Quien nos llegara al corazón,parecía haber venido desde muy lejosa esta inquietante patria.Aquí, poco le retuvo.Sin otra cosa que la búsqueda de vestigios,con una vergueta de zahorí de las palabrasque vibra en su mano.Por lugares incendiados y llenos de tumbasla ha seguidohasta la locura frenéticaen el brezal de Suffolk.Is this the promis’d land?
Pronto irrumpió la oscuridadpero él continuó su camino,en todas sus pesadillasintrépido, hizo una difícil andadura.Que el polvo se le hiciera ligero,lo sabemos solo por estas tres líneas:Así me deslizaba silenciosamentesin apenas mover un alaa gran altura sobre la tierra...
Hans Magnus Enzensberger
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Un adiós a Max Sebald
Cuando los rayos
caían seveían las montañascon sus profundos pliegues& la lluvia murmurabaincesante hacia el valle
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