59
La Técnica en la Filosofía del Siglo XX Ignacio Quintanilla Navarro, Filosofía y Tecnología (Mitcham y Mackey, Eds.)

La Técnica en la Filosofía del siglo XX

Embed Size (px)

Citation preview

La Técnica en la Filosofía del

Siglo XX

Ignacio Quintanilla Navarro,

Filosofía y Tecnología

(Mitcham y Mackey, Eds.)

I. El filósofo ante la técnica

II. La cuádruple tarea de la filosofía

III. Una utopía oscura

IV. Algoritmo y revelación

V. La técnica como instancia de revelación

VI. Cibernautas y ciberrapsodas

- En 1749 la Academia de Dijon propuso como

tema de ensayo si el progreso de las ciencias y las

artes mejoraba nuestras vidas. El concurso lo ganó

Rousseau quien dio una respuesta negativa.

- La acción técnica humana no desempeña ningún

papel esencial en la plena culminación de un

proyecto humano de existencia.

- En la actualidad en un mundo en el que la vida de

los seres más queridos puede depender del desarrollo

a tiempo de alguna terapia, o la capacidad

destructiva de un amante despechado alcanzar una

escala nuclear, hemos empezado a comprender que

la pregunta de adónde vamos con nuestra técnica no

es sólo un tema de debate sino, también, una

cuestión de supervivencia. Supervivencia física, en

ocasiones, pero también, y en otros muchos casos,

supervivencia moral e intelectual.

- Encontrar el sentido de la técnica es

complicado porque implica pedirle a la filosofía

actual criterios universales y objetivos de

progreso con que valorar y orientar nuestra

inexorable acción tecnológica.

- Universales, porque nuestro sistema

tecnológico lo es.

- Compartiendo un único planeta y un único

genoma, nos hallamos, desde la Revolución

Industrial, embarcados en un vector de

innovación tecnológica y, por tanto, de riesgo y

de esperanza, también único; que es como decir

abocados a compartir una sola historia.

- Objetivos han de ser también esos criterios por

cuanto deben servir, ni más ni menos que a la

tarea de producir con eficacia ciertos objetos, y

no otros, para que constituyan nuestro entorno

material inmediato

- La parte más representativa de la filosofía del

siglo XX se ha dedicado, justamente, a

desmantelar las antiguas nociones de progreso,

objetividad y universalidad del discurso

humano (posmodernismo)

- Es una verdad a medias porque:

1) El pensamiento del siglo XX ha sido mucho

más rico y variado de lo que aún nos hemos hecho

cargo, y hay en él muchas más voces de las que

acostumbramos a escuchar.

2) Con frecuencia, lo más provechoso y fértil de

los grandes pensadores no está en aquello que en

su día enarbolaron como estandarte, o allí donde

sus consumidores inmediatos decidieron cargar el

acento

I El filósofo ante la técnica

- Técnica y filosofía han estado unidas siempre

La acuñación de monedas inspiraba a Heráclito la

idea de un arjé que, cual dinero cósmico, podía

trocarse en cualquier cosa

El trabajo del carpintero inspiró la idea de materia,

la hyle posterior Aristóteles

Platón debatía sobre la racionalidad instrumental

Aristóteles se ocupó de la ciencia poietica o de la

producción

I El filósofo ante la técnica

- Técnica y filosofía han estado unidas siempre

Aristóteles también plantea la idea de la técnica en

el ámbito meramente instrumental, su virtud es la

eficacia y hay que estar precavido de que los medios

se conviertan en los fines.

La idea se consolida en la Edad Media e incluso

continua con la escuela de Frankfurt

I El filósofo ante la técnica

- Siglo XI: mientras la filosofía académica sigue

pensando la técnica con un esquema equivalente

al de la prudencia en Aristóteles, un grupo de

intelectuales cada vez más numeroso empieza a

cuestionar los modelos griegos de cultura y de

saber, promoviendo el dominio y control de la

naturaleza como meta fundamental de la

inteligencia humana y anticipando, así, el lema

baconiano de que saber es poder.

I El filósofo ante la técnica

- En la época Moderna se deja de lado la reflexión

sobre la técnica. La Enciclopedia de Diderot no la

menciona

- Pero la técnica está allí (Discurso del Método de

Descartes)

- En el siglo XIX aparece el vocablo tecnología

para referirse a los intentos de crear máquinas

pensantes.

I El filósofo ante la técnica

- El impacto social de la Revolución Industrial

genera la atención del pensamiento del siglo XIX

sobre el carácter productivo y transformador del

ser humano

- Hegel: la naturaleza no es sino el punto de partida

que el hombre tiene la obligación de transformar

- Marx incorpora el homo faber al ideal racional de

los griegos.

I El filósofo ante la técnica

- Para el marxismo clásico, como para el

positivismo, theoria y praxis siguen siendo las dos

únicas dimensiones radicales de la razón humana,

de suerte que hablar de la técnica y su historia

sólo puede significar hablar de aplicaciones de la

ciencia natural, por una parte, o de necesidades

del sistema productivo, por otra. En ambos casos,

como en Aristóteles, lo técnico se identifica

fundamentalmente con lo instrumental.

I El filósofo ante la técnica

- La genuina filosofía de la técnica se reserva para

el siglo XX, aunque la expresión fue utilizada en

1877 por Ernst Kapp (Grundlinien einer

Philosophie der Technik)

- Whitehead afirmaba hacia 1925 que, al igual que

Dios en el siglo XIII, la ciencia en el XVIII o el

Estado en el XIX, la técnica estaba llamada a ser

el tema capital de la filosofía en el siglo XX

I El filósofo ante la técnica

- Factores de la Filosofía de la Técnica en el siglo

XX

1) El advenimiento de la tecnología contemporánea

ha sido el gran suceso histórico y cultural del

siglo XX, su hito definitivo

2) La capacidad de nuestro mundo artificial para

generar metáforas y modelos cognitivos —como

los de sistema o algoritmo— mucho más

potentes que los atribuidos tradicionalmente a la

naturaleza o las relaciones sociales. Hay una

genuina ciencia de lo artificial

I El filósofo ante la técnica

- Factores de la Filosofía de la Técnica en el siglo

XX

3) Por vez primera se repara en que hay mucha

técnica escondida en la determinación moderna de lo

que significan verdad, ciencia y objetividad, y que el

esclarecimiento de esta presencia es crucial para una

recta comprensión de lo que es nuestra cultura, de lo

que hoy llamamos conocer, y de la relación que la

filosofía guarda con ambas.

I El filósofo ante la técnica

- Común denominador de la Filosofía de la Técnica

en el siglo XX

a) Lo más específico de la reflexión sobre la técnica

humana desborda por completo el ámbito

argumental de las ciencias naturales (la técnica no es

ciencia natural aplicada y los conceptos de

necesidad biológica, adaptación o superviviencia no

son aplicables al desarrollo tecnológico).

I El filósofo ante la técnica

- Común denominador de la Filosofía de la Técnica

en el siglo XX

b) La técnica no es reductible, conceptual o

históricamente, ni a la dimensión laboral del

hombre, ni tampoco a la económica, por

estrechamente que se vinculen las tres cosas. La

técnica tiene también historia y tiene, además, su

propia historia

I El filósofo ante la técnica

- Común denominador de la Filosofía de la Técnica

en el siglo XX

c) Tampoco es cierto, sin embargo, que la técnica

posea una historia -propia- en el sentido de que sólo

condicione, pero no sea, a su vez, condicionada por

la cultura y la sociedad en las que se inserta.

I El filósofo ante la técnica

- Común denominador de la Filosofía de la Técnica

en el siglo XX

d) En esta relación posible con la libertad y la

racionalidad, la técnica se revela, en suma, ya desde

una perspectiva netamente filosófica, como una

dimensión radical de la condición humana, y, por

ende, como una dimensión radical de toda forma

humana de saber y de actuar, de habitar el mundo y

de sentirlo.

I El filósofo ante la técnica

- La profecía de Whitehead no parece haberse cumplido

porque:

a) Los filósofos no hemos terminado de asimilar qué pasa

en nuestra cultura

b) Lo que confería a la ciencia moderna su carácter de

moderna era, justamente, la posibilidad de operativizar

cualquier enunciado teórico, es decir, algo que implica

una redefinición sustancial de nuestras nociones de teoría

y objetividad. Tecnociencia es un rostro con dos

máscaras distintas.

I El filósofo ante la técnica

Es justamente esta teoreticidad la que permite oficiar

a las ciencias naturales como paradigma de saber

objetivo. Con lo que venimos a parar a la situación

de que la reproductibilidad y la eficacia, al revelarse

como las instancias metodológicas cruciales para

determinar lo que la ciencia moderna sabe y puede

saber, se convierten también en los únicos avales de

la propia teoría occidental.

II La cuádruple tarea de la filosofía

- El hombre no hace técnica para ser feliz, el

hombre hace técnica por ser hombre, esto es,

animal intrínsecamente técnico

- No parece concebible un modo humano de

inteligir la realidad que no esté ya, de hecho,

mediado por su condición técnica

II La cuádruple tarea de la filosofía

- ¿Qué hay entonces de la presencia de un Ser con

mayúsculas, o de la Presencia, con mayúsculas, de

un ser?

1) No. Como animales creadores y proyectantes,

hay que reconocer un ser que trasciende

cualquier juego de nuestra voluntad y

producción

2) Nuestra propia voluntad creadora y proyectante

se queda sola como única fuente de sentido

3) Sí. Hay un ser absoluto

II La cuádruple tarea de la filosofía

- Tarea que la tecnología actual impone al pensamiento

1) Habilitar una racionalidad axiológica para la técnica

2) Esclarecer la racionalidad epistemológica de la

técnica

3) Esclarecer la técnica desde la filosofía que ya

tenemos

4) A partir de nuestra técnica, revisar e interpretar la

filosofía que ya tenemos, sus categorías y procesos

tradicionales

III Una utopía oscura

- Si se aplica la filosofía que ya tenemos entonces

la fórmula: trata al ser humano siempre también

como un fin y no sólo como un medio, deberá

aplicarse tanto al caso del comerciante honesto

propuesto por Kant a finales del XVIII, como al

caso de la manipulación genética, a principios del

XXI. El trabajo del filósofo aquí será, sobre todo,

el de aclarar las condiciones en las que debe

llevarse a cabo esta nueva aplicación

III Una utopía oscura

- En la actualidad es importante habilitar hoy

nuevas modalidades de racionalidad axiológica y

normativa para la técnica (por ejemplo para el

entramado tecnológico financiero absolutamente

globalizado). Hay una tecnología universal, pero

no una ciudadanía universal ni estructuras

políticas y legales que controlen el cambio

tecnológico. La filosofía debe aportar ahí con sus

valores, criterios conceptos y estructuras de

argumentación.

III Una utopía oscura

1) Debemos preservar el bosque amazónico porque, de lo

contrario, nos quedaremos sin oxígeno y moriremos

todos (evaluación técnica de riesgos)

2) Esquilmando hasta este punto la selva amazónica el

ciudadano X podrá comprarse otro yate y el Y otra casa,

pero a costa de una pérdida significativa de calidad de

vida actual o potencial de un número de ciudadanos

mayor (se necesita también economista o politólogo)

3) El hombre no puede manipular la naturaleza

caprichosamente, incluso aunque no comprometa la

subsistencia futura de la especie ni su acceso general a

una mejor calidad de vida (filosofía)

III Una utopía oscura

Adaptar los contenidos filosóficos que ya tenemos a las

nuevas situaciones suscitadas por la técnica no es, pues, la

única tarea del filósofo en este momento, puesto que de tales

situaciones pueden surgir nuevos requisitos de racionalidad

axiológica que, a su vez, obliguen a reconsiderar los propios

contenidos de la filosofía.

Kant sirve para la tecnología genética sobre humanos, pero

¿sobre los animales?

Se demanda nuevas estrategias argumentativas. La exigencia

de racionalidad ético-política que nuestro contexto

tecnológico presenta a la filosofía, supone, también, una

cierta presión sobre el discurso filosófico tradicional en

direcciones muy definidas

III Una utopía oscura

- El desarrollo de nuestra tecnología configura ya hoy un

sistema de interacciones tan complejo, que evaluar la

incidencia de algunos de sus elementos, a medio o largo

plazo, resulta virtualmente imposible

- Un problema de fondo aquí es el de si nuestra tecnociencia

es o no capaz de modificar la condición humana hasta el

punto de convertirla en algo radicalmente plástico y

abierto a cualquier proyecto histórico de convivencia. De

ser así, quedaría neutralizado todo discurso normativo que

apele de un modo u otro a una naturaleza humana común

como dato del que partir

III Una utopía oscura

- Por primera vez en la historia de nuestra racionalidad

práctica, la humanidad en su conjunto se enfrenta a la

necesidad de consensuar riesgos físicos y morales para

todos, es decir, de gestionar incertidumbre. En

consecuencia, una argumentación moral basada

primordialmente en principios, o si se prefiere, en criterios

a priori, se revela en este contexto como una estrategia de

decisión mucho más eficaz y pertinente que

argumentaciones morales basadas en vivencias o en

contenidos éticos intencionales.

IV Algoritmo y Revelación

- Un algoritmo es una secuencia finita de reglas

para ejecutar ciertas operaciones con vistas al

logro de una meta predefinida (ej. método

científico, programa, receta)

- Cualquier procedimiento predeterminado para

tomar decisiones, formular juicios o dirimir

controversias (mayéutica, programa empirista de

Hume)

IV Algoritmo y Revelación

- Siempre que afrontamos una parcela de la

realidad como «un problema», y tenemos una idea

predefinida del estado de la realidad que vamos a

considerar como «la solución», estamos poniendo

en juego lo que podemos denominar función

algorítmica de nuestra razón.

- Esta función algorítmica es una de las

dimensiones fundamentales, y por tanto

ineludibles, de la inteligencia humana en el trato

con las cosas.

IV Algoritmo y Revelación

- Requisitos del proceder algorítmico de nuestra

inteligencia: 1) Tener ya preestablecidos los criterios para determinar

exactamente la clase de situaciones que constituyen un

problema relevante a resolver, así como en qué sentido son

un problema.

2) Disponer, también de antemano, de los criterios en virtud

de los cuales cierta clase de respuestas o metas serían

admisibles como 'soluciones'.

3) Poder operar sobre estados de cosas que constituyan un

sistema finito y adecuado a la capacidad de cálculo de la

inteligencia que los aborda como problemas

IV Algoritmo y Revelación

- Cuando la técnica funciona, el Universo mismo

avala el algoritmo utilizado. Por esta razón, la

técnica no es sólo un dato fundamental para

comprender la índole de lo humano sino también

un dato fundamental para comprender la

naturaleza misma del Universo.

IV Algoritmo y Revelación

- Tres sentidos-funciones primordiales y

complementarios del discurso filosófico

- Podríamos denominar a esas tres funciones: 1) el nous entendido como participación del alma humana en

el orden del cosmos,

2) el logos: como capacidad para hacer brotar la verdad

mediante el discurso y la palabra, y

3) la phronesis: o capacidad de deliberación, cavilación o

maquinación que encuentra el mejor camino para conseguir

algo

IV Algoritmo y Revelación

- Esta función algorítmica de la inteligencia ha

estado presente, desde sus orígenes, en la

determinación del contenido y alcance de nuestra

noción de razón

- La mentalidad griega siempre concibió

primordialmente como techne cualquier

procedimiento —también intelectual— para hacer

cualquier cosa, que un hombre pudiera

transmitirle a otro.

IV Algoritmo y Revelación

- Lo que va a ir sucediendo en Europa a partir del

siglo XIII es que nuestra función algorítmica, que

representa a la phronesis, va a ir fagocitando a las

otras dos funciones de la razón, al menos en el

discurso impreso, hasta eliminarlas prácticamente

por completo

IV Algoritmo y Revelación

- Frente al saber antiguo, la nueva ciencia lo es de lo

cuantitativo y lo experimental. Experimental de

experimento, no de experiencia, pues de lo que se trata es

justamente de que la experiencia del mortal común, la

asequible en el contexto de cualquier biografía humana, no

vale ya para justificar una visión aceptable de la realidad y

de las cosas, y es a una experiencia artificial —

estandarizada y producida por artefactos, y por ende

restringida a unos pocos—, a la que se le otorga el

monopolio del sentido y la objetividad

IV Algoritmo y Revelación

- Es esta aproximación de la noción de causa a la noción de

receta la que esclarece el genuino sentido del tránsito

entre la causalidad formal del científico antiguo y la

causalidad eficiente del moderno

- La ciencia moderna desplaza completamente el sentido de

lo que es ser causa de al de aquello que es preciso poner o

ejecutar, de hecho, en un contexto parcial y dado, para

producir, de hecho, en ese contexto un efecto

predeterminado.

- En el primer caso, la fuerza racionalizadora de la

causalidad es holística, procede de su capacidad para

vincular lo concreto con el todo; en el segundo caso es

contextual y fáctica

IV Algoritmo y Revelación

- Uno de los rasgos esenciales del pensamiento del siglo

XX ha sido, precisamente, el esfuerzo por denunciar la

insuficiencia y las falacias que entraña esta reducción

virtual de la racionalidad a procedimiento algorítmico.

- Lo más significativo del siglo XX se ha concentrado en

mostrar hasta qué punto las categorías básicas con las que

el hombre da sentido y razón: realidad, bien, verdad,

existencia, etc., son previas a cualquier juego algorítmico

y exigen siempre alguna forma anterior y primigenia de

patencia significativa del ser

IV Algoritmo y Revelación

- Se trata de hacer patente que más allá de nuestras

legítimas y necesarias tecnologías —incluidas nuestras

tecnologías cognitivas—, hay ya realidad significativa,

formas de ser que se nos hacen patentes y brindan también

sentido, como diferentes registros de una revelación, a

nuestra actividad y a nuestro discurso

- La ciencia moderna, nuestro paradigma de conocimiento

objetivo, no es el origen de nuestra actual tecnología sino,

más bien, lo contrario: el resultado de una actitud

tecnológica previa, que nuestro actual contexto

tecnológico ha sacado definitivamente a la luz.

V La Técnica como instancia de

Revelación - La ciencia moderna, o la tecnociencia contemporánea,

suponen progresos netos y decisivos en la historia de la

humanidad.

- Resulta imposible habilitar hoy ningún modelo de

desarrollo sostenible que no cuente con esa tecnociencia

como instrumento esencial.

- El pensamiento del siglo XX trata de esclarecer

críticamente la función epistemológica y axiológica que

por parte de nuestra cultura se les ha otorgado a esos

contenidos durante los últimos siglos

V La Técnica como instancia de

Revelación - La técnica en general, y nuestra tecnociencia muy

especialmente, son expresiones paradigmáticas de esa

función algorítmica de la inteligencia humana que, aunque

pueda desmandarse y haya de ser llamada al orden,

constituye una dimensión ineludible de nuestro hacernos

cargo de las cosas.

- Pero ello no quiere decir que la técnica se agote en esa

función algorítmica y que no sea ella, también, una

instancia de revelación. La técnica también significa algo,

también nos descubre el ser.

V La Técnica como instancia de

Revelación - Haciéndonos patente lo que funciona y lo que no funciona

realmente en el mundo, la técnica asume ya, por derecho

propio, el rango de un genuino saber de lo real

- Pero la técnica no sólo hace patente lo que funciona de

verdad en el mundo, nos hace también patente el mundo

mismo fundando ámbitos enteros de revelación de lo real

- El artefacto no solamente media en nuestro acceso a la

realidad, sino que funda por sí mismo ámbitos esenciales y

específicos de presencia de la misma

V La Técnica como instancia de

Revelación - Los artefactos que nos rodean hacen mucho más que ser -

útiles para-. - El artefacto desborda por completo el ámbito de la herramienta y, entre otras

cosas, produce los datos cardinales en nuestra vivencia del cosmos —

mediante instrumentos de observación y medición—; configura los contextos

lúdicos, estéticos o sociales de nuestra experiencia cotidiana —conducir o ver

la televisión, por ejemplo, son contenidos determinantes en nuestra

experiencia de -lo que es la vida-—; estructura nuestra actividad simbólica o

comunicativa —mediante un ordenador o un piano, por ejemplo—; determina

nuestra condición espacial y temporal en el mundo; origina los modelos y los

hitos fundamentales de nuestra comprensión de la realidad, generando

analogías básicas —la mente como ordenador, el universo como explosión,

etc.—, o bien suscita experiencias cruciales con que orientar nuestra actividad

teórica: ¿se puede viajar en el tiempo?, ¿podemos producir una nueva especie

animal?

V La Técnica como instancia de

Revelación - El contexto existencial creado por nuestros artefactos

concreta y expande nuestro esquema corporal, y, con ello,

nuestro lugar personal entre las cosas y en el mundo

- La técnica también significa algo, también nos revela al

ser, y en esta acción reveladora descubre, cuando menos,

algo del cosmos, algo de la verdad —es decir, de lo que es

nuestro propio saber—, y algo del hombre

V La Técnica como instancia de

Revelación - La vieja reducción de la racionalidad humana a su mera

función algorítmica, que acabamos de denunciar,

encuentra una perfecta expresión y correlato tecnológico

en el manejo epistemológico que, desde la inteligencia

artificial, suele hacerse de la célebre propuesta de máquina

inteligente de Alan Turing

- La técnica nos obliga a repensar elementos fundamentales

de lo que ha sido nuestra tradición epistemológica. La

objetividad ya no es solo la representación adecuada de los

objetos, sino que abarca también el de cómo es posible

que hagamos efectivamente cosas con nuestras ideas

VI Cibernautas y Ciberrapsodas

Rasgos esenciales de los productos de la técnica:

1) Carácter contextual, atómico, coyuntural que posee

siempre su sentido y su eficacia. Privado de su entramado

de referencia, de la trama algorítmica que lo concibe,

todo artefacto pierde el sentido y la eficacia originales,

aunque, sin embargo, siga existiendo y eventualmente

actuando en el mundo

2) Un aspecto esencial de nuestra vivencia del artefacto, en

general, y de la máquina en particular, es que el hombre

ya no está. La humanidad se retira y abandona el

artefacto a su propia acción (irresponsabilidad moral)

VI Cibernautas y Ciberrapsodas

- En la invención, adopción y uso de unos

artefactos, se va haciendo patente la índole del

creador

- Nuestros artefactos tienen la capacidad para poner

de manifiesto rasgos fundamentales de nuestra

condición ontológica (Ej; clonación)

VI Cibernautas y Ciberrapsodas

- La aplicación del modelo de la máquina frente al modelo

organicista

- La paradójica y enajenante fascinación de la máquina

sigue plenamente activa en nuestros días

- Es más rotundamente humano un ordenador que nuestro

propio cerebro. La inteligencia artificial es, pues, la

plenamente humana, la clase de inteligencia que

comprendemos y sabemos hacer. Por el contrario, el

objeto más enigmático y extraño que podemos concebir es

nuestro propio cerebro. Nada en él es obra de nuestras

manos, y, suponiendo que refleje el rostro de algún

artífice, ese rostro, desde luego, no sería el nuestro.

VI Cibernautas y Ciberrapsodas

- El mecanicismo no solamente es también una forma de

antropologizar el cosmos, sino que es la forma más radical

y definitiva de antropologización conceptual de la realidad

que jamás se haya habilitado, por cuanto escoge como

metáfora referencial básica la de un artefacto humano. En

el concepto de alma o de organismo hay algún elemento

estructural que escapa a nuestro poder productivo y

planificador, en el de la máquina no

- Si todo el significado para la acción humana brota de

nuestra intención productiva, lo que queda fuera de ella

habrá de comparecer como material anodino para nuestra

actividad.

VI Cibernautas y Ciberrapsodas

- La vocación inherente a toda concepción tecnocrática del

mundo es la de reducir lo dado en la experiencia, o lo dado

para la actividad productiva del sujeto, a un elemento

esencialmente disponible—es decir, radicalmente abierto a

nuestra intención de manipulación—, y carente de

cualquier significación intrínseca, es decir, del que no

cabe hacer hermenéutica alguna por agotarse su sentido en

su mera facticidad. Ambos rasgos son los que determinan

el contenido y la función de la noción de materia en la

cultura contemporánea.

VI Cibernautas y Ciberrapsodas

- Cuando el materialista de hoy afirma, por ejemplo, que el

hombre no es más que materia organizada, no es en la

noción de materia o de hombre donde hemos de buscar el

sentido último de su afirmación —a fin de cuentas, los

aristotélicos medievales también admitían la ecuación

entre hombre y materia organizada— sino en ese

particular conector lógico que es el no es más que, cuyo

significado apunta directamente a ese carácter reductor a

lo disponible y silenciador de sentido que mencionamos

VI Cibernautas y Ciberrapsodas

- Nuestra propia condición personal comienza a distanciarse

de una determinación biológica extremadamente difusa, y

a compartir ingredientes socialmente pre-determinados y

estandarizados

- Pautando nuestra experiencia y nuestra actividad, el

entramado tecnológico por el que nos insertamos en el

mundo asume los contenidos y las metas prefijados por

otras personas o grupos y, en este sentido, determina

socialmente parcelas fundamentales de nuestro propio ser.

VI Cibernautas y Ciberrapsodas

- El ciberespacio designa la situación en la que se encuentra

el conjunto de la información humana en tanto que

accesible por un medio digital. Un ciberespacio que nos ha

convertido a tantos en ciber-nautas.

VI Cibernautas y Ciberrapsodas

- Conocer no es, en absoluto, lo mismo que tener datos.

Conocer implica definir e integrar los datos esenciales de

un problema, en un contexto personal que lo señala como

problema pertinente por parte de un sujeto, y siempre

desde una visión global y articulada de la realidad que

ineludiblemente tiene una historia, un pasado y un

horizonte. La idea de que la información se puede

procesar en un ámbito tridimensional implica la negación

de un compromiso radical entre información, discurso e

historia, y, por tanto, un falseamiento del concepto de

saber.