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PRIMERA LECTURA
Lectura del profeta Jeremías. 31, 7-9.
Congregaré a ciegos y cojos
SALMO RESPONSORIAL
Salmo 125
El Señor ha estado grande con nosotros, y estamos alegres
SEGUNDA LECTURA
Lectura de la carta a los Hebreos. 5, 1-6
Tú eres Sacerdote eterno, según el rito de Melquisedec
ALELUYA
Nuestro Salvador Jesucristo destruyó la muerte y sacó a la luz la vida, por medio del evangelio
ALELUYA
EVANGELIO San Marcos 10, 46-52
Maestro que pueda ver
En aquel tiempo, al salir Jesús de Jericó con sus discípulos y bastante gente,
el ciego Bartimeo, el hijo de Timeo, estaba sentado al borde del camino, pidiendo limosna.
Al oír que era Jesús Nazareno, empezó a gritar: "Hijo de David, ten compasión de mí".
Muchos le regañaban para que se callara.
Pero él gritaba más: "Hijo de David, ten compasión de mí".
Jesús se detuvo y dijo: "Llamadlo
Llamaron al ciego, diciéndole: "Ánimo, levántate, que te llama". Soltó el manto, dio un salto y se acercó a Jesús.
Jesús le dijo: "¿Qué quieres que haga por ti?"
El ciego le contestó: "Maestro que pueda ver".
Jesús le dijo: "Anda, tu fe te ha curado".
Y al momento recobró la vista
y lo seguía por el camino.
Palabra de Dios
También nosotros estamos ciegos:
no vemos a Dios
No vemos a los hermanos con mirada compasiva
No nos vemos a nosotros mismos como Dios nos ve
Caminamos a veces por la oscuridad del mundo como ciegos que ven . . .
pero no
con los ojos de Dios . . .
sino con los ojos
de los prejuicios . . .
de la avaricia,
de la envidia,
Jesús no quiere a nadie en la orilla
del camino.
Jesús nos mira con los ojos del corazón
Sólo Jesús puede operarnos los ojos
para poder ver a Dios
para poder ver
al hermano que sufre
La luz interior del hombre que tiene fe le impulsa a gritar:
¡Ten compasión de mí!
Como al ciego Bartimeo, hoy Jesús nos pregunta :
"¿Qué quieres que haga por ti?"
La fe es un atrevimiento
“La alegría del evangelio llena el corazón y la vida entera de los que se encuentran con Cristo”
