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1 Nutrición y alimentación del ovino: Requerimientos nutricionales. La nutrición del animal constituye un factor que afecta en forma importante la productividad del sistema. Los requerimientos nutricionales varían a través del año, según la condición fisiológica y la función productiva del animal (mantención, crecimiento, gestación, lactancia, engorda). Existen varios factores tales como físicos, ambientales y productivos, los cuales influyen en los requerimientos nutricionales del animal, dentro de los cuales podemos destacar: Peso vivo Edad y sexo. Condición corporal. Estado fisiológico. Condiciones climáticas. Condiciones de pastoreo. Concentración energética de la dieta. 1. Requerimientos energéticos Los carbohidratos son la principal fuente de energía en los alimentos. Los concentrados (granos) contienen almidón, una rica fuente de energía. Los forrajes, como henos y pastos, contienen fibra (celulosa) y no son tan ricos en energía como los concentrados. Pero esta fibra puede ser utilizada para proporcionar energía a través de procesos de fermentación microbiana ruminal que producen ácidos grasos volátiles (ver Figura 1). Figura 1. Diagrama simplificado de los principales aspectos bioquímicos de la digestión en los rumiantes. AA: aminoácidos. AGV: ácidos grasos volátiles. NH 3 : amoniaco. CO 2 : dióxido de carbono. CH 4 : metano (adaptado de Nicol, 1987).

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Nutrición y alimentación del ovino: Requerimientos nutricionales.

La nutrición del animal constituye un factor que afecta en forma importante la productividad del sistema. Los requerimientos nutricionales varían a través del año, según la condición fisiológica y la función productiva del animal (mantención, crecimiento, gestación, lactancia, engorda). Existen varios factores tales como físicos, ambientales y productivos, los cuales influyen en los requerimientos nutricionales del animal, dentro de los cuales podemos destacar:

Peso vivo Edad y sexo. Condición corporal. Estado fisiológico. Condiciones climáticas. Condiciones de pastoreo. Concentración energética de la dieta.

1. Requerimientos energéticos

Los carbohidratos son la principal fuente de energía en los alimentos. Los concentrados (granos) contienen almidón, una rica fuente de energía. Los forrajes, como henos y pastos, contienen fibra (celulosa) y no son tan ricos en energía como los concentrados. Pero esta fibra puede ser utilizada para proporcionar energía a través de procesos de fermentación microbiana ruminal que producen ácidos grasos volátiles (ver Figura 1). Figura 1. Diagrama simplificado de los principales aspectos bioquímicos de la digestión en

los rumiantes. AA: aminoácidos. AGV: ácidos grasos volátiles. NH3: amoniaco. CO2: dióxido de carbono. CH4: metano (adaptado de Nicol, 1987).

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Cuantitativamente, la energía es el nutriente más importante en las dietas de ovinos. La primera fuente de energía en la dieta de los ovinos lo constituye el forraje que obtienen del pastoreo directo, henos y granos. La ingesta óptima de energía de estas fuentes se traduce en un resultado eficiente en la reproducción, crecimiento, lactancia y producción de lana. Sin embargo, el consumo excesivo de energía puede conducir a la disminución de la eficiencia a causa de una engorda excesiva, que puede reducir la tasa de crecimiento, provocar una menor producción de leche, un aumento de problemas reproductivos y una disminución en la eficiencia del crecimiento de la lana. La deficiencia en energía constituye, en la mayoría de los casos, la más común limitante de los nutrientes encontrados en producción ovina, especialmente en ovejas. Esta situación usualmente surge desde una inadecuada cantidad de alimentos resultado de sequías, cubierta de nieve, un bajo consumo de materia seca o pasto verde o de ensilaje, consumo de forraje de baja calidad, o acceso por largo tiempo a forrajes no palatables. Ovejas altamente productivas, especialmente las que presentan una gestación avanzada con fetos múltiples, son candidatas para presentar deficiencias de energía. El consumo inadecuado de energía causa bajo crecimiento, pérdida de peso, falla reproductivas, decrece la producción de leche, se presentan una baja resistencia a las enfermedades y parásitos, y se produce un incremento en la mortalidad de los corderos y ovejas. Los requerimientos de energía cambian drásticamente dependiendo de la producción anual del ciclo de las ovejas. El consumo de energía requerido por las ovejas durante la gestación y lactancia son mucho más altos que los requerimientos presentados en otras etapas de producción. Los granos y los suplementos proteicos contienen una relativamente gran cantidad de energía; el heno presenta una cantidad intermedia, el ensilaje y el forraje fresco son bajos. Sobre una base de materia seca, el ensilaje y el forraje fresco son equivalentes a un heno de alta calidad. Pero, si estos alimentos se introducen en la dieta completa, el contenido de agua en exceso puede producir una deficiencia de energía, porque las ovejas simplemente no pueden consumir suficiente materia seca con una adecuada concentración de nutrientes necesaria para suplir sus funciones productivas. La eficiencia con que cada nutrimento es utilizado por el organismo va a depender fundamentalmente del tipo de proceso y del nivel productivo. El máximo de eficiencia de utilización se logra en el proceso de mantención, seguido por la producción de leche, siendo el más ineficiente la producción de grasa. Estas relaciones de eficiencia han dado origen a una serie de términos muy utilizados en nutrición y alimentación, especialmente en las tablas de requerimientos, los cuales se definirán a continuación: Energía Bruta (EB): es la cantidad de energía almacenada en una unidad de peso (g o kg)

de un alimento y que se mide directamente en un calorímetro expresándose en cal g-1 ó Kcal kg-1, o Mcal kg-1. Actualmente, se prefieren expresar la energía en términos de MJ (1 Mcal = 4,184 MJ). La energía bruta es el total de energía que el animal ingiere y relativamente constante para la mayoría de los alimentos utilizados por rumiantes (EB~ 18,4 MJ kg-1 de MS). Energía digestible (ED): a la energía total consumida, debe restarse aquella energía que

se elimina en las fecas; la energía que queda disponible en el organismo luego de este descuento, es denominada energía digestible. Su valor depende de la digestibilidad de los forrajes y oscila entre 30 – 80% respecto de la energía bruta. Energía Metabolizable (EM): una vez absorbidos los compuestos digeridos, se produce

una metabolización de ellos, especialmente en el hígado, y el organismo elimina una porción de esta energía ya absorbida, a través del riñón vía orina. En el caso de animales rumiantes, además se producen pérdidas de energía asociadas a los gases producidos en el proceso de fermentación en el rumen (especialmente CH4 y CO2). El remanente de

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energía que permanece en el organismo luego de descontar a la energía digestible, las pérdidas asociadas a los gases y orina, constituye la energía metabolizable. En los rumiantes, la relación entre la energía metabolizable y la energía digestible es relativamente constante, siendo su cuociente de aproximadamente un 82%. Lo anterior indica que aproximadamente un 18% de la energía que es digestible, se pierde como orina y gases (EM ~ 0,82·ED). Energía Neta (EN): los compuestos que almacenan la energía metabolizable necesitan ser

transportados y transformados, lo que implica un costo energético. Al descontar este costo (que se pierde como calor desde el animal y que es denominado incremento calórico), el organismo dispone de una determinada cantidad de energía, que por una parte dedica a la mantención de los procesos vitales del organismo (EN de mantención) y otra se destina a los procesos productivos (crecimiento fetal, producción de leche, ganancia de peso). Esta energía se mide por la cantidad almacenada en el producto. El cuociente entre la energía que finalmente se destina a la mantención o la que se fija en los productos animales, respecto de la energía metabolizable, se denomina eficiencia de uso de la energía

metabolizable (K) (EN

KEM

), siendo esta variable dependiente de la calidad de la dieta

que el rumiante consume. El proceso que observa una mayor eficiencia energética es la mantención (Km≈ 0,66 – 0,74), seguido por la producción de leche (KL≈ 0,56 – 0,64), el aumento de peso (Kf ≈ 0,34 – 0,51), siendo la gestación es el proceso más ineficiente (Kg≈

0,13). Un esquema que explica la partición de la energía en el organismo de un animal rumiante, se presenta en la Figura 2.

Figura 2. Partición de la energía en los rumiantes.

Los requerimiento nutricionales de los ovinos y otros rumiantes (vacunos, caprinos, ciervos), se expresan, según los esquemas británico (AFRC, 1997), australiano (SCA, 2007) y neocelandés (Nicol y Brookes, 2007), en términos de energía metabolizable y consecuentemente los alimentos se valoran el los mismos términos. Este sistema, el cual es especialmente utilizado en sistemas pastoriles, se basa en enfoque factorial, el cual considera el cálculo, en forma separada, de los requerimientos energéticos para la

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mantención (RM), gestación (RG), lactancia (RL) y cambio de peso (RCP). El requerimiento total de EM (RT, MJ día-1) corresponde la suma de los requerimientos parciales asociados a los procesos anteriormente mencionados (RT = RM + RG + RL ± RCP). Estos conceptos se presentan de forma esquemática en la Figura 3.

Requerimientos

de EM

=

±

+

+

Mantención

- Especie

- Peso vivo - Edad - Sexo

Cambio de Peso - Tasa de ganancia

- Composición de la ganancia

Preñez

- Tamaño de camada

- Peso al nacimiento - Estado de la gestación

Lactancia - Producción de leche

- Composición de la leche - Tamaño de camada - Peso al destete

Figura 3. Ilustración esquemática del método factorial utilizado en el cálculo de los

requerimientos energéticos en rumiantes y los factores mas relevantes que afectan su magnitud (adaptado de Nicol y Brookes et al., 2007).

1.1 Requerimientos de EM para la mantención en ovinos adultos.

Dependen fundamentalmente de peso y sexo del ovino, pero también son afectados por el tipo de terreno de pastoreo en cuanto a su grado de pendiente, así como de la calidad nutritiva de la MS que el ovino consume, lo cual se mide a través de la concentración de EM de la dieta (MD, MJ kg-1 de MS). Los valores de requerimiento de energía metabolizable (EM) para una oveja adulta (4 años), se presentan en la tabla 1. Tabla 1. Requerimientos de EM para la mantención de ovejas adultas (Nicol y Brookes,

2007).

Tipo de terreno

Peso vivo (kg)

40 50 60 70 80

MJ EM oveja-1 día-1 Plano 9,0 10,0 11,0 Ondulado 8,0 10,0 11,0 Montañoso 7,5 9,0 11,0 Notas: Sume ó reste 7% a los valores de la tabla, por cada MJ de diferencia si las dietas tienen una

concentración de EM bajo ó sobre los 10,5 MJ kg-1

. Sume un 15% en el caso de carneros adultos

1.2 Requerimientos de EM para los cambios de peso vivo en ovejas adultas.

La energía disponible a partir de las reservas corporales debido a pérdidas de peso, sustituye en parte a la energía que proviene de la dieta. La contribución exacta de estas reservas energéticas depende de la composición de dichas reservas, que en el caso de ovejas adultas, corresponde fundamentalmente a tejido adiposo. La sustitución de la energía dietaria por pérdida de peso y el costo que significa la reposición de dichas reservas, depende de varios factores como el hecho de que la oveja este o no lactando. Sin embargo, para propósitos prácticos, se puede considerar (cometiendo un pequeño error en los cálculos) que 1,0 kg de pérdida de peso vivo aporta 30 MJ de EM y por otra parte, para reponer este kg de pérdida, se requieren 55 MJ de EM. Entonces, el requerimiento neto de EM ya sea para perder o ganar un kg de peso vivo es de 25 MJ kg de peso vivo (55 – 30

MJ de EM).

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1.3 Requerimientos de EM para la preñez.

Estos requerimientos dependen fundamentalmente del peso potencia al nacimiento del cordero, del tipo de gestación (único, mellizo, triple) y de la etapa de la gestación. Estos requerimientos se presentan tabulados en la Tabla 2. Tabla 2. Requerimientos de EM para ovejas adultas durante la preñez (en adición a los

requerimientos de mantención) (Nicol y Brookes, 2007).

Peso al nacimiento del cordero (kg)

Semanas antes del parto Total para la preñez -6 -4 -2 0

MJ EM oveja-1 día-1 MJ de EM 3 1,5 2,0 3,0 4,5 155 4 2,0 3,0 4,0 6,0 200 5 2,5 3,5 5,0 7,0 255 6 3,0 4,5 6,0 8,5 300

Notas: Sume a estas cifras, los requerimientos de mantención de la oveja. Incremente en forma proporcional por cada cordero extra, por ejemplo: Mellizos de 4 kg c/u a las -2 semanas = 2x4,0 = +8 MJ de EM oveja

-1 día

-1.

Para un rebaño con un porcentaje de preñez del 130% y donde se estima un peso promedio al nacimiento de los corderos de 5,0 kg, a las – 2 semanas, sume 1,3x5,0 = +6,5 MJ de EM oveja

-1 día

-1.

1.4 Requerimientos de EM durante la lactancia y para corderos en crecimiento.

Estos requerimientos están constituidos por la EM extra que demanda la oveja que produce leche y los requerimientos de su(s) cordero(s) lactantes que ella amamanta. Los corderos obtienen la energía de una “mezcla” compuesta principalmente de la leche que produce la oveja y algo de pasto que ellos consumen directamente. Se supone que la proporción de leche y pasto presente en la dieta del cordero lactante no afecta en forma notable sus requerimientos de EM hasta el momento del destete, por lo cual se acepta que sólo tiene que añadir requerimientos individuales de los corderos para dar el total de requerimientos para la oveja que amamanta dos o más corderos. Los requerimientos de EM de la unidad oveja-cordero durante la lactancia, dependen fundamentalmente del periodo de lactancia, del número de corderos que se amamantan y del peso al destete que se espera en los corderos. Estos requerimientos presentan en la Tabla 3. Tabla 3. Requerimientos de EM de ovejas y sus corderos durante la lactancia (en adición a

los requerimientos de mantención) (Nicol y Brookes, 2007).

Peso al destete del cordero (kg)

Semanas antes del parto Total para la lactancia +2 +6 +10 +12

MJ EM oveja-1 día-1 MJ de EM 20 8,5 10,5 12,5 13,0 855 25 10,5 13,0 16,0 17,0 1075 30 12,0 16,0 20,0 21,0 1335 35 14,5 19,5 24,5 26,0 1625

Notas: Sume a estas cifras, los requerimientos de mantención de la oveja. Incremente en forma proporcional por cada cordero extra, por ejemplo: Mellizos de 25 kg a las 10 semanas = 2x16 = 32 MJ de EM oveja

-1 día

-1.

Desde la semana 6 en adelante, sume ó reste 10% a los valores de la tabla, por cada MJ de diferencia si las dietas tienen una concentración de EM bajo ó sobre los 11,0 MJ kg

-1.

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1.5 Requerimientos para producción de lana.

Si bien los requerimientos de EM para la producción de lana pueden estimarse separadamente, debido a su pequeña magnitud (40 – 50 MJ kg-1 de lana)1, suelen incorporarse dentro de los requerimientos de mantención de la oveja. 1.6 Requerimientos de EM para la mantención en ovinos en crecimiento.

En el cálculo de estos requerimientos es muy importante considerar las deferencias que existen entre animales hembras y machos (borregas y carnerillos), las que pueden ser del orden de 1,0 MJ a favor de los machos en comparación a hembras de la misma edad y peso vivo. Los requerimientos de EM para mantención de ovinos jóvenes, se presentan en la Tabla 4. Tabla 4. Requerimientos de EM para la mantención de ovinos jóvenes en crecimiento (Nicol

y Brookes, 2007).

Categoría de ovino

Peso vivo (kg)

25 30 40 50 60

MJ EM ovino-1 día-1 Borregas/Caponcitos 4,5 5,5 7,0 8,5 10,0 Carnerillos/criptorquídeos 5,5 6,5 8,0 9,5 11,0 Notas: Requerimientos calculados sobre la base de un terreno plano y una dieta de 11,0 MJ kg

-1 de EM.

Sume un 7% y 15% en terrenos ondulados y montañosos, respectivamente. El efecto de cambiar la concentración de EM en 1,0 MJ es menos del 5%, por lo cual no se justifica efectuar corrección.

1.7 Requerimientos de EM para ganancia de peso en ovinos jóvenes.

En el cálculo de estos requerimientos es fundamenta tomar en consideración los efectos del sexo y del tipo genético del ovino en crecimiento. Este último aspecto se puede inferir a través del conocimiento del biotipo de la raza paterna del animal (tipo materno o terminal) y del peso vivo a la madurez esperado del ovino en el cual se esta estimando el requerimiento energético. Una vez considerados los aspectos anteriores, es importante conocer el peso vivo del animal. Los requerimientos de EM son expresados en términos de MJ de EM requeridos para ganar 100 g de peso vivo, y se presentan en la Tabla 5. A un

mismo peso vivo, los requerimientos de EM son mayores en aquellas categorías de ovinos más precoces, debido a que sus ganancias de peso son más adiposas. A su vez, en la medida que los ovinos se acercan a su peso a la madurez, los requerimientos de EM necesarios para ganar 100 g de peso vivo son más altos, lo que refleja el efecto de un mayor costo energético de las ganancias de peso en animales de mayor tamaño y grado de madurez. Una vez determinados los requerimientos de EM asociados a la ganancia de peso, estos deberán ser sumados a los requerimientos energéticos de mantención.

1 Considerando que una oveja produce, por ejemplo, 3 kg de lana al año, ello significaría una demanda extra de

EM de alrededor de 135 MJ de EM, cifra muy pequeña en comparación a los más de 5000 MJ de EM que representan los requerimientos globales de EM de la oveja durante el ciclo anual de producción.

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Tabla 5. Requerimientos de EM para ganancia de peso vivo en ovinos jóvenes en

crecimiento (en adición a los requerimientos de mantención) (Nicol y Brookes, 2007). Categoría de ovino

Raza paterna

Peso vivo a la

madurez (kg)

Peso vivo (kg)

25 35 45 55

MJ EM por 100 g de ganancia de peso vivo día-1

Borregas Materna 60 4,0 5,0 5,5 6,0 Borregas Caponcito

Terminal Materna

80 3,5 4,0 5,0 5,5

Caponcito Carnerillos/criptorquídeos

Terminal Materna

100 3,0 3,5 4,0 5,0

Carnerillos/criptorquídeos Terminal 140 2,5 3,0 3,5 4,0 Notas: Sume a estas cifras, los requerimientos de mantención del ovino en crecimiento (Tabla 4).

Use proporciones de estos valores para ganancia de peso vivo menores o mayores que 100 g día-1

. Por ejemplo: para un carnerillo de 35 kg de peso vivo cuyo padre es de una raza terminal y que su ganancia de peso es de 300 g día

-1 = 3,0x3,0 = 9,0 MJ de EM.

Sume ó reste 10% a los valores de la tabla, por cada MJ de diferencia si las dietas tienen una concentración de EM bajo ó sobre los 11,0 MJ kg

-1.

1.8 Ejemplo de uso de las tablas para un rebaño ovino de cría. En la tabla 6, se presenta un ejemplo de aplicación de las tablas anteriores, las cuales son utilizadas para la estimación de los requerimientos anuales de EM de un rebaño ovino bajo dos niveles de productividad: uno asociado a una situación de pastoreo en un terreno plano pastizales de buena calidad, y otra que corresponde a un pastoreo en pastizales mas pobre en terrenos montañosos. La tabla siguiente muestra que en un rebaño de mayor productividad, los requerimientos de EM son 29% más altos en comparación a la situación de menor productividad. Tabla 6. Requerimientos anuales de EM de un rebaño de cría ovina, bajo dos situaciones

de pendiente del terreno de pastoreo (Nicol y Brookes, 2007).

Especificación Terreno plano Terreno montañoso

Peso vivo (kg) 70 55 Pérdida/ganancia de peso (kg) 5 6 Corderos nacidos / oveja parida 180 120 Peso del cordero al nacimiento (kg) 5 4 Corderos destetados / oveja parida 150 100 Peso del cordero al destete (kg) 35 25 Requerimientos de EM (MJ de EM)

Mantención 10,0 x 365 = 3650 10,0 x 365 = 3650 Pérdida/ganancia de peso 25 x 5 = 125 25 x 6 = 150 Preñez 255 x 1,8 = 460 200 x 1,2 = 240 Lactancia y crecimiento de los corderos 1625 x 1,5 = 2435 1125 x 1,0 = 1125

Total anual (MJ EM año

-1) 6670 5115

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2. Requerimientos de proteína en rumiantes.

Las proteínas son complejos orgánicos componentes esenciales para todas las plantas y vida animal. Cada proteína se encuentra en el tejido animal o en el alimento que ellos consumen, están constituidas por aminoácidos específicos. Las proteínas en el cuerpo de los ovinos se encuentran en constante degradación y síntesis, procesos que ocurren en forma continua y simultanea. A niveles de mantención, la actividad de síntesis se necesita para reemplazar continuamente los tejidos perdidos del cuerpo y ayudar al nuevo crecimiento de la lana, pezuñas y cuernos. Cuando la producción se mueve por sobre la mantención, es requerida la síntesis adicional de proteína para facilitar a su vez, la síntesis de proteínas destinadas a la gestación, lactancia, y crecimiento. Las necesidades de proteínas, cuando se expresan como un porcentaje de todos los nutrientes, son mayores para el crecimiento de corderos jóvenes, en los cuales la mayor parte del crecimiento se encuentra como depositación de músculo. En las ovejas de cría, los niveles más altos requerimientos de proteínas se producen durante la gestación avanzada, cuando el desarrollo fetal es rápido y en el periodo de lactancia cuando se comienza a sintetizar las proteínas de la leche (especialmente durante las primeras ocho semanas). 2.1 Sistemas de valoración del aporte y calidad de la proteína en rumiantes

El sistema tradicional de valoración proteica de los requerimientos y de la calidad de los alimentos, se basa en la determinación de la proteína cruda. En este sistema, tanto en los

requerimientos nutricionales como todos los compuestos nitrogenados contenidos en un alimento, se asume que el nitrógeno contenido en la proteína es de 16%. Aunque no todo el nitrógeno contenido en los alimentos se asocia con la proteína, y no todas las proteínas contienen 16% de nitrógeno, este sistema de análisis de alimentos y valoración de requerimientos, aun funciona bien para la formulación y evaluación de las dietas de ovinos. En rumiantes, el sistema anterior puede ser cuestionable, debido a que una gran proporción de la proteína cruda dietaria es degradada por la población microbiana en el rumen produciendo moléculas simples como aminoácidos, amoniaco, ácidos grasos volátiles y dióxido de carbono. Debido a lo anterior, la calidad de las proteínas contenida en los alimentos puede variar considerablemente y pueden no reflejarse en la evaluación de los valores de proteína cruda. Los productos finales de la fermentación ruminal pueden ser utilizados en la síntesis de proteína microbial y en muchos casos, este proceso estará limitado por la disponibilidad energética, excepto cuando la dieta es muy pobre en proteína o cuando esta proteína esta protegida por compuestos que impiden su degradación. Si la concentración de amoniaco en el rumen es alta, como sucede cuando los animales consumen dietas ricas en forrajes frescos con alta concentración de proteína, el exceso de amoniaco se absorbe a través de la pared ruminal y es convertido en urea en el hígado. Parte de esta urea puede reingresar al rumen vía salival, pero una gran proporción de esta será excretada por la orina, lo que representa una pérdida de proteína para el animal (Figura 4). La proteína que alcanza el abomaso, la cual está constituida por una mezcla de proteína microbial y proteína del alimento que escapó a la degradación ruminal, es digerida por enzimas proteolíticas en el abomaso y en el intestino delgado y como resultado se obtiene un pool de aminoácidos que serán absorbidos a través de la pared del íleon para ser posteriormente utilizados en los diferentes procesos productivos (Figura 4) y yen lo que se denomina proteína metabolizable (MP). Cualquier remanente de proteína indigestible

pasará hacia el ciego, donde también ocurrirá un proceso de fermentación similar al del

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rumen. El amoniaco resultante será absorbido a través de la pared del ciego y la proteína que no es degradada será finalmente excretada en las heces.

Figura 4. Esquema del metabolismo del nitrógeno en un animal rumiante (PNR = proteína

no degradable en el rumen, PDR = proteína degradable en el rumen). Fuente: Elizondo (2008).

La eficiencia de uso de los aminoácidos en los diferentes procesos productivos es variable, dependiendo de la naturaleza de los aminoácidos requeridos en los diferentes productos, pero en una primera aproximación se propone un valor constante igual a 70% (Brookes y Nicol, 2007). En la actualidad existen sistemas basados en la evaluación de los requerimientos proteicos en términos de proteína metabolizable (MP) (AFRC, 1997; Brookes y Nicol, 2007). Estos sistemas, si bien son mucho más preciso que el de la proteína cruda, requiere que los alimentos sean valorados en términos de su concentración de proteína metabolizable, información que muchas veces no es de fácil disponibilidad2. Al igual que los requerimientos de EM, las necesidades de proteína metabolizable (MP) son calculadas mediante la aproximación factorial, en la cual la MP necesaria para reemplazar la proteína degradada en los tejidos (mantención) o retenida en los productos del crecimiento, lana, preñez y síntesis de leche son calculados en forma independiente y luego sumados, para de ese modo obtener los requerimiento de MP totales. 2.2 Estimación de los requerimientos de proteína en rumiantes.

La cantidad de proteína proporcionada a los ovinos en la mayoría de las situaciones es más importante que la calidad de la misma. Cuando los ovinos consumen un determinado alimento, los microorganismos del rumen son los primeros en atacar y degradar parte de las proteínas contenidas en dicho alimento, generando de este modo aminoácidos. Estos

2 Para la determinación de la concentración de proteína metabolizable de los alimentos, se requiere conocer

entre otras cosas, la degradabilidad efectiva de la proteína cruda de los mismos, el aporte de EM fermentable y el nivel de alimentación al que son sometidos los animales. En términos generales, entre un 50-60% de la proteína cruda contenida en los alimentos frecuentemente utilizados por rumiantes, se absorbe como proteína metabolizable (Brookes y Nicol, 2007).

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aminoácidos son utilizados para sintetizar la proteína microbial, para lo cual se requiere, entre otras cosas, una adecuada disponibilidad energética (en promedio, la síntesis de un gramo de proteína microbial requiere de 8,4 MJ de energía metabolizable). Aproximadamente un 75% de la proteína cruda microbial abandona el rumen en forma de proteína verdadera (aminoácidos), y un 85% de esta es digestible (75x85% = 64% de la proteína microbial se transforma en proteína metabolizable), la cual la cual es de alta calidad a los ovinos. Los aminoácidos contenidos en la proteína microbial que son digeridos, son absorbidos desde el intestino delgado (ver Figura 4). Los ovinos, como en otros rumiantes, son relativamente independientes del tipo y calidad de proteína contenida en el alimento, ya que como se mencionó anteriormente, gran parte de esta proteína es modificada en el rumen y sirve como materia prima para la síntesis de proteína microbial de alta calidad, antes de estar disponibles en el intestino delgado. Por lo tanto, al proporcionar una cantidad suficiente de proteína a los animales, la calidad especifica o el tipo de proteína del alimento no es tan importante. La combinación de proteínas provenientes del alimento, las cuales salen intactas del rumen (proteína cruda no degradable) y la proteína microbiana verdadera digestible, proporcionarán una adecuada fuente de aminoácidos para los diferentes proceso dentro del organismo. Sólo con niveles altos de producción (rápida tasa de crecimiento, alta producción de leche) o cuando el alimento es de mala calidad, es probable que los ovinos puedan responder a la proteína by-pass (proteína protegida ó proteína no degradable). Los alimentos proteicos son generalmente más costosos que los alimentos energéticos, por lo tanto, la sobrealimentación con proteínas será utilizada ineficientemente como fuente energética, por lo cual tiene un impacto económico mayor que la sobrealimentación con energía. No obstante lo mencionado en el párrafo anterior, resulta importante estimar la concentración mínima de proteína cruda debe tener el forraje consumido para satisfacer la producción de proteína microbial: lo anterior de acuerdo al siguiente raciocinio: “El consumo de proteína cruda que se degrada en el rumen debe igualar a la producción de proteína microbial producida en este órgano, que es factible de sintetizar dado la disponibilidad de EM para dicho proceso (MCP). Lo anterior da cuenta del requerimiento mínimo de proteína cruda proveniente del forraje consumido que es necesario para una adecuada síntesis microbial”.

Suponiendo dietas basadas en forrajes, donde se conoce su concentración en EM (MD, MJ kg-1) y su coeficiente de degradabilidad (dg), y sabiendo que estas dietas producen en promedio 8,4 g de MCP por MJ de EM consumida, lo enunciado en el párrafo precedente,

se puede expresar matemáticamente de la siguiente forma:

MDCONR,dgPCCONR 48 ,

donde CONR representa el consumo de MS (kg ovino-1 día-1) y PC es la concentración de

proteína cruda (g kg-1) en dicha MS. Despejando en contenido de proteína cruda del forraje y eliminando el término común CONR a cada lado de la expresión anterior, tenemos:

dg

MD,PC

48

Si por ejemplo, un ovino consume diariamente una dieta en base a forraje que tiene una concentración de EM de 9,9 MJ kg-1 y presenta una degradabilidad de 88,3%, se tiene:

11

18948830

9948,

,

,,PC g de PC kg-1 de MS

Esta concentración de PC (9,4%), será la concentración minima de PC que deberá tener la MS consumida para asegurar una síntesis de proteína microbial acorde con la disponibilidad energética. Si la concentración de PC es inferir a dicho umbral crítico, el animal reducirá su consumo, tratando de establecer un equilibrio entre la cantidad de EM y el consumo de PC. Como se pudo apreciar en el ejemplo anterior, la proteína es esencial para el funcionamiento de los microorganismos del rumen, específicamente la fracción degradable. Cuando la cantidad de proteína requerida para la síntesis microbial es inadecuada, se afecta el consumo de MS, el cual se reduce en forma proporcional al déficit de proteína degradable en el rumen (RDP), situación que puede desencadenar un déficit energético. De lo anterior se desprende que existe una interdependencia entre los aportes energéticos y los proteicos (así como la interacción con otros elementos, especialmente azufre y otros elementos minerales), para poder efectuar adecuadamente la síntesis microbial. De hecho, si los animales rumiantes presentan un déficit energético, la deficiencia de proteína en la dieta agrava esta situación. Cuando el problema radica en incrementar el consumo en aquellas praderas con alta disponibilidad, pero de regular a mala calidad en cuanto a su contenido proteico, la suplementación proteica se hace necesaria solamente en períodos de alta demanda, fisiológica, y especialmente con fuentes proteicas de alta degradabilidad. Cabe recordar que la proteína se convierte en grasa, solamente cuando es aportada en cantidades que superan los requerimientos, implicando además, un alto costo metabólico para excretar el exceso de nitrógeno producido, lo que incluso puede afectar procesos fisiológicos asociados a la reproducción. Queda en evidencia también que, cuando los niveles de producción son más altos, como por ejemplo los asociados a corderos en crecimiento, ovejas en último tercio de gestación y lactancia temprana, la síntesis microbial, generalmente no satisface las demandas totales, requiriéndose una proporción creciente de proteína no degradable, para satisfacer los requerimientos totales. En la Tabla 7, se presentan resumidamente los requerimiento proteicos de varias categorías de ovinos (NRC, 2007). Estos requerimientos están expresados en términos de proteína cruda, pero en su determinación, previamente se han efectuado los cálculos sobre la determinación de los requerimientos de proteína metabolizable, considerando los aportes de MP proveniente de dietas donde sus ingredientes son fundamentalmente forrajes, para un nivel medio de alimentación.

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Tabla 7. Requerimiento de proteína cruda para varias categorías de ovinos (NRC, 2007).

Categoría de ovinos Consumo MS (kg día

-1)

Proteína Cruda

(g día-1

)

Proteína Cruda

(%)

Mantención (oveja kg de 70 kg de peso vivo a la madurez) 1,18 113,3 9,6

Gestación tardía (180 – 225% de parición esperada) 1,81 202,7 11,2

Lactancia

Únicos Mellizos

2,26 2,81

300,6 415,9

13,3 14,8

Corderos destetados precozmente (30 kg) Moderada a alta tasa de crecimiento 0,91 132 14,5

Corderos finalizados (40 kg) a los 4-7 meses de edad 1,58 184,9 11,7

Borregas (50 kg 0,91 82,8 9,1

3. Requerimientos de minerales.

Dieciséis minerales han sido clasificados nutricionalmente como esenciales para los ovinos. Los minerales requeridos por todas las células del cuerpo son clasificados como macro nutrientes. Estos son calcio (Ca), fósforo (P), potasio (K), azufre (S), magnesio (Mg), sodio (Na) y cloro (Cl). Los minerales requeridos en pequeñas cantidades son denominados micronutrientes. Este grupo incluye al yodo (I), cobre (Cu), hierro (Fe), manganeso (Mn), zinc (Zn), cobalto (Co) y selenio (Se). Si bien no son considerados microelementos esenciales, Cadmio, Plomo, Flúor y Molibdeno son microelementos altamente tóxicos, por lo cual es necesario conocer las implicancias de una eventual ingestión por sobre sus límites de tolerancia. Los minerales juegan un papel importante en el funcionamiento del sistema nervioso y el esqueleto del cuerpo. En algunos tejidos del cuerpo se acumulan grandes cantidades de minerales específicos. Por ejemplo, el 99% del total del Ca, el 80 - 85 % de P y el 70% de Mg, se encuentra localizado en el esqueleto. También, sobre el 80% del total del yodo del cuerpo está presente en la glándula tiroides. Sin embargo, la mayoría de los minerales, se encuentran más uniforme distribuidos por todo el cuerpo. Se debe tener mucho cuidado con la suplementación mineral, ya que en muchos casos, la diferencia entre el nivel de deficiencia de los minerales y los niveles tóxicos de estos pueden ser muy pequeñas. A continuación, en las Tablas 8 y 9, se presenta en forma resumida funciones, síntomas de deficiencia y recomendaciones dietarias de los diferentes elementos minerales esenciales:

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Tabla 8. Macrominerales en la nutrición del ovino: funciones, síntomas de deficiencia y

recomendaciones dietarias (Fuente: SCA, 1990).

Mineral Función del mineral Síntomas de deficiencia

Cantidades recomendadas

Calcio Esencial para el desarrollo normal y mantenimiento de huesos y dientes.

Importante en la coagulación de la sangre y la lactancia. Permite funcionar al corazón, nervios y músculos. Regula la

permeabilidad del tejido de las células. Influye sobre el aprovechamiento del fósforo y del zinc.

Desarrollo anormal de los huesos; raquitismo en animales jóvenes y

osteomalacia en los adultos. Pueden presentarse casos de hipocalcemia (fiebre de la leche),

en las primeras semanas de la lactancia, si es que los requerimientos de Ca no son

suplidos a una velocidad adecuada. La concentración normal de Ca en

el plasma es de 9–10 mg/100 ml, disminuyendo más un 50% en condiciones de hipocalcemia.

El libre acceso a un suplemento mineral adecuado o Ca agregado a

la ración como se requiera para elevar el nivel de la ración total ligeramente por encima de los

requerimientos. Concentración recomendada en la

MS: 1,5 – 2,6 g kg

-1

Fósforo Esencial para la solidez de huesos y dientes y para la asimilación de los hidratos de carbono y las grasas. Un ingrediente

vital de las proteínas en todas las células del cuerpo. Necesario para la activación de las enzimas. Actúa como amortiguador en

la sangre y tejidos. Ocupa una posición clave en la oxidación biológica y en la reacción que requieren energía.

Desarrollo anormal de los huesos, crecimiento lento, altas necesidades de alimentos, apetito

depravado, aspecto débil, indiferencia, sangre pobre en fósforo, patas torcidas, corderos

débiles y producción de leche disminuida.

Se debe permitir el libre acceso a un mineral adecuado o agregar P a la ración para llevar su nivel

ligeramente por encima de los requerimientos.

Concentración recomendada en la MS:

1,3 – 2,5 g kg-1

Potasio Esencial para el adecuado equilibrio osmótico del organismo, función de las

enzimas, músculo y nervio. Importante para la actividad microbiana del rumen y el apetito.

Poco apetito y conversión de alimentos, rigidez progresiva

desde el frente hasta la parte posterior y lana seca.

Los forrajes generalmente proporcionan cantidades más altas

que las necesarias, y si la concentración en ellos se incrementa notoriamente con la

fertilización, se puede llegar a niveles tóxicos que causen desequilibrios, los cuales pueden

desencadenar hipomagnesemia (K > 30 g kg

-1 de MS).

Concentración recomendada en la MS:

5,0 g kg

-1 en el forraje.

Azufre Se requiere en el cuerpo para la síntesis

de proteínas, hormonas, tiamina y compuestos desintoxicantes. Forma parte de los aminoácidos azufrados

esenciales, los cuales son importantes constituyentes de las fibras y otras estructuras córneas en donde la queratina

es la principal proteína. Fundamental en la síntesis proteica por parte de los microorganismos del rumen.

Bajas ganancias de peso,

deficiencia alimenticia y del crecimiento de la lana.

Concentración recomendada en la

MS: En ovinos, se estima una relación

S/N a nivel ruminal igual a 0,08, con una concentración en el forraje de 2 g de S kg

-1 MS.

Magnesio Necesario para muchos sistemas enzimáticos; juega un papel vital en el metabolismo en los hidratos de carbono,

equilibrio osmótico y sistema nervioso. El 70% del Mg está asociado al esqueleto y un 25% a la masa muscular esquelética y

un 1% a los espacios extracelulares.

Una bajada brusca de su concentración normal en el plasma (valores normales son:

0,75 – 1,3 mmol de Mg l-1

ó 1,82 – 3,16 mg de Mg por 100 ml), puede causar Tetania

Hipomagnesémica, lo que a veces sucede, especialmente en animales en lactancia, en

praderas mixtas con proporciones bajas de trébol y concentraciones de < 1 g de Mg kg

-1 de MS, < 1,5 g

de Na kg-1

MS y K > 30 g kg-1

de MS.

Concentración recomendada en la MS:

1,2 – 1,9 g de Mg kg-1

de MS en el forraje en ovinos y vacunos, respectivamente.

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Cl y Na (sal) El cloruro de sodio ayuda a mantener la

presión osmótica en las células del cuerpo, de la cual depende la transferencia de los principios nutritivos a las células, la

remoción del material de desecho y el mantenimiento del equilibrio acuoso entre los tejidos. También es importante en la

formación de la bilis, la cual ayuda a la digestión de las grasas y carbohidratos; el cloro se requiere para la formación de

ácido hidroclórico en el jugo gástrico, tan vital para la digestión de la proteína. Merece señalarse que cuando se omite la

sal, el sodio es el primero que expresa su deficiencia.

Apetencia insaciable de sal,

apetito depravado (como se evidencia por masticar madera, lamer suciedad, etc.) falta de

apetito, aspecto débil, pérdida de peso, capacidad disminuida para la utilización de los alimentos y

marcada merma de la producción de leche.

Los ganaderos de los campos de

pastoreo naturales proporcionan 200 a 350 gr de sal/oveja/mes. Los corderos consumen alrededor

de 0,01 gr día-1

en corrales; los ovinos adultos consumen más. Se debe agregar 0,5 por ciento de

sal para completar el alimento, o 1,0% al concentrado solamente.

Concentraciones recomendadas en la MS:

0,25 – 0,5 g Cl kg-1

de MS en ovinos en crecimiento y ovejas preñadas.

0,8 – 1,0 g Cl kg-1

de MS en ovejas lactantes.

0,9 g de Na kg-1

de MS en ovejas preñadas y en lactancia.

0,7 g de Na kg-1

de MS en otras categorías.

Tabla 9. Microminerales (elementos trazas) en la nutrición del ovino: funciones, síntomas

de deficiencia y recomendaciones dietarias (Fuente: SCA, 1990).

Yodo El yodo es requerido por la glándula tiroides para la formación de tiroxina (una

hormona que contiene yodo y controla el ritmo del metabolismo del cuerpo y producción del color).

Su carencia causa hipotiroidismo y el exceso, hipertiroidismo (se

recomienda alimentos que no contengan más de 8 mg de yodo kg

-1 de MS).

Corderos nacidos con bocio, generalmente nacen muertos o

mueren poco después de nacer. Por lo común, estos corderos tienen poca lana.

Concentraciones recomendadas en la MS:

0,5 mg kg

-1 del total del alimento

(base seca), para todas las

categorías de animales Libre acceso de sal yodurada

estabilizada que contenga 0,01% de yoduro de potasio (0,0078% de yodo).

Cobre El cobre, juntamente con el hierro, es necesario para la formación de la hemoglobina de los glóbulos rojos de la

sangre. El cobre es esencial en los sistemas enzimáticos, desarrollo del pelo y pigmentación, crecimiento de los huesos,

reproducción y lactancia.

Generalmente afecta a los corderos más jóvenes. Los corderos nacen débiles y pude

sobrevenir la muerte por inanición a causa de su incapacidad para mamar. Falta de coordinación

muscular. Lana “medulada” y sin ondulaciones y despigmentada en los ovinos negros.

El S, Mo, Zn, Fe, Cd, y ciertos constituyentes orgánicos pueden

afectar su biodisponibilidad, interactuando de manera compleja con este microelemento.

Cantidades excesivas de Cu pueden ser tóxicas (> 50 mg en

ovinos).

Concentración recomendada en la MS:

5 mg de Cu kg-1

de MS. Agréguese sulfato de cobre a la sal

en proporción de 0,5%.

Hierro Ovinos y vacunos contienen ente 50 – 70 kg de Fe kg

-1 de W, casi en su totalidad

formando parte de la hemoglobina. Se almacena en hígado, bazo, riñón y médula ósea. Importantes cantidades se secretan

en la leche (30 mg de Fe kg-1

de MS).

Su deficiencia causa anemia.

Excesos pueden causar trastornos en el metabolismo del Cu (máximo 500 -1000 mg de Fe kg

-1 de MS

para ovinos y vacunos, respectivamente).

Concentración recomendada en la MS

40 mg de Fe kg

-1 de MS, para todas

las categorías de animales.

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Manganeso Componente o activador de numerosas

enzimas.

En rumiantes, la deficiencia de Mn

causa anormalidades en el desarrollo del esqueleto, cojera, como también alteraciones en la

fertilidad. Altas concentraciones en el

alimento (>2600 mg de Mg kg-1

MS) pueden ser tóxicas. Ej. Semillas de lupino contienen 2000

mg de Mn kg-1

de MS. Las praderas raramente superan los 1000 mg de Mn kg

-1 de MS.

Concentración recomendada en la

MS 15 - 25 mg de Mn kg

-1 de MS,

dependiendo del nivel de producción, sobre todo en la gestación.

Zinc Forma parte de los sistemas enzimáticos y actúa como cofactor de numerosas enzimas. Se acumula preferentemente en

los huesos

Su deficiencia causa paraqueratosis, y retarda el crecimiento. También se afecta el

crecimiento de la fibra. Se observa desprendimiento de lana, hinchazón y lesiones

alrededor del abdomen y en las zonas periorbitales de los ojos, salivación excesiva, anorexia; los

animales se comen la lana, se muestran indiferentes y crecen en forma reducida.

Cantidades excesivas afectan el metabolismo del Cu.

Concentración recomendada en la MS:

20 – 30 mg de Zn kg-1

de MS, para todas las clases de animales.

Cobalto Esencial (juntamente con el hierro y el

cobre) en la prevención de la anemia. Necesario para la síntesis de la vitamina B12 (de la cual es un componente

indispensable). La vitamina B12 influye en el crecimiento de las bacterias del rumen.

Bajo condiciones de pastoreo, los

ovinos son más susceptibles que los bovinos a una deficiencia de cobalto, especialmente en

animales jóvenes. Cantidades excesivas (40 mg kg

-1 de peso

vivo) pueden ser letales.

Pérdida del apetito, debilidad, anemia y disminución de la

fertilidad y la producción de leche.

Concentración recomendada en la

MS: 0,11 mg kg

-1

Suminístrese cobalto en la proporción de 26,5 g cada 100 kg

de sal como cloruro de cobalto o sulfato de cobalto.

Selenio Forma parte de la enzima glutation -

peroxidasa, que junto con la vitamina E actúan como antioxidantes, cumpliendo un rol complementario. También forma parte

de varias enzimas microbiales.

Su carencia provoca problemas

de fertilidad y diversas miopatías, tales como el “músculo blanco”. El animal es más susceptible cuando

hay deficiencia de fósforo, proteína y vitamina A. Al ser un elemento que se acumula en los

tejidos vegetales puede resultar tóxico (5 –40 mg de Se kg

-1 de

MS), causando disminución en el

crecimiento de la lana, cojera, trastornos de la visión y en función reproductiva. 25 y 12 ng l

-1 se

consideran niveles normales en el plasma sanguíneo de ovinos y vacunos, respectivamente. Cifras

menores que 12 (ovinos) y 8 (vacunos) ng l

-1, son consideradas

deficientes, por lo cual hay una

respuesta a la administración de selenio.

Concentración recomendada en la

MS: 0,05 mg de Se kg

-1 de MS, para

todas las clases de animales.

Flúor Componente esencial de huesos y dientes.

Considerado micromineral esencia para el hombre y animales de laboratorio.

Las pequeñas cantidades de flúor

existentes en las raciones y en el agua de bebida cubren los requerimientos de los animales,

por lo cual su deficiencia no es un problema.

Importante por sus efectos tóxicos, los que causan alteraciones en los huesos y

dientes

Nivel de seguridad para el ganado

ovino: 70-100 mg kg

-1 de fluoruro sódico u

otra fuente soluble de flúor.

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Otros microelementos

Si bien no son considerados

microelementos esenciales, Cadmio, Plomo y Molibdeno son microelementos altamente tóxicos. Se recomienda que las

concentraciones de Pb no superen los 60 mg kg

-1 de MS. En el caso del Cd y Mo,

cuando estos elementos se presentan en

cantidades excesivas, pueden alterar metabolismo del Cu.

4. Requerimientos vitamínicos.

Todos los ovinos requieren en la dieta las vitaminas A, D y E. Las vitaminas B y K son requeridas por los corderos antes de que el rumen sea funcional. A partir de este momento, siempre y cuando el rumen está funcionando normalmente, los microorganismos sintetizan estas vitaminas en cantidades suficientes para satisfacer las necesidades de los animales. La vitamina C es sintetizada en cantidades adecuadas por los tejidos del cuerpo de los ovinos. Los alimentos tradicionales verdes y amarillos consumidos por los animales adultos contienen β-caroteno, el cual es convertido en vitamina A en el cuerpo, excepto en periodos de sequía, cuando el calor y la radiación dañan los alimentos que consumen los animales o cuando el forraje está muy maduro. Los ovinos que consumen forraje verde, especialmente aquellos muy hojosos, durante la primavera y el verano, suelen almacenar cantidades de vitaminas A, a nivel hepático, los que les permite mantener la salud por 4 a 6 meses, cuando la dieta carece de β-caroteno o la vitamina A está ausente en la misma. Los alimentos tradicionales, normalmente proveen una adecuada cantidad de vitamina E, excepto durante condiciones especiales, como se ha mencionado para el β-caroteno. En general las ovejas expuestas a la luz del sol, obtienen suficiente vitamina D a través de la radiación ultravioleta. Los de piel blanca o de lana corta reciben más vitamina D a través de la radiación, que los de piel negra y/o de lana larga. Si los animales están continuamente confinados, sin presencia de luz solar, se les debe suplementar con vitamina D. Esto es especialmente importante para los corderos de rápido crecimiento. En general se recomienda suplementar con vitaminas A, D, y E, las dietas de corderos confinados. Cualquier exceso no será lo suficientemente grande como para que surjan problemas de toxicidad. Las mezclas de estas vitaminas se añaden a las dietas de los animales en cantidades tan pequeñas que los gastos son mínimos. En la Tabla 10, se resumen las funciones, sintomatología de deficiencia y recomendaciones dietarias para las principales vitaminas requeridas por los rumiantes.

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Tabla 10. Vitaminas en la nutrición del ovino: funciones, síntomas de deficiencia y

recomendaciones dietarias.

Vitaminas Función de la vitamina Síntomas de deficiencia Cantidades recomendadas

A (retinol)

Promueve el crecimiento y estimula el apetito Favorece la reproducción y la lactancia.

Ayuda a mantener las membranas mucosas de las vías respiratorias y de otros tractos en condiciones saludables

Permite una visión normal.

Retardo en el crecimiento, retención de placenta, malformaciones óseas, problemas reproductivos y ceguera

nocturna. Especialmente en carneros, y en

períodos de sequías prolongadas (> 6 meses de carencia de forraje verde), pueden existir problemas carenciales,

si es que las reservas hepáticas de retinol no son suficientes para satisfacer los requerimientos (o bien si

es que existe una disfunción hepática), lo que puede afectar la fertilidad del carnero, ya que pueden producirse

alteraciones en los epitelios gonadales, lo que se traduce en un deterioro de la calidad seminal, afectándose la

concentración espermática, motilidad y volumen, con un aumento de espermios anormales.

Corderos-borregas: 10 μg kg

-1 de peso vivo por

día

Carneros: 15 μg kg

-1 de peso vivo por

día Ovejas preñadas:

20 μg kg-1

de peso vivo por día

Ovejas en Lactancia: 30 μg kg

-1 de peso vivo por

día

D (D2 ó ergocalciferol; D3 ó colecalciferol)

Favorece la absorción de calcio y fósforo a nivel intestinal. En corderos, previene el raquitismo y en

ovejas en gestación previene las malformaciones óseas.

Raquitismo en corderos jóvenes Malformación congénita en corderos recién nacidos a causa de deficiencias

extremas. Osteomaleacea en animales adultos.

0,15 μg kg-1

de peso vivo por día en corderos, terneros, borregas y vaquillas en

crecimiento. 0,25 μg kg

-1 de peso vivo por

día en ovejas y vacas preñadas y lactantes.

E

( -tocoferol)

La vitamina E está presente en abundancia

en los forrajes frescos, por lo que su carencia es rara en rumiantes en pastoreo. No obstante, al deshidratar los forrajes, se

producen importantes pérdidas de esta vitamina. La vitamina E cumple una importante función en el organismo: acción

antioxidativa general, acción preventiva en la formación de peróxidos (provenientes de la destrucción de fosfolípidos) que dañan la

célula. Esta acción se realiza en forma complementaria con el selenio, existiendo si, niveles mínimos de cada uno de estos

compuestos para que esta acción sea efectiva.

Su carencia puede causar problemas

reproductivos y miopatías como el “músculo blanco”.

Niveles inferiores a 2-2,5 mg l-1

en el plasma, provocan “músculo blanco” en corderos.

En ovejas, la miopatías de desencadena con niveles plasmáticos

inferiores a 1 mg l-1 (o niveles hepáticos inferiores a 1 mg kg

-1 fresco)

a pesar de existir niveles adecuados

de Se. Dosis de 2000 mg de α-tocoferol (vía oral o intramuscular han sido efectivas en el tratamiento de la

miopatía.

Concentración dietética

mínima recomendada: 10 - 20 mg kg

-1 de MS con

valores adecuados de Se en la dieta.

5. Necesidades de agua.

En condiciones normales, los ovinos necesitan beber aproximadamente dos litros de agua por cada kilo de materia seca que consuman. Esta necesidad aumenta en la época de calor, cuando el alimento contiene mucha fibra o cuando los niveles de producción de leche son elevados, y disminuye un poco cuando hay pastos frescos ricos en agua. Si por alguna razón un animal bebe poca agua, consumirá menos alimento y, por lo tanto, su producción disminuirá. Además del agua que beben las ovejas, estas obtienen agua de los alimentos frescos, la nieve y el rocío. El total de agua requerida varía según el tamaño y condición fisiológica del animal y el nivel de ingestión. Las ovejas preñadas mantenidas con un alto índice alimenticio requieren hasta el doble de agua que consumen las ovejas vacías. En igual

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forma, las ovejas gestantes requieren más agua, especialmente en el primer tercio de la gestación y sobre todo durante la lactancia, periodos en los cuales consumen de 30 a 50% más de agua que cuando están secas. A las ovejas estabuladas se les debe suministrar un promedio de 4 litros de agua por cabeza al día. El la Tabla 11, se resumen los requerimientos de agua de bebida para ovinos en diferentes estados fisiológicos, con diferentes temperaturas ambientales. Tabla 11. Consumo de agua (kg de agua por kg de MS consumida) de ovinos en diferentes

estados fisiológicos y con distintas temperaturas1.

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6. Referencias.

AGRICULTURAL AND FOOD RESEARCH COUNCIL (AFRC). 1993. Necesidades energéticas y proteicas de los rumiantes. Editorial Acribia S. A. Zaragoza. España. 175 p. ELIZONDO, S. J. 2008. Requerimientos nutricionales de cabras lecheras. II. Proteína Metabolizable. Agronomía Mesoamericana 19(1): 123-130. NATIONAL RESEARCH COUNCIL (NRC). 2007. Nutrient Requirements of Small Ruminants: Sheep, Goats, Cervids, and New World Camelids. The National Academic Press. Washington D.C. 362 p. NICOL, A. M. 1987. Feeding Livestock on Pasture. New Zealand Society of Animal Production. Occasional Publication Nº 10. 145 pp. NICOL, A.M. AND BROOKES, I.M. 2007. The metabolisable energy requirements of grazing livestock. Cap. 10. pp. 151-172. In: Rattray, P.V., Brookes, I.M and Nicol, A.M. Pasture and supplements for grazing animals. Hamilton, New Zeland. 309 p. STANDING COMMITTEE ON AGRICULTURE, RUMINANTS SUBCOMMITTEE (SCA). 1990. Feeding standards for Australian livestock. 266 p. Standing Committee on Agriculture (SCA), Ruminants Subcommittee. CSIRO Publications, Melbourne, Australia. STANDING COMMITTEE ON AGRICULTURE, RUMINANTS SUBCOMMITTEE (SCA). 2007. Nutrient Requirement of Domesticated Ruminants. CSIRO Publications. Melbourne, Australia. 296 p.