10
Como es sabido, el arte de la guerra ha pasado por períodos de la historia adaptándose gradualmente a la evolución de la técnica y la tecnología de las armas, de las tácticas y de la estrategia militar, gracias a una «pasión» especial del hombre a prevaricar a sus se- mejantes. Hoplitas espartanos, el ejército romano, y los grandes líderes de la italianos, Federico el Gran- de, Napoleón, y así sucesivamente, han revoluciona- do las normas y principios del arte militar, con una continua evolución que en el ámbito militar se deno- mina «progreso», un hecho imparable hasta nuestros días. Al mismo tiempo, en la arquitectura, el deseo de fortificar las ciudades y los pueblos, castillos y forta- lezas, crear elementos defensivos y ofensivos (Mura- lla de Adriano, la Gran Muralla de China, la Línea Maginot, por nombrar sólo algunos de los más famo- sos) han inducido a personajes de los siglos XV y XVI hasta incluso Galileo [Galileo 1980] y otros ilustres científicos y famosos, a poner a disposición su capacidad creativa para componer tratados de for- tificación hasta que el marqués de Vauban presentó los «cánones» de este nueva ciencia que ha lanzado una sombra al pasado y ha permitido abrir un nuevo ámbito de investigación en esta disciplina. El arte de la guerra ha desarrollo numerosas cone- xiones con otras disciplinas, como el arte y la ciencia de la construcción. Más concretamente dentro de este arte ha nacido la balística, la geometría, el álgebra y la trigonometría. La arquitectura mostró su versatili- dad en todos los ámbitos de la construcción y tam- bién en el más estrictamente mecánico, donde la re- sistencia de los materiales ha marcado las pautas du- rante años, con respecto a los problemas relaciona- dos con el impacto de boules des canons y el tiro de rebote (à ricochet). Una arquitectura técnica más po- bre, o con menos importancia, ha sabido superar el empirismo para convertirse en una ciencia de la forti- ficación. El propósito del artículo es el de recorrer, en el pe- riodo de tiempo que va desde el siglo XVI hasta el siglo XVIII, los acontecimientos, los pasos, las inter- ferencias entre el arte, la ciencia empírica, la geome- tría y la arquitectura, en un tourbillon de estudios e investigaciones que, aunque se hayan llevado a cabo en diferentes campos y disciplinas muy diferentes entre ellas, tienen un denominador común: la arqui- tectura de las fortificaciones y sistemas defensivos. L’ART DE JETTER LES BOMBES O LA CIENCIA DE LA BALÍSTICA La balística exterior es una de las cuestiones que más ha fascinado a los estudiosos del siglo XVIII, ya que está vinculada a la ciencia del movimiento y sobre todo al problema del movimiento de un cuerpo a tra- vés de un medio resistente [Blay 1992]. Sus orígenes se remontan a mediados del siglo XVI, junto con el uso de armas de fuego en el arte de la guerra. De he- cho, de los problemas de la balística externa se ocu- paron los principales matemáticos y físicos desde El arte de la guerra: l’Art de Jetter les bombes, o la ciencia de la balística y las teorías sobre las fortificaciones de los siglos XVI-XVIII Massimo Corradi Vicente Emilio Vela Laina Huerta, Santiago y Fabián López Ulloa (eds.). 2013. Actas del Octavo Congreso Nacional de Historia de la Construcción. Madrid, 9-12 de octubre de 2013. Madrid: Instituto Juan de Herrera.

El arte de la guerra: l’Art de Jetter les bombes, o la ciencia de la balística y las teorías sobre las fortificaciones de los siglos XVI-XVIII

Embed Size (px)

Citation preview

Page 1: El arte de la guerra: l’Art de Jetter les bombes, o la ciencia de la balística y las teorías sobre las fortificaciones de los siglos XVI-XVIII

Como es sabido, el arte de la guerra ha pasado porperíodos de la historia adaptándose gradualmente a laevolución de la técnica y la tecnología de las armas,de las tácticas y de la estrategia militar, gracias a una«pasión» especial del hombre a prevaricar a sus se-mejantes. Hoplitas espartanos, el ejército romano, ylos grandes líderes de la italianos, Federico el Gran-de, Napoleón, y así sucesivamente, han revoluciona-do las normas y principios del arte militar, con unacontinua evolución que en el ámbito militar se deno-mina «progreso», un hecho imparable hasta nuestrosdías.

Al mismo tiempo, en la arquitectura, el deseo defortificar las ciudades y los pueblos, castillos y forta-lezas, crear elementos defensivos y ofensivos (Mura-lla de Adriano, la Gran Muralla de China, la LíneaMaginot, por nombrar sólo algunos de los más famo-sos) han inducido a personajes de los siglos XV yXVI hasta incluso Galileo [Galileo 1980] y otrosilustres científicos y famosos, a poner a disposiciónsu capacidad creativa para componer tratados de for-tificación hasta que el marqués de Vauban presentólos «cánones» de este nueva ciencia que ha lanzadouna sombra al pasado y ha permitido abrir un nuevoámbito de investigación en esta disciplina.

El arte de la guerra ha desarrollo numerosas cone-xiones con otras disciplinas, como el arte y la cienciade la construcción. Más concretamente dentro de estearte ha nacido la balística, la geometría, el álgebra yla trigonometría. La arquitectura mostró su versatili-dad en todos los ámbitos de la construcción y tam-

bién en el más estrictamente mecánico, donde la re-sistencia de los materiales ha marcado las pautas du-rante años, con respecto a los problemas relaciona-dos con el impacto de boules des canons y el tiro derebote (à ricochet). Una arquitectura técnica más po-bre, o con menos importancia, ha sabido superar elempirismo para convertirse en una ciencia de la forti-ficación.

El propósito del artículo es el de recorrer, en el pe-riodo de tiempo que va desde el siglo XVI hasta elsiglo XVIII, los acontecimientos, los pasos, las inter-ferencias entre el arte, la ciencia empírica, la geome-tría y la arquitectura, en un tourbillon de estudios einvestigaciones que, aunque se hayan llevado a caboen diferentes campos y disciplinas muy diferentesentre ellas, tienen un denominador común: la arqui-tectura de las fortificaciones y sistemas defensivos.

L’ART DE JETTER LES BOMBES O LA CIENCIA DE LA

BALÍSTICA

La balística exterior es una de las cuestiones que másha fascinado a los estudiosos del siglo XVIII, ya queestá vinculada a la ciencia del movimiento y sobretodo al problema del movimiento de un cuerpo a tra-vés de un medio resistente [Blay 1992]. Sus orígenesse remontan a mediados del siglo XVI, junto con eluso de armas de fuego en el arte de la guerra. De he-cho, de los problemas de la balística externa se ocu-paron los principales matemáticos y físicos desde

El arte de la guerra: l’Art de Jetter les bombes, o la ciencia dela balística y las teorías sobre las fortificaciones de los

siglos XVI-XVIII

Massimo CorradiVicente Emilio Vela Laina

Aju 021 Corradi 4/11/13 17:55 Página 199

Huerta, Santiago y Fabián López Ulloa (eds.). 2013. Actas del Octavo Congreso Nacional de Historia de la Construcción. Madrid, 9-12 de octubre de 2013. Madrid: Instituto Juan de Herrera.

Page 2: El arte de la guerra: l’Art de Jetter les bombes, o la ciencia de la balística y las teorías sobre las fortificaciones de los siglos XVI-XVIII

Niccolò Tartaglia (1499 - 1557) hasta Galileo Galilei(1564-1642), Isaac Newton (1642 - 1727), y muchosotros, durante un largo período que duró más de cua-tro siglos (Corradi 2002).

En 1537 Tartaglia (Tartaglia 1546) afirma, en pri-mer lugar, que la trayectoria recorrida por un proyec-til en el aire, no puede tener una trayectoria recta,que el ángulo de alcance máximo no puede excederde 45° y que, además, se obtienen con ángulos com-plementarios arrojados igual. Un siglo más tarde, Ga-lileo, haciendo abstracción de la resistencia del aire,concibe el movimiento del proyectil como resultadode dos movimientos, uno recto y uniforme y el otrovertical con intensidad variable según una ley unifor-me, y concluye que en tal situación, la trayectoria esuna parábola. Posteriormente, la teoría del movi-miento de los proyectiles de Galileo fue revisada porEvangelista Torricelli (1608 - 1647) [Torricelli1644], perfeccionada por Guido Grandi (1671 -1742) (Grandi 1739) e integrado con los estudios dePaolo Frisi (1728 - 1784) (Frisi 1783).

Hacia el final del siglo XVII, aparecen dos textosfundamentales para el estudio de la ciencia de la ba-lística, tanto desde el punto de vista mecánico comodesde el punto de vista experimental o más correcta-mente, como se decía entonces, de «artigliere prati-co» (Blondel 1683). En 1674 Robert Anderson (1668- 1696) publica en Londres The Genuine Use and Ef-fect of the Gunner, tratado que pronto se convertiráen un importante punto de referencia para todosaquellos que se ocupan de balística externa. Algunosaños más tarde (1683) Françoise Blondel (1618 -1686) publica en París en su tratado L’Art de jetter lesbombes. Estos dos textos se convertirán en la basepara un nuevo arte y una nueva ciencia: la ciencia dela balística. Esta disciplina, en base a los estudios rea-lizados por Galileo, Torricelli y Marin Mersenne(1588 - 1648), supondrá pequeñas modificaciones entemas de práctica de artillería que se enseñaban enlas escuelas militares. En ambos tratados, sin embar-go, el problema mecánico aún no se conoce por com-pleto, de hecho, los autores no tienen suficientementeen cuenta el efecto de la resistencia del aire duranteel movimiento de un proyectil, un problema que yafue planteado por James Gregory (1638 - 1675) en1672 (Gregory 1672).

La hipótesis de Gregory fue la siguiente: con el finde tener en cuenta la resistencia del aire, es necesarioasumir la hipótesis de que el movimiento del proyec-

til debe estar compuesto de un movimiento vertical yde un movimiento uniformemente acelerado y un se-gundo uniformemente con retraso, la línea de pro-yección. La hipótesis de Gregory dio lugar a una po-lémica que involucró, además de Gregory, a RobertAnderson, John Collins (1652 - 1683), John Wallis(1616 - 1703) e Isaac Newton. En resumen: Collinsera de la opinión de que la parábola fue propuestapor Anderson y sin ningún valor práctico para los ar-tilleros y que la solución de Gregory no parecía bienfundada desde el punto de vista matemático. Newton[1674] señaló que el libro de Anderson, que aunqueera muy ingeniosa en la formulación de los princi-pios establecidos en la misma, hubiera sido muy be-neficioso si todos sus principios se hubieran demos-trado ciertos, poniendo así en tela de juicio lahipótesis del movimiento parabólico cuando se tieneen cuenta la resistencia del aire. Wallis [Wallis 1687]hizo notar la necesidad de considerar el caso en elque la resistencia del medio es proporcional a la ve-locidad. Newton (en 1684 en De Motu y posterior-mente, en 1687, en los Principia) volvió al tema delmovimiento de los proyectiles a través de un sólidoresistente analizando los dos casos en los que se su-pone que la resistencia respectivamente proporcionala la velocidad de la bala en el caso de un movimientorectilíneo uniforme una velocidad constante, o elcuadrado de la velocidad en el caso de un movimien-to con sentido ascendente y descendente. Cabe seña-lar que el mismo Newton que la hipótesis a partir dela cual la resistencia de un cuerpo está en base de lavelocidad del mismo es una hipótesis más matemáti-ca que una de acuerdo a la naturaleza - atribuyendoel mérito a los estudios llevados a cabo en 1690 porRobert Hooke [Hooke 1935] y por los estudios lleva-dos a cabo en nombre de la Académie Royale desSciences en París en los años 1668-1669. En resu-men, el trabajo de Newton se puede resumir de la si-guiente manera: el problema del movimiento en unmedio resistente mete en juego una relación que ca-racteriza la variación de la velocidad y se desarrolladel siguiente modo: a) el reconocimiento de ciertascorrelaciones en los elementos que forman parte sus-ceptibles de ser analizados geométricamente; b) lahipótesis de asimilar el movimiento de un cuerpocomo una sucesión de pequeños movimientos unifor-mes. En esta perspectiva, la conclusión de Newton esla siguiente: la solución de cada problema se puedeconseguir paso a paso hasta que, como observará

200 M. Corradi y V. E. Vela

Aju 021 Corradi 4/11/13 17:55 Página 200

Huerta, Santiago y Fabián López Ulloa (eds.). 2013. Actas del Octavo Congreso Nacional de Historia de la Construcción. Madrid, 9-12 de octubre de 2013. Madrid: Instituto Juan de Herrera.

Page 3: El arte de la guerra: l’Art de Jetter les bombes, o la ciencia de la balística y las teorías sobre las fortificaciones de los siglos XVI-XVIII

Pierre Varignon (1654 - 1722), será posible una tra-ducción del problema en términos geométricos. Porlo tanto se debe a Newton si el problema ha sidoafrontado con habilidad y rigor, y sobre todo resueltoanalíticamente en el caso en el que la resistencia conel medio es proporcional a la velocidad. Sin embar-go, solo la introducción del cálculo diferencial e inte-gral, y a una conceptualización de la ciencia del mo-vimiento, llegará a las ecuaciones generales delmovimiento y, finalmente, a través de procedimien-tos y algoritmos para resolver problemas bien defini-dos de diferenciación e integración del movimientode un cuerpo en un medio resistente.

El camino estaba ya trazado, bastaba solo consoli-darlo. En el 1689 Gottfried Wilhelm Leibniz (1646 -1716) publica en Acta Eruditorum (Leibniz 1689) unbreve ensayo sobre el movimiento de los proyectiles,lo que confirma esencialmente los resultados de losPrincipia de Newton que publicó en 1687 y en partelos de Huygens en 1690. Las soluciones presentadaspor Leibniz, y en relación con el problema del movi-miento de los proyectiles a través de un medio resis-tente, están fundadas en el siguiente «principio gene-ral»: este principio establece que las rutas deespacios (ds) se hacen sobre la base de la velocidad(v) y el tiempo (dt) o mejor «dp ut vdt».

Unos diez años más tarde, precisamente en 1698,Varignon introduce el concepto de velocidad instan-tánea, que ya habían intuido Newton y Leibniz, y lafuerza de aceleración de la instantánea. Varignon,como lo habían hecho Galileo y Newton, elabora suciencia del movimiento sobre la base de una defini-ción no explícita, pero operante de velocidad instan-tánea. La importancia de su enfoque metodológicoconsiste en desarrollar un algoritmo que reduce losproblemas relacionados con el movimiento a los pro-blemas puros de cálculo.

Al comienzo del siglo siguiente, en los años com-prendidos entre 1707 y 1711, Varignon publica enMémoires de l’Académie Royale des Sciences doceescritos relativos al movimiento de un proyectil a tra-vés de un medio resistente. Basado en el nuevo cál-culo de Leibniz, el científico francés reorganiza y ge-neraliza los resultados obtenidos previamente porNewton, Christiaan Huygens (1629 - 1695), Leibnizy Wallis. Introdujo importantes definiciones de «re-sistencia instantánea» (la resistencia que un medio, através del cual un cuerpo se está moviendo, es unobstáculo en cada instante y debe ser proporcional a

la disminución de la velocidad de la misma, al mis-mo tiempo) y «velocidad instantánea», establece laley general que caracteriza el movimiento como tra-yectorias rectilíneas a través de un medio resistecomo muestra la siguiente formula:

d2x =

du = -kF (u)- f(t)

dt2 dt

donde F(u) representa la fuerza ejercida por el medioen función de la velocidad (u), f(t) es la aceleraciónen el instante inicial y (k) un coeficiente balístico. Deesta manera Varignon es capaz de resolver muchosproblemas: cuando la resistencia del medio es propor-cional a la velocidad, o al cuadrado de la velocidad, oincluso a una potencia de cualquier velocidad. Ade-más la suma de la velocidad con su plaza, la movi-miento vertical, la trayectoria descrita por un objetoen movimiento con propio peso lanzado oblicuamenteen un medio donde la resistencia es proporcional a lavelocidad (balística curvilínea).

Hay que esperar unos años para ver resuelto elproblema de la integración de las ecuaciones delmovimiento de un proyectil. En 1719 Johann Ber-noulli (1667 - 1748) consigue integrar las ecuacio-nes del movimiento de un proyectil en el caso de re-sistencia proporcional a cualquier potencia de lavelocidad resolviendo así el problema - propuestopor Newton en los Principia (Libro II, Prop. X) -para encontrar la curva que describe una bala en elaire suponiendo una gravedad y una densidad cons-tantes, y donde la resistencia del aire se supone elcuadrado de la velocidad. Nicolaus Bernoulli (1687- 1759), nieto de Johann, resolvió un problema simi-lar, donde la relación entre resistencia y velocidad esa razón de la potencia de 2n (solución a la que llegaJohann cuando n = 1). El análisis de Johann Bernou-lli tiene buenas prospectivas de futuro ya que haceun uso muy hábil de la composición de las acelera-ciones a partir de la dirección tangente y normal dela trayectoria.

Las investigaciones de Johann Bernoulli y Newtonse reencuentran con las de Leonhard Euler (1707 -1783), Jean-Baptiste Le Rond d’Alembert (1717 -1783) y, más tarde, el general prusiano J. C. F. Otto[Otto 1857]. En particular, Johann Bernoulli y D’A-lembert dan la solución de la ecuación del movi-miento de una partícula a través de un medio resis-tente para algunos casos particulares.

El arte de la guerra, o la ciencia de la balística 201

Aju 021 Corradi 4/11/13 17:55 Página 201

Huerta, Santiago y Fabián López Ulloa (eds.). 2013. Actas del Octavo Congreso Nacional de Historia de la Construcción. Madrid, 9-12 de octubre de 2013. Madrid: Instituto Juan de Herrera.

Page 4: El arte de la guerra: l’Art de Jetter les bombes, o la ciencia de la balística y las teorías sobre las fortificaciones de los siglos XVI-XVIII

En el contexto de las ciencias relacionadas con laartillería, y más concretamente con la balística mili-tar, el siglo XVIII fue un siglo rico en tratados sobreesta materia cuyo objetivo era, aparte de crear y de-sarrollar una disciplina extremadamente necesariapara el Arte de la guerra, para ofrecer a los oficialesde artillería los instrumentos necesarios para mejorarla utilización de la artillaría en las batallas que teníanlugar frecuentemente.

Estos estudios darán paso a una importante publi-cación técnica, de la cual se imprimirán numerososvolúmenes donde se explica el uso de tablas balísti-cas para la artillería. En el contexto italiano recorda-mos las obras de Andrea Musalo (1666 - 1721) (Mu-salo 1702), Giovanni Maria Gilmotti (Gilmotti1713), Gaetano Marzagaglia (1716 - 1787) (Marza-gaglia 1748). En aquel periodo se le dio una atenciónespecial a la formación de los oficiales de artilleríasobre el uso de las armas de fuego y en particular so-bre la artillería, haciendo especial atención a los prin-cipios de la balística que tenían entre los principalesdifusores de esta disciplina a Vittorio AlessandroD’Antoni Papacino (D’Antoni Papacino 1775, 1780y 1782), cuyas obras se extendieron incluso en paísesde habla Inglesa y francesa.

En 1731 aparece el Tratado de Bernard Forest deBelidor (1698 - 1761) con el curiosos título de Lebombardier françois ou nouvelle methode de jetterles bombes avec precision, manual para el uso de ar-tilleros con algunas nociones de balística, superadasólo a finales de siglo por un importante manual ela-borado por Jean-Louis Lombard (1723 - 1794)(Lombard 1787), este último sin duda dedicada a losoficiales de artillería y reforzado por numerosas ta-blas de uso práctico. El mismo Lombard publicaradiez años más tarde un interesante volumen sobre elmovimiento de los proyectiles que tendrá una grandifusión en las escuelas de artillería (Lombard 1797).

En 1741 se produce un importante descubrimiento,la invención de la «péndulo balístico» que permitedeterminar experimentalmente la velocidad inicial deun proyectil lanzado desde un cañón. Algunos añosmás tarde, exactamente en 1767, Gregorio Casali(1721 - 1802) publicó un artículo en el que afirmahaber inventado una máquina capaz de demostrar ex-perimentalmente los teoremas de Galileo y WillemJacob de Gravesande (1688 - 1742) sobre la teoríadel movimiento de proyectiles (Casali 1767), peropasaran unos treinta años hasta que (1771) Anton-

Maria Lorgna (1735 - 1796) publique una tabla balís-tica que será de gran utilidad, sobre todo en Alema-nia, gracias a su publicación en el Magazin für Inge-nieur.

Hacia el final del siglo XVIII, concretamente en1782, Adrien-Marie Legendre (1752 - 1833) intentoaspirar al premio ofrecido por la Academia de Prusiapara explica la trayectoria de un proyectil a través deun sólido resistente (Legendre 1782). En esta impor-tante memoria Legendre definió la ecuación correctade la trayectoria de una bala de cañón.

Al año siguiente aparece la traducción en Dijondel texto de Benjamin Robins (1707 - 1751) en losprincipios de Artillería, traducido del alemán con no-tas y comentarios de Euler (Robins 1783), texto fun-damental que tendrá gran éxito en las escuelas de ar-tillería Europa. Posteriormente, en 1789, LouisLagrange pública en el Journal de l’Ecole Polytech-nique las fórmulas para el movimiento de los proyec-tiles en el interior de los cañones de las armas de fue-go y dando lugar a los estudios sobre la balísticainterior, cuyo desarrollo contribuirá en mayor medi-da al desarrollo de la pirostática, que estudia la com-bustión de la pólvora con volumen constante, y de lapirodinámica, que estudia la combustión de la pólvo-ra con volumen variable dentro del canon.

Al final serán los estudios realizados a principiosdel siglo XIX por Charles Hutton (1737 - 1823)[Hutton 1802] los que anticiparan los temas que sedesarrollaran en la ciencia de la balística del sigloXIX. Hutton aborda el problema de la fuerza aplica-da al proyectil, el alcance del canon en función de laelevación del tiro, la resistencia del aire a los proyec-tiles en movimiento, los efectos producidos por lalongitud del cañón y de la influencia que tiene la car-ga de pólvora para producir la aceleración del pro-yectil.

No obstante, habrá que esperar hasta mediados delsiglo XIX, cuando en 1855 Paolo Ballada de SaintRobert (1815 - 1888) —oficial del Piamonte que in-vento los cañones alma curva y los proyectiles lenti-culares— publicará un interesante tratado tituladoDel moto di proietti nei mezzi resistenti, para llegar auna forma simple de las ecuaciones diferenciales delmovimiento y llegar a una formulación explícita delas propiedades de la trayectoria de los proyectiles.Finalmente, en este siglo, gracias a los estudios deMauro Picone (1885 - 1977), Antonio Signorini(1888 - 1963) y especialmente Angelo Francesco

202 M. Corradi y V. E. Vela

Aju 021 Corradi 4/11/13 17:55 Página 202

Huerta, Santiago y Fabián López Ulloa (eds.). 2013. Actas del Octavo Congreso Nacional de Historia de la Construcción. Madrid, 9-12 de octubre de 2013. Madrid: Instituto Juan de Herrera.

Page 5: El arte de la guerra: l’Art de Jetter les bombes, o la ciencia de la balística y las teorías sobre las fortificaciones de los siglos XVI-XVIII

Siacci (1839 - 1907) se llega a una solución simplede los problemas prácticos relacionados con el usode la balística externa, que se resumen e una tabla detiro de fácil : Tavola balistica generale.

LA TEORÍA DE LAS FORTIFICACIONES EN LOS SIGLOS

XVI-XVIII

El advenimiento de las armas de fuego y los nuevosdescubrimientos en balística y cañones dan lugar auna profunda revolución en el arte de la fortificación.En tan sólo un siglo la arquitectura militar fortificadacambio de paradigma: ya no eran necesarios enormescastillos inexpugnables al ataque de los asaltantes,sino nuevas fortificaciones capaces de resistir el fue-go de la artillería, que en pocas décadas se desarrollórápidamente. Las murallas de las ciudades se convir-tieron en sistemas coordinados de fortificación me-diante muros bajos y «escurridizos» capaces de resis-tir las trayectoria de los proyectiles, cada vez másbajas y de mayor potencia gracias al desarrollo de losexplosivos. Además se estudian sistemas de fortifica-ción que permitan alcanzar al enemigo favoreciendoel fuego cruzado.

Una nueva ciencia: el arte de las fortalezas y lafortificación de ciudades. Esta nueva ciencia tieneuna fuerte influencia en la planificación urbana de laciudad, los sistemas que podrían defender las ciuda-des fortificadas del asalto de los ejércitos modernos,donde el arma de fuego se ha convertido en el princi-pal instrumento de guerra. Y en el interior para laprotección de la ciudad, las ciudadelas son cada vezmás importantes alzándose como un baluarte defen-sivo de la población. Así pues, en un corto espaciode tiempo, aproximadamente un siglo, se produceuna renovación urbana en la que participaron arqui-tectos, ingenieros y matemáticos en el diseño y laconstrucción de nuevos sistemas defensivos y ciuda-delas fortificadas. Famosos arquitectos como Girola-mo Cataneo (segunda mitad del siglo XVI), VicenzoScamozzi (1548 - 1616), Françoise Blondel (1618 -1686), Alessandro Capra (siglo XVII) e ingenierosmilitares como Bonaiuto Lorini (1540 - 1611), PietroSardi (siglo XVII), los matemáticos Niccolò Tarta-glia, Giovanni Scala (finales del siglo XVI, a princi-pios del siglo XVII), comienzan la proyectación, eldiseño e implementación de nuevos sistemas de forti-ficación, ya sean murallas para proteger las ciudades,

fuertes para proteger pasos de montaña, o fortifica-ciones en puntos clave de paso de los ejércitos (Gue-rra franco-española, 1521-1559, Guerra de los Trein-ta Años, 1618-1648, la Guerra de Sucesión española,1701-1714; Guerra de Sucesión Austriaca, 1740-1748, Guerra de los Siete años, 1756-1763).

Los principales cambios introducidos en las obrasde defensa y fortificación fueron múltiples: se rebajóla altura de las murallas y más aún la de las torres,reduciéndolos a la misma altura, al representar unobjetivo menor para el fuego de artillería. Además seeliminaron las almenas, los matacanes, las torres devigilancia, y las cubiertas de las plataformas y de lasterrazas. Para proteger mejor a los pies de las mura-llas se realizaron zanjas anchas y profundas para evi-tar que los escombros producidos por el impacto delos proyectiles se acumularan al pie de las mismas.

Durante aquellos años se desarrolló la mecánicadel terreno (Corradi 1995) como consecuencia delproblema de la construcción de terraplenes y rellenos.Al igual que en otras áreas de la mecánica, el estudiodel comportamiento de los suelos, la teoría de la pre-sión de la tierra y el cálculo de los muros de conten-ción se desarrolló a partir de mediados del sigloXVIII, a raíz de las necesidades específicas dictadaspor la técnica de la construcción, con especial refe-rencia a las obras defensivas y de fortificación, y losproyectos de puentes y carreteras. La investigaciónllevada a cabo sobre estos temas se publicó en las ac-tas de las academias más prestigiosas de Europa y di-fundido en los tratados de arquitectura civil [Borra1748] y militares [Coheorn 1741; Stahlswerd 1755;D’Antoni Papacino 1773-1774, 1778-1782; Trincano1786]. De hecho, no hay razón para sorprenderse aldescubrir que las primeras reflexiones sobre la teoríade la presión de la tierra se encuentra realmente en losescritos de Ingenieros del Ecole d’Artillerie et du Gé-nie, École des Ponts et Chaussées y École Polytech-nique. A dichas instituciones se le debe reconocer elmérito de haber sido capaces de conciliar en un soloproblema mecánico, el conocimiento teórico de las yacitadas cuestiones técnicas. La fundación de una «me-cánica técnica» para el estudio de la estabilidad de lossuelos se basó en rigoroso principios lógicos y mate-máticos, hipótesis físicas indiscutibles relativas a lasnaturaleza del terreno, hipótesis semplicifativas paramodelar un elemento complejo y variable como el te-rreno para afrontar un problema mecánico de difícilsolución, todo ello paralelamente al desarrollo de mé-

El arte de la guerra, o la ciencia de la balística 203

Aju 021 Corradi 4/11/13 17:55 Página 203

Huerta, Santiago y Fabián López Ulloa (eds.). 2013. Actas del Octavo Congreso Nacional de Historia de la Construcción. Madrid, 9-12 de octubre de 2013. Madrid: Instituto Juan de Herrera.

Page 6: El arte de la guerra: l’Art de Jetter les bombes, o la ciencia de la balística y las teorías sobre las fortificaciones de los siglos XVI-XVIII

todos prácticos basados en el uso de la geometría,esencial para la solución de muchos de los problemasque surgen durante la construcción. Estos fueron losprincipales argumentos sobre los cuales se basaronlos estudios de esta disciplina hasta mediados del si-glo XIX.

A partir del siglo XVI los grandes tratados de ar-quitectura se basaron en el estudio de la fortificaciónideal. Mariano di Iacopo, conocido como Taccola(1381 - 1458) fue el responsable de la defensa deRoma en nombre del Papa Calixto III (1378 - 1458)para la proyectación del primer sistema tipo bastión,que consta de murallas con una terraza a nivel de lasplataformas laterales de defensa; el saliente se dirigíaal enemigo, y los laterales se disponían las bateríasbajas. La solución de Taccola fue imitada unos añosmás tarde (1461) por Michele Canale (siglo XV), querevolucionó las defensas de Turín en nombre de Luisde Saboya (1413 - 1465). Durante la guerra entre elEste y los venecianos en los años 1482-1484, se utili-zó con frecuencia para reforzar la defensa de lugaresestratégicos. Antonio Giamberti da Sangallo el viejo(1455 - 1534), Giuliano Giamberti da Sangallo (1445- 1516) y Antonio da Sangallo el joven (1484 - 1546)desarrollaron las fortificaciones con bastiones si-guiendo los principios formulados por Francesco diGiorgio Martini (1439 - 1501) de Siena, en su Trat-tato di architettura civile e militare. La organizacióndel bastión, compuesto por una serie de bastiones in-tercalados con tramos de murallas rectas limitadaspor un foso surgió en la primera mitad del siglo XVI,extendiéndose en la segunda mitad del mismo siglo.

El recinto formado en un principio por un muroque sostenía un terraplén interno posteriormente serebajó y se remató por un terraplén, colocado haciael exterior para obtener una mayor protección frenteal fuego de la artillería. A menudo se complementócon un terraplén en el foso e integrado por un muroaislado conocido con el nombre de «pared en el Car-not», cuya labor principal era dificultar el asedio unavez que el enemigo tuviera llegado al foso. El muroestaba dotado de troneras y podría constituir una lí-nea de fuego para contrarrestar el avance de la infan-tería. Se podían conseguir cinturones equipados confosos secos y murallas cinturones equipados con fo-sos inundados, para evitar el avance de las tropasenemigas.

La geometría de la parte delantera abaluartada te-nía que respetar reglas estrictas para evitar que el

enemigo pudiera establecer líneas de tiro demasiadocercanas y, a la inversa, obligar a atacar en desventa-ja frente a su defensa, pero bajo el fuego cruzado delos defensores. Para ello, los ingenieros militares delRenacimiento descubrieron dos tipos de sistemas dedefensa. La primera consistió en el plegado de loselementos de la parte delantera, es decir, de las corti-nas y baluartes, como el bastión Ardeatino en Roma,construido por Sangallo durante el papado de PabloIII (1468 - 1549), el segundo, la adopción de lasobras complementarias internas y externos para favo-recer el alcance y la distancia de la artillería. Los ele-mentos más característicos de las obras complemen-tarias internas fueron: el cavaliere, una elevaciónrealizada o en el medio de una cortina o de una ba-luarte para mantener la visión y poder disparar a pun-tos distantes, y el cuartel, un edificio que servía derefugio a las tropa, a menudo se proyectaban para re-sistir el fuego de artillería. El cuartel de defensa sesituaba en puntos elevados o detrás de la cortina den-tro de los baluartes.

El frente típico dotado de baluartes se le añadíacon frecuencia, en el foso y delante de la cortina, unaluneta que cubría la propia cortina de las posiblesofensivas externas y se utilizaba para combatir con elfuego cruzado el espacio que comprendía la parte de-lantera de los salientes. Este elemento se utilizó confrecuencia en la fortificación durante el Renacimien-to. Para defender el bastión del fuego frontal se aña-dió el revellín. El uso del revellín fue sugerido porFrancesco De Marchi (1504 - 1576), en su tratado dearquitectura militar (publicado póstumamente enBrescia en 1599), por Marcus Aurelius De Pasino(XVI) [De Pasino 1579] en la segunda mitad del si-glo XVI y más tarde por Blaise François Pagan(1604 - 1665) [Pagan 1668]. Un ejemplo de este sis-tema defensivo se puede todavía ver en la Ciudadelade Alejandría (Italia) diseñado por Ignazio Bertola(1676 - 1755) en la primera mitad del siglo XVIII yreparado y mejorado por François de Chasseloup-Laubat (1754 - 1833) en la época de Napoleón Bona-parte (1769 - 1821). El patio de armas en el interiorde la fortaleza también fue defendida por cavalieriinternos, revellines con menor coprifacce y tanagliedelante de muchas cortinas, como propuso Francescodi Giorgio Martini con el nombre de la barbacane ymás tarde por Francesco Tensini (1579/81 - 1638)(Tensini 1624) que llama barcannone. La fortifica-ción con bastiones fue protegido por la media luna o

204 M. Corradi y V. E. Vela

Aju 021 Corradi 4/11/13 17:55 Página 204

Huerta, Santiago y Fabián López Ulloa (eds.). 2013. Actas del Octavo Congreso Nacional de Historia de la Construcción. Madrid, 9-12 de octubre de 2013. Madrid: Instituto Juan de Herrera.

Page 7: El arte de la guerra: l’Art de Jetter les bombes, o la ciencia de la balística y las teorías sobre las fortificaciones de los siglos XVI-XVIII

luneta, corta coprifaccia pone delante el revellín.Estos sistemas de fortificación de ciudades estu-

vieron en auge hasta finales del siglo XVIII, cuando,por el continuo perfeccionamiento de la artillería y elmayor alcance de los proyectiles, era necesario man-tener al atacante más y más lejos del frente. Se intro-duce así la luneta avanzada a forma de fuerte cerradocon un frete rectilíneo y dos flancos, o frente a sierramás o menos saliente. Con un baluarte en el frente ycon dos flancos más o menos largos. Este tipo de for-taleza fue llamado el «cuerno» o «corona» si teníados baluartes el uno al lado del otro o medio bastiónpor parte, «doble corona» si eran tres baluartes com-pletos con dos cortinas en el medio. Otros trabajosavanzados estaban constituidos por un tenaza o es-quina reentrante con dos largos flancos. A finales delsiglo XVIII y durante la primera mitad del sigloXIX, la mayor parte de estos trabajos se completócon contraguardias, fosos, murallas, caminos cubier-tos, etc. La elección del elemento constructivo fuesignificativamente influenciado por las teorías desa-rrolladas por los ingenieros militares de la Escuela deArtillería y de Ingenieros de Mézières, que influyóconsiderablemente al aumento de la potencia y el al-cance de las armas de fuego, e incluso una mayorprecisión de los disparos de cañón. Por estos motivosel sistema de «estrella» se convirtió en patrimonio dela arquitectura militar. Gabrio Busca (1540 - 1605)afirmó que «la figura de seis lados constituye la forti-ficación perfecta», dicha afirmación fue tenida enconsideración en los años sucesivos por muchos pro-yectistas de fortificaciones. La tendencia a aumentarel número de lados fue seguido por Bertola en la ciu-dadela de Alejandría (Italia), en Palmanova por Lori-ni con un polígono de nueve lados, por Giulio Sa-vorgnan (1510 - 1595) —ingeniero militar y generalde la artillería de la República de Venecia— en Ni-cosia (Chipre) con un polígono de once lados.

Al mismo tiempo que cambiaron las tácticas deataque y defensa de las fortalezas se comenzó a es-cribir sobre ello. Los sitiadores atacan la ciudad ase-diada protegidos en fosos y trincheras, cuyo parapetose componía normalmente por la tierra extraída en suexcavación. Las baterías de artillería se colocabansobre una plataforma artificial frente a una de lascortinas de la ciudad, con la intención de conquistarla ciudad destruyendo las defensas de la cortinaabriendo una brecha a la infantería. Los baterías me-nores tenían la función de complementar el fuego de

la artillería principal. Las trincheras que se utilizabanpara acercar a la infantería a los baluartes evitabannumerosas bajas.

El desarrollo gradual de la artillería aumentó lasfunciones de los sistemas fortificados como protec-ción de los atacantes y las plataformas para las baterí-as de bombardeo y las baterías de brecha, como des-cribió por ejemplo Pier Paolo Floriani (1584 - 1638)en su trabajo sobre la fortificación [Floriani 1630].

Los métodos de asedio utilizados a lo largo del sigloXVII, fueron codificados por los escritores militaresentre los cuales encontramos las teorías desarrolladas yaplicadas por el príncipe de Orange y de la ciencia enrelación con el ataque y la defensa de las fortalezas de-sarrolladas por Sébastien Le Prestre de Vauban, enton-ces el marqués de Vauban (1633 - 1707). Las teoríasde Vauban tuvieron una gran acogida y una gran difu-sión durante todo el siglo XVIII, y la mayor parte delsiglo XIX, lo que afecta de manera significativa el artede la guerra y de la arquitectura militar. En la segundamitad del siglo XVIII, la fortificación abaluartada pusofin del periodo anterior, convirtiéndose en objeto de se-rias críticas. Las publicaciones técnicas traídas a la luzque ningún proyectil cuando impactaba carecía deefecto, era fácil hacer blanco siendo cada vez más ne-cesaria la utilización de obras adicionales para protegerlos sectores más indefensos.

El marqués Marc-René de Montalembert (1714 -1800) en su trabajo sobre la Fortification perpendi-culaire (1776 - 1793 y 1787) afronto de un modo ra-cional la resolución del problema y propuso trazadosde fortificaciones, entre los cuales figura el sistemapoligonal que tiene su nombre. Estas ideas, sin em-bargo, no fueron aceptadas por todos los ingenierosmilitares y por un largo tiempo (al comienzo del si-glo XIX) se continúo a modificar los sistemas tradi-cionales de la fortificación, multiplicando el trabajoadicional de defensa. Sin embargo, la saga napoleó-nica puso de manifiesto la debilidad de los sistemasde defensa basados en las fortalezas y en consecuen-cia, en la arquitectura militar. La guerra de movi-miento y la búsqueda de la batalla campal, con la in-tención de derrotar a los ejércitos enemigos, deacuerdo con los principios perseguidos por NapoleónBonaparte, influyó significativamente en la arquitec-tura fortificada en los primeros años del siglo XIXsufrió una desaceleración.

En la segunda mitad del siglo XIX las mejoras lo-gradas en la técnica de explosivos y armas de fuego

El arte de la guerra, o la ciencia de la balística 205

Aju 021 Corradi 4/11/13 17:55 Página 205

Huerta, Santiago y Fabián López Ulloa (eds.). 2013. Actas del Octavo Congreso Nacional de Historia de la Construcción. Madrid, 9-12 de octubre de 2013. Madrid: Instituto Juan de Herrera.

Page 8: El arte de la guerra: l’Art de Jetter les bombes, o la ciencia de la balística y las teorías sobre las fortificaciones de los siglos XVI-XVIII

tuvieron profundas repercusiones en la construcciónde sistemas defensivos. El estriado de armas de fue-go dio a la artillería un alcance mayor y por lo tantoun mayor poder de acción; la utilización a gran esca-la de tiros curvos (con morteros) y la utilización deproyectiles dotados de tiradores especiales para retar-dar la explosión, disminuyo la acción proyectiva delos parapetos frontales en el interior de las fortifica-ciones que lentamente perdieron su función principalde sistemas defensivos de las ciudades. Las fortifica-ciones cambiaron drásticamente y se convirtieron enlíneas defensivas cercanas a las fronteras de las na-ciones beligerantes. Cabe destacar brevemente cómoha cambiado la ciencia y el arte de la fortificación acomienzos del siglo XX. La fortificación de campoconstruida durante la guerra ruso-turca y la guerraruso-japonesa a principios de siglo, la guerra de trin-cheras vivida durante la Primera Guerra Mundial(1914-1918), las grande obras como la línea Sieg-fried (creada en 1916-1917) y la Línea Maginot —complejo integrado de fortificaciones militares, obs-táculos antitanques, puestos de ametralladoras, lossistemas de inundaciones defensivas, cuarteles y de-pósitos de municiones hechas 1928-1940— prepara-das para la defensa de Francia y Alemania en previ-sión de la primera Mundial y de la Segunda GuerraMundial, son solo un ejemplo de las nuevas líneas depensamiento sobre la fortificación militar; por lo queremitimos al lector interesado a los estudios de histo-ria militar que tratan el período mencionado.

LISTA DE REFERENCIAS

Alembert, Jean-Baptiste Le Rond d’. 1743. Traité de Dyna-mique. Paris: David.

Anderson, Robert. 1674. The Genuine Use and Effect of theGunner. London: Darby, Berry and Morden.

Ballada di Saint Robert, Paolo. 1855. «Del moto di proiettinei mezzi resistenti». Memorie della Reale Accademiadelle scienze di Torino, 1857 - 1857, Serie 2, Tomo 16.

Barca, Giuseppe. 1620. Avvertimenti e regole circa l’archi-tettura civile, scultura e pittura, prospettiva et architettu-ra militare per offesa, e difesa di fortezze. Milano: Pan-dolfo Malatesta.

Barca, Giuseppe 1639. Breve compendio di fortificationemoderna. Milano: F. Ghisolfi.

Belici, Giovan Battista. 1598. Nuova Inventione de fabricarfortezze. Venezia: T. Baglioni.

Belidor, Bernard Forest de. 1731. Le bombardier françoisou nouvelle methode de jetter les bombes avec precision.Paris: Imprimerie Royale.

Belidor, Bernard Forest de. 1729. La science des ingénieursdans la conduit des travaux des fortifications et d’archi-tecture civile. Paris: Jombert.

Blay, Michel. 1992. La naissance de la mécanique analyti-que. La science du mouvement au tournant des XVIIe etXVIIIe siècles. Paris: puf.

Blondel, Françoise. 1683. L’Art de jetter les bombes. Paris:N. Langlois.

Blondel, Françoise. 1684. Nouvelle manière de fortifier lesplaces. Parisiis: apud Autorem.

Borra, Giovan Battista. 1748. Trattato della cognizionepratica delle resistenze geometricamente dimostratodall’ architetto Giambatista Borra. Torino: StamperiaReale.

Busca, Gabriele. 1598. Della espugnatione et difesa dellefortezze. Turino: G. D. Tarino.

Busca, Gabriele. 1601. Della architettura militare. Milano:G. Bordone & P. M. Locarni.

Capra, Alessandro. 1717. La nuova architettura civile e mi-litare... In questa nuova impressione diligentemente co-rretta, ed accresciuta. Cremona: P. Ricchini.

Casali, Gregorio. 1767. «De Machinula quodam ad projec-tilium Theorias per experimenta probandas». De Bono-niensium scientiarum commentarii, t. V, par. II, an.1767, p. 71 e ss.

Cataneo, Girolamo. 1564. Opera nuoua di fortificare, offen-dere et difendere. Brescia: B. Bozola.

Cataneo, Girolamo. 1571. Dell’arte militare libri cinque.Brescia: B. Bozola.

Coheorn, Menno van 1741. Nouvelle Fortification, tantpour un terrain bas et humide que sec et élevé, représen-té en trois manières... La Haye.

Cormontaigne, Louis de. 1741. Architecture militaire ouL’Art de fortifier suivi d’un Traité de l’Art de la Guerre.La Haye: J. Neaulme et A. Moetjens.

Corradi, Massimo. 1995. «De la Statique des Demi-Fluidesà la Theorie de la Poussée des Terres». Edoardo Benve-nuto y Patricia Radelet. Entre Mécanique etArchitecture. p. 220-254. Basel: Birkhäuser.

Corradi, Massimo 2002. «Meccanica e Ingegneria». Heil-bron, John L. et al. Storia della scienza, Vol. VI. L’etàdei lumi: Parte IV – Matematica, p. 479-495. Roma: Isti-tuto della Enciclopedia Italiana.

D’Antoni Papacino, Alessandro Vittorio. 1773-1774. Insti-tuzioni fisico-meccaniche. Torino: Stamperia Reale.

D’Antoni Papacino, Alessandro Vittorio. 1775. Dell’arti-glieria pratica per Le Regie Scuole d’Artiglieria, e Forti-ficazione. Torino: Stamperia Reale.

D’Antoni Papacino, Alessandro Vittorio. 1778-1782.Dell’architettura militare per le Regie scuole teoriched’artiglieria e fortificazione. Torino: Stamperia Reale.

206 M. Corradi y V. E. Vela

Aju 021 Corradi 4/11/13 17:55 Página 206

Huerta, Santiago y Fabián López Ulloa (eds.). 2013. Actas del Octavo Congreso Nacional de Historia de la Construcción. Madrid, 9-12 de octubre de 2013. Madrid: Instituto Juan de Herrera.

Page 9: El arte de la guerra: l’Art de Jetter les bombes, o la ciencia de la balística y las teorías sobre las fortificaciones de los siglos XVI-XVIII

D’Antoni Papacino, Alessandro Vittorio. 1780. Dell’usodelle armi da fuoco per le Regie scuole teoriche d’arti-glieria e fortificazione. Torino: Stamperia Reale.

D’Antoni Papacino, Alessandro Vittorio. 1782. Il maneg-giamento delle macchine d’artiglieria. Torino: Stampe-ria Reale.

De Marchi, Francesco. 1599. Dell’architettura militare li-bri tre. Opera novamente data in luce. Brescia: C. Pre-segni.

De Pasino, Marcus Aurelius. 1579. Discours sur plusieurspoincts de l’architecture de guerre, concernants les for-tifications tant anciennes que modernes. Anvers.

Floriani, Pietro Paolo. 1630. Diffesa et offesa delle piazze.Macerata: G. Carboni.

Galilei, Galileo. [1638] 1990. Discorsi e dimostrazioni ma-tematiche intorno a due nuove scienze attinenti alla me-canica ed i movimenti locali. Enrico Giusti, Einaudi, To-rino (ed.). Leida: Appresso gli Elzevirii.

Galilei, Galileo. 1980. Opere di Galileo Galilei, a cura diFranz Brunetti. Torino: UTET.

Gilmotti, Giovanni Maria. 1713. Abbachino di Giò: MariaGilmotti Padovano. Ferrara.

Grandi, Guido. 1739. Instituzioni meccaniche. Firenze: G.GTartini e S. Franchi.

Gregory, James. 1672. The Great and New Art of WeighingVanity:… To which are annexed some Tentamina demotu penduli & projectorum. Glasgow: R. Sanders.

Hooke, Robert. 1935. The diary of Robert Hooke,… 1672-1680, transcribed from the original in the possession ofthe Corporation of the city of London. Robinson, HenryW. and Walter Adams (ed.). London: Taylor & Francis.

Hutton, Charles. 1802. Nouvelles expériences d’artillerie.Paris: Magimel.

Lantieri, Giacomo. 1557. Due dialoghi... del modo di diseg-nare le piante delle fortezze secondo Euclide. Venetia:V. Valgrisi e B.Costantini.

Lantieri, Giacomo. 1559. Del modo di fare le fortificationidi terra. Venezia: B. Zaltieri.

Legendre, Adrien-Marie. 1782. Dissertation sur la questionde balistique proposée par l’Académie Royale des Scien-ces et Belles-Lettres de Prusse pour le Prix du 1782.Berlin: G. J. Decker.

Lombard, Jean-Louis. 1783. Nouveaux principes d’artille-rie, commentés par Léonard Euler. Dijon: Frantin.

Lombard, Jean-Louis. 1787. Tables du tir des canons et desobusiers. Auxonne.

Lombard, Jean-Louis. 1797. Traité du mouvement des pro-jectiles applique au tir des bouches a feu. Dijon: Frantin.

Lorgna, Anton-Maria. 1771. «Tavoletta balística». Attidell’Accademia di Siena, an. 1771, t. IV, p. 197 e ss.

Lorini, Buonaiuto. 1596. Delle fortificazioni...libri cinque.Ne’ quali si mostra con le più facili regole la Scienzacon la Pratica, di fortificare le città. Venezia: G. A.Rampanzetto.

Lorini, Buonaiuto. 1609. Le fortificazioni nuovamente ris-tampate, corrette & ampliate con l’aggiunta del sestolibro. Venetia: F. Rampazetto.

Maggi, Girolamo e Jacomo Frusto Castriotto. 1564. Dellafortificazione delle città. Venetia: R. Borgominiero.

Martini, Francesco di Giorgio Martini. 1841. Trattato diarchitettura civile e militare. Torino: Chirio e Mina.

Marzagaglia, Gaetano. 1748. Del calcolo balistico o siadel metodo di calcolare con la medesima facilità i tiridelle Bombe orizzontali e gli obbliqui. Verona: D. Ra-manzini.

Montalembert, Marc-René marquis de. 1776-1793. LaFortification perpendiculaire. Paris: P.-D. Pierres.

Montalembert, Marc-René marquis de. 1787. Réponse aumémoire sur la fortification perpendiculaire. Paris: Di-dot.

Musalo, Andrea. 1702. Uso de’ logaritmi nella trigonome-tria piana, e nelli tiri dell’artiglieria, e de’ mortari.Venezia: G. D. Nanti.

Newton, Isaac. 1674. De motu corporum in mediis regula-riter cedentibus. MS Add. 3965.5, ff. 25r-26r, 23r-24r.Cambridge University Library.

Newton, Isaac. 1687. Philosophiae Naturalis PrincipiaMathematica. Londini: J. Streater.

Otto, J. C. F. 1857. Neue ballistische Tafeln. Berlin: Ober-Hofbuchdr.

Pagan, Blaise-François. 1668. Les fortifications de mon-sieur le comte de Pagan, Avec ses theoremes sur la for-tification. Bruxelles: F. Foppens.

Pierre Varignon. 1690. Nouvelles conjectures sur la pe-santeur. Paris: J. Boudot.

Polizzy, Vincenzo. 1783. Esame delle palle cilindricheper uso de’ cannoni. Napoli: Presso G. M. Porcelli.

Robins, Benjamin. 1783. Nouveaux Principes d’Artilleriede Benjamin Robins, commentée par Euler, traduit del’Allemand avec des notes. Dijon: L. N. Frantin.

Rossetti, Donato. 1678. Fortificazione a Rovescio di Do-nato Rossetti Canonico di Livorno. Torino: B. Zappata.

Sachero, Celestino. 1861. Corso di fortificazione perma-nente. Torino: V. Vercellino.

Sardi, Pietro. 1618. Corona imperiale dell’architetturamilitare... Divisa in due trattati. Venezia: B. Barezzi.

Sardi, Pietro. 1621. L’artiglieria: divisa in tre libri. Vene-tia: G. Guerrigli.

Sardi, Pietro. 1627. Discorso... per il quale con vive e cer-te ragioni si rifiutono tutte le fortezze... fatte con sem-plice terra... Venetia: G. Sarzina.

Sardi, Pietro. 1642. Discorso sopra la necessità & utilitàdell’architettura militare... Venetia: A. Bariletti.

Scala, Giovanni. 1596. Delle fortificazioni... Nuovamenteristampate con agiunta di diverse piante e fortezze.Roma: G. de Rossi.

Scamozzi, Vincenzo. 1615. Linea dell’Architettura milita-re divisa in X Libri. Venetiis.

El arte de la guerra, o la ciencia de la balística 207

Aju 021 Corradi 4/11/13 17:55 Página 207

Huerta, Santiago y Fabián López Ulloa (eds.). 2013. Actas del Octavo Congreso Nacional de Historia de la Construcción. Madrid, 9-12 de octubre de 2013. Madrid: Instituto Juan de Herrera.

Page 10: El arte de la guerra: l’Art de Jetter les bombes, o la ciencia de la balística y las teorías sobre las fortificaciones de los siglos XVI-XVIII

Stahlswerd, Magnus Tieder. 1755. Föreläsniger uti regulie-re fortification. Stockholm (trad. in tedesco di P. Peter-sen, Grundsätze zu Vorlesugen über reguläre Fortifica-tion. Nyström.

Tartaglia, Niccolò. 1537. Nova scientia inventa da NicolòTartalea B [resciano]. Venezia: S. da Sabio.

Tartaglia, Niccolò. 1546. Quesiti et inventioni diverse. Ve-nezia: Ruffinelli.

Tensini, Francesco. 1624. La fortificazione guardia difesaet espugnatione delle fortezze. Venezia: E. Deuchino.

Torricelli, Evangelista. 1644. Opera geometrica. Libro II:De motu. Florentiae: A. Masse & L. de Landis.

Trincano, Didier Gregoire. 1786. Élemens de fortification,et de l’attaque et de la defense des places. Paris: Cellot,Didot et Jombert.

Vauban, Sébastien Le Prestre de 1737-42. De l’attaque etde la défense des places. La Haye: P. de Hondt.

Wallis, John 1687. Institutio logicae: ad communes ususaccommodata per Johannem Wallis. Oxonii: A. Curtey-ne.

Zanchi, Giovanni Battista. 1554. Del modo di fortificare lecittà trattato. Venetia: P. Pietrasanta.

208 M. Corradi y V. E. Vela

Aju 021 Corradi 4/11/13 17:55 Página 208

Huerta, Santiago y Fabián López Ulloa (eds.). 2013. Actas del Octavo Congreso Nacional de Historia de la Construcción. Madrid, 9-12 de octubre de 2013. Madrid: Instituto Juan de Herrera.