SCD1 1:1 SCD1 1:10 SCD1 1:100 SCD1 1:1000 Control negativo
Figura 13. Curva de calibración de la expresión de SCD. En muestras de tejido muscular a diferentes concentraciones a 44 ciclos de amplificación por
medio de la reacción de PCR en relación a la fluorescencia emitida a 580 nm. En la parte
inferior se muestra la curva de calibración en donde se observa la recta de regresión lineal de
los 4 puntos de las diferentes concentraciones de la muestra en logaritmos en relación al punto
de inicio de la amplificación.
UCP3 1:1 UCP3 1:10 UCP3 1:100 UCP3 1:1000 Control negativo
Figura 14. Curva de calibración de la expresión de UCP3. En muestras de tejido muscular a diferentes concentraciones a 44 ciclos de amplificación por
medio de la reacción de PCR en relación a la fluorescencia emitida a 580 nm. En la parte
inferior se muestra la curva de calibración en donde se observa la recta de regresión lineal de
los 4 puntos de las diferentes concentraciones de la muestra en logaritmos en relación al punto
de inicio de la amplificación.
18s 1:1 18s 1:10 18s 1:100 18s 1:1000 Control negativo
Figura 15. Curva de calibración de la expresión de 18s. En muestras de tejido muscular a diferentes concentraciones a 44 ciclos de amplificación por
medio de la reacción de PCR en relación a la fluorescencia emitida a 580 nm. En la parte
inferior se muestra la curva de calibración en donde se observa la recta de regresión lineal de
los 4 puntos de las diferentes concentraciones de la muestra en logaritmos en relación al punto
de inicio de la amplificación.
4.6 Expresión del gen UCP3 y SCD1 en tejido muscular y tejido adiposo subcutáneo Los valores de las expresiones de los genes UPC3 y SCD1 en músculo y tejido
adiposo subcutáneo se normalizaron, y se compararon con 1 de acuerdo a
nuestro gen de referencia 18s, dando como resultado lo que se muestra en la
tabla 12.
Tabla 12. Diferencias de expresión de genes UCP3 y SCD1 después de las intervenciones en tejido muscular y tejido adiposo subcutáneo.
Grupo Dieta (n = 5)
Grupo dieta más ejercicio (n = 7)
Dieta vs Dieta y Ejercicio
Músculo Pos Pos UCP3 P= 0.327 P= 0.047 P=0.051 SCD1 P= 0.048 P= 0.17 P=0.044 Grasa UCP3 P= 0.529 P= 0.295 P= 0.048 SCD1 P= 0.674 P= 0.296 P= 0.568
A continuación se muestran en gráficos de barras los valores significativos de expresión de UCP3 y SCD1 en ambos tejidos.
En el grafico 6 se muestra el aumento de la expresión de UCP3 en músculo en
el grupo de dieta y ejercicio, en el que dicha expresión es estadísticamente
significativa.
Grafico 6. Expresión de UCP3 en músculo en el grupo de dieta y ejercicio
Expresión de UCP3 en músculo del grupo de dieta y ejercicio
0
0.005
0.01
0.015
0.02
0.025
PRE POS
P=0.047
En el gráfico 7 se observa en el tejido muscular, que la mayor expresión del
gen UCP3 se dio en el grupo de dieta y ejercicio, esta expresión es
estadísticamente significativa.
Grafico 7. Expresión de UCP3 en músculo en el grupo de dieta comparado con el grupo de dieta y ejercicio
EXPRESIÓN DE UCP3 EN MÚSCULO DIETA Vs DIETA Y EJERCICIO
0.00E+00
5.00E-03
1.00E-02
1.50E-02
2.00E-02
2.50E-02
DIETA DIETA Y EJERCICIO
P=0.051
En el grafico 8 observamos un comportamiento similar al anterior, solo que esta
expresión se da en el tejido adiposo, mostrando una sobreexpresión del gen
UCP3 con significancia estadística.
Grafico 8. Expresión de UCP3 en tejido adiposo en el grupo de dieta comparado con el
grupo de dieta y ejercicio
EXPRESIÓN DE UCP3 EN GRASA DIETA Vs DIETA Y EJERCICIO
0
0.02
0.04
0.06
0.08
0.1
DIETA DIETA Y EJERCICIO
P=0-048
En el gráfico 9 se observa la expresión del gen SCD1 en músculo es
estadísticamente significativa, después del tratamiento de dieta.
Grafico 9. Expresión de SCD1 en músculo en el grupo de dieta
EXPRESIÓN DE SCD1 EN MÚSCULO DIETA
0
0.2
0.4
0.6
0.8
1
1.2
1.4
PRE POS
P=0.048
En el gráfico 10 se observa una disminución de expresión de SCD1
estadísticamente significativa a favor del grupo de dieta y ejercicio.
Grafico 10. Expresión de SCD1 en músculo en el grupo de dieta comparado con el grupo de dieta y ejercicio
EXPRESIÓN DE SCD1 EN MÚSCULO DIETA Vs DIETA Y EJERCICIO
0.00E+001.00E-012.00E-013.00E-014.00E-015.00E-016.00E-017.00E-018.00E-01
DIETA DIETA Y EJERCICIO
P=0.044
En el caso de UPC3 despues de las intervenciones (POS) la diferencia entre
los grupos es p = 0.051, debe destacarse que el porcentaje de expresión de
UCP3 pos fue de una disminución del 80.1 % en el grupo con dieta, contra un
aumento del 300 % en el grupo con dieta más ejercicio con una p= 0.044 Teóricamente el grupo dieta más ejercicio debió haber oxidado más grasa, sin
embargo la pérdida de peso fue muy similar en uno y otro grupo (7.7 % vs 7.4
% de porcentaje de disminución). En el caso de SCD1 despues de las intervenciones (POS), en el grupo con
dieta el incremento fue de un 900 % contra una disminución del 96 % con dieta
más ejercicio
El contraste de la carga de glucosa a las 2 horas tiene una potencia estadística
del 65.5 %.
Tabla 13. Contrastes de los porcentajes de cambio entre los grupos.
Grupo Dieta Dieta más ejercicio
P
Glucosa + 32.4 % + 9.6 % 0.02 Carga de glucosa 2
horas + 67.3 % + 42.3 % 0.08
Peso - 7.7 % - 7.4 % 0.75 % grasa corporal - 13.6 % - 9.7 % 0.20
Insulina - 2.8 % - 36.9 % 0.34 IMC - 7.4 % - 7.6 % 0.87
UCP 3 - 80.1 % + 300.0 % 0.17 SCD 1 + 900. 0 % - 96.0 % 0.16
Obsérvese en la tabla 13 la asimetría cruzada entre UCP3 y SCD1 al comparar
los grupos de tratamiento; mientras UCP3 disminuyó su expresión solo con
dieta, aumentó con dieta más ejercicio; por el contrario mientras SCD1
aumentó su expresión en el primer grupo disminuyó en el segundo. Ahora bien,
con UCP3 disminuida su expresión y SCD1 altamente expresada, el grupo de
dieta aumentó en mayor proporción la glucosa y la carga de glucosa a 2 horas,
pero disminuyó el porcentaje de grasa corporal; por el contrario, con UCP3
aumentada su expresión y la expresión de SCD1 disminuida, el grupo de dieta
más ejercicio incrementó discretamente la glucosa y un poco más la carga de
glucosa a 2 horas, pero disminuyó el porcentaje de grasa en menor proporción
que el otro grupo. Véase que en pérdida de peso y baja del IMC estuvieron
similares.
Respecto a insulina es obvio que el porcentaje de cambio fue muy pequeño en
el grupo de dieta con una disminución de 2.8 % contra un 36.9 % de
disminución en el grupo de dieta más ejercicio; sin embargo, es claro que la
diferencia no fue muy significativa debido a la distorsión de la varianza
introducida por una paciente. Empero, con un análisis de covarianza ajustado
con UCP3 y SCD1, resulta que el porcentaje de cambio más apropiado para el
grupo de dieta sería de un incremento del 27 % de insulina contra un 54.5 %
para el de dieta más ejercicio (p = 0.10) con una potencia estadística de 64.4
%.
Análisis descriptivo y estratificado interno de cada grupo por separado. Visto cada grupo por separado, en el de dieta sola las correlaciones
importantes (la mayoría no lograron p significativas porque n = 5) fueron:
Tabla 14. Grupo Dieta (n = 5). Correlaciones UCP 3 ANTES con: Valores ANTES
Coeficiente r (p) Valores DESPUÉS Coeficiente r (p)
SCD1 0.956 (0.011) - 0.453 (0.44) Cintura - 0.899 (0.03) - 0.838 (0.07) ICC - 0.772 (0.12) - 0.797 (0.10) Peso - 0.668 (0.21) - 0.742 (0.15) IMC - 0.400 (0.50) - 0.389 (0.51) Glucosa 0.798 (0.10) 0.180 (0.77) Carga glucosa 2 h 0.872 (0.05) - 0.06 (0.91) Insulina 0.426 (0.47) - 0.304 (0.61) Albúmina - 0.233 (0,70) - 0.904 (0.03) Urea 0.299 (0.65) 0.882 (0.04)
Nótese (tabla 14) la estrecha correlación positiva en el momento ANTES-
ANTES de la expresión de UCP3 con la expresión de SCD1; en efecto, las
pacientes con mayores valores de una tuvieron simultáneamente mayores
valores de la otra. Esto es quizá que: la alta expresión de UCP3 indicaría
mayor oxidación de grasa que se compensaría con un freno a su consumo y
por ello simultáneamente se observa una mayor expresión de SCD1, en
consecuencia al parecer ANTES de las intervenciones el metabolismo está en
equilibrio lo cual se expresa en el equilibrio antagónico de los genes
involucrados. DESPUÉS de la intervención a base de dieta sola aparentemente
se produce un desequilibrio, resultando una correlación negativa entre la
expresión de UCP3 previa y la expresión de SCD1 posterior, de manera que a
mayor expresión de UCP3 inicial correspondió menor expresión de SCD1 final.
Ya observamos que el porcentaje de disminución de la expresión de UCP3
antes vs después de la dieta fue del orden de - 80.1 % y que, por el contrario,
SCD1 aumentó su expresión un 900.0 %: Ello parece indicar que solo con
dieta se tiende a romper el equilibrio metabólico pero evitando una mayor
oxidación de grasa (por eso la expresión de UCP3 disminuye y aumenta
altamente la de SCD1), a su vez ello se expresa como un aumento de la
glucosa (+ 32.4 %) con un discreto incremento de la insulina (+ 2.8 %); no
obstante, por otro lado hubo una disminución significativa del porcentaje de
grasa corporal (- 13.6 %) , del peso (- 7.7 %) , la cintura (- 7.4 %), la cadera (-
6.6 %) y del IMC (- 7.4 %). Ahora bien, véase (tabla 14) que las correlaciones
de UCP3 DESPUÉS con los datos antropométricos ANTES son todas
negativas (a mayor expresión de UCP3 menor cintura, menor ICC , menor peso
y menor IMC) y que por el contrario las metabólicas son positivas: mayor
glucosa, carga de glucosa y mayor insulina; al correlacionar los valores de
UCP3 previos contra los valores antropométricos posteriores a la dieta las
correlaciones negativas se sostienen y se pierden las correlaciones con los
valores metabólicos de glucosa y carga de glucosa, aunque surgen otras
significativas con albúmina y urea, una negativa y la otra positiva. Respecto a
albúmina, llama la atención que a mayor expresión de UCP3 previa, en el
estado después los valores de albúmina disminuyan significativamente y los de
urea se incrementan. Pero veamos que sucedió con UCP3 DESPUÉS (tabla
15):
Tabla 15. Grupo Dieta (n = 5). Correlaciones UCP 3 DESPUÉS con: Valores ANTES
Coeficiente r (p) Valores DESPUÉS Coeficiente r (p)
SCD1 0.615 (0.26) - 0.516 (0.37) Cintura - 0.356 (0.55) - 0.771 (0.12) ICC - 0.529 (0.36) - 0.744 (0.15) Peso 0.141 (0.82) - 0.08 (0.89) IMC 0.154 (0.80) - 0.115 (0.85) Glucosa 0.860 (0.06) - 0.716 (0.17) Carga glucosa 2 h 0.364 (0.54) - 0.537 (0.35) Insulina - 0.153 (0.80) - 0.800 (0.10) Albúmina - 0.768 (0.12) - 0.602 (0.23) Globulinas 0.874 (0.05) 0.583 (0.30) Urea 0.458 (0.43) 0.740 (0.15) Parece que una vez que UCP3 varia su expresión (después de la dieta), los
valores altos correlacionan bien con valores previos también altos de glucosa y
de globulinas (es decir que UCP3 mantuvo relativamente alta su expresión (o
disminuyó menos) después de la dieta en las participantes que tenían valores
previos elevados de glucosa y globulinas que a su vez estaban muy
correlacionadas entre sí (r = 0.86, p = 0.06 antes de la dieta); pero en la fase
UCP3 DESPUÉS contra todos los valores DESPUÉS parece que la correlación
con SCD1 se desequilibra (a mayor expresión de UCP3 menor expresión de
SCD1) y también a mayor expresión UCP3 menores valores de cintura, ICC,
peso, glucosa, carga de glucosa y (de manera muy importante) menores
niveles de insulina y mayores de urea; sin embargo, como ya vimos, en el
grupo con dieta sola, UCP3 en realidad no tuvo un incremento sino, al
contrario, disminuyó 80.1 %, pero dicha disminución sucedió dentro de un
patrón más o menos claro que es el siguiente (tabla 16):
Tabla 16. Patrón de comportamiento glucosa-UCP3 en la muestra de participantes
tratados con dieta sola.
Glucosa UCP3 ANTES DESPUÉS % cambio ANTES DESPUÉS % cambio 56.05 95.50 + 70.3 0.0049 0.0025 - 48.9 61.16 103.7 + 69.5 0.00001 0.0001 - 900.0 72.77 89.10 + 22.4 0.0100 0.0061 - 39.0 75.10 81.80 + 8.9 0.0061 0.0076 - 24.5 98.48 97.00 + 10.8 0.1000 0.0077 - 92.3
Es evidente el patrón de la tabla 16: en las pacientes con mayores niveles de
glucosa previos, mayores eran los niveles de expresión de UCP3 iniciales y
menores fueron los porcentajes de incremento de cambio en la glucosa y
menores también fueron los decrementos de expresión UCP3; y, al contrario,
en aquellas con niveles previos de glucosa bajos, menores eran los niveles de
UCP3 iniciales y mayores fueron los incrementos de glucosa con una mayor
disminución de la expresión de UCP3. Véase patrón (gráfico 11).
Gráfico 11. Patrón de cambio de glucosa y UCP3 en grupo con dieta.
PARTICIPANTE5.004.003.002.001.00
Med
ia P
ORCE
NTAJ
E DE
CAM
BIO
ANTE
S-DE
SPUÉ
S
100.00
0.00
-100.00
-200.00
-300.00
-92.30
-24.50-39.00
-300.00
-48.90
10.808.9022.40
69.5070.30
UCP3GLUCOSA
VARIABLE
Vistos en conjunto los datos más o menos importantes (glucosa, insulina, peso, cintura y genes), puede observarse que respecto a glucosa inicial se forman dos subgrupos: A: glucosa inicial alta y B. glucosa inicial baja (tabla 17). Tabla 17. Porcentajes de cambio de medidas antropométricas y de expresión de los genes, de acuerdo a los niveles de glucosa inicial (grupo dieta). Glucosa inicial
% de cambio
Glucosa Insulina Cintura Peso UCP3 SCD1 Alta >70
+ 22.4 + 8.9 + 10.9
- 48.0 - 45.4 - 44.3
- 9.7 - 12.1 - 5.3
- 9.6 - 11.7 - 4.4
- 39.0 + 24.5 - 92.3
0.0 + 2,900 - 90.0
Baja <61
+70.3 +69.5
- 31.3 + 171.2
- 4.6 - 5.1
- 7.0 - 5.0
- 48.9 + 900.0
0.0 5,900
Las del subgrupo A (glucosa inicial alta) se caracterizan por menor incremento
posterior de glucosa (+ 10.8 mg/dl), menor baja relativa de insulina, mayor
disminución de peso y cintura y menor disminución de UPC3. En este pequeño
grupo, puede decirse que en el subgrupo A, de 3 pacientes así clasificadas:
1. La que expresó un + 24.5 % de UCP fue la que logró la mayor
disminución de peso (- 11.7 %) y cintura (- 12.1 %) con el menor
aumento de glucosa (+ 8.9 %) todo lo cual es congruente con la
hipótesis del estudio, pero no concuerda con un incremento de + 2,900
% en la expresión de SCD1.
2. Otra paciente de este mismo subgrupo A tuvo una disminución de
expresión de UCP3 de - 39.0 % (la menor disminución de las 5 de la
muestra total) y se caracterizó por lograr la segunda mejor disminución
de peso (- 9.6 %) y de cintura (- 9,7 %), este caso también concuerda
con la hipótesis y, además, mantuvo SCD1 prácticamente sin variación
entre estado inicial y final.
3. La tercer paciente logró modestas disminuciones en peso (- 4.4 %) y en
cintura (- 5.3 %) y, al mismo tiempo, se caracterizó por una mayor
reducción relativa de expresión de UCP3 (- 92.3 %) y una disminución
de expresión de – 90.0 % en SCD1, de hecho esta paciente, después de
la dieta, parece mantener más el equilibrio metabólico y antropométrico
inicial caracterizado por valor alto de glucosa (la más alta de la muestra),
valor relativamente bajo de peso y valor relativamente bajo de cintura
(los dos valores más bajos de la muestra total n = 5) y las expresiones
más altas iniciales de UCP3 pero también de SCD1, de manera que las
disminucione relativas en la expresión de estos genes después de la
dieta fueron equilibrantes.
Las del subgrupo B (glucosa inicial baja) se caracterizan por un mayor
incremento de glucosa posterior (+ 40.9 mg/dl, dicho incremento fue
significativamente diferente al del subgrupo A, p = 0.004), además de un
incremento relativo de insulina con menor disminución de peso y cintura. Hubo
dos participantes:
Una expresó una disminución en la expresión de – 48.9 % de UCP3 sin
cambios en SCD1, con disminuciones modestas de peso y cintura.
Otra expresó un aumento considerable en la expresión de UCP3 (+ 900.0
%) que no corresponde con la disminución de peso y cintura posterior,
excepto que también expresó una alta de + 2,900.0 % de SCD1.
En síntesis: Antes de la intervención existe un claro equilibrio entre las
expresiones de UCP3 y SCD1. Las participantes tratadas solo con dieta
establecieron dos subgrupos claramente diferenciados a partir de la glucosa
antes de la intervención. Las de glucosa inicial alta responden mejor al
tratamiento y logran la mayor disminución de peso y cintura; y, a mayor
disminución de peso tienden a aumentar la expresión de UCP3 o bien a
disminuir en menor proporción dicha expresión; si UCP3 aumenta su expresión
también aumenta correlativamente SCD1, o bien si UCP3 no disminuye mucho
SCD1 permanece invariable, o bien si UCP3 disminuye en mayor medida
también SCD1 disminuye en similar proporción. Todo indica que, si bien la
intervención modifica la expresión de los genes, tal modificación tiende a
mantener un equilibrio posterior entre ambas expresiones, pero ello depende
mucho de cual sea el estado inicial de las participantes en cuanto al manejo
metabólico de la glucosa, llama la atención el fenómeno permanente de que,
con las intervenciones, la glucosa aumenta pero disminuye la insulina, quizá
haciendo esta última quizá más eficiente. No obstante, conviene tomar con
reserva todo lo señalado ya que debido al pequeño tamaño de la muestra las
correlaciones o los patrones mostrados pueden ser engañosas.
Tabla 18. Grupo Dieta más ejercicio (n = 7). Correlaciones UCP 3 ANTES con:
Valores ANTES
Coeficiente r (p) Valores DESPUÉS Coeficiente r (p)
SCD1 - 0.451 (0.36) 0.390 (0.44) Cintura 0.172 (0.71) - 0.003 (0.99) ICC - 0.11 (0.81) - 0.366 (0.42) Peso 0.090 (0.84) 0.171 (0.71) IMC 0.146 (0.75) 0.187 (0.69) Glucosa 0.160 (0.73) 0.267 (0.55) Carga glucosa 2 h - 0.388 (0.39) - 0.313 (0.49) Insulina 0.112 (0.81) - 0.353 (0.43) Albúmina 0.083 (0,70) - 0.095 (0.84) Urea - 0.409 (0.36) 0.438 (0.27)
En la tabla 18 muestra que en este grupo no hay correlaciones significativas
francas de UCP3 ANTES con las demás variables, es probable que ello se
deba al caso atípico de una pacienta antes ya mencionado la cual reportó un
resultados exageradamente alto. Véase no obstante que la correlación con
SCD1 ANTES es negativa de manera que, antes de la intervención dieta más
ejercicio, cuanto más expresión había de UCP3, menor era la expresión de
SCD1; al parecer este grupo ya tenía una tendencia hacia la mayor oxidación
de grasa.
Después de la intervención, nótese que el coeficiente se torna positivo como si
se tendiera a un equilibrio entre las expresiones génicas. Recuérdese que con
dieta y ejercicio, la expresión de UCP3 fue tubo incremento franco (+ 300.0 %)
y el de SCD1 fue a la disminución (- 96.0 %); es decir que en este grupo la
tendencia sería a mayor oxidación de grasa después de la intervención. Esto
es exactamente al contrario de lo sucedido con el grupo de dieta sola.
Por otra parte, la expresión de UCP3 del 300.0 % corresponde con un pequeño
incremento en el promedio de la glucosa (+ 9.6 %) y una pronunciada
disminución de la insulina (- 36.9 %), llamando la atención que tanto las
disminuciones significativas de peso como de IMC hayan sido iguales a las del
grupo con dieta. Sin embargo, parece claro que el grupo de dieta más ejercicio
logra una glucemia más apropiada (recuérdese que el cambio de glucemia fue
significativamente diferente a la del grupo con dieta sola, p = 0.02), con una
disminución más franca de la insulina que probablemente indica mejor manejo
metabólico de ésta.
Tabla 19. Grupo Dieta más ejercicio (n = 7). Correlaciones UCP 3 DESPUÉS con:
Valores ANTES
Coeficiente r (p) Valores DESPUÉS Coeficiente r (p)
SCD1 0.917 (0.01) - 0.735 (0.09) Cintura 0.216 (0,64) 0.497 (0.25) ICC - 0.536 (0.32) 0.095 (0.83) Peso 0.157 (0.73) 0.196 (0.67) IMC 0.441 (0.32) 0.426 (0.34) % de grasa corporal 0.207 (0.34) 0.702 (0.07) Glucosa 0.748 (0.05) 0.287 (0.53) Carga glucosa 2 h - 0.036 (0.93) 0.351 (0.44) Insulina 0.048 (0.91) 0.868 (0.01) Ácido úrico 0.842 (0.01) 0.834 (0.02) Proteínas totales - 0.886 (0.008) - 0.035 (0.94) Urea 0.982 (0.0001) - 0.045 (0.92)
Véase ahora (tabla 19) que la correlación de UCP3 DESPUÉS con SCD1
ANTES se vuelve positiva de modo que las pacientes que tenían una alta
expresión en UCP3 finalizaron con una alta expresión de SCD1 y viceversa;
empero, al final UCP3 DESPUÉS contra SCD1 DESPUÉS reporta una
correlación negativa intensa (- 0.735, p = 0.09), indicando que a mayor
expresión de UCP3 menor expresión de SCD1 después de la intervención;
nótese también que UCP3 final correlacionó con glucosa inicial en sentido
positivo ( 0.748, p = 0.05) de manera que las pacientes con glucosa alta inicial
finalizaron con las mayores expresiones de UCP3 final; pero son más
interesantes las correlaciones respecto al porcentaje de grasas ya que ANTES
de la intervención la correlación positiva era baja (0.207, p = 0.34) y al final la
correlación se hizo intensa (0.702, p = 0.08), pero no olvidemos que el
porcentaje de grasa corporal disminuyó significativamente, lo cual quiere decir
que las participantes que tenían los porcentajes de grasa corporal más alta al
inicio tenían simultáneamente mayor expresión de UCP3 inicial que aumentó al
final de manera correlativa con los porcentajes de grasa más elevados que, sin
embargo, resultaron ser las pacientes con disminución más significativa de
ésta. Dicho de otra manera: las de porcentaje de grasa elevada al inicio de las
intervenciones disminuyeron más que las de menor grasa corporal inicial y, al
mismo tiempo, las primeras aumentaron más la expresión de UCP3 que las
segundas, pero los porcentajes de grasa corporal de las primeras así como
eran más altos al principio también lo fueron al final (véase tabla 19 al
respecto).
Tabla 19. Porcentaje de cambio del porcentaje de grasa corporal según
UCP3 pos.
% Grasa corporal UCP3 Después ANTES DESPUÉS
% cambio
0.00157 40.5 36.0 - 11.0 0.00278 39.1 35.7 - 8.6 0.00621 38.5 36.1 - 6.2 0.02000 39.0
39.7 43.6
35.8 34.5 36.1
- 8.2 -13.0 - 17.2
0.05000 40.2 38.9 - 3.2
Continuando con la tabla 19, cabe destacar la importante correlación positiva
entre UCP3 final e insulina final (0.868, p = 0.01), indicando que en este grupo
la expresión elevada de UCP3 sucedió en aquellas que finalizaron con la
insulina relativamente más alta o que disminuyeron menos, incluyendo un caso
atípico que aumentó 4.5 % la insulina (nótese que al principio no hubo
correlación alguna entre UCP3 e insulina) y que, al mismo tiempo, fueron
aquellas que disminuyeron más el porcentaje de grasa (contrástese tablas 19
con 20).
Tabla 20. Porcentaje de cambio de insulina según UCP3 pos.
Insulina UCP3 Después ANTES DESPUÉS
% cambio
0.00157 25.2 12.6 - 50.0 0.00278 26.0 13.7 - 47.3 0.00621 25.2 14.0 - 44.4 0.02000 22.8
23.6 23.8
15.6 13.0 12.6
- 31.5 - 44.9 - 47.0
0.05000 26.2 27.4 + 4.5 Es decir que al aumentar la expresión de UCP3 con dieta más ejercicio, no
obstante que peso e IMC cambian lo mismo que con dieta sola, lo relevante es
que la expresión de SCD1 disminuye, simultáneamente aumenta un poco la
glucosa, diminuye mucho la insulina y, a más expresión de UCP3, mayor
disminución del porcentaje de grasa corporal; al contrario de lo que sucede sólo
con dieta. Finalmente, véase de nuevo tabla 19, UCP3 final correlaciona
ampliamente con ácido úrico (0.834, p = 0.02) lo cual es probable que exprese
el efecto del ejercicio.
Ahora bien, antes de las intervenciones SCD1 correlacionó significativamente
con triglicéridos (0.852, p = 0.03) lo que indicaría que a más triglicéridos había
una mayor expresión de SCD1; también correlacionó con urea (0.931, p =
0.007) en el mismo sentido anterior; también SCD1 ANTES correlacionó con
porcentaje de grasa corporal final (0.858, p = 0.02), es decir que las que tenían
una previa alta expresión de SCD1 fueron las que finalizaron con los más altos
porcentajes de grasa corporal (podría decirse que oxidaban menos grasa
desde el principio), de igual manera SCD1 ANTES correlacionó con insulina
final (0.988, p = 0.0001) en el mismo sentido anterior (o sea que al inicio las
pacientes con una alta expresión de SCD1 también manejaban menos
adecuadamente la insulina), igual sucedió con los triglicéridos y el ácido úrico
finales; en suma: a mayor expresión de SCD1, correspondieron altos niveles
de porcentaje de grasa, insulina, triglicéridos y ácido úrico finales (tabla 21).
Tabla 21. Grupo Dieta más ejercicio (n = 7). Correlaciones SCD1 ANTES y DESPUÉS con: SCD1 ANTES Valores ANTES
Coeficiente r (p) Valores DESPUÉS Coeficiente r (p)
% de grasa corporal - 0.034 (0.94) 0.858 (0.02) Insulina 0.476 (0.34) 0.988 (0.0001) Glucosa 0.565 (0.24) 0.392 (0.44) Triglicéridos 0.852 (0.03) 0.835 (0.03) Ácido Úrico 0.713 (0.11) 0.827 (0.04) Urea 0.931 (0.007) - 0.191 (0.71) SCD1 DESPUÉS Glucosa - 0.831 (0.04) 0.136 (0.79) Carga de glucosa 2 horas 0.172 (0.74) - 0.759 (0.08) Ácido Úrico - 0.906 (0.01) - 0.688 (0.13) Proteínas totales 0.840 (0.03) - 0.06 (0.89) SCD1 DESPUÉS, correlacionó con los niveles de glucosa previos (- 0.831, p =
0.04), es decir que las que terminaron con SCD1 más elevado al final, fueron
aquellas que tuvieron bajos niveles de glucosa al inicio; lo mismo podemos
decir con respecto al ácido úrico previo (- 0.906, p = 0.01), indicando que las
pacientes con niveles finales más altos de expresión de SCD1 tenían bajos
niveles de ácido úrico al inicio; de manera contraria, a mayor expresión final de
SCD1 correspondían mayores niveles de proteínas totales (0.840, p = 0.03). En
la fase final, la correlación más o menos importante fueron SCD1 pos con
carga de glucosa pos ( - 0.759, p = 0.08) y con ácido úrico (- 0.688, p = 0.13).
En suma: a SCD1 finales más altos, correspondieron bajos niveles de glucosa
y ácido úrico previos, con proteínas totales altas, y baja carga de glucosa a 2
horas y ácido úrico finales más bajos.
Al estratificar el grupo en dos subgrupos de acuerdo a los niveles de glucosa
basales como altos (> 65) y bajos (< 65), hay una diferencia significativa en
UCP3 siendo mayor la expresión en el subgrupo de glucosa inicial alta con
promedios de 0.0275 + 0.015 y 0.0035 + 0.002 respectivamente (p = 0.05).
En síntesis: parece que los niveles previos de glucosa e insulina son
determinantes en los efectos posteriores ya sea de la dieta sola o de la dieta
más ejercicio. Las pacientes con niveles altos de glucosa al inicio responden
mejor a los tratamientos y manejan mejor la insulina. De hecho (gráfico 12),
obsérvese la interacción importante (p = 0.18 que no llega a ser significativa
por el bajo poder estadístico) entre el cambio de UCP3 en los grupos de
tratamiento y los subgrupos de glicemia inicial.
Gráfico 12. Interacción grupos de tratamiento*subgrupos de glucosa para cambio de
UCP3
GLUCOSABAJAALTA
Med
ia U
CP
3 C
AM
BIO
0.0250
0.0200
0.0150
0.0100
0.0050
0.0000
-0.0050
dieta y ejerciciodieta
GRUPOS
Adviértase en el gráfico 12 que en las pacientes con glucosa inicial alta logran
porcentajes de cambio de UCP3 hacia su incremento, mucho mayores en el
grupo tratado con dieta más ejercicio y que en el grupo tratado solo con dieta
los cambios son menores o van hacia la baja; y al revés, cuando la glucosa
inicial es baja los efectos en la expresión de UPC3 son menores y tienden a
disminuir en el grupo con dieta más ejercicio y a aumentar levemente en el de
dieta sola.
5.0 Discusión
La obesidad es una enfermedad multifactorial, con un componente ambiental y
genético, los estímulos ambientales influyen en el genotipo de las personas.
Es por ello que los cambios en el estilo de vida ayudan a reducir el peso
corporal, por lo que es importante tener una dieta adecuada y la realización de
ejercicio. El componente genético representa diversos grados de
susceptibilidad del desarrollo de la obesidad y los nutrimentos pueden inducir o
no a la expresión de genes asociados con la misma.
5.1 Dieta
En nuestro trabajo de investigación la dieta para los dos grupos de estudio fue
individualizada, la característica general para nuestras pacientes fue la
reducción del 20% de Kcal requeridas, la distribución de los macronutrimentos
fue la siguiente: 50% de hidratos de carbono principalmente complejos y ricos
en fibra, 20% de proteínas y 30% a partir de grasas, (monoinsaturadas y
poliinsaturadas). En nuestros resultados observamos que la reducción de peso
por tratamiento dietético no mostró diferencia significativa cuando se compraró
con el tratamiento de dieta y ejercicio. Esto ya ha sido estudiado por Janssen
et. al. (2002), donde realizaron un metanálisis de diversos estudios en el que
se compara los efectos de la dieta con ejercicio aeróbico de moderada
intensidad sobre la reducción de peso, grasa visceral y grasa subcutánea en
mujeres pre menopáusicas. Los resultados mostraron que no hay diferencia
significativa entre los tratamientos sobre los parámetros medidos, como son
peso, porcentaje de grasa corporal, grasa visceral, perfil de lípidos, glucosa e
insulina (193). Nieman et. al. (2002) compararon diversas investigaciones
acerca de la combinación de dieta y otras terapias cómo son suplementación
con aceite de pescado, pan de avena, fitoesteroles y ejercicio. Después de
realizar el comparativo de los diversos tratamientos se observó que la
modificación de estilo de vida, y mejorar la alimentación disminuye peso y
mejora el perfil de lípidos. El mejor resultado fue la combinación de ejercicio de
resistencia más una restricción dietética de 1000 kcal con un 30% de grasa
total y una suplementación con pan de avena, en el cual se observó una
reducción de colesterol total del 26% y una disminución de LDL de un 30.3%
ambos parámetros estadísticamente significativos (194). En nuestro tratamiento
dietético no se dio una suplementación con avena, pero si se recomendó a
nuestras pacientes que prefirieran el consumo de cereales integrales y
alimentos ricos en fibra, esto se logró a través del folleto de equivalentes y
raciones del apéndice 6 donde se muestran con símbolos los alimentos ricos
en fibra, el cual nos ayudo para que nuestras pacientes moderaran el consumo
de alimentos altos en colesterol y muy altos en sucrosa. Con respecto a esto se
conoce en individuos con trastornos de insulino-resistencia; el efecto que
causa la composición de la dieta como el índice glucémico de los alimentos y el
efecto en la respuesta insulínica, por ende en la susceptibilidad para la
ganancia de peso y a alteraciones comunes, características de la obesidad y
síndrome metabólico (195,196,197,198).
Howard et al (2002), demostró de manera consistente que el aumento de
azúcares (particularmente la sucrosa y la fructosa) incrementa las
concentraciones de triglicéridos. Comparados con los almidones, que tienden
a incrementar las concentraciones séricas de triglicéridos en 60% y que la
sucrosa tiene un efecto dosis-dependiente en las concentraciones séricas de
los triglicéridos (199).
En otro estudio Frayn et al. (1995), demostró que cuando en la dieta se
incluyen cantidades elevadas de azúcares, en especial fructosa (> 5% de la
energía) y sucrosa (> 20% de la energía), además de la elevación de
triglicéridos, se observa incremento del colesterol de las lipoproteínas de baja
densidad (LDL) y disminución de lipoproteínas de alta densidad (HDL). Las
dietas altas en hidratos de carbono (> 55% de la energía total) pueden
aumentar las concentraciones de triglicéridos, sobre todo a corto plazo (200).
Sin embargo, la reacción a los azúcares varía entre los individuos. Los factores
dietéticos que pueden influir en los efectos de la sucrosa y la fructosa en las
concentraciones plasmáticas de triglicéridos incluyen el tipo de grasa
consumida (saturada o poliinsaturada), la proporción total de hidratos de
carbono en la dieta y el contenido de fibra dietética. Los estudios a largo plazo
demuestran que algunas dietas altas en hidratos de carbono no se relacionan
con incremento en las concentraciones séricas de triglicéridos en ayunas. Sin
embargo, existen pocos estudios que responden a la pregunta de si las curvas
de dosis-reacción para el efecto de los azúcares en los triglicéridos están
afectadas por la cantidad total de hidratos de carbono o por los tipos de grasas
en la dieta. Las grasas insaturadas disminuyen las concentraciones de
triglicéridos y algunos datos señalan que las dietas altas en grasas saturadas
pueden potenciar el efecto de la sucrosa (201, 202, 203).
Las dietas muy bajas en grasa (10 a 15% de la energía) y altas en hidratos de
carbono elevan los triglicéridos séricos en ayunas, siempre que la fuente de
hidratos de carbono sea igual en cantidades de azúcares y almidones o con
predominio de almidones (204).
La clasificación de los hidratos de carbono de la dieta, según los efectos
glucémicos, es un determinante clave de sus efectos en la salud y el
metabolismo a largo plazo. Es difícil establecer el efecto de la dieta en el
metabolismo de la glucosa, puesto que existen muchas influencias ambientales
que afectan la acción de la insulina. La obesidad es el principal factor negativo
si bien es cierto que la ingestión de la grasa y la fructosa no inducen la
secreción de insulina y leptina. Por ello su débil producción puede conducir a
obesidad a largo plazo ante dietas ricas en estos nutrimentos a si que la
pérdida de peso mejora la sensibilidad a la insulina (205).
Analizando las mediciones de glucosa y perfil de lípidos, podemos observar en
la tabla 13 que el colesterol total en el grupo de dieta disminuyó
significativamente así como también las lipoproteínas de baja densidad. Sin
embargo también observamos que la glucosa medida en sangre después de la
intervención se elevó significativamente, los triglicéridos también se elevaron.
Lo anterior puede a deberse a deberse a que los ácidos grasos liberados del
tejido adiposo abdominal son tomados por el hígado y producen un aumento de
VLDL. A pesar de este aumento de la actividad lipolítica, la grasa
intraabdominal no contribuye de manera importante a la producción de energía
muscular (206).
En el estado postpandrial, la supresión normal en el flujo de ácidos grasos es
menor en obesos abdominales que si se los compara con magros o con
personas obesas en las extremidades inferiores (207, 208). Sin embargo, la
lipasa hormona sensible es dependiente del tamaño de la célula grasa. Por
ello, una gran movilización de ácidos grasos en estado basal y postpandrial
entran en circulación en personas con obesidad abdominal, lo que parece ser
una consecuencia directa de la excesiva masa grasa abdominal (207).
5.2 Ejercicio
Por otra parte el ejercicio tiene muchos beneficios de entre muchos de ellos es
regulador del apetito, esto se ha mostrado en diversos estudios a través de
una disminución de niveles plasmáticos de hormonas relacionadas con el
apetito después de un ejercicio agudo (209). Westerterp-Plantenga et al.
(1997), en un estudio que realizaron en sujetos obesos y no obesos en donde
se les aplicó ejercicio moderado, los sujetos mostraron una reducción temporal
de hambre además de tener una disminución en la ingestión de alimentos
(210). El ejercicio también induce cambios en la composición corporal por
medio de la perdida de masa grasa preservando la masa libre de grasa, el
impacto es mayor cuando el ejercicio se combina con una dieta balanceada.
El ejercicio juega un buen papel en la prevención de enfermedad
cardiovascular así como otros problemas de salud. Los individuos entrenados y
físicamente activos presentan generalmente concentraciones más bajas en
plasma de triglicéridos y niveles más altos de HDL-C que los sedentarios. El
mecanismo por el cual el ejercicio modifica perfil del plasma y de la lipoproteína
se relaciona con los aumentos en la actividad ácida de la lipoproteín lipasa
(LPL) y de la lecitina transferasa del colesterol (LCAT) (211). El HDL contiene
LCAT, y esta enzima cataliza una reacción que reúne el colesterol libre y lo
retorna al hígado. LPL disminuye e hidrolisa HDL2 y aumenta el uso de
triglicéridos (HDL2 es mejor clase que HDL). Además, el ejercicio disminuye los
triglicéridos aumentando actividad del receptor de la insulina y disminuye la
grasa abdominal (212), la cual en mujeres post menopausicas se asocia a la
baja actividad de LPL en el hígado, deteriorando la hidrolisis de los triglicéridos
(213, 211). Por lo tanto, los efectos terapéuticos del ejercicio físico se han
convertido en una estrategia ampliamente utilizada para reducir enfermedades
cardiovasculares. Despres et al. (1998), en un metanálisis en mujeres obesas
compararon el ejercicio aeróbico realizado en forma de caminata, trote y
ciclismo estacionario y el efecto en los lípidos y las lipoproteínas en donde se
mostró un impacto positivo en la reducción de colesterol total, triglicéridos, LDL
y aumentar HDL (212). Kellely et al. (2004), hicieron otra comparación en
donde a adultos obesos y con sobrepeso se les aplicó ejercicio aeróbico
mediante aerobics, caminata y trote y observaron una disminución significativa
y favorable en su perfil de lípidos (214).
Existen variaciones en cuanto a la intensidad y frecuencia de ejercicio, Dorien
et al. (2001) realizaron un estudio randomizado en mujeres con sobrepeso
quienes realizaron caminata en cuatro diferentes intensidades y frecuencias, en
este estudio se observo una mejoría cardiorespiratoria a una intesidad baja (45
– 55% de la frecuencia cardiaca) de 5 a 7 días así también a una intensidad
moderada de (65 -75% de la frecuencia cardiaca) de 3 a 4 días. Como
beneficios adicionales se mostró un cambio positivo de actitud de las pacientes
y un aumento de HDL-C (215). Tall 1990 en otro estudio en mujeres obesas,
observó que el ejercicio aeróbico de baja intensidad aumenta la oxidación de
grasa durante el ejercicio (216).
Ahora bien cuando el ejercicio es combinado con dieta tiene mejor resultado,
esto se ha observado en estudios con mujeres sedentarias obesas que al
realizar ejercicio aeróbico combinado con fortalecimiento en equipo de pesas
durante 6 meses, hay una disminución significativa de glucosa, disminución
significativa de peso, disminución en grasa corporal, disminución de grasa
visceral, además se correlaciona con el incremento de utilización de glucosa
estas mujeres presentaron mejor sensibilidad a la insulina (193, 194, 216, 217).
En cuanto a la glucosa, triglicéridos, VLDL del grupo de dieta y ejercicio, se
observa un incremento aunque no es estadísticamente significativo, esto puede
deberse a el aumento del flujo sanguíneo en tejido adiposo está coordinado
con el aumento de epinefrina que producen los ejercicios de resistencia de
intensidades bajas a medias (25 al 65% del VO2 máximo), que mejora la
lipólisis de ácidos grasos. Horowitz et al (1999). descubrió también que hay
una falta de coordinación entre el flujo sanguíneo en tejido adiposo y la
actividad lipolítica cuando las concentraciones de epinefrina son iguales o
mayores a 1,6 nM. Estas concentraciones provocan una disminución del flujo
sanguíneo en tejido adiposo; sin embargo, la tasa de ácidos grasos libres y la
tasa de glicerol sigue incrementándose (218).
Mora-Rodriguez y Coyle (2000) observaron que la tasa de ácidos grasos libres
y la concentración de ácidos grasos plasmáticos aumentaron abruptamente
cuando terminó el ejercicio a un 85% y, en menor grado, a un 65% del VO2
máximo. Esto parece indicar que el influjo de AGL en el plasma, luego de
terminado el ejercicio, no está asociado con una mayor lipólisis, lo que puede
reflejar la entrada en plasma de los AG “atrapados” en el tejido adiposo durante
el ejercicio, posiblemente debido a un inadecuado flujo sanguíneo en tejido
adiposo (219).
Las personas que tienen una obesidad abdominal poseen también una alta
tasa lipolítica basal, y presentan un incremento brusco de la lipólisis durante el
ejercicio, si se los compara con personas magras, o con personas con
obesidad en el tren inferior (206).
5.3 Expresión de UCP3 En nuestros resultados con respecto a la expresión del gen de UCP3 en
músculo mostró una modificación en la expresión de este mismo con
diferencia significativa (P=0.047) en el grupo de dieta y ejercicio. Esto
concuerda con respecto a otras investigaciones realizadas con anterioridad.
En una investigación realizada en hombres con un IMC normal y bien
entrenados, se estudio la regulación de genes que están relacionados con el
metabolismo de lípidos e hidratos de carbono entre estos el gen de UCP3.
Analizaron la expresión de genes mediante la manipulación de la ingestión alta
y baja de hidratos de carbono y grasas, además realizando un programa de
ejercicio vigoroso en un ciclo ergómetro a un 95 % de Vo2 max. con el fin de
promover una depleción de glucógeno muscular. Los resultados fueron que el
ejercicio y la dieta causo un efecto estadísticamente significativo sobre la
transcripción de todos los genes relacionados con el metabolismo de los
hidratos de carbono y en cuanto a el gen de UCP3 también se incremento la
expresión de este después de una dieta baja en hidratos de carbono. Horvath
et al. (2003), mostraron que existe una inducción de UCP3 mRNA en respuesta
al ayuno (92) y a la alimentación elevada en grasas. Arkinstall et al. 2004,
confirman y amplían que la modificación dietética inducida, modifican la
expresión del gen de UCP3 y demostraron que los niveles de RNAm de UCP3
están elevados después de 48 h de cambiar a una dieta baja en hidratos de
carbono (220).
En nuestro estudio hubo modificación de nutrimentos ya que al realizar la
evaluación inicial del consumo de calorías y nutrimentos que tenían nuestras
pacientes, se mostró en algunas un consumo elevado de calorías a través de
azúcares simples. Con respecto a la expresión de UCP3 la modificación de
alimentos, se observó que hubo una ligera tendencia a disminuir pero esto no
fue estadísticamente significativo.
Schrauwen et al. (2001), estudiaron la expresión de RNAm de UCP3 medido
post ejercicio después de 1 y 4 h. en sujetos sometidos a ejercicio de combate
durante 2 h en dos tiempos, una vez en estado de ayuno y otra vez con la
ingestión de glucosa, los resultados mostraron diferencias significativas en
niveles plasmáticos de ácidos grasos libres y a la oxidación de grasa durante y
después de ejercicio entre el estado de alimentación de glucosa y ayuno.
Cuatro horas después de ejercicio la expresión de el RNAm de UCP3 fue
elevada, pero solamente en el estado de ayuno. Por lo que se concluyó que el
efecto del ejercicio sobre la expresión de RNAm UCP3 no tuvo efecto del
ejercicio por sí mismo más bien el efecto de los niveles de ácidos grasos libres
elevados en plasma de y/o la oxidación de grasa elevada. La alta expresión de
UCP3 está regulada en situaciones cuando excede la capacidad de oxidación
de grasas, por ejemplo en situaciones de ayuno, dieta de alta en grasas,
tratamiento con T3 y ejercicio agudo. Mientras que la baja expresión de UCP3
esta regulada por situaciones donde se mejora la capacidad de la oxidación de
grasas (entrenamiento de resistencia y perdida de peso (221).
La alta expresión de UCP3 en el tipo fibras de músculo de IIB es también
constante con esta hipótesis, desde estas fibras de músculo, que pueden
apenas oxidar los ácidos grasos, especialmente por la necesidad de estar
protegido contra la acumulación en la mitocondria de los ácidos grasos no
esteríficados. Las fibras musculares tipo I tienen una alta capacidad de oxidar
los ácidos grasos y por lo tanto es menos propensa a la acumulación de ácidos
grasos no esterificados; así, la expresión de UCP3 puede ser baja. Por lo que
la función protectora de UCP3 se asocia a el desplazamiento exterior de los
aniones no esterificados de los ácidos grasos y por lo tanto disminuirá el
gradiente del protón a través de la membrana mitocondrial interna, de tal modo
desacoplar la respiración de la producción del ATP. Debido a esta función
primaria de UCP3, UCP3 todavía influencia indirectamente por el metabolismo
energético. En conclusión, en este estudio se propuso la hipótesis que la
función primaria de UCP3 es el desplazamiento exterior de ácidos grasos no
esterificados de la matriz mitocondrial, especialmente en situaciones cuando la
fuente del ácido graso excede la oxidación. Debido a esta función, UCP3
desacopla la respiración mitocondrial, explicando su relación con metabolismo
energético humano (222).
En otro estudio en hombres sedentarios caucasicos con un IMC normal y un
porcentaje de grasa adecuado fueron expuestos a una prueba de esfuerzo en
un dinamómetro Cybex II, donde realizarón 20 contracciones voluntarias
máximas. Después de la sesión de ejercicio, se les dio una dieta alta en grasa,
por 7 días posteriormente se analizó la expresión del gen de UCP3 y se
observo una sobre expresión con la dieta alta en grasas y se concluyó que el
desacoplamiento mitocondrial no es el papel primario de UCP3 en músculo
esquelético humano (223, 224).
En nuestro estudio con pacientes con obesidad de 1er y 2do grado vemos una
respuesta similar con respecto a la expresión de UCP3 en músculo, sin
embargo los resultados de colesterol total, glucosa y triglicéridos en algunos
casos aumentaron, es interesante estos datos que nos arrojaron estas
pacientes debido a que el porcentaje de grasa corporal en todas disminuyó
significativamente, esto pudiera deberse a que concordando con los artículos
anteriores tal ves la expresión alta del gen de UCP3 se debió a que hubo un
excedente de oxidación de grasa logrado por el tipo de ejercicio y la
modificación de la dieta.
En cuanto a la expresión de UCP3 en el tejido adiposo, nuestros resultados
mostraron que no hubo diferencias significativas en ambos grupos,
comparando ambos grupos observamos que el grupo de dieta y ejercicio tubo
mayor expresín de UCP3 considerando esta diferencia significativa. Se realizo
una busqueda minuciosa de expresión de UCP3 en tejido adiposo en humanos
y n hubo éxito, ya que las investigaciones que se han realizado ha sido en
roedores en donde se ha podido demostrar que la expresión de UCP3 en grasa
parda de rata aumenta tras los estímulos de hormonas tiroideas, dieta alta en
grasas y la exposición al frío (86). Tal vez no hubo algun cambio en la
expresión de UCP3 en tejido adiposo ya que en este tejido no es altamente
expresado.
Para concluir con el gen de UCP3, la expresión del gen de UCP3 en músculo
esta regulado por PPARα y PPARδ y la expresión de UCP3 en tejido adiposo
requiere la capacidad de activación de PPARγ (225). La expresión de este gen
esta regulada por la disponibilidad de ácidos grasos libres, durante el ejercicio
aeróbico moderado hay mayor movilidad y utilización de ácidos grasos en el
músculo, de ahí la sobreexpresión en este tejido de acuerdo a esto tenemos
una hipótesis que mientras haya más movilización y utilización de ácidos
grasos su almacén el tejido adiposo va en decremento y como resultado la
expresión de UCP3 también disminuye. De acuerdo a esto también se sugiere
que los tratamientos para la obesidad a través de dieta y ejercicio se extiendan
por más tiempo, ya que hay una excesiva oxidación de ácidos grasos y por
ende una lipotoxicidad ya que la mitocondria esta oxidando más de su
capacidad, a su vez si quedan demasiados ácidos grasos libres sin oxidar se
vuelven a almacenar y puede causar un aumento de grasa corporal y un
aumento de peso.
Como ya revisamos anteriormente y sabemos que dependiendo la intensidad y
duración del ejercicio se utilizan o no los ácidos grasos como fuente de
energía, con lo que consideramos que a una mayor intensidad de ejercicio
menor utilización de ácidos grasos por el músculo y aquí no se induciría la
expresión de UCP3, en el tejido adiposo se esperaría que la expresión fuera
alta y no tuviera ningún cambio, ya que el sustrato de energía serían
principalmente glucosa o fosfagenos de alta energía, sin embargo esto no nos
ayudaría al tratamiento de obesidad.
5.4 Expresión de SCD1 La expresión de SCD1 en músculo, se vio favorecida en el grupo de dieta con
una significancía estadística de 0.048 así mismo en comparación con el grupo
de de dieta y dieta y ejercicio se observó que tubo mayor expresión el grupo de
dieta. La baja expresión es regulada por el glucagon, los ácidos grasos
poliinsaturados, la hormona de tiroides, la vitamina A, y el ácido retinoico, así
también por las tiazolidinedionas. La alta actividad de SCD1 ha estado
implicada en varias enfermedades tales como obesidad, aterosclerosis,
diabetes y cáncer también se asocia a hipertrigliceridemia (120). Con respecto
a la expresión de SCD1 regulada por ejercicio en humanos no se sabe mucho
al respecto, en nuestra investigación no causó impacto en las pacientes
obesas. En cuanto a los resultados de la expresión de SCD1 no hubo
diferencia significativa.
Nuestra investigación aportó datos interesantes y novedosos, ya que hasta la
fecha en México no se sabía los niveles de expresión de los genes de UCP3 y
SCD1 en pacientes con obesidad de 1º y 2º mexicanas, ante la intervención de
dieta y dieta y ejercicio. Nuestros resultados nos orientan que en el caso del
gen de UCP3 responde mejor ante la combinación de dieta y ejercicio aeróbico,
en el caso del gen de SCD1 tubo una expresión menor con una dieta
balanceada y restringida en calorías, así mismo existe una estrecha correlación
del peso con la expresión de este mismo.
Limitantes
Con nuestros resultados aun no podemos generalizar que las intervenciones
estudiadas funcionen para nuestra población mexicana con problemas de
obesidad, debido a que nuestra muestra fue muy pequeña dado que no hubo
una muestra considerable de biopsias, lo que nos lleva a pensar que es
importante diseñar más investigaciones en donde se tome una muestra
representativa para nuestro país.
6.0 Impacto Hasta ahora no se ha publicado algun estudio en el que se haya estudiado la
expresión de UCP3 y SCD1 en mujeres con obesidad de 1° y 2 ° en donde se
haya aplicado una dieta balanceada con restricción calórica y ejercicio
aeróbico moderado. Podemos concluir que además de que estos dos etímulos
pueden ser buenos moduladores de expresión genica de UCP3 y SCD1,
mejoran la salud, existe una adecuada disminución de peso a traves de grasa
corporal, por lo que es una buena alternativa como tratamiento para pacientes
que tienen esta enfermedad, siempre y cuando ambos tratamientos tengan un
monitoreo adecuado.