Escrito por: José Luis Velasco.

La noche tenía un Cielo brillante. Las estrellas habían salido en alegres grupos para iluminarlo, advertir y precisar ante los habitantes de la tierra que era la víspera de la Navidad, por lo que nadie podía tener amarguras, ni peleas, ni guerras.

Se acercaba el Nacimiento de Jesús, la mejor noticia que el Mundo iba a recibir por los siglos de los siglos.

Era, en cierta forma, el mensaje de paz que la Madre Naturaleza lanzaba, en una estación invernal.

En fin, ese conglomerado de estrellas no se había asomado al Cielo para darle un simple colorido. No. En cada uno de sus reflejos luminosos traía un mensaje de paz y armonía.

Un cierto día, un joven que parecía perdido en la inmensidad de la tristeza y soledad encontró por casualidad o destino una luz de esperanza que hizo que se diera cuenta de muchas cosas.

Cierta noche deambulando entre su silencio vio aquella luz que brillaba intensamente, el se acerco poco a poco a ver de qué se trataba, cuando de repente de aquella luz broto una carita angelical, y lentamente fue advirtiendo una pequeña silueta de una personita, este joven incierto de lo que en realidad veían sus ojos le pregunto ¿ Cómo te llamas? … A lo cual ella respondió: Me llamo Flor, el joven se quedo mudo y movió la cabeza por que no estaba seguro de lo que quería.

Ella tiernamente le dijo no te preocupes yo soy la luz que te hará mejorar, soy la luz que necesitas para ver el camino que tienes por delante, soy la luz que hará que sonrías otra vez.

Al paso de los días el joven poco a poco iba advirtiendo todas las bondades de esta linda Flor nacida de la luz, y pensando en silencio se preguntaba ¿Dios? ¿Me estás dando una nueva oportunidad?, el se sentía terriblemente confundido por que arrastraba muchas culpas del pasado, era una especie como de cadena que no podía soltar pero que en realidad sabia que lo lastimaba, esta niña Flor poco a poco le fue ayudando a tirar cada eslabón de esa pesada cadena, pero a su vez este joven ahora estaba siendo cruel con ella.

Sin saberlo Flor lloraba en silencio en las noches y pedía a este joven que se diera cuenta de lo que tenía enfrente, el tenía miedo a volver a entregarse por que ya no quería sufrir de nuevo, pero en ese miedo volvía a lastimar a esta personita que solo quería ayudarlo, el sabia que la lastimaba pero aun así seguía haciéndolo, ¿ Por qué lo hacía?. Es algo muy complejo de explicar ya que el tenia un inmenso miedo a perderla y era su manera de protegerla, mas sin embargo cada día la perdía mas y mas.

Una mañana cuando el joven despertó y abrió los ojos se dio cuenta de que no había necesidad de tener miedo ya que ella lo amaba, el fue corriendo a buscarla pero ella ya se había ido y había dejado una carta que decía. ¿Sabes? Hoy tuve que partir porque a pesar de que te amo estoy muy lastimada, no sé si algún día te pueda perdonar pero siempre vivirás en mí corazón, mente y alma.

El joven se llevo las manos a los ojos y llorando pensó hoy que había decidido ser feliz se marcho, desafortunadamente todo era un sueño. Tuve que despertar y encontrarme con  la realidad, con esa cruda realidad, que muchas veces, con gesto dolorido, remueve las entrañas ante tantos hechos dolorosos, tristes, injustos y amargos que se viven a diario, durante la noche la lluvia y la nieve se habían entremezclado y el Cielo había estado permanentemente a oscuras.

Mi mente había ideado un mundo digno. Un mundo construido para ella. Un mundo que sin embargo, destruido por mí mismo, debido a mi egoísmo, a no saber alejar de mi corazón las malas obras y la cizaña y  por tener abierta mi mente y mi pensamiento al mal  cerrándole todas las puertas al bien.

A partir de ese día el joven volvió a ese camino de tristeza, pero esta vez hizo algo diferente, cuando tuvo oportunidad de escuchar la voz de Flor, en un sueño se lo dijo, le dijo cuanto la ama y también le dijo que por favor le diera una oportunidad de demostrarle que el amor lo puede todo y está esperando a esta Navidad con la esperanza de ver cumplido su :

SUEÑO DE NAVIDAD.

Tu lugar te espera Gomita.