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ELIAS YA FUISTE

Señor Elías YA FUISTE - Te lloverán las demandas

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ELIAS YA FUISTE

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Para que sepan quien es

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Señor Elías, ¿quién eres, muchacho?

Esperábamos los cambios con grandes expectativas. Gente joven, sacerdotes modernos, agustinos, peruanos…Se hablaba de la Provincia renovada, conducida por peruanos (no entendemos bien esto). Una nueva pastoral, con modelos cercanos… Se hablaba de tu paso avasallador por Chiclayo. ¿Avasallador por los cambios radicales emprendidos para mejorar? ¿Avasallador por el ímpetu juvenil de una propuesta pastoral y directiva que removía el pensamiento y los conceptos de una estrategia gerencial distinta? Nada de eso. Solo fuiste avasallador como un ciclón. Pensamos siempre en cambios, pero en buenos cambios, pertinentes, necesarios. Pensamos: es agustino y de los agustinos no pueden venir sino cosas buenas a nivel personal y muy buenas en lo espiritual. Ay, nos equivocamos. Entendimos pronto que tu estilo avasallador solo pretendía el asalto al poder, y no precisamente para servir con humildad, se trataba de tomar posesión del Colegio de Chiclayo con la bota en alto y con la jugada sucia, rastrera y baja, con el desprestigio del otro, socavando por lo bajo. El testimonio de muchas personas de Chiclayo afectadas de la peor forma por tu prepotencia, arrogancia, soberbia, muy pronto nos pusieron al tanto de tu ataque artero al Padre José Luis. Siendo el director, te encargaste de desprestigiarlo, de exponer sin medida ni contraste lo malo que a tu juicio hacía o dejaba de hacer. Tu “táctica” fue la misma que estás aplicando ahora en Lima: imponer un clima turbio de desconcierto, de miedo, de deslealtad, asumiendo el estilo patán, matonesco e injusto, que grafica el comportamiento típico de los dictadores. De Chiclayo, a través de mucha gente amiga, conocida, leal a las buenas costumbres, gente cercana al espíritu cristiano y agustiniano, supimos que eras despiadado en tu accionar. Parapetado tras el hábito de la orden y escudándote en tu condición de sacerdote expulsaste sin mayor información ni criterio a quienes creíste que obstruían tu camino y dejaste sin trabajo a quienes calificabas sin mayores evaluaciones ni pruebas de “faltar a la ética”. Pero, ¿y la tuya? ¿Qué ética has cultivado? No. Los agustinos no han podido formar en sus claustros a un tipo tan malsano como tú, pércora. Lo tuyo viene de cuna, eres lo que en tu familia viviste. En Chiclayo impusiste “consignas” entre quienes elegiste para que trabajaran a tu lado. Muchacho petulante, crees que después de tres años y medio pateando personas, trayendo abajo lo que otros construyeron en muchos años, has dejado un colegio mejor que el que encontraste? ¿Crees que ahora el colegio de Chiclayo es el paradigma de la modernidad, la calidad y el prestigio? Todo está construido con tu alma, el alma de la perversidad, y eso no dura, eso no vale, eso no tiene una base de la que podamos sentirnos orgullosos los agustinos. ¿Crees que a quienes elegiste con un criterio obsecuente y malsano son amigos tuyos, te aprecian y te valoran? Nada de eso. Se acomodaron simplemente y muchos de ellos ´muy a pesar suyo´, lo han declarado así. Esto es solo un poco de lo que la gente ha testimoniado clandestinamente. Esto es lo que hemos recogido y averiguado sobre ti, por saber quién eras, luego de habernos maltratado sin razón y sin ningún motivo. ¿Quién te conocía en Lima? ¿A quién conocías en Lima para llegar con la espada desenvainada? Insensato, lo primero será oír ver y pensar para después actuar. ¿Por qué tanta prisa y tanta prepotencia? Las personas teníamos expectativas buenas ante tu llegada… Nos frustraste, niño grande. Supimos que tomarías el cargo el próximo año, pero la maldad tenía prisa por salirte... y ¿qué hiciste? Paseaste fiscalizando, tomando fotos, hurgando en todo momento con una expresión de desprecio hacia todos y por todo. Ilusos nosotros que pensamos que las fotos serían para un buen uso ¿Qué hiciste con ellas? Exponer lo más íntimo de nuestro colegio a los padres de familia. ¿Para qué? ¿Por qué?

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Tu presencia empezó a incomodarnos por las formas, porque frente a nuestros alumnos nos ridiculizabas al no responder a nuestro saludo, al ignorarnos frente a ellos ¿Qué responder a los niños cuando preguntaban por qué el padre no te saluda? ¡Patético patán! Lucías el hábito y esa era tu presentación, el nuevo director, alto, joven, con un gran vestido negro… ¡qué patán! ¡Qué vergüenza! Algunos acudieron al hermano Santos, nuestro Director Ejecutivo, preguntando el porqué de tu extraño actuar, el porqué de tu falta de modales y su respuesta siempre fue condescendiente, justificándote, disculpando tu arrogancia. El hermano Santos, la nobleza que tú no tienes. Descerrajaste la puerta de la oficina del Padre Senén, nuestro Director General que por encontrarse de vacaciones estuvo ajeno a tu invasión, a tus ansias de apoderarte del colegio. ¿Por qué tanta prisa en asaltar el poder? Tienes sin duda muchos años por delante para sentirte dueño de lo que te llegó sin un mínimo de esfuerzo de tu parte. ¿Podrás tú construir algo como de lo que te has apropiado? ¿Algo parecido a este bello colegio que ha ido cultivando el espíritu agustino, un alma agustina, una esencia agustina durante más de un siglo? No hablamos de las fallas, las hay en todas partes. Creíamos que era necesario un cambio, si quieres drástico, te habríamos apoyado, pero no así, no con la soberbia y el desatino con que lo estás haciendo, desnortado muchacho. Necesitabas “utilizar” gente, necesitabas aplastar valiéndote de personas a quienes pudieras adiestrar pronto a tu estilo: Miriam, Teresa y Claudia tienen el perfil adecuado. Las tres se sabían candidatas, las tres irradiaban felicidad cuando pusiste los ojos en ellas. Cada una intentaba demostrarte que ellas debían ser las elegidas. ¡Qué vergüenza para todos! Muchos lo esperaban, por eso no se sorprendían de su actitud. Otras iguales, tan patéticas como tú. Siempre fueron así. ¡Elegiste bien! Elegiste a la mejor, a la que más se te asemeja. Desconocemos a Miriam. ¡Qué bárbaro, qué cambio! Parece que siempre fue la directora ejecutiva. Perfecta para tus planes, perfecta para tu índole. Ella, la que supo extraer exámenes de las computadoras, ella, la que abarrotaba salones en el Programa y que no permitía que nadie la ayudara por amor al jugoso sobre que recibiría… No dejaste pasar más tiempo y ya te considerabas el director general; en la UGEL no estás registrado como director, sabes que el director es todavía el Padre Senén. Tanta presión de abrir oficinas, de desalojar a nuestros directores no presagiaba nada bueno… El hermano Santos tuvo que irse aún teniendo tareas y compromisos que cumplir. Señor Elías, muchacho, estás rebosante de salud, eres joven, tienes toda la vida para gobernar, para ostentar el poder ¿Por qué estas formas? Nos sorprende la humildad, la sencillez, la bondad del hermano Santos que aún siendo una víctima tuya, te haya disculpado tantas veces. Te presentó a los padres de familia, accedió de muy buena gana enviar ese ridículo comunicado donde exponías tus títulos… ¿Qué pretendías, deslumbrar? ¿Causar admiración? ¿Pretendías demostrar que vales algo? El respeto, la admiración, se ganan, no se imponen, no están en hojas ni cartones. La noche de tu presentación a la comunidad agustiniana, padres de familia, profesores, fuimos testigos de tu propuesta de gestión, pero también fuimos testigos de tu declaración pública de inmoralidad y bajeza al acusar a los directores que te antecedieron de ordenar o permitir cambios de notas y de contratar personal de manera irregular. Eso contigo no iba a pasar. ¿Qué pretendías, enano moral? Fue una grave acusación, lo comentaron inmediatamente profesores y padres de familia. Los directores anteriores son tu familia, no tus enemigos. ¿Fue metida de pata? No. Ya te conocíamos: eres perverso, calculador, insano, actuaste con premeditación. Actúas así porque eres así, ese eres tú y no otro. Ante tu evidente y a la vez oculta presión, el hermano Santos se fue, el Padre Senén y el Padre Pablo estaban fuera del Perú. Tomaste el ansiado poder. No saludar, no responder el saludo, ignorar a quien te preguntaba algo, despreciar los gestos de amistad de tus súbditos se han vuelto actitudes cotidianas. ¡Vaya educador! ¡Un verdadero modelo! Los muchachos

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que te acompañan, esos agustinos vergonzantes te imitan. Nos sorprende la poca personalidad que tienen: mamarrachos, guiñapos, arlequines de baja ralea, ¿Ejemplo de cristianos? ¿Modelos de Cristo? Sentimos vergüenza ajena. Una vez en el poder empezaste a consolidar la cultura del miedo, del pánico, la cultura de la confusión, de la división, de la bajeza. Te reuniste con los padres de familia para exponer las imágenes que premeditadamente preparaste, les diste tribuna y los azuzaste para que destilaran lo negativo, esto bajo una inocente reunión que denominaste Focus Group ¿Sabes qué es un focus group? Si lo supieras no hubieras maquinado tan maliciosamente este. Bribón, ¿acaso no sabes que los padres de familia conocen mejor que tú a tus maestros?. Todo lo que dijiste, sugeriste e incentivaste a que dijeran se lo contaron al detalle al poco tiempo. En todas las reuniones manifestaste tu rechazo por tus docentes asegurando a los padres de familia que todo iba a cambiar. ¿Sabes que has logrado amedrentar a tus maestros? Fueron los últimos en quienes pensaste para reunirte, y cuando ya fue inevitable, al final del tercer bimestre, las reuniones generales con ellos se convirtieron en una tortura. Ya habías logrado acabar con muchos, dañando su imagen, dañándolos emocionalmente. ¿Acaso no sabes que el maestro es el eje de la educación? ¿O crees que eres tú? Ordenaste que el ingreso de vehículos fuera restringido. Señor Elías, ¿supiste del caos y la desesperación que causaste con esa norma sorpresiva y antojadiza? Otra más, cínico, conminaste a entregar currículos aduciendo que querías conocernos, que luego de la entrega de currículos pasaríamos a una entrevista contigo y finalmente observarías clases. Pero otra fue tu intención: necesitabas seleccionar adeptas para ejecutar tus planes. Los perversos, los insanos, tienen comportamientos patológicos que encajan en características predecibles. Pues bien, tú presentas los rasgos típicos de un psicópata. Ya se podía predecir una anormalidad y así fue. Llamaste a algunas personas y salieron transformadas, algunas por la desmedida alegría de sentirse elegidas, otras con la perplejidad de no saber por qué fueron ellas las escogidas, pero todas con la certeza de no fallarte y la primera muestra de lealtad era evadir interrogatorios respecto a su entrevista contigo. Desde ese momento ellas eran una, entre ellas conversaban, entre ellas reían, entre ellas organizaban, entre ellas… Secretismo, mafia fue lo que consignaste. Primera reunión con los maestros, nuevas expectativas, esta vez desalentadoras y decepcionantes; esperábamos cosas feas, es cierto, pero fueron peores de lo que imaginamos. “No tengan miedo al cambio” Título de tu exposición, exposición cuajada de errores ortográficos por cierto y también de redacción. Espontáneamente reímos ante esta primera diapositiva. Las risas fueron con diversos sentimientos: de reacción frente al cinismo, de temor por lo que habría en el contenido, de rabia por tu falta de respeto, y risas estúpidas para agradarte en algunos, haciéndote notar que te captaban la broma… Esa primera reunión fue horrible, te retrataste de cuerpo entero, confirmamos tu deplorable humanidad. Ese día perdimos el respeto a la fe cristiana, ese día sentimos que no debíamos preocuparnos por nuestras pequeñas debilidades humanas porque la maldad en persona, la bestia, vestía un hábito de agustino y se había instalado en la dirección. Tenemos las imágenes mentales grabadas de la burla, del desprecio… ese día te luciste en vitrina como lo que eres: te viene de cuna, niño malo, porque los agustinos que conocemos no pudieron formar una lacra sacerdotal de tu tamaño y calidad. En esa primera reunión María Luisa Vargas te dio un buen golpe al aclararte lo que significa el término ética y que no podías afirmar con tanta ligereza que expulsaste a las personas de la administración por faltas a la ética…¡perdiste! La última parte de esa primera reunión, perdiste, titubeaste, muestra de ello fue el uso reiterativo que hiciste de la muletilla eh! eeeeh! eeeeeeeh! que nos desesperaba. Pero te recuperaste pronto porque en las siguientes reuniones destilaste más sarcasmo al burlarte de Natalie Franco al responderle que llevara a su hija al colegio Reyes Rojos cuando ella intervenía, a pedido tuyo, sobre la idea de formación en libertad que una madre anhelaba

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para sus hijos; otra muestra de tu vulgaridad e irrespeto fue cuando soltaste que imaginabas una clase vivencial práctica sobre las hemorroides y otras expresiones muy tuyas de un humor tan negro , hiriente y desafinado…¡Eres ordinario! El 6 de diciembre habrás cumplido 4 meses y lo que has logrado es que a muchos profesores se le manifestaran alergias, herpes, cuadros depresivos, ansiedad, migrañas y cuanta enfermedad viene por vivir bajo presión, a la sombra insana de la inseguridad y el terror. Tu política de confusión, de comentarios secretos, de desprecio a los profesores, de contratar a tantos muchachos impresentables, de poner anuncios en periódicos, en internet, en los institutos de inglés buscando a los mejores profesores, ofreciendo salarios por encima del mercado, amenazando que sacarás a 15 o más, expulsando con artimañas mentirosas y sin base a Julieta, sentenciando que nadie trabajará en el verano, que contratarás profesores para ello, amenazando que no habrá más programa después del colegio, asustando que a los tres memorandos despedirás a los profesores, amedrentando con un departamento legal implementado con un pull de abogados top de Lima para dar legalidad a toda tu saña y maldad…son típicas del sádico que te habita. ¿Quién eres tú, muchacho prepotente? ¿Cuándo te convertiste en el mounstruo que vemos? ¿Dónde abrevaste para destilar tanto veneno y tanta insidia? ¿Quién dio forma en ti a tan inhumana maldad? Eres calculador, un maquiavélico que domina y utiliza estratégicamente al Padre Lam, Lam, nuestro decepcionante exalumno. Él, toda una autoridad agustina, él, el máximo representante de la orden, peruano, de los nuestros… ¿de los nuestros? Lam, el imberbe que no sabe lo que le corresponde, el Lam que ignora, que consiente, el Lam sin personalidad y sin autoridad dando su aval a políticas y situaciones tan lamentables, tan poco cristianas. Lam, tan espiritual y tan agustino bendiciendo perversidades tan poco espirituales y tan lejanas del talante agustino. ¿Y la iglesia? ¿Dónde dejaste el carisma agustino? ¿Y los valores de la escuela agustiniana? ¿Y el ejemplo de una vida al servicio del amor? Señor Elías, -no podemos llamarte padre, evidentemente no calificas- Tampoco lo de fray que te gusta. No eres hermano, no actúas como hermano, nefasto verdugo. Nosotros pensamos que valías algo, que serías el misionero que pondría a prueba su ardiente llamado al sacerdocio agustino, donde demostrarías tu verdadero amor por quien crees que te llamó, pero, andas por las antípodas, malapieza. Qué pena. Tú solo quieres poder, quieres dominar, quieres gobernar, asustar, oprimir, destrozar… Te asoma por todas partes el dictador que llevas dentro. Muchacho malvado, ¿qué méritos te atribuyes? Has recibido un buen colegio, -con sus defectos, por supuesto- un colegio que es mérito de los agustinos que te antecedieron, esos agustinos a quienes tanto empeño pones en desprestigiar. No te arrogues títulos ni lauros mientras no demuestres que lo harás mejor que ellos. Y te aseguramos muchos: vas por mal camino, pobre diablo, sácate el hábito de agustino, no lo mancilles, ponte el disfraz de Mefistófeles que te corresponde. ¿Auditorías? ¿Habrá una auditoría espiritual? ¿Cómo te encontrarían a ti, si hubiera una auditoria espiritual? ¡PERDÓN! Pedimos perdón por esta bajeza, por escribir de manera anónima, por no mostrarnos como somos, por no poder decir en voz alta lo que pensamos. Actuamos así porque eres incapaz de entender, de escuchar, de sentir. Este correo es un grito desesperado por tanta crueldad gratuita y sin motivo. No te conocíamos, no nos conocías ¿cómo entonces podías odiarnos sin saber quiénes somos? ¿Cómo puedes traer abajo el buen nombre de los padres agustinos, tus hermanos, acusándolos, sorprendiéndolos con denuncias tan graves ante los padres de familia? ¿Por qué estás desbaratando las normas, la educación, las buenas maneras…? Tengo, -tenemos- un nudo en la garganta, tenemos un profundo pesar por tener que utilizar estas formas para dirigirnos a ti, pero es que solo inspiras temor, peor aún, terror, y por ende, desprecio. Nuestro total desprecio para ti, necio de toda necedad.

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Pedimos al resto de los maestros y administrativos que se dirijan a este correo anónimo si quisieran dar testimonios personales de lo que viven, de lo que sufren, de lo que sienten y de lo que observan en este clima malsano que respiramos desde que llegó este señor Elías. No existe ningún estamento de justicia entre los agustinos porque no pueden pensar que un religioso pueda ser sometido a la justicia. La máxima autoridad es el Padre Lam, más allá, poco se puede hacer para liberar a la comunidad educativa de esta víbora venenosa. Pero sí existe administración de justicia en la iglesia y ellos tal vez puedan hacer algo, tal vez puedan llamarlo al orden a este impresentable sujeto –Elías- por estar atentando contra la propia Iglesia al imponer esta tiranía y esta barbarie en un colegio cristiano donde los alumnos perciben diariamente la división, la deslealtad y el maltrato a sus maestros apoyado por jóvenes obsecuentes que, vistiendo el habito agustino, en lugar de ser contrapeso de criticidad, caridad y buen juicio, avalan este proceder intolerable que, pensamos, puede y debe ser sancionado.