LOS ASENTAMIENTOSRURALES
E GALICIA
JOSE FARI~A TOJO
1 TlTUTO DE ESTUDIOS DE ADMI 1 TRACIO LOCAL
LOS ASENTAMIENTOS RURALESEN GALICIA
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JOSE FARIÑA rOJo
LOS ASENTAMIENTOSRURALES EN GALICIA
Este trabajo ha sido presentado como tesis doctoral en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid. Ha obtenidoel premio «Instituto de Estudios de Administración Local paratesis doctorales».
INSTITUTO DE ESTUDIOS DE ADMINISTRACION LOCAL
Madrid, 1980
© by the author.
Depósito Legal: M. 16.287 - 1980
ISBN: 84-7088·249-X
TARAVILLA (Suc. Vda. Galo Sáez) -Mesón de Paños, 6·Madrid-13
INTRODUCCION
El primer problema, previo a cualquier otra consideración, con quese enfrenta el planificador físico, el urbanista, ante la cuestión gallega,es el de conocer su realidad. Podría parecer que esto es sencillo. Perono sucede así. Y no sucede porque Galicia presenta características tandiferenciadas respecto al resto de España, que elimina cualquier criterio preconcebido sobre la misma. Posiblemente, el redactor de unplan general, con toda la información urbanística ante sus ojos, comprobará con asombro que no le valen los convencionalismos previossobre lo que es casco, lo que es campo; sobre la distribución de lapoblación y la red de carreteras y' caminos. Galicia ha sido siempre, ypor tradición, un país eminentemente rural, en el que se han dado,además, una serie de características propias y diferenciadas que conformaron su realidad actual. La emigración, el sentido mágico-religiosodel pueblo, su aislamiento del resto de España, la especial idiosincrasiade las gentes que se asentaron en ella. Todo, conduce a una problemática que, en estos momentos, no puede contemplarse unida al resto dela española. Además, en 'los últimos años se están produciendo cambiosimportantes, tanto en su estructura como en sus manifestaciones externas. Cambios originados por una serie de factores, en su mayorparte de índole cultural y económica, que hacen se produzca una situación de desequilibrio y confusión. El proceso de asentamiento de lapoblación es eminentemente dinámico y se está produciendo de formacontinua. Posiblemente, el ritmo de evolución de una sociedad quedepende en sus dos terceras partes del campo, sea bastante más lentoque el de una ciudad. Pero Galicia no está parada, se mueve, y cada vezmás deprisa porque la marcha se aviva. Por eso se hace urgente comprender su realidad. No se puede pretender incidir en ella con planteamientos estereotipados, las más de las veces superficiales y alejados
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de su problemática, cuando no dañosos. Se ha hablado mucho del planeamiento integral del territorio y pensamos que en Galicia se hacenecesario por la misma índole de sus condiciones reales. Lo rústico ylo urbano, ¿no se nos escapa muchas veces de las manos ese casco queen teoría debería corresponder a la capital del municipio?, se mezclany se entrelazan, desapareciendo muchas veces confundidos el uno enel otro.
Las páginas que siguen a continuación resumen más de tres años detrabajos y consultas dedicados al tema. Durante el transcurso de losmismos desechamos metodologías que no nos conducían al fin propuesto; realizamos más de siete mil kilómetros por tierras de Galicia, frecuentemente en coche por caminos de carro, o andando cuando el cocheno llegaba; consultamos multitud de planos y de fotos aéreas; visitamos bibliotecas, incluso particulares; efectuamos consultas a personasconocedoras de aspectos concretos; hablamos con multitud de personas, vecinos de las áreas afectadas; en resumen, aprendimos a conocermejor y a amar más aún nuestra tierra natal.
Por último, solamente agradecer su contribución y su interés, a todasaquellas personas que nos han ayudado en la realización del trabajoen una forma u otra y que no es posible, por su elevado número, nombrar aquí. En particular, al profesor don José López Zanón, catedráticode la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid, por el apoyoque en todo momento nos ha prestado y por sus útiles indicaciones.En cualquier caso, este trabajo ha constituido para nosotros por susimplicaciones formales y sentimentales, una experiencia apasionante.
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CAPíTULO 1
APROXIMACION AL PROBLEMA GALLEGO
SINGULARIDAD DEL FENÓMENO DEL ASENTAMIENTO EN GALlelA
Un largo proceso histórico diferencial, que en sus líneas principalesse esbozará más adelante, cuestiones climáticas y de medio físico, a lasque es necesario añadir el secular aislamiento que ha sufrido Galicia,han conducido al establecimiento de unos modos propios y singularesde asentamiento.
Por esta razón no se puede contemplar totalmente su realidad comounida a la del resto de España (1). Tampoco se ha. de olvidar que lamarca que imprime su pertenencia al mundo occidental, y.en concreto,al resto del país, han condicionado en buena parte su forma de seractual. Pero siempre, o casi siempre, las medidas exteriores, tomadasen función de unos presupuestos generales, han chocado con la indiferencia o el temor de la población que, en muchos casos, se ha limitadoa llevarlos encima como un traje que en poco afecta a su estructuracorporal. Es necesario, sin embargo, hacer notar que la situación havariado en gran medida en los últimos años, hasta el punto de que seempiezan ya a notar claras contradicciones internas indicadoras de uncambio (2). La acelerada integración a todos los niveles, integraciónque no es sólo un fenómeno nacional entre regiones, sino también mundial entre países, y debida fundamentalmente a los medios de comunicación de masas, posibilidades mayores de desplazamientos, migraciones de ida y vuelta, etc., afectan más violentamente a un país como elgallego que, hasta hace pocos años, conservaba casi íntegros modos deser seculares y enraizados en el pasado (3).
(1) VARIOS: Galicia, cuatro documentos sociopolíticos, Madrid, 1974, pág. 69.(2) FARIÑA TOJO, J.: ceLa irrupci6n de la cultura urbana en Galicia», manus.(3) BANCO DE BILBAO: Galicia, su realidad socioeconómica, Bilbao, 1970, pág. 16.
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Claro que, dado el carácter periférico de la regIon, estos cambiosa nivel informativo 'Se han dado 'casi con exclusividad en un solo sentido, y aún hoy permanecen vigentes las palabras de Castelao: «Lasrealidades gallegas son tan desconocidas en el resto de España quecontinuamente llegan a Galicia secretarios, médicos y maestros quesolicitaron plazas en Ayuntamientos de muchos habitantes, pensandoque se trataba de "pueblos" y quedaron desolados al no ver más quetres o cuatro casas alrededor del Consistorio, formando la capital delMunicipio» (4).
GALICIA CO Mo REGIÓN
No se tratará en el presente apartado de estudiar al país gallegocomo parte de una posible regionalización, en base a unos u otros criterios -de homogenización, nodales, históricos- (5) sino sola'menteexplicar un poco el marco sobre el que va a girar el estudio, y dar unasmínimas referencias sobre lo que se va a entender por «región gallega» (6).
Partiendo de la actual división administrativa y, remontándose enel tiempo, se observa que Galicia no siempre ha estado constreñida alos límites de hoy.
Refiriéndose a los años inmediatamente anteriores a la venida delos romanos, y apoyándose 'en la «Geografía» de Estrabón, García Bellido llega a la conclusión de que los gallegos ocupaban el territorioque actualmente conocemos por Galicia y algo más: por el Este hastael Navia y por el Sur hasta el Duero (7). En las sucesivas divisiones yreorganizaciones romanas Galicia pasó de pertenecer a la provinciaUlterior, a la Lusitania, luego a la Tarraconense, etc. (8); sin embargo,Sánchez Albornoz señala que, «perduró siempre una distinción entreAsturias y Galicia por una parte y el resto de la tierra limitada entreel Duero y la mar por otra» (9). En tiempos de Diooleciano se constituyela provincia de Gallaecia formando parte de la diócesis de Hispania,
(4) RODRfcUEZ CASTELAO: Sempre en Galiza, Buenos Aires, 1971, págs. 117-118.(5) LóPEZ ZAN6N, J.: Lecciones de Introducción a la Urbanística, Madrid, 1969, pág. 233.(6) BEAUJEU-GARNIER y CHABOT: Tratado de Geografía Urbana, Barcelona, 1970, pág. 459.(7) GARCfA y BELLIDO, A.: España y los españoles hace dos mil años según la Geografía
de Estrabón, Barcelona, 1970, pág. 122.(8) FARIÑA JAMARDO, J.: El asentamiento de la población en Galicia, manus. f. 22.(9) SÁNCHEZ ALBORNOZ, C.: Investigaciones y documentos sobre las Instituciones His
panas, Santiago de Chile, 1970, pág. 117.
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dependiente de la prefactura de las Galias. Comprendía: Galicia, Asturias y el Norte de Portugal (10).
Durante la Reconquista, Asturias adquiere personalidad propia, yaunque los árabes siguen englobándolas en una misma palabra, ya losautores cristianos las distinguen perfectamente (11). En el 1139 se independiza Portugal y se desgajan del territorio gallego las tierras comprendidas entre el Duero y el Miño. Quedaron por dilucidar las comprendidas entre el Eo y el Avia, Sanabria, y la región del Bierzo. Fueronlargas las disputas territoriales, pero finalmente aparece la actual división administrativa (12).
Por tanto, así como geográficamente Galicia parece claramente delimit'ada -macizo galaico-duriense-, las vicisitudes históricas fueronmuchas e influyeron marcadamente en los aspectos sociales y de relación actuales. En efecto, todavía hoy, muchos habitantes de la parteoccidental de Asturias, o del Bierzo, hablan y piensan en gallego (13),y zonas del Norte de Portugal tienen acusadísimas similitudes en cuantoa distribución y formas de asentamiento (14). De ahí, que cuando sehable de la región gallega, en cuestiones referentes a cultura, asentamientos, costumbres, no nos sentiremos obligados a seguir el criterio delas actuales líneas administrativas a las que, por otra parte, habremosde ceñirnos en todo lo referente a números y estadísticas por razonesobvias de obtención de datos.
EL MEDIO FíSICO
Dantín Oereceda en su Resumen fisiográfico de la Península Ibérica,dice: «El macizo galaico -Galicia y el Norte de Portugal hasta el Mondego- es una región concreta y distinta. La erosión, actuando durantetan 'largo tiempo, ayudada de su clima húmedo y templado por excelencia, ahondando los valles, puliendo y rebajando sus cumbres primitivas, ha dado redondez y suavidad a las líneas de su paisaje, determinando con la vegetación que lo cubre, el hermoso país actual» (15). Lacita transcrita, da una clara idea global del medio en el que se des-
(0) RISCO, v.: Historia de Galicia, Vigo, 1971, pág. 36.(11) DE LA GÁNDARA, F.: El Cisne Occidental, 2.a parte, Madrid, 1677, fol. 10.(2) FARIÑA JAMARDO, J.: El asentamiento de ía pOblación en Galicia, manus. f. 30.(3) OTERO PEDRAYO, R.: Guía de Galicia, Vigo, 1954, pág. 37.(4) FARIÑA TOJO, J.: «Un intento de aproximación al análisis de los asentamientos
en Galioia», en «Ciudad y Territorio», Madrid, enero-junio, 1973, pág. 39.(15) DANTíN CERECEDA, J.: Resumen /isiográ/ico de la Península Ibérica, Madrid, 1948,
pág. 292.
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envuelve la vida gallega. Dos notas fundamentales hay que destacar:el carácter altamente accidentado de su territorio y el clima. Del primero dice Schulten que, «el borde septentrional de la Meseta está casicompletamente cubierto por los terrenos del plegamiento cantábricoastur que se aplastaron contra él, quedando sólo libre el borde en elnoroeste, en Galicia, al Oeste del Miño», y que «el susodicho Miño debede ser considerado como frontera donde terminan las cadenas asturianas que se dirigen en dirección Este-Oeste, y las gallegas que correnen dirección Norte-Sur» (16). Son las Galicias oriental y occidental,claramente detectables desde el punto de vista físico.
En cuanto al clima, Lautensach divide a Galicia en dos zonas principales; una, que coincide aproximadamente con la región al Norte delMiño cuando éste comienza a correr perpendicular al mar, que se halladurante todo el año bajo la acción de frentes atlánticos, de inviernossuaves y veranos frescos, escasa insolación, humedad relativa y gradode nubosidad siempre elevados; y la región Sur, dividida a su vez endos, Oeste, la primera, dentro de la Iberia de veranos secos y conectadacon el clima del alto Portugal occidental y Este, la segun.da, conectadacon el clima de la submeseta Norte (17).
Es este régimen climático, más la abundancia de cursos de agua, loque ha hecho, si cabe, todavía más irregular la topografía de gran partede Galicia y ha condicionado en buena medida la morfología y estructura de su asentamiento.
EL CASTRO, LA VILLA, LA PARROQUIA
Históricamente, se pueden distinguir tres momentos especialmentesignificativos que pueden aclarar un poco la complicada madeja delfenómeno del asentamiento en Galicia, y dar pie a la explicación delpor qué se tomará como base de estudio a la actual parroquia.
En el siglo VI a. C. fijan los autores 'la llegada de los celtas a laPenínsula Ibérica y, dentro de ella, a Galici'a (18). El fenómeno celtaque hace algunos años parecía bastante claro y determinado. -unaraza con una lengua, una cultura, unas costumbres propias-, ha sufrido duros ataques por parte de numerosos historiadores. Se llegaincluso a dudar su existen~ia, habland? de distintos pueblos, e incluso
(6) SCHULTEN, A.: Geografía y Etnografía antiguas de la Península Ibérica, t. I, Ma·drid, 1959, pág. 248.
(7) LAUTENSACH, H.: Geografía de España y Portugal, Barcelona, 1967, pág. 552.(8) LóPEZ CUEVILLAS, F.: La civilización céltica en Galicía, Santiago, 1953, pág. 8.
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razas, que, en todo caso, no tendrían más vínculo común qu~ la lengua (19). A pesar de todo se pueden determinar, aunque no sin contradicción entre los distintos autores, las particulares características resultado de la mezcla de los pobladores autóctonos y el pueblo celta enGalicia. El Seminario de Estudios Gallegos, en su estudio sobre los castros del Val de Vilamarín, llega a la conclusión de que existían dostipos de habitat: el del castro, pequeño y carente de casas de piedra yla citania, verdadera ciudad murada más grande que el castro. Peroadvierte t'ambién que al lado de los castros aparecen las mámoas de lacultura precelta (20). Esto demuestra que la invasión céltica no desplazó de sus asentamientos a los pueblos más antiguos. La distribucióngeneral corresponde a la del habitat disperso; los cruces de rutas fijaban establecimientos; los pueblos se asentaban a lo largo de los ríos,o en las montañas, y una vez establecidos, se asociaban. A los castros,aunque sometidos a las gentilidades en que· estuvieron incluidos, el serpoblados cerrados les confería una cierta autonomía, pero parece quemás que centro de habitat permanente, eran refugios de las poblacionesde la zona, dispersas por los campos, en los momentos de peligro.
Las expedicones romanas a Galicia iniciadas en el año 137 a. C.,.porel Cónsul. Décimo Junio Bruto, a quien después llamaron «el galaico»,se puede decir que terminaron en el año 26, con la epopeya del monteM·edulio, aunque posteriormente -y como señala Schulten- se produjesen sublevaciones, especialmente durante las guerras cántabras (21).Los pueblos que, como los celtas, migraron en masa, afectaron profundamente la misma base del as~ntam¡'ento ~undiéndose con lo existente;los conquistadores y comerciantes, por la misma índole de su función,ejercieron su influencia.en forma nodal y focal. Por eso en ellos está elorigen de la potenciación de las ciudades. Fenicios, griegos, cartaginesesy romanos, lo intentaron (22). La verdad es que, bien sea a oausa de lalejanía -no olvidemos que estamos en el Fipis Terrae- o de la mismaidiosincrasia de la gente,. nunca fueron las ciudades las que caracteri~aron al mundo gallego, sino, por el contrario, el campo, la vida rural.Sin embargo los romanos, con el afán organizativo que les caracterizaba,trajeron a Galicia las villae. Pero, ¿qué ~ran las villae? Según J. H. Saraiva: «La villa era una ext'ensa propiedad compuesta por la tierra explotada directamente por el propietario o por el villicus, su represen-
1
(9) HUBERT, H.: Los celtas y la expansión céltica, Méjico, 1957, pág. 254.
(20) FARIÑA TOJO, J.: Un intento..., op. cit., pág. 39.
(21) MURGfA, M.: Historia de Galicia, t. I, La COruña, 1901, pág. 30.(22) FARIÑA JAMARDO, J.: El asentamiento de la población en Galicia, manus. f. 67.
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tante, y por las numerosas parcelas desde el prinCIpIo confiadas a laexplotación individual de los siervos, o por las que al núcleo inicialle fueron adicionadas lentamente, trabajadas ahora por los colonoslibres, descendientes de los antiguos propietarios. En su conjunto lavilla constituía un sistema que se caracterizaba por ser al mismo tiempouna unidad jurídica -en que toda la autoridad pertenecía al dominusy una autarquía económica que bastaba a sus necesidades» (23). Perolas villae no supusieron una ruptura con la anterior organizacipn delos castros. Lo que realmente hicieron fue potenciar la agricultura ycomplementar con ello la célula autárquica, iniciada por la civilización,en el caso de Galicia, predominantemente ganadera de los celtas. Laganadería y la agricultura van a ser, a partir de entonces, explotadasconjuntamente y dentro de la misma célula económica cerrada. Laromanización no vino a romper nada, sino a completar. Intentó unarevitalización y creación de ciudades y lo consiguió sólo en muy escasamedida, y es que el alma gallega era ya predominantemente rural, ycomo dice Castelao: «El genio administrativo de Roma creó allí unanueva sociedad, respetando y aprovechando la vocación ruralista delos gallegos. Se organizó la propiedad rústica según el tipo latino dela villa, y si los castros no hubieran probado una dispersión y un cantonalismo inmemoriales, creeríamos que fue Roma la que obligó a losmoradores de las citanias a bajar al valle y a dedicarse a trabajar datierra» (24).
La llegada del mundo cristiano es el tercer elemento histórico quevamos a considerar. Poco a poco, la villa deja de ser una unidad y loslugares acasarados serán dados en foro y se convertirán en núcleos deexpansión y agrupamiento del habitat rural, y de ellos nacerán lasaldeas, o sea, las entidades de población del Nomenclátor (25). Véasecomo explica Castelao la conversión de las villae en parroquias/: «Losdueños de las villas ---romanos o gallegos- no podían dedicar sus latifundios al cultivo extensivo, y, quizá por esta razón, tenían la costumbre de asentar en parcelas a los labriegos pobres, reservando para sí,únicamente, una sección labrada por los siervos. El tiempo se encargóde ir aniquilando las villas y, poco a poco, la estirpe celta que antañobajara de las citanias amuralladas, encontró en la Iglesia un nuevocastro, más noble, máis risueño, más seguro. Los colonos de la villa
(23) SARAIVA, J. H.: «Evolu~80 historica dos Municipios Portugueses), en «Problemasde Administración Local)), Lisboa, 1957, pág. 72.
(24) RODRíGUEZ CASTELt\O, A.: Sempre en Galiza, Buenos Aires, 1971, pág. 253.(25) FARIÑA JAMARDO, J.: La parroquia rural en Galicia, l. E. A. L., Madrid, 1975, pá
gina 59.
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pasaron a ser feligreses y así surgió la feligresía, la parroquia, que aúnhoy perdura como entidad fundamental de la población dentro de losmismos linderos de las villas y conservando, muchas veces, el nombreromano de su antiguo propietario» (26).
Esta larga reseña histórica, siguiendo el hilo conductor de la unidadfundamental del asentamiento gallego, era obligado hacerla para poderentender la complicada trama del mismo. Su esquemática exposiciónpodría quizás inducir al error de creer en la linealidad de las vicisitudeshistóricas del asentamiento en Galicia, siendo que, su realidad es bastante más confusa y sujet1a a contradicciones.
(26) RODRfGUEZ CASTELAO, A.: Sempre en Galiza, Buenos Aires, 1971, pág. 253.
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CAPiTULO 11
LO RURAL Y LO URBANO EN GALICIA
CARÁCTER RURAL
La característica más fuertemente predominante en Galicia es sururalismo. Ruralismo bien conocido y denunciado por numerosos autores, al que muchas veces $le le acusa del subdesarrollo de la región.Vicente Risco dice al respecto: «Fundamentalmente Galicia es un pueblo de paisanos, que vive del cuidado y de la explotación de la tierra.Una población densa, diseminada en pequeñas comunidades rurales-las parroquias o feligresías- que cultiva el pequeño cultivo familiarde tierras y ganado, en un régimen que tiende a conservar la economíaautárquica» (l).
Estas aseveraciones nos 'las confirman los datos estadísticos. Enefecto, según datos el'aborados por Ignacio Ballester-Ros en la «Revista de Estudios de la Vida Local», núm. 180, según resultados del censode 1970, los porcentajes de ocupación de la población por sectores hansido, para Galicia, los siguientes (2):
- Sector primario ... ... ... ...- Sector secundario ... . ..- SeCtor terciario ... ... ... ...
52,4 0A>
22,7 %24,9 O/o
Se apreci'a la exagerada participación de la población ocupada enel sector agrario y la baja disponibilidad en el sector industrial y servicios, aunque se note una evidente mejora respecto al año 1960: primario, 62,9 por 100; secundario, 17,2 por 100; terciario, 19,9 por 100. En
(1) RISCO, v.: Historia de Galiza, La parte, Buenos Aires, 1962, pág. 265.(2) BAI..LFSTEROs-RoS, l.: «Galicia, el. medio físico, su demografía y su renta», en «Re
vista de Estudios de la Vida Local», núm. 180, Madrid, 1973.
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2
éuanto a Ía distribuciÓn en pórcentaje d ela producdÓn agraria es lasiguiente:
- Agricultura ... . . . . .. . . . . ..- Ganadería ...- Forestal .
30,2 %
61,2°Jó8,6 %
La preponderancia de la ganadería es notoria, aunque también conalta incidencia de la agricultura.
Dentro del ruralismo de la región se aprecia también una característica que distingue a Galicia de gran parte de España: su acusado minifundismo. El mismo Ignacio Ballester-Ros, elaborando datos del II Censo Agrario (3), llega a la conclusión de que Galicia es, junto con Canarias, la región que arroja el tamaño menor de explotaciones agrarias,con una media de 6,4 hectáreas por explotación.
El mayor lo alcanza la submeseta Sur con 32,1 hectáreas. Pero esque dentro de la región, la provincia de Pontevedra consigue el récordcon la increíble cifra de 3,6 hectáreas de media por explotación. Encuanto al índice de 56,2 referente a la difusión de la propiedad agraria,y que supone que más de la mitad de las familias gallegas son propietarias de explotaciones agrarias, explica claramente la incidencia delsector primario en la sociedad gallega. .
Ciñéndonos a los criterios oficiales, y por comparación con los por-centajes nacionales, tenemos para 1970 (4): .
Población rural ... . . . . . . . ..Población intermedia .Población urbana ... ...
%
Galicia
70,126,84
23,04
%"
Nacional
11,0022,5066,50
Siendo la población rural la asentada en entidades de 2.000 habitantes o menos; población intermedia de 2.001 a 10.000 habitantes; y población urbana, la de 10.001 habitantes en adelante.
El ruralismo gallego tiene pues un notorio oarácter agrícola-ganadero,que influye en otra de las características importantes de su asentamiento, según veremos más adelante, su dispersión. Dentro de los trestipos de terrazgos que en las estructuras agrarias distinguen Birot y
(3) BALLESTER-Ros,. 1.: «Algunas características de la estructura agraria de España»~
en «Revista de Estudios de la Vida Local», núm. 181, Madrid, 1974. "(4) BALLESTER-Ros, 1.: Galicia, su demog..., op. cit. .
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Brunet, se incluye a Galida como integrante de la Iheria húmeda enel grupo de policultivo individualista, en el cual, plantaciones, cultivosy praderas se disponen en el mayor desorden y «el poblamiento lasmás de las veces, es disperso» contrastando con la Iberia int,erior depoblamiento agrupado (5).. Así, el asentamiento resulta claramente condicionado; por una parte, por la topografía; y por otra, por la formade cultivar la tierra. La población se dispone en aldeas situadas porregla general en contacto con las leiras y el monte; las leiras se localizan en el fondo de los valles, en las mejores tierras. Pero además sehabrán de tener en cuenta otros factores, ya que, como dicen los mismos Birot y Brunet, «el abigarramiento alcanza aún las superficies deerosión monótonas de la Galicia interior, al Este del meridiano deLalín donde la gama de los productos es menos rica, pero donde el fraccionamiento del terrazgo continúa afirmándose, sin justificarse por lavariedad de los productos y la heterogeneidad de las condiciones físicas» (6). Seguramente entran en su justificación cuestiones étnicas ehistóricas analizadas con anterioridad.
Surgen en este punto multitud de cuestiones y preguntas referentesa la viabilidad de tales estructuras agrarias y a su repercusión en losmodos de vida y agrupaciones de los hombres que las soportan. Unacosa parece indudable, y es que el campesino gallego ha conseguidollegar a través de siglos de experimentación con tales estructuras a unverdadero equilibrio en su explotación, como reconoce expresamenteel servicio nacional de concentración parc,e1aria coruñés (7).
Se puede resumir lo visto hasta el momento en la forma siguiente:el sistema de asentamiento y distribución de la población en Galiciaviene fundamentalmente condicionado por su medio físico, el sistemade explotación de la tierra y notas étnicas e históricas (8). Todo ello,no separado y ejerciendo su influencia en forma aislada, sino en estrecha interrelación y formando un todo único.
DISPERSIÓN DE LA POBLACIÓN
Las 31.883 entidades singulares de población gallegas del censo de1970 -«se considerará como entidad singular de población a cualquier
(5) BIROT, P., y BRUNEI', P.: «Notas sobre las estructuras agrarias del NO de laPenínsula Ibérica», en «Revista de Estudios Geográficos», núm. 54, Madrid, 1954, pág. 131.
(6) Idem, pág. 132.(7) GARCÍA DE ÜTEYZA, BUENO GóMEZ, CRUZ CONDE: Explotaciones agrarias familiares,
contribución a su estudia en la provincia de La Coruña, Madrid, 1965, pág. 12.(8) FARIÑA TOJO, J.: Un intento..., op. cit., pág. 39.
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parte habitada clei térmIno munIcipal, claramente diferenciada dentrúdel mismo, que se designa por un nombre reconocido. Su existenciaresponde a la forma natural de encontrarse asentados los habitantessobre ,el territorio municipal. Un municipio puede constar de una o variasentidades singulares de población» (9)- representan, en relación conlas 63.613 existentes en España, un 50 por 100 (10). Si a esto se añadeque el territorio suma un 5,90 por 100 del total nacional (11), se observala verdadera dimensión que supone la singularidad del asentamientoen Galicia. Como, por otra parte, la densidad d epoblación, aunque alta,87 h/km.2
, no es tan excesivam·ente superior a la media nacional, 67 habitantes/km.2
, como cabría presuponer, nos indica que el número dehabitantes por entidad no debe de ser particularmente elevado (12).En cuanto a la distribución en entidades, y según el censo de poblaciónde 1970 (13), se llega al cuadro siguiente:
- Ciudades- Villas ...- Lugares .- Aldeas oo •• oo •••
- Caseríos- Otros
Total ...
14131
7.21521.699
1.992832
31.883
Todos los datos presentados no hacen más que afirmar, en formafehaciente, el carácter disperso de la población gallega.
Es preciso hacer notar, antes de continuar, la confusión existenteentre los términos dispersión y diseminación, confusión señalada entreotros, por Niemeier y Fariña Jamardo (14). Al hablar de población dispersa nos referimos expresamente a su distribución en pequeñas aldeaso entidades, más concretamente, a establecimientos dispersos; mientrasque al hablar de diseminación queremos indicar población -disociadaen pequeñas granjas o caseríos aislados. Pues bien, la población gallega,como veremos máls adelante, se distribuye generalmente en pequeños
(9) Presidencia de Gobierno: Orden 23-12-68, «B. O. E.», núm. 312, de 28-12-68.(10) 1. N. E.: Censo de población de España, año 1970, t. 11 Y t. 111, 1. N. E., Madrid.(11) 1. N. E.: Anuario estadístico de España, Instituto Nacional de Estadística, Ma·
drid, 1972.(12) FARIÑA TOJO, J.: Un intento..., op. cit., pág. 39.(13) 1. N. E.: Anuario..., op. cit.(14) FARIÑA JAMARDO, J.: El asentamiento..., op. cit., f. 180.
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y numerosos establecimientos dispersos, aunque no falte, sobre todo enla costa, -la población diseminada (15).
José Manuel Beiras, en su libro Estructura y problemas de la población gallega (16) nos dice que «Galicia es un país de habitat disperso,fenómeno que entraña un marcado predominio del medio rural en laestructura demográfica», y más adelante, «el predominio rural en elhabitat motiva también una dispersión de actividades no agrarias comolas artesanales y profesionales. En general la estructura espacial de lapoblación gallega se ha conformado a las características geográficas,condiciones del suelo y 'exigencias de su explotación en un régimentradicional precapitalista».
CULTURA RURAL Y CULTURA URBANA
Se hace imprescindible dedicar aunque sean solamente unas palabras, a los problemas y desajustes que la cultura moderna, rabiosamente urbana, ha traído a Galicia, tradicionalmente rural. Nos vamosa alejar de las ciudades y las villas, de los pazos señoriales, y en lamedida de lo posible, de las carreteras que unen importantes centrosurbanos, y vamos a fijarnos en las pequeñas aldeas, en los edificiosdiseminados por los valles, buscando esos lenguajes coherentes de formas que caracterizan la arquitectura y el habitat tradicionales.
Los condicionantes de todo tipo, tanto físicos como culturales, queinfluyen en 'el asentamiento, afectan no solamente a las formas de asentamiento sino a todas las formas generadas en la comunidad. Y de ahíla impresión congruente, de unidad total, que dan esas pequeñas aldeascomo Pedreira, Fontán o Balgas. No se trata ya solament'e de las casas,de los remates, o de los detalles, sino de todo un pueblo, incluyendohórreos, caminos, cobertizos y árboles (17). Un pueblo que además estáinm'erso de forma magnífica en el paisaje, y donde se comprende todoglobalmente, porque todo responde a los mismos estímulos (18). Laverdad es que tendríamos que discutir la validez de un lenguaje de estetipo, único e incluyente, para solucionar los problemas formales deuna ciudad (l9). Seguramente no serviría. Pero es que una ciudad res-
(5) FARIÑA TOJO, J.: Un intento... , op. cit., pág. 39.(6) BEIRAS, J. M.: Estructura y problemas de la poblaci6n gallega, La Coruña, 1970,
pág. 17.(7) FARIÑA TOJO, J.: Aspectos formales en la vivienda gallega tradicional, Ateneo
de Madrid, 1976.(8) OTERO PEDRAYO, R.: Síntesis Xeográfica de Galiza, E. Lar, 1925.(9) Eco, H.: La estructura ausente, Barcelona, 1975.
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ponde a impulsos distintos, a diferentes categorías de estímulos que elcampo. y sobre todo, a unos cambios cíclicos muchos más rápidos yviol'entos.
Estamos hablando de la forma porque, en síntesis, la forma no esmás que el resultado de un proceso (20) y en tal resultado se puedenapreciar de forma nítida y clara las incongruencias y desajustes porlos que está pasando el país gallego. Al estudiar el lenguaje de estasformas, de plantas de aldeas, de edificios, de detalles, y casi desde elcomienzo, se separan dos grandes grupos. El de aquéllas que surgen decomunidades en las cuales su configuración se aprende espontáneamente por imitación y tanteos, y el de aquellas otras creadas por especialistas. Concretamente, en el caso de la vivienda, por un lado estaríanlas formas surgidas de la construcción por imitación a las de los antepasados adaptándolas a las necesidades actuales, y de otro las surgidasde un vocabulario formal privativo de una clase u oficio determinados,como el de arquitecto.
A partir de la necesidad de crear formas se fue generando un lenguaje de imágenes. Lenguaje que se estructuró y configuró para ajustarse a los requisitos particulares de cada momento cultural. Algunosllaman a este tipo de culturas «culturas inconscientes» (21). No parecedemasiado adecuado 'el nombre porque de esta forma las otras se convierten en consdentes y no hay nada más lejano de la realidad. Enefecto, indagando lo que pasa en aquellas culturas en las que han surgido los denominados especialistas, lo primero que se advierte es quesu aparición ha traído consigo un lenguaje nuevo, un lenguaje especializado, tanto hablado como escrito, como formal (22). Y aquí empiezael drama, porque ahora el usuario y el diseñador ya no hablan la mismalengua y, con frecuencia, no se entienden.
Pero volvamos a nuestra cultura tradicional, que es la que nos ocupaen estos instantes. Su lenguaje formal es un lenguaje estático, que nose modifica en forma apreciable durante siglos. Su vocabulario estásaturado de significación. La configuración de las formas es una representación de la cultura y encarna una forma coherente de vida (23).Por eso, la arquitectura tradicional se constituye en conjuntos, en pequeños átomos de asentamiento que incluyen las viviendas, los hórreos,los hornos, el paisaje, las cuadras. Su adecuación a la vida y al paíslas hace tan apropiadas que parecen eternam'ente válidas. Estas formas
(20) ALEXANDER, C.: Ensayo sobre la síntesis de la forma, Buenos Aires, 1969.(21) DREW: Tercera generación, Barcelona, 1973, pág. 22.(22) FARIÑA TOJO, J.: Aspectos formales ..., op. cit.(23) DREW: Tercera..., op. cit., pág. 23.
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no necesitan del funcionalismo intelectual, pues la función es una forma de vida, un medio de supervivencia. Su éxito se debe en gran partea la posesión de un lenguaje único e incluyente compartido por todoslos miembros de la comunidad (24).
Y, precisamente, dado el lento ritmo de asimilación de novedadesdel campo (25), es en las zonas rurales donde todavía permanecen estasformas de creación colectiva de lenguaje. No hay aquí que olvidar elcarácter, ya demostrado, predominantemente rural del país gallego. Laciudad, la cultura urbana, en posesión y monopolio de todos los mediosde comunicación de masas -entre los años 1900-1912, según Durán, sepueden hacer hasta veinte fichas de prensa agraria en Galicia (26)impone violentamente las suyas propias. La cultura formal popular, laestética de lenguajes únioos e incluyentes enraizada íntimamente con elsubconsciente del pueblo, tiene la batalla perdida. La tiene perdida enel frente de los monumentos colectivos, catedrales, edificios civiles, viviendas, a los que se ha ido enquistando en unos tejidos urbanos extraños a 'Su ser y presa de voraces intereses económicos. Y sobre todo latiene perdida en el medio I1;1ral, ya que lo que se distingue cada vezcon mayor claridad es la invasión de formas y modos de pensar nocolectivos. Por otra parte, pensar en medios de inoentivo o desarrollosuena simplemente utópico en la civilización del diseño personalista (27),dado que, como se ha visto anteriormente, la creación de formas esúnicam'ente el resultado final de un proceso y lo que se cuestiona no esla validez o invalidez de determinados resultados, sino la de las estructuras sociales que dan lugar a los mismos.
(24) DREW: Tercera..., op. cit., pág. 24.(25) 1.EFEVRE, H.: De lo rural a lo urbano, Barcelona, 1973.(26) DURÁN, J. A.: «Agrarios del minifundio: la prensa agraria (1900-1912)>>, en la «Re
vista Española de la Opinión Pública», núm. 42, Madrid, 1975, pág. 52.(27) LEWIS, D.s La ciudad, problemas de diseño y estructura, Barcelona, 1970, pág. 203.
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CAPiTULO "JII
LA ALDEA
Uno de los problemas básicos con que nos enfrentamos ante el estudio de un tema dado, es su exacta determinación y alcance. El enunciado .del tem'a «aldea y pequeñas entidades de población» exige, portanto, que previamente nos pongamos de acuerdo sobre lo que estaspalabras significan, o lo que queremos dar a entender con ellas. Siverdaderamente existiera un isomorfismo perfec'to entre lenguaje yrealidad no habría, en, principio, problema en cuanto a la determinaciónde su alcance (1). Pero las cosas no son tan sencillas. Como dice Grossmann: «Desde luego, decir que el lenguaje y' el mundo 'son isomó!iicosno es decir que el primero sea un retrato naturalístico del segundo. Nies 'p~etender que haya una simple correspondencia de cad~ elementode 'una estructura con un element<;> de la otra» (2).
y es que las expresiones están ,afectadas por lo general de ,\lna inul-'tivocidad. Al respecto se pueden distinguir dos 'tipos' de expresi9nes: ..expresiones exactas y expresiones vagas (3). Las primeras son aquéllas'que' ~ntran como elementos en las teorías y leyes puras. Las .segundasson.la:s expresiones corrientes de la vida común como «árbol», «planta»o «libro». Pero es que ,además en conexión' con la vaguedad de estasexpresiones está la de aquéllas que designan géneros y especies relativamente simples de ·determinaciones que se funden continuamente unascon otras en esferas de influencias, poco delimitadas que rebosan sobrelas esferas correlativas del' género circundante y' condicionan otras esferas de tránsito cuya aplicación es 'sumamente insegura (4).
El caso de la palabra aldea es por demás ilustrativo de estos géneros
(1) GROSSMANN, R.: La estructura de la mente, Barcelona, 1969, pág. 145.(2) GROSSMANN, R.: La estructura..., op. cit., 'pág. 146.(3) HUSSERL, E.: Investigaciones l6gicas, M8drid, 1969, t. J, pág. 381.(4) Jdem, pág. 382.
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de vaguedades e indeterminaciones. En primer término¡ al ser una palabra de uso común y corriente se ha visto ciertamente afectada demultivocidad. Pero es que a esto es necesario añadir que al formar partede un fenómeno de tipo más complejo como es el del asentamiento dela población, del habitat en general, se halla también sometida al génerode vaguedad a que se aludía al final del párrafo anterior. «Les formesd'habitat -eomme Vidal de la Blache l'enseignait déja il y a une cinquantaine d'années- constituent une serie a peu pres ininterrompue.C'est trés exactament ce qu'un 'mathématicien appellerait un continuum:un continuum qui part de l'habitation isolée, jusqu'aux cités géants» (5).Este «continuum» sugiere sin duda' esferas de influencia, predominancias, solapamientos, que hacen que solamente en casos extremos, o allí,en el centro de la esfera de irradiación, se pueda hablar de características básicas. Así lo manifiesta, por ejemplo, Manuel de Terán cuandodice, hablando de dispersión y concentración que «en sus formas extremas, habitat concentrado y disperso resultan perfectamente clarosy distintos, y no suscitan problemas. Pero entre la dispersión extremay la ,~xtrema concentración existe una gama de formas rica y delicadaque crea la dificultad de una precisa ,definición» (6).
No sólo al tratar del concepto aldea, sino también al'referirs'e a 'otrosafines como ciudad,' barrio, etc., se han· intentado diversos criteriospara su selección o definición. Tamaño del 'asentamiento, ,número dehabitantes, especialización funcional, renta, distancias; han 'servido enalgunos casos como hilo conductor para establecimiento de ',unas ciertasdistinciones (7). La introducción de ,consideraciones históricas y tradicionalesen el análisis del problema del asentamiento, y en particularen la' clarificación de definiciones, ha sido ampliamente reconocido, ypropugnado por dviersos autores (8).
Un criterio no menos importante procede' de lá- sociología 'y laantropblogía cultural. Las formas de expresión,"los' localismos, el sentido dePertenencia de los habitantes a 'üna comunidad, son factores esencialesque van él ayudar no 'poco a :10 largo del presente trabajo.
Se trata, en suma, de llegar a la idea de' aldea y distinguirla de lásotras forinás de loca:lización a través de predominancias y vía:s direcéioriales~ más' que por medio de definiciones.' Estamos con' 'Frege,'y aúnmás dado el carácter de multivocidad que, según h~m()s v'isto, ,pre~en-
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(5) CENTRE D'ÉTUDES SOCIOLOGIQUES: Villes et campagnes, civilisation urbaine" er' ruralen France, Paris, 1951. ;,' , •
(6) TERÁN, M.: Habitat rural, Zaragoza, 1951, pág. 12.(7) LóPEZ ZAN6N, J.: Lecciones de introducción a la urbanísticá; Madrid, 1969.(8) LEFEvRE, H.: De lo rural a lo urbano, Madrid, 1973. r
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ta, en que «nunca se pregunte por el significado de una palabra aislada,sino sólo en el contexto de un juicio» (9). Y este contexto es el quepretendemos explicar a ,continuación.
DEFINICIONES
Es ya clásica cuando se habla de definiciones, la referencia al Diccionario de la Real Academia de la Lengua. Tanto la aldea, como las pequeñas entidades de población, vienen representadas por un variopintoelenco de nombres, en muchos casos de parecida significación. «Aldea»es, según el mencionado diccionario, «pueblo de corto vecindario, y, porlo común, sin jurisdicción propia». Se encuentran además una veintenade acepciones relacionadas con el concepto de aldea y con las pequeñasentidades. Así, «aldehuela», f. d. de aldea; «lugar», ciudad, villa o aldea;«lugarejo»; «lugarete»; «lugarote»; «casal», casería, casa de campo; «casería», casa aislada en el campo; «caserío»; «pueblo»; «poblezuelo»;«población»; «poblado»; «villa»; «village»; «villar»; «villero»; «villana»;«villorio»; «barrio»; y todavía no se ha agotado, ni mucho menos, laseri,e. Se observa la gran ambigüedad de las definiciones y así, el casode la palabra «lugar» como ciudad, villa o aldea, es bastante significativo (lO).
Pasando del Diccionario de la Real Academia a las definiciones delInstituo Nacional de Estadística la precisión no aumenta sustanCialmente. Entre los Nom·enclátor de 1970 de las cuatro provincias gallegas,solamente en el de La Coruña vienen especificados ciertos criterios dedistinción: «La aldea, primer germen del Municipio rural de la provincia, es una agrupación de casas de población agrícola, en torno a unmismo cultivo, enclavada en un pequeño valle o en una ladera deescaso declive, instalada originariam·ente, las más de las veces, por unaescritura foral. Por lugar hay que entender la agrupación de aldea's,aunque excepcionalmente equivalga la aldea a lugar cuando éste noconste más que de una sola de aquéllas. En estos casos cabe el empleode ambos nombres de modo genérico para designar la posición relativade algunos pequeños núcleos de población. Así, por ejemplo, puede usarseLugar de Arriba o Aldea de Abajo para designar una sola aldea o unsolo lugar. Hay otros nombres expresivos de las entidades habitablesde raigambre tradicional en Galicia, como Casal, Castro, Castrelo, Puebla, Vigo, Vila, Villar y muchísimos más enriquecen la toponimia regio-
(9) GROSSMAN, R.: La estructura..., op. cit., pág. 114.(lO) REAL ACADEMIA DE LA LENGUA: Diccionario de la Lengua española, Madrid, XXV edic.
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na!l y que no recoge la terminología oficial del Nomendátor. No siempreexiste una perfecta delimitación de las entidades de población, siendocopiosas las cifras de viviendas y caseríos aislados» (11). En contraposición con lo que se verá más adelante, aquí se habla de la aldeacomo componente bási'co del lugar. En general, la opinión que prevalece es la contraria.
En los restantes Nomenclátor se limitan a la hoja común de observaciones,' en .la cua'l se remiten a la tradición para la' denominación de laentidad: «La categoría o denominación de la entidad de población esla calificación otorgada o tradicionalmente reconocida a las entidadesde población, como ciudad, villa, lugar o aldea, y a falta de ella, la queresponde a su origen y características, como caserío, poblado, barrio,monasterio, colonia, centro turístico, zona turística, urbanización residencial permanente o estacional y otros» (12). Que no es más que latranscripción 'literal de la orden del 23-12-68 de 'la Presidencia del Gobierno, párrafo D del apartado 4, referente a la categoría de la entidadde población (13).
No hemos podido encontrar en ningún otro lugar referencias másconcretas al criterio de separación empleado. Ni siquiera en 100s manuales de instrucciones, ni en los temarios de preparación de personalpara el censo de 1970, del Instituto Nacional de Estadística. Además,de existir, estos criterios no parecen hacer distinción especial con laregión gallega y se presentan muy variables de una provincia a otra,e incluso·de un ayuntamiento a otro (14).
En' realidad las definiciones reseñadas anteriormente y muchas otrasde diversos autores no toman en consideración la específica singu1aridaddel fenómeno gallego (15). En Galicia las formas de asentamientoson extraordinariamente variadas y esto origina una explicable confusión. Para Cores, «la comunidad aldeana no tiene en Galicia una solasignificación.' Puede identificarse como unidad mínima de poblamiento;referirse a'l conjunto de lugares dispersos pero situados en una zonadeterminada;haoerse sinónima de parroquia, como conjunto de núcleospequeños y dispersos pero unidos por ,lazos de comunidad e intensasrelaciones sociales. y. todavía -continúa Cores- desde la perspectivadel hombre de la ciudad, 'e incluso del hombre de la villa, del pueblo
(11) 1. N. E.: Nomenclátor de las ciudades, villas, lugares, aldeas y demás entidadesde población de la provincia de La Coruña, Madrid, 1973,' pág. 4.
(12) 1. N. E.: Nomenclátor..., op. cit., pág. 7..(13) Presidencia de Gobierno: Orden de 23 de diicembre de 1968, «B. O. E.l>, núm. 312,
de 28 de diciembre de 1968.(14) FARIÑA JAMARDD, J.: Mosaico municipal, Madrid, 1961, pág. 157.(5) eDRES TRASMDNTE, B.: Sociología rural de Galicía, ·La Coruña, 1973, pág. 156:
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rural no agrícola, la aldea aparece como una entidad difusa que no esla villa o la ciudad, como expresión de un mun,do campesino, generalmente inferior dentro de una curiosa estratificación social y que sededica preferentemente al cultivo de los campos en forma permanenteo al cuidado y a la explotación de la pequeña ganadería por procedimientos tradicionales» (16).
Se ha convertido ya en un clásico para todos aquéllos que estudianla a'ldea gallega, el trabajo sobre la misma referido all partido judicialde Viana del Bollo de Nicolás Tenorio, andaluz, que fue juez de Vianaen el período comprendido entre 1904 y 1906. Es disculpable que generalizas,e para ,toda Galicia el estudio de una comarca muy particulardebido a la penuria de medios y a la novedad del tema. Constituyeademás su trabajo un documento inapreciable sobre las, pervivenciasde unos modos y costumbres, ya casi desaparecidos. Y así dice al comienzo de su libro: «La a'ldea gallega en general, y del partido judiciala que me refiero, es un organismo muy digno de ser estudiado. Constituye la aldea un grupo de población bastante pequeño; 40 a 60 casashabitadas por otras tantas familias. La iglesia donde se venera el SantoPatrono preside el poblado, soliendo ser edificios p~queños y de escasomérito artístico, a los cuales rodea una extensión de terreno llamadoatrio, que es a :la vez C'ementerio de los aldeanos» (17). Esta generalización aparece también en algunos estudios más modernos sobre el tema.Así en el libro Migración y sociedad en la Galicia contemporánea, delInstituto Español de Antropología Aplicada, se nos dice literalmente:«form'a característica del habitat rural lo constituye la aldea o parroquia estudiada... » (18). O en el estudio sobre -la comarca del Bollo deMaría del Rosario CasteHs Villa: «la aldea de esta comarca, es en general s'emejante a las demás 'aldeas gallegas» (19). Esto es sólo una muestra de cómo los errores sobre el particular se pueden filtrar a travésde los más cuidadosas estudios, como los anteriormente citados.
Además, las dificultades de definición y el confusionismo se acen·'túan si s'e tiene en cuenta que la mayoría de los que se han acercadoal problema de ,la aldea gallega, y el asentamiento en general, lo hanhecho impulsados por un claro deseo de acción. Así, Xosé Ramón Fer·nández-Oxea en 'su, excelente por otra parte, trabajo sobre la parroquia
(16) CORES TRASMONTE, B.: Sociología..., op. cit., pág. 155.(17) TENORIO, N.: La aldea gallega, Cádiz, 1914, pág. 10.(18) INSTITUTO ESPAÑOL DE ANTROPOLOGíA APLICADA: Migración y sociedad en· la Galicia
Contemporánea, Madrid, 1967, pág. 115.(19) CASTELLS VILLA, M. R.; La comarca natural de Viana del Bollo, La Coruña, 1967,
pág. 1.05.
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de Santa Marta de Moreiras, se limita a remitirse a Xa consideraciónoficia1 de lugar, aldea y casal del Nomenclátor (20).
Para Otero Pedrayo «a aldeia ou parroquia é a xunícanza de logarescompostos cada un d'un numaro pequeno de viciños e formando amesma fregresía. A eirexa é o centro de reunión, o seu lugar dá nomeá parroquia, á saida da misa sobr'a terra do adro ven-se os amigos,fan-se contratos, dan-se os recados, espallan""se opinions, saudan-se osforasteiros» (21). Parece, por tanto, que para él, aldea y parroquia significan la misma cosa. Pero dos páginas más adelante también leemos:«a aldeia ou o lugar teñen un espeuto amontoado... » (22). No está portanto demasiado claro a lo que se están refiirendo los distintos autorescuando hablan de lugar, a1dea o parroquia. Trataremos de demostrarmás adelante que esto se debe a una trasposición de niveles mental yfísico, que automáticamente se da al referirse el individuo a un determinado territorio.
De todo 10 anterior se deduce que, a grandes rasgos, se dan las siguientes posiciones respecto al problema que nos ocupa:
a) aquéllos que hacen sinónimas parroquia y aldea suponiéndolascompuestas de lugares;
b) los que hacen sinónimos lugar y aldea conformando éstos a laparroquia;
e) Ilos que suponen la parroquia compuesta de lugares y éstos dealdeas -Nomenclátor-, y
d) aquéllos que suponen la parroquia compuesta de aldeas y ésoíasde lugares.
Hay quien ni siquiera hace referencia al término lugar: «entrañab!lemente unida a esta forma de poblamiento, se halla la organizaciónterritorial a base de 'la parroquia, célula elemental de la sociedad rural,formada por una agrupación de aldeas colocadas bajo la advocación deuna iglesia, con una personalidad y realidad muy superior a la del municipio, que las más de Ilas veces es un puro artificio administrativo» (23).BI mismo Manuel de Terán y dentro de la visión de la aldea a que yahemos aludido identifica, en Galicia, la aldea con el hameau francés (24)del que dice: «hameau, pues, en oposición a village, es un grupo decasas que no constituyen un organismo con personalidad propia. Las
(20) FERNÁNDEZ-0xEA, J. R.: Santa Marta de Moreiras, castrelos, Vigo, 1969, pág. 21.(21) ÜTERO PEoRAYO, R.: Sfntesis xeográfica de Galicia, Lar, 1926, pág. 54.(22) ldem, pág. 56.(23) TERÁN, M.: España, geografia regional, Baroelona, 1958, pág. 25.(24) TERÁN, M.: Habitat rural, Zaragoza, 1951, pág. 17.
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más de las 'veceS no existe principio ordenador; cuanto más, una ordenación apenas esbozada, una iniciación de calle o plaza» (25).
La cuestión queda pues en pie, y como se decía en el punto anteriorserá necesario recurrir a las formas de expresión, los localismos, alsentido de pertenencia de los habitantes a una comunidad, para poderaveriguar su sentido real.
(25) Idem, pág. 16.
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CAPíTULO IV
LA RELACION ENTRE PARROQUIA Y ALDEA
LA PARROQUIA COMO CÉLULA BÁSICA
Averiguar el alcance de la significación de términos como aldea,lugar, caserío o barrio se presenta, según se ha visto con anterioridad,plagado de dificultades. Dificultades a las que habrá que añadir lasderivadas del sentir de los propios habitantes. En nuestros viajes pordistintas comarcas gallegas siempre, al hablar con los habitantes, aparecía el mismo problema: en muchas ocasiones idéntica palabra nominaba dos realidades físicas bastante diferenes en una u otra región;y en otras, la situación era la inveflsa. Hasta tal punto que un «barrio»de la Terra Cha lucense coincidía, en más que sus líneas fundamentales, con un <dugan> del Val de Lemos. Además, el sentido de pertenencia del individuo a la comunidad parecía oscilar alarmantemente entreparroquia, barrio, lugar, aldea, sin podernos explicar en principio muybien a qué obedecía Ital oscilación. En a:lgunos sitios, la respuesta a lapregunta variaba simplemente con realizar la misma en gallego o encasteUano.
«La connotación subjetiva de barrio es pertenencia a una determinada parroquia cuya capitalidad es conocida por los hablantes; éstaviene dividida en segmentos o barrios, esto es, cada grupito de casasdentro de la parroquia constituye un barrio y como tal se opone alnúcleo que constituye :la iglesia parroquial. Este es designado frecuentemente como Lugar de la Iglesia. A su vez, lugar sustituye a barrio ya aldea, y funciona como tal en la provincia de La Coruña, donde indluso una sola casa puede constituir, o se llama, lugar. Se trata dellugar acasarado. Rueiro significa también grupito de casas y como tales empleado en algunos municipios coruñeses. Barrio y lugar son aveces intercambiables, por ejemplo en San Cristóbal de Cea que está
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dividido en tres barrIos Hamados «a cima do lugar», «o fondo do lugar»y «a plaza» (l).
La realidad es que no se puede entender lo que son aldea, barrioo rueiro, ni se pueden entender las especiales características de lo ruralgallego sino Sle refiere todo a la célula básica estructura'l que es la parroquia (2). A lo largo de nuestro proceso de acercamiento al estudiode los asentamientos gallegos observamos que al llegar a un puntodeterminado, todas las cuestiones se volvían notablemente oscuras eintrincadas y, a partir de ahí el progreso era muy pequeño. Así, encuanto a los tipos de asentamiento aún se siguen tomando como másaproximados a la realidad los propuestos por Niemeier (3), a pesar delas muchas lagunas que presentan. Pero la verdad es que nadie haintentado proponer otros que los mejoren. Pensamos que se debe a lapretensión y ell deseo de hacer una abstracción del concepto aldea,separándolo de su razón de ser en Galicia, la parroquia.
El hombre rural gallego siente una cierta ambivalencia en cuanto asu pertenencia a una u otra realidad. Según Carmelo Lisón Tolosana:«de las citas anteriores puede inrerir$le que el término genérico «veciño»denota un conjunto de atributos o características determinadas porla situación geográfica momentánea de la persona que pronuncia lapalabra. La denotación primera, e ínfima en cuanto a grado de intensidad, es la de pertenencia a un mismo Ayuntamiento. Por lo escritoen el capítulo anterior es obvio que la intención 'Subjetiva, convencionaly objetiva de esta denotación es marcadamente endeb~e. Por otra parte,esta denotación tiene la e~tensión máxima: incluye las subclases de«veciño de parroquia» o «veciños de lonxe» o «parroquianos» y de «veciño de lugar» o «veciños de veira». La denominación de «veciño deparroquia» tiene una extensión media, ya que abarca la subclase mínima «veciño de lugar». La extensión de esta ú:ltima es la menor, perosu intensidad es la máxima, mientras que la parroquial sigue siendomedia» (4). De estos estudios y de otros referidos más adelante, parecededucirse que la representación colectiva de la parroquia aotúa a nivelfundamentalmente menta'!; mientras que el nivel real o situacional vienedado por la vecindad física. «Las casas aldeanas, desperdigadas, formanun grupo natural de pocos habitantes, llamado Ilugar. Allí son vecinosde verdad: se prestan lumbre, se ayudan, se aconsejan, gritan y riñen.
(1) LISÓN TOLOSANA, C.: Antropología cultural de Galicia, Madrid, 1971, pág. 113,(2) FARIÑA JAMARDO, J.: La parroquia..., op. cit., pág. 7.(3) NIEMEIER, G.: «Tipos de población rural en Galicia», en «Revista de Estudios
Geográficos», núm. 1, Madrid, 1945.(4) LISÓN TOLOSANA, C.: Antropología cultural de Galicia, Madrid, 1971, págs. 62 y ss.
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En las cartas de los ausentes vienen siempre memorias para todos losvecinos del lugar» (5). Esta cita de Castelao define perfectamente elnivel real o situacional dado por la vecindad física. Podríamos hablarpues de las pequeñas entidades de población, no respecto a sí mismas,sino como formas de organización física del marco básico de la parroquia. Estas formas de organización pueden concretarse de muy diversasmaneras; atendiendo tanto a condiciones de entorno, como culturaleso económicas. Podríamos definirlas pues como concreción física de laestructura parroquial, siempre que esta concreción física fuese de carácter rural.
PARROQUIA, ALDEA, LUGAR Y BARRIO
En lo sucesivo, y debido a razones que se analizarán en los capítulos siguientes, y a otras ya aducidas con anterioridad, se consideraráa la parroquia como célula básica de estructuración del territorio gallego.Estructuración que se conformará físicamente mediante aldeas y lasaldeas, en algunos casos, se organizarán en lugares. La parroquia, encasos excepcionales, se podrá configurar directamente en fugares, debidofundamenta'lmente a la dispersión que hace que éstos no se puedanaglutinar en aldeas. En este caso a este tipo especial de lugares losdenominaremos barrios o también, simplemente, lugares.
Es de hacer notar, para evitar equívocos que podrían desprendersedel análisis del Nomenclátor, que el criterio anteriormente expuesto,nacido de un análisis estructural y sociológico, está en franca contradicción con el sostenido por ell Instituto Nacional de Estadística en laactualidad. Criterio que seguram1ente procede de la definición dada porel Diccionario Español de la Lengua en algunas de sus ediciones: «Lugar:población pequeña, menos que villa y mayor que aldea» (6). Son, sinembargo, numerosos los autores que sostienen la oponión contrariarespecto a la re'lación aldea-lugar. Pero es que incluso el criterio de lasmismas delegaciones de estadística no ha 'sido, ni mucho menos, uniforme a lo largo dell tiempo (7).
(5) CASTELAO: Sempre en Galiza, Buenos Aires, 1971, pág. 116.(6) REAL ACADEMIA DE LA LENGUA: Diccionario de la Lengua Española, XXV edici6n.(7) FARIÑA JAMARDO, J.: Mosaico Municipal, Madrid, 1961, pág. 162.
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CAPiTULO V
MODELOS DE DISTRIBUCION DEL ASENTAMIENTO
MODELOS EXISTENTES
Para poder llegar al establecimiento de una tipología de plantas dealdea en Galicia se hace necesario, previamente, el definir Un modelooperativo de la distribución de la población. Esto es particularmenteasí en la región que se está estudiando, debido a la estrecha interdependencia existente entre las formas de 10caHzación física.
Dado que la finalidad dell trabajo no es, en realidad, el establecimiento de este modelo, se ha procurado encontrar otros, ya propuestos,que pudieran servir al efecto. Hay que advertir, anticipadamente, queninguno de- 'los investigados reunía totalmente las condiciones necesarias. Y no las reunía por una serie de razones que se pueden sintetizaren -las siguientes:
1. La no contemplación de la totalidad del fenómeno y por endede sus imp'licaciones y correlaciones. Existen muy buenos intentos parcia1es, pero son escasos los globales. En particular, los asentamientosa1 borde de las carreteras y su influencia se suelen tratar con una simpIé reseña, siendo parte fundamental de la estructura global.
2. La falta de claridad metodológica, imprescindible en este tipode estudios.
3. Su proposición atendiendo a finalidades distintas de las que interesan para aa realización del trabajo, lo que los invalida de pllano apesar de la agudeza de sus observaciones o la veracidad comprobadade lo que en ellos se afirma.
De todas maneras se hace necesario, por 10 menos, un análisis somero de 'los mismos para poder enmarcar adecuadamente el modelopropuesto más adelante, y ayudar a una más clara explicación del mis-
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mo. En realidad, y aunque se esté hablando de modelos, se debería,con más propiedad, habilar de clasificaciones, pues clasificaciones es loque se ha ·encontrado en la revisión de diversas publicaciones. Por descontado que 'la primera de estas clasificaciones es la que hace referencia a la separación entre lo rural y lo urbano. Ya se ha insistido suficientemente en ella al comienzo del trabajo y por eso vamos a hacermás hincapié en otros apartados.
Dentro de la tipología urbana gallega pareoe hacerse por distintosautores (l) una primera distinción entre villa y ciudad. Según ella, lavilla estaría más ligada a la vida rural que la ciudad, sería el eslabónintermedio entre urbe y campo: «por otra parte la villa no coincide conel concepto social de villa que tienen los campesinos gallegos, paraquienes es el equivalente a la ciudad comarcal, del pueblo rural noagrícola, centro de aprovisionamiento y esparcimiento, y son muy pocas,si 'es que hay alguna, que tenga más de cinco o seis mil habitantes» (2).Es de hacer notar el criterio generalizado de que estas villas y las ciudades constituy;en activos focos de irradiación y atracción (3). Es éstauna connotación importante que se convertirá en una de las características del modelo propuesto.
Hay que hacer 'también mención a la tipología histórica propugnadapor Luis Eloy André que distingue: ciudades del pasado, del presente ydel futuro. Incluye entre las primeras, a las que también llama «ciudades dormidas», las de: el Ferrol, Mondoñedo, Momorte, Santiago y Tuy.Las segundas, desarrolladas al amparo del régimen provincial, serían:Lugo, Orense y Pontevedra. Y las del porvenir: l.:a Coruña, Vigo y Villagarcía de Arosa (4). Está generalizada también la ~dea de la necesidadde una superciudad o capital regional, que aglutine la realidad gallegay ocupe el liderazgo de un estructura jerárquica que se adivina en elasentamiento urbano gallego (5).
Mucho más estudiados y sistematizados están los temas referentesal asentam1iento rural. En este campo existen ya trabajos que se puedenconsiderar como clásicos y que se analizarán posteriormente junto conla proposición de tipos de plantas.
(1) FARIÑA JAMARDO, J.: El asentamiento..., op. cit., f. 27.(2) CORES TRASMONTE, B.: SociOlogía rural de Galicia, La Coruña, 1973, pág. 94.(3) FARIÑA JAMARDO, J.: El asentamiento..., op. cit., f. 32.(4) ELOY ANDRÉ, L.: Regionalismo cultural, ciudades del pasado, del presente y' del
porvenir, Orense, 1913.(5) Es numerosa la literatura al respecto, podemos citar: A!.BALAT, L.: «Galicia año 2000,
la ciudad de las rías», en «Cham>, diciembre de 1969. «El eje Vigo-ürense», en «Faro deVigo», Vigo, agosto, 1974.
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LA DISPOSICIÓN FíSICA DEL HABITAT
En sentido general, al conjunto d elementos y sus relaciones se ledenomina sistema. Normalmente el estudio de un sistema se hace mediante la construcción de un modelo (6). En esencia, un modelo no esmás que una descripción simplificada de la realidad, y como todasimplificación presenta peligros obvios, tanto en el anáHsis como en ladiagnósis. Pe'ligros fundamentalmente derivados de la eliminación delos matices y de los elementos, en principio, con menos relevancia delsistema. Es por eso que hemos dudado mucho antes de decidir la presentación del actual capítulo en la forma en que se ha hecho. Sin embargo, era neoesario acometer la tarea, porque', ni tan siquiera en suslíneas más groseras existían estudios en que apoyarnos, y por ser éstala forma primaria de enfrentarse a un estudio analítico.
Cua1quiera que haya viajado por Galicia no podrá dejar de darsecuenta de la extraordinaria variedad de formas y disposiciones queadopta el asentamiento. Desde el grupo familiar aislado, célula mínimaagrícola, hasta la gran área metropolitana. Es una magnífica sucesiónde formas, de grupos, de ensayos permanentes, en los 29.156 km.2 (7)que consideramos como un completo y extraordinario laboratorio parael estudio' de las formas del habitat. Culturas y civilizaciones -en susentido spengleriano (8)-, razas, lenguas, se mezclan y se amasan conla tierra y el paisaje de Ga:licia. Y todo ello se conforma y cristaliza endispos·iciones físicas concretas. Es preciso decir, por tanto, que el análisis que vamos a acometer es fragmentario y posiblemente imperfecto,pero esperamos de pie a futuros intentos y realizaciones más completas y maduras.
En la actual disposición física del habitat gallego se distinguen,claram1ente, tres géneros de valores diferentes; cada uno con sus características y normas propias y que se funden e interrelaoionan entre síen un todo único:
1. Una disposición nudear o corpuscular, jerarquizada, de carácterurbano.
2. Una red de carreteras.3. U{¡a división celular sin jerarquizar y de carácter rural.
(6) CENTRO DE CÁLCULO DE LA UNIVERSIDAD DE MADRID: «Seminario de generación de espacios arquitectónicos», Madrid, sin fecha.
(7) FRAGUAS y FRAGUAS, A.: Geografía de Galicía, Santiago de Compostela, 1953, pág. 18.(8) . SPENGLER, O.: La decadencia de Occidente, Madrid, 1966, t. 1, pág. 61.
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DISPOSICIÓN NUCLEAR URBANA
Este elemento, según muchos autores, es -el de m'enor relevancia enla caracterización de Galicia. «En GaHcia, rara en ciudades y villas,como ya señaló el Calixtinus, el predominio de la población rural hasido una constante histórico» (9). «La historia gallega se ha desarrolladosobre los pilares de la civilización rural» (10). «A poblacion galega, seguea ser, aínda hoxe, predomientemente rural» (11). .
Lo suponemos constituido por ciudades y villas. Esta división envillas y ciudades es, de todas maneras, un tanto artificial. Hay en Ga'licia, según el 1. N. E., exactamente catorce entidades de población concategoría de ciudades (12), de entre ias cuales tres, Sada, Mondoñedoy Tuy, no llegan, cada una, a los 2.700 habitantes; mientras que dos,Vigo y La Coruña, pasan de los 100.000 habitantes. Aunque ésta, con184.372 habitantes, se destaca netamente de aquélla, 114.526 habitantes (13). Las catorce entidades de población con categoría de ciudades~on: Betanzos, La Coruña, El Ferrol, Santa Eugenia de Riveira, Sada,Santiago, Lugo, MondoÍíedo, Monforte, Vivero, Orense, Pontevedra, Tuyy Vigo.
Referente a las villas ya se ha indicado en el apartado anterior sucarácter ambiguo, pero entre las consideradas como tales, en númerode 131 (14), hay también notables diferencias que aquí, para simplificar,sólo vamos a referir al número de sus habitantes. Así, la villa de Monterrey tiene, según el censo de 1970, solamente 49 habitantes, mientrasque la de Marín pasa de los 10.000 habitantes (15). Aunque es obvio queel número de habitantes es un indicador muy grosero, sirve sin embargopara demostrar la característica jerárquica de esta disposición nuclear.
Difícil es también el problema de la determinación del carácter urbano. Y más difícil y complicado se hará conforme avance este capítulo.Pero aquí se habla de carácter urbano como indicador de un sentimientodiferenciable de'l de los paisanos. «La hostilidad m'anifiesta o latentedel hombI"e de la ciudad frente al campesino en Ga'licia -y esto enrealidad no es un problema típico de Galicia, sino que está bastantegeneralizado-, crea un conflicto de dos mundos sociales, de un ladoun mundo como d rural, considerado como primitivo y tosco, y de otrolado el mundo urbano, más refinado y auténtico creador de cultura,
(9) FARIÑA JAMARDO, J.: El asentamiento..., op. cit., f. 52.(lO) CORES TRASMONTE, B.: Sociologfa..., op. cit., pág. 89.(11) BEIRAS, J. M.: O atraso económico de Galicia, Vigo, 1972, pág. 71.(12) r. N. E.: Datos estadísticos de las provincias españolas, Madrid, 1972.(13) r. N. E.: Nomenclátor..., La Coruña, Pontevedra, op. cit.(14) (15) 1. N. E.: Nomenclátor..., op. cit.
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según sus habitantes» (16). Es pues este sentido y lo que implicá lo quese considera carácter urbano, ya que se da mayoritariamente en villasy ciudades.
LA RED DE CARRETERAS Y CAMINOS
Es conveniente dejar bastante claras las peculiaridades de este' nivel.y lo es por dos razones: por la dificultad que" representa el imaginarun medio de población dispersa en células autárquicas, cerradas y conun sistema urbano muy debilitado y de escasa importancia; y por laconfusión que produce el moderno desarrollo y función de la carreteraen una base de este tipo.
Para des'lindar y explicar lo que esto significa' vamos a considerara nivel de análisis dos tipos de carreteras. En primer lugar aquellas quellamaremos más propiamente «caminos» -o «pistas» como los paisanos--.:. que sirven de conexión entre las diversas aldeas o lugares dentrode la parroquia y con las inmediatamente vecinas. Y en segundo, lasque establecen unión entre centros urbanos. Son estas segundas alásque nos referimos, contando con un concepto muy amplio de lo quedenominamos centros urbanos, incluyendo en éstos a todo el escalónjerarquizado de núcleos hasta el úl1imo rango, aunque sú carácter searural, y dejando aparte todos 'los establecimiéntos que denominaremosde base que en general no corresponden a ningún núcleo jerarquizadoconsiderado como de tipo puntual, sino a un sector o porción de territorio.
Entre las carreteras así consideradas, históricamente podemos incluir 'las antiguas vías romanas de Galicia, cuyo trazado guarda asombrosa similitud con el de las más i'mportante"s actuales. Sin embargo,bien sea por el incipiente poder de 'los centros urbanos en aquel tiempo,o bien porque el sistema capitaHsta consumista no había alcanzado lascotas actuales, el caso es que no tuvo 'la misma importancia que ahora.Porque el fenómenos de asentamiento que estamos estudiando en es"tenivel, se está produciendo estrictamente en nuestro siglo, y añadiríamosque con importancia suma, en los Ú'ltimos cuarenta años.
Esta red de carreteras ha dado lugar a dos tipos de fenómenos:
1. Ha perturbado extraordinariamente la estructura celular de basede la población rural de los a'lrededores.
(6) eOHES, B.: Sociologfa..>op. cit., pág. 119.
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2. Ha generado un nuevo tipo de asentamiento completamente distinto.
y en ambos casos lo ha efectuado mediante dos tipos principales detraslado de la pob1ación:
a) Migración de los otros dos niveles, nuclear jerarquizado y debase, que s'e asienta «ex novo», abandonando las antiguas moradas yreemprendiendo su actividad en el nuevo lugar. En general, trasladoslargos y que no afectan en un primer estadio a los habitantes de losalrededores.
b) Corrimiento de los habitantes de la base rural celular de las inmediaciones.
Estudiemos las formas de producirse 'los tipos 1 y 2 Ysu desarrollo (17).
Tipo l.-En principio un incipiente traslado de tipo b) ha creadouna zona al lado de la carretera de 2 a 3 casas agrupadas, y donde seinstalan comercios de tipo «tengo de todo» y algún bar. Poco a poco,y a lo largo de ¡la «pista» que une la entidad de base a la «carretera»,se desarrolla la actividad constructiva, casi todo viviendas de reposición que construyen los emigrantes que vuelven y encuentran obsoletasu antigua casa. Luego, se fortalece el grupo pionero, situado al ladode la carretera y se conso'lida el traslado de clase b), con el comienzode la aparición de las primeras viviendas diseminadas, en el espaciocomprendido entre 'la antigua entidad de base y la carretera. Ell cartero,que antes se acercaba a ella, se limita a dejar ahora la correspondenciaen alguna de las casas pioneras. Pronto, la «pista» pierde su primitivocarácter y surge la necesidad de asfaltada, aunque muchas veces estono se consiga, y se la considera ya como «una prolongación de la carretera». Este desarrollo ha tenido lugar y lo está teniendo, en muchasde las entidades situada1s en 'las cercanías de las carreteras. Nosotros,en concreto, lo hemos estudiado en el caso de Ponte do Ba, parroquiade Arteijo, municipio de Arteijo, provincia de La Coruña y en Xesteiriña, parroquia de Adigna, municipio de Sanxenxo, provincia dePontevedra. Se producen muchos otros problemas e interferencias dependiendo fundamenta1lmente de la topografía, tipo de entidad y propiedad del suelo.
Tipo 2.-Se suel'e producir en forma lineal a lo largo de una carretera que une dos núcleos relativamente importantes de población y,por lo general, apoyándose en los cruces de caminos con la carretera.Para que el ejemplo sea 'Sencillo, vamos a suponer que las entidades
(17) FARIÑA TOJO, J.: Un intento de..., op. cit., pág. 47.
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de base están suficientemente alejadas. Entonces, en el cruce de una«pista» con la «carretera» se sitúa el grupo pionero con un desplazamiento de clase a), que, como siempre, lleva anejo el bar y frecuentemente algún tipo de comercio muy primario. Más adelante, a un kiló~
metro o kilómetro y medio se sitúa otro. Poco a poco, entre ambos,se va macizando toda la carretera, en principio con talleres de reparación o comercios combinados con vivienda, y más adelante con viviendas solas. Este segundo tipo de procesos se puede observar con particular intensidad en la carretera entre Cambados y Villagarcía, dondeademás se mezcla con el tipo 1, dando una variada gama de formas;y 'en otros muchos lugares, sobre todo en 'los alrededores de La Coruñay comarca de As Mariñas, y en la provincia de Pontevedra en las carreteras de la costa.
Pero es que también se produce todo un repertorio de situaciones,según la carretera atraviese el casco de la entidad de base -cuandolo hay-, o esté en una zona turística, o cercana a una ciudad importante, etc. Aparte, hay que considerar la relación de las «pistas» -ocaminos- con las entidades de base, independientemente de las carreteras y que no podemos recoger aquí.
Resumiendo, el habitat gallego aparece fundamentalmente dispersoen multitud de pequeños establecimientos que, en la costa, se convierten en diseminados. El análisis de su distribución 'lo hemos enfocadodesde tres puntos de vista: el urbano, el de la red de carreteras y eJlrural, con profundas interrelaciones entre los tres. Ya estudiados dosde ellos, el primero de escasa importancia aunque creciente, yel segundode reciente aparición, el tercero el más interesante en la caracterizacióndel habitat gallego y objeto fundamental de este trabajo, lo veremos enlos siguientes apartados.
DIVISIÓN CELULAR DE BASE
Quizás el hecho diferenciador más importante que presenta el paísgallego en cuanto al asentamiento de la población esté condensado enell tercer punto: la existencia de una división celular del territorio. Enefecto, toda Galicia está, en su base, dividida en una serie de parroquiasque constituyen el sustrato al que hay que referir, en última instancia,j como ya se ha visto, su fenómeno poblacional (18). La división lTIunicipal gallega siempre ha sido, desde todos los puntos de vista, artificial
(l8) VARIOS: A parroquia hoxe, Vigo, 1970, pág. 34.
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e inorgánica. «El Municipio español es un organismo creado para regirla 'vida de núcleos de población concentrada, antiguamente amuralladoso acurrucados alrededor de un castillo. Pero ese sistema no tiene aplicación raciona1 en Galicia, donde las palabras «municipio» y «pueblo»-sinónimas en España- andan siempre desaparejadas en nuestro ~en
guaje. En el agro gallego no se siente la vida municipal como no seapara renegar de :los Ayuntamientos. El Ayuntamiento rural de Galiciano se asienta en -entidades naturales o históricamente diferenciadas, yen estas condiciones carece de aliento vital y de control efectivo paraque su gestión ofrezca garantías de acierto» (19). Bien es verdad quelos municipios cuentan con un número exacto de parroquias y se llegóa su génesis a través de las mismas. Pero no es menos cierto que elescalón municipal, que en otros lugares de España puede tener razónde ser, en Galicia no responde a ninguna realidad. «Ni que decir tieneque 'la-parroquia debe de ser 'la célula vital de la organización campesinay que la comarca, bien delimitada por razones geográficas y económicas,debe ser el órgano vitalizador del régimen autónomo» (20).
Es obvio que una división parroquial de este tipo, basada en la historia y las relaciones hombre-medio, está ausente de cualquier tip<;> deconsideraciones jerárquicas. Y así como en la disposición nuclear devillas y ciudades están en su misma esencia, en la división celular no.Según Christaller cada núcleo agrícola (21) podría verse, como tal núcleo,en el úhimo grado de la escala jerárquica del asentamiento. Esto sería.'así si no se diera ,el caso de que 'la mayoría de los núcleos rurales galle"gps; como se ha visto, no son cerrados, no proporcionan un estricto-sentido de pertenencia. Un individuo no es solamente de la aldea de:Pirciiío-"o del lugar del Español, sino de la aldea de Piroño o del lugardel Español, pa'IToquia de Beariz. Pero la parroquia no es un núcleo,es una zona, con unos llímites precisos y determinados. «E os mortosda Santa Compaña que non se estreven a 'sair dos lindeiros da sua fregresía» (22). Y como tal zona no gira en la órbita de nada, simplementeestá ahí. En una división que no presenta Las características de fuerzay dinámica' que tiene un núcleo jerarquizado. El que .dentro de cada'parroquia pueda e'¿istir una cierta jerarquía, es otra cuestión que ana~
lizaremos más adelante.
(19) CASTELAO.: Sempre en Galiza, Buenos Aires, 1971, pág. 115.
. (20) Idem, págs. 119 y 120~.
(21) BEAUJEAU-GARNIER y CHABOT: Tratado ..., op. cit., pág. 531.
(22) FARIÑA JAMARDO, J.: «La parroquia rural en Galicia», Ateneo de Madrid, aula decultura gallega, 19-11·74.
E.I apartado quedaría incompleto sin hacer referencia a las influencias e interacciones, a la complicada madeja de invasiones y cesionesmutuas, y al carácter de conjunto que presenta e'l fenómeno. Hay quehacer notar que, aunque por necesidades de análisis tengamos que establecer clasificaciones y separaciones, el fenómeno real es de carácterglobal y cualquier cambio en una de las variables repercute indefectiblemente en las demás.
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CAPíTULO VI
TIPOLOGIAS SOBRE EL ASENTAMIENTO RURAL
TIPOS DE DISPERSIÓN
El primer paso para conseguir llegar al establecimiento de los tiposde asentamiento consistió en la revisión de los diversos modelos -enrealidad c1asificaciones- propuestos por distintos autores. Conectandocon lo visto en el capítulo anterior sobre la propuesta del modelo dedistribución de la población en Galicia, el desarrollo del trabajo serefiere, naturalmente, al tercero de los niveles, la base rural, sobre laque se estructura todo el andamiaje del asentamiento.
Antes de pasar a'l estudio de una tipología de aldeas será interesantever a qué tipo de dispersión corresponde el habitat gallego, ya que,según Demangeon (1) se producen cuatro tipos de asentamiento dispersos:
1. Dispersión primaria de edad antigua.2. Dispersión intercalar.3. Dispersión secundaria.4. Dispersión primaria de edad reciente.
En el tipo 1 la dispersión se produce en los tiempos antiguos y seha conservado inalterable en el transcurso de los siglos. Una recientecolonización interpuso, en el tipo 2, entre zonas de habitat concentradootras de habitat disperso. La dispersión secundaria supone la reconstrucción del habitat sobre un nuevo modelo. El cuarto tipo se producecuando en una moderna cdlonización, el colono, sin problemas dedefensa, prefiere la vida ais1lada.
(1) DEMANGEON, A.: «L'habitat rurah>, en «Problemes de Geographie hwnaine», París,1942, págs. 153 y ss.
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En Galicia se dan, en mayor o menor grado, todos estos tipos dedispersión. Tanto la primaria antigua como la reciente ya hemos vistocomo se han producido. En cuanto a la secundaria, aparte de la progresiva bajada en tiempos celtas del monte al valle, tenemos la actual,debida a las carreteras. De la intercalar manifiesta Cores: «En Galiciapuede advertirse con claridad este tipo de dispersión intercalar, en algunos tipos de paisaje sumamente concentrado dentro de la tónica general de'! establecimiento disperso» (2). En 'erecto, ya hemos explicadotambién la mecánica con que se produce, modernamente, en los asentamientos al borde de las carreteras, pero es que ya se ha producido además en otros lugares, particularmente en las· tierras excepcionalmentebuenas y partiendo de primitivos núcleos concentrados.
Para Otero Pedrayo, la dispersión puede ser, antigua, medieval omoderna, y viene determinada, en general, por- las condiciones que yahemos indicado (3). En todo caso, son dos criterios no excluyentes, elsuyo y el de Demangeon.
CRITERIO AGRÍCOLA
Pasemos, pues, al estudio de las diversas tipologías que se han propuesto all respecto para 1as diversas clases de aldeas. Para ello nosvamos a fijar fundamentalmente en tres autores: Otero Pedrayo, H. Lautensach y Niemeier.
Otero Pedrayo emplea un criterio más agrícola que puramente morfológico y, según él, las formas predominantes son las siguientes (4):
1. Aldeas y pueblos grandes de caserío unido, de hechura ciudadana, rodeados por tierras de labor en radios diferentes, según las necesidades del tra:~ajo.
2. Pueblos constituidos por casas unifamiliares, cada una en elcentro de su huerto, pero todas formando un conjunto determinado.
3. Pueblos integrados por casas sólo de habitación, mientras en elcampo, al 1ado de ~os cultivos, se levantan los edificios de aplicaciónagrícola.
4. Pueblos que en el mismo conjunto reúnen habitaciones y edificiosadjetivos de' labranza.
(2) CORFS, B.: Sociologia del asentamiento rural, Man. inM., s. p.(3) (4) OTERO PEDRAYO, R.: Paisajes y problemas geográficos de Galicia, Madrid, 1928,
página 101.
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PROPUESTAS DE LAUTENSACH y NIEMEIER
Para H. Lautensach (5) se pueden distinguir tres tipos de aldeas:
1. Aldeas empinadas.2. Aldeas en forma de calle.3. Poblamientos en enjambre.
Según él, la mayor parte de la población vive en aldeas empinadas,apretadas o dispersas, casi siempre pequeñas, que a menudo se encuentran en 'las inmediaciones de un castro y deben, por consiguiente, sermuy antiguas; con preferencia se hallan situadas a la salida de los valleslaterales, bocarribeiras. Las aldeas en forma de calles no surgieronantes de los diez últimos años. Están situadas principalmente e.n lascercanías de la costa, en áreas de elevada densidad de población. Laspropiedades pertenecen en parte a emigrados de América que han vuelto.Finalmente, en el Norte y centro de Galicia, más del 10 por 100 de lapoblación vive en poblamientos en enjambre, también recientes.
La propuesta de Niemeier, todavía, a pesar del tiempo transcurrido,se mantiene vigente, salvo detalles, para numerosos autores. Es una clasificación fundamenta'lmente morfológica y se trata de un verdaderoclásico entre las explicaciones del asentamiento rural gallego. Veamospues su tipología, que distingue (6):
1) Aldea cerrada con caserío denso.
Las aldeas cerradas, según este autor, se caracterizan por una plantairregular, que en los territorios 'montañosos revelan cierto paralelismode pendiente con respecto a'l camino longitudinal. Las casas o granjasse constituyen en apretadas manzanas, las calles transversales son estrechas y 'los espacios destinados a corrales y huertos tapiados son pequeños. A veces faltan hasta las pequeñas calles de paso, y el espacioentre manzana y manzana de casas se convierte, además de patio, encamino de acceso entre ellas.
(5) LAUTENSACH, H.: Geografía de España y Portugal, Barcelona, 1967, pág. 340.(6) NIEMEIER, G.: «Tipos de población rural en Galicia», en «Revista de Estudios Geo
gráficos», núm. 19, Madrid, 1945, pág. 308.
49
4
2) Aldeas con caserío claro.
En éstas, se encuentran huertos, patios o corrales abiertos, inclusopastizales y tierras de cultivo, dentro de la aldea, pero cada trozo deterreno está tapiado, lo que no ocurre en los caseríos.
3) El caserío.
Abarca sólo unas cuantas granjas, pocas, que tienen por lo generalun origen común al aprovechar una hondonada o arroyo, y las construcciones son muy sueltas. Dice que es difícil establecer una línea divisoria exacta entre el caserío y las pequeñas aldeas de casas separadas.
4) Aldeas adosadas a carreteras.
Son las construidas al lado de las carreteras o caminos, muchas deellas en época moderna.
5) El grupo de aldeas.
El grupo de aldeas está formado por varias de éstas de los tipos descritos y resulta muy difícil caracterizar el enjambre de habitacionescon aldea núcleo. Su rasgo fundamental es que se trata siempre de uncomplejo de insta'lación humana que claramente se recorta en su personalidad de unos alrededores vacíos de edificación. En Galicia estasagrupaciones de aldeas constituyen casi siempre una parroquia.
Señalamos, conjuntamente con Fariña Jamardo (7), que esta clasificación en sus líneas fundamentales se mantiene vigente, y que:
- La aldea cerrada con caserío denso abunda en las zonas de montaña de toda la región, pudiendo servir de ejemplo las de a Terra delv1ontes, más pequeñas, o las de la comarca de O Bolo, más grandes.
- La aldea con caserío claro es el tipo más abundante, encontrándose especialmente en Ilos valles y bocarribei~as.
- El caserío es muy poco frecuente. Lo que se observa con granabundancia es la pequeña aldea abierta, de casas bastante separadas,sobre todo en la costa.
(7) FARIÑA JAMARDO, J.: El asentamiento..., op. cit.
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- Las aldeas adosadas a carreteras o caminos son abundantes enGalicia.
- El grupo de aldeas en enjambre con una aldea núcleo, ademásde en el valle de Lemas, como dice Niemeier, se produce en otras comarcas, como en la Terra Chá de Lugo, donde las entidades singularesde población de la feligresía, giran alrededor de la aldea-núcleo parroquial, considerándolas los vecinos como barrios de este núcleo.
Compendiando lo anteriormente expuesto se puede decir que en laszonas montañosas de accidentado relieve, las entidades singulares sonJ;Ilás pequeñas, aunque no siempre, mucho más cerradas y, sobre todo,más distantes entre sí que en los valles o en las regiones llanas, predominando en éstas las formas más recortadas.
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CAPíTULO VII
TIPOS DE ALDEA EN BASE A LA PARROQUIA
Tanto la clasificación de Niemeier como las otras, según hemos visto,presentan algunas lagunas. Para la c'1asificación que se propone a continuación ha sido necesario el basarse en la más completa de todas, lade Niemeier, acabándola y matizándola en todas aquellas cuestionesque, en nuestro caso, deben ser tomadas en consideración.
Se parte de la parroquia como base y lo único que se pretende esla explicación de su conformación física. Es de hacer notar que no seincluyen aquí los tipos de aldeas derivados de la red de carreteras, nilos mixtos urbano-rurales u originados por la citada red en sus interacciones con 'la división celular. Para llegar a [a tipología propuestafue necesaria la realización de un arduo trabajo de campo, acompañadode otro de gabinete en el que, de forma primordial, se analizó el MapaNacional Topográfico 1: 50.000 y los Nomenc1átor correspondientes a lascuatro provincias gallegas, mediante los cuales se pudo llegar a separare identificar una serie de tipos distintos que se concretaron en sietetipos que no hay que considerar como únicos, sino solamente comomarcas o hitos de identificación en el continuo que constituye la totalidad del asentamiento. Se dan, por tanto, muchas formas mixtas y detransición. Así, por ejemplo, entre las aldeas nuc'1eares en nebulosa ylas parroquias en enjambre, seguramente existirán más tipos intermedios que auténticos ejemplares puros. Al hablar de una aldea nuclear,con caserío c1aro o caserío denso, habría que definir dónde terminauna y comienza la otra, cuál es su punto de separación. Pero esto nosería demasiado correcto y representaría un cientifismo que estadísticamente sería planteable pero que en este caso es de poca utilidad, ya quemuchos de los criterios de distinción, como luego se verá, son de tiposociológico y antropológico. Se está tratando con predominancias, condirecciones, no con hechos exactos y abstractos como pudieran ser los
S3
estudiados en matemáticas. Por eso es preferible el determinarlos poruna serie de notas o características que, en algunos casos, como ya seha dicho, difícilmente se pueden medir o cuantificar. Se han considerado, pues, los siguientes tipos:
1. Aldea nuclear con caserío denso.2. Aldea nuclear con caserío claro.3. Aldea polinuclear con caserío denso.4. Aldea polinuclear con caserío claro.S. Aldeas nucleares en nebulosa.6. Parroquias enjambre con aldea núcleo.7. Parroquias en enjambre.
Se observará que a los dos últimos modos de conformación de unaparroquia, pues de eso se trata, no se les llama aldea sino precisamenteparroquia; pero es que, aunque conceptualmente y según se han definido, se trata de aldeas, el sentido de pertenencia de los habitantes lasllama más acertadamente parroquias. A continuación se van, pues, aanalizar separadamente cada uno de los tipos considerados.
ALDEA NUCLEAR CON CASERÍO DENSO
En la clasificación de Niemeier se puede identificar con bastanteexactitud con la aldea cerrada de caserío denso. El cambio de nombrede cerrada a nuclear se debe a que más adelante se considerará otrotipo directamente derivado de éste, el polinuclear, y además porqueverdaderamente el nombre es más expresivo de lo que se quiere dara entender.
El asentamiento forma un núcleo unido, claramente diferenciable delresto de la población de la parroquia, o de las otras parroquias, casode ser único. Existe una cierta ambivalencia en cuanto al sentido depertenencia de los habitantes a la comunidad al confundirse en muchoscasos los dos conceptos, el mental de parroquia y el físico de aldea. Elcaserío, en formación compacta, con escaso terreno libre entre casa ycasa; además, pocas v'eces los caseríos conforman verdaderos lugaresya que la formación cerrada del tipo no da ocasión a que esto se pro-duzca. .
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ALDEA NUCLEAR CON CASERÍO CLARO
Corresponde exactamente a la aldea cerrada con caserío claro de laclasificación de Niemeier. Forma, igual que el tipo 'anterior, un núcleoc'laramente diferenciado del resto de '1os asentamientos de los alrededores, y se puede establecer una clara línea que lo contenga. El sentidode pertenencia de los habitantes sigue siendo el mismo que en el casoanterior. En realidad, 'la única diferencia consiste en la disposición delcaserío, que si en el primer caso' era en formación compacta con escasosclaros, en éste presenta claros notables entre casa y casa, correspondientes en general a huertos e incluso pequeñas parcelas introducidascomo cuñas. Además, '1os caseríos pueden conformar lugares diferenciados dentro de la aldea, aunque indudablemente no con la fuerza quelo hacen en las polinucleares.
ALDEA POLINUCLEAR CON CASERÍO DENSO
Realmente, en la clasificación de Niemeier no aparece por ningunaparte. En todo caso se la puede asimilar a la cerrada con caserío densosuponiendo que no exista ningún tipo de distinción entre la que tieneuno o varios núcleos, distinción que es necesario hacer en este trabajo,ya que estamos ante una base para establecer una tipología de plantas.
Lo singular del tipo es J1a existencia, a pesar de formar un «contorno» único claramente diferenciado del resto del asentamiento, de doso más núcleos separados, generalmente por algún accidente topográficofácil de salvar a pie. Es importante señalar que, por lo general, siemprealguno de los núdeos tiene una importancia mayor que el otro. Si estosucede así, éste, suele constituir un lugar, o lugares si son varios. Encuanto al caserío, es de formación compacta con escaso terreno libreentre casa y casa.
ALDEA POLINUCLEAR CON CASERÍO CLARO
Es muy similar al tipo anterior y se distingue del mismo, sobre todoen que el caserío, en lugar de presentar una formación compacta se dispone en alternancias de edificaciones y claros. Esto hace que en planta,y físicamente, no sea fácil la separación de éste del tipo nuclear concaserío claro, ya que los espacios que deja pueden llegar a anular y sermayores que las verdaderas separaciones físicas. La existencia de ba-
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rrancos, hondonadas, arroyos, etc., puede ayudar a la correcta separación.
Conceptualmente, la diferencia es clara y, además, consideracionessobre la agrupación en lugares la hacen todavía más. La aldea nuclearmanifiesta el fenóm'eno del 'lugar con escasa relevancia mientras que enla polinuclear éste se da sistemáticamente y casi sin excepción. Obsérvense las muchas veces que aparecen en la toponimia los términos Lugar darriba o Lugar dabaixo, por ejemplo.
ALDEAS NUCLEARES EN NEBULOSA
Este caso no aparece en la clasificación de Niemeierr y no se hace,además, fácilmente asimilable a ninguno de los por él propuestos. Porlo general se trata de formaciones de caserío claro y de mucha menorentidad que ¡las vistas anteriormente, pero conservando cada una su independencia e identidad. Al preguntar a 10s habitantes de. dónde son,cont'estan que del sitio de Montes, etc. Se diferencian de las nuclearescon caserío denso en que, mientras éstas son escasas, una o dos, en elmapa de la parroquia, ilas nucleares en nebulosa son más en númeroe inferiores en habitant,es. Importa manifestar que es necesario quesean de parecida entidad entre ellas, porque si alguna fuese superioren algún sentido ejercería un papel central o de capitalidad y las demáspasarían a ser «barrios» o «lugares» de la misma con lo que estaríamosen el caso de parroquias en enjambre con núcleo, caso que se verá acontinuación.
PARROQUIAS EN ENJAMBRE CON ALDEA-NÚCLEO
Por 110 general de 'caserío claro, de organización muy parecida al tipodel apartado anterior se diferencia de él fundamentalmente por doscosas:
1. En que las distintas entidades son todavía de menor importan;cia, exceptuando la a'ldea-núcleo. Lo que hay que tener en cuenta porencima de todo es que se manifieste una clara subordinación.
2. La existencia de múltiples formas intermedias de asentamiento,llegando incluso al caserío aislado.
Es éste uno de los apartados de más difícil estudio por ser una especie de cajón de sastre donde se incluyen variados ejemplos de habitat.
56
También aquí hay un punto de coneXlon entre los dos esquemas: elcorpuscular jerarquizado de carácter urbano y el celular rural, precisamente debido al carácter de subordinación señalado. Muchas vecesesta aldea-núCleo se confunde sin solución de continuidad con las villas.y otras, aunque no lleve este nombre, el de villa, ejerce un papel decapitalidad tan manifiesto, aunque sea a nivel parroquial, que de hechoactúa como si lo fuera. Por último, falta decir que en la clasificación deNiemeier se corresponde con el tipo que él llama de grupo de aldeasy enjambre de habitaciones con una aldea núc'leo.
PARROQUIAS EN ENJAMBRE
Se diferencia del grupo que hemos denominado aldeas nucleares ennebulosa, el más afín, en 'la menor importancia de las entidades queya no serían aldeas o lugares sino barrios. Esto es, que los habitantesno harían referencia, a menos que se los presionase, al marco físico deconvivencia, sino al marco mental de referencia: la parroquia. Tambiénpodría llegar a confundirse con las que hemos denominado parroquiasen enjambre con aldea núcleo. Para resolver esta posible confusión esnecesario tener presente que no debe existir una entidad importanteque cambie 'la referencia del nivel mental de parroquia al nivel físicode aldea. El caserío, obviamente, es claro y corresponde a lo que Niemeier llama caserío.
57
CAPÍTULO VIII
PLANTAS DE ALDEAS
Dado que estamos intentando llegar a la determinación de unos tiposcaracterísticos de plantas en el rural gallego, y su distribución en lascuatro provincias, necesitamos en primer lugar, llegar a la determinación de las mismas; en segundo, demostrar que realmente son caracteiisticas y, por último, llegar a la definición de su distribución territorial.El proceso se desarrolló siguiendo el esquema siguiente:
1. Determinación de una muestra mínimamente representativa delas 30.000 entidades singulares de población gallegas.
2. Asignación de una serie de características a cada elemento de lamuestra que actuaran como indicadores
3. Establecimiento de las :orrelaciones existentes entre indicadoresque pudieran permitir un agrupamiento de elementos y entidades, conlas caract,erísticas homogéneas necesarias que posibilitaran el hablarde ellos como tipos de plantas.
4. Extensión a las otras zonas de Galicia que cuenten con las ca·racterísticas indicadas para una probabilidad de asignación de una planta determinada.
Los problemas, a nivel operativo, se presentaron ya desde el primerpunto. En efecto, ¿se estaría actuando científicamente all considerar enforma aislada cada entidad del Nomenclátor? Según lo visto anterior·mente, ¿no sería más efectivo operar a nivel de parroquia? En este ú'lti·mo caso ¿qué sucedería con las aldeas con entidad propia si existiesendos o más en cada parroqua?
59
El segundo punto no era menos problemático. ¿Qué característicaselegir como indicadores? ¿Cualquiera? ¿De medio físico? ¿Culturales?¿Cómo medir, por ejemplo, los coeficientes de forma (1) de todas ycada una de las entidades de la muestra?
Hubo, necesariamente, que replantear el problema partiendo deunas bases que hicieran viable la metodología adoptada. Estas bases,que hicieron posible el proceso son, en síntesis, las siguientes:
A) Dada la amplitud del universal de referencia, 30.000 entidades,se optó por bajar la representatividad de la muestra disminuyendo sunúmero de elementos, de forma que fuese posible el reconocimientosobre el terreno de todos y cada uno de ellos.
B) La elección de un determinado elemento de la muestra significaba que el trabajo de campo a desarrollar sobre el mismo se extendería a 'la parroquia entera de la que formaba parte.
C) La asignación de variables se hizo en base a ~os datos factiblesde obtener a nivel, por lo menos, municipal. Quedaron así excluidoscomo indicadores todas aquellas variables que, aunque se reconocierancomo muy interesantes o incluso fundamentales, no cumplían la condición anterior.
D) Debería ser posible un tratamiento sencillo de la información.
En suma, fue necesario establecer un compromiso entre el rigorcientífico de la investigación, la fiabilidad de la misma, la necesidad dellegar a unos resultados -objetivo de la investigación- y las posibilidades materiales y operativas. En la medida de cumplimiento delcompromiso resultará la validez del trabajo.
PROCESO SEGUIDO
Teniendo en cuenta las bases establecidas en el punto anterior sellegó al establecimiento de un proceso que en sus líneas principales seexpone a continuación. Ell trabajo se ha dividido en cuatro partes aunque las mismas no correspondan con exactitud a la disposición materialdel índice, ordenado atendiendo a otros criterios que no son precisamente los de ejecución.
(1) DERYCKE, H. P.: La Economía Urbana, l\':adrid, 1971, pág. 57.
60
Dada la imposibilidad de estudiar todas y cada una de las entidadesde población de Galicia hubo que acudir a la determinación de unamuestra. Muestra que se realizó estratificada por comarcas. Basándonosen la división comarcal de Ga:licia propuesta por Fraguas (2), elegimosuna serie de comarcas caracterísücas. Después de diversas propuestasy consultas se llegó a las siguientes: As Mariñas, Terra de Bergantiños,Terra de Soneira, Val de Lemos, Terra Chá, O Cebreiro, Terra de Montes, O Ribeiro, Terra do Bolo, O Sa'lnés. Fue necesario entonces acudira las hojas del Topográfico Nacional 1: 50.000 (3) de las comarcas correspondientes para determinar zonas homogéneas dentro de cada una deellas y elegir unas parroquias determinadas con ayuda del Nomenclátor (4). Dentro de cada parroquia volvimos a proceder en forma análoga.
Previa a la redacción del trabajo de campo, fue necesaria la decisiónde unas bases de estudio en función de la revisión realizada. La misiónfundamental de estas dos primeras etapas, de gabinete y de campo, erael llegar a la determinación 'en forma de hipótesis de 'los tipos de plantas característicos. Hay que decir que Ga'licia constituye un continuo enlas formas de asentamiento. Es decir, que los tipos de plantas característicos, no son más que las cumbres de las montañas de una cordillera.No constituyen compartimentos cerrados, sino tan sólo hitos en el camino. Y así, las formas mixta's son, como no podía menos de suceder,las más abundantes. Como se verá a continuación donde se recogenlas plantas de las aldeas investigadas' es muchas veces difícil, con lasimple ayuda de 'la forma que presenta la planta, el llegar a determinarel tipo de la que es más afín. Predsamente, y debido a que· algunos delos criterios de distinción para las formas de asentamiento no son formales, sino antropológicos y sociales, era· imprescindible el trabajo decampo.
Ya determinados, como hipótesis, los tipos de plantas que correspondían a cada entidad o entidades, el siguiente paso era demostrarque eran caracteristicas, es decir, que tenían determinada zona geográfica como más probable para su aparición y que esta zona era ademásde la suficiente entidad.
(2) FRAGUAS y FRAGUAS, A.: Geografía de Galicia, Santiago de Compostela, 1953, Indice.(3) INSTITUTO GEOGRÁFICO y CATASTRAL: «Mapa Topográfico Nacional a escala 1:50.000».
Hojas correspondientes a las comarcas citadas.(4) 1. N. E.: Nomenclátor de las ciudades, villas, lugares, aldeas y demás entidades
de población. COrrespondiente a las cuatro provincias, Madrid, 1973.
61
62
MUNICIPIOS SOBRE LOS qUE SE HA REALIZADO LA MUESTRA Y
SU NUMERACION SmUN EL NOHENCLATOR
La Coruffa--------05. 16. 19, 40, 41, 58, 75Lugo --06, 07, 08, 12,15, 24, 31, 34, 65, 47Orense---- 11, 15, 18, 22, 25, 35, 69, 74, 83, 86Pontevedra 05,06, lO, 11, 18, 22, 28,40,41, 51,60.61,
Los tipos de plantas
A continuación se presentan algunos ejemplos de fichas de plantasde o aldeas realizados para el trabajo. El número grande situado a la izquierda corresponde al tipo considerado según la siguiente clasificación:
1. Nuclear denso.2. Nuclear claro.3. Polinuclear denso.4. Polinudear claro.
05. En nebulosa.6. Con aldea-núcleo.7. En enjambre.
Los croquis que se presentan son el resultado de largas horas detrabajo de campo y consultas en mapas y fotoplanos. El trabajo decampo se realizó determinando la entidad ,singular correspondiente yrecorriendo la parroquia para verificar los nexos de unión de la entidadcon el resto, para comprobar la autonomía y singularidad real de laaldea. Por supuesto se realizó una ficha para. cada una de las entidadesestudiadas, aunque aquí solamente reproducimos algunas, las más representativas de cada comarca y más claras desde el punto de vista desu planta.
63
AS HARI~AS 'LA CORUÑA
221
0580101 ~38375
64
21:2 0580103 ~38357
210750108 ,PEDRElRA
38357
AS MARIRAS LA CORuNA
210750801 ~
38375
221
0580719 !!Q38367
,
1
210580212 ~
38361
6S
TERRA DE BERGANTIÑOS LA CORufiA
2
440191301 ARNADOS
41664
66
2
44OL91307 SANTA MARINA
41664
440191306 RAZO DA COSTA
416G4
TERRA DE BERGANTIÑOS LA CORUFJA
144
0191304 NION (~)41664
¡ljo
• 450050204 BAYOUCA
41640
2 1/,045
0050223 PONTE DO BA
20041640
'l'&üA DE SONElRA
1 430400610 MORDOMO
41796
LA CORUÑA
68
2
643
0400601 ~41796
430400204 REBOREDO
41796
TERRA DE SONElRA
430400203 MAT!O
41796
7
4
2~3
0160312 SANTA MARIÑA~1791
LA CORUÑA
43OL60201 ~
41793
69
-Iglesia-Souto-Veiga
70
VAL DS L&MOS
6
1560311803 REIGADA Y aledaños
12712
LUGO
1560080700 PARROQUIA RIDAS P&QUEN S
12420
VAL DE LEMOS
1560241300 PARROQUIA DE LAYOSA
43455
-Sio-Val-PolvoreiroCodesio-Vila
5
LUGO
1560471000 PARROQ. DS PORNBLOS
43455
-Arriba-Abaixo-Campo
72
Cii:DREIRO
~ 00613~~ ~43131
990062306
43131
1.000
CEBRE¡RO LUGO
990340606 FREIXIS
43677
99,0340101 ~
43677
990340908 VILARANTON
43677
4
73
·:74
TEl~I-{A
5
470651900 PARROQUIA DE NOITE
41695
-portovigil-Barbeitas-Huiños-Fontiñas-parr0c=ha-Rabilqnga-Fraga.-Suavila-Outeiro-Iglesia-Esperido-Escourido-KXestas Brancas-Casanova-Bauzas-Chupeira-Lourige-Carral
LUGO
TERRA ellA l.UGO
'o Uriz .,..[~O•
•••• • ... -.• -.4 Ponte • I
¡ao
720071705 ~
53875
720071704 ~
53875
720070703 ClMADAVILA
53875
76
2
2
4
••
225069070412842 SEljO
.i••
225022060412842 POUSADOlRO
225022020412842 PARADELA
7
1870250503
13460
o RIBEIRO
2
•
ORENSE
1870740200 PARROQUIA DE BEARIZ
13460
-San Amaro-Virifla-Sspaño1-Ventose10-Outeiro-Piroño-Figueiredo-Casar do Mato
le70250502 ~
13460
• •..-•
77
TERRA DC BOLO ORENSE
18
1
5
2280860401 COLELO
4'5133 ---
2280831101 ESPINo
41318
TERRA DO BOLO
2280830301 CARRACEDO
41324
ORENSE
2280831801 PRADOLONGO
41324
2280150302 CILLEROS
41324
TERRA DE MourES ORENSE
80
1
1
1
1530110301 ARNELAS
12451
1530110304 LIÑARES
12451
1530351201 CANDOSA
12451
•
6
TERRA DE MONTES
1560180402 ~
12446
PONTEVEDRA
1560180706 ~
12446
1530180709 MAL BURGO
12446
81
7
6
SALNIS
1850510107 XESTEIRIÑA
12306
PONTECEDRA
1850510201 ~
12306
82
6
•• •• ..
1850510705 ~
12306
•
SALNES
1520060309 TRAGOVE
12649
5
6
pmTE:VEDRA
1850410204 ~
13434
1520610403 ~
12649
83
CAPíTULO IX
DISTRIBUCION TERRITORIAL
Se trata ahora de ver la distribución en el mapa de Galicia de cadatipo, su importancia absoluta por la extensión que ocupa y da necesidadde que casi todo el terreno venga a ser cubierto por los siete tipos deplantas.
Para ello hemos elegido una serie de variables o indicadores, conobjeto de 'extender a toda Galicia las conclusiones sacadas para el ámbito espacial exclusivo de 'la muestra. Indudablemente, cuanto mayorsea esta muestra y cuanto mejor elegidos estén los indicadores, mayorserá la fiabilidad del resultado final. Sin embargo, ya se han hecho notaren apartados anteriores las dificultades que esto presenta. En cuantoa las variables se optó por elegir aquéllas de las que se podía obtenerinformación fiable y a nivel municipal, cuando menos.
Para facilitar el trabajo y sobre todo 'los cálculos del que llamamos«índice medio de probabilidad» se optó por dividir a toda Galicia enuna cuadrfcula 'Cuyos cuadros tuvieran una dimensión de 8,8 kilómetros.Escala perfectamente' 'adecuada a la precisión de los datos a nivel municipal. Parecía absurdo adquirir una precisión extraordinaria en ladistribución territorial, que por otra parte sólo está en condiciones dedar una indicación global, cuando ya de entrada la fiabilidad de lamuestra era simplemente aceptable.
Se tomaron, pues, los siguientes indicadores:
1. Número de entidades por hectárea.2. Número de parcelas por hectárea.
3. T'amaño medio de la entidad.4. Subordinación llor t~maño.
85
5. Terreno cultivado respecto al censado.6. Alturas topográficas.7. Relación entre costa e interior.
Una vez obtenidos las mapas anteriores fue necesario integrarlosen el cuadriculado explicado anteriormente. A continuación se inc1uyenlos mapas continuos y discretos respecto a cada variable.
86
NUMERO' DE ENTIDADES POR KM 2
E1aboraci6n propia, datos del NomenclAtor del I.N.E.
~ -Hasta 0,6 entidades por km2 •.~ -De 0,6 a 1,4 entidades por km2.~ -Más de 1,4 entidades por km2.
87
88
NUMERO DE PARCELAS POR HECTAREA
Elaboraci6n propia. datos del Censo Agrario de Espaffa.
I=J -De O a 1.5 parcela9 por Ha.t=1-De 1.6 a 4.5 parcelas por Ha.~-Má9 de 4.6 parcelas por Ha.
TAMAÑO MEDIO DE LA ENTIDAD
&laboraci6n propia, basado en datos del NomenclAtor.
t=j -Entidades hasta 12 viviendas de media.t=j -Entidades de 13 a 30 viviendas.~-Entidades de 31 o más viviendas.
89
SUBORDINACION POR TAMANo
Slabor~ci6n propia, ba9a~o en datos del Nomenclátor.
1=1 -Diferencia del 15% entre primera y segunda.t:j -Diferencia del 16% al 35%.~ -Diferencia mayor del 36%.
90
TERRENO CULTIVADO· RESPECTO AL CENSADO
Elaboraci6n propia, ba~ado en el Censo Agrario de España.
r:J -Terreno cultivado hasta el 15% del censado.~ -Del 16% al 25% del censado.~ -Mayor del 25% del censado.
- 91
HIPSOMETRICO
Basado en el Atlas GeogrAfico de Esp~a del I.G.C.
t::i -Hasta 200 m.b=j -De 200 a 600 m.~ -De 600 a 1000 m.~ -MAs de 1000 m.
92
RBLACION ENTRE LA COSTA Y EL INTERIOR
.~ -Zona de radio de 10 km. de la costa.t::J -Zona de radio de 30 km. de la costa.
NUMERO DE ENTIDADES POR KM2.
c:=t ---------Hasta 0,6 entidaees!km2.~ --------De 0,6 a 1,4 entidades!km2.~ MAs de 1,4 entidades!km2.
NUMERe DE PARCELAS POR HECTAREA
t:j --------De O a 1,5 parcelas/Ha•.!S3i1 -----De 1,6 a 4.5 parcelas/Ha... ----MAs de 4.6 parcelas/Ha.
95
J
TAMARo MBDIO DI LA ENTIDAD
--------~Hasta 12 viviendas.--------De 13 a 30 viviendas.--------vDe 31 o mAs viviendas.
96
SUBORDINACION POR TAMANo
---------Diferencia del 15% entre la lA y la 22---------Diferencia del 16% al 35%.--------~.Diferencia mayor del 36%.
,91
TERRENO CULTIVADO RESPECTO AL CENSADO
---------Terreno cultivado hasta el 15% del censado.--------Del 16% al 25% del censado.--------Mayor del 25% del censado.
98
ALTURAS TOPOGR~FICAS (HIPSOMETRICO)
c:¡ Hasta 200 m.p -----De 200 a 600 m.,~ De 600 a 1000 m.~ --------Más de 1000 m.
99
RELACION ENTRE LA COSTA Y SL INTERIOR
----------Zona de radio de 10 km. de la costa.---------Zona de radio de 30 km. de la costa.----------interior.
100
CAPÍTULO X
EL MODELO DE DISTRIBUCION POR TIPOS
CRITERIOS DE ASIGNACIÓN
Partiendo de los tipos de plantas detectados y de las variables quese han considerado, el objeto de este apartado consiste en fijar la probabilidad de que determinada p'lanta aparezca cuando aparece una delas variables. El supuesto de base es sencillo, se plantea la hipótesisde que si un hecho determinado se presenta más frecuentemente cuandose produce otro, al aparecer éste se puede inferir que aquél se darácon preferencia a otro. En 'Suma, las variables que hasta el momentoson tales, pasan a convertirse en auténticos indicadores. En Galicia, laslíneas de influencia se cruzan, los condicionantes varían simplementecon recorrer un par de kilómetros; en estas circunstancias hay que considerar las generalizaciones con suma caute'la, cuanto más si se ha tomado, como en nuestro caso, la unidad mínima de distinción en 16 kilómetros cuadrados. Por eso hay que entender que cuando se hable deque en una determinada zona aparece algún tipo de planta, no hay quesuponer que se da éste y ninguno más, sino simplemente que aparececon mayor frecuencia que los demás. Y dado que se trabaja con probabi'lidades, con dire'cciones, a veces, ni esto suoede.
CUADROS DE ASIGNACIÓN DE PROBABILIDADES
A cada uno de los cuadros en que se ha divido Ga'licia hay que asignarle la probabilidad de cada tipo de planta, según variable, deducidade las tablas de probabilidades. Se refirió cada cuadrícula a un mapamatriz de GaHcia a escala 1.000.000, v se hizo en la forma más sencilla
101
señalando simplemente los ángulos. Así, superponiendo vegetales, yacon sus valores asignados, sobre una cuadrícula de referencia, se puede,sin problemas, operar con los valores correspondientes.
EL íNDICE MEDIO DE PROBABILIDAD
Quizás no sea ésta precisamente la denominación más adecuada parala clara comprensión de' lo que este número representa. Para cada unode los tipos de planta -por ejemplo, la parroquia en enjambre-, setomaron los siete cuadros de asignación de probabilidades correspondientes, y para cada una de las cuadrícu'las se halló la media. Es claroque esta media no da estrictamente la probabilidad de encontrar laplanta correspondiente en esa cuadrícula pero sirve como índice quemida esta posibilidad.
Es perfectament'e sabido que 'la media no da una dara idea de ladistribución (1), en este caso de probabilidades. Para tener una claraidea del conjunto de la dstiribución es neoesario recurrir a medidas dedispersión y concentración como varianza, desviación media, desviación típica, coeficiente de apertura, etc. (2). Sin embargo, dadas lasespeciales características de esta distribución, no lo olvidemos, de probabilidades, las dificultades se atenúan en forma evidente. El significado de una dispersión muy acusada en torno a la media no es el mismo, ya que, si determinada variable hace subir notablemente el índicepor tener un valor muy alto, este índice será muy indicativo y no importará demasiado la aparición de otros valores bajos que lo compensen.
INTERVALO ADOPTADO
¿A partir ,de qué índice m'eclio de probabilidad se considera comoposible la existencia de determinada planta? La solución del problemaes bastante fastidiosa debido a una serie de circunstancias. En primerlugar se destaca como lógico que la misma cuadrícula, o lo que es igua'l,la misma porción de territorio, pudiera ser soporte de varias plantascaracterísticas. O sea, que la probabilidad muy alta de existencia de
(1) DAVIES: Métodos estadísticos aplicados a la investigación y a la producción, Aguilar,Madrid, 1968.
(2) GONZÁLEZ GÁMEZ, R.: Análisis matemático, VI Curso de Introducción al Urbanismo,lEAL, Madrid, 1974, s. p.
102
una planta no excluía probabilidades altas para las demás. En segundolugar, el hecho real de la tendencia a la igualación de las probabilidadesal determinar la media. Esto habría de conducir a que el intervalo devariación de los índices se hizo «de facto» bastante estrecho. Para todoslos planos matriz de índices medios estos últimos no bajaban del10 por 100 y no subían más allá del 70 por 100. Esto invalidaba la cifradel SO como límite. En tercer lugar estaba 'la necesidad de que el establecimiento del límite fuera congruente con una cierta igualación enlas superficies por plantas. Por todo ello se adoptó el índice 40 comomás adecuado.
EL MAPA DE DISTRIBUCIÓN POR TIPOS
Fijado, por tanto, el limite en la cifra de cuarenta, la realización delos mapas de distribución por plantas no ofreció particu1lares problemas. Estos mapas se confeccionaron incluyendo todas aquellas cuadrículas cuyo índice medio de probabilidad era de 40 ó superior. Seincluyen a continuación los mapas de distribución por tipos de las distintas aldeas.
103
l. Aldea nuclear con caserío denso.
Recuadradas en negro las cuadriculas con 1ndice mediode probabilidad de 40 o mayor.
MAPA DE DISTRIBUCION
1M
17
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l_ 11c-- .,.,
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2. Aldea nuclear con caserio claro.
Recuadradas en negro las cuadriculas con índice mediode probabilidad de 40 o superior.
MAPA DE DISTRIBUCION
105
3. Aldea polinuclear con caserio denso.
Recuadradas en negro las cuadricules con 1ndice mediode probabilidad de 40 o superior.
~~A DE DISTRIBUCION
106
4. Aldea polinuclear con caserio claro.
Recuadradas en engro las cuadriculas con 1ndice mediode probabilidad de 40 6 superior.
MAPA DE DISTRIBUCION
107
5. Aldea nuclear en nebulosa·.
Recuadradas en engro las cuadriculas con indice mediode probabilidad de 40 6 superior.
MAPA DE DISTRlaUCION
108
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Recuacradas en negro las cuadriculas con indice mediode probabilidad de 40 o superior.
MAPA DE DISTRIBUCION
109
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a b e Id e f 9 h i j k I m n a p q r s t u v x y
7. Parroquía en enia~bre.
Recuadradas en negro las cuadriculas con indice mediode probabilidad de 40 6 sueprior.
MAPA DE DISTRIBUCION
110
CAPíTULO XI
ZONAS RESULTANTES
PROCESO DE APARICIÓN DE LAS ZONAS
Una vez obtenidos los mapas de distribución por plantas se vio queexistían ciertos acuerdos entre ellos. Estos acuerdos se referían a ladistribución real territorial de cada tipo. Lo que ocurría es que, a veces,dos o más tipos de plantas se extendían preferentemente por el mismonúmero de cuadrículas. Se dijo ya anteriormente que la probabilidadmuy alta de exi'Stencia de una planta no exduía probabilidades altaspara las demás. Esto se ve como perfectamente iógico por dos razones.La primera es de índole genera'!. Parece rarísimo que en determinadaporción de un territorio se dé con exclusividad, y preferentemente,un solo tipo de posibilidad. Generalmente, los configurantes externosque conforman determinado tipo de habitat nunca son tan rígidos yespecíficos, en suma, tan determinista's, que ofrezcan una sola soluciónviable y correcta al problema (l). La segunda, es de índole particulary se refiere concretam1ente 'al país gallego. Galicia presenta una variación rapidísima, a pesar de su carácter general de bloque unitario, deuna zona a otra (2). Así, en la comarca del Sa'lnés, por ejemplo, al ladodel paisaje desértico y de dunas de la zona de la Lanzada se presentael de montaña y un poco más allá el de la huerta. Esta variación rítmica,rápida, de los condicionantes dentro de un círculo de pocos kilómetroscuadrados, avalan todavía más la tesis de que no hay inconveniente enque dos o más tipos de plantas se extiendan por el mismo número de
. cuadrículas.Extendiendo sobre una mesa Ilos mapas de distribución territorial
por plantas, éstos se agrupan en forma natural en tres conjuntos per-
(1) GEORGE, P.: Geografía rural, Barcelona, 1969, pág. 193..(2) PENA TRAPERO, X. B.: A planificacion rexional e Galicia, Vigo, 1972.
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fectam'ente específicos y diferenciados. Conjuntos que se han denominado, A, B Y C, o costero, interior agrícola y montaña. Se han dado estasdenominaciones porque su distribución territoria1, aunque no se ajusteexactamente a las mismas, sí lo hace en forma aproximada. Forma queademás coincide con la división geográfico-social-económica propuestapara Galicia por muchos autores. Una Galicia de la costa y otra del interior que a su vez se divide en una del llano -terra chá- y otra de lamontaña -terra de montes-, respectivamente con preponderancia dela agricultura o de la ganadería (3).
Se agrupan así, naturalmente, sin forzamientos de ninguna clase, ycomo se puede observar repasando los mapas de distribución por plantas, Ilos tipos nuclear y polinuclear con caserío denso; el polinuclear concaserío claro y el nuclear en nebulosa; y por último, el nuclear concaserío claro, la parroquia en enjambre y la parroquia en enjambrecon aldea núcleo. Que correspondían, respectivamente, a la zona demontaña, a la interior y a la costera.
ZONA A, DE LA COSTA
Esta zona la componen, por excepClon, no dos sino tres tipos deplantas distintos: la aldea nuclear con caserío claro, 11a parroquia enenjambre con aldea núcleo, y la parroquia en enjambre. Común a todosellos es una planta de asentamiento que se podría denominar abierta.El tipo de pobl'ación también es, con exoepciones, dispersa y abarcatoda la gama de plantas con caserío claro excepto la polinuclear, porotra parte muy cercana a las aldeas en nebulosa.
Comprende casi todas las comarcas costeras desde As Mariñas hastael Val do Rosal, pasando por Bergantiños, Vimianzo, Barbanza, UUa,Salnés, Morrazo y Fragoso. En el interior o Ribeiro, y sigue, desde él,el curso del río Miño hasta su desembocadura. Veamos la opinión deAntonio Fraguas 'Sobre la traza de las aldeas: «La traza de las aldeasvaría del interior a la costa. En la montaña, la aldea se agrupa en apiñado caserío, mientras que ,en las comarcas bajas se alargan los edificiospor los caminos y $le independizan 'las viviendas donde 10 permiten lossolares» (4). Es una confirmación, clara, rotunda, de los resultadosa que se ha llegado, y en particular de lo manifestado en el párrafoanterior. Esta similitud de tratamiento que engloba casi toda la zona
(3) MARTÍNEZ RISCO, J.: «As institucions xuridicas e a vida económica e social deGalicia)), en e<Introducción a econonúa galega de hoxe), Vigo, 1969.
(4) FRAGUAS y FRAGVAS, A.: Geografía de Galicia, Santiago, 1953, pág. 21\).
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8
'¡'".:
ZONA A : COSTERA
Con trama lás cuadriculas.que la forman.
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éostera y Ó Ribeiro no nos debe hacer olvidar que jamás tendremoscon ello una representación de lo que significa una comarca natural. Yes que, una comarca se diferencia de otra, no solamente por la disposición física del habitat, que es lo que se está estudiando en el trabajo,sino por una serie de circunstancias más: paisaje, disposición de loscultivos, microclimas, I1elaciones culturales, tipo de economía, sociedad, etc., que indican diferencias más fuertes que la mera forma deasentamiento. Con todo, también existen estas diferencias entre zonasreferent,es a las circunstancias formales, ya que es preciso tener encuenta que cada una de las tres zonas detectadas presenta diferenciasen cuanto al tipo de planta dentro de sí misma. Y en una comarca podráapar-ecer con preferencia la parroquia en enjambre con aldea núcleo yen otra la nuclear con caserío claro, aunque pertenezcan ambas a lamisma zona.
El medio económico a que corresponde esta zona se basa fundamentalmente en una explotación conjunta de los cuatro medios de producción rurales: pesca, agricultura, ganadería y turismo (5). Dada la importancia que para el desarrollo económico, tiene la diversificación temáticade las fuentes de producción puede deducirse de ahí la tendenciaa un trasvase de población en el sentido interior.,costa, máxime teniendopresente que el desarrollo industrial se vuelva 'Sensiblemente hacia estaúltima. Este tipo de economía mixta, característico de la zona costera-no olvidemos que el marino gallego ha sido definido muchas vecescomo un marino agrícola ya que en la célula familiar se suelen combinar ambas formas de explotación (6}-, se refleja indefectiblementeen 'la disposición física del asentamiento. Al no depender los medios desubsistencia exclusivamente de la agricultura o la ganadería, se puede ira un tamaño de explotaciones inferior al necesario incluso para una«agricultura de subsistencia», y que representa una simple ayuda a lasdemás fuentes. Esto explica la extrema abundancia de tipos mixtos deasentamiento. Esta diversificación y posibilidades de subsistencia, seconcretan en las mayores rentas de los habitantes de la costa frentea los del interior, rentas que han permitido en muchos casos pasar delos medios de transporte animal a los mecánicos, más autónomos y demayor radio de acción, que han propiciado el establecimiento real delindividuo en un entorno mucho más amplio que antaño. Los establecimientos a lo largo de las carreteras, oportunamente estudiados en losprimeros capítulos del trabajo, se han convertido en norma y han pro-
(5) JUNG, J.: La ordenación del espacio rural, Madrid, 1972, pág. 65.(6) VARIOS: Economía e sociedade en Galicia, Vigo, 1968.
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vocado, precipitando su evolución, es'e extraño conglomerado que representa el asentamieno en esta zona.
Sin embargo, y aunque ya se ha hecho notar, será interesante insistir en el hecho de las diferencias, en ciertos casos muy importantes,entre comarca y comarca. Así, evidentemente, no corresponden las mismas condiciones, y por ende, el mismo tipo de asentamiento, a unacomarca como el Salnés y a otra como Bergantiños. Diferencias que seacusan, sobre todo, referente a nuestro tema de estudio, en el tipodenominado de parroquia en enjambre con aldea núcleo. Por tanto,para la dererminación aproximada de los tipos más importantes deasentamieno de una comarca, no basta con saber en cuál de las treszonas se incluye la misma, sino que hay que irse a los mapas de distribución por plantas e investigarlos adecuadamente.
ZONA B, INTERIOR AGRÍCOLA
Esta zona la componen dos tipos de plantas distintos: ~a polinuclearcon caserío claro y la nuclear en nebulosa. A ambas se ha hecho referencia en el apartado anterior pero su consideración conjunta presentapeculiaridades dignas de ser destacadas. La primera observación quese puede hacer a la vista de los mapas de distribución por plantas es,tanto en uno como en otro caso, la de su extrema fragamentación. Perosi se observa el mapa de superposición de ambas zonas aparece anuestros ojos un bloque homogéneo y casi monolítico. La impresiónes de que casan perfectamente la una con la otra y se complementanen forma admirable. Tal evidencia sólo puede ser debido a que, enrealidad, pertenecen a un tronco común y sus diferencia's, desde el puntode vista de la totalidad, son, en cierta manera, circunstanciales.
Sin embargo, no hay que olvidar que aunque en muchos casos sesUPerponen, gran número de sus cuadrículas simplemente se complementan. Esto quiere decir que estas diferencias que en un principiose han creído circunstanciales, en realidad no lo son, sino que procedende hechos diferenciales característicos. La zona, por tanto, como talzona, se configura en forma bastante homogénea, sobre todo desde elpunto de vista de su distribución territorial. Comprende la zona interiorde Galicia, y precisamente aquélla que no es montañosa. Forman partede la misma, las comarcas naturales de: ATerra Chá, O Val de Lemos,O Val do Arnoya, A Terra de Chantada, Os Vales de Deza y Cambre yA Terra de Mellid. Tiene también algunos apéndices en O Ribeiro, enFonsagrada y en la zona Norte.
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ZONA B? INTERIOR AGR!COLA
Con trama las cuadriculas que la form9U.
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Nadie mejor que un poeta para definimos en forma gráfica y elocuente lo que significa el tipo de asentamiento de la zona. Veamos loque nos dice Manuel María refiriéndose ATerra Chá lucense:
«A Terra Chá somentes é:un pobo aquí, outro acolá,o resto é soedá» (7).
El segundo verso resum'e en cinco palabras la esencia del asentamientoy confirma rotundamente el hecho de que la zona, en cuanto a lostipos de planta, se componga de forma preponderante de aldeas polinUdleares con caserío claro y aldeas nucleares en nebulosa. Hay diferencias, claro que las hay, entre comarca y comarca. Y son muchos losfactores que influyen en 'la aparición de las mismas: geografía, tradición, economía... Pero en este caso, y referido solamente al asentamiento, se marcan las diferencias incluso dentro de cada comarca,porque los dos tipos de plantas que estamos considerando como separados en realidad responden a un criterio unitario de fuente.
«El gallego es, a nativitate, agricultor, marinero, y en menor grado,pastor. El ideal campesino de toda casa bien organizada se cifra encomprar poco y vender mucho, y s'e busca el equilibrio de la unidadeconómica que se baste a sí mismo. Contra las profundas y rápidasmodificaciones impuestas por las revoluciones económicas, el labriego gallego que procura sostener su posición, sólo tiene un camino: obligar a latierra. Hacerla producir todo 10 posible y aún más» (8). Así como vimosque la zona costera es agrícola, pero además marítima, ganadera, etcétera, pero sobre todo marítima, nos encontramos ahora en presenciade la Galicia agrícola por antonomasia. ATerra Chá, O Val de Lemas,O Ribeiro. Y casi sin interferencias urbanas como en la costa. La diferencia se nota y se refleja en el tipo peculiar de asentamiento a que dalugar. El hombre gaHego, ya lo dijo Otero Pedrayo, sólo tiene un camino,obligar a la tierra. Pero para obligar a 'la tierra es necesario vivir encontacto con ella, tenerla cerca, sentirla. Y así, la~ aldeas se hacen máspequeñas para permitirlo, y se acercan para no dejar ni un centímetrode tierra sin labrar. Pero no se separan completamente los caseríos,no. Los caseríos son bastant'e escasos en Galicia porque, no en vano,la herencia celta hace preponderar el clan, la gran familia, sobre lafamilia restringida. Y todas estas aldeas, pequeñas, cercanas, «un poboaquí, outro acolá», se estructuran en parroquias cuyo centro es una
(7) MANUEL MARÍA: Terra Chá, Lugo, 1954, pág. 15.o (8) OTERO PEDRAYO, R.: Guía de Galicia, Vigo, 1954, pág. 56.
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iglesia. Una iglesia que sólo sirve de referencia y aglutina la concienciade grupo de todos a nivel mental. Una iglesia que frecuentemente seencuentra, sola, en media de terrenos labrados y sin casa'S alrededor.Porque la parroquia no es el centro de nada en sentido fí'Sico, es unasegmentación, una simpl,e delimitación de territorio.
Así es la zona que estamos tratando, rabiosamente agrícola, desperdigada la población, pero más diseminada que dispersa, en interaccióntota'l con la tierra, unas v'eces con el caserío abierto -aldea polinuclearcon caserío claro-, y otras con él cerrado -aldeas nucleares en nebulosa-, pero siempre con su estructuración básica del territorio queen Galicia corresponde a la célula parroquial.
ZONA C, MONTAÑA
Esta zona la componen dos tipos de plantas distintos: la nucleary la polinuclear con caserío denso. Ambos tienen una característicacomún, se trata de aldeas cerradas, recortadas del entorno físico enque se encuentran y con las casas apiñadas una con otra. Su distribución geográfica presenta una característica singUlar: el hecho de quecasi todas las cuadrículas de la nuclear se hallan incluidas en las de lapoHnuclear, o lo que es lo mismo, esta última es prácticamente comprensiva de aquélla. La extensión de la polinuclear es, por tanto, algomayor que la de la nuclear, y esto hace que sus áreas de superposiciónsean coincidentes. La coincidencia no es total -bien es verdad quehay cuatro o cinco cuadrículas no coincidentes-, pero esto io podemos calificar de irrelevante. La probabilidad de encontrar cualquierade las dos, sobre todo en la sureste, es muy alta. Por otra parte conforman áreas muy homogéneas, y según se verá las coincidencias conotras áreas son bastante escasas. ¿Cuál podrá ser la razón de estasuperposición de tipos en las mismas cuadrícu'las? Pudiera ser que losindicadores diferenciativos de ambos no sean lo bastante precisos o 10bastant'e significativos. Pero también podría suceder que ambos, comoen el caso anterior, tuvieran su fuente en las mismas circunstancias.En otras palabras, que las diferencias fueran meramente accesorias oparticularizadas en una'S condiciones, geográficas, dimáticas, etc., muyespeciales como se apuntaba más arriba.
Forman parte de la misma, fundamentalmente, las comarcas naturales de Fonsagrada, Cebreiro, Valdeorras, Terra do Bolo, Terra deTrives, Val de Monterrey, la Limia, Terra de Candelas y Terra de Montes. La mayoría de las citadas son comarcas de montaña y se caracte-
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ZONA C. HONTAÑA
Con trama las cuadriculas que la formro1«
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rizan por una dedicación mixta a la agricultura y a la ganadería. «Elmacizo más importante de Galicia es el de Cabeza de Manzaneda oCaheza Grande, de 1.778 metros, en la sierra de Queixa; con ella sepueden relacionar los núcleos orográficos de casi toda la región galaicoduriense. Se encuentra en las proximidades de Trives y su orientacióngeneral es de Noroeste a Suroeste» (9). «Apenas se concibe una familiacampesina sin algunas cahezas de ganado. Una familia abastada sostiene en sus tierras una yunta de bueyes, alguna de novillos, y variasvacas, estabuladas en general, pero existen regiones de ganado sueltoen el monte -sierra de 1a Carba, Loba, Noya- y en las zonas de sierradurante el verano vive el ganado. Muy celebrada entre los pastores esla hierba de braña veraniega de las sierras, especialmente desarrolladaeen (la ondulada planicie central de Queixa» (lO). El monte es düro ylas casas s'e aprietan en las aldeas y éstas se separan entre sí porquela tierra rinde poco y se necesitan muchas hectáreas para subsistir.El ambiente es hostil, frecuentemente nieva en invierno. El tamañode las aldeas varía sensiblemente y así, en Terra de Montes son máspequeñas y en Terra do Bolo más grandes. Pero siempre cerradas, reconcentradas en sí mismas, huyendo de un medio que no es precisamente favorable.
DISPERSIÓN, DISEMINACIÓN Y CONCENTRACIÓN
Al establecer las características de cada una de las zonas resultantes se hizo alusión en determinados casos a los términos dispersión,diseminación y concentración. Analicémoslos con mayor detenimiento.Se había dicho que al hablar de población dispersa nos referimos, expresamente, a su distribución en pequeñas aldeas o entidades, másconcretamente, a establecimientos dispers9s; mientras que al hablarde diseminación, queremos indicar población disociada en pequeñasgranjas o caseríos aislados, aunque éstas formen una a1dea. Para quela población sea diseminada es neoesario que exista caserío claro. Podríamos, en términos generales, establecer una relación entre 'los tiposde asentamiento propuestos y los conceptos de dispersión, diseminación y concentración:
1. Aldea nuclear con caserío denso2. Aldea nudlear con caserío claro ... . ..
ConcentradaDiseminada
(9) FRAGUAS y FRAGUAS, A.: Geografía de Galicia, Santiago, 1953, pág. 39.(lO) OTERO PEDRAYO, R.: Guía de Galicia, Vigo, 1954, pág. 63.
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3. Aldea polinuclear con caserío denso .; .4. Aldea polinuclear con caserío claro ... .- .S. A'ldea nuclear en nebulosa ... ... ... .6. Parroquia en enjambre con aldea núcleo .7. Parroquia en enjambre ; .
ConcentradaDiseminadaDispersaDispersaDispersa
Como sabemos cuáles son los tipos de plantas que entran en lacomposición por zonas, podremos inferir de ahí el carácter de -las mis~
mas. La zona de la costa, y dado que predomina en ella la aldea nuclearcon caserío claro, rla parroquia en enjambre con aldea núcleo y laparroquia en enjambre, tendrá su población establecida en forma diseminada o dispersa dependiendo ello de la planta que sea probabileencontrar. La zona agrícola del interior, y puesto que aparecen en ellalas aldeas polinucleares con cas'erío claro y las nucleares en nebulosa,tendrá su población también en forma dispersa y diseminada, dependiendo ello del tipo preponderante de planta en cada caso. La zona demontaña, por último, aparece la más clara de todas al tener rabiosamente concentrada su población debido a que en su configuración entran sobre todo la a'ldea nudear y la polinuclear con caserío denso.
Dispersión y diseminación, pero sobre todo la primera, constituyen,pues, la forma más corriente de asentamiento en Galicia, sobre todoen zonas de la costa y de'! interior agrícola. Ello no quiere decir queno exista población concentrada, pero ésta se reduce a la zona montañosa Sur Sureste, que además, lógica coincidencia, es la más próximaa la España de las mesetas donde esta forma de distribución de iapoblación es la casi exclusiva.
RESULTANTE TOTAL
La necesidad de contar con la seguridad de que los tipos de asentamiento propuestos cubrían todo el mapa de Galicia y no dejaban grandes dlaros indicativos, en el caso de existir, de la posibilidad de encontrar otros tipos característicos, trajo consigo la elaboración de unmapa general en el que se representaran conjuntamente. Ahora bien,la representación de la distribución de siete modelos de aldeas en unsO'lo mapa con la complicada madeja de superposiciones, zonas comunes, etc., era inviable. Sin embargo, otra cosa sería la superposición,no de los tipos de plantas, sino de las zonas comunes a varias de ellasy obtenidas anteriormente. Se procedió, pues, a rayar en un mapamatriz cada cuadrícula con una inclinación diferente:
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1) Aparecieron algunas cuadrículas, veintiocho, sin rayar. Se trataba de !aquéllas no cubiertas por los tipos considerados, y su mayoro menor extensión indicaba la menor o mayor bondad de las hipótesisy el trabajo desarrollados. .
2) Con tres rayados superpuestos se limitó a cuatro cuadros entoda Galicia, lo que da idea de la identidad y propiedad de cada zona.
3) Con dos rayados, zonas mixtas, ya apreciables pero no demasiado numerosas.
4) Zona') de un solo rayado. Se trata de aquellas áreas que corresponden a una «zona pura» y que, en conjunto, ocupan la casi totalidadde Ga'licia.
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RESULT&~TE TOTAL
a ~ zona. pura de costa~
b - zona pura de interior agr!cula.0,'_ zona pura, de mo'ntaña.,
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CAPíTULO XII
CONCLUSION
Esperamos que en las páginas anteriores hayan quedado claros lossiguientes extremos:
1. La parroquia es la célula básica de estructuración del territoriorural gallego.
2. Las aldeas son las conformaciones físicas de determinados niveles situacionatles, y podemos distinguir los siguientes tipos:
- Aldea nucleaJ;" con caserío denso.- Aldea nuclear con caserío claro.- Aldea polinuclear con caserío denso.- A'ldea polinuclear con caserío claro.- Aldeas nucleares en nebulosa.- Parroquias enjambre con aldea núcleo.- Parroquias en enjambre.
3. Dichos tipos no son exclusivos, y se dan puros muy raramente,no representando más que hitos en un continuo poblacional.
4. La distribución de estos tipos por el mapa de Galicia, obtenidamediante el modelo explicado en !las páginas anteriores, es simplementeindicativa. Esto quiere decir que la existencia de un índice superiora 40 en determinada cuadrícula no significa que exista el tipo de aldeade referencia, sino que en dicha cuadrícula se dan cierto número decondiciones para que aparezca.
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5. El modelo no tiene en cuenta perturbaciones sumamente clarascomo las derivadas de la red de carreteras.
6. No es válido para las condiciones actuales en las que el planeamiento físico desvirtúa tota~mente cualquier posible relación tipo-indicador físico, introduciendo variables nuevas muy fuertes y ajenas anuestras consideraciones.
Está fuera de toda duda que la incidencia de una medida sobre unsistema interconectado sólo se puede controlar considerando el sistemaen su totalidad. Las medidas de previsión sólo se pueden tomar eficazmente considerando un todo abarcable. Pero aquí se tropieza con elescollo fundamental del urbanismo: la complejidad. Son tantas y tanvariadas las variables incidentes que es difícil actuar considerando laglobalidad de !la'S mismas. Surge así la teoría de Ilos modelos.
Los modelos son representaciones elementales de organismos complejos en las cuales 'Sólo se considera un número pequeño de variablesy relaciones entre ellas. La ventaja básica de un modelo es que permiteactuar teóricamente y realizar experimentos sin incidir en la realidad.Se trata, en el fondo, de un intento de utilizar el método experi,mentalen las ciencias sociales. Su mayor inconveniente reside en que los resultados obtenidos son muy teóricos, y su aplicación práctica es difícilen la mayoría de los casos.
Otra de las ventajas de los modelos es que permiten una mejorcomprensión de los elementos complejos que intervienen en la realidad;por otra parte, con los peligros inherentes a toda simplificación.
Conocidos los problemas que plantea el uso de los model1os hay quedecir que en muchos casos, como el presente, su utilización es el únicosistema viable de análisis de 1a realidad.
Por último, sería conveniente hacer una serie de precisiones sobreel llamado planeamiento integral del territorio y su consideracióncomo solución a los problemas de Ila relación campo-ciudad o tramaurbana-región subsidiaria. La primera llamada de atención se refierea la pretensión de solucionar, o incidir, con un instrumento urbanocomo es el planeamiento en un sistema rural. Claro que lo primeroque habría que preguntarse es sobre la existencia en estos momentosde un modo de vida rural. Posiblemente en los países desarrolladosesté en vías de desaparición. Ahora bien, en determinados casos comoel de Galicia, cabría, por lo menos, el plantearse su necesidad. Otrasegunda consideración, se refiere al estrecho margen de libertad que,en general, permite el planeamiento tal y como se lleva en la actualidad
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y que coarta totalmente cualquier manifestación no prevista. Y no hayque olvidar que el planeamiento está realizado por urbanistas, entesurbanos. No se trata de una consideración derrotista. Es que seríaabsolutamente necesario un anáHsis en profundidad de todos estostemas antes de sepultar en el olvido y despreciar unas formas que noson las nuestras, urbanas, pero que se han ido haciendo año a año,generación tras generación.
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131
INDICE
Págs.
Introducción '" ... ... ... ... ... ... .,. ... '" ... oo, 7
Capítulo l.-Aproximación al problema gallego '" oo oo •• ,. oo. oo. 9Singularidad del fenómeno de asentamiento oo' oo' .oo .oo .oo .oo .oo 9Galicia como región oo, oo, oo, oo, oo • oo. oo • oo • oo, • oo oo • oo' oo, oo, oo • oo, oo • 10El medio físico ... oo • .., ••• oo • oo • 11El castro, la villa y la parroquia oo, oo, oo, oo, oo' oo, oo' oo' oo, .oo oo' oo' 12
Capítulo Il.-Lo rural y lo urbano en Galicia oo, oo, oo. oo, oo, oo' 17
Carácter rural oo' oo, oo, oo, ••• • oo • • • • " .oo • • • oo • .,. oo' .. , oo' oo' 17Dispersión de la población .oo oo' oo' oo, oo' oo, oo' 'oo oo, oo, oo' oo' 19Cultura rural y cultura urbana .oo oo. .oo .oo oo' oo' .oo ... .oo oo, oo, .oo oo' .oo 21
Capítulo Ill.-La aldea oo. oo. .oo oo, oo, oo. ... oo' oo' 25
Definiciones oo, .,. oo, oo, oo, oo, oo' ••• oo, • oo oo, oo, 27
Capítulo IV.-La relación entre parroquia y aldea ... ... ... ... 33
La parroquia como célula básica oo, oo. oo. oo' oo' oo, 33Parroquia, aldea, lugar y barrio ... '" ... ... .., ... 35
Capítulo V.-Modelos de distribución del asentamiento 37
Modelos existentes oo, oo' oo' oo. oo. oo, oo' oo, .oo oo' oo, 37La disposición física del habitat oo, oo • oo • oo • oo, oo, oo, .. • oo • • oo oo • oo, oo' oo' 39Disposición nuclear urbana oo, oo, .oo oo' oo, oo, ... ... oo' ... oo, .oo oo' oo' oo, 40La red de carreteras y caminos oo. oo • oo' oo • • oo oo' • oo oo' oo • oo • oo' oo • oo • oo' 41División celular de base oo, oo, oo' oo' .oo oo, oo, ... oo, oo, oo' oo, oo' 43
Capítulo Vl.-Tipologias sobre el asentamiento rural ... 47
Tipos de dispersión oo, oo, oo, oo, oo' .oo oo' oo, oo, oo, oo, 47Criterio agrícola oo, oo, oo, oo, oo' .oo oo, oo' oo, oo' oo' oo, oo' oo, oo, oo, oo' .oo 48Propuestas de Lautensach y Niemeier oo' oo, oo, oo' oo' oo' oo, .oo .oo .oo oo' 49
. 133
Págs.
Capítulo VII.-Tipos de aldea en base a la parroquia oo' ...... oo' ••••••• oo ... 53
Aldea nuclear con caserío denso oo. ••• ••• ••• .oo ••• • •• oo. oo' • • • •• • .oo • .. 54Aldea nuclear con caserío claro ... ... ... ... ... ... .oo .oo •• • ••• oo • • • • • • • 55Aldea polinuclear con caserío denso ... oo. ••• ••• .oo oo' ••• ••• 55Aldea polinuclear con caserío claro .. . oo' •• • • • • • • • ••• ••• • • • • • • ••• 55Aldeas nucleares en nebulosa ... ... ... ... oo' ••• ... ••• .oo oo. oo' 56Parroquias en enjambre con aldea-núcleo '" ... ... ... ... 56Parroquias en enjambre ... ... ... ... 57
Capítulo VIII.-Plantas de aldeas .oo ••• 59
Proceso seguido ... ... oo. • •• ••• ••• oo' 60Los tipos de plantas .oo ••• ••• ••• oo. oo' oo. .oo ... ••• • •• .oo ... oo • .oo oo • 63
Capítulo IX.-Distribución territorial ... oo •••• oo' ••• oo' oo. oo' •••• oo ... 85
Capítulo X.-El modelo de distribución por· tipos 101
Criterios de asignación ... ... .oo ... oo' ••• 101Cuadros de asignación de probabilidades oo' ••• ••• ... ••• ... ••• 101El índice medio de probabilidad ... ... ... .. . .. . ... ... '" .. . ... ... '" .. , 102Intervalo adoptado ... .. . ... ... ... ... ... ... oo' • • • • • • • •• .oo •• • ••• ... .oo •• • • • • •• • • •• 102El mapa de distribución por tipos 103
Capítulo XI.-Zonas resultantes ... ... 111
Proceso de aparición de las zonas ... ... 111Zona A, de la costa ... ... .. . '" 112Zona B, interior agrícola oo' oo , ••• ••• ••• ••• ••• ••• 115Zona C, montaña oo. oo' ." oo' oo' .,. '" oo. 118Dispersión, diseminación y concentración ... oo' ••• ••• '" ••• ••• oo. ••• ••• ••• ••• 120Resultante total ... '" ... ... ... oo' ••• ... ... .,. oo' ... ••• ••• oo' ... 121
Capítulo XIl.-Conclusión ...
Bibliogralia ... ... ... ... ... ...
134
125
129
LOS ASENTAMIENTOSRURALES
E GALICIA
JOSE FARI~A TOJO
1 TlTUTO DE ESTUDIOS DE ADMI 1 TRACIO LOCAL