Océano morador de las aguas profundas de la psiquis humana signed
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Un estudio comparativo de la figura mítica griega y sus diversos mitologemas Texto Extraído de La Naturaleza del Mito y de La Mitología Griega Por E. J. Ríos
Océano morador de las aguas profundas de la psiquis humana signed
1. Un estudio comparativo de la figura mtica griega y sus
diversos mitologemas Texto Extrado de La Naturaleza del Mito y de
La Mitologa Griega Por E. J. Ros
2. OCANO: Es, junto a Gea y Urano, otra divinidad primordial ,
y, segn Hesodo, es el hijo primognito de esta pareja cosmognica,
aunque otras tradiciones lo consideran nacido de la misma simiente
de donde proceden Urano y Gea1 . Ocano era considerado por los
griegos de pocas primitivas la suprema divinidad del elemento
fluvial y martimo, ya que pensaban que circundaba a la tierra en
todo su permetro, marcando por ende sus confines por el norte, el
sur, el este y el oeste, estas regiones extremas a menudo consistan
en umbrales de mundos terribles, inalcanzables e inhspitos para los
mortales, pues, ms all del Ocano se sola ubicar, por ejemplo, las
famosas Columnas de Heracles, que el hroe tuvo que atravesar hasta
llegar a la isla Eritia y robar el ganado del monstruoso Gerin;
para poder cruzar el Ocano, Heracles tom prestada la copa de oro
del Hiperin en la que, al caer el ocaso, este dios surcaba
diariamente sus aguas para retornar a su morada que quedaba justo
al lado de las riberas del dios martimo2 , pues se pensaba que
Ocano era el dios regulador de la salida y puesta de los cuerpos
celestes que emergan y descendan de su reino acutico. Homero tambin
ubica el Hades ms all del Ocano ya que Odiseo debi cruzarlo para
llegar al mundo de los muertos3 . Otros lugares terribles o
fabulosos tambin solan ubicarse allende el Ocano como el pas de las
Gorgonas, la Isla de los Bienaventurados o el Jardn de las
Hesprides. Las disposiciones de estos lugares caractersticos fuera
del mundo terrestre conocido non terrae plus ultra se deba quizs al
temor que el mar produca a los griegos continentales en tiempos
donde an no estaba completamente desarrollada la navegacin,
entonces poda leerse sentencias tales como: 4 Claro est, esto
obedeca ms al temor a lo desconocido que al mismo Ocano, pues
sabemos que sociedades griegas ms arcaicas como la cretense
dependan exclusivamente del mar e incluso instalaron, en su apogeo,
la llamada talasocracia, ya que dominaban gran parte del
Mediterrneo. Ocano obtuvo como esposa a su hermana Tethys, con ella
procre todos los ros, arroyos, fuentes, lagos y algunas divinidades
marinas asociadas a stos como sus hijas e hijos las ninfas Ocenides
y los Ocenidas, estos ltimos tambin llamados potamoi los cuales
eran divinidades fluviales. Hesodo en su Teogona los nombra del
modo siguiente: Tetis con el Ocano pari a los voraginosos Ros: el
Nilo, el Alfeo, el Erdano de profundos remolinos, el Estrimn, el
Meandro, el Istro de bellas corrientes, el Fasis, el Reso, el
Aqueloo de plateados remolinos, el Neso, el Rodio, el Haliacmn, el
Heptporo, el Grnico, el Esepo y el divino Simunte, el Peneo, el
Hermo, el Ceco de bella corriente, el largo Sangario, el Ladn, el
Partenio, el Eveno, el Ardesco y el divino Escamandro. Tuvo tambin
una sagrada estirpe de hijas que por la tierra se encargan de la
crianza de los hombres, en compaa del soberano Apolo y de los Ros y
han recibido de Zeus este destino: Peito, Admeta, Yanta, Electra,
Doris, Primno, la divinal Urania, Hipo, Clmene, Rodea, Calrroe,
Zeuxo, Clitia, Ida, Pistoa, Plexaura, la encantadora Galaxaura,
Dione, Melbosis, Toa, la bella Polidora, Cerceis de graciosa
figura, Pluto ojos de buey, Perseis, Yanira, Acasta, 1 q.v. n. 372
2 HOM., Il., VII, 422; VIII, 485. 3 HOM., Od., X, 508; XI, 2, 13,
158, 638; XXIV, 12. HES., Th, 787. 4 No es prudente aquel que se
dirige al mar
3. Jante, la deliciosa Petrea, Menesto, Europa, Metis, Eurnome,
Telesto de azafranado peplo, Criseida, Asia, la deseable, Calipso,
Eudora, Tyche, nfiro, Ocrroe y Estiga, la que es ms importante de
todas.5 Ms adelante el poeta nos dice que slo nombra a los hijos e
hijas ms antiguos de Ocano y Tethys y que resultara imposible para
los mortales recordarlos a todos, pues, cuenta tres mil Ocenides y
un sinnmero de Potamoi, sin embargo, esto no es tarea difcil para
aquellos que habitan en las riberas del Ocano (entindase
dioses-astros como el Hiperin, Helios, Selene) La mayor parte de
los nombres de los Ocenidas concuerdan con ros tanto de Grecia como
de las otras regiones conocidas en el mundo antiguo, as, por
ejemplo, tres de ellos constituyen los linderos o lmites de los que
hablbamos: el Nilo al nordeste del continente africano, el Fasis
correspondiente a la orilla oriental del Mar Negro y el Erdano,
identificado con el Po y muchas veces considerado uno de los cinco
ros que cruzaba el Hades6 , de modo que eran fronteras naturales
que los griegos miraban con recelo y a su vez intriga, pues, esos
lugares desconocidos propiciaban temor, pero tambin excitaban la
imaginacin de los griegos y suscitaban toda clase de mitos. En
cuanto a los otros ros que menciona podemos ubicar el Aqueloo, el
Alfeo, el Peneo, el Ladn, el Haliacmn y el Eveno en Grecia7 ; el 5
' , / ' , / / ' ' / ' ' / / / / / , / / , , / ' ' / / / / ' / / / '
' / ' ' / ' / ' / / , . HES., Th., 337-362. 6 Sin embargo sabemos
que los cinco ros pertenecientes al Hades eran: el Aqueronte o ro
de la pena por donde Caronte pasaba a los difuntos en su barca al
otro lado del inframundo; el Cocito o ro de los lamentos donde
vagaban aquellas almas que no podan pagar el bolo a Caronte para
que los pasase de orilla, se dice ro de los lamentos porque su
caudal lo proporciona las lgrimas de los condenados; el Flegetonte
o ro de fuego el cual jams se extingua y donde eran lanzados los
espritus colricos; el Leteo o ro del olvido donde se sumerga a
aquellas almas dispuestas a la encarnacin para que no recordasen
nada de sus vidas pasadas y finalmente el Estigia el ro de los
juramentos. 7 Estos ros, revestidos en su figuras mitolgicas como
ocenidas, cuentan con una abundante mitologa, las cuales estaban
muy extendidas en las regiones por donde pasaban sus cauces, y
algunos en toda Grecia, como, por ejemplo, la del dios-ro Aqueloo
tan respetado en Grecia que termin representando a todos los ros de
aguas dulces provechosos para la agricultura; era invocado en las
oraciones y sacrificios para la fertilidad y la abundancia,
asimismo, se hacan juramentos en su nombre. Aqueloo era
representado como un toro con cabeza humana o como un anciano que
llevaba dos cuernos en la cabeza, pelo grisceo y una barba hirsuta
de la que manaba constantemente agua. Se le atribuye diversos
amoros con las musas, y con Melpmene, tuvo a las Sirenas, tambin es
considerado el padre de diversos manantiales de Grecia; uno de los
amoros de Aqueloo ms anecdtico fue cuando qued prendado de
Deyanira, hija del rey Eneo que rega en Calidn una antigua ciudad
de la Etlia, sin embargo, Heracles tambin era pretendiente de la
princesa, por tanto, hubo una contienda entre Aqueloo y Heracles
por la mano de Deyanira, Heracles hizo uso de su fuerza sobrehumana
y Aqueloo de sus poderes de metamorfosis transformndose primero en
serpiente y luego en un toro, pero una vez asumida esa forma,
Heracles le arranc un cuerno quedando as derrotado y fue
condescendiente con su rival dejndole
4. Meandro, el Hermo y el Ceso en Asia Menor; el Escamandro, el
Simunte, el Esepo, el Reso, el Heptporo, el Rodio y el Grnico en la
la regin de Trade en la Anatolia8 ; el Estrimn y el Neso en Tracia
y el Istro, el Aldesco, el Sangario y el Partenio se ubican en el
Mar Negro. En el caso de las ocenides son pocas las nombradas por
Hesodo que correspondan con un lugar geogrfico especfico, sin
embargo hay quien relaciona el nombre de Perseis y el de Doris con
el Oriente, el de Yaneira con el de los Jonios, asimismo, Europa
con el continente9 ; sin embargo, lo ms resaltante de las ocenides
son sus funciones de protectoras de la tierra y de las
profundidades de las lagunas10 , igualmente son consideradas ayas
de muchos varones que luego resultaron ser hroes, no obstante, no
puede dejarse a un lado, la connotacin negativa que tienen otras
figuras mticas muy parecidas y que podran muy bien tildarse casar
con Deyanira a condicin que le regresara su cuerno, Heracles
accedi, y en su lugar el dios-ro le regal el cuerno de la cabra
Amaltea, nodriza de Zeus, que luego fue llamado el cuerno de la
abundancia. Se dice que el ro Aqueloo fue formado por las
abundantes lgrimas de Niobe cuando Apolo y Artemis mataron a casi
todos sus hijos por haberse burlado de su madre Leto que slo haba
tenido dos; otro mito nos cuenta que la formacin del ro se produjo
por las lgrimas del mismo Aqueloo cuando lloraba la prdida de sus
hijas las sirenas y, en su sufrimiento, ste aclamaba a Gea quien lo
auspici en su seno de donde comenz a brotar el ro. Del dios- ro
Alfeo se dice que estaba profundamente enamorado de la doncella y
diosa guerrera Artemis, quien haba hecho votos de castidad y por
tanto desdeaba a todos sus pretendientes, Alfeo al no poder seducir
a Artemis, decidi tomarla por la fuerza, sta emprendi una
vertiginosa carrera por medio del bosque hasta llegar cerca de una
cinaga, all llam a su squito: las ninfas del bosque, y les pidi que
se embadurnaran el rostro y el cuerpo con el lodo de la cinega, as
cuando Alfeo quiso buscar a su amada no la reconoci entre todas las
ninfas y desisti de su empeo. No obstante al cabo de un tiempo, fue
vctima de su desafuero amoroso la ninfa Aretusa a quien tambin
persigui hasta llegar a la isla Ortigia cerca de Siracusa, all la
ninfa se transform en la fuente que lleva su nombre para librarse
as de la persecucin de Alfeo, pero el dios-ro se transform entonces
en el ro del Peloponeso, el cual fluye por debajo de la tierra y
reaparece en la isla Ortigia y sus aguas se renen con la fuente
Aretusa, materializando de este modo su amor por la ninfa. Peneo
con la ninfa Cresa tuvo a Hipseo, rey de los lpitas, y tres hijas:
Crene, Estilbe y Dafne; esta ltima hija pidi su socorro cuando el
dios Apolo, enamorado de ella a causa de una flecha arrojada por
Eros, la persegua, Peneo sali en su ayuda y la transform en un rbol
de laurel que luego sera consagrado a Apolo. Otras versiones
consideran a Ladn como padre de Dafne as como de Mtope, Telpousa,
Temis y las Nyades. En cuanto a los ros Haliacmn y Eveno, deben sus
nombres a trgicas ancdotas de personajes ahogados en sus aguas,
entre estas cabe destacar la de Eveno, el cual era un rey de
Etolia, este tena una hija hermossima llamada Marpesa, el rey sola
retar a una carrera de carros a los pretendientes de su hija
jurando que aquel que saliera victorioso obtendra la mano de la
bella Marpesa, sin embargo, l siempre ganaba la carrera y
decapitaba a los vencidos y apilaba sus crneos insertndolos en las
columnas de su palacio como trofeos decorativos, hasta que un da lo
ret Idas, un hijo de Poseidn, quien tena un carro halado por
caballos divinos, regalo de su padre, por tanto no le fue difcil
vencer a Eveno y raptar su hija; el rey trat de perseguir en vano a
Idas en su caballo, pero ste nunca pudo alcanzar la velocidad de
aquellos, a lo que el rey reaccion asesinndolo para luego lanzarse
a las caudalosas aguas del Licormas donde se ahog y fue as, que
pasado algn tiempo, el ro adquiri su nombre. 8 Todos estos nombres
se encuentran en la Iliada, aunque en distinto orden. HOM. Il., XII
20-22. 9 FELDMAN, PH., Personification and Structure in Hesiod's
Theogony, S.O., p.12 10 HES., Th., 365-366.
5. descendientes de las ocenides como son las sirenas11 y
especialmente las nyades12 y las ondinas13 que tambin habitaban y
custodiaban las profundidades de lagos y lagunas; tambin las
nereidas14 son particularmente asimilables y, ciertamente,
consanguneas ya que son hijas de Nereo y Doris, aunque stas s
conservan ese lado benigno de ser protectoras de los humanos,
especialmente de los hombres, y en esto no coinciden con sus ya
nombradas 11 Como sabemos las sirenas, hijas de Aqueloo y segn
Platn de Forcis y Ceto, son seres acuticos con cola de pez, busto y
rostro de mujer, aunque en un primer momento su iconografa responda
ms bien a una criatura ornitomorfa que a una pesciforme, sin
embargo, a partir de la iconografa medieval la asimilacin de la
sirena a un pez tuvo mayor alcance y se fue difuminando la clsica
figura de mujer-pjaro, esta transformacin parece tener ciertas
connotaciones mistricas que se atribuyen a casi todas las
divinidades marinas como es el don de la profeca, sin embargo, las
sirenas mantienen an un eco de su antigua forma y que igualmente se
halla relacionado con aspectos iniciticos como es su canto
enigmtico capaz de trastornar a cualquier mortal que lo escuchase
sin la debida preparacin (recurdese a Odiseo, al acercarse a la
isla de las sirenas, quien slo hacindose atar al mstil de la nave y
obstruyendo los odos de sus hombres, logra escuchar los misterios
que revelan los enigmticos cantos de las sirenas y su tripulacin
sale ilesa del peligro que supona el conocimiento de esos secretos
HOM, Od., XII, vv. 154-200) No slo el canto irresistible de las
sirenas resulta peligroso, pues, a partir del cristianismo, esta
seduccin intelectual que acusaba a la sabidura inicitica y
mistrica, se troc por una seduccin sexual mundana, de donde se
comenz a interpretar a este ser mtico como a un ser de temperamento
malfico, que explotaba sus dotes fsicos, mostrando los senos, para
seducir a los jvenes ignorantes e incautos para matarlos
arrastrndolos a las profundidades del mar donde aqullas celebraban.
12 Las Nyades a menudo son consideradas o llamadas Ninfas, las
cuales son divinidades menores ligadas a los elementos de la
naturaleza. Ya en Homero (Od. VI 108 ss. Y XII, 356) se asiste a
una primera especializacin en ninfas de las aguas de manantial, del
mar, de los bosques y de los montes. Fsicamente, en la iconografa
no tienen caractersticas particulares que las distingan unas de
otras; en la poca arcaica son figuras femeninas con largas tnicas;
con el tiempo cada vez van descubriendo ms el torso. En la mitologa
griega, el nmero de categoras de ninfas, dedicadas a cada contexto
fsico o geogrfico, era enorme; recordemos slo algunos nombres: las
celestiales o uranias, las terrestres, que se dividan en oradas y
orestadas, de las montaas; napeas, de los vallles; limoniadas, de
los claros y de los prados; alseidas, dradas y hamadrades de los
bosques y de los rboles; meladas, de los fresnos; agrostinas, de
los campos; querquentulanas de las encinas. Las acuticas, por su
parte, se dividan en ocenidas y nereidas, del mar; nyades, creneas
y pegeas, de las fuentes; potmidas, de los ros; limnadas, de los
lagos avernales, de las aguas infernales. Adems existan subespecies
ligadas a emplazamientos geogrficos concretos, como las dodmidas o
las citernidas. Cf. IZZI, M. op. cit. nymphai p. 360. 13 Nombre
genrico de todos los seres de gnero femenino asociados al agua y
que participan de su propia naturaleza. Se dice que las ondinas
pueden presentarse en forma de ninfas; viven en los lagos y en los
ros, bajo cuyas aguas danzan en el momento en que alguien se ahoga.
Esto da la medida de su ndole maligna y peligrosa, contrapuesta a
su aspecto generalmente placentero y seductor. Su deseo de adquirir
un alma inmortal, cosa que slo puede obtenerse mediante el
matrimonio con un mortal, las lleva con frecuencia a salir de las
aguas para conocer y seducir a los hombres. Cuando estn en tierra,
se distinguen de las mujeres humanas slo por el hecho de que sus
vestidos gotean agua por el borde posterior. Ibid. ondinas p. 365.
14 Son las cincuenta hijas del dios marino Nereo y la ocenide
Doris. Se las consideraba las ninfas del mar, puesto que vivan en
las profundidades del ocano; no obstante emergan a la superficie
para ayudar a marineros que surcaban los procelosos mares, siendo
los argonautas los ms famosos entre los que socorrieron mientras
viajaban en bsqueda del vellocino de oro. Se aparecen a los hombres
del mar montadas en delfines y otros animales marinos.
Representaban todo aquello que hubiese de hermoso y amable en el
mar. Cantaban con voz melodiosa y bailaban alrededor de su padre.
Se las representa coronadas por ramas de coral y portando el
tridente de Poseidn, de cuyo squito formaban parte. Sin embargo, en
Grecia actualmente se ha creado otro mito en torno a unas figuras
mticas casi homnimas llamadas neraides y que se asimilan a las
ondinas por su naturaleza maligna, ya que son seres fericos con
aspecto de mujeres altas y delgadas, con el pelo largo rizado, y de
una belleza turbadora. Desdichadamente, esta belleza la usan para
seducir y daar a los incautos que quedan fascinados por ellas. Slo
con estar cerca de una nereida se pierde inmediatamente la voz. Son
espritus de carcter predominantemente acutico, pero a veces
relacionados tambin con la vegetacin y las selvas. Ibid., neraides
p.350.
6. anttesis; de todas formas, todos estos mitos de seres
acuticos con figura de mujer, tienen como raz comn a Ocano, y a
travs de sus diversos atributos, ya sean estos malignos o benignos,
se da a conocer, indirectamente, atributos del mismo dios Ocano,
pues, recurdese que este dios, como casi todos los dioses griegos,
puede mostrar su naturaleza benigna o maligna a aquellos que pisen
sus dominios y mostrarse afable u hostil a voluntad15 . En cuanto a
la iconografa del dios Ocano, a diferencia a la de sus padres o
antecesores Urano y Gea, es mucho ms abundante, o por lo menos,
cuenta con atributos y caractersticas concretas que se le reconocen
resueltamente como propias. Ocano en pocas arcaicas, al ser
considerado un elemento natural abstracto, careca de representacin
antropomrfica, pues, como ya hemos mencionado, se consideraba como
un inmenso ro que circundaba la tierra en toda su esfericidad16 a
manera de una serpiente que se enrosca sobre s misma o sobre el
huevo csmico17 ; sin embargo, este tipo de representacin pareca
obedecer ms a la idea generalizada del cosmos que a una clara
representacin del magno dios-ro. No es hasta el siglo IV a.C.
cuando vemos un perfil iconogrfico definido de su figura, pues, es
en ese entonces que el dios Ocano comienza a ser tomado como tal,
es decir, es en pleno perodo helenstico cuando Ocano comienza a
tener un protagonismo religioso y de culto, aunque ciertamente poco
difundido, o al menos es muy poco lo que nosotros sabemos de ello,
sin embargo, hay que reconocer que ya en perodos arcaicos comienza
a gestarse una imagen representativa del dios, claro est, casi
siempre de trasfondo, acompaando a otros dioses quizs ms
prominentes en cuanto a culto y religiosidad se refiere. As lo
demuestra un dinos tico de figuras negras, firmado por Sophilos, en
el que se observa la celebracin de la boda entre Peleo y Tetis, en
la que asisten casi todos los dioses los cuales van en procesin
hasta llegar al sagrario, all Ocano va acompaado de su esposa
Tethys, su cuerpo es anguiforme, mostrando en la parte superior a
un viejo corpulento, barbado y con luenga cabellera mientras 15 En
el mito de Heracles cruzando el ocano en la copa de oro del
Hiperin, Ocano en un primer momento se muestra hostil al hroe para
ponerlo a prueba, sacudiendo con fuerza la improvisada embarcacin,
pero luego desiste de tal empeo cuando Heracles lo amenaza con su
arco, desde ese entonces, el viaje del hroe a travs del Ocano fue
apacible. 16 Algunos estudiosos creen que representaba en su origen
todas las masas de agua salada, incluyendo el Mar Mediterrneo y el
Ocano Atlntico, las dos extensiones de agua principales que los
antiguos griegos conocan. Sin embargo, como la geografa se hizo ms
precisa, Ocano, lleg a representar las no muy exploradas aguas del
Ocano Atlntico, mientras que Poseidn gobern sobre el Mediterrneo.
17 As descrito recuerda a dos smbolos mistricos griegos: el
ouroboros y el nfalo, el primero aparece sobre todo entre los
gnsticos, el cual representa a una serpiente mordindose la cola y,
en su sentido ms amplio, simboliza el tiempo y la continuidad de la
vida, aunque, algunos tambin lo comprenden como el smbolo
primordial de la creacin del mundo y que contiene la idea de una
naturaleza cclica capaz de renovarse a s misma. Cf. CIRLOT, E. J.,
op. cit., p.351. El nfalo, por su parte, es un smbolo del centro
csmico, donde se produce la comunicacin entre el mundo de los
hombres, el de los muertos y el de los dioses. Cf. CIRLOT, E. J.,
op. cit., p.347. Aunque se trata de smbolos totalmente distintos y
diferenciados entre s, al igual que la imagen primitiva del gran
dios-ro Ocano, no puede dejarse de observar la similitud simblica
entre los tres, pues, considrese que Ocano tambin fue considerado,
por algunas tradiciones, el creador de todo lo existente y al ser
un protogenos surgido de la misma simiente que Urano y Gea no puede
descartarse que los antiguos lo considerasen tambin como centro del
universo.
7. que la parte inferior culmina en cola de sierpe marina, en
la mano derecha Ocano sostiene una serpiente y en la izquierda un
pez y de su cabeza surge una protuberancia muy similar a un cuerno
de toro18 ; aunque estas caractersticas fsicas podran ser
asimilables a otras entidades mticas19 como, por ejemplo, Tifn o
los tritones, ya muestra ciertos atributos que sern emblemticos en
las posteriores representaciones de Ocano, como son: el aspecto
fsico del dios (al menos el de ser representado como anciano
barbado), la sierpe enroscada en uno de sus brazos y las
protuberancias que surgen de su cabeza, claro est, estos emblemas
se van modificando con el paso del tiempo, sin embargo, ya desde
sus inicios van presentndose como permanentes, aunque, ciertamente,
an restan algunos otros atributos que se le irn aadiendo. Aunque en
el helenismo y en el periodo clsico se puede observar ya un perfil
iconogrfico definido del dios que nos ocupa, debido a la
inexistencia de inscripciones que lo identifiquen en esos perodos,
diremos que la mayor fuerza iconogrfica de Ocano tiene lugar, sin
duda alguna, durante todo el Imperio Romano y especialmente se ven
bastantes referencias de su figura en las costas norafricanas y en
Turqua, desde donde sta fue promovida por los romanos en sus
caractersticos mosaicos martimos. De los mosaicos norafricanos vale
mencionar la tendencia de representarlo a manera de mascarn en
medallones muy elaborados y ornamentados con motivos marinos, as
tenemos, por ejemplo, los restos de un mosaico hexagonal que data
del S. III d.C. hallado en Vicus Augusti. Sidi, El Hani-Tnez pero
actualmente conservado en el Museo Arqueolgico del Bardo (sala
Dougga); o los hallados en Acholla y en Bulla Regia, estos mosaicos
casi siempre representan slo la cabeza del dios-ro, el cual aparece
como un anciano con una cabellera verde de algas marinas y una
barba muy poblada y de las sienes de su cabeza surgen dos tenazas
de langosta; este tipo de representacin y sus variantes las
encontraremos sucesivamente en muchas villas romanas, quizs las ms
famosas pertenecen a la Hispania romana, estas son: La Villa de
Materno (Carrenque); Villa de Dueas (Palencia); Villa de Sasamn
(Burgos). 18 La protuberancia que se observa sale de la cabeza de
Ocano en este dinos no es muy clara, pero, se sabe que el toro, as
como el caballo y el len, tambin estaba asociado al Ocano y a las
deidades martimas, incluso muchas veces estas criaturas las
encontramos representadas junto a la efigie de Ocano como, por
ejemplo, los frentes de sarcfagos datados del S. II d. C. del
Palacio Aldobrandi en Roma (q.v. figs.58 y 59) Aunque, de igual
forma, podra especularse que se trata de un par de antenas de
crustceo, como se muestra en otras representaciones suyas de
mosaicos posteriores. 19 Sin embargo en el vaso aludido no se tiene
ninguna duda que se trata en efecto de una efigie de Ocano y no de
cualquier otra entidad martima, ya que lo corrobora una inscripcin
al lado de la misma.
8. Asimismo, encontramos este tipo de mosaicos en Marruecos, en
Susa, en los territorios de la antigua Cartago, en Chott Meriem, la
antigua Themetra, pues, como hemos indicado ya, se encuentran en
las regiones occidentales y sobre todo en la parte norte de frica a
partir de la poca Severiana (192-235 d.C.). Tan extendido estuvo
este mascarn en el arte imperial romano que hallamos
representaciones similares del dios en muchas otras regiones
conquistadas por ellos, tal es el caso de la regin de Britania, de
all se han extrado piezas de arte con la efigie de Ocano que
participan de las caractersticas de los mosaicos como, por ejemplo,
la bandeja de plata del Tesoro de Midenhall del S. IV d. C. y que
hoy se conserva en el Museo Britnico. En la misma Roma, an en el
Medioevo, se contaba con la efigie de un mascarn, que presenta
exactamente esos atributos, estaba ubicado en la plaza central y
probablemente serva de fuente, aunque tampoco se descarta otros
posibles usos, se trata de La Bocca della Verit20 un medalln de
mrmol de 1,75 m. que data ca. S. I d. C., sin embargo, en poca
post-renacentista (ao 1632), se traslad a la Iglesia de Santa Mara
de Cosmedn, lugar donde an hoy puede admirarse. Pero no slo el
rostro de Ocano se configur como representacin ideal del dios,
pues, para aquellos entonces, tambin se gest una figura de cuerpo
completo que ira aadiendo an mucho ms atributos a su iconografa: la
personificacin de Ocano como dios-ro. 20 q.v. fig. 60 [Fig.
55]
9. El perfil del dios, as representado, sola presentar una
postura monumental, casi siempre reclinado sobre un lectus
circundado por una corriente de agua, su figura se representaba
igualmente como un anciano musculoso de espesa cabellera y barba
poblada, un rostro curtido por el sol y una mirada apacible; su
torso iba desnudo y de la cintura para abajo iba cubierto con un
manto o pallium, en sus manos llevaba siempre objetos que lo
identifican que pueden ser una sierpe marina o un dragn, un arpn o
un remo, tambin sola llevar un nfora o vasija llena de agua que
vuelca y algunas veces iba acompaado por delfines o la
personificacin de la tranquilidad; de esta forma, por ejemplo, lo
vemos representado en el mosaico del Domus Mithraeum o Casa del
Mitreo, llamada as por su proximidad con los restos aparecidos en
un solar ocupado por la Plaza de Toros de la localidad de Mrida-
Espaa, adems, ya que presenta un conjunto de habitaciones
subterrneas que junto a las imgenes representadas en el mosaico de
corte cosmognico parece hallarse relacionado con el culto al dios
iranio Mithra, esta Casa data del s. II d.C., el mosaico integra al
dios Ocano en un escenario policromo donde abundan los colores
brillantes y profundos: turquesa, ndigo, dorado y ocres; la figura
de Ocano aparece en la esquina inferior izquierda del mosaico
reclinado y ataviado tal y como lo hemos descrito sosteniendo en su
mano derecha una serpiente y en su mano izquierda una lanza y va
acompaado por un delfn y un joven que personifica la tranquilidad
de sus aguas, la cabeza del dios tambin mantiene los rasgos
caractersticos del mascarn: las protuberancias que surgen de la
frente en forma de tenazas de langosta, cabello y barba abundante
con tonos verdosos por la acumulacin de algas, una mirada apacible
y serena; como dato curioso alrededor del dios existen otras
personificaciones martimas y fluviales como el ro Eufrates y el
Nilo, asimismo el Ponto el cual en muchos mosaicos era representado
con las mismas caractersticas de Ocano, por lo cual, muchas veces,
es difcil discernir de cul de los dos dioses se trata como, por
ejemplo, el mosaico de Utique en Acholla, igualmente conservado en
el Museo del Bardo. Tambin procedente del Mitreo de Mrida,
encontramos una estatua mutilada de la que se conserva solo el
cuerpo y que posee las mismas caractersticas de Ocano como dios-ro,
pues, se halla extendida sobre una corriente de agua fluvial con el
torso desnudo y la tpica manta que cubre sus piernas, esta obra
tambin se data en el s. II d. C. y se conserva en el Museo Nacional
de Arte Romano. Otras esculturas relevantes de este tipo son: la
proveniente de Efeso que data del II milenio d.C. y el cual se
halla conservada en el Museo Arqueolgico de Estambul21 , por otro
lado, la colosal estatua que hace parte de una fuente del Museo
capitolino en Roma, la estatua data entre el I y II s. d.C. se cree
que perteneci al Foro de Augusto, fue hallada en las cercanas de la
Chiesa di San Pietro en Carcere y fue adquirida por el Museo
Capitolino en 1644 donde un escultor de esta poca le hizo
restauraciones y la hizo parte de la fuente en la que an se
encuentra situada renombrndola como Ocano Marforio22 que es el
nombre con el que comnmente se llama a esta estatua. 21 q.v. fig.
56 22 q.v. fig. 57
10. [Fig. 56] [Fig. 57]
11. A partir de estos dos tipos de representacin de Ocano: el
mascarn y la efigie reclinada, se concibieron luego muchas otras
variantes a lo largo de su historia iconogrfica, las cuales tomaron
uno o ms de los atributos que presentan aquellos modelos, aunque
siempre bajo la libre interpretacin y cnones estticos tanto de los
diversos artistas como de la poca en que se inscriben. Son
numerosas este tipo de interpretaciones iconogrficas libres, sin
embargo, cabe mencionar algunas que pueden considerarse como
efigies reconocidas de Ocano, entre stas la ms antigua quizs sea el
alto relieve que se halla en el altar de Prgamo que hoy resguarda
el Museo Arqueolgico de Berln, datada en tiempos helensticos
160-180 a. C., all se ve a Ocano, centrado en un grupo escultrico,
en la lucha contra los Gigantes acompaado de un squito de
divinidades marinas: Tetys su inseparable esposa, Nereo y Doris;
sin embargo, esta imagen de Ocano se muestra interesante ya que se
entiende como una efigie en proceso de gestacin, pues, puede
inferirse algunos de los atributos que se le fueron adosando
posteriormente, este Ocano se halla de pie, con un cuerpo musculoso
y semidesnudo envuelto en una tnica, cabello y barba abundante,
mantiene una actitud triunfante ante los abatidos Gigantes y su
cuerpo est ligeramente retrado en ademn de lanzar un arma
arrojadiza con su mano derecha23 ; es claro que aqu el artista
represent a Ocano segn el contexto mtico y el grupo relivario en el
que se halla inmerso de modo que esta correspondencia lo asla de
sus rasgos individuales y por tanto es probable que por esto no
haya quedado como un modelo a seguir para su iconografa posterior.
Entre otras estatuas relevantes, ya mucho ms recientes, con los
rasgos del dios-ro Ocano podemos mencionar: a uno de los personajes
de La Fuente de los Cuatro Ros que se halla en la plaza Navona de
Roma, realizada por Lorenzo Bernini, nos referimos al anciano
desnudo de barba y cabello abundante que sostiene en su mano
izquierda un remo, atributo por antonomasia de Ocano; de igual
modo, vemos otras interpretaciones librrimas del dios-ro, donde slo
es necesario evocar el aspecto fsico y uno u otro atributo del
mismo para representarlo, y esto se cumple no slo en la estatuaria,
sino tambin en otras artes: pinturas, grabados, relieves,
orfebrera, etc. Por ltimo, tambin debemos reconocer que otra figura
no menos importante y que hasta, quizs pueda decirse, rest
preponderancia a Ocano, influy poderosamente en las
representaciones iconogrficas del dios-ro, nos referimos a Poseidn,
pues, vemos algunas estatuas, u otras obras de arte, donde se
mezclan sus atributos creando de esta forma hbridos entre los dos
dioses del mar, hasta el punto que se hace difcil discernir a cul
de los dos se representa, entre estas obras podemos citar: la
figura central de la Fontana di Trevi en Roma, que representa un
viejo que, al igual que Ocano va envuelto en un manto, pero que es
auriga de caballos marinos: atributo mucho ms conforme con las
representaciones de Poseidn; o la estatua del Saln del Prado en
Madrid, que representa a Poseidn con su carro y su particular
tridente, aunque en el brazo izquierdo lleva enroscada una
serpiente marina, ms asociada con Ocano.24 23 Lamentablemente no
sabemos qu tipo de arma llevaba, puesto que la mano y el brazo
derecho al igual que la mano izquierda de la estatua se hallan
mutiladas. 24 Para conocer ms sobre aspectos iconogrficos del dios
Ocano Cf.: RODRGUEZ L, M ISABEL, Ocano: iconografa de un dios
abismal y misterioso, Revista de Arqueologa, N 226, 2000,
pp.30-41.
12. Ocano, como ya hemos apuntado, no se le conoce culto como
divinidad, sin embargo, s fue considerado en la Antigedad un
principio primordial y por tanto concebido as en las corrientes
filosficas y msticas arcaicas. Entre las primeras, bien conocido es
la especulacin de Tales de Mileto que comprenda el agua como o
principio universal de todas las cosas. Una de las razones por las
cuales pensaba esto era precisamente porque consideraba25 a la
tierra descansando como una isla sobre el agua, tal como se conceba
la efigie de Ocano como dios-ro26 . Esto, como vimos, no se rie con
las concepcin mtica arcaica de Ocano como ente primordial y guarida
de todos los dioses27 , sobre todo los de naturaleza femenina, como
las titanesas, asimismo, Hera, Dmeter, Temis y Thetys, la esposa de
Ocano, que durante la Titanomaquia, permanecieron ocultas en la
cueva donde manaba la primera corriente de agua de la Tierra, quizs
esto est relacionado con el principio pasivo y conservador de la
vida, con lo femenino, y es de este mismo principio que participa
Ocano en su aspecto pasivo, pues el mito tambin lo refleja, al
referirnos que slo l se abstuvo de participar en la Guerra de los
Titanes as como en el complot armado por Gea y sus hermanos en
contra de su padre Urano. Para los rficos la concepcin de Ocano no
se alejaba mucho de la tradicional, pues, tambin lo consideraban el
principio de toda vida, tanto de mortales como de los mismos
dioses, coincidiendo as con lo que, Homero28 y muchos otros
poetas29 , afirmaron en mitos oficiales, de igual modo, los rficos
identificaban a Ocano con el dios-ro lindero del mundo que
circundaba a la tierra en todo su permetro y que dominaba por tanto
todo el mundo acutico, esto lo podemos constatar en el hermoso
himno que hemos transcrito ms adelante y el cual era declamado en
su honor y concebido como una invocacin para que esta
personificacin del elemento lquido primordial asistiera a sus ritos
de iniciacin en los misterios. Quizs el nico atributo que acuaban a
Ocano, distinto a los poetas tradicionales, era el hecho de que
tambin lo consideraban rector del cielo, esto tal vez se deba,
piensan algunos eruditos, a la homologacin o posible relacin que
Ocano tena con Ofin, como sabemos este dios es perteneciente a la
concepcin mtica rfica, se trata de un Titn que rigi en el cielo
junto a su esposa Eurinome por muy corto perodo antes del arribo al
trono de Cronos y Rea; estas parejas divinas se disputaron la
soberana en una fuerte lucha, hasta que Cronos pudo arrojar a Ofin
al Ocano y Rea hizo lo propio con Eurinome30 . Ofin, en
consecuencia, lo vemos a menudo identificado con los lugares
relacionados con su corta biografa, es decir, su reinado y
derrocamiento lo que equivale al Cielo y al Trtaro o al Ocano,
encarnado alternativamente de este modo a Urano y a Ocano, aunque
tambin se ha identificado con Fanes, pero la relacin que debemos
resaltar aqu es la de sus pares martimos: Ofin-Ocano,
Eurinome-Thetys; Ofin pudo confundirse con Ocano 25 ARIST.,
Metaph., 26 q.v. pp. 131 y 139 27 Cf. HOM. Il. XVIII, 402; XIV 200;
244; Od. XX, 61; APOLLOD. I, 503; CALL. Diam III, 40; A. Pr. 301;
PI., Fr. XXX; NONN. D. VIII, 110; XLI, 264. 28 HOM. Il, XIV 200,
244, 300. 29 Ar. Av. 685 ; PL., Tht, 152 e; NONN, D. XXII, 280. 30
A.R. I, 503
13. A OCANO: Invoco a Ocano, padre inmortal, omnipresente,
origen de mortales hombres y de inmortales dioses, aquel que rodea
por todas partes con sus olas el contorno de la tierra, aquel de
donde todos los ros, todos los mares y manantiales que fluyen
debajo de la tierra [toman] su sagrada humedad. Escucha!
Bienaventurado, pletrico Oh, gran blsamo de los dioses! Amado
confin de la tierra, principio rector del cielo, morador de las
aguas, ven a los misterios siempre apacible y benvolo. 31 *** a
partir de su etimologa, ya que Ofin, en griego , corresponde a la
raz de (serpiente, culebra) y ya sabemos que Ocano precisamente era
representado ora con cola de pez o serpiente en lugar de piernas,
ora sosteniendo una serpiente enrollada en un brazo. Eurinome, por
su parte, sabemos que se consideraba hija del propio Ocano y por
tanto una de las Ocenides, tambin se cuenta que ella junto a Thetys
salvaron al dios herrero Hefesto cuando fue arrojado del Olimpo por
su propia madre Hera a causa de su fealdad, adems que concibi con
Zeus a las Gracias y, segn otros, a Asopo, sin embargo, su
naturaleza martima y proximidad con su madre Thetys es innegable ya
que en Figalia, una regin de la Arcadia, se han hallado altares en
su honor donde era representada con cola de pez o serpiente y torso
de mujer, en stas se le ve muy cercana a las representaciones de
Ocano, dando pie, por tanto, a ser confundida con su consorte
Thetys. Del carcter o temperamento del dios-ro Ocano, es muy poco
lo que puede decirse, debido al escaso contexto mitolgico en el que
aparece interactuando con las dems divinidades. A saber, aparte de
las ancdotas ya mencionadas con Heracles y las Titanides; un solo
poeta le 31 , . / , ' , , / ' , / / / . / , , , , / , , , / .
ORPH., H., LXXXIII [T. A.] [Fig. 58]
14. da voz y protagonismo en una de sus obras: Esquilo en su
Prometeo encadenado, all vemos a Ocano sosteniendo un profuso
dilogo con Prometeo, del cual podemos servirnos para obtener as su
perfil psicolgico. Veamos: (Mientras las Ocenides bajan del carro,
llega Ocano en un carro tirado por un grifo.) OCANO. Llego junto a
ti, Prometeo, tras haber alcanzado el final de un largo camino,
conduciendo con mi pensamiento, sin necesidad ni siquiera de
bridas, este ave de rpidas alas. Sufro contigo, sbelo bien, por tu
infortunio, pues el parentesco as lo creo me fuerza a ello. Y,
aparte la estirpe comn, no existe nadie de cuyo lado yo me pusiera
antes que de ti. Vas a saber que esto es verdad y que no existe en
m la intencin de hablarte con vanas lisonjas. Vamos, indcame en que
te debo ayudar. Nunca dirs que tienes un amigo ms constante que
Ocano. PROMETEO. Vamos! Qu es esto? Tambin vienes t a ser
espectador de mis penas? Cmo osaste dejar la corriente que lleva tu
nombre y las grutas techadas de piedra, para venir a esta regin
madre del hierro? Has venido a contemplar mi infortunio y a
indignarte conmigo por mis males? Ve el espectculo!: aqu est el
enemigo de Zeus, el que le ayud a instaurar su reinado! Mira en qu
clase de sufrimientos me estoy consumiendo por su voluntad! OCANO.
Ya lo estoy viendo, Prometeo y, aunque eres astuto, quiero
aconsejarte lo mejor para ti. Toma conciencia de quin eres t y
ajusta tu forma de ser a nuevas maneras, pues, entre los dioses hay
tambin un rey nuevo. Si sigues as, profiriendo speras y punzantes
palabras, quiz, aunque tenga lejos su sede, ms alto que t, Zeus te
oiga, con la consecuencia de que la tortura ahora presente de tus
dolores podr parecerte que es un juego de nios. Vamos, infeliz,
depn la clera que ahora tienes y ponte a buscar la liberacin de
estos sufrimientos. Quiz te parezca que digo antiguallas. Sin
embargo, Prometeo, penas de esa clase suelen ser el fruto de una
lengua en exceso altanera. Nunca, hasta la fecha, has sido humilde,
ni tampoco cedes ante la desgracia, sino que quieres agregar otros
nuevos a los males presentes. Usa de m como un maestro y no des
coces contra el aguijn. Mira que el monarca es severo y que ejerce
el poder sin necesidad de rendirle cuentas a nadie. Ahora me voy e
intentar liberarte, si puedo, de estos trabajos. Permanece
tranquilo y procura hablar sin excesiva falta de mesura. No sabes
muy bien, a pesar de tu mucha sabidura, que a una lengua imprudente
se le aplica siempre el castigo? PROMETEO. Te envidio por estar t
exento de culpa. Ya que no osaste participar en todo conmigo, djalo
ahora y no te preocupes. De todas formas no vas a persuadirlo. No
se deja convencer fcilmente. Mira bien que no sufras t mismo algn
dao por este viaje. OCANO. Eres mucho mejor para hacer entrar en
razn a la gente que se acerca a ti que a ti mismo. Lo advierto en
los hechos y no en las palabras. Ya que estoy en camino de hacerlo,
no te opongas a ello. Presumo s, presumo que Zeus ha de concederme
esta gracia de suerte que pueda librarte de estos trabajos.
PROMETEO. Te alabo en eso y jams dejar de alabarte, porque no te
falta buena voluntad. Pero no te esfuerces, porque vas a tomarte
molestias en vano sin ninguna utilidad para m, si a esforzarte por
m te dispones. Antes, al contrario, tranquilzate y mantente alejado
de este asunto. Ya que yo estoy sumido en el infortunio, no por
esto voy a querer para otros muchos que les alcancen sufrimientos
como los mos. No, desde luego. Ya me atormentan bastante las
desdichas de mi hermano Atlante que, por las regiones occidentales,
permanece en pie sosteniendo sobre sus hombros la columna existente
entre el cielo y la tierra, trabajo no fcil de soportar.
15. Tambin sent compasin cuando vi subyugado por la violencia
al fogoso Tifn, hijo de Tierra, destructor monstruoso de cien
cabezas, habitante de grutas cilicias. Se haba enfrentado a todos
los dioses, silbando terror con sus horrendas quijadas. Brillaba en
sus ojos el fulgor de una mirada aterradora, como si fuera a
aniquilar con su violencia la realeza de Zeus. Pero le alcanz el
dardo de Zeus que siempre est alerta, el rayo que baja a la tierra
exhalando fuego, y lo abati terriblemente de sus jactancias de
lengua altanera, pues, herido en las mismas entraas, fue aniquilada
por el rayo su fuerza y l qued reducido a cenizas. Y por ahora,
como algo intil que se ha tirado, yace cerca de un estrecho marino,
aprisionado en el fondo del Etna, en tanto que Hefesto, instalado
en sus ms altas cumbres, se dedica a la forja del hierro. De all
algn da reventarn ros de fuego que devorarn con quijadas feroces
los llanos campos de Sicilia, productora de excelentes frutos. Tal
ser la clera que har hervir Tifn con los rayos ardientes de una
terrible tempestad que exhalar, a pesar de estar carbonizado por el
rayo de Zeus! No eres t inexperto ni necesitas que yo sea tu
maestro. Ponte ya a salvo como sabes hacerlo, que yo agotar mi
presente infortunio hasta que la mente de Zeus abandone su ira.
OCANO. No sabes, Prometeo, que para un temple enfermo los nicos
mdicos son las palabras? PROMETEO. Eso es as, si en el momento
oportuno alguien procura apaciguar su corazn, en lugar de intentar
desinflarlo cuando est hinchado por la pasin. OCANO. Ves acaso que
exista algn dao en poner entusiasmo y arrojarse a ello? Explcamelo.
PROMETEO. Vano trabajo y frvola simplicidad! OCANO. Djame que
enferme de esa dolencia, que es muy ventajoso tener sensatez y
parecer que no se tiene. PROMETEO. Va a parecer que esa falta es
cosa ma. OCANO. Tus palabras me envan por las claras a mi casa de
nuevo. PROMETEO. S, no vaya a ser que esos lamentos tuyos por m te
hagan caer en enemistad. OCANO. Con quien hace poco que ocupa el
trono todopoderoso? PROMETEO. Gurdate, no sea que un da el corazn
de ese se irrite contigo. OCANO. Prometeo, tu desgracia me da una
leccin. PROMETEO. Mrchate! Vete! Pon a salvo tu actual forma de
pensar! OCANO. Me has dado esos gritos cuando ya estoy marchndome,
pues mi ave cuadrpeda roza ya con sus alas el liso camino del aire
y pronto en su establo doblar con gusto las patas para descansar.32
(Sale Ocano cabalgando su grifo) 32 / / , , / ' / / , , . / , , /
,/ / ' . / ' ', / / ' / ' / .// . ; / ; , / / ' , / ; / ; / , , / ,
/ ' . // . , , / , . / / . / ' / , ' / , / ./ ', ', , / . / ' . / /
, , . / ' ' , / ' . /
16. A partir de este dilogo que Ocano sostiene con Prometeo,
podemos ver ciertos elementos de su personalidad que le ha acuado
la tradicin desde su aparicin tanto en el campo mitolgico, como en
las diversas manifestaciones artsticas que lo han representado. Lo
primero que podemos enfocar es su talante completamente emotivo,
pues, Esquilo nos muestra un perfil de Ocano capaz de ser
correspondiente con la afliccin que sufre Prometeo, aunque este
padecimiento est subordinado a los lazos consanguneos de Ocano con
Prometeo33 es de entender que lo que prela en su nimo es la amistad
y voluntad generosa con el prjimo. En segunda medida, vemos que a
ese nimo generoso corresponde una postura prudente y comedida ante
la vida y los superiores, por tanto, no duda en amonestar a
Prometeo a que deponga su discurso contra Zeus lleno de palabras
soberbias que podran condenarlo an ms y sumirlo en un castigo an
peor; sin embargo Ocano, impelido siempre por la buena voluntad,
desea ayudar a Prometeo intercediendo por l ante Zeus, pero una vez
ms triunfa la prudencia, la cordura y el buen juicio, solo bast con
escuchar las advertencias de su interlocutor, quien padece
precisamente por su nimo y voluntad obstinada, aun en las / , / ' .
/ / ' / ' ' . / ' / ; // . ' ' , / . / . / . / ' . / . ' / ./ ./ ,
, / ', ' ./ . ' / . / / , . / ' / , ' / ' . / ', / ' , / ' / , . /
/ , ,/ , / . , / , ' , / ' / ' , / , / . / . / / / . / ' / , / / /
/ , / . / ' , ' / ' / , / ' .// . , , , / ; // . // . // . ; . // .
' . // . , . // . ' . // . ' . // . . // . ; // . ' . // . , , . //
. , , . // . ' . / / / . A. Pr. 286-397. 33 Al ser Ocano hermano de
Iapeto resulta ser to de Prometeo.
17. circunstancias en que se encuentra sumido; de manera tal
que Ocano, en cuestin de carcter, es precisamente la anttesis de su
sobrino Prometeo, Ocano se muestra con un talante compasivo, pero
nunca en exceso como para arriesgar su integridad y mucho menos su
seguridad y libertad, de modo que prefiere subordinarse y regirse
por las leyes establecidas por los poderes supremos (en este caso
Zeus) para no sufrir un castigo severo que comprende seguro e
inminente ante cualquier falla; no obstante, la mucha prudencia de
Ocano, ha de conducirlo a permanecer inactivo ante los sucesos
conflictivos, como bien se narra en el episodio de la titanomaquia
en la emboscada realizada por su madre Gea y sus otros cinco
hermanos para castrar a Urano34 , esta pasividad se halla tambin
sugerida en la iconografa comn de Ocano, pues, casi siempre se ha
representado con un rostro y mirada apacible o tumbado
regocijadamente entre sus elementos, de hecho, no es de extraar que
al lado tambin se represente a la Tranquilidad misma35 lo que
refuerza este perfil. En cuanto a la interpretacin simblica que
pueda hacerse de Ocano, siempre tendremos que recurrir a su
elemento: el agua, que sin lugar a dudas mantiene una estrecha
relacin con las diversas categoras simblicas de Ocano, sin embargo,
l comprende una amplitud de significados, ya que no se trata de
este elemento aislado, sino la suma de sus caractersticas, es
decir, as como el ocano se origina de diversas aguas (mares, ros,
afluentes, lagos, etc.) asimismo, contiene en s mismo todas las
categoras simblicas de su elemento de manera amplificada, as por
ejemplo, sabemos que el agua es considerada como un principio
vital, pero tambin es equivalente a la destruccin y a la muerte; el
ocano comprende el anverso y reverso simblico de las aguas de
manera unificada, ya no es posible aislar en l principios vitales o
mortales, sino que se descubre como un todo catico de donde se
extraer estos principios universales, de all que resulte
comprensible la reflexin arcaica filosfica de considerar a Ocano
como padre de todo lo creado Las aguas adems comprende dos ideas
segn sea su estado: fluyente o esttico; cristalino o turbio, dulces
o saladas, etc. segn uno u otro se dir que su connotacin es
positiva o negativa; el ocano, por su lado, se muestra ambiguo ante
estas connotaciones, pues genera la idea de movilidad y a su vez se
comprende esttico, ocupando un sitio determinado y, en su vastedad,
sus aguas pueden encontrarse turbias o tranquilas y esto, como
sealbamos, conform parte del carcter que los griegos acuaron a la
deidad, ya que Ocano era de temperamento tranquilo pero tambin era
irascible segn se presentara la ocasin; el hecho de que el ocano
contenga en s aguas de diversa naturaleza, proyecta simblicamente
la capacidad de sincretismo que posee ante elementos antagnicos, ya
su propia fisicidad en comparacin con la tierra, que en trminos
mitolgicos deberemos confrontar con Gea, evoca este antagonismo del
que hablamos, frente al elemento slido que comprende la tierra y su
lquida sustancia. Sin embargo, recordemos que el agua tiene
propiedades cambiantes y puede asumir cualquier forma de los otros
elementos, lo que lo sita dentro de lo informe, de lo inmanifestado
o dentro de los estados 34 HES. Th. 398; APOLLOD. 1.3, 3 35 Mosaico
del Domus Mithraeum S. II d.C [Fig. 59]
18. embrionarios, como tambin en lo cambiante e impredecible,
tal como se muestran las criaturas mitolgicas que alberga, tales
como Proteo o las Sirenas el ocano expresa una situacin
ambivalente; como creador de monstruos es la perfecta morada
abisal, la fuente catica de donde an emerge lo inferior, lo no
capacitado para la vida en sus formas areas y superiores36 nos dice
Cirlot respecto a la relacin existente entre su condicin elemental
anmala, indeterminada, monstruosa y aquellas otras pautadas por el
elemento tierra, el cual supone superior, en cuanto a contenidos
espirituales y por ende psicolgicos lo que incluso se deja ver en
lo que se gesta corporalmente en cada elemento, por ello Cirlot
contina diciendo: Por esta razn, los monstruos marinos exponen una
situacin csmica o psicolgica de estrato ms bajo que la de los
monstruos terrestres; por esta causa las sirenas y tritones aluden
a una infraanimalidad37 pero, en todo caso, esta infraanimalidad se
ve compensada por su inherente estado de pureza, aquella que slo
puede tener un elemento prstino, embrionario, maleable, adaptable
por ello los monstruos marinos y divinidades acuticas poseen todos
facultades profticas, ya que tienen la capacidad de movilizarse o
retraerse a su origen: el Caos, donde nada se ha conformado y la
estructura lineal del tiempo (pasado, presente y futuro) es
inexistente; esta maleabilidad y ambigedad entre los elementos, las
formas, el tiempo, el espacio, tambin halla un calco en el ocano de
la psiquis y condicin humana, que hace emerger o sumergir el sol
espiritual en las aguas del consciente e inconsciente para la
muerte, renovacin y transformacin del ser, tal como Helios y
Selene, surgen y se ocultan del reino acutico del gran dios Ocano.
36 CIRLOT E. Ocano, op.cit. p. 344. 37 Loc. cit. E. J. Ros