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COLEGIO LOYOLA Nl.CA SEMINARII

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Curso de posgrado 2004 6 de agosto - 26 de noviembre

La Fenomenología. Sus orígenes, desarrollo

y situación actual

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BUENOS AIRES, 2009

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Fenomenología : sus orígenes, desarrollo y situación actual/ Roberto Walton ... [et.al.] ; coordinado por Néstor Corona ; edición literaria a cargo de Marcelo Meregalli. -

la ed. - Buenos Aires : Pontificia Universidad Católica Argentina, 2010. 432 p.; 2lxl5 cm. ISBN 978-987-20606-6-4 l. Filosoña. 2. Fenomenología. 3. Hermenéutica. l. Walton, Roberto Il. Corona, Néstor, coord. III. Meregalli, Maree! o, ed.lit.

CDD 121.686

© 2009, Universidad Católica Argentina

Realización Gráfica Mariano A. CASAUBON

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Queda hecho el depósito que marca la ley 11.723 Impreso en Argentina · Printed in Argentina

Este libro se terminó de imprimir en abril de 2010, en los talleres gráficos de Ediciones Selectus SRL, Talcahuano 277, piso 2°, Buenos Aires- Argentina (54 11) 4381·8000 · [email protected]

In dice

Presentación .......... . 9

ROBERTO J. WALTON: La intencionalidad. Sus modos y desvelamiento . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11

Lurs R. RABANAQuE: Cuestiones en torno al nóema ... . . . ... . ... . 39

JULIA V. IRIBARNE: Teoría de los instintos y organización perceptiva ... . .. ... . .. ... . . .. . . ... . . ... . ...... ...... ..... ...... ...... ...... ...... 79

RosEMARY RIZO PATRÓN: Génesis de las Investigaciones lógi-cas de Edmund Husserl................................................. 107

EDGARDO L.ALmzu: El aporte de la fenomenología trascenden· tal al desarrollo de las estéticas de trama y urdimbre... 151

Lurs R. RABANAQUE: Fenomenología del lenguaje .. . . ..... ... . ... . 189

Lurs FLORES HERNÁNm;;z: La concepción de las ciencias como ensayo de una epistemogonía .. . ....... ...... ..... ... .. . ... .. . ... . ... . 203

JosÉ JAVIER SAN MARTiN SALA: Para una filosofía fenomenológica de la cultura .. . . .. ... . . . ... . ...... ...... ..... ... . .. .. 211

JULIA V IRIBARNE: Fenomenología y psiquiatría................... 353

RoBERTO J. W ALTO N: La filosofía del cristianismo según Michel Henry ............................................................................. 369

JUAN CARLOS ScANNONE: La fenomenología de la religion y la "fenomenología de la donación" de Jean-Luc·Marion . ... . 397

BIOGRAFÍAS DE LOS AUTORES 421

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38 ROBERTO J. WAL'l'ON

No obstante, la comparación es significativa; porque hay un parentes­co de estructuras entre la aparición mundana del fenomenologizar y la ciencia mundana, y el concepto fenomenológico de ciencia no sólo se com­pone de verdades trascendentales sino también de verdades de aparición, que permiten al fenomenologizar expresarse en la actitud natural. No es posible determinar el concepto trascendental de ciencia prescindiendo de las verdades de aparición porque la actitud natural, como un modo tras­cendental de existencia que se olvida de sí misma, condiciona la actitud trascendental de dos maneras. En primer lugar, la actitud natural es el presupuesto de todo saber fenomenológico porque el "seren·sí" o "ser-fue­ra-de-sí'' de la vida trascendental precede a su "ser-para -sf'. En segundo lugar, el conocimiento fenomenológico permanece referido retrospectiva­mente a la actitud natural de la que se sustrae, pero no a la actitud natural en su ingenuidad específica, sino a "la actitud natural en tanto trascendentalmente interpretada, esto es, la situación trascendental del carácter constituido final (Endlwnstituiertheit)" (RuaD II/1, 149). Esto significa que el estrato final establece un "horizonte de regresión", que condiciona el análisis fenomenológico a fin de que parta de ese producto y ponga de manifiesto los estratos más profundos y fundan tes, es decir, los procesos cÓnstituyentes que se caracterizan por un preser. Si el "llegar·a­ser-para-sf' de la subjetividad trascendental depende de su "ser-fuera-de­sí", la aparición del fenomenologizar no es un ocultamiento accidental sino el "resultado de la constitución trascendental de la situación de saber y de ciencia en que el fenomenologizar se instala, acontece y permanece" (RuaD II/1, 151). Por eso no es posible constituir un concepto fenomenológico de ciencia prescindiendo de las verdades de aparición y ele su interpretación trascendental. Antes bien, es necesaria "la unifi ~ cación de las verdades trascendentales sobre el fenomenologizar -tal como se destacan frente a las verdades de aparición- y las interpretaciones trascendentales de las verdades de aparición en tanto verdades sobre el carácter constituido de la situación trascendental de autoelucidación" (ibídem).

Cuestiones en torno al nóema

a. Nóesis, hyle y nóema 1

Lurs R. RABANAQUE

Buenos Aires, Argentina

b. Estructura del núcleo noemático: sentido y X vacía c. Caracteres de ser y maneras de darse subjetivas y objetivas

Introducción general

En las Investigaciones lógicas, Husserl pone entre paréntesis el pro­blema del mundo cuando se dirige a la inmanencia de la conciencia, donde la trascendencia en tanto tal no aparece como momento real­ihmanente en la corriente de vivencias, de tal modo que no es legitimable fenomenológicamente. Tras la introducción de la epojé y de la reduc­ción trascendental, es posible considerar a la trascendencia del mundo en tanto constituida en la inmanencia, y de ese modo someterla al aná­lisis intencional. La efectuación de la reducción permite acceder a la

1 correlación universal de nóesis y nóema, más precisamente, de yo~ nóesis~nóema ~a bien, for1nulada en términos cartesianos: ego-cogito­

' cogitatum--. Si bien las secciones III y N de Ideas inducen a pensar 1 que la estructura de la correlación vale ante todo para la donación de objetos individuales en la percepción externa, es claro que se trata del mundo y no meramente de correlatos puntuales. Aquello con lo que nos encontramos en la actitud "n¡üural" no consiste meramente en una multiplicidad de cosas conscientes como individuos, sino en un mundo unitario extendido en el espacio y el tiempo, en el que no sólo aparecen cosas perceptibles sino otros seres humanos, animales, plantas, así como

1 Hemos optado por no escribir estos términos en cursiva o entre comillas por tratarse de

expresiones típicas de la fenomenología de Husserl: que aparecen con gran frecuencia en el presente trabajo. Los trataremos coll!-o si hubiesen sido castClllanizadas. (Nota del editor.)

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también útiles, valores, instituciones, etc. (Hua III/1, 56·57) 2. A su exis·

tencia como validez incuestionada se refiere precisamente la ''tesis" de la actitud natural. En este sentido, el mundo es siempre "mundo para mí" y, correlativamente, se trata de "mi" mundo, del mundo circundante (Umwelt) que se extiende en torno de mi cuerpo propio (cf. Hua III/1, 58). El fenomenólogo puede dirigir su mirada a esta aparición noemática del mundo y explorar su estructura sistemática. Se plantea así, como tarea complementaria de una noética de la conciencia, una noemática del m un~ do vivido.

"Nóema" es el nombre de la objetividad reducida, considerada fenomenológicamente a partir de la epojé. Es el correlato de las nóesis, esto es, de las aprehensiones, de las vivencias que dan sentido. En tan· to correlato completo de un acto cualquiera, el nóema exhibe una com· pleja estructura que guarda una relación de paralelismo con la efectuación de la nóesis: contiene un núcleo noemático como correlato de la donación de sentido, un carácter de ser como correlato de la doxa o tesis, y se ofrece en variables maneras de darse que se reflejan en los momentos noéticos correspondientes. A su vez, en el núcleo noemático reside el sentido en tanto constituido por la donación de sentido sensu stricto, la X vacía con sus determinaciones objetivas, y además el senti· do en su modo de plenitud, es decir, aquello que es correlato de los datos hyléticos. En lo que sigue procuraremos explicitar estas nocio· nes.

a. Nóesis, hyle y nóema

a.l Nóesis, nóema y dato hylético

Husserl introduce la noción de nóema en la tercera sección del pri· mer tomo de Ideas para una fenomenología pura y una filosofía fenomenológica (1913), en el contexto del análisis de la conciencia re· ducida. Con respecto a ella, cabe distinguir los componentes real· inmanentes (reell) de la vivencia y sus correlatos intencionales. A los primeros corresponden todos aquellos elementos ·pedazos y mamen· tos· que pueden encontrarse en el análisis como parte suya y, en parti· cular, los momentos noéticos, cuya esencia consiste en encerrar en sí un sentido (III/1, 202). Ahora bien, estos momentos específicos de la

~La sigla remite a: gDI\·IUND HussEHL, Gesammelte Werlce - Husse1·1iana, (Dordrecht/London/ Boston: Kluwer Academic Publishers, 1950·2004), seguida de n{¡mero de tomo y página. Toda referencia a la obra de Husserl, salvo indicación en contrario, procede de esta edición crítica.

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donación de sentido remiten, por una parte, a otros componentes real­inmanentes, los datos de sensación o datos hyléticos, y también a com· ponentes no-reales (nicht reelle), que comprenden el sentido. Si se ana· liza, por ejemplo, una percepción, se advierte una oposición característica· entre la multiplicidad de actos o nóesis frente a la unidad idéntica de lo percibido en ellas. El color de una cosa percibida aparece en una diversi· dad de escorzos hyléticos, pero no se identifica con ninguno de ellos: "el mismo color aparece 'en' multiplicidades continuas de escorzos de color". Los escorzos poseen la función de exhibir (darstellen) la cosa y sus deter· minaciones -color, textura, forma, etc.- pero son distintos de ellos. El es· corzo pertenece al contenido real·inmanente de la vivencia y, por consi· guiente, no es posible como espacial, mientras que lo escorzado (Abgeschattetes) es por esencia espacial y no es posible como vivencia (III/ 1, 86).

La distinción entre material hylético y forma noética traduce una dis· tinción que Husserl ya había establecido en las Investigaciones lógicas bajo el título de aprehensión y contenido de sensación. El objeto se consti· tuye trascendentalmente "por medio" de las funciones noéticas y "sobre la base" de las vivencias hyléticas (III/1, 228). La hyle es un conceptofuncio· na!, es decir, constitutivo. Contrasta, por un lado, con el nóema debido a su carácter reahnmanente, que comparte con la nóesis y, por el otro, con la nóesis misma debido a su carácter no·intencional frente al momento de la morphé portadora de intencionalidad. Husserl agrupa el momento noético y el hylético bajo el nombre de nóesis completa y los momentos del correlato bajo el nombre de nóema completo. Esta división de los componentes de conciencia responde a dos criterios solidarios entre sí:

l. La nóesis engloba la totalidad de componentes real·inmanentes, el nóema, la totalidad de componentes irreales, ideales. Los primeros se hallan sujetos a la temporalidad interna; los segundos son independien­tes del tiempo.

2. Los momentos noéticos en sentido amplio son multiplicidades cons· tituyentes, los momentos noemáticos correlativos son unidades consti· tuidas. Lo constituyente se compone de todo aquello que entra en el curso de conciencia y desaparece luego, por así decirlo, de lo fugaz, de lo transitorio en ella, es decir, de las vivencias y el material hylético. Lo

' constituido es aquello que permanece, lo que se mantiene en identidad frente a la fugacidad, frente a lo pasajero de las vivencias. Así se distin· guen la percepción de lo percibido en cuanto tal, el juicio de lo juzgado, etc.

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Se advierte con todo esto una estructura paralela, pero irreductible, entre los elementos que componen la nóesis y los que corresponden al nóema, de modo tal que "no hay ningún momento noético sin su momento noemático específicamente correspondiente" (III/1, 215)3• Esta multiplici­dad de unidades conforma el contenido noemático correlativo o nóema. Husserl introduce como ejemplo nuevamente la percepción externa. La percepción tiene su nóema, es decir, su sentido perceptivo (Wahrnehmungsnoemal, dicho de otro modo, "lo percibido en cuanto tal", expresión que ya se encuentra en las Investigaciones lógicas. El término "sentido" será a partir de aquí utilizado con preferencia para indicar el correlato noemático "tal como reside a título inmanente en la vivencia" (III/1, 203).

Husserl enfatiza el contraste entre la percepción dentro de la actitud natural y dentro de la actitud fenomenológica. En la primera, el objeto, un manzano en flor, por ejemplo, es una cosa existente situada en la realidad espacial trascendente y la percepción es un estado psíquico que nos pertenece en cuanto hombres reales (realen). Entre ambas realidades (RealeÚ) hay nexos también reales. Tras la epojé el mundo trascendente queda entre paréntesis y la subsistencia efectiva de la relación natural es puesta fuera de circuito. Husserl advierte empero que "todo ha quedado como antes". El árbol percibido no ha perdido ninguna de sus determina­ciones y, sin embargo, se ha efectuado "una modificación radical de sen ti~ do", puesto que la reflexión se vuelve ahora sobre ese objeto tal como da en la inmanencia de la percepción (III/1, 205). La única operación que puede tener lugar desde este punto de vista es la ele considerar lo dado en la vivencia pura en cuanto naturaleza eidética (Wesenheit) (IIDl, 209). Husserl utiliza el recurso tipográfico de encerrar entre comillas las expresiones relativas al objeto reducido e ilustra el contraste entre ambas modalida· des teoréticas, que se hallan "separadas por un abismo", en un pasaje famoso, sobre el cual ha hecho pie la interpretación analítica (fregeana) delnóema:

El árbol puro y simple, la cosa en la naturaleza, no se iclentífica con este percibido de árbol en cuanto tal, que en tanto sentido perceptivo pertenece a esta percepción y es inseparable ele ella. El árbol puro y simple puede quemarse, disolverse en sus elementos químicos, et­cétera. Pero el sentido, el sentido de esta percepción, no posee ele· m en tos químicos, ni fuerzas, ni propiedades naturales (realen) (III/ 1, 205).

'1 Cf. ALWIN Dml'IIEH, Edmrmrl Husscd, Versuch oilwr systemntischcn Dnrstellung scincr PMinome11ologic <Mciscnheim am Glan: Anton Hain, 1956), 86.

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COLEGIO LOYOLA AHCA SEMINAFW

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Hay aquí también una crítica a la posición de Brentano, según la cual el objeto es inmanente a la conciencia. El objeto intencional, el nóema, no puede ser un componente real·efectivo del acto porque esto conlleva un contrasentido, básicamente porque implica, como el dualismo cartesiano, una duplicación ele la realidad: inmanente del nóema, trascendente de la "c?sa en sí". Por otra parte, en el parágr~fo consagr.ado al modo d~ ser del ,,'1~: \¡_,~ noema (§ 98) observa Husserl que el noema analizado por mediO de la~.y;··::t reflexión es u~ objeto, pero totalmente des~rovisto de a~t?nomía~~i(;:¡ ~jj1 Retomando la formula de Berkeley, su esse consiste en su perc1p1. Pero eJ:¿;:)\, 1r.l o?jeto no puede existir sin el acto que lo intenciona, de modo que la expret'J7~;l·:n_::r; s1ón berkeleyana no puede tomarse en su sentido propio, el percipi no /IJ_.J,:~f: incluye al esse en sentido real-inmanente, como parte suya. En esto con- Hur.rr siste la idealidad delnóema: por una parte, no es un componente real·l3iüUC inmanente de la vivencia, por otra, es lo que se mantiene idéntico en medio de la corriente de actos. Desde el punto de vista eidética, el eidos nóema remite al eidosnóesis. Esta "solidaridad eidética", como la denomi-na Husserl, nos permite elaborar una morfología (Formenlehre) general y pura de los noémata y, correlativamente, de las vivencias noéticas con sus componentes específicamente noéticos y sus componentes hyléticos (III/1, 230). La descripción del nóema no consiste en un "cambio de signo" de las estructuras noéticas correlativas, y ello en virtud de la diferencia entre el modo temporal del cogito y del cogitatum; el acto se encuentra en el tiempo inmanente, esto es, en continuo fluir, mientras que el nóema se encuentra en el tiempo objetivo, que es idéntico y homogéneo (III/1, 18ll'.

a.2Ampliación a todos los tipos de acto

Si bien la noción ele nóema es introducida en el ámbito de la percepción externa, Husserl señala que en todas las vivencias intencionales, hacien­do abstracción de sus diferencias específicas, tiene lugar: a) la correla­ción entre nóesis y nóema; b) una estructuración del nóema en capas o estratos reunidos alrededor de un núcleo central de sentido. Esta amplia­ción más allá de la percepción puede ser sistematizada de la siguiente manera:

l. Una primera extensión concierne a la esfera de los actos simples derivados de la percepción: recuerdo, imaginación, representación pictó­rica, es decir, a las presentificaciones (III/1, 210). Sobre estas formas vol­veremos cuando analicemos los maneras de darse del nóema.

4 Cf. TnEODORBDE Bot~n, The Developmeut of Husserl's Tlwught(The Hague: Martinus Nijhoff, 1978): 35, nota 7,

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2. Una segunda extensión se verifica con referencia a las mutaciones atencionales. El rayo de la atención que proviene del yo puro atraviesa todas las nóesis y afecta al correlato, ya sea en el modo de la actualidad o el de la potencialidad (III/1, 213-214).

3. Una nueva extensión concierne a los actos fundados. En ellos las nóesis se edifican una sobre otra para componer una unidad, y sus noémata paralelamente se fundan unos sobre otros, con lo que se constituyen uni· dades de un nuevo tipo (III/1, 215). Husserl analiza como ejemplos: los juicios predicativos, los actos afectivos, tales como el agrado o el desagra· do, los actos volitivos, los valora ti vos, los actos de desear, de decidirse, de obrar (Handeln). En el caso, v.g., del evaluar, encontramos a lo percibido en cuanto tal que funciona como fundamento del nóema de la evaluación, lo que nos permite diferenciar el objeto valioso ( werter Gegenstand! del objeto-valor (Wertgegenstand! introducido por el acto fundado de valora­ción (III/1, 22Ü.

4. Una última extensión se refiere a los actos lingüísticos, cuyo estra· to característico es el dellógos, el cual permite expresar de manera con· ceptual el sentido de todas las demás formas intencionales. Husserl indi­ca que 11todo lo 'mentado en cuanto tal', toda mención de un acto cualquie~ raen sentido noemático ... es expresable por medio de 'significados' "(III/ 1, 286) y que estos significados son noemáticos (III/1, 290). Y señala que, si bien el sentido y el significado han sido tratados en general como sinó· nimos, conviene reservar éste último para la esfera lógica o expresiva, mientras que "sentido" posee una amplitud mayor en la medida que se lo entiende como núcleo noemático en general, sea lingüístico o no (III/1, 285). . . .

b. Estructura del núcleo noemático: sentido y X vacía

h.l Morfología de los noémata. El sentido como núcleo noemático

Husserl advierte que la caracterización del nóema como el ámbito de las unidades frente a las multiplicidades noético·hyléticas no es sin más correcta. El sentido noemático no es el único componente del nóema completo y, en consecuencia, se presenta como unidad no frente a una sino a dos dimensiones diferentes de lo m-últiple: por una parte, como contra polo de la diversidad noética, por la otra, como unidad de multi­plicidades noemáticas. Si sometemos el nóema a la variación eidética, encontramos que es posible mantener el sentido como idéntico nüen­tras que otros elementos que componen el correlato completo varían. De esta manera es posible diferenciar varios estratos o capas que se

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reúnen en torno al núcleo central del sentido (III/1, 210). La morfología pura de los nóemata está destinada a explicitar estos estratos y las rela­ciones que guardan entre sí. Por el momento nos limitaremos a presentar el núcleo de sentido y dejaremos para el próximo apartado la cuestión de las otras capas noemáticas.

Dos nociones elaboradas en las Investigaciones lógicas nos sirven de hilo conductor en este punto: la materia intencional del acto y el objeto. En la esencia intencional de toda vivencia intencional se encuentran los momentos de la materia o sentido, que determina con qué propiedades se aprehende el material de sensación, y la cualidad, que establece si este sentido se intencionado de modo ponente o no-ponente. Husserl indica que estas nociones deben entenderse ahora también correlativamente: a la

l cualidad corresponde el carácter de posición noemático o tesis y la mate­ria tiene como correlato el núcleo noemático (III/1, 305, 298). La materia no es ya, entonces, sólo una propiedad subjetiva del acto, sino también la determinación del objeto en cuanto objeto, en cuanto intencionado. Ahora

1 bien, las Investigaciones lógicas diferenciaban dos momentos dentro de la \ materia: por un lado, la dirección al objeto en su determinación plena, es 1 decir, el conjunto de determinaciones que lo caracterizan como este objeto

1 y no otro; por el otro lado, la relación objetiva en sentido estrecho. Esta distinción corresponde a la del objeto tal como es intencionado y el objeto

' que es intencionado. Noemáticamente, se trata del sentido (del contenido de propiedades o determinaciones) y de la X vacía (del objeto propiamente . dicho). 'Ibdo nóema -escribe Husserl- tiene un contenido, es decir, su "sen­tido", y a través de él el nóema se refiere a "su" objeto (III/1, 297). Y advierte inmediatamente que la relación contenido-objeto puede enten· derse de dos maneras, que conviene distinguir para evitar equívocos, y a las que aludimos más arriba: a) por un lado, indica la referencia de la conciencia (contenido como vivencia intencional) a su objeto (correlato noemático); b) por otro, determina la relación entre los sentidos noemáticos y el objeto en sentido estricto dentro del nóema mismo.

Este segundo sentido proporciona los elementos para una descripción más precisa del núcleo noemático. No sólo la conciencia se refiere a un objeto, sino que el nóe1na mismo se relaciona con el objeto por medio (mittels) de su contenido. Este objeto en sentido estricto es un "momento supremamente íntimo" del nóema, que. conforma un "punto central" del núcleo y que funciona como el "portador" ( Triiger) de las propiedades noemáticas de lo intencionado en cuanto tal. En dirección al objeto, es posible operar una reflexión que descarta todas las expresiones "subjeti­vas" tales como "de manera perceptiva", "con claridad intuitiva", "dado",

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"rememorado", y que se atiene exclúsivamente a las expresiones objeti­vas, tales como "objeto", "propiedad", "situación objetiva", "figura", "co­lor", etc. En esta descripción distinguimos las expresiones de propiedades del objeto mismo que es intencionado o, lo que es lo mismo, diferenciainos el objeto tal y como es intencionado del objeto que es intencionado (III/1, 300). Como indica De Mm·alt, este concepto se refiere al "quomodo del objeto frente al quidnoemático, que es el objeto intencionado'. Husserl lo define también como el objeto "en el cómo de sus determinaciones" e in­cluso como el "contenido determinante" del objeto (III/1, 303). Por ejem· plo, un árbol en el jardín presenta las determinaciones de ser un manza­no, estar en flor, tener hojas verdes, etc., que pueden ser descritas como pertenecientes al "árbol percibido en cuanto tal" y que circunscriben un contenido ( Gehalt) completamente fijo en su nóema. Con respecto a ello, conviene señalar lo siguiente: si tenemos en cuenta el carácter unilateral de la percepción -y por extensión de sus formas derivadas·, tal como Husserl lo examina en el§ 41 de Ideas I, resulta que no todas las determinaciones del objeto aparecen en cada acto que lo intenciona. Cuando observo el árbol, no me es dada como presente la cara posterior, cierta parte del follaje, etc., que sin embargo entran en dicha percepción como menciones vacías: la parte no visible del tronco tiene, por ejemplo, un color, sólo que un color indeterminado (perceptivamente indeterminado, podríamos de· cir); a él se dirigen intenciones significativas (en términos de las Investi· gaciones lógicas) carentes de plenitud intuitiva. Aquí hace su aparición un concepto fundamental, el de horizonte de determinaciones que debe ser incluido en todo sentido noemático. Todo nóema posee un conjunto cerrado de predicados o atributos, ya sea formales o materiales, efectiva­mente (sachhaltig) determinados o indeterminados (III/1, 301). En una

. vivencia dada, algunos de ellos están presentes, es decir, conforman el

1

' contenido de los "escorzos" perceptivos (en sentido noemático, no única~ , 1 mente hylético), mientras que otros son menciones vacías que en el curso

ulterior de la percepción pueden ser plenificados. Sokolowski advierte que es inherente a la estructura de los actos intuitivos el juego entre presen· cia y ausencia, entre lo efectivamente dado y lo meramente intencionado, donde la mención vacía constituye un horizonte indeterminado de posi· bies atributos del objeto (III/1, 91)6

.

Por otra parte, junto a este horizonte interno del objeto se presenta un horizonte externo, ya no ele determinaciones sino de otros objetos co-

1' Cf. ANnltí~ DE MuRALT, L'idée de la phé11oménologio. L'oxomplarismo llussorlien (Paris: P.U.F.,

1958), 270. r. Cf. Ron~>H'l' SoKOJ..OWSKI, HusserliaJl Meditations. How Words PJ'esent Tl1ings (Evanston, Illinois: Northwcstcrn Univcrsity Prcss, 1974), 22 y s.

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percibidos. Thda percepció¡;¡ de una cosa implica también un halo de intui­ciones de trasfondo (HintergrundsanschauungenJ (III/1, 71). En la medi­da en que todo captar (Erfassen) un objeto es un destacarlo (HerausfassenJ de un fondo, todo lo percibido en este modo de la atención supone un horizonte de inactualidad de objetos, de los cuales sólo tenemos una expe­riencia más o menos marginal, implícita, potencial, pero que pueden vol· verse tema explícito. Husserl acota que "el curso de vivencias no puede estar nunca constituido de puras actualidades" (III/1, 73). Es inherente a la conciencia perceptiva esta doble estructura de horizonte, la de determi· naciones de una misma cosa y la del trasfondo de objetos del cual ella se destaca de manera actual o atencional.

El objeto en sentido estricto constituye el término final de la intención, desde el punto de vista de la relación intencional, y es al mismo tiempo el lugar de entrecruzamiento, por así decirlo, de las determinaciones objeti­vas, tanto de las en cada caso presente como de las que pertenecen al horizonte de co·menciones. Husserl observa que los predicados son inse· parables de la X vacía pero distinguibles de ella, de modo que no es posible identificarla con ninguno de ellos. Dentro de la proposición noemática, la: X funciona como el sujeto portador de dichos nóema ·predicados. De Muralt . ha indicado que la unidad en la multiplicidad que posee la X determinable "no puede sino ser una unidad teleológica por participación dinámica en un polo unitario". Puesto que la multiplicidad no es inteligible sino en virtud de la unidad, es necesaria dicha unidad, representada por el polo idéntico. De este modo el_nóema sólo puede tener un objeto, puesto que ' éste es función de unidad, y, en cambio, un mismo objeto puede poseer múltiples sentidos noemáticos7

• En el texto de Ideas I de 1913, no habla Husserl todavía de "polo" de unidad, lo que sí ocurre en el segundo tomo y se vuelve frecuente en las obras posteriores. En el período genético, Husserl enfatiza este carácter polar del objeto cuando habla, por ejemplo, del "polo· sustrato" frente al "polo de propiedades" en el objeto. En virtud de la in­clusión del horizonte en el correlato, añade que este polo sustrato sirve de soporte tanto a las notas (Merkmale) del objeto como al horizonte de de­terminaciones co·dadas pero no presentes (cf. IX, 180·181).

Ahora bien, puesto que la X vacía es el polo correlato de la donación de sentido, no sólo los actos simples como la percepción, sino también los actos fundados poseen su "objeto puro y simple". Las X determinables dentro de cada sentido coinciden constituyendo una X de sentido total. En la percepción externa, por ejemplo, los diversos escorzos del árbol

1 Cf. Dr:: MUitAL'l', oP. cit., 271·273 . .

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intuido, cada uno de los cuales posee su X en la cual convergen los predi­cados observados, entran en una unidad de identificación cuyo resultado es la X idéntica que se confirma en todos ellos; en los actos politéticos, emerge una X sintética como resultado de la identificación explícita de las X de sus miembros (III/1, 304). Por ello, la X constituye el momento últi­mo de unidad o, más precisamente, de ''unidad de la síntesis de identidad" de todo correlato noemático, sea simple o fundado (IX, 480). La unidad objetiva y con ella la identidad, es decir, la relativa independencia de lo intencionado como tal con respecto a la multiplicidad que lo intenciona, reside en última instancia en el portador de propiedades y no meramente

• en el sistema de sentidos que entran en juego. Aran Gurwitsch ha negado ' ! la necesidad de incluir a la X en el correlato, alegando que tanto la uni-dad, como la identidad objetivas son el resultado de la relación mutua de los sentidos o predicados entre sí y, en el caso particular de la percepción, sobre la cual centra sus análisis, de la coherencia interna del sistema de escorzos. Por otro lado, cuando se enfatiza unilateralmente el carácter de independencia relativa el objeto con respecto a los sentidos noemáticos, se puede desembocar en una postura como la de F0llesdal y sus seguidores, que separan el nóema del objeto, asimilando éste último a la referencia (Bedeutung) fregeana y tomando al nóema como un sentido (Sinn) lin­güístico.

c. Caracteres de ser y maneras de darse subjetivas y objetivas

El núcleo noemático que comprende a la X vacía y a sus sentidos fun­ciona como el centro idéntico del correlato frente a la multiplicidad de caracteres que lo modifican y que tienen su paralelo en la nóesis comple­ta. Dentro de estas caracterizaciones Husserl, diferencia dos grandes di­mensiones: los caracteres téticos o de ser y las maneras de darse. Analiza­remos por separado ambos tipos de modificaciones noemáticas.

c.l Los caracteres téticos

Las Investigaciones lógicas habían definido a los actos objetivan tes en base a su carácter posicional, es decir, al hecho de que afirman (pon ere) la existencia de aquello que intencionan. Dicho carácter es denominado por Husserl en, Ideas I, creencia (Glaube), doxa o tesis. En el caso paradig­mático de la percepción externa equivale a la certeza perceptiva (III/1, 239). El correlato noemático de estos actos "téticos" es el "carácter de ser", en la percepción, el "ser efectivo". La creencia, desde la dimensión noética

CUESTIONES EN TORNO AL NÓEMA 49

y el carácter de ser efectivo, desde el correlato noemático, funcionan al mismo tiempo como formas originarias o ejemplares de otras que Son sus modalizaciones o modificaciones. La certeza de creencia cumple el papel de creencia primordial o proto-creencia (Urglaube) y es denominada por .ello "protodoxa" (Urdoxa), mientras que el carácter de ser puro y simple ocupa el lugar de proto-forma ( Urform) de otros caracteres que poseen una referencia retrospectiva a él (III/1, 240). Tenemos, entonces, modali­dades dóxicas y, correlativamente, modalidades de ser, las cuales, en su conjunto, conforman un mismo nivel o estrato. Husserl distingue en las Ideas I toda un:a serie de tales caracteres derivados, que supone una gra­duación en cierta medida análoga a la de los grados de intensidad (III/1, 239):

Nóesis: tesis de:

certeza -> sospecha -> conjetura -> pregunta -> duda

Wrdoxa) <Anmutung) (Vermutung) (Frage) (Zweifel)

Nóema: modo de ser:

efectivo-> posible -> probable -> problemático -> dudoso

(Urform) (moglich) ( wahrscheinlich) (fraglich) (zweifelhaft)

Propongamos un ejemplo para aclarar esta serie gradual de posiciones de ser. Vemos un objeto, un hombre de pie en medio de un bosque. Él está ahí, su presencia se nos aparece como cierta, lo ponemos como existente en la percepción. Repentinamente nos asalta la duda y nos preguntamos si no se trata de una ilusión. Sospechamos que la cosa es un hombre, pero ahora interviene la sospecha contraria, quizás se trate de otro objeto, tal vez de un árbol que en la oscuridad confundimos con una figura humana. En un cierto momento, ál cambiar de orientación, al aproximarnos, etc.,

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50 Lms R. RABANAQUE

el "peso" de una de las conjeturas nos decide: se trata de un árbol. Husserl había tratado este problema en las Investigaciones lógicas, a propósito del ejemplo de la muñeca en el poliorama, aún cuando los análisis efectuados entonces comprendían exclusivamente el ámbito de lo noético (cf. XIX/1,

. 459). Y denomina "proposición" (Satz) a la unidad que comprenden el núcleo de sentido y los caracteres de ser (III/1, 241). La expresión Satzes correlativa de la Setzungnoética, es decir, comprende al núcleo noemático modificado por la posición de ser, y a ello alude la raíz de ambos términos en alemán, setzen, "poner". En consecuencia no debe ser entendida sin más en el sentido de la lógica formal, como proposición predicativa o juicio, ya que las tomas de posición, según Husserl, tienen lugar primariamente en los actos fundan tes del juicio, es decir, en los actos de percepción y sus derivados. De este modo hay proposiciones perceptivas, rememorativas, etc. En virtud de esta caracterización, las determinaciones objetivas son llamadas también "predicados" de la "proposición" noemática o bien "nóemas·predicado" (Priidikatnoema) (III/1, 302), mientras que el objeto puro y simple es denominado en este contexto el "sujeto" de sentido (Sinnessubjekt) (III/1, 335).

De esta serie que conforman la protodoxa y sus modalidades, así como las ·modificaciones correlativas en el nóema, distingue Husserl una modificación que no se encuentra en el mismo plano. Se trata de la afirmación (Bejahung) o asentimiento (Zustimmtmg) y de la negación (Verneinung) o rechazo (Ablehnung), las cuales constituyen una modalidad de orden superior que reenvía a la protodoxa y, en virtud de ello, a cualquiera de sus formas derivadas. La negación, desde el punto de vista noético, es la modificación de alguna posición determinada, cuya efectuación noemática correspondiente es la "tachadura" (Durchstreichung) del carácter de ser correspondiente en la forma del "no". La negación "tacha" el carácter específico de la proposición noemática, su modo de ser, transformando el ser en no·ser, lo posible en imposible, lo probable en improbable, y así en todos los casos (III/1, 243). Husserl analiza todavía otro nivel de modificaciones en referencia a los caracteres de ser. Se trata de la "neutralización" (Neutralisierung). A diferencia de la negación, no tacha la tesis sino que la pone "fuera de juego". Husserl precisa que se trata de un "dejar indeciso" (Dahingestellt·sein·lassen), cuyo correlato noemático es el "tener como indeciso" (Dastehen·haben), tener como "1neramente pensado". Los correlatos de las posiciones neuh·alizadas no contienen ninguna aseveración, ninguna "posición", nada predicable realmente (III/1, 248). Esta modificación es posible no sólo para la protodoxa y el ser efectivo, sino también para todas las formas derivadas y sus correlatos respectivos: en principio, toda posición actual puede ser

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CUESTIONES EN TORNO AL NÓI~MA 51

neutralizada. Husserl indica que "pertenece a todo cogitouna contraparte exactamente correspondiente, de tal forma que su nóema tiene, en el cogito paralelo, su contranoema (Gegennoema) exactamente correspondiente" (III/1, 259). Y advierte que la neutralización no debe confundirse con la fantasía; la confusión radica en el hecho de que la imaginación es una neutralización determinada, esto es, la que corresponde a la presentificación posicional del recuerdo (III/1, 250). La diferencia esencial entre ambas estriba en que la imaginación pue:de ser reiterada, esto es, puede haber imágenes de imágenes y esto en cualquier grado de complicación, mientras que la modificación de neutralidad no admite que su efectuación específica, el dejar de co·efectuar (mitvollziehen) la tesis, sea reiterable (III/1, 253).

Un ejemplo característico de esta neutralización lo proporciona la contemplación estética. Cuando observamos, por ejemplo, el grabado de Durero, "El caballero, la muerte y el diablo", nuestra intención se dirige a aquello que está representado en él, es decir, a la realidad figurada, al caballero "en carne y hueso". En la conciencia perceptiva que le sirve de base, las figuras que aparecen en trazos, sin color, sobre el cartapacio, no son observadas en cuanto tales, sino que sufren una neutralización: no contemplamos con agrado las meras líneas dibujadas sino lo retratado en ellas (III/1, 252). Esta modificación tiene una importancia capital en virtud de que Husserl sitúa en el plano de la neutralización a la epojé fenomenológica. El carácter de neutralidad es el efecto propio de la suspensión de la tesis de la actitud natural, la cual nos revela, por intermedio de una nóesis neutralizan te, un correlato noemático también neutralizado, que no es otra cosa que el mundo como fenómeno trascendental, reducido8 .

c.2 Maneras de darse noe1náticas

La descripción del correlato completo no queda agotada cuando deslindamos el sentido y los caracteres de ser, esto es, las estructuras que componen a la proposición noemática. Mientras que, al abordar la cuestión de las propiedades o predicados que determinan el sentido, incluíamos exclusivamente las expresiones objetivas, es posible ahora analizar las expresiones "subjetivas", es decir, el objeto "en el cómo de sus maneras de darse" (III/1, 300; 304). Estos modos de darse conforman también un estrato dentro del nóema completo, pero que reúne caracteres diversos que conviene estudiar por separado. Por una parte,

H Cf. DE MURALT, op. cit., 268 y,s.

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52 LUis R. RABANAQUJ~

aquellos que tienen que ver con la intuitividad, con la plenitud sensible; entre ellos se destacan los modos de presentación, los grados de alaridad y los modos de orientación. Por otra parte,las modificaciones atencionales.

c.2.1 Plenitud y modos de presentación

Una misma proposición noemática puede darse de manera original (originar) o bien como recuerdo, como imagen, etc., Husserl indica que a los modos no éticos de la percepción, rememoración, etc. corresponden también modificaciones correlativas en el nóema. Estas estructuras "subjetivas" se organizan, de modo paralelo a las modalidades dóxicas, como una serie que remite a una forma original o protoforma, que es la percepción. En ella el objeto está presente "en carne y hueso" (leibhaftig), es dado de manera originaria. La percepción capta al objeto en su presente corporal (III/1, 91). En ella la cosa se presenta con el carácter de plenitud y, más precisamente, de plenificación original (originare, Erfüllheit). Por otra parte, esta presencia en carne y hueso del objeto,/ fundida con el sentido al que otorga plenitud, conforma el fundamento

'· (Unterlage) del carácter de ser (III/1, 315). De este modo el correlato, ' · noemático del modo ele darse perceptivo funciona, por una parte, como

protoforma ele sus modalidades derivadas y, por otra, motiva la posición : 1 de ser: "la posición tiene su fundamento de derecho originario 1

(ursprüngliche) en la donación original (originar)" (III/1, 316). La noción i

de plenitud amplía el concepto ele núcleo noemático: el núcleo completo constituido por sentido noemático en el modo de su plenitud (Sinn im Modus seiner F.iille) (III/1, 305). .

Ahora bien, entre las formas derivadas, no originarias, que Husserl denomina, en contraste con la presentación (Gegenwartigung) del objeto perceptivo, "presentificaciones" (Vergegenwiirtigtzngen), hay que diferenciar dos grupos o series:

l. las modificaciones reproductivas simples (schlichte): estas formas se encuentran en el mismo nivel noemático que la presentación, son "presentificaciones simples" que remiten a la percepción correspondiente, esto es, a aquella que posee el mismo núcleo de sentido. Así, el recuerdo ele algo pasado remite al "haber percibido", la cosa caracterizada como pasada se da como "habiendo sido presente", como modificación del presente (III/1, 234). Husserl diferencia dos grupos ele presentificaciones simples, en conexión con su referencia a l~s modalidades dóxicas: por un lado, el recuerdo y la espera, que son modificaciones ponentes; por otro lado, la imaginación o fantasía, que

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CUESTJONJ:.S EN 'I'OHNO AL NÓEMA 53

representa su objeto ele modo neutralizado, no-ponente (cf. III/2, 556). En la imaginación el objeto queda "en suspenso", esto es, el modo del "cuasi" (gleichsam) (III/1, 50). Las dos formas ponentes, por su parte, remiten a la conciencia del tiempo como su fundamento. Husserl precisa que el triple horizonte de la vivencia, protoimpresión, retención y protención, es también el horizonte de reflexión, de manera que, mientras que a la protoimpresión corresponde el modo originario, la percepción, la retención posibilita el recuerdo y la protención, la espera (III/1, 184-185).

2. Husserl diferencia además dos modos compuestos ele presentificación: la modificación por retrato ( verbildlichende) y la representación por signos (Zeichenvorstellung). En ellas no se hace presente la cosa misma en persona ni en una modificación simple, sino ele modo mediato en virtud ele imágenes o símbolos. En el caso de una pintura, por ejemplo, un retrato, debemos distinguir el retrato como tela pintada, con trazos ele colores, relieves, etc., de la cosa representada por el cuadro. Lo mismo sucede con el signo que remite a lo significado por medio de él, teniendo en cuenta además que la serie se puede complicar en la medida que la relación pictórica puede tener lugar en una conciencia-ya modificada: por ejemplo, cuando recuerdo un cuadro que he visto o cuando fantaseo una imagen pictórica meramente inventada. Del mismo modo puedo tener un recuerdo ele otro recuerdo, ele una fantasía, etc. En general es posible edificar modificaciones unas sobre otras y esto sin ningún límite teórico (III/1, 295).

En relación con la plenitud, tenemos todavía otras maneras de darse asociadas a ella. Se trata ele las diferencias ele clariclacl y oscuridad que Husserl había introducido en las Investigaciones lógicas bajo la denominación ele grados de vivacidad. Lo dado en la intuición sensible admite grados clivers.os de clariclacl debidos, por ejemplo, a la cercanía o lejanía del objeto con respecto al sujeto. Su punto cero lo constituye la oscuridad o conciencia no intuitiva y su grado máximo la clariclacl total (III/1, 141-142). En este último caso, el objeto no sólo es consciente como dado sino como dado pura y totalmente como es en sí mismo; en el primer caso, que es su contrapolo, no hay nada dado, desaparece la conciencia intuitiva mis1na. La graduación continua entre ambos polos se presenta bajo diferencias ele intensidad. Husserl distingue además los grados genuinos (echte) ele los no genuinos (unechte). Los primeros tienen lugar cuando la claridad aumenta en intensidad, es decir, cuando nos atenemos a lo dado intuitivamente excluyendo las intenciones vacías que van más allá de lo efectivamente intuido. Por su parte, los grados no genuinos de mayor cl!lridad producen una extensión del ámbito ele

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la claridad, de su alcance, en virtud de la impleción de las intenciones vacías que se entretejen con lo dado en plenitud intuitiva. Esta caracterización es, por otro lado, una precisión acerca de lo que en las Investigaciones lógicas se presenta como alcance (Umfang) o riqueza intuitiva (III/1, 143)'.

c.2.2 Modificaciones atencionales

Husserl indica que las mutaciones atencionales constituyen una estructura sui generis que se combina con todos los otros tipos de fenómenos intencionales. Un objeto puede presentarse como preferido frente a otros, o alguna de sus determinaciones puede ser preferida a las demás, lo que determina un campo de atención o focalidad y un

! margen que lo rodea. El rayo de la mirada (Blickstrah/) emanado por el yo se vuelve hacia algo, atraviesa los estratos noéticos y coloca en un foco de luz más o menos claro aquello que se destaca (III/1, 212-213).

· Hay en consecuencia un "dirigirse a" y también un "apartarse de" en la mirada del yo que constituyen, respectivamente, el modo de actualidad e inactualidad de la atención, los cuales determinan, en el correlato noemático, respectivamente el foco de luz y la penumbra o cono de sombra que lo rodea. Por otra parte, las mutaciones atencionales no afectan al sentido noemático mismo, al núcleo, en cuanto a su composición, pero representan transformaciones que afectan a la vivencia completa en su faz noética y noemática, de manera que el contenido noemático no permanece inalterado frente a tales mutaciones (III/1, 213). Husserl se refiere aquí a un "núcleo atencional", como el sentido en el modo de la atención. La atención en cuanto actualidad es, por otra parte, necesaria para ciertas nóesis, como, por ejemplo, par~ la resolución de una duda o de agregar un predicado al sentido. En estos casos, está presupuesta una atención activa dirigida a los objetos con respecto a los cuales el yo toma posición, puesto que de otro modo esto no sería posible. En el modo de inactualidad, no puedo decidir, por ejemplo, si un objeto es un hombre o un árbol, o no puedo integrar una determinación en el árbol sin fijar la atención en ella. Desde el punto de vista noético, se puede caracterizar la distinción como actualidad o modo de dirección actual e inactualidad o potencialidad, donde la primera es una conciencia explícita y la segunda es inexplícita. Esta modificación atencional no se reduce al ámbito de la percepción, sino que se presenta

u Cf. EnNHT TUGENDHAT, Del' Wahrheitsbegriff bei Husserltmd Heidegger (Berlin: Walter de Gruyter & Co., 1970): 82.

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CUESTIONES EN 'fORNO AL NÓEMA 55

asimismo en los actos fundados. En el caso de una evaluación, por ejemplo, tiene lugar una doble intención o un doble dirigirse-a: por un lado al objeto en cuanto cosa (una objetivación); por el otro, al valor (III/1, 76). Por eso, puede Husserl generalizar el alcance de la atención y afirmar que: "En todo acto impera un modo del estar atento (Achtsamkeit). Dondequiera que el acto no es una conciencia de cosa simple, dondequiera que sobre ella se funda una conciencia que 'toma posición' acerca de la cosa, allí se separan la cosa y el objeto intencional completo (por ejemplo, 'cosa' y, 'valor') y del mismo modo el atender y el tener-en-la ·mirada ·del­espíritu" (III/1, 77). En el segundo tomo de las Ideas Husserl efectúa una precisión terminológica cuando distingue entre el captar (Erfa;sen) y el aprehender (Auffassen), donde el primero se refiere a la atención en modo actual y el segundo a la conciencia potencial. La aprehensión es caracterizada así como una derivación de la captación, de modo análogo a como un recuerdo es una forma derivada de la percepción (IV, 22-23). Y en ' virtud Q.e su importancia, Husserl reserva en Ideas 1 el término "acto" para designar las vivencias intencionales en el modo de la atención actual, esto es, de la conciencia "explícita" (III/1, 72). Cabe destacar que la diferenciación entre conciencia actual y conciencia inactual es la base para distinguir entre un primer plano atendido y un trasfondo a los que, desde el punto de vista noemático, corresponden correlativamente el objeto temático y el trasfondo objetivo no temático como conciencia de horizonte. Las mutaciones atencionales consisten precisamente en el tránsito de un modo de conciencia al otro (VIII, 145).

c.2.3Modos de orientación

·La orientación del sujeto con respecto al objeto, en el caso ele la percepción y sus fonnas derivadas, así como la perspectiva en que aparecen los escorzos, detertninan maneras de darse subjetivas que no caen dentro de las diferencias de plenitud o de claridad y que tienen sus respectivos correlatos noemáticos. Estas diferencias son propias de los actos intuitivos y, en el primer tomo de Ideas, sólo encontramos breves alusiones a ellas. Son mencionadas la orientación según arriba y abajo, izquierda o derecha, o según proximidad o lejanía (III/1, 350). Estas diferencias remiten a una dimen,sión de la constitución que hasta ahora no habíamos mencionado: el CUf?rpo propio, que funciona como centro de toda orientación. La orientación noética tiene como su correlato la aparición noemática (cf. III/1, 227). El ser espacial sólo puede aparecer en una cierta orientación, con la cual queda a la vez determinado un

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sistema de posibilidades para nuevas orientaciones o "maneras de aparición'' (Erscheinungsweisew en sentido noemático (III/1, 89).

A modo de conclusión de esta primera caracterización descriptiva del nóema y sus componentes esenciales presentamos el siguiente cuadro resumen:

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CUESTIONES EN TORNO AL NÓEMA 57

2. Controversias en torno al correlato noemático

a. Nóema como percepto (A. Gurwitsch)

b. GeneralizaCión del significado y nóema como concepto (D. Fellesdal)

c. Posiciones intermedias (D. Welton)

a. Nóema como percepto (A. Gurwitsch)

Aron Gurwitsch ha desarrollado una influyente interpretación del nóema husserliana que, en mayor o menor medida, aceptan autores como Eugen Fink, Rudolf Boehm, Ernst 'fugendhat, Dorion Cairns y Alfred Schütz10• Centra su atención en el nóema de la percepción y enlaza metodológicamente la epojé fenomenológica con el abandono de la tesis de la constancia de los datos de sensación por parte de la psicología de la for,;a Westaltpsychologie). A comienzos de la década del setenta, un grupo de investigadores provenientes de la filosofía analítica puso en tela de juicio la posición de Gurwitsch al interpretar el nóema en una dirección análoga a la del sen ti do tal como lo concibe Frege. El nóema es visto así como una entidad abstracta, intensional (i.e., del orden del lenguaje) y no perceptible.

Según Gurwitsch, aquello que hace posible comparar el proceder de la psicología de la forma con el de la fenomenología husserliana es el rechazo por parte de aquella de la llamada "hipótesis de la constancia", formulada · por William James, según la cual las sensaciones son funciones continuas . y no ambiguas de los estímulos correspondientes 11 • Admitir que hay una . relación constante entre el estímulo fisiológico y la respuesta psíquica presupone la concepción de un mundo objetivo de estímulos aceptado como base evidente, i.e., no discutida, y la validez de un principio de causalidad que garantiza dicho nexo. Cuando la psicología de la forma rechaza la hipótesis de la constancia, tiene en cuenta dos hechos centrales: l. que un mismo estímulo "objetivo" puede dar lugar a percepciones diferentes; 2.

w Cf. HummT DREYFW>, "Husscrl's Perccptual Noe~1a", en: HUIJER'f DREYFUH (Ed.), Husserl Intentionality and Cognitive Science (Cambridge, MA: M.I.T. Press, 1982), 98. 11 WILLIAM JAMES, Psychology, vol. I, 459 y s., citado por Aron Gurwitsch, ''Towards a Theory of Intentionality", Philosophy Emd Phenomenological Researcll, vol. 30 (1970), 359; citaremos este artículo como TTI; cf. también del mismo autor Tlw F'ield of CoJJsciousness (Pittsburgh: Duqucsne University Press, 197Q): 178 y ss. En las referencias subsiguientes, esta obra se citará como Field (aclaración del editor).

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que es preciso, por consiguiente, diferenciar el estímulo del objeto que aparece a través de él. Gurwitsch recuerda que este problema se ha originado históricamente con la concepción cartesiana de las ideas, según la cual los únicos objetos a los que el sujeto consciente accede son sus propios contenidos mentales. La conciencia se entiende aquí como un dominio cerrado de interioridad separado del mundo exterior, con Jo que queda planteada la cuestión de cómo los procesos subjetivos, las ideas, pueden vincularse con entidades no-subjetivas, es decir, extramentales. Como se sabe, el empirismo inglés, en particular Hume, resuelve esta cuestión negativamente. La constancia entre la supuesta "causa" de la sensación y ésta última reside únicamente en una ficción producida por la imaginación, que enlaza una impresión con las siguientes y brinda así la ilusión de una identidad del objeto frente a la multiplicidad de cogitationes. Es por ello que William James se ve obligado a postular la hipótesis de la constancia, a fin de salvar la identidad objetiva frente a la no-identidad de los estados mentales12.

Al rechazar la suposición de una constancia (causaD entre el estímulo y la sensación, la psicoldgía de la forma efectúa, de acuerdo con Gurwitsch, una suerte de "reducción fenomenológica incipiente11 w. Con ello evita el círculo en la argumentación que consiste en explicar la percepción con referencia a cosas objetivas y procesos físicos (no perceptibles), que a su vez se explican en términos perceptivos". La reducción suspende la inclusión naturalista de la conciencia en el mundo real y revela con ello que los actos tienen carácter prioritario, en virtud de que la conciencia constituye el medio de acceso a todo Jo que existe y es puesto como válido. Por esta razón, Gurwitsch considera que el "corte" de la continuidad entre estímulo y respuesta que efectúa la psicología de la forma es análogo al "corte" realizacjo por la epojé. Y se trata de una reducción "incipiente" porque la psicología de la forma no abandona con ella la tesis naturalista con respecto a la conciencia. Pero hasta donde alcanza la analogía entre ambos procedimientos, es posible trasponer Jos resultados del análisis gestáltico al ámbito fenomenológico 15 .

12 TTI, 359. 1:1 Cf. Field, 178 y ss.; también Aron Gurwitsch, Studies in Phcmomenology anc/ Psychology

(Evanston, Illinois: Northwestcrn University Press, 1966): 1<15: 193 y s, En adelante Studies (aclaración del Editor). H Cf. Field, 166. 1:' Ji'ield, 178 y s,

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CUESTIONES nN TORNO ALNÓEMA 59

a.l El nóema perceptivo

Gurwitsch sigue a Husserl al definir el nóema perceptivo como la cosa material percibida tal como se presenta a sí misma en un acto dado de percepción 16• Debe distinguirse, en todos los casos, entre el nóema como lo idéntico que aparece y la multiplicidad de Jos actos, que son procesos psicológicos que tienen lugar en un cierto momento del tiempo fenoménico 17 • Una multiplicidad de actos perceptivos corresponde así a un nóema idéntico. Ahora bien, hay que tener en cuenta que el nóema, por una parte, intenciona a la cosa material percibida desde un punto de '.jsta determinado, desde una orientación con respecto al sujeto que percibe, i.e., según un cierto aspecto; y que, por otra parte, en virtud de esta unilateralidad, implica referencias a otros aspectos que pueden aparecer pero que no están presentes en un acto dado, esto es, remite al horizonte de escorzos posibles del mismo objeto. Por esta razón, y en consonancia con Ideas I, Gurwitsch precisa que el nóema no debe ser interpretado como componente real-efectivo del acto. El error de Hume ha consistido precisamente en la identificación del objeto, que es trascendente, con el dato de sensación, que es un componente inmanente al acto de conciencia. Además, el nóema perceptivo no debe confundirse con la cosa misma percibida, es decir, ella no debe ser identificada con un escorzo aislado en particular. La cosa puede poseer propiedades que no juegan ningún papel en la presentación unilateral de ella en una percepción dada. Se trata de dos niveles de multiplicidad con referencia al nóema, que conviene diferenciar: l. la multiplicidad de actos que corresponden a un mismo nóema; 2. la ~ultiplicidacl de noémata o escorzos en cuyo transcurso aparece la cosa idéntica 18

.

El nóema perceptivo es "lo percibido en cuanto tal", que debe tomarse tal y como aparece en la percepción. Husserl lo ha definido como sentido, esto es, como significado, y así interpreta Gurwitsch la expresión "sentido perceptivo" del § 88 de Ideas I (III/1, 203). El acto de aprehensión perceptivo tiene una función objetivan te, cuyo resultado es el sentido como unidad objetiva ideal en contraste con la multiplicidad real-efectiva del acto. La distinción entre el nóema y la multiplicidad de actos es paralela a la oposición entre el significado idéntico de la proposición lingüística y la pluralidad de actos de juzgar por medio de

tú Cf. ARON GunwiTSCII, "Perccptual Cohercncc as thc Foundation ofthc Judgcment and Predi­cation", tm: F. KERSmN y R. ZANgR, Plienomenology: Continuation and Criticism (Th(l H<tguo: Martinus Nijhoff, 1973), 71; abreviado PC. 17 Field, 173. ~~ PC, 58·59.

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60 Lurs R. RAnANAQUE

los cuales dicho significado es aprehendido. Si en éste último caso hablamos del nóema como concepto, el nóema ele la percepción puede ser designado como percepto (percept). Gurwitsch retoma en este punto la diferenciación entre el núcleo noemático, que puede permanecer in variado, y las maneras de darse cambiantes de dicho núcleo, indicando que, "para el nóema perceptivo, dicha invariante quiere decir la independencia del núcleo noemático central con respecto a la existencia de la cosa percibida"19.

El nóema perceptivo o percepto se muestra así como una entidad ideal, sin determinaciones espacio-temporales, exento de toda relación causal y que, por consiguiente, pertenece al dominio de los significados en sentido amplio, dentro del cual los significados-lingüísticos forman un dominio

' especial, más restringido20• Así puede explicitar Gurwitsch los actos impletivos, puesto que, a pesar de las diferencias ele caracteres noemáticos entre ambos actos, sus núcleos centrales se presentan como idénticos en virtud de una estructura análoga en cuanto a su idealidad. Gurwitsch agrega que esta idealidad o irrealidad del nóema se manifiesta, en primer lugar, en su intemporalidad, es decir, en una cierta independencia con respecto a los actos que lo actualizan21 •

a.2 El sistema de noématay el problema de la identidad objetiva

Desde el punto ele vista noético, el proceso perceptivo se desarrolla en fases sucesivas a las que corresponde, correlativamente, una pluralidad de nóemata ·o escorzos- en virtud de los cuales se constituye una cosa

· como unidad idéntica. Los dos niveles de multiplicidad que mencionamos más arriba constituyen sendos niveles de identidad: a) el nóema pleno frente a la multiplicidad noética; b) la cosa idéntica frente a la multiplicidad de noémata2

". El primer nivel de identidad es empleado como punto de partida para definir la intencionalidad en general, como COlTelación noético­noemática: el nóema es una entidad irreal o ideal, en contraste con el objeto real antes de la reducción y con los actos que lo intencionan. Este carácter ele irrealidad, que comparte con los significados lingüísticos, reside, como observamos hace un momento, en su intemporalidad: "En el caso de la duración ele un acto de conciencia, la atemporalidad del nóema significa que éste no es afectado por la transformación que sufre el acto cuando pasa ele la fase del 'ahora efectivo' a la fase retencional... y luego retrocede

w Píold, 180. ~" Cf. Studios, 55. ~ 1 Sttidios, 133. 2~ PC, 70·71.

CUESTWNES EN 1'0HNO AL NÓEMA 61

'.i. progresivamente hacia un pasado más remoto ... "23 . En conexión con esta f,) ·:.Gtiéstión, vuelve a examinar Gurwitsch la posición de Hume. Frente a la · ·.!;fiCción de la imaginación" humeana muestra, -a lo que no referiremos en

.detalle aquí- que la multiplicidad es condición necesaria para la identidad; ·ello, temporalidad e identidad no se oponen, sino que se relacionan

'·' 0·'·~-·.t..-~ sí como los términos de una correlación24 .

Como consecuencia de estos análisis críticos, Gurwitsch procura ' ~stablecer qué es lo que funda efectivamente la conciencia de la ' idimtidad de la cosa frente a los múltiples noémata perceptivos, cuestión qué ~señala- debe ser extendida también a las propiedades de la cosa. ·Lós noémata se diferencian, de acuerdo con H usser!, por su sentido y también por las diversas maneras de darse, y se refieren a una y la misma cosa en virtud de la X vacía contenida en cada uno de esos sentidos. En el curso del proceso sintético de la percepción, las X concuerdan entre sí. Como ha observado Husserl, la unidad del sistema de' noémata no está dada por la mera suma o agregado de sus partes (~f. III/1, 301), sino que es función del polo-sustrato o sujeto de las

r propiedades. Ahora bien, Gurwitsch sostiene que hay conciencia de la .' identidad objetiva en los actos, pero de ello no se sigue necesariamente

. 1 que deba estar fundada en un elemento idéntico común a todos los ' nóemas que se refieren a esa cosa. Si todas las determinaciones son proporcionadas por los elementos constitutivos del sentido y todas las anticipaciones que constituyen el horizonte abierto del objeto son motivadas por ellos, entonces, no es necesario suponer un momento unificador o X vacía más allá de los sentidos mismos. Gurwitsch juzga que el portador ele los predicados no corresponde a ningún fenómeno en la percepción reducida, sino que se trata de una construcción teórica postulada por la reflexión". Y se remite a la noción de "contextura

: figura!'' (Gestalt-contexture) de la psicología de la forma para explicitar 'la identidad del objeto sin recurso a la inclusión de los predicados en r un sustrato.

Las determinaciones con las que es intencionado un objeto se organizan en un sistema coherente de manera tal que su resultado es una determinada figura o estructura (Gestalt). En una configuración de este tipo, los elementos que la componen poseen una unidad interna, es decir, cada uno de ellos "está fenoménicamente definido y es lo que es por el papel que cumple y la función que desempeña dentro de la contextura

21 'ITI, 365. 2~ Studies, 137. :IJj PC, 71.

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62 LUIS R. RAI3ANAQUE

como un todo, esto es, en referencia a los demás c?~ponentes"26., Cada determinación cobra sentido únicamente en funcwn .de las ~e~as. ~n lado de un cuadrado dibujado que estoy percibiendo adqmer; la s1gnificac1~n como lado de dicha figura en relación con los demas lados. ~ena perfectamente posible por otra parte, observar un lado del cuadrado dejando inatendidos los otro~ tres, con lo cual obtendríamos la figura "línea" Y perderíamos, por así decirlo, la figura "cuadrado". En suma, lo que procura comprobar Gurwitsch es el hecho de que las partes que. componen un fenómeno perceptivo no son independientes entre sí, sino que constituyen un todo unitario, una figura. Dicha figura se presenta siempre como una estructura coherente destacada de un trasfondo que no es temático, de un fondo inatendido. Las partes componentes de una contextura figura! son lo que son sólo en la medida que ocupan un lugar determinado dentro del todo, es decir, poseen una "significación funcional" dentro de dicha estructura, fuera de la cual pierden el carácter de parte de ese todo27

. Esta mutua determinación y condicionamiento de las partes unas respecto de las otras se denomina "coherencia figurar' (Gestalt-coherence)28

• Gurwitsch señala que la configuración perceptiva más simple es la de una figura contra un fondo e ilustra el concepto de función con referencia a la figura de Rubin que presenta alternativamente un jarrón blanco y dos rostros negros de perfil enfrentados".

Gurwitsch sostiene, en resumen, que no se requiere de ningún agente unificador más allá y por encima de las partes mismas de una percepción, esto es, que los constituyentes mismos poseen en cada caso una unidad interna y ello debido a su interdependencia e indeterminación'JO. Si trasladamos ahora estos conceptos a términos husserlianos, encontramos que el objeto percibido "no es otra cosa que

! el sistema internoemático mismo, es decir, el sistema de las múltiples 1 presentaciones en escorzo y de las propiedades y cualidades exhibidas en dichas presentaciones":H. En consecuencia, la explicación de Husserl de l.a experiencia perceptiva en términos de inclusión en un sustrato debe ser reemplazada por una explicación en términos de coherencia figura!". La conciencia de la identidad del objeto percibido es la conciencia de la identidad del sistema internoemático mismo. Gurwitsch agrega:

"' PC, 73-74. ~ 7 Cf. Field, 114 y s. ~n Field, 134. ·.w Field, 118. '10 Field, 139. :u Cf. PC, 75. "~ PC, 76; cf. Ji'ielcl, 216; 29tl y ss.

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CUESTIONES EN TORNO AL NÓEMA 63

La diferencia entre un nóema perceptivo particular y la cosa a la que el nóema se refiere prueba ser la que hay entre un miembro del sistema y el sistema mismo que como un todo está presente en cada uno de sus miembros, en cada presentación unilateral en escorzos, en cada propiedad exhibida.( ... ) la cosa misma ... <es> el sistema internoemático como un todo que se presenta desde los variables puntos de vista privilegiados de sus múltiples miembros (PC, 76).

a.3 Observaciones crítiCas

Se podrían señalar, esquemáticamente, las siguientes objeciones a la posición de Gurwitsch:

l. Si la identidad objetiva depende sólo de la coherencia internoemática, entonces se niega el papel de la conciencia de horizonte;

2. Dicha coherencia niega también la función de la X vacía en el nóema, pero con ello pone en cuestión la idealidad del correlato.

La identidad del objeto no puede provenir meramente de la coherencia figura! entre los noémata, porque de este modo se niega la diferencia irreductible entre la conciencia de objeto y la conciencia de horizonte. La conciencia de identidad tiene su objeto, como todo acto intencional, y este objeto es precisamente el elemento idéntico= X, que emerge de la continua convergencia efectuada por la síntesis entre dichas fases. Si bien un conjunto de noémata coinciden en la presentación de un mismo objeto, éste es intencionado en cada caso por un miembro del sistema. Los restantes noémata caen dentro de la conciencia de horizonte y fuera de la conciencia de objeto de la que depende la identificación'13 • Sólo hay una trascendencia del objeto cuando existe una diferencia entre algo idéntico y los escorzos múltiples en los que se presenta, de manera que la cosa misma es siempre más que el sistema de sus escorzos. Cuando esto no ocurre, cuando

i desaparece la distinción entre lo presente y lo mentado en el modo del

1 horizonte, el objeto sólo puede ser inmanente"1 Tampoco cabría argumentar que el objeto es la totalidad de los noémata en el sentido de su continuidad, esto es, como el todo continuo de las apariciones que abarcaría tanto lo efectivamente percibido en una fase dada como los horizontes de remisión

:t! Cf. RmmitTO W AI.TON, "Conciencia de horizonte y legitimación racional", Revista. Venezola.m1 de Filosofía 20, 1985, 108. 31 Cf. Romm'J' Smwwwsm, "Identity in Manifolds:A Husserlian Pattem ofThought", Resoarch in Plwnomenology (1974), 76.

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64 LmsR. RAnANAQUE

correspondientes. Esto quiere decir, por lo demás, que la relación entre el objeto idéntico y los escorzos no es, como interpreta Gurwitsch, una relación entre un todo y sus partes, sino una relación entre una unidad y una multiplicidad de maneras como se presenta dicha unidad. Y la unidad · que permanece idéntica en el curso de los escorzas~ es precisamente la X vacía que describe Husserl en Ideas I.

b. Generalización del significado y nóema como concepto (D. F0llesdal)

Mientras que la concepción de Gurwitsch en torno al nóema parte de motivos husserlianos pero desemboca en una disolución del sentido e'n el sistema internoemático, la interpretación analítica comete el error inverso, transfonnando el nóema en una entidad conceptual, asimilada de un modo excesivamente estrecho a la noción fregeana de sentido (Sinn). Dicha interpretación tiene su punto de partida en un artículo de Dagfinn Fellesdal publicado en 1969, y ha sido desarrollada con mayor amplitud por sus discípulos Ronald Mcintyre, David Woodruff Smith y Izchak Miller, entre otros35 • La tesis central que sostienen estos autores y que derivan de los escritos husserlianos, en particular de Ideas I, es la siguiente: el nóema es una entidad intensional, un sentido fregeano, abstracto, no percibido por los sentidos y que resulta de la generalización de la noción de significado lingüístico a todos 1os actos, donde el significado es entendido en el sentido de las Investigaciones lógicas.

En su artículo "Husserl's Notion ofthe Noema", presenta F0llesdal su int:rpr;tación a la luz de la noción de sentido según Gottlob Frege, artrculandola en doce tesis. Siguiendo una clasificación que efectúa Lenore Langsdorfl6 podemos separarlas en cinco grupos:

Grupal

l. El nóema es una entidad intensional, una generalización de la noción de significado (Sinn, Bedeutung).

;¡~ Cf. DMU'JNN FOLI,E~DAL, "Husserl's Notion of the Noema", Tlie Journal of Philosopl1y 66 (1969): 680-687; reimpreso en: Huhert L. Dreyfus y HalTison Hall (Eds.), Husserl. lutentíon­ality & Cognítive ScieJJca (Cambridge, MA: M.I.T. Press, 1982): 73-80; y "Nocma and Meaning in Husserl", Philosophy and Plwnomenological Rasea1·ch, Supplemcnt (1990): 263-271. El nuevo artículo es en esencia una reiteración del trabajo odginal. :m Cf. LENOJU~ Lt.Nosoom·, "Thc Noema as Intentional Entity: A Critique of Fellesdal", The Review of Meta.physics 148 Ü984): 757-784.

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CUESTIONES EN TORNO AL NÓEMA 65

2. Un nóema Úene dos componentes: (1) uno que es común a todos los actos que tienen el mismo objeto, con exactamente las mismas propiedades, orientado de las misma manera, etc., independientemente del carácter "tético" del acto, esto es, de si es percepción, recuerdo, imaginación, etc., y (2) uno que es diferente en actos con diferentes caracteres téticos.

3. El Sinn noemático es.aquello en virtud de lo cual la conciencia se refiere al objeto.

Grupo U

4. El nóema de un acto no es el objeto del acto (es decir, el objeto hacia el cual se dirige el acto).

5. A uno y el mismo nóema corresponde sólo un objeto.

6. A uno y el mismo objeto pueden córresponder varios noémata diferentes.

7. Cada acto tiene sólo un nóema.

Grupo!II

8. Los noémata son entidades abstractas.

9. Los noémata no son percibidos por los sentidos.

·Grupo IV

10. Los noémata se conocen por medio de una reflexión especial, la reflexión fenomenológica.

11. La reflexión fenomenológica puede ser reiterada.

Grupo V

12. Este sistema (pattern) de determinaciones, junto con las Gegebenheits weise, es el nóema.

El Grupo I brinda una caracterización general de la composición, naturaleza y función del nóema y se completa con el grupo V. El segundo grupo se centra en la relación con el objeto; la tesis 7 añade la referencia al acto. El grupo III establece el carácter abstracto del correlato como consecuencia de la tesis l. Por fin, el grupo V explicita el modo como se captan los noémata. En este trabajo pondremos énfasis en los grupos I, III y V, que atañen directamente a la cuestión de la naturaleza del nóema y haremos sólo alusiones ocasionales ~los otrós dos grupos.

F01lesdal retoma la caracterización general de la intencionalidad como "conciencia de algo", indicando que dicha expresión, tal como se presenta

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66 LUIS R. RAllANAQUl~

en Brentano, conduce a serias dificultades. Por una parte, cuando se examinan los casos de alucinaciones o de imaginaciones, encontramos que el objeto, si bien no existe en la realidad, está empero contenido "intencionalmente" en el acto. Pero por otra parte, al estudiar los casos de percepción normal, la concepción de Brentano nos obliga a sostener la existencia de ese objeto intencional, que sería el mismo objeto imaginado. Cuando percibimos un árbol, lo que vemos no es el árbol delante de nosotros sino esa entidad intencional que también tenemos cuando lo imaginamos. La ventaja de la solución de Husserl reside en sostener que, aunque todo acto tiene una dirección objetiva, esto no implica que haya siempre un objeto (real) al cual esté dirigido. De este modo, afirma Fellesdal que, de acuerdo con Husserl, "hay asociado con cada acto un nóema, en virtud del cual el acto se dirige el objeto, si es que tiene alguno. Cuando pensamos en un centauro, nuestro acto de pensar tiene un nóema, pero no tiene objeto; no existe ningún objeto acerca del cual pensamos ... Estar dirigido es simplemente tener un nóema"37

.

La primera tesis es, según Fellesdal, la principal. En ella se presentan dos aspectos a distinguir. Por un lado, la afirmación según la cual el nóema es una entidad intensional. Su consecuencia fundamental es que se trata de una entidad abstracta, que no es percibida por los sentidos. Por otro lado, dicha concepción es el resultado de una generalización de la noción ele significado lingüístico a la esfera de todos los actos intencionales que ha efectuado el propio Husserl. Fellesdal se apoya en dos pasajes para fundamentarla, tomados de Ideas I e Ideas III, respectivamente.

b.l Nóema como entidad abstracta no percibida

En su tesis 8, F0llesdal sostiene que los noémata son "entidades abstractas". La noción parece tener dos sentidos para este autor. l. El nóema es abstracto en cuanto que no tiene realidad efectiva. Para justificar esto recurre al pasaje de Ideas I en el que Husserl afirma que el árbol de la naturaleza puede quemarse, disolverse en sus elementos químicos, etc., mientras que el sentido de la percepción no posee elementos químicos ni fuerzas, etc. (III/1, 205). Y lo complementa con un fragmento de un manuscrito en el que se lee que: "un sentido no tiene realidad, se relaciona con un intervalo temporal por medio del acto en el que tiene lug·ar, pero no tiene en sí mismo realidad, conexión individual alguna con

'~1 Follesdul, op. cit., 74.

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CUI~TIONES EN TOHNO AL NÓEMA 67

el tiempo y la duración"·". 2. El nóema es abstracto en cuanto que no se lo percibe a través de los sentidos corporales. La posición es fundamentada recurriendo al texto de Ideas I, donde Husserl indica que los objetos de percepción visual son experienciados únicamente por medio de perspectivas. Fellesdal concluye que, puesto que los noémata no se dan en perspectivas, no son visibles, ni tampoco son, presumiblemente, percibidos por los otros sentidos. De aquí emergen dos características que precisan la noción de "abstracto" para este autor: la irrealidad o atemporalidad y la no-perceptibilidad. Se impone en relación con ello responder dos cuestiones: l. si esta noción de "abstracto" es compatible con la concepción de Husserl; y 2. si las dos notas que la definen pueden aplicarse al nóema.

l. El concepto de "abstracto" se presenta, para Husserl, en el contexto de la lógica de los todos y las partes (III. Investigación lógica). Recordemos brevemente que una parte no-independiente de un todo dado, o sea, aquella que no puede ser concebida separadamente de otra, es denominada ''parte abstracta" y también "momento". Este último término es en general preferido por Husserl en las Ideas I. Aplicado al nóema, el concepto de momento puede indicar las siguientes relaciones:

a. en cuanto correlato de la nóesis el nóema es inseparable de ella. En este sentido son ambos momentos abstractos de la intencionalidacl;

b. todo nóema es inseparable del sistema de noémata del cual es una parte; expresado de otro modo, todo nóema remite a un horizonte de menciones posibles del mismo objeto dentro del cual cada miembro es abstracto;

c. el polo objetivo ele la intención, el polo-sustrato de propiedades, es decir, la X vacía, es caracterizado como "momento supremamente íntimo del nóema" (III/1, 299). Por otra parte, "el objeto espacial es ... inseparable de la síntesis intencional de sus apariciones" (IX, 175). Podemos comprobar inmediatamente que ninguno de los sentidos en : los que Husserl e1nplea el término "abstracto" cOrresponde al concepto de Follesdal.

2. Analizaremos por separado las dos notas que lo caracterizan, es decir, la irrealidad o atemporalidad y la no-perspectividad.

a. La atemporalidad no es aplicable al nóama completo, como sugiere Follesdal, sino únicamente al punto central del sentido, es decir, a la X vacíá'. Nuevamente es pasada por alto la distinción entre el sentido y las

:m Cf. l"ollcsdal, op. cit., 17.

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68 Lms R. RABANAQUE

maneras de darse que el propio F0llesdal reconoce en su tesis número 2. Recordemos, una vez más, la diferencia irreductible entre el objeto mismo y el objeto en el "cómo", ya sea el cómo de sus determinaciones o el cómo de las variables maneras de darse de dichas propiedades. Esta variabilidad

, implica una cierta dependencia necesaria con respecto al tiempo. Queda claro entonces que el nóema completo no puede sin más ser caracterizado como atemporal, sino a lo sumo el sentido noemático y aún dentro de él solamente la X determinable en cuanto polo objetivo. Es importante hacer notar que la atemporalidad del núcleo noemático no equivale a la intemporalidad con la que F0llesdal caracteriza los sentidos fregeanos. De nuevo es fundamental tener en cuenta aquí la actividad sintética de la conciencia. El objeto es lo ideal de la II!epción en cuanto que permanece idéntico en la serie sucesiva de intenciones que entran en síntesis de coincidencia y en virtud de ello exhiben una cierta independencia con respecto al transcurso temporal de dichos actos. Para Frege, los sentidos pertenecen a las expresiones mismas; la conciencia solamente los capta, los extrae de la proposición lingüística. Para Husserl, en cambio, la nota de intemporalidad o trascendencia contiene siempre una referencia al tiempo, esto es, al tiempo inmanente de la conciencia en la que se operan las síntesis objetivas.

b. La característica de no-perceptibilidad (o no-perspectividad) de los· noémata está estrechamente ligada con la tesis número 10. El hecho de que el nóema no sea percibido por medio de los sentidos, en virtud de no darse en perspectivas, quiere decir que la manera de captarlo es a través de la reflexión. Esta afirmación de F0llesdal es completamente correcta, en la medida que las estructuras noemáticas son conscientes por intermedio de los actos reflexivos que conforman el modo de acceso a ellas. Pero es importante tener en cuenta que este autor ha confundido la reflexión trascendental con la lingüística. La reflexión genera nuevos fenómenos; esto no quiere decir, sin embargo, que dichos fenómenos sean determinaciones de la reflexión misma. Husserl dedica un parágrafo de Ideas I a esta cuestión (III/1, 205). Las estructuras que son puestas de relieve o explicitadas por la reflexión preexisten a dicha efectuación. La reflexión explicita lo que antes ya estaba implicito, tema tiza las estructuras de la intencionalidad que están de antemano contenidas en las vivencias analizadas. En resumen, el hecho de que el nóema no sea percibido por los sentidos, como las cosas espaciales, no implica de ninguna manera que su sentido propio no pueda ser descrito en términos perceptivos. En particular lo son las dimensiones que corresponden a la perspectividad. La caracterización de F0llesdal parece ser sólo aplicable al sentido en su uso restringido como polo sustrato de propiedades y en referencia a las

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CUESTIONC.S EN 'l'OUNO AL NÓEMA 69

propiedades mismas. Queda por aclarar, sin embargo, hasta qué punto esta "forma abstracta" inmanente al nóema (III/1, 304) puede todavía considerarse como un significado lingüístico, como se declara en la tesis número l.

b.2 La generalización a partir del significado

F0llesdal fundamenta su tesis número 1 en un texto del propio Husserl. La afrrmacióri husserliana sobre la generalización se presenta en el marco de una diferen.ciación entre nóema y esencia. Husserl argumenta que, aun cuando en ambos casos hay de por medio un cambio de actitud (Einstellung), la intuición de un correlato noemático no nos coloca eo ipso frente a una esencia. E ilustra la cuestión ampliando la afirmación al campo del significado. Así como aquello que es significado (das Bedeutete) es distinto del significado, también la esencia de lo significado es distinta del significado. No existe, por ejemplo, la esencia "cuadrado redondo"; sin embargo, para poder formular este juicio

1 es necesario que exista como

significado (V, 85). Es preciso diferenciar entre la actitud fenomenológica, en la cual captamos los correlatos, y la ontológica, en la que aprehendemos esencias. En la primera, los objetos está entre paréntesis, en la segunda, los captamos "pura y simplemente" (schlechthinJ N, 88). Y todas estas diferenciaciones son generalizaciones ele la diferencia simple, según la cual:

poner (setzen) significados y poner objetos son dos cosas distintas: el nóema en general no es otra cosa que la generalización de la idea de significado al ámbito total de los actos (V, 89).

Mary-Jeanne Larrabee ha sugerido una distinción que puede resultar útil para comprender esta afirmación. La generalización de la que habla Husserl no debe entenderse en un sentido lógico estricto, es decir, como generalización "de" (of), sino como generalización "a partir de" (from). La primera tiene lugar cuando se reconoce que una noción sólo se aplica con propiedad a un grupo determinado de individuos sino que también es extensible a otros grupos de individuos que también la satisfacen. Este es el paso que da la interpretación analítica cuando sostiene que la noción de significado se puede extender a todo tipo de nóema, incluyendo aquellos , correlatos que, como el perceptivo, no suponen esencialmente actividades lingüísticas. Por el contrario, una generalización "a partir de" indica una operación en la que se toman ciertos elementos de una noción y se los aplica a algo que puede ser diferente de ella en otros aspectos. Este tipo de generalización es lógicamente más débil que el primero, puesto que solo

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70 LUIS R. RABANAQUJ~

selecciona algunos elementos comunes a diversos tipos de experiencia sin sostener una identidad en las restantes dimensiones39

.

Por su parte, Mcintyre y Smith, dos discípulos de F0llesdal, procuran buscar una fundamentación adicional para la tesis de la generalización. Se podría decir que mantienen una versión más fuerte de dicha tesis en la medida que afirman: l. que el nóema completo es expresable lingüísticamente, y no solo el sentido; 2. que, en consecuencia, el nóema de un acto es el significado o la proposición expresada por el enunciado lingüístico apropiadamente construido que describe dicho acto40

. Estos autores argumentan, por una parte, que el sentido husserliana es una generalización "de" la noción de significado y, por otra, que la expresabilidad del sentido se extiende en principio a todo el correlato". El nóema completo, concluyen, es una proposición (Satz), esto es, una entidad intensional muy semejante a la proposición expresada por el enunciado lingüístico, e incluye un sentido noemático y una tesis que lo cualifica. Esto permite someter a los noémata al análisis semántico tal como se lo entiende en la tradición analítica. La fenomenología tal como la concibió Husserl, opinan estos autores, y la filosofa analítica basada en Frege se convierten en caras de la misma moneda.

Con relación a lo expuesto, es preciso realizar algunas observaciones. En primer lugar, Husserl sostiene, según mencionamos más arriba, que la totalidad del correlato no es expresable sin más en términos lingüísticos. Mclntyre y Smith reconocen en cierto momento que "sin una modificación ulterior nuestra caracterización de los noémata no puede dar cuenta de la 'impleción' evidente". Pero en el mismo pasaje insisten en que este problema es "una complicación innecesaria para nuestra afirmación fundamental que los noémata son intensiones"·lZ. Husserl sostiene, por otra parte, que la proposición no agota la totalidad del correlato. Bástenos recordar sumariamente que, de acuerdo con el texto de Ideas r: a. el Satz es la unidad entre el sentido y la tesis (III/1, 241); h. Husserl incorpora bajo el título de sentido impletivo el momento de la plenitud intuitiva al correlato; c. esta noción no equivale todavía al nóema completo en virtud de las dimensiones que corresponden a las modificaciones atencionales o a las perspectivas (cf. III/1, 211-215). En particular, cuando se desciende a las profundidades últimas de la conciencia

an MAHY-JEt\NNr~ LARHABm~. "The Noema in Husserl's Phenomenology'', Husserl Studies 3 (1986), 212 . . ¡u D.W. 8?-.HTII Y R. MclN1'YitE, "Intentionality via lntensions", Tho Journal of Philosoplly, Vol. LXV!ll, N' 18 (197Ü, 546 y s. '11 Ibídem, op. cit., 548. "~ Sl\UTH Y MdN'I'YRJ·:, op. cit., 547, nota 10.

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CUESTIONES EN TORNO AL NÓEMA 71

en el análisis fenomenológico, se reconoce que los conceptos de los que disponemos son inadecuados (X, 75).

c. Posiciones intermedias (D. Welton)

Varios autores, entre ellos D. Welton y H. Dreyfus, han señalado que la adaptación del sentido fregeano al nóema puede estar justificada en el ámbito de la fenomenología estática. Según el primero, el sentido noemático es caracterizado siguiendo el hilo conductor del significado en las InvestigaCiones lógicas. Hemos visto ya que el sentido perceptivo surge de la coincidencia entre el acto significativo vacío y su impleción intuitiva'

1a. De esta manera lo intencionado de modo vacío como mero

significado es dado luego en la percepción de manera intuitiva y, a partir de esta coincidencia o concordancia, el objeto puede ser descrito mediante la estructura del nóema, que se origina en el ámbito del significado mismo. Welton reconoce, sin embargo, la distinción que efectúa Husserl entre sentido y significado; puesto que el primero es un momento esencial de todos los actos, mientras que el segundo tiene una aplicación restringida a la esfera del lenguaje. Pero sostiene que, en virtud de la posibilidad de expresar cualquier sentido por medio del lenguaje, existe una estrecha simetría entre ambos conceptos que los vuelve intercambiables44 .

Podríamos agregar que la concepción de los actos y sus contenidos durante la fenomenología estática tiene su punto de partida en el significado·debido a que es en el contexto del lenguaje cuando Husserl descubre por primera vez el carácter activo de la intencionalidad como donación de sentido. Como ya hemos mencionado, esto tiene lugar en el artículo de 1894. La donación de sentido se asocia estrechamente con el significado, y la percepción se describe, en las Investigaciones lógicas de un modo casi subsidiario, en términos del marco lingüístico, como impleción de la intención significativa vacía. Dreyfus ha señalado, por su parte, que el problema de la fenomenología estática ·que permite a su vez fundamentar la interpretación fregeana- es que ese punto de partida en el lenguaje presupone una separación tajante entre el sentido y su Ünpleción. Como consecuencia de ello se obtiene una explicitación de la manera como la conciencia mienta el objeto pero no de la interacción "corporal" con el objeto al percibirlo.

.n Cf. DONN WBLTON, Thc Origins of Mcm1ing (The Hague: Martinus Nijhoff, 1983): 124. -~~ Cf. H. Dnr.;n-us, op. ,cit., 108.

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72 LUIS R RABANAQUE

1 Welton reconoce también que Husserl ha vislumbrado estos problemas

ya en las Ideas I y cita un pasaje en el que se afirma que "el nivel del significar no es, y en principio no puede ser, una suerte de reduplicación del estrato inferior (i.e., del estrato del sentido)".Así, las modificaciones atencionales y los grados relativos de claridad y distinción no son susceptibles de expresión adecuada." En conclusión, afirma Welton, ya en la fenomenología estática encontramos que el sentido y el significado son divergentes. Hay, por así decirlo, una contracorriente que avanza por debajo de la corriente principal, visible, y es "el colapso de la simetría entre sentido y significado lo que inicia el análisis genético" (cf. III/1, 291)45 .

J. N. Mohanty ha expresado una idea semejante al afirmar que puede trazarse una conexión entre el sentido fregeano y el nóema en cierto modo inversa a la efectuada por F0llesdal. Mohanty sugiere una lectura husserliana de Frege en lugar de la lectura fregeana de Husserl, en la medida que es posible asimilar el sentido al nóema y no viceversa. Este autor aduce que: l. el nóema de un acto hace posible la referencia, como el sentido fregeano; 2. es.te sentido pertenece a los signos lingüísticos y no a los actos, debido a lo cual no es posible, en términos fregeanos, una noción de intencionalidad como la de Husserl; 3. como resultado, su concepto de sentido fluctúa entre el significado lingüístico, una entidad atemporal y un contenido cognitivo (contenido de un acto), en una tensión inestable que no puede resolverse dentro del marco del análisis del lenguaje. Sólo la caracterización que proporciona Husserl del sentido noe1nático como momento estructural de los actos hace posible, según Mohanty, encontrar una solución satisfactoria a dicha tensión46. Finalmente, este autor admite, en oposición a la interpretación analítica, que no todos los noémata pueden ser tratados como entidades conceptuales. La excepción más clara es el nóema '.\;de la percepción que solamente es "i1nplícitamente" conceptual, es decir, que puede ser elevado al nivel del significado aún cuando no es en sí mismo completamente expresable en dicho estrato47•

·~ Cf. D. WEr.TON, op. cit., 292. •11' Cf. J. N. MOHAN'JY, The Possibility ofTrm15C(mdental Phenomcnology (Dordrecht: Martinus Nijhoff, 1985), 19. -ll J. N. MOIIA'NTY, op. cit., 18.

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CUESTIONES EN TORNO AL NÓEMA 73

3. El nóema en la fenomenología genética

a. Génesis r: habitualidad y sedimentación de sentido b. Génesis n: temporalidad, asociación y cinestesia c. Estratos de constitnción y grados de idealidad noemática

La expresión "génesis" se refiere, en primer lugar, a la génesis tras~ cendental del ego. Frente al yo como polo vacío de vivencias, el análisis genético estudia el yo como sustrato en el que precipitan sus experien­cias. Investiga así las figuras eidéticas de la "historia" del ego, es decir, los estratos temporales de su constitución. Correlativamente, recims­truye la historia de la sedimentación de los sentidos noemáticos. Dicha génesis puede ser activa, cuando se trata de nóesis objetivantes en sen~ tido estricto, o pasiva, cuando se trata de la constitución previa a· la intervención activa del yo. Ahora bien, en la estructura temporal del yó se advierten dos dimensiones: una transversal y otra longitudinal. La dimensión transversal es la de la constitución en el presente viviente, "en cada instante del curso de la vida de la conciencia"; el plano longitudinal es el de la constitución histórica del sentido, es decir, la reconstrucción de la secuencia de figuras eidéticas para la constitución plena de los sentidos. Podemos llamar Génesis I a la dimensión longitudinal, en la que se constituyen las habitualidades y, correlativa­mente, las sedimentaciones de sentido en tipos empíricos; y Génesis II al plano transversal, donde entran en juego la forma universal del tiem­po, la síntesis material de la asociación de datos hyléticos y la cinestesia que hace posible la integración de las configuraciones hyléticas en ~~~qr:t;OE? o_nQmp~t!;l momentáneos. La cinestesia tiende a su vez el puente entre pasividad y actividad.

a. Génesis r: habitualidad y sedimentación de sentido

a.l Pasividad originaria y habitualidad

En las Meditaciones cartesianas, Husserl observa que el ámbito de la pasividad funciona de dos maneras complementarias: por un lado está dado previamente al comienzo de la captación activa por parte del yo (en este sentido es una predonación); pm¡otro lado, las síntesis pasivas que proporcionan la materia de las efectuaciones activas, siguen en marcha durante dichas efectuaciones (I, 112). De esta manera, la esfera de las síntesis pasivas, es, en parte, "anterior a toda actividad, en pai-te es una

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formación de síntesis siempre nuevas que abarca a su vez a toda activi~ dad; una génesis pasiva de las múltiples apercepciones en cuanto cons·

, trucciones (Gebilde) persistentes en una habitualidad propia, que para el : yo parecen predonaciones ya formadas cuando se vuelven actuales, afee­', tan y motivan actividades" (I, 113). Al mismo tiempo, dichas formaciones objetivas nos remiten a una institución originaria ( UrstiftuniJ de su sen· tido devenido habitual (ibídem). El hecho de que en una percepción dada reconozcamos un objeto como perteneciente a un determinado tipo ya co­nocido depende esencialmente de esta dimensión habitual de la pasividad que acompaña a la actividad del percibir''·

Ello ocurre porque "toda evidencia me lega una posesión duradera", en virtud de la cual puedo retornar siempre de nuevo bajo la forma de "res­tauraciones" de aquella evidencia originaria. Se trata del "yo puedo siem· prede nuevo" (I, 95). Sin estas posibilidades abiertas el mundo, sea real o ideal, no podría ser para nosotros estable y permanente (I, 96). Así llega Husserl a la caracterización del yo como polo o sustrato de habitualidadeS'

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Si el yo, por ejemplo, en un acto de juicio, se "deciden por un ser y un ser­así, el acto fugaz pasa, desaparece del presente, pero permanece en el yo la convicción correspondiente como algo habitualmente propio (I, 100/ 10Ü, donde el habitus que permanece, del lado noético, remite a la Ha be como su correlato del lado noemático de la conciencia 50. La habitualidad, que pertenece a la herencia personal del yo, no consiste en la mera con­servación en la retención de lo ya vivido, sino que implica una perdura­

ción de la tesis que intervino en la mención.

Hay presentes aquí dos procesos o dos etapas. Por un lado, el hundi· miento progresivo del presente protoimpresional en el trasfondo, posi­bilitado por la retención, es decir, lo que podemos denominar el proceso de sedimentación. Por el otro, la reactivación propiamente dicha de esta intención conservada en el trasfondo. En términos estrictos, sólo ésta última recibe el nombre de habitualidad.

·IX Husserl llama a esta dimensión también pasividad secundaria (IV, 12) y la ha tenido en cuenta tempranamente; en una adición de 1914 a Ideas I, distingue dos tipos de conciencia de trasfondo: una conciencia de trasfondo originaria, cuyos objetos no han sido todavía aprehendidos en primer plano, y una conciencia de trasfondo que consiste en t\n primer plano hundido en la

oscuridad (IIIJ2, 605). .¡!) Cf. Kt.t.Ufl HEl.D, I~ebendige Gegen.¡.val't (Den Haag: Martinus Nijhoff, 1966), 88. ''" Cf. W. BtmoMANN Y G.· HOFFMANN, Habitualitiit als Potentiulitat: Zur Konkretisierung des

Ich bei Husserl", HnssarJ Studies 1, N" 3 (1984), 289.

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a.2 El proceso de sedimentación

Husserl advierte que la transformación retencional, en virtud de la cual el presente protoimpresional se hunde continuamente en el fondo indiferenciado, no puede proseguir indefinidamente, debe terminar en un punto cero (Null), en un "horizonte cero de lo sedimentado" (D 14, 4). El paso de la retención en retención de la retención no puede ir al infinito porque tiene lugar en la esfera de lo viviente, de lo presente en actualidad momentánea. Así, "cada fase de la vivacidad finita que se convierte en fase cero se 'sedimenta', entra en el reservaría de lo sedimentado, mante­niéndose allí completamente sin cambios en sus componentes ya sedi­mentados" (ibídem). Ahora bien, la retención es un presupuesto o condi­ción necesaria pero no suficiente de la habitualidad. La habitualidad es una capacidad del yo, una potencialidad que proporciona un horizonte de aquello con lo que en general me puedo encontrar sobre la base de mi historia previa 51 . Husserl señala que "las múltiples adquisiciones de la vida activa anterior no son sedimentaciones muertas" (VI, 152). La habitualidad es una reactualización. En este sentido es análoga a la re­memoración: ambas presentan al yo su propio pasado, más precisamen­te, en ambas se da la doble estructura de retención y reactualización. Se diferencian nítidamente, sin embargo, en la medida que la habitualidad

·/implica una pervivencia de la validez de la tesis, que no es necesaria en el caso del mero recuerdo. Esta pervivencia o prolongación de la validez (I, 111), el seguir participando ( weiter Mitmachen) (IV, 117) de la convicción efectuada en el pasado que conservo en la reactualización, es la caracte­rística que define a la habitualidad en sentido estricto frente al recuer­do52. Esta misma cuestión es tratada en las Lecciones sobre lógica tras­cendental de los años veinte en su dimensión noemática. Husserl seña­la que al comenzar una percepción nos encontramos frente a un mero marco de sentido que en el progreso de la toma de conocimiento se convierte en una particularización articulada, con lo cual dicho sentido se vuelve una posesión disponible en todo momento, implecionable en una rememoración con el carácter de un re-conocimiento (Wiedererkennell! (XI, 10). Se forma de este modo una "adquisición de tradición interna" del sentido, que es además susceptible de ser evoca­da mediante la asociación por semejanza cuando se presenta una sew gunda cosa en el campo de percepción que coincide con la primera en cuanto a lo efectivamente1percibido. Tiene lugar entonces una transfe· rencia del horizonte de la primera cosa a la segunda (cf. XI, 11). Esta

r.J Cf. W. BERGMANN Y G. HOFFMANN, op. cit., 290. .-.2 Cf. W. BERGMANN y G. HoFFMANN, op. cit., 293.

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tradición "histórica" del sentido apunta al correlato objetivo de la habitualidad, esto es, el nóema en cuanto sedimentado, que Husserl ca­racteriza como "tipo mnpírico". De este modo, "el hecho de que nos repre­sentemos cosas e incluso que veamos cosas en una mirada ... , nos retrotrae en el análisis intencional genético al hecho de que en una génesis instituyente previa se ha generado el tipo experiencia de cosa y con él la categoría cosa se ha instituido para nosotros en su sentido primero (erstmaJig)" (XVII, 317). Esto vale, agrega Husserl, para toda categoría de objetos, incluyendo los datos de sensación "inmanentes" y los objetos de pensamiento53 • Del mundo fáctico, tenemos experiencia como tipificado, es decir, los objetos se reconocen.como árboles, arbustos, animales, en particular, como pinos, tilos, serpientes, golondrinas, etc. Pero la sedi­mentación y la correspondiente formación de tipos empíricos no se reduce a la formación de tipos individuales de objetos; sino que se extiende en virtud de los horizontes externos hasta la formación de un mundo típico, como precisa Husserl al comienzo de la exposición del problema de una ciencia del mundo de la vida en la Crisis (cf. VI, 126; cf. 176; 182 y s.). Y en virtud de la comunicación, de la posibilidad del nombrar y del carácter

; habitual del lenguaje (cf. VI, 213) 54, cada objeto y cada tipo de objeto se : vuelve patrimonio común, se vuelve adquisición intersubjetiva.

b. Génesis n: temporalidad, asociación y cinestesia

La dimensión transversal de la génesis del yo analiza la intencionalidad pasiva origina1ia, es decir, aquella que tiene lugar en el presente vivien­te. La pasividad exige revisar el concepto estático de hyle: desde el punto de vista de la génesis constante en el presente viviente, no se trata ya de materiales muertos, sin intencionalidacl, sino de datos organ~zados tem­poralmente bajo la forma de la simultaneidad (coexistencia) y la sucesión. Sobre la organización puramente formal de los datos en el fluir del tiempo inmanente, tiene lugar su configuración 1naterial por medio de la asocia­ción, en virtud de la cual se constituye un campo de trasfondo homogéneo del que se destacan datos o grupos de datos como puestos en relieve o en primer plano. La sensación no se presenta, entonces, como un caos de datos puntuales sino como un campo estructurado temporal­asociativamente. Los datos se organizan en campos de sensación con una extensión ''preempírica" determinada según síntesis de fusión por homo­geneidad y contraste. Pero estos campos son bidimensionales: en reali-

ro:\ Cf. K. Ht,LD, op. cit., 36-37. r. 1 Por eso puede caracterizar Husserl, en LógiCll formal y trascendental, al lenguaje como sistema de signos habituales (XVII, 24).

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dad, resultan de una abstracción que no tiene en cuenta el movimiento, que, en el continuo cambiar de un aspecto momentáneo a otro, permite constituir la tercera dimensión del espacio perceptivo, la de profundidad (cf. D 10 III, 14; Junio 1932). Con el movimiento se vincula la cinestesia. • Se trata de sensaciones, pero a diferencia de las sensaciones representati­vas (la hy le) y de las sensaciones no-intencionales como las de placer o . dolor, hacen posible la exhibición de un objeto sin exhibir nada ellas mis­mas (XVI, 160 y s.l. Expresado positivamente, las cinestesias y las res­tantes sensaciones se encuentran en una mutua relación funcional, más precisamenté, en una relación de "motivación" (XVI, 58; rv, 216 y s.), de tal suerte que "si las cinestesias transcurrieran de tal o cual manera,

·.motivarían un transcurso correlativo de apariciones de tal o cual tipo" ·(XVI, 191). Las circunstancias cinestésicas son lo.motivante, las ·apari-' ciones lo motivado (XVI, 201); así, por ejemplo, si muevo los ojos, cambia correlativamente la serie de apariciones en el campo visual. Al mismo tiempo, las cinestesias no se presentan aisladamente sino que forman

)sistemas de múltiples dimensiones (XVI, 170). Ello estriba en el hecho de que se trata de procesos corporales gobernados por el yo. Los datos hyléticos, por el contrario, se constituyen "pasivamente", sin intervención del yo. Esto no significa que estén desprovistos de toda organización, sino que son dependientes de las cinestesias, más precisamente, que las aparicio­nes forman sistemas dependientes, cuyo correlato es un nóema momen­táneo: "sólo en tanto dependientes de las cinestesias pueden pasar de unos a otros continuamente y constituir la unidad de un sentido. Unicamente en tales transcursos despliegan sus remisiones intencionales" (ibídem). Las cinestesias son, en resumen, responsables de que un objeto se dé en cada caso en aspectos que pueden ser integrados en un sistema único, y, en cuanto tales, poseen también una dimensión noemática. La unidad noemática del sentido, descripta las Ideas I como resultado de la concor-

. dancia entre los sentidos parciales, recibe ahora una figura más concreta gracias a la inclusión de la dinámica propia del sistema de capacidades cinestésicas.

c. Estratos de constitución y grados de idealidad noemática

En el contexto de la fenomenología estática, Husserl ha descrito la cosa individual que se da en la percepción externa como una unidad objetiva, es decir, un nivel de constitución, en la que cabe distinguir un estrato superior de propiedades reales (material-causales), esto es, de re­ferencia a otros objetos, un estrato intermedio ele espacialidad que deter­mina a la cosa como figura en un sitio y un estrato inferior que correspon-

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de a la pura duración o extensión temporal de la cosa. Un manzano en flor percibido desde la ventana es una unidad real junto a otras y en relación con ellas; en abstracción de este estrato queda la pura figura espacial ubicada en un sitio orientado con relación al cuerpo propio (Husserl la llama fantasma y a su esencia, esquema)., Si se abstrae a su vez del phallthasma, queda el infraestrato de la mera dilatación temporal de lo percibido en cuanto tal. Elllivel constitutivo de la cosa individual posee, en suma, los estratos de 1·es 1naterialis, res extensa y res te1nporalis, como los resume Husserl al final de Ideas I (Hua III/1, 34 7·348) y los tematiza en la primera sección del segundo tomo (Hua N, 21-64). Pero la cosa percibida es una unidad noemática subjetiva que queda comprendi­da como momento en la unidad de grado mayor de la cosa intersubjetiva. Allí funciona como sub estrato de una doble capa, la de la comunalización por la empatía, por la cual el manzano es manzano para mí y para otros, y la de la comunicación por el lenguaje viviente, que proporciona sentidos vacíos que lo determinan más allá de mis efectuaciones originarias. Un tercer grado lo representa la fijación en el lenguaje escrito de una unidad noemática virtual, a la que podríamos llamar "cosa transsubjetiva", cuyo sentido puede ser reactivado por otras subjetividades con relativa inde­pendencia de su constitución originaria. En suma, la constitución de la cosa individual recorre una serie de niveles: cosa subjetiva-cosa intersubjetiva-cosa transsubjetiva, cada uno de los cual se da en estra­tos. Podemos esquematizar este entramado de la siguiente manera:

Nive 1 de la cosa transsubjetiva

Nivel de la cosa intersubjetiva

Nivel de la cosa subjetiva

NIVELES '----y--...)

escritura

comunicación

empatia

materialidad

extensión

temporalidad

ESTRATOS

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Teoría de los instintos y organización perceptiva

JULIA V. IHIBARNE

Bu ellos Aires, Argentina

Con la presente exposición acerca de la "Teoría de los instintos y orga­nización perceptiva" en E. Husserl, intentamos poner de relieve la géne­sis de la psiquis tal como la hace manifiesta la fenomenología. A partir del ámbito primordial de los instip.tos avanzamos hacia la constitución del mundo, que luego orientamos hacia la comprensión del niño autista.

La igualdad trascendental que caracteriza a los seres humanos, esto es, su capacidad constituyente del mundo de la vida, a partir del factum de que cada yo, mejor aún "pre-yo" en el caso de que vamos a ocuparnos, "habita" un cuerpo vivido orientado hacia el mundo. La actividad instin· tiva de que partimos sólo es analíticamente separable de la del cuerpo vivido.

Así abordada, la comprensión del "fenómeno humano" es fecunda eles­de un doble punto de vista: Por un lado, la comprensión de la génesis de la respuesta madura puede esclarecer la aproximación a la respuesta deficitaria autista, e inversamente, por otro, la deficitaria respuesta al mundo del autista, evoca por ausencia, el contorno de la respuesta madu­ra. No hay un corte entre una y otra sino interferencia y detención en una y la misma génesis de la organización perceptiva del mundo.

La exposición sigue los siguientes pasos:

En primer lugar, describo en sus rasgos esenciales el cuerpo vivido, lue­go paso a considerar la organizació;, gradual de la intención instintiva.

A continuación describo las características del comportamiento autista, desde el punto de vista fenomenológico, fundamentalmente a partir de la


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