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Clasificaciones oms discapacidad

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«Puesto que la experiencia de la discapaci-dad es única para cada individuo, no sólo por-que la manifestación concreta de la enferme-dad, desorden o lesión es única, sino porqueesa condición de salud estará influida por unacompleja combinación de factores (desde lasdiferencias personales de experiencias, antece-dentes y bases emocionales, construcciones psi-cológicas e intelectuales, hasta el contexto físi-co, social y cultural en el que la persona vive),ello da pie para sugerir la imposibilidad de cre-ar un lenguaje transcultural común para las tresdimensiones de la discapacidad. Y ello tambiénporque no sólo las experiencias individuales dediscapacidad son únicas, sino porque las per-cepciones y actitudes hacia la discapacidad sonmuy relativas, ya que están sujetas a interpreta-ciones culturales que dependen de valores,contexto, lugar y tiempo sociohistórico, asícomo de la perspectiva del estatus social delobservador. La discapacidad y su construcciónsocial varían de una sociedad a otra y de una aotra época, y van evolucionando con el tiempo.

Las Clasificaciones de la OMS se basan en elprincipio de que la discapacidad es un rango deaplicación universal de los seres humanos y noun identificador único de un grupo social. Elprincipio del universalismo implica que los sereshumanos tienen de hecho o en potencia algunalimitación en su funcionamiento corporal, per-sonal o social asociado a una condición desalud. De hecho, hay un continuo de niveles ygrados de funcionalidad. La discapacidad, entodas sus dimensiones, es siempre relativa a lasexpectativas colocadas sobre el funcionamientode las personas (qué se espera o no que hagan).Una clara consecuencia del universalismo esque, subyaciendo a la diversidad de manifesta-ciones de la discapacidad, tiene que haber unconjunto de estados funcionales que son sus-ceptibles de identificar científicamente. Estegrupo conjunto, subyacente, es el que trata demostrar la OMS en estas Clasificaciones.

El universalismo no significa necesariamenteque las deficiencias siempre y en cualquier socie-dad conducirán a una limitación de la actividad orestricción de la participación. Puede no ser posi-ble, antropológicamente, generalizar desde unadeficiencia física a una única identidad social.

La ciencia, la burocracia y la religión hanjugado un importante papel en la construcciónde la discapacidad: como un yo roto, imperfec-to o incompleto, como un caso en el que es pre-ciso intervenir y como objeto de lástima y cari-dad. Ello ha conducido a reclamar un conceptodel yo más integrado, basado no sólo en unavisión del mundo empírica, mecanizada y buro-crática, sino sobre una visión del yo y de lasociedad integrada, interpretable y holística. Deesta forma, puede ser posible una compresiónmás universal de la discapacidad. Al mismotiempo, cuando vemos el aspecto de las actitu-des sociales hacia la discapacidad y las perso-nas con discapacidad, incluyendo el modo enque la gente informa sobre la discapacidad y suseveridad, nos encontramos con lo que pareceser una enorme variación según las culturas.

Algunos estudios parecen estar en contra dela posibilidad de una clasificación de la disca-pacidad universal y transcultural, tal y comopretenden ser las Clasificaciones de la OMS.Algunos autores argumentan que la suposiciónde que son posibles definiciones y clasificacio-nes universales de la discapacidad es en sí mis-ma un punto de vista cultural determinado, aso-ciado con las sociedades norteamericana yeuropea, con una fuerte vinculación a las cien-cias biomédicas universalistas, por un lado, y alas concepciones individualistas de la personali-dad, por otro. Hay evidencias antropológicas yde la sociología médica de que las creenciasculturales afectan a cómo los profesionales dela salud y las personas con discapacidad inter-pretan la salud, la enfermedad y la discapaci-dad. Las creencias culturales hacen a la genteaprender caminos aceptados de estar enfermo,influyen en la atribución de etiologías a la enfer-medad o la discapacidad y determinan lasexpectativas respecto al tratamiento y los profe-sionales de la salud. Por lo tanto, los profesio-

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Clasificaciones de la OMS sobre discapacidadCarlos Egea García y Alicia Sarabia Sánchez (*)

(*) Carlos Egea García, Pedagogo. Alicia Sarabia Sán-chez, Trabajadora Social ([email protected])

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nales de la salud necesitan ser conscientes delas diferencias culturales que pueden afectar alos resultados del tratamiento.

La pregunta es ¿cómo identificar los aspectoscomunes sin perder de vista las diferencias cul-turales y lingüísticas, integrándolas en el desa-rrollo de los instrumentos?» (1).

Sirva el párrafo anterior para introducir el dile-ma de la necesidad de una clasificación interna-cional que nos sirva a todos y en todos los luga-res para compartir y comparar la informaciónsobre la discapacidad. Esta pretensión se encuen-tra detrás de cada estudio epidemiológico, socio-lógico o estadístico que sobre la discapacidad serealiza. A ello ha tratado de dar respuesta laOrganización Mundial de la Salud (OMS) con susClasificaciones, que analizamos en este artículo.

La Organización Mundial de la Salud cuentaentre sus grupos de trabajo con uno dedicado a la«Clasificación, evaluación, encuestas y terminolo-gía» aplicables al campo de la salud. En el marcode las actividades de este grupo se ha gestado larevisión de la Clasificación Internacional de Defi-ciencias, Discapacidades y Minusvalías (CIDDM)publicada por la OMS, para ensayo, en 1980.

Para encuadrar la perspectiva actual que sobreel campo de la discapacidad y su relación con lasalud tiene este Organismo internacional, vamos ahacer un breve repaso a los conceptos y termino-logía empleados en la primera versión de la citadaClasificación. Además, haremos un somero relatode los acontecimientos acaecidos durante su perio-do de implantación y revisión. Mostraremos unparticular interés en los relacionados con España.

La CIDDM de 1980

El objetivo planteado en la versión de 1980de la CIDDM (2) se centra en traspasar las barre-ras de la enfermedad, entendida en su concep-ción clásica. Se trata de ir más allá del procesomismo de la enfermedad y clasificar las conse-cuencias que ésta deja en el individuo tanto ensu propio cuerpo, como en su persona y en surelación con la sociedad. De este modo, se vamás allá del esquema de la enfermedad como:

Así, la OMS propone con la CIDDM unesquema nuevo:

Conceptos y terminología de la CIDDM

En este nuevo esquema ha de entenderseque:

• La enfermedad es una situación intrínsecaque abarca cualquier tipo de enfermedad,trastorno o accidente. La enfermedad estáclasificada por la OMS en su ClasificaciónInternacional de Enfermedades y Proble-mas de Salud Relacionados (CIE).

• La deficiencia es la exteriorización directade las consecuencias de la enfermedad yse manifiesta tanto en los órganos delcuerpo como en sus funciones (incluidaslas psicológicas).

• La discapacidad es la objetivación de ladeficiencia en el sujeto y con una reper-cusión directa en su capacidad de realizaractividades en los términos consideradosnormales para cualquier sujeto de suscaracterísticas (edad, género,...).

• La minusvalía es la socialización de laproblemática causada en un sujeto por lasconsecuencias de una enfermedad, mani-festada a través de la deficiencia y/o ladiscapacidad, y que afecta al desempeñodel rol social que le es propio.

Cada uno de los tres ámbitos de las conse-cuencias de la enfermedad, que antes hemosdescrito, fue definido de forma operativa por parte de la OMS en la CIDDM. Así pues,siempre dentro de la «experiencia de lasalud»:

• Una deficiencia es toda pérdida o anor-malidad de una estructura o función psi-cológica, fisiológica o anatómica.

• Una discapacidad es toda restricción oausencia (debida a una deficiencia) de lacapacidad de realizar una actividad en laforma o dentro del margen que se consi-dera normal para un ser humano.

• Una minusvalía es una situación desven-tajosa para un individuo determinado,

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1 Todo el párrafo entrecomillado y en letra cursiva estáextraído, traducido y adaptado por los autores, de las pági-nas 8 y siguientes del libro editado por Üstün, T.B. et alt.,Disability and Culture: Universalism and Diversity, publi-cado por la Organización Mundial de la Salud y Hogrefe& Huber Publishers. 2001.

2 Utilizamos, como texto de referencia, la edición de1997 del libro Clasificación Internacional de DeficienciasDiscapacidades y Minusvalías editado por el IMSERSO.

Etiología → Patología → Manifestación

Enfermedad → Deficiciencia → Discapacidad → Minusvalía

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consecuencia de una deficiencia o unadiscapacidad, que limita o impide el des-empeño de un rol que es normal en sucaso (en función de su edad, sexo o facto-res sociales y culturales).

La relación causal entre dichos niveles de lasconsecuencias de la enfermedad es evidente enlas propias definiciones de los mismos. Unadeficiencia puede producir una discapacidad yla minusvalía puede ser causada por cualquierade las dos anteriores. Dicha causalidad y linea-lidad en el planteamiento de la CIDDM ha sidouno de los extremos más criticados de la mis-ma. Así, se ha planteado la posibilidad de queexistieran minusvalías derivadas directamentede una enfermedad, que no causando deficien-cia (pérdida o anomalía), ni produciendo unadiscapacidad (restricción o ausencia de capaci-dad), pudiera producir una minusvalía (un niñoportador de VIH que se encuentra en situacióndesventajosa en actos sociales donde no puedeparticipar en igualdad de condiciones). En sen-tido inverso, también se puede plantear lasituación de que determinadas minusvalías (porejemplo, la situación de desventaja social quetiene una persona con ciertos trastornos menta-les) puedan llegar a causar discapacidades(como sería el caso de la limitación en su capa-cidad para desarrollar un trabajo remuneradomotivado por la prolongada situación de ostra-cismo a la que se ha sometido al individuo).

Términos en positivo

Desde las visiones animistas de la discapa-cidad (la discapacidad era un castigo divino ola persona con discapacidad estaba endemo-niada) hasta la actual perspectiva que se viveen los países de nuestro entorno de considerar-la dentro de los conceptos de salud, han pasa-do años y un duro devenir con continuasreconducciones hacia lo que debería ser unavisión «neutra» o, mejor aún, «positiva» de losconceptos utilizados en el campo de la disca-pacidad (3).

En esa trayectoria han ido quedando obsole-tos términos que surgieron desde el mundo dela ciencia (idiota, imbécil, cretino, subnormal,etc.). La incorrecta utilización de los mismos, suvulgarización y el desencuentro conceptualentre las personas que los manejaban, han obli-gado a ir cambiando cíclicamente la terminolo-gía aplicada a quienes padecían menoscabo.

A esta realidad no fue ajena la propiaCIDDM, que tuvo que consensuar, en los años1975-76, como paso previo a la elaboración dela Clasificación, un marco de referencia concep-tual. Así mismo, durante los años subsiguientes ala aprobación de la Clasificación, la OMS tuvoque llegar a un acuerdo sobre la utilización delos términos más importantes con una serie deorganizaciones internacionales. Pese a todo ello,no se ha podido evitar el uso de términos y con-ceptos promulgados por la OMS como sinóni-mos, no sólo en la lengua común sino, incluso,en mucha de la literatura especializada.

Podríamos decir que dos eran las pretensio-nes básicas en el campo de la terminologíaaplicada a la discapacidad:

1. La intención de evitar la sustantivación desituaciones adjetivas. Se trataba de mos-trar al individuo antes como persona quecomo sujeto de una determinada situa-ción limitante. La manera de lograrlo eraanteponer siempre el «persona con...»,haciendo de esta manera más relevante laintegridad individual que la situaciónadjetiva (por descriptiva) de una circuns-tancia personal concreta.

2. Por otro lado, se trataba de evitar la dis-tinta interpretación que sobre los diferen-tes marcos de las consecuencias de laenfermedad tenga cada persona, según laperspectiva que uno tenga de las mismas.Así, a las cualidades de la deficiencia seles asigna un adjetivo derivado de un sus-tantivo (en el texto de la traducción delIMSERSO aparece como ejemplo: defi-ciencia del órgano de la visión), mientrasque para las discapacidades se recomien-da la utilización de una palabra de origenverbal (como ejemplo en el texto citadoaparece: discapacidad para ver). En elcaso de las minusvalías, la cualidad vuel-ve a ser designada por un adjetivo deriva-do de un sustantivo (el ejemplo en el tex-to editado por el IMSERSO es: minusvalíapara la orientación), pero en este caso elsustantivo hace referencia a un rol desupervivencia y nunca a un órgano o su

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3 Para ampliar información sobre los paradigmas dela discapacidad, recomendamos la lectura de las prime-ras páginas del libro de Ramón Puig de la Bellacasa Ladiscapacidad y la rehabilitación en Juan Luis Vives.Homo homini par, editado por el Real Patronato de Pre-vención y de Atención a Personas con Minusvalía dentrode su Colección Documentos con el número 37/93.Madrid, 1993.

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función (4). Aunque no se consiguió unacoherencia total en este sentido, sí quedóclara la voluntad de lograrlo.

Pese al indudable empeño puesto por laOMS en la CIDDM para que los términos de lamisma fueran positivos, han sido muchas lasvoces que se han alzado en contra de una Cla-sificación (5) que enumeraba las situacioneslimitantes, restrictivas y de desventaja. Estaperspectiva condujo a una nueva revisión de laterminología empleada.

El proceso de revisión

Sin tratar de ser exhaustivos, exponemos acontinuación los hitos principales del largoproceso de revisión que han conducido a laaparición de una nueva Clasificación dentro dela familia de clasificaciones de la OMS (6).

1976. La Organización Mundial de la Saludaprueba, para ensayo, la Clasificación Inter-nacional de Deficiencias, Discapacidades yMinusvalías, como «manual de las conse-cuencias de la enfermedad».

1980. Se publica la versión oficial, en inglés, dela CIDDM.

1983. El, entonces, Instituto Nacional de Servi-cios Sociales (INSERSO) publica la versiónen castellano de la CIDDM, que merece laaprobación por la OMS como versión oficialen nuestro idioma. Este mismo año, Nacio-nes Unidas publica su Programa de AcciónMundial para Personas con Discapacidad,cuya terminología en la versión en castella-no no coincide con la propuesta por elINSERSO en la traducción de la CIDDM (en1988 el, entonces, Real Patronato de Pre-vención y de Atención a Personas conMinusvalía publicará una traducción armo-nizada).

1986. El Instituto Nacional de Estadística (INE)de España realiza una encuesta de ámbitonacional sobre Discapacidades, Deficienciasy Minusvalías, tomando como base los con-ceptos y terminología empleados por la OMSen la CIDDM. Se trata del trabajo de campode más amplio espectro realizado en todo elmundo hasta este momento.

1987. Se establece la red de centros colabora-dores de la OMS en materia de aplicación ydesarrollo de la CIDDM (ninguno de estoscentros se ubica en un país de habla hispa-na). También este año, el Consejo de Europacrea un Comité de Expertos para la aplica-ción de la CIDDM.

1989. El Consejo de Europa publica un docu-mento sobre la utilización de la CIDDM.

1991. La Dra. Jesusa Pertejo, al frente del equi-po RACIM (Revisión y Actualización de laClasificación Internacional de Minusvalías),por encargo del Real Patronato, realiza unestudio sobre la aplicación de la CIDDM enEspaña y los países de habla hispana.

1992. En la reunión anual sobre CIDDM cele-brada en Zoetermeer (Holanda), se revisanalgunos ítem de la Clasificación y se redactauna nueva introducción. Se acuerda impul-sar el proceso de revisión, asignando respon-sabilidades a los distintos centros colabora-dores. En España, este año, el Real Patronatoredacta y hace llegar a los órganos pertinen-tes de la OMS una «nota de situación y pro-puesta sobre la CIDDM», elaborada por ungrupo de expertos de habla hispana.

1993. En la reunión anual sobre CIDDM cele-brada Washington, se programa el procesode revisión y se distribuyen tareas y respon-sabilidades entre los centros colaboradores.La OMS publica una reimpresión de laCIDDM donde desaparece la mención «paraensayo» y añade un nuevo prólogo, donde sereconocen las aportaciones realizadas desdeEspaña por el Real Patronato. Este mismoaño, las Naciones Unidas publican las Nor-mas Uniformes sobre la Igualdad de Oportu-nidades de las Personas con Discapacidad,en las que vuelve a apreciarse un incorrectouso del término aplicado en lengua hispanapara la «deficiencia», según la versión encastellano de la CIDDM.

1996. Aparece el borrador «alfa» de la nuevaversión de la CIDDM, que utilizará, demomento, las siglas CIDDM-2, por razoneshistóricas (no se conoce traducción al caste-llano de este documento). El Consejo deEuropa lleva a cabo un Taller Internacional

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4 OMS. Clasificación Internacional de Deficiencias,Discapacidades y Minusvalías. IMSERSO. Madrid, 1997,pág. 71.

5 Una referencia a las críticas más destacadas se pue-de encontrar en Üstün, T.B. et alt., Op. cit., pp. 6 y ss.

6 Un relato más exhaustivo de los hitos y hechos fun-damentales de este proceso de revisión se puede encon-trar en la publicación de Egea García, C. y Sarabia Sán-chez, A. Experiencias de aplicación en España de laClasificación Internacional de Deficiencias, Discapacida-des y Minusvalías, publicado por el Real Patronato sobreDiscapacidad dentro de su Colección Documentos conel número 58/2001. Madrid, 2001.

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sobre «El uso y la utilidad de la CIDDM»,cuyos materiales no serán publicados hastamarzo del año 1999.

1997. Aparece el segundo borrador, «beta 1»,de la CIDDM-2, con el nombre de «Clasifi-cación Internacional de las Deficiencias,Actividades y Participación» (con versión encastellano).

1998. Se constituye la Red de Habla/CulturaHispana en Discapacidad (RHHD) comointerlocutora de la OMS para la versión encastellano de la revisión.

1999. Aparece un nuevo borrador, «beta 2», dela CIDDM-2, con el nombre de «Clasifica-ción Internacional del Funcionamiento y laDiscapacidad» (con versión en castellano).Este mismo año se constituye la REVEDIC(Red Española de Verificación y Difusión dela CIDDM-2), que se encarga de llevar acabo en nuestro país los trabajos de campodiseñados por la OMS para el proceso derevisión de la CIDDM y como representa-ción oficial de España en el marco de laRHHD.

2000. Aparecen dos borradores «pre-finales»(en octubre y diciembre, respectivamente) dela CIDDM-2, con el nombre de «Clasifica-ción Internacional del Funcionamiento, laDiscapacidad y la Salud» (ambos contaroncon traducción al castellano). En noviembre(en el periodo comprendido entre ambaspublicaciones) se celebra en Madrid la Reu-nión anual de la CIDDM, donde se decideelevar al Comité Ejecutivo de la OMS unborrador de la nueva Clasificación para quepueda ser aprobado en la siguiente Asam-blea Mundial.

2001. En enero, el Comité Ejecutivo de laOMS acuerda elevar, para su aprobación enla 54.ª Asamblea Mundial de la Salud, elborrador pre-final de diciembre de laCIDDM-2. En abril aparece el borrador«final» de la CIDDM-2 (con su correspon-diente versión en castellano). El 22 de mayose aprueba la nueva versión de esta Clasifi-cación con el nombre definitivo de «Clasifi-cación Internacional del Funcionamiento,de la Discapacidad y de la Salud», con lassiglas CIF. En el mes de junio, aparece unanueva traducción al castellano de esta Cla-sificación, que recoge las nuevas siglas(CIF) y en la que se rectifican algunos erro-res de la traducción de abril. En octubre seda noticia a través de Internet de la publi-cación oficial de la nueva Clasificación,cuya versión en castellano es editada por el

IMSERSO y se presenta el 15 de noviembreen Madrid (7).

La CIF de 2001

Como hemos podido ver en el apartadoanterior, el periodo de aplicación de la CIDDMsupera de largo los veinte años y su periodo derevisión se ha prolongado por casi una década.Como ya habíamos dicho, ha sido un largo pro-ceso, con una amplia participación internacio-nal (todos los centros colaboradores, grupos detrabajo específicos para algunos apartados, ins-tituciones internacionales representativas delcolectivo y redes internacionales como la dehabla hispana), con el uso de las nuevas tecno-logías de la información y la comunicación (laOMS, dentro de su sitio en la Web, viene man-teniendo un apartado dedicado a la revisión dela CIDDM) y no carente de giros sorprendentesen su elaboración (términos que aparecen ydesaparecen, incluso del propio nombre; des-doblamiento o agrupación de las distintas esca-las que componen la Clasificación; y hasta uncambio final en las siglas que van a regir desdeel momento de su aprobación por la AsambleaMundial de la Salud del 2001).

Objetivo y la finalidad

En el propio título de la nueva Clasificaciónencontramos una declaración de intenciones.Ya no se enuncian tres niveles de consecuen-cias de la enfermedad, sino que se habla defuncionamiento (como término genérico paradesignar todas las funciones y estructuras cor-porales, la capacidad de desarrollar actividadesy la posibilidad de participación social del serhumano), discapacidad (de igual manera, comotérmino genérico que recoge las deficiencias enlas funciones y estructuras corporales, las limi-taciones en la capacidad de llevar a cabo acti-vidades y las restricciones en la participaciónsocial del ser humano) y salud (como el ele-mento clave que relaciona a los dos anteriores).

En sus primeras líneas, la CIF enuncia suobjetivo principal: «proporcionar un lenguajeunificado y estandarizado que sirva como pun-to de referencia para la descripción de la saludy los estados relacionados con la salud». La

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7 Organización Mundial de la Salud. ClasificaciónInternacional del Funcionamiento, de la Discapacidad yde la Salud. IMSERSO. Madrid, 2001.

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OMS abandona el enfoque primitivo de «con-secuencias de la enfermedad» para enfocar elobjetivo hacia «la salud y los estados relaciona-dos con la salud». Trata, por lo tanto, de poneren positivo su terminología desde el primermomento (el término «enfermedad» ya no esempleado y a cambio aparece el nuevo término«estado de salud»).

También describe su finalidad en las prime-ras líneas del documento que manejamos: «Laclasificación revisada define los componentesde la salud y algunos componentes del bienes-tar relacionados con la salud (como educación,trabajo, etc.) para su descripción y valoración».Bajo esta perspectiva, se trata de ir más allá delcampo «médico-sanitario» e incluir, de formaexpresa, ámbitos sociales más amplios.

La CIF, desde los comienzos de su elabora-ción, se pronuncia por un enfoque bio-psico-social y ecológico, superando la perspectivabio-médica imperante hasta el momento. Parti-cularmente, este dato queda evidente con lainclusión de un apartado (segunda parte) dedi-cado a los factores contextuales (si bien nopodemos considerar que hayan alcanzadotodos sus objetivos ya que una de las escalasprevistas, la de factores personales, no ha llega-do a desarrollarse y la otra, la de factoresambientales, habrá de ser sometida a un proce-so de verificación que puede derivar en modifi-caciones sustanciales).

Como aportación personal de los autores deeste artículo, opinamos que el cambio de últi-ma hora en las siglas por las que se conoceráesta Clasificación puede responder, básicamen-te, a dos premisas:

1. Un acercamiento con la que se considerauna Clasificación «hermana» y comple-mentaria: la CIE, Clasificación Internacio-nal de Enfermedades. Las siglas CIF (eninglés ICF, International Classification ofFunctioning) recuerdan y se asemejanbastante a CIE (en inglés ICD, Internatio-nal Classification of Diseases).

2. Una intencionalidad de dejar claro quese trata de una «nueva Clasificación»,rompiendo con las siglas CIDDM que sevenían manteniendo en los distintosborradores «por razones históricas». Sibien se hace una mención expresa en eldocumento manejado a que se trata deun «texto que representa una revisión dela CIDDM», en la práctica poco quedade la misma ni en los conceptos, ni en laterminología empleada. Sólo pareceguardar relación con su antecesora enlos campos para su posible aplicación(herramienta estadística, de investiga-ción, clínica, de política social y educa-tiva).

El nuevo esquema

Al esquema causal y lineal de la CIDDM de1980, la CIF responde con un esquema de múl-tiples interacciones entre sus dimensiones yáreas. Aunque, según se declara en el texto deesta Clasificación, la CIF «no establece un “pro-ceso” del funcionamiento y la discapacidad», seintentan aclarar dichas interacciones medianteel siguiente esquema:

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Estado de Salud(trastorno o enfermedad)

Funciones y Estructuras Actividad ParticipaciónCorporales

Factores Ambientales Factores Personales

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De este nuevo esquema (clarificador de lasinteracciones entre las dimensiones y áreas)podemos hacer las siguientes lecturas:

• Los estados de salud tienen consecuen-cias en todos los componentes del funcio-namiento (corporal, actividad y participa-ción). A su vez, los componentes delfuncionamiento tienen directa repercu-sión sobre los estados de salud, en tantoque condicionan la posible aparición denuevas alteraciones (trastornos o enferme-dades).

• Los componentes del funcionamiento serelacionan, por pares, todos entre sí (cuerpoy actividad; cuerpo y participación; activi-dad y participación) y en ambos sentidos.

• Los componentes del funcionamiento(todos y cada uno de ellos) se ven influi-dos por los factores contextuales, tantoambientales como personales. Al mismotiempo, los factores contextuales puedenser determinados por las circunstanciasque acontezcan en los tres componentesdel funcionamiento.

Hacemos notar que en el nuevo esquema(clarificador) se emplea la terminología positivaque trata de impregnar esta nueva Clasifica-ción, sin hacer mención de los términos negati-

vos que corresponden a cada uno de ellos, conexcepción de la aclaración, entre paréntesis,que se hace de los «estados de salud».

La nueva estructura

Antes de entrar de lleno en los conceptos yterminología empleados en la CIF, recogemos acontinuación, de forma gráfica, la estructuraque tiene esta nueva Clasificación.

Vemos en el gráfico cómo la Clasificación(CIF) está dividida en dos partes:

1. Funcionamiento y discapacidad.2. Factores contextuales.

La primera parte (Funcionamiento y Disca-pacidad), a su vez, se subdivide en dos compo-nentes:

a. Funciones y estructuras corporales. Condos constructos (como conjunto de califi-cadores):i. Cambios en las funciones corporales

(fisiológico), con sus distintos nivelesde dominios y categorías.

ii. Cambios en las estructuras corporales(anatómico), con sus distintos nivelesde dominios y categorías.

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Clasificación

Partes

Componentes

Constructos/Calificadores

Dominios y categorías a

distintos niveles

Facilitador/

Barrera

Factores

Ambientales

Nivelesde losítems

Nivelesde losítems

Desempeño/

RealizaciónCapacidad

Nivelesde losítems

Cambios enEstructurasCorporales

Nivelesde losítems

Cambios enFuncionesCorporales

Nivelesde losítems

Actividadesy

Participación

Funciones yEstructurasCorporales

Funcionamientoy Discapacidad

CIF

FactoresContextuales

Factores

Personales

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b. Actividades y participación. Con dosconstructos:i. Capacidad, como la ejecución de tare-

as en un entorno uniforme, con sus dis-tintos niveles de dominios y categorías.

ii. Desempeño/realización (8), como laejecución de tareas en el entorno real,con sus distintos niveles de dominios ycategorías.

La segunda parte (Factores contextuales)también cuenta con dos componentes:

a. Factores ambientales, entendidos como lainfluencia externa sobre el funcionamien-to y la discapacidad, cuyo constructo es elefecto facilitador o barrera de las caracte-rísticas del mundo físico, social y actitudi-

nal (9), y que tiene distintos niveles dedominios y categorías.

b. Factores personales, entendidos como lainfluencia interna sobre el funcionamiento yla discapacidad, cuyo constructo es elimpacto de los atributos de la persona. Enesta versión de la CIF no se ha desarrolladouna escala de niveles para este componente.

Para tratar de proporcionar una visión deconjunto de los conceptos que contiene estaestructura, en los documentos manejados(borrador final de abril de 2001 y versión caste-llana de junio de 2001) aparece una tabla expli-cativa de los conceptos que entran en juego enesta nueva clasificación (ver tabla 1), que pue-de servir para hacerse una cierta composiciónglobal.

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8 En el original en inglés de la CIF, el término emple-ado es «performance». En opinión de los autores de esteartículo, la utilización de un término doble (desempe-ño/realización) se debe a las dificultades de encuadrartoda la extensión conceptual que supone el término ori-ginal en inglés, así como su distinta aplicación en lospaíses de habla hispana. De ahí que se necesite la apli-cación de este doble término en castellano.

9 El término «actitudinal», inexistente en el vocabula-rio castellano, se aplica al conjunto de actitudes o postu-ras que son aceptadas en los grupos sociales y que impli-can un cierto grado de encasillamiento o etiquetamientode personas o grupos de personas en función de suscaracterísticas comunes. En el caso de la discapacidadexisten gran número de estas etiquetas y estereotipos que,posiblemente, varían entre países y estratos sociales.

Parte 1: Parte 2:Funcionamiento y Discapacidad Factores Contextuales

Componentes Funciones y Estructuras Actividades yCorporales Participación

Factores Ambientales Factores Personales

Funciones corporales. Influencias externas Influencias internasDominios Áreas vitales sobre el sobre el

(tareas, acciones). funcionamiento y la funcionamiento y laEstructuras Corporales. discapacidad. discapacidad.

Cambios en las Capacidad.funciones corporales Realización de tareas

(fisiológicos). en un entorno El efecto facilitador ouniforme. de barrera de las El efecto de losConstructos

Cambios en las características del atributos de laestructuras del cuerpo Desempeño/realización mundo físico, social persona.

(anatómicos). Realización de tareas y actitudinal.en el entorno real.

Aspectos positivosIntegridad funcional, Actividad.

estructural ParticipaciónFacilitadores No aplicable.

Funcionamiento

Limitación a laactividadAspectos negativos Deficiencia.

Restricción en laBarreras/obstáculos No aplicable.

participaciónDiscapacidad

Tabla 1*. Visión de conjunto de la CIF

(*) Esta tabla ha sido tomada del texto publicado por IMSERSO de la versión en castellano de la CIF. Página 12.

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.

.

.

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Como podemos apreciar, la complejidad dela Clasificación ha aumentado con respecto a laversión original de 1980. Se incorporan nuevostérminos y conceptos, que vamos a tratar de iraclarando y situando, en lo posible. En cual-quier caso, destacamos los siguientes hechosrelevantes de esta nueva estructura:

• La CIF está compuesta por cuatro escalas,frente a las tres que componían laCIDDM.

• La escala de deficiencias de la CIDDM seha convertido en dos escalas (funcionescorporales y estructuras corporales) en laCIF, si bien el conjunto de las dos es con-siderado un solo componente en la nuevaClasificación.

• La escala de Actividades y Participaciónde la CIF es derivada de dos escalas en laCIDDM (Discapacidades y Minusvalías),si bien en su implementación puedehacerse de una forma diferenciada paralas limitaciones en la actividad o la res-tricción en la participación.

• Aparece una nueva escala en la CIF queno aparecía en la CIDDM, la escala deFactores Ambientales, quedando, además,a la expectativa de la posible aparición dela escala de Factores Personales, que seanuncia pero no se desarrolla en la CIF.

• En la CIF aparecen unos elementos estruc-turales inéditos en la CIDDM: los domi-nios (como conjuntos de ítems relaciona-dos entre sí) y los constructos (comoconjuntos de calificadores o elementosque vendrán a determinar la gravedad oconsecuencia en un determinado ítemsegún su aparición y en función de su gra-do o intensidad).

Los nuevos conceptos y la terminología

Veamos ahora la definición de los compo-nentes de la CIF. Antes de nada, habría que des-tacar que en las definiciones de la CIDDM secomenzaba en cada una de ellas con la frase«dentro de la experiencia de la salud», mientrasque en la CIF, como marco genérico, se define«en el contexto de la salud». La salud puedepresentarse de forma negativa o positiva (elindividuo padece o no una enfermedad o tras-torno), pero está claro que, a efectos prácticos,la CIF es fundamentalmente útil para la valora-ción y descripción de «estados de salud» y, porlo tanto, de la forma negativa de salud.

Por lo tanto, y como ya se ha dicho, en elcontexto de la salud:

• Funciones corporales son las funcionesfisiológicas de los sistemas corporales(incluyendo las funciones psicológicas).

• Estructuras corporales son las partes ana-tómicas del cuerpo, tales como los órga-nos, las extremidades y sus componentes.

• Deficiencias son los problemas en las fun-ciones o estructuras corporales, talescomo una desviación o una pérdida.

• Actividad es el desempeño/realización deuna tarea o acción por parte de un indivi-duo.

• Limitaciones en la Actividad son dificulta-des que un individuo puede tener en eldesempeño/realización de actividades.

• Participación es el acto de involucrarse enuna situación vital.

• Restricciones en la Participación son pro-blemas que el individuo puede experimen-tar al involucrarse en situaciones vitales.

• Factores Ambientales constituyen elambiente físico, social y actitudinal en elque una persona vive y conduce su vida.

La salud en forma positiva vendrá descrita porlas funciones y estructuras corporales, la activi-dad y la participación. La salud en forma negati-va lo será por las deficiencias, las limitaciones enla actividad y las restricciones en la participación.Mientras tanto, los factores ambientales actuaránde forma positiva si su presencia supone un faci-litador para superar la deficiencia, las limitacio-nes en la actividad o las restricciones en la parti-cipación y será negativo en tanto que supongauna barrera u obstáculo que entorpezca o agravecualquiera de los componentes anteriores.

Los autores de este artículo opinamos queestas definiciones son menos operativas que lascontenidas en la CIDDM para los tres niveles deconsecuencias de la salud (deficiencia, disca-pacidad y minusvalía). Además, como antesmencionábamos, consideramos que, en un pla-no práctico, la utilidad de este tipo de clasifica-ciones es cuando se presentan situacionesnegativas. Esto quizá se enfrenta al enfoquepositivo que trata de dar la nueva clasificación,pero, de forma pragmática, pensamos que en lapráctica profesional (venga del campo sanita-rio, social, educativo, laboral, etc.) el dato útilsiempre será el negativo, que marca la diferen-cia, mientras que el positivo marca la líneabase. Este hecho queda claro en el propio docu-mento manejado cuando se habla de la «utiliza-

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ción de la CIF». A la hora de aplicar la Clasifi-cación para describir la situación de un indivi-duo en cuanto a su salud, se parte de una clasi-ficación en «terminología positiva» que marcala línea base que se modifica mediante «califi-cadores» que, de usarse, denotan un grado depérdida, gravedad, limitación o restricción. Noexisten calificadores positivos para mostrar, porejemplo, un coeficiente intelectual superior a lamedia, una agudeza visual mayor que la consi-derada normal o un desarrollo muscular porencima del habitual (si bien no se niega la posi-bilidad de que, a iniciativa del codificador quemaneje cada escala, se puedan generar estoscalificadores positivos). La única escala quepresenta un calificador claramente positivo esla de factores ambientales que, como ya se hadicho, en sus ítems permite la catalogación gra-duada positiva (facilitador) o negativa (barrera).

Otros términos novedosos

Comenzamos este apartado por el término alque se ha querido dar mayor relevancia en estanueva Clasificación: el funcionamiento (no olvi-demos que las siglas se han quedado en CIF, conlo que podríamos quedarnos en un desarrollo delas mismas como Clasificación Internacional delFuncionamiento, olvidando los otros dos sustan-tivos del título: discapacidad y salud).

El Funcionamiento es aplicado en la CIFcomo «un término global que hace referencia atodas las funciones corporales, actividades yparticipación». Es, por tanto, el término genéri-co para las condiciones de salud positivas (o,quizá, cabría mejor decir «no negativas»).

La segunda novedad la encontramos en lautilización de un término ya empleado en laanterior Clasificación: la discapacidad.

En la CIF, la Discapacidad «engloba las defi-ciencias, las limitaciones en la actividad y lasrestricciones en la participación» y, así, deja deemplearse como una parte de las consecuen-cias de la enfermedad y se eleva a término«paraguas» para todas las condiciones de saludnegativas.

Así describen T.B. Üstün y colaboradores elproceso por el que se llega a adoptar el uso de«discapacidad» como término globalizador delos factores negativos del funcionamientohumano (10):

«Si bien “discapacidad” (“disability”) es untérmino utilizado universalmente, tanto en ellenguaje cotidiano como en la literatura profe-sional y científica, resulta ambiguo. El términopodría referirse a una anormalidad funcional oestructural en el ámbito corporal (por ejemplo,un problema en el metabolismo de las proteínaso la pérdida de una pierna); un problema deactuación o comportamiento en el ámbito de lapersona (por ejemplo, ser incapaz de vestirse ode conducir un coche); o, incluso, en el ámbitosocial al estar socialmente en desventaja a cau-sa de los problemas funcionales en el ámbitocorporal o personal (por ejemplo, perder el tra-bajo o que te denieguen el permiso de condu-cir). Para evitar la confusión entre estas tresnociones, muy diferentes entre sí, la CIDDM de1980 utilizó los términos “deficiencia” (“impair-ment”), “discapacidad” (“disability”) y “minus-valía” (“handicap”) para distinguir estas tresdimensiones, con el término paraguas “disable-ment” (que no tiene paridad en castellano, peropodríamos traducir como “discapacitación” o“discapacitamiento”) cubriendo a las tres.

En el proceso de revisión, se decidió que laCIF no debía ser una clasificación de los pro-blemas funcionales que las personas puedenexperimentar, sino una clasificación universaldel funcionamiento humano en sí mismo, tantopositivo como negativo. Por esta causa, y por laimportancia de expresar la clasificación en unlenguaje neutral y flexible, los tres ámbitos fue-ron renombrados “estructuras y funciones cor-porales” (por “deficiencias”), “actividad” (por“discapacidad”) y “participación” (por “minus-valía”). Puesto que el término “disablement”resultó difícil de traducir (como sucedía en cas-tellano) y ahora “discapacidad” estaba liberadade su asociación con el ámbito personal de losproblemas funcionales, se decidió volver a “dis-capacidad” como término comprensivo de lostres ámbitos de dificultad funcional. El término“disablement” se mantuvo como un términoacordado para nombrar el proceso interactivopor el cual los ámbitos de la discapacidad suce-den (lo que podríamos denominar en castellano“discapacitación” o “discapacitamiento”)».

La utilización de un término anterior con uncontenido diferente puede causar ciertos pro-blemas operativos, sobre todo si pensamos quedentro de unos años, al hacer revisiones histó-ricas de ciertos textos, nos veremos obligados apensar si éstos hacen referencia a conceptosmanejados antes o después de la aparición dela CIF.

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10 Üstün, T.B. et alt., Op. cit. Página 6. Extraído, tra-ducido y adaptado por los autores de este artículo.

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Anteriormente hemos mencionado elempleo de un nuevo término para sustituir a laenfermedad: estado de salud.

En la CIF, se utiliza Estado de Salud para refe-rirse a la enfermedad o trastorno que padece unindividuo y es la llave de paso entre el funcio-namiento y la discapacidad. Debemos diferen-ciar este concepto del de «salud», que, en laCIF, hace referencia tanto a aspectos negativoscomo positivos.

Otra novedad es la aparición de ciertos con-ceptos relacionados con la estructura de la nue-va Clasificación. Estos son:

• Dominio (11), usado como «un conjuntorelevante y práctico de acciones, funcionesfisiológicas, estructuras anatómicas, tareas oáreas de la vida relacionadas entre sí».Podríamos decir que dominio es el conjun-to de ítems que podemos agrupar bajo unmismo enunciado en cada una de las esca-las que componen la CIF y que se puedenencontrar a distintos niveles de desarrollo.

• Constructo, se trata de un neologismo(no hemos podido encontrar su definiciónen ninguno de los diccionarios de la len-gua española consultados) que se derivadel término inglés «construct» (que signi-fica, literalmente, construcción o ensam-blaje). Aunque no aparece reflejada unadefinición explícita para este término enlos documentos manejados (12), pode-

mos definirlo como «el conjunto de cali-ficadores empleados para describir y/omodificar cada uno de los componentesde esta Clasificación (Funciones y Estruc-turas Corporales, Actividad y Participa-ción y Factores Ambientales y Persona-les)». Así, se recogen como constructos:los cambios en el funcionamiento yestructuras corporales, la capacidad y eldesempeño/realización, los efectos de lascaracterísticas del mundo físico, social yactitudinal y el impacto de los atributosde la persona (aunque éstos últimos notendrán su correspondiente desarrollo encalificadores al no presentarse la escalade factores personales en la versión apro-bada).

• Calificador, que, como ya ha quedadoexpresado en el párrafo anterior, seríacada uno de los elementos que formanparte de un determinado constructo paracada uno de los componentes de la CIF yque describe y/o modifica un determina-do ítem de la escala, habitualmente enuna escala creciente de carácter negativo,excepto para el caso de los factoresambientales que también lo puede haceren sentido positivo.

Codificación de las escalas

La CIF utiliza un sistema de codificaciónalfanumérico. A cada ítem de cada una de lasescalas le corresponde un código que puedeser ubicado en función de la letra y númerosque aparezcan en él. Así, a cada una de lasescalas o componentes de la CIF le corres-ponde una letra que encabeza el código. Éstasson:

b para la escala de funciones corporales(corresponde al término inglés «body»).

s para la escala de estructuras corporales(corresponde al término inglés «structu-re»).

d para la escala de actividad y participación(corresponde al término inglés «disabi-lity»). Esta letra puede ser sustituida,según el interés del codificador, por laletra a (del inglés «activity») o p (del inglés«participation») si interesa destacar quenos referimos a la utilización del ítemcomo una actividad (o limitación en laactividad) o participación (o restricción enla participación).

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11 En una nota a pie de página de los traductores dela versión en castellano se aclara: «El término inglés“domain” ha sido traducido como “dominio”, en funciónde su significado de: “orden determinado de ideas, mate-rias o conocimientos”. Las alternativas “área” o “campo”más comunes en ciertos países de habla hispana hansido desechadas dada la relevancia que dicho términoocupa en la CIF, y la conveniencia de evitar confusionesderivadas del uso de términos que como esos son utili-zados en la clasificación con un significado más gene-ral». (OMS. Clasificación Internacional del Funciona-miento, de la Discapacidad y de la Salud. IMSERSO2001. Pág. 3, nota al pie a).

12 En una nota a pie de página de los traductores dela versión al castellano se aclara: «Aún cuando el sus-tantivo inglés “construct” posee en el presente contextoel significado de “concepto teórico” o “idea”, hemos pre-ferido emplear para su traducción en la CIF el término“constructo” (entrecomillado). La razón ha sido la espe-cial relevancia que el término tiene en esta clasificación,puesto que en ella se emplea para designar unas entida-des teóricas que ocupan un lugar específico dentro de suestructura jerárquica, y que por lo tanto, precisan dife-renciarse de términos que como “concepto” o “idea” seutilizan también en ella con un significado general».(OMS. Op. cit., Pág. 3, nota al pie b).

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e para la escala de factores ambientales(corresponde al término inglés «environ-ment»).

Tras la letra, que nos indica a cuál de lasescalas de la CIF pertenece el código, puedenaparecer de tres a cinco números, según el nivelde detalle que queramos alcanzar. Los dígitosnuméricos que siguen a la letra de la escalaindican:

1er dígito: Nos indica el capítulo (primer nivel)de escala que estamos empleando. Así, porejemplo, si el código fuera b2 sabríamos queestamos hablando de un ítem de la escala defunciones corporales (b), concretamente desu capítulo 2, funciones sensoriales y dolor.Se recomienda no utilizar ese nivel de codi-ficación de la CIF y emplear, como mínimo,hasta el segundo nivel de desagregación paracodificar los ítems.

2.º y 3er dígito: Los dos juntos nos indican quenos encontramos ante un segundo nivel dedesagregación de la escala que estemosempleando. Así, por ejemplo, si utilizamos elcódigo b210 podemos saber que se trata deun código de la escala de funciones corpora-les (b), perteneciente al capítulo de funcio-nes sensoriales y dolor (b2), en el apartadocorrespondiente a las «funciones visuales»(indicado por el «10» final). Como ya hemosdicho, éste es el nivel mínimo de codifica-ción recomendado en esta Clasificación.

4.º dígito: Nos indica que se trata del tercernivel de desagregación que corresponde,siempre, a una subcategoría de un ítem desegundo nivel. Así, por ejemplo, si el códigofuera b2100 se localizaría en la escala defunciones corporales (b), dentro del capítulode funciones sensoriales y dolor (b2), en lacategoría de funciones visuales (b210) ycorrespondería al ítem de «funciones de laagudeza visual» (indicado por el «0» final).

5.º dígito: De momento, sólo dos escalasemplean apartados a este cuarto nivel dedesagregación: funciones y estructuras cor-porales. Corresponde a la codificación deítems que desarrollan, siempre, subcategorí-as de tercer nivel. Así, por ejemplo, ante elcódigo b21002 podemos decir que corres-ponde a la escala de funciones corporales(b), dentro del capítulo de funciones senso-riales y dolor (b2), en la categoría de funcio-nes visuales (b210), en la subcategoría defunciones de la agudeza visual (b2100) y,concretamente, nos señala que se trata de la

«agudeza binocular a corta distancia» (quenos indica el «2» final).

Salvo en el primer nivel, en el resto de nive-les se reservan los dígitos 8 y 9 para indicarque:

8 Sirve para especificar un ítem conocido den-tro un dominio, pero que no aparece en lalista que ofrece la escala correspondiente dela CIF. En ese caso deberemos acompañar alcódigo con el enunciado que consideramosoportuno para este ítem.

9 Sirve para designar un ítem que ni está reco-gido ni es especificable dentro del dominode la escala CIF que estemos empleando,pero que quedaría poco explícito de utilizaruna codificación de menor nivel.

Cada uno de los ítems de las escalas (o com-ponentes) de la CIF viene descrito por un título(por ejemplo, «funciones de la agudeza visual»)y que, si no se considera suficientemente des-criptivo, va acompañado de una breve explica-ción (por ejemplo, «funciones visuales, tantomonoculares como binoculares, que permitenpercibir la forma y el contorno a corta y a largadistancia»). Para una mejor comprensión, pue-de ir acompañado de una explicación sobre loque se considera incluido en dicho ítem. Enalgunos casos, para evitar codificaciones inco-rrectas, se señalan las exclusiones que son apli-cables, cada una de ellas seguida por el códigodel ítem correcto que sí la incluye.

Utilización de los calificadores

Lo descrito en el apartado anterior refleja lacodificación que podemos encontrar en laescalas de la CIF, tal y como se presentan lista-das. Es decir, la codificación del funcionamien-to humano, línea base sobre la que, como anteshemos dicho, se ha generado una terminologíaconsiderada «positiva» para describir la salud.

Pero la verdadera utilidad de la CIF la encon-tramos en la utilización de los «calificadores»que proporciona para describir los «estadosrelacionados con la salud», o lo que, en termi-nología de CIDDM, antes conocíamos como«consecuencias de la enfermedad». En el ejem-plo que hemos utilizado en el apartado anterior,sabemos que el código b21002 hace referenciaa la «agudeza binocular a corta distancia», perosi este ítem lo aplicamos a un individuo concre-to nos debe informar sobre el estado de salud en

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que se encuentra dicha «agudeza». Para ello seutilizan los «calificadores» de la CIF.

Como quedó dicho anteriormente, un califi-cador describe y/o modifica un ítem determina-do, indicando, habitualmente, la pérdida oagravamiento del funcionamiento que recogedicho ítem. Es decir, los calificadores son el ele-mento descriptivo de la discapacidad.

Sólo en el caso de los factores ambientales,los calificadores empleados nos pueden darinformación sobre una aportación positiva, en elsentido de que la existencia del ítem puede«facilitar» la mejoría de una deficiencia funcio-nal o estructural, la realización de una actividado el desempeño de un rol social. También, porsupuesto, nos puede informar sobre un aspectonegativo, en tanto que la existencia del ítempueda suponer una «barrera u obstáculo» en laevolución favorable de una deficiencia, la eje-cución de una tarea o el desempeño de un rol.

Todos los calificadores se expresan junto alcódigo correspondiente y separados del mismopor un punto (por ejemplo, b21002.3) En laescala de factores ambientales, cuando expre-samos que el calificador actúa como «facilita-dor» sustituiremos el punto por el símbolo «+»(por ejemplo, e1250+3) A continuación abor-damos el uso de los calificadores en cada esca-la de la CIF.

Al conjunto de calificadores que se aplican acada una de las escalas (o componentes) de laCIF se les denomina «constructo». Así pues,tendremos un constructo por cada una de lasescalas que componen la CIF y cada uno deellos es diferente.

Calificador del constructo de funciones corporales.

El constructo de funciones corporales poseeun único calificador (primer calificador) Se tra-ta de un «calificador genérico con escala nega-tiva utilizado para indicar la extensión o magni-tud de una deficiencia» funcional.

Este calificador se indica mediante un dígitonumérico, separado por un punto del ítem alque describe y/o modifica, que significa:

0 No hay deficiencia (ninguna, ausencia, insig-nificante...) 0 a 4%.

1 Deficiencia LIGERA (poca, escasa...) 5 a24%.

2 Deficiencia MODERADA (media, regular...)25 a 49%.

3 Deficiencia GRAVE (mucha, extrema...) 50 a95%.

4 Deficiencia COMPLETA (total...) 96 a 100%.8 Sin especificar.9 No aplicable.

Por ejemplo, b21002.3 significa deficienciagrave en la agudeza binocular a corta distanciacon una magnitud en la pérdida de agudezaentre el 50 y el 95%.

Calificadores del constructo de estructuras corporales.

El constructo de estructuras corporales lo com-ponen tres grupos de calificadores: primer califi-cador, segundo calificador y tercer calificador(este tercer calificador se encuentra en desarrolloy aún no se recomienda su uso generalizado).Todos y cada uno de ellos viene representado porun dígito numérico, separado por un punto delcódigo del ítem al que describe y/o modifica.

El primer calificador es «genérico con escalanegativa utilizado para indicar la extensión omagnitud de una deficiencia» estructural (simi-lar al descrito en el caso de las funciones cor-porales). Se representa por:

0 No hay deficiencia (ninguna, ausencia, insig-nificante...) 0 a 4%.

1 Deficiencia LIGERA (poca, escasa...) 5 a24%.

2 Deficiencia MODERADA (media, regular...)25 a 49%.

3 Deficiencia GRAVE (mucha, extrema...) 50 a95%.

4 Deficiencia COMPLETA (total...) 96 a 100%.8 Sin especificar.9 No aplicable.

Por ejemplo, s73022.2 significa deficienciamoderada en los músculos de la mano con unamagnitud de pérdida entre un 25 y un 49%.

El segundo calificador del constructo deestructuras corporales es «utilizado para indicarla naturaleza del cambio en la respectiva estruc-tura corporal». Se representa por un segundodígito (complementario al primero) que significa:

0 No hay cambio en la estructura.1 Ausencia total.2 Ausencia parcial.3 Parte adicional.4 Dimensiones aberrantes.5 Discontinuidad.6 Posición desviada.7 Cambios cualitativos en la estructura, inclu-

yendo la acumulación de fluido.

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8 Sin especificar.9 No aplicable.

Por ejemplo, s73022.22 significa deficienciamoderada por ausencia parcial de los músculosde la mano.

El tercer calificador, que se encuentra en des-arrollo y aún no se recomienda su uso genera-lizado, se utiliza para «indicar localización» dela deficiencia estructural. Se trata de un tercerdígito que debe acompañar a los dos anterioresy significa:

0 Más de una región.1 Derecha.2 Izquierda.3 Ambos lados.4 Delante.5 Detrás.6 Proximal.7 Distal.8 No especificada.9 No aplicable.

Aunque de momento no se recomienda suuso generalizado, por ejemplo, nos podríamosencontrar con s73022.221 que significaría defi-ciencia moderada por ausencia parcial de losmúsculos de la mano derecha.

Calificadores del constructo de actividad yparticipación.

El constructo de actividad y participación locomponen dos grupos de calificadores: primercalificador y segundo calificador. Todos y cadauno de ellos viene representado por un dígitonumérico, separado por un punto del códigodel ítem al que describe y/o modifica.

El primer calificador es el de desempeño/rea-lización y «describe lo que una persona haceen su contexto/entorno actual (real)». El segun-do calificador es el de capacidad y «describe laaptitud de un individuo para realizar una tareao acción» y «se mide en un contexto/entornouniforme o normalizado». Como ambos califi-cadores hacen referencia a un contexto/entor-no, es recomendable que su codificación vengaacompañada del o de los códigos oportunos dela escala de factores ambientales.

Ambos calificadores deben emplearse juntosy son representados, cada uno de ellos, por unnúmero que significa:

0 No hay dificultad (ninguna, ausencia, insig-nificante...) 0 a 4%.

1 Dificultad LIGERA (poca, escasa...) 5 a 24%.2 Dificultad MODERADA (media, regular...)

25 a 49%.3 Dificultad GRAVE (mucha, extrema...) 50 a

95%.4 Dificultad COMPLETA (total...) 96 a 100%.8 Sin especificar.9 No aplicable.

Por ejemplo, d4600.23 significa que el indi-viduo tiene una dificultad moderada para des-plazarse dentro de la casa, utilizando los recur-sos disponibles actualmente, pero grave en unentorno uniforme, que no garantice dichos dis-positivos.

La utilización de los calificadores del cons-tructo de actividad y participación es algo com-pleja, por lo que recomendamos al lector intere-sado amplíe la información que proporcionamosen este apartado con la lectura del apartado 4.3del apéndice 2 y el apéndice 3 de la CIF (13).

Calificadores del constructo de factoresambientales.

El constructo de factores ambientales utilizaun solo grupo de calificadores: primer califica-dor. Se representa por un dígito numérico queestá separado del ítem al que describe y/omodifica por un punto cuando se trata de unabarrera u obstáculo y por el símbolo «+» cuan-do se trata de un facilitador.

Cada uno de estos dígitos numéricos signifi-ca que:

.0 No hay barrera (ninguna, ausencia, insigni-ficante...) 0 a 4%.

.1 Barrera LIGERA (poca, escasa...) 5 a 24%.

.2 Barrera MODERADA (media, regular...) 25 a49%.

.3 Barrera GRAVE (mucha, extrema...) 50 a95%.

.4 Barrera COMPLETA (total...) 96 a 100%.

.8 Barrera sin especificar.

.9 No aplicable.+0 No hay facilitador (ninguna, ausencia, insig-

nificante...) 0 a 4%.+1 Facilitador LIGERO (poca, escasa...) 5 a

24%.+2 Facilitador MODERADO (media, regular...)

25 a 49%.+3 Facilitador GRAVE (mucha, extrema...) 50 a

95%.

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13 OMS. Op. cit. pp. 249 a 252 y 254 a 257.

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+4 Facilitador COMPLETO (total...) 96 a 100%.+8 Facilitador sin especificar.

Por ejemplo, e1250.2 significa que los pro-ductos y tecnologías generales de la comunica-ción son una barrera moderada, o, por el con-trario, e1250+2 los productos y tecnologíasgenerales de la comunicación son un facilita-dor moderado.

La escala de factores ambientales debe sersiempre usada junto a las escalas anteriores, alas que ubica en cuanto al contexto/entorno.Por su complejidad, recomendamos, para unaampliación sobre la aplicación de los califica-dores de este constructo, la lectura de los apar-tados 3 y 4.4 del apéndice 2 de la CIF (14).

Consideraciones sobre la codificación de la CIF

Ya ha quedado reflejado anteriormente quela utilidad práctica de la codificación de la CIFviene determinada por la posibilidad de descri-bir y valorar los factores negativos de la salud ylos estados relacionados con la salud. La merarelación de un listado del «funcionamientohumano» no va más allá de ser una enumera-ción de la línea base de lo que podríamos defi-nir como «normalidad», lo que carece de uninterés práctico y por ende siempre será incom-pleto. Por ello, en tanto que esta nueva clasifi-cación, en su primera parte, hace un listado deítems sobre el «funcionamiento», lo que tieneun interés práctico es la posibilidad de descrip-ción de las situaciones de desventaja que se nosproporciona a través de los calificadores detodos y cada uno de los constructos.

Dejamos a un lado la novedosa segunda par-te, que relata los factores ambientales (quedan-do a la espera de los factores personales), ya queen ella sí se da la posibilidad de hacer una valo-ración en sentido positivo o negativo de un mis-mo ítem e, indudablemente, aporta una infor-mación hasta ahora no recogida con la CIDDM.

A continuación realizamos una serie de consi-deraciones personales sobre los componentes deesta nueva Clasificación y sobre su codificación.Quede claro que se trata de opiniones personalesde los autores de este artículo y, por lo tanto, suje-tas a las reglas del campo de la opinión.

a. La CIDDM hacía un listado de las situa-ciones de desventaja (como consecuenciade la enfermedad). Por lo tanto, suponía

una relación de aspectos negativos (loausente o problemático), que se enfrentaal nuevo enfoque de relatar todas las posi-bilidades del funcionamiento humanodesde una perspectiva positiva. En laCIDDM se daba la posibilidad a la perso-na que aplicara esta Clasificación a unindividuo, de elegir entre los ítems dedicho listado los que podían ser de apli-cación al mismo. En la CIF el listado esdel «funcionamiento humano» y por lotanto la totalidad de las escalas es aplica-ble a cualquier individuo. Así, nos obligaa un trabajo adicional, que es elegir unítem de funcionamiento y calificarlosegún la norma establecida para cadaescala. De partida, hay una mayor com-plejidad en la aplicación.

b. La CIDDM recogía en una sola escala (denueve clases) todo el repertorio de defi-ciencias, sin hacer una distinción entre lasestructurales y las funcionales. En la CIF sepresentan de forma separada las funcionesy las estructuras corporales en dos escalas(con ocho clases cada una). Además, estasdos escalas se relacionan entre sí, ya que acada uno de los capítulos (o clases) defunciones corporales corresponde (en elmismo orden) un capítulo de las estructu-ras corporales. Evidentemente, esto aportauna mayor riqueza de información, ya quehay 16 clases en lugar de las 9 primitivas yse puede establecer un paralelismo entrelas situaciones de salud de una y otra esca-la. Ello supone una mayor complejidad ensu aplicación, si bien aporta una informa-ción más completa.

c. La escala de deficiencias de la CIDDM novenía acompañada de ningún sistema decodificación que nos aportara informa-ción sobre la magnitud, la naturaleza o lalocalización de la deficiencia. En la CIF síencontramos la posibilidad de aportar estainformación mediante los calificadores.Así, podemos describir la magnitud de ladeficiencia en las funciones corporales,mientras para las estructuras corporalesnos proporciona la posibilidad de descri-bir no sólo la magnitud, sino también lanaturaleza de la deficiencia (o cambioproducido en la estructura) y su localiza-ción (si bien esta última posibilidad aún seencuentra en desarrollo). Si bien es máscompleja y supone una mayor cantidadde trabajo, la información que nos puedesuministrar la CIF es más completa.

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14 OMS. Op. cit. pp. 245, 252 y 253.

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d. La CIDDM separaba los ámbitos personaly social de las consecuencias de la enfer-medad en las escalas de discapacidad yminusvalía, respectivamente. La CIF veníamanteniendo separados estos dos ámbitos(en una escala para las actividades y otrapara la participación) hasta el borradorpre-final de diciembre de 2000, cuando,no sin cierta sorpresa para los que venía-mos siguiendo el proceso de revisión,aparecieron fundidos en una sola escalade «actividad y participación». Es ciertoque podían detectarse ciertos solapamien-tos entre ambas escalas, pero, a nuestroentender, esto no era más que un reflejode una realidad objetiva: ciertas activida-des suponen participación y viceversa.Pero el enfoque e interpretación que sediera a un mismo ítem según estuviera enuna u otra escala era completamente dife-rente. Ahora nos encontramos con un lis-tado único para actividades y participa-ción, que puede ser codificado con unaletra neutra (d) o puede ser codificado conuna letra definitoria («a» si queremos des-cribir el ítem como actividad, «p» si que-remos significar una participación). Cua-tro son las opciones que nos da elborrador final de la CIF en su apéndice 3para usar la codificación de esta escala. Elproblema estriba en qué sucederá cuandolo que queramos sea compartir o compa-rar información extraída por dos codifica-dores que se hayan decantado por distintaopción.

e. La CIDDM proporcionaba la posibilidadde aplicar calificadores a su escala de dis-capacidades, en cuanto al «diagnóstico» yel «pronóstico» que se hacía de las mis-mas en función del mayor o menor gradode dependencia que podía producir en elindividuo. En la CIF la aplicación de cali-ficadores de independencia se da en dosposibles entornos o contextos: el real oactual y el uniforme o normalizado. Sinentrar en la valoración de cómo se puedellegar a establecer para algunos ítems ese«entorno uniforme», sí reseñamos la posi-bilidad que ofrece la CIF de que el codifi-cador aplique estos calificadores con o sinayudas o apoyos. Este hecho vuelve asuponer un problema a la hora de com-partir o comparar la información.

f. Por último, deseamos reseñar que, conrespecto a la utilización conjunta de las

escalas de la primera parte de la CIF (fun-ciones y estructuras corporales y actividady participación) con la escala de factoresambientales de la segunda parte, tampocose ofrece una única forma de codifica-ción. En el apartado 3 del apéndice 2 dela CIF, se proporciona la posibilidad deutilizar la escala de factores ambientalesde forma independiente, de forma con-junta con cada una de las otras tres esca-las o utilizarla conjuntamente con loscalificadores de «desempeño/realización»y «capacidad» de la escala de actividad yparticipación. Volvemos a encontrar elmismo problema de estandarización queapuntábamos en los dos puntos anterio-res, con vistas a compartir o compararinformación.

Resumiendo todo lo anterior, podemos decirque, para la codificación con la nueva Clasifi-cación, nos encontramos que:

a. Se trata de una clasificación más comple-ja que requiere, por parte del codificador,un mayor trabajo. Los propios redactoresde la CIF «recomiendan» que los posiblesusuarios (codificadores) reciban entrena-miento. También recomiendan que estaClasificación se utilice de forma conjuntacon la CIE-10 (clasificación de enferme-dades de uso casi exclusivo por personalsanitario).

b. La codificación de las escalas (o compo-nentes) de las funciones y estructurascorporales resulta relativamente sencillay práctica. No sucede lo mismo con lasescalas de actividades y participación yde factores contextuales, donde no sedan unas normas estandarizadas de apli-cación, quedando a criterio del codifica-dor elegir entre una serie de posiblesusos de los constructos y calificadores ensu aplicación. Por lo tanto, encontramos,de nuevo, que la información «clínica»sí tendrá una fácil aplicabilidad, mien-tras que no sucede lo mismo con lasocial (ambiental, educativa, etc.), quedeberá esperar a futuros trabajos decampo para ir delimitando su forma deuso con vistas a poder compartir y com-parar, de forma adecuada, la informa-ción que suministra.

Murcia, noviembre de 2001

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