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MARZO, 2012 sumario: 01 ctualidad 04 One health / Una salud M. Day 06 Prevalence, distribution and risk associated with tick infestation of dogs in Great Britain / Prevalencia, distribución y riesgo de la infestación con garrapatas en perros en Gran Bretaña F.D. Smith et al. 08 Update in VECTOR Borne Canine diseases in the mediterranean countries / Actualización de las enfermedades caninas transmitidas por vectores en los países mediterráneos G. Baneth 16 Updates Merial Certifect TM

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ENTRA – Grupo de estudio sobre enfermedades transmitidas por artrópodos

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M A R Z O , 2 0 1 2

sumario:

01ctualidad

04 One health / Una salud M. Day 06 Prevalence, distribution and risk associated with tick

infestation of dogs in Great Britain / Prevalencia, distribución y riesgo de la infestación con garrapatas

en perros en Gran Bretaña F.D. Smith et al. 08 Update in VECTOR Borne Canine diseases in the

mediterranean countries / Actualización de las enfermedades caninas transmitidas por vectores en

los países mediterráneos G. Baneth 16 Updates Merial CertifectTM

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Las enfermedades vectoriales son procesos patológicos causados por diferentes especies de parásitos, bacterias o virus y tienen como denominador común que se transmiten mediante la picadura de artrópodos hematófagos, en especial, garrapatas, pulgas, mosquitos o flebotomos.

El profesional veterinario es consciente de la gravedad de las infestaciones por estos artrópodos y de las enfermedades que transmiten, ya que conoce bien cómo afectan de modo rutinario a las mascotas que atiende en su entorno. En ocasiones, el diagnóstico y el abordaje clínico es complicado por múltiples factores, entre los que destaca la existencia de coinfecciones con la posibilidad de múltiples enfermedades concurrentes en el mismo animal.

Son muchas las enfermedades vectoriales que potencialmente pueden afectar al perro y al gato. Algunas, como la leishmaniosis, la ehrlichiosis o la filariosis, se vienen diagnosticando desde hace muchos años en nuestro país. Otras se han identificado recientemente en España o han cambiado su nombre gracias a la aplicación de las técnicas de biología molecular al diagnóstico, lo que ha dado lugar a una tipificación más correcta de los patógenos existentes en diferentes zonas. Ello ha hecho que en la actualidad tengamos más conocimiento de la importancia real que tienen las infecciones causadas por diferentes especies de los géneros Anaplasma, Bartonella o Mycoplasma, entre otras, en la clínica de pequeños animales.

Aunque el impacto que puede tener el cambio climático global sobre estas enfermedades probablemente no está totalmente definido, localmente se empiezan a apreciar cambios objetivos en las poblaciones de algunos de estos vectores y, como consecuencia, de los patógenos que transmiten en diferentes latitudes. Ello hace que los veterinarios tengamos que estar abiertos a la posibilidad de diagnosticar infecciones consideradas hasta hace poco como infrecuentes o inexistentes en un determinado entorno geográfico. En la misma línea, otro factor a tener en cuenta en la actualidad es el constante movimiento de animales que tiene lugar en la sociedad actual, tanto por viajes con sus propietarios, como por su importación o exportación.

La importancia de la prevención de las infestaciones por estos artrópodos juega un papel fundamental en el control de estas

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enfermedades en los animales de compañía y, de modo indirecto, en el hombre. Desde el punto de vista de la Salud Pública, la importancia de estas patologías es grande, dado el carácter zoonótico de muchas de ellas. Por ello, el abordaje multidisciplinar de estos procesos por profesionales de distintos ámbitos se hace necesario si se quiere tener una perspectiva correcta de la situación actual. Este es el motivo por el que incluimos en esta newsletter un artículo que aborda la aplicación del concepto de One Health a las enfermedades vectoriales. La iniciativa One Health u One Medicine es una propuesta a la que se ha adherido la World Small Animal Veterinary Association que apuesta por el trabajo integrado de médicos y veterinarios, teniendo en cuenta las interacciones entre las personas, los animales de producción y de compañía, la fauna salvaje y el medio ambiente.

Además, incluimos un interesante trabajo realizado recientemente en el que se evalúa la incidencia real de las infestaciones por garrapatas en perros que acuden rutinariamente a clínicas de pequeños animales en el Reino Unido así como la clasificación de dichas garrapatas, con resultados muy interesantes. Pretendemos con ello y, en general con el contenido de esta newsletter, contribuir al conocimiento de algunas de las novedades más significativas que se vienen produciendo en el ámbito de las enfermedades vectoriales y de sus vectores.

Ángel Sainz, Facultad de Veterinaria,

Universidad Complutense de Madrid

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Este artículo publicado recientemente hace una revisión exhaustiva sobre el concepto llamado en inglés One health o One medicine (una salud o una medicina) y se centra en la importancia de aplicar dicho concepto en las enfermedades vectoriales que afectan a los animales de compañía.

El concepto One health es bastante simple y plantea que debe existir interacción entre medicina veterinaria y humana para trabajar conjuntamente en el beneficio de los animales domésticos y salvajes, de la salud humana y el ambiente global. Obviamente, esta interacción puede ocurrir a diferentes niveles. Es importante señalar que los cambios medio ambientales, como cambio climático, deforestación y urbanización, el cambio del estilo de vida y el movimiento de animales han, empezado a formar parte también del concepto One health.

El concepto One health es una moderna adaptación de una larga tradición histórica de medicina comparativa que se remonta 2000 años antes de Cristo. Actualmente, el concepto moderno de One health, que se inició hace aproximadamente 5 años, se centra sobre todo en patógenos zoonóticos emergentes que afectan a animales de producción o animales salvajes y al hombre y que tienen una repercusión global, como algunas de las pandemias infecciosas emergentes. Los mejores ejemplos son infecciones víricas. Algunas

M. DayParasites and Vectors 2011; 4:49

organizaciones del ámbito veterinario y humano han empezado a aplicar el concepto One health, como la Federation of Veterinarians of Europe, la Organización Mundial de la Salud, la World Small Animal Veterinary Association o la American Veterinary Medical Association, entre otras. Dichas organizaciones se enumeran en este artículo de revisión. Curiosamente, recientemente se ha organizado el primer congreso internacional de One health en Australia.

Es bien conocido en la actualidad que perros y gatos forman parte de la familia en los países desarrollados como España o el Reino unido y conviven estrechamente con sus propietarios pudiendo transmitir de forma directa o indirecta estas enfermedades infecciosas zoonóticas. Pero, por otra parte, es importante resaltar que perros y gatos parecen aportar un importante beneficio psicológico para las personas.

Esta revisión considera el papel de los animales de compañía en la One health, los cuales han sido menos considerados que los animales de producción y salvajes, y, principalmente, se centra en las enfermedades transmitidas por vectores que están compartidas por el hombre, los perros y los gatos. Las enfermedades más importantes que se incluyen son la leishmaniosis, borreliosis, bartonellosis, ehrlichiosis, rickettsiosis y anaplasmosis. Pero, existen muchas más como la

Comentario

One health (una salud): la importancia de los animales de compañía en enfermedades transmitidas por vectores

La actividad coordinada de la salud humana y animal sobre el concepto One Health es una moderna encarnación de una larga tradición de medicina comparativa que tiene sus orígenes en la civilización antigua y su máxima expresión en el siglo XIX con la explosión del conocimiento en el campo de la investigación en enfermedades infecciosas. La moderna One Health tiende a centrarse en patógenos zoonóticos emergentes en animales salvajes y de producción, pero es importante resaltar que uno de los desafíos de One Health es la rabia en la cual el perro es el principal reservorio. Esta revisión considera el papel de los animales de compañía en One Health y, específicamente, se centra en las enfermedades vectoriales compartidas por el hombre, perros y gatos. Las más importantes de estas son la leishmaniosis, borreliosis, bartonellosis, ehrlichiosis, rickettsiosis y anaplasmosis. Se discuten los desafíos que se encuentran en el campo de One Health junto con el papel que el Nuevo comité en One Health de la World Small Animal Veterinary Association desarrollará.

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Resumen

ctualidad

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dirofilariosis, yersiniosis y coxiellosis, entre otras. Los vectores más comunes que transmiten estos patógenos son pulgas, garrapatas, mosquitos y flebotomos.

Los puntos más importantes a desarrollar en la agenda de One health en cuanto se refiere a las enfermedades transmitidas por vectores son los siguientes:

1. Promocionar una mayor concienciación de estas enfermedades y la habilidad en el reconocimiento de las mismas en la profesión médica humana y veterinaria.

2. Realizar investigaciones conjuntas sobre estas enfermedades.

3. Desarrollar pruebas diagnósticas robustas y sistemas de vigilancia de los patógenos y sus vectores a nivel global.

4. Formular estrategias de salud pública que efectivamente controlen la enfermedad en el reservorio, además de en el paciente humano. 5. Investigar entre animales de compañía y animales salvajes que quizás puedan actuar como reservorios, para minimizar dicho contacto.

6. Promocionar una mayor concienciación de estas enfermedades y su control en los propietarios de animales de compañía.

7. Identificar los riesgos de la movilización global de los animales de compañía y desarrollar estrategias para minimizar el movimiento de enfermedades infecciosas zoonóticas.

Es importante señalar, que en todas estas enfermedades vectoriales, el trabajo conjunto de los médicos y veterinarios es imprescindible para desarrollar y mejorar las estrategias de manejo, control y eliminación de dichas enfermedades vectoriales. Sin embargo, muchas veces esta sinergia no existe, lo que supone un detrimento del bienestar de las personas y de los animales. Es importante que el concepto One health se extienda cada vez más en el ámbito educativo de la medicina humana y veterinaria, en el ámbito profesional, científico y gubernamental; y que la interacción entre las diferentes profesiones sanitarias sea cada vez mayor y más eficaz. Es decir, una medicina global y conjunta para el beneficio de todos: los animales, las personas y el medio ambiente.

Laia Solano-Gallego, Royal Veterinary College, University of London

Licenciada en Veterinaria en el 1996 por la Universidad Autónoma de Barcelona. Del 1997 al 2001, realiza una tesis doctoral en la misma universidad sobre el diagnóstico e inmunología de la leishmaniosis canina. Del 2002 al 2003, trabaja como Postdoc en la facultad de Veterinaria de la North Carolina State University (USA) investigando enfermedades transmitidas por vectores en el perro y el gato. Realiza un small animal internship en el Veterinary Teaching Hospital de la Purdue University (USA) durante el 2003-2004. Del 2004 al 2007, trabaja en la Clinica e laboratorio privato San Marco donde realiza actividad clinicodiagnostica, investigación clínica en Patología Clínica y Medicina Interna con un mayor interés en las enfermedades transmitidas por vectores del perro y del gato. Es diplomada por el Colegio Europeo en Patología Clínica Veterinaria desde el 2006. Actualmente, trabaja como Lecturer en Patología Clínica Veterinaria en Royal Veterinary College de la University of London.

Laia Solano-GallegoDVM, PhD, Diplomate ECVCP

One health

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Las garrapatas son uno de los vectores más efectivos en la transmisión de enfermedades infecciosas; en realidad son el segundo transmisor más efectivo por detrás de los mosquitos. Se sabe que aproximadamente un 10% de todas las garrapatas conocidas actúa como transmisor de diferentes patógenos tanto en los humanos, como en los animales. No se sabe exactamente el impacto exacto del cambio climático y del aumento del tránsito de personas y animales de unos países a otros, en la cantidad y tipos de garrapatas que existen en cada zona. Conocer esta información nos permitiría saber el riesgo potencial real que los humanos o los animales tienen de exposición a las diferentes enfermedades producidas por agentes patógenos transmitidos por las garrapatas. Esto es aún más importante cuando nos referimos a los animales de compañía, ya que tienen un contacto mucho más constante e íntimo con las

personas. A los clínicos, este artículo nos reafirma la idea de que estos cambios climáticos y de costumbres sociales realmente están produciendo alteraciones en la distribución y tipos de garrapatas, no sólo en UK, si no que en toda Europea. I. ricinus no parecía posible localizarla por encima de los 700 metros de altura y sin embargo recientemente se han descrito enfermedades transmitidas por ellas (como la encefalitis de la garrapata o la enfermedad de Lyme) en zonas montañosas (de más de 1000 metros de altura) en la República Checa o en Escocia respectivamente. Otro ejemplo de esto sería Dermacentor reticulatus, uno de los vectores más importantes de la infección por babesiosis, que ahora está claramente establecido por muchas zonas de Europa (Polonia, Bélgica, Alemania, Holanda o el sur de Inglaterra en las que parecía poco habitual). Este estudio confirma a I. ricinus como la

Comentario

F.D. Smith, R. Ballantyne, E.R. Morgan and R. WallMedical and Veterinary Entomology 2011; doi: 10.1111/j.1365-2915.2011.00954.x

Prevalence, distribution and risk associated with tick infestation

of dogs in Great Britain

Debido a la preocupación creciente del impacto sobre la distribución de los ectoparásitos que tienen el cambio climático y los viajes entre diferentes países de las personas y de los animales de compañía, se crea la necesidad de conocer cuál es el patrón de distribución actual de estos ectoparásitos. Esto es importante porque sin conocer estos datos no será posible detectar ni evaluar los cambios que se produzcan en el futuro. En este artículo se evalúan la distribución y la prevalencia de las garrapatas en los perros domésticos en Gran Bretaña. Para obtener esta información, un total de 173 clínicas veterinarias de diferentes zonas fueron incluidas en este estudio que duró desde Marzo hasta Octubre del 2009. Cada centro veterinario seleccionó cinco perros semanales al azar y realizó una evaluación de las garrapatas presentes en cada perro. Cada clínica participó durante 3 meses antes de ser sustituida. Ixodes ricinus (Linnaeus) (Acari: Ixodidae) fue identificado en el 72,1% de los perros, Ixodes hexagonus Leach en un 21,7% e Ixodes canisuga Johnston en un 5,6% de los perros. También se encontraron cinco ejemplares de Dermacentor reticulatus (Fabricius) (Acari: Ixodidae), lo que demostró la presencia de D. reticulatus en el sudeste de Inglaterra. Casi todas las garrapatas que se detectaron fueron adultas. Aproximadamente un 19,2% de las clínicas veterinarias no detectaron ninguna garrapata, el 50% las detectaron en un 14,9% o más de los perros y un 14,6% encontraron que más del 50% de los perros tenían alguna garrapata. La incidencia más baja de presencia de garrapatas en los perros fue de 0,013 por día en Marzo, y la más alta fue de 0,096 por día en Junio. Se encontraron varios factores de riesgo sobre la presencia de las garrapatas en los perros. Los perros de caza o de pastoreo y los Terriers (todos ellos no castrados) presentaron una prevalencia mayor de presencia de garrapatas. En cambio, en los perros de pelo corto se encontró una menor presencia de garrapatas. Este estudio es muy importante porque la detección de las garrapatas se realizó sobre una población de perros al azar y porque se detectó una prevalencia de la presencia de garrapatas en los perros mucho mayor que las publicadas anteriormente en Gran Bretaña.

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Resumen

ctualidad

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fácil y a que los perros castrados tienen una tendencia menor a incrementar su territorio de influencia.

La conclusión clínica de este artículo es que la infestación y el tipo de garrapatas en Reino Unido han cambiado en los últimos años. Hay más cantidad y se han descrito especies nuevas donde antes no se habían localizado. Esto indica un cambio asociado a una nueva situación climática y social, pero además nos ha de hacer estar alerta frente a las posibles enfermedades infecciosas transmitidas por estas garrapatas a los perros y frente a las implicaciones sanitarias que éstas implican en las personas que también viven en estas zonas.

Xavier Roura, Hospital Clínic Veterinari, Universitat Autònoma de Barcelona

especie de garrapata más común y el vector principal de enfermedades producidas por diversos patógenos como rickettsias, bacterias o virus, destacando sobretodo Anaplasma phagocytophilum y Borrelia burgdorferi. La segunda especie de garrapata en importancia clínica en Reino Unido es Ixodes hexagonus que se alimenta principalmente de perros y gatos domésticos. Y finalmente, Ixodes canisuga se encuentra con frecuencia y en cantidades importantes, no sólo en las perreras, sino también en los perros con propietario. Por tanto, conocer qué está sucediendo actualmente en la población de garrapatas de nuestros animales de compañía, en las diferentes zonas, nos ofrece una información muy valiosa para saber si la situación está cambiando; y de este modo, estar prevenidos ante la posible aparición de nuevas enfermedades infecciosas graves tanto para los perros como para los humanos que viven en esas zonas. Sin embargo, todos estos cambios detectados en la población de garrapatas es también importante para los clínicos españoles, no solo para completar la historia clínica de potenciales clientes que vienen de otras zonas (en este caso de Reino Unido), sino también para ser sensibles a la idea que las situaciones están cambiando en otras zonas de Europa y por tanto potencialmente también en nuestro país.

Además de la sensibilización frente a esta situación, también son útiles para el clínico veterinario español otras informaciones que se desprenden de este artículo. Por ejemplo, que un 14,9% de los perros tenía alguna garrapata, pero es muy interesante destacar que los perros fueron escogidos al azar sin saber si habían tenido historia de garrapatas anteriormente, con lo que muchos perros transportaban garrapatas sin el conocimiento del propietario. Esto hace suponer que en la clínica veterinaria está aumentando el riesgo de no diagnosticar enfermedades infecciosas transmitidas por garrapatas si no pensamos en ellas independientemente que el propietario nos diga que su perro ha tenido o no garrapatas alguna vez.

También es importante el hecho de que la posibilidad de encontrar garrapatas aumenta en ciertos momentos del año, en concreto, en el Reino Unido, alrededor de junio es siete veces más probable que alrededor de marzo. Este dato recalca el hecho del aumento de riesgo asociado a la estacionalidad y refuerza las recomendaciones por parte del clínico hacía el propietario para que realice un buen control de garrapatas en estos periodos más conflictivos.

Finalmente, se observó una mayor presencia de garrapatas en los perros de pelo medio o largo y en los no castrados. Probablemente esta situación se deba al hecho de que los perros con pelo corto se pueden eliminar ellos mismos las garrapatas de una forma más

Licenciado en Veterinaria por la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB), 1989. Doctor en medicina veterinaria por la misma Universidad con la tesis “Estudio comparativo de la aplicación de la Polymerase Chain Reaction en el diagnóstico de la leishmaniosis canina”, 1999. Diplomado del European College of Veterinary Internal Medicine (especialidad en pequeños animales), 2004. Desde 1990 trabaja en el servicio de medicina interna del Hospital Clínico Veterinario de la UAB. Ha sido veterinario visitante de la Facultad de Veterinaria de Ohio State (1993), North Carolina State (1997, 2001 y 2004) y Animal Medical Center de New York (2007). Ha presentado ponencias y conferencias en congresos y seminarios nacionales e internacionales, y ha publicado artículos tanto nacionales como internacionales. Su trabajo e investigación se centran en medicina interna y en enfermedades infecciosas.

Xavier RouraDVM, PhD, DECVIM

Tick infestation

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La precisa y rápida detección de la enfermedad es primordial tanto para el tratamiento de las infecciones transmitidas por vectores, como para tomar medidas preventivas a fin de interrumpir la transmisión del agente causal y detener la propagación de la enfermedad a más huéspedes. La detección de la infección no sólo ayuda a establecer el diagnóstico de las enfermedades transmitidas por garrapatas, sino también en el seguimiento del tratamiento y la evolución. La forma de alcanzar el diagnóstico de cada patógeno canino transmitido por vector puede variar en función del ciclo vital, de los tejidos afectados, de la respuesta inmune del huésped y de la posibilidad de confirmar la infección mediante alguna técnica. Algunos agentes infecciosos como la Babesia canis y la Ehrlichia canis se pueden eliminar completamente del perro con tratamiento, mientras que la medicación contra otros agentes, como la Babesia gibsoni o Hepatozoon canis, sólo disminuye sustancialmente la carga parasitaria, mejora las manifestaciones clínicas de la enfermedad y permite al sistema inmunitario mantener la infección bajo control.

Entre las medidas preventivas contra las enfermedades transmitidas por vectores se pueden incluir la evitación a la exposición a los ectoparásitos para minimizar el contacto con los vectores patógenos, la aplicación de acaricidas para matar o repeler las garrapatas y la

vacunación de los perros para dificultar el desarrollo de la infección tras el contacto con el patógeno. Los antiparasitarios tópicos externos también ayudan a disminuir las infecciones transmitidas por garrapatas en los perros y a reducir la transmisión de patógenos caninos a través de las garrapatas a nuevos huéspedes. Los estudios longitudinales sobre la prevención de enfermedades caninas transmitidas por vectores en áreas endémicas han empleado una selección de pruebas diagnósticas, incluidas la serología cuantitativa y la reacción en cadena de la polimerasa (PCR por sus siglas en inglés) en tiempo real para la detección cuantitativa del ADN del patógeno en la sangre o en otros tejidos. Estos estudios indican que el uso de antiparasitarios tópicos, en forma de pipetas o collares, son eficaces a la hora de reducir drásticamente la transmisión de patógenos a otros perros.

Prof. Dr. Gad Baneth Dr. en Medicina Veterinaria Dipl. Colegio Europeo de Patología Clínica Veterinaria

Facultad de Medicina Veterinaria, Universidad Hebrea, Israel

1.1 Importancia de la detección y prevención

Actualización de las enfermedades caninas transmitidas por vectores

en los países mediterráneos

Los patógenos transmitidos por artrópodos hematófagos, como garrapatas, pulgas, flebotomos y mosquitos, provocan algunas de las enfermedades animales y humanas más extendidas y graves. Existe una amplia gama de virus, bacterias, protozoos y helmintos que se transmiten por vectores artrópodos. La transmisión de los patógenos suele producirse a través de la saliva del vector durante la toma de sangre; sin embargo, también son posibles otros modos de transmisión, por ejemplo la ingestión del vector por parte del huésped canino, como en la hepatozoonosis, o la transmisión transovárica a través de los huevos de la garrapata, como con algunas especies de Babesia.

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1. Introducción

ctualidad

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1.2 Picadura de garrapata

Las garrapatas duras (ixodoideos) se adhieren a la piel del huésped y succionan su sangre durante unos días (Imagen 1). El número de días depende de la especie y del estadio vital de la garrapata. Las garrapatas duras desarrollan un complejo mecanismo que les permite pasar inadvertidas por el huésped, lo que les facilita el proceso de succión de sangre. Segregan una mezcla de agentes anticoagulantes, antiinflamatorios y antihemostáticos que interactúan con el organismo del huésped para reducir el dolor y la sensibilidad en la picadura, vasodilatar e inhibir localmente la coagulación. La modulación de la respuesta inflamatoria local puede ayudar a la transmisión de algunos agentes infecciosos desde la garrapata, que pasan del punto inicial de la picadura a las vísceras y los tejidos hemolinfáticos, incluidos los linfonódulos, el bazo y la médula ósea.

1.3 Tiempo hasta la transmisión del parásito

Al comienzo de la picadura, algunos agentes infecciosos transmitidos por la saliva de la garrapata no pueden pasar a los tejidos del huésped inmediatamente. Esto se debe a que el patógeno necesita realizar unos complejos cambios en las capacidades inmunógenas y metabólicas una vez recibe la señal de que su garrapata huésped está adherida a un vertebrado y antes de invadirle. Estos cambios implican la disminución de ciertos genes y el incremento de otros para producir las modificaciones necesarias para que el patógeno pueda invadir los tejidos del huésped vertebrado, y luego sobrevivir y propagarse en ellos. En el caso de Borrelia burgdorferi, agente causal de la enfermedad de Lyme, estos mecanismos se han estudiado y descrito en detalle, y sólo se transmite tras 24-48 horas de adhesión de la garrapata. La consecuencia práctica de dichos mecanismos de transmisión es que, a veces, hay tiempo suficiente para retirar la garrapata de la piel del animal antes de que

se transmita la enfermedad y que la aplicación de un acaricida, que requiera cierto tiempo para esparcirse por el cuerpo y matar las garrapatas, pueda seguir siendo efectiva, si se aplica poco después de la picadura, para la prevención de las infecciones transmitidas por garrapatas en mascotas.

Las garrapatas pueden albergar y transmitir simultáneamente varios patógenos caninos, como la Ehrlichia canis o la Babesia vogeli que se transmiten a través de la garrapata parda del perro, la Rhipicephalus sanguineus. Se ha descubierto que existen importantes e interesantes mecanismos de sinergia entre algunos agentes coinfecciosos. Hay estudios sobre la coinfección por Anaplasma phagocytophilum y Borrelia burgdorferi, que transmiten las garrapatas de la especie Ixodes, que describen detalladamente estos mecanismos. Se ha demostrado que la coinfección por Anaplasma phagocytophilum-B. burgdorferi incrementa las quimiocinas, las citocinas y la expresión de las metaloproteinasas de matriz derivadas de células endoteliales, lo que puede favorecer la permeabilidad vascular, facilitar así el paso transmembranario de Borrelia spirochetes y aumentar la respuesta inflamatoria de los tejidos afectados. El tratamiento de las coinfecciones requiere, con frecuencia, una terapéutica especial que considere distintos medicamentos para que actúen sobre cada agente infeccioso. La duración del tratamiento, así como las pruebas de seguimiento pueden variar.

Imagen 1Garrapata Rhipicephalus

sanguineus alimentándose en la oreja de un perro.

1.4 Coinfección

Actualización de las enfermedades caninas

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Imagen 2

2. Infección por Ehrlichia canis

Ehrlichia canis, el agente etiológico de la erliquiosis monocítica canina, se conoce en todo el mundo como un importante agente infeccioso canino. Hay documentados casos en África, Asia, América y Europa. En Europa, los casos autóctonos (no importados) de E. canis aparecen, sobre todo, en España, Portugal, el sur de Francia, Italia, los Balcanes, Turquía y Grecia.

Las mórulas de Ehrlichia canis, que se forman en monocitos y macrófagos, son “microcolonias” de bacterias rodeadas de una vacuola membranosa. Las mórulas pueden contener 100 o más bacterias de Ehrlichia. Ehrlichia canis se transmite a través de la garrapata de tres huéspedes, Rhipicephalus sanguineus. La patogenia de la enfermedad consta de un periodo de incubación de 8-20 días, seguido por tres fases consecutivas: una fase aguda de 1-4 semanas, una fase subclínica, que puede durar meses o años, y una fase crónica. No todos los perros infectados desarrollan la grave forma crónica de la enfermedad, pero no se conocen las condiciones que conducen al desarrollo de esta fase.

El cuadro clínico de la enfermedad provocada por E. canis puede variar. Los síntomas clínicos más frecuentes son depresión, letargia, anorexia, fiebre, linfadenomegalia, esplenomegalia y hemorragias, sobre todo petequias, equimosis y epistaxis (Imagen 2). Las manifestaciones oculares de la erliquiosis incluyen uveitis anterior, queratoconjuntivitis, hipema, glaucoma, coriorretinitis y desprendimiento de retina. También se han descrito poliartritis y polimiositis. Las alteraciones neurológicas de la erliquiosis canina están asociadas con vasculitis, meningoencefalitis e infiltración linfocítica del sistema nervioso central y periférico, o con hemorragias. Algunos veterinarios denominan a esta infección por Ehrlichia canis el “asesino silencioso”. A menudo no se detecta durante las fases temprana o subclínica, y cuando se diagnostica en la fase crónica puede ser ya demasiado tarde para salvar al paciente, pues es posible que el

tratamiento no pueda revertir la grave pancitopenia que provoca la supresión de la médula ósea asociada a esta enfermedad.

La analítica de la erliquiosis canina incluye alteraciones en el hemograma y en la bioquímica sérica. La trombocitopenia es la anomalía hematológica más frecuente que aparece en más del 90% de los casos. Otro resultado habitual en esta enfermedad es la anemia, normalmente normocítica normocrómica no regenerativa. Además, también es corriente la leucopenia, de leve a grave. También se conocen bastantes casos con hiperglobulinemia, hipoalbuminemia y con un leve aumento de la fosfatasa alcalina (FA) y de la alanina-aminotransferasa (ALAT). Los perros en la fase crónica de esta enfermedad pueden desarrollar una pancitopenia grave debido a la médula ósea hipocelular. El pronóstico de estos perros enfermos crónicos es grave.

La respuesta inmunitaria juega un papel muy importante en la patogenia de la infección por E. canis. Se ha demostrado que los anticuerpos antiplaquetarios aparecen en menos de una semana tras la infección experimental con E. canis en perros. También se han visto alteraciones en la agregación plaquetaria, anticuerpos antinucleares, auto-hematoaglutinación, positiva en la prueba de Coombs, e inmunocomplejos circulantes en perros infectados que se asocian con el curso de la enfermedad.

La disminución plaquetaria durante la erliquiosis canina es el resultado de varios mecanismos. Estos procesos incluyen aumento del consumo con cambios en el endotelio vascular, secuestro de plaquetas y acumulación en el bazo, trombofagocitosis con destrucción inmunológica, reducción a la mitad del tiempo de vida de las plaquetas circulantes,

ctualidad

Imagen 2Equimosis en la piel de la oreja

de un perro con infección por Ehrlichia canis.

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3. Infección por Anaplasma phagocytophilum

posiblemente por la opsonización por anticuerpos, y deficiencia en la producción debida a la destrucción de la médula ósea y la hipocelularidad. Además de la disminución del número de plaquetas circulantes, la disfunción plaquetaria (trombocitopatía) es un factor adicional que contribuye a la pérdida de funcionalidad plaquetaria en la erliquiosis monocítica canina.

El diagnóstico analítico de la infección por E. canis incluye la evaluación del hemograma y de la bioquímica sérica. Es poco habitual detectar mórulas en los monocitos en los frotis sanguíneos teñidos y puede no servir como opción diagnóstica principal (Imagen 3). La PCR es más adecuada y específica para detectar la presencia de ADN de E. canis, y se ha convertido en la prueba diagnóstica más eficaz para la confirmación de la erliquiosis canina. Se han descrito varios protocolos, convencionales y en tiempo real, para la PCR de la E. canis y se puede analizar la sangre o los tejidos, incluidos el bazo y la médula ósea.

Los anticuerpos de la E. canis persisten durante bastante tiempo después de la recuperación. Se piensa que los anticuerpos séricos no protegen ni juegan un papel importante en la eliminación de esta infección

intracelular. La serología es indicativa de la exposición a E. canis y, a menudo, es útil para descartar una infección progresiva. Estos anticuerpos pueden ser indetectables en la primera fase de la infección. Sin embargo, los perros seropositivos con una exposición previa al patógeno también pueden presentarlos ante otras enfermedades que requieran atención.

Ehrlichia canis es sensible a la doxiciclina, que es muy eficaz para eliminar las rickettsias en infecciones agudas por E. canis. La recuperación clínica se manifiesta a las 48-72 horas, aunque hay que continuar con el tratamiento durante 3 semanas, porque algunos perros pueden seguir siendo portadores si se les trata menos tiempo. Se ha demostrado que el tratamiento con dipropionato de imidocarb inyectable no es efectivo para eliminar del todo la E. canis. Sin embargo, a menudo se emplea en combinación con la doxiciclina cuando se sospecha de una coinfección con Babesia. El control de las infestaciones de garrapatas, mediante tratamientos tópicos con acaricidas y la erradicación ambiental de las garrapatas, está recomendado para evitar las infecciones por E. canis. De momento no hay disponible ninguna vacuna comercial contra la infección por E. canis.

El Anaplasma phagocytophilum infecta a una gama de hospedadores mucho más amplia que la E. canis. Hay datos de infecciones naturales en numerosos tipos de hospedadores: roedores, cánidos, camélidos, gatos domésticos, rumiantes domésticos y salvajes, y humanos. A diferencia de la infección por E. canis, para la que los principales hospedadores son los perros domésticos, en este caso los perros, e incluso los humanos, se consideran hospedadores accidentales, pues circula en ciclos silvestres en distintos hábitats.

Existen bastantes cepas de A. phagocytophlium con características genéticas distintas según sean las secuencias nucleotídicas de los principales genes de

proteínas de la superficie y las diferencias entre los distintos tropismos de los huéspedes y su virulencia.

La erliquiosis granulocítica canina, provocada por A. phagocytophilum, se transmite a través de las garrapatas Ixodes ricinus (Europa), I. pacificus (oeste de EEUU), I. scapularis (Noroeste y el norte del medio oeste de EEUU), I. persulcatus y Dermacentor silvarum (Asia). En general, estas especies de garrapatas suelen preferir los climas más fríos, a diferencia de la R. sanguineus que transmite E. canis y que se encuentra principalmente en climas tropicales y subtropicales.

Imagen 3Mórula de Ehrlichia canis en el

citoplasma de un monocito de la sangre de un perro infectado

naturalmente (x100).

Actualización de las enfermedades caninas

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4. Infección por Rickettsia spp.

La transmisión de Anaplasma phagocytophilum es transestadial entre los estadios vitales de la garrapata. La infección de los mamíferos se produce a las 24-48 horas de que la garrapata se adhiera a la piel del huésped. La bacteria se fija a los receptores de la membrana de los neutrófilos y experimenta una endocitosis evitando la destrucción por el mecanismo fagolisosomal e inhibiendo los mecanismos de destrucción de patógenos intracelulares del neutrófilo. Anaplasma phagocytophilum es capaz de manipular y modificar la función neutrófila al disminuir la motilidad celular y la adherencia a las células endoteliales, así como de limitar su migración a través de las barreras endoteliales. También puede retrasar la apoptosis neutrofílica, lo que facilita la multiplicación del patógeno más allá de la supervivencia normal de la célula del huésped.

La infección por Anaplasma phagocytophilum en perros es normalmente una enfermedad aguda que, a diferencia de la erliquiosis monocítica provocada por la E. canis, no suele cursar como crónica. Esta enfermedad se considera autolimitante en perros. Los principales síntomas clínicos provocados por el A. phagocytophilum son fiebre, letargo, debilidad, anorexia, depresión, poliartritis, edema en las extremidades y síntomas neurológicos. Menos frecuentes son los síntomas gastrointestinales y la tendencia hemorrágica, como melena, epistaxis y petequias. La trombocitopenia aparece en cerca del 90% de las infecciones por A.

phagocytophilum. También hay datos de anemia leve no regenerativa y de leucopenia en perros infectados. Entre las alteraciones de la bioquímica sérica más habituales están la hiperglobulemia, la hipoalbuminemia y el aumento de la actividad de la fosfatasa alcalina.

El diagnóstico de la infección por A. phagocytophilum se confirma por el hallazgo de mórulas en los neutrófilos sanguíneos o en otros fluidos corporales.

En la mayoría de los casos de los estudios publicados se detectaron mórulas sanguíneas, a diferencia de las escasas mórulas que se detectan en las infecciones por E. canis. La PCR y la serología por inmunofluorescencia indirecta (IFI), que pueden mostrar seroconversión, se usan como técnicas de diagnóstico rápido, con la PCR para confirmar la infección. Los anticuerpos pueden permanecer durante un año o más tras la infección, y son un indicativo de la exposición al patógeno.

La infección canina con A. phagocytophilum se trata con doxiciclina, con dosis de 5 mg/kg por vía oral cada 12 horas durante 14 días. La prevención de la infección se lleva a cabo con tratamientos acaricidas tópicos y ambientales, así como con el examen del perro y la eliminación de las garrapatas antes de que puedan transmitir el patógeno.

Casi todos los casos de Infección por Rickettsia spp. exantemática en perros corresponden al continente americano, donde es causada por Rickettsia rickettsii. Rickettsia rickettsii, agente causal de la fiebre maculosa de las Montañas Rocosas (FMMR), es una bacteria perteneciente al grupo rickettsiae, que provoca fiebres exantemáticas. Predomina en América del Norte, Central y del Sur, produce enfermedades clínicas en humanos y perros, y se transmite por medio de Dermacentor andersoni, la D. variabilis, la R. sanguineus y, posiblemente, también por otras especies de garrapatas. Las garrapatas no suelen infectar al huésped hasta que llevan adheridas al menos 5-20 horas. El periodo de incubación desde que se adhiere la garrapata hasta la manifestación de la enfermedad va de 2 a 14 días. Las bacterias invaden y se reproducen en las células endoteliales de los vasos sanguíneos pequeños. Los daños en las células endoteliales provocan vasculitis, aumento de la permeabilidad vascular, hemorragias petequiales, necrosis y alteraciones dermatológicas y viscerales.

Esta enfermedad tiene un inicio agudo y su cuadro clínico incluye fiebre, anorexia, letargia, edema y linfadenomegalia periférica. Los animales más graves presentan epistaxis, melena, hematuria y síntomas neurológicos debidos a la meningitis y la encefalomielitis. Entre las complicaciones dermatológicas encontramos eritema, equimosis, petequias, edema y necrosis de la mucosa y la piel. Con frecuencia, el edema en las extremidades es uno de los primeros síntomas de la enfermedad.

La trombocitopenia es un hallazgo hematológico congruente con la FMMR. El diagnóstico analítico de la enfermedad se realiza con la serología y con la detección de rickettsia en los especímenes mediante fluorescencia directa o inmunohistoquímica de la piel o de otros tejidos infectados. El tratamiento consiste normalmente en tetraciclina, doxiciclina y, con menor frecuencia, fluoroquinolonas o cloranfenicol durante una semana.

ctualidad

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Babesia spp. son parásitos apicomplexos transmitidos por garrapatas que atacan los eritrocitos de una gran variedad de animales domésticos y salvajes, así como de los humanos. Las infecciones por Babesia en perros pueden estar provocadas por piroplasmas grandes, como la Babesia canis, o por parásitos más pequeños, como la Babesia gibsoni. La Babesia canis, la Babesia vogeli y la Babesia rosii, que antes se consideraban subespecies de la B. canis por su similitud al observarse con el microscopio óptico (Imagen 4), se consideran hoy en día tres especies diferentes. Esta separación se basa en las diferencias en los síndromes patológicos y clínicos provocados por cada patógeno, por las propiedades antigénicas, las características genéticas y por su transmisión mediante distintas garrapatas vectores.

Babesia vogeli se encuentra en Oriente Próximo, norte de África, sur de Europa, Asia, América del Norte y Australia, y se transmite a través de la R. sanguineus. Suele provocar en los perros síntomas clínicos de leves a moderados. Babesia canis, descrita en Europa, se transmite por la Dermacentor reticulatus y produce anemia con distintos niveles de gravedad. Babesia rossi, descrita en Sudáfrica, Nigeria y Sudán, provoca una grave enfermedad hemolítica en perros, con frecuencia fatal.

Babesia gibsoni es endémica del sudeste asiático. Aunque la B. gibsoni puede infectar a cualquier perro, muestra una clara preferencia por las razas de perros de pelea, como el Pit Bull Terrier y el Tosa. Esta zoonosis

parece que se transmite sobre todo de dos modos: a través de la picadura de garrapata y directamente de perro a perro. Además de la B. gibsoni, otras especies de parásitos pequeños de Babesia que infectan a los perros son Babesia conradae de California y un parásito parecido a la Babesia microti llamado Theileria annae, que se ha descrito como genotípicamente característico de España, Portugal y Croacia, donde es posible que se transmita a través de la garrapata Ixodes hexagonus.

La anemia, a menudo de naturaleza hemolítica, es la responsable de la mayoría de los síntomas clínicos observados en la infección por babesiosis canina. La hemólisis puede derivar en hemoglobinemia, hemoglobinuria, bilirrubinemia y bilirrubinuria. En la mayoría de los casos de infección por babesiosis clínica se observa trombocitopenia, que puede deberse a la destrucción inmune, al secuestro esplénico o al consumo coagulatorio de plaquetas por daño hemolítico o vascular.

También se han documentado casos de hipoxia tisular, shock hipotensivo, fallo multiorgánico y posibilidad de muerte en relación a la infección por B. rossi. Las manifestaciones clínicas de las infecciones con otras especies grandes de Babesia suelen ser menos graves: enfermedad de leve a moderada con la B. vogeli y moderada con B. canis. Los cachorros jóvenes y los perros adultos inmunocomprometidos, como los que sufren hiperadrenocorticismo o los

Rickettsia conorii, agente causal de la fiebre botonosa mediterránea en el Viejo Mundo, provoca una típica fiebre exantemática en humanos. Hay constancia de infecciones por R. conorii en perros de varios países europeos, incluidos Italia y Portugal. Se asocia con una enfermedad febril y con trombocitopenia, y responde al tratamiento con doxiciclina. Hasta la fecha no se han encontrado problemas dermatológicos asociados a la

infección canina por R. conorii. Sin embargo, todavía se conoce muy poco sobre las manifestaciones clínicas de esta infección en los perros. Rickettsia conorii se transmite a través de la garrapata parda del perro, Rhipicephalus sanguineus, que también transmite el Hepatozoon canis, la Ehrlichia canis y la Babesia vogeli.

Actualización de las enfermedades caninas

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5. Infección por Babesia spp.

Imagen 4Merozoíto de Babesia vogeli en la sangre de un

perro infectado naturalmente (x100).

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6. Infección por Hepatozoon spp.

tratados con inmunosupresores, pueden enfermar de gravedad por una infección por B. vogeli.

El bazo cumple una función primordial en el control de la infección por babesiosis. Los perros esplenectomizados infectados experimentalmente desarrollan rápidamente la parasitemia y la enfermedad clínica, y pueden alcanzar niveles altos de parasitemia. La esplenectomía también se ha asociado con la infección por babesiosis natural canina y humana.

La detección de Babesia en los frotis sanguíneos teñidos ha sido la técnica diagnóstica estándar durante muchos años. Este método es fiable cuando hay una parasitemia de moderada a alta. En los frotis sanguíneos de los perros afectados se pueden ver las fagocitosis de los eritrocitos infectados. El uso de análisis diagnósticos moleculares es esclarecedor en casos de baja parasitemia, incluidos los perros sospechosos de ser portadores o los animales infectados crónicos.

Las especies grandes de Babesia se tratan normalmente con dipropionato de imidocarb con una buena respuesta clínica, mientras que las especies pequeñas de Babesia parecen ser más difíciles de tratar y suelen ser resistentes a los medicamentos tradicionales que sí son efectivos con las grandes. El aceturato de diminazeno, que se usa para el tratamiento de ambas especies de babesias, grandes y pequeñas, debe emplearse con cuidado, pues su dosificación tiene un margen de seguridad relativamente pequeño y una gran variabilidad farmacocinética interindividual. La infección por Babesia gibsoni suele ser resistente al dipropionato de imidocarb y al aceturato de diminazeno, por lo que se trata con una combinación de atovacuona antipalúdica y un macrolido, la azitromicina. Sin embargo, no suele conseguirse una curación clínica y parasitológica de las especies pequeñas de babesias, y las recaídas clínicas son frecuentes.

La Infección por Hepatozoon spp. es una enfermedad transmitida por garrapatas provocada por un protozoo apicomplexo. Al contrario que la mayoría de los patógenos transmitidos por garrapatas, que se inoculan a través de la saliva, Hepatozoon infecta a los perros por la ingestión de garrapatas que contengan los esporozoítos infectantes en su hemocele. Hay dos especies de Hepatozoon que afectan a los perros, el Hepatozoon canis en el Viejo Mundo y Sudamérica, y el Hepatozoon americanum en el sur de los EEUU.

Clínicamente, la infección por H. canis varía de asintomática, en perros con una baja parasitemia, a enfermedad grave con anemia, letargia profunda y caquexia en los perros con un gran número de parásitos circulantes. La infección por Hepatozoon americanum se manifiesta principalmente por alteraciones en la marcha y dolor osteomuscular debido a la miositis y a las lesiones óseas periósticas. El Hepatozoon americanum provoca una enfermedad emergente que se está extendiendo al

norte y al este. Se detecto por primera vez en Texas en 1978 y desde entonces hay datos de casos de otros muchos estados americanos. Recientemente, también se ha informado de casos de H. canis en el sudeste de EEUU y se han descrito coinfecciones por H. canis-H. americanum.

El vector principal del H. canis es la garrapata parda del perro, R. sanguineus, que se extiende por las regiones cálidas y templadas de todo el mundo, por lo que el H. canis tiene un amplio campo de distribución potencial. Además, el H. canis se transmite mediante la garrapata Amblyomma ovale en Brasil. En la costa del golfo de Mexico, la Amblyomma maculatum es el vector de H. americanum en América del Norte. Las dos especies de Hepatozoon que afectan a los perros se transmiten de modo transestadial en la garrapata. Pruebas recientes confirman la transmisión del H. americanum también por predación e ingestión de tejidos de los huéspedes mamíferos.

ctualidad

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Imagen 5 Gametocitos en la sangre de un perro con infección natural (x100).

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7. Conclusiones

Hepatozoon canis infecta principalmente los tejidos hemolinfáticos y los órganos hematopoyéticos, como la médula ósea, los linfonódulos y el bazo, y su detección se puede realizar por microscopía de frotis sanguíneo (Imagen 5) o PCR en sangre. Hepatozoon americanum infecta principalmente los tejidos musculares cardíacos y óseos, y provoca miositis y astenia grave. Su diagnóstico se confirma mediante una histopatología de tejidos o por PCR sanguínea. Hepatozoon canis parece que se adapta bien a su huésped canino, y a menudo se detecta en una necropsia o en un frotis sanguíneo periférico como un hallazgo accidental. Por el contrario, la enfermedad que provoca Hepatozoon americanum cursa con mucha virulencia, tanto en las infecciones experimentales, como en las naturales.

Hasta ahora, no hay pruebas de predisposición a la hepatozoonosis en función de edad, sexo o raza. Aunque sí es más frecuente que los perros con hepatozoonosis sean de una comunidad rural que de un asentamiento urbano, seguramente debido a una mayor exposición a las garrapatas. Las condiciones que debilitan el sistema inmune, como las coinfecciones con otros patógenos, aumentan la susceptibilidad a una nueva infección por H. canis o permiten la reactivación de una preexistente.

El protocolo de tratamiento actual para la infección por H. canis consiste en la administración de dipropionato

de imidocarb, 5-6 mg/kg cada 14 días hasta que no se detecten más gamontes en los frotis sanguíneos. El pronóstico de los perros tratados con una parasitemia leve por H. canis es generalmente bueno, incluso si la disminución de la parasitemia es lenta y requiere de repetidos ciclos de imidocarb. El pronóstico de perros con una parasitemia alta va de bueno a reservado y, a veces, va asociado a la evolución de alguna enfermedad concomitante.

La infección por Hepatozoon americanum se trata con una combinación oral de Sulfadiazina-Trimetoprim (15 mg/kg cada 12 horas), pirimetamina (0,25 mg/kg cada 24 horas) y clindamicina (10 mg/kg cada 8 horas) durante 14 días. Tras la mejoría inicial de los síntomas clínicos, la remisión se puede prolongar con la administración oral del coccidiostático decoquinato en dosis de 15 mg/kg mezclados en la comidas cada 12 horas durante 2 años. Las recaídas son habituales tras la interrupción del tratamiento.

La prevención de ambas infecciones, H. canis y H. americanum, consiste en el uso de acaricidas tópicos y parasiticidas ambientales, la prevención de la ingestión de garrapatas y de la predación de huéspedes mamíferos infectados. No hay vacunas disponibles comercialmente para las hepatozoonosis caninas.

Actualización de las enfermedades caninas

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En la región mediterránea hay una gran variedad de patógenos transmitidos por garrapatas que pueden infectar a los perros. Además, existe el peligro añadido de que lleguen especies de patógenos, actualmente exóticas, por los viajes de los perros o por las migraciones de las garrapatas vectores, y de que se establezcan en nuevas regiones. Los veterinarios deben ser conscientes de las enfermedades que provocan estos patógenos, su presentación clínica, su diagnóstico y su prevención.

Prof. Gad Baneth El profesor Baneth se graduó en la Universidad de Hebrew en la Escuela Koret de Medicina Veterinaria de Israel en 1990. Realizó una estancia y residencia en pequeños animales en dicha universidad hasta 1994. Continuó con una beca en Medicina Interna y en Investigación en Enfermedades Infecciosas en el College of Veterinary Medicine, North Carolina State University durante los años 1994 y 1995. Obtuvo el PhD en parasitología veterinaria en la Universidad de Hebrew en 2000. El profesor Baneth fue director del Small Animal Internal Medicine Department en el Veterinary Teaching Hospital en la Universidad de Hebrew. Es diplomado por la European College of Veterinary Clinical Pathology (ECVCP) y consejero editorial para la publicación Journal Veterinary Parasitology desde 2006. Es vicepresidente del grupo LeishVet para la estandarización del diagnóstico, tratamiento y prevención de la leishmaniosis canina, siendo miembro del World Small Animal Veterinary Association (WSAVA) Scientific Advisory Committee (SAC), miembro del International Society for Companion Animal Infectious Diseases (ISCAID) Board of Directors, y miembro del panel de directivos de la Sociedad Israelí para Parasitología, Protozoología y Enfermedades Tropicales.

Su interés se centra en la patogénesis, diagnóstico y tratamiento de la enfermedades y sus vectores en veterinaria y en los procesos zoonóticos. El profesor Baneth es autor de más de 100 publicaciones científicas y capítulos para libros.

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ctualidad

CertifectTM Nuevos estándares de eficacia.

Las condiciones ambientales están favoreciendo un aumento en la presencia de parásitos externos. Existe una necesidad en ofrecer productos actualizados que ofrezcan nuevos estándares de calidad para satisfacer las necesidades clínicas. En el terreno de los antiparasitarios, incrementar los estándares de eficacia y seguridad clínicas, pasa por la introducción de nuevos conceptos y cualidades nunca antes empleados ni alcanzados en el registro de un producto.

Las necesidades actuales se basan en un producto más rápido, persistente, con control ambiental y por supuesto, que esté indicado para reducir el riesgo de enfermedades transmitidas por garrapatas (TBD).

Diferentes combinaciones han sido testadas en los últimos años buscando alcanzar nuevos retos antiparasitarios. En el departamento de investigación de Merial un concepto aceptado desde un principio fue la inclusión de fipronil

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Respuesta de las garrapatas al contacto con dosis de fipronil con o sin amitraz a las 6 horas.

FIPRONIL SOLO FIPRONIL + AMITRAZ

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0

Mortalidad

0.001 0.1 10Dosis ppm

Índice de Sinergia EC50: 7,3

SINERGIA. La eficacia acaricida es 137 veces más potente dentro de las 24h vs fipronil sólo.

La eficacia potenciada dentro de las primeras horas es muy importante para el control de TBD, y para la eliminación rápida de la presencia de garrapatas en el animal. Y en definitiva, para asegurar la satisfacción del clínico y del propietario.

La potencia y rapidez de esta combinación se debe a la Acción Multimodal sobre un total de 6 receptores de distinta naturaleza. El fipronil actúa sobre receptores iónicos, como el receptor GABA y dos receptores del glutamato, generando neurotoxicidad. El amitraz actúa sobre receptores enzimáticos, como sobre el alfa- y beta-octopamina y el octopaminérgico, alterando la síntesis de un segundo mensajero enzimático (AMPc), con consecuencias múltiples comportamentales, endocrinas, y metabólicas en los parásitos. Adicionalmente, la rapidez se ve favorecida por el incremento motriz que genera el amitraz sobre el parásito lo que implica una absorción más rápida del fipronil.

y s-metopreno en una posible nueva combinación. Son moléculas que han demostrado una estabilidad y eficacia difícilmente alcanzables de hecho ambas moléculas son un referente en muchos estudios.

La inclusión del amitraz se hizo en base a sus cualidades farmacológicas de compatibilidad con el fipronil y s-metopreno, estabilidad y rápida dispersión en el manto lipídico del animal. Pero además, los ensayos han demostrado que a diferencia de otros productos que incluyen tan sólo moléculas complementarias, en la combinación fipronil y amitraz se genera algo inédito, una fuerte Sinergia, es decir, se produce un efecto sumativo y potenciador generando una sinergia acaricida dentro de las primeras 24h de hasta 137 veces. Esto quiere decir que la combinación fipronil y amitraz alcanza la elevada eficacia del fipronil pero 42h antes, es decir, a la 6ª hora de la aplicación del producto.

Respuesta de las garrapatas al contacto con dosis de fipronil con o sin amitraz a las 24 horas.

FIPRONIL SOLO FIPRONIL + 12.5 PPM DE AMITRAZ

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Mortalidad

0.001 0.1 10Dosis ppm

Índice de Sinergia EC50: 137

Mortalidad100

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Índice de Sinergia EC50: 97

Respuesta de la garrapata al contacto con la dosis de fipronil con y sin amitraz a las 48 horas

Dosisppm

0.001 0.1 10

FIPRONIL + 12.5 PPM DE AMITRAZ FIPRONIL SOLO

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Canales Iónicos Receptores enzimáticos

Membrana de la célula nerviosa del artrópodo

Rec

epto

r de

oct

apam

ina

Cic

lo A

MP

c

Na + Simulación de la actividad de la Célula nerviosa

CertifectTM bloquea la fijación de GABA de Glutamato en sus receptores nerviosa

FASE 2. Para la inhibición de la célula excitada

Receptor GABA y de Glutamato

Efecto transmembrana con activación enzimática lo que induce la síntesis de segundo mensajero AMPc.

Efectos Perjudiciales -Muerte.

Cambios comportamentales-Desprendimiento

-Innibición de la fijación y muerte-Innibición de la ingesta de sangre

Efectos generales en el artrópodo

AMP cíclico

Bloquea la entrada de CI- además mantiene la hiperexcitación de las células nerviosas hasta la muerte de los artrópodos.

FASE 1

La Rapidez de Acción de la combinación permite hablar de nuevos estándares de eficacia. Poder decir que el producto tiene un efecto acaricida a partir de las 2 horas es algo único en este tipo de productos antiparasitarios. De hecho, la eficacia acaricida es superior al 50% a las 18h, y de hasta el 100% a las 24 horas. La práctica totalidad de productos registrados indican la eficacia a partir de las 48h, por lo tanto, este es un gran logro para CertifectTM al desarrollar un efecto acaricida rápido de aplicación terapéutica. Por otro lado, La eficacia acaricida a largo plazo se mantiene hasta 5 semanas al 100% de eficacia y por lo tanto no existe periodo ventana.

El Periodo Ventana es el descenso de eficacia de cualquier producto en los días previos a la reaplicación de una nueva dosis. CertifectTM ha demostrado una eficacia muy elevada hasta las 5 semanas, incluso más allá. La aplicación mensual del producto evita por tanto cualquier periodo ventana que podría favorecer la parasitación y por tanto la transmisión de enfermedades. Así mismo, se ha comprobado, que CertifectTM incrementa la eficacia acaricida en los tratamientos sucesivos, eliminando el 90% de las garrapatas a las 4h de la infestación, algo verdaderamente innovador.

Se han realizado hasta 44 ensayos de eficacia de CertifectTM frente distintas especies de garrapatas. Esto ha permitido el registro más amplio frente a 9 especies distintas. Los resultados constantes de eficacia extrema se han repetido entre los distintos ensayos, lo que nos puede hacer pensar que CertifectTM puede cubrir muchas más especies de garrapatas.

El efecto multimodal de CertifectTM ha introducido un nuevo término en parasitología que es la Expelencia. Dadas las cualidades de las moléculas y su sinergia, CertifectTM fuerza de las garrapatas ya fijadas, las expulsa a partir de las 4-12 horas con eficacias del 30-83% respectivamente. Este es otro logro de CertifectTM se puede usar como tratamiento en parasitaciones ya existentes (Expelencia terapéutica). Esta eficacia de expelencia se mantiene hasta 5 semanas en prevenir nuevas fijaciones de garrapatas lo que se conoce como Expelencia preventiva.

CertifectTM. Nuevos estándares de eficacia.

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ctualidad

El pelaje del perro

En el ambienteLarva

Inhibición del enganche y muerte

Inhibición del enganche y muerte

Inhibición del enganche y muerte

Ninfa Adulto

En un estudio llevado a cabo por Merial en la zona Norte de España, el 21% de los perros estaban parasitados por garrapatas, de las cuales, un 18% de las garrapatas pueden ser portadoras de Agentes Infecciosos (TBD). Por lo que el riesgo de que un perro quede infectado por la acción de las garrapatas es elevado. Este es un concepto importante que debemos de tener presente, las garrapatas son un vector de riesgo superior a las pulgas y los mosquitos. En un estudio realizado por Merial en 2008, un 35% de las muestras de sangre de 253 perros asintomáticos eran positivas a Babesia spp. de las que un 94% a B.canis y un 6% a B. annae. Y un 9% a Ehrlichia spp. Por lo que un porcentaje importante de los perros están en riesgo o ya son portadores de TBD sin que lo sepa el propietario o el veterinario.Quizás una de las cualidades que mejor concluye la eficacia a distintos niveles de CertifectTM en el control de las garrapatas, es una reducción de las TBD en los ensayos nunca lograda antes con un producto de estas características, de hecho, es el primer producto con una indicación para la reducción de las TBD como la infección por babesiosis canina, la anaplasmosis granulocítica, la ehrlichiosis monocítica y la borreliosis o enfermedad de Lyme. Según los autores de los ensayos, los resultados obtenidos son inéditos hasta el momento.

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CertifectTM. Nuevos estándares de eficacia.

Asimismo, la eficacia de CertifectTM se ha comprobado frente a pulgas (Ctenocephalides felis y canis) y piojos (Trichodectes canis). A este nivel, la eficacia se debe principalmente al fipronil y al s-metopreno en el control de las formas adultas e inmaduras (huevos, larvas y pupas), aunque hay evidencias de que el amitraz ejerce cierto efecto sobre las pulgas. De hecho, se desarrolló un estudio para evaluar la rapidez de acción de CertifectTM sobre la pulga más rápida (C. canis). Al parecer, es una pulga que desarrolla un periodo de alimentación en la mascota muy corto, con lo que supone un reto para los antiparasitarios dado el corto periodo de tiempo que disponen los antiparasitarios para actuar sobre esta pulga en el animal. Por este motivo, se empleó esta pulga en los ensayos para evaluar la rapidez de acción de CertifectTM. Se realizó un control del efecto acaricida en un corto periodo de tiempo de 24horas, dentro de este periodo, CertifectTM

alcanzó niveles de control extremo frente la infestación con esta especie de pulga.

Expelencia es un nuevo concepto que implica el desprendimiento forzado de las garrapatas preexistentes (Expelencia terapéutica), y prevención de la fijación de nuevas garrapatas (Expelencia preventiva). CertifectTM fuerza el desprendimiento de las garrapatas preexistentes al tratamiento y el enganche de nuevas garrapatas. Los estudios de campo revelan una eficacia amplia frente los distintos estadios madurativos de las garrapatas y previene el enganche.

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La introducción de CertifectTM en el mercado no deja sin igual a los expertos que reconocen las aportaciones inéditas de este producto y la introducción de nuevos conceptos de gran interés como el efecto de expelencia terapéutica y preventiva en el control de las TBD. CertifectTM

se posiciona como un goldestándar de referencia en diferentes conceptos antiparasitarios claves desde un punto de vista clínico, ofreciendo niveles de eficacia y satisfacción hasta el momento inéditos.

Piel

Pelo

Piel

Glándula sebácea

Tejido conjuntivo

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Baggott, D. et al., 2011. Vet. Parasitology, 179, 330.

Boushira, E., et al., 2001. Veterinary Parasitology, 179, 351.

Cadiergues, MC et al. 2001 Vet. Record, 8.

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McCall, JW et al., 2011. Vet. Parasitol, 179.

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Zhao, X. et al., 2005. J.Pharmacol. Exp.Ther. 314, 362. Bib

liogra

fía

La rápida dispersión de las tres moléculas, fipronil, s-metopreno y el amitraz, permiten un efecto acaricida

terapéutico a partir de las 2 horas, y un efecto preventivo que alcanza hasta las 5 semanas. Generando la expulsión

de las garrapatas ya insertadas en el animal, y la prevención de nuevas fijaciones. La rapidez y el efecto sinérgico entre

el fipronil y el amitraz, han permitido que sea el primer producto de estas características indicado para reducir el

riesgo de TBD.

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