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BASTONES
En estos últimos años nuestro deporte ha visto como se imponía el uso, casi generalizado, de los modernos
bastones de montaña. Y decimos modernos porque ya, prácticamente (algunos aún se resisten al cambio),
quedaron atrás aquellas varas y bastones de madera, al estilo de los peregrinos, que anteriormente
formaban parte del equipo de muchos montañeros. Procedentes del mundo del esquí, han sido adaptados
para su uso en montañismo. Muchos son los que defienden sus bondades y muchos son también los que
rehuyen su uso. Unos prefieren el uso de un solo bastón, otros el uso de dos a la vez.
Varios estudios científicos y médicos han demostrado que su uso favorece en gran medida la descarga de
peso sobre nuestras rodillas, sobre todo cuando vamos muy cargados de peso y cuando afrontamos fuertes
y/o largos ascensos y descensos. El que haya utilizado bastones en estas situaciones podrá constatar este
hecho. Sin embargo, también otros estudios han comprobado como un uso continuado de éstos puede
llegar a provocar una cierta pérdida de la coordinación y del equilibrio natural que todos hemos
desarrollado a lo largo de nuestra vida a la hora de caminar. Es por todo esto por lo que la Unión
Internacional de Asociaciones de Alpinismo (UIAA) aprueba el uso de bastones como ayuda para nuestra
progresión pero también recomienda no utilizarlos continuadamente.
Un hecho que se constata continuamente en montaña es que muchas personas han llegado a generalizar el
uso de bastones en cualquier tipo de terreno. No saben cuando deben plegar sus bastones y colocarlos en
la mochila, generando con ello situaciones de peligro. Esto les ocurre a muchas personas cuando afrontan
terrenos escarpados donde se hace necesario llevar las dos manos libres, tal como terrenos propios de
trepada.
En la actualidad, la mayoría de bastones disponibles en las tiendas especializadas son telescópicos,
compuestos por dos o tres tramos o piezas que nos permiten recogerlos completamente en una sola, para
ser transportados cómodamente en la mochila, y también graduar la altura del bastón para permitirnos
acoplar correctamente nuestra postura al tipo de terreno por el que transitamos (se puede recoger algo si
ascendemos y alargar cuando descendemos). Normalmente, interactuamos con el bastón, para su bloqueo
y desbloqueo, haciendo girar los diferentes tramos de los que consta. Deberemos estar bien seguros de
aplicar la suficiente fuerza en los diferentes tramos a la hora de ajustar y bloquear la longitud deseada, sin
pasarse tampoco, para evitar que cuando realicemos un fuerte apoyo sobre el bastón éste no se afloje y se
recoja produciéndonos de inmediato una caída o pérdida del equilibrio. Habrá que probar su fiabilidad
siempre antes de iniciar la marcha.
A simple vista, un bastón telescópico parece muy frágil, y en cierta medida es así. Si realizamos de forma
correcta los apoyos, por fuertes que éstos sean o por peso que ellos impliquen, será prácticamente
imposible que se partan o se doblen. En cambio, si realizamos mal algún apoyo, le damos un golpe, le
pisamos, se nos cuela en un agujero entre dos piedras y hacemos palanca sin darnos cuenta, las
probabilidades de que sufra algún daño serán muy altas.
A continuación detallaremos los elementos constituyentes de un bastón, con lo que deberemos tener muy
presentes a la hora de nuestra elección:
EL PUÑO: Lo podemos encontrar de distintos materiales y formas. Los más interesantes son de tipo goma
por su poder adherente. Los muy plásticos con sudor terminan resbalando, necesitando aumentar la fuerza
para sujetarlos. Si dispone de un agarre ergonómico y bien marcado para los dedos optimizará todo el
esfuerzo aplicado y nos evitará alguna lesión. Existen también con apariencia de corcho pero seguimos
recomendando los puños gomosos.
TUBOS: Lo ideal es la combinación de resistencia con ligereza. De ahí que los muy ligeros de tipo titanio
sean muy caros y los excesivamente baratos sean muy pesados. Por fortuna, el término medio ofrece
combinaciones de metales (aluminio-acero) que aportan pesos adecuados.
EXPANSORES: Los hay de plástico, metálicos y combinados con amortiguador. Existe la posibilidad que
se forme polvo de carbonato de aluminio como consecuencia de la humedad. Generalmente, si no se
revisa, termina comiéndose la rosca del expansor. Como consejo de conservación, secar esta parte después
de cada uso. También advertiros que para bloquear el bastón en su medida hay que aplicar una tensión
moderada.
Un bastón se usa para todo tipo de terreno (exceptuando terreno de trepada), incluida la nieve (solo hasta
una cierta inclinación de la pendiente y si la nieve no está muy dura o es hielo). Incluyen cerca de la punta
una roseta, que se enrosca o introduce a presión, cuya función principal es evitar que el bastón se hunda
más de lo necesario en terrenos blandos como los formados por arenas, barro y nieve. Es muy
recomendable llevar siempre la roseta puesta en el bastón si no queremos llevarnos un susto cuando no
nos lo esperemos y se nos hunda el bastón más de lo normal haciéndonos perder el equilibrio. Sí
podremos quitarla cuando nuestra ruta transite durante un largo trecho por pedreras y taludes formados
por rocas de pequeño y mediano tamaño, puesto que aquí puede molestarnos al quedarse atascada entre
las mismas. En terrenos sin nieve y no muy mojados son más efectivas las rosetas de menor diámetro
mientras que en nieve a partir de un cierto espesor habrá que decantarse por un mayor diámetro ganando
así mayor superficie de apoyo para evitar el hundimiento.
PUNTA: De la punta final dependerá en gran medida la vida de un bastón. Esta es la que apoya en el
terreno y es la que sufre un mayor trabajo. Para evitar que sufra un prematuro desgaste o que se rompa a
las primeras de cambio deberemos elegir aquellos bastones que incorporen una punta de un material
altamente resistente, como widia o tungsteno/carbono. Debemos también prestar atención a la prestación
de una cierta flexibilidad. Algunas puntas no se partirán hasta que no se supere un cierto grado de
flexibilidad. Esto es muy útil en montaña puesto que muchas veces se nos quedará atascado el bastón en
una pedrera con el consiguiente efecto palanca que producimos al intentar seguir progresando con el.
Es fundamental advertir que en ningún caso el bastón sustituye al piolet. El uso de este último es
imprescindible para tu seguridad. El bastón te aporta una ayuda excelente para obtener más equilibrio y
aumentar tu potencia, con la agradable sensación de estar menos cansado. Ni que decir tiene que para
personas con problemas en rodillas o espalda, el bastón es el amigo que nunca puedes dejar en casa. Ya
sabes, olvida esos prejuicios y anímate a usarlos. Verás que es como el anuncio… “notarás la diferencia”.