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Exploracion neurologica, masaje

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REFLEJOS TENDINOSOS

Reflejo rotuliano

Se aplica un golpe seco con el martillo de reflejos en el tendón debajo de la rótula, y la

respuesta es una extensión de la pierna. Desaparece con las lesiones de la médula

espinal en los segmentos L3 a L4, y se vuelve hiperactivo en las lesiones de la vía

corticoespinal por encima de ese nivel.

Reflejo aquíleo.

Consiste en que un golpe en el tendón aquíleo produce una flexión plantar del pie.

Corresponde a los segmentos S1 y S2

Reflejo mentoniano

Con la boca entreabierta se aplica un golpe hacia abajo sobre el mentón, y la respuesta

es la subida de la mandíbula y el cierre de la boca. Desaparece cuando se interrumpe el

arco reflejo en el puente o en el mesencéfalo o por lesión del nervio trigémino, y se

vuelve hiperactivo en las lesiones de la vía corticobulbar

SIGNO DE BABINSKI

Se produce raspando con un objeto romo por el borde externo de la planta del pie desde

el talón hacia los dedos. La respuesta normal es la flexión plantar de los dedos. El signo

de Babinski consiste en extensión dorsal del primer dedo y apertura en abanico de los

demás dedos, e indica una lesión de la vía corticoespinal.

REFLEJO CUTÁNEO SUPERFICIAL ABDOMINAL

Raspando a un lado del abdomen, se produce contracción de los músculos abdominales

de ese lado y desviación del ombligo hacia ese lado. Desaparece en las lesiones de la vía

corticoespinal.

REFLEJO PUPILAR A LA LUZ.

Se ilumina cada ojo y se observa contracción de la pupila. Es un reflejo consensual, la

iluminación de un ojo causa contracción de la pupila en ambos ojos

REFLEJO PUPILAR A LA PROXIMIDAD

Se coloca un dedo a unos 50-60 cm del paciente y se le pide que se fije en él. Al

acercarlo a la cara se produce contracción de la pupila, que se acompaña de

convergencia de los ojos y acomodación del cristalino. El arco reflejo pasa por el nervio

óptico, cuerpo geniculado lateral, corteza visual primaria, proyecciones corticotectales,

colículo superior, núcleo de Edinger-Westphal, nervio oculomotor y ganglio ciliar.

REFLEJO CORNEAL

El roce con la córnea con una hila de algodón produce el cierre de los párpados, siendo

la vía aferente el trigémino y la eferente el facial. Es un reflejo consensual, por lo que la

estimulación en un lado debe producir el cierre de los párpados en ambos lados. Esto

puede utilizarse para distinguir si la lesión afecta a la vía aferente o a la eferente.

REFLEJO FARÍNGEO

La estimulación de la mucosa faríngea produce elevación del paladar blando. La vía

aferente es el glosofaríngeo y la eferente es el vago.

EXPLORACION NEUROLÓGICA.

Los test que exploran la función cerebral se dividen en dos grupos: test para la

función cerebral general y test para detectar funciones anómalas específicas.

- Para valorar las funciones cerebrales generales, el examinador observará si

existen defectos en el aspecto general del paciente, el nivel de conciencia y

orientación, memoria, nivel emocional y pensamiento. Así se realiza una valoración

superficial del estado mental: nivel de atención y comprensión, orientación

témporo-espacial y autopsíquica, cálculo, lenguaje, lectura y escritura. Inversión numérica.

- Las funciones cerebrales específicas se corresponden con áreas corticales

específicas. Se ha de explorar la interpretación cortical sensorial, cuyo fallo es la

agnosia, la integración cortical motora cuyo fallo es la apraxia, y el lenguaje cuyo

fallo es la afasia.

EXPLORACIÓN DE LOS PARES CRANEALES.

El siguiente paso será la exploración de cada par craneal:

Nervio olfatorio (I).

Antes de investigar el olfato, es conveniente asegurarse de que no existe

obstrucción de los conductos nasales. Con los ojos cerrados el paciente deberá identificar olores familiares, como café o tabaco, por cada fosa nasal por separado.

Nervio óptico (II).

La agudeza visual se estudia con mapas de Snellen y con gravados ordinarios. Si el paciente utiliza lentes correctoras, el estudio se efectuará con y sin gafas.

Para realizar el estudio de los campos visuales, el paciente se tapará un ojo y

mirará la nariz del examinador. El examinador desplazará su dedo o un objeto

frente al paciente, comenzando por la periferia de cada cuadrante de visión lo irá

desplazando hacia el centro de la visión. El paciente deberá indicar el momento en

que puede ver el objeto utilizado. La prueba se realizará para ambos ojos. Este

método permite detectar trastornos de una forma aproximada. Si se desea una

información más precisa, deben de utilizarse pruebas perimétricas standard. Se

investiga la extinción visual desplazando los dedos simultáneamente a los lados opuestos de los campos visuales.

Para que la exploración sea completa, se impone un examen del fondo de ojo. Esta

incluirá la observación de las papilas ópticas, de los vasos y de la periferia de la

retina. Si la exploración resulta difícil por ser pequeñas las pupilas, el examinador

debe dilatarlas al concluir las demás pruebas neurológicas. Un oftalmoscopio es fundamental para evaluar un posible papiledema u otras lesiones retinianas

La sospecha de cualquier patología en este par exige consulta con el oftalmólogo.

Nervios oculomotor, patético y abductor (III, IV y VI).

Estos nervios, al ser los tres oculomotores, se exploran conjuntamente. El par

oculomotor acciona además del globo ocular, los músculos constrictores de la pupila

y los elevadores de los párpados.

Se invita al paciente a que siga el movimiento del dedo que el examinador desplaza

en todas las direcciones y el globo ocular ha de seguir con sus movimientos el

rastreo del dedo. Se examina igualmente la movilidad palpebral y la contracción de

la pupila. El examen de las pupilas se realizará en una habitación oscura. Se

observa en primer lugar el tamaño y la forma de las pupilas, comparando si son

iguales, o no. El reflejo de acomodación pupilar se estudia observando la

contracción pupilar, que se produce cuando el paciente mira un objeto cercano

después de haber observado otro más lejano. Existen muchas variaciones en el

tamaño de las pupilas. Suelen ser más grandes en los jóvenes y se hacen más

pequeñas y presentan menor capacidad de respuesta al estímulo luminoso con la edad.

Los reflejos pupilares a la luz se estudian observando la contracción pupilar en

respuesta a un estímulo luminoso dirigido a cada ojo, lateralmente. Se observarán los reflejos pupilares directo y consensual.

Nervio trigémino (V).

Su parte sensitiva se examina comparando las respuestas derechas e izquierdas a

estímulos táctiles en las regiones supraorbitales, infraorbitales y mentonianas. Se

ha de examinar además el grado de sensibilidad al dolor (con una aguja) y a la temperatura (objetos calientes y fríos).

Su parte motora inerva los músculos de la masticación; en las lesiones paralíticas

unilaterales el paciente permite que se le abra la boca sin ninguna resistencia,

siendo incapaz de movilizar la mandíbula del lado paralizado. Se observará si existe

desviación del maxilar cuando la boca esté abierta. Cuando la parálisis es bilateral

la mandíbula cae por su peso. Con el tiempo se produce una atrofia de los músculos

maseteros y temporales.

Exploración de los reflejos en los que participa el nervio:

- Jaw jerk, o reflejo masetérico, que es sensitivo y motor. Un golpe en la sínfisis produce el cierre reflejo de la mandíbula.

- Reflejo corneal: consiste en tocar con un algodón la esclerótica del ojo (no los

párpados o las pestañas); su ausencia incida una lesión en la vía aferente del V, o

en el arco eferente motor del VII. En este capítulo lo exponemos más abajo al

tratar los reflejos superficiales.

- Reflejo del estornudo: producción de estornudo al estimular la pituitaria nasal; evalúa la función sensitiva trigeminal.

- Reflejo nasal de Bechterew, la aplicación de un estimulo en la piel de la nariz

produce la contracción de los músculos faciales ipsilaterales.

Nervio facial (VII).

Nervio estatoacústico (VIII).

Nervios glosofaringeo y vago (IX y X).

Estos dos pares se exploran conjuntamente.

La lesión motora del glosofaríngeo produce un pequeño descenso del arco palatino

unilateral, pero sin afectar a los movimientos voluntarios del paladar. Las fibras

sensitivas del glosofaríngeo interesan a la mucosa faríngea y paladar blando, así

como a otras áreas adyacentes. La lesión sensitiva produce una alteración del

reflejo faríngeo y palatino. El reflejo faríngeo se estudia tocando cada lado de la

faringe con un depresor lingual. El reflejo palatino se estudia tocando cada lado de

la membrana mucosa uvular. El lado examinado debe de elevarse. La función

autónoma se evalúa al estudiar la función parotídea. El reflejo salivar es provocado

al colocar alimentos sobre la lengua, de forma más exacta se explora mediante la

sialometría.

Cuando la función del vago es normal, el paciente pude tragar y hablar con

movimientos normales de las cuerdas vocales y del paladar blando cuando dice por

ejemplo A. La parálisis de los músculos palatinos, la ausencia de reflejo palatino o

la asimetría palatina sugieren su lesión motora. La parálisis bilateral produce una

caída del paladar que aparece como una cortina sin movimiento voluntario pero que

puede moverse por la corriente de aire al respirar (fenómeno de Rideau) y presenta

una gran dificultad para pronunciar sonidos como la K, A o Ch que requieren la

elevación palatina.

Las parálisis laríngeas se estudian ampliamente en el correspondiente tema:

Trastornos de la motilidad laríngea.

Las funciones autónomas del vago se estudian durante el examen físico general.

Nervio espinal (XI).

Se examina la fuerza del músculo trapecio, elevando el paciente los hombros mientras el médico con la mano hace resistencia a la elevación.

Se examina igualmente la fuerza del ECM por el mismo método, pero haciendo girar

la cabeza.

Nervio hipogloso (XII).

Se observa si hay alguna desviación lateral de la lengua cuando ésta se halla en protusión, y se observa si existe atrofia y fasciculaciones.

La fuerza de la lengua se explora pidiendo al paciente que la mueva de lado a lado,

haciendo fuerza contra un depresor, hallándose la lengua en protrusión.

PALPACIÓN Y AUSCULTACIÓN CAROTIDEA.

Se aconseja realizar siempre la palpación y la auscultación bilateral de la carótida

común.

EXPLORACIÓN DEL SISTEMA MOTOR.

La inspección y palpación de los músculos en reposo permite determinar su

tamaño, consistencia y una posible atrofia. Para realizar una exploración meticulosa

se utiliza un modelo standard que permite comprar las medidas en las partes

correspondientes de los músculos proximales de los brazos, muslos y pantorrillas.

Deben de valorarse las diferentes formaciones musculares en busca de una posible irritación mecánica o miotónica.

La percusión lingual y de la eminencia tenar de la mano puede revelar la existencia

de una contracción miotónica o de una pobre relajación. El explorador observará la simetría de la postura y de los contornos musculares.

Se ha de examinar y comparar la musculatura fina de la mano, buscando

fasciculaciones y finos temblores de fibras musculares individuales. Las

fasciculaciones están presentes a menudo cuando existe una amiotrofia de origen motor inferior.

Tono muscular.

Los músculos se palpan en reposo y el examinador observa la resistencia a

movimientos pasivos, mientras mueve el músculo correspondiente. Debe de buscar

anomalías en el tono como espasticidad, rigidez o flacidez.

Movimientos involuntarios.

La inspección puede revelar distonias lentas, movimientos coréicos irregulares, contracciones rápidas mioclónicas, tics o temblores.

Fuerza muscular.

La flexión, extensión y otros movimientos musculares se examinan primero sin

resistencia y luego realizando resistencia el explorador. Este compara los músculos correspondientes de cada lado.

EXPLORACIÓN DEL SISTEMA SENSITIVO.

Durante esta exploración se ha de observar:

- La capacidad del paciente para percibir la sensación.

- Se han de comparar los dos lados del cuerpo y las extremidades correspondientes.

- Se ha de comparar la sensibilidad de las partes distal y proximal de cada extremidad para cada forma de sensación.

- Se ha de intentar determinar si los cambios sensitivos interesan a todo un

hemicuerpo o siguen las distribuciones de los dermatomas.

Durante la exploración sensitiva el paciente mantendrá los ojos cerrados. Los

resultados de esta exploración dependen de la percepción del paciente y de la

interpretación de los estímulos. Las pruebas sensitivas son, a menudo, difíciles de

evaluar y dependen, en alto grado, de la cooperación del enfermo y de sus propias

nociones a cerda de fenómenos sensitivos. Es importante recordar que es más frecuente que exista una hipoestesia que una anestesia total.

Exploración de las formas primarias de sensibilidad.

- Sensibilidad táctil superficial. ¿Siente el paciente el toque con un trozo de

algodón? ¿Es la sensibilidad idéntica en ambos segmentos correspondientes de

ambos hemicuerpos? Se ha de investigar la sensibilidad en manos, antebrazo,

brazos, tronco, músculos, piernas y pies en este orden, y después en las zonas perineal y perianal.

Se ha de comparar la sensibilidad en las partes proximal y distal de cada extremidad.

- Sensibilidad dolorosa superficial. Se seguirá el mismo procedimiento anterior, con una aguja.

- Sensibilidad térmica: siguiendo el mismo procedimiento, se harán toques con

tubos que contengan agua fría y caliente.

- Sensibilidad vibratoria: se aplicará un diapasón sobre las prominencias óseas:

muñeca, codo, hombro, cadera, rodilla, tobillo. Se observará la capacidad del

paciente para sentir cuando cesan las vibraciones y se comparará la sensibilidad contralateral en las porciones proximal y distal de las extremidades.

- Dolor profundo a la presión: se examina el tendón de Aquiles, los músculos de las

pantorrillas, etcétera.

- Movimiento y posición: los dedos de la mano y del pie son movidos pasivamente y

se interroga al paciente acerca de la dirección del movimiento y de la posición final del dedo explorado. El movimiento se efectuará arriba y abajo.

Se ha de prestar atención a que la presión en la piel no pueda servir de guía al

paciente sobre la dirección de los movimientos. Las partes laterales de los dedos de

los pies se tomarán entre el índice y el pulgar del examinador. Las reacciones

anormales en estas pruebas, que siguen las vías anatómicas desde los receptores

periféricos hasta la corteza, indican trastornos o lesiones en algún lugar de dichas

vías.

Exploración de las o sensaciones o sensibilidades corticales y discriminatorias.

Las sensaciones corticales y discriminatorias son impresiones sensitivas somáticas

complejas, que requieren ser interpretadas por la corteza cerebral.

- Discriminación de dos puntos: se tocarán simultáneamente varias partes del

cuerpo con dos objetos punzantes. El paciente, con los ojos cerrados, deberá

indicar, cada vez que se le interrogue, si es tocado en uno o en dos puntos. La

distancia mínima para que el paciente pueda distinguir entre uno y dos puntos varía

según las partes del cuerpo.

- Localización de un punto: con los ojos cerrados se le pedirá al paciente que indique el lugar donde ha sido tocado.

- Discriminación de objetos: el paciente ha de reconocer materiales tales como algodón, lanas o sedas, mediante el tacto, con las manos.

- Función estereognósica: el paciente debe de identificar objetos de uso común puestos en las manos, siempre con los ojos cerrados, por su forma y estructura.

- Grafestesia: el paciente ha de identificar letras o números escritos sobre sus

palmas o sobre otras partes del cuerpo con una punta roma. Se comparan siempre ambos lados.

- Fenómenos de extinción: se tocarán dos puntos simultáneamente en lados

opuestos del cuerpo pero en áreas idénticas. Con los ojos cerrados, el paciente debe de ser capaz de sentir que ha sido tocado en los dos lados.

Un defecto de las modalidades corticales de esta sensación indica un trastorno del

lóbulo parietal de la corteza cerebral.

EXPLORACIÓN DEL CEREBELO.

En cada una de las pruebas el examinador debe de comprobar si el ejercicio es

realizado con facilidad, sin temblor ni ataxia.

Exploración del funcionamiento del vermis cerebeloso.

1. La observación de la posición que adopta el paciente de pié y sentado ya

constituye un test orientativo, aunque grosero, del funcionamiento del vermis cerebeloso.

2. Test de Romberg.

Esta prueba fué descrita por Romberg en año 1846, para valorar el equilibrio del

paciente en posición estática con el fin de poner de manifiesto las lesiones de los

cordones posteriores de la médula espinal en la tabes dorsal. Posteriormente fue

incorporada a la exploración cerebelosa y otoneurológica, ya que las lesiones de

otros elementos anatómicos del equilibrio como el SV o el cerebelo pueden alterar la posición erecta por cambios en el tono postural.

Método standard de realización de la prueba: paciente colocado de pie,

estáticamente en bipedestación, con los pies juntos, para reducir el elemento

propioceptivo de la sustentación, y los brazos a lo largo del cuerpo. Primero se le

mantiene con los ojos abiertos y luego se le ordena cerrar los ojos para suprimir la

información visual. Al cerrar los ojos la prueba elimina el receptor visual reduciendo

la información al SV y al propioceptivo. Duración de la prueba, como mínimo 1 minuto, pudiéndola alargar a 3 minutos.

Si antes de este tiempo el paciente cae, mueve los pies, abre los ojos o extiende los

brazos la prueba se considera positiva. Se ha de valorar si la caída es rápida o

lenta, hacia un lado o hacia ambos, hacia adelante o hacia atrás.

Se han descrito otros métodos o variantes de la prueba para hacer la prueba más

sensible:

- Se puede hacer colocando al paciente en la posición de Mann: un pie delante del otro y con los brazos cruzados.

- Maniobra de Jendrassik, manos agarradas ente si con fuerza; esta maniobra disminuye los impulsos inhibitorios centrales que descienden por la médula.

- Apoyo sobre un solo pie durante 30 seg., alternando el pie derecho y el izquierdo.

- Test de resistencia pélvica. Normalmente al dar un empujón en el esternón,

región enterescapular o en la espalda al paciente este compensa bien el equilibrio y

no cae. Si cae la prueba es positiva o patológica.

- Prueba de la plomada o prueba de Barré: Consiste en hacer la prueba colocando

al paciente delante de una cuerda plomada indicándole que abra y cierre los ojos a

indicaciones del explorador. Se valora la intensidad de las lateralizaciones con ojos abiertos y cerrados.

- Evaluación cronometrada de la estación unipodal: consiste en medir la duración

máxima de equilibrio colocando al paciente sobre un solo pie. Se permiten como

máximo cinco ensayos y la duración de la prueba es de 30 segundos. Como

ejemplo se considera que a los 60 años debe de permanecerse, como mínimo, 5 segundos con los ojos cerrados.

Romberg central: la lateropulsión o caída es inmediata, intensa y en cualquier

dirección. No se modifica con los ojos abiertos y cerrados incluso a veces la

inestabilidad es tan grande que es imposible realizar la prueba pues el paciente es

incapacidad de juntar sus pies, cae como el palo de una escoba. No existe armonía

con la dirección del nistagmo si este existe. Se produce en las lesiones de los

cordones posteriores, del tracto piramidal y del vermis ya que el enfermo está deprivado de los reflejos de enderezamiento.

En las lesiones cerebelosas del vermis y de los núcleos cerebelosos, la caída es

fulminante hacia el lado enfermo, o bien hacia delante o hacia atrás y en estos

casos el Romberg positivo coexiste con otros signos cerebelosos, como hipotonía y

dismetría. En lesiones de la corteza cerebelosa aparece: hipertonía homolateral con

caída fulminante hacia el lado sano, además de otros signos cerebelosos como ataxia y adiadococinesia.

3. Prueba de la marcha.

También denominada de Babinski-Weil o marcha ciega.

Técnicas: se ordena al paciente caminar en línea recta hacia adelante y hacia atrás

con los ojos abiertos y cerrados. Si hay espacio se le indica que de unos 10 pasos

hacia adelante y hacia atrás.

La prueba puede hacerse más sensible haciéndole caminar en fila un pie tras otro talón-puntera.

Existen múltiples variantes de este test haciéndolo más sofisticado, siendo el más conocido el "rails test" .

Como ocurre con el Romberg se ha de tener en cuenta que la habilidad para la

realización de la prueba disminuye con la edad. En general sólo son valorables las

desviaciones notables o caídas.

Lesiones de los cordones medulares: la marcha se realiza con una gran base de

sustentación separando mucho los pies.

Lesión cerebelosa: marcha atáxica o incoordinada. En las lesiones unilaterales caída hacia un lado.

Lesiones centrales: la lateropulsión es hacia cualquier lado y suelen aparecer además fallos cualitativos en la marcha, como marcha atáxica, parética, etc.

Exploración del funcionamiento de los hemisferios cerebelosos.

En las lesiones de los hemisferios se podrá observar en todas las pruebas astenia y

un temblor fino, intencional o no.

1. Tono brazos: prueba de los índices.

Valora las desviaciones espontáneas y el tono muscular de los miembros superiores

permitiendo diferenciar una lesión de los hemisferios cerebelosos de una lesión vestibular.

Técnica: se coloca al paciente sentado con los brazos extendidos hacia el

explorador, con los ojos cerrados, y se valora la desviación de los índices al

mantenerse en esta posición durante un tiempo que como mínimo ha de ser de 15 segundos.

Resultados:

En las lesiones periféricas se produce una desviación uniforme y paralela de ambos

brazos hacia el lado lesionado y lo mismo ocurre en las lesiones cerebelosas del vermis.

En las lesiones de los hemisferios cerebelosos hay una astenia unilateral que hace

que el brazo del lado lesionado caiga de forma muy acusada (hipotonía cerebelosa) pudiendo además apreciar un temblor intencional.

En las lesiones centrales puede aparecer una caída por astenia o hipotonía del brazo en lado lesionado.

2. Past-pointing.

Esta prueba examina el tono muscular de los brazos, constituyendo un test para

evaluar además del cerebelo el sistema vestibuloespinal con relación a las

extremidades superiores, si bien su realización requiere una buena integración de la

función vestibular, ocular, propioceptiva y cerebelosa.

Técnica: el paciente se coloca delante del examinador y extiende sus brazos

señalando con su dedo índice; con los ojos cerrados eleva sus brazos hacia arriba

extendidos y rápidamente baja los brazos al punto de origen; la maniobra se repite

con la cabeza en extensión hacia atrás e inclinada hacia cada hombro. Se ha

propuesto realizar la maniobra con estimulación térmica de los laberintos.

Cuando la prueba es positiva en ausencia de nistagmus y con un Romberg normal sugiere patología central.

Cuando realizada después de la estimulación térmica la prueba aparece invertida o ausente en presencia de nistagmo se ha de sospechar patología central.

3. Prueba índice-nariz

Con respecto al cerebelo es la forma más rápida y mejor para explorar la sinergia.

Técnica: El paciente extiende su brazo, con ojos cerrados, y manteniendo el brazo

extendido en posición horizontal dirige el dedo índice a la punta de la nariz. Primero

se hace con una mano y luego con la otra. Hay quien propone hacerlo primero con

ojos abiertos y luego con ojos cerrados para comparar ambas situaciones. Se comienza haciéndolo lentamente y se irá repitiendo con mayor rapidez.

Otra forma muy similar de realizar esta prueba es con la técnica denominada dedo-

nariz, que consiste en que el paciente vaya tocando sucesivamente la punta de su

nariz y el dedo del examinador.

Resultados: la prueba es positiva si aparece un temblor fino o intencional, astenia y

falta de puntería con el índice, ya que la ataxia, la hipermetría y las alteraciones de la coordinación indican la existencia de lesiones cerebelosas ipsilaterales.

Las dos pruebas anteriores exploran la sinergia, que es la coordinación motora del

cerebelo, y su alteración es la asinergia mostrando temblor fino o intencional,

astenia y falta de puntería con los índices. Exploran además la metría que es el

control de la actividad muscular ejercido por el cerebelo, su alteración es la

dismetría.

4. Exploración de la adiadococinesia.

La adiadoconicensia es la capacidad para realizar rápidamente movimientos

alternativos.

Para su exploración se indica al paciente que efectúe con rapidez movimientos

alternativos, como golpear sus rodillas con las palmas y el dorso de las manos, con movimientos de pronación y supinación.

Otra maniobra es indicar al paciente que vaya tocando con la punta de los dedos la punta del pulgar rápidamente y con los ojos cerrados.

5. Rebote. La alteración del rebote es indicativo de lesión cerebelosa.

Se indica al paciente que extienda el brazo con los ojos cerrados y el examinador

empuja hacia abajo y hacia arriba la mano del paciente, al dejar de hacer fuerza el examinador la mano debe de volver a su posición de comienzo.

EXPLORACIÓN DE LOS REFLEJOS.

Al evaluar los reflejos se debe de tener siempre relajada la parte del cuerpo que se

examina. También es importante aplicar en ambos lados la misma intensidad de estímulo, así como emplear el martillo de reflejos de forma adecuada.

Se comparará en ambos lados la rapidez y la fuerza de contracción evocadas por el

reflejo examinado.

Reflejos profundos:

Reflejos osteotendinosos podemos encontrarlos normales; disminuidos o abolidos

en cualquier lesión de unos de los elementos del arco reflejo, neurona aferente,

neurona eferente, médula o el propio músculo asimismo las lesiones

suprasegmentarias. Aumentados en lesiones crónicas de las vías corticomedulares

sobre todo de la vía piramidal.

Los reflejos profundos se incitan al golpe secamente sobre un tendón o una

prominencia ósea, provocando el estiramiento repentino de ciertos músculos y la contracción de los mismos.

Se debe intentar provocar rutinariamente el clonus aquíleo (flexión y extensión del

pie, rápida y continua): tiene lugar al flexionar bruscamente el pie en dirección

dorsal. Un clonus aquileo que se extingue rápidamente es, en muchas ocasiones, normal.

Superficiales, cutáneos o mucosos.

El resto se examina rozando la piel con un objeto romo como por ejemplo la punta

de un depresor lingual. El signo de Babinski es el más importante de los reflejos

patológicos y es uno de los signos más valiosos en neurología. La provocación del

mismo debe de hacerse con cuidado y ha de interpretarse adecuadamente. La

estimulación del pie de manera inadecuada puede provocar en el paciente una

reacción voluntaria de los dedos del pie, que puede confundirse con el signo de

Babinski. No existe signo negativo de Babinski y es por ello incorrecto referirse a un

Babinski positivo. La mejor terminología será referirse a un reflejo flexor o extensor plantar.