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Pensamiento Agustin de Hipona
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Agustín de Hipona Síntesis razón-fe (platonismo-cristianismo)
Fe(creer para comprender)
razón(comprender para creer)
Sin la fe (revelación) es imposible alcanzar la Verdad
La fe puede y debe apoyarse en la razón con el fin de esclarecer los
contenidos revelados
• Primacía de la fe frente a la razón• Esta forma de entender la relación entre fe y razón, dominará a lo largo de toda la
EM hasta la propuesta de Tomás de Aquino.
Agustín de Hipona El conocimiento
“Me dan de lado todos los argumentos de los Académicos (escépticos), que dicen: ¿Qué?, ¿Y si te engañas? Pues si me engaño, existo (“si fallor, sum”). El que no existe no
puede engañarse, y por eso, si me engaño, existo. Luego, si existo, si me engaño, ¿cómo me engaño de que existo, cuando es cierto que existo si me engaño? Aunque me engañe, soy yo el que me engaño, y, por tanto, en
cuanto conozco que existo, no me engaño”
(San Agustín, La ciudad de Dios, XI, 26-27).• .
Del escepticismo
Afirmación de la verdad
Neoplatonismo
Agustín de Hipona El conocimiento
Contemplación de las Ideas (presentes en la mente divina)para que, de este modo, el alma se “eleve” hasta Dios. .
Conocimiento sensible
Inferior
Conocimiento racional
Los “niveles” o grados de conocimiento
Superior (Sabiduría)
Iluminació
n
Iluminación
Agustín de Hipona El conocimiento
Anámnesis
Agustín de Hipona El conocimiento
En
el alm
a en
cont
ram
os v
erdad
es u
niver
sales
,
nec
esar
ias e
inm
utab
les,
que
se re
fiere
n a
cierto
s con
tenid
os m
orale
s,
met
afísi
cos,
mat
emát
icos…
¿De dónde proceden?
No proceden de los sentidos
No proceden del alma
Los sentidos nos ofrecen siempre objetos particulares, contingentes y cambiantes
El alma, a diferencia de dichas verdades (necesarias e inmutables), es “mudable”
y “cambiante”
Agustín de Hipona El conocimiento
En
el alm
a en
cont
ram
os v
erdad
es u
niver
sales
,
nec
esar
ias e
inm
utab
les,
que
se re
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cierto
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orale
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met
afísi
cos,
mat
emát
icos…
¿De dónde proceden?
El origen de dichas Verdades, sólo puede ser Dios
Nosotros accedemos a ellas, gracias a la Iluminación
Agustín de Hipona El conocimiento
Nosotros accedemos a ellas, gracias a la Iluminación
¿De dónde proceden?
Agustín de Hipona El conocimiento
AUTOTRANSCENDENCIA
¿De dónde proceden?
El Estas verdades están en Dios (ejemplarismo) y han sido “depositadas” de alguna manera por éste en la mente humana mediante la iluminación. ¿Con qué finalidad? Con el fin de
que el hombre, al buscar dentro de sí, encuentre las verdades eternas y llegue de este modo hacia su origen: Dios.
En este sentido, Dios “participa” a las mentes la capacidad de conocer la verdad. Es como la luz que ilumina los objetos y hace posible la visión de éstos.
IluminaciónAnámnesis y participación
Inmortal (no eterna)
Imagen de la Trinidad
(memoria, inteligencia y
voluntad)
Origen: ¿creacionismo /
generacionismo?
Agustín de Hipona Antropología
El hombre (2 sustancias)
Cuerpo(materia)
Alma(forma)
espiritual
Agustín de Hipona Dios y la creación
Dios creador
Existe
Agustín de Hipona
Dios creador
Existe
Iluminación
Orden y perfección (Supremo Ordenador)
Consenso universal
Los diversos grados de bien (Bien supremo)
Agustín de Hipona Dios y la creación
Dios creador
Existe
Razones seminales
Ejemplarismo
De la nada
Agustín de Hipona Ética
“Nos hiciste, Señor, para ti y nuestro corazón estará inquieto hasta que descanse en ti”
El impulso que llevaba al alma a auto-transcenderse y a descubrir en su propio interior a Dios iluminando su alma,
se da también en el ámbito del querer, en el ámbito de la voluntad.
ÉTICA
Agustín de Hipona Ética
Ética material Ética teleológica
Ética material: Lo que hace buena o mala una acción es la materia o contenido
de la acción(lo que hacemos)
Ética teleológicaEl “telos” o el fin de nuestros actos (la felicidad), es la base sobre la
que el hombre descubre lo que está bien y lo que está mal.
Agustín de Hipona Ética
Pero, para Agustín, dicho fin (la felicidad ), sólo puede alcanzarse en el más allá: visión beatífica
“Nos hiciste, Señor, para ti y nuestro corazón estará inquieto
hasta que descanse en ti”¿cómo?
Agustín de Hipona Ética
¿cómo?
Con Dios Contra DiosLibre albedrío
y libertad
Gracia Pecado original
La naturaleza humana ha sido “corrompida”
Necesita la “ayuda” de Dios para obrar bien
Agustín de Hipona Ética
Libre albedríoy
libertad Libre albedríoLibertad
La naturaleza humana ha sido “corrompida”
Posibilidad de elegir entre el bien y el mal
Descartado, tras el Pecado OriginalLa libertad sería,
el libre albedrío, Ayudado por la Gracia
El hombre no puede querer
el bienAunque lo quisiera, no podría hacer el
bien
Necesita la ayuda de Dios (la “Gracia”)
Agustín de Hipona El problema del mal.
“Y vio Dios, que todo era bueno” (Sobre la Creación, Libro del Génesis)
¿Por q
ué existe el mal e
n el mundo?
¿Qué es el m
al?
Agustín de Hipona El problema del mal.
“Y vio Dios, que todo era bueno” (Sobre la Creación, Libro del Génesis)
¿Por q
ué existe el mal e
n el mundo?
¿Qué es el m
al?
Agustín de Hipona El problema del mal.
El mal “no existe” No es un “ente”El mal : “no ser”, carencia o
privación de ser.
= BIENSER
Mal metafísico
Mal moral
Mal físico
Libre Albedrío
Pecado Original
Agustín de Hipona Política: La Ciudad de Dios.
Agustín sale al paso de aquellos que culpan al cristianismo de ser la causa de la “decadencia” del Imperio.
Alarico entra en Roma (410)
Cristianismo: religión oficial del Imperio (380)
La ciudad de
Dios
Agustín de Hipona La ciudad de Dios
La historia no es más que el resultado de la lucha entre dos ciudades.
Ciudad TerrenalCiudad de Dios
Formada por aquellos que se aman a sí
mismos y desprecian a Dios .
En la actualidad, ambas ciudades están mezcladas,
de modo que no es posible identificarlas totalmentecon…
Formada por aquellos que aman a Dios y siguen su palabra (aman a Dios)
Agustín de Hipona La ciudad de Dios
La lucha continuará hasta el “fin de la historia” y triunfará la “Ciudad de Dios”.
Ciudad TerrenalCiudad de Dios
Esta distinción entre ciudad de dios y ciudad terrena continuará durante toda la Edad Media en lo que se ha llamado “agustinismo político”
y será utilizada para justificar o legitimar la prioridad de la Iglesia (poder religioso) sobre el poder político.