Subsidio para la evangelización de las familias

Una Iglesia en Salida: Primerear-Involucrarse-Acompañar-Fructificar-Festejar

EVANGELIZACIÓN A LAS FAMILIAS - Subsidio -

MISIÓN DIOCESANA CONTINENTAL 2014

DIÓCESIS DE SAN CRISTÓBAL

VICARÍA DE PASTORAL

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Al encuentro con los hermanos:

Reconcíliate, perdona, ama y vive la paz

El presente subsidio de la Misión Diocesana Continental 2014, tiene como objetivos: Convocar a todo el Pueblo de Dios a una auténtica y renovada conversión al Señor y a salir al encuentro de nuestros hermanos en sus hogares, vecindarios, escuelas, instituciones, lugares de trabajo y de encuentro cotidiano; llevando el saludo fraterno de cada uno de los miembros de la Iglesia y la invitación a escuchar la Palabra de Dios, Palabra de Vida, de Reconciliación, de Perdón, de Amor y de Paz. Reconociendo que somos hijos de un mismo Padre y hermanos en el amor de Dios.

El subsidio está planteado como un itinerario para ir al encuentro de los hermanos y reflexionar acerca de la necesidad que tenemos de encontrar espacios de reconciliación y perdón, entre los venezolanos y especialmente entre los que vivimos en esta tierra andina. Consta de una introducción metodológica, y el desarrollo de cinco temas: Somos Hijos de Dios, Reconcíliate, Perdona, Ama y Paz. Cada tema se desarrolla con base a preguntas que facilitan, de manera sencilla, el estudio y la comprensión del mismo, haciendo énfasis en la participación de todos. Sin importar el nivel de formación. Las preguntas y actividades están diseñadas siguiendo la metodología: ver, juzgar, actuar. Se sugieren una serie de actividades, que pueden ser ampliadas de acuerdo a la necesidad ó posibilidad de profundización del tema.

Dicho subsidio está dirigido de acuerdo al Plan de Pastoral de la Misión Diocesana Continental 2014, a la evangelización de las familias de todos los sectores de la Diócesis durante el mes de Noviembre, sin que eso sea un impedimento para que se realice durante más tiempo, si así lo estipulan los Párrocos y los CPP. El material puede ser usado en las visitas casa a casa, en reuniones familiares, en las reuniones comunitarias, de CEBs, en Institutos de Educación, Grupos Juveniles, Movimientos de Apostolado, y como estudio personal, si no es posible reunirse con otras personas. Todos pueden participar desde los niños, jóvenes y adultos.

Se asume la invitación del Papa Francisco, en la Exhortación Apostólica Evangelli Gaudium, de la transformación misionera de la Iglesia (n° 24): A ser una “Iglesia en salida”, que se distingue porque en esta comunidad, los discípulos misioneros primerean, se involucran, acompañan, fructifican y festejan.

Primerear implica “Tomar la iniciativa sin miedo, salir al encuentro, buscar a los lejanos...”. Involucrar: “Se mete con obras y gestos en la vida cotidiana de los demás, achica distancias…”. Acompañar: “Acompaña a la humanidad en todos sus procesos, por más duros y prolongados que sean, tiene mucho de paciencia, y evita maltratar límites...”. Fructificar: “Está atenta a los frutos, porque el Señor la quiere fecunda. Cuida el trigo y no pierde la paz por la cizaña...”.

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SOMOS HIJOS DE DIOS.

Es importante haber preparado con anterioridad el material de trabajo: marcadores, hojas o cartulinas, tirro, papel bond grande. Para el encuentro: La Santa Biblia, Un crucifijo o imagen de Cristo o de la Virgen María; lugar y espacio adecuado, sonido, ambientación, bienvenida cálida, así como cantos de animación. Iniciar el encuentro con cantos y oración.

A continuación se invita a leer detenidamente el mensaje de nuestro Obispo Mons. Mario Moronta. Se puede leer cada párrafo e irlo comentando o si prefieren, leer todo el mensaje y al final realizar la reflexión y comentarios.

A TODOS LOS MIEMBROS DEL PUEBLO DE DIOS

Con ocasión de la nueva fase de la MISION DIOCESANA, siguiendo la invitación del Santo Padre de una IGLESIA EN SALIDA, los católicos de la Iglesia de San Cristóbal salimos al encuentro de nuestros hermanos en sus hogares, vecindarios, escuelas, instituciones y lugares de trabajo y encuentro cotidiano. Al hacerlo, sencillamente, llevamos el saludo fraterno de cada uno de los miembros de la Iglesia y la invitación a escuchar la Palabra de Dios, Palabra de Vida, de Reconciliación, de Amor y de Paz.

En primer lugar queremos recordar que somos “HIJOS DE DIOS PADRE”. Él nos ama y nos busca para atraernos hacia Sí. Gracias a su Hijo, Jesús de Nazaret, hemos podido entrar en su familia y participar de la gracia de su divinidad (Jn 1,12). Es lo más grande que nos ha podido suceder: llegar a ser hijos suyos. Para ello, por el Bautismo también nos convertimos en DISCÍPULOS DE JESUCRISTO y TEMPLOS VIVOS DEL ESPÍRITU SANTO.

La transformación recibida en el Bautismo se alimenta con la Palabra de Dios y los sacramentos, en especial la Eucaristía, junto con la oración y la catequesis. Como hijos de Dios también somos hermanos entre todos nosotros sin distinción de ningún tipo. Demostramos que somos discípulos de Jesús, porque nos amamos los unos a los otros (cf. Jn 13,35). Estamos llamados a vivir como tales, en armonía, en paz y en concordia: así demostramos, aunque podamos tener diferencias, que estamos invitados a formar un solo cuerpo, como el Padre y el Hijo –Jesús- son una misma cosa.

Por eso, como parte de nuestra tarea de anunciar el Evangelio de Jesucristo, estamos llamados a asumir esta vocación de ser hermanos en la fe y en el amor de Dios. Esto conlleva el ser constructores de la paz y de la reconciliación: desde nuestros hogares hasta la más compleja de las instituciones, pasando por nuestras comunidades o vecindarios donde compartimos nuestra existencia con los demás. Si bien hay diferencias, no hay motivos para dividirnos. Al contrario, hemos de

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fortalecer en cada uno de nosotros esa armonía y concordia. Nos confesamos seguidores de Cristo y, como dice San Pablo: “Él es nuestra paz”.

Como hermanos, debemos salir al encuentro de todos sin condiciones. Es necesario, en los momentos que vivimos en nuestro país, dar pasos ciertos hacia una reconciliación. Esta conlleva que nos encontremos y sepamos respetarnos mutuamente; a la vez, es necesario dialogar, lo cual exige respetar las ideas y opiniones de los otros: esto no significa claudicar en los principios ni valores, sino buscar los puntos de acuerdo para llegar a tener un mismo sentir en las cosas importantes. Tenemos que crear una cultura del encuentro, para así demostrar que somos hermanos sin distinciones de ningún tipo. Junto a todas estas tareas encontramos la del perdón. Perdonar implica el compromiso de ayudarse mutuamente para superar las ofensas, las divisiones o las causas de la ruptura entre hermanos. Es lo que hemos de hacer si nos consideramos cristianos y discípulos de Jesús.

Todos nos animamos a hacer de todo esto un estilo de vida. Son más las cosas que nos unen que las que nos dividen. Para ello, nos hemos de apoyar en el mensaje del Evangelio de Jesús quien no vino a condenar sino a salvar a la humanidad. Nuestra Iglesia, en el Estado Táchira, en comunión con el Papa, quiere ser un ámbito de comunión donde todos nos sintamos capaces de amarnos, de reconciliarnos, de perdonarnos… Es decir, donde nos presentemos como capaces de vivir en comunión y armonía. Aprovechemos esta oportunidad para hacer de la reconciliación y el encuentro fraterno el auténtico camino de la paz que tanto se requiere en nuestra nación.

Contamos con la gracia del Espíritu Santo para así actuar en el nombre del Señor Jesús; María del Táchira, Nuestra Señora de la Consolación, nos acompaña con su maternal protección y el Santo Cristo del rostro sereno nos reúne con sus brazos abiertos. Nos saludamos mutuamente para demostrar que estamos dispuestos a poner en práctica las exigencias del amor fraterno y así demostrar que somos discípulos de Jesús.

Con una bendición y el compromiso de toda nuestra Iglesia de San Cristóbal,

+ Mario, Obispo de San Cristóbal.

¿QUÉ ESTÁ PASANDO?

De acuerdo al mensaje leído, reflexionemos sobre el hecho de ser hijos de Dios por el Bautismo.

Actividad 1. Invite a revisar a los presentes, su actitud y conducta como hijos de Dios: personalmente, en la familia y en la sociedad.

Actividad 2. Responda a las siguientes preguntas:

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1. Si somos hijos de Dios, somos hermanos: ¿Por qué en nuestra sociedad no se refleja esta realidad?, que a juicio de Mons. Moronta, “Es lo más grande que nos ha podido suceder: llegar a ser hijos suyos”.

2. Reflexione con los presentes, el significado que tiene la expresión “Somos hijos de Dios”.

3. ¿Cómo vives tú la certeza de que eres hijo de Dios?

4. ¿A través de que formas, símbolos o expresiones nos identificamos y mostramos cada día en el trato con familiares, amigos, vecinos, personas que piensan diferente en lo religioso o político, que nos reconocemos como Hijos de Dios y hermanos en la fe y en el amor de Dios?

Una vez realizada la reflexión, motivar a los participantes para que escriban frases cortas (utilizando el papel o la cartulina ya preparada) por cada una de las actividades desarrolladas, que resuman las ideas aportadas. Ubíquenlas luego, en un lugar visible para el grupo.

¿QUÉ NOS DICE DIOS?

Iluminemos este tema, conjuntamente con el mensaje leído de Mons. Mario Moronta, y la Palabra de Dios. Meditemos para que ella se haga vida en nosotros:

Se proponen unas citas bíblicas, motive para que las ubiquen en la Santa Biblia y sean compartidas por todos.

Somos Hijos de Dios. (Se pueden agregar otras citas bíblicas):

“Vayan y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos. Bautícenlos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo”: Mt 28, 19-20.

“El que crea y sea bautizado, se salvará”: Mc 16, 16.

“Si no renaces del agua y del Espíritu Santo, no puedes entrar en el Reino de los cielos”: Jn 3, 5.

“Somos realmente hijos de Dios por adopción”: Rom 8, 16.

Recibimos nuestros derechos como hijos: Gal 4, 5

Ahora somos hijos: Gal 4, 6

“Hay un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo, un solo Dios y Padre de todos”: Ef 4, 4-6

Hijos de Dios gracias a la fe: Gal 3, 26-27

Una vez desarrollado el tema (lectura y reflexión), motivar a los presentes para que escriban frases cortas (utilizando el papel o la cartulina ya preparada) con el objetivo de iluminar con la Palabra de Dios y el Magisterio de la Iglesia, las situaciones descritas en

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las actividades anteriores. Coloque encima o al lado de los anteriores, los nuevos cartelitos.

¿CUÁL ES NUESTRA RESPUESTA?

Explique brevemente, apoyándose en el n° 24 de la Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium (La alegría del evangelio), los pasos que se proponen: primerear, involucrar, acompañar, fructificar y festejar; para la transformación misionera de la Iglesia “Una Iglesia en Salida”.

Con todo lo meditado, no podemos quedarnos pasivos, es urgente asumir la actitud de la “Iglesia en salida”, que nos propone el Papa Francisco. Por ello, vamos a proponer y llevar a la práctica acciones que nos permitan llegar a hechos concretos de reconciliación entre hermanos:

Previamente elabore en una hoja de papel bond, el cuadro siguiente, coloque las acciones que se proponen y agregue otras acciones que demuestren nuestra identidad como hijos de Dios.

Actividad 3. Coloque en el cuadro las acciones a las que se comprometen los presentes, en cuanto a vivir como hijos de Dios. Además de las ya expuestas, pueden proponer otras adicionalmente.

ACCIONES PRIMEREAR INVOLUCRARSE ACOMPAÑAR FRUCTIFICAR

Promover entre familiares, amigos y vecinos, el sacramento del Bautismo (u otros sacramentos), para quienes aún no lo hayan recibido.

Promover entre familiares, amigos y vecinos, la importancia de vivir como hijos de Dios e insertados como

miembros de la Iglesia.

Promover entre familiares, amigos y vecinos, el Reconocimiento de que somos Hijos de Dios y hermanos en la fe y en el amor de Dios.

Otras:

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¡¡CELEBREMOS!!

El Papa Francisco, en su Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium (La Alegría del Evangelio), indica que luego de vivir lo anterior es necesario Celebrar: “la Comunidad Evangelizadora gozosa siempre sabe «festejar». Celebra y festeja cada pequeña victoria, cada paso adelante en la evangelización...”

Para el momento de celebrar o festejar, se sugiere preparar cantos, símbolos y expresiones que promuevan el encuentro entre los hermanos para vivir plenamente esta realidad de ser hijos de Dios. Dios.

Actividad 5. A continuación proponemos algunas acciones para festejar el regalo de la buena noticia de ser hijo de Dios, y de estar reconciliados con Dios y los hermanos.

Organizar la Eucaristía en la comunidad, si hay disponibilidad.

Propiciar una oración de acción de gracias por la temática vivida.

Realizar un ágape en la comunidad o sector evangelizado, utilizando dinámicas o reflexiones sobre la necesidad de vivir como hijos muy amados de Dios.

Compartir gestos y detalles dirigidos a promover el amor, la reconciliación y el perdón, entre las familias, amigos y vecinos, compañeros de estudio, de trabajo.

Otras que se consideren convenientes.

Culminación del encuentro.

Invitar a los presentes a realizar la oración final, rezando el Padrenuestro, el Ave María y despedirse con el abrazo de paz, estimulando a cada uno a vivir como hijos de un solo Padre, y sabernos hermanos unos de otros.

Oración final.

Señor te doy gracias por esta actividad misionera, que me permite reconocer que soy hijo tuyo y que debo reconocer también a los demás como hermanos, sin importar sus apariencias y formas de pensar. Enséñame a verlos como Tú mismo los ves, y así no ver más que el bien en cada uno de ellos. Cierra mis ojos a toda calumnia, guarda mi lengua de toda maldad. Revísteme con tu Espíritu Santo, y que sea testigo de tu amor y tu presencia.

Amén.

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RECONCILIATE

Es importante haber preparado con anterioridad el material de trabajo: marcadores, hojas o cartulinas, tirro, papel bond grande. Para el encuentro: La Santa Biblia, Un crucifijo o imagen de Cristo o la Virgen María; lugar y espacio adecuado, sonido, ambientación, bienvenida cálida, así como con cantos de animación. Iniciar el encuentro con cantos y oración.

Los católicos, estamos llamados como discípulos misioneros del Señor, a asumir la actitud que propone el Evangelio: la reconciliación y el encuentro fraterno, para afirmar que somos hijos de un mismo Padre y hermanos que nos distinguimos por cumplir el mandamiento del amor.


La siguiente lectura nos permite acercarnos a la realidad que vivimos con relación a la necesidad de reconciliarnos entre los tachirenses y venezolanos. Invite a los presentes a que lean y reflexionen estos temas, haciendo una comparación con su realidad familiar y social.

Muchos católicos no estamos conscientes de la necesidad de vivir reconciliados con Dios y con los hermanos, no llegando a relacionar estas dos dimensiones contenidas en el sacrificio de la cruz: el madero vertical que hace alusión a mi relación con Dios y el madero horizontal que muestra la necesaria relación de amor con los demás.

Nuestro Obispo Mons. Mario Moronta ha venido expresando: “En nuestro país, la situación política y socioeconómica está golpeando fuertemente a todos los ciudadanos. El deterioro de las relaciones humanas debido a la profundización de la polarización política ha

devenido en consecuencias tristes como el desencuentro, la división, el odio y la ruptura de la convivencia social. Nuestra tierra tachirense no escapa a esta situación. Lamentablemente, a todo esto se añade un relativismo moral que hace perder la centralidad de la persona humana y hace posible la quiebra de los valores fundamentales de la conducta de los ciudadanos.”

En el diagnóstico diocesano sobre la situación moral de la sociedad tachirense, se pudo evidenciar las causas principales de la ruptura de las relaciones con los demás, en cuanto a las actitudes y acciones fuera de lo moral, se deben, entre otros aspectos al uso constante del lenguaje agresivo y obsceno, violencia en el trato a los demás, agresividad y amenazas, individualismo como forma de vida, pérdida del

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respecto por intolerancia e impaciencia, cultura de violencia verbal y física en la familia.

Actividad 1. Reflexione y responda a las siguientes cuestiones.

1. Preguntarnos individual o grupalmente: ¿Por qué ocurre todo esto, cuál es el origen y las causas de esta situación?

2. Reflexione con el grupo, el significado que tiene la palabra “Reconcíliate” para cada uno.

3. ¿A través de que formas, símbolos o expresiones mostramos que queremos estar reconciliados con familiares, amigos, vecinos, personas que piensan diferente en lo religioso o político?



Iluminemos este tema con lo que nos dice Dios mediante su Palabra y el Magisterio de la Iglesia Católica, meditemos para que ella se haga vida en nosotros:

Invite a los presentes con la Santa Biblia, a ubicar y proclamar algunos de los textos sugeridos y que puedan ser comentados por todos.

Movido por el amor filial al Padre y por el amor misericordioso a cada uno de nosotros, el Señor Jesús realiza en sí nuestra reconciliación con la Trinidad, llamándonos nuevamente a participar de la Comunión en el Amor. Nos revela el misterio de nuestra identidad y de nuestro llamado, abriéndonos el horizonte de una existencia auténtica y reconciliada. Él, que nos "amo hasta el extremo" (Jn 13, 1; Jn 15, 13), nos enseña y nos llama a vivir el amor, en un dinamismo de reconciliación. La ruptura de relaciones con nuestros hermanos afecta dramáticamente nuestra relación con el Padre; aun cuando sabemos o queramos convencernos de que nuestra ofrenda es recibida con agrado, la Palabra revela que Dios se resiste a la devoción de aquellos que no están en paz con sus semejantes.

“Y todo esto proviene de Dios, que nos reconcilió consigo por Cristo, y nos confío el ministerio de la reconciliación. Porque en Cristo estaba Dios reconciliando al mundo consigo, no tomando en cuenta los pecados de los hombres, sino poniendo en nosotros la palabra de la reconciliación” (2 Cor 5, 18-19).

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“Por eso, si tú estás para presentar tu ofrenda en el altar, y te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti, deja allí mismo tu ofrenda ante el altar, y vete antes a reconciliarte con tu hermano; después vuelve y presenta tu ofrenda” (Mt 5, 23-24).

Su Santidad, el Papa Francisco nos dice: “Quien acepta la vida de Cristo, vive en Él, reconoce a Dios como Padre y se entrega totalmente a Él, amándolo sobre todas las cosas. El hombre reconciliado ve en Dios al Padre de todos y, en consecuencia,

siente el llamado a vivir una fraternidad abierta a todos. En Cristo, el otro es aceptado y amado como hijo o hija de Dios, como hermano o hermana, no como un extraño, y menos aún como un contrincante o un enemigo. La fraternidad tiene necesidad de ser descubierta, amada, experimentada, anunciada y testimoniada. Pero sólo el amor dado por Dios nos permite acoger y vivir plenamente la fraternidad”

A partir de nuestro encuentro con Cristo hemos de ser constructores de Paz en el mundo. Nuestra fe no sólo se ha de limitar a las acciones realizadas en el templo o en la vida privada. Hemos de ser signo e instrumento de reconciliación para todos. Cuando el egoísmo se apodera de la persona es muy difícil que aprenda a perdonar; más bien serán los deseos de venganza los que le muevan. Entonces en lugar de trabajar por la paz la irá deteriorando cada vez más; en lugar de buscar la reconciliación con el hermano que ha fallado encontrará caminos de venganza y destrucción. El Señor nos invita a perdonarnos y a trabajar mutuamente por nuestra salvación. Si queremos un mundo más justo y más en paz seamos los primeros en trabajar para que desaparezca de entre nosotros la división y la guerra.

Por lo tanto si verdaderamente queremos vivir en el amor de Dios, necesariamente debemos reconciliarnos con los hermanos y vivir la fraternidad cristiana.

Una vez desarrollado el tema (lectura y reflexión), motivar a los presentes para que escriban frases cortas (utilizando el papel o la cartulina ya preparada) con el objetivo de iluminar con la Palabra de Dios y el Magisterio de la Iglesia, las situaciones descritas en las actividades anteriores. Coloque encima o al lado de los anteriores, los nuevos cartelitos.


Explique brevemente, apoyándose en el n° 24 de la Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium (La alegría del evangelio), los pasos

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que se proponen: primerear, involucrar, acompañar, fructificar y festejar; para la transformación misionera de la Iglesia “Una Iglesia en Salida”. Realice la lectura que se sugiere.


Previamente elabore en una hoja de papel bond, el cuadro siguiente, coloque las acciones que se proponen y agregue otras acciones de reconciliación sugeridas por los presentes, como compromiso del grupo.

Actividad 2. Coloque en el cuadro las acciones de reconciliación a las que se comprometen los presentes. Además de las ya expuestas, pueden proponer otras adicionalmente.

ACCIONES DE RECONCILIACION PRIMEREAR INVOLUCRARSE ACOMPAÑAR FRUCTIFICAR

Revisa si en tu familia o en tu comunidad hay personas a las que no tratas mucho o

no les hablas, acércate a ellas y manifiéstale tu interés de hacerte su amigo.

Acércate a alguna

persona con la que hayas tenido alguna diferencia y trata de apreciar su dignidad humana, reconociendo su punto de vista

aunque no lo compartas

Comparte y discute con tu familia y vecinos la “regla de oro de las

relaciones” Mt 7,12

Otras acciones de reconciliación:

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¡¡CELEBREMOS!!

El Papa Francisco, en su Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium (La Alegría del Evangelio), indica que luego de vivir lo anterior es necesario Celebrar: “la Comunidad Evangelizadora gozosa siempre sabe «festejar». Celebra y festeja cada pequeña victoria, cada paso adelante en la evangelización...”

Para el momento de celebrar o festejar, se sugiere preparar cantos, símbolos y expresiones que promuevan la reconciliación.



Propiciar una oración de acción de gracias por la temática vivida, así como por las experiencias de reconciliación.

Realizar un ágape en la comunidad o sector evangelizado.

Compartir gestos y detalles dirigidos a lograr la reconciliación entre las familias y los vecinos.


Invitar a los presentes a realizar la oración final y despedirse con el abrazo de paz, animando a cada uno a vivir reconciliados con Cristo, y con nuestros hermanos.

Oración final.

Padre Santo, a través de tu compasión, enséñanos a perdonar desde el amor, enséñanos a olvidar desde la humildad. Ayúdanos a examinar nuestro corazón y a ver si hay alguna herida no perdonada, o alguna amargura sin olvido. Permite que tu Espíritu Santo penetre en nuestro espíritu y remueva todo rastro de enojo.

Concédenos vivir en paz y armonía en nuestras familias, comunidad y país. Te lo pedimos por los méritos de tu Hijo Jesucristo, quien es Dios y vive y reina contigo por los siglos de los amén.

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PERDONA


El perdón es una actitud de misericordia y apertura hacia el amor (cfr. 1 Cor 13, 6-7).El perdón supone dos dimensiones: Pedir Perdón y ofrecer Perdón. Ambas son acciones separadas e independientes. Puedo pedir perdón sin que el otro me perdone o puedo perdonar sin que aquel a quien estoy perdonando me lo solicite. El perdón es la llave para la tranquilidad emocional y mental.

. ¿QUÉ ESTÁ PASANDO? La siguiente lectura nos permite acercarnos a la realidad que vivimos con relación a la necesidad de pedir perdón y ofrecer perdón, entre los tachirenses y venezolanos. Invite a los presentes a que lean y reflexionen estos temas, haciendo una comparación con su realidad familiar y social.

Vivimos en una sociedad herida por el odio y el rencor. Es frecuente ver y oír en los medios y en las redes como se toma venganza por propia mano: secuestros, aborto, sicariato. No faltan noticias sobre enfrentamientos entre personas y grupos por diferencias políticas, ideológicas, religiosas o de otra índole. Se ha levantado la cultura de la venganza, de la culpa y del señalamiento; Perdono pero no olvido.

Permanecemos en resentimiento, el juicio negativo o la indiferencia hacia quienes nos han hecho daño, no importa de quien se trate. Ofrecer perdón o pedir perdón, se ha vuelto signo de debilidad para muchos. Generalmente es una larga lista de personas a las que no perdonamos: a Dios, a nuestra familia, a papa, a mamá, hermanos, amigos, compañeros de trabajo, a los responsables de nuestra Iglesia, a los responsables de la política y de la economía; vamos levantando barreras de rencor en nuestra sociedad, que atan a nuestros hijos, obligándolos a continuar esta cadena de odio a través de las generaciones.

Perdonar es base fundamental del crecimiento y madurez espiritual y humana del cristiano. Si no perdonamos abrimos la puerta al maligno, y

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cerramos el paso a la acción de la gracia de Dios. La falta de perdón en nuestra sociedad se manifiesta entre otros aspectos desde el punto de vista psicosomático: asma, artritis, dolor de cabeza, colon inflamado; y Psicológico: depresión, neurosis, paranoia, ansiedad.

Actividad 1. Reflexione y responda a las siguientes cuestiones.

1. Preguntarnos individual o grupalmente: ¿Por qué ocurre todo esto, cuál es el origen y las causas de esta situación?

2. Reflexione con el grupo, el significado que tiene la palabra “Perdón” para cada uno.

3. ¿A través de que formas, símbolos o expresiones mostramos nuestra disposición de ofrecer y pedir perdón con familiares, amigos, vecinos, personas que piensan diferente en lo religioso o político?




Invite a los presentes a leer y reflexionar cada uno de los párrafos. Trate de que puedan ser comentados. En la parte final del texto se proponen unas citas bíblicas, motive para que las ubiquen en la Santa Biblia sean compartidas por todos.

“Perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden” (Mt 6,12) En esta petición del Padre Nuestro, el Señor Jesús nos advierte que nuestra petición no será escuchada, sino hemos respondido antes a una exigencia.

El perdón genera reconciliación, reconstruye el amor y lo fortalece: “Y todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo, y nos dio el ministerio de la reconciliación; que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados, y nos encargó a nosotros la palabra de la reconciliación.” (2 Cor 5, 18-19).

El perdón es la puerta a la reconciliación en cualquier relación que necesita restauración y es el paso previo para poder amarnos los unos a los otros. No se puede amar sin perdonar. El Señor Jesús, nos enseña “perdonen y serán

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perdonados” (Lc 6, 37). Dios no nos perdona si nosotros no perdonamos. El perdón es un bálsamo que emana de Dios y llega al corazón del hombre, del perdonado y del que perdona. Hay muchas circunstancias diarias en las que nos encontramos que tenemos que pedir perdón o perdonar.

El Apóstol San Juan nos enseña que “Si uno dice «Yo amo a Dios» y odia a su hermano, es un mentiroso. Si no ama a su hermano, a quien ve, no puede amar a Dios, a quien no ve” (1 Jn 4, 20) Ninguna persona puede decir que tiene amor en su vida, cuando no está dispuesto a reconciliarse, y nadie puede reconciliarse verdaderamente, si antes no perdona de corazón las ofensas de los hermanos.

El Papa Francisco nos dice que “Cuando el egoísmo se apodera de la persona es muy difícil que aprenda a perdonar; más bien serán los deseos de venganza los que le muevan. Entonces en lugar de trabajar por la paz la irá deteriorando cada vez más; en lugar de buscar la reconciliación con el hermano que ha fallado encontrará caminos de venganza y destrucción. El Señor nos invita a perdonarnos y a trabajar mutuamente por nuestra salvación. Si queremos un mundo más justo y más en paz seamos los primeros en trabajar para que desaparezca de entre nosotros la división y la guerra”

La Palabra de Dios nos presenta la importancia de un perdón verdadero, con el fin de recibir el Perdón de Dios y de nuestros hermanos: Eclo 28, 2 / Col 3, 13-14 / Mt 6, 14-15 / Mc 11, 25 / Pro 10, 12 / Lc 17, 3-4 / Mt 18, 21. (Pueden agregar otras si lo consideran pertinente)





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Previamente elabore en una hoja de papel bond, el cuadro siguiente, coloque las acciones que se proponen y agregue otras acciones de Perdón sugeridas por los presentes como compromiso del grupo.

Actividad 2. Dinámica de Roles sobre los personajes del Hijo Pródigo (Lc 15) en la cotidianidad de la comunidad. Tres participantes encarnan cada uno un personaje de la parábola, tratando de reflejar lo más cerca posible la realidad que se vive hoy. El resto del grupo actúa como observadores, para sopesar las razones y actitudes de cada uno.

Actividad 3. Coloque en el cuadro las acciones de perdón a las que se comprometen los presentes. Además de las ya expuestas, pueden proponer otras adicionalmente.

ACCIONES DE PERDÓN PRIMEREAR INVOLUCRARSE ACOMPAÑAR FRUCTIFICAR

Establecer de común acuerdo la semana del perdón: Día 1: Perdonémonos a nosotros mismos Día 2: Perdonemos a nuestra familia. Día 3. Perdonemos a nuestros amigos y colegas. Día 4: Perdonemos a nuestros enemigos. Día 5: Perdonemos a los responsables de nuestra Iglesia local. Día 6: Perdonemos a los responsables de la política y de la economía.

Realizar una jornada de confesiones en la comunidad. Organizar de tal manera que se sigan los pasos: 1) Examen de conciencia 2) Constricción de corazón 3) Propósito de enmienda. 4) confesar los pecados 5) Cumplir la penitencia.

Otras acciones de Perdón:

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¡¡CELEBREMOS!!

El Papa Francisco, en su Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium (La alegría del evangelio), indica que luego de vivir lo anterior es necesario Celebrar: “la comunidad evangelizadora gozosa siempre sabe «festejar». Celebra y festeja cada pequeña victoria, cada paso adelante en la evangelización...”

Para el momento de celebrar o festejar, se sugiere preparar cantos, símbolos y expresiones que promuevan el encuentro entre los hermanos para ofrecer y pedir perdón.



Propiciar una oración de acción de gracias por la temática vivida, así como por las experiencias de perdón.

Realizar un ágape en la comunidad o sector evangelizado, utilizando dinámicas o reflexiones sobre la necesidad del perdón.

Compartir gestos y detalles dirigidos a promover el perdón entre las familias y los vecinos, compañeros de estudio, de trabajo.



Invitar a los presentes a realizar la oración final y despedirse con el abrazo de paz, invitando a cada uno a vivir cada día en el perdón con Cristo, y con nuestros hermanos.

Oración final.

Padre Santo, a través de tu compasión, enséñanos a perdonar desde el amor, enséñanos a olvidar desde la humildad. Ayúdanos a examinar nuestro corazón y a ver si hay alguna herida no perdonada, o alguna amargura sin olvido. Permite que Tu Espíritu Santo penetre en nuestro espíritu y remueva todo rastro de enojo. Concédenos vivir

en paz y armonía en nuestras familias, comunidad y país. Te lo pedimos por los méritos de tu hijo Jesucristo, quien es Dios y vive y reina contigo por los siglos de los amén.

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AMA


"Dios es amor, y quien permanece en el amor permanece en Dios y Dios en Él” (1 Jn 4, 16). Estas palabras de la Primera carta de San Juan expresan con claridad meridiana el corazón de la fe cristiana: la imagen cristiana de Dios y también la consiguiente imagen del hombre y de su camino. Dios creó al hombre por amor y para el amor. El amor por tanto es la vocación fundamental y original de todo hombre. El amor no radica sólo en el cuerpo, El amor humano también abarca al alma, porque el hombre está llamado al amor en su totalidad: en el cuerpo y en el alma.


La siguiente lectura nos permite acercarnos a la realidad que vivimos con relación a la necesidad de dar amor y de recibir amor. Invite a los presentes a que lean y reflexionen estos temas, haciendo una comparación con su realidad familiar y social.

La madre Teresa de Calcuta decía que el mundo está enfermo por falta de amor: “El mayor mal es la falta de amor y caridad, la terrible indiferencia hacia nuestro vecino que vive al lado de la calle, asaltado por la explotación, corrupción, pobreza y enfermedad.” Lo observamos cada día por las familias enemistadas, hombres y mujeres que se odian entre sí, la falta de solidaridad o de ayudar al prójimo, los asesinatos, el secuestro, el robo, la corrupción, los

fraudes, la violencia, entre otros aspectos.

El padre Alexander Díaz, vicario de la parroquia Sagrada Familia, nos explica está situación: “El amor es vital, para el desarrollo de la misma humanidad, la arrogancia, la prepotencia, el orgullo, la indiferencia, el egocentrismo, la envidia, son el cáncer que destruye nuestros vínculos personales, nuestros matrimonios y porque no decirlo, nuestras amistades mismas. El hombre que no ama, se vuelve vacío, e insensible y agonizante, pierde la esperanza de crecer y ser mejor, olvida el objetivo con el que fue creado, olvida que es fruto de un amor”.

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“El hombre se ha materializado de una manera que le cuesta aceptar a los demás con el amor sublime con el que Cristo nos ha mandado vivir. El amor debe de ser uno de los signos principales con los cuales nos debemos identificar”

Actividad 1. Reflexione y responda a las siguientes cuestiones. 1. Preguntarnos individual o grupalmente: ¿Por qué ocurre todo esto, cuál es

el origen y las causas de esta situación? 2. Reflexione con el grupo, el significado que tiene la palabra “Amor” para c/

uno. 3. ¿A través de que formas, símbolos o expresiones mostramos nuestra

disposición de amar de corazón a familiares, amigos, vecinos, personas que piensan diferente en lo religioso o político?




Invite a los presentes a leer y reflexionar cada uno de los párrafos. Trate de que puedan ser comentados por todos. En la parte final del texto se proponen unas citas bíblicas, motive para que las ubiquen en la Santa Biblia sean compartidas por todos.

Su Santidad Benedicto XVI, destacó que "antes de ser un mandato, el amor es un don, una realidad que Dios nos hace conocer, experimentar, así como una semilla, que pueda germinar incluso dentro de nosotros y desarrollarse en nuestra vida"."En efecto, el mandamiento del amor lo puede poner plenamente en práctica quien vive una relación profunda con Dios, así como el niño aprende a amar a partir de una buena relación con la madre y el padre"."Si el amor de Dios ha metido raíces profundas en una persona, ésta en grado de amar incluso a quien no lo merece, como justamente hace Dios hacia nosotros".

El Papa Francisco explica: “A partir de las palabras de la primera Carta de Juan, (Cf. 1 Jn 4, 13) en la que el Apóstol insiste en repetir: Si nos amamos unos a otros, Dios permanece en nosotros y su amor es perfecto en nosotros, el Santo

Padre observó que la experiencia de la fe está precisamente en este doble permanecer. Nosotros en Dios y Dios en nosotros: esta es la

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vida cristiana. No permanecer en el espíritu del mundo, no permanecer en la superficialidad, no permanecer en la idolatría, no permanecer en la vanidad. No, no: permanecer en el Señor. Y Él retribuye esto: Él permanece en nosotros. Pero, primero, permanece Él en nosotros. Muchas veces lo echamos y nosotros no podemos permanecer en Él. Es el Espíritu el que permanece.

El mismo Jesús, cuando habla del amor, nos habla de cosas concretas: dar de comer a los hambrientos, visitar a los enfermos y tantas cosas concretas. El amor es concreto. La concreción cristiana. Y cuando no hay esta concreción, se puede vivir un cristianismo de ilusiones, porque no se entiende bien donde está el centro del mensaje de Jesús. Este amor no llega a ser concreto: es un amor de ilusiones, como estas ilusiones que tenían los discípulos cuando, mirando a Jesús, creían que era un fantasma".

El amor en la Palabra de Dios (Se pueden agregar otras citas bíblicas):

Dios es Amor: 1 Jn 4, 8

Un mandamiento nuevo: Jn 13, 34-35

Amor a Dios y a su hermano: 1 Jn 4, 20

Amar es compartir: 2 Cor 9, 6-7 / Heb 13, 16

Amar es perdonar: Mt 5, 44-45 / 1Pe 3, 9

Amar es ideal de unidad. Unidos en Cristo: Jn 17, 21-23 / 1Cor 12, 13

Amar es compromiso: 1 Jn 3, 15-18

El amor nunca pasará 1 Cor 13, 1-8.13

Tengan una sola deuda… Rom 13, 8

El amor es la ley perfecta: Rom 13, 10




Con todo lo meditado, no podemos quedarnos pasivos, es urgente asumir la actitud de la “Iglesia en salida”, que nos propone el Papa Francisco. Por ello,

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vamos a proponer y llevar a la práctica acciones que nos permitan llegar a hechos concretos de reconciliación entre hermanos:

Previamente elabore en una hoja de papel bond, el cuadro siguiente, coloque las acciones que se proponen y agregue otras acciones que demuestren el amor que nos debemos tener los unos a los otros.

Actividad 2. Coloque en el cuadro las acciones para promover el amor entre los hermanos, a las que se comprometen los presentes. Además de las ya expuestas, pueden proponer otras adicionalmente.

ACCIONES PRIMEREAR INVOLUCRARSE ACOMPAÑAR FRUCTIFICAR

Acércate a tu

familia y demuéstrales el amor y el aprecio que tienes por

ellos.

Acércate a tus vecinos y amigos, compañeros de

trabajo o estudio y demuéstrales el amor y el aprecio que tienes por

ellos.

Realiza actividades de solidaridad hacia

los más necesitados: de una oración, un abrazo, consejo, una palabra de

aliento.

Realiza actividades de caridad hacia los

más necesitados: de salud, alimento, vestido, libertad,

consuelo por el luto, (obras de misericordia)

Otras:

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¡¡CELEBREMOS!!

El Papa Francisco, en su Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium (La Alegría del Evangelio), indica que luego de vivir lo anterior es necesario Celebrar: “la comunidad evangelizadora gozosa siempre sabe «festejar». Celebra y festeja cada pequeña victoria, cada paso adelante en la evangelización...”

Para el momento de celebrar o festejar, se sugiere preparar cantos, símbolos y expresiones que promuevan el encuentro entre los hermanos para vivir plenamente en el amor de Dios.



Propiciar una oración de acción de gracias por la temática vivida, así como por las experiencias de amar y ser amados.

Realizar un ágape en la comunidad o sector evangelizado, utilizando dinámicas o reflexiones sobre la necesidad de vivir en el amor de Dios.

Compartir gestos y detalles dirigidos a promover el amor entre las familias y los vecinos, compañeros de estudio, de trabajo.



Invitar a los presentes a realizar la oración final y despedirse con el abrazo de paz, estimulando a cada uno a vivir en el amor de Dios para llevarlo a nuestros hermanos.

Oración final.

Padre Santo, te damos gracias por el amor inmenso y la misericordia que tienes para con nosotros. Gracias por enviarnos a tu hijo Jesucristo por nuestra salvación. Haz que nos amemos más y más unos a otros cada día, como Tú nos amas a cada uno de nosotros y a perdonarnos mutuamente nuestras faltas como Tú perdonas nuestros pecados.

Ayúdanos, oh Padre amado, a recibir todo lo que nos das y a dar todo lo que quieres recibir con una gran sonrisa. Inmaculado Corazón de María, causa de nuestra alegría, ruega por nosotros. Santos Ángeles de la Guarda permanezcan a nuestro lado, para guiarnos y protegernos.

Amén.

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LA PAZ

Todos queremos vivir en paz. Pero el concepto de paz puede parecer diferente según la percepción de cada uno. Descubramos como hijos de Dios qué significado tiene la paz de la que nos habla Cristo, que es en esencia la reconciliación con el Padre y con los hermanos.

Es importante haber preparado con anterioridad el material de

trabajo: marcadores, hojas o cartulinas, tirro, papel bond grande. Para el encuentro: La Santa Biblia, Un crucifijo o imagen de Cristo o la Virgen María; lugar y espacio adecuado, sonido, ambientación, bienvenida cálida, así como con cantos de animación. Iniciar el encuentro con oración y cantos.


La siguiente lectura nos permite acercarnos a la realidad que vivimos con relación a la necesidad de alcanzar la paz y la armonía entre los venezolanos. Invite a los presentes a que lean y reflexionen estos temas, haciendo una comparación con su realidad familiar y social.

En la cotidianidad oímos que queremos paz, anhelamos paz, pero todavía

vemos que se vive como si no la pudiéramos alcanzar, porque siempre está

presente la angustia, el miedo, la zozobra, por cualquier motivo de índole

personal, grupal, familiar, laboral y social. Se ven algunos intentos importantes

de entes e instancias para que exista la paz, los cuales se valoran, pero siguen

los rencores, los resentimientos, las agresiones físicas y verbales. Hay en nuestra

gente pensamientos, emociones, sentimientos y acciones que carecen de paz.

Es hora de reconocer que la paz no viene por improvisación o por decreto, para

los bautizados la paz es Don de Dios en la persona de su hijo Jesucristo, nacida e

impulsada por el Espíritu Santo. Por esta razón, reiteramos la invitación a

sentirnos amados por Dios quien nos reconcilió por medio de su hijo Jesucristo,

para que así nos sintiéramos perdonados para salir a perdonar a quien nos haya

ofendido, de modo que reconciliados con Dios, con nosotros mismos y con el

otro: vendrá la paz.

Actividad 1. Reflexione y responda las siguientes preguntas.

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1. Preguntarnos individual o grupalmente: ¿Por qué ocurre todo esto, cuál es

el origen y las causas de esta situación?

2. Reflexione con el grupo, el significado que tiene la palabra “Paz” para cada

uno.

3. ¿A través de que formas, símbolos o expresiones mostramos que queremos

vivir en Paz con familiares, amigos, vecinos, personas que piensan diferente

en lo religioso o político?



Iluminemos este tema con lo que nos dice Dios mediante su Palabra, meditemos para que ella cobre vigor en nosotros:

Invite a los presentes con la Santa Biblia, a ubicar y proclamar algunos de los textos sugeridos y que puedan ser comentados por todos.

Jesús: Príncipe de Paz: Isaías 9, 5-6 Fe, sanación y Paz: Lucas 8, 43-48

Pregonero de la Paz: Isaías 52, 7 Portadores de Paz: Lucas 10, 5-6

Obra de la Justicia: la Paz: Isaías 32, 17

Paz con los demás: Lucas 19, 8-10

Paz consigo mismo: Lucas 7, 47-50 Paz con Dios: Lucas 23, 39-43

Alianza de Paz: Isaías 54, 10

Consecuencias de la Paz: Salmos 4, 9; Juan 14, 27

La salvación de Jesús trae Reconciliación y Paz: Efesios 2, 14-18

Paz, fruto del Espíritu Santo: Gálatas 5, 22-23

Iluminemos este tema con el Magisterio de la Iglesia Católica:

Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia, N° 492:

La paz de Cristo es, ante todo, la reconciliación con el Padre, que se realiza mediante la misión apostólica confiada a los discípulos y que comienza con un anuncio de paz (cfr. Rom 1,7). La paz es además reconciliación con los hermanos, porque Jesús en la oración nos enseñó el “Padre nuestro”. Con esta doble reconciliación debemos ser artífices de paz y partícipes del Reino de Dios. “Bienaventurados los que trabajan por la paz porque…” (Mt 5, 9)

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Catecismo de la Iglesia Católica. CIC N° 2304 : “El respeto y el desarrollo de la vida humana exigen la paz. La paz no es sólo ausencia de guerra y no se limita a asegurar el equilibrio de fuerzas adversas. La paz no puede alcanzarse en la tierra, sin la salvaguardia de los bienes de las personas, la libre comunicación entre los seres humanos, el respeto de la dignidad de las personas y de los pueblos, la práctica asidua de la fraternidad. Es la “tranquilidad del orden”. Es obra de la justicia y efecto de la caridad”.

Mensaje para la Jornada Mundial de la Paz, Pablo VI, 1976: “La Paz se afianza solamente con la paz; la paz no separada de los deberes de justicia, sino alimentada por el propio sacrificio, por clemencia, por la misericordia, por la caridad”

Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia, N° 495: “La paz se construye día a día en la búsqueda del orden querido por Dios y sólo puede florecer cuando uno reconoce la propia responsabilidad para promoverla. Para prevenir conflictos y violencias, es absolutamente necesario que la paz comience a vivirse como un valor en el interior de cada persona: así podrá extenderse a las familias y a las diversas formas de agregación social, hasta alcanzar a toda la comunidad política…”

Mensaje del Papa Benedicto XVI en la jornada mundial por la paz:

“La paz se aprende en familia, por tanto quien debilita la familia debilita la paz. Quien obstaculiza la institución familiar, aunque sea inconscientemente, hace que la paz de toda la sociedad, nacional o internacional, sea frágil, porque debilita lo que, de hecho, es la principal "agencia" de la paz.”



Explique brevemente, apoyándose en el n° 24 de la Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium (La alegría del evangelio), los pasos que se proponen: primerear, involucrar, acompañar, fructificar y festejar; para la transformación misionera de la Iglesia “Una Iglesia en Salida”. Realice la lectura que se sugiere.

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Con todo lo meditado, no podemos quedarnos pasivos, es urgente asumir la actitud de la “Iglesia en salida”, que nos propone el Papa Francisco. Por ello, vamos a proponer y llevar a la práctica acciones que nos permitan llegar a hechos concretos de paz:

Previamente elabore en una hoja de papel bond, el cuadro siguiente, coloque las acciones que se proponen y agregue otras acciones de paz sugeridas por los presentes, como compromiso del grupo.

Actividad 2. Coloque en el cuadro las acciones de Paz a las que se comprometen los presentes. Además de las ya expuestas, pueden proponer otras adicionalmente.

ACCIONES DE PAZ

PRIMEREAR INVOLUCRARSE ACOMPAÑAR FRUCTIFICAR

Practique formas de comunicación respetuosas. Demuéstrele a su

familia y vecinos cómo hablar con otras personas de manera

respetuosa.

Muestre a los miembros de la familia y vecinos,

como resolver conflictos sin violencia.

Enseñe a los miembros de la

familia y vecinos, el respeto por las costumbres familiares,

honrar a los ancianos, y ayudar en la comunidad.

Otras acciones de paz:

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¡¡CELEBREMOS!!

El Papa Francisco, en su Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium (La alegría del evangelio), indica que luego de vivir lo anterior es necesario Celebrar: “la comunidad evangelizadora gozosa siempre sabe «festejar». Celebra y festeja cada pequeña victoria, cada paso adelante en la evangelización...”

Para el momento de celebrar o festejar, se sugiere preparar cantos de paz, la oración de San Francisco: “Hazme un instrumento de paz”, y símbolos o expresiones de paz para compartir.

Actividad 3. A continuación proponemos algunas acciones para festejar el regalo de la buena noticia de ser hijo de Dios, de estar reconciliados, de recibir y dar perdón, de vivir en el amor y de alcanzar la paz como fruto de la justicia.


Propiciar una oración de acción de gracias por la temática vivida, así como por las experiencias de reconciliación.

Realizar un ágape en la comunidad o sector evangelizado.

Invitarlos a la próxima eucaristía para agradecer por los frutos personales, grupales, sociales, espirituales y pastorales de la misión.

Compartir gestos detalles de paz (refrigerios, regalos, abrazos, tarjetas, entre otros).


Invitar a los presentes a realizar la oración final rezando el Padrenuestro, el Ave María y despedirse con el abrazo de paz, invitando a cada uno a vivir plenamente como hijos muy amados de Dios, siendo artífices de paz en nuestra vida cotidiana.

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ORACIÓN DE LA DIÓCESIS DE SAN CRISTÓBAL

TRINIDAD SANTA, UN SOLO DIOS, EN TUS MANOS AMOROSAS,

ENCOMENDAMOSNUESTRA IGLESIA DIOCESANA, QUE QUIERE SER FIEL A SU MISIÓN EVANGELIZADORA

EN ESPÍRITU Y VERDAD, CONTAMOS CON TU GRACIA, TU LUZ Y TU SABIDURÍA.

PORQUE SOMOS TUS HIJOS

DIOS PADRE, QUEREMOS MANIFESTAR A TRAVÉS DE NUESTRA FE

TU DIVINA VOLUNTAD DE SALVACIÓN PARA TODOS LOS SERES HUMANOS.

PORQUE SOMOS TUS DISCÍPULOS Y MISIONEROS

SEÑOR JESÚS, QUEREMOS SEGUIR ANUNCIANDO TU PALABRA

Y CONSTRUIR CON AMOR TU REINO DE JUSTICIA Y PAZ.

PORQUE SOMOS TUS TESTIGOS DIOS ESPÍRITU SANTO,

QUEREMOS CONTAGIAR ESPERANZA Y SERVIR A TODOS, PARTICULARMENTE A LOS POBRES

Y EXCLUIDOS DE NUESTRA SOCIEDAD.

TE LO PEDIMOS POR INTERCESIÓN DE MARÍA DEL TÁCHIRA,

NUESTRA SEÑORA DE LA CONSOLACIÓN. AMÉN

ACCIONES DE PAZ

Spiritual

Subsidio para la evangelización de las familias