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LINGüíSTICA LARIQUEZA " IDIOMATICA DELOS ANDES La comparación entre las lenguas actuales y algunos documentos españoles ha aportado nuevos datos sobre el desarrollo de las civilizaciones andinas Paul Heggarty o CONOCÍAN EL HIERRO NI LA RUEDA. TAMPOCO LOS CABALLOS, los animales de tiro, los mercados ni el dinero. Sin embar- go, los incas conquistaron un reino que se extendió desde el actual Ecuador hasta lo que hoyes Argentina y cuyas regiones naturales incluían bosques, desiertos, mesetas y la gélida cordillera de los Andes. Su imperio supuso la culminación de una historia milenaria a lo largo de la cual surgieron y desaparecieron numerosas culturas, algunas de carácter regional y otras muy influyen- tes, como la chavín o la huari. Hoy, la familia lingüística dominan- te en la región de los Andes es el quechua, seguido del aimara. Existe asimismo una presencia aislada del uru; hasta comienzos del siglo XIX se hablaba también el puquina. la lingüística histórica comparada intenta reconstruir la evolución de los idiomas y sus relaciones de paren- tesco. Hasta hace poco, ese análisis no se había aplicado al estudio de la América precolombina. la comparación con los datos arqueo- lógicos sugiere un espectro lingüístico muy heterogéneo entre las principales civilizaciones andinas. A menudo, esa diversidad parece remitir a la riqueza natural de la región. 36 Il\'VESTIGACIÓ y CIENCIA, enero 2015

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LINGüíSTICA

LARIQUEZA"IDIOMATICA

DELOSANDESLa comparación entre las lenguas actuales y algunosdocumentos españoles ha aportado nuevos datossobre el desarrollo de las civilizaciones andinasPaul Heggarty

o CONOCÍAN EL HIERRO NI LA RUEDA. TAMPOCO LOS CABALLOS,

los animales de tiro, los mercados ni el dinero. Sin embar-go, los incas conquistaron un reino que se extendió desdeel actual Ecuador hasta lo que hoyes Argentina y cuyasregiones naturales incluían bosques, desiertos, mesetas y

la gélida cordillera de los Andes. Su imperio supuso la culminación deuna historia milenaria a lo largo de la cual surgieron y desaparecieronnumerosas culturas, algunas de carácter regional y otras muy influyen-tes, como la chavín o la huari.

Hoy, la familia lingüística dominan-te en la región de los Andes es elquechua, seguido del aimara. Existeasimismo una presencia aislada deluru; hasta comienzos del siglo XIX sehablaba también el puquina.

la lingüística histórica comparadaintenta reconstruir la evolución de losidiomas y sus relaciones de paren-tesco. Hasta hace poco, ese análisisno se había aplicado al estudio de laAmérica precolombina.

la comparación con los datos arqueo-lógicos sugiere un espectro lingüísticomuy heterogéneo entre las principalescivilizaciones andinas. A menudo, esadiversidad parece remitir a la riquezanatural de la región.

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UN PASADO COMPLEJO: Las terrazas agrícolas, como laque muestra esta imagen de las ruinas de Pisac (cÍ1'culo ama-rillo), en Perú, fueron consideradas durante largo tiempo unlogro de los incas. Sin embargo, ya existían en tiempos de loshuari. Es probable que este pueblo fuese el responsable de laprimera expansión del quechua y, tal vez, también del aimara.

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Diversas disciplinas han intentado reconstruir cómo se de-sarrollaron los acontecimientos. Los arqueólogos estudian ellegado material de aquellos pueblos; los paleoclimatólogos ana-lizan los sedimentos marinos y el hielo de los glaciares; los ar-queobotánicos y arqueozoólogos investigan las plantas y losanimales del pasado; los químicos intentan rastrear los movi-mientos migratorios a partir de la composición isotópica de losrestos humanos; los biólogos moleculares comparan las antiguassecuencias genéticas con las de los habitantes actuales ... Todoello ha permitido identificar diversas culturas, asignarlas a di-ferentes fases de la historia andina y esclarecer sus influenciasmutuas, sus conquistas y su dispersión por el continente.

Existe, sin embargo, una fuente de información cuya impor-tancia ha sido subestimada hasta hace poco: la antiguas lenguasde América. Durante largo tiempo, los historiadores les hanconcedido un interés moderado. Se creía que, del mismo modoque el Imperio romano difundió el uso del latín, todas las va-riantes del quechua remitían a Cuzco, la capital inca. El aimaraque hoy se habla en la región del lago Titicaca se considerabaoriginario de la antigua cultura de Tiahuanaco, anterior a lainca. El puquina, ya extinto, y el uru, limitado hoya unos pocoshablantes, fueron prácticamente ignorados. Hace pocos años, sinembargo, los lingüistas comenzaron a convencer a arqueólogosy genetistas de la importancia de su disciplina para investigarla América precolombina.

Al analizar sus semejanzas y diferencias, los expertos puedendeducir parentescos e influencias entre las lenguas. La lingüís-tica histórica comparada intenta reconstruir esas relacionesen el espacio y en el tiempo. Hace poco, esta disciplina comen-zó a adaptar para sí los modelos que paleontólogos y biólogosevolutivos emplean para estudiar la filogenia de las especies.Es cierto que la comparación entre los idiomas (sus palabras,significados, fonemas y gramáticas) y el material genético nopuede llevarse demasiado lejos, pues los primeros dan lugar a

Paul Heggarty investiga en el departamentode lingüística del Instituto Max Planckde Antropología Evolutiva de Leipzig.

códigos mucho más complejos que el que puede construirse concuatro moléculas. Sin embargo, en combinación con los métodosarqueológicos tradicionales, esta nueva técnica ha permitidoobtener resultados sorprendentes.

MOVIilIIENTOS MIGRATORIOSSegún se desprende de tales investigaciones, las áreas de ex-tensión de las actuales lenguas andinas no pueden trasladarsesin más a los idiomas del pasado. Ello se debe sobre todo a lasmigraciones incas, que desplazaron grandes masas de pobla-ción, entre otros fines, para disponer de mano de obra parala construcción de carreteras, de soldados para las campañasmilitares, y también para aislar 'a los grupos rebeldes. SegúnTerence D'Altroy, arqueólogo de la Universidad de Columbia enNueva York, aproximadamente un tercio de la población tuvoque abandonar su lugar de origen para realojarse a miles dekilómetros de distancia.

La genética apenas logra seguir la pista a esas migraciones.Aunque en las zonas limítrofes del Imperio incaico la situa-ción resulta algo más clara, en la región central de los Andesla enorme mezcla del patrimonio genético ni siquiera permitediferenciar entre los hablantes de quechua y los de aimara.

Las investigaciones lingüísticas, en cambio, sugieren unamigración de la región de Cuzco hacia Potosí. El quechua ha-blado allí resulta tan similar al cuzqueño que, sin duda, hubode originarse en esa región, con una evolución propia que solo

Costa: Perú BoliviaFechasaproximadas

Tierras altas Perú

Norte Centro Sur Norte Centro Centro-Sur Sur Bajo sur AltiplanoPeríodo

Horizonte tardío 1476-1534 d.e.

Intermedio tardío 1000-1476 d.e. Chimú

Horizonte medio 550-1000 d.e.

Intermedio temprano 1-550 d.e. Moche Cajamarquilla Nazca

ChavínHorizonte temprano 900 a.e. -1 d.e.

IncaChincha

Tiahuanaco

Chanca

Fase inicial 1500?-900 a.e.

Kotosh

Norte Chico2700?-1500? a.e.Fase precerámica

HORIZONTES E INTERMEDIOS: La división tradicional de la cronología andina responde allegado material de suspueblos. Los americanistas han llamado «Horizontes» a aquellos períodos en los que una civilización dominó un territorioextenso. Los «Intermedios» se caracterizan por la emergencia de varias culturas de importancia regional o local.

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EN AIMAIlA, los números7y 8 se expresan como 2-qal-qo y S-qalqo. Es probable quela raíz léxica qalqo significa-se «cinco», la base numéricaoriginal del aimara. Mástarde, fue sustituido por lapalabra quechua pisqa (cadacolor indica un origen común;transcripciones según el alfa-betofonético internacional),

FAMILIA QUECHUA I AIMARA I URU I PUQUINA

Numeral Ecuador Huancayo Cuzco Tiahuanaco Chipaya Tiahuanaco?

1 [ux huk hJX maja tshi huksto

2 iJki iskaj iskaj paya pijk so

3 kimsa kimsa kinsa kimsa tJ"Eq, kappa

4 tjusku tawa tawa pusi paXPik sper

5 pitJka pitJ?a pisqa p'Tsqa taxJnuku takpa

6 suxta suu?ta SJXta SJXta SJXta tjitju

7 kantjis 7ant~i~ qantjis pa.qalqo pa.qalqo stu

8 pusax pusax pusax kimsa.qalqo kinsa.qalqo kinas

9 iskun is7uf) isqon Aaaturjka Aaatuf)ka tjeka

10 tjunqa tsunka tjurjka tunka turjka skata

pudo haber comenzado hace apenas unos siglos. Los causantesde ese movimiento habrían sido los españoles, que trasladaronmano de obra hacia las minas de plata de Potosí.

En cambio, el quechua de las zonas montañosas de Ecuadorpresenta rasgos propios muy marcados, 10 que apunta a unaseparación de la rama cuzqueña muy anterior a la conquista delterritorio por parte de los incas.Algunos elementos remiten comoposible fuente a regiones del actual Perú muy alejadas de Cuzco.Y,en efecto, sabemos que existió una segunda capital incaica: laciudad de Quito, que contaba con una gestión e incluso una cortepropias. Cabe suponer que su establecimiento necesitó o propicióla migración de grupos procedentes de varias zonas del imperio,los cuales hablaban sus respectivos dialectos del quechua.

Almismo tiempo, la comparación entre idiomas ha permitidodemostrar que, siglos antes de la expansión inca, el quechuaya se hablaba en una amplia región que abarcaba más de 800kilómetros de tierras altas: un área que los investigadores handenominado Zona Continua del Quechua. Esta circunstanciaobliga a admitir la existencia de un protoquechua, el cual sehabría expandido hace al menos mil años.

Hasta hace poco, el árbol genealógico del quechua trazadopor los filólogos incluía dos ramas principales, así como variasramificaciones asociadas al pueblo chanca y a las culturas deCajamarquilla y Chincha. Los arqueólogos han situado estascivilizaciones en diferentes «Intermedios»; es decir, en aquellasfases de la historia andina caracterizadas por la aparición dediversas culturas locales y regionales. Sin embargo, el recorridodel protoquechua difícilmente puede explicarse sin la expansiónde una cultura o un poder dominantes. Entretanto, en algunaspoblaciones montañosas remotas, los lingüistas han identifi-cado varios dialectos del quechua que no pueden adscribirse aninguna de las dos ramas principales. Por todo ello, esta familialingüística es vista hoy como una red compleja que, sin embargo,apunta a una fase expansiva a lo largo de toda la Zona Continuahace más de un milenio.

Su impulsor pudo haber sido el Imperio huari, una de lasculturas dominantes durante la fase conocida como «Horizontemedio», entre los años 550 y 1000 de nuestra era. Al contrarioque los Intermedios, los Horizontes designan períodos de lahistoria andina en los que una o varias civilizaciones gozaronde una expansión territorial considerable. Cabe señalar que elconcepto refleja el punto de vista arqueológico, puesto que seasocia al hallazgo de un gran número de restos con característi-cas comunes a lo largo de una región extensa. No obstante, si talexpansión se produjo como consecuencia del poder político o del

militar es algo que -a excepción del caso inca, en el Horizontetardío- constituye objeto de debate.

QUECHUA y AIMARAEl centro del Imperio huari se situaba a 2770 metros de altura,cerca de la actual Ayacucho,al sur de la cordillera central peruana.Allí vivieron, en una zona de 15 kilómetros cuadrados que hoyconstituye elmayor yacimiento arqueológico del continente ame-ricano, entre 20.000 y 100.000 habitantes. El Imperio huari duróunos 450 años y cayóhacia el cambio de milenio, una cronologíaque casa bien con los análisis lingüísticos del quechua.

Desde un punto de vista geográfico, la influencia huari coin-cide en gran medida con la Zona Continua, sobre todo en regio-nes con altitudes comprendidas entre los 2300 y 3500 metros,aún aptas para el cultivo del maíz. La productividad agrícolamejoró gracias a los huertos en forma de terraza y al desarro-llo de sistemas de regadío, lo que seguramente propició unaumento de la población. Por otro lado, los arqueólogos hanconstatado que la red de caminos atribuida en un principio a losincas probablemente fuera ideada en gran parte por los huari.Sus logros culturales no solo incluyen algunas formas tempranasdel quipu (un sistema mnemotécnico que, a falta de escritura,hacía uso de cuerdas y un código de nudos), sino también, ajuicio de varios expertos, la primera expansión del quechua.

Al sudeste del imperio, en el corazón del Altiplano andino,floreció una cultura rival: la tiahuanacota, con centro en la ciu-dad de Tiahuanaco, muy cerca del lago Titicaca. Aunque hoy sehabla allí el aimara, este es tan homogéneo que su llegada solopudo haberse producido hace poco. Los filólogos han identifica-do variaciones del aimara mucho más acusadas -y, por tanto,ramificadas con anterioridad- en regiones muy alejadas de lazona de influencia de Tiahuanaco; entre ellas, el jacaru, unalengua de la región central de Perú que apenas hablan unoscentenares de personas. Entre los indicios más antiguos queatestiguan la existencia del aimara figuran varios topónimos dezonas en las que hoy se hablan otros idiomas. Por último, unatercera fuente de información la hallamos en los documentosde los conquistadores españoles.

Aunque durante largo tiempo se pensó que la civilizaciónhuari fue la responsable de la difusión del aimara, hoy las in-vestigaciones lingüísticas y arqueológicas le otorgan un papelclave en la diferenciación del quechua. Pero épudo una mismacultura fomentar el uso de dos idiomas al mismo tiempo? Aeste respecto, varios estudios han sacado a la luz claras inte-racciones entre ambos. Una posible explicación tal vez se halle

Enero 2015, InvestigacionyCiencia.es 39

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FLUJO CULTURAL: De lamano de la arqueología y lahistoria natural, la lingüísticaha conseguido en los últimosaños reconstruir la evolución delas lenguas anilinas. Según sedesprende de estas investigacio-nes, hubo tres fases principalesde expansión de las grandesfamilias lingüísticas, espoleadaspor la influencia de algunas ci-vilizaciones precolombinas. Laszonas de expansión (colores) sonaproximadas. Los mapas mues-tran los principales yacimientosarqueológicos de las civilizacio-nes correspondientes.

en las características ecológicas de los Andes. El maíz deja decrecer por encima de los 3700 metros, por lo que en tales zonasse cultivaba patata y se criaban llamas y alpacas. Puede que losdistintos sistemas de subsistencia correspondiesen a poblacionesdiferentes, las cuales habrían entablado relaciones simbióticasde intercambio. Así, mientras que quienes cultivaban maíz ha-brían hablado quechua, los pastores habrían usado el aimara.

Sin embargo, algunas reliquias halladas en las regiones huariapuntan a un empleo del aimara anterior al del quechua y, portanto, previo a los huari del Horizonte medio. En su búsquedade una hipótesis alternativa, los arqueólogos han dado con otrocandidato para explicar la expansión del aimara: la cultura cha-vín, la cual se remonta al Horizonte temprano, entre el siglo IX

y el 1 antes de nuestra era. Su centro neurálgico se hallaba en laciudad de Chavín de Huántar, Situada a 3180 metros de altituden la zona central del Perú, sus monumentales templos siguencausando fascinación aún hoy. Se ha documentado la influencia

RITOS PRECOLOMBINOS: Las torres funerarias para la élite(en la imagen, en el yacimiento peruano de Sillustani) constituyenun rasgo distintivo de la civilización colla. Sus miembros proba-blemente fueron hablante s de puquina, una lengua ya extinta.

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de la cultura chavín en el sur, donde siglos más tarde aparecióla civilización huari. Esta llegó a controlar algunos territoriosdel norte que anteriormente habían pertenecido a los chavín.El contacto entre ambos grupos de hablantes habría quedadoreflejado en varios indicios lingüísticos y arqueológicos, segúnlos cuales el aimara se habría originado y difundido gracias ala cultura chavín, mientras que los huari habrían desempeñadoun papel análogo en lo referente al quechua.

Sin embargo, la escasez de restos arqueológicos a medida queretrocedemos en el tiempo impide decantarse por cualquierade estas teorías. En comparación con el quechua, se conocenmuchos menos detalles sobre las variantes extintas del aimara,lo que ni siquiera permite demostrar si se originó durante elHorizonte temprano o no. Algunos topónimos de su zona deinfluencia parecen apuntar a una expansión del aimara por partede los chavín, si bien tales pruebas resultan mucho menos con-cluyentes que las que remiten a las voces de una lengua en uso. "

Por tanto, el desarrollo y la expansión de la familia del aimara ~{J

continúan envueltos en múltiples incógnitas. Solo la mencionada .~conexión con la cultura tiahuanacota se cree ahora improbable. ~Sin embargo, algunas hipótesis recientes han intentado explicar ~la aparición del aimara en la costa del Titicaca de una forma ~inesperada: por medicación inca. !z

Hoy sabemos que en la región de Cuzco no solo se hablaba :;:el quechua, sino también el aimara. Así lo atestiguan topóni- ~

::Emos como Vilcanota, «el río sagrado», o el mismo nombre de 8

-co;.";:¡~

Cuzco. Así pues, la temprana expansión de los incas hacia lazona del lago podría explicar la llegada del aimara a la zonahace más de 700 años. En sus conquistas hacia el norte, habrían :¡¡.

tomado de los huari no solo su infraestructura, sino también, ~y por puro pragmatismo, el quechua hablado allí. Eso podría iexplicar por qué la variante norteña evolucionó hacia una lengua ~administrativa, pero no así el quechua de Cuzco.

A principios del Hori:o~~~!~~o ~e~:e~ir, en tiempos del do- !minio inca), en la región del lago Titicaca se hablaban otras dos ~

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Horizonte tardío: Inea Presente

lenguas: puquina y uru. Poco a poco, estas se vieron desplazadaspor sus dos grandes rivales y,más tarde, también por el castella-no. Los documentos españoles sugieren que el puquina se hablóhasta principios del siglo XIX. Aún pueden oírse algunas de susvoces en callahuaya, un idioma ritual usado por los curanderosde las zonas montañosas al este del Titicaca. Por lo demás, soloconocemos un breve texto de catequesis que data de la épocacolonial española. La cuarta lengua, el uru, se extinguió en laszonas costeras durante el sigloxx, aunque sigue hablándose en elpueblo de Chipaya, unos cientos de kilómetros al sur del Titicaca.

Para sorpresa de los americanistas, los lingüistas han logradoidentificar a los hablantes ancestral es del puquina: los pobla-dores de la región de Tiahuanaco, donde este idioma se erigiócomo lengua principal durante el Horizonte medio. RodolfoCerrón Palomino, de la Pontificia Universidad Católica del Perú,ha demostrado que, tras la caída de Tiahuanaco, el relevo en eluso del puquina fue a parar a los colla. Hasta hace poco, los ar-queólogos habían supuesto que este grupo, establecido en Sillus-tani (yacimiento famoso por sus chullpas, o torres funerarias) yde importancia regional considerable, era un «reino aimara».

Pero Cerrón-Palomino también halló rastros del puquina enla región de Cuzco; sobre todo, en la denominación de ciertoslugares sagrados y en los nombres de varios de los primerosgobernantes incas. Hacía tiempo que los arqueólogos habíanmostrado desconcierto por las notables semejanzas entre algu-nos monolitos incaicos y los de la cultura tiahuanacota. Pero, apesar de la existencia de un mito local que asocia el origen delos incas con el lago Titicaca, los expertos nunca habían dadoexcesivo crédito a un nexo entre ambos. Ahora, las investigacio-nes lingüísticas más recientes sugieren que tales mitos podríantener una base histórica.

Dado que los tiahuanacotas no fueron tan poderosos comolos huari, coetáneos suyos, algunos arqueólogos rehúsan ha-blar de «imperio- y prefieren emplear expresiones más neutras,como «esfera de influencia». En cualquier caso, cuando Tiahua-naco llegó a su fin, un grupo de exiliados tal vez encontrase suhogar en el valle de Cuzco.Cuando los incas conquistaron el lago

BRASIL

• Ciudad moderna

• Yacimiento arqueológicoo zona cultural

• Aimara• Quechua

• Uru• Puquina.......... Frontera actual

N)..

o 500 km

Titicaca, repoblaron allí a grupos aimaras de la región cuzqueña,lo cual explicaría su actual presencia en la zona.

La cuarta lengua, el uru, nunca perteneció a una culturadominante. Sus hablantes, apodados «hombres de agua», vivie-ron bastante ajenos al resto en las islas del lago Titicaca o enlas zonas inundadas al norte de los salares de Coipasa y Uyuní,Incluso los españoles desistieron de gravarles con impuestos.Probablemente, ese aislamiento haya desempeñado un papelclave en la supervivencia de la lengua.

Así pues, y al contrario de lo que ocurría con las grandesculturas del Viejo Mundo, la región andina presentaba en suconjunto un espectro lingüístico inesperadamente heterogéneo.y si bien esa diversidad obedece a varias razones, todas ellasparecen remitir a la variedad natural y paisajística de los An-des. La corriente de Humboldt mantiene la lluvia alejada de lascostas del Pacífico,pero la gran abundancia de nutrientes garan-tiza una amplia diversidad de vida marina. Al contrario que enEurasia, las culturas andinas de hace casi cinco milenios no sebasaron en el cultivo de cereales, sino en la pesca. Por otro lado,las zonas más áridas y hostiles aislaron e incomunicaron a losdistintos grupos. No fue sino hasta el año 1000 antes de nuestraera -varios milenios después que en elViejoMundo- cuando lapráctica de la agricultura permitió un crecimiento considerablede la población y, con ello, la proliferación y diferenciación delas familias lingüísticas.

© Spektrum der Wissenschaft

PARA SABER MÁS

Archaeology and language in the Andes. Dirigido por P. Heggartyy D. G. Beresford-Jones. Oxford University Press, 2012

las lenguas de los incas: El puquina, el aimara y el quechua. R. CerrónPalomino. Peter Lang AG. Fráncfort, 2013.

The incas, T. N. D'Altroy. Wiley-Blackwell. Oxford, 2014.

EN NUESTRO ARCHIVO

los quipus incas, Loic Mangin en IyC, diciembre de 2005.

Enero 2015, InvestigacionyCiencia.es 41