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Montevideo, Uruguay, 17 de agosto de 2014. Mis queridas semillas, Una vez un empresario, quiso ofrecer a sus empleados 5 minutos de reposo, estaban estresados, agobiados porque todo iba muy deprisa y hoy en día la humanidad se ha vuelto muy exigente, lo quiere todo y enseguida, entonces les preparó un café delicioso, era el café del milagro y fue a su cocina y preparó unas tazas de porcelana, las más lindas que tenía en su casa, la porcelana de china, inglesa, francesa, después también eligió otras, eran las tazas de plástico, normales, las que se tienen siempre en todas las casas, las tazas también de barro, vasos de plástico, había una de cada categoría, una de cada color, formas y gustos, puso las tazas encima de la mesa y sirvió el café y dijo: “Vosotros elegir, cada quien que elija la taza que más le gusta y que lo saboreé”. Todos fueron y se sirvieron, el jefe de la empresa miró y lo primero que vio es la porcelana que había desaparecido, las otras tazas bonitas también, fueron las primeras que se sirvieron, solamente quedaron algunas de plástico y otras de barro, poquitas. Los miró a todos y sonrió y les dijo: “Os felicito, habéis escogido, como siempre, lo mejor para vosotros mismos, lo más caro, lo más bonito y habéis dejado lo más barato, lo más feo, lo más sencillo”. Lo miraron, sin saber lo que quería decir, esa mirada tenía un punto de interrogación. El director les explicó: “Mirar, el café es la vida, las tazas, los vasos, los recipientes es el disfraz de nuestra vida, cada quien nos vestimos de una manera, nos maquillamos, nos disfrazamos de un

Montevideo, Uruguay 17 agosto 2014

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Montevideo, Uruguay, 17 de agosto de 2014.

Mis queridas semillas,

Una vez un empresario, quiso ofrecer a sus empleados 5 minutos de reposo, estaban estresados, agobiados porque todo iba muy deprisa y hoy en día la humanidad se ha vuelto muy exigente, lo quiere todo y enseguida, entonces les preparó un café delicioso, era el café del milagro y fue a su cocina y preparó unas tazas de porcelana, las más lindas que tenía en su casa, la porcelana de china, inglesa, francesa, después también eligió otras, eran las tazas de plástico, normales, las que se tienen siempre en todas las casas, las tazas también de barro, vasos de plástico, había una de cada categoría, una de cada color, formas y gustos, puso las tazas encima de la mesa y sirvió el café y dijo: “Vosotros elegir, cada quien que elija la taza que más le gusta y que lo saboreé”. Todos fueron y se sirvieron, el jefe de la empresa miró y lo primero que vio es la porcelana que había desaparecido, las otras tazas bonitas también, fueron las primeras que se sirvieron, solamente quedaron algunas de plástico y otras de barro, poquitas. Los miró a todos y sonrió y les dijo: “Os felicito, habéis escogido, como siempre, lo mejor para vosotros mismos, lo más caro, lo más bonito y habéis dejado lo más barato, lo más feo, lo más sencillo”. Lo miraron, sin saber lo que quería decir, esa mirada tenía un punto de interrogación.

El director les explicó: “Mirar, el café es la vida, las tazas, los vasos, los recipientes es el disfraz de nuestra vida, cada quien nos vestimos de una manera, nos maquillamos, nos disfrazamos de un gusto diferente, todos le damos importancia al color, a la nacionalidad, a quien son, a quien dice; y estamos tan preocupados, como hoy vosotros, preocupados de haber elegido las tazas de porcelana, que habéis olvidado el contenido ¡El contenido es la Vida! Al olvidaros de la vida no podéis apreciarla, no podéis saborear esa esencia que vive en vosotros que es la Luz, que es la existencia ¿me comprendéis ahora? Os he dado a elegir, el café no es diferente por tener la taza más bella de porcelana o la más cara, tampoco

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no cambia el sabor si es de barro o de plástico, es café y siempre continuará siendo café, como vuestra vida. Los humanos nos gusta tener un disfraz, son nuestros vestidos, nuestros trajes; degustar ése café, es el néctar de vuestra vida, pensar cada día que lo importante vive en vosotros y no en las apariencias”.

Mis amadas semillas, mis estrellas del Universo tenerlo en cuenta cada día, a primeras horas de la mañana cuando toméis vuestro café, estáis alimentando esa fuerza que está en vosotros.

Con todo mi amor,La Jardinera