55
Historia del Barrio Guacamayas ---------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- HISTORIA DEL BARRIO LAS GUACAMAYAS

Historia barrio las guacamayas

Embed Size (px)

DESCRIPTION

Trabajo de investigación participativa sobre historia barrial del Barrio Las Guacamayas en el sur oriente de Bogotá. Basado en entrevistas y grupos focales con habitantes del barrio. Voces de la gente en un barrio diseñado por la Caja de Vivienda Popular bajo el esquema de normas mínimas y lotes con servicios.

Citation preview

Page 1: Historia barrio las guacamayas

H i s t o r i a d e l B a r r i o G u a c a m a y a s ----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

H I S T O R I A D E L B A R R I O

L A S G U A C A M A Y A S

Page 2: Historia barrio las guacamayas

H i s t o r i a d e l B a r r i o G u a c a m a y a s ----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

H I S T O R I A D E L B A R R I O

L A S G U A C A M A Y A S

L u i s B e r n e t h P e ñ a S o n i a M i r e y a T o r r e s B l a d i m i r R o d r í g u e z

B o g o t á , 2 0 0 1

Page 3: Historia barrio las guacamayas

H i s t o r i a d e l B a r r i o G u a c a m a y a s ----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

A g r a d e c i m i e n t o s

Como verdaderos protagonistas, de una historia que se construye día a día, desde los anhelos e i lusiones, pero también desde las luchas por conseguir una vida más digna, los habitantes del barrio Guacamayas II sector, han sido partícipes de este esfuerzo, por recuperar las voces si lenciadas y anónimas que desde hace más de dos décadas rondan y recrean este escenario. A ellos y el las, nuestro especial agradecimiento por permitirnos excavar en el anaquel de sus recuerdos, tratando de encontrar las piezas que cada uno tiene para armar el rompecabezas de esta Historia Común.

Así mismo, expresamos una especial gratitud a los entrevistados, como Abdenago Córdoba, Flor Alba Suárez, Miriam Torres, Ricardo Sarmiento, Lucero Gómez, Pedro Vargas, Guil lermo Peña, Jorge Enrique Medina Santell i , Benigno Martínez, Darío Romero, por brindarnos sus versiones e impresiones, que nos permitieron recuperar y recrear las experiencias de un pasado vivo y fuerte en nuestro presente.

A todos aquellos que participaron de los tal leres de sensibil ización y recuperación de la

memoria histórica, como el grupo de las “ESPERE” Esperanza, Perdón y Reconcil iación, a los vecinos y vecinas del barrio, al grupo de Renovación en Vía de Existencia, a los niños y niñas de la Escuela Alemania Unificada, a su profesora y directora, que nos permitieron escuchar las voces de los más nuevos en el barrio, para descubrir en su sonrisa los anhelos de quienes desde ya son el presente y el futuro.

Page 4: Historia barrio las guacamayas

H i s t o r i a d e l B a r r i o G u a c a m a y a s ----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

A los compañeros de la Juventud de Trabajadores Colombianos, JTC, quienes han contribuido de manera especial en el desarrollo de este proceso, participando en uno de los tal leres de sensibil ización histórica y con un trabajo anterior que ellos mismos realizaron en aras de recuperar la historia de este barrio.

A don Peña, don Ospina, doña María, doña Marta y todos aquellos y aquellas que no

podríamos nombrar, pues la l ista se hace interminable, pero que se reflejan en estos rostros, que con sus aportes y compromiso, han permitido que el barrio continúe transformándose.

Al cerro de Guacamayas, Cuchil la o loma, como la l laman sus vecinos, por su inmensa

sabiduría y apaciguado silencio, que durante décadas ha sido testigo de la historia que en parte aquí se recrea, convirt iéndose en elemento de especial inspiración para los habitantes del barrio y para quienes los visitan.

Page 5: Historia barrio las guacamayas

H i s t o r i a d e l B a r r i o G u a c a m a y a s ----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Tabla de Contenido

I n t r o d u c c i ó n 5 G u a c a m a y a s e n l a h i s t o r i a 6 L a a d j u d i c a c i ó n 9 L a p r i m e r a i m p r e s i ó n 1 1 L a c r u z a d a e f í m e r a : l a i n v a s i ó n 1 5 S e r v i c i o s P ú b l i c o s o r g a n i z a c i ó n p o l í t i c a c o m u n a l : G u a c a m a y a s c o m o l u g a r p a r t i c u l a r d e l a p o l í t i c a 2 1

Page 6: Historia barrio las guacamayas

H i s t o r i a d e l B a r r i o G u a c a m a y a s ----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

E l p r i m e r g r a n p r o y e c t o : l a e s c u e l a 2 7 C a m b i o d e l e n t o r n o y l a s c o n d i c i o n e s d e v i d a 3 2 C a d a v e z s o m o s m á s h a b i t a n t e s p e r o s o m o s m e n o s v e c i n o s . I n q u i l i n o s y e s t r u c t u r a p o b l a c i o n a l 3 8 L a p e r c e p c i ó n d e l e s p a c i o e n G u a c a m a y a s : ¿ T r e s b a r r i o s d i f e r e n t e s ? 4 1 P r o b l e m a s a c t u a l e s d e l b a r r i o 4 8 A m a n e r a d e c o n c l u s i ó n : G u a c a m a y a s h a c i a e l f u t u r o 5 2

Page 7: Historia barrio las guacamayas

H i s t o r i a d e l B a r r i o G u a c a m a y a s ----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

5

I n t r o d u c c i ó n

La histor ia es una de las más poderosas herramientas que individual y colect ivamente podemos

tener como ciudadanos. Solo considerando el transcurr ir de las personas y los procesos en los que el las están inmersas podemos alcanzar un conocimiento proyectivo de nuestras experiencias cot idianas. Con la histor ia aprendemos de los demás, aprendemos a respetarlos y saber cr i t icarlos; aprendemos, en ult imas, de nosotros mismos, de nuestra identidad a veces refundida entre el i r y venir . Aquí está consignada una parte de la histor ia del barr io Guacamayas y más que anécdotas se recuperan todos los t ipos de tr iunfos y luchas –cotidianas, grandes, pequeñas- que sus habitantes dieron y están dando para constituir , s in duda, uno de los universos urbanos más interesantes en esta, de por sí , confl ict iva ciudad. La premisa que motiva este trabajo es que pensar la historia es el pr imer paso para ref lexionar sobre el futuro . Sin ese compromiso nuestra práct ica se puede perturbar.

Esperamos con este texto, que solo puede recoger una porción de la histor ia de las personas del barr io

Guacamayas, motivar acciones y sentimientos en las nuevas generaciones de habitantes, a los que piensan quedarse mucho t iempo y a los que están de paso.

Por últ imo, este documento pretende ser un homenaje a todos los habitantes de Guacamayas que

gracias a su esfuerzo, a su persistencia por alcanzar el sueño de tener una casa digna y propia han logrado construir lentamente un fabuloso barr io, un ambiente f ís ico portentoso si consideramos la situación inicial . El trabajo de construcción de este barr io no puede olvidarse y debe ser valorado por las nuevas generaciones porque solo así podremos comprender la magnitud de los logros y luchas que se han dado. Solo así sabremos sobre qué base construir proyectos colect ivos en el futuro.

Page 8: Historia barrio las guacamayas

H i s t o r i a d e l B a r r i o G u a c a m a y a s ----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

6

G u a c a m a y a s e n l a H i s t o r i a

Muchas cosas estaban pasando en el

mundo, en el país y Bogotá cuando se decidió crear un barr io con las “normas mínimas de urbanización”, como fue el caso de Guacamayas. Todas esas cosas componían la atmósfera que iba a respirar el barr io. Pensar a Guacamayas sin ese entorno sería como hablar de una is la perdida en medio del mar. Cada una de las cosas que conforman ese entorno de alguna manera se combinaron y confluyeron en el sur or iente de Bogotá y le otorgaron a nuestro barr io un est i lo, con algunos elementos únicos pero también con muchas cosas en común con otros barrios de la ciudad y Lat inoamérica.

Guacamayas surgió

cuando en el mundo estaba en apogeo la confrontación de dos est i los de gobierno y economía: el capital ismo y el social ismo. Esa confrontación, que l lamaron Guerra Fr ía, div idió al mundo en países amigos de uno u otro est i lo de economía. Las dos potencias l íderes, La Unión Soviét ica y Los Estados Unidos de América, se

disputaban el control ideológico de la mayor cantidad de países del planeta, como en un gran teatro de marionetas. Colombia se declaró f iel a Estados Unidos y dentro de el la se repetía esa confrontación mundial que se evidenciaba en que

unos apoyaban esa f i l iación y otros la deploraban. Como veremos, en el barr io esa confrontación estuvo muy presente y, s i se quiere, fue fuente de unas contradicciones que le dieron vida.

Antes de la

formación del barr io, en el t ibio y huracanado caribe, una is la se declaraba amiga de la Unión Soviét ica y el social ismo. Unos muchachos barbados declaraban la Revolución Cubana no sin la profunda

incomodidad de los patrones de este lado del mundo. Cuba, que está a 200 ki lómetros de Estados Unidos, representó una amenaza para la forma de gobierno en América Latina. Por mandato de la nación del dólar, el águi la y las 52 estrel l i tas, se inició una “Al ianza Para El Progreso”, consistente en programas de viv ienda, reforma

P l a n o d e l b a r r i o G u a c a m a y a s 2 d o s e c t o r

Page 9: Historia barrio las guacamayas

H i s t o r i a d e l B a r r i o G u a c a m a y a s ----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

7

económica, construcción de vías, etc. a f in de hacerle frente a la pobreza tan agudizada en América Latina. La Revolución Cubana, y todo el malestar que causó en los dir igentes impulsó, pues, a que se crearan iniciat ivas como el de la urbanización de normas mínimas, para ofrecerle a los pobres de la ciudad y a los pobres recién l legados del campo la posibi l idad de acceso a la viv ienda.

Bajo el conjunto de cambios que se estaban

dando en esos años (décadas de 1960 y 1970) los gobernantes del país tuvieron que desmontar, por lo menos legalmente, el Frente Nacional, nombre que se le dio a la alternación entre l iberales y conservadores en el gobierno. Con la l iquidación legal de este esquema de gobierno, la part ic ipación de otros part idos y fuerzas pol í t icas se l iberó un poco, si se t iene en cuenta que el objet ivo del l lamado Frente fue, precisamente, el de cerrarles la puerta a estas otras alternativas. Organizaciones pol í t icas como el Part ido Comunista, El MOIR y la ANAPO empezaron a tener alguna relevancia y se convirt ieron en una opción para diferentes personas del país. Esta momentánea apertura fue de inmediato impedida o l imitada por los ya muy comunes Estados de Sit io en los que se reducen, persiguen y cast igan toda forma de desacuerdo con el gobierno.

Por el lado de la economía las cosas también

estaban cambiando. De un modelo proteccionista que poseían mecanismos para resguardar la producción nacional e incentivar la ampliación del mercado dentro del país, se estaba pasando a un

modelo mixto. Tal modelo mixto fue una transición entre el proteccionismo y el neol iberal ismo de hoy. A mediados de la década de los setenta, se empezó a hablar de défici t f iscal, la reducción del Estado que era el mayor generador de empleo, la apertura comercial y debi l i tamiento de la inversión del Estado en servicios públ icos a favor de la autof inanciación de las empresas de servicios. Estas medidas económicas signif icaron, en general , una baja en la remuneración de los trabajadores que implicaba una perdida en el poder adquisit ivo, es decir, impl icaba un empeoramiento de las condiciones de vida de los pobres. Los trabajadores no se mantuvieron pasivos y en 1977 real izaron el últ imo gran paro cív ico del país.

La economía informal, aquel la de los que

trabajan “por cuenta propia” y muchas veces excluidos del acceso a los servicios sociales, creció rápidamente. En 1978 había 2 mil lones de personas que tenían un trabajo por cuenta propia, algunos de el los disfrutando de muy buenas condiciones de vida y otros, la mayoría en real idad, tratando de hacerle el quite a las adversidades vendiendo en la cal le o casetas, reparando zapatos, ropa, las herramientas de la cocina o haciendo arreglos y mejoras en las casas de los vecinos. Esa masa de tenaces trabajadores formales e informales, nutr ida por la imparable movi l ización del campo a la ciudad por motivos económico o por la violencia, fue la que al imentó al barr io Guacamayas y muchos otros barr ios populares de la capital .

Page 10: Historia barrio las guacamayas

H i s t o r i a d e l B a r r i o G u a c a m a y a s ----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

8

Bogotá ya desde esa época era la ciudad más grande y concentraba la mayor cantidad de act iv idades económicas de Colombia. Se iniciaba un proceso de compactación y densif icación de la ciudad que estaba creciendo dispersamente como lo dejan ver los mapas de crecimiento urbano. La densif icación de Bogotá fue impulsada por el Inst i tuto de Crédito Terr i tor ial y la Caja de Vivienda Popular a través de dos formas de urbanización: la Norma Normal de Urbanización y Servicios apl icada al norte y el occidente y, otra, la Norma Mínima de Urbanización y Servicios aplicada hacia el sur-or iente bajo el plan conocido como PIDUZOB. La Norma Mínima de urbanización, es decir , lo que las personas l lamaron Lotes con Servicios, se apoyaba en “ la confianza en la capacidad del

pueblo en la autoconstrucción”; esa antigua y ef ic iente forma de crear un espacio donde darle vida a la famil ia que servia, de paso, para que las el i tes de la ciudad y el país no tomaran medidas profundas en relación con el problema de la viv ienda .

Este complejo ambiente social es la

plataforma sobre la que iniciamos nuestro recorr ido por este universo que es el barr io Guacamayas. Sin esta plataforma la histor ia de Guacamayas no sería una parte de la historia de la sociedad total .

Vista panorámica del barrio desde Entre Nubes

Page 11: Historia barrio las guacamayas

H i s t o r i a d e l B a r r i o G u a c a m a y a s ----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

9

L a a d j u d i c a c i ó n

Cuando Pedro, en medio de los tragos y la

música estr idente de una cantina, se enteró en 1976 de un programa de vivienda popular en el sur or iente, se apresuró a conseguir el formulario del Inst i tuto de Crédito Terr i tor ial o de la Caja de Vivienda Popular. Él , como muchos otros, ansiaba tener un lugar propio donde los hi jos pudieran jugar l ibremente o en el que, solo, se l iberaran de la carga de ser inqui l inos que después de mucho t iempo produce un incomodo sentimiento de desarraigo. Largas f i las de amistades y confesiones tuvieron que hacer los entusiasmados buscadores de vivienda para reclamar el escaso formulario de inscripción. A Pedro le tocó hacer la f i la en la Alcaldía de San Cristóbal y a Flor, por ejemplo, le toco hacerla, sospechosamente, en la puerta de una fábrica de ladri l los y tubos, tan comunes en el sur. Flor se enteró después que el dueño de la ladri l lera era un reconocido pol í t ico –Alfonso Guerrero Estrada- que ascendió de los poderes más pequeños hasta el Concejo de la ciudad y que, además, se hizo famoso por sus urbanizaciones piratas en otros lugares del sur.

Otros no tuvieron que hacer f i la, pero si algo

que resultaba a veces tan incomodo y más comprometedor que estar bajo del sol o la l luvia: tuvieron que pedir le el formulario a un gamonal. En efecto, muchos habitantes de Guacamayas tuvieron que ir a la of ic ina de personajes como Jairo Acosta

a sol ici tar el formulario. De paso, el pol í t ico, en una compleja act i tud que combinaba la petulancia, el desprecio y la coquetería, le hacia parecer a quien iba en busca del formulario que le estaba haciendo un favor y que lo recordara en las elecciones. El Estado y la poca infraestructura que éste creaba para satisfacer las enormes necesidades eran apropiadas por la clase polí t ica, que a su vez la negociaba con el pueblo quien muchas veces quedaba comprometido a dar su voto. Los pol í t icos poseían una serie de formularios entregados por sus amigos, también pol í t icos, que estaban a la cabeza de los insti tutos del Estado y de al l í los distr ibuyan interesadamente a las personas necesitadas. Así se reproducía la organización pol í t ica del país. “La adjudicación se manejaba pol í t icamente”, dicen las personas para nombrar esta práct ica que hoy es considerada un acto de la mayor corrupción.

Estaban también a quienes el formulario los

encontró. A Gui l lermo, por ejemplo, lo l lamaron a la of ic ina de personal de su empresa para entregarle un formulario como compensación de su trabajo de cinco años. Para quienes eran empleados de las empresas del gobierno distr i tal ese caso fue el más común.

Las formas de obtener el formulario fueron

tan variadas como la procedencia y of ic ios del esperanzado grupo que lo consiguió. Entre el los se

Page 12: Historia barrio las guacamayas

H i s t o r i a d e l B a r r i o G u a c a m a y a s ----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

10

contaban emboladores, vendedores ambulantes, trabajadores independientes y formales y, pr incipalmente, empleados de las empresas del gobierno central o distr i tal . Para quienes habían recibido el formulario ese era el pr imer paso y exist ía alta probabi l idad de que no consiguieran su casa- lote. Desde que con nervios la gente entregaba su formulario en ICT o la CVP se iniciaba, para algunos, un ciclo de insist ir y convencer con uno que otro regalo o invitación a quien pudiera ofrecer una ayudita con el gerente de la CVP o el ICT. Y luego, cuando se tenía certeza de la adjudicación, tratar de buscar el mejor lugar dentro del barr io, “no tan arr iba porque la l levada de los materiales se complicaba”.

Legalmente se conocían los cr i ter ios para

adjudicar las viv iendas: debían ser pobres pero tener la capacidad para pagar una pequeña suma de cuota inicial ($9000 de 1978). En algunos casos, probablemente pocos, ese cr i ter io se combinó hasta casi confundirse con el cr i ter io de poseer la mayor capacidad de mover inf luencias.

La espera por conocer el resultado de la

escogencia de los beneficiados también fue variada: un año, un mes, seis meses etc. Lo cierto es que esa espera para la mayoría se convirt ió en un merodear y errar de casa en casa, de un inqui l inato a otro. Trastear las cosas, pocas o muchas, v iejas o nuevas, fue el precio de esa sufr ida espera.

Todo este esfuerzo y paciencia por conseguir

un lote de 54 metros cuadrados, con 18 metros cuadrados construidos, consistentes en una pieza de 3x3 y otra parte de 3x3 donde estaba el baño y la cocina. Una alberca vigi laba la parte externa de esa construcción. A cada lado de lo construido había 6 metros de frente por 3 de fondo. La necesidad y empeño por alcanzar el sueño de tener casa hicieron pensar, que esa modesta “solución” se convert ir ía en una digna casa, como se evidencia hoy.

Page 13: Historia barrio las guacamayas

H i s t o r i a d e l B a r r i o G u a c a m a y a s ----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

11

L a p r i m e r a i m p r e s i ó n

Iniciaba el año de 1979, cuando aún la

gente dormía la despedida del año anterior, las cal les de la ciudad estaban un poco desoladas, aunque ya se empezaban a ver las señoras que sal ían de sus casas a buscar algo para el almuerzo. En una de esas casas cerca al centro de la ciudad, en el barrio Las Cruces, una famil ia, apresurada empacaba sus corotos para empezar el nuevo año en un sit io diferente; el nuevo año traía buen augurio. La Caja de Vivienda Popular había asignado a doña Hermencia una casa en un barr io para estrenar: Guacamayas.

La casa entregada, consist ía en un lote de 6

metros de ancho por 9 metros de fondo, donde los tres primeros y tres últ imos metros estaban sin construirse. Solo se contaba con una habitación que ocupaba los tres metros de la mitad, más un baño y una mini cocina provisional . La fachada de estas casas, eran todas iguali tas, como sacadas de un cuento de muñecas, con la diferencia de que estaban ubicadas al sur or iente de la ciudad y contaban con una puerta hecha en tr iplex y una pequeña ventana, donde los rayos del sol se peleaban para entrar.

“Era un barr io muy pobre, yo no me

decepcioné pero si me di cuenta de mucha gente que l legaba con trasteo y no le cabía. Hubo gente que apenas veía las casas se devolvía y decía que no quería viv ir por aquí. Las señoras se ponían

bravas con los esposos porque las traían a viv ir a esto tan feo”. Cuenta don Benigno y como él , son varios los relatos de esa primera impresión del Barr io.

Toda la famil ia debía acomodarse en esa

pequeña habitación. Quizás no era lo que narraban los cuentos sobre las casas de muñecas, pero, igual que la mayoría de las famil ias colombianas, tener una casa propia era el sueño hecho real idad.

A doña Mir iam, no le importaba lo incómodo

que pudiera resultar esta viv ienda, lo que realmente tenía sentido era saber que se contaba con un techo para el la y para sus hi jos. “Pues a mí me pareció muy bonito y sobre todo uno sabía que estaba en lo de uno; si el hi jo de uno dañaba algo uno sabia que era lo de uno y no que le estaban prestando. Era una casa muy bonita para empezar”.

La hi ja de doña Hermencia, una jovencita de

cabel los rubios y ojos color café, era la más entusiasmada, cual idad que aún ref leja en su constante sonrisa. Lucero, al l legar a Guacamayas, junto con sus hermanos y hermanas, tuvo que cargar al hombro parte de su trasteo desde la avenida principal, pues el barro que bañaba las cal les no pavimentadas impedían el acceso de los buses o cualquier transporte vehicular.

Día a día, esta misma histor ia era viv ida por

numerosas famil ias y personas que l legaban a

Page 14: Historia barrio las guacamayas

H i s t o r i a d e l B a r r i o G u a c a m a y a s ----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

12

estrenar el barr io. Colchones, ol las, estufas de gasol ina, las cobi jas y los tratos necesarios, hacían parte de este paisaje, que reposaba en una esquina, mientras sus dueños dejaban algunos corotos y regresaban por otros. Era común, también, ver el desf i le de materiales por toda la loma, que la comunidad solidariamente cargaba a cuestas para que el vecino de la cuadra pudiera construir su casa.

Así l legaron Pedro,

Juan, María y muchos otros, que no alcanzaríamos a nombrar, pero cuyas voces hacen eco en estas histor ias narradas, todos con una misma i lusión, habitar en lo propio , dando poca importancia a la estét ica y rudimentaria arquitectura del barr io, donde estaba todo por hacer. “Yo no conocía el barr io antes, pero decía: yo ya tengo la casa que es lo que me interesa. “A nosotros nos entregaron, supe donde era y, como al año yo me casé y después de la luna de miel regresé directamente aquí con mi compañera. Cuando l legó la vecina del frente, el la me ayudó mucho. Inicialmente esto era muy solo porque a la gente no le gustaba”.

Las casas contaban con el servicio de agua,

que l legaba dos veces por semana y, la luz que si era constante. Pero había algunas dif icultades con

otros servicios como la recolección de las basuras: la EDIS presentaba sus dif icultades y no siempre era puntual para prestar este servicio. Así que uno de esos días, cansados de los malos olores que expel ía y de la sordera de los funcionarios de la empresa, los habitantes del barr io decidieron cambiar la estrategia. “Un día nos tocó tomar toda la basura y echarla a la avenida Vi l lavicencio,

como una vía de hecho, después de haber agotado las cartas, las visitas, las quejas, las l lamada. Esa era la única forma de que los carros de la basura pasaran por el barr io, son formas de lucha que la gente se inventa y aunque no debiera ser así , a veces son las que realmente funcionan”.

Años después, “sacar

la basura” era una act iv idad de la que se encargaban los niños de ayer, quienes l levaban en sus pequeñas manos las bolsas l lenas de

basura, tensionando los músculos de los brazos, mordiendo los labios y con un paso apresurado pero sin levantar mucho los pies, caminaban dentro de un container, tratando de aguantar la respiración para evitar los fét idos olores que de al l í desprendían los residuos acumulados. Días después el carro de la EDIS, recogería los innumerables paquetes del container para botarlos en algún otro sit io de la fr ía capital .

R e u n i ó n d e v ec i n os c u a n d o p l a n e a b a n t r an s f o r m a r l a c a l l e

Page 15: Historia barrio las guacamayas

H i s t o r i a d e l B a r r i o G u a c a m a y a s ----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

13

Así transcurr ía la v ida en estas casas en un

barr io en forma de colmena, entre los materiales de construcción, el barro, la incesante l luvia y las i lusiones de la gente y los rostros sonrientes de los niños.

Tanto Lucero como sus amigos, apoyaban a

sus padres para conseguir los elementos necesarios dentro de la vida del barr io. Conseguir el cocinol constituía también otro espacio de encuentro y un escenario más de lucha. Este apreciado combustible, de uso general izado entre las personas de los sectores populares de la ciudad para la cocción de los al imentos, l legaba cada quince días y en cada jornada vendían 250 galones. Muchos de los usuarios pasaban la noche haciendo f i la en medio de sus gorros de lana y ruanas, debajo de las sombri l las esquivando el inclemente fr ío de las madrugadas bogotanas, para a la mañana siguiente preparar sus al imentos sin tener que bajar a comprar el cocinol en la bomba de gasol ina de la cal le 27 sur con carrera décima.

Otros vecinos enviaban temprano a sus hi jos

a hacer la f i la del cocinol para luego l legar cuando este ya se estuviera vendiendo. Al l í , para evitar que alguien se colara en la f i la, decidieron ordenarla pasando una soga por medio de las mani jas de los galones, garantizando que se respetara el turno. De esta manera, mientras el galón mantenía su lugar, los niños jugaban bolas, c inco huecos, fútbol , algunos pocos leían o acababan la tarea o senci l lamente se aprovechaba para hacer amigos.

Así como Lucero, estaban Janeth, Nubia, Catherine, Luisa Fernanda, José, Omar y Mireya entre muchos otros, que hoy rodean los 30, 35 y 40 años, quienes en varias ocasiones se perdieron entre las laberínt icas cal les del barr io. Todas el las como muchos otros, bajaban apresurados por las empinadas cal les, l levando las medias y los zapatos del uniforme, en una bolsa para cambiarse en la avenida, evitando que estos se embarraran y así l legar l impios e impecables a los colegios donde estudiaban, ubicados en otros barr ios y en ocasiones fuera de la local idad de San Cristóbal, pues en los pr imeros años, el barr io carecía de escuela.

En las mañanas se veía toda una procesión

de gente, mujeres y hombres, grandes y pequeños, unos a trabajar, otros a estudiar y algunos al rebusque diar io. Transportarse en bus, era toda una odisea, pues no había una sola ruta del barr io y era necesario esperar aquel los que venían desde Juan Rey o la Bel leza. Por eso, la mayoría de veces, la gente debía viajar colgando en las puertas de estos vehículos. Si lograba meterse dentro de los apretados corredores del bus, se debía sostener con una mano del tubo ubicado en la parte superior -s i alcanzaba- y con la otra mano, cuidar sus bolsi l los o el bolso. No pocas veces los comprimidos pasajeros, sudorosos, debían compart ir el escaso espacio interior del bus con las gal l inas, chivos -pues en esta época, el sur or iente de Bogotá contaba con una importante presencia de personas l legadas del campo- y los olores de la gente de los barr ios circunvecinos, mientras se escuchaba con algo de ronroneo, las rancheras

Page 16: Historia barrio las guacamayas

H i s t o r i a d e l B a r r i o G u a c a m a y a s ----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

14

épicas de radio recuerdos, el 039 de Alejo Durán, las notic ias de Alerta Bogotá, o las radio novelas de amor de radio Santa fe.

“ah!! El transporte si era malísimo en esa

época y no había sino uno o dos busecitos que subían a Juan Rey. Ese si era un problema jodido. Empezamos a solucionar ese problema por petición nuestra y logramos que se metiera la metropol i tana. Recuerdo una ocasión en la que veníamos con mi señora en el bus y nos tocó bajarnos en el 20 de Jul io, porque el la estaba embarazada y no se aguantaba esa incomodidad, y nos tocaba gastarnos media hora subiendo a pie”.

Lucero, además de las f i las del cocinol y de

perderse en las cal les del barr io, porque todas eran igual i tas, también se encontraba con sus amigos y amigas cuando era necesario i r a l lamar por

teléfono. Solo había tres teléfonos públ icos en el barr io, uno en el parqueadero, otro en el paradero y el últ imo ubicado donde hoy es la Escuela Repúbl ica Alemana. La compañía era fundamental, no tanto por la seguridad sino para tener con quien charlar mientras se hacía la f i la que podía durar entre media y una hora.

Luego se ubicaron unos teléfonos

mensajeros, donde se podían recibir l lamadas, era común que al estar haciendo f i la para l lamar entrara una l lamada. “Por favor me comunica con la señora Claudia, que vive en la casa con portones azules cerca al poste de la luz” era el mensaje, entonces se escuchaba, “Doña Claudia al teléfono!”. Y Doña Claudia sal ía corr iendo a recibir su mensaje, pues realmente comunicarse vía telefónica era algo muy dif íci l .

Uso del teléfono público “Mensajero” Existió un solo teléfono público en este lado del barrio (manzanas 34, 35, 36, y 37) por lo que al momento de hacer una llamada teníamos que hacer unas filas muy largas y si había 10, 15 o más personas, cada una demorándose aproximadamente 3 minutos en su llamada, entonces imagínense se gastaba uno para hacer solo una llamada. Como había líneas de teléfonos en las casas entonces trajeron un “mensajero” acondicionado para que recibiera llamadas. Si había gente haciendo fila y entraba una llamada se contestaba y se llamaba a quien necesitan a gritos o mandaban a los niños que estuvieran cerca para que la persona contestara. Luego de un tiempo la señora vecina del teléfono envió una carta a la ETB para que se lo pusieran en el antejardín de ella y así poder cuidarlo porque cada rato lo dañaban los “muchachos gamines”. El teléfono era muy importante para la comunidad y ella en realidad no lo iba a cuidar de los “gamines”. Entonces ella contestaba y hacia pasar a quien solo ella quería y, además, solo se podría usar cuando estaba la señora en la casa pues cuando salía le ponía candado y no se podía usar. Los vecinos se quejaron después ante la ETB y sacaron el teléfono de la casa de la señora y lo pusieron en el poste de la zona verde quitándole el servicio de mensajero y poniéndolo a funcionar con moneda. Desde ahí el teléfono dejó de ser gratis.

Lucero

Page 17: Historia barrio las guacamayas

H i s t o r i a d e l B a r r i o G u a c a m a y a s ----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

15

L a c r u z a d a e f í m e r a : l a I n v a s i ó n

Poca gente estaba viviendo en

Guacamayas en 1978, año en el que la CVP y el ICT habían acabado la mayoría de adecuaciones básicas. Esto resultaba extraño si pensamos en las largas f i las que se formaron para conseguir un formulario; pero, por otro lado, resultaba coherente con esa impresión que causaron esas pequeñas casas colgadas del l luvioso y fr ió cerro. Para Juan, Maria, Orlando, El izabeth que venían de los l lanos, la Guaj ira, el Hui la, Cundinamarca o algún otro barr io pobre de la ciudad, saber que al lá, l legando casi a v i l lao como se decía, había unas casas desocupadas, no era más que un desperdicio y casi hasta una injusticia. Se enteraban por diferentes medios de la existencia de esa oportunidad. A doña El izabeth, que tenia varios hi jos y un esposo desempleado, su prima que viv ía en el barr io le informó de estas diminutas casas inuti l izadas. A Orlando, un artesano que apenas conseguía para al imentar a su esposa embarazada, algunos amigos revolucionarios fueron quienes le contaron. En algunas zonas de la ciudad como el Ferrocarr i l y el Pol icarpa, donde exist ían personas viv iendo en condiciones de i legal idad, el rumor se expandió más rápido y se formaron medianas cruzadas de invasión.

El 11 de octubre de 1979, como a las diez de

la mañana y en medio de esa l lovizna persistente

que siempre acompañaba el cerro, l legaron las 12 primeras famil ias de invasores. A las 10 de la noche ya eran 25 famil ias y el 12 de octubre por la mañana había 70 famil ias mal contadas. Una algarabía se tomó el hasta ahora aburrido y sol i tar io barr io. Se vio una procesión de televisores, mesas viejas y cobi jas que se caían y arrastraban en el afán de sus dueños por encontrar las mejores local izaciones. Los confundidos y emocionados visitantes en su ansia por conquistar alguna viv ienda desocupada alcanzaban a cruzar una que otra palabra para redefinir su estrategia de ocupación. Se escuchaba con voz agitada conversaciones como: Mire por al lá arr iba hay una desocupada; y el otro le respondía: no, no, no, yo me voy a buscar algo pa´ bajo porque pienso poner un negocito.

Ya en la casa el paso que seguía era meter la

mesa y las demás cosas y, posteriomente, colgar un trapo o una cobi ja como un símbolo de posesión, a manera de bandera de tr iunfo. Pero la conquista de una casa no se conseguía con esto solamente. Había que tener paciencia y mucha suerte. Si el invasor lograba permanecer al l í más de 30 días su lanzamiento se convert ir ía en un costoso mart ir io para el adjudicatario, es decir , la persona a quien el ICT o la CVP le había otorgado la viv ienda.

Page 18: Historia barrio las guacamayas

H i s t o r i a d e l B a r r i o G u a c a m a y a s ----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

16

La invasión duró apenas ocho días y la mayoría tuvieron que sal ir cuando el enfurecido adjudicatario l legó o cuando el ejército, después de sol ic i tar les la escritura de la casa, descubría su situación y los expulsaba. Esa fue la época de “andar con la escritura debajo del brazo” porque en cualquier momento alguna autoridad se la podía pedir.

La expulsión de

los invasores tuvo diferentes grados de intensidad a pesar de que se esperaba que predominarían las confrontaciones violentas, pues la expresión más común de los necios ocupantes era: ! !A mí me sacan con los pies por delante!! .

Cuando Darío l legó al barr io afanado por

recuperar su propiedad, se encontró en su casa a una señora con su pequeña hi ja tomando aguadepanela con un pedazo de arepa. El las no pusieron resistencia y sal ieron sin afán ni pena. Era la sexta vez que las mandaban para otra casa, le di jo la niña. Sin embargo, en otros casos el encuentro entre el adjudicatario y el invasor fue muy fuerte y las discusiones, cargadas de palabras

ofensivas, eran el pr imer acercamiento antes de que la fuerza públ ica entrara a mediar a favor del propietario legal de la casa-lote. Cuando se l legaba al extremo, al invasor se le obl igaba a sal ir de la casa con lacr imógenos y bol i l lo. Las heridas del

alma y las f ís icas quedarían durante mucho t iempo marcadas en esas personas.

Las mismas

autoridades trajeron camiones para permit ir el retorno de los invasores con sus trasteos a su lugar de or igen. Esa era una pequeña muestra de compasión para los que muchas veces no tenían a donde devolverse. Regresar no estaba entre los planes de muchos porque su idea era arraigarse en algún lugar y al costo que fuera.

La pol icía y, especialmente la cabal ler ía,

permanecieron en Guacamayas un mes para evitar posibles oleadas de nuevos invasores y, de paso, descubrir quien estaba organizando todo ese alboroto. Nunca descubrieron a ciencia cierta quienes patrocinaban tales cruzadas por la v iv ienda, y dentro de la Izquierda, grupo diverso al que ocultadamente se le señalaba, eran muy frecuentes las acusaciones mutuas porque ninguna

P e r s o n a s e v i ta n d o l a i n v a s ió n d e u n a C as o n a y e x i g i e nd o s u a d e c u a c i ó n pa r a u n j a r d í n i n f a n t i l

Page 19: Historia barrio las guacamayas

H i s t o r i a d e l B a r r i o G u a c a m a y a s ----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

17

de las premisas pol ít icas que los guiaban resultaba coincidente con la idea de producir confl ictos entre los mismos pobres. La acusación y señalamiento reciproco sobre la responsabi l idad de la invasión de Guacamayas entre los grupos de izquierda, básicamente el MOIR y el Part ido Comunista Colombiano, se convirt ieron en una forma de desprestigiarse mutuamente. Se repetía, de esta manera, las muchas veces paral izantes disputas entre la izquierda quienes, a pesar de coincidir en lo fundamental , no eran capaces de trabajar unidos por diferencias de forma. Hoy empezamos pensar que el promotor pr incipal de la invasión de Guacamayas no fue ningún t ipo de ideología sino la real necesidad de las personas.

El pr imer sector de Guacamayas fue el más

afectado por la invasión. Al l í exist ía un buen número de lotes y casas- lotes sin un dueño. En el segundo sector, la mayoría de las casa- lote ya tenían dueño aunque estos no las hubieran ocupado antes de la invasión.

La situación de los invasores fue variada, del

mismo modo como lo fueron las posiciones frente a este fenómeno. Para los que en esa época se declaraban de izquierda, la invasión del barr io en 1979 era producto de una problemática social mucho más amplia y, a pesar de que no incentivaban la invasión, s i comprendían la necesidad de esas personas por una viv ienda, lo que las l levó a apoyarlas e est imularlas para que lucharan ante el ICT y la CVP por la adjudicación de las casas-lotes aun no adjudicadas o por las que los adjudicatarios iniciales no mostraban ningún

interés por ocupar. De este proceso surgió una categoría de habitante del barr io: el posesionario, un término no peyorativo usado para cal i f icar y reconocer, de alguna manera, la lucha que algunas personas tuvieron que soportar para adquir ir una casa para su famil ia.

Todo este proceso de invasión, aunque

ef ímero, tuvo dos consecuencias importantes. La primera de el las es que el barr io empezó a ser definit ivamente ocupado por los indecisos adjudicatarios. Si antes eran renuentes a venir a viv ir al barr io, ahora, después de la invasión, se les convirt ió en un acto de defensa de una propiedad y de un futuro mejor para sus famil ias. Poco después de la invasión, el barr io empezó a ser habitado y desde ese instante comenzaron un paulatino y azaroso proceso de construcción y mejoramiento f ís ico del barr io. De ahí surgieron múlt iples amistades y compromisos personales y colect ivos.

La segunda consecuencia de la invasión es

que propició una redistr ibución o readjudicación de las viv iendas. Había, en efecto, algunos pocos casos de personas no necesitadas, dueñas de casas en otros lugares de la ciudad, a quienes el ICT o la CVP les habían otorgado inexpl icablemente una propiedad en el barr io. Muchos posesionarios lograron quedarse con casas de aquel los vivos personajes. En ese sentido, con la invasión se recuperó de facto un poco de just ic ia para los que realmente estaban necesitados.

Al l í donde había oportunidades de acumular

capital pol í t ico l legaba todo t ipo de grupos.

Page 20: Historia barrio las guacamayas

H i s t o r i a d e l B a r r i o G u a c a m a y a s ----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

18

Desde los grupos de izquierda (MOIR y M-19)

hasta los dir igentes de los part idos pol í t icos más tradicionales, pasando por los grupos rel ig iosos que son también agentes pol í t icos, se peleaban el manejo de las personas que no se convirt ieron en posesionarlos y, además, no sabían a que lugar les correspondía devolverse. Alfredo Guerrero, un pol í t ico tradicional, alcalde de San Cristóbal y posteriormente concejal de la ciudad, se presentó como la tabla de salvación de estas personas. No los invitó a luchar, los invitó a formar el barr io Diana Turbay una urbanización que nació como i legal aunque hoy ya no tenga ese carácter.

La otra opción para

aquel las confundidas y recién expulsadas personas fue la toma del cerro de las Guacamayas o, como se conoce hoy, Parque Entre Nubes. Esta toma estuvo est imulada y apoyada por el MOIR y el M-19. La promesa de un lote propio favoreció una ocupación presurosa de aquel la incl inada e inestable ladera. Cuando alguna famil ia sal ía del barr io y se encontraba confundida, alguien le señalaba en dirección a ese agraciado cerro. Muchos se convencieron. Y su convencimiento y desesperación los puso frente a otra confrontación:

la confrontación entre los colonos del cerro y los habitantes de Guacamayas, en el segundo sector especialmente.

De noche, y después de haber merodeado

furt ivamente por los alrededores durante varios días, el grupo de necesitados invasores decidía hacer su avanzada. Cargados de unas viejas picas, pesadas palas, unos cuantos párales chuecos que

sirvieran para soportar las improvisadas paredes de paroi, las famil ias iniciaban la toma de una porción de la montaña. Se trabajaba rápido y en si lencio para no l lamar la atención de los pr iv i legiados vecinos propietarios de las modestas casas- lote. Hacer huecos y explanar era lo fundamental para armar al l í la frági l estructura, la cual , s i se lograba mantener en pie más de treinta días, por ley, le daba el valor de propiedad legít ima al terreno que ocupaba.

Muchos ranchos lograron permanecer en pie

más de los treinta días que otorgaba la ley, lográndose de esa manera ocupar una importante porción del cerro de Las Guacamayas, especialmente, la parte correspondiente al pr imer sector y San Mart ín de Loba. No sucedió lo mismo sobre la porción de loma que le da la cara al

I m a g e n a c t u a l d e l P a r q u e E n t r e N u b e s y l i m i t e c o n l a i n v a s i ó n d e Ma l v i n a s

Page 21: Historia barrio las guacamayas

H i s t o r i a d e l B a r r i o G u a c a m a y a s ----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

19

segundo sector, pues los ofendidos adjudicatarios lograron organizarse espontáneamente para contrarrestar la expansión de ese naciente barr io que, posteriormente, se l lamaría Malvinas.

Entre 1980 y 1982, año en el que ocurrió la

ult ima y fal l ida toma, la mayoría de adultos prestó guardia nocturna en el cerro de las Guacamayas. Un radio, un t into preparado por la esposa y, de vez en cuando, el machete o la pistola, eran la compañía de los consagrados centinelas. Quienes habitaban más cerca al cerro permanecían más vigi lantes y eran quienes también se enfrentaban más directamente con los invasores. Cuando el centinela de turno descubría la avanzada de un grupo de ocupantes, presurosamente, corr ía ladera abajo para convocar a sus amigos, que si no era muy tarde seguramente estaban calmando la sed en la cantina de siempre. La noticia era todo un acontecimiento. Todos se enteraban y se sentían obl igados a part ic ipar de alguna manera en la defensa de este fragmento de cerro que, a pesar del poco t iempo de estadía en el barr io, era ya uno de los hitos más respetados y queridos.

Solos, o acompañados por la fuerza publ ica,

los habitantes del segundo sector lograron replegar y expulsar las famil ias invasoras. Sucedieron enfrentamientos violentos, con heridos y muchas ofensas que aun recuerdan los dos bandos de esta, pequeña pero signif icat iva, disputa. No bastó que en los ranchos se izara la bandera de Colombia, con la que se pedía un poco de respeto y consideración. Más relevante era defender la integridad del barr io. Todos, s in excepción, estuvieron en desacuerdo con

la constitución de un asentamiento i legal justo al lado Guacamayas pues consideraron que traería muchos problemas de inseguridad e, incluso, de contaminación. La defensa de la montaña, que los invasores consideraban como una expresión de intolerancia y egoísmo absoluto, para los habitantes de Guacamayas signif icó la defensa por un futuro con unas mejores condiciones de vida.

Sin embargo, no todo fue enfrentamiento.

Ocasionalmente, algunas personas de Guacamayas se ponían en la situación de los invasores y lograban darle una interpretación más amplia a la problemática, s in que esto implicara desistir del empeño por evitar la expansión de las Malvinas. Este acercamiento no violento terminaba algunas veces en concejos sobre donde si poder invadir .

Dos años de si lenciosas incursiones

nocturnas y ruidosas expulsiones diurnas, dieron como resultado que 33 famil ias lograran, f inalmente, ser aceptadas sobre este costado del cerro. Una cerca de alambre sel ló el confl icto y los nuevos vecinos adquir ieron el compromiso de convert irse en barrera para posibles ulter iores avanzadas sobre el cerro.

Esa fue una de las pr imeras formas de

integración en Guacamayas. La defensa de la montaña, como comúnmente se denomina al cerro, fue una oportunidad para empezar a conocer los vecinos. Otros lazos se habían tej ido entre el los, por ejemplo, cuando se construía la casa, pero esta fue, s in duda, la más amplia y s ignif icat iva en esos primeros años. Vendrían después otras formas de

Page 22: Historia barrio las guacamayas

H i s t o r i a d e l B a r r i o G u a c a m a y a s ----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

20

integración, esta vez, a través de la protesta reclamando por el mejoramiento de los servicios

públ icos.

Personas t raba jando y aprop iándose de “ la

montaña”

Page 23: Historia barrio las guacamayas

H i s t o r i a d e l B a r r i o G u a c a m a y a s ----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

21

S e r v i c i o s P ú b l i c o s y O r g a n i z a c i ó n P o l í t i c a C o m u n a l

G u a c a m a y a s c o m o l u g a r p a r t i c u l a r d e l a p o l í t i c a

En 1978, bajo el gobierno de Turbay

Ayala, surgen en los cerros or ientales y como parte de una pol í t ica de vivienda nuevas manzanas urbanas en Bogota. Esta se convirt ió en posibi l idad de habitación para muchos desprendidos de sus t ierras de origen por variadas circunstancias, una de el las la migración impulsada por La Violencia sucedida entre los años 50 y 60 o, s implemente, por la búsqueda de mejores condiciones de vida en la ciudad. Este era el momento en el que un nuevo proceso pol í t ico part icular nacía en la capital , en Guacamayas. Los pobladores de este barr io en forma de colmena fueron y son herederos de las guerras bipart idistas y la persecución a los comunistas.

La carencia de las condiciones básicas para

que la población de Guacamayas estuviera conforme, hizo desarrol lar una signif icat iva act iv idad pol í t ica, l lena de tensiones y confrontaciones sanas y también dañinas, que estuvo atravesada desde el pr incipio por las herencias o f i l iaciones partidistas que poseía cada habitante del recién inaugurado barr io.

Los servicios públ icos eran la carencia más

visible, así desde el año 79 hasta el año 96, este ha sido un problema que atraviesa la histor ia del

barr io Guacamayas, de tal forma que la lucha por las condiciones de vida urbana emprendida por sus habitantes, constituye la historia de la consol idación del barr io. En esta histor ia, los habitantes y actores pol í t icos han sido partes fundamentales; sus diferentes manifestaciones pol í t icas l levaron a expresar de manera part icular algunos problemas generales de nuestro país,

Democracia representativa y bipartidismo

En 1979 el señor Alfonso López, un l iberal

reconocido, se constituye como el pr imer presidente de la Junta de Acción Comunal de Guacamayas; y al mismo t iempo alguien singular surgía: Abdenago Córdoba. Aunque en la comunidad lo quieren, lo defienden, lo atacan, él es un vecino que recorr ió 15 años de trabajo pol í t ico, o comunitario como se le l lama en esta época. Llegó al barr io como muchos otros adjudicatarios en 1979, aunque algunos vecinos, que no lo conocen bien probablemente, af irman que él es posesionario, como se denominó a las personas que invadieron e hicieron legal su viv ienda posteriormente. De origen campesino, provenía de Pacho Cundinamarca, a sus 16 años part ió de su pueblo con rumbo Bogota, donde aprendió el

Page 24: Historia barrio las guacamayas

H i s t o r i a d e l B a r r i o G u a c a m a y a s ----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

22

oficio de la zapatería, v iv ió en diferentes barr ios como: Marco Fidel Suárez, Las Ferias, Estrada, antes de l legar a Guacamayas.

Don Córdoba,

como la mayoría de vecinos lo l laman, encontró el barr io con muchas dif icultades

relacionadas, pr incipalmente, con los servicios públ icos. Al darse cuenta de los problemas del barr io, Abdenago Córdoba comenzó a trabajar rodeado de un grupo de amigos, en especial don Pedro Vargas, con quienes, además de ser

vecinos, compart ían su mil i tancia pol ít ica en el part ido comunista. Con el trabajo que real izaron durante el año de 1979 lograron ser elegidos, al año siguiente, como direct ivos de la Junta de Acción Comunal, s iendo desde este momento personas reconocidas y controvert idas del barr io.

Desde esta época hasta hoy, las fuerzas

pol í t icas del barr io se han caracterizado por la continuidad en términos de los representantes y quienes emprenden proyectos. Siempre ha exist ido una manera de hacer pol í t ica, que está estrechamente relacionada con los acontecimientos de la ciudad y el país, pues en este barr io hemos tenido el "orgul lo" de recibir a una serie de

afamados pol í t icos que han dejado huel las en el paisaje de nuestro barr io, con una que otra acción gestionada por la junta de turno. Esa es la pol í t ica que ha servido para algunas obras y además para elegir algunos de los actuales dir igentes, tanto de la ciudad como del país.

Pero existió un ejercicio pol í t ico paralelo a

las formas de cl ientel ismo; un ejercicio pol í t ico, cot idiano e invisible, que se ha venido perdiendo lentamente desde los 80 hasta este nuevo siglo, basado en la sol idaridad, el compadrazgo y la amistad, de lo que muchos se enorgul lecen y lo mencionan con cara sonriente.

Desde la l legada al barr io uno a uno sus

habitantes se ayudaron. Si alguien, como don Román Gómez, l legaba una tarde a cuidar su pequeña casa, la señora que primero había l legado a su manzana, le prestaba una cobi ja para que él pudiera cumplir su cometido. De igual manera, sucedía cuando el adjudicatario l legaba a instalarse definit ivamente en su casa pues los vecinos se apresuraban a ayudarle con la instalación del agua, ya que los lotes los habían entregado sin la acometida f inal , o se ofrecían para ayudar con el trasteo. Estas relaciones perduraron y no era raro que en la casa de Lucero golpearan en cualquier momento del día, para pedir prestado desde una pala, un mart i l lo, hasta un poci l l i to t intero de aceite, sal o azúcar. También fue frecuente hacer recolectas para dar cr ist iana sepultura, como pregonaban los micrófonos, a los difuntos del barr io. En esos momentos las relaciones eran mucho más estrechas y esto permit ió que cualquier

U n a l m u e r z o e n u n d í a d e t r a b a j o d e l os v e c i n os

Page 25: Historia barrio las guacamayas

H i s t o r i a d e l B a r r i o G u a c a m a y a s ----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

23

problema o carencia generara unión y pertenencia, faci l i tando el apoyo a la organización pol í t ica del barr io. “Eran t iempos l indos” como menciona Lucero, “duros y verr iondos” como dice don Sarmiento.

En estas relaciones estrechas, en cada cal le

se fueron organizando las formas colect ivas e individuales de mejorar el barr io, cada famil ia comenzó a adecuar su casa lote, a sacar t ierra, ampliar y arreglar sus viv iendas. Al mismo t iempo, los señores de la Junta continuaban trabajando colect ivamente por el barr io y por lograr unas dignas condiciones de vida en la ciudad lo que signif icaba mejorar y adquirir los servicios del agua, la recolección de las basuras, la educación, el cocinol , la recreación, el deporte, la cultura y la seguridad. Cada uno de estos, un problema y un motivante para los l íderes que fueron surgiendo, cada uno encargado de un solo problema y con un comité, para hacer las respectivas gestiones.

Pero dentro de este agradable panorama que

muestra como los pobladores de Guacamayas se fueron organizando y cambiando las condiciones f ís icas y sociales del barr io, se hicieron también, vis ibles los confl ictos –aspecto inherente a la pol í t ica, como forma de cambiar y mejorar las condiciones de vida- , en este caso los relacionados con la infraestructura, es decir , las vías, las peatonales, los escenarios deport ivos, las zonas verdes.

Todos estos procesos que se han dado a lo

largo de casi ya dos décadas y media, no serian

posibles sin que en el barr io, existiera gente emprendedora y agobiada por las necesidades cot idianas; es aquí donde toma importancia destacar algunas organizaciones y sus actores mas reconocidos,

Ya comentamos que nuestras dos primeras

juntas estuvieron l ideradas por don Alfonso López, ya fal lecido, y Don Córdoba, cada uno apoyado por diferentes expresiones pol í t icas. Alfonso López era apoyado por los l iberales y Córdoba por algunos mil i tantes del part ido comunista. Este últ imo ha sido el l íder mas reconocido, pero no siempre fue así . En sus pr imeros años de act iv idad pol í t ica fue señalado junto con sus amigos de querer hacer de Guacamayas una pequeña Cuba, “fuimos señalados pero cuando la gente vio el trabajo se le fue olv idando lo de comunista y empezó a apoyarnos”, dice Don Córdoba.

En el período de 1980-1990 se dieron

bastantes luchas por lo que hemos l lamado las condiciones de vida urbana, pues muchas veces el barr io duró cerca de una semana sin agua, los dir igentes de la junta, hacían todas las gest iones pert inentes, las cartas y l lamadas al acueducto, y la empresa no respondía, por tanto la comunidad decidió tomar acciones de hecho. Ese fue el caso de la retención de algunos carro tanques del acueducto por el lapso de 12 horas t iempo en el que restableció el servicio. Este problema fue solucionando en 1984 con la inauguración del proyecto Chingaza, como lo recuerda don Benigno Mart ínez.

Page 26: Historia barrio las guacamayas

H i s t o r i a d e l B a r r i o G u a c a m a y a s ----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

24

Otro problema que l levó a estas acciones fue la falta de recolección de la basura, en este t iempo de la empresa EDIS. En efecto, esta ext inta empresa distr i tal no recogía la basura y el barr io se encontraba l leno de basureros improvisados en sus zonas verdes. Por esto, un día la comunidad desesperada y después de haber hecho toda las peticiones posibles, decidió arrojar la basura a la vía Vi l lavicencio para obl igar la vis ita de los carros recolectores y abrir el paso para permit ir el transito hasta Juan Rey. Meses después fue instalado el container, un servicio incómodo y desagradable para los niños de este t iempo, que en su mayoría eran los que transportaban la basura desde las viv iendas de todo el barr io hasta el paradero del segundo sector donde ubicaron el famoso y repulsivo container.

Igualmente se recuerda el bloqueo de la vía

Vi l lavicencio durante tres días por la carencia de transporte, acción de donde surge la empresa Ucolbus luego de las negociaciones real izadas, con presiones como la quema de un carro, en la cual

estuvieron presentes miembros de la alcaldía. De esa forma se empezó a mejorar el transporte.

Este t ipo de

acciones se real izaban paralelamente a las formas tradicionales de hacer la pol í t ica en nuestra ciudad y en nuestro país. La pol í t ica cl ientel ista seguía en el barr io, pues en ese momento era la otra forma de conseguir mejoras, por esto aparecían personajes como Dimas Rincón Parra, quien asignó las part idas para una vía peatonal que

l leva su nombre. Como este hubo variados casos donde la comunidad se unió, rodeó a un concejal de la época o algún pol í t ico en campaña a f in de conseguir una part idita para hacer una pequeña obra. También a través de la autogestión y la auto construcción se reformaron muchas de las peatonales que hoy se encuentran ampliadas o en buen estado.

Una larga l ista de visitantes t iene

Guacamayas: Ernesto Samper, Santof imio Botero, Dimas Rincón Parra, Páez Espit ia, Carlos Ossa Escobar, Jairo Acosta, Telésforo Pedraza, Puyo Vasco, Alvaro Leyva, Duran Dusan, Forero Fetecua, Jairo Acosta, Roberto Camacho, Enrique Peñalosa.

C e r v e z a , d i s cu r s os y p r o m es a s . U na e nt re m u c h a s v i s i t a s p o l í t i c a s

Page 27: Historia barrio las guacamayas

H i s t o r i a d e l B a r r i o G u a c a m a y a s ----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

25

Estos personajes, a quienes muchos habitantes les rendían una pleitesía indigna, venían a prometer vías, teléfonos, becas, entre otras cosas. Esta nutr ida l ista de pol í t icos nos deja entrever como Guacamayas fue considerada como una plaza electoral .

Entre 1986-1987 aparece el comité

bipart idista, conformado por mujeres y hombres, que veían en la Junta, integrada por algunos comunistas, una mala inf luencia para el barr io. En este comité se hace una división de act iv idades entre mujeres y hombres: el las en su mayoría se dedicaron a los trabajos de pro-templo mientras el los prestaban la seguridad al barr io. Una de las mujeres que más se destacó durante estas dos décadas fue Ana Quintana, más conocida como doña Anita, presidenta de la junta en 1989, quien además organizó un grupo femenino, l lamado Asociación Obrera de Integración Femenina, que estaba relacionado con la venta de cocinol . Este grupo se desintegró con el f inal de la venta de este combustible en 1994-1995 determinado por la l legada del gas natural domici l iar io.

Durante esta primera década, la pol í t ica se

hizo en tres niveles como lo hemos mencionado hasta este momento: pr imero, el nivel de las acciones de sol idaridad y de la inmediatez; el segundo, el del c l ientel ismo que signif icaba la oportunidad de conseguir una part ida para real izar a cambio de apoyo pol í t ico; y un tercero, el del ejercido por personas que relacionaban las necesidades que se tenían y eran comunes para todo el barr io, con la situación del país y del

mundo, un ejemplo de estos, tuvo lugar alrededor de la Escuela Republ ica Democrática Alemana, sobre la cual se hablará mas adelante.

En 1991 la reforma constitucional le dio un

nuevo panorama a la pol í t ica de la ciudad y el barr io. Se instauró la elección popular de alcaldes y edi les, se iniciaron algunas reformas a la part ic ipación y, por ult imo, empezaron a operar Organizaciones No Gubernamentales (ONG´s). Todos estos elementos hicieron que aquel las diferencias entre bipart idistas y progresistas, empezaran a pasar a un segundo plano, s iendo ahora el debate entre trabajo pol í t ico tradicional y trabajo part ic ipativo y social mucho más importante.

Aquí aparecen nuevos actores que venían de

t iempo atrás pero sin un alto reconocimiento, el comité pro-templo se consol ida ayudado por misiones redentorista y por la hermana Claudia, una persona querida, defendida y atacada, al igual que otros actores pol í t icos. El la es una vecina rel ig iosa que se ha dedicado al trabajo social, rodeada de algunos vecinos.

Así aparecen las nuevas tensiones entre el

poder tradicional que consolidó el barr io y las nuevas visiones de la pol í t ica, emprendidas por nuevas generaciones inquietas. Se puede asumir que algunos vecinos del antiguo comité bipart idista sin proponérselo han empezado a trabajar junto a pro-templo, muchos de el los son abuel i tos o adultos mayores y t ienen una gran voluntad de seguir trabajando por el barr io.

Page 28: Historia barrio las guacamayas

H i s t o r i a d e l B a r r i o G u a c a m a y a s ----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

26

El otro sector muy consol idado es el que

rodea la Junta de Acción Comunal, conformado por señores, también mayores, y quines impulsaron a don Córdoba a lanzarse en 1996 como candidato a Edi l , quien resultó siendo elegido después de un largo trabajo ya mencionado. Para este sector es

dif íci l manejar nuevas propuestas en el barr io sino trabajan para el los.

O t r a f o r m a d e r e u n i ó n p o l í t i c a . L a p r o t e s t a p a r a e x i g i r l a m e j o r a d e l o s s e r v i c i os pú b l i co s

Page 29: Historia barrio las guacamayas

H i s t o r i a d e l B a r r i o G u a c a m a y a s ----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

27

E l p r i m e r g r a n p r o y e c t o : L a E s c u e l a

Para Viviana y su hermano ir a estudiar

representaba hacer toda una travesía. Sal ir temprano y caminar con dif icultad sobre las enlodadas cal les de Guacamayas era solo el pr incipio de un largo camino. Luego, atravesar, la v ía por donde el l lano se conecta con la capital de país. Grandes camiones cargados de diferentes productos se veían pasar mientras había posibi l idad de cruzar la avenida. Cinco minutos recorr iendo un sol i tar io y no menos resbaloso potrero hasta que, por f in, se l legaba al 20 de jul io. Bajar a la escuela resultaba fáci l . El camino de vuelta para subir al barr io, por el contrario, era una agotante cruzada.

En Guacamayas no había escuelas y el

recorr ido que Viviana tenía que hacer con su hermano menor lo repetían muchos niños y niñas diariamente. El country, San Is idro y el 20 de Jul io eran los destinos de los estudiantes; solo en esos antiguos barr ios, nacidos incluso antes de los años 50, podían el los estudiar.

La escasez de servicios educativos era

grande en el sur oriente. Otros barr ios fundados con anterior idad y mucho más alejados del casco urbano consol idado también carecían de centros educativos. El crecimiento espontáneo e i legal de algunos de esos asentamientos arrastraba a los ingenieros y arquitectos populares a dejar

aplazada, por lo menos inicialmente, la idea de una escuela o colegio. En Guacamayas, que era un proyecto legal y del Estado, sin embargo, la idea de una escuela se negó desde el mismo diseño. El proyecto austero y tacaño de urbanización de normas mínimas de servicios consideró que una inst i tución educativa, un centro deport ivo, un salón comunal o un jardín no eran servicios básicos.

C a s o n a a p a r t i r d e l a c u a l se c o n s t ru y ó l a E s c u e l a R D A

Page 30: Historia barrio las guacamayas

H i s t o r i a d e l B a r r i o G u a c a m a y a s ----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

28

El problema de ausencia insti tucional fue tan cr í t ico en el sur oriente que sobre esta bandera nació un Comité Amplio de Padres de Famil ia del Sur Oriente, conformado por habitantes de: Altamira, Los Alpes, Guacamayas, Moralba, Quindío, Libertadores, La Bel leza, Juan Rey, Bel lavista, El Consuelo, Canadá, Londres, La Flora, entre otros. El objet ivo de este comité rebasaba las exigencias por centros educativos y en sus comunicados se hacían concienzudas peticiones sobre los servicios públ icos, en general , y en el transporte muy especialmente. El Comité fue una val iosa fuerza pol í t ica y la comprensión que evidenciaban de los problemas que afectaban al sur or iente no era part icularista. Además de exigir c iertas condiciones de bienestar, denunciaron enérgicamente el estado de sit io, el Estatuto de Seguridad, hasta la intervención de los Estados Unidos en la pol í t ica y la economía colombiana.

El Comité Pro-Defensa, conformado a

mediados de 1979, coincidió y part ic ipó en este Comité Amplio de Padres de Famil ia del Sur Oriente. Este fue el pr imer grupo dentro de Guacamayas que reaccionó frente a la carencia de una escuela. Además de la necesidad desbordante, exist ía en el barr io un edif icio que podría ser readecuado para servir de escuela; este edif icio era la casona u hogar de paso, que ya parecía vieja en esa época. El ICT había construido cuatro estrechos edif ic ios con el f in de albergar momentáneamente las famil ias que iban edif icando su lote. Este inocente ideal nunca se cumplió y las casonas empezaron a ser invadidas de la misma forma que se hizo con las casa- lotes. La casona junto al parqueadero no

estaba completamente ocupada y la iniciat iva del comité Pro-Defensa fue hacer todo t ipo de contactos y sol ic i tudes ante la Secretaria de Educación del Distr i to Especial , en ese entonces, y la CVP, para permit ir el funcionamiento de la escuela de Guacamayas en esa edif icación. Reuniones, cartas, peticiones verbales, etc. fueron algunas de las vías para convencer gradualmente a los funcionarios de la necesidad y de la posibi l idad de real ización de ese proyecto. Vías de hecho también fueron empleadas tales como tomas, marchas e impedir la l legada de más ocupantes a la casona. Niños, niñas y personas de todas las corr ientes pol í t icas convergieron en este proyecto,

P r i m e r a v i s o d e l a E s c u e l a D i s t r i t a l R e p ub l i c a D e m o c r á t i c a A l e m a n a

Page 31: Historia barrio las guacamayas

H i s t o r i a d e l B a r r i o G u a c a m a y a s ----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

29

dejando de lado, por lo menos por un momento, los señalamientos y descal i f icaciones.

A la postre el edif ic io fue cedido a la

comunidad y desde ese momento en adelante empezaron una serie de act iv idades con el f in de recolectar algunos recursos económicos para la adecuación. Rifas, bazares, f iestas y mucho trabajo voluntario de los habitantes de Guacamayas, fueron las estrategias para transformar la casona en escuela. Poner tableros, romper algunas paredes, instalar baños fueron los trabajos iniciales.

El pr imer nombre que

recibió la hoy l lamada Concentración Distr i tal Alemania Unif icada fue el de Republ ica Democrática Alemana, en conmemoración de la porción social ista de la dividida Alemania. Aquel nombre fue una declaración pol í t ica que, curiosamente, gustó en la Secretaria de Educación del Distr i to y levantó algunos recelos en Guacamayas. Una voz alarmista e intolerante, transmit ida a través de parlantes chi l lones, despertó a los vecinos un

domingo por la mañana, advirt iéndoles sobre la penetración del comunismo. La amenaza con el inf ierno y la condena divina fueron otros de los argumentos de los reaccionarios opositores. Para la mayoría de las personas, que estaban

agradecidas y valoraban profundamente la existencia de la escuela, esa advertencia no fue tenida en cuenta. El nombre trajo beneficios. En una primera etapa la embajada de RDA otorgó varios recursos y trabajos específ icos de adecuación de las instalaciones; en una segunda fase, después de la caída del muro de Berl ín, la embajada de Alemania Unif icada aportó muebles de of icina y televisores.

La escuela RDA abrió

en 1980 con el cupo completo. Aproximadamente 300 estudiantes distr ibuidos en todos los grados de primaría empezaron a estudiar estrecha pero fel izmente en el pr imer años de funcionamiento. Desde

ese momento y con mucho trabajo de varios l íderes la escuela ha venido mejorando.

L a R D A e n l os 8 0 ’ s

Page 32: Historia barrio las guacamayas

H i s t o r i a d e l B a r r i o G u a c a m a y a s ----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

30

La Escuela Republica Alemania Unificada

Allá por el año 1978-79 nos trasladamos a vivir a nuestras futuras edificaciones incipientes, una piecita, una cocina con un mesón donde colocar la estufa a gasolina, un baño a continuación y un lote vacío al frente y atrás de dicha construcción. Este era plan de vivienda que ofrecía el gobierno Nacional por intermedio de la Caja de Vivienda Popular. En estas condiciones la caja previó la construcción de cuatro casonas llamadas transitorias donde los vecinos podían ir a vivir mientras terminaban de edificar. Eran muchas las necesidades de la época. No había teléfonos, el transporte era malo y no había escuelas públicas en el barrio y los niños se enfrentaban al peligro de cruzar la avenida Villavicencio todos los días para asistir a clase. Este es era el problema más sentido para las personas que venían con su familia.

El comité Pro- defensa de Guacamayas empezó a trabajar en ese sentido y, coordinando con las trabajadoras sociales en la Caja, se llevó a cabo la solicitud de dejar una de las casonas para tal fin. Posteriormente, se consiguió otra para el jardín infantil dando la intervención a Bienestar Social, su manejo y adecuación. La otra casa se demolió y allí quedó la iglesia y la última sigue siendo una vivienda.

Un día en la reunión del Comité Amplio del Sur oriente, que funcionaba en Altamira, nos enteramos que la secretaria de educación visitaría la localidad la siguiente semana. Se nombró una comisión para realizar dicha gestión. Logramos contactar a la secretaria y se comprometió a nombrar un director inicialmente para las matriculas y luego los profesores.

El comité organizó basares, rifas y se pidió la colaboración de la comunidad para hacer la adecuación. Logramos realizar la inauguración en el término más cercano, con la presencia de una comitiva de la Secretaria de Educación Distrital y le colocamos el nombre de Republica Democrática Alemana. La secretaria había acabado de llegar de Cuba en una visita que hiciera como funcionaria y quedó encantada de la isla por el esfuerzo que hacían en relación con la educación, cuando se le dio el nombre ella no dudó y así se le colocó!!!.

La dotación fue otro esfuerzo de la comunidad. Los que sabían carpintería ayudaban en la improvisación de tableros, los otros albañiles ayudaban a construir sillas y pupitres.

Al realizar el intercambio cultural con Alemania y específicamente con Berlín oriental, se nombró una escuela, la numero 42, que sería la padrina de nuestra institución. La brigada de los alemanes era muy entusiasta, venían con herramientas a tratar de embellecer la escuela.

Ellos organizaron un basar en el Norte cobrando en francos y recaudaron alrededor de 20.000 francos. Todos estos recursos se lo dieron por contrato a un constructor para ponerle baldosín a los salones y hacer una cachucha que protegiera a los niños de la lluvia en la formación. También dibujaron en la pared la bandera de la RDA y el uniforme de educación física llevaba los colores de la bandera de esta republica.

Con motivo de la celebración de los 450 años de fundación de Bogota y los 750 años de Berlín hubo un intercambio de dibujos entre los niños de la RDA y de la escuela 42 en Alemania alusivos a estas celebraciones.

Se organizó un acto con el fin de invitar al embajador y su comitiva pero no pudo venir por la violencia que se desarrollaba por esos días y los atentados que habían iniciado una ola de terror. Los actos de todas maneras se llevaron a cabo, presentándose una muestra gimnástica donde se formaron los motivos de la celebración (450 años de Bogotá y 750 de Berlín). Un coro de niñas de otro sector cantó en

Page 33: Historia barrio las guacamayas

H i s t o r i a d e l B a r r i o G u a c a m a y a s ----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

31

alemán una oda, dirigida por una profesora que manejaba el idioma alemán. El intercambio de dibujos fue un éxito y la embajada invitó a los ganadores a un almuerzo con niños alemanes en la embajada. Hubo muchos regalos y una integración muy especial. Los alumnos de la escuela alemana número 42 de Berlín estaban trabajando con papel de reciclaje para recolectar fondos y poder invitar a un niño de la escuela RDA a Berlín, pero parece que no fue posible por los costos tan elevados del transporte aéreo. Posteriormente, no hace mucho tiempo, y con la caída de del Muro de Berlín y la unificación de las alemanias, decidieron cambiar el nombre por Centro Educativo Distrital Alemania Unificada.

Pedro Vargas

C e l e b r a c i o n e s e n l a E sc u e l a D i s t r i t a l R D A c o n m o t i v o d e l a n i v e r s ar i o d e f u nd a c i ó n d e B o g o t a y B e r l í n

Page 34: Historia barrio las guacamayas

H i s t o r i a d e l B a r r i o G u a c a m a y a s ----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

32

C a m b i o s d e l e n t o r n o y l a s c o n d i c i o n e s d e v i d a

Guacamayas se ha hecho camino al andar,

todo ha cambiado hasta el modo de pensar de algunos de sus habitantes que, junto a los problemas, emprendieron sueños, de los cuáles hoy algunos son real idad.

¿Dónde se ven los sueños

hechos real idad de todos aquel los que algún día l legaron con sus trasteos y con unos corazones l lenos de i lusiones?. Guacamayas de 1979 no es la misma del 2003, esta se ha trasformado y esto se muestra en los relatos de cada habitante, “yo reacuerdo aquel la cal le en recebo, yo también recuerdo el barro, del paradero”. Esto hoy no es así , los cambios han sido producto de dos dinamizadores de este lugar: las ganas de los habitantes por mejorar el entorno tanto publ ico como privado y la cultura cl ientel ista de nuestros pol í t icos.

Guacamayas era una

eterna red casi laberínt ica de casas en cubo, acompañadas de altos pastizales tanto en sus

frentes como en sus entre casas. Se podía caminar el barr io sin observar una casa singular, todas eran iguales, las cal le variaban por la pendiente, todas tenían canales hechas en tubo gres. La disposición de las casas unas al lado de otras conformaban

escaleras interminables sobre las cuales los niños jugaban al subir a sus terrazas.

Lentamente empezaron a

cambiar las puertas de tr iplex por portones de diferentes de colores, elaboradas por los distintos vecinos ornamentadotes, como don raf i ta, don Fernando y don Acevedo. Una que otra ropa tendida se movía con el v iento en algunas casas, ya se notaba que algunas personas viv ían en estas. Cada día aparecían nuevas carret i l las transitando por las angostas cal les cargadas de t ierra, la t ierra que obstacul izaba las sal idas de las casas. El transporte lento de carret i l ladas de t ierra hacia que poco a poco los montículos verdes al frente de cada casa se fueran desvaneciendo y el lugar donde hoy está el pol ideport ivo se fuera l lenando de t ierra al igual que el paradero y la

zona verde de los eucal iptos cerca a ayacucho.

L a r e u n i ó n má s i m p o r t a n t e d e a l g u n os d o m i n g os : e ch a r l a p l a n c h a

Page 35: Historia barrio las guacamayas

H i s t o r i a d e l B a r r i o G u a c a m a y a s ----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

33

Se empezaron a ver las primeras chambas, zapatas, columnas y v igas, todas estas palabras de construcción muy populares para todos los habitantes de este t iempo. Este era el paisaje al inter ior de nuestro barr io desde su fundación hasta mas o menos 1985.

De este año en adelante comienzan ha verse

las fuertes ampliaciones de las casas; ya no eran casitas en cubo de 6x3, ahora había casas de 6x12 y tenían columnas proyectadas para un segundo piso. Los sueños se empezaban a hacer real idad, el comercio ya se había consol idado exist iendo varias panaderías y t iendas donde en aquel t iempo se f iaba a muchos y en cantidad.

Las peatonales se empezaban a adaptar para la subida de las carret i l las que recorr ían el barr io desde los dos parqueaderos donde f inal izaban las dos vías pavimentadas principales, el de la escuela y el del pol ideport ivo, lugares donde se descargaban los materiales.

Con estas adecuaciones para lograr

trasportar los materiales empezaron a desaparecer las canaletas, en las cuales los niños ponían a rodar sus carros. Estas fueron tapadas para tener mas espacio, creando así algunos problemas de inundaciones, pero esto no importaba, pues alguna gente deseaba su cal le amplia, ¡como las de otros barr ios ! . En los f inales de la década de los 80 ya se veía desde la 22 sur con décima o desde el centro de la ciudad, un nutr ido numero de casas de dos pisos en el barr io Guacamayas.

Ya el pol ideport ivo pasaba de ser un

terraplén o rel leno a una cancha deport iva donde la gente iba a jugar microfutbol y baloncesto; al l í la gente empezó a organizar campeonatos, y así se fue consol idando un pequeño núcleo comercial y de encuentro para la comunidad, un poco similar al paradero pero menos concurr ido.

Se había superado la problemática de

invasión de la cuchi l la Guacamayas; ya varias campañas de reforestación se habían real izado en la loma y en algunas zonas verdes, la mayoría en pinos, también se abrió una vía sobre la ladera infer ior de la cuchi l la guacamayas o loma como la mayoría de vecinos la l lamaban, ahora Parque Entre Nubes.

L a e c o n o m í a n a t u r a l . T o d os a y u d a n p e r o n a d i e c o br a

Page 36: Historia barrio las guacamayas

H i s t o r i a d e l B a r r i o G u a c a m a y a s ----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

34

Ya las carret i l las con material no eran tan

frecuentes, pero sol ían bajar en el las enfermos hasta los parqueaderos; ese fue el caso de la señora Marta la cual era transportada en carret i l la por su esposo, Mario Gi l . De aquí surge la necesidad de seguir ampliando las vías y adecuándolas para que en estas transitaran carros l iv ianos.

Este fue todo un proceso de adecuación

guiado por la construcción comunitaria, las discusiones, los consensos, algunas demandas por la invasión del espacio publ ico, las demoliciones, las recolectas para autof inanciación y, por ult imo, el concreto, eso si bien rendido para que siempre alcanzara para un metro mas de vía.

Así se logro unir los dos parqueaderos, el de

la escuela y el del pol ideport ivo, por medio de unas angostas vías de entre 3.50m y 2.30m, esto fue un trabajo real izado por los vecinos de este sector. Esta obra, guiada por las necesidades, trajo un cambio en la comunicación y los f lujos entre el pr imer sector y segundo, pues aunque esta no tenga altos f lujos de transporte, es la única conexión auto motor entre los dos sectores del barr io sin sal ir a la avenida Vi l lavicencio.

Gracias a las gest iones de las juntas de turno

y a las part idas o asignaciones, se logró pavimentar cinco tramos de vías, uno es el tramo que cubre desde la avenida Vi l lavicencio -pr imera entrada al barr io subiendo por los eucal iptos- hasta l legar a la pata de la cuchi l la, éste tramo era como la mayoría

de las vías hoy pavimentadas: t ierra, un suelo negro que por la escorrentía y falta de vegetación se fue arrastrando pendiente abajo entrando en los sifones y sumideros de la vía Vi l lavicencio o San Isidro. Los otros tramos se fueron arreglando en esta época. El segundo de el los está ubicado a un lado de la escuela; el tercero, a un lado del pol ideport ivo; el cuarto, al lado del parqueadero con la pendiente mas pronunciada, terminando en la t ienda de don José y, el ult imo, el tramo del antiguo paradero de las busetas Coodintra.

Así el barr io cambió su imagen. Sus casas de

un piso eran lo más frecuente aunque al mirar las cal les sobresal ía una que otra casa de dos pisos, eso sí todas con fachadas en ladri l lo cosido, bloque, o ladri l lo Santa Fe, muy conocido por los vecinos. El conjunto se definía por fachadas en obra negra, con pequeños antejardines, ocupados por arena, gravi l la y ladri l lo, con ornamentación en color gr is o rojo anticorrosivo. Estas fachadas se fueron adecuando y, en todo, este proceso de construcción siempre part ic iparon los maestros del mismo barr io. En efecto, este fue un camino de autoconstrucción, donde muchas casas quedaron sobrecargadas de hierro y cemento, siempre con el objet ivo de tener una casa de varios pisos como la que cada vecino tenia en sus sueños. En este momento, pr imeros años del noventa, pocas, muy pocas en verdad, eran las casa que aun permanecían como habían sido entregadas en aquel enero del 1979.

El barr io tomaba nuevamente una cara; esta

vez lucía un poco más verde, tanto los pinos y

Page 37: Historia barrio las guacamayas

H i s t o r i a d e l B a r r i o G u a c a m a y a s ----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

35

algunos árboles nativos de la loma y las zonas verdes ya empezaban a crecer y el barro de las vías que había sido constante durante los 80 empezaba a ceder, entre 1991 y 1992 se inicia uno de los mayores cambios en la población y en la construcción de algunas viv iendas y el estancamiento de otras.

Como ya se ha comentado, en Guacamayas

vivía un gran numero de empleados públ icos y en primeros años de los 90 el los empezaron a ser despedidos, indemnizados o pensionados. En este momento las casas que no tenían doble planta, fueron ampliadas y, paralelo a esto, sus fachadas arregladas, con los dineros recibidos en sus respectivas l iquidaciones, muchos pensando en arrendar el pr imer piso o poner negocios como estrategia para las nuevas condiciones de desempleados.

Otros teniendo sus casas ya adecuadas y en

proceso de adecuación las vendieron y se fueron a otros barr ios, así l lego una segunda y nueva población de vecinos de diferentes or ígenes. Estos nuevos habitantes en su mayoría mas jóvenes, junto a la segunda generación, es decir , los hi jos de los dueños, fueron ocupando los nuevos metros cuadrados construidos. Así , proporcionalmente a los nuevos metros cuadrados de autoconstrucción, fue apareciendo una nueva población en la misma área del barr io, pero sobre mas metros cuadrados de autoconstrucción y equipamiento urbano.

En este mismo t iempo aparecen los salones

comunales, gest ionados por la junta de acción

comunal, se mejoró la escuela entre la junta y la asociación de padres, también se dieron los pr imeros intentos por pasar de una enramada l lamada capi l la, a una construcción que permit iera las reuniones de los fel igreses, gestionada por el comité de pro-templo.

Desde 1993 al 1997 ya la gente no era la

misma y se habían ido muchos, dejando algunos sueños real izados, que otros vendrían a ocupar. Bajo esta reapropiación del barr io aparecen nuevas mejoras y el conjunto de este, en cada cal le se caracteriza por casas de dos pisos y algunas de tres, en su mayoría con fachadas terminadas en diferentes materiales y colores. La apropiación del barr io ya no se manif iesta de igual manera por los nuevos vecinos, pues el los no habían compart ido toda esta admirable e intensa histor ia de muchos bogotanos de este t iempo.

El últ imo servicio que faltaba por l legar, el

gas, desplaza al cocinol y con éste las largas f i las quincenales que servían como lugares de encuentro. Quedan algunos espacios sin ut i l izar como en el caso de las antiguas gasol ineras. Nuevamente, se vuelve a ver el barro pero esta vez de manera diferente, es la t ierra de las excavaciones para las redes del gas, que permite asumir que las condiciones de vida mejoraron, pero ésta últ ima junto al cambio de la tubería de acueducto, dejó largos remiendos en forma de cicatr ices sobre las vías peatonales.

Esta ya es la situación de un nuevo siglo.

Guacamayas t iene todos los servicios ahora y desde

Page 38: Historia barrio las guacamayas

H i s t o r i a d e l B a r r i o G u a c a m a y a s ----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

36

mediados de los 90 algunos pr ivatizados, ¡ los árboles ya han crecido ! , mostrando un barr io en algunos sectores verdes y, sobretodo, una loma conservada. Los árboles que muchos jóvenes y niños sembraron, crecieron junto a el los, aunque algunos de esos jóvenes estén muy lejos del barrio.

Los problemas no dejan de hacer presencia

aunque ya están algunas de las condiciones de v ida solucionadas; ahora el problema es conseguir el dinero para pagar los altos costos de cada una de estas faci l idades urbanas y derechos que aun trasnochan a cada uno de los habitantes de este barr io. Pero al amanecer siempre, y s i la vida se los permite, observarán la loma.

La loma es majestuosa. Cuando vemos en

el la cada árbol nativo o sembrado como fondo del barr io. Esta es una porción del paisaje andino que brota al frente de nuestras casas, ahora y desde hace una década t iene una vía que la rodea, ésta le

ha traído problemas, pues el sembrar pinos y excavar algunos terraplenes como los de la propia vía, traen consigo algunos problemas de r iesgos naturales, es decir , derrumbes que pueden afectar viv iendas.

En la entrada al barr io se observa cómo,

lentamente, disminuyen las pendientes pues el terreno se escurre hacia Vi l la de los Alpes, dañando la vía Vi l lavicencio y causando largos trancones en una vía cada vez es más transitada como deteriorada.

Nuevos problemas, con nuevos actores son el

presente de este barr io, así mismo, nuevos proyectos que muestran que el camino no está construido y que Guacamayas, deberá seguir haciendo camino y caminos al andar.

Page 39: Historia barrio las guacamayas

H i s t o r i a d e l B a r r i o G u a c a m a y a s ----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

37

Echando la plancha Los domingos se sentía el mismo aroma: caldo con papas y costi l la de res acompañado de ci lantro, cebolla y

cerveza. Todo lo anterior se revolvía en los sentidos con las texturas y colores del cemento, la arena, el mixto y el agua. Una sinfonía de música desordenada se escuchaba, el instrumento principal la pala con cabo de madera, la famosa garlancha. Con éste instrumento se mezclaban los ingredientes que harían posible el sueño de tener una casa amplia para los hijos.

Desde las semanas anteriores se veía la romería de muchachos ayudantes del maestro trayendo materiales de construcción desde la carretera más cercana. Algunos materiales eran de los que se habían podido recuperar de la demolición de la casona donde hoy está la iglesia.

Las actividades previas al día definit ivo de la sentada de la plancha comenzaban unos 30 o 20 días antes bajo la dirección del no muy meticuloso y hasta chambón maestro de obra. Éste, junto con su ayudante, construían una estructura de párales y formaleta cubierta de grasa, sobre la que ponían la vari l la que ayudaría a darle fuerza a la capa de unos 15 o 20 centímetros de concreto.

El día de la echada de plancha la jornada empezaba a las 5:30. Las señoras se levantaban y empezaban a calentar el agua para el caldo. Se sudaba carne y papas, muchas papas, que se servían con guacamole. Se preparaba desayuno y almuerzo para la jornada.

A las 7:30 a.m. empezaban a mezclar la gravil la, el cemento, la arena y el agua. 5 o 6 hombres se encargaban de este ejercicio. Un símbolo de madures, de que uno se estaba volviendo un adulto, era su part icipación en esta agotante actividad de continuo revolver. Era un orgullo part icipar y lo que uno esperaba es que pasara por al l í esa muchacha que uno buscaba impresionar. Desde ese momento los jóvenes podían dejar de tomar cerveza a escondidas porque ya eran considerados como mayores.

El dueño de la casa no avisaba que iba a echar la plancha pero fácilmente se reunían 20 personas a colaborar. Cada vez que l legaba un ayudante, la señora de la casa lo invitaba antes que nada a desayunar. Luego sí venia el trabajo. Rociar y traer agua, formarse en la hilera que estaba conduciendo los baldes con concreto desde el lugar de la mezcla hasta el destino final , t ransportar bultos de cemento, etc. , etc. , eran algunas de las actividades en la que se podía involucrar el voluntario ayudante. De todos los que participaban en esta jornada solo dos eran pagados, el resto trabaja solidariamente, l lenos alegría, r iéndose de los chistes y comentarios que todos hacían. Echar una plancha era una forma de integración, toda la cuadra se envolvía en este ambiente y el día de trabajo solidario se convert ía en un día fest ivo. Sobre la 1 o 2 p.m. se acababa la tarea y se servía el almuerzo que se acompañaba con una cerveza sentados en medio de la calle

Omar

Page 40: Historia barrio las guacamayas

H i s t o r i a d e l B a r r i o G u a c a m a y a s ----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

38

C a d a v e z s o m o s m á s h a b i t a n t e s p e r o m e n o s v e c i n o s

I n q u i l i n o s y e s t r u c t u r a p o b l a c i o n a l

Hace pocos años bajarse del bus en la

vía Vi l lavicencio, en la Metropol i tana o en el antiguo paradero de busetas, involucraba tener una charla, mientras se l legaba a la casa, con algún conocido que muy seguramente venía en el mismo bus. Hoy incluso más gente se sigue bajando en los mismos lugares pero ya no hay charla o saludos. Las caras ya no son famil iares y el c írculo de conocidos se ha reducido para todos. Algunos sienten que no están l legando, como antes, a su barr io y experimentan una especie de anonimato en un lugar que antes reconocían. Los amigos no se han acabo, por supuesto, pero si se han reducido.

Paradój icamente, el mejoramiento f ís ico del

barr io ha hecho más individual istas a los habitantes de Guacamayas, lo que les impide reconocerse fáci lmente. También, se ha incrementado la población; prueba de el lo es que en la mayoría de casas, que ahora son de dos y tres pisos, albergan más de una famil ia. Guacamayas ha pasado a ser un barr io de casas pol i - famil iares. En algunos casos, en esas casas habita una famil ia extendida, es decir , el núcleo or iginal mas la famil ia de los hi jos de ese núcleo or iginal . Dicho de otra forma, viven desde el abuelo y la abuela, quien

por lo general son los adjudicatarios de la casa, hasta el nieto.

En otras circunstancias, las casas se han

vuelto pol i - famil iares por la presencia de una, dos y hasta tres famil ias que viven en arr iendo en el la. Ya sea que viva el dueño de la casa junto a los inqui l inos o que la casa este habitada exclusivamente por famil ias inqui l inas, lo cierto es que este es la dinámica social más importante para Guacamayas por la magnitud y por los retos que impone para la organización comunal.

El aumento de la población en el barr io ha

hecho que éste se densif ique, lo cual no es un fenómeno exclusivo del mismo. Según los datos de la alcaldía la densidad en la local idad de San Cristóbal es de 490 personas por hectárea. Y la relación de número de hogares por viv ienda es de 1,5, es decir , casi dos famil ias viv iendo por casa en la local idad; esa relación se obtiene de considerar el número de hogares (95.543) y el número de viv iendas (62.358). Esos datos son indicativos de lo que está sucediendo en Guacamayas. Aunque un hábitat urbano más denso sería uno de los factores que posibi l i tar ía el manejo más ef iciente del espacio y un uso más racional de los recursos, esta densif icación en Guacamayas no se expresa posit ivamente y, mucho menos, surge como una iniciat iva de ordenamiento terr i tor ial .

Page 41: Historia barrio las guacamayas

H i s t o r i a d e l B a r r i o G u a c a m a y a s ----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

39

La densif icación del barr io evidencia, al

contrario, una estrategia de supervivencia de las personas que encuentran, por un lado, una fuente de ingresos cuando alqui lan un piso o pieza de su casa y, por otro, una forma de ayuda en la sustentación del hogar de sus hi jos quienes por dif icultades económicas optan por viv ir junto a sus padres.

Fernando, por ejemplo, después de haberse

independizado de sus padres y haber formado un hogar de 2 hi jos, tuvo que regresar a la casa donde creció. La cr is is había hecho cerrar su empresa y el desempleo fue la única opción que le dejaron las posibi l idades. Ahora, en la casa donde él creció están creciendo sus hi jos y, aunque, los abuelos están fel ices con los inquietos nietos, también han aparecido algunos confl ictos al inter ior de la famil ia.

Efraín, por su lado, arrendó el pr imer piso de

su casa. Una pequeña famil ia recién l legada del Boquerón, en donde se había acabado el trabajo, fue la pr imera de una serie de ef ímeras y, no menos, confl ict ivas estadías de famil ias deambulantes. El ruido, los daños a la propiedad y, sobre todo, el incumplimiento del pago mensual, han sido los problemas principales que ha tenido que sortear Efraín, quien, a pesar de éstos, no piensa en acabar con esta modesta fuente de renta.

El mercado de alqui ler de porciones de casas

es uno de los fenómenos recientes mas interesantes en Guacamayas. Detrás de este

mercado hay un conjunto de relaciones, no solo monetarias sino también de sol idaridad. De igual forma, lo antes descrito expresa una enorme transformación social al inter ior de barr io. En primer lugar, hoy habita Guacamayas un importante número de personas cuya permanencia es transitor ia y t ienen poca posibi l idad de arraigarse, apropiarse y comprometerse con los problemas del barr io. La falta de una vivienda y su preocupación cotidiana por buscar la oferta que se acomode mejor a sus posibi l idades los hace ir y venir constantemente.

Muchos de aquel los incansables peregrinos

son hogares jóvenes. Contrario a lo que sucede actualmente, en los pr imeros años de formación del barr io predominaban los adultos jóvenes, es decir, entre 35 y 40 años, con sus pequeños hi jos. El los fueron quienes movi l izaban el barr io y quienes propiciaron la mejora de éste. Hoy, si se toma como referencia los datos de la alcaldía de San Cristóbal, la población entre los 14 y los 29 años ha aumentado, s iendo casi el 50 %. Son el los quienes están yendo y viniendo en busca de una vivienda. Y son el los quienes deberían estar al frente de las reivindicaciones que se necesitan actualmente; s in embargo, la solución de problemas urgentes y cot idianos, relacionados principalmente con la falta de fuentes de ingreso, aplaza indefinidamente las necesidades colect ivas.

El t ipo de movi l idad que se presenta en

Guacamayas y, más precisamente, los motivos que la generan, compromete, en últ imas, las formas de organización comunal, pues hace dif íc i l la toma de

Page 42: Historia barrio las guacamayas

H i s t o r i a d e l B a r r i o G u a c a m a y a s ----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

40

conciencia cuyo primer paso consiste en la existencia de un sentido de pertenencia al lugar. No se trata de hacer recaer toda la culpa en este motivo porque otros elementos, probablemente, t ienen mayor responsabi l idad en la perdida de sentido de comunidad como pueden ser: la falta de dialogo intergeneracional al inter ior de las organizaciones pol í t icas, el miedo a dejar el poder, e incluso la casi hipnosis y al ineación que producen

toda una serie de discursos –la muerte de las utopías, el mercado como mejor manera de solucionar todos problemas de la vida, el consumo como el mejor camino hacia la fel ic idad, el rebeldismo infanti l - que se instala en la mente de las personas a través de los medios de comunicación masiva especialmente de novelas. .

Page 43: Historia barrio las guacamayas

H i s t o r i a d e l B a r r i o G u a c a m a y a s ----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

41

L a p e r c e p c i ó n d e l e s p a c i o e n G u a c a m a y a s

¿ T r e s b a r r i o s d i f e r e n t e s ?

De la misma manera como ha cambiado la

estructura f ís ica y los problemas que aquejan a los viejos y nuevos habitantes de Guacamayas, la apropiación que se t iene de éste también lo ha hecho y, mucho más importante, se expresa de forma diferente de acuerdo a las generaciones. Algunos lugares que antes producían miedo hoy se han convert ido en lugares de encuentro donde la gente puede concurr ir con los amigos para jugar, hablar, negociar, etc. Y lugares que para los niños están asociados con miedo, pel igro o fealdad, para los mayores pueden ser lugares maravi l losos y bel los. Esos cambios en la apropiación y percepción de los diferentes sit ios del barr io t iene mucho que ver, entonces, con la manera como cada grupo de la población se ha involucrado en la construcción de éste.

Para muchos, como se di jo anteriormente,

Guacamayas era un lugar feo que obl igadamente tenían que ocupar. En la ciudad, de igual manera, Guacamayas en su conjunto era considerado como una zona de pel igro, donde ni s iquiera la polic ía podía transitar tranqui la de noche. Las diferentes luchas y sus logros han transformado ese lugar que para algunos era feo en un lugar que la mayoría está orgul loso de habitar hoy.

En los pr imeros años del barr io, las entradas desde la vía Vi l lavicencio fueron los sit ios sobre los que las personas construyeron más temores, relacionados especialmente con la inseguridad y la suciedad. Por esos años, el paradero fue para muchos sinónimo de atracos y basurero. Las reuniones de muchachos en las esquinas, el olor marihuana y los sonados atracos y hasta muertes, fueron motivos suficientes para que sobre ese sit io recayera el est igma de pel igro . Los padres, sabiendo que sus hi jos l legaban tarde del trabajo y algunos de la universidad, sal ían, frecuentemente armados, a esperarlos para conducir los a la seguridad de su casa. Una ruana y un gorro protegían al angustiado padre mientras esperaba en medio del penetrante fr ió. Varias personas se reunían cada noche a cumplir con esta tarea ya cot idiana. Ya se sabía que después de comer había que ir a esperar a la hi ja o al hi jo al paradero. Esa era la costumbre.

El problema de la basura no era menos

del icado al l í . Al lado del lugar donde se forma una Ye que divide la vía Vi l lavicencio y la vía en dirección al pr imer sector, se acumulaba una impresionante montaña de desperdicios en los que las ratas encontraban su mejor escondite. La montaña de basura siempre estaba al l í , más pequeña o más grandes pero nunca desaparecía y lo peor es que ya empezaba a parecer como un

Page 44: Historia barrio las guacamayas

H i s t o r i a d e l B a r r i o G u a c a m a y a s ----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

42

rasgo dist int ivo del barr io. Lo que para los habitantes de Guacamayas era quedarse en el paradero, para los habitantes de otros barr ios era bajarse en el Basurero , dice, Doña Flor. La aversión a este lugar se mantuvo durante mucho t iempo, incluso cuando se colocó el pavoroso container del que ya se ha hablado. Ese horrendo elemento en el paisaje y, especialmente, los problemas que traía consigo fueron insoportables y, como ya se relato antes, desapareció gracias a la organización comunal.

La otra entrada del barr io, que tenía un

pavimento cuarteado e inservible, también estaba asociada con el miedo y la inseguridad. Al l í se desarrol laban las contiendas entre pandi l las y alguna vez fue l lamada “la cal le de los escorpiones”. Los atracos y algunas muertes, como lo conmemora una imagen de la virgen puesta al l í para santi f icar el lugar donde había caído un trabajador, eran los recuerdos que algunas personas l levaban en la mente cuando pasaban de la noche por esa entrada. La mayoría de habitantes podría contar una histor ia sobre estos espacios, histor ias de peleas, disparos y puñaladas.

Pero también, en esos años, había algunos

lugares asociados con bel leza, tranqui l idad, y la fel ic idad. La defensa de la montaña había signif icado, especialmente para los mayores, valorar posit ivamente este cerro; los señores y señoras organizaban sal idas a la cima para jugar, hablar y comer. Era frecuente que a una visita se le hiciera un tour por el cerro de las Guacamayas después del almuerzo. Aunque exist ía inseguridad

al l í , para los habitantes del barr io este fue un símbolo muy est imado. Hoy es casi impensable una sal ida al cerro en famil ia o menos l levar a los visitantes a este lugar

El lugar donde existe actualmente el

pol ideport ivo también fue valorado posit ivamente, no tanto por su bel leza, pues apenas era un campo explanado, sino por el t ipo de act iv idades que permit ía real izar, tales como basares, reuniones pol í t icas y, por supuesto, los part idos de fútbol . Al l í exist ía suficiente espacio también para que los niños hicieran todo t ipo de juegos, desde cinco huecos hasta canicas.

Los lugares mencionados antes continúan

siendo los que para los habitantes implican más sensaciones como lo expresan los mapas de percepción y apropiación de sit ios en el segundo sector del barr io Guacamayas. La montaña, loma o cerro, igual que el pol ideport ivo, y las entradas al barr io son los lugares sobre los que las personas expresan las más variadas sensaciones. Es interesante ver cómo es considerado el mismo espacio f ís ico desde tres puntos de vista. Hablaremos a continuación de este aspecto.

El s i t io más interesante desde el punto de

vista de la percepción es el parque Entre Nubes. Éste es visto por los adultos mayores como un lugar bonito e incluso agradable, pero que paralelamente genera miedo por la inseguridad. Esta situación se repite en las zonas verdes del barr io a las cuales también las personas asocian con miedo y sensación de inseguridad, lo que de paso sugiere

Page 45: Historia barrio las guacamayas

H i s t o r i a d e l B a r r i o G u a c a m a y a s ----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

43

que se debe hacer algo para recuperar eso espacios para la recreación y apropiarlos posit ivamente. Curiosamente para los jóvenes y los niños el cerro es feo y está asociado con basura y del incuencia, lo que hace que sea poco frecuentado por el los. Esta disímil perspectiva del cerro, es decir , el hecho de ser considerado por la pr imera generación del barr io como “bonito” y por los más jóvenes como “feo”, se puede expl icar como ya se indicó antes por la relación que han tenido los más viejos con este sit io. Para el los el cero es altamente apreciado porque lucharon por él y lograron evitar su ocupación por personas. Esa lucha quedó grabada en la memoria de el los como un tr iunfo cuya mayor satisfacción actual se expresa en que la montaña este reverdecida. Para quienes no estuvieron en esa conquista por ser demasiado jóvenes o para quienes nunca se han enterado todo lo que hay alrededor de este sit io, la montaña no posee la misma relevancia y es incluso despreciada cal i f icándola de fea.

Por otro lado, las dos entradas del barr io

continúan siendo sit ios que se asocian con del incuencia, inseguridad y miedo. Son lugares de encuentro para lo malo o para las act iv idades donde se expresa desorden. Esta perspectiva es compart ida por las tres generaciones, aunque los niños temen a esta zona de Guacamayas por el transito que hay en la vía Vi l lavicencio y lo consideran feo por el estado de descomposición de esta. El gigante basurero ya no existe, s in embargo, a veces t ienden a formarse núcleos de desechos, sobre todo porque las personas sacan la basura un día antes, que hacen a todos señalar la existencia

de un problema de contaminación. Por la aparición de nuevos núcleos de basuras, los niños, especialmente, han empezado a considerar el parqueadero de frente a la Escuela Alemania Unif icada como un sit io desagradable, algo que en el pasado no sucedía pues este era considerado por los niños como un lugar de encuentro para el juego.

El Pol ideport ivo es el lugar sobre el que las

apropiaciones y percepciones son más complejas. Éste sit io, en efecto, es donde convergen sensaciones como la compañía, inseguridad, diversión, acercamiento personal, etc. Sin embargo, la mayoría coinciden en los siguientes aspectos: pr imero, es el lugar más concurr ido de todo el barr io, en el que la gente va a hacer mercado, a tomar cerveza, buscar enamorado o enamorada, hacer ejercicio, vender desde artesanías hasta pizza en la cal le y divert irse con los part idos de fútbol , que si se tratan de las f inales no hay novela que les gane . Y segundo, este es un lugar pel igroso, especialmente en la zona donde 4 esquinas convergen pues al l í se reúnen, hasta bien tarde, jóvenes a los que algunas personas ven como una amenaza. Este sit io siempre ha sido asociado con el pel igro y la del incuencia. Varios jóvenes han sido sacrif icados al l í por diferentes causas: las l impiezas, según dicen organizadas por personas del mismo barr io, el cobro de cuentas entre grupos de del incuentes, etc.

El poder de atracción del pol ideportivo es

enorme. Ya los muchachos no se reúnen en sus esquinas con su grupo de amigos sino que pref ieren estar i r al l í . Algunos recuerdan con un poco de

Page 46: Historia barrio las guacamayas

H i s t o r i a d e l B a r r i o G u a c a m a y a s ----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

44

melancol ía esas épocas cuando se juntaban en la esquina de siempre los mismos amigos a charlar sobre el colegio, las amigas, algún l ibro o a escuchar música. Esas reuniones en el poste de la

esquina, que muchos adultos consideraban como el embrión de las pandi l las, fueron lugares donde se for jaron amistades fuertes y sanas en su mayoría.

Page 47: Historia barrio las guacamayas

H i s t o r i a d e l B a r r i o G u a c a m a y a s ----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

45

Percepción del barr io Guacamayas en algunos adultos mayores

Page 48: Historia barrio las guacamayas

H i s t o r i a d e l B a r r i o G u a c a m a y a s ----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

46

Percepción del barr io Guacamayas de algunos adolescentes

Page 49: Historia barrio las guacamayas

H i s t o r i a d e l B a r r i o G u a c a m a y a s ----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

47

Percepción del barr io Guacamayas de los niños de tercer grado en la Escuela Alemania Unif icada

Page 50: Historia barrio las guacamayas

H i s t o r i a d e l B a r r i o G u a c a m a y a s ----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

48

P r o b l e m a s a c t u a l e s d e l b a r r i o

Empieza a amanecer y en las laderas del

fr ío Cerro de Guacamayas, ya se escuchan cantar los pajar itos, mientras los habitantes de este refugio, se disponen a iniciar sus labores; aunque los amaneceres conserven la música de la naturaleza y el fr ío del rocío bogotano, en las cal les y rostros de este barr io, se nota que ha pasado el t iempo.

Veint icuatro años han quedado atrás,

grabados en la memoria de aquel los pr imeros habitantes que en medio del barro y la l lovizna permanente, encontraron un lugar para construir su casa, su famil ia y sus sueños. Algunos con sus rostros cansados, otros con la sobriedad que les debe caracterizar y unos cuantos con sus pícaras sonrisas, de una u otra manera han visto pasar ante sus ojos, las transformaciones del barr io, fruto del deseo incansable de la gente de tener una vida digna.

Apresuradas en sus casas, las mamás se

encargan de preparar a sus hi jos e hi jas para que salgan a estudiar; la mayoría de los más pequeños, asisten a los jardines que están en el barr io y a la Escuela Alemania Unif icada, donde pueden cursar sus primeros años de escolaridad, mientras es necesario buscar cupo en colegios que ofrezcan la básica secundaria, en lugares cercanos como el

Country Sur, el Veinte de Jul io, el Quiroga, el Restrepo, La Victoria y otros sectores circunvecinos.

Una peregrinación de gente recorre las

laberínt icas cal les de Guacamayas, al son del hueco sonido de los tacones de una mujer, que apresurada cierra los botones de su chaqueta, asegura su bolso en el hombro y guarda sus manos en los bolsi l los, ocultándolos del fr ío. A su lado un hombre de pelo oscuro y contextura gruesa, camina con el mismo afán pero a un paso más lento; los adolescentes que salen a sus lugares de estudio, conversan a un r i tmo pausado, haciendo compás con sus pasos, con la frescura y tranqui l idad propia que les caracteriza, mientras atrás baja corr iendo una mamá con sus dos pequeños tomados de la mano, para tratar de conseguir un bus con puestos desocupados.

Al l legar a la avenida Vi l lavicencio, el f lujo

vehicular es superior al panorama desolador de dos décadas atrás. El desorbitante pito de los buses ejecutivos, busetas y colect ivos que avanzan a paso lento, esquivando el agrietado pavimento, en medio del humo que expelen, hacen que la gente frunciendo el seño, busque con su mirada cuál es la ruta que les sirve.

Page 51: Historia barrio las guacamayas

H i s t o r i a d e l B a r r i o G u a c a m a y a s ----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

49

Pasadas las ocho de la mañana, el barr io está un poco desocupado, la mult i tud se ha dispersado a sus sit ios de trabajo y estudio. La soledad de las cal les permite que las dif icultades de Guacamayas, se hagan evidentes. Aunque la lucha por los servicios públ icos, aún t iene vigencia, ya no solo por la infraestructura, sino también por las tar ifas y el suministro, existen otros escenarios que exigen a la comunidad de hoy, continuar con los procesos de transformación; uno de los problemas, está relacionado con la carencia de centros educativos de básica primaria y de secundaria, pues las pocas instalaciones no alcanzan a cubrir el total de la demanda de la población del barrio.

Aunque existe un nivel de comercio

importante, en Guacamayas I I sector es muy reducido, pues esta act iv idad se concentra principalmente en el Sector I , cerca al paradero y sobre la vía pr incipal . Sin embargo, existen varios supermercados y panaderías, también existe la caseta de Toño encargado de arreglar los zapatos, que ironía en un barr io de zapateros, haciendo alarde de esta manera, al v iejo refrán popular: "En casa de herrero, azadón de palo!”. Igualmente, se cuenta con lavandería, pues antes era necesario l levar la ropa hasta los barr ios de la 27 sur. Pero falta una farmacia, o un centro de salud que permita atender las emergencias de primer grado.

Pero las carencias no sólo están relacionadas

con la infraestructura de lo que implica una vida urbana, sino también existen dif icultades en términos de lo social . La falta de presencia de

programas constantes que posibi l i ten espacios de recreación y cultura, hacen que las acciones que se adelantan desde el comité de deportes no alcancen la cobertura suficiente, pues su labor no está or ientada hacia la formación sistemática sino a la competencia.

Esta dif icultad, inf luye en que cada día el

consumo de drogas, se incremente más en la población juveni l , que ante la falta de oportunidades académicas, laborales y de recreación, se refugian en los sueños ef ímeros del momento. El consumo de drogas en el barr io, como en la ciudad y en la sociedad en general , ha sido abordado desde la censuras moral istas, que denigran de estas personas, incluso ocasionando consecuencias trágicas para quienes se ven afectados. Sin embargo, es necesario ampliar más el horizonte de la solución, buscando alternativas y oportunidades de ocupación para los jóvenes en general . Teniendo en cuenta que se hace necesario también, acompañar este proceso de acciones puntuales de capacitación y prevención, tanto a la población juveni l , como a los padres y adultos.

La formación que se brinda en los hogares,

constituye un elemento importante en esta búsqueda de soluciones, la mayoría de los jóvenes y niños de esta época, han crecido o permanecen, bastante t iempo solos, porque ante la dif íci l condición económica, sus padres deben sal ir a trabajar juntos, durante largas jornadas y realmente es poco el t iempo que se dedica a estar con los hi jos e hi jas, l imitándose casi a cumplir y sat isfacer algunas de sus necesidades f ís icas, pero

Page 52: Historia barrio las guacamayas

H i s t o r i a d e l B a r r i o G u a c a m a y a s ----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

50

dejando de lado, el afecto y el compart ir más con el los.

Otra de las dif icultades que se evidencian, y

que de una u otra manera se relaciona con la juventud, es la falta de la part ic ipación pol í t ica, debido a varias causas. Una de el las. T iene que ver en que la población juveni l , en su mayoría no tuvieron que viv ir las insuficientes condiciones de vida, en que inició el barr io y por lo tanto hay poco interés en la solución de los problemas actuales, que aparentemente son asuntos que deben resolver otros.

Así mismo, con el movimiento de la mañana,

se reúnen en determinados sit ios, para comentar, planear, acordar reuniones, aquel los que desde hace más de dos décadas, ejercen algún t ipo de poder pol í t ico en el barr io. Aunque en sus rostros se note el cansancio y el paso del t iempo, se encuentran preocupados por la ausencia de alguien que no deje morir los sueños que una vez soñaron en comunidad y que poco a poco han ido fabricando. Alguien como Juan, Patr ic ia, Carlos y muchos otros rostros juveni les que no encuentran en la pol í t ica un espacio de crecimiento o que senci l lamente no les interesa, debido en gran parte a que los escenarios pol í t icos han sido monopol izados por dos sectores, que no han permit ido un relevo generacional, s ino que siguen siendo las mismas personas que iniciaron estos procesos. Ese continuismo, como parece escrito a la entrada del barr io, aunque haya dado frutos, no se ha preocupado por ampliar la part ic ipación de la comunidad en general y, más aún, no se ha

interesado por br indar las herramientas que permitan al vecino común y corr iente, i r formando su conciencia dentro de un ámbito de cultura pol í t ica. No es suficiente que existan grupos de part ic ipación, comités, ni tampoco es suficiente que se amplíe la convocatoria en la gest ión, s i quienes part ic ipan al l í , no t ienen los elementos necesarios para inf luir en las decisiones.

Y como un eslabón más en la cadena,

aparece la violencia intrafamil iar que en los hogares colombianos, parece ser tan común. Y es que el insulto, el coscorrón, el pel l izco, el chantaje afect ivo y los gr i tos son el pan diar io de muchos de los hogares en el barr io; agresiones f ís icas y verbales, entre los hermanos, de padres a hi jos, de hi jos a padres y entre los padres, hacen parte de este panorama de violencia, en la que todos somos part íc ipes, ya sea como ejecutores de las agresiones o como cómplices del si lencio ante el maltrato, que en nuestra cultura machista consideramos como algo normal e incluso merecido.

Frente a esta situación, se hace necesario un

trabajo de difusión, promoción y capacitación dir igido a las mujeres quienes son las pr incipales vict imas de esta violencia. Las mujeres muchas veces no conocen sus derechos y están amedrentadas por los maridos quienes las subordinan con maltratos y mentiras.

Debemos repensarnos como mujeres y

hombres, seres diferentes, con igualdad de oportunidades, redimensionado nuestros roles y relaciones de género, que permita reconocer y

Page 53: Historia barrio las guacamayas

H i s t o r i a d e l B a r r i o G u a c a m a y a s ----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

51

construir un mundo donde podamos coexist ir juntos los hombres y las mujeres.

En este sentido, aparece otros elementos que

redundan en la necesidad de re-fundar el sentido de pertenencia comunitar io, es decir , en sentirnos parte de este barr io, sus problemas, sus tr iunfos y anhelos. No solo se debe buscar mejorar las condiciones materiales sino también buscar una convivencia sana en el hogar.

Por eso consideramos que reconstruir la

histor ia de ese espacio común que compart imos a

diar io, nos posibi l i ta, reconocer nuestra experiencia part icular, como parte fundamental del recorr ido de este barr io.

La historia no la hacen los héroes y mártires

que narran los l ibros escolares, la hacemos cada uno de nosotros, conocer nuestras raíces y proceso, nos permite sentirnos parte del lugar que habitamos y miembros de una gran famil ia, comprometiéndonos en la transformación y solución de las dif icultades, para hacer real idad nuestros sueños e i lusiones.

Page 54: Historia barrio las guacamayas

H i s t o r i a d e l B a r r i o G u a c a m a y a s ----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

52

A m a n e r a d e c o n c l u s i ó n .

G u a c a m a y a s h a c i a e l f u t u r o

Toda recuperación histór ica es en cierto

modo un diagnóstico; es una ref lexión para redefinir lo que queremos ser en el futuro. Aquí, después de haber hecho referencia a algunos de los problemas más complejos de Guacamayas, nos ponemos en la posición de considerarlos no como obstáculos sino como retos cuyo enfrentamiento y superación nos convert irá en una mejor comunidad. Nos interesa dejar lagunas ref lexiones, especialmente sobre, la perdida del sentido comunidad y de pertenencia al barr io y las formas de pract icar la pol í t ica en Guacamayas.

Uno de los aspectos sobre los que más se

debe hacer énfasis es en la cr is is en la organización comunitaria, es decir , la organización de los habitantes para darle solución a un problema. El barr io que se construyó sobre la base de esta sol idaridad carece actualmente de el la y se ha arraigado una apatía perjudicial para todos. Algunos problemas se han solucionado, sin embargo, otros han surgido y se agudizan diar iamente como son el desempleo, la falta de opciones de vida para algunos habitantes, el hambre, el elevado costo de los servicios públ icos, entre otros. La solución de la mayoría de estos problemas no está, def init ivamente, al inter ior del barr io pues las causas están conectadas con procesos económicos, sociales y pol í t icos que se

encuentran en la esfera nacional y mundial . Lo que podemos hacer desde nuestro barr io es crear una barrera que impida, por un lado, que estos problemas se agudicen y, por el otro, que sirva como pi lar sobre el cual crear conciencia y conocimiento de estas causas para, así , poder comprometernos en luchas amplias que superen el contexto del barr io.

La sol idaridad en la cot idianidad es el valor

más importante para crear tal barrera, pero este es solo el principio. Se necesitan proyectos que sean elaborados por la comunidad y que empiecen a dar soluciones prontas y concretas a los problemas que no dan espera. El papel de los jóvenes y los niños es vital en este aspecto pues a través de la creación de estos proyectos están valor izando para el los mismos la vida, el futuro y, además, están creando sentido de comunidad y apropiación por el barr io.

Este t ipo de acciones implica empezar a

act ivar cambios en la vida pol í t ica del barr io por varias razones. Pr imero, porque a través de estas acciones la Junta de Acción Comunal, me ref iero a la insti tución y no a las personas que la ocupan, se acercaría más a la comunidad recuperando ese carácter posit ivo con el que trabajó en los pr imeros años. No af irmamos que en la actual idad esta inst i tución haya dejado de tener relevancia o que su trabajo haya sido poco importante. Lo que

Page 55: Historia barrio las guacamayas

H i s t o r i a d e l B a r r i o G u a c a m a y a s ----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

53

afirmamos es que este organismo ha perdido legit imidad y que debe ganarla a través de or ientar a las personas en la formulación y gest ión de proyectos.

En Segundo lugar, a través de estas

iniciat ivas se puede romper con el monopol io generacional, que ha arrojado importantes frutos, pero que ha creado un alto grado de apatía en la juventud. El barr io está necesitado del trabajo y las ideas de los jóvenes, pero estos no quieren part ic ipar debido en parte a que, especialmente, en la Junta de Acción, no ha exist ido la posibi l idad de integrarlos en los procesos de toma de decisión o, aunque sea, como aprendices de la dinámica de esta insti tución. Los jóvenes, hombre y mujeres, deben crear opciones serias formándose r igurosamente y conociendo la historia de la act iv idad pol í t ica en el barr io para saber qué rescatar y que deplorar. En ese sentido, la juventud del barr io debe ganar espacio con trabajo y proyectos; debe ganar la legit imidad y el

reconocimiento de la comunidad con buenas ideas y no con t ímidas intenciones poco fundamentadas.

Se trata de trabajar junto con los

experimentados l ideres, en vez de darles la espalda pues estos han logrado mejoras signif icat ivas. Trabajar junto a el los pero para dinamizar las organizaciones comunales y no para ser apéndices de el los.

Esta sol idaridad y comunicación

intergeneracional para la formulación de caminos que conduzcan a enfrentar los problemas que oprimen al barr io, permit ir ía re-fundar el sentido de comunidad. Un sentido de comunidad que sea amplio y permita reconocernos como pertenecientes a un grupo de personas que están envueltos en problemas idénticos a los nuestros no solo en Guacamayas sino en todo el país.