sin ocupar el concepto de ideología (que si desarrollaran la escuela de Frankfurt), se plantea desde ya el “peligro” de esta concepción de la historia como una falsa concien-cia que mantiene la dominación de clase. Variadas son las formas en las que se manifiesta esta función ideológica de las concepciones po-sitivistas. Así, hay implícita en ella una glorificación del trabajo según la cual este seria “el Mesías de los tiempos modernos” idea largamente desarrollada por las social democra-cias, propias de un marxismo vulgar y que Benjamin objeta con el mis-mo Marx, quien dijera que “quien es solo dueño de su trabajo, es necesa-riamente esclavo de otros hombres que se yerguen como propietarios”. Es a través esta misma concepción redentora del trabajo que se lleva a la idea del progreso “puro” (en un sentido económico y técnico, para nada social) expresado también en la pulsión indiscriminada a la explotación de la naturaleza. Ben-jamin se aproxima inteligentemente a este punto, hoy tan en boga, de-nunciando como la idea positivista de la explotación de la naturaleza es ingenuamente puesta en oposición a la de explotación del trabajo, como un progreso irrefutable y pertene-

“Se sabe que a los judíos les es-taba prohibido investigar el futuro. La Thorá y la plegaria los instruyen, en cambio, en la rememoración. (…). A pesar de esto, el futuro no se convirtió para los judíos en un tiempo homogéneo y vacío. Porque en él cada segundo era la peque-ña puerta por la que podía pasar el Mesías.”

Walter Benjamin, Tesis de la historia

Benjamin, sin embargo, se plantea como un historiador materialista, y sienta sus propias bases para una función transformadora de la histo-ria. Esta parte de la afirmación de un dejo nostálgico sobre todo pasado, sumado a una nula envidia de todo presente con respecto a su destino, a lo que el filósofo atribuye una li-gera fuerza mesiánica (o redentora) compartida por la generación pre-sente como por las pasadas. Criti-cando la concepción social demó-crata que fija el proletariado como la clase redentora del “futuro” –idea con la que dicha clase es aneste-siada, “nutriéndose de la imagen de los antepasados esclavizados y no del ideal de los descendientes liberados”(1)-, Benjamin lleva la propuesta de una historia concen-trada en su presente, “De lo que se trata para el materialismo histórico es de atrapar una imagen del pa-sado tal como ésta se le enfoca de

ciente a todo hombre, y aclarando como “a la idea corrompida del tra-bajo le corresponde esta idea com-plementaria de una naturaleza que, como dice Dietzgen, “está gratis ahí””(1), llevándonos a la relación ineludible entre el capitalismo y di-cho fenómeno. Para el filósofo, más bien, el progreso es identificado a la destrucción, la victoria del opresor, que es glorificada por la historia lineal. Esta última se suma al cor-tejo triunfal en el que marchan los “vencedores”, opresores, de ayer y hoy, sobre los cuerpos de los que gimen en la tierra. “El botín, según la usanza, es llevado en el cortejo. Es lo que llamamos los bienes cultura-les (…), no hay testimonio de cul-tura que no sea al mismo tiempo un testimonio de barbarie”(1). Toda la crítica de Benjamin a la concepción positivista de la historia es coronada por la famosa tesis nº 9, donde se nos describe un cuadro de Klee (el Angelus Novas) en el que un ángel suspendido en el aire con la mirada vuelta hacia atrás, pareciera repre-sentar la historia que observa tras de si el pasado como un cúmulo de ruinas, y queriendo devolverse para rehacer lo desecho, es impedido por una tormenta que lo empuja irreme-diablemente hacia el adelante al cual el ángel está dando la espalda. Ben-jamin concluye, “esa tormenta es lo que llamamos progreso”(1).

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repente al sujeto histórico en el ins-tante del peligro. El peligro amenaza tanto a la permanencia de la tradición como a los receptores de la misma. Para ambos es uno y el mismo: el peligro de entregarse como instru-mentos de la clase dominante.”(1). Así, la historia propuesta deviene el tiempo lleno de “Hoy en día”, y el enfoque del historiador materialista es puesto al servicio del oprimido, encarnado en el hecho histórico, el personaje o la obra misma que trata, la fuerza mesiánica de toda su ge-neración: la posibilidad de liberación de aquel momento, que es el legado para el oprimido hoy.

Es en sus perspectivas de la libera-ción que el misticismo judío de Wal-ter Benjamin más aflora, y la labor del historiador materialista es con-cebida no solo como una chispa de rebelión en el traspaso de la fuerza mesiánica de ayer a hoy, pero como una tarea también mesiánica ante la certidumbre de que “si el enemigo gana, ni los muertos estarán segu-ros”(1): el historiador materialista, por lo tanto, escribe desde los opri-midos; rescata a los muertos desde la historia, arrancándolos de la tra-dición burguesa y entregándolos al legado del oprimido. Se trata de dar la vida eterna que solo da el Mesías y que aflora el día de la redención.

Teniendo, tristemente, que dejar los planteamientos de Benjamin so-bre el arte para otra ocasión (ver La obra de arte en la época de su reproductibilidad técnica), nos adentramos por ultimo en sus con-cepciones sobre la violencia, uno de los puntos más fuertes tal vez en su pensamiento mesiánico

Enmarcando cualquier discurso sobre la violencia en relación al derecho y la justicia, Benjamin se excluye de toda concepción positiva del derecho (medio justifica el fin, criterio de la legalidad) o natural (fin

justifica el medio, criterio del fin). En términos absolutos, la violencia se encuentra en el área de los medios, y es usualmente distinguida la idea de una violencia “legitima”, opuesta a una violencia “ilegitima”. Así, vien-do la violencia en manos de la per-sona aislada como un peligro para el ordenamiento jurídico, el derecho se reserva el monopolio de la violen-cia “legitima”, condenando el acto violento no por su fin, sino por su misma existencia fuera del derecho, lo que supondría un peligro para el derecho mismo. Esta es la negación de todo fin natural, evidenciando la oposición del interés del derecho y la libertad de la persona aislada, lo que, entendiendo la relación intrín-seca entre derecho y violencia, nos es evidenciado por la afirmación de que “desde el punto de vista de la violencia, que es la única que pue-de garantizar el derecho, no existe igualdad, sino –en la mejor de las hipótesis- poderes igualmente gran-des.”(2). Acá, con la intención de aclarar la relación derecho-violencia y su contradicción con los fines na-turales, Benjamin, se detiene en una serie de interesantes casos, entre los cuales el delincuente, la pena de muerte, y la cuestión de la huelga obrera. En dicha instancia, un dere-cho a la violencia es concebido a los obreros, no necesariamente por que el no-ejercicio de una función impli-que violencia, pero por que el poder de ese acto legalizado, si es gene-ralizado, es decir en el caso de una huelga general revolucionaria, es necesariamente hostil al orden jurí-dico establecido, demostrando que “a pesar de que a primera vista pue-da parecernos paradójico, es posi-ble definir en ciertas condiciones como violencia incluso una actitud asumida en ejercicio de un derecho. Y precisamente esa actitud, cuando es activa, podrá ser llamada violen-cia en la medida en que ejerce un derecho que posee para subvertir el

ordenamiento jurídico en virtud del cual tal derecho le ha sido conferi-do”(2). Es ahí cuando el derecho, alega una mala interpretación de la legalidad, recurriendo a “medidas extraordinaria”, y demostrando su monopolio de la violencia.

Dos son las posibles funciones de la violencia en su relación con el derecho. La de conservación del derecho tal como la hemos asumido con lo del monopolio de la legitimi-dad, y la fundación de derecho, que es claramente reconocida en casos de guerra o de subversión del orden jurídico, y “la función de la violencia en la creación jurídica es, en efecto, doble en el sentido de que la crea-ción jurídica, si bien persigue lo que es instaurado como derecho, como fin, con la violencia como medio, sin embargo -en el acto de fundar como derecho el fin perseguido- no depo-ne en modo alguno la violencia, sino que sólo ahora hace de ella en senti-do estricto, es decir inmediatamen-te, violencia creadora de derecho, en cuanto instaura como derecho, con el nombre de poder, no ya un fin inmune e independiente de la vio-lencia, sino íntima y necesariamente ligado a ésta”(2).

Así, Benjamin se plantea la inten-ción de buscar una relación con la violencia que escape de su función como medio, lo que a su vez permi-te iluminar el problema de la “des-alentadora experiencia de la final in-solubilidad de todos los problemas jurídicos (que quizás, en su falta de perspectivas puede compararse sólo con la imposibilidad de una clara decisión respecto a lo que es “justo” o “falso” en las lenguas en desarrollo). Porque lo cierto es que respecto a la legitimidad de los me-dios y a la justicia de los fines no de-cide jamás la razón, sino la violencia destinada sobre la primera y Dios sobre la segunda”(2). En cierta me-

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dida, dicha posibilidad esta presente en la idea de la violencia como mera manifestación (en la acción media-da por la cólera o la ira, por ejem-plo), y es donde Benjamin introduce la idea de violencia mítica, manifes-tación de la voluntad y el ser de los dioses, mas no medio de sus fines. Esta ultima, sin embargo, es igual e intrínseca a la violencia mediada del derecho, en tanto que “creación de derecho es creación de poder, y en tal medida un acto de inmediata ma-nifestación de violencia. Justicia es el principio de toda finalidad divina, poder, el principio de todo derecho mítico”(2).

Así es que llegamos finalmente a la propuesta Benjaminiana de la vio-lencia mesiánica, “Si la violencia mítica funda el derecho, la divina lo destruye; si aquélla establece li-mites y confines, esta destruye sin limites, si la violencia mítica culpa y castiga, la divina exculpa; si aqué-

lla es tonante, ésta es fulmínea; si aquélla es sangrienta, ésta es letal sin derramar sangre” (2). La violen-cia mítica exige sacrificios, la me-siánica los acepta. Es un momento de destrucción que acabando con todo vestigio de derecho, sin volun-tad de refundación, da lugar al ser del hombre libre; es donde radica su carácter mesiánico, la idea de una destrucción, una ejecución purifi-cante. La llegada del Mesías no es menos que la redención de la his-toria.

Quiero, para concluir el artículo, ade-más de llamar firmemente a la lectu-ra de Walter Benjamin para un ma-yor desarrollo de los planteamientos que he intentado exponer (empobre-ciendo considerablemente su desa-rrollo argumentativo y profundidad teórica), resumir brevemente los puntos más trascendentales para una adaptación anticapitalista del pensamiento benjaminiano:

1-Hay que plantear la necesidad de una crítica al pacifismo y al

ecologismo que no estudian crítica-mente la relación de la violencia y la explotación de la naturaleza con el desarrollo mismo del capitalismo. Es más aun, un verdadero análisis de peso al respecto nos llevaría ne-cesariamente, teniendo clara una fi-losofía de la historia y del derecho, a la necesidad de la destrucción total del sistema capitalista para la solu-ción de dichos problemas.

2-Benjamin lleva la naturaleza mesiánica, y por lo tanto la po-

sibilidad de redención, a un plano in-manente, intrínsico al cuerpo social del oprimido. Dicha fuerza mesiáni-ca, por lo tanto, carga en todo pre-sente como lo fue en todo pasado, llevando la posibilidad de redención mas allá de toda lógica del momento histórico dado por el sistema, a la explosión definitiva de las fuerzas mesiánicas de la Multitud.

3-La acción revolucionaria ra-dica para Walter Benjamin en

una reconstrucción total del ethos, de la forma de la vida, llevándolo al paradigma absoluto de la redención. Esto a través del trato dado a sus tesis en un misticismo secularizado, lo que apunta de lleno a la construc-ción de una nueva ética como en las perspectivas del acto de mismo de resistencia que se encarnan en esta.

4-La posibilidad misma del so-cialismo, finalmente, es pla-

teada para Benjamin en un plano inmanente, bajo la idea de un mo-mento de destrucción mesiánica que no crea derecho; punto inelu-dible hoy en día, cuando el capita-lismo en red otorga por primera vez la posibilidad del socialismo en red.

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“ANGELUS NOVUS” DE KLEE

TEXTOS DE W. BENJAMIN CITADOS(1) Tesis sobre la historia(2) Para una critica de la violencia

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