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LA AMENAZA FANTASMA UNA PARTIDA DE ROBROY EN LOS FOROS DE PLATAFORMAROL 1

Lam Cap. 1 Y 2

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LA AMENAZA FANTASMA UNA PARTIDA DE ROBROY EN LOS FOROS DE PLATAFORMAROL

1

Indice:• Prólogo … 3• Capítulos 1-X (Reparto) … 4

o Capítulo 1-A … 5o Capítulo 1-B … 23o Capítulo 1-C … 38o Capítulo 1-D … 52o Capítulo 1-E … 63o Capítulo 1-F … 74

• Capítulos 2-X (Reparto) … 77o Capítulo 2-A … 78o Capítulo 2-B … 106o Capítulo 2-C … 152o Capítulo 2-D … 181

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CAPITULOS 1-X

REPARTO:

ALUPH COMO LOTHRIEL(1B)ARTY COMO GELEKAR(1B)

KOOSHE33 COMO SIMON(1C)LOCRIS COMO BELEGAR(1C)

MANDRIGAL COMO GHÂN (1A)MILCIAS COMO ATHAN(1F)

NORENCHE COMO HARD(1D)RITTMANN COMO VALANDIL(1E)SHANDRIL COMO LIEDHEL(1D)THORONTIR COMO ERBILL(1C)

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PRÓLOGO: LA AMENAZA FANTASMA Año 3002 de la Tercera Edad

En algún lugar de Angmar...

Camthalion comenzaba a ponerse nervioso. Estaba sentado en un butacón exageradamente ornamentado acariciando y haciendo girar su bastón, inquieto. De vez en cuando levantaba la vista hacia el portalón que había al otro extremo de la habitación, pero seguía cerrado.

“Qué extraño” – pensó – “No suele llegar tarde”.

Ya no lo podía aguatar más y se levantó. Justo en ese momento se abrió la puerta y entró en la sala una figura encapuchada que avanzaba rápidamente hacia él. Camthalion se dejó caer en su asiento lanzando un suspiro de alivio.

El recién llegado se movía sin hacer prácticamente ruido pese a llevar varias armas y armadura. Camthalion, su mentor, observó orgulloso cómo se movía aprovechando las sombras, rápido pero sigiloso.

“Estoy seguro de que lo hará bien” – pensó.

La sombra se detuvo frente a él haciendo una ligera reverencia.

“Llegas tarde” – de su rostro desapareció todo gesto de orgullo, y ahora era serio, con una mirada que atravesaba el acero.

“Lo siento Señor. No volverá a ocurrir” “He apostado por ti para esta misión. Espero que no me defraudes. El Rey Brujo me ha pedido alguien de confianza y te he escogido a ti. No puedes fallar” “No lo haré” – respondió el encapuchado. “Bien, llévate los hombres que necesites. Tu misión consiste en...”

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1-A: SUEÑOS Y DUDAS

Ghân (Mandrigal)

TURNO 1

El shaman alcanzó la parte más alta de la colina y lo que presenció desde allí le llenó de gozo. Desde su posición podía ver casi la totalidad de su poblado. Era una hermosa vista y le gustaba subir para presenciarla: algunos jóvenes wose jugaban, sus madres guardaban y organizaban la recolección del día, varios adultos trabajaban haciendo vestidos de piel y cuero. Todos estaban ocupados y se les veía felices. ¿Podía existir algo más hermoso? Su rostro esbozó una sonrisa y se sintió lleno de satisfacción y orgullo por su pueblo.

Pero ocurrió algo. El suelo bajo sus pies vibraba. Al principio muy levemente pero cada vez iba a más.

Ghân: “¿Qué pasa? ¿Qué es esto?” - se preguntó.

Y entonces lo vio. Vio una veintena de jinetes que marchaba al galope hacia el poblado. No había ninguna duda: eran Rohirrim. Comenzaron a acelerar su ritmo y cargaron contra los wose. El shaman quiso gritar para advertirles del peligro, pero su grito quedó ahogado. No pudo hacer nada. Algo le impedía hablar, gritar e incluso moverse. Estaba paralizado. Los jinetes llegaron y comenzó la masacre. Los guerreros de Rohan no tuvieron ningún reparo para aniquilar también a mujeres y niños. Desde lo alto de la colina Ghân casi podía ver el rostro de satisfacción de los asesinos de su pueblo e incluso le pareció oir cómo se reían a carcajadas y se jactaban de su hazaña. Las lágrimas resbalaban por su rostro al tiempo que un sentimiento de ira crecía en su interior.

De repente ocurrió algo muy extraño. Se hizo de noche. En cuestión de segundos. Entonces, uno a uno, los jinetes de Rohan cayeron fulminados sin motivo aparente. Sus poderosas monturas, los Meara, también se desplomaron. Desde aquella colina sólo se veía muerte y destrucción. De pronto vio sorprendido como aparecía en el cielo un enorme ojo de fuego que le miraba fijamente. El shaman estaba aterrorizado pero seguía inmóvil.

El ojo desapareció justo cuando algo le tiró de su ropa. Ghân se giró y observó atónito que se trataba de una niña pequeña. De alguna manera sabía que era de Rohan. La niña le miraba directamente a los ojos, muy triste, y entonces habló:

Niña: “Por favor, ¿me ayudas?”

Entonces despertó. Era la cuarta vez en los últimos meses que había tenido esa horrible pesadilla. Pero en esta ocasión hubo algo diferente. Siempre despertaba cuando aparecía el gran ojo de fuego, pero esta vez... ¿Una niña?

Los nervios le impidieron volver a dormir y no podía dejar de dar vueltas en su cabeza a ese sueño recurrente y la niña. Se levantó y cogió su pequeño saquito donde guardaba unos huesecillos de distintos animales. Encendió una antorcha y tras unos minutos de tensión y concentración lanzó los huesos...

Ghân estaba inquieto y nervioso. Aquella pesadilla sólo podía significar un mal augurio. Sus dotes adivinatorias no le ayudaron demasiado aunque sí que obtuvo alguna información. La buscaban desde distintos frentes: desde Angmar y desde el oeste, elfos y humanos, orcos incluso.

Ghân: “Yavanna, ¿qué clase de señal me envías? ¿Quién es esa chiquilla? ¿Por qué yo?” – dijo en voz alta – “Yavanna dime algo. No sé que debo hacer”.

Por alguna razón que desconocía aquella pequeña era importante para unos cuantos. No tenía ni idea de qué o quién era la niña pero al parecer la buscaban. Ciertamente tampoco sabía el motivo pero tenía grabada a fuego en su mente esa frase pidiéndole ayuda.

Ghân: “No entiendo por qué yo. Que pida ayuda a los suyos. Nadie se ha preocupado nunca por nosotros así que no veo ningún motivo para ayudar yo a esos malditos demonios montados, ni siquiera a una niña” – masculló enfadado – “Además, ¿cómo iba yo a ayudar a alguien que tal vez ni exista. Ya está decidido, no haré nada”.

Caminó a paso ligero decidido a olvidar toda aquella historia, pero se paró en seco con la mirada aparentemente perdida.

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Ghân: “Tienes razón, tal vez deba actuar, pero es una decisión muy complicada y no sabría por dónde empezar”...

(RESPUESTA GHÂN)

No había alternativa, no podía quedarse con los brazos cruzados. Por alguna razón, la Dadora de Frutos lo había elegido a él, lo había rescatado de un oscuro y frío pozo de podredumbre y lo había devuelto a la vida en todos los sentidos. Sabía que sin su ayuda, incluso habiéndose salvado del inminente linchamiento al que iba a ser sometido, no habría podido vencer; no esa no era la palabra adecuada, demasiado optimismo; dominar a sus demonios interiores. Pero hasta cuando. De ningún modo deseaba volver a perder la batalla, solo el pensarlo le ponía los pelos como escarpias y le llenaba la garganta del amargo sabor de la bilis. Sabiéndolo de antemano, antes se quitaría la vida gustosamente con su daga ceremonial de hueso de jabalí; eso no tenía que pasar de nuevo, sabía que si ocurría otra vez caería irremisiblemente y para siempre en la insondable y fría oscuridad. Para alejar los malos pensamientos se dirigió hacía su pequeño reducto de tranquilidad, a un par de millas del poblado, recorriendo como hacía siempre que iba allí, el mismo camino que años atrás había usado para huir de la cabaña de su tutor. Sin embargo esa senda, aquel fatídico día abrupta, oscura y serpenteante, aparecía ahora como un luminoso y suave sendero. La luz adquiría, a medida que avanzaba hacia su objetivo, toda una paleta de tonos calientes: partiendo del potente rojo granate al principio del recorrido, decrecía en color y, pasando por el escarlata, el carmesí, anaranjado, ámbar y amarillo estallaba, al llegar al lugar, en una eclosión de intenso y brillante color dorado. Le gustaba aquello, le reconfortaba y, sobretodo, le traía un agradable recuerdo, su primer recuerdo. Le venía a la mente la sensación que tuvo en el momento en el que, recién salido del vientre de su madre, abrió los ojos y esa misma explosión de luz áurea lo cegó y aturdió pero, a la vez, lo embelesó. A Ghân no le extrañaba en absoluto el hecho de establecer tal paralelismo es más, las sensaciones que le producían eran tan fuertes que a veces creía que superaban las de su nacimiento biológico. Porque el había nacido dos veces, una del vientre de su madre y otra, a los pies de aquel guardián de piedra al que acababa de llegar. Allí, a los pies del mismo hombre pukel que un día fue testigo de su elección, el shaman se sentó, cruzó las piernas y, apalancando los codos en sus muslos, apoyó la barbilla en sus manos, ahora entrelazadas, y meditó profundamente sobre la pesadilla que lo atenazaba últimamente:

>>>¡¡Malditos demonios montados!! Siempre rezumando soberbia, haciendo correr ríos de crueldad inagotables, sin rastro de alma, compasión o remordimientos, ¿Por qué no nos dejan en paz?<<<

La imagen de la destrucción de su poblado se repetía una y otra vez en su mente, cada vez más deprisa. Acero refulgente caía con fuerza y hendía la carne de los suyos, manchando su tierra con su propia sangre. Gritos, llanto de niños, amargura, angustia, miedo. Y, de repente, el ojo:

>>>El ojo, aniquilando a esos malditos. Jajajaja, no se ríen ahora, ¿dónde está vuestra cacareada prepotencia?¿ Para que vale el acero en estos momentos? Miraros ahora orgullosos Rohirrim; aniquilados, aplastados como vulgares gusanos de tierra, compartiendo la misma suerte que vuestras indefensas victimas. La misma suer….<<<

Los pensamientos del shaman se oscurecieron igual que Anar cuando, en su diario camino por el cielo, es sorprendido por una tormenta de verano. Su afinada intuición parecía, de repente, detectar algo anormal, inquietante:

>>>Drughs y rohirrim, compartiendo destino como iguales, sin posibilidad de defenderse de la amenaza, ¿puede tratarse de una señal?<<<

Automáticamente, y en respuesta a su pregunta, las palabras de Yavanna, escuchadas solo un par de días atrás, se repiten en su mente:

"...tal requerimiento no puede dejar de ser escuchado si no queréis que todo lo que amáis y yo amo sea destruido."

>>>¿Será eso de lo que la Dadora me está alertando? ¿La destrucción, sin distinción de raza o cultura, de todos los pueblos de Endor? Pero, ¿porqué? No es el ojo el que aniquila a mi gente, sino los rohirrim. El ojo solo mata a los jinetes, imparte una justicia tiempo atrás lacerada, cumple mis deseos y sacía mi ira sin embargo, ¿por qué mi corazón palpita ferozmente y todo mis sentidos se disparan cuando miró al ojo directamente?<<<

Una feroz lucha interna se desata en el interior del shaman: resentimiento y aversión contra malos presagios. Unos segundos y la ira, poderosa enemiga donde las haya, vence esta batalla y aviva las llamas del odio:

>>>Nunca he sido perro que muerde la mano de quien le da de comer. Si alguien extermina a los rohirrim no voy a ser yo quien se preocupe por ello.<<<

Finalmente una voz, temerosa y entrecortada pero a la vez dulce y cariñosa, insignificante enemigo para tan extraordinario leviatán que es la ira, frena el avance de rencor:

”Por favor, ¿me ayudas?”

>>>¡¡¡Vete niña!!!¿Quién me ayudó a mí?¿Quién escuchó mis ruegos antes de ver ensartar a mi madre con una de vuestras lanzas?¿Quién me mandó a la oscuridad ese fatídico día?¿Quien, maldita rohir….?<<<

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Ghân, en su explosión final de odios, bajó la cabeza y buscó la mirada de la pequeña niña para maldecirla a ella y a todos los de su raza. De repente sus pensamientos callaron, sus odios y resentimientos desaparecieron, algo había atacado la raíz de su dolor y la había cercenado de tajo: sus ojos. Sus hermosos, grandes y resplandecientes ojos, de un azul puro como el cielo en un día de otoño sin nubes, irradiaban unos sentimientos que él conocía perfectamente: angustia, desamparo, desesperación y, sobretodo, miedo, un profundo y terrorífico miedo.

>>>Esa mirada, límpida y cristalina en la normalidad, ensuciada por tales sentimientos. Sus ojos, espejo del alma, un alma aterrorizada, llena de pavor y espanto, esperando encontrar ayuda o compasión de un extraño. Un alma como la m…<<<

Fue entonces cuando lo vio. Allí estaba él, tiempo atrás, cuando aún era un infante. No había duda, era su cara, aún joven, la de un niño y en ella, sus profundos ojos negros. Los mismos sentimientos, las mismas sensaciones, todo igual. La misma mirada contenida en diferentes ojos, sus ojos el día en que los rohirrim le robaron su familia y su honor. El shaman empezó a recordar toda su vida a partir de ese momento fatídico: como ese día se le destruyó el alma y el espíritu, como, a partir de ahí fue repudiado por los suyos; su vertiginoso descenso a la oscuridad y, finalmente, el fatal desenlace. Recordó su dolor, su angustia, su pena y su sufrimiento y como todo eso acabó en tragedia y, finalmente, vio la mano salvadora de Yavanna y, entonces, lloró.

La meditación había acabado. Ghân estaba empapado en sudor, exhausto, resoplaba poderosamente por el hercúleo esfuerzo; estaba agotado. Esperando unos instantes para recuperar el aliento el shaman emprendió el camino de regreso a la aldea mientras cavilaba el siguiente paso a dar:

>>>Algún acontecimiento importante se está fraguando. Algo de tal magnitud que puede afectar a todo ser de Endor, algo que puede afectar a los míos. ¿Qué es? Difícil de saber. Debo averiguar lo máximo y después decidir pero, ¿dónde empezar?¿Angmar?¿El oeste?¿Rohan? Rohan, esa niña… Ella es donde convergen todos los frentes sin embargo…No se, difícil decidir sin conocer la situación. Nada conozco lejos de los límites del bosque de Druedain así que no se nada de las tierras a las cuales me remiten las visiones sin embargo tal vez el viejo chocho sepa mucho más que yo del mundo exterior y que se cuece en él e, incluso, pueda aportar significados nuevos a mi sueño. Si, lo mejor será comentarselo a él. Esa niña……<<<

Una grieta se había abierto en la otrora sólida armadura de odio del wose, una grieta compuesta de compasión, una grieta que su subconsciente se afanaba en tapar mientras descendía por el suave sendero en busca de su viejo instructor.

TURNO 2

Su instructor era el shaman de la tribu, el Guardián de los Colores que dibujó tu tatuaje cuando Ghân alcanzó la mayoría de edad. Si alguien podía ayudarle era él.

De camino no podía evitar pensar en los jinetes de Rohan, la destrucción de su pueblo, el ojo de fuego... Y LA NIÑA. Esa niña le sacaba de quicio, cómo se atrevía a pedirle ayuda, qué insolencia. Miro a su lado mientras caminaba y su rostro se suavizó.

Ghân: Si, tienes razón, soy un egoísta pero...

El Shaman era el miembro más viejo de la tribu. Incluso se comentaba que era el drug más viejo de toda la Tierra Media. Cuando vio acercarse a Ghân le hizo una señal para que se sentara frente a él.

Viejo: Habla, hijo mío. ¿Qué te atormenta?

Ghân le contó el sueño que se había repetido en varias ocasiones y cómo, en la última ocasión, había aparecido una niña pidiendo ayuda. También le contó que al tirar los huesos no obtuvo respuestas, que estaba atormentado por sus pensamientos enfrentados y que no sabía qué hacer, si es que debía hacer algo. Su viejo instructor le escuchaba atento. Pese a las explicaciones de Ghân su rostro resultaba impenetrable y su expresión no varió un ápice.

Sin decir ni una palabra, el Guardián de los Colores se levantó y con un gesto severo indicó a Ghân que no se moviera. El shaman tomó un cuenco de madera grande y lo llenó de agua. Se sentó en el suelo frente a su alumno colocando el cuenco entre ambos y sacó la Piedra. La misma con la que dibujó el tatuaje de Ghân, y la puso en contacto con el agua del cuenco, sólo un segundo.

La superficie del agua se llenó del colores que dibujaron formas imposibles y entonces observó meditativo.

Viejo: Ya no puedo enseñarte nada más, Ghân. La de hoy será mi última lección para ti. Ya soy demasiado viejo y este pueblo ya tiene a su nuevo shaman. Hagas lo que hagas, decidas lo que decidas, cuando esto termine ocuparás mi lugar.

Ghân intentó decir algo, pero su maestro se lo impidió.

Viejo: Mi pequeño Ghân, Yavanna te ha escogido. La guerra se avecina y esa niña es clave para impedir el triunfo del Señor Oscuro. Por eso la buscan desde distintos frentes. No sé quién es pero creo que nadie lo sabe a ciencia cierta. Respetaré la decisión que tomes.

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Hizo una pausa. Y volvió a mirar el cuenco. Metió su dedo índice y agitó el agua. Después se puso en pie y añadió:

Viejo: Recuerda que tu don de la adivinación no sólo permite ver el futuro, sino también el pasado y el presente. Concéntrate en algo, no necesariamente la niña, y tira tus huesos. Confía en ti mismo, Ghân. – La mirada de aquel wose se endureció aún más si cabe. - Ahora, por favor, vete.

(RESPUESTA GHÂN )

Las palabras de su viejo maestro habían sido más confusas si cabe, su mente ya suficientemente aturdida por la multitud de interrogantes que sobre ella se cernían continuaba llenandose tras su charla con el shaman. Además, solo le faltó saber que sus días de relativa tranquilidad acababan aquí. La responsablidad de convertirse ya en el nuevo shaman de la tribu cayó sobre él como una losa y amenazaba con aplastarle a la mínima que sus fuezas flaqueasen.

"Hagas lo que hagas, decidas lo que decidas, cuando esto termine ocuparás mi lugar"

Mientras abandonaba la cabaña de su instructor y salía al exterior la frase en la cual venía reflejado su futuro le matilleaba la cabeza brutalmente.

...cuando esto termine..., ...cuando esto termine..., cuando esto termine...

Instantes después, pareció salir del aturdimiento. La atmosfera mágica que se respiraba en casa del shaman se estaba esfumando. Siempre le sucedía igual. La infinidad de sustancias que permanecían suspendidas en el ambiente de esa casa le afectaban extraordinariamente. El viejo siempre se había asombrado de lo mucho que le afectaban a Ghân los catalizadores mágicos que extraía él de las plantas y que usaba para expandir la mente, de lo sensible que era su psique a esas sustancías y de que extraordinaria manera afinaban sus sentidos. Sin embargo, esta vez su efecto había sido contraproducente, está vez los vapores lo habían embotado completamente. Por suerte, al amparo de la brisa matinal, su mente reaccionó.

>>>Está claro que algo pasa, el maestro tambien lo ha notado. Creo que ya lo intuía. Algo muy importante está sucediendo el el mundo exterior pero, ¿es realmente ese mundo el mío? ¿He de suponer que existirá diferencia para nosotros si la Tierra Media está governada por el Señor Oscuro y sus lugartenientes? Desde luego, hasta ahora, no es que alguien se haya preocupado de nuestro bienestar. ¿Que será de nosotros si vence el Señor Oscuro? Tal vez es lo primero que debo averiguar. Hasta ahora, quitando a esos malditos jinetes, hemos sido ignorados; si el Señor Oscuro los hace desaparecer, podríamos vivir tranquilamente por siempre, ¿o no? Desde luego, los orcos no son una raza a la que yo les profese afecto, más bien al contrario. Salvajes, suc¡os, crueles y, sobretodo, irrespetuosos con la naturaleza lo arrasan todo a su paso. No obstante, ¿cuanto hace ya que no tenemos noticias suyas? Muchas lunas han pasado desde la última vez que caimos sobre ellos y los aniquilamos en el borde exterior de nuestro bosque. El miedo a nosotros los mantiene a raya y ya no tenemos problemas con ellos. Yavanna piensa lo contrario: cree que es necesario actuar para pararle los pies al Señor Oscuro y a sus huestes, cree que yo debo tomar cartas en el asunto, que su victoria significa el final de todo lo que ella ama y yo quiero. Yavanna, yo deseo creerte, deseo cumplir tus ordenes, jamás te he dado la espalda pues tu no me la diste a mí pero ayudar a la niña es ayudar a los rohirrim; ¿porqué tiene que ser así?¿porqué los rohirrim? Si ellos caen porque yo no los auxilio mi ansiada venganza se verá cumplida pero,... esa niña, sus ojos, su mirada, !!Creií verme a mí reflejados en ella¡¡. Ayudarla podría suponer mi redención, mi victoría sobre mis demonios interiores. ¿Porqué he de renunciar y una cosa para conseguir otra?¿No he renunciado ya a bastantes cosas en mi corta vida?<<<

Sumido en sus meditaciones Ghân caminaba sin rumbo fijo hasta que llegó a una colina, la misma colina que aparecía en su pesadilla. Igual como alguien que despierta de un mal sueño y en los primeros instantes no sabe donde se encuentra al joven shaman le costó ubicarse. Pasados unos segundos comprendío donde estaba. Como siempre hacía cuando llegaba allí el wose observo desde tan privilejiado lugar su querido pueblo. Igual que en la pesadilla, el paisaje que se habría a sus pies lo llenó de gozo; los pequeños wose jugando, las robustas mujeres comentando sus cosas en diferentes corrillos y los hombres enfrascados en sus tareas. Risas, algarabía, regozijo, felicidad, limpida y cristalina felicidad. Su corazón le habló y lo tuvo claro: jamás permitiría que eso desapareciera. Nada era más importante para él que su pueblo, ni siquiera su sed de venganza, sabía que dejaría gustosamente la vida en protejerlo si era necesario. Todo dejó de tener sentido; la niña, los rohirrim, sus prejuicios, todo. La seguridad de su pueblo era lo único que cabía en su mente. Entonces la pregunta clave era: ¿Que futuro les esperaba si el Señor Oscuro se hiciera con el control de la Tierra Media?

>>>La última lección del maestro parecía encaminada a hacerme comprender eso, que el don de la adivinación es más efectivo cuando más acertada es la pregunta que se desea responder y, ahora, creo que se que preguntar<<<

Tranquilamente y con una sola idea en la mente Ghân se sentó en la fresca hierba y sin perder de vista su aldea sacó sus huesecillos, se concentró y los lanzó.

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TURNO 3

Ghân: ¿Que futuro nos espera si el Señor Oscuro se hiciera con el control de la Tierra Media?

El shaman se concentró en esa pregunta mientras consultaba sus huesos. En el fondo creía conocer la respuesta pero quiso poner en práctica la última lección de su instructor. Todo esto se le hacía demasiado grande. Ya cargaba con demasiadas losas a su espalda y esto le superaba. Pero...

"Hagas lo que hagas, decidas lo que decidas, cuando esto termine ocuparás mi lugar"

Se concentró y observó.

Tiradas: Ghân (adivinación) : 140 (éxito)

Con paso firme Ghân caminó hacia su cabaña. Lo que acababa de presenciar fue tan claro como el agua más cristalina. Comprobó la destrucción de los rohirrim, la caída de sus ciudades, gritos, dolor, angustia. Ghân estaba satisfecho, pero vio más. Las sombras se cernían por toda la Tierra Media y lo arrasaban todo. El Señor Oscuro, un viejo mago. El Rey Brujo. Gondor, la Comarca, enanos, elfos... y su pueblo. Su amado pueblo borrado del mapa. Ghân volvió a llorar.

Cuando llegó a su cabaña aún tenía lágrimas en los ojos, pero también un sentimiento de rabia contenida que le era difícil controlar.

Ghân: Mi viejo amigo y compañero. Creo que debemos actuar pero no tengo ni idea de por dónde empezar.

(RESPUESTA GHÂN)

Continuaba igual que cuando había empezado, en el mismo punto. Dudas, las mismas; preguntas, infinidad de ellas que se agolpaban en su cabeza en busca de respuestas que hasta el momento se habían mostrado esquivas. Sin embargo, algo había cambiado; estaba decidido a meter baza, aunque no sabía donde. La visión que había tenido de su pueblo totalmente arrasado le empujaba a actuar y, si no decidía o no tenía claro donde debía concentrar sus esfuerzos para impedir que eso pasara, si estaba concienciado para remover toda la Tierra Media hasta dar con las respuestas necesarias.

"Remover toda la Tierra Media para, al final, encontrar en mi interior el perdón que puede salvarnos a todos. Justo eso fue lo que me dijo Yavanna hace solo un par de días y por ella que lo haré si es necesario. Hoy mismo he de partir sin demora pero, ¿a donde? Está claro que esa niña acapara el interés de muchos y poderosos seres. Estoy casi seguro de que se trata de una niña rohirrim y, lo más normal sería encontrarla en Rohan no obstante, no puedo ir allí, por lo menos no ahora. Aún no estoy preparado y para mí es prácticamente imposible moverme por esas tierras con libertad. Al mínimo error sería pasto de las lanzas rohirrim. Necesito saber porque se interesan por ella y si no puedo ir a buscarla para preguntárselo porque es una locura y seguramente ella no debe saber nada, el siguiente paso lógico será averiguar de boca de los interesados en ella que es lo que la convierte en especial. ¿Quién tiene interés en ella?

Mentalmente repasas los datos proporcionados por tus visiones. De pronto, algo parece iluminar tu mente. Una coincidencia.

"¡¡El Rey Brujo de Angmar!! Aparece en mis dos visiones y es el único que lo hace. Además parece ser que él o sus ejércitos serán los que destruirán mi aldea. Si amigo, se que es como estar suspendido sobre las grietas del Monte del Destino agarrado a un clavo ardiente pero, de momento es lo único que tenemos. En Angmar, aunque no poseo ninguna información de allí, me será mucho más fácil moverme. Si he de conseguir información sobre la importancia de la niña allí puedo obtenerla. Se que está lejos, pero no para mí. Aún me queda algún as en la manga que puedo usar a mi favor y, si he de volver con premura no me será difícil hacerlo. Amigo, está decidido. Prepárate, vamos a visitar Angmar.

Había decidido por donde empezar. No estaba muy seguro de porque Angmar pero, a decir verdad, cualquier cosa antes de tener que enfrentarse cara a cara con los rohirrim. Tenía que viajar rápido y así lo haría. Pocos en Tierra Media podían hacerlo tan rápido como él y, aunque eso era una gran ventaja no estaba exenta de problemas. No podía llevar equipaje pero, no lo necesitaba. Ghân cogió una bolsa de cuero del tamaño de una sandía y guardó lo necesario; su daga ceremonial, su kit de primeros auxilios( vendas, gasas, tiras de cuero para torniquetes, ect...) y sus pequeñas bolsas de hierbas. Le bastó un par de minutos para prepararse. Ya estaba. Aún quedaban unas horas para que anocheciera. Viajaría de noche, no era problema para él, así llamaría mucho menos la atención. Comió un poco de fruta, le encantaba la fruta, y sació su sed con fresca y pura agua de manantial. Finalmente, esperando la hora de partir se sentó en el suelo de su cabaña y meditó sobre su viaje.

TURNO 4

Ghân había tomado una decisión y sólo deseaba que fuese la correcta. Se preparó para el largo viaje que le

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esperaba. Preparó una pequeña bolsita con lo mínimo necesario sin olvidarse sus huesecillos y un par de bayas de draaf que guardaba para situaciones delicadas. Y esta era, sin duda, una de ellas.

Meditó unos instantes antes de dirigirse a su lugar favorito cerca de su pueblo. Aunque debía recorrer una gran distancia, el shaman tenía un secreto que muy pocos conocían. Un don que le permitiría ahorrar muchas jornadas de viaje. Era un poco doloroso pero se le antojaba imperativo.

Ghân: Ha llegado la hora - dijo con la mirada aparentemente perdida en un punto, y tras unos segundos asintió.

El shaman se despendió de sus ropas, sujetándolas después a su bolsa y atando ésta a su tobillo izquierdo. Estaba listo para partir.

Tiradas Ghân (alteración física) = 53 ----> 3 puntos de daño. 50 % cambio. Ghân (alteración física) = 67 ----> Aturdido un asalto 6 puntos de daño. 90 % cambio. Transformación completa.

Los grandes ojos verdes de Ghân le permitían dominar una gran distancia. Viajaba con destino a Angmar y no quería hacer más que las pausas estrictamente necesarias. Sabía que una vez allí corría verdadero peligro pero todo hacía indicar que el origen de sus sueños y premoniciones era justamente el reino de Angmar.

Atravesó Rhovanion, cruzó el gran Anduin y pasó muy cerca de la cuidad de Rivendel. Apenas en unas pocas horas llegaría al lugar deseado. Por fin, había completado el primer paso de su aventura, la primera etapa de un viaje que se presumía muy largo y peligroso.

Sus dotes adivinatorias con los huesos no estaban disponibles pero quiso probar si podía "ver" algo. Buscó desde su privilegiada posición un lugar seguro para detenerse y encontró un pequeño grupo de abetos cerca de una formación rocosa. Parecía un buen lugar.

Ghân pensó en las palabras que su maestro le dedicó en su última conversación y recordó que era muy importante formular preguntas concretas y además, aunque eso el viejo no le lo dijo, él quería creer que la cercanía al objetivo de su pregunta facilitaría las cosas.

"Veamos, varios sueños y visiones me han mostrado Angmar y su búsqueda de la niña de Rohan. Ahora estoy en el punto donde al parecer comienza todo... ¿Por qué buscan en Angmar a la niña? ¿Quién es y por qué es tan importante?"

Tiradas: Ghân (adivinación) = 156 (éxito)

El Rey Brujo estaba sentado en una especie de trono escuchando las palabras de un anciano, un clérigo seguramente. Asentía conforme con las explicaciones y noticias que le llegaban. Junto al trono, en una mesa había una orbe de un cristal azulado y un vidente observaba a su través.

Una profecía. La Biblioteca Real de Annúminas. Ningún hombre vencería al Rey Brujo en combate. Ningún hombre. La guerra está cerca. El Señor Oscuro de Mordor está preparándose. Buscan a una niña. Han planeado matar a sus padres, están en peligro. Ningún hombre. Intrusos en Annúminas.

Unos cuervos vuelan hacia Rohan con noticias. El vidente miraba la orbe que proyectaba imágenes borrosas que se fueron aclarando como si se enfocasen. ¿Qué era aquello? ¡No puede ser! El vidente alertó al Rey Brujo. Un espía. La orbe mostraba un gran ojo de color verde.

"Ningún hombre"

(RESPUESTA GHÂN )

El viento en la cara, aunque la cara no fuese la suya, el cielo como límite y nada, nada más, a su alrededor. De vez en cuando alguna paloma torcaz pasaba a unos cientos de metros, pero cuado esta notaba que entraba en territorio peligroso giraba rápidamente la cola y desaparecía en el horizonte. Libertad pura y nítida. Absoluta libertad. Ghân nunca había desdeñado ninguno de los dones que recibió de su benefactora, es más, siempre que podía mostraba su gratitud por ello pero este era el único que realmente lo liberaba de su oscuro y tétrico pasado. Jamás le había contado a nadie que era el poseedor de este don, ni siquiera a su viejo maestro. A veces, cuando podía, se alejaba de su poblado y, en soledad, se entregaba a su más intenso placer. !!!Que sensación de bienestar se le quedaba después de una de sus escapadas!!! Aunque tardaba siempre un tiempo en recuperar su plenitud física a consecuencia del castigo corporal que esta práctica le inflingía, los efectos beneficiosos que esto le reportaba a su alma eran infinitamente superiores a los de cualquier medicina común o curación mágica. Sin embargo Ghân jamás había salido del perímetro de su querido bosque de Druadan y, aunque era capaz de recorrer grandes distancias en poco tiempo, nunca había tenido necesidad de ello por eso, ahora, aunque los efectos del "paseo" sobre su alma eran los mismos, el perder de vista su bosque sumado a la trascendencia de su viaje dotaban a esta "escapada" de unas connotaciones que nunca habían tenido de las demás.

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Su viaje no duró mucho, a decir verdad, ni le ocupó una jornada. Después de atravesar tierras que para el shaman carecían de nombre pronto sus verdes ojos avistaron el llamado reino de Angmar.

>>>Bueno, la primera parada en mi recién emprendido viaje llega a su fin. ¿Primera parada?¿Porqué he pensado eso?¿Acaso intuyo que tiene que haber más? Que sensación más extraña. Tranquilízate Ghân e intenta resolver esta inquietud que te asalta con la mayor brevedad posible. Cuanto antes acalles las voces interiores que turban tus sueños antes volverás a tu querido bosque y.....ocuparás el lugar del viejo chocho. Buuffff... No pienses en lo que ha de venir ya que, a decir verdad, estás aquí por que no sabes que es lo que el futuro tiene reservado para ti así que, céntrate en aclarar tus dudas y después ya te auto compadecerás. Allí, parece un lugar perfecto, apartado de miradas indiscretas. Llegó el momento de parar. Tal vez sea el lugar idóneo para intentar averiguar algo, al fin y al cabo estás en el único lugar donde confluyen todos tus sueños y premoniciones. A ver si, por una vez, tus dotes sirven para ayudarte a ti mismo<<<

A los pocos momentos de alcanzar el lugar escogido son ya sus pies descalzos los que se encuentran en contacto con el suelo. Enseguida los miedos, remordimientos y malos pensamientos que suelen asaltar tu alma vuelven a ocupar el lugar habitual, no obstante no conseguirán desbancar las buenas sensaciones que quedan en su deteriorado espíritu, después del uso del don, hasta pasados unos días. Por desgracia esta vez tienes la premonición de que no podrás disfrutar de ellos, sin embargo no hay tiempo para las lamentaciones y dejándote caer en el suelo con las piernas cruzadas Ghân entras en estado de meditación:

"El Rey Brujo sentado en una especie de trono escuchando las palabras de un anciano, un clérigo seguramente. Asiente conforme con las explicaciones y noticias que le llegan. Junto al trono, en una mesa hay un orbe de un cristal azulado y un vidente observa a su través."

>>>El Rey Brujo, otra vez el Rey Brujo de Angmar. ¿Que es lo que he de averiguar de él?¿Qué secreto oculta?<<<

"Una profecía. La Biblioteca Real de Annúminas. Ningún hombre vencerá al Rey Brujo en combate. Ningún hombre. La guerra está cerca. El Señor Oscuro de Mordor está preparándose. Buscan a una niña. Han planeado matar a sus padres, están en peligro. Ningún hombre. Intrusos en Annúminas."

>>>Imágenes inconexas. Annuminas. Guerra. Ningún hombre puede vencer al Rey Brujo en combate.¡¡¡La niña!!!Otra vez ella y, la buscan. ¿Qué es lo que tiene esa niña que ocupa de tal manera los pensamientos del poderoso Rey Brujo? ¡¡Quieren matar a sus padres!!¡¡Sus padres!! igual que mataron a los mios y así, tal vez avocar a ese ser puro al mismo destino que yo he sufrido.¿Quiero yo eso?¿De verdad deseo que alguien pase por el mismo infierno que yo?<<<

"Unos cuervos vuelan hacia Rohan con noticias."

>>>Acaban de enviar Crebain con ordenes directas del Rey Brujo hacia Rohan. Hacia donde está el hogar de la niña.¡¡Ordenes referentes a lo que acabo de ver!! Los cuervos llevan consigo la muerte. Ellos son los portadores de la sentencia. El destino de la niña y de sus padres viaja con ellos<<<

"El vidente miraba la orbe que proyectaba imágenes borrosas que se fueron aclarando como si se enfocasen. ¿Qué era aquello? ¡No puede ser! El vidente alertó al Rey Brujo. Un espía. La orbe mostraba un gran ojo de color verde."

>>>Esos ojos que desprenden maldad.¿Que buscan? ¿Donde quieres posar su mirada inquisitiva clérigo?¿Qué has notado? Alguien te observa. No solo tú puedes ver en la distancia ¿verdad? Pero,¿quien debe ser? Esfuérzate un poco más. Se que puedes hacerlo, incluso desde aquí noto tu poder. Venga ya empiezas a vislumbrar algo pero ¿qué es? Si, algo de un intenso color verde. El vivo color verde de la madre naturaleza. ¡¡¡El color de uno de mis dos pares de ojos!!! Ya te has dado cuenta, ahora ya lo sabes. Alguien lo ha visto todo pero aún no sabes quien es. Ya tienes trabajo si quieres descubrirme pues no te daré muchas más oportunidades pues yo ya se lo que debo hacer. Tus mensajeros me guiarán hacia mi próximo destino. Ellos me mostrarán quien tiene que ser el ejecutor de las ordenes del Rey Brujo y, desde ese momento, alguien estará vigilando todos sus movimientos; alguien silencioso, alguien que puede pasar desapercibido si así lo desea y alguien que puede actuar en caso de que lo decida: ¡¡¡Yo, Ghân, shaman de los drugs y enviado de Yavanna, la Dadora de Frutos!!!<<<

Tan rápido como había entrado en trance, el shaman salió de él. Sabía que había sido un temerario. Se había mostrado voluntariamente al vidente del Rey Brujo y así le había avisado de que alguien lo vigilaba. No obstante, Ghân no era tan imprudente como pudiera parecer. Solo había mostrado lo que él decidió mostrar; el color del par de ojos con el que Yavanna lo había bendecido. No tenía intención de ser objetivo de las iras del poderoso Rey de Angmar, no había sido esa su intención no obstante, no pudo resistirse a desafiar a su vidente. El campo de la adivinación era su reino y él mandaba en él. Esperaba que con esa demostración su reinado quedara confirmado a los ojos del vidente. No permitiría que nadie intentara destronarlo, fuera quien fuera. Una agradable sensación de poderío lo embargó cuando emprendió de nuevo su camino. Debía encontrar a esos crebain antes de que entregaran el mensaje en Rohan y seguirlos a una distancia prudencial hasta el receptor de las ordenes. Una vez hecho esto ya decidiría el siguiente paso a dar. A los pocos minutos de partir la libertad volvía a ser su única compañera de viaje.

TURNO 5

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Ghân quería salir de allí lo antes posible. Al ser descubierto por aquel vidente y su orbe, corría serio peligro si permanecía allí más tiempo del necesario. Su decisión estaba tomada, tratar de interceptar los mensajeros crebain que viajaban rumbo a Rohan.

No sería una tarea fácil. Ni tan siquiera conocía realmente cuándo salieron de Angmar con noticias. Pero no le preocupaba, estaba exultante y no hacía más que agradecer a la Dadora cada uno de los dones que le habían sido concedidos.

Se puso de nuevo en marcha, esta vez rumbo a Rohan. Su velocidad ahora era claramente mayor que la de los cuervos, pero llevaba desventaja. Mientras avanzaba sus ojos oteaban el cielo en busca de las manchas negras. Dejó atrás el reino enano de Moria y entonces vio algo. Su excelente visión se detuvo en un pequeño grupo de crebain que, posados en el suelo o en las ramas bajas de unos arbustos, parecían esperar nuevas órdenes de dos humanos.

Aquellas figuras con seguridad eran humanos. El shaman estaba aún demasiado lejos para precisar más, pero desde la distancia observó con claridad que vestían pieles gruesas e iban armados con arcos y hachas. Parecían cazadores.

Tiradas: cazador #1 (percepción) = 72 (fallo) Cazador #2 (percepción) = 33 (fallo) Crebain (percepción) = 184 (éxito absoluto)

Los graznidos de la decena de cuervos se dejó oir con claridad cuando descubrieron que no estaban exactamente solos. Uno de los humanos se apresuró entonces, acercándose a uno de los cuervos y le colocó algo. Mientras, su compañero sacó su arco y apuntó a Ghân con una flecha.

Pero Ghân no tuvo miedo alguno. Sabía que no había forma de que fuese alcanzado a tal distancia. El primer cazador elevó su brazo derecho con un brusco movimiento y las plumas negras se alzaron en vuelo entre fuertes graznidos. Después puso su mano en el hombro de su acompañante y éste bajo su arma. Era inútil. Los cuervos se separaron en dos grupos. Cinco se lanzaron en un ataque feroz contra Ghân y el resto, cinco o seis más, voló todo lo rápido que les permitían sus alas. Volaban muy bajo y cerca de los arbustos pues sabían que era su única posibilidad.

Tiradas: Ghân (percepción) = 98 (casi éxito)

Lo último que pudo ver el joven shaman fue a los humanos dando media vuelta y dirigiéndose hacia el sur.

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Off-rol:

Cinco crebain se dirigen a Ghân. Si quieres habrá lucha, pero si lo prefieres puedes huir sin ningún problema, eres mucho más rápido. Eso sí no puedes llegar a los de abajo sin enfrentarte primero a los otros.

Si decides combatir dime que hará Ghân mientras llegan los cuervos (un par de asaltos) y durante la lucha.

Haremos lo siguiente: tienes en total 10 asaltos o el segundo grupo alcanzará un grupo más espeso de

árboles no muy lejano. Suerte.

(RESPUESTA GHÂN)

El shaman avanzaba rápidamente en dirección sur. Sabía que era infinitamente más veloz que esos agoreros cuervos pero, aunque intuía que su partida no quedaba muy lejana en el tiempo, nunca era fácil recuperar una desventaja. Cruzó innumerables ríos, tan largos que ni siquiera con su privilegiada visión podía ver donde terminaban; atravesó enormes extensiones de terreno llano, totalmente cubiertas de dorados cereales; pudo atisbar, en la lejanía, a los habitantes de las diferentes regiones que, como laboriosas hormigas, se afanaban en recolectar los frutos de esas fértiles tierras; pasó por encima de grandes núcleos de población en los que sus habitantes parecían bailar una alocada danza mientras se movían frenéticamente por sus angostas calles sin embargo, nada le causo más impresión que la imponente visión de las Ered Hithaeglir con sus tres enormes montañas recortándose en la línea del horizonte. Incluso en la lejanía podía apreciarse la desmesurada altura de sus tres picos más elevados, enteramente cubiertos de nieve y que, como poderosos colosos, hedían el cielo hasta perderse más allá de las blancas nubes. Que sensación de paz se respiraba en esas elevadas cotas; parecía imposible que nada pudiera romper el sosiego en unas tierras enteramente vírgenes. No obstante, ocurrió. Sus agudos sentidos captaron una especie de perturbación que, igual que una afilada daga, desgarraba ese velo de tranquilidad y le indicaba, sin posibilidad de error, que algo maligno se ocultaba en las entrañas de las montañas. Sus sensaciones se confirmaron cuando se acercó al pico central, el más alto de los tres. Una fuerte oleada de oscuridad se cernió sobre su alma:

>>>"Las montañas ocultan algo, algo terrible. Un poder de una antiguedad inimaginable, un poder oscuro, corrompido por las sombras. Nunca había sentido nada igual, parece como si la montaña misma irradiara maldad por sus cuatro costados, como si una entidad innombrable, olvidada por el pasar de los años, hubiera hecho de este lugar su morada eterna. No desearía tener que enfrentarme jamás a poder semejante."<<<

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Y así, deseando dejar atrás lo antes posible ese lugar, el shaman incrementó aún más su ritmo. Apenas habían transcurrido unos minutos cuando sus privilegiados ojos divisaron lo que tan ansiosamente había salido a buscar: había dado alcance a los Crebain. Un reducido grupo de estás negras aves se encontraba parado en unos pequeños árboles y, junto a ellos, lo que a todas luces eran dos humanos:

>>>"La Dadora de Frutos está de mi parte; he llegado justo a tiempo. Los mensajeros acaban de encontrarse con los receptores del mensaje y ........"<<<

El horrible graznido de los Crebain se clava en tus oídos como un dardo envenenado y alerta a los cazadores:

>>>¡¡¡"Me han descubierto!!!, saben que no están solos y, por lo que se ve, no les ha hecho ninguna gracia."<<<

Desde las alturas observas como cinco Crebain alzan el vuelo en tu busca y otros cinco o seis inician una desesperada carrera hacía el norte en dirección a una arboleda cercana. Los humanos, después de entregar algo a uno de los cuervos, desaparecen hacia el sur.

>>>El mensaje ha sido entregado. Aunque no he podido interceptar las ordenes del Rey Brujo, siempre puedo seguir a los receptores de las mismas y averiguar sus intenciones. Por otra parte, creo que los humanos están intentando mandar una respuesta al Rey Brujo ya que le han entregado algo a uno de los Crebain que conforma el grupo que escapa hacía el norte, seguramente a Angmar. Debo pensar rápido, no puedo perder de vista a los humanos pero tampoco estoy dispuesto a renunciar a averiguar lo que transporta en Crebain. Puede que, sea lo que sea, resulte más aclaratorio que el propio mensaje del Rey Brujo. El plan a seguir está claro: lo prioritario es interceptar al cuervo mensajero y debo darme prisa, si llega a esa arboleda puedo perderle la pista. Después, consiga o no mi objetivo, siempre me será fácil encontrar el rastro de los dos humanos. Su dirección está clara y no pueden ocultarse de mi por mucho que quieran; al final, desde mi posición privilegiada, los localizaré. Bien Ghân, la hora de la verdad ha llegado: tomaste una decisión y ahora debes enfrentarte a sus consecuencias. Debes demostrar que eres digno de la confianza de la Dadora; ella te bendijo con increíbles habilidades, ahora debes usarlas para continuar con este viaje. Tienes que apartar de tu camino a esos malditos Crebain para poder alcanzar tu objetivo; ya no soy aquel cobarde he indefenso niño que fue abocado a un pozo de desesperación, ahora puedo defenderme y, por ella que lo haré."<<<

Cargado de confianza y resuelto a no dejarme detener a las primeras de cambio, cargo velozmente en dirección a los Crebain que se interponen en mi camino. Se que cuanto más me apresure antes podré deshacerme de mis cinco oponentes y centrarme en mi verdadero objetivo. La bolsa en la que llevo mis escasas pertenencias me supone un impedimento para poder luchar pero tal vez, lo que en un principio parece una desventaja, puede ser usado a mi favor. Me acerco a una distancia suficiente, siempre atacando de arriba a abajo, para poder arrojarles la bolsa a los Crebain e intentar, por lo menos, retrasar o despistar a alguno de ellos.

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Acto seguido atacaría al que menos afectado ha quedado con el "lanzamiento" esperando acabar rápido con él para después continuar con el que esté más desprotegido o desequilibrado a consecuencia de la bolsa volante.

Si es necesario continuar atacando, intentaría volver a conseguir distancia para cargar de nuevo y acabar con todos de una vez.

Primero de todo, quiero dejar claro que objetivo no son mis atacantes sino el Crebain al que se le ha entregado algo por lo tanto, a la mínima oportunidad que tenga, iré a por él. Con esto quiero decir que no voy a esperar a acabar con los cinco Crebain sino que, si es posible, intentaré solamente abrirme paso.

Si es imprescindible acabar con ellos primero para poder llegar al mensajero, lo haré todo lo rápido posible, no intentaré matarlos a todos sino que con dejarlos fuera de juego ya me vale.

Si logro pasar el primer escollo iré a por el Crebain mensajero y intentaré abatirlo rápido y quitarle lo que lleve( o simplemente quitarle lo que lleve). Conseguido el "paquete" intentaría usar la táctica que querían poner en práctica los Crebain: esconderme, despistarlos o, si no es posible, huir.

Si la cosa sale mal y me hieren mucho antes de que yo pueda acabar con ellos( perder unos 50 PV o que me metan un crítico muy importante) intentaría huir o despistarlos siempre que las heridas me lo permitan( si no hay posibilidad¡¡¡ a muerte!!!) e intentaría descansar en un lugar seguro y recuperarme. Si hay posibilidad de alcanzar la bolsa antes lo intentaría pero nunca si es muy arriesgado.

Una vez resuelta esta situación con los Crebain( sea a mi favor o en contra) ya tomaría la decisión pertinente dependiendo del estado en el que he quedado.

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TURNO 6

Ghân observó al grupo de crebain que se dirigía directamente contra él, sin perder de vista al portador del supuesto mensaje. Sin malgastar un solo segundo de tiempo tomó una posición más elevada y soltó su bolsa en el instante justo en que los cuervos se le echaban encima. Su táctica tuvo sus frutos, ya que logró romper la formación de las aves pudiendo encararse únicamente frente a uno en su primera embestida.

Tiradas (asalto 1) Iniciativas: Ghân = 22 Crebain#1 = 13 Ghân vs crebain#1 (garra) = 64 ----> 6DT * 39 ----> 5 pv, a pv/asalto

La garra de Ghân se aferró con firmeza al cuerpo del cuervo atravesando su plumaje y acabando con su vida. Al tiempo que no esperaba la acometida de los otros cuatro, avanzaba hacia el otro grupo que volaba hacia la arboleda.

Tiradas (asalto 2) Iniciativas: Ghân = 17 Crebain#2 = 14 Crebain#3 = 12 Crebain#4 = 15 Crebain#5 = 10 Ghân vs crebain#2 (garra)= 82 ----> 10 AS * 99 ----> 2 pv, aturdido 6 asaltos, lucha con -30 Crebain#3 vs Ghân (pico) = 52 ----> 1 pv Crebain#4 vs Ghân (pico) = 29 (fallo) Crebain#5 vs Ghân (pico) = 45 (fallo)

El siguiente ataque del shaman alcanzó a su rival en el pico, destrozándolo. El crebain cayó muerto al suelo dejando tras de sí varias plumas negras en el aire. Los otros tres trataron de picotear el cuerpo de Ghân pero apenas le causaron un pequeño rasguño.

Tiradas (asalto 3) Iniciativas: Ghân = 28 Crebain#3 = 19 Crebain#4 = 14 Crebain#5 = 25 Ghân vs crebain#3 (garra) = 60 ----> 6CT * 48 ----> 4 pv Crebain#5 vs Ghân (pico) = 59 ----> 2 pv Crebain#4 vs Ghân (pico) = 19 (fallo)

La moral de Ghân fue en aumento cuando comprobó que con cada uno de sus ataques caía una de aquellas criaturas, y los intentos de éstas de atravesar sus defensas eran casi infructuosos. Por otro lado no perdía de vista a quien era su verdadera presa.

Tiradas (asalto 4) Iniciativas: Ghân = 25 Crebain#4 = 23 Crebain#5 = 15 Ghân vs crebain#4 (garra) = 75 ----> 8AS * 24 ----> 2 pv, +10 próximo ataque

Un nuevo acierto con sus garras y otro crebain que encontraba su muerte. El último huía de allí dando graznidos comprobando que no tenía ninguna posibilidad. Ahora el shaman tenía vía libre para lanzarse contra el otro grupo. Su velocidad era mucho mayor y por fortuna no habían logrado alcanzar la arboleda. Cuando los tenía a tiro se lanzó en picado contra ellos tratando de abrirse paso hasta el que parecía ser su lider, un cuervo

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un poco más grande que los demás.

Tiradas (asalto 5) Iniciativas: Ghân = 12 Crebain#6 = 15 Crebain#7 = 18 Crebain#9 = 11 Crebain#8 vs Ghân (pico) = 64 ----> 4BT * 36 ----> 3 pv Crebain#7 vs Ghân (pico) = 20 (fallo) Crebain#6 vs Ghân (pico) = 09 (fallo) Ghân vs crebain#9 (garra) = 73 ----> 11AS * 71 ----> 4 pv, 2 pv/asalto, aturdido 2 asaltos, lucha con -30

La embestida del shaman hizo que su ataque fuese más lento y se vio sorprendido recibiendo un doloroso picotazo en su pecho. La respuesta de Ghân no se hizo esperar y desgarró el ala de otro cuervo dejando una nube de plumas. Viendo que no tendría opción de huir, el lider del grupo se giró lanzándose contra él creyendo que su única opción sería atacar en masa.

Tiradas (asalto 6) Iniciativas: Ghân = 19 Crebain#6 = 20 Crebain#7 = 18 Crebain#8 = 10 Crebain lider = 22 Crebain lider vs Ghân (pico) = 72 ----> 6DT * 30 ----> 3 pv Crebain#6 vs Ghân (pico) = 42 (fallo) Ghân vs crebain lider (garra) = 69 ----> 7ET * 28 ----> 2pv, 1pv/asalto Crebain#7 vs Ghân = 19 (fallo) Crebain#8 vs Ghân = 14 (fallo)

El lider de los pajarracos realmente era más fuerte que los demás y Ghân lo sintió de lleno cuando recibió un picotazo en la cabeza. Pero pensando en que el final del combate estaba cerca se repuso y, tras recibir otro ataque sin éxito, devolvió el golpe haciendo que una de sus garras provocara una pequeña hemorragia en el pecho del crebain. El resto de cuervos intentaba golpear más con el corazón que con el propio pico y no causaron ningún daño.

Tiradas (asalto 7) Iniciativas: Ghân = 24 Crebain#6 = 20 Crebain#7 = 14 Crebain#8 = 23 Crebain lider = 19 Ghân vs lider crebain = 89 ----> 13BS * 17 ----> 2 pv

Sintiendo una inyección de adrenalina, Ghân volvió a la carga y asestó su siguiente golpe en la cabeza del crebain portador de noticias, que cayó contra el suelo. Los supervivientes abandonaron la lucha y se alejaron graznando con fuerza y pavor. La lucha había terminado y el resultado había sido óptimo. Pese a todo, el shaman tenía pequeñas heridas, pero ninguna de importancia.

Desde su posición comprobó que, en efecto, aquel horrible cuervo tenía algo en una de sus patas.

(RESPUESTA GHÂN)

El shaman observaba complacido como los crebain restantes huían despavoridos. Tuvo la tentación de perseguirlos y acabar con todos ellos. Esos malditos pajarracos no tardarían en informar a su amo de lo que les acababa de suceder y eso no le gustaba nada no obstante, viendo que las últimas luces de Anar estaban a punto de extinguirse, se lo pensó mejor y les dejó marchar.

>>>"Ghân contrólate, ahora no es momento de iniciar una persecución y más después de tantas horas de viaje y de haber librado un combate como este.”<<<

Desde luego, el shaman no se encontraba en las mejores condiciones. Hacía tres días que había abandonado el bosque de Druadan y su viaje en nada se asemejaba a los frecuentes paseos que solía realizar por placer. Recorrer las más de 750 millas que lo separaban de Angmar le ocupó dos días enteros y aunque en el trayecto tuvo tiempo de parar a comer y a descansar, el mero hecho de recorrer tal cantidad de millas sin estar acostumbrado a ello le había agotado. Llegó allí justo antes de anochecer del segundo día y eso le permitió dormir y recuperarse hasta el día siguiente. Fue en ese momento cuando la suerte le acompañó, ahora lo veía con claridad. Si se hubiese arriesgado a probar sus poderes nada más llegar al reino del Rey Brujo no habría podido huir con tanta premura de allí

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cuando su vidente le localizó y eso habría supuesto un gran riesgo para él pero, al esperar a la mañana siguiente y encontrarse recuperado, no necesitó demorarse más y pudo desaparecer en pos de los crebain con rapidez. Siguieron casi once horas de continuo aletear, sin ningún momento de respiro, sin descanso, sin tiempo para nada más que para avanzar y recorrer las 450 millas que le separaban de su objetivo. En más de una ocasión estuvo tentado de hacer un alto en el camino, simplemente para disfrutar de unos revigorizantes sorbos de agua fresca, y solo su increíble fuerza de voluntad le libró de ello. Otro golpe de suerte, si hubiese parado un solo instante habría llegado tarde a su cita. Si, ahora era momento de descansar no de pensar en persecuciones.

>>>“Además, tampoco es muy importante lo que esos pájaros de mal agüero puedan decirle a su jefe, con este disfraz con el que Yavanna te bendijo no eres fácil de reconocer. Tendría que ser alguien muy poderoso o, por lo menos, intuitivo el que imaginase quien es el ser que se oculta detrás de estas plumas. No creo que los crebain puedan dar una descripción lo suficientemente buena para que se me pueda identificar."<<<

Desechados esos pensamientos de su cabeza el shaman centró su atención en el jefe crebain que yacía muerto en el suelo a varias decenas de metros de su posición. Fijando su vista en él vio que, efectivamente, llevaba algo fuertemente asido en una de sus garras. Sin perder el tiempo, Ghân tomó tierra a su lado y examinó a su enemigo con frialdad. Realmente, era tan fuerte como había demostrado en combate e incluso muerto podía apreciarse cuan poderosas eran sus extremidades. Había sido un rival difícil de batir y, prueba de ello eran las dos heridas que este le había dejado como recuerdo. Le dolían, sobretodo la de la cabeza; un dolor físico al que Ghân no estaba acostumbrado. Lo suyo era el dolor espiritual, el dolor del alma: era su compañero diario, le acompañaba todos los días y conocía ya todas sus consecuencias. Comparando cada uno de ellos deseó fervientemente cambiar de compañero.

>>>"Con que gusto sufriría continuamente el dolor que causan las lesiones físicas con tal de deshacerme de una vez por todas de su vertiente espiritual. !!!Si tan solo con la mente puedes acallar sus lamentos y con conocimientos restañar sus heridas!!! Sin embargo nada calma un espíritu herido, nada. De nada sirve lamentarse de eso, es más, solo acrecienta el dolor. Concéntrate pues en arreglar lo que tiene solución." <<<

Volviendo a la realidad, el shaman arrancó el "objeto" de la garra del crebain con el pico y alzó el vuelo. Después se dirigió hacia donde había soltado su bolsa y la recogió, asegurándose de que no se había roto o perdido nada. Arien acababa de finalizar su recorrido por los cielos pero la luz de Anar aún asomaba débilmente en el horizonte. Ghân decidió aprovechar esos últimos momentos del día para localizar algún árbol frutal o algún arbusto del que poder aprovisionarse. Desde su privilegiada posición no tardaría en encontrarlo. Finalmente, buscaría un sitio tranquilo para pasar la noche, recuperarse y estudiar el "paquete" que acababa de conseguir. Sería fácil, con su aspecto podía acceder a lugares inaccesibles para el común de los mortales.

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Quiero decir que, como no tengo claro lo que acabo de encontrar, no se muy bien como referirme a él.

Mi intención primera, como pone en el post, es encontrar comida rápida( frutas o bayas comestibles) y algún riachuelo desde las alturas pero si no es posible, pasaría a buscar un sitio donde pasar la noche. Hecho esto, recuperaría mi aspecto "común" y después intentaría "forrajear" por la zona circundante. No creo que la noche sea impedimento para ello, como woses veo perfectamente en la oscuridad.

Solventado el tema del sustento, ya como un woses, pasaría a aplicarme primeros y segundos auxilios y una vez hecho esto, me pondría a estudiar el supuesto "paquete". Volcaría sobre él, antes de intentar nada, todas mis habilidades de detección de trampas, detección de poder y alerta para asegurarme de que puedo "abrirlo" sin peligro.

Seguidamente, aplicaré sobre mi todos los métodos de meditación que conozco para recuperar todo mi poder y descansar acortando al máximo el tiempo para ello así como "curación" y "limpieza" pues, para eso: curar lo más rápido posible y quedar lo más presentable que pueda. Decir que, tampoco es que quiera despertar en dos horas ya que hasta que esté a punto de amanecer no partiré así que, si nada me molesta, meditaré al máximo pero solo para recuperarme todo lo que pueda de las heridas. Eso si, si curo completamente antes, más vale estar despierto que dormido.

Finalmente, llegado el alba, muy, muy temprano, a aletear tocan. Dirección sur, más o menos por donde el shaman vio huir a los cazadores. Su intención es localizarlos y seguirlos sin ser visto. Ghân supone que van a Rohan así que cree que aún no han llegado a su destino y más, siendo dos humanos y por la noche. Incluso yendo a caballo y viajando toda la noche, es improbable que hayan cubierto tanto trecho aunque, nunca se sabe.

Robroy, avisar de que ir a por los cazadores es la opción original. Lo que pasa es que no se que información puedo obtener del "paquete" y por lo tanto no se si podrá influir eso en un cambio de estrategia. Si crees que

lo que descubra es importante y puede desviarme del camino a Rohan, corta el turno antes.

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Ahh, y lo de dar las gracias está muy bien aunque yo creo que las gracias te las debemos dar nosotros por

hacernos disfrutar de tan magnifica aventura.

TURNO 7

El combate con los crebain había terminado y el resultado fue óptimo para Ghân. Cuando terminó todo, se posó junto al cuerpo sin vida del cuervo portador del objeto que le había entregado uno de los cazadores. Ahora que estaba cerca comprobó que era un mensaje.

En su situación actual no podía abrirlo, y mucho menos leerlo, así que decidió volver a su estado antural.

Tiradas Ghân (Crítico alteración física) = 73 * 6 pv, aturdido dos asaltos, transformación completa

El shaman tomó su bolsa y se puso sus vestiduras. Después tomó con sumo cuidado el pequeño trozo de pergamino que el lider de los crebain llevaba en una de sus patas. Se desenrrolló muy despacio y comprobó, apesadumbrado, que no entendía el idioma en que estaba escrito. Seguramente contenía algún tipo de información dirigida a Angmar. En cualquier caso guardo el pergamino en su bolsa y se dispuso a descansar. Primero comió algo de fruta y comenzó a meditar.

Tiradas: Ghân (Meditación - Curación) = 125 (éxito)

Unas seis horas más tarde, Ghân se sentía como nuevo. Aún no había amanecido, aunque faltaba poco y decidió forrajear por la zona. Él habitualmente no tenía la posibilidad de buscar en zonas montañosas y quiso aprovecharla.

Tiradas: Ghân (forrajear) = 114 (éxito)

Hubo suerte. Localizó una pequeña planta de grandes, aunque escasas, hojas de un color rojizo. Consiguió tres hojas completas.

Tiradas: Ghân (Ki) = 148 (éxito) Ghân (conocimiento de hierbas con ki) = 112 (éxito)

Su maestro le habló en cierta ocasión de unas hojas cuya descripción se asemejaba a las que acababa de encontrar y enseguido recordó su nombre. Eran hojas de kathkusa.

El día era plomizo y fresco, pero el shaman estab animado y decidido a continuar. Había llegado el momento de ir en busca de aquellos dos cazadores. Era media mañana cuando se puso en marcha.

Tiradas: Ghân (Crítico alteración física) = 71 * 6 pv, aturdido dos asaltos, transformación completa

Nuevamente se puso en marcha y viajó confiado en su velocidad. Rohan no estaba demasiado lejos, pero su intención primordial era buscar a los dos hombres que había visto el día anterior.

En efecto. Apenas habían transcurrido unas horas cuando los encontró. Y no estaban solos. Desde las alturas Ghân pudo ver a los dos cazadores acompañados por media docena de orcos y, al parecer se encaminaban nuevamente hacia el norte.

Qué extraño es todo esto. Dónde habrán ido y por qué vuelven tan pronto.

Tiradas: Ghân (percepción) = 140 (éxito)

Indeciso y pensando si seguirles o no, creyó ver algo en la lejanía, ya en Rohan. Ghân tomó un poco más de altura y se acercó hasta allí, sin olvidarse del grupo que dejaba atrás. Aquello que minutos antes había visto era otro pequeño de gente. Esta vez eran cuatro personas, dos caballos y una mula que avanzaban hacia el sur.

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Off-rol:

Con la tirada de meditación y teniendo en cuenta la recuperación de vida de los woses y la CON de Ghân, recuperará mientras medite 4 pv cada hora. Contando la última transformación le faltan 25 pv, con lo que en 6 horas estaría casi perfecto. Nota: Los primeros y segundos auxilios son para hemorragias, fracturas, etc..., pero no para pv.

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Kathkusa: dobla la fuerza añadiendo +10 BO y doble daño.

Siento que en este turno no se aclaren demasiado las cosas, pero aunque no lo parezca, todo lva por buen camino (sea cual sea la decisión de Ghân en este momento).

Turno editado por lo del Ki (sorry Mandrigal )

GHÂN

Acunado por la tranquilidad que otorgaba su soledad, el shaman meditaba, en su improvisado campamento, sobre los últimos acontecimientos vividos. Siempre había deseado acabar su vida en su pacífica y tranquila aldea, rodeado de su pueblo e intentando, gracias a los dones con los cuales había sido premiado, aplicar sus habilidades en beneficio de los que le rodeaban. Pensaba que de ese modo acabaría saldando la deuda que había contraído el fatídico día que manchó sus manos de la sangre de uno de los suyos y, así, la herida que ese acto produjo en su alma terminaría cicatrizando, pero ahora comprendía que solo con eso no sería suficiente. No fue una revelación sino más bien una confirmación. Para que negarlo, siempre lo había sabido, aunque siempre había intentado negarlo engañandose continuamente, viviendo una mentira que intuía que, al final, acabaría por descubrirse. El momento había llegado, y aunque no sabía cuan largo podrá llegar a ser, estaba seguro de que esta era la tercera noche que vivía desde que había empezado a pagar, realmente, lo que debía. Tres días, solo tres días y aunque había dedicado cada segundo de los mismos a descubrir los indicios que le revelaran lo que debía hacer, eran cada vez más las sombras que se cernían sobre su destino. Había intentado leer el mensaje que le arrebatara a los crebain pero la escritura plasmada en el pergamino le era totalmente desconocida. No le sorprendió, incluso antes de desenrollar el grueso papel sabía que no lograría leerlo; otro revés para sus esperanzas. Si como imaginaba el mensaje tenía como destinatario el Rey Brujo de Angmar, lo más normal era que el idioma que usaban no fuera de uso común pero, incluso a sabiendas de eso, la confirmación de sus sospechas lo frustró sobremanera. Resignado, Ghân enrolló cuidadosamente el pergamino, lo guardó en su pequeña bolsa e intentó desterrar la desesperación que se cernía sobre él apartando esos pensamientos de su cabeza. Con ese propósito, concentró su mente en los problemas físicos reales que en este momento tenía. Primero comió algo de fruta y sació su sed con fresca y cristalina agua. No había comido en todo el día y aunque la necesidad de comer nunca había sido prioritaria en su existencia, en esos momentos la dulce fruta que se llevó a la boca lo reconfortó como pocas cosas podían hacerlo. Después, ya al abrigo de las brillantes estrellas, se sentó cómodamente sobre sus piernas y se dispuso a descansar. Aún no había amanecido cuando su cuerpo, despertándolo, lo avisó de que ya tenía suficiente. Realmente era cierto, parecía totalmente recuperado. Los dolores que le producía el uso de su don más preciado habían desaparecido, así como las molestas heridas que le causara el jefe crebain; estaba en plena forma. Animado por ello el shaman decidió practicar una de sus más queridas aficiones. Se encontraba en una zona desconocida para él y seguramente, jamás volvería a ella. Era un momento perfecto para contemplar la magnificencia de la creación de Yavanna y ver con que dones había tenido a bien la Dadora premiar este lugar. Además, se podía permitir perder unas horas;: sus "presas" no tenían la menor opción de escapar de su atenta vigilancia, los encontraría de nuevo con facilidad. Ilusionado por las nuevas "creaciones" que pudiera encontrar, el shaman dedicó un par de horas a inspeccionar la zona. De pronto, una especie de destello rojizo llamó su atención e, intrigado, se acercó. Estaba en lo cierto, sus ojos no le habían engañado, entre multitud de plantas comunes se habría camino una hermosa flor, de pétalos tan rojos como la sangre y de una delicadeza digna de la más noble de las damas élficas. Aunque estaba seguro de no haber visto nunca flor igual en su querido bosque algo le decía que conocía su nombre. Convencido de ello, Ghân lanzó su memoria atrás en el tiempo e intentó recordar con nitidez las lecciones sobre herboristería que el viejo maestro le daba, justo hasta dar con la respuesta.

>>>Viejo shaman: "En las regiones montañosas del centro de Endor, en las estribaciones rocosas de la falda este de las Ered Hithaeglin, crecen multitud de especies vegetales. Una de ellas, destaca sobre las demás por el intenso color rojo de sus pétalos. Es conocida como Kathkusa y, además del placer que produce mirarla, sirve también para incrementar la fuerza neta de quien la consume. En la naturaleza se observan muchas ambigüedades mi joven aprendiz, ¿quién diría que una planta tan delicada y hermosa tuviese propiedades dignas del más terrible de los bárbaros? Jaajaja, joven Ghân, nunca te dejes engañar por las apariencias."<<<

>>>"!!!Kathkusa¡¡¡ Realmente el viejo chocho tenía razón, es preciosa. Lástima que sus propiedades no estén a la altura de su hermosura, por lo menos para un shaman. Bueno, siempre es interesante estudiar cosas nuevas."<<<

Ghân, lentamente, limpió la zona de malas hierbas hasta que los alrededores de la Kathkusa quedaron despejados y después, con su cuchillo ceremonial, cortó cuidadosamente tres de sus hojas. No estaba interesado en arrancar la planta entera, además no lo necesitaba. Solo tres de sus pétalos era suficiente, el resto de la planta quedaría intacta así, más adelante, esta rebrotaría sin ningún problema. Ni siquiera se notaría lo que le acababa de hacer. El shaman nunca podría perdonarse el hecho de destruir tal belleza natural solo por capricho. Después de esto, satisfecho y relajado por el paseo, el shaman se puso de nuevo en camino. Sus deducciones habían sido acertadas.....¿o no? Lo cierto es que no tardó en localizar sus objetivos pero estos no llevaban el rumbo previsto y, además, no se encontraban solos; algo había cambiado. Media docena de orcos acompañaban a los cazadores que, en vez de continuar hacia el sur, parecían volver sobre sus pasos en dirección norte.

>>>"Qué extraño es todo esto. ¿Dónde habrán ido? y, ¿por qué vuelven tan pronto?"<<<

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Tomando altura para mantenerse alejado de posibles ataques, Ghân meditó sobre lo extraño de la situación:

>>>"Hombres amigos de los crebain y en compañía de orcos. Aún sin saber sus intenciones se puede deducir que nada bueno puede ser. Pero, hay algo que no cuadra: realmente, después de enviar el mensaje interceptado por mí y, seguramente haber recibido uno, ¿su objetivo era reunirse con estos orcos? No lo comprendo, nada de esto parece encajar en mi cabeza. Mis deducciones, por ahora, me llevaban a pensar que el Rey Brujo estaba interesado por una niña de Rohan y que la quería por algún motivo aún incierto. Suponiendo que está niña resida en Rohan; el Rey Brujo mandó instrucciones, por medio de los crebain, a sus contactos en las cercanías de Rohan sobre que hacer con la niña y estos, además de enviar respuesta, se dirigieron hacia el mismo Rohan para: o ejecutar sus ordenes o para comunicárselas a alguien. Si hasta ahí estoy en lo cierto, ¿por qué ahora los cazadores varían su rumbo y, además en compañía de unos orcos? Desde luego es extraño pero más lo es ver orcos campando por la Marca a sus anchas. Si algo se de mis enemigos rohirrim y, aunque me duela puedo decir que compartimos el mismo sentimiento, es su odio por tan abyectas criaturas. No puedo concebir una alianza de ninguno de ellos con orcos. Algo terrible debe estar sucediendo en Rohan para que haya seres tan viles viajando sin oposición por sus tierras. Sigo sin entender el comportamiento de los cazadores. No se ven pueblos por la zona y la capital de Rohan está demasiado lejos para ir y volver en una noche. Tal vez mi planteamiento inicial este equivocado y por eso no consigo adivinar sus intenciones reales; tendré que vigilarlos un poco más para intent.....¡¡¡Un momento!!! Algo se mueve en la lejanía. Puedo ver claramente una polvareda, seguramente de caballos. Me acercaré para observar de que se trata; puede que escondidas entre la nube de polvo se encuentren muchas respuestas a mis preguntas."<<<

El shaman, ansioso por descubrir quien, o que, es el responsable de tal polvareda, se acerca al lugar. En la lejanía empieza a distinguir lo que, a todas luces, son un cuatro personas en compañía de dos caballos y una mula.

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Bien, de momento hasta aquí. Robroy, no soy capaz de decidir que hacer con estos datos así que antes de ir a por unos y a por otros, prefiero asegurarme y volver a postear.

Primero de todo, supongo que llego a ver que o quien son los del grupo de los caballos. No se, alguna descripción: son más cazadores, son rohirrim, una familia de Rohan(por lo de la mula), parecen malvados, ect...

Una vez dada la descripción aprovecharía para hacer una tirada de adivinación. Solo para conseguir alguna idea del comportamiento de los cazadores o, por lo menos, deducir si mis intuiciones con respecto a sus intenciones son ciertas(las preguntas a responder están arriba en el post). También estaría bien poder percibir/intuir algo en el grupo de extraños( maldad, poder, ect...) Mi intención no es que me lo cuentes todo, eso perdería toda la gracia, pero si estaría bien conseguir algo de información, en forma de sensaciones, sobre la situación, aunque esta fuera ambigua o no muy clara.

Siento esto, pero es que, de verdad, sin idea de que clase de grupo es el de los caballos estoy perdido. Solo necesito una descripción de que son para hacerme una idea y así, decidir por donde continuar. No es necesario que montes un turno para esto. Si quieres me mandas en un momento la descripción y lo demás por PM y yo, en base a lo que me mandes, editaré este turno y lo concluiré con la decisión que he tomado,( incluyendo los datos que me has dado en el mismo) siempre que te parezca bien.

TURNO 8

Los pensamientos de Ghân iban de un lado a otro. Pasaban de los cazadores a los orcos, de los orcos al grupo de los caballos, de éste a los crebain y de todos ellos a la niña y al Rey Brujo. ¿Qué conexión había en todo ello? Porque en la mente del shaman sí que había algo claro: todo aquello no era casual.

Decidido a averiguar más cosas, se adelantó al cuarteto que viajaba por los llanos de Rohan para, de regreso y dismunuyendo un poco su altura, poder verlos de frente. Así lo hizo y lo que vio no era precisamente lo que esperaba.

Eran cuatro, si. Dos de ellos, sin lugar a dudas eran rohirrim. Dos guerreros con lanzas y espadas, protegidos por armadura y yelmo. En sus escudos se podía ver la cabeza de un caballo blanco sobre un fondo verde, el mismo emblema que uno de ellos llevaba en un pequeño estandarte. Ghân conocía bien a los demonios montados y esos dos lo eran.

Los otros dos personajes desentonaban bastante. Al principio creyó que podían ser dos prisioneros de los jinetes, pero no parecía lógico, pues conservaban sus armas. Por lo que había aprendido de su mentor, uno de los dos era un elfo. Una bella criatura alta y estilizada que vestía una túnica larga. El shaman quedó absolutamente fascinado ante su presencia que incluso parecía proyectar un aura a su alrededor.

La cuarta figura era una joven humana, al parecer también una guerrera, a juzgar por sus armas y armadura. Tras la pequeña comitiva una mula cargada con diversos enseres cerraba el grupo.

Qué extraño es todo esto. ¿Tendrá algo que ver este grupo con la retirada de los cazadores y los orcos? Confiaré de nuevo en mis intuiciones.

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Pese a que su forma actual no le era del todo favorable para usar sus dones adivinatorios, el éxito que tuvo en iguales circunstancias en Angmar, le animó a probar de nuevo. Buscó un buen lugar donde detenerse y eligió el punto medio entre ambos grupos, justamente en los límites entre los llanos y las montañas.

Tiradas: Ghân (percepción) = 123 (éxito)

La Dadora hizo que el shaman fuese a parar cerca de una zona en la que encontró una buena cantidad de flechas. Dada su posición todo hacía indicar que fueron disparadas de norte a sur. Más dudas y preguntas surcaban la cabeza de Ghân. Confiaba en su don para encontrar algunas respuestas.

¿Dónde habrán ido los cazadores? y, ¿por qué vuelven tan pronto?

Tiradas: Ghân (adivinación) = 98 (casi éxito)

Los hombres vestidos con pieles y un grupo de orcos viajan juntos. Persiguen algo, rastrean. Se esconden tras rocas y disparan en oleadas sus flechas. Guerreros rohirrim con escudo y espada, dos cimitarras, un elfo. Unos se retiran hacia el norte, otros huyen hacia el sur.

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Off-rol:

Me ha encantado tu anterior turno, en serio. Creo que estás bordando a Ghân, y es un personaje muy difícil. Dadas las circunstancias, he preferido poner nuevo turno en vez de lo del PM.

En la forma que tiene ahora Ghân, aplico modificadores negativos en adivinación (no puede lanzar los huesos), de ahí la baja tirada (en Angmar salió tirada abierta).

Para "Percibir poder" hay que estar cerca de la fuente y permanecer concentrado un asalto, por eso, por ahora no he tirado por esa habilidad.

Si necesitas algo más, házmelo saber.

(RESPUESTA GHÂN)

La nube de polvo no fue ayuda suficiente para que los responsables de la misma escaparan de los inquisitivos ojos del shaman. En cuestión de un minuto adelantó a las figuras montadas que viajaban rumbo sur para, unos centenares de metros después, desandar el camino y poder sobrevolarlos de frente. Aunque parte de lo que vio era lo esperado, no por eso dejó de ser menos impactante. Había estado concienciándose para ello, sabía a ciencia cierta que, al tomar la decisión que había tomado, ese desagradable encuentro sería inevitable y se había esforzado durante todo el viaje para prepararse psicológicamente pero, incluso así, la convulsión que se produjo en lo más profundo de su ser cuando sus penetrantes ojos distinguieron la silueta del caballo blanco fue tal que bien pudo haber significado el fin del viaje. Su corazón pareció detenerse en el tiempo, la sangre que debía correr por sus venas se paralizó y su mente se bloqueó totalmente, todo su sistema falló. Sus extremidades, carentes de impulsos que las obligaran a moverse, cesaron de aletear y irremediablemente empezó a perder altitud; el suelo se agrandaba a pasos agigantados. Solo su gran fuerza de voluntad y su extraordinaria autodisciplina lograron resetear el sistema y devolver la funcionalidad a su cuerpo lo suficientemente pronto como para salvarle de un impacto brutal. Intentando recuperar la compostura, Ghân remontó el vuelo. Hacía casi 20 años que sus ojos no contemplaban el maldito estandarte del caballo blanco en persona aunque, en sus pesadillas, eran constantes las visitas que este le hacía. Su imagen estaba asociada al más profundo dolor y al aún más intenso odio. De repente, esa gran ira empezó a crecer de nuevo en su interior, conquistando cada rincón de su ser, destruyendo cualquier atisbo de raciocinio, tiñéndolo todo de un intenso color rojo, color rojo sangre; la sangre de su madre que brotaba sin remisión al ser ensartada por la lanza de un rohirrim. Ofuscado por tales sentimientos el shaman cambió de nuevo el rumbo con una sola idea en la cabeza: teñir su pico de sangre de Rohan. Cuando alcanzó de nuevo al cuarteto no se lo pensó más, a decir verdad no pensó nada, había perdido tal capacidad, y empezó a descender en picado a su máxima velocidad. Ni siquiera tenía previsto parar, solo deseaba borrar de un solo golpe al demonio montado que sujetaba el estandarte. Segundo a segundo el objetivo se acercaba, la suerte del shaman parecía estar sellada cuando milagrosamente algo traspasó su armadura de odio ya resquebrajada, hacía unos días, por la visión de la niña. Una especie de aura cálida, irradiada por algún componente del grupo, se coló por esa antigua grieta y calentó su corazón lo suficiente como para que los buenos sentimientos empezaran a abrirse paso. Era como si alguien le intentara decir que estaba cerca de algo maravilloso, casi mágico. Entonces lo vio:

>>>"¡¡¡Un elfo!!!¡¡¡Que criatura más hermosa!!! Y que sensaciones irradia. Es como si hubiese soportado todas las penas de Endor, en una existencia casi eterna, sufrido todas las calamidades del mundo y aún así tener la inquebrantable voluntad de seguir adelante."<<<

Nunca había apreciado Ghân tal hermosura en nada que no fuera obra de la Dadora y eso le conmovió. Instintivamente frenó su ataque; no podía llevar a cabo ese acto de venganza delante de un ser tan extraordinario. Atrapado por una mezcla de fascinación y curiosidad centró todos sus sentidos en el elfo. Estuvo un tiempo

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haciéndolo: acercándose como atraído por su aura, estudiando sus ademanes, sus gestos, todo. Hubiese estado observándolo por toda la eternidad cuando recordó que era lo que estaba haciendo, porque estaba allí y cual era su cometido. Avergonzado por esos pensamientos el shaman se alejó del cuarteto. Había estado a punto de echarlo todo a perder por dejarse dominar por el odio, por intentar satisfacer su sed de venganza, por puro egoísmo: ¿Y él se consideraba protector de su pueblo?,¿él quería saldar la deuda con la Dadora ayudando a los suyos?. Sabía que su pueblo corría peligro, que estaba en sus manos cambiar su destino, que debía sacrificarlo todo por ellos y, sin embargo, había estado a punto de fracasar a las primeras de cambio. Yavanna le había otorgado unos dones que cualquiera hubiese deseado para si; Yavanna sabía como era, lo había perdonado, y le había dado las herramientas para resistir el odio y la maldad que albergaba su corazón. Eso era lo que debía hacer, resistir, al menos hasta cumplir su parte del trato. Debía controlarse y centrarse en lo importante y, lo importante ahora era descubrir las conexiones del Brujo de Angmar, la niña y los cazadores. Tenía que hacerlo: por su pueblo y por su principal valedora, Yavanna.

>>>"Kementari, siempre has confiado en mí y me has ayudado. Depositaste tus esperanzas en alguien totalmente desahuciado y no te fallaré; tú no me abandonaste, ni siquiera ahora a punto de cometer, de nuevo un error fatal. ¿Piensas que no he sentido tu presencia? Si, claro que sabes que la he notado, no me diste tantos dones como para que ahora creas que has pasado desapercibida a mis sentidos. Sé que de alguna manera has frenado mi envestida. Escucha pues las palabras de tu hijo: doblegaré mi odio a voluntad, lo ahogaré en lo más profundo de mis entrañas hasta que mi objetivo esté cumplido, lo prometo. Pero, después no intentes detenerme porque liberaré mi ira con la furia de una tormenta de verano hasta que pueda consumar mi venganza; aunque eso implique mi final. Y ahora Ghân céntrate en tu cometido. Qué extraño es todo esto. ¿Tendrá algo que ver este grupo con la retirada de los cazadores y los orcos? Confiaré de nuevo en mis intuiciones tal vez, al final, ellas me aclaren más que mis sentidos "<<<

Rápidamente, el shaman vuelve sobre sus pasos y se posa en un gran árbol que parece señalar el fin de las montañas y el comienzo del llano Desde allí, a igual distancia de los dos grupos, resuelve usar sus dotes adivinatorias. No es el mejor modo pero, a la luz el día, es una imprudencia cambiar de aspecto. De pronto, sus ojos ven algo en el suelo, a pocos metros de él:

>>>"¡¡¡Flechas!!!,y formando un ángulo de 30 grados con el suelo en dirección norte. Eso solo puede significar que han sido disparadas desde el norte. Es un dato significativo; tal vez los orcos, al norte, dispararon las flechas al cuarteto, al sur pero, ¿porqué? Esperemos que mis dotes me aclaren algo. "<<<

Ghân, en un gesto ya mecánico, cierra los ojos y lanza su pregunta mentalmente:

>>>"¿Dónde habrán ido los cazadores? y, ¿por qué vuelven tan pronto?"<<<

Después, vacía su cabeza de pensamientos para así recoger sin impedimentos todas las sensaciones que esta pueda captar.

"Los hombres vestidos con pieles y un grupo de orcos viajan juntos."

>>>"Bien, eso puede significar que solo se separaron para enviar el mensaje"<<<

"Persiguen algo, rastrean"

>>>"¿Han encontrado ya lo que buscan? Difícil de saber"<<<

"Se esconden tras rocas y disparan en oleadas sus flechas."

>>>"Tal vez tenga delante el escenario de lo sucedido. Los orcos disparan al cuarteto pero, ¿es el cuarteto lo que persiguen? Si es así parece que han perdido su presa porque si ellos van a pie y el cuarteto a caballo.....¡¡un momento!!...¿solo dos caballos y una mula para cuatro?"<<<

"Unos se retiran hacia el norte, otros huyen hacia el sur."

>>>"Ahí puede estar la clave. Los orcos se retiran, han perdido la presa pero no, eso no es factible para los orcos. Es imposible seguir de cerca el rastro de jinetes montados.... a no ser que... ¡¡¡no fueran montados!!! Eso es, perseguían a un grupo a pie: al elfo y al guerrero. Ya los tenían pero la suerte les ha sido esquiva: sus presas se han encontrado con dos jinetes de Rohan y se los han llevado hacia el sur. Los orcos, en un último intento por apresarlos antes de perderlos han intentado darles caza con flechas y no lo han conseguido. Ahora, sin posiblidad de seguirlos, se retiran al norte pero, ¿hacia donde? Eso no lo se."<<<

La visión terminó aquí. Nada más pudo presentir el shaman pero lo visto aclaraba un poco las cosas o, por lo menos, permitía elucubrar una explicación plausible de los hechos. Eso no significaba que esta fuera cierta. Si los orcos querían dar caza al elfo y a su compañero era porque estos poseían alguna cosa de importancia: información, un objeto, algo. Nada, no podía especular más allá. Debía buscar más información, seguir un camino pero ¿cual?. Desde luego no le hacía ninguna gracia seguir al cuarteto, iban directos al corazón la Marca; y eso que la idea de estar cerca del elfo le atraía sobremanera. En cuanto a los orcos, no tenía ni idea de sus intenciones ahora; si sus hipótesis eran ciertas, después de perder la presa era impensable averiguar lo que se proponían. Estaba en un callejón sin salida. La única esperanza residía en ese pequeño trozo de pergamino que guardaba en la bolsa, ¡¡si supiera lo que ponía en él!!

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Pensó en seguir al elfo, tal vez el supiera descifrarlo pero, para ello, debía darse a conocer y eso no quería hacerlo de ninguna manera. Con esa premisa clara, la elección se limitaba a un solo camino. Ir tras el cuarteto no le reportaría ningún beneficio y solo le acercaría al lugar que menos quería. Sabía que, al final, le tocaría ir al corazón de la Marca, tal vez incluso a Edoras, pero no si aún podía evitarlo. ¿Que haría allí? No podía pasear con su forma natural y con su disfraz solo podía limitarse a observar. No, era mejor vigilar los movimientos orcos; eran más sospechosos y con una conexión más que obvia con el Rey Brujo. Tal vez su modo de actuar le aclarara algo y, ¿quien sabe? Igual la suerte le sonreía y encontraba alguien, o algo, que supiera descifrar el misterioso pergamino.

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Bueno, supongo que la cosa está clara. Había que decidir y he decidido. He intentado dar una explicación más o menos lógica de porque hago esta elección pero no se si lo he conseguido. Como digo en el post no tengo ganas ni de mostrarme a nadie ni de ir a la Marca, por lo menos no mientras pueda evitarlo.

De momento voy a observar a los orcos y a los cazadores. Siempre me fijaré más en los hombres y si se separasen iría tras ellos.

Si la cosa se complicase o no sacase nada en claro intentaría recuperar la pista del cuarteto aunque supongo que será difícil. De todos modos ya debe de ser por la tarde. Los orcos se animaran y el cuarteto aminorará. A lo mejor envueltos en las sombras de la noche los orcos se muestren más "expresivos".

Otra cosa, no tengo muy claro donde estoy. Por lo descrito hasta ahora yo me situaba justo por debajo de Fangorn aunque no si si cerca de las Montañas Nubladas o más próximo al Entaguas. O ¿tal vez en la Llanura de Rohan entre el Entaguas y el Anduin, al este de Fangorn? No se, ya me confirmarás o desmentirás mi posición en el siguiente post.

Ahora Robroy, creo que solo me queda esperar a que tu maquiavélico cerebro me prepare alguna maldad de

las tuyas.

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1-B: RIVENDEL – VIAJE A ROHAN Lothriel (Aluph) y Gelekar (Arty)

TURNO 1

Lothriel

Llevaba varios días huyendo... Recordaba aquella mañana en la que mientras se entrenaba vio cómo se aproximaba un grupo hacia su posición. Antes de que se percataran de su presencia se escondió tras una roca y espero a que llegaran a su posición. Decidió no asomarse para estar segura de que no la descubrían, pero podría asegurar que eran al menos cuatro y no más de seis. Por desgracia no pudo escuchar toda su conversación pero lo que oyó, por alguna extraña razón, se le metió muy dentro.

1: “ ... ¿una niña?...” 2: “ ...el Rey Brujo quiere... a Rohan” 3: “ Partiremos esta noche... deben morir” 1: “ ¿Dónde...?” 3: “ ... Albrug...” – esto no lo entendió bien, ya habían pasado a su lado y le alejaban.

Lo que ocurrió a continuación no se lo perdonaría nunca. Por fortuna ya estaban relativamente lejos cuando se giro para ver si los veía e hizo desprenderse unas pequeñas rocas. Se quedó paralizada durante un segundo, que se le hizo eterno, y entonces corrió. Corrió todo lo que le permitían sus piernas. Estaba segura de que iban tras ella y no dejó de correr hasta asegurarse de que les había despistado. Estaba muerta de miedo pero al mismo tiempo excitada. Pasado un rato pensó que estaba en peligro y que si aquellas figuras estaban bajo las órdenes del Rey Brujo, no descansarían hasta encontrarla. Decidió ir a su casa prepararse para viajar: iría a través de las Montañas Nubladas, hasta Rivendell y luego, tal vez a Rohan. Cogió agua y raciones para una semana, su equipo y las cuatro monedas de oro que había ahorrado los últimos meses y partió.

De eso hacía ya varios días, no recordaba cuántos. Ni tan siquiera era capaz de recordar la última vez que había comido. Casi no tenía agua pero ya había cruzado las Montañas Nubladas y podía ver Rivendell a lo lejos. Estaba extenuada por el viaje y hambrienta. Se forzaba a si misma a seguir y cada paso suponía un enorme esfuerzo. Rivendell se alzaba a muy poca distancia ya, pero estaba estenuada del viaje. Se dejó caer de rodillas al suelo y se recostó.

Lothriel: “Descansaré un rato y luego entraré” – musitó para sí cerrando sus ojos...

Gelekar

Aquel elfo noldor solía curar a aquellos viajeros heridos que llegaban a Rivendell, pero ciertamente eso, ahora, apenas ocurría. Aquel día había decidido salir en busca de hierbas aprovechando que hacía una mañana muy agradable. Así que se dirigió a un pequeño bosque y unas colinas al este de Rivendell y comenzó su búsqueda.

Primero buscó entre las colinas y encontró 8 nelthandon, una pequeña planta muy común en esa zona, que si se ingiere induce al vómito en veinte minutos. Decidió cambiarse a la zona boscosa y allí tuvo mucha más suerte, ya que encontró dos hojas completas de mostaza cuidadosa, cuyo emplasto es capaz de recuperar todo el daño de una herida en una hora. Satisfecho salió del bosque dispuesto a regresar a la ciudad, cuando vio a lo lejos una figura que andaba casi a traspiés y que finalmente se desplomaba. Sin dudarlo un momento acudió en su búsqueda.

Lothriel y Gelekar

La joven guerrera se despertó y sintió que estaba a salvo. Se encontraba en una habitación desconocida para ella, en una cómoda cama. Observó a su alrededor y vio que era un cuarto muy sencillo pero estaba limpio. En una silla en un rincón vio todas sus pertenencias incluyendo casi toda su ropa. Entonces se dio cuenta de que estaba casi desnuda. Intentaba recordar cómo había llegado hasta allí cuando entró en la habitación un elfo. Su presencia era imponente y creyó recordar su mirada calma y sosegada, pero instintivamente se tapo más con las sábanas.

Gelekar: “Bien ya has despertado. No te preocupes, estás bien, sólo era cansancio” Lothriel: “¿Quién eres? ¿Dónde estoy? ¿Cuánto llevo aquí?" – estaba muy nerviosa. Gelekar: “Ja ja ja. Mi nombre es Gelekar, estás en mi casa en Rivendell y llevas durmiendo unas catorce horas. Ah, y puedes estar tranquila, yo no te quité la ropa, lo hizo una mujer. Mira aquí viene, esta es Nimoel, a veces me ayuda con los heridos y enfermos”.

La recién llegada no pronunció palabra, pero hizo un pequeño gesto parecido a un saludo. Traía una bandeja

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con un cuenco de sopa caliente, algo de carne y una jarra de agua y se la tendió a Lothriel. Lothriel: “Muchas gracias Nimoel” – dijo ésta, pero no obtuvo más respuesta que otro gesto y una leve sonrisa. Gelekar: “Come tranquila” – dijo Gelekar – “Cuando te encuentres con fuerzas tal vez quieras que charlemos un poco. Yo estaré fuera”.

Y diciendo esto dio media vuelta siguiendo los pasos de Nimoel abandonando la habitación. Lothriel: “Gelekar” Gelekar: “¿Si?” Lothriel: “Gracias por tu ayuda y hospitalidad. Mi nombre es Lothriel“ Gelekar: “Ja ja ja. Come pequeña y ya hablaremos” - Salió de la habitación cerrando la puerta tras él.

Aquella comida estaba realmente deliciosa y ya se encontraba mucho mejor. Es cansancio y el hambre habían desaparecido. Se había vestido y recogido todo su equipo. Respirando hondo se dirigió a la puerta y abrió. Aquella puerta daba a un gran salón con chimenea y junto a ella, sentado vio a Gelekar ojeando un libro.

Gelekar levantó la vista al oir la puerta y cerró el libro que tenía entre las manos...

(RESPUESTA LOTHRIEL)

Lothriel: “Gelekar” Gelekar: “¿Si?” Lothriel: “Gracias por tu ayuda y hospitalidad. Mi nombre es Lothriel“ Gelekar: “Ja ja ja. Come pequeña y ya hablaremos” - Salió de la habitación cerrando la puerta tras él.

"Es una persona muy agradable y parece muy risueña y he de estarle agradecida por su acogida y por haber ayudado a una extraña como yo y haberla acogido en su casa" Voy meditando mientras me termino la comida tan sabrosa que se me había preparado.

Una vez terminada la comida salgo de la habitación presta para no hacer esperar a mi anfitrión que tan bien se ha portado conmigo y cuando llego al salón me quedo asombrada con la belleza que irradia el mismo. Cerca de la chimenea veo a Gelekar y me encamino hacia el con la vista puesta en toda la estancia observando todos los detalles.

Ya delante de Gelekar me inclino en una reverencia hacia mi anfitrión:

-Muchas gracias por su ayuda y por acogerme en su casa. Si no hubiese sido por usted ahora seguro que no viviría para contarlo. Le debo mucho y estaré en deuda con usted durante mi vida de humana. Si pudiese ayudarle en algo yo estaría encantada en echarle una mano mas cuando usted me halló mi dirección era Rohan pues he de huir de esta parte de Arda ya que me están persiguiendo unos hombres y si consigo llegar a un sitio seguro los perderé de vista. - le hablo en tono nervioso y mirando hacia todos los lados como si me estuviesen espiando por alguna rendija de la pared o escondidos detrás de la puerta-Siento este nerviosismo pero es que no me gustaría que me matasen- digo mientras sigo mirando para todos sitios e intento buscar un asiento para intentar ponerme comoda y relajarme mientras conversamos mi anfitrión y yo.

(RESPUESTA GELEKAR)

Gelekar estaba de buen humor ese día. Después de mucho tiempo, había podido utilizar sus habilidades de sanador con una humana. De todos modos su tiempo de descanso había sido muy beneficioso, ya que había expandido y profundizado sus estudios de flora y fauna en los alrededores de Rivendel.

Precisamente, eso era lo que estaba haciendo él cuando encontró a la niña (por lo que Gelekar había vivido, veía a todos los humanos como niños). Al principio se mostró un poco reacio a ayudarla. Era una humana, un ser inferior, y él no tenía por que involucrarse en los problemas de otra raza. Pero luego de ese lapsus de orgullo, característico de los Noldor, Gelekar recordó su lugar en Rivendel, animista y sanador, para servir a cualquier persona que lo necesitara o estuviera en una situación de peligro. Se reprendió a si mismo por sus pensamientos egoistas, y se acercó a la humana.

Al ver la belleza de la joven, Gelekar se sorprendió. Él pensaba que la hermosura de los elfos era incomparable con la de los humanos, pero la de esta niña era muy particular. Su largo cabello negro cai sobre sus hombros suavemente, contrastando con sus enormes ojos azules, que se cerraron rapidamente a causa del desmayo de la joven. El elfo la tomo en sus brazos suavemente y la llevó a su casa de Rivendel.

Allí la sanó sus heridas, y dejó a dispocisión de su ayudante, Nimoel, para que la pusiera a dormir. Luego de 14 horas de sueño, la humana despertó. Gelekar se acercó, y la joven lo observó con sus hermosos ojos. Luego de identificarse, el elfo aceptó el agradecimiento de la joven y se fue a otra pieza a leer un libro.

Estaba muy complacido. La humana era educada, además de tranquila y pacífica. Él no se había arrepentido de su decisión de ayudarla, y se avergonzaba de que por un momento pensó en dejarla sola, herida y al borde de la muerte. Estaba plácidamente sentado cuando la joven se acercó, le volvió a agradecer por su hospitalidad, y le contó un poco de su vida.

Gelekar interrumpió su lectura, y escuchó atentamente a Lothriel.

"De nada, no tienes por que agradecerme humana. Es mi deber aqui en Rivendel curar a los viajeros

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heridos, y estoy complacido de tenerte aqui en mi casa. Escuché tu historia atentamente, y me asaltan muchas dudas: ¿Por que te persiguen estos hombres? ¿Los conoces? ¿De donde vienen? . Pero puedo decirte un cosa; aqui estarás a salvo. Ven, sientante aqui asi podemos charlar un poco."

El elfo le acercó una silla, ansioso de escuchar las respuestas de Lothriel.

(RESPUESTA LOTHRIEL)

"De nada, no tienes por que agradecerme humana. Es mi deber aqui en Rivendel curar a los viajeros heridos, y estoy complacido de tenerte aqui en mi casa. Escuché tu historia atentamente, y me asaltan muchas dudas: ¿Por que te persiguen estos hombres? ¿Los conoces? ¿De donde vienen? . Pero puedo decirte un cosa; aqui estarás a salvo. Ven, sientante aqui asi podemos charlar un poco."

Una vez le escuchó hablar ella intentó tranquilizarse y calmarse. Cuando consiguió calmarse empezó a relatar la historia:

-Bien, vengo del reino de Angmar y sin querer escuché una conversación entre cuatro hombres que hablaban de Rohan, el rey brujo y Albrug que eso no se muy bien lo que es. Cuando los hombres se alejaron salí de donde estaba escondida e intenté irme despacio sin que me vieran pero no pude hacerlo ya que por desgracia una piedra cayó y me descubrieron,despues de una persecución interminable conseguí perderles en Rhovanion y conseguí poder descansar y despues lo que recuerdo es que estoy aquí y que usted me ha salvado la vida. Necesito ir a Rhoan para avisar de lo que he escuchado pues parece ser que tienen muchos intereses allí. Pero no puedo llegar sola, necesito alguien que conozca Arda para poder llegar a Rohan sana y salva - despues de decirle eso lo miró con ojos tristes y melancólicos como si esa historia le diese realmente pena - Lo peor es que mi familia no está a salvo allí pero tan solo espero que al seguir mi rastro se hayan olvidado de ellos hasta que

puedan escapar de allí y huir hacia el sur en busca de protección- digo esto llorando -Sniff.... Lo siento pero mi familia es lo primero y les tengo mucho aprecio. ¿Sabrías de alguien que me pueda ayudar a llegar a Rohan?

Una vez dicho esto me sueno y me dejo caer abatida en el sillón.

(RESPUESTA GELEKAR)

El elfo escuchó atentamente a la humana. Su rostro fue tomando diferentes expresiones mientras oia el relato de la muchacha. Ella había viajado muchas leguas solo para escapar de estos hombres de Angmar, tan enigmáticos como sus planes. El elfo sintió una renovada admiración hacía la joven por la extensa travesía que había realizado.

Al terminar, Lothriel le expresó sus deseos de conseguir un acompañante para continuar su camino hacia Rohan, donde comunicaría sus descubrimientos. Gelekar sintió que la joven deseaba que él la acompañara.

¿Yo?- pensó el Noldor-¿Yo acompañando a una humana por Arda, solo para cumplir sus deseos?. No. Eso no es lógico. Mi lugar está aqui en Rivendel, mi hogar. Aqui es donde está mi trabajo, mis estudios, toda mi vida. ¡No pienso arriesgarme por los caprichos de una humana!

Gelekar salió de su lapsus de reflexión y se volvió a la joven para darle su respuesta. Pero algo pasó en ese momento. Algo extraño, casi mágico. Al ver sus ojos, sus enormes ojos azules, no pudo evitar sentir compasión. Era solo una niña, estaba desamparada, sola, y era perseguida por unos malhechores. Él había dedicado su vida a ayudar a los demás, pero ¿Realmente era eso lo que estaba haciendo en los últimos tiempos? ¿O se había encerrado tanto en si mismo que había olvidado cual era su objetivo? ¿Acaso no tenía enfrente a una persona que necesitaba de su ayuda, de sus consejos, de alguien en quien confiar?

Lo pensaré. Descansa, necesitas recuperar fuerzas.- le dijo Gelekar a Lothriel, y siguió leyendo su libro, en parte para evitar la mirada de la joven, en parte para reflexionar y meditar su decisión.

TURNO 2

Lothriel

Lothriel tomó la decisión de partir al alba. Deseaba que Gelekar fuese con ella, o que al menos le facilitae algún nombre, alguien que pudiera guiarla hasta Rohan. Ella nunca había salido de Rhovanion y no tenía ni idea de cómo llegar hasta Rohan ni de cúal sería el mejor camino a seguir.

Cuando Gelekar volvió a su libro ella se levantó, triste, y se apartó. ¿Qué hacer ahora? Podía descansar lo que quedaba de día o visitar la ciudad. También podía buscar y contratar algún explorador, aunque eso sería demasiado caro y no tenía mucho dinero...

Gelekar

A Gelekar le gustaba su vida. La vida en Rivendel le era grata. ¿Qué hacía él viajando con una muchacha humana? ¿Y por qué? Si viajase por todo Arda con cada persona que tuviera un problema... Era absurdo siquiera plantearse la posibilidad de acompañarla.

Pero aquella joven tenía algo especial. Venía huyendo y sus perseguidores eran de Angmar. Y además estaba

25

su historia. Que una simple humana y tan jovencita, fuese capaz de recorrer tantas millas para advertir a los Rohirrim de un peligro... Desde luego sentía cierta admiración por ella.

Cuando volvió a su libro observó de reojo que Lothriel se levantaba algo decepcionada. Gelekar debía tomar una decisión rápidamente...

(RESPUESTA LOTHRIEL)

Al escuchar las palabras del elfo su alma cayó al suelo pues parecía que el elfo no quería acompañarla pero ella no conocía a nadie más y necesitaba partir urgentemente hacia Rohan, le costara lo que le costase al final lo convencería de que la acompañara.

-Mañana partiré temprano hacia Rohan y aquí no conozco a nadie y necesito es más imploro ayuda pues yo sola no podré llegar allí. Por favor Gelekar me agradaría mucho el que alguien tan bondadoso como vos me acompañara en esta campaña tan dificil que he de realizar.- le digo con ojos tristes y pesarosos pues realmente me encantaría que me acompañase pues seríamos dos y contando que es un elfo sería más facil esconderse de mis perseguidores.

Una vez dicho eso Lothriel se dirigió hacia la puerta para irse a descansar o por lo menos para meditar.

-Que usted descanse caballero Gelekar. Mañana si no viene por lo menos le pediría que se presentase para la despedida pues aun sigo en deuda con usted por salvarme la vida. Hasta mañana- digo esto con lagrimas en los ojos y dada la vuelta para que no se me vea mientras salgo por la puerta y la cierro a mis espaldas.

(RESPUESTA GELEKAR)

Gelekar ya había tomado su decisión. No iría. Había pensado la situación, y le parecía que ir de repente hasta Rohan solo para acompañar a una niña era una locura.

Siguió leyendo su libro, impasible. De repente Lothriel volvió a hablar. Sus palabras fueron tristes y desdichadas. El elfo no tenía idea de que su respuesta fuera a tener un impacto tan grande en la niña. Ella le habló de forma muy educada, y volvió a agradecerle.

En ese momento Gelekar se dio cuenta de lo importante que era para Lothriel que él la acompañara. La humana necesitaba a alguien que la protegiera, que la cuidara. Se sentía sola y desamparada.

Pero lo que mas afectó a Gelekar fue ver a la joven llorar. Él era bastante inexpresivo, salvo cuando hablaba de su trabajo, pero esta escena lo enterneció mucho. Ver las lágrimas en sus ojos lo hizó cambiar su decisión. Solo serían unos días, y tampoco sería algo tan dificil. Solo tenía que evitar a los hombres que la perseguian, pero el elfo era bueno en temas de sigilo y supervivencia.

Inmediatamente, cerró su libro, se levantó del sillón, y abrió la puerta que había cerrado hacía solo unos segundos la humana, la vio yendo para su cuarto,y le dijo:

"Lothriel, ya he decidido. No acostumbro a alejarme de Rivendel, que es mi hogar y mi lugar de estudios. Pero veo que este es un caso especial. No puedo dejar que ningún ser en la faz de la tierra sea asediado por gente malvada, y que yo pase la oportunidad de evitarlo. Tu propósito de avisar a los rohirrim de la información que has escuchado es noble, y has arriesgado tu vida por eso. Tu acción demuestra nobleza y valentía. Te acompañaré. Partimos mañana, pero ahora ve a tu cuarto y duerme, un largo viaje nos espera."

(RESPUESTA LOTHRIEL)

Al cerrar la puerta la chica estaba desconsolada pero a medida que avanzaba hacia sus aposentos sintió como la puerta se abría y Gelenkar aparecía tras ella y le dijo:

"Lothriel, ya he decidido. No acostumbro a alejarme de Rivendel, que es mi hogar y mi lugar de estudios. Pero veo que este es un caso especial. No puedo dejar que ningún ser en la faz de la tierra sea asediado por gente malvada, y que yo pase la oportunidad de evitarlo. Tu propósito de avisar a los rohirrim de la información que has escuchado es noble, y has arriesgado tu vida por eso. Tu acción demuestra nobleza y valentía. Te acompañaré. Partimos mañana, pero ahora ve a tu cuarto y duerme, un largo viaje nos espera."

Al oir estas palabras la joven se emocionó mucho e instintivamente se le arrojó a los brazos besando al elfo en la mejilla y dandole de nuevo las gracias.

-Muchisimas gracias. No esperaba menos de un caballero tan noble como vos y me siento muy feliz y orgullosa con su compañía y la verdad es que no se como pagarle tantas veces como me está ayudando pero bueno ya lo discutiremos de camino a Rohan. Ahora necesitamos descansar como vos habeis dicho. Buenas noches y que Eru le acompañe en sus sueños

Tras la despedida la chica se retira a sus aposentos a refrescarse, ponerse comoda y preparar el equipo para partir al día siguiente. Una vez que termina sus preparativos se echa en la cama y se pone a dormir.

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TURNO 3

Lothriel se retiró a su cuarto muy animosa. No tendría que hacer el viaje sola por unas tierras desconocidas para ella. Además había obtenido la mejor compañía posible: Gelekar. Aquel noldor no era como los elfos que la humana imaginaba. Gelekar era amable e incluso se podría decir que altruista ya que en realidad la idea de acompañar a una extraña en un largo viaje quizás lleno de peligros no era una tarea que cualquiera aceptara.

La joven Lothriel preparó sus cosas para el día siguiente y cuando comprobó que tenía todo lo necesario descansó.

Gelekar aún no daba crédito a lo que acababa de hacer. Iba a abandonar su hogar para acompañar a una humana que había conocido ese mismo día a un viaje extraño por motivos más extraños aún sin cabe.

En cualquier caso agradeció la oportunidad de volver a viajar pues hacía varios años que apenas salía de Rivendel. Tras unos minutos de reflexión fue a buscar a Nimoel para contarle la noticia: estaría fuera una temporada y le dejaba a cargo de todo en su ausencia.

Y después comenzó los preparativos del viaje. Gelekar era previsor y siempre había preferido pasarse a quedarse corto, así que fue a sus establos y se acercó a Musgo, su vieja mula. La acarició y le susurró al oído:

Gelekar: Nos vamos a Rohan vieja compañera.

Cuando Lorthriel se levantó, Gelekar la esperaba junto a Nimoel con el desayuno. Musgo ya estaba cargada con todo lo necesario y ya sólo faltaba elegir una ruta.

(RESPUESTA LOTHRIEL)

Una vez abajo Lothriel agradecío ferbientemente el desayuno que se le había ofrecido y lo tomó totalmente animada, parecía otra chica distinta a la jovencita que la noche anterior estaba en el salón. Ahora rezumaba vida y alegría porque partiría junto al elfo a su misión.

-Bien, ahora tendremos que decidir por donde iremos, tendrá que ser un lugar seguro y tranquilo que no nos deje a la vista de nadie por lo tanto hemos de ir por la montaña, atravesandola o esa es mi opinión pero como vos sois de esta parte me gustaría saber su opinión y su opción pues sabrá mas sobre los peligros de los caminos - tras decir eso Lothriel hizo lo posible por aparentar serenidad frente a su anfitrión para que el elfo la viese segura de si misma y no temerosa como se encontraba por sus perseguidores.

(RESPUESTA GELEKAR)

Gelekar ya estaba listo para viajar hacia Rohan. En realidad, estaba preparada su mula Musgo y todo el equipamiento, pero en su mente el todavía no podía creer su decisión. Desde Rivendel a Rohan existían muchas leguas, y eran varios dias de viaje. Los víveres que llevaban eran los necesarios pero: ¿Qué pasaría si sufrían una emboscada? ¿ Podrían resistir un ataque?.

El elfo se levantó mucho antes que la humana, de hecho, él casi no dormía, y menos antes de ese viaje tan importante. Además de preparar a Musgo y todo lo demás, fue a hablar con Elrond. Le pidió permiso para realizar el viaje, aunque más por respeto y gratitud que por otra cosa, porque Gelekar sabía que el medio-elfo no tendría ningún problema en dejarlo partir. Le comunicó el problema de Lothriel y su decisión de comunicarlo a los rohirrim. Como el Noldor había previsto, su partida había sido aceptada.

Gelekar pasó un tiempo pensando en que camino tomarían. Debía ser el mas sencillo, y tampoco se preocuparían mucho por que no los siguieran. Los hombres que perseguían a la joven debían haberse dado ya por vencido, y si no, Gelekar los estaría esperando. Él no pensaba tomar rutas extremadamente dificiles y complicadas por el solo hecho de el peligro de algunos hombres malvados.

Lothriel despertó un tiempo después. Comió su desayuno ávidamente. Parecía muy ansiosa, con ganas de comenzar el viaje. La humana le expresó sus ideas de como realizar el viaje.Gelekar escuchó, pero su decisión sobre la ruta a tomar ya la había hecho. Lo que él hizo luego de oir las palabras de la ninña, fue comunicárselo:

Joven humana, ya he decidido por donde iremos. Bordearemos la montaña en la primera parte del viaje, pero luego iremos bordeando el río. Veremos como resulta esto, ya que si observamos que nos siguen bordearemos las montañas mas todavía, aunque preferiría no hacerlo, nunca he confiado mucho en esos terrenos, ni en las criaturas que los frecuentan. Luego llegaremos al río Isen, que nos llevará a Isengard. Alli ya no correremos mas peligro, ya que el Bien reina ya sobre esos páramos. Desde alli llegaremos a Rohan en poco tiempo, e iremos hacia Edoras para comunicar al mismísimo Rey Theoden tus noticias. Desde alli nuestros caminos estarán separados.

Gelekar ya había dicho lo que tenía que decir. Solo esperaba comenzar el viaje, y que los Valar velaran por ellos.

TURNO 4

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Gelekar terminó de hacer los preparativos para el viaje y aprovechó mientras Lothriel dormía para visitar a Elrond e informarle de su partida. Por supuesto Elrond, el medio-elfo aceptó su marcha pero le advirtió que tuviera mucho cuidado. Si lo que le había contado la humana era cierto puede que fuera un viaje peligroso. Elrond también le recomendó que el objetivo fuese el mismísimo rey Theoden en Edoras, la capital del reino de Rohan. Esperaría su regreso con la información que pudiera obtener.

Por la mañana la joven Lothriel estaba radiante y muy animada. El rostro del animista era, sin embargo mucho más sereno. Elfo y humana estaban a punto de partir. Se acababan de conocer pero eso no fue impedimento para que Lothriel convenciera a Gelekar de que le acompañara.

Lothriel: Bien, ahora tendremos que decidir por donde iremos, tendrá que ser un lugar seguro y tranquilo que no nos deje a la vista de nadie por lo tanto hemos de ir por la montaña, atravesandola o esa es mi opinión pero como vos sois de esta parte me gustaría saber su opinión y su opción pues sabrá mas sobre los peligros de los caminos .

Gelekar: Joven humana, ya he decidido por donde iremos. Bordearemos la montaña en la primera parte del viaje, pero luego iremos bordeando el río. Veremos como resulta esto, ya que si observamos que nos siguen bordearemos las montañas mas todavía, aunque preferiría no hacerlo, nunca he confiado mucho en esos terrenos, ni en las criaturas que los frecuentan. Luego llegaremos al río Isen, que nos llevará a Isengard. Alli ya no correremos mas peligro, ya que el Bien reina ya sobre esos páramos. Desde alli llegaremos a Rohan en poco tiempo, e iremos hacia Edoras para comunicar al mismísimo Rey Theoden tus noticias. Desde alli nuestros caminos estarán separados.

A Lothriel le pareció bien, después de todo ella no conocía aquellas tierras como su acompañante. Por fin llegó el momento de la partida. Salieron de Rivendel bordeando las montañas. Era un día soleado aunque un poco fresco. Musgo avanzaba a buen ritmo y aquel día apenas se puso tozuda.

El viaje fue muy cómodo y pasaron un par de días agradables charlando a ratos, otros en silencio, pero siempre animosos, sobre todo ella. para Lothriel era una experiencia totalmente nueva. Nunca había viajado tan lejos de su hogar. Gelekar iba explicando a Lothriel por dónde viajaban.

Tiradas: Gelekar (conocimiento de la región) = 113 (éxito)

Gelekar: En un par de días estaremos cerca de la entrada a Moria, el reino de los enanos, y mañana por la noche llegaremos a Acebeda.

El tercer día de camino salió un poco lluvioso lo que ralentizó su marcha. Al atardecer decidieron acampar en una zona con una pequeña cueva donde estarían a salvo del agua. Después de todo, no llegarían a Eregion esa noche... Mientras Lothriel preparaba el campamento Gelekor se encargaba del fuego y la cena.

Tiradas: Gelekar (climatología) = 94 (casi éxito)

Gelekar: Creo que mañana no lloverá, podremos recuperar el tiempo perdido hoy.

Tiradas: Gelekar (percepción) = 122 (éxito) Lothriel (percepción) = 77 (éxito parcial)

Gelekar: Lobos.

Lothriel: Había escuchado algo pero no sabía lo que era.

Gelekar: No andan lejos, hay que tener cuidado.

(RESPUESTA LOTHRIEL)

Al saber que se acercan lobos intento poner a pensar rapidamente esa cabecita que se me ha concedido por obra y gracia de Eru y que de normal solamente la tengo para peinarmela.

-A ver compañero, tenemos que ganar el mayor tiempo posible hasta prepararnos para combatir a los lobos y por lo tanto hemos de hacer una maniobra de distracción para ver si podemos tenderles una trampa. ¿Que opinas de eso?-le digo esto mientras voy mirando a todos los sitios para poder tender una emboscada a los lobos pues pueden atacar pero que podamos defendernos sin que se note demasiado la superioridad numerica de los lobos pues no sabemos cuantos son pero mas de dos puede que sean ya que los lobos no van solos o en pareja o eso es lo que yo creo.

(RESPUESTA GELEKAR)

El elfo Noldor estaba contento, ya que el viaje había sido ameno. Los caminos no impusieron ningún tipo de obstáculo, y tampoco el clima. De vez en cuando pudo charlar con Lothriel, y asi se conocieron un poco mejor. Su mula Musgo también se portó de maravilla. Gelekar ya estaba casi convencido de que este viaje había sido una muy buena idea.

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Durante el camino pudo apreciar los hermosos paisajes que ya hacía mucho no observaba. Su tiempo en Rivendel había sido muy largo, y ya era hora de volver a ver otras partes de la Tierra Media, como las montañas, que a pesar de que a él no le gustaban, le imponían mucho respeto, y hasta llegaban a intimidarlo.

Pero el viaje no continuó mucho mas sin que apareciera un conflicto. El elfo y la humana estaban descansando plácidamente en su precario campamento, cuando Gelekar percibió un ruido. Inmediatamente, reconoció el inconfundible ruido de pisadas de lobos, que ya había enfrentado un par de veces en los lindes de Rivendel. Lothriel también había escuchado un ruido, pero no se había dado cuenta de que.

La joven propuso una idea, que Gelekar aceptó en parte. Le susurró al oido que se quedara en la parte de atras de la cueva. El se escondería en una parte de mas adelante, preparía su arco con una flecha y esperaría. Cuando el primer lobo apareciera, le dispararía el proyectil. Luego trataría de tumbar al segundo. Y si había mas, Lothriel también podría ayudar, y asi se librarían del problema. Si los lobos les causaban alguna herida, Gelekar podría curarlas fácilmente.

El elfo esperó a que la joven asintiera, y cuando lo hizo, comenzó a poner en marcha su plan, pidiendo a los Valar que velaran por su suerte.

(RESPUESTA LOTHRIEL)

El plan del elfo parecía estupendo sin embargo Lothriel no quería que se divirtiera el elfo solamente así que decidió colocarse donde le dijo el mismo pero con sus dos cimitarras desenvainadas esperando a que los lobos entrasen.

"Esto va a ser entretenido. Podremos demostrar ambos que somos merecedores de la confianza del otro y así compenetrarnos mejor a la hora de enfrentarnos a otros rivales"

Sus pensamientos la mantenian absorta mientras esperaba a que se fuesen acercando los lobos a la cueva.

-Bien compañero, tú atacarás por la espalda y yo me defenderé de los que pasen y así los emboscaremos uno por delante y el otro por detras pero aun así me haré un tajo en un brazo para que huelan mi sangre y no te huelan a ti.-dicho esto Lothriel se hizo un pequeño corte en el brazo lo que le hizo que por el mismo se le deslizara una pequeña hilera de sangre que goteaba en el suelo-Bien con esto servirá

Lothriel esperaba ansiosa a sus "queridos invitados" mientras el ansia de diversión le podía.

TURNO 5

Lothriel se colocó al fondo oculta entre las sombras con sus cimitarras preparadas. Un hilo de sangre le corría por el brazo y su corazón latía con fuerza por la excitación.

Por su lado Gelekar se escondió tras un saliente con su arco preparado apuntando a la entrada de la cueva. El comportamiento de su compañera humana le sorprendió, ya no era la joven frágil que conocío días atrás.

Tiradas: Lothriel (esconderse) = 88 (éxito parcial) Gelekar (escorderse) = 121 (éxito)

Pasaron unos minutos de tensión y finalmente los lobos hicieron acto de presencia.

Tiradas (asalto 1) * Gelekar vs Lobo #3 = 103 ----> 9BP 80 ----> 3 pv/a , -30, aturdido 3 asaltos

Desde su posición oculta, Gelekar disparó su arco contra el primer lobo que entró en la cueva. La flecha alcanzó al lobo en una de sus patas delanteras y se vio obligado a detener su carrera. En total entraron cuatro canes. Dos de ellos vieron a Lothriel en el fondo de la cueva y cargaron contra ella. El cuarto reparó en Gelekar.

Tiradas (asalto 2) Iniciativa Lothriel = 18 - 9 Lobo#1 = 14 Lobo#2 = 14 Lobo#4 = 16 * Gelekar vs lobo#4 = 89 (fallo) * Lothriel vs lobo#1 = 119 ----> 15DS (emboscado) 97+3 ----> 12 pv, muerte instantánea * Lobo#4 vs Gelekar = 79 ----> 14AS 19 ----> 1 pv *Lobo#2 vs Lothriel = 99 ----> 11 DT 33 ----> 3 pv * Lothriel vs lobo#2 = 96 8 AS (cambio de blanco, emboscado) 86-4 ----> 6 pv, 6 pv/a, +20 próximo ataque

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Gelekar no tuvo tiempo suficiente para disparar con éxito su segunda flecha y falló el tiro. El lobo que se le echó encima logró morderle y el ataque, aunque débil, le obligaba a defenderse el asalto siguiente.

Por su parte otro de los lobos se abalanzó contra Lothriel, quien en pleno salto de la fiera contra ella, lanzó un golpe con una de sus cimitarras alcanzando al animal en pleno pecho y destrozando su corazón. Murió instantaneamente. El segundo lobo sorprendió un poco a la guerrera, pero su mordisco no superó su armadura. El segundo ataque de la joven fue igualmente terrible y alcanzó el costado de su enemigo lo que causó una hemorragia tremenda.

Dos de los lobos aullaban de dolor y otro yacía muerto. Su intento de buscar alimento había fallado estrepitosamente. Se dieron a la fuga.

Tiradas (asalto 3) * Lothriel vs lobo#2 = 163 ----> 24ES 28 ----> 5 pv

En su huída, Lothriel volvió a atacar al lobo herido que tenía delante y lo abatió. Le hervía la sangre pese a que había sido mordida or uno de los lobos. Su compañero Gelekar también estaba herido pero ninguno tenía heridas graves. Habían salido victoriosos. Dos lobos huyeron de la cueva a gran velocidad.

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Off-rol: Habéis tenido mucha suerte, pero la situación era bastante peligrosa. Arty, eres animista. seguro que tienes hechizos para usar contra animales. Aluph las tiradas te han acompañdo pero no te confíes. Bueno...ha sido un buen combate, y corto.

(RESPUESTA LOTHRIEL)

Tras el combate con los lobos lo primero que hizo Lothriel fue vendarse la mano y taponarse la herida que le inflingieron los lobos pues aunque no había sido muy profunda le había dolido bastante.

-Ha sido un gran combate, la verdad es que somos muy buenos combatiendo en equipo aunque hemos tenido suerte pues eran cuatro y nosotros tan solo dos. En fin, habrá que sacar de aquí a los lobos pues con el olor de la sangre dentro de poco podremos tener encima a todos los carroñeros que habiten en la montaña. ¿Que crees que es mejor devolverlo a la tierra o quemarlo y que sus cenizas viajen por el aire?-las preguntas las dijo más para ella que para el elfo pues lo dijo perdiendose en sus pensamientos que le daban la satisfacción de una victoria después de la huida de su hogar.

La noche seguía avanzando y Lothriel sin esperar a que el elfo se decidiese sobre que hacer con los lobos lo sacó fuera y con una tea y un poco de aceite quemó el cuerpo ya que la ceniza huele menos que la carne fresca. Tras su acción decidió que debía descansar pero habría que hacer turnos así que le hizo una propuesta al elfo:

-Yo hago la primera guardia pero en cuanto descanses te toca a ti hacer la otra pues he de recuperarme de mis heridas.-sin esperar el consentimiento del elfo se acomodó en la entrada mientras cenaba algo ligero y esperaba a que su compañero durmiese un poco.

(RESPUESTA GELEKAR)

A pesar de todo no salió tan mal - concluyó el elfo luego de la pelea. Los lobos los habían superado en número, pero ellos en astucia y fuerza. Pero la que definitivamente había sido la protagonista de la lucha era Lothriel. Ella sola se había cargado a dos lobos, y lo había ayudado con un tercero. La joven demostró pasión por la batalla, habilidad y rapidez.

La imagen de una niña pequeña y frági se desmoronaba cada vez más de la mente de Gelekar. Incluso pensó que podría haber hecho el viaje sola. Y no solamente hablabamos de la fuerza, Lothriel era también muy emprendedora y entusiasta. La educación de Gelekar estaba basada en la meditación y la reflexión, y él era una persona extremadamente paciente, como cualquier elfo; pero Lothriel arremetía contra eso cuando hablaba antes de que el elfo pudiera siquiera evaluar la situación.

La opinión de la joven respecto a los lobos no era equivocada; quemarlos sería la mejor opción. Gelekar concordó con esto con un silencio prolongado, mientras pensaba. Luego observó como la joven trataba de curarse sus heridas con una precaria técnica humana.

Niña, no seas ingenua - le dijo Gelekar - Los elfos tenemos formas mucho más efectivas de curar heridas como esa

En forma de demostración, el Noldor se sentó, puso sus manos sobre su propia herida y pronunció lentamente unas palabras que la joven no pudo entender. De repente, un pequeño y calido resplandor surgió de la palma de Gelekar, cubriendo la herida. Luego de esto, cuando el elfo corrió sus manos, no había ni sangre, ni cicatriz; no había nada.

Gelekar le ofreció lo mismo a Lothriel, y esta no se negó. Curó sus heridas con magia, y luego continuó pensando en como proceder esa noche.

Una vez más, la joven se adelantó a su decición y decidió hacer la primera parte de su guardia. Muy tranquila,

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se sentóa en la entrada de la cueva y ya comenzó con su tarea. Gelekar primero la miró con una cara un poco soberbia, pero luego fue , la tomó por atrás, y la corrió hacia el centro de la caverna.

Niña, ya has tenido suficiente por hoy. Debes descansar y recuperar tus fuerzas, ya que nos queda mucho por andar. Debido a las características de mi raza, no necesito dormir prácticamente, y es por eso que la guardia de esta noche la haré yo mientras tu descansas. Por favor, no te opongas, ya que este es el mejor proceder. Recuerda que me pedistes que te acompañara para protegerte y guiarte, y eso es exactamente lo que voy a hacer.

Al finalizar su sermón, Gelekar se sentó en la entrada con su arco en su falda, y observando cada movimiento en los lindes de la montaña. para evitar cualquier otro percance por la noche.

TURNO 6

Los cuerpos de los lobos caídos ardían y mientras Lothriel trataba de curar su herida. No era fea pero si un poco molesta.

Gelekar: Niña, no seas ingenua, tengo formas mucho más efectivas de curar heridas como esa.

Tiradas: Gelekar (hechizo de curación) = 72 (éxito) Gelekar (hechizo de curación) = 19 (éxito)

El animista lo demostró primero en su propia herida y tras pronunciar las palabras de su hechizo un pequeño y calido resplandor surgió de la palma de Gelekar, cubriendo la herida. Luego de esto, cuando el elfo corrió sus manos, no había ni sangre, ni cicatriz; no había nada. Lothriel quedó entusiasmada por las habilidades de su compañero. Desde luego era el acompañante ideal para su misión. Seguidamente Gelekar repitió la operación en la herida de la joven humana.

Descansaron el resto de la noche, aunque el olor de la carne quemada era un tanto desagradable y a la mañana siguiente ambos se sentían muy bien. Estaban recuperados y habían descansado.

Continuaron su viaje hacia el sur y pasaron cerca de la entrada al reino enano de Moria. Lástima que la prisa no les dejara hacer una visita al lugar. El viaje fue muy agradable los días siguientes. Además el tiempo acompañaba. En dos o tres jornadas más de viaje, llegarían al paso de Rohan.

Gelekar

Esa noche mientra Lothriel montaba el campamento, Gelekar decidió buscar por los alrededores algunas raíces comestibles: comenzaban a escasear las raciones de viaje.

Tiradas: Gelekar (forrajear) = 149 (éxito) Gelekar (percepción) = 125 (éxito)

El elfo encontró varias raíces y alguna baya que les serviría para completar su viaje hasta llegar a algún lugar donde comprar algo de comida. Cuando se disponía a regresar observó que algunas ramas de arbustos cercanos estaban rotas, y pudo asegurar que no fue él.

Lothriel

Gelekar había ido en busca de comida y la humana aprovechó para montar el campamento y recoger leña. Su destino estaba ya muy cerca.

Tiradas: Lothriel (???) = 79 (éxito parcial)

Mientras se hacía con varias ramitas y algunas piñas secas sintió que algo no iba bien. No sabía qué era pero no le gustó nada su sensación. Se paró en seco intentando recibir del entorno algo de información.

Tiradas: Lothriel (???) = 92 (casi éxito)

Entonces lo vio. Una trampa en el suelo justo enfrente de ella. No pudo determinar con exactitud el tipo de trampa pero tenía la sensación de que había pisado donde no debía, por lo que prefirió no moverse demasiado. Ante ella había algo de tierra removida y un fino hilo salía de debajo de la tierra hasta justamente bajo su bota derecha.

(RESPUESTA LOTHRIEL)

Lothriel al ver la trampa que había accionado se sintió abatida pues era un error que le podría costar la vida pero aun siendo un grave error si tenía que pagar con su vida lo haría muy caro y haría todo lo posible por que su compañero saliera con vida y con ese pensamiento se pegó de espaldas a un arbol y esperó que lo que fuese apareciera delante suya y combatiese si había que combatir o que atacase y aunque en su corazon sintiese miedo ella sabía que no debía demostrarlo ante sus enemigos y así actuó. Se mantuvo espectante a todas partes para ver si por casualidad algún ser salía y la intentaba sorprender y aun así mientras esperaba empezó

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a pensar en el hechizo de saltar que le permitiría trepar al arbol y desde allí poder controlar si necesita hacer alguna otra maniobra. Una vez dispuesta esperó por su enemigo aguantando sus nervios.

(RESPUESTA GELEKAR)

El elfo estaba bastante agitado y cansado a causa de su pelea con los lobos. Por suerte, había podido curar con éxito las heridas que tenían él y Lothriel.

Ahora, la noche caía sobre ellos. Habían recorrido bastante camino, y decidiero que ya era hora de acampar. Decidieron que Lothriel armaría el campamento mientras Gelekar iría a buscar algo de comer a unos arbustos cercanos a aquel lugar.

Para el elfo no fue difícil encontrar comida, ya que estaba entrenado para sobrevivir en territorios como ese. Había pasado largos días en Rivendel estudiando el suelo y las plantas, como encontrar alimento en los momentos mas adversos. Sabía reconocer sin problemas los arbustos venenosos de los inofensivos, asi como las frutas comestibles de las dañinas. Así es como pudo encontrar algunas raíces y bayas. Eso bastaría hasta que pudieran llegar a algún pueblito o asentamiento que los proveyera de algo más sustansioso.

Cuando Gelekar se dio vuelta para volver al campamento, notó algo extraño en el suelo. Unas ramitas se encontraban partidas al medio en la tierra, y el elfo podía asegurar que el no había pisado por ahí. Inmediatamente, se puso en estado de alerta. Lo primero que pasó por su cabeza fue ir a ver a Lothriel. Podría estar en peligro, y necesitar su ayuda. No sabía si los estaba acechando una bestia o un humano, pero algo o alguien estaba definitivamente cerca suyo.

Corrió lo más rápido que pudo al campamento, cuando por fin vio a la humana. Estaba quieta, y se le veía muy nerviosa. Al principio el elfo no pudo darse cuenta del porque, pero al observar el hilo debajo de su bota entendió todo. Probablemente esa trampa había sido puesta por el ser que estaba rondando esos páramos, o tal vez no; pero la cuestión era que Lothriel estaba atrapada y él debía ayudarla.

Primero pensó en tratar de desactivar la trampa, pero esa idea fue descartada de inmediato, ya que Gelekar no tenía mucha práctica en ese tipo de cosas, y su acción podría terminar en una catástrofe. Mientras pensaba, observó que la joven se veía concentrada, y al elfo se le ocurrió consultarle sobre el problema.

"Humana, no te preocupes ni te desesperes, porque pronto podras salir de allí. Preferiría no tocar la trampa a fin de evitar problemas, así que estoy tratando de encontrar la mejor manera de resolver el conflicto que se nos presenta. Algo o alguien nos acecha, asi que no tenemos que perder mucho más tiempo. Si tienes una solución a este problema sería mejor que me lo dijeras ahora, antes de que sea demasiado tarde..."

TURNO 7

Lothriel mordisqueaba nerviosa su labio superior mientras se preparaba para utilizar uno de sus hechizos. Sabía que era peligroso porque aún no poseía suficiente experiencia para realizarlo, pero no había otra posibilidad.

Tiradas: Lothriel (Hechizo Saltar) = 07 (éxito)

La joven humana hizo un espectacular salto, sin impulso, de seis metros hacia atrás, momento en el cual el cordel que pisaba accionó un resorte que hizo salir del suelo varios venablos muy afilados. ¿Quién habría colocado ahí esa trampa, y para qué?

Gelekar: ¿Estás bien? - preguntó absorto ante el salto de su compañera.

Lothriel: Si, gracias Gelekar. Me he librado por los pelos.

Gelekar: Creo que no estamos solos, he visto algunas ramas rotas cuando buscaba comida. Debemos estar atentos.

Decidieron desplazar el campamento para alejarse un poco de aquel lugar y esa noche montarían guardias. No podían arriesgarse a verse sorprendidos. Gelekar tan solo necesitaba meditar un par de horas así que haría la mayor parte de la guardia mientras LOthriel se encargaría de vigilar las dos primeras horas.

Tiradas: Gelekar (alerta) = 63 (fallo) Lothriel (alerta) = 56 (fallo)

La noche transcurrió sin ningún contratiempo y quienquiera que hubiese roto las ramas y puesto aquella trampa, no dio señales de vida. Al alba, elfo y humana estaban un tanto inquietos por lo sucedido, pero después de todo era perfectamente posible que la trampa llevase tiempo colocada.

Las sucesivas jornadas trascurrieron sin contratiempos y al tercer día divisaron en la lejanía la torre de Isengard. Su destino estaba muy cerca. Más allá de la torre se extendián las llanuras de Rohan.

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Off-rol: ¿Qué ruta vais a trazar desde aquí?

32

(RESPUESTA GELEKAR)

El elfo reflexionaba sobre los primeros problemas que habían encontrado en su largo viaje. La pelea con los lobos fue algo que pudieron superar con relativa facilidad, pero lo de la trampa causó un momento tenso y podría haber terminado muy mal. Por supuesto que ésta podría haber sido puesta por cualquier cazador, pero las circunstancias le decían que alguien o algo los estaba siguiendo, y que esa trampa no había sido nada ocasional.

Por suerte, el resto de su viaje fue muy tranquilo y normal. Gelekar se encontraba extra-alerta y casi no dormía, pero igualmente pudo descansar lo necesario. Ahora sentía una admiración renovada por la joven, ya que la veía mas madura y capaz. Estaba contento con su compañia, y ahora sentía mas que nunca que debía quedarse con ella para protegerla de quien la acechara.

Habían llegado tranquilos a Isengard, y llegaba el momento de decidir el nuevo camino. El elfo sentía calma en esos terrenos, ya que el bien reinaba en ellos. Últimamente estaba escuchando historias de viajeros que paraban en Rivendel sobre grupos de orcos rodando por la zona de la torre de Orthanc, pero Gelekar los consideraba rumores. Ahora debían cruzar Rohan por Oestemnet, bordeando el Abismo de Helm, y llegando asi a Edoras, donde irían al castillo dorado a comunicarle el mensaje de Lothriel al rey Theoden.

Además, patrullas de jinetes rohirrim recorrían constantemente esos parajes, y ellos seguramente lograría encontrar a la persona que estaba persiguiendo a Lothriel. Luego de comunicar el nuevo camino a la joven humana, Gelekar siguió marchando. Cada vez estaban más cerca de su objetivo final, y el elfo rogaba a los Valar que despejaran su camino de cualquier otro conflicto que se atravesara.

(RESPUESTA LOTHRIEL)

Lothriel permanecía muy callada durante todo el trayecto pues le había impactado demasiado la trampa que había esquivado y lo cerca que había estado de la muerte: ¿Acaso sus perseguidores se le habían adelantado y le estaban minando el terreno para que no llegase a completar su misión? ¿Acaso se encuentran delante nuestro y saben nuestro trayecto y nos tenderán una emboscada mientras avanzamos o dormimos? todo esto me parece muy extraño pero bueno tengo un gran compañero que me está ayudando (pensó Lothriel mientras avanzaba hacia Isengard)

-Gelekar, ¿tienes alguna idea de quien pudo poner ahí esa trampa? porque me resulta muy extraña una trampa ahí en mitad de la nada. Yo creo que si mis perseguidores se han enterado de mi viaje nos hayan adelantado y nos hayan tendido esta emboscada para ver si nos cazaban. ¿Qué crees tú?-Pregunto mientras miro a mi compañero a los ojos.

Tras un leve descanso Lothriel se quedó pensativa un momento y se dirigió a su compañero:

-Gelekar hemos de darnos prisa pues tenemos que avisar a Rohan de los planes del rey brujo y mientras antes los avisemos mejor preparados estarán-dijo como despertando de un trance

TURNO 8

Elfo y humana pensaban en la trampa que vieron días atrás. Sólo esperaban y deseaban que quienquiera que la hubiese colocado allí no estuviese cerca, no ahora que estaban casi en su punto de destino.

La sensación de estar cerca de la torre de Isengard no era todo lo placentera que se presumía. Había algo en el ambiente que no resultaba del todo agradable. En cualquier caso, no era momento de hacer comprobaciones al respecto.

Ya estaban en Rohan. Acababan de entrar en lo que se conocía como el Folde Oeste y se dirigían al abismo de Helm para de allí variar su rumbo hasta Edoras. Al frente, en la lejanía divisaron lo que parecía una polvareda y pocos minutos después vieron cómo se aproximaban a ellos dos jinetes cabalgando a buen ritmo.

Tiradas: Lothriel (???) = 46 (fallo) Gelekar (???) = 83 (éxito parcial)

Seguramente se trataba de una de las patrullas de rohirrim que vigilaban la zona. Era estupendo, eso aceleraría su llegada a Edoras, casi con toda seguridad.

Pero Gelekar tenía una extraña sensación, como si algo no iba del todo bien. Se puso alerta tratando de captar algo más, pero nada. Los jinetes se acercaban y Lothriel y Gelekar esperaban su llegada, pero entonces sucedió algo. Un grupo de flechas surcó el aire sobre sus cabezas clavándose en el suelo pocos metros delante de los hombres de la Marca.

Instintivamente agacharon sus cabezas y buscaron donde refugiarse. Eran seis, tal vez ocho flechas. Los jinetes detuvieron su marcha al instante al tiempo que una segunda oleada de proyectiles se volvía a quedar corta, pero menos que antes. Los exploradores desmontaron cogiendo sus escudos y se prepararon para lo peor.

Se escucharon vítores de triunfo entre las rocas a la espalda del animista y la guerrera, las mismas rocas de las montañas que acababan de abandonar minutos antes.

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(RESPUESTA GELEKAR)

El sentimiento de tranquilidad que había invadido a Gelekar hacía días ahora se había convertido en casi pánico; sus perseguidores estaban muy cerca de ellos, y querían atraparlos por cualquier medio.

Él y Lothriel habían estado viajando ya por varios días, y se encontraban en la parte final del viaje. Estaban caminando por las vastas llanuras del Folde Oeste de Rohan, sin ningún obstáculo aparente, y hasta charlando animosamente.

Era un día soleado que hacía que esa caminata se convirtiera en un verdadero gusto. Hacía mucho que Gelekar no se encontraba por aquellos parajes, y ahora observaba muy interesado la flora y la fauna del lugar, que no era poca.

Hasta en un momento del viaje pudieron ver a un caballo de pura raza correr por una pequeña elevación del terreno, libre y veloz. Era realmente hermoso, y aunque el elfo nunca dejaba llevarse por las emociones, quedó ligeramente conmovido por esta escena, ya que su raza amaba a los caballos.

Iban viajando cuando el Noldor notó un sonido, que parecían pasos. Se puso a escuchar con mas cuidado, y llegó a la conclusión de que eran no pies, sino cascos.

Luego de un rato pudieron ver con claridad que se acercaba una patrulla de dos jinetes rohirrim. Esto alegraba en cierta forma al elfo, ya que con su ayuda podrían llegar antes a Edoras. Le habían contado que la hospitalidad en Rohan estaba decayendo últimamente, pero creía que igualmente los recibirían con los brazos abiertos.

Pero de repente algo sucedió. Ocho flechas surcaron el aire e impactaron a pocos metros de los jinetes. Inmediatamente, Gelekar tomó a Lothriel de un brazo y se escondió tras unas rocas rodeadas de arbustos.

Una nueva ráfaga de proyectiles había atacado a los rohirrim. Esta vez ellos desmontaron para enfrentar a los atacantes. El Noldor decidió que era momento de actuar; su vida corría peligro.

Con la humana corrieron lejos de la zona de la pelea, sin un rumbo definido. Gelekar comunicó a Lothriel su decisión de esconderse en alguna cueva cercana por un tiempo.

¿ Quienes habían atacado a los jinetes? Podían ser solo unos bandidos. O tal vez era un batallón de orcos de los que tanto se hablaba por esos días. ¿Pero y si eran sus perseguidores? ¿Y si eran los que querían atraparlos? ¿ Qué buscaban ? ¿ Era algo que ellos tenían ? ¿ O quizá algo que Lothriel sabía ?

Lo único que podían hacer por ahora era correr, con un destino incierto y el peligro detrás suyo.

(RESPUESTA LOTHRIEL)

El ataque les había cogido por sorpresa tanto a ellos como a los jinetes rohirrim pero Gelekar había actuado con frialdad y raudo y eso hizo que Lothriel le tuviese aun más afecto del que le tenía ya. El elfo se había formado en algo indispensable para cumplir su misión de llegar al rey y eso a Lothriel le confortaba pero temía el poner en peligro a aquel ser solamente por su miedo a enfrentarse a sus enemigos pero una vez que han llegado allí eso ya no le importaba en exceso pues ahora estaban los dos acosados y perseguidos y aunque se separasen les perseguirian a los dos hasta darles caza así que mejor seguir juntos ya hasta el final sea cual sea y enfrentarnos a la muerte juntos.

El avance por las montañas se hacía cada vez mas pesado pues Lothriel estaba un poco más cansada de lo normal y no tenía el mismo aguante que el elfo necesitaba parar para tomar aire y beber algo pues estaba muy sedienta así que en el momento en el que encontró un sitio seguro donde poder descansar un poco se sentó y bebió un sorbo de agua para poder continuar pues estaba sedienta y le dolían los pies.

TURNO 9

Los exploradores rohirrim avanzaron parapetados tras sus escudos, atentos a nuevas oleadas de flechas, que no llegaron. Hicieron señas a Gelekar y a Lothriel para que se acercaran. Elfo y humana se aproximaron sin dejar de mirar hacia las rocas que tenían a sus espaldas. Cuando estuvieron a una distancia prudencial y ya con los caballos, hablaron.

Jinete#1: ¿Quiénes sois y qué hacéis aquí?

Jinete#2: ¿Y quiénes son los que disparaban?

Gelekar: Mi nombre es Gelekar, de Rivendel y esta joven se llama Lothriel. Os agracedemos la intervención, nos habéis salvado caballeros. Estoy acompañando a Lothriel en su viaje. Tiene información relevante de Angmar que afecta al gran reino de Rohan y la siguen desde hace varias jornadas. Imagino que esas flechas son de nuestros perseguidores.

Jinete#2: Tú, ¿qué información es esa?

Gelekar quiso intervenir ante los modales de aquel hombre, pero su joven compañera respondió.

Lothriel: Preferiría comunicárselo personalmente a vuestro rey. Es de vital importancia y como habéis podido

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comprobar no se detendrán ante nada ni ante nadie. Rohan está en peligro.

Ambos jinetes conversaron entre ellos en su propia lengua. Parecían discutir la situación.

Jinete#1: Muy bien, os llevaremos a Edoras. Adelante.

El viaje hasta Edoras se hizo bastante duro. Los jinetes marcharon con un ritmo difícil de mantener, más teniendo en cuenta que ni animista ni guerrera tenían montura. Por suerte la vieja Musgo no se puso demasiado tozuda. Al final tomaron la determinación de subir a los caballos a los extranjeros para acelerar el paso.

Una jornada entera de viaje, sin apenas descanso, y divisaron la fabulosa ciudad de Edoras. Se alzaba en la cima de una colina baja y circular. Surgía a partir de un saliente rocoso que se extendía en la llanura bajo el imponente Irensaga, una montaña que se alzaba cual centinela en la entrada del Valle Sagrado.

La entrada principal de Edoras, por el norte, se encontraba más allá de los túmulos cubiertos de hierba, tras una serie de modestas defensas. Dentro de una muralla con espinos estaba la ciudad con distintos niveles de altura.

Las puertas de la ciudad se abrieron y varios guardias dieron paso al cuarteto.

El grupo dejó los animales y, andando,tomó un camino que llevaba hacia arriba desde las puertas principales, pavimentado con piedras talladas, que avanzaba en zig-zag a través de la ciudad, entre las casas construidas en la colina. Siempre había agua clara discurriendo al lado de esta vía, deslizándose alegremente por un elegante canal de piedra. Esta corriente era la mística Cinta de la Reina. Surgía de un manantial en la explanada cercana a la cima de la colina, donde brota de una piedra esculpida en forma de cabeza de caballo. Los edificios importantes se alinean en la colina debajo del manantial.

La visión de la ciudad cautivó a Gelekar mientras el nerviosismo del momento y la tensión de tan largo viaje se apoderaba de la joven Lothriel.

El Meduseld se levantaba en el punto más alto de Edoras. Era un gran edificio rectangular, que brillaba como una monumental casa larga recubierta de oro. Una explanada de hierba circular lo rodeaba y una amplia escalinata de piedra cruzaba la explanada y llevaba hasta la entrada cubierta al Castillo.

El último tramo de la escalera estaba flanqueado por seis de los famosos Húiscarls del rey, con las espadas desenvainadas que descansaban sobre sus rodillas cubiertas de cota de malla. Vigilaban las doradas puertas que se abren hacia dentro.

Una vez en el interior, una escalera descendía hacia el gran salón. Esta estancia era espaciosa y de altos techos, con catorce columnas muy bien trabajadas que soportaban el techo. La luz entraba a través de altas ventanas, mientras que las paredes estaban adornadas con tapices que representaban escenas de caza, carreras de caballos y batallas. Un amplio hogar en mitad de la estancia proporcionaba calor y confort y el humo escapaba por una abertura en el techo.

Pasado el hogar, en el extremo sur de la estancia, tres amplios escalones llevaban a un estrado con superficie de mármol que sostenía la silla dorada del rey Theoden. Uno de los jinetes indicó que pararan y se adelantó. Habló al rey al tiempo que señalaba a los recién llegados.

El propio rey hizo un gesto para que se acercaran.

Theoden: Bienvenidos a Edoras. Espero que vuestra estancia aquí os sea grata. Bien, ¿qué noticias traéis de Angmar? Decidme.

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Off-rol: Un turno muy largo, aunque un poco de transición. Espero no haberos aburrido demasiado.

Ahora os toca hablar...

(RESPUESTA GELEKAR)

Mientras corrían, escucharon un galope detrás suyo. Eran los jinetes. El elfo se sorprendió al verlos, ya que los consideraba muertos. Fue un gran alivio ver que habían vencido a sus enemigos. Cuando los vio, aprovechó para preguntarles quienes habían atacado.

Estuvieron un largo rato explicando a los jinetes la razón por la que se encontraban en su tierra. Al principio ellos escuchaban desconfiados, y de vez en cuando intercambiaban alguna palabra en rohirrim, pero al final cedieron acompañarlos para ver al rey y comunicar el importante mensaje.

Al principio fueron ellos a pie junto a Musgo, mientras los exploradores iban sobre sus caballos. El viaje se hacía pesado y ellos dos estaban muy cansados. Lo único que entretenía a Gelekar era el hermoso paisaje. Luego de que recorrieran bastante camino, los jinetes permitieron que fueran en los caballos con ellos, de muy mala gana.

Estuvieron cabalgando por un día hasta que al fin llegaron a Edoras. El elfo estaba muy sorprendido por la

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hermosa arquitectura y la geografía que alli observaba. Como Noldor era muy orgulloso, pero debía admitir que los humanos a veces demostraban obras dignas de los elfos. Su arquitectura alli era casi impecable, y se notaba un gran sentido de la organización. Los soldados estaban bien disciplinados y portaban armaduras finamente talladas, aunque eran muy escasos. Gelekar temió que no estuvieran militarmente preparados para el problema que se avecinaba.

Luego de recorrer la ciudad llegaron al imponente castillo de Meduseld, que se encontraba espléndido y lujoso sobre una colina. Este dejó todavía mas impresionado a Gelekar. Lothriel también estaba casi boquiabierta ante el lujoso castillo. Entraron y de inmediato los presentaron ante el rey Theoden. Él les pidió que trasmitieran el tan importante mensaje que venían a dar. Como el elfo vio que Lothriel se había quedado medio paralizada y estaba un poco nerviosa, el comenzó a hablar:

"Oh Theoden, rey de Rohan, nos encontramos hoy aqui ante tu presencia porque traemos noticias importantes pero también nefastas para tu pueblo. Yo sólo vengo de tutor y acompañante de esta niña, que es la portadora del mensaje. Ella ha sido perseguida por lo que sabe, y ha arriesgado su vida para llegar aqui, por eso es que ruegote rey que la escuches atentamente"

Luego de estas palabras Gelekar miró a Lothriel y le guiñó un ojo, para que esta cobrara algo de confianza y pudiera hablar al rey.

Off - Rol : Robroy, espero con ansias la respuesta a la pregunta que le hice a los Jinetes . Otra cosa: el último turno no fue pesado para nada , muy buenas las descripciones, hacen que la partida sea mas interesante.Saludos

(RESPUESTA LOTHRIEL)

Lothriel estaba paralizada del miedo y la tensión que se habian apoderado de ella durante todo su viaje desde que salió de Angmar hasta que llegó a Rohan en presencia del rey Tehoden. Su misión estaba a punto de concluir y eso la dejaba perpleja había consolidado su vida a esta misión a vida o muerte y ahora ke la iba a terminar no sabía donde ir pues el peligro la perseguiría por siempre. Gelekar se le había adelantado y había empezado a entablar una conversación con el rey de Rohan.

Gelekar:"Oh Theoden, rey de Rohan, nos encontramos hoy aqui ante tu presencia porque traemos noticias importantes pero también nefastas para tu pueblo. Yo sólo vengo de tutor y acompañante de esta niña, que es la portadora del mensaje. Ella ha sido perseguida por lo que sabe, y ha arriesgado su vida para llegar aqui, por eso es que ruegote rey que la escuches atentamente"

Luego de estas palabras Gelekar miró a Lothriel y le guiñó un ojo, para que esta cobrara algo de confianza y pudiera hablar al rey.

Lothriel consiguió armarse de valor y mirar a los ojos al rey Tehoden:

-Mi señor rey Tehoden-Dice Lothriel mientras se agacha haciendole una reverencia- esto es lo que oí y lo que me ha traido aki. Resulta ke mientras yo intentaba salir de Angmar a explorar la Tierra Media escondiendome por entre las montañas descubrí a unos hombres hablando de Rohan y de una niña pero la unica conversación que escuché fue la siguiente:

1: “ ... ¿una niña?...” 2: “ ...el Rey Brujo quiere... a Rohan” 3: “ Partiremos esta noche... deben morir” 1: “ ¿Dónde...?”

Después de eso se marcharon y cuando me fui a ir me resbalé y me descubrieron y me llevan persiguiendo desde aquel fatídico día y si no es por este amable elfo no habría llegado jamás a su presencia para hablar con usted. Y le agradezco ke nos haya recibido con tanta presteza-una vez terminado de hablar y esperando a que el rey Tehoden le respondiese Lothriel se inclinó una vez mas en modo de reverencia y dió un paso atrás

TURNO 10

El rey Theoden escuchó con atención las palabras de los extranjeros y su expresión era seria y severa. Cuando Lothriel terminó su relato, hubo unos largos segundos de silencio, rotos con las palabras de uno de los jinetes contando a su vez el ataque con flechas desde las rocas. Theoden se recostó en su trono y tras unos instantes se levantó.

Rey Theoden: En verdad la información que me traéis no es demasiado precisa, mas es bien cierto que últimamente la actividad de los orcos por los alrededores ha aumentado considerablemente. Sin embargo no creo que desde las lejanas tierras de Angmar vengan a Rohan a por ninguna niña.

El rey rohirr hizo una breve pausa examinando con detenimiento a los recién llegados y añadió:

Rey Theoden: Aceptad la hospitalidad de Rohan. Descansad y comed, habéis hecho un largo viaje y os agradzco vuestras buenas intenciones. No tenéis vínculo alguno con estas tierras y aún así arriesgáis las vidas

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por lo que creéis justo. Sin duda sois nobles. Si no tenéis inconveniente cuando hayáis descansado volveremos a hablar.

Tiradas: Gelekar (percepción) = 117 (éxito) ----> PM Lothriel (percepción) = 71 (fallo)

Dicho ésto, el rey Theoden hizo un comentario en voz baja a uno de los hombres que estaba a su lado y el elfo creyó escuchar algo.

(RESPUESTA GELEKAR)

El elfo se sintió complacido al ver que por fin Lothriel se animara a comunicar el tan importante mensaje que era la razón de estenso viaje que habían realizado de las tranquilo valle de Rivendel al las llanuras de Rohan. La humana fue rápida y concisa, logrando transmitir la información de manera precisa y sin dejar lugar a dudas.

Gelekar estaba expectante a la reacción del Rey Theoden ante esto. Había escuchado que era un líder fuerte y que no se andaba en rodeos a la hora de tomar deciciones. No le extrañaría que inmediatamente enviara tropas hacia Angmar a buscar a estos malhechores. También podía ayudarlos a ellos dos a capturar a sus perseguidores.

El Noldor se llevó una sorpresa muy ingrata al escuchar la respuesta del Rey. Parecía que no le dio importancia a la noticia, e incluso el elfo tuvo la sensación de que intentaba atenuar la situación con sus palabras. Por un momento Gelekar sintió el impulso de protestar ante el Rey y demostrarle que el mensaje era muy importante y debía actuar rápido, que no por nada los habían atacado a el y a Lothriel e incluso les habían tendido trampas durante su viaje. Luego de un par de segundos recapacitó sobre esto, ya que sería conveniente callarse antes que arriesgarse a ser blanco de la ira del Rey tomando su objeción como una insolencia.

Con unas amables palabras Theoden elogió su coraje y honor y luego ofreció hospitalidad a los dos. Gelekar estaba a punto de darse por vencido e ir a descansar cuando escuchó algo que el rey le decía a un soldado que estaba a su lado. Luego, fue al cuarto que le ofrecía el rey.

Alli comenzó a meditar. Si el rey no le dio importancia al mensaje de Lothriel, ¿ por qué debía avisarle a su hermana? Tal vez ella era a la que estaban buscando. Esto daba un vuelco a la situación. Theoden estaba ocultando algo. Gelekar decidió esperar al otro día comunicarle sus conjetures a Lothriel y para hablar con el rey nuevamente.

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1-C: DE BREE A ANNÚMINAS Simon Brandigamo (Kooshe33) , Belegar (Locris) y Erbill Asac (Thorontir)

TURNO 1

Simon

Simon Brandigamo era muy joven pero siempre había tenido espíritu aventurero. A diferencia de la mayoría de los hobbits deseaba dejar la Comarca y explorar Tierra Media. Recordaba todas y cada una de las historias de las aventuras de Bilbo Bolsón y siempre deseó poder emularlo. Además, él era muy valiente y ansiaba ser conocido por todos como el mejor ladrón que jamás ha pisado la Tierra Media.

Al cumplir 16 años se despidió de su madre con la intención de cumplir sus sueños. En realidad su madre no le dejó marchar y la insistencia del pequeño Simon se tradujo en una bofetada de su madre que le dejó la cara marcada. Además acabó encerrado en su cuarto ¡y sin cenar!

Pero aquel mediano tenía sus ideas muy claras y se escapó por la ventana sin olvidar su chaqueta verde y la capa marrón que su madre le había regalado. Cogió todo lo necesario y se alejó de su casa.

Simon: “¿Por dónde empezar? ¿Qué hubiera hecho Bilbo?” – pensaba el hobbit – “No puedo pensar con el estómago vacío. Tengo que comer algo”

Se acercó a la casa de sus vecinos los Sacovilla y tomó prestado un pastel de manzana recién hecho de una ventana. Cuando su apetito se fue saciando decidió que probaría suerte en Bree ya que no estaba demasiado lejos y se le antojó un buen comienzo. De camino se agenció una cantimplora de agua y algo más de comida. Comenzaba su viaje...

Llegó a las inmediaciones de Bree casi sin provisiones, al atardecer, pero satisfecho. Observó que no muy lejos de donde se encontraba, junto a un pequeño grupo de árboles había dos hombres que se saludaban. El joven Brandigamo decidió acercarse con sigilo para ver quiénes eran...

Belegar

Belegar era un paladín, un guerrero sagrado. Había pocos como él en Tierra Media. Levaba un par de días alojado en Bree en espera de noticias. Había sido convocado allí por Radagast el Pardo y como hacía siempre que la situación lo requería prefirió llegar antes de tiempo al lugar de la cita. Hacía años que no veía al viejo Radagast.

Belegar: “¿Qué ocurrirá?” – se había preguntado esos días - “Es muy rara esta forma de vernos y con tanta prisa”.

Habían quedado a las afueras junto a un grupo de árboles centenarios, al atardecer, y había llegado el momento de su encuentro. Dejó su caballo en los establos de El Pony Pisador y fue caminando. Legaron prácticamente al mismo tiempo. Belegar y Radagast se saludaron cordialmente.

Radagast: “Me alegro de verte muchacho. La última vez que te vi eras un poco enclenque pero veo que el tiempo ha sido bondadoso contigo”. Belegar: “Yo también me alegro” – respondió – “Pero debo decir que tu no has cambiado nada en todo este tiempo”.

Los dos se rieron pero el rostro de Radagast cambió rápidamente:

Radagast: “Te ha convocado aquí porque parece que está ocurriendo algo, pero aún no sé qué. Pero creo que es importante y se te ha encomendado a ti esta misión”.

Belegar le observaba detenidamente mientras escuchaba con suma atención sus palabras.

Radagast: “Al parecer desde Angmar andan buscando a una niña por alguna extraña profecía. Por desgracia no sabemos todavía quién es ni por qué la buscan, pero en cuanto te deje iré en busca de Gandalf o tal vez visite a Saruman en Isengard por si saben algo más”. Belegar: “Pero...” – intentó intervenir. Radagast:“ Ya habrá tiempo para preguntas. Ahora debes ir a las ruinas de Annúminas y encontrarte allí con Valandil, el Errante. He enviado hace dos noches a uno de los montaraces de Arthorn, con un mensaje para él, a los Puertos Grises para que se reúna allí contigo. Esperad allí noticias mías dentro de una semana a medianoche. Ahora debo partir”. Belegar: “Ese Valandil, ¿es otro paladín?” Radagast: “No, pero su padre lucho junto a El Calvo hace muchos años. Creo que formaréis un gran equipo.

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Tiene toda mi confianza, pese a que no le conozco personalmente. No hay tiempo que perder, debemos irnos ya. Que tengas buen viaje Belegar y recuerda: tendréis noticias mías en Annúminas” Belegar: “Buen viaje también para ti. Espero que averigües lo que buscas”

Al despedirse, Radagast se marchó tan rápidamente como había venido. El encuentro duró apenas unos minutos. Belegar estaba confundido por su encuentro, pero sabía que tenía una misión que cumplir y debía prepararse...

Erbill Asac

El dinero empezaba a escasear y pese a haber estado muy a gusto las últimas semanas en Bree, Erbill Asac comenzaba a plantearse cambiar de aires.

Hacía dos días había llegado a la posada un personaje que le pareció cuanto menos peculiar. Era un dunedain, casi con toda seguridad, y hubiese jurado que era un paladín de no ser por su negra armadura. En cualquier caso la presencia allí de aquel hombre le hacía sentir inquieto, aunque no había ningún motivo por el que preocuparse. El extraño dunedain no se movió de la posada en ese tiempo y claro, no era fácil no fijarse en él. Y Erbill no iba a ser menos. Así que le observaba, pero ese tipo era muy reservado y apenas hablaba con nadie.

Al atardecer del segundo día de estancia allí, el hombre de la armadura negra salió de la posada y aquel pícaro se quedó pensativo.

Ya no podía quedarse más días en Bree, apenas tenía para pagar esa noche y un par de jarras de cerveza. Se planteó vender al posadero uno de sus corceles para pagar por una buena cena y comprar algunas provisiones y salir al alba en busca de otros lugares, tal vez hacia Rivendell. También pensó en alargar de alguna manera su estancia allí e incluso pensó en el caballero de negra armadura.

Erbill: “¡Posadero!, otra jarra de cerveza” – gritó, y siguió pensando...

(RESPUESTA BELEGAR)

Otra vez en la brecha. Este descanso estaba durando demasiado, y la comida del Poney Pisador sigue siendo exquisita. Tan exquisita como la recordaba la última vez que vine aquí con el viejo. Tenemos un viaje por hacer... Pero puede esperar hasta el amanecer. No es bueno cabalgar de noche.

Y eso que hace una noche preciosa. Las estrellas rutilantes se distinguen en un cielo sin mácula. Una muestra del inmenso poder de los Valar y al mismo tiempo de nuestra insignificancia. Vuelvo caminando lentamente hacia la posada y ya es noche cerrada cuando hago mi entrada en el comedor.

Está abarrotado a esta hora. Se han juntado los viajeros que pernoctan en la posada con los parroquianos que vienen a echar un trago después de una dura jornada de labor en los campos. La cerveza corre a raudales y las lenguas se desatan. Las risas suenan atronadoras en una mesa a la izquierda, supongo que una anécdota graciosa. Lástima que esta noche no tenga tiempo para compartir unas cervezas y un par de buenas historias.

Con discreción me dirijo a mi cuarto. Una vez allí examino con cuidado mi viejo equipo; la espada larga heredada de mi viejo maestro El calvo, la armadura arañada en varios sitios y demás. Todo parece en orden. La espada afilada, la armadura reparada, las bolsas de viaje listas... Durmamos pues. Quién sabe cuando volveré a disfrutar del suave tacto de sábanas limpias y del placer de una cama a cubierto.

Por la mañana me levanto con la primera luz del día mientras los gallos saludan al alba con su canto. Me preparo para partir y bajo las escaleras en dirección al comedor.

Belegar: Buenos días posadero. ¿Podríais dar orden de que prepararan mi caballo? Y si sois tan amable preparadme un abundante desayuno. Me veo en la obligación de partir y dejar vuestra casa. Ha sido un placer, como siempre.

Media hora más tarde, bien comido, y tras haber pagado la cuenta (al Cesar lo que es del Cesar) me encuentro a lomos de mi montura hacia la ciudad de Annuminas para encontrarme con Valandil, el Errante. Que las bendiciones de la diosa viajen conmigo.

(RESPUESTA ERBILL)

Erbill: ¡Posadero! otra jarra de cerveza. - Erbill se quedó pensativo. Nada le retenia ya, y no sabía que rumbo seguir. Quizás solo tenia que dejarse llevar, y el Cazador le conduciria a algun lugar donde pudiese encontrar una meta, un objetivo. Si no era así, en todo caso, su estilo de vida era aplicable a cualquier lugar, de modo que podia marchar tranquilo. La larga jornada concluia cuando Erbill liquidó todas sus deudas con el posadero. - Tened mis caballos listos para mañana, parto al alba. Y que me preparen algunas raciones de viaje, puede que no descanse demasiado, y es preferible tener la seguridad de que no me hará falta cazar de inmediato.

La noche fue agradable, más que cualquiera que recordase, pues, lejos de amedrentarse ante la partida del día siguiente, la ansiaba como ansía el barco amarrado partir hacia el inmenso oceano, ser libre, cortar las ataduras que lo mantienen estático. No aguantaba tanto tiempo en un lugar, esto había sido una agradable

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excepción, y por tanto deseba moverse otra vez.

Despertó al alba, y bajó a las cuadras tras despedirse del posadero. Cogió los caballos por las riendas, y salió andando de la aldea de Bree, sin plantearse siquiera la cuestión de la dirección. Una vez fuera, tomó un tentempié, ya sobre su caballo, y se preparó para marchar. Xaloc, el corcel que montaba, piafaba nervioso, mientras que Mestral estaba más tranquilo. Cuando pensaba que no se decidiria jamás por un destino, el caballero de negra armadura se acercó a él: también salia de la ciudad. Cuando se acercó a él, le habló con tono seguro, las manos lejos de la ampuñadura del acero, no fuera a malinterpretarlo:

Erbill: Saludos, primo. Primo te llamo, por que si no ando errado, eres de mi linaje, pero del criado aquí, en el norte. Provengo yo del dur, de Gondor, y viajo sin rumbo, con el solo propósito de aprender cosas en mis viajes. ¿te importunaria si te acompañase? No sé muy bien a donde ir, y, además, puedo ayudarte, cualquiera que sea tu misión o cometido, sea con mi fuerza, mis caballos, o mi simple opinión. Solo deseo de ti la compañia, a cambio. No parece un mal trato para dos primos.

(RESPUESTA SIMON)

Me acerqué con todo el silencio que fui capaz. El corazón latía con una persistencia en mis oídos estaba convencido que me verían o escucharían en cualquier momento.

El hombre de la armadura negra era requerido para hacer un largo viaje y el anciano parecía tener una gran influencia, que suerte la mía ni un día fuera de la comarca. Ya he encontrado una aventura, el mundo exterior es muy interesante.

Cuando terminaron la conversación y se marcharon. ¿Que debo hacer? Pensé en la quietud de la noche. Es claro que los valar quieren que ayude a este hombre en su viaje. Por que si no seabrían cruzados nuestros caminos, además necesita alguien que le cubra las espaldas mientras camina, es claro que no esta preparado para este mundo si yo me puedo acercarse a el tan fácilmente.

Encendiéndome una pipa de hierva de la cuaderna del sur, pensaba como decirle a ese caballero que nuestros caminos se debían juntar por mandato divino. Me dormí en estos pensamientos, con el arrullo del viejo roble en el que me cobijaba.

Por la mañana el piar de un pájaro me levanto, y el dolor de espaldas me recordó que los buenos hoobis no duermen a la intemperie cuan do tienen una posada cerca. Algo además llamo mi atención el ruido de cascos de caballos. Me asome al camino para ver como en la distancia venían el caballero y otro hombre cabalgando. Claramente los hados me habían sonreído por eso los pájaros me habían avisado de que se acercaba mi destino.

Así que salí al camino me prepare a esperar su paso, y cuando estuvieron a la altura adecuada.

Simon: ¿ Vos soy Belegar?, el Radagast me ha enviado para que os ayudé en vuestra misión, con mis increíbles habilidades.

Esto no es estrictamente una mentira, seguro que si conociera mis habilidades, el me habría invitado a unirme a la misión sin ninguna duda.

Entonces mis tripas empezaron a rugir. Cuanto hacia que no comía.

(RESPUESTA BELEGAR)

La mañana era hermosa y fresca. La típica mañana en las tierras del norte. Un ligero asomo de desconfianza me asalta cuando a la salida de la posada veo que se me acerca un individuo con un par de caballos. Seguro que no es de estas tierras. Un viajero como yo.

Erbill: Saludos, primo. Primo te llamo, por que si no ando errado, eres de mi linaje, pero del criado aquí, en el norte. Provengo yo del dur, de Gondor, y viajo sin rumbo, con el solo propósito de aprender cosas en mis viajes. ¿te importunaria si te acompañase? No sé muy bien a donde ir, y, además, puedo ayudarte, cualquiera que sea tu misión o cometido, sea con mi fuerza, mis caballos, o mi simple opinión. Solo deseo de ti la compañia, a cambio. No parece un mal trato para dos primos.

Su cara me suena. Sino recuerdo mal era uno de los clientes del Poney. Un dunedain de Gondor. Hacía tiempo que no me cruzaba con ninguno. Gente noble y acostumbrada a las dificultades. Sería una buena ayuda, si se puede confiar en él. Mi viejo maestro decía que manos que ayudan agradecidas sean, y que a los Valar no les importa como se hagan las cosas mientras se hagan.

Belegar: Sed bienvenido y en buena hora. Mi nombre es Belegar hijo de Felgar. Y decís bien. Soy Dunedain del norte. Si quereis compartir mi camino no tengo ningún inconveniente. Pero debo deciros que por lo general mi camino suele ser espinoso, y más en estos tiempos de sombra y guerra. Y creo no engañarme al aventurar que yo me dirijo hacia el peligro.

Estaba esperando la respuesta del Dunedain, cuando un hobbit, uno de los tantos que habitan Bree se acerco a nuestras monturas, y desde su corta estatura nos habló:

Simon: ¿ Vos soy Belegar?, el Radagast me ha enviado para que os ayudé en vuestra misión, con mis increíbles habilidades.

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Ahora la sorpresa si que fue inevitable. Aunque mi primer impulso había sido echar mano a mi bolsa antes de que estuviese al alcance de las suyas, el hecho de que el Hobbit conociera mi nombre y lo que es más asombroso el de Radagast, no pudo menos que dejarme perplejo. Y la duda si que fue patente... Claro que los medios de los Istari son inexcrutables... Y si no lo envía Radagast, y fue capaz de acercarse a nosotros sin que lo vieramos... Bueno, no hay duda de que sería una compañía útil.

Belegar: A ti pequeño, te digo lo mismo que a éste hombre. Mi camino es difícil, pero si estais dispuestos a afrontar su dificultades conmigo, pues sed bienvenidos. Yo parto presto. Tengo un largo viaje por delante, y posiblemente una dura misión por delante y no soy ni tan orgulloso ni tan estúpido como para desdeñar toda ayuda que pueda encontrar. Así que si estais listos, el camino nos espera.

Bueno, puede ser un viaje interesante y divertido. Yo que me hacía a la idea de un viaje solitario, como casi todos, y ahora me encuentro en compañía de dos interesantes seres... Hum! Debo de tener cuidado con la bolsa. Es mejor no dejar la tentación cerca del pecador.

TURNO 2

Erbill

Erbill no daba crédito ante la aparición de aquel hobbit. Era un crío pero lo cierto es que le echó un par de narices para presentarse así. Rió por dentro, ese personaje le pareció muy simpático, pero definitivamente no era lo que esperaba cuando decidió presentarse ante el paladín.

Simon

Simon estaba radiante. Esto era más fácil de lo que se había imaginado. Pensó incluso que el mismísimo Bilbo Bolsón tardó mucho más en comenzar sus aventuras. Aquellos humanos eran afortunados con su compañía y el pequeño hobbit estaba ansioso de mostrarles sus increíbles habilidades.

Belegar

El paladín sabía perfectamente que Radagast no había enviado a aquel hobbit, pero en cualquier caso aceptó su compañía pensando que la Comarca quedaba de paso y que Simon se cansaría de jugar y volvería a casa.

Tenía que llegar en seis días a Annúminas, tiempo suficiente, pero no podíap ermitir ralentizar su ritmo, así que pidió a Erbill que dejase uno de sus caballos al hobbit. Belegar no dio detalles de su misión aunque supuso que el mediano había oído parte de su conversación de la pasada noche.

Belegar, Erbill y Simon

Belegar: Debo reunirme con alguien en Annúminas. Os agradezco la compañía pero debo advertiros de que tal vez el viaje sea peligroso – miró directamente a Simon al cuando mencionó la palabra peligroso.

Erbill: Será un placer acompañarte Belegar. Confío en poder ayudarte en lo que necesites.

Simon: En cuanto me veas en acción no te arrepentirás. Ya verás ya.

Erbill: ¿Cúal es el plan?

Belegar: Creo que lo mejor será ir hacia el oeste, hacia al puente del Brandivino y seguir el río hasta el lago Evendim.

Los tres nuevos compañeros de viaje se pusieron en marcha y llegaron al Brandivino sin contratiempos. Simon seguía entusiasmado con la aventura y ni se planteó volver a la Comarca. A partir de aquí comenzaba la parte más peligrosa de su viaje.

Ya habían recorrido un tercio del trayecto entre el puente del Brandivino y el lago y aún les quedaban 3 jornadas completas. Iban bien de tiempo. Esa noche acamparon cerca del río.

Tiradas: Belegar (percepción) : 72 (fallo) Erbill (percepción) : 70 (fallo) Simon (percepción) : 117 (éxito)

Simon: Eh, chicos. ¿Lo oís? Son tambores.

Los dos humanos no oían nada, pero Simon insistió en que se escuchaba un ruido de percusión y no demasiado lejos...

(RESPUESTA BELEGAR)

Realmente estaba siendo un viaje agradable. Lo que a primera hora de la mañana se me antojaba como un solitario y puede que peligroso viaje se había convertido en un paseo agradable y en buena compañía.

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Ya era tarde cuando decidimos montar el campamento, y el sol empezaba a ocultarse detrás del horizonte. Estábamos en pleno ajetreo con los preparativos cuando el pequeño hobbit se quedó tieso como si escuchara algo muy débil:

Simon: Eh, chicos. ¿Lo oís? Son tambores.

Tras unos instantes de atención decidí que realmente no oía nada, seguro que el pequeño quería escaquearse de ir a buscar leña.

Belegar: Pues no Simon, no oigo nada. Pero si lo que pretendes es que te acompañe a buscar leña solo tenías que pedirlo. je, je

Claro que también existía la posibilidad de que el oído del hobbit fuese más agudo que el mío, ¿y si...?

Creo que no quitaré la armadura, por ahora.

(RESPUESTA ERBILL)

Erbill: mmm, yo tampoco he oido nada, pero, ¿quien sabe? De todos modos, no creo que escuchar tambores sea algo demasiado habitual, quizás deberias hechar un ojo, amigo - Erbill le guiñó un ojo a Simon. Realmente no habia oido nada, y probablemente no fuese más que la imaginación excitada del hobbit. Aunque siempre cabia la posibilidad de que hubiese oido algo real. Tambores, ¿que podian significar?.

Erbill: Bueno, quizá podamos echar un ojo de todos modos, solo para estar seguros. Yo mismo me encargaré. En seguida vuelvo, espero...

si algo sucedia, Erbill preferia ser el primero en enterarse. Y, de todos modos, alguien que tocaba unos tambores (si realmente existian) no se preocuparia en ocultarse, por lo que deberia ser facil de ver y seguir. Si, definitivamente preferia ir él a ver que podia ser.

(RESPUESTA SIMON)

Mi parte de hacer el campamento consiste en preparar el fuego y la cena. Venia de recoger la leña, cuando escucho un sonido en la lontananza. Sonido de tambores en la distancia, ¿que podrá ser?. Los hobbit no usan tambores mas que en las fiestas y ese sonido no parece de fiesta.

Simon: Eh, chicos. ¿Lo oís? Son tambores.

Después me pongo a cocinar. Veo como Belegar se acerca al puchero que estoy poniendo en la hoguera que hace un momento que he encendido. El olor de las legumbres secas aliñadas con hierva buena y hierva del rey. Además de unos nabos salvajes. Estaría maravilloso con un par de peces para asar en el fuego, rebozándolos en barro puedo echar los a la hoguera directamente. Entonces el dice rompiendo mi ensoñamiento.

Belegar: Pues no Simon, no oigo nada. Pero si lo que pretendes es que te acompañe a buscar leña solo tenías que pedirlo. je, je

Simon: No necesitamos mas leña hay suficiente para toda la noche, en cuanto llegamos me puse ha recogerla.

Entonces Erbill se levanta y nos dice.

Erbill: mmm, yo tampoco he oído nada, pero, ¿quien sabe? De todos modos, no creo que escuchar tambores sea algo demasiado habitual, quizás deberías echar un ojo, amigo.

Erbill me guiña un ojo.

Erbill: Bueno, quizá podamos echar un ojo de todos modos, solo para estar seguros. Yo mismo me encargaré. En seguida vuelvo, espero...

No puedo dejar que lo haga hace un ruido de mil demonios, seguro que lo pillan. Además soy el único que sabe de donde vienen el ruido.

Me acerco a su lado.

Simon: permíteme que lo haga yo. En un momento estaré de vuelta. Por cierto Belegar remueve el puchero, y dejadme algo para cuando vuelva.

Des pues me escabullo rápidamente a ver lo que es ese ruido.

( en todo momento lo que procuro es que no me vean, me acerco con mucho cuidado a la fuente del ruido.)

TURNO 3

Simon: Permíteme que lo haga yo. En un momento estaré de vuelta - dijo el hobbit dirigiéndose a Erbill.

Aunque a Erbill le hubiese gustado más ir él personalmente, sabía que el pequeño Simon tenía razón. Aquel

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Hobbit era el único que oía ese ruido y además su raza tenía fama de moverse muy silenciosamente si la situación lo merecía.

Erbill: Bien Simon, pero no tardes y ten mucho cuidado.

Simon: Descuida, estaré de vuelta enseguida. Por cierto Belegar remueve el puchero, y dejadme algo para cuando vuelva.

Belegar no pudo evitar sonreir. Aquel mediano era un foco de sorpresas. Ambos guerreros se quedaron en el campamento mientras Simon se internaba campo a través y desaparecía de su vista.

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SIMON

Tiradas: Simon (acechar) : 153 (éxito)

El joven Simon se movió como una sombra y sin hacer el menor ruido avanzaba con decisión hacia la fuente del ruido. Los tambores eran cada vez más claros y cercanos.

"Ahora verán estos dos de lo que soy capaz" - pensó.

Subió a lo alto de una colina y desde allí pudo observar algo que le dejo perplejo. Al otro lado del Brandivino, a unos 500 metros vio un numeroso grupo de orcos. Eran al menos una veintena y al parecer avanzaban hacia el este, o sureste tal vez, aunque muy lentamente.

Tiradas: Simon (percepción) : 112 (éxito)

Observó con mucha atención ese grupo y puedo ver que algunos orcos tocaban una especie de tambor marcando un ritmo constante. Entonces vio que varios orcos más tiraban al parecer con cuerdas de algo muy pesado y una criatura enorme, un troll seguramente, a su vez empujaba algo al ritmo de los golpes de tambor.

Tiradas: Simon (percepción) : 119 (éxito)

Cuando quiso acercarse un poco más para ver que era aquello se dio cuenta de que un pequeño grupo de orcos estaba a su lado del río y se acercaba al campamento. Tenía que dar la alarma...

Tiradas: Simon (acechar) : 169 (éxito)

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ERBILL y BELEGAR

Erbill y Belegar esperaban impacientes en el campamento la llegada del su compañero, ajenos al peligro que se les avecinaba.

Tiradas: ???? (acechar) : 77 (éxito parcial) ???? (acechar) : 62 (fallo) ???? (acechar) : 64 (fallo)

Erbill (sentir emboscadas) : 94 (casi éxito) Belegar (sentir emboscadas) : 43 (fallo)

Erbill: ¡Atento Belegar! ¡Orcossss!

Erbill se dio cuenta justo a tiempo de que 3 orcos se acercaban por su espalda con sus armas preparadas. Su ventaja se perdió y ahora se enfrentarían a dos serios rivales...

Locris y Thorontir, indicadme vuestra estrategia: Si vais a usar hechizos, si os vais a pasar ataque a la

defensa, si vais a huir, si queréis dialogar jeje. Están a un par de asaltos del cuerpo a cuerpo y han perdido toda la sorpresa.

Simon: Tu tardarás 4 asaltos en llegar al campamento o 5 si quieres ir a cuerpo a cuerpo. Como les he dicho a tus compañeros detalla bien tus acciones

(RESPUESTA ERBILL)

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Erbill: ¡Atento Belegar! ¡Orcos!

Erbill se puso en guardia casi al instante. Fue como si algole dijese que los orcos se acercaban. Malditos fueran, ellos, y los de su estirpe, pero al menos su hoja podría saciar su sed, pues hacia tiempo que no la hundia en enemigo alguno. Solo esperaba no evidenciar con su forma de combatir la mentira que representaba. Bueno, Simon no estaba a la vista, y no le preocupaba, y Belegar probablemente estuviera demasiado ocupado como para fijarse en él. Desenvaino su acero, espada en la diestra y main gauche a la siniestra, y se lanzó hacia el enemigo, sin emitir ningun grito de guerra, ninguna consigna. A veces el silencio era más de temer que os gritos amenazantes...

__________

resumiendo, de cabeza con la espada y el main gauche. No recuerdo como iba el tema de combatir con dos armas, pero si se puede pasar normal a defensa, pasame la mitad. No hare demasiado, pero espero no salir herido...

(RESPUESTA BELEGAR)

Pues al final iba a ser cierto lo de los tambores del pequeño... Y la cena a medio hacer. Eso si que no, eses no me han visto con el estómago vacío.

Con un rápido gesto me coloco el yelmo, y agarrando espada y escudo me dirijo hacia ellos en una brutal carga. Centro mi vista en el que va primero... Tengo que intentar acabar con él de un solo golpe, después las cosas quedarían equilibradas.

El Calvo siempre decía "no confies en tu armadura", pero creo que en este momento no me queda más recurso, tiene que ser de un solo golpe y que los valar guien mi mano.

Belegar: ¡YAVANNA!

Ya casi estoy sobre ésa bestia inmunda...

(RESPUESTA SIMON)

Viendo que los orcos se acercan a nuestra posición.

Me alejo un poco de donde puedan verme y empiezo a correr al campamento.

Simon: Chicos son orcos, cuidado nos están rodeando orcos.

Cuando veo a los orcos que se acercan al campamento, desenrollo la onda que llevo en el cinto cargo una piedra del suelo y apunto con cuidado al primer orco.

La giro dos veces en el aire y se la lanzo, apuntando a su cabeza.

TURNO 4

Los tres orcos perdieron totalmente la sorpresa y además comprobaron que aquella pareja de humanos no se achantó. Al contrario, se lanzaron contra ellos sin pensarlo dos veces.

Por su parte el pequeño Brandigamo corría tan rápido como le permitían sus cortas piernas y pudo oir el grito de Belegar cargando contra los orcos.

Belegar: ¡Yavanna!

Tiradas (asalto 1) Iniciativa: Orco #1 = 12 Orco #2 = 9 Orco #3 = 19 Belegar = 23 Erbill = 24,12 * Erbill vs Orco#3 = 105 ---> 6 pv * Belegar vs Orco#1 = 115 ---> 14CS 60 ---> 5 pv, 2 pv/a, aturdido el próximo asalto * Orco#3 vs Erbill = 27 ---> fallo * Orco#1 vs Belegar = 125 ---> 13BK 48 ---> 6 pv, debe parar el próximo asalto con -25 * Erbill vs Orco#3 = 152 ---> 9EP 87 ---> Inconsciente y muere en 12 asaltos * Orco#2 vs Erbill = 69 ---> fallo

Erbill atacó a uno de los orcos con su espada corta, pero fue un ataque demasiado débil para atravesar la cota de malla de su enemigo. El orco, optimista al ver que no era un rival tan temible como parecía, le asestó un golpe con su cimitarra pero falló. Lo que ese orco no se esperaba era un segundo ataque de Erbill, esta vez con su main gauche, que le perforó el muslo seccionando una arteria. El

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orco cayó desplomado y murió poco después.

Por su parte Belegar se lanzó contra otro de los orcos al que golpeó en la cadera dejándole un poco aturdido, pero con tiempo para contraatacar. Belegar recibió un golpe en su espalda que le hizo adoptar una postura más defensiva.

El último orco lanzó su golpe contra Erbill, pero no pudo superar las defensas del humano.

Tiradas (asalto 2) Iniciativa: Orco #1 = aturdido Orco #2 = 13 Belegar = debe parar Erbill = 22,11 * Erbill vs Orco#2 = 104 ---> 6 pv * Orco#2 vs Erbill = 66 ---> fallo * Erbill vs Orco#2 = 77 ---> 3 pv

Tanto Belegar como su rival se recolocaron mientras se estudiaban.

Erbill cambió de enemigo pero su ataque no fue suficiente. El orco no puedo ni tan siquiera rozarle y en su segundo intento, Erbill tampoco logró hacer demasiado daño. Al menos pudo comprobar que su defensa parecía muy firme.

Simon llegó al campamento, honda en mano y cogió una piedra pensando a quién dispararía.

Tiradas (asalto 3) Iniciativa: Orco #1 = 14 Orco #2 = 7 Belegar = 15 Erbill = 21,10 * Simon vs Orco#1 = 133 ---> 19DK 74 ---> 12 pv, aturdido sin parar 2 asaltos, -50 * Erbill vs Orco#2 = 41 ---> fallo * Belegar vs Orco#1 = 138 ---> 20 DS 07 ---> 4 pv * Erbill vs Orco#2 = 59 ---> 1 pv * Orco#2 vs Erbill = 39 ---> fallo

Simon escogió, apuntó y lanzó una piedra que alcanzó la pierna de su enemigo. Se pudo escuchar cómo se rompían huesos además de causar daños en los cartílagos. Antes de que el dolorido orco pudiera reaccionar, Belegar le asestó un golpe con su espada que fue suficiente para deshacerse de él. Ya solamente quedaba uno.

Los golpes de Erbill eran ahora más débiles y apenas conseguía rozar al orco. Por suerte éste era incapaz de superarle y en ningún momento paso por apuros.

Tiradas (asalto 4) Iniciativa: Orco #2 = 16 Belegar = 14 Erbill = 26,13 * Simon vs Orco#2 = 101 ---> 7 pv * Erbill vs Orco#2 = 97 ---> 5 pv * Orco#2 vs Belegar = 99 ---> 4 pv * Belegar vs Orco#2 = 132 ---> 13 CK 35 ---> 5 pv, aturdido el próximo asalto Erbill vs Orco#2 = 97 ---> 4 pv

El ahora solitario orco se vio rodeado por los dos guerreros y además el hobbit le arrojó una piedra que le dio de refilón.

Erbill seguía seguro de si mismo y continuaba con sus ataques, que aunque no fuesen muy fuertes iban debilitando al contrario.

En esta ocasión el orco cambió de objetivo y al menos consiguió asestar un pequeño golpe a Belegar que, en respuesta le propinó un duro golpe en el costado dejándole algo mareado por el dolor.

Tiradas (asalto 5) Iniciativa: Orco #2 = aturdido Belegar = 20 Erbill = 23,11 * Simon vs Orco#2 = 127 ---> 13 CK 66 ---> 9 pv, aturdido sin parar 3 asaltos, -90

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La pedrada de Simon acertó justamente en la rodilla del orco, destrozándola. El orco lanzó un alarido de dolor y cayó al suelo al tiempo que soltaba su arma y se llevaba las manos a su rodilla. Cuando Erbill se disponía a rematarle pensó que tal vez podían interrogarle y frenó sus ataques.

El combate había terminado con un resultado muy favorable. Las heridas de Belegar no parecían demasiado importantes pero ahora deberían andarse con cuidado pues al otro lado del río había muchos más enemigos y más peligrosos.

El orco estaba en el suelo bramando de dolor y miraba temeroso a aquellos humanos y al hobbit que ahora se acercaba...

(RESPUESTA ERBILL)

El combate había sido corto, y, afortunadamente, no había sufrido daños. No era algo que le preocupase especialmente: solia defenderse bien, aunque no era tan destructivo como sus acompañantes a la hora del ataque. Aun así, estos tampoco habían sufrido más que alguna magulladura. No tendrian problemas... Al contrario que el orco. Le puso el main gauche cerca del cuello, y le sonrió.

Erbill: ¿Cuantos sois? ¿Cual es vuestro objetivo? ¿Cuantas patrullas había? Si alzas la voz te degüello como a un corderito, asi que habla sólo para nosotros. - Lo había dicho con un deje maquinal, como si fuese mera rutina. Mierda, Erbill. *ERA* rutina, pero ahora ya no. Comportate como es debido. ¿Quien sabe que pueden pensar?. Intentó hablar de un modo más normal, como si realmente esperase una respuesta. ¿Quien podía saber si aquel orco diría algo? Por lo general no eran demasiado comunicativos, pero... - ¿De donde venis? ¿Hay otros grupos numerosos?

(RESPUESTA SIMON)

Entonces suena una voz muy aguda casi la de un niño.

Simon: Erbill deberías permitirle vocalizar si quieres que te responda y con el pie en el cuello es algo difícil. Lo se mi primo Arnol me lo izo una vez y no puedes vocalizar, te ahogas si lo intentas. A de mas los otros 20 que se parecen a este pueden tomárselo a mal.

Ha cercándose al orco un poco.

Simon: ¿Perdona como te llamas? yo soy Simon. Mi amigo quiere saber ¿por que estáis en esta tierra? Podrías decírmelo al calor del fuego y con un poco de cardo.

Acto seguido me voy al puchero con la intención de asegurarme de que la comida aun se puede salvar.

(RESPUESTA BELEGAR)

El combate ha sido corto pero intenso... No hay nada mejor que un poco de pelea para soltar la rutina. Y hemos salido bien parados por cierto.

Rebusco entre mis cosas hasta encontrar un pedazo de tela limpia con el que empiezo a vendar el par de cortes que adornan cuerpo. Nada grave, en un par de días ni se notarán. Las has recibido peores Belegar.

No pùedo evitar una sonrisa al ver el "amistoso" interrogatorio que Simón quiere hacerle al orco. Dudo mucho que puedan sacarle algo por las buenas. Habría que torturarlo como es debido y yo no estoy por la labor. Y es que con tantos orcos cerca es probable que alguno nos oyera en cualquier momento... Claro que no creo que eso se le ocurra a esa bestia inmunda. Generalmente cuesta pensar cuando tienes un pie en la garganta, una afilada hoja a punto de rebanarte en cachitos, y un pequeño te amenaza con asarte a fuego lento... de hecho yo sugeriría muy lento.

Belegar: Buena idea Simón. Creo que habrá que ver como esta alimaña se tuesta a la parrilla... ¿Seguro que no quieres contarnos nada?... Tú verás. He visto lo que les haceis a vuestros cautivos, y te aseguro que no voy a sentir la más mínima piedad por uno de tu especie. Te amordazaremos y te pondremos al fuego... Si hablas... bueno, digamos que te ahorraras una buena cantidad de sufrimiento.

Y no deberíamos descuidarnos mientras más orcos pueden rondar cerca.

Belegar: Simón, ya has demostrado tu agudo oído, echa un vistazo para ver si hay más orcos acechándonos.

(RESPUESTA SIMON)

Simon: ¿qué eche un vistazo? De acuerdo.

Mientras empiezo a caminar en circulo, buscando posibles nuevas emboscadas, intentando que no me descubran.

Pienso según comienzo al caminar, los hombres son muy raros. Es verda que el orco nos ataco, pero eso no le da derecho a quemar lo vivo. Espero que no le hagan nada mientras estoy fuera.

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TURNO 5

Los tres compañeros estaban animados tras la victoria y se "dedicaron" al prisionero.

Erbill: ¿Cuántos sois? ¿Cual es vuestro objetivo? ¿Cuántas patrullas había? Si alzas la voz te degüello como a un corderito, asi que habla sólo para nosotros.

El orco estaba aterrorizado pese a que intentaba no aparentarlo. Respondió con un tremendo aceto y con voz muy baja.

Orco: Sólo tres. No matar, sólo exploradores.

El pequeño hobbit no alcanzó a escuchar la respuesta del orco, y Belegar tampoco.

Simon: Erbill deberías permitirle vocalizar si quieres que te responda y con el pie en el cuello es algo difícil. Lo sé mi primo Arnol me lo hizo una vez y no puedes vocalizar, te ahogas si lo intentas. Además los otros 20 que se parecen a este pueden tomárselo a mal.

Erbill: ¿Qué otros veinte?

Simon: Vi veinte como él al otro lado del río, y un tipo grando y gordo iba con ellos - acercándose más al orco - ¿Perdona cómo te llamas? yo soy Simon. Mi amigo quiere saber ¿por qué estáis en esta tierra? Podrías decírmelo al calor del fuego y con un poco de caldo.

Belegar: Simón, ya has demostrado tu agudo oído, echa un vistazo para ver si hay más orcos acechándonos.

Simon: ¿qué eche un vistazo? De acuerdo.

Simon se marchó con cuidado para explorar de nuevo por alguien había oído el ruido de la pelea.

Tiradas: Simon (acechar) = 158 (éxito)

Belegar: Erbill, tenemos problemas. Hay que sacar información de lo que hacen veinte orcos por aquí.

Erbill se acercó al orco y le clavó la punta del main gauche en su garganta haciendo que saliera un hilo de sangre.

Erbill: Me has mentido maldita rata, pero te daré otra oportunidad. Habla.

El orco respondió en lengua negra y esbozó una sonrisa. Después lanzó un grito que fue cortado casi de inmediato cuando la hoja de Erbill seccionó su garganta.

Belegar: Apagaré el fuego, debemos estar atentos.

Ambos humanos se prepararon para lo que pudiese ocurrir y minutos después llegó el hobbit con noticias.

Simon: Vaya, pobre orco, te dije que era difícil hablar con un cuchillo en el gaznate. Escuché su grito pero creo que ellos no. Siguen avanzando.

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Off-rol: Belegar, el paladín tiene un código de honor muy severo y las torturas no forman parte de su estilo ni mucho menos. En esta ocasión me he permitido la licencia de cambiarlo. Si quieres hacer algo "MALO" puedes hacerlo pero te costará puntos de corrupción que pueden traducirse en pasar a ser un paladín caido.

(RESPUESTA ERBILL)

Erbill limpió el main gauche en los inmundos ropajes del orco. Al oir el informe de Simon, se permitió una sonrisa. Erbill: ¿Qué me dices, Simón? ¿Le saco los dientes a esta basura para que te peudas hacer un collar? Seguro que en tu tierra te temerian, con semejante adorno... Recuerdo que una vez me hice uno. No son especialmente bonitos, pero le dicen a la gente que tiene que tener cuidado con uno... - Sonrió más abiertamente, seguro de sí. No era el primero al que tenia que matar por falta de cooperación. Lástima, de haber tenido más prisioneros, quizá el ver morir a su compañero les habría obligado a mostrarse más comunicativos. Bueno, quizá pudiesen hacer algo más con los veinte que había visto Simon...

Erbill: Veinte orcos y uno grandote. Deberiamos seguirlos, y enterarnos de que pretenden. Nada bueno puede ser, me temo, y mejor cogerlos nostros desprevenidos que dejar que ellos cojan a cualquiera. Podriamos emboscar a los que manden a explorar, e ir desgastándolos. ¿Que te parece, Belegar? Aun estoy frío, necesito algo de ejercio...

(RESPUESTA BELEGAR)

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Esto está empezando a complicarse por momentos. ¿Qué hacen una veintena de orcos más otra criatura que Simon no sabe distinguir tan cerca de Bree?. Es una cuestión que requiere mi atención... Pero tengo una cita importante en otro lugar.

Como decía mi viejo maestro, en caso de duda escoge rápido y lo que te diga tu instinto. Y mi instinto me dice que esos no quieren nada bueno. He jurado proteger el débil y combatir el mal allá donde lo encuentre y parece que lo he encontrado aquí al lado.

No me agrada, pero descartada la posibilidad de torturar a la bestia inmunda... Solo nos queda matarla ya que parece que la información no nos la va a dar. No podemos soltarlo, y mucho menos llevarlo con nosotros. O sea, que la cosa está clara.

Belegar: No tenemos tiempo para "jugar" con nuestro "invitado". No va a colaborar por las buenas. Así que mátalo rápido y vamos a seguir a sus compañeros. Recojamos que nos vamos.

Antes de partir echo un vistazo a los orcos muertos por si llevan algo de interés que nos pueda decir cual es el propósito de esa partida de caza.

Belegar: Muy buen trabajo Simon... Parece que Radagast "eligió" un buen compañero de viaje...

Vamos que esto empieza.

(RESPUESTA SIMON)

Me siento confuso, parece que esas criaturas no son buena gente por lo que tener las tan cerca de mi dulce Comarca me intranquiliza. Pero parecía muy importante el llegar a tiempo a la cita. En las palabras del mago.

Solo son veinte y hacen un ruido de mil demonios. Mi gente los escucharía ha millas de distancia. Y Bree es una ciudad grande y fortificada poco mal aran allí.

A de mas parece un grupo pequeño para una invasión. Todo indica que son salteadores, pero el bicho grande indica otra cosa. Pueden tener el objetivo de impedir que lleguemos a nuestro destino.

Por eso pondrías exploradores para encontrar nos. Pero puede ser solo que el enemigo se disponga a tacar y por eso hace movimiento de quenas tropas, como yo hacia con la abuela para robar las galletas, unas pocas cada vez. Y al final tenia un montón y nadie se daba cuenta.

En tonces escucho las palabras de los dos hombres:

Erbill: ¿Qué me dices, Simón? ¿Le saco los dientes a esta basura para que te peudas hacer un collar? Seguro que en tu tierra te temerian, con semejante adorno... Recuerdo que una vez me hice uno. No son especialmente bonitos, pero le dicen a la gente que tiene que tener cuidado con uno... - Sonrió más abiertamente, seguro de sí. No era el primero al que tenia que matar por falta de cooperación. Lástima, de haber tenido más prisioneros, quizá el ver morir a su compañero les habría obligado a mostrarse más comunicativos. Bueno, quizá pudiesen hacer algo más con los veinte que había visto Simon...

Este hombre es muy cruel, no me produce excesiva confianza.

Belegar: No tenemos tiempo para "jugar" con nuestro "invitado". No va a colaborar por las buenas. Así que mátalo rápido y vamos a seguir a sus compañeros. Recojamos que nos vamos.

Erbill: Veinte orcos y uno grandote. Deberiamos seguirlos, y enterarnos de que pretenden. Nada bueno puede ser, me temo, y mejor cogerlos nostros desprevenidos que dejar que ellos cojan a cualquiera. Podriamos emboscar a los que manden a explorar, e ir desgastándolos. ¿Que te parece, Belegar? Aun estoy frío, necesito algo de ejercio...

Belegar: Muy buen trabajo Simon... Parece que Radagast "eligió" un buen compañero de viaje...

Simon: Si Radagast hizo bien en elegirme, por que te equivocas a perseguir los. Es un grupo poco numeroso, por lo que debe ser un movimiento del enemigo, con notificar lo mas adelante es suficiente y la misión de que te encomendaron, es mas importante. Esta es mi tierra y mi gente. Pero creo que lo mas importante es evitar la destrucción mayor que se podría producir por no llegar a tiempo a nuestra cita. El mago nos espera y debemos cumplir nuestra palabra. No es momento de venganzas, ni dar pinchacitos al enemigo, cuando el se prepara para dar un golpe mortal. Eso es lo que pienso, pero are lo que decidas Belegar. Y esperemos por los Valar que sea lo correcto.

Me callo y espero una respuesta de Belegar.

(RESPUESTA BELEGAR)

Las palabras del Hobbit me hacen reflexionar sobre nuestro próximo paso. Realmente Simon puede tener razón, y esto no ser más que un movimiento de distracción,,,

Belegar: Puede que tengas razón. Lo malo es que no hay forma de saber cual es la decisión correcta. Así que

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habrá que arriesgarse... La cita es importante, tanto como para que Radagast en persona nos encomendase llegar a tiempo. Me has convencido Simón. Vamos a nuestro destino original y lo más rápido posible. Ya avisaremos de esa partida de orcos por el camino.

Supongo que este no es un buen sitio para pasar la noche después de todo.

TURNO 6

Erbill deseaba seguir al grupo de orcos que había al otro lado del río. Se sentía con ganas de pelear y las últimas semanas en Bree le habían hecho más débil en sus ataques. No podía permitir eso. Su corazón latía muy fuerte esperando la decisión de Belegar. Cuando éste anunció que les seguirían sintió como la adrenalina se apoderaba de su cuerpo, pero la intervención del pequeño Simon fue como una patada en su espinilla.

Simon: Si, Radagast hizo bien en elegirme, porque te equivocas en perseguirlos. La misión de que te encomendaron, es mas importante. Esta es mi tierra y mi gente. Pero creo que lo mas importante es evitar la destrucción mayor que se podría producir por no llegar a tiempo a nuestra cita. El mago nos espera y debemos cumplir nuestra palabra. No es momento de venganzas, ni dar pinchacitos al enemigo, cuando el se prepara para dar un golpe mortal. Eso es lo que pienso, pero are lo que decidas Belegar. Y esperemos por los Valar que sea lo correcto.

Belegar: Puede que tengas razón. La cita es importante, tanto como para que Radagast en persona nos encomendase llegar a tiempo. Me has convencido Simón. Vamos a nuestro destino original y lo más rápido posible. Ya avisaremos de esa partida de orcos por el camino.

Recogieron el campamento dispuestos a seguir con su camino. Ese no parecía un buen lugar para acampar. Pero antes registraron a los orcos por si tenían algo de interés: nada aparte de sus armas y armaduras.

Montaron de nuevo el campamento unas millas más adelante y no volvieron a escuchar ruidos de tambores. A la mañana siguiente forzaron un poco la marcha para llegar a Annúminas cuanto antes. Tal vez Valandil ya se encontraba allí. De todos modos, la cita era el día siguiente a medianoche.

Cuando estaba a punto de atardecer divisaron a lo lejos los restos de la antigua ciudad, ahora en ruinas. Decidieron llegar allí a así poder descansar todo el día siguiente.

Tiradas: Erbill (percepción) = 98 (casi éxito) Belegar (percepción) = 74 (fallo) Simon (percepción) = 119 (éxito)

Simon: ¿Eso son antorchas? ¿O fuego de campamento?

Belegar: ¿Dónde? Yo no veo nada.

Simon: Allí, por el sur.

Erbill: Si, ahora lo veo Simon. Yo diría que son antorchas.

Desde su posición podían ver un grupo de antorchas que se dirigía a las ruinas. Estaban lejos, a un par de cientos de metros y era noche cerrada. Los portadores de las antorchas estaban a punto de entrar en la ciudad.

(RESPUESTA ERBILL)

Erbill

Erbill: ¡Al demonio! Yo no me voy sin saber que es lo que pasa. Si quereis seguir con vuestro viaje, es lógico, y lo comprendo. Pero yo sólo soy un acompañante, y me muero por ver que ocurre ahí... - Pareció reflexionar un rato, y añadió luego unas palabras con una sonrisa- Quizá decir que me muero por algo es de mal gusto en esta situación, pero... aquí se esta montando algo grande. Puede que os interese saber que es antes de seguir. Yo desde luego echaré un ojo, vengais o no... Los orcos de ayer, estas antorchas... no pueden ser una coincidencia.

Esperó las reacciones de sus acompañantes. Iria a echar un vistazo, solo o acompañado. Aunque no sabía muy bién que haria despues, probablemente fuesen más orcos, y nada podrian contra ellos...

(RESPUESTA SIMON)

Viendo las antorchas en la lontananza, recuerdo el ataque de los orcos, seguramente puede ser una emboscada. Antes de poder decir nada Erbill habla.

Erbill: ¡Al demonio! Yo no me voy sin saber que es lo que pasa. Si quereis seguir con vuestro viaje, es lógico, y lo comprendo. Pero yo sólo soy un acompañante, y me muero por ver que ocurre ahí... - Pareció reflexionar un rato, y añadió luego unas palabras con una sonrisa- Quizá decir que me muero por algo es de mal gusto en esta situación, pero... aquí se esta montando algo grande. Puede que os interese saber que es antes de seguir. Yo desde luego echaré un ojo, vengais o no... Los orcos de ayer, estas antorchas... no pueden ser una coincidencia.

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Simon: Estoy deacuerdo con tigo Erbill, esas antorchas son sospechosas debemos investigar en caso de no se amistosas estaría mal que nos tendieran una emboscada tan cercadle final. ¿qué opinas Belegar?

(Según actué el paladín si dice que investiguemos me pongo en modo silencioso para echar un vistazo. Si dice lo contrario le sigo sin discutir pero pendiente de una emboscada.)

(RESPUESTA BELEGAR)

Parece que el viaje está siendo más emocionante de lo esperado. La verdad es que esas antorchas en la oscuridad no presagian nada nuevo. Bueno. Veamos que se esconde detras de esas luces.

Belegar: Muy bien. Parece que estamos todos de acuerdo en ir a echar un vistazo. Vamos allá. Seamos todo lo silenciosos que podamos.

Tenemos que ir con cuidado. Una emboscada puede aparecer cuando menos te lo esperas. ¿Qué se ocultaran detrás de esas antorchas?

Belegar: Dejemos los caballos aquí. Iremos más silenciosos a pie.

Bueno. Vamos allá-

TURNO 7

Los tres estaban de acuerdo en acercarse sigilosamente para intentar descubrir qué eran aquellas antorchas.

Belegar: Dejemos los caballos aquí. Iremos más silenciosos a pie.

Tiradas: Erbill (camuflaje) = 102 (casi éxito)

Erbill ató los caballos a un árbol cercano y los ocultó como pudo con unas ramas. En la oscuridad de la noche sería muy difícil descubrirlos salvo desde cerca.

Comenzaron a moverse pero haciéndolo separados para evitar que descubrieran a los tres al mismo tiempo, pero siempre manteniendo contacto visual.

Tiradas: Simon (acechar) = 164 (éxito) Erbill (acechar) = 123 (éxito) Belegar (acechar) = 72 (fallo)

La armadura de Belegar mermaba sus ya de por si escasas facultades para el sigilo. Por el contrario Simon y Erbill se movían silenciosamente hacia las ruinas.

Tiradas: "antorchas" (alerta) = 88 (éxito parcial) ??? (percepción) = 59 (fallo) ??? (percepción) = 115 (éxito) Simon (percepción) = 99 (casi éxito) ----> PM Erbill (percepción) = 67 (fallo) Belegar (percepción) = 74 (fallo)

Desde su posición no lo podían precisar con exactitud, pero al parecer las antorchas las llevaban cinco figuras: tres de ellas parecían orcos, otra era un humanoide encapuchado y con túnica oscura y el último era un extraño individuo calvo con escasos ropajes.

Precisamente fue éste quien llamó la atención de sus compañeros y pidió silencio. Parecía haber oído algo. Hizo un gesto con la mano y uno de los orcos avanzó hacia la posición de Belegar, mientras el resto permanecía donde estaban con sus arcos cubriendo al explorador.

(RESPUESTA BELEGAR)

Está claro que no nací para andar en silencio. El Calvo siempre era capaz de descubrirme cuando intentaba agenciarme unas vituallas extra de la despensa del templo, y eso que dormía dos puertas más allá.

Y ese orco parece que viene directo hacia mi... No te muevas Belegar, no te muevas. Confiemos que la luz de la antorcha disminuya su capacidad de visión en la oscuridad, y mi negra armadura parezca una sombra más. Por si acaso mi mano enguantada aferra el puño de la espada, creo que una vez más voy a tener que confiar en ti, vieja amiga.

Uf!. Ese orco se acerca demasiado...

(RESPUESTA ERBILL)

Las malditas bestias los habían descubierto, o al menos habian oido algo. Tendrian que haber sido más precavidos. Ahora solo se podía escoger, o al menos eso creia Erbill, entre dos opciones: rezar por que no los

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descubrieran, o intentar acabar con el orco antes de que diera la alarma, y tratar de soprender al resto. Lo último era sumamente difícil, pero confiar en que el orco no los viese... Siendo de noche, los orcos tenian demasiada ventaja como para arriesgarse a un combate abierto, pero quizá con la sorpresa y el sigilo... Erbill tomó esa resolución: intentaria rebanarle el cuello al orco si pasaba de largo de su posición, en pos de algun compañero. Si se dirigia hacia él, entonces trataria de apuñalarlo con la espada y rajarle el cuello con el main gauche. Probablemente supusiera demasiado ruido, pero era su mejor opción...

(RESPUESTA SIMON)

Me giro con el ruido que parece que escucho a mi espalda.

Piensa rapido piensa, simon es posible que nos esten rodeando.

Me muevo silenciosamente para ponerme en una mejor situacion para alludar a mis compañeros.

Espero que los otros se queden agachados, con algo de suerte podre asustar a los que nos rodean, cargo una piedra en la onda.

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1-D: AL SUR DE FANGORN Hard (Norenche) y Liedhel (Shandril)

TURNO 1

Hard

La vida de Hard era muy monótona y él necesitaba más acción. No había nada interesante cerca, ni tan siquiera los woses. Al principio le llamaron la atención pero resultaron ser bastante aburridos. Lo que quería era entrar en acción, luchar, ver mundo, correr aventuras. Un buen día tomó la decisión de abandonar su hogar, cerca de Rauros y ver qué más había ahí fuera. Pero, ¿dónde ir?

¿Tal vez al norte, al Bosque Negro o a Lorien? ¿O quizás al oeste, hacia Rohan o más allá?

En un principio descartó la idea de viajar al sur e ir al este no era aconsejable. Daba igual. El caso era salir de allí cuanto antes. Preparó sus cosas sin olvidar, por supuesto, su hacha a dos manos, su más fiel compañía en los últimos años. También se llevó algunas provisiones, agua y veinte monedas de plata.

Tras despedirse de familia y amigos se puso en camino. Su elección final fue el bosque de Fangorn. El viaje fue de lo más tranquilo, y muy agradable hasta un día en el que presenció unos destellos de luz en no muy lejos de donde se encontraba. Estaba atardeciendo y Hard preparaba un campamento para descansar, pero esos destellos le hicieron dejar lo que estaba haciendo y cogiendo su hacha, corrió hacia allí...

Liedhel

Liedhel vivía con una obsesión durante las últimas semanas. No podía quitarse de la cabeza a aquel humano. Solamente le vio en un par de ocasiones y nunca había hablado con él. Aún así no conseguía apartarlo de sus pensamientos. Incluso podía recordar su voz cuando dijo de ella que era la elfa más bella que jamás había visto.

Sólo había una forma de arreglar aquello: ir en su busca. Y así lo hizo. Se preparó para el viaje, provisiones, su bastón y su arco, una moneda de oro y un poco de rewk en infusión suficiente para un par de usos. Los Puertos Grises estaban muy lejos de allí, pero se tomó el viaje con mucha ilusión.

Atravesó el bosque de Fangorn sin contratiempos y se dirigía al paso de Rohan, cuando una tarde, a la caída del sol, escuchó aullidos de lobo. Se preparó para lo peor, y lo peor sucedió: un grupo de lobos se lanzó contra ella. Eran media docena de lobos hambrientos y estaba sóla...

Hard y Liedhel

Aquella elfa no estaba indefensa, ni mucho menos y recibió a los lobos con un muro de fuego, y varios rayos de descarga de deshicieron de dos de los lobos. La situación no era muy preocupante pero sabía que no podría aguantar mucho tiempo. Debía pensar en algo.

En ese momento un hombre gigantesco, o eso le pareció en un principio, cargó contra los lobos restantes con tal virulencia que partió en dos a uno de los lobos con su primer ataque y con el segundo golpe de hacha destrozó el costado de otro. Los dos lobos restantes huyeron dejando atrás los cuerpos de sus compañeros.

Liedhel: “Muchas gracias, me has salvado de un problema grave”

Pero Hard respondió a esas palabras levantando su hacha y cargando contra la maga. Liedhel aterrada se dispuso a lanzar un hechizo, pero el beórnida de detuvo con una sacudida de cabeza. Bajo su hacha, sonrió con un gesto simpático y habló.

Hard: “Perdonad bella elfa, pero a veces me cuesta un poco controlarme”

Liedhel: “Menudo susto me has dado. De nuevo gracias. Tu actuación ha sido..., ha sido... eh, ha sido impresionante”

Hard: “ JAJAJA, bueno, eran perritos y cuando yo llegué ya había dos menos. Me llamo Hard, para servirla”.

Liedhel: “Hola Hard, yo me llamo Liedhel ¿Perritos? Jajaja”

Hard: “Tengo el campamento aquí cerca, vamos”

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(RESPUESTA HARD)

Para Hard, la belleza de la elfa era algo fuera de lo comun, ya que él habia vivido en un entorno campesino, donde la belleza no era algo que se cuidaba. En cambio la elfa era gracil y a la vez parecía debil, aunque matando a esos dos lobos demostró que no lo era.

Una vez en el campamento, a la luz del fuego, le preguntó qué hacía una elfa tan lejos de su hogar, Lorien quedaba bastante al norte y Rivendel al otro lado de las montañas. Ademas normalmente los elfos no solían aventurarse en lo desconocido sin compañía. Hard le dijo que él estaba en ese lugar porque le aburría la monotonía de su hogar, quería aventuras, emociones diferentes. Además le dijo que no había nada interesante cerca, ni tan siquiera los woses.

Hard: [...]Al principio me llamaron la atención pero resultaron ser bastante aburridos. Lo que quería era entrar en acción, luchar, ver mundo, correr aventuras. Un buen día tomé la decisión de abandonar mi hogar, cerca de Rauros y ver qué más había ahí fuera.

Quizá la elfa tambien se había aburrido de su hogar, de la larga vida élfica en un mismo lugar sin tener emociones fuertes. Quien sabrá lo que pasa por su cabeza en ese momento...

FdR: bueno, es mi primer turno intentando hacerlo lo mas largo posible, espero k vaya bien

(RESPUESTA LIEDHEL)

Liedhel le respondió a Hard que se sintió atraida por uno de su raza y que, a pesar de las negacioens de los suyos para abandonar el bosque, su curiosidad aumentaba con el paso de las lunas. Le contó que fue algo repentino e inesperado y que hoy se encuentra así sin rumbo tan sólo con el recuerdo de alguien en su mente y en busca de conocer mundo.

Liedhel miraba al humano con curiosidad y asombro mientras este dormía. Áún no estaba muy acostumbrada a tratar con gentes de otras razas pues llevaba poco tiempo separada de los suyos.

Mientras cantaba en voz baja, Liedhel revisaba los víveres, los utensilios y su arco. Luego ya meditando se disponía a aprender y controlar nuevos hechizos desarrollados. En una ocasión, y sin que Hard se diera cuenta mientras dormía, lanzó una pequeñita bola de luz sobre la tez de Hard para apreciar los rasgos humanos... dónde estaban aquellas orejas acabadas en punta? A Liedhel también le sorprendía la barba y cantidad de bello corporal del humano.

Recordó de repente al humano que había despertado tantísima curiosidad en su interior y, mirando al cielo estrellado, se preguntó si lo volvería a ver y sobre todo... si volvería a ser con ella tan amable e incluso si se acordaría. Sus ojos de repente se abrieron mucho al comprobar como una estrella fugaz recorría el cielo. Señales!!! se dijo entre si.

Liedhel cerró los ojos y meditó hasta que Hard despertó de su "letargo humano" y le preguntó sobre las tierras que faltaban para llegar hasta los Puertos Grises...

(RESPUESTA HARD)

Hard: Me temo que los Puertos Grises estan lejos, aunque no se exactamente donde, mi tío me dijo que estan al otro lado de las Montañas Nubladas, junto al mar, pero que nunca fue. Me pregunto como seran esas tierras... Ah, y por si no te acuerdas ayer te pregunté que hacía una elfa tan lejos de su hogar?

Luego de eso Hard se quedó callado esperando la respuesta de Liedhel, ya que quizá estaba buscando algo... o alguien. Hard miró el cielo, ni rastro de nubes, parecía que hoy sería un dia soleado y apetecible. Luego tomó su acha en las manos y con un pañuelo se puso a dar brillo a su arma, ya que la sangre luego termina haciendo que un arma se corroa.

Hard: Parece que hoy será un buen día, el sol en el cielo y ninguna nube que lo tape.

TURNO 2

Dado que a Hard le apetecía explorar mundo y vivir aventuras y al parecer Liedhel quería ir a los Puertos Grises, llegaron al acuerdo de viajar juntos al menos hasta alguna ciudad cercana. Siempre era agradable viajar en compañía.

Si el tío de Hard estaba en lo cierto y los Puertos Grises estaban al otro lado de las Montañas Nubladas, el camino más corto sería cruzar por el Paso de Rohan. En Rohan seguramente encontrarían alguna ciudad donde obtener más información, tal vez en su capital, Edoras. Si realmente estaba junto al mar, sería un viaje muy largo...

Animosos, beórnida y elfa recogieron sus cosas después de un desayuno frugal y se dispusieron a comenzar su viaje juntos. Primera parada: Edoras.

Tiradas: Hard (Conocimiento de la región): 31 (fallo) Liedhel (Conocimiento de la región): 102 (casi éxito)

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Liedhel recordó de sus estudios en Lorien, que atravesando Rohan en dirección sur desde el bosque de Fangorn, se llegaba a Edora, y aunque no lo tenía del todo claro, decidieron seguir esa dirección. Caminaron y hablaron de las vidas que dejaban atrás y de sus ilusiones y deseos en sus vidas. La mañana estaba siendo muy agradable. Las llanuras de Rohan se extendían ante sus ojos hasta donde les alcanzaba la vista.

A media tarde divisaron a lo lejos dos jinetes que se iban aproximando hacia ellos a gran velocidad.

Tiradas: Hard (Percepción): 68 (fallo) Liedhel (Percepción): 60 (fallo)

Aquellos jinetes se acercaban a buena velocidad...

(RESPUESTA HARD)

Hard, al no ser de la region no conocia practicamente nada de la zona, aunque parecía que Liedhel si habia estudiado algo. Decidieron pues seguir el camino dicho por ella.

Al ver a los dos jinetes acercarse a ellos Hard aferró su hacha instintivamente, ya que no podía ver el rostro de esos sujetos y nunca se podía saber que podía pasar, luego se puso delante de la elfa, ya que si los jinetes embestian con sus monturas Hard podría resistir mucho mejor el impacto, dada su gran corpulencia.

Se quedó quieto. Prefería saber a que se enfrentaba antes de lanzarse a un ataque burtal y directo...

(RESPUESTA LIEDHEL)

Liedhel sonrió al recordar los viejos planos estudiados en Lórien sobre el mundo conocido por los de su raza y los humanos cartografiados desde las viejas alianzas entre ambos. Si sus cálculos no eran malos se dirigían por el buen camino...

Liedhel sintió temor al ver a lo lejos a dos jinetes acercarse sin saber sus intenciones, agradeció a Hard su protección mientras iba sacando una flecha de su carcaj y asiendo firmemente su arco...

Había oído hablar de los jinetes de Rohan, grandes guerreros y magníficos jinetes, un expléndido ejército nada despreciable.

Liedhel:Hard, qué intenciones crees que llevarán? Jamás me he visto en una situación así y estoy algo asustada!!!

(RESPUESTA HARD)

Hard: Sean las que sean no van a hacerte daño, no mientras yo pueda evitarlo.

Dicho eso agarró mas fuerte su hacha, para que no le ataquen sin preparación. Por la mente de Hard pasaban muchas cosas en ese momento, pero solo una sobresalía en ella, evitar la muerte de alguien inocente. Por esa misma razón no se lanzó a la carga contra los jinetes, quizá solamente estaban buscando algo o exploraban el territorio. Aunque mas vale precaucion, eso es algo que la naturaleza le ha enseñado, en el bosque los animales cazan cuando tienen hambre, y eso nunca sabes cuando es...

(RESPUESTA LIEDHEL)

Liedhel: No solo quiero que no me hagan daño a mí, Hard, quiero que no nos hagan daño a ninguno de los dos... Escúchame, si a veinte metros el jinete que va más adelantado no hace ademán de parar dispararé con mi arco.

Dicho esto Liedhel tensó su arco con gracia y firmeza a la vez, propios de su raza y apuntó al jinete más adelantado... Se quedó así, en silencio.

La mente de Liedhel corría deprisa, memorizaba un conjuro de bola de rayos para, por si acaso, tenerlo preparado por si los jinetes se presentaban hostiles.

TURNO 3

Los dos jinetes se detuvieron a un centenar de metros y observaron cómo aquella extraña pareja les esperaba en actitud desafiante. Uno de ellos, enormemente corpulento llevaba un hacha de combate a dos manos mientras que la otra les apuntaba con su arco.

Liedhel y Hard estaban tensos por la situación y esperaban observando detenidamente cómo los jinetes al parecer hablaban entre ellos.

Tiradas: Hard (heráldica) : 42 (fallo) Liedhel (heráldica) : 33 (fallo)

Tras unos segundos de tensión y espera, los caballos se pusieron nuevamente en marcha, pero volvieron sobre

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sus pasos y se alejaron.

Para la maga todo esto era nuevo y aunque Hard si tenía experiencia en combate parecía sorprendido por lo que acababa de ocurrir. Ambos se miraron extrañados, pero seguramente los jinetes pensaron que suponían una amenaza.

No había comenzado con buen pie su aventura por tierras de Rohan.

(RESPUESTA HARD)

Hard esperaba impasible la llegada de los jinetes, pero algo extraño ocurrió, para sorpresa de ambos los jinetes se detuvieron a 100 metros, eso nunca lo habia visto en batalla, debían ser exploradores, pero en ese caso, al ser a campo abierto deberían haber ido a pedir identificacion, ya que el hecho de ir montado les daba ventaja. Todo esto era extraño.

Hard: Espero que simplemente quisieran ver si eramos orcos o no, espero que no nos vieran como a enemigos, porque sino podemos tener serios problemas...

(RESPUESTA LIEDHEL)

Liedhel se quedó muy asombrada al ver la situación. No esperaba una reacción así por parte de los jinetes. Tras detenerse, Liedhel bajó su arco pero aún así estos retrocedieron y se fueron por donde habían llegado... La situación era extraña para la maga y vista la cara de su acompañante pensaba que para él también había sido muy extraño.

Liedhel: Hard, probablemente sean la avanzadilla de un grupo más numeroso y regresen con más efectivos. En los bosques de mi hogar nuestros exploradores hacen eso. Cuando alguien se acerca corren la voz aunque sean pocos los que se acerquen. No soy guerrera pero sé un poquito de que van estas cosas. Pienso que deberíamos alejarnos un poco del sendero y caminar por sitios con más cobertura para esconderse ante posibles emboscadas... Qué opinas?

Dicho esto, Liedhel destensó su arco y guardó su liviana flecha en el carcaj. La situación no le gustaba. Partió de su hogar con la idea de no meterse en líos hasta llegar a Puertos Grises pero mucho se temía ahora que no iba a ser así...

(RESPUESTA HARD)

Hard no sabía que contestar, tras unos instantes de reflexion finalmente dijo:

Hard: Si forman parte del ejercito de Rohan no deberian ser considerados enemigos, pero nunca se sabe que puede pasar... - durante unos momentos se puso a pensar - creo que ya se como pasar desapercibido, esto que voy a hacer no se lo digas nunca a nadie... cuando termine subete sobre mi, yo te llevaré a donde me digas.

Liedhel: pero...

Liedhel se quedó boquiabierta ante la transformacion del humano, en su cuerpo creció una cantidad increible de pelo, mas de lo normal, su volumen aumentó considerablemente y pasó de estar a dos patas a estar a cuatro. Poco a poco su cuerpo se parecía mas al de un oso.

Una vez transformado invitço a Liedhel a subir con un movimiento de cabeza y agachandose para que pudiera subir.

(RESPUESTA LIEDHEL)

A Liedhel le costó un poco reaccionar ante la transformación de Hard en un... oso!!! Desconocía ese tipo de magia entre los humanos y pensó que debía tratarse de Licantropía. Algo poco frecuente... muy poco. Sin dudas su acompañante era alguien excepcional.

Liedhel: Agradezco tu invitación Hard de subir a tu "lomo" o debo decir espalda?, jajajaja. Sin embargo me sentiré mucho más cómoda viajando a pie. Soy rápida y aguanto bien los viajes largos. No te lo tomes a mal.

Liedhel: Pienso que deberíamos viajar más de noche. Hace mucho que dominas tu "transformación"?

Liedhel olvidaba que los humanos carecen de la visión nocturna propia de la raza élfica y que necesitan más descanso. Sin embargo, aquél Hombre-Oso no dejaba de asombrarla. Cuantos ases guardaba Hard bajo la manga?

Cerró un instante los ojos y sintió la brisa sobre sus mejillas intentando captar algo del ambiente... no obtuvo respuestas.

TURNO 4

Elfa y humano quedaron sorprendidos por la reacción de los jinetes aunque, como imaginó Liedhel tal vez fuesen solamente exploradores y no se atrevieron a acercarse más por miedo ante sus poses de ataque. En cualquier caso decidieron mantenerse alerta por lo que pudiera pasar.

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Lo que sucedió a continuación dejó perpleja a Liedhel. Su compañero Hard comenzó a desnudarse delante de ella añadiendo que cuando acabara la transformación se subiera a su espalda. Para aquella elfa fue una actuación extraña y no entendía nada. El humano que acababa de conocer era un foco de sorpresas, pero esto no se lo esperaba.

La transformación de Hard a oso comenzó y el proceso era un tanto doloroso pero el beórnida, que heredó esta habilidad de sus parientes, estaba hecho de una pasta especial y resistía estoico.

Tiradas: Hard (Crítico alteración física) : 68 ----> Aturdido un asalto 6 puntos de daño. 90 % cambio. Hard (crítico alteración física) : 51 ----> 3 puntos de daño. 50 % cambio. Transformación completa.

Hard era ahora un oso...

La maga Liedhel declinó la oferta de subirse a lomos del oso y prefirió continuar a pie. Ahora se planteaba otro pequeño problema. Sin saber si Hard podría entender lo que decía habló:

Liedhel: ¿Y ahora qué? Podría llevar tu hacha, pero espero que no pretendas que cargue con tus ropas y demás cosas y mucho menos con esa pesada armadura.

Su propuesta fue viajar apartándose lo más posible de los caminos e incluso viajar de noche. Seguía convencida en avanzar rumbo a Edoras pero evitarían meterse en problemas. Los dos jinetes al parecer se fueron en esa misma dirección así que ahora tenían que pensar bien sus próximos movimientos.

(RESPUESTA HARD)

Hard pensó que podía cargar sus cosas en la espalda del oso, que para algo estaba, ademas, su armadura no era tan pesada, era un simple peto de cuero, no una coraza metalica como la de un caballero. Por otro lado no sabía si la elfa podría entenderle, ya que nunca intentó hablar siendo un oso. Si ponía las cosas sobre él le ahorraria peso a la elfa y a él no le molestaria.

Mientras la elfa preguntaba que hacer con sus cosas hizo un cabeceo señalando su espalda, intentando que la elfa entendiera que lo pusiera encima de ella. Algun dia debía intentar hablar...

(RESPUESTA LIEDHEL)

Liedhel: Claro Hard!!!, claro, no pensarás que iba a cargar con todo, sería de ser poco caballero por tu parte no? jejeje. No sé si me entenderás o no así transformado pero, he de decirte que me encuentro muy perdida. Me encuentro extraña "paseando" con un oso mientras nos acechan las huestes de Rohan... qué podemos hacer?

Dicho esto Liedhel se calmó un poco y puso las cosas de Hard sobre su "lomo"... Si su familia la viese en estos momentos, pensó.

Liedhel se subió sobre un montículo pequeño y divisó a lo lejos una polvareda que parecía provenía del sendero por el que hace unos momentos iban Hard y ella... cerró los ojos y escuchó el viento susurrar en sus oidos palabras de calma. Aún así, sentía su corazón tenso. Miró hacia Hard y pensó... por qué se habrá tranformado ahora? Qué explicación puede dar una elfa acompañada de un oso?... preguntas que necesitaban respuesta en su interior.

TURNO 5

Desde su posición más elevada Liedhel pudo observar como la ligera polvareda que habían levantado los jinetes en su retirada seguía una dirección más o menos sur y dedujo que seguramente irían hacia Edoras. Ese parecía seguir siendo el mejor destino pero tal veza ahora era algo más arriesgado.

Hacia su derecha se elevaban las montañas y las últimas estribaciones del bosque de Fangorn.

Tiradas: Hard (percepción) : 72 (fallo) Liedhel (percepción) : 112 (éxito)

Hasta ahora no se había dado cuenta: entre las montañas y el bosque se podía atisbar parte de lo que parecía una torre. Si sus horas de estudio en Lorien no le fallaban debía tratarse de la Torre de Isengard

Liedhel: Creo que tenemos varias opciones Hard. Pero no sé qué decisión tomar. Podemos seguir avanzando hacia Edoras pero deberíamos tener mucho cuidado. Esos jinetes no me han inspirado nada bueno. La Torre de Isengard está cerca pero no tenemos idea de qué encontraremos allí. También podríamos avanzar hacia el oeste. No sé.

Liedhel observó a Hard preguntándose qué hacer. Aunque la elfa no lo sabía a ciencia cierta, Hard en su forma de oso entendía perfectamente lo que decía. Trataría de hacerse entender por señas.

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(RESPUESTA HARD)

Hard, ante las palabras de Liedhel, hizo un ademán de irse hacia el Oeste, a la torre, intentando que ella le siguiera y le comprendiera, con esa forma podria pasar mejor desapercibido frente a los otros humanos y elfos, aunque los orcos lo atacarian igual y en esa forma su poder era inferior.

Mientras esperaba a que le siguiera hizo un intento de hablar, pero todo cuanto salió de su boca fue un ronco gruñido osedno. Quiza una vez abandonen territorio humano debería volver a su forma normal...

(RESPUESTA LIEDHEL)

Liedhel observó la torre. Su cara oeste brillaba con los últimos rayos de sol del atardecer. Era una torre magnífica, los textos que había leído sobre ella se quedaban muy cortos ahora que podía admirarla con sus ojos.

Liedhel: Deberíamos darnos prisa Hard y encontrar un sitio de refugio pues, aunque no me incomode la luz de las estrellas, sé que hay muchos otros seres que se sienten muy bien sin el brillo solar... y no hablo de humanos precisamente.

Dicho esto Liedhel comenzó a cantar una vieja canción élfica sobre antiguos relatos ocurridos en Isengard y, mientras tanto, puso rumbo a aquella torre esperando que Hard la siguiera hasta allá pues no parecía estar muy lejos...

TURNO 6

Liedhel y Hard decidieron variar su rumbo. Edoras no parecía tan bue destino después de ver el extraño comportamiento de aquellos jinetes. Se dirigieron a la Torre de Isengard. No estaba demasiado lejos y si avanzaban rápido llegarían en pocas horas.

Tiradas: Liedhel (cantar) = 103 (casi éxito)

La voz de Liedhel era muy hermosa y pese a dudar un poco en algunos fragmentos sirvió para que Hard viajase mucho más a gusto al igual que la propia elfa.

El sol comenzaba a esconderse en el horizonte cuando algo sorprendió a elfa y oso. Un azor pasó a muy baja altura por encima de sus cabezas. Volaba apenas a media docena de metros del suelo y eso les permitió observar que llevaba un mensaje en una de sus patas. Todo parecía indicar que acababa de iniciar el vuelo. Con premura miraron a su alrededor y la excelente visión de Liedhel se paró en un anciano con túnica y bastón que avanzaba hacia ellos con paso firme.

La maga comenzó a preparar un rayo de agua por lo que pudiera pasar mientras Hard se ponía por delante en posición defensiva, pero enseguida se vio "obligado" a bajar la guardia.

Anciano: Tranquila joven elfa.

Continuó acercándose y acarició al oso mientras hablaba con la mujer. Hard tenía una sensación extraña. De calma y paz absoluta. Aquel anciano no representaba ningún peligro, de eso no tenía duda alguna.

Las palabras de aquel anciano de túnica marrón eran tranquilizadoras.

Anciano: ¿Qué hace una elfa de Lorien viajando sola por estas tierras? Y nada menos que con un oso.

(RESPUESTA HARD)

La canción de Liedhel era relajadora y hermosa, nada comparable con los canturreos de los woses con los que convivió en el pasado. Dicha cancion hizo que el viaje fuera mas ameno. Al ver al Anciano se puso en defensa de la elfa, Debía protegerla a toda costa, aunque fuera en esa forma.

En cambio, el anciano no atacó sinó que habló y consiguió tranquilizar a ambos, a la elfa con palabras y a Hard con una caricia a un aparente oso.

Hard, en esa situacion extraña, no pudo sino dejarse acariciar, la mano del anciano era tranquilizadora. Quizá éra aquél sujeto del que su abuelo hablaba, un tal Rada... algo. Se dice que es un anciano muy sabio y amante de la naturaleza. De alguna forma debía ayudar a Liedhel a salirse de esa, pero su imposibilidad de hablar no le permetía susurrarle alguna razón para viajar con ese oso tan poco común.

(RESPUESTA LIEDHEL)

Liedhel bajó la guardia y se calmó al ver al anciano que no llevaba intenciones de atacarles sino todo lo contrario tras ver como acariciaba a su acompañante. No puedo evitar pensar... "si supiera este noble anciano a quien está acariciando realmente!!" En su cara quizá no pudo contener un gesto de sonrisa. Mientras sucedía todo estos Liedhel contestó:

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Liedhel: Noble anciano, supongo que estaréis perplejo de encontrar a alguien de Lórien caminando sola y encima acompañada de un... (miró de reojo a Hard)... oso!!! Me dirigía a la ciudad de Puertos Grises cuando este "oso" salió en mi encuentro y desde entonces lo llevo al lado... (miró fijamente a Hard)... supongo me habrá tomado cariño (y le hizo un gesto al anciano de complicidad)... La noche nos ha sorprendido y buscabamos un lugar donde refugiarnos y divisamos esta torre.

Liedhel hizo una pausa contempló el entorno y continuó hablando...

Liedhel: Pero, quién sois vos noble anciano? Sois quien habita en esa magnifica torre? Sabéis algo de Rohan? o mejor dicho... tenéis noticias recientes de lo que pudiera ocurrir en estos parajes?

Liedhel se quedó expectante esperando las respuestas del anciano mientras observaba que en menos de una hora las estrellas harían su aparición en el cielo mostrando su explendor.

TURNO 7

Liedhel: Noble anciano, supongo que estaréis perplejo de encontrar a alguien de Lórien caminando sola y encima acompañada de un... (miró de reojo a Hard)... oso!!! Me dirigía a la ciudad de Puertos Grises cuando este "oso" salió en mi encuentro y desde entonces lo llevo al lado... (miró fijamente a Hard)... supongo me habrá tomado cariño (y le hizo un gesto al anciano de complicidad)... La noche nos ha sorprendido y buscabamos un lugar donde refugiarnos y divisamos esta torre.

Anciano: Si buscas refugio para esta noche, has tenido suerte joven elfa. Esa torre es Isengard, pero no es necesario llegar hasta allí. Venid, aquí cerca tengo un pequeño campamento y la cena casi está lista. Por ceirto, no me sorprende tanto la presencia del oso como la carga que lleva a sus espaldas.

Y diciendo ésto el anciano de la túnica marrón guiñó el ojo a Liedhel. Se giró y caminó haciendo gestos a la joven para que le siguiera. Apenas unos pasos más allá había un pequeño campamento en la entrada de una pequeña cueva. Parecía un buen lugar para acampar y la compañía del abuelo era agradable.

Liedhel: Pero, ¿quién sois vos noble anciano? ¿Sois quien habita en esa magnifica torre?

Anciano: Jajaja. Disculpa mi falta de educación. Me llaman Radagast, el Pardo. Y no, no habito en Isengard. Allí vive un viejo conocido mío, el mago Saruman.

Liedhel: ¿Sabéis algo de Rohan? o mejor dicho... ¿tenéis noticias recientes de lo que pudiera ocurrir en estos parajes?

Radagast: Come algo. Entrarás en calor - dijo mientras ofrecía un cuenco de caldo caliente a Liedhel. Después arrojó un buen pedazo de carne al oso al tiempo que hacía un gesto simpático.

Radagast: Así que a los Puertos Grises... Eso está muy lejos de aquí pequeña. Os queda un largo viaje hasta allí. No deja de ser curioso que vuestro destino sea Puertos Grises... curioso, allí estaba el Errante... - de pronto parecía que hablara para sí. - Esto no será una casualidad...

Liedhel observó al anciano mientras balbuceaba. Era un personaje entrañable. Bebió el suculento caldo y cuando se disponía a intervenir de nuevo, el viejo volvió a hablar.

Radagast: Bien pequeña, respondiendo a tus preguntas te diré que sí está pasando algo en estos parajes. Rohan puede que no sea el lugar seguro que es habitualmente. Pero no tengo todas las respuestas. En todo caso mi labor ha concluido aquí. Ya he solicitado ayuda... Tal vez haga falta una mano femenina en todo esto, pero yo debo irme ya, no sé... Aún no sabemos quién es la niña y el enemigo está muy cerca, lo presiento...

Una vez más comenzó murmurar entre dientes y enseguida salió de su trance para añadir:

Radagast: Es tarde, debéis descansar. Mañana al alba hablaremos.

Se retiró a la cueva y se recostó volviendo a pensar en voz alta, ante la mirada atónita de Liedhel y Hard.

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Off-rol: Perdonad mi retraso en este turno. Como veis es un turno un tanto peculiar, más de diálogo que de otra cosa, pero por primera vez vosotros veis que "algo" se cierne por estos lares...

(RESPUESTA HARD)

Hard se comió el pedazo de carne, hacía horas que no habia comido nada y tenía hambre, aunque prefería la carne asada... Ese nombre... ese era el que su tío le habia dicho, Radagast. Era una especie de druida. Él no lo sabía, pero era uno de los istaris, como Gandalf y Saruman. Era uno de los cinco que llegaron a la Tierra Media. Hard en su forma de oso pasaba desapercibido, ya que lo trataban como a un animal y no como a un humano que se comporta como animal. Le trataban con mas respeto y con mas amabilidad, ya que temen mas a un animal al que no pueden controlar que a un humano que creen superior.

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Las palabras de Radagast inquietaron a Hard, dijo que Rohan ya no era tan segura como antes, algo debía pasar... Además cuando le hablaron de los Puertos Grises empezó a murmurar algo sobre algún Errante.

(RESPUESTA LIEDHEL)

Liedhel se sentía a gusto y serena charlando con aquél anciano generoso llamado Radagast. Se veía mucha nobleza y distinción en sus ademanes y expresiones... Liedhel envuelta en pensamientos y sensaciones, cerró los ojos un instante... algo no le encajaba.

Liedhel: adorable anciano... creo que olvidáis alguna de las cualidades de mi linaje, soy una dama elfa y no necesito mucho descanso, sin embargo mi amigo el... "oso" sí. Antes de descansar todos me gustaría que me comentáseis acerca de esa niña!!!. Quién es? Creo que sabéis muchas cosas que guardáis para vuestros adentros noble anciano.

Liedhel miró fíjamente al anciano para tratar de poderle sacar más cosas y estar informada de cuanto ocurría en Tierra Media.

Liedhel: Me iré a meditar cuando me contéis que ocurre en Rohan, pues siempre he oido decir que son gentes pacíficas y lo que vi en a través de lo alto de una colina me pareció muy distinto... grupos de jinetes bien armados en los límites de su territorio. Qué ocurre en Rohan?

Liedhel se calmó y esperó a que el anciano le contestase... antes de irse a descansar.

TURNO 8

Liedhel: Antes de descansar todos me gustaría que me comentáseis acerca de esa niña. ¿Quién es? Creo que sabéis muchas cosas que guardáis para vuestros adentros noble anciano.

Radagast: Ehm, ¿de qué niña hablas? Ehm, si, ehm, bueno... Vaya. Aún no estoy seguro de que deba contarte nada. Pareces noble pequeña. Mañana habrá tiempo de charlar.

Liedhel: Me iré a meditar cuando me contéis que ocurre en Rohan, pues siempre he oido decir que son gentes pacíficas y lo que vi desde lo alto de una colina me pareció muy distinto... grupos de jinetes bien armados en los límites de su territorio.

Radagast: ¿Grupos de jinetes dices? ¿Estás segura de eso? Saruman no me mencionó nada de eso y yo no los he visto... No debes temer bella elfa, en verdad son gente pacífica, y muy hospitalaria debo añadir. Si vais a Edoras lo podréis comprobar. Ahora bien, un oso no sé cómo será recibido - y guiñó un ojo a Liedhel primero y a Hard después.

Liedhel: ¿Qué ocurre en Rohan?

Radagast: Nada, de momento, pero se avecinan tiempos difíciles. Pareces preocupada. Bueno os contaré algo - mientras hablaba, acariciaba con suavidad al oso.- Hay indicios que nos hacen pensar que Angmar ha enviado a alguien a Rohan en busca de una niña pequeña. Para su protección no desvelaré su nombre por ahora. He pedido ayuda a un paladín y un errante. Estarán aquí pronto, espero, que los Valar les guíen. Y además de ellos, ¿quién mejor para portegerla que su propio padre? Lamentablemente su padre no está en Rohan en estos momentos pero creo haber encontrado quien vaya en su busca.

Liedhel se dispuso a intervenir, pero el anciano hizo un ademán para que esperara.

Radagast: No desvelaré ningún dato de la niña por ahora. Si tu objetivo sigue seindo Puertos Grises no impediré que vayas, pero si tu interés por la seguridad de Tierra Media va más allá de la curiosidad, tal vez queréis ir en su busca. Ahora descansemos. Mañana al alba esperaré una respuesta, medita durante la noche. Tú también beórnida.

El anciano se acomodó en el fondo de la cueva y se puso a descansar. No respondió más preguntas aquella noche.

(RESPUESTA HARD)

Hard escuchó atentamente las palabras de Radagast, no sabía como podía terminar todo. Tras las palabras de Radagast le sorprendió el hecho de que pudiera saber que no era un oso, sino un beornida, como les llamaban los demas humanos. Hard se preguntó si podría entender lo que decía si intentaba decir algo, aunque no hacía falta intentarlo otra vez, parece que el disfraz no funcionaba tan bien, así que decidió volver a su forma normal, aunque eso le doliera.

Hard se apartó y empezó la transmutacion de su cuerpo. El pelo corporal disminuía a la vez que el volumen de su cuerpo. Las facciones de la cara se volvieron poco a poco a formas humanas y las zarpas se volvieron manos. Tras la transformación se puso su ropa, que tenía cargada sobre la espalda y se colgó en la misma su hacha.

Hard: Saludos Radagast, permíteme que me presente, soy Hard, como bien dijiste soy un beornida, aunque ese termino no lo usamos entre los nuestros.

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Acto seguido se puso a dar unos pasos para volverse a acostumbrar a andar sobre sus dos piernas, en lugar de sobre cuatro patas.

(RESPUESTA LIEDHEL)

La elfa quedó pensativa... Quién sería esa niña? Su curiosidad no la dejaba pensar en otra cosa. Se quedó un rato callada. Debía de hacer algo antes de llegar a Puertos Grises. Por lo visto esa niña era importante y su protección era inevitable para la paz en Tierra Media. Mi raza siempre ha velado por la paz en Tierra Media pensó. No podía abandonar a su suerte alguien tan importante quizá por un capricho de su corazón... Puertos Grises debería esperar.

Liedhel no pudo contener unas lágrimas... y le dijo a Radagast lo siguiente:

Liedhel: Noble anciano Radagast. Yo por mi parte no puedo abandonar a una niña tan importante, va en contra de los nobles principios de mi linaje. Me encuentro desorientada junto a este "Hombre-oso" que no hace otra cosa que transformarse cuando menos te lo esperas. Decidme que deberíamos hacer. Dadme un buen consejo pues confío en vuestras palabras pues las siento de corazón.

Liedhel esperó contestación y luego salió afuera a cantar bajo las estrellas un bello canto élfico señalando las estrellas.

TURNO 9

Hard, cansado de no poder hablar, decidió volver de nuevo a su forma humana.

Tiradas: Hard (crítico alteración física) = 92 11 pv, aturdido 3 asaltos, 100% cambio.◊--

Hard: Saludos Radagast, permíteme que me presente, soy Hard, como bien dijiste soy un beornida, aunque ese término no lo usamos entre los nuestros.

Radagast: Hola Hard. Me alegro de conocerte realmente.

Liedhel estaba apesadumbrada. La historia de Radagast le había afectado mucho y decidió posponer su visita a los Puertos Grises.

Liedhel: Noble anciano Radagast. Yo por mi parte no puedo abandonar a una niña tan importante, va en contra de los nobles principios de mi linaje. Me encuentro desorientada junto a este "Hombre-oso" que no hace otra cosa que transformarse cuando menos te lo esperas. Decidme que deberíamos hacer. Dadme un buen consejo pues confío en vuestras palabras pues las siento de corazón.

Radagast: Veo que eres muy impaciente joven elfa, mas creo que en realidad no necesitas meditar más tu decisión, ¿no es así?

El anciano acercó suavemente su mano al bello rostro de la maga y detuvo una de sus lágrimas. Miró fijamente a los ojos de Liedhel y añadió:

Radagast: El padre de la pequeña partió esta mañana hacia el este en compañía de varios jinetes para expulsar a un grupo de orcos que se encontraba demasiado cerca. Yo mismo iría en su busca, pero tengo otros asuntos igualmente importantes por atender. Me pregunto si estáis dispuestos a ir en su busca. Debo decir que puede que sea peligroso.

Liedhel: Puedes contar con nosotros. Yo al menos iré. ¿Tú qué dices Hard?

Hard: Por supuesto. Se fue al este, pero dónde exactamente.

Radagast: Hacia Emyn Muil. Tomad un poco de polvo de cardamomo. Esto os permitirá avanzar sin demora. Ahora debo irme. Que los Valar os guíen. Cuidado y suerte.

Sin dejar que intervinieran, el anciano dio media vuelta y se marchó.

Tiradas: Hard (conocimiento de hierbas) = 36 (fallo) Liedhel (conocimiento de hierbas) = 92 (casi éxito) ---> 113 (éxito)

Liedhel reconoció al rato el nombre de cardamomo. Su uso permitía disminuir la fatiga y se emplea para recorrer latgas distancias en poco tiempo.

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Off-rol: Hay cuatro dosis de polvo de cardamomo. Cada una dura 12 horas y sus efectos exactos son triplicar los puntos de fatiga, y añadir +20 al bonus de constitució (Constitución da más puntos de fatiga así que en total se aumenta muchísimo). Liedhel pasaría de 54 a 282 puntos de fatiga y de 42 a 75 puntos de vida. Hard pasaría de 90 a 390 puntos de fatiga y de 115 a 162 puntos de vida.

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(RESPUESTA HARD)

Emyn Muil... eso le llevaba cerca de casa. Su casa... hacía un tiempo que había abandonado su hogar para poder ver mundo. Resistiría la llamada interior de volver al hogar? No lo sabía... Entonces recordó una cosa, los jinetes fueron a matar orcos a Emyn Muil, eso significa que aquél lugar donde vivió puede ser atacado! No permitiría que eso ocurriera.

Hard: Debemos partir cuanto antes hacia Emyn Muil, con un poco de suerte les alcanzaremos antes de que hayan dejado la zona. Por otro lado, la transformacion de mi cuerpo sirve para pasar desapercibido cuando hace falta pasarlo. Pero ahora creo que la necesidad es llegar y actuar, no esconderse y vigilar.

Hard se afianzó el hacha a la espalda, aunque estaba lista para poder ser usada en caso de necesidad, y se ajustó su peto de cuero, dispuesto a partir.

(RESPUESTA LIEDHEL)

Orcos... Liedhel llevaba décadas oyendo hablar de ellos y nunca oyó nada bueno acerca de ellos. Por donde ellos pasaban sólo quedaba la muerte, la destrucción y la tristeza en los corazones de los pocos sobrevivientes.

Liedhel siguió pensando en la niña de la que habló el noble anciano Radagast. No podía permitir que semejantes seres tan horribles y tan faltos de sentimientos arrebataran la vida de una niña, ni la de nadie...

Liedhel: Marchemos rápido, Hard, hacia Emyn Muil. Los jinetes nos llevan bastante ventaja pero nosotros contamos con estas hierbas, viajaremos lo más rápido posible e incluso de noche si hace falta!!!

Dicho esto Liedhel comprobó cuantas raciones les quedaban y examinó su equipo por si le faltaba algo antes de partir... no estaría mal que este noble anciano nos proporcionara unas monturas, en el caso que las tenga, pero sería demasiado pedir a alguien que ya ha ofrecido demasiada amabilidad en una tierra tan inhóspita.

TURNO 10

Liedhel recogía el campamento a toda prisa mientras Hard se ponía su armadura y colocaba su hacha a su espalda. El humano tenía una sensación extraña. Por un lado regresaba cerca de su hogar poco después de tomar la decisión de abandonarlo, pero por otro lado el motivo de su regreso no era demasiado halagüeño. Odiaba a los orcos con toda su alma y no permitiría que penetrasen en sus tierras.

Por su parte la maga estaba muy nerviosa. Sin comerlo ni beberlo se acababa de involucrar en una extraña historia que parecía muy importante. Le repugnaba la idea de encontrarse con unos orcos ya que, pese a escuchar múltiples cosas de ellos, la elfa no había visto nunca ninguno.

Apenas habían descansado pero el polvo de cardamomo les ayudaría en su viaje. Tomaron una dosis cada uno y tras pocos segundos sintieron como su cuerpo se llenaba de una energía y vitalidad que nunca antes habían sentido. Comenzaron su marcha hacia el este, y la marcha fue pasando a una ligera carrera para finalmente acabar corriendo. Se sentían pletóricos. Cada varias horas paraban a descansar pero en pocos minutos se recuperaban y reanudaban su camino.

Viajando a ese ritmo llegarían al anochecer. A mediodía tuvieron que tomar la otra dosis. Cuando estaban cerca de su destino descubrieron con claridad las huellas en el barro de varios caballos cabalgando en su misma dirección. Sin duda eran los jinetes de Rohan que buscaban. Estaban ya muy cerca.

Desde lo alto de una pequeña colina pudieron ver una imagen terrible. Al parecer allí había tenido lugar una gran lucha y los orcos la habían ganado. Aunque había un pequeño fuego de campamento, Hard no podía ver con demasiado detalle lo que allí había. Sin embargo los ojos de la elfa veían con precisión todo aquello. Pudo ver una montaña de cadáveres, media docena de criaturas horribles y dos lobos de un aspecto monstruoso. Su visión infrarroja le permitió ver que oculto tras los cuerpos había alguien y otro orco se acercaba a él.

Liedhel: Hard, creo que hay un superviviente, allí entre los cadáveres. Pero se acercan a él. Por los Valar que nunca había visto nada tan terrible. Cuánta muerte injusta. Debemos hacer algo.

Hard se descolgó el hacha de su espalda.

Los huargos comenzaron a olfatear y alertaron a los orcos de que no estaban solos...

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Off-rol

Aún hace efecto el polvo de cardamomo (tenéis más puntos de vida).

La situación no es sencilla pero Hard es una máquina de matar y Liedhel tiene hechizos más que interesantes. Tal vez una bola, o varios rayos, tú misma.

Intentad incidar qué hacéis los próximos asaltos. Perdón, estoy dando por hecho que vais a actuar pero tal

vez no lo hagáis...

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(RESPUESTA LIEDHEL)

Liedhel se quedó por un instante paralizada ante la situación tan horrible que acababa de ver con sus ojos élficos poco acostumbrados, hasta la fecha a esas situaciones.

Instintivamente cogió su arco y una flecha y cargó el arco... aunque permanecía aún destensado...

Mientras hacia todo eso preparaba para sus adentros una bola de fuego mágica lista para ser lanzada en cuanto hiciese el gesto adecuado.

Liedhel: Hard, creo que deberíamos rescatar al superviviente. Nunca he entrado en combate con orcos y no conozco sus formas de actuar, pero aquél que está suelto es, por ahora, el más débil y creo que mi flecha puede alcanzarle... qué me aconsejas? Atacamos?!!!

Sacó tres flechas más y las clavó de punta al suelo delante de ellas para así, cargar más rápido su arco por si fallaba o dejaba herido al primer orco. Se sentía pletórica y llena de valor ahora... su rostro había pasado de su eterna sonrisa a una dura y fría cara seria ante tal situación... un gesto de Hard sobraría para que la elfa disparara su flecha al orco.

(RESPUESTA HARD)

Hard esbozó una sonrisa, sabía qué hacer.

Hard: Pase lo que pase, no te acerques a la pelea grande, no quiero lastimarte por error.

Acto seguido Hard se lanzó a la carga contra el grupo de orcos, un par podría derribar en la carga, luego se dejaría llevar por sus instintos, dando golpes mas certeros a sus enemigos, sabiendo que la persona que seguía viva estaba entre los cadáveres era muy improbable que le pudiera lastimar.

Sin ningun grito, ningun aviso a sus enemigos, se lanzó hacía el grupo de orcos y cuando estuvo lo suficiente cerca dió un grito de guerra que se podría haber escuchado desde muy lejos y descargó su hacha sobre el pobre orcó que estaba en su camino.

(RESPUESTA LIEDHEL)

Liedhel suspiró mientras miraba el cielo... la arrogancia y prepotencia de los humanos aún no la había asimilado del todo.

Mientras veía como Hard corría, como si llevase una manada de fieras a sus espaldas, en dirección al orco suelto, Liedhel disparó su flecha contra el orco. Con suerte Hard no tendría ni que tocarlo pues al llegar estaría en el suelo con un bonito recuerdo élfico clavado en él, así podría ir a por los siguientes mientras ella preparaba un hechizo de rayos...

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1-E: EL MENSAJE Valandil (Rittmann)

TURNO 1

El Errante caminaba llevando de las riendas a su fiel Curfu. Aún no había decidido dónde se dirigiría pero caminada con decisión. Le atraía volver a visitar la Comarca, o incluso dejarse caer por Bree. Hacía ya dos días que había dejado Puertos Grises y esa mañana era fresca pero muy agradable.

Extraño: “¡Valandil! ¡Valandil!”

Valandil vio cómo se aproximaba hacia él un jinete a toda prisa, se puso alerta pero enseguida comprendió que era un montaraz. El jinete paró su caballo y desmontó.

Montaraz: “Eres Valandil, ¿verdad?. Mi nombre es Jotumm, soy uno de los montaraces de Arathorn. Traigo un mensaje para ti”

Valandil: “Saludos Jotumm, coge aire, pareces agotado” – el nombre de Jotumm no le era desconocido y sabía que el recién llegado no mentía. - ¿Un mensaje dices? ¿De Arathorn? ¿Es que ha ocurrido algo?

Jotumm: “No es de Arathorn, será mejor que lo leas tu mismo” – le tendió un pergamino enrollado y lacrado con el sello de una Angertha.

El Errante tomo el pergamino y lo abrió:

“Valandil hijo de Menelcar, no nos conocemos personalmente, pero aún así me permito pedirte ayuda. Algo está ocurriendo en Angmar y la actividad de las fuerzas del Rey Brujo ha aumentado los últimos meses. Por favor, reúnete con el paladín Belegar hijo de Felgar en las ruinas de Annúminas lo antes posible. Es de vital importancia. Vuestro linaje escasea y conviene viajar acompañado. Él te contará más cosas y te prometo que recibiréis información una vez os encontréis. Jotumm te acompañará hasta allí, no conviene viajar sólo por esos lares, hay grupos de orcos y lamentablemente los montaraces no son suficientes para mantener la zona protegida. Buen camino Valandil, y que los Valar te guíen en tu viaje”. Radagast

Aquel mensaje era inquietante, pero no lo dudó ni un momento.

Valandil: “Jotumm, tenemos que ir a Annúminas”...

(RESPUESTA VALANDIL)

Valandil: Jotumm, tenemos que ir a Annúminas - dijo Valandil al acabar de leer el mensaje de Radagast.

Tomó las riendas de Curfu, y poniéndose junto al caballo acarició su lomo.

Valandil: Parece que tendré que pedirte que seas rápido, amigo mío. Sea lo que sea, parece serio.

Y de un salto se subió al lomo de Curfu, asió las riendas e hizo una señal a Jotumm para iniciar la marcha.

Valandil: Pareces cansado, Jotumm. Y el viaje hasta las ruinas de Annúminas será largo. ¿Se puede saber desde dónde has venido? No de los Puertos, eso seguro, aunque sospecho que debiste pasar por ellos en mi busca.

Valandil aflojó las riendas de Curfu y con los talones golpeó las costillas posteriores del caballo. Inmediatamente, Curfu entendió el mensaje de su amo y dejó de ir al paso para avanzar a trote ligero. Valandil miró atrás a Jotumm preocupado.

Valandil: Si has estado forzando el paso, esta noche descansaremos un par de horas más de lo que sería conveniente. No me gustaría que tu caballo acabase agotado a mitad de camino, y parece que Radagast el Pardo tiene prisa en que lleguemos a destinación.

La tarde fue pasando, y el camino fue quedando poco a poco atrás. Así llegaron a una zona en que se ensanchaba éste lo suficiente para cabalgar los jinetes el uno al lado del otro. Valandil aprovechó para situarse junto a Jotumm y hacerle algunas preguntas.

Valandil: Parece que estaremos juntos en esto. En los Puertos no hemos tenido muchas nuevas de los montaraces de Arathorn en un tiempo, me temo. La carta habla de movimientos de orcos, supongo que se refiere en los arlededores de Annúminas. ¿Sabes algo al respecto? ¿Cómo está la cosa últimamente? Debes tener noticias más frescas que yo... - comentó, y cabalgó un rato escuchando las palabras de Jotumm -. Sea como sea, cuando pasemos de largo los caminos seguros deberemos ser cautos. Siendo como eres montaraz, creo que avanzar dando un rodeo a la Comarca sería lo mejor para no llamar la atención de los cuchicheos de

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los hobbits. Y una vez pasada esa región, avanzar campo a través fuera de los caminos. No debería costarnos mucho llegar a Annúminas de este modo, aunque será un poco más lento que si fuéramos por el camino antiguo.

Valandil miró a su alrededor el día que moría, y se dio cuenta que Jotumm estaba bastante cansado por los largos días de viaje para traerle la carta. Decidió detener a Curfu. Había un bosquecillo cerca, y le pareció un lugar bien resguradado donde hacer noche.

Valandil: Detengámonos. Descansemos un poco más por ti y tu caballo esta noche, y así mañana podremos avanzar mejor.

Tras obligar a Jotumm a descansar mientras él preparaba el lugar para pasar la noche y hacía un poco de cena con algunas de las raciones de viaje que llevaba para cuando no había tiempo de buscar comida, Valandil se sentó al lado de Jotumm con aire nostálgico. Era su primera misión desde que abandonara los Puertos, y parecía que se iba a foguear ante un verdadero reto.

Valandil: Hacía meses que no abandonaba los Puertos... Cuando mi padre murió, me dejaron allí para aprender, ¿sabes? - dijo, pasándole un trozo de carne en salazón y un poco de pan de viaje -. Y ahora una misión. Dime... ¿Sabes algo del paladín Belegar, hijo de Belgar? Porque es él quien nos espera en Annúminas. ¿Qué es esta tarea para la que son necesarios un paladín, un montaraz y un errante?

¿Puedes darme un poco de descripción de Jotumm? ¿Parece de mi edad, más joven, más experimentado? ¿Qué armas porta, para hacerme una idea de en qué es bueno en caso de emboscada?

TURNO 2

Valandil examinó a su compañero de viaje. Jotumm era muy joven, apenas tendría 20 años, pero su rostro reflejaba que no era para nada un novato. Medía más de 1,85 mas su complexión era delgada. Llevaba un peto de cuero con señales de haberse usado en más de una batalla. A su espalda se podía ver un hermoso arco compuesto y una docena de flechas, mientras que en su cintura no vio más arma que una daga. ¿Sólo una daga? Entonces observó un hacha de mano en las alforjas de su caballo.

Ahora recordó de qué le era familiar el nombre de Jotumm. Jotumm debía de ser el hijo de Anathun, un montaraz que falleció hace varios años en una emboscada orca. Anathun era un experto en el manejo del hacha.

Valandil: Jotumm, tenemos que ir a Annúminas.

Jotumm asintió y se dispuso a montar de nuevo.

Valandil: Parece que tendré que pedirte que seas rápido, amigo mío. Sea lo que sea, parece serio. Pero pareces cansado, Jotumm. Y el viaje hasta las ruinas de Annúminas será largo.

Jotumm: No temas Valandil, estoy bien. Solo espero que mi montura aguante el ritmo. Llevo varios días forzando su marcha. – pese a que su rostro reflejaba fatiga, no lo reconoció e inició la marcha tras Valandil.

Valandil: Si has estado forzando el paso, esta noche descansaremos un par de horas más de lo que sería conveniente. No me gustaría que tu caballo acabase agotado a mitad de camino, y parece que Radagast tiene prisa en que lleguemos al destino.

Cabalgaron con un trote ligero y Valandil no podía evitar preocuparse por su nuevo compañero de aventuras. Deseaba llegar a una zona con el camino más ancho para poder cabalgar en paralelo y charlar un poco con Jotumm. Por la tarde puedo hablar con el joven montaraz:

Valandil: La carta habla de movimientos de orcos, supongo que se refiere en los alrededores de Annúminas. ¿Sabes algo al respecto? ¿Cómo está la cosa últimamente? Debes tener noticias más frescas que yo...

Jotumm: Así es, últimamente se ven más orcos y no sólo en Annúminas, sino también alrededor de toda la Comarca. Además no somos suficientes, vigilamos la zona y controlamos como podemos las patrullas, pero si los orcos se agrupan y logran organizarse más tendremos problemas serios. Y al parecer la cosa es aún peor en el este...

Charlaron amistosamente compartiendo noticias e historias y Jotumm apoyó la idea de Valandil de avanzar rodeando la Comarca. La preocupación del errante por Jotumm y sobre todo por su caballo aumentaba así que se decidió a hacer un descanso.

Valandil: Detengámonos. Descansemos un poco más por ti y tu caballo esta noche, y así mañana podremos avanzar mejor.

Jotumm: La verdad es que no me vendrá nada mal una parada. Bueno, lo digo por Senda, se ha portado muy bien pero necesita descansar.

Valandil acababa de conocer a Jotumm, pero apreciaba lo que el muchacho estaba haciendo. Preparó la cena y hablaron.

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Valandil: Dime... ¿Sabes algo de Belegor, hijo de Felgar? Es él quien nos espera en Annúminas. ¿Qué es esta tarea para la que son necesarios un paladín, un montaraz y un errante?

Jotumm: Lamento decirte que mi misión acaba en Annúminas. Cuando te reúnas con Belegor yo debo cumplir el cometido para el que he sido entrenado. Recuerda, somos pocos. – Valandil pensó que su padre estaría orgulloso de ese joven. - No conozco a Belegor, sólo sé que es un paladín.

Los dos dunedain charlaron durante la cena de su viaje e hicieron algunas conjeturas acerca de lo que podía estar pasando en el este. El descanso le vino estupendamente a Jotumm y su caballo, Senda parecía muy repuesta esa mañana. Montaraz y errante se pusieron en camino y ese día y el siguiente avanzaron a buen ritmo.

Pero al atardecer del tercer día desde que comenzaran su viaje, vieron restos de un campamento cuando buscaban un lugar para descansar esa noche. Parecía reciente. Había restos de un gran fuego y suciedad. Ningún humano ni otra raza civilizada hubiera dejado tal destrozo a su paso. Ramas rotas, restos de comida y el fuego con ascuas aun encendidas. Ambos pensaron lo mismo: orcos.

Desmontaron y sacaron sus armas...

(RESPUESTA VALANDIL)

"Maldita nuestra suerte" - pensó Valandil agachándose junto a las brasas del fuego. Aún desprendían calor.

Valandil: Los orcos deben andar cerca- dijo en un susurro a Jotumm, pues alzar la voz supondría una imprudencia -, pero siendo sólo dos no podemos arriesgarnos a una batalla. Trata de ver en qué dirección se han ido los orcos.

"Y se está haciendo de noche... En la oscuridad, los orcos tendrán toda la ventaja del mundo para tendernos una emboscada. Esto no me gusta nada."

Valandil se acercó a Curfu y descolgó su cota de malla de las alforjas de Curfu. Sólo el pectoral primero, y se lo puso por encima del peto de cuero como tantas veces había hecho cuando practicaba en los entrenamientos con su armadura pesada.

Jotumm: ¿Qué propones hacer, entonces? - dijo, mientras trataba de encontrar el rastro de los acampados.

Valandil: No he visto huellas de huargos, pero si no tienen monturas lobo deberíamos ser más que capaces de largarnos de aquí al galope si nos encuentran... Si no fuera porque se hace oscuro, y huir con esta oscuridad es arriesgarnos a caer en una emboscada. Cualquier opción supone un peligro serio.

Valandil vaciló unos segundos, tratando de calmarse y centrarse en el problema que tenían entre manos. Acabó de fijarse la chaqueta de mallas con el cinturón, y montó sobre la grupa de Curfu cogiendo su escudo.

Valandil: Montemos. No podemos pasar la noche aquí, y siendo sólo dos tendremos más opciones a caballo que a pie. O al menos, más movilidad. Por ahora, vayamos en otra dirección diferente a la de los orcos, al azar campo a través. Demos un rodeo aprovechando la luz del crepúsculo y alejémonos un par de millas. Sigamos luego a pie un rato, hasta que tengamos certeza que nos hemos alejado de ellos. Sólo entonces haremos noche. Es más importante llegar veloces e intactos a Annúminas ahora.

Jotumm: Pero los orcos... ¿No deberíamos averiguar qué están haciendo en esta zona?

Valandil maldijo para sus adentros. Jotumm tenía razón, pero sólo en parte.

Valandil: Los montaraces cuidais de los espacios abiertos entre las ciudades. Los errantes cuidamos a los habitantes de los pueblos y las ciudades desde dentro. Comprendo tu preocupación, Jotumm. ¿Hay algún pueblo cerca de aquí, o granja, o ruinas que tú conozcas?

"Los orcos no se alejan de sus cubiles sin un buen motivo... Y cuando lo hacen es porque alguien o algo les empuja a ello. Cuando es un algo, no se alejan tanto. Así que alguien les ha mandado a esta zona. Puede que sólo a sembrar el caos, pero en cualquier caso podría ser por otro motivo... Y eso en cualquier caso no es bueno."

Si Jotumm conoce algún sitio cercano (a menos de dos días de viaje) que pueda ser en apariencia un objetivo para un grupo de orcos del tamaño que sus huellas nos digan - pues no sabemos si son pocos o muchos -, y más si las huellas de los orcos van en esa dirección, Valandil propondrá dar el rodeo igualmente pero para acabar desviándose hacia ese lugar a toda velocidad. Como hemos viajado descansando bien, no creo que haya problemas en forzar una marcha nocturna si es una noche con algo de claridad de luna. Si no, nos esconderemos y de mañana apretaremos el ritmo al galope buscando un camino, que los orcos de día son menos propensos a actuar.

Si en cambio parece que no hay objetivos cerca, o que los orcos no se dirigen en apariencia a un sitio reconocible, el plan es el descrito por Valandil: dar un rodeo para evitar el combate, y buscar lo más pronto posible el camino de Annúminas, pues llegar allí para la misión dada por Radagast tiene prioridad. Sólo si vemos claro que van a por una granja, pueblo, ruina o similar nos desviaríamos para dar la alerta.

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Finalmente, si por mala pata los orcos nos emboscan antes que podamos hacer nada, pues a tirar de conjuros de defensa y buscar una huida al galope si nos superan claramente en número. Sólo en proporciones menores del dos contra uno (eso es, cuatro orcos) trataríamos de detenerlos en un combate. En caso contrario, a largarse. La misión tiene prioridad.

TURNO 3

Las brasas aún estaban calientes y eso no presagiaba nada bueno. Mientras Valandil se colocaba su cota de mallas y vigilaba a su alrededor, Jotumm inspeccionó más de cerca los restos del campamento.

Tiradas: Jotumm (Leer huellas) : 108 (casi éxito)

Jotumm: Es extraño Valandil, este grupo de orcos parece numeroso – Dijo con voz baja – Me pregunto qué harán en esta zona.

Valandil: ¿Cuántos?

Jotumm: Unos diez, tal vez doce.

El errante miraba en todas direcciones temiéndose lo peor. Apenas había un poco de luz anaranjada en el horizonte. En la oscuridad y contra tantos orcos no tendrían ninguna posibilidad.

Valandil hizo gestos a Jotumm para que volvieran a subir a los caballos. Tenían que salir de allí lo antes posible. Pero Jotumm le indicó que esperara un momento.

Tiradas: Jotumm (rastrear) : 136 (éxito)

El montaraz estaba mirando el suelo aprovechando las últimas luces del día que moría y con un gesto más sosegado se dirigió a las monturas.

Jotumm: La mayoría de la huellas se van en dirección sureste y al parecer con prisa. Un grupo mucho más reducido, unos tres, se dirige al norte.

Valandil: Jotumm. ¿Hay algún pueblo hacia el sureste, o granja, o ruinas que tú conozcas?

Jotumm: Creo que no, parece que rodean la Comarca por el sur. Me extrañaría que entrasen en ella. Pero el grupo pequeño lleva más o menos nuestra dirección. Si seguimos avanzando tal vez nos los encontremos. Podría seguir su rastro pero avanzaríamos más lentos que ellos y no los alcanzaríamos hasta mañana. Supongo que de día detendrán su marcha.

Valandil pensó en aquella extraña situación. ¿Qué había llevado a tantos orcos hasta allí? Seguramente buscaban algo, pero qué.

Los dos dunedain decidieron no acampar allí, podría no ser seguro. Se pusieron en marcha pensando en su próximo movimiento.

Jotumm: Aprovechando que no son demasiados tal vez debamos seguirles a cierta distancia para ver sus intenciones. ¿Tu qué opinas? En cualquier caso nos pilla en nuestro camino hasta Annúminas.

(RESPUESTA VALANDIL)

Valandil sopesó la opción presentada por Jotumm, y le pareció adecuada.

Valandil: Si hay tres orcos, será peligroso. Pero para cosas así estamos en esto, ¿no es cierto? Entonces les seguiremos mientras nos sea posible, y si se desvían de nuestra ruta sin ser una amenaza directa trataremos de averiguar todo lo que podamos de ellos. Jotumm, trata de ver de qué dirección vienen las huellas...

Jotumm: ¿Y qué hacemos esta noche?

Valandil: Apartarnos del campamento y descansar. Avanzaremos al alba. De día los orcos son menos peligrosos, y descansarán. De noche, nuestra vista es peor que la suya, y caer en una emboscada sería peligroso.

Jotumm asintió. Los dos se prepararon para hacer noche en las cercanías del rastro de los orcos, y Valandil pidió al montaraz que le ayudase a ocultar el rastro de los caballos. Antes de descansar, se turnaron la guardia. Valandil haría la primera guardia.

Valandil: Recordemos que los orcos no son nuestra mision. Si Radagast el Pardo nos requiere en Annúminas, por mucho que en otras circunstancias haríamos bien de seguir a esos orcos e incluso acabar con ellos, ahora mismo no debe esa ser nuestra prioridad. Mientras coincida con nuestra ruta y no veamos una amenaza directa, actuaremos como debemos. Si los orcos estaban rodeando la Comarca, y estos orcos están yendo en dirección contraria a ese rodeo, me huelo que son mensajeros con algún informe del grupo principal. Si han

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mandado a tres, es que la información que llevan debe ser importante...

Valandil reflexionó un momento mientras Jotumm preparaba su saco de dormir. Curfu pastaba cerca, en silencio.

Valandil: Si son mensajeros del grupo principal... Saber qué anuncian sería importante para saber qué pretende el grupo principal. En ese caso, si les adelantamos de día con los caballos podemos intentar emboscarlos. Si lográsemos descubrir hacia dónde se dirigen, podríamos preparar alguna trampa en su camino y acabar el asalto lo más rápido posible. A caballo, tenemos más movilidad que ellos.

Valandil espera la opinión de Jotumm al respecto: si sólo seguir y recabar información de lejos, si aprovechar dicha información para intentar poner alguna trampa en el camino de los orcos - será difícil saber por dónde irán -, si está de acuerdo que podrían ser mensajeros... ¿De qué dirección llegaron los orcos al campamento? Saber eso reforzaría la hipótesis de los mensajeros.

Y poco más. Si en la persecución no vemos que vayan a ningún asentamiento poblado o ruina, y se desvían considerablemente de la ruta de Annúminas (o sea que nos retrasen más de dos o tres días), entonces abandonaríamos la persecución.

En caso de preparar la emboscada - si ello vemos que es posible con la información recabada - la idea básica es poner algunas trampas en el camino, preferiblemente en algún paso obligatorio (camino por una barranca, un pequeño valle... Aunque eso sólo será posible si siguen algún camino), escondernos lo mejor posible y cargar a caballo contra ellos tratando de dejar al menos uno - el líder a poder ser - vivo o parlante para interrogarlo (a las malas, mi plan es atarlo, cargarlo a la grupa del caballo, y usar el poder bendito del paladín para intimidar al orco en Annúminas. Pero eso ya es especular mucho. De momento, a ver qué tratan de hacer los orcos.

TURNO 4

Valandil: Si hay tres orcos, será peligroso. Pero para cosas así estamos en esto, ¿no es cierto? Entonces les seguiremos mientras nos sea posible, y si se desvían de nuestra ruta sin ser una amenaza directa trataremos de averiguar todo lo que podamos de ellos. Jotumm, trata de ver de qué dirección vienen las huellas...

Tiradas: Jotumm (Rastrear) = 116 (éxito)

Jotumm: Uhmm, qué extraño. Valandil, esto es muy raro. El grupo venía justamente de la misma dirección por la que se han ido los tres orcos. Es como si hubiesen olvidado algo.

Valandil: Me huelo que son mensajeros con algún informe del grupo principal. Si han mandado a tres, es que la información que llevan debe ser importante...

Jotumm: Si, puede que sean mensajeros pero es raro que retrocedan. Tal vez sean exploradores o se hayan dejado algo atrás.

Valandil: Recordemos que los orcos no son nuestra mision. Si Radagast el Pardo nos requiere en Annúminas, por mucho que en otras circunstancias haríamos bien de seguir a esos orcos e incluso acabar con ellos, ahora mismo no debe esa ser nuestra prioridad. Mientras coincida con nuestra ruta y no veamos una amenaza directa, actuaremos como debemos.

Jotumm: Estoy de acuerdo contigo en que lo principal es llegar lo antes posible a Annúminas pero si de paso podemos averiguar algo de estos orcos mejor que mejor. Así podria informar y estaríamos preparados.

Juntos, ocultaron las huellas de los caballos y buscaron otro sitio para acampar.

Valandil hizo la primera guardia mientras pensaba en la serie de acontecimientos que acontecían los últimos días. Nada más abandonar Puertos Grises recibe una misión de Radagast el Pardo y antes siquiera de comenzar descubren un numeroso grupo de orcos con un comprotamiento un tanto extraño. Desde luego parecía que algo estaba sucediendo, demasiada actividad.

Cuando terminó su guardia, despertó a su compañero montaraz para el relevo e intentó descansar, aunque le resultó complicado. En parte deseaba entrar en acción pero era primordial su cita con Belegar... Antes del amanecer se despertó y preparó algo de desayuno mientras Jotumm se ocupaba de los caballos.

Jotumm: El rastro sigue siendo claro, lo podremos seguir con facilidad mientras no nos apartemos demasiado de nuestra ruta.

Valandil: Perfecto Jotumm, avanzando a caballo seguramente podamos darles alcance. Vamos.

Partieron al alba. De vez en cuando Jotumm desmonataba para confirmar que seguían por buen camino. Cabalgaron a buen ritmo toda la jornada y aquel rastro parecía que les indicaba la ruta hasta Annúminas porque se dirigían, a priori, hacia allí. Avanzando a ese ritmo podrían llegar en menos de dos días a las ruinas. Los orcos al parecer iban corriendo a tramos pues no les alcanzaban.

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A media tarde Jotumm desmontó de nuevo como lo había hecho en varias ocasiones ese día. Pero esta vez fue diferente. Estaba observando algo muy detenidamente.

Tiradas: Jotumm (leer huellas) = 97 (casi éxito)

Jotumm: Valandil, ven, tienes que ver esto.

Valandil bajó de su caballo, dio una palmadita a Curfu y se acercó a Jotumm.

Valandil: ¿Qué has visto?

Jotumm: Mira - dijo mientras señalaba con las manos una serie de rastros - en este punto hay más huellas. Al parecer aquí había alguien esperando a nuestros orcos. No puedo precisarlo con total seguridad pero diría que son dos. Han parado ahí, junto a ese árbol. Y han salido juntos en la misma dirección, la nuestra. Las huellas son muy recientes, estarán muy cerca.

El errante no estaba entrenado en tareas de rastreo pero las indicaciones de Jotumm fueron tan claras que pudo ver varias de las huellas que le señalaba.

Valandil: Vaya, la fortuna no nos acompaña. Son demasiados para nosotros dos.

Jotumm: Hay algo más, - su voz se tornó seria - juraría que estos dos no son orcos.

(RESPUESTA VALANDIL)

Valandil sopesó lo que Jotumm había visto en el suelo. A día y medio de las ruinas de Annúminas, y marchando en esa dirección, ya no le quedaba duda que los orcos y sus nuevos acompañantes iban a las ruinas. Quizás para tenderles una emboscada a ellos, a aquellos con los que debían encontrarse, o con ambos grupos.

Valandil: Esto no me gusta nada, pero nada de veras.

Jotumm: Y que lo digas.

Valandil: No sé qué debe estar pasando, pero definitivamente esto no es nada bueno. Si van con hombres, ya no tenemos superioridad de día. Sencillamente, estamos en desventaja. Sólo el hecho que no sepan que les seguimos nos da cierta ventaja, pero no nos confiemos.

Jotumm se quedó mirando al errante.

Jotumm: ¿Y qué sugieres?

Valandil: Si aceleramos para llegar a Annúminas, quizás lleguemos antes que aquel con quien debo encontrarme. Ahí nos acabaríamos exponiendo al enemigo, y perderíamos nuestra ventaja presente del sigilo.

Valandil ya hablaba abiertamente del grupo al que seguían como "el enemigo". No creía que fuese coincidencia que ambos grupos se dirigiesen al mismo lugar en las mismas fechas. Definitivamente, no le gustaba nada aquello.

Valandil: Si seguimos al grupo enemigo ocultos, conservaremos la ventaja... Si su objetivo es asaltarnos en las ruinas, poco podremos hacer. Las ruinas son un excelente lugar para que te tiendan una emboscada. ¡Si tan sólo pudiésemos contactar con ese paladín, o saber su camino!

Jotumm se cruzó de brazos.

Jotumm: ¿Siempre eres así de fatalsista?

Valandil: Costumbre familiar - dijo Valandil, con una media risa al ver lo melodramático que estaba sonando -. Perdona, Jotumm. Creo que tiendo al desánimo con facilidad.

Jotumm: Tranquilo, Valandil - dijo Jotumm quitando leña del fuego -, creo que esta vez ese fatalismo está justificado. Tres orcos y dos hombres, y sólo somos dos, y quizás un paladín tres, y ni sabemos dónde está ese paladín.

Valandil: Nuestra ventaja es que sabemos de ellos. Si pudiésemos elegir el terreno donde enfrentarnos al enemigo... Las ruinas son un lugar que puede servir de arma de doble filo. Así como ellos lo tienen más fácil para emboscarnos, lo mismo se puede decir al revés. Y los caballos siguen dándonos ventaja en cuanto a movilidad.

Jotumm: ¿Qué sugieres?

Valandil: Vayamos hasta cerca de las ruinas. Busquemos un lugar lo suficientemente alejado de los restos de la ciudad como para que sea un buen lugar donde hacer una emboscada. Pongamos trampas en ese lugar. Preparémoslo bien. Luego, iremos a las ruinas en busca de nuestro contacto. Con suerte, lo encontraremos antes que los orcos nos encuentren a nosotros, y nos lo llevaremos al lugar de la emboscada donde pasaremos

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a tener la ventaja nosotros. Eres montaraz, estoy seguro que debes conocer más de un truco para cazar animales que servirá para cazar orcos.

Jotumm: ¿Y si nos emboscan en la ciudad antes que encontremos a nuestro contacto?

Valandil: En ese caso, que nuestros buenos Curfu y Senda nos saquen de ahí, y que las trampas hagan el resto si podemos atraerlos hasta el lugar que preparemos. Una casa en ruinas, por ejemplo. Algo que sea derrumbable sobre el enemigo.

Jotumm miró con los ojos muy abiertos a Valandil.

Jotumm: ¿Derrumbable?

Valandil sonrió.

Valandil: Si en una casa en ruinas le rehaces una pared con cuidado y sin cemento y le metes un tronco con una cuerda atada cerca de la base, tirando con un caballo de la cuerda puedes hacer caer la pared caiga donde y cuando tú quieras. Añade a eso lo que se te ocurra a ti, y podemos bajar el número de enemigos de manera drástica.

Ya estaban decididos. Era el momento de ejecutar el plan... Y rezar a los Valar porque no fuera una temeridad, y para que Valandil estuviera en lo cierto en sus temores que los orcos estaban allí por ellos, y no que ellos estuvieran ahí por los orcos. Y deseó que fuese lo último, pues que los orcos estuviesen allí por ellos sólo podría querer decir una cosa.

Traición.

TURNO 5

Valandil y Jotumm decidieron avanzar a buen ritmo aprovechando sus monturas para adelantar a los orcos y tratar de sorprenderles en Annúminas. Los caballos, Curfu y Senda, estaban bastante frescos y mantuvieron el ritmo sin problemas. De vez en cuando Jotumm revisaba las huellas y ya era casi evidente que se dirigían a las ruinas. Podrían llegar en un día si forzaban un poco la marcha.

La preocupación asaltaba sus pensamientos. ¿Por qué tenían el mismo destino que ellos? ¿Casualidad? ¿O tal vez este asunto era más importante aún de lo que parecía? Las posibles respuestas estaban apenas a unas horas de distancia.

Jotumm observaba una vez más los rastros cuando se encontraban ya muy cerca de Annúminas.

Jotumm: Parece que ya los tenemos muy cerca. Estas huellas son muy recientes. Deberíamos dar un pequeño rodeo o nos toparemos con ellos y perderemos la sorpresa.

Valandil asintió y ambos cambiaron lsu trayectoria para adelantar al enemigo. Pocas horas más tarde los restos de la antigua ciudad se alzaban ante ellos y se acercaba el momento más peligroso hasta ahora para ellos.

Valandil: Será mejor que escondamos los caballos aquí.

Jotumm: Muy bien. Sólo espero que hayamos llegado antes que ellos, al parecer han avanzado muy deprisa desde que se unieron los otros dos.

Valandil: Ahora eres tú el pesimista Jotumm.

Los dunedain sonrieron y comenzaron a acercarse sigilosamente a las ruinas.

Tiradas: Valandil (acechar) = 69 (fallo) Jotumm (acechar) = 104 (casi éxito)

Desde su posición podían ver una buena parte de los restos de la ciudad así como varios posibles accesos a la misma. Parecía totalmente desierta.

Tiradas: Valandil (percepción) = 43 (fallo) Jotumm (percepción) = 112 (éxito)

Jotumm: Valandil, allí. - Dijo señalando con el dedo. - Por ahí vienen, hemos llegado antes pero no lo suficiente me temo.

Los orcos y sus nuevos compañeros se acercaban por donde hubieran ido ellos de no haberse desviado. Llegarían en apenas unos minutos. Era de noche y llovía ligeramente, pero ambos podían ver al grupo, que portaba un par de antorchas e iban con buen paso. No había ni rastro del paladín. Habían llegado los primeros a la cita.

Jotumm: ¿Qué hacemos?

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(RESPUESTA VALANDIL)

Valandil: Retirarnos, Jotumm. Son más, ven mejor que nosotros en la oscuridad, y aunque lográramos derrotarles probablemente no sería sin heridas de consideración. Aprovechemos el ruido de esta llovizna para desaparecer de aquí, y tratemos de evitar dejar huellas en el barro. La lluvia las borrará, pero mejor no arriesgarnos.

Joutmm se quedó por unos momentos mirando a Valandil con cara de frustración. ¿Todo el plan se había ido al traste?

Jotumm: Pero...

Valandil: No podremos ocultar los caballos mucho tiempo. Si son mínimamente listos, rastrearán la zona.

Jotumm: Pero, ¿y si están en estas ruinas buscando algo?

Valandil se quedó mudo un instante.

"La Biblioteca Real de Annúminas... Si los rumores son ciertos, aún está intacta en algún lugar de estas ruinas..."

Valandil: No había pensado en ello... Si están aquí, es por un motivo u otro. No creo probable que estén aquí por nosotros o el paladín que viene en camino. Si tal fuese su motivo, sin duda significaría que se han enterado de esto por algún amigo de Radagast o del paladín, y dudo que fuesen tan descuidados. No... Empiezo a creer que, como dices, están aquí buscando algo. El qué, no lo sé, ni tampoco acabo de entender el porqué se separaron del grupo principal para regresar atrás.

Jotumm: Oí que el enemigo a veces emplea mensajeros que no se ven para transmitir sus órdenes. Quizás un cuervo con un mensaje atado a una pata lo explicaría, Valandil.

Valandil: Cierto... En ese caso, asumamos que los orcos están aquí buscando algo. He aventurado que podría ser algo en la Biblioteca Real, pero de esta ciudad derrotada sólo conozco las historias que me contaron en los Puertos o las relatadas por mi padre al calor de una fogata. Sea como sea, si buscan algo podría ser que ese algo sea el motivo que Radagast tiene para reunirnos aquí.

Jotumm: La prudencia dice retirada, pero...

Valandil: ...Pero el deber nos obliga a quedarnos aquí - concluyó Valandil con gesto apesumbrado -. Pero si vamos a quedarnos, hagámoslo bien. Curfu y Senda son demasiado grandes, sólo nos pondrán en peligro dentro de las ruinas. Lo primero es ocultarles lo más lejos posible.

Jotumm: Si nos vamos ahora, puede que perdamos de vista lo que hagan los orcos.

Valandil negó con la cabeza.

Valandil: Son cinco, y los dos hombres que van con ellos necesitan de las antorchas. No, con ocultar en algún lugar de esta ciudad fantasma a los caballos bastará. Que sea un sitio con paredes, y si puede ser con techo, para que sean difíciles de ver. Si las cosas van mal, siempre será mejor tenerlos cerca que lejos.

Valandil empezó a pensar en los edificios en ruinas que les rodeaban, buscando a la vez que Jotumm un lugar donde esconder los caballos, y tratando que no fuese un lugar donde les pudiesen acorralar en caso de huida. Se trataba de tener una vía de escape, no un callejón sin salida.

Jotumm: Y aunque encontremos un sitio así, ¿luego qué?

Valandil frunció el ceño. No le gustaba nada la situación.

Valandil: El sigilo nunca fue mi especialidad, Jotumm. Podemos seguirles y tratar de ver qué pretenden hacer, o qué están buscando. Muy probablemente tengan que detenerse en algún lugar de las ruinas. ¿Qué tal anda tu puntería? Espero que mejor que la mía...

Jotumm abrió mucho los ojos.

Jotumm: ¿Vamos a atacarles?

Valandil: Sólo si nos descubren mientras les seguimos y vigilamos, o si vemos una oportunidad. Si por mi fuese, preferiría vigilarles desde la distancia aprovechando el terreno ruinoso al máximo para estar siempre fuera de alcance con los arcos. Si alguno se separa del resto, ni que sea para ir a mear, acabar con él. Si se queda uno de guardia, y se le ocurre hacer alguna estupidez como irse solo a investigar algo, acabar con él. Y si llega el paladín y tratan de emboscarlo, abortar su emboscada en el peor momento posible para ellos.

Jotumm meditó las palabras de Valandil, y asintió mientras las digería.

Valandil: Estoy pensando... Puede que sus antorchas nos sirvan más a nosotros que a ellos, aunque con esta oscuridad moverse sería suicida. Lo mejor será seguirles mientras podamos, y eludir revelarnos a toda costa. Sólo si vemos una oportunidad realmente buena de acabar con alguno de ellos desde la distancia, atacar. Y

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cuando sea de día y los orcos estén desorientados por el sol, la cosa quedará un dos contra dos. Y a eso sí sabremos jugar, ¿verdad?

Bien, el plan es tal como sigue: la prioridad absoluta es tenerlos vigilados, y no revelar nuestra posición, hasta que tengamos claro qué hacen aquí, hasta que nos ataquen por habernos descubierto, o hasta que suceda algo llamativo.

Pero por ahora, lo primero es ocultar los caballos y crear de la mejor manera que podamos una ruta de escape.

Nos separaremos. Jotumm es probablemente mejor que Valandil con el sigilo, de modo que él vigilará algo más de cerca a los enemigos que Valandil (no mucho más). Valandil tomará otra posición para poder intervenir rápido si salta la alarma entre los enemigos, para combatir desde una segunda posición y así que si uno es descubierto, no comprometa al otro.

Si un orco o un humano comete la estupidez de separarse del grupo principal de manera significativa, como puede ser por ejemplo para ir a mear o similar a cierta distancia de sus compañeros, y queda claro que se puede intentar acabar con él sin que se vea u oiga en exceso, se le atacará a distancia emboscando. Eso rebajará, en caso de éxito, la balanza si se le da muerte antes que lleguen refuerzos.

Lo mismo es válido de día. Supongo que los humanos serán los que estén activos de día, y los orcos los que estén activos de noche. Si quieren hacer algo, deberán separarse de los que descansen en algún momento. Si se queda un solo guardia con gente que duerma o descanse, a por el guardia y a acabar lo más rápido posible con los que descansen. El problema de noche será verlos si apagan las antorchas, de modo que esta opción sólo será válida de día: cualquier ataque que emprendan Jotumm o Valandil será si llegan al día siguiente y tenan luz para ayudarles. No es plan que los orcos nos embosquen a nosotros aprovechando la oscuridad...

En caso de combate, la idea es disparar en ese caso desde dos posiciones diferentes y separadas - la de Valandil y la de Jotumm -, esperando entre disparo y disparo para que el otro se mueva, de manera alternada. Por ejemplo, si Jotumm es quien ve la ocasión de acabar con un enemigo de un flechazo, disparará. En ese caso, tratará de atacar hasta que su posición quede comprometida. Sólo cuando eso suceda, él dejará de disparar y lo haría Valandil para cubrirle (o sea, cuando el enemigo vaya en una dirección para atacar). Eso debería darle la sorpresa de nuevo - ojalá para acabar con algún enemigo más -, y cubrir a Jotumm que estaría tratando de cambiar de lugar de disparo para volver a atacar una vez quedase en un sitio donde pudiese confundir a los orcos. En ese caso, Valandil dejaría de disparar y sería el que cambiase de posición. El cuerpo a cuerpo sólo se reservaría para el momento en que ya no quedasen opciones de hacer esta táctica - o sea, cuando el combate a distancia quedase agotado.

Si se llega al cuerpo a cuerpo, Valandil activará sus hechizos de mejora de combate más potentes (creo que hay uno que da un +2/nv al ataque), y tratará de acabar con sus adversarios si la diferencia no es abrumadora (25% de ataque a la parada). Si lo es, entonces combatirá a la defensiva (pasando la mitad del ataque a la parada) usando sus sortilegios de movimiento para tratar de huir hacia los caballos.

Si la cosa pinta mal, incluso antes de llegar al cuerpo a cuerpo, iremos a los caballos de inmediato. En el caso de una retirada, la idea es bajar por el camino principal a Annúminas a interceptar al paladín a su llegada y lamer las posibles heridas.

TURNO 6

Valandil y Jotumm idearon un plan que pasaba en primer lugar por ocultar sus caballos entre las ruinas. Aprovechando el mejor sigilo del montaraz, Jotumm fue quien se hizo cargo de eso. Mientras Valandil se mantenía preparado con el arco esperando cualquier acción del quinteto.

Tiradas: Jotumm (acechar) = 108 Grupo (alerta, muy lejos aún) = 55 (fallo)

Jotumm llevaba los caballos a una estructura cercana que conservaba una buena parte del techo, cuando Senda relinchó. La tensión se apoderó por un momento de los dunedain, pero por fortuna no escucharon nada. Jotumm se ocultó tras los restos de un muro y sacó su arco al tiempo que hacía señas a Valandil para que se acercara.

Tiradas: Valandil (acechar) = 91 Grupo (alerta) = 41 (fallo)

Por suerte estaban demasiado lejos aún para percatarse de la presencia de los humanos. El errante se posicionó tras otro muro y el montaraz mantuvo su posicón. El grupo de las antorchas se acercaba y en breve podrían verles un poco mejor. Sentían curiosidad por saber qué hacían allí y quiénes eran los humanos.

Cuando estaban a unos sesenta o setenta metros pudieron verles un poco mejor gracias a la luz de sus antorchas. Efectivamente eran tres orcos. El cuarto era una figura bajita y encapuchada que llevaba una túnica

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y el último apenas llevaba ropa pero era grande y fuerte, además de calvo.

Tiradas: “antorchas” (alerta) = 88 (éxito parcial)

La figura sin pelo hizo un gesto con el brazo y su grupo se detuvo. Tras unas breves indicaciones uno de los orcos avanzó mientras el resto mantenía su posición y sacaba sus armas a distancia.

El orco solitario avanzaba despacio. Daba la sensación de que no se dirigía ni a la posición de Jotumm ni a la Valandil. La situación era extraña, pero en cualquier caso parece que iba a pasar cerca de ellos. Si se movían ligeramente podrían emboscarle con facilidad.

Tiradas: Jotumm (acechar) = 126 Valandil (acechar) = 79 Orco (sentir emboscadas) = 35 (fallo) ?? (percepción) = 99 (casi éxito) ?? (percepción) = 67 (fallo) ?? (percepción) = 74 (fallo)

Valandil pisó un pequeño trozo de rama pero el orco no escuchó nada y seguía avanzando, cada vez más temeroso.

Tiradas: Jotumm (percepción) = 115 (éxito) Valandil (percepción) = 59 (fallo)

De pronto Jotumm se quedó inmóvil durante una fracción de segundo, para inmediatamente girarse y hacer señas a su compañero. Primero se llevó una mano a su oído, luego extendió enérgicamente su dedo índice verticalmentey luego indicó con un gesto a su derecha.

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Ahora mismo tenéis los arcos en mano, pero podéis sacar las armas y emboscar al orco explorador sin problemas. Va a pasar muy cerca de vosotros. Claro que el resto del grupo seguramente os vea.

Jotumm ha hecho señas a Valandil (creo que claras ). La nueva situación puede hacer cambiar todos los planes. O tal vez no.

Por ahora las cosas están así: un orco acercándose a unos 15 o 20 metros, pero muy despacio y meándose encima. El resto a casi 70 metros y con obstáculos (muros, etc) por medio. Los caballos están relativamente cerca, a vuestras espaldas y es fácil que los alcancéis antes de una supuesta carrera del grupo.

La situación es complicada pero...

(RESPUESTA VALANDIL)

Valandil se dio cuenta que Jotumm había visto u oido a un enemigo a su derecha. Un enemigo que Valandil no podía ver, pero que sin duda estaba cerca. ¿Pero estaba a la derecha de Jotumm, o a la derecha de Valandil? Eso, el Errante no lo sabía. Ni tenía tiempo para averiguarlo.

Valandil asintió con la cabeza, y con la mano extendida hizo un gesto general a Jotumm para atacar. A quién atacase, dependería así del mismo Jotumm: si lo hacía al enemigo oculto, significaría que Valandil tendría vía libre para acabar con el orco solitario. Y si por contra era hacia el orco solitario hacia quien avanzaba, sin duda sería porque Valandil tenía a aquel enemigo a su lado, y entonces se giraría en la dirección indicada por Jotumm para hacerle frente.

"Si les tomamos por sorpresa, podemos despachar a dos de los cinco... Y así igualar un poco las cosas. Pero como no logremos acabar rápido con estos dos, tendremos un problema de verdad."

Aquel pensamiento amenazaba con atenazar el corazón del Errante. Hacía mucho que no había probado sus capacidades en combate, no desde antes que iniciara su entrenamiento en los Puertos, y no desde que había sido un crío acompañando a su padre. Y en cambio, ahora se encontraba frente a un enemigo que le doblaba en número, de una fuerza desconocida, y lejos de cualquier aliado. ¿En qué demonios estaba pensando?

"Es mi deber", pensó Valandil. Pero... ¿Acaso los elfos no le habían enseñado a evitar aquellas batallas que no tenía la certeza de poder ganar? Pensó en el hombre de la túnica... Y en su enorme guardián. El mismo que había alertado a los orcos. Probablemente, serían los más peligroso de todos.

Concentrando su fuerzas, invocó las habilidades que había aprendido en su entrenamiento. Las iba a necesitar, y las iba a necesitar en ese preciso momento. Centrando su mente, se preparó para combatir con todo lo que los elfos le habían enseñado.

Y cuando Jotumm se movió, la hora de la verdad había llegado...

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Bueno, el primer ataque será con arco y emboscado si es posible, a menos que me toque atacar a uno que me quede a mi lado justo - o sea, que el de la "derecha" lo tenga encima -. En cualquier caso, la táctica es soltar un flechazo y pasar al cuerpo a cuerpo, pues es ahí donde Valandil es realmente efectivo y ahora lo que importa es sobretodo la velocidad para acabar con el enemigo.

Para facilitar las cosas, mi idea es usar algunos conjuros: Sombras (Ocultación 4), que con esta oscuridad debería hacerme casi invisible; y por otro lado, trato de activar los hechizos de nv1 y nv2 de Arma Noble (que he aprendido con el nuevo nivel, te mando la ficha al mail). El primero me da un +10 BO durante 5 asaltos, y el segundo espero al cuerpo a cuerpo, pero me permite que cuando pase BO a BD (paso 30 en cuanto pierda el elemento sorpresa) suba 45 en lugar de 30. Finalmente, si puedo, el primer ataque que sea con el hechizo Ataque oculto (nv3). Esto astará en conjunto 10 de los 15 PP de Valandil.

La hoja de personaje te la mando mañana, que me quedan cositas que subir.

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1-F: LA EMBOSCADA Athan (Milcias)

TURNO 1

Pese a que Athan prefería salir en solitario, en aquella ocasión fue en grupo. Cuando regresaba a su hogar en Edoras tras una de sus salidas, se enteró de que Éomund buscaba algunos voluntarios para una misión en el este.

Éomund era un hombre de Rohan y Primer Mariscal de la Marca. Descendía directamente de Éofor, tercer hijo de Brego, el segundo rey de Rohan. Su residencia es Aldburg, la primera capital del reino, y ahora segunda ciudad de Rohan después de Edoras. Su principal cometido era proteger el Folde Este y el Estemnet.

Algunos hombres de Éomund descubrieron que unos Orcos se habían adentrado en las Emyn Muil occidentales, y decidió partir con un reducido grupo de Rohirrim a perseguirles. Pese a no ser uno de ellos Athan Hantfras se presentó voluntario para acompañarles y su presencia fue muy bien recibida por el propio Éomund y por sus jinetes.

El caballero preparó sus armas y su armadura, sin olvidarse de la espada que heredó de su padre, y se presentó antes Éomund. La decena de jinetes cabalgó hacia el este con el único objetivo de expulsar a los intrusos orcos.

Pero los enemigos les tendieron una emboscada. Poniendo a varios orcos como señuelo, los Rohirrim atacaron en una carga letal pero pronto se vieron rodeados. Eran una treintena, un grupo demasiado numeroso y por si fuera poco unos pocos llevaban monturas huargo.

La lucha fue encarnizada y los hombres de Rohan demostraron su valentía en combate diezmando al enemigo en los primeros compases de la batalla. Pero finalmente la superioridad numérica de los orcos se fue imponiendo y uno a uno los rohirrim fueron cayendo.

Éomund murió en combate aquel día, al igual que el resto de sus acompañantes. La victoria orca no fue tan clara como presumían ya que los jinetes hicieron estragos entre ellos. Apenas sobrevivieron ocho orcos y un par de huargos, y alguno estaba herido.

Los supervivientes vitorearon por su triunfo y comenzaron a apilar los cadáveres, tanto suyos como de los humanos, separando las armas para una posterior revisión. Después montaron un campamento y celebraron su victoria.

Durante todo el día siguiente, los orcos descansaron y al atardecer dos orcos cogieron sus monturas y se alejaron. La media docena restante comenzó a revisar las armas mientras dicutían entre ellos al hacer el reparto.

En la pila de cadáveres, Athan abrió uno de sus ojos y sintió una punzada de dolor por todo el cuerpo. Intentó abrir el otro ojo pero no podía ver nada con él. Estaba herido y al parecer le habían dado por muerto. Apenas podía moverse. Estaba debajo del cuerpo sin vida de un orco cuya amplia herida en un costado le había ido goteando en su ojo. La sangre seca le impedía ver bien, pero pudo observar como unos orcos revisaban las armas y se repartían el poco dinero que encontaron.

Athan llevaba aún su armadura pero iba desarmado. Sin embargo el orco que tenía encima si que llevaba la suya, una cimitarra un tanto mellada...

(RESPUESTA ATHAN)

Como pude me quite el cuerpo sin vida de aquel orco. Una vez liberado de su peso, y con su mellada cimitarra en mi poder, me situé tras la montaña de cadáveres, alejado del ángulo de visión de los orcos. Traté de limpiar la sangre del orco que me impedía ver con claridad, pues me parecía que seis orcos había en el campamento, pero no quise lanzarme a la ligera, sin asegurarme. Respiré profundamente durante unos segundos para tranquilizarme. Estaba en desventaja y la espada de la que disponía no era todo lo buena que yo hubiera deseado. Lástima no tener la espada de mi padre en la mano... pero no podía permitir que esos inmundos seres se apoderaran de ella sin luchar. Ya la rescaté en una ocasión de las zarpas verdes, y ahora debía volver a hacerlo si no quería perderla para siempre. Busqué con la mirada mi espada, tratando de tenerla localizada para poder recuperarla cuanto antes. Al parecer, los orcos estaban entretenidos peleandose, de forma que intenté aprovecharme de la situación. Busqué por el suelo una piedra, lo bastante grande para que un orco la notara al impactar en su espalda, pero no demasiado para poderla lanzar desde la lejanía. Con la mirada, busque a uno de los orcos que se encontrara de espaldas a otro. Ese sería mi objetivo (si no hay ninguno, pues uno que este mirando un arma ensimismado). Lancé la piedra, rezando a mis antepasados por que impactara en mi objetivo, causando la pelea que yo buscaba, que me daría, al menos, una pequeña ayuda para igualar el combate...

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Off-Topic: Bueno, voy a explicarte mi plan de ataque. Lanzo la piedra y espero que se empiecen a pelear. Supongo que, si se pelean, tarde o temprano comenzaran a herirse o, con un poco de suerte, a matarse. Cuando la cosa este más sencilla para mi puedo hacer dos cosas: -Salir a hurtadillas, tratando de coger mi espada... -Salir y tratar de atacar rápidamente a uno de los orcos, dejando noqueado...

Bueno, pues tu verás lo que hago de esas cosas, ya que según transcurra la acción optaré por una opción u otra, como ya he explicado...

NOTA: ¿Veo los caballos o algo...?

TURNO 2

Athan se ocultó tras la pila de cadáveres. Pese a no sentirse muy cómodo con la cimitarra, prefería eso que nada. Sin perder de vista a los orcos tanteó en el suelo a su alrededor y su mano encontró una piedra.

Tiradas: Athan (arrojadizas) = 64 (sin daño pero le da)

Los orcos trataban de repartirse el botín cuando una piedra golpeó la espalda de uno de ellos. Éste se giró enfadado y lanzó un empujón a otro mandándole directamente al suelo. Otros dos se unieron a la pelea pero el último dirigió su mirada a una piedra primero y al montón de muertos después. Desenvainó su cimitarra y avanzó hacia ella.

Cuando estaba a punto de llegar se escuchó un grito. Los huargos y sus jinetes habían vuelto y llamaban al orden a los que peleaban. Pararon inmediatamente la gresca y se acercaron a las monturas lobo. El que se acercaba al caballero de detuvo por unos instantes pero finalmente continuó su marcha, muy despacio.

Tiradas: Athan (percepción) = 92 (casi éxito)

El rohirrim aferraba con fuerza la empuñadura de su arma. La situación no era nada favorable pero pese a sus heridas confiaba en poder llevarse por delante a unos cuantos garras verdes antes de caer, sobre todo si alcanzaba su espada. El primer ataque era fundamental y tenía la sorpresa de su parte. Observó desde su posición que los huargos olfateaban pero no en su dirección. El olor de los cadáveres le ayudaba, pero al parecer no estaban solos.

El caballero sólo pensaba en hacer justicia y ese momento estaba cerca.

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Off-rol:

Milcias, a Athan le quedan 48 puntos de vida pero no tiene heridas demasiado importantes. Eso sí, luchará con -10 y además penaliza por usar la cimitarra. Por otro lado tienes el primer asalto por sorpresa.

Si acabas con él en uno o dos asaltos, podrás recoger su arma y escudo antes de nadie pueda llegar a tu posición (si te descubren, recuerda que parece que hay alguien más).

Si le matas en el primer asalto tal vez puedas retirarte sin que te vean e ir por refuerzos.

Dime que es lo que quieres hacer en los próximos turnos y si te decides por pelear hasta el final indica si te pasas a la defensa y cuánto. Suerte.

(RESPUESTA ATHAN)

Había conseguido mi objetivo, pues los orcos habían comenzado a pelearse, dandose empujones y zarpazos entre ellos. Pero uno de ellos se agachó y sujetó la piedra en la mano. Luego, se giró y miró en mi dirección, hacia la pila de cadáveres. Se había percatado del engaño y comenzó a caminar en mi dirección. Yo aferré fuertemente la cimitarra en la mano, esperando a que el orco asomara el morro para revanarle el cuello. Faltaban ya sólo un par de metros, cuando el orco se detuvo y se dió la vuelta. Los wargos había regresado y había llamado la atención de los orcos, que dejaron de pelearse. Los animales olfateaban el aire, pero no en mi dirección. Habían olido a alguien más. Esta es tu última oportunidad, pensé. Entonces me puse en pie y salté sobre el orco que me daba la espalda, tratando de clavarle la cimitarra en el pecho, mientras con la mano izquierda intentaba cogerlo por el cuello, para evitar que se girara.

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-Si consigo clavar la cimitarra, , no la desclavaré, sino que trataré de subirla hacia el cuello del orco, abriendolo en canal. -Si esto es imposible, lucharé con él y, en cuanto pueda (aunque no este muerto), cogeré mi espada y mi escudo y trataré de huir.

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-Si hay algún caballo (que no me has contestado), trataré de cogerlo para luchar sobre él, sino iré andando... -En cuanto tenga mis cosas correré en la dirección en la que los wargos olfateaban, rezando para que los que lleguen, no sean enemigos.

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CAPITULOS 2-X

REPARTO:

ALUPH COMO BELEGAR(2B-TURNO9)ARTY COMO GELEKAR(2D)

IASBEL COMO LOTHRIEL(2D-TURNO2)KOOSHE33 COMO SIMON(2B)

MANDRIGAL COMO GHÂN (2C)MILCIAS COMO ATHON(2A)NORENCHE COMO HARD(2A)

RHAYADER COMO EAMONN(2D-TURNO2)RITTMANN COMO VALANDIL(2B)SHANDRIL COMO LIEDHEL(2A)THORONTIR COMO ERBILL(2B)

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2-A: LA NIÑA DE ROHAN TURNO 1 (Liedhel, Hard y Athon)

Antes de que la elfa pidiese hacer o decir algo, Hard se lanzó a la carga contra el grueso de los pieles verdes. Esta acción sorprendió tanto a la maga como a los propios orcos, que se prepararon para interceptar al humano.

POr otra parte, el caballero aferraba con firmeza la cimitarra esperando el momento adecuado para golpear al orco que tenía cerca. Liedhel tensó su arco y apuntó a ese mismo orco.

Tiradas (asalto 1) Liedhel vs orco#1 (arco largo) = 110 ----> 13 CP * 38 ----> 2 pv/asalto Athon vs orco#1 (cimitarra) = 107 ----> 12BS * 46 ----> 2 pv, debe parar próximo asalto Hard (frenesí) = 82 (éxito parcial)

La flecha de Liedhel atravesó el campo de batalla y rozó el cuello del orco causándole una pequeña hemorragia. Athon aprovechó que el orco se giraba para atacar con la cimitarra y pese a su poca práctica con ella logró golpear su espalda desequilibrándole. Hard cargaba ferozmente al tiempo que el resto de enemigos se disponía para la lucha.

Uno de los huargos y su jinete le lanzó contra la arquera, otro orco hacia el caballero y el resto se preparó para recibir el ataque del hombre-oso.

Tiradas (asalto 2) Liedhel vs huargo#2 (arco largo) = 33 (fallo) Hard (frenesí) = 142 (éxito)

Los nervios atenazaron el brazo de Liedhel, que falló su segundo disparo. La carga de su compañero hizo inviable que lanzara su bola de fuego, puesto que podría alcanzarle accidentalmente. Hard había entrado en un estado de frenesí salvaje y blandía su hacha buscando la carne de sus enemigos.

Athon aprovechó que su rival estaba de espaldas tras su golpe para recuperar la espada de su padre y su escudo.

Tiradas (asalto 3) Iniciativas: Athon = 17 Hard = 28 Orco#1 = 16 Orco#2 = 21 Orco#5 = 25 Huargo#1 = 27 Hard vs orco#5 (hachón 2M) = 163 ----> 80 ES * 31 ----> 4 pv, 2 pv/asalto, inconsciente. Huargo#1 vs Hard (mordisco) = 103 ----> 19 AS * 57 ----> 3 pv. 2 pv/asalto Orco#2 vs Athon (cimitarra) = 87 ----> 4 Athon vs orco#1 (espada ancha) = 141 ----> 19 ES * 25 ----> 3 pv, 1 pv/asalto Orco#1 vs Athon (cimitarra) = 71 ----> 2

El primer jinete recibió en su costado un terrible ataque de Hard que le derribó de su montura lobo dejándole fuera de combate. Pero el huargo tuvo tiempo de morder al humano en la cadera provacando una hemorragia.

Dos orcos se enfrentaban ahora al rohirrim, pero ya estaba bien armado y protegido y repelió sin demasiados problemas los débiles ataques orcos. El ataque de Athon fue más consistente pero le faltó colocación. Por su parte el segundo huargo cargaba contra la elfa, y Liedhel preparó un rayo de descarga.

Tiradas (asalto 4) Iniciativas: Athon = 31 Hard = 28 Orco#1 = 16 Orco#2 = 20 Orco#3 = 12 Orco#4 = 24 Orco#6 = 18 Huargo#1 = 27 Huargo#2 = 24 Liedhel vs huargo#2 (rayo de descarga) = 140 ----> 10B * 99 ----> 15 pv, muerte.

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Athon vs orco#2 (espada ancha) = 96 ----> 9 BP * 29 ----> 2 pv, debe parar próximo asalto. Hard vs huargo#1 (hachón 2M) = 176 ----> 92 ES * 23 ----> 6 pv, 2 pv/asalto, lucha con -10, muerte. Orco#4 vs Hard (maza) = 159 ----> 22 EK * 72 (Punto de destino) * 36 ----> 6 pv, lucha con -10 Orco#2 vs Athon (cimitarra) = 07 (SM) Orco#1 vs Athon (cimitarra) = 60 ----> 1 Orco#3 vs Hard (hacha) = 130 ----> 19 DK * 15 ----> 5 pv

Un pequeño proyectil eléctrico surgió de la mano de Liedhel impactando en plena cabeza del lobo. La descarga le provocó un shock generalizado causando graves lesiones cerebrales y una muerte agónica. Su jinete cayó quedando un poco aturdido.

El guerrero de Rohan se defendía a la perfección de sus rivales mientras su espada iba haciendo mella en sus carnes y obligaba a uno de los orcos a defenderse.

Hard continuaba haciendo estragos y con un violento golpe de su hacha destrozó el costado del huargo. Los dos orcos restantes, sin embargo, conseguían alcanzar al beórnida, pero su destino no era morir aquel día. No obstante lograron romperle una costilla y continuaba sangrando.

Tiradas (asalto 5) Iniciativas: Athon = 26 Hard = 31 Orco#1 = 16 Orco#3 = 16 Orco#4 = 24 Orco#6 = 20 Liedhel vs orco#6 (miedo) = 95 ----> -55 resistencia * Orco#6 (TR) = -77 ----> huye Hard vs orco#4 (hachón 2M) = 149 ----> 92 ES * 87 ----> 15 pv, muerte, +10 próximo ataque. Athon vs orco#1 (espada ancha) = 143 ----> 19 EP * 88 ----> muerte. Orco#3 vs Hard (hacha) = 123 ----> 17 DS * 53 ----> 5 pv, 3 pv/asalto, lucha con -15

El último jinete-lobo que quedaba con vida se acercaba a Liedhel con una sonrisa, cimitarra en mano. La maga, lejos de asustarse, le miró a los ojos, sin pronunciar palabra y aquel piel verde soltó su arma huyendo de ella al tiempo que gritaba de pavor. Liedhel quedó totalmente sorprendida. Últimamente había desarrollado ciertas habilidades extrañas que no controlaba del todo... Pero le acababan de salvar la vida.

Hard se giró encarando a otro orco y cercenó la pierna de uno de ellos. El orco chilló mientras se desplomaba sangrando abundantemente. Murió poco después. El último enemigo de Hard volvió al ataque y le provocó una fea herida en su pecho. Ese golpe hubiese sido casi fatal para cualquiera, pero no para aquel hombre.

Por su parte, Athon atravesó otra criatura con su espada, seccionando varias arterias y causandole una muerte agónica. Ahora se enfrentaba cara a cara con su último rival.

Tiradas (asalto 6) Iniciativas: Athon = 32 Hard = 23 Orco#2 = 26 Orco#3 = 19 Athon vs orco#2 (espada ancha) = 138 ----> 20 DS * 61 ----> 4 pv, 2 pv/asalto, aturdido 2 asaltos, lucha con -10 Hard vs orco#3 (hachón 2M) = 285 ----> 132ES,CU * 04 ----> 4 pv

La espada del rohirrim asestó un buen golpe en el brazo del arma del orco que se tambaleó no pudiendo devolver el ataque. El caballero aunque muy herido estaba logrando vengar las muertes de sus compañeros, eso sí, con una inestimable ayuda exterior.

Hard, que con cada golpe que daba acababa con la vida de una criatura, hizo un ataque feroz de una violencia tremenda que envió el cuerpo del orco varios metros hacia atrás. Ya no quedaba nada con vida a su alrededor.

La elfa observaba la escena al tiempo que se acercaba para auxiliar a quien pudiera necesitarla, arco en mano.

Tiradas (asalto 7) Athon vs orco#2 (espada ancha) = 148 ----> 22 ES * 83 ----> muerte.

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Hard (percepción) = 45 (fallo)

Ya solamente quedaba un orco con vida y estaba aún un poco aturdido cuando la espada de Athon le amputó la mano. La hemorragia y la acumulación de heridas le provocó un desmayo y posteriormente la muerte.

Hard miraba a su alrededor, pero su vista parecía nublada. Acabó enfocando y se detuvo en una figura esbelta que se aproximaba a él amenzadormente. Lanzando un grito se lanzó contra Liedhel.

Liedhel: ¡Hard! ¿Qué haces? ¡Soy yo!

Tiradas: Hard (percepción) = 104 (casi éxito) Hard (percepción) = 116 (éxito)

Hard se sacudió la cabeza y observó que quien se aproximaba no era otra que su compañera de viaje y salió de su estado de locura.

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Off-rol:

Hard tiene 118 puntos de vida, pero pronto cesarán los efectos del polvo de cardamomo. Además tiene dos heridas sangrantes: una de 2 y otra de 3 puntos de vida por asalto. Requieren primeros auxilios (por separado).

Athon tiene ahora 41 puntos de vida, pero no tiene heridas importantes aunque sí el cuerpo dolorido.

Tal vez toque presentaciones, pero recordad las heridas y que un orco ha huído.

Liedhel ha descubierto un poder extraño. Shandril, recuerda lo que te comenté de tus capacidades especiales...

Buen combate.

(RESPUESTA ATHON)

El combate con los orcos fue más sencillo de lo esperado, sin duda, gracias a la inestimable ayuda de aquel guerrero y la mujer que lo acompañaba.

Mi cuerpo dolorido parecía estar, a pesar de su mal aspecto, estar sano y salvo. Clave las rodillas en el suelo y respiré profundo, mientras observaba a los dos recién aparecidos. Luego, mientras la mujer se acercaba al hombre, quién parecía estar fuera de sí, me levanté y me aproximé a ellos. Cuando estuve cerca, dije:

"Gracias nobles viajeros... dejadme ayudaros con vuestras heridas"

Tras ayudar a los viajeros, si es que algo puedo hacer, volveré a hablar, diciendo:

"Mi nombre es Athon, soy un Jinete de la Marca. Vine con mis compañeros para cumplir una misión. Debíamos emboscar a unos orcos... pero era una trampa y fuimos nosotros los que caímos en una emboscada. Al parecer todos los mios murieron, así como sus monturas... yo mismo perdí mi caballo y me temo que, a no ser que huyera, murió y esta en las inmundas tripas de uno de estos seres... ¿Y vosotros?¿Qué os ha traído aquí para rescatarme?"

Luego buscaré entre las armas y los cadaveres de los mios. Trataré de recuperar mi basllesta (con los virotes que sea posible) y mi lanza, si es que es posible. Si me dá tiempo haré una pequeña fosa donde meter los restos de los jinetes... si no los amontonaré separados de los orcos y los cubriré con sus capas.

(RESPUESTA HARD)

Hard no recordaba que había hecho durante ese rato, los orcos derribados estaban en el suelo, algunos habian muerto al instante. Derrepente notó el lacerante dolor en su cadera y su pecho, al poner la mano vio la sangre manar de esas zonas, pese a que fuera poca eran partes que estaban muy expuestas durante la batalla.

El humano desconocido que se presentó como Athon parecía estar mas maltrecho que él. Apoyado sobre su hacha untada de sangre se dirigió al caballero.

Hard: Yo soy Hard, habitante de tierras cercanas a estas. Vinimos aqui porque nos informaron de la presencia de orcos en esta zona. Cuando vimos los orcos no dudé ni un momento en lanzarme a la carga, debía proteger mi hogar a toda costa.

Hard estaba feliz por haber dado muerte a esos seres repugnantes antes de que hicieran mas daño y en

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venganza de aquellos que murieron por defender la zona. Los orcos se multiplicaban y empezaban a salir por las zonas habitadas, poniendo en peligro la gente que allí vivía.

(RESPUESTA LIEDHEL)

Liedhel se quedó un rato sobre su sitio con el arco todavía cargado por una flecha... estaba asustada, tenía que estar segura que no quedaban más orcos.

Al poco se tranquilizó tras comprobar que Hard volvía a su cordura y guardó su arco y flecha. Estaba asombrada por lo rápido que había ocurrido todo. Al menos habían logrado salvar a aquél jinete de la marca de los atroces y malvados orcos.

Liedhel: Hard, tranquilízate, ya pasó todo. Estás herido y necesitas descansar.

Liedhel utilizó todos sus conocimientos sobre curación sobre Hard para que se recuperase de su estado, mientras observaba como se les acercaba el jinete y hacía su presentación...

Liedhel: Saludos Athon, mi nombre es Liedhel de Lórien, me complace haber podido salvaros de esta emboscada. Parti de mi hogar con un propósito pero todo ha dado un giro tremendo y ahora me encuento aquí, buscando a una niña para su protección. Sabéis algo al respecto noble rohirrim?

Liedhel se encontraba cansada ahora, los efectos de las hierbas habían dejado ahora de hacer su función, necesitaba descansar. Nunca antes había combatido con orcos y se temía que no sería la única. Alzó la vista al cielo y cantó una leve oración a los Valar.

(RESPUESTA ATHON)

"No sé nada de ninguna niña, mi señora. Pero si en mis manos está el ayudarles a encontrarla y protegerla, así será. Me uniré a su camino, para saldar mi deuda con ustedes por haberme salvado la vida...

TURNO 2

Tras las presentaciones de cortesía, Liedhel y Athon atendieron las heridas sangrantes de Hard.

Tiradas: Athon (primeros auxilios) = 72 (fallo) Liedhel (primeros auxilios) = 114 (éxito)

La elfa cerró la hemorragia del pecho de su compañero y vendó su pecho para evitar que se abriera. Athon intentó lo mismo en la cadera, pero no obtuvo el mismo éxito.

Liedhel: Permítame caballero, yo terminaré de vendarle eso.

Tiradas: Liedhel (primeros auxilios) = 95 (casi éxito) Liedhel (primeros auxilios) = 130 (éxito)

Las delicadas manos de la maga consiguieron al fin cerrar la herida de Hard. Había perdido bastante sangre, pero la corpulencia de aquel hombre era fuera de lo normal. No tendría ninguna secuela. Athon estaba tabién herido y había sobrevivido milagrosamente a la emboscada de los orcos.

Al tiempo que charlaban del ataque sorpresa de los orcos, la muerte de los jinetes y de la niña, Athon y Hard cavaron una fosa para los cuerpos de los hombres de la Marca que habían perdido su vida. Liedhel elevó una plegaria a los Valar por las almas de tan valerosos guerreros.

Fueron enterrados con sus armas y armaduras, como los guerreros que eran. Athon pudo recuperar su ballesta y doce virotes, pero su lanza la encontró partida. No había rastro de su caballo, ni de ningún otro, salvo los restos de tres caballos muertos y parcialmente devorados por los huargos. Seguramente el resto de monturas había regresado a Rohan.

Los tres nuevos compañeros se alejaron de aquel lugar lleno de muerte y acamparon. Todos necesitaban descansar. Junto al fuego del campamento continuaron hablando de aquella misteriosa niña y Hard mencionó su encuentro con el anciano Radagast. Entonces Liedhel comentó a Athon que al parecer la niña era hija de uno de los jinetes que había perdido la vida en la emboscada orca, y que ellos tenían que llevarle de regreso a su hogar para proteger a su hija.

El relato de aquella pareja hizo pensar a Athon.

Athon: Si esa niña es tan importante, tal vez fuese la hija de Éomund.

El caballero se percató entonces de que encontraron el cuerpo de Éomund totalmente destrozado, como si se hubiesen cebado con él.

De pronto se escuchó el sonido de un cuerno de viento seguido de dos golpes secos, como de tambores. Eran lejans, pero fueron claramente audibles.

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Athon: Ese cuerno no es de Rohan.

(RESPUESTA ATHON)

Tras las presentaciones de rigor, la elfa y yo tratamos de curar las heridas de hombre, aunque de poco serví yo, pues la mayor parte del trabajo lo hizo ella. Luego mientras hablabamos de los acontecimientos que nos habían hecho llegar hasta este lugar, entre Hard y yo, cavamos un agujero donde enterrar los cuerpos de los guerreros, con sus armas y armaduras, como merecían tras una dura vida de entrega y servicio. Rebusqué entre las armas y logré recuperar la ballesta y doce virotes, pero la lanza estaba inservible. De todas formas no tengo el caballo, pensé mientras dejaba la lanza en el suelo, Habrá regresado a Rohan, asustado por los huargos. Por último hicimos una gran hoguera con los cadaveres de los orcos y sus monturas y partimos de aquel lugar, en el que el olor a muerte aturdía los sentidos. En el campamento, junto a una hoguera, continuamos la conversación a cerca de la niña. Al oír las explicaciones de la elfa sobre quién era y, sobretodo, quién era su padre, dije: Si esa niña es tan importante, tal vez fuese la hija de Éomund. Mientras decía esas palabras, recordé el cuerpo del jinete, especialmente destrozado, como si los orcos se hubieran ensañado. Pero por más que traté de pensar si en la batalla me había parecido extraño, no logré recordar a Éomund el día de su muerte, sólo los orcos venían a mi cabeza, montados en sus fieras... El sonido de un cuerno me sacó de mis recuerdos y pensamientos. No era un cuerno de los jinetes de la Marca, de éso estaba más que seguro. Me levanté y pateé el fuego para hacerlo disminuir un poco. Cogí la espada y el escudo, dejándolos junto a mi. Luego cargué un virote en la ballesta y la agarré fuertemente con las dos manos, oteando la oscuridad que nos rodeaba en busca de algo que se moviera...

(RESPUESTA HARD)

Una vez los cuerpos de los rohirrim fueron enterrados los tres marcharon de ese lugar. Hard no sabía hacia donde iban, pero probablemente volvían a Rohan. A la noche acamparon en el llano y Hard acabó sacando el tema del encuentro con Radagast y su preocupacion por la niña.

El cuerno en la lejanía les paró mientras charlaban, no parecía ser un cuerno humano, ademas de los tambores que le siguieron. Probablemente eran orcos luego de ver los orcos en el Rauros no le extrañaría ver otro grupo, pero por el uso de cuerno y tambores parecía ser un grupo mas grande, no sería prundente lanzarse al ataque, pero mas valía prevenir que curar.

Hard tomó en sus manos su hacha, que tanto tiempo le habia acompañado, y se dispuso a otear el horizonte en busca de alguna señal de quien quiera que este haciendo sonar el cuerno. Su vision no era tan buena quiza, pero no perdía nada por intentarlo.

(RESPUESTA LIEDHEL)

Las artes que había aprendido en su hogar habían servido y Liedhel estaba contenta por ello. Pudo curar a Hard, su compañero de viaje gracias a las ayudas de Athon.

Tras ayudar a enterrar a los cuerpos sin vida de los jinetes de rohan y lanzar sus plegarias a los Valar partieron todos rumbo a Edoras. Probablemente el orco que había huido ya había informado a los suyos de nuestra presencia, y por lo visto estos ya habían tomado una decisión... darnos caza como animales. Un cuerno de guerra se oía a la distancia y los tambores al anochecer. Nadie, salvo los de mi raza (pensó Liedhel) se muestran tan activos al anochecer como los malvados orcos. Estaba convencida que eran ellos y eran bastantes, el viento se lo susurraba al oido... había que darse prisa.

Liedhel: Aún nos queda un poco de las hierbas de Radagast, las usaremos para llegar a un sitio seguro. No hay tiempo que perder nobles guerreros. Pudimos esta vez porque no eran muchos y estabamos en poder de estas hierbas. Mucho me temo que ahora no será lo mismo...

Liedhel subió a lo alto de una loma para tratar de avistar al grupo perseguidor. Las estrellas se ocultaron tras las nubes y eso era un mal presagio.

Liedhel: Rápido caballeros, no tenemos mucho tiempo!!!

TURNO 3

El sonido del cuerno seguido de los tambores rompió la charla. Athon y Hard asieron sus armas casi instintivamente tratando de averiguar el origen de aquel sonido. Pese a que no podían ver apenas en tal oscuridad, si que supieron deducir el lugar del que procedían: las cercanas ciénagas de los muertos.

Liedhel sí que pudo discernir en el horizonte una ligera columna de humo. Estaba lejos, demasiado para ser el punto desde el que se escuchó aquel sonido. El cuerno no volvió a sonar. No así los tambores, que lo hacían varias veces cada pocos minutos.

A la elfa se le ocurrió usar los polvos que les entregó Radagast pero cuando echó mano al recipiente que lo contenía comprobó que estaba prácticamente vacío. No había suficiente ni para una dosis.

Liedhel: ¡Rápido caballeros, no tenemos mucho tiempo!

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Pero nadie tomaba una decisión concreta... ¿Huir? Si, pero dónde. ¿Investigar? Seguramente demasiado arriesgado. Tal vez quedarse y vigilar haciendo guardias.

Athon, el hombre de la Marca, deseaba regresar a Rohan e informar de la emboscada sufrida y la lamentable pérdida de tantos rohirrim, incluyendo nada menos que a Eomund. Pero por otro lado sentía curiosidad. ¿Quién habría informado de su presencia a los orcos? Estaban preparados y fueron ellos quienes sorprendieron a los jinetes.

Por otro lado Liedhel y Hard pensaban en la niña. Su padre, tal vez ese tal Eomund, había fallecido, con lo que no habían podido cumplir con el deseo de Radagast de hacerle regresar para proteger a su pequeña.

Y ahora lo que parecían más orcos se acercaban. Tal vez el anciano estaba en lo cierto: algo grande e importante acechaba Rohan.

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Off-rol:

Lamento que este turno no aclare demasiado las cosas, pero quiero que esta vez Liedhel, Athon y Hard tomen una decisión del siguiente paso a dar. Os recuerdo que están pasando cosas y deben decidir qué hacer.

En cuanto al polvo de cardamomo, había cuatro dosis. Liedhel y Hard tomaron una cada uno al principio y a

mitad de camino tomaron otra, con lo que se acabó lo que se daba.

Adelante, chic@s, que la cosa se pone interesante.

(RESPUESTA ATHON)

El tiempo apremiaba y corría en nuestra contra. La presencia de aquellos tambores retumbando en el aire no ayudaba demasiado, pero debíamos tomar una decisión. Busque a mi alrededor, tratando de ver quién golpeaba el cuero de los tambores, pero sólo alcancé a ver la oscuridad que nos rodeaba. La elfa dijo, tratando de apresurarnos: ¡Rápido caballeros, no tenemos mucho tiempo! Quizá ella hubiera visto algo... o simplemente hablaba por sensatez, pero sin duda tenía razón. De forma que hablé: Señores, en mi opinión sería una locura acercarnos hacia los tambores, pues sin duda algún tipo de maldad los azota. Creo que deberíamos volver a Rohan, donde podremos avisar del peligro que acecha las tierras de la Marca. ¿No creen?

(RESPUESTA HARD)

Hard oteaba el horizonte nocturno sin ver nada, el cuerno no volvía a sonar, pero los tambores si. Parecia venir de la cienaga de los muertos, muy cercano a la puerta negra. Al oir las palabras de Athon solo pudo asentir, era lo mismo que él pensaba, era mas sensato avisar a Theoden del peligro que se avecina que no luchar y morir en un momento. Hasta un alguien tan temperamental y dado a la lucha sabe cuando no debe luchar. Seguramente él y Athon eran los que mas resistencia tenian para moverse (puntos de fatiga) pero la elfa no parecía poder resistir tanto como ellos.

Hard pensó que su otra forma tendría mas resistencia y podria llevar a Liedhel sobre su espalda para adelantar mas.

Hard: Athon, creo que tu idea es la mas sensata, pero no creo que Liedhel pueda aguantar nuestro ritmo, pero tengo una idea. Liedhel, que te parece si me vuelvo a transformar y te subes a mi lomo y te llevo, asi llegaremos mas lejos.

Dado que como oso tengo 240 puntos de fatiga supongo que podria llevar a Liedhel y poder avanzar tanto

como Athon (o mas incluso xD). En caso de que le parezca bien a nuestra elfa me transformo en oso

(RESPUESTA LIEDHEL)

Liedhel estaba intranquila, de alguna forma le incomodaban las prisas, pues su pueblo no conocía tales cosas...

Observó una gran columna de humo procedente de donde retumbaban los tambores y supo, con certeza, que no era su pueblo sino los malvados orcos que, por lo visto, tramaban algo y eso algo no podía ser nada bueno.

Liedhel escuchó la invitación de Hard de transformarse, de nuevo, en oso y partir, en su lomo, rumbo a Edoras.

No fue fácil aceptar la invitación de ir sobre las espaldas de uno de sus acompañantes pero dada su constitución élfica no estaba a la altura de aquellos dos fornidos guerreros humanos. Aunque fuese ligera como una hoja y ágil como el viento, sabía que se cansaría mucho antes de sus acompañantes...

83

Liedhel: Hard, debido a las circunstancias viajaré sobre tu "lomo" pero por favor... transfórmate detrás de esos arbustos vale?

Dicho esto la elfa miró a Hard con recelo y dijo en élfico susurrando: "Espero que mi pueblo no me vea montada sobre un oso"

TURNO 4

Hard no pudo evitar sonreir ante las palabras de la elfa y se dirigió detrás de los arbustos que le acababa de señalar. Allí comenzó a desnudarse comprobando que tenía el cuerpo aún bastante dolorido por las heridas y apenas habían descansado, pero no había tiempo. En realidad, curiosamente, Liedhel era la única de los tres que no estaba herida y pese a su constitución más débil, necesitaba de menos horas de descanso.

Tiradas: Hard (crítico alteración física) = 80

Athon había escuchado con asombro la conversación de sus nuevos campañeros de viaje. No entendía demasiado bien de qué estaban hablando, hasta el momento en que vio como de detrás de aquel arbusto surgía el enorme cuerpo de un oso. Sin duda era algo asombroso.

Liedhel colocó bien sujetas las cosas de Hard en la espalda del animal y, no sin esfuerzos, subió ella también. No era fácil cabalgar a lomos de un oso.

El hombre de la Marca encabezaba el grupo que atravesaba las Emyn Muil. Estaban muy cerca del hogar de Hard, no muy lejos del Rauros. Athon comprobó con satisfacción que había huellas de varios caballos dirigiénose al oeste. Con seguridad su montura habría regresado a Rohan tras la emboscada, con el resto de caballos supervivientes. La marcha era dura, estaban cansados, y heridos. Poco tiempo después se dejaron de escuchar los tambores, pero Liedhel, que miraba atrás de vez en cuando seguía viendo la columna de humo.

Se plantearon la opción de parar a descansar, llevaban muchas horas sin dormir y tenían heridas que curar. Mientras buscaban un buen lugar para acampar, Hard, con su olfato de oso reconoció claramente el olor a sangre y soltó un gruñido para advertir a la elfa y al caballero, al tiempo que olfateaba el aire.

Liedhel desmontó y athon tomó instintivamente su espada. Avanzaron lentamente y en un pequeño claro un poco más adelante, vieron algo que casi les hace vomitar a todos: el cuerpo de dos caballos de Rohan horriblemente destrozados y al parecer parcialmente devorados sobre un enorme charco de sangre. Habían arrancado partes de las bestias, piernas enteras, trozos de cabeza, la visión era desgarradora. La masacre parecía relativamente reciente.

Tiradas: Athon (rastrear) = 95 (casi éxito)

Athon observó las huellas de cascos y detectó que en ese punto había agitación en ellas. Varios caballos habían huido apresuradamente, pero dos no tuvieron tiempo.

Estaban en el claro de un pequeño bosque a pocas millas de la cascada. Repentinamente, escucharon con claridad un grito , o más bien un rugido procedente de su derecha. Apenas un segundo después, otro sonido similar, pero esta vez por su izquierda. Algo grande se acercaba y las ramas de los árboles se movían. La visión nocturna de la maga, unida a su detección del calor, le permitió ver dos formas muy grandes que se les aproximaban.

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Off-rol:

Lamento haber tardado, pero he querido apurar. Esta tarde me voy a Burgos y estaré fuera unos días. No sé si podré conectarme desde allí, aunque lo intentaré.

En fin, Felices Fiestas, y que no decaiga.

(RESPUESTA ATHON)

Sobresaltado por la escena y los rugidos que nos rodeaban, mi situe junto a la elfa. ¿Que ves?, dije en voz baja. Avancé un par de pasos, hasta ponerme a la altura del oso. No estaba seguro que la parte humana de mi compañero pudiera oirme, pero aún así le dije: Será mejor que no dejemos que se nos acerquen demasiado.... Luego clavé la espada en el suelo, frente a mi. Mientras cargaba la ballesta, esperando divisar un blanco en el que tratar de impactar...

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Off-Topic: La idea es realizar un primer ataque con la ballesta y luego usar la espada y el escudo.

(RESPUESTA HARD)

El oso, con la elfa en su espalda, olfateó el aire y notó el intenso olor a sangre. Algo había pasado. Intentó avisar a sus compañeros gruñendo. Una vez en el lugar vieron una escena horrible. Pero poco duró la contemplacion de la escena. Unos ruidos les sacaron de su lugar, Hard intentaba notar el olor de esos seres que se acercaban, pero el olor de la sangre no le dejaba notar ningun olor mas alla. Podria ser que lo que viniera fueran Huargos como los de Emyn Muil. Hard se dispuso en posicion ofensiva y se preparó para un posible ataque, esperaba que la elfa entendiera su reaccion y se bajara de la espalda.

mi oso va a luchar como oso ya que no hay tiempo para cambiar. espero que me vaya bien como oso, tengo

mas vida asi que en humano

(RESPUESTA LIEDHEL)

Liedhel estaba plenamente descansada físicamente pero ver aquella masacre a los caballos la impresionó mucho. Con un grácil movimiento se bajó del lomo de Hard y tras comprobar que eran atacados, nuevamente, colocó su carcaj para disponer mejor las flechas y puso a mano su arco mientras preparaba un conjuro de bola de rayos para el primer enemigo que hiciese aparición...

Liedhel:Esto no me gusta nada!!! no sé que surgirá de entre los árboles pero sus tamaños son grandes y se mueven deprisa.

Dicho esto la maga se quedó espectante e inmovil, susurrando algunas cosas en élfico (preparando el conjuro).

TURNO 5

El ruido y los movimientos procedentes del bosque se acercaban rápidamente, y los tres se preparaban para recibir a quienquiera que apareciese ante ellos. Ninguno se esparaba ver aparecer a dos enormes trolls de los bosques que bramaron más aún al ver su rica cena esperándoles.

Tiradas (Asalto 1) Liedhel (Idioma mágico - Hudatos) = 83 (fallo) Liedhel vs troll#1 (Hechizo - Rayo de agua) = 151 ----> 10AI * 47 ----> 10 pv, pierde iniciativa 3 asaltos Athon vs troll#2 (Ballesta ligera) = 118 ----> 12AP * 27 ----> 2 pv, +10 próximo ataque, debe parar un asalto Hard vs troll#1 (Embestida) = 111 ----> 7(A-20)U * 78 ----> 12 pv, aturdido 2 asaltos

La maga recibió a uno de los trolls con un proyectil de agua que impactó de lleno en su objetivo, desequilibrándole. No obstante, la dura piel del troll resistió el golpe sin demasiados problemas y balanceó su garrote antes de lanzarse al ataque. Hard, en forma de oso, aprovechó que estaba desequilibrado para lanzarse contra él y con un fuerte topetazo en el brazo le aturdió.

Por su parte, Athon disparó su ballesta contra el segundo troll, pero su pivote apenas rozó a su oponente, aunque consiguió detener su embestida.

Tiradas (Asalto 2) Liedhel vs troll#1 (arco largo) = 113 ----> 11AP * 12 ----> 1 pv Hard vs troll#1 (Abrazo) = 127 ----> 5AG * 43 ----> 5 pv Hard vs troll#1 (Garra) = 108 ----> 7CT * 100 ----> EK * 78 ----> 9 pv, aturdido 2 asaltos Troll#1 vs Hard (Garrote) = 35 (fallO) Iniciativa Athon = 29 Troll#2 = 13 Athon vs troll#2 (espada larga) = 174 ----> 23CK * 77 ----> 9 pv, aturdido siguiente, -50 Troll#2 vs Athon (Golpe) = 19 (nada)

Sin perder un segundo, Liedhel disparó con su arco contra el mismo enemigo al que había herido con su rayo. La flecha le alcanzó de refilón y no hizo sino enfadarle más si cabe.

El oso se puso a dos patas e intentó abrazar al troll. Pese a no poder aferrarse, el ataque pilló por sorpresa a su rival y Hard tuvo tiempo de soltarle un zarpazo que acertó de lleno en el rostro del troll. Éste, confuso ante ese ataque se fue al suelo, con tal mala suerte que se rompió el codo dejando inútil su brazo.

Athon, el jinete de Rohan, aferró con fuerza la espada que heredó de su padre y asestó un buen golpe en el brazo del arma de su enemigo, que aulló de dolor. El golpe le rompió el brazo y tuvo que soltar su arma,

85

aunque intentó devolver el ataque soltando su otro brazo contra el cuerpo del caballero, sin éxito.

Tiradas (Asalto 3) Liedhel vs troll#1 (arco largo) = 20 (nada) Hard vs troll#1 (Mordisco) = 133 ----> 19AS * 78 ----> 5 pv. 3pv/asalto, aturdido 2 asaltos, KO Athon vs troll#2 (espada larga) = 190 ----> 26 DS * 66 ----> 15 pv. Muerto

La segunda flecha de la elfa pasó bastante lejos de su objetivo. El troll, que se encontraba en el suelo, intentó levantarse para hacer frente a los ataques del oso, pero antes de que pudiera hacerlo fue brutalemnte mordido en el hombro. La criatura no pudo resistir el ataque y murió desangrado poco después.

En el otro enfrentamiento, las cosas se habían puesto muy favorables a Athon, y con un ataque muy bien colocado contra la cabeza, acabó con la vida del troll de forma instantánea.

El combate había terminado. Los cadáveres de los troll del bosque yacían a los pies de los tres compañeros, que habían acabado con ellos rápidamente.

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Off-rol:

Creo que voy a tener que cambiar de dados. Vaya tiradas...

(RESPUESTA LIEDHEL)

Liedhel se sorprendió mucho al ver a esas dos monstruosas figuras avanzando hacia ellos. Le habían contado hace tiempo, en su hogar, lo horribles que eran los trolls sin embargo, se habían quedado cortos.

Lanzó su conjuro y tuvo la suerte de impactar con el primer Troll que apareció, sin embargo lamentó haber dejado muy pronto de asistir a la escuela de tiro con arco, su puntería no había estado a la altura de los de su raza... quizá porque todo esto era nuevo para ella.

Una vez terminado el brutal combate la elfa les habló:

Liedhel: Creo que deberíamos apresurar el paso e ir con más prudencia hasta Édoras. Una vez allí descansaremos porque falta nos hará... Athon!!! condúcenos pronto hasta tu hogar noble Rohirrim. Me temo que estas criaturas tan horrendas crecen como las flores en primavera, sólo que éstas son inofensivas y los trolls no.

La elfa registró las vestimientas de los Trolls por si habían cogido algo de sus anteriores víctimas...

(RESPUESTA ATHON)

El combate con las dos monstruosas bestias duró más de lo que yo hubiera deseado, aunque afortundamente no sufrimos herida alguna.

Cuando los dos trolls yacían en el suelo, ma apresuré a encender fuego, pues según me habían dicho, esas bestias eran capaces de levantarse a no ser que se quemara sin cuerpos.

Luego dije en voz alta:

Teneis razón, debemos andar con más cuidado... pero no tenemos un segundo que perder

(RESPUESTA HARD)

Hacía mucho tiempo que Hard no usaba esa forma para luchar, antiguamente solo la había usado para cazar algun animal, pero esta vez se enfrentaba a algo mucho mayor que él, un troll. El enemigo se movía pesadamente, pero dada su gran fortaleza los embistes de Hard hicieron poco efecto. No obtante gracias a la ayuda de Liedhel pudieron reducir al troll en un momento.

Hard no podía decir nada, pero podía asentir a lo que decían Athon y Liedhel, debían darse prisa antes de que los orcos llegaran a Rohan. Si hacía falta llevaría a la elfa en su lomo, pese a no haber descansado casi.

TURNO 6

Los gigantecos cuerpos de los trolls yacían en el suelo. El combate, por suerte, fue corto, pero pese a todo acentuó un poco más si cabe, el agotamiento de los dos humanos. Llevaban bastante tiempo sin descansar y así sería francamente difícl resistir mucho más tiempo.

Mientras descansaban unos instantes tras la lucha, Liedhel aprovechó para registrar los cuerpos de las criaturas, pero no encontró nada. Normalmente lo trolls guardan lo que encuentran en sus víctimas en sus cuevas o refugios y esta pareja no llevaba nada en sus escasos ropajes.

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El Folde Este de Rohan estaba relativamente cerca. Su capital, Alburg, donde vivía Eómund quedaba algo más lejana. Debían informar de la emboscada y del triste fallecimiento del Mariscal de La Marca y los valientes guerreros que le acompañaban, pero tenían que descansar antes de llegar o tendrían más problemas.

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Off-rol: Ya sé que ha sido un turno muy cortito, pero no quería tomar ninguna decisión por vosotros. Athon y Hard tienen que descansar aunque sea unas horas. la pregunta es: ¿dónde? Si queréis os podéis alejar un poco del bosquecillo o acampar allí (o donde me digáis) o tal vez buscar el refugio de los trolls o quedaros justo donde estáis ahora o ...

(RESPUESTA LIEDHEL)

Liedhel se sentía descansada físicamente pero había visto mucho últimamente y su mente ya necesitaba de una buena meditación. Comprobó que sus dos acompañantes estaban muy fatigados por tanto combate y no aguantarían mucho más sin descansar...

La elfa, miró los alrededores intentando captar más "bestias" pero, afortunadamente, no vio nada. Dio unas vueltas alrededor de los trolls y olfateó... La guarida de estas bestias no tenía que andar muy lejos.

Liehdel: Propongo que descansemos, caballeros, no podemos ir muy lejos así en este estado. Creo que deberíamos buscar la guarida de estas bestias para pasar la noche y descansar allí... después de todo, quien osaría entrar en la guarida de un troll sin saber si está o no? Pienso que nos proporcionará buen cobijo y quizá escondan algo, pues es conocido que los trolls atacan a los viajeros y recogen sus pertenencias. Lo que sí debemos hacer es no quedarnos plantados. Yo me quedaré vigilando por la noche, mi vista se mantendrá alerta. Al amanecer entraremos en Rohan e informaremos de lo sucecido si los Valar nos lo permiten.

La elfa se quedó entonces callada, mirándolos fijamente... quizá no debió salir nunca de sus bosques en busca de aventuras pero en el fondo, le empezaba a gustar todo aquello. Entonces se giró y empezó a buscar las huellas de los trolls que la condujesen hasta la guarida...

(RESPUESTA HARD)

Hard, todavía en forma de oso, olfateó el aire para intentar detectar alguna presencia extraña en ese lugar. Luego, dado que no podía hablar, se limitó a escuchar a Liedhel mientras hablaba de ir a la cueva de los Trolls, podía ser buena idea, pero quiza esos dos trolls no vivieran solos...

Por otro lado era cierto que estaba cansado, no habia descansado apenas desde el combate en Emyn Muil y los humanos requieren de mayor descanso para recuperar todas las fuerzas, pese a que él fuera un humano un tanto especial. Hard se quedó sentado esperando a que Athon hablara y en caso de estar deacuerdo partirian en busca de la cueva.

(RESPUESTA ATHON)

La elfa tenia razón, de forma que dije: Vayamos pues a buscar ese antro... aunque no crea que sea un lugar confortable ni agradable...

TURNO 7

Las palabras de Liedhel habían convencido de pleno a sus compañeros y los tres se introdujeron entre los árboles y las rocas en busca de la guarida de los trolls. No fue nada complicado: aquellas bestias no pasaban desapercibidas y era era muy sencillo ir viendo ramas rotas, flores pisoteadas y otros destrozos.

Las marcas les llevaron a un pequeño claro, de no más de una docena de metros, dominado por una gran abertura en una roca, rústicamente tapada con una enorme plancha de madera a modo de rudimentaria puerta. Debían andarse con cuidado pues desconocían si podía haber más trolls por los alrededores. Athon movió sin muchos problemas la puerta dejando a la vista el agujero.

La peste que les dio la bienvenida, era tan inhospitalaria y poderosa que tuvieron que hacer uso de todos sus redaños para no abandonar el lugar inmediatamente. Tras unos instantes de aturdimiento por el repugnante olor, y al tener la puerta abierta, el aire del exterior fue ventilando el ambiente y poco a poco se fue haciendo respirable.

Tiradas: Liedhel (Hechizo - Luz) = 41 (éxito)

El agujero de los trolls estab muy oscuro pero la elfa se encargó de iluminarlo con su magia y entraron. Por su parte, los guerreros estaban preparados para entrar en combate si era necesario.

La "sala" que encontaron nada más entrar tenía a un lado unos estantes toscamente cortados que contenían algunos tarros de jalea y miel, algunos pedazos de pedernal y un par de cuchillos. Al otro lado había una pesada olla para cocinar, lo suficientemente grande como para que cupiera incluso una persona, y que ahora contenía un cuarto trasero de uno de los caballos. Junto al enorme perol se encontraron los restos descarnados de sus desafortunadas víctimas, pequeños huesos, pelo, piezas de ropa y dientes. La visión de aquel rincón de la cueva fue de lo más desagradable.

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La primera cámara se comunicaba con otra que parecían usar como dormitorio. En el suelo había una asquerosa mezcla de paja seca, agujas de pino, lana manchada, hojas enmarañadas y pedazos de ropa que los trolls empleaban para dormir encima. En total tres de estos colchones ocupaban la mayor parte de la cavidad.

Tiradas: Liedhel (Percepción) = 72 (fallo) Athon (Percepción) = 60 (fallo) Hard (Percepción) = 99 (casi éxito)

De pronto Hard soltó un gruñido. La luz que proyectaba la mano de Liedhel se había reflejado en algo en el suelo y el oso había creido ver algo. En una esquina había un pequeño montoncito de limo y porquería y entre ella asomaban algunos objetos.

Al fondo del dormitorio había otra entrada, la última, que llevaba a una tercera cámara, más pequeña que el resto.

Disperso por la habitación había un revoltijo de cosas obtenidas de las malogardas víctimas de aquellas horrendas criaturas, así como algunas cosas recogidas por casualidad. Algunos de los objetos parecían tener siglos de antigüedad.

Destacaba por encima de todo un gran cofre de madera de roble. Junto a él repartidos por el suelo, una cabeza de hacha de fabricación enana, una espada corta, un escudo con un diseño heráldico, dos mazas con cabeza de hierro, una camisola de cota de malla de un soldado de Arthedain, un hacha de batalla de gran tamaño, un casco de bronce, un escudo de madera recubierto de cuero, tres dagas, una espada a dos manos, en torno a las paredes había multitud de jarras, cadenas y utensilios, así como 22 monedas de plata, 25 de cobre y 3 piezas de oro.

Tiradas: Athon (Heráldica) = 69 (fallo)

El caballero no supo reconocer a simple vista el símbolo herádico del escudo. La cámara del tesoro parecía el mejor lugar para pasar la noche, estaba bastante limpio y no olía como el resto de la cueva.

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Off-rol:

He preferido hacer simplemente la descripción de lo que se ve a simple vista. Si queréis recoger lo del limo del dormitorio, o algún objeto concreto, o abrir el cofre, o lo que sea, pues lo decís.

Recordad que habéis derrotado a dos trolls y al parecer aquí viven tres.

Cuando posteéis algo, puedo completar la información que se requiera sin añadir nuevo turno. Por ejemplo si alguien quiere revisar el limo pondría lo que ve, o si Hard quiere convertirse, pues eso, sin gastar un turno entero.

(RESPUESTA ATHON)

El hedor que salió de la cueva al retirar la plancha de madera fue peor de lo que yo imaginaba. Era denso y no permitía la respiración. Pero por suerte sólo hicieron falta un par de minutos para que el aire se limpiara un poco y permitiera la entrada a la cueva.

Una vez dentro, volví a colocar la plancha, ya que nos podía servir de aviso en caso de que hubiera algún troll más en la zona. Cuando terminé de bloquear la entrada, la elfa ya había formulado un hechizo que iluminaba la mayor parte de la estancia.

La gran sala estaba ocupada en uno de sus lados por una rudimentaria estanteria llena de botes de jalea y miel. Me acerqué a ella y cogí un par de tarros. "Serán útiles para alimentarnos...", dije a mis compañeros mientras volvía hacia ellos.

Luego seguimos a la cavidad contigua, sin duda el dormitorio. Me sobresalté más, si cabia, al ver que en el suelo había lo que parecían tres lechos. Sin duda nuestras sospechas eran ciertas, había, al menos, otro troll. Cogí el arma firmemente con las dos manos, mientras seguíamos avanzando. Entonces Hard emitió un suave gruñido. En una esquina había una especie de limo. Me acerqué y, situandome a cierta distancia, clavé la espada en el limo, preparado para cualquier cosa (si no pasa nada, registro el limo a conciencia...).

Luego fuimos a la entrada que había al fondo de la caverna, que daba paso al último de las salas. Allí encontramos varios objetos que llamaron mi atención. Me acerqué a un escudo que tenía un diseño heráldico, pero no conseguí reconocerlo. Cargué el escudo a mi espalda. También cogí una maza, una camisola de cota de mallas y el casco de bronce. Por último, registrando entre los rincones de la sala dí con varias monedas. Hice tres partes iguales y entregué dos de ellas a mis compañeros, mientras me guardaba mi parte.

(RESPUESTA HARD)

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Hard, en esa nueva sala que parecía tener menos "presencia" de troll, se fue detras de algo que le pudiera tapar y volvió a su forma humana, una vez recuperado del cambio se vistió y se acercó a esa hacha que se encontraba en el suelo de la sala. Era una Gran hacha de batalla, quiza sería demasiado grande para un humano normal, pero no para alguien tan corpulento como Hard. Su fuerza era suficiente para poder usar esa arma con facilidad, además de estar acostumbrado al uso de ese tipo de armas.

El hecho de ver 3 camas de troll no le dejó nada tranquilo. Un tercer troll debía andar cerca, quizá ese limo fuera un rastro de ese troll, debían estar preparados para lo que pudiera pasar.

Hard: Deberíamos estar preparados, creo que el tercer troll podría venir de un momento a otro, ese limo podría ser un rastro de esa abominación inmunda.

Acto seguido se puso a vigilar la posible aparición del troll, aunque no sabía cual de las dos hachas usar, decidió tomar la que pareciera mas mortifera (no se las diferencias entre ambas armas)

Por si no se ha notado, vuelvo a mi cuerpo de humano

(RESPUESTA LIEDHEL)

Liedhel con su olfato fino tuvo que contener las nauseas antes de entrar en la cueva para inspeccionarla. Utilizó un sencillo conjuro de luz aprendido en sus inicios en la escuela de magia de su hogar. A Liedhel no le importaban demasiado los objetos valiosos que pudiesen encontrar, tan sólo deseaba que sus compañeros descansasen y recobrasen fuerzas antes de partir a Edoras a informar de todo lo ocurrido últimamente...

La elfa aceptó las monedas ofrecidas por Athon dándole las gracias, con ellas podría pagarse gastos al llegar a Puertos Grises (su objetivo inicial), pero ahora tenía otros objetivos; salvar a una niña!! aunque la desconocía totalmente pero algo susurraba en el aire que debía hacerlo. No encontró muchas cosas de utilidad para una maga como ella, pero tomó lo que le pareció más útil.

Se alarmó al comprobar que, al parecer, otro troll habitaba en esta cueva...

En la última sala Liedhel se dirigió al cofre de madera y estuvo un rato estudiándolo (por si tenía trampas) para abrirlo. Confiaba en que dentro obtendría algo que le sería de ayuda, algo mágico. Tenía un presentimiento.

Liedhel comprobó que aquella sala era la más idónea para dormir así que tras el reparto de las cosas les dijo...

Liedhel: Voy a inspeccionar el cofre de madera por si tuviese trampas y a abrirlo para ver su contenido. Sin duda lo mejor siempre se guarda en cofres y no tirado por los suelos... Deberíais descansar yo permaneceré alerta por si entrase en la guarida el tercer "dueño" despertaros rápidamente. Tengo un par de hechizos de rayos preparados y mi arco listo apuntando a la puerta... Así que, descansad ahora!!! Nos queda mucho camino aún.

Dicho esto la elfa intentó abrir el cofre con sumo cuidado...

TURNO 8

Athon clavó la punta de su espada en el limo que había en el dormitorio de los trolls y escarvó un poco con ella. De entre la mugre salió un par de objetos que se apresuró a examinar.

Lo primero que descubrió fue un pequeño morral de cuero que contenía 12 piezas de plata y un anillo con un sello. Tras un breve examen del mismo comprobó que dicho sello era idéntico al que tenía el escudo que acababa de encontrar en el fondo de la guarida.

El otro objeto de había entre el limo era un silbato dorado. Sin duda fue su reflejo con la luz lo que detecto Hard.

Tiradas: Liedhel (Usar objetos) = 93 (casi éxito)

Athon entregó a la maga el silbato apra ver si averiguaba algo de él. Liedhel lo limpió de porquería y, aunque le faltó precisar, pudo averiguar que su sonido podía ser utilizado de alguna manera contra lobos y huargos.

Hard había recogido un gran hacha de batalla. Desde luego no estaba pensada para ser manejada por un humano porque pesaba demasiado, pero el beórnida no era un humano cualquiera. Su fuerza sobrehumana le permitiría manejarla con cierta soltura y sin duda era un arma de calidad.

Repartido el botín, sólo quedaba el cofre. Cuando la elfa se acercó para inspecionarlo comprbó que los trolls le habían arrancado la cerradura. Pese a todo, con sumo cuidado levantó la tapa y se asomó a su interior.

En el interior del cofre de roble había una serie de objetos que incluía cuatro platos de cobre, cuatro jarras de plata, unos cinco metros cuadrados de una hermosa tela enrrollada, una pequeña daga con grabados de runas en su filo y restos de recipientes de barro y vidrio rotos.

Tiradas: Liedhel (Usar objetos) = 120 (éxito)

89

Liedhel (Leer runas) = 71 (fallo)

La daga atrajo la atención de Liedhel y la observó más detenidamente. Se llevó una grata sorpresa al descubrir que tenía la capacidad de cauterizar cualquier herida si se presionaba su filo contra ella. Fue un gran descubrimiento. Lamentablemente no pudo leer las runas de su hija.

El registro de la guarida troll había concluido y por fin todos pudieron descansar. Liedhel meditó unas horas e hizo guardia el resto de la noche por si aparecía el tercer troll. La noche transcurrió muy tranquila y sirvió para reponer fuerzas y energía para continuar el viaje. Cuando Hard se levantó chocó ligeramente con el cofre de roble, moviéndolo de su posición y revelando en el suelo la entrada a un túnel.

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Off-rol:

A efectos de juego, el hacha de combate en cuestión es +10, pero debido al peso tiene pifia 7 (tú decides).

La daga cauterizante puede usarse una vez al día.

No creáis que pretendo hacer que entréis por el túnel. Sé que puede parecer goloso, pero recordad vuestra misión y valorad la cantidad de tiempo que lleva cada decisión que tomáis...

(RESPUESTA ATHON)

Al ver el anillo, lo guardo en mi bolsillo y reparto las monedas de plata a partes iguales entre mis compañeros. Entrego el silbato a la elfa, pues, sin duda, es mas sencillo que sea ella la que averigüe para que puede servir.

Al abrrir el cofre, no hay nada que llame mi atención, de forma que dejo que sean los demás los que registren entre las cosas.

Luego, por fin, llega el momento de descansar. Mientras la elfa medita, permanezco haciendo guardia. Estoy acostumbrado a hacerlo, aún herido.

Pasan unas horas y por fin me llega la hora de descansar. Sin duda me hace falta. La noche transcurre tranquila y es beneficiosa para el grupo, ya que nos permite recuperar fuerzas.

Por la mañana, cuando nos disponíamos a partir, Hard movió el cofre de forma involuntaria y dejó al descubierto la entrada a un túnel. No tenía la más mínima intención de bajar por ahí. Debía correr para dar el aviso en Rohan. El ejército del enemigo avanzaba deprisa y no había un segundo que perder, de forma que dije:

Compañeros, no creo que este sea el mejor momento para adentrarnos en una aventura que no sabemos cuanto tiempo nos va a costar terminar. Sin duda es tentadora... pero debo ir a dar la voz de alarma. Además está el asunto de la niña... Ustedes hagan lo que consideren, pero yo no bajaré.

Espero la respuesta de mis compañeros y luego, sólo o acompañado, continúo el camino que nos había llevado a la cueva de los Trolls.

(RESPUESTA LIEDHEL)

Liedhel se guarda la daga en un lugar de fácil acceso y en un cordel pone el silbato colgando de su fino cuello. Creo que será bastante útil (piensa en sus adentros)...

Tras pasar todos una noche tranquila y recuperar fuerzas la elfa sale de su trance meditativo y tras escuchar al jinete de la marca comenta:

Liedhel: Yo os acompañaré Athon, espero que Hard también lo haga. Debemos partir rápido y llegar cuanto antes para dar la noticia pero deberemos tener cuidado a la salida. Estad alerta y con las armas preparadas... recordad que un tercer troll, al parecer, se refugiaba aquí y creo que esas bestias son más nocturnas que diurnas así que pronto vendrá a "dormir".

Liedhel guarda lo recogido junto a su equipo y prepara una bola de rayos mientras se dirige decidida hacia la salida...

Liedhel: Rápido caballeros no hay tiempo que perder!!! Debemos informar de lo sucedido cuanto antes.

(RESPUESTA HARD)

Hard al levantarse se dio un golpe en la cabeza. «Maldito cofre» pensó Hard para sus adentros. Para su sorpresa desveló una cueva. No tenian tiempo para explorarla, pero quiza eso pueda ser un lugar a visitar en el futuro. No podían perder tiempo en explorar lo desconocido, debían dirigirse a Rohan lo antes posible y alertar de lo que se avecina. Con su Hacha en la espalda y el hacha encontrada en la cueva en sus manos se dirigió con sus compañeros hacia afuera, quiza podria aparecer el tercer troll, esta vez no probaria las garras de un oso, sino el filo de un Hacha en su garganta.

90

Hard: Vamos, como ya ha dicho Liedhel, no hay tiempo que perder, no tengo ganas de quedarme a esperar el Troll, pero si aparece no tendra tiempo ni de petrificarse de lo rapido que va a caer.

Acto seguido se adelantó un poco al grupo por si aparecia el Troll, era el que mejor podía aguantar en cuerpo a cuerpo, gracias a su constitucion fuerte.

TURNO 9

Aún no había amanecido cuando salieron de la guarida de los trolls. El sol saldría en apenas una hora, pero parecía más seguro no esperar al alba por si la tercera criatura regresaba para descansar.

El pasadizo que se ocultaba bajo el gran cofre de roble debería esperar un mejor momento o a otro grupo de aventureros sin una tarea urgente que llevar a cabo.

El pequeño bosquecillo en el que se encontraban, pronto desembocó en las extensos llanos del reino de Rohan. Les esperaba un largo viaje, pero se encontraban muy descansados y habían recuperado fuerzas y energía. Athon les contaba a sus nuevos compañeros cosas de su hogar mientras Hard y Liedhel escuchaban con interés.

Pero al parecer el destino les deparaba una nueva sorpresa. Se les acercaba un jinete. Athon hizo una indicación para que dejaran que hablara él. Normalmente los rohirrim no salían en solitario, pero sin duda se trataba de un explorador. Se detuvo frente al trío y saludó sin bajarse de su caballo y continuó hablando:

Explorador: Me alegra encontrarte caballero. hace varias jornadas partió un grupo hacia las Emyn Muil bajo el mando del mariscal Eomund, pero no tenemos noticias suyas, nada salvo unas cuantas monturas que han regresado sin sus jinetes. ¿Ibas con ellos? ¿Qué sabes?

Athon narró al explorador la emboscada que sufrieron y como los orcos parecían estar esperándoles. No se olvidó de describir como se cebaron especialmente con Eomund y que él fue el único superviviente. Después habló de la intervención providencial de la elfa maga y el beórnida y de lo que le habían contado acerca de una niña pequeña. El jinete de Rohan lamentó la enorme pérdida de Eomund y el resto de valerosos hombres.

Explorador: Bienvenidos a la Marca, extranjeros. Os agradezco vuestro valor y ayuda en nombre de Rohan y lamento que vuestra visita no sea todo lo grata que debiera. Me adelantaré a Edoras para comunicar a Theoden las malas noticias. Tened cuidado, últimamente merodean orcos por la zona. Que los Valar os guíen.

Y el explorador hizo girar a su caballo y se alejó al galope hacia el interior con destino a la capital de reino.

Lamentando la falta de monturas, los tres valerosos viajeros continuaron a pie.

Las primeras luces del nuevo día comenzaban a abrirse camino en el cielo, pero faltaban varios minutos para el amanecer. Y justo en ese instante, escucharon con claridad un grito que les estremeció. El grito de un niño. Cuando se giraron hacia su procedencia divisaron un pequeño grupo a un centenar de metros y algo más lejos, otro más numeroso con animales de monta que corría hacia los primeros.

Liedhel, gracias a su excelente visión de elfa, distinguió tres figuras delante, una de ellas un niño, y a lo lejos media docena de orcos, la mitad de ellos montados en huargos.

(RESPUESTA HARD)

Hard avanzó con el grupo, tenían que llegar lo antes posible a la Marca y avisar de lo que ocurría. Era un camino pesado y largo, pero no tenían ni un segundo que perder. Era extraño que no hubiera aparecido el Troll, pero mejor que fuera asi, pese a ser un Bashkar prefería no tener que luchar salvo que fuera estrictamente necesario. La charla de Athon hacía mas amena la caminata. Cuando Athon terminó de hablar sobre su tierra Hard explicó como era la vida con sus padres, antes de marchar, una vida tranquila y monotona al otro lado del río, cerca del Rauros.

Un rato despues, cortando la explicación de Hard apareció un jinete de Rohan y Athon hizo un ademán de que le dejaran hablar a él. Era un explorador. Tras una larga explicación de lo ocurrido el jinete se fue por donde vino a avisar a las ciudades próximas. Ya no tenían tanta prisa. Pero debían continuar para no quedar en medio de la nada.

Las primeras luces del nuevo día comenzaban a abrirse camino en el cielo, pero faltaban varios minutos para el amanecer. Y justo en ese instante, escucharon con claridad un grito que les estremeció. El grito de un niño. Cuando se giraron hacia su procedencia divisaron un pequeño grupo a un centenar de metros y algo más lejos, otro más numeroso con animales de monta que corría hacia los primeros. Unos orcos atacaban a unas indefensas personas! Debían darse prisa.

Hard: Debemos darnos prisa, si no corremos podríamos llegar tarde!

Sin esperar respuesta de Liedhel ni Athon tomó el hacha adquirida en la cueva y corrió a la carga contra los orcos, que no sabrían que pronto proarían el fil de su hacha.

Hard: MALDITOS BASTARDOS!!!!!

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Me lanzo a la carga y cuando llegue a los orcos entro en Frenesí y lo rompo todoooo

(RESPUESTA LIEDHEL)

Los Valar habían escuchado las súplicas de Liedhel y al salir de la cueva no apareció un tercer troll. Descansados se apresuraron a partir, rápidamente, a Edoras... pero algo nuevo les esperaba en el camino.

Liedhel agradeció la charla de Athon aprendiendo más de la vida de los humanos y de la Marca.

Le sorprendió divisar a un jinete, que debería haber viajado de noche pues el sol, aunque no tardaría en aparecer, aún no había salido. El jinete afortunadamente era de Rohan y, trás unos intercambios de conocimientos e información, el jinete partió veloz a informar a su rey. Liedhel pensó para sus adentros que lo de caballeros era tan sólo de boquilla porque encontrarse a una dama élfica y no invitarla a ir a caballo hasta Edoras le pareció algo descortés. Quizá no tengan buen trato con nuestra raza pensó. O los tiempos hayan cambiado pues algo se nota en el aire...

Mientras seguían caminando oyeron un grito de un niño. La maga pudo comprobar que era un pequeño grupo que estaba siendo atacado por orcos!!! y encima con monturas... Nada más decírselo a sus compañeros lo que había visto, vio como Hard salía corriendo y gritando hacia el grupito para defenderlos... La maga no podía quedarse de brazos cruzados así que... preparó un conjuro de rayos mientras asía su arco firmemente y corría detrás de Hard.

Liedhel: Hard!!! trataré de cubrirte las espaldas con mi magia y mi arco. Espero que Athon nos ayude!!!

Dicho esto la maga continuó corriendo ligera como el viento, como si fuese movida por una nube...

Al llegar al combate usaré el silbato que me encontré en la cueva de los trolls (tratando de ahuyentar a los huargos), a la vez que lanzaré conjuros de rayos y fuego y por ultimo usaré mi arco desde una distancia prudencial.

(RESPUESTA ATHON)

El encuentro con el explorador me tranquilizó. Los jinetes de la Marca no tardarían en estar listos. Quizá antes de que llegaramos a la ciudad nos cruzaríamos con una tropa y podría unirme a ella...

Estaba sumergido en mis propios pensamientos cuando un agudo chillido me devolvió a la realidad. Era un niño. Di la vuelta sobre mi mismo en busca de aquel chiquillo que gritaba y los vi. Un puñado de orcos persiguiendo a unos indefensos humanos. No podiamos consentirlo.

Hard se lanzó a la carrera, seguido de Liedhel. Yo hice lo propio, desenfundando mi espada y preparándome para el choque...

Por Rohan!!!

Dejaré que sea Hard el que ataque y yo me situaré cerca de los humanos, para defenderles de las garras de los orcos...

TURNO 10

Sin pensárselo dos veces, Hard se lanzó, blandiendo su nueva hacha de batalla, en una furiosa carga contra los orcos. La elfa le siguió de cerca al tiempo que se preparaba para lanzar un proyectil de agua. Cerrando el grupo, Athon se apresuró también, pero prefirió contener los ataques enemigos y defender la posición del humano y la pequeña.

El hombre, que vestía con abundantes pieles, luchaba contra un orco al que ya parecía haber herido. La niña estaba cerca de él, agachada y lloriqueando. El resto de orcos y huargos se aproximaba a la carrera.

Tiradas: Hard (esprintar) = 105 Orco#1 (esprintar) = 119 Orco#2 (esprintar) = 49 Huargo#1 (correr) = 102 Huargo#2 (correr) = 87 Huargo#3 (correr) = 168

El bashkar corrió todo lo que pudo para tratar de interceptar al mayor número de enemigos antes de que llegaran hasta la niña. Tan solo un huargo y su jinete y un orco llegaron antes, pero Hard confió en que sus compañeros pudieran encargarse de ellos, y continuó su salvaje carrera. El caballero rohirrim alcanzó la posición del cazador justo a tiempo de poder bloquear la carga de uno de los orcos con su montura lobo, mientras que Liedhel se había detenido un momento lista para lanzar su hechizo.

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Tiradas (asalto 1) Liedhel (Lenguaje mágico - Hudatos) = 132 (éxito) Liedhel vs Huargo#1 (Hechizo- Rayo de agua) = 203 ----> 24DI * 96 ----> 25 pv, muere el próximo asalto Hard (Frenesí) = 125 (éxito) Cazador vs Orco#3 (Espada larga) Águila vs Orco#1 (Garras) = 104 ----> 15BP * 54 ----> 3 pv, 2 pv/asalto, aturdido 2 asaltos Huargo#3 vs Athon (Mordisco) = 42 ----> nada

Las palabras arcanas surgieron de los labios de la maga haciendo más poderoso, si cabe, su hechizo. De la palma de su mano surgió entonces un proyectil de agua que alcanzó de lleno a uno de los huargos, destrozándole el pecho y haciendo que trozos astillados de sus propios huesos atravesaran sus órganos internos. El lobo se desplomó derribando al orco que lo montaba, que quedó un poco aturdido por el golpe.

Por su parte, Hard entró en un estado de locura y lanzó un violento grito que intimidaría a cualquiera. El cazador consiguió acabar con su oponente y esperaba junto a Athon el ataque de más enemigos.

Lo que ocurrió a continuación sorprendió a todos los presentes. Un bello ejemplar de águila que nadie había visto aparecer, atacó a uno de los orcos. Éste, pillado por sorpresa no pudo hacer nada por evitar que las fuertes garras del águila rasgaran su pecho provocándole una hemorragia.

Otro huargo intentó morder a Athon, pero su defensa fue impecable y repelió el ataque sin mayores problemas.

Tiradas (asalto 2) Iniciativas: Hard = 17 Athon = 13 Cazador = 14 Águila = 23 Orco#1 = Aturdido Orco#2 = 11 Orco#4 = Aturdido Orco#5 = 12 Orco#6 = 9 Huargo#2 = 15 Huargo#3 = 22 Liedhel toca el silbato Águila vs Orco#1 (Pico) = 94 ----> 16CS * 92 ----> 10pv, 3 pv/asalto, aturdido sin parar 5 asaltos Huargo#3 vs Athon = 103 ----> 11AP * 17 ----> 1 pv, debe parar este asalto Hard vs huargo#2 (hacha de batalla) = 144 ----> 70 ES * 08 ----> 5 pv, no ataca este turno Cazador vs orco#6 (espada larga) = 70 ----> nada Orco#2 vs Hard (cimitarra) = 128 ----> 16CK * 90 ----> Punto de destino * 02 ----> 1 pv Orco#6 vs cazador (cimitarra) = 39 ----> nada

La elfa maga se dispuso a disparar con su arco, pero antes utilizó el silbato que encontraron la noche anterior en la guarida de los trolls. Su sonido pareció no gustar nada a los huargos.

De nuevo la misteriosa águila la emprendió con el mismo orco, esta vez con el pico, consiguiendo desgarrar parte de su pecho. El piel verde cayó a causa del dolor y se quedó allí, agonizando. Su verdugo volvió a elevarse en el aire y se alejó volando.

Por su parte, Hard golpeó violentamente con su nuevo arma a uno de los huargos. El tremendo ataque obligó a retroceder al lobo e hizo que su jinete perdiera su monta.

El otro huargo atacó con fiereza a Athon, pero es sonido del silbato detuvo considerablemente su ataque, que, pese a todo, alcanzó al rohirrim, obligándole a defenderse.

Tanto el cazador como el orco contra el que luchaba, erraron sus respectivos ataques.

Un orco, que se enfrentaba a Hard, le asestó un tajo con su cimitarra. El golpe parecía muy bien colocado y mortal, pero milagrosamente la tremenda constitución del beórnida le permitieron resistir el ataque sin consecuencias.

Tiradas (asalto 3) Iniciativas: Hard = 19 Athon = 16 cazador = 13 Orco#2 = 9

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Orco#4 = 12 Orco#5 = 21 Orco#6 = 15 Huargo#2 = 12 Huargo#3 = 16 Liedhel vs huargo#2 (arco largo) = 92 ----> 12BP * 68 ----> 3 pv, 2 pv/asalto, -5, Aturdido 2 asaltos, muere Orco#5 vs Hard (cimitarra) = 95 ----> 11AS * 15 ----> 3 pv Hard vs Orco#2 (hacha de batalla) = 142 ----> 78ES * 46 ----> 4 pv. aturdido 3, muere Athon vs Huargo#3 (espada ancha)= 79 ----> 4 pv Huargo#3 vs Athon (mordisco) = 72 ----> 2 pv Orco#6 vs cazador (cimitarra) = 01 ----> pifia * 79 ----> pierde 2 asaltos Cazador vs Orco#6 = 65 ----> nada

La elfa, desde la distancia, disparó con su arco contra el huargo herido por Hard. La flecha se le clavó en el cuello y el lobo no oudo soportar la acumulación de heridas, cayendo muerto.

Otro orco volvió a alcazar a Hard. Éste, en su estado de frenesí apenas notó el corte que le produjo y sin más contemplaciones atacó a su vez a otro de sus oponentes, al que golpeó con fiereza en una pierna, acabando con su triste vida.

Athon seguía enfrentándose a su rival, un feo huargo. Los ataques de ambos fueron débiles. El sonido del silbato parecía haber dejado un poco atontados a los lobos y por su parte, Athon simplemente quería defender a la niña.

Tampoco el cazador ni su oponente consiguieron nada positivo en sus respectivos ataques, e incluso el orco perdió su arma en un fallido intento de golpear al humano.

Tiradas (asalto 4) Hard vs orco#5 (hacha de combate) = 152 ----> 80ES * 03 ----> 3 pv

Los supervivientes trataron de huir de la lucha. Estaba a punto de amancer y habían perdido toda su ventaja numérica. Antes de poder escapar, Hard, aún dominado por la bestia, volvió a golpear al último enemigo que tenía alrededor. Pese a la escasa colocación de su ataque, logró sesgarle la vida.

Liedhel bajó su arco y avanzó con cautela hasta la posición de la niña y el cazador, pero pendiente de Hard. Todavía recordaba lo que le costaba salir de su estado cuando se enfervorizaba. El cazador se acercó a la pequeña y la cogió entre sus brazos al tiempo que agradecía a Athon, que estaba junto a él, la inestimable ayuda ofrecida.

Tiradas: Hard (percepción) = 95 (casi éxito) Hard (percepción) = 114 (éxito)

Sacudiendo su cabeza, Hard volvió a la realidad. Sus heridas no eran graves y, sin embargo, a su alrededor yacían varios cadáveres. La lucha había concluido.

La pequeña niña continuaba llorando, pero comenzó a tranquilizarse cuando el hombre la cogió del suelo.

Cazador: Muchas gracias. Sin vuestra ayuda no lo habríamos contado. Hace dos noches estaba comprobando varias trampas en las montañas cuando descubrí un pequeño campamento orco. Me acerqué y vi horrorizado que tenían cautiva a esta pobre niña. Estuve siguiéndoles hasta que tuve mi oportunidad. En un descuido rescaté a la pequeña y corrí hacia Rohan, pensando que debía ser de aquí. Al parecer los huargos alieron mi rastro y a punto han estado de darnos caza. De nuevo gracias. Personalmente estoy en deuda con vosotros.

Hizo una breve pausa para añadir:

Cazador: Mi nombre es Gruda.

(RESPUESTA ATHON)

Hard cargó con fiereza, mientras yo me situaba junto a la niña y la defendía, hombro con hombro junto al cazador. La elfa, a cierta distancia, atacaba al enemigo con hechizos y flechas.

El enfrentamiento no fue largo, y nuestro propósito se cumplió. Hombre y niña resultaron ilesos.

Una vez los orcos se hubieron marchado, el humano se presentó y nos explicó como había encontrado a la niña en un campamento orco. ¿Sería la niña qeu estábamos buscando?, pensé. Luego, cuando el humano hubo terminado, dije:

"De nada, buen hombre. Nosotros también nos dirigimos a Rohan, por lo que creo que deberíamos viajar todos

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juntos... será más seguro"

Luego me acerco a la niña y le digo de la forma más dulce y amable que puedo:

"¿Estas bien, bonita? ¿Cúal es tu nombre?

(RESPUESTA HARD)

Hard corrió tanto como pudo, aunque no puedo ganarle la ventaja a uno de los Huargos y a un Orco, pero se dispuso a acabar con la vida de aquellos indeseables orcos que perseguian al cazador y a la niña. Cuando se encontró cara a cara con el enemigo vio como el mundo desaparecía y luego la sangre orca empezó a correr. Balanceando su hacha y trazando arcos con ella acabando con la vida de esos insignificantes seres.

Cazador: Muchas gracias. Sin vuestra ayuda no lo habríamos contado. Hace dos noches estaba comprobando varias trampas en las montañas cuando descubrí un pequeño campamento orco. Me acerqué y vi horrorizado que tenían cautiva a esta pobre niña. Estuve siguiéndoles hasta que tuve mi oportunidad. En un descuido rescaté a la pequeña y corrí hacia Rohan, pensando que debía ser de aquí. Al parecer los huargos alieron mi rastro y a punto han estado de darnos caza. De nuevo gracias. Personalmente estoy en deuda con vosotros.

Hizo una breve pausa para añadir:

Cazador: Mi nombre es Gruda.

Athon: De nada, buen hombre. Nosotros también nos dirigimos a Rohan, por lo que creo que deberíamos viajar todos juntos... será más seguro

Luego Athon acercó a la niña y le dijo de la forma más dulce y amable que pudo

Athon: ¿Estas bien, bonita? ¿Cúal es tu nombre?

Hard no sabía que podía hacer una niña en medio de la nada. Pero quiza era la niña que buscaban, si fuera ella ni se debería imaginar el alboroto montado por ella. Ademas no sabía de donde había salido esa Águila que los había ayudado, tal cual había aparecido, como al momento siguiente ya no estaba.

Hard se acercó a Liedhel y le dijo en voz baja

Hard: Crees que es la niña que andamos buscando? no se, parece mucha casualidad que justo empezamos a buscar a la susodicha niña y aparezca ante nuestras narices asi sin mas

TURNO 11

Gracias a la intervención de Liedhel, Athon y Hard, el cazador y la niña lograron salir airosos del enfrentamiento contra los orcos. Normalmente, los orcos no suelen aventurarse así en Rohan, pero un hombre solo y una niña eran presa fácil. Gruda, agradeció la intervención del trío y narró cómo encontró a la pequeña. Ahora, su intención era llevarla de vuelta a su hogar. Rápidamente, Liedhel se preocupó por el estado de sus compañeros, pero no había heridas importantes.

La chiquilla tendría unos siete u ocho años y parecía muy traumatizada por la experiencia que acababa de vivir. Apenas hablaba nada y contestaba con monosílabos o asintiendo o negando con la cabeza.

Gruda: Si no es demasiada molestia me gustaría pedirles un favor. No conozco las tierras de Rohan, pero quisiera llevar a la pequeña junto a su familia. ¿Me podrían indicar cómo llegar a una ciudad cercana? Tal vez allí la conozcan o una vez que haya descansado sea capaz de decir de dónde procede. Me siento de algún modo responsable de ella.

El único que conocía la región era Athon. Viajando hacia el suroeste, llegarían a una pequeña aldea bien situada. Caminando con la niña tardarían más o menos media jornada en llegar, pero una vez allí, tal vez pudieran conseguir monturas y avanzarían mucho más rápido. Si la niña no recordaba y nadie la reconocía, siempre podían viajar hasta Edoras, en el Folde Oeste, o a Aldburg, en el Este. El explorador que encontraron antes del combate se encargaría de comunicar la emboscada y la temible pérdida de hombres.

Al parecer todos estaban de acuerdo. La maga, muy sensible, trató de hablar y con la niña y tranquilizarla diciendo que pronto estaría de nuevo con sus padres. La pequeña asintió y llegó a hablar un poco con Liedhel, y dijo su nombre, Meovyn. Era inseparable del cazador, al que habría adoptado como su salvador.

Por su parte, Hard comentó con Athon la casualidad de encontrarles de esa manera. El rohirrim parecía más preocupado por el hecho de que los orcos entrasen tan osadamente en La Marca. Primero la emboscada y ahora ésto. Tenía ganas de llegar a algún lugar poblado para informar y a su vez obtener algún dato más de lo que estaba ocurriendo los últimos días.

Viajar con alguien de siete años no permitía avanzar con el ritmo más deseado, pero no obstante, la pequeña, Meovyn, era valiente y caminaba sin rechistar. El camino por los llanos de Rohan fue cómodo y a mediodía llegaron a la aldea que Athon les había comentado. Fueron bien recibidos y conducidos a una pequeña posada donde les dieron comida y agua. Meovyn estaba cansada, para ella había sido todo muy duro. Gruda y Liedhel la acompañaron a un cuarto, y la acostaron. Necesitaba descansar.

95

Una vez que Meovyn se retiró, el resto del grupo y varios cabecillas del poblado comenzaron a hablar en tono más serio.

Gruda: Rescaté a la pequeña de un campamento orco en las Montañas Nubladas, pero nos siguieron. De no ser por la intervención de estos valientes, me hubiesen matado y no sé que hubiese sido de ella... Dice llamarse Meovyn, pero no sabemos el nombre de sus padres ni tan siquiera de dónde es.

Relataron el encuentro con los orcos y los huargos y el rescate de la niña. Liedhel intervino para narrar el encuentro con el mismísimo Radagast que ya les comentó algo de una niña buscada por las tropas del Enemigo y que debían ir rápidamente hacia las Emyn Muil para buscar a su padre, aunque no sabían quién era exactamente. En ese momento tomó la palabra Athon, único superviviente del grupo a las órdenes del Mariscal Eomund, que narró cómo habían sufrido una emboscada, como si los orcos supieran que iban a pasar por allí. Contó también la matanza sufrida y el ensañamiento de las bestias con los valientes rohirrim.

Las noticias cayeron como pesadas losas sobre los aldeanos, entre los que se incluía algún soldado y exlorador. Sin duda, algo grande estaba a punto de ocurrir. Nadie de los allí presentes conocía a Meovyn.

Soldado: Tuvimos noticias de que Eomund buscaba hombres para expulsar a un pequeño grupo de orcos de las Emyn Muil, pero no fue nadie de esta aldea. Si, como decís, el padre de la niña estaba entre ellos, seguramente fuese de Aldburg, es la ciudad grande más cercana a las Emyn Muil. O eso, o del propio Edoras.

Gruda: Bien, pues la llevaré hasta allí. Bueno, si me explican el modo de llegar.

Soldado: La niña puede viajar más cómodamente en un carro, haré que preparen algunos caballos y...

Mujer: ¡Un momento por favor! Típico de los hombres. ¿No veis que es una pobre niña? Dejad que duerma, estará muy cansada. Cuando haya descansado ya veremos qué es lo mejor para ella.

En ese momento se inicio una pequeña discusión para ver qué era lo mejor para Meovyn. La idea de preparar una carreta y varios caballos seguía, pero se pensó que tal vez lo mejor fuese esperar a que la pequeña durmiera a gusto. Quedaba por buscar voluntarios para acompañarla y dejarla a buen recaudo con su familia. Gruda, el cazador, fue el primero en aceptar.

--------------

Off-rol:

Os dejo que habléis y digáis lo que sea: ideas, propuestas, planes de acción. Quien quiera acompañar a Gruda y a Meovyn que lo diga, pero si alguien prefiere hacer otra cosa es libre de proponer y decidir (Edoras o lo que sea...)

(RESPUESTA ATHON)

Ciertamente, era mejor que la niña descansara durante unas horas en un lecho mullido. Además, el descanso no nos vendría mal a ninguno de todos.

Yo acompañaré a la niña y a Gruda.- dije cuando la discursión sobre en que momento debíamos partir hubo terminado- Necesitaré que al menos, además de Gruda, me acompañen. Estaría bien disponer de caballos además del carro. En el carro iría un conductor y, detrás, Gruda y la niña. Tendremos que preparar una pequeña cama de paja para que la niña viaje cómoda, además de proporcionar algo de comida. Yo creo que con que dos o tres hombres a caballo viaje en torno a la carroza sería suficiente, aunque si somos más mejor. Los hombres que vengan con nosotros serán bien recibidos en la ciudad...

(RESPUESTA HARD)

Hard escuchó las palabras de Gruda y acompañó al grupo hasta la aldea, no consiguieron saber el nombre de los padres de la niña, asi que eso complicaba la cosa. Cuando llegaron nadie parecía conocer a la niña, pero consiguieron saber que podría tratarse de alguien de una ciudad grande. Hard no había olvidado la mision de Radagast, así que pensó que quizá fuera mejor acompañar a la niña hasta Aldburg, quizá allí encontrasen algo mas de informacion sobre la niña que buscaban y quizá fuera esa que encontraron.

Hard: Yo me ofrezco a acompañaros, creo que en Aldburg será mas facil buscar aquello que nos encomendó Radagast y en caso de cualquier ataque os seré de bastante utilidad.

Hard, cuando inició la discusion sobre qué era lo mejor para la niña estuvo de parte de las mujeres, primero porque la niña debía descansar y luego porque sus tripas rugían del hambre y necesitaba comer.

Hard: No creo que haya ninguna prisa para ir a Aldburg, el explorador ya debe haber ido a avisar de la presencia de orcos.

TURNO 12

Athon y Hard no tardaron en prestarse voluntarios para acompañar a Gruda y a la niña hasta Aldburg. Pero la aldea era muy pequeña y sus gentes no eran soldados ni nada parecido. Varios hombres quisieron acompañar al grupo, pero siendo un poblado fronterizo era peligroso dejar sin protección la aldea. Se inició en la posada

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una pequeña discusión sobre quién debería ir o no y sobre los caballos disponibles.

Solamente un joven muchacho, de apenas diecisiete años de apuntó finalmente para escoltar al grupo. El chico, un buen arquero según sus propias palabras, vivía cerca de Aldburg y estaba allí visitando unos parientes. También viajaría su madre, una sanadora lega. Nadie más quiso o pudo unirse. Madre e hijo tenían su propia montura y, aparte de eso, los aldeanos ofrecieron un pequeño carro, una mula y dos caballos de tiro, además de provisiones suficientes para todo el trayecto.

Liedhel estuvo todo el tiempo en silencio. Aquello le desconcertaba y se sentía un tanto fuera de lugar rodeada de humanos. Añoraba su hogar y seguía deseando viajar a Puertos Grises, pero por otro lado estaba su encuentro con el anciano y la misteriosa búsqueda de la niña. La maga no se pronunció en ningún sentido, pero escuchó con suma atención todas las propuestas mientras meditaba su posición en aquella historia. Sin duda, dejar a la niña sola, no entraba en sus planes, pero guardó silencio.

La hospitalidad de Rohan se hizo notar en la cena. Les ofrecieron un suculento guiso acompañado de un buen vino y queso de cabra. Además les prepararon habitaciones paar que pasaran la noche y descansaran de cara al viaje que realizarían la mañana siguiente. La pequeña seguía descansando en su cuarto mientras los demás comían y charlaban. Bien entrada la noche, todos se retiraron a descansar. Pero Liedhel no podía dejar de pensar y se desveló. En mitad de la noche dejó la posada y salió a dar un paseo por los alrededores.

A la mañana siguiente, les esperaba un suculento desayuno. Hard y Athon habían descansado como hacía mucho tiempo y Gruda se les unió en breve con igual aspecto. Los tres estaban muy recuperados. Pero la elfa no acudió. Pronto la echaron en falta y Hard subió a avisarla, era muy extraño que se hubiera quedado dormida, más si cabe siendo elfa. Nadie respondió a su llamada. Llevando la mano al pomo, comprobó que estaba abierta, pero la habitación estaba vacía. Poco después subieron también Athon y Gruda dispuestos a preparar sus cosas y avisar a la niña. Tras unos minutos de tensión comprobaron incrédulos que la pequeña tampoco estaba en su habitación. El revuelo fue en aumento en la posada y poco después un aldeano hizo sonar la campana de la plaza del pueblo. La elfa y la niña habían desaparecido.

(RESPUESTA HARD)

Hard, tras ofrecerse vio como una discusión se formaba en la taberna, estaba claro que no podían desproteger la aldea teniendo en cuenta que los orcos se habían adentrado mucho en la Marca. No era probable que nadie mas fuera con ellos así que deberían proteger a la niña entre los pocos que se habían ofrecido. El beórnida vio como la elfa no abría la boca, no sabía en que debía estar pensando, pero no dudaba en que los acompañaría, no sería propio de alguien de su raza abandonar a alguien que puede precisar de esa ayuda, además Hars suponía que no estaría muy agusto en el pueblo, y, aunque él tampoco fuera un elfo, pensaba que había llegado a trabar una amistad con la elfa.

Al final de todo un joven se ofreció a ir, no era de la zona, sino de Aldburg, a dónde se dirigían. Con él iba su madre, una sanadora, que sería muy útil. Ya solo faltaba decidir que llevar, madre e hijo tenían su propia montura y, aparte de eso, los aldeanos ofrecieron un pequeño carro, una mula y dos caballos de tiro, además de provisiones suficientes para todo el trayecto. Todo eso era mas que suficiente para poder ir hasta Aldburg sin muchos problemas.

La hospitalidad de Rohan se hizo notar en la cena. Cosa que Hard agradeció, hacía mucho tiempo que no comía tan bien. Cuando cazaba y vivía en el bosque no tenía tiempo para preparar comida muy trabajada, además tampoco era muy dado a la cocina. La comida que solía comer constaba de carne de lo que cazaba quemado al fuego. Y era quemado porque no sabía cuando la carne estaria cocida y siempre se pasaba con el tiempo que lo dejaba al fuego.

Tras un reparador descanso Hard fue a desayunar, cosa que solía hacer cuando vivía en la granja de sus padres, pero no fuera de ella. Al cabo de un rato Hard se extrañó al no ver a Liedhel, siendo una elfa no necesitaba dormir y por lo tanto no podía haberse dormido. Quizá no tenía hambre o no sabía que ya se habían levantado, así que decidió ir a avisarla. Nadie respondió a su llamada. Llevando la mano al pomo, comprobó que estaba abierta, pero la habitación estaba vacía. Poco después supo que la niña no estaba. El revuelo fue en aumento en la posada y poco después un aldeano hizo sonar la campana de la plaza del pueblo. La elfa y la niña habían desaparecido.

"Y si la niña que buscaban era esa? La hemos perdido y a saber donde puede estar... y si los orcos la han raptado?" Hard se atormentaba la cabeza con infinidad de dudas, estaban todos tan atareados con la discusion que no se dieron cuenta de que la niña había desaparecido y encima Liedhel tampoco estaba. No sabía por donde buscar, pero no se iba a quedar de brazos cruzados... No era un gran rastreador tampoco, pero algo iba a hacer.

Salió de la posada y miró alrededor, en algun lugar tenía que estar la elfa, Hard supuso que el lugar mas probable donde se podría haber dirigido una elfa de Lorien es a un bosque, por lo que miro alrededor en busca de algún bosque o similar. En caso de no resultar efectivo quizá en forma de oso podría buscar con su olfato, pero no creía que fuera adecuado transformarse ante tanta gente, si acaso se transformaría una vez en el bosque, lejos de la mirada indiscreta de algún lugareño.

Doy por supuesto que hay un bosque cerca, sino me escondería en algun lugar antes de transformarme, pero solo me transformo si no encuentro nada tras la busqueda.

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TURNO 13

Hard se alarmó ante la desaparición de la niña y, sobre todo, con la de Liedhel, la elfa que había sido su compañera de viaje desde prácticamente el mismo momento que abandonó su hogar, cuando lucharon juntos contra un grupo de lobos. No había pasado demasiado desde entonces, pero había empezado a apreciar a la maga.

El revuelo fue en aumento en la aldea y se organizaron grupos de búsqueda. Pero todos buscaban a la pequeña y se preocupaban por ella. Hard pensó que si estaba cerca la encontrarían, así que él se esforzaría más en Liedhel. Antes de comenzar a mirar por los alrededores, tuvo tiempo de escuchar fragmentos de conversación donde algunos aldeanos sospechaban que la elfa se habría llevado a la niña.

El beórnida sabía que eso era imposible. Más bien, él pensaba que quizás escuchara algo durante la noche y saliese a investigar. Los elfos apenas necesitaban descansar y de haber ocurrido algo por la noche, la maga era la que más posibilidades habría tenido de enterarse.

Una vez fuera de la posada, Hard observó a su alrededor. Buscaba un bosque o algo parecido, pero lo único que vio por la zona fue una pequeña zona rocosa con arbustos. Sin perder un solo segundo se dirigió hacia allí con la esperanza de encontrar algo que le ayudara. Estaba cerca del poblado, pero lo suficientemente alejado como para poder transformarse en oso si era necesario sin ser visto. Una vez allí, comprobó de un simple vistazo, que allí no había nadie. Aún así, examinó con detenimiento el lugar buscando alguna pista.

Tiradas: Hard (Rastrear) = 42 (fallo) Hard (Percepción) = 93 (casi éxito)

Su búsqueda de posibles huellas o rastros que le dieran alguna pista fue infructuosa. Se ocultó tras unos arbustos y comenzó a quitarse la ropa. Su intención era intentar usar su olfato de oso para rastrear la zona. En un momento dado, alzó su vista, y el cielo descubrió que la zona estaba siendo sobrevolada por un ave. No pudo distinguir su tipo desde su posición, pero recordó el águila que intervino misteriosamente en el combate contra los orcos.

Tiradas: Hard (Alteración física) = 68 * 6 pv, aturdido 1 asalto. 100% cambio.

De detrás de los arbustos surgió un enerme ejemplar de oso que comenzó a olfatear con esmero todo el lugar. Algo le decía que Liedhel había estado allí. Y, efectivamente, localizó su rastro. Era muy débil y no encontró huellas que seguir, pero sin lugar a dudas la elfa había estado allí la pasada noche. Pero había más, no estuvo sola, alguien más había estado allí, pero no reconoció el olor.

En la aldea nadie encontró nada. Athon permaneció en todo momento junto a Gruda. Éste, cazador en las montañas, estaba acostumbrado a seguir rastros y tuvo éxito allí donde los demás fracasaron. Dijo haber encontrado un débil rastro que comenzaba en el suelo bajo la ventana de la habitación donde durmió la niña y se dirigía hacia el oeste. Sólo un rastro. Los aldeanos estaban absortos, ¿la elfa se la había llevado?

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Off-rol:

Bueno, pues eso es todo. Lamento un turno así turno, pero una cosa es llevar un PNJ de vez en cuando y otra es llevar yo casi toda la trama. Norenche, espero encontrar sustitutos pronto... De momento haremos lo que podamos.

(RESPUESTA HARD)

Hard no encontró bosque alguno y tampoco pudo encontrar rastro de la elfa, así que encontró unos arbustos donde esconderse y transformarse. Al llegar vio en lo alto un ave, quizá un águila, como la que les ayudó en combate. Era curioso que un animal de ese tipo se acercara tanto a la civilizacion sabiendo que los animales que suelen cazar no andan cerca de los hombres en el caso de ser salvajes. Quizá estaba emigrando hacia lugares más calidos.

Una vez en el arbusto se quitó la ropa y se transformó, pronto percibió un ténue olor familiar, la elfa estubo allí anoche, aunque tambien notó un olor desconocido. «De qué o quién es ese olor?» pensó Hard. Siguió buscando pero no encontró el rastro de la elfa, no debió pasar mucho rato en ese lugar. Se acercó al pueblo en su forma osedna, aunque sin dejarse ver mucho, no sea que le persiguieran para darle caza. Escuchó como unos lugareños comentaban de la posible huida de la elfa hácia el oeste con la niña. Al menos tenía un indicio.

Lo unico que podía hacer era dirigirse al oeste, No podía perder tiempo, dejaría atrás a Athon y se marcharía en busca de la elfa, la niña, para él, era lo de menos. Con las fuerzas renovadas fue hácia la parte oeste del pueblo, siempre lejos del mismo, en busca de algun rastro de olor o huellas de la elfa para poder seguir adelante.

Bueno, creo que abandono a Athon y me voy al oeste a buscar a Liedhel, doy por sentado que se hacia

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donde esta el oeste, creo que cualquier mortal sabe si el sol se pone por el este o por el oeste xD. La unica pista a seguir era la de Gruda, así que allá voy.

TURNO 14

Hard

Sin dudarlo un instante, Hard se dirigió al oeste adelantándose a Athon y Gruda, que también tomaron esa dirección. Lo más importante para el beórnida era encontrar a la que había sido su compañera de viaje desde casi el mismo instante en que abandonara su hogar.

Avanzaba en tierra de nadie. Desde luego era muy extraño que Liedhel hubiera tomado ese camino, pero era la única pista que tenía. Mientras caminaba, Hard pensó en todo lo que había sucedido esos últimos días y desde luego no era propio de la elfa irse de esa manera ella sola y mucho menos, secuestrando a una pobre niña.

Tras un par de horas de marcha se detuvo. En ningún momento había encontrado rastro alguno, ni de Liedhel ni de ninguna otra criatura. Nada. Frente a él, se divisaban las Montañas Nubladas e incluso se podía distinguir la silueta de la torre de Orthanc. El terreno comenzaba a tornarse rocoso y el oso se detuvo. Era una situación un tanto extraña, un oso caminando por los límites de La Marca de los jinetes. Tras varios minutos de descanso, y cuando estaba a punto de reanudar la marcha, observó dos figuras a caballo que cabalgaban más o menos en su misma dirección. Se quedó oculto entre unas rocas y esperó...

Athon

Athon y Gruda cabalgaron siguiendo los rastros que el cazador había encontrado. A una señal de éste, ambos desmontaron. Parecía haber encontrado algo.

Gruda: Han pasado por aquí.

El rohirrim asintió y se dispuso a montar de nuevo, pero Gruda desenvainó su espada mientras hacía ungesto para que Athon callara y no se moviera.

Gruda: ¿Has oído eso? Creo que venía de allí - dijo señalando a la espalda de Athon.

Athon: ¿Dónde? ¿Qué has escuchado? - El caballero sacó su propio arma y se giró en la dirección que le señalaba el cazador.

Hard

Desde su posición, a un centenar de metros, a Hard le fue imposible escuchar la conversación, pero veía claramente a Athon y a Gruda. También pudo ver, sorprendido, como el cazador atacaba por la espalda al hombre de Rohan...

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Off-rol:

Listo, las cosas se ponen feas... Hard está suficientemente lejos para no ser visto, pero si sale de su escondite, es muy probable que Gruda vea el oso.

Otra cosa, estando solo, al tranformarse en oso, dudo bastante que puedas llevar encima armas o armadura, así que ten mucho cuidado. Gruda es muy luchador...

Suerte.

(RESPUESTA HARD)

Hard se dirigió al oeste, como había sugerido Gruda, pero le extrañó mucho el no haber encontrado ninguna pista ni rastro de la elfa. Lo más importante para el beórnida era encontrar a la que había sido su compañera de viaje desde casi el mismo instante en que abandonara su hogar. Quizá era hora de cambiar de rumbo, no parecía que hubiera ido por ese lado. Que extraño, un experimentado cazador equivocandose al rastrear algo fácilmente rastreable como podian ser unas marcas bajo una ventana?

Tras un par de horas de marcha se detuvo. En ningún momento había encontrado rastro alguno, ni de Liedhel ni de ninguna otra criatura. Nada. Frente a él, se divisaban las Montañas Nubladas e incluso se podía distinguir la silueta de la torre de Orthanc. El terreno comenzaba a tornarse rocoso y el oso se detuvo. Era una situación un tanto extraña, un oso caminando por los límites de La Marca de los jinetes. Tras varios minutos de descanso, y cuando estaba a punto de reanudar la marcha, observó dos figuras a caballo que cabalgaban más o menos en su misma dirección. Se quedó oculto entre unas rocas y esperó...

Vio que esas dos figuras eran Athon y Gruda, ellos también venían en ese camino, pero no podía mostrarse, no

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en esa forma. Parecía que hablaban, pero no podía escuchar las palabras. Vio que Gruda señaló a la espalda de Athon y cuando éste se giró se dispuso a atacarlo por la espalda.

“Maldito traidor, no es un noble cazador, es un asesino traidor. Pero en esta forma es poco probable que pueda hacerle algo. Aunque no quiero dejar a Athon a merced de Gruda. Podría dar un gruñido bien fuerte que alertase a ambos, eso los atraeria a mi dirección, luego los conduzco mediante gruñidos al poblado, quizá allí no pueda atacar a Athon.”

Así hizo, aunque su plan no fuera infalible, sabía que podían simplemente llegar a donde estaba el oso o no hacer caso y que Athon pereciera, pero no podía enfrentarse directamente a Gruda. Huyó de vuelta al poblado, hacia el este. No se paró a ver que le siguieran, simplemente gruñó hasta que estuvo a una distancia suficiente para que el pueblo no le escuchara y se volvió a esconder, tenía que decidir a donde ir. Al oeste no había ido, al este era poco probable, los orcos campaban a sus anchas cerca de Emyn Muil. Al norte, lo dudaba, no podía haber vuelto a Lorien ella sola y no tenía idea de donde estaba la ciudad que buscaban. Solo quedaba el sur, pero, porqué hacia el sur?

Dado que no tenía por donde buscar, fue hacia el sur a buscar algun rastro de la elfa, aunque fuera poco probable encontrarlo. No podía parar de pensar en lo que vio en la llanura, si Gruda no era una persona honrada entonces el ataque de los orcos y la “buena fe” de Gruda era falso. Entonces... Gruda era aliado de los orcos y la niña quizá estaba hipnotizada para que le sirviera, que crueldad.

Bueno, primero de todo hacer el plan que puse en los pensamientos. Aunque no creo que salga bien, no es recomendable atacar estando en esta forma, la efectividad de los golpes está algo limitada.

La dirección la he decidido completamente al azar, luego adaptado el texto intentando encontrar razones para descartar.

Espero que me sigan, sino voy a tener que cargar con la muerte de Athon, aunque su dueño este out

TURNO 15

Gruda atacó por la espalda al caballero rohirrim. Athon no esperaba eso, ni mucho menos, y no pudo hacer nada por evitarlo. Recibió una herida considerable que le hizo tambalearse hasta el punto de estar a punto de dar con sus huesos contra el suelo. El golpe fue tremendo y letal. Athon, en un alarde de pundonor y valor sin límites, y aprovechando un segundo de bacilación de Gruda, consiguió girarse para enfrentarse a su verdugo y plantarle cara con su arma, pero el combate estaba ya decidido...

Hard soltó un fuerte gruñido con la intención de llamar lo suficiente la atención de los hombres para que cesaran la lucha. Sólo logró que Gruda se girara hacia su posición, extrañado, el tiempo suficiente para que Athon se girara. Pero el falso cazador no se inmutó ante el gruñido y soltó una nueva estocada contra su oponente. Athon, aturdido y desorientado por el primer ataque, nada pudo hacer. Sus reflejos habían desaparecido y con ellos cualquier opción de defensa ante los golpes de su diestro rival. Sólo tuvo tiempo para agradecer su momentanea distracción que le permitió morir luchando y no ejecutado por la espalda. Con su último aliento de vida, una gran herida en la espalda y otro feo corte en un costado, levantó la espada heredada de su padre y realizó lo más parecido a un ataque que le permitieron sus mermadas fuerzas. El débil golpe fue esquivado sin problemas por Gruda, que contraatacó con virulencia, asestando un tercer golpe, esta vez definitivo, sobre el caballero.

Las manos de Athon ya no pudieron sujetar la espada, que golpeó el suelo con un característico sonido. Athon bajó la vista, muy nublada y vio que la mitad del arma de su rival estaba oculta dentro de su propio pecho. Con un esfuerzo titánico, alzo la vista y clavó sus ojos en los de un satisfecho Gruda, para luego cerrarlos para siempre. El cuerpo sin vida de Athon, el valeroso caballero de Rohan, se desplomó pesadamente quedando poco después sobre un charco rojo.

El oso corría en la misma dirección que le había llevado hasta el lugar donde Athon encontró la muerte, pero en sentido contrario, de regreso a la aldea. Pero Hard no volvió la vista atrás y fue ajeno a todo lo sucedido. Sin embargo, estaba totalmente seguro de que su compañero de viaje las últimas jornadas, había fallecido bajo la espada del traidor Gruda. Dos pérdidas en apenas unas horas... Tras varios minutos de carrera se detuvo para confirmar que nadie le seguía. Eso confirmaba, sin dudas, sus sospechas. Pensando en las posibilidades, comenzó a descartar opciones y decidió dirigirse al sur, a las profundidades del reino de Rohan. Hard, en su forma animal, caminó con tristeza sin rumbo fijo. En su memoria quedaba Athon, un valiente y aguerrido luchador, pero también estaba Liedhel, la elfa a la que había aprendido a apreciar y a la que debía encontrar cuanto antes...

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Off-rol:

Norenche, este turno ha sido más bien un homenaje a Athon... He tardado en postear en un último intento

de buscar sustituto decente para él, sin éxito.

En fin, que al menos durante algunos turnos más irás solito. Esto te dará opción de desarrollar más tu PJ, y a partir de ahora, no demoraré tanto mis respuestas, con lo que avanzaremos más la trama. De hecho, con la

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Semana Santa, la partida anda bastante parada, pero supongo que es normal en esta época y pronto todo volverá a la normalidad...

(RESPUESTA HARD)

Hard vio como Gruda atacaba a Athon por la espalda, lo único que podía hacer era distraer a Gruda y atraerlos hácia él. Hard soltó un fuerte gruñido con la intención de llamar lo suficiente la atención de los hombres para que cesaran la lucha. Sólo logró que Gruda se girara hacia su posición, extrañado, el tiempo suficiente para que Athon se girara. Pero el falso cazador no se inmutó ante el gruñido y soltó una nueva estocada contra su oponente. Athon, aturdido y desorientado por el primer ataque, nada pudo hacer. Hard eso no lo sabía de seguro, pero habiendo visto todo aquello se lo podía imaginar.

Corrió y corrió hasta que no pudo mas. Tras varios minutos de carrera se detuvo para confirmar que nadie le seguía. Eso confirmaba, sin dudas, sus sospechas. Dos pérdidas en apenas unas horas... Ahora solo tenía una misión, encontrar a Liedhel. Pero sobre su conciencia cargaba con la muerte de Athon, aunque no fuera él quien lo había matado. Algún día Gruda pagaría por aquello que hizo. Hard, en su forma animal, caminó con tristeza sin rumbo fijo. En su memoria quedaba Athon, un valiente y aguerrido luchador, pero también estaba Liedhel, la elfa a la que había aprendido a apreciar y a la que debía encontrar cuanto antes...

Fue caminando hacia el sur, como había decidido. El ir transformado en oso, pese a ser un territorio con quizá pocos osos, le ayudaría a pasar mas desapercibido ante los ojos de un explorador orco y si lo atacaban serían un grupo reducido pensando en comer que seguro no se esperarían un oso con ganas de venganza. Pero eso poco le importaba, Liedhel era mas importante para él en ese momento. Incluso prefería andar en busca de la elfa que luchar, cosa extraña en un bashkar como era él.

Andó durante horas, sin esperanza de encontrar rastro de la elfa, ya habiendo pasado tantas horas desde que marchara. Pero siempre había la posibilidad de encontrar alguna pista que dejara abandonada o algún lugar donde durmiera un poco.

La cabeza la tenía llena de pensamientos. Imágenes de Athon siendo atacado por el rastrero de Gruda, Liedhel la noche antes de desaparecer. Pero tambien los buenos momentos, las cenas a la luz de las estrellas con apenas un conejo mal cocinado mientras reían o charlaban. Aquél primer encuentro entre el beórnida y la elfa. La mirada nostálgica de la elfa al hablar de alguien en los Puertos Grises, sin saber donde éstaban éstos.

Eran mas los bellos recuerdos que los tristes, pero le afectaban mas éstos últimos. Vio el encuentro con Radagast en su mente, la misión. Tambien aparecían los combates que compartieron, el descubrimiento de alguien entre los cadáveres. La carga y la posterior visión de orcos despedazados por los suelos y el encuentro con Athon. El troll que luchó mientras era un oso. Y aquellos orcos que atacaban a Gruda... Y si Gruda estaba con los orcos y era una treta para entrar en Rohan? Seguro que era eso, un hombre honrado no atacaría a alguien por la espalda y Gruda no era precisamente alguien honrado. Seguro que estaba con los orcos.

Bueno, aqui esta el turno, he empezado un pequeño desarrollo del personaje, a ver que sale, quizá Hard está enamorado de Liedhel y no lo sabe xDDDD

TURNO 16

Hard vagaba por Rohan en su forma animal absorto en sus propios pensamientos, hasta tal extremo, que cuando quiso darse cuenta, llevaba horas caminando sin rumbo fijo. Incluso se había olvidado por completo de un detalle: iba desarmado. Había dejado todas sus pertenencias cerca de la aldea maldita, entre unos arbustos, instantes antes de transformarse en oso. Dudó por un momento. Algo le empujaba a regresar por sus cosas, no por su valor material, que era bastante escaso, pero si porque si había de enfrentarse, a lo que parecía, un gran guerrero como Gruda, sin sus armas no tendría muchas opciones de victoria. Pero por otro lado, se había alejado demasiado en dirección más o menos sur y antes había viajado al oeste siguiendo el supuesto rastro de Liedhel y la niña. Sin duda estaba muy lejos y quizás algo desorientado. Le costaría demasiado tiempo regresar y sin embargo no tenía muchas más opciones. O eso, o seguir caminando en un desesperado intento de dar con la elfa maga...

El sol estaba en su posición más alta y el oso Hard se encontraba en medio de la nada. Miró a su alrededor.

Tiradas: Hard (percepción) = 100 (casi éxito)

No estaba nada seguro de lo que le mostraban sus ojos, pero sin duda hacia el sureste, a no demasiadas millas, había algo, tal vez una ciudad. En todo caso se trataba de algún tipo de construcción. Allí podría conseguir un arma y algo de ropa, pero si aparecía desnudo y sin dinero... no sería sencillo conseguir tales cosas. Estaba en una situación un tanto comprometida. Podía seguir vagando sin rumbo fijo aparente, también podía regresar por su equipo, aunque le costara el resto del día hacerlo. Por último podía probar suerte en la ciudad o lo que quiera que fuese aquello, pero debería andarse con mucho cuidado.

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Off-rol:

Bien, ciertamente es una situación compleja para Hard. Sin sus cosas lo tendrá complicado tarde o temprano, pero regresar supone perder bastante tiempo. A ver qué haces...

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(RESPUESTA HARD)

Hard, por culpa de su descuido, no se dio cuenta que iba desarmado. Lo tenía todo junto al poblado donde Liedhel desapareció. Pero estaba demasiado lejos para volver, y si lo hacía perdía todo el dia y habría caminado en vano. Pero entonces vio en la lejanía una estructura o algo. Quizá allí habría algo de ropa. Quizá si se acercaba en su forma osedna podría robar algo con que cubrirse y luego ya siendo humano poder conseguir ropa decente y un arma.

Aunque había un pequeño inconveniente, no tenía nada, ni dinero. Si quería conseguir algo de ese lugar debía robarlo primero. Aunque tampoco estaba seguro de que fuera una ciudad. Pero dada la distancia que había recorrido pensó que sería la mejor opción ir a ese lugar. Pero debía idear un plan para que no le descubrieran. Podía esperar al anochecer e intentar conseguir algo con que cubrirse para luego intentar "tomar prestada" ropa algo decente y un arma. Sabía que robar no era correcto, pero era su única opción viable.

Se puso en camino hacia el edificio hasta poder ver con mas claridad que era. No sabía que podía ser, pero esperaba que no fuera un fortín lleno de orcos, podría ser un problema para encontrar lo que buscaba, aunque en caso de robar no sería ningun acto malvado. Siguió adelante mientras de vez en cuando su mente viajaba de Athon a Liedhel y al rato cambiaba a su actual situación mientras intentaba pensar como terminaría consiguiendo lo que necesitaba.

Además todavía no había encontrado a Liedhel ni nada de ella. Algo debía hacer pero con sus habilidades encontrar el rastro de una elfa puede ser muy dificil...

Bueno, como te prometí aqui esta el turno. A ver como termina, me ha costado decidirme, estaba en una

situacion algo comprometida

TURNO 17

El sol estaba a punto de desaparecer por el horizonte cuando Hard alcanzó a ver con exactitud qué era aquello que vio en la lejanía. Se trataba de una pequeña granja o, al menos, lo que quedaba de ella, pues se encontraba en un estado lamentable de conservación. Parecía haber sido abandonada hacía varios años y desde luego hacía tiempo que nadie pasaba por allí. La granja estaba compuesta por un granero medio destartalado, un pequeño gallinero, unos establos, un pozo y una cabaña. Los establos y el gallinero estaban completamente vacíos y muy sucios. El almacén para el grano apenas tenía un poco de paja y algo de leña seca y medio podrida. Entre la leña, Hard encontró un hacha de leñador. La herramienta estaba algo oxidada y un poco mellada, pero sin duda sería lo más parecido a un arma que encontraría allí.

Con ganas de volver a su forma natural, se transformó de nuevo y sopesó el hacha. Si, le sacaría de algún apuro, pero desde luego no era como las armas que acostumbraba a manejar.

Examinando el resto de la granja, comprobó que el pozo estaba seco. Seguramente, la granja fue abandonada por esa circunstancia. Por último, se dirigió a la cabaña. Su puerta colgaba de uno de sus goznes. El porche crujió bajo las pisadas del hombretón, pero resistió su peso. En el interior, la escena era desoladora. Los escasos muebles que no se habían llevado de allí, estaban en un estado ruinoso y el olor en su interior era un poco nauseabundo. Casi instintivamente, hard se llevó la mano a la cara en un intento de tapar lo más posible boca y nariz. Era un olor a moho y podredumbre, unido seguramente, a algún pequeño animal muerto. Ni rastro de ropas, aunque si localizó un par de mantas viejas algo raídas y los restos de una capa hecha jirones. La granja, no obstante, parecía un buen lugar para pasar la noche, no la casa, pero si el granero. Ya de noche, se recostó entre las pajas y utilizó una de las mantas, previamente sacudida de suciedad, para taparse.

Tiradas: Hard (Percepción) = 118

Algo despertó al beórnida. No podía calcular el tiempo que había pasado, algunas horas seguramente. Volvió a escucharlo. Pasos o ruidos de algún animal allí, en la misma granja donde descansaba...

----------- Off-rol:

A efectos de juego, el hacha de leñador es un arma -10 debido a su mal estado. Además, se trata de una herramienta y no un arma, por lo que si se usa como arma a dos manos (que es la habilidad que tiene Hard), habría que aplicar otro -20, siendo generoso... Esto hace, en total, un -30. Por último, como es lógico, no puede hacer el mismo daño que un hachón a dos manos, con lo que el máximo resultado posible será de 140 (sobre los 150 de la tabla).

El capítulo está a punto de terminar, seguramente en el próximo turno...

A ver qué haces ahora... El ruido ha sonado cercano, tal vez detrás del granero. No hay ventanas.

(RESPUESTA HARD)

Llegó a la construcción, que resultó ser una granja abandonada. No había caído en esa posibilidad, pero de todas era la mejor, era mejor que encontrar orcos o una construcción habitada por humanos de Rohan. No

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creyó que pudiera encontrar nada, pero no desistió. Una vez ya en su forma humana exploró un poco el lugar, encontró un hacha de cortar leña, no era muy adecuada para el combate, pero era mejor eso que nada. Además también encontró unas mantas viejas y una capa raída, con eso quizá podría hacerse algo con que cubrirse.

La casa no era muy segura, pero sí el granero así que fue a dormir allá, esperaba que las mantas cubrieran algo y quizá al día siguiente podria hacerse algún apaño. Durante la noche algo le despertó. Era un sonido cercano, pero proviniente de fuera del granero, de detrás de éste. Pasos o ruidos de algún animal allí, en la misma granja donde descansaba...

Cogió presto el hacha y olvidando la ropa se dirigió lentamente e intentando no hacer ruido al exterior. Estaba preparado para cualquier cosa, y en caso de ser un animal podría servirle para obtener comida y quizá pudiera despellejar al animal para procurarse algo de abrigo. Era el momento de probar si servía para algo esa hacha...

Bien, turno corto, pero creo que mucho más no podía hacer. El plan es intentar ver al enemigo antes de que me vea, entonces lanzarme a la carga y entrar en frenesí, por lo que no debo preocuparme de la armadura (en frenesi tengo la misma que sin él xD). En caso de ser un animal, pues intentar despellejarlo, la piel animal abriga bastante. En caso de no ser animal, pues ya veré que hago.

TURNO 18 El sonido en el exterior del granero continuaba cuando Hard se dirigió a la entrada, sin más posesión que el hacha de leñador recién encontrada.

Tiradas: Hard (Acechar) = 61 ¿? (Percepción) = 122 Hard (Percepción) = 115

El movimiento silencioso no era una de las virtudes de Hard que, cuando llegó al exterior, descubrió asombrado a Liedhel a punto de entrar en la cabaña. Pero a escasos metros de su propia posición estaba Gruda, el cazador que traicionara a Athon atacándole or la espalda. En su brazo izquierdo llevaba un escudo y nada más darse cuenta de la presencia de Hard, comenzó a desenvainar su espada. El beórnida se abalanzó hacia él, balanceando su hacha y gritando para alertar a la elfa del peligro.

Hard: ¡Liedhel!

Tiradas (asalto 1): Hard (Frenesí) = 149 (éxito) Iniciativas: Hard = 21 Gruda = 19 (se pasa la mitad) Hard vs Gruda (Hacha leñador) = 89 ----> 26 pv Gruda vs Hard (Espada ancha) = 95 ----> 13CS * 38 ----> 2 pv, 2 pv/asalto

A voz en grito, la carga de Hard llegó antes de que Gruda estuviera del todo preparado y pudo ser el primero en golpear. El hacha alcanzó el pecho de su oponente, pero la cota de malla de éste, detuvo en gran medida el impacto. La respuesta de Gruda no se hizo esperar y su espada encontró la pierna izquierda de Hard provocando una pequeña hemorragia. Liedhel, alertada por el grito, se detuvo antes de entrar en la cabaña, girándose hacia la pelea y avanzando lentamente hacia ella.

Tiradas (asalto 2): Iniciativas: Hard = 20 Gruda = 15 (se pasa la mitad) Hard vs Gruda (Hacha leñador) = 78 ----> 18 pv Gruda vs Hard (Espada ancha) = 118 ----> 20DS * 87 ----> Punto de destino * 20 ----> 2 pv, pierde iniciativa

Hard manejaba su improvisada arma todo lo bien que podía y, pese a la excelente defensa de su rival, volvió a golpearle con violencia, aunque sin daños críticos. En su contraataque, Gruda demostró ser un gran luchador. Su espada se coló, con mucha colocación, acertando en el costado de Hard. Sin duda fue un golpe ganador pero, milagrosamente, no acabó con la vida del hombre oso y sólo le causó un pequeño rasguño.

Liedhel, que se había acercado bastante, preparaba un hechizo y se disponía a lanzarlo en breve. Aunque Hard no se dió cuenta de tal detalle, la actitud de la elfa era demasiado tranquila dadas las circunstancias.

Tiradas (asalto 3): Liedhel vs Hard (Hechizo - Rayo de luna) = 91 ----> 9BI * 92 ----> Punto de destino * 44 ----> 9 pv Gruda vs Hard (Espada ancha) = 94 ----> 12CK * 06 ----> 3 pv Hard vs Gruda (Hacha leñador) = 80 ----> 18 pv

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De la palma de la mano de la elfa surgió un rayo negro como la noche que se dirigió directamente a Hard. El impacto le hizo perder el equilibrio, momento que aprovechó Gruda para asestar un nuevo ataque con su espada, pero en esta ocasión, no fue tan bueno como los anteriores. A Hard le llovían los golpes y, gracias solamente a su estado de frenesí, se mantenía en pie dispuesto a todo. De nuevo su hacha golpeó a Gruda y una vez más, su armadura y su gran defensa, evitaron males mayores...

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Off-rol:

Dejo el combate a medias por dos motivos: - El primero es por si se te ocurre alguna gran idea de cómo salir bien parado, aunque ten en cuenta que estás en frenesí... - El segundo es para que subas de nivel (por si te es de ayuda).

Como ves, la batalla está harto complicada y es que, claro... Hard se enfrenta aun oponente cuyo ataque es similar, pero que tiene escudo, armadura y se esta defendiendo... Además Liedhel, que como supongo imaginaste, no es Liedhel, está dispuesta a todo...

Suerte...

(RESPUESTA ATHON)

Las cosas estaba difíciles para Hard. Gruda, el asesino de Athon estaba a unos metros de él y más adelante se encontraba Liedhel. Seguro que intentaría matarla... Sin pensarselo dos veces se lanzó a la carga gritando mientras la furia asesina le poseía para acabar con Gruda. Atacó una y otra vez mientras Gruda devolvía los ataques con gran maestría, era un enemigo formidable.

Derrepente notó un ataque en su cuerpo, un ataque mágico proveniente de la maga... Liedhel no podría hacer eso... entonces... era una aliada de aquél que mató al rohirrim!

Hard tenía la mente hecha un lío, tenía que actuar rápido, pero el frenesí berserker que lo poseía no le permitía pensar con claridad, en un acto de increíble iluminación para el estado en que estaba se le ocurrió una idea un tanto arriesgada. Si conseguía darle al cazador en donde mas duele tenía alguna posibilidad de terminar vivo el combate...

Es un turno muy corto, pero que me ha costado lo suyo decidir que hacer... Al final lo que hago es darle un hachazo en la entrepierna a Gruda (si, asi de claro) y luego rematarlo mientras se retuerce de dolor (y si no se retuerce de dolor despues de un hachazo en los huevos apaga y vamonos) y luego ir a por la maga.

De todas las opciones es la mas factible creo yo.

Como me gustaria tener un boton de Save y poder volver atras en caso de muerte

Es hora de rezar...

TURNO 19

Las cosas no iban bien para Hard. Sus ataques eran violentos, pero ni su rudimentaria arma, ni la armadura y defensa de su oponente, le ayudaban a lograr la clara victoria a la que estaba acostumbrado. Su estado bersek no había sido todo lo efectivo que hubiera deseado...

Tiradas (Asalto 4): Hard (Frenesí) = 114 (éxito) Iniciativas: Hard = 19 Gruda = 17 (Se pasa la mitad) Liedhel vs Hard (Hechizo - Rayo de luna) = 133 ----> 14BI * 62 ----> 10 pv, aturdido sin parar el próximo Hard vs Gruda (Subyugar - golpe a la entrepierna) = 24 (fallo) Hard vs Gruda (Hacha de leñador) = 61 ----> 3 pv Gruda vs Hard (Espada ancha) = 83 ----> 9 pv

Hard salió de su estado de frenesí, en un intento desesperado. Su intención era golpear donde más duele a Gruda. Antes, la falsa Liedhel lanzó un nuevo hechizo contra él. Un nuevo proyectil oscuro surgió de la palma de su mano y golpeó de lleno en la espalda del beórnida. El fuerte impacto le hizo tambalearse, pero su hacha ya había iniciado el movimiento. Pese a sus esfuerzos, no logró colocar su golpe como pretendía y apenas rozó a su adversario.

Por su parte, Gruda se vió algo sorprendido al comprobar que su oponente era ahora más ágil. La espada del traidor causó un débil corte en el brazo izquierdo de Hard, aunque no tuvo más consecuencias.

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Tiradas (Asalto 5): Hard (Maniobrar aturdido) = -21 Liedhel vs Hard (Hechizo - Rayo de luna) = 131 ----> 14BI * 07 ----> 2 pv Gruda vs Hard (Espada ancha) = 139 ----> 27ES * 87 ----> Punto de destino * 72 ----> 8 pv, aturdido 6 asaltos, -70

El anterior ataque de la maga dejó a Hard algo mareado. Estaba desorientado y no pudo hacer nada para evitar un nuevo impacto desde la distancia y su vista, nublada temporalmente, no se percató de cómo la espada de Gruda le rasgaba músculos y tendones de su muslo derecho. El dolor fue tan intenso que no pudo evitar soltar un aullido al sentir que algo se desgarraba en su pierna y apenas podía soportar su propio peso. Era el fin.

Liedhel: Jajaja. Quiero que sepas, antes de morir, que no estarás sólo allá donde vayas. Tus amiguitos, el rohirrim y la elfa, te estarán esperando.

Gruda unió su risa a la carcajada de la maga, pero mantuvo la vigilancia y se dispuso a descargar su espada nuevamente en el ya débil cuerpo de Hard.

Tiradas (Asalto 6): Hard (Maniobrar aturdido) = 120 (éxito) Iniciativas: Hard = 22 Gruda = 18 (Se pasa 20) Hard vs Gruda (Hacha de leñador) = 41 ----> nada Gruda vs Hard (Espada ancha) = 146 ----> 26ES * 88 ----> 15 pv, Muerte

Con gran pundonor, Hard se sacudió su aturdimiento. En esta ocasión no hubo más ataques mágicos desde la distancia y aún pudo soltar su hachazo antes de que Gruda realizara su propio ataque. Sin embargo, con la pierna destrozada, bastante tuvo con intentarlo y su arma no encontró su objetivo.

Gruda se giró hacia un lado esquivando sin dificultad el arma de Hard y atacó nuevamente con su espada las piernas del bashkar. El golpe fue terrible y amputó, limpiamente, la pierna de Hard por debajo de la rodilla. Expiró un leve gemido y cayó como un peso muerto sobre el frío suelo, casi inmóvil. Gruda le miraba satisfecho desde arriba mientras su compañera se situaba a su lado y en su rostro se dibujaba una mueca de crueldad. Entonces, Gruda se dispuso a rematarle, pero le detuvo el brazo de la maga disfrazada de Liedhel.

Liedhel: Que sufra, que su muerte sea agónica - dijo con regocijo.

Gruda: Ha luchado valerosamente. Sin duda debe morir, pero no así.

Ella le miró con incredulidad, pero finalmente se encogió de hombros. Hard agonizaba. Sus ojos observaron a Gruda dando un paso hacia él, vieron como acercaba su espada a su pecho desnudo y después se cerraron para siempre mientras el acero atravesaba su corazón.

--------------------- Off-rol:

Lo lamento Norenche, pero ha sido el fin de Hard. Si así lo deseas, puedes poner un último turno.

(RESPUESTA HARD)

Hard lo tenía muy difícil, era algo complicado, pero quiza de salir bien podía salir vivo de aquello. Pero las cosas no iban como había planeado, su golpe había fallado y la maga le había dado en al espalda... Pornto estaba inconsciente y recibía golpes.

Liedhel: Jajaja. Quiero que sepas, antes de morir, que no estarás sólo allá donde vayas. Tus amiguitos, el rohirrim y la elfa, te estarán esperando.

Aquellas palabras le turbaron, tambien había matado a Liedhel ya poco sentido tenía su busqueda, solo la venganza... Cuando consiguió recuperar la conciencia intentó golpear a Gruda, pero éste esquivó a Hard y le dio la ultima estocada.

Hard: Lo siento... os he fallado, yo...

Su voz se apagó, el dolor no le dejaba pensar con claridad y la voz le fallaba. Pero pudo escuchar las ultimas palabras de la falsa Liedhel y Gruda.

Liedhel: Que sufra, que su muerte sea agónica - dijo con regocijo.

Gruda: Ha luchado valerosamente. Sin duda debe morir, pero no así.

Ella le miró con incredulidad, pero finalmente se encogió de hombros. Hard agonizaba. Sus ojos observaron a Gruda dando un paso hacia él, vieron como acercaba su espada a su pecho desnudo y después se cerraron para

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siempre mientras el acero atravesaba su corazón. Al menos habría muerto luchando por sus amigos y no a traición. No tenía nada ya que le atara a la vida...

Sigh... bueno, ha sido un placer tenerte como master...

2-B: LA MISIÓN DE RADAGAST TURNO 1 (Valandil, Belegar, Erbill y Simon)

Tras la señal de Valandil, Jotumm sacó su hacha y con un rápido movimiento atacó a quienquiera que estuviese a su derecha. Eso implicaba que el errante debía disparar al orco que se aproximaba tímidamente.

Evidentemente aquel paladín no había nacido para moverse en silencio. Mientras Erbill avanzaba sigilosamente hacia el explorador piel verde, Simon creyó escuchar un ruido a su izquierda y se puso alerta preparando su onda.

Tiradas (asalto 1): Erbill (acechar) = 148 Orco#1 (percepción) = 68 Valandil (percepción) = 79 Jotumm (percepción) = 63 Simon vs Jotumm (honda) = 07 (SM) Jotumm vs Belegar (hacha) = 98 ----> 8pv Valandil vs orco#1 (arco corto) = 88 ----> 2AP * 39 ----> 1 pv/asalto

Jotumm atacó por sorpresa a una desprevenida figura de negra armadura.

Simon: ¡Cuidado Belegar!

De ho haber sido por su compañero hobbit, el resultado del ataque del joven montaraz hubiese sido bien distinto, pero el grito de Simon permitió a Belegar que, instintivamente, levantara su escudo. Detuvo el golpe pero quedó un poco contusionado.

Por su parte el grito del mediano desconcentró a Valandil y alertó al orco pero pese a todo la flecha alcanzó al explorador causándole una pequeña hemorragia. ¿Belegar? Vaya casualidad, pero hemos perdido toda la sorpresa.

Simon Brandigamo quiso lanzar una piedra al atacante de su compañero, pero no cargó bien el proyectil y no puedo disparar.

El orco que hacía de avanzadilla frenó en seco su marcha y se quedó paralizado durante un segundo para acto seguido gritar en lengua negra. Se agachó llevando su mano a la herida de flecha y retrocedió lentamente, totalmente ajeno a la sombra que se le aproximaba en absoluto silencio.

Tiradas (asalto 2) Erbill vs orco#1 (subyugar) = 161 (éxito) Orco#1 (TR vs nivel 9) = 29 (fallo) Erbill (muerte silenciosa) = 96 (casi éxito) Grupo de las antorchas (alerta) = 43 (fallo)

Aquel orco no vio al humano que salía de la nada y le agarraba con fuerza desde atrás tapando su boca con una mano. Intentó zafarse sin éxito y apenas pudo soltar un suspiro mientras la punta de un main gauche le rebanaba su sucio cuello. Erbill dejó caer el cuerpo con tal suavidad que parecía flotar entre sus brazos.

Otros dos orcos y sus acompañantes comenzaron a moverse desapareciendo de la vista y arrojando sus antorchas al suelo. La situación se había igualado bastante en fuerzas pero el elemento sorpresa había desaparecido.

De todos los presentes, únicamente el errante había visto como un humano surgido de las sombras había acabado con el explorador. Ahora, esperando acontecimientos, se preparaba para realizar un hechizo. Jotumm, el montaraz y Belegar se observaban con incredulidad mientras el pequeño Simon desenredaba su honda indeciso.

----------------

Off-rol: Buenos chicos, así están las cosas.

Dadas las circunstancias, he preferido cortar el combate para que podáis describir vuestras acciones a partir de este punto.

Únicamente Rittmann había descrito qué hacía Valandil en caso de combate (hechizos, pasarse a la

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defensa...). Thorontir también había comentado algo del explorador (creo que a Erbil le ha salido perfecto). El resto nada o casi nada.

Ritt, si sigues queriendo hacer los mismos hechizos con Valandil, perfecto. Aunque tal vez, después de una (rapidísima) presentación, queráis cambiar algo. Después de todo las condiciones han cambiado radicalmente. Para empezar no veis a ninguno de los cuatro.

El enemigo no ha detectado a Erbill, pero sabe donde está el resto, aproximadamente y en este instante.

El plano no es muy bueno pero es lo más decente que he encontrado de las ruinas de Annúminas. Espero que aclare algo las cosas.

Nota aclaratoria: Al saltar la alarma, los dos orcos que quedaban y sus acompañantes, se han retirado soltando las antorchas. Por tanto la zona marcada como Enemigos está algo iluminada pero desde vuestras posiciones no les veis.

Suerte

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(RESPUESTA ERBILL)

Perfecto, siplemente perfecto. El orco no habia notado nada, habia sido una muerte fácil. Casi le habian resultado más sencillas las pruebas allá en Tharbad, claro que eso era distinto. O quizá no tanto, pero ahora no importaba. Habia oido a Simón gritar a Belegar, por lo que supuso que podia hallarse en problemas, pero lo cierto es que Belegar habia demostrado saber cuidarse solo. Bien, la paciencia es clave para un buen pescador. Así que seremos pacientes. Muy pacientes...

Resguardando el main gauche entre sus ropajes, para que un reflejo de los destellos lunares no lo traicionasen, Erbill se volvió a internar en las sombras. Decidió intentar localizar algun otro enemigo, y repetir la misma taáctica, cuantas veces hiciese falta. Uno a uno, podia acabar con tantos orcos como hubiese en los alrededores. Solo tenia que procurar que no lo descubriesen, claro. Lo cual implicaba sobretodo estar alerta con respecto a la zona de luz que veia, aunque la muerte podia llegar desde cualquier parte. Como él. La oscuridad me acuna y me protege, y no hay más poderoso aliado, cuando uno aprende a utilizarla...

_____

acecharé en la oscuridad hasta que pase otro enemigo. En principio no lo dejaré hasta que este razonablemente seguro de que no quedan enemigos cerca, o escuche a Simon o Belegar pidiendo ayuda

desesperadamente. Si la piden, pero no parece demasiado preciso, me haré el loco

(RESPUESTA VALANDIL)

Valandil maldijo la suerte que hiciera que el paladín y sus compañeros surgieran a la hora de desbaratar su plan de emboscar a los orcos, pero a la vez agradeció el no tener que enfrentarse al peligro a solas con Jotumm. Siendo algunos más, sus opciones de salir con vida crecerían, y mucho.

Valandil era consciente que perdido el factor sorpresa debían atacar deprisa y eficazmente o corrían un serio riesgo de ver la emboscada invertida. Gritar a Belegar y los suyos para coordinar un ataque sólo sería empeorar las cosas por su parte, así que a Valandil sólo le quedaba una opción: seguir oculto y lanzarse contra sus enemigos por su cuenta. Belegar ya se encargaría de liderar a los suyos en combate abierto. Concentró su voluntad, y se rodeó con un manto de sombras que con la oscuridad de las ruinas le convirtiera en prácticamente invisible.

Ejecuto el conjuro de nv4 de Ocultación, Sombras, y me preparo para emboscar

"Ahora es hora de ir a por ellos... A mi manera" - pensó el Errante, recogiendo su arco. Nunca había sido un gran arquero, y dadas las circunstancias creyó mucho mejor el sacar sus armas. Avanzando con todo el sigilo del que era capaz a través de las ruinas a su espalda, se acercó dando un rodeo hacia los enemigos. Esperaba poder acercarse desde su espalda, y aprovechar su oscura forma sumada a la cobertura de los edificios en ruinas para coger a alguno de ellos desprevenido. Habiendo más combatientes de los enemigos en la zona, si lograba aguantar oculto hasta que el enemigo avanzase en su dirección, podría acabar con alguno con rapidez. Pensó en el hombre de la capa, o en el alto y grandote guardaespaldas.

Y con aquellos pensamientos en mente, tensó su cuerpo y relajó su mente para concentrar su voluntad. Sus sentidos de batalla se agudizaron, sus músculos se prepararon, y el Errante estuvo al fin listo. Al fin había llegado la hora de demostrarse a sí mismo que los años pasados en los Puertos entrenando habían valido la pena.

Pues vamos a estrenar las habilidades de Errante. De Arma Noble, ejecuto los conjuros de nv2 y 3 (el primero, para pasar % a la parada después del primer ataque por sorpresa - un 30% que se convertirá en un 45% -, y el segundo para que la emboscada tenga un +5 a los rangos de emboscar). Y para poder mejorar el ataque por sorpresa a la carga, caeré sobre el enemigo por el que me decante usando un Salto Largo I, de Mejoras del movimiento: caer desde 15 metros de largo o 6 de alto espada en mano, como la mejor de las cargas. Si el rodeo me lo permite, tratando que sea además por la espalda. Todo esto en conjunto, si salen bien las tiradas, debería ser bastante letal... Con todo esto, quedarán gastados 11PP de los 17 de Valandil.

Es hora de hacer una entrada estilo Errante =p

(RESPUESTA SIMON)

Simon: ¡Cuidado Belegar!

Ajolines me he descubierto y las luces sean apagado.

Tengo que esconderme y reparar la onda no conseguiré acertar a nada tirando a ciegas.

Básicamente me desplazo sigilosamente, para que no me ven los orcos y dar mi ayuda en la medida de lo posible a los compañeros.

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TURNO 2

Nadie dijo nada. Ni tan siquiera un gesto. Únicamente un leve movimiento de cabeza del montaraz Jotumm dirigido a Belegar justo antes de que cambiara su hacha por el arco. Al parecer todos tenían claro qué hacer.

Erbill volvió a ocultarse en las sombras convencido de que se convertirían en sus aliadas. Y sin más avanzó en busca de mas orcos.

El pequeño Simon Brandigamo colocó bien su onda y se mantuvo junto a Belegar que parecía algo indeciso. Finalmente, a falta de más opciones, avanzaron lentamente.

Tiradas: Erbill (acechar) = 117 Valandil (Hechizo - Sombras) = 77 (éxito) Jotumm (acechar) = 119

Por su parte, Valandil permaneció quieto por un momento, y tras varios segundos su cuerpo se envolvió en un manto de sombras. Sacó su espada y buscó algún enemigo. El errante fue el único que vio como el humano degollaba al orco y prefirió dividir las fuerzas avanzando en otra dirección.

Tiradas: Valandil (acechar con Sombras) = 136 Erbill (percepción) = 114 (éxito) Orcos (percepción) = 68 Tipo grande (percepción) = 41

valandil no tuvo ningún problema para encontrar al individuo enorme que iba con los orcos. Estaba con un lucero del alba en su mano derecha y un escudo en la izquierda. Parecía un rival temible, pero Valandil tenía un plan. En cualquier caso era muy extraño que no estuviese oculto...

Los dos orcos estaban semi-ocultos tras unas piedras pero Erbill Asac les había descubierto. Avanzó hacia ellos, sigilosamente y dando un rodeo para sorprenderles por detrás. Estando tan juntos no era buena idea subyugar, pero le sería fácil emboscar.

Simon y Belegar avanzaban por el centro y Jotumm seguía a cierta distancia la dirección tomada por el errante.

Tiradas: Valandil (Hechizo - Arma defensora) = 79 (éxito)

El errante ejecutó un nuevo hechizo que le ayudaría a defenderse en lo que presagiaba sería un duro combate.

Tiradas (asalto 1) Valandil (Hechizo - Salto I) = 20 (éxito) Orcos (alerta) = 108 Erbill vs orco#2 (espada corta) = 141 ----> 16ES * 88 ----> 15 pv, +10 próximo ataque, muere

Valandil realizó un prodigioso salto de casi quince metros, situándose a la espalda de su enemigo, dispuesto a emboscarle.

Uno de los orcos sintió el peligro cerca, pero era demasiado tarde. La espada corta de Erbill cercenó su pierna de un tajo limpio y el garra verde se desplomó sin apenas tiempo de reaccionar. La hemorragia era tan grande que no tardaría mucho en morir desangrado. Ya sólo quedaba un orco con vida, y en su rostro se podía ver el terror. Pese a todo se encaró con su hacha al humano que había surgido de las sombras.

Voz: ¡Molock!

Aquel grito cambiaría el curso de la batalla. Jotumm corrió hacia allí mientras Belegar avanzaba a grandes trancos a la posición de Erbill, seguido por Simon, tras escuchar el grito agónico del orco.

Tiradas (asalto 2) Iniciativas: Erbill = 20 / 10 Orco#3 = 17 Valandil = 13 (Erbill se pasa la mitad a la defensa y el semiorco también) Erbill vs orco#3 (espada corta) = 93 ----> 7BK * 43 ----> 6 pv, gana iniciativa Erbill vs orco#3 (main gauche) = 109 ----> 7BP * 97 ----> +20 próximo ataque, muere valandil vs semiorco (espada ancha) = 91 ----> 11 BK * 64 ----> 9 pv, aturdido el siguiente asalto, -10

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El orco balanceó su hacha hacia Erbill, pero éste golpeó con su espada corta acertando en la cadera de su rival. Este golpe hizo dudar un segundo al orco, segundo que aprovechó el humano para atacar por el main gauche, atravesando su pecho y provocándole una muerte agónica.

Valandil se las prometía felices, pero un grito procedente de la nada alertó a su enemigo, que se cubrió instintivamente con su escudo. Pese a todo Valandil pudo atacar por sorpresa pero había perdido la concentración y su golpe, que impactó en el antebrazo, fue débil, aunque aturdió un poco al rival. Ahora que le tenía cara a cara se dio cuenta que era casi humano, muy grande, pero con ciertos rasgos de orco. Ojos rojos y dientes afilados.

Cuando Belegar y Simon se acercaron a la posición de su compañero, los dos orcos ya habían caído. Por su parte, Jotumm tenía ya preparado su arco para apoyar a valandil.

Tiradas (asalto 3)

Encapuchado (Hechizo - Luz súbita) = 16 Valandil (TR esencia) = 44 (OK) Jotumm (TR esencia) = 91 (OK) Semiorco (Maniobrar aturdido) = 42 (fallo) Jotumm vs semiorco (arco compuesto) = 102 ----> 11 BP * 02 ----> zap (El semiorco se pasa la mitad) Valandil vs semiorco (espada ancha) = 118 ----> 20 DS * 99 ----> 20 pv, muere

De pronto, la figura encapuchada, hasta ese momento invisible, apareció para ejecutar un fogonazo de luz que pretendía deslumbrar a los humanos que atacaban al semiorco. La intensidad del destello no fue la deseada y no tuvo ningún efecto.

Jotumm disparó una flecha que acertó de refilón y el semiorco trataba de sacudirse de encima el mareo que lo atenazaba. Pudo cubrirse con su escudo del ataque de Valandil, pero esta vez el errante no desaprovechó su oportunidad y acertó en el costado del mestizo causándole daños masivos y la muerte.

Simon, Belegar y Erbill permanecían alerta mientras se dirigían a la posición de los otros dúnadan. Ya sólo quedaba un enemigo.

Tiradas (asalto 4) Encapuchado (Hechizo - ???) = 33 (éxito)

Antes de que nadie pudiera hacer nada, el encapuchado desapareció de la vista de todos los presentes. Parecía humano por su constitución, llevaba un cayado y ropas oscuras y tapaba su rostro con una capucha y un pañuelo.

Se hizo el silencio. La oscuridad solamente se rompía con las dos antorchas que, aún, permanecían en el suelo a varios metros de distancia.

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Off-rol: Quiero aclarar alguna cosilla de este turno:

Rittmann, Valandil únicamente puede tener activo al mismo tiempo un hechizo de Arma Noble en cada arma, así que opté por ejecutar el que consideré más útil dada las circunstancias.

Locris, Belegar estaba en automático y le iba a usar de comodín al igual que Simon. Kooshe33, tu turno de compromiso no aclaraba gran cosa.

Para todos: Veo que tendré que sacar enemigos más poderosos, no han durado nada... Ahora en serio, muy buen combate y qué mala pata con las tiradas. Aunque no os confiéis demasiado: aún queda uno vivo, y

es el más peligroso (con permiso de los dados)

(RESPUESTA ERBILL)

¡Maldición! Aquel orco no debería haber gritado, aunque dio buena cuenta de él poco después. A quién pretendía alarmar, no lo sabía, pero no importaba. Tras darle al segundo una muerte bastante limpia, combinando sus dos armas, se dispuso a buscar un nuevo enemigo. Belegar y Simon se acercaban, y Erbill, viendo lo extraño de la situación, se vio obligado a preguntar.

Erbill: Belegar, ¿Quienes son esos hombres que andan por aquí? enemigo de mi enemigo, mi amigo es, pero quizá ellos no piensen igual.

Mientras esperaba respuesta, Erbill contempló un fogonazo primero, para después ver como un misterioso encapuchado se desvanecía. ¿Era eso? ¿Molock era el nombre de aquel ser? Si era así, lo habían alertado por

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causa suya, pero no podía saberlo. No importaba, de todos modos. Negra y densa corría la sangre orca por sus hojas, eso era lo que importaba realmente. Bueno, fuese orco, hombre, o cualquier tipo de demonio, el encapuchado debía de ser buen trofeo. Erbill resolvió hacer de nuevo lo que mejor sabía, esconderse en las sombras, no sin antes alertar a Simon y Belegar de que les cubriría en caso de problemas... Con el encapuchado, o con los hombres. Hombre precavido vale por dos, solía decir su padre. Y hablando de precauciones, más me vale pensar algo. Con el feliz hobbit y el ingenuo paladín, la tapadera ha funcionado. Pero... ¿quien sabe si con esos hombres servirá? ¿Y si en el pasado desplumé a alguno de ellos, fuese en Tharbad o ya lejos de ella? Algo he de pensar, desde luego...

(RESPUESTA VALANDIL)

Valandil se enfureció para sus adentros al ver desaparecer a aquel hombre encapuchado. Un mago, o al menos un usuario de artes arcanas capaz de volverse invisible.

"En su estado, probablemente huya. Ha perdido a su grupo, pero si puede volverse invisible, es peligroso."

Valandil sabía del poder de los magos. En los Puertos había visto las obras que los elfos eran capaces de realizar con las artes arcanas... Y también había oido hablar del poder desencadenado que podían ejercer. Un solo mago astuto era suficiente para acabar con un grupo que no estuviese preparado. Bastaba con lanzarles algún conjuro cuando se reuniesen, una bola de fuego o algún otro mal mayor, y siendo invisible nunca habrían visto llegar el ataque.

"Tengo que encontrarle. Tengo que evitar que pueda hacernos nada..."

Y entonces, Valandil sonrió para sus adentros. Con su propia magia, con suerte sería casi tan imperceptible a su adversario como sucedía a la inversa. Y aquella fina capa de lluvia que llevaba cayendo desde que empezase a anochecer iba a jugar a su favor... O eso esperaba. Las ruinas al menos dejarían suficiente mugre en el suelo como para que el ser invisible dejase huellas bien marcadas y fáciles de seguir. La lluvia se desviaría alrededor de la forma invisible.

De modo que hacía allí concentró su atención el Errante, y tan pronto desapareció el mago tensó su cuerpo para acercarse a toda velocidad.

"Voy a forzarte a salir de donde te hayas escondido. No dejaré que te largues y des nota de nuestra presencia aquí..."

Enfrentarse a un mago era algo peligroso... Pero era, al fin y al cabo, algo que los Errantes debían hacer si era necesario. Eso significaba ser Errante. Hacer lo necesario en el momento necesario.

Y envuelto en su manto de sombras, con su espada en alto, se lanzó hacia adelante con ímpetu y silencio tratando de caer sobre aquel espectro invisible...

Pues eso. Usando alguno de mis sortilegios de movimiento (juzga cuál es el más adecuado), en cuanto el mago se hace invisible o bien "salto" hacia su posición, o voy hacia él con el conjuro de carrera que me lleve hasta donde esté más deprisa. Con suerte, podré llegar en el mismo asalto en que ha desaparecido, y aún podré buscar su forma en la lluvia para tratar de atacarle, o forzar su ataque. Si lo hace, se volverá visible, y por lo tanto vulnerable.

Y si no, esa fina lluvia que me describiste en el turno que llegaron los orcos va a ser agua bendita. Las huellas deberían ser fáciles de ver, y con un salto o una carrera debería poder arrollar al mago ni que sea chocando contra él. Valandil es muy rápido cuando usa sus sortilegios de movimiento, y teniendo en cuenta las distancias de las que estamos hablando... Creo que podré cogerle. O al menos, intentarlo.

TURNO 3

El combate no había concluido aún.

Tiradas: Valandil (Hechizo - Salto I) = 42 (éxito) Valandil (dar volteretas) = 129

El misterioso encapuchado desapareció en cuanto la hoja de Valandil destrozó el costado del semiorco. Pero el errante volvió a saltar llegando hasta la posición que ocupaba hacía un instante. Su espada trazaba círculos en busca de un objetivo, que no llegaba. El ágil cuerpo de Valandil rodaba por el suelo tratando de encontrar a ese hombre.

Jotumm buscaba a su alrededor y con suma destreza cambió nuevamente hacha por arco y cargó una flecha dispuesto a disparar. Giraba sobre sí mismo mientras su compañero comprobaba apesadumbrado, que allí no había nadie.

La fina lluvia que caía hacia varias horas no golpeaba a ningún rival invisible, y en el barro que llanaba toda la zona no aparecían más huellas. Había desaparecido, ¿pero cómo? Y lo que era más importante, ¿dónde estaba ahora?

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Tiradas: Erbill (esconderse) = 114 (éxito)

Tras una breve conversación con Belegar y Simon, Erbill volvió a ocultarse en las sombras. Hobbit y paladín se dirigían al otro núcleo de la lucha con sus armas preparadas, pero Erbill permaneció oculto, en las sombras. Si alguien pasaba cerca de su posición, sería lo último que hiciese en su vida.

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Simon y Belegar llegaban a la altura de Jotumm y Valandil, y un gesto deéste último les bastó para comprender que algo iba mal. El montaraz aprovechó la llegada de refuerxos para rastrear por la zona.

Tiradas: Jotumm (rastrear) = 133 (éxito)

Jotumm: Valandil, algo no encaja. He mirado la zona donde estaba y no hay ni rastro. Literalmente se ha esfumado. Con este barro no me sería difícil seguir su rastro, pero no ha dejado ninguna marca, nada.

Los cuatro miraban a su alrededor, incrédulos, pero sin bajar sus defensas. No se puede desaparecer así, sin más. Trazaban círculos y buscaban en todas direcciones sin éxito.

Tiradas: Jotumm (percepción, extr. difícil) = 76 (éxito parcial) Valandil (percepción, extr. difícil) = 19 (fallo) Belegar (percepción, extr. difícil) = 32 (fallo) Simon (percepción, extr. difícil) = 55 (fallo) Erbill (percepción, normal) = 105 (casi éxito)

La paciencia del humano tuvo sus frutos, alguien se acercaba. No pasaría cerca de su posición, pero intentaría sorprenderle de todas formas. Erbill se disponía a intentar emboscar a lo que fuese cuando en el último instante vio aparecer a dos humanos. Uno de ellos ayudaba como podía al otro, que apenas se sostenía por su propio pie.

Jotumm: Callaos, creo que he escuchado algo.

Los demás se giraron donde indicaba, preparados para lo que pudiera aparecer y poco después vieron surgir dos figuras que se movían de forma extraña. La luz de las antorchas que había en el suelo no era suficiente en un principio hasta que alguien habló.

Jotumm: ¿Theron? ¿Eres tú? - preguntó bajando su arco.

Theron: ¡Si! Corred, Mirssa necesita ayuda, esta malherida.

Erbill, finalmente salió de su escondite y se acercó al resto del grupo.

Theron y Mirssa eran dos montaraces, al parecer del grupo de Arathorn y conocían bien a Jotumm. Theron tenía un golpe en un costado, y le dolía, pero no era importante. Sin embargo Mirssa había recibido varios golpes y tenía fuertes contusiones, una de las cuales había hecho una brecha en la cabeza.

Theron: Que bueno que te hemos encontrado Jotumm. Me agrada veros también a los demás, seáis quien seáis.

Valandil: ¿Qué ha ocurrido?

Theron: Algo horrible está pasando. - narró su historia con la mirada perdida y con auténtico miedo en su voz. - explorábamos a unas diez millas al este del lago, cuando descubrimos un gran grupo de orcos. Estamos acostumbrados a ver orcos por los alrededores, pero siempre en número reducido y les hacemos huir o acabamos con ellos. Este era bien distinto. Al menos una veintena, tal vez más, y acompañados de un troll de guerra. Empujaban algo grande, pero no pudimos ver qué era. Yo diría que vienen hacia aquí. Decidimos avisar del peligro, y volvimos a toda prisa. Cuando llegamos cerca de las ruinas vimos luces de antorcha y de pronto, de la nada surgió una figura con túnica y capucha. No nos dio tiempo a reaccionar. Parecía un mago, pero no he visto tal destreza con el cayado en toda mi vida. Atacó a Mirssa varias veces antes de que yo pudiera hacer nada, y después me golpeó con fuerza en el costado antes de huir hacia el este. Cubría su rostro con la capucha y con un pañuelo pero su mirada...

Un gemido de Mirssa rompió la narración de Theron.

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Off-rol:

He decidido poner turno nuevo. Mañana me voy de viaje y, aunque creo poder concetarme algún día, no es del todo seguro. De todas formas Locris no da señales de visa y kooshe33, salvo un turno de compromiso, tampoco. Les daremos unos días...

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El turno es algo complicado, lo sé, pero había dos grupos y tres PNJ. Es un poco difícil, pero espero que esté más o menos claro.

Empieza a complicarse la cosa...

(RESPUESTA ERBILL)

Ladeando la cabeza, escuchó las palabras de los recién llegados. Ciertamente nada sabia de toda aquella gente, y Belegar nada le había aclarado. El tipo de la capucha era realmente bueno. Sin duda, a juzgar por lo visto, era todo un experto. Dominaba las armas, y las artes arcanas. Mejor no acercarse, si no era necesario. Miró a Belegar, no sabiendo si hablar con él primero, o hacerlo en general directamente. Optó por lo segundo, tras vacilar un instante.

Erbill: Veníais hacia aquí para avisar de lo que habéis visto. Bien, me parece que eso sigue siendo necesario. Además, parece que esa tropa también vendrá, salvo que el encapuchado los haga cambiar de dirección. Podríamos emboscarlos, pero podrían saber que les esperamos, y decís que son muchos. y un troll... Supongo que esta claro lo que hay que hacer: huir de aquí, y de prisa. - Miró a Belegar, esperando su reacción. También a Simón. - Desde luego quedarse aquí no servirá de nada, así que si alguien puede hacer algo con esas feas heridas, sea, y vámonos de aquí. No se, desde luego, quienes sois, pero dicen que enemigo de mi enemigo, mi amigo es. Y no me parece descabellado... ---------------

Bueno, la verdad es que no podemos enfrentarnos a ellos (salvo que siga la racha de tiradas) y deben informar, como decían. Erbill apenas conoce a Belegar y a Simón, y nada de nada al resto, así que no piensa jugarse la vida con unos completos desconocidos. Así que la huida es su opción principal. Sólo si todos los

demás decidiesen quedarse, entonces volvería al juego del embosco y degüello

(RESPUESTA SIMON)

El hobit respira entrecortada mente, la situación ha sido espeluznante orcos saliendo de todas partes intentando matar los. Aunque sus habilidades les han permitido repeler los.

Pero que podían hacer con el encapuchado parecía capaz de luchar contra todos ellos a la vez, era una sombra como las de las viejas historias de su querida tata.

Para colmo los nuevos compañeros cuentan que el grupo de orcos que encontramos antes se dirige en esta dirección que hacer, esto es una situación que le supera.

Simon: ¿Que hacemos?

Pregunto con una cara de preocupación. --------------

Reconozco que esto es otro turno de compromiso. Así que me explicare. Opción uno: Me adhiero a la decisión del grupo. Are mi parte del trabajo. Opción dos: Me escondo y huyó si la situación me supera. ( el grupo de orcos me supera) Opción tres: Al encapuchado no pienso acercarme sin un buen plan.

En cuanto al combate siempre intentare luchar desde lejos con la honda, solo entrare en cuerpo a cuerpo para apoyar a un aliado que lo necesite.

(RESPUESTA VALANDIL)

Valandil poco a poco fue dándose cuenta de lo que había sucedido. El encapuchado no había llegado a hacerse invisible. Se había desplazado, sencillamente, más rápido que lo que el ojo humano permitía seguir. Recordó una demostración de aquel poder, una forma menor de teletransporte, que vio una vez en los Puertos Grises. En aquella ocasión, había sido un elfo llamado Curufinwë, un espíritu alegre que amaba las bromas, y que apostó a Valandil que él era capaz de llegar antes desde el centro de una plaza hasta un balcón cercano. El Errante, muy veloz, confió en sus fuerzas, y aceptó la apuesta... Sólo para encontrarse al llegar al balcón a Curufinwë apoyado en la barandilla. Cómo había llegado ahí, no lo supo hasta que esa noche habló con su maestro de armas.

Hildarion: Eso que ha empleado ha sido magia, un conjuro de Salida. Sirve para desplazarse en línea recta más deprisa que el ojo, pero normalmente sólo sirve para lugares sin obstáculos. No eres el primer novato que cae en esa treta de Curufinwë.

Valandil: ¡Pero si él estaba detrás mío, cuando entré en la casa y en las escaleras!

Hildarion: Eso es porque Curufinwë conoce las artes arcanas más de lo que aparenta, Valandil... Y con suficiente experiencia, este truco permite incluso atravesar paredes y obstáculos.

El recuerdo de aquella broma acudió con sorna a la memoria del Errante. Casi pudo oir tras su nuca la risa jovial de Curufinwë, pero realmente sólo era la fina llovizna lo que sonaba en la ya densa oscuridad que le

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rodeaba. Con el tiempo que habían necesitado para darse cuenta que el encapuchado no había usado un poder de invisibilidad, Valandil estuvo seguro que su huída habría sido completa. Hallar su rastro llevaría un buen rato, pues podía aparecer en cualquier lugar de las ruinas, y para cuando lo encontrasen quién sabía dónde estaría su enemigo. Y lo que era peor, la oscuridad no ayudaba nada en aquello, y la llovizna podía borrar en cualquier momento los rastros si se intensificaba.

"Se va a escapar...", pensó amargamente el Errante. "Ese maldito se va a escapar..."

De entre las sombras de la noche, aparecieron los demás hombres que habían llegado a las ruinas.

"No, falta uno" - pensó al echar en falta a aquel que matase al primero de los orcos.

Jotumm: Valandil, algo no encaja. He mirado la zona donde estaba y no hay ni rastro. Literalmente se ha esfumado. Con este barro no me sería difícil seguir su rastro, pero no ha dejado ninguna marca, nada.

Jotumm estaba tan concentrado mirando rastros que no se había percatado de los recién llegados. Valandil se quedó mirando al hombre y al mediano que lo acompañaba. Extraño compañero para un hombre de armas como aquel.

Valandil: No busques más, Jotumm. Nos ha engañado a todos con una treta. No ha usado la invisibilidad. Se ha desplazado más rápido de lo que permiten ver nuestros ojos.

Jotumm se quedó extrañado.

Jotumm: ¿Más rápido que lo que dejan ver los ojos? Eso es imposible. Tiene que haberse ido por alguna parte.

Valandil supo que podía equivocarse, claro. ¿Qué razón tenía el encapuchado para usar la misma treta que Curufinwë? Quizás sus recursos eran diferentes. Y buscar a lo lejos un rastro llevaría tiempo.

Valandil: Soy Valandil, Errante de los Puertos Grises. Gracias por la ayuda con esos... Malnacidos.

Valandil señaló con la cabeza al semiorco que yacía muerto no muy lejos. Pensó que si tenía tiempo, miraría con calma qué clase de equipo llevaba, así como cualquier cosa que le pudiese hacer comprender mejor de dónde había salido aquel infecto ser.

Valandil: No bajéis la guardia - comentó con un susurro -, pues el encapuchado puede estar cerca aún. Vamos, busquémosle... Y que el que lo encuentre alerte al resto.

Empezaron a buscar entre las ruinas, pero realmente no parecía haber rastro alguno del encapuchado. Y entonces, Jotumm rompió el silencio.

Jotumm: Calñáos, creo que he escuchado algo.

Valandil preparó su arma, listo para saltar hacia cualquier enemigo que apareciese entre las tinieblas que las antorchas del suelo apenas desgarraban.

"Tendremos que sacarlas de ahí, o se apagarán con el agua y luego no habrá quién las encienda", pensó Valandil. Y sacudió mentalmente la cabeza entonces. "Estúpido, no te distraigas. Concéntrate en el momento. Esto es un campo de batalla."

De la oscuridad surgió una figuras, y Valandil se dio cuenta que no sólo no llevaba capucha alguna, sino que parecía estar en apuros. Jotumm se adelantó bajando el arco, y pareció reconocer al recién llegado.

Jotumm: ¿Theron? ¿Eres tú?

Theron: ¡Sí! Corred, Mirssa necesita ayuda, está malherida.

Siguiendo a Jotumm, Valandil y los demás se acercaron al lugar indicado por Theron. De la nada, de pronto apareció el hombre que le faltaba en sus cálculos a Valandil. El Errante sintió un respingo recorrer su espinazo al darse cuenta que, de haberlo querido aquel hombre, lo habría cazado sin que él hubiese tenido tiempo a responder.

"Silencioso como una alimaña... Menos mal que parece estar de mi lado..."

Mientras nos acercábamos a dónde estaba Mirssa, Jotumm me tranquilizó al explicarme que Theron y Mirssa eran conocidos suyos, montaraces del norte que habían servido bajo el mando del capitán Arathorn. Encontramos Mirssa tras una pared semiderruída, tumbado en el suelo y malherido. La herida de la cabeza parecía la peor de todas.

Theron: Qué bueno que te hemos encontrado, Jotumm. Me agrada veros también a los demás, seáis quien seáis.

Valandil: ¿Qué ha ocurrido? - pregunté dejando a alguien más cualificado encargarse de examinar las heridas de Mirssa.

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Si Belegar es un paladín, supongo que sus poderes curativos serán mejores que mis capacidades de primeros auxilios normales. Así pues, esperaré a que alguien mejor entrenado en esto se ocupe de lo básico.

Theron: Algo horrible está pasando... Explorábamos a unas diez millas al este del lago, cuando descubrimos un gran grupo de orcos. Estamos acostumbrados a ver orcos por los alrededores, pero siempre en número reducido y les hacemos huir o acabamos con ellos. Este era bien distinto. Al menos una veintena, tal vez más, y acompañados de un troll de guerra. Empujaban algo grande, pero no pudimos ver qué era. Yo diría que vienen hacia aquí. Decidimos avisar del peligro, y volvimos a toda prisa. Cuando llegamos cerca de las ruinas vimos luces de antorcha y de pronto, de la nada surgió una figura con túnica y capucha. No nos dio tiempo a reaccionar. Parecía un mago, pero no he visto tal destreza con el cayado en toda mi vida. Atacó a Mirssa varias veces antes de que yo pudiera hacer nada, y después me golpeó con fuerza en el costado antes de huir hacia el este. Cubría su rostro con la capucha y con un pañuelo pero su mirada...

"Es él... Diestro con las armas y con la magia, como yo... O como Curufinwë. Qué terrible oponente nos pone el Enemigo en nuestro camino."

Viendo lo que había sido capaz de hacer el encapuchado a dos montaraces de la compañía de Arathorn, entendí que nuestro enemigo no era un cualquiera. Mis instintos ya me habían advertido de aquello, y aquellas pruebas no hacían sino confirmar lo que sospechaba en mi fuero interno. Me sorprendí a mí mismo al darme cuenta el respeto que me había provocado aquello. Respeto, que no miedo.

Erbill: Veníais hacia aquí para avisar de lo que habéis visto. Bien, me parece que eso sigue siendo necesario. Además, parece que esa tropa también vendrá, salvo que el encapuchado los haga cambiar de dirección. Podríamos emboscarlos, pero podrían saber que les esperamos, y decís que son muchos. Y un troll... Supongo que está claro lo que hay que hacer: huir de aquí, y deprisa. Desde luego quedarse aquí no servirá de nada, así que si alguien puede hacer algo con esas feas heridas, sea, y vámonos de aquí. No sé, desde luego, quiénes sóis, pero dicen que enemigo de mi enemigo, mi amigo es. Y no me parece descabellado...

Simon: ¿Qué hacemos?

El hobbit parecía asustado. Realmente, no acababa de comprender qué hacía un hobbit en ese lugar, pues rara vez se aventuraban lejos de la Comarca, y menos en la compañía de la Gente Grande.

Valandil: Soy Valandil el Errante - se presentó a aquel hombre, al que todavía no había dirigido la palabra -. Este que me acompaña es Jotumm, un montaraz. Vinimos a estas ruinas en busca de un hombre al que llaman paladín, pero veo que hay más en este lugar que ese hombre al que busco. Los míos no somos amantes de los orcos, pero el campo abierto es el lugar de los montaraces, y aquí veo que han sido derrotados, por lo que si mi ayuda sirve de algo, la prestaré.

Examinando la situación, Valandil se dio cuenta que había agotado buena parte de sus fuerzas en el combate previo. Podría aguantar sin problemas, pero su capacidad combativa no era completa. Y pensó en los problemas que podían acarrearles una tropa de orcos... Y un troll.

Valandil: Somos pocos, y no estamos en las mejores condiciones. ¿Quiénes sóis, por lo pronto? Huir decís que es lo que debemos hacer, y admito que plantar cara tampoco es una opción dadas las actuales circunstancias. Y sin embargo, huir ahora tampoco creo que sea lo más acertado. Si esa tropa está cerca, no les costará mucho venir a por nosotros, y menos si el encapuchado les alerta. Huyó al este. ¿Estaba ahí esa tropa de orcos?

Si es que sí, sólo hace que me reafirme en mis temores. Si es que no, comento que sólo es cuestión de tiempo que los encuentren.

En principio, mi misión era venir aquí y Belegar nos contaría la situación. Dado que Locris no parece estar por aquí, espero que en el turno pueda explicarla aparte de darse a conocer. Cuando lo haya hecho, podremos pensar un poco mejor lo que hacer. Aún nos falta saber bien la situación.

Y a los montaraces, algunas preguntas: ¿El troll lo usaban para tirar de "eso grande"? ¿Les pareció que podría ser un ariete?

TURNO 4

El misterioso tipo con túnica y capucha había desaparecido y, según parecía, había huido hacia el este. Justamente la dirección por donde se acercaba el numeroso grupo de orcos.

La lluvia continuaba cayendo, aunque débilmente, sobre las ruinas de Annúminas. Y en ellas seis humanos y un hobbit debían decidir qué hacer. Lo primero tras la historia contada por Theron, era curar a Mirssa. El paladín se aproximó a ella y suavemente apoyó su mano derecha sobre su cabeza.

Tiradas: Belegar (Hechizo - Curación) = 12 ----> + 14 pv Belegar (Hechizo - Alivio de molestia leve) = 59

Instantes después Mirssa pudo incorporarse y agradeció a los presentes su ayuda. Se había recuperado parcialmente de sus heridas y sobre todo se acababa de librar de un fuerte dolor de cabeza causado por el cayado de aquel encapuchado.

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Belegar: Bueno, creo que es hora de que me presente. Soy Belegar, hijo de Felgar y viajo en compañía de Simon Brandigamo, de la Cormarca y de Erbill Asac. Vengo desde Bree donde Radagast el Pardo me dijo que debía encontrame aquí con Valandil, el errante. Me alegro de haberos encontrado tan pronto, vuestra ayuda ha sido inestimable. En cuanto a ese grupo de orcos que has mencionado - dijo dirigiéndose a Theron - parece coincidir con lo que vio el pequeño Simon hace un par de jornadas. Los vimos al otro lado del río cuando veníamos hacia aquí.

Jotumm: Desde luego, no parece casual que vuestra cita fuese precisamente en las ruinas. Debe tratrase de algo muy importante.

Valandil: Theron, eso que empujaba el troll, ¿podría ser un ariete?

Theron: No lo sabría decir, no pudimos verlo bien. Pero yo diría que era más grande que un ariete.

Simon: Yo también lo vi. El bicho grande empujaba y algunos de los tipos pequeños ayudaban tirando con cuerdas. Lo tenían cubierto con una lona grande.

Erbill: Veníais hacia aquí para avisar de lo que habéis visto. Bien, me parece que eso sigue siendo necesario. Además, parece que esa tropa también vendrá, salvo que el encapuchado los haga cambiar de dirección. Podríamos emboscarlos, pero podrían saber que les esperamos, y decís que son muchos. Y un troll... Supongo que está claro lo que hay que hacer: huir de aquí, y deprisa. Desde luego quedarse aquí no servirá de nada, así que vámonos de aquí. No sé, desde luego, quiénes sóis, pero dicen que enemigo de mi enemigo, mi amigo es. Y no me parece descabellado...

Simon: ¿Qué hacemos? - preguntó el hobbit mirando a Belegar.

Belegar: La retirada no está dentro de mis opciones. Hemos llegado a Annúminas con un día de adelanto. Radagast me comunicó que tendríamos noticias suyas antes de la medianoche de mañana.

Theron: En pocas horas llegarán más de veinte orcos y un troll de guerra. ¡Es una locura!

Mirssa: Sin olvidarnos del que nos atacó. Sabe que estamos aquí así que nos podemos olvidar del factor sorpresa.

Valandil: Somos pocos, y no estamos en las mejores condiciones. Huir decís que es lo que debemos hacer, y admito que plantar cara tampoco es una opción dadas las actuales circunstancias. Y sin embargo, huir ahora tampoco creo que sea lo más acertado. Si esa tropa está cerca, no les costará mucho venir a por nosotros, y menos si el encapuchado les alerta.

Jotumm: Valandil, mi labor consistía en traerte hasta aquí, y creemé que ha sido para mí un placer viajar en tu compañía estos días. Comparto la opinión de Theron. Sería un suicidio enfrentarse a ellos, somos sólo seis.

Simon: Uno, dos, tres... Perdón, pero yo cuento siete.

Belegar: Yo no deseo enfrentarme a ellos, pero habrá más opciones, ¿no?

Theron: Si, marcharnos. Si de verdad vienen a las ruinas, podríamos buscar ayuda y luego...

Valandil: Eso llevaría mucho tiempo, días tal vez. Seguramente no tengamos tanto tiempo.

Belegar: Que cada uno tome su decisión y decida lo que desee hacer.

Jotumm: Técnicamente mi labor aquí no termina hasta mañana a medianoche. Hasta entonces me mantendré junto a Valandil de Puertos Grises.

Seis humanos y un hobbit con una decisión que tomar.

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Una verdadera lástima que Locris no haya aparecido, pero no puedo hacer esperar más a los que estáis posteando a tiempo. Thorontir, Rittmann, siento haberos hecho esperar. Kooshe33, a ver si solucionas tus problemas y posteas turnos queno sean de compromiso...

Este nuevo turno no aclara nada, lo sé. Si queréis hacer preguntas a algún PNJ, hacedlas y trataré de contestar sin contar como nuevo turno (sería completar el actual).

Se acerca un punto caliente de la partida. Sentíos totalmente libres de elegir. Soy consciente que Valandil, Belegar, Simon y Erbill tendrán cada uno objetivos y destinos que pueden ser totalmente diferentes entre sí...

(RESPUESTA ERBILL)

¿Que hacer? Lo más lógico seria huir, pero también esa opción planteaba inconvenientes... ¿Plantar cara? Sólo serviría para que se la rompiesen. No, yo no soy lo que se dice un tipo generoso. Y menos si mi vida está en juego.

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Erbill: Somos pocos. Decis que no podemos huir. Decis que no podemos luchar. En ese caso, necesitamos una tercera opción, pero personalmente no se me ocurre ninguna. Theron, esa ayuda de la que hablas... ¿Cuanto costaria encontrarla? Quizá si uno o dos de nosotros fuese en busca de esa ayuda, mientras el resto hostiga como pueda a los orcos, podriamos retenerlos el tiempo suficiente como para que los refuerzos les plantasen cara. Y además, pensó con satisfacción Erbill, tanto si me veo en un papel como en el otro, tendré ocasión de huir, si la cosa se pone fea. Que una cosa es compartir el viaje con un desconocido, y otra jugártela por él....

(RESPUESTA SIMON)

Valandil: Somos pocos, y no estamos en las mejores condiciones. Huir decís que es lo que debemos hacer, y admito que plantar cara tampoco es una opción dadas las actuales circunstancias. Y sin embargo, huir ahora tampoco creo que sea lo más acertado. Si esa tropa está cerca, no les costará mucho venir a por nosotros, y menos si el encapuchado les alerta.

Jotumm: Valandil, mi labor consistía en traerte hasta aquí, y créeme que ha sido para mí un placer viajar en tu compañía estos días. Comparto la opinión de Theron. Sería un suicidio enfrentarse a ellos, somos sólo seis.

Simon: Uno, dos, tres... Perdón, pero yo cuento siete. Ersacion continua.

Por que el pueblo alto nunca cuenta con los Hobitt. Pienso mientras la conversación continua.

Belegar: Yo no deseo enfrentarme a ellos, pero habrá más opciones, ¿no?

Theron: Si, marcharnos. Si de verdad vienen a las ruinas, podríamos buscar ayuda y luego...

Valandil: Eso llevaría mucho tiempo, días tal vez. Seguramente no tengamos tanto tiempo.

Obseso la antorcha que aun esta apagándose en el charco, me acerco y la recojo. Como es posible que tiren tan rápidamente las cosas, esto todavía se puede usar, mama se enfadaría si yo hiciera eso. Pienso mientras la conversación sigue.

Belegar: Que cada uno tome su decisión y decida lo que desee hacer.

Jotumm: Técnicamente mi labor aquí no termina hasta mañana a medianoche. Hasta entonces me mantendré junto a Valandil de Puertos Grises.

Erbill: Somos pocos. Decis que no podemos huir. Decis que no podemos luchar. En ese caso, necesitamos una tercera opción, pero personalmente no se me ocurre ninguna. Theron, esa ayuda de la que hablas... ¿Cuanto costaria encontrarla? Quizá si uno o dos de nosotros fuese en busca de esa ayuda, mientras el resto hostiga como pueda a los orcos, podriamos retenerlos el tiempo suficiente como para que los refuerzos les plantasen cara.

Prestando mas atención tras recoger la antorcha. Que hacer la situación es muy complicada que decía me tía Petunia cuando jugábamos al escondite, yo era muy bueno y se puede aplicar ha estas circunstancias, siempre actúas como un zorro. Que aria un zorro en esta circunstancias. Ya lo tengo. Empiezo hablar sin reflexionar en voz alta

Simon: Ya lo tengo, una vez vi como un zorro conseguía engañar a unos perros para volver al gallinero, saliendo detrás de ellos. Lo que hizo fue llevar el rastro hacia un rió luego subir por el dando un rodeo y un poco mas arriba volvió al gallinero para comerse dos gordas gallinas. Pero como lo aplicaremos aquí, este lugar parece tener buenos escondites, entre todos podremos encontrar un lugar para escondernos. Y por lo que he escuchado. Alguno de nosotros sabe moverse en la naturaleza. Y si dejamos un rastro falso, como si hubiéramos querido ocultar nuestra partida, mas adelante damos un rodeo ocultando completamente nuestras huellas. Y nos escondemos dentro de las ruinas y esperamos. Como mínimo dividirán su fuerzas para seguir ambos caminos.

A de mas si lo que mueve es tan pesado es probable que necesiten descansar y siempre es interesante saber que trama nuestro enemigo.

Después de decir esto respiro para recuperar el aliento y son rió de oreja a oreja he sido un completo zorro. Tía Petunia estará orgullosa de mí.

(RESPUESTA VALANDIL)

Valandil escuchó las sugerencias de Erbill Asac y de Simon Brandigamo, pensativo.

Valandil: Decís que ese objeto que arrastran está cubierto por una lona. ¿Creéis que prendería fuego si estuviese seca?

La fina lluvia que caía hacía imposible que nada prendiese fuego, o al menos nada que en circunstancias normales lo haría. Con un chasquido de lengua el Errante dejó entrever la frustración que le daba aquella lluvia. Ni le había servido para rastrear al encapuchado, ni le ayudaría para poder acabar con lo que fuese que arrastraban los orcos. Y estaba convencido de una cosa: no se tomarían todas aquellas molestias sin un buen

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motivo... Y los orcos por sí solos rara vez tenían buenos motivos para organizarse. Y menos aún teniendo un troll con ellos. Eso eran palabras mayores.

Alzando la mirada al oscuro cielo, el Errante se preguntó cuándo dejaría de caer aquella fina cortina de agua. Su cota de malla estaba fría, y sin la opción de poder hacer un fuego esa noche, iba a ser una noche de duro frío.

Valandil: Belegar, decís que antes de la medianoche de mañana tendréis nuevas de Radagast el Pardo. Si nos vamos de Annúminas antes de ese momento, difícilmente podremos recibir esas nuevas. ¿O acaso el propio Radagast es quien vendrá? Además, me intriga lo que sea que ha hecho que haya tanto movimiento orco en esta región. Los orcos que están muertos en el suelo provienen de un destacamento de una veintena de ellos que rastreamos hace un par de días al sur de aquí. Y ese encapuchado y su guardaespaldas se reunieron con ellos, por lo que sea lo que sea que sucede, están muy bien organizados.

Valandil lo dudaba, pero no por ello podía pasar por alto la opción de tener al Pardo de su lado. Si estaba con ellos, encender la lona sería probablemente mucho más sencillo. Al fin y al cabo, se decía que el Pardo tenía poder sobre la naturaleza.

Valandil: Simón, me parece buena vuestra idea de simular un rastro falso para despistar a sus rastreadores. Opino que deberíamos hacerlo ahora, en la noche, pues aunque todos estamos cansados tras esta lucha, hemos revelado nuestra presencia como mínimo al encapuchado. Si ven nuestro rastro alejarse, estoy seguro que es lo que esperarán ver: que huímos. Eso podría devolvernos la ventaja de la sorpresa.

Valandil se giró a los dos montaraces que acababan de aparecer.

Valandil: Theron, tengo a mi caballo escondido en las ruinas no muy lejos de aquí. De ser necesario, Curfu es veloz y nos podría permitir alcanzar ayuda de manera más veloz. Eso, si esa ayuda que has comentado realmente es posible lograrla...

Valandil se giró para mirar los cuerpos de los enemigos caídos. Aún no había tenido tiempo de examinar al gran enemigo al que había abatido.

Valandil: Si estáis de acuerdo conmigo, hagamos esto. Preparemos ese rastro falso que dice Simón, y vigilemos a los orcos hasta que sepamos de Radagast. Quizás consigamos así más ayuda en este asunto. Mirssa, estáis herido. Sea lo que sea que sucede aquí, debe saberse. Si vos o quizás Theron así lo deseáis, puedo prestaros a mi corcel para hacer llegar a nuestros amigos voz de lo que sucede aquí. Es imprescindible contrarrestar al Enemigo, y estando como está organizado, sólo organizándonos podremos hacerle frente. Mirssa, herido como estáis aquí seréis menos útil que otros de los presentes, pero creo que podéis cabalgar, ¿verdad?

Valandil supuso que aquellas palabras podrían hacer daño a Mirssa si era orgulloso, pero si era sensato entendería lo que realmente pretendía: aprovechar los pocos recursos que tenían.

Valandil: Una vez fuera de las ruinas, podemos emplear lo comentado por Simón como manera de despistar al enemigo, y regresar al alba para indagar de día los asuntos de los orcos. De día, el troll no será una amenaza. Y los orcos de día son vulnerables y torpes, mientras que nosotros podremos gozar de nuestra vista intacta. Veamos qué están haciendo, esperemos esas noticias de Radagast, y así podremos juzgar bien nuestros pasos próximos.

Mientras esperaba que los demás hablaran, se acercó a Jotumm.

Valandil: Antes de irnos, quiero tener unas palabras contigo.

El montaraz asintió, mirando extrañado a Valandil por su sombría mirada.

Vale, pues a ver si os convence esta síntesis de ideas, ¿ok?

Cuando minutos más tarde estuvieron de acuerdo con el curso de acción a seguir, Valandil se preocupó al fin de revisar los cuerpos de los caidos. Podía descubrirse mucho de un enemigo sabiendo cuán bien armados estaban, cuán bien preparados estaban para sus tareas... Y el guardaespaldas abatido era sin duda lo bastante singular como para que Valandil se preocupase de ver qué podía esperar de los mejores soldados del Enemigo.

Jotumm se acercó a Valandil mientras revisaba los enemigos abatidos.

Jotumm: ¿Qué querías antes, Valandil?

Valandil: Dime una cosa, Jotumm. ¿Qué es eso tan importante que necesita de tu presencia de tal modo que pasado mañana debes partir? Ya me comentaste que te irías cuando nos encontramos, y hace un rato lo has vuelto a mentar. Y viendo lo que hay aquí, debe ser algo importante de veras...

Registro estándar, más orientado a averiguar información - incluyendo cualquier cosa que me llame la atención por su origen no orco, o sea, procedente de saqueos, y que me permita hacerme una idea de los lugares de los que puedan haber salido estos bichos -. También revisar si usan venenos, y si tienen algo que me llame la atención fuera de eso. Y lo de Jotumm, encaminado más a ver si sabe algo más que aún no me ha contado, o a convencerle que en Annúminas aún es necesaria su presencia.

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Valandil no era ni de lejos tan diestro como los montaraces del norte en campo abierto, de modo que dejó a ellos la tarea de encabezar el movimiento, y él se preparó para vigilar cualquier posible amenaza que pudiese ponerles en peligro...

O sea: que como no sé de rastrar ni de acechar ni esas cosas que se les da tan bien a los montaraces, me quedo al margen de este asunto, preocupándome más del aspecto de vigilancia... Asumiendo que salimos de las ruinas pasando por recoger a los caballos, claro.

TURNO 5

Valandil: Si estáis de acuerdo conmigo, hagamos esto. Preparemos ese rastro falso que dice Simón, y vigilemos a los orcos hasta que sepamos de Radagast. Quizás consigamos así más ayuda en este asunto. Mirssa, estáis herida. Sea lo que sea que sucede aquí, debe saberse. Si vos o quizás Theron así lo deseáis, puedo prestaros a mi corcel para hacer llegar a nuestros amigos voz de lo que sucede aquí. Es imprescindible contrarrestar al Enemigo, y estando como está organizado, sólo organizándonos podremos hacerle frente. Mirssa, herido como estáis aquí seréis menos útil que otros de los presentes, pero creo que podéis cabalgar, ¿verdad?

Jotumm: Si, yo también tengo a Senda aquí. La idea del pequeño hobbit creo que funcionará, pero no nos vendría nada mal algunos refuerzos.

Theron: Bien, iré con Mirssa con los caballos en busca de ayuda. Valandil, cuidaremos bien de los caballos. No os preocupéis, volveremos pronto.

Jotumm acompañó a los montaraces al lugar donde habían escondido sus caballos. Theron y Mirssa montaron a lomos de Senda y Curfu y emprendieron la marcha. Al pasar junto al resto, se despidieron del grupo:

Mirssa: Volveremos con ayuda - al parecer su orgullo le impedía hablar más y en su rostro quedaba reflejado su sentimiento de rabia.

Theron: Iremos hacia el suroeste, pero saldremos por el este para asegurarnos de que vean las huellas de los caballos. Incluso caminaremos un tramo a pie para ocultar nuestro número. Suerte, que los Valar os guíen.

Minutos más tarde Valandil se preocupó al fin de revisar el cuerpo del medio-orco, pero antes de comenzar la tarea, Jotumm se acercó a él.

Jotumm: ¿Qué querías antes, Valandil?

Valandil: Dime una cosa, Jotumm. ¿Qué es eso tan importante que necesita de tu presencia de tal modo que pasado mañana debes partir? Ya me comentaste que te irías cuando nos encontramos, y hace un rato lo has vuelto a mentar. Y viendo lo que hay aquí, debe ser algo importante de veras.

Jotumm: Siento haber sido tan brusco Valandil. Permaneceré aquí hasta que sea necesario. Lo que sucede es que últimamente ha habido mucha presencia del Enemigo y mi lugar está en los alrededores de Bree. Allí hay más asentamientos humanos que proteger que aquí. No obstante, me preocupa un grupo tan numeroso y organizado así que de momento mi lugar está aquí. Será un honor luchar a tu lado.

Dicho ésto, el joven montaraz dio media vuelta dispuesto a prepararse para abordar el plan de Simon. Aprovechando que Theron y Mirssa dejarían rastros por el este, Jotumm hizo lo propio en la otra dirección. Así, cuanto menos, dividirían las fuerzas del grupo que se aproximaba.

Erbill registró a la pareja de orcos que había matado y Valandil al guardaespaldas semiorco. Simon tendió la antorcha a Belegar y se dirigió a la parte más oriental de las ruinas para vigilar la llegada del Enemigo. El pequeño Brandigamo quería correr aventuras y a fe que lo estaba haciendo. Mientras observaba escondido se sintió muy orgulloso de sí mismo: todos habían aceptado su plan...

Tiradas: Erbill (Percibir venenos) = 61 (fallo)

Las armas que encontró Erbill en los cadáveres parecían sin lugar a duda de manufactura orca y no encontró nada destacable. Sin embargo Valandil tuvo más suerte en su registro. El gigantesco semiorco iba armado con un lucero del alba de gran calidad, lo mismo que su escudo. Entre sus ropas localizó además un puñado de monedas, en total quince de plata y una de oro, metidas en una bolsita de cuero junto a una pequeña llave. Por último, en el cinto llevaba atada una bonita daga con extraños símbolos grabados en su afilada hoja.

Tiradas: Valandil (Leer runas) = 33 (fallo)

No fue capaz de comprender su significado en su primer examen, pero si algo le quedó claro es que no iba equipado como un simple orco.

Belegar ayudó como buenamente pudo a Jotumm. Cuando terminaron cada uno de hacer su cometido apagaron las antorchas y finalmente se reunieron todos de nuevo.

Los orcos no tardarían mucho en aparecer así que tenían que desaparecer de allí lo antes posible. Belegar y

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Valandil carecían de las habilidades necesarias para acechar al enemigo con un mínimo de efectividad y, junto con Jotumm, fueron los que más se alejaron. Por su parte, Erbill y Simon se quedaron en una posición intermedia para tratar de observar las actividades de los orcos.

Tiradas: Simon (Esconderse) = 140 Erbill (Esconderse) = 122

En menos de una hora, un fuerte ruido comenzó a apoderarse del lugar. Unos pocos orcos irrumpieron en las ruinas seguidos de un número mayor de ellos tirando de unas cuerdas atadas a algo grande. Un troll de guerra enorme empujaba a su vez al ritmo de unos tambores. La comitiva y los sonidos de percusión se detuvieron más o menos en el centro de las ruinas. No había señal alguna del misterioso encapuchado, pero sí había entre el grupo dos figuras que destacaban del resto y que, obviamente, no eran orcos, parecían más bien humanos. Los orcos hablaban entre sí a gritos y entre varios de ellos retiraron la pesada lona dejando al descubierto varias piezas de metal y madera. Era una especie de carro descubierto que llevaba encima un par de arietes, varios elementos de madera, ruedas de metal y herramientas. Los hombres comenzaron a dar órdenes mirando lo que parecía ser un plano y varios orcos empezaron a descargar todo mientras otros comenzaban las labores de montaje. La última pieza que descargaron era de piedra y tenía forma de cono en espiral.

Fue colocada con la punta hacia abajo en la parte baja de un artilugio con varias manivelas. Tardaron un par de horas en terminarlo y pasado este tiempo, el troll lo condujo hasta el punto indicado por los hombres. Entonces comenzaron a accionar las manivelas. La piedra cónica fue girando cada vez más rápido hasta que uno de los humanos se acercó a la máquina y bajó un palanca, momento en el cual la piedra alcanzó el suelo e iniciaba un gran agujero.

Los espías quedaron sorprendidos ante tal demostración. Los orcos trabajaron hasta el amanecer. El artefacto había escavado un túnel considerable, pero con el sol, dejaron el trabajo y se dipusieron a descansar.

Justamente al alba, apareció de nuevo la figura encapuchada, que llegó corriendo desde el este y se puso a hablar con los humanos. Poco después toda la actividad del campamento cesó. Orcos, humanos y troll oragnizaron las guardias y descansaron .

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Off-rol:

Espero que Tolkien me perdone la licencia tecnológica...

Locris parece (por desgracia) definitivamente desaparecido. Ya he puesto un pequeño anuncio buscando sustituto.

Confío en que este turno acabe donde y como pretendiáis con vuestro plan. Os toca.

(RESPUESTA SIMON)

Que hacer, lo mejor es acercarse con disimulo y escuchar lo que dice el encapuchado.

Ha si que hago la señal a cordada con Erbill, para que se hacer que al escondite de los de más y les comunique lo que hace el enemigo.

Yo ago mientras mi parte del plan, pegando me a las rocas y esperando que lo que me han dicho de que los orcos presentan una mala vista en el día. Controla la respiración mientras me acerco todo lo que me atrevo para escuchar lo que dice el encapuchado.

El movimiento es muy despacio como cuando seguía a los gatos en los tejados, estar seguro que cada miembro esta en la posición adecuada no hacer ningún movimiento brusco. Pasar de un escondite a otro, silencioso. Esta es tu casa ellos no te verán, están pendiente de gente mas grande. Y el ratón no es una amenaza.

(RESPUESTA ERBILL)

Con el amanecer llegaba la hora de actuar, ante la necesidad de descanso de los orcos. No deja de ser extraño que no nos hayan buscado. Ese tipo es el que se escapó... Bien, no importa. De un modo u otro, tampoco debemos ser una amenaza demasiado grande para ellos. Si lo fuesemos, habriamos atacado, o lo hariamos ahora, al amanecer. El no hacerlo les da la razón en lo de no buscarlos. Y nos da la ocasión de sorprenderlos si esos refuerzos llegan a tiempo.

Los montaraces no tardarian en volver, y Erbill se preguntaba si importaba. Realmente nada podrian hacer hasta que viniesen - si lo hacian - esos refuerzos, de modo que estar por alli cerca no era demasiado importante. Aunque habia algo de interes: saber que pretendian hacer con ese artefacto, que es lo que buscaban.

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Cuando lleguen Valandil y compañia, les propondré intentar acercarme a ver si se distingue algo en el hueco que han hecho con la perforadora, y de paso ver si le hechamos mano al encapuchado. Eso nos haria perder la sopresa con que pudiesen contar los refuerzos, pero parece logico suponer que ese tio es importante. Siento

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este miniturno cutre, y ya que estoy aviso que hasta dentro de un par de semanas no termino examenes. Nos vemos!

(RESPUESTA VALANDIL)

Jotumm: Siento haber sido tan brusco Valandil. Permaneceré aquí hasta que sea necesario. Lo que sucede es que últimamente ha habido mucha presencia del Enemigo y mi lugar está en los alrededores de Bree. Allí hay más asentamientos humanos que proteger que aquí. No obstante, me preocupa un grupo tan numeroso y organizado así que de momento mi lugar está aquí. Será un honor luchar a tu lado.

Valandil sonrió con gesto cansado, y dio una palmada en el hombro a Jotumm.

Valandil: Gracias - y asintió con una reverencia de cabeza -. También para mi lo será.

Tras examinar al semiorco, Valandil encontró varias cosas que sólo podían indicar que el patrón de aquella aberración a la que había dado muerte era alguien con poder. Con suficiente poder como para equipar a sus esbirros con armas de calidad. Tomó el dinero, y revisó la heráldica de las monedas. Siempre era interesante saber de dónde venía el dinero, y mirar la acuñación era una referencia que podía ser útil. El lucero del alba le serviría de poco, pues no sabía manejarse con él, de modo que para no ir con sobrepeso decidió que lo escondería por el camino en algún lugar donde los enemigos no pudieran hacerse con él. El escudo, en cambio, podría ser mejor que el que había usado él mismo. Mirándolo, se preguntó si sería correcto que un Errante portase un escudo del Enemigo.

O sea, que si es mejor que el escudo que llevaba, y no es de estilo marcadamente orco, me lo quedaré. En cambio, si es un escudo claramente orco, pues nada, a esconderlo con el lucero del alba.

Guardó la daga. Le preocupaban las runas inscritas en ella, y quizás podrían descifrarlas más adelante. Le interesaba sobretodo descifrar su origen, y se preguntó si sería posible tratar de averiguar aquello en aquellos días en que pocos eran los conocedores de las artes arcanas que quedaban en la Tierra Media.

Así, empezaron el largo camino para crear rastros falsos lejos de las ruinas. Mientras caminaba, Valandil esperó que fuese útil aquello. Estaban ya bastante cansados por la caminata del día anterior, y a ello había que sumar el combate. Caminar toda la noche y acechar a un enorme grupo orco al día siguiente iba a poner a prueba el aguante de todos.

Valandil: Vamos a notar el cansancio, Jotumm. Yo empiezo a estar bastante molido. Esperemos que no nos gaste una mala pasada.

Jotumm: Si no hacemos nada durante el día, podemos turnarnos para descansar entre las ruinas mientras hay guardias.

Valandil no respondió, pero asintió levemente. Los orcos descansarían de día, sin duda alguna. No quería enfrentarse a un enemigo superior muerto de sueño.

A su regreso a las ruinas, y con el montaraz abriendo camino para seguir la ruta más discreta, alcanzaron a Erbill y a Simon. Tras escuchar lo sucedido en la noche y echar un rápido vistazo a la aberración mecánica, Valandil maldijo por lo bajo. Miró la llave que había quitado al enorme semiorco, y una nube de miedo nubló su pensamiento.

"Calma. Sólo es una sospecha. Cálmate..."

Valandil: El enemigo no está unido. Hemos luchado contra esos orcos, les hemos dado muerte y uno de ellos ha huido. Si estuviese con estos, sin duda tendríamos patrullas a nuestro alrededor buscándonos. Los enemigos a los que nos enfrentamos anoche y los que excavan tienen amos diferentes, aunque me temo que andan tras lo mismo... Y tengo una ligera intuición de lo que puede ser.

Los demás miraron a Valandil, esperando sus palabras. Valandil miró la llave una vez más.

Valandil: Antaño, Annúminas fue capital de un reino de los Hombres del Oeste. Mis antepasados. Aquí vivía el rey, y aquí estaba la biblioteca real. Se dice que cuando las huestes del Rey Brujo llegaron a Annúminas y arrasaron la ciudad, los sortilegios de mis antepasados salvaron intacta la biblioteca en algún lugar subterraneo. Se dice que sus puertas aún están cerradas. Tengo miedo que lo que esos orcos busquen sea un medio para forzar su entrada en esa biblioteca. Quién sabe qué conocimientos se ocultan en sus pasadizos... Pero sin duda, en ella aún debe haber conocimientos muy buscados. Creo que esta llave podría ser la que abre la puerta oculta a esa misma biblioteca. Tendría sentido.

>> Si dos grupos de enemigos buscan algo que creen que está en la biblioteca, si uno de los grupos tuviese la llave, con un pequeño destacamento serviría para llegar a las entrañas de la misma y hacer lo necesario. Si no tuviesen medios para forzar la entrada, protegida con conjuros o quién sabe qué, esa máquina para abrir un agujero en su techo sería el método que emplearía para lo mismo. Seguro que no toda la biblioteca está protegida.

Valandil agarró con fuerza la llave, y esperó estar equivocado.

Valandil: Aunque esta llave abra ese lugar, no sabemos ni qué puede haber allí que interese tanto a estos grupos de orcos, ni dónde está esa puerta. Y eso, claro, asumiendo que mi corazonada sea cierta... Pero ahora

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mismo, es lo único que se me ocurre. Debemos encontrar esa puerta, y ver si esta llave la abre. Y debemos hacerlo antes que los orcos entren. Si tantos se movilizan, es que quizás sea necesario movernos antes que sea tarde...

Pues eso, propongo batida para buscar la puerta de la biblioteca real de Annúminas. Y rezar porque la llave no encaje. O sí, porque eso me daría la razón, y quizás nos podríamos avanzar al enemigo en sus planes...

TURNO 6

Mientras Erbill y Simon observaban la situación en las ruinas, Jotumm y Valandil esperaban a las afueras. El errante aprovechó para examinar más detenidamente lo que había encontrado en el cuerpo del semiorco.

Ocultó el lucero del alba. El escudo no tenía ningún signo distinguible que demostrara su procedencia por lo que decidió conservarlo y sustituirlo por el suyo. También se guardó la daga para analizar más tarde sus grabados. En cuanto a las monedas, la acuñación de su mayoría era de Angmar y Arthedain. Pero sin lugar a dudas lo que más preocupaba a Valandil era la llave.

Simon quiso acercarse para intentar escuchar la conversación de los humanos. Pero antes incluso de comenzar a acercarse comprendió que no era muy buena idea: para escuchar hay que estar muy cerca y eso suponía meterse en pleno centro del Enemigo. En cualquier caso, la conversación no duró mucho.

Al amanecer, Jotumm guió a Valandil hasta la posición de Erbill y Simon.

El errante explicó al resto sus sospechas y les enseñó la llave que había encontrado.

Valandil: Antaño, Annúminas fue capital de un reino de los Hombres del Oeste. Mis antepasados. Aquí vivía el rey, y aquí estaba la biblioteca real. Se dice que cuando las huestes del Rey Brujo llegaron a Annúminas y arrasaron la ciudad, los sortilegios de mis antepasados salvaron intacta la biblioteca en algún lugar subterraneo. Se dice que sus puertas aún están cerradas. Tengo miedo que lo que esos orcos busquen sea un medio para forzar su entrada en esa biblioteca. Quién sabe qué conocimientos se ocultan en sus pasadizos... Pero sin duda, en ella aún debe haber conocimientos muy buscados. Creo que esta llave podría ser la que abre la puerta oculta a esa misma biblioteca. Tendría sentido.

Belegar: Si, yo también había oído esa historia.

Valandil: Aunque esta llave abra ese lugar, no sabemos ni qué puede haber allí que interese tanto a estos grupos de orcos, ni dónde está esa puerta. Y eso, claro, asumiendo que mi corazonada sea cierta... Pero ahora mismo, es lo único que se me ocurre. Debemos encontrar esa puerta, y ver si esta llave la abre. Y debemos hacerlo antes que los orcos entren. Si tantos se movilizan, es que quizás sea necesario movernos antes que sea tarde...

Belegar: Sólo espero que recibamos noticias de Radagast pronto y que los refuerzos no se demoren demasiado. Estamos en clara inferioridad. Además, el movimiento silencioso no está dentro de mis cualidades precisamente.

Simon: Eso deja que lo haga yo, Belegar - dijo el hobitt sonriendo.

Erbill: Yo puedo intentar acercarme a ver si se distingue algo en el hueco que han hecho con la perforadora, y de paso ver si le puedo echar mano al encapuchado, aunque eso nos hara perder la sopresa con que pudiesen contar los refuerzos, pero parece lógico suponer que ese tío es importante.

Todos asintieron. Erbill se dirigiría al agujero en el suelo, Simon y Belegar explorarían una zona y Jotumm y Valandil otra, buscando una posible entrada.

Los orcos se habían retirado y guarecido en el interior de un par de edificios medio derruidos cerca del hueco excavado. El troll de guerra descansaba junto al artilugio mecánico y los humanos permanecían dentro de una tienda de campaña en las proximidades del hoyo, cerca de la máquina. Sin duda ebían confiar mucho en si mismos, porque no había nadie vigilando, al menos en el exterior. Tal vez los orcos si que hacían gaurdia en el interior, pero eso no lo podían ver.

Tiradas: Erbill (Acechar) = 141 Troll (Alerta) = 59

Erbill se aproximó con movimientos gráciles y silenciosos al agujero. La aparente tranquilidad que dominaba la zona hizo que estuviese muy alerta a cualquier movimiento. El troll dormía pesadamente, pero incluso así parecía un enemigo temible: era una mole de puro músculo. Junto al él, la extraña máquina y un rudimentario, pero peligroso, garrote con púas. Erbill alcanzó el borde el hueco y se asomó con sumo cuidado. Habían sacado montones de tierra que permanecían apilados a un lado y ahora el hoyo revelaba, a un par de metros de profundidad, piedra lisa que ya había sido parcialmente perforada. ¿Sería como sospechaba Valandil el techo de algún edificio?

Tiradas: Simon (Acechar) = 159

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Belegar (Acechar) = 74 Orcos (Alerta) = 72 Simon (Percepción) = 116 (éxito) Belegar (Percepción) = 51 (fallo) Jotumm (Acechar) = 115

Valandil (Acechar) = 181 Orcos (Alerta) = 63

Si se suponía que excavaban el techo de la biblioteca, la presunta entrada no debería estar demasiado lejos de allí. Por parejas comenzaron a buscar en las cercanías. Valandil seguía de cerca al montaraz, y por un momento parecía que el errante no solo imitaba sus movimientos, sino que los mejoraba.

Por su parte, Belegar tropezó con una piedra suelta. Apenas hizo ruido, pero en breve Simon vio como un orco salía de uno de los edificios. Con un empujón y un gesto indicó a Belegar que se agachara y se quedara quieto,al tiempo que él hacía lo propio y preparaba su honda. Pero el orco únicamente se protegió los ojos con el brazo, olfateó un momento el aire para finalmente volver a entrar.

Tiradas: Simon (Buscar puertas secretas) = 93 (casi éxito) Belegar (Buscar puertas secretas) = 39 (fallo) Valandil (Buscar puertas secretas) = 32 (fallo) Jotumm (Buscar puertas secretas) = 50 (fallo)

Fueron entrando en los diferentes edificios buscando posibles entradas, sin demasiado éxito. No iba a ser una tarea tan sencilla. Cuando los cuatro se reunieron de nuevo, negaron con la cabeza, pero el pequeño Brandigamo comentó algo en voz baja.

Simon: No he visto entradas claras, pero en uno de los edificios a los que he entrado he visto un montón de piedras en una pared. Ahora, desde aquí fuera veo que esa pared parece dar a otra estancia más pequeña. Tal vez haya algo en ella.

Belegar: Perfecto Simon. Busquemos esa entrada.

Simon: Lo único malo es que está demasiado cerca de los orcos y haremos mucho ruido si quitamos las piedras una a una ¿no? Mirad, es allí. Si me ayudáis a subir podría intentar colarme por ese hueco en la pared.

El edificio que señaló Simon tenía, en efecto, un añadido que además daba justamente a la plaza donde excavaban los orcos. En una pared había un pequeño hueco, pero tal vez suficiente para que se colara un pequeño hobitt. A la derecha, a escasos metros, estaba una de las construcciones con orcos.

Tiradas: Erbill (Percepción) = 94 (Casi éxito)

Erbill quiso aprovechar la situación para acercarse a la tienda. Tal vez esa era una gran ocasión. Se movíó muy despacio avanzando hasta la tienda, pero algo le detuvo. Justo bajo uno de sus pies, por fortuna aún en el aire, descubrió una línea dibujada en la húmeda tierra. Retrocedió un paso para comprobar que un círculo de unos cinco metros de radio rodeaba tienda y artefacto y otro, más pequeño, de metro y medio de radio aproximadamente, rodeaba a su vez solamente la tienda de campaña. Erbill desconocía si tenía que ver con las artes arcanas, pero algo le hizo replantearse su idea.

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Off-rol:

En fin, espero que no se os esté haciendo demasiado pesada esta escena. Tal vez vaya todo un poco lento, pero intentaré avanzar añgo más deprisa en próximos turnos.

Según vuestras siguientes decisiones, creo que la cosa se irá aclarando y habrá turnos más dinámicos.

Thorontir: si quieres entra en los círculos, he preferido cortar ahí por si las moscas.

Kooshe: si Simon entra por ahí, estará sólo, que lo sepas.

(RESPUESTA ERBILL)

"Si es una maldita trampa, deberian haberla ocultado mejor. Si, tiene pinta de ser algún tipo de hechiceria, definitivamente debe ser cosa del encapuchado aquel..."

Erbill vaciló un instante, para finalmente desenvainar espada y main gauche, tratando de hacer el menor ruido posible. Si era una trampa, iba a meterse hasta el fondo... pero no indefenso. Al primer ruido, tajo aquí, quite allá, y despachaba al inmundo orco que se acercase. Y si era el encapuchado, tampoco iba a hacer distinciones. A la hora de matar, no se consideraba racista.

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"Y siempre queda la posibilidad de que esto no sirva para nada. O para nada más que para disuadir a posibles intrusos, que para el caso es lo mismo. Pero no creo. Aun he de regar esta tierra con más sangre... Eso si, una cosa es ser un loco valiente, y otra un completo estúpido. No pienso entrar en el circulo pequeño. Sea lo que sea debe ser más potente..."

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Lo dicho. Entrará en el primer circulo para echar un ojo a la perforadora y el hueco, pero no penetrará en el circulo de la tienda. A la menor señal, intentará despachar al desafortunado visitante. Si completa la inspección sin más percances, intentará distinguir algo dentro de la tienda, pero mirando desde fuera, sin entrar al segundo circulo.

(RESPUESTA SIMON)

Me desplazaba de escondite en escondite pero el vigía aun que se cubría los ojos era claro que husmeaba el aire y aguzaba el oído así que era realmente difícil de acercarse a esa posición. Asi que retrocedo para ver que opinan el resto del grupo de la situación. No seria muy inteligente descubrir la emboscada que les preparamos solo por mi curiosidad.

Al amanecer, Jotumm guió a Valandil hasta la posición de Erbill y Simon.

El errante explicó al resto sus sospechas y les enseñó la llave que había encontrado.

Valandil: Antaño, Annúminas fue capital de un reino de los Hombres del Oeste. Mis antepasados. Aquí vivía el rey, y aquí estaba la biblioteca real. Se dice que cuando las huestes del Rey Brujo llegaron a Annúminas y arrasaron la ciudad, los sortilegios de mis antepasados salvaron intacta la biblioteca en algún lugar subterraneo. Se dice que sus puertas aún están cerradas. Tengo miedo que lo que esos orcos busquen sea un medio para forzar su entrada en esa biblioteca. Quién sabe qué conocimientos se ocultan en sus pasadizos... Pero sin duda, en ella aún debe haber conocimientos muy buscados. Creo que esta llave podría ser la que abre la puerta oculta a esa misma biblioteca. Tendría sentido.

Belegar: Si, yo también había oído esa historia.

Valandil: Aunque esta llave abra ese lugar, no sabemos ni qué puede haber allí que interese tanto a estos grupos de orcos, ni dónde está esa puerta. Y eso, claro, asumiendo que mi corazonada sea cierta... Pero ahora mismo, es lo único que se me ocurre. Debemos encontrar esa puerta, y ver si esta llave la abre. Y debemos hacerlo antes que los orcos entren. Si tantos se movilizan, es que quizás sea necesario movernos antes que sea tarde...

Belegar: Sólo espero que recibamos noticias de Radagast pronto y que los refuerzos no se demoren demasiado. Estamos en clara inferioridad. Además, el movimiento silencioso no está dentro de mis cualidades precisamente.

Simon: Eso deja que lo haga yo, Belegar - dijo el hobitt sonriendo.

Erbill: Yo puedo intentar acercarme a ver si se distingue algo en el hueco que han hecho con la perforadora, y de paso ver si le puedo echar mano al encapuchado, aunque eso nos hara perder la sopresa con que pudiesen contar los refuerzos, pero parece lógico suponer que ese tío es importante.

Empezamos a miran en las ruinas, empece a dar bueltas y en las cercanias del campamento de los orcos, Belegar tropezó con una piedra suelta. Apenas hizo ruido, vi como un orco salía de uno de los edificios. Con un empujón y un gesto indique a Belegar que se agachara y se quedara quieto,al tiempo que yo hacía lo propio y preparaba mi honda. Pero el orco únicamente se protegió los ojos con el brazo, olfateó un momento el aire para finalmente volver a entrar. Que suerte haviamos tenido esamine el edificio que tenia una buena parte de la pared reduida me parecio estraño, pero con la cercania de los orcos no permitia entretenerse en investigar, pero mi instinto me decia que hay estaria lo que buscaba.

Cuando nos reunimos de nuevo, todos negaron con la cabeza, señal de que no habian encontrado la puerta. Asi que espuse mi ideas.

Simon: No he visto entradas claras, pero en uno de los edificios a los que he entrado he visto un montón de piedras en una pared. Ahora, desde aquí fuera veo que esa pared parece dar a otra estancia más pequeña. Tal vez haya algo en ella.

Belegar: Perfecto Simon. Busquemos esa entrada.

Simon: Lo único malo es que está demasiado cerca de los orcos y haremos mucho ruido si quitamos las piedras una a una ¿no? Mirad, es allí. Si me ayudáis a subir podría intentar colarme por ese hueco en la pared.

La verda es que estaria solo apartir de que entrara por ese gueco, pero frustar los planes del enemigo era trabajos de todos.

Simon: Pero si todos me alludais puedo hechar un vistazo, necesito algo de alluda para lograr lo. Valandil confiarias en mi para dejar me la llave en caso de encontrar la puerta para intentar recuperar lo que desea el enemigo antes que este lo tenga.

Vamos que si que entro por el agujero.

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(RESPUESTA VALANDIL)

El pequeño hobbit miraba al errante con la mano en alto, palma extendida.

Simon: Valandil, ¿confiarías en mi para dejarme la llave en caso de encontrar la puerta, para intentar recuperar lo que desea el enemigo antes que éste lo tenga?

Valandil miró de reojo al puesto orco, a escasos metros de donde estaban. Si les encontraban con la llave, y si ahí estaba la puerta, ya no necesitarían la enorme máquina perforadora para llegar a lo que fuese que estaban buscando. Demasiado cerca...

...Y sin embargo, si no hacía nada, los orcos acabarían el trabajo esa misma noche. Al menos de día tenían cierta ventaja para huir. Con la mano izquierda, Valandil se frotó los ojos tratando de pensar con claridad. Un día y medio despierto, en que había luchado a muerte y errado por los alrededores de Annúminas con toda la tensión que la presencia enemiga podía provocar estaban empezando a causarle un estado de cansancio alarmante. En otras circunstancias, habría optado por tratar de quitar las rocas. Conocía un truco para moverse en silencio que le habían enseñado en su formación de Errante, pero estando cansado y con el juicio nublado, no se atrevía a recurrir a aquellos trucos si no era por gran necesidad.

Abriendo mucho los ojos tratando de mantenerse despierto, volvió su mirada al expectante hobbit. Sacó de su bolsillo la llave, y la dio a Simon.

Valandil: Ve con cuidado. Y sobretodo, cierra si puedes la puerta tras de ti. Al menos, si por algún infortunio nos hallasen aquí, no sabrían de tu entrada. Busca esa puerta, joven hobbit, y sé cauto.

Valandil se preguntó cómo debían ser en coraje los medianos. Lo poco que había oido de ellos era que se trataba de un pueblo de vagos y holgazanes, de vida pacífica y más dados a las festividades y chismorreos que al trabajo, y sólo el hecho de ser de aspecto insignificante y de vivir en una tierra rica y fértil les había permitido prosperar medianamente. Dejar la llave en manos de uno de aquella extraña raza de la que ninguna canción se cantaba entre los elfos - salvo un extraño relato involucrando enanos y un dragón, que Valandil nunca acabó de comprender -, no era de su agrado. Pero el Errante no tenía mejores opciones.

Valandil: Vamos, subámoslo... Y seamos silenciosos. Si los orcos vienen, no podremos retenerlos. Escóndete dentro de la biblioteca, y sobretodo que no adviertan tu presencia. Tu tamaño será tu ventaja, Simon. Si vienen hacia nosotros... Sólo podremos huir. Y no creo que podamos esperarte. Sólo lograríamos una muerte prematura, y si Belegar está en lo cierto, hemos de encontrar ayuda antes del final del día.

TURNO 7

Valandil, Simon, Belegar, Jotumm

Estaba claro que, únicamente Simon, era capaz de colarse por el pequeño hueco de la pared. Si, tal y como él mismo sospechaba, ese lugar podía esconder una entrada secreta a la Biblioteca Real de Annúminas, iba a necesitar la llave que encontró Valandil en el cuerpo del semiorco.

El pequeño hobbit así se lo hizo saber al errante, al que pidió confianza.

Simon: Pero si todos me ayudáis puedo hechar un vistazo, necesito algo de ayuda para lograrlo. Valandil, ¿confiarías en mi para dejarme la llave en caso de encontrar la puerta para intentar recuperar lo que desea el enemigo antes que éste lo tenga?

El pequeño hobbit miraba al errante con la mano en alto, palma extendida. Aunque hubiese preferido otra opción, Valandil sabía que el hobbit tenía razón. Estaba demasiado cansado. Apenas había descansado unas horas la noche anterior y estaba falto de ideas. Finalmente sacó la llave y tras una breve pausa, se la entregó a Simon

Valandil: Ve con cuidado. Y sobretodo, cierra si puedes la puerta tras de ti. Al menos, si por algún infortunio nos hallasen aquí, no sabrían de tu entrada. Busca esa puerta, joven hobbit, y se cauto.

El joven Brandigamo puso una sonrisa de oreja a oreja cuando valandil le entregó la llave. Por fin. Su oportunidad había llegado. Por fin tendría la ocasión de demostrar a aquellos humanos, sobre todo a Belegar, sus enormes capacidades. Mientras Simon guardaba la llave, recordó las historias de Bilbo Bolsón que le contaban cuando era niño y pensó, que algún día, también contarían las aventuras de Simon Brandigamo. Sólo cuando Valandil volvió a hablar, el hobbit salió de su ensimismamiento.

Valandil: Vamos, subámoslo... Y seamos silenciosos. Si los orcos vienen, no podremos retenerlos. Escóndete dentro de la biblioteca, y sobretodo que no adviertan tu presencia. Tu tamaño será tu ventaja, Simon. Si vienen hacia nosotros... Sólo podremos huir. Y no creo que podamos esperarte. Sólo lograríamos una muerte prematura, y si Belegar está en lo cierto, hemos de encontrar ayuda antes del final del día.

Belegar y Valandil ayudaron a Simon para que alcanzara la apertura, mientras Jotumm vigilaba los puestos orcos.

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Tiradas: Simon (trepar) = 139 (100%, éxito)

El pequeño Simon encendió una de las antorchas que había recogido la noche anterior y echó un vistazo a su alrededor. Después se subió a unas piedras lo justo para asomar la mano por el hueco.

Simon: Creo que hay un pasadizo que desciende, intentaré bajar. Podéis confiar en mi.

Las palabras de Simon sonaron demasiado eufóricas a oidos de los demás, pero ahora mismo no podían hacer otra cosa que confiar en él.

Erbill

El pícaro sacó sus armas. Su intención no era luchar, al menos en ese momento. Sólo quería acercarse un poco más al ingenio excavador. Se colocó justo al borde del primer círculo dibujado en el suelo, respiró hondo y dio un pequeño paso atravesando la línea.

Justo en ese instante, el troll pareció despertar de su letargo. Sus movimientos eran pesados y lentos al principio, pero abrió los ojos. Desde luego, que el troll despertara no fue casual. Erbill tenía que actuar y debía ser muy rápido, pronto todo el campamento despertaría.

Tiradas: Erbill (Mov. adrenal - Velocidad) = 57 (fallo)

Intentó que su cuerpo se moviera más rápido de lo normal, pero sin éxito. En cualquier caso, se lanzó contra el troll sabedor de que disponía de la sorpresa y tendría una oportunidad, dos en realidad. De un salto se plantó ante el troll de guerra, recién levantado del suelo, y le atacó con sus dos armas, esperando que fuesen suficientes para penetrar su coraza.

Tiradas (asalto 1): Erbill vs troll (espada corta) = 178 ----> 12E ----> crítico gran criatura +5

* 87 +5 (crítico E) +5 (emboscar) = 97 ----> muerte instantánea Erbill (Muerte silenciosa) = imposible...

El troll se estaba levantando y miraba con desprecio al intruso mostrándole su apestosa boca, cuando Erbill Asac le asestó un golpe con su espada corta. La punta del arma encontró una hendidura en su piel corácea y la hoja entera penetró atravesando el corazón del troll. La enorme bestia murió de forma inmediata desplomándose sobre el cuerpo de su verdugo sin que éste tuviera tiempo de esquivar la mole que le venía encima.

Off-rol: Increible, pero cierto. Troll muerto de un golpe, pero se cae encima de Erbill, que pierde 20 pv por el golpe y se queda atrapado 6 asaltos...

El sonido del troll al caer unido al gemido agónico que soltó al morir, alertaron a los hombres de la tienda, que no tardaron en aparecer en escena.

Erbill luchaba por salir de debajo del pesado cuerpo del troll. Estaba a punto de conseguirlo. Su brazo se estiró para asir su main gauche pero el extremo de un cayado le apretó la mano contra el barro.

Encapuchado: Ni lo intentes, gusano.

A la voz le siguió un brazo que cogía las armas de Erbill. El bribón estaba solo y no tenía ninguna opción. Dos hombres, uno de ellos el encapuchado que escapara la noche anterior, estaban junto a él. Un tercero se les unió instantes después de dar la voz de alarma entre los orcos.

Hombre#1: Voy a matar a este bastardo.

Encapuchado: ¡No! Sus compañeros no andarán lejos y tienen una llave. Le usaremos para recuperarla.

Hombre#1: Como quieras, pero después es mío. Ha matado a mi troll.

El hombre que hablaba vestía túnica oscura y era quien observaba los planos la noche que montaron el artilugio. Ese mismo hombre escupió el rostro de Erbill antes de apartarse ante la llegado de varios orcos.

Los orcos odiaban la luz del sol, pero obedecieron las órdenes de los tres humanos y amordazaron a Erbill...

Valandil, Belegar y Jotumm

Un gruñido, seguido de un golpe seco alertó a los dunedain. Antes de que pudieran reaccionar, tres figuras salieron de la tienda de campaña y dieron la voz de alarma. Con presteza se ocultaron tras la construcción por la que se había colado Simon, a tiempo de descubrir como varios orcos salían de sus refugios y, tapándose y protegiéndose como buenamente podían del sol, acudieron a la llamada. Sin saber bien cómo, vieron que Erbill había acabado él solito con la vida del troll, pero le habían capturado.

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Minutos después los humanos organizaron una batida con los orcos por las ruinas. Pese a ser de día, les superaban ampliamente en número y prefirieron retirarse temporalmente. Jotumm cerraba el grupo ocultando como pudo las huellas.

Estaban muy cansados y ahora esto. De pronto el grupo se había desmembrado notablemente. Belegar parecía algo desmoralizado, Valandil acusaba la fatiga acumulada y a Jotumm no se le ocurría nada.

Tiradas: Valandil (percepción) = 68 (fallo) Belegar (percepción) = 49 (fallo) Jotumm (percepción) = 119 (éxito)

Jotumm: Un momento - dijo susurrando - Escuchad eso.

Sus compañeros no oían nada, pero la expresión del rostro de Jotumm cambió y ahora se mostraba más animada.

Jotumm: Ese sonido de pájaro. Si, debe ser Theron. Han regresado, vamos.

Simon

Ajeno a todo lo que sucedía en el exterior, el pequeño Simon había descendido por un estrecho pasadizo entre enormes trozos de piedra a ambos lados. El estado del pasillo era lamentable, pero Simon no se detuvo en ningún momento.

El hobbit se sorprendió al comprobar que al final del pasadizo había una puerta en perfecto estado. No entendía de materiales, pero el metal con que estaba fabricada parecía capaz de resistir cualquier cosa. La examinó excitado y comprobó que tenía dos cerraduras. Sacó la llave que le entregara Valandil y, sin introducirla en ninguna cerradura, estudio su forma y tamaño. Parecía que encajaría perfectamente en la cerradura superior. La inferior, en cambio, era mucho más grande. Alrededor de las cerraduras y en buena parte de la puerta, había grabados varios símbolos totalmente ajenos al hobbit.

Tiradas: Simon (detectar trampas) = ¿?

Asomándose por las cerraduras se quedó prácticamente convencido de que estaban libres de trampas, aunque no pondría la mano en el fuego. No entendía los símbolos, pero tampoco podía preguntar a nadie por ellos. Estaba solo y tenía que tomar una decisión.

Valandil, Belegar y Jotumm

Poco después de escuchar el sonido del "ave", el montaraz condujo a valandil y Belegar a la orilla del lago. Allí encontraron lo más que deseaban ver. Theron y Mirssa habían regresado con Curfu y Senda y traían refuerzos: otros tres jóvenes montaraces les acompañaban.

No era mucho, pero tenía que ser suficiente. Debía serlo. Jotumm les comunicó las novedades, la captura de Erbill y el descubrimiento de Simon. Los montaraces discutieron entre ellos posibles planes de acción. Uno de los montaraces, llamado Inracar propuso algo para ver la situación en el campamento enemigo:

Inracar: Escuchad. Tengo un Familiar, un pequeño martín pescador, que nos podría ser muy útil. Gracias a un hechizo que me enseñara mi madre, puedo ver a través de sus ojos. Le enviaré a que eche un vistazo y luego os contaré lo que hay. No es mucho, pero desde luego nos será de mucha ayuda para actuar.

El chico, que apenas tendría veinte años sacó de su zurrón a su mascota y la envió al campamento. Inracar se acercó un poco quedando en regresar cuando hubiera "visto" todo.

Mientras seguían hablando, Valandil y Belegar aprovecharon para sentarse. Cualquier descanso era bien recibido. Además les esperaba una situación bastante complicada: veinte orcos y tres humanos, seuramente conocedores de las artes arcanas, al menos alguno de ellos. La única ventaja era la que les otorgaba la luz del sol, pero si caía la noche estarían en clara inferioridad.

Inracar regresó y todo hacía indicar que no estaba contento con sus descubrimientos.

Inracar: Al parecer se han reunido en una zona más abierta, junto a un hoyo. El artefacto mecánico del que hablabáis está situado junto encima de vuestro amigo. Está atado al suelo con unas estacas y el extremo puntiagudo de la máquina apunta justo a su pecho. Cerca hay tres humanos. Dos visten túnicas y el tercero es un encapuchado que parece estar al mando de todo.

Al menos no habían matado a Erbill, pero era su rehen...

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Off-rol

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Sé que he tardado demasiado en subir turno, pero como habréis podido comprobar no era un turno sencillo.

Pese a estar separados en tres grupos, mantendré la misma trama por ahora...

El combate contra el troll ha sido impresionante, pero he tenido que improvisar bastante dadas las

circunstancias

(RESPUESTA ERBILL)

Hombre#1: Voy a matar a este bastardo.

Encapuchado: ¡No! Sus compañeros no andarán lejos y tienen una llave. Le usaremos para recuperarla.

Hombre#1: Como quieras, pero después es mío. Ha matado a mi troll.

Erbill: ¡Ha matado a mi troll! ¡Llamad a mi madre, el hombre malo ha matado a mi troll! - No estaba seguro de que hacerlos enfadar fuera una buena idea, pero debía distraerlos. Si el resto lo había visto, vendrían por él, o eso esperaba. Se suponía que eran buena gente, y la buena gente cometía todo tipo de estupideces por ayudar a los demás. Me dan pena esos infelices. Y sin embargo no tengo del todo claro estar haciendo esto tan sólo en mi beneficio. Me gustaría pensar que lo hago también por ellos, para alertarlos, e intentar que no los cojan. Si, seria algo bueno. Algo poco habitual. - Déjame levantarme y me ocuparé de ti, y de tus compadres. ¿O acaso me temes? ¡Temblad, gusanos! ¡Soy el gran Erbill Matatrolls!

El bastón no se relajaba, por lo que no pudo usar la mano para protegerse del puntapié del hombre desconocido. Erbill tuvo la impresión que el fuerte golpe le saltaba algún diente, tras impactar en su mandíbula. De lo que no caía duda era de que sangraba. Escupió sangre, y pensaba seguir con sus chanzas cuando recibió una segunda patada, esta vez por el lado de la cabeza. El oído comenzó a silbarle, y se sintió tremendamente mareado. Ojala no tarden en venir. Esto se pone feo.

Erbill: Ese troll no me ha dejado ni calentar. Vamos, dejadme que os enseñe...

No pudo acabar, tan sólo encogerse ante el nuevo golpe que venia...

(RESPUESTA VALANDIL-1)

Valandil escuchó con cautela las palabras de Inracar. Así que Erbill era su rehén... Las cosas pintaban mal.

Valandil: Ni huelga decir que cualquier cosa que hagamos, podría provocar la muerte de Erbill. Su situación es cuanto menos muy delicada. Pero hay dos cosas con las que el enemigo cuenta: nuestros escrúpulos, y que trataremos de salvar a Erbill por todos los medios.

Las miradas de los montaraces y de Belegar ante aquellas últimas palabras eran de incomodidad, pero sobretodo de incomprensión. ¿Qué pretendía decir el Errante con que el enemigo contaba con que tratarían de salvar a Erbill? ¿Cómo podía siquiera dudarlo?

Valandil: Dejadme terminar - inquirió entonces Valandil -. He dicho que el enemigo cuenta con estas dos cosas, y sin duda son ambas ciertas. Pero debemos utilizar esto en nuestra ventaja. Si han atado a Erbill de un modo tan amenazador, supongo que será para negociar su vida a cambio de algo que tenemos. Sólo se me ocurre que pueda ser la llave que tiene Simon. Lo que no entiendo es por qué la tenía la aberración a la que maté, y no el que debía ser su líder, el encapuchado. Atar a Erbill es una llamada a que salgamos a hacer un intercambio, o si no ya le habrían dado muerte.

Jotumm: Pero la llave la tiene Simon.

Valandil: Exacto. No tenemos con qué negociar, y puede que sea cuestión de tiempo que Simon caiga en manos del enemigo. Si eso sucede, Erbill no tendrá ni una sola oportunidad, pues perderá toda utilidad para ellos. Si nos planteamos una negociación, incluso cuando estuviésemos dispuestos a dar la llave, no la tenemos. Negociar sólo llevará a la muerte de Erbill. Pero eso el enemigo no lo sabe.

Jotumm: ¿Y entonces, qué podemos hacer?

Valandil: Atacar. Atacar mientras sea de día. Obligarles a apartarse de la máquina. Somos bastantes, y sóis montaraces de Eriador. Ellos son orcos bajo la luz del sol. Salvo los tres hombres, el resto de su tropa tardará en reaccionar si somos rápidos y precisos. Inracar, dices que junto a la máquina sólo hay los tres hombres, ¿verdad? Los de las túnicas y el encapuchado.

Inracar asintió. Valandil se sintió complacido por ello.

Valandil: Si damos paso a un ataque sobre los guardianes de la máquina, dudo mucho que se preocupen por Erbill. Atado, no puede hacerles daño. Y ellos estarán ocupados defendiendo sus vidas de nuestros arcos y nuestras espadas.

Jotumm: ¿Quieres que ataquemos, pues?

Valandil: Entrar, y salir. Que lluevan vuestras flechas sobre nuestros enemigos. Jotumm, Theron, ¿podéis

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llamar a algún amigo del bosque para que nos ayude en esto? Para que resulte, tendremos que atacar muy rápido y muy fuerte sobre cualquiera que esté cerca de Erbill, y obligarles a preocuparse sólo por sus vidas. Unos cuantos a caballo iremos al cuerpo a cuerpo. Yo lo lideraré, y creo que Belegar querrá acompañarme en el rescate de su amigo. El resto deberéis cubrirnos con vuestros arcos, para que el enemigo en nuestro avance no trate de matar a Erbill.

Theron: Bueno... Yo conozco un truco que quizás pueda servir contra los orcos.

Valandil: ¿De veras? - preguntó el Errante, esperanzado.

Theron: Puede que los orcos ahora estén vigilando el perímetro, pero muchos estarán durmiendo en su tienda. Puedo cegarlos con un estallido de luz. Es una plegaria que conozco bien. Los orcos odian la luz, y al menos les retrasará lo suficiente como para evitar que puedan llegar a vosotros en pleno ataque relámpago.

Valandil: Me parece bien. Entrar y salir. Si podemos, matar a los cabecillas enemigos. Los orcos dudo que sepan seguir sin su troll y sin sus líderes. Si con ese estallido de luz puedes entretener a unos cuantos orcos, serán refuerzos que no tendrán, y las tornas se igualarán. Belegar y yo iremos cuerpo a cuerpo a rescatar a Erbill. Inicialmente, nos acercaremos como si fuésemos a parlamentar, de modo que nos deberían dejar pasar, y nuestra presencia distraerá la atención de cualquier guardia enemigo que pueda haber. Eso debería daros la ocasión de situaros bien y emboscarlos desde la lejanía con vuestras flechas. De todos modos, ni a pie me temo que Belegar ni yo fuésemos lo bastante sigilosos para entrar sin llamar la atención, mucho menos a caballo para ganar velocidad. Así, los demás nos cubriréis desde la distancia vigilando que nadie pueda acercarse a acabar con Erbill, y sobretodo a entretener a los encapuchados. Si podemos acabar con el encapuchado...

Valandil pensó en el truco que el encapuchado había empleado para huir.

Valandil: Ese hombre puede desplazarse más rápido que el ojo. Si le perdéis de vista, apuntad a donde esté el mecanismo para activar la máquina y acabar con Erbill. Si tampoco está ahí, mirad tras de vosotros. Dejad vuestras espadas desenvainadas junto a vosotros, así si os asalta por sorpresa con su bastón podréis giraros rápido con un arma para defenderos.

Jotumm: Yo haré una llamada a los animales de la zona. Con suerte, podremos contar con alguno de ellos.

Otro de los montaraces dijo a Jotumm que le ayudaría con aquello.

Valandil: Los orcos de guardia serán la molestia principal una vez empezado el ataque. Entretenedlos tanto como podáis. Y si las cosas se tuercen... Recordad que alguien debe llegar a nuestros amigos para decir lo que aquí está sucediendo. Aunque fracasemos, que al menos uno logre escapar. Tened a los caballos cerca.

El Errante montó a Curfu y se preparó para la inminente batalla.

Valandil: ¿Venís, Belegar?

Pues eso: táctica de ataque relámpago. Activaré Arma noble nv1 (+10BO durante 5 asaltos) y a la carga a caballo. A la que vea una oportunidad que cedan las defensas enemigas ante la lluvia de flechas (bueno, 4 flechas por turno más bien, hasta que Theron pueda unirse a la juerga) de los montaraces, a rescatar a Erbill. El objetivo es acabar con las flechas con el encapuchado o uno de los túnicas (concentrar en el ataque por sorpresa para tumbar a uno en el primer turno), y a partir de ahí mantener a raya a cualquiera que se acerque (orcos) o que trate de activar la máquina (túnica esperemos que superviviente, encapuchado). En el cuerpo a cuerpo, nos centraremos así: dos guardianes animales en el túnica (uno a cada uno si siguen los dos enteros), y Belegar con Valandil contra el encapuchado. Si surge la ocasión, rescate rápido de Erbill y retirada inmediata. Theron tratará de dejar aturdidos a los orcos (que deberían ser muy sensibles a un Luz repentina) que estén descansando en un cubil o tienda, y será quien dirija a partir de ahí las salvas de flechas contra los enemigos que se intenten acercar a nosotros.

Aparte de esto, Valandil usará el conjuro Shield Blow I para parar el primer golpe crítico que le llegue. Y si lucha contra el encapuchado, tratará de potenciar sus ataques con Arm's way si le quedan puntos de poder.

(RESPUESTA VALANDIL-2)

Mientras azoraba su montura con caminar lento hacia lo que pronto sería el corazón de una dura batalla, el corazón del Errante se encogió. Miró a su buen amigo Jotumm, que con el arco en su mano volvió sus ojos a Valandil. Juntos habían compartido la senda aquellas últimas semanas, y el lazo entre los dos era sólido. Valandil deseó en su fuero interno que aquel lazo no se quebrase con la inminente lucha.

Sus ojos repasaron los de los hombres que lucharían a su lado. Eran rostros valientes y dispuestos, jóvenes como el propio Valandil, pero de firme propósito. Al fin, sus ojos se encontraron con los de Belegar. Estaban llenos de determinación. "Ha dedicado su vida y su alma a servir a los valar, a llevar su voluntad. Por algo le llaman paladín..." Y viendo aquella determinación, Valandil no pudo sino mirar a su propia alma y ver en ella la semilla de la duda y el miedo.

Hildarion: ¿Acaso flaquea ahora tu convicción, justo la víspera de tu marcha, Errante?

Las palabras que Hildarion le dijese mirando los colores del crepúsculo en los Puertos Grises, el día antes de partir.

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Hildarion: Tu padre tenía un ideal, y vivió acorde a él, así como halló su muerte. Y tú juraste servir al mismo ideal, y por eso nosotros te ayudamos. Puedes llegar a ser mejor de lo que crees, Valandil.

Valandil: El juramento... Sí, liberar las tierras de Arnor de todo mal hasta que llegue el momento en que el que ha de regresar lo haga, y traiga los días del rey a la Tierra Media. Pero hace más de mil años que esperamos a ese rey que ha de regresar, y en el Este dicen que crece un mal que no duerme. No creo que vea esos días.

Mientras avanzaba lado a lado con Belegar, montado sobre Curfu, aquellas memorias de días más tranquilos regresaron a su mente. Notaba su corazón oprimido. La punzada del miedo de enfrentarse al corazón de una batalla en la que podía morir le atravesaba el alma con la frialdad de un carámbano de hielo.

Elërion: ¿Sabías que los Primeros Nacidos al principio no conocían el miedo, Valandil? - dijo el maestro del Errante.

Valandil: ¿Cómo es eso posible? - respondió sorprendido Valandil.

Elërion: El miedo es un legado del Enemigo Oscuro. Sus mentiras fueron las que plantaron su semilla en los corazones de los eldar, y también en los de los atani. Pero antes de aquello, no había miedo en nuestros corazones.

Valandil: Cuesta de creer. ¿Cómo puede alguien no temer a la muerte?

Elërion: Para nosotros, los Primeros Nacidos, los salones de Mandos son lo que nos aguarda tras la muerte. Para vosotros, los Segundos Nacidos, nadie lo sabe. Sólo sabemos que la muerte es el Don que Ilúvitar os concedió. Son las mentiras que el Enemigo Oscuro volcó las que os hicieron temerla...

Valandil: Alkâllabeth... Númenorië...

Elërion asintió.

Elërion: Ar-Pharazôn el Dorado escuchó las palabras de Sauron, y dejó que el miedo de su corazón se alimentase de ellas. Se separó de la bondad de los Valar, y envidió el don de la vida eterna de los eldar tanto que lo quiso para sí, sin ser capaz de entender que quizás los eldar pueden envidiar también el don de escapar de este mundo que les fue concedido a los atani. De su miedo nació su orgullo. En su orgullo, atacó las Tierras Imperecederas. Y ahí cayó Númenor. Tu linaje es el de los que fueron fieles a su corazón, de los que confiaron en el Creador.

Valandil: Los Fieles de Elendil...

Elërion: La gracia que le fue concedida a las Tres Casas de los Edain fluye por tus venas, Valandil. Aquellos fueron hombres que no dejaron que el miedo les dominase. Los siervos del Enemigo sienten el miedo mucho más de lo que jamás lo sentirás tú, pues en su oscuridad las tinieblas apresan sus corazones y los agarrotan. Si no sientes miedo, el legado del Enemigo Oscuro no podrá tocarte, pero sus súbditos seguirán siendo sus esclavos. No temas a la muerte, Errante. Ven, hoy te enseñaré algo que aprendieron tus padres. Algo que hará que tu miedo no pueda apresar tu corazón...

Y sobre Curfu, Valandil vio el campamento de los orcos, y los orcos le vieron a él y a Belegar, y tanta era su calma y parsimonia que de veras les debió parecer que iban a parlamentar. Valandil no se giró ni una sola vez para comprobar si Jotumm, Theron y los demás habían llegado a sus posiciones de tiro. Confiaba en ellos. Les había confiado su vida, la de Belegar, y también la de Erbill. El hombre estaba atado con cuerdas, y gravemente amenazado por la terrible punta de la máquina infernal que había sobre él.

Valandil miró en derredor a los rostros de los orcos que hacían guardia. Eran muchos, sí, y él estaba cansado, y sintió el miedo crecer una vez más en su corazón. Con Belegar, se acercaron un poco más a los hombres de las túnicas y al encapuchado, y a menos de diez metros de ellos detuvieron sus caballos como si fuesen a parlamentar.

"Se guardan del sol, de la luz. Viven en las tinieblas. Tienen el miedo en sus corazones."

Pero no parlamentaron. Los labios del errante empezaron a murmurar un cántico, y la espada en su empuñadura empezó a vibrar con su voz.

Elërion: Cuando tú y los tuyos sintáis que el miedo os atenaza el corazón, haz cantar tu espada. Lleva el recuerdo de aquellos días en que el veneno del Enemigo Oscuro aún no moraba en los corazones de los Segundos Nacidos. Haz que cante tu espada. Ilumina el camino, Errante.

Y Valandil desenvainó su espada, que cantaba. Cantaba una extraña melodía, y la voz de la espada fue como un rayo de luz en los corazones de Valandil y Belegar. Y la alzó para que todos la oyeran cantar, mientras con una mano alzaba su escudo y con las espuelas azoraba a Curfu a cargar contra el encapuchado. Bajo el sonido de las primeras flechas amigas y enemigas, el corazón del Errante ya no sintió miedo.

Cuando dijiste que la batalla ya era inevitable, se me ocurrió poner este añadido con el estado interior de Valandil. La espada que canta es el hechizo de nv4 de Arma Noble, que sustituye al de nv1 de mi selección, y que básicamente hará que Valandil y Belegar sean inmunes al miedo, y reforzará la moral del resto de los nuestros. Siendo tantos contra tan pocos, mejor tener la moral bien alta.

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Si me he pasado con la llegada de Valandil y Belegar, corta tras el "Algo que hará que tu miedo no pueda apresar tu corazón". Si no, esto es lo que hará Valandil - cruzando mentalmente los dedos, claro.

(RESPUESTA SIMON)

Que hacer esta claro que los constructores de esta puerta usaron magia para hacer la y de eso se bien poco. Pero los compañeros confían en mi para lograrlo axial que la decisión es tulla que decía el viejo abuelo Brandigamo en estas situaciones. “ Simon, la fortuna son ríe a los audaces.”

Esperando que esa esquiva dama, me sonriera en el día. Siento el palpitar del corazón cada paso es un mundo, en recorrer cuatro metros tardo una eternidad. El sudor me recorre las manos. Me las seco y me preparo para el trabajo que hay que hacer. Examino con mucho cuidado la cerradura para asegurarme que no activo ningún mecanismo secreto. Y después elijo el material adecuado. Repito los pasos en mi cabeza una y otra vez hasta que los he memorizado y empiezo ha trabajar con la esperanza de que la puerta lea mis buenas intenciones y no me haga ningún mal. Se dice de los objetos antiguos, que alguno tiene esa habilidad.

Básicamente vuelvo a examinar la cerradura.

Intento forzar la con sumo cuidado.

Estoy muy atento a la forma de defensa de la puerta si siento algo que me parezca un ataque me alejo de la misma.

TURNO 8

Valandil, Belegar y Erbill

El plan de Valandil era lo único que tenían. Parecía casi un suicidio, pero por otro lado, era en ese momento o nunca. La luz del sol combatiría de su lado. Valandil subió a lomos de Curfu y Belegar hizo lo propio con Senda y cabalgaron muy despacio en dirección al Enemigo.

Erbill trataba de hacer la paciencia de sus captores y consiguió ganarse unas cuantas patadas que le hicieron escupir sangre. Algo detuvo un puntapié dirigido contra su costado. Erbill se encogió pero el impacto no le alcanzó. Los tres humanos se giraron casi simultáneamente permitiendo que su prisionero levantase un poco su cabeza y comprobase qué había ocurrido. El errante y el paladín se acecaban a caballo, según parecía, dispuestos a parlamentar.

Flanqueando la representación, una veintena de orcos se ocultaba como podía en las sombras de los ruinosos edificios de la ciudad. Varios sacaron sus arcos y el resto sus armas y escudos, ajenos a las seis flechas que les estaban apuntando. El encapuchado intentaba otear a su alrededor buscando algo y, mientras con una mano se apoyaba en su cayado, con la otra sacaba algo del interior de su capa.

Mientras avanzaban, el miedo les atenazaba y valandil recordó su estancia en los Puertos Grises y una conversación con Elërion... Cuando tú y los tuyos sintáis que el miedo os atenaza el corazón, haz cantar tu espada. Lleva el recuerdo de aquellos días en que el veneno del Enemigo Oscuro aún no moraba en los corazones de los Segundos Nacidos. Haz que cante tu espada. Ilumina el camino, Errante. Esas palabras resonaron en su mente varias veces. Los dos valientes detuvieron sus monturas a diez metros de su objetivo y uno de los hombres con túnica se adelantó un paso dispuesto a hablar. Pero no hubo más palabras que las de Valandil susurrando una breve letanía mientras desenvainaba su espada al igual que el propio Belegar.

Tiradas: Valandil (Hechizo - La espada que canta) = 59 (éxito) Belegar (Hechizo - Neutralizar dolor) = 78 (éxito) Encapuchado (Hechizo - Haste II) = 44 (éxito) Túnica#1 (Hechizo - Borroso) = 20 (éxito) Erbill (contorsionismo) = 118 (éxito)

Una extraña melodía surgió de la hoja del arma del errante cuando salió de su vaina, envolviendo a los dunedain con renovadas energías, y el miedo de sus corazones desapareció de inmediato y espoleando sus monturas se lanzaron contra el trío que tenían enfrente. El encapuchado había sacado un pergamino que leyó rápidamente al tiempo que se ponía en guardia en espera de la carga que se les venía encima al tiempo que el cuerpo de uno de los hechiceros que le acompañaba se dinuminaba y se volvía medio borroso.

Antes de que los orcos puedieran reaccionar, varias flechas surcaron el aire atravesando sus defensas y provocando varias bajas.

Aprovechando que le daban la espalda, Erbill hizo un desesperado intento por librarse de sus ataduras. Él mismo se sorprendió al descubrir que los nudos que le sujetaban bajo la infernal máquina no estaban tan prietos como parecía. Le llevaría algún tiempo, pero estaba seguro de poder salir de allí.

Tiradas (asalto 1):

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Iniciativas: Valandil = 12 Belegar = 13 Encapuchado = 26 (13) (Se pasa 20 a defensa) Túnica#2 = 9 Encapuchado vs Belegar (cayado) = 137 ----> 14BK * 96 (punto de destino) * 65 ----> 9 pv, -10, aturdido sin parar el próximo asalto Belegar vs encapuchado (espada ancha) = 94 ----> 8 pv Encapuchado vs Belegar (cayado) = 94 ----> 9 pv Valandil vs túnica#2 = 139 ----> 27ES * 82 ----> 5 pv, muere en 12 asaltos

Con un rápido movimiento, el encapuchado empujó a uno de sus propios compañeros delante del errante al comprobar que se dirigía contra él y con una velocidad sobrehumana se lanzó contra un sorprendido Belegar, que recibió un fuerte golpe muy bien dirigido contra su pecho. Con un movimiento instintivo detuvo parcialmente el golpe usando su antebrazo como escudo. El impacto fue muy doloroso, pero el paladín contraatacó aunque sólo pudo hacer un rasguño en el misterioso guerrero-mago. Cuando creía que podía recuperarse del violento ataque recibido, el encapuchado volvió a la carga. Sus movimientos eran muy rápidos, demasiado, y Belegar volvió a sentir como el cayado de su rival alcanzaba su cuerpo con un golpe seco.

Valandil no se detuvo pese a encontrase de frente con un hombre tan sorprendido como él mismo ante la reacción de su propio compañero de bando. El errante atacó con su espada, cuya melodía seguía sonando, y amputó la mano del pobre infeliz que ni tan siquiera pudo defenderse. El tremendo alarido de aquel hombre sería sólo el comienzo de su agónica muerte.

Una segunda oleada de flechas volvió a caer sobre los despistados orcos, aunque en esta ocasión se recompusieron y desolvieron el ataque. Ninguno disparó contra los que luchaban cerca de la máquina por miedo a errar el tiro. La luz no era su aliada y su visión estaba muy mermada, más aún a esa distancia. Sin embargo, cuatro de ellos se lanzaron al cuerpo a cuerpo contra Valandil y Belegar.

Por su parte, Erbill había conseguido liberar su mano izquierda y ya era sólo cuestión de segundos que se soltara por completo. El individuo borroso pasó cerca suyo sin darse cuenta de nada y se alejaba de toda la lucha a grandes zancadas.

Tiradas (asalto 2): Belegar (Hechizo - Alivio de aturdimiento) = 66 (éxito) Iniciativas: Valandil = 15 (pasa mitad a defensa) Belegar (pasa la mitad) Encapuchado = 17 (9) Orco#1 = 20 Orco#2 = 6 Orco#3 = 16 Orco#4 = 18 Orco#1 vs Valandil (cimitarra) = 21 ----> nada Orco#4 vs Belegar (cimitarra) = 58 ----> 1 pv Encapuchado vs Belegar (cayado) = 113 ----> 11 pv Orco#3 vs Valandil (cimitarra) = 73 ----> 3 pv Valandil vs orco#2 (espada ancha) = 121 ----> 16Ck * 70 ----> 10 pv, aturdido 3 asaltos, -10 Encapuchado vs Belegar (cayado) = 148 ----> 15CK * 61 ----> 8pv, aturdido el próximo, desarmado

De pronto, Valandil se vio rodeado por tres orcos mientras un cuarto apoyaba al diestro luchador del cayado contra Belegar. Dos de los orcos sorprendieron por velocidad a un Valandil que, pese a ello, logró esquivar sin demasiados problemas sendos ataques, recibiendo únicamente un pequeño rasguño. Para evitar ser atacado por su tercer rival, eligió a éste para tu ataque y su espada alcanzó de lleno el pecho del garra verde, al que rompió una costilla y dejó aturdido impidiéndole responder.

Belegar no lo estaba pasanda nada bien. Sus conocimientos de las artes sagradas le permitieron librarse de los efectos de un ataque enterior del encapuchado y pudo defenderse, pero no lo suficiente. Por si su peligroso rival fuese poco, un orco le golpeó, por fortuna débilmente, antes de que nuevamente el fatídico cayado le golpeara dolorosamente. Como ya había ocurrido con anterioridad, hubo un segundo ataque casi sin tiempo de recuperarse del primero. Con un hábil movimiento, el oponente del paladín golpeó su brazo diestro haciendo que Belegar perdiera su arma, que cayó al suelo a los pies de Senda. Las cosas se ponían muy feas para él.

Erbill terminó de liberarse y en ese momento se percató de que estaba desarmado. Su espada corta seguía clavada en el corazón del troll y le habían quitado su main gauche. De todas formas, no podía quedarse allí quieto, sin hacer nada. Tenía que intervenir.

Los orcos, aún bastante superiores en número, se habían lanzado contra los montaraces y tod les era favorable, al menos a priori. Theron hizo alarde del truco que dijo conocer y creó un fogonazo de luz que dejó fuera de combate temporalmente a varios orcos. Los jóvenes guardabosques y exploradores lucharon valientemente llenos de moral. Pese a la distancia, el sonido que surgía de la hoja del errante, les llegaba e inspiraba para la batalla.

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Medio centenar de metros más allá de la máquina, el otro hombre comenzaba a dibujar en el suelo un círculo con el extremo de su bastón...

Simon

El pequeño Simon estaba solo y nadie podía ayudarle a tomar una decisión. Tras un nuevo intento de ver mejor el mecanismo de la cerradura, respiró muy profundamente y sacó de un bolsillo la llave que le ofreció Valandil. La miró un momento y sin pensarlo dos veces la introdujo en la cerradura correspondiente: encajaba perfectamente. Sin que le temblara el pulso, el hobbit hizo girar la llave y pudo escuchar con suma claridad como el mecanismo de la cerradura se movía y del otro lado de la puerta, algún cerrojo se descorría.

Ninguna trampa se había activado. Ningún gas extraño, ningún hechizo arcano, ni dardo había sido activado. Simon Brandigamo gritó de júbilo y dio algunos saltitos de alegría. Todavía quedaba una de las cerraduras, y de esa no tenía llave, pero eso no le borró su alegría. Pero sí hubo algo que lo hizo. Unos segundos después de abrir esa cerradura, los grabados rúnicos de la mitad superior de la puerta comenzaron a brillar con una ténue luz verde-azulada. Simon dio un paso atrás, alarmado, pero no ocurrió nada.

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Off-rol

He cortado el turno aquí por dos motivos: uno el tiempo (esta semana ha sido lamentable, lo siento ), y el otro es que dadas las circunstancias, tal vez queráis hacer algo concreto. El martes o miércoles terminaré el combate por mi cuenta, pero os dejo la opción de precisar las acciones de Erbill y Valandil.

Erbill está libre, pero desarmado. Thorontir, dime si quieres hacer algo específico.

Valandil ciertamente no está pasando apuros, ahora mismo tiene dos orcos intactos más otro aturdido, pero Belegar lo tiene algo complicado y por si fuera poco, no tiene puntos de poder). Ritt, te digo lo mismo que a Thorontir...

Al encapuchado ya se le ha terminado su hechizo, por ahí sin pegas... Os dejo un tiempo por si queréis añadir algo antes de acabar la batalla.

Por cierto, habéis comprobado que la lucha de montaraces y orcos he preferido hacerla sin tiradas. Me hubiese llevado demasiado tiempo y no era la mejor semana para ello. Lástima.

Kooshe, dime si Simon se la juega con la otra cerradura (es locura completa, -50) y tampoco has visto trampas en ella. Tu parte la he cotado para dar más emoción y dejarte también la oportunidad de que postees en consecuencia.

(RESPUESTA SIMON)

Sacó de un bolsillo la llave que me dio Valandil. La miró un momento y la introdujo en la cerradura correspondiente: encajaba perfectamente. Puedo escuchar con suma claridad como el mecanismo de la cerradura se movía y del otro lado de la puerta, algún cerrojo se descorría.

Gritó de júbilo y empiezo el baile de la alegría. Unos segundos después de abrir esa cerradura, los grabados rúnicos de la mitad superior de la puerta comenzaron a brillar con una tenue luz verde-azulada.

Doy un paso hacia tras las runas incandescentes rodean la cerradura y el marco de la puerta.

Esta claro que es magia simon y tu de magia no sabes nada. Que puedo hacer los compañeros espera que lo consigas. Valandil te dio la llave para que los lograras ellos pueden estar muriendo en estos momentos para que tu lo consigas. Se lo debes, Además los dioses desde el principio te metieron en esto por tus habilidades así que si alguien puede abrir esa puerta eres tu.

Me acerco con decisión.

Primero empujo la puerta un poco haber si se abre, abecés ocurre. Si no pasa eso intento forzar la cerradura. Que dios reparta suerte.

(RESPUESTA VALANDIL)

"Otro..."

La espada de Valandil se alzó y cayó desde lo alto de su montura sobre uno de los orcos que le había rodeado, y el golpe fue suficiente para apartarlo. Pero aún quedaban dos orcos con instintos asesinos a su alrededor.

"Otro..."

La canción que surgía de la espada le estaba dando fuerzas inusitadas. Podía sentir su mente despejada, libre de temor alguno. No importaba que luchase contra dos, contra diez o contra cien orcos. Su espada se alzaría y

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caería con aplomo.

"Otro..."

En un rincón de su mente, Valandil sabía bien que aquello no duraría, que su falta de temor mágicamente invocado duraría sólo unos momentos más, y que aún cuando no contara con miedo en su corazón, el enemigo los superaba ampliamente en número. Cuando el hombre de la túnica había caido bajo su firmeza, el Errante se había alegrado. Los orcos rara vez tenían iniciativa propia, y allí estaba claro - muy claro - bajo qué iniciativa se estaban moviendo. Quedaba un encapuchado, y el enemigo de la túnica. Él de nuevo.

"Otro..."

En esos momentos en que el tiempo parecía discurrir más lentamente y la conciencia emborronarse, Valandil comprendió que debía ceñirse al plan. Su sed de sangre, ese sentimiento que se adueña del corazón del guerrero cuando sus enemigos sangran y caen ante él, no podía hacerle olvidar que había algo más importante que los orcos. De ellos se encargarían sus compañeros armados con arcos. Ese era su trabajo, apartarlos.

"Otro..."

Y Erbill, ya libre, hacía que no quedase más camino a seguir que el de la retirada. Pero Valandil vio claro que Belegar no estaba en condiciones para ello. El dolor cruzaba su rostro, y sólo podía defenderse de su rival. Al Errante se le acababan las opciones, y luchar contra aquellos orcos no era su objetivo. Era tentador, pero nunca podía serlo. Debía salir de allí.

Valandil: ¡Curfu! ¡A por él! - musitó el dúnadan a su corcel, tirando de sus riendas.

Iba a caballo, y la movilidad que eso le daba debía convertirse en su ventaja. Curfu debía llevarle al lado del encapuchado, o del otro hombre de la túnica, y Valandil debía seguir confiando en sus compañeros para cubrirle las espaldas contra los dos orcos que estaban cuerpo a cuerpo. Así que el Errante, sin descuidar su guardia, se dispuso a arrollar a uno de los orcos para poder zafarse de aquel absurdo cuerpo a cuerpo que de poco serviría, y así poder encargarse de los enemigos que de veras tenían peligro.

"Jotumm... Te confío mi espalda, amigo mío. No me falles... Y ahora, que venga otro..."

Pues nada, ese es el plan: aprovechar la zancada y velocidad del caballo respecto a las de los orcos para ir al lugar donde Valandil pueda causar más daño, y evitarlo a la vez: en ayuda de Belegar, o directo a acabar con el otro de la túnica. Si acabamos con los líderes del enemigo ahora, los orcos probablemente se queden sin saber qué hacer.

Si por lo que sea acabo contra el encapuchado y empieza a usar conjuros de aceleración - muy costosos en puntos mágicos, por suerte -, cancelaré el conjuro de canción para usar el de multiple strike II, usando uno de los ataques para las paradas y el otro como ofensiva. Si crees que no puede usarse en este modo, entonces usaré ese otro conjuro que permite subir 1.5 veces la BD por 1 punto (el de nv2).

Si acabo contra el de la túnica... Pues a por el como hasta ahora.

(RESPUESTA ERBILL)

"Increible. Realmente increible. Estoy libre... quienme lo iba a decir..."

Terminó de quitarse las ligaduras, y echó un vistazo a la situación. Valandil parecia apañarselas bien, no tanto así Belegar. Si, tenia que hacerse con un arma, y echarles una mano. Al fin y al cabo, estaban en esa situación por él. Los montaraces tambien estaban apañandoselas, de modo que la elección parecia obvia, pero...

...Mas dibujitos en el suelo. Aun recordaba los dichosos círculos, y ahora uno de esos tipos estaba haciendo algo en el suelo. Habia pasado ante él mientras Erbill se liberaba, pero no parecia haberse percatado de lo sucedido. Podria sorprenderlo, si, claro que podria. Pero... ¿Aguantará Belegar? Aun así, si voy en su ayuda, con la sorpresa y mi aportación, probablemente pudiesemos con ellos, pero podria ser inutil, si eso que esta haciendo ese tipo es importante. Ah, algun dia seré sensato... algun dia..."

Echó un vistazo alrededor. ¿Que seria más rápido, sacar su espada corta del troll, o coger una de los caidos? Definitivamente, preferia su hoja. Las cimitarras orcas nunca le habian gustado, y para hacerse con una tendria que delatarse. Si, cogeria su espada, y el main gauche si lo veia, y se dirigiria a toda prisa a por el tipo solitario. Si tenia suerte y lo cogia desprevenido antes de que completara lo que estaba haciendo... si, bien podrian tomarlo por todo un héroe. Quizá así no tendria que preocuparse por que indagaran sobre su pasado. Madición, yo solo queria un cambio de aires. Pero las desgracias me persiguen...En fin, ojalá ese tipo sea la escoria que me dio la patada. Estaria muy agradecido si se la pudiese devolver... siempre he sido generoso en estas cosas...

TURNO 9

Valandil, Belegar y Erbill

La situación era muy comprometida. Valandil no sabía cuánto tiempo más podría aguantar Belegar y, además

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era sabedor de que los efectos de su encantamiento no durarían mucho tiempo. Debía actuar y sólo había una forma: si eliminaban a sus líderes, con seguridad los orcos se dispersarían o, al menos, se volverían más caóticos.

Tiradas (asalto 3) Valandil (montar) = 137 Iniciativas: Valandil = 11 (pasa la mitad) Encapuchado = 21 Orco#1 = AT Orco#2 = 13 Orco#3 = 17 Orco#4 = 9 Encapuchado vs Belegar (cayado) = 153 ----> 15EK * 73 ----> -75, derribado, 20 pv Orco#3 vs Valandil (cimitarra) = 53 ----> 1 pv Orco#2 vs Valandil (cimitarra) = 32 ----> nada Valandil vs orco#3 (espada ancha) = 114 ----> 14CS * 80 ----> 9 pv, 4 pv/asalto, aturdido 6 asaltos Orco#4 vs Belegar (cimitarra) = 93 ----> 4 pv

El mago-guerrero volvió a tomarla con el pobre Belegar, ahora desarmado, y su cayado alcanzó de lleno la cadera del paladín. El sonido de sus huesos quebrándose fue claramente audible y Belegar se desplomó de su caballo con la cadera destrozada y aullando de dolor. Aún recibió un último ataque, el de otro orco que se cebó con él cuando cayó de su caballo.

Valandil espoleó a su fiel Curfu y trató de abrirse paso entre los orcos para llegar ante el encapuchado. Logró zafarse de dos de ellos y tenía una oportunidad de llegar a su objetivo si lograba apartar a su último oponente. Éste, le esperaba cimitarra en mano intentando mantener su posición, pero apenas logró rozar la armadura del errante. Valandil apenas prestó a atención al ataque de otro orco que trataba de sorprenderle por un costado, pero falló. La falta de cualquier temor lanzó a Valandil contra el orco que le separaba del encapuchado y su espada cantora alcanzó a su víctima en el brazo izquierdo, inutilizándolo y destrozando músculos y tendones. Ya nada separaba al errante de su objetivo principal, tenía vía libre y el encapuchado parecía esperarle ansioso.

Erbill pensó con rapidez. Miró en todas direcciones y descubrió el cuerpo del troll con su espada todavía clavada en su cuerpo. Sin pensárselo dos veces, arrancó el arma de su corazón y se giró hacia el individuo con túnica que estaba dibujando un círculo con su bastón y cargó contra él. No era el que le pateó cuando estaba en el suelo, pero no importaba. Algo le decía que si completaba su dibujo, tendrían problemas.

Los montaraces comenzaban a pasar apuros. Los orcos les superaban en número ampliamente, pero sus ataques no eran demasiado intensos y aguantaban como podían.

Tiradas (asalto 4) Túnica vs Erbill (Hechizo - Sujetar) = 41 Erbill (TR vs esencia) = 82 (éxito) Iniciativas: Valandil = 13 (pasa la mitad) Encapuchado = 18 (pasa la mitad) Encapuchado vs Valandil (cayado) = 53 ----> 5 pv Valandil vs encapuchado (espada ancha) = 61 ----> 2 pv

El hombre de la capucha y el pañuelo dejaba únicamente entrever sus ojos. Valandil recordó el miedo de Theron cuando éste le habló de esa mirada y comprendió que no era humano, al menos no del todo. Un color rojizo y extrañamente brillante es todo lo que se podía ver en su rostro. Pero parecía contento. El errante se sorprendió de que hablara cuando se plantó ante él.

Encapuchado: Tú y yo solos, pagarás por lo de Molock.

Valandil: Sea - fue la única respuesta mientras blandía su espada que seguía llevando su melodía consigo.

El misterioso guerrero gritó unas palabras en lengua negra y de inmediato los cuatro orcos a su alrededor se alejaron, dejándole sólo frente a Valandil. Con un rápido movimiento soltó su cayado contra su rival, pero el errante estaba preparado y repelió buena parte del ímpetu del ataque. Su respuesta fue también repelida en su mayor parte. Todo hacia presagiar una larga lucha y muy pareja.

Unas palabras arcanas salieron de los labios del hechicero. El cuerpo de Erbill pareció entumecerse, pero fue sólo una fracción de segundo, y no detuvo su carga ante la aterrada mirada de su futura víctima.

Cuando los guardabosques se las prometían felices porque parecían doblegar a los orcos, cuatro más se unieron a la pelea. El ataque de uno de ellos pilló por sorpresa a Mirssa que recibió un tremendo golpe en un costado que envió su cuerpo, ya sin vida, contra el húmedo suelo lleno de barro. Los demás intentaban replegarse para contener a sus rivales, pero no era tarea sencilla.

Tiradas (asalto 5) Iniciativas: Valandil = 8 (pasa la mitad)

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Encapuchado = 15 (pasa la mitad) Erbill = 20 Túnica = 11 (pasa la mitad) Erbill vs túnica (espada corta) = 112 ----> 16DP * 08 ----> 4pv Encapuchado vs Valandil (cayado) = 79 ----> 8 pv Túnica vs Erbill (cayado) = 42 ----> nada Valandil vs encapuchado (espada ancha) = 49 ----> nada

Sin apenas tiempo más que para, casi instintivamente, protegerse con su bastón, el hechicero vio como Erbill estaba a punto de golpearle con su espada. La misma espada que había acabado con la vida del troll, espada blandida por el mismo hombre que lo había matado. El mismo hombre que había sido hecho prisionero, pero que había conseguido liberarse y había resistido su hechizo. Aquel hechicero estaba asustado y sentía que iba a morir. La precipitación en su ataque y la falta de práctica con un solo arma, hizo que el golpe de Erbill no fuese lo letal que hubiese querido. En cualquier caso hirió de consideración a su oponente que intentó golpear con su bastón, sin éxito alguno.

El encapuchado volvió a golpear a Valandil con su cayado. Era un oponente muy diestro, pero la armadura del errante le protegía bien de daños mayores. Sin embargo, los golpes secos eran dolorosos y Valandil no conseguía contraatacar eficazmente.

Otro joven montaraz cayó ante la lluvia de ataques orca, pero un nuevo fogonazo de luz, esta vez mucho más efectivo, hizo tambalear la formación enemiga y Jotumm e Imracar abatieron dos orcos más. Los garras verdes comenzaban a maldecir en su lengua y alguno incluso se dio a la fuga.

Tiradas (asalto 6) Iniciativas: Valandil = 10 (pasa la mitad) Encapuchado = 20 (pasa la mitad) Erbill = 19 Túnica = 7 (pasa la mitad) Encapuchado vs Valandil (cayado) = 69 ----> 7 pv Erbill vs túnica (espada corta) = 135 ----> 23ES * 97 ----> muerto Valandil vs encapuchado (espada ancha) = 67 ----> 3 pv

El segundo ataque de Erbill fue mucho más contundente, alcanzando de lleno la cabeza del mago y destrozando su cerebro. El pobre infleiz no pudo siquiera echar un último aliento, su muerte fue instantánea.

La espada de Valandil concluyó su melodía, pero eso ya poco importaba pues él y su duro rival intercambiaron golpes poco colocados, pero que iban haciendo mella, sobre todo en el dolorido cuerpo de Valandil.

El caos dominaba ya las filas orcas, varios se dieron a la fuga, otros fueron abatidos por los montaraces mientras estaban aturdidos por la intensa luz de Theron y sólo unos pocos mantenían la posición y luchaban contra los humanos. La batalla se decantaba claramente hacia un lado de la balanza.

Tiradas (asalto 7) Iniciativas: Valandil = 10 (pasa la mitad) Encapuchado = 15 (pasa la mitad) Encapuchado vs Valandil (cayado) = 34 ----> 2 pv Valandil vs encapuchado (espada ancha) = 113 ----> 12BP * (Punto de destino) 87 ----> muerto

Erbill miró a su alrededor. Varios orcos huían, unos pocos mantenían a duras penas sus defensas, pero los montaraces daban buena cuenta de ellos. Sólo quedaba un punto por decidir. Valandil aún luchaba contra el encapuchado, casi por encima del pobre Belegar que yacía bajo ellos, agonizando. Erbill corrió hacia allí, pero de camino pudo ver el desenlace del combate. Un nuevo ataque con el cayado rozó el costado de Valandil, pero el errante ya había recibido varios ataques similares de su rival y había descubierto que debaja al descubierto un hueco en su defensa. Cuando soltó su siguiente ataque, varió en el último instante la trayactoria de su espada ante la mirada incrédula de su enemigo, y la punta de su espada golpeó el lateral de su cabeza. El golpe no fue excesivamente fuerte y seguramente un yelmo le hubiera salvado la vida, pero no lo llevaba y ese atque le segó la vida. Mientras se desplomaba, sus ojos abiertos reflejaban aún la sorpresa.

La batalla había concluido. Los escasos orcos que se mantenían en pie, huyeron sin mirar atrás, entre los gritos de júbilo de los montaraces. No obstante, la lucha se había cobrado us víctimas. Dos de los exploradores perdieron la vida aquella mañana, dos más, incluyendo al propio Jotumm estaban heridos de cierta gravedad y Belegar tenía la cadera rota y varias heridas de consideración y apenas podía moverse entre gemidos y lamentos.

Erbill se reunió con Valandil y pronto todo el grupo estaba junto. La alegría por la gran victoria se difuminaba con la tristeza por las bajas sufridas. Las ruinas de la antigua Annúminas habían presenciado una gran hazaña. Unos pocos se enfrentaron a muchos y salieron victoriosos. Los Valar habían guiado sus armas y concedido la victoria. Pero ahora quedaba mucho por hacer.

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Simon

Sin pensarlo dos veces, el pequeño hobbit sacó sus ganzúas y le dispuso a forzar la otra cerradura, ignorando por completo las marcas que lucían en la puerta. Sin que le temblara el pulso urgó en su interior esperando oir un click que le indicara que había logrado su objetivo.

Tiradas: Simon (abrir cerraduras) = 93 (casi éxito) Simon (abrir cerraduras) = 78 (éxito parcial)

Simon empleó todas sus habilidades, pero nunca se había enfrentado a una cerradura tan complicada. Por un momento creyó hacerse con ella, pero en el último momento un mal movimiento le dejó sin recompensa. Un segundo intento infructuoso le desaminó, pero volvió a la carga tras descansar y observar de cerca la dichosa cerradura durante unos minutos.

Tiradas: Simon (abrir cerraduras) = 120 (éxito)

Esta vez se esmeró y escuchó un chasquido del otro lado, seguido de un cerrojo descorriéndose. El pequeño Brandigamo aplaudió y dio algunos saltitos de alegría. Lo había logrado. Sólo lamentó que nadie lo hubiese visto, pero ya se ocuparía él, personalmente, de contar su logro. De pronto, la otra mitad de los símbolos de la puerta comenzaron a brillar, pero Simon parecía tranquilo.

Tiradas: "Puerta" (Hechizo - ¿?) = 71 Simon (TR esencia) = 85 (éxito)

Sin duda la protección de la puerta debía ser peligrosa, pero no parecía pensada contra hobbits. Sin darse cuenta de lo que había ocurrido, Simon se acababa de librar de algún tipo de encantamiento y tenía ante sus ojos la puerta libre de cerrojos. Sólo tenía que abrirla para descubrir lo que se escondía tras ella.

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Off-rol:

Enhorabuena chicos, realmente estoy flipado de como ha transcurrido todo... Muy bien.

Ritt, espero que no te moleste la libertad que me he tomado: al hacer tirada abierta y conseguir un crítico (cosa que parecía muy complicada), he gastado un punto de destino para repetir el crítico en caso de ser necesario. En realidad no ha llegado a hacer falta, pero creo que era conveniente... Desde luego yo lo hubiese hecho.

Acabar con este grupo ha sido sin duda un punto importante en la aventura, aunque las bajas han sido cuantiosas.

(RESPUESTA VALANDIL)

Encapuchado: Tú y yo solos, pagarás por lo de Molock.

Valandil: Sea.

Quizás fue el coraje inspirador de la espada. Quizás su sentido del deber. Quizás la furia por ver a Belegar agonizando en el suelo. Pero fuera lo que fuera lo que impulsó a Valandil a aceptar el reto, el Errante sabía bien que aquel adversario era superior a él.

Le había ridiculizado al huir del modo que lo hizo la noche anterior. Había logrado capturar a Erbill. Había logrado llevar a una tropa de orcos con aquella monstruosidad de máquina hasta las ruinas de Annúminas. Y en aquellos ojos brillantes, Valandil supo que su adversario tenía poder. Un poder nacido del mal del enemigo, sí, pero no por ello dejaba de ser peligroso.

Adoptando una postura defensiva, se dispuso a tantear el bastón de su enemigo, el mismo bastón que acabara con centelleante velocidad con el paladín enviado por Radagast a aquel lugar. ¿Qué podía esperar él, un mero errante, ante un ser como aquel? ¿Un ser que había derrotado con tanta facilidad a alguien que había consagrado su vida a luchar por los Poderes de Arda y todo lo que es justo?

Pero Valandil no era de los que rehuyen sus responsabilidades. Desde que juró ser un Errante el resto de su vida, supo que momentos como aquel podían llegar. Y el miedo era lo que no podía mostrar. Dar la cara era todo lo que tenía, y alzando la espada, preparando el escudo... Así se enfrentó a aquel ser de la Oscuridad.

Pero pronto quedó claro a Valandil que aquel ser oscuro era rápido. Y era fuerte. Por cada golpe que el Errante lograse propinarle, el oscuro ser le daba tres veces. Pero Valandil no era ningún inexperto en las artes del combate. En los Puertos le habían entrenado bien, y aunque los golpes del encapuchado eran terroríficamente fuertes, su escudo y su cota de mallas eran una magnífica barrera. Añadiendo la robustez natural de Valandil a todo aquello, el resultado era un empate. Ni él podía vencerle, ni el enemigo le podía tumbar.

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Y entonces, vio la duda en aquellos ojos... Dudas porque aquel enemigo de la luz no caía ante sus golpes como los esclavos que sin duda había usado para entrenarse. O los enemigos que también habían caido. Y Valandil sabía bien que dudar en un duelo a muerte era el mejor modo de morir rápido. Así que cuando las dudas se adueñaron del corazón del encapuchado, sus movimientos se tornaron repetitivos... Y Valandil pudo predecir la trayectoria del bastón. Y se dejó caer a un lado para poder asestar un golpe ascendente con la espada.

Así murió aquel ser que había vivido envuelto en tinieblas: bajo la luz del sol. Agonizando a los pies de Valandil, el Errante sujetó su espada y la hundió en el negro corazón de la criatura. Quizás otro le habría dejado agonizar varios minutos, pero no Valandil. Él no era como el Enemigo. El sufrimiento ajeno le repugnaba, y terminó con la agonía de aquella criatura nacida en la oscuridad que nunca había tenido siquiera una ocasión de sentir el beso cálido de la luz.

Alzando su rostro, contempló el campo de batalla. No, no había sido la intención de Valandil vencer allí, pero la dama de la Victoria había pasado por las ruinas de Annúminas. La justicia de los rayos del sol había sido su aliada, pero el precio a pagar no había sido bajo. Jotumm estaba herido. Desde la distancia, Valandil le pudo ver quitándose una flecha orca clavada en el hombro, el negro penacho ponzoñoso sobresaliendo como un maligno estandarte.

A su lado, yacían dos jóvenes montaraces muertos. Era el precio que habían pagado por detener en aquel lugar al Enemigo. Y esa mañana, habían sido ellos los que habían pagado el precio. Valandil los lloraría, pero no aún. Aún no podía permitírselo. Alzando la mirada hacia Erbill, aquel por el que se la habían jugado, se preguntó quién era aquel hombre que había matado a un troll de un tajo certero. Pocos podían presumir de tal hazaña.

Valandil: Erbill, voy a encargarme de Belegar. Por favor, remata a los orcos que estén moribundos, y ya que estás fresco, vigila la zona. Te mueves mejor que yo, y esos orcos han huido, pero podrían volver. Aquí tenemos cosas que hacer aún, me temo...

Valandil se acercó a Belegar y examinó el tremendo golpe que había sufrido. El paladín tenía una resistencia excepcional. Otros habrían muerto, o al menos se habrían desmayado con una herida tan terrible. Tenía las piernas volteadas de manera imposible, y sólo una herida fatal en la cadera podía explicar aquella postura. Valandil nunca había tratado una herida tan fea, y maldijo por lo bajo encontrarse tan lejos de la civilización.

Valandil: ¿Cómo estás, Belegar? Tranquilo, hemos vencido...

Valandil le dio la mano al paladín, y con la otra empezó a examinar en profundidad la herida para buscar un modo de inmovilizar a Belegar para preparar su transporte.

O sea, que uso mis primeros auxilios para mirar el estado de las heridas de Belegar. La idea es sencilla: evaluarlas, estabilizarlo, y tratar de imaginar un modo de hacer una camilla con ramas o algo que sujetar a un caballo o entre dos para poderle transportar.

Valandil: Necesito saber una cosa. Esta herida es fea, y vas a necesitar a un sanador. ¿Dónde está Radagast? Si le pudiésemos encontrar, estoy seguro que él podría hacer algo por ti.

Espero respuesta. Si no lo sabe, al menos un lugar donde puedan curarle que no esté muy lejos, como Rívendel, como alternativa.

Acabado su examen de Belegar, Valandil se acercó a los montaraces. Quería ver cómo estaban los supervivientes, pero sobretodo quería darles las gracias por ayudarle en aquella aciaga hora. Sí, era su deber como guardianes del norte luchar contra el Enemigo, pero él los había liderado hacia su muerte y pérdida de amigos. Valandil no podía ignorar sus sacrificios. Acercándose a Jotumm, inclinó el rostro en señal de agradecimiento.

Valandil: Gracias por cubrirme con tanta valentía. Sin vosotros no lo habría logrado.

Jotumm: ¿Está... muerto? El encapuchado, digo...

Valandil: Su negro corazón no volverá a latir. ¿Cómo estáis?

Jotumm: Tocados. Hemos perdido a Mirssa y a uno de los jóvenes recién llegados.

Valandil: Que Eru los acoja en su seno.

La plegaria del Errante dejó lugar al desasosiego de las muertes. Nunca antes Valandil había conducido a nadie a su propia muerte, y el Errante quiso mirar a los ojos a aquellos dos chicos que no volverían a sus hogares. Se lo debía.

Theron: ¿Y ahora qué, Valandil? ¿Qué hacemos con esa máquina del infierno?

Valandil se giró hacia el líder de los montaraces, y regresó a la realidad. Como le había dicho a Belegar, quedaban muchas cosas que hacer.

Valandil: Echémosle un ojo, para ver cómo la han hecho... Y luego, quemémosla sobre ese agujero que ha hecho. Que entorpezca cualquier intento de entrar a lo que sea que querían acceder.

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Pues eso, revisión de la máquina para ver si es de manufactura claramente orca, o les han ayudado otros. Algo tan complejo... Lo que busco es manos enanas tras la máquina. Espero que mi presentimiento sea infundado.

Valandil: Revisemos los cadáveres. Supongo que Erbill habrá mirado a los de las túnicas. Quiero revisar al encapuchado. Quiero ver ese bastón que tanto daño ha hecho a Belegar, y sobretodo quiero ver si hay alguna pista de lo que sea que tramaran, o lo que buscaban. Revisemos el campamento orco, pero démonos prisa.

Theron: ¿Y el mediano?

Valandil: Iremos a buscarle en cuanto hayamos arreglado nuestros problemas aquí. Preparemos esas camillas para los heridos, revisemos el campamento y preparemos la pira funeraria para esa máquina del infierno. Si cuando acabemos el mediano no ha aparecido, iremos a buscarle. No podemos irnos de aquí sin saber qué buscaban esos bastardos. Sin asegurarnos que no lo podrán obtener.

"Y si eso significa poder bajar a la Biblioteca Real, tampoco me desagradará pasearme por una de las maravillas de mis antepasados. Quién sabe, quizás aún haya entre sus estanterías algo que nos pueda ser de ayuda para esta situación...

Bueno, creo que es más o menos todo: tratar a los heridos, buscar una ruta que seguir, investigar los restos, asegurar el perímetro, y averiguar qué demonios hacían aquí esos orcos. Ahora, es hora de ver qué pasa.

(RESPUESTA BELEGAR)

Valandil se acercó a Belegar y examinó el tremendo golpe que había sufrido. El paladín tenía una resistencia excepcional. Otros habrían muerto, o al menos se habrían desmayado con una herida tan terrible. Tenía las piernas volteadas de manera imposible, y sólo una herida fatal en la cadera podía explicar aquella postura. Valandil nunca había tratado una herida tan fea, y maldijo por lo bajo encontrarse tan lejos de la civilización.

Valandil: ¿Cómo estás, Belegar? Tranquilo, hemos vencido...

Valandil le dio la mano al paladín, y con la otra empezó a examinar en profundidad la herida para buscar un modo de inmovilizar a Belegar para preparar su transporte.

Belegar: Muchas... gracias... compañero...

Su estado no era para nada bueno pero tenía que ayudar a sus compañeros como fuese. Aun siendo solamente con palabras...

"Que Eru se apiade del alma de los pobres que en desgracia han sucumbido al poder del mal" pensó mientras miraba a los encapuchados y Belegar desde su posición y aun dolorido hizo lo posible por bendecir a los enemigos caidos en el campo de batalla.

La situación de Belegar era crítica sin embargo el paladín que tanto había combatido por el bien aguantaba mientras su compañero miraba la herida.

Valandil: Necesito saber una cosa. Esta herida es fea, y vas a necesitar a un sanador. ¿Dónde está Radagast? Si le pudiésemos encontrar, estoy seguro que él podría hacer algo por ti.

Belegar intentó contestar desde la posición que se encontraba aunque practicamente le costaba respirar pues el golpe recibido lo había dejado muy mal y tan solo le salían palabras balbuceadas y mal pronunciadas:

Radagast... Gandalf... buscar... preguntar... Saruman...

Las palabras salían de su boca como escupidas por el aire que salía de sus pulmones pero su aguante le permitió seguir hablando:

Llevame... montaraces... dar... bendición... Eru...

Tras estas últimas palabras el paladín cayó abatido y se dejo llevar por Valandil pues él ya no podía mas.

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OffRol: Siento no postear en el combate pero ahora intentaré volverle a dar vida a Belegar aunque sea dificil

(RESPUESTA ERBILL)

Aun estaba limpiando su hoja en un trozo de la túnica del hechicero cuando llegó hasta Valandil. Habian acabado con el líder, por lo visto. Escupió al encapuchado, a lo que quedaba de él más bien, pues ahora, tirado en el suelo como un triste pelele, habia perdido la imponente aura que parecia tener en vida.

Valandil: Erbill, voy a encargarme de Belegar. Por favor, remata a los orcos que estén moribundos, y ya que estás fresco, vigila la zona. Te mueves mejor que yo, y esos orcos han huido, pero podrían volver. Aquí

139

tenemos cosas que hacer aún, me temo...

Erbill: Eso haré, entonces. Pero tengo que encontrar primero mi main gauche. No soy nadie sin él - Sonrió, pero su sonrisa denotaba su cansancio. Si bien habia salido bien librado, por momentos habia contemplado el frio rostro de la muerte. Y no era una visión que le atrajese especialmente. Se acercó un poco más al encapuchado, y le dió una patada. - Ahora no parece gran cosa, pero sin duda lo era. Me preguntó si habrá alguien dispuesto a vengarlo. ¿Que más da? Si lo hay, tendrá el mismo destino, espero. - Se encogió de hombros - Bien, voy a encargarme de rematar a esa escoria. Pero si llevan algo, es botín de conquista, ya sabes - Guiñando un ojo a Valandil, se dirgió hacia los orcos caídos. Si alguno aun vivia, pondría fin a su agonia. Y tanto si era así como si se evitaba hacerlo, pensaba registrarlos a fondo. Nunca se sabe que puede tener un orco. Botín de conquista, como él mismo había dicho... Luego echaria un ojo por los alrededores, pero no creia que fuesen a volver. Esos ya han volado. Y lo malo es que puede que llamen a la caballeria...

___

Pues eso, buscar el main gauche, matar a los que queden con vida, y registrar por si llevan algo de interes,

que lo dudo, pero bueno. También a los de las túnicas, que esos si pueden tener algo de botin Una vez hecho eso, a patrullar por los alrededores. Erbill no tiene especial interes en ver que hay abajo, asi que si hay que meterse para dentro, se quedará fuera haciendo guardia.

TURNO 10

Valandil, Erbill y Belegar

Erbill se acercó a Valandil tras acabar con el hombre de la túnica. El errante observaba el campo de batalla, a Belegar gravemente herido y los cuerpos sin vida de dos jóvenes montaraces. Sin embargo miró de reojo a Erbill, el misterioso hombre que, extrañamente, acompañaba al paladín y al que había visto moverse como una sombra y acabar el solo con varios orcos la noche anterior, derrotar a un troll de guerra de un solo golpe y que se había librado de sus captores y salido ileso del combate. Se preguntaba muchas cosas, pero no era el momento, al menos no todavía.

Valandil: Erbill, voy a encargarme de Belegar. Por favor, remata a los orcos que estén moribundos, y ya que estás fresco, vigila la zona. Te mueves mejor que yo, y esos orcos han huido, pero podrían volver. Aquí tenemos cosas que hacer aún, me temo.

Erbill: Eso haré, entonces. Pero tengo que encontrar primero mi main gauche. No soy nadie sin él - Sonrió, pero su sonrisa denotaba su cansancio. Se acercó un poco más al encapuchado, y le dió una patada. - Ahora no parece gran cosa, pero sin duda lo era. Me preguntó si habrá alguien dispuesto a vengarlo. ¿Qué más da? Si lo hay, tendrá el mismo destino, espero. - Se encogió de hombros - Bien, voy a encargarme de rematar a esa escoria. Pero si llevan algo, es botín de conquista, ya sabes - Guiñando un ojo a Valandil, se dirigió hacia los orcos caídos.

Las heridas de Belegar eran graves, pero era un paladín, un guerrero sagrado, y desde luego estaba hecho de una pasta especial. Cualquiera en su situación estaría inconsciente. Valandil quiso preocuparse por la salud de su valiente compañero en el ataque frontal que acababan de realizar. Estaba mal, peor de lo que le había parecido a simple vista.

Tiradas: Valandil (Primeros auxilios) = 95

La intención de Valandil era estabilizar la herida e inmovilizar en la medida de lo posible la cadera de Belegar. El paladín apenas podía hablar coherentemente y mucho menos moverse. Sólo balbuceó ante las preguntas de Valandil acerca de Radagast. Una vez colocado en una posición menos dolorosa y más o menos inmóvil, el errante se acercó a los montaraces. Quería ver cómo estaban los supervivientes, pero sobretodo quería darles las gracias por ayudarle en aquella aciaga hora. Sí, era su deber como guardianes del norte luchar contra el Enemigo, pero él los había liderado hacia su muerte y pérdida de amigos. Valandil no podía ignorar sus sacrificios. Acercándose a Jotumm, inclinó el rostro en señal de agradecimiento.

Jotumm le informó de las lamentables pérdidas sufridas y se interesó por el estado de Belegar y por el encapuchado. Él mismo estaba herido de flecha en un hombro y tenía algunos cortes menores. Imracar se estaba vendando el muslo ensangrentado y otro de los jóvenes recién llegados también tenía sangre en un brazo y, al parecer, una costilla rota. Sólo Theron parecía ileso, o al menos sólo había sufrido rasguños.

Theron: ¿Y ahora qué, Valandil? ¿Qué hacemos con esa máquina del infierno?

Valandil: Echémosle un ojo, para ver cómo la han hecho... Y luego, quemémosla sobre ese agujero que ha hecho. Que entorpezca cualquier intento de entrar a lo que sea que querían acceder.

Erbill encontró su main gauche cerca de la tienda. Decidió usarlo para rematar a los posibles orcos moribundos. Con orden y diligencia fue comprobando sus repugnantes cuerpos y remató a los pocos que aún vivían. No encontró nada valioso en ellos, sus armas, armaduras y escudos eran, prácticamente sus únicas pertenencias. En un par de cadáveres encontró algo: un sucio tarrito con una extraña pasta negruzca y dos monedas de plata de Angmar.

Tiradas

140

Erbill (conocimiento de venenos) = 44 (fallo)

No reconoció el contenido del tarrito pero lo guardó de todos modos. Observó que Valandil y los montaraces estaban junto al ingenio mecánico y aprovechó la ocasión para mirar el cuerpo del hechicero que acababa de matar. Cuando se acercó a su cadáver pudo comprobar que era muy joven, no tendría ni veinte años, pero no lo lamentó. Entre sus ropas halló una pieza de oro y doce de plata dentro de una bolsita, un camafeo con pedrería y su bastón.

Supuso que Valandil registraría al encapuchado, si no lo había hecho ya, pero se acercó al cuerpo del segundo mago del grupo. Otro bastón, tres piezas de oro y tres tubos para guardar pergaminos. Erbill carecía de conocimientos mágicos por lo que cogió los tubos y se dirigió con ellos a la máquina.

Valandil examinó minuciosamente el artilugio. Desde luego no era de fabricación orca, salvo que éstos hubiesen dado un salto extraordinario en tecnología. Su acabado era perfecto, una auténtica obra de ingeniería. Theron la miraba con desprecio y estuvo a punto de decir algo cuando Erbill apareció por detrás suyo.

Erbill: Los orcos no tenían nada interesante, pero ese de ahí tenía esto - y le tendió los tubos para pergaminos a Valandil.

El errante los abrió uno por uno con la esperanza de encontrar alguna respuesta en su interior. El primero contenía ocho hojas de pergamino en blanco. El segundo tubo tenía tres pergaminos más, esta vez inscritos con runas. Finalmente, el último tubo contenía lo que parecían ser unos planos con el diseño de la máquina. Había instrucciones en una extraña lengua y explicaba el modo de montaje del ingenio. Los planos eran muy claros y su autor, sin duda, era todo un maestro en la materia. Siguiendo los planos, les fue más o menos sencillo desmontar algunas piezas para facilitar su transporte hasta el agujero y, una vez allí, le prendieron fuego.

Tiradas: Valandil (leer runas #1) = 43 (fallo) Valandil (leer runas #2) = 84 (éxito parcial) Valandil (leer runas #3) = 33 (fallo)

Valandil maldijo para si por no haber prestado más atención a las lecciones de runas que recibió en Puertos Grises. En cualquier caso, observó los tres pergaminos con runas, pero sólo pudo reconocer algo de uno de ellos. Al parecer contenía un hechizo de esencia de luz repentina. No podía usarlo, al menos de momento, ero conociendo su contenido trataría de volver a estudiarlo más adelante.

Valandil: Revisemos los cadáveres. Quiero revisar al encapuchado. Quiero ver ese bastón que tanto daño ha hecho a Belegar, y sobretodo quiero ver si hay alguna pista de lo que sea que tramaran, o lo que buscaban. Revisemos el campamento orco, pero démonos prisa.

Erbill y los montaraces se repartieron por el campamento y miraron la tienda y el interior de los edificios donde dormían los orcos. Encontraron provisiones abundantes y poco más: alguna cuerda, trozos de cuero un instrumento de percusión. Erbill comentó que el hobbit dijo haber escuchado una especie de tambor cuando viajaban hasta Annúminas. Seguramente lo usaban para mantener el ritmo al tirar de la máquina.

Valandil se detuvo junto al cadáver del encapuchado. Respiró profundamente, de forma exagerada. Aún le producía sentimientos extraños su mera presencia. Finalmente se agachó y descubrió su rostro. La herida que le provocó la muerte había cubierto de sangre la mitad de su rostro, pero aún así confirmó sus sospechas: se trataba de un medio-orco, al igual que el gigantesco guerrero al que derrotó la noche anterior. Registró su cuerpo y encontró varias cosas interesantes. Un par de pergaminos en blanco, que contuvieron dos de los hechizos que realizó, un saquito con monedas, dos de oro y cinco de plata acuñadas en Angmar, su temible cayado y una llave. Otra llave, muy similar a la otra aunque de diferente tamaño. Entonces le vino a la mente la imagen del pequeño Simon. Le habían enviado con una llave en busca de alguna entrada, pero había dos llaves. Rogó porque el hobbit fuera suficientemente sensato como para no hacer ninguna locura. Ya en pie, examinó en bastón.

Tiradas: Valandil (usar objetos) = 70 (fallo)

Sin duda, era un gran arma. Tenía dibujos tallados a lo largo de buena parte de su longitud y estaba fabricado con una madera especialmente ligera y al mismo tiempo dura. Lo sopesó varias veces. Definitivamente tenía una calidad superior, un gran arma en manos de un temible oponente. Ensimismado, se sorprendió al escuchar a Theron detrás suyo.

Theron: ¿Y el mediano?

Valandil: Iremos a buscarle en cuanto hayamos arreglado nuestros problemas aquí. Hemos de preparar esas camillas para los heridos. Si cuando acabemos el mediano no ha aparecido, iremos a buscarle.

Una vez registrado el campamento y asegurada la zona, dentro de lo posible, construyeron una camilla con ramas y colocaron a Belegar sobre ella. El tiempo había pasado volando y el mediodía había llegado casi sin que se dieran cuenta. Todo parecía tranquilo y había llegado el momento de comentar la situación e ir en busca de Simon. El martín pescador de Imracar apareció de pronto muy alterado y se posó sobre el hombro del montaraz. Éste se concentró en su canto por un instante.

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Imracar: Tranquilo pequeño. - le dijo mientras acariciaba su pecho. Luego se dirigió al grupo. - Ha visto un azor volando hacia aquí, pero no le atacó. Se ha posado aquí cerca.

El familiar volvió a cantar e Imracar señaló una piedra a medio centenar de metros. Sobre ella, un bello ejemplar de azor les observaba. Cuando todos dudaban y se preguntaban qué significa todo eso, el animal alzó el vuelo para posarse nuevamente, a pocos metros de la camilla de Belegar. Entonces lo vieron, llevaba algo en una pata. El propio Imracar se acercó muy despacio, y comprobó que la rapaz se dejaba tocar sin problemas. Lo que tenía en la pata era un mensaje, se lo tendió a Valandil y éste leyó en voz alta.

Belegar, hijo de Felgar, lamento no poder acudir personalmente, pero otros asuntos de vital importancia requieren mi presencia. Supongo que ya te habrás reunido con Valandil. Es de total confianza, recuerda que su padre luchó codo con codo junto al tuyo. Pero vamos al motivo real de mi llamada. El Enemigo se ha movilizado y el Rey Brujo ha enviado pequeños grupos en busca de algo, que por ahora desconocemos. Tened sumo cuidado, pues aunque sean pequeños grupos, es seguro que serán rivales peligrosos. Su búsqueda se centra en una niña, una rohirrim y toda su familia está en peligro. Ya he enviado a alguien a Rohan, pero sabemos que han enviado a alguien a las ruinas de Annúminas. Buscan algo en la Biblioteca Real, si es que sigue allí todavía. Siento no disponer de más datos, pero esa niña es importante para el Rey Brujo. Alguna extraña profecía habla de ella, pero ignoro qué buscan allí. El siguiente paso lo dejo en vuestras sabias manos.

El Pardo

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Off-rol:

Seguramente no os haya aclarado gran cosa ese mensaje, pero algo si que está claro: Habéis acabado con uno de los grupos que menciona y evitado sus propósitos en las ruinas.

Kooshe, puedes postear tranquilamente. He añadido turno porque se había perdido demasiado tiempo en esta trama con la desaparición de Locris y eso... Total, como estás separado del resto no pasa nada.

A ver qué hacemos con la cadera de Belegar... Y ahora a ver qué decisión tomáis, pero tened en cuenta que los montaraces no estarán con vosotros mucho más.

(RESPUESTA VALANDIL)

Valandil bajó el rollo de pergamino con el mensaje de Radagast, y miró a su alrededor. Era ya mediodía pasado, y su intención era la de salir de las ruinas cuanto antes. ¿Pero hacia dónde?

Jotumm: Valandil, Simon aún no ha aparecido...

Valandil, con todo el ajetreo de revisar el campamento orco en busca de pistas e indicios, casi lo había olvidado. Pero ahora tenían aquella llave del medio-orco encapuchado. La Biblioteca Real sin duda estaría protegida contra las intrusiones indeseadas, de modo que si aquella llave era parte del sistema de seguridad de la misma, haría falta para superar las protecciones que la habían mantenido cerrada tanto tiempo a salvo y que habían forzado al Enemigo a construir aquella máquina infernal.

Valandil: De acuerdo, iremos a buscarle. Tengo miedo que esta llave sea algo importante y que el mediano se haya metido en problemas por no emplearla.

Valandil miró hacia Erbill Asac, pero el misterioso hombre parecía poco interesado en lo que fuera que podía haber bajo tierra. Tendría que bajar él.

Theron: Valandil... - dijo Theron entonces, antes de que se moviera -. ¿Qué vas a hacer ahora?

Valandil se quedó un momento pensativo antes de responder.

Valandil: Haremos como dijo Belegar. Iremos a Orthanc, a buscar la ayuda de Saruman. Es un viaje largo, pero si hay problemas en Rohan nos acercará considerablemente a ese lugar, y el Mago Blanco sabrá qué hacer con la cadera de Belegar. Por favor, Theron, mientras bajo hacia abajo, ¿puedes escribirle a Radagast nuestras intenciones?

Valandil señaló uno de los pergaminos en blanco que había encontrado Erbill en los hombres con túnicas para emplear el azor para llevar las nuevas de lo sucedido en Annúminas y las intenciones del grupo.

Theron: Está bien, pero piensa que nosotros no podemos ir tan al sur. Tenemos cosas que hacer por aquí.

Valandil lo había imaginado, y asintió con gesto apesumbrado. Miró a Jotumm sabiendo que quizás tardaría mucho tiempo en volver a verlo, y asintió.

Valandil: Comprendo... En ese caso, hagamos esto Theron. Salgamos juntos de estas ruinas, y busquemos un lugar donde al menos descansar media jornada. Este ritmo para tomar por sorpresa a los orcos ha sido

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agotador, y un descanso nos será más que necesario. Luego, nos separaremos.

Y dándole la mano al cabecilla de los montaraces, mientras éstos ultimaban los preparativos para partir y terminaban de enterrar a sus muertos, Valandil tomo una antorcha y se dirigió hacia el lugar en el que había desaparecido el pequeño hobbit aventurero. Las rocas que habían obstruido el paso seguían en su sitio, de modo que Valandil tuvo que cargarse de paciencia y empezar a apartarlas. Y mientras lo hacía, esperaba que en el interior de la Biblioteca Real hallaría sus respuestas...

(RESPUESTA ERBILL)

¿Rohan? ¿Una niña? ¿Profecías? Erbill estuvo a punto de echarse a reír. A punto, pero no lo hizo. Los magos... eran gentes extrañas. No sabía mucho de ellos, pero lo suficiente como para tomarlos en serio. Palpó la bolsa de cuero, más pesada una vez rellenada con las monedas de los muertos. Estaban acuñadas en Angmar, pero no importaba. El oro siempre seria oro, y la plata siempre seria plata. Poco importaba quien las acuñase, las monedas seguían siendo igual de valiosas. Quizá incluso más, pues no eran pocos los valentones, carentes de auténtico valor, que desearían tener algunas de esas para poder decir que habían matado a algún siervo de Angmar. También llevaba el tarrito... Tendré que ver que demonios es esto. Aunque mejor hacerlo en su momento, discretamente. Nunca se sabe que tesoro puede tener uno en las manos... y estos no parecen ladrones, pero se supone que yo tampoco, se dijo con sarcasmo.

No tenía pensado entrar en la biblioteca, puesto que los libros no le interesaban demasiado, pero lo pensó mejor después. Era la Biblioteca Real, o eso le había parecido entender, y no había que ser demasiado despierto para suponer que podía contener alguna cosa digna de ser sacada a la luz, para beneficio de Erbill. Así pues, sin molestarse en ayudar a Valandil, se preparó a seguirlo. Aunque algo le carcomía por dentro... Belegar haría que la marcha fuese muy lenta. No podía correrse demasiado llevando a un herido. Así pues, probablemente habría muchos sitios donde acampar sobre la marcha. Eso suponía oportunidades para negocios, y para sacar a la luz ciertas cosas. Probablemente Valandil quisiese conservar los planos del artefacto. Era una lástima, porque probablemente valdrían mucho, pero... había otras cosas. Por ejemplo lo que pudiese conseguir en la biblioteca. Se frotó las manos mentalmente; el destino estaba tratándolo bien desde que saliese de Bree. Entonces, como un fogonazo, se vio atado bajo el extraño artefacto. Bueno, pensó,no puede salir todo perfecto.

y con una sonrisa en los labios, esperó a que Valandil terminase, para seguirlo al interior...

(RESPUESTA BELEGAR)

Belegar apenas podía respirar pues a pesar de estar vivo sus heridas eran francamente feas por lo que Valandil preparó una camilla para poder transportarlo. Mientras se debatía entre la cordura y la locura de un sueño Belegar se fijó en un azor que se les acercaba mansamente y se posaba a su lado pero él no podía alcanzarlo ya que no se podía mover. Sin embargo le dio tiempo para ver como Imracar se apoderaba de un mensaje que poseía el ave en la pata y se lo cedía a Valandir para que éste lo leyese en voz alta. El mensaje decía:

Belegar, hijo de Felgar, lamento no poder acudir personalmente, pero otros asuntos de vital importancia requieren mi presencia. Supongo que ya te habrás reunido con Valandil. Es de total confianza, recuerda que su padre luchó codo con codo junto al tuyo. Pero vamos al motivo real de mi llamada. El Enemigo se ha movilizado y el Rey Brujo ha enviado pequeños grupos en busca de algo, que por ahora desconocemos. Tened sumo cuidado, pues aunque sean pequeños grupos, es seguro que serán rivales peligrosos. Su búsqueda se centra en una niña, una rohirrim y toda su familia está en peligro. Ya he enviado a alguien a Rohan, pero sabemos que han enviado a alguien a las ruinas de Annúminas. Buscan algo en la Biblioteca Real, si es que sigue allí todavía. Siento no disponer de más datos, pero esa niña es importante para el Rey Brujo. Alguna extraña profecía habla de ella, pero ignoro qué buscan allí. El siguiente paso lo dejo en vuestras sabias manos.

El Pardo

Tras esto Belegar ceció en un sueño tranquilo y relajado esperando la partida de los compañeros y su lenta recuperación.

Entre sueños Belegar oyó hablar a sus compañeros:

Valandil: Haremos como dijo Belegar. Iremos a Orthanc, a buscar la ayuda de Saruman. Es un viaje largo, pero si hay problemas en Rohan nos acercará considerablemente a ese lugar, y el Mago Blanco sabrá qué hacer con la cadera de Belegar. Por favor, Theron, mientras bajo hacia abajo, ¿puedes escribirle a Radagast nuestras intenciones?

Theron: Está bien, pero piensa que nosotros no podemos ir tan al sur. Tenemos cosas que hacer por aquí.

Valandil: Comprendo... En ese caso, hagamos esto Theron. Salgamos juntos de estas ruinas, y busquemos un lugar donde al menos descansar media jornada. Este ritmo para tomar por sorpresa a los orcos ha sido agotador, y un descanso nos será más que necesario. Luego, nos separaremos.

Tras la leve conversación Belegar pudo descansar aunque pesadillas le atraían malos presagios si sus compañeros cargaban con él así que en sueños se le pudo oir:

Rivendel, alli me podré curar y no seré una carga

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Tras esas palabras Belegar volvió a soñar trankilo sin más palabras.

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Off-Rol: Siento este post tan repetitivo de vuestras acciones pero mi PJ mucho mas no puede hacer

(RESPUESTA SIMON)

La puerta se abre y la excitación me puede, así, que coro hacia el interior que clase de misterios se encontrara en su interior, seguro que hay ciento de artefactos interesantes, que encontrare historias antiguas con la que deleitar a la audiencia en las noches frias delante de la chimenea. Sobretodo la historia de Simon el busca tesoros, si el que encontró la antigua biblioteca. Me encamino con pequeños saltitos hacia el interior.

Pero pienso que debería tener cuidado puedo romper algo y eso no estaría bien así que me paro y entro con mas cuidado a fin de cuentas debo salvar algo muy importante.

Pero que aspecto tendrá lo que buscan el enemigo, me rasco la cabeza, ¿que hacer?, claramente los Valares me darán una pista. Pero por si a caso no esta de mas de echar, una mano revisando cada una de las cosas. Así nos aseguramos.

Básicamente entro con cuidado y busco lo que sea que querían los orcos.

Pos data: Pendón por el retraso es que he estado un poco liado.

TURNO 11

Una vez revisado el campamento, Valandil habló con Theron. Los montaraces enterraban los cuerpos de los jóvenes caídos y Theron anunció que ellos no podían seguirles tan al sur. El momento de la despedida estaba cerca, pero quedaban pequeños cabos por atar. Utilizarían el azor para devolver noticias a Radagast y partirían en busca de Saruman.

Un viaje tan largo, llevando un herido, duraría muchas jornadas. Belegar, haciendo gala de un gran pundonor, sugirió ir a Rivendel. Estaba más cerca y sería más sencillo llegar hasta allí. Ya habría tiempo para discutir eso, ahora quedaba por buscar al pequeño hobbit.

Valandil y Erbill

El errante miró de reojo a Erbill, pero pensó que estaría pco interesado en bajar. Sin decir nada, se dirigió al edificio por donde se coló el mediano, pero enseguida se dio cuenta de que alguien le seguía. Sorprendido, vio que se trataba de quien menos hubiera esperado, Erbill Asac.

Erbill: Te acompaño.

Los dos hombres se armaron de paciencia y pese al cansancio acumulado, fueron quitando una a una las piedras que bloqueaban la entrada. Finalmente, donde había un montón de escombros, apareció una entrada que daba a una pequeña sala. En ella, la pequeña ventana por la que se coló el mediano y una escalera que descendía. Con una antorcha cada uno, errante y bribón descendieron en silencio. La escalinata terminaba en una enorme puerta llena de grabados y con dos cerraduras. La puerta estaba abierta y sus símbolos en relieve brillaban débilmente. Antes de seguir avanzando, Valandil examinó con detenimiento la puerta.

Tiradas: Valandil (leer runas) = 58 (fallo)

Fue incapaz de reconocer los símbolos, pero había escuchado historias de que, en ocasiones, los elfos y sus propios antepasados, protegían ciertas entradas con trampas mágicas. En cualquier caso, Simon había logrado superar ese obstáculo. No solo había abierto una de las cerraduras sin necesidad de la llave, además, con todo seguridad, se había librado de su protección. Erbill y valandil cruzaron el umbral...

Simon

El hobbit estaba entusiasmado. Abrió la puerta y elevó su antorcha para captar lo más posible de lo que fuese que encontrara tras ella. Se encontró con una enorme estancia que había sobrevivido al paso de los años en un estado más que aceptable. El techo debía estar a más de veinte metros por encima de su cabeza y la gran sala se extendía más allá de lo que su tea le permitía discernir.

Con una mezcla de excitación, euforia y curiosidad, el mediano entró y echó un rápido vistazo en las paredes a ambos lados de la puerta. Gigantescas estanterias que iban desde el suelo hasta el techo y varios pasillos balconados cada cierta altura. Avanzando un poco más por el lugar observó maravillado por su belleza, grandes y esbeltas columnas de alabastro y mesas de maderas nobles con lámparas de aceite y algunos útiles de escritura. No sabía por dónde empezar a mirar.

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Valandil y Erbill

El tamaño de la Biblioteca les dejó impresionados. Su fama precedía al lugar, pero nunca hubiesen imaginado algo así. La grandiosidad del lugar era indudable, pero enseguida comprendieron que, sin saber qué buscar exactamente, llevaría media vida revisar sólo una parte de todos aquellos volúmenes. Valandil se sintió sobrecogido allí abajo mientras Erbill veía oro en cada esquina. Ese lugar había permanecido oculto muchos años y así debería continuar. Si los saqueadores descubrían la Biblioteca, la pérdida sería irreparable. Eso es lo que pensaba el errante.

Una vez superada la primera impresión, localizaron la luz de una antorcha. Sin duda debía tratarse del pequeño Brandigamo. Al ir en su encuentro, le encontraron sentado en una mesa. Había encindido algunas lámparas de aceite y ojeaba varios manuscritos con aparente interés.

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Off-rol:

Ha quedado un turno un tanto corto y no aporta nada nuevo. No sé si querréis hacer algo allí o no, lo dejo en vuestras manos, pero desde luego no me vale eso de (literalmente) "busco lo que andaban buscando los orcos"...

Fuera, los montaraces irán acabando de enterrar los cadáveres y esperarán el regreso del trío antes de buscar un sitio donde descansar. Y después tocará despedida.

En cuanto a ir a Rivendel, Orthanc o donde sea, ya lo decidiréis vosotros...

(RESPUESTA ERBILL)

Erbill: Ah, esto es grandioso...

No mentía. Realmente podría vivir toda su vida con lo que había allí dentro. ¿Como no se le había ocurrido antes? Su padre siempre estaba hablando de la grandeza de los hijos de Oesternesse, de sus riquezas de todo tipo, de sus artes... Su padre... ¿Como le iría al viejo? Desde que marchó, no había vuelto la vista atrás. Era curioso comprobar como, aguardando en su interior, habían sentimientos que jamás habría admitido. Nostalgia, si, sentía nostalgia. De su casa... y de su gente. Tengo que ponerme a hacer algo antes de que esto empiece a ser preocupante, se dijo a si mismo, no sin cierta sorna.

Erbill: tendremos que pegar un vistazo, pero en tan inmenso lugar, será difícil encontrar lo que quiera que buscasen, salvo que fuese la biblioteca en su conjunto, o que tengas alguna idea de que podían andar buscando. Yo voy a echar un vistazo, pero no se me ocurre que podían querer... quizá la providencia nos ilumine, quien sabe... Y hay otra cuestión. Belegar ha dicho algo sobre Rivendel. Sin duda allí podrían atenderlo. Y sin duda desde allí podremos enviar mensajes, a quien sea menester. Por otra parte, esa niña de la que hablaba Radagast... Supongo que cualquier retraso puede ser letal. Así pues, estamos en una encrucijada. Aunque siempre está la opción de separarnos, para cubrir más terreno. Yo podría llevarlo a Rivendel... - Y después volver aquí a sacar tajada, le faltó añadir. - O bien podrían conducirlo allí los montaraces. La última opción seria llevarlo hacia adelante, hasta que alguien pueda atenderlo. Aunque eso supondría casi con total seguridad llevarlo a Isengard. Pensadlo, Valandil. Habéis demostrado valor en la batalla, y yo he de aceptar vuestras palabras, pero tened en consideración las mías.

Tras esperar una posible réplica del errante, se separó de él. Buscaría algún libro de historia de los dunedain, por si alguna vez volvía a ver a su padre. Alguno no demasiado voluminoso, la intención es lo que cuenta, o eso decían. Y buscaría todo el oro que pudiese esconder sin llamar la atención. Quizá algún candelabro roto, algún adorno... En cualquier caso, no tenia esperanza de encontrar lo que pudiesen estar buscando los orcos. ¿Que demonios sabía él de esas cosas?

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Como ya le dije a robroy, estaré out a partir del domingo hasta después de pascua. Las preferencias de

Erbill sobre a donde llevar a Belegar son las que ha dicho: llevarlo él (e intentar hacer negocio luego ) a Rivendel, dejárselo a los montaraces, o en tercer lugar llevarlo hacia Rohan. En la biblioteca mirará también por él, no tiene idea de que buscaban...

(RESPUESTA VALANDIL)

Valandil miró con pesar a su alrededor. Muchos de los conocimientos de su gente, perdidos por culpa de la guerra y los siglos, estaban conservados intactos en aquellos viejos estantes que le rodeaban. A la luz de la antorcha, pudo ver cómo revisar aquellos volúmenes podía llevarle mucho, mucho tiempo. Y el tiempo era algo que probablemente no tenían, a juzgar por la carta de Radagast. ¿Cómo hallar en aquel lugar lo que el Enemigo ambicionaba? Sin duda, debía ser algo resistente. Caso contrario, nunca habrían tratado de usar la fuerza bruta para penetrar en la biblioteca real. O quizás estaba oculto en alguna cámara en niveles inferiores a aquel en que se hallaban. Esas dos ideas podían restringir mucho la búsqueda...

Mientras dejaba a Simon leyendo aquel volumen, Valandil trató de serenar su mente. ¿Cómo relacionar que el Enemigo buscase a una niña y a su familia con algo que se hallase en la Biblioteca Real? Lo único que podría relacionar a ambos sería que el linaje de aquella familia procediese de Annúminas, de los reinos perdidos. O

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que siglos y siglos atrás, los ancestros de aquella familia hubiesen sido conocidos en aquel lugar en que Valandil se hallaba. Por supuesto, especular con aquello no le servía de mucho, pues para desgracia suya no contaba con ninguna información sobre aquella niña o aquella familia. Información...

Quemar la máquina infernal sin duda impediría al Enemigo tratar de llevar otra con facilidad, pero no les retrasaría si hacían un segundo intento. Pero Valandil lo dudaba de veras. Por fortuna, los planos de la máquina la acompañaban, y al Errante le habían parecido originales. Fue entonces cuando a Valandil se le ocurrió una idea para dejar fuera del alcance del Enemigo la opción de recuperar los planos para entrar en aquel lugar: guardarlos ocultos en uno de los tomos de la biblioteca, uno al azar cuyo nombre sólo el Errante conociese. Antes, sin embargo, debería copiar la firma de los planos, o al menos alguna cosa significativa de ellos para su identificación. ¿Quién si no los enanos habrían construido o diseñado algo como aquella máquina para horadar la tierra? El Errante quería poder seguir aquella pista, pero llevar los planos encima era una táctica arriesgada: si él era capturado, una nueva máquina podría ver la luz para horadar la cúpula de la Biblioteca Real. De aquel modo, Valandil se aseguraba que nadie pudiese hacerlo.

Con gesto paciente, se acercó a la lumbre de Simon y desplegó los planos. Con su mejor letra, trató de imitar la firma del autor de los planos, y algunos de los símbolos o rasgos más llamativos. No necesitaba nada preciso, sólo algo reconocible. Cuando estuvo satisfecho con el resultado, se lo mostró a Simon.

Valandil: ¿Cómo lo ves? ¿Se parecen? - dijo, señalando los trozos copiados comparados con el original.

Pues nada, esto debería juzgarlo Robroy. Así me aseguro que otros puedan más o menos identificar lo copiado. Si no estuvieran correctos, le pediría a Simon ayuda en la duplicación de esos rasgos llamativos. No se trata de copiar los planos enteros, sino un boceto rápido con suficientes cosas para identificar su origen (espero).

Tras aquello, Valandil se acercó a una de las estanterías cargadas de pesados volúmenes. "Tratado de los animales salvajes del reino de Arthedain y sus costumbres", rezaba uno de ellos. Con cuidado, Valandil lo tomó, lo abrió y depositó entre sus grandes páginas llenas de delicados grabados de fauna salvaje los planos de la máquina infernal. Y cuando devolvió el pesado volumen a su lugar, soplando un poco al polvo para disimular las marcas dejadas al sacarlo, el Errante pensó qué hacer a continuación.

Para ir bien de tiempo, deberían dejar Annúminas al menos una o dos horas antes de la puesta del sol. Partir más tarde sería tentar su suerte con tantos orcos rondando por la zona tras la batalla, y más con el tiempo que habían tenido para replegarse. No, lo mejor sería ser realista y abandonar Annúminas aún sin el objeto del deseo del Enemigo. Valandil no renunciaría a emplear todo su tiempo en encontrarlo, pero no podría emplear más que aquel tiempo. Partir era lo más importante, y las palabras de Erbill Asac habían sido sabias a oidos del Errante. De sabios sería que él llevase una llave a Elrond de Rivendel, y la otra la portase Valandil a Saruman el Blanco en Isengard. Una vez cerraran las puertas de la Biblioteca Real, no debían volver a ser abiertas con facilidad. Bien, y también tendrían que volver a poner los cascotes sobre la entrada para ocultarla, aunque...

Girándose para mirar al hobbit que estaba allí curioseando los viejos volúmenes del saber, Valandil se sintió extrañado. ¿Cómo una criatura tan menuda había logrado abrirse paso a través de protecciones mágicas tejidas por sus poderosos antepasados? ¿Cuál era la verdadera fuerza que ocultaba la raza de los medianos? Estando así, se acercó a Simon de nuevo y se acuclilló junto a él.

Valandil: Simon... Arriba, mientras estabas aquí abajo, ha habido una batalla. El encapuchado está muerto, así como su troll y sus esbirros más poderosos. Pero nosotros hemos perdido a dos hombres. Tu amigo Belegar está gravemente herido. El encapuchado le ha partido la cadera. Quizás quieras hacerle compañía, o presentar tus respetos a los caidos antes que la tierra se los trague...

Los ojos de Simon se quedaron absortos ante las palabras de Valandil. Directas, sí, pero ya llevaban bastante rato en la biblioteca como para ignorar por más tiempo al hobbit, dejándolo sin saber nada de lo sucedido arriba.

Valandil: Pero hay algo que quiero que hagas antes de subir. Quiero que me ayudes a buscar pasillos o puertas a niveles inferiores de este lugar. Cosas que nos puedan pasar por alto a simple vista. Si lo que buscaba el Enemigo está aquí, puede que esté bien oculto... Y tus ojos y manos son diestros. Si no, no podrías haber atravesado jamás la puerta sin esta otra llave...

Y Valandil abrió la mano mostrando al hobbit la llave arrancada al cuerpo del encapuchado, pero no sonrió. Había costado dos vidas y mucho dolor.

Y mientras el hobbit se alejaba, Valandil se sentó en el asiento que había ocupado mientras leía el volumen. Le echó un vistazo por encima, preso de la curiosidad, pero lo descartó al momento. Inspirando con profundidad, trató de recordar las lecciones aprendidas en los Puertos Grises. Un ejercicio en que jamás había logrado tener éxito. Tenía la mente embozada por el esfuerzo del combate, pero tenía la obligación de al menos intentar aquello. Quizás sería la única manera de hallar lo que buscaban. Y permitiendo a su mente relajarse, trató de abrir sus percepciones a las de la magia que le rodeaba...

No sé cómo voy de puntos de poder, pero según mis cálculos aún me deberían quedar unos cuantos. No muchos, pero sí los suficientes para intentar algún que otro Detectar Esencia y Detectar Canalización con suerte. No lo haré de inmediato, sino cuando encuentre algún lugar o cosa sospechosa de poder ser lo que buscamos. Si todo resulta infructuoso, entonces sí lo usaría más al azar. Además, dudo que lo que fuese que buscasen fuese del reino del mentalismo, así que a ver si puedo detectar el poder de lo que sea que estamos buscando.

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He dejado más o menos indicado en el turno lo que quiero hacer una vez resuelta la escena de la biblioteca - así podemos avanzar trama -, que resumo: volver a poner cascotes para disimular la entrada que hemos usado, tras cerrar la puerta con ambas llaves; que una la lleve Erbill a Rivendel junto a Belegar, y la otra la llevaré a Isengard para Saruman, y ya veremos quién me acompaña o si voy solo; y partir al menos una hora antes de la puesta del sol para poder hallar un sitio bien escondido donde pasar la noche y descansar mínimamente tras tanto tiempo sin hacerlo, que lo vamos a necesitar de verdad...

Por otro lado, Kooshe, te he dado pie a que puedas ir con Belegar e interaccionar con él en tu turno para dar pie al paladín a poder hacer algo en este turno. Que si no, se nos aburrirá con su cadera en este estado. Puede que una decisión de a dónde irá el hobbit pueda salir de esa conversación, pues Simon es el único que de momento no tiene lugar asignado para ir.

(RESPUESTA BELEGAR)

El paladín estaba desanimado pues en su estado no podía ayudar a sus compañeros en nada y lo único que hacía era estorbar pues no podía ofrecer más ayuda que la de estar apoyandolos animicamente y rezar a los dioses.

Belegar empezó a rememorar la conversación con Radagast hacía un tiempo cuando éste le comentó lo que sucedía y cual era su misión.

Radagast: “Te ha convocado aquí porque parece que está ocurriendo algo, pero aún no sé qué. Pero creo que es importante y se te ha encomendado a ti esta misión”.

Radagast: “Al parecer desde Angmar andan buscando a una niña por alguna extraña profecía. Por desgracia no sabemos todavía quién es ni por qué la buscan, pero en cuanto te deje iré en busca de Gandalf o tal vez visite a Saruman en Isengard por si saben algo más”. Belegar: “Pero...” – intentó intervenir. Radagast:“ Ya habrá tiempo para preguntas. Ahora debes ir a las ruinas de Annúminas y encontrarte allí con Valandil, el Errante. He enviado hace dos noches a uno de los montaraces de Arthorn, con un mensaje para él, a los Puertos Grises para que se reúna allí contigo. Esperad allí noticias mías dentro de una semana a medianoche. Ahora debo partir”. Belegar: “Ese Valandil, ¿es otro paladín?” Radagast: “No, pero su padre lucho junto a El Calvo hace muchos años. Creo que formaréis un gran equipo. Tiene toda mi confianza, pese a que no le conozco personalmente. No hay tiempo que perder, debemos irnos ya. Que tengas buen viaje Belegar y recuerda: tendréis noticias mías en Annúminas” Belegar: “Buen viaje también para ti. Espero que averigües lo que buscas”

Sus pensamientos se vieron truncados con la llegada de su pequeño y sonriente amigo hobbit el cual le empezó a hablar.

Simon: Es que no puedo dejarte solo un minuto y te las apañas para herirte. Cuando Radagast me vea se va a enfadar un montón. Pero no te preocupes he traído una buena historia para leerte. Es muy interesante seguro que te gustara.

Belegar: Simon me alegro mucho que estés bien. ¿Habeis conseguido encontrar algo? Es que tengo algo importante que creo que a Valandil le puede interesar. Me acabo de acordar que puede ser una profecía lo de la niña pues Radagast me habló de algo de eso. Por favor ve allí y comunícaselos pues les hará falta saber esa información. Muchas gracias por tu compañia Simón. Después tendrás tiempo para poder leerme el libro.

Tras eso Belegar se dejó caer tranquilo pues esa información podría ser buena y les podría ayudar y sentirse útil aun en su estado.

TURNO 12

Valandil, Erbill y Simon

Los planos de la máquina excavadora no podían caer en malas manos. Valandil intentó copiar algunos trazos para más tarde poder investigar o averiguar algo más acerca de su origen. Cuando terminó el trabajo consultó con Simon el resultado y el mediano corrigió algún punto, pero, sin ser una gran copia, tenía alguna característica que pudiera hacerlo reconocible. El errante escondió el plano original y se volvió a acercar al pequeño Brandigamo.

La imagen del hobbit leyendo aquel volumen resultaba un tanto cómica, pero Valandil no estaba de humor para sonreir. La batalla había sido favorable, pero habían sufrido importantes bajas y desconocían el motivo real de la presencia del Enemigo entre las ruinas y de qué buscaban en la Biblioteca Real. Valandil habló con Simon. Le contó lo que había sucedido arriba y que Belegar estaba gravemente herido, pero antes de que subiera a verle, el errante le pidió un pequeño favor. Encontrar algo entre tantos tomos y volúmenes, sin saber qué era exactamente, sería como buscar una aguja en un pajar. Pero el mediano había demostrado sus cualidades en varias ocasiones y si alguien podía encontrar algún lugar más secreto allí, sin duda había de ser él.

Tiradas: Simon (buscar puertas secretas) = 58 Erbill (buscar puertas secretas) = 39

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Valandil (buscar puertas secretas) = -2

También Erbill examinaba el lugar por su cuenta mientras Valandil acompañaba a Simon en su búsqueda. Ninguno encontró nada destacable. En ese lugar se acumulaban conocimientos de todo tipo y tal vez el encapuchado y los suyos buscaban algún libro en concreto. Disculpándose, Simon subió para ver a Belegar y se llevó el tomo que estaba ojeando. Nadie lo echaría en falta.

Ya a solas, Erbill y valandil hablaron de qué hacer a partir de ahí. La conclusión fue separarse. Erbill acompañaría a Belegar hasta Rivendel y llevaría una de las llaves a Elrond. Valandil visitaría a Saruman en la torre de Orthanc y le mostraría la segunda llave. De todo ese plan, Erbill no estaba muy conforme con lo de cerrar la Bilioteca, pero prefirió no decir nada al respecto.

Tiradas: Valandil (Hechizo - Detectar esencia) = 24 (éxito) Valandil (Hechizo - Detectar canalización) = 87 (éxito)

En un intento desesperado por encontrar algo, Valandil empleó sus conocimientos arcanos para intentar detectar algo mágico. Por desgracia, tuvo que usar sus artes al azar en pequeñas zonas de la inmensa Biblioteca, pero sin ningún éxito.

Simon y Belegar

Tras presentar sus respetos a los montaraces por los caídos, Simon se reunió con Belegar dispuesto a leerle el fabuloso volumen que había rescatado de la Biblioteca. Belegar, que seguía luchando contra el terrible dolor, sacó fuerzas de flaqueza y habló de una profecía. Simon estaba desconcertado, pero por si era importante corrió de nuevo junto a Valandil y le contó lo que había dicho el paladín. Si, efectivamente. Radagast mencionaba algo de una profecía en su mensaje, pero eso tampoco era de gran ayuda. Habría cientos de libros de profecías allí, tal vez miles y lo que menos tenían era tiempo. Al anochecer, probablemente volverían los orcos y seguramente con refuerzos. No había tiempo.

(...)

Tras un examen infructuoso, Erbill y Valandil abandonaron la Biblioteca cerrando sus puertas tras de si y guardando una llave cada uno. Después colocaron de nuevo los escombros y se reunieron con el resto. Aún faltaban algunas horas para que se pusiera el sol, pero había llegado el momento de partir. El grupo se alejó de las ruinas y buscó un lugar donde pasar la noche. Hubiese sido momento de celebrar la gran victoria, pero las bajas sufridas lo impidieron. hacía mucho tiempo que no descansaban lo suficiente pero aquella noche, pese a hacer guardias, lo hicieron. Al alba llegó el momento de las despedidas. Theron, el lider de los montaraces, reunió a los suyos, pero Jotumm habló con él aparte y tras algunos minutos, Theron asintió y regreseron junto al resto.

Theron: Ha sido un honor luchar junto a hombres tan nobles... bueno y junto a un valiente mediano... Pero nuestros destinos se separan aquí. Si alguna vez regresáis no dudéis en buscarnos, sería todo un orgullo.

Jotumm: Valandil, hijo de Menelcar, me gustaría acompañarte en tu viaje, pero mi deber es quedarme por aquí. No obstante... he hablado con Theron y si tienes a bien, os puedo acompañar hasta Bree y nos despediremos allí.

Valandil: Claro Jotumm, amigo mío. Disfrutaré de tu compañía un poco más. Podemos ir hasta Bree con Erbill, Belegar y Simon y desde allí separar nuestros caminos.

Se despidieron de los montaraces y partieron hacia Bree. Belegar viajaba en la camilla con los caballos y el resto alternaba momentos a caballo con grandes tramos del camino a pie. Atrás quedaban las ruinas de Annúminas, su gran Biblioteca Real, la lucha y los Enemigos y compañeros caídos en combate. Por delante varias jornadas de viaje con destinos bien distintos, pero con un nexo común...

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Off-rol:

Desde luego las vacaciones (siempre es mala época de curro cuando se acercan) no me han dejado el tiempo suficiente para hacer un buen turno final, pero bueno... Confío en que todo cambiará a la vuelta.

A partir de aquí (si vuestros próximos turnos no indican lo contrario), se crearán dos nuevas tramas independientes. Una rumbo a Orthnac y otra a Rivendel, y se iniciará el capítulo 3.

Me gustaría que en vuestras réplicas avanzaráis un poco la trama. El viaje hasta Bree, las despedidas y el comienzo de vuestros respectivos viajes (y ruta a seguir). Creo que es un buen momento para que los PJ interactúen un poco, ya que con la movida que había en Annúminas no hubo casi ni presentaciones. Tenéis total libertad.

(RESPUESTA SIMON)

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Theron: Ha sido un honor luchar junto a hombres tan nobles... bueno y junto a un valiente mediano... Pero nuestros destinos se separan aquí. Si alguna vez regresáis no dudéis en buscarnos, sería todo un orgullo.

Jotumm: Valandil, hijo de Menelcar, me gustaría acompañarte en tu viaje, pero mi deber es quedarme por aquí. No obstante... he hablado con Theron y si tienes a bien, os puedo acompañar hasta Bree y nos despediremos allí.

Valandil: Claro Jotumm, amigo mío. Disfrutaré de tu compañía un poco más. Podemos ir hasta Bree con Erbill, Belegar y Simon y desde allí separar nuestros caminos.

Después de eso partimos en dirección Bree, el camino fue bastante sombrio el estado de Belegar me preocupaba. Me dedico a preparar la comida en cada parada.

En la ultimas semanas habian pasado tantas cosas. Tantas hemociones que hacer. Paso el dia cerca de Belegar y le leeo el libro de la biblioteca. Cuando Valandil se acerca le hablo.

Simon: Valandil estoy preocupado por el estado de Belegar parece que derira y es responsabilidad mia el que este en esta situación. Cres que los elfos de ribendel podran ayudar le.

Una noche de lante del fuego, hablando con Valandil y Erbill

Simon: Por cierto es claro que, dado que somos compañeros deveriamos conocernos un poco mas.

Yo soy Simon Brandigamo, y estoy aquí para ayudar en las medida de mis capacidades mi padre decia que para hacer grandes cosas, siempre hay que hacer un monton de pequeñas cosas.

Entre en esto por obra de Radagast, por el vien de la comarca.

(RESPUESTA BELEGAR)

El paladín no podía hacer nada para persuadir a sus compañeros de que no se separasen pues habían decidido llegar hasta Bree y separarse allí, pero había algo que fallaba. Su camino era el mismo que llevaba el otro grupo de orcos que habían visto hacía varias jornadas. Si con los valientes montaraces a su lado los compañeros han podido morir, sin los mismos les resultaría imposible llegar hasta el final de su camino: Bree.

Belegar: Mis compañeros........ amigos mios............... los orcos que vimos hace varias jornadas....... se dirigían hacia Bree...... o cerca..... ¿será bueno ir hacia allá?........... si nos los encontramos......... no podremos hacer nada........

Tras esto Belegar vuelve a descansar aunke intranquilo. Lo único que lo deja tranquilo es la lectura de su amigo hobbit el cual se estaba preocupando mucho por su salud. Los días hacia el sur parecian eternos ya que Belegar siempre había sido un hombre activo pero en fin es lo que sucede cuando se defiende al bien. Los momentos en los que el alegre hobbit no le inundaba con su chachara y su lectura el paladín los utilizaba para orar.

(RESPUESTA ERBILL)

Erbill: No te preocupes, Belegar - dijo Erbill, con una sonrisa - pues viajas con Erbill Matatrolls. No lo olvides.

Le guiñó un ojo, para volver después a sus cavilaciones. Viajar hasta Rivendel le planteaba algunos problemas, que tenia que pensar en solucionar. Por lo pronto, todo este tiempo había seguido con su tapadera, visto que había colado a la perfección con Belegar. Una vez pasado ese problema, los demás habían asumido que era lo que decía ser, máxime cuando viajaba en compañía del paladín. Pero en Rivendel sin duda se darían cuenta. No eran pocas las leyendas acerca de los elfos que había escuchado... ¿Que le harían cuando lo descubriesen? Además, el viaje en sí, aunque no tuviese ese problema, supondría retardar la posible expoliación de la biblioteca. Además, Valandil se llevaba una de las llaves. No podía pedírsela, pues corría el riesgo de delatarse, pero dejarlo marchar con ella... suponía contar a su regreso con gente que le ayudase, lo que haría que el botín para cada uno fuese menor.

No dejaba de ser curioso lo intenso del corto viaje. Desde que saliera de Bree apenas habían pasado unos días, y sin embargo había visto de cerca los fríos ojos de la muerte, en la forma de máquina infernal, había descubierto en si mismo una destreza que creía perdida tras largo tiempo viviendo en la comodidad que da el dinero. Que diferente podría haber sido todo si no hubiese abordado aquella mañana a Belegar. Entonces le dijo ser un dunedain del sur, de Gondor, y Belegar no le hizo preguntas. Si, estaba en un brete. No lo había pensado, pero si bien Rivendel suponía perder su tapadera, marchar al sur seria otro tanto, cuando comprobasen que no había estado allí en la vida. No, al menos en Arnor tenia una posibilidad. Quizá podría acompañar a Belegar y a Simón hasta las proximidades de Rivendel, y, una vez allí, dejarlos para preparar el golpe que tenia en mente. Aunque era todo muy complicado... ¿A quien podría vender lo que sacase de allí? La opción más obvia era buscar a aquellos que habían enviado a los orcos, pero aquello no parecía buena idea. Confiar en esas gentes nunca lo era.

Estaban llegando a Bree, tras un viaje que, para Erbill, había sido silencioso. No había demasiada alegría en él, pues pese a salir con bien de todo aquello, el futuro no era de color de rosa, precisamente.

Piénsalo. Saliste de Bree con sólo dos caballos. Sigues teniéndolos, has engordado algo tu bolsa, y tienes un buen golpe en perspectiva.

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Erbill: He pasado un tiempo aquí, no hace mucho, así que puedo recomendaros una posada. Quizá podamos compartir conversaciones en torno al fuego esta noche. Hemos luchado juntos, y no del todo mal, me permitiría decir. Descansemos ahora, como compañeros. Nuestros caminos han de separarse, pero podéis contar con Erbill Asac siempre que lo necesitéis. Y podéis contar con él, por ejemplo, para conseguir bebida para esta noche. Todo ha salido a pedir de boca, y hay que celebrarlo...

Aun estaba hablando cuando se dio cuenta que había metido la pata. No todo había salido a pedir de boca. No había más que pensar en los montaraces muertos para darse cuenta. Guardó silencio entonces, esperando no estropearlo más...

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Supongo que interactuar, interactuar, no es que interactúe mucho. Pero es que para conversar con otros pj y tal prefiero el msn, y lo tengo chungo estos días. De todos modos, al menos comento que hago hasta Bree, e intentare responder para ir completando, en función de lo que diga el resto.

Por si no conversamos mucho más, declarar intenciones: Erbill planteará a Belegar y Simón seguir el camino más corto, esto es, por el camino del este. En principio no dirá nada sobre sus intenciones, aunque contempla la posibilidad de abandonarlos en el último puente, o incluso en el vado del Bruinen. De modo que, de cara a tener todas las puertas abiertas que pueda, intentará hacer una copia de la llave que debe entregar a Elrond. Imagino que será mágica y no podré hacer nada, pero... En caso de que viese alguna opción, intentaría hacer otro tanto.

He supuesto que conservábamos caballos y tal, dado que no es excesivamente importante. Pero vaya, que si hay que editarlo, pues se edita. Cualquier cosa, solo tienes que comentarla...

(RESPUESTA VALANDIL)

Las fuerzas habían regresado a Valandil en los días siguientes a su partida de las ruinas. Aunque el pesar por los fallecidos era reciente, el Errante ya empezaba a dejar atrás aquel sentimiento extraño que había sido liderar a alguien a su muerte. Por mucho que fuese por un bien mayor, y por mucho que aquel hubiese sido el camino elegido por aquellos jóvenes. Pero no por ello, Valandil había dejado de sentirse extraño.

Pero pasados unos días, notó que el sentimiento se había empezado a desvanecer. Era un Errante, al fin y al cabo, y nunca se quedaba mucho tiempo en un mismo lugar. El camino del Errante era el de la soledad, y muy pronto sólo Curfu le acompañaría en el largo trecho hasta Orthanc.

Valandil: Pues yo soy Valandil, de la orden de los Errantes.

Belegar: ¿Los Errantes? - dijo el paladín postrado -. Jamás oí mencionarlos.

Valandil: Somos pocos los que quedamos. Antaño fuimos una orden en el reino perdido de Cardolan. Vigilábamos para el rey aquellos lugares a los que el rey no podía ir. Actuábamos donde nadie podía hacerlo. Pero Cardolan llegó a su fin, como antes había sucedido con Rhudhaur y después con Arthedain, y los Errantes nos lanzamos al camino para proteger a los descendientes del reino perdido. Al igual que los montaraces del norte, juramos sobre las ruinas de nuestro reino levantarlo alguna vez, y si no nosotros sí nuestros hijos.

Asando unas salchichas en la fogata del campamento, Valandil suspiró repasando mentalmente las enseñanzas de su padre antes de ir a Lindon: su linaje, su tarea, sus ideales...

Valandil: Claro que eso no sucederá mientras estas tierras estén infestadas de enemigos. Por eso permanecemos en el secreto, bajo la supervisión de Cirdan Carpintero de Barcos. Me eduqué en Lindon, en los Puertos Grises de los elfos, y mi intención inicial era llevar la vida del Errante. Viajar de pueblo en pueblo, ayudar a los que puedan necesitarlo. Sé lo suficiente del mundo como para no necesitar muchas cosas que no pueda conseguir por mi mismo.

Y debía ser cierto. A menudo, antes del anochecer mientras Jotumm el montaraz preparaba la fogata del campamento, Valandil se entretenía a recoger de los alrededores raíces, bayas y frutos comestibles. O hojas de plantas que añadían un sabor especial a la carne seca al asarla un poco. El Errante echó unas pocas hojas de algo que había encontrado sobre las salchichas, y el aroma que se desprendió hizo que Simon empezase a relamerse de verdad.

Valandil: Recibí misiva de Radagast con la tarea de llegar a las ruinas de Annúminas, como dije, a los pocos días de abandonar a mis maestros en los Puertos Grises. Temía estar verde para la tarea, y he de reconocer que he pasado momentos de angustia.

Jotumm: ¿De veras? Pues encima de Curfu al atacar a los orcos no lo parecías...

Valandil: En realidad estaba temblando por dentro. Pero es parte del entrenamiento que recibimos los Errantes: el control del miedo. ¿Recuerdas la espada y su salmo? Era el canto de los valar, que alivia el miedo en los corazones de los hombres. Un Errante no teme hacer lo que debe hacer. Lo hace, y asume sus consecuencias sean las que sean.

Y Valandil calló. Las salchichas estaban listas, y no era cuestión de dar una lección de la filosofía de la orden a sus compañeros de fatigas.

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Cuando al fin alcanzaron Bree, Valandil supo que el momento de partir solo había llegado. Como aquellos primeros días en Lindon, solos él y Curfu. Y ni más ni menos que para ver al mayor mago vivo de la tierra, Saruman señor del Concilio Blanco. El Poney Pisador resultó un lugar agradable donde reposar los huesos antes de partir al sur por los viejos caminos que rodeaban las quebradas de los túmulos desde la lejanía. La cerveza negra de Cebadilla Mantecona supo a gloria a un Valandil que había recuperado el buen humor, y que se había prometido no sentir dolor por la separación de sus compañeros.

Valandil: Tabaco de la cuaderna de sur. El mejor de la Comarca. Probadlo - dijo, dándoles un poco del tabaco que esa tarde había comprado a un mercader hobbit de paso por la villa.

Simon Brandigamo abrió mucho los ojos al ver el saquito con las hierbas secas y aromáticas ante él. ¡Tabaco de su tierra!

Valandil: Bueno, esta es la última vez que nos veamos quizás, o al menos la última en mucho tiempo. Así que invito yo. ¡Posadero! ¡Asado para todos, que venimos agotados del viaje y necesitamos llenar la panza!

Fue una noche con risas y en que Simon no dejó de hablar de su tierra natal. Valandil y Jotumm sonrieron pensando que gracias a su labor, la Comarca podía seguir siendo el remanso de paz que era para los hobbits, criaturas apacibles que no estaban preparadas para el horror que uno podía hallar más allá de sus tierras. Erbill se fue a dormir, y al final de la cena Valandil separó un plato de asado y se lo dio a Simon.

Valandil: En su camastro, Belegar también debe tener hambre. Súbele el plato, ¿quieres?

El hobbit aceptó la idea encantado, y Valandil se quedó a solas con Jotumm, ambos fumando las últimas caladas de su pipas y con las jarras de cerveza prácticamente vacías.

Valandil: Criaturas sorprendentes, los hobbits - dijo en adunaico, la lengua de los señores del oeste -. ¿Cómo crees que abrió la puerta de la biblioteca?

Jotumm: Ni idea.

Valandil: En cualquier caso, un individuo interesante. Quizás plantee a los veteranos de la orden buscar reclutas en la Comarca.

Jotumm miró con cara de incredulidad a Valandil.

Jotumm: ¿Un hobbit Errante? ¿Estás de broma?

Y sí, lo estaba, porque Valandil se puso a reir con sonoras carcajadas. Cuando ambos dejaron sus risas aparcadas, el Errante añadió:

Valandil: Nunca he estado tan al sur, ni cuando viajaba con mi padre de pueblo en pueblo. La verdad, empiezo a sentir que este conflicto tiene una escala más amplia de la que podamos imaginar ahora mismo. Rohan está muy lejos de Annúminas, y sin embargo sucesos en ese reino parecen tener relación con sucesos en Annúminas.

Jotumm: Hace calor. Más que aquí. Por las noches los mosquitos son horribles.

Valandil: En ese caso, cogeré algunas raices repelentes por el camino.

Jotumm: ¿Tú lo arreglas todo a base de raices y plantas?

Valandil: No siempre, pero conocer tu tierra es amarla. Cómo si no puede uno derramar su sangre por su tierra, si no la ama, si no ama a sus gentes... Eso decía mi padre, al menos. Creo que a mi aún me queda mucho por ver antes de llegar a pensar como él. Apenas he visto mundo, y ahora todo esto... Se me hace grande. Por las noches le veo, y no venzo.

Jotumm: ¿Al encapuchado? - musitó girándose a él.

Valandil asintió.

Valandil: Cuán diferente habría sido todo, ¿verdad? - dijo, y apuró su último culín de cerveza -. Bien, mejor dejémonos de cháchara y vayamos a descansar. Mañana nos espera el camino, amigo mío.

Jotumm: Pues en ese caso, espero que un día se vuelvan a unir los nuestros.

Y dándole la mano, Valandil se la estrechó con fuerza.

Valandil: No lo dudo, amigo mío. Ni por un momento lo dudo.

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2-D: EL WOSE Y LA MARCA TURNO 1 (Ghân)

La elección que tomó Ghân le llevó a seguir al grupo de orcos y cazadores que se retiraba en dirección norte. No le fue difícil dar con ellos de nuevo. A su espalda quedaba el Paso de Rohan y en el fondo le reconfortaba la idea de no tener que introducirse en La Marca.

Atardecía. El sol se ocultaba en el horizonte y minutos después la oscuridad hizo que los humanos se detuvieran. El shaman observó el modo en que los hombres de las pieles hablaban con los orcos, y éstos a punto estuvieron de iniciar una pelea tras una fuerte discusión. Un grito les detuvo. Fue sólo una palabra, pero muy firme, que incluso provocó un escalofrío a Ghân, una voz de mujer. Uno de los cazadores era mujer, y al parecer estaba al mando.

Ghân no conocía el idioma, pero inmediatamente, los orcos se organizaron y tres de ellos partieron al instante hacia el noreste. El shaman se vio tentado de seguirles, pero al final prefirió quedarse con el otro grupo. Mientras se alejaban a la carrera, los hombres preparaban un pequeño campamento y los garras verdes restantes se situaban cada uno en el vértice de un triángulo imaginario alrededor de la hoguera.

Al parecer iban a quedarse allí un buen rato y el shaman necesitaba descansar. Se posó en una roca desde la que podía controlar el campamento, pero suficientemente alejada del mismo para que no le descubrieran. Antes de descansar agradeció a la Dadora el don con que fue bendecido.

Tiradas: Ghân (Alerta) = 53 (fallo)

Aquella noche regresaron los sueños sobre demonios montados, el ojo de fuego, el Rey Brujo y la niña. Pero cuando su mente ordenaba todo el sueño, algo le despertó: un leve "empujón". Ghân abrió sus ojos. Era su totem quien le despertaba, el totem protector de su pueblo y, en esta ocasión, también de él.

Maldita sea Ghân, has dormido demasiado.

Aún era de noche, aunque no tardaría en amanecer. Los primeros rayos del sol comenzarían a salir tras las montañas en unos segundos. El campamento seguía allí, así como todo el grupo al que espiaba. Pero algo era diferente. Los tres orcos permanecían algo apartados de los hombres, temerosos. Junto a las brasas de la fogata pudo ver con claridad a la mujer, ahora prácticamente desnuda pese al frío y a su compañero, sin su capucha de piel. Amanecía.

Aquella mujer era sin duda muy hermosa, incluso para un wose. Ghân la observó unos instantes. Tenía el pelo negro azabache que le llegaba hasta los hombros y un cuerpo atlético. El hombre junto a ella, también moreno añ parecer la asistía en lo que estaba haciendo. Sus movimientos, sus gestos, sus palabras. Ghân supo enseguida lo que estaba haciendo, lo sabía de sobra. Sin duda se trataba de algún tipo de ritual mágico y además de su mismo reino, la canalización, pero algo no le gustaba.

El shaman estuvo tentado de lanzarse contra ella para romper su concentración e impedir que ejecutara su conjuro, pero sería casi un suicidio. Prefirió seguir observando, en silencio.

La mujer lider del grupo, y a la que incluso los orcos temían, poseía conocimiento en artes arcanas. Un rival temible...

Tiradas: Mujer (Ritual mágico) = 166 (éxito) Mujer (Hechizo - ¿?) = 13 (éxito)

El ritual llegaba a su fin. La bella humana se arrodilló sentándose sobre sus talones. Apoyó sus antebrazos en los muslos y colocó la cabeza entre sus rodillas. Entonces, su cuerpo comenzó a cubrirse con una sustancia extraña hasta que desapareció bajo ella. Poco después parecía algo así como un capullo o una especie de huevo de casi medio metro. El hombre hizo un gesto y dijo algo en una lengua que Ghân desconocía, y los orcos se aproximaron y cubrieron el capullo con una manta y lo envolvieron bien. Seguidamente, el humano lo introdujo en una gran bolsa que cargó sobre sus hombros.

Ya era de día y los orcos estaban incómodos, pero sin rechistar se pusieron en marcha tapando sus rostros como podían. El hombre también comenzó a andar con ellos, esta vez hacia el este.

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Off-rol:

Ya está. Turno un poco largo que seguramente haya complicado, más si cabe, las cosas.

Tal vez te hubiese gustado intervenir en el ritual, pero he considerado que para la historia era mejor no hacerlo, además era complicado que te enfrenatras solo a todos. Espero que no te importe.

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(RESPUESTA GHÂN)

Mientras observaba al grupo que perseguía, el shaman tomaba conciencia de la realidad que envolvía todos sus movimientos. Desde su privilegiada posición gozaba de una visión global de la situación; era como ser testigo de una partida de ajedrez en la cual Endor se convertía en el tablero de juego y, sobre él, los peones actuaban según los intereses de los jugadores. Ghân sabía que el también se movía, de alguna manera, bajo la influencia de Yavanna y eso le convertía en un peón más de la partida. No obstante, la situación no le molestaba en absoluto. Desde que La Dadora le dio una segunda oportunidad había tenido claro en su interior que está no había sido a cambio de nada y que algún día tendría que devolver el favor. ¿De que manera? No lo sabía y justamente eso era lo único que le incomodaba; no saber cual era su objetivo real y si sus decisiones lo conducían por la senda adecuada.

>>>"¿Por qué tiene que ser todo tan difícil? ¿Por qué, simplemente, no se me comunica mi cometido? Ahora todo está borroso, todo son dudas, preguntas, interrogantes que, en mi intento de responderlos, se convierten en un misterio aún más grande. ¿Realmente estoy siguiendo el camino correcto? Mis dones me permiten intuir las motivaciones que guían los pasos de diferentes entidades pero, a la hora de elegir la opción adecuada, mi objetividad está siempre comprometida por mis sentimientos. ¿Estoy seguro de que lo importante era seguir al grupo de orcos? No, esa es la verdad. ¿Y si era el cuarteto lo que merecía mi atención? He intentado convencerme de que los indicios más claros provenían de este grupo de orcos y que, objetivamente, este camino era la opción a seguir pero, la realidad es otra. Mis sentimientos son una traba a la hora de valorar las cosas con claridad, intentan impedir, por todos los medios, que me acerque al corazón de la Marca, pretenden apartarme de ella y así, ahorrarme el sufrimiento que tal acción me acarrearía.!!Que alivio tan grande me produce saber que Rohan se aleja cada vez más de mí!! pero... es justamente ese alivio lo que siembra mi alma de dudas. !!Kementari!! ¿Por qué no me hablas? ¿Por qué no iluminas mi camino?"<<<

La pregunta resuena en la mente del shaman igual que un fuerte grito dentro de una caverna para, como este, ir desvaneciéndose, a medida que trascurre el tiempo, hasta llegar ha convertirse en silencio. Extrañamente una carcajada brota desde la raíz de ese silencio y llena por completo los pensamientos de Ghân.

>>>"!!Jajajaja!! Desde luego, no cambiarás nunca maldito holgazán. Siempre deseando que te lo den todo dado. Con razón tienes una panza que no te permite verte los pies; a la mínima que tienes que sudar para conseguir algo todo tu ser se revela contra ello. Todo se rige por reglas, eso lo sabes perfectamente; tu mismo lo has experimentado en tus propias carnes y el viejo chocho nunca se ha cansado de repetírtelo. Incluso los dioses están sujetos a ellas y no pueden quebrantarlas, Yavanna no es una excepción. Ella es sabia y te ha preparado, directa e indirectamente y en la medida de sus posibilidades, durante toda tu vida justamente para esto. Sabe a que tienes que enfrentarte y ha puesto a tu alcance todas las herramientas necesarias para superar los retos que se te presenten, no puedes pedir nada más. El momento de recibir ha pasado; ha llegado la hora de dar y, por ella, tienes que entregarlo todo. Lucha con todas tus fuerzas y, sea cual sea tu objetivo, lo lograrás, aunque te cueste la vida; no será un precio demasiado alto, lo sabes de sobra. Ahora, céntrate en lo que haces, destierra tus dudas y tus miedos que son tus verdaderos enemigos, los únicos que pueden derrotarte, y déjate llevar. Ya no está en tus manos cambiar tu elección, es inútil torturarse por ello, al final solo el tiempo podrá decirte si has acertado."<<<

Esos pensamientos animaron a Ghân; hacía ya mucho tiempo que no se reía, sobretodo de si mismo y eso le reconfortó. Desde luego el shaman era de la clase de gente que siempre se quejaba y fuera cual fuera el tema tratado siempre encontraba motivos para refunfuñar. Su viejo maestro siempre se lo recordaba: "Cuando llegues a tener mi edad no te podrá aguantar nadie, mira que eres cascarrabias." Ciertamente lo era pero, no tanto. La mayoría de veces usaba ese recurso como un sistema de autodefensa y así podía ocultar mejor lo que realmente sentía. Hasta entonces le había funcionado bien con todos aunque con su mentor esa treta no valía. El podía leer en su interior como en un libro abierto. Siempre le había molestado aquello, se sentía vulnerable ante los bondadosos ojos negros del viejo y jamás pudo soportar eso sin embargo ahora, en soledad, extrañaba esa profunda mirada escrutadota.

>>>"Espero que algún día pueda volver a disfrutar de tu compañía viejo amigo."<<< pensó aunque acto seguido y notando como los sentimientos afloraban, en forma de lágrimas, en sus ojos desechó el pensamiento y se centró en su presa.

Estaba atardeciendo y Arien estaba a punto de finalizar su paseo diario por los cielos cuando el grupo paró. Era extraño, ya que la mayoría de sus componentes eran orcos y estos preferían viajar de noche. Justamente eso pudo ser lo que desató una pequeña discusión en el grupo. Ese comportamiento era típico en los orcos y, normalmente solía acabar en fuertes peleas con trágicas consecuencias para el más débil de los contendientes pero esta vez no fue así. Algo los detuvo; una voz, una palabra. Fue como si un gran látigo restallara justo al lado del oído del shaman y aunque no entendió el significado de lo dicho pudo notar claramente como cada una de las letras rezumaba poder. Los pelos de la nuca se le erizaron y todo su cuerpo se tensó en señal de alerta. Quien acababa de hablar era un ser muy poderoso, de eso no había duda e incluso los orcos se plegaron rápidamente a su voluntad ya que cesaron inmediatamente de discutir.

>>>"¿Quien debe de ser el ser que ha zanjado la disputa con una sola palabra? Desde luego no es un orco por lo tanto solo puede ser uno de los cazadores y, por el timbre de voz, juraría que se trata de una mujer."<<<

Mientras Ghân se reflexionaba sobre lo sucedido, tres de los orcos partieron hacia el noreste.

>>>"Maldita suerte la mía, el grupo se separa. ¿Que hago ahora? El grupo que acaba de partir debe de llevar

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algún tipo de mensaje a alguien y aunque no me ha parecido que se les entregara ningún papel solo el hecho de poder averiguar su destino podría resultar esclarecedor sin embargo, me huelo que aquí va a pasar algo mucho más importante. De momento me tendré que resignar y esperar pacientemente a verlas venir pero, desde luego, he de poner remedio a mi soledad con la mayor brevedad posible. Tal vez sea conveniente encontrar un compañero...si, será lo mejor. Cuando disponga de algo de tiempo habré de buscarme un aliado para casos como este. Ghân, te estás volviendo despistado. Tendrías que haber previsto algo así."<<<

De pronto, los cazadores prepararon un pequeño campamento y encendieron un fuego. Al parecer tenían la intención de pasar la noche o, por lo menos, fue lo que en un primer momento pensó el shaman. Suponiendo que estaría allí un buen rato Ghân buscó un lugar cómodo, resguardado de ojos curiosos y que brindara una buena visión del grupo. Una vez encontrado se relajó; estaba bastante cansado. Hacía casi cuatro días que viajaba sin descanso en una forma que no era la suya y aunque sabía que no tenía otra opción eso, sin duda, le estaba pasando factura. Progresiva e inexorablemente su conciencia le fue abandonando y se hundió en el mundo onírico. Las pesadillas volvieron: el Rey Brujo, la niña, el ojo...todo se repitió, no obstante algo había cambiado; notó una sensación de humedad en el rostro y unos pequeños empujones en las costillas. ¿Que era todo eso? Alertado abrió los ojos. Su sorpresa fue mayúscula e incluso habría gritado si su forma se lo hubiese permitido: unos grandes ojos marrones le observaban a escasos centímetros de distancia y un caliente y húmedo aire golpeaba suavemente su cara. De repente se dio cuenta de lo que pasaba, se había dormido y su tótem, siempre atento y vigilante, lo había despertado.

>>>" Maldita sea Ghân, has dormido demasiado."<<<

El enfado inicial desapareció al centrar la mirada en el rostro de su tótem:

>>>"Ven aquí viejo amigo y dame un gran lametón a ver si así consigo desperezarme. Parece que me estoy volviendo perezoso. Suerte que tú siempre estás aquí para cuidar de mí. Bueno Kim, vamos a ver que has visto."<<<

Como siempre, su tótem leyó sus pensamientos sin ningún problema. Jamás habían necesitado hablar físicamente; para comunicarse les bastaba con concentrarse uno en el otro. De esa manera sus pensamientos fluían de un cerebro a otro como el caudal de un río que encauza veloz su camino en busca del mar. La noche estaba llegando a su fin; realmente había dormido muchas horas y en un principio temió no encontrar el campamento pero, de un simple vistazo, sus temores desaparecieron. Todavía estaban allí, nada había cambiado…¿o si? Una mujer se encontraba totalmente desnuda al lado de la fogata mientras que los tres orcos se mantenían a una distancia prudente.

>>>"!!La mujer de la poderosa voz, no hay duda!! Era uno de los cazadores. Jamás lo hubiese adivinado con aquella vestimenta. ¿Que está haciendo? Hay algo en esta escena que me resulta muy familiar, noto como si una gran fuerza mágica se estuviese reuniendo en torno a ella. ¡¡ Claro!! Está canalizando poder de alguna deidad y por lo que parece es muy diestra. Posee gran conocimiento de las artes arcanas; con razón su voz era tan poderosa su voz. Un momento, hay algo siniestro en todo esto. Presiento que el poder que recibe no es puro, proviene de alguna entidad oscura. Tendré que tener mucho cuidado a partir de ahora, esto ya no son simples orcos. Gracias por avisarme Kim, hubiese resultado muy peligroso no conocer las habilidades de tan formidable ser. Sea lo que sea lo que esté tramando no puede ser bueno. Ghân, maldito entupido. Si hubieses estado más atento habrías tenido ocasión de prever lo que estaban intentando hacer y así preparar alguna cosa para interrumpirles, ahora solo puedes limitarte ha esperar he implorar a Yavanna para que las consecuencias de este ritual no sean desastrosas para con tus intereses."<<<

En silencio y con todos los sentidos alerta, el shaman contempló preocupado el ritual. A medida que este avanza, la acumulación de poder en torno a la mujer aumenta exponencialmente. Sin ningún género de dudas el hechizo para el cual se está canalizando el poder debe de ser de un nivel asombroso. Mientras la liturgia se prolonga, Ghân reflexiona sobre lo que ve:

>>>"¿De qué deidad debe de estar canalizando? Desde luego no es una de la naturaleza de Yavanna, percibo que el poder es diferente; sucio, oscuro, corrupto y, en Endor, solo hay dos fuertes de esa índole: el Señor Oscuro o…..el Rey Brujo. Claro, como no, el Rey Brujo. Todo lo que está sucediendo gira entorno a él, es lógico que esa sea la opción correcta. Puede que este ritual forme parte de las órdenes que el mismo envió hace un par de días a través de los crebain... entonces, ¡¡estoy en el buen camino!!"<<<

Incluso en un momento como ese, justo en el clímax de un ritual de naturaleza tan oscura como el que estaba presenciando, el atisbar que sus elecciones no eran del todo erróneas llenó al shaman de un optimismo renovado. Cuando centró de nuevo su atención en el campamento vió como la mujer se arrodillaba para que, acto seguido, su cuerpo empezase ha cubrirse con una especie de sustancia sedosa. Era como cuando los gusanos se envuelven en un capullo para después reaparecer en la forma de una preciosa mariposa. Si, eso justamente era lo que Ghân estaba presenciando. En unos momentos ya no quedaba ni rastro de la mujer; donde antes se encontrase ella ahora solo se distinguía una especie de crisálida de medio metro de longitud. A una orden del cazador, que había actuado de ayudante en el ritual, los orcos envolvieron el capullo en una manta y este mismo lo introdujo en una gran mochila y se lo cargó a la espalda. Sin perder un segundo más y aunque el sol ya asomaba por el horizonte los orcos, junto con el hombre y la especie de capullo, emprendieron la marcha hacia el este. En unos minutos Ghân y Kim se quedaron solos. El cerebro del shaman era un hervidero de ideas y hipótesis: ¿Qué propósito tenía el ritual que acababa de presenciar?¿Que aparecería, llegado el momento de dentro de la crisálida?¿Hacia donde se dirigía el grupo? y, sobretodo, ¿cual era el siguiente paso a dar? Caviloso, se acercó al campamento. Aún se percibían los rastros de la oscura magia allí realizada:

>>>"Nunca he practicado ningún hechizo así, están fuera de mi alcance pero, sin miedo a equivocarme, ha

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sido algún tipo de encantamiento de transformación. Al fin y al cabo, en la naturaleza se pueden encontrar reflejos de cualquier cosa y cuando algo se encierra en un capullo es para transformarse en otra cosa. ¿En qué? eso es prácticamente imposible saberlo pero en el contexto que estamos, y el interés que ha demostrado el Rey Brujo por la niña de Rohan , tal vez en algo o alguien que pueda tener fácil acceso a la misma. No me mires así Kim, ya se que es suponer mucho pero, solo son suposiciones lo que tenemos a nuestra disposición. Si, tienes razón, colijo contigo: si su intención fuese acercarse a la niña, no es hacia el este donde se encuentra Rohan. Tengo muchas dudas amigo, cada vez más. ¿Que he de hacer?¿Que es lo correcto?¿He de pararles los pies a los orcos y los cazadores?¿Tengo motivos para ello? A mi directamente no me han hecho nada, sería absurdo que yo los atacara sin razón alguna pero, si realmente ese camino fuese el que he de seguir, este es el mejor momento para hacerlo. Por el día, los tres orcos juntos apenas suman uno y el cazador, bueno, el cazador daría un poco más de trabajo pero nosotros contamos con el factor sorpresa además... siempre puedo reclamar un poco de ayuda del "otro lado." ¿Tú que opinas amigo? Dame tu parecer. Claro, centremonos en lo que tenemos a mano; lo primero será ver si han dejado en el campamento alguna pista, visible o invisible, sobre sus intenciones reales y después no estaría nada mal tirar los huesos a ver que dicen; al fin y al cabo mejor saber que opinan ellos que no tener ninguna opinión. Si, tranquilo, no te impacientes; voy a deshacerme por unos momentos de este disfraz y recuperaré mi forma habitual; me vendrá bien estirar las piernas unos minutos además, a plena luz del día y con la carga que lleva el cazador, no creo que el grupo avance muy deprisa. Eso si, mientras tanto tú vigila y, si lo haces bien, yo te recompensaré de la manera que tú sabes: ¡¡te frotaré la barriga hasta que se me duerman los dedos!!"

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Súper parrafada para no decir casi nada pero, es que no veo más opciones si quiero ser consecuente con la historia y el personaje. De momento no tengo ninguna razón real para atacar a los orcos así que, como comento, atacar por atacar no voy a hacerlo aunque me tenga que pasar la partida siguiendo grupos (que para ser sinceros no está nada mal, me da tiempo de adentrarme en la psique de Ghân de una manera que muy pocas veces es posible).

Pasos a seguir. Primero asegurarme, en la medida de lo posible, que no hay nadie alrededor y, después, cambiar de forma.

Rastrear todo el área del campamento para ver si encuentro algo que me de información sobre el objetivo del grupo.

"Percibir poder" y todo lo que tengo a mi alcance para ver si, debido a la concentración de poder que hace unos instantes ha habido en la zona, pudiera haber algún "invitado" no previsto.

En caso de estar solo, y pensando que el campamento es una buena zona para usar mis dotes, a consecuencia de la concentración mágica, tiraría "adivinación" usando los huesecillos.

Pregunta/s ha hacer: ¿Cual es el objetivo del hechizo realizado? y si es posible ¿Hacia donde se dirige el grupo?

Si lo que adivino me demuestra de forma más que clara( pero muy, muy clara. Si tuvieras dudas sobre la "claridad" puedes preguntarme por PM o cortar el turno ahí que yo no me aburro con esto, al contrario) que detener al grupo es prioritario, intentaría adelantarme al mismo y preparar una emboscada. Una vez encontrado el lugar, realizaría los hechizos de que dispongo para hacerme con algún o algunos aliados espirituales pensando siempre que mi objetivo es que me obedezcan. O sea que usaría todos los métodos a mi alcance para dominarlos en caso que sea necesario; aunque no tengo muy claro la duración de los espíritus.

Si la información es ambigua y no me aclara mucho pues, transformación y a seguirlos de nuevo hasta ver que demonios sale de la crisálida.

TURNO 2

El pintoresco grupo se alejaba de la posición de Ghân, momento que éste aprovechó para salir de su escondrijo y acercarse a los restos del campamento. Un nuevo día acababa de comenzar y con él los deseos del shaman de averiguar cosas se incrementaron.

Kim, el compañero inseparable vigilaba que no hubiese ningún peligro.

Tiradas: Ghân (alteración física) = 29 ----> 1 pv Ghân (alteración física) = 71 ----> 4 pv, aturdido 3 asaltos, 80% transformación Ghân (alteración física) = 57 ----> 2 pv, aturdido 1 asalto, 40% transformación, completada.

Ya en su forma habitual, estiró las piernas y se vistió. Tenía sus músculos algo entumecidos pero pronto se recuperó totalmente y observó detenidamente el campamento. Estaba claro que allí habían hecho noche un grupo de orcos: caos, suciedad y desorden por doquier, mas también estuvieron los humanos. Una zona estaba menos revuelta y aunque no quedaba nada, el fuego había sido apagado, cosa que habitualmente no hacían los orcos. En el lugar donde la mujer hizo el ritual, pudo ver que en el suelo aún quedaban restos de aquella

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sustancias pegajosa que la envolvió cual crisálida minutos antes.

Tiradas: Ghân (rastrear) = 107 (casi éxito)

Ghân combrobó el entorno en busca de huellas, pero los únicos rastros que encontró en la zona eran los que dejaron los tres orcos y los humanos. No le sería difícil seguirles. Pero al wose le inquietaba la demostración de poder que acababa de presenciar y volvió a acercarse al lugar exacto donde se realizó. Sin duda, allí se había conjurado un conjuro muy poderoso y casi podía sentir un mal presagio.

Tiradas: Ghân (percibir poder) = 92 (casi éxito) Ghân (percibir poder) = 120 (éxito)

Tocó con sumo cuidado los restos de la sustancia y se sorprendió que, pese a su apariencia viscosa y pegajosa, se había endurecido hasta un límite insospechado. El capullo que llevaba a sus espaldas el cazador debía tener una resistencia realmente increible. En ese lugar se había canalizado un gran poder y aún quedaban restos auqnue ya bastante difuminados. EL shaman reconoció rápidamente los restos de un ritual de canalización oscura. Lo que descubrió a continuación le sobrecogió: justo enfrente suyo, en el suelo había cuatro pequeños dibujos, pero podría jurar que no estaban allí hacía un instante. Esto le hizo perder un poco la concentración y súbitamente los dibujos se fueron difuminando ante sus ojos hasta desaparecer.

Los tres primeros eran más pequeños y parecían representar, respectivamente, la luna en cuarto creciente, llena y en cuarto decreciente. Estos tres estaban formando una línea y el cuarto, mucho más grande, debajo de ellos. Este último era simplemente un círculo negro.

Sin perder ni un segundo, Ghân metió su mano en la bolsita para sacar sus huesecillos, se concentró un momento y los lanzó. ¿Cual es el objetivo del hechizo realizado?

Tiradas: Ghân (Adivinación) = 106 (casi éxito)

La mujer desnuda. Se arrodilla. La envuelve una sustancia extraña. La crisálida se rompe. Metamorfosis. Se ha transformado.

Miró a Kim como buscando respuestas, pero pese a ser su amigo más fiel no podía ayudarle hasta ese punto. Tendría que averiguar más cosas. Con un hábil movimiento recogió los huesecillos y los lanzó de nuevo con ansias. ¿Hacia donde se dirige el grupo?

Tiradas: Ghân (Adivinación) = 155 (éxito)

Rodean Rohan por las montañas. Ahora son más. Rohirrim. El Folde Este. ¿Un oso? Si duda van a Rohan por el este.

La simple idea de entrar en Rohan desagradaba enormemente a Ghân, pero si algo tenía claro es que quería saber. Necesitaba saber por qué La Dadora le había elegido a él y quién era esa niña tan importante. Recogió sus cosas, no sin antes comer algo, y salió tras ellos en busca de respuestas.

Con la ayuda inestimable de Kim, ambos siguieron el claro rastro del grupo. Como muy bien había supuesto, viajaban lentos. Los orcos a la luz del sol se volvían torpes y el humano de las pieles cargaba un pesado bulto a sus espaldas.

Tiradas: Ghân (Acechar) = 113 Orcos (Percepción) = 34 cazador (Percepción) = 95

El wose les dio alcance antes incluso de lo esperado. Al poco de estar siguiéndoles, el hombre levantó su brazo y habló. El grupo se detuvo. Los tres orcos se ocultaron como pudieron a la sombra de unas rocas mientras el cazador se descolgaba del hombro la crisálida. La depositó con sumo cuidado en el suelo y desenvolvió la manta que la cubría. Luego dejo junto al capullo varias cosas y finalmente se sentó cerca a esperar.

Desde su posición, Ghân estaba demasiado lejos para discernir que había dejado junto al huevo, pero disponía de la forma de averiguarlo: su fiel Kim. El totem se acercó un poco más hasta una distancia intermedia. El shaman se concentró entonces en los ojos de su amigo y lo vio con claridad. Encima de la manta se encontraba la envoltura corácea, que ya comentaba a quebrarse por algunos puntos, y a su lado había algunas ropas ligeras, una cantimplora y un cuenco con comida.

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Off-rol:

Lo dejo aquí de momento. Debo decir que estoy disfrutando como un enano de esta trama. Gracias mandrigal.

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En segundo lugar quiero aclarar que me he tenido que inventar un poco tus habilidades para hacer las

tiradas porque como ya he comentado he perdido las hojas de personaje...

Después de poner mi turno, he releído el tuyo y me he dado cuenta que querías transformarte de nuevo. Lo siento, no recordaba esa parte y ese es otro motivo para detener mi turno aquí.

Creo que comenzarán a aclararse algunas cosillas pronto. Pero antes te toca de nuevo tomar decisiones.

(RESPUESTA GHÂN)

El contacto de sus pies desnudos con la húmeda tierra se convirtió para Ghân en toda una bendición. Estaba amaneciendo y a Arien aún le costaría un tiempo recorrer la distancia necesaria para que Anar pudiese observase en el cielo en toda su grandeza. Era su hora preferida. La naturaleza se desperezaba después del letargo nocturno y se abría al día en una explosión de colores y aromas. Aromas, ¡¡que gran variedad de ellos podía oler el shaman con su extraordinario sentido del olfato!! y, ¡¡que gran deleite le producía poder identificar la infinidad de matices olfativos que caracterizaban cada una de las regiones de Endor!! Sin ningún género de dudas, los olores de cada zona eran su verdadera seña de identidad, lo que más definía cada lugar, no habían dos parajes que tuvieran el mismo, eran su huella dactilar. De pronto Ghân se dio cuenta de cuanto había extrañado, durante estos últimos días, su sentido del olfato. Viajar en su forma alternativa le proporcionaba muchas ventajas y, además, le permitía disfrutar de placeres que normalmente estaban fuera de su alcance pero también le privaba de otros que, ahora que hacía días que no había experimentado, se le antojaban tanto o más satisfactorios que los no habituales.

>>> “Que paradójico resulta todo, incluso las cosas que, en un principio parecen tan insignificantes. Jamás logramos apreciar lo que tenemos hasta que, por lo que sea, lo perdemos, aunque solo sea temporalmente. Incluso en las decisiones más arbitrarias o, en un principio, carentes de importancia estamos sacrificando unas opciones para poder tener acceso a otras. No hay beneficio sin pérdida, nunca lo ha habido y nunca lo habrá y siempre se tiene que ser extremadamente cuidadoso a la hora de elegir el camino a seguir porque, muchas veces, si nos arrepentimos o nos damos cuenta que lo sacrificado no compensa lo obtenido, el volver al punto de partida es ya completamente imposible.”<<<

Fue justamente un aroma o, más bien, un olor, un mal olor, lo que sacó a Ghân de sus reflexiones. El tufo que los orcos habían dejado en el lugar se volvió insoportable para el agudo y fino sentido del olfato de wose. Aquello era insufrible, no comprendía como alguien que no fuese orco podía aguantar al lado de una de esas infectas criaturas ni tan siquiera un segundo. Gran variedad de desagradables “perfumes” se mezclaban para formar la inconfundible pestilencia que emanaba de todo orco; rancio y agrio, más fuerte que el del más poderoso de los quesos fermentados y que provenía de su denso sudor, acumulado en su cuerpo y debajo de sus armaduras de día lluvioso a día lluvioso, único instante donde la purificadora agua tocaba sus cuerpos y podía, de alguna manera, proporcionarles una especie de baño corporal; podrido, más que un huevo estropeado por el tiempo, procedía de la gran cantidad de sangre y residuos corporales ajenos que se acumulaban en sus armas y armaduras, todas ellas oxidadas, y que jamás serían limpiadas. Sin embargo, el que destacaba por encima de todos ellos era la hedionda pestilencia que emanaba de su interior por su boca e, incluso, por sus poros. Aquel olor a descomposición mezclado con la ya de por si insoportable peste de los jugos gástricos, que se producía por la digestión de los restos, humanos e, incluso orcos, que ingerían para alimentarse, era repugnante. Era simplemente el olor derivado del canibalismo, de la corrupción, de la muerte. Ghân, en un soberbio intento para reponerse, apartó de su mente la avalancha de “aromas” y se centró en el campamento en busca de algo tangible que le diera alguna pista sobre las intenciones del grupo. Aunque no era nada bueno en el arte de leer los rastros enseguida sacó una idea general de la disposición de los acampados. El campamento parecía haber estado dividido en dos zonas; una para los humanos, en la que prácticamente no se observaba huella alguna sobre su anterior estancia y otra para los orcos, con suciedad, desorden e inmundicias esparcidas por doquier.

>>>"Al menos, por lo que se observa, aún viajando juntos no comparten las mismas costumbres. No tendría que hacerlo pero no puedo evitar alegrarme por los dos cazadores al comprobar que aún conservan su humanidad, por lo menos en este aspecto."<<<

Algo llamó su atención. Desde el centro del campamento, cerca del fuego que había sido apagado a conciencia, justo donde la mujer acababa de practicar el ritual, le llegó un destello luminoso. Anar, acababa de salir y sus aún débiles rayos rebotaban en el suelo y se descomponían en un sinfín de colores. Acercándose al lugar, Ghân se arrodilló. Una terrible sensación lo rodeó intentando apoderarse de su alma. Era como si alguien quisiera succionarle el calor, tanto físico, que mantenía su cuerpo en funcionamiento, como el espiritual, que era lo que arropaba su fe y sus convicciones protegiéndolas de ataques externos. No había duda, allí se había conjurado un gran poder, y las señales, presagios y sensaciones que el lugar desprendía indicaban, a todas luces, que este emanaba de alguna fuente oscura.

>>>"Canalización oscura, como ya intuía. ¿El Rey Brujo? Seguramente. Todo lo que hasta ahora he descubierto me remiten a él y esto confirma su implicación en estos acontecimientos. La pregunta es; ¿qué motivos tiene el poderoso mago oscuro para urdir una trama de tales dimensiones en unas tierras tan alejadas de sus dominios como estas? Canalizar el poder de un ser superior y que este acuda solicito a complacerte no es una cosa corriente. Si a accedido y se ha presentado a este ritual es porque el objetivo que persigue "la cazadora" es, ni más ni menos, que cumplir los deseos de lugarteniente de Sauron. ¿Tan importantes son para él?"<<<

Aún sumido en su particular mundo de conjeturas el shaman extendió el brazo intentando palpar el punto del suelo donde se originaban los curiosos destellos.

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>>>"!!Son los restos de la sustancia viscosa en la cual se ha envuelto la cazadora¡¡ Aún conservan su aspecto sin embargo, sus propiedades han cambiado completamente. ¡¡Se ha convertido en una materia durísima!! Si con el capullo que esto ha formado ha sucedido lo mismo, lo que hay dentro está prácticamente a salvo de cualquier peligro físico pero, ¿qué hay en su interior?, ¿qué protege con tanto recelo esta extraordinaria envoltura? Tal vez los huesecillos tengan la respuesta. ¿Tu que crees Kim? Si, amigo, tienes razón, tal vez."<<<

El shaman balanceo su voluminoso cuerpo hacia atrás y dejó que la gravedad hiciera su trabajo tirando de el hacia el suelo. En un segundo pasó de estar arrodillado a estar cómodamente sentado. De pronto lo vio. No se había dado cuenta de que eso estuviese allí pero lo cierto es que allí estaba: un extraño dibujo en el suelo.

>>>”¡¡Por Kementari!! ¿De donde ha salido eso? Juraría que hace unos segundos esto no existía. Un extraño dibujo, ¿qué debe significar? Tres lunas en tres fases distintas colocadas en línea y debajo de ellas, mucho más grande, una gran mancha negra. ¿Representará a la luna Nueva o a una extraña luna Negra?”<<<

Ghan miró rápidamente el cielo intentando ver en que estadio se encontraba la luna. Sabía que ya amanecía pero cabía la posibilidad de que el siempre caprichoso Tilion se hubiese retrasado en su viaje nocturno. Cuando bajó la mirada observó que el dibujo desaparecía. Esforzándose al máximo, el wose procuró hacerse una imagen mental del mismo para recordarlo tal y como lo había visto para después, si era necesario, poder dibujarlo de nuevo. Hecho esto, empezó a hurgar en su bolsa y hasta dar con lo que buscaba, los huesecillos. Cruzó las piernas y se concentró. Mientras estos, salidos de su mano, volaban por el aire, formó una pregunta en su mente:

>>>"¿Cual es el objetivo del hechizo realizado?"<<<

La mujer desnuda. Se arrodilla. La envuelve una sustancia extraña. La crisálida se rompe. Metamorfosis. Se ha transformado.

>>>"¡¡Por Yavanna!! Nada. Solo confirmaciones de cosas que ya intuía. Ninguna información nueva. ¿Me estaré volviendo estúpido?, ¿estaré perdiendo facultades?"<<<

Miró a Kim desesperado. Sabía que él no podría darle ninguna respuesta pero necesitaba que alguien le apoyara. Cuando vio la confianza que los ojos de su totem desprendían agarró de nuevo los huesecillos con furia y repitió la operación.

>>>"¿Hacia donde se dirige el grupo?"<<<

Rodean Rohan por las montañas. Ahora son más. Rohirrim. El Folde Este. ¿Un oso? Si duda van a Rohan por el este.

>>>"Nueva información. Confusa, inconexa pero, al fin y al cabo, nueva. Pensando en que he preguntado por el grupo, he de pensar que esto se refiere a él. Así que quieren acercarse ha Rohan pero intentando pasar desapercibidos, escondidos por las montañas, no quieren encuentros con los demonios montados aunque puede que se crucen con ellos, tal vez en el Folde Este. Además, nos reuniremos con más …¿orcos?,¿cazadores?. No lo sé, al fin y al cabo da lo mismo. Por fin tengo algo. Quieren ir a Rohan por el este, por allí intentarán pasar. No es mucho pero me permite maniobrar con más libertad. Ya estoy harto de tener que ir constantemente detrás. Ahora, por lo menos, tengo la opción de adelantarme a ellos e intentar influir, de alguna manera, en cualquiera de las situaciones que se le puedan llegar a presentar en el camino…aunque...¿un oso? ¿Qué significado puede tener un oso en medio de todo esto? Esta visión si que no puedo encajarla en ningún sitio, tal vez más adelante. No importa, ahora no es momento de preocuparme por ello, antes tenemos algo muy importante que averiguar Kim; que es lo que esconde en su interior ese capullo. No podemos conjeturar porque el grupo se dirige a Rohan si no sabemos primero para que, y tengo la impresión de que la respuesta a eso puede salir de dentro de esa crisálida. Vamos amigo, pongámonos en marcha, el grupo no puede andar muy lejos. Quería transformarme de nuevo pero, ¡¡que demonios!!, me apetece pasear y disfrutar de tu compañía, aunque sea por poco tiempo. ¿Dirección? Al este, sin ninguna duda, el pútrido olor que desprenden los orcos podría seguirse a millas de distancia."<<<

El shaman reemprendió la marcha con alegría. Caminar junto a su fiel jabalí lo animaba. Cuando estaba a su lado, Ghân se sentía mucho más seguro, más poderoso, capaz de superar cualquier inconveniente y de enfrentarse a cualquier enemigo. Al fin y al cabo, Kim era su tótem, su aliado, su compañero, su amigo, sobretodo, su amigo. No obstante, ni siquiera su presencia evitó que la mente del wose empezara a elucubrar de nuevo. Hacía cuatro días que no paraba de hacerlo y dejar un hábito siempre resulta complicado. Lo había vuelto a hacer, se había equivocado de nuevo. Desde que este viaje había comenzado ya había metido la pata varias veces. Incluso su maestro lo avisó de ello y le dio su consejo pero él, aún no había conseguido remediar su problema. Tenía que aprender a hacer la pregunta correcta. Acababa de malgastar su habilidad formulando dos preguntas que no le habían reportado casi ningún beneficio y todo por no pensar antes de preguntar. Intuía que el hechizo realizado estaba destinado a conseguir una metamorfosis y que lo importante era saber en que quería transformarse la cazadora. Esa era la clave, esa era la información que podía aclararle muchas cosas, entonces, ¿por qué demonios no había preguntado eso? Mientras el shaman continuaba reprendiéndose a si mismo, el olor a orco aumentaba en intensidad. Pronto se dio cuenta de que el grupo estaba muy cerca. No hacía mucho que los perseguían y ya los habían alcanzado. Había sido fácil; como pensaba, avanzar a pleno día con tres orcos en el grupo era una tarea casi tan difícil como remontar el Anduin a la altura de los Rauros con una balsa sin remos.

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Ghân vio como el grupo se detenía. Inmediatamente, los orcos se alejaron y buscaron el amparo de los sombras mientras el cazador descargaba la pesada crisálida en el suelo, colocaba algunos objetos a su alrededor y se sentaba cómodamente a esperar. Desde la distancia a la que se encontraba el wose no podía ver con claridad los objetos que se habían colocado cerca del huevo, para eso tendría que acercarse más y eso era un riesgo innecesario, sobretodo teniendo a Kim al lado. Solicito, el jabalí empezó a avanzar mientras el shaman comenzaba a concentrarse. Para su tótem era mucho más fácil esconderse y pasar desapercibido. En unos instantes Ghân se encontró dentro de Kim; podía ver por sus ojos y oír por sus oídos. Desde su privilegiada posición podía enterarse todo perfectamente: los objetos eran ropas ligeras, una cantimplora y algo de comida y, lo más importante, el capullo empezaba ha abrirse.

>>>“Por fin, el momento ha llegado. Lo que esconde la crisálida puede aclarar muchas cosas, puede definir que camino seguir. Pero ahora no te impacientes ni te hagas demasiadas ilusiones, tal vez estés equivocado y todo esto solo aporte más sombras a tu investigación. Lo importante es estar preparado para todo y no desfallecer.”<<<

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Intenciones:

Supongo que lo primero es pues eso, esperar a ver que sale de la crisálida. Sin esa información no puedo ir a ningún sitio.

Pensando en que me pueden descubrir intentaré mantenerme lo más alejado posible recurriendo siempre al tótem( no se muy bien su alcance) pero intentando tener siempre una visión directa, aunque sea lejana, de la situación con mis propios ojos.

Siguiendo lo dicho arriba, siempre que fuese posible intentaría esconderme más del cazador,( no se, colocándome a su espalda o algo así) que supongo que debe de tener más percepción, que los orcos, aunque la intención es que no me vea nadie.

En caso que descubran a Kim, si no se dan cuenta de que es un tótem, y no lo atacan o pretenden molestarlo, lo iría alejando poco a poco, haciendo el despiestado, como si estuviese pastando de forma natural.

Si intentan atacar a Kim intentaría que los despistase y desapareciese. Si no pudiese o me descubrieran a mí, suponiendo que tenga tiempo,( no se el tiempo requerido) convocaría un espíritu con intenciones de ordenarle que distraiga a nuestros enemigos e incluso aprovechando que es un espíritu, a lo mejor, asustar a los orcos. Yo intentaría huir y despistarles ya que, en teoría, estoy bastante lejos. Si lo consiguiese, buscaría algún lugar resguardado para transformarme y continuar la vigilancia.

Si los tres orcos,o el cazador, (por separado, nunca juntos) se ponen pesados ya idearía el plan de ataque a seguir aunque mi intención es siempre no usar la violencia, por lo menos la física.

Se que no he adelantado nada en este turno pero para mi, lo fundamental, es ver que sale de la crisálida, que al fin y al cabo, me descubran o no, es lo que intentaré averiguar por todos los medios. Sin esa información no puedo decidir nada.

Si, al final, he de huir sin haber descubierto nada, o lo que sale del capullo no me aclara nada y me quedo igual como estaba, suponiendo que me encuentre donde yo creo, tal vez visite a mi maestro a ver si sabe leer el mensaje. Al fin y al cabo, si como he dicho estoy donde imagino, el bosque de Druadan está a 170 millas (4 horas y media) más o menos. Sabiendo a donde se dirigen, antes de que se haga de noche podría estar de vuelta y sobre la pista del grupo con información.

Acuérdate, si puedes, de incluirme en el post( siempre que Ghân pueda saberlo) en que fase lunar nos encontramos.

Continuo sin aclararme muy bien donde estoy. En teoría, dijiste que dejaba el paso de Rohan a la espalda y iba al norte. Eso me indicaba que estaba más dentro de la Marca de lo que creía (siempre pensé que estaba en la Llanura de Rohan) Suponiendo, siempre lo he creído así, que estoy en el lado este de las Montañas Nubladas, ¿significa que me dirigía a Fangorn? Después, cuando el grupo se divide, los orcos (tres de los seis) continúan al noreste y los cazadores, después del ritual, al este. ¿Hacia el Entaguas? Si su objetivo es rodear Rohan por las montañas, ¿por cuales? ¿Por las Blancas al Sur o por las Nubladas al Norte? Finalmente, si quieren entrar en Rohan por el este, ¿significa que desandaremos el camino? porque en teoría vamos al este y para entrar en Rohan por el este tendríamos que ir al oeste. No se, estoy echo un lió, igual resulta que estoy en el lado oeste de las Montañas Nubladas y por eso no me aclaro.

A ti, a ti, a ti, a ti, a ti, a ti, a ti, a ti, a ti,......... yo si que disfruto como un enano.

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TURNO 3

Ghân no perdió detalle de lo que veía a través de los ojos de su fiel Kim. La crisálida estaba a punto de abrirse. Tal vez por fin descubriría qué tramaba aquella gente. El capullo, muy endurecido, se quebró con un sonido seco que le hizo estremecerse. Lo que vio a continuación le dejó boquiabierto por un instante. La mujer morena y hermosa que apenas hacía unas horas hizo el ritual, se había transformado en una niña de unos siete u ocho años.

Por un momento el shaman recibió una punzada, pero enseguida descubrió aliviado que, con absoluta certeza, esa no era la niña de su sueño. No obstante coincidían en edad y sin duda no era casual. La niña, desnuda, se arrastró con debilidad por la manta que tenía extendida bajo ella y comió y bebió como si no lo hubiera hecho hacía días. Los orcos ni se acercaron en ningún momento, pero el humano no le quitó la vista de encima. Después de comer y beber, se vistió con las ropas que tenía junto a ella, de su talla, y se levantó. El wose no perdía detalle de todo lo que acontecía ante él. Su totem una vez más le estaba ayudando como nadie lo había hecho jamás.

La pequeña estiró sus músculos, se agachó a por una piedra y sin mediar palabra, la lanzó contra los orcos que descansaban unos metros más allá, impactando de lleno en el costado de uno de ellos. La niña gritó algo en lengua negra. Su voz era infantil, pero su tono heló la sangre de los orcos que se ocultaron tras otra roca. La niña soltó una carcajada acompañada por otra del cazador. Ghân no olvidaría fácilmente aquella risa que rebosaba maldad.

El shaman no podía apartar la vista de todo cuanto tenía lugar. Era una mezcla de sentimientos, al que se había añadido ahora el del temor. Parecía una pobre niña indefensa, pero nada más lejos de la realidad. La carcajada diabólica no se le iba de la cabeza, pero lo que presenció después fue la gota que colmó el vaso. Niña y hombre se besaron con pasión momentos antes de que la muchacha se recostara junto a él y descansara. Ahora únicamente el hombre de las pieles estaba despierto.

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Off-rol:

No es un turno muy largo, pero tampoco he querido avanzar más por ahora. Lo cierto es que podía haber llegado hasta este punto en el turno anterior ¿no? En fin, ya está hecho.

Varias cosas importantes: la primera de todas es que el totem, como buen espíritu, puede ser invisible para la mayoría de mortales, así que no temas por ahí.

Lo segundo aclarar la situación geográfica. Igual me he liado yo un poco. Estáis en las Montañas Nubladas. Bordeáis Rohan por el norte rumbo al Folde Este (para entrar a Rohan justo por allí). Cuando los otros 3 orcos se separaron del grupo podían dirigirse más o menos a Orthanc. Ahora Isengard está bastante cerca, al norte. Dime si te aclaro algo o no...

Tercero: lo de la luna. Ahora está en fase decreciente, entre cuarto decreciente y luna nueva. Ésto debí incluirlo en mi anterior turno.

He cortado el turno aquí porque no sé exactamente qué hará Ghân ahora: visitar al viejo chocho, invocar espíritu, continuar siguiendo al grupo...

(RESPUESTA GHÂN)

Le sudaban las manos y tenía la boca pastosa. Si, estaba nervioso; nervioso y ansioso. El misterio tocaba a su fín, la crisálida se estaba resquebrajando. Ver a través de Kim le proporcionaba una panorámica perfecta sin tener que arriesgar nada. El tótem era toda una bendición de los dioses o, mejor dicho, de la Diosa. No solo lo apreciaba por su utilidad, no lo consideraba una herramienta, era mucho más que eso, era su compañero, su amigo y su confidente.

El seco sonido que sonó a continuación le traspasó como una lanza. No hacia falta ver lo que sucedía, era evidente: el capullo había cedido totalmente. Sea lo que fuese lo que tenía que aparecer de su interior estaba a punto de revelarse. Y lo que salía del huevo era ..........¡¡¡una niña!!! Se lo esperaba, no le cogió desprevenido, era una de las opciones que la mente del shaman había barajado desde el momento que adivinó el propósito del ritual pero, aún así se quedó estupefacto. Morena, de unos ocho años, hermosa y perfecta. Ghân refrescó su memoria y trajo a su mente la imagen de la niña de sus sueños. Era de su misma edad, estaba claro, pero no era ella. Eso lo alivió. La niña estaba débil, como una "recién nacida", se notaba claramente. La transformación había agotado su ahora pequeño cuerpo. Comió, bebió y se vistió. El alimento pronto cumplió con su cometido y llenó a la "niña" de energía ya que así lo demostró a continuación. Su voz, con un timbre acorde a su edad, seguía desprendiendo un abrumador poder y los orcos continuaron plegándose a sus ordenes. Estos desaparecieron de su vista rápidamente.

Después, se giró hacia el cazador y lo besó pero, no como una niña; fue un beso apasionado, un beso de mujer. Definitivamente, las esperanzas que habían empezado a crecer en el interior del shaman pensando que, tal vez, ese pequeño cuerpo mermaría las capacidades de la mujer se esfumaron; el mismo poder, la misma

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crueldad, los mismos instintos; lo único que había cambiado había sido el envase, un envase que, en esos momentos, necesitaba descanso. La niña se acurrucó junto al hombre y se durmió.

Ghân, aprovechando el receso decidió poner en orden sus ideas. Ahora todo estaba mucho más claro, no había lugar para la duda. La niña de sus sueños interesaba, por alguna razón, al Rey Brujo. Los cazadores estaban a sus ordenes; así lo corroboraba el echo de que los crebain mandados desde Angmar estuvieran citados con ellos. Estos habían recibido instrucciones precisas y, al parecer, estaban en proceso de cumplirlas. La mujer, más poderosa, se había transformado, mediante el uso de las artes oscuras, en una niña de la misma edad que la pequeña de sus sueños. La finalidad de esta metamorfosis era obvia: acercarse a ella sin levantar sospechas. Ahora, si estaba en lo cierto, y los huesecillos así lo habían augurado, marcharían hacia el interior de Rohan en busca de su objetivo, que, al fin y al cabo, también era el suyo. Estaba de suerte, siguiendo a la pareja daría con ella. Estaba seguro que ellos sabían donde encontrarla. Solo tenía que tener un poco de paciencia y ser tan discreto como hasta el momento; lo demás vendría solo.

Saberse en el camino correcto era todo un alivio, no obstante aún había algunas cosas que se le escapaban y la más importante de todas era averiguar las intenciones que llevaban los cazadores en relación a la niña o, dicho más claramente: ¿Qué era lo que el Rey Brujo quería de la niña? Si conseguía dar con la respuesta podría prepararse e ir un paso por delante de sus adversarios. Era esa cuestión la que debía resolver y no sabía como hacerlo. No disponía de suficientes datos, solo le quedaba por encajar el dibujo de las lunas y ........

>>>"¡¡El pergamino!! Tengo el pergamino. Puede que allí esté la información que requiero. No obstante, no puedo leerlo. Maldición: ojalá hubiese dedicado algo de mi tiempo al estudio de las diferentes lenguas de Endor.....no obstante tal vez haya alguien que si pueda hacerlo. Como odio tener que darle la razón al viejo chocho. Aún oigo sus palabras en mi cabeza:

Viejo shaman: Lo real y lo espiritual van siempre de la mano. No puedes pretender comprender el mundo espiritual si no haces esfuerzos para comprender el mundo real. Nunca descuides tu estudio de las diferentes realidades que te rodean.

Puede que el viejo conozca la Lengua Negra; es el único al que puedo recurrir. Desgraciadamente estoy demasiado lejos del Bosque de Druadan como para ir y volver en un tiempo razonable aunque, pensándolo mejor, tal vez no sea necesario ir hasta allí físicamente. No pierdo nada por intentarlo. Se que es un riesgo entrar en trance ahora pero, por suerte, tengo alguien que estará atento por mí. De todos modos primero me aseguraré de que no hay invitados inesperados."<<<

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Intenciones:

En un principio, se ha comentado que solo quedaba el cazador despierto por lo que entiendo que los orcos se han ido. De todos modos voy a mandar a Kim a ver si estos aún continúan detrás de las rocas. No es que me preocupe mucho que estén o no, y más siendo de día, no creo que tengan ganas de moverse de la sombra sin motivo pero siempre es bueno saber si están ahí o no.

Le mandaré a Kim que se quede vigilando y que me avise en caso de que se acerque alguien.

Lanzarme "Viaje espiritual" El objetivo es simple: visitar, en forma de espíritu, a mi maestro y ver si puede descifrar el pergamino y, de paso, preguntarle por el significado del dibujo de las lunas. La verdad es que no se si es posible. Yo, leyendo lo que me mandaste sobre el hechizo, lo he tomado como un viaje astral o sea, proyectar el espíritu hacia un lugar conocido determinado. Siempre me ha parecido que esos viajes son rapidísimos, que las distancias prácticamente no importan; a lo mejor estoy equivocado. Si lo que intento conseguir con el hechizo no es factible, simplemente lo desechas. Sabes que barajé la posibilidad de ir en persona pero, ahora que se donde estoy (gracias por la aclaración) me parece demasiado lejos.

Si me descubren en medio del viaje, no dudes en lanzarme "Despertar."

Sea posible hacer el viaje o no lo sea, al final, lo que haré será, cuando se despierten, seguir a los cazadores donde vayan. Por supuesto me metamorfosearía.

TURNO 4

Ghân comenzaba a encajar todas las piezas del rompecabezas. Le tranquilizó sobremanera el comprobar que iba por el buen camino, auqnue, pese a todo, aún había un par de cabos sueltos por atar.

Había llegado el momento de emplear otro de los muchos dones con que había sido bendecido por la Dadora. Pero antes, quiso asegurarse de si estaban o no los orcos. Kim avanzó sin ningún problema manteniendo siempre una distancia prudencial hasta ver que, detrás de una gran roca, efectivamente se hallaban los tres orcos, agazapados y descansando, mientras se ocultaban de la luz solar.

Si hubiese tenido que hacer esto él solo, todo habría sido demasiado duro y difícil. Por suerte su fiel totem siempre estaba a su lado. Podía entrar en trance, sabiendo que su cuerpo quedaba a buen recaudo.

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Tiradas: Ghân (Hechizo - Viaje espiritual) = 39 (éxito)

El espíritu del joven shaman abandonó su cuerpo físico y viajó con increible velocidad hasta su aldea, en el bosque Druadan...

...

El viejo chocho estaba sentado junto a su lecho observando unos bulbos recién recogidos cuando algo le hizo levantar la vista. Allí no había nada ni nadie. Al menos no ante los ojos de la mayoría, pero el viejo shaman sí que vio algo ante él.

Viejo shaman: Ah, joven Ghân, veo que tus capacidades van en aumento. Sin duda este pueblo tendrá un gran guía. ¿Qué te ha traído hasta aquí?

Ghân: Maestro, lamentablemente no dispongo de mucho tiempo pero necesito tu ayuda.

Mientras Ghân se comunicaba con el anciano, éste permanecía en silencio concentrándose en las noticias que le traía su futuro sucesor. Le explicó el ritual que había presenciado, la transformación, los extraños símbolos, el pergamino.

Viejo shaman: Mi pequeño Ghân. Aunque hubieses podido traer el pergamino no podría hacer nada, lamentablemente no conozco la lengua negra escrita. Yo no puedo ayudarte. Estás solo en esto, pero ten mucho cuidado. Por lo que me has contado deduzco que esa mujer es una maga luna. Creía que ya no existían los de su estirpe, pero según parece estaba equivocado. Hay tres tipos de mago luna, blancos, grises y negros según la fase de la luna de la obtienen su poder. Ella es negra, sin duda, y son precisamente los negros los más malvados y peligrosos. Alerta Ghân, en noches de luna nueva, su poder será inimiginable.

Sin tiempo para despedidas, el espíritu de Ghân desapareció del lado de su viejo maestro.

Viejo shaman: Valor Ghân, el futuro de tu pueblo y de toda la Tierra Media depende de tí.

...

El cuerpo de Ghàn se estremeció ligeramente cuando su espíritu regresó. El joven shaman se sentía un poco mareado y tardó unos segundos en recuperarse del todo. Todo seguía igual que cuando se fue. Kim vigilaba, el cazador hacía guardia, los orcos descansaban ocultos del sol y la niña-mujer dormía profundamente.

El wose ya había comprobado el poder de aquella mujer, pero las advertencias del anciano le dejaron con una extraña sensación de desasosiego. Decidió descansar y observar al grupo hasta que se pusiera de nuevo en marcha.

Varias horas después, Ghân estaba comiendo algo cuando Kim le advirtió de que sucedía algo. Agachándose, se asomó por encima de una roca, para comprobar que el grupo parecía ponerse nuevamente en marcha. La niña se despertó y el hombre fue a avisar a los orcos. Recogieron rápidamente el campamento y se pusieron en marcha al atardecer.

El shaman decidió entonces seguirles, pero esta vez lo haría cambiando su naturaleza.

El peculiar grupo avanzó con buen ritmo y apenas un par de horas después de iniciada la marcha, se reunió con otro grupo, otros tres orcos, en esta ocasión montando en terribles huargos. Ghân agradeció haber cambiado de forma, pues de lo contrario ahora estaría en serios problemas. Si ya era un grupoe extraño, ahora crecía en número y sobre todo en peligrosidad. El shaman se preguntaba cómo un grupo así podía entrar en Rohan...

Apenas se cruzaron palabra alguna, tan solo una orden por parte del hombre y un gesto de la pequeña, y los orcos con huargos y dos de los orcos que iban a pie retrocedieron unos metros para seguir a cierta distancia al ahora trio.

Si seguían a ese ritmo pronto entrarían en el reino de los jinetes y eso llenaba de dudas la mente de Ghân. Sin duda aquella maga luna y su conpañero tenían una gran resistencia porque no se detuvieron en toda la noche y una hora antes del alba, entraron en las extensas llanuras de Rohan.

Tiradas: Ghân (Percepción) = 92 (casi éxito)

En un primer momento no se dio cuenta, pero su posición le permitía a Ghân tener un campo de visión muy amplio. Lejos, aunque perfectamente visible, avistó un jinete. Al parecer el hombre también lo vio y avisó a la niña y al orco, al tiempo que levantaba la mano. Sus "perseguidores" se detuvieron y se ocultaron como buenamente pudieron.

Kim, que permanecía cerca de la niña, la pudo escuchar con claridad y habló en común.

Niña: Comienza el juego.

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Off-rol

Por motivos "técnicos" de la partida corto aquí.

El jinete parece dirigirse hacia el este, a un pequeño bosquecillo, pero está en campo abierto. No se sabe si el jinete ha visto o no al grupo.

La cosa se pone interesante...

Continuación del turno...

Ghân descubrió entonces que el explorador a caballo se encontraba con tres hombres a pie para, minutos después alejarse al galope de regreso al interior de Rohan. El trío que al parecer salía del bosquecillo cercano, continuó su marcha.

Cuando el jinete se había alejado lo suficiente, la niña lanzó un grito de terror. Ese grito estremeció a Ghân, pese a saber quien lo lanzaba realmente. Justo después de soltar el grito, el hombre asestó un tremendo golpe con su arma al orco que iba con ellos mientras que los orcos que estaban semiescondidos salieron lanzándose en una carga desesperada contra hombre y niña.

El shaman se quedó perplejo pero tuvo tiempo de ver como los tres extraños que habían hablado con el jinete, se volvían hacia allí.

(RESPUESTA GHÂN)

Los orcos estaban allí, los contemplaba perfectamente por los ojos de Kim. No obstante, como era normal, se les veía totalmente cansados, sin ninguna intención de aventurarse más allá de las sombras de la roca, derrotados por los potentes rayos que Anar volcaba cada día sobre la superficie de Endor. En un principio no serían ningún problema a no ser que, durante el viaje que estaba a punto de emprender, sucediera algo que les hiciera salir de su escondrijo. El shaman sabía que, estando solo, era una temeridad entrar en trance pero con su fiel tótem al lado las cosas cambiaban. Resuelto a acabar con esto cuando antes Ghân se sentó en el suelo, cruzó las piernas y cerró los ojos. A los pocos segundos se dio cuenta que se estaba viendo a si mismo y a su fiel Kim, siempre atento y vigilante, desde arriba. En un primer momento eso le desubicó pero enseguida recuperó la compostura. Había abandonado su cuerpo y su espíritu estaba flotando por encima de su cabeza. Era una sensación extraña, curiosa, digna de ser estudiada y analizada sin embargo, no había tiempo. No podía permanecer indefinidamente fuera de su cuerpo, debía darse prisa y acabar cuanto antes con lo que se había propuesto, Con esa intención Ghân proyectó la imagen de su hogar, el bosque de Druadan, en su mente y partió. Las montañas, ríos, bosques y todo lo que lo separaban de su casa se le aparecían en su cabeza como destellos, a inimaginable velocidad, sin tiempo si quiera a retenerlos por un momento en su memoria hasta que de pronto lo vio; su silueta era inconfundible, el Bosque de Druadan y, al instante siguiente, la cabaña de su maestro y, finalmente, el viejo chocho en persona. No necesitó decirle que había llegado. el viejo shaman levantó su cabeza y lo saludó:

Viejo shaman: -"Ah, joven Ghân, veo que tus capacidades van en aumento. Sin duda este pueblo tendrá un gran guía. ¿Qué te ha traído hasta aquí?"

Sabiéndose falto de tiempo, Ghân le contó sin rodeos el motivo de su visita. Su maestro no le defraudó. Aunque nada pudo hacer con respecto al pergamino si tenía mucha información sobre la hechicera.

>>>"Bien Ghân, has tenido suerte. El viejo sabe a que te enfrentas y, ahora lo sabes tú. Valioso es comprender los puntos fuertes y las debilidades de un rival"<<<

No había terminado de pensar en lo dicho cuando algo le succionó con una fuerza inimaginable. En un principio Ghân intentó luchar contra esa fuerza pero, al momento, comprendió que era imposible. Su tiempo había terminado, su cuerpo reclamaba lo que necesitaba para volver a estar completo: su espíritu. Un zumbido resonaba en su cabeza a medida que desandaba el camino hasta el lugar de donde había partido. Cada vez más fuerte, cada vez más intenso hasta que, con una explosión de luz y sonido abrió los ojos y se encontró con una cara conocida, su fiel Kim. Había vuelto, su espíritu moraba de nuevo en su cuerpo, estaba completo.

Ghân:-"Estoy de nuevo aquí amigo. ¿Me has echado de menos? jajaja. Seguro que no tanto como yo a tí granuja. ¿Todo sigue igual?

Lo que la mirada de Kim anunciaba fue rápidamente comprobado por Ghân. Todo estaba según lo había dejado, nada había cambiado. La niña continuaba descansando junto al vigilante cazador y los orcos no habían asomado el hocico fuera de la sombra que la gran roca les brindaba. Era un buen momento para recuperar fuerzas y pensar en lo que su viejo maestro le había dicho.

>>>"Así que, una maga luna. Nunca oí hablar de ellos pero, por lo visto hasta ahora y haciendo caso de lo que el viejo chocho me ha comentado, deben ser terriblemente poderosos. Además si con luna nueva aún lo son más habrá que ir con pies de plomo. Con luna nueva......¡¡no quedan muchos días para eso!!!. Estamos en cuarto decreciente, en pocos días entraremos en fase de luna nueva, intuyo que habrán problemas pero, ¿qué

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hacer? Estoy atado de pies y manos: no puedo atacarles pues no tengo razones para ello y, además, son los únicos que me pueden llevar a la niña. Tampoco puedo ir a Rohan, ¿que haría allí? No duraría ni un segundo en mi forma de wose y aunque no fuera así, nadie me creería, ¿porqué iban a hacerlo si ni siquiera yo tengo claro lo que pasa? Kim, amigo, de momento solo puedo esperar aunque cada minuto que pasa acerca a la maga a su época de máximo poder.<<<

Las horas transcurrían y la cabeza de Ghân no paraba de darle vueltas a todo. Estaba atrapado en un mar de dudas y limitaciones que no le dejaban ninguna opción más que esperar, esperar y esperar. Pero, incluso, en el mejor de los casos, ¿que haría una vez encontrara a la niña y estuviera todo claro? Ni siquiera lo sabía.

Empezaba a atardecer cuando Kim le aviso que habían novedades. La falsa niña había despertado y estaban levantando el campamento. Efectivamente, en unos minutos estaban de nuevo en marcha; niña, cazador y el trío de orcos. Dirección: el este de Rohan.

>>>"Empieza de nuevo el baile y me parece que esta vez tardaremos en volver a parar. Mejor será abandonar momentáneamente la tierra firme. Así estaré más tranquilo y relajado. Lo siento por ti amigo pero he de dejarte por un tiempo. Nos veremos en otro momento."

Y así, despidiéndose de Kim, el shaman adoptó su forma alternativa y se dispuso a seguir al grupo. Avanzaban a buena marcha, la forma de niña que la hechicera había adoptado parecía no afectarle en absoluto. Después de un par de horas tres orcos más se unieron a la fiesta. Venían montados en un trío de temibles huagros: criaturas abominables con una enorme sed de sangre y un gran sentido del olfato. Por suerte Ghân había acertado cambiando de forma, eso le evitaba preocuparse de ser descubierto por tales animales. No se entretuvieron, unas ordenes bastaron. Solo un orco a pie se quedó con el dúo de humanos. Los otros se alejaron, pero no con la intención de irse sino la de seguirlos a una distancia prudencial.

>>>"Extraña maniobra. Algo están tramando. Se aproxima la hora de la verdad."<<<

Sin embargo, esa hora no llegaba. El día acabó y la noche dio paso al amanecer de un nuevo día. Sin ni siquiera un respiro, el trío y sus perseguidores entraron en la Marca.

>>>"Rohan, tierra de los demonios montados. El último lugar de Endor por el que me gustaría transitar y único del que no puedo evitar no ir. Caprichosos y crueles se muestran los hilos con los que Namo ha tejido mi destino pero, no puedo dejar de seguirlos. Tengo que ser fuerte y resistir. La fuerza de voluntad que poseo a de ser, en estos momentos, mi aliado más poderoso. Encontraré Rohirrim, estoy en su tierra, pero no debo dejarme dominar por mis odios, no de momento. Cumple primero con tu cometido y después, serás libre para actuar como quieras. Si, he de centrarme en lograr mi objetivo, sea cual sea, lo antes posible y, después, podré abandonarme a mis más oscuros deseos. Ya nada me lo impedirá."<<<

Fue en ese preciso instante cuando lo vio. Primero una simple nube de polvo en el horizonte, después una sombra indeterminada surgiendo de la misma y, finalmente la inconfundible silueta de un jinete de la Marca. Sin embargo no fue el único que se dio cuenta de la llegada del hombre a caballo, también el cazador lo había avistado. Hizo un gesto al grupo más apartado y estos se ocultaron lo más rápidamente posible. Después se limitaron a esperar al tiempo que la niña comentaba en lengua común:

Niña:: -"Comienza el juego."

>>>"Aquí está, el momento que tanto he esperado. Aquí empieza, de verdad, la partida. Se han acabado los secretos, a partir de ahora, las jugadas se realizarán todas al descubierto y yo, con el privilegio que me da el ser testigo de todas ellas, he de ser capaz de adelantarme al siguiente movimiento. A ver que tienes preparado hechicera. Ya estás en la Marca, orcos y huagros te acompañan, y un jinete se dirige hacia ti. Van a descubrirte, ¿que harás? Me encantará verlo porque estoy seguro de que lo tienes todo planeado. Este encuentro ya lo tenías previsto y presiento que es la clave que te dará acceso a Rohan pero, ¿como? ¿Le tenderás una trampa al jinete, entreteniéndole, mientras el grupo que tienes escondido lo embosca? No eso no te valdría para nada y levantarías sospechas innecesariamente. No, es algo más elaborado pero, ¿qué? Pronto lo sabré.<<<

Sin embargo lo que esperabas en un primer momento, no sucede. El jinete, en vez de ir hacia la niña, se dirige a un bosquecillo cercano del que aparecen tres figuras a pie; habla unos momentos con ellos, gira su caballo y se encamina de nuevo hacia en interior de Rohan, dejando que el trío continúe su camino. Pasan los segundos y el Rohirrim desaparece en el horizonte, entonces un grito te hiela la sangre.

>>>"La niña ¿Qué hace? El peligro de ser descubiertos parecía haber pasado, ¿por qué ese chillido? La oirán a centenares de metros. Si, la han oído. El trío los ha visto y se dirige hacia aquí."<<<

Lo siguiente que ve deja perplejo al shaman. El cazador saca su espada y golpea con brutalidad al orco que los acompañaba mientras el grupo de orcos que se mantenía a distancia, al vez tal cosa, sale de su escondrijo y carga con furia hacia el hombre que momentos antes ha golpeado a su congénere.

>>>"¿Que pasa aquí? Los orcos se han vuelto contra sus jefes, ¿porq...? Claro, maldito estúpido. Que inteligente eres hechicera y,…que fría y calculadora. He aquí tu oportunidad de entrar en Rohan sin levantar sospechas. Una niña y su padre atacados por los orcos en medio de la Marca, indefensos, desvalidos ante esa amenaza y salvados por gente de la tierra. De aquí al interior de Rohan. No obstante, tal vez hayas calculado mal. ¿Llegarán los Rohirrim a tiempo de socorrerte? Los orcos van montados sobre huagros y enseguida te atraparán, además, tu no puedes usar tus poderes, te arriesgarías a que te vieran. De momento, solo tienes al

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cazador, ¿será suficiente? Habrá que verlo.”<<<

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Intenciones:

De momento vigilar a ver quien llegará antes a la niña.

Si veo que los huagros llegan antes y ponen en serios aprietos al cazador( la verdad es que no se si la pelea es en serio o está pactada, aunque creo que es en serio) intentaría encargarme de un orco en mi forma de águila. Supongo que podré atacarlo he intentar picarle en los ojos o algo así. Más que nada para dar tiempo a los hombres de a pie a llegar.¿Por qué? Porque aunque ya me imagino que la hechicera es mi gran rival y no conviene ayudarla necesito que me lleve a la niña y supongo que será la única que podrá hacerlo. Si ella no me lleva difícilmente podré encontrarla.

Supongo que para la hechicera no hay peligro ya que en caso de verse superada recurrirá a su poder y, si es conveniente matará a todos (orcos y humanos) y esperará otra oportunidad. Por eso quiero que quede claro que mi actuación solo va destinada a ganar un poco de tiempo.

Una vez se haya resuelto el combate. En el supuesto de que haya muertos, sobretodo por parte orca, esperaría a que todos se fueran y me dejaran tranquilo e intentaría usar el hechizo invocar muerto sobre el cadáver de uno de los orcos para intentar averiguar de él todo lo posible con respecto a movimientos orcos por la zona e intenciones de la hechicera. Si es necesario cambiar de aspecto pues cambio.

Finalmente, vuelta al tajo. Otra transformación y a seguir al interior de Rohan.

TURNO 5

Desde una posición muy ventajosa, Ghân comprobó el trio corrió sin dadarlo hacia la niña. A la cabeza, un humano enorme y muy corpulento se lanzó, blandiendo hacha de batalla, en una furiosa carga contra los orcos. Una elfa le siguió con su arco al tiempo que parecía prepararse para lanzar un hechizo. El elfo que vio días atrás le pareció muy hermoso, pero nada comparable a lo que estaba viendo ahora. Cerrando el grupo, otro humano, rohirrim sin lugar a dudas se apresuró también, pero no hacia los orcos sino que prefirió contener los ataques enemigos y defender la posición del humano y la pequeña.

El cazador luchaba contra un orco al que ya había herido gravemente. La niña estaba cerca de él, agachada y lloriqueando. El resto de orcos y huargos se aproximaba a la carrera.

Tiradas: Hombre gigantón (esprintar) = 105 Orco#1 (esprintar) = 119 Orco#2 (esprintar) = 49 Huargo#1 (correr) = 102 Huargo#2 (correr) = 87 Huargo#3 (correr) = 168

Aquel hombre enorme corrió todo lo que pudo para tratar de interceptar al mayor número de enemigos antes de que llegaran hasta la niña, sin parecer importarle su propia integridad física. Tan solo un huargo y su jinete y un orco llegaron antes, pero confió en que sus compañeros pudieran encargarse de ellos, y continuó su salvaje carrera. El caballero rohirrim alcanzó la posición del cazador justo a tiempo de poder bloquear la carga de uno de los orcos con su montura lobo, mientras que la elfa se había detenido un momento lista para lanzar su hechizo.

Tiradas (asalto 1) Elfa (Lenguaje mágico - Hudatos) = 132 (éxito) Elfa vs Huargo#1 (Hechizo- Rayo de agua) = 203 -----> 24DI * 96 ----> 25 pv, muere el próximo asalto Hombretón (Frenesí) = 125 (éxito) Cazador vs Orco#3 (Espada larga) Ghân vs Orco#1 (Garras) = 104 -----> 15BP * 54 -----> 3 pv, 2 pv/asalto, aturdido 2 asaltos Huargo#3 vs rohirrim (Mordisco) = 42 -----> nada

Las palabras arcanas surgieron de los labios de la maga haciendo más poderoso, si cabe, su hechizo. De la palma de su mano surgió entonces un proyectil de agua que alcanzó de lleno a uno de los huargos, destrozándole el pecho y haciendo que trozos astillados de sus propios huesos atravesaran sus órganos internos. El lobo se desplomó derribando al orco que lo montaba, que quedó un poco aturdido por el golpe.

Por su parte, el hombre entró en un estado de locura y lanzó un violento grito que intimidaría a cualquiera. El cazador consiguió acabar con su oponente y esperaba junto al caballero el ataque de más enemigos.

En ese instante, Ghân aprovechó para surgir de la nada y atacar a uno de los orcos. Éste, pillado por sorpresa no pudo hacer nada por evitar que las fuertes garras del águila rasgaran su pecho provocándole una

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hemorragia.

Otro huargo intentó morder al jinete de la marca, pero su defensa fue impecable y repelió el ataque sin mayores problemas.

Tiradas (asalto 2) Iniciativas: Hombretón = 17 Rohirrim = 13 Cazador = 14 Ghân = 23 Orco#1 = Aturdido Orco#2 = 11 Orco#4 = Aturdido Orco#5 = 12 Orco#6 = 9 Huargo#2 = 15 Huargo#3 = 22 La elfa toca un silbato Ghân vs Orco#1 (Pico) = 94 ----> 16CS * 92 ----> 10pv, 3 pv/asalto, aturdido sin parar 5 asaltos Huargo#3 vs rohirrim = 103 ----> 11AP * 17 ----> 1 pv, debe parar este asalto Hombretón vs huargo#2 (hacha de batalla) = 144 ----> 70 ES * 08 ----> 5 pv, no ataca este turno Cazador vs orco#6 (espada larga) = 70 ----> nada Orco#2 vs hombretón (cimitarra) = 128 ----> 16CK * 02 ----> 1 pv Orco#6 vs cazador (cimitarra) = 39 ----> nada

La elfa maga se preparó para disparar con su arco, pero antes utilizó un silbato cuyo sonido pareció no gustar nada a los huargos.

De nuevo, el shaman, aprovechando su primer ataque, la emprendió con el mismo orco, esta vez con su pico, consiguiendo desgarrar parte de su pecho. El piel verde cayó a causa del dolor y se quedó allí, agonizando. Su verdugo volvió a elevarse en el aire y se alejó volando. Su participación en el combate hacía concluido.

Por su parte, el humano fornido golpeó violentamente con su arma a uno de los huargos. El tremendo ataque obligó a retroceder al lobo e hizo que su jinete perdiera su monta.

El otro huargo atacó con fiereza a rohirrim, pero es sonido del silbato detuvo considerablemente su ataque, que, pese a todo, alcanzó al caballero, obligándole a defenderse ese asalto.

Tanto el cazador como el orco contra el que luchaba, erraron sus respectivos ataques.

Un orco, que se enfrentaba al guerrero del hacha, le asestó un tajo con su cimitarra. El golpe parecía muy bien colocado y mortal, pero milagrosamente, su tremenda constitución le permitió resistir el ataque sin demasiadas consecuencias.

Tiradas (asalto 3) Iniciativas: Hombretón = 19 Rohirrim = 16 cazador = 13 Orco#2 = 9 Orco#4 = 12 Orco#5 = 21 Orco#6 = 15 Huargo#2 = 12 Huargo#3 = 16 Elfa vs huargo#2 (arco largo) = 92 ----> 12BP * 68 ----> 3 pv, 2 pv/asalto, -5, Aturdido 2 asaltos, muere Orco#5 vs Hombretón (cimitarra) = 95 ----> 11AS * 15 ----> 3 pv Hombretón vs Orco#2 (hacha de batalla) = 142 ----> 78ES * 46 ----> 4 pv. aturdido 3, muere Rohirrim vs Huargo#3 (espada ancha)= 79 ----> 4 pv Huargo#3 vs rohirrim (mordisco) = 72 ----> 2 pv Orco#6 vs cazador (cimitarra) = 01 ----> pifia * 79 ----> pierde 2 asaltos Cazador vs Orco#6 = 65 ----> nada

La elfa, desde la distancia, disparó con su arco contra el huargo herido por su compañero. La flecha se le clavó en el cuello y el lobo no oudo soportar la acumulación de heridas, cayendo muerto.

Otro orco volvió a alcazar al humano enorme. Éste, en su estado de frenesí apenas notó el corte que le produjo

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y sin más contemplaciones atacó a su vez a otro de sus oponentes, al que golpeó con fiereza en una pierna, acabando con su triste vida.

El caballero de Rohan seguía enfrentándose a su rival, un feo huargo. Los ataques de ambos fueron débiles. El sonido del silbato parecía haber dejado un poco atontados a los lobos y por su parte, el rohirrim simplemente quería defender a la niña.

Tampoco el cazador ni su oponente consiguieron nada positivo en sus respectivos ataques, e incluso el orco perdió su arma en un fallido intento de golpear al humano. Sin duda, Ghân creyó que el cazador no estaba usando toda su energía para realizar sus ataques. Toda aquella farsa estaba a punto de terminar, al menos por ahora.

Tiradas (asalto 4) Hombretón vs orco#5 (hacha de combate) = 152 ----> 80ES * 03 ----> 3 pv

Los supervivientes trataron de huir de la lucha. Estaba a punto de amanecer y habían perdido toda su ventaja numérica. Antes de poder escapar, el hombre, aún dominado por la bestia, volvió a golpear al último enemigo que tenía alrededor. Pese a la escasa colocación de su ataque, logró sesgarle la vida.

La elfa maga bajó su arco y avanzó con cautela hasta la posición de la niña y el cazador, pero pendiente de su compañero. El cazador se acercó a la pequeña y la cogió entre sus brazos al tiempo que agradecía al rohirrim, que estaba junto a él, la inestimable ayuda ofrecida.

Tiradas: Hombretón (percepción) = 95 (casi éxito) Hombretón (percepción) = 114 (éxito)

Sacudiendo su cabeza, el humano salvaje volvió a la realidad. Sus heridas no eran graves y, sin embargo, a su alrededor yacían varios cadáveres. La lucha había concluido.

La pequeña niña continuaba llorando, pero comenzó a tranquilizarse cuando el hombre la cogió del suelo.

Cazador: Muchas gracias. Sin vuestra ayuda no lo habríamos contado. Hace dos noches estaba comprobando varias trampas en las montañas cuando descubrí un pequeño campamento orco. Me acerqué y vi horrorizado que tenían cautiva a esta pobre niña. Estuve siguiéndoles hasta que tuve mi oportunidad. En un descuido rescaté a la pequeña y corrí hacia Rohan, pensando que debía ser de aquí. Al parecer los huargos alieron mi rastro y a punto han estado de darnos caza. De nuevo gracias. Personalmente estoy en deuda con vosotros.

Hizo una breve pausa para añadir:

Cazador: Mi nombre es Gruda.

El shaman, escuchando a través del fiel Kim sentía cierto recelo por la presencia de un hombre de la Marca allí, tan cerca. Por otro lado no deseaba darse a conocer, pese a haber participado el la lucha (de todas formas, nadie sabía de dónde había salido). La niña, o mejor dicho, la maga luna había salido victoriosa en sus planes y ahora comenzaba una historia totalmente diferente...

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Off-rol:

Siento que, una vez más, el turno acabe de una forma un tanto brusca. Es que me está costando un poquillo hacer coincidir tu trama con otra (como supongo que habrás deducido...). Postea a partir de aquí o si quieres espera un poco, y completaré el turno con lo que hacen los otros y tiro lo de Invocar espíritu al cadáver de un orco.

Por cierto, gran combate. Un águila de nivel 5 se nota, créeme (y estás a puntito de nivel 6)

(RESPUESTA GHÂN)

El shaman nunca había visto nada igual. Uno de los integrantes del trío, un enorme hombre, se dirigió, sin pensarlo ni un momento, hacia los huagros. Era como si creyese que él solo acabaría con ellos sin problemas. O realmente estaba muy seguro de sus posibilidades o se trataba de un verdadero loco. En un momento pasó por el lado de la niña y del cazador y se abalanzó sobre el grupo de orcos. Al parecer, había tiempo más que suficiente para que los defensores llegarán a la altura del duo en peligro por lo que Ghân se dedicó a observar la escena con detenimiento. Lo primero que vio le causó una tremenda sorpresa. Allí quieta, sin ningún temor a nada, una estilizada y hermosa silueta femenina movió los labios y, de sus suaves manos, brotó un violento chorro de agua que reventó a uno de los huagros. Incluso en la distancia, podía apreciarse su belleza. Sin ninguna duda era una elfa, sus movimientos eran inconfundibles. Parecía moverse como el agua clara fluyendo por un tranquilo riachuelo, como si sus pies no tocarán el suelo, como si sus brazos no encontrasen la siempre presente resistencia del aire; era como si flotase. El wose ya había visto algo similar no hacía mucho, fue el día en que llegó a la Marca y se topó con aquella pareja que formaban un elfo y una muchacha, acompañados de una mula. Sin lugar a dudas la raza tenía que

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ver con la manera de moverse y con la brillante aura que desprendían, pero aquella elfa que tenía delante superaba con creces en todo a su congénere masculino. Mientras la miraba aturdido, un extraño sentimiento empezó a florecer en su marchito corazón a la vez que aquella belleza le hacía sentirse, por primera vez en su vida, un ser horrendo y deforme, un monstruo. Fue una de sus demonios interiores lo que, está vez, le ayudó a librarse de aquel hechizo en el que parecía haber caído. La proximidad del rohirrim lo devolvió a la realidad. El hombre de la Marca se había colocado a la altura del cazador y, con soltura, paraba una y otra vez las estocadas que los orcos les mandaban tanto a ellos como a la niña. Fue otro golpe anímico para Ghân ya que estaba viendo, en primera persona, como uno de los seres más abominables de Endor arriesgaba su vida por unos desconocidos. Eso jamás había entrado en su definición de los demonios montados; egoístas, traicioneros, viles y crueles pero, ¿generosos y bondadosos? No, eso era imposible se repetía pero, por mucho que lo intentaba, se sentía incapaz de negar lo que sus propios ojos estaban viendo. En esos momentos no se dio cuenta pero la escena global que contemplaba estaba transformando silenciosamente su interior.

Bombardeado por miles de sensaciones, sentimientos encontrados e ideas tiempo atrás desechadas Ghân decidió actuar. El estar observando atentamente lo estaba matando poco a poco, ¿o tal vez reviviéndo? Parecía que el trío se defendía bien pero estaban en inferioridad numérica así que se lanzó en picado hacía uno de los orcos. Fue fácil, lo tenía todo a su favor: velocidad, posición, efecto sorpresa. Sin apenas darse cuenta el orco estaba aturdido a consecuencia de una fuerte hemorragia y, un instante después caía desplomado por el dolor sufrido a causa de un fuerte picotazo. Se elevó de nuevo para observar el desarrollo de la lucha y comprobó que ya era del todo innecesaria su colaboración. Los huagros, mermados por el sonido de un peculiar silbato, caían uno tras otro mientras que los orcos, aún queriendo, eran incapaces de contener los ataques de sus rivales. El hombretón era carne hecha furia, parecía imposible que nadie pudiera pararle y, mientras, la elfa, con su arco, apoyaba la labor del rohirrim y el cazador en la defensa de la niña. Una sensación de inquietud se apoderó de él cuando postró sus ojos en los movimientos del cazador. Indudablemente, todo era una farsa, ya que, a todas luces, este no estaba usando toda su energía, simplemente se conformaba con defenderse y con interpretar su papel y, por lo visto, lo estaba haciendo a la perfección. En unos instantes, los pocos orcos que quedaban huyeron en desbandada. El campo de batalla, segundos antes lleno de actividad, gritos y ruidos de golpes, se había quedado mudo. El silencio de la muerte, en este caso orca, empezó a planear en el aire. Nunca le había gustado al shaman estar en contacto con la muerte, ni siquiera tratándose de orcos; esta le inquietaba, helaba su corazón y apesadumbraba su ánimo. A veces se preguntaba a que era debido ya que él era todo un experto en ese tema; sus habilidades le daban poder sobre los muertos, podía controlarlos, dominarlos, hablar con ellos, podía ayudarles o maldecirlos para siempre, podía compartir sus vivencias, sus ilusiones en vida, sus anhelos, ya segados por la visita de la Parca, los comprendía, los entendía y sabía perfectamente cual era el significado de la muerte. Si, lo sabía, tal vez por eso no le gustaba nada estar en su presencia. De todos modos, en esos momentos, tenía claro que un orco muerto le era mucho más beneficioso que un orco vivo. Solo tenía que esperar pacientemente a que todos se fueran del lugar y podría poner a prueba sus poderes: invocaría el espíritu de uno de los cadáveres y, dominándolo, lo tendría a su entera disposición. Entonces, solo entonces, podría interrogarlo sobre los movimientos orcos en la zona, los motivos de los mismos, que había oído sobre las intenciones del cazador y la niña y, sobretodo, que es lo que pone en el mensaje que había interceptado a los crebain. Seguramente, un orco sabría algo de la lengua de su señor.

Es la voz del cazador la que rompe el silencio del lugar. Este, con una inmensa sangre fría, les cuenta al trío una sarta de mentiras digna del más avezado de los cuenta cuentos. Mientras los tres extraños escuchan con atención, los ojos de Ghân recorren de nuevo la escena: el cazador y la supuesta niña presentándose como héroe y victima respectivamente a un corpulento hombre, un rohirrim y una elfa.

Ghân perverso:-"La elfa, que preciosa es, ¿verdad Ghân? Hermosa, dulce, grácil, perfecta, dolorosamente perfecta. Como te gustaría poner tu tosca mano encima de su suave y sedosa piel, tocarla, acariciarla, sentir el calor que desprende ese esbelto cuerpo, saber más sobre ella, sobre lo que esconde en su interior, sobre sus anhelos, deseos, sobre lo que siente, todo. Lo necesitas verdad, tienes recursos para ello, tienes tus huesecillos, tu poder premonitorio y muchas otras cosas que ni siquiera imaginas, ¿por qué no lo utilizas en tu propio beneficio?"

Ghân bondadoso:-"No Ghân, ¿porqué piensas eso? Deshecha esos pensamientos de tu cabeza y céntrate en lo realmente importante: esos tres extraños son el vehículo perfecto para introducir a la astuta maga luna en la Marca. Su primer objetivo está a punto de cumplirse. Tienes que perseverar en esa dirección."

Desde su posición, al shaman le parece oír la fría, cruel y poderosa risa de su oponente resonando silenciosamente en su interior.

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Turno de sensaciones, sentimientos encontrados y demás. En cuanto a las acciones a desarrollar: escuchar la conversación, ver que se dice, intentar darme cuenta de hacia donde se dirigen una vez abandonen el lugar (suponiendo que no vayan todos juntos).

Una vez solo y en tranquilidad, lo dicho: invocar espíritu con todo lo que eso conlleve y después, aplicarle el tercer grado sobre todo lo que he comentado en el turno. Supongo que necesitaré cambiar de aspecto. Si es así, adelante. Después, para seguirlos, volvería a mi forma de águila. De lo de tirar los huesecillos por la elfa, de momento nada, es solo una tentación que tiene. En los siguientes turhnos, ya lo iré madurando y decidiré.

He intentado, al final, introducir una variable que me ha parecido interesante. En este turno he intentado

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incidir en un sentimiento, no muy bien definido aún (no he dicho amor adrede, puede ser otra cosa, totalmente diferente. Ni yo lo se aún) que Ghân nunca había sentido, provocado por su encuentro con la elfa. Si te parece bien perfecto, si no, solo tienes que editar y borrar el dialogo entre los dos Ghân del final. Ese conflicto interior no sabía muy bien como plasmarlo y me he decidido así. No lo quiero enfocar como un pensamiento interior sino más bien como algo que puede (o no) venir inducido desde el exterior. Creo que es una buena manera de representar esa parte oscura y maligna que tiene el shaman, ese duelo que parecen tener el bien y el mal por el alma del wose. Es como si alguien tentara al shaman ofreciéndole algo que le ha parecido apetecible, nada más verlo, pero que comprende que es imposible de obtener. Espero que te haya gustado.

Ahh, y quiero que lo sepas para que te hagas una idea mejor de mi idea y que comprendas voy totalmente guiado por la intuición( como Ghân,jejej) No leo nada, pero nada, de las otras tramas así que, aunque puedo imaginar que me acabo de encontrar con personajes jugadores( a uno lo he reconocido de cuando hacíamos las fichas por el chat, es inconfundible,jejej) no se absolutamente nada de ellos. Lo digo por la elfa y la tentación de tirar los huesecillos y eso. No se ni que carácter tiene, ni sus antecedentes, ni siquiera me he leído su historia( igual odia a los wose, jejej) Para que lo sepas, creo que sabiendo eso a ciencia cierta puedes enfocar la cosa mejor.

TURNO 6

La lucha en el interior de Ghân comenzó cuando vio aquella hermosa criatura. La elfa maga había provocado una extraña sensación en el shaman, que nunca había sentido hasta ese instante. El poder de la elfa casi competía con su enorme belleza y eso, de algún modo cuya naturaleza ni el propio wose conocía, le cautivó.

Intervino en la batalla, poco, pero suficiente para nivelar la balanza en el sentido que deseaba: la victoria del cazador y la niña. Ghân tuvo que concentrarse en prestar atención a la conversación, pues sus ojos se dirigían una y otra vez a la maga. Kim lo tenía todo mucho más claro y aprovechó su naturaleza espiritual para acercarse aún más al grupo y escuchó.

Rohirrim: De nada, buen hombre. Nosotros también nos dirigimos a Rohan, por lo que creo que deberíamos viajar todos juntos... será más seguro

Hombretón: Crees que es la niña que andamos buscando? no se, parece mucha casualidad que justo empezamos a buscar a la susodicha niña y aparezca ante nuestras narices asi sin más - dijo en voz baja a la elfa.

Ignorando las palabras de su compañero, la elfa habló y su voz era dulce y armoniosa, tanto que Ghân casi creyó que cantaba en lugar de hablar. Trató de tranquilizar a la pequeña y enseguida se prestó para ayudar en todo lo que estuviera en sus manos. Se presentó como Liedhel, de Lorien.

Liedhel, bonito nombre. Qué voz más maravillosa... Es muy bondadosa, tal vez debería advertirle de... Nuevamente, la voz del cazador le sacó de su estado de ensimismamiento.

Gruda: Si no es demasiada molestia me gustaría pedirles un favor. No conozco las tierras de Rohan, pero quisiera llevar a la pequeña junto a su familia. ¿Me podrían indicar cómo llegar a una ciudad cercana? Tal vez allí la conozcan o una vez que haya descansado sea capaz de decir de dónde procede. Me siento de algún modo responsable de ella.

Sin apenas dudarlo un segundo, el trío se unió a los cazadores y caminaron en dirección al suroeste. Una vez alejados, el águila se posó en una roca cercana y Ghân tuvo la sensación de que su fiel Kim le miraba con cierto reproche. Sabía que tenía razón.

Tiradas: Ghân (Alteración física) = 85 ----> Aturdido 3 asaltos, 9 pv, 100% cambio

Un tanto avergonzado, bajó la vista ante Kim mientras pasaba por su lado y se aproximaba a uno de los orcos que yacía en un charco de sangre. El jabalí totem se le acercó por detrás y permaneció a su lado, como siempre lo hacía. Ghân lo observó y le dio unas palmadas en el lomo. No hicieron falta palabras.

Tiradas: Ghân (Idioma mágico - ) = 109 (éxito) Ghân (Hechizo - Invocar muerto I) = 28 (éxito) Ghân (Hechizo - Atar espíritu I) = 57 Espíritu orco (TR CAN) = 39 (fallo) ----> espíritu atado

El shaman posó sus manos sobre el cuerpo sin vida de un orco destrozado por el hacha de aquel hombre enorme, y comenzó a musitar una letanía. Las palabras salieron de su boca con gran fuerza y el espíritu del orco apareció ante el shaman y permaneció allí, quieto. Ghân sabía que tenía apenas medio minuto para obligarle a hablar o hacer algo con él. De nuevo, formuló un nuevo hechizo: el espíritu trató de resistirse, pero le fue imposible. Ahora debía obeceder al wose en todo, sin duda un fatal destino para el espíritu de un orco.

Ghân: Quiero que expliques qué acaba de suceder aquí y cúal es el plan de esos hombres.

Espíritu orco: Desconozco sus intenciones amo, pero se nos obligó a, que después de una señal, atacásemos a quienquiera que estuviese junto a él. Lo que sucedió entonces no formaba parte del plan, y nos atacaron a nosotros también. Ella era muy cruel con nosotros. Confío en tú seas bueno conmigo, te serviré bien amo.

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El wose sacó de su bolsita el trozo de pergamino que quitó a los crebain y se lo mostró.

Ghân: ¿Sabes qué pone aquí?

Espíritu orco: No sé leer muy bien amo, pero creo que dice algo así: "Sombra introducida en Rohan" Por cierto amo, si me permites hacerte una pregunta, ¿estoy muerto?

(...)

Tras el interrogatorio a su "nuevo compañero", Ghân sabía más cosas. Como sospechaba todo era una pequeña farsa para tener una coartada e introducirse sin problemas en Rohan, escoltados por un rohirrim incluso. El plan de los cazadores les había salido a la perfección, salvo por un pequeño detalle: alguien más lo sabía. Por otro lado, el wose debía andarse con ojo pues ésta había sido la segunda ocasión en la que los cazadores veían un águila y seguramente se andarían con más ojo a partir de entonces. Sabiendo que le sería relativamente sencillo darles alcance, prefirió descansar un momento antes de seguir tras su pista. Finalmente, tras comer algo, volvió a transformarse y elevó nuevamente el vuelo en busca de más respuestas.

El grupo había partido en dirección suroeste y fue allí donde se dirigió el shaman. No tardó mucho en darles alcance. Como era de esperar, caminaban con un ritmo lento, un ritmo que una "niña" aguantase sin demasiados problemas. Adelantándose a ellos avanzó en esa misma dirección y descubrió que varias millas más allá había un pequeño poblado rohirrim. Fue en ese instante cuando se dio verdadera cuenta de que, ahora si, estaba de lleno dentro de Rohan. El corazón le dio un vuelco y tuvo ganas de salir de allí, pero no podía, no ahora que estaba tan cerca de entender algo.

Unas horas después, por fin llegaron. Efectivamente su destino fue esa aldea y fueron bien recibidos y conducidos a la posada del pueblo. Allí les perdió de vista, pero Ghân no pudo evitar observar los gráciles movimientos de la elfa justo antes de entrar en el edificio.

Liedhel de Lorien...

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Off-rol:

Me ha gustado mucho lo del Ghân malo y el Ghân bueno. Desde luego te estás currando el PJ una pasada.

Me he permitido algunas licencias, que espero no te molesten, de incluir algún pensamiento de Ghân siguiendo la línea de tu último post. Cuando habla la elfa y eso...

Ante la duda he tirado por atar al espíritu del orco. De todas formas, si quieres puedes liberarle y listo. De momento, hasta que le liberes te servirá como buenamente pueda y dentro de sus posibilidades. Te mandaré sus características (me lo recuerdas si se me pasa...). Además de esa, hay otras dos opciones. Te las recuerdo para futuras ocasiones: * Otra opción hubiese sido solamente "Conversar". Con eso le obligas a hablar, pero después de 1min/nivel, se larga. * La última posibilidad es no hacer nada. Pasados los 3 asaltos (medio minuto), el espíritu puede hacer lo que quiera antes de irse: hablar o no, atacar o no, quedarse allí sin más y luego irse... También puedes aprovechar los 3 asaltos para tocarle y "mancharle" para luego, mediante chataje, pedir que hable a cambio de limpiarle, o qué sé yo. Hay muchas posibilidades.

Si quieres hacer más preguntas al orco, adelante. Es todo tuyo... He dejado unos puntos suspensivos en mitad del turno, donde se supone que le preguntas más cosas, le contestas su pregunta, le dejas marchar, lo que quieras.

Te agradezco que no leas las otras tramas. A partir de ahora perdería una buena parte del encanto la partida el saber qué ocurre en otros lugares. Por desgracia alguien ha leído la tuya (no diré nombres) y sabe que la niña no es la niña. Confío en que no haga metajuego.

Por cierto: Level up. Ghân ha llegado a nivel 6, enhorabuena.

(RESPUESTA GHÂN)

El shaman había caído en una especie de trance. Una angustia oprimió su corazón, una sensación largo tiempo olvidada, un estado del que pensaba se había librado, aún a sabiendas de que eso no era verdad, de que algún día volvería y que la batalla definitiva por su alma aún tenía que librarla. Era aquella voz, no había duda, era la voz. Oscura, profunda, poderosa, negra pero, a la vez, tentadora. Siempre prometiendo lo que no se puede tener, siempre intentando arrastrarte al lado oscuro. La voz a la que le hiciste caso el día en que asesinaste a tu padre adoptivo. Que seductora era, como te atraía. La historia se repetía sin embargo, esta vez algo había cambiado. Lo que en la primera ocasión fue un simple susurro, una palabra que se la llevó la brisa, un ruego ahogado por el torrente de poder oscuro de tu misterioso interlocutor, se había convertido ahora en una firme y clara dialogante. Cálida, suave, estilizada pero igualmente poderosa, capaz de competir cara a cara con la oscuridad.

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>>>"¿Quién eres?¿Qué quieres? Déjame en paz y desaparece. No te voy ha hacer caso, ya lo hice una vez y nada de lo que me prometiste fue verdad, casi me costó la muerte espiritual. Solo me recuperé gracias a Yavanna, ella confió en mi, me dio poder a cambio de nada.<<<

Ghân perverso: -"¿De nada?¿De nada? Entonces,¿que haces aquí?¿Por que estás en este lugar, lejos de tu hogar y rodeado de tus peores demonios? Estás ayudando a los que te maltrataron, ¡¡fueron ellos los que te llevaron a cometer el crimen, no yo!! Pero ahora puedes vengarte, ya tienes el poder. Te dije que lo conseguirías, yo nunca te he engañado y, además, ¡¡mírala!! Es preciosa.¿Crees que conseguirás acercarte a ella? Eres patético. Sin embargo, puedes doblegarla a tu voluntad, hacerla tuya. ¿Y eso es lo que te dio Yavanna?¿Para que te sirve el poder si no puedes usarlo para lo que deseas?"

Ghân bondadoso: -"¿De verdad crees que te sentirás mejor si obligas a alguien a hacer lo que no quiere? ¿En que te convertirá eso? Recuerda, ¿te gustó cuando a ti te obligaron a hacerlo? No ¿verdad? Entonces, ¿por qué crees que a ella si le gustará? Mírala, mírala fijamente. Es preciosa, es perfecta. Tan sensual, tan pura de corazón. No tiene si un resquicio de maldad. ¿Para que quieres mancillar eso? Observa su interior, te gusta. Puedes percibirla, la luz que desprende, esa aura tan cálida, te atrae. ¿Piensas que no se acercaría a alguien como tú? ¿Por qué? ¿Que tienes que ocultar? Nada. Se tu mismo, enfréntate a tus demonios, véncelos y entonces nada tendrás que temer enseñar. Te di el poder, las herramientas: tu misión para derrotar a la sombra que se despliega por Endor es tu misión para derrotar a la sombra que crece en tu interior, siempre lo has sabido. Destrúyela y habrás vencido."

>>>"¿Yavanna, eres tú?¿estás ahí?<<<

Ghân perverso: -"¡¡No seas tonto!! Coge lo que quieres."

Ghân bondadoso: -"Sabes lo que debes hacer. No necesitas escucharlo. Concéntrate en lo importante y todo lo demás llegará solo."

>>>¡¡¡Basta!!!Desapareced. Salid de mi cabeza¡¡Salid!!<<<

Fue una suave, cálida y cantarina voz real, la voz de la elfa, la que lo sacó de su estado. No obstante, su angustia persistía. Sin embargo, a medida que la oía hablar, que se concentraba más y más en ella, todas las malas sensaciones desaparecían.

>>>"Liedhel, bonito nombre. Qué voz más maravillosa...<<<"

Mientras se recreaba en lo que veía Ghân oyó la voz del cazador. Estaba claro, lo que decía confirmaba sus sospechas. El trío sería el pasaporte de la maga luna para entrar en la Marca sin levantar sospechas. Sus pensamientos se volcaron de nuevo en la elfa:

>>>"Es muy bondadosa, tal vez debería advertirle del peligro que les rodea, de la farsa que están interpretando, de que están introduciendo al lobo en casa pero, ¿cómo? Piensa Ghân, piensa. ¿Como puedes comunicarte con ella y, además, convencerla de lo que le dice? Si lo lograras por fin equilibrarías la balanza a tu favor. Piensa."<<<

Centrándose en resolver el enigma que se le planteaba dejó que el nuevo grupo que se acababa de formar reemprendiera el camino. En un principio, estuvo tentado de seguirlos, no quería dejar de observar a la elfa pero una mirada de reproche de su fiel Kim le devolvió a la realidad.

>>>"Tienes razón amigo, como siempre, tienes razón. De momento hay cosas más importantes, como conseguir un poco más de información. A ver que nos dicen estos pobres desgraciados."<<<

Sin perder tiempo el shaman recuperó su forma original y se dirigió hacía el cuerpo de uno de los orcos. Realmente, el hombretón había hecho un trabajo de especialista con el pobre infeliz. Sin embargo nada de lo que ya le había sucedido era comparable a lo que le estaba a punto de ocurrir. Eso le desagradaba al shaman, incluso en un ser tan abyecto como ese, pero sabía que tenía que hacerlo. Tal vez lo que pudiese salir de la boca del orco le facilitara las cosas. Notando la presencia de su fiel Kim a su lado comenzó con el ritual. Mecánicamente, y después de concentrarse un momento, Ghân empezó a recitar una especie de cántico y, al tocar el cuerpo sin vida del orco, el espíritu del mismo abandonó su prisión de carne y se presentó ante él. Después, y gracias a otro de sus hechizos, lo dominó. Fue fácil, el pobre orco mostró una escasa resistencia mental, acorde a su raza, y pronto se doblegó a su voluntad y se convirtió en su esclavo. A partir de entonces lo obedecería ciegamente hasta que el decidiera liberarlo. No era esa la intención del wose, solo quería preguntarle un par de cosas y el orco contestó solícitamente. Lo que sacó de él solo sirvió para confirmar totalmente sus sospechas; el plan trazado por la maga y su compañero, en el cual incluso los orcos eran meras marionetas, y el interés del Rey Brujo por introducir a sus secuaces en Rohan. No era necesario averiguar nada más sobre eso, ya estaba claro, ahora tenía que concentrar su atención en otra dirección: cual era exactamente la importancia de la niña de sus sueños y que intenciones tenía el Rey Brujo y sus enviados para con ella. No lo sabía, pero intuía que no era nada bueno y que si continuaba con la vigilancia no tardaría en averiguarlo. Solo esperaba que no fuera demasiado tarde. Fue la voz de su esclavo preguntándole por su estado lo que le hizo volver a la realidad. El shaman lo miró y sintió lástima, verdadera lástima. Si ya era patética la imagen de un orco vivo la de su espíritu lo era aún más. El infeliz ni siquiera se había dado cuanta aún de lo que le había pasado. Mirándolo fijamente estudió la posibilidad de retenerlo a su lado y de usarlo como creyera conveniente, siempre le podía ser de utilidad, pero no pudo resistir ver el sufrimiento reflejado en sus ojos. No era necesario mantenerlo allí solo por capricho, si más adelante necesitaba tener un esclavo lo invocaría, no era difícil. Alargando el brazo puso su mano la mano en su cabeza a la vez que le contestaba:

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Ghân: -"Si, estás muerto. Descansa en paz."

Y el orco se desvaneció. Después, aprovechando el parón, decidió reponer fuerzas y comer algo. Enseguida sus pensamientos se centraron en la elfa, intentando recordar su tono de voz, sus movimientos, su sonrisa, sus muestras de bondad con respecto a la niña, todo. Capturar esas imágenes, esos momentos, y guardarlos en su mente intactos para recuperarlos siempre que quisiera era lo que más le importaba en ese instante y fue entonces cuando se dio cuenta que ese recuerdo anulaba todos los demás que poseía y hacía que sus preocupaciones se desvaneciesen y que su alma se liberase de la oscuridad; lo purificaban. Esa sensación le urgió a levantarse y a continuar su camino incluso a sabiendas de que, por mucho que se afanara el grupo era imposible perderlo. No importaba, cuanto antes los localizara mejor. Se transformó de nuevo y emprendió la marcha en la dirección por donde había visto marchar al quinteto. Enseguida dio con ellos, llevaban un rumbo muy definido e iban a un destino en concreto. Era innecesario y peligroso sobrevolarlos continuamente así que se avanzó y decidió esperarlos en el lugar. Pronto lo encontró: un pequeño pueblo de la Marca. La Marca, el hogar de sus enemigos, de sus demonios. Fue entonces cuando se dio cuenta; estaba allí, en el corazón de su reino, donde ellos nacían y crecían preparándose para desplegar su maldad por el mundo. Sus plumas se le erizaron y se colocó en posición para elevarse cuando de nuevo le asaltó una imagen, la imagen. Se repetía una y otra vez aún sin pensar en ella, era Liedhel de Lórien. Si se marchaba jamás volvería a verla; tendría que volver al bosque de Druadan y ejercer de shaman de la tribu para siempre. Además se debía a la misión. ¿Misión? A quien importaba la misión. Aún sin admitirlo se había convertido en un objetivo secundario, su objetivo principal era otro y se estaba acercando junto a tres guerreros y una niña al pueblo en el cual se encontraba. Si, estaba cerca, ya la veía. No avanzaban, sus pasos parecían lentos y pesados; cortos. Tardaron una eternidad en llegar, o eso le pareció, pero, incluso en la lejanía podía apreciar la belleza de la elfa, su calidez, la gracia de movimientos y, sobretodo su aura; se notaba que su aura era poderosa y eso le subyugaba aún más. Pero, lo que más percibía era la bondad que desprendía y eso, aún sin el darse cuenta, restañaba las heridas espirituales del wose y era lo que realmente le atraía de ella. Fueron bien recibidos, normal, eran héroes. Enseguida los conducieron a la posada, lugar vedado para un wose, y desaparecieron de su vista. Las calles se vaciaron y se quedó solo, como siempre, y todo volvió a su mente. ¿Qué debía hacer? ¿Intentar avisar a la elfa del peligro potencial que habían introducido en Rohan?¿Continuar vigilando? No, esperar no era lo correcto. Tal vez después los acontecimientos se precipitaran y no tuviera tiempo de nada. Más valía prevenir además, eso le daba la opción de entablar conversación, aunque fuera indirectamente, con ella. Entonces se dio cuenta de que necesitaba saber más de ella: sus miedos, su pasado, sus fobias, todo. Tal vez así descubriera algún espíritu afín a ella y que le resultara familiar. Ese podría convertirse en el vehículo perfecto para conversar. No obstante sabía que para conseguir eso necesitaba afinar mucho con sus dotes adivinatorias, tal vez necesitara algo que le diera un fuerte lazo de unión con ella: un objeto personal, un mechón de su pelo, un trozo de su ropa, algo. Se maldijo a si mismo por no haber adiestrado un familiar, le sería muy útil en ese momento. Le podría mandar entrar en la taberna, escuchar de que hablaban y, de paso, hacerse con algo que le sirviera para su propósito. Mentalmente apuntó como pendiente el conseguirse un pequeño mamífero para adiestrarlo. También pensó en mandar a Kim, por lo menos para espiar. Su fiel tótem no estaba capacitado para otra cosa pero le daba miedo exponerlo en un lugar cerrado. Aunque invisible, su jabalí no era indetectable y, es espacios reducidos, alguien podría advertir su presencia, sobretodo la maga luna. Si, si pudiera conseguir algún objeto personal lo que pensaba era una opción factible. Sin embargo, algo le advertía que esa práctica podría volverse en su contra. De pronto recordó la voz oscura que horas antes había oído. Eso era lo que quería y, aunque sus intenciones no eran las mismas, no era conveniente arriesgar si no era imprescindible. Entonces se le ocurrió otra idea. ¿Por que no hablar directamente? Mostrarse no, esa opción quedaba descartada desde un principio, pero si avisarla de algún modo sin que ella le viese pero, para eso, necesitaba que estuviese sola. ¿Como lograría citarse con ella en solitario? Si pudiese mandarle un breve mensaje. De nuevo se maldijo por no poseer un familiar sin embargo, siempre podría recurrir a su fiel Kim. Si, eso haría, su tótem sería el encargado de conseguirle una cita. Solo con pensarlo Ghân se excitaba y se ponía nervioso a partes iguales pero hasta que no cayera la noche no podría ejecutar su plan: intentar entablar conversación con la elfa.

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Intenciones:

Supongo que es muy difícil escuchar lo que se cuece dentro de la posada pero, si es posible, de algún modo que no entrañe peligro, me gustaría escuchar lo máximo.

Esperar pacientemente a que caiga la noche.

Intentar coger a la elfa sola unos instantes y, entonces, dejar que vea a Kim( creo recordar que puedo mostrarlo a voluntad) y conseguir que lo siga. Yo me mantendría escondido en algún lugar cercano, lo suficiente para hablarle directamente sin que me vea. Si lo consigo y ella quiere verme, huiría de ella transformándome rápidamente en águila( estaría bien que ella solo comprendiese que ha estado hablando con el águila que los ha ayudado en la batalla anterior) Solo quiero a ella, si alguien más la sigue aborto el plan y buscaré otro modo.

Suponiendo que no consigo el objetivo, lo normal es que el trío duerma en una cama caliente esta noche, seguramente en la posada. Si ella duerme sola, tal vez con un viaje espiritual podría comunicarme con ella. Se supone que yo soy invisible, y podría presentarse la escena como si ella estuviese teniendo un sueño muy real.

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Ya sabes, más o menos, lo que le quiero comunicar. Tienes vía libre ya que estás leyendo a la perfección el personaje y sabrás como interpretarlo. Solo me gustaría, si todo sale más o menos bien, que recalcases que no se lo diga a nadie, sobretodo al rohirrim.

La verdad es que no tengo muchas esperanzas de conseguir el objetivo ya que, no se porque, intuyo que antes de anochecer va a ocurrir algo,jejeje.

Si algo no está bien, no es posible, o algo similar, házmelo saber(MSN o PM) y yo lo editaré con la corrección.

Finalmente, ahora me pongo con el N6 de Ghân. Ya he tirado los dados en el tema Creación de personajes y creo que me voy a 102 de Intuición. Que suerte. A ver que me preparas amigo.

TURNO 7

El shaman observó al grupo mientras entraba en la posada. Les habían recibido como auténticos héroes y la mayor parte de los aldeanos acabaron reunidos en el mismo edificio a medida que iba corriendo la voz de la llegada del pintoresco grupo. El lugar no era, por tanto, el más apropiado para que un águila se acercara y Ghân estuvo tentado de mandar a Kim. Finalmente desestimó esa opción por temor a que la maga luna detectase su presencia y se maldijo a sí mismo por no haber creado un familiar en todo ese tiempo.

Armado de paciencia, esperó a que anocheciera. La posada seguía siendo un hervidero de gente y por el ruido se diría que los lugareños y sus invitados cenaban y charlaban amigablemente. Ghân se imaginó a la bella elfa entre tantos rohirrim y deseo poder entrar a rescatarla de las garras de esos demonios montados. El wose estaba totalmente decidido a intentar comunicarse con ella de un modo u otro, pero deseaba advertir a Liedhel sobre el peligro que suponía la falsa niña.

Ghân tuvo tiempo de pensar distintas alternativas y en un momento dado elevó la vista al cielo estrellado. La visión de la luna hizo que varias plumas se erizasen. Prácticamente había desaparecido por completo, en dos noches más no habría luna y si su anciano maestro, el viejo chocho, estaba en lo cierto, la hechicera sería terriblemente poderosa por unas horas, más aún de lo que ya había podido comprobar.

Poco a poco, las luces fueron apagándose y la aldea, por fin, descansaba. Había llegado el momento de actuar. Se alejó un poco del pueblo dispuesto a asumir nuevamente su verdadera naturaleza. Al final creyó que la mejor opción sería hacer una visita espiritual para contactar con la elfa.

Ya en su forma de wose, comprendió que si le veían así, le darían muerte casi de inmediato. Nuevamente, sus dudas le atormetaron y pidió ayuda a Yavanna. No tuvo otra respuesta que un sepulcral silencio, roto, únicamente, por un aviso de su fiel Kim. Ghân no pudo creer su suerte, sin duda la Dadora había escuchado sus plegarias y había dado la respuesta que buscaba el shaman. Frente a sus ojos, la hermosa criatura de los bosques de Lorien, la bella Liedhel, abandonaba en solitario la posada y salía, según parecía, a dar un paseo por los alrededores. Ghân recordó alguna de las charlas de su mentor acerca de los elfos, concretamente sobre el hecho de que no tenían necesidad de dormir.

La elfa caminaba con paso grácil ante la atenta mirada de Ghân que, de un modo u otro, estaba como hipnotizado ante tal perfección. Escitado por llevar a cabo su deseo, envió a Kim con instrucciones de que la atrajera hacia su posición y mientras, él se escondió tras unas rocas cubiertas con arbustos.

Tiradas: Ghân (esconderse) = 116

La maga no podía descansar. Estaba absorta en sus propios pensamientos y se fue alejando de la aldea ajena a la presencia que se le aproximaba. Kim, el totem del shaman y protector de los suyos, sabía perfectamente qué hacer, aunque, pese a su naturaleza espiritual, quedó por un momento prendado ante la bella voz de la elfa, que cantaba alguna melodía élfica mientras paseaba. Sin dejarse encandilar provocó un sonido que hizo girarse a la elfa al tiempo que con un rápido movimiento sacaba su arco.

Frente a ella, a escasos metros, la elfa creyó distinguir la silueta de un animal, pero tenía cierto aspecto etéreo. La criatura se le quedó mirando unos segundos, para después dar media vuelta y caminar. Liedhel estaba extrañada, pero al tiempo le dominó la curiosidad, más aún cuando el animal etéreo se paró y volvió su cabeza hacia ella antes de volver a ponerse en marcha. Parecía esperarla y la elfa le siguió. La maga fue conducida a las afueras de la aldea, a una zona rocosa llena de arbustos y una vez allí, el animal desapareció de su vista. La elfa miró en todas direcciones, atenta a cualquier tipo de sorpresa.

Tiradas: Liedhel (percepción) = 89

Pero no vio nada. Ni su excelente visión le permitió ver nada. Estaba a punto de regresar por donde había venido cuando escuchó una voz grave.

Ghân: Espera, no te vayas por favor.

La elfa se giró sobresaltada e intentó ver de dónde prodecía aquella voz. Tenía un fuerte acento pero sonó muy clara.

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Liedhel: ¿Quién eres? Déjate ver.

Ghân: Tranquila, no debes temer. Quiero advertirte de algo.

El shaman estaba nervioso y excitado al mismo tiempo. La elfa dio varios pasos en su dirección cuando habló por segunda vez, pero Ghân no quería mostrarse, al menos no por el momento.

Ghân: No avances más, te lo ruego.

Incomprensiblemente para él, la elfa se detuvo y bajó la guardia. Miraba, a ningún sitio en particular, con una expresión de calma total, que llamó poderosamente la atención del wose. Su rostro poseía unos rasgos perfectos a los ojos de Ghân.

Liedhel: Habla. Te escucho.

Ghân: La niña a la que acompañáis...

Liedhel: ¿Cómo sabes...?

Ghân: Estáis en peligro. Es una farsa. Una maga disfrazada.

Liedhel: ¿Qué dices? ¿Una maga?

Ghân: Debes creerme, es una trampa y el cazador está con él.

Liedhel: Quiero ver quién eres.

La elfa se dirigió con paso firme al escondrijo del shaman y justo antes de que llegara, de entre los arbustos surgió un bello ejemplar de águila que elevó el vuelo ante la atónita mirada de Liedhel. Ghân se alejó volando llevando en su garra su bolsita de cuero. El pulso de Ghân latía a toda velocidad, había hablado con ella y algo le decía que le había escuchado con interés.

Por todos los Valar, qué ser tan hermoso y qué voz tan dulce tiene... De pronto Ghân maldijo para sus adentros cuando observó como la elfa miraba donde había estado escondido y recogía algo del suelo. Kim lo vio todo, Ghân, con las prisas había olvidado su cuchillo ritual.

Pasaron las horas y amaneció un nuevo día. El shaman había pasado una buena parte de la noche observando a Liedhel, que se había quedado entre las rocas y arbustos tras su encuentro con ella, pero finalmente se obligó a si mismo a retirarse y descansar dejando a la elfa con sus propias meditaciones. Ghân descansó de maravilla esa noche. Estaba ilusionado y convencido de haber hecho lo correcto. Algo le sacó de su sueño. Las campanas de la aldea tañían una y otra vez. Rápidamente, sobrevoló la zona y envió a Kim a averiguar qué pasaba. Pronto obtuvo respuesta.

La niña y la propia Liedhel no estaban, habían desaparecido...

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Off-rol:

Como verás, tus planes han salido casi a la perfección. Espero que te guste como he llevado la conversación... El detalle de "olvidar" el cuchillo lo he pensado en el último momento. Tal vez el propio Ghân lo haya dejado a propósito para que ella tuviera algo suyo... No sé, creo que le da un toque interesante a la

trama.

Lo de llevar tramas simultáneas en paralelo es algo complicado para hacer que todo encaje, pero de momento me estoy haciendo con ello.

Liedhel, sin duda, se habrá quedado con la mosca tras la oreja al ver el águila, sin duda, el mismo que

intervino en el combate. Pero su desaparición, así sin más, también debe mosquear lo suyo a Ghân, ¿no?

En fin, espero que te guste, ha sido un turno muy complicado para mí.

Por cierto, no he puesto las tiradas de transformación, como habrás podido observar. Como se supone que luego recuperarás eñ daño, no lo veo necesario. Sólo lo pondré, previo o posterior a combates o algo así...

(RESPUESTA GHÂN)

Deseaba que cayera la noche, lo anhelaba, lo necesitaba y, a la vez lo temía. Algo se estaba revolviendo en su alma, en su espíritu y sabía, por experiencia, que cada vez que eso sucedía, sus demonios interiores volvían con fuerzas renovadas. No obstante, cuando la imagen de la elfa se le venía a la memoria todas esas preocupaciones empezaban a perder importancia, a hacerse más pequeñas, a parecer simples tonterías hasta que, finalmente, desaparecían y solo la sonrisa de Liedhel llenaba todos y cada uno de los rincones de su ser.

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Por eso se abandonó a esas imágenes; no quería pensar más en cosas oscuras, en sus dudas, en su pasado y, entonces deseó que la cuenta de los años, para él, hubiese empezado justo en el momento que sus ojos observaron tal belleza. Deseó haber sido nada, un cascarón vacío, que hubiese tomado conciencia de su existencia solo cuando la dulce voz de Liedhel de Lórien inundó sus oídos. Desgraciadamente para él, nunca el deseo se había correspondido con la realidad y enseguida los temores intentaron asaltar la fortaleza que acababa de crear en su interior. Oía la voz oscura resonar en su mente, quería seducirle de nuevo, le instaba a usar sus habilidades para conseguir sus objetivos, le recordaba que con su poder sería capaz de cualquier cosa, solo tenía que usarlo, engañar, trabajar en la sombra, robar intimidad, recuerdos, averiguar flaquezas y usarlas en su beneficio. Bombardeaba una y otra vez, sin descanso, las murallas de su moralidad y estas se estremecían a cada impacto. El fragor de la batalla lo llenaba todo, su juicio se nublaba y sus sentidos se embotaban, parecía imposible resistir mucho más tan terrible carga. De pronto, algo cambió. Fue como si una ligera brisa empezase a soplar, cada vez con más fuerza, con más convicción, arrastrando el humo espeso que no le dejaba ver nada hasta que, un momento después, lo vio. Sus barreras defensivas estaban intactas, los muros de su fortaleza resistían el envite sin problemas y esa certeza le hizo más fuerte. El ataque cesó y, de nuevo, se encontró solo en su interior. ¿Solo? No, solo no. Alguien le había hecho costado en tan temible batalla, alguien que se había instalado en lo más profundo de su ser y calentaba su espíritu igual que una suave manta de lana, alguien luchaba por la salvación de su alma: una preciosa elfa de angelical sonrisa.

Estaba claro, no había otra forma. No debía usar sus poderes, no debía robar, por esos métodos, lo que solo se podía obtener de corazón. Entonces desechó presentarse a la elfa en su forma espiritual. Solo había una manera de hacer las cosas bien; debía conseguir un encuentro con ella y sabía como hacerlo: necesitaba que Liedhel se quedara un momento a solas, solo un momento, que sus compañeros se despistaran, algo. Así su fiel tótem podría intentar atraerla hacia él. Todo dependía de que se presentase la oportunidad. En su mente el plan era factible pero, ¿y en la realidad? Dependía de la suerte. Nunca los hados de la suerte habían sonreído a Ghân, y mientras recuperaba su forma natural, se encomendó a su protectora. Tal vez ella le escuchase.

>>>"Oh, Kementari Yavanna, escucha las suplicas de tu humilde hijo. Ven al rescate de la oveja negra de tu rebaño, haz que la suerte no le sea esquiva. El tiempo se le agota a este, tu servidor, la luna está a punto de emprender un nuevo ciclo, apenas en dos días nuestros enemigos serán más fuertes que nunca. No se si solo podré hacer frente a tanto poder. Por eso necesito avisar a quienes pueden ayudarme, necesito contactar con la elfa, haz que los astros se alineen a mi favor y que me concedan el tiempo que necesito para llevar a cabo mi plan. Oh Kementari Yavanna...."<<<

Y así fue. Incluso antes de terminar su ruego, Kim le avisó. Allí estaba ella, tan hermosa como siempre, de estilizada silueta, gráciles movimientos y una sonrisa que relucía más que Anar. Su corazón le dio un vuelco. Había llegado el momento, el momento por el cual había estado rezando apenas un minuto antes. Sus sentidos se aguzaron al máximo y en su cabeza empezaron a retumbar miles de tambores. Antes de perder totalmente los nervios envió un mensaje mental a su benefactora.

>>>"Gracias Yavanna"<<<

A partir de ahí fue fácil. El plan funcionó a la perfección y en breves minutos estaba hablando con Liedhel, escondido si, pero con su propia voz y a escasos metros de ella. Ghân temía la reacción de la elfa, estaba asustado ante la posibilidad de que esta, cuando oyera su voz áspera, ruda, grave, muy diferente a la suya, se marchara sin hacerle caso pero, no fue así sino más bien al contrario. Tranquila y sosegadamente Liedhel escuchó todo lo que el shaman quería comunicarle. Su increíble sentido del olfato se llenaba, a cada segundo que pasaba, a cada palabra que intercambiaban, de los embriagadores aromas que desprendía el cuerpo de aquel extraordinario ser. Ghân estaba haciendo un esfuerzo sobrehumano para mantener la serenidad, cada palabra le requería un esfuerzo titánico, su voluntad, fuerte como el mithril, aquella voluntad que le permitía doblegar a los espíritus a sus deseos, estaba alcanzando su límite.

Liedhel:-"Quiero ver quién eres."

Y fue entonces cuando se quebró. Quiso hablar pero las palabras no le salían. La elfa se acercaba, lo notaba, el aroma de aquel bello ser se multiplicaba a cada paso que daba, nublaba sus sentidos y amenazaba con apoderarse de él. ¿Por qué no podía mostrarse?¿Qué era aquello que frenaba sus deseos?¿Qué temía enseñar? Entonces se vio a si mismo contemplando las palmas de sus manos, aquellos vastos dedos, aquella piel áspera, y empezó a palparse todo el cuerpo; fue cuando lo comprendió. Nunca en su vida había visto otro ser que no fuera un wose, aparte de los malditos demonios montados y, por eso, nunca había flexionado sobre su aspecto. Pero ahora, ante la visión de aquel magnifico ejemplar, la cortina de la ignorancia se desvanecía como la niebla matutina al ser alcanzada por el sol. Era horrible, todos los woses lo eran pero, además, el tenía el alma llena de oscuridad, de sombras y eso, estaba seguro, no se le escaparía a la elfa. Sus preciosos ojos penetrarían hasta lo más profundo de su ser y lo contemplarían tal y como era; un ser corrupto, lleno de odio y que había cometido actos en su vida que solo con nombrarlos horrorizaban. Tenía que huir, no había otra opción. Nervioso ante la posibilidad de ser descubierto empezó su transformación, no había tiempo que perder. Justo cuando la elfa estaba a punto de llegar, Ghân se elevó, y toda su majestuosidad se recortó en el despejado cielo estrellado de la Marca. Ya estaba, el peligro había pasado, su identidad estaba a salvo, sus plumas le proporcionaban el disfraz adecuado; no había de que preocuparse. Su agitación disminuyó y empezó a ser sustituida por la cantarina voz que hacía solo unos momentos había estado intercambiando palabras con él. Se sentía seguro con ese aspecto; más puro, más limpio, más libre y no le daba miedo acercarse a ella. Giró cola y se dirigió hacia el lugar donde, solo unos instantes antes, había estado platicando. Entonces lo vio; la elfa acababa de recoger su daga ceremonial, Ghân se la había olvidado. Se maldijo a si mismo por su torpeza y, mentalmente, intentó recordar en que momento la había cogido de su bolsita de cuero. No lograba situar el instante. ¿Como era eso posible?¿Para que la había sacado si no la necesitaba para nada?

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Mientras esa duda reconcomía al shaman este vio como Liedhel se la guardaba con cuidado, incluso con delicadeza, en el interior de sus ropas. Eso le calmó e intentó reflexionar sobre ello. Una luz se iluminó en su mente y la satisfacción, junto con la ilusión, recorrió todo su ser. Liedhel tenía algo suyo y se lo había guardado con sumo cuidado, como si lo apreciara y temiera perderlo. Si, era como un regalo y ella lo había aceptado con gratitud. No sabía en que momento lo había dejado allí pero estaba seguro que era para ella y que quería que ella lo tuviera. Además, con la aceptación de dicho presente, había establecido un vínculo mucho más fuerte con la elfa de lo que, en un principio, hubiese podido imaginar. Había creado un nexo de unión con ella. Esa idea llenó todo el cuerpo del shaman de una creciente alegría.

A partir de ese momento, la noche se hizo corta. El shaman se pasó gran parte de ella observando a Liedhel, que se había quedado en el lugar a meditar sobre lo que le había ocurrido. No se lo podía creer, toda la suerte que los hados le habían negado hasta ese momento se había dado cita esa noche para compensarlo. Una y otra vez se acercaba y se alejaba de ella, desde todos los ángulos, para contemplarla en todo su esplendor y, así, poder guardarla en su mente lo más fidedignamente posible. Finalmente, pasadas unas horas, el mismo se marchó a descansar. No quería robarle a la elfa ni un segundo más de su intimidad y más, si había decidido actuar con corrección. Por primera vez en muchos, muchos años, Ghân se fue a dormir sin miedo de ser asaltado en la noche por las oscuras pesadillas que siempre le atenazaban; estaba relajado, estaba tranquilo, contento, feliz,..... hasta que algo le despertó.

Las campanas de la aldea tañían con fuerza, como presagiando algo funesto. Un desagradable presentimiento recorrió todo su cuerpo y una terrible angustia llenó su corazón, sustituyendo lo que tan solo segundos antes habían sido un torrente de agradables sensaciones. Sin perder un segundo se elevó y recorrió la zona. Lo primero que vio lo sobresaltó: Liedhel no estaba. Enseguida le envió un mensaje mental a su tótem y le mandó directamente hacia la taberna para averiguar lo que pasaba en su interior y si la elfa estaba allí. No sabía porque pero conocía la respuesta. Como un relámpago sobrevoló toda la aldea sin resultado: nada, ni un indicio de ella y, lo que era más inquietante, tampoco de la niña maga. La angustia fue apoderándose de él y la felicidad que la noche anterior atesorase en su interior se fue evaporando. Tomó tierra de nuevo, justo en el lugar donde horas antes había descansado la elfa, y volvió a su forma natural a la espera de que su fiel Kim le trajera respuestas. De pronto la oyó de nuevo: aquella oscura y poderosa voz reinició su ataque con la fuerza de mil dragones.

Ghân perverso:-"Maldito estúpido, no aprenderás nunca. Te lo dije, siempre te lo digo y te advierto pero tú, necio, nunca haces caso. Ella se ha ido, ¿pero que creías, iluso? ¿Crees que la corrección es el camino para conseguir lo que deseas? Sigue así y verás lo que logras. Ilusiones, fantasía, sueños, nada. Ella se ha ido, se ha ido, a huido de tu lado. No quiere nada de ti¿Quien va a quererlo? Ella se a ido, se a ido y te a dejado solo, como siempre."

Algo se resquebrajó en su interior. Fue un sonido sordo, seco, atronador. Aquella muralla defensiva que tan poderosa se mostrase hacia solo unas horas empezaba a ceder como un castillo de naipes mecido por la brisa. El shaman notó que algo crecía en su interior. Al principio no era más que un simple punto en medio de su alma pero este empezó a ensancharse rápidamente a medida que la voz le bombardeaba sin piedad. Segundo tras segundo se agrandaba inexorablemente amenazando con conquistar hasta el rincón más profundo de su ser. Ghân empezó a sentir una ansiedad descomunal, una angustia que no le permitía respirar y que crecía y crecía a medida que lo hacia la mancha. Algo lo estaba ahogando desde dentro, le privaba del aire; tenía que expulsarlo, que deshacerse de él o estaría perdido. La tensión de su cuerpo había alcanzado su cenit, estaba a punto de estallar cuando el rastro de un aroma conocido llegó a su nariz. Incluso después de un tiempo, el dulce aroma de la elfa continuaba allí y de nuevo, su férrea voluntad ganó.

Ghân:-"¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡Vete de mi interior!!!!!!!!!"

Con un desgarrador grito, procedente de lo más profundo de su alma, el shaman liberó la presión. Desde cada uno de los poros de su piel brotó un estallido de luz descomunal, el estallido de una supernova. Rendido, las fuerzas le abandonaron y se desplomó. No supo el tiempo que estuvo inconsciente pero no debió de ser mucho pues, cuando su fiel tótem lo despertó a base de suaves y húmedos lametones y continuos empellones con su hocico, las campanas del pueblo aún tañían. Ghân se aferró al lomo de Kim y se incorporó. Poco a poco fue recuperando las fuerzas, más, más y más. De pronto se sintió mejor, muchísimo mejor. No sabía exactamente que pasaba pero notaba que el poder fluía en su interior con más libertad que nunca. Miró a su alrededor y no vio nada hasta que se fijó en los ojos de su fiel amigo. Este lo miraba con sincera devoción, como siempre, pero también con una mezcla de orgullo, admiración y ¿temor? No, eran imaginaciones suyas, eso era imposible. No sabía muy bien porque pero el shaman se sentía más poderoso que nunca. La soberbia le invadía y, en esos momentos, hubiese jurado que era intocable.

No tuvo tiempo de recrearse mucho más en las nuevas sensaciones que invadían su cuerpo, algo pasaba en la aldea y debía averiguarlo. Sin embargo, aún sin admitirlo, había otra cosa que le preocupaba mucho más: había perdido el rastro de la maga y, sobretodo, de la elfa. Ghân se puso manos a la obra. Primero preguntó a Kim con la mirada que era lo que había averiguado y después, sacando de su bolsita de cuero sus huesecillos, se dirigió justo al lugar donde, horas antes, había estado la elfa meditando. Solo tenía un pensamiento en la cabeza: descubrir donde estaba Liedhel. Si su desaparición y la de la maga estaban relacionadas, aquel extraordinario ser que se había aliado con él para salvar su corrupta alma estaba en serio peligro. Si, por la razón que fuese, le ocurriese algo Ghân no podría perdonárselo jamás. Había sido él el que había insistido en contarle a la elfa la verdad sobre la supuesta niña y eso , visto ahora con frialdad, la había puesto en grave peligro. Si perdía a Liedhel tambien su espíritu estaría perdido para siempre.

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Intenciones:

Primero de todo, una pregunta. Supongo que si no has comentado nada es que no veo nada raro en mi vuelo por encima de la aldea, o sea, que nos estén atacando o algo similar. Si fuera así todo lo que estoy intentando llevar a cabo tendría que ser anulado.

Lo dicho, a ver que a averiguado Kim sobre lo que haya podido suceder.

Si el tótem no deja claro lo que le ha pasado a la elfa, continuaría con los huesecillos. La pregunta es fácil: ¿Que le ha sucedido a Liedhel desde el momento en que me he retirado a dormir y este mismo momento? Si la cosa no acaba de resultar también puedo concentrarme en mi cuchillo. Supongo que con el vínculo creado, será relativamente sencillo rastrearlo.

Todo esto se llevaría con la máxima discreción posible, pensando en que estoy en soledad y en vistas de que continúe estándolo, y siempre dejando a Kim de vigilante mientras uso mis dotes. Si acaso me sorprenden o algo similar, no tengo ningún problema en usar cualquiera de los hechizos de alerta de la lista de trances. De todos modos creo que con Kim al lado tampoco es muy probable.

Después de eso, averiguado todo lo posible, me vuelvo águila y me poso en la taberna de la aldea para ver los movimientos de quien haya por allí( léase compañeros de Liedhel, el cazador o similares) Después de recopilar toda la información posible en todos los campos señalados ya decidiría aunque, para que tengas más amplitud de maniobra mis prioridades son: Liedhel, la maga, el cazador y los compañeros de la elfa. Por supuesto si Liedhel está en peligro, ignorando mi propia integridad, me lanzo a por quien sea. Incluso si la cosa se pusiese difícil y mi forma de águila no sirviese (yo que se, enfrentamiento mágico con la maga, por ejemplo) no me importaría mostrarme como soy pero solo en caso de extrema necesidad y siempre para ayudar a la elfa.

Espero que te haya gustado la manera que he tenido de representar la adquisición de la nueva lista de hechizos de Ghân( Sendas de la Luz ) y también el hecho que se ha convertido en alguien más poderoso al subir de nivel. No se, como ya te comenté en privado no tenía muy claro como justificaría esa lista de hechizos para Ghân por eso he querido introducir un aspecto oscuro en dicho proceso. Es como si, aún tratándose de luz, esta hubiese nacido( tal vez) de la parte oscura del alma de Ghân. Así sí lo veo más coherente. Por cierto lo del estallido de luz lo he asociado con el hechizo "Luz repentina" de esa lista y lo de sentirse intocable con "Aura verdadera", también de esa lista.

Nada más, ahora solo queda esperar el siguiente regalo que vas ha hacerme, en forma de otro magnifico turno, y decidir el próximo paso a dar dependiendo de la información sacada.

TURNO 8

La noticia de la desaparición de Liedhel afectó sobremanera al shaman. Desde que la viera por primera vez antes del encuentro con los orcos, no había podido sacarla de su mente, pero tampoco deseaba hacerlo. Jamás olvidaría el momento en que consiguió hablar con ella, pero su misteriosa desaparición era lo más importante en ese instante.

Su fiel totem trató de averiguar todo lo posible en la aldea, sin demasiado éxito. Los aldeanos sospechaban que, por alguna extraña razón, la elfa se había llevado a la niña consigo, pero Ghân sabía perfectamente que eso era del todo imposible. Varios hombres comenzaron a buscar algún tipo de rastro o pista. Entre ellos, el cazador que, acampañado por el rohirrim que viajaba con Liedhel, comenzó a rastrear los alrededores de la posada. Por su parte, el corpulento humano que se lanzó frenéticamente contra los orcos, abandonó la aldea por su cuenta y se dirigió al lugar donde Ghân habló con la maga. El shaman le observaba desde el aire y por un momento creyó ver cómo aquel hombre también miraba hacia el cielo. El hombretón buscó por la zona y en un momento dado se ocultó tras unos arbustos. Lo que el shaman vio en se momento le recordó a si mismo. El humano se despojó de sus ropas y su cuerpo comenzó a transformarse. Finalmente, de entre los arbustos surgió un gigantesco ejemplar de oso. Un oso, tal y como sus dotes adivinatorias le indicaran no hacía demasiado tiempo. Seguramente se trataba de él.

El oso husmeó a conciencia los alrededores mientras que en el poblado el cazador afirmaba haber encontrado un rastro de la elfa bajo la ventana que ocupara la pequeña. El revuelo y los comentarios fueron en aumento y todos los lugareños volvieron a la posada y comenzaron una nueva reunión.

Había llegado el momento de actuar. El águila buscó un sitio adecuado para posarse y recuperar su forma wose. Más que nunca, necesitaba confiar en el don que la Dadora le había otorgado. Pensó de nuevo en la elfa y en el cuchillo que quizás olvidara para ella y que Liedhel recogió y guardó con tanto cuidado, pero no se olvidó de la maga luna, también desaparecida. Algo le decía que estarían juntas o al menos cerca una de la otra. Sin perder un minuto, sacó sus huesecillos y recordó las palabras del viejo chocho...

Viejo chocho: Recuerda Ghân que lo más importante es la pregunta. Concéntrate en la pregunta.

Sus palabras resonaron varias veces en su mente y el shaman se concentró en la pregunta que estaba a punto de formular.

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¿Qué le ha sucedido a Liedhel desde el momento en que me he retirado a dormir y este mismo momento? - Y Ghân lanzó sus huesecillos...

Tiradas: Ghân (Adivinación) = 158

Liedhel se aleja del lugar en dirección a la posada. Acaricia el cuchillo y camina con paso firme y seguro, pero se detiene frente a la posada. Mira atrás y eleva la vista al cielo. Se queda así unos instantes. Algo le saca de sus pensamientos. Hay alguien. Una persecución. Se alejan de la aldea. Al sur. ¡La niña! Hay un enfrentamiento entre dos grandes fuerzas. Liedhel ha perdido...

El miedo atenazó a Ghân. Una sensación de impotencia afloró y se olvidó por completo de su misión y de su cometido. Sin prestar atención siquiera a que estaba en su forma natural, recogió sus cosas y corrió en dirección sur. Un wose corriendo por el interior de la Marca, pero poco importaba eso ahora. Sabía dónde buscar y no tardó mucho en dar con ella. A pocas millas al sur de la aldea, en medio de las bastas llanuras de Rohan, descubrió el cuerpo de Liedhel. Estaba prácticamente desnuda y sin duda herida, o peor. Ghân rezó con todas sus fuerzas mientras se acercaba a su cuerpo y se detuvo frente a la bella elfa, inmóvil. Justo a su lado, vio unos restos que le resultaron familiares: otro capullo. La maga luna había vuelto a transformarse...

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Off-rol:

Bueno, no estoy demasiado satisfecho con el turno, pero la situación de la partida no es muy favorable... Pero creo haberla resuelto, al menos de momento.

A lo que vamos: Como verás, en la adivinación he dado más detalles que de costumbre (cuando Liedhel acaricia el cuchillo por ejemplo). Es de suponer que Ghân está bastante sugestionado y "ve lo que desea ver"

Me he saltado algunas cosas de tu turno, porque considero que Ghân da más importancia a Liedhel que todo lo demás. Al usar adivinación, y "ver" la derrota de Liedhel, incluso se corta su visión y supongo que correr en su busca era la reacción más lógica.

La situación de Ghân junto a la elfa creo que dará mucho juego y las posibilidades son infinitas. Creo que

tienes grandes opciones para este turno. Es todo tuyo. Espero que te haya gustado...

(RESPUESTA GHÂN)

Ghân estaba nervioso, miles de malos augurios vagaban por su mente aún sin tener muy claro el porque pero, cada tañido de campana retumbaba en sus oídos como un canto de muerte. Ni siquiera la sensación de sentirse, indudablemente, más poderoso le servía para aliviar la angustia que recorría su cuerpo. Cuando su fiel Kim llegó a su lado con la información recabada en la taberna enseguida comprendió que algo no cuadraba. No era posible que la elfa se hubiese llevado a la niña, por lo menos no después de su encuentro y de la información que le había dado. Además estaba el hecho, aún más insólito, de que el cazador y amante de la falsa niña, estuviese ayudando en las labores de rastreo. Eso no significaba que no estuviese interpretando una farsa pero a Ghân le extrañaba que se hubiesen separado. Inquieto por todo lo que pasaba el shaman adoptó su forma animal y se fue directo a la posada a observar, con sus propios ojos, todo lo que allí acontecía. Efectivamente Kim tenía razón en todo lo que le había contado. Parecía que las desapariciones habían causado un gran revuelo y que la desorganización se había apoderado del lugar. Todos intentaban encontrar respuestas por sus propios medios incluso el hombretón que el día anterior había hecho toda una demostración de fuerza ante los orcos. Este, se alejó del bullicio y, como atraído por una fuerza invisible, fue directo al lugar donde horas antes Ghân había tenido su encuentro con Liedhel. Había sido una suerte abandonar el lugar momentos antes ya que al wose no le hacía ninguna gracia encontrarse con semejante ser. De pronto, algo en la actitud del gigante le sorprendió. Este se escondió tras unos arbustos y, después de unos momentos apareció de ellos un oso. Increíble, aquel ser tenía unas habilidades parecidas a las suyas. Era curioso comprobar como dos seres aparentemente tan distintos, en todas las facetas, como él y el corpulento hombretón, pudieran compartir una cualidad tan especial. Intrigado por la razón de tal cambio Ghân observó un poco más. De pronto lo vio claro, al igual que él, aquel individuo intentaba aprovechar las ventajas de su forma animal. Dejando que el hombre/oso continuase con sus investigaciones Ghân volvió a la posada. Allí, las palabras del cazador, que afirmaba haber encontrado el rastro de la elfa debajo de la ventana de la niña causaron gran revuelo. Estaba claro que este solo quería sembrar más confusión si cabía y, por lo que se veía, lo había logrado. Rápidamente todos los allí presentes se encerraron de nuevo en la posada seguramente, para deliberar sobre los siguientes pasos a dar. Entonces fue cuando Ghân lo vio claro, había llegado el momento de actuar, de usar sus habilidades y de descubrir lo que había pasado. Algo oprimía con fuerza el corazón del wose, no sabía que pero su gran intuición le prevenía sobre un gran desastre. Rezando para que la elfa no fuera la fuente de tales pesares el shaman buscó un lugar discreto, se transformó y, sin esperar ni un segundo más, sacó los huesecillos de la pequeña bolsa de cuero. No necesitó pensar que era exactamente lo que quería saber, la pregunta salió desde lo más profundo de su corazón. Solo precisaba una cosa: averiguar que había sucedido con Liedhel, nada más importaba. Los huesecillos rodaron por el suelo y, sin ni siquiera llegar a parar del todo, un torrente de imágenes bombardeó su mente. Desde luego el vínculo que se había creado entre el wose y la elfa era muy fuerte; Ghân nunca había sentido sus poderes sensoriales tan afinados y veía a la elfa con claridad: como acariciaba el

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cuchillo con delicadeza mientras se dirigía a la posada, como miraba al cielo sumida en sus pensamientos y, después como se daba cuenta de que alguien la estaba observando. A partir de ese momento los acontecimientos se precipitaron y a medida que estos le eran mostrados a Ghân una sensación angustiosa se apoderaba de su ser. Su concentración se tambaleó y el enfocar con nitidez las imágenes se convirtió en una difícil tarea: una persecución en dirección sur entremezclada con inconexas imágenes de la niña y, después un enfrentamiento entre dos grandes fuerzas. El resultado……

Un agudo dolor recorrió el cuerpo y el espíritu de Ghân, fue como si una gran fuerza golpease los aguzados sentidos del shaman y, entonces, la visión se cortó. Dolor, dolor físico pero, sobretodo dolor espiritual. Una gran pesar se apodero del voluminoso cuerpo del wose que desconcertado y aturdido miró a su alrededor. Kim lo observaba preocupado y entonces el miedo lo embargó. Pero no era por su propia integridad por lo que temía sino por las imagenes que sus dotes le habían mostrado. Poco a poco fue recuperando la movilidad y el sentido de la realidad y entonces Ghân se sintió impotente. Lo había visto todo, sin embargo no había podido hacer nada. Lo intentó: primero pidió ayuda a los espíritus que lo rodeaban, después al ver que no daba resultado el mismo quiso entrar en batalla pero ni sus nuevos poderes ni sus habilidades sirvieron para nada. El solo era un espectador pasivo, un mero observador en la distancia y en el tiempo, y tuvo que contemplar en primera persona como Liedhel, la elfa que inundaba de luz su oscura alma, sucumbía ante su rival. Entonces reaccionó. Tal vez aún había tiempo y sin perder ni un segundo más, recogió sus escasas pertenencias y se dirigió al último lugar que le había mostrado la visión. Corría, corría como si todos sus demonios le estuvieran persiguiendo, corría como si su vida dependiera de ello, corría como si eso fuese lo único importante. La misión perdía su significado si Ghân perdía a la elfa. Si, por unos instantes, hacía solo unas horas antes, el wose había pensado que, por primera vez en la vida, estaba haciendo lo correcto, y que valía la pena tener un objetivo. Eso le había servido para conocer a Liedhel y a su vez, esta había despertado en él sentimientos que nunca antes había tenido, sentimientos que podían luchar en igualad de condiciones con las viejas emociones que siempre le acompañaban: el odio, la ira y el rencor. Incluso había llegado a pensar que sus nuevas aliadas podían salir victoriosas en su continua lucha interior. Pero ahora, a medida que avanzaba en busca de lo único que le importaba notaba como la salvación de su alma pendía de un hilo. Había sido él, no dejaba de repetírselo, el que con sus palabras, con sus ansias por contactar con la elfa, con la información que le había otorgado, quien había puesto en serio peligro a la muchacha. ¿Por qué no había controlado sus impulsos?¿Por qué no había dejado que el escudo de la ignorancia la siguiese protegiendo? Había sido un necio, un torpe y un inepto al pensar que la maga luna no se daría cuenta de todo. Si, ese había sido su error más grande. Había subestimado a un enemigo aún a sabiendas que este era muy poderoso y eso le podía haber costado muy caro.¿Por qué no había tenido en cuenta el hecho de que la maga podía estar espiando los movimientos de sus acompañantes? Y ahora, si eso era cierto, indudablemente Ghân había sido descubierto por ella y su arma más efectiva, la sorpresa, se había desvanecido, igual que su anonimato. Sin embargo todo eso carecía de importancia, ni tan siquiera le importaba el estar corriendo a pecho descubierto por los dominios de los malditos demonios montados y solo una cosa ocupaba la cabeza del wose, Liedhel. Y allí, en medio de las llanuras de Rohan, en una tierra maldita para él y los suyos, la encontró. Allí, en medio de la Marca, su lastimado corazón se resquebrajó. Allí, en el último lugar de Endor en el que se hubiese querido encontrar, aquel cuerpo perfecto, aquella silueta estilizada y armoniosa, aquella sonrisa resplandeciente había sido mancillada.

>>>“Yavanna, mi protectora, apiádate una vez más de este, tu pobre siervo y permite que este bello ser viva. Se que puedes, una vez lo hiciste, me salvaste a mi que no valía nada, no dejes que esta inocente criatura muera. Desvía tu gracia hacia ella y prívame a mí de tu beneplácito. Si perece, yo pereceré irremisiblemente, no de cuerpo pero si de espíritu. Me convertiré en un espectro, en una criatura sin alma, en uno de esos seres etéreos que controlo gracias a los dones que me ofreciste. Escúchame, si me privas de lo único que ha conseguido hacerme sentir realmente vivo después de tantos años, abandonaré tu causa, ¿me oyes? No puedes hacerme esto, yo estoy cumpliendo con tus deseos, te estoy sirviendo con vehemencia, no puedes negarme esto, ahora no. Si ella vive redoblaré mis esfuerzos, convertiré a todos tus enemigos en mis enemigos, lucharé con más ímpetu si cabe, no dejaré con vida a ningún ser que se oponga a ti o atente contra tus designios pero si no me concedes lo que te pido, se que estaré perdido. Mi alma, mi espíritu, mi corazón, todo se oscurecerá y todo lo que has intentado recuperar en mi desaparecerá junto con las esperanzas y objetivos que te habías trazado. No creas que te estoy amenazando, o créelo, me da lo mismo. Solo te estoy diciendo la verdad y tu lo sabes.”

Superado por la escena que sus ojos contemplaban el shaman se arrodilló, sin fuerzas, al lado de la bella elfa, el ser que había calentado su largamente helado corazón. Cuando de pronto vio lo que tenía a su lado, un capullo abierto. Y entonces se dio cuenta de lo que había pasado, la maga luna se había transformado de nuevo pero, ¿en que? Un escalofrío recorrió su cuerpo, ¿podría ser que…?

Pero era imposible pensar, era inútil intentar concentrarse en otra cosa que no fuera Liedhel. Asustado por lo que veía el shaman se preocupó por, fuese lo que fuese, lo que había causado tales estragos en la elfa. Con suavidad, y con un terrible miedo atenazándole el corazón, Ghân posó su tosca mano en el desnudo cuerpo de Liedhel mientras, con ella, intentaba encontrar indicios de que esta estuviese viva. Necesitaba encontrarlos, necesitaba saber que su corazón aún latía, que sus pulmones aún conservaban fuerza suficiente como para purificar el aire, que aún había una posibilidad. Y, a la espera de que sus esperanzas se confirmasen o desvaneciesen el shaman gritó, con una voz procedente de lo más profundo de su ser, a los vientos que azotaban las extensas llanuras de la Marca, lo que a partir de entonces sería su único objetivo:

Ghân:-"Ohhh, gran madre de los Kelvar, ohh, Kementari Yavanna, juro por lo más sagrado de mi pueblo, la antiquísima y venerada Piedra Colorante, aquella que hizo brotar de mi interior mi espiral identificativa, que no descansaré hasta haber destruido por completo a la maga luna, aunque sea lo último que haga y aunque en mi empeño tenga que entregar lo poco de humano que queda en mi ser. Y ten por seguro que lo lograré, con tu bendición o sin ella."

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Intenciones:(Aquí te dejo unas cuantas referencias de lo que quiero hacer, pero claro, hasta que no sepa si Liedhel está viva o no, no puedo decantarme por ningún extremo y eso hace realmente difícil postear correctamente)

Intentar averiguar si está viva o muerta con las habilidades que tengo a mi alcance.

Si está viva, ver que es lo que tiene. Si las heridas son físicas, habilidad diagnostico(lástima de no haber potenciado esa habilidad) o espirituales, que también puede ser.

Alejarla de la inmensidad de las llanura de la Marca e intentar encontrar un lugar discreto, que sea difícil localizarnos.

Meterme en faena para curarla. Si las heridas son físicas primeros y segundos auxilios. Si son espirituales, pues no se si alguna de mis listas valdrá para algo así que, tu mismo.

Si resulta que nada de lo que está a mi alcance es válido para ayudarla pues intentar buscar alguna hierba que lo sea.(forrajear, si es posible) Como Aragorn con Frodo con la "hoja de reyes."

¡¡Vaya desastre de turno!! pero es que hace tres días que le pego vueltas al tema y no hay manera. Como te comenté por PM necesito saber más cosas para avanzar y si no las tengo pues como que no puedo hacer nada.

Por lo menos, de momento, creo que he logrado plasmar los sentimientos del wose y adecuarlos a la situación. Sea cual sea el resultado( si Liedhel está viva o muerta) tendrán validez aunque, siempre se pueden amplificar en caso de que el desenlace fuese lo más negativo posible.

Y ya está. Supongo que comprenderás que si no se si la elfa está viva o no pues no se como reaccionar. Si está muerta hay mucho de que hablar,( las ideas son infinitas, como tu comentabas) si está viva también. Lo único que de momento puedo hacer es intentar curarla, en caso de que sea posible.

Si está viva y la recupero con mis dotes pues lo normal es que me vea, no me importa, no puedo hacer nada más, he de curarla.

Tengo muchas cosas en la cabeza( Ghân las tiene) pero no era el momento de introducirlas. Por ejemplo, me preocupa el cambio de la maga luna. ¿En que se ha transformado? Tengo ideas, la principal es que se ha transformado en Liedhel. Lo cual hace preguntarme:¿es esa Liedhel que tengo delante la Liedhel real? Lo que pasa es que ahora no es importante, más lo es salvarla. Sea quien sea, Ghân, en estos momentos no puede pensar con claridad.

Más adelante, en caso de que este viva y quieras avanzar en la trama: ¿tiene esa Liedhel el cuchillo que deje caer? es un buen indicador de su verdadera personalidad. También puedo recurrir al "percibir poder" pero lo que quiero dejar claro es que hasta que la elfa no se habrá recuperado( si lo hace claro) Ghân no puede pensar esas cosas. Eso si, después si.

Lo dicho: posibilidad infinitas, van de un extremo a otro pero, según mi punto de vista, todo depende del estado de la elfa así que, creo que he de esperar para vaciar todos mis sentimientos. Así que lo mejor es esperar. De todos modos te he dejado escrito en el turno lo que será la línea de acción en los próximos turnos: acabar, cueste lo que cueste, con la maga luna, y ya sin preocuparme por mi anonimato, integridad o moralidad de mis actos: el fin, para Ghân, justifica los medios, en este caso.

Finalmente, si tu me vas dando respuestas a mis dudas, ya sea en forma de PM o turnos pequeños, que sepas que intentaré dar la replica a todos ellos.

Nada más, un saludo, suerte y cuidate!!!

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2-D: UNA FAMILIA EN PELIGRO TURNO 1 (Gelekar y Lothriel)

Antes de retirarse a descansar, Gelekar habló con Lothriel y le comentó lo que creyó oir decir al rey Theoden cuando susurró a uno de los hombres que estaba a su lado.

La humana meditó sobre ello, pero no dijo nada, y ambos comieron algo y luego les condujeron a sus aposentos.

Al día siguiente, temprano, les despertó un hombre.

Hombre de Edoras: El rey Theoden solicita vuestra presencia. Comed algo si lo deseáis y os conduciré ante su majestad.

Apenas acababa de amanecer, pero Theoden parecía tener prisa por volver a hablar con ellos. Tomaron un cuenco de leche y se apresuraron a ir nuevamente al palacio. EL rostro del rey demostraba preocupación.

Rey Theoden: Buen día. Confio en que habréis descansado, extranjeros. Quiero deciros que podéis permanecer en Edoras el tiempo que consideréis oportuno, pero... - Hizo una breve pausa y continuó - He pensado en vuestras palabras y, aunque sigo pensando que es imposible que un grupo de orcos se ateva a entrar en Rohan, no me perdonaría estar equivocado y no hacer nada. Decís que buscan una niña pequeña. Mi hermana tiene una hija y su marido, según creo, está fuera en estos momentos. Mi hermana en estos momentos está con sus hijos en la cercana aldea de Valle Bajo visitando a unos parientes. Voy a pedir que vayan a por ella y la lleven de vuelta a su hogar, y también he mandado un mensajero para que busque a su marido. Tal vez os suene extraña mi petición, pero puesto que habéis sido vosotros los portadores de la noticia, me atrevo a pediros que acompañéis a uno de mis hombres a buscar a mi hermana. Y bien, ¿qué decís?

Sin apenas vacilar, la joven Lothriel dio un paso al frente y habló tras hacer una ligera reverencia.

Lothriel: Majestad, he hecho un largo viaje para alertar a vuestro pueblo, y si puedo serviros de ayuda contad conmigo.

Luego volvió a inclinarse y retrocedió hasta ponerse a la altura del elfo al que miró por un momento a los ojos como pidiendo apoyo.

Rey Theoden: Gracias muchacha, sin duda eres muy valiente. No esperaba menos de vosotros. Elfo, ¿tu qué dices?

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Off-rol:

Arty, supongo que Gelekar dirá que si, pero he preferido que seas tú quien lo decida. En cualquier, caso si accedes os dejarán un tiempo para organizaros y ofrecerán provisiones y todo lo que creáis necesario. Lo digo por que completes tu turno con esto si quieres.

Espero de verdad que Aluph aparezca pronto aunque lleva casi un mes sin dar señales de vida...

(RESPUESTA GELEKAR)

Luego de hablar con el Rey y de explicar sus conclusiones a Lothriel, Gelekar decidió ir a descansar, ya que se encontraba muy agotado. Por su condición de elfo el sueño no le venía rápido, y dadas las circunstancias en las que se encontraba un gran desvelo lo atacaba esa noche, obligándolo a estar en vigilia una vez más.

Acostado en la cama, que él encontraba muy cómoda; tal vez porque lo era o porque los últimos días había dormido en tierra, pasto y lodo; su cabeza estaba llena de pensamientos que no podía expulsar. Se sentía decepcionado por la respuesta del Rey. Esperaba que fuese un poco más precavido o que escuchara la noticia que ellos le traían con más atención. Su hospitalidad y maneras eran impecables, pero no quitaban el hecho de que había tomado muy a la ligera la novedad que ellos traían.

A pesar de todo, ya no dependía ni de él ni de la humana. Habían hecho todo lo posible para llegar a Rohan, y su misión terminaba aqui. Ya era hora de volver a Rivendel y continuar que su oficio y sus estudios. Un viaje como ese ya era una aventura suficiente, como para tener que encima preocuparse por un reino tan lejano a donde el vivía. Respecto a Lothriel, su camino ya estaba separado del suyo, y ella podría ir donde quisiera. Luego de unos momentos, el elfo cerró sus ojos y durmió.

Al otro día, Gelekar se encontraba más tranquilo y de mejor humor. Era una hermosa mañana para viajar, y ahorraría mucho camino. El Rey había solicitado su presencia, para despedirlos suponía el elfo, pero la razón era otra; algo completamente diferente. Al parecer, Theoden había reflexionado sobre su decisión y la había cambiado. Por un lado, Gelekar estaba aliviado de que el Rey tomara medidas al respecto. Theoden temía que su sobrina corriera peligro, y también creía que un ataque a Rohan podría ser posible. Lo que preocupó a Gelekar de todo esto, es que el Rey quería que ¡ellos fueran a buscar a su hermana y a sus sobrinos a la aldea cercana en la que se encontraban!

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Gelekar le iba a pedir más tiempo para pensarlo, cuando de improvisto Lothriel hizo una reverencia y aceptó la misión. El elfo quedó un poco desconcertado por esto, pero como él no podía demostrar cobardía ni quería ofender al Rey, aceptó . En lo profundo, también lo hizo para acompañar a la humana, de la que todavía se sentía "guardián". Luego, no podía creer que se había metido en otro lío, y ya a esta altura deseaba volver a su hogar.

Theoden les dio un tiempo para juntar todas las provisiones que creyeran necesarias, para partir más tarde. Gelekar por su parte fue a la armería a comprar algunas flechas para su arco. Luego, fue a la herboristería y adquirió un par de hierbas curativas, que nunca estaban de más. Como todavía le sobraba tiempo antes de la partida, recorrió los alrededores de Edoras buscando alguna hierba o yuyo que le pudieran ser útil, tanto para la misión como para sus estudios. Después de un par de horas, ya estaba listo para viajar hacia la pequeña aldea de Valle Bajo junto con Lothriel y los hombres del Rey.

TURNO 2

Gelekar aún se preguntaba por qué había aceptado la oferta del rey Theoden, mientras caminaba por las calles de Edoras. Su decisión fue sin duda precipitada al ver la rapidez y entusiasmo con que Lothriel había contestado, pero de todas formas, y aunque echaba de menos Rivendel, aquello parecía algo importante.

La famosa hospitalidad de Edoras se hizo notar enseguida. Su visita a la armería a por flechas y a la herboristería se saldó con solamente cinco piezas de plata. El animista colocó las flechas junto al resto hasta completar su carcaj y luego guardó los dos akbutege que acababa de adquirir.

Off-rol: El akbutege recupera 1d10 puntos de vida por ingestión.

Por su parte Lothriel se retiró para prepararse para la partida. Serían tres los viajeros: la joven Lothriel, Gelekar el elfo de Rivendel y un hombre de Rohan. Parecía un grupo reducido, pero debería ser más que suficiente.

El elfo no tardó demasiado en preparar su mula y antes de emprender el viaje decidió que sería una buena ocasión para buscar alguna hierba por los alrededores así que dejó la ciudad y comenzó la búsqueda.

Tiradas: Gelekar (Forrajear) = 155 (éxito) Gelekar (Conocimiento de hierbas) = 114 (éxito)

Gelekar se alegró mucho de su descubrimiento. Un nogal de ukur no muy lejos de Edoras. Los habitantes de Rohan ya habían recogido sus frutos, pero en cualquier caso pudo hacerse con los restos hasta completar catorce nueces ukur. Este pequeño fruto seco era muy apreciado ya que bastaba una simple nuez para cubrir las necesidades de comida de todo un día. El animista guardó las nueces pensando que su descubriemiento podía ser algo premonitorio del viaje que le esperaba.

Llegó la hora de partir. El propio Theoden les despidió deseando suerte a cada uno de los tres personalmente.

Edoras dominaba el acceso al Valle Sagrado, el cañón más importante en las Montañas Blancas centrales y septentrionales. El río Nevado bajaba por este estrecho valle, deslizándose por una empinada garganta de más de medio centenar de kiómetros de longitud, y pasaba por las aldeas de Valle Bajo y Nevado alto, antes de llegara Edoras y a las llanuras de Rohan.

En la boca del valle, los escarpados riscos que lo encerraban se encuentraban separados por unos cuatro kilómetros, pero el valle se estrechaba según se adentraba en las montañas, en dirección sur. A la altura de Valle Bajo la anchura del valle era sólo de 750 metros.

El camino de Sagrario, que discurría al sur de Edoras, recorrìa unos siete kilómetros y medio de terreno abrupto antes de llegar a la aldea de Nevado Alto, Upburnan para los habitantes de Rohan. Sobre un saliente montañoso se acomodaba una serie de casas largas de madera y una posada de piedra, colgadas sobre el impetuoso Nevado. Un camino adoquinado se abría paso por la aldea continuando en dirección a Valle Bajo, siguiendo un estrecho risco.

Valle Bajo se encuentraba siete kilómetros y medio al sur de Nevado Alto. Ambas aldeas tenían un tamaño y forma parecidos, pero Valle Bajo es algo más pequeña, y ocupaba una serie de jardines en forma de terrazas.

Justo al sur de Valle Bajo, una senda serpenteante se separaba del camino y bajaba hasta un vado del río Nevado. Tras cruzar el vado, la senda ascendía hasta la Puerta de Aldor, otra garganta de la que caía una gran cascada que originaba un pequeño afluente que se unía al Nevado justo en la aldea de Valle Bajo.

Sin duda el camino hasta Valle Bajo había sido hermoso.

Rohir: Hemos llegado. Aquí debería estar Theodwyn con sus hijos. Creo que lo mejor será escoltarles a su hogar por las montañas. Tardaremos más, pero creo que será menos peligroso.

El compañero de Gelekar y Lothriel apenas había hablado durante el viaje. Ahora se encontraban a unos doscientos metros de la aldea y antes de continuar la marcha volvió a hablar, mientras señalaba con su dedo al

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sur.

Rohir: Ese camino que ahí sube por un escarpado risco. En las alturas se encuentra la antigua fortaleza de Sagrario. Hacía tiempo que no venía por aquí. Vamos, busquemos a Theodwyn.

(RESPUESTA GELEKAR)

El Noldor estaba ya preparado para viajar. Su búsqueda de hierbas útiles en los alrededores había sido muy productiva. Había conseguido 14 nueces ukur, que seguramente le serían muy útiles en el viaje. También había comprado un par de hierbas más, por las dudas. Cuando todo estuvo listo, Lothriel y él partieron, acompañados por un rohirrim.

El viaje fue tranquilo y el grupo se mantuvo en silencio la mayor parte de este. Sólo Gelekar y la humana intercambiaban un par de palabras de vez en cuando, pero el soldado no habló en todo el viaje. Estos momentos de tranquilidad le dieron la oportunidad al Noldor de observar el paisaje detenidamente. Él nunca perdía la oportunidad de apreciar la geografía de lugares extranjeros, y esta era particularmente hermosa.

Llegaron a Valle Bajo sin problemas, y tampoco llegaron cansados. El pueblo era pequeño, y la única construcción imponente en ese lugar era la gran y ya antigua fortaleza de Sagrario. El rohirrim dijo algunas palabras respecto a esta, y luego propuso que buscaran a Theodwyn.

Las calles del pueblito se veían con gente de aqui para alla, haciendo diligencias o charlando, entre otras cosas. Al parecer el soldado no sabía en que lugar estaba parando la hermana del Rey ( de hecho, Gelekar observaba con bastante desdén al rohirrim sin poder contener su soberbia de Noldor, pensando que hasta ahora no había sido de ninguna utilidad ), asi que el elfo decidió preguntarle a un aldeano. El pueblo era pequeño, y alli seguramente todos se conocerían. Además, la presencia de la hermana del Rey no debía pasar desapercibida en una aldea como esa.

Disculpe dama - dijo Gelekar muy ceremoniosamente - Venimos de parte del Rey Theoden a buscar a su hermana Theodwyn y a sus hijos. ¿ Podría usted informarnos en donde se encuentran ellos ?

(RESPUESTA LOTHRIEL)

Sonrió abiertamente ante la pregunta que el hermoso elfo hizo la campesina. Durante el viaje, silencioso y tranquilo, la joven había empezado a tener ligeros remordimientos por haber “obligado” a Gelekar a acompañarla en su “viaje”. Simplemente ligeros ya que su educación y adiestramientos no le permitían espacio para algo más...

Ahora, al comprobar como durante el trayecto el bello ser había disfrutado del paisaje, de la vegetación y de todo cuanto le rodeaba se sentía orgullosa de habérselo propuesto... “Al menos verá mundo, conocerá a mas gente, aprenderá y... Por fin yo podré llevar a buen puerto la misión...”

Ella también estaba disfrutando enormemente. Durante la noche anterior a la partida se había sumido en oscuros recuerdos. No lograba encontrar ninguna imagen que no fuera la de estar encerrada en aquella oscura y fría habitación. No recordaba haber tenido la oportunidad de sentir como ahora el sol acariciando su piel y el viento azotando su cara libremente sin nadie que le recordara interminables listas de pociones e ingredientes, modales y costumbres... Sin que nadie la adiestrara en el manejo de sus armas... No recordaba que nadie la tratara con aquella amabilidad, con aquel tacto, con aquel respeto,...

Negó fuertemente con la cabeza para que todo quedara enterrado en lo más profundo de su mente y volvió a sonreír. Pronto todo llegaría a su fin y con él quizás su ansiada libertad...

Y fue con aquella clara expresión de felicidad que tras la respuesta de la supuesta dama, la joven se colgó del brazo del su amigo, al que lamentablemente le estaba cogiendo aprecio, y se dirigieron hacía el lugar que les indicaron.

“Gelekar... Me gustaría que durante el tiempo que aún permanezcamos juntos me enseñaras a distinguir plantas, que me explicaras su utilidad y sus beneficios... Esta es una ocasión única para mi. Tu eres sabio y diestro y yo siempre he sido una persona ávida en adquirir conocimientos... Los tuyos me pueden resultar tremendamente útiles en caso de necesidad... Cuando de nuevo vuelva a estar sola... ¿Lo harás? ¿Serás mi tutor, mi maestro?” –comentó alegremente la joven que colgada de su brazo caminaba dando pequeños saltitos y le hacia carantoñas...

(RESPUESTA EAMONN)

Desde siempre le había gustado a Eamonn recorrer Rohan de un lado para otro. Es un enamorado de su tierra, aunque desde que entró al servicio directo del rey Theodem, no había tenido mucho tiempo para viajar. Esta nueva tarea era una estupenda oportunidad para disfrutar de un excelente paisaje.

La compañía no era la idónea, una niña que cree haber oído algo en contra de Rohan a muchos kilómetros de aquí y un Noldor que la proteje. Sí que es extraño, pero en fin, si realmente es algo que se puede volver en contra de Rohan y el rey ve esa posibilidad, pues no hay más que hablar.

Ya estamos llegando al pueblo donde vive Theodwyn y así se lo hago saber a mis compañeros. El bullicio de gente de un lado para otro despista a Eamonn que no recuerda bien la casa de la hermana del rey y el noldor

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no tarda en tomar la inicativa. Se hace valer la fama de los de su raza, pero el rohir ya está acostumbrado a tratar con muchos tipos de gente desde que vive en Edoras, así que en principio ningún problema.

TURNO 3

El apacible, e incluso agradable, viaje hasta Valle Bajo había llegado a su fin. Esa pequeña aldea entre las montañas no era el verdadero hogar de Theodwyn, el rey Theoden ya les comentó que estaba allí visitando a unos parientes. El objetivo de la pequeña comitiva era encontrarla y llevarla, junto a sus hijos, hasta Alburg, su verdadero hogar, donde estaría a salvo de cualquier posible peligro junto a su marido Eomund. Eomund era un excelente guerrero y el Mariscal de la Marca en el Folde Este.

Haciendo gala del orgullo de los de su raza, Gelekar se dirigió muy ceremoniosamente a una aldeana de Valle Bajo.

Gelekar: Disculpe dama. Venimos de parte del Rey Theoden a buscar a su hermana, Theodwyn y a sus hijos. ¿Podría usted informarnos en donde se encuentran?

La mujer quedó un tanto sorprendida al ver un Noldor allí, en una humilde aldea muy lejos de cualquier asentamiento elfo. Lothriel observó divertida la escena mientras que Eamonn simplemente esperó la respuesta. La mujer vio que un guerrero de Edoras iba con él y respondió.

Aldeana: Eh, si. Si, están aquí. Imagino que estarán con sus familiares. A ver, si, es esa casa de allí.

Agradeciendo la información, se dirigieron al lugar indicado. La joven Lothriel se acercó alegre a Gelekar y le cogió del brazo mientras caminaban.

Lothriel: Gelekar... Me gustaría que durante el tiempo que aún permanezcamos juntos me enseñaras a distinguir plantas, que me explicaras su utilidad y sus beneficios... Esta es una ocasión única para mi. Tu eres sabio y diestro y yo siempre he sido una persona ávida en adquirir conocimientos... Los tuyos me pueden resultar tremendamente útiles en caso de necesidad... Cuando de nuevo vuelva a estar sola... ¿Lo harás? ¿Serás mi tutor, mi maestro?

El animista, una vez más se sorprendió con la actitud de la humana.

Aporvechando que sus compañeros de viaje hablaban entre ellos, esta vez fue Eamonn quien se adelantó y golpeó con los nudillos la puerta de la casa indicada. Abrió un hombre anciano que, al ver a Eamonn, un soldado de Edoras, les hizo pasar enseguida.

El rohirrim explicó que venían de parte del mismísimo rey Theoden y que debían conducir a Theodwyn y sus hijos hasta Alburg. Prefirió no mencionar nada de Angmar ni de las advertencias de la extranjera. No valía la pena alarmar innecesariamente.

El anciano, antiguamente soldado en Edoras, avisó a Theodwyn. La hermana del rey bajó acompañada de una niña de unos siete años y escuchó los deseos de Theoden.

Theodwyn: Imagino que no me explicaréis sus motivos así que tampoco yo preguntaré nada, al menos por ahora. Tenía pensado regresar en un par de días y no me importa adelantar un poco el viaje. Eowyn, ve a buscar a tu hermano y venid los dos. Corre, ve.

La niña no dejó de mirar a Gelekar ni un instante desde que bajó con su madre. Nunca había visto un elfo hasta entonces, pero obedientemente la pequeña salió corriendo para ir en busca de su hermano.

Entonces Theodwyn cambió un poco la expresión de su rostro.

Theodwyn: Decidme, ¿es que le ha ocurrido algo a mi marido? ¿Por qué es tan importante mi regreso y por qué la escolta?

(RESPUESTA EAMONN)

- No, señora a su marido no le ocurre nada. Nuestra misión es simplemente de escolta. El Rey Theodem simplemente nos ha informado de que lo que desea es protección de los miembros de su familia, no sabemos más. El motivo de nuestra llegada ahora es porque el rey no sabía exactamente el día que usted tenía planeado volverse, así que, en principio no tenemos prisa por acompañarla en su camino, aunque otros asuntos requieren nuestra atención después, esto es más importante.

(RESPUESTA LOTHRIEL)

El rostro de la joven se mostró sereno al ver a la mujer y a la niña. La amplia sonrisa y sus ademanes amables y correctos no variaron un ápice. Su interior en cambio, era puro hielo, tan solo su corazón bombeaba a ritmo acelerado al encontrarse con su objetivo delante. Recordaba una a una las indicaciones que recibiera, no podía permitirse fallo alguno en su actuación... El castigo por ello sería la muerte, la suya...

Observó detenidamente los ademanes, el rostro, las manos,... su voz. Necesitaba todos los datos posibles que pudiera captar a simple vista, para irla ampliando durante el camino de regreso hacia Alburg, el hogar de la dama... La información era poder, y el poder pronto estaría en sus manos...

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Una vez conseguido su objetivo y viendo la reacción de la pequeña, se acercó suavemente al Noldor para comentarle...

“Creo que tienes una admiradora más que añadir a tu lista... Aunque esta es algo más joven...” –acabó con un susurro la muchacha.

Sin dejar de sonreír se acercó a la Theodwyn y ofreciéndole sus manos a modo de saludo, adelantándose unos pasos, se dirigió a ella con voz suave.

-“Os saludo hermana del rey. Nada malo le ha ocurrido a vuestro esposo, al menos que nosotros sepamos... tal y como ha dicho este... “soldado” a las órdenes de su hermano...” -dijo la joven girando su rostro sonriente al hombre que los había acompañado hasta allí y haciéndole un leve gesto con la cabeza. No sabía su nombre ya que durante el trayecto permaneció hosco y callado.

-“ Tan solo venimos para asegurarnos de que su regreso sea inmediato y tranquilo. Mi nombre es Lothriel y restaré a su servicio, para lo que usted necesite hasta que lleguemos a su hogar, de vuelta a casa con los suyos...” ...” –acabó la joven haciendo una sutil y graciosa reverencia a la mujer.

La joven desprendió sus manos de las de la mujer y dio unos pasos hacia atrás para volver a quedar a la misma altura que Gelekar. Sin perder su jovialidad, le hizo un gesto con la cabeza para que se adelantara también y se presentara ante ella.

(RESPUESTA GELEKAR)

Encontraron muy rápido la casa de Theodwyn gracias a las indicaciones de la aldeana. El elfo le agradeció a esta por la ayuda y se dirigieron a la morada de la hermana del Rey.

Mientras iban en camino, Lothriel (con su típico entusiasmo) tomó a Gelekar del brazo y le preguntó si él podía enseñarle sus conocimientos sobre la fauna y la flora. El elfo primero se mostró un poco reacio ante la pregunta de la humana. Los Noldor no acostumbraban a difundir sus ancestrales conocimientos de la naturaleza a cualquiera, ni siquiera a algunos de su misma raza.

El Noldor iba a quedarse en silencio, pero al observar los ojos de la humana, esos hermosos ojos que lo habían enternecido más de una vez y que lo habían convencido a acompañarla en todo su viaje, una vez más lo hicieron cambiar de idea:

-Más adelante veremos-se limitó a responder.

Algo le pondría enseñar, total no dañaría a nadie ni usaría sus enseñanzas para hacer nada malo; había demostrado ser una niña buena y noble.

El soldado de Rohan se les adelantó y tocó la puerta de la casa de Theodwyn. Fueron recibidos por un anciano que los hizo pasar de inmediato, y allí la conocieron a ella y a su hija. Eran las dos muy hermosas y muy parecidas. La niña quedó sorprendida al verlo, probablemente sería la primera vez que podía observar la belleza de los Noldor en persona.

El rohirrim habló, y lo hizo de forma concisa y adecuada; Gelekar creyó que no había más que agregar. Lothriel hizo un comentario al elfo en voz baja, y este no pudo evitar sonreír ante el halago de la humana. De repente y precipitadamente (como siempre) esta se presentó ante la niña y su madre y con un gesto invitó a Gelekar a hacerlo también. El elfo pensaba presentarse más adelante, pero ya que se daba la situación se levantó y habló:

Me presento ante usted Noble Señora, soy Gelekar, elfo Noldor proveniente de Rivendel. Estoy aqui para ayudar en esta misión que nos ha encargado el Rey Theoden.

Luego de su presentación, el elfo pensó que sería bueno partir lo antes posible, y se lo comunicó por lo bajo a Eamonn, esperando su respuesta.

(RESPUESTA EAMONN)

Escucho lo que dice primero la niña y luego el elfo y comento:

- No sé si me he presentado antes, soy Eamonn hijo de Therwine, soldado de la guardia de Edoras. Lothriel y Gelekar me acompañan en la misión.

Hago una pausa para mirar alrededor y sigo:

- Señora, la esperaremos fuera mientras usted se prepara para partir, no queremos ser molestia.

(RESPUESTA LOTHRIEL)

¿Ser una molestia, ellos? ¿Esperarlas fuera? Aquélla sugerencia no gustó a la joven. Ella deseaba quedarse dentro para poder captar mejor los detalles y la esencia de aquellos seres a los que había de custodiar pero... Con una sonrisa de medio disgusto y suspirando accedió a la petición. No era el momento de crearse algún enemigo...

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“Si lo crees necesario, Eamonn... Saldremos, aunque no veo razón alguna para no continuar en el interior cómodamente sentados. La mujeres no tendemos a empaquetar con rapidez nuestros enseres...” ...” –contestó la joven sonriendo al militar y esperó a que el bello elfo de oscuros cabellos y hermosos ojos grises, hiciera los honores y saliera también con ellos.

Sus grandes ojos lo miraron y sonriendo le susurró... -“Espero que ese...”más adelante”, sea real. Me encantaría aprender de ti...”Tras lo cual se dirigió a la puerta y esperó...

(RESPUESTA GELEKAR)

Eamonn propuso que esperaran afuera hasta que la hermana del Rey y su hija estuvieran listas. En unos minutos se encontraban todos afuera.

Lothriel expresó su disgusto al tener que salir de la cabaña, pero como estaba quejándose demasiado Gelekar le dirigió una mirada seria de represalia, a la que la joven respondió haciendo alusión a la conversación anterior:

-“Espero que ese...”más adelante”, sea real. Me encantaría aprender de ti...”

El elfo le respondió de una manera más concisa, ya que la humana insistía con el tema:

Prometo que si toda esta misión sale bien y terminan tus problemas podrás quedarte unos días en Rivendel y me podrás acompañar en mi trabajo, pero no pidas más. Luego de todo esto cada uno deberá tomar su propio camino.

Las palabras de Gelekar fueron duras, pero el Noldor sentía que era necesario dejar en claro que al final de todo debían separarse.

(RESPUESTA EAMONN)

Parece que con la mirada del noldor demuestra estar de acuerdo con esperar fuera de la casa. Una vez en la puerta me dirijo a Lothriel:

Chica, no dudes de la hospitalidad de esta gente. Es mejor esperarles fuera de la casa para que puedan preparar el viaje más rápido y nosotros partiremos antes.

Ahora me dirijo a los dos:

¿Preferís vostros esperar en la postada de ahí de la esquina? Yo me quedaré aquí tal y como le he dicho a la señora Theodwyn.

El rohirrim, después de oír las respuestas de sus compañeros, se dirige a un pozo que hay cerca y se dispone a rellenar su cantimplora. Desde ahí se ve la puerta de la casa de la hermana de Theodem. Es un momento idóneo para comer algo. Un poco de queso y el pan que traía preparados serán suficiente.

Al poco tiempo de espera, un chico de unos 6 años que correteaba por las calles se acerca a Eamonn y se le queda delante mirando la armadura con cara de fascinación. La sonrisa amigable del rohirrim le da valor al crío para preguntar:

Chico: ¿Eres de la guardia de Edoras?

Eamonn: Sí, así es. ¿Cómo un chico de tu edad conoce las diferencias entre las armaduras y los símbolos?

Chico: De mayor quiero ser Eorlinga.

El chico hace un gesto con la mano como si blandiera una espada, lo que hace a Eamonn soltar una pequeña carcajada y acercarse, pone una mano en la cabeza al chaval y le dice:

Eamonn: Los mejores guerreros no se miden por la habilidad con las armas, sino por esto...

A la vez que dice "esto", Eamonn le da un pequeño coscorrón el cabeza al crío, que le mira tremendamente extrañado. Unos segundos después se oye la voz de una mujer y el crío se aleja corriendo. El guerrero queda con una sonrisa de oreja a oreja pensando en cómo era él con esa edad

TURNO 4

La idea de salir de la casa no agradó a Lothriel, de igual manera que tampoco pareció contentar a Theodwyn el hecho de tener que marcharse con tanta prisa. Y escoltados. Eamonn y Gelekar fueron los primeros en dejar la estancia y salir a la calle. La joven guerrera echó un último vistazo antes de hacer lo propio, pero algo la detuvo.

Theodwyn: Disculpa.

Lothriel se giró sin saber con certeza si era a ella a quien iba dirigida esa palabra.

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Theodwyn: Sin duda, todo esto es muy extraño y sé que no habéis contado todo. Sin embargo, si es la voluntad de mi hermano os acompañaré. Pero te quiero pedir algo. Aunque eres joven, como mujer entenderás lo que te voy a decir. Mis hijos son lo más importante en mi vida, al igual que mi marido, y espero, no, confío en que estarás a su lado durante el viaje si ocurre algo. Yo no pienso separarme de ellos ni un instante, ¿entiendes?

Las palabras de la mujer salieron a trompicones de sus labios, como si quisiera decir muchas cosas en poco tiempo.

Theodwyn: Una cosa más, mi hija ha salido a buscar a su hermano. Si los ves, por favor hazles entrar cuanto antes, aunque no estiendo por qué hay tanta prisa... Tu mirada me da tranquilidad, gracias por escucharme.

Dicho esto, la rohirrim dio media vuelta y comenzó a subir las escaleras.

Eamonn, Gelekar y ahora Lothriel esperaron fuera. El ambiente por las pequeñas calles de Valle Bajo era muy vivo. La aldea, pese a su reducido tamaño, parecía estar llena de vida. Hombres, mujeres y niños llenaban todos sus rincones. Al parecer, únicamente los tres recién llegados no tenían nada que hacer, al menos por ahora.

El rohirrim recordó cuando era pequeño con una breve pero divertida conversación con un muchacho de la aldea. Tan impetuoso y decidido como el propio Eamonn cuando éste tenía su edad...

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Off-rol:

Siento este turno tan corto (y un tanto cutre), pero es un momento de transición y el próximo ya será más interesante...

(RESPUESTA LOTHRIEL)

Ante las duras palabras y severa mirada del Noldor , el rostro de la joven se ensombreció. Cabizbaja empezó a dirigirse hacia el exterior...

Su primera intención fue la de apoyar su espalda contra la pared en silencio, esperando a que las damas acabaran sus quehaceres y pudieran emprender el viaje...

La mente de la joven, mientras daba aquellos cuatro pasos, se puso rápidamente en marcha. No obstante un "Disculpa..." le hizo volver su rostro hacia la hermana del rey. Al principio no supo si era a ella a quien se dirigía pero pronto la forma de expresarse le confirmó que si, era a "ella"...

El nerviosismo de la mujer, la fluidez y la rapidez de sus palabras, provocó en la joven un ligero aturdimiento. Asombrada y con la sorpresa reflejada en su rostro salió al exterior dando la sensación de que estuviera flotando en una nube. Una sonrisa idiota acababa adornando aquella expresión.

“Es increíble pero cierto... Todo parece estar saliendo a pedir de boca... Jamás hubiera imaginado que sería tan fácil... Es fantástico... No me lo puedo creer... Confía en mi sin conocerme... En mi...” –la joven se fue tras sus compañeros sin percatarse de ello y se situó junto al pozo distraídamente...

Las palabras de Eamonn la sacaron de su perplejidad. Sacudió la cabeza y suavizó las facciones de su rostro y disminuyó su sonrisa sin llegar a perderla para contestar...

“No se que hará mi mentor...” –dijo sonriendo y guiñándole un ojo al bello elfo. “... pero yo me quedaré aquí. La dama desea que me haga cargo de sus hijos en cuanto aparezcan ya que la pequeña ha ido a buscar a su hermano. Confía en mi. Si lo deseáis podéis acercaros vosotros y traerme algo a mí, si ello no os supone ningún problema... Realmente tengo sed y algo de hambre... No fui muy previsora y la verdad que con mis escasas pertenencias, de nada me hubiera servido serlo...” –adujo la joven poniendo cara de pena y enrojeciéndose su rostro levemente.

Su cabeza bajó levemente y su vista restó mirándose las puntas de sus botas viejas, sucias y gastadas. Aquel gesto le permitió ocultar su rostro ahora frío y tenso, pensativo... Su mente maquinaba mil acciones, cientos de posibilidades y decenas de...

La aparición de aquel niño le hizo cambiar drásticamente de actitud y de posición para volver a ser la dinámica, jovial y cariñosa joven. Observó atentamente la escena y la aparición en la cara del soldado, de aquella sonrisa de oreja a oreja al recordar su niñez le provocó un pinchazo en el cuerpo, tensándose al instante al evocar la suya propia...

(RESPUESTA EAMONN)

Al oír las palabras de la joven, le ofrezco un poco de agua de la cantimplora y de comida de lo que yo he traído y le comento:

Toma, come un poco de esto, yo he traído de más y el viaje no es tan largo.

También le ofrezco un poco al elfo, aunque lo más probable es que él sí que haya traído cosas.

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Después del episodio simpático con el crío junto al pozo, parece que el grupo se relaja un poco y yo me suelto ya en las palabras:

Bueno, Lotrhiel, ¿de dónde vienes?

(RESPUESTA LOTHRIEL)

Agradeció con un leve gesto de su cabeza el ofrecimiento de comida y bebida que el soldado le hacía. De sus labios salió un suave "Gracias..." para después coger aire, alejar de su mente escenas de su escabrosa y dura infancia y poder continuar hablando tranquilamente, contestando a la pregunta del hombre...

-"Nací en Kolash-Drok un pequeño pueblecito fronterizo entre Angmar y Arthedain... Soy guerrera como tu, llevo desde los seis años conviviendo con mi cimitarra, aunque quizás no sea tan diestra como tu... ¿Y tu de donde eres?"

No es que a la joven le interesada saber de aquel muchacho nada en particular, pero no era momento de despreciar a nadie ni de ser descortés. Lo miró atentamente a los ojos con una amplia sonrisa en el suyo correspondiendo así al estado de felicidad que parecía tener Eamonn, al tiempo que por el rabillo del ojo vigilaba la posible aparición de la niña junto a su hermanito... ¿Donde se habrían metido? ¿Porque tardaban tanto?

Al mismo tiempo observaba al hermoso Noldor. No había dicho absolutamente nada desde que abandonaran la casa y aquella actitud le sorprendía mucho...

(RESPUESTA EAMONN)

La sonrisa de la niña también anima al rihirrim, parece que el resto del viaje va a ser más entretenido de lo que pareció por la primera etapa. Me sorprende mucho cuando Lothriel me dice que es guerrera, aunque no me esperaba menos por sus comentarios y su indumentaria.

No te preocupes, con el tiempo llegarás a ser una gran guerrera. Yo nací en Aldburg, pero he vivido desde muy pequeño en Edoras. Y mi vocación siempre ha sido ser guerrero.

El elfo ha estado un poco callado, así que ahora me dirijo a él:

Y tú, Gelekar, ¿porqué no nos cuentas algo de tu vida?

(RESPUESTA GELEKAR)

Luego de que se retiraron de la casa de Theodwyn el elfo noldor se limitó a quedarse parado junto a la puerta, esperando a que la hermana del Rey estuviera lista. Grande fue su sorpresa cuando Lothriel mantuvo unas palabras con ella, pero luego se enteró que era porque quería que cuidara de sus niños.

Pasó un tiempo sin hacer nada, mientras que Lothriel y Eamonn entablaban una conversación. "Típico de los humanos, pensó Gelekar, casi no se conocen y hablan como si fueran amigos de todo la vida". Él prefirió quedarse callado, además de que no tenía muchas ganas de hablar.

De repente escuchó la voz de Eamonn. Este le preguntaba sobre su vida. Gelekar se acercó un poco a ellos, y decidió responder por cortesía:

Nací en los Puertos Grises. Gran parte de mi vida transcurrió en Lorien, pero actualmente me encuentro en Rivendel utilizando mis conocimientos de las plantas, de los animales y también de la magia curativa para ayudar a los viajeros que por allí pasan

El elfo no dijo mucho, pero decidió que ya había hablado suficiente. Se encontraba muy taciturno e intranquilo. No sabía bien por que, pero algo le decía que no todo sería tan fácil como hasta ahora. Se encontraba no sólo a cargo de Lothriel, sino también de la seguridad de la hermana del Rey y sus hijos. El noldor esperaba que esa vez sus instintos lo traicionaran, porque si eran verdaderos, algo sucedería, y él no sabía si estaría listo para afrontarlo.

Miró hacía el sol para tratar de disipar los pensamientos pesimistas que atacaban su mente. Recordó Rivendel, sus plantas, sus animales, y pensó que pronto estaría allí de nuevo, rodeado de su gente y en su hogar. Con esta idea todavía presente, el elfo siguió esperando hasta que Theodwyn pudiera partir.

TURNO 5

A Gelekar no le agradaba la idea de hablar por hablar, pero su educación no le permitía permanecer en silencio si se le preguntaba directamente. Muy a su pesar contestó, aunque escuetamente, la pregunta de Eamonn. Por su parte, Lothriel estaba a la conversación pero de reojo observaba la posible llegada de la niña con su hermano.

La tensión entre el rohirrim y el noldor parecía ir en aumento con el tiempo y la joven agradeció por un momento ver aparecer a la pequeña Eowyn acompañada por un muchacho de unos 11 años que corrían por las calles de la aldea en dirección a la casa donde les esperaba su madre. Lothriel se les acercó y tras presentarse, les acompañó al interior. Ahora mismo su principal objetivo era permanecer junto a ellos y evitar que nadie

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desde fuera se les acercara hasta que llegaran a Aldburg. Theodwyn mandó a sus hijos arriba para que prepararan sus cosas. Saldrían enseguida. Cuando se marcharon, habló con la joven humana.

Theodwyn: Por favor, quédate un momento con los niños, quiero salir a hablar con los hombres para que no digan nada delante de los chicos.

Lothriel asintió y la hermana del rey de Rohan abandonó la casa.

Fuera, Eamonn y Gelekar permanecían en silencio a la espera de que salieran de la casa y comenzara su viaje. El animista comenzaba a añorar su hogar y se preguntaba qué es lo que hacía él allí. Por si hacerse cargo de la joven Lothriel no había sido más que suficiente, ahora se le unía una madre y dos niños pequeños. Por su parte, Eamonn estaba contento. El mismísimo rey Theoden había confiado en él y le había otorgado la misión de custodiar a su familia. Era un honor y cumpliría con su deber aún a riesgo de su propia vida. Eamonn se irguió al ver salir a Theodwyn, que sin perder un instante les habló de nuevo.

Theodwyn: Sé que algo está ocurriendo, pero quiero volver a pediros que delante de los niños no comentéis nada que pueda hacerles sufrir. Bajaran pronto y nos iremos cuando gustéis.

Poco después, salió Lothriel acompañada de los pequeños, a los que su madre presentó, más formalmente, como Eomer y Eowyn. Eamonn propuso que el viaje lo realizaran a pie. Sería algo más lento, pero podrían avanzar por las montañas para evitar el terreno abierto. En cualquier caso no mencionó nada de posibles emboscadas ni nada por el estilo, aunque quedó bastante claro el motivo para los adultos del grupo.

Los niños estaban entusiasmados. Para ellos sería como una excursión como las que en ocasiones hacían con su padre por diversos puntos de la Marca.

Tiradas: Eamonn (Conocimientos de la región) = 122 (éxito)

Eamonn, gran conocedor del reino de Rohan comentó al resto las diferentes alternativas para el viaje.

Atravesando las Montañas Blancas por la fortaleza de Sagrario se podría llegar incluso a Gondor, pasando, eso sí, por las Sendas de los Muertos, un lugar hechizado . Éste sería el camino, seguramente, menos peligroso en cuanto a encuentros no deseados, pero también el más largo y tal vez peligroso si las historias de las Sendas de los Muertos eran ciertas. El hecho de ir con niños no parecía demasiado favorable.

Otra opción era atravesar un estrecho desfiladero que unía el valle del Bajo con otro valle, el del torrente Craegstrem, en medio de la Montañas Blancas y donde se encontraba el llamado Recinto del Malabarista. Esta opción sería quizás el camino más directo a través de las montañas.

Aún había dos posibilidades más. La primera era retroceder el camino andado y regresar a Edoras para, desde allí acudir a Aldburg por el camino que unía ambas ciudades. Esa era la opción más rápida, pero suponía caminar a campo descubierto. La otra posibilidad sería, una vez en el recinto del Malabarista, dar un rodeo y no ir en línea recta, sino atravesar las Montañas por debajo, por la Escalinata Abominable, un pasaje tan bello y hermoso como peligroso.

(RESPUESTA LOTHRIEL)

La sorpresa por la actitud del Noldor pasó a ser preocupación por sus escuetas explicaciones y por el escaso interés que parecía tener. La joven frunció el ceño y creyó que era el momento oportuno para desligarle de sus promesas...

Lamentablemente cuando fue a abrir su boca aparecieron los chiquillos y no pudo evitar un... “!Por fin...!” Acompañado de un largo y suave suspiro. Había temido por momentos que los crios hubieran desaparecido, que alguien se hubiera dado a la fuga con ellos...

Rápidamente se dirigió hacia ellos y los instó a entrar en la casa, mientras con una medio sonrisa se dirigía al bello elfo:

“Luego tenemos que hablar, espera unos segundos...”

La joven se internó en la vivienda y asintió sonriente ante las palabras de la dama. Realmente estaba eufórica y llena de dicha al saber que aquella responsabilidad, gran responsabilidad recaía sobre sus hombros.

Impaciente y ansiosa de emprender la marcha, para ocupar su tiempo y mente, fisgoneó por la planta baja de la casa. Cuando bajaron los crios las escaleras corriendo, los paró con sus manos y se dirigió a ellos...

“Esperad, esperad un momento... Mi nombre es Lothriel y seremos compañeros en este viaje. Vuestra madre me ha encargado que cuide de vosotros, aunque ya veo que sois muy mayores para tener una niñera, así que... Si os parece bien nos cuidaremos mutuamente y para eso no deberemos perdernos de vista nunca... Siempre debemos poder vernos los tres ¿Entendido? ¿Estáis de acuerdo?” -argumentó la joven con una gran sonrisa y mesándoles los cabellos a ambos. “Durante el camino, no debéis alejaros y en el caso de tener alguna necesidad para hacerlo, siempre, siempre me lo deberéis decir...”–acabó la joven guiñándoles un ojo.

Cogió la mano de la pequeña y haciendo un leve gesto con su cabeza al jovencito, se dispusieron a salir al

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exterior en donde los dos hombres ya les esperaban impacientes. Pidió a Eomen y Eowyn que se estuvieran quietos durante unos minutos mientras hablaba con el Noldor y de dirigió a él. Lo apartó un poco del grupo y casi en susurros le dijo...

“Se, siento que no estas a gusto, que preferirías estar en otro lugar, con tu gente... No sonríes, no hablas y se te ve inquieto. Por favor, no continúes si no es tu deseo. Olvida mis peticiones, olvida mis palabras... Ya has hecho mucho por mi y no debería retenerte contra tu voluntad. Eres libre de seguir tu camino...” –acabó la joven mirándose las puntas de sus botas.

Con lento caminar y algo triste volvió junto a los niños y escucho las palabras del guerrero. ¿Alternativas? ¿Cuatro?

La joven empezaba a peder la paciencia... Debían ponerse en camino ya, sin más demoras...

“Tu eres conocedor de la zona, decide tu el camino a ser posible más corto y más rápido y con menos peligro... Pero debemos partir ya, el tiempo apremia...”

Y realmente aquello era muy cierto. No podía retrasar por más tiempo su misión, no podía ahora ...

(RESPUESTA EAMONN)

Realmente la raza de los noldor es tan arisca como cuentan. Bueno, por lo menos he hecho el esfuerzo de mejorar la compañía durante el complicado viaje. La niña sí parece más simpática, aunque tan ilusionada con su nueva misión, parece que será otro viaje "solitario" y deleitándome en el paisaje.

Aparecen los niños y Lotrhiel instantáneamente corre en su busca y los lleva a la casa. Es un silencio algo incómodo, pero en seguida sale Theodwyn a hablar con nosotros. Muestra su preocupación por lo que puedan oír los críos. La respuestra tranquilizadora del rohirrim no se hace esperar:

Eamonn: A sus pies Señora. Trataremos con prudencia nuestras conversaciones, a pesar de que no está ocurriendo nada de lo que usted se imagina. Nuestra misión es sólo una medida de precaución.

Theodwyn vuelve a la casa a terminar de preparar las cosas para el viaje. También Eamonn prepara sus cosas para partir cuando estén todos listos, mientras va haciéndose una idea mental de todos los caminos a seguir para llegar cuanto antes a su destino.

Cuando salen la madre y los niños de la casa, Lotrhiel va directamente a hablar con el elfo. Ningún interés en saber lo que dice, así que Eamonn ayuda mientras a Theodwyn con el ligero equipaje que llevan y saluda amigablemente a los críos pasándoles una mano por la cabeza y agachándose:

Eamonn: Tú debes de ser Eowyn. Haciéndole una mueca en la cara: Eres una niña preciosa. Mirando ahora al niño: Y tú Eomer. ¡Eres fuerte! agarrándole con algo de fuerza el hombro.

Ahora es el momento de la decisión más importante del viaje. Escoger el camino más seguro. La exposición de los conocimientos del terreno del rohirrim tiene como objetivo que todos puedan opinar con criterio:

Eamonn: Tenemos tres caminos distintos. Ir por el camino normal a campo abierto no es una opción a descartar de entrada, ya que nos permitiría viajar a caballo y mucho más rápido, aunque es el camino más largo. Atravesar por el sagrario puede ser en un principio el viaje más seguro, ya que es muy complicado encontrarse oposición por allí, pero el simple hecho de la cercanía de los Senderos hace que sea el que menos me gusta a mí. No es capaz de ocultar su gesto de rechazo a la idea de llevar a los sobrinos del Rey por allí y encontrarse con los "no muertos" que por allí moran. El tercer camino es atravesar un estrecho desfiladero que une el valle del Bajo con otro valle, el del torrente Craegstrem, en medio de las Montañas Blancas y donde se encuentra el llamado Recinto del Malabarista, un mago del que se dice ser capaz de jugar con elementos de la naturaleza. Esta opción sería quizás el camino más directo a través de las montañas. El gesto ahora es de duda, ya que no conoce el poder real de este mago y lo que es capaz de hacer con certeza, sólo sabe, tomado como algo bueno, que no hay apenas noticias suyas. Este recinto puede ser rodeado si cogemos por una escalera en la montaña, pero yo creo que puede ser peor el remedio que la enfermedad.

Ahora el rohirrim mira a Gelekar, Lotrhiel y la propia Theodwyn esperando sus opiniones.

(RESPUESTA GELEKAR)

El elfo esperó ceremoniosamente en la entrada de la casa. Había intercambiado unas pocas palabras con Eamonn, que a él le habían parecido más que suficientes. Se sentía en confianza con Lothriel, pero no con el rohirrim, es por eso que prefería no hablar mucho en su presencia.

Cuando llegaron los dos niños, Lothriel los recibió con gran alegría. Se notaba que le gustaba estar con ellos. Respecto a los hijos de Theodwyn, el noldor pudo ver que estaban sanos y fuertes. Eomer parecía valiente y robusto, y Eowyn era una bella jovencita. Gelekar supuso que serían grandes personas cuando crecieran.

Mientras la joven estaba cuidando a los niños, Theodwyn les rogó que no hablaran de su misión o de cualquier tema relacionado frente a los niños para no asustarlos. Eamonn expresó su acuerdo y el elfo también lo hizo:

"No debe preocuparse Dama Theodwyn, seremos discretos al respecto, igualmente todavía no hay nada concreto de lo que preocuparse, quédese tranquila"

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Mientras caminaban para salir de la aldea, la humana se acercó al noldor y le habló con conmovedoras palabras. El elfo se dio cuenta de que tal vez estaba siendo demasiado duro con Lothriel, y la tranquilizó con unas palabras:

Lothriel, no tienes por que preocuparte. Si estoy aquí es por decisión mía y de nadie más. No es para nada una carga estar acompañándote, además de que nunca rechazaría un pedido realizado por un Rey. Si estoy un poco taciturno y callado es porque mi carácter es así, como el de mi raza. Te prometo que hasta que nuestra misión no termine no me separaré de ustedes, luego ya veremos que haremos.

Después de caminar unos momentos, había que decidir que camino seguir para llegar a Aldburg. Eamonn, conocedor de toda la zona de la Marca, expuso cuatro caminos que podían seguir. Gelekar comenzó a analizar cada uno de ellos.

Luego de unos momentos de meditación, el elfo ya había tomado su decisión. Había descartado el primero ya que no era de fiar pasar por las Sendas de los Muertos; muchos viajeros le habían contado historias horrorosas de ese lugar, y no valía la pena arriesgarse por las Sendas.

El segundo parecía un buen camino, pero existían posibilidades de encontrarse con el mago que, según se decía, habitaba en el llamado Recinto del Malabarista. Gelekar no tenía problemas en enfrentarlo, pero por los niños y su madre era conveniente evitar ese camino también.

La tercer opción era inconcebible, ya que caminar a campo abierto sería prácticamente un suicidio. El noldor no olvidaba que él y Lothriel ya habían sido acechados anteriormente; y no sabían si sus enemigos los continuaban persiguiendo.

No quedaba otro que el cuarto camino. Ofrecía la ventaja de poder rodear el Recinto del Malabarista, y así no toparse con el poderoso mago que lo habitaba. El único supuesto problema era que tendrían que pasar por las montañas a través de las llamadas Escaleras Abominables. El elfo no sabía nada de esta "escaleras", nunca había escuchado nada malo de ellas, y no le parecía que representaban nada peligroso.

Eamonn se inclinaba por lo visto por el tercer camino. Gelekar expresó su opinión anteriormente meditaba sobre cada una de las sendas que podían seguir, pero agregó:

"Eamonn, yo no soy experto conocedor de estos terrenos, sólo expreso mi opinión. No dudes en decidir el que tu pienses que sea el mejor camino."

Al noldor no le gustaba admitir que el rohirrim sabía más sobre algo que él, pero en este caso era verdad, y no quería que por una mala decisión tomada por él mismo fueran llevados a la perdición, por eso pensaba que lo mejor era que Eamonn decidiera. Luego esperó en silencio las opiniones de los demás.

(RESPUESTA LOTHRIEL)

"Como ya he dicho anteriormente, tu eres el más indicado para escoger el camino... Tan solo debemos pensar en la seguridad de las personas a nuestro cargo... Si la opción más segura es la que nos lleve más tiempo adelante. Confio en ti..." -argumentó la joven mirando al soldado con una amplia sonrisa.

Tras sus palabras se giró hacia el Noldo y la expresión de su rostro se endureció. Quizás aquel carácter solitario y taciturno le recordaba demasiado a su anterior maestro... Quizás aquella conducta podía hacer peligrar todas sus expectativas y esperanzas. La acompañaría durante el viaje y después... Después, solo el destino sabría que les aguardaba...

(RESPUESTA EAMONN)

A pesar de todas los esfuerzos por explicar bien los caminos a todos, nadie da su opinión y dejan exclusivamente la elección al rohirrim, que en su primera exposición no quiso dar pistas sobre cual es el camino que él prefería para no influir en las opiniones de los demás. Eligiendo el camino del Sagrario podría llevar a todos a una muerte lenta y dolorosa y si pasa algo yendo por campo abierto, sería una imprudencia imperdonable.

Eamonn: En mi opinión, nuestras mejores opciones nos llevan al mismo camino, que son atravesar las montañas blancas por el desfiladero que lleva al recinto del malabarista o a la escalinata. Dirijámonos hacia allí. Mientras pensaremos si compensará atravesar o rodear los dominos del mago.

En todo el párrafo, el rohirrim evita expresiones del tipo "más peligroso", "escalinata abominable" y similares, para no alertar al grupo. Quizá por sustraerle el adjetivo a la escalinata, le parece al grupo un camino más seguro, aunque Eamonn no está muy convencido de la elección final, porque conoce más o menos el peligro del malabarista, pero no sabe nada sobre la escalinata abominable, sólo por donde discurre.

TURNO 6

Eomer y Eowyn estaban listos y ansiosos por inicar el viaje. Su madre, Theodwyn, también estaba preparada y los tres miembros de su "escolta" decidieron, que de momento, irían hacia el Recinto del Malabarista. Antes de partir hicieron buen acopio de provisiones, un par de tiendas y varias mantas. Nada más comer iniciaron su

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peregrinación.

Había un espolón de roca en el lado este de la entrada al valle del Bajo. Este risco, de una peculiar roca azul, estaba coronado por un par de picachos conocidos como Cuestende (“Lugar fantasmal”). Su cresta separaba el río Bajo, del valle de un turbulento torrente conocido como Craegstrem.

Un desfiladero de más de 1000 metros de altitud pasaba entre el Gaestende y el macizo principal de las montañas, constituyendo un atajo cubierto de hierba para quienes querían viajar de un valle a otro. Ese fue, finalmente, el acmino escogido por el grupo. Los niños estaban alegres y deseosos de iniciar la marcha, no tanto su madre, algo recelosa por todo lo que había ocurrido y por las prisas de la partida.

Flanqueado por bosques al este y por campos de flores silvestres rojas al oeste, un sendero bien trillado atravesaba el paso, haciendo muy agradable el camino.

Viajando con dos niños pequeños, no convenía avanzar demasiado rápido y tampoco sería conveniente acminar mucho tiempo cada día. Lo que en un principio era una agradable, y para los pequeños incluso divertida, caminata, se podría convertir en algo terrible. Al llegar al comienzo del valle del Recinto del Malabarista, una vez terminado el desfiladero, Theodwyn propuso descansar y hacer noche allí. Así podrían decidir el camino definitivo a seguir.

El desfiladero que acababan de atravesar les condujo a un lugar conocido como el Recinto del Malabarista. Un sendero ascendía por las Montañas Blancas, en el lado occidental del Recinto, muy cerca de donde montaron el campamento, en el lugar donde la gran cima del Heuhall (“Alta Estancia”) dominaba el límite del valle del Bajo. A partir de ahí podían atravesar el valle del Malabarista o subir por el sendero, pero había tiempo para decidir.

Theodwyn y Lothriel se hicieron cargo de los preparativos de la cena, Gelekar preparó el campamento observado en todo momento por la pequeña Eowyn, y Eamonn en compañía de Eomer se hicieron cargo de recoger leña seca para el fuego. Después de la cena, y ante la insistencia de sus hijos, Theodwyn contó la historia del Malabarista.

Theodwyn: El Recinto recibe su nombre por Godrinc Slawsun un bardo ciego, famoso por su extraordinaria intuición y por su penetrante ingenio, que recitaba largas historias a la manera de los trovadores dunlendinos. Su talento más notable era, sin embargo, el poderse mover hábilmente sin ver. Cuando todavía era un simple joven, Godrinc se marchó de su hogar ancestral en el valle del Bajo y se construyó una casa donde ahora nos encontramos. Allí recibía a los invitados y les cantaba canciones, les contaba historias y hacía juegos malabares. Pasaron algunos años y Godrinc se hizo bastante famoso. Reunió un gran círculo de amigos, muchos de los cuales eran actores que buscaban nuevos trucos. No tardó en construir la Escuela del Malabarista que incluía una posada y un teatro, así como una biblioteca y aposentos. Luego, un día, una joven llamada Eyfiru vino y le robó el corazón a su maestro. Godrinc y Eyfura se casaron y poco después, el Maestro Malabarista actuó ante el rey Walda, se hicieron amigos, y durante los siguientes tres veranos fueron juntos en campaña en varias ofensivas en las tierras altas. Eyfura se quedó en la Escuela de Malabaristas y se hizo cargo de la instrucción. Hace unos 50 años, Godrinc murió bajo flechas orcas. Eyfura heredó las posesiones de su marido y...

La mujer cayó al comprobar que sus hijos se habían dormido y los acostó. Al regresar con los demás, concluyó su relato muy aceleradamente.

Theodwyn: En fin, el Maestro Malabarista ha ido heredando su puesto sucesivamente, pero últimamente ya no tienen la fama y prestigio de antaño. Ahora, si me disculpáis, me voy a acostar con los niños. Buenas noches.

Lothriel, Gelekar y Eamonn se quedaron solos de repente, frente al fuego mientras los pequeños y su madre ya estaban acostados. Aún les quedaba por recorrer una buena parte del camino y les faltaba escoger entre las dos opciones disponibles en ese punto...

(RESPUESTA EAMONN)

El viaje se hace muy ameno con los niños. También influye que ha aumentado la confianza entre el grupo, aunque la experiencia dice que no es bueno fiarse de alguien por completo.

Avanzamos despacio, ya se sabía al ir con niños, y el peligro aumenta. A pesar de la tranquilidad que irradia este bello paisaje, hay que ir bien atentos a lo que pueda pasar.

Una vez en el límite del Recinto del Malabarista, Theodwyn dice de acampar, idea que agrada al grupo, para estar bien descansados el día siguiente, por un camino ya potencialmente peligroso.

La madre le cuenta a sus hijos la historia del Malabarista que se instaló allí por primera vez. No tiene nada que ver con lo que se dice ahora de este lugar, pero es un buen cuento para que los críos se duerman.

Theodwyn vuelve y nos termina la historia, a lo que yo le contesto:

Eamonn: Buenas noches, señora. Duerma tranquila, que nosotros velaremos el sueño de su familia.

Una vez sólos los tres, comentaré que el camino que me parece más seguro es rodeando el recinto. No me gustaría correr riesgos y adentrarnos a la ligera en los dominios de un mago que no tiene ninguna buena fama. Parece que también es el camino que quería Gelekar desde el principio, así que perfecto entonces.

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Para organizarnos las guardias hablaré con Gelekar para que él duerma primero y a mitad de la noche nos turnaremos.

(RESPUESTA LOTHRIEL)

Exultante por un lado y triste por otro, la joven avanzaba dispuesta a cumplir su misión. Jugó con los crios durante todo el trayecto, corriendo tras ellos, riendo, saltando y cantando a veces gritando para que el animo no decayera y las preocupaciones que veía reflejadas en el rostro de la bella dama desaparecieran. Además, el hermoso elfo no parecía muy dispuesto a entablar conversación alguna y el valiente guerrero parecía disfrutar con la contemplación del paisaje...

Realizó hermosas guirnaldas con las rojas amapolas del campo y enseñó como hacerlas a los niños. Se colocó una en la cabeza, la más pequeña y con una amplia sonrisa colgó otra al guerrero que disponía el rumbo y el ritmo de la marcha. Después se acercó al Noldo y tras pedirle que acercara su rostro al suyo, también lo coronó con otra bella corona de sangrientas flores.

Feliz y contenta por como se estaban desarrollando los acontecimientos, pero al mismo tiempo cansada y agotada por el viaje, aceptó de buen grado la sugerencia de la hermana del rey para hacer un alto y descansar.

Tomó la iniciativa y tras recordar a los chiquillos que no se alejaran demasiado y que estuvieran atentos a cualquier ruido o sonido, se dispuso a preparar la cena. Tehodwyn se veía cansada y la joven tras calentar agua, le preparó una deliciosa infusión para calentar su cuerpo y tranquilizar su mente, aconsejándole que descansara y prometiéndole hacerse cargo de todos los preparativos.

Y cuando acabó de disponer los alimentos, acudieron rápidos, aquellos hermosos y obedientes crios, para satisfacción de todos. Fue entonces cuando la dama explicó la leyenda del lugar...

La joven escuchó atentamente sus palabras y sus ojos se fueron cerrando a medida que su dulce voz avanzaba por el relato... De repente acabó y los abrió de golpe. Se había quedado algo traspuesta y las criaturas profundamente dormidas. La ayudó a acomodarlas y besó la frente de las dos susurrándoles algunas palabras al oído.

Ahora solos ante el fuego Lotrhiel miró a sus compañeros detenidamente. No habían hablado casi nada durante el camino. No habían intercambiado más que un par de sonrisas, pero a pesar de que sus músculos parecían negarse a realizar cualquier movimiento creyó necesario ofrecerse a realizar la primera guardia.

“Eamonn confío en ti y me parece correcta la ruta que sugieres, creo que es más seguro rodear el recinto. Bien,... Todos estamos cansados y siendo tres no veo justo que vosotros dos carguéis con toda la responsabilidad de las guardias y descanséis menos que yo. Si os parece bien yo realizaré la primera y vosotros las siguientes... “ -acabó diciendo la joven lanzando un bostezo y estirando sus brazos hacia el cielo...

(RESPUESTA GELEKAR)

Y al fin partieron. Tendrían que recorrer un gran camino, no sería nada fácil, pero todos estaban dispuestos a hacerlo. Para los niños todo eso era como un juego más, o un paseo por su tierra, y es por eso que se los veía muy emocionados.

Una vez más, el noldor tuvo la oportunidad de observar nuevos paisajes, tanto así como flora y fauna. Se mantuvo callado mientras caminaban, meditando. Pudo ver que Eamonn también apreciaba el paisaje, mientras Lothriel se entretenía con los niños, tan alegre como siempre.

En un momento la humana armó un par de coronas con unas amapolas rojizas encontradas en el camino , y se las puso al rohirrim y al elfo. Este le sonrió, y aunque no le agradaba tanto llevar una corona de flores alrededor del cuello, no se la quitó para no herir los sentimientos de la joven.

Finalmente llegaron al Recinto del Malabarista, un valle bastante imponente. El elfo trató de percibir si algún peligro acechaba, pero nada parecía fuera de lo común. Theodwyn propuso acampar en los lindes del valle para luego decidir como continuar el viaje, decisión a la que Gelekar asintió.

Cuando anocheció encendieron un fuego que les proporcionó luz y calor. Lothriel preparó una infusión a Theodwyn mientras Eamonn se sentaba junto a las llamas. Cuando todos estaban ya sentados la hermana del Rey les contó la historia del Recinto, que el elfo escuchó con mucho interés. Luego de esto, se fue a dormir. Gelekar le deseó buenas noches y se reunió con Lothriel y Eamonn.

El noldor estuvo de acuerdo, como antes,en rodear el Recinto, ya que no sabían si realmente existía un mago poderoso o no allí. Parecía que el rohirrim opinaba igual, así que ese camino tomarían. Luego discutieron quién realizaría las guardias. Eamonn y Lothriel se propusieron por igual para hacer una parte de la noche, y Gelekar dijo:

" Joven Lothriel, se te ve muy cansada, será mejor que duermas esta noche. Entre nosotros dos podemos repartirnos las guardias sin problema. Recuerda que Theodwyn te pidió expresamente que cuidaras especialmente a sus niños, y para eso necesitas toda la energía posible."

Luego se dirigió a Eamonn:

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"Humano, como sabes los elfos no necesitamos muchas horas de sueño. No tengo ningún problema en realizar la guardia yo toda la noche, pero como sé que no aceptaras eso, entonces lo mejor será que tu hagas la primera mitad, y yo realice la segunda."

(RESPUESTA EAMONN)

El juego de las coronas de flores de la niña hace estar más agusto al rohirrim durante el camino, aunque no puede perder la concentración en el camino a seguir ni en los alrededores.

Rodear el Recinto del Malabarista es también el camino que más le gusta al elfo, por lo que todos estamos de acuerdo y no caben más discusiones al respecto, ya que la niña ya ha expresado su conformidad sobre lo que se decida.

A la hora de establecer las guardias de la noche, después del rohirrim, Lotrhiel se ofrece, pero en seguida Gelekar se niega a que ella sea la que vigile por la noche. Eamonn con una mirada a ambos muestra su apobación a las palabras del noldor, al igual que está de acuerdo con lo que dice a continuación y así lo expresa:

Eamonn: Me parece correcto lo que propones. Sé que los de vuestra raza necesitais menos horas de sueño, por lo que propongo que tú duermas primero lo que necesites y luego dormiré yo.

TURNO 7

Finalmente, convencieron a una cansada Lothriel de que se acostara. Gelekar y Eamonn se encargarían de realizar las guardias, mientras las mujeres y los niños dormían. Aún quedaba un largo camino por recorrer y necesitaban descansar, sin duda más que ellos.

La noche transcurrió sin ningún contratiempo y al alba, Gelekar se encargó de preparar algo de desayuno para todos. Los pequeños despertaron motivados para seguir "explorando" esa parte de ROhan y no pudieron evitar lamentarse en voz alta por no entrar en el Recinto del Malabarista. Quien no parecía haber pasado muy buena noche era Theodwyn, que tenía aspecto de estar algo mareada. Cuando le preguntaron por su estado, respondió que estaba bien, que era sólo que no había dormido bien. Dicho esto, y tras comer algo, recogió con prisa sus cosas y las de sus hijos.

La ruta a seguir sería dasr un rodeo al Recinto para evitar encuentros no deseados con un mago, así que se dirigieron al camino que se internaba en las montañas, muy cerca de donde habían acampado.

El sendero ascendía por las Montañas Blancas, en el lado occidental del Recinto del Malabarista, en el lugar donde la gran cima del Heahall (“Alta Estancia”) dominaba el límite del valle del Bajo. Dejando el Camino del Cuerno en la base del Heahall,esta senda serpenteaba subiendo hasta una mina de cobre abandonada. Al final del camino, poco antes de alcanzar la entrada de la mina, la estrecha senda bordeaba un antiguo cementerio dunlendino y obligaba a circular en fila de a uno. Eamonn encabezaba el grupo mientras Gelekar lo cerraba. Circular junto a las tumbas calló a todo el grupo, que hasta ese momento charlaba e incluso, en el caso de los niños y Lothriel, jugaba. Pero en ese punto del camino, algo les silenció por completo. Incluso, el animista percibió algo extraño: ni tan siquiera los animales emitían ruido alguno. No se escuchaba ningún pájaro, ni nigún insecto, nada.

Tiradas: Eamonn (percepción) = 56 Gelekar (percepción) = 118 Lothriel (percepción) = 81 Theodwyn (percepción) = 78 Eomer (percepción) = 43 Eowyn (percepción) = 39

El camino concluía en la mina y se introducía en la montaña, siguiendo unos túneles húmedos y vacíos, pero a medio centenar de metros de la entrada el elfo les dio el alto con un chasquido de dedos. Tenía a Lothriel delante y le susurró que había escuchado algo. De nuevo silencio. Iniciaron la marcha, pero Gelekar volvió a escuchar el sonido, esta vez mucho más claro. Procedía del cementerio y la segunda vez sonó más cerca y era un sonido sordo.

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Off-rol:

Sólo Gelekar ha escuchado algo, pero por dos veces. Ha avisado al resto y ahora el grupo está detenido. Hay un silencio sepulcral. La entrada de la mina está a unos treinta metros de Eamonn, casi cuarenta de Gelekar.

Discutid, si queréis, qué hacer, y poned en vuestro post claramente la acción de cada uno. En función de lo

que hagáis, así actuará Theodwyn y sus hijos... Suerte

(RESPUESTA LOTHRIEL)

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La joven se desperezó lentamente y bostezó un par de veces colocando la mano ante su boca para evitar despertar a los chiquillos que aún continuaban dormidos. Un agradable y placentero olor hizo que sin querer sus tripas sonaran y restregándose los ojos se dirigió hacia aquel aroma.

Junto al fuego estaba Gelekar que se había encargado de preparar el desayuno y ante aquel hecho la joven no pudo evitar situarse ante él y plantarle un sonoro beso en la mejilla, susurrándole al mismo tiempo un “Gracias”...

Despertaron los pequeños, la dama y el soldado y presta la muchacha colocó sendos cuencos ante ellos para que almorzaran al tiempo que les comunicaba que harían aquella jornada.

La decepción se pintó en sus rostros al saber que no podrían explorar el Recinto del malabarista y Lotrhiel les prometió que a pesar de no poder hacerlo, seguramente encontrarían otro camino más interesante, otra distracción mejor y mayor que aquella...

Las altas montañas ofrecían un espectáculo maravilloso a los viajeros que siguiendo el sendero ascendieron hasta una mina de cobre abandonada. Durante el camino las correrías y los juegos, los gritos y las risas formaban ecos y los acompañaban para gozo de los pequeños.

La dama no parecía disfrutar de aquella experiencia, ya que nada más levantarse se podía observar en su blanco rostro que no se encontraba demasiado bien. En varias ocasiones la joven se acercó a ella interesándose por su salud y ofreciéndose para cualquier cosa que necesitara. Incluso le ofreció hacer un alto en el camino para prepararle alguna infusión que pudiera aliviar, en la medida de lo posible, aquel abatimiento...

Pero no solo el estado de la dama alarmaba a Lotrhiel... Pronto la senda se fue cerrando y decidió con risas ordenar a los niños en fila india para que fueran imitando sus gestos. Un juego antiguo denominado “Haz lo que haga el rey” divertido y que posiblemente alejaran de los crios la sensación de peligro que aparecía en su propio cuerpo.

Pero al bordear aquel tétrico cementerio, las sonrisas se apagaron, las voces callaron y el silencio reino en la pequeña comitiva que cabizbaja iba lentamente avanzando sobre aquel terreno.

El sepulcral silencio hizo que la joven se asustara al sentir la cálida voz del bello elfo en su oído. Se giró y ante sus palabras su rostro se tornó severo y preocupado. Un ligero temblor se pudo apreciar en su esbelto cuerpo.

Volvieron a iniciar la marcha cuando de nuevo aquel sonido se repitió y ante el temor de que la vida de aquellos infantes estuviera en grave peligro, la joven se aproximó Gelekar y en susurros el dijo:

“Me avanzaré para avisar al soldado,.. Creo que...” –calló mientras observaba el terreno “Deberías llevar a la familia hasta la mina y esperar en ella. Protégelos, Aemonn y yo restaremos aquí... No podemos avanzar sin saber quien o que lo produce...”

Alejándose de su cuerpo se dirigió a la dama para ponerle al corriente de la repentina detención y de lo que ella pensaba que debían hacer... Guiñó un ojo a los crios y les sonrió, para después dirigirse hacia el soldado y en susurros explicarle la situación...

“El Noldo ha escuchado por dos veces un ruido sordo, quizás no sea nada, quizás ... Le he indicado que se refugie en la mina que parece abandona y que nosotros cubriremos su retirada... ¿Te parece correcto?”

Lotrhiel se quedó a su lado en espera de su respuesta sin dejar de mirar y vigilar, con todos sus sentidos alerta y la mano en la empuñadura de su espada...

(RESPUESTA GELEKAR)

El elfo sólo durmió unas horas, para luego relevar al rohirrim durante el resto de la noche. En ese tiempo de guardia pudo meditar todo lo sucedido desde que había dejado su querido hogar en Rivendel.

Cuando el sol comenzaba a mostrarse por sobre las nubes grises, Gelekar comenzó a preparar un simple desayuno, que estaría listo para cuando todos despertaran. No mucho después ya todos estaban despiertos. Lothriel lo saludó con un beso en la mejilla, que hizo que el noldor se sonrojara ligeramente.

Al terminar de comer, le comunicaran a Theodwyn y sus hijos el camino a seguir. Se sintieron decepcionados de no poder pasar por el Recinto del Malabarista, pero el elfo explicó que eso sería algo inseguro y que las montañas eran el mejor camino.

Partieron nuevamente, acompañados por el hermoso paisaje de las montañas. Mientras tanto, Lothriel y los niños jugaban diferentes juegos, y no paraban de reir y saltar.

Llegó un momento en el viaje en el que tenían que atravesar un viejo cementerio dunlendino para poder arribar a unas minas que debían cruzar luego. El problema de esto era que la única forma de cruzarlo era por un sendero muy estrecho, por el que sólo podían pasar en fila.

Todos acomodados, Eamonn adelante, Gelekar en la retaguardia junto con Lothriel, comenzaron a caminar. El ambiente era muy extraño, ni siquiera se escuchaban los animales.Una vez más un mal presentimiento cruzó la

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mente del noldor; y esto lo puso en alerta.

De repente Gelekar escuchó un ruido. No sabía muy bien de que, pero algo había escuchado. Detuvo el grupo por unos momentos, y luego de asegurarse que no había peligro continuaron. No pasó mucho tiempo antes de que tuvieran que para la marcha, ya que el elfo oyó otra vez el mismo sonido. Y más adelante lo escuchó una vez más.

Con la certeza de que no se encontraban solos el elfo comunicó a Lothriel sus inquietudes. Ella le propuso que acompañara a los niños y a la dama hacia la mina, mientras Eamonn y ella se quedarían allí. En un principio Gelekar pensó que ella debía acompañar a la familia, pero luego recordó que era una fuerte guerrera, y que no era la misma niña que él había recibido en Rivendel.

Suprimiendo un poco su orgullo, el elfo accedió a la idea de la joven. Se acercó a Theodwyn y sus hijos y les dijo:

"No hay nada grave de lo que preocuparse, pero pensamos que algo no anda bien, por eso permitame escoltarlos hacia la entrada de la cueva, evitando así que corran peligro"

Mi idea es que, si puedo llegar a la entrada de la mina sin problemas, ponerme delante de Theodwyn y los niños, y sacar mi arco(manteniendo mi posición), para poder ayudar a Eamonn y Lothriel por si hay alguna pelea.

(RESPUESTA EAMONN)

El principio de la noche es muy tranquilo y la guardia fácil. También resulta sorprendentemente corta. Ya sabía el rohirrim que los elfos no necesitan mucho tiempo de descanso, pero sólo dos horas es muy poco. De todas formas, con Gelekar ya despierto, Eamonn trata de dormir, aunque está muy intranquilo por la familia que tiene que proteger. Al final el descanso nocturno ha sido suficiente.

Por la mañana le despierta, además de los primeros rayos de luz, el olor al desayuno. Puede que el noldor sea arisco y difícil de tratar, pero tiene sus detalles. En un momento alejados de la familia, el rohirrim le preguntará por la guardia. El elfo contesta que nada raro. De todas formas hay que tener cuidado por los caminos que transcurre ahora el viaje.

Theodwyn parece ser la única que no ha pasado buena noche. Trataré de hablar con ella el máximo tiempo posible, con palabras de ánimos, para tenga más confianza y podamos tener un viaje más ameno. Ante los niños trataré de mostrar siempre mi mejor sonrisa.

Dejaremos el camino del Cuerno para coger la senda que bordea el Recinto del Malabarista. El valle Bajo y la cima del Heahall queda a un lado. El paisaje sigue siendo digno de admirar, pero la senda que serpentea subiendo la montaña hasta una antigua mina de cobre, no inspira ningura confianza. El viaje se hace ahora en fila india. Sin tener que ponernos de acuerdo, la organización es directa, el rohirrim primero, haciendo de guía y el elfo al final, cubriendo la retaguardia. Lotrhiel iría en medio cumpliendo su tarea de cuidar a los niños. Hace muy bien en, además de no perderles ojo, irles entreteniendo para que no se alteren por la peligrosidad del viaje.

El paso junto al cementerio es escalofriante, sobre todo por el recuerdo de los daen coentis, “el pueblo diestro”. A Eamonn le vienen a la cabeza por un momento las penalidades que pasó ese pueblo hasta el final de su linaje. No cree en historias de fantasmas, pero nunca las ha ignorado, al contrario, se ha interesado por ellas. Desde que el rey Morthec Gruan se negó a cumplir el juramento que habían adquirido sus antecesores, todo su pueblo se fue cayó en desgracia. Todavía retumban en muchsísimos kilómetros a la redonda de la piedra de Erech las palabras de Celefarn de Imloth Melui:

“Aunque ahora te niegas a reconoces tu juramento y a responder a la llamada del rey, yo te digo que responderás a esta llamada; cuando el Verdadero Rey vuelva a llamarte, le responderás, y esperarás hasta que te llame.”

La maldición resultó llegar más allá: las minas dejaron de ser productivas, morían grandes artesanos y sus aprendices no podían igualarles en habilidad, cada vez más mujeres se volvían estériles y de los cultos a los Valar se pasó a la adoración a seres demoníacos sedientos de de sangre. Los observatorios dejaron de usarse y los aristócratas daen coentis, obsesionados con la muerte, llenaron de tesoros los Senderos de los Muertos.

Continuó el declive de los daen coentis hasta que el último descendiente de Morthec, Cober el Fey, murió en 679 T.E. En esa fecha sólo 300 daen coentis de sangre pura quedaban en el valle de Morthond. Así fue como los dunledinos fueron repoblando la zona…

En un instante Eamonn vuelve a la actualidad cuando se le acerca Lotrhiel y le dice:

Lotrhiel: El Noldo ha escuchado por dos veces un ruido sordo, quizás no sea nada, quizás ... Le he indicado que se refugie en la mina que parece abandona y que nosotros cubriremos su retirada... ¿Te parece correcto?

La primera reacción reflejo del guerrero es hechar mano de su arma, de su alabarda, para ser más exactos, pero dándose cuenta de que los niños podrían asustarse y que puede que no sea el arma más adecuada para un combate en estas condiciones, debido a que el único guerrero que le acompaña es una niña, quizá sea mejor sujetar al mango de la espada. Después de un segundo, cuando toda su cabeza ya está totalmente puesta en

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este momento, el rohirrim contesta:

Eamonn: Estupendo, id adelantando todos que yo pasaré ahora a la retaguardia.

Todavía no está muy claro de donde viene el sonido que ha oído el noldor, así que todavía no descarta que pueda haber una amenaza delante de ellos. Mientras le adelantan la señora y los niños, Eamonn intenta poner la mejor cara posible y deja la cara de preocupación para cuando Gelekar pasa por su lado. Todos los sentidos de guerrero están ahora puestos en los alrededores del grupo.

Conforme van pasando los segundos, el guerrero está más concentrado en lo que debe hacer en caso de sorpresa. La impetuosa Lothriel tiende a ponerse delante del rohirrim, pero con una simple mano en el hombro con un ligero tirón hacia atrás, el guerrero trata de mostrarle su idea de que se mantenga a su lado o detrás.

Las intenciones son claras, primero mirar hacia delante por si el peligro está por delante. Como Gelekar le indicará más o menos por dónde ha escuchado el ruido, Eamonn se concentrará en esa zona para irla ampliando si no ve nada.

En principio, cuando los niños ya hayan pasado por delante mía, sacaré la espada. No tengo muy claro las armas que llevo, pero me gustaría llevar una alabarda, una espada y una daga. Si es mucho, no llevaré escudo para poder coger la espada y la daga y usar la habilidad que pone de combo de dos armas (que no sé cómo se usa).

(RESPUESTA LOTHRIEL)

El soldado la colocó tras sus espaldas y la joven a pesar de la mueca de disgusto, no se dignó a contestarle. Quizás aquel hombre creía que no era capaz de defenderse, quizás creyera que las mujeres tan solo deberían ocupar puestos en la retaguardia... Quizás tan solo era que aún no la conocía lo suficiente...

Una amplia sonrisa borró aquella mueca y la joven notó como una gota de sudor resbalaba por su rostro. La tensión era palpable en el ambiente y el enemigo, en el caso de que hubiera alguno, no había dado signos de vida aún.

Cerró durante unos segundos sus ojos para recordar y potenciar sus hechizos. La visión nocturna le permitía ver como si fuera de día en una distancia hasta 30 metros, así que la joven la utilizó para asegurarse la visión de quien se acercaba.

Si realmente alguien o algo lo hacía, estudiaría y memorizaría la apariencia y forma del ser desde su posición de retaguardia, por si dado el caso tuviera que utilizar una ilusión óptica e imitar la fachada del ser. Por último, suspiro y se concentró en su mayor habilidad, el lenguaje mental:

"¿Que, quien o quienes sois? ¿Que deseáis de nosotros? ¿Acaso hemos interrumpido vuestra paz y descanso? ¿Podemos ayudaros en algo? No era nuestra intención importunaros..."

La joven no sabía realmente que decir ni tan siquiera si sus mensajes llegarían a alguien. Quizás el ruido oído por el Noldo fuera solo el caminar de algún animal hambriento o extraviado...

Acciones:

Utilizar los hechizos de: Visión nocturna,, Estudiar e Imitar fachada.... de momento. Esperará a valorar la

situación, pero tendrá sus armas preparadas para un posible ataque...

TURNO 8

Sin hacer nada que pudiera alarmar a los pequeños, el grupo se posicionó y varió sus posiciones. Eamonn retrocedió y se puso a la altura de Lothriel mientras Gelekar acompañaba a Theodwyn y sus hijos hasta la entrada de la mina. Una vez a salvo en su interior, los guerreros sacaron sus armas y esperaron.

Hubo unos minutos de tensión, pero no se escuchaba ni se veía nada en absoluto.

Tiradas: Lothriel (Hechizo - Visión nocturna) = 46 (éxito) Eamonn (percepción) = 55 Lothriel (percepción) = 51 Gelekar (percepción) = 136

Pese a ser de día, el lugar estaba lleno de sombras y Lothriel prefirió asegurarse una mejor visión de la zona. Pero seguía sin ver nada. El animista agudizó sus sentidos y volvió a escuchar el mismo sonido. Fuese lo que fuese, se movía en su dirección por el interior del cementerio dunlendino, pero no se dejaba ver. Gelekar sacó su arco al tiempo que indicaba a la dama que se ocultara con sus hijos. Después advirtió del peligro al rohirrim y la joven humana, que esperaban tensos lo que pudiera llegar. Y de entre las lápidas surgieron tres arañas. Pero no eran simples arañas, dos de ellas medían casi metro de longitud mientras que la tercera, prácticamente, doblaba ese tamaño. Las tres criaturas se lanzaron contra la entrada a la mina.

Sin dudarlo un segundo, Gelekar disparó una flecha y enseguida Lothriel comprendió que no serviría de mucho

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imitar su aspecto. Tanto ella como el guerrero de la marca se dispusieron a repeler el ataque.

Tiradas (asalto 1) Gelekar vs Araña#1 (arco largo) = 64 ----> nada Iniciativas: Eamonn = 23 Lothriel = 20 - 10 (pasa 35) Araña#1 = 18 Araña#2 = 9 Araña#3 = 17 Eamonn vs araña#1 (espada ancha) = 118 ----> 11, crítico -10 * 41 ----> 15pv Lothriel vs araña#2 (cimitarra) = 65 ----> 5pv Araña#1 vs Eamonn (palpos) = 79 ----> 4pv Araña#3 vs Eamonn (palpos) = 61 ----> 1pv Lothriel vs araña#2 (cimitarra) = 93 ----> 10AS * 48 ----> 2pv, no ataca próximo asalto Araña#2 vs Lothriel (palpos) = 56 ----> nada

La flecha del noldo pasó cerca de su objetivo, pero no acertó. Eamonn, con gesto protector, se interpuso entre las arañas y Lothriel y se enfrentó a dos de ellas, incluyendo la grande. La joven guerrera tenía enfrente al tercer ejemplar.

El ataque del rohirrim alcanzó de lleno a la araña gigante, pero Eamonn comprobó que su defensa era muy dura y pese al buen golpe, no hizo demasiada mella. Las dos arañas le alcanzaron, pero por fortuna, su armadura impidió que llegaran a su piel.

Lothriel arremetió contra la tercera araña y, antes de que ésta pudiera reaccionar, sus dos cimitarras golpearon su cuerpo. El segundo ataque hizo que perdiera el equilibrio y la araña apenas pudo responder y retrocedió unos pasos.

Gelekar, tras su disparo, se dispuso a lanzar un hechizo. Ahora que sabía que se enfrentaba a nimales, tenía mejores armas para combatirlos que su arco.

Tiradas (asalto 2) gelekar (conocimiento animal) = 92 (casi éxito) Gelekar (Idioma mágico - Totem) = 102 (éxito) Gelekar (Hechizo - sueño animal I vs araña#2) = 73 Araña#2 (TR vs canalización) = 51 (fallo) Iniciativas: Eamonn = 18 Lothriel = 18 - 9 Araña#1 = 15 Araña#3 = no ataca Eamonn vs araña#1 (espada ancha) = 123 ----> 12, crítico -5 * 181 ----> 35 pv, +15 próximo ataque, muerta. Lothriel vs araña#3 (cimitarra) = 62 ----> 4pv Lothriel vs araña#3 (cimitarra) = 130 ----> 17CS * 62 ----> 4pv, 3 pv/asalto, aturdido 2, muerta.

Las palabras arcanas surgieron de los labios del elfo con gran fuerza y empleó un hechizo de sueño contra una de las arañas. Prefirió asegurarse con una de la pequeñas, pues creyó que los ejemplares más grandes de estas atrañas eran más o menso inteligentes. La araña nada pudo hacer por resistirse a los efectos de la magia y se balanceó de lado a lado varias veces hasta que se desplomó, dormida.

Eamonn se vio motivado al librarse, gracias al animista, de una de las arañas a la que se enfrentaba y se centró en el enorme ejemplar que tenía frente a él. Con convicción, soltó su espada contra la araña y la hoja eompleta del arma atravesó el cuerpo del monstruo de arriba a abajo, empalándola contra el suelo. La araña se convulsionó y agitó sus ocho patas de lado a lado, pero le fue imposible moverse. Pronto sus movimientos se hicieron más lentos al tiempo que sus últimos resquicios de vida se le iban escapando.

Lothriel, que en su anterior ataque desequilibró a su rival, se lanzó con todo aprovechando ese momento. Su impulsividad hizo que su primer golpe fuera muy débil, no así el segundo que alcanzó el costado de la araña provocando una hemorrágia que le causó una muerte agónica.

Theodwyn se había llevado a sus hijos al interior de la mina para que no tuvieran que presenciar la posible lucha.

Un combate corto y, sobre todo, muy favorable. Eamonn recuperó su espada y la limpió como pudo de la sangre viscosa de la araña. Lothriel observó los cuerpos de las criaturas y con paso firme se acercó a la que estaba dormida, a la que remató sin contemplaciones. Todo había acabado.

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Off-rol:

Enhorabuena chic@s. Gran combate (flipante el crítico 181... )

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Ahora vosotros veréis si queréis investigar por el cementerio o pasar de todo y seguir vuestro camino. Tal vez los pequeños estén algo asustados, aunque su madre no se ha separado en ningún momento de su lado.(RESPUESTA EAMONN)

Gelekar vuelve a escuchar el ruido y nos avisa que algo se acerca a la entrada de la mina. Menos mal que nos da tiempo a interponernos en su camino, porque las tres arañas iban directamente a por los de la mina. El elfo lanza su flecha y ya ha empezado el combate. Después de un asalto de tanteo, Eamonn se ve motivado por la ayuda que le presta el noldor con una de las arañas y por la ventaja que también tiene la chica en su combate, y le clava la espada en el cuerpo a la araña con tanta fuerza, que se le escapa de la mano, para caer un instante depués, junto al animal muerto. Un par de tirones son luego suficientes para sacarla del duro caparazón.

Después de ver que la chica también ha vencido a la araña con la que ella luchaba, prácticamente a la vez que él mismo, con una mirada directa a los ojos y una cara mitad de sorpresa dirá:

Eamonn: Luchas muy bien, chiquilla. La próxima vez plantearemos el ataque de otra forma.

La otra mitad de la cara del rohirrim era de preocupación, y ahora habla en voz más alta:

Eamonn: Propongo irnos de aquí lo más rápido posible, acelerando el paso hasta llegar a terrenos más favorables.

Eamonn, después de limpiar lo mejor que pudo su espada y guardarla en el cinto, se dirige rápidamente hacia la cueva a ver cómo están los críos y su madre. Si todo está bien, pues a tranquilizarles para seguir el camino normalmente. Siempre al dirigirse a los críos, el guerrero tratará de ocultar su cara detrás de una gran sonrisa y palabras amables.

(RESPUESTA LOTHRIEL)

Nada estaba saliendo como ella había previsto y es que en realidad no había imaginado la posibilidad de enfrentarse a semejantes engendros de la naturaleza. En su mente mientras esperaban la aparición de “algo” se había ido formando la imagen de espectros, de cadavéricos seres que se levantaban de sus tumbas y se cernían sobre ellos. Ninguna preparación, ningún hechizo fue válido ante ellas, tan solo restaba atacar cuerpo a cuerpo...

La ira y la rabia, nació en el cuerpo y la mente de la joven haciendo que la adrenalina le proporcionará arrojo y fuerzas para aquel desigual combate. El silbido de una flecha rompió el pesado silencio, y la joven se dispuso para la batalla.

Arremetió contra una de las criaturas con sus dos cimitarras, golpeándole el cuerpo, esquivando sus enorme y peludas patas e intentando no fijarse demasiado e ella. En la segunda embestida aquel monstruo retrocedió unos pasos y la joven aseguró su posición. Se había precipitado en su primer movimiento y aquello no se lo podía perdonar a ella misma. No era ninguna novata y no estar a la altura de las circunstancias la carcomía interiormente.

La grave y profunda voz del Noldo llegó a ella y por el rabillo del ojo vio como una de ellas se adormecía. Con fuerzas renovadas se abalanzó contra la suya y la precipitación y el ansia de nuevo hicieron que su ataque fuera una caricia. Aspirando profundamente la joven concentró sus fuerzas y su mente y volvió al ataque. Esta vez alcanzó su costado y sin contemplaciones una vez herida de muerte profundizó más en la brecha abierta de su costado para que se desangrara tranquilamente.

Completamente erguida y algo más tranquila, descargó la adrenalina sobrante con el cuerpo de la araña dormida. Alzó lentamente sus cimitarras y con una amable sonrisa, a sangre fría, clavó ambas al mismo tiempo en la criatura.

Giró su rostro hacia el soldado y ante sus palabras la joven respondió:

“Si, quizás en otra ocasión planteemos el combate de forma diferente, pero... No vuelvas a llamarme chiquilla, ni niña, hace ya algunos años que dejé de serlo. Me molesta que me traten así... Por si no te has dado cuenta, soy una mujer. Y, tu tampoco lo has hecho nada mal soldado...” –le contestó la joven respondiendo a su mirada. “Tienes razón, si, será mejor que abandonemos estas tierras lo antes posibles, no tengo ganas de volver a enfrentarme con nada ni nadie hoy...”

Antes de dirigirse a la cueva la joven descolgó su mochila y extrajo de ella un trozo de tela ya ensangrentado. Con ella limpio sus armas y cuando quedó satisfecha las envainó. Retiró los mechones de pelo que habían quedado pegados a su rostro y solo entonces se encaminó hacia la gruta.

Durante aquel corto trayecto su semblante se transformó. Su rostro severo, duro y frío fue dulcificándose y sus ojos perdieron el brillo que cobraban durante cualquier enfrentamiento.

Abrazó a los crios y les alborotó el cabello. Miró a la dama y puso su mano su frente. No tenía buen aspecto y aquello podría provocar un retardo importante en llegar al destino fijado. Descolgó su odre y se lo ofreció en silencio. Aquella dama necesitaba beber y comer o pronto caería desfallecida.

Luego miró al hermoso elfo y acercándose a él le dijo:

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“¿También funciona ese hechizo con las personas? Me encantaría aprenderlo... Creo que deberíamos empezar mi adiestramiento ya...” –le susurró la joven con una amplia sonrisa..

(RESPUESTA EAMONN)

La sorpresa es mayúscula para el rohirrim cuando escucha la respuesta de Lotrhiel. No se esperaba para nada que se tomara a mal un comentario tan a buenas como el que había hecho elogiando su manera de luchar y disculpándose por no haber confiado de entrada algo más en ella. De todas formas es comprensible la reacción, quizá Eamonn se ha tomado mucha confianza al llamarla chiquilla, cuando ya ha demostrado que dejó ese estado hace ya tiempo. De todas formas, muy lejos de enfadarse, el guerrero le contesta de forma amable, clara y concisa:

Eamonn: Vale. Mensaje captado, Lotrhiel.

Después de esto, el rohirrim se encamina hacia la mina [todo como ya había puesto en el post anterior].

(RESPUESTA LOTHRIEL)

Un atisbo de amargor se le formó en su boca al escuchar de nuevo las palabras de Aemonn, pero no había podido evitarlo. Quizás hubiera debido callar, dejar que la siguiesen considerando una cría, pero tenía ya 20 años y su cuerpo a pesar del entrenamiento, a pesar de los pantalones y las casacas amplias denotaban las curvas de la mujer que habitaba dentro.

Su largo y sedoso pelo negro siempre recogido en un moño o en una alta coleta, dejaba su rostro libre de obstáculos, para aquel que quisiera observarla. Unos labios generosos y unos grandes ojos azules realzaban el óvalo de su cara. Media alrededor de 1,60 y pesaba unos 59 kilos de pura fibra y generosos pechos. ¿Como podían llamarla niña?

Molesta, tuvo que reconocer que su comportamiento durante el viaje, quizás hubiera sido la causa de aquellos adjetivos y que la culpa de aquel trato tan solo fuera suya.

(RESPUESTA GELEKAR)

Todos estaban listos y alertas, sólo faltaba que su oponente se mostrara. Una fuerte tensión reinaba en el ambiente, y sólo se escuchaban la respiración de las personas y el leve silbido del viento. De repente, el elfo oyó nuevamente el sonido sordo, pero esta vez más fuerte que nunca.

Inmediatamente tres figuras de gran tamaño surgieron de la espesa niebla. Era arañas. El noldor sólo había encontrado arácnidos de tal tamaño una vez que un viaje lo había llevado a cruzar el Bosque Negro, pero de eso ya mucho tiempo. Preparado para repeler a las criaturas, Gelekar apuntó y atacó con una flecha a una de ellas, pero no acertó.

Theodwyn había llevado a sus hijos dentro de la mina para que no presenciaran la batalla. Lothriel y Eamonn comenzaron a pelear ferozmente contra los monstruos, al principio sin mucho éxito. El filo de las armas no hacía mucho daño a la gruesa armadura orgánica de los arácnidos.

Entendiendo que no podía hacer mucho con sus flechas, el noldor decidió utilizar sus conocimientos y poderes para combatir a los animales. Se dispuso a dormir a una de las arañas, utilizando un sortilegio aprendido tiempo atrás. Cerró sus ojos y concentrándose pronunció palabras arcanas y poderosas en su idioma natal, quenya. Dirigiendo la magia a una de las criaturas pequeñas logró que estaba se detuviera y cayera rendida a los pies de los guerreros.

La pelea comenzaba a inclinarse a su favor. Con una seguidilla de ataques poderosos y certeros Eamonn y Lothriel lograron matar a las arañas con efectividad. Todos se encontraban mucho más tranquilos ahora que la amenaza había sido neutralizada.

A pesar de que sus vidas habían estado en peligro, el elfo se sentía aliviado de que sólo habían sido criaturas los que los habían atacado. Certificó que todos se encontraran bien y sin ninguna herida antes de partir. Eamonn y Lothriel tuvieron un pequeño cruce de palabras que hizo que el elfo sonriera al observar las simples discusiones de los humanos.

El rohirrim propuso acelerar la marcha, y el elfo expresó su aprobación a la idea. No debían perder más tiempo y llegar a su destino lo antes posible.

La joven humana se acercó a él y le recordó sus ansias de recordar con su aprendizaje, a lo que Gelekar respondió:

Lothriel, debes saber que para aprender las magias y artes de la naturaleza se debe tener una gran paz espiritual y sobre todo mucha paciencia. En la situación en la que nos encontramos la paz no es protagonista, tanto así cómo la paciencia no lo es en ti. Prometo enseñarte, pero más adelante. Y no, no funciona con humanos.

Dirigió una sonrisa a la joven para tranquilizarla y para disminuir la severidad de su discurso y continuó caminando.

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(RESPUESTA LOTHRIEL)

Era la segunda negativa del bello elfo y a pesar de la amplia sonrisa que le dedicó y de su leve asentimiento con la cabeza, la joven por dentro sentía bullir su sangre.

"Arrogante, altivo y amargado ser... No volveré a pedírtelo jamás..." -pensó la joven poniéndose al lado de los crios y emprendiendo la marcha como si nada hubiera pasado y volviendo a bromear con ellos.

Se sentía tremendamente sola, aunque aquello no era nada nuevo para ella y absolutamente menospreciada por los dos hombres que la acompañaban..."Tanto mejor así, no me conviene encariñarme con nadie..." -se dijo a si misma mientras su rostro se iluminaba ante la buena estrella que parecía guiar su brillante futuro. La misión estaba saliendo a pedir de boca y pronto acabaría...

TURNO 9

Ni Theodwyn ni sus hijos vieron las tres enormes arañas y permanecieron ocultos en el interior de la mina. Tras la lucha, hubo algún momento de tensión cuando Lothriel reclamó que ya no era ninguna niña y comentó que no deberían tratarla como tal. Aclarado este punto, se reunieron con la dama y los niños y trataron entre todos de no contar su encuentro en el cementerio. Theodwyn estaba bien, pero se sentía un poco mareada y de vez en cuando tenía naúseas, aunque mantenía perfectamente el ritmo del grupo. No obstante comentó que tenía un extraño presentimiento acerca de su marido y que eso había hecho que no descansara bien la última noche.

Eamonn, ayudado por Eomer, preparó algunas antorchas. Gelekar y Lothriel, aún bajo los efectos de su hechizo, echaron un vistazo al interior de la mina. Llevaba muchos años abandonada, seguramente desde que se agotó su cobre. El interior estab muy húmedo, pero no parecía haber peligro de derrumbe. El grupo se puso de nuevo en marcha, siempre con Eamonn a la cabeza, y se adentró en la montaña a través de la mina.

Había varios corredores que travesaban el túnel principal, pero no lo abandonaron en ningún momento.

Por fin, el tortuoso pasillo dejaba de la mina y alcanzaba el cauce de un río subterráneo, junto al punto en el que la corriente (Heallstrem) desaparecía en el último tramo de su viaje hacia el arroyo del Bajo. Entonces, el camino ascendía por una estrecha escalera de granito, junto a una hermosa cascada. Esta cascada, de unos 16 metros de caída, daba lugar al Heallstrem.

Antes de comenzar la dura ascensión, el grupo se detuvo y comieron algo. El sonido del agua, el río subterráneo y esas escaleras escavadas en el granito, hacían de aquel punto un lugar ciertamente hermoso, a la par que misterioso.

Mientras los adultos terminaban de recoger y charlaban de cosas sin demasiada importancia, los niños se acercaron a la cascada y jugaron salpicándose uno a otro. La roca mojada era muy resbaladiza y a punto estuvieron de caer. Su madre les llamó enseguida y obedecieron a la primera, pero Eowyn se detuvo un instante mirando la cascada y avisó a su hermano. Ambos corrieron después. Parecían excitados.

Eomer: Madre. Tienes que ver esa cascada.

Theodwyn: Luego iré, quiero descansar un poco.

Eomer: Pero...

Theodwyn: Ya te he dicho que iré enseguida, deja descansar a mamá.

Eowyn: Es que hay algo detrás de la cascada. Yo lo he descubierto.

Eomer: Si, pero porque yo te llevé hasta allí.

La curiosidad les pudo. Dejaron a Theodwyn que descansara un poco más y Gelekar, Eamonn y Lothriel se acercaron a la cascada. En efecto, detrás de ella paracía que hubiese una especie de cámara oculta. En cualquier caso sería algo peligroso llegar hasta allí...

Eomer: ¿Iremos verdad? - Estaba entusiasmado, al igual que su hermana, con la idea de ver qué se ocultaba allí.

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Off-rol:

Bueno, yo sigo tentando al grupo...

(RESPUESTA LOTHRIEL)

-“No, ni hablar, no iremos allí, al menos ahora no... Vuestra madre no se encuentra bien, ¿No os dais cuenta de que está enferma?..” –dijo la joven con tono de voz severa para luego dulcificarla . E hincándose de rodillas para quedar a la altura de sus cabezas, mesándoles los cabellos a los chiquillos continuó. “Veréis, debemos llegar lo antes posible, vuestra madre está preocupada y además necesita de un médico y nosotros no lo somos.... Ese lugar es peligroso, incluso acercarse lo es... Si queréis cuando vuestra

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madre esté ya en casa, al lado de vuestro padre y bien, yo os prometo que hablaré con ella para que nos deje regresar,... Hacer una pequeña excursión y entonces investigar... ¿Que os parece?”

Lothriel estaba realmente preocupada por el estado de la dama. Se la veía cansada, agotada y blanquecina. Era necesario llegar cuanto antes... Se levantó y se dirigió hacia ella, le ofreció su odre de agua y colocándole la mano en la nuca le “obligó” a beber agua.

-“Beba señora, no debe dejar de beber, eso la ayudará a limpiar su cuerpo. No se que es lo que le sucede pero... Si usted lo ve correcto utilizaremos mi odre solo para su uso. De ser algo contagioso, los niños no se verán afectados...” –acabó la joven sonriendo tímidamente a la madre de los niños.

Se sentó junto a ella y dirigió su vista hacia los niños y hacia sus compañeros. Había sido un día duro. Aquel húmedo y largo pasadizo que habían tenido que recorrer durante varias horas la había dejado exhausta. No le gustaban los sitios cerrados pero en ningún momento dijo nada a nadie e intentó disimular su desagrado parloteando con los chiquillos y jugando con ellos.

No quiso dirigirle la palabra a ninguno de los dos hombres... ¿Total, para que? Ninguno de ellos se había interesado en preguntarle nada y cuando lo habían hecho había sido por pura cortesía y aburrimiento. Además, cuando ella había requerido algo le habían dado de lado, al menos el Noldo lo había hecho y se temía que aquel soldado también lo haría. Normalmente los guerreros tan solo vivían para luchar y demostrar lo que son capaces de hacer con un buen arma en las manos.

En aquellas condiciones, con la señora enferma poca conversación, diálogo o entretenimiento podía tener la joven, a parte de los crios por supuesto... Suspiró largamente.

El ruido del agua al caer sobre las rocas producían un efecto placentero y relajante en la joven. Cerró sus ojos y se dejó inundar por él. Tras unos minutos absorta, volvió en si con un solo deseo... Abrió su mochila y extrajo de ella un trozo rectangular y plano de color blanco parecido a una piedra.

Se dirigió hacia la hermosa cascada y se despojó de sus armas. Seguidamente se quitó el amplio blusón negro que llevaba, las botas y los pantalones. Ataviada únicamente con la ropa interior, la joven se dispuso a darse un baño. Restregó su cuero cabelludo con aquel trozo de jabón, necesitaba que su pelo recobrara vida al igual que su cuerpo y además, no se le ocurrió nada mejor ni más productivo que hacer, mientras el resto descansaba...

(RESPUESTA EAMONN)

Menos mal que la familia no ha visto nada del enfrentamiento. Tampoco se comentará con ellos lo que ha pasado, para no asustarles más de lo que ya puedan estar.

El camino ahora trascurre por dentro de la mina. Hay que atravesar el túnel principal para salir al otro lado junto al nacimiento del Heallstrem y poder llegar cuanto antes al arroyo del Bajo. A pesar de los corredores que se abren a los lados, el rohirrim avanza encabezando el grupo con la mayor ligereza que le dejan Theodwyn y los críos y sin dejar dejar de prestar atención a todo a su alrededor.

Después de un camino complicado, el grupo llega a la casacada que da origen al Heallstrem y al principio de la escalera de granito que será el siguiente paso en el camino. Es un buen momento para descansar un poco y coger fuerzas, ya que la hermana del rey no se encuentra en óptimas condiciones. Tampoco es bueno llevar a los niños a marchas forzadas.

En realidad empieza a ser preocupante el estado de ánimo de Theodwyn. El presentimiento de lo que le ha podido suceder a su marido empieza a dar vueltas también por la cabeza de Eamonn, a la vez que se acerca a Gelekar y le comenta:

Eamonn: Deberíamos ir más rápido. Cuando volvamos a emprender la marcha aceleraremos el paso. Este camino es peligroso, la hermana del rey no se encuentra bien y siempre es complicado un viaje con niños...

En ese momento Eomer, después de haber estado con su hermana jugando cerca de la cascada, le insta a su madre a que se acerque a ver lo que hay detrás de ella. Su madre responde con evasivas hasta que Lothriel, con voz seca, le trata de quitar de la cabeza la idea al niño.

Está claro que no tenemos tiempo de excursiones, pero ¿puede ser que le haya molestado tanto lo que le dije antes? Debe tener más cosas en la cabeza... Está surgiendo mucha tensión en el grupo. Ante este pensamiento, Eamonn tratará de calmar las ansias exploradoras de los chavales primero, viendo que Lothriel está más atenta a Theodwyn, y después hablar con Lothriel para tratar de hacerle más ameno el viaje.

Eamonn coge un par de ramas que había cerca, las limpia de brotes y le da una a Eomer. Comienza entonces a jugar con él simulando que son un par de espadas. Eowyn nos mira muy entusiasmada. Hasta se le pasa por la cabeza al guerrero darle también una a ella para que se una, pero es demasiado pequeña.

Después de un rato de juegos, tratando de que los chavales se olviden de la cascada y de hablar con Gelekar para que se quede atento, es el turno de hablar con Lothriel, ya que se ha separado un poco del grupo. Sobre todo para subirle el ánimo y, sabiendo cómo es su forma de luchar, plantear otro posible encuentro de una forma distinta. Debido al entrenamiento del guerrero con armas de asta, sería mucho más efectivo que él luchara con su alabarda mientras Lothriel luchara directamente, cuerpo a cuerpo. Pensando esto, de repente la ve en el borde de la pequeña poza que forma la cascada, en ropa interior lavándose su largo, sedoso y negro

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pelo. Ella se da cuenta de la presencia de Eamonn, pero no se inmuta en un principio. El rohirrim está algo avergonzado por no haber sido más cuidadoso y se da la vuelta. Entre tartamudeos, dice:

Eamonn: Lo siento… no quería… bueno… sólo quería hablar un poco contigo, pero … esperaré junto al grupo…

(RESPUESTA LOTHRIEL)

La joven alzó una ceja ante la mirada de Eamonn. Seguramente no era la primera vez que veía a una mujer en ropa interior, aunque quizás si a una "chiquilla". Intentando disimular una sonrisa y viendo que el caballero se daba la vuelta, acertó a decir con voz neutra antes de que marchara...

"Si sigues en esa posición no creo que debas esperar a que termine de lavarme, puedes hablar abiertamente mientras termino. Y si lo deseas, también puedes girarte, no me gusta hablar con nadie sin ver sus ojos, y no me molesta que me miren..." -adujo la joven esperando sus palabras.

Estaba expectante. No se esperaba que aquel hombre quisiera entablar conversación con ella... ¿Que querría decirle?

(RESPUESTA LOTHRIEL+EAMONN)

Eamonn se dio la vuelta y habló con más naturalidad.

- "Quería simplemente decirte que siento no haber confiado más en ti en un principio. Entiéndeme, no conocía para nada tus aptitudes ante un enfrentamiento. Para la próxima vez, yo creo que sería más recomendable un estilo más compenetrado de lucha, debido a que yo manejo quizá mejor mi alabarda que la espada."

-"Bien, me parece correcto, aunque creo que me habéis subestimado los dos desde un principio..." -contestó la joven ahora con el ceño fruncido. "Supongo que el no conocernos de nada ha sido la causa de que me tratarais como a una "chiquilla" endeble e infantil..." -acabó la joven mirando al hombre que al parecer se encontraba a gusto en su presencia y al que no importaba su actual estado.

El rohirrim dejaba ver ahora una sonrisa en su rostro, incluso se le escapó una carcajada...

-"No, mujer, para nada. Endeble no habría dicho nunca, todo lo contrario, pero no podía arriesgarme sin conocer tus buenas maneras. Sobre mi comentario de antes, si quieres, lo olvidamos, que fue con mi mejor intención."

La joven sonrió ampliamente ante sus palabras, y acabado su aseo, dejó atrás el agua y se acercó al hombre.

-"¿Entonces a partir de ahora seremos compañeros? ¿Me trataras como a un igual?" - dijo posicionándose frente a él, completamente empapada y con la ropa pegada al cuerpo.

Siempre había sido así, pensaba el hombre, aunque la historia que contara ella en su día, todavía tenía muchas incógnitas y a pesar del instinto de protección que le surgió a Eamonn de repente cuando salieron las arañas, que le hizo ponerse en primera posición. Y así se lo hizo saber al contestarle con un gesto muy amable.

-"Sí, mujer, por supuesto...."

Tratando de no tocar ahora el tema de la historia de Lothriel y la razón de su llegada a Edoras, a la vez que intentaba no mirar directamente el cuerpo de la mujer, el guerrero siguió con el tema inicial...

-"La próxima vez lucharemos cada uno explotando nuestras mejores armas, atacaremos a la vez, yo desde una posición algo más alejada para golpear con mi alabarda y tú desde una más cerca con tu espada para provocar el mayor daño posible a nuestro enemigo." –acabó Eamonn.

La joven asintió a sus palabras con una amplia sonrisa en su rostro...

-"Aunque, si actuamos así, me dejarás a mi todo el peso del cuerpo al cuerpo al situarme en primera línea,... " -rió alegre la joven.

-"Sí, pero ahora sé que ese puesto lo cubres bien."

Eamonn se quedó mucho más tranquilo al saber que había buenos ánimos en el grupo y que podría contar con una buena guerrera en caso de algún enfrentamiento más peligroso, pero también un extraño sentimiento empezaba a surgir en el rohirrim. ¿Sería posible que esta sorpresa le hubiera tocado un fibra sensible a Eamonn?...

Acabada la conversación, la joven recogió sus ropas, sus armas y se dirigió hacia una gran roca para ocultarse tras ella. Se despojó de su ropa interior para colocarse el blusón y los pantalones y tras acabar, apareció radiante de nuevo ante ellos, con la ropa mojada entre sus manos estrujándola. Cuando acabó, Lothriel anunció...

-"Bien, ¿Nos vamos? -les dijo a todos sonriendo.

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TURNO 10

Lothriel y Eamonn charlaron junto a la cascada. Por primera vez desde que comenzara el viaje, habían hablado como buenos compañeros y empezaban a conocerse un poco mejor. Eamonn había comprobado que la joven era valiente y se valía por si misma, además de ser una gran luchadora. Aún les esperaba una buena parte del camino por recorrer y era de agradecer que no hubiera tensiones.

Gelekar se mantenía junto a Theodwyn a la que parecía haber dominado un sentimiento negativo sobre su marido. Delante de sus hijos intentaba disimular su estado de ánimo, pero parecía afectada por algo que ni ella misma sabía bien qué es lo que era.

Había llegado el momento de reanudar la marcha. Y a partir de allí llegaba la parte más dura: ascender. Las escaleras parecían no acabar nunca. Las piernas comenzaron a flojear. Cientos de peldaños sin descansos hacían que la ascensión fuese terriblemente dura, pero mereció la pena. Tras subir cientos de escalones llegaron a la Cámara de la Escalinata Abominable. Amplia y aireada, fresca y húmeda, extraña y encantada. La Cámara era, sin duda, uno de los rincones más maravillosos de la Tierra Media.

La cámara tenía una altura, de suelo a techo, de más de setenta metros. Su techo cubierto de estalactitas era una sinfonía de formas que caían hacia el suelo, como congelados en el clímax de un ballet encantado. Había núcleos de cristal que reflejaban la luz de las antorchas desde nichos de colores, como tesoros atrapados en la roca viva. En el suelo desigual se veían estalagmitas y rocas de corriente.

Pero las verdaderas maravillas de la caverna eran las docenas de columnas naturales de basalto, hexagonales, que desde el suelo llegaban hasta el techo. Se trataba de bloques formados a partir de lava que se enfrio rápidamente y eran las mayores de su clase que se pueden ver en Endor occidental.

Haciendo un esfuerzo, Theodwyn contó la historia de ese magnífico lugar. Explicó que las sacerdotisas Daen Coentis descubrieron la Cámara a principios de la Segunda Edad y consideraron que el lugar estaba santificado y lo convirtieron en una especie de templo natural, donde se celebraban ceremonias llenas de cánticos y oraciones. Se esculpieron escaleras en y alrededor de las columnas, y se colocaron plataformas para los coros en lugares adecuados a las extrañas cualidades acústicas del lugar. Cada columna estaba coronada por una plataforma, lo que permitía que un coro de más de cien personas se reuniese en tumultuosa armonía. En la base de las columnas se grabaron poemas que servían para guiar a los cantantes, porque sin direcciones, la Cámara era un laberinto de mil formas. La confusión protege a la Cámara de la Terrible Escalinata.

La Terrible Escalinata era la mayor de las escaleras esculpidas en los pilares de basalto. Subía alrededor de una columna azulada, llegando hasta el techo, para convertirse entonces en camino más llano y alejarse de la Cámara.

Theodwyn: No debemos separarnos, pero no será sencillo encontrar la Escalinata. En cualquier caso, creo que podríamos descansar aquí. Subir hasta aquí ha sido una dura prueba para los niños.

Eomer y Eowyn parecían, en efecto, extenuados, pero no más que su propia madre que, de todo el grupo, daba la sensación de estar la más cansada.

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Off-rol:

La estancia es totalmente sobrecogedora. Las gigantescas columnas, estalagtitas y estalagmitas, unidas a los reflejos de las antorchas y a que la Cámara se extiende hasta donde llega la vista, hace de este sitio un

lugar donde es sencillo perderse, sobre todo si el grupo se separa... ¡Cuidado!

No obstante, me gustaría que os curréis un plan de acción para buscar la Escalinata...

(RESPUESTA LOTHRIEL)

Había sido absolutamente agotador. Sus piernas parecían no poder dar un paso más cuando por fin alcanzaron la enorme gruta y pudo tumbarse en el suelo. En aquella posición la joven con los ojos enormemente abiertos observaba maravillada la estancia.

Le fue imposible calcular la cantidad de columnas y el espacio total de aquella enorme caverna y tras recuperar algo de sus fuerzas y sobreponerse a su asombro, las palabras de la dama fueron como un mazazo en su cabeza...

“Si no he entendido mal, debemos buscar la única que es azulada... Cosa ardua y difícil de encontrar, viendo la inmensidad que nos rodea ya que además debemos procurar no perdernos...” –dijo más para si misma que para el resto y alzando algo más la voz propuso.

-“Bien, no se si servirá de algo pero creo que a menos deberíamos en un principio intentar descifrar y leer, por si acaso nos dan una pista, una indicación, los grabados que hay en las columnas...”

La joven se descolgó la mochila, el arco dejándolos en el suelo y colocó el carcaj ante su pecho, junto a un

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pequeño odre de agua. El suyo se lo había cedido amablemente a la dama por si acaso la enfermedad que la atacaba era contagiosa.

“Deberíamos avanzar los tres al mismo tiempo, sin perdernos de vista, siempre atentos a la tea del compañero y marcando con lo que llevemos encima las columnas ya vistas. En mi caso intentaré clavar una flecha a modo de señal para recordar el camino que hemos recorrido. Los tres a la vez lograremos descartar más columnas en menos tiempo... Marcarlas será la manera de poder volver por el mismo camino y también de poder llegar a recuperar nuestras cosas, siendo las columnas marcadas con las flechas las que nos indiquen en donde podremos encontrar a la dama y los chiquillos... Quien la encuentre, que avise y nos dirigiremos hacia él, para cercionarnos de que no hay más columnas azuladas y es la correcta. Supongo que algún verso o señal nos lo indicará... Una vez seguros, iremos en busca de ellos para ascender todos juntos... ¿Os parece correcto? ¿A alguien se le ocurre algo mejor?”

Lothriel miró con una amplia sonrisa a sus compañeros y empezó a rebuscar entre sus pertenencias. No habría bastantes flechas para marcar todas las columnas por las que pasara y debía encontrar algo con que seguir haciéndolo. Encontró cuerda que se colgó a modo de cinturón junto con una daga para cortarla a trozos y así aprovecharla al máximo y carboncillo.

Una vez preparada esperó a que sus compañeros dieran mejores ideas o propusieran un plan alternativo al suyo. No estaba segura de que su idea fuera eficaz o la correcta...

(RESPUESTA GELEKAR)

Luego de un largo camino llegaron al fin a la Cámara de la Escalinata. Una vez más el elfo quedó maravillado ante la arquitectura natural del lugar, que era realmente imponente y a la vez tenebrosa. Observó detenidamente cada rincón y recoveco, notando que sería complicado guiarse correctamente allí.

El elfo había notado que hacía ya varias horas que la mujer tenía mareos y nauseas. Se acercó a ella y confirmó su idea; esta se sentía un poco enferma. Lothriel había ofrecido su odre de agua para que tomara, pero no mejoraba mucho. El noldor pensó que su magia tal vez podría aliviarla y proponiendo esto a Theodwyn utilizó un sortilegio para que se curara.

Theodwyn y los niños se encontraban muy cansados, y todos convinieron en que sería mejor descansar. Antes de acostarse la hermana del rey hizo gala nuevamente de sus conocimientos del lugar contando la historia de la Cámara. El cuento resultó de sumo interés para el noldor, que consideró que les sería muy útil para formar un plan.

Mientras la familia estaba durmiendo los dos guerreros y el animista se juntaron a dialogar. Entonces el elfo propuso algo:

"Creo que antes que nada debemos tratar de leer los versos que se encuentran en las plataformas, ya que nos pueden brindar una gran ayuda, tanto para formar un plan como para salir definitivamente de aquí"

Lothriel asintió y propuso ella un plan. A Gelekar le pareció muy bueno, y la verdad es que a él por ahora no se le ocurría nada mejor, por lo menos hasta que tradujera los versos. La joven les había demostrado nuevamente que no era una "chiquilla". El elfo la halagó expresando su admiración por el plan, cosa poco común en él y en los de su raza. Unos momentos después Gelekar se dirigía hacia el lugar donde se encontraban las direcciones que habían servido a los antiguos moradores de las Cámaras, deseando que a ellos también les sirvieran.

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Off - Rol: El hechizo que utilizo para aliviar a Theodwyn es "Alivio de molestias leves".

Ya me dirás tu si puedo traducir los versos

(RESPUESTA EAMONN)

Eamonn: "Compañeros, yo creo que debería quedarme con la familia para protegerla. Por muy acogedor que parezca el lugar y por muchos dioses que hayan sido aquí venerados, creo que me quedaré con ellos velando su sueño. Investigad vosotros dos y nos veremos en este punto otra vez.

TURNO 11

La Cámara de las columnas era, sin duda, sobrecogedora. Mientras paraban a descansar, todos pensaron el mejor modo de actuar. Gelekar, acostumbrado a ayudar a los viajeros heridos que llegaban a Rivendel, se acercó a Theodwyn y tras hablarle con suavidad comprobó su temperatura. No tenía fiebre mas tenía un aspecto cansino además de sentirse un poco mareada. El animista le propuso utilizar sus conocimientos arcanos sobre ella.

Theodwyn: Agradezco vuestra ayuda, pero no es nada, de veras. Sólo estoy un poco cansada, mañana estaré mejor.

Gelekar consiguió convencer a la dama de que se sentiría mejor y le ayudaría a descansar. Theodwyn aceptó su

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ayuda.

Tiradas: Gelekar (Hechizo - Alivio de molestias leves) = 45 (éxito)

La mujer se sintió mejor casi al instante y, pese a conservar su angustia, se recostó quedando dormida en breve. Guerreros y elfo planearon entonces sus acciones. La idea de la joven Lothriel fue aceptada de inmediato y recibió la felicitación de Gelekar. Era muy buena idea. Por su parte, Eamonn prefirió quedarse junto a los niños y su madre. No podían dejarles solos allí, así que Lothriel y Gelekar, con sus carcaj a mano, comenzaron su búsqueda.

Tiradas: Gelekar (Leer runas) = 94 (Casi éxito) Lothriel (Leer runas) = 66 (fallo)

Cada columna tenía inscrito un texto. En su mayor parte se trataba de un idioma desconocido para ellos, pero también incluía unas runas. En un intento por descifrarlas, la humana no tuvo éxito, pero si su compañero. Pese a no poder comprender todo su significado, dedujo que incluía una especie de numeración, de fuera hacia dentro, trazando como unos círculos más o menos concéntricos, creando una especie de intrincada tela de araña. Parecía lógico que la columna que bsucaban estuviera situada hacia el centro y ese fue el camino elegido. Para no desorientarse, Lothriel fue poniendo en marcha su plan y clavó una flecha en el suelo junto a cada columna mientras avanzaban siguiendo las indicaciones del noldor. Continuó con el carcaj de Gelekar y luego con el carboncillo, hasta que, finalmente la encontraron.

Era una columna de basalto azulado tan ancha que se necesitarían más de veinte hombres para abracarla. Una escalera, más ancha que en el resto de columnas, ascendía en espiral y se perdía allí donde su vista les permitía llegar. En el caso del elfo, pudo ver que la ascensión alcanzaba el techo de la Cámara. Sin perder tiempo, regresaron sin problemas siguiendo las marcas reuniéndose con los demás. Theodwyn y los niños dormían y fue Eamonn quien salió a su encuentro interesándose por su hallazgo. Decidieron dejar descansar a la familia antes de ascender por la Terrible Escalinata. A todos les vendría bien una pausa y su viaje a través de las Montañas Blancas llegaba a su fin.

Horas después, todos estaban ya listos para continuar. Theodwyn se sentía algo mejor, pero sus molestias reaparecieron de nuevo al rato. Demasiado tiempo sin sentir el aire en su rostro ni los rayos del sol, tal vez. De regreso a la Columna, fueron recuperando sus flechas y, en perfecta fila de a uno, comenzaron a subir. Eamonn a la cabeza y Gelekar cerrando la formación, con Lothriel en el centro junto a la familia.

Tras una dura subida de novecientos metros, esta escalinata llegaba a un observatorio excavado en la cima del Heahall. Esta cámara recibe el nombre de “Alta Cámara”, lo que explicaba el origen del nombre del pico. Siete asientos presidían la cámara. Había pequeñísimas ventanas en los muros que permitían mirar hacia el noroeste, el este, el sureste, el sur, el suroeste y el oeste. Unas ventana mayores se abría al noroeste y al norte. En las paredes había inscripciones simbólicas y el techo tenía incrustadas gemas azules.

Desde allí se podía salir, por fin, al exterior. Las vistas eran imponentes, pero lo que más les llamó la atención fue una gigantesca vasija de granito azul situada justo en el centro, redeada por los asientos. La vasija, de dos metros de altura. Pero la vasija estaba rota. Una fisura, lo suficientemente ancha para que cupiera por ella una persona, dominaba uno de sus laterales. Mientras unos miraban el por los ventanucos y otros por la cámara, una escalofriante voz les sorprendió como si de una terrible pesadilla se tratase.

Voz: ¿Quién osa perturbar la paz de este lugar?

La pequeña Eowyn gritó presa del pánico. La voz, femenina pero de ultratumba, vino acompañada por una mano que asomaba por la grieta de la vasita granítica. La mano vino acompñada por un brazo cadavérico y un cuerpo igualmente terrorífico.

Ialanna: Soy Ialanna, suma sacerdotisa y, o volvéis por donde habéis venido o podéis despediros de esta vida.

Tiradas: Eamonn (TR miedo) = 79 (superado) Lothriel (TR miedo) = 104 (superado) Gelekar (TR miedo) = 81 (superado)

Los niños estaban muy asustados, hasta el punto que Eowyn se quedó paralizada por el miedo. Su madre también estaba asustada...

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Off-rol:

Tras el parón por Pascua, iremos regresando poco a poco a la normalidad.

Bien, por fortuna para vosotros, los tres teníais buenas resistencias contra el miedo... Pero cuidado, aviso

que es peligrosa, mucho más que cualquier otro encuentro que hayáis tenido hasta ahora...

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Suerte

(RESPUESTA LOTHRIEL)

La joven miró al Noldo con una mezcla de interés y desaprobación. Ella estaba al cuidado de la dama, le había preparado infusiones, le había regalado su odre... Y a pesar de sus “esfuerzos” aquel hombre insistía en inmiscuirse en sus “obligaciones”. Lothriel se encogió de hombros, quizás no estuviera realmente preparada para cuidarla ella y si Gelekar creía poder ayudarla que lo hiciera.

Apartó sus ojos de la escena y empezó a recoger los carcajs y los instrumentos que necesitaría para empezar la expedición y con ello su ánimo lejos de mejorar, empeoró.

Se volvió a sentir de nuevo inútil al ser incapaz de descifrar aquellas malditas runas e inscripciones que con elegante trazo estaban dibujadas en la base de las columnas. Había dedicado gran parte de su vida al estudio pero visto el resultado, aquel esfuerzo había sido en vano. Con un fuerte bufido la joven demostró su desánimo, sobre todo cuando vio la cara de felicidad del Noldo mientras los traducía.

Negó fuertemente con su cabeza ante tales pensamientos y consciente de que aquel no debería ser el estado de ánimo habitual en ella, la joven hizo un alto para concentrarse y volver a ser la alegre y despreocupada muchacha de siempre.

Se forzó a sonrió abiertamente ante el descubrimiento de su compañero y algo más tranquila, avanzaron según las indicaciones del texto descifrado. A cada columna que dejaban atrás la joven clavaba una flecha en el suelo para poderse orientar en su regreso y cuando se le acabaron empleó, el carboncillo dibujando una X.

La caminata continuaba y desesperada comprobó que apenas quedaban dos centímetros del lápiz. Se estaba agotando al igual que las flechas y el miedo apareció de repente... ¿Y si no conseguían orientarse? ¿Y si no habían recorrido ni la mitad? ¿Y si no podían volver juntos a los demás?

De pronto la vieron. Enorme, magnífica y exultante, la columna azulada aparecía ante sus ojos como esperando ser encontrada. La alegría la invadió y sus oscuros pensamientos se enterraron de repente bajo un grueso y tupido velo. Se abrazó al Noldo y cogiéndolo de la mano lo arrastró de vuelta junto a los demás.

Todos dormían placidamente y tras la larga caminata y la tensión acumulada durante el trayecto la joven se dejó caer al suelo para restar tumbada allí durante un buen rato. Se sumió en un profundo silencio y se negó a contar nada al soldado. Le había dolido ser ella la que se llevara la peor parte del trabajo y que no se hubiera ofrecido él ha hacerlo. Se había quedado tranquilamente sentado junto a la familia.

Cerrando los ojos, se durmió y tras unas horas de descanso se pusieron de nuevo en marcha. La joven fue recuperando sus flechas y colocándolas dentro de su carcaj (el resto ya haría lo mismo con las suyas si así lo deseaba) y se colocó al lado de los crios para explicarles como era la columna y mentalizarles del esfuerzo que deberían hacer para poder llegar al final de ella.

Fue tarea ardua y difícil conseguirlo pero llegaron. Sudando copiosamente y con el cuerpo derrotado, alcanzaron la cumbre de aquella escalinata. Pidió al Noldo que tradujera aquellas inscripciones simbólicas que habían dibujadas en la pared mientras rodeó la vasija, intentando comprender el porque de aquella fisura e intentando imaginar su contenido. ¿Que podría haber sido tan importante para que siete personas la contemplaran?

Pronto su curiosidad se vio satisfecha al aparecer por ella aquel fantasmagórico cuerpo. Su cuerpo tembló y el miedo estuvo a punto de jugarle una mala pasada, más al girar su hermoso rostro hacia los crios y comprobar el estado en el que se encontraban desapareció en ella. Con cuidado, lentamente los cogió de las manos y se los acercó a la madre. Una vez los tuvo a los tres juntos los empujó cariñosamente hacia un lado de la sala y se dirigió de nuevo al centro de la sala.

Con una mano sobre la empuñadura de su espada la joven habló al ente...

-“Yo te saludo Ialanna, suma sacerdotisa. Mi nombre es Lothriel y no deseamos perturbar tu descanso ni tu morada. Tan solo deseamos proseguir nuestro camino y llevar asnos a salvo a su hogar a estos niños y a su madre...” –consiguió pronunciar la joven al tiempo que hacia una leve reverencia con su cabeza para después estudiarla.

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Turno repetitivo y pobre. Lo siento pero... No deseo atrasar la trama y estaré estos días bastante ocupada. Utilizaré el hechizo de Estudiar (I), y estaré preparada en caso de ataque siempre ante la familia para protegerla.

(RESPUESTA GELEKAR)

Cuando creyeron oportuno, llevaron a cabo el plan de Lothriel. Primero el noldor intentó descifrar las runas que se encontraban en el recinto, y por fortuna logró captar su mensaje general, lo suficiente para que pudieran guiarse en aquel laberinto.

Eamonn se quedó con la familia y ellos comenzaron a caminar. Recorrieron los intrincados caminos de la Cámara mientras Lothriel clavaba flechas junto a las columnas para marcar el recorrido. De vez en cuando el

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elfo leía algunas de las runas para orientarse y seguir en la senda correcta.

Ya estaban cansados de caminar cuando encontraron la columna azul que buscaban. Era ligeramente diferente a las demás; grande y majestuosa, de una arquitectura más fina y delicada. Con alegría volvieron al campamento a descansar ya que se encontraban cansados, en especial la humana.

Gelekar durmió un par de horas pero despertó en medio de la noche y no pudo recobrar el sueño. Estaba preocupado por lo que les esperaba delante en su viaje, y ese mal presentimiento que lo acompañaba seguía presente. Además se sentía responsable de todo el grupo de humanos, y temía que algo les sucediera.

Después de un par de horas más todos estaban despiertos y listos para partir. Comenzaron a subir la escalinata en caracol que soportaba la columna y que como el elfo había notado llegaba hasta el techo del recinto. La escalera era muy extensa, y Theodwyn y los niños empezaban a cansarse. El noldor percibía que la hermana del Rey continuaba con malestar; y prometió que más tarde vería por qué.

Llegaron a la cima luego de un largo rato, y se encontraron con una habitación muy hermosa, con sillas de piedra; pero lo que más resaltaba era una enorme vasija en el centro, pero que tenía una mitad rota. Extrañado, el elfo se acercó un poco a esta para inspeccionarla cuando una voz cadavérica lo detuvo en seco.

Retrocedió hasta donde estaba la familia y los dos guerreros, y se mostró ante ellos una mujer que al parecer era una muerta-viva. Los niños estaban muy asustados, pero fueron controlados por Lothriel. El cadáver se identificó como la suma sacerdotisa Ialanna, y les advirtió que se largaran de allí en ese preciso instante.

Al elfo le dio muy mala espina la situación, pero ellos debían pasar por allí para continuar su viaje, y no tenían pensado volver atrás cuando sólo estaban a un corto trecho de salir de aquel lugar. El noldor imaginó que la sacerdotisa sería una antigua guardiana de aquel lugar, y que su poder debía ser grande, es por eso que tendrían que evitar cualquier tipo de conflicto.

La joven Lothriel le habló con palabras amables y tranquilos que a Gelekar le parecieron oportunos, y luego él agregó:

Suma sacerdotisa, no deseamos perturbaros, y como dijo mi compañera, lo único que queremos es salir de aqui con esta noble familia. Este lugar es sagrado e intentaremos pasar por él lo más rápido posible para no molestaros.

El elfo habló serio y con altanería. Si la mujer no era agresiva podrían pasar sin problemas, más si no entendía razones no les quedaría otra que entrar en batalla. En todo caso, Gelekar mantenía su mano cerca del arco y el carcaj.

(RESPUESTA EAMONN)

No es nada mala la decisión de quedarse con la familia. Este lugar es totalmente nuevo para todos los integrantes del grupo, así que ninguno podría dar la seguridad necesaria para que el guardián de Edoras se aleje de los que le han encargado proteger, por muy acogedor que parezca el lugar. Al final resultó no ser necesaria su presencia, pero más vale que sobre a que falte.

Han encontrado la escalera, pero tampoco se muestran muy explícitos sobre el paseo el elfo y la humana, uno porque no suele ser muy hablador y la otra porqué está en este momento algo antipática. Algo le ha debido molestar a la chiquilla durante el paseo, aunque no ha debido ser muy grave, porque tampoco están intranquilos ni nada. ¿Por qué la habré vuelto a llamar chiquilla? ¿Por qué me preocupará tanto ahora el que se muestre algo antipática? ¿Por qué estaré pensando tanto en ella?

Eamonn, es capaz de descansar un poco, aunque los pensamientos que le rondan la cabeza no le dejan pasar de un sueño muy ligero. En el siguiente descanso sería conveniente que sí que durmiera un poco más, porque el cansancio se puede ir acumulando y ser peor. Pero dejar a Lothriel que sea la que haga las guardias no es nada caballeroso. ¿Pero qué narices me pasa?

En cuanto el grupo vuelve a emprender la marcha, el rohirrim se concentra más en agudizar sus sentidos, atender a todos los lados y encabezar la marcha que en otra cosa. Gracias a las flechas y las marcas que ha dejado Lothriel es sencillo encontrar la escalera. Es impresionante. Todo este lugar es fascinante. Apuntaré como tarea pendiente leer sobre este lugar en los libros de historia cuando regrese a Edoras.

La subida es tremendamente cansina, muy repetitiva y muy dura. Eamonn se gira en un momento para ver qué tal va subiendo el grupo, aunque inicialmente centra su atención en Lothriel (está guapísima, ¿pero qué estoy diciendo?), en seguida se fija en el familia para llevar un ritmo de subida acorde con sus capacidades (céntrate chaval, que pareces un adolescente y tienes que proteger a esta familia).

A Eamonn le empiezan a pitar los oídos. En principio piensa en un mal presagio, pero enseguida se da cuenta que están subiendo muchísimos metros de golpe y es algo normal. En lo alto de la escalera se abre una impresionante cámara a modo de observatorio. Unas ventanas con una vista espectacular y 7 sillas presidiendo la sala con una extraña vasija gigante en el centro es lo más destacado, pero parece que todavía hay algo más a tener en cuenta en la sala. De la grieta de la vasija sale un espíritu que se hace llamar Ialanna, suma sacerdotisa, y nos amenaza. Los niños se asustan muchísimo y mi primera reacción es acercarme a ellos y protegerlos. Lothriel contesta rápido y muy bien. Luego Gelekar sigue concisamente.

Eamonn: Mi nombre es Eamonn, suma sacerdotisa, y, como bien dicen mis compañeros, lo último que

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queremos es perturbar la paz de este lugar.

Dice el guerrero mientras instintivamente agarra con fuerza el mango de la alabarda, aunque podría ser tomado claramente como una amenaza, hay que esperar a que conteste de nuevo este ser antes de relajar la guardia. No sabe cual será la respuesta del espíritu, pero tiene una cosa clara, en su entrenamiento le enseñaron a usar su cabeza más rápido que sus músculos. Todos los espíritus que siguen en este mundo, tienen un finísimo hilo que los mantiene ligados al mundo real, siendo a la vez de tremendamente fuerte esa unión para ellos, suele ser sencilla de encontrar y romper para los vivos. La clave es mantener la cabeza fría, difícil, pero es el miedo es el principal enemigo del guerrero. Mira a su alrededor. ¡La vasija! ¡Claro! No sabe todavía si habrá que enfrentarse a este singular y poderoso rival, pero Eamonn ya tiene un objetivo claro: romper la vasija de la que ha salido.

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Cuando agarro el mango de la alabarda, mi idea es estar prevenido, pero no parecer una amenaza, sólo quiero esperar a la respuesta del espíritu.

En el caso de que la respuesta sea amistosa, pues nada, soltar el mango de la alabarda y seguir nuestro camino sin perder de vista los movimientos de Ialanna.

Si hay enfrentamiento inevitable, iré lo más rápido que me deje la batalla a por la vasija. Si no puedo, no dudaré en decírselo a mis compañeros, para que el que tenga la opción se acerce a destruirla.

TURNO 12

Las palabras del grupo fueron ignoradas por la fantasmagórica aparición que se abalanzó contra ellos en cuanto comprobó que no tenían intención alguna de regresar por donde habían venido. Eamonn, que tenía un plan, se había comenzado a desplazar lateralmente para tener mejor acceso a la vasija en caso de que fuese necesario atacar. Y así fue...

Tiradas (asalto 1) Iniciativa: Ialanna = 15 Eamonn = 23 Lothriel = 24 Lothriel vs Ialanna (cimitarra) = 149 ----> nada Eamonn vs vasija (alabarda) = 140 ----> X

Gelekar cogió su arco y preparó una flecha dispuesto a disparar contra ella. Mientras, con un rápido movimiento, Lothriel sacó sus cimitarras y se anticipó a la carga de Ialanna atacando con una de ellas a la sacerdotisa. El ataque fue muy bueno y colocado al costado del muerto viviente, pero sus sorpresa fue mayúscula al comprobar que su hoja atravesó su cuerpo etéreo sin causarle daño alguno. La joven guerrera maldijo para si al tiempo que pensó que lo pasarían ciertamente mal en esa desigual pelea.

El rohirrim se impulsó a un lado esquivando a su rival y balanceó su alabarda para golpear con violencia la vasija de la que acababa de salir. El impacto la hizo pedazos haciendo saltar trozos e Ialanna se detuvo de inmediato cuando estaba a punto de atacar a Lothriel. Su rostro reflejaba su incredulidad, pero no tuvo tiempo de nada más. La presencia se desvaneció sin dejar ni rastro en la cámara. Eamonn sonrió satisfecho. Su idea había funcionado y les había librado de un serio apuro.

Los niños poco a poco se fueron tranquilizando al ver que, fuese lo que fuese, ya había desaparecido de allí. Entre los restos de la vasija, brillaban algunos objetos y se podían distinguir una serie de huesos, aparentemente humanos. Seguramente se trataban de los restos de la sacerdotisa Ialanna y las posesiones que tenía en vida. Por fin, el camino estaba libre y podían salir de aquel lugar con destino a Aldburg. La salidad de la cámara en la que se encontraban conducía a un camino, el Sendero Terrible.

El resguardado Sendero Terrible atravesaba las Montañas Blancas y conducía directamente de regreso a Rohan. Según explicó Theodwyn, tenía dos desviaciones secretas y difíciles de encontrar. Una conducía a Eriador meridional y la otra llegaba hasta Gondor occidental. Sin duda, había pocos caminos tan estratégicos. Además, según se decía, a lo largo de estos caminos secretos había pequeños refugios o cuevas con provisiones para los posibles viajeros o comerciantes que los utilizaban.

Theodwyn comunicó al grupo sus deseos de llegar a Aldburg. Sus malos presentimientos acerca de que algo terrible estaba ocurriendo, le hacía sufrir mareos y naúseas y quería reunirse con su marido lo antes posible. Por otro lado, necesitaba descansar...

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Off-rol:

Bien, ya queda menos.

El Sendero que lleva a Rohan es relativamente sencillo de transitar. Se podría atravesar en media jornada y a partir de ahí quedaría muy poquito para llegar a Aldburg. En el próximo turno ya estaremos allí, si no ocurre

nada extraño.

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Podéis comentar el viaje hasta allí, tal vez queráis registrar la vasija, intentar localizar los caminos secretos...

Por cierto, muy bien Rhayader , Ialanna era un enemigo MUY peligroso, sobre todo sin disponer de armas mágicas para acabar con ella...

(RESPUESTA EAMONN)

Los intentos por evitar el enfrentamiento fueron absurdos, como se imaginaba el guerrero. No hizo mal en tener fuertemente agarrada la alabarda por si acaso. A la misma vez, Eamonn se fue ladeando un poco para poder llegar con facilidad a su objetivo.

Buenísima la anticipación de Lothriel. Atrae la mirada de Ialanna, aunque su ataque no sirve para nada más que para eso, a pesar de ser muy bueno. Gelekar también lanza una flecha pero con el mismo resultado. El guerrero se acerca por el lateral e impacta con toda su fuerza en la vasija, que salta en miles de pedazos por el aire a la vez que todos miran estupefactos. El espíritu se desvaneció al instante.

No es capaz de contener su sonrisa porque su idea ha funcionado a la perfección, pero si algo le ha enseñado su trabajo en Edoras es a ser humilde. Así, viendo que el peligro ha pasado totalmente y mientras guarda su arma, su primera reacción es ver si todos los miembros del grupo están bien. Primero, obviamente, fija su mirada en la familia, que siguen petrificados, pero sin ningún rasguño. Eamonn se acerca tranquilamente y le lanza una mirada a Theodwyn de que todo está bien. Después se agacha delante de los chavales y les dice:

Eamonn: "¡Ya está! ¡Ya ha pasado todo! Ahora cuidad y haced caso de vuestra madre que os necesita."

Al levantarse, el rohirrim vuelve a mirar a Theodwyn para dejarle claro que lo que sea tendría que pasar por encima de su cadáver antes de tocarles un pelo a ella o a sus hijos.

Gelekar está bien, así que el siguiente paso que da Eamonn, es para acercase a Lothriel. Tiene cara de preocupación, porque el espíritu estaba a punto de atacarla a ella. Con una amplia sonrisa el rohirrim le coje del brazo y le dice:

Eamonn: "Muy buena anticipación, gracias a ti he llegado sin problemas a la vasija."

El sudor se había perlado en la frente de la joven y recorrido todo su cuerpo. El peligro había pasado y a pesar de ello continuaba mirando aquel extraño espacio buscando... Sintió el calor de la mano de su compañero sobre su frío brazo y lo miró desconcertada...

Lothriel: "¿Cómo lo has hecho? ¿Cómo llegaste a averiguarlo?"

Eamonn: "Mi maestro me habló una vez sobre este tipo de situaciones, simplemente tuve que recordar sus palabras"

La joven sonrió ante las palabras de Eamonn, para después empezar a reír entrecortadamente y dejar escapar así su miedo y su horror. Soltó la espada y se abrazó al soldado...

Lothriel: "Gracias... por recordar... " dijo la joven que dándose cuenta de su impulsividad se apartó de él con rapidez...

La sonrisa que ahora tenía Eamonn no le cabía en la cara.

Eamonn: "Nada, mujer. Lo que cuenta es que podemos continuar nuestro camino sin problemas"

El rohirrim se da cuenta que el gesto de separarse de Lothriel, junto con sus palabras, pueden provocar una situación de silencio incómodo, así que deja la puerta abierta por si ella se siente incómoda con la conversación, aunque la mirada y la sonrisa siguen apuntando a que el guerrero está ahora tremendamente a gusto con su "compañera de viaje", o debería decir algo más...

Aunque no le gusta nada el recabar botines, los objetos valiosos que se esparcen por el suelo atraerían la mirada de cualquiera. Eamonn se acerca e inspecciona un poco las cosas que haya. Si algo se ve muy valioso o con alguna propiedad poderosa, mágica o lo que sea, pues no dudará en cogerlo, pero no guardará nada que parezca un simple tesoro, para no quedar como un saqueador, que, entre otras cosas, nunca lo ha sido.

El camino está ahora despejado. Sólo queda continuar. Esperemos que el "Sendero Terrible" no sea tanto como su nombre indica, pero habrá que tener los ojos bien abiertos. Va a ser complicado avanzar, porque hay que ir rápido para llegar cuanto antes a Aldburg, pero la familia no puede seguir un ritmo muy elevado. Hay que ajustarse a sus necesidades...

Con lo de los caminos ocultos de los que habla Theodwyn, se queda Eamonn en una interesante tesitura, su deber de proteger a la familia y su afición por la exploración. Durante todo el camino, está más atento a encontrar los caminos ocultos, que a lo que pueda venir. Tampoco será una tarea muy complicada, porque el ritmo de la familia da tiempo a observar bien a los alrededores para estar prevenidos ante un posible peligro o para buscar los caminos ocultos. La idea de encontrar posadas de aprovisionamiento para los viajeros escondidas seducía muchísimo al rohirrim.

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La relación con Gelekar era muy distante. Parecía que casi iba en otro grupo, pero de todas formas Eamonn se trató de mostrar amigable en todo momento. Era su forma de ser, así que tampoco tenía que esforzarse demasiado. Aunque claramente el interés que había despertado la compañía femenina en esta misión no era comparable. Lothriel se presentaba ahora ante los ojos del guerrero de forma totalmente distinta al primer viaje que hicieron juntos desde Edoras. El rohirrim se siente muchísimo más cómodo. El abrazo de Lothriel después del encuentro con Ialanna, le da confianza a Eamonn para hablar sobre muchos temas durante el viaje. Lo que más interesa a Lothriel es sobre el maestro que le enseñó cosas como las que ha demostrado saber. Eamonn se explaya sobre los dos años de su vida que pasó totalmente retirado de todo aprendiendo a usar más rápido la cabeza que las armas. No era un tema del que soliera hablar, porque fue un tiempo muy íntimo y personal en su vida. Pero en este caso, no tenía ningún problema para hablar de ello. Tenía mucho que agradecer al maestro que le enseñó tantas cosas importantes y pensó que su conocimiento podría ser perfectamente difundido para que más gente se beneficiase de él. Aunque en realidad, la razón por la que el guerrero estaba tan dicharachero, no tenía nada que ver con eso. Quizá lo que realmente quería era agradar y despertar la atención de Lothriel. Ya sabía que ella estaba muy interesada en las artes de la guerra y por aprender un montón de cosas, porque le había estado preguntando al elfo en muchísimas ocasiones, así que esos temas que sabe de su interés son en los que Eamonn más se centrará.

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La conversación con Lothriel está hablada por el mesenger con iasbel.

Sólo cogeré tesoros de la vasija si veo algo que realmente llame mucho la atención. Preferentemente un amuleto o un arma antes que un simple tesoro.

Siempre iré mirando posibles caminos y senderillos, desviándome un poco, sin parar al grupo, para mirar un poco más detenidamente si veo algo que podría ser un camino oculto. El que yo me pare no tiene porqué parar al grupo, que les puedo alcanzar en seguida, depende de lo encontrado.

Sobre la conversación del final de mi turno, le contaré a Lothriel unos cuantos truquillos que sepa para los enfrentamientos. Comportamiento en las batallas y cosas así. Aunque dejaré que la conversación vaya por donde sea, la idea es ir conectando más con Lothriel.

Aunque lo parezca, robroy, no he olvidado que tengo que proteger a la familia del rey, jeje.

(RESPUESTA LOTHRIEL)

Entrenada hasta la saciedad, instruida hasta más allá de límites insospechados, endurecida en cuerpo y mente como quizás pocos seres lo habían estado, para que en aquellos momentos, la joven tuviera la sensación de estar a punto de caer en un oscuro y profundo pozo.

Estaba habituada a convocar seres espectrales, a luchar contra cualquier bicho o bestia salvaje, pero jamás había estado ante uno que hubiera surgido de la nada y aún menos que tuviera aquel aspecto de solemnidad, dignidad y pura energía.

Sus manos notaron como la cimitarra estavo a punto de resbalar debido al sudor frío que su cuerpo exhalaba por cada uno de sus poros ante aquella visión. Entrecerró los ojos para poder concentrarse en su objetivo. Apaciguó el alocado ritmo de su corazón y acompasó su respiración tal y como le habían enseñado.

Estaban cerca de su destino, estaba a punto de acabar con su misión, pronto estaría de vuelta, pronto acabaría su presidio, pronto...

Lanzó su ataque sin pensarlo ni un minuto más, directo al costado de la sacerdotisa. Pero a pesar de estar completamente segura de que había sido excelente, comprobó asombrada, que no había surtido efecto alguno.

Maldijo a su suerte, maldijo a sus progenitores, maldijo al mundo entero... Aquélla batalla no tenía el aspecto de acabar victoriosa. Volvió a dejar sus ojos cerrados en una fina línea y volvió a preparar una nueva embestida cuando el sonido a barro roto, a golpes destinados a algún objeto que no eran la fantasmagórica figura que se cernía sobre ellos, llegó hasta sus oídos...

Atónita observó como la figura espectral desaparecía, como se desvanecía en el aire y como nada quedaba de ella. Miró asombrada a un lado y otro de la estancia. El sudor se había perlado en su frente y había poseído su cuerpo dejándolo sumido en un helor casi insoportable. Fue entonces cuando notó el calor de una mano sobre su brazo.

Con los ojos abiertos como platos miró a Eamonn. Él había roto la vasija, él había intuido como acabar con aquel peligro. Saberse libre de aquel ser, viva de nuevo y lejos de cualquier peligro hizo que soltara bruscamente su cimitarra y se abalanzara al cuello del hombre para expresarle su agradecimiento.

Pronto recuperó la compostura y separándose de él, la joven sonrojada ante aquella muestra de debilidad, le dio la espalda y se acercó a los niños y a la dama para interesarse por su estado, tras darle las gracias. Poco pudo decirle a la familia, sumida como estaba en un intenso mar de contradicciones.

Dirigió su mirada en busca de Gelekar y cuando se cercionó de que se encontraba en buen estado, le sonrió. Habían superado el peligro como un verdadero grupo, como una sola persona. Ante aquellos pensamientos la

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joven volvió a enrojecer. Ella siempre había estado sola y debía continuar así.... Siempre.

Lothriel se debía a su misión, a sus mentores, y el acercamiento o el hecho de llegar a intimar con alguien no estaba dentro de ellos. Era consciente de ello pero muy a su pesar gozó de aquellos momentos en los que se sintió parte de un todo.

Escuchó con atención las explicaciones del soldado junto al cual caminaba, llevando de la mano a la pequeña y vigilando que el niño no se alejara demasiado de ellos. No había conseguido ser la acólita del elfo, a pesar de sus repetidas peticiones, pero quizás sin pretenderlo había conseguido algo más importante para su futuro. Una amplia sonrisa se dibujó en su bello rostro que la acompañó durante todo el recorrido.

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Lothriel buscará entre los objetos alguno mágico, no de valor, o útil para su futuro. Continuará

interesándose por la dama y proporcionándole los cuidados necesarios... Al mismo tiempo caminará al lado

del soldado atenta a sus explicaciones...

Si el Noldo quiere hablar o intercambiar alguna palabra o realizar una conversación con ella... Ya sabe mi

msn

(RESPUESTA GELEKAR)

Al parecer la diplomacia no había servido de nada, y la pelea era inminente. El espectro se abalanzó contra ellos, pero la joven Lothriel intuyó aquel movimiento y se le adelantó, retrasando al atacante. Gelekar lanzó una flecha hacia la Sacerdotisa, pero quedó pasmado al ver que, igual que el ataque de la joven, no había surtido efecto en lo absoluto.

El Noldor no sabía como actuar, pero de inmediato el rohirrim se abalanzó contra la vasija del centro y la destruyó en mil pedazos. El espectro quedó congelado y desapareció. Todos se alegraron y se sentían más tranquilos. Eamonn y Lothriel se abrazaron. El elfo se acercó al hombre de Rohan.

Muy buena idea, nos has salvado de una derrota segura

Una vez más el elfo tragó su orgullo, pero sin problemas ya que las felicitaciones eran muy merecidas, aunque le irritó un poco la sonrisa de oreja a oreja que acompañó al guerrero el resto del viaje.

La joven Lothriel le dedicó una sonrisa al elfo, lo que hizo que este se sintiera un poco culpable ya que había estado bastante seco con la guerrera en el último tiempo de la jornada. Pensó que más adelante debía hablar con ella.

Gelekar se acercó a la familia y se cercioró de que estuvieran bien. Notó que la salud de Theodwyn decaía más y más, deberían tratarla de inmediato al llegar a destino. Afortunadamente, los niños no estaban tan asustados y pudieron continuar el viaje sin problemas.

El elfo se sentía renovado y contento de encontrarse otra vez al aire libre, que era el ambiente en el que se encontraba más a gusto. Ya le molestaba estar encerrado todo el tiempo en aquel extraño recinto, y volver a observar plantas y animales era un verdadero alivio.

Mientras viajaban Eamonn y Lothriel entablaron una larga conversación, y el elfo no deseaba molestarlos. Era evidente que algo había nacido entre ellos. El elfo no se extrañaba. Los humanos son tan enamoradizos - pensaba.

Aprovechó para intercambiar algunas palabras con Theodwyn , con la que habló sobre la flora del lugar, sorprendido ante los grandes conocimientos sobre el lugar de la hermana del Rey. Estaba también muy atento para ver si encontraba algún camino oculto entre los arbustos, o alguna senda que su vista élfica pudiera descubrir.

Mientras observaba las plantas se le ocurrió una idea que quizá podría ahorrarles algo de camino. Se adelantó un poco del grupo y, acercándose a una hermoso árbol que estaba asentado junto al camino, intentó utilizar su hechizo de Idiomas de las plantas para intentar averiguar información pertinente. Muchas veces había tenido la oportunidad de comprobar que las plantas podían ser útiles en situaciones inesperadas, y tal vez esa no sería la excepción.

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Disculpen el turno medio pobre, es que esta semana ha sido muy complicada

Utilizo mi sortilegio de Idiomas de las plantas . Intento averiguar si por allí hay algún camino oculto (supuestamente un árbol junto alcamino "sabe" hacia donde va la gente o por donde) . También si ha notado

algo raro en el último día (no se que me podría decir un árbol, pero vañe intentarlo)

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Iasbel, deseo que nuestros personajes tengan una conversación por MSN. Tendría que ser el viernes o el

domingo, durante la semana te mando un PM para concertar el horario.

TURNO 13

La victoria sobre Ialanna fue como una inyección de moral para todo el grupo pero, muy especialmente, para Eamonn. El rohirrim no olvidó en ningún momento su cometido de escoltar y proteger a la familia, pero también comenzaba a tener motiviciones más personales. Se trataba de Lothriel, en quien no podía dejar de pensar llegando a ser casi obsesivo.

Tras las felicitaciones, con abrazo incluido, se preocuparon en el estado de madre e hijos y echaron un vistazo a los restos de la gran vasija. Allí se hallaba un buen tesoro y, aunque no eran ni mucho menos saqueadores, valía la pena examinar todo aquello más de cerca. Entre los diversos objetos, se encontraba algo de dinero, concretamente siete piezas de oro y 29 de plata. De todo el tesoro, había piezas rotas y objetos varios inservibles, pero también destacaban varios: una espada ancha, una camisola de malla, un medallón, una vara y un carcaj con ocho flechas.

Gelekar reconoció la armadura a simple vista. Se trataba de una malla élfica, la protección de la mayoría de luchadores de su raza. Los elfos nunca vendían esas armaduras, aunque en ocasiones las regalaban a sus aliados. El animista observó más detenidamente el resto de cosas.

Tiradas: Gelekar (Usar objetos - Espada) = 80 (éxito parcial) Gelekar (Usar objetos - Flechas) = 99 (casi éxito) Gelekar (Usar objetos - Medallón) = 58 (fallo) Gelekar (Usar objetos - Vara) = 125 (éxito) Eamonn (Evaluar armas - Espada) = 113 (éxito) Eamonn (Evaluar armas - Flechas) = 74 (fallo) Gelekar (Percibir poder - Medallón) = 49 (fallo)

La espada era a todas luces un objeto mágico, pero el elfo fue incapaz de comprender qué virtudes tenía exactamente. Eamonn la tomó en sus manos y la examinó de cerca. Un buen arma sin duda, de acero y de una excelente calidad.

Las flechas eran especialmente ligeras y sus plumas tenían un colorido muy especial, así como la flecha en si. Visualmente eran muy llamativas, pero bonitas. Gelekar esta vez tuvo más suerte y anunció que eran flechas de seguimiento. Si se disparaban una tras otra, las sucesivas irían allá donde fue la primera.

El medallón era realmente hermoso. Se trataba de un colgante de oro engarzado con una piedra verde azulada. El amuleto colgaba de una simple tira de cuero, muy fina, pero adornada con piezas de nácar de diferentes tamaños y formas. Sin duda debió pertenecer a alguna mujer, aunque bien podría llevarlo un hombre sin ser demasiado llamativo. Gelekar no pudo averiguar nada en sus repetidos exámenes sobre él.

Finalmente, la vara era un simple pedazo de madera toscamente trabajado, pero que contenía algunos símbolos grabados sobre él. El animista se quedó entusiasmado al comprobar que, la aparentemente inútil vara de madera, era en realidad un poderoso artefacto curativo, que sin duda les sería de gran ayuda.

Una vez recogido todo lo deseado y tras descansar allí unas horas, el grupo abandonó la cámara en dirección al Sendero Terrible. Theodwyn explicó todo lo que sabía de aquel camino y el hecho de que existiera sendas secretas, excitó a Eamonn e incluso Gelekar se interesó en gran medida sobre ese asunto. Lothriel estaba especialmente contenta. Su misión acababa en Aldburg y, si nada se torcía en el último momento, estaba a punto de concluirla exitosamente.

Tiradas: Eamonn (Percepción - Buscar sendas) = 71 (fallo) Gelekar (Hechizo - Idioma de las plantas) = 22 (éxito)

Los esfuerzos del rohirrim por encontrar las sendas y con ello, las despensas para los viajeros, fueron vanos. Si la historia de la dama era cierta, ciertamente estaban bien ocultos, incluso a los ojos de un explorador como él. Gelekar empleó métodos arcanos y trató de comunicarse con las plantas. Un árbol comenzó a emitir sonidos, imperceptibles para todos ellos, salvo para el elfo, que comprendía perfectamente lo que el ser vegetal decía. Conocer el idioma no siempre implica poder comunicarse, pero un animista, defensor a ultranza de la naturaleza, siempre era un gran aliado para un árbol. Gelekar le preguntó en primer lugar por posibles viajeros de esa senda en los últimos días, pero la respuesta fue negativa. Hacía varias semanas que nadie circulaba por aquellos senderos. Sin duda, la respuesta fue un alivio. La segunda pregunta fue referente a los senderos secretos. En efecto, existían y le explicó el modo de encontrarlos, pero le recomendó así mismo que no los usara si su destino no era Gondor o Eriador, ya que si eran descubiertos por el Enemigo, supondría sin duda un grave peligro para La Marca.

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Off-rol:

En términos de juego, la camisola es una clase de armadura 13, pero que protege como una 14 y además otorga un +5 a la defensa a su portador, pero es por su calidad ya que, en realidad, no son mágicas.

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Las flechas de seguimiento son flechas normales, sin bonus. Pero, si se dispara una a cualquier objetivo sobre el que haya impactado una (y que siga allí), obtendrá un +50. El efecto es acumulativo, es decir, si se dispara una tercera y ha habido dos blancos previos, ganará un +100 y así sucesivamente. Hay ocho en total y después de cada uso hay un 40% de que se rompan...

La vara de curación es bastante útil. Es un objeto que funciona con cargas y que actualmente tiene 10+1d100 (tirada abierta). La tirada la podéis hacer cualquiera de vosotros. Sus capacidades son las siguientes, pudiendo usarse una vez cada minuto (entre paréntesis, el número de cargas gastadas): Cura 1d10 (1), Cura 4d10 (5), Cura 8d10 (10), Cura ceguera (12), Cauteriza hemorragias 1-5 pv/a (6), Cauteriza hemorragias 6-10 pv/a (15), Repara fractura, músculo, tendón, cartílago 1d10 días (7), Repara articulación, nervios 1d10 días (15). Por ahora, sólo Gelekar sabe usarla...

En cuanto a todo el tesoro, indicad qué os lleváis y qué no. Y quién lo tiene. En cuanto al medallón y la espada, si llega el caso ya os diré qué hacen (si hacen algo)

Arty, Gelekar sabe cómo encontrar los caminos ocultos, tú decides si se lo comunicas o no al resto.

He cortado el turno aquí. Si seguís por el Sendero Terrible, llegaréis a Rohan en pocas horas y a Alburg antes de caer la noche. Lo podéis indicar en vuestros turnos... Pero si queréis hacer algo antes, es el momento

(o callad para siempre )

PD: Muy buen trabajo, chic@s Por cierto, Eamonn y Gelekar han subido de nivel (nivel 6), ya tengo hecha la subida, pero si queréis algo en concreto, me lo decís...

(RESPUESTA LOTHRIEL)

No recordaba haberse sentido así en toda su vida. Aquella agradable sensación de sentirse parte de un todo siendo ella misma, sin importar quien fuera, la tenían algo confusa... Pero a pesar de ello, la joven había aprendido a disfrutar de aquellos pequeños e inusuales momentos de extrema felicidad. Habían sido bien pocos los que había logrado obtener pero siempre supo extraerles el máximo provecho.

La muchacha estaba exultante y eso se reflejaba en su bello rostro, en sus gestos, en sus palabras. Y era consciente de ello por la miradas arreboladas que el soldado le dirigía directamente o por las que le sorprendía fijas en ella, creyéndose el hombre que no le estaban observando.

Escuchaba y hablaba, reía y gesticulaba, jugaba e imponía orden, todo parecía poder hacerse bajo aquel agradable ambiente que envolvía a todos los miembros del grupo. Porque la joven no olvidó en ningún momentos sus obligaciones ni a ninguno de los componentes. Durante el tiempo que Eamonn avanzaba para investigar la joven, siempre con la niña cogida de la mano, se colocaba al lado del Noldo para entablar conversación.

Lo miraba ensimismada, cautivada por su belleza y serenidad y al mismo tiempo apenada por no haber logrado llegar a ser su discípula. Siempre fue consciente de que aquel hombre jamás desearía ningún estrecho lazo fuera de la índole que fuera, con alguien que no fuera de su raza...

Sentía los pequeños golpes en el pecho que producía el bonito medallón que llevaba colgado. Lo habían encontrado en la vasija en que habitó el espectro y a pesar de no creer que le fuera de gran utilidad, había decidido quedarse con él, siempre con el beneplácito de sus compañeros.

También les había rogado que le otorgaran las flechas. Eran llamativas, dignas de ser exhibidas y además según anunció el Noldo tenían poder. Flechas de seguimiento las llamó... Y es que la joven era un gran arquera y seguramente con ellas podía llegar a ser incluso imbatible en aquel ámbito.

Pronto llegarían a su destino. A medida que avanzaban, los niños iban reconociendo lugares, señalaban a un lado y a otro contando aquella vez que estuvieron allí y el porque de su visita.

La joven los atendía diligentemente, escuchando sus historias al tiempo que no dejaba de interesarse por la dama. No parecía mejorar y ella continuó obsequiándole con sus infusiones.

Pronto llegarían a su destino. Pronto acabaría su misión y la dama pasaría seguramente a ser atendida por los suyos, así que se esmeró durante aquella jornada a prodigarle la máxima atención y cuidados. No podía permitir que su honor y su valía quedaran en entre dicho. No volvería a tener mejor oportunidad que aquella para demostrarlo.

La bonita sonrisa que había exhibido durante aquel día se amplió al saberse válida y tremendamente eficaz...

(ANEXO A LA RESPUESTA)

Lothriel se encaprichó del colgante. Era, sin duda, muy hermoso y sin dudarlo ni un instante, lo colocó en su fino cuello. No había ninguna duda de que la joven Lothriel era muy atractiva, pero algo cambió en cuanto se puso el medallón. Su hermosura se incrementó si cabe y su mera presencia era algo imponente. Sencillamente, estaba radiante, incluso ante los ojos del elfo, y Eamonn no pudo evitar quedarse mirando unos segundos con

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la boca entreabierta.

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Off-rol:

El medallón otorga un +5 al bonus de Presencia, +10 si se lo coloca una mujer

(RESPUESTA GELEKAR)

Una sonrisa de satisfacción surgió del rostro del elfo cuando terminó de hablar con el árbol. Observó como los demás del grupo lo miraban extrañado por lo que acababa de hacer, pero él les explicó que podía entender el idioma de las plantas, y que afortunadamente había averiguado los caminos secretos y los atajos que los llevarían a Aldburg.

El elfo detuvo la marcha un momento para comunicar al grupo la nueva información. Si seguían los senderos ocultos, en poco más de un día podrían encontrarse en la aldea y Theodwyn podría juntarse con su esposa finalmente. Los caminos estaban bien ocultos, y no se encontraban marcados más que por arbustos y plantas que Gelekar tendría que estar bien atento de descubrir en el viaje.

Ese momento también era oportuno para repartir los objetos que habían conseguido al vencer a la sacerdotisa en el Recinto. Según las investigaciones que el noldor había realizado, el botín estaba compuesto de: un medallón y una espada de cualidades desconocidas, una vara de curación, unas flechas muy poderosas y una cota de malla. También habían encontrado algo de dinero.

La primera en hablar fue la joven Lothriel, que pidió para sí el extraño medallón y las flechas mágicas. Gelekar había pensado en tomar las flechas para sí, pero consideró que sería más oportuno que las tuviera un guerrero que seguramente les daría un uso más efectivo. La humana tomó los elementos, y al ponerse el medallón ocurrió algo increíble. Un brillo hermoso surgió de la joven y su belleza aumentó, tanto así su porte. Por esto el elfo intuyó que el objeto aumentaba la presencia de su portador.

El noldor preguntó al grupo si no había problema en que él se quedara con la Vara de Curación, ya que era el único que podía usarla y esta se encontraba dentro de su rango de habilidades. También opino que el dinero debía quedárselo el rohirrim, ya que gracias a él había derrotado a la sacerdotisa. El noldor Gelekar era muy orgulloso, pero también era justo.

Luego de repartir la recompensa continuaron su camino. En un momento el elfo volvió a repetir su hechizo de Alivio de Molestias Leves con Theodwyn, que parecía empeorar de salud. Aunque el animista sabía que no duraría mucho el efecto de sortilegio, pensó que al menos aliviaría un poco a la hermana del Rey.

El día era hermoso y el sol brillaba, y el elfo estaba de buen humor por encontrarse junto a la naturaleza nuevamente. Con cuidado iba guiando al grupo por todas las sendas y caminos ocultos. En un momento por el que caminaban en terreno despejado se acercó a Lothriel y le dijo:

" Como elfo noldor debo cumplir mis promesas, porque mi raza considera las palabras como sagradas. Creo que es un buen momento para que te enseñe un poco sobre el arte de las hierbas y las plantas."

Durante largo rato estuvo hablando con la joven. Le explicó que el mundo de la naturaleza era muy complejo y contenía muchos secretos. Luego de hablarle de plantas y hierbas en general tomó algunas del suelo, las que iba encontrando, y le explicaba sus aplicaciones.

Tomó una pequeña baya de color parduzco que crecía de un arbusto pequeño y le dijo:

"Esta es una baya Suranie. Si la ingieres te quitará el aturdimiento por un rato. Es muy útil en batallas o luego de algún hecho o suceso que te altere"

Más tarde arrancó un pedazo de una planta gruesa, de color verde, y que segregaba un líquido transparente y de olor agradable:

" Esto es Aloe. Si lo aplicas sobre cualquier quemadura o corte leve aliviará tu dolor y acelerará la curación."

Estuvieron hablando un poco más, y al final Gelekar le dio a la joven la baya y la hoja de las que habían hablado y le dijo que más adelante le enseñaría más. La humana había escuchado sus enseñanzas con gran interés y alegría. El elfo se sentía tranquilo por haber cumplido su promesa, y por tener al fin la oportunidad de hablar de nuevo con Lothriel.

(RESPUESTA EAMONN)

En el momento de la repartición de los objetos encontrados en la vasija, Eamonn se centró en la espada. Era de muy bella factura y se blandía con tremenda facilidad. El elfo opina que debe tener más propiedades de las que

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se ven a simple vista, pero ninguno del grupo acierta por ahora a descubrirlas. De todas formas es un objeto al que el guerrero le podría dar muy buen uso. Gelekar y Lothriel se fijan en otros objetos, cada uno según sus cualidades y lo que mejor usaría, así que al rohirrim le parece muy buena repartición.

Es una pena que la bella cota de malla no sea el tipo de armadura al que más está acostumbrado Eamonn, porque parece de una calidad excelente.

Sobre las monedas, la primera idea del guerrero era no tocarlas, pero ante la opinión del elfo, el rohirrim recapacita:

Eamonn: “A mí me gustaría repartir entre todos las monedas que vayamos a necesitar y las demás, preguntarle al rey Theodem para que él decida que se hace con ese dinero encontrado en su tierra.”

Una vez por el sendero abominable, algo le ha pasado a Lothriel que ahora parece más guapa todavía si cabe. La mira a hurtadillas, pero en realidad Eamonn no puede disimular y se cruzan las miradas. Es posible que haya sido el medallón, pero eso ahora no es lo que piensa el rohirrim. Está embelesado con su compañera y eso le impide observar con la atención que se merecen los caminos ocultos y en general esta zona totalmente desconocida para él. Se embala hablando sobre sus cosillas y Lothriel escucha muy atenta, sonríe y parece estar muy alegre.

En un momento Gelekar “habla con un árbol” y dice que le ha contado sobre los caminos ocultos. En realidad todas las habilidades mágicas que se pueden llegar a aprender le parecen un mundo impresionante a Eamonn, pero él ha elegido un camino totalmente distinto, así que no siente más que simple sorpresa por esa demostración. A pesar de ello comenta:

Eamonn: “Muy interesante. Si el camino que dices nos lleva más rápidamente a nuestro destino y está oculto para favorecer el tránsito de comerciantes, no deberíamos tardar mucho en decantarnos por ir por él.”

Como parece que la decisión está clara, Eamonn se dedica ahora a atender más directamente a la familia, ya que Gelekar y Lothriel se han enfrascado en una conversación sobre plantas. El rohirrim tratará en todo momento de hacer más ameno el viaje a Theodwyn y a sus hijos, sin descuidar la vigilancia.

TURNO 14

El grupo recorrió los secretos caminos del Sendero Terrible con mucho ánimo. Después de un viaje lleno de peligros y bastante más duro de lo esperado, la cercanía de su destino hizo que, incluso Theodwyn, caminaran a buen ritmo. La dama no mejoraba de su mal. La ayuda mágica de Gelekar no hacía más que apaciguar momentáneamente sus males. Su rostro palidecía más cada día que pasaba y, sólo la aportación de Lothriel y Eamonn con los niños, hacían que éstos no se preocuparan en exceso por su madre.

A media hora de la tarde de aquel bonito día, alcanzaron las extensas llanuras de Rohan. Apenas quedaban unas horas para llegar a Aldburg. Las ganas por llegar hicieron que sólo descansaran lo mínimo. Por otro lado, en la ciudad tal vez pudieran atender a Theodwyn de sus dolencias. Antes del anochecer llegaron a Aldburg. Su misión estaba a punto de concluir con éxito. Algunos lugareños salieron a recibir a la comitiva, preocupándose enseguida por el estado de una de sus principales personalidades. En sus rostros se dibujaban expresiones de tristeza. Theodwyn preguntó por su marido, pero no halló respuesta.

Con urgencia, unos familiares se hicieron cargo de los pequeños y se convocó una reunión en la plaza, a la que invitaron a los extranjeros Gelekar y Lothriel, además de a Eamonn de Edoras. El estado de la hermana del rey, lejos de mejorar, parecía empeorar por momentos, pese a los cuidados de los sanadores de la ciudad. La reunión comenzó de inmediato. Había malas noticias. Un portavoz se encargó de contar las malas nuevas.

Éomund, marido de Theodwyn, era un hombre de Rohan y Primer Mariscal de la Marca. Descendía directamente de Éofor, tercer hijo de Brego, el segundo rey de Rohan. Su residencia era Aldburg, la primera capital del reino, y ahora segunda ciudad de Rohan después de Edoras. Su principal cometido era proteger el Folde Este y el Estemnet.

Algunos hombres de Éomund descubrieron, hace algunas semanas, que unos orcos se habían adentrado en las Emyn Muil occidentales, y decidió partir con un reducido grupo de guerreros a perseguirles. Una decena de jinetes cabalgó hacia el este con el único objetivo de expulsar a los intrusos orcos.

Pero los enemigos les tendieron una emboscada. Poniendo a varios orcos como señuelo, los rohirrim atacaron en una carga letal pero pronto se vieron rodeados. Eran una treintena, un grupo demasiado numeroso y por si fuera poco, varios llevaban monturas huargo. La lucha fue encarnizada y los hombres de Rohan demostraron su valentía en combate, diezmando al enemigo en los primeros compases de la batalla. Pero finalmente la superioridad numérica de los orcos se fue imponiendo y, uno a uno, los rohirrim fueron cayendo.

Éomund murió en combate aquel día, al igual que el resto de sus acompañantes. Hubo un solo superviviente, un caballero que fue dado por muerto y que sería rescatado poco después, gracias al cual se conoce el triste desenlace de los valerosos hombres de la Marca.

Theodwyn, al escuchar esta historia, pareció quedarse rígida... y se desplomó.

Habían pasado ya cuatro días desde que llegaran a Aldburg. El estado de Theodwyn empeoraba día a día. Nadie supo curar el mal que padecía. Nadie pudo, ni siquiera, descubrir lo que le ocurría. Era cuestión de tiempo, y

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sólo quedaba saber cuándo sucedería lo peor.

La hospitalidad de la ciudad con los visitantes fue absoluta. Durante su estancia en Aldburg, conocieron más datos de la historia. El superviviente fue rescatado por dos extranjeros, un humano y una elfa maga. Los encontró un explorador poco después de la emboscada. Dicho explorador cabalgó con la noticia y se divulgó por todo Rohan. En todo ese tiempo, no se ha vuelto a saber nada del caballero ni de sus rescatadores. Por otra parte, desde Edoras y Aldburg, se envió un grupo a las Emyn Muil. Lo descubierto allí fue horrible. Éomund y sus hombres habían sido aniquilados. Los orcos se habían cebado especialmente con el Mariscal. Todo indicaba que aquel combate no fue casual. Los datos apuntaban a una emboscada muy bien planificada. De la noche a la mañana, la vida de una familia feliz puede cambiar por completo. Primero muere el cabeza de familia, poco después su mujer enferma.

Aquella noche, Theodwyn murió. Su estado de los últimos días lo había dejado claro. VArios jinetes habían salido hacia Edoras para comunicar al rey la enfermedad de su hermana, y Theoden había ordenado que, si sucedía lo peor, él se ocuparía de sus sobrinos personalmente. Eomer y Eowyn habían perdido a sus padres en un corto espacio de tiempo y se encontraban desolados.

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Off-rol:

Con este turno, daré por concluído el capítulo.

A partir de aquí, que cada uno decida qué hacer. Imagino que se abrirá un abanico de posibilidades, aunque tal vez, alguno ya no se considere involucrado en la historia... No sé.

En vuestras réplicas, podéis avanzar trama hasta donde queráis: funerales, conversaciones entre vosotros o con otros, qué hacer a partir de aquí...

(RESPUESTA EAMONN)

Theodwyn cada vez se encuentra peor. La magia del elfo es buena, porque ya lo ha demostrado en otras ocasiones, pero en este caso parece que no hay nada que hacer. La mejor opción ahora es llegar lo antes posible a Aldburg, porque allí la atenderán mucho mejor que en un camino.

La marcha acelerada hace que los niños empiecen a quejarse. El guerrero, viendo que la niña está muy cansada por la caminata a mucha velocidad, sin pensárselo dos veces, la coge a hombros y la lleva una buena parte del camino. La marcha ahora no es tan amena como anteriores días, no es el momento. De todas formas, la conversación entre los miembros del grupo es muy fluida, nada que ver con la del primer trayecto del viaje.

Eamonn le dedica más de una sonrisa amable a Theodwyn, simpática a Eomer y Eowyn, y cariñosa a Lothriel. Y las caras de preocupación se las guarda para los ratos de silencio en los que va delante del grupo abriendo la marcha.

Antes del anochecer, el grupo llega a su destino. Sorprendente la comitiva que había preparada esperando la llegada de la hermana del rey. Pero no hay caras alegres, todas son de circunstancia. Esto es nada bueno. Esperemos que los malos presagios que ha tenido Theodwyn durante el viaje no sean ciertos, pero al final se confirma lo peor. El anuncio de la muerte de Éomund cae como un mazazo entre todos los del grupo. Sobre todo en el rohirrim, que, unido a todas las circunstancias extrañas que rodean a su muerte, ve clara cuál va ser su siguiente cometido. En su cuadrilla, no hace falta que ningún jefe directo les dé ordenes, porque en algunas ocasiones se sabe cual es el deber de un "soldado de Edoras".

Un montón de ideas empiezan a agolparse conforme cae la noche en la mente del rohirrim, pero una inesperada se hace más fuerte que las demás. Esta es la despedida con Lothriel. Tendrá que seguir ella su camino igual que el guerrero debe sebe seguir el suyo. Las calles de la ciudad se hacen más estrechas y la gente empieza a hablar cada vez más alto. Eamonn siente la necesidad de evadirse de todo durante unas horas.

(RESPUESTA LOTHRIEL)

Cansada de verse rodeada de tanta gente entristecida, mustia, la muchacha decidió salir fuera y pasear por los amplios y hermosos jardines. No le permitían por el momento estar al lado de los niños, así que sin nada más mejor, esperando el desenlace de todo aquello, salió de aquella opresiva estancia...

La suave brisa nocturna mecía su cabello y envolvía su cuerpo causándole un placentero estremecimiento. No tardó mucho en encontrar una especie de banco y sentarse en él. Deseaba estar tranquila, necesitaba pensar en su siguiente movimiento, en su futuro más próximo.

Eamonn la había estado observando y al ver como se alejaba agobiada aquel entorno, decidió a seguirla. Al llegar hasta el lugar en que la joven se había sentado, con voz mitad amable, mitad preocupada preguntó...

Eamonn: -"¿Estás bien?"

Absorta en sus pensamientos Lothriel se sobresaltó al oír la voz de hombre.

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Lothriel: -"Si, gracias... Es que hay demasiada gente.... Quieres sentarte a mi lado? ¿O prefieres pasear?" -preguntó la joven con una amplia sonrisa en su rostro.

Eamonn: -"Como tú quieras... ¿Toda esta historia es un poco extraña, verdad?"- contestó el guerrero algo nervioso y sin saber porqué lo estaba y sin decidirse a sentarse o a pasear.

Resuelta la joven se puso en pie e inició la marcha a paso lento, con los brazos cruzados ante su regazo...

Lothriel: -"¿Qué harás ahora que ya has cumplido tu misión?" -preguntó para hacerle el paseo más distendido al joven que parecía algo indeciso y azorado

Eamonn caminando junto a la bella joven pensaba para si mismo que un paseo nocturno con el cielo totalmente despejado que deja ver hasta la estrella más pequeña, siempre era agradecido y encima caminar junto a Lothriel, es un placer añadido para el rohirrim.

Eamonn: -"Pues supongo que investigaré sobre lo que ha rodeado a la muerte de Éomund y trataré de ser de la máxima utilidad en mi cargo. Soy soldado de Edoras, pero en mi cuadrilla en particular tenemos libertad para hacer lo que nos parezca más oportuno para ayudar a Rohan. Así que podría considerar que tengo una nueva misión. Pero, háblame de ti, ¿Qué vas a hacer tú ahora, volverás a tu casa?"

La joven lo miró algo azorada y enrojeció levemente....

Lothriel: -"Si, yo debo marchar, nada ya me retiene aquí, así que supongo que pronto nos diremos adiós... Al contrario que tu, yo he acabado mi misión, ahora debo continuar..."

Eamonn no deseaba escuchar aquellas palabras y contestó rápidamente...

Eamonn: -"Bueno, no hablemos ahora de despedidas y disfrutemos de nuestro paseo." –el hombre no quería que ningún pensamiento enturbiara el momento, después de haberse evadido ya de la gente del pueblo y sus problemas. Para cambiar de tema, el guerrero continuó, -"son muy bellos los paisajes de Rohan en esta época del año y en algunos sitios las vistas son preciosas," -dijo mientras clavaba su mirada en Lothriel.

La muchacha lo miró sorprendida. Si su instinto no se equivocaba se estaba refiriendo a ella y por sus palabras el hombre deseaba permanecer más tiempo a su lado. Confusa, ya que nadie hasta aquel momento había sentido aquel tipo de interés por ella, bajó su cabeza y avanzó mirándose las puntas de sus zapatos....

Lothriel: -"Si supongo que si es una pena... No lo se... Bueno la verdad es que... No tengo idea de..." -balbuceó la joven y callando de repente.

Eamonn viendo como la joven se sonroja ante sus palabras intentaba recordar la última vez que dijo algo parecido, pero en realidad habían sido muchas menos veces de las que parecían viendo su claridad al expresarse.

Eamonn: -"He estado muy a gusto contigo todo el camino. Este viaje no lo olvidaré por la compañía tan buena de la que he disfrutado."

Lothriel: -"Yo tampoco lo olvidaré créeme, yo tampoco..." -respondió en murmullos la joven bastante azorada por el cambio repentino que estaban tomando la situación.

El soldado no podía hacer otra cosa que mirar a Lothriel. Ya no le importaba si había estrellas, luna o grillos en el jardín. Ahora sólo estaban los dos. Con un gesto casi instintivo le pasó la mano por la espalda y la joven ante aquel contacto se irguió y un ligero temblor recorrió su cuerpo. Sin atreverse a mirarlo musitó...

Lothriel: -"Hemos sido compañeros... Vamos a separarnos... Y... creo que deseas estar conmigo... ¿Me equivoco?"

Eamonn: -"Sé que el deber es el deber, pero los sentimientos... Son muy difíciles de controlar..." -contestó Eamonn al tiempo que apartaba su mano de su espalda de la joven.

Lothriel: -"Los sentimientos son imposibles de controlar y la mayoría de veces traicioneros... Solo sirven para entorpecer tu labor y nublar tu existencia... O al menos eso tengo entendido yo..." -acabó la joven separándose de él.

Aquellas palabras cayeron como un jarro de agua fría sobre el hombre, y se reflejó claramente en la expresión de su rostro, aún así siguió mirándola y respondió:

Eamonn: -"Nada que te cuenten sobre los sentimientos será comparable a experimentarlo. Yo no tengo mucha experiencia en ese campo, pero sí te puedo decir que ahora siento que mi corazón está en lo cierto y mi cabeza es la que me quiere traicionar."

La joven se paró en seco, Eamonn avanzó unos pasos y la cogió del antebrazo mirándola en silencio y atrayéndola hacia su cuerpo. Ella apoyó sus manos en el fuerte pecho del soldado diciéndole:

Lothriel: -"Yo no he tenido jamás la oportunidad de experimentar sentimiento alguno que no fuera el odio, la rabia y el horror, la sumisión... Quizás me merezca conocer alguno opuesto a ellos..."

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Las manos de la joven en su pecho, sorprendieron al guerrero y un ligero cosquilleo recorrió su cuerpo. Enmudeció totalmente, las palabras sobraban y era momento de expresarse con gestos. El guerrero la aproximó un poco más y subió su mano desde el antebrazo hasta el hombro a la vez que con la otra la agarró por la cadera. Sus manos fueron ascendiendo por el cuerpo de la joven, acariciándole suavemente la nuca con la yema de los dedos.

Era la primera vez que la muchacha recibía una caricia, que se encontraba pegada a un cuerpo por el simple deseo de querer estar cerca... Un calor desconocido empezó a nacer en su cuerpo y sus manos se fueron deslizando imitando a las del hombre, hacia su nuca acariciándole el cabello. Su cabeza se ladeo y sus ojos se entrecerraron para poder disfrutar de manera más intensa aquel inusitado instante. Sabía que posiblemente jamás lograría experimentar algo parecido en su vida y decidió que pasara lo que pasara a partir de aquel momento lo saborearía plenamente...

Instantes después, los dos se fundieron en un apasionado beso. Los labios de la joven temblaron al notar los del rohirrim. No se movieron, disfrutaron de aquel mágico momento, los dos con los ojos cerrados como si nada existiera a su alrededor. Eamonn se separó ligeramente de la joven y abrió los ojos para mirarla muy de cerca. Lothriel continuaba ensimismada en el beso. Abrió los ojos y sonrió. Había sido una caricia, un dulce y húmedo contacto que había tensado toda su piel. Sin perder la sonrisa, sus dedos recorrieron el rostro del hombre, sus ojos, sus mejillas, sus labios. Cuando acabó su exploración, satisfecha, se acercó a él y preguntó...

Lothriel: -"¿Estas seguro de querer continuar?"

Eamonn: -"Pocas veces he estado tan seguro de algo" -contestó sin pensárselo. En la cara de Eamonn se dibujaba una amplia sonrisa que expresaba mucho más de lo que podía decir.

Los labios de la joven rozaron los del hombre, para separarse durante unos instantes, jugando... Después, tras mirarlo, acomodando su cuerpo al de él, fue ella quien lo besó. Sus labios se abrieron ávidos, volvían a estar otra vez sus cuerpos en contacto, pero ahora parecía que la pasión empezaba a controlar la situación. Eamonn agarró con fuerza a la joven por la cintura, pegándola contra él, a la vez que movía la cabeza suavemente. La joven sintió su fuerza, su deseo, y deslizó suavemente su lengua entre los labios, buscando el ansiado contacto, sin dejar de acariciarse mutuamente.

Sus manos intentando llegar a la piel consiguieron ir despojando de sus ropas a los dos jóvenes... La clara luna fue el único testigo de aquella pasión , de aquella entrega, de susurros y gemidos.

Cabalgaron juntos en la oscuridad llevando sus cuerpos al límite de la extenuación y de la entrega mutua. Satisfechos, aún unidos y yaciendo juntos en la fresca hierba oyeron unos acelerados pasos. Sorprendidos, Eamonn fue el primero en intentar acomodarse sus ropas. Un sirviente los buscaba... La dama había muerto.

(RESPUESTA GELEKAR)

Cada vez se encontraban más cerca de la pequeña aldea de Aldburg. El resto del viaje continuó sin ningún problema nuevo, excepto por la salud de la hermana del rey. La preocupación del noldor por esto crecía. Su magia no podía solucionar el problema, por lo que el elfo atribuyó el malestar de Theodwyn a la pena que sentía por no estar junto a su marido. Debían llegar a destino cuanto antes.

Cuando llegaron a la villa un silencio de muerte reinaba en el lugar. Los lugareños los recibieron muy bien, e inmediatamente los recién llegados preguntaron por Eomund. Recibieron una respuesta evasiva, comunicando que eran invitados a una reunión que se realizaría esa misma tarde en la plaza. El elfo intuía que algo no andaba bien, pero temía hacer cualquier conjetura.

La fatídica noticia fue recibida con mucho dolor: el esposo de Theodwyn había muerto junto con sus tropas emboscados por una banda de orcos. De repente la esposa del difunto se desmayó, y el elfo corrió a socorrerla. Había perdido el conocimiento y de inmediato se la llevo a una casa de curación. Todo eso había sido demasiado para la pobre mujer.

Cuatro días estuvieron en Aldburg esperando novedades sobre la salud de Theodwyn y averiguando sobre la muerte de Eomund. Al parecer dos extranjeros, en los que se encontraba una elfa, habían rescatado su cuerpo. Esto intrigó a Gelekar, ¿ la conocería ?. El ánimo de todos iba de mal en peor, aunque algo bueno resurgía entre todo eso.

Evidentemente la relación entre Lothriel y Eamonn había avanzado mucho. Ahora Gelekar los veía con cierta ternura, pensando que por lo menos había todavía cosas buenas y alegría. Él nunca había pasado por una situación así, y a veces se preguntaba que se sentiría, pero su actitud no lo dejaba ir más alla. el noldor se preguntaba que harían ellos dos a la hora de partir. Él tenía pensado volver a su hogar en Rivendel, considerando que ya había cumplido su misión. Había acompañado a Lothriel sana y salva junto al Rey de Rohan y luego habían escoltado a Theodwyn a Aldburg. Ya no tenía nada más que hacer allí.

Se encontraba ensimismado en todos estos pensamientos cuando alguien golpeó en su cuarto. Era un sirviente real y le dijo que tenía una mala noticia para comunicarle. La dama Theodwyn había muerto.

(RESPUESTA EAMONN)

La noticia es un tremendo golpe de realidad para el guerrero. Es muy difícil concentrarse en algo después de lo que ha pasado, de los sentimientos tan dispares que se genera a la vez. Parece como si tuviera que separarlos

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y tratarlos por turnos, y ahora le toca a la muerte de la hermana del rey.

Eamonn se viste rápido y espera a Lothriel. No ha habido tiempo para hablar sobre ciertas cosas y los dos acuden con presteza a la casa de curación donde se encontraba el cuerpo ya sin vida de Theodwyn. Es un momento triste. No es lo mismo ver la muerte fuera del campo de batalla. La muerte de la dama no es comparable a la de su esposo.

Después de un tiempo, el guerrero reacciona. "No debo perder más tiempo. Hay muchas incógnitas que rodean la muerte de Eomund. Los jinetes que descubrieron al grupo de orcos..., ¿porqué fueron sólo diez a expulsarles? ¿Alguien les daría mal la información? Y el superviviente seguro que tendría muchas de las respuestas y más información. ¿Quiénes le rescataron y dónde están? Mi misión está incompleta hasta que se esclarezcan los hechos. Ahora que caigo, ¡qué tonto no haberme dado cuenta antes! Esto es exactamente lo que le dijo Lothriel al Rey al llegar a Edoras, que un grupo de orcos se adentraría en Rohan y peligraría la vida de la familia real. ¿Cómo lo podía saber ella antes de que sucediera? ..." Eamonn acaba sus pensamientos con un suspiro y una sacudida de cabeza. Le era imposible pensar mal de Lothriel, aunque estaba claro que ella podría tener más información.

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Lo dicho, mis intenciones son investigar sobre todo lo de alrededor de la muerte de Eomund. Le preguntaré a Gelekar y a Lothriel si quieren ayudarme, aunque sea sólo a obtener información más rápido por la ciudad y pensar entre los tres lo que haya podido pasar. Luego ya cada uno seguiría su camino.

Lo de Lothriel del final de este post quiere decir que aunque sea lo más probable, a Eamonn no se le ocurrirá preguntar directamente a Lothriel por nada, ni siquiera que se le note lo que piensa. Lo máximo es lo de pedirle ayuda para recabar información por la ciudad.

(RESPUESTA LOTHRIEL)

Sofocada, con el rostro bañado en sudor y cubierto de un profundo rubor la joven acompañó al soldado hasta la sala en la cual yacía el cuerpo de la dama. Se mantuvo a distancia de él y tras los minutos de rigor salió con prisas hacia su habitación.

Se tumbó en el lecho y cerró fuertemente los ojos. Su respiración se aceleró y su puños quedaron blancos por la fuerza con la que cerraba sus manos. Había acabado con éxito su misión. No debía preocuparse por nada más, no debía dejar que su mente le jugara una mala pasada, debía pensar en cosas agradables...

Pero los nervios y la tristeza ofuscaron su mente. La dama había muerto y ella debía partir y debía hacerlo ya. La demora podría conllevar un terrible castigo y graves consecuencias. ¿Pero como despedirse ahora de sus compañeros de viaje? ¿Como explicarles su partida? ¿Que sería ahora de aquellas criaturas?

Observó la habitación y decidida, se levantó del camastro y se dispuso a escribir dos cartas que dejaría en las respetivas habitaciones del Noldo y del soldado tras su marcha. Asistiría los funerales y al anochecer, abandonaría aquel lugar...

La dulce imagen de los chiquillos se materializó ante ella. Se cambió rápidamente de ropa y se dirigió a las habitaciones de los pequeños. Los encontró rodeados de gente triste y llorosa que intentaban explicarles la situación. La pequeña al verla, corrió para ocultarse entre sus brazos. Acomodándola contra su cuerpo la acunó y mesó sus cabellos, prometiéndole que no la dejaría en aquellos momentos tan difíciles y que no se separaría de ella...

Mando cartas por pm a los respectivos jugadores. Robroy a ti te las mandaré también.

(RESPUESTA GELEKAR)

La tragedia golpeó todavía más a la pobre villa de Aldburg. El ambiente era insoportable; pura tristeza y dolor. Cuando el elfo escuchó la horrible noticia no pudo creerlo. En algún momento había imaginado un desenlace así, pero no estaba preparado para que en verdad sucediera.

Con un semblante serio y firme presenció el funeral esa misma noche, junto a Eamonn y Lothriel. El noldor se sentía en parte culpable, y una rara angustia lo envolvía. Sus dos compañeros se encontraban igual a la vista, especialmente Lothriel, que se veía demacrada y muy apenada. Gelekar decidió que al otro día hablaría con ella para ver como estaba.

El día siguiente resultó ser cálido y agradable. Una ironía de la naturaleza, pensó Gelekar. Cuando despertó se encontró con una extraña carta sobre la mesita al lado de la cama. La abrió y la leyó rápidamente. Lothriel se había ido. El elfo la entendía, su dolor debía ser demasiado grande, y todavía debía encontrar su propio rumbo en la vida.

Ahora Gelekar sentía algo que nunca antes le había sucedido: se sentía triste. Era algo extraño y raro, pero había compartido mucho con la joven en ese último tiempo y su inesperada huida sin despedida lo había sorprendido. Rápidamente se reprochó el ser tan sentimental, y haciendo honor a su raza recuperó la compostura.

Eamonn le había pedido ayuda para la investigación, pero el elfo decidió que ya había hecho suficiente; había

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estado demasiado tiempo fuera de su hogar. Se dirigió al guerrero y le habló:

"Eamonn: debo rechazar tu oferta, ya que mi misión aqui ha llegado a su fin. Los míos también me necesitan allá en Rivendel, y extraño mi hogar y mi gente. Te deseo la mejor de las suertes, y ha sido un placer compartir viaje con un guerrero valiente y astuto como tu. Sólo el destino dirá si nos volvemos a encontrar. Que los Dioses te acompañen"

Luego de la despedida tomó su poco equipaje, su vara, y salió de la aldea de Aldburg, dejando allí su pena, su angustia y su tristeza. Ya era hora de volver a casa.

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